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Libro Rojo de Peces Marinos de Colombia

Book · January 2002

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26 2,120

3 authors:

Arturo Acero Luz Stella Mejía


National University of Colombia 12 PUBLICATIONS   103 CITATIONS   
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Marisol Santos-Acevedo
Universidad de la Guajira
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Actualización del diagnóstico de la actividad pesquera comprendida entre los asentamientos pesqueros de Los Cocos (Magdalena) y Punta Gallinas (La Guajira), en el norte
del Caribe colombiano. View project

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marinos de Colombia

3
© Esta obra deberá ser citada de la siguiente manera:

a) Si cita toda la obra:


Mejía, L.S. y A. Acero. (Eds.). 2002. Libro rojo de peces marinos de Colombia. INVEMAR, Instituto de
Ciencias Naturales-Universidad Nacional de Colombia, Ministerio de Medio Ambiente. La serie Libros
rojo de especies amenazadas de Colombia. Bogotá, Colombia.

b) Si cita una especie (Ficha):


Acero, A., L.S. Mejía y M. Santos-Acevedo 2002. Nombre de la especie, páginas. En: Mejía, L.S. y A.
Acero. (Eds.). Libro rojo de peces marinos de Colombia. INVEMAR. Instituto de Ciencias Naturales-
Universidad Nacional de Colombia, Ministerio de Medio Ambiente. La serie Libros rojos de especies
amenazadas de Colombia. Bogotá, Colombia.

ISBN 96972-4-0

Palabras clave:
Peces marinos
Colombia
Libros rojos
Especies amenazadas

© Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras “José Benito Vives De Andréis” INVEMAR


Vinculado al Ministerio del Medio Ambiente

© Instituto de Ciencias Naturales-Universidad Nacional de Colombia


Apartado 7495, Bogotá D. C.
www.icn.unal.edu.co

Dirección y coordinación general Libro rojo de peces marinos

Luz Stella Mejía Arturo Acero P.


Museo de Historia Natural Marina Instituto de Ciencias Naturales
de Colombia – MHNMC Universidad Nacional de Colombia
Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras A.A. 1016 Santa Marta, Colombia
“José Benito Vives De Andréis” INVEMAR www.icn.unal.edu.co
A.A. 1016 Santa Marta, Colombia
www.invemar.org.co

Capitán de Navío FRANCISCO A. ARIAS ISAZA.


Director General
CARLOS AUGUSTO PINILLA G., M.Sc
Subdirector de Recursos y Apoyo a la Investigación
JUAN MANUEL DÍAZ M., Dr. rer. nat.
Coordinador Programa de Biodiversidad y Ecosistemas Marinos
JESÚS ANTONIO GARAY T., M.Sc.
Coordinador Programa de Calidad Ambiental Marina
FEDERICO NEWMARK U., M.Sc.
Coordinador Programa de Valoración y Aprovechamiento de Recursos
PAULA CRISTINA SIERRA C., M.Sc.
Coordinadora Programa de Investigación de la Gestión Marina y Costera.

Foto portada: Emblemariopsis tayrona, INVEMAR - Credito Fotográfico: Gabriel Navas y Adriana
Bermudez
Cartografía: Daniel Rozo y Norella Cruz, Laboratorio SIG, INVEMAR
Mapa solapas: Daniel Rozo, Laboratorio SIG, INVEMAR
Apoyo Editorial: Norella Cruz
Diseño y Diagramación: Angela Gil y Silvia Barreto

La publicación de esta obra se realizó gracias al apoyo del Ministerio del Medio Ambiente, el Instituto
Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología “Francisco José de Caldas” -
(COLCIENCIAS).

Credito BID 7740C-CO

Derechos reservados conforme la ley, los textos pueden ser utilizados total o parcialmente citando la
fuente. Los documentos que componen este libro han sido editados con previa aprobación de sus autores.

La serie Libros rojos de especies amenazadas de Colombia ha sido liderada por las siguentes
instituciones:

Fundación
INGUEDE

4 Impreso en Colombia
marinos de Colombia

Luz Stella Mejía M.


Arturo Acero P.
Editores

Junio de 2002
5
6
Contenido

La Serie Libros rojos de especies 9


amenazadas de Colombia

Presentación Ministro del Medio 11


Ambiente

Agradecimientos 13

Siglas y abreviaturas 17

Prólogo 19

Prefacio 21

Introducción 23

Metodolgía 27

Especies Amenazadas 39

Casi Amenazadas 121

Otras categorías 127

Lista de especies 153


por categorías

Literatura citada 155

Lista de ilustraciones y créditos 169

Índice de nombres científicos 171

Índice de nombres comunes 173

7
8
La serie Libros rojos de
especies amenazadas de
Colombia

L
a preparación y publicación de la serie libros rojos de especies
amenazadas de Colombia es el resultado de la colaboración inter-
institucional y una muy amplia participación de la comunidad
científica colombiana. Este proceso fue iniciado en 1996 por el Ministerio
del Medio Ambiente y el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt quienes convocaron a un taller en Villa de Leyva a
un grupo de profesionales de la comunidad científica nacional y del SINA
para compartir con Bernardo Ortiz de la UICN y con Frankiln Rojas de la
Fundación PROVITA de Venezuela experiencias de elaboración de los libros
rojos a nivel mundial, y sentar las bases para iniciar un proceso de
elaboración de los libros rojos del país.

En 1996 Ana María Franco realizó un análisis de concentración de especies


de fauna globalmente amenazada en las diferentes regiones biogeográficas
del país. Entre 1996 y 1997 Eduardo Calderón y Luis Miguel Renjifo
elaboraron las listas rojas de especies amenazadas de plantas superiores y
aves haciendo los primeros ejercicios de aplicación del sistema de
categorización de la UICN desde una perspectiva nacional. Esta iniciativa
continuó en 1998 con la elaboración de las listas rojas de mamíferos por
José Vicente Rodríguez, anfibios y reptiles por José Vicente Rueda, peces
por Ricardo Alvarez-León, y artrópodos por Luis Miguel Constantino. Estos
análisis fueron apoyados por convenios entre el Instituto Humboldt y el
Ministerio del Medio Ambiente y sus resultados fueron publicados en el
Informe Nacional Sobre el Estado de la Conservación de la Biodiversidad en
Colombia 1997 (Chaves y Arango 1998) o en la página web del Instituto
Humboldt.

En diciembre de 1998, se realizó en Villa de Leyva un taller de “Uso de las


Categorías UICN y su aplicación en Colombia” convocado por el Ministerio
del Medio Ambiente, el Instituto Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales
de la Universidad Nacional de Colombia, en el cual participaron además de
profesionales de estas instituciones, profesionales de universidades e
institutos de Investigación. Este taller fue orientado por Georgina Mace y

9
Bernardo Ortiz de la UICN. En esta oportunidad se conformó un equipo
coordinador que se encargaría de liderar un proceso de convocatoria a
conocedores de diferentes grupos biológicos, dando origen al “Proyecto Libro
Rojo de Especies Amenazadas de Colombia”. El comité coordinador se
conformó con representantes del Ministerio del Medio Ambiente, el Instituto
Alexander von Humboldt, el Instituto de Ciencias Naturales, el Instituto de
Investigaciones Marinas y Costeras “José Benito Vives De Andréis”
(INVEMAR), Conservación Internacional – Colombia y la Fundación Inguedé.
A inicios de 1999 el comité coordinador estaba constituido por: José Vicente
Rodríguez, coordinador del grupo de mamíferos; Ana María Franco y Luis
Miguel Renjifo coordinadores del grupo de aves; Olga Castaño Mora,
coordinadora del grupo de anfibios y reptiles; Ricardo Alvarez-León,
coordinador del grupo de peces; Eduardo Calderón, José Luis Fernández y
Gloria Galeano, coordinadores del grupo de plantas superiores; Luis
Guillermo Henao, coordinador del grupo de Hongos; Jaime Uribe, coordinador
del grupo de criptógamas; Cristián Samper, en representación del Instituto
Humboldt; Gonzalo Andrade, en representación del Instituto de Ciencias
Naturales y Adriana Rivera y Claudia Rodríguez, en representación del
Ministerio del Medio Ambiente.

Entre mediados de 1999 y principios de 2000, el Instituto Alexander von


Humboldt ofreció tres talleres sobre la aplicación de las categorías de la
UICN, en Villa de Leyva, y entre julio y agosto del mismo año, ofreció un
Curso-Taller virtual sobre la aplicación de dichos criterios, dirigido a aquellos
investigadores que no pudieron participar en alguno de los talleres
presenciales. Estos eventos sirvieron además de ámbito para consolidar el
comité coordinador de la serie.

En el momento de la publicación de este libro, este comité está conformado


por: Maureen Irina Montenegro, Adriana Rivera y Claudia Rodríguez del
Ministerio del Medio Ambiente; Juan David Amaya-Espinel, Eduardo
Calderón, Ana María Franco-Maya y Luis Miguel Renjifo del Instituto
Alexander von Humboldt; José Vicente Rodríguez-Mahecha de Conservación
Internacional – Colombia; Arturo Acero, Germán Amat, Gonzalo Andrade,
Olga Victoria Castaño Mora, Gloria Galeano, Edgar Linares, John Lynch,
José Iván Mojica y Jaime Uribe del Instituto de Ciencias Naturales; Luz
Stella Mejía y Gabriel Navas del INVEMAR; y Luis Guillermo Henao de la
Fundación Inguedé.

Después de cuatro años de trabajo y gracias a la vinculación de la comunidad


científica nacional el Ministerio del Medio Ambiente, el Instituto Humboldt,
el INVEMAR, el Instituto de Ciencias Naturales, Conservación Internacional-
Colombia y la Fundación Inguedé, se complacen en poner a disposición del
público en general el primer grupo de libros rojos los cuales sintetizan la
situación actual de las especies amenazadas de aves, invertebrados marinos,
peces continentales, peces marinos, plantas criptógamas, reptiles y un primer
volumen de plantas fanerógamas. A futuro serán publicados los libros de
anfibios, hongos, invertebrados terrestres, mamíferos y varios volúmenes
de plantas fanerógamas, los cuales se encuentran en proceso de preparación.

10
Presentación
Ministro del Medio Ambiente

N
uestros padres y abuelos tuvieron el privilegio de conocer animales
como el pato zambullidor y el caimán del Magdalena. Se acogieron
a la sombra generosa de formidables árboles maderables y gozaron
de un paisaje salpicado de belleza y originalidad. Muchos de nosotros no
contamos con la misma suerte.

Por eso, nuestra responsabilidad en la recuperación y manejo de las


poblaciones silvestres amenazadas en el país, es en este momento una
prioridad inaplazable que nos hemos trazado como directriz de trabajo, tanto
en el Marco Político para la Gestión en Fauna Silvestre como en la Política
de Biodiversidad.

Para ello, hemos propuesto el desarrollo de un proceso nacional de consulta


con miras a la categorización de especies según criterios de uso, distribución
geográfica, abundancia, nivel de conocimiento, importancia ecológica y
factores de amenaza.

Conscientes de la problemática que representa para el país, la pérdida


paulatina de especies silvestres y recursos genéticos, sumada al bajo nivel
de conocimiento, escasez de recursos económicos para la protección de
especies amenazadas y deficiencias jurídicas y administrativas para su
recuperación y manejo, el Ministerio del Medio Ambiente incluyó como una
de las metas del cuatrienio 1998-2002 del Proyecto Colectivo Ambiental, la
edición y publicación de los Libros Rojos de Especies Amenazadas, como
herramienta de consulta nacional para la toma de decisiones en la gestión
ambiental.

Esta iniciativa acoge los lineamientos de la Unión Mundial para la


Naturaleza- UICN y constituye en ejemplo de trabajo colectivo liderado por
el Ministerio del Medio Ambiente, el Instituto de Investigación de Recursos
Biológicos «Alexander von Humboldt», el Instituto de Investigaciones Marinas
y Costeras «José Benito De Andréis»- INVEMAR, el Instituto de Ciencias
Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, Conservación
Internacional, Fundación Inguede y un grupo de expertos e investigadores

11
de la comunidad científica nacional e internacional, quienes participaron
en la elaboración de las fichas por especie.

Los libros rojos identifican aquellas especies con mayor riesgo de extinción
en el país y recomiendan una serie de medidas apropiadas para su
conservación, por lo cual se se convierten en valiosos instrumentos de
divulgación y orientación para las autoridades ambientales, la comunidad
científica, la sociedad civil y los entes de control de todo el país.

La protección de las especies amenazadas es una obligación compartida


por todos los actores institucionales y sociales con miras a defender y
recuperar en buena parte, el inmenso patrimonio biológico que hemos de
heredar a las próximas generaciones.

JUAN MAYR MALDONADO


Ministro del Medio Ambiente

12
Agradecimientos

G
racias al esfuerzo del Grupo de Biodiversidad de la Dirección de
Ecosistemas del Ministerio del Medio Ambiente, en especial, Ángela
Andrade, Claudia Rodríguez, Maureen Montenegro, Diana Vaca y
Adriana Rivera se comenzó a trabajar en la categorización de las especies y
se creó el Comité de Libros Rojos que colaboró constantemente en este
proceso. Agradecemos a todas aquellas personas que en algún momento
hicieron valiosos aportes durante el proceso de categorización y edición de
los libros rojos, en especial a las siguientes personas del Comité sin los
cuales no hubiera sido posible la culminación de esta publicación: Eduardo
Calderón del Instituto de Recursos Biológicos «Alexander von Humboldt»;
Olga Castaño, Gonzalo Andrade, Eduardo Flórez, John Lynch, José Iván
Mojica, del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de
Colombia; Gabriel Navas, Néstor Ardila y Javier Reyes del INVEMAR; José
Vicente Rueda de Conservación Internacional y finalmente gracias al apoyo
y constante colaboración de Ana María Franco y Luis Miguel Rengifo del
Instituto Humboldt, encargados de la coordinación del Comité.

Este libro ha sido el resultado de la colaboración de numerosas personas y


entidades, que con su experiencia y conocimiento hicieron importantes apor-
tes en las diferentes etapas de categorización de las especies, obtención de
la información e imágenes, edición y revisión de los textos.

Desde el inicio de este proceso se realizaron diversos talleres de categorización


de las especies, con la colaboración de la UICN, en los cuales la experiencia
y apoyo de Georgina Mace, Bernardo Ortiz von Halle, Franklin Rodríguez,
Hernando Zambrano y Julio Cesar Gutiérrez fueron fundamentales.

Agradecemos a Ricardo Álvarez León quien realizó una categorización ini-


cial y elaboró un documento preliminar sobre el estado de los peces mari-
nos y dulceacuícolas.

A la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San An-


drés, Providencia y Santa Catalina (CORALINA), por sus sugerencias acerca
de las especies que debían incluirse en el libro y las categorías que deberían
tener.

13
Al Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura INPA, en especial a Luis Zapa-
ta, por sus comentarios acerca de las especies que se encuentran en el
Pacífico colombiano; a Luis Manjarrés y Mauricio Valderrama por sus ob-
servaciones

A Fernando Cervigón (Fundación Museo del Mar, Isla de Margarita, Vene-


zuela), John E. Randall (University of Hawaii, EUA), Luis Orlando Duarte
(Universidad de Concepción, Chile), Camilo García (Universidad Nacional
de Colombia, Bogotá), Debbie Walden (Museo de Historia Natural de San
Diego, USA), Seinen Chow (National Research Institute for Far Seas Fisheries,
Japón), Keiichi Matsuura (Departamento de Zoología, Sección Peces, National
Science Museum, Japón), DeAnne Lachney (Under the sea), Keiko Moore
(NMNH,EUA) por facilitarnos algunas de las imágenes utilizadas en el libro.

A Rebeca Franke de la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Par-


ques Nacionales Naturales, por sus comentarios y observaciones. A Alexi
Torres bibliotecóloga, Marcela Grijalba y Javier Giraldo de la Universidad
Jorge Tadeo Lozano, por su desinteresada colaboración.

El respaldo de Gonzalo Andrade, Director del Instituto de Ciencias Natura-


les de la Universidad Nacional de Colombia permitió la elaboración de las
fichas.

Queremos agradecer a diferentes personas del INVEMAR, que colaboraron


de una u otra forma en el proceso de elaboración del libro. Jacobo Blanco,
Efraín Viloria y Juan Carlos Narváez del Grupo de Ecología Pesquera, por la
valiosa información y comentarios a las especies presentes en la Ciénaga
Grande de Santa Marta y la explicación acerca de los métodos de pesca
tradicionalmente usados. Al Grupo de Taxonomía, Sistemática y Ecología
Marina del Museo de Historia Natural Marina por los comentarios y suge-
rencias al texto, y en especial a Adriana Bermúdez por la amable y desinte-
resada ayuda en la edición de las imágenes. A Jaime Garzón-Ferreira por
sus comentarios y observaciones y por facilitarnos algunas de las imágenes.
A Oscar Casas y Alberto Rodríguez por sus observaciones. A Olga Lucía
Baena y Juan Carlos Díez del Centro de Documentación, por su ayuda en la
consecución de la literatura requerida. Especial agradecimiento a Norella
Cruz por la edición de los textos e imágenes, parte de la realización de los
mapas y su amable colaboración en todo el proceso de elaboración del libro.
A Daniel Rozo de la sala SIG, por la realización de los mapas de distribución
de las especies y aquellos generales de las contratapas. El respaldo de Juan
Manuel Díaz Coordinador del Programa Biodiversidad y Ecosistemas Mari-
nos, fue fundamental para la realización de este libro, tanto por el apoyo
logístico y científico constantes como por sus comentarios y sugerencias. Al
Capitán de Navío Francisco Arias Isaza, Director General, por el apoyo brin-
dado.

14
Este libro fue posible gracias al apoyo financiero del Instituto de Investigaciones
Marinas y Costeras (INVEMAR), el Instituto de Ciencias Naturales de la Universi-
dad Nacional de Colombia, el Ministerio del Medio Ambiente a través del proyecto
Macrofauna-FONAM No. 001065 y los Convenio SECAB-INVEMAR No. 052-029/
01, FONAM 01F, Convenio 04/02 Ministerio del Medio Ambiente - INVEMAR y
finalmente, el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnolo-
gía “Francisco José de Caldas” (COLCIENCIAS) a través del proyecto Macrofauna
- COLCIENCIAS No. 210509-10401 y el contrato 295-2000 de apoyo a grupos de
Investigación.

15
16
Siglas y
abreviaturas

A: Aleta anal

CDB: Convención sobre Diversidad Biológica

CGSM: Ciénaga Grande de Santa Marta

CR (Critically Endangered): En Peligro Crítico

EN (Endangered): En Peligro

D: Aleta dorsal

DD (Data Deficient): Datos Insuficientes

ICN: Instituto de Ciencias Naturales

INDERENA: Instituto Nacional de los Recursos Renovables y del Ambiente

INPA: Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura

INVEMAR: Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vi-


ves De Andréis

LC (Least Concern): Preocupación Menor

LH: Longitud horquilla: Medida de los peces que va desde el extremo ante-
rior de la cabeza, hasta el vértice de la horquilla de la aleta caudal.

LE: Longitud estándar: Medida de los peces que va desde el extremo ante-
rior de la cabeza, hasta el inicio de la aleta caudal, donde termina la colum-
na vertebral.

LR (Low Risk): Bajo Riesgo.

17
LT: Longitud total. Medida de los peces que va desde el extremo anterior de
lacabeza, hasta el extremo de la aleta caudal.

MHNMC: Museo de Historia Natural Marina de Colombia

NMNH : (National Museum of Natural History): Museo Nacional de Historia


Natural, Washington

NT: (Near Threatened): Casi Amenazada

PNNT: Parque Nacional Natural Tayrona

UAESPNN: Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales Naturales

UICN (International Union for Conservation of Nature): Unión Mundial para


la Naturaleza

VU: Vulnerable

18
Prólogo

E
l desarrollo industrial en los últimos siglos, los enormes recursos
necesarios para lograrlo y la falta de conciencia de nuestro papel y
responsabilidad en la dinámica y conservación del planeta, han
ocasionado un grave deterioro de los ecosistemas. En este proceso muchas
especies se han extinguido y otras pueden llegar a estarlo en las próximas
décadas. La degradación del medio ambiente ha alcanzado una magnitud
tal que llevó a la comunidad internacional a promover una estrategia mundial
que garantizara un desarrollo sostenible en armonía con el medio ambiente,
la cual quedó plasmada en los acuerdos logrados en la conferencia de Rio
de Janeiro en 1992, en particular en la Convención sobre Diversidad Biológica
(CDB), ratificad0 por Colombia mediante la ley 165 de 1994.

La posición privilegiada en la zona tropical, con costas sobre dos océanos,


hace que Colombia cuente, como parte de su patrimonio natural, con
ecosistemas marinos y costeros tan diversos y contrastantes como arrecifes
coralinos, bosques de manglar, lagunas costeras y deltas, praderas de pastos
marinos, sistemas de playas y acantilados y extensos fondos sedimentarios
sobre la plataforma continental.

Para Colombia, adherirse y aceptar los acuerdos del CDB implicó tomar un
papel proactivo en la conservación y aprovechamiento sostenible de su
enorme riqueza en diversidad biológica, tanto en sus territorios continentales
como oceánicos, así como asumir y cumplir cabalmente las responsabilidades
que como país signatario le corresponden.

La biodiversidad marina del país se ha visto cada vez más amenazada por el
cambio climático global, la pesca excesiva, el desarrollo desordenado de las
zonas costeras, la actividad turística insostenible, la contaminación de las
aguas y los efectos de otra serie de actividades humanas sobre los ecosistemas
marinos y costeros. La conservación de estos ecosistemas y sus recursos es
importante, no sólo para que las futuras generaciones puedan disfrutarlos,
sino para garantizar hacia el futuro, el bienestar económico de las
comunidades que dependen de ellos para su sustento. En Colombia es
particularmente importante y esencial que fomentemos y promovamos el
desarrollo de estrategias para una gestión sostenible de nuestros mares y

19
costas, partiendo de la premisa que la biodiversidad es el fundamento de
nuestra vida cotidiana y es esencial para el desarrollo de nuestro país.

Un primer paso para preservar lo que tenemos es adherirnos a la iniciativa


de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) en la elaboración de las
LISTAS Y LIBROS ROJOS DE ESPECIES AMENAZADAS, mediante la cual
Colombia evalúa el estado de conservación y amenazas de sus especies y
propone recomendaciones y estrategias para la conservación de su diversidad
biológica.

Esperamos que la lectura de este libro motive a todo aquel que lo consulte a
aportar en la medida de sus posibilidades su granito de arena para que
estas obras de la naturaleza sigan deleitando la vida de los colombianos de
ahora y del futuro.

Francisco A. Arias Isaza


Capitán de Navío
Director General -INVEMAR

20
Prefacio

E
ste libro hace parte de la serie LIBROS ROJOS DE ESPECIES
AMENAZADAS DE COLOMBIA la cual recoge la información de
las especies presentes en nuestro país que se consideran amenaza-
das. En esta primera edición se incluyen en la serie los libros de aves, rep-
tiles, peces continentales, peces e invertebrados marinos y algunas fami-
lias de plantas superiores.

En este tomo se reúne la información más relevante de las especies de pe-


ces presentes en nuestros mares, que consideramos que enfrentan algún
tipo de amenaza, ya sea de origen antropogénico o que por su misma biolo-
gía o poca abundancia son más vulnerables ante los cambios naturales.

En total se presentan 38 especies de peces marinos, 28 de los cuales se


consideran amenazados según los criterios de la Unión Mundial para la
Naturaleza (UICN); una especie fue categorizada como casi amenazada y las
nueve restantes fueron evaluadas considerándolas dentro de otras catego-
rías. Finalmente se presenta la lista de especies por categoría, así como la
lista de figuras y sus créditos.

La información que se recopila de cada una de las especies se presenta en


formato de ficha la cual incluye alguna información taxonómica, su diagno-
sis o características importantes que diferencian esa especie de las demás,
su distribución geográfica global y en Colombia, especificando la ecorregión
marina y costera en la cual se encuentra y, por último, algunos datos
ecológicos relevantes. Para cada una de las especies se dan a conocer las
principales amenazas por las cuales se las incluye en este libro, las medidas
que se han tomado y aquellas que se proponen para su conservación. Estas
fichas están organizadas en orden filogenético.

Las fichas fueron elaboradas por Arturo Acero P. del Instituto de Ciencias
Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, Luz Stella Mejía y Mari-
sol Santos-Acevedo del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras
INVEMAR.

21
Aunque este libro es el resultado de la suma de esfuerzos de diversas perso-
nas y entidades, es apenas el primer paso para dar a conocer a la comunidad
cuáles son las especies de peces marinos colombianos que se encuentran
seriamente amenazadas, así como aquellas que a escala global se conside-
ran amenazadas y existen en nuestras costas, por lo cual se debe determinar
su estatus en el ámbito nacional. Es claro que, siendo esta lista aun insufi-
ciente, se debe continuar con el trabajo de evaluación de las poblaciones
explotadas y de las especies endémicas de nuestros mares territoriales, así
como de todas aquellas especies que de una u otra manera se consideran
amenazadas. A partir de este trabajo se podrían establecer planes de mane-
jo que permitan la explotación racional de los recursos ícticos en nuestro
país.

22
Introducción

C
olombia se halla ubicada en la esquina noroccidental de Suramérica.
Su porción continental se encuentra entre los 12º 26’ 46’’ latitud
norte y los 4º 13’ 30’’ latitud sur, y entre 66º 50’ 54’’ y 79º 02’ 33’’
longitud oeste, dentro de la franja intertropical. El territorio colombiano
ocupa una superficie de 1.141.748 km2 continentales y 930.000 km2 marinos.
Limita al norte con el mar Caribe, por el oriente con Venezuela y Brasil, por
el sur con Perú y Ecuador y por el occidente con el Océano Pacífico y Panamá
(IGAC 1992, Arango y Lagos 1998).

El país tiene una topografía compleja dominada por los Andes, que atraviesan
el territorio de sur a norte. La mitad oriental del país es predominante plana
y la mitad occidental es topográficamente más compleja, pues incluye tanto
las llanuras caribe y pacífica como la región andina. Los Andes colombianos
están conformados por tres cadenas montañosas que corren en sentido
más o menos paralelo de norte a sur: la Cordillera Occidental, la Central y la
Oriental, separadas por profundos y amplios valles de los ríos Magdalena y
Cauca. La Cordillera Occidental tiene una altura media de unos 2000 m,
mientras que las Cordilleras Central y Oriental tienen alturas medias
superiores a los 3000 m, y alcanzan elevaciones de más de 5000 m en sus
partes más altas. Estas tres cordilleras se unen en un solo macizo al
suroccidente del país, cerca de la frontera con Ecuador. Al norte de los
Andes, en la llanura del Caribe, se encuentran la Sierra Nevada de Santa
Marta, que alcanza una altitud de 5775 m; al nororiente de los Andes, hacia
la frontera con Venezuela, se encuentra la cuenca del río Catatumbo, que
drena hacia el golfo de Venezuela; en el occidente del país, en la frontera
con Panamá, se encuentran la Serranía del Darién y el Cerro Pirre, los cuales
continúan hacia el sur en la serranía del Baudó. La mitad suroriental del
país se divide en dos regiones: la Orinoquia en la cual predominan las
planicies con formaciones de sabanas y la Amazonia en la cual predominan
las planicies cubiertas por formaciones selváticas. En la Orinoquia y la
Amazonia se encuentran algunos sistemas montañosos de poca o mediana
elevación (pertenecientes al Escudo de las Guayanas), entre los que se
destacan las Serranías de La Macarena y Chiribiquete (Hilty y Brown 1986,

23
Rangel 1995, Chaves y Arango 1998). En el mar Caribe, el país cuenta con
1600 km de costa y en el océano Pacífico con 1300 km, en donde se encuentra
una gran diversidad de ecosistemas marinos y costeros como los arrecifes
coralinos, manglares y bosques de transición, sistemas de playas y
acantilados, estuarios, deltas y lagunas costeras, lechos de pastos marinos
o praderas de fanerógamas y fondos blandos sedimentarios. Entre estos
ecosistemas se destacan los bosques de manglar y los arrecifes coralinos,
por su alta productividad y diversidad de especies (INVEMAR 2001). La
complejidad climática y topográfica del país determina sus grandes regiones
naturales: Caribe, Pacífica, Andina, Orinoquia, Amazonia, Oceánica Caribe
y Oceánica Pacífica (Hilty y Brown 1986; Chaves y Arango 1998).

En este territorio se encuentra un 10% de la biodiversidad mundial a nivel


de especies. Se estima que en el país existen aproximadamente 26000
especies de plantas vasculares, 1762 aves, 583 anfibios, 506 reptiles y 454
mamíferos (Stotz et al. 1996, Chaves y Arango 1998, Fandiño y Ferreira
1998, Andrade 2001). Entre los grupos mejor estudiados de insectos existen
3019 especies conocidas de mariposas diurnas (Andrade 2001) y 4800
especies de himenópteros (Fernández 2000). En cuanto a los ambientes
marinos se estiman aproximadamente 1900 especies de peces, 970 de crustáceos
(com. pers. Acero y Campos 2002); 2200 de moluscos, 150 de corales, 290 de
equinodermos (com. pers. Díaz, Reyes, Benavides y Borrero 2002).

Los peces marinos


El conocimiento de los peces marinos colombianos tiene sus raíces en la
obra de Andrés Posada Arango (1909), médico antioqueño que presentó
información básica sobre algunas especies. Sin embargo, ese esfuerzo pio-
nero no tuvo mayor acogida en la comunidad nacional de estudiosos de
nuestra riqueza natural (Acero 1988). Sólo hasta bien avanzado el siglo
pasado renació el interés por conocer nuestros peces marinos, gracias prin-
cipalmente a las obras de Dahl (1964, 1971), Palacio (1974) y Burgess (1978).
Esa semilla sí fructificó, produciéndose a partir de ella numerosos trabajos
que han permitido vislumbrar las enormes dimensiones de nuestra diversi-
dad íctica.

Colombia cuenta con más de dos mil especies de peces en sus aguas juris-
diccionales marinas, lo cual corresponde al 8% de la riqueza íctica mundial
y aproximadamente un 14% de los peces marinos conocidos por el hombre.
Sin embargo, una porción significativa de esa aparentemente ilimitada ri-
queza está siendo explotada y amenazada por los colombianos. Acero et al.
(1986) y Acero (1993) consideran que 449 especies de peces marinos del
Caribe colombiano son de importancia comercial actual o potencial.

Los peces han sido siempre un importante recurso para el hombre. Desde
épocas muy tempranas en la historia, la humanidad ha tenido en la pesca
una importante fuente de proteína animal. También las aletas y órganos
internos, especialmente el hígado de los tiburones, han sido usados tradi-
cionalmente por algunas culturas en la medicina, y hasta su piel rugosa se

24
utiliza como lija o se curte y se transforma en cuero para la fabricación de
diversos objetos. Los peces también han jugado un importante papel re-
creativo, ya sea en la pesca deportiva, en la acuariofilia o como curiosidades
y adornos.

En el país, diversas son las amenazas que se ciernen sobre las poblaciones
de peces. Una de las más importantes es el uso de métodos de pesca ilegales
y perjudiciales para el recurso pesquero o el ambiente. Aunque el Acuerdo
00005 de 1993 del INPA – Ley 13 de 1990 y su Decreto 2256 de 1991 –
regula el uso de los artes y aparejos de pesca y prohíbe la utilización de
aquellos que perturban el recurso pesquero, tradicionalmente éstos se han
utilizado sin que exista un control efectivo para erradicarlos; en este contexto
se destaca la dinamita, que no sólo tiene la capacidad de matar todos los
ejemplares de peces sin discriminación de su tamaño o importancia
comercial, sino que también deteriora en gran medida los ecosistemas
marinos sobre los cuales se utiliza e incluso mata o lesiona permanentemente
a investigadores y pescadores. Otra práctica ilícita de pesca es la utilización
de la raíz molida de una planta denominada barbasco, que al dejarla dentro
del agua, consume el oxígeno disuelto ocasionando la asfixia de los peces,
facilitando su captura. Otros métodos igualmente dañinos incluyen al boliche,
el cual consiste en formar un cerco con una red de enmalle y con la ayuda
de un motor realizar giros golpeando el agua con una porra, lo que provoca
remoción del sedimento alterando la columna de agua; aunque
aparentemente esta actividad no afecta a la comunidad asociada, el problema
es que se utilizan tamaños de malla muy pequeños. De otro lado tenemos al
zangarreo, que consiste en colocar redes de enmalle alrededor de las raíces
de manglar y golpear el agua con las manos y palos, removiendo el sedimento
hasta asfixiar tanto peces juveniles como adultos refugiados en las raíces.

El uso inadecuado de los métodos permitidos, como el trasmallo y la atarraya,


también atenta contra las poblaciones de las especies. Cuando el tamaño
de malla no es el adecuado, no se respetan las tallas mínimas de madurez
sexual, causando la disminución de los individuos capaces de reproducir-
se. Otros métodos legales que pueden ser nocivos para las poblaciones de
peces son los arrastres camaroneros industriales y artesanales. Aunque
sus recursos objetivo son los camarones, la mayoría de los juveniles de
peces de importancia comercial y ecológica son afectados por las redes. Otro
problema es la escasa información acerca de la biología reproductiva de las
especies, por ej. épocas y zonas de reproducción y la consiguiente falta de
reglamentación en cuanto a las épocas y zonas de veda, pues en algunas
especies que migran para el desove, se aprovechan las agregaciones de
reproductores para capturarlos sin permitirles que lleven a cabo con éxito
su tarea. No obstante, la ausencia de control para la explotación de los
recursos naturales en nuestro país sigue siendo muy notoria e implica otro
de los problemas que enfrentan nuestras poblaciones de peces.

El deterioro de los ecosistemas marinos afecta en gran medida la supervi-


vencia de las especies convirtiéndose en una seria amenaza especialmente
para aquellas especies endémicas de áreas reducidas o con un hábitat res-
tringido. La contaminación por aguas servidas, desechos industriales,
agroquímicos y sedimentos terrígenos provocados por la tala de árboles,

25
que van a dar a las costas provenientes de los ríos, han estado deteriorando
las bahías, estuarios y lagunas costeras de nuestro país, llegando a niveles
de degradación tan preocupantes como el de la bahía de Cartagena, donde
predomina la anoxia en la mayor parte del fondo, afectando seriamente la
vida marina. Ecosistemas tan productivos como los arrecifes de coral y los
manglares también están perdiendo parte de su cobertura viva por la muerte
de las especies que los sostienen.

