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CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 297 La carta concluye con el lamamiento a la obediencia mediante 6, caso nominative masculino singular del articulo determinado, el; con ¥zav, caso nominative singular masculino con el participio presente en voz activa del verbo 8x, fener, aqui como tiene, © que tiene; ods, caso acusativo neutro singular del sustantivo, oidos; dxovedtw, tercera persona singular del aoristo primero de imperativo en voz activa del verbo dxove, oiga; ti, pronombre neutro singular, que; 16, caso nominative neutro singular del articulo determinado, Jo, en castellano, masculino, el; Tivedpa, caso nominativo neutro singular del nombre propio, Espiritu; héyex tercera persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo A¢yw, equivalente a decir, hablar, responder, ordenar, etc., aqui con significado de dice; tic, caso dativo de la tervera persona femenino plural del articulo determinado, las; éxxAnoiong, caso dativo femenino plural del sustantivo, iglesias. ‘O #yov obs ckovadtw ti 16 [Mvebpa Agyer tolic éxkAnoiats. La carta concluye con un Ilamamiento personal a cada creyente que oiga las advertencias que el Espiritu hace a las iglesias. Como se ha dicho en las anteriores cartas, el Espiritu Hama en forma general a la iglesia pero espera la respuesta individual de cada creyente que asume su responsabilidad ante las advertencias y demandas que Dios hace. Las advertencias hechas por el Espiritu a todas las iglesias en las cartas anteriores y a la de Filadelfia en esta, es una advertencia universal para toda la iglesia y una demanda personal para cada uno de los creyentes, Nadie podra evitar la responsabilidad que como individuo tiene, delante del Sefior, de prestar atencién en obediencia a sus demandas, 0 de rehusar obedecer en caso contrario, En la primera posicién recibiré las bendiciones prometidas, en la segunda no perder su salvacién pero si la recompensa que el Sefior otorgard en justicia a los vencedores, Mensaje a la iglesia en Laodicea (3:14-22). Presentacién del Sefior (3:14). 14. Y escribe al angel de la iglesia en Laodicea: He aqui el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creacién de Dios, dice esto: Kai 16 dyyéne tig &v Aaobixcig. éxxAnoiag ypdwov: Teds Agvet 6 Y al, angel dela en Laodis iglesia." escribe:_ Esto dice ol Gury, 6 wdiptos 6 motds Kal dAnBLvdc, H pyr tg KTH ‘Amén,” el testigo el fiel_ verdadero,” el principio dela creacién 00 Ocoo = de Dios ‘Notas sobre el texto gricgo. 298 APOCALIPSIS III El mensaje a Laodicea, séptimo y ultimo, comienza con la conjuncién Kati, y; t@, 880 dativo masculino singular del articulo determinado, al; dyyéA4p, caso dativo masculino singular del sustantivo que se usa para referirse a dngel; ti}¢, caso genitivo femenino singular del articulo determinado, de la; seguido de év, preposicién que rige dativo, en; Aaodixeig, nombre propio de ciudad, Laodicea, éxxanotas, caso nominative femenino singular del sustantivo, iglesia; ypdiyov, segunda persona singular del aoristo de imperativo en voz. activa del verbo ypdow, escribir, aqui como eseribe. La segunda cléusula de presentacién del Sefior se establece mediante tcide, caso acusativo neutro singular del pronombre demostrativo, esto; Aéyet, tercera persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo Aéyw, hablar, decir, aqui como dice; 6, caso nominativo masculino singular del articulo determinado, el; dyin, transliteracién de la palabra hebrea verdad, certeza, en ese sentido se traduce por de cierto en muchas ocasiones, aqui como nombre propio, precedido del articulo determinado, indica que es el tinico Amén, absoluta verdad y certeza plena; seguido también del mismo articulo determinado el; uciptuc, caso nominativo masculino singular del sustantivo que denota testigo; nuevamente aparece el articulo determinado 6, que da exclusividad absoluta al titulo que sigue y que debe considerarse mas que como un calificativo, como un nombre personal; mtotéc, caso nominativo masculino singular del adjetivo que expresa la condicién de fiel; seguido de la conjuncién copulativa Kai, y, que da ilacién a los dos adjetivos consideréndolos como adjetivos sustantivados en un solo nombre; dm @tvds, caso nominativo masculino singular del adjetivo que expresa la condicién de verdadero; seguido de 1}, caso nominative femenino singular del articulo determinado, /a, en castellano masculino, ef; pz}, caso nominativo femenino singular del sustantivo, principio, femenino en castellano; tijs, caso genitivo femenino singular del articulo determinado, la; xticews, caso genitivo femenino singular del sustantivo que denota principio, causa originante, tov, caso genitive masculino singular del articulo determinado, el, que no se usa en castellano al preceder a un nombre; @£00, caso genitivo masculino singular del nombre de Dios. Kai tO dyyth@ tis év Aaodtxciq txxdnoias ypdyov. Como en todas las cartas anteriores, esta séptima y tiltima de las que el Sefior mandé a las siete iglesias en Asia Menor, comienza también con el mandato a Juan de escribirla. El destinatario primario de la carta es la iglesia en Laodicea, esto es, la iglesia local que estaba en la ciudad de Laodicea. Laodicea es una de las siete ciudades a quienes se dirigen las cartas, y un importante centro en el Asia Menor, La ciudad fue fundada por Antioco II, (261-246 a.C) hijo de Antioco I uno de los reyes seléucidas, dinastia fundada por Seleuco I Nicétor, lugarteniente de Alejandro Magno, hijo de Anticolo I Bajo su reinado se hicieron independientes la Partia y la Bactriana. El nombre de Laodicea le fue dado a la ciudad en honor de su esposa Laodicea. El nombre es un compuesto de dos voces griegas” que pudieran significar, justicia del pueblo. En la historia aquella mujer Laodicea en cuyo honor su esposo edificd Laodicea compuesto con Aadc, ciudad, pueblo, y Sixn, castigo, justicia. CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 299 la ciudad y le dio el nombre de ella, envenenarfa a su marido, Estaba situada a unos 65 Km, al sureste de Filadelfia, en el valle del rio Lico, en su confluencia con el rio Meandro. Sus ruinas estén préximas a la actual Denizli, cercanas a Honaz, la antigua Colosas. Era un excelente nudo de comunicaciones, por lo que en tiempos del Imperio Romano fue un gran centro comercial y administrativo en la provincia romana de Asia, Durante los afios 60 y 61 d.C. fuertes movimientos sismicos destruyeron la ciudad. Como habia hecho con otras de las ciudades en la zona, Roma envié recursos financiers para reconstruir la ciudad, sin embargo, el caréeter orgulloso de los laodicenses, les levé a renunciar a la ayuda de Roma, respondiendo a los emisarios romanos con la frase: “soy rica, me he enriquecido y no tengo necesidad”. La ciudad tenia tres grandes recursos: Por un lado las operaciones bancarias que habian hecho de la ciudad un centro financiero de primer orden y que le reportaba grandes beneficios; en segundo lugar la industria de tejidos, especialmente notables por los hilados de lana fina y negra, y también por la industria de confeccién de alfombras, notables en la antigtiedad; en tercer lugar como sede de la escuela de medicina, especialmente destacada por la oftalmologia, donde se elaboraba un notable colirio para afecciones oculares, especialmente usado por los viajeros procedentes del desierto, No se sabe quien fund6 la iglesia, pero la tradicién histérica la vincula con el ministerio de Epafras, cristiano de Colosas (Col. 1:7; 4:12; Fim. 23), uno de los amigos y colaboradores de Pablo, lamado por él su consiervo y compafiero de prisiones. El nombre es la forma abreviada de Epafrodito, pero no hay razén para entender que sea la misma persona citada en otro lugar (Fil, 2:25; 4:18). Segin la tradicién Epafras evangelizé las ciudades del valle del Lico, en Frigia, bajo la direccién de Pablo, durante el tiempo del ministerio del apéstol en Efeso, atribuyéndose la fundacién de las iglesias en Colosas, Hierdpolis y Laodicea. Visits luego a Pablo durante su primera prisién, evandole noticias sobre las iglesias del valle del Lico, lo que motivé al apéstol para escribir la Epistola a los Colosenses. La ciudad de Laodicea condicionaba su posicién a la situacién geogrifica que la hacia nudo de comunicaciones, por lo que una de sus necesidades era el suministro de agua a la ciudad. En las proximidades de la ciudad habia manantiales termales cuya agua se Ilevaba a la ciudad por medio de un acueducto. El agua llegaba tibia a la Laodicea, que unido al sabor tipico de las sales producian un efecto desagradable y hasta repulsivo a quienes la bebia, produciendo efectos vomitivos. La temperatura del agua y sus condiciones la hacfan apta sélo en cierto tiempo para el bafio en algunos de los que se habian levantado en la ciudad. La arqueologia puso al descubierto una ciudad grande, con varios templos a los dioses, bafios termales, un estadio, y un gran gimnasio. Laodicea fue destruida totalmente por el guerrero asiético Temur, en el afio 1042, 300 APOCALIPSIS III La carta a Laodicea tiene peculiaridades que la hacen tnica entre las otras siete. El Dr. Lacueva escribe sobre ella: “La severidad de la carta, en la que todos son reproches, sin alabanza alguna ni honrosas excepciones, va, sin embargo, mezclada con fina ironia y delicada ternura. De entre las siete cartas, es la tinica que se asemeja en fraseologia y argumentacién al estilo de Pablo; quizd se debe esto a resonancias de la epistola del apéstol a esta ciudad, epistola de la que se nos informa en Colosenses 4:16”. Con la autoridad que le corresponde y como en las cartas anteriores ta8e Aéyer, dice esto. El Seiior se presenta con titulos descriptivos, de singularidades divinas que concurren en El. El primer calificativo tiene que ver con la fidelidad, el segundo con la verdad, el tercero con la omnipotencia. En primer lugar Jestis se califica a El mismo como 6 driv, “el Amén”. Este, como los restantes titulos, va precedido del articulo determinado, por tanto, indica dos aspectos: primeramente la unicidad, nadie es asi, slo Dios y, por tanto, solo Jess como Dios-hombre; en segundo lugar la sustantividad, ya que se trata de nombres que Jesucristo se asigna a El mismo. El primer titulo, precedido de articulo es 6 dry, “el Amén”. En el Antiguo Testamento hay una referencia al “Dios del amén", que la LXX traduce como “el Dios de la verdad”, el Dios verdadero, 0 el tinico que es verdad (Is. 65:16). Sobre el vocablo hebreo amén, escribe el Dr. Lacueva: “El vacablo hebreo ‘amén’ se deriva del verbo ‘aman’, sustentar (como soporte que da firmeza y seguridad), y de ese verbo se forman muchos vacablos biblicos que viene a constituir una interesante familia de terminos de la misma raiz ‘amin’, Los principales son: ‘amén’, arquitecto (v. Pr.8:2, 30); ‘emunah’, fe fidelidad; ‘emet’, verdad, seguridad; ‘omna', columna; ‘amnd', decreto, pacto confirmado"* EI Seiior se presenta aqui como Aquel en quien la revelacién de Dios con todas sus promesas, advertencias y decretos tienen perfecto desarrollo y cumplimiento (2 Co. 1:19-21). La palabra amén, significa, por tanto, firme, fiel y como adverbio, ciertamente, asi es, asi sea. Cristo es, pues, la garantia absoluta de la verdad divina en su condicién de Mediador tnico entre Dios y los hombres (1 Ti. 2:5). Frente a la inseguridad de los hombres y a su firmeza, el Amén, de Dios, que es Cristo mismo, garantiza todos los compromisos divinos. Laodicea era una iglesia cuya condicién como se consideraré Iuego- era de fracaso espiritual, por eso el que es Amén de Dios, puede restaurar y afirmar lo ™F Lacueva. 