Teorías de Inflación (Heymann, 1986) PDF

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Revista de la

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Desarrollo Económico y Social
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NACIONES UNIDAS
COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE

SANTIAGO DE CHILE, ABRIL DE 1986


Revista de la
CEPAL
Santiago de Chile Número 28

SUMARIO

Exposición del Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el


Caribe, Sr. Norberto González, al inaugurar la Reunión sobre el Crecimiento, el Ajuste y
la Deuda en América Latina. 7

Centroamérica: bases de una política de reactivación y desarrollo. Subsede de la CEPAL en


México 11

Reflexiones sobre industrialización, articulación y crecimiento. División Conjunta CEPAL/UNIDO


de Desarrollo Industrial 49

Inflación y políticas de estabilización. Daniel Heymann 67

Las empresas transnacionales en la Argentina, 1976-1983. Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo y


Bernardo Kosacoff 99

Seguridad social y desarrollo en América Latina. Carmelo Mesa-Lago 131

Cambios de relevancia social en el transplante de teorías: los ejemplos de la teoría económica


y la agronómica. Ivo Dubiel 147

La elaboración de inventarios y cuentas del patrimonio natural y cultural. Nicolo Gligo 165

Cooperativismo y participación popular: nuevas consideraciones respecto de un viejo tema.


Roberto P. Guimarães 181

Notas sobre el intercambio desde el punto de vista periférico. Raúl Prebisch 195

Publicaciones recientes de la CEPAL 207


I
REVISTA DE LA CEPAL N° 28
El debate sobre
las causas
de la inflación
Inflación
y políticas de 1. El planteamiento del problema

estabilización El origen de la inflación ha dado lugar a muchas


polémicas.1 En parte, ello se debe a que la pre-
gunta misma es ambigua. En una situación infla-
Daniel Heymann* cionaria se elevan simultáneamente, aunque no
siempre al mismo ritmo, las distintas categorías
de precios, los salarios, el tipo de cambio, y los
agregados monetarios. ¿De dónde provienen las
La inflación, aún a ritmos moderados, no es inocua, alzas del nivel general de precios? La pregunta
pues a ella se asocian generalmente movimientos errá-
puede referirse a cuestiones analíticamente muy
ticos en el nivel y la estructura de los precios. Sin
embargo, si se mantiene dentro de ciertos límites, la distintas: a los determinantes inmediatos de los
economía es capaz de encontrar modos de adaptarse y precios (es decir, en la terminología econométri-
la actividad puede desenvolverse sin incertidumbres ca, a una ecuación del modelo en forma estructu-
excesivas. ral); o bien, a las causas de última instancia de la
El problema cambia d e carácter en situaciones de inflación (o sea, a una forma reducida, en que
alta inflación, como las que han afectado a varios países sólo aparecerían variables exógenas).2
en los últimos años. En esos casos, la actividad econó-
mica sufre grandes perturbaciones. El sector público y En cuanto al primer punto, no hay en la
los agentes privados reducen el horizonte temporal de actualidad una teoría bien establecida sobre la
sus decisiones; las autoridades se ven apremiadas por
la dificultad de administrar una economía casi impre-
formación de los precios: tanto los modelos de
visible, mientras que el público dedica grandes esfuer- equilibrio como los que postulan márgenes fijos
zos para protegerse o sacar provecho de los cambios de sobre los costos reflejan sólo imperfectamente la
precios. Al generalizar las conductas especulativas, au- complejidad de la operación de los mercados. La
menta la probabilidad de que las acciones sean incon- cuestión no es sólo académica, porque ese desco-
sistentes entre sí; los bruscos movimientos de precios nocimiento impide determinar con precisión con
también contribuyen a agudizar los conflictos sociales.
Las economías sujetas a esa turbulencia tienen serios
qué rapidez y en qué magnitud se trasladarán
problemas para encarar los temas del crecimiento. Por aumentos de costos a los precios en distintas cir-
ello, controlar la inflación parece un requisito para que cunstancias, o cuál será la reacción de los precios
el sistema económico funcione en forma razonable-
mente eficaz.
Pocas cuestiones han sido tan discutidas, desde
perspectivas teóricas y prácticas, como la inflación. Sin 'Hay varios estudios ampliamente difundidos que pre-
e m b a r g o la controversia persiste. Este artículo se pro- sentan un panorama del estado de la teoría en distintos mo-
pone comentar estos debates, señalando algunos de los mentos (Bronfrenbrenner y Holzman, 1963; Laidler y Par-
problemas destacados en el análisis de las causas y kin, 1975; Lipsey, 1981; Frisch, 1983). Una comparación de
consecuencias d e la inflación y en el diseño de políticas estos trabajos muestra claramente la diversidad de los enfo-
d e estabilización. En la parte final se examina breve- ques, así como los cambios que se han producido con el
m e n t e u n caso particular de políticas de estabilización: tiempo en la teoría.
a
el Plan Austral aplicado en la Argentina desde media- La distinción aparece en Addison, Burton y Tórrance
dos d e 1985. (1980). En los modelos aplicados no siempre resulta evidente
el carácter de la ecuación de precios. Por ejemplo, una ecua-
ción que relacione los precios con el salario, el tipo de cambio
'Funcionario de la Oficina de CEPAL en Buenos Aires. El y la cantidad d e dinero no pertenece en principio a la forma
autor agradece los comentarios de A. Fracchia, R. Frenkel, R. estructural (porque difícilmente influye directamente en las
Lavagna y F. de Santibáñez; los errores y opiniones contenidos decisiones d e precios; la masa monetaria actuará en todo caso
en el trabajo son de responsabilidad del autor. a través de su efecto sobre la demanda global o las expectati-
vas) ni a la forma reducida (porque no parece que todas las
variables independientes puedan tratarse como exógenas).
68 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

ante cambios de la demanda. De ahí que merez- vez distinto a lo largo del tiempo) a la situación
can ciertas dudas las hipótesis sobre la inflación fiscal, al nivel de actividad, etc.; a su vez, se pue-
que dependan de supuestos muy estrictos sobre de tratar de explicar los cambios de esas varia-
los mecanismos de formación de precios. bles como respuesta a otras influencias (económi-
De cualquier modo, las decisiones sobre pre- cas y extraeconómicas) y así sucesivamente. Se
cios dependen no sólo de variables directamente corren dos riesgos simétricos: por un lado, el de
observables sino también de las conjeturas que se postular explicaciones simplistas (cuando se su-
hagan los agentes sobre la conducta de los demás. pone por ejemplo que ciertos instrumentos pue-
Esto implica que los precios variarán de un modo den variarse a voluntad, siendo que no es el caso)
tanto más ordenado cuanto mejor definidas es- y, por otro, llevar la discusión hasta un punto en
tén las previsiones de los individuos. También que no pueden hacerse ya afirmaciones media-
parece que la respuesta de los precios a un estí- namente precisas.
mulo dado dependerá de las percepciones y ex- Se trata, por último, de una cuestión de crite-
pectativas de los que fijen esos precios. En par- rio. Pero, como la inflación puede en principio
ticular, el patrón de ajuste de precios variará originarse de diversas maneras, y tiene en cada
según cómo estime el público que se determina la caso distintas consecuencias, es necesario consi-
política económica. derar el proceso que origina los aumentos de
Esto no implica que todos los individuos ten- precios. Se puede ilustrar este argumento con un
gan iguales percepciones, ni que éstas coincidan ejemplo que tiene poco que ver con las inflacio-
con la "verdadera" forma de actuar de las autori- nes observadas en la práctica, pero que, precisa-
dades o de los demás agentes. En realidad, una mente por ello, sirve como elemento de contraste
de las características de las inflaciones intensas con las teorías en debate.
pareciera ser la incoherencia de las expectativas. Supóngase una economía con las siguientes
En ese caso, también las conductas de fijación de particularidades. Hay un precio patrón, fijado
precios serían difíciles de describir en forma sis- arbitrariamente en cada período; es indiferente
temática. Si éstas varían con el régimen inflacio- para el ejercicio que la determinación de este
nario, probablemente no sea necesario contar precio esté en manos del sector público o de
con una explicación precisa de los cambios de algún agente (o grupo) del sector privado. Cada
precios en un régimen dado para analizar la tran- vez que varía el precio patrón, los individuos
sición a otro (porque el cambio mismo haría va- reciben una transferencia de dinero que eleva
riar los comportamientos). Por ejemplo, al consi- sus tenencias de activos monetarios en la misma
derar las políticas de estabilización, parecería proporción (k) que el precio patrón.3 Las deudas
menos importante tener una idea del modo en del sector público, si las hay, y los precios contro-
que se fijan los precios en la inflación que sobre lados por el gobierno se modifican también pro-
las conductas que se registran una vez iniciadas porcionalmente. En última instancia, cuando
las políticas. Por supuesto, queda el problema de cambia el precio del producto patrón se produce
reconocer cuándo se ha producido efectivamen- una suerte de reforma monetaria; es probable
te un cambio de régimen. que los agentes privados adviertan que, si todos
los precios se multiplican en la proporción k, los
La función de reacción de las autoridades
mercados se encontrarán en la misma situación
debe asimismo tenerse en cuenta al analizar los
real que antes del cambio. Por otra parte, tampo-
determinantes de última instancia de la inflación, co los contratos prexistentes se verán afectados
porque, dependiendo de ella, ciertas variables
podrían ser consideradas exógenas, mientras
que otras (incluidos algunos instrumentos de po-
lítica) se determinarían como resultado de aqué- 3
El ejemplo (que se inspira en Leijonhufvud, 1983 b)
llas. Pero el concepto de lo exógeno es ambiguo, supone una política explícita de dinero pasivo. Las conclusio-
ya que depende del extremo a que se quiera nes serían exactamente iguales si la iniciativa proviniera de la
autoridad monetaria. Nótese, por otro lado, que con las hipó-
llevar la explicación: por ejemplo, en los modelos tesis del ejemplo no hay un impuesto inflacionario sobre las
monetarios se suele tratar la cantidad de dinero existencias de dinero y, por lo tanto, la demanda de saldos
como un dato, pero en general, es probable que reales no tiene por qué depender de las variaciones esperadas
la política monetaria responderá (de modo tal en el precio patrón.
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 69

si (como es razonable hacerlo en este caso) los Sin embargo, esta inflación no tiene una motiva-
individuos pactan los pagos futuros con una cláu- ción precisa: el responsable de fijar el precio de
sula de indización. Es decir, aunque el nivel gene- referencia en un momento dado no tiene un
ral de precios (determinado por el precio patrón) interés definido en que ese precio tenga tal o cual
evolucione en forma errática, con una tendencia valor.
ascendente más o menos pronunciada, la infla- Ninguna de estas condiciones se cumple en
ción tendría un efecto neutro en la práctica. Por los hechos. Las inflaciones parecen responder a
otro lado, si la inflación tuviera estas característi-un complicado juego de acción y reacción entre
cas, sería fácil de eliminar: bastaría con fijar el la política económica y las distintas partes del
precio del producto patrón de una vez y para sector privado, que no puede representarse de
siempre. (Se dejan de lado las variaciones de un modo sencillo y bien definido como en el
precios nominales debidas a cambios en el precio ejercicio anterior. De cualquier modo, para tra-
relativo del bien patrón. A los efectos meramente tar de entender ese juego, y el aumento persis-
ilustrativos de este ejemplo, esto no distorsiona tente de los precios que resulta de él, es necesario
demasiado el argumento.) Dado que ningún gru- introducir supuestos simplificad ores. Se han
po de agentes se beneficia o perjudica con ello y propuesto varias clases de hipótesis generales so-
que los precios presumiblemente se ajustarían de bre el origen de la inflación, que difieren en
inmediato al precio patrón fijo, la medida no cuanto a los mecanismos de formación de precios
causaría resistencias ni perturbaciones. y a la dirección de la causalidad que postulan
Este ejemplo elemental cumple un propósito entre precios, salarios y dinero.
negativo: mostrar cuan estrictas son las condicio-
nes en las cuales la inflación tiene una causa bien 2. Las teorías monetario-fiscales
definida y consecuencias inocuas. En efecto, en el
ejercicio se postula que: Según el concepto más tradicional, "la inflación
i) La política monetaria está extremadamen- es siempre y en todo lugar un fenómeno moneta-
te restringida, ya que se limita a incrementar la rio" (Friedman, 1968). El monetarismo actual
oferta de dinero, de modo perfectamente anun- difiere del antiguo esquema de la teoría cuantita-
ciado, en la misma proporción que el precio del tiva simple y de los modelos de inflación de de-
producto patrón. manda (en los cuales la inflación se asociaba con
ii) La política fiscal también está sujeta a una estados cercanos a la plena utilización de la capa-
importante restricción: no tiene acceso al finan- cidad): la teoría no postula una relación necesa-
ciamiento monetario excepto para hacer transfe- riamente estrecha, período a período, entre di-
rencias proporcionales a las tenencias de dinero. nero y precios, dado que admite diversos adelan-
En otras palabras, no puede haber déficit finan- tos o rezagos, y también racionaliza situaciones
ciado con emisión más que a raíz de esas transfe- de aceleración de los precios con caídas simultá-
rencias. neas en la actividad. Pero estos efectos se explica-
iii) Los precios regulados por el gobierno (ta- rían, en todo caso, como resultado de los cambios
rifas de servicios públicos, tipo de cambio) deben en la oferta monetaria. El monetarismo es, por
experimentar los mismos saltos que los demás un lado, una posición metodológica: el nivel de
precios. precios se analiza a través de la oferta y de la
iv) Los trabajadores y las firmas conocen demanda de dinero. Por otro lado, el monetaris-
exactamente el funcionamiento del sistema, ajus- mo tradicional considera la masa monetaria co-
tan su conducta a ese conocimiento y confían en mo una variable exógena, que regula la demanda
4
que los demás agentes actuarán del mismo modo. global y, a través de ésta, el producto físico y los
5
Ésto implica, en particular, que ha habido un precios.
aprendizaje previo, que ha llevado al ajuste de las
decisiones sobre precios y de los modos de defi-
nir contratos.
*Salvo indicación en contrario, los términos "demanda
v) Dados estos supuestos, el origen de las global", "demanda agregada" o "demanda de bienes" desig-
variaciones de precios puede encontrarse, sin nan aquí una variable que define la posición de una curva de
mucha ambigüedad, en el precio del bien patrón. demanda (es decir, se refieren a la función que determina la
70 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