Como medidas de protección a los recursos hidrobiológicos, se han decreta-


do algunas normas tendientes al aprovechamiento sostenible de éstos en
Colombia. Desde mediados del siglo XX, el INDERENA y posteriormente el
INPA, han dictado algunas Resoluciones y Acuerdos que reglamentan la
pesca marítima en general, en los cuales declaran algunas zonas para pes-
ca artesanal, regulan el tamaño de las embarcaciones, reglamentan las ar-
tes de pesca, prohíben el uso de métodos ilegales, entre otras medidas, pero
muy pocas hacen referencia a las especies en particular. A partir de la Ley
13 de 1990, por la cual se dicta el estatuto general de pesca y se crea el
INPA, este último queda encargado de ejecutar la política pesquera y en
general administrar esta actividad. Uno de los vacíos que existen es en lo
relativo a la información de captura de las especies y en muchas de ellas de
importancia comercial no se tienen datos del estado de la población. Aun-
que anualmente el INPA publica las estadísticas de pesca marítima y conti-
nental, éstas tienen el inconveniente de ser expedidas basadas en nombres
comunes de peces, los cuales muchas veces cobijan varias especies bajo
una misma denominación, como es el caso de los pargos, meros, chivos,
róbalos, mojarras, entre otros. Esto evidencia el problema de no tener en el
país nombres comunes oficiales que identifiquen las especies sin lugar a
dudas, pues a pesar de lo que se cree normalmente, son más constantes los
comunes que los científicos.

Ya que de diversas formas los peces nos han acompañado por milenios,
nuestra responsabilidad ahora es que en el futuro las próximas generacio-
nes también puedan disfrutar de sus beneficios, sin poner en riesgo la exis-
tencia de sus poblaciones y de los ecosistemas que las albergan.

26
Metodología

Las categorías de la UICN


El proceso de asignación de las categorías de las listas rojas de la UICN a un
grupo de taxones candidatos, es equiparable a ordenar dichos taxones se-
gún su riesgo de extinción o su grado de deterioro poblacional, lo cual se
hace comparando la situación actual de las poblaciones, con la situación
que se estima existía hace 100 años o tres generaciones del taxón. Las
categorías de riesgo o amenaza empleadas en esta serie son las categorías
de la UICN, propuestas por la Comisión de Supervivencia de Especies (SSC)
y consignadas en el documento “IUCN Red List Categories version 3.1” (UICN
2001). Estas categorías han sido diseñadas para ser usadas con cualquier
especie o taxón, con excepción de los microorganismos. El término taxón, se
utiliza por conveniencia y puede representar especies o niveles taxonómicos
más bajos, incluyendo formas que no están aun formalmente descritas.
Estas categorías deben ser aplicadas sólo a poblaciones silvestres, indepen-
dientemente del estado de conservación ex situ que pueda tener el taxón en
cuestión. En general, no deben aplicarse a híbridos (en estos casos, la
categorización debe realizarse sobre cada una de las especies progenitoras
del híbrido en cuestión). Tampoco deben ser objeto de categorización las
formas o ecotipos, ya que éstas corresponden a variaciones fenotípicas, pro-
ducto de condiciones ambientales particulares. En el contexto de este libro
las categorías han sido utilizadas solo a nivel de especie.

Debe aclararse que existen varias versiones anteriores de las categorías de


la UICN. Estas han pasado por un activo proceso de revisión y actualización,
especialmente a partir de la década de los noventa, dando origen a varios
sistemas (e.g., Mace et al. 1992, Mace y Stuart 1994, UICN 1994, UICN
2001). Los cambios a lo largo de estas versiones están relacionados con una
tendencia a establecer criterios de categorización cada vez más cuantitativos
y menos subjetivos (por ejemplo: tamaño del areal de distribución de las
especies, tamaño de la población efectiva, número de localidades remanentes,
porcentajes de reducción estimados, entre otros). De esta manera se ha
minimizado la subjetividad. No obstante, la subjetividad no se ha eliminado
completamente, pues todo sistema de categorización que sea operable con
especies para las cuales se tiene poca información, requiere, en alguna

27
medida, de inferencias, proyecciones o estimaciones. La existencia de
diferentes sistemas de categorización impone cautela a la hora de establecer
comparaciones entre las categorías aquí propuestas (según la versión 3.1) y
aquellas empleadas para las mismas especies en el pasado, pues el significado
de las categorías ha cambiado aunque el nombre de las mismas se haya
mantenido.

En principio, los procedimientos de categorización de la UICN están diseña-


dos para ser aplicados a la población global de cada taxón. Sin embargo, se
permite su aplicación a niveles regionales o nacionales. En todo caso, debe
especificarse claramente si la categorización propuesta se aplica a toda la
población del taxón (categorización global en el sentido de la UICN) o si, por
el contrario, se aplica sólo a una fracción geográficamente circunscrita de la
población del taxón (categorización regional o nacional, en el sentido de la
UICN). En esta obra el proceso de categorización ha sido aplicado al territo-
rio colombiano.

Una de las propuestas más relevantes para establecer categorías a nivel


regional o nacional, es la de Gärdenfors et al. (1999), según la cual se reco-
mienda proceder, en primera instancia, como si la subpoblación regional (o
nacional) fuese la población global del mismo; luego se consideraría la posi-
bilidad de descender la categoría en un punto, si las poblaciones
extrarregionales cercanas a Colombia fueran muy vigorosas (en términos
de abundancia y estado de conservación) y si además hubiese una alta
probabilidad de llegada (hacia Colombia) de individuos o propágulos mate-
rial genético que pudieran establecerse exitosamente aquí, lo cual dismi-
nuiría la probabilidad de agotamiento o “extinción” a nivel local. No obstan-
te, esta propuesta de categorización requiere tener buena información so-
bre el estado de las poblaciones adyascentes en todos los países vecinos,
información que es no se tiene en la mayoría de los casos.

Definiciones de las Categorías de las Listas Rojas


Extinto (EX)
Un taxón está “Extinto” cuando no queda duda alguna que el último indivi-
duo ha muerto. Se presume que un taxón está Extinto cuando prospeccio-
nes exhaustivas de sus hábitats, conocidos y/o esperados, en los momen-
tos apropiados (diarios, estacionales, anuales), y a lo largo de su área de
distribución histórica, no han podido detectar un solo individuo. Las bús-
quedas deberán ser realizadas en periodos de tiempo apropiados al ciclo de
vida y formas de vida del taxón.

Extinto en Estado Silvestre (EW)


Un taxón está “Extinto en Estado Silvestre” cuando sólo sobrevive en culti-
vo, en cautiverio o como población (o poblaciones) naturalizadas completa-
mente fuera de su distribución original.

En Peligro Crítico (CR)


Un taxón está “En Peligro Crítico” cuando enfrenta un riesgo extremada-
mente alto de extinción en estado silvestre en el futuro inmediato, según
queda definido por cualquiera de los criterios A a E (Tabla 1).

28
En Peligro (EN)
Un taxón está “En Peligro” cuando no estando “En peligro crítico”, enfrenta
un alto riesgo de extinción o deterioro poblacional en estado silvestre en el
futuro cercano, según queda definido por cualquiera de los criterios A a E
(Tabla 1).

Vulnerable (VU)
Un taxón está en la categoría de “Vulnerable” cuando la mejor evidencia
disponible indica que enfrenta un moderado riesgo de extinción o deterioro
poblacional a mediano plazo, según lo definido por los criterios A a E (Tabla
1).

Casi Amenazado (NT)


Un taxón está en la categoría de “Casi Amenazado”, cuando ha sido evalua-
do según los criterios y no satisface los criterios para las categorías “En
Peligro Crítico”, “En Peligro” o “Vulnerable”, pero está cercano a calificar
como “Vulnerable”, o podría entrar en dicha categoría en un futuro cerca-
no.

Preocupación Menor (LC)


Un taxón está en la categoría de “Preocupación Menor” cuando habiendo
sido evaluado, no cumple ninguno de los criterios que definen las catego-
rías arriba expuestas. Equivale a fuera de peligro.

Datos Insuficientes (DD)


Un taxón pertenece a la categoría “Datos Insuficientes” cuando la informa-
ción disponible es inadecuada para hacer una evaluación, directa o indirec-
ta, de su riesgo de extinción, con base en la distribución y/o el estado de la
población. Un taxón en esta categoría puede estar bien estudiado y su
biología ser bien conocida, pero carecer de datos apropiados sobre su abun-
dancia o distribución. Datos insuficientes no es por lo tanto una categoría
de amenaza. Al incluir un taxón en esta categoría se indica que se requiere
más información y se reconoce la posibilidad de que investigaciones futuras
demuestren que una clasificación de amenaza pudiera ser apropiada. Es
importante hacer un uso efectivo de cualquier información disponible. En
muchos casos habrá que tener mucho cuidado en elegir entre datos insufi-
cientes y una condición de amenaza. Si se sospecha que la distribución de
un taxón está relativamente circunscrita si ha transcurrido un período con-
siderable de tiempo desde el último registro del taxón, entonces la condi-
ción de amenazado puede estar bien justificada.

No Evaluado (NE)
Un taxón se considera “No evaluado” cuando todavía no ha sido clasificado
en relación con los criterios presentados en la Tabla 1.

Procedimientos para aplicar las categorías de la UICN.


Si se decide evaluar el taxón, entonces se analiza, en primera instancia, si
los datos disponibles son adecuados, o si por el contrario son insuficientes
(DD). Si son adecuados, entonces se continúa averiguando si está Extinto

29
(EX) o Extinto en Estado Silvestre (EW). Si no lo está, entonces se procede a
considerar la posibilidad de que sea un taxón Amenazado (VU, EN o CR) y
para ello hay que confrontar el taxón contra los criterios de los taxones
amenazados (Figura 1).

Estos criterios son cinco:


A. Rápida reducción en tamaño poblacional
B. Areal pequeño, fragmentado, en disminución o fluctuante
C. Población pequeña y en disminución
D. Población o areal muy pequeño
E. Análisis de viabilidad poblacional

Cada uno de estos criterios tiene tres umbrales predeterminados y cada


umbral corresponde a una categoría de amenaza (VU, EN o CR). Para ser
considerada “amenazada”, la población en cuestión tiene que alcanzar al
menos uno de los umbrales, pero además debe cumplir adicionalmente unos
subcriterios y unos calificadores específicos, para que la categoría sea váli-
da. Los umbrales corresponden a características poblacionales cuantitati-
vas, tales como:
· porcentajes de reduccion poblacional observados, estimados, inferi-
dos o sospechados (criterio A)
· tamaños de areal, expresados ya sea como extensión de presencia o
como área de ocupación (criterios B, D2)
· tamaños de población efectiva (criterios C, D1)
· número de localidades conocidas (criterio B)
· probabilidad de extinción de las poblaciones naturales, expresada
en porcentaje de probabilidad de extinción en un tiempo dado, tras
un análisis matemático de viabilidad de poblaciones (criterio E).

E xtin to EX

E xtin to en E stad o S ilv estre EW

E n P elig ro C rítico CR

A M E NA ZA D O E n P elig ro EN

D ATO S Vu ln erab le VU
ADECUADOS
C as i A m e naza do NT

E VA L U A D O P re o cu pa ción M e nor LC

D a to s Ins u fic ien tes DD

N o E va lua do NE

Figura 1. Estructura de las categorías de las listas rojas (UICN 2001).

30
Cada taxón debe ser evaluado contra todos los criterios posibles, conside-
rando los umbrales especificados. Sin embargo, debe aclararse que, de una
parte, no todos los criterios son aplicables para todos los taxones; pero, de
otra parte, sólo basta con que uno de los criterios sea plenamente satisfe-
cho, para llegar a una categorización válida. Si un taxón ha sido categorizado
como CR según alguno de los criterios cuantitativos, es posible que el mis-
mo taxón pueda ser categorizado también como EN o VU según otros crite-
rios; en este caso se toma la mayor de ellas (CR) como la categoría válida.

Aunque los criterios para las categorías de amenaza son de naturaleza cuan-
titativa, la escasez de información de alta calidad no es un impedimento
absoluto para aplicarlos, pues el método permite el uso de estimativos (de lo
ocurrido en el pasado), así como de inferencias y proyecciones (de lo que
puede ocurrir en el futuro), siempre y cuando éstas puedan justificarse
razonablemente. En caso de una amplia variación en los estimativos, la
UICN recomienda aplicar el principio preventivo y usar el estimativo que
lleva a la categoría de mayor riesgo. En los casos en que existan amenazas
evidentes a un taxón, por ejemplo por el deterioro de su único hábitat cono-
cido, es importante intentar categorizarlo como amenazado (VU, EN o CR),
aún si existe poca información biológica sobre el mismo.

Para usar correctamente las categorías es necesario tener en cuenta las


siguientes definiciones básicas (IUCN 2001):

Población y tamaño de la población (Criterios A, C Y D): La población se


define aquí como el número total de individuos de un taxón. Por razones
funcionales, principalmente debido a las diferencias entre formas de vida,
el tamaño de la población se mide aquí como el número de individuos ma-
duros.

Subpoblación (Criterios B y C): Grupos de la población que están separa-


dos geográficamente o por otro factor y entre las cuales hay muy poco inter-
cambio genético o demográfico con el resto de la población (típicamente,
uno o menos individuos exitosos al año).

Individuos maduros (Criterios A, B, C y D): El número de individuos ma-


duros es el número de individuos conocido, estimado o inferido capaces de
reproducirse. Cuando se estima esta cantidad se deben considerar los si-
guientes puntos:

§ Los individuos maduros que nunca producirán descendientes no se


deberían contar (por ejemplo cuando las densidades son muy bajas
para la fertilización).
§ En caso de poblaciones con sesgos en la proporción de adultos o de
sexos es apropiado usar estimaciones más bajas para el número de
individuos maduros, para tener en cuenta dicho sesgo.
§ Donde el tamaño de la población fluctúa, debe usarse el tamaño esti-
mado más bajo. En la mayoría de los casos éste será mucho menor que
la media.

31
§ Para los individuos reintroducidos (al medio natural) deben haber pro-
ducido descendencia fértil antes de que puedan ser contados como in-
dividuos maduros.

Generación: La duración de una generación es la edad promedio de los


individuos padres en una población. Por tanto la duración de la generación
refleja la tasa de renovación de los individuos reproductores de una pobla-
ción. Es mayor que la edad de la primera reproducción y menor que la edad
del individuo reproductor más viejo. Cuando la duración de la generación
cambia bajo amenazas, debe utilizarse el valor previo al problema, es decir
la duración más natural.

Reducción (Criterio A): Se refiera a una disminución en el número de


individuos maduros de por lo menos la cantidad (%) definida por el criterio
en el periodo de tiempo (años) especificado, aunque la disminución no con-
tinúe necesariamente después. Una reducción no debería interpretarse como
parte de una fluctuación natural a menos que haya evidencia firme para
ello. La fase descendente de una fluctuación natural normalmente no se
considerará como reducción.

Disminución continua (Criterios B y C): Es una disminución reciente,


actual o proyectada en el futuro (que puede ser ininterrumpida, irregular o
esporádica), la cual es proclive a continuar a menos que se tomen las medi-
das correctoras pertinentes. Normalmente, las fluctuaciones no son consi-
deradas como disminuciones continuas, pero una disminución observada
no debería ser considerada como una fluctuación a menos que exista evi-
dencia para ello.

Fluctuación extrema (Criterios B y C): Puede decirse que fluctuaciones


extremas ocurren en ciertos taxones cuando el tamaño de la población o el
área de distribución varía de forma amplia, rápida y frecuente; típicamente
con una variación mayor de un orden de magnitud (es decir, un incremento
o decrecimiento de diez veces).

Severamente fragmentadas (Criterio B): Se refiere a aquella situación en


la que los riesgos de extinción del taxón aumentan debido a que la mayoría
de los individuos se encuentran en subpoblaciones pequeñas y relativa-
mente aisladas (en ciertas circunstancias esto se puede inferir a partir de
información sobre el hábitat). Estas pequeñas subpoblaciones pueden ex-
tinguirse con una probabilidad reducida de recolonización.

Extensión de presencia (Criterios A y B): Area (en km2) contenida dentro


de los límites continuos e imaginarios más cortos que pueden dibujarse
para incluir todos los sitios conocidos, inferidos o proyectados en los que un
taxón se halla presente, excluyendo los casos de individuos deambulantes.
Esta medida puede excluir a las discontinuidades o disyunciones en las
distribuciones generales de los taxones (por ejemplo grandes áreas de hábitat
obviamente inadecuado). La extensión de presencia puede ser medida fre-
cuentemente por un polígono convexo mínimo (el polígono de menor super-
ficie que contenga todos los lugares de presencia, pero que ninguno de sus
ángulos internos exceda los 180 grados).

32
Area de ocupación (Criterios A, B y C): Se define como el área dentro de la
extensión de presencia, efectivamente ocupada por el taxón, excluyendo los
casos de actividades asociadas al deambular. La medida refleja el hecho de
que un taxón comúnmente no aparecerá en todo el área de su extensión de
presencia, ya que puede contener hábitats no ocupados o inadecuados. En
algunos casos, el área de ocupación es el área más pequeña esencial para la
supervivencia de las poblaciones existentes de un taxón, cualquiera que
sea su etapa de desarrollo (por ejemplo los lugares de nidificación colonial
irremplazables, los sitios de alimentación cruciales para los taxones
migratorios). El tamaño del área de ocupación será una función de la escala
en que se mida, y debe darse a una escala apropiada para los aspectos
relevantes del taxón, la naturaleza de las amenazadas y la información dis-
ponible. Para evitar inconsistencias y sesgos en la evaluación debido a la
estimación aplicando un factor de corrección de escala. Es difícil dar un
método estricto de cómo llevar a cabo la estandarización, ya que los diferen-
tes tipos de taxones tienen diferentes relaciones de escala - área.

Localidad (Criterios B y D): Se define como un área geográfica o ecológica


distintiva en la cual un solo acontecimiento amenazante puede afectar rápi-
damente a todos los individuos del taxón presente. El tamaño de una loca-
lidad depende del área cubierta por la amenaza y puede incluir parte de
una o muchas subpoblaciones del taxón. Cuando una especie es amenaza-
da por mas de un factor, la localidad debería ser definida en base a la
amenaza potencial mas seria.

La Tabla 1 muestra, en forma esquemática, los pasos a seguir para establecer


si un taxón cumple con los criterios para considerar la especie como
amenazada (CR, EN o VU). También puede verse en esta tabla la secuencia
de criterios, subcriterios, umbrales y calificadores que hay que confrontar
para llegar a una categoría válida. En la columna del extremo derecho se
muestran los códigos que se suelen citar junto con las categorías, y que
simbolizan los conjuntos de condiciones cumplidas en cada caso.

33
Tabla 1. Resumen de las categorías y criterios de la UICN para especies amenaza-
das, extractado de IUCN (2001).

Criterio Subcriterios Umbrales Calificadores Código


1. Obvia Reducción (observada, estimada o Reducción: a. Observación directa A1a
sospechada), en los últimos 10 años ó 3 A1b
generaciones*, por causas reversibles y b. Indice de A1c
≥ 90% : CR
conocidas y ya no operantes, según uno abundancia A1d
≥ 70% : EN
cualquiera de los calificadores a-e: apropiado para el A1e
≥ 50% : VU taxón
2. Obvia reducción (observada, estimada,
inferida o sospechada) en los últimos 10 años c. Disminución en
extensión de A2a
ó 3 generaciones*, por causas que pueden ≥ 80% : CR
presencia, área de A2b
estar operando aún , o que no son bien ≥ 50% : EN
ocupación A2c
A. RÁPIDA entendidas, o que no son reversibles, según ≥ 30% : VU
y/o calidad del A2d
REDUCCIÓN EN uno cualquiera de los calificadores a-e:
hábitat A2e
TAMAÑO
POBLACIONAL 3. Reducción proyectada o sospechada para A3b
≥ 80% : CR d. Niveles de
los próximos 10 años ó 3 generaciones*, A3c
≥ 50% : EN explotación reales o
según uno cualquiera de los calificadores b-e: A3d
≥ 30% : VU potenciales A3e
4. Reducción (observada, inferida, proyectada e. Efectos de biota
o sospechada) en 10 años ó 3 generaciones*, introducida, A4a
y donde el lapso de tiempo debe incluir el ≥ 80% : CR hibridización, A4b
pasado y el futuro, y cuyas causas pueden ≥ 50% : EN patógenos, A4c
estar aún operando o no estar bien ≥ 30% : VU contaminantes, A4d
entendidas o no ser reversibles, según uno competidores o A4e
cualquiera de los calificadores a-e: parásitos
a. Severamente i. Extensión de B1a
1. Extensión de presencia (estimada) inferior fragmentado o se presencia B1b(i)
a cualquiera de los umbrales expuestos conoce que existe B1b(ii)
abajo, y cumple 2 cualquiera de los sub - en solo: B1b(iii)
criterios a-c (al frente): 1 localidad : CR ii. Área de ocupación B1b(iv)
< 5 locals. : EN B1b(v)
< 100 km2 : CR <10 locals. : VU B1c(i)
B. AREAL b. Declinación iii. Área, extensión B1c(ii)
< 5000 km2 : EN
PEQUEÑO, continua y/o calidad del B1c(iii)
< 20000 km 2 : VU
FRAGMENTADO (observada,. hábitat B1c(iv)
O EN Inferida o B2a
2. área de ocupación (estimada) inferior a
DISMINUCIÓN proyectada), según B2b(i)
cualquiera de los umbrales expuestos abajo y
CONSTANTE cualquier calificador iv. Número de B2b(ii)
cumple 2 cualquiera de los sub -criterios a-c
entre i-v: localidades o B2b(iii)
(al frente):
subpoblaciones B2b(iv)
c. Fluctuaciones B2b(v)
< 10 km2 : CR
extremas según B2c(i)
< 500 km2 : EN v. Número de
cualquier calificador B2c(ii)
< 2000 km 2 : VU individuos maduros
entre i-iv: B2c(iii)
B2c(iv)
1. Reducción
estimada mayor al
umbral:
>25% en 3 años ó 1
generación** : CR
Tamaño estimado de la población (en número Ninguno C1
>20% en 5 años ó 2
de individuos maduros) inferior al umbral generaciones** : EN
estipulado abajo, y cumple al menos 1 ó 2 (al >10% en 10 años ó
frente): 3 generaciones** :
C. POBLACIÓN VU
CR < 250 individuos maduros : 2. Declinación i. Todas las
PEQUEÑA Y EN
DISMINUCIÓN continua en el subpoblaciones tienen
EN < 2500 individuos maduros : número de menos de 50 (CR), C2a(i)
individuos maduros 250 (EN) ó 1000 (VU) C2a(ii)
VU < 10000 individuos maduros : y cumple a ó b: individuos maduros
a. Estructura de las
población como en i ii. Por lo menos el
o ii (al frente): 90% (CR) 95% (EN) ó
b. Fluctuaciones 100% (VU) de los
extremas en individuos está en C2b
número de una sola
individuos maduros subpoblación
D1. POBLACIÓN Población < 50 individuos maduros : CR
MUY PEQUEÑA Población < 250 individuos maduros : EN Ninguno D1
Población < 1000 individuos maduros : VU
D2. AREAL MUY
Área de ocupación < 20 km 2 ó < 5 localidades (solo VU) Ninguno D2
PEQUEÑO
E. ANÁLISIS DE Probabilidad de extinción en estado silvestre:
VIABILIDAD > 50% en 10 años ó 3 generaciones* : CR
Ninguno E
DE > 20% en 20 años ó 5 generaciones* : EN
POBLACIONES > 10% en 100 años : VU
* Lo que sea mayor, hasta un valor mínimo de 100 años
** Lo que sea mayor, hasta un valor máximo de 100 años en el futuro

34
Metodología
En países como Colombia, la investigación científica de la diversidad bioló-
gica terrestre tiene una historia superior a dos siglos, lo cual se refleja en
un número importante de especialistas dedicados a su estudio y un amplio
conocimiento de las especies y comunidades florísticas y faunísticas de nues-
tro territorio continental. Por el contrario, la investigación marina es relati-
vamente joven, produciendo un conocimiento limitado en cuanto a los re-
cursos biológicos marinos. En su mayoría, este conocimiento se centra en
cruceros y trabajos de investigadores nacionales o extranjeros, gran parte
de ellos orientados al inventario de la diversidad, pero es relativamente es-
caso en cuanto a la evaluación de las poblaciones y observación de las co-
munidades vivas en general; esto se debe principalmente a la dificultad y
alto costo de las exploraciones marinas.

Los estudios poblacionales de la fauna marina colombiana se centran en


algunas de las especies explotadas comercialmente, y en algunos casos,
éstos son deficientes por tratarse de datos recopilados por la industria
pesquera únicamente. Es por esto que para la categorización de las espe-
cies marinas incluidas en este libro se tuvieron en cuenta varias fuentes de
información.

En primer lugar, con el fin de identificar las especies que podrían ser inclui-
das en el Libro de Especies Amenazadas, se realizó una consulta a especia-
listas de cada uno de los grupos faunísticos escogidos y a entidades cientí-
ficas, académicas y ambientales, con lo cual se elaboró una lista preliminar
de especies. Para cada una de ellas se efectuó una revisión bibliográfica
para acopiar la información existente, encontrándose vacíos acerca del es-
tado de las poblaciones, bien sea por no existir datos acerca de su abun-
dancia y distribución, o bien por no tener datos suficientes sobre la dinámi-
ca de las poblaciones a lo largo del tiempo.

Posteriormente, con base en observaciones de los especialistas de los gru-


pos, aproximaciones al comportamiento de las poblaciones en los últimos
20 años, información de explotación industrial y endemismos se realizó la
categorización de las especies previamente seleccionadas, teniendo en cuenta
los criterios propuestos por la UICN.

A partir de la información recopilada, para cada especie se elaboró una


ficha que incluye nombre científico, clasificación taxonómica, nombre co-
mún, categoría nacional, diagnosis, distribución geográfica, ecología,
amenazas, medidas de conservación tomadas y medidas de conservación
propuestas.

Los mapas donde se ilustran las localidades y áreas de distribución de las


especies fueron elaborados por el Grupo de Informática, Sistemas y Teleco-
municaciones del INVEMAR utilizando el programa ARCGIS, basados en
las ecorregiones costeras y marinas definidas por el Programa Nacional de
Investigación en Biodiversidad Marina y Costera -PNIBM- teniendo en cuenta
características naturales como geomorfología, hidrografía, sedimentología y

35
ecosistemas presentes. Las ecorregiones costeras tienen su límite externo
en la isóbata de 200 m, límite convencional de la plataforma continental o
insular, mientras que las oceánicas comprenden todas las áreas jurisdic-
cionales de Colombia a partir de los 200 m de profundidad (INVEMAR 2000).

En el Caribe colombiano se han definido las siguientes ecorregiones costeras:


1) Guajira (GUA), que comprende desde los límites fronterizos con Venezue-
la (Castilletes) hasta la ciudad de Riohacha; 2) Palomino (PAL), que se extiende
desde Riohacha hasta la desembocadura del río Piedras; 3) Tayrona (TAY),
que va desde la desembocadura del río Piedras hasta el balneario de El
Rodadero; 4) Magdalena (MAG), localizada entre punta Gloria y bahía de
Cartagena; 5) Golfo Morrosquillo (MOR), definida desde punta Barú hasta la
desembocadura del río Sinú; 6) Archipiélagos Coralinos (ARCO), que se ex-
tiende paralelamente a la ecorregión MOR hacia mar afuera, a partir de los
40 m hasta el límite externo de la plataforma continental, e incluye las
áreas de naturaleza rocosa, islas, archipiélagos y bajos coralinos de la pla-
taforma continental; 7) Darién (DAR), que abarca desde la desembocadura
del río Sinú hasta cabo Tiburón, incluyendo el golfo de Urabá. Adicionalmente
se delimitaron las ecorregiones oceánicas 1) Archipiélago de San Andrés y
Providencia (SAN), que comprende las islas, cayos, bancos coralinos y atolo-
nes del Caribe occidental y 2) Caribe Oceánico (COC), que está representada
por todas las áreas jurisdiccionales de Colombia en el mar Caribe a partir
de la isóbata de 200 m (ver mapa en la solapa) (INVEMAR 2000).

En el Pacífico colombiano se definieron las siguientes ecorregiones costeras:


1) Pacífico Norte (PAN), que abarca la zona más septentrional del Pacífico
colombiano, comprendida entre el límite fronterizo con Panamá y cabo
Corrientes; 2) Baudó (BAU), extendiéndose desde cabo Corrientes hasta la
desembocadura del río San Juan (boca Charambirá); 3) Buenaventura (BUE),
que se encuentra localizada desde la boca de Charambirá, hasta la
desembocadura del río Raposo, y abarca el delta del río San Juan y las
bahías de Málaga y Buenaventura; 4) Naya (NAY), que se extiende desde la
desembocadura del río Raposo, hasta la desembocadura del brazo sur-
occidental del río Guapi (límite entre Cauca y Nariño); 5) Sanquianga (SAQ),
que va desde la desembocadura del río Guapi hasta la isla del Gallo (Nariño);
6) Tumaco (TUM), que se extiende desde la isla del Gallo hasta la
desembocadura del río Mataje, y abarca la ensenada de Tumaco y el delta
del río Mira; 7) Gorgona (GOR), que incluye la isla continental Gorgona y
áreas adyacentes. Las ecorregiones de características oceánicas son: 1)
Malpelo (MAL), la isla Malpelo y 2) Pacífico Oceánico (PAO), que está
representada por las áreas marinas jurisdiccionales de Colombia en el océano
Pacífico a partir de la isóbata de 200 m (ver mapa en la solapa) (INVEMAR
2000).

Para las ilustraciones de las fichas que fueron producidas por los autores,
se utilizó un escáner convencional siguiendo la metodología propuesta por
Reyes y Navas (2000) y una cámara digital Nikon D1 con lentes 35-80 mm y
un macro de 105 mm. Otras ilustraciones fueron facilitadas amablemente
por algunas personas las cuales se encuentran relacionadas en la lista de
ilustraciones y créditos.

36
Esquema general de un pez

Mentonianos

37
Especies
amenazadas 39
40
Orden
Orectolobiformes

Familia
Ginglymostomatidae

Especie
Ginglymostoma
cirratum
(Bonnaterre, 1788)

Nombre común
Pejebobo, tiburón gato,
gatas, nodriza

Categoría Nacional
VU A2ad

Diagnosis
Esta especie se caracteriza por
presentar el cuerpo más o me-
nos cilíndrico, sin crestas late-
rales. Cabeza ancha y deprimi-
da dorsalmente, orificios nasa-
les con largos barbillones pun-
tiagudos, boca en posición
subterminal con dientes peque-
ños y muy juntos entre sí. Pe-
dúnculo caudal sin quillas late-
rales ni fosetas precaudales.
Aletas más bien grandes y an-
chas; la primera dorsal es con-
siderablemente mayor que la
segunda y esta última es
aproximadamente igual a la
anal; aletas pectorales, dorsa-
les y anal redondeadas (Cervi-
gón y Alcalá 1999).

Coloración: Dorso y lados del


cuerpos pardo uniforme, que
puede variar según los ejempla-
res y las localidades, desde par-
do oscuro a amarillento;
ventralmente es más claro. Los
ejemplares pequeños tienen
puntos negruzcos muy destaca-
dos por todo el cuerpo y franjas
transversales más oscuras en el
cuerpo y aletas; con la edad es-

41
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
tas marcas suelen desaparecer un metro de profundidad) hasta por
(Cervigón y Alcalá 1999). lo menos 30 m. Se encuentra fre-
cuentemente en arrecifes coralinos
Talla: Alcanza una talla aproxima- o rocosos, sobre parches arenosos,
da de 3 m, aunque excepcional- en canales que conectan zonas de
mente puede llegar a los 4.30 m manglares y en bancos de arena.
(Cervigón y Alcalá 1999). Especie activa y veloz de noche,
durante el día es muy lenta y des-
cansa sobre la arena o en cuevas.
Distribución A menudo se presenta en cardú-
geográfica menes o en pequeñas agregaciones
de unos 3 a 40 individuos (Cama-
En el Atlántico Occidental se en- cho y Galvis 1980, Beltrán y Vergara
cuentra desde el nordeste de los 1990, Compagno et al. 1995,
Estados Unidos hasta el sur de Cervigón y Alcalá 1999).
Brasil, incluyendo Bermuda, todo
el mar Caribe y el golfo de México. Se alimenta principalmente de in-
En el Atlántico Oriental, en las vertebrados como calamares, ca-
costas de África desde las islas de marones, cangrejos, langostas
cabo Verde hasta Gabón (Cervigón (Cervigón y Alcalá 1999), erizos,
y Alcalá 1999). Pacífico Oriental pulpos, gasterópodos y bivalvos,
desde Baja California y golfo de además incluye en su dieta peces,
California hasta el Perú (Allen y inclusive bagres marinos, lisas,
Robertson 1994). tamboriles y rayas látigo, ocasio-
nalmente sus estómagos contie-
Registrada en las ecorregiones Pa- nen algas. Su mecanismo de ali-
lomino: Camarones; Tayrona: bahía mentación es por succión debido a
Concha (Camacho y Galvis 1980); la forma y tamaño de la boca
Magdalena (Rey y Acero en prensa); (Compagno 1984a, Compagno et al.
Morrosquillo: bahía de Cispatá 1995).
(INVEMAR 2001); Archipiélagos
Coralinos (Dahl 1971, Patiño y Ovovivípara; durante el período in-
Flórez 1993); Darién (Gómez 1972); trauterino, los embriones se nutren
Archipiélago de San Andrés y Provi- del vitelo disponible en gran canti-
dencia (Garzón y Acero 1983a, Mejía dad en sus sacos vitelinos. El nú-
et al. 1998). En el Pacífico colom- mero de crías oscila entre 21 y 28,
biano en las ecorregiones Baudó: las cuales al nacer miden de 27 a
Togoromá, Naya: Boca Candelaria 29 cm (Compagno 1984a, Compagno
(Rubio 1988a); Malpelo (Rubio et al. et al. 1995, Cervigón y Alcalá 1999).
1992) y Gorgona (Rubio et al. 1987, La talla de maduración es de 2.25
Franke 1992). m para los machos y 2.30 m para
las hembras (Compagno 1984a).

