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Raquel Osborne La construccién sexual de la realidad {Un debate en la soctologia contemporsinea de la mujer ceases con et in ss asa eres ea i aeeeriacaratee ‘Seo eee cic oeeenare aes ‘attra Dies coun: al Mort De: Una de ani Diet de cabin: Co Pie Rede cio Cake 21993 on ga a dee SR Mai oairusenss” vrei Fenians Os) AAtnbon ¢Tuvimos las mujeres una revolucién sexual? ‘Si eseuchamos a los sectores feministas que venimos ‘nalizando y, mis concretamente, al embarcado en ta lucha contra la pornografia, el panorama a contemplat, donde todo fs devastacion para la mujer en el terreno sexta, reeulsa ‘esolador. Sin embargo, no todas las feministas opinan de la ‘misma manera. Hay quienes piensan que les cose han eam ado amucho pra emner ded spo pasado, hablendose Jogrado la separacién entre sexo v enfermedad venéres —f ‘némeno apenas comentado hoy en dia porque 10 damos por até la consecucncia de un descubimiento tecnolbgico pilldora_anticonceptiva— que condujo a la revolucién "an mesa de In importacia negative de lat enforedaes veod- sett la vn enol actor Pera de Poaras Manny en donde el con {So, yolintario en ete avo por parte dl prtageiaay de wan ened ‘iste tipo, preset lpr paso enn etal ue linden uh pico cor e daa, La eafemedad vents ane, nose oF, Forma re, prostate ste cao, Te eal mood mucho jase cas ‘Banal "est connotando el caming de in dosroccion represents lial ty coo dba mote nap, poo di dee ‘ire conten 191 sexual, sino un acontecimiento decisivo en un proceso de ‘cambio que ya estaba en march ‘Para elgunse autoras%, las mujeres no son las victimas blo de la revolucién sential, pues no se precisa de ninguna ‘evolucién en este sentido pata sleanzar semejante estas: en ‘condiciones de mayor represién do la sexualidad, con una Sivisién més acentuada entre “Ia sefiora y Ia puta”, las desti- patarias de la violencia y el abuso masculino pueden sufi la Sistemética violacién por parte de los marides —de la cual nadie se ha querido eaterar hasta bace muy poco. En una si- ftaciéa mis permisiva, cualquier joven puede ser asaltada al Sali de una discotzea 6 al hacer autostop. Si bien nadie niega el aspecto vitimista del asunto, tambien es preciso reconoeer| dive esas autores — la transformacion habida en las Vidas ‘sexuales de las mujeres, relacionada estrechamente con Ios procesos de cambio en los que se encuentran inmersas desde Ihave ya largo tiempo, ‘Algunos de fos datos que offecen para ilustrar su tesis las mujeres han pasado, de ‘unas fasas muy, alae damentalment’ 0 libros sobys-Sexualidad esrito hho ya por ate Hcleron eu apancion Tor c= pectichlos de sirip-teass ‘algo impensable hasta FBace muy pocos aos: (la pornoerafia vion por cable, ba ‘sUbdzado” y, ‘ontar con tn pablico de Fares, matrimonios estables en buena parte; y otro fenémeno menos conocide por estos la- res ba Hdo la extensi6n, entre este mismo ipo de parejas, de 2 Ven Lind Gondor, op la Aunque esta afirmaciones han res so ciertas durmts lang tipo, sonvendrn sara actnineata ca 5 ‘ints yg mre a spi el pee el lor ‘n'Estadne Unidos), Gn poterioda, ot si, han acto etalocer ‘a each qo se cca ju pesca ene sexo ¥enneded de tans 3 VE, por ejemplo, Barara Ehrenreich ea pc, Buen parte on datospeseandos ete caplet temas de ei. 192 ‘una gran gama de parafernalia con la que estimularse sexual- mente, no excluyéndase material de corte feichista y hasta sader a liberalizacion seNWHt de los aos sesenta surgi. dle las nish ona soeilopices que el movimiento fominis: fa, si entendemos aquella transformacion como impulsada sobre todo por las mujeres. Apareci toda una generacion de. ‘mujeres de'clase. media, inatisfechas con su aparentemente erstuacion —descontento recogido magiralmente por (Gets Patan La ists del fone “als par que cian muefas-oporunidadesIaboraes para ls mujeres. ‘Comenzaba sabre paso uns nueva cults orien baci’ eee ee ene ilps yen cme mo sos oe Cs Code ee hc, Se faa on fy pie esate ee events coco ie Sm ce ett in ee eae tle on nee een ey iether) te gel Se ee a tee vanadate ta nse: peas aera eee ay creme eSnips soe ty en als a dene te comer en ered sl einem cermin Fara oe eee spina an ce ie a en me a Thc Seo renee meen cater eae “Baty Fedan, La mstion del fomintdad, Bicones ict, 1974. 