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ae? @ _ JOSEPH A. SCHUMPETER t Les ~ AT OIS-3 CAPITALISMO, SOCIALISMO Y DEMOCRACIA Traduecién del inglés por JOSE DIAZ GARCIA RODD P a2 1988 pxmuoreca Bepasrauento DF ‘DEREGHO POLITICO (DAD AUTONOWA: DE MADND La presente obra hi sdo publicade originalmente en inglés porta Cass Exlicorial Harper & Brothers, de Nucee York y Londres, com t ttulo Cartrattsa, Soctazisie ano Destoceacy PROLOGOS Depésito Legal. M. 2908 - 1968. © Goorge Allen & Unwin Ltda., 1950, Aauitak, 8. A. oF Epieonas, Juan Bravo, 38, Madrid (Espa), 1968. Praun., Son, moreso en, Expats por Scesclones Gein. | "ad br rederico Habla" Gai 18s, ear ~I068 328 PARTE IV. SOCIALISMO Y, DEMOCRACIA natural de que la solucién revolucionaria del problema de la tierra po- dria peligrar una vez que el clero —especialmente los obispos— estuvie“* sen de nuevo -en su silla. El resultado més probable de cualquier intento de resolver 1a cuesti6n democriticamente habia sido una situa- cidn de estancamiento o de lucha interminable que engendraria una reciente icritacién. Pero Napoledn pudo resolverla razonablemente, precisamente porque todos estos grupos, que no habsian podido aban- Gonar sus puntos de vista por su propio acuerdo, podian y querian al mismo tiempo aceptar Ia ordenacidn, si esta ordenacign les era impuesta Este mo es, por supuesto, un ejemplo aislado.* Si los resultados, aque se muestran a largo plazo satisfactorios para el pueblo, en general, onstituyen una prueba de gobierno para el pueblo, el gobierno por el pueblo, tal como lo concebia la teoria clésica de la democracia, de- jaria a menudo de satisfacerta. LIL LA NATURALEZA HUMANA EN LA POLITICA Falta por contestar nuestra cuestién acerca de ta certidumbre ¢ wependencia de las voliciones de los votantes, de su capacidad de ob- servacion ¢ interpretacion de los bechos y de su aptitud para deduc de una manera clara y répida las consecuencias racionales de ambas cosas. Este tema pertenece a un capitulo de psicologia social que podria titularse “La naturaleza humana en la politica”? Durante Ta segunda mitad del sigho pasado 1a idea de In perso- nalidad humana como una unidad homogénea y la idea de una vo- luntad como el mévil principal de Ta accién, se han ido desvaneciendo De la actusciéa de Napoleén podtian citarse, en efecto, otros ejemplos Fue un autGcrata que, sempre que no resullaban afectados sus interes dinss- ticos nl su politica exierior, procursba hacer simplemente lo que él cteia que el pueblo. queta o necestabs, Esto et 1o que, quer{@ decir el consejo que dio & Eugute de Besuharnais relativo a su administracion de Talia del Norte, TBsie es el Utulo de un fibro sincere y eneantador de uno do los radicales ingleses mis amubles que jamas han existdo: Graham Wallss. A pesar de todo Torave se ha everito detde entonces sobre la materia, ¥ especialmente a pesar de ted los estodior delalados del caso. que hacen ahora posible verla mucho nis claramente, este libra puedo ain resomendarse como ta mejor Introduccion Bila pstcologia politica, No obstante, despues de haber Tievado con admirable Ronestidad st atoque contra Ta aceptacion sin critica de Ja teoria clésica, et ‘aio la conclusion obvia, Esto es tanto, més notable, cuanto Gu Wallas insle con Tazn en la necesidad de una actitud mental cienificn $fo Weia de censurar'a Lord Bryce por haberse declarado, en su libro sobre I Zommonwenfin americana, “rabidsamente™ docidido. a vet, algo. de ciclo azul Gavmedio de’ las tubes. de fos hechos desgsionadores “ZY tendriamos “que ‘Skit encloma. Graham Wallas, de tn metereslogo que antes de haber abierto ‘Se'véatana insiera ea que ha Visio tn poco de