En el modelo simple más típico, la demanda precios se rijan por los precios internacionales y
de dinero se expresa como una función estable el tipo de cambio (una vez descontados los efectos
del ingreso nominal y la tasa de interés que, a su de los impuestos al comercio exterior). En la hi-
vez, se iguala a la suma de la tasa de interés real pótesis más simple, el nivel de precios se determi-
(que se supone aproximadamente constante) y la na directamente por la condición de la paridad
inflación esperada. Se postula una función de del poder adquisitivo; en general, se reconoce
oferta global, que vincula el producto con los que el tipo de cambio real puede variar debido a
precios corrientes y los precios esperados.6 Estos los cambios en el precio relativo entre tos bienes
dependen de la evolución de la cantidad de dine- comerciables y los no comerciables. Cuanto más
ro o, en todo caso, de la trayectoria pasada de los abierta sea la economía (en el sentido de que es
precios.7 El producto y el nivel general de precios mayor la participación de los bienes comerciali¬
en el período corriente se determinan entonces zables), más estrecha sería la vinculación entre los
simultáneamente a partir del valor presente y del precios internos y el tipo de cambio. La forma en
valor esperado de la oferta monetaria.8 que se asocian dinero y precios dependería del
La teoría tiene dos componentes: la asocia- régimen para los pagos internacionales. Con un
ción entre dinero y precios, por un lado, y la tipo de cambio flotante, la masa monetaria actua-
hipótesis del carácter exógeno de la masa mone- ría sobre los precios (a través de su efecto sobre el
taria, por otro. Con respecto al primer punto, valor de las divisas en dinero local) mientras que
puede distinguirse entre los modelos monetarios con un tipo de cambio fijo (cuando rige la pari-
de economía cerrada y los de economía abierta. dad del poder adquisitivo), la causalidad, mo-
En los esquemas de economía cerrada, los pre- mento a momento, sería la inversa.9 Pero sea que
cios responden a las condiciones de los mercados el tipo de cambio flote o se maneje como un
internos que, a su vez, serían gobernados, en instrumento de política económica, la tendencia
conjunto, por la cantidad de dinero. Los modelos de los precios estaría determinada por la crea-
de economía abierta (Frenkel y Johnson, 1976 y ción monetaria de origen interno.10
1978) parten de la ley de un solo precio para los Hay posiciones distintas según los autores en
bienes comerciables: el arbitraje entre compras o cuanto al supuesto carácter exógeno de la masa
ventas en el país y en el exterior haría que los monetaria (o del crédito interno, si se parte de un
esquema de economía abierta). Para algunos, las
autoridades monetarias pueden regular el volu-
men de sus activos internos. Otros, por oposi-
relación entre precios y cantidades globales). Esta es asimila- ción, indican que esa capacidad es reducida: aun-
ble aproximadamente ai ingreso nominal. Un aumento de la que exista una estrecha relación entre dinero y
d e m a n d a global, definida de este modo, es compatible con precios, no es la política monetaria, sino la fiscal,
una variación de cualquier signo en las cantidades produ-
cidas.
la que determinaría la tasa de inflación. Estos
5
El análisis convencional se puede extender para incluir autores señalan que el financiamiento del gobier-
regímenes monetarios en los que la masa monetaria es varia-
ble endógena. Un caso sería el del modelo monetario de
economías abiertas con tipo de cambio fijo, que se comenta
más adelante. n o s autores no están de acuerdo sobre la capacidad que
"Véase Friedman (1974), Lucas (1973 y 1981). Cagan se le asigna al Banco Central para esterilizar los flujos de
(1956) sustituye la curva de oferta por el supuesto de que las reserva, es decir, para controlar la masa monetaria a corto
cantidades producidas son constantes. plazo con tipos de cambio fijos (Darby, 1980).
7 l0
La diferencia en cuanto a los supuestos de formación La conexión entre crédito interno y precios sería más
d e expectativas entre los autores que aceptan la interpreta- indirecta con un tipo de cambio fijo, especialmente si hay
ción monetaria d e la inflación se refleja en actitudes distintas gran movilidad d e capitales, porque las variaciones de reser-
con respecto a las políticas de estabilización. Para los propósi- vas internacionales compensarían las de los activos internos
tos d e la presente discusión, esa diferencia no es esencial. del Banco Central, d e modo que éstos tendrían escaso efecto
8 sobre la masa monetaria y los precios. Sin embargo, los mode-
E1 modelo monetario reconoce que las variaciones exó-
genas en la oferta de bienes (causadas, por ejemplo, por los monetarios destacan que esta independencia es limitada; a
cambios aleatorios en la producción primaria) pueden afectar la larga, el tipo de cambio debe variar al mismo ritmo que el
el nivel de precios. Sin embargo, también se hace una distin- crédito interno (porque, si no, los flujos de reservas se volve-
ción entre cambios de una sola vez en los precios y su eleva- rían insosteniblemente grandes), de manera que éste regula
ción persistente; esta última tendría un origen monetario. el valor medio d e la tasa d e inflación (Rodríguez, 1979)
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 71

no limita la autonomía de la política monetaria: el del producto, a fin de frenar los precios. Hay
déficit del sector público puede cubrirse transito- entonces un equilibrio en el que la tasa de infla-
riamente con colocación de deuda, pero, si no se ción se ubica en ese valor crítico, porque cual-
generan fondos para servir esa deuda, a la postre quier otro estado sería inestable: si, por ejemplo,
deberá recurrirse a su monetización. Es decir, el el alza de los precios fuera menor que ese valor, el
déficit fiscal repercute sobre la masa monetaria, público esperaría que el gobierno tratara de ele-
cuyo aumento determina el de los precios.11 var la demanda global, y ajustaría sus expectati-
Recientemente, el análisis de la determina- vas consecuentemente. Sólo en el valor crítico de
ción de la cantidad de dinero se ha extendido la tasa de inflación carecen el gobierno y el públi-
para tratar de representar la interacción entre la co de incentivos para cambiar su conducta.
conducta de las autoridades monetarias por un Se observa que, en este modelo, la tasa de
lado, y el público u otras partes del gobierno, por inflación está definida, en última instancia, por
otro. Un ejemplo de estos modelos sería el las preferencias de las autoridades (una de las
siguiente. 12 La economía está representada por debilidades de esta clase de modelos es que no
una curva de Phillips ampliada con expectativas: determinan cómo se llega a esas preferencias, y
si la demanda global (que depende sólo de la cómo acaban por ser conocidas del público), y los
cantidad de dinero) crece a la velocidad prevista, parámetros de la economía, particularmente, la
los precios se ajustan en igual proporción, y el elasticidad cantidades-precios a corto plazo. Es
producto permanece en su valor de equilibrio; decir, que si bien se mantiene la hipótesis de una
los aumentos inesperados en la demanda dan asociación relativamente simple entre dinero y
lugar transitoriamente a una mayor actividad, precios, se busca una explicación endógena de
mientras que los precios responden menos que los cambios en la oferta monetaria, de manera
proporcionalmente a la variación del gasto. Los que la causa de la inflación se identifica con los
individuos lo saben e incorporan ese dato a sus determinantes de aquélla.
expectativas de precios; también están informa- Los modelos de este tipo tienen un claro
dos acerca del comportamiento de la autoridad interés, porque muestran cómo la tasa de infla-
económica. Esta actúa dando preferencia a los ción depende de la naturaleza de las respuestas
estados de baja inflación y producto elevado. Por que la evolución de la economía provoca en las
debajo de una determinada tasa de inflación, las autoridades y a la inversa. También se despren-
autoridades están dispuestas a aumentar la de- den de ellos conclusiones útiles para la discusión
manda si ello implica una mayor actividad; más de políticas de estabilización: en buena medida,
allá de ese punto consideran aceptable una caída un cambio sostenido en la tasa de inflación puede
verse como una modificación del juego que defi-
ne los aumentos de precios. Por contraste, esos
" V é a s e Sargent y Wallace (1981); para el caso argenti-
modelos demuestran también la complejidad del
no: Cavallo y Peña (1983). En el argumento original, no hay análisis, incluso cuando se parte de supuestos
necesariamente una vinculación período a período entre dé- muy definidos de comportamiento. Al basarse en
ficit y precios: n o son las necesidades de financiamiento tran- juegos relativamente simples e imponer las con-
sitorias sino las permanentes las que causarían inflación. La diciones de equilibrio y expectativas racionales,
posición fiscalista se expresa a veces como el supuesto de que los modelos probablemente den una interpreta-
los precios crecen proporcionalmente a la deuda pública en
sentido amplio (es decir, incluidos tanto el dinero como otros
ción demasiado sistemática del proceso inflacio-
activos que devengan intereses). Con ello se pasa por alto la nario. Tanto desde el punto de vista del estudio
posibilidad de cambios en la demanda de activos y se supone de la causalidad como desde aquel de la descrip-
que una operación de mercado abierto (que sustituye una ción de los mecanismos de formación de precios,
forma de deuda por otra) sería irrelevante, lo cual no resulta los esquemas monetarios yfiscalesdejan proble-
obvio.
12
mas sin resolver.
En el caso mencionado en el texto (que surge de los
modelos d e T h o m p s o n (1981) y Barro y Gordon (1983)) el De hecho, la asociación entre dinero y pre-
j u e g o se plantea entre el Banco Central y el conjunto del cios parece difícil de reducir a una fórmula senci-
sector privado. También se han propuesto modelos que bus-
can describir la interacción entre el Banco Central y los asala-
lla. En cierto modo, los modelos monetarios no
riados (Gale, 1981; Horn y Persson, 1984) o las autoridades ofrecen una explicación independiente para los
fiscales (Tabellini, 1985). precios: éstos se deducirían como residuo a par-
72 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abnl de 1986

tir de la oferta monetaria y de los demás determi- sis muy categóricas, tanto sobre la formación de
nantes de la demanda de dinero. Hay implícita expectativas como sobre la operación de los mer-
una secuencia de efectos, entre los cambios de la cados. Desde este último punto de vista, a menu-
cantidad de dinero y los de los precios, pasando do queda poco en claro si el efecto de la demanda
por la demanda global y las expectativas que el sobre los precios se daría directamente o a través
público se forma de ésta, que no se describe con del precio de los factores de producción. Por otro
precisión. En primer lugar, el concepto mismo lado, la hipótesis de flexibilidad de precios (suje-
de dinero no está definido con exactitud: hay ta a la información sobre el estado corriente de la
una variedad de activos, cada uno de los cuales economía) plantea algunos interrogantes. Mu-
tiene su propio rendimiento y sus propias carac- chos intercambios parecen tener un carácter con-
terísticas de riesgo, mayor o menor facilidad de tractual (explícito o no), que implica reacciones
transferencia, etc. En principio, la oferta de cada lentas de los precios a los cambios en la demanda.
uno de estos activos influye sobre la demanda de Estas rigideces probablemente no sean mecáni-
los demás y sobre la demanda de bienes, a través cas, sino que dependerían de las condiciones de
de cambios en su retorno explícito y en los servi- la economía y de las conjeturas que los agentes se
cios de liquidez que ofrece. Por lo tanto, los de- formen de ellas. Aún no están bien estudiadas las
terminantes financieros de la demanda global reglas de decisión que resultarían en la fijación
consistirían en un vector de activos más que en de los precios; sin embargo, el supuesto de equili-
un agregado único.' 3 De hecho, parecería que la brio resulta tan poco razonable como el de infle-
relación entre el ingreso nominal y la cantidad de xibilidad completa.16
dinero no puede representarse en general como
Parecería, entonces, que un análisis pura-
una función simple de la tasa de interés.11 Ade-
mente monetario no contesta la pregunta sobre
más, como se reconoce generalmente, la disposi-
la causa de la inflación y difícilmente da cuenta
ción del público a mantener dinero depende de
de los movimientos de los precios de un período a
predicciones que, sí no se adhieren literalmente a
otro. Sin embargo, como el crecimiento de la
la teoría monetaria con expectativas racionales,
pueden ser una fuente autónoma de cambios en
la demanda de bienes para un M dado. Por otro
lado, parece evidente que los choques reales pue- período son iguales a los precios esperados (o a la estimación
den afectar el gasto. En resumen, la relación del nivel general de precios que se formulan en el momento
entre dinero y demanda no es automática. los individuos, con información incompleta) más una correc-
ción que depende de la desviación del producto físico de su
Por otra parte, subsiste el problema, sin res- valor 'normal'. Son posibles otras hipótesis de formación de
precios compatibles con una causalidad dinero-precios; en
puesta definida, de la reacción de los precios ante particular, ésta se concilia con supuestos de margen fijo sobre
cambios presentes o previstos en el gasto. En el costos. Alchian y Alien (1964) presentan un análisis de este
modelo monetario típico de equilibrio, la ecua- tipo, según el cual un aumento del gasto actúa primero sobre
ción entre oferta y demanda de dinero se combi- los precios d e los recursos productivos con oferta relativa-
na con una curva de oferta agregada, según la mente inelástica, lo que repercute sobre los precios de los
cual el producto responde a cambios inesperados demás bienes y servicios. Este modelo, sin embargo, deja
bastante en el aire la explicación de cómo se determinan los
en el gasto. l5 Esto implica la adopción de hipóte- precios de los factores.
l6
Este análisis es válido en principio para los modelos de
economía cerrada. Sin embargo, en el caso de las economías
abiertas, tampoco parecería estar muy demostrada la hipóte-
13,
Tobin(1974), en su comentario a Friedman, ha insisti- sis de la paridad del poder adquisitivo no sólo porque existen
d o en la n o neutralidad del dinero debido a la existencia de bienes n o comerciables, sino porque la ley de un solo precio
diversos activos en la cartera del público, no se aplica estrictamente a muchos bienes que participan en
l4
El desarrollo de modelos de demanda de dinero de el comercio (Machinea, 1983). Por lo tanto, ahí también es
ajuste parcial (Chow, 1966) o con la' hipótesis de amortigua- preciso emplear hipótesis de comportamiento sobre la deter-
ción de choques (Carr y Darby, 1981), en los cuales la deman- minación de los precios internos. Los modelos de equilibrio
da d e saldos reales se aproxima sólo gradualmente a la que corrientes hacen depender el nivel general de los precios del
resulta de las clásicas funciones de demanda, revela indirecta- tipo de cambio y del gasto global (por su efecto sobre los
mente las dificultades de vincular período a período los movi- mercados de bienes no comerciables); caben pues observacio-
mientos de la masa monetaria y de la demanda global. nes similares a las formuladas para los esquemas de equilibrio
l5 en economías cerradas.
Dicho de otro modo, los precios observados en un
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 73

masa monetaria es un hecho típico de las inflacio- 3. Los esquemas de pugna distributiva
nes, cualquier teoría debería tener en cuenta el
aspecto monetario del fenómeno. Por otro lado, Según las teorías monetarias o fiscales, la infla-
si la autoridad económica se reserva la atribución ción resulta en última instancia de aumentos en
de emitir activos que no devengan intereses, toda el gasto nominal inducidos por la política econó-
inflación acompañada por aumentos en la canti- mica. Otra explicación asocia la inflación con al-
dad de dinero tendrá un componente fiscal.17 Es zas persistentes en los costos de producción. Esta
decir, una descripción completa de la inflación relación se puede entender, en primer lugar, con
exige considerar por qué se percibe y en qué for- referencia al modo en que se fijan los precios: la
ma se utiliza el impuesto inflacionario. Esto teoría se identificaría, entonces, con el supuesto
a p u n t a casi necesariamente hacia cuestiones de de que los precios de los bienes se determinan
tipo social y político: superados ciertos límites, el directamente a partir de los precios de los facto-
financiamiento a través de emisión indica que el res. Pero, aunque es claro que hay una estrecha
gobierno se ve forzado a utilizar un método poco
asociación entre costos y precios, esto no define
o r d e n a d o para resolver la discrepancia entre su
todavía la causa de la inflación: falta explicar
capacidad de obtener recursos y las presiones
cómo se establecen esos costos y cuál es el conjun-
que determinan su gasto. Recíprocamente, para
to de variables exógenas que determina el siste-
que haya una reducción sostenida en la tasa de
ma de precios.
inflación es necesario que el sector público re-
nuncie en algún momento a parte del crédito que En los modelos de pugna distributiva, los
obtiene del Banco Central: esto implica pérdi- precios se establecen como resultado de un con-
das para ciertos grupos, a cambio de ganancias flicto social (Kalecki, 1943; Aujac, 1954; Jackson
para aquellos más afectados por el impuesto in- y T u r n e r , 1975; Moore, 1979). La competencia
flacionario. entre grupos sociales se manifiesta en la política
fiscal. Como se mencionó, la existencia de déficit
elevados y persistentes podría considerarse en
general como reflejo de la dificultad de conciliar
las demandas de gasto público con la resistencia a
1
Esto es válido aunque la inflación tenga un origen real. la tributación. Los esquemas que se comentan
Considérese por ejemplo un sistema con tipo de cambio fijo aquí enfocan otro aspecto de la cuestión distribu-
(para simplificar se supone que los precios externos de los tiva. Resulta evidente que los cambios de precios
bienes comercializables están también dados), donde el pro- relativos tienen efectos distributivos: los oferen-
greso técnico es mayor en las industrias vinculadas con el
tes de un bien, o recurso productivo, se benefi-
mercado externo que en las de bienes no comerciables (Au¬
krust, 1977). El precio relativo de los bienes no comerciables cian si su precio de venta aumenta con respecto a
aumenta con el tiempo; esto implica de por sí una tendencia al los demás (y las cantidades vendidas no se redu-
alza del nivel general de los precios. La demanda de dinero cen excesivamente). En el análisis tradicional de
también crece. Si el Banco Central no modifica el crédito al equilibrio, los precios (y la distribución consi-
gobierno, acumula activos contra el resto del mundo o contra
el sector privado interno, lo que puede interpretarse como
guiente) surgen de la operación de los mercados,
u n a utilización del impuesto inflacionario para aumentar los en condiciones de competencia. Según otras teo-
activos netos del sector público. Si en algún momento el sector rías, algunos precios básicos, como el salario, se
público decide utilizar estos fondos, tendrá un poder de gasto determinan como resultado de la acción de gru-
que n o es contrapartida de la percepción de impuestos.
pos sociales. Los intentos de los diversos grupos
l8
La reducción del déficit financiado con emisión no por mejorar sus ingresos reales darían lugar a
tiene necesariamente que ser simultánea con la caída en la
tasa de inflación, porque al reducirse la tasa de elevación de
aumentos de costos y precios (ya que cada grupo
los precios presumiblemente aumentará la demanda de dine- sólo tiene influencia sobre su precio); en algunos
ro. El argumento del texto ignora la posibilidad (concebible períodos se adelantarían los salarios y en otros los
teóricamente) de que la inflación se haya ubicado por encima precios de las diversas categorías de bienes, se-
d e la q u e maximiza el impuesto inflacionario; es decir, que el
gún el poder relativo de trabajadores o empresa-
alza d e los precios sea tal que un incremento adicional de la
tasa d e inflación produzca una caída más que proporcional de rios. Mí La secuencia de acciones y reacciones de
las tenencias de saldos reales. No parece que esta posibilidad
tenga importancia práctica, salvo quizá en el caso de las hipe- "'En el caso argentino, se distinguen tradicionalmente
rinflaciones. tres grandes grupos (trabajadores, empresarios urbanos, cm-
74 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

