Dejadme Ser Mujer (Elizabeth Elliot)

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Para aprender lo que significa ser mujer, debemos comenzar con Aquella que
hizo a ella.
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Déjame ser una mujer
Copyright © 1976 de Tyndale House Publishers, Inc. Todos los derechos reservados.
Copyright renovado en 2004 por Tyndale House Publishers, Inc.
Fotografías de la portada copyright © 1999 por Michael Hudson. Reservados todos los derechos.
Diseñado por Julie Chen
También por Elisabeth Elliot:
La sombra del Todopoderoso: la vida de Jim Elliot
The Savage My Kinsman: el primer año de Elisabeth Elliot con los indios que mataron a su esposo
La marca de un hombre: el significado de la masculinidad
Pasión y pureza: la historia de amor de los Elliot
La soledad: un desierto y un camino hacia Dios
Las citas bíblicas marcadas como RSV se tomaron de la Versión estándar revisada de la Biblia, copyright © 1952 [2ª edición, 1971] de la División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las
Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Reservados todos los derechos.
Las citas bíblicas marcadas como KJV se toman de la Santa Biblia, versión King James.
Los versículos de las Escrituras marcados con Phillips se tomaron de The New Testament in Modern English de JB Phillips, copyright © JB Phillips, 1958, 1959, 1960, 1972. Todos los derechos reservados.
ISBN 978-1-4143-2808-9 (ePub); ISBN 978-1-4143-2725-9 (Kindle); ISBN 978-1-4143-9556-2 (manzana)
Compilación: 2013-10-11 09:53:00

CONTENIDO
FAoNreword 1976
Nueva perspectiva
Capítulo 1: El Dios que está a cargo
Capítulo 2: ¿Quién no soy yo? pero ¿de quién soy?
Capítulo 3: Dónde colgar tu alma
Capítulo 4: Una hija, no un hijo
Capítulo 5: La creación: la mujer por el hombre
Capítulo 6: Medusas y orgullo
Capítulo 7: El tipo correcto de orgullo
Capítulo 8: El peso de las alas
Capítulo 9: La vida de soltero: un regalo
Capítulo 10: Un día a la vez
Capítulo 11: Confianza para la separación
Capítulo 12: Autodisciplina y orden
Capítulo 13: ¿De quién es la batalla?
Capítulo 14: Libertad a través de la disciplina
Capítulo 15: Dios no pone trampas
Capítulo 16: Un principio paradójico
Capítulo 17: Masculino y Femenino
Capítulo 18: El alma es femenina
Capítulo 19: ¿La sumisión es sofocante?
Capítulo 20: Veinte preguntas
Capítulo 21: Una elección es una limitación
Capítulo 22: Compromiso, Gratitud, Dependencia
Capítulo 23: Te casas con un pecador
Capítulo 24: Te casas con un hombre

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Capítulo by Google
25: Te casas con un esposo
Capítulo 26: Te casas con una persona
Capítulo 27: Abandonando a todos los demás
Capítulo 28: Dinámico, no estático
Capítulo 29: Una unión
Capítulo 30: Un espejo
Capítulo 31: Una vocación
Capítulo 32: Lo que hace que un matrimonio funcione
Capítulo 33: Aceptación del Orden Divino
Capítulo 34: La igualdad no es un ideal cristiano
Capítulo 35: Herederos de Gracia
Capítulo 36: Igualdad proporcional
Capítulo 37: La humildad de la ceremonia
Capítulo 38: Autoridad
Capítulo 39: Subordinación
Capítulo 40: La restricción del poder
Capítulo 41: Fuerza por restricción
Capítulo 42: Maestros de nosotros mismos
Capítulo 43: Un universo de armonía
Capítulo 44: Sé una mujer de verdad
Capítulo 45: El coraje del Creador
Capítulo 46: El santuario interior
Capítulo 47: Lealtad
Capítulo 48: El amor es acción
Capítulo 49: El amor significa una cruz
Sobre el Autor
Referencias bíblicas
notas
PRÓLOGO 1976
FUERTE viento del sudoeste sopla a través del puerto esta mañana, azotando los arbustos de lilas y
madreselvas frente a la cabaña y enviando a las gaviotas hacia arriba cuando parece que quieren hundirse. Los
mástiles de los veleros amarrados se inclinan y se balancean, y el agua gris centellea con cabrillas.
No hay más sonido que el viento, el graznido de las gaviotas y, de vez en cuando, la campana de la boya,
amortiguada y lejana. Es una buena mañana para escribirte, Val, mejor que las dos primeras mañanas que
estuve aquí, porque eran hermosas mañanas soleadas y crucé la calle hacia la playa y caminé con MacDuff.
Corría alegremente, su hocico cuadrado barría la arena en busca de nuevos aromas emocionantes. Luego se
detenía, su alegre cola de Scotty y sus orejas puntiagudas erguidas, su nariz levantada, cada nervio temblaba
mientras esperaba que yo lo alcanzara, cuando se desgarraba de nuevo. Ya sabes cómo lo hace.
Ayer por la tarde encontré un lugar tranquilo en la arena, fuera de la vista de cualquier casa, y me senté con
la espalda contra una roca de granito liso. Debías haber venido conmigo al Cabo, pero sucedieron cosas
maravillosas para cambiar eso, y en lugar de estar aquí estás con Walt. Fue maravilloso estar sentado al sol,
mirando hacia Nauset Beach al otro lado del puerto, pensando en tu felicidad. Él te dejará hoy, lo sé, para asumir
sus deberes como ministro en Luisiana, y luego te irás a Inglaterra a estudiar, pero has pasado unos días con él, y
cuando estás comprometido, esos días son indescriptiblemente preciosos. .
Tú y yo tendremos cuatro o cinco semanas juntos desde ahora hasta el día de tu boda dentro de once
meses, y hablaremos, pero sé que no habrá tiempo para hablar de todo lo que nos gustaría, así que te escribo
estas notas.
Sabes, estoy seguro, que las notas no provienen sólo de mi propia experiencia de matrimonio. Salen toda
una vida, la mayor parte de la cual la he pasado soltera (he estado casada, ya sabes, solo una séptima parte de
mi vida). Salen de ser mujer y de buscar ser —soltera, casada, viuda— una mujer para Dios. La actitud con la
que comenzó este esfuerzo se resume en la oración de Betty Scott Stam, copiada en mi Biblia y firmada cuando
yo tenía diez u once años:
“Señor, renuncio a todos mis propios planes y propósitos, todos mis propios deseos y esperanzas, y acepto
Tu voluntad para mi vida. Me entrego, mi vida, mi todo completamente a Ti para ser Tuyo para siempre. Lléname
y séllame con tu Espíritu Santo. Úsame como quieras, envíame a donde quieras, haz toda tu voluntad en mi vida a
cualquier costo, ahora y para siempre”.
UNA NUEVA PERSPECTIVA
ESTE LIBRO fue escrito en pleno apogeo del fuerte movimiento feminista que arrasó nuestro país en los años setenta
y ochenta. A las mujeres se les dijo que debían salir de la casa y hacer algo "gratificante". Escucharon y muchos
descubrieron lo que los hombres podrían haberles dicho fácilmente: que de ninguna manera la satisfacción se
encuentra necesariamente en cualquier trabajo, ya sea en la excavación de zanjas o en la oficina de un director
ejecutivo, como tampoco en la cocina. Sabía que la verdadera satisfacción y el gozo vienen en respuesta a la
aceptación de la voluntad de Dios y de ningún otro lugar. Así que escribí un libro como mi regalo de bodas para ti,
poniendo en blanco y negro los grandes principios eternos que distinguen a los hombres de las mujeres.
Valerie, hace veintitrés años, te convertiste en la novia de Walter D. Shepard Jr., quien creció en una familia
misionera en África. De acuerdo con el mandato bíblico de “fructificar y multiplicarse”, Dios en su gracia les dio el gran
privilegio de convertirse en padres de ocho hijos: Walter III, Elisabeth, Christina, Jim, Colleen, Evangeline, Theo y
Sarah. Estoy fascinado al observar la dinámica entre estos niños, tan diferente de su experiencia como hijo único,
diez meses cuando murió su padre. Los pastores me desconciertan, me irritan y me encantan. Soy su abuela bendita
ahora.
Todo lo que he escrito en este libro, de una forma u otra, supongo, ha sido probado y encontrado útil para usted,
aunque de alguna manera, sin duda, deficiente. Te he visto aprender a ser esposa, y estuve contigo y Walt en el
hospital cuando te convertiste en madre (yo muriendo mil muertes como tú sufriste, y Walt animándote). Estuve allí
años después para llorar contigo y Walt mientras sostenía en una mano a tu diminuta Joy, que murió antes de nacer.
Dios te ha asignado el puesto de esposa de un pastor, primero en el país cajún de Luisiana,

luego en Mississippi, California, y ahora en Carolina del Sur. He observado con asombro la gracia y la
perspicacia que Dios les ha dado para entrenar, criar, disciplinar y educar a los niños en el hogar.
A veces nos han pedido que hablemos juntas en conferencias de mujeres. Su sabiduría me ha ayudado a
menudo cuando trato de responder a la corriente de preguntas sobre el matrimonio y la crianza de los hijos que me
llegan a través de mi programa de radio, Gateway to Joy. Buscamos animar a las mujeres a cultivar un espíritu
apacible y apacible, a aprender a ver a Cristo en su esposo, a amarlas y honrarlas aun cuando parezca que no lo
merecen. No olvidemos que Cristo dio Su vida por nosotros, y nosotros, a su vez, debemos dar nuestras vidas unos
por otros. A los padres y a las madres se les da la asombrosa tarea de hacer santos a sus hijos, pero esto no se
puede hacer excepto, primero, con un ejemplo piadoso y luego (línea por línea, precepto por precepto), mediante la
disciplina administrada con amor y oración.
Cuando te sientes abrumado por todo lo que Dios ha requerido de ti cuando Él “te permite ser mujer”,
lee Isaías 41:10-11: “No temas, porque yo estoy contigo, no desmayes, porque yo soy tu Dios; Te fortaleceré,
te ayudaré, te sostendré con mi diestra victoriosa” (RV).
26Machine Translated
de enero de 1999by Google
Magnolia, Massachusetts
1
EL DIOS QUE ESTÁ A CARGO
CUANDO Walt vino a mí en Navidad para pedirme tu mano, le dije: “No hay nadie a quien yo se la daría con
tanto gusto”. Luego hablamos de la larga espera que tendrías si la fecha de la boda no fuera hasta después de tu
graduación.
"¿Crees que puedes aguantar?" Le pregunté y me contestó sin dudarlo: “Señora, ¡soy calvinista!”.
Sabía que yo entendería lo que quería decir con eso. Tú y yo también somos calvinistas, en el sentido de que
creer en un Dios que está a cargo. No estamos ni un momento de nuestra vida a merced del azar.
Walt vio el momento de su propuesta, su propia graduación del seminario, su graduación de la universidad, como
entre "todas las cosas" que obran juntas para el bien de los que aman a Dios. Vio el patrón del deber que estaba
ante ustedes dos y lo tomó como la voluntad de Dios, de modo que el poder de su propia emoción para debilitar su
determinación no era una amenaza. Él sabía, como lo sabía el salmista: “Mi carne y mi corazón desfallecen, pero
Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre”. Estoy agradecido de que Dios te haya dado un hombre
así.
2
NO QUIEN SOY YO? ¿PERO DE QUIÉN SOY YO?
ESTAS notas serán, de una forma u otra, sobre el significado de la feminidad. Durante la década pasada, las mujeres se
las han ingeniado para colocarse en el centro de atención. Se habla de ellas, se las desconcierta, se las discute y se legisla
sobre ellas, y son las mujeres las que más han hablado, discutido y tal vez legislado, mientras que son los hombres, supongo,
quienes han hecho más desconcertantes. Un torrente de libros sobre mujeres ha estado saliendo de las imprentas instando
a las mujeres a deshacerse de los roles tradicionales, a rechazar la socialización que durante tantos siglos, dicen, las ha
controlado y confinado, y a pasar a lo que algunas de ellas llaman “humanidad”. ” (a diferencia de las actividades biológicas o
reproductivas), que, ya sean interesantes o no, se dice que son territorio masculino.
¿Ser mujer es fundamentalmente diferente de ser hombre?

¿Hay algo inherente a la naturaleza de los seres humanos o de la sociedad humana que requiera ciertas
roles o tareas asociados con un sexo o con el otro? ¿Debe asociarse la autoridad solo o incluso principalmente con los
hombres en lugar de las mujeres? ¿Importa quién dirige las cosas? ¿Tener un hijo significa necesariamente que el
portador debe cuidarlo? ¿Qué es el matrimonio? ¿Como funciona? ¿La suerte de una mujer es realmente tan mala como
dice Germaine Greer, “una vida de camuflaje y rituales idiotas, llena de presentimientos y fracasos”?
La mayoría de los que tratan de encontrar respuestas a estas preguntas comienzan en el lugar equivocado. empiezan con
ellos mismos. Ellos preguntan, “¿Quién soy yo?” “¿Cómo me siento realmente?” y asumen que si suficientes personas
expresan sus opiniones personales sobre este tema, de alguna manera todos llegaremos a la verdad del asunto.
Carlyle observó esta tendencia y observó irónicamente: “El conocimiento vulgar siempre se sienta en su tarea desesperada:
de un mundo de bribones para deducir una honestidad de su acción combinada”.
No hay duda de que se puede obtener una especie de consuelo y tranquilidad superficial al sentarse y decir cómo
se siente acerca de las cosas. Por lo general, encuentras a varios otros que sienten lo mismo o (lo que es aún más
tranquilizador y consolador) se sienten peor que tú. Pero no es manera de llegar a la verdad.
Para aprender lo que significa ser mujer debemos comenzar con Aquel que la hizo.
3
DONDE COLGAR TU ALMA
TODOS los domingos por la mañana en nuestra iglesia repetimos un credo. Ya sabes lo que dice: “Creo en un solo
Dios, Padre, Todopoderoso, Creador de todas las cosas visibles e invisibles”. Hay una declaración que no tiene nada
que ver con mis opiniones o emociones personales. Es una declaración de un hecho objetivo, aceptado por la fe, y
cuando me pongo de pie en compañía de otros cristianos y repito esta declaración, no estoy hablando de mí en absoluto.
Lo único que digo sobre mí mismo es que me someto a estas verdades. Aquí es donde estoy; esta es la realidad.
Muy a menudo (casi siempre, me temo) cuando vengo a la iglesia mis sentimientos son lo más importante en mi
mente. esto es natural Somos humanos, somos “yoes”, y sentir no requiere ningún esfuerzo. Pero adoración no es
sentimiento. La adoración no es una experiencia. La adoración es un acto, y esto requiere disciplina. Debemos adorar
“en espíritu y en verdad”. No importa los sentimientos. Debemos adorar a pesar de ellos.
Encontrando mis pensamientos dispersos en todas direcciones y necesitados de acorralamiento como tantos
terneros asustadizos, me arrodillo antes de que comience el servicio y pido ser liberado de una vaga preocupación
por mí mismo y mis propias preocupaciones y ser convertido, durante esta corta hora, en Dios. A menudo, las palabras
de la Oración de Jesús, que aprendí de un libro sobre un peregrino ruso que pasó su vida buscando conocer el significado
completo de la misma, ayudan en este “corralamiento”:
“Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí”. Los cristianos ortodoxos rezan esto una y otra vez,
en el ritmo de la respiración. Esta oración me ha rescatado de la falta de palabras en muchos lugares muy
diferentes de los servicios de la iglesia.
Cuando me pongo de pie para decir el credo, me elevan a las verdades eternas, mucho más allá de las
trivialidades de cómo me siento, lo que debo hacer después de la iglesia, lo que fulano me dijo o me hizo. Cuelgo mi
alma en esas fuertes clavijas, esos "yo creo". Y soy fortalecido.
A veces cantamos el gran himno de San Patricio:
Ato a mí mismo hoy El fuerte

Nombre de la Trinidad Por invocación
del mismo, Los Tres en Uno, y Uno
en Tres.
Me ato a mí mismo hoy

El poder de Dios para sostener y guiar,
Su ojo para mirar, su poder para quedarse,
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Su oído by Google
para escuchar mi necesidad.[1]
Si de hecho creo en estas grandes cosas que decimos y cantamos juntos, entonces esas pequeñas cosas (y qué
¿no es poco en comparación?) serán atendidos. Tomo mi posición, me oriento. Necesito hacer esto a menudo,
más a menudo, al parecer, en estos días en que tantos han perdido por completo la orientación.
4
UNA HIJA, NO UN HIJO
PARA entender el significado de la feminidad tenemos que empezar con Dios. Si Él es de hecho “Creador de todas las
cosas visibles e invisibles”, ciertamente está a cargo de todas las cosas, visibles e invisibles, estupendas y minúsculas,
magníficas y triviales. Dios tiene que estar a cargo de los detalles si va a estar a cargo del diseño general.
A veces escuchamos la expresión “el accidente del sexo”, como si uno fuera hombre o mujer.
eran una trivialidad. Está muy lejos de ser una tontería. Es nuestra naturaleza. Es la modalidad bajo la cual vivimos toda
nuestra vida; es lo que tú y yo estamos llamados a ser: llamados por Dios, este Dios que está a cargo.
Es nuestro destino, planeado, ordenado, cumplido por un Señor todo sabio, todopoderoso y todo amoroso.
Yo había querido un hijo. Me había sentido muy seguro de que todo hombre quiere primero un hijo, y me parecía
lógico querer que el mayor fuera un niño, un hermano mayor, el primogénito, el heredero. Así que habíamos orado por un
hijo y tu padre estaba bastante seguro de que Dios nos lo daría.
Tu padre estaba conmigo cuando naciste. Pude ver su rostro cuando el médico dijo: "Es un
chica." Me sonrió y dijo de inmediato: "Su nombre es Valerie". La enfermera te envolvió en una pequeña manta y te
acostó donde pudiera mirarte a la cara, y tus ojos, entonces de un azul más oscuro, estaban abiertos de par en par, mirando
los míos. (¿Cómo sabe un bebé mirar a los ojos de otra persona?) Una persona. Separado e independiente ahora de mí.
Mi hija.
Más tarde te trajeron hacia mí y te sostuve, y luego tu padre te tomó de mis brazos y te abrazó y dijo: “¡Muñequita!”.
No era dado al sentimentalismo ni a la charla infantil, pero no había otra forma de describir cómo te veías: mejillas y labios
rosados, ojos azules, una franja sedosa de cabello claro.
Incluso el doctor y la enfermera, un esposo y una esposa que tenían siete hijos, dijeron que eras hermosa.
Estaba perfectamente satisfecho, pude ver, de ser el padre de una hija en lugar de un hijo. Así que estaba contento.
Fue Dios quien te entregó a ti, Dios a quien se dirigieron nuestras oraciones por un hijo, y Dios que conocía las razones
que nosotros desconocíamos en ese momento, lo que hizo que Su elección fuera mucho mejor.
Si crees en un Dios que controla las cosas grandes, tienes que creer en un Dios que controla las cosas
cosas Pequeñas. Somos nosotros, por supuesto, para quienes las cosas parecen "pequeñas" o "grandes". Amy Carmichael escribió:
No hay grande contigo, no hay pequeño, Porque Tú eres

todo, y todo lo llenas en todo.
5
LA CREACIÓN: MUJER PARA EL HOMBRE
Ha sido una tarde de viento salvaje, con el sol asomando solo por breves intervalos a través de las nubes
veloces. Quería estar en el viento, así que MacDuff y yo fuimos a Nantucket Sound, donde podíamos correr en una
playa larga y vacía. El viento nos ayudó mientras corríamos, y cubrimos tal vez una milla antes de dar la vuelta.
Entonces la arena sopló en nuestros ojos y el viento nos detuvo. Tuve que inclinarme hacia él, y MacDuff aplastó las
orejas y estornudó cuando la arena le cubrió el hocico. A mitad de camino encontré una duna que nos daría cobijo y
me senté. MacDuff se alegró de sentarse a mi lado durante unos minutos hasta que de repente se dio cuenta de que
debería estar cavando. Y cavó, lo hizo, con energía furiosa, enviando una ráfaga de arena hacia atrás desde sus
poderosas patas delanteras.
No es difícil pensar en la grandeza de Dios cuando miras el mar y una inmensidad de horizonte y cielo. No es difícil
pensar en el poder de Su imaginación cuando estudias los diseños de las conchas. (Digo que no es difícil pensar en
ello. Es difícil —es imposible—comprenderlo. Como dijo un padre de la Iglesia del siglo VIII, Juan de Damasco, “Dios
es infinito e incomprensible, y todo lo que es comprensible Él es Su infinidad e incomprensibilidad.”) Dios es el
Todopoderoso, el Creador, un Dios de Orden, Armonía, Diseño. Creemos en la historia de la creación en los primeros
dos capítulos de la Biblia, y nos deleitamos en saber que el Hacedor de toda esa lista de maravillas se deleitó cuando
las miró. Hizo cada cosa según la Palabra de Su poder, y cuando la miró, vio que era buena.
Hizo al hombre a Su propia imagen, y luego, por primera vez, Dios vio algo que no era bueno.
No era bueno que el hombre estuviera solo. Dios determinó hacerle una ayuda idónea para él y fue después de esta
decisión, según Génesis 2:19, que hizo los animales y las aves, como si de entre ellos pudiera elegirse tal ayuda.
Incluso los llevó a Adán, “para ver cómo los llamaría”. ¡Imagínese al Creador Todopoderoso esperando “ver” qué
nombres podría inventar su criatura Adán! Adam se les ocurrió, de acuerdo. El poder de su imaginación también era
impresionante. Pensó en nombres para cada uno de los animales, aves y ganado. Y él y Dios deben haberlos mirado
juntos.
Qué escena debe haber sido esa: Dios y Adán observando a los animales. Adán, al contemplar a estos
otros seres, tuvo siquiera un momento de crisis de identidad como la que yo habría tenido, preguntando: "¿Quién
soy yo comparado con ellos?"
Tú y yo amamos los zoológicos. Nos paramos y miramos. Una vez vimos a los tigres aparearse (una señora que
estaba cerca de nosotros dijo: “¡Atta niña!”, pero un hombre dijo: “¡Me voy de aquí!”), y una vez, mirando a un elefante
cuando tenías tres o cuatro años, finalmente dijo: "¿Cómo es que tienen esas cosas en lugar de pies?"
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Los animales by Google
devuelven la mirada y sus ojos se encuentran con los nuestros a través de los barrotes. Algo
infinitamente más grande que esos barrotes nos separa. Hay un gran abismo fijo, un misterio insondable que a veces
pienso que los animales entienden —miran con tanta serenidad— pero que me recuerda cuán insondable es mi
propia ignorancia. Los hombres capturan, usan, controlan y matan animales. A veces los aman.
Nos encanta MacDuff. Ninguna otra palabra servirá. Lo amamos. Es un buen compañero, perfectamente
silencioso cuando está aquí en la casa y yo estoy trabajando, perfectamente listo para hacer lo que decida que vamos
a hacer en las tardes, y perfectamente dedicado a su divina designación (sí, creo que fue designado) la tarea de
mantenerme feliz. Adán, estoy seguro, amaba a los animales que eran sus compañeros en el Jardín. Incluso podría
haber tenido un amigo especial en un perro, un caballo o un unicornio. Pero, ¿qué entendió él, qué entendimos
nosotros?
Ayer mismo leí acerca de un hermoso caballo de carreras que se rompió el tobillo y siguió corriendo la
carrera, haciendo aquello para lo que había sido entrenada, hasta que finalmente tuvo que detenerse. Intentaron
arreglarlo, pero cuando recobró el conocimiento se quitó el yeso en un frenesí de miedo y dolor. Tuvieron que destruirla
La foto de revista de esa magnífica criatura sostenida por delgadas riendas mientras se erguía me confundió. Su
obediencia a los entrenadores y jinetes ganó dinero para sus dueños, sufrimiento y muerte para ella. Nadie podía
explicarle o disculparse.
Los animales están ahí, criaturas con nosotros del mismo Dios-Creador, compañeros de sufrimiento, mudos
y misterioso “Pero para el hombre no se halló ayuda idónea para él”.
Dios podría haberle dado a Adán otro hombre para que fuera su amigo, para caminar, hablar y discutir si eso
hubiera sido su placer. Pero Adán necesitaba más que la compañía de los animales o la amistad de un hombre.
Necesitaba un ayudante, especialmente diseñado y preparado para desempeñar ese papel. Era una mujer que Dios
le dio, una mujer, "adecuada", apta, adecuada, enteramente apropiada para él, hecha de sus mismos huesos y carne.
No se puede hacer un uso adecuado de una cosa a menos que sepa para qué se hizo, si es una seguridad
alfiler o un velero. Para mí es una cosa maravillosa ser mujer bajo Dios—saber, ante todo, que fuimos hechos (“Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó ellos.”) y luego que fuimos
hechos para algo (“De la costilla que el Señor Dios tomó del hombre, hizo una mujer y se la trajo al hombre”).
Esta fue la idea original. Para eso estaba la mujer. El Nuevo Testamento se refiere clara y fuertemente a este
propósito: “Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón. Ni el hombre fue creado por causa de la
mujer, sino la mujer por causa del hombre”. Algunos textos son susceptibles de diferentes interpretaciones, pero por
mi vida no puedo ver ninguna ambigüedad en este.
6
MEDUSAS Y ORGULLO
CUANDO eras muy pequeño solías decir a veces “algunas personas” cuando en realidad te referías a ti mismo. Una
noche, cuando estábamos a bordo del barco, usted estaba arropado en la litera superior y acababa de terminar sus
oraciones vespertinas.
“Dios hizo todo lo que hay en el mundo”, me dijiste entonces, “pero algunas personas no saben por qué hizo
las medusas y los tigres”. Una vez te había picado una medusa, y “tigres” era como llamabas a los ocelotes y
jaguares que vivían en la selva donde nosotros vivíamos. Los indios les tenían miedo y, por supuesto, tú también.
Pero no estabas preguntando específicamente por qué Dios los hizo. No lo entendías, pero no estabas admitiendo
que no lo entendías. Solo estabas observando filosóficamente que había quienes no lo hacían y, con mucho tacto,
no estabas sugiriendo que tu madre podría estar entre ellos. Tu mente de tres años difícilmente podría haber captado
las implicaciones del misterio que habías tocado. Porque la respuesta tendría que incluir, desde un punto de vista
humano, una explicación del sufrimiento humano. Sin embargo, la medusa y el tigre "saben" para qué fueron creados.
Ellos, con todos los monstruos marinos y todos los abismos, fuego y granizo, nieve y escarcha, montañas y colinas,
bestias y todo ganado, alaban al Señor. Al ser una medusa, la medusa glorifica a su Creador, porque al ser una
medusa cumple el mandato de su Creador.
Todas las criaturas, con dos excepciones que conocemos, han tomado voluntariamente los lugares que les han
sido asignados. La Biblia habla de ángeles que se rebelaron y por tanto fueron arrojados del cielo, y de la caída del
hombre. Adán y Eva no quedaron satisfechos con el lugar asignado. Rechazaron la única limitación que se les
impuso en el Jardín del Edén y así trajeron el pecado y la muerte al mundo entero. De hecho, fue la mujer, Eva, quien
vio la oportunidad de ser algo diferente de lo que estaba destinada a ser —la Serpiente la convenció de que podía
ser fácilmente “como Dios”— y tomó la iniciativa. No tenemos forma de saber si una consulta con su esposo primero
podría haber llevado a una conclusión completamente diferente. Tal vez podría. Tal vez si ella le hubiera hecho la
pregunta y él hubiera tenido que reflexionar sobre el asunto, habría visto las implicaciones mortales y habría
rechazado el fruto. Pero Eve ya lo había probado. Ella no había sido golpeada muerta. Se lo ofreció a su marido.
¿Cómo podría negarse? Eva fue
sin duda una mujer hermosa. Ella era la mujer que Dios le había dado. Solo estaba probando lo que parecía una
restricción innecesaria y trivial, y su audacia había sido recompensada. Ella se había salido con la suya, y ahora
¿por qué Adam no debería hacer lo mismo?
¿Qué clase de mundo podría haber sido si Eva hubiera rechazado la oferta de la Serpiente y le hubiera dicho
en cambio, “No me dejes ser como Dios. Déjame ser lo que fui creado para ser, déjame ser una mujer”?
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Pero el by Google
pecado fue fatal más allá de sus peores imaginaciones. Fue la arrogancia, un enaltecimiento del alma en
el desafío a Dios, el orgullo que usurpa el lugar de otro. Es un maldito tipo de orgullo.
7
EL ORGULLO ADECUADO
PERO hay otro tipo de orgullo, uno que todo hombre y mujer bajo Dios debe cultivar.
Isak Dinesen lo define en su hermoso libro Memorias de África:
El orgullo es la fe en la idea que Dios tenía cuando nos hizo. Un hombre orgulloso es consciente de la idea y
aspira a realizarla. No se esfuerza por alcanzar la felicidad o la comodidad, que pueden ser irrelevantes para la
idea que Dios tiene de él. Su éxito es la idea de Dios, realizada con éxito, y está enamorado de su destino[2].
He aprendido (pero lentamente, me temo), lo que es estar enamorado de mi destino. Tu padre lo aprendió
mucho antes. “Dondequiera que estés”, escribió, “estén todos allí. Vive al máximo cada situación que creas que es la
voluntad de Dios”. A mi juicio (que confío que no esté del todo menoscabado por ser tu madre) siempre lo has sabido. Has
sido, casi desde tu nacimiento, no solo aceptante sino exuberante en tu aceptación.
“Las personas que no tienen orgullo”, continúa Dinesen, “no son conscientes de ninguna idea de Dios en su creación, y
a veces te hacen dudar de que alguna vez haya habido una gran idea, o de lo contrario se ha perdido, ¿Y quién la encontrará
de nuevo? Tienen que aceptar como éxito lo que otros garantizan que sea así, y tomar su felicidad, e incluso la de ellos
mismos, en la cita del día.”[3]
Unas pocas mujeres cuya visión está grotescamente distorsionada están tratando de redefinir para nosotras el
"éxito" de una mujer y decirnos que nuestra felicidad no radica en la idea de Dios al hacernos sino en borrar esa
idea por completo. La creación de macho y hembra como opuestos complementarios no tiene cabida en su pensamiento,
y cualquier definición de masculinidad y feminidad carece totalmente de sentido, excepto con referencia a las expectativas
culturales y sociales. Podemos alterar la masculinidad y la feminidad simplemente alterando los procesos de
condicionamiento.
Usted comprendería mejor que algunos cuán diferentes son las culturas y las sociedades en sus
expectativas sobre el comportamiento masculino y femenino. Durante los primeros ocho años de tu vida, viviste con
indios sudamericanos que hacían marcadas distinciones entre los sexos. No siempre fueron las distinciones que
haríamos los norteamericanos, pero distinciones al fin y al cabo. Las mujeres llevaban el pelo largo, los hombres lo
llevaban corto. Los hombres comían primero, las mujeres esperaban para comer lo que sobrara cuando los hombres
terminaran. Las mujeres eran las portadoras de cargas pesadas. Los hombres no eran considerados físicamente capaces
de este trabajo. Tanto los hombres como las mujeres estaban dispuestos a trabajar para los blancos, blandiendo machetes
para limpiar el césped y la maleza, y aunque las mujeres solían ser más eficientes en esto, sus salarios eran más bajos
que los de los hombres a pesar de que las horas eran las mismas. Los hombres cazaban, las mujeres plantaban. Los hombre
Machine(cerbatanas
pistolas Translated byoGoogle
escopetas, según lo “civilizados” que fueran), las mujeres confeccionaban redes de
pesca, ollas, hamacas, tamices. Los hombres tejían cestas. Tú como una niña extranjera tomaste tu propio
lugar entre ellos, aprendiendo a pescar con las manos como las mujeres, cocinando, machacando, masticando y
escupiendo tu yuca para hacer chicha, y luego, antes de beber la tuya, sirviendo la niños pequeños que eran tus
amigos. Aprendiste a blandir un machete ya hacer fogatas ya caminar por los senderos con un pie delante del
otro, y también sabías que, como los niños indios, no se esperaba que te quejaras.
No recuerdo cuándo hablamos por primera vez de sexo. Creciste sabiendo sobre eso. Cuando apenas
te quedabas sin pañales me ayudaste a salvar la vida de un bebé al que le costaba nacer.
Era una presentación de nalgas, y las mujeres ya habían comenzado el llanto de muerte tanto para la madre
como para el niño y se negaron a ayudarme. Necesitaba un paño tibio para envolver el cuerpo del bebé para
evitar que tratara de respirar demasiado pronto, pero nadie quería ensuciar la ropa que tenía. Corriste y me
trajiste uno de tus propios pañales y luego observaste con asombro con los demás cómo el bebé por fin nacía,
vivo y gritando.
Teníais sólo tres años cuando nos fuimos a vivir con los Aucas, que eran gente desnuda y cuyo
la conversación era casi exclusivamente de caza, arpones y sexo. No había elección de vocabulario.
La lengua auca no distinguía entre un vocabulario clínico, infantil y canalón. Había palabras
perfectamente sencillas para órganos, funciones y actividades, y cualquier conversación cotidiana podría incluirlas,
así que las aprendiste, por supuesto. Y ahora has olvidado todo eso, junto con todo el resto del idioma que sabías,
pero recuerdas a la gente y la vida que viviste con ellos allí, y por eso me alegro.
Siempre llevabas tus muñecas en un paño de transporte como lo hacían las madres indias, y como a ti
misma te habían llevado. Jugabas a las casitas con los niños indios, algo que nunca habían pensado hacer, pero
les mostraste cómo arreglar un pequeño lugar en el hueco de la raíz de un árbol y hacer una pequeña fogata en
el medio porque, después de todo, el El único elemento realmente esencial en una casa en la jungla era un
fuego. ¿Estaba usted conforme a las presiones sociales al jugar tales juegos de "chicas"? Seguramente no.
Seguramente fue porque naciste mujer. Había en ti un conocimiento divinamente dado, sobre el cual se puso a
trabajar tu imaginación, más activa que la de los indios.
A medida que creciste y nos vinimos a vivir a los Estados Unidos, recuerdo con qué entusiasmo fuiste a la
escuela por primera vez. Empezaste el cuarto grado y en pocos días habías cogido el ritmo de esta nueva vida,
tan diferente a la anterior, y en lo que me pareció cuestión de semanas habías crecido. Habíamos hablado cuando
eras pequeña sobre las maravillas de ser mujer. Una vez, cuando tenías unos cuatro años, te entrevistaron en un
programa de entrevistas para niños en la radio.
“¿Qué vas a ser cuando seas grande, Valerie?” te preguntaron (¡por supuesto!).
“Solo quiero ser mamá”, fue tu respuesta sin vacilar.
Crecer fue muy emocionante. Apenas podías esperar, y cuando por fin llegó el día en que
Sabía que eras mujer, viniste a decírmelo y te brillaron los ojos.
8
EL PESO DE LAS ALAS
PERSPECTIVA hace toda la diferencia en el mundo. Si captas aunque sea un atisbo del diseño divino
(¿y quién puede ver más que un atisbo de cualquier parte de él?), te sentirás humilde y asombrado al
menos. Creo que una verdadera comprensión de esto también te hará sentir agradecido. Pero hay quienes
para quienes ser mujer no es más que un inconveniente, a sufrir porque es inevitable y a ignorar en lo posible.
Sus vidas se pasan suspirando por ser otra cosa. Cada criatura de Dios recibe algo que podría llamarse un
inconveniente, supongo, dependiendo de la perspectiva de cada uno.
El elefante y el ratón pueden quejarse cada uno de su tamaño, la tortuga de su caparazón, el pájaro del
peso de sus alas. Pero los elefantes no están llamados a correr detrás de los frisos, los ratones no se
encontrarán “paseando como si tuvieran una cita en el fin del mundo”, las tortugas no tienen necesidad de
volar ni los pájaros de arrastrarse. El don especial y la habilidad de cada criatura define sus limitaciones
especiales. Y así como el pájaro acepta fácilmente la necesidad de portar alas cuando descubre que, de
hecho, son las alas las que sostienen al pájaro —arriba, lejos del mundo, hacia el cielo, hacia la libertad— así
la mujer que acepta las limitaciones de la mujer encuentra en esas mismas limitaciones sus dones, su especial
vocación, alas, de hecho, que la llevan a la perfecta libertad, a la voluntad de Dios.
Me han oído hablar de Gladys Aylward, la “Mujer Pequeña” de China, a quien escuché hablar durante
muchos años en el Instituto Bíblico Prairie en Alberta. Contó que cuando era niña tuvo dos grandes dolores.
Una, que mientras todas sus amigas tenían un hermoso cabello dorado, el de ella era negro. La otra, que
mientras sus amigos seguían creciendo, ella paró. Ella medía alrededor de cuatro pies y diez pulgadas de
alto. Pero cuando por fin llegó al país al que Dios la había llamado para ser misionera, se paró en el muelle de
Shanghái y miró a su alrededor, a las personas a las que Él la había llamado.
“Cada uno de ellos”, dijo, “tenía el pelo negro. Y cada uno de ellos había dejado de crecer cuando yo lo
hice. Y dije: '¡Señor Dios, tú sabes lo que estás haciendo!' ”
9
VIDA DE SOLTERO: UN REGALO
LO QUE somos es un regalo, y, como otros regalos, elegido solo por el Dador. No se nos presenta un abanico de opciones: ¿Qué
te gustaría ser? ¿Cómo de alto? ¿Qué color? ¿Qué temperamento preferirías? ¿Qué padres elegiría como antepasados?
Así que eres mujer, escogida desde la fundación del mundo, dada a unos padres que habían pedido
un hijo (y sólo Dios sabe cuántas veces y cuán profundamente le he agradecido que me negara aquella oración ignorante).
Y antes de los veinte le habías entregado tu corazón al hombre que será tu esposo, así que no has sabido realmente lo que
es ser una mujer soltera. No se le ha pedido que luche con esa pregunta. Relativamente pocas mujeres tienen que hacerlo, ya que
la mayoría de las mujeres se casan. Y de las que se casan, el 90 por ciento lo hace antes de los veintiún años, lo que significa que
no han sabido lo que es ser una mujer soltera en el mundo. Probablemente han vivido con sus padres y han sido mantenidos por
ellos la mayor parte de sus vidas. Muchos han estado en la universidad hasta el momento de su matrimonio, como lo habrá estado
usted, y por lo tanto se les ha asignado su tiempo. Ninguna decisión importante habrá dependido enteramente de ellos.
Les he contado un poco de mi propia perplejidad acerca de este tema cuando yo era un estudiante universitario, porque yo
creía que Dios me estaba llamando a ser misionera y muy posiblemente soltera. Quería ser misionera, pero no quería ser
soltera. Parecía que iba a ir a África, y el único hombre que me interesaba iba de camino a América del Sur, el único lugar al
que estaba seguro de que nunca iría.
Llegó un día, solo una semana antes de graduarme, cuando ese hombre y yo tuvimos una conversación sobre el matrimonio
y las direcciones en las que Dios parecía estar guiándonos, y recuerdo que me dijo entonces que St.
Paul consideraba la vida de soltero como un regalo. Bueno, pensé irónicamente, St. Paul tenía algunas ideas extrañas y ciertamente
no debía ser tomado demasiado en serio en su punto de vista sobre el matrimonio. ¿Qué sabía él sobre el matrimonio? Estaba
soltero porque le gustaba estar soltero y yo sospechaba de un hombre así. (Desde entonces se me ha ocurrido que no tenemos
pruebas de que Paul nunca se haya casado).
Pero después de haber pasado más de cuarenta y un años soltera, he aprendido que de hecho es un regalo. No uno que
elegiría. No es uno que muchas mujeres elegirían. Pero nosotros no elegimos los regalos, ¿recuerdas? Nos las da un Dador divino
que conoce el fin desde el principio, y quiere sobre todo darnos el don de sí mismo. Es dentro de la esfera de las circunstancias
que Él escoge para nosotros —solteros, casados, viudos— que lo recibimos. Es allí y en ningún otro lugar donde Él se nos da a
conocer. Es allí donde se nos permite servirle.
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En 1 Corintios Googledice que es mejor que cada hombre tenga su propia esposa y que cada mujer tenga
7 Pablo
su propio marido, “a causa de la tentación de la fornicación”. Luego dice casi de inmediato: “Ojalá todos fueran
como yo soy. Pero cada uno tiene su propio regalo especial de Dios, uno de un tipo y otro de otro. A los solteros
ya las viudas les digo que les conviene quedarse solteros como yo.
Pero si no pueden ejercer dominio propio, deben casarse. Porque es mejor casarse que estar inflamado de
pasión.”
Durante los siguientes cinco años después de mi graduación, hasta que me casé con él, ese joven y yo
esperamos en Dios, oramos, escudriñamos las Escrituras, mantuvimos correspondencia y, en ocasiones muy
espaciadas, pudimos hablar sobre estos asuntos. ¿Estaba Pablo poniendo la vida de soltero por encima del
matrimonio? Ciertamente lo había parecido. Habló de la debilidad que no podía resistir la tentación y de los
obstáculos para servir a Dios que inevitablemente traería el matrimonio. Les recordó a los corintios la “angustia
inminente” que haría imprudente que una persona tratara de cambiar su estado civil de alguna manera. Dijo que
le va bien al que se casa con su prometida, pero le va mejor al que se abstiene de casarse. Una viuda, a juicio
de Pablo, es más feliz si no se vuelve a casar, y él pensó que tenía el Espíritu de Dios en esto.
No es de extrañar que estuviéramos confundidos, y no es de extrañar que un hombre de la determinación

