Está en la página 1de 10

M. G.

ACOSTA ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA


Página 1 de 10

ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA

Por Mario Guillermo Acosta

CIFRA DOC # 092-2005

a. La Interacción Gravitatoria.

Cuando Einstein formuló su teoría general de la relatividad, sintetizó


la noción de gravedad como una deformación geométrica del campo continuo
de espacio-tiempo, ocasionada por la presencia de masas, abstrayéndola
de la descripción clásica de acción a distancia. Como se puede apreciar,
este resultado está en abierta contradicción con la formulación
cuántica, que describe a la gravedad como una interacción efectuada
entre la emisión de una serie supersimétrica de partículas de radiación
(gravitones, gravitinos, etc.), y las partículas masivas de materia
(electrones, protones, mesones, quarks, etc.).

Desde el punto de vista matemático, el problema fundamental radica en la


imposibilidad de encontrar un operador gravitatorio que permita
renormalizar las ecuaciones cuántico-relativistas de gravitación, para
encontrar soluciones finitas al modelo de interacción. La solución dada
por la física retro-rotatoria sí permite construir dicho operador.

En el fondo del concepto de gravedad persiste el problema físico del


modo de interacción. Para construir un operador es necesario primero
resolver este problema. Si existe una radiación gravitatoria –lo cual
aún no ha podido ser probado con absoluta certeza- esta debe ser emitida
y absorbida de alguna forma. Cómo y por qué elementos? Este es el
problema identificado desde Newton, ante el cual hasta el presente nadie
ha podido concebir siquiera una hipótesis.

El propio Newton, como sabemos, se declaró impedido (“Hipótesis non


fingo”). Einstein la eludió también, como vemos, con suma elegancia. Si
nosotros aceptamos que la radiación gravitatoria en realidad sí existe,
como parece lo más probable y conforme con las experiencias de
laboratorio (1), tendremos que asumir por retro-rotación, que ella
corresponde a un tipo de vector de campo de carácter supersimétrico.

Por supuesto, la dinámica retro-rotatoria establece, como ya lo hemos


visto extensamente, que todo sistema dinámico en rotación libre, cuando
es perturbado por un vector externo, reacciona desplazando su centro de
giro hacia el polo de reacción, o sea, hacia la fuente perturbadora.
Ello explica perfectamente el carácter atractivo de la gravitación, y
permite construir el tan buscado operador de interacción a nivel
cuántico.

1
Hace ya algunos años el MIT ha montado un experimento crucial para observar los gravitones, así como
el CalTech, con detectores a base de rayos láser ultrasensibles. De lograrlo, estos detectores permitirían
desarrollar una verdadera astronomía gravitatoria.
M. G. ACOSTA ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA
Página 2 de 10

Todas las partículas masificadas de nivel estratónico, que como hemos


visto, rotan desarrollando altísimas energías, reaccionan mecánicamente
a la radiación gravitatoria desplazándose hacia el foco de reacción, con
una intensidad equivalente a su masa o talla característica –en física
cuántica la masa es función de la talla característica debido a la
dinámica operacional retro-rotatoria de fondo- y ello lo hacen incluso
las radiaciones sin masa, como la fotónica, gluónica y gravitatoria
misma, por rotar al menos orbitalmente sobre su trayectoria espiral, por
lo cual solo reaccionan lateralmente, como bien lo demostró el efecto
Einstein. Si también lo hicieran longitudinalmente, a lo largo de su eje
de traslación, la constante de propagación óptica no sería viable.

Dada la dinámica operacional de la interacción gravitatoria en sí, y las


características físicas observadas de la radiación que la vehicula, su
vector deberá corresponder a una emisión de partículas sin espiral
propia, y sin masa ni espín intrínseco, que se propaga a la velocidad
óptica. Lo cual explica la dificultad de detectar su resonancia
ondulatoria. Pero su característica de rotación, o amplitud de espín
cuántico, en general superior a uno, i.e., muy abierto hacia fuera,
prácticamente lineal, explica su “opacidad” o capacidad de interactuar
con prácticamente todas las demás partículas, a nivel estratónico,
incluidos los neutrinos y todas las radiaciones, como acabamos de ver.

