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Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en
función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a
preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de
otro. También son fuente de satisfacción y plenitud. Nos proporcionan una pauta para
formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses,
sentimientos y convicciones más importantes.
El respeto es uno de los valores morales más importantes del ser humano, pues es
fundamental para formar una armoniosa interacción social. El respeto debe de ser mutuo y
nacer de un sentimiento recíproco.
El respeto también debe aprenderse. Respetar no significa estar de acuerdo en todos los
ámbitos con otra persona, dijo que trata de no discriminar, no ofender a esa persona por su
forma de vida y de sus decisiones, siempre y cuando dichas decisiones no causen ningún daño,
ni afecten o irrespeten a los demás.
En la vida cotidiana podemos poner en práctica el respeto de muchas formas. Estos son
algunos ejemplos:
•Mejorar tu comprensión
•Respirar profundamente varias veces
El irrespeto es lo opuesto al respeto. La palabra, como tal, designa la falta de
respeto que se manifiesta hacia algo o alguien.
El irrespeto es considerado como una falta grave para la sana convivencia entre las
personas, pues violenta uno de los principales valores que garantizan la armonía social:
el respeto. Además, es un antivalor, pues va en contra de una sana práctica de la moral y
las buenas costumbres. Quien es irrespetuoso tampoco puede exigir ser respetado, pues
el respeto debe ser recíproco.
En este sentido, el irrespeto es una actitud que afecta negativamente las relaciones entre
los individuos, o las que estos establecen con ciertas instituciones, normas o hábitos
sociales.
La falta de respeto, de este modo, se puede evidenciar la actitud de quien no está
dispuesto a acatar ciertas normas, o de quien no rinde los debidos tributos o cortesías a
una autoridad o a una institución: “¡Qué irrespeto, Manuel! Has entrado a la iglesia sin
quitarte el sombrero”.
Por otro lado, el irrespeto se puede manifestar a través de ciertas conductas, como
ofender o insultar a una persona: “No me irrespetes de esa manera: yo soy tu madre”.
Asimismo, acciones como vejar, maltratar o agredir físicamente a alguien se pueden
considerar como irrespetuosas.
Una forma actual de irrespeto a las personas con quienes compartimos es
practicando phubbing, que es el hábito de ignorar a las personas que están con nosotros
con la excusa de mirar nuestro smartphone o teléfono inteligente.
Vea también:
• Antivalores.
• Vilipendiar.
diferente de sí. Además, un individuo irrespetuoso suele incurrir en muchas otras faltas,
actitud de quien no está dispuesto a acatar ciertas normas mínimas para la sana
individual, que se produce con las ofensas que una persona puede hacerle a otra, sea esta
No basta con comportarse de forma respetuosa con las personas que uno conoce: debemos
ser respetuosos también con los desconocidos. Especialmente cuando se trata de personas
con las que uno no comparte gustos, intereses u opiniones, el irrespeto puede venir en la
Cuando una persona efectúa una acción de irrespeto individual, es decir, una acción que
resulta un perjuicio para otro, es habitual que quien la haya recibido se sienta ofendido.
Sin embargo, suele ocurrir que los actos de irrespeto no son sancionados como los hechos
pasibles de sanción jurídica, sino que sean conductas morales impuestas por la sociedad.
La segunda dimensión del irrespeto tiene que ver con las ofensas que una persona puede
hacer a las instituciones o a las formas de vivir que la sociedad entiende como valiosas
en un momento.
A lo largo del tiempo, la sociedad va estableciendo lineamientos sobre cómo se debe vivir,
algunos de los cuales tienen un fundamento lógico y otros que se manifiestan solamente
Las instituciones como la familia, la religión, el Gobierno, el Poder Judicial, son ejemplos
de estas formas de organización que establecen sus propias formas de organizarse, y por
Ejemplos de irrespeto
reducida.
• Hacer ruido en un espacio en el que se necesita hacer silencio, como una biblioteca
o un hospital.
• Entrar a un lugar y comenzar a actuar sin antes haber saludado a los demás.
• Ocupar la cabecera de la mesa, en algunas familias clásicas donde ese lugar está
Cómo honestidad se designa la cualidad de ser honesto. cómo tal, hace referencia a un
conjunto de atributos personales, como la decencia, el pudor, la dignidad, la sinceridad, la
justicia, la rectitud, y la honradez en la forma de ser y actuar. La honestidad es un valor moral
fundamental para establecer relaciones interpersonales basadas en la confianza, la sinceridad
y el respeto mutuo.
En una persona honesta, incluso los actos las pequeños están regidos por la honestidad.
Ejemplo:
- avisar si alguien cuenta con nosotros para una tarea y sabemos de antemano que no vamos a
poder asumirla
1. Personalidad relajada
6. mentalidad fuerte
7. obtienen respeto
8. siempre admiten sus errores
¿Qué es la deshonestidad?
