Está en la página 1de 19

FACULTAD DE

DERECHO

INTRODUCCION AL
ESTUDIO DE DERECHO
UNIDAD 3
ACTIVIDAD 1
AILED DZOARA
GONZALEZ SERVIN
304282670
Revise los casos prácticos, así como las soluciones que se proponen. Posteriormente:

Identifique en cada caso los siguientes aspectos (1-6), resaltando con un color cada uno e
indique con un comentario a qué dimensión o argumento corresponden y justifique por
qué, además de por qué no a otro. Posteriormente, responda la pregunta 7 en la parte
inferior de cada documento:

1. Cuál es la dimensión fáctica, es decir, los hechos controvertidos o controversiales


(litis) del caso.
2. Cuál es la dimensión normativa, es decir, las normas jurídicas aplicables.
3. Cuál es la dimensión axiológica, es decir, los valores involucrados.
4. Qué argumentos fácticos se utilizaron en la solución.
Se toman en cuenta los datos de los involucrados, así como fechas de nacimiento,
nombres, parentesco, domicilios fechas de lo sucedido, lugares de los
acontecimientos. Todos. CABE DESTACAR QUE LOS APELLIDOS DE LA
ABUELA NO COINCIDEN CON LOS DE LA MADRE DE LA MENOR, ES UNA
OBSERVACION QUE TUVE, PUEDE SER UN ERROR TECNICO, PERO EN UN
CASO REAL ESTO PODRIA INFLUIR PARA UNA POSIBLE INVESTIGACION
PARA LA SOLICITANTE DE LA PATRIA POTESTAD.

5. Qué argumentos normativos se utilizaron en la solución.


Se toma en cuenta el argumento de la abuela de solicitar la patria potestad,
guarda y custodia de la menor, el juez dictaminara lo mejor para la menor,
tomando en cuenta a todos los involucrados que competen, es decir a los padres
de la menor para ver cómo y quién cubrirá mejor las necesidades de dicha menor.

6. Qué argumentos axiológicos se utilizaron en la solución. Considero que ninguno,


ya que lo que se sabe es testimonial de una parte y el juez determina lo que es
justo para la menor, no lo que crean o consideren correcto alguno de los
involucrados.

7. Desde qué teoría se dio solución al caso. Justifique su respuesta.


Nombre Ailed González Servín
:

Caso 1

FACTICO: Mi nombre es Leonor Estrada Jiménez, soy abuela de la menor


Giovanna Díaz Jiménez. Necesito de su ayuda para que yo tenga la guarda y
custodia de mi nieta. El caso es el siguiente:

Con fecha 16 de julio del año dos mil trece, nació mi nieta menor de nombre
Giovanna Díaz Jiménez, en la Ciudad de México, Distrito Federal. Es importante
señalar que en la copia certificada del acta de nacimiento aparecen registrados
como padres Alejandro Díaz Díaz y Victoria Jiménez Jiménez, la primera
persona es mi yerno y la segunda mi hija.

Después del nacimiento de mi nieta menor, el día 20 de julio del año dos mil
trece, su madre biológica, de nombre Victoria Jiménez Jiménez, persona que
es mi hija, decidió dejarla bajo mi guarda y custodia de manera voluntaria,
alegando que no podía educarla, ni criarla, ya que tenía problemas
económicos, emocionales y psicológicos muy fuertes y, por lo mismo, me
regalaba a mi nieta, puesto que si no la quería, iba a regalar a mi nieta con la
primera persona que se encontrara en la calle.

Así las cosas, el día 30 de julio del año dos mil catorce, cuando mi nieta menor
cumplía un año, mi hija regresó a la casa de la suscrita ubicado en la Avenida
122 número 123, colonia del Valle, Delegación Benito Juárez, Ciudad de
México, para visitar a su hija (mi nieta Giovanna Díaz Jiménez).

Sin embargo, en ese día siendo, aproximadamente, las tres de la tarde, mi hija
se llevó la niña para “supuestamente” pasearla, fue en se momento cuando se
encontró a la señora Cecilia Zaragoza Ruiz, quien le preguntó para donde iban,
a lo que mi hija le respondió que iba al mercado para regalar a la niña
(mi nieta), por lo que en ese momento la señora Cecilia Zaragoza le dijo
que le dejara a mi nieta en lo que buscaba a alguien para que se la regalara y
ya siendo las seis de la tarde fue a buscar a señora Mónica Jiménez Jiménez
para decirle que su sobrina estaba en su casa y que tuvieran más cuidado, ya
que su hermana iba a regalar a la niña, que le sugería tomar
precauciones.