Por sus hábitos sedentarios se


Ecología adapta muy bien al cautiverio, es-
tado en el cual ha llegado a vivir
Es una especie demersal, vive en hasta 24 años, lográndose la repro-
aguas tropicales y subtropicales, ducción en confinamiento
sobre las plataformas continenta- (Compagno 1984a, Cervigón y Alcalá
les e insulares desde la zona 1999). Es una especie utilizada en
intermareal (a menudo a menos de investigación debido a su fácil ma-

42
nejo y resistencia, pues puede per- En los últimos 10 años, en más de
manecer hasta 20 a 30 minutos fue- 100 horas de observación subma-
ra del agua (Beltrán y Vergara 1990). rina, los autores han visto menos
de cinco individuos en los arreci-
fes del Caribe continental colom-
biano, mientras que en aquellos
Amenazas oceánicos la especie es relativa-
mente frecuente. En el Pacífico
En el Caribe colombiano es objeto colombiano, esta especie es poco
de pesca, especialmente en la cos- común.
ta continental. Se captura con lí-
neas, anzuelos, redes de enmalle,
redes de fondo fijas, redes de arras- Medidas de
tre de fondo, arpones y palangres. conservación tomadas
Es de alto valor por su piel extraor-
dinariamente gruesa y resistente Ninguna para la especie, sin em-
de la cual se obtiene un cuero de bargo parte de su área de distribu-
excelente calidad; también se uti- ción se encuentra protegida por los
liza en ocasiones como lija. Aun- Parques Nacionales Naturales
que su carne es de baja calidad se Tayrona, Corales del Rosario y San
utiliza en fresco y salada para con- Bernardo, Gorgona y “Old Provi-
sumo humano, así como para la dence and McBean Lagoon”; así
elaboración de harina; de su híga- como por el Santuario de Fauna y
do se extrae aceite (Compagno et Flora Malpelo y el Área de Manejo
al. 1995, Cervigón y Alcalá 1999). Especial los Corales del Archipié-
lago de San Andrés, Providencia,
Como habitante de los arrecifes Santa Catalina y Cayos, declarada
coralinos, el deterioro de estos además como la Reserva de
puede afectar seriamente su super- Biosfera “Sea Flower”.
vivencia. En los últimos años se
ha visto cómo los arrecifes del Ca-
ribe colombiano se han degradado Medidas de
constantemente y la cobertura del
coral ha disminuido como conse-
conservación
cuencia de las enfermedades, el propuestas
blanqueamiento coralino y los da-
ños físicos sufridos por causas Se debe establecer la veda total,
naturales o antropogénicas. Facto- simultáneamente con estudios de
res como el calentamiento global las poblaciones en el Caribe y Pa-
del agua, turbidez, sedimentación cífico colombianos. Adicionalmente
y contaminación son en gran me- se debe propender por la conser-
dida los responsables de este de- vación del hábitat, especialmente
terioro. En San Andrés ha habido los arrecifes coralinos y las zonas
una tendencia sostenida de reduc- estuarinas de manglar.
ción de cobertura coralina, de 70%
en los años 70, a menos de 25%
en el 2000 (Garzón-Ferreira y
Rodríguez-Ramírez 2001).

43
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Carcharhinus limbatus
Orden
Carcharhiniformes

Familia
Carcharhinidae

Especie
Carcharhinus limbatus
(Müller y Henle, 1839)

Nombre común
Tollo aletinegro,
tiburón macuira

Categoría Nacional
VU A2c para el Caribe
LC para el Pacífico

Diagnosis
El género Carcharhinus se carac-
teriza por presentar la segunda
aleta dorsal considerablemente
más pequeña que la primera;
menos de 40 hileras de dientes
en cada mandíbula. Los pliegues
labiales son cortos, casi imper-
ceptibles o rudimentarios y los
orificios nasales pequeños
(Cervigón y Alcalá 1999). Esta
especie posee un cuerpo fusi-
forme, moderadamente esbelto.
Rostro largo y puntiagudo, su
longitud es aproximadamente
igual o levemente menor que la
anchura de la boca y mayor que
la distancia entre los orificios
nasales (Compagno et al. 1995).
Presenta unas manchas negras
en los extremos de las aletas
que caracterizan bien a esta
especie; carece de crestas
dérmicas entre las aletas dor-
sales. El origen de la primera
dorsal se encuentra por detrás
de la axila de la aleta pectoral,
pero por delante del extremo de
su borde interno (Cervigón y
Alcalá 1999).

44
Carcharhinus limbatus

Coloración: Variable en los adul- y Franke 1992) y Malpelo (Rubio et


tos, puede ser gris azuloso, gris al. 1992).
oscuro, café o bronce oscuro; con
la parte ventral blancuzca o amari-
llenta. Generalmente todas las ale-
tas tienen sus puntas negras; con Ecología
el crecimiento, las pectorales re-
tienen el color negro, las otras se Es una especie de hábitos
pueden aclarar. Algunas veces es pelágicos, muy activa y de natación
notoria una banda clara en los cos- rápida, que se encuentra principal-
tados del cuerpo (Rubio 1988 b). mente en aguas costeras continen-
tales e insulares y ocasionalmen-
Talla: Máximo 2.5 m, común hasta te oceánicas. De aguas templadas,
1.5 m (Cervigón 1992 y Compagno resiste bajas salinidades y no es
et al. 1995). raro que sea abundante en las
proximidades de áreas estuarinas
pero no penetra en agua dulce. Es
Distribución frecuente que forme grandes aso-
geográfica ciaciones en o cerca de la superfi-
cie (Beltrán y Vergara 1990,
Se encuentra en aguas tropicales Cervigón y Alcalá 1999).
y subtropicales. En el Atlántico Oc-
cidental, desde el nordeste de los Se alimenta de cefalópodos, crus-
Estados Unidos hasta el sur del táceos y peces como sardinas,
Brasil incluyendo el golfo de Méxi- bagres, pargos y tiburones peque-
co y el mar Caribe, tanto cerca ños (Castro 1983, Cervigón y Alcalá
como lejos de la costa (Cervigón y 1999). Las hembras maduran
Alcalá 1999). En el Pacífico Orien- sexualmente entre 1.2 y 1.9 m de
tal desde Estados Unidos hasta LT, los machos maduran entre 1.3
Perú (Compagno et al. 1995) y en la y 1.8 m. Es una especie vivípara
mayoría de islas oceánicas (Rubio con saco placentario, el número de
1988 b). embriones varía de 1 a 10, aunque
lo más común son 4 a 7; la gesta-
Registrada para el Caribe colombia- ción dura entre 10 y 12 meses. Las
no (Acero et al. 1986) en las tallas de las crías al nacer oscilan
ecorregiones Guajira, Palomino, entre 38 y 72 mm (Castro 1983,
Tayrona (Rey y Acero en prensa); Cervigón y Alcalá 1999), con un pro-
Magdalena: La Boquilla y bahía de medio de 60 cm (Compagno et al.
Cartagena (Alvarez y Blanco 1985); 1995).
Morrosquillo (Dahl 1964); Darién; y
Archipiélagos Coralinos: islas del Ro-
sario (Beltrán y Vergara 1990). En Amenazas
el Pacífico colombiano ha sido re-
gistrada en las ecorregiones Baudó: Se captura principalmente con
ensenada de Docampadó (Rubio palangres, anzuelos o redes de
1988); Buenaventura: Golfo de Tor- enmalle y de arrastre. La piel es
tugas (Rubio 1988a); Sanquianga usada en la manufactura de varios
(Rubio y Estupiñan 1990); Naya: subproductos y del hígado se ex-
bahía Guapi, punta Ají (Rubio trae aceite (Cervigón 1992). Su car-
1988b); Gorgona (Rubio et al. 1987 ne es apreciada y sus aletas alta-

45
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Carcharhinus limbatus

mente comerciales en el mercado En el Caribe colombiano la


internacional (Hilton-Taylor 2000). población de esta especie ha
Los hábitos costeros de esta es- disminuido drásticamente y no se
pecie la hacen muy vulnerable a la captura comercialmente. En el
presión pesquera y a la alteración Pacífico colombiano forma parte de
antropogénica de los hábitats las pesquerías tradicionales pero
estuarinos y de manglar, los cua- su abundancia ha disminuido en
les utiliza como área de crianza los últimos años.
(Hilton-Taylor 2000).

En general las ciénagas y lagunas


costeras del Caribe colombiano han
Medidas de
sufrido un deterioro acelerado conservación tomadas
debido a la contaminación que
reciben por el aporte de los ríos que El Acuerdo No 00013 de octubre 12
desembocan en ellas. Las descar- del 2000 estableció la cuota de
gas de aguas servidas de las zonas pesca del tiburón aletinegro en
urbanas, contaminantes industri- 5900 ton en los espacios marítimos
ales y agroquímicos de las zonas jurisdiccionales del Pacífico
rurales están causando un impacto colombiano para la vigencia del año
negativo sobre estos ecosistemas. 2001. Parte del área de distribución
Unos de las más perjudicados son del aletinegro se encuentra
la bahía de Cartagena y cuerpos de protegida por los Parques Nacio-
agua aledaños, los cuales han nales Naturales Corales del
llegado a un estado de máximo Rosario y San Bernardo, Gorgona y
deterioro por la anoxia predo- el Santuario de Fauna y Flora
minante en la mayor parte del Malpelo. Categoría global: de Bajo
fondo (Marín 2001). Dicha Riesgo, LR nt, pero la población del
contaminación también afecta a los Atlántico Norte se considera Vul-
manglares asociados a estos nerable, VU A1bcd + 2cd (Hilton-
cuerpos de agua los cuales se han Taylor 2000).
degradado aceleradamente en el
Caribe colombiano. Además,
tensores antrópicos como las Medidas de
interrupciones de los flujos
hídricos han propiciado la
conservación
hipersalinización de los suelos, propuestas
ocasionado mortandades de
bosques. Asimismo, el relleno de En el Caribe colombiano se
sus suelos, para desarrollo urba- propone una veda para recuperar
nístico con fines turísticos, la tala las poblaciones disminuidas. En el
irracional de bosques con fines Pacífico, donde aún es abundante
económicos y para la creación de e importante como recurso pes-
fincas camaroneras son factores quero se debería realizar un estudio
que atentan contra estos ecosis- poblacional y biológico para poder
temas denominados frágiles reglamentar su pesca.
(Casas-Monroy 2001).

46
Orden
Rajiformes

Familia
Pristidae

Especie
Pristis pectinata
Latham, 1794

Nombre común
Pez peine, pejepeine, guacapá

Categoría Nacional
CR A2a

Diagnosis
Presenta entre 24 y 32 pares de
dientes en la espada o sierra. El
origen de la primera aleta dor-
sal se encuentra sobre el origen
de las pélvicas; la aleta caudal
no tiene un lóbulo ventral
definido (Cervigón 1992).

Coloración: Pardo grisáceo a gris


oscuro en la parte dorsal, pálido
o blancuzco en la región ventral.
Los márgenes de las aletas son
más pálidos que el color
adyacente a ellas (Rubio 1988 b).

47
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Talla: Alcanza 5.5 m de longitud con sus aletas dorsales fuera del
(NOAA 2001). agua (Rubio 1988b).

Normalmente se alimenta de
pequeños organismos que viven en-
Distribución tre el fango, el cual remueve con la
sierra. También ataca cardúmenes
Geográfica de sardinas y otros peces pequeños
(Cervigón y Alcalá 1999).
Se encuentra a ambos lados del
Atlántico; en el Atlántico Occiden- Pueden vivir hasta 25-30 años y
tal desde Nueva York y Bermudas alcanzan la madurez sexual a los
hasta Brasil y la parte norte del 10 años (NOAA 2001). Ovoviví-
golfo de México (Crvigón y Alcalá paros, las hembras pueden
1999). Tambien en el Pacífico contener de 15 a 20 embriones que
americano (Allen y Robertson 1994). en el momento de nacer tienen
unos 60 cm de LT (Cervigón y Alcalá
Registrada para el Caribe colombiano 1999).
(Acero et al. 1986) en las ecorregiones
Tayrona, Magdalena: Ciénaga Grande
de Santa Marta, Golfo de Salamanca
y Bahía de Cartagena (Franky y
Amenazas
Rodríguez 1976, Rey y Acero en
prensa); Morrosquillo: en la bahía de Es extremadamente vulnerable a la
Cispatá, donde se adentra por el río sobrepesca debido a la propensión
Sinú por lo menos hasta Montería de quedar enredada en las redes
(Dahl 1964) y Darién: en el Urabá de arrastre, a su hábitat restrin-
Chocoano (Gómez 1972). En el gido y la baja tasa de crecimiento
océano Pacífico colombiano (Rubio poblacional en la mayoría de áreas
1990) ha sido registrado en las de distribución. En el Atlántico la
ecorregiones Pacífico Norte: bahía reducción en la abundancia del pez
Cupica; Baudó: boca Charambira; peine ha sido causada principal-
Buenaventura: Golfo de Tortugas; mente por la captura incidental en
Sanquianga; Naya: boca Yuru- diversas pesquerías, agravado por
manguí y boca Candelaria (Rubio la degradación del hábitat (NOAA
1988a,1988b, Rubio y Estupiñan 2001). Su carne es apreciada
1990). (Cervigón 1992) y su sierra se
utiliza para decoración o como
curiosidad.

Ecología Esta especie ha sido prácticamente


desaparecida de grandes áreas de
Especie eminentemente costera, su rango de distribución original en
que puede encontrarse en las el Atlántico Norte (Mediterráneo,
bahías y penetrar grandes distan- costas de Estados Unidos y golfo
cias a través de las desembo- de México), Bermudas y Atlántico
caduras de los ríos. Prefiere los Suroccidental, por pesca y altera-
fondos arenosos y fangosos de poca ción del hábitat (Smith-Vaniz et al.
profundidad donde es posible 1999, Hilton-Taylor 2000). Actual-
encontrar uno o varios individuos mente en Norte América se
enterrados entre la arena y el fango restringe a las costas de la Florida
únicamente, pero se sabe por
48
registros en museos e información distribución del pejepeine se
de los pescadores, que anterior- encuentra protegida por el Parque
mente fue muy común en todo su Nacional Natural Sanquianga.
rango de distribución (NOAA 2001). Categoría global: En Peligro, EN
En Colombia no se conoce su A1bcd+2cd (Fowler en Hilton-Tay-
estatus real, pero se sabe que la lor 2000).
abundancia ha disminuido drás-
ticamente, al punto que no hay
registros de la especie en los Medidas de
últimos diez años. conservación
propuestas
Medidas de Se debe establecer la veda total.
conservación tomadas

Ninguna para la especie en Colom-


bia, sin embargo parte del área de

49
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Rajiformes

Familia
Pristidae

Especie
Pristis perotteti
Müller y Henle, 1841

Nombre común
Pez sierra

Categoría Nacional
CR A2a

Diagnosis
Se distingue por tener menos de
20 dientes a cada lado de la si-
erra (Cervigón y Alcalá 1999).
Tiene el origen de la primera
aleta dorsal muy por delante del
origen de las pélvicas, aleta cau-
dal con un lóbulo ventral bien
definido (Cervigón 1992).

Coloración: Dorso pardo


uniforme con algunos tintes
dorados. Parte ventral blanca o
amarilla blancuzca (Cervigón y
Alcalá 1999).

Talla: Puede alcanzar más de 6


m de LT y un peso de 600 Kg,
pero es común hasta los 4 m
(Cervigón 1992, Cervigón y Alcalá
1999).

Distribución
geográfica
Se encuentra a ambos lados del
Atlántico y en el Pacífico; en el
Atlántico Occidental desde
Florida hasta Santos, Brasil y el
norte del golfo de México
(Cervigón y Alcalá 1999). En el
Pacífico Oriental, desde México
hasta Perú (Allen y Robertson
1994).
50
Registrada para el Caribe diado. Su longevidad, lenta tasa de
colombiano (Acero et al. 1986), en crecimiento, maduración tardía y
las ecorregiones Magdalena: en la bajo número de descendientes por
bahía de Cartagena y frente a la isla camada dan como resultado una
de Salamanca (Franky y Rodríguez tasa intrínseca de crecimiento
1976, Álvarez y Blanco 1985); poblacional muy lenta; este factor
Morrosquillo: bahía de Cispatá sumado a su propensión excep-
(Dahl 1964); Dahl (1971) menciona cional para ser capturado por las
que se han capturado ejemplares redes de pesca comercial y a su
de esta especie en el río hábitat restringido, lo hacen
Magdalena, hasta Calamar y en el extremadamente vulnerable a la
río Sinú, hasta Betancí. En el sobrepesca (NOAA 2001).
Pacífico colombiano ha sido
registrada en las ecorregiones Esta especie tenía una amplia
Baudó: bahía Cuevita; Buenaven- distribución en el ámbito mundial
tura: bahía de Málaga, bahía de anteriormente, pero se ha notado
Buenaventura, desembocadura del una drástica declinación en su
río San Juan y golfo de Tortugas; abundancia. En Europa ha desa-
Naya: punta Coco y Yurumanguí; parecido y se sabe que su estado
Sanquianga (Rubio 1988 b, Rubio y de conservación en el Lago Nicara-
Estupiñán 1990). gua y otros lugares de Centro
América es bastante grave (Hilton-
Taylor 2000). En Colombia la
Ecología situación de la especie es crítica,
pues en los últimos 10 años no se
han observado ejemplares.
En Venezuela se encuentra princi-
palmente en aguas costeras
salobres y dulces, en fondos muy
someros generalmente fangosos
Medidas de
donde se entierra. Penetra en conservación tomadas
aguas dulces y asciende por los
ríos; se ha encontrado en el río
Amazonas hasta Manaos, a 1340 Ninguna para la especie en Colom-
km del mar (Rubio 1988 b, Cervigón bia, aunque parte del área de
y Alcalá 1999). Se alimenta de distribución del pez sierra se
pequeños peces gregarios y encuentra protegida por el Parque
organismos del fondo utilizando la Nacional Natural Sanquianga.
sierra para escarbar el sustrato y Categoría global: En Peligro Crítico,
para matar sus presas cuando CR A1abc + 2cd (Hilton-Taylor
persigue cardúmenes de peces 2000).
(McEachran 1995).

Medidas
Amenazas de conservación
propuestas
En Venezuela se captura principal-
mente en la pesca de arrastre
camaronera (Cervigón 1992) y ésta Se debe establecer la veda total de
es su principal amenaza. El pez la especie.
sierra está muy pobremente estu-

51
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Comentarios
Esta especie es muy similar y
posiblemente conespecífica de
Pristis microdon Latham, especie del
Indo Pacífico con la cual se ha
confundido (Allen y Robertson
1994). Así mismo ambos nombres
pueden ser sinónimos de P. pristis
Latham (Eschmeyer et al. 1998b).

52
Orden
Elopiformes

Familia
Megalopidae

Especie
Tarpon atlanticus
(Valenciennes, 1847)

Nombre común
Sábalo, tarpón

Categoría Nacional
EN A2ad + 3d

Diagnosis Talla: Alcanza 2.5 m y hasta 130 Kg de


peso (Cervigón 1991, Cataño y Garzón-
Ferreira 1994).
Presenta el último radio de la
dorsal prolongado en un largo
filamento, con escamas ciclo-
ides muy grandes. La mandíbula
Distribución
inferior robusta y prominente; geográfica
boca oblicua con el extremo
anterior en posición dorsal y Se encuentra en el Atlántico tropical
dientes pequeños dispuestos y subtropical. En las costas de
en bandas. La distinción entre América, desde Virginia en Estados
Tarpon y Megalops se basa Unidos, hasta el sur de Brasil,
fundamentalmente en carac- incluyendo el mar Caribe, Bermudas y
teres osteológicos del neuro- el golfo de México (Cervigón 1991,
cráneo, entre los cuales puede Cataño y Garzón-Ferreira 1994).
citarse que en Tarpon el
extremo posterior del maxilar
sobrepasa una vertical trazada
por el borde posterior del ojo y
en Megalops no lo alcanza
(Cervigón 1991).

Caracteres merísticos: Dorsal:


13-16; anal: 22-25 radios;
branquiespinas de la rama in-
ferior del primer arco branquial
32-35 (Cervigón 1991).

Coloración: Parte dorsal azul


verdosa oscura con reflejos
plateados. Lados del cuerpo y
parte ventral blanco plateado.
Aletas pélvicas blancas y pec-
torales amarillentas (Cervigón
1991).

53
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Registrado para Colombia en las cambios bruscos de temperatura
ecorregiones Guajira: bahía Portete (Riaño y Salazar 1982). Está
y plataforma del departamento asociado a planos de inundación.
(Manjarrés et al. 1988, Garzón- Soporta bajas concentraciones de
Ferreira 1989); Palomino (Rey y Acero oxígeno y puede respirar aire
en prensa); Tayrona (Acero y atmosférico (García y Solano 1995).
Garzón 1987a); Magdalena: bahía de Residente de la CGSM (Santos-
Cartagena, ciénaga de Tesca, Martínez et al. 1998) la cual usa
plataforma continental del golfo de como zona de refugio y alimen-
Salamanca y ciénaga Grande de tación de alevinos (Santos-
Santa Marta (Franky y Rodríguez Martínez y Acero 1991).
1976, Álvarez y Blanco 1985, Ospina
y Pardo 1993, Rueda y Santos- Especie carnívora, se alimenta
Martínez 1997, Navajas 1998); principalmente de peces (80% de
Morrosquillo: en la bahía de Cispatá, la dieta en peso), como sardinas,
ciénaga de la Caimanera y anchoas y lizas; consume pocos
Tinajones (Gómez 1972, López et al. invertebrados aunque en tallas
1991, Patiño y Flórez 1993, menores su importancia es
INVEMAR 2001); Archipiélagos notablemente mayor (Riaño y
Coralinos: islas de San Bernardo; Salazar 1982, Cataño y Garzón-
Daríen; Archipielago de San Andrés Ferreira 1994, Santos-Martínez et
y Providencia (Barriga et al. 1969). al. 1998).
También se distribuye en las
cuencas de los ríos Atrato, Sinú, Alcanza la madurez sexual a 1.2 m
San Jorge y en el bajo Magdalena y aproximadamente, a los 19 Kg las
bajo Cauca (García y Solano 1995). hembras y 10 Kg los machos (Dahl
1971, Chacón 1993). Tiene una alta
fecundidad (García y Solano 1995),
Ecología estimada en 12 millones de huevos
en una hembra de 2 m y unos 70
Kg de peso (Dahl 1971, Cervigón
El sábalo forma cardúmenes o nada
1991). La reproducción ocurre en
solitario (Riaño y Salazar 1982).
abril-mayo (Dahl 1971), para lo cual
Posee una gran movilidad y
forma agrupaciones de 25 a 250
capacidad para recorrer grandes
individuos. En Colombia hay
distancias en aguas abiertas
registros de estas agrupaciones
(Chacón 1993). Es extremada-
pero no en tiempos recientes
mente eurihalina; puede remontar
(García y Solano 1995).
ríos por una distancia consider-
able, así como vivir en aguas
La larva leptocéfala en su primera
hipersalinas de lagunas litorales y
fase o de crecimiento aumenta de
desde aguas costeras hasta
talla hasta unos 28 mm, durante
oceánicas en áreas insulares. Sin
esta fase no ingiere alimento. En
embargo, parece concentrarse de
la fase de decrecimiento lepto-
preferencia en aguas salobres
cefálico la talla se reduce a unos
estuarinas, con vegetación de
13 mm y comienza a ingerir
manglar, especialmente las larvas
alimento, esta fase tiene una
una vez que han abandonado la
duración entre 20 y 25 días. En la
fase inicial pelágica. La repro-
tercera fase o de crecimiento
ducción se efectúa en el mar
alevínico el cuerpo comienza a
(Cervigón 1991, Cataño y Garzón-
adquirir la forma de juvenil con los
Ferreira 1994). Resistentes a
54
caracteres de adulto (Riaño y En la CGSM la situación de este
Salazar 1982, Cervigón 1991). recurso es preocupante, pues se
Puede vivir hasta 16 años (García capturan los juveniles para criarlos
y Solano 1995). en cultivos de engorde, donde todos
los ejemplares son sacrificados y
no existe una cuota de devolución
Amenazas al medio. Adicionalmente, el
deterioro de las áreas de manglar
La pesca con dinamita ha sido afecta negativamente a la especie,
utilizada sobre los cardúmenes de pues es su zona de criadero natu-
sábalo desde hace más de 30 años. ral (Grupo Ecología Pesquera,
Dahl (1971) advierte que este INVEMAR. Com. Pers.). Consi-
método criminal podría disminuir derando que los ejemplares
la abundancia del recurso, lo que menores de 1 m, de gran aceptación
fue confirmado por Franky y en los mercados, son aún inma-
Rodríguez (1976) quienes obser- duros, es obvio que los individuos
varon la merma en las densidades que llegan a reproducirse al menos
de sus poblaciones debida al uso una vez son muy escasos.
de la dinamita en aguas cercanas
a la costa y en las ciénagas Según las estadísticas pesqueras
salobres de la isla de Salamanca, del INPA (2002), la captura del
pues éstas son áreas de recluta- sábalo se mantuvo alrededor de las
miento de la especie y con esta 10 ton por año al principio de la
práctica se están eliminando las década de los 90; en 1996 tuvo un
larvas masivamente. incremento significativo, a 134.92
ton, disminuyendo drásticamente
El sábalo solía utilizar las ciénagas para los siguientes tres años a
del bajo Magdalena como área de menos de 2.5 ton por año.
alimentación; debido al deterioro
ambiental de estos cuerpos de
agua, ha disminuido su presencia Medidas de
en ellos. En general las ciénagas y conservación tomadas
lagunas costeras del Caribe
colombiano han sufrido un
deterioro acelerado debido a la Ninguna para la especie, sin em-
contaminación que reciben por el bargo parte de su rango de distribu-
aporte de los ríos que desembocan ción se encuentra protegido por el
en ellas. Las descargas de aguas área de influencia de la Vía Parque
servidas de las zonas urbanas, Isla de Salamanca, el Santuario de
contaminantes industriales y Fauna Flora de la CGSM y la
agroquímicos de las zonas rurales Reserva de Biosfera y Humedal
están causando un impacto RAMSAR de la CGSM.
negativo sobre estos ecosistemas.
Una de las más perjudicadas es la
bahía de Cartagena y cuerpos de Medidas
agua aledaños, los cuales han de conservación
llegado a un estado de máximo propuestas
deterioro por la anoxia predomi-
nante en la mayor parte del fondo
Se propone una veda total por cinco
(Marín 2001).
años. Se debe prohibir el cultivo de
engorde del sábalo en la CGSM o
55
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
proponer que exista una cuota de
devolución al medio. Una vez
recuperada la población, se debe
reglamentar la talla mínima de
captura y propender por la
conservación de las áreas de
manglar (Grupo Ecología Pesquera,
INVEMAR. Com. Pers.).

Comentarios
Megalops atlanticus Valenciennes es un
sinónimo (Eschmeyer et al. 1998a).

56
Orden
Clupeiformes

Familia
Engraulidae

Especie
Cetengraulis mysticetus
(Günther, 1867)

Nombre común
Carduma, agallona,
sardina

Categoría Nacional
VU A3d

Diagnosis presentan bandas plateadas laterales


que desaparecen con la edad y puntos
oscuros en el dorso (Rubio 1988b).
Esta especie presenta el cuerpo
comprimido, su espesor es
Talla: En el Pacífico colombiano llega
mayor que la altura del
hasta 185 - 195 mm (Zapata et al. 1992).
pedúnculo caudal. Línea ventral
externa más cóncava que la dor-
sal. Maxilar redondeado en el
extremo distal y no alcanza la
articulación de la mandíbula. La
aleta pélvica está insertada más
cerca del origen de la anal que
de la base de la pectoral
(Maldonado y Remolina 1979).
Escamas cicloides delgadas,
fácilmente caedizas, presentan
generalmente tres lobulaciones
en el borde anterior (Ruiz et al.
1970 en Maldonado y Remolina
1979).

Caracteres merísticos: Dorsal:


15-17, anal: 19-27, pectoral: 14-
16 radios; branquiespinas
largas, delgadas, de 48-75 en la
rama inferior del primer arco
branquial (Whitehead y
Rodríguez-Sánchez 1995).

Coloración: Gris azuloso en el


dorso, vientre claro y flancos
plateados, especialmente a los
lados de la cabeza. Los juveniles

57
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Distribución Se alimenta de diatomeas en la
geográfica fase juvenil y de organismos
bentónicos en la edad adulta,
también ingiere un poco de fango
Es una especie tropical y subtropi- (Zapata et al. 1990, Whitehead y
cal del Pacífico oriental. Se Rodríguez-Sánchez 1995).
distribuye desde el golfo de Cali-
fornia hasta el norte del Perú La talla de la primera madurez en
(Whitehead y Rodríguez-Sánchez las hembras está entre los 125 y
1995). 130 mm, aproximadamente a los
siete meses de edad, con pesos
Registrada para el Pacífico colom- entre 29.50 y 33.86 gr. Presenta un
biano en todas las ecorregiones desove anual, entre octubre y
(Zapata et al. 1992), específica- enero. La proporción de machos y
mente en Pacífico Norte: en bahía hembras es de 1:1. (Zapata et al.
Cupica, bahía Solano y Utría; 1990, Maldonado y Remolina 1979).
Baudó: Docampadó y boca
Togoromá; Buenaventura: bahía
Málaga y bahía de Buenaventura
(Rubio 1984b, Rubio 1988b); Naya: Amenazas
bahía de Guapi; Sanquianga (Rubio
y Estupiñán 1990); Tumaco: Tumaco Es considerado el primer recurso
y cabo Manglares (Maldonado y entre los pequeños pelágicos y la
Remolina 1979, Rubio 1988b) y especie de mayor captura en el
Gorgona (Rubio et al. 1987). Pacífico colombiano. Se utiliza en
la producción de harina de pescado
para la elaboración de concentrado
para animales. Se captura con
Ecología atarraya y redes de cerco, en zo-
nas de poca profundidad y soporta
Es una especie pelágica, costera y una de las presiones naturales más
estuarina que normalmente se fuertes, ya que se constituye en la
encuentra hasta 8 km mar afuera, base alimenticia de muchas
hasta profundidades de unos 25 m. especies de peces y varios grupos
Forma grandes cardúmenes que al de aves (Maldonado y Remolina
parecer se desbandan y reagrupan 1979, Zapata et al. 1992).
con gran rapidez, generalmente
sobre fondos fangosos o fango- Los individuos de carduma de uno
arenosos, cerca de la boca de los o dos años de edad son los que
ríos (Whitehead y Rodríguez- soportan en gran parte la pesquería
Sánchez 1995). Las larvas aparecen en el Pacífico colombiano. El éxito
a lo largo de toda la costa o falla de un desove en un año dado
colombiana, pero su abundancia es la afecta mucho más que a aquellas
baja excepto en noviembre y pesquerías apoyadas sobre un
diciembre cuando alcanza cifras recurso con amplio rango de grupos
elevadas por ser ésta su época de de edad (Zapata et al. 1992).
desove (Beltrán-León y Ríos 2000).

58
La captura de la carduma ha diciembre, época en la cual se re-
aumentado ostensiblemente desde produce. Así mismo se recomienda
la década de los 80. En 1986 ésta que la veda sea ágil y susceptible
fue de 38 ton, cifra que se de implementarse en el momento
incrementó a mas de 20000 ton a apropiado de manera que la especie
partir de 1992, aunque en 1999 complete libremente el período de
esta captura disminuyó a 15000 reproducción.
ton (INPA 2002).
Permitir el ingreso de máximo 10
barcos a la pesquería de la
Medidas de carduma, manteniéndose un
monitoreo permanente para
conservación tomadas observar su comportamiento ante
un incremento del esfuerzo
Resolución 1152 del INDERENA de pesquero, de manera que el cupo
mayo 13 y septiembre 24 de 1975 esté cerrado hasta que se conozca
por medio de la cual se establece más sobre la dinámica poblacional
una época de veda durante el mes de la especie y se establezca el
de diciembre para la pesca de esfuerzo pesquero óptimo.
carduma, en aguas jurisdiccionales
del océano Pacífico colombiano. El En cuanto a los artes de pesca, no
Acuerdo No 00013 de octubre 12 de permitir la disminución en el ojo
2000 estableció la cuota de pesca de malla en los boliches utilizados
de la carduma en 30000 ton en los actualmente (1 ¾ de pulgada) para
espacios marítimos jurisdic- que no haya presión sobre los
cionales del Pacífico colombiano individuos inmaduros. Así mismo,
para la vigencia del año 2001. Los se debe evitar el uso del boliche
Parques Nacionales Naturales en la primera milla náutica, ya que
Sanquianga y Gorgona protegen este método arrasa el fondo.
parte de su área de distribución.
Recabar la información que haga
falta para hacer una análisis de
Medidas poblaciones virtuales (APV) para
de conservación que, junto con las estimaciones
directas de las evaluaciones, se
propuestas constituya en una herramienta
para la administración del recurso.
Zapata et al. (1992) proponen las
siguientes recomendaciones para Realizar una rutina mensual de
esta especie con el fin de manejar monitoreo que permita mantener
racionalmente el recurso y evitar una estrecha vigilancia sobre los
su sobreexplotación: aspectos biológicos de este
recurso, ya que al parecer se afecta
Extender la veda de la carduma a ante cambios drásticos del medio
los meses de noviembre y ambiente.

59
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Siluriformes

Familia
Ariidae

Especie
Ariopsis bonillai
(Miles, 1945)

Nombre común
Bagre, chivo cabezón,
bagre cazón

Categoría Nacional
EN B1+ 2cd

Diagnosis ran de 40 cm LT (Taylor y Menezes


1978).
El género Ariopsis se caracteri-
za por presentar dos pares de
barbillones mentonianos de sec- Distribución
ción circular, igual que el par de geográfica
los maxilares. Sin un surco
transversal en la parte superior Aparentemente endémica de Colom-
del rostro, que une entre sí los bia (Dahl 1971). Taylor y Menezes
dos orificios nasales posterio- (1978) incluyen en el rango a Vene-
res. Parte posterior de los dos zuela, pero Cervigón (1991) dice que
primeros arcos branquiales con
tres a cinco branquiespinas, las
cuales son muy pequeñas y es-
tán situadas solamente en la
rama superior de cada arco.
Dientes del paladar pequeños,
distribuidos en dos parches a
cada lado (Cervigón 1991). Sur-
co medial carnoso en la depre-
sión de la cabeza corto, no al-
canza hasta los ojos.

Caracteres merísticos: Aleta


pectoral: I,10, branquiespinas
anteriores en el primer arco: 17-
20, branquiespinas anteriores
en el segundo arco: 19-24.