Esto quiere decir que las personas deshonestas pueden jurar algo a sabiendas de que es
mentira, o hacer una promesa y luego hacer todo lo contrario, ya que su palabra no tiene
valor para ellos, y por lo tanto tampoco lo tendrá para los demás.
La deshonestidad puede ser considerada un antivalor, pero no por eso es algo infrecuente en
la sociedad. De hecho, las leyes existen para intentar proteger a los ciudadanos más
vulnerables de la deshonestidad ajena, y para fomentar una conducta de rectitud,
compromiso con la verdad y franqueza. Así, las actitudes deshonestas pueden ser en algunos
casos castigadas penalmente, cuando constituyen delitos, mientras que en otros casos más
leves ameritan el rechazo social y la desconfianza
Las acciones y conductas deshonestas pueden ser muy diferentes entre sí, pero todas tienen
en común la falta a la palabra dada, la omisión deliberada de información, o la mentira. Los
siguientes son algunos ejemplos cotidianos de deshonestidad:
Los trabajadores que a espaldas del patrón se llevan mercancía de la fábrica para
hacer un dinero adicional.
Poco confiables. Dicen una cosa hoy y otra mañana, exageran o distorsionan las cosas
y suelen utilizar la mentira.
Egoístas. Velan siempre por sus intereses, y no les importa mentir o engañar a otros
con tal de obtener un beneficio.
Poco comprometidas. No suelen apostar frontalmente por un proyecto, una relación o
un colectivo, sino que buscan permanecer en un limbo intermedio que les permita
parecer comprometidas, pero huir a la primera ocasión.
Quieren estar siempre en la buena con todos. No suelen llevar la contraria, ni
expresar opiniones impopulares, sino que quieren decirle a cada quien eso que le
gustaría oír. Al final, nadie sabe qué piensan realmente.
Irresponsables. Ante situaciones difíciles, comprometedoras o incómodas, recurren a
la mentira, la manipulación o la exageración como vías de escapar a la responsabilidad.
Consecuencias de ser una persona deshonesta
Tarde o temprano, las personas deshonestas demuestran ser como son, y es
entonces cuando su entorno social tiende a mostrar sus reservas y le retira
su confianza. Esto puede tener consecuencias de importancia, tales como:
El concepto del amor es amplio y complejo. Puede referir al amor como amistad, amor
romántico, amor filial, amor propio, amor místico o amor por una causa.
El amor se expresa a través de acciones, gestos y palabras. Por ejemplo, cuidar de alguien
(acciones); abrazar a una persona (gestos) y comunicar frases de cariño (palabras).
El amor es la fuerza que nos impulsa para hacer las cosas bien, ya que hace muy clara la
diferencia entre el bien y el mal. En esa medida, se relaciona con la ética y la moral, pues
nos induce a actuar bien en nuestra vida y con las personas que amamos. Así nos conduce
a la paz, la tranquilidad, la plenitud y el bienestar con nosotros mismos.
Tipos de amor
El amor se expresa en toda clase de relaciones humanas, así como en la pasión por
determinadas causas. Los tipos de amor pueden clasificarse según su cualidad o según a
quién va dirigido, es decir, según el sujeto amado.
Según el sujeto a quien va dirigido el amor, este se puede clasificar en amor filial, amor
fraterno, amor romántico, amor propio y amor místico o amor a Dios.
Amor romántico
El amor romántico es aquel que se funda en la atracción sensual y el afecto genuino hacia
una persona. Algunas expresiones populares describen las formas en que nace o se
desarrolla, o que refiere, incluso, a la calidad del vínculo. Veamos:
Amor a primera vista. Es el enamoramiento inmediato que ocurre entre dos personas
cuando proyectan en el otro a la pareja idealizada. Se conoce también como flechazo,
en alusión a Cupido.
Amor clandestino o prohibido. Es aquel en que dos personas tienen prohibido estar
juntas por diferentes circunstancias. Sin embargo, se empeñan en vivir su relación a
escondidas.
Amor verdadero. Es el afecto probado que una persona manifiesta por otra, capaz de
superar la fase del enamoramiento inicial y cualquier adversidad.
Amor filial
El amor filial es aquel que existe entre los miembros de una familia: padres, hijos, abuelos,
tíos, etc. Este tipo de afecto suele mezclarse con elementos jerárquicos de autoridad,
respeto y protección. Por ejemplo, los padres aman a sus hijos solo por el hecho de serlo.
En cambio, los hijos aman a su padre porque los cuidan y protegen.
Amor fraternal
El amor fraternal es aquel que profesamos hacia los hermanos y los amigos. A diferencia
del amor filial, priva la horizontalidad y el amor recíproco. Por ejemplo, podemos señalar
la amistad entre Athos, Porthos, Aramis y D’Artagnan, en la novela Los tres
mosqueteros de Alejandro Dumas, con su lema: “Todos para uno y uno para todos”.
