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joteca Giambattista Vico un Teoria de la literatura . y de la interpretaci6n literaria Ensayos y reflexiones Sultana Wahnén 4. PORSEA Y PENSANGENTO EN LA ESTETICA KANTIANA, 4.1 IsTRopLCCON XIX retomé la cuestion 5 replanteada ahora en el sena de su propi réplica al de Burke.© Las huellas de Longino son igualmente percepti- bles en la Critica del jucio. Sin embargo, no es precisamente muy habi- tual vincular la estétca kantiana a la reivindieacién del valor cognosci- {vo 0 intelectual de la li vales castelanas, que, como la del Marqués de Sa onao de Bena, subrayaban lo queen poesia Mis importante fe, ya en el ciclo clasicisa, el tratado neoplaténico de :aciin de los pensamientos expresados en poesia, atrbucién del mérito poetico 1118 inspiracin celese, etc En Espata cabe, ademas, destacar el original trata: do de Baltasar Gracin, Aguden yarte de ingen, donde el “conc ‘como productores de las imdgenes pois. © Vease, entre otros: Jost Luis Molinuevo, La experiencia esltcw moder, ‘Madr, Sintsis, 1998, p. 90. ‘de haberse anticipadi \tico, al concepto de er le dedicb en subjetvizaciin Giertamente, el onocta enseguida que algunas de las teis mas pro- 3 no encontraban, en realidad, apoyo en la esttica ar de esto a idea que se desprendia de la globa- r, desde luego, la de un Kant muy preocupado por el contenido de la obra de arte: "El interés esencial de Kant —escr- bid Gadamer en este sentido— era lograr una fundamentacién de la estética autonoma y libre del baremo del concepto; no tid de a verdad en el émbito del arte, sino fundamentar en el a priori subjetivo del sentimiento vital”s? De abi, fel arte" Y también que, tuo, se pronunciase expresamente a favor de “las les lecciones de Hegel sobre estética, debido a que en ellas (y, por consiguiente, no ‘en las de Kant s estaba reconocido “de una manera soberbi” el "cone tenido de verdad que posee toda experiencia del arte” 2 En el mismo sentido que Gadamer se habrian pronunciado otros futores, que también han pasado por alto lo que Rafael Argullol ha S8H.G, Gadamer, “La subjetivizacdn de a estética por la citi Kantiana”, en Verdad y Método Salamanca, Sigueme, 197, pp. 7374. © thidem, ursvas son nuestras. Afios después, en 1984, el autor se des- diria en parte de lo afrmado en Verda y Método, realizando una lestura leo iis epreiative de la teoriakantana de arte, en lage senlaizdyasu no. tambien ela comport “un interés te Gadamer,“Intuicsn eintitvidad” en armenttce, Madr, Teenos, 1996, p. 168). Con tao, todavia en este ensayo el autor segul cont mis proximo a Hegel y poniendo reparos en su opinié, ao pouia “satisfac las ‘ecesidades dela tora del arte” (bem, p. 157) ° Sarna WHOS Mamado “la irresuelta duplicidad kantiana entre arte y experiencia estétiea”™ y que, en consecuencia, han dado practicamente por hecho ‘—sin siquiera los matices de Gadamer— que la teoria kantiana del jui- arte y de la literatura. La idea de literatura reflexiva; y Kant, el abandera cconvertido, pues, en una especie de ly hasta de parte de la reflexidn estética contemporénea, lo que ha provo- ‘ado, entre otras cosas, que se haya perdido de vista el estrecho paren- tesco que existiria entre estas dos estétcas, la kantiana y la hegeliana —desde Inego mucho més préximas entre si de lo que se dice que lo ‘estén aquiéllay la formalist En realidad, la importancia de la iden tenido en la obra de arte ny per aman oo Rina nwo logitmadorsdelartenoreprsenaivo y in conte aa rt tnagic iO. nlcnse cove entapes de neo Tic pa thes pa gos neta tegnne"ons bor Seelam bim da ee caremetar super oat ont epi a anena capitulo que dedica 2 Kant ets refirendo a uicio placer estéico no