Coloración: Gris oscuro a gris


azuloso. Vientre de color blan-
co azuloso.

Talla: Alcanza tallas de 80 cm


LT pero normalmente se captu-

60
el género Ariopsis no ha sido regis- te el prolongado periodo de
trado en las costas venezolanas, incubación ya que ellos guardan los
sin embargo, un ejemplar de A. huevos en la boca y por tanto es-
bonillai colectado en el golfo de Ve- tán inhabilitados para ingerir ali-
nezuela se encuentra depositado mento (Galvis 1984). La talla
en la colección de la Universidad aproximada de madurez sexual es
Central en Caracas. de 41 – 44 cm LE (Galvis 1983,
Santos-Martínez 1998).
Registrada para el Caribe colombia-
no (Acero et al. 1986) en las En la ciénaga de la Virgen el deso-
ecorregiones Magdalena: ciénaga de ve se da en la época de lluvias y
Tesca y ciénaga Grande de Santa baja salinidad, en los meses de
Marta (Riaño y Salazar 1982; Toro septiembre a diciembre, con su
y Villa 1983, Galvis 1984, Santos- máximo pico en noviembre (Riaño
Martínez y Acero 1991) y y Salazar 1982, Toro y Villa 1983).
Morrosquillo: bahía de Cispatá En la ciénaga Grande de Santa
(INVEMAR 2001) y Daríen: (Rey y Marta (CGSM) la época de desove
Acero en prensa). parece cubrir todo el año, con un
desove masivo en los meses de
abril a julio (Galvis 1983). En ge-
Ecología neral tiene una baja fecundidad, de
24 a 36 huevos por hembra madu-
ra (Toro y Villa 1983, Galvis 1983,
Individuos de esta especie se ven
Santos-Martínez 1998). Tienen cui-
en cardúmenes o solitarios (Riaño
dado parental, con incubación bu-
y Salazar 1982). Tienen hábitos
cal por parte de los machos proge-
costeros y bentónicos y se les en-
nitores durante 50 a 70 días (Toro
cuentra principalmente sobre fon-
y Villa 1983).
dos fangosos en aguas turbias dul-
ces y salobres, como lagunas
costeras, partes bajas de los ríos,
estuarios, ciénagas y zonas de Amenazas
manglar (Taylor y Menezes 1978,
Riaño y Salazar 1982). Por ser prácticamente endémica de
Colombia y tener una distribución
Estos bagres son carnívoros vora- tan restringida, la destrucción del
ces, su alimentación cambia de hábitat es una de las principales
acuerdo con la talla y se basa prin- amenazas, situación altamente
cipalmente en invertebrados preocupante, ya que en general las
bentónicos como crustáceos y ciénagas y lagunas costeras del
poliquetos aunque incluye tam- Caribe colombiano han sufrido un
bién insectos, peces, algas y detri- deterioro acelerado debido a la con-
to (Riaño y Salazar 1982, Toro y taminación que reciben por el apor-
Villa 1983, Santos-Martínez 1998). te de los ríos que desembocan en
ellas. Las descargas de aguas ser-
A los cuatro a cinco meses de edad vidas de las zonas urbanas, conta-
alcanzan la diferenciación sexual. minantes industriales y agroquí-
Los machos son de menor tama- micos de las zonas rurales están
ño, debido posiblemente a una in- causando un impacto negativo so-
terrupción del crecimiento duran- bre estos ecosistemas. Una de las
más perjudicadas es la bahía de

61
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Cartagena y cuerpos de agua ale- las capas profundas de la columna
daños, los cuales han llegado a un de agua. Esto sin contar con el es-
estado de máximo deterioro por la tado de deterioro ambiental que
anoxia predominante en la mayor presenta la CGSM, lo cual puede
parte del fondo (Marín 2001). afectar gravemente la superviven-
cia de esta especie, teniendo en
Desde la década de los ochenta, cuenta su distribución restringida
esta especie ganó una gran impor- y su endemismo en Colombia (Gru-
tancia económica en la CGSM de- po Ecología Pesquera, INVEMAR.
bido al empobrecimiento de las Com. Pers.).
pesquerías tradicionales, llevando
a su extracción intensiva a lo lar-
go de todo el año sin ningún tipo Medidas de
de control de talla mínima de cap- conservación tomadas
tura ni vedas. Galvis (1984) consi-
deraba que la abundancia del chi- Esta especie endémica tiene en la
vo cabezón en la ciénaga era alta, CGSM uno de sus principales lu-
pero advertía que ya entonces el gares de distribución, área que ha
nivel de explotación era mayor que sido declarada como Reserva de
el óptimo tanto para machos como Biosfera y Humedal RAMSAR. Su
para hembras. En un período de rango de distribución se encuen-
evaluación que comprende desde tra dentro del área de influencia de
1993 hasta el 2001, las tallas me- la Vía Parque isla de Salamanca y
dias de captura oscilaron entre 26 el Santuario de Fauna y Flora de la
y 31 cm, muy por debajo de la talla CGSM.
media de madurez (41 cm),
notándose una disminución pau- Categoría global: En Peligro, EN
latina a lo largo del tiempo. En la B1+ 2cd (Acero en Hilton-Taylor
actualidad, prácticamente la tota- 2000).
lidad de las capturas son de indi-
viduos juveniles, muchos de los
cuales se utilizan para la alimen-
tación de sábalos que se crían para
Medidas
engorde en cautiverio; situación de conservación
bastante desfavorable para el chi- propuestas
vo cabezón, pues en los criaderos
compran todas las tallas captura- Debido al estado en que se encuen-
das, aun si son muy pequeñas tra el recurso y la alta presión
(Grupo Ecología Pesquera, pesquera que se ejerce sobre los
INVEMAR. Com. Pers.). individuos juveniles, se propone
una veda total por cinco años para
En pasados eventos de mortandad permitir su recuperación, después
masiva en la CGSM, en julio y de lo cual se debe reglamentar la
agosto de 1994, junio de 1995 y talla mínima de captura y las épo-
parte de 1996, el chivo cabezón fue cas de veda (Grupo Ecología
una de las especies más afectadas. Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).
Esto tal vez debido a que por sus
hábitos bentónicos está más ex- Conjuntamente con estas medidas
puesta a las condiciones anóxicas debe hacerse un mantenimiento
y altas concentraciones de regular de las obras hidráulicas en
cianobacterias que se presentan en

62
los ríos y caños que provienen del Se debe regular el uso del método
río Magdalena y aquellos que bajan pesquero conocido como boliche.
de la Sierra Nevada de Santa Mar- Todas estas medidas deben ir
ta y alimentan la ciénaga, esto con acompañadas de una sensibiliza-
el fin de mejorar la calidad del agua ción de la población por medio de
y mantener en buen estado las po- la educación ambiental, así como
blaciones de otras especies que el establecimiento de mecanismos
podrían servir de alternativa a los de vigilancia y control efectivos
pescadores (Grupo Ecología (Grupo Ecología Pesquera,
Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). INVEMAR. Com. Pers.).

63
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Siluriformes

Familia
Ariidae

Especie
Arius proops
(Valenciennes, 1840)

Nombre común
Bagre, chivo mozo

Categoría Nacional
VU 1ad + 2d

Diagnosis barbillones maxilares blancuzcos o


ligeramente grisáceos.
El género Arius se caracteriza
Talla: Probablemente alcanza más de
por presentar dos pares de
un metro de longitud total y su peso
barbillones mentonianos, de
puede ser de 12 Kg (Galvis 1983,
sección circular igual que el par
Cervigón 1991). Para la ciénaga Grande
de los maxilares. Parte poste-
de Santa Marta (CGSM) las tallas
rior de los primeros arcos
comerciales más comunes son entre
branquiales sin branquiespinas.
50 y 76 cm LT (Galvis 1983, Santos-
Esta especie no presenta un
Martínez y Acero 1991, Santos-
canal transversal en la parte su-
Martínez et al. 1998).
perior del rostro, que une entre
sí los dos orificios nasales
posteriores. Placa predorsal
(placa ósea en la parte superior
del cráneo) en forma de escudo
con una hendidura en la parte
anterior. Los barbillones maxi-
lares son cortos, en los adultos
apenas alcanzan el borde oper-
cular o lo sobrepasan ligera-
mente y en los juveniles no
llegan al extremo de las pecto-
rales (Cervigón 1991).

Caracteres merísticos: Dorsal:


I, 7, anal: 19-21, pectoral: I, 10-
11, pélvicas: 6 radios; bran-
quiespinas en la parte anterior
del primer arco branquial
generalmente 5+10-12 (Cervigón
1991).

Coloración: Gris uniforme claro


o gris azulado hacia la parte dor-
sal, ventralmente blancuzco,
64
Distribución Amenazas
geográfica
Ya que las ciénagas y estuarios
De acuerdo con Cervigón (1992) se constituyen el hábitat principal de
distribuye desde el norte de Colom- esta especie, la degradación de
bia hasta la desembocadura del estas es una amenaza para su
Amazonas, aunque Cervigón (1991) supervivencia. En general las
lo registra desde el sur de Panamá. ciénagas y lagunas costeras del
Caribe colombiano han sufrido un
Registrada para el Caribe deterioro acelerado debido a la
colombiano (Acero et al. 1986) en contaminación que reciben por el
las ecorregiones Guajira: bahía aporte de los ríos que desembocan
Portete (Garzón-Ferreira 1989); en ellas. Las descargas de aguas
Magdalena: bahía de Cartagena y servidas de las zonas urbanas,
CGSM (Galvis 1983, Álvarez y contaminantes industriales y
Blanco 1985, Santos-Martínez y agroquímicos de las zonas rurales
Acero 1991, Ospina y Pardo 1993); están causando un impacto
Morrosquillo: bahía de Cispatá negativo sobre estos ecosistemas.
(INVEMAR 2001). Una de las más perjudicadas es la
bahía de Cartagena y cuerpos de
agua aledaños, los cuales han
llegado a un estado de máximo
Ecología deterioro por la anoxia predo-
minante en la mayor parte del
Parece tener preferencia por las fondo (Marín 2001).
aguas salobres y turbias, pero es
extremadamente eurihalina; se Esta especie es capturada en la
encuentra tanto en estuarios de CGSM con diferentes métodos de
baja salinidad, como en aguas pesca. Debido a la reducción de los
marinas y lagunas litorales tamaños de ojo de malla que se ha
hipersalinas, siempre en fondos dado, los individuos que se
fangosos someros (Galvis 1983, capturan son cada vez más
Cervigón 1991). Normalmente se pequeños, con la circunstancia
captura solo en faenas nocturnas agravante de que no se sabe con
(Galvis 1983). certeza la talla media de madurez
para esta especie (Grupo Ecología
Es una especie carnívora, se Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).
alimenta de peces (Santos-
Martínez et al. 1998). Madura El deterioro ambiental de la CGSM
sexualmente al año y medio o dos indudablemente ha influido en la
años (Galvis 1983). Desova todo el disminución de las poblaciones de
año, con un desove masivo entre chivo mozo, el cual casi no se
junio-septiembre (Santos-Martínez encuentra dentro de la ciénaga,
et al. 1998). El número de huevos sino en la zona costera. Las
de cada hembra se encuentra en- capturas han disminuido paula-
tre 63 y 214 (Galvis 1983 y Santos- tinamente; ya en 1994 solo se
Martínez et al. 1998). pescaban un poco más de 2000 Kg/
año y en el 2001, la captura tan solo
fue de 700 Kg/año (Grupo Ecología
Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).

65
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
especie y a llenar los vacíos que
Medidas de se tienen en cuanto a su biología y
conservación tomadas ciclo de vida (Grupo Ecología
Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).

El chivo mozo tiene en la CGSM Conjuntamente con estas medidas


uno de sus principales lugares de debe hacerse un mantenimiento
distribución en Colombia y ésta ha regular de las obras hidráulicas en
sido declarada como Reserva de los ríos y caños que provienen del
Biosfera y Humedal RAMSAR. río Magdalena y aquellos que bajan
Además, parte de su área de de la Sierra Nevada de Santa Marta
distribución se encuentra prote- y alimentan la ciénaga, esto con el
gida por el área de influencia de la fin de mejorar la calidad del agua y
Vía Parque Isla de Salamanca. mantener en buen estado las
poblaciones de otras especies que
podrían servir de alternativa a los
Medidas pescadores (Grupo Ecología
de conservación Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).
propuestas
Se debe regular el uso del método
Debido a la casi desaparición del de pesca conocido como boliche.
recurso, se propone una veda total Todas estas medidas deben ir
por cinco años para permitir su acompañadas de una sensi-
recuperación, después de lo cual bilización de la población por medio
se debe reglamentar la talla de la educación ambiental, así
mínima de captura y las épocas de como el establecimiento de
veda. Paralelamente, deben reali- mecanismos de vigilancia y control
zarse investigaciones tendientes a efectivos (Grupo Ecología Pes-
actualizar los conocimientos de la quera, INVEMAR. Com. Pers.).

66
Saccogaster melanomycter
Orden
Ophidiiformes

Familia
Bythitidae

Especie
Saccogaster
melanomycter
Cohen, 1981

Nombre común
Ninguno conocido
para el área

Categoría Nacional
VU D2

Diagnosis Ecología
Orificios nasales negros, como Colectada a 7.5 m de profundidad, en
cubiertos de hollín, separados un arrecife de coral (Cohen 1981).
de las órbitas por un área
blanca. No presenta escamas
en la cabeza ni en el cuerpo. Amenazas
Cuerpo comprimido relativa-
mente corto. Línea lateral con-
No existen registros de esta especie
tinua. Color café claro (Cohen
en ninguna localidad diferente, ni se
1981).

Caracteres merísticos: Dorsal:


74, anal: 37, pectoral: 18,
pélvica: 1, caudal: 10 radios;
vértebras: 45, branquiespinas
del primer arco branquial: 3.

Talla: 66 mm LE (Cohen 1981).

Distribución
geográfica
El único espécimen conocido
fue colectado en la ensenada de
Gayraca en la ecorregión
Tayrona (Cohen 1981).

67
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Saccogaster melanomycter

han colectado más ejemplares Medidas de


después de su descripción origi- conservación tomadas
nal. Por ser aparentemente
endémica de un área tan res-
tringida, su principal amenaza Se encuentra protegido dentro del
es el deterioro del hábitat. En área del Parque Nacional Natural
los últimos años se ha visto Tayrona. Categoría global: Vulner
cómo los arrecifes del Caribe able, VU D2 (Acero en Hilton-Tay-
colombiano se han degradado lor 2000).
constantemente y la cobertura
del coral ha disminuido como Medidas
consecuencia de las enferme- de conservación
dades, el blanqueamiento cora- propuestas
lino y los daños físicos sufridos
por causas naturales o antro-
Básicamente se debe conservar el
pogénicas. Factores como el
hábitat. Aunque esta área está
calentamiento global del agua,
protegida por el sistema de
turbidez, sedimentación y
Parques, se deben establecer
contaminación son en gran
medidas de control efectivas que
medida los responsables de
permitan una vigilancia real sobre
este deterioro.
los ecosistemas que incluye.

68
Orden
Batrachoidiformes

Familia
Batrachoididae

Especie
Batrachoides
manglae
Cervigón, 1964

Nombre común
Guasa lagunar,
sapo lagunero

Categoría Nacional
VU B2a

Diagnosis Coloración: Presenta una gran


variabilidad en la coloración. La parte
dorsal de la cabeza, el dorso y los lados
El género Batrachoides se
del cuerpo son de color pardo más o
distingue de los demás géneros
menos oscuro y uniforme, con tonos
de la familia presentes en
amarillentos o verdosos; presenta
América por tener el cuerpo
unas bandas transversales más
cubierto de escamas cicloides,
oscuras, de disposición irregular, en
pequeñas y embebidas en la
los lados del cuerpo. Aletas con bandas
piel, además por la presencia de
alternantes oscuras y claras. Parte
dos espinas suboperculares.
ventral blanca o manchada de pardo.
Esta especie se distingue de B.
Los juveniles presentan los colores
surinamensis por poseer menor
más claros y abigarrados (Cervigón
número de radios en las aletas
1991).
dorsal y anal (D III, 28-29, A 24-
27 en B. surinamensis). Región
basal de las aletas pectorales
con escamas. Cabeza ancha,
perfil frontal casi circular en los
adultos y ligeramente aguzado
en los juveniles. Mandíbula in-
ferior sólo ligeramente promi-
nente. Dientes de la mandíbula
superior peque-ños, dispuestos
en una banda que se estrecha
hacia la parte posterior
(Cervigón 1991).

Caracteres merísticos: Dorsal:


III-22-24, anal 20-22, pectoral
19-20 radios, branquiespinas en
la parte inferior del primer arco
branquial: 7 (Cervigón 1991).

69
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Talla: Alcanzan hasta 29 cm de LT reproducen en cualquier época del
y más de 350 gr de peso (Cervigón año. Desovan en conchas vacías de
1991). En la ciénaga Grande de moluscos, donde los huevos
Santa Marta (CGSM), se capturan forman una capa continua, muy
tallas entre 8 y 20.8 cm LE (Santos- juntos entre sí. Al parecer los
Martínez y Acero 1991). óvulos maduran simultáneamente.
Los recién nacidos tienen una
longitud total de 6 a 8 mm.
Distribución (Cervigón 1991).
geográfica

Endémico del sureste del Caribe


Amenazas
(Santos-Martínez y Acero 1991), en
Venezuela y Colombia (Cervigón En Venezuela tiene importancia
1992). En la costa nororiental de comercial y se pesca artesanal-
Venezuela es una especie muy mente con nasas o manualmente
común mientras que en la región con arpón (Cervigón 1992).
occidental es más bien escasa
(Cervigón 1991). Aunque en Colombia no tiene
importancia económica y no se
En Colombia esta especie se ejerce ninguna presión pesquera
encuentra en las ecorregiones sobre esta especie, debido a su
Guajira: bahía Portete (Garzón- distribución restringida en el país
Ferreira 1989); Palomino: Camarones su principal amenaza es el
(A. Acero Obs. Pers.) y Magdalena: deterioro del hábitat. Las ciénagas
CGSM (Santos-Martínez y Acero y lagunas costeras del Caribe
1991). colombiano han sufrido un
deterioro acelerado debido a la
contaminación que reciben por el
aporte de los ríos que desembocan
Ecología en ellas. Las descargas de aguas
servidas de las zonas urbanas,
Habita fondos fangosos someros contaminantes industriales y
muy cerca de la costa, en aguas agroquímicos de las zonas rurales
neríticas. Penetra y es muy común están causando un impacto
en lagunas litorales hipersalinas negativo sobre estos ecosistemas
con vegetación de manglares y en (Marín 2001). Dicha contaminación
aguas salobres. Suele encontrarse también afecta a los manglares
bajo las piedras o en cuevas y asociados a estos cuerpos de agua
formaciones coralinas (Garzón- los cuales se han degradado
Ferreira 1989, Cervigón 1991 y aceleradamente en el Caribe
1992). Resiste varias horas fuera colombiano. Además, tensores
del agua y tiene respiración cutánea antrópicos como las interrupciones
secundaria (Cervigón 1991). de los flujos hídricos han
propiciado la hipersalinización de
Se alimenta principalmente de los suelos, ocasionado mortan-
moluscos gasterópodos y en menor dades de bosques. Asimismo, el
medida de crustáceos decápodos, relleno de sus suelos, para
especialmente jaibas del género desarrollo urbanístico con fines
Callinectes. Aparentemente se turísticos, la tala irracional de

70
bosques con fines económicos y Salamanca y el Santuario de Fauna
para la creación de fincas y Flora de la CGSM. Categoría glo-
camaroneras son factores que bal: Vulnerable, VU D2 (Acero en
atentan contra estos ecosistemas Hilton-Taylor 2000).
denominados frágiles (Casas-
Monroy 2001).
Medidas
de conservación
Medidas de propuestas
conservación tomadas
Cualquier medida tendiente a
Parte del área de distribución del mejorar las condiciones ambien-
guasa lagunar se encuentra tales de la CGSM pueden contribuir
protegida dentro de la Reserva de a la conservación de esta especie.
Biosfera y Humedal RAMSAR de la Se deben realizar estudios sobre
CGSM, la Vía Parque Isla de su biología y ecología.

71
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Mugiliformes

Familia
Mugilidae

Especie
Mugil liza
Valenciennes, 1836

Nombre común
Lebranche

Categoría Nacional
EN A2ad

Diagnosis amarillas. Presenta una mancha


negruzca en la base de la pectoral
(Cervigón 1993).
El género Mugil presenta la boca
relativamente pequeña, situada
Talla: Al parecer alcanza una talla
en posición terminal con los
próxima a 1 m y cerca de 9 Kg de peso
dientes pequeños. Presenta en
(Cervigón 1993). Lamprea (1987)
los ojos un párpado adiposo muy
encontró un rango de talla en la
desarrollado. La especie se
ciénaga Grande de Santa Marta
caracteriza por presentar la
(CGSM) de 20 a 68 cm LT, siendo el
altura del cuerpo menor a las
rango de talla de 43 a 46 cm el más
demás especies del género; un
frecuente.
reducido número de hileras
verticales de escamas a lo largo
de la línea media del cuerpo (31
a 34 hileras hasta el origen de
la caudal) y aletas dorsal y anal
cubiertas basalmente por
escamas sólo en la porción an-
terior (Cervigón 1993).

Caracteres merísticos: Dorsal:


IV-I, 8; anal: III, 8; pectoral: 16
a 18 radios (Cervigón 1993).

Coloración: Dorso gris plateado


más oscuro que la región ven-
tral la cual es blanca plateada.
Lados del cuerpo con líneas
horizontales oscuras alternán-
dose con otras claras que siguen
las hileras de escamas. Aletas
de color gris oscuro excepto las
pélvicas que pueden ser

72
Distribución Esta especie es consumidora
geográfica primaria, tanto los alevinos como
los adultos. Se alimenta de la capa
superficial del fondo, seleccionan-
Distribuida en el Atlántico Occi- do partículas finas, incluyendo
dental tropical desde el sur de la sedimentos inorgánicos, detrito
Florida en los Estados Unidos, orgánico, algas filamentosas,
hasta Río de Janeiro incluyendo diatomeas bentónicas y pequeños
Bermudas y todo el mar Caribe animales (Suárez 1976, Riaño y
(Cervigón 1993). Salazar 1982, Cervigón 1993,
Ospina y Pardo 1993, Santos-
Registrada para el Caribe Martínez et al. 1998).
colombiano (Acero et al. 1986) en
las ecorregiones Guajira: bahía Migra al mar en cardúmenes con
Portete y plataforma del depar- el propósito de efectuar el desove
tamento (Manjarrés et al. 1988, en el mes de septiembre o entre
Garzón-Ferreira 1989); Magdalena: diciembre y febrero los prove-
ciénaga de Tesca, bahía de nientes de la CGSM (Lamprea 1987,
Cartagena y CGSM (Riaño y Salazar Santos-Martínez y Acero 1991). En
1982, Ospina y Pardo 1993, Santos- el caso de esta última, el desove
Martínez y Acero 1991, Rueda y se realiza en aguas marinas al sur
Santos-Martínez 1997); Morros- de la bahía de Santa Marta,
quillo: bahía de Cispatá y ciénaga llegando en algunos casos hasta la
de la Caimanera (López et al. 1991, bahía de Gaira; realiza un solo
Patiño y Flórez 1993, INVEMAR desove anual (Lamprea 1987). Para
2001); Darién (Rey y Acero en la CGSM la talla aproximada de
prensa) y Archipiélago de San madurez sexual es de 52 cm LE
Andrés y Providencia en la isla de (Santos-Martínez et al. 1998).
Providencia (Garzón-Ferreira y
Acero 1983a).
Amenazas
Ecología Una de las principales amenazas
sobre esta especie es la pesca con
Es una especie eurihalina, o sea, dinamita que se efectúa sobre los
vive en aguas desde dulces hasta cardúmenes de reproductores que
hipersalinas. Se encuentra en salen a desovar al mar, ya que, a
aguas turbias a poca profundidad y diferencia de la lisa, el lebranche
generalmente cerca de la costa desova cerca de la costa. Los juve-
sobre fondos fangoso arenosos. niles que entran a las ciénagas lo
Los juveniles son frecuentes en el hacen a una talla muy pequeña, lo
interior de lagunas litorales en las que los hace presa fácil de los
cuales cumplen un período de depredadores en las bocas de estos
crecimiento y engorde; los adultos cuerpos de agua (Grupo Ecología
se encuentran en mar abierto Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).
aunque también son comunes en
áreas estuarinas de aguas salobres Debido a que la maduración del
en la desembocadura de los ríos e lebranche ocurre a grandes tallas,
incluso penetran en ellos (Suárez los ejemplares que se comercia-
1976, Riaño y Salazar 1982, lizan son en su mayoría juveniles,
Cervigón 1993).
73
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
lo que lleva a la disminución de los Medidas de
individuos reproductores. Las conservación tomadas
capturas del lebranche en el Car-
ibe colombiano han disminuido
ostensiblemente en los últimos Ninguna conocida, aunque su
años, aún teniendo en cuenta las rango de distribución se encuentra
fluctuaciones naturales de las parcialmente protegido por el
pesquerías. Según las estadísticas Parque Nacional Natural “Old
pesqueras, en 1992 se capturaron Providence and Mc Bean Lagoon”,
779.8 ton; en los años siguientes la Vía Parque isla de Salamanca y
la captura fue significativamente el Santuario de Fauna y Flora de la
menor, tanto que sumadas las de CGSM, ésta última declarada como
los siguientes siete años no Reserva de Biosfera y Humedal
alcanzan a ser el 15% de esta cifra, RAMSAR.
llegando a valores tan bajos como
0.26 ton en 1997 y 1.63 ton en 1998
(INPA 2001). Medidas
de conservación
El deterioro del hábitat es una propuestas
grave amenaza sobre esta especie.
Teniendo en cuenta que las
ciénagas y lagunas costeras Se propone una veda total por cinco
cumplen un papel importante en el años, conjugado con el monitoreo
ciclo de vida del lebranche, es de las poblaciones para determinar
preocupante la degradación de si hay recuperación. Se debe buscar
estos cuerpos de agua en el Car- la forma efectiva de erradicar la
ibe colombiano debida a la pesca con dinamita. Ya que los
contaminación que reciben por el ambientes estuarinos de manglar
aporte de los ríos que desembocan son los sitios de crianza de ésta y
en ellos. Las descargas de aguas muchas especies, se deben
servidas de las zonas urbanas, monitorear y establecer una forma
contaminantes industriales y efectiva para su cuidado. Estas
agroquímicos de las zonas rurales medidas deben ir acompañadas de
están causando un impacto una sensibilización de la población
negativo sobre estos ecosistemas. por medio de la educación
Unos de las más perjudicados son ambiental, así como el estable-
la bahía de Cartagena y cuerpos de cimiento de mecanismos de
agua aledaños, los cuales han vigilancia y control efectivos (Grupo
llegado a un estado de máximo Ecología Pesquera, INVEMAR.
deterioro por la anoxia predo- Com. Pers.).
minante en la mayor parte del
fondo (Marín 2001).

74
Orden
Cyprinodontiformes

Familia
Poeciliidae

Especie
Gambusia aestiputeus
Fowler, 1950

Nombre común
Ninguno conocido
para el área

Categoría Nacional
VU B1a(ii,iii)

Diagnosis Ecología
Tercer radio de la aleta anal y Habita en pozos de agua dulce
primero del gonopodio (órgano ramificados y conectados subterrá-
sexual derivado de la aleta anal) neamente con el mar, de manera que
con procesos externos o espi- el nivel del agua cambia con las
nas dirigidas hacia el ápice del mareas (Fowler 1950). Encontrada
mismo. Proceso terminal del también en una bahía de la isla de
quinto radio de la aleta anal y San Andrés, con presencia de
último del gonopodio con dos manglares y praderas de fanerógamas
ganchos dirigidos hacia la base (Gómez y Victoria 1980).
de éste. Hocico con puntos
negros; barra inclinada debajo
del ojo formada por 14 manchas
poligonales oscuras; borde de
las escamas oscuro; aleta cau-
dal con siete puntos verticales
en los dos tercios anteriores
(Gómez y Victoria 1980).
Caracteres merísticos: Dorsal:
I, 6; pectoral: 13 radios (Fowler
1950).

Talla: Especie pequeña, alcanza


29 mm LT (Fowler 1950).

Distribución
geográfica

Sólo ha sido registrada para la


ecorregión Archipiélago de San
Andrés y Providencia, en la isla de
San Andrés (Rosen y Bailey 1963).

75
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Amenazas Comentarios
Por su distribución tan restringida,
la principal amenaza para esta Algunos autores consideran esta
especie es el deterioro del hábitat. especie como sinónimo de G.
No se conoce el estado de la nicaraguensis Günther, 1866, la cual
población en la isla de San Andrés. ha sido registrada además en
Centro América, desde Nicaragua
hasta Panamá (Rosen 1973).
Medidas de Teniendo en cuenta que esta
distribución es aún restringida
conservación tomadas (menos de 5000 Km2) y que para su
categorización a nivel nacional sólo
Ninguna para la especie en Colom- se está considerando la población
bia, sin embargo su distribución se de San Andrés, este problema en
encuentra protegida dentro del la definición de la especie no nos
Área de Manejo Especial los parece relevante para efectos de
Corales del archipiélago de San conservación en estos momentos.
Andrés, Providencia, Santa
Catalina y Cayos, declarada
además como la Reserva de
Biosfera “Sea Flower”. Categoría
global: Datos Insuficientes, DD
(Hilton-Taylor 2000).

Medidas
de conservación
propuestas
Es urgente realizar un estudio
sobre el estatus taxonómico y
biológico de la población sanandre-
sana.

76
Orden
Syngnathiformes

Familia
Syngnathidae

Especie
Hippocampus erectus
Perry, 1810

Nombre común
Caballito de mar.

Categoría Nacional
VU A3d

Diagnosis pequeñas hacia la parte posterior del


cuerpo y la cola. Pequeñas puntua-
ciones blancas por todo el cuerpo
Las características del género
(Cervigón 1991). También puede tener
Hippocampus son la presencia
un patrón de coloración en forma de
de una cola prensil, sin aleta
líneas oscuras (Palacio 1974).
caudal y el eje de la cabeza per-
pendicular al eje principal del
cuerpo. Presenta tubérculos
bien desarrollados y puntia-
gudos en todas las tallas,
algunos son más prominentes
(Cervigón 1991).

Caracteres merísticos: Dorsal:


16-21; anal: 3-4; pectoral: 14-17
radios; anillos del tronco: 10-
11, anillos de la cola: 31-38
(McEachran y Fechhelm 1998,
Robins et al. 1986).

Coloración: Muy variable; puede


ser verdosa o pardo-verdosa con
el cuerpo cubierto de pequeñas
manchas redondeadas pardus-
cas, más oscuras y densas en
la cabeza, más patentes y

77
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Talla: Puede alcanzar una talla de 19 niles en cada puesta, la cual puede
cm de LT, desde el extremo superior, ser hasta de tres camadas de juve-
hasta el extremo de la cola (Cervigón niles en un mes; el número y tamaño
1991). de los recién nacidos es directamente
proporcional al tamaño del progeni-
tor. A los tres meses de salir de la
Distribución bolsa incubadora ya están en
geográfica capacidad de reproducirse (Cervigón
1991).

Esta especie se encuentra en el


Atlántico Occidental desde Nueva
Escocia y Bermudas hasta Argentina, Amenazas
incluyendo el golfo de México, las Ba-
hamas y el Mar Caribe (McEachran y Se utiliza para acuarios y para
Fechhelm 1998). adornos. En el Caribe esta especie se
considera amenazada dado el
Registrada para el Caribe colombiano comercio de organismos vivos y
(Acero et al. 1984) en las ecorregiones disecados. Es capturada como pesca
Guajira: cabo de la Vela (Baruque 1978); incidental en los arrastres camaro-
Magdalena: bahía de Cartagena neros. No se conoce el estado de sus
(Álvarez y Blanco 1985); Archipiélagos poblaciones.
coralinos: islas del Rosario y San
Bernardo (Acero y Garzón 1985a);
Morrosquillo (Patiño y Flórez 1993) y Medidas de
Darién: golfo de Urabá (Palacio 1974). conservación tomadas

Ecología Parte de su área de distribución se


encuentra protegida por el Parque
Nacional Natural Corales del Rosario
Habita en fondos muy someros en
y San Bernardo. Categoría global: Vul-
bahías, lagunas litorales o lugares
nerable, VU A2cd (Vincent en Hilton-
protegidos, entre la vegetación de
Taylor 2000).
Thalassia o entre las raíces de los
manglares con abundante flora y fauna
epífita (Cervigón 1991). Se alimentan
de pequeños copépodos y anfípodos Medidas
(McEachran y Fechhelm 1998). de conservación
Ejemplares mantenidos en acuarios propuestas
se alimentan de pequeños crustáceos
vivos (Cervigón 1991). La primera medida que se debe tomar
es la realización de estudios que
Presentan un marcado dimorfismo propenden por recabar información
sexual, especialmente manifiesto en acerca de las poblaciones en el Car-
el perfil ventral del cuerpo y de la cola ibe colombiano, ya que no se tienen
en su parte anterior, debido a la datos de la abundancia real de esta
existencia de la bolsa incubadora en especie en nuestras costas. Adicio-
los machos. La talla de madurez es nalmente se debe conocer la situación
de 7 cm (Beverton y Holt 1959). Se del comercio de esta especie en el
reproducen durante todo el año. Los país. Evaluar la viabilidad de la
machos expulsan de 150-630 juve- reproducción en cautiverio con miras
al repoblamiento.
78
Orden
Syngnathiformes

Familia
Syngnathidae

Especie
Hippocampus ingens
Girard, 1858

Nombre común
Caballito de mar del Pacífico

Categoría Nacional
VU A3d

blancas y oscuras que corren verticales


Diagnosis en el cuerpo (Lourie et al. 1999).

Hocico largo, redondeado, con Talla: La talla máxima es de 30 cm


espinas en la mejilla. Parte su- (Humann y Deloach 1993).
perior de la cabeza o coronet
prominente, con una placa alta
enfrente de la corona. Espinas
en los ojos y en la mejilla muy
desarrolladas; los machos
comúnmente tienen una quilla.
Las hembras sexualmente
maduras tienen un parche
oscuro debajo de la aleta anal
(Lourie et al. 1999).