estos grupos traería aparejada la inflación. Esta, forma inmediata) su conducta a ese dato.21 Es
en otros términos, resultaría de un juego colecti- decir, las teorías de la pugna distributiva se aso-
vo en que se determinan salarios y márgenes cian con una hipótesis sobre el régimen de políti-
sobre costos, sin que se alcance un equilibrio. Los ca económica según la cual el gobierno actúa
precios se elevarán tanto más rápidamente cuan- como seguidor del sector privado, por oposición
to más intensa sea la pugna, es decir, si los grupos a las hipótesis monetarias yfiscalesque postulan
tratan simultáneamente de obtener grandes un liderazgo por parte de las autoridades.
mejoras en sus ingresos reales.20 Por otro lado, si Las hipótesis resumidas anteriormente po-
hay mecanismos de indización (definidos institu- nen de manifiesto el aspecto distributivo de las
cionalmente o aplicados como reglas implícitas), variaciones de precios y salarios, que queda ocul-
la variación de precios de un período se traslada- to en los modelos de equilibrio. Destacan tam-
ría a períodos posteriores: una agudización de la bién las limitaciones de los análisis tradicionales
pugna distributiva produciría no sólo un creci- para la descripción de las relaciones entre firmas
miento acelerado de los precios sino un aumento y trabajadores: en la producción se generan cua¬
persistente de la inflación. sirrentas, cuya distribución es materia de rega-
Para completar el esquema habría que defi- teo, especialmente cuando se consideran cortos
nir el comportamiento de la política monetaria. horizontes temporales. De cualquier manera, a
Dado el supuesto de que precios y salarios res- menudo los modelos de la pugna distributiva
ponden principalmente a los costos y a conside- dejan sin aclarar las hipótesis de comportamien-
raciones distributivas, la pugna colocaría a las to que explicarían la conducta de grupos e indivi-
autoridades ante un difícil dilema. Una restric- duos (Hirschman, 1985). Ello plantea algunos
ción de la demanda actuaría sobre las cantidades interrogantes. Aunque los salarios nominales se
producidas y sólo muy lentamente sobre los pre- establezcan para un grupo de empresas (o para la
cios. Precios y salarios pueden responder a ex- economía en su conjunto), cada firma determina
pectativas, pero éstas no se basarían en los anun- en principio sus precios en forma individual: los
cios sobre política monetaria como en los esque- salarios reales no resultan entonces de una nego-
mas de equilibrio con expectativas racionales. ciación colectiva. ¿Cómo se fijan las estrategias de
Así, cuando se produce un alza de precios, las las partes cuando se convienen los salarios y có-
opciones para el gobierno serían, o bien convali- mo se establecen los precios una vez que los cos-
dar el alza expandiendo la demanda global, o tos están dados? En todo caso, parece tratarse de
bien aceptar una caída de la actividad. Desde la un juego complicado, en que los participantes
perspectiva de estos modelos, la política moneta- deben actuar a base de conjeturas sobre acciones
ria es generalmente endógena: el nivel de precios probables de los demás agentes y de la política
es "decidido" por grupos o individuos privados y económica, con un conocimiento poco preciso
el gobierno ajusta (aunque no necesariamente en sobre el resultado final. Dada la complejidad del
problema, es probable que se adopten reglas de
comportamiento que no incorporen toda la in-
formación potencialmente disponible (porque
esa información no es necesariamente confiable
y porque es difícil efectuar inferencias a partir de
presarlos agropecuarios) que, en distintas alianzas según el los datos). 22 Pero se sigue planteando la pregun-
momento, definirían las características de la pugna. Confor-
me a estos estudios, en la capacidad de negociación de los
grupos y en la configuración de los precios influiría particu-
larmente la situación d e los pagos externos. Véase entre
otros, Ferrer (1963); Brodersohn (1974); Canitrot (1975); 21
La cantidad de dinero podría también variar con una
Mallon y Sourrouille (1975). respuesta endógena del déficit fiscal a los precios debido a la
20
O bien cuando hay presiones para lograr un aumento existencia de rezagos en la percepción de impuestos (Olivera,
de los precios relativos de algunos productos de precio flexi- 1967; Dutton, 1971; Tanzi, 1977; Canavese, 1985). En este
ble, que generan resistencias a la caída del ingreso real de los caso, un aumento de una sola vez en los precios podría dar
grupos afectados. Según este esquema, por otro lado, el go- lugar a una aceleración persistente en el crecimiento de la
bierno podría también iniciar o acelerar la pugna sectorial oferta monetaria.
22
aplicando políticas dirigidas a aumentar el valor real de los Okun (1981) discute los problemas asociados con la
precios que controla. formación de precios e intenta racionalizar la existencia de
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 75

ta sobre cuan mecánicamente se aplicarán reglas rriría, por ejemplo, cuando el salario real previs-
como el traslado de costos a precios o el ajuste de to por los trabajadores resulta incompatible con
salarios basado en la inflación pasada, y cómo se la política de márgenes de las empresas. La bús-
ajustarán esas reglas ante cambios bruscos de las queda de un sistema factible de precios relativos
circunstancias, producidas, por ejemplo, por una puede dar lugar a aumentos sucesivos de salarios
modificación en el régimen de política econó¬ y precios. En una situación de esta clase, la pugna
mica. sería síntoma no sólo de una tensión social, sino
La impresión que se desprende de la hipóte- también de un desequilibrio económico. Esas in-
sis de la espiral de precios y salarios es la de una congruencias parecen más probables cuando al-
economía que no alcanza a definir un conjunto gún hecho exógeno perturba los precios relativos
más o menos estable de precios relativos: si un o contrae el ingreso real. Los salarios reales exigi-
grupo busca mejorar su situación relativa, su ac- dos y los márgenes sobre costos dependen presu-
ción es neutralizada después de algún tiempo miblemente de las estimaciones hechas a base de
por la reacción de otros precios, de modo que la valores normales, sostenibles de acuerdo con la
sucesión de movidas no tiene un resultado bien experiencia. Aunque se reconozca que ha habido
definido. Una pregunta inmediata es cómo surge un cambio que disminuye el ingreso global, sus
la inconsistencia en el sistema de precios.24 Una consecuencias sobre los precios y las remunera-
primera posibilidad aparece si algún grupo in- ciones de grupos particulares pueden no ser fáci-
tenta sacar partido de rezagos en el ajuste de los les de establecer de antemano. No hay garantía
precios para obtener una mejora transitoria de de que los ingresos esperados equivalgan al in-
su ingreso real; a plazos cortos, las demandas son greso potencial. Los intentos por mantener pre-
relativamente inelásticas y, aunque la acción de cios relativos que fueron normales en el pasado
ese grupo sea contrarrestada en algún momento pueden hacer subir las magnitudes nominales
por el alza de otros precios, de cualquier modo más de lo ordinario. En otras palabras, el apren-
puede haber una ganancia potencial. Esta con- dizaje que lleva a un nuevo sistema de precios se
ducta exige varias condiciones: una acción coor- daría con la aparición efectiva de excesos de ofer-
dinada (más fácilmente sostenible en plazos cor- ta o demanda en los mercados e implicaría una
tos), la ausencia de reacciones adelantadas por elevación de los precios en su conjunto.
parte de los demás agentes y una respuesta no
muy intensa de las cantidades demandadas. Esto En todo caso, aunque la pugna distributiva
último parece tanto más probable cuanto más pueda ser una fuente autónoma de alzas de pre-
errático sea el movimiento del conjunto de los cios, es evidente que ese mecanismo inflaciona-
precios. De ahí que en circunstancias de inestabi- rio funcionará con tanta mayor intensidad cuan-
lidad ya manifiesta se pueda esperar una mayor to más flexible sea la política económica. Si bien
frecuencia de aumentos de precios de este tipo. es cierto que la existencia de conflictos distributi-
vos agudos dificulta la regulación de la demanda
Una segunda forma de pugna distributiva se nominal, no lo es menos que una política pura-
produciría cuando precios y salarios se estable- mente pasiva tiene un claro sesgo inflacionario.
cen con la expectativa de mejoras relativas per- Al fijar sus precios, cada individuo o grupo ten-
manentes, que luego se ve desmentida. Así ocu- drá en cuenta que, si los demás, determinan una
mayor tasa de inflación, la demanda crecerá en
consecuencia. La aceleración de algunos precios,
rigideces. Frenkel (1984 a) argumenta que los salarios res- o la amenaza de que ésta ocurra dará lugar en-
p o n d e n a condiciones institucionales y que estando dadas tonces a reacciones de los demás precios. Por lo
esas condiciones la indización resultante de la inflación pasa- tanto, es probable que la inflación se acelere. El
da es un régimen que evita a las partes un trabajo excesivo de
obtención y procesamiento de información.
límite se alcanzaría cuando el aumento de precios
23
Frenkel (1983) señala que el margen sobre costos que adquiera un ritmo que las autoridades no estén
aplican las empresas no permanecería fijo ante tales cambios. dispuestas a convalidar. De ahí resultaría que la
24
Esto se refiere al caso en que se supone que la pugna política económica no puede evitar la disyuntiva
distributiva inicia la aceleración de los precios. Conviene dis- implícita; debe haber un punto en el que se re-
tinguir este caso del que resulta de las reacciones defensivas nunciará a mantener incondicionalmente la acti-
que se producen cuando salarios y precios varían para adap- vidad a fin de evitar mayores alzas de precios.
tarse a una inflación ya desatada.
76 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

4. Los modelos de inflación estructural les y cuanto más inelásticas sean ofertas y deman-
das; esto depende de la estructura de la econo-
La denominación 'estructural' es ambigua. Tan- mía. Desde esta perspectiva, entonces, la cadena
to los mecanismos de formación de precios, como de causalidad iría desde la variación de los pre-
los estímulos que en última instancia actúan so- cios relativos —debida a factores reales—, a la
bre ellos, dependen de las características específi- inflación, a través de un régimen de política pasi-
cas de la economía, de su composición social y del va, que permite el deslizamiento de los precios
modo en que se determina la política económica. para facilitar la transición desde un conjunto de
Un déficit fiscal elevado y persistente, por ejem- precios y cantidades a otro.
plo, puede sin duda atribuirse a causas estructu- Estas teorías señalan que algunos aumentos
rales, si así se llama al conjunto de presiones que generalizados de los precios no provienen nece-
lo originan. Las hipótesis de inflación estructu- sariamente de variaciones globales de oferta y
ral, sin embargo, se refieren a una clase específi- demanda sino que pueden también originarse en
ca de modelos, con supuestos bastante bien defi- desplazamientos entre sectores. Aunque el argu-
nidos sobre el origen no monetario de la infla- mento se basa en una teoría muy esquemática
ción (Sunkel, 1958; Prebisch, 1961; Seers, 1963 y sobre la formación de precios (y la rigidez de los
1964; Ruggles, 1964; Olivera, 1964; Frisch, precios nominales a la baja parece perder impor-
1983, cap. 5). tancia a medida que sube la inflación) es evidente
Según el enfoque de la pugna distributiva, la que en muchos mercados las respuestas equili-
inflación es síntoma de un desajuste en la deter- brantes de los precios ocurren sólo lentamente.
minación de los precios relativos. En cambio, pa- Para ciertos bienes, la reacción inicial a un exceso
ra algunos modelos la inflación puede interpre- de oferta es una reducción de las cantidades pro-
tarse como un mecanismo que facilita el estable- ducidas, mientras que para otros (como los pro-
cimiento de los precios relativos de equilibrio ductos agropecuarios) hay ajustes de precios más
cuando varían las ofertas y demandas sectoriales. pronunciados. Por lo tanto, es probable que un
Si los precios nominales son inflexibles a la aumento en los precios relativos del segundo
baja,25 es imposible alcanzar un equilibrio man- grupo de artículos se traduzca en un alza del
teniendo fijo el nivel general de precios: no hay nivel general de precios nominales; estos aumen-
fuerzas que tiendan a eliminar el exceso de oferta tos pueden transmitirse en el tiempo si hay me-
de aquellos bienes cuyo precio relativo debería canismo de difusión (como reglas de indización o
disminuir. En cambio, si la demanda global au- cambios inducidos en el déficit fiscal) o bien si la
menta al menos hasta el punto en que los precios perspectiva de una menor actividad lleva a las
nominales de esos bienes permanecen fijos (lo autoridades a convalidar las alzas.
cual implica que suben los demás precios) se pue- En los planteamientos iniciales de la hipóte-
de sortear la restricción planteada por la rigidez. sis de inflación estructural se destacaba la inelas-
Es decir, cuando se producen cambios en la tec- ticidad de la oferta agropecuaria, que se atribuía
nología, en las preferencias, etc., que requerirían a rigideces tecnológicas e institucionales y a la
una modificación de los precios relativos ésta inflexibilidad al descenso de los precios nomina-
ocurre sin perturbaciones sólo si no se fuerza una les. Un grupo de trabajos más recientes (Canave¬
caída de algunos precios nominales. Si las autori- se, 1982; Frenkel, 1983 y 1984a; Lopes, 1984; y
dades adoptan una política de mantener el volu- L. Taylor, 1983, cap. 6, 10), también adopta una
men de producción, el resultado es una variación concepción no monetaria de la inflación, pero
ascendente del conjunto de los precios. La infla- con características distintas. Las hipótesis sobre
ción sería tanto más intensa cuanto más frecuen- formación de precios tienen dos temas principa-
tes y amplios sean los corrimientos intersectoria- les. Por un lado, se dividen los bienes en dos
clases: los de precio flexible (típicamente las ma-
terias primas) y los de precios administrados; los
precios de estos últimos se determinarían apli-
¿5
A menudo se distingue entre los bienes de acuerdo cando márgenes sobre costos relativamente cons-
con el grado de flexibilidad de su precio a los excesos de tantes. Por otra parte, se supone que los salarios
demanda. En algunos casos la respuesta sería relativamente
rápida, en otros ocurriría muy lenta (Hicks, 1974).
siguen una regla de indización basada en la varia-
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 77

