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Augusto Salazar Bondy Existe Una Filosof
Augusto Salazar Bondy Existe Una Filosof
jmsanguineti@yahoo.com.ar
El objetivo de este trabajo es realizar una reseña crítica del libro ¿Existe una filosofía de nuestra América?
de Augusto Salazar Bondy, respetando la estructura de sus capítulos1.
SU INTRODUCCIÓN
Este libro aborda el problema sobre si existe o no una filosofía hispanoamericana. Salazar Bondy aclara
que: solo se ocupará del pensamiento filosófico, dejando de lado otras formas de pensamiento; su
investigación se restringirá a Hispanoamérica; y no se detendrá a examinar la filosofía de los países del
área delimitada, pues supone que los países hispanoamericanos conforman una entidad singular. Por otro
lado, resume sus capítulos de la siguiente manera. En el primer capítulo presentará la evolución de
nuestro pensamiento filosófico en la historia. En el segundo, expondrá los enfoques más significativos del
problema de la filosofía de Hispanoamérica. Y en el tercero, propondrá una interpretación del sentido y
carácter de nuestra filosofía.
CAPÍTULO 1: EL PROCESO
Su análisis se limitará a presentar la evolución del pensamiento filosófico hispanoamericano a partir del
descubrimiento de América y la conquista española, que tiene más de cuatro siglos desde el momento en
que escribe. Elije esta periodización por los siguientes motivos: solo tenemos datos precisos del
pensamiento hispanoamericano desde el siglo XVI; solo a partir de ese siglo podemos encontrar productos
culturales definidamente filosóficos, independientes de mitos y leyendas tradicionales -con lo cual, dejará
de lado la cultura indígena; Hispanoamérica no existe antes de la época de la conquista, que es el área
delimitada a estudiar -esto se debe a que no habría en los pueblos precolombinos una integración cultural
y social suficiente.
Salazar Bondy enumera las características que destaca de la evolución del pensamiento filosófico
hispanoamericano:
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SALAZAR BONDY, Augusto. ¿Existe una filosofía de nuestra América? México: Siglo veintiuno editores, 1968.
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campos reducidos, elaborando las cuestiones con procedimientos cuyos alcances puedan ser
sobre bases aceptables.
4. Se pueden determinar influencias ejercidas por otras filosofías nacionales sobre nuestro
pensamiento: la española, la inglesa, la francesa, la alemana y en menor medida, la italiana, la
rusa, la polaca y la húngara.
5. A grandes rasgos se puede delinear un ritmo ondulatorio de la evolución filosófica
hispanoamericana. Pero como esta figura corresponde en mucho a la evolución del pensamiento
occidental, es preciso no malinterpretar su sentido.
6. El desenvolvimiento ideológico hispanoamericano corre paralelo con el proceso del pensamiento
europeo, los cambios que se producen en él se coindicen con las transformaciones de la filosofía
occidental. Con esta determinación exterior se vinculan tres rasgos complementarios de nuestro
proceso ideológico:
a. La evolución es discontinua, puesto que nuestros sistemas no surgen unos de otros, por
virtud de una lógica propia.
b. La evolución es sinóptica, puesto que hay una introducción de contenidos ideológicos
nuevos, como productos acabados sin la estela de su propia gestación.
c. La evolución presenta un retardo decreciente y una aceleración creciente, puesto que
si bien los productos ideológicos llegaban a América tardíamente, en la actualidad su
influencia es cada vez más próxima.
7. La filosofía hispanoamericana comenzó sin apoyo en una tradición vernácula, pues el pensar
indígena no fue incorporado. De este modo, nuestra filosofía tiene el carácter de un árbol
trasplantado, viviendo de la tradición europea que –en cierto sentido- nos es extraña. Más que
el relato de una filosofía de nuestra América, la historia de nuestro pensamiento es el relato de
la llegada de la filosofía occidental a nuestros países.
8. Las filosofías trasplantadas resultaron sujetas a cambios, ampliaciones y recortes con vistas a un
uso práctico. Fueron insertadas en el contexto local y utilizadas para enfrentar problemas de la
realidad.