Caracteres merísticos: Dorsal:


18-21; anal: 4, pectoral: 15-17
radios. Anillos del tronco: 11-13,
anillos de la cola: 37-41 (Lourie
et al. 1999, Beltrán-León y Ríos
2000).

Coloración: Variable, puede ser


marrón rojizo, gris, amarillo y
dorado. Puede tener líneas

79
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Distribución varía con la temperatura del agua
geográfica (Lourie et al. 1999).

Es el único caballito de mar que se Amenazas


encuentra en el Pacífico Oriental,
desde California hasta el norte de En el Pacífico Oriental esta especie
Perú y las islas Galápagos se considera amenazada dado el
(Thomson et al. 2000). comercio de organismos vivos, los
cuales se utilizan para acuarios, y
Registrada en el Océano Pacífico disecados que se venden como
colombiano en las ecorregiones adornos (Humann y Deloach 1993,
Baudó: en las áreas estuarinas y Lourie et al. 1999); también es
de manglares entre bahía Baudó y capturada incidentalmente en la
Docampadó; Buenaventura: al sur de pesca de camarón (Amezcua 1996,
la bahía; Naya: en bahía Guapi; Lourie et al. 1999). En el Pacífico
Gorgona y Malpelo (Sterling 1976, colombiano no se conoce el estado
Rubio et al. 1987, Rubio 1990, de sus poblaciones.
Rubio et al. 1992). Larvas de esta
especie se encuentran frente a
bahía Málaga (BUE), al norte de la Medidas de
desembocadura del río Patía (SAQ) conservación tomadas
y en la isla Gorgona (GOR)
(Beltrán-León y Ríos 2000).
Ninguna para la especie en Colom-
bia, sin embargo su área de
Ecología distribución se encuentra prote-
gida por el Parque Nacional Natu-
Asociada con arrecifes y parches de ral Gorgona. Categoría global: Vul-
coral (Thomson et al. 2000), entre nerable, VU A2cd (Vincent en
1-20 m de profundidad (Lourie et al. Hilton-Taylor 2000).
1999). Se mimetiza entre los
parches de gorgonias y árboles de
coral negro, alrededor de cuyas Medidas de
ramas enroscan su cola (Humann
y Deloach 1993). Puede habitar en
conservación
zonas estuarinas y de manglar propuestas
(Rubio 1990). En la isla Gorgona
esta especie se encuentra en zo- La primera medida que se debe
nas ricas en algas, aledañas al tomar es la realización de estudios
coral o en zonas de corrientes muy que propendan por recabar
fuertes las cuales facilitan la información acerca de las pobla-
captura de su alimento. Perma- ciones en el Pacífico colombiano,
necen solitarios o en parejas ya que no se tienen datos de la
(Rubio et al. 1987). abundancia real de esta especie en
nuestras costas. Adicionalmente
De hábitos nocturnos, se alimenta se debe conocer la situación del
de zooplancton y crustáceos comercio de esta especie en el país.
(Humann y Deloach 1993). En Evaluar la viabilidad de repro-
cautiverio este caballito de mar blamiento a partir de la repro-
madura después de 10-12 meses; ducción en cautiverio
la gestación dura 14-15 días, pero
80
Orden
Syngnathiformes

Familia
Syngnathidae

Especie
Hippocampus reidi
Ginsburg, 1933

Nombre común
Caballito de mar hocico largo

Categoría Nacional
VU A2ad

Diagnosis Distribución
geográfica
Se distingue principalmente de
H. erectus, por tener el rostro Desde Bermudas y Florida hasta las
relativamente más largo y mayor costas de Venezuela, incluyendo la
la anchura del cuerpo (Cervigón
1991). Tubérculos del cuerpo
poco desarrollados (Acero et al.
1984).

Caracteres merísticos: Dorsal:


15-19; anal: 4; pectoral: 16-17
radios (Cervigón 1991). Anillos
del tronco: 11; anillos de la cola:
35-36 (Acero et al. 1984).

Coloración: Muy variable. El


patrón de coloración consiste
generalmente en un punteado
oscuro, sobre un fondo claro.

Talla: Talla pequeña, alcanza


hasta 15 cm (Bohórquez 1997).

81
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
mayor parte de las Antillas y el Ca- Amenazas
ribe (Acero et al. 1984, Cervigón
1991).
Se colectan para acuarios, adornos
y para la preparación de medicinas;
Registrada para el Caribe
en ocasiones mueren al caer en
colombiano (Acero et al. 1984) en
redes camaroneras (Bohórquez
las ecorregiones Guajira: cabo de la
1997). En el Caribe esta especie se
Vela y bahía Portete (Baruque 1978,
considera amenazada dado el
Garzón-Ferreira 1989); Tayrona
comercio de organismos vivos y
(Acero y Garzón 1987a); Magdalena:
disecados.
bahía de Cartagena (Álvarez y
Blanco 1985); Archipiélagos
En un estudio reciente de fauna
Coralinos: isla Fuerte, islas del
acompañante de camarón (Medina
Rosario y San Bernardo (Gómez
2002) no se encontró esta especie,
1972, Acero y Garzón 1985a); Darién:
que tradicionalmente era capturada
en el Urabá chocoano (Gómez 1972,
de manera incidental por las flotas
Acero y Garzón 1987b) y Archipiélago
de arrastre, lo que podría estar
de San Andrés y Providencia (Victoria
demostrando que su abundancia ha
y Gómez 1984).
disminuido. Se le ha buscado
activamente en la región de Santa
Marta y se han visto muy pocos
Ecología ejemplares.

Especie costera, se encuentra en


fondos muy someros, general- Medidas de
mente en áreas de aguas claras y conservación tomadas
limpias (Cervigón 1991, Bohórquez
1997). Cazador, se alimenta de
camarones diminutos (Bohórquez Ninguna para la especie en Colom-
1997). bia, sin embargo parte de su área
de distribución se encuentra
Durante el cortejo el área ventral protegida por los Parques
y lateral de los individuos cambia Nacionales Naturales Tayrona y
de coloración aclarándose. La Corales del Rosario y San
hembra deposita los huevos dentro Bernardo, y por el Área de Manejo
de una bolsa que posee el macho Especial los Corales del
donde son fertilizados. Nacen unos archipiélago de San Andrés,
450 juveniles de 5 a 7 mm de LT. Providencia, Santa Catalina y
Presentan una baja fecundidad. Se Cayos, declarada como la Reserva
reproducen durante todo el año con de Biosfera “Sea Flower”. Categoría
preferencia entre diciembre y global: Vulnerable, VU A2cd
marzo con mayor intensidad en (Vincent en Hilton-Taylor 2000).
febrero, los nacimientos ocurren de
noche durante luna nueva
(Bohórquez 1997).

82
Medidas ya que no se tienen datos de la
de conservación abundancia real de esta especie en
nuestras costas. Adicionalmente
propuestas se debe conocer la situación del
comercio de esta especie en el país.
La primera medida que se debe Evaluar la viabilidad de repobla-
tomar es la realización de estudios miento a partir de la reproducción
que propendan por recabar infor- en cautiverio.
mación acerca de las poblaciones en
el Caribe colombiano,

83
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Perciformes

Familia
Centropomidae

Especie
Centropomus
undecimalis
(Bloch, 1792)

Nombre común
Robalo blanco,
robalo carita larga,
róbalo

Categoría Nacional
VU A2ad + 3d

Diagnosis rentes e incoloras, pélvicas amarillas


con puntuaciones oscuras. Anal
amarillenta con la parte posterior de
El género Centropomus presenta
la segunda espina negruzca. Lóbulo
el cuerpo comprimido. Escamas
superior de la caudal amarillo oscuro,
ctenoides. Rostro deprimido.
lóbulo inferior gris oscuro o negruzco
Boca protráctil con la mandíbula
(Cervigón 1991).
inferior prominente. Línea
lateral prolongada hasta el
extremo de los radios centrales
de la caudal. Segunda espina de
la anal muy desarrollada, más
gruesa que la primera y tercera.
Con dos aletas dorsales separadas
entre sí (Cervigón 1991).

Caracteres merísticos: Dor-


sales: VIII-I,10, anal III,6, pec-
toral 14-15 radios; bran-
quiespinas en el primer arco sin
contar rudimentos: 3-4 + 8-9
(Cervigón 1991).

Coloración: Cuerpo gris plateado


con tonalidades verdosas en el
dorso y finas puntuaciones
oscuras en los flancos. Línea
lateral oscura muy patente y
definida. Aletas dorsales
transparentes con una ligera
tonalidad amarilla con primer
radio de la segunda dorsal
negruzco. Pectorales transpa-
84
Talla: La talla máxima registrada Ecología
es de 1.2 m de LT con un peso de
24.3 Kg, pero son raros los registros
Es una especie acusadamente
de ejemplares de más de 15 Kg de
eurihalina que se encuentra desde
peso (Cervigón 1991). En la ciénaga
hábitats de alta salinidad (supe-
Grande de Santa Marta (CGSM) se
riores a 45), con sedimentos areno-
han capturado ejemplares hasta de
sos y transparencia media, hasta
58 cm LE (Santos-Martínez y Acero
baja salinidad, con fondos fangosos
1991) y en la bahía de Cispatá en-
y aguas usualmente turbias y de
tre 13.5-101 cm de LE (Sierra 1997).
poca profundidad; prefiere las
proximidades de aguas estuarinas,
lagunas de manglar y bahías
Distribución aunque también se encuentra en
geográfica agua dulce (Cervigón 1991, Sierra
1996). Se ha encontrado que esta
Se encuentra en aguas neríticas y especie es sensible a las varia-
estuarinas, en zonas tropicales y ciones de temperatura (Morales
subtropicales de las costas conti- 1975, Riaño y Salazar 1982). En el
nentales e islas de la plataforma golfo de Morrosquillo, los ejem-
del Atlántico americano. Desde plares de gran tamaño se
Carolina del Norte hasta Río de capturaron en áreas de gran
Janeiro, Brasil, incluyendo el golfo profundidad y con mayor influencia
de México. Es la especie del género de agua dulce (Sierra 1996).
más ampliamente distribuida (Mo-
rales 1975, Cervigón 1991). Es una especie carnívora que se
alimenta principalmente de peces,
Registrada para el Caribe también de moluscos y crustáceos,
colombiano (Acero et al. 1984 y sobretodo camarones (Morales
1986) en las ecorregiones Guajira: 1975, Riaño y Salazar 1982,
bahía Portete y plataforma conti- Cervigón 1991, Sierra 1996 y 1997).
nental (Baruque 1978, Manjarrés et Los ejemplares de tallas menores
al 1988, Garzón-Ferreira 1989); a 12 cm tienen preferencia por
Palomino (Rey y Acero en prensa); hemípteros, que se presentan en
Tayrona (Acero y Garzón 1987a); gran abundancia en las aguas
Magdalena: ciénaga de Tesca, bahía estuarinas por temporadas; entre
de Cartagena y CGSM (Morales 12.5 y 15.5 cm prefieren zooplan-
1975, Riaño y Salazar 1982, Giraldo cton y peces; los mayores de 15.5
y Posada 1985, Santos-Martínez y cm, peces y crustáceos (Giraldo y
Acero 1991, Solano y Villegas 1996, Posada 1985, Solano y Villegas
Rueda y Santos-Martínez 1997); 1996).
Morrosquillo: ciénaga de la Caima-
nera y en el golfo (Gómez 1972, Generalmente alcanza la madurez
López et al. 1991, Patiño y Flórez sexual a los dos o tres años con
1993, Sierra 1996); Darién (Rey y tallas aproximadas de 30-45 cm
Acero en prensa); Archipié-lagos (Riaño y Salazar 1982, Sierra 1996),
Coralinos: islas del Rosario y San aunque en la CGSM se encontró
Bernardo (Acero y Garzón 1985a) y que la talla aproximada de madurez
Archipiélago de San Andrés y es de 56 cm LE (Morales 1975).
Providencia: en la isla Providencia Normalmente la proporción ma-
(Garzón-Ferreira y Acero 1983a). chos - hembras es de 2:1 (Morales
1975, Sierra 1996). El número de
85
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
huevos por hembra es de ambiental de las ciénagas y lagu-
aproximadamente un millón y nas costeras las cuales utiliza
medio (Morales 1975). La época de como áreas de crianza. Estos
desove varía de acuerdo a la región, cuerpos de agua han sufrido un
en Cispatá presenta desoves deterioro acelerado debido a la
parciales, con un pico entre mayo contaminación que reciben por el
y agosto (Sierra 1996) y en la CGSM aporte de los ríos que desembocan
desova todo el año, con un desove en ellos. Las descargas de aguas
masivo entre abril-julio (Santos- servidas de las zonas urbanas,
Martínez et al. 1998) o mayo-junio contaminantes industriales y
(Morales 1975). La reproducción es agroquímicos de las zonas rurales
más intensa con temperaturas están causando un impacto
elevadas, el descenso en la negativo sobre estos ecosistemas.
temperatura genera mortandad Unos de las más perjudicados son
masiva (Morales 1975). Se le la bahía de Cartagena y cuerpos de
encuentra en cardúmenes en la agua aledaños, los cuales han
época de desove (Riaño y Salazar llegado a un estado de máximo
1982), cerca de la desembocadura deterioro por la anoxia predo-
de los caños y ríos, abundando los minante en la mayor parte del
juveniles en las aguas salobres fondo (Marín 2001).
que existen en las áreas de
manglar (Morales 1975, Riaño y Medidas de
Salazar 1982). Utiliza la ciénaga conservación tomadas
como área de crianza y desarrollo
de los alevinos y en estado adulto
para alimentarse (Riaño y Salazar Ninguna conocida, sin embargo su
1982, Santos-Martínez y Acero área de distribución se encuentra
1991). Llega hasta los seis u ocho protegida por los Parques Nacio-
años de edad y mide 30 cm en un nales Naturales Tayrona, Corales
año, la talla adecuada para la pesca del Rosario y San Bernardo y “Old
la alcanza a los tres años (Morales Providence and McBean Lagoon”,
1975, Cervigón 1991, Sierra 1996). también dentro del área de la Vía
Parque isla de Salamanca, el
Santuario de Fauna y Flora de la
Amenazas CGSM y la Reserva de Biosfera y
Humedal RAMSAR.
Esta especie es de gran importancia
económica y es capturada con
diferentes artes de pesca. Debido
a la reducción paulatina que han
sufrido los ojos de malla, la especie Medidas
se captura cada vez más pequeña. de conservación
Durante los últimos años, en la propuestas
CGSM se han registrado tallas
medias de captura de 27 cm, por
debajo de la talla media de madurez Aunque se han hecho algunos
(31 cm), llegando en la actualidad estudios sobre su biología, se
a ser capturado totalmente en debería actualizar esta información
estado juvenil (Grupo Ecología sobre todo de la población de la
Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). CGSM, y obtener nuevos datos
También es afectado por la pesca biológico-pesqueros para regla-
con dinamita y el deterioro mentar su explotación. Se propone
86
una veda total por cinco años para ir acompañadas de una sensibili-
que los reproductores se recu- zación de la población por medio
peren, después de lo cual se debe de la educación ambiental, así
regular la talla mínima de captura como el establecimiento de
efectivos (Grupo Ecología mecanismos de vigilancia y control
Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). y vedas durante la época de
reproducción (Grupo Ecología
Se debe reglamentar el uso del Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).
método de pesca conocido como
boliche. Todas estas medidas deben

87
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Perciformes

Familia
Serranidae

Especie
Epinephelus itajara
(Lichtenstein, 1822)

Nombre común
Mero guasa

Categoría Nacional
CR A2ad
Diagnosis
Especie gigante de Epinephelus.
Presenta el cuerpo robusto, casi
circular en sección transversal.
Cabeza ancha y aplanada y ojos
diminutos Espinas de la dorsal
más cortas que los radios más
pequeños de la dorsal blanda.
Caudal redondeada (Acero y
Garzón-Ferreira 1991, Cervigón
1991).

Caracteres merísticos: Dorsal:


XI,15-16; anal: III,8; pectoral:
18-19 radios; branquiespinas en
el primer arco branquial: 21-24
(Heemstra 1995).

Coloración: Los ejemplares


pequeños presentan una
coloración general pardo verdosa
o marrón claro. Cabeza, cuerpo
y aletas con puntos pequeños
oscuros dispuestos irregular-
mente, más densos hacia la
parte anterior. Lados del cuerpo
con franjas oscuras trans-
versales, más o menos verti-
cales. Los grandes ejemplares
tienen una coloración más
uniforme (Acero y Garzón-
Ferreira 1991, Cervigón 1991).

Talla: Es el mero americano de


mayor talla (Heemstra 1995),

88
alcanza por lo menos 2.4 m de LT y Ecología
un peso superior a 300 Kg
(Cervigón 1991, Acero y Garzón-
Habita a menos de 30 m de
Ferreira 1991).
profundidad. Los juveniles se
encuentran principalmente en
áreas estuarinas de sustrato
Distribución fangoso, utilizando los manglares
geográfica como áreas de crianza. Los grandes
ejemplares se encuentran también
Especie anfiamericana, en el en fondos someros en una gran
Atlántico Occidental se le conoce variedad de ambientes desde aguas
desde Bermudas, Florida y el golfo salobres frente a la desembocadura
de México, por todo el Mar Caribe de los ríos hasta fondos rocosos o
y las costas de Suramérica hasta coralinos en áreas insulares
el sureste del Brasil. En las costas oceánicas, donde se esconde en
del Pacífico americano se conoce cuevas o grietas profundas
desde el golfo de California hasta (Cervigón 1991, Acero y Garzón-
el Perú (Cervigón 1991, Acero y Ferreira 1991). Es una especie
Garzón-Ferreira 1991, Smith-Vaniz solitaria, muy sedentaria, que se
et al. 1999). adapta muy bien al confinamiento
incluso en espacios reducidos
Registrada para el Caribe colom- (Cervigón 1991).
biano (Acero et al. 1984 y 1986) en
las ecorregiones Guajira: bahía de Se alimenta de crustáceos,
Portete (Garzón-Ferreira 1989); principalmente langostas, peces e
Tayrona (Acero y Garzón 1987a); incluso tortugas pequeñas (Acero
Magdalena: ciénaga Grande de y Garzón-Ferreira 1991). La talla de
Santa Marta (Santos-Martínez y maduración la alcanzan los machos
Acero 1991); golfo de Salamanca a los 113 cm y las hembras a los
(Duarte et al. 1999); Morrosquillo: 128 cm, entre los 5 y 7 años de edad
bahía de Cispatá (INVEMAR 2001); (Bullock et al.1992). El desove se
Archipiélagos Coralinos: islas del efectúa en sitios de congregación
Rosario y San Bernardo (Acero y alejados de la costa, en los meses
Garzón 1985a); Darién, donde fue de julio a septiembre, durante la
capturado muy rara vez (Gómez luna llena (Heemstra y Randall
1972) y Archipiélago de San Andrés 1993).
y Providencia (Victoria y Gómez
1984, Mejía et al. 1998, Pomare Amenazas
1999). En el Pacífico colombiano en
las ecorregiones Pacífico Norte: La principal amenaza para esta
ensenada de Utría (J. Garzón- especie es la sobrepesca, ya que
Ferreira 2002, com. pers.); Baudó: es muy apreciada por la excelente
ensenada de Docampadó; Buena- calidad de su carne y el enorme
ventura: golfo de Tortugas; Naya: tamaño, pero es muy vulnerable
boca de Yurumanguí, boca de debido a su baja tasa de
Cajambre y bahía Guapi; Tumaco: crecimiento, longevidad (hasta 40
cabo Manglares; Malpelo y Gorgona años) y la avanzada edad y talla de
(Rubio 1988b, Rubio et al. 1992, maduración. En el Atlántico Occi-
Franke y Acero 1995). dental se ha visto con preo-

89
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
cupación la drástica disminución tensores antrópicos como las
en la abundancia del mero guasa. interrupciones de los flujos
De ser una especie muy abun- hídricos han propiciado la hipersa-
dante, ha pasado a ser escasa y linización de los suelos, oca-
rara. Por ejemplo, las agregaciones sionado mortandades de bosques.
de reproducción en la Florida Asimismo, el relleno de sus
disminuyeron en la década de los suelos, para desarrollo urbanístico
80, de 50-100 individuos, a menos con fines turísticos, la tala
de 10 por sitio de desove. Poste- irracional de bosques con fines
riormente, gracias a la prohibición económicos y para la creación de
de la pesca es esta área, las fincas camaroneras son factores
agregaciones se han recuperado un que atentan contra estos ecosis-
poco y ya alcanzan hasta 20 a 40 temas denominados frágiles
individuos por sitio (NOAA 2001), (Casas-Monroy 2001).
sin embargo hay que tener en
cuenta que en toda el área del Car- Como habitante de los arrecifes
ibe no existe la misma regulación coralinos, el deterioro de estos
en cuanto a su pesca. Un problema puede afectar seriamente su
adicional es que su alimentación supervivencia. En los últimos años
incluye especies a su vez amena- se ha visto cómo los arrecifes del
zadas, como tortugas y langostas. Caribe colombiano se han
degradado constantemente y la
Ya que los juveniles habitan los cobertura del coral ha disminuido
estuarios y zonas de manglar, el como consecuencia de las enfer-
deterioro de estos sistemas ame- medades, el blanqueamiento
naza la supervivencia de esta coralino y los daños físicos sufridos
especie. En general las ciénagas y por causas naturales o antropo-
lagunas costeras del Caribe génicas. Factores como el calen-
colombiano han sufrido un tamiento global del agua, turbidez,
deterioro acelerado debido a la sedimentación y contaminación
contaminación que reciben por el son en gran medida los respon-
aporte de los ríos que desembocan sables de este deterioro. En San
en ellas. Las descargas de aguas Andrés ha habido una tendencia
servidas de las zonas urbanas, sostenida de reducción de
contaminantes industriales y cobertura coralina, de 70% en los
agroquímicos de las zonas rurales años 70, a menos de 25% en el 2000
están causando un impacto (Garzón-Ferreira y Rodríguez-
negativo sobre estos ecosistemas. Ramírez 2001).
Unos de las más perjudicados son
la bahía de Cartagena y cuerpos de En el Caribe colombiano se ha
agua aledaños, los cuales han notado la disminución en la
llegado a un estado de máximo abundancia del mero guasa al
deterioro por la anoxia predo- punto que ejemplares de esta
minante en la mayor parte del especie son raros en la actualidad.
fondo (Marín 2001). Dicha Acero y Garzón-Ferreira (1991)
contaminación también afecta a los registran desde entonces la baja
manglares asociados a estos abundancia de solo seis ejemplares
cuerpos de agua los cuales se han observados bajo del agua durante
degradado aceleradamente en el más de 10 años. Desde esa fecha,
Caribe colombiano. Además, los autores han observado menos de

90
cinco ejemplares vivos, aunque Medidas
ocasionalmente se observan juve- de conservación
niles capturados por los pescadores.
propuestas

Medidas de Teniendo en cuenta su estado


conservación tomadas crítico, se propone la veda total de
la especie. Adicionalmente se
puede incentivar el uso de cultivos
Ninguna conocida para la especie
con fines de repoblación
en Colombia, sin embargo parte del
área de distribución del mero guasa
Se deben proteger los arrecifes
se encuentra protegido por los
coralinos, muchos de los cuales se
Parques Nacionales Naturales de
encuentran incluidos dentro del
Corales del Rosario y San
Sistema de Parques Nacionales
Bernardo, Tayrona, Gorgona, el
Naturales. Aunque este es un paso
Santuario de Fauna y Flora Malpelo
importante en su conservación, es
y la reserva de Biosfera “Sea
claro que se debe hacer un
Flower” del archipiélago de San
esfuerzo para que las medidas de
Andrés y Providencia. Categoría glo-
protección se cumplan
bal: En Peligro Crítico, CR A1d +
2d (Sadovy en Hilton-Taylor 2000).

91
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Perciformes

Familia
Serranidae

Especie
Epinephelus striatus
(Bloch, 1792)

Nombre común
Cherna, mero criollo

Categoría Nacional
EN A2d + 3d

Diagnosis en formar similar a una W. Una


mancha oscura muy bien definida
sobre el pedúnculo caudal, que no
El carácter externo más cons-
llega hasta la línea lateral. Lados de
picuo de la especie es la
la cabeza con franjas radiales pardas
coloración, principalmente las
y amarillentas. Puntos negros muy
franjas oscuras de los lados del
destacados alrededor del ojo. Primera
cuerpo, la mancha negra sobre
aleta dorsal, anal y pectorales con los
el pedúnculo caudal y los puntos
márgenes amarillos; dorsal espinosa
negros alrededor del ojo
y pélvicas con áreas pardas y amarillo
(Cervigón 1991). Aleta dorsal con
verdoso. Maxilar, mejilla y parte ven-
11 espinas de las cuales la
tral de la cabeza rojo vivo, interior de
tercera es más larga que la
la boca rojo y blanco. En los
segunda. Pélvicas más cortas
ejemplares que se encuentran en
que las pectorales. Caudal
aguas más profundas (50-80 m), la
redondeada en juveniles.
Escamas ctenoides (Duque y
Gómez 1983).

Caracteres merísticos: Dorsal:


XI,16-18; anal: III, 8; pectoral:
17-19 radios; branquiespinas en
el primer arco: 8-9+15-17
contando todos los rudimentos
y 2-3+9-11 sin contarlos
(Heemstra y Randall 1993).

Coloración: La coloración
presenta un patrón marrón
verdusco claro con cuatro bandas
oscuras oblicuas en la cabeza,
otras cinco bandas verticales en
el cuerpo de forma irregular,
unidas entre sí dorsalmente; las
dos primeras más oscuras; la
tercera y la cuarta ramificadas

92
parte inferior de los lados del Ecología
cuerpo así como la ventral, el pecho
y la región gular pueden ser rojo
Especie solitaria y diurna. Se
vivo (Duque y Gómez 1983, Acero y
encuentra principalmente en aguas
Garzón-Ferreira 1991, Cervigón
claras y en fondos coralinos,
1991).
rocosos y aun arenosos, cerca de
cuevas y lugares de refugio. Los
Talla: Alcanza tallas superiores a
pequeños ejemplares pueden
1 m y un peso aproximado de 25 Kg
encontrarse muy cerca de la orilla
(Acero y Garzón-Ferreira 1991).
o entre las raíces de manglar y
praderas de pastos marinos; los
grandes ejemplares llegan hasta
Distribución por lo menos 90 m de profundidad
geográfica (Acero 1977, Duque y Gómez 1983,
Cervigón 1991).
Se le conoce sólo del Atlántico
americano, donde va desde las Es exclusivamente carnívora
Carolinas y Florida en Estado (Duque y Gómez 1983); se alimenta
Unidos, hasta Bahía en Brasil, de peces e invertebrados preferi-
incluyendo el Mar Caribe tanto en blemente crustáceos (Acero 1977),
áreas insulares como continen- siendo mayor la proporción de
tales, Bermudas, Bahamas y sur presas ícticas en los ejemplares de
del golfo de México (Duque y Gómez más de 60 cm, mientras que en
1983, Acero y Garzón-Ferreira 1991, aquellos entre 10 y 40 cm es mayor
Cervigón 1991). la frecuencia de crustáceos (Silva
Lee 1974 en Acero y Garzón-
Registrada para el Caribe Ferreira 1991).
colombiano (Acero et al. 1984 y
1986, Acero y Garzón 1987b) en las Las hembras maduran a los 48 cm
ecorregiones Guajira: bahía Portete LH (Thompson y Munro 1978). Se
(Garzón-Ferreira 1989); Palomino; reúne para desovar cuando está
Tayrona, donde es rara (Acero 1977, cerca la luna nueva, formando
Acero y Garzón 1987a); Magdalena grandes agregaciones de hasta
(Rey y Acero en prensa); Morros- 30000 individuos (Lieske y Myers
quillo: ciénaga de la Caimanera y 1994). Estas agregaciones se
golfo; Archipiélagos Coralinos: islas producen a profundidades de 20 a
de San Bernardo y del Rosario 40 m en los bordes externos de los
(Köster 1979, Acero y Garzón 1985a, arrecifes, entre enero y febrero e
López et al. 1991, Patiño y Flórez incluso en algunas áreas hasta
1993); Darién: ensenadas de abril, cuando la temperatura del
Pinorroa y de Sapzurro en el Urabá agua está entre 25-26° C (Colin et
chocoano (Acero y Garzón 1987b); al. 1987). Aparentemente se agrupa
y Archipiélago de San Andrés y para desovar en las islas del
Providencia (Gómez y Victoria 1980, Rosario a comienzos del año.
Garzón-Ferreira y Acero 1983a,
Mejía et al. 1998, Pomare 1999)
donde era muy común (Acero y Amenazas
Garzón-Ferreira 1991).
El mero criollo es uno de los más
apreciadas en los mercados de Co-

93
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
lombia y Venezuela (Cervigón 1992); Bernardo. En los arrecifes
es objeto de pesca artesanal e in- oceánicos aún es relativamente
dustrial y se captura principal- frecuente.
mente con anzuelos y nasas. Es una
especie muy vulnerable a la Medidas de
sobrepesca, especialmente durante la conservación tomadas
migración y agregación reproductiva
(Lieske y Myers 1994).
Ninguna conocida. El área de
Como habitante de los arrecifes distribución del mero criollo se
coralinos, el deterioro de estos encuentra parcialmente protegida
puede afectar seriamente su por los Parques Nacionales Natu-
supervivencia. En los últimos años rales Tayrona, Corales del Rosario
se ha visto cómo los arrecifes del y San Bernardo y “Old Providence
Caribe colombiano se han and McBean Lagoon”, el Área de
degradado constantemente y la Manejo Especial los Corales del
cobertura del coral ha disminuido archipiélago de San Andrés,
como consecuencia de las enfer- Providencia, Santa Catalina y
medades, el blanqueamiento Cayos, declarada además como la
coralino y los daños físicos sufridos Reserva de Biosfera “Sea Flower”.
por causas naturales o antropo- Categoría global: En Peligro, EN
génicas. Factores como el calenta- A1d + 2d (Sadovy en Hilton-Taylor
miento global del agua, turbidez, 2000).
sedimentación y contaminación
son en gran medida los respon-
sables de este deterioro. En San Medidas
Andrés ha habido una tendencia de conservación
sostenida de reducción de propuestas
cobertura coralina, de 70% en los
años 70, a menos de 25% en el 2000
(Garzón-Ferreira y Rodríguez- Es poco lo que se sabe de la
Ramírez 2001). ecología de esta especie en nuestro
país, pero basados en lo que se
En las áreas arrecifales donde conoce de ella en el Caribe, se
había poblaciones importantes de deben realizar estudios para
esta especie, sus abundancias han determinar la época y los sitios de
disminuido de manera drástica en agregación reproductiva para poder
los últimos años, al punto de que implementar vedas. Adicional-
ha sido prácticamente extinguida mente se debe regular la talla
de las islas del Rosario y de San mínima de captura.

94
Hypoplectrus providencianus
Orden
Perciformes

Familia
Serranidae

Especie
Hypoplectrus
providencianus
Acero
y Garzón-Ferreira, 1994

Nombre común
Masked hamlet

Categoría Nacional
VU B1ab(iii)

Diagnosis terorbital y rostro con puntos azules;


el labio inferior y la barra negra que
atraviesa el ojo están bordeados de
El género se caracteriza por
azul. Aletas dorsal y anal con una
tener un cuerpo alto y acusada-
línea azul marginal y los radios
mente comprimido lateralmente.
teñidos tenuemente de este mismo
Aleta dorsal continua con una
color; aletas pélvicas azules en su
hendidura entre la porción
cara superior. Aleta caudal
espinosa y blanda, las cuales
variablemente oscura, al menos con
son aproximadamente de la
los márgenes superior e inferior
misma altura, sin ninguna de las
negruzcos. Bordes dorsales de las
espinas especialmente prolon-
aletas pectorales negros, algunas
gadas. Borde inferior del
veces casi toda la aleta. Presenta una
preopérculo aserrado. La
mancha negruzca en el pedúnculo
distinción de las especies está
basada casi exclusivamente en
el patrón de coloración (Cervigón
1991) que en esta especie se
caracteriza por la presencia de
una barra negra que pasa a
través del ojo a modo de lágrima
(Acero y Garzón-Ferreira 1994).
Caracteres merísticos: Dorsal:
X,15; anal: III,7 radios;
branquiespinas totales en el
primer arco 7+1+13; verdaderas:
2+1+10 (Acero y Garzón-Ferreira
1994).

Coloración: Fondo del cuerpo


blanco cremoso, con líneas
transversales oblicuas de color
azul tenue a los lados, más
intensas en la cabeza; región in-

95
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Hypoplectrus providencianus

caudal a modo de silla de montar se ha visto cómo los arrecifes del


que puede unirse con la porción Caribe colombiano se han degra-
dorsal oscura de la aleta caudal, dado constantemente y la cobertura
puede estar ausente en algunos del coral ha disminuido como
ejemplares. Individuos recién consecuencia de las enfermedades,
muertos aun sin preservar no el blanqueamiento coralino y los
presentan las marcas y tintes daños físicos sufridos por causas
azules; las marcas oscuras se naturales o antropogénicas. Facto-
conservan patentes, aún después de res como el calentamiento global del
estar preservados mucho tiempo agua, turbidez, sedimentación y
(Acero y Garzón-Ferreira 1994). contaminación son en gran medida
los responsables de este deterioro.
Talla: 12 cm de longitud total (Acero En San Andrés ha habido una
y Garzón-Ferreira 1994). tendencia sostenida de reducción
de cobertura coralina, de 70% en
los años 70, a menos de 25% en el
Distribución 2000 (Garzón-Ferreira y Rodríguez-
geográfica Ramírez 2001).