0.c., pig. 373. 5 F Lacueva. 0.c., pag. 374, CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 301 que estaba extinguiéndose, conforme a sus recursos en gloria y al compromiso firme de edificar la iglesia (Mt. 16:18), La idea del titulo que Jesiis se atribuye a EI mismo no es la veracidad de Dios frente a los idolos, sino la confiabilidad de Dios, que le hace digno de ser creido y de quien se debe y puede estar seguro que guardar su pacto con su pueblo. De ahi que cuanto va a decir el Sefior en esta carta es seguro y firme. El segundo calificativo de 6 pdptug 6 matdg Kai GAnOwwédc, “el testigo fiel y verdadero”. Vinculado también con el amén, como se ha dicho, enfatiza la idea de alguien que no se puede equivocar en lo que dice, porque dice todo aquello que verdaderamente conoce. Es un calificativo necesario en contraste con lo que la iglesia en Laodicea diré de ella misma, sin ser verdad. {Se trata de un solo titulo 0 de dos? Lo mejor es considerarlo como dos, puesto que ambos aparecen con el articulo antepuesto, al leer literalmente: 6 paiptos 6 mordg Kai GAnOwdc, “el testigo, el fiel”. Quien habla es el Amén, definitive y supremo de Dios, por tanto, todo cuanto habla corresponde a la fidelidad y a la verdad absolutamente. Jess es el testigo de Dios, porque ha venido para revelar al Padre (Jn. 1:18), y es verdadero porque es la Verdad en si mismo (Jn. 14:6). Ante Pilato, el Seiior afirmé que habia venido para dar testimonio de la verdad (Jn, 18:37). Cristo habia venido al mundo para destruir el reino del diablo, que es el reino de la mentira (Jn. 8:44; He, 2:14-15). El es la verdad y habia venido a dar testimonio exhaustivo de la verdad, Toda la revelacién de Dios se expresa en el Verbo que es Jesucristo (He. 1:2). Nadie habria conocido a Dios en la dimensién en que Cristo lo reveld, de ahi que el discurso definitivo que expresa infinitamente lo que Dios es se llama Hijo. En el Hijo, Dios expresa lo absoluto de su pensamiento, Como Logos encamado conoce todo cuanto tiene que ver con Dios y puede expresarlo en toda la dimensién de Dios, adaptada a la comprensién siempre limitada de su criatura. El verbo expresar, es frecuentativo de exprimir, quiere decir esto que cuando una persona expresa su pensamiento exprime su mente para producir la idea que quiere revelar. Dios ha exprimido su pensamiento pronunciando un discurso absoluto sobre El, mediante el Logos, que es su Hijo, quien en forma humana, vierte al lenguaje de los hombres el pensamiento de Dios. De otra manera, Dios expresa en palabras de hombre, con garganta de hombre, la suprema revelacién de El mismo por medio del Hijo. De tal manera que, si Jestis es la expresion testimonial de absoluta verdad acerca de Dios, también lo es, con mayor motivo, acerca del creyente y de la iglesia. El es el testigo fiel y verdadero, tanto en cuanto al contenido de la declaracién como a la ejecucién de las palabras de su testimonio. Todo cuanto diga en la carta a Laodicea es la verdad y sélo la verdad, El tercer titulo tiene que ver con su posicién como Soberano y, por tanto, como omnipotente, al darse el calificativo de 4 apy} tig Kticems tod 302 APOCALIPSIS III @e00, “principio de la creacién de Dios”. Es una afirmacién semejante a la que hizo el apéstol Pablo: “El es [a imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creacién. Porque en El fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Ely para El" (Col. 1:15-16). Nada tiene que ver el titulo con origen de existencia como la herejia arriana y la de otros unitarios afirma, Es el principio como causa originante, principio vital y razén de ser de toda la creacién. El apéstol Juan, en el prélogo de su Evangelio afirma que toda la creacién obedece a J como Creador y que nada ha venido a la existencia sin su poder (In. 1:3). Jesueristo es como imagen de Dios, la suficiencia reveladora de la Deidad, es Aquel que hace visible al Invisible, Algunos que quieren negar la deidad de Jess, se afanan en relacionar el concepto imagen en Cristo, a la semejanza de imagen, en el hombre en relacién con Dios. La gran diferencia consiste en que el hombre lleva, en cierta medida la imagen de Dios por creacién, pero no es Dios, mientras que Jestis es imagen absoluta de Dios porque es Dios. El Dios invisible se revela al hombre en una forma elemental mediante la creacién que testifica de su existencia y de su poder (Ro. 1:20), pero nunca se aplica el término imagen, a la creacién. La imagen en Cristo incluye el resplandor de su gloria y la marca de su sustancia (He. 1:3), Cristo es la imagen de Dios porque en El mora corporalmente toda la plenitud de la deidad (Col. 2:9). Es en la corporeidad de Jess en donde se puede contemplar al Invisible Dios (In. 1:18; 6; 2 Co. 4:4-6; 1 Ti, 6:16; He. 11:27). Tal es la identidad de Cristo con el Eterno Dios, que en esa relacién, tinica por cuanto es también Dios, en unidad con el Padre y el Espiritu, puede decir “el que me ha visto a mi ha visto al Padre” (Jn. 14:9). En relacién con su deidad, Jesiis se presenta a si mismo como “el principio de toda creacién”. Al ser un predicado relativo al Hijo, no puede entenderse como primera criatura, sino como causa de la creacién. Es una referencia a antecesién temporal a todo cuando ha sido creado, es decir, antes de la creacién o cuando ésta vino a la existencia, el Creador, Jesucristo existia. La expresin “principio de toda creacién coloca al Creador en relacién con la creacién, antecediéndola en todo. El glorioso y eterno Dios, sale de si mismo en un acto de amor y crea, en cuya accién nace el tiempo ya que cuanto Dios crea es limitado mientras que el Creador es infinito. El es Eterno, es decir, no en una vida de infinita sucesién de tiempo, sino en una vida atemporal, donde el tiempo no existe porque el tiempo es consecuencia del acto creador del Eterno y no una forma para medir Su existencia. De otro modo, Dios no puede medirse por el tiempo por cuanto el tiempo, al ser una medida limitada, no puede comprender al Infinito. Este infinito Dios se hizo por la encamacién un hombre del tiempo y del espacio, entrando el Creador en su condicién humana al tiempo histérico y medible de la criatura, para llevar a la criatura limitada y temporal a la experiencia de la vida eterna que solo El tiene como Dios. El Hijo eterno es engendrado, pero nunca generado por el Padre por toda la eternidad, por tanto, CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 303 como Dios es anterior a la creacién que vino a la existencia por su determinacién y omnipotencia. El que habla aqui se presenta como la razn de la ereacién, la causa que la origina y el poder que la sustenta. Jesiis quiere, desde la presentacién, hacer un contraste marcado entre lo que los laodicenses pensaban de ellos mismos y la realidad de una iglesia sin contenido al no contar con el Sefior. Las aparentes riquezas con que se vanagloriaban en Laodicea no son comparables con los tesoros de Dios manifestados en Cristo Jestis (Col. 2:3), Es necesario entender claramente que Jesis no utiliza para si mismo el término que se refiere a primero”, sino el que corresponde a principio”’. Fue en Cristo y por Cristo que se hizo posible la creacién (He. 1:1-2). Juan afirma que nada pudo haberse hecho sino fuese por El (Jn. 1:3). Este que es firmeza absoluta como el Amén de Dios, por tanto, sus palabras y decisiones son firmes; quien es también el testigo que es fiel y verdadero, de modo que no hay sino verdad y equidad en sus palabras porque conoce todo cuanto es; el que es el principio de la creacién de Dios, por euya causa existen todas las cosas y a quien nadie puede resistir a causa de su poder, envia el mensaje que sigue a su iglesia. Amonestacién (315-19). 15. Yo conozco tus obras, que ni eres frio ni caliente. ;Ojala fueses frio 0 caliente, oida cov ta Epya St obte Yopdc El ol'te Ceatds. S@EROV WoXPOs Se deti las obras que ni fio eres ni caliente. Ojala fio fis i Ceotdc, fueses 0 caliente, ‘Notas sobre el texto griego. La primera cléusula comienza con oi6a,, primera persona singular del perfecto segundo de indicative en voz activa del verbo ¢idw, en su forma oida, que hace las veces de presente, remplazando al inusitado eid, saber, entender, conocer, aqui como se; 16, caso acusativo neutro plural del articulo determinado, los, en espafiol en femenino, las; Epya,, caso acusativo neutro plural del sustantivo, obras, trabajo, eecucién; St, conjuncién que; otite, conjuncién copulativa que denota negacién, equivalente a ni; ‘yorpds, caso nominativo masculino singular del adjetivo que expresa la condicién de ‘rio; i, segunda persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo ini, ser, aqui como eres; seguido nuevamente de la conjuncién oite, ni; Ceotdc, caso nominative masculino singular del adjetive que denota la condicién de lo que es * En griego mpétoc, ”” En griego dpxa} 304 APOCALIPSIS III caliente, La segunda cléusula comienza con Sedov, primera persona singular del aoristo segundo de indicativo en voz activa del verbo épico Sochov, deber, expresa deseo, en este sentido equivalente a quisiera que, de ahi ojald, que se usa habitualmente como particula interjectiva; yozpdc, de nuevo el mismo adjetivo frio; seguido de tis, segunda persona singular del imperfecto de indicativo en voz activa del verbo eipi, ser, aqui como fueses; #}, conjuncién comparativa, 0; Ceo7dc, adjetivo considerado antes en este mismo versiculo, caliente. Ol8a Gov té Epyct. Dios mismo hace las afirmaciones que siguen desde su condicién omnisciente, mediante cuya perfeccién conoce las obras y las causas que las motivan. Dios no juzga por apariencias ni afirma sin base absoluta que sustente esa afirmacién. Antes se presenté como el Testigo fiel y verdadero, por tanto, el testimonio que dard es totalmente cierto y firme. Cuanto va a decir es la realidad espiritual en que la iglesia se encontraba. El testimonio de Jestis va directamente luego de la presentacién, sin que haya una sola palabra de reconocimiento sobre algo que estuviese en orden espiritual en la iglesia en Laodicea, Simplemente hay un testimonio que parte del conocimiento real de una situacién espiritual: 811 ote yoxpds ei obte Ceatds “que no eres ni frio ni caliente”. Jesis estd poniendo de manifiesto la tibieza espiritual de los creyentes en Laodicea. Juan utiliza una palabra que tiene la raiz del verbo enfriar. Como adjetivo expresa el hecho de algo que es de esa manera, es decir, algo que no es absolutamente frio. Para establecer la conclusién final del testimonio, el Sefior usa una comparacién, Primero testifica que la iglesia no es absolutamente fria, y luego dice que tampoco es caliente. Para transmitir el conocimiento del Sefior, Juan utiliza aqui otro adjetivo que tiene la misma raiz del verbo hervir. Quiere decir que no eran tampoco creyentes fervorosos. La caracteristica propia de un creyente que vive en el spiritu, es el fervor espiritual. Esa era la situacion de Apolos (Heh. 18:25); esa s la forma de vida que Pablo requiere para los cristianos (Ro. 12:11). Los laodicenses no eran, ni una cosa, ni otra, No estaban en el frio espiritual de quien no tiene a Dios, ni tampoco en el fervor de quienes viven en comunién