Surge Idtcoes desineresado, carece de {queda eximido de responeabiidades metafsicas y morales” y “caret oa la verdad, alo agradsble y af til" (M. Asens, Literatura y losofia, op. cit, p68). ‘a8 habria que subrayar que la cidas y muy cuestionadas deficie especial, de las derivadas de su historicismo. Asi, aunque también Kant atribuyé la actividad poética a una facu 8€ expresaba no en conceptos, sino en int Yyendo de esto, como si iba a hacerlo su suc Saber conceptual ni la consiguiente muerte del arte * Lo que se ofrece a continuacién es, por tanto, una lectura de la Critica det juicio, que, sin dejar de interrogat al texto sobre el concepto de juicio estético —tal como ha seguido haciendo mas recientemente Gerard Genette—, le formula, sobre todo, otra clase de preguntas que Biran alrededor de su concepto de poesia. Por lo mismo, las conclusion ‘es a que se llegar aqui sern necesariamente diferentes a las de los trabajos que han sido elaborados desde la sola perspectiva de la teoria kantiana del juicio estético. De lo que se trata en este ensayo no es de satisfaccién que las mismas productan subjetivamente al espectador en lo que habria sido un puro juico de gusto, sino que tenia tan - bién que atender ala perfeccién de las mismas en relacién con su fin; Qe se trataba, pues, de un juicio esttico basado en “concepto” y, por tanto, en conecimiento racional8 Para juzgar una belleza de Ia naturaleza como tal no necesito fener con anterioridad un concepto dela clase de cosa que el obje- to debs ser, es decir, no necesito conocer Ia inalidad saterial (el fin, sino g lace por 5 misma en el jico. Pero cuando el objeto ex dado como un produc to del arte, y como tal debe ser declarado bello, debe enfonces, ante todo, ponesea su base un concepto de lo que deba sera cosa, por (que el arte siempre presupone un fin en la casa [1 debe ten vg Yor ‘7 Kant lamabcarte en general a “la produceén por medio de la Uherad, «3 decir, mediante una voluntad qe pone rin la cividad” (543; la entre las artes mecke dables yas propia ieplebellasen queen as pri ‘en “conocimuentoraional” porque esto permite cuando menos, mazar la tis a dens muchas qu eno faa vo induce consign sobre ever In Stdce Lantons—, Cadamer pass por alto i difrenca Stree pure pstoy el gusto concicinad de gu in embargo, se moses Stuy Conte nove momento de cs EES ¥ » 2A a ok > a nvrenmercin sreama Suurana Watson faccion desi sada que su contemplacién lectura product, poner én las capacidades racionales, en especial la del entendi- miento,rflexionando sobre la perfeccién de la obra en relacion con sa finalidad: “La satistacién en io belo tiene que depender de larefiesion tun objet, la cual conduce a cualquier concepto (sin determinar ual) por esto se distingue tambien de lo agradable, que descanea {otalmente sobre la sensaciin”(§ 4). Yo mismo se rataba ya encom io debe ser un placer del goce nacido de Ja mera sensacién sino de a reflexion € de tal indole que tiene por medida eluicoreflexionante yo la sen sacion de los sentidos” (§ 44). Este julio estético-ntelectual, no puramente estético, ea, para, Kant, el responsable de valorar la obra de arte —incluida la del arte % bello—en lo referido tanto a su adecuacién a concepto, como a su per. feccin, Sin embargo esto no quiere decir quel fildsofoequiparase del io aplicable alas obras del arte (mecinico)y el que debia las obras del arte bello; dicho de oto modo, que estable- ‘una completa identidad entre el mbito del erte en general y el de las artes en particular. En la Critica las bellez Seen cuenta ene uicio dela bellezaartistica también la perfecciin ‘de la cosa, a cua no es cuestén en el juicio de una bellera natal (como tal) § 48). Tener en