NORMATIVO: De esta manera, desde el 20 de julio del año dos mil trece, la
suscrita vela por el mejor desarrollo de mi nieta menor, asistiéndola,
cumpliendo con el deber de cuidado, y el socorro mutuo, cuya obligación más
clara, tratándose de mi nieta menor, consiste en proporcionar alimentos, así
como en el deber y el derecho de ejercer la guarda y custodia.

Por lo que a falta y ausencia de su mamá y papá, la suscrita en su calidad de


abuela, quiero que se me reconozca del derecho de ejercer la patria potestad y
guarda y custodia de mi nieta menor. Es por eso que pido su ayuda legal.

Considero que es importante hacerle saber que desde que nació mi nieta
menor, el señor Alejandro Díaz Díaz no ha tenido contacto físico o electrónico
con ella. Lo único que sé de mi yerno es que se separó de mi hija, desde a
mediados del mes de octubre del año dos mil nueve y que, por lo mismo,
supongo que no es su padre biológico y, por ello, no tiene, ni se ha interesado
por la guarda y custodia de mi nieta menor y, por tanto, no ha visitado, ni la
ha provisto de alimentos.

AXILÓGICO: Cabe recordar que mi hija, Victoria Jiménez Jiménez, me dijo


que me regalaba a mi nieta, y que si no quería tener la guarda y custodia la
iba a regalar a la primera persona que encontrará en la calle. Fue por ello que
desde hace más de dos año tomé la decisión de integrar a mi hogar y a mi
familia nuclear, a mi nieta menor, teniéndola bajo mi supervisión, educación,
guarda y custodia, inculcando en ella, valores morales, éticos, sociales, y
proporcionándole los alimentos suficientes.

Posible solución

La señora Leonor Estrada Jiménez deberá demandar la guarda y custodia de


su nieta menor, Giovanna Díaz Jiménez, en contra de Alejandro Díaz Díaz y
Victoria Jiménez Jiménez, yerno e hija. Dicha acción legal deberá entablarla
en la Vía de Controversia del Orden Familiar.

En virtud de lo anterior, debemos considerar lo siguiente:


1. Con fecha 16 de julio del año dos mil trece, nació la menor
Giovanna Díaz Jiménez, en la Ciudad de México.
2. En la copia certificada del acta de nacimiento aparecen
registrados como padres los Alejandro Díaz Díaz y Victoria
Jiménez Jiménez, la primera persona es mi yerno y la
segunda mi hija.
3. Después del nacimiento de la menor, el día 20 de julio del
año dos mil trece, su madre biológica de nombre Victoria
Jiménez Jiménez, persona que es mi hija de la accionante,
decidió dejarla bajo mi guarda y custodia de manera
voluntaria, alegando que no podía educarla, ni criarla, ya que
tenía problemas económicos, emocionales, y psicológicos
muy fuertes y, por lo mismo, me regalaba a mi nieta, puesto
que si no la quería, iba a regalar a mi nieta con la primera
persona que se encontrará en la calle.
4. Con fecha día 30 de julio del año dos mil catorce, cuando la
menor cumplía un año, la señora Victoria Jiménez Jiménez,
regresó a la casa de la accionante, para regalar a su hija
(Giovanna Díaz Jiménez).
5. La señora Victoria Jiménez Jiménez no pudo regalar a la
menor, debido a que la señora Cecilia Zaragoza Ruiz lo
impidió.
6. A falta y ausencia de su mamá y papá, la señora Leonor
Estrada Jiménez, en su calidad de abuela, solicitará que se le
reconozca del derecho de ejercer la patria potestad y guarda
y custodia de mi nieta menor. De esta manera, desde el 20
de julio del año dos mil trece, la accionante vela por el mejor
desarrollo de mi nieta menor, asistiéndola, cumpliendo con el
deber de cuidado, y el socorro mutuo, cuya obligación más
clara, tratándose de una menor de edad, con la cual se tiene
un lazo consanguíneo, consiste en proporcionar alimentos,
así como en el deber y el derecho de ejercer la guarda y
custodia.
7. Respecto del señor Alejandro Díaz Díaz, es importante
precisar que no ha tenido contacto físico o electrónico con la
menor, ya que se separó de la señora Victoria Jiménez
Jiménez, desde a mediados del mes de octubre del año dos
mil nueve y que, por lo mismo, supongo que no es su padre
biológico y, por ello, no tiene, ni se ha interesado por la
guarda y custodia de mi nieta menor y, por tanto, no ha
visitado, ni la ha provisto de alimentos.
8. En este orden de ideas, entre los motivos por los cuales los
codemandados, no pueden ni deben tener la GUARDA Y
CUSTODIA, de la menor, se encuentran los siguientes:
a. No proporcionan alimentos a la menor.
b. No atienden al aseo, limpieza e higiene de su menor hija.
c. No atienden los cuidados con su menor hija J.
d. No llevan a la menor con el pediatra para vigilar su
correcto desarrollo físico.
Ante la falta y ausencia de su mamá y papá, la accionante en
su calidad de ascendiente directo en segundo grado, abuelita
materna, solicita el reconocimiento del derecho de ejercer la
patria potestad y guarda y custodia de la menor, y con ello,
dar cabal cumplimiento a los efectos previstos por el artículo
4, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que me reconoce un interés para que vele
por el cumplimiento y respeto de los derechos y
principios de la infancia, que en este caso, se trata de mi
nieta menor, sin que la Ley Suprema distinga el grado de
parentesco de los ascendientes, pues, conforme al principio
del interés superior del menor, lo único que habrá que
determinar es la aptitud e idoneidad del ascendiente en
segundo grado, para cumplir con los deberes y las
obligaciones para resguardar los derechos del infante. Sirve
de apoyo el siguiente criterio de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación:

Época: Décima Época; Registro: 2008312; Instancia: Primera


Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación; Libro 14, Enero de 2015, Tomo I;
Materia(s): Constitucional; Tesis: 1a. XXI/2015 (10a.);
Página: 766
INTERÉS SUPERIOR DE LA INFANCIA. EL ARTÍCULO 4o.
DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS RECONOCE QUE ASISTE UN
INTERÉS A LOS ASCENDIENTES DIRECTOS EN
SEGUNDO GRADO PARA VELAR POR LOS DERECHOS DE
SUS DESCENDIENTES MENORES DE EDAD.

Los efectos personales del parentesco son la asistencia, el


deber de ayuda y el socorro mutuo, cuya obligación más
clara, tratándose de menores de edad, consiste en
proporcionar alimentos, así como en el deber y el derecho de
ejercer la patria potestad y la guarda y custodia; estos
efectos, en primera instancia, recaen sobre los ascendientes
directos en primer grado, esto es, en el padre o la madre,
por lo que a falta de éstos corresponde, generalmente, a los
ascendientes directos en segundo grado, es decir, a los
abuelos en ambas líneas (materna o paterna), pues además
de derivarse así por efectos del parentesco, el artículo 4o. de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
reconoce un interés de los ascendientes para que velen por el
cumplimiento y respeto de los derechos y principios de la
infancia, sin que la Ley Suprema distinga el grado de
parentesco de los ascendientes pues, conforme al principio
del interés superior del menor, lo único que habrá que
determinar es la aptitud e idoneidad del ascendiente en
primer o segundo grado, para cumplir con los deberes y las
obligaciones para resguardar los derechos del infante. Esto
es, debe buscarse la mayor afinidad e identificación de los
descendientes con sus ascendientes, para lo cual es
necesario tomar en cuenta la edad, la plenitud y el mejor
grado de preparación de los ascendientes, así como la
estabilidad económica para satisfacer las necesidades
alimentarias, y en sí las condiciones más favorables para el
desarrollo del infante.
Amparo en revisión 518/2013. 23 de abril de 2014. Cinco
votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José
Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga
Sánchez Cordero de García Villegas, quien formuló voto
concurrente, y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena. Secretaria: Cecilia Armengol Alonso.
Esta tesis se publicó el viernes 30 de enero de 2015 a las
9:20 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

9. En este sentido, las pretensiones son procedentes, atendiendo


al interés superior del menor, debido a que se cumplen con los
criterios establecidos por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación:

a) Se deben satisfacer, por el medio más idóneo, las


necesidades materiales básicas o vitales del menor, y las de tipo
espiritual, afectivas y educacionales.
b) Se deberá atender a los deseos, sentimientos y opiniones del
menor, siempre que sean compatibles con lo anterior e
interpretados de acuerdo con su personal madurez o
discernimiento.
c) Se debe mantener, si es posible, el statu quo material y
espiritual del menor y atender a la incidencia que toda alteración
del mismo pueda tener en su personalidad y para su futuro.