5 Vesteen Colin, op tel wi rin qe de us eens sexs Jee casi dco cos qu han contd an hecho, sguenhacien- a, sito que dota forma, ns eres 193 representaban la formas habituales de relacgn sexual, clara ‘mente desventajosas para las mujeres. ‘Con la conjuncién de circunstancias a que nos acabamas de rofair, so comenzé a hablar Jo-revol cual en la Segunda mitad de los aos sesenfe. La sexologigycontibuys, ‘¥en no poca medida, alos cam er lugar en et terreno de la sexualidad. Cuando on Tos manuales de los ‘niujetes comenzaron a hacer ofr su propia vez, pro- cconizando una sexualidad més lberalizada. Casi al mismo ‘tiempo que el libro de Betty Friedan aparecié Sex and the, le Gir, dé Hel ‘Brown, mas radical que el de flea: rb sets seb todos sores dees gre 5 ciudades —a diferencia de aguélla, que recogia cl males- ‘ar de las casadas— ya su nueva relacion con el sexo. Se. ‘deena en él gue el matimoaio no era necessro @Oseee rua da so, 9 oe tones Is varcdad fe SoA Go, y ‘para 7 ‘mujeres Este libro estimulé la creacién de “og “bares de solterasios”, creados exchusivamente para liga. Poco después aparecié la revista Cormopolitan, que presenta ‘ba ana mujer de nuevo cufo en lines con fo que aqul esta- mos hablando. Este conjunto de fenémenos denotaban Ia ‘exstencia de una demanda para este tipo de ofertas al tiempo ‘que implicaban el surgimiemto de un nuevo elima de apertura, Helen Gutey Brown, Sex and the Single Gir, Nocen Yorke: Pocket Books, 1962 Cade por Barbars Henrie a pot 194 novedoso pero ciertamente limitado a unos seetoresprivile- Biados de la sociedad. Ta publicacién por Masters y Johnson de su Human Sexual Response? represent i nie Hia2875 pa las Viejas ‘cori frendianas, Se referin ostos autores a Ia centraidad del clitoris para la obtencién por part de la mujer del placer sexual, asi Como a la gran eapacidad orgésmica de la fem ‘as —s6lo reconocida hasta entonces on los mitos de la mujer insaciable o ninfmana, de connotaciones negativas, La im- Dilan del escrito Se npn de ea Tain lar ln mules no cule iv honiesfa // Sarctogans: ‘sos aeontecimientos, que influ en las transformacio- nes que en el terreno sexual estaban viviendo mumerosas mu- Jetes, tavieron su repercusién en el clima de ebullicion que ‘desemboeé en Ia ereacién del movimiento feminista. La orga nizacién NOW (National Organization of Women), la mis ppoderosa de Estados Unidos ¥ que atin persiste como tl, fae reada por Betty Friedan en 1966 como tna entidad que egrt ppaba a las fuerzas liberates. También en la segunda mitad de los afios sesenia cristalizé la ruptura entre la izquierda norte stieriaoay shat de mujeres mltnss en Se las gs sentian en el terreno Seta for a : ace orporacién de Ia mujer al trabajo y In igualdad Taboral y pallies entre fos sexos. Hl feminismo radical se-ceneé en <1- ‘papel subordinado de Ia mujer en la familia y en las muevas posibilidades que unas relaciones mds libres offecan ams 7 will H. Masters y Virgina. Sonson, Haman Seal Response, Boston: Lite Brow, 1986, 19s jer Pl eslogan “lo privado es politico” fue acutiado, cobrando {gran importancia Ia esfera de’ To doméstico y de la vida coli ‘diana “desde el trabajo doméstico hasta la sexualidad y el {caldado de los hijos-—, que se pereibieron como terrenos de accién politics ° "De hecho, las implicaciones que se podian extracr de los cesudiog de Masters y Johnson —referidos tnicamente a 1a ‘a por a tos "ru ciencia” que Moresieron por doquier ~ los “grupos de 3 “LYiconsciousness.raising groups) se discutien cuestiones como "mato del orgasio vaginal, waducion en clave feminista de las nuevas propuosts de Tos sexslogos. "Muchos factoes se eneecruzaban, como vemos, para que tuviers lugar esta revolucién sexual para que, & 30 ez, facies el movimiento feminist: la yo aflja separacén entre “ncorporacion masiva de frat tempo y abarcando a todas las caps sociales, la exten- ‘lon dea pldoraaniconcepiva, que implica mayor activi dad sexual cou mucho tenor ieago de embarao y, por tanto, Abate ottascuestiones-~, fa planiGeacion de ia matemidady 5 Hnaments ln sexologa con sus descubsimientos. Pare hombre esto significabe sobre todo Ia posbilided de un ma TRIMER de flacones sewales, Palas mujeres, sa em ‘argo, suponia ‘easformacion en sus expedite Yas vale Ello ajo como consesiencia que se rganizaran Vase un deta de ets tmain en Is pgs 11-112. A finales t eto adbs ssc flat rade nap todd de oa Echols Daring 0 Be Bad pc lp 88. 196 pareja lcterosexual-— fueron aprovechadas por las feminisiag ice qulenes afiamaron-que lis Telaones sexuales 80 iacion masculina y-© Et para explora estas nuevas expoctativas y para conffonta las Eonvalstones que toda situaion eambiante compora "Renulfaba shor que, contariamente las Rociones hasta eutonces Tis mucvas investigacioes sexollgieas {ndeaban que la capacidad soxual de las mujeres excedia ala rascilina La nica literature, uno de cyos hits fu e in ome Hite sobre a sexta femenina {itor al tempo que Tesaltabe la importancia las perspectives ofocidas por el soxo oral: Taf cones mis igualtaris yretprocas. "Eos aT COMETS a seni atrapados entre la ma- yor demanda sexual de las mujeres y le pesbiidad de un Zayordisrute también par ellos Las consultas de los cs. Docalsts empezaron a llenarse de hombres desconcenados {oe sultan de impotencia seal, No tod era “mn 8x0" ol ‘ogo tenia sus