cuenta el concepto y la perfeccién de la cosa, en lugar de solo su forma, significaba que las bellezas del arte no podian ser juzga- das por el puro juicio estético: “Si el juicio de gusto, en consideraciSe al fin en el concepto, como juicio de razén, imitado, entonces ya no es un libre y puro juicio de sncargado de juzgar este tipo de t por es0 el nombre de “juicio esttico clonado’, caracterzindolo precisamente por atender al “concepto” de lo que el objeto debia sery a su “perfeccién’, en lugar de ala sola satis. faccién que su contemplacién producia (§ 48) Lo que acababa distin. ‘guiendo al juicioestético l6gicamente condicionado del puro juicio de usto era, pues, en palabras cruciales de Kar “enlace dela satisfaccién estética con la intel Desde Ta perspectiva e Pues, salvo en casos muy contados, meros juegos de sensaciones que Pudieran ser juzgados por el puro jucio de gusto. Por eso, cuando se trataba de juzgarlas, lo pertnente no era, desde su punto de vista, apli- ar el citerio del puro gusto (aunque por supuesto no se podialimpe. dlr que alguien lo hiciera)* sino, sin dejar de lado el gusto y la satis. TW a5 2s at juzgidas, de algo més que un “concepto” acerca de lo (sa producida, vg el de “i ppor tanto, también de algo més que una rocaban adem a igual que ae ment ‘ “gsnioh, lo ie significaba que en lo tocante a ellas no se trataba, por supuisto, de juzgar meras sensaciones, pero tampoco (y esto era lo que las diferenciaba del resto segiin conceptes, ya que —dijo Ki rormativa que le habia precedid para explicarias del todo (§ 49). Sis le atentamente el contenido de parsgrafo 4 donde Kant explica que “a, sssfacin en lo Bueno” etd und be comprende gue fui SSidcolgicamente condicionado n sera tampoco completamente desate, $800 Tal como expla Kant aga, dee el ommentoen que tn ebjet se haga 2 parr de un concept defo que ee objeto deb verse pane en juego und idee lo bueno (para algo 0 ens miseo) y, portant, “una salah ener fencia de un objeto ode un acon, es der, un cert ites” (4 la cursive usta) 7 Con esto ene que ver el famoso ejemplo del ala posilidad de que un mismo dete atten os 4 la blleza” que estuviesenvalerndoto uno segun lo que tens "ante ids", es decir, desde el punto de Vista del puro juico de punto, Jo,que tenia “en el pencarnena" eto es deste el panto de to lgicamene condiconado, En es cas, explcaba Kant 30 mis ambigua de este ES % sw lect alo frre en mop, mucha ms anbigua de ete," Tromento dela Cre dj, ce HG. Gadatet, Verda y tds 1,p.cty as 4 rents valor a4 —ana pura Y otra condiconada sere del so, mismo objet pesto desde el punto de vista de Kant, y dado gue p79 co ashton lori pertinent en est cao era a condi. << s a) 2 nea ae ay, “ ae % \ “concepto” elaborado a posteriori cconcepto previo de lo que est obra d ar la perfeccién de una obra del ge sobre su belleza no podia ser, pu zaba para juzgar acerca de otras vente el mismo que se utili- lezas adherentes: Elconcepto del ate hello no peri a de su preducto sea dahucido de ‘cept como base de determinaén, ‘base un concepto del modo como el prodico sea pos a su base” un concepto previ cio de gusto del ex iva producida por la mera contemplacisn de la .de que, no siendo puro, ‘Sino estético-intelectua Fo estariasujeto a un concepto pre 1a ser, sino que tendria que juzga ) debe desu belleraa partir de un Propio ertco —una vex exa- minadas Jas propias y originales reglas de produccin dela obra cen: crete que se estara juzgando. Kant no ego a ponerle un nombre dia {into a este tercer tipo de juicioestético, que, como se ve, estaria acaba, lo entre la Iierta del puro juicio de gusto el extrictocondionamien, to de juicioestético logicamente condiconado. Sin embargo, alguns