Asimismo, el juez tendrá que examinar las circunstancias


específicas de cada caso para poder llegar a una solución
estable, justa y equitativa especialmente para la menor, cuyos
intereses deben primar frente a los demás que puedan entrar en
juego, procurando la concordancia e interpretación de las
normas jurídicas en la línea de favorecer al menor, principio
consagrado en el artículo 4º constitucional. Sirve de apoyo la
siguiente jurisprudencia:

Época: Décima Época; Registro: 2006593; Instancia: Primera


Sala; Tipo de Tesis: Jurisprudencia; Fuente: Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación; Libro 7, Junio de 2014,
Tomo I; Materia(s): Constitucional; Tesis: 1a./J. 44/2014 (10a.);
Página: 270.

INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU CONFIGURACIÓN


COMO CONCEPTO JURÍDICO INDETERMINADO Y
CRITERIOS PARA SU APLICACIÓN A CASOS CONCRETOS.
Resulta ya un lugar común señalar que la configuración del
interés superior del menor, como concepto jurídico
indeterminado, dificulta notablemente su aplicación. Así, a juicio
de esta Primera Sala, es necesario encontrar criterios para
averiguar, racionalmente, en qué consiste el interés del menor y
paralelamente determinarlo en concreto en los casos
correspondientes. Es posible señalar que todo concepto
indeterminado cabe estructurarlo en varias zonas. Una primera
zona de certeza positiva, que contiene el presupuesto necesario o
la condición inicial mínima. Una segunda zona de certeza
negativa, a partir de la cual nos hallamos fuera del concepto
indeterminado. En tercer y último lugar la denominada zona
intermedia, más amplia por su ambigüedad e incertidumbre,
donde cabe tomar varias decisiones. En la zona intermedia, para
determinar cuál es el interés del menor y obtener un juicio de
valor, es necesario precisar los hechos y las circunstancias que lo
envuelven. En esta zona podemos observar cómo el interés del
menor no es siempre el mismo, ni siquiera con carácter general
para todos los hijos, pues éste varía en función de las
circunstancias personales y familiares. Además, dicha zona se
amplía cuando pasamos -en la indeterminación del concepto- del
plano jurídico al cultural. Por lo anterior, es claro que el derecho
positivo no puede precisar con exactitud los límites del interés
superior del menor para cada supuesto de hecho planteado. Son
los tribunales quienes han de determinarlo moviéndose en esa
"zona intermedia", haciendo uso de valores o criterios racionales.
En este sentido, es posible señalar como criterios relevantes para
la determinación en concreto del interés del menor en todos
aquellos casos en que esté de por medio la situación familiar de
un menor, los siguientes: a) se deben satisfacer, por el medio
más idóneo, las necesidades materiales básicas o vitales del
menor, y las de tipo espiritual, afectivas y educacionales; b) se
deberá atender a los deseos, sentimientos y opiniones del menor,
siempre que sean compatibles con lo anterior e interpretados de
acuerdo con su personal madurez o discernimiento; y c) se debe
mantener, si es posible, el statu quo material y espiritual del
menor y atender a la incidencia que toda alteración del mismo
pueda tener en su personalidad y para su futuro. Asimismo, es
necesario advertir que para valorar el interés del menor, muchas
veces se impone un estudio comparativo y en ocasiones
beligerante entre varios intereses en conflicto, por lo que el juez
tendrá que examinar las circunstancias específicas de cada caso
para poder llegar a una solución estable, justa y equitativa
especialmente para el menor, cuyos intereses deben primar
frente a los demás que puedan entrar en juego, procurando la
concordancia e interpretación de las normas jurídicas en la línea
de favorecer al menor, principio consagrado en el artículo 4o.
constitucional.