9. Hay un sentido imitativo de la reflexión. Se piensa desde moldes teóricos europeos previamente
conformados, importando corrientes de ideas, escuelas y sistemas.
10. Otro rasgo es la receptividad universal. Hubo una aceptación casi irrestricta de todo producto en
su mayoría occidental, que haya logrado cierta fama.
11. Otro rasgo que Salazar Bondy destaca es la superficialidad y pobreza en nuestra filosofía. En
Hispanoamérica, la filosofía se satisfice y consume como exposición pedagógica en el resumen y
la formulación no técnica de las doctrinas y sistemas importados.
12. No hay una tendencia metodológica característica y de una proclividad teórica, ideológica
identificable, capaces de fundar una tradición de pensamiento. Por ejemplo, la tradición inglesa,
a pesar de sus diferentes doctrinas, presenta un claro sello empirista.
13. No hay aportes originales de ideas y tesis, susceptibles de ser incorporadas a una tradición del
pensamiento mundial. Nuestras figuras filosóficas más representativas han sido profesores, que
por más que tuvieron gran influencia en el proceso educacional de nuestros países, fuera de
Hispanoamérica no tuvieron repercusiones.
14. Existe un fuerte sentimiento de frustración intelectual entre los cultivadores de la filosofía. Es
sintomático que los más lúcidos representantes de nuestra filosofía se hayan preguntado por la
existencia de un pensamiento propio. Por contraste, no ha sido frecuente este tipo de inquietud
en aquellos países que han hecho aportes decisivos al pensamiento filosófico.
15. Existe una gran distancia entre quienes practicaron la filosofía y el conjunto de la comunidad.
Nuestra filosofía no tiene resonancia en nuestra población, como se habla, por ejemplo, de una
filosofía alemana, francesa, etc. Así mismo, no es posible que la comunidad se reconozca en
filosofías trasplantadas, que una minoría refinada se esforzó en compartir (pues son productos
culturales expresivos de otros pueblos).
Tras haber presentado las características del pensamiento hispanoamericano, Salazar Bondy concluye
que las carencias prevalecen sobre los logros. Considera que este hecho produjo el planteamiento sobre
si es filosofía el producto histórico que como tal se ha desarrollado en Hispanoamerica.
CAPÍTULO 2: EL DEBATE
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Salazar Bondy precisa los términos “originalidad”, “autenticidad” y “peculiaridad” que utilizará en sus
conclusiones. Por “originalidad” filosófica entiende el aporte de ideas y planteos nuevos, en mayor o
menor grado, con respecto a realizaciones anteriores, suficientemente discernibles como creaciones y no
repeticiones de contenidos doctrinarios. Por “autenticidad” entiende un producto filosófico que se da
como tal y no falseado, desvirtuado o equivocado. Por ejemplo, según él la filosofía de Kant sería genuina,
mientras que un discurso espiritista sería pseudo-filosofía. Por “peculiaridad” entiende los rasgos
histórico-culturales diferenciales, que dan un carácter distinto a un producto espiritual, en este caso
filosófico, pero que no implica innovaciones de contenido sustantivo.
Según él, en la polémica sobre si existe una filosofía hispanoamericana se han formulado tesis y aducido
pruebas tanto sobre su peculiaridad, como sobre la autenticidad y la originalidad. En cambio, ha quedado
fuera de discusión la existencia de un pensamiento hispanoamericana en el sentido de determinación
meramente espacio-temporal. Esto es, de un pensamiento que se registra en los países de América
hispano india, sea cual fuere su carácter.
Por otro lado, Salazar Bondy enumera los acuerdos y desacuerdos básicos en los diversos tipos de
respuestas al problema de nuestra filosofía:
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iv. Vinculada con la explicación anterior, otros consideran que los filósofos
hispanoamericanos no han tenido tiempo ni tranquilidad para entregarse a su
pensamiento.
v. Otra tesis sostiene que el filósofo hispanoamericano no ha podido realizar obra
auténtica y original porque no se ha orientado a su objeto teórico propio, su
realidad.
vi. Otros planteos sostienen que los elementos negativos del proceso histórico
hispanoamericano dentro del cuadro mundial, son los obstáculos para el
nacimiento de una filosofía digna de tal nombre.