Amor propio
El amor a Dios es una actitud en la cual la mente, el corazón y el alma están alineados con
la voluntad de Dios. También implica una postura de reflexión y compromiso sincera a
través de la oración, la comunión, la contrición y el amor fraterno. Por ejemplo, cumplir
con las prescripciones religiosas con libertad y deseo genuino, y ofrecer a Dios el trabajo
diario, hecho con esmero.
Vea también:
Amor filial.
Amor propio.
Amor a Dios.
Amor incondicional.
Según su cualidad
El amor puede clasificarse según su cualidad, es decir, según sus rasgos diferenciadores o
su esencia. Siguiendo a los antiguos griegos, el amor puede clasificarse en
filia, storge, eros, ágape.
Amor Storge
Amor Eros
Eros era el nombre del dios de la atracción sensual y la fertilidad en la mitología griega. Por
lo tanto, el amor como eros corresponde a la atracción, el deseo y la pasión que se genera
entre dos personas. La relación establecida por medio del eros puede conducir al afecto
profundo, pero no lo implica necesariamente. Por ejemplo, el famoso amorío entre
Marilyn Monroe y J. F. Kennedy.
Amor Ágape
Ágape es una palabra griega que significa originalmente amor y ternura, y que devino en la
era cristiana en banquete fraternal. El ágape es el amor incondicional y desinteresado, que
procura en todo tiempo el bien del otro. Se puede experimentar hacia las personas, la
humanidad, la naturaleza y lo divino. Por ejemplo, el amor que la madre Teresa de Calcuta
manifestaba por los enfermos y abandonados por medio de los cuidados que les
prodigaba.
Amor platónico
El amor platónico merece mención aparte, ya que existe una diferencia entre su
significado original y su uso popular. El filósofo griego Platón identificó y reconoció
diversos tipos de amor y su legitimidad. Sin embargo, consideraba que el amor perfecto es
el que aspira al conocimiento y se basa en la virtud. Por ende, constituye un ideal
inalcanzable del alma.
En la cultura popular, la idea del amor platónico se tradujo como “amor imposible” o “no
correspondido” (en el sentido romántico), es decir, aquel que perdura como una fantasía.
Por ello, cuando alguien se enamora de un imposible se dice que experimenta un amor
platónico. Un ejemplo de este sentido del amor platónico es el enamoramiento de Don
Quijote por la idealizada Dulcinea del Toboso, encarnación del ideal de belleza y virtud en
una mujer.
AMOR PROPIO
El amor propio es la aceptación, el respeto, las percepciones, el valor, los pensamientos
positivos y consideraciones que tenemos hacia nosotros mismos y que puede ser
apreciado por quienes nos rodean.
El amor propio es el reflejo de cómo es la relación y los sentimientos que tenemos por
nosotros mismos, hacia nuestro físico, personalidad, carácter, actitudes y
comportamientos.
La felicidad es la meta principal del amor propio, ser felices por aceptarnos como somos
sin dejar que personas que sean externas y ajenas a nuestra familia y círculo de seres
queridos intervengan.
En el hogar, son los padres y seres queridos son quienes tienen la responsabilidad de
afianzar, desde temprana edad, la confianza en nosotros mismos y de hacernos entender
lo importante que es aceptarnos tal cual somos, saber reconocer nuestras virtudes y
defectos, fortalezas y debilidades.
Las personas que sienten amor propio se caracterizan por ser amigables, respetuosas,
amorosas, independientes, se preocupan por su crecimiento personal, su estado de salud,
su formación y dar lo mejor de sí en todas las actividades que desarrollen, entre otros.
Cabe destacar que tener un alto autoestima o amor propio no es sinónimo de egoísmo,
vanidad o soberbia. Lo realmente importante es estar bien con nosotros mismo y
proyectar eso al exterior porque así seremos vistos y percibidos.
Ahora bien, quien carece de autoestima también tiene escaso amor propio, lo que es grave
porque genera desconocimiento de quién es y qué quiere, así como también produce
tristeza, dependencia, inseguridad, desvalorización, descalificaciones, irrespeto, entre
otros sentimientos.
¿Qué es el odio cómo Antivalor?
El odio está vinculado a la enemistad y la repulsión. Las personas tratan de evitar o destruir
aquello que odian. En el caso del odio hacia otro ser humano, el sentimiento puede reflejarse a
través de insultos o agresiones físicas. Por lo general, se considera que el odio es lo opuesto al
amor
El odio, que es la vivencia del agravio padecido, es una respuesta primaria y moviliza grandes
emociones, pero el rencor enquistado hacia otra persona absorbe la atención, encadena al
pasado, impide cicatrizar la herida y, en último término, dificulta la alegría de vivir.
5 preguntas:
Romper la hoja con cosas que odian
Cuidar el valor
El líder ideal