conrapartiae. Los temores, por ota parte, de Toe sctores mis moderados del movimiento feminist crea dz que un exeesivo acento en Lo sexual marginara al movie fhiento no se vieroa confinnados, Antes al coptaro, dicho eoato Contibuyé a apronimario al seni de un gran nie. ro de tujeres. ‘Desde un principio, el feminismo radical eatablecis a ‘conexién entre la supresién de la sexualidad snina_y {i'caencia de poder en otras csfeax La revindicscion de Ts ‘Eilconoepetin te bata eit reconocimiemto de Ia histrice falta de contol dela propia ferlidad. Cuando se comenzaron ft conocer ls resgoe dela pildoraantconceptva para la sa- tad se tris de fomentar otfos métodos, algo menos Seguros ‘eto también menos aricsgadon, como cl DIU y el dintag- Tan Tambisn se comenzb ayer muy clara la necesiad de 0b- {ener el aborto si ve pretndla que la anticoncepeitn no est ‘ies sistomitdeameote sujta a consecuencias coutraries asi reneste Lelitorisy de ole: La plea Gargontzprofinde pod enbelin ets prado Ia fantasia acallan so apres tage crelete den cepa Gola fala, ai par gue debs coor oa be nuevo organo de plas f= ‘seni gus ants apeeas exists el etre. Aum cuando ete timo co- ‘tra mayor protagonim l ponc debs de eat seupre presente wr ‘mismo principio. Rstas demandas fueron siempre snide a ‘Seto lords on na esx de “nee sf como con su contol sobre ot part Te divi de, es al en el cuidado de los nifios. 17 Seti tonto, Yo scontcemnton sega 58 cH0. 1973 Naney Friday tuyo un notable éxito eon au libro My Sex ret Garden, primer Jestimonio hecho por mujeres acer. de Ss fantasia -monsabar gue THbo eneln -26-difeerabs-mayormente de la Geos. vaones® ‘informe Hite, por su parte, revelé Ia gran capacidad sexual de vvareda en paises como Espafia. Otro texto, The Joy of Sex, a banz6 un notable éxito ‘como Tegitimas todas las variaciones heterosexuales imaginables, juntando al relato di- Duos ilustratives, sinning tipo de tapujos!. Diversas no- ciones como la bondad del sexo oral, ola voluntad de que Ins partes implicadas disfrutaran del orgasmo pero no necesaria- ‘mente de manera simultinea, se fueron extendiendo eada vez. ‘mas hasta lograr una aceptabilidad imapensable tan s6lo unos [povo¢ aos ats. ‘Otros cambios relacionados con los aspoctos comerciales ‘de Ia sexalidad se Vinieron a sumar a estas tansformaciones ‘compris inci dois ae portent ou pe {Soule frenina epost de la masclina somtande ea ma con yk co a indeed coe Weta nists pe pre ‘m cxpuoca clecva cana por las mujeres ane su ogee feeb ‘atl, compuativanentehabland, como eta de 1975, "Alex Comfo The Jo of Sex Nuova Yer Sion & Schuter, 1972 ‘Mucho me desiond ents efi en nero dea por hber cago "uns tastelones eon bos eto reas que conituan parte de Inala de io orga, com ls coniglent esta eat ascndasoxe pesado lasie eoraens 198 Sa, Ge ‘2 Ia vida intima de Ios parejas. Las mujeres, por primera Se revelron som consumidoras potencies del mercado rp-teate asctlinos cor ‘menzaron a extenders, dindose aparenemente une completa Inversin de fs roles sexuales en los mismos. Tave ocason 2 1985 de asitir en Nucva York ano de extos espectaculos, Ste recordar que Slo parson un foal de a ede ‘mis importante que por entoness los promovia: la de Chi Pendales. Resulaba notable ef ambiente fetivo de eguala norme cantidad de mujeres que se habia reunido para dsfa tar a fondo de la experiencia. El jolgorioy la algarabia so suicedian durante todo el eopeeticuio por pare dela fina, ‘aie premiaban con aplausos, grits ydidero —estettimo & Cambio’ de un beso los nimeros que mas fs agradaen —en realidad pricticamente todes porgue el espectaculo se ‘montubs sobre las divers fantasiag heterosexoales de les rjeres Todo ello edvertia sobre i falsedad de los etercot os que de siempre se Tes han asignado en el sentido de que bien por naruraleza, bien por edicacén—~no est Hatta das dlstutar con esas expesionessenuales tan expliitas ‘sctvas, qe permanecerian reservadas los varones por las Imismas razones, slo que inverias, por las que las mijeres Shan visto privadas de ells. La prucba de que no son fan distntas Ta observamos en ovaslongs como és, que de pase tos muestan la porcine i ocaizaién on los ah fos. Evdentemente, todas la mujeres qu anata aun e cal fer sean en de qu haipans ca Spon as mglfon ae so exible ioe Beebe Pataca STfeve Ps ctubargo et citi Se pormaiaad sel ¥ do mior poder sdquiiivo delastnajenee no se oie fepsso conmumists del asm la condita pueden ea Con todo, en este caso no resulta deseable conseguir Ia ‘igualdad con ios habituales comportamientos masealinos, En inl interval entre a rodnci orig! do ente tbajo ya e sin prs pbc 2c ha rad co Spat ep Srp scte ‘msclios yaar 199 ‘un articulo de Ms. se comparaba un especticulo de strip-tease \Wadicional con este de Chippendales. La actitud de menos- precio verbal 0 incluso los