La especie está confinada a las islas No se conoce el estado de su


del Caribe Occidental y aguas población en el Caribe colombiano.
adyacentes; es la única especie del
género aparentemente ausente de
las plataformas continentales del Medidas de
Caribe, siendo restringida a las conservación tomadas
áreas insulares (Acero y Garzón-
Ferreira 1994). Registrada en Colom- Parte de su área de distribución se
bia para la ecorregión Archipiélago de encuentra protegida por el Parque
San Andrés y Providencia: islas de Nacional Natural “Old Providence
San Andrés y Providencia, cayos and McBean Lagoon” y el Área de
Courtown y Albuquerque y bancos Manejo Especial los Corales del
Roncador y Serrana (Acero y Garzón- archipiélago de San Andrés,
Ferreira 1994, Mejía et al. 1998). Providencia, Santa Catalina y
Cayos. Este archipiélago ha sido
Ecología declarado como la Reserva de
Biosfera “Sea Flower”. Categoría glo-
Es un pez básicamente solitario y bal: Vulnerable, VU D2 (Acero en
de hábitos diurnos. Se encuentra Hilton-Taylor 2000).
en las zonas lagunares de aguas
tranquilas de los arrecifes coralinos,
errando entre las irregularidades del Medidas
fondo, a profundidades entre 3 y 10 de conservación
m (Acero y Garzón-Ferreira 1994). propuestas
Amenazas Se deben realizar estudios de la
biología y ecología básica de esta
Al ser de distribución tan especie y el estado de la población
restringida, el deterioro del hábitat en el archipiélago de San Andrés y
puede afectar seriamente su Providencia.
supervivencia. En los últimos años
96
Mycteroperca cidi
Orden
Perciformes

Familia
Serranidae

Especie
Mycteroperca cidi
Cervigón, 1966

Nombre común
Cherna blanca

Categoría Nacional
VU B2ab(iii)

Diagnosis Caracteres merísticos: Dorsal: XI,15-


17; anal: III,10-12; pectoral 15-17 ra-
dios; branquiespinas en el primer arco
El género Mycteroperca presenta
9-13 + 18-23 (Cervigón 1991).
el cuerpo alargado y comprimido,
generalmente más comprimido y
Coloración: Pardo grisáceo o marrón
alto que en el género Epinephelus.
verdoso claro, más oscuro hacia la
Escamas ctenoides, muy peque-
parte dorsal y en ocasiones con tonos
ñas. Presenta de 10 a 13 radios
verdosos irisados en los ejemplares
blandos en la aleta anal a
vivos; lados del cuerpo con manchas
diferencia de Epinephelus que
marrón oscuro más o menos
tiene 8 ó 9, rara vez 10 (Cervigón
redondeadas y de un tamaño similar
1991). La especie se caracteriza
al de la pupila, dispuestas irregular-
por su aleta caudal casi recta o
mente y en general bastante
ligeramente cóncava. En la aleta
espaciadas entre sí. Cabeza con es-
anal los radios quinto y sexto
trías pardas radiales o longitudinales,
se prolongan en los ejemplares
grandes formando un lóbulo
agudo. Branquiespinas largas y
bastante próximas entre sí
(Cervigón 1991). Preopérculo
anguloso y con una muesca. Más
de 100 hileras de escamas
verticales desde el origen de la
línea lateral hasta los radios
centrales de la aleta caudal;
cuerpo y cabeza cubiertos
totalmente de escamas, excepto
el premaxilar y el dentario;
escamas también presentes en
la parte basal de las membranas
interradiales de las aletas dor-
sales, anal y la mitad de la cau-
dal (Cervigón y Velásquez 1980).

97
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Mycteroperca cidi

más o menos patentes según los Ecología


diversos ejemplares, el estado
emocional del pez o el fondo sobre
Los ejemplares de 10 a 15 cm de
el que se encuentra; borde superior
longitud se encuentran en fondos
del maxilar pardo oscuro; extremo
someros de 5 a 7 m de profundidad
anterior del rostro pardo muy
con corales córneos. Los ejemplares
oscuro. Dorsal espinosa pardo
de 20 a 40 cm se encuentran en
grisáceo claro; porción blanda más
fondos rocosos en profundidades
oscura, con un borde subterminal
que oscilan entre 18 y 36 m. Los
amplio negro y terminal estrecho
ejemplares mayores de 50 cm viven
blanco; anal similar a la dorsal con
en fondos de 72 hasta 144 m como
el borde blanco más patente. Pec-
mínimo, la transición de los fondos
toral gris amarillento transparente
someros a los profundos está
con un estrecho borde terminal
caracterizada por los cambios de
incoloro y un área negruzca subter-
forma de varias partes del cuerpo y
minal en la parte superior; pélvicas
en la coloración (Acero y Garzón-
grisáceas con el extremo negro y
Ferreira 1991, Cervigón 1991).
borde terminal estrecho blanco
(Cervigón y Velásquez 1980, Acero y
En el estómago de un ejemplar
Garzón-Ferreira 1991, Cervigón
examinado se encontró un ejem-
1991).
plar de Chromis multilineatus de
manera que, al igual que sus
Talla: Alcanza 88 cm de LE y 114 cm
congéneres, esta especie podría ser
de LT, con un peso de 15 Kg (Acero
de hábitos ictiófagos (Acero y
y Garzón-Ferreira 1991, Cervigón
Garzón-Ferreira 1991).
1991).

Amenazas
Distribución
geográfica Pesca principalmente artesanal con
anzuelo y nasas. Es una cherna de
excelente calidad (Cervigón 1992).
Se distribuye en las costas del norte Aunque en Venezuela es muy
de Sur América, desde Colombia abundante y de gran importancia
hasta Surinam; también registrada económica, en Colombia es una
en Jamaica; se encuentra más especie rara; sólo ha sido registrada
asociada a las aguas neríticas frías en el área del Tayrona. No se conoce
de plataforma que a las áreas el estado de esta población.
insulares de aguas oceánicas. En
Venezuela es una de las especies
de Mycteroperca más abundantes
(Cervigón y Velásquez 1980, Acero y
Medidas de
Garzón-Ferreira 1991, Cervigón conservación tomadas
1991).
Su área de distribución en Colom-
Registrada para el Caribe bia se encuentra protegida por el
colombiano (Acero et al. 1986) en las Parque Nacional Natural Tayrona.
bahías de Granate y Chengue en la Categoría global: Vulnerable, VU
ecorregión Tayrona (Garzón-Ferreira D2 (Acero en Hilton-Taylor 2000).
y Acero 1983b).

98
Mycteroperca cidi

Medidas ecología. Se recomienda darle a la


de conservación bahía de Chengue del Parque
Tayrona el estatus de Área Intan-
propuestas gible (Garzón-Ferreira y Rodríguez-
Ramírez 2001), entre otras razones
De esta especie es muy poco lo que porque alberga algunas especies
se conoce así que se sugiere un endémicas de las bahías que
estudio sobre la población en el conforman el Parque.
Tayrona y sobre su biología y

99
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Lutjanus cyanopterus
Orden
Perciformes

Familia
Lutjanidae

Especie
Lutjanus cyanopterus
(Cuvier, 1828)

Nombre común
Pargo dientón,
pargo cubera,
pargo tabardillo

Categoría Nacional
VU A3d

Diagnosis Talla: Es el pargo del Atlántico Occi-


dental que alcanza mayor talla,
máximo 160 cm de LT y puede pesar
Presenta el cuerpo relativa-
hasta 60 Kg (Botero et al. 1979, Duque
mente alargado. Dientes cónicos
y Gómez 1983, Cervigón 1993).
relativamente largos y bien
desarrollados en ambas mandí-
bulas. Anal reducida, caudal
medianamente truncada, perfil Distribución
de la aleta anal redondeado en geográfica
todas las tallas (Duque y Gómez
1983, Cervigón 1993). Distribuida en el Atlántico Occiden-
tal tropical desde el este de los
Caracteres merísticos: Dorsal: Estados Unidos, hasta la desemboca-
X,14; anal: III,7-8; pectoral: 16-
18 radios; branquiespinas en el
primer arco branquial: 6 rudi-
mentos en la rama superior y
6-8 desarrolladas en la inferior
(Cervigón 1993).

Coloración: Cabeza y cuerpo gris


más o menos claro a gris oscuro.
La cabeza es más oscura que el
resto del cuerpo. Aleta dorsal de
color pardo verdoso, anal pardo
oscuro, caudal pardo grisáceo
oscuro y pectoral débilmente
amarilla. Puntas de las espinas
de la dorsal blancas y no
cubiertas por piel; último radio
de la aleta anal blanco. En los
juveniles la coloración es
plateada (Duque y Gómez 1983,
Cervigón 1993).

100
Lutjanus cyanopterus

dura del Amazonas, incluyendo las se concentra en grandes cantida-


Bermudas y las Antillas. Escaso en des al parecer en relación con la
el golfo de México y norte de la reproducción, a profundidades en-
Florida (Duque y Gómez 1983, tre 30 y 40 m (Cervigón 1993).
Santos-Martínez y Acero 1991,
Cervigón 1993).
Amenazas
Registrada para el Caribe
colombiano (Acero y Garzón 1987b,
Es objeto de pesca artesanal e in-
Acero et al. 1984 y 1986) en las
dustrial principalmente con redes
ecorregiones Guajira: bahía Portete
de ahorque, anzuelo (Cervigón
(Garzón-Ferreira 1989); Tayrona
1992) y arpón. En Colombia esta
(Acero y Garzón 1987a); Magdalena:
especie está ampliamente distri-
bahía de Cartagena, ciénaga
buida, pero no se conoce el estado
Grande de Santa Marta y
de las poblaciones, aunque se ha
plataforma continental del golfo de
observado una disminución en su
Salamanca (Botero et al. 1979,
abundancia en los últimos años.
Santos-Martínez y Acero 1991,
Debido a su gran talla, la
Ospina y Pardo 1993, Navajas
maduración es tardía y los
1998); Morrosquillo: bahía de
ejemplares que se comercializan
Cispatá (INVEMAR 2001); Archi-
son en su mayoría inmaduros, de
piélagos Coralinos: i s l a s d e l
manera que los reproductores
Rosario y San Bernardo (Duque y
están disminuyendo.
Gómez 1983, Acero y Garzón 1985a,
Patiño y Flórez 1993); Darién:
Ya que utiliza las ciénagas y zonas
ensenadas de Pinorroa y de
de manglar como áreas de crianza,
Sapzurro en el Urabá chocoano
el deterioro de éstas es una
(Acero y Garzón 1987b) y Archi-
amenaza para la supervivencia de
piélago de San Andrés y Providencia
la especie. En general las ciénagas
(Rey y Acero en Prensa).
y lagunas costeras del Caribe
colombiano han sufrido un
deterioro acelerado debido a la
Ecología contaminación que reciben por el
aporte de los ríos que desembocan
Los grandes especímenes se en ellas. Las descargas de aguas
encuentran sobre fondos someros servidas de las zonas urbanas,
rocosos o alrededor de arrecifes en contaminantes industriales y
profundidades no mayores a 40 m. agroquímicos de las zonas rurales
Los pequeños habitan cerca de la están causando un impacto
costa, frecuentemente en áreas de negativo sobre estos ecosistemas.
manglar (Duque y Gómez 1983, Unos de las más perjudicados son
Cervigón 1993). Es un animal la bahía de Cartagena y cuerpos de
agresivo pero se adapta bien a la agua aledaños, los cuales han
cautividad y tiene un rápido ritmo llegado a un estado de máximo
de crecimiento (Cervigón 1993). deterioro por la anoxia predo-
minante en la mayor parte del
Se alimenta principalmente de fondo (Marín 2001). Dicha
peces, también de camarones y contaminación también afecta a los
cangrejos (Botero et al. 1979, Allen manglares asociados a estos
1985). En los meses de junio y julio cuerpos de agua los cuales se han

101
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Lutjanus cyanopterus

degradado aceleradamente en el Su área de distribución se


Caribe colombiano. Además, encuentra parcialmente protegida
tensores antrópicos como las por los Parques Nacionales Natu-
interrupciones de los flujos rales Tayrona y Corales del Rosario
hídricos han propiciado la hiper- y San Bernardo. Categoría global:
salinización de los suelos, Vulnerable, VU A2d (Huntsman en
ocasionado mortandades de Hilton-Taylor 2000).
bosques. Asimismo, el relleno de
sus suelos, para desarrollo
urbanístico con fines turísticos, la Medidas
tala irracional de bosques con fines de conservación
económicos y para la creación de
fincas camaroneras son factores
propuestas
que atentan contra estos ecosis-
temas denominados frágiles Se debe estudiar la biología de la
(Casas-Monroy 2001). especie en el Caribe colombiano,
con el fin de determinar la talla
mínima de captura y establecer
Medidas de vedas en la época de reproducción,
conservación tomadas la cual aparentemente ocurre en-
tre junio y julio en otras áreas del
Caribe. Adicionalmente se podría
El Acuerdo No 00013 de octubre 12
incentivar el cultivo de la especie
del 2000 estableció la cuota de
en cautiverio con fines de
pesca de los pargos en general, en
repoblamiento.
6200 ton en los espacios marítimos
jurisdiccionales del Caribe colom-
biano para la vigencia del año 2001.

102
Orden
Perciformes

Familia
Gerreidae

Especie
Eugerres plumieri
(Cuvier, 1830)

Nombre común
Mojarra rayada

Categoría Nacional
VU A2ad

Diagnosis o franjas longitudinales estrechas de


color pardo oscuro a los lados del
cuerpo, que siguen las hileras de
El género Eugerres se diferencia
escamas. Aletas dorsal y caudal
por presentar el cuerpo lateral-
sombreadas; parte frontal de la
mente muy comprimido y alto.
segunda espina de la dorsal negra.
Boca pequeña y terminal,
Aletas anal y pélvicas de color
exageradamente protráctil. Parte
amarillo anaranjado. Rostro gris
anterior de ambas mandíbulas
oscuro (Cervigón 1993).
provista de pequeños dientes.
Borde preopercular aserrado.
Talla: Alcanza una talla máxima
Escamas cicloides grandes.
aproximada de 40 cm LT (Riaño y
Espinas de las aletas bien
Salazar 1982, Rueda y Santos-
desarrolladas. Aletas pectorales
Martínez 1999).
largas y puntiagudas. Esta
especie difiere de Eugerres
brasilianus principalmente por el
número de branquiespinas en la
rama inferior del primer arco; de
todas las demás especies de la
familia por la presencia de las
franjas oscuras longitudinales a
los lados del cuerpo (Cervigón
1993).

Caracteres merísticos: Dorsal:


IX,10; anal: III,8; pectoral: 16-
17 radios; branquiespinas en la
rama inferior del primer arco: 13-
15 (Cervigón 1993).

Coloración: Cuerpo plateado con


tonalidades azul verdoso hacia
la parte dorsal. Con 10-12 líneas

103
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Distribución et al. 1979, Riaño y Salazar 1982,
geográfica Arenas-Granados 1990, Cervigón
1993).

Distribuida en el Atlántico Occi- Omnívoro, con preferencia por los


dental tropical, desde Carolina del invertebrados bentónicos (Botero et
Sur por las costas insulares y al. 1979, Parra 1997, Santos-
continentales del mar Caribe, Martínez et al.1998), específi-
hasta Venezuela (Cervigón 1993). camente bivalvos. Incluye también
gasterópodos, poliquetos, crus-
Registrada para el Caribe táceos e insectos y algunos peces
colombiano (Acero et al. 1986) en pequeños (Riaño y Salazar 1982,
las ecorregiones Guajira: bahía Arenas-Granados 1990). En la
Portete (Garzón-Ferreira 1989) y ciénaga Grande de Santa Marta
plataforma continental (Manjarrés (CGSM) se encontró que el bivalvo
et al. 1988); Tayrona: bahía de Mytilopsis sallei es el alimento
Chengue; Magdalena: ciénaga de predominante de esta especie, sin
Tesca, península de Castillo embargo, en épocas de baja
Grande en la bahía de Cartagena, salinidad se encontró una alta
ciénaga de Mallorquín, golfo de proporción de materia orgánica no
Salamanca y ciénaga Grande de determinable en su contenido
Santa Marta (Rubio 1975, Botero et estomacal (Arenas-Granados y
al. 1979, Riaño y Salazar 1982, Are- Acero 1992).
nas-Granados 1990, Ospina y
Pardo 1993, Rueda y Santos- Se encuentra en las bocas de los
Martínez 1999, Duarte et al. 1999, estuarios y ciénagas cuando llega
Arrieta y De la Rosa 2000); a la madurez sexual, a los 20 cm
Morrosquillo: ciénaga de la LT, buscando aguas de mayor
Caimanera y bahía de Cispatá salinidad (Rueda y Santos-Martínez
(López et al. 1991, Parra 1997, 1999). La población de la CGSM ha
INVEMAR 2001); Archipiélagos sobrevivido debido a su alta
Coralinos: islas de San Bernardo fecundidad y al hecho de que desova
(Patiño y Flórez 1993); Darién (Rey durante todo el año, con una
y Acero en prensa) y Archipiélago de postura masiva posiblemente entre
San Andrés y Providencia (Barriga et abril y junio (Rubio 1975, Arenas-
al. 1969 Granados 1990, Rueda y Sánchez
1997); el número de huevos por
hembra está entre 85000 - 955000
Ecología (Santos-Martínez et al. 1998).

Es una especie demersal tropical


que habita preferentemente las Amenazas
aguas costeras de fondos someros
y fangosos o fango-arenosos. Es En la década de los 90 aún se
muy común en las lagunas litorales consideraba la mojarra rayada
y estuarios con vegetación de como uno de los tres principales
manglares, con un amplio rango de recursos pesqueros de la CGSM.
salinidad; es la única mojarra que Situación que ha cambiado en los
puede tener todo su ciclo de vida últimos años, ya que de casi 1000
en agua dulce (Rubio 1975, Botero ton que se obtenían anualmente

104
en 1995, se redujo a menos de 200 cos han propiciado la hipersali-
ton para el 2001 (Grupo Ecología nización de los suelos, ocasionado
Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). mortandades de bosques. Así
Esta disminución en la captura se mismo, el relleno de sus suelos,
debe principalmente a la muerte para desarrollo urbanístico con
de los bancos de ostras, específi- fines turísticos, la tala irracional
camente del mitílido M. sallei, que de bosques con fines económicos
constituían el principal alimento y para la creación de fincas
de esta especie. Las causas de la camaroneras son factores que
desaparición del bivalvo no se han atentan contra estos ecosistemas
establecido con certeza, pero se denominados frágiles (Casas-
cree que fue debido a múltiples Monroy 2001).
factores que incluyen el aumento
de la cantidad de sedimento La presión pesquera sobre la
suspen-dido, la concentración de mojarra rayada en la CGSM fue
contaminantes, especialmente muy alta en el pasado, haciendo
organoclorados aportados por los disminuir la talla mínima de
ríos de la Sierra Nevada de Santa captura, de 22 cm en los años 70,
Marta y los cambios en las a 19 cm en los 90, lo que sin duda
condiciones del agua especial- contribuyó a la disminución
mente el brusco descenso en la paulatina de la población; sin em-
salinidad tras la apertura de los bargo en la actualidad esta talla se
caños de agua dulce provenientes ha estabilizado de nuevo en 22 cm
del río Magdalena (Grupo Ecología (Grupo Ecología Pesquera,
Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). INVEMAR. Com. Pers.). La talla
media de madurez disminuyó
En general las ciénagas y lagunas también, de 22 cm en la década de
costeras del Caribe colombiano los 70, a 20 cm en los 90 (Rubio
han sufrido un deterioro acelerado 1975, Santos-Martínez et al. 1998,
debido a la contaminación que Rueda y Santos-Martínez 1999).
reciben por el aporte de los ríos Durante la época de más alto
que desembocan en ellas. Las aprovechamiento de este recurso,
descar-gas de aguas servidas de las se implementó el uso del boliche
zonas urbanas, contaminantes para su pesca, lo que contribuyó a
industriales y agroquímicos de las la muerte de las ostras, ya que la
zonas rurales están causando un presión pesquera se ejercía
impacto negativo sobre estos directamente sobre los bancos,
ecosistemas. Unos de las más perjudicando las poblaciones de
perjudicados son la bahía de bivalvos con el sedimento levan-
Cartagena y cuerpos de agua tado con el uso de este método
aledaños, los cuales han llegado agresivo (Grupo Ecología Pesquera,
a un estado de máximo deterioro INVEMAR. Com. Pers.).
por la anoxia predominante en la
mayor parte del fondo (Marín 2001).
Dicha contaminación también
afecta a los manglares asociados
a estos cuerpos de agua los cuales
se han degradado aceleradamente
en el Caribe colombiano. Además,
tensores antrópicos como las
interrupciones de los flujos hídri-

105
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Medidas de estudiarse la posibilidad de
conservación tomadas implantar una veda total o parcial
para esta especie.

El Acuerdo No 00013 de octubre 12 Urge hacer una evaluación de la


del 2000 estableció la cuota global población y estudios tróficos
de pesca de las mojarras en 6200 actuales para determinar cuantita-
ton en los espacios marítimos tivamente el efecto de la desa-
jurisdiccionales del Caribe colom- parición de los bivalvos y si hay
biano para la vigencia del año 2001. reemplazo de la principal categoría
Se ha establecido un acuerdo ver- trófica de la mojarra; además
bal con los pescadores en la CGSM, adelantar estudios que permitan
para establecer la talla mínima de determinar la estructura genética
captura a los 20 cm (Grupo Ecología de las diversas poblaciones del
Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). país (Grupo Ecología Pesquera,
INVEMAR. Com. Pers.).
Parte de su área de distribución
está protegida por la Reserva de Conjuntamente con estas medidas
Biosfera y Humedal RAMSAR de la debe hacerse un mantenimiento
CGSM, también por la Vía Parque regular de las obras hidráulicas en
Isla de Salamanca y el Santuario los ríos y caños que provienen del
de Fauna Flora de la CGSM. río Magdalena y aquellos que bajan
de la Sierra Nevada de Santa Marta
y alimentan la CGSM, esto con el
Medidas fin de mejorar la calidad del agua y
de conservación disminuir el aporte de sedimentos
propuestas a la ciénaga (Grupo Ecología
Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).
Todas estas medidas deben ir
Se debe erradicar el boliche como acompañadas de una sensi-
método de pesca. Aunque en la bilización de la población por medio
CGSM existe el acuerdo con los de la educación ambiental, así
pescadores de controlar los como el establecimiento de
tamaños de malla y a su vez la talla mecanismos de vigilancia y control
mínima de captura, se debe efectivos (Grupo Ecología Pes-
reglamentar oficialmente. Podría quera, INVEMAR. Com. Pers.).

106
Orden
Perciformes

Familia
Haemulidae

Especie
Anisotremus moricandi
Ranzani, 1842

Nombre común
Burrito rayado

Categoría Nacional
VU B2b(iii)

Diagnosis extienden desde la cabeza. Dos ocelos


de color café oscuro en la superficie
del pedúnculo caudal; el primero
Lo que más diferencia a esta
alargado y ubicado inmediatamente
especie de las demás del género
después de la aleta dorsal. Cuerpo
es la coloración y la presencia
pálido ventralmente. Aletas pigmen-
de siete u ocho hileras de
tadas con amarillo, excepto las
escamas desde la base de la
pélvicas que son negras. Seis bandas
primera aleta dorsal espinosa
horizontales blancas angostas en los
hasta la línea lateral. Número
lados del cuerpo y una mancha oscura
de escamas de la línea lateral:
a los lados del pedúnculo caudal. Una
56-58. Altura del cuerpo 2.2-2.7
barra blanca posterior al ojo. Faringe
veces en la LE (Acero y Garzón
e interior de la boca rojos (Acero y
1982). Presenta el preopérculo
Garzón 1982).
finamente aserrado, ninguna de
las sierras dirigidas hacia
adelante. Porciones blandas de
las aletas dorsal y anal
desprovistas de escamas o,
cuando existen, solamente
cubren la parte basal de las
mismas o forman una hilera
detrás de cada radio. Cuerpo
corto y alto. Cabeza y rostro
cortos; labios gruesos (Cervigón
1993).

Caracteres merísticos: Dorsal:


XII,15-17, cuarto y quinto radios
largos; anal: III, 9; pectoral: 16-
17 radios; branquiespinas en el
primer arco: 23-25 (Acero y
Garzón 1982).

Coloración: En vida posee la


cabeza y cuerpo café oscuro con
dorado. Las líneas blancas no se
107
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Talla: Es la especie más pequeña En cuanto a sus hábitos
del género Anisotremus, el individuo alimentarios, solo se conoce el
colectado de mayor tamaño alcanzó contenido estomacal de un
18 cm (Acero y Garzón 1982). individuo colectado y contenía
restos de cangrejos, algas
filamentosas, gasterópodos y
Distribución poliquetos (Acero y Garzón 1982).
geográfica
Amenazas
Especie conocida únicamente en
Brasil, Venezuela, Aruba, Colom- Por tener una distribución tan
bia y Panamá (Acero y Garzón 1982, restringida, la principal amenaza
Cervigón 1992). Al parecer su para esta especie es la destrucción
distribución es discontinua, pues del hábitat.
en Venezuela solo ha sido
marginalmente registrada para La
Orchila y no se conoce en las Medidas de
Guayanas (Acero y Garzón 1982). conservación tomadas
En el Caribe colombiano ha sido
Parte de su área de distribución se
registrada para las ecorregiones
encuentra protegida por el Parque
Tayrona y Magdalena: en el área de
Nacional Natural Tayrona.
Cartagena (Acero y Garzón 1982,
Categoría global: En Peligro, EN
Acero y Garzón 1987a) y en isla
A2c (Acero en Hilton-Taylor 2000).
Arena frente a Galerazamba (J.
Garzón-Ferreira, Com. Pers.)

Medidas
Ecología de conservación
propuestas
Especie solitaria y nocturna.
Aparentemente evita las aguas En isla Arena (Departamento del
transparentes y las condiciones Atlántico) esta especie se
insulares y prefiere las costeras encuentra bien representada. Se
continentales con aguas turbias. podría incluir esta isla dentro del
Los juveniles están restringidos a Sistema de Parques Nacionales
arrecifes rocosos someros. Los Naturales.
adultos observados en Colombia se
encuentran entre 1.5 y 4.0 m de
profundidad en aguas turbias
(Acero y Garzón 1982).

108
Orden
Perciformes

Familia
Labridae

Especie
Lachnolaimus maximus
(Walbaum, 1792)

Nombre común
Pargo pluma,
doncella de pluma

Categoría Nacional
EN A2ad + 3d

Diagnosis con dos o tres rayas verticales pardas;


pélvicas de color rojo púrpura y pec-
torales amarillentas. Los machos
El género Lachnolaimus se
adultos tienen generalmente una
caracteriza principalmente por
franja oscura en la cabeza que se
tener 14 espinas en la aleta dor-
extiende desde el extremo del rostro
sal, de las cuales las tres
hasta el origen de la aleta dorsal
primeras están prolongadas en
(Cervigón 1993).
un largo filamento. El cuerpo es
lateralmente comprimido y muy
Talla: Randall (1996) estima que la
alto. El rostro aguzado y
talla máxima es de 81.3 cm y el peso
prominente. Mejilla y opérculo
superior a 11 Kg.
cubiertos de escamas. El perfil
de la aleta caudal es ligeramente
cóncavo en juveniles y con los
lóbulos delgados y prolongados
en adultos (Baruque 1978,
Cervigón 1993).

Caracteres merísticos: Dorsal:


XIV,11; anal III,10-11; pectoral:
15-16 radios; branquiespinas en
el primer arco branquial: 5-6+10-
12 (Randall 1996).

Coloración: Presenta muchas


variaciones. El patrón más
común es un color de fondo
rosado o rojo ladrillo con los
bordes de las escamas rojo
amarillento. Presenta una
mancha negra redondeada sobre
la base de los cuatro últimos
radios de la dorsal que se
extiende también por el área dor-
sal adyacente. Aleta caudal roja
109
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Distribución desaparecido prácticamente de las
geográfica islas del Rosario y San Bernardo.

Como habitante de los arrecifes


Desde el sureste de los Estados coralinos, el deterioro de estos puede
Unidos y Bermudas hasta las costas afectar seriamente su supervivencia.
de Guayana, exceptuando el noroeste En los últimos años se ha visto cómo
del golfo de México (Cervigón 1993). los arrecifes del Caribe colombiano se
han degradado constantemente y la
Registrada para las ecorregiones cobertura del coral ha disminuido
Guajira: bahía Portete (Garzón-Ferreira como consecuencia de las enferme-
1989) y plataforma continental dades, el blanqueamiento coralino y
(Baruque 1978, Manjarrés et al. 2001); los daños físicos sufridos por causas
Palomino; Tayrona (Camacho y Galvis naturales o antropogénicas. Factores
1980); Magdalena; Morrosquillo (Patiño como el calentamiento global del agua,
y Flórez 1993); Archipielagos Coralinos turbidez, sedimentación y contami-
(Rey y Acero en prensa); Archipiélago nación son en gran medida los respon-
de San Andrés y Providencia (Gómez y sables de este deterioro. En San
Victoria 1980, Garzón-Ferreira y Acero Andrés ha habido una tendencia
1983; Mejía et al. 1998, Pomare 1999). sostenida de reducción de cobertura
coralina, de 70% en los años 70, a
menos de 25% en el 2000 (Garzón-
Ecología Ferreira y Rodríguez-Ramírez 2001).

Habita fondos coralinos o rocosos y a


veces rocoso-arenosos en áreas de Medidas de
aguas claras, a profundidades conservación tomadas
someras y medias (Baruque 1978,
Cervigón 1993). Presenta estra-
Parte de su área de distribución se
tificación vertical, los juveniles viven
encuentra protegida por el Parque
en aguas someras y los adultos en
Nacional Natural Tayrona y el Área
aguas más profundas (Camacho y
de Manejo Especial los Corales del
Galvis 1980). El pargo pluma se
archipiélago de San Andrés, Provi-
alimenta principalmente de moluscos,
dencia, Santa Catalina y Cayos,
tanto gasterópodos como bivalvos
declarada como la Reserva de Biosfera
(Cervigón 1993).
“Sea Flower”. Categoría global: Vulner-
able VU A2d (Huntsman en Hilton-
Taylor 2000).
Amenazas
La principal amenaza es la Medidas
sobrepesca. Se captura artesanal- de conservación
mente con anzuelo, nasas y redes
playeras. Ocasionalmente con redes
propuestas
de arrastre de fondo (Cervigón 1992) y
arpón. También es apreciado en la Se debe establecer la veda total y
pesca deportiva y para acuarios monitoreo de las poblaciones.
(Camacho y Galvis 1980). En Colom-
bia no se conoce el estado de su
población, aunque se sabe que ha

110
Orden
Perciformes

Familia
Scaridae

Especie
Scarus guacamaia
Cuvier, 1829

Nombre común
Lora, loro guacamayo

Categoría Nacional
VU A2ad

Diagnosis atraviesa el mentón y llega a la región


suborbitaria de cada lado. Los
ejemplares mayores de 22.5 cm de LE
El género Scarus se caracteriza
presentan un patrón característico de
principalmente por tener los
coloración en el que se combinan el
dientes fusionados entre sí
pardo anaranjado y el verde brillante.
formando una placa en cada
La coloración general es parda
mandíbula, la inferior encaja en
anaranjada con los centros de las
la parte interna de la superior a
escamas verdes. Lados de la cabeza
semejanza del pico de un loro,
pardo anaranjado con manchas y
de ahí su nombre común
líneas verde azulado. Borde subter-
(Cervigón 1994). La caracterís-
minal del mentón azul verdoso y parte
tica principal e inconfundible de
inferior del ojo con una raya verde.
esta especie es la coloración,
Aleta pectoral verde amarillento con
especialmente de los adultos. La
el radio superior verde-azulado.
aleta caudal es ligeramente
Aletas dorsal, anal, pélvicas y caudal
convexa o truncada en los juve-
pardo anaranjadas con el margen
niles y con lóbulos largos y
puntiagudos en los adultos
(Cervigón 1994).

Caracteres merísticos: Dorsal:


IX,10; anal: III,9; pectoral 16 ra-
dios (Cervigón 1994).

Coloración: Los juveniles


presentan los lados del cuerpo
con la mitad posterior de las
escamas amarillo ocre y la an-
terior gris azulado finamente
pigmentada de oscuro. Todas las
aletas amarillo ocre finamente
pigmentadas, excepto las pecto-
rales que son transparentes e
incoloras. Cabeza pardo oscuro,
más densamente pigmentada
que el cuerpo. Una franja azul

111
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
azul-verdoso. Placas dentarias verde tre las formaciones coralinas
oscuro. La combi-nación de los dos alimentándose de algas, las cuales
colores, pardo anaranjado y verde varía obtienen raspando los corales
en los diferentes ejemplares (Cervigón muertos con sus placas dentarias
1994). (Cervigón 1994).

Talla: 94 cm LT y más de 20 Kg de
peso (Randall 1996). Amenazas
Es objeto de pesca comercial
Distribución (Camacho y Galvis 1980) y se
geográfica captura con nasas de boca muy
ancha y ocasionalmente con redes
Desde Bermudas y sur de Florida de enmalle (Cervigón 1992) y arpón.
hasta el sur de Brasil, incluyendo En Colombia ha cobrado impor-
todo el mar Caribe; excepcional- tancia en los últimos años.
mente llega hasta Argentina Anteriormente esta especie no se
(Cervigón 1994). consumía, pero ante la dismi-
nución de las pesquerías tradicio-
Registrada para el Caribe nales la lora comenzó a ser extraída
colombiano (Acero et al. 1984 y para consumo humano. No se
1986) en las ecorregiones Guajira: conoce el estado de las poblaciones
bahía Portete (Garzón-Ferreira pero se ha observado una continua
1989); Tayrona (Camacho y Galvis disminución.
1980, Acero y Garzón 1987);
Magdalena (Rey y Acero en prensa); Como habitante de los arrecifes
Archipiélagos Coralinos: islas del coralinos, el deterioro de estos
Rosario y San Bernardo (Köster puede afectar seriamente su
1979, Acero y Garzón 1985a) y supervivencia. En los últimos años
Archipiélago de San Andrés y se ha visto cómo los arrecifes del
Providencia (Gómez y Victoria 1980, Caribe colombiano se han degra-
Garzón-Ferreira y Acero 1983a, dado constantemente y la cober-
Mejía et al. 1998). tura del coral ha disminuido como
consecuencia de las enfer-
medades, el blanqueamiento
coralino y los daños físicos sufridos
Ecología por causas naturales o antropo-
génicas. Factores como el calenta-
Es una especie común en fondos miento global del agua, turbidez,
someros de aguas claras con sedimentación y contaminación
arrecifes coralinos o rocosos; los son en gran medida los respon-
pequeños juveniles se encuentran sables de este deterioro. En San
en praderas de fanerógamas mari- Andrés ha habido una tendencia
nas o áreas de manglar (Camacho sostenida de reducción de
y Galvis 1980, Cervigón 1994). Los cobertura coralina, de 70% en los
adultos a menudo nadan en grupos años 70, a menos de 25% en el 2000
más o menos numerosos, general- (Garzón-Ferreira y Rodríguez-
mente entre 5 y 20 individuos, en- Ramírez 2001).