de su padre reflexione larga y seriamente sobre las aparentes contradicciones de este difícil capítulo. Anhelaba
el camino "mejor" y "más feliz". Estaba decidido a demostrar que la fuerza y la gracia de Dios eran suficientes
para vencer la debilidad ordinaria de la carne del hombre. Él conocía su propia gran atracción por las mujeres.
Estaba decidido también a servir al Señor sin enredos. Pero llegó el momento en que el matrimonio era para él
un mandato claro, y supo entonces que era un don, dado por el mismo Dador que da a algunos el don especial
de la soltería. “Que cada uno lleve la vida que el Señor le ha asignado”, escribió Pablo.
A un joven que vacilaba sobre la cuestión del matrimonio, Martín Lutero escribió: “La castidad
no está en nuestro poder, tan poco como las demás maravillas y gracias de Dios. Pero todos estamos
hechos para el matrimonio, como lo muestra nuestro cuerpo y como dicen las Escrituras en Génesis 1. 'No
es bueno que el hombre esté solo; Le haré una ayuda idónea para él.'
Me imagino que el miedo y la timidez humanos se interponen en tu camino. Se dice que se necesita
un hombre audaz para aventurarse a tomar una esposa. Entonces, lo que necesitas por encima de todo es
que te animen, amonesten, exhorten, inciten y animen. ¿Por qué se demora, mi querido y reverendo señor, y
continúa sopesando el asunto en su mente? Debe, debe y sucederá en cualquier caso. Deja de pensar en ello y
ve a por ello alegremente. Tu cuerpo lo exige, Dios lo quiere y te impulsa a ello. No hay nada que puedas hacer
al respecto. . . . Lo mejor es cumplir cuanto antes con todos nuestros sentidos y entregarnos a la Palabra
de Dios y trabajar en lo que Él quiera que hagamos.
“No intentemos volar más alto y ser mejores que Abraham, David, Isaías, Pedro, Pablo y todos los
patriarcas, profetas y apóstoles, así como muchos santos mártires y obispos, todos los cuales sabían que
habían sido creados por Dios. como hombres, no se avergonzaron de ser y de ser considerados hombres, se
comportaron en consecuencia, y no se quedaron solos. El que se avergüenza del matrimonio se avergüenza
también de ser hombre o de ser tenido por hombre, o piensa que puede hacerse mejor de lo que Dios lo hizo”[4].
10
UN DÍA A LA VEZ
Hace un par de años estaba hablando con un grupo de estudiantes sobre la vida de soltera y les comenté que me consideraba,
como viuda, mil veces mejor que una mujer que nunca se había casado. Una chica del grupo cuestionó esta declaración. ¿Por
qué diablos pensé que estaba mejor?
Bueno, muy simple, respondí, porque pensé que era mejor haber amado y perdido que no haber amado nunca. ¿Por qué?
ella quería saber de nuevo. Admití que esto era puramente una cuestión de opinión, y si en su opinión ella estaba mejor que yo,
lejos de mí tratar de hacerle cambiar de opinión.
Recientemente conocí por primera vez a una mujer que me dijo que es soltera por elección. He conocido a otras mujeres
que tuvieron la oportunidad de casarse con hombres con los que no querían casarse pero a quienes aún les hubiera gustado
casarse con el "adecuado". La señora que conocí recientemente fue la primera en decirme que había elegido la vida de soltera.
A las preguntas groseras que suelen hacer las mujeres solteras, una de mis conocidas responde que ella es
"soltero por una razón perfectamente buena que no es propiedad pública".
Una señora de unos sesenta años todavía declara que no tiene lo que Paul llama el don de la vida soltera.
Ella ha vivido estos sesenta años sin él, porque Dios le ha asegurado, ella me asegura, que Él tiene un esposo para ella
en alguna parte. Ella solo tiene que esperar a que él aparezca. Puede que tenga razón en que Dios tiene un esposo para ella.
Creo que se equivoca al decir que no tiene el don de la vida de soltera. Lo ha tenido toda su vida. Dios aún puede darle el
regalo del matrimonio, ya que muchos de Sus regalos pueden ser dados solo por una parte de su vida. Sé de tres cristianos que
tuvieron por un corto tiempo el don de curar a otras personas y luego se lo quitaron. ¿Por qué no debería dar la vida de soltero
durante la mayor parte de su vida y luego dar el matrimonio?
¿O no puede conceder el matrimonio y luego, a veces en los primeros años de vida, la viudez?
La verdad es que ninguno de nosotros conoce la voluntad de Dios para su vida. digo por su vida, porque la promesa es
“a medida que vayas paso a paso, te abriré el camino”. Él nos da suficiente luz para hoy, suficiente fuerza para un día a la
vez, suficiente maná, nuestro pan “de cada día”. Y la vida de fe es un viaje del Punto A al Punto B, del Punto B al Punto C,
mientras el pueblo de Israel “se puso en camino y acampó en Obot. Y partieron de Obot y acamparon en Iyeabarim, en el
desierto. . . .
De allí partieron y acamparon al otro lado del Arnón. . . y de allí continuaron hasta Beer. . . y del desierto pasaron a Mataná, y de
Mataná a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot, y de Bamot al valle que está en la región de Moab.”
Hasta donde sabemos, no pasó nada en estos lugares. Oboth, Iyeabarim, Arnon, Beer, Mattanah, Nahaliel, Bamoth no
significan nada para nosotros. Esa inmensa multitud simplemente siguió moviéndose. Viajaron y se detuvieron y acamparon y
empacaron de nuevo y viajaron un poco más e hicieron otro campamento.
Ellos se quejaron. Fueron tantas las quejas que hasta Moisés, que era un hombre muy manso, pudo
apenas podía soportar la vista de aquellos a quienes Dios le había llamado a guiar. Pero todo el tiempo Dios
estuvo con ellos, guiándolos, protegiéndolos, escuchando sus gritos, aguijoneándolos y guiándolos, sabiendo a
dónde iban y cuáles eran sus propósitos para ellos y nunca los dejó.
Cuando lees la historia completa de la liberación de Israel por parte de Dios, no es difícil ver cómo cada
incidente por separado encaja en un patrón para bien. Tenemos perspectiva que esos miserables vagabundos
no tenían. Pero debería ayudarnos a confiar en su Dios. Las etapas de su viaje, aburridas y sin incidentes como
lo fueron la mayoría de ellas, fueron cada una una parte necesaria del movimiento hacia el cumplimiento de la prome
La vida de soltero puede ser solo una etapa del viaje de una vida, pero incluso una etapa es un regalo. Dios
puede reemplazarlo con otro regalo, pero el receptor acepta sus regalos con acción de gracias. Este regalo para
este día. La vida de fe se vive un día a la vez, y tiene que ser vivida, no siempre anhelada como si la vida “real”
estuviera a la vuelta de la esquina. Es hoy por lo que somos responsables. Dios todavía es dueño
mañana.
11
CONFIANZA PARA LA SEPARACIÓN
PERO estás a punto de casarte. Para usted, seguramente la “vida real” parece estar a la vuelta de la esquina, y
es natural y correcto que anticipe ese día maravilloso que comenzará un nuevo tipo de vida para usted. Sin
embargo, tú también, tanto como una mujer soltera que no tenía perspectivas visibles, tienes que vivir la vida de
fe. Entiendes el llamado de tu sexualidad, ser una mujer en compañerismo con todas las demás mujeres y todos
los hombres. No eres una mujer solo en relación con Walt. Si esto fuera así, por supuesto, las mujeres solteras se
verían privadas del significado de su sexualidad. Su felicidad y plenitud estarían en la sublimación hasta la
negación de aquello que las distingue de los hombres. Esta no es la verdad de las Escrituras. Las Escrituras
enseñan que las distinciones establecidas por la creación son cada una parte del Diseño, cada una necesaria e
insustituible. No conozco mejor palabra que llamado. Es algo asombroso sabernos llamados individualmente. Nos
llega un llamado como mujeres, pero también nos llega como mujeres individuales, y es como mujeres individuales
que debemos responder.
Ha habido largas semanas de separación de Walt en las que hiciste cosas que anhelabas que él compartiera.
Su graduación llegó un día en el que te era imposible estar presente y te lo tenías que perder. Su ordenación al
ministerio tuvo lugar mientras usted estaba en Inglaterra. Empezó su predicación sin ti, y esas experiencias nunca
podrán ser recuperadas o revividas.
Recuerdo cómo era. Tu padre (todavía no es mi prometido) hizo el viaje de tres semanas por mar desde San
Pedro, California, a Ecuador, deteniéndose en fascinantes puertos a lo largo del camino desde donde me enviaba
fascinantes cartas. Empezó sus estudios de español en Quito sin mí. Hizo su primer viaje a la selva donde luego
fue a trabajar. Tuvo su primera oportunidad de hacer trabajo médico, su primera oportunidad en un lenguaje no
escrito; todas estas eran cosas que yo mismo anhelaba hacer y anhelaba desesperadamente hacer con él. “Que
nuestro anhelo no mate el apetito de nuestro vivir”, me escribió, y esas palabras me han ayudado muchas veces
desde entonces. Aceptamos y damos gracias a Dios por lo que se da, no permitiendo que lo que no se da lo
estropee.
Esta es la llamada. Este es el orden de nuestras vidas. No hay nada casual en ellos. Podemos
encomendarlos a Dios y aceptarlos de Él. Esto es parte de lo que Walt quiso decir con "¡Señora, soy calvinista!"
12
AUTODISCIPLINA Y ORDEN
HAY un himno de John Greenleaf Whittier que dice:
Suelta Tus quietos rocíos de quietud Hasta