Amparo directo en revisión 348/2012. 5 de diciembre de 2012.


Unanimidad de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, quien reservó su derecho a
formular voto concurrente, Olga Sánchez Cordero de García
Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ausente: Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretario: Javier Mijangos y González.
Amparo directo en revisión 2554/2012. 16 de enero de 2013.
Mayoría de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Disidente: José
Ramón Cossío Díaz. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretario: Javier Mijangos y González.
Amparo directo en revisión 583/2013. 11 de septiembre de 2013.
Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José
Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier
Mijangos y González.
Amparo en revisión 310/2013. 4 de diciembre de 2013. Mayoría
de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea,
Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García
Villegas, quien reservó su derecho a formular voto concurrente y
Jorge Mario Pardo Rebolledo. Disidente: José Ramón Cossío Díaz,
quien reservó su derecho a formular voto particular. Ponente:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y
González.
Amparo directo en revisión 2252/2013. 4 de diciembre de 2013.
Mayoría de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas, quien reservó su derecho a formular voto
concurrente y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Disidente: José
Ramón Cossío Díaz, quien reservó su derecho a formular voto
particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario:
Javier Mijangos y González.
Tesis de jurisprudencia 44/2014 (10a.). Aprobada por la Primera
Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada de veintiuno de
mayo de dos mil catorce.
Esta tesis se publicó el viernes 6 de junio de 2014 a las 12:30
horas en el Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se
considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 9 de junio de
2014, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo
General Plenario 19/2013.

10. Por otra parte, las pruebas que, por lo menos, se deberán
ofrecer serán:
a) LA CONFESIONAL. A cargo de Alejandro Díaz Díaz y
Victoria Jiménez Jiménez.
b) LA TESTIMONIAL. A cargo de la C. Cecilia Zaragoza Ruiz
c) LA PERICIAL EN PSICOLOGÍA. A fin de determinar
quién es el más apto para tener la guarda y custodia de la
menor.
d) EL ESTUDIO SOCIOECONOMICO. A fin de establecer qué
persona proporcionaría un mejor nivel de vida y desarrollo
personal, atendiendo al interés superior del menor.
e) LA DOCUMENTAL PÚBLICA. Consistente en la copia
certificada del acta de nacimiento de la menor.
11. Por último, es importante señalar que son aplicables en
cuanto al fondo, los artículos 447, fracción V, y demás
relativos aplicables del Código Civil para el Distrito Federal. El
procedimiento se rige por lo establecido en los artículos 95,
255, 940, 941 y demás relativos del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal.
¿Desde qué teoría se dio solución al caso? Justifique su
respuesta
La solución se da y se debe dar desde el punto de vista
normativo, ya que la ley es la única encargada para
determinar lo correcto para la menor, dependiendo de sus
necesidades educativas, alimentarias, medicas, etc.

Fuentes de consulta
REFERENCIAS

https://concepto.de/derecho/
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv/detalle-libro/
3260-introduccion-al-estudio-del-derecho-coleccion-
cultura-juridica
http://132.247.132.129/p1471/moodle/
pluginfile.php/136/mod_resource/content/42/
intro_est_%20der/U_3/archivos/
alvarez_u3a1_48a66.pdf
https://www.significados.com/axiologico/
https://conceptodefinicion.de/normativa/
Cuál es la dimensión fáctica, es decir, los hechos controvertidos o controversiales (litis) del caso.

Cuál es la dimensión normativa, es decir, las normas jurídicas aplicables.

Cuál es la dimensión axiológica, es decir, los valores involucrados.

Qué argumentos fácticos se utilizaron en la solución.

Es la declaración del mismo implicado quien narra lo sucedido con fechas, lugares y a los testigos
de los hechos.

Qué argumentos normativos se utilizaron en la solución.

Se aplican elementos conforme a su derecho a la salud, considerando sus derechos humanos,


que no ha ocasionado daño a alguien más y que nadie ha levantado una queja en su contra.

Qué argumentos axiológicos se utilizaron en la solución.

Se trata de una persona profesionista que ha puesto sus servicios a la sociedad, que coopera al
someterse a una rehabilitación. Que esta consiente de su adicción y que no ha hecho daño a
nadie.