La explicación de que el genio de nuestra raza, la aptitud artística literaria de nuestra gente, es
la causa de nuestra situación filosófica, no resiste el hecho de que tampoco en esto sector de la
cultura se hayan logrado aportes originales y auténticos.
La explicación de que nuestra juventud cultural es la causa de nuestra situación filosófica olvida
que otras culturas más jóvenes o tan jóvenes como la nuestra (la estadounidense) hayan logrado
un pensamiento propio.
La explicación de nuestra carencia por el método, la educación y la organización universitaria,
comporta la idea de que la filosofía solo florece en la universidad. Así, se confunde al profesor
de filosofía con el filósofo, y se olvida figuras notables del pensamiento mundial como Descartes,
Spinoza, Leibniz, etc., que hasta no quisieron ser profesores y tuvieron una vida tan ocupada por
menesteres distintos de la reflexión pura como la de los pensadores hispanoamericanos.
La explicación de nuestra carencia por la falta de reflexión sobre la realidad de América es
insuficiente y no libre de peligros, ya que reduce el campo de los temas y problemas de un
pensamiento tan dinámico con el de la filosofía.
En este punto, Salazar Bondy explicita qué entiende por filosofía, sería: análisis, iluminación, unificación
de la experiencia del mundo y de la vida; manifestación de la conciencia racional de un hombre y de la
comunidad a que éste pertenece; la concepción que expresa el modo cómo las agrupaciones históricas
reaccionan ante el conjunto de la realidad y el curso de su existencia, su manera peculiar de iluminar e
interpretar el ser en que se encuentran instaladas. La filosofía se diferenciaría de la ciencia en que se
refiere al conjunto de lo dado, comprometiendo al hombre total. La ciencia carece de esta característica.
La religión se diferenciaría de la filosofía en que esta última, siendo un intento de hacer inteligible el
mundo y la vida, está ligada a datos objetivos, mientras que la religión se nutre del sentimiento y la
sugestión.
Por otro lado, Salazar Bondy explica qué es la inautenticidad filosófica. El filósofo construiría la imagen de
sí mismo en el mundo, como individuo y como grupo social, pero podría ser un escritor original o uno
plagiador. Una filosofía falsa, plagiada, sería la representación mixtificada de una comunidad por la cual
ésta se hace ideas sobre su realidad. Tal cosa sucedería cuando la filosofía se construye como pensamiento
imitado, como una trasferencia superficial de ideas, principios, de contenidos teóricos motivados por
proyectos existenciales de otros hombres, y por actitudes ante el mundo que no pueden repetirse en
razón de diferencias históricas. Quien asume un pensamiento calcado cree verse expresado en él y se
esfuerza por vivirlo como propio. De este modo, la ilusión y la inautenticidad prevalecen en estos casos,
pagándose el precio de la esterilidad.
De acuerdo con Salazar Bondy, la filosofía hispanoamericana es un caso de inautenticidad. Esta situación
no sería más que el reverso de la representación ilusoria de nuestro ser. Nuestro pensamiento habría
obedecido a motivaciones distintas a las de nuestros hombres y ha asumido intereses vitales y metas que
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corresponden a otras comunidades. De este modo, ha dado al hombre una imagen falsa y superficial, por
imitativa, del mundo y de la vida. Ha sido una novela plagiada y no una crónica verídica de nuestra
aventura humana. Inclusive, la filosofía hispanoamericana sanciona su uso de patrones derivados e
inadecuados, tanto en la asunción consciente de conceptos y normas sin raíces en nuestra condición
histórica existencial, como en la adopción de productos occidentales, que resultan en imitaciones sin
originalidad. Por otro lado, Salazar Bondy considera que no hay que extrañarse de que una comunidad
alienada dé una filosofía mixtificada. La filosofía, en una cultura plena, sería la cima de la conciencia, pero
en una defectiva, sería difícil que tienda a ser la consagración de la perdida de sí. Pero, de acuerdo con
Salazar Bondy, nuestra filosofía tiene un lado veraz. Afirma que falla al no predicar su situación precaria
en el conjunto de lo existente, pero acierta, sin proponérselo, como expresión de la ausencia de un ser
pleno y original.