ción de precios de períodos anteriores, y que del cambio de precios ocurrido entre momentos
influyen poco en ellos las previsiones de precios de reajuste, y no sobre la base de expectativas
futuros y el exceso de demanda de trabajo.26 De sobre la inflación futura.
allí que la tasa de inflación tenga un fuerte com- La indización salarial es práctica corriente en
ponente de inercia, ya que la indización de sala- las economías inflacionarias; facilita la realiza-
rios transmite hacia adelante los aumentos de ción de contratos en condiciones de rápida varia-
precios,27 las aceleraciones inflacionarias obede- ción de precios y resulta una fórmula relativa-
cerían principalmente a aumentos en los valores mente poco costosa de negociar y aplicar. Evi-
relativos de los bienes de precio flexible.28 Tam- dentemente, en una economía en que la indiza-
bién se deduce que los salarios reales variarían de ción es de uso difundido, la inflación presenta
modo inverso a la tasa de inflación y que los una inercia que se opone especialmente a la apli-
cambios en la demanda global recaerían casi ex- cación de políticas de estabilización basadas ex-
clusivamente en las cantidades producidas y sólo clusivamente en la restricción de la demanda.
muy poco en los precios. Subsisten, sin embargo, algunos interrogan-
Desde el punto de vista analítico, estos mode- tes. Cuando se fijan los salarios nominales, una
los ponen de relieve lo difícil que es, con el enfo- de las principales variables que se tiene en cuen-
que del equilibrio, explicar la formación de pre- ta es el alza de los precios desde el ajuste anterior.
cios y, especialmente, la de los salarios. En primer Pero el sistema de indización basado en la infla-
lugar, se cuestiona el supuesto implícito de fija- ción pasada es imperfecto, porque no mantiene
ción instantánea de las remuneraciones: las rela- las condiciones de poder adquisitivo del contrato
ciones de trabajo suelen ser duraderas y su rene- si se modifica la tendencia de los precios y no
gociación es costosa; por lo tanto, los salarios incorpora otras influencias reales sobre los sala-
formarían parte de un contrato (tal vez implíci- rios. Sería conveniente especificar en qué condi-
to), que no se revisa permanentemente. De ahí ciones se utiliza la indización como modo de evi-
resulta que ios salarios nominales mostrarían una tar renegociaciones frecuentes y cómo y con qué
apreciable rigidez en plazos cortos. Además, se frecuencia se revisa la base salarial. Para ello,
señalan los costos de información y conflicto que habría que definir con alguna precisión los obje-
implicarían las reglas salariales complejas, en que tivos de las partes, sus apreciaciones y los costos
se utilizan datos que no son de disponibilidad de negociación y puesta en práctica de distintos
pública y fácilmente obtenibles (Frenkel, 1984b). tipos de contrato, además del contexto institu-
Desde esa perspectiva, la indización con respecto cional.29 No se ha aclarado aún la teoría al res-
a la inflación pasada sería, en un contexto de pecto: los modelos actuales no han llegado a con-
rápida elevación de los precios, una forma razo- clusiones firmes, aunque se han propuesto varias
nable para estabilizar las relaciones de trabajo, hipótesis que explicarían cierta rigidez de los
que no recurre a procedimientos inaplicables en salarios.30 En particular, queda por explicar la
la práctica. Por ese motivo, la fijación de salarios existencia de los diversos modos de contratación
se haría con criterios retrospectivos, en función según sean la economía y el período de que se
trate {salarios fijados en términos nominales con
ajustes de diferente frecuencia, indización más o
menos completa con sujeción a índices de precios
26
Este tipo de modelo puede combinarse con las hipóte-
sis d e pugna, distributiva por cambios episódicos en el mar-
gen sobre los costos o en el grado de indización de los salarios.
"27La inercia inflacionaria ha sido destacada también por
29
Gordon (1981), Tobin (1980). Fischer (1977), Phelps y J. La importancia de las condiciones institucionales ha
Taylor (1977), J. Taylor (1980), entre otros, han discutido los sido subrayada, entre otros, por Cortázar (1983) y Frenkel
efectos de las rigideces contractuales aunque, en esos mode- (1984a). Este autor afirma que la teoría de los salarios es
los, los salarios se determinan sobre la base de previsiones. necesariamente histórica y que no es posible formular una
28
Esta conclusión se asemeja, a la del esquema estructu- explicación de tipo general.
30
ralista tradicional. Sin embargo, en éste se trataba de explicar Una reseña de la discusión actual sobre la teoría de los
los aumentos de precios, mientras que aquí el análisis se contratos y la fijación de precios y salarios se encuentra en
refiere a los cambios en la tasa de inflación. Por otro lado, los Azariadis y Cooper (1985), Azariadis y Stiglitz (1983), Flana-
modelos recientes difieren del de Olivera (1964) en que no se gan (1984), Klein (1984), Lazear (1984), Weitzman (1984),
hace referencia al equilibrio general. Yellen(1984).
78 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

u otras variables, con distintos rezagos y períodos preocupación no es absurda desde un punto de
de ajuste) y, especialmente, la transición de una vista analítico; además, una explicación precisa
modalidad a otra. 31 En este sentido, parecería de la inflación ayudaría al diseño de políticas.
que los métodos de fijación de salarios (y precios) Pero, a veces, la discusión toma un cariz más bien
dependen del régimen de política económica. En metodológico: mientras que algunos exigen que
especial, la indización con criterio retrospectivo se explique la creación de dinero y sus efectos,
estabiliza el salario real esperado, si la tasa de por ejemplo, otros insisten en que se dé cuenta de
inflación pasada es buena indicadora de la que la variación de los salarios. En realidad, una teo-
regirá en el período del contrato. Que esta condi- ría más o menos completa debería incorporar
ción se cumpla dependerá del comportamiento todas esas cuestiones a un tiempo, de manera de
previsto de los precios fijados en el sector público identificar las influencias exógenas y mostrar los
y de los agregados monetarios (por su efecto mecanismos por los cuales se transmiten a los
sobre los precios flexibles, los márgenes sobre precios. No se cuenta con una teoría lo suficiente-
costos o las mismas expectativas de otros secto- mente desarrollada como para permitir inferen-
res). Si bien es cierto que los costos de transacción cias precisas de ese tipo.
podrían explicar el que ciertas reglas se sigan
usando aunque impliquen un margen de error, Las explicaciones monocausales tienen sus
no lo es menos que los métodos basados exclusi- riesgos. Es cierto, por ejemplo, que no hay casos
vamente en la extrapolación de comportamien- de inflación sostenida en que no haya habido un
tos pasados probablemente no se aplicarán en rápido crecimiento de la cantidad de dinero.
momentos de cambios visibles en las condiciones También parece claro que las predicciones sobre
económicas. En otros términos, resultaría que el comportamiento de la política monetaria cum-
una teoría de precios y salarios no puede pasar plen un papel en la formación de precios: éstos
por alto la consideración de las expectativas (es serán tanto más volátiles, y resistentes a la baja
decir, que los precios, en última instancia, se fijan cuanto más probable sea que la demanda global
prospectivamente) y que esto reintroduce (aun- se ajuste pasivamente a los precios. Pero estas
que sea en momentos de grandes variaciones) a la observaciones no alcanzan a explicar la inflación.
demanda global en la explicación de los precios Un modelo puramente monetario simplifica en
administrados. De cualquier modo, como muy exceso las decisiones sobre precios (al suponer
probablemente no sea completa ni uniforme la que éstos se determinan según un equilibrio en
respuesta de los precios flexibles y de las expecta- que los agentes sólo toman en cuenta la evolución
tivas a la demanda y existen costos de renegocia- prevista en la cantidad de dinero) y deja en pie la
ción, la presencia de rigideces contractuales será pregunta sobre cuáles son las presiones que ac-
elemento importante para el análisis de políticas túan sobre la política monetaria. Del mismo mo-
de estabilización. do, los modelos que postulan reglas mecánicas de
fijación de precios y salarios no explican clara-
mente cómo los individuos o los grupos llegarían
5. Un resumen a esas decisiones ni cómo reacciona la política
económica ante ellas. No es, por supuesto, que se
El debate sobre las causas de la inflación se plan- desconozcan del todo los factores que originan
tea a menudo como una opción entre distintas los aumentos de precios, sino que el conocimien-
tipologías: la inflación tendría una naturaleza to es difuso. La incertidumbre (tanto para el aná-
bien definida, que haría falta descubrir. Esa lisis como para la toma de decisiones de los agen-
tes) es mayor cuanto más errático sea el régimen
inflacionario o más súbitos los cambios en la polí-
tica económica.
31
Un asunto d e particular interés es el que se refiere a la
rapidez con que se adaptan las reglas de formación de precios A veces es posible identificar circunstancias
y salarios al tipo de inflación vigente. Gerchunoff (1985) específicas que pueden ser motivo de aceleración
comenta que, tras la estabilización alemana de 1923, los sala- de los precios. En este sentido, parecería que el
rios se volvieron a fijar en términos nominales (en moneda
local) con bastante prontitud, pero su período de validez
fuerte aumento en los servicios de la deuda ex-
siguió siendo d u r a n t e varios años menor que el de otros terna ha creado condiciones muy propicias para
países europeos. la inflación. En primer lugar, las transferencias al
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 79

exterior implican un tipo real de cambio más Algo semejante ocurre cuando se considera la
alto, lo que se suele alcanzar mediante devalua- variación de precios de un período a otro. Mu-
ciones nominales que elevan los precios. Ade- chas veces se observa que la cantidad de dinero
más, mientras no se haya establecido (y de algún crece por encima de los precios; otras veces se
modo, aceptado) una nueva configuración de adelantan los salarios o el tipo de cambio u otro
precios relativos, las reacciones defensivas de los grupo de precios; y en algunas oportunidades,
sectores más afectados pueden dar lugar a incon- los precios suben sin que se pueda encontrar un
sistencias en la fijación de precios del tipo de las motivo claro. Estos adelantos o rezagos episódi-
mencionadas. Por último, como buena parte de cos no definen el tipo de inflación en cada mo-
la deuda ha sido contraída o tomada a su cargo mento, sino que reflejan el carácter errático de la
por el sector público, se crea una presión adicio- fijación de precios.
nal sobre el presupuesto. Cuando, además, la Una economía inflacionaria es distinta de
capacidad tributaria es limitada (lo que se agrava una economía estable y no sólo porque las varia-
por la caída del ingreso real), es de esperar que se bles nominales crezcan a mayor velocidad en un
recurra en mayor medida al impuesto inflacio- caso que en otro. El crecimiento desordenado de
nario. los precios, sea porque el gobierno no encuentra
También, como otro ejemplo, las crisis finan- otros medios que la emisión para financiar sus
cieras internas (debidas en parte a factores reales gastos o porque existen reivindicaciones irrecon-
o a debilidades de los sistemas bancarios) podrían ciliables que a su vez llevan a una política de
originar una intensa demanda por inflación para acomodamiento, apunta a un estado de pertur-
reducir el valor real de los pasivos. El mecanismo bación más general. Parece significativo que mu-
por el cual se genera la inflación en este caso chas de las grandes inflaciones hayan ocurrido
puede suponer inicialmente una mayor expan- en circunstancias de inestabilidad política o crisis
sión monetaria o la elevación de ciertos precios. económicas, es decir cuando hay conflictos distri-
Según donde se ponga el acento, se insistirá so- butivos exacerbados o bien la economía está ma-
bre estos mecanismos o sobre el origen particular nifiestamente desequilibrada. En última instan-
de las presiones inflacionarias. Esto ilustra nue- cia, una inflación aguda aparece como síntoma
vamente acerca de la ambigüedad de la pregunta de un problema de funcionamiento social. Desde
sobre el origen de la inflación. este punto de vista, las consecuencias más impor-
tantes de la inflación se asociarían con las dificul-
De hecho, el afán de buscar una explicación
tades para la toma de decisiones que caracterizan
única puede sugerir que la inflación (sobre todo
a un estado de gran incertidumbre. De igual
cuando es intensa) es un fenómeno más sistemá-
manera, la estabilización se presenta no sólo co-
tico de lo que es en realidad. Grandes déficit
mo un cambio en el manejo de ciertos instrumen-
fiscales, incongruencias en la fijación de precios y
tos de política, sino como un proceso por el que se
resistencia a reducir el ritmo de aumento de pre-
modifican los diversos tipos de conducta (tanto
cios y salarios suelen ir juntos y actuar unos sobre
por parte del gobierno como del sector privado)
otros: una vez que la inflación toma impulso pa-
que generan la inflación.
rece difícil atribuirle una causa bien definida.

II
Efectos de la inflación

El análisis de las consecuencias de la inflación se ría que el principal efecto de la elevación conti-
suele basar en modelos de inflación neutra (en el nua de los precios sería una distorsión en las
sentido de que las variables nominales: precios, tenencias de dinero: el mayor costo de mantener
salarios, cantidad de dinero, crecen al mismo activos sin interés reduce la demanda de saldos
ritmo) y perfectamente prevista. De ahí resulta- reales, de modo que los individuos consumen
80 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

menos servicios de liquidez (Bailey, 1954; Fried- de por sí, sino también, y principalmente, de esa
man, 1969). También se han señalado las conse- turbulencia.
cuencias distributivas de los cambios no previstos Hasta qué punto la inflación perturba las
en los precios (Kessel y Alchian, 1962). Estos actividades económicas dependerá de la intensi-
efectos no son despreciables, pero no agotan las dad del fenómeno. En los casos de mayor inesta-
consecuencias de la inflación (Leijonhufvud, bilidad, los efectos son apreciables.
1977). i) El alza de los precios estimula la demanda
Una de las características de las situaciones de activos líquidos distintos de los medios de
de volatilidad de precios es que los agentes están pago, cuyo valor real se deprecia rápidamente.
envueltos en un juego de complejas conjeturas, Una de las consecuencias de la huida del dinero
en el que cuentan con escasa información confia- es la mayor importancia que adquieren las divisas
ble. En estos casos, ni la conducta de los agentes extranjeras, no sólo como numerario para expre-
privados ni la política económica son fáciles de sar los precios, sino también como medio para
prever. En la política económica suele influir una mantener poder de compra, e incluso para efec-
variedad de demandas (sostener el nivel de acti- tuar pagos. Como contrapartida de las mayores
vidad, mantener el equilibrio externo, regular el tenencias de moneda extranjera (que no deven¬
crédito, influir sobre los precios, distribuir el in- gan intereses en el país de emisión), los residen-
greso o el patrimonio de determinada forma) tes deben desprenderse de bienes u otros activos:
cuyas prioridades varían según los objetivos de esto representa un costo para la economía en su
las autoridades, el estado de la economía o la conjunto. Por otro lado, el intento por reducir el
interpretación que se haga de éste. Si la política es monto de los saldos monetarios distrae recursos
en las operaciones financieras de corto plazo y en
inestable, es más probable que las expectativas
la búsqueda de formas para sincronizar pagos y
que se forma el público sean volátiles y difieran
cobros, y crea inconvenientes en la organización
para distintos individuos 32, que repercute en de los intercambios. Además, no todos los indivi-
las decisiones de precios y de tenencias de activos. duos tienen la misma facilidad para evitar el im-
La heterogeneidad de las expectativas, unida fre- puesto inflacionario: éste recae probablemente
cuentemente a cambios poco regulares en los en buena parte sobre los grupos de ingresos
precios del sector público, se refleja en la evolu- bajos.
ción errática de las diversas categorías de
precios.3* Entonces, ni los agentes privados ni el ii) La volatilidad de los precios lleva a una
gobierno pueden predecir con precisión el com- activa búsqueda de información. Pero, a pesar de
portamiento de los mercados. Esto, a su vez, crea este esfuerzo (que resta recursos a las actividades
problemas para la política económica. En esas productivas), los agentes se encuentran ante una
circunstancias, es probable que no haya un régi- incertidumbre mucho mayor que en condiciones
men claro de determinación de las políticas y que de estabilidad. Se corre el riesgo de incurrir en
las decisiones privadas sean poco sistemáticas e grandes pérdidas y al mismo tiempo se presentan
incompatibles entre sí. Los costos de la inflación oportunidades de lograr grandes beneficios que
provienen no sólo del crecimiento de los precios sólo dependen del pronóstico de la inflación. Se
genera entonces una intensa actividad especula-
tiva en la que se ven inducidos (u obligados) a
32
Leijonhufvud (1981) distingue entre "expectativas participar la mayoría de los individuos. Muchas
bien conformadas", que se pueden describir en función de los transacciones se basan sólo en la existencia de
estados pasados de la economía y serían características de opiniones distintas sobre la evolución futura de
situaciones relativamente estables y "expectativas mal confor- los precios; de modo similar, quedan sin realizar
madas", que no responden a un modelo bien definido aplica- intercambios que se llevarían a cabo en circuns-
d o por el conjunto de los agentes.
33
Está bien establecido que la variabilidad de los precios
tancias más normales. Al mismo tiempo, la difi-
relativos aumenta con la inflación (para el caso argentino, cultad de efectuar previsiones es mayor cuanto
véase Helman, Roiter y Yoguel (1984)). Las explicaciones más dilatado sea el horizonte temporal de las
propuestas van desde los modelos de inflación estructural a decisiones. Los individuos prefieren entonces
los modelos en que la varianza d e los precios relativos es adoptar posiciones flexibles, que puedan modifi-
función d e la varianza en el componente aleatorio de la oferta carse a medida que se recibe nueva información.
monetaria (Cukierman, 1979).
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 81