cielo azul?” No obstante, ef 1a __ paite constcuctiva de eete libro adopla sproxienadamente el mismo punto de vst. capfruto 211, LA TEORIA CLASICA DE LA DEMOCRACIA 329 cada vez més, incluso antes de los tiempos de Théodule Ribot y de ‘Sigmund Freud. En particular, estas ideas han ido desestimandose pro- gresivamente en-el campo de las ciencias sociales, donde cada vez re- tibe més atencién Ia importancia de los elementos extrarracionales © irracionales de nuestra conducta, como atestigua el Traité de Sociolo- fie, de Pareto. De las muchas pruebas que se han acumulado contra In hipétesis de 1a racionalidad ‘inicamente voy a mencionar dos de ellas ‘Una, a pesar del trabajo posterior, mucho més cuidadoso, puede seguirse asociando al nombre de Gustave Le Bon, el fundador 0 al ‘menos el primer exponente efectivo de la psicologia de las multitu- des (Psychologie des foules)* Al poner de manifiesto, si bien exage- réndolas, las realidades del comportamiento humano bajo Ja influencia de la aglomeracién —especiaimente, Ia sibita desaparicién, en un es- tado de excitacién, de los frenos morales y de los modos civilizados dde pensar y de sentir; la stbita erupciGn de impulsos primitivos, de jnfantilismas y tendencias eriminales—, nos enfrent6 con hechos si niestros que todo el mundo conocia, pero que nadie queria ver, y ‘con el'o dio un serio golpe a la concepcién de la naturaleza humana, fen la que se basaba Ia teorfa clisica de la democracia y Ta creencia popular democrética accrea de las revoluciones. Sin duda hay mucho ‘que decir sobre Ia estrechez. de In base féctica de las conclusiones de Le Bon, que, por ejemplo, no se acomoda nada bien al compor- tamiento normal de una moultitud inglesa 0 angloamericana. Los cri- ticos, especialmente aquellos que no simpatizaban con esta rama de fa psicologia social, no dejaron de sacar partido de sus puntos val nerables. Pero, de otra parte, no hay que olvidar que los fendmenos de psicotogia de las multitudes no estén confinados en modo alguno a Tas trbas que bullen en las calles estrechas de una ciudad latina. Todo parlamento, toda comisién, todo consejo de guerra compuesto de una docena de generales sexagenarios, muestra, aunque sea en una forma atenuada, alguno de los rasgos que aparecen tan claramente en el caso de la chusma, especialmente un sentido de responsabilidad re- ducido, un nivel inferior de energia intelectual y una sensibilidad ma- yor para las influencias extral6gicas. Ademés, sos fendmenos no quedan limitados a una multitud, en el sentido’ de na aglomeracién fisica de mucha gente. Los lectores de periédicos, los radioescuchas, os miembros de un partido, aun cuando no estén reunidos fisica mente, tienen una enorme facilidad para transformarse en una multitud "Ep pales lenana Mawenprchoone sire una. vere I pa cologia de fas multitudes no debe ser confundida con ls psicologia de fas masas {aSfumera no contiene necesariamente ninguna connotacion clasista y no tiene {Up for si nada que ver con un extdio de Tos modos de peasar y de sentir de la late obrera, por ejemplo. 330 PARTE IV. SOCIALISMO Y DEMOCRACIA psicol6gica y para Hegar a esta situaciin de frenesf en la que un inten- to de argumentacién racional no hace més que avivar los espiritus animales. La otra fuente de prueba desilusionadora que voy’a mencionar és mucho més humilde: de ella no mana sangre; tan s6lo mana dislate. Los economistas, al aprender a observar los hechos de un modo mis preciso, han comenzado a descubrir que los consumidores, aun en Ios actos més corrientes de Ia vida diaria, no viven plenamente de acuerdo con Ia idea que solian mantener acerca de ellos los libros de texto de economia. De