intentos de meter mano como fue- Pir observados por Ia periodista, que caracterizaban el espec- ‘dulo de striptease dirigido a los varones, distaba aflos az Gel frescor y espoataneidad que rezumabs el tipo de show fue tanto ls autora del articulo como yo misma asistimos. En este ultimo, los hombres, a pesar de representar objetos cxnales para el placer ¥ el consumo de las mujeres, conser- ‘Yeban su dignidad y eran tatados partariamente por éstas. El ‘buen lugar de los hombres en la sociedad condicionabs, a su favor, la forma en que eran tratados por las mujeres en este tapectécalo!. Recuerdo haber leldo en alguna ocssiGn la res- puesta de un actor de este genero ante la pregunta de qué opi- aban sus padres de sa profesiGn: respondia més 0 menos et joven que su madre estaba muy orgallosa y que su padre slo fe envidiaba por no tener nl su edad ni su belleza para poder setuar en algo parecido, Mi pensamiento al leer aquello fue: {eudndo pode una inijer contestar lo mismo a una pregunta ‘Similar? ‘a tradicional industria pomogrifica ha comprendido ‘que, si quiere captar una nueva audiencia, tiene que suavizar Sis‘contenides. Ello parece que ha sido lievado a cabo sobre todo pura las emisiones de television por cable, con mis de 1200 canales repartidos lo largo y ancho de Estados Unidos, ‘misiones destmadas en buena parte, como resulla obvio poner al tratarse del medio televisivo, a parejas. También al- Bune revista, como la conecida Penthouse, al comprobat que ESntaba cada vez mAs con un publico lector femenino, cred ‘tra modalidad mis adaptada a los gustos de las féminas Como Variations; nombrad es tambien el caso de Playlady ‘Rinbas revisias mostraban fotografias de hombres y mujeres fn las que los desnudos sparecen de forma muy grifica. Lo “urioso de todo esto es que el sadomasoquismo (S/M), en tan- to que un componente mas o menos habitual de los mensajes TS Marie Ann Gillespie “A Different Take on the OF Bump and Grind ie, core de 1983, pgs. 8530 200 pornogrificos, no tuvo que ser sbandonado. Al parecer, las mujeres lo aceptaban. ‘A primera vist, el SIM consentuado entre adultos puede resulta algo escandaloso, ua trastorno psicol6zico, un com Portamiento patolégico, No abstante, un andlisis un poco mis ereano le quita buena parte del dramatismo y de! misterio, foto cure con casi todo. Esta ha sido la via elegida por Ehrenreich, Hess y Jacobs que, tal y como narran el fen6me- no, lo convierten en alge inteligible, con sus pros ¥ sus con- tas, EL SIM so caracteriza por no ser simplemenie un acio.. ain necesitada, pars su realiza: se fapalia Desde un punto de vita Sicamante ciple se sonics en ls practcn acral deal porque pars eu escenificaclon ruler wios objeto oe Sermaliest open ot sect eran de ls pts ‘Desde la dptica de las mujeres eterosexuales que dssean ua mayor contol respecto del acto sexual, cl hecho de que las Darter infervinentes tenga que pacar inabreslas previa- Toute evablecdas de mato acuerdo sopone ® mento oh ‘patois equllbrado del poder en Taree. SEae poder babiual ed ef eeees eaeoseee nt hombre on cl papel dominantose puede inveriro reper Jo ma tera mis aconde con los gusios de cata cul, pudiendo cada Seno representa el papel dominant o sumiso ay que tener rrcucnla, como advierc Sehu qus de acuerdo con To gue fos observadoresy los parteipantes maniiestan, “lo central a ‘lchas priciest es tanto el hecho de dar reer dolor Sino jugar los popes de-dominantes”y “sunigag”™=. Se ox tee donde nn inSaceoT STE NEO casos, de modo que el dsfute de uno no eds logrrse sin el com uso de otra pate, atenindose& unas normas que ambos fan acepado prevent. Blrtual sexual que esi se const roe una gran sanded ds contol 2 aibosierniet SC. itparsa, 1 Seba The Americano of Sex, op. it, ps 67 201 ‘Los miembros de un club sadomasoquista en Nueva York ‘comentaban que, entre sus partcipantes, la mayoria de los hombres prefieren representar el papel de sumivos, mientras ue so un 50 por clento de mujeres adoptaba tal condicién, Con coasién de tna visita « uno de estos elubes, que admitia a piblico visitante —en realidad era una especie de pub, solo que parte de los asistentes “actuaba” en un pequefio escenario, do comprobar personalmente los datos aportados por Ehren fcich, Hess y Jacobs, Siempre eran hombres los que se dejaban “‘martirizar® por mujeres, esta titimas empleadas de la cas sept ereo!