Esto probablemente lleve a postergar inversiones pero también la realimenta. Cuando se aplican
de maduración lenta. Algo similar ocurre con la regímenes de ajuste automático de salarios, sus
política económica: las medidas dirigidas a pro- imperfecciones producen cambios no previstos
mover el crecimiento tienen menor probabilidad en las remuneraciones reales y constituyen, por
de ser consideradas duraderas cuando, como su- lo tanto, motivo de roce; cuando no existen, au-
cede en los casos de alta inflación, se percibe menta la frecuencia de los ajustes: como no se
como inestable la conducta del gobierno; consi- puede establecer un sistema bien definido de
guientemente, también crece la magnitud de los contratos en términos reales y se producen fre-
incentivos necesarios para obtener una determi- cuentes e intensos cambios de precios relativos,
nada respuesta. cada vuelta de negociación resulta conflictiva.
iii) La contracción del horizonte temporal de En situaciones de inflación errática, por lo
las decisiones es más patente en los mercados tanto, las acciones orientadas al crecimiento y a la
financieros. Como la incertidumbre sobre los redistribución permanente de ingresos pasan a
precios aumenta con el plazo, los contratos a segundo plano frente a un desordenado juego de
interés fijo se pactan por períodos reducidos. Las corto plazo sin una solución precisa. Dado que el
opciones posibles para el financiamiento a más problema reside en la forma de comportamiento
largo plazo tienen también inconvenientes: los del sector público y de los agentes privados, su
sistemas de interés variable implican el riesgo de corrección implica un cambio de esas conductas.
que cambie la tasa de interés real, mientras que la Es decir, estabilizar significa llegar a una situa-
variabilidad de los precios relativos hace difícil ción en que los actores económicos estén en
encontrar índices apropiados para el ajuste de mejores condiciones de formular planes para el
deudas. De este modo, se resiente la provisión de futuro y en que sea más probable que las decisio-
fondos para la inversión. nes sean compatibles entre sí. Dicho de otro mo-
do, la evolución de los precios debe ser más previ-
iv) Los frecuentes cambios de precios le res- sible; esto exige que la política económica sea tal
tan rápidamente validez a la información que que guíe a las decisiones privadas hacia ese fin.
puedan obtener los consumidores. El costo de la Difícilmente se logrará ese resultado con tasas
búsqueda de mejores oportunidades de compra elevadas de inflación. Por lo tanto, una de las
se eleva con la inflación. Por lo tanto, la compe- condiciones para la estabilización es que se alcan-
tencia de precios resulta una estrategia menos ce una velocidad 'razonable' en el crecimiento de
conveniente para las firmas que cuando rigen los precios. Reducir la inestabilidad requiere,
condiciones de estabilidad. además, que la inflación sea relativamente previ-
sible, de modo que los agentes puedan formular
v) Al preferir conductas flexibles, los agentes expectativas más o menos confiables. El proble-
intentan protegerse de los efectos de cambios ma de la estabilización, por lo tanto, es doble:
sorpresivos en los precios. Pero la inflación pro- lograr que disminuya el ritmo de aumento de los
duce de todas maneras redistribuciones aleato- precios y conseguir también que esa disminución
rias de incentivos y de ingresos. La inestabilidad sea duradera.
de precios puede reflejar una pugna distributiva,

III
Políticas de estabilización
1. La estabilización como problema seable y posible que se contraigan compromisos
de política económica incondicionales de política económica; qué sen-
dero de precios conviene elegir como meta para
El diseño de políticas de estabilización plantea la estabilización; qué implica esto para el manejo
varias preguntas difíciles: hasta qué punto es de- de los instrumentos de política; qué debe hacerse
82 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

para que la transición hacia una tasa más baja y nen un alto costo, también a más largo plazo se
más estable de inflación tenga el menor costo plantea el interrogante sobre la conveniencia de
posible. definir reglas estrictas para la administración de
Una primera cuestión se refiere ai horizonte ciertos instrumentos. Un caso particular es el de
temporal de las políticas. Los modelos económi- la política monetaria. Se ha propuesto que el
cos suelen representar las decisiones, en el tiem- Banco Central actúe de modo de mantener cons-
po, como la solución de problemas en que se tante la tasa de crecimiento de algún agregado
formulan estrategias que cubren todos los perío- monetario. 34 De acuerdo con los defensores de
dos futuros: la conducta que se adoptará en el este sistema, la regla monetaria resolvería el pro-
presente forma parte de una secuencia de accio- blema de la inestabilidad de precios y, a la vez,
nes, y depende de las contingencias que se espera eliminaría buena parte de las fluctuaciones en el
encontrar más adelante. Estos esquemas no se producto global: si los medios de pago crecen a
ajustan del todo a lo observado. En realidad, es un ritmo predecible, se reduciría el componente
común un comportamiento distinto: las decisio- imprevisto de la demanda global que, según la
nes se adoptan de una en una, sin definir muy hipótesis tradicional, provoca los cambios cíclicos
precisamente las acciones futuras. Es natural que en la producción.
esto así sea, habida cuenta de las dificultades de Sin embargo, estos argumentos se basan en
obtener y procesar la información. Las políticas supuestos muy categóricos sobre la asociación
de estabilización plantean claramente una dis- entre el dinero y los precios. De hecho, un régi-
yuntiva entre prefijar (y anunciar) la evolución men de crecimiento monetario fijo tendría varios
de ciertos instrumentos a lo largo de un período inconvenientes. En primer lugar, el estableci-
más o menos prolongado, o permitir que las polí- miento de esa regla como parte de un programa
ticas se ajusten de modo flexible a las circunstan- de estabilización (y, por lo tanto, acompañada de
cias. un cambio apreciable en la tasa de crecimiento de
En América Latina se ha vivido la experien- la cantidad de dinero), puede tener un impacto
cia de numerosos programas que no pudieron inicial considerable sobre los precios, ya que pre-
sostenerse; la alternancia de intentos de defla- sumiblemente aumentará la demanda de saldos
ción, crisis y nuevos intentos ha sido un impor- reales. En esas condiciones, resulta casi imposible
tante factor de inestabilidad. Esto sugiere la in- saber cuál sería el nivel de precios de equilibrio.
conveniencia de que las políticas se basen princi- Así, en lugar de facilitar la formación de expecta-
palmente en expedientes transitorios, porque tivas, se estaría agregando un elemento más de
ello puede afectar la confianza en sus efectos (y, incertidumbre. Después de la transición, la fun-
por lo tanto, entorpecer la transición hacia tasas ción de la demanda de dinero varía de acuerdo
de inflación más bajas) y hacer que los programas con las modificaciones en el tipo de activos dispo-
sean más difíciles de sostener una vez iniciados. nibles y los hábitos de pago. Aun en el supuesto
Sin embargo, tampoco es probable que un pro- de ajustes perfectos al equilibrio, predeterminar
grama de estabilización pueda plantear un el aumento de la cantidad de dinero no es condi-
conjunto completo de políticas permanentes. Por ción necesaria ni suficiente para hacer predecible
un lado, si se parte de un estado de alta inflación, la tasa de inflación. Por otra parte, no parece
las perturbaciones que ésta implica no permiti- conveniente restringir la capacidad de acción de
rán fijar un horizonte temporal demasiado ex- las autoridades monetarias hasta el punto en que
tenso. Por otra parte, como la estabilización mis- no puedan ejercer una acción anticíclica en los
ma representa un cambio apreciable en la econo- mercados de crédito en respuesta a perturbacio-
mía, no se pueden prever con exactitud las condi- nes de origen real.35
ciones que existirán durante la transición y des-
pués de ella. Desde este ángulo, parece razonable 34
Véase Friedman (1959) y Lucas (1980). El argumen-
considerar la estabilización como un paso previo, to general en favor de las reglas de política (por oposición al
muchas veces imprescindible, pero no necesaria- manejo discrecional de los instrumentos) está desarrollado en
mente definitivo, para el establecimiento de polí- Kydland y Prescott (1977).
35
ticas duraderas. Leijonhufvud (1983a y b) discute los problemas que
resultan de un sistema monetario sin reglas y los que surgi-
Si bien es claro que las políticas volubles tie- rían con regímenes sin flexibilidad.
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 83

Por lo tanto, si bien la definición de un régi- cuadrar. La capacidad de generar ingresos por
men monetario más previsible es, sin duda, parte impuestos tiene que corresponder al volumen
importante de una estabilización, establecer una del gasto; entre otros requisitos, esto supone
regla rígida para la política no resultaría un obje- identificar con alguna precisión a los grupos que
tivo apropiado. En general, se presenta la dis- aportarían los recursos. Además, la pugna distri-
yuntiva entre hacer menos predecibles las políti- butiva a través de los precios debe dirimirse de
cas, y asumir el riesgo de anunciar compromisos modo coherente: si no se acomodan las variacio-
estrictos sobre el curso futuro de los instrumen- nes de costos por medio de alzas en la demanda
tos, lo cual reduce la flexibilidad de las políticas y global es evidente que si un grupo intenta au-
puede ser de cumplimiento incierto. En la prácti- mentar su participación en el ingreso real con un
ca, parece difícil que haya reglas incondicionales aumento nominal, otros sufrirán una pérdida.
sobre un horizonte indefinido de tiempo. Pese a En última instancia, las políticas de estabiliza-
que puede ser útil anunciar {y cumplir) determi- ción implican siempre decisiones distributivas: se
nadas metas respecto de algunos instrumentos, a trata de reemplazar los mecanismos de redistri-
un plazo más o menos largo (probablemente) la bución que dan origen a presiones inflacionarias
estabilización de las expectativas deba basarse en por otros que no surtan esos efectos. Como resul-
algo más difuso, pero también más simple: el tado, si bien la estabilización no es un juego de
consenso expresado claramente por el gobierno suma cero, es probable que algunos grupos se
y compartido por una gran parte de la sociedad, vean perjudicados. Este aspecto político de la
de que la volatilidad de precios tiene costos eleva- estabilización es probablemente uno de los más
dos y que, por lo tanto, es importante esforzarse complejos, en especial si se tiene en cuenta que
por mantener los precios en una trayectoria me- las inflaciones intensas van acompañadas de se-
nos incierta. Más que un anuncio unilateral de rios conflictos distributivos. En América Latina,
reglas inamovibles de política, esto implicaría la la búsqueda de la estabilización de precios se
existencia de un acuerdo implícito sobre el objeti- vincula muchas veces con políticas de corte con-
vo y la confianza del público {validada en los servador, indiferentes a la distribución de ingre-
hechos) de que las autoridades se esforzarán por sos, o que producen transferencias en contra de
alcanzar ese objetivo y mantenerlo. los grupos de menores recursos. En teoría, este
De cualquier modo una política de estabiliza- sesgo distributivo no parece ser condición nece-
ción requiere que la meta que se le fije (aunque saria de la política de estabilización. En realidad,
sea de manera imprecisa) a la tasa de inflación esa política tendrá mayores probabilidades de
pueda ser satisfecha con razonable seguridad a lo éxito si puede conciliarse con una distribución de
largo de un período que vaya más allá de lo ingresos socialmente aceptable.
inmediato. En buena medida, éste es un proble- En los términos generales de esta discusión,
ma fiscal: la tasa de inflación que se establezca parecería que un programa es tanto más sólido
como objetivo tiene que ser compatible con un cuanto mejor definidas estén las metas de infla-
volumen de recaudación del impuesto inflacio- ción que se busca alcanzar y las políticas que se
nario que cubra las necesidades del sector públi- aplicarán sobre un horizonte temporal más o
co. Sin duda, no es fácil prever las presiones que menos largo. Sin embargo, a menudo, estas con-
se ejercerán en el futuro sobre la políticafiscal,ni diciones son difíciles de satisfacer. Y, de cual-
tampoco la evolución de la demanda de activos. quier modo, el resultado final de las políticas
Sin embargo es claro que cuando se busca amino- depende fundamentalmente del manejo de la
rar la inflación, se acepta también limitar el fi- transición. Esto plantea dos cuestiones muy de-
nanciamiento mediante la emisión de dinero; batidas: a qué velocidad y con qué instrumentos
conviene entonces que la política se oriente a conviene encarar un programa de estabilización.
hacer defensible una tasa de inflación más baja
teniendo en cuenta estas restricciones. Es decir, 2. La transición
el sistema fiscal debe encontrar un sucedáneo
para el crédito del Banco Central y, a lo largo de
la estabilización, las redistribuciones de ingresos Para que la estabilización sea efectiva, es impres-
que se operen a través del presupuesto deben cindible que tanto el conjunto de precios y sala-
rios nominales como la demanda global crezcan a
84 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

un menor ritmo. El problema es definir cómo y a gobierno está en condiciones de hacer creer que
qué velocidad esa desaceleración ocurrirá en for- se ha producido un cambio permanente en el
ma más o menos sincronizada y con la menor régimen monetario, de tal suerte que la demanda
perturbación posible para la actividad económi- global será desde ese momento compatible con la
ca. La discusión sobre el tema suele suponer que estabilidad de precios, se ajustarán de inmediato
las autoridades regulan la demanda; se trata en- las expectativas y los precios mismos. No necesa-
tonces de saber en qué forma se producirá el riamente debe frenarse en forma brusca la ex-
ajuste de los precios. En el análisis tradicional, la pansión monetaria, porque las menores expecta-
relación entre precios y cantidades se expresa tivas de inflación estimulan la demanda de dine-
con la curva de Phillips de corto plazo: los precios ro. Pero sí tendría que producirse un cambio
dependen de las expectativas y del exceso de visible en la política fiscal: debería haber una
demanda de bienes. Si las expectativas se basan clara reducción de los déficit presentes y, en es-
en la inflación pasada o si existen rigideces con- pecial, de los que se prevén para el futuro, que
tractuales {o de otro tipo) que dificultan las varia- mostrarán sin ambigüedad que el gobierno no
ciones de precios, una reducción de la demanda tendrá que recurrir al impuesto inflacionario.37
nominal provocará necesariamente una caída de Más allá de los detalles particulares de este
la actividad. La caída será tanto mayor cuanto debate, parece evidente que la elección entre en-
menor la respuesta de los precios a la disminu- foques graduales o de choque depende de las
ción del producto y cuanto más abrupta la defla- condiciones iniciales. Cuando la inflación es mo-
ción buscada. Esta clase de argumento lleva a derada, es probable que numerosos contratos
aconsejar que la inflación se reduzca medíante (salariales o de crédito) a plazos relativamente
una política gradual, 36 en particular, mediante largos hayan sido pactados en términos nomina-
sucesivas disminuciones en la tasa de crecimiento les y con condiciones que reflejan el crecimiento
de la cantidad de dinero; durante ese proceso, de observado de los precios. Independientemente
cualquier modo, habría un período de menor de la rapidez de ajuste de las expectativas, una
producción. deflación lenta afectaría el valor real de esos con-
tratos menos que una rápida. Por otro lado, las
Esa opinión ha sido cuestionada por los auto- políticas graduales son potencialmente flexibles:
res que utilizan las hipótesis de expectativas ra- permiten utilizar la información que se va reco-
cionales y de equilibrio en los mercados. Esta giendo de acuerdo con la respuesta de la econo-
corriente supone que los contratos, explícitos o mía. Pero estas posibles ventajas resultan menos
implícitos, suelen ser flexibles, y se adecúan a los patentes, si se parte de una inflación muy alta. En
cambios en las condiciones de la economía. Así, estos casos, la inercia de los contratos es menor
no habría otro freno para los ajustes de precios (aunque no desaparece por completo, salvo tal
que las deficiencias de la información corriente. vez en las hiperinflaciones), porque la misma
La inercia de la inflación desaparecería si las volatilidad de precios lleva a acortar los plazos de
previsiones del público variarán con la demanda los acuerdos. Además, una transición prolonga-
global. En ese caso, la estabilización podría alcan- da puede representar un largo período de incer-
zarse rápidamente y no tendría por qué ir acom- tidumbre en el que el público continuaría adop-
pañada de una recesión. Por otro lado, el análisis tando sus decisiones de momento en momento a
parte de la hipótesis de que las expectativas in- falta de una perspectiva definida a plazos más
corporan toda la información útil (en la medida largos. La propia flexibilidad de las medidas, por
en que estén disponibles los datos). Si, en última otro lado, puede crear la impresión de que son
instancia, la inflación depende de la cantidad de reversibles, lo que haría más trabajoso el cambio
dinero, las previsiones de precios se basarían en
la política monetaria esperada. Por lo tanto, si el