con Dios, bajo la direccién y control del Espiritu Santo. Una situacién semejante Heva al Sefior a expresar un deseo vehemente: Boehov wospds Hg H Ceotdc,";Ojalé fueses frio o caliente! La palabra Boehov, traducida como ojald, procede de un viejo verbo del griego épico, que expresa Ia idea de necesidad y deseo. Jesiis expresa un deseo como consecuencia de una situacién que hace necesario un cambio. Cualquier condicién es mejor que la que aquellos tenian. Eran frios pero no helados, de modo que no reconocian su necesidad de restauracién espiritual; tampoco eran fervientes, de modo que su vida se ajustase al criterio del Seftor. Fuese preferible un estado concreto, bien frio o bien ferviente. En el primer caso para CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 305 que sintiendo necesidad de restauracién dejasen su apatia y volviesen al Seftor; en el segundo para que experimentasen victoria en el poder del Sefior. Al término frio, suele darsele el sentido de muerte espiritual, en cuyo caso, el Sefior estaria deseando que los laodicenses fuesen inerédulos ain para resucitarlos, espititualmente y comunicarles el calor del Espiritu. Pudiera ser asi, Sin embargo, es dificil pensar que Jess desease que los suyos fuesen inerédulos. La figura del agua fria expresa también aquello que es itil para refrescar y saciar la sed. Los cristianos en Laodicea no eran titiles en el sentido de ser elementos en la satisfaccién de la sed espiritual del mundo, mediante la proclamacién de Jess, como quien tiene agua viva que satisface la sed (In. 4:13, 14; 6:35); pero, tampoco eran iitiles para dar consuelo al alma afligida de los hermanos, convirtiéndose en fuente de riego y manantiales cuyas aguas no faltan nunea (Is. 58:11) 16. Pero por cuanto eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitaré de mi boca. ovtas dui zrapds i Koil obte Leatds otite Wo4pds, —_HEAAO_ oe Asi que tibio eres y ni caliente’ ni fifo.” estoyapuntode te éusoat éx 100 otdpato¢ pov. vomitar de la boca de mi. ‘Notas sobre el texto griego. La conelusién se establece mediante una doble cléusula; 1a primera testimonial que comienza con el adverbio ottws, con sentido de asi, de esta manera, de tal modo; seguido de la conjuncién Stt, y que significa que; apd, caso nominativo masculino singular del adjetivo que expresa la condicién de templado, tibio; ei, segunda persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo eipi, ser, aqui como eres; que precede a la conjuncién copulativa Kai, y; con ote, conjuncién copulativa que denota negacién, equivalente a ni; Ceatdc, caso nominativo masculino singular del adjetivo, caliente; seguido nuevamente de la conjuncién otte, ni; woxpds, caso nominativo masculino singular del adjetivo frio. La segunda cldusula conclusiva determinante, con 1é/ho, primera persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo de la misma forma, estar a punto, querer, ir, aqui como estoy a punto de; o£, caso acusativo singular del pronombre personal fe; {ugoat, aoristo primero de infinitivo en voz activa del verbo éyéi, vomitar, tinica vez. que aparece en todo el N. T.; seguido de éx, preposicién de genitivo, de; to, caso genitivo neutro singular del articulo determinado, Jo, en castellano femenino, /a; otépat0s, caso genitivo neutro singular del sustantivo, boca, femenino en castellano; concluyendo con pov, caso genitivo singular del pronombre personal, de mi. Obrog St yhapds Ki Kol ote Ceotds ob'te woxpds. La tibieza manifiesta una condicién mala en la iglesia. El Sefior califica la situacién de ella como fibia. La evidencia es que no era ni fria ni caliente. El adjetive ydrapac, 306 APOCALIPSIS III tibio, expresa una condicién consecuente de algo que estando caliente en un tiempo se habia ido enfriando. Los habitantes de Laodicea recibian aguas procedentes de las termas de Hierdpolis y de Colosas. Debido al recorrido que tenian que hacer, las aguas, muy calientes en origen, Ilegaban tibias a la ciudad de Laodicea. En esa condicién el agua no era iitil para un bafio, porque no tenia Ja temperatura que la hacia agradable, ni tampoco para beber. La tibieza, usada en lenguaje figurado por el Sefior, sugiere algo inadecuado para ser usado para al servicio y, por tanto, algo ineficaz. Ante esta situacién espiritual Jestis hace una solemne advertencia: phi ce ipéco Ex tod otdpatos pov, “te vomitaré de mi boca”. El verbo que Juan usa expresa la idea de algo que esté a punto de producirse, algo que es inminente: estoy a punto de vomitarte de mi boca. La gracia del Seftor advierte que algo grave esta préximo a ocurrir, pero hay tiempo ain para rectificar la situacién y evitar el efecto que produciria de persistir en ella, El Seftor est sintiendo un rechazo extremo hacia aquella iglesia de tibios, De la misma manera que el agua tibia es desagradable y se escupe de la boca, asi también la tibieza espiritual es repugnante para el Sefior. {Qué significa que el Sefior advierta que péAho oe Euéoo EK tod Gtépatos ov estd a punto de vomitarla de su boca? No se trata de una advertencia que no tiene ya remedio, de un rechazo definitivo de la congregacién de creyentes, de 1a remocién del candelero, sino de una llamada al arrepentimiento de modo que evite la situacién y restaure el fervor del Espiritu entre ellos. Hay un tiempo de gracia porque el Sefior esté aun a punto de vomitarla de su boca, pero no lo esta haciendo todavia. La iglesia en Laodicea no estaba més alld de toda esperanza, sino en tiempo de restauracién. Sobre la tibieza espiritual escribe el Dr. Campbell Morgan: “Tibieza es la condicién en que la conviccién no afecta la conciencia, el corazén o la voluntad. La Cruz no es negada, pero no es algo vital, La Cruz puede ser llevada como un adorno, como por desgracia se lleva hoy con demasiada frecuencia, pero estos santos de cruces nunca se han dejado clavar a la verdadera Cruz. La cruz de plata o de oro es un adorno sobre el pecho y da una sensacién agradable. Una cruz de madera con clavos es algo distinto. Cuando la Cruz es un adorno no hay muerte en ella, pero tampoco hay vida. Cuando la Cruz deja de ser un adorno y pasa a ser instrumento de muerte, entonces hay una pasién que acaba siendo una vida contagiosa. {El pecado? Oh, sin duda, se admite el hecho del pecado, pero no se le aborrece. Se habla del pecador como alguien digno de léstima, pero no se levanta un dedo para salvarle, El pecado es algo a lo que hay que objetar, quizas un defecto moral, 0 una vision deformada, pero nunca un veneno, podredumbre y catéstrofe. Son CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 307 tibios en su creo y en su conducta, {Hay que asombrarse si Cristo suspira y dice: ‘Preferiria que fueseis frios 0 calientes'?’”*. La advertencia solemne que Jesis dirige a Laodicea debe servir de advertencia para la iglesia en el tiempo presente. La tibieza espiritual es aborrecida por Dios. La falta de compromiso en su obra es evidencia de falta de seguimiento al Sefior. Cualquier condicién es mejor que la tibieza nauseabunda. Una situacién de tibieza tanto en relacién con los hermanos como con Cristo mismo, produce desagrado al Sefior que puede derivar en juicio. Desde una interpretacién histérico temporal de las cartas, eseribe Barchuk: “Deberian meditar sobre estas palabras los cristianos de nuestros dias, porque estas palabras del Senior corresponden a nuestro periodo. Pensdis de vosotros mismos que no sois ateos, pero es que resulta dificil también lamaros hijos de Dios. Parecéis como no estar en el mundo, pero mirdis siempre al mundo al igual que la mujer de Lot. Vuestras almas estén como divididas en dos; en el templo sois santos, pero fuera de él, mundanos. Debido a que no se puede servir a Dios y a Mamén, las almas asi divididas se han enfriado para Dios, mientras que se inclinan cada vez mas a Mamén. Tales creyentes no pueden ser agradables a Dios”.”” 17. Porque tu dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tit eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. but Adyerg Sut mAovoIOg cit Kai MendodmKa Kat ObskY xpsiav Exo, Que dices que rico sey _y meheenriquecido y denada necesiad tengo Kal obk oldag St od el 6 tahalnwpos Kal Eheewds Kai mtwyZdg KL y mo sabes’ que tu eresel desventurado’ y miserable y menesteroso y TwoOhdS Kai YOHVSs, ciego y desnudo. Notas sobre el texto griego. La primera clausula expresa lo que la iglesia sentia de ella misma, comenzando con la conjuncién 81, que; éyetc, segunda persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo Myo, hablar, decir, expresar, aqui como dices; seguido nuevamente de la conjuncién &u1, que; nhovaros, caso nominative masculino singular del adjetivo que expresa la condicién de rico; eit, primera persona singular del presente de indicativo en vor activa del verbo eipi, ser, aqui como soy; seguido de xa, conjuncién y; nemhowmxa, primera persona singular del perfecto de indicativo en voz activa del ?* G. Campbell Morgan. o.c., pag. 115. ® Ivan Barchuk. o.c., pag. 92. 308 APOCALIPSIS III verbo iovtéw, ser rico, enriquecerse, aqui como me he enriquecido; «oi, conjuncién, ¥; ob8éy, caso acusativo neutro singular del pronombre indefinido, que en esta forma se traduce de nada; ypelav caso acusativo femenino singular del sustantivo que denota necesidad; yo, primera persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo Exo, tener, aqui como tengo. La segunda clausula revela el conocimiento de Jesiis sobre Ia iglesia vinculindola con la primera mediante la conjuncién xa, y; que precede al adverbio de negacién enfatica ov no, con la escritura propia ante vocal no aspirada, que negativiza a segunda persona singular del perfecto segundo de indicativo en vor activa del verbo ¢idw, forma de ota, saber, conocer mediante percepcién, aqui como sabes; tt, conjuncién usada antes en el versiculo que equivale a que; ov, caso nominativo singular del pronombre personal fi; ei, segunda persona singular del presente de indicativo en vor activa del verbo ei, ser, aqui como eres; seguido de una construccién con cinco adjetivos calificativos separados por la conjuncién copulativa xall, y que expresan singularidad mediante el uso de 6, caso nominativo masculino singular del articulo determinado, el; ta.oc'nwpoc, caso nominativo masculino singular del adjetivo que expresa la condicién de miserable, desventurado, angustiado, aqui como desventurado; y Eheewés, caso nominative masculino singular del adjetivo que expresa la condicién de digno de conmiseracién, miserable; y ntw7Oc, caso nominativo masculino singular del adjetivo que denota menesteroso, el adjetivo esti vinculado con ruina, caer, agacharse, cn sentido de esconderse por vergiienza de algo, de ahi hacerse pobre, en este caso expresa la idea de algo cargado de pobreza, incapaz de enriquecerse y salir de esa condicién, y twhdc, caso nominative masculino singular del adjetivo que expresa la condicién de ciego; y youvds, caso nominative masculino singular del adjetivo que denota el estado de desvestido, escasa 0 pobremente vestido, incluso con vestidos rotos (Stg. 2:15). EI Sefior pone al descubierto la arrogancia espiritual que habia en la iglesia en Laodicea, Stu Aéyets, que decia de si misma St rhovotog cpt KO nemhovimmxa Kal ovdév ypeiay Exw, “soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad”. El adjetivo novotos, rico, expresa aquel que esta en posesién de riquezas. La frase era conocida por los laodicenses ya que fue