*, Bs deci, el mayor niimero escoge le sumision Enel mismo libro se narra que el rol de dominante no es muy cotizado porque, al exigirsele que actic de conformidad con Jos deseos del sumizo, Ia persona implicada tione quo actuar ‘con una precisién y uns rigdez no siempre muy gatas, siendo et masoquista el verdadero proagonista dela escenificacion, ‘Ta gran cantidad de hombres que escoge el papel de do- ‘minados no deja de liamat Ia stencton, pudiendo deberse pre- cisamente a a forzada division de roles que la sociedad imn- ppone entre los sexo. Entre los motives también pucde ha- Tarse el deseo, mis o menos consciente, de romper, al menos durante un rato yen el terreno de lo privada, donde estos Tor Jes pueden relajarse, Ia obligada norma y abandonarse a un papel que es posible que, con frecuencia, muchos hombres ‘esearian esumir- No olvidemos, como indica Sehut, que tan- to las imagenes como las relaciones de este tipo aie alguna gente emprende no se producen en un vacio. Mis bien refle- Jan —en sentido literal de forma optestainvrtiendo el Droceso— a biisqueda del poder y de In dominacién que ca Facteriza gran parte do la vida social ¥ economica de In Nomte= america de hoyte Tn ee dit nt wpgathreearaedsba omer eee ee aera meer a eee iar nie rere Pearce 202 De todos modos parece evidente que el atadido de certas pricticassadomasoguistas en las elaiones sexes, 0 8 or algunas mujeres de clase media yo mas de cae norce {merianas sino por un stor, pequeto pero organizado, Je lesbians feminist, que rclondlisnteorcamoente su conduc. ts, resulla, cuando menos, eonttoveride. Lo debates qe ha senorado cota tomdtiea han supuesto, er otras cosa 1) Ia Exploracion en unos ferrenos que ren tatados Hasta entontes simplemente como tables, pero que, como hemos vst, con- cicrnen ls mujeres; 2) la amplicion 4a diseusion en sao ia set e eu conlexto, roblemlico. para. ls Sewer egep idee a mate ae ie la cucstion “ice Se Sexual, con el andlisis de sus potencialidades y si limtacio- ‘nes, La contrapartida de estas polémicas ha venido dada por Ta acritud de las mismas, por una division profinda en el en dé ln comunidad feminista y, sobre todo, por el sectarismo ‘que prendié en sus flas. Se pretendié —y a veces se logro— Ja desautorizacin y exclusion de las flee dal feminism, no ya de aquellos grupos que defienden estas conductas, sino ‘ambien de aquellos otros que simplemente apoyan el derecho Ae esos ttimos a a exstenci yal dfenn de postu. Muy diferente ala hasta aqul oftegier TESTE Er ienpre~_ tacign de'estefendmeno por parte df ferinisno atipormo spo gu ot dada ona f Al ostacismo a cuslguler mujer que diga practeaio, 0 que Empemenie nose Ssanalce polyol To haga Sea Diana EH Rose tanto los gu prncican el sadam como, ioe masoguints son enfermon "in morals o que posse ‘Hanser curios MacKinoy Dworkin, en su propvesta de ley contra la pomografia,tatalban dena forma manipalado- ra todo le que sonara a $/M. Lo referian tinieamente la vice timizacion de las mujeres, cuando vemos que a ealidad pus Diana BH. Russell, “Pomography and Violence: What Does the Now Resear Say? en Cadre oop esp 2, 203 de set muy diferente y que la gente que lo practica en forma ‘consensuada tiene in mente otras cosas muy distinas, Algt- yas amas de casa de clase media se sentiian realmente como ‘maccianas si se supieran asf caracterizadas. Este grupo pas6, A I nocete pesto de sents en petetos pois art ‘comprar recipientes de plistico como soa los. ala “mis pieante” de reunise con el fin de que alguna amiga 0 Cp sess Sige {>> Yon el erotismo, incluida la paratematia habitualmente tii ‘para el S/ML. Estas mujeres vieron la opartunidad de in- trodutir variaciones en sus felaciones sexuales que, con mis ‘motivo en relaciones monogémicas y longevas, pueden legar ‘a convertisseen algo muy tedioso™. ‘Dworkin califics el S/M practicado por tos gays como tipico de la fijaciéa en ol afin de dominaty destrat, compo- rnente esencial de su placer, rasgos que Dworkin extiende a todos los hombres'®, Se omite cualquier referencia al papel ‘del masoquista, no desdefable por cuanto representa la otra tara de Is moneda del sidico, Al calificar do esto modo al SIM musculino y sefalar que las féminas que también lo practican no hacen sino imitar alos varones, se esti adjeti- vvando de manera impropia unas conductas j, sobre todo, & ‘uns mujeres que las practican. Se las excluve de todo pro- Yeeto feminists por no conformarse con el comportamiento Sexual igualitarista que representa el ideal feminista propues- to por las antipornégrafts. Dice Kathleen Barry: “Cuando una ‘mujer puede clegir participar en las pricticas del sadismo cultural, esta eleceion i sexual.” La nade libremente. Por si no quedaba clara su postura, Barry 18 hveneich, Hes y Jacobs son as qe desrben ens cscunstancia. 