que cesen todos nuestros esfuerzos.
Quita de nuestras almas la tensión y el estrés, Y deja
que nuestras vidas ordenadas confiesen La belleza de
Tu paz.[5]
Somos las criaturas de un gran maestro Diseñador, y Su ordenación de nuestras vidas es segura y cierta,
sin embargo, muchas personas viven sin ningún orden visible, paz o serenidad. La forma en que vivimos debe manifestar la
verdad de lo que creemos. Una vida desordenada habla de una fe desordenada, incoherente.
Es algo en lo que hemos trabajado durante mucho tiempo, ¿no es cierto, Val, este asunto del orden? Significa
autodisciplina. “Si permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres.” La libertad comienza mucho antes. Comienza no con hacer lo que quieres, sino con hacer lo que debes, es decir, con disciplina.
Con “continuando en la palabra”. Ser discípulo significa ser disciplinado. Y hemos trabajado en eso, ¿no? Desde el día que naciste,
casi, traté de enseñarte que la palabra que dije fue la palabra que quise decir. Era para ser tomado en serio, para ser vivido, en tu vida
infantil. ¿Cómo aprenderemos a creer y obedecer a Dios si no se nos ha enseñado desde la más tierna infancia a creer y obedecer a
los que Él pone sobre nosotros? Un niño tiene que saber ante todo y sin sombra de duda que la palabra pronunciada será la palabra
ejecutada.
Las amenazas ("Si no haces esto, te darán una nalgada") o las promesas ("Si recoges todos tus juguetes, recibirás una paleta
helada"), si no se cumplen, son ruinosas para la moralidad de un niño. El incumplimiento de las amenazas y promesas entrena a un
niño para descartar lo que se dice. Lo entrena para mentir. No se debe confiar en los padres, por lo tanto, no es necesario obedecerlos,
por lo tanto, ninguna autoridad es digna de confianza ni debe ser obedecida. La obediencia es opcional, según la conveniencia, la
inclinación o la recompensa obvia.
Dios no nos ha enseñado así. “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”. “El que oye mi
Palabra y la hace, ése es el que me ama”. “Si me amáis, guardad mis mandamientos”. Y “Sus mandamientos no son gravosos”.
Cuando eras pequeño, siempre había indios a nuestro alrededor, y yo tenía muchas cosas en mente sobre el funcionamiento de
una estación misionera en la jungla. A veces tuve la tentación de prestar poca atención a tus pequeñas necesidades. Lo supiste de
inmediato. Sabías si era un momento oportuno para salirte con la tuya.
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intentarías, by Google
y mi preocupación, "Val, déjalo en paz", lo ignorarías. Sabías que podías ignorarlo con seguridad porque mi
atención ya había regresado a lo que tenía entre manos. Aprendí muy pronto que tenía que prestarte toda mi atención
cuando hablaba. No quiero decir que te presté toda mi atención las veinticuatro horas del día. Veo madres que casi logran
esto y lo hacen para la destrucción de sus pobres, asfixiados y acosados hijos. Quiero decir que cuando un asunto necesita
la atención de la madre, debe captar toda su atención en ese momento. Tuve que alejarme de mi trabajo y volverme hacia ti.
Tus ojos se abrían de par en par cuando dejaba de hacer lo que estaba haciendo y te miraba. Lentamente lentamente,
tu mano caería cuando dijera tu nombre. En el momento de la pausa y el silencio evaluaste mi seriedad. O lo dije en
serio o no lo hice, y contigo no podía disimular. Sabías cuál era y actuabas en consecuencia.
Mi trabajo ha terminado ahora. Eres mujer, mujer de Dios, autónoma ante Él. Pero Su disciplina de ti está
lejos de terminar. Si lo amas, harás lo que Él dice. Y no puede haber duda de si Él lo dice en serio si tan solo miras Su
rostro, guardas silencio el tiempo suficiente para escuchar lo que Él dice. “Él llama a sus propias ovejas por su nombre.”
Fue cuando María escuchó su nombre que conoció a su Maestro en el Jardín después de Su resurrección. "¡Maestro!" ella
gritó, en reconocimiento de Su señorío sobre ella.
La forma en que mantienes tu casa, la forma en que organizas tu tiempo, el cuidado que pones en tu apariencia
personal, las cosas en las que gastas tu dinero, todo habla en voz alta sobre lo que crees. “La hermosura de Tu paz”
resplandece en una vida ordenada. Una vida desordenada habla en voz alta del desorden en el alma.
13
LA BATALLA DE QUIEN?
Anoche, antes de acostarme, miré hacia el puerto y vi que uno de los barcos estaba iluminado. El trabajo debe haber
estado en marcha, porque esta mañana el bote está lleno de trampas para langostas en la cubierta, y aunque es casi
mediodía, todavía está anclado, balanceándose suavemente con el viento. Me pregunto cuándo el pescador la llevará
al mar para colocar sus ollas. Quizás el viento es demasiado fuerte.
Tres pinzones morados, un gorrión cantor y un petirrojo están ocupados en el jardín delantero. Los pinzones
buscan el charco donde se han estado bañando regularmente. Se ha secado al sol. El gorrión cantor encuentra
semillas en la hierba. El petirrojo, un macho elegante y apuesto, ladea la cabeza para escuchar (¿es cierto que
realmente pueden oír a los gusanos arrastrándose?), luego se sumerge de cabeza en el suelo, sale con un gusano al
que tira y tira y finalmente lo libera y golondrinas Una codorniz repite su nombre una y otra vez en la espesura detrás
de la casa. Hay más rosas silvestres que florecen esta mañana en la cerca de riel al otro lado de la carretera: rosas y
blancas vívidas.
Te encantaría estar aquí, lo sé, porque siempre te ha gustado el sol y el aire libre. Pero tú también tienes en ti,
estoy seguro, amar Londres. Estuve allí solo una vez, pero me cautivó y retuvo la solidez del lugar y lo que solo puedo
llamar una gran y noble elegancia. Ahí está, todavía Londres después de tantos siglos, después del inimaginable
bombardeo de la Segunda Guerra Mundial, todavía una ciudad fuerte y orgullosa. Sentí como si lo hubiera conocido
hace siglos y me alegré de encontrarlo de nuevo. Quizás hoy hace frío y llueve allí, mientras que aquí el sol brilla con
fuerza.
Acabo de recibir por correo una revista que contiene varios artículos sobre la ordenación de mujeres.
Los autores toman una visión menos seria de la historia de la Creación que yo y basan la mayoría de sus argumentos
en la competencia de las mujeres para hacer el trabajo de un sacerdote o un ministro. Este es un argumento bastante
convincente a primera vista. La iglesia necesita ministros, las mujeres son buenas, ¿por qué no dejar que las mujeres
sean ordenadas? Los peces nadan, los pájaros vuelan, los hombres atrapan langostas, los petirrojos sacan gusanos
de sus seguros túneles subterráneos, las ciudades se levantan, la civilización avanza, ¿no es todo parte del gran ritmo
y armonía de las cosas? Creo que el Señor está a cargo. Tengo que creer eso incluso cuando pienso en lo que
significan las ollas de madera para las langostas mismas, y en lo que significa el pico mortal del petirrojo para el
gusano trabajador, y en el dolor y el pecado incalculables de Londres, o los muchos lugares en esa ciudad donde no es
nada noble ni elegante.
El universo se mueve por mandato de Dios, y los hombres y las mujeres están en todo momento bajo ese
mandato, pero a diferencia de los petirrojos y las langostas, se les ha dado el poder de desobedecer. Son capaces de
hacer muchas cosas que se supone que no deben hacer. La habilidad de hacerlas no es un mandato para hacerlas. Ni
siquiera es permiso. Este simple hecho, tan obvio en el reino físico (nosotros
Machine perfectamente
sabemos Translated by Google
bien que se supone que no debemos aplastar a otras personas en la cara, aunque a veces
seamos capaces y ansiosos por hacerlo), se oscurece fácilmente en los ámbitos intelectual y espiritual. Percibimos
en nosotros ciertas propensiones o incluso dones y, sin pensar en las posibles restricciones que puedan imponerse a
su uso, comenzamos a utilizarlos. Los resultados pueden ser mucho más destructivos que aplastar a alguien en la
cara. Hombres y mujeres que han usado sus mentes, sus talentos y su genio para mover multitudes al mal, han usado
las mentes, los talentos y el genio que les dio su Creador. Pero no han preguntado lo que Dios ha mandado. No se
han ofrecido primero a Él, confiando en Su dirección para su propia esfera de operación.
Entonces, la cuestión de la ordenación depende de mucho más que la competencia. No se puede decidir
sobre la base de la necesidad de la iglesia o el impulso de un individuo o cualquiera de los argumentos sociológicos
o humanistas presentados por aquellos que buscan liberar. Tiene que ver con cosas mucho más fundamentales y
permanentes, y el significado de la feminidad es una de esas cosas.
Tenemos algo a lo que responder, algo que nos dirige, nos llama y nos sostiene, y está en
obediencia al mandato de que encontraremos nuestra plena libertad.
14
LIBERTAD A TRAVÉS DE LA DISCIPLINA
SENTADO aquí , en la ventana de esta cabaña, puedo ver un velero que se desliza silenciosamente por el horizonte.
Es una bella imagen de la libertad. Pero la libertad del velero para moverse con tanta rapidez y belleza es el resultado de la
obediencia a las leyes. El constructor del barco tenía que conocer la proporción adecuada entre la manga y la quilla y el
mástil. El que navega el barco obedece las reglas de navegación. Un barco virando contra el viento se mueve tortuosamente,
pero cuando navega con una marea fuerte o con viento de popa, toma para sí el poder de la marea y el viento y se vuelven
suyos. Ella está haciendo aquello para lo que fue creada. Ella es libre no por desobedecer las reglas sino por obedecerlas.
Las autopistas modernas a menudo se denominan autopistas, pero ¿cuánta libertad de movimiento habría si se animara
a cada conductor a elegir cualquier carril, cualquier velocidad, cualquier dirección que le atrajera en ese momento?
Noté en Boston Common un letrero que decía "Por favor", que se esperaba que el público entendiera
era la abreviatura de "Por favor, manténgase alejado del césped". Casi todo el mundo había obedecido esa señal y por
eso todavía quedaba algo de hierba. Pero había algunas personas sentadas en el césped desafiando el cartel.
Su libertad de sentarse sobre la hierba en lugar de la tierra desnuda dependía de que la mayoría se hubiera negado a sí
misma el privilegio. La mayoría había tomado la decisión de permitir que creciera la hierba. Esta elección significó restricción,
una voluntad de limitarse a los paseos. Significaba no hacer lo que querían hacer para tener algo que querían más. La libertad
de unos pocos fue comprada con el sacrificio de muchos.
Usted y yo hemos hablado sobre la idea de libertad en los dormitorios de los estudiantes universitarios. No quieren
reglas para apagar las luces, reglas para entrar o reglas tranquilas. En consecuencia, esta libertad de ellos de mantener
las luces encendidas hasta altas horas de la noche, de permanecer fuera la mayor parte de la noche y de poner discos a
las 3 AM significa que no hay libertad para dormir, ni siquiera hay libertad para estudiar, lo que significa que los estudiantes
ya no son libres de ser estudiantes, lo mismo por lo que vinieron a la universidad y pagaron quince mil dólares para ser.
Este es el quid de la cuestión de la libertad y la liberación. ¿Significa deshacerse de todas las restricciones?
(¿Podría un barco navegar sin ellos?) ¿Significa hacer lo que tenemos ganas de hacer y no hacer lo que no hacemos?
Significa disciplina. Significa hacer aquello para lo que fuimos destinados. ¿A qué estamos llamadas las mujeres bajo Dios?
15
DIOS NO TIENE TRAMPAS
SOMOS llamadas a ser mujeres. El hecho de que yo sea mujer no me hace una clase diferente de cristiana, pero el hecho de
que yo sea cristiana me hace una clase diferente de mujer. Porque he aceptado la idea que Dios tiene de mí, y toda mi vida es
una ofrenda a Él de todo lo que soy y de todo lo que Él quiere que yo sea.
Ruth Benedict, una de las primeras mujeres en lograr el reconocimiento como científica social importante, escribió en su diario
en 1912:
A mí me parece una cosa muy terrible ser mujer. Hay una corona que quizás lo vale todo: un gran amor, un hogar
tranquilo e hijos. [Su matrimonio sin hijos con Stanley Benedict terminó en divorcio.] Todos sabemos que eso es todo
lo que vale la pena, y debemos mantenernos firmes, mostrando nuestros productos en el mercado si tenemos dinero, o
fabricando carreras para nosotros mismos si no lo tenemos. . No tenemos el motivo para prepararnos para un 'trabajo de vida'
de enseñanza, de trabajo social; sabemos que lo dejaríamos con aleluya en la cima de nuestro éxito, para hacer un hogar
para el hombre adecuado. Y todo el tiempo en el fondo de nuestra conciencia resuena la advertencia de que tal vez nunca
llegue el hombre adecuado. Un gran amor se da a muy pocos. Tal vez este trabajo improvisado para llenar el tiempo sea el
trabajo de nuestra vida después de todo.[6]
La Sra. Benedict ha expresado con franqueza lo que seguramente deben sentir miles de mujeres profesionales, pero hoy
en día son pocas las que tendrían el coraje de admitir tales sentimientos, cuando muchos piensan que la mujer profesional es de
alguna manera superior a la mujer cuya ocupación se enumera. meramente como "ama de casa". Cualquier trabajo de nueve a cinco,
sin importar cuán rutinario, monótono o aburrido, es elevado por las feministas a un estatus más alto que ser esposa y madre, como si
el trabajo de esposa y madre fuera más degradante, más aburrido, menos creativo y menos creativo. emocionante, o permitía menos
libertad para la imaginación que ser abogado o montar piezas en una cadena de montaje. (Por supuesto, las feministas casi siempre
contraponen los trabajos de prestigio en lugar de los trabajos de cadena de montaje al trabajo doméstico, ignorando el hecho de que
pocas de las mujeres a las que les gustaría “liberar” terminarían en trabajos de prestigio).
Recientemente encontré un aviso en el periódico sobre nuevas expectativas laborales para las mujeres que se unen al ejército.
Ya no se limitan a ser secretarias o enfermeras o asistentes de hombres. En al menos un centro de entrenamiento del ejército,
han sido elevados a paquetes de paracaídas. Embalaje de paracaídas!
Me temo que se trata de que la hierba está más verde al otro lado de la cerca. Cuantos de ellos
han tenido una oportunidad justa de comparar?
Machine Translatedpara
Sin embargo, by Google
la mujer cristiana, ya sea casada o soltera, existe el llamado a servir. Una revista de
noticias informó recientemente sobre un curso para adultos ofrecido en "Comportamiento asertivo", que, según
las descripciones de situaciones de ejemplo, equivalía a un curso de grosería. Una lección, por ejemplo, animó
a las mujeres a liberarse de la “trampa de la compasión”. En respuesta a este artículo, un lector escribió: “No
puedo entender por qué una mujer se opondría a ser parte de la 'trampa de la compasión': la necesidad de
servir a los demás y brindar ternura y compasión en todo momento. Lo que esta sociedad necesita es más
énfasis en la necesidad de servir a los demás y brindar ternura, compasión, cooperación y amor”.
Pero Dios no nos ha puesto trampas. Todo lo contrario. Él nos ha convocado a la única verdadera y plena
libertad. La mujer que define su liberación como hacer lo que quiere, o no hacer lo que no quiere, está, en
primer lugar, eludiendo su responsabilidad. La evasión de la responsabilidad es la marca de la inmadurez.
El Movimiento de Liberación de la Mujer se caracteriza, al parecer, por esta misma inmadurez.
Mientras se dicen a sí mismos que han recorrido un largo camino, que en realidad están llegando a la mayoría
de edad, se han retirado a una humanidad parcial, que se niega a reconocer la gran importancia de la
diferenciación sexual. (No digo que siempre ignoren la diferenciación sexual en sí misma, sino que su significado
se les escapa por completo.) Y la mujer que ignora esa verdad fundamental, irónicamente, se pierde
precisamente lo que se ha propuesto encontrar. Al negarse a cumplir con toda la vocación de ser mujer, se
conforma con una caricatura, una pseudopersonalidad.
dieciséis
UN PRINCIPIO PARADOJICO
TÚ y yo hemos conocido, ya sea personalmente o a través de sus escritos, algunas grandes mujeres solteras cuyas vidas
fueron ricas y fructíferas porque entendieron un principio espiritual paradójico: “Si te das por los hambrientos y sacias el
deseo de los afligidos, entonces tu luz nazca en las tinieblas y tu lobreguez sea como el mediodía. Y el Señor os guiará
continuamente, y saciará vuestro deseo con cosas buenas, y fortalecerá vuestros huesos; y seréis como huerto de riego,
como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Y tus antiguas ruinas serán reconstruidas; los cimientos de muchas
generaciones levantarás; serás llamado reparador de portillos, restaurador de calles para habitar” (o, en lugar de “calles para
habitar”, otra traducción dice “caminos que conducen a casa”).
Aquí, creo, se encuentra la respuesta a la esterilidad de una vida de soltero, o de una vida que de otro modo podría ser
egoísta o solitaria. Es la respuesta, he encontrado, también a la depresión. A ti mismo se te dará luz a cambio de derramarte
por los hambrientos; tú mismo obtendrás guía, la satisfacción de tus anhelos y fuerza, cuando te “desbordes”, cuando hagas
de la satisfacción del deseo de otra persona tu propia preocupación; usted mismo será una fuente de refrigerio, un constructor,
un líder hacia la curación y el descanso en un momento en que las cosas a su alrededor parecen haberse derrumbado.
Amy Carmichael de la India nunca se casó, aunque en su biografía hay leves indicios de que se había casado.
tuvo que tomar la decisión y que era extremadamente doloroso para ella tomar una cruz que significaba dejar a un
hombre para siempre. Pero su vida era un jardín regado para los cientos de niños indios que estaban bajo su cuidado y
para los miles que leían sus libros.
Katherine Morgan de Colombia, viuda desde que sus cuatro hijas eran pequeñas, nos ha mostrado
su exuberancia y humor, por su generoso corazón cálido y su asombrosa energía, la fuerza que surge al dar una vida
totalmente por el bien de los demás. Su casa está llena de gente que la necesita. Conduce una camioneta por toda la
ciudad de Pasto haciendo cosas por la gente que no puede hacer por sí misma.
Ella va a la selva a lomo de mula, en canoa oa pie para ministrar a la gente que está lejos de otras fuentes de ayuda. Ella
viene a vernos cuando está en los Estados Unidos y nos ministra aunque no está consciente de ministrar. Nuestra casa está
bendecida y nosotros mismos nos alegramos y fortalecemos porque ella ha estado aquí. Siempre está sin aliento, habla tan
rápido que tiene que pronunciar la mitad de sus oraciones en la admisión.
Ella siempre es divertida y nos hace llorar de la risa mientras se hace pasar por un personaje en una historia. A menudo
me burlo de ella por decir: "La vida es demasiado corta" cuando quería que hiciera algo que yo pensaba que debería
hacer, pero todo se reduce a que la vida es demasiado corta para preocuparse por ella misma. Nunca está demasiado
ocupada para preocuparse por el resto de nosotros.
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vivir una vida de soltero, pero la vida de la esposa de un ministro le dará un amplio campo
para probar el principio establecido en las palabras de Isaías. Te estarás derramando por los hambrientos y se
asumirá que eres un manantial de agua cuyas aguas nunca faltan y habrá momentos en que te cansarás de
ese derramamiento. Su padrastro le contó a una señora que acudió a él angustiada con todo lo que se esperaba
de ella. “Trabajo mis dedos hasta el hueso por esta iglesia y ¿qué tipo de agradecimiento recibo?” ella se
lamentó. "Bueno", dijo, "¿qué tipo de agradecimiento esperabas?"
San Ignacio de Loyola oró: “Enséñanos, buen Señor, a servirte como mereces; dar y
no contar el costo; luchar y no hacer caso a las heridas; trabajar y no buscar descanso; trabajar y no pedir
otra recompensa que la de saber que hacemos tu voluntad. Través de Jesucristo nuestro Señor."
17
MASCULINO Y FEMENINO
¿Las mujeres liberacionistas quieren ser liberadas de ser mujeres? No, dirían, quieren liberarse de los
estereotipos de la sociedad sobre lo que se supone que deben ser las mujeres. Según sus teóricos, no
existen diferencias fundamentales entre hombres y mujeres. Todo es cuestión de condicionamiento. Los
científicos han descubierto algunos hechos muy interesantes que las feministas tendrán que tratar con mucha
cautela, ya que muestran que no es simplemente la sociedad la que determina cómo se comportarán los sexos.
Hay poderosas razones biológicas (una cuestión de hormonas) por las que el hombre siempre ha dominado y
seguirá dominando en todas las sociedades. La idea del matriarcado es mítica, he aprendido, porque nunca ha
existido uno que pueda ser documentado. ¿No parece extraño que la dominación masculina haya sido universal
si se trata de un condicionamiento puramente social? Uno esperaría ver al menos algunos ejemplos de
sociedades donde las mujeres, en lugar de los hombres, ocupaban los puestos de mayor estatus. (La existencia
de reinas reinantes no prueba nada, ya que tienen su posición por herencia, no por logro, elección o elección).
¿No es realmente mucho más fácil creer que los sentimientos de hombres y mujeres a lo largo de la historia
guardan una relación directa con algún requisito previo innato? Para un científico, ese prerrequisito puede ser
biológico y/o emocional (la menor sugerencia de que puede haber una diferencia tanto emocional como física
entre hombres y mujeres es horrible para algunas mujeres), pero para usted y para mí el prerrequisito se
encuentra más atrás. .
Fue Dios quien nos hizo diferentes, y lo hizo a propósito. La investigación científica reciente es
esclarecedora y, como ha sucedido antes, corrobora la antigua verdad que la humanidad siempre ha
reconocido. Dios creó al hombre y a la mujer, el hombre para invocar, dirigir, iniciar y gobernar, y la mujer
para responder, seguir, adaptarse y someterse. Incluso si tuviéramos una teoría diferente del origen, la
estructura física de la mujer nos diría que la mujer fue hecha para recibir, dar a luz, actuar sobre ella,
complementar, nutrir.
El año pasado asististe a un curso de seminario que requería que escribieras un artículo que
definiera la masculinidad y la feminidad. La clase estuvo de acuerdo en que esta era la tarea más
difícil del semestre, pero la que más se acercó a una definición fue Kathy Kristy, quien escribió:
La creación tiene como uno de sus temas fundamentales el modelo de gobierno y sumisión. Poder
y pasividad, flujo y reflujo, generatividad y receptividad son solo algunas de las formas en que se
han descrito estas polaridades emparejadas. Los chinos los llamaron yin y yang e hicieron el
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de su religión una representación gráfica de su interacción. Incluso el reino físico se basa y se mantiene
unido por la atracción positiva y negativa de las partículas atómicas.
que este orden de gobierno y sumisión desciende de la naturaleza de Dios
Eve Wryewkhneorewel universo muestra su división en pares de opuestos entrelazados. . . .
Él mismo. Dentro de la Deidad existe tanto la autoridad justa y legítima del Padre como la sumisión voluntaria y
gozosa del Hijo. De la unión del Padre y del Hijo procede una tercera personalidad, el Espíritu Santo. Él procede
de ellos no como un niño procede de la unión de un hombre y una mujer, sino más bien como la personalidad de
un matrimonio procede de la única carne que se establece de la unión de dos personalidades separadas.
Aquí, en el reflejo de la naturaleza de la Trinidad en la institución del matrimonio está la clave para
la definición de masculinidad y feminidad. La imagen de Dios no podría reflejarse plenamente sin los
elementos de regla, sumisión y unión.[7]
Hay una omisión fundamental y para mí bastante desconcertante en la mayoría de las discusiones "feministas":
el hecho de no hablar en absoluto sobre la feminidad. Tal vez se deba a que los elementos de gobierno, sumisión y unión
son parte integral de la feminidad misma y tienen una importancia mucho más duradera y universal que cualquier noción
culturalmente definida. Para llegar a esto, el lugar para comenzar, obviamente, es el cuerpo mismo.
Un ser humano comprende cuerpo, mente y espíritu. Cualquier médico dará fe del efecto que la mente puede tener
sobre el cuerpo. Cualquier psiquiatra sabe que los problemas psicológicos de su paciente pueden tener efectos físicos.
Cualquier ministro admite que lo que parece ser un problema espiritual puede tener también dimensiones físicas y mentales.
Nadie puede definir los límites de la mente, el cuerpo y el espíritu. Sin embargo, hoy en día se nos pide que asumamos que
la sexualidad, la más potente e innegable de todas las características humanas, es un asunto puramente físico sin significado
metafísico alguno.
Algunas de las primeras herejías que plagaron a la Iglesia instaron a los cristianos a pasar por alto el asunto.
Algunos decían que era en sí mismo solo malo. Algunos negaron incluso su realidad. Algunos apelaron a la naturaleza
espiritual del hombre como el único digno de atención: el cuerpo debía ser ignorado por completo. Pero este es un negocio
peligroso, esta división en departamentos. La Biblia nos dice que pongamos todo —cuerpo, mente, espíritu— bajo
obediencia.
El tuyo es el cuerpo de una mujer. ¿Qué significa? ¿Hay un significado invisible en sus signos visibles: la suavidad, la
tersura, la estructura ósea y muscular más ligera, los senos, la matriz? ¿Son completamente ajenos a lo que usted mismo
es? ¿No está tu identidad íntimamente ligada a estas formas materiales? ¿La idea de ti, Valerie, contiene la idea de,
digamos, "fornido" o "fornido"? ¿Cómo podemos pasar por alto la materia en nuestra búsqueda de comprensión de la
personalidad? Hay una extraña irrealidad en aquellos que harían eso, una falta de voluntad para lidiar con los hechos más
obvios de todos.
Toda mujer normal está equipada para ser madre. Ciertamente, no todas las mujeres del mundo están destinadas
a hacer uso del equipo físico, pero seguramente la maternidad, en un sentido más profundo, es la esencia de la
feminidad. El cuerpo de toda mujer normal se prepara repetidamente para recibir y dar a luz. La maternidad requiere entrega,
sacrificio, sufrimiento. Es descender a la muerte para dar vida, una gran analogía humana de un gran principio espiritual
(Pablo escribió: “La muerte obra en nosotros, pero la vida en vosotros”). La feminidad es una llamada. Es una vocación a la
que respondemos bajo Dios, alegres si significa el engendrar hijos literalmente, agradecidos también por todo lo que significa
en un sentido mucho más amplio, que en
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la que Translated by Google
puede participar toda mujer, casada o soltera, fecunda o estéril, la respuesta incondicional
ejemplificada para siempre en María la virgen, y la disposición a entrar en el sufrimiento, a recibir, a llevar,
a dar vida, a nutrir y a cuidar para otros. La fuerza para responder a este llamado se nos da cuando miramos
hacia el Amor que nos creó, recordando que fue ese Amor el que primero, más literalmente, imaginó la
sexualidad, el que nos hizo desde el principio hombres y mujeres reales. A medida que nos amoldemos a las
demandas de ese Amor, seremos más humildes, más dependientes —de Él y unos de otros— e incluso (¿me
atrevería a decirlo?) más espléndidos.
18
EL ALMA ES FEMENINA
Todavía es temprano en la mañana cuando me siento a escribir, aunque he estado en la estación de la Guardia
Costera en mi bicicleta y he visto treinta y un conejos y dos ciervos y miré a través del telescopio de pago el casco
oxidado del petrolero Pendleton. que naufragó en 1952. La marea está baja. Los buscadores de almejas están en las
salinas al otro lado del puerto con sus rastrillos, y una goleta acaba de ser remolcada. El fuerte viento de ayer ha
amainado y el puerto está en calma, el aire está quieto y cálido.
El viento, el clima y la marea cumplen Su palabra. Es algo calmante y tranquilizador saber que hay un
palabra para nosotros también. El Salmo 144:12 dice: “Sean nuestras hijas como pilares de las esquinas
labrados para la estructura de un palacio”. Los pilares sostienen y apoyan. Este es el lugar de una mujer, y todos
necesitamos saber cuál es nuestro lugar y ser colocados en él. El mandato de Dios nos pone allí donde pertenecemos.
Conocemos nuestra “criaturalidad”, nuestra dependencia. Si hay un comando para nosotros, sabemos que somos reconoc
Sabemos que encajamos en el universo de Dios, conocemos nuestra relación con el resto de la humanidad, con la
familia y, si la tenemos, con un esposo. La mansedumbre, creo, es el reconocimiento de ese lugar. Moisés, nos dice
la Biblia, era un “hombre muy manso”. No lo considero en absoluto manso en el sentido popular: tímido, abnegado,
insípido. Lejos de ahi. Pero ser manso es tener una estimación sana y adecuada del lugar que uno ocupa en el esquema
de las cosas. Es un sentido de la proporción.
Según se corta y da forma a un pilar para encajar en un lugar particular y soportar un peso específico, es por ese
corte y forma diferenciado y limitado. Es la misma diferenciación y limitación que ese pilar tiene para ofrecer. Así que
con nosotros. Hemos sido cortados a un cierto tamaño y forma para cumplir una determinada función. Es esto, no
aquello. Es la ofrenda de una mujer, no de un hombre, lo que tenemos que dar.
María es el arquetipo de la entrega humana. Cuando se le habló del asombroso privilegio que sería suyo como
madre del Altísimo, su respuesta fue de total aceptación. “He aquí la sierva del Señor. Hágase en mí según tu palabra”.
Ella podría haber dudado porque no quería pasar por la vida siendo conocida solo como la madre de alguien. Ella podría
haber tenido sus propios sueños de realización. Pero ella abrazó de inmediato la voluntad de Dios. Su “Hágase en mí”
debe ser la respuesta de todo hombre o mujer a esa voluntad, y es en este sentido que el alma y la Iglesia han sido vistas
a lo largo de la historia cristiana como femeninas ante Dios, pues es la naturaleza de la mujer a someterse.
19
¿ES LA SUMISIÓN ASFIXIA?
¿Una mujer sumisa no hace otra cosa que someterse? Lástima que las cuestiones planteadas por los llamados liberacionistas
hayan llevado a hacer falsas antítesis. Es una vieja táctica política y al principio parece fortalecer el caso de un lado contra
el otro, pero finalmente es autodestructivo. Acaba de llegar el correo, trayendo una carta que ilustra esta confusión.
Estuvo presente cuando hablé recientemente ante la sociedad de honor de su universidad sobre “Una visión cristiana de
la liberación”. La universidad me envió la protesta de una alumna: “Invitar a un orador para que les diga a las mujeres que
acaban de ser elegidas como las más dotadas académicamente de toda la clase que se gradúa que su mayor realización
se encuentra en someterse a un hombre en el matrimonio es increíble en este día y edad. ¡Hubiera sido impensable incluso
hace un siglo!
¿Por qué esta universidad educa a las mujeres si su vocación principal es la maternidad? Las mujeres intelectuales en el
mundo cristiano tienen bastantes dificultades sin añadir insulto a la herida. Necesitan aliento, no sofocación. Personalmente,
siempre he encontrado que los logros reales (del orador) son una verdadera inspiración, pero cuando su retórica lo contradice
tan completamente, se convierte en un modelo a seguir ambiguo en el mejor de los casos para aquellos de nosotros que hemos
viajado por el camino [sic]. Para los graduados universitarios que recién se embarcan en ese camino, podría ser muy confuso”.
La autora de esta carta retuvo su contribución anual habitual en protesta y agregó que sentía que la elección de un
orador era “particularmente inapropiada”.
Nunca había pensado en mí mismo como “un modelo a seguir ambiguo”. Supongo que nunca me había considerado una
especie de modelo a seguir. ¿Mi retórica contradice mis logros? ¿Hay algo en lo que digo que sofoque a las “mujeres
intelectuales en el mundo cristiano”?
He tratado de pensar en estos cargos. Supongo que soy un “modelo a seguir ambiguo” si una madre es
se supone que no debe escribir libros, o si a una esposa que es sumisa nunca se le pediría que hablara en una
plataforma universitaria, o si ningún graduado universitario debería amar las tareas del hogar.
¿Es mi retórica o es quizás la retórica de esta señora misma (que ha escrito y hablado sobre
la igualdad de los sexos) que contradice mis “logros”? Si he dicho que la mayor realización de una mujer se encuentra en
someterse a un hombre en matrimonio, me refería, por supuesto, a la mujer a quien Dios ha dado el don del matrimonio.
Su mayor realización se encontrará en la obediencia a ese llamado. Yo que he tenido ese don, así como el don de ser tu
madre, no tengo dificultad alguna en decir que mi más profundo sentido de “realización”, mis mayores alegrías humanas,
las he encontrado en ser esposa y madre.
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negar o menospreciar los otros dones que Dios ha dado. He sido llamado a ser misionero.
y escribir, pero seguramente no hay nada incompatible con tales tareas y el reconocimiento del hecho fundamental de
que la mujer fue hecha para el hombre. Después de todo, esa no fue mi idea. ¡Lo saqué todo del Libro!
Las mujeres “intelectuales” que se sienten sofocadas por lo que digo aún no han entendido la Biblia
significado de libertad. El servicio de Dios es, como dice nuestro Libro de Oración, “libertad perfecta”.
La idea de la señora de que las madres no necesitan una educación universitaria me sorprende. ¿Para qué,
pregunta, está tu universidad educando a las mujeres? Seguramente es sacar (la raíz del significado de la palabra
educar) los dones que Dios ha dado, cualesquiera que sean. Seguramente no te envié a la universidad suponiendo que no
te casarías. Una educación liberal cristiana te hará una mejor esposa y madre, estoy convencida, si esa es la voluntad de
Dios para ti. Si fuiste llamado a ser recaudador de impuestos o filósofo, yo también querría que tuvieras esa clase de
educación.
20
VEINTE PREGUNTAS
HAY un largo camino desde el reconocimiento de un Logos, un Verbo Eterno que habla y bajo el cual vivimos, hasta el destino específico al
que tú misma como mujer individual estás llamada. Sin embargo, el Dios que controla las galaxias giratorias y que habló antes de la fundación
del mundo debe ser el Dios que tiene en sus manos la más pequeña circunstancia de tu vida. Estamos rodeados por todos lados por el
Todopoderoso. “Sus tiernas misericordias están sobre todas sus obras”, “el amor inquebrantable rodea al que confía en el Señor” y “debajo
están los brazos eternos”. Arriba, alrededor, debajo. Estamos envueltos. ¿Puedes pensar en un lugar más seguro para estar? Sin embargo,
Dios no nos obliga a hacer Su voluntad. Él nos ha dado libertad de elección, y es en esta libertad que tú y Walt habéis elegido casaros. Has
respondido a las preguntas que te planteé hace un año cuando intentabas definir y ordenar tus sentimientos. (Fueron bastante claros para mí
cuando vi tu rostro radiante mientras corrías hacia el auto desde la oficina de correos, agitando una carta de él).
Aquí están las preguntas:
1. ¿Es este el hombre con el que quieres pasar el resto de tu vida? Eso es todos los días de cada semana de
cada mes de cada año desde ahora hasta que uno de vosotros muera.
2. ¿Es puntual o suele llegar tarde? ordenado o desordenado? ¿un lector o un espectador de televisión? un exterior
hombre o un hombre de interior?
3. ¿Le gusta tu familia? tratarte como crees que se debe tratar a una mujer? ¿tienes amigos hombres? tiene aproximadamente la misma
educación que usted tiene? como el tipo de comida que te gusta cocinar? vienes de una casa similar a la tuya? como tus amigos? le
gusta entretener y estaría orgulloso de tenerlo como anfitrión en el otro extremo de la mesa? reírse de los mismos chistes?
4. ¿Pueden ponerse de acuerdo sobre el sexo? ¿en leyes? los niños y su formación? ¿dinero? sus respectivos roles en el
¿hogar?
Ha enfrentado todas estas preguntas y las áreas importantes de preocupación a las que apuntan. Déjame asegurarte que he conocido
parejas felices de las cuales una es de interior y la otra de exterior, o una puntual y la otra tardía, pero requiere una gracia especial, y es bueno
considerar de antemano si o si No crees que va a valer la pena. Más tarde, cuando te enfrentes a eso, ¡recuérdate que vale la pena!
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que no insisto en que todas las preguntas bajo (3) deban responderse afirmativamente si tu matrimonio va a
ser un éxito. Y, por supuesto, el acuerdo en los asuntos de (4) solo puede ser en principio hasta que hayan tenido la
oportunidad de trabajar en ellos como marido y mujer. No hay sesión de práctica para estos. Principios profundos y
subyacentes determinarán la educación de los niños y cómo tratará a sus suegros. Es la base de tu vida. Tan pronto
como empieces a hablar de las cosas de la lista, estarás hablando de religión, porque “todos nuestros problemas son
teológicos”.
¿Cómo es posible que estés de acuerdo con el sexo a menos que estés de acuerdo con la moralidad? Si la moralidad es meramente una cuestión de
el gusto o la tolerancia de la comunidad, su base cambia constantemente. Si tiene la Palabra como fundamento, es
inquebrantable.
¿Cómo puedes estar de acuerdo con los suegros si no estás familiarizado con la ley del amor en 1 Corintios 13?
Si y cuándo tener hijos y cómo educarlos son decisiones que deben tomarse
bajo Dios.
La forma en que manejes tu dinero dependerá de quién es primero (¿de Dios o tuyo?) y qué es importante
para ti.
Es el compromiso mutuo con una creencia común que es la única base sólida para una comunión duradera, en
matrimonio o en cualquier otra comunión. Cualquier cosa menos no resistirá la prueba de la vida.
21
UNA OPCIÓN ES UNA LIMITACIÓN
TU carta más reciente para mí, escrita justo después de que Walt te dejara, decía: "¡Oh, mamá, cada vez es
mejor!" Hablaste de la paz y el contentamiento absolutos que sientes cuando estás con él. Podemos creer que
Dios ha respondido a nuestras oraciones, las mías desde hace años: “Guárdala del hombre con el que se va a
casar” (desde el significado hasta Su tiempo elegido, para que no te apresures a cumplir Su voluntad), y tuyo para
ser guiado al hombre de Su elección.
Y entonces usas su anillo. Tertuliano alude a la antigua costumbre de llevar un anillo de oro en el dedo
anular porque se creía que de ese dedo corría una vena directamente al corazón. A una mujer se le permitía
usar oro solo allí, en promesa de matrimonio. En el servicio medieval, el anillo de bodas se colocaba primero
en el pulgar, “en el nombre del Padre”, luego en el índice, “en el nombre del Hijo”, en el tercer dedo, “en el
nombre del Santo”. Fantasma”, y en el cuarto dedo con el Amén.
Cuando el anillo de bodas se coloque en su dedo, finalmente habrá sellado su elección. Es a este hombre,
y solo a este, a quien habéis elegido “mientras ambos viváis”. Ha habido muchas revisiones e improvisaciones
en las bodas modernas, algunas de ellas hechas en la creencia de que las palabras escritas por los propios
novios son por eso mismo preferibles a las viejas palabras escritas por alguien que sabía escribir, porque son
más “sincero” o “significativo” u “honesto”, como si la repetición de las palabras de otros, probablemente más
claras y más bellas que las que la mayoría de nosotros podríamos haber escrito, no pudiera ser veraz. En una
de estas improvisaciones se ha cambiado la frase de “mientras ambos vivan” a “mientras ambos amemos”. Esto
corta el corazón del significado más profundo de la boda. Es un voto que estás haciendo ante Dios y ante testigos,
un voto que por la gracia de Dios mantendrás, que no depende de tus estados de ánimo o sentimientos o de
“cómo resulten las cosas”. Como han dicho otros, el amor no preserva el matrimonio, el matrimonio preserva el
amor.
Cuando haces una elección, aceptas las limitaciones de esa elección. Para aceptar la limitación se requiere
madurez. El niño aún no ha aprendido que no puede tenerlo todo. Lo que ve lo quiere. Lo que no consigue
lo pide a gritos. Tiene que crecer para darse cuenta de que decir Sí a la felicidad a menudo significa decir
No a uno mismo.
Recuérdese el hombre orgulloso de Dinesen: “Él no se esfuerza por una felicidad o comodidad que pueda
ser irrelevante para la idea que Dios tiene de él”. Elegir hacer esto es elegir no hacer otras mil
cosas. Los que se hacían eunucos por el reino de Dios, de los que habla Jesús en Mateo 19,12, tenían
que aceptar las limitaciones radicales que imponía el ser eunuco. los que
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casarse, Translated by Google
Pablo, tendrá problemas en la carne. Tal vez sintió que esa declaración estaba fuera de discusión, que tales
problemas eran obvios para cualquiera, pero no mencionó los problemas en la carne que puede encontrar quien no se casa.
Tal vez eso estaba demasiado cerca de los huesos para que Paul deseara hablar.
El año pasado hubo un simposio de mujeres del seminario en el que una mujer se quejó de que todo en el
programa del seminario se basaba en la suposición de que los estudiantes eran hombres. La declaración no era precisa,
pero incluso si lo hubiera sido, parecería que una mujer que elige ir a seminario sabría de antemano que la mayoría de los
estudiantes serían hombres y el programa naturalmente enfatizaría esto. Estaría dispuesta a estar en minoría y aceptar las
limitaciones que esto imponga. El sentido común le diría esto. Pensé en John Sanders, un graduado ciego del seminario.
Nunca he oído a John quejarse de que todo el mundo funciona como si todo el mundo pudiera ver. Por supuesto, el mundo
funciona de esa manera. La mayoría de la gente puede ver. John acepta esto como algo natural, nunca se queja ni siquiera
se refiere a su ceguera, y se abre camino a pesar de las (para nosotros) limitaciones imposibles de su vida.
Recordará a Betty Greene, una de las fundadoras de Missionary Aviation Fellowship, que ha volado todo tipo de
aviones excepto un jet. Incluso transportó bombarderos durante la Segunda Guerra Mundial, y te sorprendió que no
"pareciera un piloto". Nadie más pensó que ella tampoco y, a menudo, cuando aterrizaba en algún aeródromo extranjero,
las autoridades se desconcertaban al ver a una mujer salir del avión. "¿Vuelas estos aviones solo?" a menudo se le
preguntaba. Pero hace mucho tiempo que Betty había decidido que si quería abrirse camino en un mundo de hombres, tenía
que ser una dama. Tendría que competir con los hombres para ser piloto, pero no competiría con los hombres para ser
hombre. Se negó a tratar de actuar como un hombre de ninguna manera.
Es un tipo de feminismo ingenuo que insiste en que las mujeres demuestren su capacidad para hacer todas las
cosas que hacen los hombres. Esto es una distorsión y una parodia. Los hombres nunca han tratado de demostrar que
pueden hacer todas las cosas que hacen las mujeres. ¿Por qué someter a las mujeres a criterios puramente masculinos?
La mujer puede y debe ser juzgada por los criterios de la feminidad, porque es en su feminidad que participa en la raza humana.
Y la feminidad tiene sus limitaciones. También lo ha hecho la masculinidad. De eso es de lo que hemos estado hablando.
Hacer esto no es hacer aquello. Ser esto no es ser aquello. Ser mujer no es ser hombre. estar casado es
no estar soltero, lo que puede significar no tener una carrera. Casarse con este hombre no es casarse con todos los
demás. Una elección es una limitación.
22
COMPROMISO, GRATITUD, DEPENDENCIA
KARL Barth, en su magnífico tratado Man and Woman in Church Dogmatics, define el matrimonio como “la forma de
encuentro entre hombre y mujer en la que la elección libre, mutua y armoniosa del amor por parte de un hombre y una mujer
en particular conduce a una vida-unión realizada responsablemente, que es duradera, completa y exclusiva. Es el telos, la
meta y el centro de la relación entre el hombre y la mujer. La esfera de lo masculino y lo femenino es más amplia que la del
matrimonio, abarcando todo el complejo de relaciones en cuyo centro es posible el matrimonio”[8].
Qué diferencia con las relaciones casuales que entablan las parejas jóvenes que, en su afán de ser “libres”, han
prescindido de esa unión de vida responsablemente asumida. Su unión no es responsable ante nadie, no es duradera,
completa o exclusiva, y como tal no puede traerles la alegría que tanto anhelan. Se han probado todo tipo de alternativas
y ninguna ha producido lo que prometía. Ningún “experimento” matrimonial tiene validez alguna, sin el ingrediente
esencial del compromiso total e irrevocable.
Pero, ¿cómo pueden conocer el compromiso mutuo cuando no han hecho un compromiso mayor?
Agradezca a Dios por la lealtad no solo entre ellos, sino también por una lealtad superior común que usted y Walt
comparten: lealtad a Dios, cuyo llamado ha escuchado. Esa es una base sólida para el matrimonio.
Pero no se deje engañar. Muchas parejas han compartido esta lealtad (algunas que conozco no compartieron casi nada
otra cosa) y han descubierto que su matrimonio estaba lejos de ser ideal. Mientras estemos “en la carne” tendremos
problemas en la carne. Pero Dios conoce el propósito del corazón. Él ve la dirección que ha tomado una pareja cuando
se han decidido a buscar “las cosas de arriba”. Hay todo un mundo de diferencia entre aquellos que buscan sólo su propia
felicidad en este mundo y aquellos que saben que su verdadera felicidad está en la voluntad de Dios.
Cuando encuentran problemas, saben a dónde acudir, porque saben que todavía están bajo el mandato de Dios,
no están desamparados. Saben que son insuficientes en sí mismos, que el amor humano se quiebra y que nunca hay un
punto en el que puedan decir: “Hemos llegado”, y ya no necesitan la gracia.
Sabes, estoy seguro, que tu amor es un regalo. Y si es un regalo, estás agradecido al Dador. Reconocer tu
gratitud hacia Él es también reconocer tu dependencia de Él, reconocer sobre todo la autoridad de Cristo. Ese es un buen
lugar para comenzar un matrimonio.
23
TE CASAS CON UNA PECADORA
EN LOS últimos años he hablado con universitarias y seminaristas sobre el matrimonio. Lo que les he dicho a ellos os lo digo a
vosotros, y se puede resumir en tres títulos que son tres preguntas:
1. ¿Con quién te casas?