Pasajes dela Critica del juici, como el que transcrbo a continuecion, Parecen hablar en favor de su existencia diferenciada como tn fercer "ipo de juiio estético? al que quizds solo cabriareferrse —tal como la 7a existenca de este tpo de lcio esto, propio del genio, estaba apuntae 2 Fae la primera version de ete ensayo (véase'S. Wahnin, “Literatur por Seen: dela insprecin platonca ala imaginaion bandana” ap et pp oP 38), So exbargo, ali no me referia 6 txlavia con a cneretay explicia ioenwia de “trer tipo de ju esto” de ahi quedl lo del presente apartado haya * a nmrracow urna dec de Kant, que el juez de esta case de bras geniales pudiera prescindr del todo dela segunda clase de juicio tstétco el Iogicamente condicionado a prior, cosa que seria posible s ‘nada que pudieea “ser comprendi- min hin a co gine ne ayer eee permet astra es ete ee re nOiabceaal pe nro eel es a are epee ee Jou de ges aan eG hea ot Ae ‘allanto en un caballo piste ae or Diced ee nen Seep nes emcceati maces: ‘purda fopicarse ante Juco” 47) = Sexrana Wow ad 4.3. UNA TEORIA NO FORMALISTA DE LA LITERATURA, sgin Kant, debia aplicarse a las obras imer lugar, una buena parte de esas obras, incluso las més originales y ge que se correspondia con la das por él mismo— pos brent priori, comoel del aplicable al arte mecénico, sino a pos- terior, esto es, determinado por las caracteristicas de la obea misma {que se estaba juzgando y que, en cuanto producto del entendimiento, tenia que estar regida por reglas —aunque éstas debieran pasar ined rea (Ct ant oe) ie BM La near emia vertidas al lector, convencido de estar ante un producto de la propia raturaleza.” Despuss de dejar sentada la no-pureza del ante ~el que no juzga solo segiin lo también segiin lo que tiene en el pensa si, para Kat rioridad en comparaci6n con la pureza lidad, y a despecho de lo insit ‘momentos mas ambiguos de su no fue Kant quien sastuvo que, ‘ocups de aclarar acto segui- do, esta forma de leer la distincién kantiana no se corresponderfa, en realidad, con lo pensado por el propio Kant, para quien la existencia de belleras jis ce gusto condicionados estaba muy jo de consttuir tun problema: Las restriccones que se imponen a un hombre con luna iglesia eon una determinada omamen ‘amente en la subjetividad” (H. G. Gadamer, Vrdad y Método, op. {que aqut se estésosteniendo acerca de la existendia de un tercer le juico bsolutamente condicionado, se opone, pus, is de Gadamer sobre la absol tad y subjetividad que Kant cone ‘edi aluico estético aplicado alas bellas artes iment el pasaje en que Kant exp! arte bello, siendo ate, debia preer, sin embargo, natualeza: "Ast pues, lidad en el producto del arte bello, aunque es intencionada, no debe intencionads, ‘el arsta aleanzaba "toda precisién en la splicacion de las reas”, obra pareciese hecha “sin exferz, sin que a form de la eseue us Fcultades del espns” (§ 4), 76 Ce. H.G. Gadamer, Vrdad y Método Io. 77 id, pp. 79-80. La cursiva es nuestra, Suara Wai floes y los adomos som las tnicas bellezas puss, de abi no puede infe- "ise en modo alguno que se las consiere las verdaderasbellezas, como tampoco que se las profiera 0 valore més que a ls aunque lis de las elas ares. Del hecho de que to, las tinicas bellezas puraso libres no se deriv, puts, una apotogia Jeantiana de las bellezas libres fente alas aristicas, dela pureza frente 2 a no-pureza El autor tampocotuvo munca la menor intenion de er gira las bellezas puras en modelo del arte i, por tanto, de reivindicar como luego lo harian las estétcas del siglo 9— un mayor grado de [purezaen las no-puras obras de arte. En la esttica kantiana la no-pure- 22 del artey de la poesia no era, pues, defect sino