9 Rade wos, Pomona Leo op. Bay opt, ps 250, 204 ieracionperonal.en.un estadate-eelavtid os _ {mpaaibie">, No se admite ningin tipo de relacién consen folara sci acs ede eee ore pare Sonatuenls na polemat ‘coneluye: “Encuentro intolerable y peligroso para las mujeres Ts incorporacion en auestras propiasfilas de las contradiccio- nes do una ideologia que sirve para promoyer nuestra propi ‘extincidn™ (debe estar pensando en la Historia de O, la cual fe ha referido anteriormente y cuyo argumento generaliza, en Imi opinién, de forma inapropiads)". No parece entendorse ‘Que las feministas pro-sexo, o algunas amas de casa, no Se ‘ecandalizan af condensn clertas pricticas sadomasoquistas, S50 debe @ que se estin refiriendo a unas relaciones consen- Suadas entte adultos. Estos sectores, aun cuando el ideal so- ‘ietaro proclame las bondades del Sexo mutuo ¢ igvalitrio, som capaces de ‘ue la realidad no siempre disc tne por esos derroteros. A in al cabo, y como ya hemes in- ‘dicado, a sumision y la dominacién no poseen wn sexo espe- ‘eifico, Unas relaciones de este ipo han de set, por definicin, ‘egociadas, con el reconocimiento enero | puede tenes particular forma do disfrutar com el sexo. “A iferencia de la opinion de Kathloen Bary. sin cul sadonasoqulsmo Sgnfcs ia utoexpresi sin tes Stepiciada por la revolucion sexual SIM puede ser intr Dretdo como el repudio de algunos dels prinpios que al- Rreaturon dicha revolueion: supone el recnocimient de la ‘Geigualda es ls felaciones; adem, a copontaneidad yuna ‘ert promiscuidedfavorecias por Gicba etapa frente ala ‘monogamia y lab acitudcs pautadas ene Tos sexor~~ qoedan ‘er de juego en Ins relaciones SIM No hay que olvidar que lrhinfo a una cirtaescaa, claro ext del saomaso- Suismo (oa el exto de ura polcaa como Nueve semanas Fine) representa el poder dl moreno el S/M se posta & ‘u'comesioctn ne soli, desde sh com tn ingedicnte mis dela pornogri, hasta su necesidad de txpresion por meio de lubes euyos miembros se inecan~ tian informacion yrealizanescenificacionet, pasando po la prnfealia gue se fequier pata poder certo tint 2 bid ig. 282 ‘2 bid pg 252 205 mid, Viene a ser wa reconcinento do qv In aldad 0 ible pro también de que ello no obsta para intentar s2- tarle partido In desigualdad. Ello no tiene que ver neces amente con la auténtica desigualdad on la vida cotiiana, ‘puesto que quien hace de dominador en el S/M puede no fener nada que ver coa ese papel en la vida real. ‘A apa quo fodo ei tenia aga cab rtd nt ie ban la-sceton “babfan perdido la ineiativa en ls relaco- ‘es sexuales, 0 al menos no la controlaban como antes. Las mujeres, de que los hombres no lat trataven como 8 unas jguales ea este texeno. Todavie para muchas, Ia inseguridad cconémica Tes suponia un incentivo para orientar el sexo al ‘matrimonio. Esta situaciSn coincidis, Js dere ‘al aborto se sucedieron. jue ana faite enttever que em cia ded ste a art ze sugerla que se estaba indo arespad To (coke mao menos libre Las mods de samalanton co ‘monszaton a realtar ol cansancio de las feminas hacia fob To emery aban el deseon: f a inacin q o ‘varones. No importaba que las rau ET ae A er ‘activa sino de la disposicion de aquéllos «In hora de embar- arse on las rlaciones; Ia campania se drigia conta la vidas sexuales de las mujeres ‘En um sentido patecido se pronunciaron algunas feminis- tas destacadas, ene ellas Germaine Greer, al sugetiren Sex and Destiny, como ya sabemos, que uns mayor contencién ‘sexual (de las mujeres) y un retoro 4 la Tania patriacel se- an las vias a seguir para que las mujeres ricjordsemos nus tra situacin, En general, el retorno a las nociones de que el Tnseperables sobre todo pars las ij ts, claro esti— se manifestaba de manera mitiple. La clase importaacia uns supuesta zona de Ia vagina (descubierta en Tos aos cin: feuenta pero no “redescubierta” hasta principio de los sos ‘chenta), dotada de-una sensibilidad muy aecndrada que pro- voceria Grgasmos vaginales. La moraleja parece indicar ‘Ri ims de en ee ‘no supuso sino la gota que colmé el vaso del panic’=yd ‘moralismo. Pero conviene tener en cuenta que la reascién contr la stra mapeutinn par obtener mis cient el "derecho 8 iar” (the right fo fuck) no tiene ea cuenta los logros que en cl camino han aletizado las mujeres. No ha sido el menor de ellos que hayan conseguido por veo primera una voz autbcto- ha, de obligada escucha, para definir la sexualidad como wn Aerecho propio, tan legitime como To ha sido pars los hom- bres pero desde otras premisas. La consecuencia de un tal planteamiento conlleva la especifieacién de los modos con Un ani breve pero ms matizado sobre ese patcuar puede en conse en Rael a ducimiacon sol eae ea eta ev Mang) Haga Co Seed) ‘emo it Funan Uses Eagtey, 0s pps BESS 207 ercios en que nos planteamos esa sexuaidad y el andliss de ies condiciones que hacen viable esis ancvas posbiidades. No ce trata de imntar un modelo macula, ckoeivamentc Acspersnalizado y Dasa nla pepoteneay la referencia tmavculina tiene mds bien que vet con la doble moral Este {loble rsero ha permiida al hombre gosar dean derecho g \o sesualdad que, preconente por descansar em an lin de Igual dersdho pote te make ‘Ste derccho por pars emenina supondrta un paso adel {t enl lange aunt