Nombre Ailed Dzoara González Servín


:

Caso 2

FACTICO: Terminó la residencia médica en anestesiología en marzo 2015 y


entró a laborar en el Hospital General de México, en la Ciudad de México, para
formar parte del personal médico, quedando a cargo del departamento de
anestesiología y encargado del manejo de estupefacientes en este nosocomio.

En junio 2015, posterior a un episodio depresivo secundario a una situación


personal, inició el consumo del medicamento denominado fentanilo, el cual es
utilizado en cirugías para proporcionar analgesia y sedación en los pacientes
sometidos a procedimientos quirúrgicos. El consumo del medicamento
aumenta de manera gradual para muy rápido al grado de desarrollar una
dependencia física y psicológica.
Es importante mencionar que yo extraía las ámpulas en la farmacia del
nosocomio a través de una receta médica con código de barras autorizadas por
Cofepris, donde se anotaba el nombre del paciente, su matrícula, CURP,
domicilio y tipo de procedimiento quirúrgico a realizar.

Una receta ampara la extracción de una caja de fentanilo con 6 ámpulas; no


obstante, por lo regular se utilizan de 1 a 2 ámpulas de fentanilo por
procedimiento. Se aplicaban las dosis correspondientes a cada paciente; sin
embargo, yo utilizaba una fracción del ámpula sobrante.

Al principio creí que podía controlar el consumo del fentanilo, pues considero
que tengo una gran fuerza de voluntad, pero no fue así, después de la primera
dosis (sobrante de la ámpula utilizada) mi consumo empezó a incrementar,
pasando de una fracción de la ámpula, a una ámpula, hasta llegar a consumir
cajas completas, que no pude justificar en notas de registro anestésico, debido
al consumo tan alto del medicamento, insisto el consumo siempre fue para
satisfacer mis necesidades propias, no las vendía o utilizaba para otra cuestión.

Por otra parte, cabe recalcar que durante este periodo nunca se suspendió
ninguna cirugía ni se tuvo algún incidente médico o legal con ningún paciente,
ya que mi atención médica en anestesia siempre fue la correcta.

Ya a finales del mes de octubre de 2015, acudo con un psiquiatra particular, el


Dr. Rogelio Rivas, para solicitar su valoración y tratamiento por una adicción
que personalmente ya había reconocido, por lo que se me recetó alprazolam y
amitriptilina para mitigar la ansiedad que generaban los lapsos prolongados sin
fentanilo al desarrollar un síndrome de dependencia.

Durante el día 2 de noviembre, cuando terminaba mi guardia, consumí de


nuevo fentanilo, aunado al efecto sedante de los otros medicamentos
(alprazolam y amitriptilina), lo que generó que yo me encontrara en estado de
sedación, inconsciente, con ventilación espontánea, en el área gris del
quirófano, fue por ese motivo que mis compañeros médicos se percataron y en
ese mismo día me trasladaron al Hospital Nacional de Psiquiatría, donde se me
brinda atención cognitivo conductual, así como tratamiento farmacológico por
clínica del dolor para contrarrestar el síndrome de abstinencia, siendo dado de
alta el 18 de noviembre del 2015.
NORMATIVO: Es a través de pláticas con mis compañeros médicos que me
entero que se lleva un proceso legal en el Ministerio Público, por delitos no
especificados, por lo que solicito asesoría legal con usted.

AXIOLOGICO: Nunca en mi vida he cometido delitos, tengo miedo y no sé


qué hacer, ayúdeme.

Posible solución

Primero. Tratándose de un caso de farmacodependencia, en específico de un


profesional de la salud (anestesiólogo). Es importante, empezar por
argumentar que es una persona responsable en el ejercicio de su profesión, ya
que siempre tiene el deber ético y moral de cuidar la salud, integridad y vida
del paciente.

Asimismo, se debe resaltar que los servicios médicos del anestesiólogo siempre
tienen el objetivo de proteger, recuperar o, en su caso, rehabilitar la salud del
paciente y, con ello, dar cumplimiento al artículo 8, fracción II y 48 del
Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicios
de Atención Médica.

Segundo. Debe elaborar un segundo argumento que respalde al primero,


donde acredite que el argumento anterior es cierto, debido a que hasta este
momento, no existe alguna queja, denuncia o demanda entablada en mi
contra, por una mala práctica médica realizada en perjuicio de algún paciente
que haya atendido.