Pero qué proceso produce la radiación gravitatoria? Escribiendo este


párrafo lo comprendí! Si la gravitación es una manifestación eficiente
de la masa inerte contenida en el universo, ella debió producirse a
partir de los procesos que dieron vida a dicho universo, en dicho
momento, y se manifiesta desde entonces por auto-coherencia, por medio
de la interacción entre los elementos de base de la dinámica extrema,
estratónica, que modelan su estructura interna. Es decir, entre los
elementos de energía de traslación pura, los gravitones, y los de
rotación pura primaria, los bosones de Higgs.

Por supuesto, como acabamos de ver, todos los demás elementos con alguna
forma de rotación también contribuyen, pero en forma marginal, a la
gravitación. Por lo tanto, las energías de interacción a este nivel
“puro” son máximas. Nosotros apenas si las percibimos por hallarse tan
alejadas de nuestra escala “normal” de estructura, como el universo
observable mismo hacia fuera, y por ser de carácter estrictamente
mecánico, y no dinámico –por absorción cónica y/o colisión orbital
elástica- como las interacciones electrodébil y fuerte.

El proceso exacto que engendró los gravitones es pues un desafío que


dejamos para el final. Pero sus consecuencias macrofísicas básicas si
podemos esbozarlas aquí.

b. La dinámica estelar y huecos negros.

Como sabemos, el hecho que la gravedad sea siempre atractiva y de


carácter abeliano implica que sus efectos se suman a todas las escalas.
A nivel estelar la gravedad determina su ciclo interno de evolución.
Ella hace que una masa de gas se contraiga calentándose, según el modelo
Laplaciano. Este colapso llega a ser tan intenso, que los átomos de
hidrógeno contenidos en ella ya no rebotan, sino que se funden para
formar helio, desencadenando lo que conocemos comúnmente como reacción
nuclear de fusión.
M. G. ACOSTA ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA
Página 3 de 10

Esta reacción es controlada por el calor desprendido por ella misma, y


el mantenimiento de dicha temperatura es el que hace que la estrella
brille uniformemente. Dicha temperatura genera una presión hacia afuera
que equilibra la atracción gravitatoria, estabilizando el tamaño de la
estrella. Su talla dependerá por lo tanto del tamaño de la nube de gas
que la formó.

Las estrellas permanecen estables mientras consumen el combustible


nuclear que las alimenta. Paradójicamente, entre más combustible posea
una estrella, más rápido lo consumirá. Ello debido a que el aumento de
talla implica también aumento de temperatura para equilibrar la
atracción gravitatoria, y por lo tanto, mayor consumo de combustible.

La estrella vivirá pues, el tiempo que le dure su combustible. Y este le


dura sin duda mucho tiempo. Miles de millones de años. Nuestro Sol
todavía posee combustible para unos cinco mil millones de años más. Y al
parecer, apenas ha consumido algo más de la mitad.

Cuando se consume todo el combustible inicial de una estrella, su


hidrógeno, esta empieza a consumir el elemento más pesado sintetizado en
la fase anterior. Es decir, helio. Y a partir de helio, litio, etc.,
hasta llegar a la fase final de hierro con núcleos de 26 protones y 30
neutrones. Estos núcleos cada vez más pesados, hacen que por la mayor
presión de la temperatura hacia fuera, su superficie exterior se dilate,
convirtiéndose en una estrella gigante roja.

Una vez consumido todo el combustible de una estrella hasta su fase


final de hierro, las reacciones nucleares ya no son posibles y cesan,
haciendo que la estrella se enfríe contrayéndose, para convertirse en
una enana blanca. Si su masa se lo permite. El astrofísico hindú S.
Chandrasekhar descubrió que cuando una estrella se enfría, debe tener un
tamaño máximo para que soporte la tracción gravitatoria. Y ello debido
al principio de exclusión de Pauli. Según ello, las partículas
colapsadas en el interior de la estrella deben mantener un equilibrio
dinámico entre la atracción gravitatoria y la repulsión electrodinámica.