vittud Este seria el matiz que algunas lectuas actuales de Kant pasan por alto, sembrando asi ciertacontusién en lo que respecta ala Yaloracion yyestima que las bellas artes (ates intelectuaesy, por tanto, absolu. ta res ni absolutamente puras) le merecieron al fil6soo. En «que las belezas del arte no fueran bellezas puras era lo que las hacia ojos de Kant, més vaiosas, puesto que aquello que consti a su impureza era, precisamente, que en ells se pudiese it "mds alls” dela “mera forma” para encontrar, como minim, la presencia de un “concepto” (648) y, ya ene caso de las bellas artes, incluso la pre- sencla de una “intuicin”o ide esti (§ 48) i parece dif creer que 2 ese profundo pensador que fue Kant un juico estétic puro (mero ju cio del gusto) pudiera parecerle superior aun juici estticologica- mente condicionado, es deci, esttico-ntlectal, resulta cast imposi- 75 Estima que stha sido en cambio, ubrayada por José Carlos Mainer: “La divic sion de las artes que disei6 en las piginas dea tercera Critic entrafabs [una alta consideracin de la poesia” (JC. Mainer, “Génerosliterariosy géneros filo. s6ficos: una frontera permeable”, op. itp. 29). 5s interventa tarnbiés la belleza de las flores —por mas que la capacidad de dis- I estticamente de la naturaleza dijera mucho de la moralidad y 1 en cuestion.” ‘Ademds, de haber sido asi, no se entenderfa por qué la misica, eto 8, el tnico arte bello que, seguin Kant, podia ser enjuicado desde la perspectiva de la pura belleza (por ‘es"), no ocupa el primer puesto de la jerarquia kantiana de las artes Como se sabe, la Critica del uico reservé este privilegiado lugar a la Pesta, en tanto que ala miisica, después de varios rodeos y vacilacio- "es —motivadas por el reconocimiento expreso por parte de Kant de [0 ‘mucho que este art agradaba a los entidos—, la acababasitvando justo en “el lugar inferior, por debajo incluso de ls artes plasticas, tal como, correspond(a a su condicién de ser, desde el punto de vista de la razon y det la menos valiosa de las bellas artes ferido Kant a belleza pura de las flores tampoco se entenderia por qué ta poesia, el arte belo que, segun él, mas signiicados poseta y mis tenia que ser juzgada por “lo que se tiene en el pensamiento”, ocupaba precisamente el primer e incuestionable puesto de esa misma jerarqua El propio autor hizo explicto que el motivo de que esto fuera as tenia ‘mucho que ver con la abundancia de pensamientos propia de la poesia, en tanto que ea, precisamente, la més espirtual de las bella acter Extiende el esprit, poniendo la imaginacin en libertad, , dere tro de los limites de un concepto dado, entre la limitada diversidad de posibles formas que con él concuerdan, ofrece la que enlaza la ‘exposicén del mismo con una abundancia de pencarnientos la ‘ual ninguna expresin verbal es enteramente adecuada, levando seas, estftcamente, hasta ideas (§ 33). Por consiguiente, sies verdad que en la Critica del juicio las puras beliezas libres, naturales y ornamentales, se caracterizan —-como las formas vanguardistas del arte contemporineo— por no significer nada, Por no representar nada, también lo es que a las bellas artes y, en espe ial, ala poesfa se les atribuye, en cambio, una gran “abundancia de pensamientos” y de “representaciones”. El vinculo entre poesia y pen- 7 Vease a este respecto el famoso pardigrafo 42 dela Critic del ui » Sexrana Wate especial de pensador. tivos, para cuyo modo especifico de pensar, no conceptual ono logic, no existian en el idioma expresiones verbales adecuadas,teniendo que slevarse ast, estéticamente, hasta ideas (§ 49). Que Kant vinculase la poesia al pensamiento no significa, pues, que no percibiese una re filosofiay