Salazar Bondy establece que la causa de nuestra inautenticidad filosófica es nuestra cultura defectiva, y
la causa de nuestra de la situación negativa de nuestra cultura, es nuestra subordinación económica y
política. Entiende que la cultura es la articulación orgánica de las manifestaciones originales diferenciales
de una comunidad, susceptibles de servir de pauta para contrastar la obra histórica de los pueblos y las
épocas. En el caso de la cultura hispanoamericana, afirma que se da un hondo defecto. Existimos
inauténticamente, pues tenemos la pretensión de ser algo que no somos y lo que podríamos quizá ser.
Vivimos alienados respecto de nuestra propia realidad, que se presenta como instancia defectiva, sin
integración y sin vigor espiritual. Desde la perspectiva de Salazar Bondy, la causa de la inautenticidad de
la cultura hispanoamericana es su condición de subdesarrollada y dominada político-económicamente
por potencias que han alcanzado un gran nivel de desarrollo. El efecto socio-cultural de esta situación
sería una cultura mal formada y defectiva.
Por ejemplo, -continua Salazar Bondy- los países dominados viven hacia fuera, pues dependen de las
decisiones de los países dominantes. Los países subdesarrollados carecen de dinamismo y fuerza por la
condición reprimida de su economía, por la falta de integración y organicidad en su sociedad, de donde
se seguiría que no hay base para un sello propio del pensamiento capaz de neutralizar el impacto foráneo
y la tentación imitativa. Así mismo, él considera que si tomamos en cuenta las distancias entre quienes
practican la filosofía y la comunidad hispanoamericana, vemos que hay un abismo. Pues los primeros
viven de acuerdo a un modelo exterior, y los segundos dentro de tradiciones y creencias remotas y
esclerosadas. Esta situación haría que el pensador hispanoamericano se frustre ante la imposibilidad de
hacer fecunda, en el pensamiento, la vida de su comunidad.
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Debería ser realista, riguroso y transformador, promotora de la unidad de Hispanoamérica, que
no solo corresponde a los hechos, sino que es imperativa en esta época de vigencia de grandes
agrupaciones multinacionales.
Debería comprender la teoría y a la vez la aplicación, concebidas y ejecutadas a nuestro modo
propio.
Debería adquirir las técnicas desarrolladas por el pensamiento filosófico mundial, así como los
conceptos y métodos capaces de servir de soporte a una teoría rigurosa. Pero debe tener
conciencia de su carácter provisional e instrumental, pues son medios y elementos filtrantes de
un proceso mental coordinado con el desarrollo nacional.
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explícitamente, pero podría sugerirse a partir del texto que es necesaria esta investigación para
superar nuestra actual situación filosófica de inferioridad frente a la del europeo. Ahora, ¿no
sería esta investigación un paso hacia atrás antes que uno hacia delante? Es un juzgarse inferiores
ante la filosofía europea usando sus parámetros, pues a partir de allí define los conceptos de
“filosofía”, “peculiaridad”, “autenticidad” y “originalidad”. Esto es un juzgarse de antemano
como inferiores, por lo que tal empresa está destinada a fracasar. ¿Por qué concebir a la filosofía
a la europea?, ¿cuál es el problema si no hay, y no habrá filosofía a la europea en
Hispanoamérica?, ¿no sería mejor dejar el problema de lado?,
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Bibliografía
SALAZAR BONDY, Augusto. ¿Existe una filosofía de nuestra América? México: Siglo veintiuno
editores, 1968.