utilizada para responder a los embajadores de Roma y rechazar la ayuda que le ofrecia el emperador para la reconstruccién de la ciudad, destruida por un sefsmo. Varios aspectos de esa arrogancia en la que estaban imbuidos se aprecian en la lectura del versiculo. Primeramente en la afirmacién de su aparente riqueza. Pudiera ser que las riquezas materiales de los laodicenses fueran también comunes entre los creyentes de aquella iglesia. La ciudad habia prosperado y gozaba de un nivel de vida envidiable para muchos de aquellos tiempos. Esas riquezas materiales pudieran afectar también al pensamiento de los creyentes y considerarse, como ricos, sin necesidad alguna que tuviera que ser satisfecha. Aquellos no tendrian necesidad de pedir como habia ensefiado Jestis a orar: “el pan nuestro de cada dia dénoslo hoy” (Mt. 6:11). La autosatisfaccién material coloca a Dios al margen de Ia vida del autosatisfecho porque no tiene necesidad de nada. Sin duda esta es una de las causas de la tibieza espiritual de las iglesias establecidas en lo que se llama hoy el primer CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 309 mundo. Los bienes materiales han saturado la vida de las sociedades ricas y se sienten satisfechas de la posicién alcanzada, de modo que no tienen manos vacias que se extiendan al cielo esperando ser Ilenas por Dios. Los creyentes de estas sociedades ricas ya no miran al cielo, ni tan siquiera a su entorno, se ven a ellos mismos y se sienten satisfechos de lo que tienen, por tanto, no necesitan nada, Pudiera tratarse también de un concepto falso de riquezas espirituales. Es muy probable que en la congregacién hubiese un gran néimero de personas capaces, tanto desde el punto de vista social, con conocimientos seculares, téenicos, filoséficos, etc, como desde el punto de vista eclesial. La congregacién, a la semejanza de la iglesia en Corinto, podria jactarse de estar enriquecidos “en toda palabra y en toda ciencia...de tal manera que nada os falta en ningiin don” (1 Co. 1:5, 7). Seria, tal vez, una iglesia bien organizada, con un liderazgo eficiente, con programas eclesiales elaborados, con presencia social en la ciudad, etc. Todo ello era suficiente para sentirse satisfechos y sin necesidad alguna, por tanto, siendo autosuficientes, no tenian necesidad de recibir mas dones perfectos y mas provisién de buena gracia (Stg. 1:17). Es posible que estuviesen también Ilenos de orgullo por su historia. En el recuerdo de la congregacién estarian los triunfos alcanzados en la extensién del evangelio, la sélida defensa de la fe, la ortodoxia de la doctrina; comparada con otras iglesias ella era superior en todo, por tanto, se consideraban ricos. Habia en esto una tremenda confusién, porque consideraban la ruina espiritual como riqueza. Ese es también el error de iglesias aparentemente bien establecidas, que tienen una buena organizacién interna, que tienen una sana doctrina y que se consideran herederas de la ortodoxia en todos los aspectos. La verdad es su patrimonio. Adoran la doctrina y se sienten satisfechos con ella, pero desconocen al Dios de la doctrina. Guardan celosamente las tradiciones que han recibido, pero no tienen en cuenta en cada momento la renovacién necesaria en el poder del Espiritu. Son los mismos siempre y siempre iguales, pero se sienten ricos y satisfechos. Miran a otros con aire de superioridad y sienten desprecio por quienes no han Ilegado a su nivel de conocimiento y a la comprensién de la fe. Los demas son equivocados, sélo ellos tienen la exclusividad de la verdad, Esta situacién de aparente riqueza les hace orgullosos, por tanto no tienen otra esperanza que ser resistidos por Dios (Stg. 4:6). Duermen seguros y confiados en sus perfecciones, ignorando que el Sefior est tan asqueado de ellos que se dispone a vomitarlos de su boca. Una segunda manifestacién de arrogancia pasa de la simple consideracién de ser ricos, a la determinacién del modo de Megar a aquella riqueza: nemhovtnxa, “me he enriquecido”. No era Dios quien les habia enriquecido, sino ellos mismos quienes habian aleanzado las riquezas. Nada hay en contra de tener riquezas. Grandes hombres de Dios, tanto en el Antiguo como en el Nuevo ‘Testamento, fueron ricos, sin embargo no miraban a sus riquezas para sentirse autosatisfechos, y entendian ademas que los bienes materiales que habian 310 APOCALIPSIS III alcanzado eran procedentes y como resultado de las bendiciones de Dios. Aquel rico hombre en la antigiiedad, de quien el Espiritu Santo da testimonio de ser “perfecto, y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1), cuya hacienda era mas grande que la de todos los otros hombres (Job 1:3), no se sentia orgulloso de sus bienes como si hubieran sido alcanzados por él sin ayuda alguna, sino que reconocia: “Jehovd dio” (Job 1:21). Los cristianos de la iglesia en Laodicea, eran parecidos al fariseo de la parabola que, considerandose perfecto delante de Dios, tenia las riquezas de sus posesiones como consecuencia de lo que él era, es decir, Dios le bendecia porque era digno de ser bendecido (Le. 18:11-12). Los fariseos se jactaban de dar a Dios mis de lo que El habia demandado en su Ley, por tanto, tenian que ser justamente bendecidos més que el resto de sus hermanos. La arrogancia de alcanzar una posicién de riqueza espiritual por esfuerzo propio es un grave pecado que Dios no puede tolerar. Quienes entienden que han sido ellos, con su dedicacién, con sus esfuerzos, con su fidelidad, los que alcanzan las riquezas, sin importar de que clase, estan tomando para si mismos la gloria que corresponde a Dios, porque todo don perfecto y toda buena dadiva proceden de lo alto del Padre de las lumbreras (Stg. 1:17). Todos los que Hegan a esta conclusién se olvidan de lo que Cristo les ha otorgado mediante su humillacién y entrega (2 Co. 8:9). De este modo y sobre este punto escribe Barchuk: “De las palabras “yo soy rico”, vemos que esa iglesia estaba completamente enceguecida con la autosuficiencia. Hay personas en las iglesias que suelen estar completamente satisfechas de si mismas, por eso nunca estén satisfechas de los demés. Este es el peor elemento entre la humanidad, Ellos mismos con frecuencia se pregunta: ;Por qué es que todos se alejan de ellos y no quieren tener con ellos nada en comiin? Y esto sucede porque estos suficientes de si mismos, pero desconformes con los demas, son amadores de si mismos, y fuera de si ni aun distinguen el mundo de Dios. Ellos, 0 bien se alaban a si mismos, 0 bien deshonran a los demds. Por eso resultan despectivos a todos". La culminacién de la soberbia y arrogancia se manifiesta en la ultima expresin procedente de la autosuficiencia de aquella iglesia: Kol ovéiv xpeiay Exe, “de ninguna cosa tengo necesidad”. Ellos tenian todo, por tanto careeian de esperanza, La gloria para ellos ya la poseian en la tierra, Laodicea era una pobre iglesia con autosugestion de rica, Quien afirma no tener necesidad de nada es un muerto espiritual. El apéstol Pablo afirmaba que atin no habia Hegado a la perfeccién, por tanto, seguia necesitando algo més. Con cuanto énfasis escribia: “No que lo haya alcanzado ya, ni que sea perfecto, sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fue también asido por Cristo * Ivan Barchuk. 0.¢., pag. 92s. CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 311 Jestis” (Fil. 3:12). La perfeccién para Pablo no llegaria sino en la resurreccién, por tanto no lo habia alcanzado ain, seguia teniendo necesidad. Los creyentes en Laodicea entendian que ya no necesitaban nada porque lo tenian todo. Nuevamente las palabras del apéstol establecen una marcada diferencia: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado" (Fil, 3:13). Pablo no se sentia satisfecho con los logros espirituales, podria estar satisfecho con lo mucho o poco de provisiones materiales (Fil, 4:11), pero nunca se consideraban rico en relacién con los bienes espirituales. Para ello, se proponia no acordarse de lo que ya tenia, ni gloriarse en el pasado de lo que habia alcanzado por la gracia, sino que proseguia en la carrera cristiana avanzando hacia la meta celestial, que culminaré cuando aleancemos la conformacién a la imagen de Jesiis (Ro. 8:29). Los laodicenses se jactaban de sus riquezas, pero, sobre todo, del modo en que las habian conseguido, por su esfuerzo personal al margen de la gracia de Dios. La complacencia espiritual es una manifestacién de orgullo personal, que entenebrece la visién y desorienta la perspectiva, generando la incapacidad de distinguir las necesidades reales confundiéndolas con la miseria espiritual que no se acepta como tal. La confusién de valores es la causa de la decadencia espiritual de la iglesia. Satisfechos de los logros alcanzados, se adormecen en los laureles de sus éxitos y decaen en el compromiso con el Seftor. No tienen necesidad de nada, por tanto, nada hacen para progresar. Son iglesias que se mueren, pero cantan himnos de vietoria y elevan oraciones de gratitud por lo que son, mientras estén a punto de desaparecer. Ninguna iglesia en esta condicién puede esperar nada de Dios, sino reprensién. El Seftor pone de relieve la verdadera situacién de quienes que se consideraban ricos. El Testigo Fiel y Verdadero, expresa la verdad de la condicién de aquellos engreidos. EI Sefior revela la ignorancia que manifestaban, con falsas apreciaciones sin fundamento real. Es interesante advertir que el Sefior les acusa de ignorar la situacién en que se encontraban: Kal ovaév ypeiav Exo, “y no sabes que ti eres”. Eran ignorantes por cuanto se consideraban sin necesidad alguna; lo eran también al desconocer el verdadero estado en que se encontraban. Esta ignorancia sugiere que los laodicenses no tenfan percepcién ni discernimiento espiritual. El peor grado de ignorancia es el voluntario, que se niega a ver la verdad, cubri¢ndola con apariencias que distorsionan Ia realidad, Es el Sefior quien pone de manifiesto la realidad de lo que verdaderamente eran, en profundo contraste con lo que ellos crejan ser. Primeramente el Sefior los califica de 6 tadainwpoc, “desventurados”, enfitica y literalmente e/ desventurado. Aquellos se creian felices y, por tanto, bienaventurados, pero, para Dios eran todo lo contrario, El adjetivo va precedido en el texto griego de un articulo determinado, lo que indica que eran desventurados por antonomasia. Es decir, los mas desventurados que pudieran 312 APOCALIPSIS III encontrarse. Es posible que considerasen que su riqueza, tanto material como espiritual, era expresién de la bendicién de Dios sobre ellos por lo que eran, es decir, siendo merecedores de esas bendiciones por su condicién espiritual, ellos mismo se habian enriquecido al abrir el canal por el que a Dios no le quedaba otra opcién que bendecirlos. Merecian ser bendecidos y Dios lo hacia, El Sefior afirma todo lo contrario de lo que ellos entendian. No eran bendecidos, eran desventurados. El adjetivo que Juan usa aparece también en la carta a los Romanos, traducido como una expresién interjectiva: “;Miserable de mi!” (Ro. 7:24), La bienaventuranza perfecta solo se alcanza en la dependencia de Dios, y la iglesia en Laodicea estaba muy lejos de esa posicién espiritual. A quienes se consideraban obdiv xpeiay, sin ninguna necesidad, el Seiior les advierte de su equivocacién al calificarlos de theewvs, miserables. El adjetivo expresa la idea de aquel que por su estado es digno de lastima. Estos