37
El argumento fue desarrollado por Sargent (1981 y
36
En esto parecen coincidir autores con distintas postu- 1982), quien se apoya en la experiencia de las hiperinflacio-
ras teóricas. Véanse, por ejemplo, Laidler (1975, cap. 4), nes europeas y también por Bomberger y Makinen (1983).
G o r d o n (1982). Cagan (1979, p. 224) sugiere que la mejor Sin embargo, Dombusch (1985) ha puesto en duda que ese
política posible está a mitad de camino entre una reducción modelo se aplique estrictamente al caso de la inflación alema-
muy lenta y el extremo opuesto. na d e los años veinte.
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 85

de expectativas y aumentaría las presiones sobre con la demanda de dinero a una tasa de inflación
las políticas. más baja. Cuanto más claramente sepa el público
El choque soslaya estos problemas, aunque im- que el gobierno cuenta con esa capacidad, menor
p o n e condiciones estrictas para obtener bue- será el riesgo de que los precios no respondan a la
nos resultados. Una vez que se ha anunciado que política.
la inflación sufrirá una brusca caída, es impres- Ahora bien, este razonamiento no define el
cindible que este efecto se produzca, que los cos- conjunto de condiciones de una estabilización
tos del ajuste sean tales que no pongan en duda la bien lograda. En primer lugar, habría que defi-
viabilidad de las políticas y que el gobierno utilice nir las condiciones de la credibilidad: ¿cuándo
sus instrumentos para sostener la estabilización. pueden confiar las autoridades en que sus anun-
Hay escasas posibilidades de aprender sobre la cios serán incorporados en las decisiones del pú-
marcha, especialmente en las etapas iniciales del blico? Aunque podría emitirse un juicio sobre el
programa: tienen que darse políticas bastante particular en cada caso específico, la credibilidad
bien definidas y un control eficaz sobre los ins- es un concepto difuso. 38 Por otro lado, no parece
trumentos; el gobierno, además, quizá debería evidente que un anuncio de cambio radical en la
estar dispuesto a subordinar algunos de sus res- política fiscal y monetaria, aunque sea creíble, dé
tantes objetivos a la obtención de un efecto dura- lugar a una modificación suficiente de las expec-
d e r o sobre los precios. Esto subraya nuevamente tativas y de los precios. 39 Al margen de la posible
la necesidad de un consenso social en torno al existencia de rigideces contractuales, subsiste pa-
objetivo antinflacionario, pero también implica ra los agentes el problema de inferir precios a
una fuerte demanda de congruencia, en las polí- partir de los instrumentos que ha fijado el go-
ticas: un programa de choque, por su propia bierno.
naturaleza, es difícilmente reversible y su eficacia
d e p e n d e en parte de que esto sea percibido por el Un anuncio sobre medidas monetarias y fis-
público; los costos de no obtener los resultados cales debe ser interpretado y transformado en
perseguidos son por consiguiente altos. Pero la
congruencia la definen en modo distinto las dife-
"''"El problema de la credibilidad, en relación con las
rentes teorías, sobre cuya validez o invalidez es-
políticas de estabilización ha sido discutido por Schelling
trictas pueden caber dudas. La incertidumbre (1982) y Koromzay (1982). Recientemente se han desarrolla-
sobre el 'verdadero modelo' de la economía tiene d o modelos en que el público va modificando su apreciación
especial peso en la estrategia de choque; en la sobre la conducta futura del gobierno de acuerdo con las
medida en que se tenga en cuenta, es probable políticas que éste aplica efectivamente (véase por ejemplo, Di
que las políticas no respondan a un esquema que Tata 1983; Backus y Driffill 1984). Uno de los resultados de
estos modelos en que las expectativas dependen de la repu-
se encuadre con precisión en algún marco teóri- tación de las autoridades es que, incluso cuando éstas estén
co particular. dispuestas a desacelerar incondicionalmente la demanda no-
minal, hay cierta probabilidad de que las expectativas no se
De cualquier modo, la tesis de las expectati- ajusten enseguida: recién se aprendería que ha ocurrido un
vas racionales destaca varias cuestiones impor- cambio en el régimen de políticas cuando se produce una
tantes. Si la determinación del nivel general de recesión.
39
La credibilidad de la política fiscal también depende
los precios puede representarse como el resulta-
de las expectativas de precios. Al reducirse la inflación au-
do de las acciones del gobierno y de los indivi- menta la recaudación impositiva real, porque disminuye el
duos o de grupos privados, sobre las que influye efecto del rezago entre el momento del pago y el del hecho
la conducta que cada agente espera que adopten imponible. Es decir, el déficit fiscal es en parte endógeno
los demás, uno de los puntos esenciales de la (véase Olivera, 1967; Dutton, 1971; Tanzi, 1977; Canavese,
estabilización será que las autoridades puedan 1985). La disminución del rezago fiscal ha sido especialmente
importante en las hiperinflaciones. Se ha sostenido, incluso,
asumir el liderazgo del juego, es decir, que lo-
que en algunos casos la estabilización traería consigo el equili-
gren que la política anunciada sea tomada como brio fiscal, más que a la inversa (Liga de las Naciones, 1946,
un dato por el público al decidir su comporta- para el caso de las hiperinflaciones austríaca y húngara). La
miento. Para ello es preciso, en particular, que el interdependencia entre déficit e inflación, por otro lado,
gobierno pueda regular la oferta monetaria sin introduce una ambigüedad: una política fiscal creíble para un
verse apremiado por las necesidades fiscales, de público escéptico frente a las perspectivas de estabilización
implicaría u n sobreajuste (es decir, resultaría muy restrictiva)
manera de ir ajustando la liquidez de acuerdo una vez que la inflación se redujo efectivamente.
86 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

expectativas de variaciones de precios y éstas, a ciones, es posible que la inflación no tienda a


su vez, en decisiones sobre precios y cantidades. aproximarse al valor que correspondería a una
Cada firma está interesada no sólo en la conducta respuesta de equilibrio.
que ella espera que adopte el gobierno, sino, Parece razonable que un programa de estabi-
también, y de modo principal, en lo que supone lización trate de evitar esos riesgos. Un instru-
que harán sus proveedores y competidores y en mento para lograrlo es la política de ingresos. La
cómo variarán los salarios. La incertidumbre so- intervención del sector público en la determina-
bre estos comportamientos no desaparece aun- ción de precios y salarios se equipara a veces a
que haya habido un cambio creíble en la polí- una política de estabilización; según otras opinio-
tica.40 El mismo problema se plantea para los nes, es una fuente de distorsiones injustificadas.
trabajadores. Un cambio abrupto en la tasa de Ninguna de estas posiciones parece acertada. La
inflación exige un movimiento sincronizado del política de ingresos tendría por función facilitar
conjunto de precios. Si cada agente no percibe la transición a una tasa de inflación más baja,
con claridad que el resto responderá a la política de modo que los precios, en conjunto, varíen
ajustando sus precios, tampoco tendrá incentivos aproximadamente en correspondencia con la de-
para modificar suficientemente los que contro- manda global. No hay seguridad de que los mer-
la.41 Es decir, aun cuando haya cierta confianza cados por sí solos produzcan este resultado; tam-
en que el gobierno mantendrá el curso anuncia- poco la política puede crear un sistema de precios
do, no hay garantía de que una modificación por decisión administrativa. La eficacia de las
súbita de la política monetaria y fiscal se refleje medidas directas sobre los precios seguramente
depende en gran parte de las condiciones y el
enteramente en los precios.42 Es probable que la
modo en que se apliquen:
tasa de inflación no se reduzca al mismo ritmo
que la demanda nominal y que los precios relati- i) La política de ingresos se complementa con
vos varíen de modo errático. Las perturbaciones la regulación de la demanda global y no la susti-
que esto puede acarrear podrían poner en peli- tuye. Cuando se aplican controles o se anuncian
gro la continuidad de las políticas. En esas condi- pautas de precios, el público debe confiar en que
serán respetados. El sistema administrativo pue-
de ocuparse de desviaciones específicas, pero no
40
U n a buena parte de la discusión macroeconómica so-
podrá ejercer un control completo sobre las
bre el papel y la formación de las expectativas se basa en el transacciones.43 Por lo tanto, las posibilidades de
contraste entre las expectativas adaptativas y las racionales; es éxito de la política están supeditadas al hecho de
decir, entre las previsiones que sólo dependen de la historia que el programa en su conjunto se considere
pasada d e la variable y aquellas en que los individuos actúan factible. Para ello el gobierno debe mostrar que
como si conocieran el proceso que determina la variable. Esta está en condiciones de evitar grandes excesos de
disyuntiva es falsa. Suponer que los individuos son capaces de
darse cuenta cuándo ha habido un cambio en las condiciones
demanda a los precios pautados. La experiencia
d e la economía (y, por lo tanto, no extrapolan mecánicamente enseña que la generalización de mercados negros
el pasado), n o implica postular que las consecuencias de ese o la existencia de grandes discrepancias entre
cambio se evalúen de modo acertado ni que los agentes predi- precios regulados y no regulados se resuelve por
gan uniformemente sobre la base de un modelo determi- último con el abandono de los intentos de estabi-
nado.
lización. Para evitarlo, es necesario que quienes
""Di Tata (1982) y Phelps (1983) han analizado este
problema aplicando el concepto de "expectativas d e las ex-
fijan los precios encuentren que no obtendrán
pectativas": los individuos deben prever en qué forma los grandes beneficios eludiendo los controles: la
demás harán sus predicciones; si cada uno confiara en que los demanda debe ser tal que no aparezcan pertur-
demás modificarán sus expectativas ante el cambio de políti- baciones en el abastecimiento ni se vean estimula-
cas, los precios se moverán hacia el equilibrio, pero, si eso no das las alzas extraoficiales de precios. Es decir, la
sucede, habría un desajuste. información que reciben los agentes en los mer-
42
El caso de las hiperinflaciones parece especial: en la
medida en que la mayoría de los precios se ajusta en respuesta
a u n precio guía (como el tipo de cambio) es suficiente que ese
43
precio se estabilice para que lo haga el conjunto (Lopes, En este sentido, parecería que la administración d e las
1984). El problema de la sincronización se plantearía enton- políticas de ingresos con tasas altas de inflación es extremada-
ces en forma menos aguda que para las inflaciones menos mente compleja. Las políticas serían por lo tanto más viables
rápidas. con tasas bajas.
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 87

cados debería ser tal que reafirme la posibilidad De cualquier modo, las restricciones que la
de sostener la evolución de los precios, implícita administración de precios impone a los movi-
en el programa. mientos de precios relativos pueden plantear un
ii) Por lo tanto, la política de demanda global problema a la política antinflacionaria si es que
tiene un papel central en la transición hacia un se producen grandes excesos de demanda de
sendero de menor elevación de los precios. En algunos bienes, o bien si algunos grupos estiman
principio, tendría que haber' correspondencia que soportan una carga desproporcionada. Es
entre el gasto y los precios, de modo de no gene- casi inevitable que surjan algunos casos de este
rar grandes excesos ni insuficiencias de deman- tipo, sin que necesariamente peligre la política en
da. Sin embargo, es evidente que en esto no po- su conjunto. Sin embargo, es importante que no
drá lograrse una sintonía fina, no sólo por las se produzcan atrasos que lleven en algún mo-
conocidas dificultades de controlar con precisión mento a fuertes aumentos de algunos precios
el gasto nominal sino también porque a lo largo nominales. Esto indica, por un lado, que la inter-
de la transición puede haber incertidumbre so- vención estricta sobre los precios tendría que te-
bre la respuesta de las cantidades producidas ner una duración limitada, hasta tanto se pueda
frente a un estímulo de demanda. De cualquier confiar en que la tasa de inflación más baja esté
modo, el manejo de instrumentos específicos incorporada en las decisiones de precios. Por
probablemente deba variar de acuerdo con el otra parte, importa que el punto de partida de los
criterio de los responsables de la política. En par- precios relativos, especialmente de los de mayor
ticular, si se ha producido un cambio apreciable significado macroeconómico (tipo de cambio
en la tasa de inflación, habría modificaciones en real, salario real, precios del sector público) sea
la demanda de activos que no pueden preverse tal que evite desequilibrios importantes. Este es
con exactitud. En ese caso, no parece convenien- un aspecto particularmente complejo, en espe-
te fijar metas estrictas para los agregados mone- cial cuando la situación de partida hace difícil
tarios. Al respecto subsiste el problema de distin- aplicar normas históricas como marco de refe-
guir los movimientos de la tasa de interés que son rencia y hay fuertes conflictos sobre la distribu-
atribuibles a cambios en las expectativas de infla- ción de ingresos. Con todo, es necesario afrontar
ción de aquellos que responden al estado de la este hecho: nuevamente sería utópico pensar que
liquidez. la búsqueda de un conjunto aceptable de precios
relativos no sufrirá perturbaciones en un clima
iii) Cuando se regulan los precios y los sala- de alta inflación.
rios se está sobredeterminando la economía: el
estado resultante no puede así describirse como En todo caso, en algún momento los precios
de equilibrio. No se permite que los precios rela- relativos deben variar y esto implicará movimien-
tivos varíen en respuesta a las condiciones de los tos ascendentes de algunos valores nominales.
mercados. Esto no es inocuo. Pero el argumento También parece cierto que la aplicación de una
que sostiene que la política de ingresos es incon- política de ingresos puede provocar incertidum-
veniente porque produce distorsiones en los pre- bre acerca de la posibilidad de mantener tasas
cios tiene poca solidez. ¿Cuál es la alternativa? En reducidas de inflación, sobre todo cuando ha
una inflación errática, los precios relativos sur- habido experiencia de alzas bruscas en los pre-
gen de un juego de adivinanzas que se asemeja cios al ceder los controles. Este hecho subraya la
poco a un equilibrio; es muy probable que el necesidad de una política de demanda compati-
ajuste de los precios frente a una desaceleración ble con el sendero de precios elegido, de manera
de la demanda ocurra de modo igualmente de- de crear confianza de que no se producirá ese
sordenado. En esas condiciones, los precios rela- efecto. Puede haber también un aprendizaje in-
tivos determinados por el mercado no serán un verso: si durante un tiempo los precios adminis-
patrón de referencia útil. La estabilización de los trados se mantienen sin perturbaciones aprecia-
precios en conjunto parece un requisito para que bles, habría un refuerzo de las expectativas; si así
se pueda empezar a formar un sistema coherente ocurre, los ajustes requeridos en los precios rela-
de precios; la sobredeterminación inicial es en- tivos no implicarán necesariamente una gran
tonces una manera de acelerar el proceso que a aceleración en el conjunto de los precios nomina-
ello conduce. les. Por otro lado, es probable que, al mediar un
88 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

período de precios relativamente estables, las de- efectos sobre el gasto pueden no compensarse
mandas dirigidas a cada firma se hagan más elás- totalmente y de inmediato. La estabilización, asi-
ticas porque, al ser menos volátiles los precios mismo, puede poner de manifiesto pérdidas en
disminuye el costo de búsqueda de los compra- que venían incurriendo individuos o sectores,
dores. Si la perciben las firmas puede transfor- pero que no percibían con exactitud o esperaban
marse en un incentivo para una mayor compe- recuperar en algún momento. A plazo más largo,
tencia de precios. algunas actividades, cuyos beneficios estaban li-
Aplicar una política de ingresos en conjunto gados a la inestabilidad de precios, o que estaban
con las políticas de demanda tiene por objeto organizadas en función de ella, también tendrían
reducir el efecto negativo de la estabilización so- incentivo para contraerse.
bre la actividad. Pero es difícil que puedan evitar- Cuando se parte de una inflación elevada,
se por completo las perturbaciones. En la medida por lo tanto, no parece posible que la transición a
en que las expectativas no se ajusten rápida y una economía más estable ocurra sin algunas
totalmente, la tasa de interés real puede ser ele- dislocaciones. En las condiciones a que hacen
vada, como sucede con frecuencia en los co- frente muchas economías latinoamericanas, re-
mienzos de los programas de estabilización. Por ducir la inflación es particularmente difícil por la
otra parte, es posible que, especialmente cuando carga de la deuda externa que pesa sobre el in-
se busca una deflación rápida, haya un período greso real y el presupuesto. Pero también, en una
en que la incertidumbre en torno a los precios economía con alta inflación no puede alcanzarse
pueda contraer la oferta. Además, tanto desde el un funcionamiento más o menos coordinado. Sin
punto de vista fiscal como desde el de los precios una cierta estabilidad de precios hay poco lugar
relativos, una política intinflacionaria es necesa- para políticas de crecimiento y de redistribución
riamente no neutral: habrá sectores cuyo ingreso ordenada de los ingresos. En esencia, la estabili-
real se reduce y aunque otros mejoren su posi- zación sería un esfuerzo por permitir que esas
ción (en especial aquellos sobre los que recaía políticas se lleven a cabo; a más largo plazo, la
más intensamente el impuesto inflacionario), los estabilización depende de ellas para sostenerse.