na parte, sus necesidades no son apenas definidas y sus acciones a proptsito de estas necesidades no son apenas zacionales ni apresuradas. De otra parte, son tan sensibles a la influencia de la propaganda y de otros métodos de persuasién que a menudo parece gue son los productores los que les dictan su voluntad en vez de ser mandados por ellos. La'téenica de la propaganda de éxito es pacticu- larmente instructiva, Es cierto que easi siempre hay alguna apelacion a Ia razén, Pero una simple afirmaci6n, repetida con frecuencia, tiene més peso que un argumento racional, ¥ otro tanto ocurre con el ataque directo alo subconsciente, que toma la forma de intentos de evocat y cristalizar asociaciones agradables de una naturaleza plenamente ex- ttarracional y, con‘mucha: frecuencia, sexual i La conclusién, aunque obvia, debe ser deducida con euidado. En el curso ordinario de las decisiones que se repiten a menudo el in- dividuo esta sometido a a influencia saludable y racionalizadora de sus experimentos favorables y desfavorables. Esta también bajo la in- fluencia de méviles ¢ intereses simples y nada probleméticos, que tan s6lo ocasionalmente sufren perturbacién por excitaciones. Histérica~ mente el deseo de los consumidores en cuanto al calzado puede haber sido configurado, al menos en parte, por la accién de un productor {que les, ofrecia Zapatos atractives y'hacfa propaganda de ellos; sin embargo, es en todo tiempo una necesidad auténtica, cuya precision se extiende més alli de “los zapatos en general”, y cuya experimen- tacién profongada ha eliminado muchas de las irracionatidades que pueden haberla rodeada originariamente ® Ademés, bajo el estimulo Ge esos méviles simples, los consumidores aprenden’ a obrar eif Gi céxas (casas, automi6tiles) conforme”al consejo de expertos imparcia- ® En el passje de mis atria itractonalided significa incapecidad para obrar racionalmente’ con Felaeion t Un. deseo” dado. No. se reflere a 1a racionalidad Que tenga el deseo mismo, en opinion del observador“Es importante tener est0 ‘porque 10s consumidores 1a exageran a veces, confurndiendo lay dos fi atuendo de una obrera de fabrica puede parecer aun profesor de comportamiente irracional, para el Que no hay otra explicacion jos publiaarios. En realidad, tal vez sea lo nico a que se septa ‘esto ex ani ef gasto. que realiza. para’ ello’ puede ser de una ractonalidad deal en el sentido expresado mis arriba, CAPITULO 20K. LA THORIA CLASICA DE LA DEMOCRACIA 331 les,-y ellos:mismos se hacen expertos, en.otras. Fs, sencillamente, in- * cierto que las amas dé casa sean engafiadas fécilmente en cuestiones dd articulos alimenticios, articulos domésticas conocidos y de vestid. Y¥, como todo vendedor sabe por propio escarmiento, 1a mayorfa de, elias insisten_en el articulo exacto que quieren, sin apartarse dé“Si idea. Esto aparece de ‘un modo aun iis manifiesto si se observa del lado de los productores. Es ifdiidable que un fabricante puede’ ser indotente, uni“mal juzgador de las oportunidades comerciales o incom- petente por otra causa; pero hay un mecanismo eficaz que le hard Teformarse_o le eliminard. El taylorismg se basa, en realidad, en hecho de gic’ el hombre puede éjecitar operaciones manuales durante miles de afios y, no obstante, seguirlas realizando de un modo ineficien- te. Pero ni la intencién de obrar lo mas racionalmente posible ni una presiGn constante hacia una mayor racionalidad pueden ponerse en Guda, cualquiera que sea el nivel de actividad industrial o mercantil que contemplemos.”