eran dignos de lastima por cuanto, como sigue luego, eran Kal mtoxds Kai TwoAdS Kai yoHVss, y pobres, y ciegos y sin vestidos. La riqueza de Dios est en Cristo (Col. 2:3), quien no depende de Cristo y quien no vive en relacién con El carece de riqueza y es un miserable, digno de lastima. Los que se creian ricos, eran, segiin el testimonio de Dios, pobres. El adjetivo ntwzds, esté relacionado con quien es absolutamente menesteroso, el que esta en la condicién de un mendigo, sin nada propio y dependiendo de la caridad ajena. Una situacién semejante a la de Lazaro, el mendigo, que se sentaba enfermo y con aspecto repugnante, esperando alimentarse de las migajas que caian de la mesa del rico Epulén (Le. 16:20-22). El menesteroso es mucho menos que el pobre que carece de bienes, es aquel que tiene que mendigar para sostenerse en vida. No tenia nada a la vista de Dios, aunque ignorando esta situacién se consideraban ricos segin su pensamiento. Era una iglesia que estaba en absoluta ruina espiritual, como un mendigo que no tiene nada. Es notable el contraste con la iglesia en Esmimna, que siendo pobres segin el mundo y reconociéndolo asi, era una iglesia rica porque estaban en comunién y dependencia del Sefior (2:9). Ademés de pobres el Sefior afirma que son también tv@Ads, ciegos. No tenian visin para distinguir la situacién en que se encontraban. Laodicea era una ciudad famosa por su centro médico donde florecia la oftalmologia y donde se fabricaba un colirio muy apreciado para medicina de los ojos. Alli, donde la ciencia relacionada con la visién habia tomado un alto nivel, se encuentra una iglesia que es ciega, Era una iglesia que estaba en una situacién que le incapacitaba para ver su situacién espiritual. Ser ciego es una delicada situacién, pero la mayor tragedia es la que vive aquel que se niega a ver su condicién espiritual. El Sefior aproveché la sanidad de un ciego, durante su ministerio, para ensefiar la consecuencia de rechazar a quien es la luz del mundo (Jn, 8:12). CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 313 Un estado de rebeldia contra Dios y de autosuficiencia conduce a una reprobacién del Sefior, como habia ocurrido con los fariseos en tiempos de Jesis (In, 9:39). Cuando alguien dice que tiene visin espiritual y rechaza el seiiorio de Cristo, considerindose suficiente sin El, debe aplicarsele las palabras de nuestro Seftor: “Si fuerais ciegos, no tendriais pecado; mas ahora, porque decis: Vemos, vuestro pecado permanece" (Jn. 9:41). La iltima triste realidad que el Sefior declara es que considerandose sin ninguna necesidad, estaban youvéc, desnudos. Laodicea era famosa por su industria de hilatura de lana. Las telas de lana producidas alli eran apreciadas en todo el mundo antiguo. En aquella ciudad era relativamente fécil conseguir ropas para vestirse y de buena calidad. En contraste con ello, la iglesia se presentaba desnuda, tal vez. mal vestida, o vestida de harapos espiritualmente hablando. Pero, lo més delicado es que no tenian nada para remediar la vergiienza de esa situacién porque eran, espiritualmente pobres mendigos. Mas adelante el Seftor declara una bienaventuranza para quienes guarden sus ropas y no se vea la vergiienza de su desnudez (16:15). Aquellos que se consideraban como creyentes envidiables, no tenian nada de vestidura verdaderamente espiritual para cubrir su situacién, Cuando se habla de vestidura, para el creyente, debe relacionarse con la realidad de Cristo en la vida del cristiano. El creyente por la accién del Espiritu, en la regeneracién queda sumergido en Cristo y revestido de El (1 Co. 12:13; Ga. 3:27). La gloria de Jesiis, cubre de vestidos espirituales al creyente y el mundo ve a Cristo en la vida de los cristianos, Ademés, la Biblia ensefia que el vestido del cristiano son sus acciones justas, es decir, la expresién de justicia procedente de la operacién del Espiritu que reproduce las virtudes de Jesiis en la vida de los creyentes (Ap. 19:8). Se consideraban ricos, estaban Henos de arrogancia, pero desnudos a los ojos de Dios. 18, Por tanto, yo te aconsejo que de mi compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergiienza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. cvpuBovrevw cor dyopdoat nap’ Eu0d zpvotov nemvpwpévoy EK ‘Aconscio te compres. demi oro refinado en mpd iva mhovtrions, Kal ipdtia AevKd ‘iva. mepiBdAn Kol ph fuego” para que seastico -y vestiduras blancas para cubrirte. = -y _ 10 gavepodi aioxsvn tis yoHVSeNT0g GOV, Kai KOAAOUPLOY EyzpiGaL semanifieste la verglenza, dela desnudez” devi, y colo. para ungir robs d0arpous Gov iva BAEms. los ojos de ti para que veas. ‘Notas sobre el texto griego. 314 APOCALIPSIS III El consejo de Jesis se expresa mediante cvpBovkeve, primera persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo cvpBovdgvw, aconsejar, dar consejo, resolver, aqui como aconsejo; seguido de cot, caso dativo singular del pronombre personal, fe; dyopdct, aoristo primero de infinitivo en voz activa del verbo dyopdito, redimir, rescatar, comprar, aqui como compres; seguido de nap’, preposicién de genitivo en la forma que adopta la preposicién naspé, por elisién de la o: final cuando precede a una palabra que comienza con vocal, equivale a de; £100, caso genitivo singular del pronombre personal de mi; zpvciov, caso acusativo neutro singular del sustantive que denota oro; nemvpwpévov, caso acusativo neutro singular con el participio perfecto en voz pasiva del verbo mupéw, encender, quemar, refulgir, refinar, aqui como refinado o que ha sido refinado; éx, preposicién que rige genitivo, en; mvpés, caso genitivo neutro singular del sustantivo, fuego, masculino en castellano; ‘iva, conjuncién para; mhovtrjons, segunda persona singular del aoristo primero de subjuntivo en voz activa del verbo hovtéw, ser rico, que en aoristo equivale a enriquecer, aqui como enriquecerte, 0 que seas rico; kai, conjuncién y; ipcitic, caso acusativo neutro plural del sustantivo vestidos, vestiduras; AevKd, caso acusative neutro plural del adjetivo que expresa la condicién de blancas; seguido de la conjuncién tve., para; nepiBdan, segunda persona singular del aoristo primero de subjuntivo en voz media del verbo nepiBdiAdw, cubrir, envolver, rodear, vestir, aqui como cubrirte, 0 también vestirte; xai, conjuncién y; pt, adverbio de negacién condicional, no, modemamente considerada como particula negativa; gavepwQ, tercera persona singular del aoristo primero de subjuntivo en voz pasiva, del verbo avepde, aparecer, comparecer, descubrir, manifestarse, aqui como se manifieste; ¥, caso nominativo femenino singular del articulo determinado, /a; aioysvn, caso nominative femenino singular del sustantivo, vergiienza; tij¢, caso genitivo femenino singular del articulo determinado, de la; youvdtntos, caso genitive femenino singular del sustantivo que denota desnudez, en sentido de carecer de vestido suficiente; ov, caso genitivo singular del pronombre personal, de ti; Kail, conjuncién, y; KoAAoUptov, caso acusativo neutro singular del sustantivo, colirio; éygpicax, aoristo primero de infinitivo en voz activa del verbo éyzpiw, ungir, aqui como para ungir; tos, caso acusativo masculino plural del articulo determinado, los; 6002's, caso acusativo masculino plural del sustantivo, ojos; cov, caso genitivo plural del pronombre personal, de ti; seguido de la conjuncién iva, para; Bhérns, segunda persona singular del presente de subjuntivo en voz activa del verbo Biénw, mirar, ver, aqui como que veas. Ante la situacién en que se encontraba la iglesia, falta de vision y de comprensién espiritual de su estado real, expuesta, por tanto, a una accién correctora del Sefior, su gracia les concede un tiempo para reaccionar, mediante la recomendacién que les hace: cvpPovdevw cot, fe aconsejo. Les descubrié antes la realidad de su condicién, no como ellos la veian, ricos y poderosos, sino como eran en realidad, miserables, pobres, ciegos y desnudos. Ahora orienta sus pensamientos y vision hacia El, que tiene los recursos y medios para suplir lo que necesitan. Son pobres, pero pueden ser ricos; son ciegos, pero pueden alcanzar la vista; son desnudos pero pueden alcanzar vestidos para cubrirse. B Seftor esta ensefiindoles que la verdadera riqueza, la visién genuina y la gloria CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 315 personal, esté en El, y que fuera de El no hay nada consistente, sino mera apariencia. Sélo en El y por El pueden ser mas que vencedores (Ro. 8:37); solamente El tiene recursos para Ilevarlos en triunfo siempre (2 Co. 2:14). El Seiior como el Admirable Consejero (Is. 9:6), aconseja a los suyos, sin ningin reproche, simplemente descubriéndoles su necesidad y haciéndoles ver que “separados de El nada pueden hacer” (Jn. 15:5). No se establece el consejo a modo de mandamiento, sino como oferta de gracia. El consejo viene de quien es el verdadero autor, comunicador y sustentador de la vida (Heh. 3:15), y quien también es el ejemplo, adalid, el que va delante, el lider de la vida de fe (He. 12:2), por tanto, sélo en El estén los recursos necesarios y sélo se pueden aleanzar en EI primer consejo tiene que ver con la resolucién de la pobreza en que se encontraban: ovpfovievo cor dyopdoa nap’ shod ypvciov memopapévoy &x mopds, “te aconsejo que de mi compres oro refinado en fuego”. Aparentemente hay una situacién insuperable que hace imposible realizar el consejo. {Como puede un mendigo comprar algo? No se trata aqui del sentido literal de la palabra comprar, que significa adquirir algo mediante el pago de un precio, sino de una forma del lenguaje figurado que debe ser entendido como acceder a aquello que se necesita mediante el reconocimiento de la incapacidad para alcanzarlo y la confianza en que le seri otorgado por gracia, Ninguna de las riquezas de Dios estén al alcance del hombre, pero todas estin a su disposicién simplemente con extender una mano vacia para recibirlas como don. Esa es la razon por la que el profeta, en el nombre del Sefior, dice: “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ;Por qué gastdis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oidme atentamente, y comed del bien, y se deleitaré vuestra alma con grosura” (Is. 55:1-2). La compra de lo necesario espiritualmente es sin dinero, simplemente se exige acudir a Dios en obediencia a sus demandas y E1 proveera de todo lo necesario de modo que se deleitard el alma con grosura. No es una dadiva mezquina y pequefia que no alcanza a satisfacer, sino la abundancia de gracia que supera cualquier circunstancia y resuelve cualquier situacién, Todos los recursos de la gracia estin y proceden de Cristo, por eso les indica la direccién a la que debe acudir para ser verdaderamente ricos: cvpPovdevo coi dyopdca nap’ yoo, “te aconsejo que de mi compres”. No hay otra direccién ni hay otra fuente de recursos mas que Cristo mismo. Lo habian puesto a un lado, considerandose ricos con sus propios recursos, ahora deben regresar a El para encontrar la riqueza que no tienen. Es algo semejante a la situacién del prédigo en la provincia apartada, que sintiendo la miseria de su situacién decide volver al Padre para alcanzar en ese encuentro los recursos mas abundantes de lo que él mismo esperaba que podria recibir en gracia (Le. 15:17- 316 APOCALIPSIS III 19, 22-24). Si los recursos estaban en Cristo, luego, s6lo Cristo era la tnica esperanza para aquella iglesia y para toda la iglesia