2. ¿Qué es el matrimonio?
3. ¿Qué hace que el matrimonio funcione?
En primer lugar, ¿con quién te casas? Te casas con un pecador. No hay nadie más con quien casarse. Eso debería ser bastante
obvio, pero cuando amas a un hombre como amas al tuyo, es fácil olvidarlo. Lo olvidas por un tiempo y luego, cuando sucede algo que
debería recordártelo, te encuentras preguntándote qué pasa, cómo pudo suceder esto, ¿dónde salieron mal las cosas? Salieron mal
allá en el Jardín del Edén. Resuélvelo de una vez por todas; tu marido es un hijo de Adán. La aceptación de él, de todo él, incluye la
aceptación de su condición de pecador. Es una criatura caída, necesitada de la misma clase de redención que todos los demás
necesitamos, y sujeta a todas las tentaciones que son “comunes al hombre”. Nuestra vieja amiga Dorothy me ha enseñado muchas
cosas a partir de su larga vida de confianza en Dios y aguda observación de la humanidad, y un día, mientras hablábamos de la amistad
y el matrimonio, dijo: "Bueno, querida, ninguno de nosotros somos paquetes de premios". . ¡Solo busca lo esencial y sáltate el resto!”
Es probable que el paquete de premios que creemos que hemos encontrado contenga algunas sorpresas, no todas bienvenidas.
Cuántos dolores de cabeza se evitarían si pudiéramos concentrarnos en lo esencial y saltarnos el resto. Cuánto más podríamos
relajarnos unos con otros y disfrutar de todo lo que hay para disfrutar.
En el servicio de la Oración Matutina repetimos de rodillas esta confesión: “Hemos errado y extraviado de Tus caminos como
ovejas descarriadas, hemos seguido demasiado los designios y deseos de nuestro propio corazón, hemos ofendido Tus santas
leyes. Hemos dejado de hacer las cosas que debimos haber hecho, y hemos hecho las cosas que no debimos haber hecho, y no
hay salud en nosotros.”[9]
Mientras digo esas palabras, a veces pienso en las personas que las dicen conmigo y pienso: “Yo
pertenecen a esta empresa. Ovejas perdidas. No hay salud en ninguno de nosotros.
Puede que no sea malo, incluso si tú y Walt son presbiterianos, decir esta oración juntos una vez.
en un rato, recordando que “nosotros” significa ambos. Será menos probable que te conviertas en una esposa regañona si recuerdas
continuamente que no es sólo tu marido el que deja sin hacer las cosas que
Machineque
(piensas) Translated by Google
debe hacer, y hace cosas que (piensas) que no debe hacer, pero tú también has errado y descarriado como
una oveja descarriada, pecando diariamente por omisión y comisión.
La conciencia de que somos iguales en nuestra necesidad de redención es liberadora. Porque habrá momentos en los
que te encuentres acusando, criticando, resentido. Empiezas, casi sin darte cuenta de que lo estás haciendo, a hacer una
lista mental de ofensas, anticipando el día en que alguna gota colme el vaso y puedes recitar toda la lista, seguro de añadir
al final “y otra cosa. . . !” Pero te encontrarás completamente desarmado, y tu espíritu acusador se transformará en amoroso
perdón en el momento en que recuerdes que, de hecho, te casaste solo con un pecador, y él también. Es la gracia que
ambos necesitan.
Esta gracia nos ha traído a salvo hasta aquí y la

gracia nos llevará a casa.
Una de las declaraciones más tontas que jamás haya captado la imaginación del público salió de esa película tonta.
Love Story: "El amor es nunca tener que decir que lo sientes". Si no te hace sentir lastimar a alguien que amas,
¿qué demonios te haría sentir arrepentimiento? Necesitas perdón . Necesitas perdonar . Y es algo maravillosamente sanador
confesar tu pecado a aquel contra quien has pecado y pedirle perdón. A veces, cuando estés pensando para ti mismo que
ya es hora de que él pida el tuyo, recuerda que eres igual en tu necesidad de redención. No se lleva la cuenta en el amor.
El amor tampoco es ciego. En efecto, quien ama de verdad ve claramente la verdad sobre el amado que es
oculto a los ojos de los demás. Es quizás porque el amado hace que el mismo sol brille más y el mundo entero cante, que
no siempre es fácil recordar que es un pecador. Pero cuando el amor se convierte en un hecho cotidiano con el que vivimos,
comenzamos a descubrir imperfecciones a las que respondemos con amor o sin amor.
Sara Teasdale ha expresado la cariñosa respuesta en “Evaluación”:
Nunca pienses que ella lo ama por

completo, Nunca creas que su amor es
ciego, Todas sus faltas están encerradas
con seguridad En un armario de su mente;
Todas sus indecisiones dobladas como
viejas banderas que el tiempo ha
desvanecido, fláccidas y rayadas por la
lluvia, y su cautela como prendas
deshilachadas y delgadas, con muchas
manchas, déjalas ser, oh déjalas ser.
Hay un tesoro que pesa más que ellos, Su
orgullosa voluntad que se agitó bruscamente,
Machine Translated
Sube tan seguro by Google
como la marea.
Sentidos demasiado tensos para dormir,
Amabilidad para con las bestias y los
pájaros, El humor vacilando silencioso y

amplio, Como la luna sobre el agua en
movimiento, Y una ternura demasiado profunda
Para ser reunida en una palabra.[10]
Entonces, te casas con un pecador. Y amas, aceptas y perdonas a ese pecador como tú mismo esperas ser
amado, aceptado y perdonado. Sabes que “todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”, y esto incluye a tu esposo,
quien también está destituido de algunas de las glorias que esperabas encontrar en él. Acepte esto de una vez por todas y luego
camine junto a él como "herederos juntos de la gracia de la vida".
24
TE CASAS CON UN HOMBRE
TU te casas no solo con un pecador sino con un hombre. Te casas con un hombre, no con una mujer. Es extraño lo fácil
que parece ser para algunas mujeres esperar que sus maridos sean mujeres, que actúen como mujeres, que hagan lo que
se espera de las mujeres. En lugar de eso, son hombres, actúan como hombres, hacen lo que se espera de los hombres y,
por lo tanto, hacen lo inesperado. Sorprenden a sus esposas al ser hombres y algunas esposas se dan cuenta de la terrible
verdad de que, de hecho, no era un hombre al que querían después de todo. Fue el matrimonio, o alguna vaga idea de
matrimonio, lo que proporcionó los beneficios adicionales que buscaban: un hogar, hijos, seguridad, estatus social. Pero de
alguna manera el matrimonio también ha insinuado en sus acogedoras vidas a esta criatura impredecible, ingobernable y
rebelde llamada hombre. Es probable que sea más grande, más ruidoso, más duro, más hambriento y más sucio de lo que
una mujer espera, y descubre que los pies más grandes dejan huellas más grandes en el piso de la cocina recién lavado;
hacen un ruido más grande en las escaleras. Ella aprende que lo que la hace llorar puede hacerlo reír. Come mucho más de
lo que parece necesario o incluso razonable para una mujer que nunca cesa en su vigilia contra el exceso de peso. Cuando
se ducha, sus dimensiones más amplias significan que se usa más agua y una superficie más grande para que el agua se
adhiera y, por lo tanto, descubre que las toallas se humedecen mucho más, y probablemente él no las cuelgue dobladas en
tres como ella quiere que lo haga. para mostrar el monograma. Puede que no los cuelgue en absoluto. Él no usará una
toallita, lo que significa que consume tres veces más jabón que ella. Cuando limpia el baño, descubre que tiene que limpiar
lugares que nunca antes había limpiado. Es un tornado de tubos de pasta de dientes en lugar de un rodillo.
Cualquier cosa que haga que le parezca inexplicable o indefendible, ella lo descarta con un "¡Como un hombre!" como
si esto fuera una condena o, en el mejor de los casos, una excusa en lugar de una muy buena razón para agradecer
a Dios. Es un hombre con quien se casó, después de todo, y tiene suerte si él actúa como un hombre.
“Los hombres son hombres”, dice Gertrude Behanna; “No son mujeres. Las mujeres son mujeres. Ellos no son
hombres." Es otro de esos hechos simples que no siempre son tan sencillos de recordar.
Sé que es difícil para ti imaginar esto al principio del juego, pero algún día puedes pensar (incluso puedes decirlo en
voz alta): "No estoy seguro de que mi esposo me entienda". Probablemente tengas razón.
el no es un hombre Eres una mujer. Hay algunas áreas en las que nunca los dos se encontrarán
y debemos estar contentos de eso. Aunque hay momentos en que nos sentimos frustrados y enfurecidos por la
incapacidad de sondear las profundidades de otra personalidad, ¿quién puede negar la fascinación del misterio, de saber
que hay profundidades que no hemos sondeado?
Hay una historia en la Biblia que habla de un hombre que pudo responder a todas las preguntas de una
mujer. La reina de Saba fue a Jerusalén para poner a prueba a Salomón, el famoso rey, con preguntas difíciles.
Se fue con pompa y esplendor, apropiado para un encuentro tan trascendental. Tenemos
Machine
oído hablarTranslated by Google
de la sabiduría y la justicia de Salomón, pero no se hace mención de su longanimidad. Esta historia lo revela, pues se
dice que la reina “le dijo todo lo que tenía en mente”. Eso debe haber tomado mucho tiempo. No muchos hombres querrían
escuchar todo lo que estaba en la mente de una mujer, pero aparentemente el rey escuchó, porque "Salomón respondió a todas
sus preguntas, no había nada oculto para Salomón que él no pudiera explicarle". Qué hombre debe haber sido para tener el dominio
de todas las respuestas y la paciencia para hacer todas las explicaciones necesarias para satisfacer a una poderosa mujer potestad
que sin duda había venido con escepticismo y tal vez con celos y desprecio. Pero ella estaba completamente convencida.
Él la ganó y ella vio su sabiduría. Inspeccionó también la casa que él había edificado, el alimento de su mesa, los asientos de sus
oficiales, el cuidado de sus siervos y sus vestidos, y sus holocaustos que ofrecía en la casa del Señor. Cuando lo hubo visto todo,
“ya no había más espíritu en ella”. La exhibición tomó todo el viento de las velas de la reina. Se las arregló para recomponerse lo
suficiente como para elogiarlo y recordarle la bendición de Dios para él. Cuando ella le entregó los regalos que había traído y
recibió regalos de él, no le quedó nada por hacer más que irse a casa.
No muchos hombres pueden hacer lo que hizo Salomón. No muchos hombres deberían intentarlo. Y una mujer que se
dispone a poner a prueba a un hombre con preguntas difíciles debe ser advertida de que puede terminar sin más espíritu en ella,
sin nada que hacer más que darse la vuelta y volver por donde vino. Probablemente no solo sea un camino más seguro sino mucho
más sabio no decirle a un hombre todo lo que está en tu mente, no presionarlo con preguntas difíciles.
Deja espacio para el misterio.
Cuando nos preparábamos para un panel sobre el matrimonio para mujeres universitarias, cinco panelistas se reunieron en
nuestra casa para discutir qué tema debía cubrir cada uno de nosotros. En el curso de lo que se convirtió en una
conversación muy animada, sugerí que alguien debería hablar sobre el llanto. Esto sorprendió a algunos de ellos. ¿Qué diablos
quise decir? Bueno, las mujeres lloran. Muchos de ellos no lo hacen a menudo, por supuesto, pero es una posibilidad para la que
un hombre debería estar preparado. Nada es más desconcertante para un esposo joven que las lágrimas de su esposa,
generalmente en la mayoría de los momentos inesperados y por razones aparentemente totalmente inexplicables. Sus preguntas
ansiosas no llegan a ninguna parte, y los intentos de ella por explicar solo aumentan su ansiedad. Se debe advertir a los hombres
que es inútil tratar de explicar. Es sólo una de las cosas que prueban que los hombres son hombres y
las mujeres son mujeres.
Este argumento fue recibido con fuertes protestas. "¡Vaya, estoy seguro de que no lloro más de una vez a la semana!" insistió
una mujer. Su padrastro pasó por casualidad por la sala de estar justo en este momento. Le había dejado perplejo que fuéramos a
tener un panel en absoluto. ¿De qué había que hablar? ¿Un panel sobre el matrimonio? ¿Con cinco personas como panelistas?
¿Por una hora? ¿Qué diríamos? Cuando escuchó esta muestra, se fue rápidamente.
Más tarde, él y yo visitábamos la casa de una pareja extremadamente atractiva de treinta y tantos años. Él era un atleta;
había sido reina de belleza y modelo.
“Cuéntales sobre tu panel sobre el matrimonio”, me dijo Add.
“¿Panel sobre el matrimonio?” dijo el marido, mirando en blanco.
Le dije qué era y dónde lo hicimos.
Machine
"Pero,Translated
¿qué hayby Google
que decir?" preguntó. Su esposa y yo nos miramos. Por alguna razón, las mujeres no tienen
dificultad en imaginar una discusión sobre el matrimonio. Los hombres lo encuentran inimaginable. Pero cuando les hablé
de la discusión preliminar sobre el llanto, fue el esposo quien entendió de inmediato.
"¡Sé exactamente a que te refieres!" él dijo. “A veces llego a casa de la oficina sintiéndome muy bien. yo
Me acuesto por la noche satisfecho conmigo mismo y me acuesto con las manos entrelazadas debajo de la cabeza
sobre la almohada, pensando en la brillante decisión que tomé en el trabajo y en el hermoso gancho que hice en el
gimnasio. Entonces, de repente, escucho un resoplido.
" '¿Estás llorando?' Yo digo.
“(resoplido) 'No.' " 'Ven ahora.
¡Estás llorando! " '¡No no soy!' (snuff,
snuff)
" '¿Qué ocurre?' Yo digo.
“ '¡Nada!', dice ella, y todavía está resoplando. Bueno, he estado casado el tiempo suficiente para saber que
¡Este será un trato de tres horas, y significará luces, batas y café!
Todo el tiempo que estuvo contando esto, su esposa estaba sentada en el borde de su silla, sonriendo de oreja a oreja.
En la oreja. Ambos sabían exactamente de lo que estaba hablando. Estuvieron de acuerdo en que merecía alguna
mención en el panel.
Pero no puedo dejar esta parte de la discusión sin agregar que los hombres también lloran. No estoy dibujando
dicotomías simples aquí, como si todas las mujeres y ningún hombre lloraran. Conozco hombres que lloran mucho
más que yo. Conoce a tu hombre. Sepa que hay cosas que lo hacen diferente a usted. Su masculinidad ayudará a
explicar algunos de ellos.
25
TE CASAS CON UN MARIDO
La tercera cosa a recordar es que te casas con un esposo. Para ti, Val, dudo que esto sea tan difícil de recordar
como lo es para las mujeres que han tenido hermanos y hermanas y que han conocido a sus propios padres.
Para algunas de ellas es fácil transferir lo que esperaban de padres, hermanos, hermanas, madres o novias a
sus desafortunados esposos y esta es una carga que ningún hombre puede soportar. Él se encuentra en una
relación con usted que es totalmente nueva y única y va a requerir una medida de madurez para que ambos entren
en ella.
Si sucumbes a la tentación de esperar que tu esposo cumpla con todos los roles de todas las
relaciones que has tenido antes del matrimonio, aprenderás que es pedir demasiado. Él necesita a sus amigos
varones, tú necesitas a tus amigas, aunque tu matrimonio y tu hogar tengan la máxima prioridad en tu interés.
Trate de no poner a su pobre esposo en la posición indefinible de tener que escuchar todos sus problemas,
pequeños o grandes (y su clasificación de ellos muy probablemente diferirá de la suya), para discutir peinados y
recetas y dietas y menús y el color de las cortinas de la sala de estar, así como los temas que pueden interesarles
mucho más a ambos. Ahora conozco hombres que se interesan vivamente por los peinados y las recetas de sus
esposas, hombres que realmente van a comprar la ropa de sus esposas, e incluso sé de un esposo que hace la
ropa de su esposa. Algunos hombres quieren saber qué estás planeando para la cena y quieren reorganizar los
muebles. Si él está interesado, eso cambia todo el panorama. Si no lo es, háblalo con alguien que lo sea si quieres
hablarlo.
Sé que estoy arriesgando mi cuello para mencionar comida, ropa y muebles. La esposa “tradicional”
estereotipada no está interesada en nada más. Eso es una tontería, por supuesto. Fácilmente podríamos acusar a
los hombres de hablar solo de autos, deportes o la bolsa de valores. Cualquiera, hombre o mujer, que tenga una
mente viva y curiosa puede estar interesado en la comida, los muebles, los deportes y la bolsa de valores porque,
después de todo, todos comemos, necesitamos muebles, recreación y dinero. ¿Por qué no deberíamos hablar de
ellos de vez en cuando? Pero eso no significa que nada más sea de interés. Me gusta cocinar y la buena cocina
requiere mucho tiempo, talento e imaginación. A veces hablo de eso. Pero cuando estoy pelando una cebolla no
estoy pensando en cebollas. Mi mente se aleja del fregadero. Un hombre tiene que conducir un automóvil,
probablemente le guste conducir un automóvil y quiera uno bueno. A veces habla de coches. Pero cuando lo
conduce, su mente puede estar en la teología o en la caza mayor o incluso en su familia.
Todo lo que sugiero es que no seas aburrido. Algunos temas le interesarán más a tu madre que a tu esposo.
Recuerda, ¡él es un esposo!
Machine Translated
Tu padre solía by Google
decir que toda mujer necesitaba tres maridos: uno que trajera el tocino a casa, otro que la
amara y otro que arreglara las cosas de la casa. Es mucho esperar de un hombre, y una mujer no debe juzgar
a su marido únicamente sobre la base de lo bueno que es con un martillo. Si una mujer ha tenido un padre que
arreglaba grifos y picaportes y baldosas sueltas, que andaba engrasando bisagras y cepillando pegando
cajones sin siquiera que se lo pidieran, ella espera que su marido haga lo mismo. ¿Qué clase de hombre es,
pregunta ella, que no es bueno con llaves y destornilladores?
Hay mujeres que han crecido en familias atléticas donde todos los niños jugaban fútbol o béisbol, y toda
la familia dormía, comía y bebía deportes durante todo el año. Es una sorpresa para esas mujeres si se casan
con hombres que no tienen interés en los deportes de equipo, sino que prefieren pescar o caminar. Una joven
esposa que conozco quedó estupefacta ante la variedad de equipos necesarios para mantener a su esposo "en
forma". Tenía dos o tres deportes a la vez y algunos días tenía que cambiarse de ropa dos o tres veces para
cumplir con los requisitos. Se encontró dando vueltas recogiendo “¡todos estos conjuntos!”. como ella dijo, y tener
que estar al día con la lavandería. Ella simplemente no estaba preparada para eso cuando consiguió un marido.
Creo que una mujer, para ser una buena esposa, debe ser (entre otras cosas) tanto sensual como
maternal. El matrimonio implica sensualidad, una apreciación del cuerpo y los sentidos a diferencia del
intelecto, pero una mujer también debe tener un cierto sentimiento maternal hacia su esposo. No es que ella
lo mime. Las mujeres expresan a veces un profundo resentimiento cuando sienten que sus maridos quieren ser
mimados. Pero una esposa debe querer cuidar de su esposo y ministrarle tan alegremente como una madre
ministra a su hijo.
El marido tiene una tarea correspondiente. La palabra esposo tiene la connotación de conservar, cuidar,
administrar o proteger. Una esposa necesita permitirse que la mimen. Deja que te “espose”. Esto es fácil para
ciertas mujeres. Tal vez sea demasiado fácil, y es posible que no solo se dejen mimar, sino que también requieran
mimos. Me conoces lo suficientemente bien como para saber que esto no es lo que quiero decir. No te han
mimado. Crecer con indios te enseñó a aceptar con mucha naturalidad lo que la mayoría de nosotros, las
personas "civilizadas", llamaríamos dificultades. Sabías desde el principio que no se esperaba que te quejaras y
aprendiste bien la lección. Has sido independiente, desde los días en que te ibas con los indios a pescar o
recolectar un día entero, dejándome atrás. En tu primer día de clases en los Estados Unidos, el autobús escolar
te pasó por delante y tuve que llevarte a la escuela. Todos los niños habían entrado cuando llegamos, pero tú
entraste con coraje en ese lugar completamente nuevo, cargando tu lonchera y manteniendo la cabeza erguida.
Así que no tengo miedo de que seas una vid pegajosa. Pero deja que te valore. El es tu esposo.
26
TE CASAS CON UNA PERSONA
CUARTO, debes recordar que te casas con una persona. Pongo este cuarto en la lista, no el primero. He llegado a tratar
la palabra persona con bastante cautela en los últimos años porque se usa demasiado. Escucho a la gente hablar de querer
ser tratada “no como mujer sino como ser humano” o “como persona”. Escucho palabras como presidente y portavoz, e
incluso absurdos como "clase de primer año" y "cubiertas de huecos para personas". Hay algo seriamente distorsionado en
esta visión de la humanidad. No quiero que nadie me trate como una “persona” en lugar de como una mujer. Nuestras
diferencias sexuales son los términos de nuestra vida, y oscurecerlas de alguna manera es debilitar el tejido mismo de la vida
misma. Cuando ellos se pierden, nosotros estamos perdidos. Algunas mujeres imaginan con cariño un nuevo comienzo de
libertad, pero en realidad es una nueva esclavitud, más amarga que cualquier cosa de la que busquen liberarse.
Quiero conocer no “personas” sino hombres y mujeres. Me interesan los hombres como hombres, las mujeres como
mujeres, y cuando te casas te casas con un hombre porque es un hombre, y siendo un hombre, se convierte en tu marido.
Esta es la gloria del matrimonio: dos tipos de seres separados y distintos se unifican.
Pero cuando lo hayas aceptado como pecador, como hombre y como esposo, aún debes recordar
que es una persona. Como persona, tiene un nombre. Nada revela más infaliblemente tu actitud hacia otra persona
que el nombre por el que la llamas.
Hay quienes nunca se llaman nada. He escuchado a un esposo gritarle una pregunta o un comentario a su esposa desde
otra habitación sin utilizar ningún tipo de tratamiento. He escuchado a esposas hacer lo mismo, y he escuchado que ambas se
refieren a sus cónyuges solo con el pronombre de tercera persona. Me parece que los que hacen esto nunca han reconocido
ni han olvidado a la persona con la que se casaron. Se ha convertido en un fijo.
Luego están los que se llaman entre ellos “mami” y “papi”. Esto está bien cuando se habla del otro a los niños. Pero
que un hombre llame a su esposa "mami" es un claro indicio. La magia se ha ido de ese matrimonio. ¿Sigue siendo su
amante o se ha convertido en su niño pequeño? ¿Es esta una relación que todavía está creciendo hacia la madurez, o está
retrocediendo?
Sería el último en quejarme de los nombres entrañables. Me gustan. Me hace bien en el corazón escuchar un
hombre llame a una mujer "querida" o incluso "bollito de crema" si quiere. Eso demuestra que ella es especial para él.
Katherine Mansfield, cuyas tiernas y deliciosas cartas de amor han sido publicadas íntegramente, llamó a su esposo
"Bogey" y él la llamó "Peluca". Todo lo que pido es que una pareja se llame algo. Que demuestren con su forma de
dirigirse, en público o en la cama, que reconocen una personalidad.
Machine
Uno deTranslated by Googlemás gozosos de la vida es que al reconocer, afirmar y consolar a otro
los descubrimientos
persona nos encontramos reconocidos, afirmados y consolados. Es un callejón sin salida para salir a conocerse o a “encontrarse”
a uno mismo o a definir “¿quién soy yo?”.
“Es evidente que ningún hombre puede llegar al verdadero conocimiento de sí mismo sin antes haber contemplado
el carácter divino”, escribió Juan Calvino en la Introducción a sus grandes Instituciones. Y es en relación con otras personas que
nosotros mismos nos convertimos en personas plenas. "Ningún hombre es una isla." Estamos llamados a tener comunión con Dios y
estamos llamados a tener comunión unos con otros. El matrimonio es la relación más íntima y continua en la que pueden entrar dos
personas y, como tal, proporciona la oportunidad más ininterrumpida para la realización de la personalidad. Esto no quiere decir, por
supuesto, que sólo las personas casadas puedan conocer la realización. La medida de la entrega es la medida de la plenitud. Hay
personas casadas que no han aprendido la primera lección de entrega. Hay solteros que han llegado muy lejos en el camino. Siempre
me ha parecido relativamente fácil entregarme a mi esposo primero porque lo amaba con todo mi corazón, y luego porque las
recompensas suelen ser más obvias e inmediatas que en otras relaciones. Amar a una esposa, como dice la Biblia (y seguramente
también se aplica a amar a un esposo), es lo mismo que amar a tu propio cuerpo.
Pero si tu esposo es una persona, esto significa que debes aceptar el misterio de su personalidad. Ya hemos hablado de cómo los
hombres y las mujeres no se entienden ni pueden entenderse perfectamente. Y esto no se debe simplemente a las barreras sexuales.
Las personas del mismo sexo encuentran también una puerta cerrada. Tu esposo es conocido completamente solo por Dios, y en cierto
sentido está solo ante Él. Dios le dijo a Abraham: “Camina delante de mí y sé perfecto”. No sugirió que Abraham pudiera caminar delante
de Sara y ser perfecto. En última instancia, él es el hombre de Dios. Él es libre, y siempre debes reverenciar esta libertad.
Hay preguntas que no tienes derecho a hacer, asuntos en los que no debes indagar y secretos que debes contentarte con no saber
nunca.
“¿No tiene una esposa derecho a saberlo todo?”

