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Era una noche fría de invierno, y la nieve caía sin cesar.

En una pequeña aldea al


pie de la montaña, un grupo de niños jugaba en la plaza central, lanzando bolas de
nieve y construyendo muñecos de nieve.

Mientras tanto, en una cabaña cercana, un anciano miraba por la ventana, observando
el alegre bullicio de los niños. Recordaba con nostalgia su propia infancia, cuando
también jugaba en la nieve con sus amigos.

De repente, un fuerte golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Al abrir la


puerta, se encontró con un joven que temblaba de frío y estaba cubierto de nieve.
El anciano lo invitó a entrar, y el joven se sentó junto a la estufa, agradecido
por el calor.

El joven explicó que se había perdido en la montaña mientras cazaba, y que no podía
encontrar su camino de regreso a casa. El anciano, que conocía bien la montaña,
decidió ayudarlo y preparó una mochila con alimentos y ropa de abrigo. Juntos,
partieron en busca del camino de regreso.

La nieve seguía cayendo sin cesar, y la visibilidad era muy limitada. A pesar de
esto, el anciano no perdió la esperanza y continuó avanzando, guiando al joven con
su experiencia y conocimiento de la montaña.

Después de horas caminando, finalmente lograron encontrar el camino de regreso. El


joven se despidió agradecido del anciano, y prometió volver a visitarlo en el
futuro.

El anciano regresó a su cabaña, cansado pero feliz. Sabía que había ayudado a
alguien necesitado, y que había demostrado que la bondad y la compasión todavía
existían en el mundo.

Al día siguiente, los niños de la aldea llegaron a su cabaña con una sorpresa:
habían construido un muñeco de nieve en su honor, con una pancarta que decía
"Gracias por ser un héroe". El anciano se emocionó al ver el gesto de los niños, y
decidió invitarlos a su cabaña para tomar chocolate caliente y compartir historias
y canciones.

A partir de ese día, el anciano se convirtió en un miembro más de la aldea, y los


niños lo visitaban con frecuencia para escuchar sus historias y aprender de su
sabiduría. El anciano se sintió feliz de poder compartir su experiencia y
conocimiento con los más jóvenes, y se sintió agradecido por haber encontrado un
nuevo propósito en su vida.

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