Chandrasekhar comprendió que debe existir un límite a la atracción


gravitatoria tras el cual la repulsión electrodinámica ya no la puede
soportar. Como las partículas materiales no pueden interactuar a una
velocidad superior a c, según la relatividad, este límite de densidad
tras el cual la estrella no puede soportar su propia gravedad, se llama
límite de Chandrasekhar (2). Este límite, que determina el ciclo final
que la estrella seguirá, equivale a una vez y media la masa del Sol.

Si la estrella posee una masa inferior a dicho límite, podrá finalmente


estabilizarse convirtiéndose en enana blanca. D. Landau estableció que
existen otro tipo de estrellas con masas superiores, que también pueden
estabilizarse gracias al principio de exclusión. Son las estrellas de
neutrones, que se estabilizan ya no entre electrones, sino entre
nucleones, las cuales en vez de emitir luz blanca, emiten rayos x, y
otras radiaciones exóticas (3).

Las estrellas con masas muy superiores, tienen un final más complejo.
Algunas se las arreglan para desprenderse del material sobrante, y
logran estabilizar su peso por debajo del límite de Chandrasekhar. Son

2
Ver al respecto, D. Clayton, “Principles of Stellar Evolution and Nucleo Synthesys”, Mac Graw Hill, New
York, 1965.
3
R. Ruffini, H. Gursky, “Neutron Stars, Black Holes, and Binary X-ray Sources”, Reisel, NY, 1975.
M. G. ACOSTA ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA
Página 4 de 10

las llamadas Novas y Supernovas, según su tamaño. Estas estallan


literalmente en un momento dado, para nivelar su masa, emitiendo toda la
masa sobrante. En estas explosiones se sintetizan todos los núcleos de
los elementos, desde el litio hasta el uranio. Ellas son pues la fuente
principal del material que nos compone, que compone a los materiales
complejos de los sistemas planetarios gaseosos y “terrestres”. Por ello
somos polvo de estrellas. Pero este proceso no es automático. Si la
estrella no logra reducir su talla por debajo de este límite, el colapso
gravitatorio se hace inevitable, y el proceso conduce a la denominada
“singularidad” de Hueco o Agujero Negro.

Fue Robert Oppenheimer quien se aproximó primero a esta solución en


Princeton en 1939. John Wheeler la bautizó, y Stephen Hawking (el
heredero de la cátedra Lucasiana de Newton en Cambridge), quien más la
ha desarrollado y divulgado. Cuando una estrella así se contrae, su
campo gravitatorio aumenta, haciendo que por el efecto Einstein, la luz
emitida por ella se flexione hacia la superficie de la misma estrella,
generando un cono de sucesos.

A medida que se contrae más, el campo gravitatorio en la superficie se


hace más intenso, y los conos de luz se flexionan más hacia adentro,
hasta que la estrella alcanza un radio crítico a partir del cual los
rayos de luz ya no pueden escapar. El efecto Einstein se hace pues
dominante, y a medida que la estrella se colapsa su luz se va
debilitando y enrojeciendo hasta desaparecer. Este efecto de carácter
puramente retro-rotatorio, es debido a la interacción entre la radiación
gravitatoria de intensidad creciente, y la espiral de la radiación
fotónica, de intensidad decreciente.

El formidable campo gravitatorio desarrollado va absorbiendo todo tipo


de radiación electro-débil y de materia hadrónica que se aproxime a su
horizonte de sucesos, oscureciendo absolutamente su entorno, puesto que
ninguna señal puede ser emitida desde dicha singularidad. Pero, es este
“horizonte” en realidad totalmente obscuro? Al parecer, no!