* ee '¥ asf acontece con la mayorfa de lag, decisiones de.Ja vida diaria ‘que caen dentro del pequefio campo que abarca la mente del ciuda- dano individual con un pleno sentido de su realidad. Grosso modo, ‘comprende las cosas que conciernen directamente a,¢], a su familia, gsis negodiosya sus aficiones, a sus amigos y enemigos, a su muni- ipio 0 barrio, a su clase, iglesia, sindicato 0 a cualquier otro grupo social del que sea un miembro activo, esto €s,:las, cosas que estén ‘bajo. su Observacién personal, Jas cosas que le son familiares ind pendientemente de lo que le diga su periédico,1as_cosas en las que Puede influir directamente o puede dirigit y por las que desarrolla Ir especie de responsabilidad" engendrada por toda la relacién directa entre Ia Iinea de conducta seguida y sus efectos favorables 0 des- favorables. : "Repetimos una vez més: ia precisién y.la racionalidad en el pen- samiento y la accién ® no estin garantizados por su familiaridad, co {és hombres. y 1s5 cosas ni por ese sentido de la realidad y dé la = a ve, por me 20 36s mata i pre sen aint, 7 gna es cease a Pa Lt se ge ee? iy Se eS en Pesan Sm sat pm aoa en sexi on on Smt endl lpn cautd eaecnm n SS as ee Seneca Clo wing tue Saree nee ts erate oe oun ft or ota Seance oe Seeasey dey te creee7 Sem OE aetna in ee ee oor | 332, PARTE IV, SOCIALISMO Y DEMOCRACIA responsabilidad, Para esto serfan necesarias otras condicionesque a menudo dejan de ‘cuinplifse. Por ejemplo, generacién, tras generaciéi puede padecer por un comportamiento irracional, eri. materiade hi giene y, no obstante, dejar de relacionar sus suftimientos,con sus habitos nocivos. En tanto que esta relacién no se establezca, las con- secuencias objetivas, por muy regulares que sean, no produciran, por supuesto, una experiencia subjetiva. Asi ha resultado increfblemente Vificil.pare la Humanidad Tegar al. conocimiento de la relacién exis- tente entre el contagio_y las epidemias: Jos hechos la sefalaban con una claridad que a nosotros nos parece inequivoca; sin embargo, al final del siglo xvut los médicos no hacian casi nada para evitar que las personas atacadas de enfermedades infecciosas, tales como saram- pin o viruelas, estuviesen en contacto con tas demés. Y es,de supo- nner que las cosas tienen que ser todavia peores cuando n0:s6to haya incapacidad, sino también repugnancia a reconocer las relaciones cav- sales, © haya intereses que Iuchen en contra de que-se-reconozcan, No obstante, y a pesar de todas las limitaciones que se imponen, hay para todos,’ dentro de.un horizonte mucho més amplio, un cam- po mds reducido —que difiere ampliamente en.extensién, segin los distintos grupos 0 individuos, y estd limitado por una zona ancha més bien que por una linea sutil—, que se distingue por su sentido de Ja realidad o familiaridad 0 responsabilidad. Y este campo alberga vo- liciones individuales relativamente definidas. Estas pueden parecernos 2 veces ininteligentes, estrechas y egofstas, y puede no resultar claro para todos por qué, cuando se trata de egar a las decisiones politicas, hhemos de, prestar culto a sus altares, y todavia menos por qué hemos de-sentirnos obligados a contar como una unidad a cada uno de ellos y a ningino como mas de una unidad. Si, no obstante, deci ir culto a Ti voluntad: del pueblo, no encontraremos,.al menos, el altar vacio2™~ Ahofa bien: esta relativa precisién de las voliciones y esta, taco: id del comportamiento no desaparecen subitamente al apariarnos, "Hay due observar ue, al hablar ae voliciones detiaidas y autenticas, ro. quioro tignificar que las exalta a ultimos datos para todas tas capecies de Snallsis sociales. Son, por supuesto, producto del procera social y del medio Soe Lo dni gue acres es fe pute sei come datok para Ine Becie de andlisis de fines especiales que