literatura. Para él, como despuss para He rencia residia en la “facultad de conocer productiva” propia eno era a razén, sino la imaginacén (combinada )¥ a cuyos productos dio el nombre de ideas para distinguirlos, precisamente, de los productos del entendimiento racio- nal, los conceptos: La imaginacién (como facultad de conocer productva) es muy Poderosa en la creacisn, por decilo asi, de otra naturaleza,saceda, dela materia que la verdadera le da, Semejantes representaciones de laimaginacién pueden lismarse ‘ideas, de un lado, porque tends cones internas (649; la cursva es nuestra) Al subrayar la incompatibilidad esencial entre el “concepto” y la forma en que la imaginacién se representaba las cosas, Kant no hizo sino desarrollar una tesis que ya habia sido formulada anteriormente por Baumgarten en el mismo ensayo de 1725, titulado “Reflexiones filo- séficas en toro al poema’, en el que acufis el término de estéticn para la nueva disciplina filoséfica que debia ocuparse del arte en tanto que ‘Aunque en su Critica del juicio Kant corrigis éste ¥¥ otros aspectos igualmente discutibles de las tesis de Baumgarten, uno 89.6, W.F. Hegel, Intraducién a la Estéica, Barcelona, Peninsula, 1997, p. 8 51.A.G. Baumgarten, “Reflexiones floséficas en toro al poem” § CXY. por A. G, Baumgarten eta y verdad. Sobre la estén entre la Tustracn y ef Romantcismo, Barcelona, torial, 1999, @ Lament uremia consistido la verdadera revolucién copernicana dela est la composicién artsticas ee eee copes cn oar ene meno sma see on frma Hc ee 0 de expresiones mnocimiento légico o inte Jectual de las cosas. En lugar, pues, de las “precisas representaciones Intelectuales” que abundaban en la filosofia,® lo que caracterizaba a la poesia, desde una perspectiva que, como la de Baumgarten, era ya a la vez cognoscitiva y discursiva, eran las “representaciones ser bles” de las cosas, entre las que el pensador distinguié las asi pro- iamente llamadas de las —més poéticas todavia— “representa nes imaginarias’, las mismas en las que se apoyé a la hora de 82 idem, §XX. 83 Digo que abundaban porque el propio Baumgarten aces a explicar que ni siquiera el discurso més intelectual y abstracto podia prescindi del todo dela clase de “representa * que caracerzaban al discurso postico, lo (ue sin embargo, a dlespojaba desu cérSctor di almente “abstracto fic yl litrariotendrian, me parece, un especial interés ala hora de arojar algo de luz sobre el actual debate ipleamente de-constnictivsta en tomo ala dif rance ete fil Seurana Watson su innovadora teorfa de la ficcin poética, a partir del concep- to leibniziano de mundos posibles ‘9 parte, Kant también sostuvo, de manera muy similar la de Baumgarten, que si los grandes poetas hacian uso de un lenguaje ‘special, intraducible a conceptos, no era solo por razones puramente estéticas —v.g., agradar a los sentidos—, ni tampoco solo por un pru- Fito de distinguirse del resto de los hablantes, sino, ante todo, por azones epistemologicas 0 cognoscitivas, derivadas de la especifica “proporcién” de entendimiento e imaginacién en que consistia lo dis- tintivo de su peculiar talento —frente a la proporcién en que esas dos mismas facultades convivian en el talento propiamente cientifico 0 filoséfico. Al igual, pues, que su antecesor, Kant tuvo la conviccién de que el poeta no podia expresarse mas que del modo en que lo hacia, es decir, mediante intuiciones o “representaciones de la imaginacion’” Crey6, ademés, que si esto era asi, era porque la especial organizacin de su mente o espiritu le levaba a pensar, ver y, por ‘conocer las cosas a través, fundamentalmente (aunque no facultad imaginativa La imaginacién era, pues, para Kant, lo que