Tercero. Se elabora un argumento donde se presente su defensa, la


farmacodependencia, derivado del hecho de que cuando el anestesiólogo fue
encontrado por sus compañeros en el área gris del quirófano, presentaba un
cuadro clínico del síndrome de abstinencia, lo que generó que su cuerpo
presentará ansiedad, sudoración y palpitaciones.

Cuarto. Se debe elaborar un argumento que respalde al primero, donde


establezca que en el momento en que lo encontraron sus compañeros tenía
trastornos mentales y del comportamiento debido al uso de opiáceos
(fentanilo) y síndrome de dependencia. Es decir, el suscrito tenía una adicción
derivada de la farmacodependencia al uso del fentanilo.
Quinto. Se debe definir al fármaco del cual se deriva la adicción. Esto le servirá
para fortalecer su defensa basada en la excusa absolutoria de no exigibilidad
de otra conducta.

Sexto. Se debe establecer cuál fue el estresor significativo (casusa) que me


generó la adicción derivada de la farmacodependencia del fentanilo. Esto con la
finalidad de justificar la no exigibilidad de otra conducta, con el objetivo de
solicitar a la autoridad en turno que el anestesiólogo sea procesado como un
enfermo, no como un delincuente.

Séptimo. Se elabora un argumento donde se señale que a pesar de que el


anestesiólogo intentaba no consumir el fentanilo, disminuyeron mis actividades
recreativas, a pesar de tener la intención de dejarlo de hacer, es decir, su
enfermedad mental (adicción) le impidió realizar una conducta diversa
para dejar el consumo del fármaco. 

Así, la farmacodependencia por el consumo del fentanilo constituye una


excusa absolutoria, lo que significa que no puede ejercerse la acción
penal, ya que lo consumía para satisfacer mi propia necesidad. Esto
significa que el anestesiólogo no debe sujetarse a un proceso penal,
sino únicamente a un tratamiento ante las autoridades sanitarias. Lo
cual ya sucedió en el caso concreto, ya que fue sometido a un tratamiento
médico-psiquiátrico.

A fin de fortalecer el argumento del párrafo anterior, se debe citar la


Jurisprudencia Penal, identificada con la siguiente información: Época: Novena
Época; Registro: 165023; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis:
Jurisprudencia; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo
XXXI, Marzo de 2010; Materia(s): Penal; Tesis: 1a./J. 130/2009;Página: 312.
Que a la letra reza:

FARMACODEPENDENCIA. AL CONSTITUIR UNA EXCLUYENTE DEL


DELITO, EL JUEZ PUEDE PRONUNCIARSE AL RESPECTO EN EL
AUTO DE TÉRMINO CONSTITUCIONAL, SIN TENER QUE ESPERAR
HASTA EL DICTADO DE LA SENTENCIA DEFINITIVA
(LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL 20 DE AGOSTO DE 2009).
Conforme a los artículos 524 y 525 del Código Federal de Procedimientos
Penales (derogados mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 20 de agosto de 2009), si el dictamen realizado por la
autoridad sanitaria indica que el inculpado tiene el hábito o la necesidad
de consumir estupefacientes o psicotrópicos y la cantidad poseída es la
necesaria para su propio consumo, no se hará consignación a los
tribunales, y si se hubiere hecho y dentro de las setenta y dos horas que
señala el artículo 19 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se formula o se rectifica dicho dictamen en el sentido de que
se actualiza el referido hábito o necesidad y la cantidad de droga
asegurada al detenido es la necesaria para consumo personal, el
Ministerio Público se desistirá de la acción penal sin necesidad de
consultar al Procurador General de la República y pedirá al tribunal que
el detenido sea puesto a disposición de la autoridad sanitaria federal
para su tratamiento, por el tiempo requerido para su curación. Así, la
farmacodependencia constituye una excluyente del delito, ya que ni
siquiera puede ejercerse la acción penal si se advierte que quien posee
la droga lo hace para satisfacer su propia necesidad; de manera que si
de autos se acredita que el inculpado es un farmacodependiente que
sólo posee el estupefaciente para su estricto consumo personal, el juez
puede pronunciarse sobre dicha excluyente en el auto de término
constitucional sin tener que esperar hasta el dictado de la sentencia
definitiva, y no sujetarlo a proceso penal, sino únicamente a un
tratamiento ante las autoridades sanitarias. No obsta a lo anterior que el
artículo 199 del Código Penal Federal (vigente hasta la fecha
mencionada) regule el mismo supuesto normativo contenido en la
aludida legislación procesal, esto es, el caso del farmacodependiente que
posea para su estricto consumo personal algún narcótico, y disponga
que no se aplicará pena alguna, pues no se refiere a una excluyente de
responsabilidad sino a una excusa absolutoria, ya que faculta al juez
para someter a proceso al farmacodependiente y dictar sentencia en la
que se tenga por acreditado el delito y su responsabilidad, pero sin
aplicar una pena, lo cual no sólo es contrario a lo previsto en el Código
Federal de Procedimientos Penales, sino que implica una abierta
contravención constitucional, pues en nada ayuda a la rehabilitación del
farmacodependiente y sí, en cambio, constituye una violación a su
derecho a la salud, además de que el solo hecho de considerarlo
culpable de un delito como la posesión de droga para el consumo
personal significa una estigmatización que afecta su dignidad; de ahí que
la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera
que ante esa antinomia legal, para determinar el tratamiento procesal
que ha de darse al farmacodependiente, debe atenderse a la solución
que brinda el indicado ordenamiento adjetivo, por apegarse más al
régimen constitucional en vigor.
Contradicción de tesis 50/2008-PL. Entre las sustentadas por los
Tribunales Colegiados Primero, Segundo y Quinto, todos del Décimo
Quinto Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro
Auxiliar de la Tercera Región. 11 de noviembre de 2009. Mayoría de tres
votos. Disidentes: Juan N. Silva Meza y Sergio A. Valls Hernández.
Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Carmina Cortés
Rodríguez.
Tesis de jurisprudencia 130/2009. Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha dieciocho de noviembre de dos mil
nueve.

Octavo. Tratándose de un caso de farmacodependencia, es importante resaltar


el hecho de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de
múltiples tesis, y la Organización Mundial de la Salud, han concluido que la
farmacodependencia es un estado patológico que, según dicho organismo
internacional, se caracteriza por modificaciones de comportamiento y otras
reacciones que comprenden siempre un impulso a ingerir o suministrarse el
narcótico (que en este caso, es el fentanilo) continua o periódicamente, a fin
de experimentar sus efectos psíquicos y evitar el malestar producido por la
falta de ingesta de esa sustancia.
En ese sentido, se infiere que el anestesiólogo actuó bajo un deseo irresistible
de consumir el fentanilo a la que era farmacodependiente, provocado por su
condición de enfermo; por tanto, esa conducta no le es penalmente
reprochable, pues no es racionalmente exigible un comportamiento diverso a
quien actúa determinado por una necesidad patológica irreprimible y no en el
libre ejercicio de su voluntad; consecuentemente, dicho anestesiólogo no
deberá ser sancionado, sino quedar a disposición de las autoridades sanitarias
correspondientes para el tratamiento médico respectivo.
Noveno. Por último, se elabora un argumento de tipo axiológico, donde señale
que, en atención a la obligación de tutelar el derecho fundamental a la salud, y
derivado de ello, la única consecuencia legal es que el anestesiólogo sea
sometido a un tratamiento médico-psiquiátrico.
¿Desde qué teoría se dio solución al caso? Justifique su respuesta
Considero que es desde un punto axiológico ya que se debe de
considerar al susodicho como un enfermo, el cual necesita
tratamiento y ayuda para que tenga una rehabilitación,
considerándose que nunca falto a sus funciones laborales.

Fuentes de consulta
http://www.cndh.org.mx/Derechos_Humanos
https://www.codevida.org/derecho-a-la-salud-y-la-vida/que-es-el-
derecho-a-la-salud
https://prezi.com/d80dtewkxf-r/derecho-a-la-rehabilitacion-y-
resocializacion/
http://132.247.132.129/p1471/moodle/pluginfile.php/136/
mod_resource/content/42/intro_est_%20der/U_3/archivos/
alvarez_u3a1_48a66.pdf
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3260/5.pdf

También podría gustarte