En primer lugar, por su enorme campo gravitatorio, un hueco negro debe


interactuar con otros objetos estelares, generando configuraciones
dinámicas muy características. Como cualquier sistema estelar, un hueco
negro puede formar un sistema binario o múltiple con una o varias
estrellas visibles compañeras. Si una estrella se acerca demasiado, el
hueco negro puede incluso quitarle masa, absorbiéndola en espiral, al
acelerarla hacia sí, como debe ser según la dinámica retro-rotatoria.
Este proceso calentará enormemente dicha masa, por lo cual ésta deberá
emitir rayos X al ser absorbida. Como en el sistema de Cygnus X-1
extensamente observado.

Además, Stephen Hawking descubrió, reflexionando sobre este problema,


que si un par de fotones virtuales se aproximan al horizonte de sucesos
del hueco negro, el uno es absorbido y el otro no, por lo cual jamás
podrán volver a converger y recombinarse, Y por lo tanto, el fotón
dispersado, no absorbido, generará una radiación observable. Esta es la
llamada radiación de Hawking (4).

Ello hará por rotación-traslación que el área del horizonte de sucesos


tienda siempre a aumentar, y no a disminuir, o evaporarse, como propone
una solución matemática alternativa muy aceptada. En todo caso, ella
nunca permanecerá constante. Este comportamiento no decreciente, se

4
Ver al respecto, S. Hawking, G. Ellis, “The large scale structure of space-time”, Cambridge Univ. Press,
1973.
M. G. ACOSTA ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA
Página 5 de 10

emparenta por lo tanto con el comportamiento anti-entrópico de los


sistemas dinámicos inestables lejos del equilibrio, o sistemas
atractivos, en los que la energía en cambio de tender a diluirse hasta
esfumarse, se concentra aumentando, generando procesos evolutivos de
complejidad creciente. Este es el principio mismo de evolución física
que lleva hacia la vida y la conciencia, que vimos en el capítulo
dedicado a la química reaccional. Y él por supuesto, en astrofísica
tiene plena vigencia.

Pero el hecho fundamental aquí, es que en la frontera de sucesos de un


hueco negro, debido al principio de incertidumbre, la fluctuación del
vacío cuántico adyacente debe producir una radiación electromagnética
observable al crear y emitir partículas, a un ritmo acorde con este
principio anti-entrópico, con un espectro de cuerpo caliente, y a una
temperatura inversamente proporcional a la masa del mismo.

Esta radiación, que ya ha sido observada, proviene sin duda, no del


hueco mismo, que por definición no emite luz, sino del espacio vacío
próximo al horizonte de sucesos. Como sabemos según el principio de
incertidumbre, la posición e impulsión de una partícula no puede ser
determinada simultáneamente. El espacio vacío no existe, porque entonces
su campo tendría un valor cero exacto y la impulsión también. Lo cual no
es posible. En dicha región deben producirse por lo tanto, fluctuaciones
cuánticas que son equivalentes a pares de partículas virtuales. Estas
aparecen y desaparecen continuamente, creándose y aniquilándose entre
sí. Aunque tales partículas no pueden ser observadas directamente por un
detector, sus efectos cuánticos sí pueden ser medidos, y al hacerlo
concuerdan perfectamente con la predicción teórica.

Este proceso de producción de partículas reales a partir de partículas


virtuales es estimulado al parecer, por la radiación gravitatoria
proveniente del hueco negro, la cual, por su enorme densidad de energía-
impulsión en esta región, está en capacidad de generar por retro-
rotación cualquier tipo de partícula material -y no solo radiación
luminosa- en forma de pares partícula-antipartícula, que luego son
dispersadas por el horizonte de sucesos, para ser “creadas” según el
efecto Hawking. Es decir, eventualmente, un miembro de dichos pares
virtuales es atrapado por el horizonte de sucesos, permitiéndole al otro
ser emitido como partícula real hacia la región exterior a dicho
horizonte. Esta es la radiación de Hawking observada, la cual es
equivalente a un efecto de “Boot-strap” de Chew generado en gran escala.
Por supuesto, cualquier partícula masiva creada en tales condiciones es
inmediatamente reatrapada por el enorme campo gravitatorio presente. Lo
que hace que solo las partículas radiativas sin masa sean observables a
distancia.