112
Medidas de Catalina y Cayos, declarada como
conservación tomadas la Reserva de Biosfera “Sea
Flower”. Categoría global: Vulner-
able, VU A1d + 2d (Roberts en
Parte de su área de distribución se Hilton-Taylor 2000).
encuentra protegida por los
Parques Nacionales Naturales Medidas
Corales del Rosario y San
Bernardo, Tayrona y “Old Provi- de conservación
dence and McBean Lagoon”, propuestas
también por el Área de Manejo Es-
pecial los Corales del archipiélago Veda total y protección del hábitat.
de San Andrés, Providencia, Santa

113
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Perciformes

Familia
Chaenopsidae

Especie
Emblemariopsis
tayrona
(Acero, 1987)

Nombre común
Ninguno conocido
para el área

Categoría Nacional
VU D2

Diagnosis Coloración: Los machos son de color


café pálido con la cabeza café oscura
dorsalmente y con manchas algunas
Se caracteriza por poseer un
veces en forma de bandas. Parte dis-
cuerpo elongado y comprimido.
tal de la membrana de la primera a la
Cabeza desprovista de espinas
quinta espina de la dorsal roja.
o papilas sensoriales, con un par
Hembras muy pálidas, algunas
de cirros supraorbitales; rostro
translúcidas. La membrana de la dor-
corto con el nostril anterior tu-
sal solo con melanóforos (Acero 1987).
bular, situado en la parte ante-
Talla: De tamaño pequeño, máximo
rior de la concavidad que
24 mm LT (Acero 1987).
contiene la roseta nasal. Labios
protuberantes; mandíbulas con
numerosos dientes pequeños,
aparentemente uniseriales. Ra-
dios branquiostegos y membrana
formando un borde entero
funcional que cubre las bran-
quias. Primera espina de la aleta
dorsal con una membrana a
manera de bandera; últimos ra-
dios de la dorsal y de la anal
adheridos por una membrana al
pedúnculo caudal; pectorales
más largas que las pélvicas.
Presenta dimorfismo sexual en
la coloración, además los ma-
chos tienen las dos primeras
espinas dorsales similares en
longitud (Acero 1987).

Caracteres merísticos: Dorsal


XIX-XXI, 11-13, elementos en
total: 30-32; anal II, 18-22; pec-
toral 13-14 radios (Acero 1987).

114
Distribución calentamiento global del agua,
geográfica turbidez, sedimentación y contami-
nación son en gran medida los
responsables de este deterioro
Conocida únicamente en el Caribe (Garzón-Ferreira y Rodríguez-
colombiano, en los litorales rocosos Ramírez 2001).
y arrecifes coralinos de las ecorre-
giones Guajira, Tayrona y Archipiél- Medidas de
agos Coralinos, desde la isla Tierra
Bomba (Cartagena), hasta bahía conservación tomadas
Portete en la Guajira (Acero 1987,
Garzón-Ferreira 1989). Ninguna para la especie, sin
embargo parte de su área de
distribución se encuentra prote-
Ecología gida por el Parque Nacional Natural
Tayrona. Categoría global: Vulne-
rable, VU D2 (Acero en Hilton-
Se ha colectado en arrecifes de
Taylor 2000).
coral o rocosos, entre 2 y 20 m de
profundidad en zonas sin fuerte
oleaje. Los machos viven en
conchas vacías de balanos y en
Medidas
huecos perforados por poliquetos. de conservación
Las hembras no ocupan estas propuestas
cavidades, pero también son
crípticas encontrándose entre Básicamente se deben proteger los
corales y rocas (Acero 1987). arrecifes coralinos, muchos de los
cuales se encuentran incluidos
dentro del Sistema de Parques
Amenazas Nacionales Naturales. Aunque este
es un paso importante en su
Por ser endémica de Colombia, con conservación, es claro que se debe
una distribución tan restringida, el hacer un esfuerzo para que las
deterioro del hábitat puede afectar medidas de protección se cumplan.
seriamente su supervivencia. En Se recomienda darle a la bahía de
los últimos años se ha visto cómo Chengue del Parque Tayrona el
los arrecifes del Caribe colombiano estatus de Área Intangible
se han degradado constantemente (Garzón-Ferreira y Rodríguez-
y la cobertura del coral ha Ramírez 2001), entre otras razones
disminuido como consecuencia de porque alberga algunas especies
las enfermedades, el blanquea- endémicas de las bahías que
miento coralino y los daños físicos conforman el Parque.
sufridos por causas naturales o
antropogénicas. Factores como el

115
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Perciformes

Familia
Gobiidae

Especie
Priolepis robinsi
Garzón-Ferreira
y Acero, 1991

Nombre común
Ninguno conocido
para el área

Categoría Nacional
VU D2

Diagnosis 16-18 radios. Escamas de la línea la-


teral 32-36. Escamas transversas 14-
16, escamas predorsales 16-18 (Gar-
El género Priolepis se caracteriza
zón-Ferreira y Acero 1991).
por carecer de poros de la línea
lateral en la cabeza; tener el
Coloración: Presenta un patrón de
pecho, la nuca y la base de la
barras oscuras y claras, las primeras
pectoral cubiertos de escamas
de color naranja a marrón en ejem-
y la segunda espina de la dorsal
plares vivos. Banda negra en la base
prolongada en filamento (Cervi-
de la primera aleta dorsal más inten-
gón 1994). La especie tiene la
sa en las primeras tres o cuatro espi-
cabeza y el cuerpo robustos.
nas. Aletas dorsal, anal y caudal con
Escamas ctenoides en todo el
puntos naranja intensamente colo-
cuerpo y cicloides en la base de
reados, organizados en hileras (Gar-
la aleta pectoral, ausentes en
zón-Ferreira y Acero 1991).
el opérculo y el preopérculo.
Cabeza con numerosas papilas;
boca oblicua y terminal con
bandas de dientes villiformes
(muy pequeños) en las
mandíbulas. Presenta dimor-
fismo sexual en los ejemplares
de más de 20 mm LT; los ma-
chos tienen la papila genital
más larga, cónica y con dos
lóbulos terminales muy cerca-
nos, mientras que la de las
hembras es más corta, cilín-
drica, con un prominente orificio
terminal y los lóbulos termina-
les son ampliamente espaciados
(Garzón-Ferreira y Acero 1991).

Caracteres merísticos: Dorsal:


VI,11; anal: 9-10; pectoral:
116
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Talla: Especie pequeña, la máxima antropogénicas. Factores como el
talla registrada es de 34.3 mm LE calentamiento global del agua, tur-
(Garzón-Ferreira y Acero 1991). bidez, sedimentación y contamina-
ción son en gran medida los res-
ponsables de este deterioro (Gar-
Distribución zón-Ferreira y Rodríguez-Ramírez
geográfica 2001). Estas razones nos han lle-
vado a categorizarla como vulnera-
ble.
Aparentemente endémico de la
ecorregión Tayrona (Garzón-
Ferreira y Acero 1991). Medidas de
conservación tomadas
Ecología
Su área de distribución se encuen-
Habita en áreas coralinas. Se en- tra protegida por el Parque Nacio-
cuentra sobre fondos compuestos nal Natural Tayrona. Categoría glo-
de arenas, rocas, cascajo algas y bal: Bajo Riesgo, LR nt (Acero en
esponjas; también sobre los nidos Hilton-Taylor 2000).
del pez Malacanthus plumieri, cons-
truidos con cascajo coralino sobre
fondos blandos, afuera de la base Medidas
del arrecife. Vive entre los 5 y 27 m de conservación
de profundidad. Se alimenta de propuestas
crustáceos y peces pequeños (Gar-
zón-Ferreira y Acero 1991).
Básicamente se debe proteger el
hábitat, en este caso los arrecifes
Amenazas coralinos de la región de Santa
Marta. Aunque gran parte de ellos
se encuentran dentro del Parque
Aunque fue categorizada original- Nacional Natural Tayrona, es cla-
mente como de bajo riesgo, esta ro que se debe hacer un esfuerzo
especie no ha sido encontrada en para que las medidas de protección
otras localidades del Caribe, lo que se cumplan.
hace suponer con un alto grado de
probabilidad que efectivamente Se recomienda darle a la bahía de
esta especie es endémica del área. Chengue del Parque Tayrona el
Siendo exclusiva de un área tan estatus de Área Intangible (Gar-
pequeña, su principal amenaza es zón-Ferreira y Rodríguez-Ramírez
la destrucción del hábitat. En los 2001), entre otras razones porque
últimos años se ha visto cómo los alberga algunas especies endémi-
arrecifes del Caribe colombiano se cas de las bahías que conforman
han degradado constantemente y el Parque.
la cobertura del coral ha disminui-
do como consecuencia de las en-
fermedades, el blanqueamiento
coralino y los daños físicos sufri-
dos por causas naturales o

117
Orden
Tetraodontiformes

Familia
Balistidae

Especie
Balistes vetula
Linnaeus, 1758

Nombre común
Pejepuerco, cachuo,
cachua, oldwife

Categoría Nacional
EN A2ad + 3d

Diagnosis Distribución
geográfica
Lo que caracteriza a esta espe-
cie es su coloración y los carac- Desde el nordeste de los Estados
teres merísticos. Los lóbulos de Unidos y las Bermudas hasta el su-
la aleta caudal son filamentosos reste del Brasil, a lo largo de la costa
y su longitud relativa aumenta del Caribe y en la plataforma de las
con la edad (Cervigón 1996). Antillas (Lara y Cabra 1984, Cervigón
1996, Smith-Vaniz et al. 1999). Tam-
Caracteres merísticos: Dorsal: bién se encuentra en el Atlántico
III-29-31, anal: 26-28, pectoral: Oriental (Cervigón 1996).
15-16 (Randall 1996).

Coloración: Es muy llamativa,


con tonos verde oliva o grisáceos
hacia la parte dorsal y amarillo
naranja en la ventral. Tiene so-
bre la mejilla dos franjas azules
características de la especie que
se curvan hacia la región ven-
tral por delante de las pectorales.
Alrededor de los ojos presenta
rayas azules radiales, bordeadas
de amarillo. Pedúnculo caudal
con una franja azul clara
(Cervigón 1996).

Talla: Alcanza una talla de 60 cm


LT (Smith-Vaniz et al.1999).

118
Registrada para el Caribe colombia- de Menezes 1979, Camacho y
no (Acero et al. 1984 y 1986) en las Galvis 1980, Duarte y Schiller
ecorregiones Guajira: plataforma 1997).
continental (Manjarrés et al. 2001);
Tayrona (Camacho y Galvis 1980, La proporción de machos a hem-
Acero y Garzón 1987a); Magdalena: bras es 3:1. Cada hembra tiene
golfo de Salamanca (Duarte y entre 165 y 600 huevos y alcanzan
Schiller 1997); Morrosquillo; Archi- la madurez en los meses de enero
piélagos Coralinos: islas de San Ber- a abril y de julio a agosto cuando
nardo y del Rosario (Köster 1979, llega a 26.9-32.1 cm de longitud. El
Patiño y Flórez 1993); Darién: en las desove se efectúa de abril a mayo.
formaciones arrecifales del Urabá Las hembras depositan sus hue-
chocoano (Mejía Obs. Pers.) y Ar- vos en el fondo o en un agujero
chipiélago de San Andrés y Providen- sobre la arena y el macho fecunda
cia (Gómez y Victoria 1980, Garzón- los huevos; la eclosión dura 50 a
Ferreira y Acero 1983a, Lara y Ca- 55 horas (Ferreira de Menezes 1979
bra 1984, Mejía et al. 1998, Pomare y 1985). Las larvas suben a la su-
1999). perficie donde forman parte del
plancton y en enero y febrero apa-
Ecología recen los juveniles, los cuales son
comunes en aguas con concentra-
ciones de Sargassum (Godoy y Es-
Es una especie demersal con pre-
cobar 1984).
ferencia por fondos someros de
aguas claras generalmente con
arrecifes coralinos y corales blan-
dos pero no necesariamente en Amenazas
áreas insulares oceánicas; tam-
bién es común en zonas arenosas La principal amenaza es la
y fondos blandos de la plataforma sobrepesca; se captura principal-
continental (Lara y Cabra 1984, mente con anzuelo, nasas y arpón.
Cervigón 1996, Duarte y Schiller También se comercializa viva para
1997). acuarios (Camacho y Galvis 1980,
Cervigón 1992). En el archipiélago
Carnívoro y generalista, su compor- de San Andrés y Providencia, esta
tamiento es versátil y oportunista especie es base para la alimen-
con hábitos alimentarios diurnos. tación de las poblaciones locales.
Su dieta es esencialmente En los últimos años la cachúa ha
epibentónica, es decir, se alimen- sido sometida a una pesca indis-
ta de la fauna que habita sobre el criminada en la mayoría de las
fondo, lo cual es más evidente en localidades donde se le conoce,
los juveniles, a juzgar por el alto llevándola a una disminución
contenido de arena, piedras y cas- preocupante de sus poblaciones.
cajo de coral en el tracto digestivo. En muchos de los lugares donde
Estos se alimentan de crustáceos, solía ser abundante es ahora
moluscos, foraminíferos, anélidos, escasa o muy rara.
celenterados, equinodermos, es-
ponjas y briozoos. Los adultos in- Como habitante de los arrecifes
cluyen en su dieta peces, crustá- coralinos, el deterioro de estos
ceos, moluscos, foraminíferos, puede afectar seriamente su super-
equinodermos y anélidos (Ferreira vivencia. En los últimos años se
ha visto cómo los arrecifes del
119
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. Marisol Santos-Acevedo
Caribe colombiano se han degra- Parte de su área de distribución se
dado constantemente y la cobertu- encuentra protegida por los Parques
ra del coral ha disminuido como Nacionales Naturales Tayrona y
consecuencia de las enfermedades, Corales del Rosario y San Bernardo
el blanqueamiento coralino y los y por el Área de Manejo Especial los
daños físicos sufridos por causas Corales del archipiélago de San An-
naturales o antropogénicas. Facto- drés, Providencia, Santa Catalina y
res como el calentamiento global Cayos, declarada como la Reserva
del agua, turbidez, sedimentación de Biosfera “Sea Flower”. Categoría
y contaminación son en gran me- global: Vulnerable, VU A2d (Roberts
dida los responsables de este de- en Hilton-Taylor 2000).
terioro. En San Andrés ha habido
una tendencia sostenida de reduc-
ción de cobertura coralina, de 70% Medidas
en los años 70, a menos de 25% de conservación
en el 2000 (Garzón-Ferreira y
Rodríguez-Ramírez 2001).
propuestas
Para poder tomar medidas de con-
Medidas de servación como vedas durante la
época de reproducción y tallas mí-
conservación tomadas nimas de captura, se deben prime-
ro incentivar estudios sobre su bio-
El Acuerdo No 00013 de octubre 12 logía en nuestras costas, simultá-
del 2000 estableció la cuota de neamente con una veda total por
pesca de la cachúa en 6200 ton en un tiempo mientras se recupera la
los espacios marítimos jurisdic- población.
cionales del Caribe colombiano
para la vigencia del año 2001.

120
Lutjanus analis
Orden
Perciformes

Familia
Lutjanidae

Especie
Lutjanus analis
(Cuvier, 1828)

Nombre común
Pargo cebao,
pargo cebal,
pargo palmero,
pargo criollo

Categoría Nacional
NT

Diagnosis Coloración: Rojo pálido uniforme en


la parte dorsal, algo más claro en la
parte inferior. Posee una mancha ne-
Las especies del género Lutjanus
gra redondeada más pequeña que el
son de tamaño mediano a gran-
ojo situada a los lados del cuerpo,
de con el cuerpo alargado, rela-
encima de la línea lateral a nivel de
tivamente alto y comprimido la-
los radios anteriores de la dorsal blan-
teralmente. Boca grande,
da. Lados de la cabeza con una raya
protráctil con dientes en las
azul que se extiende desde el ojo hasta
mandíbulas cónicos, puntiagu-
la parte superior del opérculo, otra por
dos, dispuestos en una o varias
debajo del ojo hasta la parte más sa-
hileras de las cuales la externa
liente del opérculo y una tercera,
es de dientes caninos estando
menos visible, situada encima del
especialmente desarrollados
los situados en la parte frontal
de los premaxilares y dentarios.
Parches de dientes del vómer en
el techo de la boca sin una pro-
longación central posterior. Perfil
de la aleta anal angudo en los
ejemplares mayores de 50 mm
de LT (Cervigón 1993). Aleta cau-
dal ahorquillada, pectorales lar-
gas (Duque y Gómez 1983).

Caracteres merísticos: Dorsal:


IX-XI,13-14; anal: III-7-8;
pectoral: 15-17 radios; branqui-
espinas en el primer arco 1+ 6-
8 sin contar los rudimentos y
hasta 5+12 contándolos todos
(Randall 1996).

123
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Lutjanus analis

maxilar y paralela a él. Presenta el Pinorroa y Sapzurro en el Urabá


iris del ojo de color rojo. Lados del chocoano y plataforma de Córdoba
cuerpo con rayas oblicuas o (Acero y Garzón 1987b, Rodríguez
sinuosas y discontinuas de color et al. 1999) y Archipiélago de San An-
azul pálido. Aletas rosadas, trans- drés y Providencia (Gómez y Victo-
parentes; anal y caudal más ria 1980, Garzón-Ferreira y Acero
oscuras, esta última con borde ne- 1983a, Pomare 1999).
gro o rojo (Duque y Gómez 1983,
Acero y Garzón 1985b, Cervigón
1993). Ecología
Talla: La talla máxima es de 85 cm
Nada solitaria o en pequeños gru-
de LT y 15 Kg de peso (Cervigón
pos de menos de 10 ejemplares
1993).
(Acero y Garzón 1985b). Asociada a
zonas arenosas con vegetación en
los alrededores de arrecifes
Distribución coralinos, en bahías, estuarios y a
geográfica lo largo de costas de manglar, aun-
que también se encuentra en los
Atlántico Occidental tropical, des- arrecifes mismos y en parches de
de el noreste de los Estados Uni- roca cubiertas por algas, esponjas
dos (Massachusetts) y Bermudas, y octocorales. Los juveniles hasta
hasta el sureste del Brasil, inclu- unos 37 cm de LT se encuentran
yendo aguas afuera del sur de Flo- cercanos a la costa sobre sustrato
rida, Bahamas, el Mar Caribe y el blando con praderas de Thalassia o
golfo de México (Cervigón 1993, Halodule y entran algunas veces a
Smith-Vaniz et al. 1999). zonas protegidas y bocas de los
ríos. Los ejemplares mayores son
Registrada para el Caribe colombia- más comunes en fondos con
no (Acero et al. 1984 y 1986) en las sustrato duro, rocoso o coralino,
ecorregiones Guajira: bahía Portete hasta una profundidad de unos 70
y plataforma del departamento m. Son eurihalinos y soportan am-
(Garzón-Ferreira 1989); Palomino: plios variaciones de temperatura
plataforma de la Guajira (Rodríguez (Riaño y Salazar 1982, Duque y
et al. 1999); Tayrona (Acero 1977, Gómez 1983, Acero y Garzón 1985b,
Acero y Garzón 1987a, Arévalo Cervigón 1993).
1996); Magdalena: bahía de
Cartagena, ciénaga de Tesca, golfo Especie carnívora generalista y
de Salamanca y plataforma del de- oportunista, con hábitos alimen-
partamento del Atlántico (Riaño y tarios diurnos y nocturnos. Se ali-
Salazar 1982, Ospina y Pardo 1993, menta de crustáceos especialmen-
Duarte y Schiller 1997, Rodríguez te cangrejos y camarones, también
et al. 1999); Morrosquillo: bahía de de peces pequeños y moluscos
Cispatá y ciénaga de la Caimanera bentónicos, pero los primeros do-
(López et al. 1991, Patiño y Flórez minan tanto por su frecuencia de
1993, INVEMAR 2001); Archipiélagos ocurrencia como cuantitativamente
Coralinos: islas del Rosario y San (Riaño y Salazar 1982, Duque y
Bernardo (Duque y Gómez 1983, Gómez 1983, Acero y Garzón 1985b,
Acero y Garzón 1985a, Patiño y Cervigón 1993, Arévalo 1996,
Flórez 1993); Darién: ensenadas de Duarte y Schiller 1997).

124
Lutjanus analis

La talla media de madurez se ha ocasionado hipersalinización de los


estimado en 52.2 cm LT (Rodríguez suelos reflejándose en mortalida-
et al. 1999). Generalmente en oc- des masivas de los bosques. Re-
tubre y noviembre se encuentra un llenos de los suelos para desarro-
mayor porcentaje de individuos llo urbanístico y tala de árboles con
maduros (Arévalo 1996). El núme- fines económicos, están alterando
ro de oocitos estimados en una estos ecosistemas denominados
hembra próxima a la madurez está frágiles (Casas-Monroy 2001).
entre seis y un poco más de 10
millones. Se le calcula una edad Como habitante de los arrecifes
límite de 17 años (Cervigón 1992 y coralinos, el deterioro de éstos
1993). puede también afectar al pargo crio-
llo seriamente. En los últimos años
se ha visto cómo los arrecifes del
Amenazas Caribe colombiano se han degra-
dado constantemente y la cobertu-
ra del coral ha disminuido como
Tiene mucha importancia económi-
consecuencia de las enfermedades,
ca en la pesca artesanal e indus-
el blanqueamiento coralino y los
trial. La presión pesquera por me-
daños físicos sufridos por causas
dio de redes arrastreras, anzuelos
naturales o antropogénicas. Facto-
y nasas ha aumentado marcada-
res como el calentamiento global
mente en los últimos años.
del agua, turbidez, sedimentación
y contaminación son en gran me-
El deterioro de los hábitats que
dida los responsables de este de-
utiliza en sus etapas de desarrollo
terioro. En San Andrés ha habido
también es una amenaza para su
una tendencia sostenida de reduc-
supervivencia. Las ciénagas y la-
ción de cobertura coralina, de 70%
gunas costeras del Caribe colom-
en los años 70, a menos de 25%
biano han sufrido un deterioro ace-
en el 2000 (Garzón-Ferreira y
lerado debido a la contaminación
Rodríguez-Ramírez 2001).
que reciben por el aporte de los ríos
que desembocan en ellas. Las des-
cargas de aguas servidas de las
zonas urbanas, contaminantes in- Medidas de
dustriales y agroquímicos de las conservación tomadas
zonas rurales están causando un
impacto negativo sobre estos El Acuerdo No 00013 de octubre 12
ecosistemas. Unos de las más per- del 2000 estableció la cuota global
judicados son la bahía de de pesca de los pargos en general
Cartagena y cuerpos de agua ale- en 6200 ton en los espacios marí-
daños, los cuales han llegado a un timos jurisdiccionales del Caribe
estado de máximo deterioro por la colombiano para la vigencia del año
anoxia predominante en la mayor 2001.
parte del fondo (Marín 2001). Di-
cha contaminación también afecta Su área de distribución se encuen-
a los manglares asociados a estos tra protegida por los Parques Na-
cuerpos de agua los cuales se han cionales Naturales Tayrona y Co-
degradado aceleradamente en el rales del Rosario y San Bernardo y
Caribe colombiano. Las interrup- el Área de Manejo Especial los
ciones de los flujos hídricos han

125
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Lutjanus analis

Corales del Archipiélago de San Medidas


Andrés, Providencia, Santa Catali- de conservación
na y Cayos, declarada como la Re- propuestas
serva de Biosfera “Sea Flower”. A
nivel global está categorizada como
Se debe continuar el monitoreo de las
Vulnerable, VU A2d; B1+2e
poblaciones. Podría incentivarse el
(Huntsman en Hilton-Taylor 2000).
cultivo de la especie en cautiverio.

126
128
Orden
Orectolobiformes

Familia
Rhincodontidae

Especie
Rhincodon typus
Smith, 1828

Nombre común
Tiburón ballena

Categoría Nacional
DD

Diagnosis
La familia Rhincodontidae es
monotípica con un solo género
y especie. Se caracteriza por
tener la boca en posición termi-
nal y aberturas branquiales
excepcionalmente grandes
(Cervigón y Alcalá 1999). Es una
especie de talla extraordinaria-
mente grande, la cabeza es
ancha y aplastada, con cinco
aberturas branquiales, las tres
últimas situadas por encima de
las bases de las aletas pecto-
rales. Sin branquiespinas, pero
con láminas filtrantes formadas
por trabéculas y lóbulos
transversales a través de las
aberturas branquiales internas.
Rostro extremadamente corto y
truncado; boca amplia, dientes
muy pequeños y numerosos,
con cúspides en forma de
gancho. Ojos sin párpados
nictitan-tes. Pedúnculo caudal
achatado, con una fuerte quilla
a cada lado que se continúa
hacia delante sobre el dorso y
por encima de las aberturas
branquia-les como una cresta
dérmica delgada, a la cual se
agregan dos crestas
suplementarias más arriba
(Compagno et al. 1995).
129
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Coloración: Cuerpo de color pardo queños. Durante la alimentación
o azul oscuro con manchas blan- suele adoptar una posición verti-
cas redondeadas y líneas horizon- cal, con la cabeza en la superficie
tales y verticales del mismo color del agua (Compagno et al. 1995,
en el dorso y los lados; Cervigón y Alcalá 1999).
ventralmente es blanco (Cervigón
y Alcalá 1999).
Amenazas
Talla: Por lo menos hasta 15.2 m;
algunos autores mencionan hasta
Es objeto de pesca. A menudo es
18 m, es el pez más grande que
víctima de accidentes causados por
existe (Cervigón y Alcalá 1999).
barcos que lo atropellan mientras
se alimenta en la superficie del
Distribución mar (Compagno et al. 1995). Es co-
geográfica mestible y también se utiliza en la
medicina china (Cervigón 1992).
En aguas tropicales y templadas. En
el Atlántico Occidental, desde el nor- Las poblaciones de tiburón balle-
deste de los Estados Unidos hasta na han declinado en todo el mun-
Brasil (Cervigón y Alcalá 1999). do, principalmente debido a la pes-
ca con arpón y, en menor grado, por
Encontrada en Colombia en las capturas incidentales dentro de
ecorregiones Tayrona: en bahía Con- otras pesquerías. Es muy vulne-
cha e isla Aguja; Morrosquillo: en rable a la sobrepesca por la suma
la bahía de Cispatá (Dahl 1971, de diversos factores como su com-
INVEMAR 2001) y Archipielago de portamiento manso y lentitud de
San Andrés y Providencia (Alvarez- movimiento, alto valor comercial
León y Hernández-Camacho 2000). en mercados internacionales, baja
En el Pacífico colombiano se ha re- tasa de crecimiento, avanzada ta-
gistrado en las ecorregiones Malpelo lla y edad de maduración y baja
(Rubio et al. 1992) y Gorgona (Rubio abundancia (Hilton-Taylor 2000).
et al. 1987, Franke 1992). En Colombia no se conoce el esta-
do de las poblaciones.

Ecología
Medidas de
Especie pelágica, se encuentra conservación tomadas
principalmente en aguas oceá-
nicas, aunque no es raro observarla Ninguna para la especie en Colom-
también en aguas costeras, fre- bia, sin embargo parte de su área
cuentemente en la superficie o cer- de distribución se encuentra pro-
ca de ella. Puede ser solitaria o tegida por los Parques Nacionales
formar cardúmenes (Cervigón 1992, Naturales Tayrona y Gorgona y el
Compagno et al. 1995). Santuario de Fauna y Flora
Malpelo. Categorización global:
Se alimenta por filtración de pe- Vulnerable, VU A1bd + 2d (Hilton-
queños crustáceos, calamares y Taylor 2000)
peces pequeños y medianos como
sardinas, cachorretas y atunes pe-

130
Medidas
de conservación
propuestas
Se debe realizar un estudio de las
poblaciones del Caribe y del Pací-
fico colombiano, en particular en
la isla Gorgona, donde aparente-
mente es frecuente.

131
Orden
Carcharhiniformes

Familia
Carcharhinidae

Especie
Carcharhinus plumbeus
(Nardo, 1827)

Nombre común
Tiburón trozo,
Tiburón pardo

Categoría Nacional
LC

Diagnosis desde el este de los Estados Unidos


hasta el norte de Suramérica, inclu-
yendo el golfo de México y gran parte
Rostro redondeado y corto.
del mar Caribe. Existen también re-
Dientes finamente aserrados,
gistros en las costas sur orientales
los de la mandíbula superior
del Brasil e incluso Uruguay (Cervigón
triangulares, de cúspides an-
y Alcalá 1999). En el Pacífico hay re-
chas y robustas, los de la infe-
gistros dudosos que lo ubican en las
rior de cúspides verticales an-
islas Galápagos y Revillagigedo (fren-
gostas. Presencia de una cres-
te a la costa de México) (Compagno et
ta dérmica en la línea media dor-
al. 1995).
sal entre las dos aletas. Prime-
ra aleta dorsal triangular, muy
Registrada para el Caribe colombiano
alta, su origen situado a nivel o
en las ecorregiones Tayrona: bahía de
por delante del punto de inser-
Gaira (A. Acero, obs. Pers.); Magdale-
ción o axila de las aletas
na: área de Cartagena (Beltrán y
pectorales (Compagno et al.
1995, Cervigón y Alcalá 1999).

Coloración: Cuerpo pardo oscu-


ro uniforme en la región dorsal
y a los lados; parte ventral blan-
ca. Extremos y borde posterior
de las aletas a menudo oscuras
(Cervigón y Alcalá 1999).

Talla: Puede alcanzar una talla


de 2.5 m y pesar cerca de 118 Kg
(Cervigón y Alcalá 1999).

Distribución
geográfica
En mares tropicales a templa-
dos. En el Atlántico Occidental,
132
Vergara 1990); Morrosquillo: en la de un macho por cada seis
bahía de Cispatá; Archipiélagos hembras; sin embargo, sólo del 17
Coralinos: en el Bajo Salmedina al 20% de las hembras llegan a
cerca de Cartagena (como quedar grávidas (Compagno 1984b,
Carcharhinus milberti Dahl 1964 y Compagno et al. 1995).
1971).

Amenazas
Ecología
Se captura principalmente con
Es una especie pelágica, de aguas palangres, así como con líneas,
templadas y cálidas, de la platafor- anzuelos y redes fijas de fondo;
ma continental o insular. Gene- también es objeto de pesca depor-
ralmente se encuentra cerca de la tiva. Se comercializa en fresco, con-
costa sobre fondos fangosos o are- gelado, ahumado y salado para con-
nosos en las bocas de bahías y ríos, sumo humano. La piel es de alto
al igual que en arrecifes coralinos; valor en la fabricación de cuero y
a menudo penetra en aguas otros productos; las aletas se ven-
estuarinas. A veces puede encon- den para sopa y del hígado se ex-
trarse en aguas oceánicas hasta trae aceite rico en vitaminas. Tam-
280 m de profundidad (Compagno bién es usado en medicina china y
1984b, Cervigón 1992, Compagno et los juveniles para acuario
al. 1995, Cervigón y Alcalá 1999). (Compagno 1984b, Cervigón 1992,
Son depredadores de peces, Compagno et al. 1995).
moluscos y crustáceos bentónicos;
entre su dieta incluyen cangrejos, El tiburón pardo es una especie
calamares y gasterópodos, sardi- grande, con maduración tardía a
nas, anchoas, bagres, morenas, grandes tallas y baja fecundidad;
barracudas, peces arrecifales, len- estos factores lo hacen muy vul-
guados, pargos, tiburones y rayas nerable a la presión pesquera, la
(Castro 1983, Compagno et al. cual es muy alta en algunas áreas
1995). del Atlántico (Hilton-Taylor 2000).
En Colombia no se conoce el esta-
Se encuentran grupos mixtos de do de sus poblaciones, pero se ha
jóvenes y crías, los adultos están visto su disminución en los últi-
usualmente segregados (Compagno mos años.
1984b). Los machos maduran en-
tre los 1.31 y 1.78 m; las hembras
entre 1.44 y 1.83 m, lo que tarda Medidas de
aproximadamente de 3 a 10 años. conservación tomadas
Vivíparos con saco placentario, el
número de embriones por camada
es de 1 a 14, con 5 a 12 común- Ninguna conocida para el área.
mente. El tamaño de las crías por Desde que en Estados Unidos se
lo general es de 56 a 75 cm, pero implementó un plan de manejo en
varía directamente con el tamaño 1993, la población del Atlántico
de la madre. Su gestación dura de noroccidental se ha estabilizado y
8 a 12 meses, generalmente nueve ha comenzado a recuperarse
meses. La proporción al nacer es (Hilton-Taylor 2000), pero es impor-
de 1:1, pero al llegar a adultos es tante que en otras áreas del

133
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Caribe se implementen planes se- Medidas
mejantes para que haya una recu- de conservación
peración efectiva. Categorización
global: de Bajo Riesgo (LR) (Hilton-
propuestas
Taylor 2000).
Debido a que no se tienen datos
de la abundancia real del tiburón
pardo en nuestras costas, es im-
portante que se comience por eva-
luar el tamaño de sus poblaciones
y se conozca su biología.

134
Orden
Perciformes

Familia
Serranidae

Especie
Dermatolepis inermis
(Valenciennes, 1833)

Nombre común
Mero mármol

Categoría Nacional
DD

Diagnosis Distribución
geográfica
El género Dermatolepis presenta
un cuerpo muy alto y comprimi- Desde la Florida hasta Río de
do lateralmente, con el perfil dor- Janeiro, Brasil, incluyendo el golfo
sal muy empinado. Cabeza de de México, Bahamas, Antillas y la
tamaño moderado, su longitud es costa norte de Suramérica. Única
del 36 al 45% de la longitud especie del género en el Atlántico
estándar. Escamas ctenoides (Acero y Garzón-Ferreira 1991,
pequeñas con los ctenii (espinas) Cervigón 1991).
muy reducidos o de borde liso de
manera que tienen apariencia de Registrada para Colombia en la ba-
cicloides. Borde vertical del hía de Chengue, ecorregión Tayrona
preopérculo finamente aserrado, (Acero et al. 1984, Acero y Garzón-
con algunas puntas fuertes en la Ferreira 1991).
región angular. Aletas pectorales
grandes; aleta caudal redondea-
da o ligeramente ahorquillada
(Acero y Garzón-Ferreira 1991,
Cervigón 1991).

Caracteres merísticos: Dorsal: X-


XI,18-20; anal: III,8-10; pectoral:
18-19 radios; branquiespinas en
el primer arco: 6+13-15, contan-
do todos los rudimentos
(Heemstra y Randall 1993).

Coloración: Pardo grisáceo uni-


forme con manchas blancas re-
dondeadas distribuidas por la
cabeza y el cuerpo.