en cualquier tiempo y lugar. Aquellos debian acudir a Cristo para obtener oro que los haria ricos. No era un oro de baja calidad, sino ypuoiov nemvpapévoy Ex mvpds, “oro refinado en fuego”, es decir, oro puro, sin aleaciones ni escoria que lo contaminase. El Sefior les recuerda que cuando acudan a El y compren el oro que les ofrece, entonces seran ricos: iva. mhoutijons, para que seas rico. {Qué clase de riqueza sugiere aqui la figura del oro? Con mucha probabilidad debe entenderse como una figura de la pureza y santidad de vida cristiana, que va siendo refinada en el fuego de las pruebas, que va dando contenido verdadero y enriquecedor a la fe (1 P. 1:7). Dios eligié a los pobres de este mundo para que sean ricos en fe (Stg. 2:5). Sin duda los creyentes laodicenses habian abandonado la vida de fe en el sentido de dependencia del Sefior. Se consideraban ricos y capaces, por tanto, no necesitaban depender de El. El oro. que enriquece es la dependencia de Dios, porque hace participante de sus riquezas en gracia a todo el que se acerca a El por medio de la fe. Los tesoros de la riqueza verdadera proceden del cielo y se acumulan en El para todo aquel que cree. Los creyentes en Laodicea tenian tesoros terrenales que se extinguen, por tanto, Jess les conmina a adquirir los celestiales que permanecen para siempre. El Sefior habia ensefiando esta orientacién en el Sermén del Monte: “No os hagéis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orin corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orin corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, alli también estard yuestro corazén" (Mt, 6:19-21). El lugar de los tesoros sobre los que Cristo prohibe esta en la tierra, No importa cual sea el tipo de riquezas en que se confie; pueden ser materiales o aparentemente espirituales, pero todas ellas son terrenales cuando se alcanzan por el esfuerzo humano al margen de Dios. Ese era el sentido de riquezas que tenian los laodicenses; segiin ellos eran ricos, segin Dios mendigos, porque sus riquezas eran terrenales. El concepto tierra indica limitacién y temporalidad (2 Co. :18). A causa de la caida del hombre, la tierra esta bajo maldicién (Gn. 3:17), destinada a destruccién y con ella cuanto en ella hay (2 P. 3:7-10). Las cosas terrenales no tienen ningun valor al lado de las celestiales, que son eternas (2 Co. 4:18). El verdadero creyente esta llamado a no poner su confianza en las cosas terrenales, mutables y destruetibles. Job reconoce que poner el interés supremo en las riquezas equivale a negar a Dios (Job 31:24, 25, 28). Pero, junto con la prohibicién de no atesorar cosas terrenales, estin las razones que la motivan. La primera de ellas es que los tesoros terrenales son vulnerables porque se deterioran. Cristo afirma que la polilla y la herrumbre los hacen desaparecer. La polilla deposita los huevos de donde nacen sus larvas en los tejidos de las mejores telas, de tal suerte que cuando nacen las larvas se alimentan de la tela, destruyéndola o deteriorandola de tal modo que se hace CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 317 inservible, tal como recuerda Isaias (Is. 51:8). El orin o la herrumbre deteriora y corrompe los metales. Probablemente Jestis utilizd estas figuras en forma genética para aludir a todo aquello que se deteriora con el tiempo o esta sujeto a alguna forma de destruccién. Al cabo del tiempo el que puso su ilusién en las riquezas tiene slo unas manos vacias para Dios. Aun cuando no se deterioren, sino que incluso aumenten, todas ellas como temporales quedan limitadas a esta vida y son estériles o indtiles para la venidera. En cambio las obras buenas, expresién de la piedad real, son fundamento para las riquezas eternas (Ap. 14:13). El objetivo del cristiano debe ser celestial, por cuanto es alli donde le est reservada una herencia gloriosa, incontaminada ¢ inmarcesible (1 P. 1:4). Dios ha capacitado al cristiano para que pueda disfrutar de la herencia de los santos en luz (Col. 1:12). El creyente, hijo de Dios por adopcion en el Hijo, liberado del poder de las tinieblas y trasladado ya al reino del Hijo, tiene como posesién firme la herencia plena de Dios en Cristo. Todo cuando Dios ha hecho lo hizo en Cristo, por Cristo y para Cristo (Col. 1:16), de ahi que en unidad plena con el Hijo, formando un cuerpo espiritual en El, siendo ademas la esposa del Cordero, los creyentes de la Iglesia somos herederos de todo, coherederos de Dios y herederos con Cristo (Ro. 8:17). Esa extrafia idea propuesta por algunos de que Dios dari a cada creyente una parcela para administrar en la nueva creacidn, conforme a la capacidad demostrada durante su vida en la tierra, es algo sugerente pero que no tiene base biblica alguna. La herencia de Dios, plena, total y absoluta es de su Hijo y de todos aquellos que estan en El. El creyente que dedica su vida al servicio de Dios y trabaja conforme a su propésito buscando en obediencia hacer su voluntad, acumula tesoros celestiales en la recompensa que Dios le dard al trabajo hecho bajo el impulso y control del Espiritu (Fil. 2:13). Ninguna comparacién posible hay entre los tesoros terrenales y los celestiales. El Sefior dijo a sus oyentes que las riquezas terrenales son perecederas. Frente a esto esta la permanencia de los fesoros celestiales (1 P. 1:3-4). El apéstol Pedro afirma que los tesoros celestiales, que constituyen la herencia etema del creyente, son incorruptibles, es decir, la corrupcién que deteriora los bienes terrenales, cualquiera que sea su forma, nada tiene que ver con los celestiales. Son también incontaminables, esto es no se deterioran con el paso del tiempo; el orin no los deshace, ni la polilla puede destruirlos; son tesoros al margen de la contaminacién. Son también inmarcesibles, es decir, no menguan ni se marchita. Ademés estan reservados en los cielos, a donde ningan ladrén alcanza. La reserva de los tales esta en la mano de Dios que los otorga, quien los da también los custodia definitivamente. Estin reservados en los cielos, el lugar mas extraordinario fuera de toda esfera de influcncia del sistema actual que se destruira con el tiempo. La reserva de los tesoros produce absoluta seguridad, porque Dios que los custodia los destina también a vosotros, afirma Pedro. Pero, todavia hay una mayor dimensién de la seguridad: la herencia est reservada por Dios, los destinatarios de ella son los hijos de Dios, ciudadanos del reino de Cristo, a quienes Dios custodia también 318 APOCALIPSIS III para que tengan la seguridad y certeza de alcanzarlos, como enfatiza el apéstol “que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe” (1 P. 1:5). Estas son razones mis que poderosas para que la vida del creyente tenga una marcada orientacién celestial. Confiar en riquezas terrenales, es una autoconfianza que conduce al fracaso porque impide al hombre ser pobre en espiritu. El corazon orienta toda la vida, por eso el Sefior afirma que donde esta el tesoro esta también el afecto y el interés de la persona, El corazén es atraido a lo que constituye el objetivo supremo, y la persona es atraida hacia lo que constituye el maximo interés del corazén. Si el tesoro es terrenal, el corazén esté orientado hacia él, y la vida se convertiré en terrenal. Para que el corazén sienta afecto por las cosas celestiales, el tesoro debe ser también celestial y estar con Dios. No se trata de asuntos externos sino de vivencias intimas y personales. La vida no est formada por expresiones tedricas, sino por acciones concretas. El tesoro del creyente est en las cosas de arriba porque su vida es también una vida celestial (Col. 3:2). El Seftor dijo que “de la abundancia del corazén habla la boca” (Le. 6:45), en modo genérico, 1o que satisfaga el corazén satisface y orienta la vida. No es cuestién de propésitos sino de razén de ser. Nadie que no sea verdaderamente un hijo de Dios, dotado de una nueva naturaleza por el nuevo nacimiento, podrd tener interés alguno, aunque lo exprese con palabras, por las cosas celestiales. El Seftor exhorta a considerar el punto de ambicién personal, si sus intereses y esperanzas estén centrados en asuntos terrenales o en los celestiales. No sélo en relacién con riquezas medibles en recursos econémicos 0 financieros, sino también por otros que aparentemente son legitimos, como la casa, la familia, el trabajo, etc. que constituyen el todo de algunas personas. No importa lo que sea, o la dimensién que tenga, si algo es todo para alguno, eso es también su tesoro. Los creyentes laodicenses se sentian ricos en el plano espiritual y religioso que eran sus riquezas, por tanto, su corazén apegado a ellas los mantenia lejos del Sefior. De otro modo, lo interesante no es la forma en que se manifieste, sino el principio que orienta la ambicién. La verdadera riqueza es ganar a Cristo (Fil. 3:7-8). La segunda provisién que el Seiior tiene para ellos eran ipdtia Kevdot, “vestiduras blancas”. Vestidos de harapos se consideraban satisfechos cuando, realmente, era expresién vergonzosa de miseria absoluta. Las vestiduras blancas son alusién simbélica a la justicia imputada que produce un estilo de vida santa en la prictica de esa justicia de Dios. De esto se ha considerado ya antes en este mismo capitulo (cf. vv. 4, 5). A lo largo del Apocalipsis hay referencias a los vestidos blancos propios de los santos. Asi se contemplan vestidos los veinticuatro ancianos (4:4); asi también los que dieron su vida por el testimonio de Cristo (6:11); de igual manera la gran multitud que sale de la tribulacion y estén en la presencia del Sefior (7:9, 13, 14). Son los vestidos propios del cristiano que no son suyos, sino que les son otorgados por la gracia, como manifestacién de santidad de vida (19:8, 14). Los creyentes en Laodicea vestian CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 319 harapos, espiritualmente hablando, porque se jactaban de lograr su posicién por su propio esfuerzo personal al margen del Sefior. Las pricticas religiosas, las limosnas, las expresiones de vida piadosa, sin Cristo, son mera apariencia de piedad, puesto que las justicias humanas son inmundicia delante de Dios (Is. 64:6). Los vestidos que el Sefior ofrece son iva. nepifeikn, para cubrirse. El verbo que utiliza Juan expresa la idea de envolverse en el vestido, de modo que no se vea nada més que la ropa. Esa es la idea sobre la vida cristiana conforme a Dios. El creyente acude a Cristo por fe y el Espiritu lo sumerge en El, para que revestido de Cristo no se vean las obras de la carne, propias de la accién del hombre al margen de Dios (Ga. 3:27): kai wx) gavepad} A aioysyn tis youvdtt0s Gov, y no se manifieste la vergilenza de tu desnudez. En el bautismo del Espiritu se despoja al creyente de su ropaje pecaminoso y se le reviste de Cristo. Muertos, sepultados y resucitados con El quedan de El revestidos (Ro. 6:3; 13:14; Col. 2:12, 13). En Cristo son ya nuevas criaturas (2 Co, 5:17). Cristo se hace visible en el creyente, como expresin natural de nueva vida (Fil, 1:21; Ga, 2:20). Ante el mundo muestran las virtudes, esto es, el poder transformador de Dios en ellos (1 P. 2:9; 1 Jn. 1:6). Ante Dios muestran la perfecta justicia que es en Cristo como base de justificacién (2 Co. 5:21). Los designios de la carne son enemistad contra Dios (Ro. 8:7). Cualquier expresién de piedad que se sustenten en esfuerzos humanos y en manifestaciones espirituales al margen de Cristo, son