En el momento en que un agujero negro se forma, al colapsarse su masa se


empequeñece haciendo que sea mayor la velocidad de rotación de su masa
gravitatoria intrínseca por retro-rotación. Ello hará que su campo se
deforme aplanándose. Lo cual generará una mayor temperatura en el eje
de la frontera de sucesos deformada, haciéndolo aparecer más brillante
en dicha región. Ello implica que absorberá masa más rápidamente debido
a dicha dinámica. Este resultado teórico confirma el carácter anti-
entrópico de su dinámica, y revela que los huecos negros tienden siempre
a expandirse y no a esfumarse, hecho de capital importancia para el
destino final del universo, como lo veremos en su momento, al final de
este libro.

Pero cuál es la estructura interna de los huecos negros? De acuerdo con


Eddington, ellos no pueden contraerse indefinidamente hasta convertirse
M. G. ACOSTA ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA
Página 6 de 10

en un punto. La dinámica gravitatoria descrita antes sugiere que ellos


poseen una estructura interna coherente que “refleja” la radiación
gravitatoria, que esta tiende a expandirse durante su propia evolución,
y por lo tanto que esta debe estabilizarse alrededor de un ciclo límite
gobernado por el principio de exclusión.

Semejante límite puede establecerse, pero no ya a nivel atómico o


nuclear, sino hadrónico, entre quarks, puesto que esta es la estructura
estratónica que más “emite” gravitación. Ellos deben ser pues, los
responsables de la estabilidad a largo plazo de los huecos negros, i.e.,
que dichos astros son estrellas negras, o anti-estrellas, que absorben
luz en vez de emitirla, y están compuestos esencialmente por una “sopa”
indiferenciada de quarks estabilizados por interacción fuerte.

Las consecuencias de ello, formidables, aparecerán más adelante. Ellas


tienen que ver con la estructura global del universo, y su destino
final, e implican que ellos son una consecuencia directa de la creación
del universo por Big-Bang, y un elemento clave de su estructura
galáctica en gran escala.

A nivel interno, al colapsar su masa, los huecos negros deberán


desarrollar por retro-rotación, una dinámica de centrifugación: aumento
del momentum en el colapso, y disminución del mismo a medida que crecen,
al adquirir masa, estabilizándose dinámicamente al estabilizar su
momentum rotatorio.

En 1963 Rey Kerr de Nueva Zelandia demostró el conjunto de soluciones a


la relatividad general que describen un hueco negro en rotación. Si la
rotación es nula, el hueco negro debe ser perfectamente esférico, según
la solución prevista por Schwarzschild. Si no lo es, se achatará en los
polos debido a la rotación, como debe ser también por retro-rotación. A
medida que rote más rápido, se deformará más. Por ello al formarse, la
deformación será máxima en concordancia con la teoría retro-rotatoria.
El tenderá a formar un disco hiper-rotatorio extraplano en su fase
crítica, radiando al máximo la luz de Hawking.

Esta configuración se deformará al perder momento, tendiendo a la


esfericidad, y su luminosidad también tenderá a desaparecer, al
esfumarse el efecto de onda espiral gravitatoria inicial. Por lo tanto,
la configuración de un hueco negro es también una medida de su edad.
Este efecto ha sido sorprendentemente confirmado por las observaciones
de la radiación fósil del Big-Bang primordial. El universo recién nacido
debió ser plano, debido a la dinámica propia de la explosión, en
especial, si esta fue fruto del colapso previo de un universo anterior.
Dado que el universo entero es un hueco negro gigante, él se debió
comportar en forma semejante durante el proceso de creación. (5)

c. Los Quasars.