IV
Una política de estabilización de choque:
el caso del Plan Austral
En las secciones anteriores se enfocó la inflación llevaron a la inflación hasta valores extremada-
desde un punto de vista analítico. Aunque al mente altos, comentar el contenido del progra-
tratar este tema no es posible dejar de aludir, ma y señalar algunos de sus primeros efectos.44
aunque sea implícitamente, a situaciones concre- La Argentina tiene una larga tradición infla-
tas (y en la exposición anterior quizás influyó la cionaria. No es que no haya habido intentos de
experiencia argentina) la discusión se mantuvo estabilización. En realidad, desde el decenio de
en un plano general. En esta sección se tiene en 1950 se vienen aplicando variadas políticas para
vista otro objetivo: comentar un programa de moderar la inflación. Esos experimentos fueron
estabilización específico y de características par- de diverso tipo, según las características de los
ticulares. El interés del Plan Austral aplicado en
la Argentina proviene, por un lado, de la magni- 14
Es cualitativa y muy breve la descripción hecha aquí de
tud de la inflación que dio origen al programa
la evolución económica argentina en los últimos años y en los
(cerca de 1% diario) y, por otro, del conjunto de primeros meses de aplicación del programa. Descripciones
instrumentos utilizados a fin de frenarla abrup- más detalladas aparecen en CEPAL (l 980 a 1984) y en uno de
tamente. Se trata de describir las condiciones que los ensayos contenidos en CEPAL (l 986).
I N F L A C I Ó N Y P O L Í T I C A DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 89

gobiernos que los ensayaron y también en fun- vo. Al mismo tiempo, la deuda externa había
ción de las teorías en boga en cada momento. Los crecido apreciablemente. El sector público, en
programas comprendían restricciones de de- especial, había contraído grandes deudas en divi-
manda de tipo convencional (en 1959 y en un sas, que financiaron el déficit en cuenta corriente
breve episodio en 1977/78), políticas de ingresos y una rápida salida de capitales privados (si bien
(en la forma de congelamiento generalizado, en parte del sector privado también había incre-
1952 y 1973; congelamiento de salarios y fijación mentado su endeudamiento). La actividad de los
del tipo de cambio con acuerdo voluntario de sectores productores de bienes comercializables
precios en 1967; una breve tregua de precios en ya había comenzado a disminuir, debido en espe-
1977) y, más recientemente, en 1978-1981, una cial a la competencia de los bienes importados. El
política basada en el preanuncio del tipo de cam- sistema financiero interno, que se había expandi-
bio con una devaluación decreciente. De hecho, do fuertemente en los años anteriores, atravesa-
esos programas no tuvieron resultados durade- ba por serias dificultades por efecto de la irregu-
ros, si bien en algunos casos hubo descensos lar recuperación de los créditos. Por otro lado,
transitorios (a veces marcados) en la tasa de infla-era previsible que se agudizaran las tensiones
ción. sociales, pese a que los salarios reales se habían
La recurrencia de ensayos de estabilización, recuperado en parte luego de la abrupta caída
ruptura de las políticas y nuevos intentos ha teni- registrada en 1976-1978.
do varias consecuencias. En primer lugar, la re- El estado de la economía encerraba un fuerte
petición de la secuencia implicó una gran inesta- potencial inflacionario. La devaluación, que re-
bilidad en las políticas. Esa volubilidad, además, sultaba inevitable en vista de la situación del ba-
ha sido incorporada a las expectativas: en la Ar- lance de pagos, debía reflejarse en los precios
gentina, las políticas pueden contar con menos internos, no sólo por su impacto directo, sino
confianza por parte del público que en países con también por las repercusiones secundarias típi-
una historia económica menos turbulenta, tanto cas de una economía adaptada a la inflación. Un
más cuanto los programas anteriores han proba- aumento del tipo de cambio real, por otro lado,
do ya una gran variedad de instrumentos poten- tendría un efecto directo sobre las finanzas públi-
ciales de estabilización. Pero los costos de la cas (al incrementar el valor real de los servicios de
inflación son generalmente reconocidos. De ahí la deuda) y también generaría presiones para
que sea intensa la demanda de estabilización y, al que hubiera una transferencia subvencionada de
mismo tiempo, grandes las dificultades para lle- la deuda privada al sector público. Asimismo, el
varla a cabo. elevado endeudamiento interno creaba deman-
La tasa de inflación argentina ha sido ex- das de reducción de las cargas financieras de las
traordinariamente alta en los últimos años, aun empresas, ya fuera con subsidios o con una
tomando como punto de referencia los patrones mayor inflación.
habituales del país. Desde 1974, la velocidad de De este modo, se fueron produciendo sucesi-
elevación de los precios no fue inferior al 100% vos embates inflacionarios a medida que las ac-
anual en ningún año (con una breve excepción ciones del gobierno se iban ajustando, en un cli-
en 1980); en el último quinquenio se ha observa- ma de gran inestabilidad política y económica, a
do una persistente aceleración, hasta culminar las presiones que se acumulaban. A lo largo de
en tasas de inflación del orden del 30% mensual 1981, el tipo de cambios subió cinco veces, sin que
o aún superiores a mediados de 1985. Esta rápi- mejorara en gran medida la situación de pagos
da aceleración estuvo asociada con la profunda externos: no se interrumpió la caída de reservas y
crisis que se originó en el quiebre del programa siguió aumentando fuertemente la deuda, sobre
de liberalización económica y de tipo de cambio todo la del sector público. Al término del conflic-
preanunciado. to de las islas Malvinas, a mediados de 1982, se
Hacia fines de 1980, el tipo de cambio real se decidió una nueva devaluación de gran magni-
encontraba en un valor anormalmente bajo: aun- tud y una reforma en el sistema financiero, diri-
que era menos acelerada el alza de los precios gida a mejorar la situación de los deudores. Entre
internos se estaba muy lejos de haber convergi- las principales medidas de esta reforma, se deci-
do al sendero de la paridad del poder adquisiti- dió la extensión de los plazos para la devolución
90 REVISTA DE LA CEPAL N* 28 / Abril de 1986

de los créditos bancarios y el Banco Central tomó de pasivos de corto plazo superó el 17% del PIB),
a su cargo la fijación de la tasa de interés en el una fuerte presión salarial y el intento por parte
segmento más importante de préstamos y depó- del gobierno por mantener el valor real del tipo
sitos. Como esta tasa resultaba muy inferior a la de cambio y de las tarifas de los servicios públicos.
inflación esperada, se observó un brusco descen- En este período se acentuó la inestabilidad de la
so de la demanda de activos líquidos, lo que re- política económica: el gobierno militar, ya muy
percutió sobre los mercados de bienes. Con ello, debilitado, tuvo como objetivo principal en su
se produjo una licuación de deudas (la que prosi- manejo económico absorber las diversas presio-
guió en los años siguientes), a costa de un nuevo nes hasta alcanzar las elecciones fijadas para el
aumento de la tasa de inflación. mes de octubre. Así, en un clima de gran turbu-
A lo largo de este período, varios hechos se lencia las autoridades constitucionales se hicie-
combinaron para incrementar el déficit fiscal. ron cargo del gobierno a fines de 1983.
Por un lado, se elevaron fuertemente los servi- Por ese entonces, existía una variedad de
cios de la deuda externa pública (de menos de un demandas que requerían atención. Luego de la
1% del PIB en 1980 a más de un 6% en 1982), crisis externa de 1980 (agravada por el peso de
debido no sólo al mayor endeudamiento propio los intereses de la deuda, la interrupción de los
del gobierno y a las altas tasas de interés, sino flujos de crédito y la caída en los precios de ex-
también a que el sector público se fue haciendo portación) la economía había efectuado un pro-
cargo gradualmente de la deuda privada. Sí bien nunciado ajuste, aunque de características espe-
entre las medidas adoptadas en 1982 se incluyó el ciales. Entre 1980 y 1983, las importaciones de
rescate de los títulos internos del gobierno en bienes se redujeron a menos de la mitad, de
manos del público (particularmente las letras de manera que se generó un apreciable saldo en el
tesorería y los valores ajustables), como conse- balance comercial. Ese ajuste afectó a la produc-
cuencia de la reforma financiera hubo un signifi- ción interna, aunque a partir de 1982 se había
cativo aumento en los encajes bancarios remune- observado una fuerte resustitución de importa-
rados, lo que provocó grandes déficit de caja ciones, que contribuyó a la recuperación del pro-
para el Banco Central {o "déficit cuasifiscal", co- ducto industrial, luego de una intensa caída. Des-
mo se lo denomina generalmente en Argentina). de el punto de vista del gasto, el hecho más signi-
Por otro lado, la caída de la actividad (que alcan- ficativo fue el abrupto descenso de las inversio-
zó su punto mínimo a mediados de 1982) y la nes: no sólo el financiamiento era escaso, sino
misma aceleración de los precios reducían los que también se había deprimido el espíritu de
ingresos tributarios: la declinación fue de más de inversión. La fuga de capitales de principios de
5% del PIB en dos años. Es decir, tanto la absor- los ochenta había reflejado, aparentemente, no
ción por parte del gobierno de potenciales pérdi- sólo un movimiento especulativo de corto plazo,
das patrimoniales del sector privado, como el sino una generalizada desconfianza sobre el fu-
peso de los intereses externos y las propias condi- turo de la economía. Esto, unido a la magnitud y
ciones recesivas e inflacionarias se unían para la urgencia de los compromisos de la deuda, limi-
deteriorar las finanzas públicas. Frente a esto, las taban severamente el crecimiento. Por otro lado,
autoridades fueron recurriendo cada vez en existían fuertes tensiones sociales: prácticamente
mayor grado al crédito del Banco Central. Al todos los grupos reclamaban mejoras en sus in-
mismo tiempo, la demanda de dinero se reducía gresos. Al mismo tiempo, la inflación se había
sensiblemente. De este modo, las necesidades de elevado fuertemente, y sus costos eran manifies-
recaudación del impuesto inflacionario aumen- tos, pero también era claro que resultaría difícil
taban, mientras que se contraía la base impo- controlar el déficit fiscal y morigerar la pugna
nible. distributiva que se manifestaba a través del siste-
ma de precios.
En 1983 la inflación creció aun más, hasta
alcanzar un promedio del 17% mensual en el Inicialmente, el gobierno trató de conciliar
último trimestre. Este fue un proceso confuso, en un crecimiento en el producto y en los salarios
el cual actuaron en conjunto un déficit fiscal ex- reales con una desaceleración gradual de la infla-
tremadamente alto (el financiamiento del sector ción, mientras se ensayaban negociaciones con
público a través del Banco Central y la variación los acreedores externos. Se anunció una política
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 91

de reducción del déficit fiscal, basada en la con- mento, no se habían mostrado eficaces para
tracción de gastos en defensa y seguridad y una guiar a los precios. La resistencia de éstos se
mayor eficiencia en la administración tributaria. acentuaba por la aparente reversibilidad de las
Pero, al comienzo, la política antinflacionaria políticas y por la generalizada (aunque imperfec-
consistió principalmente en la fijación de pautas ta) indización. Tanto por su efecto sobre las fi-
mensuales para los principales precios (tipo de nanzas públicas (a través del rezago fiscal y de las
cambio, salarios, tarifas de servicios públicos, pérdidas operativas del Banco Central) como por
precios industriales, tasa de interés regulada), en los mecanismos de ajustes de precios y salarios
un intento por guiar los costos y las expectativas. que inducía, la inflación tendía a perpetuarse o a
Esta política resultó frágil: la inflación superó a acelerarse, especialmente cuando se producían
las pautas, de modo que hubo un desajuste entre aumentos en precios relativos básicos: carne, tipo
los precios regulados por las autoridades y aque- de cambio, tarifas de empresas públicas. Esto, a
llos que no lo estaban. su vez, aumentaba los costos probables de las
A lo largo del año, las autoridades mostraron medidas antinflacionarias y las hacía poco creí-
una preocupación creciente por el control de la bles; la situación tenía, por lo tanto, las caracterís-
demanda global. Esto se tradujo en una disminu- ticas de una suerte de círculo vicioso. Por otro
ción de los gastos corrientes del gobierno en bie- lado, los efectos de la altísima inflación eran pa-
nes y servicios no personales y en una reducción tentes: se apreciaba claramente la generalización
de la inversión pública aunque, como contrapar- de las conductas especulativas, asociadas con la
tida, no se concretó el aumento esperado en la volatilidad de precios. De ahí que se planteara la
recaudación impositiva. Hubo también un cam- urgencia de un esfuerzo de estabilización.
bio en la política de precios y salarios: mientras La experiencia de alta inflación produjo
que las pautas salariales {cuya aplicación se fue cambios apreciables en las modalidades de fija-
limitando al sector público) se hicieron más res- ción de salarios y precios y en los contratos de
trictivas, el gobierno trató de recuperar el valor deuda. Estos se manifestaron especialmente en el
real del tipo de cambio y los precios de los servi- acortamiento de los plazos de las decisiones. En
cios públicos. Hacia fines de 1984, por otro lado, los últimos años, los precios de los servicios públi-
luego de firmado un acuerdo de crédito contin- cos y los salarios se reajustaban mensualmente.45
gente con el FMI, se endureció la política mone- Es probable que la indización salarial basada en el
taria. alza de los precios del mes anterior haya sido una
Durante 1984, en síntesis, aumentaron el práctica corriente; sin embargo, resulta difícil
producto y los salarios reales y, al mismo tiempo, precisar con qué generalidad y cuan sistemática-
se obtuvo un significativo superávit de comercio mente se aplicaba esa regla. Es poco lo que se sabe
exterior, mientras que se avanzaba en la negocia- sobre la formación de precios en el sector priva-
ción externa. Sin embargo, hacia fines del perío- do, aparte que, hacia mediados de 1985, los au-
do se apreciaban síntomas de que la expansión mentos se sucedían varias veces por mes. Proba-
real se había interrumpido. Por otro lado, la tasa blemente, las decisiones de precios respondían a
de elevación de los precios no mostraba una ten-
dencia decreciente. Las tasas de inflación se man-
tenían en el orden del 20% mensual y, probable- 45
Frenkel (1984 a) encontró pruebas de que los aumen-
mente, la mayoría del público esperaba una ace- tos salariales se practicaban trimestralmente hasta 1982, Al
leración hacia tasas aún más elevadas. acelerarse la inflación, el período de ajuste se redujo a un
La política de ajuste gradual aplicada en mes. Conviene mencionar, sin embargo, que el período de
pago de las remuneraciones (mensual para los empleados,
1984 no logró desacelerar simultáneamente los casi siempre quincenal para los obreros) se mantuvo en gene-
costos, la demanda global y las expectativas de ral inalterado con respecto a lo que había sido en épocas en las
manera de que hubiera un efecto definido sobre que la inflación fue mucho más reducida. Como los asalaria-
los precios. Aunque existía el propósito de con- dos probablemente tenían, en su mayoría, limitado acceso al
tener las alzas de precios, no se había producido uso de los sucedáneos del dinero, ello tendía a sostener la
d e m a n d a monetaria. Puede conjeturarse que, en caso de
un cambio en el régimen inflacionario. Las políti-
haber proseguido la inflación a ritmos del orden del 1%
cas de ingresos y de demanda, actuando por se- diario, se habrían modificado las prácticas de pago, con lo que
parado y con distinta intensidad según el mo- se habría acentuado aún más el rechazo del dinero.
92 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

procesos complejos y poco regulares, en que, probablemente de disminuir los riesgos de no