el economista tiene en Ia imaginacion Cuando hace derivar los precios de los gustes 0 necesidader consideradan como datos” en un instante conereto y que-no necesitan seguir siendo analiza cada vez. De un modo semejante’podemos hablar para nuestros fines de. v0 Elones autcaticay y definidas que, en todo imoment, se dan con independencl {e's intentos"de’{abricarias ‘i bien Treconccemos ue estat mismas Voliciones futénticas som resultado de las influeneias ambientales del_ pasado, incluyendo [ae influenetes “pro eas. Esta distincion entre. voliciones autenticas fabricadas (vease mus bale) es uns ‘distinc “ik ‘po pucde aplicarse todos los casos y"para todes Tog fines, Para nuestto proposita, sin embargo, basta Con sefalar que estd evideniemente fundada en el sentido comén CAPITULO XXI LA TEORIA CLASICA DE LA DEMOCRACIA 333 en la casa y los negocios, de las inquietudes de la vida diaria que nos educan y nos disciplinan. En el.reino.de los negocios pablicos hay, jores que estin més al alcance.que otros de 1a ‘mente del ciudadano. sto es aplicable, en primer lugar, a JOS. asuittos Jocales. Pero incluso ahi encontramos una capacidad limitada para discernir los hechos, una disposicién limitada para actuar, de acuerdo con ellos, un sentido li- Iitado de responsabilidad. Todos nosotros conocemos’al hombre —a menudo muy buen modelo— que dice que la administracién local no ‘es.cosa suya y s© encoge de hombros indiferente ante pricticas que antes de padecerlas en su propia oficina preferitia morir. Los civda- danos de espiritu elevado y disposiciones exhortatorias que predican la responsabilidad de los electores 0 contribuyentes individuales descu- bren invariablemente el hecho de que este elector 0 contribuyente no se siente responsable por lo que. hacen los politicos locales. Con todé l_pattiotismo local puede ser un factor muy. importante para el “fun- cionamiento ‘deli democracia”, especialmente en tas comunidades no demasiado grandes para impedir el contacto personal. En muchos as- pectos Ios problemas de una.ciudad son también fines a Yos.de un concern industrial. El hombre que cOmprende estos tltinios compren- de también Jos’ primeros hasta un cierto grado. El fabricante, el tendero o el obrero no necesitan salir de su mun- do para tener.una opinién defendibte racionalmente (que puede ser, por supuesto, acertada 0 errénea) sobre la limpieza de las, calles 0 el emplazamiento de los mercados. En segundo lugar, hay muchas-controversias nacionales que ata- fien-a los.individuos y los grupos tan directa ¢ iniequivoeamente como para dat origen en éllos a voliciones perfectamente auténticas y defi., nidas. El ejemplo més importante lo constituyen aquellas medidas que evan. consigo. una, ventajaepecuniaria y. personal para los electores individuales y para 1o3 grupos de electores, tales como los pagos direc- tos,:los arancoles aduaneros de proteccién, 1a politica de protecciin de la plata, ete. Una experiencia que se remonta a la antigiiedad muestra gue los electores reaccionan casi siempre dé tia maiera répida y"ra® ional ante toda oportunidad de esta naturaleza, Pero la-teoria cldsica de Ia democracia tiene,,evidentemente, poco que ganar de muestras de racionalidad de esta indole. Los electores demuestran con cllas ser jueces malos e incluso corrompidos de tales cuestiones ** y a menudo “3 "La ran por ia que los partaros de Benthsm nasiton or alto 0 tan por eoeneioPee WSs SaRaiuear ite ROME Bate EO ctoptca Bea dasa A tod Pet ae ea of wns See a Se Sa ate Dans womans us San ententndo mings eos Seuafs ae Ps ge “Ins gta ora el nor fus'6e sus prone ies FeNSU RET tendltay Canes eeedtaents ca oy eres Ete et flo SSmaio'ar 