Pero qué pasa cuando lo que se colapsa no es una estrella, sino una
galaxia entera alrededor de su núcleo. Al parecer, se engendran los
llamados objetos cuasi-estelares, o Quasars. Estos objetos, descubiertos
por el grupo dirigido por el legendario Alan Sandage en Monte Palomar en
1963 (6), son tan brillantes que al observarlos irradian la energía

5
Cif. El informe de la imagen obtenida por el Goddard Space Center publicada en Feb. del 2003.
6
Dennis Overbye, “Corazones solitarios del cosmos”, Barcelona, Planeta, 1992.
M. G. ACOSTA ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA
Página 7 de 10

equivalente a 100 millones de estrellas, sin tener un tamaño superior al


del sistema solar exterior.

Por ello, al parecer, los Quasars corresponden a galaxias observadas en


su fase temprana de formación, y como son precisamente detectados
sobretodo en el origen o confín de radiación observable, por lo tanto
corresponden a ancestros proto-galácticos del cosmos tal como hoy lo
conocemos.

Ello nos aproxima a la estructura en gran escala del universo, en donde


finalmente esperamos hallar una solución al enigma de la creación por
Big-Bang, y al papel que en ello jugó el operador dinámico retro-
rotatorio, y nuestro nuevo concepto operacional de gravedad.

Pero por ahora, el principal enigma por enfrentar, es el referente a la


dinámica de formación de los Quasars, y en especial, el de por qué
empezaron a formarse tan rápido, apenas a partir del primer billón de
años.

Como generalmente es aceptado que solo la acreción gravitatoria pudo


alimentar la tremenda actividad de los núcleos galácticos en formación,
los Quasars aparecen como los causantes más opcionales del desarrollo
excepcionalmente rápido de cierto tipo de galaxias, especialmente las
más masivas, las elípticas. Cada vez parece más claro, que este tipo de
galaxias, y en general todas las galaxias muy masivas, experimentaron en
la primera fase de su formación una dinámica tipo Quasar.

Por ello los Quasars fueron excepcionalmente numerosos en los primeros


dos a tres billones de años. Las observaciones astronómicas de varios
miles de Quasars demuestran que en esa época existió la gran mayoría,
desapareciendo prácticamente después de los últimos tres billones de
años. El Quasar observable más próximo de nosotros, se halla a más de
dos billones de años-luz.

El tamaño mínimo y la extraordinaria brillantez de los Quasars implica


que la fuente gravitatoria que los alimenta debe ser tan potente, masiva
y compacta, que solo un hueco negro puede alimentarla. Apenas las
galaxias empezaron a formarse a partir del gas primordial generado por
el proceso de materialización del Big-Bang primordial que observaremos
en detalle mas adelante, las nubes de gas de la región central generaron
proto-galaxias supermasivas cuyas masas debieron tender a acelerarse
rotacionalmente hacia el centro, a concentrarse por retro-rotación
gravitatoria, hasta colapsar en huecos negros.

Según esta dinámica, al ser absorbido por un hueco negro el gas que se
halla en la periferia del mismo, en su área de influencia, por retro-
rotación es atraído en espiral hacia el centro acelerándose a
velocidades próximas a la lumínica, y calentándose proporcionalmente
debido a la fricción molecular hasta ionizarse cargándose
eléctricamente, para convertirse en un plasma superfluído. El poderoso
campo gravitatorio del hueco negro distorsionará además los campos
magnéticos generados por el plasma, estrechándolos hacia él, aumentando
aún más la temperatura del plasma.

En estas condiciones, el plasma superfuído deberá radiar con tal


intensidad, que convertirá la materia gaseosa capturada en radiación con
una eficiencia diez veces superior a la de las reacciones nucleares de
los núcleos estelares primarios, de hidrógeno. Por ello las enormes
cantidades de materia primordial absorbidas por un hueco negro pueden
generar un Quasar.
M. G. ACOSTA ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA
Página 8 de 10

d. La dinámica retro-rotatoria de formación galáctica

La energía emitida por un Quasar debe afectar a su turno, el proceso de


formación de las galaxias, al eyectar el gas sobrante del proceso de
absorción por un efecto semejante al efecto Hawking, alimentando el
proceso de creación estelar. A medida que el gas periférico de los
Quasars es absorbido o eyectado, menor cantidad queda disponible para
alimentarlo, la masa gravífica interna y la estelar exterior se
equilibran, y el Quasar central se estabiliza dejando de irradiar, para
convertirse en un hueco negro.