hacls la dioneiOn de los CompOr- tent abuso ser oe apueto ie sn la fuera para conseguir un ampio cambio de mentalidad acerca de ia aujer, globalmente cons ‘etada no se tanformara un Spice la sitasedn quo acaba: nos ds desribir. Pero por fo menos no deberiamos esrarnos In puerta « uevas posbilidades que nos resulten favorable. Sianpre tnbed cosicaloe ajeuos's aosotas como pert que fncina les faifemos el camino, Quizts no reconozcaes tos batbucoos en la larga sonda que conduce #conguisar el Aerecho al Jogos en exe tereno porgue nos hemos olvidado dz co estaba ins cosa antes & lnvevolacionsecca™ La nose po a ped del mist, de a tea del amore due e ko oa, porTo Renta, ui espe fe te a a le Sonia un medi pars consapur wn objeto wean ome por ejemplo fe maternad la segutdayemotonat ofa nate ~£"Cianto més separado se encuentre el sexo de la ign, mis nos acerearemos a la igualdad y-al placer en lo que ‘STsexo se eflee. Por eto ln pdora —y &o general el ampli {iso de los métodos anticonceptivos— y el aborto ayudaron tanto —alli donde éste ha sido legalizado— a intentar una 2 Com secordatorio de ei not ba dot conus en un psa no ‘uy lao, cams en esto pls con ub doatpeul tn ae ‘Sequel delcon iro de Camen Marta Gate Uso amazon [puter eal op ot 208 ijr vida sexual. Un hito de ext necesariasepercién lo ian consttuldo los movimieatos sno; tambien los de lesb ims, cya exstencindemert ey ete po de wastes ‘esi satlsfactoras las relaclones heteroocmni ae cont ‘ierten en uns opeion. Con todo, el factor mis importante, JRungus no sufcient, para alcanzar un dinmice mis fore: be unm sexuaidad auténomn ha sido, see ster, Independencia ecandimiea, a pesar dela limitaciones gue &n ‘xs Seti encaentren as mtjres ‘Neceslamos una reevalusién feminista dela sexuaidad sara goo no sean aquclovas que epeeenian fnctace Senor fl feminism quienes nos hagan crer en el fracas de In re- ‘olucin sexual para las mujeres, yconviertan a Tos varones, ‘a la minorias Sexuaes, en sus nicos benficlatios. Se ha: ‘ia de un retoro a la fan, sin embargo los dats, ree coineden en mayor ome bes ocetdenales, tudo Es {dos Unidor™ nos even ara cos: los divoreios aumentan Yin edad del matrimonio retrocede; la gente se casa cada vez Tnenos; lor hijos naturales representan actuaiments uno de Sada cinco naCicnoe, in vida sesal somiensn cada Vez mis pronto ‘Miss que una contrarrevolucién sexual habria un cambio ‘de mores provocado en parte por el sida pero ch pate la ‘idm por Tay ensefianzas-exiraldas tas afloa de experi (di ao -emypre positive eterno del sono Se abet pasado del imperative et rganino'y de nuiero de congue” ‘tna ciot desmiifiacits del soco ala aah ‘mayor eilidad en Tos cowtactos, a colocat a sexo ono. He los ingredients nesestios bla vide pero sin Sompuloe 25H econociminto des tligad no quita qu destaqaeos los posi es pecan de ow sticonepiv oan pars Ins ca seni ‘opi, a usenia do a aticoncpcion segue tod, bara a0. tanto pan mujeres cone par bares El preservative pode see Saige asta fm er a mayor de os hombres reiegn dem "Gis tipoveiy, "1 desencanto dl nor” I Pal 3 6 diene ae 1987 209 ificedo, es. El sida habria signi 210 ‘una cierta toma de La derecha y Ia sexualidad ‘asia aqui hemos hecho continuasalusiones a la derecha ‘conservadora, al puritanismo, a ciertasconfluencias con Ia de= recha por parte del feminiamo cultural, a la eaceién conser~ vvadora de la época de Reagan. Nos parece legado el momen to de explictar algo més en qué consiste esa ideclogia ultra- reaccionaria que ha mutrido las flas de lo lsmada Nueva Derecha norteamericana y que ha proporcionad cl contexto, cl marco en el que se ha desenvuelt el ferninismo antiporo: grafia, Si no existiera la Nueva Devecha, Ta importaneia de «sta tendencia del feminismo hubiera sido mucho menor por: ‘que su eco habria estado limitado, probablemente, «un dba te interno dentro del movimiento. Pero si trascendié las fas del feminismo se debio en buena parte a la existencia de tn dscontene reat eristente ete humeroets mujeoe for Ie inseguridad en que se velan sumergides come consectencia de las transformaciones habidas en los ttimos veinte aos, Este descontento fue detectado y einalizado en gran medida por el movimiento “pro derecho a la vida” —antiaborto— Brimero, y por la conjuncién de fuerzas ultraconservadores después, Esto desemboo6 mas tarde en To que se ha dado en lamar la Nueva Derecha, con euyo apoyo gané Reagan les clecciones presidencales, ‘Tanto el movimiento antipomografia como el ultracon- servador surgen como reaccién ante stuaciones y fendmenos aun | | que son vivides por sus protagonistas como amenszadores Sera su seguridad, e incluso para sa supervivencia. El diag- ‘éstico del origen de semejantes males iffere en buena me- ida y hasta resulta entético en ambos sectores, pero en llgunos aopectos ous andliss parecen coincidir. ‘Las transformaciones en la economa y la subsiguiente incorporacién masiva de las mujeres al mercado de trabajo, ten especial de [as mujeres casadas con niles en edad preesco- far el 50 por ciento de este sector eee una actividad re- rmunerada— ha convulsionado la base sobre la que la que se hha asentado tradicionalmente la concepeién de la derecha ‘acerca de Ia familia: el hombre como sosten econdmico de la misma, con la espos dedicada a la setividad doméstica y al ‘Cuidado de fs hijs. 