5 imi, Bor saps, losers mis te ee ection Geen, aug no inesconslanente 334 SOCIALISMO Y DEMOCRACIA demuestran ser malos jueces de sus propios intereses a largo: plazo, pues es tan slo la_promesa_a corto plazo lo que toman.en conside- raci6n politicamente y la racionalidad. a corte plazo,la Gnica que prevalece efectivamenie. Sin embargo, cuando nos alejamos de las preocupaciones de la fenuilia y de ta oficina y nos_internamos en tas, regiones. de los-ne- gocios nacionales e intemacionalés, que carecen de un nexo directo © jinequivoco con aquellas.preoeupaciones privadas,-la volicién indi- vidual, el conocimiento de los hechos y el método de inferencia dejan ‘Pronto de desempeiiar el papel que les atribuye la teoria clésica. Lo ‘que més me sorprende de todo, y lo que me parece que es la me- ula de todas las dificultades, es el hecho de que se haya perdido tan por completo el sentido de 1d Fealidad.* Normalmifite,’ las grandes cnestiones politicas comparten’stu lugar, en In economia espiritual. del ciudadano tipico, con aquellos intereses de Jas horas de asueto que no han aleanzado el rango de aficiones y con los temas de conver- sacion irresponsable, Estas cosas parecen aqui fuera de lugar; no son nada parecido a una propuesta de negocios; Jos peligros pueden no materializarse en absoluto y, sivse materializasen, no se mostrarian demasiado graves; el ciudadano tiene, en ef fondo, la impresiGn.de moverse en un mundo ficticio. - 4" Este sentido limitado.dé-la realidad explica no 36lo un sentido’ itado de la résponsabilidad, sino también Ia falta de voliciones.efes- tivas. Cada uno tiene, por supuesto, frases propias ¥y déscos ¢ ilusiones ¥quejas propias; especialmente tiene cada uno sus preferencias y sus aversiones. Pero ordinariamente esto no corresponde a lo que. llama- mos una voluntad, esto. ¢s, I¢ gontrapattida psiquica de yna.agcion ‘responsable y consciente ‘desu’ finalidad. En efecto: para el” ciuda- dano particular que medita: sobre los asuntos nacionales no hay lugar para una voluntad tal ni para ninguna labor que pueda desarrollar. Es miembro de una comisién incapaz de funcionar, de la comisi6n constituida por toda la nacién, y por ello es por lo que invierte menos esfuerzo disciplinado en dominar un problema politico. que en una partida de bridge.** eee ros, de nerves burgueses que tnfan mis que ganar de um Estado Sobrio "que de cualesquiera sobornos directos. 3 SEI “sentido punzante de Ia Teale de este punto ha sido expecislmente subrayada por Graham Wella, "8" Nos ayudard a acaramos este punto prepuniarnos por qué nos mesira- ‘mos con lina ineligencia y claridad de pensamiento tan superiores en una mesa de bridge, a, por ejemplo, en una discusion politics entre no polices. En Ia Imesa de bridge tenemos ung trea definidas tenemos 7eglas que nos dscplinan; tl exto y el fracaso estin claramente-definidos y nos impide un comportamiento frespondable | hecho de que cada error que cometamos no solo se. 10s ma hifesara inmeciatamente, sino que también nov sera inmediatamente. Imputado. Estas condiciones, dejar de cumple en el comporlamiento, politico del cit- ‘de William James: La importancia q CaPfruLo xx1. LA TEORIA CLASICA DE La DeMocRACTA 335 El" debil centido de Ja responsabilidad y 1a falta de ioneswefectivas. expliGan su, vez esta, ignorancia del, citidadano cottiente y Ia falta de juicio en ciestiones de poftica nacional y ex- tranjefa, que son més sorprendentes, si esto” puede sorprender, en el caso de personas instruidas y_ de. personas que. acvian con éxito en Situaciones de la vida ajenis a”la poliica queen el caso de personas poco instruidas y de condicién humilde. Estos privilegiados