la inspiraci6n para Platén: algo que hacia que los poetas pudieran decir cosas de tanto pre- 3 como las enunciadas por los més profundos filésof sin embargo, se las pudiera considerar, en estricto sentido, conoci- ‘ientos del mismo tipo que los racionales. Ahora bien, el fildsofoilus trado explicé todo esto de un modo muy diferente a como lo hicieron Platon y el Pseudo Longino. Desde su punto de vista, la imaginacién no era “locura” (privacién de la capacidad racional), ni tampoco “pasidn” (cualidad afadida al talento), sino pensamiento mismo, es decir, facul- tad del espiritu humano que consistia en pensar —incluso en pensar ‘mucho—, solo que a su modo, que no era el modo racional o conceptual de pensar. Tal como Hegel se limitarfa después a reiterar, la filosofiay la Gencia pensaban en conceptos; y la imaginacién y, por tanto, la poe- sia, en intuiciones 0 ideas estétcas Afirmo que ese principio no es otra cosa que la facultad de la cexposicion de ides estticns,entendiendo por idea estétca la repre. sentaciin dela imaginacién que incita a pensar mucho, sin que. sin embargo, pueda serle adecuado pensamiento alguno, es decir, con po alguno, v que, por lo tanto, ningin lenguaje expresa del todo ni puede hacer comprensible, Fécimente se ve que esto es lo que 4 Para esta teoria de la ficcin, véanse § L-LVI. e pia al pensamient I en tanto que El hecho de que la literatura piense en intuiciones ceptos no es en la estética kantiana defecto de la lit 1a filosofia, sino més bien virtud,o, en todo caso, simple y provechosa consecuencia dela diversidad de sus origenes y medios. Virtud, porque en cuestion de pensamiento, de capacidad de pen- sar el arte lterario, tal como Kant lo entendia, no tenia nada que envi- iar ala filosofa. En la Critica del juiio la imaginacion, como facultad de pensar, se diferencia de la razén no en que piense menos o “en Pequera medida” (que decia Aristteles), ni en que piense en una “forma no propia” (Hegel), sino en que piensa mucho 0, mejor, dema- siado, es decir, en que piensa mucho mas de lo que la razén puede pen- fendria sus limites —y Kant fue quien definitivamente se hora de pensar. En cambio, laimaginacién pensaria casi sndo origen a una multiplicidad de ideas “inefables” que “las facultades de conocer” (§ 49), El origen de esta infinidad de ideas seria, en tltima instancia, desconocido e inexplicable, y si Platén vio en las Musas la inica fuente de donde podian proceder las bellsimas ideas expresadas en los mejores poemas, Kant se limitd a constatar e! enigma, sin tratar de resolverlo mediante una respuesta ella misma imaginativa: “Ni un Homero ni un Wieland pueden mos- ‘cémo se encuentran y surgen en sus cabezas sus ideas icas en fan- lenas de persamiento, porque ellos mismos lo pueden ensenar a ningin otro” (§ 47) 5 En palabras de Hegel, que harlan referencia a esta insdecuacin de la intuic én al pensamiento: “El espiritu no solo pose el pox tise sf mismo | pensamiento Sino también lade reconacerse como to y de la sensibilidad” (G. W. F. taf en su alienacin bajo Hlegel, Intrducién a 1a SUTave Way A pesar de las simi Peta a 1a concepei hur Uiteratu: oxira tener por cor verdad”. Kant tampoco habria compartido con Fle ‘de que la existencia del arte en cuanto tal no era neces 4o mismo, estaba destinado finalmente a desaparecer, ble del que carecia la razén el poder de crear o, més precisamente, de transformar la realidad (6 49), Lo que marca la diferencia més importante entre la estética de Hegel y la de Kant consiguiente, que en ésta las “limitaciones” po las tendria el arte, sino la filosofia. Mientras que ésta no podria salir- se de los limites que le fjaria la experiencia, el arte podria, en