carne y por tanto harapos que cubren al hombre en una aparente piedad, que puede ser considerada como modélica delante de los hombres, pero es vergiienza y desnudez delante de Dios. Ese era también el problema que ocurria en Colosas entre quienes se esforzaban por establecer pautas externas de religiosidad que, al proceder del pensamiento humano, eran carne y no servian para nada (Col. 2:20-23). Kai Kordovipioy tyxpica tods dq0arpots cov iva PAEmys. La tercera oferta de Cristo en su consejo a la iglesia, tiene que ver con la provisién de colirio, con que ungir los ojos para alcanzar visién, En la escuela de medicina de Laodicea se fabricaban colirios para afecciones oftélmicas, usando para ello el famoso polvo frigio. En contraste con los remedios para las enfermedades de los ojos fisicos, Cristo les ofrece el colirio celestial que renovaria la visién espiritual del corazén de los creyentes. Los hombres podian ayudar a otros en sus afecciones fisicas, pero, s6lo Cristo puede proveer el remedio para la ceguera espiritual, Cristo esté ofreciendo a la iglesia en Laodicea y, por extensién, a cualquier iglesia en cualquier tiempo y lugar, una renovacién del discernimiento espiritual que permita una visién clara conforme a Dios, mediante la uncién del Espiritu Santo (1 Jn. 2:20-27). La vision renovada permite entender y apreciar las cosas conforme a como Dios mismo las ve. Esa era la necesidad acuciante de quienes consideraban que veian, pero taban espiritualmente ciegos. El recurso para la renovacién de la visién procede de Dios: “Para que el Dios de nuestro Seftor Jesucristo, el Padre de 320 APOCALIPSIS III gloria, os dé espiritu de sabiduria y de revelacién en el conocimiento de El, alumbrando los ojos de yuestro entendimiento para que sepdis cudl es la esperanza a que El os ha llamado, y cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Ef. 1:17-18). El don de la visién espiritual correcta procede, como todos los dones perfectos, del Padre (Stg. 1:17). Este es el Padre de Gloria, de quien procede toda la gloria (Hch. 7:2). De El procede también el espiritu de sabiduria, que no es el Espiritu Santo, que cada creyente tiene desde la conversién, sino los dones de sabidurfa y conocimiento para las verdades reveladas (1Co. 12:8), que permite un verdadero conocimiento de Dios y, por tanto, la realidad del hombre delante de El. El conocimiento pleno require una operacién de iluminacién espiritual. La iluminacién espiritual fue necesaria para que el pecador vea la verdad de Dios cuando estaba atin ciego a ella (1 Co. 2:14), La iluminacién es necesaria para salvacién (He. 6:4). La iluminacién del Espiritu Santo es necesaria para entender las cosas profundas de Dios (1 Co. 2:10). Los ojos iluminados son los del entendimiento. No se trata de un conocimiento intelectual sino experimental e intimo que afecta a toda la vida del creyente. La primera manifestacién de verdadera vision espiritual tiene que ver con el llamamiento a la esperanza (Ef. 1:17). El creyente debe conocer la esperanza que abre el lamamiento de Dios. El que no es creyente no tiene esperanza. La esperanza cierta es el resultado del lamado del Padre (Ro. 8:30) El llamado tiene una proyeccién futura Mena de esperanza (1 Ts. 2:12). El creyente que tiene una verdadera visién espiritual, tiene su orientacién hacia las cosas celestiales y no a las apariencias terrenales. El segundo aspecto de una visién clara esta relacionado con las riquezas de gloria, Las verdaderas riquezas del creyente son celestiales y estan reservadas en los cielos. Una correcta vision aparta la atencién de las cosas temporales y las centra en las cosas eternas. El tercer aspecto de una visién clara esta relacionado con la capacidad de apreciar la grandeza del poder de Dios (Ef. 1:19). Ese poder supremo de Dios tiene como beneficiaros a los creyentes. Fuera del poder de Dios no hay verdadero poder para el cristiano, Los creyentes en Laodicea, en una visién deteriorada estaban confiados y contentos con su poder, por el que habjan alcanzado sus riquezas y, por tanto, no tenian necesidad de nada mas. Cristo les llama a acudir a El para recibir por gracia el colirio espiritual que restaurase su correcta vision. 19. Yo reprendo y castigo a los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. dd cove kav GAG BAeyYo Kol nondE'O" Grikeve obv Kai Yo. acuantos amo reprendoy —disciplino; se ferviente, pues, y hetavonoov, atrepigntete, Notas sobre el texto griego. CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 321 El versiculo esta formado por dos cléusulas, la primera de advertencia que comienza con éy, caso nominativo singular del pronombre personal yo; &covs, caso acusativo masculino plural del pronombre relativo, &cous, adverbio que equivale a cuantos, tanto como, correlativo del demostrativo téc0g seguido de la conjuncién iv que denota idea de condicién o hipétesis, si, tanto si, como si, suponiendo que, sea que, si no, lo mismo que; 926, primera persona singular del presente de subjuntivo en voz activa del verbo 12, amar, aqui como amo; se distingue del verbo mis comiin en el N. T. para amar ayando, en que raéw expresa la idea de un amor entrafable, que valora al objeto de amor por encima de todo; ééyz0, primera persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo tAéyyw, reconvenir, redargilir, convencer, acusar, reprender, aqui como reprendo; seguido de Kei, la conjuncién y; mondevw, primera persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo naxdexbw, instruir, disciplinar, corregir, aqui como disciplino, vinculado con la instruccién de nifios, no es un castigo penal, sino una accién correctora. La segunda cléusula es de exhortacién, con GijAeve, segunda persona singular del presente de imperativo en voz activa del verbo Enddo, vinculado con la misma raiz de Cw, hervir, adquiere el sentido de ser ferviente, tener celo, en ¢l sentido de desear intensamente, buscar celosamente, aqui como se ferviente, 0 se celoso; seguido de ov, conjuncién, pues; Kal, y; uetavénsov, segunda persona singular del aoristo primero de imperativo en voz activa del verbo hetavotw, arrepentirse, aqui como arrepiéntete EI Sefior advirtié a estos tibios creyentes de la iglesia en Laodicea que, por serles nauseabundos, los iba a vomitar de su boca. Ya se consideré alli que la advertencia enfatiza la inminencia de la accién; el Seftor estaba a punto de hacerlo, pero, habia, por tanto, un tiempo para rectificar y evitar esa accién, Aqui se pone de manifiesto lo mismo, es decir, habia tiempo aun para la esperanza. "Ey Soovg Ev AG EXEyYo Koi noudevw. Mientras tanto, para reconducir a los creyentes al buen camino, el Sefior actia como lo harfa un padre que ama a sus hijos, mediante la reprensién. El padre que ama a su hijo lo reprende por su propio bien (Pr. 3:12). No se ama convenientemente a quien no se reprende para recuperarlo de una situacién incorrecta y peligrosa en que se encuentre. El Sefior amaba a la iglesia en Laodicea, por tanto, la reprendia. En segundo lugar con la reprensién est4 también la disciplina. Es el sistema para ensefiar al nifio. No se trata de un castigo que corresponde a una responsabilidad penal, sino de una accién restauradora para que el creyente se asemeje mas a Dios (He. 12:6). El verbo nodevse, traducido como castigo, es de la misma raiz que pedagogia y pedagogo, y tiene que ver con instruccién de nifios. El creyente es disciplinado en un acto de amor de Dios. Debe ser la primera valoracién del cristiano frente a la accién correctora del Sefior. Quien establece la accién para correccién o fortalecimiento, es el Sefior mismo, que dio su vida en un acto de infinito desprendimiento en gracia por cada uno de los creyentes, Pablo podia decir que “el Seior me amé y se entregé a si mismo por mi” (Gi 322 APOCALIPSIS III 2:20). Todo cuanto ocurre en la vida de un creyente es conducido por Dios para su bendicién personal (Ro. 8:28). Cuando Jesus dice: noudevw, “yo castigo”, no es jams un acto injusto, sino la accién patemal que reconduce al buen camino al hijo que es verdaderamente amado, El amor racional nunca esti refiido con la correccién. Por esa razén el Seftor afiade que no sélo reprende, sino que también castiga a sus hijos. Es una manifestacién mas que afirma la certeza de ser verdaderamente hijo de Dios, como ensefia el escritor a los Hebreos: “Si soportdis la disciplina, Dios os trata como a hijos” (He, 12:7). El creyente que experimenta la disciplina tiene la certeza de ser hijo de Dios. La accién correctora que Dios hace venir sobre el creyente tiene que ver con la formacién del hijo, en un intento de educar, conducir a quienes ama entrafiablemente. La falta de disciplina es una evidencia de aborrecimiento en lugar de amor (Pr. 13:24). Esa disciplina de Dios debe ser soportada, mucho mas que sufrida, por el creyente, Es decir, el cristiano que sabe que Dios est actuando en su beneficio es capaz de soportar aquello que el Sefior envia 0 permite con la seguridad de estar recibiendo un beneficio de Su mano, Dios tiene como objetivo en la disciplina que sus hijos participen “en sw santidad” (He. 12:10), La disciplina corrige al creyente para identificarlo mas con la santidad de Dios. De la misma manera que Dios esta absolutamente separado del pecado, asi también el creyente progresa hacia la separacién real por la accién de la disciplina de Dios. La vida del creyente separada del mundo por Dios y para El. La disciplina se establece para que el creyente sea cada vez mas parecido al Padre (1 P. 1:14-17). Sin duda la accién de disciplina y reprension de parte de Dios no es aparentemente grata para quienes la reciben, De esa manera lo expresa el escritor a los Hebreos: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza” (He. 12:11). La correccién es mis dolorosa si va acompaiiada de acciones que afectan algo propio y personal. Ese era el caso de los laodicenses a quienes el Sefior procura retirarles de su orgullo quitindoles lo que consideraban riquezas para que las adquieran verdaderamente en dependencia de El. En los designios de Dios la correccién es buena, pero desde la perspectiva humana no lo parece. Pero, el resultado final es de admirable bendicién: “Pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (He. 12:11). Pablo habla de la bendicidn de la tristeza que es segtin Dios (2 Co. 7:10). El resultado final de la disciplina es producir fruto apacible de justicia. Un alma que est turbada inquieta por seguir un camino incorrecto se acalla, delante de Dios, como un nifio dependiente de su padre (Sal. 131:2). La tristeza que produce arrepentimiento, genera paz. interior. El fruto apacible es el propio y limpio del creyente, para ello Dios actita para ello limpiando a cada sarmiento (In. 15:2). El fruto de justicia es apacible porque va colmado de paz y produce paz, lo que equivale al disfrute de toda bendicién. La siembra de la disciplina produce luego fruto apacible de justicia, CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 323 "By@ Sov ddv VAG Ed€yxo Ko noudetw. El Sefior afirma su amor hacia los creyentes porque corrige y disciplina a todos los que ama, Es muy interesante notar que aqui se usa un verbo distinto al que es habitual para referirse al amor desinteresado, tanto de Dios como de los hombres, en el Nuevo Testamento. El verbo aqui expresa un amor de afecto personal que est en consonancia con la aceién correctora que envia, Es un amor més