No. Ella no puede tomar ni siquiera pedir lo que no se le da, y hay cosas que un hombre no puede ni debe dar. Los abismos llaman
sólo a Dios.
27
ABANDONANDO A TODOS LOS DEMÁS
FINALMENTE, te casas con este pecador, este hombre, este esposo y esta persona. El matrimonio es una
elección de uno sobre todos los demás. Cada cónyuge promete abandonar a todos los demás, y la Biblia dice que
el hombre dejará a su padre ya su madre y se “unirá” a su esposa. Cualquier elección que hagamos en la vida nos
limita instantáneamente. Elegir tomar a este hombre como tu esposo es elegir no tomar a ningún otro hombre en la
tierra. Cuando decides casarte con este pecador en particular, te has comprometido a soportar sus pecados
particulares aunque no tengas una idea clara de cuáles serán. Comenzarás a descubrirlos de inmediato y, mientras
lo haces, recuerda que te casaste con este pecador. Siempre puedes mirar a otros pecadores y gracias a Dios que
no tienes que vivir con sus variedades de fracaso, pero entonces, ¿qué tipo de pecados elegirías si pudieras elegir
con cuáles vivir? Es bueno que no te pregunten. Amas a este hombre que resulta ser este tipo de pecador y haces
todo lo posible para aceptar, perdonar, pasar por alto, tolerar y, tal vez, en la misericordia de Dios, ayudarlo a vencer.
Cuando decides casarte con este hombre en particular, has decidido no casarte con ningún otro hombre, y
este hombre en particular tiene limitaciones. No empiezas directamente con sus limitaciones como la dama de My
Fair Lady que
redecora tu hogar desde

el sótano hasta la cúpula
¡ y luego continúa con la fascinante
diversión de revisarte !
No te casas con él con la idea de una renovación completa. Cuando se le pide un consejo para las mujeres
contemplando el matrimonio, la Sra. Billy Graham dijo: “Cásate con alguien a quien estés dispuesto a
adaptarte”.
Si usted es una esposa muy generosa, tal vez pueda permitir que su esposo viva hasta el 80 por ciento de
tus expectativas. El otro 20 por ciento es posible que desee cambiar. Si lo desea, puede quedarse con ese 20 por
ciento por el resto de su vida de casado y probablemente no lo reducirá mucho.
O puede optar por omitir eso y simplemente disfrutar del 80 por ciento que es lo que esperaba.
Te casas con esta persona. Él puede ser la persona que fue, hace diez años, el "Gran Hombre en el Campus".
Te atraía porque era una estrella del fútbol o el presidente del cuerpo estudiantil o el líder más elocuente de las
protestas del campus. Pero la vida se asienta en la monotonía. El matrimonio no es una fiesta en casa; no es un
campus universitario o una disputa política estimulante o un concurso atlético, y el hombre
Machine
haber sidoTranslated
un orador byfascinante
Google o un gran corredor de alguna manera ya no parece terriblemente significativo.
Pero de vez en cuando deberías recordar qué era él, preguntarte qué fue lo que realmente te llamó la atención.
Vamos, te dirás, no te casaste con él porque fuera un gran corredor, ¿verdad? No, te casaste con esta persona.
Cualesquiera que fueran las cualidades internas que le permitieron hacer las cosas que hizo entonces, siguen
siendo parte de esta persona con la que te acuestas y desayunas y luchas con el presupuesto mensual. Es una
persona con el mismo potencial que tenía cuando te casaste con él. Tu responsabilidad ahora no es simplemente
pestañear y decirle lo maravilloso que es (¿pero respira allí un hombre con el alma tan muerta como para no
alegrarse con un poco de eso?), sino apreciar, genuina y profundamente, lo que es. , para apoyarlo, alentarlo y
sacar de él esas cualidades que originalmente vio y admiró.
Había sido viuda durante trece años cuando el hombre que se convertiría en tu padrastro me lo
propuso. Me parecía el milagro que nunca podría ocurrir. Que cualquier hombre me deseara la primera vez fue
asombroso. Había pasado por la escuela secundaria y la universidad con muy pocas citas. Pero ser querido de
nuevo estaba casi más allá de la imaginación. Le dije a este hombre que sabía que había mujeres esperándolo que
podrían ofrecerle muchas cosas que yo no podía ofrecerle, cosas como belleza y dinero. Pero dije: “Hay una cosa
que puedo darte que ninguna mujer en la tierra puede superarme y eso es aprecio”. La perspectiva de la viudez me
había enseñado eso.
Hace algunos años hubo una serie de cartas a la columnista Ann Landers sobre el tema de los hombres que
roncan. Las esposas escribieron quejándose de las incontables horas de sueño perdido y la irritación de ese ruido
horrible a su lado en la cama. Otros escribieron ofreciendo soluciones, pero la discusión terminó con una carta:
“Los ronquidos son la música más dulce del mundo. Pregúntale a cualquier viuda.
Cuántas veces me he sentado en una habitación llena de gente y he oído a una esposa contradecir,
criticar, menospreciar o burlarse de su marido delante del resto de la compañía y me he refrenado con dificultad
para no saltar de mi silla, acercarme y sacudir a esa mujer. por los hombros y diciendo: "¿Te das cuenta de lo que
tienes?" ella no Ella no tiene mi perspectiva, por supuesto. Ojalá hubiera alguna manera de que cada esposa
tuviera la experiencia de perder a su esposo por un tiempo, incluso de pensar que está muerto, para recuperar la
perspectiva que necesita para una apreciación genuina.
Tu crecimiento hacia la madurez te traerá una perspectiva más amplia. El apóstol Pablo, siempre
deseoso de que su converso pasara a la madurez espiritual, oró por los cristianos colosenses para que pudieran
ver las cosas desde el punto de vista de Dios al recibir perspicacia y comprensión espiritual.
¿Qué podría ser de mayor ayuda para una esposa que ver a su esposo como Dios lo ve? Dios lo ha creado, lo
ha formado, lo ha redimido, es Suyo. Dios lo está llevando a la perfección y de ninguna manera ha terminado con
él todavía. Todos estamos sin terminar, muy lejos de lo que deberíamos ser, pero si podemos mirarnos a nosotros
mismos y a los demás desde el punto de vista de Dios, sabremos hacia dónde debemos ir y en qué dirección debe
moverse nuestra relación.
No mucho después de mi segundo matrimonio, nos invitaron a hablar como equipo en una iglesia cuyo pastor
él mismo se había vuelto a casar recientemente. Él y su primera esposa, que había muerto de cáncer, habían
estado en la universidad conmigo. Quería saber qué había aprendido en un año de segundo matrimonio. Sin
dudarlo me dijo.
“He aprendido queGoogle
Marcie puede darme cosas que Sue nunca podría haberme dado. Sue me dio
cosas que Marcie no puede dar. Así que he aprendido a apreciar a ambos. Aprecio a Marcie exactamente
por lo que es, de una manera que no tenía la capacidad de apreciar a Sue”.
Sé que no te sorprenderá que yo haga la pregunta, ni que el hombre haga comparaciones entre
las Esposas Primera y Segunda. ¿Por qué no debería? Es natural, y la comparación entre Marcie y Sue
no se hizo para menospreciar a ninguna de las dos, sino para apreciar a cada una por lo que era. Para el
cristiano que ha orado durante años para ser conducido a la pareja adecuada y que cree que con quien se casa
es ciertamente la elección de Dios para él, es razonable concluir que la personalidad dada es la que mejor
complementa la suya, la que que satisface sus necesidades de maneras que él mismo no podría haber previsto
o elegido. Son las mismas diferencias las que nos abren los ojos a lo que somos y, si oramos por la percepción
espiritual y la comprensión por las que oró Pablo, las vemos como Dios las ve y apreciamos la gloriosa
imaginación del Creador que las hizo.
28
DINÁMICO, NO ESTÁTICO
HEMOS hablado de con quién te vas a casar. Ahora, ¿qué es el matrimonio? Has tenido la definición
de Barth. No puedo mejorar eso, pero hay cuatro cosas que, a medida que vives los días, las semanas y los
años con tu esposo, resultan ser el matrimonio.
Es una relación dinámica, no estática. Se pone mejor o peor. A medida que las personas crecen o se
deterioran, las relaciones entre ellas deben crecer o deteriorarse. Una explicación común que se ofrece para la
incompatibilidad marital es "Nos superamos el uno al otro". Una pareja se conoce en la escuela secundaria o la
universidad, comparte intereses juveniles, se casa, comienza a descubrir que "triunfar" en el mundo puede no
ser tan divertido como lo fue hacer amigos, sacar notas o anotar en el campus. . La responsabilidad comienza
a cerrarse y hay que pagar facturas, tomar decisiones, hacer un trabajo duro para el que no hay recompensas
públicas (y con demasiada frecuencia tampoco privadas). Se ha dicho que si una pareja no crece junta, se
separa. Pero a las parejas que han hecho sus votos con toda seriedad ante Dios y en presencia de testigos no
se les debe permitir la posibilidad de separarse. Nunca tiene que ser algo que les “suceda”, como si fueran
espectadores heridos por alguna fuerza de la que no pudieran protegerse. Han querido amar y vivir juntos. Están
de pie, no indefensos, sino en relación con Dios, cada uno responsable de cumplir sus votos al otro. Cada uno
determina hacer la voluntad de Dios para que juntos avancen hacia “la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo”. Y, si Dios es visto como el vértice de un triángulo del cual ellos son los dos puntos de base, el movimiento
hacia Él necesariamente disminuye la distancia entre ellos. Acercarse a Dios significa acercarse unos a otros, y
esto significa crecimiento y cambio. Están siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria. No
existe el estancamiento, o esa palabra relativamente inocente que suena incompatibilidad.
Hay tensiones. La fuerza de una gran catedral reside en el empuje y contraeje de sus contrafuertes y
arcos. Cada uno tiene su propia función y cada uno su fuerza peculiar. Esta es la forma en que veo la dinámica
de un buen matrimonio. No es la fuerza contra la debilidad. Son dos tipos de fuerza, cada uno destinado a
fortalecer al otro de manera especial. Ya hemos hablado de la analogía del velero con referencia al significado
de disciplina. No es una debilidad para el barco someterse a las reglas de navegación. Esa sumisión es su
fuerza. Son las reglas las que permiten que el barco utilice toda su fuerza, para aprovechar el viento y así tomar
para sí la fuerza del viento. No fue la debilidad del Hijo de Dios lo que le hizo obedecer la voluntad del Padre.
Era poder, el poder de Su propia voluntad para querer la voluntad del Padre.
Machine
En unTranslated by Googlehay tanto dependencia como independencia por ambas partes. Tu esposo necesita
buen matrimonio
que seas diferente a él, que seas lo que eres solo, que seas lo que él nunca podrá ser y lo que necesita y quiere.
Sólo así puedes ser lo que eres en relación con él. Solo así podrás complementarlo. Él depende de ti para ser su
complemento, tú dependes de él para ser tuyo. Él es independiente de ti en sus diferencias: eres mujer, distinta,
totalmente otra, opuesta.
“Sin embargo”, dijo el apóstol Pablo, “en el Señor la mujer no es independiente del hombre ni el hombre de la
mujer; porque como la mujer fue hecha del hombre, así el hombre ahora nace de la mujer. Y todas las cosas son
de Dios.” Los hombres y las mujeres no pueden ni deben tratar de vivir la vida sin referencia al sexo opuesto. Son
interdependientes y están destinados a reconocerse y confrontarse entre sí. Es esta confrontación —realizada más
claramente en el matrimonio— lo que hace que sea de enorme importancia que los sexos no sean confundidos,
ignorados, minimizados o enfrentados entre sí. Nos necesitamos el uno al otro. Un marido y una mujer deben ser
marido y mujer, no amigos. La dinámica debe ser mantenida como la pretendió el Arquitecto.
Ya has tenido alguna experiencia de este proceso de cambio. Primero conociste a Walt porque él
era amigo de Ed. La próxima vez que lo vio, cuando llegó a casa de la universidad para las vacaciones, le
interesó y comenzó a pensar en él ya no como el amigo de un amigo, sino como su amigo.
¿Recuerdas la noche en que estabas ocupado en tus asuntos, limpiando la cocina, planchando y él se quedó y se
quedó? Viste que estaba poniendo excusas para quedarse, y el darte cuenta de que le interesabas provocó otro
cambio. Ya no era simplemente un amigo. Dos meses después recibiste un San Valentín de él, y poco después una
tarjeta de cumpleaños. En Semana Santa lo volviste a ver y comenzaste a preguntarte si lo amabas. Recibiste una o
dos cartas durante el verano, y en el otoño supiste sin lugar a dudas que te amaba. Luego, la Navidad pasada, fue tu
prometido, y pronto será tu esposo.
Amigo, amante, esposo. En su vida juntos, él será muchas cosas para ustedes. Confidente, compañero,
proveedor, fortaleza, compañero de juegos, oyente, maestro, alumno, líder, consolador y, como Sara vio a Abraham,
“señor”. Cada rol tiene sus glorias y sus limitaciones, cada uno requiere un tipo diferente de respuesta de tu parte y
esto requiere resiliencia, adaptabilidad, madurez. La vida se vuelve emocionante y el interés se mantiene gracias a
estas dinámicas siempre que todo esté sustentado por el amor.
Su proveedor puede algún día perder su trabajo. Su fuerza puede mostrar una debilidad inesperada. Tu
caballero con armadura puede experimentar una derrota pública. Tu profesor puede cometer un grave error del
que trataste de advertirle. Tu amante puede convertirse en un paciente indefenso, enfermo, adolorido y triste, que
necesita tu presencia y cuidado cada minuto del día y de la noche. “Este no es el hombre con el que me casé”, dirás,
y será verdad. Pero te casaste con él para bien o para mal, en la enfermedad y en la salud, y esas tremendas
promesas tenían en cuenta la posibilidad de un cambio radical. Por eso las promesas
eran necesarios.
Hay cosas en la vida que pueden hacer lo que parece ser una burla de las promesas solemnes.
“Amar, honrar y obedecer” a tu esposo puede parecer la última ironía frente a las indecibles humillaciones e
indignidades de la enfermedad. Ama, honra y obedece a este hombre golpeado, angustiado y enojado que
noMachine Translated
va a tomar subypastilla?
Google Los votos son serios. Asombrosamente serio. Pero no los tomaste
confiando en tu propia fuerza para realizar. La gracia que te permitió tomar esos votos estará allí
para aprovecharla cuando parezca imposible cumplirlos.
29
UNA UNION
El MATRIMONIO es una unión. Se necesitan dos para hacer una unión. Uno no puede hacerlo. Cuando Dios
creó al hombre, vio que no era bueno para él estar solo, y creó una mujer de él y para él, específicamente
diseñada para ayudarlo, para ser idónea para él, para ser su compañera. La mujer es totalmente otra,
totalmente diferente, totalmente don de Dios al hombre, y cada uno está en relación con el otro, responsable
ante el otro en obediencia al mandato de Dios, responsable de ser hombre o mujer, y, en el matrimonio, para
unirnos como una sola carne. Es por esta razón que un hombre deja a sus padres. Abandona todos los demás
lazos de la carne para establecer éste, el más íntimo de todos, el único que es unión perfecta de una sola carne.
No hay competencia en un sindicato. No se juega uno contra el otro, no se lleva la cuenta, no se hacen
comparaciones ni se insiste en una división al cincuenta por ciento de nada. Cada uno es para el otro,
tirando con él y no contra él.
Pero somos humanos. Tú, siendo mi hija, sabes muy bien que soy humana y llena de defectos y
no afirme que las cosas siempre funcionan a la perfección. Una vez, antes de que tu padre y yo nos
casáramos, supe que él sentía que estábamos compitiendo y que esto era algo difícil de aceptar para él.
Los dos estábamos estudiando español con una señora ecuatoriana, y ella tenía que corregir su pronunciación
con más frecuencia que la mía. No estaba molesto porque pensara que ella estaba siendo parcial. Estaba
molesto porque pensó que ella tenía razón. No sabía nada al respecto hasta una vez que caminábamos juntos
y él habló de eso. No era que me estuviera pidiendo que redujera la velocidad, que "actuara como un tonto",
que fuera un estudiante inferior. Nada más lejos de su mente. Sólo quiso confesar su dificultad con esta
competición. Reconocí que lo había estado disfrutando y que probablemente había estudiado más de lo que
lo hubiera hecho si no lo hubiera tenido. Reconoció que la diferencia de dones es uno de los hechos de la
vida y finalmente pudo aceptarlo. Era una cuestión de sentimientos, no de razón, y así lo veía. Ambos
comenzamos a aprender, y esta es una lección que nunca dejamos de aprender, que cualquier don que
tuviéramos no era para alardear de él, sino para usarlo por el bien de otras personas. Después de casarnos,
descubrimos cómo nuestros diversos dones encajan asombrosamente bien, y así empezamos a aprender la
lección de 1 Corintios 12:17-18: “Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo el cuerpo fuera un
oído, ¿dónde estaría el sentido del olfato? Pero como Dios dispuso los órganos en el cuerpo, cada uno de ellos,
como quiso.”
Hay unión en el cuerpo físico, todos los miembros unidos en armonía y para el bien del todo, todos sujetos
a la cabeza. Así que hay unión en el matrimonio, dos personas separadas hechas una en la carne, y, si son
cristianos, una en Cristo, sujetas a Su liderazgo. Si son uno en Cristo, no solo tienen unión sino comunión, y
esto es algo invaluable.
30
UN ESPEJO
El MATRIMONIO resulta ser un espejo. Cada uno refleja al otro, lo que seguramente será doloroso hasta cierto
punto, porque ninguno de nosotros puede soportar demasiada realidad a la vez. Un periquito de Australia llamado
Tweetie Pie se vio en un espejo colgado cerca de su jaula y tuvieron que darle tranquilizantes porque la revelación
lo hizo chillar por la noche, luchar contra enemigos imaginarios y acurrucarse en una esquina de la jaula.
El matrimonio es para la mayoría de las personas la primera experiencia en la edad adulta de la vida en
común, del cumplimiento diario, ordinario y humilde de los deberes en estrecho contacto y dependencia mutua de otra
persona. Pocas han tenido que asumir responsabilidades en el día a día hasta que se casan. Un compañero de cuarto
de la universidad puede haber proporcionado un poco de práctica, pero se incluyeron muy pocas tareas domésticas y
probablemente nada de cocinar o administrar el dinero. Estas son realidades duras y si el matrimonio es la primera
oportunidad que tienes para enfrentarlas, puedes cometer el error de culpar al matrimonio mismo, oa tu cónyuge,
dificultades que son simplemente parte de la vida adulta. La vida tiene mucha monotonía. Nunca has enfrentado gran
parte de esto solo, y cuando empiezas a enfrentarlo juntos, no es de extrañar que la debilidad y la pecaminosidad
salgan a la luz. No me extraña que haya sorpresas. Te estarás vislumbrando en un espejo.
Has tenido algo de práctica en las rutinas de la vida. Ha planeado, comprado y cocinado comidas en los últimos
dos años y lo ha hecho bien. Pero otra cosa es planificar, comprar y cocinar veintiuna comidas a la semana, durante
cincuenta y dos semanas. Ha ganado y administrado su propio dinero para gastos durante varios años, pero tener
que presupuestar y gastar cuidadosamente el dinero que alguien más ha ganado, y hacer que dure para dos de
ustedes durante un mes y luego durante doce meses es algo muy diferente.
Y en tales asuntos terrenales serás probado. Usted se verá a sí mismo en este contexto como lo ha hecho
no te has visto antes. Te verás a ti misma a través de los ojos de tu esposo y eso será una revelación. A
veces verás faltas en él. Es muy probable que estés viendo en él defectos que necesitas trabajar en ti mismo.
Si está deprimido, puede notar que él está deprimido. Si te esfuerzas por estar alegre, es
Tal vez te sorprenda la diferencia que hace en tu esposo cuando tiene una buena razón para no estar alegre.
Puedes crear un clima para él de acuerdo a tu actitud, y esto es parte de tu trabajo como esposa. El hogar que haces
y la atmósfera de ese hogar es el mundo al que regresa del mundo de su trabajo. Que sea un lugar de belleza y paz.
31
UNA VOCACIÓN
FINALMENTE, y creo que lo más importante, el matrimonio es una vocación. Es una tarea a la que estáis llamados. Si es una
tarea, significa que trabajas en ella. No es algo que sucede. Oyes la llamada, respondes, aceptas la tarea, entras en ella de
buena gana y con entusiasmo, te comprometes con sus disciplinas, responsabilidades, limitaciones, privilegios y alegrías. Te
concentras en él, entregándote a él día tras día en un sí de toda la vida. Habiendo dicho Sí al hombre que te pidió que te
casaras con él, continúas diciéndole Sí al matrimonio.
Esto es más fácil de hacer para una mujer, creo. Hablando desde mi propia experiencia, incluso a una mujer que tiene
una carrera cuando se casa le resulta fácil hacer del matrimonio su tarea principal, dejar la carrera "con aleluya", como dijo
Ruth Benedict, para dejar que su esposo tenga el primer lugar. Tal vez, en el plan de Dios, ella en realidad no deje esta
carrera. Ella debe continuar haciendo el trabajo al que fue llamada primero. Yo era misionera antes de que su padre me
pidiera que me casara con él, y cuando me casé con él todavía era misionera, no solo la esposa de un misionero. La segunda
vez que me casé había entrado en otro campo de trabajo, la escritura, y no me relevaron de ese trabajo para convertirme en
esposa, aunque en ambos casos tenía claro que mi primera vocación era el matrimonio. Si no hubiera estado dispuesto y
ansioso por entrar en esta vocación con sus disciplinas, responsabilidades, limitaciones y privilegios, entonces no debería
haberme casado. Eso me pareció evidente. Puede haber algunas mujeres excepcionales que combinen con éxito la carrera y
el matrimonio, pero prestar total atención a ambos al mismo tiempo es imposible. Si una mujer quiere que su carrera tenga
prioridad más le valdrá quedarse soltera, por la sencilla razón bíblica de que fue hecha para adaptarse a un hombre (hecha
“para él”) si tiene un hombre.
Tal vez lo estoy haciendo sonar demasiado fácil. Antes de casarme por primera vez, hubo para mí un largo período
de reflexión y oración sobre si, de hecho, el llamado misionero podría excluir la posibilidad, en mi caso, del matrimonio.
Para algunos ciertamente lo hace. Para Amy Carmichael aparentemente lo hizo. Ella sabía que el llamado de Dios a la obra
misional estaba en conflicto con sus propios deseos de casarse, y eligió no su camino sino el de Él. Me pregunté si me estaban
pidiendo que hiciera el mismo tipo de elección. Ya conoces mi temperamento, tan fácilmente convencido de que la voluntad
de Dios es lo que no quiero hacer.
Pero al final, de formas impredecibles pero inconfundibles para nosotros (algunas de las cuales ya les he contado)
en otro lugar) sabíamos que el matrimonio era nuestra vocación, y como tal requería (¡qué agradable requisito!)
nuestro compromiso.
Machine Translated
Más tarde, by Googlecuando las exigencias de ser misionero o escritor ocasionalmente se interpusieron en el
sin embargo,
manera de ser una buena esposa, tuve que luchar con la suposición falaz de que la tarea más fácil o más placentera,
la de esposa, no era más que una evasión de responsabilidad. “Pero también es mi responsabilidad ser esposa”,
me dije, y de inmediato respondí: “Pero tienes que ir allá y enseñarles a leer a esas indias”, o “¿Cuándo vas a
conseguir eso?”. traduccin de Lucas revisada? Cuando era escritora y esposa, estaba muy tentada a hacer nada más
que las tareas domésticas porque amo las tareas domésticas y especialmente me encanta hacerlo para formar un hogar
para un esposo, pero hubo momentos en que tuve que separarme de ir a la cocina y bajar al estudio para hacer el trabajo
más difícil primero, para "comer mis espinacas antes de que pueda tener mi postre".
Este es un conflicto que cualquier hombre casado que se tome en serio su matrimonio y su trabajo se va a enfrentar.
cara. Dije que creo que es más fácil para una mujer aceptar su matrimonio como una vocación porque la carga de
la responsabilidad financiera recae sobre su esposo. Incluso en los casos en que los ingresos de la esposa son
necesarios, lo cual no fue en mi caso, el esposo es el proveedor. Escrituralmente, él es responsable de su familia. Una
mujer que conozco le dice a su esposo: “Soy tu esposa, pero tú eres mi vida”. Una mujer nunca es la vida de un hombre
en el mismo sentido en que un hombre es la vida de una mujer, y esta es la forma en que debe ser: "La mujer fue hecha
para el hombre, no el hombre para la mujer". Pero por eso no es fácil para un hombre ver el matrimonio como una vocación.
Y si no lo ve como tal, no tomará en serio sus implicaciones.
Le gustaría una fórmula simple, ¿no es así, para clasificar las prioridades? Todos lo haríamos, y
nadie nos va a dar uno. Sólo Dios, que os llama a vuestra tarea, os ayudará a saber dónde está la balanza mientras
sopesáis ante Él vuestras responsabilidades y oráis y confiáis. “El justo por la fe vivirá” es la regla del matrimonio como en
todas las demás esferas de la vida, y no hay otra regla que cubra todas las vicisitudes.
El matrimonio no es la única tarea a la que cualquiera de nosotros está llamado. Las mujeres que no tienen una carrera como tal son
ciertamente llamado a una variedad de tareas además del matrimonio. La paternidad es una tarea que, como una
carrera, eclipsa con demasiada frecuencia la vocación del matrimonio, de modo que la pareja se olvida de que han
sido llamados el uno al otro y piensa sólo en la familia. Como esposa de un ministro tendrás tareas en la iglesia que
demandan tiempo y atención. Toda tarea requiere fe. Todo debe ser reconocido y aceptado o rechazado por la fe,
creyendo que el Dios que ordena todas las cosas puede ordenar y dirigir tu vida para que no sea una vida egoísta “en
floridos lechos de tranquilidad”, ni una tan desordenada y agitada que la la paz de Dios no puede gobernar.
Y la palabra egoísta nos lleva al principio del sacrificio. Arreglemoslo para siempre, si un cristiano
la vida requiere sacrificio, un matrimonio cristiano requiere sacrificio, la entrega de la vida por el otro, que es el
principio central del cristianismo. Pero dar tu vida todos los días por tu esposo no es para mí el tipo de sacrificio más
difícil. Por lo general, no se siente como un sacrificio.
No suele doler. Pero cuando ustedes dos deben sacrificarse juntos por los demás, puede sentirse más bien. Después de
todo lo que he dicho sobre vuestra responsabilidad mutua, sobre la seriedad de esta vocación del matrimonio, sobre la
necesidad de asumir vuestra tarea, aún debo recordaros que el principio de la cruz entra en el corazón del matrimonio.
Pablo escribió a los corintios que debido a que “el tiempo es corto”, los que tenían esposa debían vivir como si no la
tuvieran. Muchos hombres casados se las arreglan para vivir de esta manera, con un desprecio alegre e irreflexivo por sus
esposas y familias. Esto es
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es lo queTranslated
Pablo teníabyenGoogle
mente. Estaba escribiendo sobre la necesidad de vivir la vida bajo Dios. Habla de las tensiones inevitables:
“la mujer o la muchacha solteras se preocupan por los asuntos del Señor, por cómo ser santas en cuerpo y espíritu; pero la mujer casada
se preocupa por los asuntos mundanos, cómo agradar a su marido.” Pablo no favorece la ansiedad: “No se inquieten por nada”, les dijo a
los filipenses.
Pero su razón para mencionar estas cosas es “para promover el buen orden y asegurar su devoción indivisa al Señor”. Esa devoción
puede requerir a veces que entreguen sus vidas juntos por el bien de los demás. En otras ocasiones, su devoción por su esposo será
aceptada como devoción por el Señor. “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”—las
palabras de Jesús son prueba de que la forma en que tratamos a otras personas (incluyendo, no lo olviden nunca, a su esposo) es la
forma en que lo tratamos y es aceptado como tal.
Así que el matrimonio es una vocación. Estás llamado a ello. Acepte el matrimonio, entonces, como una tarea dada por Dios.
Lánzate a ello con alegría. Háganlo de corazón, con fe, oración y acción de gracias.
32
QUÉ HACE QUE UN MATRIMONIO FUNCIONE
ANTES de recomendar las cuatro cosas que creo que hacen que un matrimonio funcione, debo reconocer que
ha habido innumerables matrimonios aparentemente muy funcionales en los que estas cosas importaron muy
poco o nada en absoluto.
Pienso en Eugenia y Guayaquil. Eugenia, una niña indígena quichua de quince años, vino a trabajar como
nuestra ama de casa en Shandia. Para nuestra sorpresa, trajo consigo a un niño de unos once años a
quien presentó como su esposo. Entraron, no exactamente bolsa y equipaje, porque creo que era solo bolsa,
una red de transporte india, para ser precisos. Eugenia hacía las tareas del hogar, Guayaquil iba a la escuela.
Tenía la esperanza de pasar el sexto grado, que era lo más lejos que la escuela de la misión llevaba a los niños
en esos días. Cuando volvía de la escuela hacía todo lo que Eugenia le decía que hiciera: cortar leña o hacer
fuego en la estufa o acarrear agua, y a veces picaba cebollas o removía cosas o lavaba platos, y era un arreglo
muy conveniente para todos nosotros. .
El hermano mayor de Eugenia, Gervacio, estaba casado con la hermana menor de Guayaquil, Carmela,
una dulce niña con enormes ojos oscuros y una risa tímida. La madre de Guayaquil y Carmela había muerto
cuando eran pequeños y el padre había decidido que la forma más fácil de cuidarlos era entregándolos a sus
respectivos esposos prometidos. Así que se dieron a una edad más temprana de lo que hubiera sido habitual,
pero ambos matrimonios parecían completamente exitosos. Le pregunté a una de las mujeres indias si estas
parejas realmente se acostaban juntas. Se rió a carcajadas y dijo (su coloquialismo pierde mucho en la
traducción): “¡Ninguna esposa duerme más cerca de su esposo que Carmela!”
Vimos lo bien que funcionaba la poligamia en la tribu Auca. Nuestra casa lindaba con la de Dabu, que tenía
tres esposas. Durante el día los observábamos juntos mientras su marido salía a cazar. Su casa, como la nuestra,
no tenía paredes. Ni una sola vez escuchamos una discusión, ni vimos el menor signo de fricción entre esas
mujeres. Dabu les era fiel hasta donde todos sabían (y todo el mundo sabía prácticamente todo de todos) y muy
generoso al aceptarlos, pues todas eran viudas con hijos propios que no habrían tenido a nadie que les cazara
carne si Dabu no ha
sido tan generoso.
Hemos conocido matrimonios “mixtos” entre personas de muy diferente cultura o raza que
parecía trabajar felizmente.
Richard Hooker, el gran teólogo inglés, se casó con la hija de la dueña de la casa donde él se hospedaba
cuando predicaba en Londres. Ella era, según un amigo, “una mujer tonta y payasada que no le trajo ni belleza ni
porción. El matrimonio fue una desgracia y un error”.
Ese fue el juicio del amigo. El mismo Hooker estaba satisfecho con Joan, llamándola su "bien-
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amada Translated
esposa”, by Google “La mujer fue incluso en su primer estado estructurada por la naturaleza no solo
y escribiendo:
después en el tiempo, sino inferior en excelencia también a los hombres, aunque en una proporción tan debida y
dulce que al ser presentada ante nuestros ojos podría ser más percibida que definida. . E incluso en esto radica la
razón por la cual ese tipo de amor, que es el fundamento más perfecto del matrimonio, rara vez puede dar razón
alguna por sí mismo.”[11]
Es una declaración conmovedora viniendo de un hombre así. En cuanto a si tenía base bíblica para creer
que la mujer es "inferior en excelencia" al hombre, lo veremos más adelante, pero para él debe haber parecido
evidente y, por lo tanto, sin necesidad de una autoridad superior. Sin embargo, debe haber conocido “ese tipo de
amor que es el fundamento más perfecto del matrimonio”, y nadie puede discutir con él sobre eso.
33
ACEPTACIÓN DEL ORDEN DIVINO
UNA cosa que hace que un matrimonio funcione es la aceptación de una orden divina. O hay un orden o no lo
hay, y si hay uno que se viola, el resultado es el desorden, el desorden en el nivel más profundo de la
personalidad. Creo que hay un orden, establecido en la creación del mundo, y creo que mucha de la confusión
que caracteriza a nuestra sociedad es el resultado de la violación del diseño de Dios.
El plano se ha perdido. Todo el mundo está adivinando cómo se supone que debe verse el edificio.
Ayer se completó la misión Apolo-Soyuz, la cita estadounidense-rusa en el espacio.
Qué asombrosas complejidades tuvieron que funcionar, encajar y trabajar juntas perfectamente durante diez
días para unir estas cápsulas, luego separarlas y colocarlas en sus objetivos designados en Rusia y en el
Pacífico sin caminos en los minutos designados. (Hubo una variación en el tiempo de la cápsula estadounidense
de veinticuatro segundos en diez días.) Pero había habido un diseño. Todo estaba ordenado y planeado. Todo
salió de acuerdo con ese plan, y qué precio y alivio sentimos todos porque así fue.
Qué alivio es saber que hay un diseño divino. Este conocimiento es el secreto de la serenidad.
Jesús es el ejemplo perfecto de una vida humana vivida en la serenidad y en la obediencia a la voluntad del
Padre. Se movió a través de los acontecimientos de su vida sin alboroto ni prisa, se encontró con hombres y
mujeres con gracia. Pudo decir: “Yo hago siempre las cosas que agradan al Padre”, y debe haber sido sin
variaciones de ni siquiera veinticuatro segundos. Al final de su tiempo con los discípulos, mientras se sentaba
con ellos a cenar, sabiendo lo que estaba por suceder, les demostró que el conocimiento de su origen y destino
le dio poder para hacer cosas que para ellos habrían sido inconcebible. “Jesús, sabiendo que venía de Dios y
a Dios iba, se levantó de la cena y tomó una toalla. . . .” Ante la traición que sabía que vendría, ante Su propia
muerte, tomó el lugar de un esclavo y lavó los pies de los discípulos. Podía hacer eso porque sabía quién era y
de quién era. Podía enfrentarse también a los acontecimientos de la noche y el día venideros. No fue la
debilidad lo que le permitió convertirse en esclavo. No fue la resignación lo que lo llevó al Calvario. Había
aceptado y querido la voluntad del Padre.
Tú y yo podemos ser estabilizados, dirigidos y sostenidos por el conocimiento de dónde venimos y

