Poemas:

Un lugar para mí
Sabes, siempre he creído que los mejores lugares son aquellos donde tu alma se
conecta sosegadamente con la esencia pura del ser; Imperturbables parajes
donde te impregnas de buena energía y desbordas toda tu confianza dejando a un
lado tus preocupaciones o incluso tus arraigados miedos de la infancia.
Un lugar que puede ser tu refugio contra toda oscuridad; un catalizador
apaciguante que trae serenidad a tu vida y te muestra la subjetiva belleza dentro
de tanta cruda objetividad. Un lugar para ser, un lugar para existir, un lugar
para encontrarte a ti mismo. Un lugar lleno de recuerdos sostenidos por un
anudado hilacho invisible, que hace que las ocasiones, los aromas, los sabores y
los sonidos se conviertan en rostros. Un lugar que puede ser tu escape
momentáneo a la realidad; Un viaje ilusorio que no atiende a la necesidad de un
rumbo; un consuelo a tus horas de aflicción y un sosegado desarme a tú más
energúmena expresión.
Es ese lugar un privilegio irrevocable que a pesar de su quebranto vivirá en tu
memoria y suplirá con añoranzas las necesidades sentimentales que embarguen
tu cordura. Es ese lugar el suplicio que impide tu partida. Una gema en la corona
de la ambigüedad que, a pesar de su perjuicio, impulsa con vigor tus ganas de
salir adelante.
Es ese lugar, un lugar para soñar, crecer, amar y si tienes suerte, envejecer. Un
lugar que con el tiempo se convierte en tu único hogar y que a pesar de la
costumbre jamás dejara de sorprenderte... Son tantos los lugares en este mundo
y la verdad, podría hablarte durante horas y horas acerca de la importancia que
tiene encontrar el lugar perfecto para mí, pero lo ameno de todo este locuaz
parloteo es que no es necesario recorrer el mundo para darme cuenta que mi
único lugar eres tú… y si algún día la distancia se entromete para quebrantar el
solemne santuario que has plantado en mí memoria, desde el otro lado del
universo espero siempre regresar a ti. Eres ese lugar para mí.