cambio, ‘crear una realidad nueva (“otra naturaleza”) a partir de la experimen. tada y conccida: “Sacada —escribic Kant— de la materia que la verda Gera le da”. Cuando la experiencia a que la razén nos sujeta “se nos hhace demasiado banal”, entonces —explicé el filésofo— seria la imagi- % adem, p. 29 “El arte choca con ciertaslimitaciones, que opera sobre una materia sensible de forme que no puede tener por contenido més que un cierto grado espiritual ls cultura nacida de laraz6n ocupa el grado ms elevado, muy superior lel are” (dnd, p. 37, tractas y generales” (iid p. nosotros, en cuanto a su Suprema destinac (bid, p. 38), conocer” (§ 4 Per eso, porque la imaginacién kantiana piensa y, por cons tamente conoce mucho més d ? lo que, segtn el fil6sof0, no podria expresar sus mas que s{serian adecuadas paca expresat las teas Por medio de los conceptos y palabras convercion cin piensa mucho y como, en ese pensar dema- ©, desbordaria los limites de la razén, el cauce expresivo de ety sa —4l concepto— seria insuficiente para dar cuenta de exe excess, nPocta se encontraria sin palabras para las ideas que pose, que gpingin lenguaje expresa del todo ni puede hacer compre 5 49). Tendria que expresarse, pues, en intuiciones o formas sensibles So de creer —como Hegel— que estas intuiciones serian les toda vez que se tradujesen a conceptos, Kant sostuvo no Solo que eran intraducib donde residia lo especifico gran abundancia de ideas estéticas, sino sobre todo por acertara encom, tar un modo de expresarlas valiéndose del lenguaje: EI genio consiste propiamente en la proporcsn feliz, que nine ‘guna ciencia puede ensefar y ninguna lnboriosidad aprenden, [para encontrar idess aun concepto dado, y dar, por otra pare con |b expresin mediante la cual la disposicidn subjetiva del apis roducida pueda ser comunicada 3 otros como scompananiente de un concepto. Este iltimo talento es propiamente el lamade expiritu.. (645), como subjetivamente para la vivificacon de ent, pus, tambidn pura comocimiznios” (6 13, suutana WHO Debido a esta alta valoracién de lo sensible en arte, la estética de Kant se sitvaria a enorme distancia del contenidismo hegeliano y de st tendencia a traducir inmediata y directamente los contenidos del arte a ‘conceptos 0 ideas de la raz6n. Pero, a pesar de no ser contenidista, nada ‘nos permite —como se ha visto— hacer de la Critica del juicio un prece- dente del concepto formalista de literatura auténoma, sin significados Yy sin referencia al mundo. A pesar de los tépicos que cunden sobre cl la base desde la cual cierta estética dieciochesca entendia que lo ¥ sostuvo —como Longino muchos siglos antes — que lo bello del arte literario no podia darse mas que alls donde una gran riqueza y variedad de pensamien- tos se expresaba en ricas y variadas formas. Para hacer justicia alo que en la poesia habia de entendimiento y, por tan mente, de ‘conocimiento, Kant renunci6 en ella a la pureza cul a Ia reflexiGn, encargando al gusto reflexivo o ‘camente condicionado —a priori o a posteriori— la (a de sus valores. En la Critica del jwicio, nie) arte literario, nt la critica encargada de juzgatlo huyen del pensamiento, de la reflexin, en aras del abandono 2 la satisfaccion y al puro placer que se encuentra en la contemplacién ones artsticas, por sensibles y bellas que ‘como las flores de adoro, solo para producir placer lo para “dar que pensar”. ferencia que entre las beliezas puras y las bellezas artsticas, entre el pu gusto y ico reflexionante, entre el gusto y el genio; en ‘Suma, entre el desinterés estético y los intereses del arte 90M, Asers, Literatura yflosofia, op. cit, pp- 70-71.

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