A donde vas. Saber que el mundo entero se mueve en armonía por mandato de Dios es
maravillosamente estabilizador.
La noción de jerarquía proviene de la Biblia. Las palabras superior e inferior se refieren originalmente a
posición, no al valor intrínseco. Una persona sentada en la parte superior de un estadio sería superior a, más
arriba que, una persona en la primera fila. Querubines y serafines eran superiores a los arcángeles, arcángeles
Machine
a los Translated
ángeles, by Google
y el hombre fue “hecho un poco menor que los ángeles”. La tierra y sus criaturas se formaron antes que el
hombre, por lo que la posición del hombre en la escala de Dios no está necesariamente determinada por la cronología de
la creación, porque eso daría a los animales un lugar superior. Su posición le fue asignada cuando se le ordenó sojuzgar la
tierra y tener dominio sobre los peces del mar y sobre las aves de
el aire y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra. “Todo lo pusiste debajo de sus pies”, escribió el salmista.
Los salmos están llenos de expresiones de la autoridad y control de Dios, de medida, limitación, dirección. El
Salmo 104, por ejemplo, habla de ello: “Tú pusiste la tierra sobre sus cimientos, para que nunca sea sacudida. . . .
Subieron los montes, descendieron los valles hasta el lugar que les diste. Les pusiste un límite que no debían traspasar. . . .
Hiciste la luna para marcar las estaciones; el sol conoce su hora de ponerse. . . . Cuando envías tu espíritu, son creados”.
El libro de Job describe la perfección del plan, la medida, los límites y la armonía: “¿Dónde estabas cuando yo
fundaba la tierra? Dime si tienes entendimiento. Quién determinó sus medidas, ¡seguramente lo sabes! ¿O quién extendió
sobre ella cordel? ¿Sobre qué se asentaron sus basas, o quién puso su piedra angular, cuando alababan todas las
estrellas del alba, y todos los hijos de Dios se regocijaban? El mismo capítulo usa expresiones tales como “cerrado en el
mar con puertas”, “límites prescritos”, “mandó a la mañana”, “hizo que la aurora conociera su lugar”, “puertas de la muerte”,
“puertas de oscuridad profunda”, “almacenes de la nieve”, “el lugar donde se distribuye la luz”, “un camino para el rayo”.
Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Job, un hombre abrumado por sus propios sufrimientos físicos y pérdidas
materiales, adquiere un conocimiento nuevo y profundo de quién es Dios y reconoce que todo está totalmente bajo Su
mando.
Las estrellas han seguido su curso, los mares sus límites. La luna se pone, sale el sol, las mareas suben y bajan. Los
animales responden a su propia naturaleza y las cosas verdes crecen y producen flores y frutos en sus estaciones
asignadas.
En sorprendente contraste, la carta de Judas se refiere a ángeles que “faltaron en sus altos deberes y
abandonaron su propia esfera”, o, en otra traducción, “no mantuvieron su propia posición” y, como resultado, tuvieron que
ser “privados por Dios de la luz y de la libertad.”
Los ángeles y los hombres, hasta donde sabemos, son las únicas criaturas que han sido culpables de esta negativa a
guardar sus lugares designados. “Hasta la cigüeña en los cielos sabe su tiempo”, escribió Jeremías, “y la tórtola, la
golondrina y la grulla guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce la ordenanza del Señor.”
34
LA IGUALDAD NO ES UN IDEAL CRISTIANO
SI ACEPTAMOS la idea de jerarquía, necesitamos saber dónde se trazan las líneas.

Se le pidió al decano de una pequeña universidad relacionada con la iglesia que relajara un poco algunas
de las reglas para hacerlas más “relevantes”, más “realistas”, más “aceptables para los estudiantes de hoy”. Pero este
decano había estado en el negocio el tiempo suficiente para saber que esta solicitud llegaría todos los años. Todos los
años, el periódico estudiantil publicaría editoriales sobre el sistema de corte, las normas de los dormitorios, el sistema
de clasificación y la capilla obligatoria. (Ya sabes que esto fue hace algunos años; los estudiantes de hoy apenas han
oído hablar de esas cosas). Podrías comparar copias de 1926 y 1956 y encontrar quejas similares.
“Donde sea que dibujen las líneas”, les dijo el decano, “es donde será la batalla”.
En los cortos diez meses de tu vida antes de que tu padre muriera, solo tuvo que dibujar una línea para ti que
yo pueda recordar. Dejó bastante claro que no debías tocar sus libros. Habías arrancado uno del estante inferior y
arrancado una página y recibido una paliza de él, y desde entonces comprendiste perfectamente (la comprensión de
un bebé suele estar muy por delante de la estimación de sus padres) que no debías acercarte a ellos. Pero todavía
puedo ver esa carita, burlona, segura de sí misma, traviesa y claramente desafiante, mientras gateabas lentamente
hacia la librería, mirándonos por encima del hombro, probando la línea. Observábamos en silencio, también probando.
Seguiste. Un pequeño dedo se levantó del suelo y avanzó poco a poco hacia los libros. "Valerie". Pausa. El dedo
suspendido en el aire, la mirada todavía desafiante. Silencio.
Entonces el dedo se movió, muy levemente. "No." El dedo se detuvo, la expresión se relajó, cambió de repente a
determinación, y te alejaste como si tuvieras asuntos urgentes en otra parte.
Las líneas deben ser dibujadas. El universo se rige por leyes en las que se puede confiar. No solo los decanos
universitarios y los padres trazan líneas para controlar a los estudiantes y los niños. Cualquier negocio tiene que estar
dirigido por ciertos principios claramente definidos. Se le da una descripción del trabajo al solicitante, y si califica para
el trabajo y lo acepta, también acepta los límites establecidos para él y las responsabilidades que lo acompañan.
Pero la gran pregunta para nosotras las mujeres es, ¿dónde se han trazado las líneas? ¿Se requiere que una
mujer esté sujeta a su esposo? ¿Puede una mujer ser ordenada al ministerio de la iglesia? ¿Está subordinada a los
hombres en todas las áreas de la vida? Muchas mujeres aceptan fácilmente la noción de orden creado pero consideran
que hombres y mujeres han sido creados “iguales”.
La igualdad no es realmente un ideal cristiano. Es, en primer lugar, muy difícil llegar a lo que la gente quiere
decir cuando habla de igualdad. Seguramente no pueden querer decir que los hombres y las mujeres son como dos
mitades de un reloj de arena o una naranja. Jacques Barzun en su Casa del Intelecto dice: “Superior e inferior pueden
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determinarse sólo conbyrespecto
Google a una sola cualidad para un solo propósito. . . . Los hombres son
inconmensurables y deben ser considerados iguales. . . . La igualdad es sólo una de las cualidades del hombre y una de
las más prescindibles”.
Hombres y mujeres son iguales, podemos decir, por haber sido creados por Dios. Tanto el macho como la hembra son
creado a su imagen. Llevan el sello divino. Están igualmente llamados a la obediencia ya la responsabilidad,
pero hay diferencias en las responsabilidades. Pero Adán y Even pecaron y son igualmente culpables. Luego ambos
son igualmente objetos de la gracia de Dios.
La declaración "Todos los hombres son creados iguales" es política y se refiere a una sola cualidad para un
propósito único. CS Lewis llamó a esto una “ficción legal”, útil, necesaria, pero de ninguna manera siempre deseable.
El matrimonio es un lugar al que no pertenece en absoluto. El matrimonio no es una arena política. Es una unión de
dos opuestos. Es una confusión hablar de “separados pero iguales” o “opuestos pero iguales” al referirse a esta unión
única de dos personas que se han hecho, porque se hicieron diferentes para que así pudieran llegar a ser una sola carne.
35
HEREDEROS DE GRACIA
HAY un conejo mordisqueando un trébol justo debajo de la ventana donde estoy sentado frente a la máquina de escribir. Dos
hombres están de pie en una pequeña lancha motora que pasa por el puerto, y dos palomas de luto se sientan una al lado de
la otra en el cable telefónico. Las rosas silvestres están ahora en plena floración, casi cubriendo la cerca de rieles divididos al
otro lado de la carretera. Es difícil quedarse frente a la máquina de escribir en una mañana así. Me gustaría caminar contigo
por la playa y encontrar un hueco en una duna donde podamos sentarnos y hablar.
Su carta aérea llegó esta mañana, escrita justo después de su llegada a Amsterdam. Escribiste sobre pequeñas
cabañas con techo de paja cubiertas de enredaderas y altas y majestuosas casas de piedra, sobre ventanas con cortinas
bordeadas de encaje transparente y abundancia de plantas y flores, sobre limpias tierras de cultivo con canales que
bordean cada parcela. Notaste orden y limpieza. Cape Cod tiene algunos pueblos encantadores, uno de los cuales es Chatham,
también limpios y ordenados. Los hombres estaban cortando las malas hierbas de los bordillos ayer. Las cabañas de tejas
desgastadas tienen cortinas blancas. Hay muchos huertos limpios rodeados de cercas de alambre para mantener alejados a los
conejos. (La cuenta de ayer cuando fui a la oficina de correos en la bicicleta era cuarenta y cuatro.)
¿Qué es esta alegría que sentimos en el orden y el diseño? ¿No es el mismo tipo de placer que experimentamos
en el ritmo (que es la previsibilidad) de la música, el patrón de una alfombra oriental, los movimientos medidos de una
danza, la forma inmejorable de cualquier verdadera obra de arte? Nuestro gozo está en la disciplina misma de la cosa. La
disciplina no sofoca, da poder, hace posible la belleza.
¿Por qué no debería ser así cuando consideramos también el glorioso orden jerárquico? Cada ser juega su parte en la
música, en el patrón, en la danza, y al tocarla de acuerdo con las instrucciones del Creador encuentra su mayor alegría.
Esta es una gracia, y no hay una expresión más hermosa en la Biblia para describir a una pareja casada que la de
Pedro como “coherederos de la gracia de la vida”. El contexto de esta frase es interesante. Peter está escribiendo a los exiliados
sobre cómo deben comportarse en los países a los que han sido esparcidos. Su obediencia a la autoridad puede, en última
instancia, llevar a los pueblos de los alrededores a glorificar a Dios. Los siervos deben someterse a sus amos, sean buenos o
malos, porque Cristo sufrió injustamente y es Su ejemplo el que están exhortados a seguir. Las mujeres casadas deben
adaptarse a sus maridos, siguiendo el ejemplo de Sara, que obedeció a Abraham. Los esposos deben “tratar de entender” (como
dice la traducción de Felipe) a sus esposas, honrándolas como físicamente más débiles, pero “igualmente herederas con
ustedes de la gracia de la vida”.
Los sirvientes, Google
amos, esposas y esposos tienen gracias especiales e instrucciones especiales. Todo
conforma el patrón, el patrón de Dios. Cada uno forma parte de ese patrón tanto como el otro, pero cuando
pensamos en el todo en términos de una pintura, una danza o una sinfonía, la noción de igualdad parece
completamente fuera de lugar. Sin embargo, el esposo y la esposa son, de una manera intrincada e íntima,
“herederos por igual”, y su herencia conjunta es la gracia.
36
IGUALDAD PROPORCIONAL
El MATRIMONIO no es una proposición al cincuenta por ciento. Tan pronto como se piensa como tal, se convierte en una lucha
de poder, con un puntaje mínimo para asegurarse de que uno no supere al otro. “Si yo hago esto, entonces tú tienes que hacer
aquello”. He leído sobre contratos matrimoniales en los que cada tarea doméstica se asignaba a uno u otro: la esposa, por
ejemplo, hace el desayuno, se encarga de que los niños estén vestidos, alimentados y les dan libros, dinero para el almuerzo,
pases de autobús, ropa de gimnasia. y así sucesivamente, los martes y jueves. El esposo hace todo esto los lunes, miércoles y
viernes. La esposa cocina la cena los lunes, miércoles y viernes, el esposo los martes y jueves. Los fines de semana se calculan
de acuerdo con la cantidad de trabajo externo que se debe realizar, quién ha realizado la mayor cantidad de "extras" durante la
semana, etc. ¿Te imaginas sentarte los sábados a sumar el marcador? ¿Te imaginas llamar a tal arreglo un matrimonio? ¿Podría
ser algo más que una sociedad comercial?
Pero algunos lo llaman libertad o madurez.

Entonces, ¿cuál se supone que es el porcentaje? Pregunta equivocada. Si fuerais coherederos de un gran
la herencia de la tía, podrías preguntarlo, pero es de la gracia de lo que estamos hablando, la gracia de la vida. Vuestras
igualdades han sido delineadas: igualmente pecadores, igualmente responsables, igualmente necesitados de la gracia, e
igualmente los objetos de esa gracia. Ahí es donde termina el asunto del cincuenta por ciento. Asumís la vida como marido y mujer
y empezáis a dar vuestra vida, no como mártires, no como felpudos o ascetas que hacen una apuesta especial por la santidad, sino
como dos amantes que han necesitado y recibido la gracia, y que saben muy bien que van a seguir necesitándolo y recibiéndolo
cada día que vivan juntos.
Hay un gran alivio en no tener que ser iguales. El hogar es un lugar donde se nos debería permitir ser desiguales, donde
todos conocen las desigualdades de los demás y saben, además, que son las desigualdades las que hacen que el hogar funcione.
Pero la desigualdad es realmente la palabra equivocada. Tal vez la idea de justicia de Aristóteles explique lo que quiero decir.
Llamó a la justicia “igualdad proporcional”. Es decir, la justicia es “el arte de asignar partes cuidadosamente graduadas de
honor, poder, libertad y similares a varios rangos de una jerarquía social fija, y cuando la justicia tiene éxito, produce una
armonía de diferencias”.
No discutiré la validez política de la definición de Aristóteles. Debe haber funcionado en su tiempo y
otras veces desde entonces, pero ese es otro mundo, un mundo en el que los cristianos tienen que vivir y en el que deben
participar, pero que no se rige necesariamente por líneas cristianas. Un hogar cristiano, sin embargo, es un mundo en sí
mismo, un microcosmos, que representa, como la iglesia también representa, la jerarquía del cosmos mismo. Se puede
ejecutar en líneas cristianas.
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Esa frase by Google
"acciones cuidadosamente calificadas" es suficiente para levantar los pelos de punta. ¿Quién califica y asigna esas
acciones? Claramente alguien tiene que hacerlo. Debe haber autoridad para hacer esto.
Éramos seis niños en el hogar donde crecí, con una edad de dieciséis años.
El mejor dormitorio, que era el único que tenía un baño adjunto, pertenecía a mi abuelastra, que vivió con nosotros
durante ocho años. Cuando ella murió, ese dormitorio se convirtió en el de mis padres. El mejor sillón de la sala, el de la
lámpara y el escabel, era el de mi padre. Se sentó en un extremo de la mesa del comedor, Madre se sentó en el otro. Los niños de
cuatro años tenían trabajo que hacer al igual que los de veinte años, pero estaba "calificado cuidadosamente". Los pequeños hacían
las papeleras, los grandes cocinaban, cortaban el césped, planchaban, pintaban la casa. Las chicas sabían cuáles de esa lista eran
sus tareas, los chicos sabían las suyas. Las niñas hacían la mayor parte del lavado de platos, pero los cuatro niños se turnaban para
secar y guardar. Mi madre cocinaba enormes cantidades de comida buena y sencilla. Por lo general, había segundos para aquellos
que querían segundos, pero mi madre de alguna manera nunca "se preocupó" por ninguno. Hubo quejas ocasionales de injusticia
del "¿Cómo es que no tiene que hacerlo?" variedad. La idea de justicia de mi hermana, si quedaba una galleta en el plato, era
"¿Alguien quiere esto peor que yo?"
Si había lo que mi padre llamaba una “pelea” entre los niños, se les citaba por separado para que testificaran. En el
momento en que un demandante comenzó con “Bueno, él. . .” fue detenido. "¿Qué hiciste ? " fue la pregunta: “Solo quiero escuchar
lo que hiciste”. A veces, esto resultó en que el testimonio se desvaneciera por completo y se retiraran los cargos.
Esta justicia doméstica se basaba en la autoridad doméstica. En el matrimonio, si dos personas maduras se aman
entre sí, todo este asunto de la autoridad es casi enteramente un entendimiento tácito. Probablemente podría contar con una
mano, tal vez con un dedo, las veces en mis propios matrimonios cuando se convirtió en un problema consciente. Cuando
sucedió, por supuesto, tuve que recordar que las líneas habían sido trazadas, no por mi esposo, sino por Dios. Yo fui creado
originalmente para ser una ayuda, no un antagonista.
37
LA HUMILDAD DE LA CEREMONIA
LOS AMERICANOS tienen nostalgia por la ceremonia. La democracia nos da pocas oportunidades para la pompa y
ninguna para el esplendor, pero estás probando las de Inglaterra. Su carta de ayer hablaba de haber visto el Trooping of
the Colours.
"¡Oh, fue tan majestuoso, tan majestuoso!" tu escribiste. “Todos esos guardias y bandas y caballería. Los
colores y el vestuario eran magníficos. La reina madre llegó primero en un carruaje. Debimos estar de pie durante
tres horas. Una turba que empuja y empuja. Si es emocionante ver a la reina, ¡imagínense cómo será ver a Cristo Rey!”.
La Biblia da por sentado el patriarcado y la monarquía. Es natural que estas nociones atraigan fuertemente
la imaginación de aquellos que han crecido con la Biblia. También es natural que algunos se cuestionen si se trata de
nociones puramente culturales y políticas y, por tanto, puramente temporales, o si hay algo en ellas que tenga que ver
con la Realidad eterna. ¿Son la pompa y la ceremonia absolutamente sin sentido, simplemente las reliquias curiosas
pero interesantes de una época curiosamente libre de autocrítica? El salmista dice: “No temas cuando alguno se
enriquece, cuando aumenta la gloria de su casa. Porque cuando muera no se llevará nada; su gloria no descenderá tras
él. Aunque, mientras viva, se considere feliz, y aunque un hombre reciba elogios cuando se hace bien a sí mismo, irá a
la generación de sus padres, que nunca más verán la luz. El hombre no puede permanecer en su pompa, es como las
bestias que perecen.”
Kipling escribió:
Muere el tumulto y la gritería, Los