Este hueco negro debe permanecer como una reliquia del proceso de
formación de la galaxia, y su presencia debe ser detectable. El de la
nuestra ya lo fue.

De acuerdo a la relatividad general, el potente campo gravitatorio de un


hueco negro galáctico supermasivo debe “absorber” continuamente las
estrellas o grupos de estrellas que se aproximen a su área de
influencia, a su frontera de sucesos, en la superdensa zona central.

Durante estos episodios, cada estrella absorbida deberá ser desgarrada


por el campo gravitatorio del hueco negro, generando un enorme fogonazo
o destello observable a distancia. Además, si esta estrella formaba
parte de un sistema binario o mayor, su compañera o compañeras más
próximas deben ser eyectadas durante este proceso, en un efecto
semejante al efecto Hawking, pero puramente gravitatorio, dispersándolas
y acelerándolas a velocidades superiores a las características en su
región galáctica. Al observar a distancia la trayectoria y velocidad
anormales de estas estrellas con respecto a las características de su
región, es posible también detectar la presencia y “tamaño” de un hueco
negro en su proximidad.

e. Estructuración en gran escala del Universo.

Pero, como dijimos antes, el principal enigma para la cosmología moderna


al respecto de estos procesos de formación de Quasars y de galaxias, es
comprender por qué ellos se iniciaron tan rápido. La principal
dificultad reside en la teoría de formación dinámica vigente hoy, para
la cual las galaxias solo pudieron empezar a formarse a partir del
fluido gaseoso perfectamente isométrico, frío y opaco generado por el
Big-Bang, por variaciones de densidad. Lo que no se comprende es el
proceso dinámico que engendró dichas variaciones.

Si ocurrió una especie de cristalización, o aumento de viscosidad del


gas primordial, al descender la temperatura después del proceso de
creación en sí, las galaxias debieron tardar billones de años en
formarse por simple acreción gravitatoria. Pero los Quasars ya existían
en el primer billón de años. Sin embargo, en la medición de la radiación
fósil no aparece ninguna disimetría apreciable que justifique esta
aceleración de los procesos, pero las observaciones astronómicas de la
edad de los Quasars, como vemos, contradicen la teoría estándar de
conformación galáctica.
M. G. ACOSTA ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA
Página 9 de 10

En cambio, la dinámica retro-rotatoria por sí misma, permite


inmediatamente comprender el proceso y estructurar una teoría ajustada a
esta realidad. En principio, solo esta dinámica permite modelar el
proceso a partir del fluido altamente isométrico generado inicialmente,
el cual al expandirse pierde temperatura y velocidad lineal, la que debe
ser transformada por retro-rotación en rotación inmediatamente,
generando muy rápido zonas de turbulencia retro-rotatoria, y con ellas,
por centrifugación, la estructura celular de los amas galácticos
observados hoy, en un universo altamente organizado de grandes cadenas
de galaxias separadas por enormes vacíos, tal como fue descubierto por
el astrónomo Estoniano Jaan Einasto hace apenas unos treinta años.

Ello nos conduce lógicamente a concluir que la dinámica fundamental de


formación no pudo ser simplemente por agregación lineal gravitatoria,
sino que en ella debió jugar un papel determinante esta nueva
termodinámica retro-rotatoria. Solo ella permite modelar, tanto el
proceso de formación de las galaxias en sí, como de estructuración en
gran escala, de tipo celular, del universo.