'E] movimiento por Ia liberacion Sexual, que comencé en Ios ailos sesenta y tuvo #h apogeo en los sctenta,cuestion6 fu ver las pautas sexuales que ideoldgicamente regian en la familia teadicional: el sexo solo era licito dentro del matrimo- nio, ligindose sexualidad con reproduccién. La revolucién Sexual desbord estos estreshos limites y propugno una vatia~ ‘da gama de comportamientos, no s6lo para los hombres sino tambien para las mujeres, comportamicntos que deslegitima- ban como la inica forma posible el sexo en el matrimonio. Si Tas partes implicadas se encontraban a gusto y consentian en ello, st actividad sexual se consideraba aceptable. ‘Por si esto fuert poco, los movimientos gay y feminista acabaron por consolidar el acoso y deribo de los fundamen tos ideoldgicos de la familia tradicional, ahora también deno- {ninada patriarcal, Desde esta Optica se admitian, tanto la acti- ‘Vidad sexual entre personas del mismo sexo como su existen- ‘ia como un estilo de vida alterativo, tan legitimo como el Iheterosexual. En consecuencia, se venia abajo todo el monta- je jeninquico familiar —Dios/bombre/mujerijos— sustents- do en el mensaje biblico y en la consideracion de las diferen- ‘ies natures entre el hombre y la mujer, que dan lugar asus muy dispares roles en la sociedad y en la familia. El feminis- io, inferesado en buscar una nueva identidad para las muje- Fes, dio voz y nombre a estas tendencias, consolidando y a la 212 vez impulsando todo ef conjunto de cambios que s€ eonoce ‘como iberacion dela mujer. “Tanta novedad perturbaba seriamente ef modo de vide y de pensar de aquellos que se identificaban con planteamicn- tos conservadores. Pero fos resultados de la revolucin sexual tambien parecieron totalmente ‘contrarics a sus interenes temattipatorios « mimerosos sectoresfeministas. "A partir de Tos aflos sesenta, pero sobre todo en ls seten- ta, fos integrantes de los movimientos de la ultraderecha nor- {eamericans sinteron su modo de vida amenazado por las ‘convolsiones sociales que la sociedad norteamerieana estaba ‘experimentando, Por elo se lanzaron a ta bisqueda desespe~ ada de un chivo explatorio a quien ecbar todas las culpas a fin de realzar Ia bondad de sus comportamientosy reforzar potencialideolbgico. En fos alos cincuenta el diablo ra el Eonnisinosen fos setentay ochenta, fos fantasmas que con- ocaben todos los anatemas fueron el feminismo y el movi- Imiento homosexual por su rechazo de la familia parireal y Shs luchas a favor de la Hbracion sexual. ET movimento eh Contra del derecho al aborto —o a favor del derecho a a vid, ‘Como to llaman sus defensores-~ fue el primero que tom {oerpo, bajo el amparo de la Iglesia catlic, a ralz de la sen tencia del Tribunal Supremo de 1973 que legalzaba el abort ft pelicién de la madre, Cuando la convergencia de intereses de grupos muy diversos ¥" dspersos acabs mucleindose en tom a las fuetzas“profunilia’ las Iglesias protestants fan Gamentalisas, ligadas en buena medida a la Mayoria Moral de Jerry Falvell,cobraron tn auge importantisimao gracias 2 fn television, Las iglesias, por lo general, faclitan toda una infraesructura organizativa y de medios disponibles, ‘como un nivel de actividad en Tas pequeas comunidades que ‘inguna otra organizacion posee en aque pals. La Nueva Derecha s¢ autodefine como “pro-vida, pro- moraiidad y pro-Amética”, «la vez que por su "antichomose- Xualismo, ant-feminismo, anti-aborto antedivoreio". Todo tlio queda englobado en ct ema PRO-FAMILLA, que ha he- tho furor entre las genles de orden e implictamente tacha & {odo el resto de “ant-familia” Bl aractivo de est tipo de po- 213 litice para gran mimoro de mujeres —aquellas que no se sien- ten con ganas, o con fuerzas, © no ven posibiligad de cambio de una situacién familiar yio laboral que ellas aprendieron ‘como inmutable— resulta indudable, Seinejante politica lee ‘permite reafirmarse en un papel que sienten amenszado, ala ‘ar que faciita alas que lo deseen una purticipacion extrado- ‘mésticn en asuntos de interés general. A este propésito resulla ‘muy curioso lo observado por Deirdre English en na con ‘vencidn del Comité Nacional pro Derecho ala Vida. Préctica- ‘mente todas las intervenciones de los conferenciantes y ora-

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