Talla: Máximo 90 cm LT, común


hasta 50 cm LT (Cervigón 1992).

135
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Ecología ños físicos sufridos por causas na-
turales o antropogénicas. Factores
como el calentamiento global del
Se conoce muy poco de sus prefe-
agua, turbidez, sedimentación y
rencias ecológicas, pero se dice
contaminación son en gran medi-
que habita fondos duros y arreci-
da los responsables de este dete-
fes profundos hasta unos 250 m de
rioro. En San Andrés ha habido una
profundidad (Acero y Garzón-
tendencia sostenida de reducción
Ferreira 1991, Cervigón 1991). Ha-
de cobertura coralina, de 70% en
bita solitario en cuevas y grietas
los años 70, a menos de 25% en el
profundas (Robins et al. 1986). El
2000 (Garzón-Ferreira y Rodríguez-
ejemplar capturado en la bahía de
Ramírez 2001).
Chengue era un juvenil que vivía
entre erizos de la especie Astropyga
magnifica sobre un fondo de arena
y algas a 15 m de profundidad. Esto Medidas de
mismo fue registrado para el no- conservación tomadas
roeste del golfo de México (Acero
et al. 1984). Su área de distribución en Colom-
bia se encuentra protegida por el
Parque Nacional Natural Tayrona.
Amenazas Categorización global: Vulnerable,
VU A2d (Huntsman en Hilton-
Se pesca principalmente con an- Taylor 2000).
zuelos (Cervigón 1992). Es una es-
pecie que a pesar de estar distri-
buida a lo largo del Caribe, gene- Medidas
ralmente se le cita como rara; úni- de conservación
camente en Bonaire ha sido encon- propuestas
trada con frecuencia (Acero y Gar-
zón-Ferreira 1991). En Colombia
solo ha sido capturado un ejem- Se deben estudiar las agrupacio-
plar, lo que hace suponer la baja nes del erizo A. magnifica debido a
abundancia de esta especie en el que aparentemente pueden ser cla-
área. ves para el reclutamiento de esta
especie.
Como habitante de los arrecifes
coralinos, el deterioro de estos Se recomienda darle a la bahía de
puede afectar seriamente su super- Chengue del Parque Tayrona el
vivencia. En los últimos años se estatus de Área Intangible (Gar-
ha visto cómo los arrecifes del Ca- zón-Ferreira y Rodríguez-Ramírez
ribe colombiano se han degradado 2001), entre otras razones porque
constantemente y la cobertura del alberga algunas especies endémi-
coral ha disminuido como conse- cas de las bahías que conforman
cuencia de las enfermedades, el el Parque.
blanqueamiento coralino y los da-

136
Orden
Perciformes

Familia
Serranidae

Especie
Epinephelus nigritus
(Holbrook, 1855)

Nombre común
Mero negro

Categoría Nacional
DD

Diagnosis Distribución
geográfica
Es la única especie de
Epinephelus que posee 10 espi- Desde el nordeste de los Estados
nas en la aleta dorsal. Con ma- Unidos hasta el golfo de México. Los
yor número de radios en la registros de las Antillas son muy es-
pectoral que la mayoría de las casos y los de Suramérica se reducen
demás especies del género a la región nororiental, desde Vene-
(Cervigón 1991). zuela hasta Río de Janeiro (Cervigón
1991). Los registros de esta especie
Caracteres merísticos: Dorsal: en el Pacífico Oriental son en reali-
X,13-15; anal: III,9; pectoral: 18- dad E. exsul (Heemstra y Randall
19 radios; branquiespinas en el 1993).
primer arco: 9-11+14-16 con-
tando todos los rudimentos
(Heemstra y Randall 1993).

Coloración: Cuerpo pardo oscu-


ro uniforme, un poco más claro
ventralmente. Aletas dorsal, anal
y pélvicas oscuras, pecto-rales y
caudal claras. No tiene manchas
ni marcas distintivas, excepto en
los juveniles, los cuales pueden
presentar pequeñas manchas re-
dondeadas blancuzcas dispues-
tas irregularmente. Sin mancha
negra en el pedúnculo caudal
(Cervigón 1991).

Talla: 2.3 m LT (Heemstra y


Randall 1993).

137
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Dahl (1971) lo registra para el Ca- lenta tasa de crecimiento, lo que
ribe colombiano pero no ha sido la hace más vulnerable a la
capturado posteriormente, de ma- sobrepesca (NOAA 2001). En Co-
nera que este registro necesita lombia no se conoce el estado de
confirmación (Acero y Garzón- su población.
Ferreira 1991).

Medidas de
Ecología conservación tomadas
Es una especie solitaria, encontra- Ninguna conocida. Categoría glo-
da usualmente sobre fondos roco- bal: En Peligro Crítico, CR A1d +
sos. Los adultos se capturan en- 2d (Sadovy en Hilton-Taylor 2000).
tre 40 y 450 m de profundidad; los
ejemplares jóvenes se encuentran
en fondos poco profundos ocasio-
nalmente en embarcaderos y arre-
cifes someros, hasta de unos 10 m
de profundidad. Los adultos son
Medidas
carnívoros y se alimentan princi- de conservación
palmente de cangrejos, camarones, propuestas
langostas y peces (Cervigón 1991,
Heemstra y Randall 1993). Su estado en el Caribe colombiano
debe ser estudiado y confirmar su
presencia.
Amenazas
Se pesca con anzuelo (Cervigón
1992). Al igual que los otros me-
ros, esta especie es longeva, tal vez
alcanza 25 años de vida y tiene una

138
Orden
Perciformes

Familia
Serranidae

Especie
Epinephelus niveatus
(Valenciennes, 1828)

Nombre común
Mero gallina,
cherna pintada

Categoría Nacional
DD

Diagnosis Talla: Alcanza tallas de 120 cm y 30


Kg de peso (Heemstra y Randall
1993).
Especie mediana de Epinephelus,
con cuerpo robusto. Se distin-
gue de E. flavolimbatus, por te-
ner las aletas pélvicas más cor- Distribución
tas, por carecer de los tonos geográfica
amarillos de la aleta dorsal y
porque la mancha negra en el En el Atlántico Occidental se encuen-
pedúnculo caudal se extiende tra desde Massachussets y las
por debajo de la línea lateral Bermudas, hasta el Brasil, incluyendo
(Acero y Garzón-Ferreira 1991). todo el mar Caribe tanto insular como
Caracteres merísticos: Dorsal: continental (Cervigón 1991, Acero y
XI,13-15; anal: III,9; pectoral: Garzón-Ferreira 1991, Smith-Vaniz et
17-19 radios; branquiespinas: 7-
10+15-17 contando todos los ru-
dimentos (Heemstra y Randall
1993).

Coloración: Cuerpo marrón ro-


jizo más claro en la región
ventral, cubierto por puntos
blancos dispuestos geométrica-
mente. Presenta una mancha
oscura sobre el pedúnculo cau-
dal, que se extiende más abajo
de la línea lateral. Aletas
pectorales y caudal transparen-
tes o blancuzcas; anal marrón,
margen de la aleta dorsal oscu-
ro (Acero y Garzón-Ferreira
1991, Cervigón 1991).

139
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
al. 1999). Heemstra (1995) advierte ovar hasta dos millones de huevos.
que esta especie ha sido confun- Pueden vivir hasta 29 años
dida con E. niphobles en el Pacífico (Wyanski et al. 2000).
oriental, especie ampliamente dis-
tribuida en esa región.

Registrada para el Caribe colombia-


Amenazas
no (Acero et al. 1986) en las
ecorregiones Guajira: cabo de la Vela La sobrepesca causa un marcado
(Baruque 1978); Palomino; Tayrona impacto sobre la estructura de ta-
(Acero y Garzón-Ferreira 1991); Mag- lla/edad, la biomasa explotable y
dalena: golfo de Salamanca (Duarte en el balance en la proporción de
et al. 1999), bahía de Cartagena sexos, haciendo disminuir el nú-
(Alvarez y Blanco 1985); Archipiéla- mero de machos en la población
gos Coralinos: islas del Rosario y (Epperly y Dodrill 1995, Wyanski et
San Bernardo (Acero y Garzón al. 2000.
1985a); Morrosquillo: ciénaga de la
Caimanera (López et al. 1991 y Es una especie longeva, de tasa
Patiño y Flórez 1993); Darién (Ace- lenta de crecimiento y por lo tanto
ro y Garzón-Ferreira 1991) y muy vulnerable a la presión por
Archipiélago de San Andrés y Provi- pesca. Las poblaciones de la costa
dencia, (Acero obs. pers.). de Estados Unidos se han reduci-
do severamente (Moore y Labisky
1984, Epperly y Dodrill 1995,
Ecología Matheson y Huntsman 1984,
Musick et al. 2000).
Especie bentónica de la platafor- En el archipiélago de San Andrés y
ma y del talud. Los ejemplares Providencia hay una pesquería
juveniles se encuentran en fondos incipiente de la especie, pero no
someros entre 46 y 100 m de pro- se conoce el estado de su pobla-
fundidad, sobre sustrato arenoso ción. En el Caribe continental se
y vegetación de algas o Thalassia. captura incidentalmente en la pes-
Los adultos habitan el borde infe- ca comercial por arrastre, lo que
rior de la plataforma y la parte constituye una amenaza pues por
superior del talud, entre 240 y 485 ser una especie de cierta profun-
m sobre fondos rocosos (Baruque didad, al ser sacada del agua muere
1978, Cervigón 1991, Acero y Gar- por el cambio de presión entre su
zón-Ferreira 1991, Wyanski et al. hábitat y la superficie, de manera
2000). que no es posible devolverla.
Se alimenta de peces óseos,
gasterópodos, cefalópodos y can-
grejos braquiuros (Heemstra y
Medidas de
Randall 1993). Las hembras madu- conservación tomadas
ran a la edad de 4-5 años a los 40-
50 cm de longitud, el 40% de los Parte de su distribución se encuen-
peces de más de ocho años (70 cm) tra protegida por los Parques
son machos (Heemstra y Randall Nacionales Naturales Tayrona y Co-
1993, Moore y Labisky 1984). Se cal- rales del Rosario y San Bernardo.
cula que las hembras pueden des- Categorización global: Vulnerable,

140
VU A1d + 2d; B1 + 2e (Huntsman
en Hilton-Taylor 2000).

Medidas
de conservación
propuestas
Se debe monitorear el estatus de
la población del archipiélago de
San Andrés y Providencia, para
controlar la pesquería incipiente.
Además, estudiar el estado de las
poblaciones en el país y la inci-
dencia en esta especie de las
pesquerías por arrastre.

141
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Perciformes

Familia
Sparidae

Especie
Pagrus pagrus
(Linnaeus, 1758)

Nombre común
Pargo, sargo piedra

Categoría Nacional
DD

Diagnosis Distribución
geográfica
El género Pagrus se distingue
por tener los dientes frontales En el Atlántico Occidental desde Nue-
de ambas mandíbulas delgados, va York hasta Argentina a 38° de lati-
con forma de caninos (Cervigón tud sur. También se le conoce del At-
1993). lántico Oriental. Al parecer, en el mar
Caribe solamente se encuentra a lo
Caracteres merísticos: Dorsal: largo de la costa continental pero no
XII,10; anal: III,8; pectoral: 15 en las áreas insulares oceánicas. Apa-
radios; branquiespinas en el pri- rentemente tiene preferencia por
mer arco 6-7+9-10 (Cervigón aguas más bien frías (Cervigón 1993).
1993).
Dahl (1971) la registra como una es-
Coloración: Dorso de color rojo pecie rara en la costa Caribe colom-
o rosado, con reflejos plateados; biana; ha sido registrada en las
parte ventral plateado blancuz-
co. Iris de color amarillento con
tintes rojizos. Aleta dorsal
transparente con un estrecho
borde terminal rojizo; caudal
rosada con borde rojo.
Pectorales y anal rosadas;
pélvicas transparentes o blan-
cuzcas. (Cervigón 1993).

Talla: La talla máxima registra-


da es de 91 cm LT y 7.7 Kg de
peso (Bauchot y Hureau 1990).

142
ecorregiones Guajira (Rey y Acero en zuelos, su carne es de buena cali-
prensa) y Magdalena: en el golfo de dad (Cervigón 1992). En Colombia
Salamanca (Duarte et al. 1999). no se explota comercialmente dado
que es rara.

Ecología Medidas de
conservación tomadas
Habita fondos duros, arenosos
compactos o rocosos, principal-
mente entre 10 y 250 m de profun- Ninguna conocida para el área.
didad, a menudo se encuentra por Categorización global: En Peligro,
encima de los 150 m (Bauchot y EN A1bd + 2d (Huntsman en
Hureau 1990, Cervigón 1993). Se Hilton-Taylor 2000).
alimenta de crustáceos peces y
moluscos (Cervigón 1993). Madura
sexualmente a los 2.5 años cuan- Medidas
do alcanza una talla de 30.4 cm LT de conservación
(Manooch y Huntsman 1977). propuestas

Amenazas El estatus de la población en Co-


lombia debe ser evaluado.

En Venezuela se captura princi-


palmente con nasas, y ocasional-
mente con redes de arrastre o an-

143
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Perciformes

Familia
Scombridae

Especie
Thunnus alalunga
(Bonnaterre, 1788)

Nombre común
Albacora, atún blanco

Categoría Nacional
DD

Diagnosis Distribución
geográfica
Los atunes en general se carac-
terizan por presentar el cuerpo En aguas tropicales y templadas. En
fusiforme con el rostro aguzado, el Atlántico Occidental desde las cos-
pedúnculo caudal delgado y ale- tas del Canadá hasta por lo menos
ta caudal semilunar de largos y Uruguay, aunque en las costas de
aguzados lóbulos (Cervigón Venezuela es muy poco frecuente y no
1994). La albacora se distingue aparece en las capturas comerciales
principalmente por tener el mar- (Cervigón 1994).
gen terminal de la aleta caudal
blanco. Segunda aleta dorsal En Colombia ha sido registrada por
netamente más baja que la pri- Dahl (1971), quien menciona que cap-
mera. Aletas pectorales de más turan ejemplares en mar abierto frente
del 30% de la LH en especimenes a la costa de Bolívar (Ecorregión
de más de 50 cm (Cervigón 1994,
Collette 1995a).

Caracteres merísticos: 25 a 31
branquiespinas en el primer
arco (Cervigón 1994).

Coloración: Dorso azul oscuro


metálico, lados inferiores y vien-
tre blancuzcos, una banda la-
teral azul iridiscente corre a los
lados del cuerpo, primera aleta
dorsal amarilla, segunda dorsal
y anal amarillo claro, aletillas
anales oscuras, margen poste-
rior de la aleta caudal blanco
(Rubio 1988b).

Talla: Alcanza una talla máxi-


ma de 1.27 m LH y 40 Kg de peso
(Cervigón 1994).

144
Caribe Oceánico). Sin embargo este los cinco años, cuando alcanza una
registro debe ser confirmado. talla de 85 cm de LE. El número de
huevos por hembra oscila entre
800000 y 2600000. Se reproduce
Ecología entre marzo-junio (Bartoo y Fore-
man 1994).
Es una especie mesopelágica
oceánica que generalmente se en- Amenazas
cuentra en aguas superficiales de
temperatura comprendida entre Las especies del género Thunnus,
15.6 y 19.4° C. Grandes ejempla- los verdaderos atunes, tienen una
res que nadan en aguas más pro- gran importancia pesquera a esca-
fundas se pueden encontrar en un la mundial (Cervigón 1994) y su
intervalo de temperaturas com- estado de amenaza es crítico, sin
prendido entre 13.5 y 25.2° C embargo en nuestras costas no se
(Cervigón 1994). Se concentra es- sabe el estado de sus poblaciones.
pecialmente en zonas de transición
entre masas de agua (Collette Medidas de
1995a). Efectúa grandes migracio-
nes y forma agrupaciones diferen-
conservación tomadas
tes en cada etapa de su ciclo vital;
los cardúmenes formados por adul- La población del Atlántico norte ha
tos son más compactos y a menu- sido catalogada como Vulnerable
do incluyen otras especies (VU A1bd), la del Atlántico sur se
(Collette 1995a). considera En Peligro Crítico (CR
A1bd) y del resto de poblaciones se
Especie carnívora, se alimenta de tienen Datos Insuficientes (DD)
peces pequeños, crustáceos (Uozumi en Hilton-Taylor 2000).
planctónicos y calamares. La dieta
varia según el tamaño de los indi- Medidas
viduos: Juveniles pequeños (me- de conservación
nos de 50 cm de LT) comen exclu-
sivamente crustáceos; juveniles
propuestas
(50-75 cm) dieta mixta de crustá-
ceos, calamares y pequeños peces; Se debe estudiar el estatus de las
de 76-95 cm se alimenta de peque- poblaciones en Colombia.
ños peces y calamares (Murray
1994). Madura aproximadamente a

145
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Orden
Perciformes

Familia
Scombridae

Especie
Thunnus obesus
(Lowe, 1839)

Nombre común
Atún ojón,
atún ojo gordo,
patudo

Categoría Nacional
DD

Diagnosis Distribución
geográfica
Los atunes en general se carac-
terizan por presentar el cuerpo En aguas tropicales y subtropicales.
fusiforme con el rostro aguza- En el Atlántico occidental desde el
do, pedúnculo caudal delgado y noreste de los Estados Unidos hasta
aleta caudal semilunar de lar- Pernambuco en Brasil, aunque en el
gos y aguzados lóbulos (Cervigón Caribe venezolano es más bien esca-
1994). Esta especie presenta el so (Cervigón 1994). No se ha registra-
cuerpo grueso con la altura do para el golfo de México ni para Cen-
máxima situada en las proximi- tro América (Miyabe 1994). En el Pací-
dades del punto medio de la pri- fico, se encuentra en mar abierto, fren-
mera aleta dorsal. Aletas te a las costas de América (Collette
pectorales moderadamente lar- 1995a).
gas, 22 al 31% LH (Collette
1995a).

Caracteres merísticos: 23-31


branquiespinas en el primer
arco branquial (Collette 1995a).

Coloración: Dorso azul oscuro


metálico, lados inferiores y vien-
tre blancuzco; una banda azul
iridiscente presente en anima-
les recién capturados. Primera
dorsal amarilla oscura, segun-
da dorsal y anal amarillas páli-
das, aletillas amarillas brillan-
tes con sus márgenes oscuros
(Rubio 1988).

Talla: Hasta 2.1 m de LH y 197


Kg de peso (Cervigón 1994).

146
Registrado para el Caribe colombia- da principalmente enlatada y con-
no (Acero et al. 1986) en la gelada (Cervigón 1992). En el Cari-
ecorregión Archipiélago de San An- be colombiano no se conoce el
drés y Providencia (Gómez y Victo- estado de su población; en el Pací-
ria 1980, Mejía et al. 1998, Pomare fico no se ha registrado de ningu-
1999). En el Pacífico ha sido en- na localidad, de manera que no se
contrado en el mercado de Buena- sabe con certeza si se encuentra
ventura, pero se desconoce la lo- frente a nuestra costa, sin embar-
calidad de captura (Rubio 1988b). go aparentemente se comercializa
en los mercados locales y es obje-
to de ciertas pesquerías industria-
Ecología les, ya que existe alguna
reglamentación para esta especie.
Epipelágico y mesopelágico en aguas
oceánicas hasta unos 250 m de pro-
fundidad. Se ha encontrado en un Medidas de
intervalo de temperaturas compren- conservación tomadas
dido entre 13 y 29° C, pero el ópti-
mo se encuentra entre 17 y 22° C, Mediante Acuerdo No 0005 del 14
es decir con el intervalo de la de septiembre del 2000, el INPA
termoclina permanente (Cervigón estableció una restricción a la pes-
1994). Los juveniles y pequeños ca sobre objetos flotantes de todo
adultos forman cardúmenes en la tipo en el océano Pacífico Orien-
superficie, ya sea monoespecíficos tal, del 15 de septiembre al 15 de
o junto con otras especies (Collette diciembre de 2000, con el fin de
1995a). preservar las poblaciones de atún
patudo, una vez analizada y
Se alimenta de una gran variedad avalada por el INPA la información
de peces, cefalópodos y crustáceos, científica sobre este recurso pre-
tanto de día como durante la no- sentada por la CIAT. El Acuerdo No
che (Collette 1995a). La talla de ma- 00013 de octubre 12 del 2000 esta-
duración en el Pacífico oriental de bleció la cuota de pesca del atún
120 cm (Kume y Joseph 1966). El patudo en 130000 ton en los espa-
número de huevos en peces de 150 cios marítimos jurisdiccionales del
cm puede estar entre 2200000 y Pacífico colombiano para la vigen-
2800000 (Miyabe 1994). El desove cia del año 2001.
se realiza entre las latitudes 10º
N y 10º S, a través de todo el año, Parte de su área de distribución se
con intensidades máximas entre encuentra protegida por el Área de
abril y fines de septiembre Manejo Especial los Corales del
(Collette 1995a). archipiélago de San Andrés, Provi-
dencia, Santa Catalina y Cayos,
declarada como la Reserva de
Biosfera Sea Flower. La población del
Amenazas Océano Pacífico ha sido categorizada
como En Peligro (EN A1bd), mien-
Es objeto de pesca industrial; cap- tras que la del Atlántico es consi-
turada en aguas abiertas con derada Vulnerable (VU A1bd)
palangres, caña y ocasionalmente (Uozumi en Hilton-Taylor 2000).
con redes de cerco. Comercializa-

147
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Medidas
de conservación
propuestas
Se debe realizar un estudio de las
poblaciones del archipiélago de
San Andrés y Providencia.

148
Orden
Perciformes

Familia
Xiphiidae

Especie
Xiphias gladius
Linnaeus, 1758

Nombre común
Pez espada

Categoría Nacional
DD

Diagnosis
Se distingue de los demás pe-
ces espada o con pico, por
carecer de aletas pélvicas y, los
adultos de más de un metro,
también de escamas y de dien-
tes. La primera aleta dorsal
tiene la base muy corta y está
muy separada de la segunda; la
espada es aplastada, ovalada en
sección transversal. Posee una
sola quilla dérmica a cada lado
del pedúnculo caudal (Cervigón
1994). Especie de gran talla, de
cuerpo redondo muy robusto an-
teriormente. Arcos branquiales
sin branquiespinas (Collette
1995b).

Caracteres merísticos: Aletas


dorsales: primera: 34-49, segun-
da: 4-6; anales: primera: 13-14,
segunda: 3-4; pectoral 16-18 ra-
dios (Collette 1995b).

Coloración: Parte dorsal azul os-


cura metálica a negruzca, con re-
flejos azules y púrpuras. Vien-
tre amarillento o blancuzco, ale-
tas pardas a negruzcas (Rubio
1988b).

Talla: Alcanza una longitud to-


tal de 4.45 m y unos 540 Kg de
peso en el sureste del Pacífico,

149
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
pero en el Atlántico no se han cap- C, pero el óptimo se encuentra
turado ejemplares mayores de 320 entre 18 y 22° C. Altamente migra-
Kg (Cervigón 1994). En el Pacífico toria, muy agresiva y preferente-
colombiano se ha registrado hasta mente solitaria (Rubio 1988b,
2.4 m (Rubio 1988b). Cervigón 1994, Collette 1995b).

Los adultos de esta especie son


Distribución consumidores oportunistas que
geográfica buscan su alimento desde la su-
perficie hasta el fondo sobre un
amplio rango de profundidad. Se
Mares cálidos, templados e inclu- alimenta de gran variedad de pe-
so fríos. En el Atlántico Occiden- ces, especialmente de aquellos que
tal se encuentra desde Terranova forman cardúmenes, de crustáceos
hasta Argentina (Cervigón 1994). y calamares. Se dice que utiliza su
En el Pacífico oriental se encuen- espada para matar a sus presas
tra entre las latitudes 50° N y 35° (Collette 1995b).
S (Collette 1995b).
El pez espada madura a una talla
Registrada para la costa continen- de 1.5 a 1.7 m a los 5-6 años de
tal del Caribe colombiano por Dahl edad (Mooney-Seus y Stone 1997).
(1971) quien lo consideraba esca- Desova en el golfo de México du-
so en el área; en la ecorregión Ar- rante el mes de diciembre y en el
chipiélago de San Andrés y Providen- sur del Caribe en el mes de sep-
cia (Lara y Cabra 1984). Registrada tiembre donde permanece por de-
en el Pacífico colombiano en la bajo de 200 m de profundidad du-
ecorregión Malpelo (Rubio et al. rante el día y asciende a la super-
1992). Se encuentra en el mercado ficie durante la noche (Fritzsche
de Buenaventura de localidades 1978 en Lara y Cabra 1984,
desconocidas (Rubio 1988b). En las Cervigón 1992). Los huevos son
ecorregiones Caribe y Pacífico pelágicos y miden entre 1.6 y 1.8
Oceánicos, se han capturado ejem- mm; al nacer las larvas miden 4 mm
plares de pez espada como pesca de longitud (Fritzsche 1978 en Lara
incidental, aunque aparentemen- y Cabra 1984).
te es bastante escaso en nuestros
mares (NOAA 1997).
Amenazas
Ecología
Se captura principalmente con
palangres, troleando o con arpón
Es una especie primordialmente entre 200 y 400 m de profundidad,
oceánica pero a veces se encuen- su carne es muy apreciada
tra en aguas costeras. Epipelágica (Cervigón 1992, Collette 1995b). En
y mesopelágica que aparentemen- el Pacífico americano se captura en
te puede descender hasta unos 800 grandes cantidades por barcos pro-
m de profundidad, pero general- venientes en su mayoría de EEUU
mente se encuentra a menos de 500 y Japón. Estas flotas pescan fren-
m, por encima de la termoclina. te la costa de Colombia pero los
Puede tolerar un amplio intervalo registros de pez vela en aguas co-
de temperaturas desde 7° hasta 27° lombianos son escasos, compara-

150
dos con aquellos de Ecuador, Perú Medidas de
y Chile, lo que sugiere que no es conservación tomadas
muy abundante. En el Caribe la
situación es similar, ya que en
aguas venezolanas es capturado La población del Atlántico norte ha
habitualmente, pero no cerca del sido categorizada como En Peligro
límite con Colombia. Las flotas ja- (EN A1b,d), mientras que las otras
ponesas pescan en el Caribe oceá- poblaciones se consideran con
nico, pero al igual que en el Pacífi- Datos Insuficientes (DD) (Safina
co, lo registran como poco abun- en Hilton-Taylor 2000).
dante (NOAA 1997).

La estructura de las poblaciones en Medidas


nuestros mares no es conocida. de conservación
Con la información que se tiene de propuestas
las pesquerías extranjeras, se cree
que la presencia en el Caribe co-
Estudiar el estatus de las pobla-
lombiano es simplemente el borde
ciones del Caribe y Pacífico colom-
inferior de la población del Atlán-
bianos.
tico norte, y aquella en el Pacífico
es el borde septentrional de la po-
blación del Pacífico sur oriental de
manera que la concentración de la
especie se da en los países veci-
nos y no frente a Colombia (NOAA
1997).

151
Arturo Acero P., Luz Stella Mejía M. y Marisol Santos-Acevedo
Lista de las
especies por
categorías

Categoría En Peligro Crítico (CR)

Pristis pectinata Epinephelus itajara


Pristis perotteti

Categoría En Peligro (EN)

Tarpon atlanticus Epinephelus striatus


* Ariopsis bonillai Lachnolaimus maximus
Mugil liza Balistes vetula

Categoría Vulnerable (VU)

Ginglymostoma cirratum Centropomus undecimalis


Carcharhinus limbatus Hypoplectrus providencianus
Cetengraulis mysticetus Mycteroperca cidi
Arius proops Lutjanus cyanopterus
* Saccogaster melanomycter Eugerres plumieri
Batrachoides manglae Anisotremus moricandi
* Gambusia aestiputeus Scarus guacamaia
Hippocampus erectus * Emblemariopsis tayrona
Hippocampus ingens * Priolepis robinsi
Hippocampus reidi

Especies Casi Amenazadas (NT)

Lutjanus analis

153
Especies de Preocupación Menor (LC)

Carcharhinus plumbeus

Especies con Datos Insuficientes (DD)

Rhincodon typus Thunnus alalunga


Dermatolepis inermis Thunnus obesus
Epinephelus nigritus Xiphias gladius
Epinephelus niveatus
Pagrus pagrus

* Endémicas de Colombia

154
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167
168
Lista de
ilustraciones y
créditos

Anisotremus moricandi: Jaime Gar- Epinephelus nigritus: Keiichi


zón-Ferreira. Matsuura.

Ariopsis bonillai: Adriana Bermúdez. Epinephelus niveatus: Jaime


Garzón-Ferreira, tomada de Duarte
Arius proops: Adriana Bermúdez. et al. (1999).

Balistes vetula: modificado de Epinephelus striatus: modificado de


Randall (1996). Randall (1996).
.
Batrachoides manglae: Archivo del Esquema de las escamas,
MHNMC (INVEMAR). modificado de Cervigón (1991).

Carcharhinus limbatus: modificada Esquema del arco branquial,


de Randall (1968). modificado de Cervigón (1991).

Carcharhinus plumbeus: INVEMAR Esquema general de un pez,


modificado de Fischer (1978).
Centropomus undecimalis: modifi-
cado de Cervigón (1991). Eugerres plumieri: Archivo del
MHNMC (INVEMAR).
Cetengraulis mysticetus: Michel
Lamboueuf, tomada de Gambusia aestiputeus: modificada
www.Fishbase.org de Rosen (1973).

Dermatolepis inermis: modificado de Ginglymostoma cirratum:


Randall (1996). www.comptons/encyclopedia

Emblemariopsis tayrona: Gabriel Hippocampus erectus: DeAnne


Navas y Adriana Bermúdez Lachney.

Epinephelus itajara: Modificada de Hippocampus ingens: Debbie


Cervigón (1991). Walden.

169
Hippocampus reidi: modificado de Pristis pectinata: Modificada de
Randall (1996). Cervigón y Alcalá (1999).

Hypoplectrus providencianus: Jaime Pristis perotteti: INVEMAR.


Garzón-Ferreira.
Rhincodon typus: Modificada de
Lachnolaimus maximus: modificado Cervigón y Alcalá (1999).
de Randall (1996).
Saccogaster melanomycter: Keiko
Lutjanus analis: modificado de Moore, tomada de Cohen (1981) .
Randall (1968).
Scarus guacamaia: Modificada de
Lutjanus cyanopterus: modificado de Cervigón (1994).
Cervigón (1993).
Tarpon atlanticus: Adriana
Mugil liza: Modificada de Cervigón Bermúdez.
(1993).
Thunnus alalunga: INVEMAR.
Mycteroperca cidi: modificado de
Randall (1996). Thunnus obesus: Seinen Chow .

Pagrus pagrus: Modificada de Xiphias gladius: Seinen Chow.


Cervigón (1993).

Priolepis robinsi: Modificada de


Garzón y Acero (1991)

170
Índice de nombres
científicos

Anisotremus moricandi 107, 153, Hippocampus erectus 77, 153, 169


155, 169 Hippocampus ingens 79, 153, 169
Ariopsis bonillai 60, 153, 160, 167, 169 Hippocampus reidi 81, 153, 158, 170
Arius proops 64, 153, 169 Hypoplectrus providencianus 95, 153, 170

Lachnolaimus maximus 109, 153, 170


Lutjanus analis 123, 154, 156, 159, 170
Balistes vetula 118, 153, 159, 160, 169 Lutjanus cyanopterus 100, 153, 170
Batrachoides manglae 69, 153, 169

Mugil liza 72, 153, 162, 170


Mycteroperca cidi 97, 153, 170
Carcharhinus limbatus 44, 153, 169
Carcharhinus plumbeus 132, 154, 169
Centropomus undecimalis 84, 161, 163,
166, 169 Pagrus pagrus 142, 154, 163, 170
Cetengraulis mysticetus 57, 153, 162, Priolepis robinsi 116, 153, 161, 170
167, 169 Pristis pectinata 47, 153, 170
Pristis perotteti 50, 153, 170

Dermatolepis inermis 135, 154, 169


Rhincodon typus 129, 154, 156, 170

Emblemariopsis tayrona 4, 114, 153, 169


Epinephelus itajara 88, 153, 157, 169 Saccogaster melanomycter 67, 153, 158,
Epinephelus nigritus 137, 154, 169 170
Epinephelus niveatus 139, 154, 159, Scarus guacamaia 111, 153, 170
167, 169
Epinephelus striatus 92, 153, 169
Eugerres plumieri 103, 153, 157,
164, 165, 166, 169 Tarpon atlanticus 53, 153, 160, 170
Thunnus alalunga 144, 154, 157, 163, 170
Thunnus obesus 146, 154, 162, 163, 170

Gambusia aestiputeus 75, 153, 169


Ginglymostoma cirratum 41, 153, 169
Xiphias gladius 149, 170

171
172
Índice de nombres
comunes

Agallona 57 Nodriza 41
Albacora 144
Atún blanco 146 Oldwife 118
Atún ojo gordo 146
Atún ojón 146 Pargo 142
Pargo cebal 123
Bagre 42, 45, 61, 60, 64, 133 Pargo cebao 123
Bagre cazón 60 Pargo criollo 123
Burrito rayado 107 Pargo cubera 100
Pargo dientón 100
Caballito de mar 77, 80 Pargo palmero 123
Caballito de mar del Pacífico 79 Pargo pluma 109
Caballito de mar hocico largo 81, 157 Pargo tabardillo 100
Cachua 118 Patudo 146
Cachuo 118 Pejebobo 41
Carduma 57, 58, 59, 167 Pejepeine 47
Cherna 92, 98, 155 Pejepuerco 118
Cherna blanca 97 Pez espada 149
Cherna pintada 139 Pez peine 47
Chivo cabezón 60, 62, 160 Pez sierra 50
Chivo mozo 64, 65, 66

Doncella de pluma 109 Robalo (o róbalo) blanco 84


Robalo carita larga 84
Gatas 41
Guacapá 47
Guasa lagunar 69, 70 Sábalo 53
Sapo lagunero 69
Lebranche 72, 73, 162, 166 Sardina 57
Lora 111 Sargo piedra 142
Loro guacamayo 111

Tarpón 53
Masked hamlet 95 Tiburón ballena 129
Mero criollo 92, 94 Tiburón gato 41
Mero gallina 139 Tiburón Macuira 44
Mero guasa 88, 90, 91 Tiburón pardo 132
Mero mármol 135 Tiburón trozo 132
Mero negro 137 Tollo aletinegro 44
Mojarra rayada 103
173
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