Ella permite visualizar de forma clara y coherente, como a partir de


este gas altamente isométrico en recesión, de densidad y temperatura
decreciente, i.e., variable, (estas variaciones de temperatura y
densidad son observables en la imagen del Goddard del 2003), pudo
producirse un proceso espontáneo de autogeneración galáctica muy rápido.

Esta dinámica evidencia además, la extraordinaria actividad engendrada


por la interacción en los cúmulos galácticos, entre sus diferentes
componentes, la forma como estos se estructuraron desarrollando
diferentes configuraciones debidas al tipo de turbulencia que las
engendró, y a su propia interacción entre sí, por choque
intergaláctico.

Esta engendró por desgarramiento, por ejemplo, desarrollar de formas


simples perfectamente isométricas, e.g., radiales desde un centro
intacto, esféricas o elípticas originales, ondas espirales, hiperbólicas
o toroidales únicas, todo ello gobernado por una dinámica de tipo
atractor, lejos del equilibrio, descrita por los procesos de
bifurcación, fluctuación y oscilación turbulenta de la nueva teoría del
caos (7)

Aún más, la estructura dinámica intrínseca de las galaxias, o velocidad


de rotación de sus componentes internos con respecto a los periféricos
en las galaxias espirales observadas, parece demostrar la existencia de
un anillo de materia oscura, de polvo y gas quizás, al menos tan masivo
como la propia materia luminosa visible, y quizás aún más, hasta 4/5
partes de la misma, que solo pudo ser generado por centrifugación de su
materia oscura inerte, por retro-rotación.

Este anillo, equivalente al cinturón Oort de nuestra estrella, modela la


estructura y la dinámica de la masa visible, según las observaciones y
mediciones de dichas curvas de rotación realizadas por el grupo dirigido
por Vera Rubin en EUA, e implica que la formación planetaria con anillos
residuales exteriores de cometas de masa total muy importante, no es un
hecho fortuito, sino una característica estándar del proceso general de
formación astrofísico tanto estelar como galáctico.

7
Ver al respecto el trabajo pionero de Pierre Bergé, Yves Pomeau y Christian Vidal, “L’Ordre dans le
chaos: vers une approche deterministe de la turbulence”, Hermann, Paris, ed. corrigé, 1988.
M. G. ACOSTA ASTROFÍSICA Y GRAVITACIÓN RETRO-ROTATORIA
Página 10 de 10

Otro grupo dirigido por Sandra Faver, también en EUA, al verificar dicha
estructura dinámica galáctica midiéndola contra el fondo de radiación
fósil, descubrió que nuestra Vía Láctea deriva hacia el cúmulo de Virgo,
al cual pertenece, y que al parecer todo el universo observable deriva
hacia la región de Hidra-Centauro, a una velocidad aproximada de 700
km/seg.

Lo cual evidencia que existe una dinámica de corrientes internas en gran


escala, muy distinta a la simple expansión primordial. Si a ello le
agregamos la estructura general de simetría celular englobada
descubierta por Einasto, de grandes cadenas de galaxias separadas por
enormes vacíos, distribuidas sobre la superficie globular, el universo
en expansión tiene una estructura dinámica mucho más compleja que la
debida a la recesión originada por el Big-Bang primordial descubierta
por Hubble a comienzos del siglo XX. Una estructura dinámica que solo
pudo ser modelada integralmente por retro-rotación, a partir del proceso
inflacionario de Guth.

Ello nos aproxima a la estructura en gran escala del universo, y por


ella al instante de creación, en donde finalmente esperamos encontrar la
aplicación máxima a nuestro concepto dinámico de retro-rotación.

M. G. Acosta
Bogotá, Septiembre 24 de 2005.

CIFRA ® DERECHOS RESERVADOS

CIFRA DOC CFR#092-2005


Última rev.: 2005-09-24

TODOS LOS DOCUMENTOS CIFRA


PUEDEN SER LIBREMENTE REPRODUCIDOS
SIEMPRE Y CUANDO SE CITE SU FUENTE

También podría gustarte