entrafiable y, Si se quiere, mas humano en el sentido de ser el que expresa la relacién entre un padre y su nifio, Aquf se usa para poner de manifiesto que a pesar de la situacién de la iglesia, Dios sigue amando a los creyentes entrafiablemente y buscando solo su beneficio y bendicién. En este sentido escribe el profesor Bartina: “Se emplea deliberadamente un verbo que entraiia contenido emocional. Ese amor no es cruel en la educacién, correccién 0 castigo, sino severo para bien del educado””" Si el Scfior no hubiese amado a Ia iglesia en Laodicea, no la hubiera corregido, pero la amaba, a pesar de su fracaso y ese amor no podia permitirle que continuase en su senda de extravio espiritual, por tanto la reprende y castiga Esa es también la causa de la amonestacién que sigue: GfAeve ody Kol petavénaoy, “se, pues, celoso, y arrepiéntete”. El primer verbo esti en presente, lo que indica una accién continua, esto es, el Sefior demanda un espiritu fervoroso y una aceién decidida en el compromiso de vida cristiana. Ademis el presente lo es de imperativo, lo que constituye un mandato que se establece para los creyentes de Laodicea y por extensién a todos los creyentes en cualquier tiempo y lugar. La reprensién tenfa que ver con la tibieza espiritual, por tanto, el Sefior les manda regresar al fervor del Espiritu, La vida cristiana victoriosa sélo es posible andando en el Espiritu (Ga. 5:16). Andar significa caminar por todas partes, por tanto, se trata de un modo conereto de forma de vida, en el sentido de todo el conjunto de actividades de la vida individual del cristiano. El creyente debe andar en novedad de vida (Ro. 6:4), bajo la conduccién de! Espiritu que le comunica poder y fervor espiritual. Esa vida bajo la direccién del Espiritu es ademds de ferviente, conforme a Su voluntad (Ef. 6:6); honradamente (Ro. 13:13); en dependencia de fe, entregada al Sefior (2 Co. 5:7); una vida en verdad (2 Jn. 4); en conformidad con los mandamientos del Seftor (2 Jn. 6). Tal forma de vida sélo es posible por el poder de Dios que actiia en el creyente, El mandamiento exige que el creyente “ande en el Espiritu”, 0 tal vez mejor “por el Espiritu’’” en el sentido de *!'S. Bartina. o.c., pag. 666 s. ™ Dativo instrumental 324 APOCALIPSIS III dependencia, El mandamiento establece que el creyente se deje controlar, sometiéndose incondicionalmente al Espiritu Santo. Examinada la situacién debian proceder a 1a restauracién espiritual que demandaba la situacién en que se encontraban. Dios los llama a un arrepentimiento: petavénoov, arrepiéntete. El verbo que expresa el mandato tiene dos componentes, por un lado es un aoristo, que indica una accién definitivamente hecha; por otro es un imperativo que expresa la condicién de mandamiento urgente. El Sefior los estaba llamando a un arrepentimiento total y debian hacerlo de forma inmediata. El arrepentimiento es realmente un cambio de mentalidad, dejar de pensar de una manera para proceder a un cambio de mentalidad que oriente la accién en una direccién opuesta. Jestis demanda de ellos una drastica rotura con el mal en que se encontraban. No cabe duda que requeria, junto con el reconocimiento de la situacién la confesién del mal en que se encontraban. El arrepentimiento debia reconducir la congregacién para un retorno a Cristo, dejando su arrogancia y presuncién sobre ellos mismos. Son lamados a operar bajo el control del Espiritu en la esfera de la dependencia del Sefior, en una vida de fe. El ejemplo del prédigo es elocuente, al volver en si, dejé el modo de vida que Ilevaba y regres al Padre (Lc. 15:17-20). El arrepentimiento es mucho mas que un propésito de enmienda, es la disposicién interna que impulsa a una rectificacién inmediata del mal proceder. Las tnicas obras validas delante de Dios son las que se obran bajo el poder ¢ impulso del Espiritu (Zac. 4:6). La iglesia estaba siendo llamada a dejar cl camino que levaba y ponerse incondicionalmente bajo el control del Espiritu. Incluso las obras religiosas y de piedad, sin la comunién y el impulso de Dios, son consideradas como acciones de obreros de iniquidad (Mt. 7:23). Una actividad sin el impulso del amor obrado por el Espiritu, se convierte en mero activismo. Exhortacion (3:20). 20. He aqui, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. "Bod Eomra Eni ty OUpav Kai Kpovu: gdv ig dxovon Tis PavAs Mira estoy ante ala puerta y llamo. Si alguno oye la —_voz hov Kai dvoigy ty BUpay, Kai cicehevoopar mds adtdv Kai demi y abre la puerta,—y centre adonde éloy danvijow pet’ adtod Koi astds wer’ ELod. cenaré con él sy—ol——conmigo, ‘Notas sobre el texto griego. El versiculo comienza con una llamada de atencién mediante el uso de 150, segunda persona singular del aoristo segundo de imperativo en voz media del verbo pda, en la CARTAS A SARDIS, FILADELFIA Y LAODICEA 325 forma €lSov, mirar, mostrar, ver, con uso adverbial equivale a he aqui, sucedié que, ved, ahora, etc. podria traducirse como una expresién de advertencia, ;Mira!, incluso podria Ieerse a modo de interrogacién como y gsabéis?, es en la practica como una particula demostrativa, que se usa para animar el discurso avivando la atencién del lector, algunos modernos la identifican como interjeccién; Eotnka,, primera persona singular del perfecto de indicativo en voz activa del verbo Yotmut, ser o estar, aqui como estoy, expresa la idea de perseverar, por lo que podria traducirse como persevero; imi, preposicidn de acusativo, ante, delante de; tiv, caso acusativo femenino singular del articulo determinado, a Ja; @\ipay, caso acusativo femenino singular del sustantivo que denota puerta; Kai, conjuncién copulativa, y; kpotsw, primera persona singular del presente de indicativo en voz activa del verbo xpove, golpear, de ahi el uso para Hamar a una puerta, golpeindola con la mano, aqui como Hamo. La siguiente clausula se establece como condicional, comenzando con una condicional de tercera clase mediante &v, conjuncién que vinculada al aoristo de subjuntivo se refiere de ordinario a supuesto que se dan en condiciones singulares o que tienen un caracter especial aqui equivaldria a si; seguida de tic, caso nominative masculino singular del pronombre indefinido alguno; dxovn, tercera persona singular del aoristo primero de subjuntivo en voz activa del verbo dxovw, entender, obedecer, escuchar, oir, aqui como aye; THis, caso genitivo femenino singular del articulo determinado la; pwvijs, caso genitivo femenino singular del sustantivo, estruendo, ruido, sonido, voz; Mov, caso genitivo singular del pronombre personal, de mi; seguido nuevamente de la conjuncién Kal, y; cyotEn, teteeta persona singular del aoristo primero de subjuntivo en voz, activa del verbo dvotyw, abrir, aqui como abre; viv, caso acusativo femenino singular del articulo determinado, la; OJpav, caso acusativo femenino singular del sustantivo puerta; seguido de la conjuncién Kai, y, que se omite en algunos mss. sicehevcopctt, primera persona singular del futuro de indicativo en voz media del verbo siogpyopatt, llegar, entrar, penetrar, pasar, aqui como entraré; pds, preposicion que rige acusativo, a, adonde; asrdv, caso acusative masculino singular del pronombre personal, él; nuevamente acompaiiado de la conjuncién xa, y; Sernvrjcw, primera persona singular del futuro de indicative en voz activa del verbo deinvéw, cenar, aqui como cenaré, denotando la comida principal del dia, que puede ser tanto comida como cena, que se tomaba al atardecer, de ahi el sentido de cena; seguido de yet’ en la forma que toma la preposicién etc delante de vocal y que significa con y el pronombre personal en caso genitive masculino singular oxstob, él; xa, y; autdc, pronombre, €I mismo; seguido nuevamente de pet? en la forma que toma la preposicién peta. delante de vocal y que significa con y el pronombre personal en caso genitivo masculino singular £10, mi, que unidos forman el castellano conmigo. Esta es la invitacién mas emotiva que puede encontrarse en la Escritura. El amor admirable del Sefior ante una iglesia que est4 en franca crisis espiritual se muestra en el golpear amoroso a la puerta de cada uno de los creyentes procurando la restauracién espiritual. El versiculo se introduce con tod “he aqui”, la forma acostumbrada para llamar la atencién del lector, como si dijese “;Miral, presta atencién a lo que sigue”. “Botnxa éni viv Opay Kol xpoto, estoy ante la puerta y llamo. El Sefior se ha colocado delante de la puerta y persiste en lamar, como dice el Dr. Carballosa: “;Un Rey aguarda en 326 APOCALIPSIS III espera de un mendigo!”"*, Antes el Sefior Ilamé la atencién a la realidad de la iglesia en Laodicea, presentindola como un mendigo sin ropas y sin nada de verdadero valor, ademas de incapaz de salir de aquella situacién. Mientras tanto, en lugar de solicitar al mendigo espiritual que venga humillado en obediencia a la disposicin del Rey, es el Rey quien, detenido delante de la puerta del mendigo, solicita de é1 que abra la puerta y le permita el paso. Debe hacerse una precisién en relacién con el texto y los destinatarios del lamado del Sefior. El versiculo se ha usado continuamente en la evangelizacién, para ensefiar que quien lama es el Sefior, la puerta es el corazén del pecador no arrepentido y quien tiene que abrirla, siempre desde el interior, es el que esta perdido. El encuentro, pues, seria para salvacién. Incluso algunos consideran que el llamamiento del Sefior no es al individuo sino a la colectividad de la iglesia y, a su vez, la iglesia no era una verdadera iglesia, sino una iglesia nominal integrada por personas que serian meros profesantes pero no convertidos, como escribe el Dr. John MacArthur: “En lugar de permitir la interpretacién comin de que Cristo lama aqui al corazon de una persona, el contexto demanda que Cristo procuraba entrar a esta iglesia porque levaba su nombre pero no habia un solo creyente verdadero en su interior. Esta carta disciplinaria y correctiva era su forma de tocar la puerta. Si uno de los miembros reconocia su perdicién espiritual y respondia con fe salvadora, Cristo entraria en la iglesia y tomaria la iniciativa para mantener comunién con los nuevos creyentes””* Esta interpretacin es dificilmente aceptable desde el punto de vista exegético, En primer lugar en cuanto al llamamiento a salvacién, que siempre procede del Padre (Ro. 8:28-30), quien abre el entendimiento espiritual para que el pecador responda con fe salvifica al lamamiento del Evangelio, es el Espiritu Santo (Heh. 16:14), quien capacita para salvacién (1 P. 1:2). A todo esto debe unirse también que la fe que salva, ejercida por el creyente y depositada en el objeto tinico de fe que es el Salvador, nace por la obra de Dios y nunca al impulso del hombre (Ef. 2:8-9). Capacitado para responder, la respuesta es del hombre en el ejercicio voluntario de lo que ha recibido de Dios, lo que le hace responsable al aceptar o rechazar. Debe notarse que el llamado, en una aplicacién de invitacién a salyacién, en el contexto de la iglesia en Laodicea, es de Jess, detenido ante la puerta ide la iglesia o de cada pecador? Esta es otra dificultad afiadida, porque aunque, como en todas las cartas, el Hamamiento es a la iglesia, la invitacién es al individuo para que responda * Byis. L. Carballosa. 0.c., pag. 100 ™ John MacArthur. La Biblia de Estudio. Edit. Portavoz. Grand Rapids, 2004. pag. 1850,

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