disponen, de una informacion abundante y fécilmente accesible. Pezo esta venta ja ng parece sefvirles_denada y,tampoeo debemos maravillarnos-por flo. Séio necésitimos comparar la actitud”de un abogado en su in- forme y la actitud del mismo abogado frente a tas exposiciones de Ja situacién politica que presenta su periddico para ver c6mo se des- envuelve. En el primer caso, el abogado esté capacitado para apre- Ciar la televancia jurfdica de los hechos por los aos de trabajo cons- ciente de su finalidad que ha realizado bajo el estimulo definido del interés por su competencia profesional; bajo un estimulo no menos poderoso concentra sus conocimientos, su intelecto y su voluntad en 1 contenido del informe. En el segundo caso, no se ha tomado la mo- lestia de capacitarse; no se preocupa de digerir Ia informacién ni de aplicarle los cdnones de la critica que tan bien sabe mancjar, y se impacienta ante una argumentacién larga 0 complicada. Todo esto viene 2 poner de manifiesto que, sin_Ja_iniciativa que desarrolla Ia responsabilidad directa, persistiré 1a ignorancia politica, aud cuafido~ el-piblico, disponga ‘de ia informacién més abundante y completa, Per- siste, @ pesar de los meritorios esfuerzos que se hacen para ir més alld de la presentacién de conferencias, clases y grupos de. discusion. Los resultados no son nulos, pero son escasos. No puede hacerse re- montar Ja escala al piblico. ‘Asi, pues, el.ciudadano normal desciende a un nivel inferior. de prestacién mental tan pronto como"penetra en el campo de la pol. tica. Argumenta y analiza de una manera que 1 mismo calificasfa de infantil si estuviese dentro de 1a esfera de sus intereses efectivos. Se hhace de nuevo primitivo. Su pensamiento se hace asociativo y efecti- vo."* ¥.sto-lleva,consiga dos consecuencias ulteriores deplorables, En primer lugar, aun cuando ho hubiese grupos politicos que tra- tasen de influic sobre el ciudadano corriente, éte tenderia, en la cucs- tin politica, 2 someterse a prejuicios © impulsos extrarracionales,o irracionales. ‘La debilidad.del_proceso racional que €l aplica a la“po- Iitica y la falta de dominio j6gico efectivo de ‘os resultados a que tega bastarian por si pata explicar esto. Ademés, por la simple con- Tadano corriente, muestran por qué en la politica te falta toda circunspeccién Yel juicio que puode desurrollar en su profest6n oe Vease cap. Xi. te eee eee eee 336 PARTE IV, SOCIALISMO ¥ DEMOCRACTA sideracién de que “no es nadic en esto” relajard sus exigencias morales hhabituales y cederd a impulsos oscuros que las. condiciones de la vida privada le ayudarén a reprimir. Pero en cuanto al buen criterio © facionalidad de sus inferencias y conclusiones éste puede ser tan malo como abandomarse a una explosion de goneross indignacién. Ello Je harfa ain més dificil ver las cosas en sus debidas proporciones incluso ver més de un aspecto de una cosa al mismo tiempo. De ahi el que, si sale una vez de su yaguedad habitual y muestra Ia vo- iuntad definida que postula la teoria clisica de,la democracia, es. muy probable’ que tesulte més ininteligente e irresponsabie de 10 que es Rabiatmente En cts coyntras puede exo, rsa fal « s pa "En segundo lugar, sin embargo, cuanto mis débil sea cl elemente Légico en la formacién de Ta opinién. publica, ¥ mas completa ta falta, de critica’ racional de Ta influencia Tacionalizadora de la experiencia la responsabilidad personales,,mayores son las oportunidades para ios grupos que persigan fines-interesados. Estos grupos pueden estat integrados por politicos profesionales, o por defensores de_un interés teconémico, 0 por idealistas de una u otra especie, 0 por personas inte- resadas