capitanes y los reyes parten.
Sigue en pie Tu antiguo sacrificio, Un
corazón humilde y contrito.
En unas pocas semanas estarás de nuevo en casa y tendremos un par de semanas para hablar sobre los
planes de tu boda, para decidir cosas como la lista de invitados, dónde será la recepción y qué menú te gustaría, y
para comprar un vestido de novia. En la biografía de tu padre lees sus puntos de vista sobre las bodas: “Las formas
más vanidosas y sin sentido. . . ningún vestigio de realidad. Los testigos se visten para el espectáculo. La carne se da
todo el lugar. Nosotros, los fundamentalistas, somos una manada de fanfarrones amantes del estado de ánimo. Es no
...
Machine
más Translated
que un costosobytedio.”
GooglePero él escribió eso cuando tenía veintiún años. Si hubiera vivido más de los veintiocho
años que le dieron, podría haber llegado a comprender el significado del ritual, algo completamente ajeno a su
educación.
Quieres un hermoso vestido largo blanco y el tradicional velo. Quieres música y flores y un
tren de asistentes. No para demostrar que eres un "presumido amante del estado de ánimo". Para nosotros, la
señal y el sonido y el símbolo y el movimiento son parte de la adoración y la celebración, y desea que su boda esté
llena de las señales visibles, tangibles y audibles del significado invisible y trascendente.
¿Es la pompa incompatible con la humildad? Has escuchado lo que dijo CS Lewis en su Prefacio a
Paradise Lost:
Sobre todo, hay que desembarazarse de la idea repugnante, fruto de un complejo de inferioridad muy
difundido, de que la pompa, en las ocasiones adecuadas, tiene alguna conexión con la vanidad o el
engreimiento. Un celebrante que se acerca al altar, una princesa conducida por un rey para bailar un
minué, un oficial general en un desfile ceremonial, un mayordomo que precede a la cabeza del jabalí en
una fiesta de Navidad, todos ellos visten ropas inusuales y se mueven con calculada dignidad. Esto no
quiere decir que sean vanidosos, sino que son obedientes, están obedeciendo a la era hoc que preside toda solem
El hábito moderno de hacer cosas ceremoniales sin ceremonias no es prueba de humildad; más bien
demuestra la incapacidad del ofensor para olvidarse de sí mismo en el rito, y su disposición a estropear para
todos los demás el placer propio del ritual.[12]
Una aceptación del orden universal da forma a la imaginación y prepara el terreno, me parece,
para la apreciación de la ceremonia. Vemos en el orden terrenal un reflejo del celestial. Encontramos en las
ceremonias tradicionales la ocasión de someternos a las verdades más amplias que representan. Su boda no será
simplemente una excusa para reunir a todos nuestros amigos y familiares para "compartir nuestra alegría" (como
dicen tímidamente algunas de las invitaciones de boda poco ceremoniosas de hoy en día) en la unión particular de
usted y Walt, sino una celebración del matrimonio, de una institución ordenada por Dios en la creación del hombre,
para entrar en ella con solemnidad así como con alegría. La ceremonia proporciona la forma, el ritual que (citando
de nuevo a Lewis) “hace que los placeres sean menos fugitivos, . . . que entrega al poder de la sabia costumbre la
tarea (para la cual el individuo y sus estados de ánimo son tan inadecuados) de ser festivos o sobrios, alegres o
reverentes, cuando elegimos serlo, y no por voluntad del azar”[13]. ]
38
AUTORIDAD
HAY en el fondo de todos nosotros una fuerte resistencia a la autoridad, que en última instancia equivale a odio.
Nos retorcemos debajo. “Nadie me va a decir qué hacer. Haré lo que me plazca. "¿Quién se cree que es?"
Pero el mundo no funciona sin autoridad. Alguien tiene que decirnos qué hacer. La cuestión no es quién
cree que es, sino a quién representa. Un soldado saluda al uniforme, no al hombre, ya sea que el hombre sea
superior a él en otros aspectos o no, en el ejército representa un cierto nivel de autoridad. Se le ha dado rango.
Su rango no prueba que sea más alto o más agradable o más fuerte o más inteligente que el hombre que lo
saluda. Sin embargo, de alguna manera se ha ganado su rango.
Los que se llaman cristianos son personas que han aceptado la autoridad. Creyeron en la estimación que
Dios tenía de ellos y recibieron Su remedio sobre la base de la autoridad de la Biblia. Jesús dijo: “Toda potestad
me es dada”, y cuando llamó a sus discípulos, los llamó a hacer tres cosas: negarse a sí mismos, tomar su cruz y
seguir. Es imposible hacer estas cosas sin reconocer la autoridad. Hay una historia en el Evangelio de Mateo
acerca de un centurión cuyo sirviente yacía paralítico en su casa, en terrible angustia. Jesús se ofreció a ir a
curarlo, pero el centurión le pidió que solo dijera la palabra y él estaba seguro de que su criado sanaría. “Porque
soy un hombre puesto bajo autoridad, con soldados debajo de mí; y le digo a uno: 'Ve', y va, y a otro: 'Ven', y
viene, y a mi esclavo: 'Haz esto', y lo hace”. Fue su propia experiencia de autoridad lo que le permitió comprender
la autoridad, es decir, el poder, de la palabra hablada de Jesús, y Jesús dijo que no había encontrado tal fe ni
siquiera en Israel. En respuesta a la fe del hombre, Jesús pronunció la palabra y el siervo fue sanado.
Para ejercer la autoridad es necesario obedecer a la autoridad. El centurión declaró que estaba
un hombre “bajo autoridad”, con soldados debajo de él. Respetó la autoridad de Jesús y se sometió a ella en la
fe.
Para ser un discípulo debemos negarnos a nosotros mismos, esto es ejercer autoridad sobre nuestro
propio espíritu. Debemos tomar la cruz; esto es someterse a la autoridad de Cristo. Y debemos seguir, esto es
obediencia continua. Este es el camino no al confinamiento, a la esclavitud, a un desarrollo atrofiado o detenido,
sino a la libertad personal total. No significa muerte sino vida, no una vida estrechamente circunscrita sino una
vida “abundante”. La puerta es estrecha pero no la vida. La puerta se abre a la grandeza de la vida.
Hay, lo sabemos, también un camino ancho. Sabemos adónde conduce: a la destrucción.
Machine Translated de
La aceptación by Google
la jerarquía divinamente ordenada significa la aceptación de la autoridad: en primer lugar,
la autoridad de Dios y luego aquellas autoridades menores que Él ha ordenado. El esposo y la esposa están
ambos bajo Dios, pero sus posiciones no son las mismas. Una esposa debe someterse a su esposo. El “rango”
del esposo le es dado por Dios, como los rangos de los ángeles y los animales son asignados, no elegidos ni ganado
El hombre maduro reconoce que no ganó ni mereció su lugar por superior inteligencia, virtud, fuerza o
amabilidad. La mujer madura reconoce que la sumisión es la voluntad de Dios para ella, y la obediencia a esta
voluntad no es más una señal de debilidad en ella que lo fue en el Hijo del Hombre cuando dijo: “He aquí, vengo
para hacer tu voluntad”. , Oh Dios."
39
SUBORDINACIÓN
“ SIMPLEMENTE no soporto la idea de ser un felpudo”, dijo Jo cuando traté de hablarle sobre el principio
bíblico de gobierno y sumisión. Está a punto de divorciarse porque está decidida a encontrar la libertad, y su
matrimonio, dice, no fue al cincuenta por ciento como cree que debería ser. A ella le han vendido una factura
de bienes aquellos que han declarado que la sumisión de cualquier tipo es servidumbre. Sí, ha habido grandes
errores en la sociedad. Sí, estoy de acuerdo en que los hombres no están destinados a oprimirse unos a otros.
Sí, es cierto que algunos hombres han tratado a las mujeres como felpudos. No, al marido no se le manda
dominar ni a la mujer ser servil. Ha habido todo tipo de ataduras humanas que el cristiano debería ser el primero
en deplorar y corregir. Jesús vino a soltar a los cautivos.
Pero la sumisión a la autoridad dada por Dios no es cautiverio. Si tan solo hubiera podido ayudar a Jo a ver esto,
pero cuando le pregunté qué pensaba que debería distinguir un matrimonio cristiano de todos los demás, dijo:
“Igualdad”. La igualdad es, por un lado, una imposibilidad humana en el matrimonio. ¿Quién está en posición de
repartir todo según preferencia o competencia? “Si me gusta, lo hago”, dijo Jo, “y debería ser yo quien lo haga. Si no
me gusta, Bill lo hace. Si a él tampoco le gusta, lo dividimos por la mitad”. Suena bien al principio. Ciertamente es la
forma en que se hacen muchas cosas en cualquier hogar, supongo, y no diría que está mal. Pero, ¿existe un hogar
verdaderamente feliz donde los miembros hacen sólo lo que les gusta y nunca hacen con gusto lo que no les gusta?
Es una visión ingenua de la naturaleza humana suponer que dos iguales pueden turnarse para liderar y seguir, y
pueden, debido a que son "maduros", prescindir de rango. El sentido común les ha dicho a las mujeres de todas las
sociedades y de todas las épocas que el cuidado del hogar depende de ellas. Los hombres han sido proveedores.
Seguramente hay circunstancias en nuestra compleja sociedad moderna que exigen modificaciones. Conozco a muchas
esposas de estudiantes de seminario que tienen que trabajar para poder pagar la matrícula de sus maridos y las
cuentas de comestibles. Obviamente, los maridos deben hacer parte del trabajo doméstico y del cuidado de los niños.
Este es un recurso temporal y la mayoría de ellos, esposos y esposas, esperan con ansias el día en que las cosas
vuelvan a ser normales.
Si nos hemos vuelto tan maduros, de mente abierta, adaptables y liberados que los mandamientos de las
Escrituras dirigidos a las esposas —“adaptarse”, “someterse”, “sujetarse”— pierden su significado, si la palabra cabeza
ya no tiene ninguna connotación de autoridad , y la jerarquía ha llegado a significar tiranía, nos hemos ahogado en la
corriente de la ideología de la liberación.
Le dije a Jo, y les digo lo que Pablo les dijo a los cristianos romanos: “No dejen que el mundo que los rodea los
apriete en su propio molde, sino que dejen que Dios remodele sus mentes desde adentro”. Dios quiere que seamos
íntegros, seguros y fuertes, y una de las formas de encontrar esa integridad, seguridad y fortaleza es someternos a
las autoridades que Él ha puesto sobre nosotros. (La cuestión de la autoridad política, que
la Machine Translated
Biblia también diceby Google
que debemos someternos, se vuelve enormemente complicado y doloroso para algunos. En los
tiempos modernos, Dietrich Bonhoeffer, Corrie ten Boom y su familia, y Richard Wurmbrand han tenido que luchar con esto.
No está dentro del alcance de estas notas discutir esa cuestión, pero la menciono en caso de que alguien piense que tiendo a
simplificar demasiado y usaría los mismos argumentos para defender, por ejemplo, la esclavitud).
La sumisión por causa del Señor no equivale a servilismo. No conduce a la autodestrucción, al sofocamiento de los
dones, la personalidad, la inteligencia y el espíritu. Si la obediencia misma requiere un suicidio de la personalidad (como
afirma un escritor), tendríamos que concluir que la obediencia a Cristo exige esto.
Pero las promesas que nos ha dado difícilmente apuntan a la autodestrucción: “Yo os haré descansar”. “Mi paz os doy”.
“He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
“El que cree en mí tendrá vida eterna”. “El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás”. “El que pierda su
vida por causa de mí, la conservará”. “A vuestro Padre le ha placido daros el reino”.
Dios no le está pidiendo a nadie que se convierta en un cero. ¿Cuál fue el designio del Creador en todo lo que
¿El hizo? Él quería que fuera bueno, es decir, perfecto, precisamente lo que Él quiso decir, libre en su ser lo que Él quiso
que fuera. Cuando le ordenó a Adán que "sojuzgara" y "señoreara" la tierra, no le estaba ordenando que destruyera su
significado o existencia. Él estaba, podemos decir, “orquestando”, dando la dirección a uno, sometiendo a otro, para
producir una armonía completa para Su gloria.
Debe ser muy difícil para las personas que no han sido criadas en hogares disciplinados aprender el
relación entre autoridad y amor, pues para ellos la autoridad habrá estado asociada a elementos ajenos al hogar,
como el derecho civil. Pero tenemos un Dios amoroso que arregló las cosas no solo para nuestros “mejores intereses” (no
siempre estamos deseosos de tener lo que es “para nuestro propio bien”) sino para la libertad y el gozo. Cuando hizo a Eva,
fue porque el Jardín del Edén habría sido una prisión de soledad para Adán sin ella. No era bueno para él estar solo, y para
sacarlo de esta prisión y traerle libertad y alegría, le dio una mujer. La libertad y el gozo de Eva estarían en ser el complemento
de Adán.
Cuando Pablo habla de la subordinación de la mujer basa su argumento en el orden creativo. La mujer fue creada de y
para el hombre. Se sigue naturalmente que ella tuvo que ser creada después del hombre.
La posición cronológica secundaria de la mujer no prueba necesariamente (a pesar de Richard Hooker y otros) una
inteligencia inferior. Pero quienes descartan la posibilidad de diferencias sexuales en las dotes intelectuales no están
tomando en cuenta todos los datos. Hay algunas estadísticas intrigantes que apuntan a razones biológicas para tales
diferencias. Los hombres parecen estar mejor equipados para lidiar con abstracciones de alto nivel. Una demostración de esto
es el hecho de que, si bien en la actualidad hay ochenta y dos Grandes Maestros en ajedrez, ninguno es mujer. De los
quinientos mejores ajedrecistas de la historia, ninguno ha sido mujer. Pero miles de mujeres, particularmente en la Unión
Soviética, juegan al ajedrez.
Leí sobre esto en un libro llamado La inevitabilidad del patriarcado de Steven Goldberg. Goldberg
se esfuerza infinitamente para demostrar que de ninguna manera está sugiriendo que los hombres son generalmente
superiores a las mujeres. Son diferentes, y sus diferencias están determinadas hormonalmente.
Es necesario señalar una vez más que no hay razón para creer que existen relaciones sexuales
Machine Translated
diferencias en labyinteligencia
Google en todos sus innumerables aspectos. Considerar la capacidad de teorizar como
una mayor demostración de inteligencia que la percepción o la perspicacia no es menos arriesgado que
considerar la fuerza física más importante que la longevidad como medida de buena salud. [14]
Para Christian, las estadísticas de Goldberg son interesantes. Para el cristiano que cree en una jerarquía
de orden, son aún más interesantes, pues si bien creemos que el orden patriarcal tradicional no es meramente cultural
y sociológico sino que tiene su fundamento en la teología, es interesante descubrir que también tiene un fundamento
biológico.
Hay un principio espiritual involucrado aquí. Es la voluntad de Dios. Desde Génesis hasta Apocalipsis, se nos
muestra en innumerables historias del trato de Dios con las personas que es Su voluntad hacerlos libres, darles alegría.
A veces, el proceso de liberarlos es doloroso. Significaba la muerte para el Hijo del Hombre, Su vida por la nuestra. No
vino a condenar, no a encarcelar, no a esclavizar. Vino a dar vida.
Y es la voluntad de Dios que la mujer esté subordinada al hombre en el matrimonio. El matrimonio se utiliza en el
Antiguo Testamento para expresar la relación entre Dios y Su pueblo del pacto y en el Nuevo Testamento
entre Cristo y la Iglesia. Ningún esfuerzo por mantenerse al día, por adaptarse a los movimientos sociales modernos
oa los cultos a la personalidad nos autoriza a invertir este orden. Tremendas verdades celestiales se exponen en la
sujeción de una esposa a su esposo, y el uso de esta metáfora en la Biblia no puede ser accidental.
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LA RESTRICCIÓN DEL PODER
UNO de los propósitos de Dios al arreglar las cosas como Él lo ha hecho es restringir el poder. Tanto a los hombres
como a las mujeres se les otorgan tipos especiales de poder, y cada tipo debe ser restringido de manera especial. A
los maridos, que deben iniciar, mandar y dominar, se les ordena específicamente que amen a sus esposas. No se
trata aquí de un tipo ordinario de amor. Deben amarlos de dos maneras: primero, “como Cristo amó a la Iglesia”, lo
que significa entregarse a sí mismos. Ningún hombre que establezca esto como el primer principio iniciará, ordenará
y dominará de una manera que se engrandezca a sí mismo. Su aceptación de la autoridad que Dios le ha dado es
su obediencia a Dios. Su aceptación de la forma en que debe ejercerse la autoridad demostrará su amor por la mujer.
Segundo, debe amar a su esposa “como a su propio cuerpo”, lo que significa que debe nutrirla y cuidarla.
Esto también es como Cristo. La Iglesia es Su Cuerpo. El amor de Cristo por la Iglesia es un amor que alimenta
y cuida, un amor que se responsabiliza por su cuidado.
¿Alguna vez pensó que las reglas de cortesía y caballerosidad estaban, en su esencia, fundadas en este
principio cristiano? Tu prometido, en su conciencia de mayor fuerza física y su obligación de cuidarte, te abre las
puertas, camina por la parte de afuera de la acera, te ayuda con el abrigo, se levanta cuando entras a una habitación.
Tú, permitiéndote que te mime, acepta estas cortesías con gracia, viendo en ellas mucho más que el gesto puramente
social que, en nuestros días, se desprecia con frecuencia como una tontería haciendo distinciones que no deberían
hacerse entre las personas.
Así como el poder del hombre sobre la mujer está restringido por el amor, el poder de la mujer sobre el hombre está restringido por el
comando para enviar. Cualquier mujer sabe que tiene maneras de salirse con la suya. No es la fuerza física lo
más poderoso. No es la capacidad de lidiar con abstracciones de alto nivel. Puede ser tan inteligente o más
inteligente que su esposo, puede ser más talentosa que él. Sea este el caso o no, ella también tiene “astucias”,
poder emocional y tiene poder sexual. Estos deben ser restringidos. El tipo de control que Dios le pide a ella es la
sumisión.
Juan Calvino escribió,
Dios es la fuente de ambos sexos y, por tanto, ambos deben con humildad aceptar y mantener la
condición que el Señor les ha asignado. Que el hombre ejerza su autoridad con moderación. . . . Que la
mujer se conforme con su estado de sujeción. . . . De lo contrario, ambos se despojan del yugo de Dios, que
no sin razón ha establecido esta distinción de rangos[15].
Machine
PabloTranslated by Google
también nos recordó que debemos someternos unos a otros. Seguramente hay momentos en que el
El esposo cristiano, al amar a su esposa como Cristo amó a la Iglesia, se somete a sus deseos. Es
imposible que el amor no dé, y ese dar muchas veces significa renunciar a las propias preferencias. El esposo no
está en tal caso reconociendo la autoridad de su esposa. Él está dando su vida.
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FUERZA POR RESTRICCIÓN
PORQUE me has oído hablar tanto de esta necesidad de contención para tener libertad, me enviaste esta cita de la
Poética de la música de Stravinsky. Traduce la verdad de la que he estado hablando al lenguaje de un músico:
Es en este campo donde hundiré mis raíces, plenamente convencido de que las combinaciones que
tienen a su disposición doce sonidos en cada octava y todas las variedades rítmicas posibles me
prometen
enriquece que
y que no la
toda necesito una
actividad dellibertad teórica. Permítanme
genio humano tener
nunca agotará. . . algo finito,
. puede definido,
prestarse a materia que
mi operación
sólo en la medida en que esté en consonancia con mis posibilidades. . . .
En el arte, como en todo lo demás, sólo se puede construir sobre una base resistente: lo que sea
constantemente cede a la presión, constantemente hace imposible el movimiento. . . .
Mi libertad será tanto mayor y más significativa cuanto más la limite
mi campo de acción y más me rodeo de obstáculos. Cualquier cosa que disminuya la restricción,
disminuye la fuerza. Cuantas más restricciones se imponen, más se libera uno de las cadenas que
aprisionan el espíritu.
“Es evidente”, escribe Baudelaire, “que las retóricas y las prosodias no son tiranías
arbitrariamente inventadas, sino un conjunto de reglas exigidas por la organización misma del ser espiritual,
y nunca las prosodias y las retóricas han impedido que la originalidad se manifieste plenamente.
Lo contrario, es decir, que han ayudado al florecimiento de la originalidad, sería infinitamente más
cierto.”[16]
El amor de un hombre y una mujer adquiere un poder inconmensurable cuando se coloca bajo la
restricción divina de la que hemos estado hablando. Un río que fluye a través de un abismo, amurallado por alta
roca, se mueve con una fuerza concentrada que se disipa en el momento en que llega a la llanura.
Y si las retóricas y las prosodias no son tiranías arbitrariamente inventadas, sino “un conjunto de reglas
exigidas por la organización misma del ser espiritual”, no sin dificultad creamos también que las restricciones
impuestas al matrimonio cristiano responden a la organización de ese mismo ser espiritual. ? ¿Que nunca impedirán
que la originalidad y la personalidad se manifiesten? ¿Y que se obtendrá la libertad más completa debido a qué
parecen, a la mente no espiritual, como obstáculos?
“Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la disciplina.”
42
MAESTROS DE NOSOTROS MISMOS
“HÁGANNOSdueños de nosotros mismos”, escribió el reformador de prisiones Sir Alexander Paterson, “para que podamos
sed siervos de los demás.”
Tenemos que hablar de autodisciplina de nuevo. Seguimos volviendo a eso, y seguiremos viniendo
volver a él mientras vivamos, independientemente de las luchas que tengamos que soportar. “¿El camino serpentea cuesta
arriba todo el camino?” pregunta el poema de Christina Rosetti, y la respuesta es: “Sí, hasta el final”.
No se puede confiar en que ninguna mujer que no haya aprendido a dominarse a sí misma se someta
voluntariamente a su esposo. Y esa palabra voluntariamente significa que ella no se resigna simplemente a algo que
no puede evitar. Quiere decir que por un acto de su propia voluntad se da a sí misma. Con alegría se somete porque
comprende que la sumisión voluntaria es su fuerza. Porque es lo que le pide su Creador, es lo que le asegura su
cumplimiento. Es la tarea que se le encomienda la que, realizada voluntariamente, en realidad fortalece al marido en su
debilidad.
El marido fortalece a la mujer en su debilidad obedeciendo el mandato por mandato. Pero él, también, primero debe
haberse dominado a sí mismo. George MacDonald señala que el de voluntad fuerte no es el testarudo. Un niño obstinado
sólo quiere salirse con la suya. Su voluntad nunca ha sido ejercida contra sí mismo. La persona de voluntad fuerte quiere
contra sí misma, elige lo que naturalmente no elige, rechaza lo que naturalmente elegiría. Muchos hombres protestan que
no está en su naturaleza dominar. Muchos ven a sus esposas como superiores a ellos en inteligencia, fortaleza de carácter,
resistencia física o percepción espiritual, y usan esto como una excusa para dejarles liderar. Pero los roles no se asignan
sobre la base de la capacidad. Se determinaron al comienzo de la Creación para ser el papel de un hombre y un papel de
mujer y, de nuevo, no somos libres de experimentar, alterar o intercambiarlos.
Se necesita autodisciplina y se necesita humildad para hacer su trabajo. Podemos contar con el Dios que dio la orden
para darnos la fuerza para llevarla a cabo. Ningún hombre tiene suficiente fuerza en sí mismo para ser propiamente la
cabeza de su esposa. Ninguna mujer puede correctamente someterse a su jefatura. Se necesita gracia, y la gracia es un
regalo, pero debemos usar los medios de la gracia. La autodisciplina ayuda. La oración ayuda. Cristo, quien es la Cabeza de
todos nosotros, está listo para ayudar a cualquier hombre o mujer que se lo pida.
43
UN UNIVERSO DE ARMONÍA
EN LAS tardes aquí en mi cabaña en el Cabo he estado leyendo un libro sobre el Cabo, The Outermost House de Henry
Beston. Cuenta en un lenguaje exquisito de un año que pasó en la Gran Playa de Cape Cod, solo en una casa en las dunas
de arena con vista al Atlántico. La belleza, la fuerza y el terror de la naturaleza se describen con profunda comprensión.
Muchas fuerzas se mezclan en el oleaje de una tormenta: el gran ritmo terrestre de las olas, la violencia del viento,
la lucha del agua para obedecer su propia ley elemental. De la tormenta en el mar salen los gigantes y, siendo
gigantes, tropiezan lejos, derramándose primero en la barra exterior. Luego corren hacia la costa, rompiendo todo el
camino. Tocando la playa, caen en un rugido perdido en un ruido general de tormenta. Pisoteada por el viento y
eternamente movida y levantada y arrojada por los mares entrantes, el agua en alta mar se convierte en un furioso
vidrio de espuma marmórea; sheeUtsndoef salvaje, corriendo sheeUtsndoef ver el borde de cincuenta pies de ancho;
el agua brota con arena. r todo esto mueve furiosas corrientes de marea, la resaca de la costa exterior de Cape Cod.
Las corrientes costeras aquí se mueven en dirección sur; Viejos restos de madera a la deriva siempre están
siendo transportados aquí desde el norte. Los amigos de la Guardia Costera a menudo miran la caja y el palo que tengo
recuperar y decir: "Lo vi hace dos semanas junto a la luz".[17]
Beston habla de la maravillosa obediencia de todos los aspectos de la creación: los vientos, las mareas, las
migraciones de los pájaros, el ritmo y el juego de luces, sonidos, fragancias y colores, todo moviéndose en perfecta armonía
como si estuviera en la dirección de un invisible. batuta. Uno de los fenómenos más extraños descritos es la migración de
todas las aleviras, parientes de los arenques que los indios usaban para fertilizar sus sembradíos de maíz.
Estas esposas de Weymouth salen del mar, y Dios sabe de dónde del mar. Corren por Weymouth Brook, son
detenidos por una presa, se pescan en una red, se vierten en barriles de agua y se transportan por tierra en un
camión hasta Whitman's Pond. Los he visto seguir las corrientes en el estanque, una vez que se han derramado
en él. Luego viene, tal vez, una sensación de llegada y de tiempo previsto; cada hembra pone de sesenta mil a cien
mil huevos pegajosos, estos caen al fondo, flotan a lo largo del lodo, rezuman y se adhieren según lo indique el azar.
Las hembras y los machos en desove cruzan la presa y regresan al mar, los arenques nacidos en el estanque los
siguen diez meses o un año después, y luego llega otra primavera y un gran misterio. En algún lugar de las
profundidades del océano, cada
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Los peces by Google
nacidos en Weymouth recuerdan el estanque de Whitman y llegan a él a través de las leguas sin
dirección del mar. ¿Qué se agita en cada cerebro frío? ¿Qué llama tiembla cuando el nuevo sol cae en el
río del océano? ¿Cómo encuentran las criaturas su camino? Los pájaros tienen paisaje y ríos y promontorios
de la costa, los peces tienen... ¿qué? Pero actualmente los peces están "dentro" de WeyTmhoauth, arremetiendo
contra el ¡El inmenso, abrumador,
desbordamiento implacable
del manantial y ardiente
del arroyo hacia ardor de la Naturaleza
el estanque ancestral. por el ímpetu de la vida!
Y todas estas sus criaturas, ¿qué trabajo, qué hambre y frío, qué magulladuras y qué lucha lenta y letal
no soportarán para lograr el propósito de la tierra? y ¿qué resolución consciente de los hombres puede
igualar su impersonal, su voluntad colectiva de ceder la vida propia a la voluntad de vida universal?[18]
El viento y las olas, las mareas y las tormentas, las migraciones de los pájaros y las alejandras son elementos
del palpitar, el oleaje y el ritmo que subyacen a la maravillosa armonía del universo. Hemos estado hablando de lo
primero que hace que el matrimonio funcione, la aceptación de la jerarquía divina, que es, me parece, otro aspecto
de esta armonía. El hombre y la mujer que reconocen que son herederos juntos de la gracia de la vida se mueven en
el tiempo al ritmo, aceptando sus límites como lo hacen las olas, entregando su propia vida a la Voluntad de Vida
Universal (que Henry Beston no escribió con mayúscula ), yendo siempre hacia el cumplimiento y gozo final —la
Música perfecta— que es la Voluntad de Dios.
44
SER UNA MUJER DE VERDAD
La segunda cosa que hace que el matrimonio funcione, el elemento más explosivamente peligroso de nuestra
naturaleza humana, la fuente del mayor placer terrenal —incluso, si me preguntas, de la mayor diversión—, lo que te has
estado preguntando cuando lo conseguí. a discutir, es el sexo.
Lo que una mujer de verdad quiere es un hombre de verdad. Lo que un hombre de verdad quiere es una mujer de
verdad. Es la masculinidad lo que atrae a una mujer. Es la feminidad lo que atrae a un hombre. Cuanto más femenina
seas, más varonil querrá ser tu marido. El filósofo ruso Berdyaev dijo: “La idea de la emancipación de la mujer se basa
en una profunda enemistad entre los sexos, en la envidia y la imitación. La mujer se convierte en una mera caricatura,
un pseudo-ser.”
Para el cristiano que entiende el propósito de Dios, no puede haber enemistad, envidia o deseo de imitación. Tanto
el hombre como la mujer aceptan plenamente su ser como el ser que Dios creó cuando hizo al hombre a su imagen,
varón y mujer. Algunas personas lamentablemente confundidas han objetado el uso de la palabra hombre para incluir
masculino y femenino, pero el estudio más superficial del lenguaje les quitaría la sospecha de que se trata de un sesgo
“sexista”. El hombre es a la vez hombre y mujer, su humanidad expresada bajo dos modalidades separadas, y cada uno
debe reconocer y aceptar la plenitud de su humanidad bajo su modalidad asignada. No estamos obligados de alguna
manera a “superar” nuestra sexualidad. Lo afirmamos. Nos regocijamos en ello. Buscamos ser fieles a él mientras
buscamos usarlo como un don de Dios.
La infidelidad al propio sexo es infidelidad a todos, porque una mujer debe ser mujer tanto en su relación con los
hombres como con otras mujeres. Un hombre debe ser completamente un hombre en su relación con las mujeres y con
otros hombres. El marido que no es fiel a su masculinidad defrauda a su mujer, y lo contrario es igualmente cierto. Esta
fidelidad de la que hablo es nuestra respuesta al llamado de Dios. Uno, llamado a ser hombre, y otro, llamado a ser mujer,
llegan a ser una sola carne en la que, como una sola carne, llegan a ser uno con Dios.
En todas las sociedades ha habido expectativas que se ha entendido que se aplican a cada sexo.
Por supuesto, estas expectativas pueden variar de un momento a otro y de un lugar a otro, pero el
carácter distintivo de la masculinidad y la feminidad ha sido una constante a lo largo de la historia. Es solo en nuestra
sociedad que hay un intento de borrar esta distinción, de animar a las mujeres a hacer lo que hacen los hombres.
El trabajo del hombre, por aburrido, desagradable o difícil que sea, generalmente se considera más valioso que el de
las mujeres. La “igualdad de oportunidades” casi siempre implica que las mujeres quieren hacer lo que hacen los
hombres, no que los hombres quieran hacer lo que hacen las mujeres, lo que indica que el prestigio se atribuye al trabajo
de los hombres pero no al de las mujeres. El trabajo de la mujer, en particular la tarea asignada por la Creación
exclusivamente a la mujer, la de dar a luz y criar a los hijos, se considera no sólo de menor valor sino incluso degradante y
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"parecido by Google
a un animal". Esta es una horrible distorsión de la verdad, y un intento de juzgar a las mujeres según
los criterios de los hombres, forzarlas a entrar en un molde extraño, robarles los mismos dones que las hacen lo
que deberían ser. Someter la feminidad a los criterios de la masculinidad es tan tonto como juzgar la carne por
los estándares de las papas. La carne fallaría en todas las pruebas. Para las mujeres, asumir una masculinidad
sucedánea significa que siempre perderán.
Eres, Valerie, por la gracia de Dios, una mujer. Esto significa que tienes responsabilidades. Eres plenamente
una mujer, y esto significa que tienes privilegios. Eres solo una mujer, lo que significa que tienes limitaciones.
Walt es un hombre, es completamente un hombre, y solo es un hombre. ¡Gracias a Dios por esto, y vívelo al
máximo!
45
EL VALOR DEL CREADOR
EN la historia de ISAK Dinesen "El Diluvio en Norderney" ella tiene a cuatro personas abandonadas en un desván de
granero durante una inundación. Hay un cardenal, una anciana doncella y un joven y una joven, todos desconocidos
entre sí. El agua de la inundación está subiendo y saben que esta es su última noche. La joven pareja es casada por el
cardenal, y el cardenal y la anciana se ponen a conversar.
Consideraremos la lección que estos amantes por encima y por encima de todo nos enseñan sobre el
tremendo coraje del Creador de este mundo», dice el cardenal. “Todo ser humano, creo, a veces ha dado cabida
a la idea de crear un mundo por sí mismo. El Papa, de manera halagadora, alentó en mí estos pensamientos
cuando era joven. Reflexioné entonces que podría, si me hubieran dado omnipotencia y mano libre, haber hecho
un mundo hermoso. Podría haberme pensado en los árboles y los ríos, en las diferentes tonalidades de la música,
en la amistad y la inocencia; pero por mi palabra y honor, no me habría atrevido a arreglar estos asuntos de amor
y matrimonio como están, y mi mundo se habría perdido tristemente por ello. ¡Qué lección abrumadora para todos
los artistas! No temas lo absurdo; no te alejes de lo fantástico.
Dentro del dilema, elige la solución más inaudita, la más peligrosa. ¡Sé valiente, sé valiente! Ah, señora,
tenemos mucho que aprender.[19]
Y el cardenal cayó en profundos pensamientos.
¿Quién de nosotros, dada la oportunidad de arreglar el mundo a nuestro gusto, habría tenido los poderes de
imaginación que el cardenal se permitió, y mucho menos los que Dios tenía? ¿Quién de nosotros habría tenido el coraje
del Creador cuando concibió la idea del sexo? No podemos suponer que Él pasó por alto las potencialidades, las trampas,
los altos riesgos que lo acompañarían. Los vio a todos.
E hizo una mujer idónea, idónea en todo, para el hombre.
“Toda buena dotación que poseemos y todo don completo que hemos recibido debe venir de lo alto, del Padre de
todas las luces, con quien nunca hay la menor variación ni sombra de incongruencia”.
Creo que sería correcto incluir la sexualidad como una de las buenas dotes que poseemos. Eso
es uno de los términos de nuestra vida, uno de los datos sobre los que no tuvimos elección y que no tenemos la libertad
de alterar. Hay un principio subyacente de la sexualidad. La relación entre marido y mujer, como ya hemos visto, simboliza
la relación entre Cristo y la Iglesia. En la familia de Dios, sin embargo, algunos han visto la sexualidad como una distinción
que debe borrarse cuidadosamente. La declaración de Pablo en Gálatas ha sido citada como prueba de que no hay
diferencia entre los respectivos
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de hombres y mujeres. “Porque en Cristo Jesús todos sois hijos de Dios por la fe. Porque todos los
que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni
libre, no hay hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.
Pero el hombre que escribió esas palabras es el mismo hombre que se cuidó de distinguir entre los
roles de mujeres y hombres, exhortando a las mujeres a la modestia en el vestir, el silencio en la iglesia, el
uso de velos y la sumisión a sus maridos. También fue generoso en sus elogios a las mujeres que lo habían
ayudado en su ministerio apostólico. Reconoció que los dones espirituales habían sido distribuidos a hombres
y mujeres por igual y estableció reglas para su uso adecuado. Pero mantuvo firmemente la distinción sexual.
Esto es lo importante. Pablo no solo nunca negó las diferencias sexuales, sino que las enfatizó. Este pasaje
en Gálatas se refiere a lo que le sucede a un cristiano a través del bautismo. Se convierte, sea hombre o mujer,
esclavo o libre, judío o griego, en un hijo. Goza de los mismos privilegios que disfrutan todos los hijos de Dios.
Pero este “orden de la redención” no une los dos polos ni desplaza el “orden de la creación”, como lo muestra
la referencia de Pablo a este orden en 1 Timoteo: “La mujer aprenda en silencio con toda sumisión. No permito
que ninguna mujer enseñe o tenga autoridad sobre el hombre; ella debe guardar silencio. Porque Adán fue
formado primero, luego Eva.”
Es un tipo equivocado de superespiritualidad que intenta borrar todas las distinciones entre los
cristianos. Es una forma de escapismo, una evasión de responsabilidad y una grave distorsión de la verdad.
¡Gracias al Dador de este gran regalo, Valerie! No te unas a los que se disculpan por ello o quieren hacerte
olvidar. Para empezar, no fue idea tuya, sino de tu Creador, ¡y qué Creador valiente es Él! Tu obediencia a Él
ayudará a otras mujeres a ser mujeres ya los hombres a ser hombres.
46
EL SANTUARIO INTERIOR
DIOS no limitó el don de la sexualidad a aquellos que Él sabía de antemano que se casarían. Pero el don de las relaciones
sexuales lo ordenó exclusivamente para los que se casan. Esto es inequívoco en las Escrituras. No hay excepciones. El
coito sin un compromiso total de por vida es demoníaco. Esta suprema intimidad era misteriosa incluso para Pablo, quien
escribió: “Los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos. . . . Los dos se convertirán en uno. Este es
un gran misterio, y entiendo que se refiere a Cristo y la Iglesia”. (Nadie que “odiara a las mujeres” podría haber escrito eso).
No se podría haber encontrado un lenguaje más fuerte para denotar la intimidad que existe entre Cristo
y Su Novia. Incuestionablemente es por estos misterios que la unión física está reservada para marido y mujer, dos
que se han entregado incondicionalmente el uno al otro ante Dios y el mundo. Entran en el "conocimiento" en el que nadie
más puede entrar. Es el santuario interior del conocimiento humano. “Y Abraham conoció a su mujer”.
No te voy a decir dónde, cómo o cuándo hacerlo. No te voy a decir qué ponerte. Soy receloso, como saben, de ser
demasiado técnico. Había un hombre en una de mis clases de griego cuando estaba en la universidad que, cuando
discutíamos largamente sobre alguna partícula o estado de ánimo en un pasaje del Nuevo Testamento, murmuraba: "Si te
vuelves demasiado técnico, te perderás". La bendición." Al igual que con el griego del Nuevo Testamento, también con el
sexo. Cuidado con los libros de instrucciones. Hay peligro en el análisis.
No puedes aprender el significado de una rosa haciéndola pedazos. No se puede examinar un carbón encendido
alejándolo del fuego. Muere en el proceso. Hay algo letal en la incesante investigación científica sobre la mecánica de
la actividad sexual: las luces, las cámaras, los órganos e instrumentos artificiales, los observadores que toman notas y
los horriblemente detallados informes publicados para el deleite del mundo, por no hablar de los voluntarios que participan.
en los experimentos colectivos, exhibiéndose voluntariamente por la causa de la ciencia y reduciendo este precioso don
no sólo a la banalidad sino a una función corporal tan desprovista de significado para el ser humano como lo es para un
animal.
Todo es "perfectamente natural", se nos recuerda, y por lo tanto se supone que sigue que el misterio, el silencio y
la privacidad están completamente fuera de lugar. Hemos superado todo eso. Estamos liberados. Mucho me temo que
esta liberación no es libertad sino una nueva y demoníaca esclavitud. Al desechar las mismas cosas que guardaban su
significado, hemos desechado la cosa misma. Lo que antes no tenía precio ahora es el producto más barato del mercado.
George Steiner escribió: “Las relaciones sexuales son, o deberían ser, una de las ciudadelas de la privacidad, la noche
lugar donde se nos debe permitir reunir los elementos astillados y acosados de nuestra conciencia en algún tipo de
orden y respuesta inviolables.
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“Los nuevos by Googlesubvierten esta última privacidad vital; ellos hacen nuestra imaginación por nosotros. Toman
pornógrafos
alejar las palabras que eran de la noche y gritarlas por los tejados, haciéndolos huecos. Las imágenes de nuestro acto
amoroso, los balbuceos a los que recurrimos en la intimidad, vienen empaquetados. . . . Nuestros sueños se
comercializan al por mayor.”[20]
Puedes comprar libros de texto, diagramas y fotografías a todo color de técnicas sexuales. Estamos
espera que sea una nación de virtuosos del dormitorio.
Ayer Jo y yo fuimos a Provincetown. Nos sentamos en una mesa con sombrilla junto a la acera y
Observó el desfile que pasaba de humanidad abatida, despeinada y semidesnuda que arrastraba los pies, pavoneándose y
arrastrándose por la acera en busca de un buen momento. La desnudez no se supone que nos conmueva. Se nos pide que
contemplemos sin conmoción, ni siquiera con sorpresa, la exposición casi total de todas las formas y tamaños físicos
concebibles. Pero no quiero mirar la desnudez sin emoción. Lo quiero reservado para realzar, no exhibido para destruir, la
profundidad de la experiencia individual. Siento que me están robando los tesoros incalculablemente valiosos de la
delicadeza, el misterio y la sofisticación. La modestia era un sistema de protección. Pero todas las alarmas han sido
desconectadas. La casa está abierta al saqueo.
La distinción entre intimidad y apertura se borra por completo. La locura por la "sensibilidad" y el "compartir"
ha hecho su trabajo pernicioso. Ya no hay un sentido de la ocasión o la adecuación. Lo que debería estar oculto se
muestra. Lo que debería susurrarse o callarse se grita. Lo que debe ser retenido para un tiempo elegido, un lugar elegido
y un individuo elegido, se arroja a la vía pública.
El sexo no es lo más importante que hace que un matrimonio funcione. Pero es importante. No tiene autoridad
propia. No puede conducir a la libertad. No debe controlar. No puede finalmente cumplir. En los éxtasis más elevados del
amor, el amante sabe que esto no es todo lo que hay. La cercanía más cercana no es lo suficientemente cercana. El “yo-
tú” que pensábamos que era último nos lleva finalmente a ese otro Tú. Es la voluntad de Dios la que conduce a la libertad. Es
la voluntad de Dios la que finalmente se cumple. “El mundo y todos sus deseos apasionados algún día desaparecerán, pero
el hombre que está siguiendo la voluntad de Dios es parte de lo permanente y no puede morir.”
Pero el sexo es parte de la voluntad de Dios para los esposos y esposas. Es una forma en la que lo glorifican
(¡piensen en ello!). No deben negárselo unos a otros. Ama a tu esposo, ama su cuerpo, ama estar cerca. Lea el hermoso
Cantar de los Cantares, un poema de amor incluido en la Palabra inspirada de Dios (¿habríamos pensado que un poema de
amor pertenecía a la Biblia?) que describe las bellezas del amante a los ojos del amado, y del amado en los ojos del amante.
Se vieron . Su cabeza, su cabello, sus ojos, sus mejillas, sus labios, sus brazos, sus piernas, su apariencia, su discurso, todos
son citados con éxtasis. “Mi amado es todo radiante y rubicundo, distinguido entre diez mil”. Esta mujer tenía ojos para ver, un
corazón para amar y la capacidad de ponerlo en palabras.
Quizás las tres cosas necesitan (en algunas mujeres más que en otras) ser aprendidas, pero yo
creen que se pueden aprender. Una esposa necesita ojos para ver al hombre, en todos sus aspectos, que Dios le ha
dado. Ella necesita un corazón entrenado por la práctica para amarlo. Necesita poder expresar lo que ve y cómo ama. Somos
seres humanos, hechos de carne y hueso, así como de cerebro y emociones. El Verbo tuvo que hacerse carne antes de que
pudiéramos verdaderamente entender cómo era Dios. Un hombre inicia su propuesta de matrimonio con una declaración de
amor: “En el principio era el Verbo”.
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dice deTranslated by Google
tantas formas como se le ocurren: palabras, gestos, miradas, regalos, flores. Pero no es hasta que se
casa con la mujer que la palabra finalmente se hace carne, y su amor se expresa más plenamente.
Pero entonces la carne debe volver a ser palabra. Tanto la mujer como el hombre necesitan que se les diga, y se
les diga una y otra vez, que son amados. “He aquí, eres hermosa, mi amor. No hay mancha en ti.” Palabra, luego
carne, luego palabra, y así sucesivamente a lo largo de la vida.
La esencia del disfrute sexual de una mujer es la entrega. Entregarse enteramente, con alegría,
hilarantemente (¿Hemos hablado alguna vez sobre la hilaridad del sexo? ¡Nadie me había preparado para lo
divertido que puede ser a veces!) Ni el esposo ni la esposa deben privarse de este placer al otro, excepto de mutuo
acuerdo por un tiempo limitado. Su cuerpo ahora te pertenece a ti, el tuyo a él. Cada uno tiene “poder” sobre el otro,
cada uno sosteniendo al otro en santidad y honor ante Dios. Encontrará que es imposible trazar la línea entre dar
placer y recibir placer. Si pones el dar primero, el recibir es inevitable.
Hay momentos en que te resultará imposible dar, y tu esposo, enamorado de ti, no te exige. Hay momentos en los
que tendrás un hambre voraz y él no deseará nada más que irse a la cama y dormir de inmediato. Tu amor, pues, querrá
lo que quiere más que lo que tú mismo querías. Esta es otra forma de dar.
Querrás traer, para tu amante, tus propios tesoros. No deben ser revelados.
de antemano para él ni en retrospectiva para nadie más. Estos son sus propios dones, únicos y
excepcionales y no para ser entregados al lugar común. Mantenlos sagrados. Como escribió Rabindranath Tagore:
“Mis momentos firmados por Dios no necesitan ser evaluados en el mercado”.
No siempre será claro y simple. En este asunto, como en todos los demás en los que su vida está íntimamente
ligada a la de su marido, a veces se dará cuenta de que necesita ayuda. Recuerda primero que el amor mismo, el
“corazón educado”, tiene una manera de enseñarte qué hacer. La preocupación es peor que inútil, es destructiva. Pablo
escribió: “No se preocupen por nada, cuéntenle a Dios cada detalle de sus necesidades en oración ferviente y agradecida,
y la paz de Dios, que sobrepasa el entendimiento humano, guardará constantemente sus corazones y mentes mientras
descansan en Cristo Jesús. ” Es Dios quien pensó en el sexo.
“Cada detalle de tus necesidades” incluye las sexuales. Puedes hablar con Él acerca de ellos. No puedes escandalizarlo
o avergonzarlo. “Si alguno de ustedes no sabe cómo hacer frente a algún problema en particular, no tiene más que
pedírselo a Dios, quien da generosamente a todos los hombres sin hacerlos sentir tontos o culpables”.
47
LEALTAD
LA TERCERA cosa que hace que un matrimonio funcione, además de la aceptación del orden jerárquico y el buen uso
del sexo, es la lealtad. La lealtad se basa en el orgullo, el tipo correcto de orgullo que reconoce el valor intrínseco del país
o institución o lugar o persona que es objeto de lealtad.
Hemos visto mujeres que manifiestamente no son leales a sus maridos. No quiero decir que sean infieles, sino que
no se enorgullecen de ser sus esposas. A veces esto se debe a que los desprecian.
A veces son celos a la antigua. Una amiga se quejó conmigo de que estaba cansada de ser una don nadie. Ella era
solo "la esposa de Mick". Mick se destacó en ciertos círculos, un hombre muy atractivo, muy exitoso. Muchas mujeres
habrían considerado suficiente pasar por la vida como la esposa de Mick, pero Liza quería ser Liza. Era bonita, agradable,
se la consideraba una buena pareja para Mick, pero no era suficiente para ella. Me parece que una mujer debería estar
dispuesta a correr este riesgo. Cuando toma el apellido de su marido, consiente en ser conocida como su esposa. Nada me
emocionaba más que identificarme con un hombre en particular. No me importaba si la gente pensaba en mí como su
esposa. Me encantó. Nunca sentí que mi propia personalidad estuviera “sumergida”. Estaba orgulloso de él y sabía que
cuando dos personas se casan se crea una nueva personalidad, la personalidad del matrimonio mismo.
El orgullo implica identidad. Debes identificarte con alguien para estar orgulloso de él. Nosotros
estamos orgullosos de los logros estadounidenses solo porque somos estadounidenses. Estamos orgullosos del equipo de
fútbol local y decimos que “nosotros” ganamos.
En los garabatos que he encontrado en tu escritorio y en el teclado del teléfono veo tu nuevo nombre, escrito
muchas veces y con muchas florituras. Apenas puede esperar para adquirir esta nueva identidad. Ya has comenzado
a pensar en ti mismo como suyo y quieres que el mundo lo sepa.
Esta lealtad te traerá sufrimiento. Me habéis pedido detalles cuando os he hablado del sufrimiento que puede
acarrear el amor. Aquí está uno de ellos. Si está orgullosa de su hombre y le es leal, sufrirá cuando lo critiquen. Ningún
hombre en una posición pública escapa a las críticas, y debes apoyarlo cuando llegue. Sabrás a veces que la crítica es justa
y que por ser leal sufrirás más. Serás, por tu identificación con este hombre, incluido en la crítica.
Cuando falla, no puedes estar orgulloso de su fracaso, pero puedes ser leal. Puedes mantener esa fe
en la idea que tuvo Dios cuando lo hizo, y podéis consolarlo y sostenerlo, dándole la fuerza de vuestro amor y el
incentivo que vuestro orgullo por él siempre infundirá.
“Porque cuando todas las cosas fueron hechas, ninguna fue hecha mejor que esto: ser compañero del hombre solitario,
licor de hombre triste, fuego de hombre frío. . . . No hay hierba como esta bajo el dosel del cielo.”[21]
48
EL AMOR ES ACCIÓN
EL solsticio de verano acaba de pasar, y los días son largos, soleados y claros. Es de tarde, y apenas se mueve una
ola en el puerto. El azul pizarra del cielo que se oscurece se refleja en el agua azul pizarra. Los barcos anclados se
llenan de oro con el sol poniente, y Morris Island, al otro lado del puerto, tiene un color verde dorado aterciopelado en la
luz tardía, recortada contra el crepúsculo. Una gaviota blanca flota tranquilamente en la superficie del agua oscura cerca
de la orilla. La madreselva endulza el aire con el don de su perfume. Un pequeño bote llega desde el mar, “cortando a
través del agua como un par de tijeras”.
Solo tengo unos días más en este hermoso lugar. Estás en Oxford ahora, el hermoso y antiguo Oxford con sus
calles estrechas, sus campanas, sus cierres verdes y floridos, sus bibliotecas y capillas y salones.
Pero te imagino aquí conmigo, sentado en la cabaña junto a la chimenea, hablando. Sobre la repisa hay un
señuelo de madera negra, una jarra de cerámica marrón con hierbas de invierno, un cuenco de cobre y una hilera
de libros que son mi gran tentación cuando intento escribir. MacDuff yace justo afuera de la puerta trasera, sobre el
fresco ladrillo del patio, sus patas traseras estiradas hacia atrás, las nalgas hacia arriba, como pequeñas flores de goma,
su nariz negra y brillante descansando entre sus dos patas delanteras, las orejas alerta.
Hablaríamos de la cuarta cosa: el amor. No es el cuarto en prioridad. No los he arreglado en
orden de importancia porque, sencillamente, no sé cómo. El matrimonio ideal, creo, no puede prescindir de ninguno
de ellos. Debe haber aceptación del orden jerárquico: debe haber sexo, debe haber lealtad y orgullo, y debe haber, en
ya través de todo, amor.
Te has enamorado. Has vivido la experiencia con la que casi todo el mundo sueña, que los poetas han
escrito, eso les sucede a algunos “a primera vista”, a otros lentamente, y a ti, creo, después de un conocimiento muy
breve. Recuerdo la primera vez que me pasó. Me di cuenta de que había sucedido cuando me miré en el espejo,
porque vi a una persona diferente allí. “Lo amas”, le dije a la cara, y la cara respondió que sí. Lo miras a la cara y todo
en ti dice que sí. Sabes, más allá de cualquier duda, que este es el hombre al que con gusto podrías entregarte. Tu
corazón canta, el mundo entero canta, la mirada de las cosas se transforma.
Pero ese no es el amor del que quiero hablar ahora. El tipo de amor que hace que un matrimonio funcione es
mucho más que sentimientos. Los sentimientos son las cosas menos confiables en el mundo. Construir un
matrimonio sobre eso sería construir una casa sobre arena. Cuando prometes, en la ceremonia de la boda, amar, no
estás prometiendo cómo esperas sentirte. Usted está prometiendo un curso de acción que comienza el día de su boda
y continúa mientras ambos vivan.
Tus sentimientos no pueden evitar verse afectados por la riqueza y la pobreza, la salud y la enfermedad,
y todas las demás circunstancias que componen la vida. Tus sentimientos van y vienen, suben y bajan, pero no
haces votos sobre ellos. Cuando te encuentras, como el hombre inestable en la Epístola de Santiago, “impulsado
por el viento y sacudido”, entonces es una gran cosa saber que tienes un ancla. Has hecho una promesa ante
Dios de amar. Prometes amar, consolar, honrar y mantener a este hombre. Usted promete tomarlo como su
esposo, tenerlo y retenerlo desde este día en adelante, para bien o para mal, en la riqueza o en la pobreza, en
la enfermedad y en la salud, amarlo y cuidarlo “según la santa ordenanza de Dios, ” hasta que la muerte te
separe.
Ninguno de nosotros puede hacer frente por completo a todos los detalles de las posibilidades en el
momento en que hacemos estas asombrosas promesas. Los hacemos en la fe. Fe en que el Dios que ordenó
que un hombre y una mujer se unieran de por vida es el único Dios que puede hacer posible tal unión fiel.
No se nos da gracia para imaginaciones. Se nos da la gracia necesaria en el momento en que se necesita, “ hoy
pan nuestro de cada día”. Y porque has dado tu palabra te has comprometido de una vez por todas. “Esto, por la
gracia de Dios, lo haré”. Nada de lo que alguna vez haya valido la pena se ha logrado únicamente a través de los
sentimientos. Toma acción. Se necesita poner un pie delante del otro, caminar por el camino que acordaron
caminar juntos.
El principio subyacente del amor es la entrega. Me parece que esto es inevitable para una mujer.
quien ama de verdad. Ya sabes cuán profundamente, cuán urgentemente anhelas entregarte a tu esposo.
Es la esencia de la feminidad dar. Tal vez sea más difícil para un hombre darse a sí mismo, pero tanto el
esposo como la esposa deben aprender esto. En la esposa, esto toma la forma de sumisión. Pablo nunca
necesitó mandar a las esposas a amar. Aparentemente pensó que harían eso sin su advertencia.
Pero les recordó que su amor debía tomar la forma de sumisión. Cuando en el curso de la vida diaria el amor
que tan naturalmente sienten por sus maridos no es suficiente para el desgaste, la acción entonces requerida
es la sumisión.
Pero Pablo sabía que el amor de un hombre era de otra clase. Su impulso viril de dominación, Dios
dado y necesario en el cumplimiento de su particular responsabilidad masculina de gobernar, le hace
más difícil dar su vida. Así que Pablo impuso la carga más pesada al hombre cuando le ordenó amar a
su esposa como Cristo amó a la Iglesia.
Vosotras, esposas, debéis aprender a adaptaros a vuestros maridos, sometiéndoos al Señor, porque
el marido es la 'cabeza' de la mujer, así como Cristo es la cabeza de la Iglesia y salvador de su
cuerpo. La sujeción voluntaria de la Iglesia a Cristo debe reproducirse en la sumisión de las esposas
a sus maridos. Pero, recuerda, esto significa que el esposo debe dar a su esposa el mismo tipo de
amor que Cristo le dio a la Iglesia, cuando se sacrificó por ella. Cristo se entregó para santificarla,
habiéndola purificado mediante el bautismo de su Palabra, para hacer de ella una Iglesia enteramente
gloriosa a sus ojos. Ella debe ser libre de manchas, arrugas o cualquier otra desfiguración, una Iglesia
santa y perfecta.
amor
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tienen por
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amor
propios
por sí
cuerpos.
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para
envolverla.
En la práctica, lo que he dicho equivale a esto: que cada uno de ustedes que es esposo ame a su
esposa como se ama a sí mismo, y que la esposa reverencie a su esposo.
49
EL AMOR SIGNIFICA UNA CRUZ
CUANDO aún no estás casado, o cuando tu matrimonio ha terminado y miras hacia atrás con añoranza, es sin duda muy
posible idealizarlo. Pero hay una cosa que entra en toda la vida, una cosa que nos impedirá idealizar lo mejor de la vida y
hará soportable lo peor de la vida, y esa es la Cruz. La Cruz debe entrar en matrimonio. “Quien ama también sufre”.
La Cruz entra en el momento en que reconoces una relación como un don. El que lo da puede retirarlo en cualquier
momento, y, sabiendo esto, da gracias al recibirlo. Deseando por encima de todo hacer la voluntad de Dios, le devolvéis el
mayor de todos los dones terrenales como oblación, elevado en adoración y alabanza, con fe en que en la ofrenda se
transformará para el bien de los demás.
Esto es lo que significa el sacrificio. Es por eso que la Cruz de Cristo “se eleva sobre los restos del tiempo”.
El amor es sacrificado. El sacrificio es dar, una ofrenda, y el significado del sacrificio en la Biblia es dar la vida a otro.
Creo que juntos pueden ofrecer, como pareja, su amor a Dios para su obra transformadora. Puede leer con un significado
especial la palabra de Pablo a los romanos,
Con los ojos bien abiertos a las misericordias de Dios, os suplico, hermanos míos, como acto de culto inteligente,
que le deis vuestros cuerpos, como sacrificio vivo, consagrado a él y aceptable por él. No dejes que el mundo que te
rodea te apriete en su propio molde, sino deja que Dios remodele tu mente desde adentro, para que pruebes en la
práctica que el plan de Dios para ti es bueno, cumple con todas sus demandas y avanza hacia el objetivo de la
verdadera madurez.
La madurez comienza con la voluntad de entregarse. El infantilismo se caracteriza por el egocentrismo. Solo los
emocional y espiritualmente maduros son capaces de dar su vida por los demás, aquellos que son “maestros de sí mismos para
ser siervos de los demás”.
Las formas específicas en las que el gran principio de la Cruz obra en la vida diaria se expresan de manera más perfecta
en el Capítulo del Amor de la Biblia, 1 Corintios 13. Aquí encontramos prueba del carácter puro y sacrificial más que emocional
del amor.
El amor cristiano es acción. Es la urdimbre y la trama del matrimonio, y debido a que el matrimonio mismo es una vida
trabajo, este amor se trabaja a lo largo de todos los días y años del matrimonio, creciendo a medida que se practica,
profundizándose a medida que se profundizan los cuidados y responsabilidades, y convirtiendo, al mismo tiempo, esos
cuidados y responsabilidades (e incluso las fatigas) en un gozo más profundo .
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es la elocuencia, no es el don de profecía o conocimiento o incluso conocer los mismos
secretos de Dios, no es la fe absoluta lo que importa en última instancia. Es amor. Si conozco tu corazón en
absoluto, sé que no estás tentado a pensar que posees ninguno de estos dones elevados y envidiables. Pero tu
amas. De eso estás perfectamente seguro. ¿Durará? Lo hará, si es el tipo de amor del que habla Pablo.
Este amor del que hablo es lento para perder la paciencia, busca la manera de ser constructivo. A
niña me escribió el año pasado pidiéndome consejos sobre su comportamiento hacia su prometido. Ya se
estaba preguntando cómo reprenderlo. Le di este verso. Por supuesto, no puedes ser constructivo si no percibes
debilidad. Pero cuando reconoce un lugar donde se necesita un poco de construcción o refuerzo, puede comenzar
a construir, animar, fortalecer. No pierdas la paciencia. La construcción lleva mucho tiempo y hay que aguantar
muchos retrasos e inconvenientes y muchos escombros en el
proceso.
El amor no es posesivo. Si Dios os ha dado el uno al otro “para tener y para sostener”, ¿cómo no vais a
ser posesivo? Recordando primero que es un regalo, y segundo, recordando las limitaciones del regalo. Dios
os ha dado el uno al otro de una manera particular para un tiempo particular. Él sigue siendo el Maestro de cada
uno de vosotros, y es ante todo a Él a quien respondéis. Hay una posesividad que es codicia, una lujuria que aferra
y aferra que abruma y domina. No hay fe de este tipo, ni acción de gracias, ni reverencia por la persona hecha a
imagen de Dios. Se le trata como un objeto de propiedad del que se puede disponer a voluntad del propietario.
Existe el miedo a la pérdida: podría escapar o que se lo lleven.
Confía en el Dios que te lo dio, créele que los guardará a ambos.
El amor no está ansioso por impresionar ni alberga ideas infladas de su propia importancia. No necesita
hacer tampoco. Ya lo has impresionado. Eres enormemente importante para él.
No hay duda de eso. Acepte el hecho y descanse con él. Sé manso, reconociendo que hay áreas en su vida en
las que puede prescindir de ti.
El amor tiene buenos modales y no persigue ventajas egoístas. La cortesía se ha definido como “muchos
pequeños sacrificios”. Un marido que abandona su cómoda silla por un momento cuando su esposa entra en la
habitación, saltando del coche bajo la lluvia para abrirle la puerta, o empujando su silla hacia la mesa, muestra
estos gestos (que le cuestan un poco de dinero). ) no es que ella esté indefensa y necesite ayuda física, sino que
él se preocupa por ella. Ella está complacida de ser reconocida de esta manera especial, y él está complacido
porque ella está complacida. Es un pequeño precio a pagar por una sensación cálida. Es otro pequeño tirón en las
cuerdas que los unen.
El amor no es delicado. El amor es conmovedor, es decir, es profundamente sensible a los sentimientos de
otro, triste cuando él está triste, herido cuando está herido, alegre cuando está contento. Pero el amor no es
susceptible. La susceptibilidad se refiere a la reacción al trato de otra persona. Cuando dos personas viven
enamoradas, operan bajo la suposición de que el amor está en el fondo de cualquier trato que reciban. Esto elimina
muchos daños potenciales. Es cierto que siempre es más fácil lastimar a alguien que amas porque todo lo que
haces y dices le importa mucho. Pero reaccionar de forma herida es susceptibilidad. El amor no es delicado. El
amor da el beneficio de la duda. Y aunque la duda persista, reaccionad en amor. No devuelvan mal por mal.
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cuenta del mal ni se regodea en la maldad de los demás. Por el contrario, se alegra con todos
los hombres buenos cuando la verdad prevalece. Niéguese absolutamente a compilar una lista de ofensas que pueda
echarle a su esposo algún día cuando se queje de algo que usted haya hecho. El amor hace borrón y cuenta nueva. Esto no
significa, por supuesto, que sea posible olvidar todas las ofensas. “Perdonar es humano, olvidar divino”. Es posible que
tengas que perdonarlo cuando te lastime y luego perdonarlo de nuevo cada vez que recuerdes la ofensa, incluso si te viene
a la mente cuatrocientas noventa veces. Descubrirá que perdonar no es tanto un trabajo de tiempo completo como
resentimiento.
El amor no conoce límites a su resistencia, no tiene fin a su confianza, no se desvanece su esperanza; puede durar más
cualquier cosa. Es, de hecho, lo único que sigue en pie cuando todo lo demás se ha derrumbado.
Estas son las reglas básicas. Así es como funciona realmente esta cosa llamada amor: en un matrimonio, en el mundo.
En la intimidad del matrimonio te ofreces a ti mismo, continuamente y con alegría. Cuando te entregas a
a tu esposo en realidad le estás dando vida. Le estás dando sentido a su vida que antes no tenía y, de cualquier manera
(este es uno de los hechos ineludibles más asombrosos y hermosos), encuentras sentido en tu propia vida gracias a este
sacrificio. Tu esposo, amándote como Cristo amó a la Iglesia, es decir, dando su vida por ti, te da vida y da sentido a la suya.
Se pone en marcha un principio espiritual inexorable. No es el acostarse lo que ocupa vuestros pensamientos, es la alegría.
Cristo, cuando soportó la Cruz, conoció el gozo que estaba puesto delante de Él.
No se puede hablar de la idea de la igualdad y la idea de la entrega de uno mismo al mismo tiempo. Se puede hablar
de sociedad, pero es la sociedad del baile. Si dos personas acuerdan bailar juntas, acuerdan dar y recibir, una para liderar y
otra para seguir. Esto es lo que es un baile. La insistencia de que ambos dirijan significa que no habrá baile. Es el deleite de la
mujer ceder al liderazgo del hombre lo que le da libertad. Es la voluntad del hombre de tomar la iniciativa lo que le da libertad.
La aceptación de sus respectivas posiciones los libera a ambos y los hace girar en la alegría.
Si puedes entender tu feminidad, Valerie, bajo esta luz, conocerás la plenitud de la vida. Escucha el llamado de Dios a
ser mujer. Obedece ese llamado. Vuelva sus energías al servicio. Ya sea que tu servicio sea para un esposo y a través de él
y la familia y el hogar que Dios te da para servir al mundo, o si debes permanecer, en la providencia de Dios, soltera para
servir al mundo sin el consuelo del esposo, hogar y familia, conoceréis plenitud de vida, plenitud de libertad, y (sé de lo que
hablo) plenitud de gozo.
SOBRE EL AUTOR
ELISABETH ELLIOT ha sido una estudiante de las Escrituras durante toda su vida y es una escritora
elocuente. Sus libros Through Gates of Splendor y Shadow of the Almighty cuentan la historia de la vida
de su primer esposo, Jim Elliot, y su muerte con otros cuatro misioneros en Ecuador en 1956. En 1969
se casó con Addison Leitch, del Seminario Gordon-Conwell, y más tarde enviudó por segunda vez. Ha
sido profesora invitada en el Seminario Gordon-Conwell además de escribir muchos otros libros. Está
casada con Lars Gren y vive en Magnolia, Massachusetts.
REFERENCIAS DE LAS ESCRITURAS
REFERENCIA DE PÁGINA
13 Génesis 2:20; 1:27; 2:22 RSV