simplemente en poner en escena y dirigit las representaciones iegs. La sociologia de tales grupos es-inrelevante para el presente Ergumento, El nico punto que interesa aqui es que, siendo como_es ip aturaleza humana en la politica, son capaces de configure la voluintad det pueblo e incluso de crearla dentro de unos Himites: muy amplios. La voluntad que observamos al unalizar los procesos poli. iicos no es ni-con mucho una_voluntad auténtica, sino una voluntad fabricads, Y con frecuencia este artefacto es lo nico que correspondé a la volonté générale de Ta teoria clisica, En tanto que esto es asi ta voluntad del pueblo es el producto y no ls fuerza propulsora del proceso politico. Los procedimientos para fabricar los problemas que apasionan_a Ja opinidn y a la voluntad popular acerea de estos problemas son i= mnilares exactamente a los que se emplean en la propaganda comercial Tn cllos encontrames los micmos esfuerzos por legar a un ennigcta con lo subconsciente, Encontramos la misma técnica de cfear_asoci iones favorables y desfavorables, que son mas eficaces cuanto” ities racionales sean: Encontramos las mismas evasivas y reticencias y el 3 La importancia de tales explosiones do e6lera no puede ponerse en ude, Pero ‘ex porible poner en doda su autepticidad, "El andlisis mostrard Gavmoshos qemplos que estin excitados por la accion de algin grupo ¥ 10 Stigen espontancumente dei pueblo. En esie caso entran ep una clase de fend fetes Ge in aug vemos a ttatar seguidamente, Personalmente, creo que exlsten Flemplos auténicos. Pero no puedo estar seguro de que un analista mas a fondo fo Tevelase alga esfucrzo psicotéenico en el fondo de ellos. CAPITULO XX1. LA TEORIA?CLASICA DE LA DEMOCRACIA 337 rsmo acd para-crear-un-comvencimiento « fuera, de. afirmaciones, feiteradas, que tienen éxito precisamente en,Ja medida én que evitan__ Te aigumentacién racional, qué amenazacian .despertar“Tastacultades”__ tritices del-pueblor Yast sucesivamente. Sélo- que iodas estas trabas tienen infinitamente mas aleance en Ta-esfera de los negocios publicos {que en la esfera ce In vida privada y profesional. El retrato de la huchacha mas bella que haya existido jamés resultaré a la larga in- Gficaz para mantener las ventas de un cigarrllo malo. En el.caso-de Tas decisions politicas no hay ninguna selvaguardia tan éfieaz. Mu- Chas decisignes de, importancia funesta. son‘de tal indole que hace im- posible al piblico’hacer.experimentos con elias en sus ratos de cio gr avan,costo, moderado. Aun cuando ext forse posible no es faci ‘embargo, llegar por reela general avun-juicio’ ccmo, en el,caso del cigarllo, porque -os.efectos-son- menos_féciles de. interpretaf, Pere alee artificios vician también; en’una extensiGn completa- ‘mente deseonocida en 1 campo de la propaganda comercial, aquellas formes dele. propaganda politica que ‘declaran sdirigirse a la raz6n. iit elrobservador Id apelacién 2nticracional 0, én todo caso, extra wal al subconsciente, y. la indefensiGn de ja victima frente ala Thismas destacan gon més claridad cuando dicha apelacién est encu- ierta was os. hechos y argumentos.rYa hemos, visto més arriba por Gué es tan dificit difundir entre el pablico una. informacién imparcial Seecca de los problemas politicos y las inferencias Iégicamente correctas dela misma y por qué esa’ informaciGn, y argurtentos »sobre. cues- jones polficas tan sélo "se“toniin en, consideracion”: cuando. con- Suerdan con las idé ‘preconéebides el ciudadanio. Por regla general, Sin embargoY’ estas ideas “no "Son bastante definides para detefminar Conclusiones especiales. Como elas mismas.pyeden. ser

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