1 Corintios 11:8-9 NVI
26, 27 1 Corintios 7 NVI

30 Números 21:10-20 NVI
35 Juan 8:31-32; 1:1 NVI

46 Isaías 58:10-12 NVI
54 Salmo 144:12 NVI
55 Lucas 1:38 RVR1960
59 Salmo 145:9 RVR1960
Salmos 32:10 NVI
Deuteronomio 33:27 RVR1960
93 Efesios 4:13 RVR1960

94 1 Corintios 11:11-12 NVI
106 1 Corintios 7:34 NVI
Mateo 25:40 RVR1960
111 Juan 8:29 RVR1960
Juan 13:3-4 NVI
112 Hebreos 2:7 RVR1960
Salmos 8:6; 104:5-30 NVI

112–113 Trabajo 38 RSV
113 Judas 6 Phillips y RSV

Jeremías 8:7 NVI
118–119 1 Pedro 3:7 RV y Phillips

125 Salmo 49:17-20 NVI
133 Romanos 12:2 Phillips
133 Todas las citas de KJV

142 Proverbios 6:23 NVI
153 Santiago 1:17 Phillips

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1 Corintios 12:13 NVI
1 Timoteo 2:11-12 NVI

156 Efesios 5:28, 31-32 NVI
1 Juan 2:17 Phillips
159, 160 Cantares 5:10 NVI
161 Filipenses 4:6-7 Phillips
Santiago 1:5 Phillips
168–169 Efesios 5:22-28, 33 Phillips
171 Romanos 12:1-2 Phillips
172ss. Versículos en cursiva todos de 1 Corintios 13 Phillips
RSV = Versión estándar revisada
KJV = King James Version

Phillips = JB Phillips (El Nuevo Testamento en inglés moderno)
NOTAS
[1] El Himnario de la Iglesia Episcopal Protestante en los EE. UU. The Seabury Press, NY St. Patrick; himno 268.
[2] Isak Dinesen, Out of Africa (Nueva York: Random House, 1972), Modern Library Edition, p. 261. 27–28 Carta de Lutero a Wolfgang
Reissenbusch, 27 de marzo de 1525, Library of Christian Classics, vol. XVIII Filadelfia: Westminster Press).
[3] Ibíd.
[4] Carta de Lutero a Wolfgang Reissenbusch, 27 de marzo de 1525, Library of Christian Classics, vol. XVIII Filadelfia: Westminster
Prensa).
[5] Himnario Episcopal. Whittier; himno 435.
[6] Margaret Mead, Anthropologist at Work (Nueva York: Houghton-Mifflin, 1959), p. 120. Citado en la reseña de la Sra. Mead de su libro Ruth Benedict en la revista
New Yorker el 3 de febrero de 1975.
[7] Ensayo de Kathy Kristy, usado con autorización.
[8] Karl Barth, Church Dogmatics (British Book Centre), vol. III, La Doctrina de la Creación.
[9] Confesión general, Libro de oración común (Nueva York: Seabury Press).
[10] Sara Teasdale, “Evaluación”.
[11] Hooker, Ecclesiastical Polity, Libro V, Sección XXIII (Nueva York: AMS Press, Inc.).
[12] CS Lewis, A Preface to Paradise Lost (Nueva York: Oxford University Press, 1961), p. 17
[13] Ibíd.
[14] Steven Goldberg, La inevitabilidad del patriarcado (Nueva York: William Morrow & Company, Inc., 1973), pág. 198.
[15] Juan Calvino, Comentario sobre la Primera Epístola a los Corintios (Grand Rapids: Eerdmans, 1960).
[16] Igor Stravinsky, La poética de la música (Nueva York: Random House, 1956).
[17] Henry Beston, The Outermost House (Nueva York: Rinehart and Company, 1928), págs. 56, 57, 161-163, 166, 167.
[18] Ibíd.
[19] Isak Dinesen, “The Deluge at Norderney”, de Seven Gothic Tales, Modern Library Edition (Nueva York: Random House, 1934),
págs. 54, 55.
[20] George Steiner, Language and Silence, (Nueva York: Atheneum Press, 1967), págs. 76, 77.
[21] Charles Kingsley, Westward Ho (Nueva York: EP Dutton & Company).

Dejadme Ser Mujer (Elizabeth Elliot)

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Déjame ser una mujer

Copyright renovado en 2004 por Tyndale House Publishers, Inc.

Diseñado por Julie Chen

También por Elisabeth Elliot:

La sombra del Todopoderoso: la vida de Jim Elliot

La marca de un hombre: el significado de la masculinidad

Pasión y pureza: la historia de amor de los Elliot

La soledad: un desierto y un camino hacia Dios

ISBN 978-1-4143-2808-9 (ePub); ISBN 978-1-4143-2725-9 (Kindle); ISBN 978-1-4143-9556-2 (manzana)

Compilación: 2013-10-11 09:53:00

Capítulo 1: El Dios que está a cargo

Capítulo 2: ¿Quién no soy yo? pero ¿de quién soy?

Capítulo 3: Dónde colgar tu alma

Capítulo 4: Una hija, no un hijo

Capítulo 5: La creación: la mujer por el hombre

Capítulo 6: Medusas y orgullo

Capítulo 7: El tipo correcto de orgullo

Capítulo 8: El peso de las alas

Capítulo 9: La vida de soltero: un regalo

Capítulo 10: Un día a la vez

Capítulo 11: Confianza para la separación

Capítulo 12: Autodisciplina y orden

Capítulo 13: ¿De quién es la batalla?

Capítulo 14: Libertad a través de la disciplina

Capítulo 15: Dios no pone trampas

Capítulo 16: Un principio paradójico

Capítulo 17: Masculino y Femenino

Capítulo 18: El alma es femenina

Capítulo 19: ¿La sumisión es sofocante?

Capítulo 20: Veinte preguntas

Capítulo 21: Una elección es una limitación

Capítulo 22: Compromiso, Gratitud, Dependencia

Capítulo 23: Te casas con un pecador

Capítulo 24: Te casas con un hombre

Capítulo 26: Te casas con una persona

Capítulo 27: Abandonando a todos los demás

Capítulo 28: Dinámico, no estático

Capítulo 29: Una unión

Capítulo 30: Un espejo

Capítulo 31: Una vocación

Capítulo 32: Lo que hace que un matrimonio funcione

Capítulo 33: Aceptación del Orden Divino

Capítulo 34: La igualdad no es un ideal cristiano

Capítulo 35: Herederos de Gracia

Capítulo 36: Igualdad proporcional

Capítulo 37: La humildad de la ceremonia

Capítulo 38: Autoridad

Capítulo 39: Subordinación

Capítulo 40: La restricción del poder

Capítulo 41: Fuerza por restricción

Capítulo 42: Maestros de nosotros mismos

Capítulo 43: Un universo de armonía

Capítulo 44: Sé una mujer de verdad

Capítulo 45: El coraje del Creador

Capítulo 46: El santuario interior

Capítulo 47: Lealtad

Capítulo 48: El amor es acción

Capítulo 49: El amor significa una cruz

Dios te ha asignado el puesto de esposa de un pastor, primero en el país cajún de Luisiana,

¿Ser mujer es fundamentalmente diferente de ser hombre?

Ato a mí mismo hoy El fuerte