además del traslado {más o menos automático) lograr un resultado definido, lo que le habría
de los costos corrientes actuaban también las impuesto costos muy altos.
conjeturas que cada empresa se iba formando El análisis de las autoridades, expresado en
sobre la evolución futura de los precios de sus los discursos que acompañaron al anuncio del
insumos y de su demanda. Los precios reflejaban programa en junio de 1985, se apoyaba en la
el intenso proceso de inestabilidad inflacionaria. experiencia de los anteriores intentos de estabili-
A diferencia de lo ocurrido en las hiperinflacio- zación. El gobierno descartaba la posibilidad de
nes europeas, no se había establecido un patrón un nuevo intento de deflación gradual, ya que
generalmente aceptado (como el valor de las divi- juzgaba inaceptable que se mantuvieran por lar-
sas) para la fijación de precios. Todo ello implica- go tiempo tasas de inflación de la magnitud de las
ba que, si bien los ajustes de precios y salarios vigentes. Se desechaba el empleo unilateral de las
habían tendido a sincronizarse, los factores de políticas de precios y salarios: si éstas no se armo-
inercia inflacionaria no habían desaparecido por nizaban con la demanda global se produciría tar-
completo; tampoco se podía identificar una úni- de o temprano una desbandada de los precios.
ca variable básica capaz de guiar al sistema de De acuerdo con ese mismo análisis, entonces,
precios de manera de romper la tendencia infla- debía haber un cambio visible en la política fiscal
cionaria. y monetaria, no sólo para asegurar que la deman-
Los mercados de crédito se concentraban da global se adecuara a una variación de precios
también en operaciones a plazos muy cortos. En mucho menos rápida, sino también para orientar
general, las operaciones financieras se realizaban las expectativas de un grupo importante del pú-
a unos pocos días de plazo y a tipos de interés que blico. Ese último objetivo hacía deseable que el
reflejaban el promedio de las expectativas de gobierno anunciara explícitamente que habría
variación de precios. Para contratos de cierta du- una modificación en el manejo de las políticas.
ración (como el alquiler) se utilizaban variadas Pero también se estimó que no bastaba ese anun-
cláusulas de indización. Aparentemente se había cio: si no se superaba la inercia de los precios y se
generalizado la práctica de ajustes mensuales, mostraba con claridad que éstos dejarían efecti-
aplicando índices de precios del mes anterior. En vamente de aumentar, se corría el riesgo de una
otros términos, la mayoría de los contratos de débil respuesta inicial, lo que amenazaría el cum-
crédito incorporaban con rapidez, pero no ins- plimiento de los anuncios fiscales y monetarios
tantáneamente, las fluctuaciones de los precios. (dado que el rezago fiscal seguiría actuando) y se
agudizaría la recesión. Se asignaba a la política de
Estas condiciones eran propicias para una ingresos el papel de producir un freno abrupto y
deflación abrupta, ya que no había grandes re- simultáneo al crecimiento de costos y precios de
zagos en los ajustes de precios y en los contratos. un modo lo suficientemente definido como para
Sin embargo, para obtener una baja considerable que ello se incorporara a las expectativas. Por
en la tasa de inflación debía definirse un sistema último, dado el propósito de cortar bruscamente
para atacar los elementos de inercia todavía pre- la inflación, debían preverse las posibles redistri-
sentes y lograr así que se produjera un cambio buciones que ocurrirían al transformarse súbita-
muy rápido en las conductas del público, además mente las altas tasas nominales de interés sobre
de actuar sobre las finanzas públicas. operaciones ya pactadas en tasas reales igual-
En algún momento, a principios de 1985, el mente elevadas, o al utilizarse indizaciones, basa-
gobierno habría comenzado a considerar una es- das en la inflación anterior para el ajuste de pa-
tabilización de choque. Una de las principales gos después de que los precios se hubieran frena-
características de este programa era que se busca- do. El programa incluía un sistema de conversión
ría controlar simultáneamente el conjunto de po- de deudas (de la vieja moneda a una nueva) que,
sibles elementos inflacionarios. Desde este ángu- de hecho, funcionaba traduciendo a valores no-
lo, el plan de estabilización era congruente con minales decrecientes en el tiempo el deterioro
una variedad de hipótesis sobre las fuentes de del poder adquisitivo de los pagos futuros que
aumento de los precios y, según muchas de estas habría implicado una elevación de precios como
hipótesis, algunos de sus instrumentos resulta- la que se venía registrando antes del programa.
rían redundantes. Con esto, el gobierno trataba
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 93

Este mecanismo buscaba neutralizar el efecto del bucos. Los precios quedarían congelados en sus
cambio súbito en la tendencia de los precios sobre valores del 12 de junio (lo que implicaba no con-
los pagos comprometidos anteriormente. validar los numerosos aumentos de precios apli-
En los meses previos al anuncio del progra- cados en los días anteriores al anuncio); los sala-
ma, el gobierno prestó especial atención a mejo- rios quedarían fijos luego del aumento sobre las
rar la situación fiscal y a aumentar los valores remuneraciones del mes de mayo que correspon-
reales de las tarifas de servicios públicos y del tipo día según la regla de indización previamente
de cambio. También hubo una rápida liberaliza- aplicada. El congelamiento sería transitorio, pe-
ción de los precios industriales, y se alentó la ro no se fijaba un plazo. La tasa de interés de los
recuperación del precio del ganado vacuno, que depósitos en el segmento regulado se estableció
se había atrasado sensiblemente. Estas políticas, en 4% al mes; es decir, en un valor mucho mayor
que buscaban establecer valores sostenibles para que la tasa de inflación implícita en el congela-
los principales precios relativos, implicaron una miento, pero muy inferior a la tasa del 28% men-
aceleración en el crecimiento de los precios y sual vigente anteriormente. Por último, se anun-
repercutieron también sobre la actividad y los ció la creación de una nueva unidad monetaria
salarios reales (especialmente en el sector públi- (el austral): el circulante y los depósitos exigibles
co). Como no había muchas señales de que fuera quedarían transformados automáticamente en la
inminente un programa de estabilización, es pro- proporción de un austral cada mil pesos; las deu-
bable que las expectativas inflacionarias se eleva- das fijadas en pesos (o ajustantes según índices
ran fuertemente, en un clima de gran tensión. que reflejaban la inflación en pesos anterior a la
Esta se volvió crítica en la primera quincena de reforma) se cancelarían aplicando una escala de
junio, cuando se produjo un alza inesperada en conversión que implicaba una depreciación dia-
el precio de los combustibles, se anunció una ria del peso respecto del austral.
devaluación (con propósitos principalmente fis-
cales, ya que estaba combinada con nuevos im- Las características del programa de estabili-
puestos de comercio exterior) y circularon rumo- zación requerían que se produjera un cambio
res (a menudo inexactos) sobre el contenido del abrupto en la actitud del público. De hecho, aun-
plan. que la reacción inicial de los principales grupos
sociales fue de cautela, u oposición, hubo un
El programa fue dado a conocer el 14 de notable vuelco de expectativas del público en
junio, de una manera que transmitía sin ambi- general. Es difícil discriminar la parte que tuvie-
güedades que el gobierno lo había adoptado co- ron en ello los anuncios específicos (como el com-
mo una opción "de todo o nada". Se anunció una promiso monetario-fiscal o el congelamiento)
fuerte disminución en el déficit fiscal previsto pero, sin duda, influyó el hecho de que el progra-
para el segundo semestre del año; 46 ello permiti- ma mostró una decisión clara por parte de las
ría que la Tesorería dejara de demandar créditos autoridades de usar sus instrumentos para ac-
del Banco Central. En otras palabras, se suspen- tuar sobre la inflación: la reacción del público
día el financiamiento del gobierno a través de la reveló que existía una fuerte demanda de estabi-
emisión monetaria; 47 este compromiso tendría lidad. Esto no implica que las expectativas se
una duración indefinida. Simultáneamente se ajustaran de inmediato a un aumento nulo de los
decidió un congelamiento general de precios, precios, pero sí que se abrió un compás de espera
salarios, tipo de cambio y tarifas de servicios pú- en el que se descartaba ya la posibilidad de una
explosión hiperinflacionaria. En lo inmediato,
4(i
Tal vez se aprecie mejor la magnitud del ajuste fiscal esta actitud se manifestó en una intensa búsque-
previsto en el programa si se considera que, descontados los da de precios por parte de los consumidores, en
intereses d e la deuda externa, la proyección implicaba un la generalizada renovación de los depósitos ban-
exceso de ingresos sobre gastos. carios a tasas de interés mucho más bajas que
47
Antes del anuncio, el Banco Central había otorgado
fuertes créditos al gobierno, que éste utilizó para formar un
unos días antes y en la caída del tipo de cambio
colchón financiero, destinado en parte al pago del medio paralelo.
aguinaldo de junio en la Administración Pública. La utiliza-
ción d e una emisión inicial para financiar un desajuste transi- La aplicación del congelamiento de precios
torio en las cuentas del gobierno fue una práctica general en tropezó al comienzo con ciertas dificultades: du-
los programas contra las hiperinflaciones de los años veinte. rante algunas semanas hubo incertidumbre so-
94 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

bre los precios de muchos productos. Esto per- ción nula en el tipo de cambio), los redescuentos
turbó las transacciones y (junto con la contrac- al sistema financiero y los pagos del Banco Cen-
ción de la demanda de consumo) fue probable- tral sobre los encajes; la creación monetaria por
mente una de las causas de la brusca merma de la estas fuentes fue esterilizada en parte (a un alto
actividad registrada en los meses de junio y julio. costo para el Banco Central) con aumentos de los
Luego de ese primer momento, se observó una requisitos de efectivo. Hubo significativos cam-
muy marcada atenuación en el aumento de los bios en las carteras de activos financieros: creció
precios, y los mercados, salvo excepciones parti- la demanda de medios de pago y depósitos a
culares, funcionaron normalmente. El índice de interés, mientras que se redujeron los depósitos
precios mayoristas aumentó a un ritmo inferior ajustables por índices de precios y el tipo de cam-
al 1% mensual entre julio y noviembre. Los pre- bio paralelo (con algunas oscilaciones) mantuvo
cios al consumidor variaron más rápidamente una tendencia estable. Esto aparentemente re-
(alrededor del 2,5% mensual, en promedio, si se flejaba el brusco cambio de las expectativas de
elimina el efecto de arrastre de los fuertes au- inflación. Sin embargo, las tasas de interés no
mentos de la primera parte de junio sobre los reguladas variaron por encima del 5% mensual;
índices del mes siguiente), debido al alza de los ello sugiere que, luego de algunos meses, persis-
precios de los servicios y de algunos bienes pri- tían expectativas inflacionarias no desprecia-
marios. De hecho, parece haber habido un cierto bles.48
deslizamiento de los precios (y de los salarios); de Una vez pasado el desajuste inicial, la deman-
cualquier modo, la disminución de la inflación da global mostró una cierta recuperación. Si bien
fue abrupta y bien definida. el nivel de actividad hacia fines de 1985 quedaba
La reducción del déficit fiscal se debió a va- muy por debajo de los máximos anteriores, se
rias causas. Por un lado, en los meses previos al observaba un aumento de la producción con res-
programa hubo una fuerte alza en el valor real de pecto a los exiguos registros de junio y julio de
las tarifas públicas. Además, la propia caída en la ese año, y los inventarios eran relativamente nor-
tasa de inflación eliminó gran parte del efecto del males. Por consiguiente, se interrumpió la caída
rezago fiscal, de modo que la recaudación impo- en las horas trabajadas y el empleo. Con respecto
sitiva aumentó notoriamente. Los ingresos de a los salarios reales, la comparación entre perío-
caja del gobierno crecieron también por los dos con muy distintas tasas de aumento de pre-
mayores impuestos al comercio exterior y por la cios presenta dificultades, porque, con alta infla-
aplicación de un empréstito obligatorio (vincula- ción, el poder adquisitivo de un ingreso nominal
do con los ingresos y patrimonios imponibles de determinado depende críticamente del momen-
1984). Por otro lado, los salarios del sector públi- to en que éste es percibido y del perfil temporal
co se mantuvieron más bajos que el año anterior, del gasto. En términos generales, las remunera-
y se redujeron los gastos de inversión. En conse- ciones reales parecen haber disminuido leve-
cuencia, la Tesorería del gobierno central consi- mente desde los comienzos del programa; a fines
guió equilibrar aproximadamente egresos e in- de 1985 se encontraban por debajo de los valores
gresos y pudo abstenerse efectivamente de de- del año anterior (en especial, en el sector públi-
mandar créditos al Banco Central. El ajuste fue co), aunque superaban los mínimos de principios
menos profundo en las provincias y las empresas del decenio.
del Estado. De este modo, la caída del déficit del Sería prematuro pretender evaluar con pre-
sector público en su conjunto, si bien muy signifi- cisión los resultados del programa. 49 Sin embar-
cativa, fue aparentemente algo inferior a la pre-
vista. 48
Sin d u d a , el nivel d e la tasa de interés puede haber
obedecido a otras influencias: uno de los problemas que
La creación de dinero se desaceleró marca- planteaba el estado de la economía era identificar hasta qué
damente en la última parte de 1985, aunque punto las tasas de interés reales ex ante eran tan elevadas como
mucho menos que los precios. La expansión mo- surgía de la comparación de las tasas nominales con el alza
netaria se alimentó con la acumulación de reser- efectiva de los precios. Por otro lado, los elevados costos de la
intermediación financiera implicaban márgenes muy gran-
vas (debida al superávit en el balance comercial y des entre las tasas d e captación y d e préstamo, y encarecían el
al ingreso de capitales, alentado por la gran dife- crédito.
rencia entre la tasa de interés interna y la varia- 4!)
Este trabajo fue terminado en diciembre de 1985.
INFLACIÓN Y POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN / Daniel Heymann 95

go, evidentemente se produjo una disminución no implica de por sí que la crisis se haya supera-
apreciable en la tasa de inflación, con un costo do. Es previsible que una economía que había
relativamente bajo en función de las pérdidas de llegado al borde de la hiperinflación tenga una
producción luego del brusco cambio. Por otro recuperación difícil. En circunstancias como las
lado, unos meses después de anunciado el pro- que atraviesa la Argentina es de esperar que sub-
grama, se observaban síntomas, aún incipientes sistan fuertes demandas insatisfechas de mayo-
(porque la incertidumbre no había desapareci- res remuneraciones, mayores márgenes de ga-
do), pero significativos, de una modificación de nancia y transferencias a través del presupuesto.
las conductas económicas: los demandantes po- El programa de estabilización implicó un cambio
dían aprovechar la mayor facilidad para compa- de fondo en el modo en que se establecen las
rar precios, se apreciaba cierto aumento del cré- decisiones económicas: el gobierno tomó la ini-
dito para consumo y, aparentemente, las empre- ciativa al formalizar sus anuncios, lo que fue im-
sas ponían mayor atención en el cálculo de sus plícitamente aceptado por los demás actores. Es-
costos. En general, el horizonte temporal de las to puede haber obedecido a la gravedad del esta-
decisiones parecía haberse ampliado más allá de do de la economía y, probablemente, también al
las pocas semanas que constituían el futuro pre- esfuerzo del gobierno por repartir los costos (y
decible durante la gran inflación. los beneficios) de la estabilización. Pero, sin du-
da, algunos sectores han tenido pérdidas. A la
Quedan naturalmente algunas preguntas sin
larga, los grupos sociales no abandonarán sus
contestar: ¿en qué medida serían sostenibles las
reivindicaciones: el problema sigue siendo lograr
tasas bajas de inflación, y qué puede esperarse
que el conflicto distributivo se dirima en forma
del comportamiento de la economía en las nue-
armónica, que no implique sucesivos empujes
vas condiciones? El programa de estabilización
sectoriales que generan inflación. En este senti-
estuvo encaminado a controlar una situación de
do, la amenaza de un retorno a una inflación
emergencia. Como tal, algunos de sus elementos
elevada puede servir para moderar la pugna, si
tuvieron un carácter transitorio. El congelamien-
ésta se desarrolla en un marco tal que los actores
to de precios y salarios fue útil para cortar la
perciban con claridad los límites que imponen a
inercia de los precios y para dar un marco de
la mejora de sus ingresos las condiciones de la
referencia a las expectativas. Como la memoria
economía y la resistencia de los demás. Al mismo
inflacionaria no pudo desaparecer en unos pocos
tiempo, una situación de estancamiento es propi-
meses, probablemente sigan siendo necesarias
cia para el conflicto distributivo: habrá menos
guías de políticas de ingresos que orienten la
obstáculos para que se afiance la estabilización
formación de precios. Al mismo tiempo, un con-
cuanto más claramente se perciba que es posible
gelamiento prolongado (incluso como el utiliza-
recuperar una tendencia de crecimiento.
do, que no se aplicó con rigidez) inhibe los movi-
mientos de los precios relativos y, por la expe-
Mucho depende, por supuesto, del compor-
riencia previa del país, puede crear también ex-
tamiento de los agentes internos, públicos y pri-
pectativas desfavorables. Se plantearía así la ne-
vados. Pero también la economía está sujeta a
cesidad de definir reglas para la política de ingre-
una fuerte restricción externa. Los pagos de la
sos que permitan alargar el horizonte temporal
deuda (combinados en la actualidad con una
del programa sin la rigidez del congelamiento. Es
brusca caída de la relación de precios del inter-
probable que de ello dependa en parte la reduc-
cambio) imponen una intensa presión sobre las
ción de las tasas de interés, que se mantenían aún
finanzas del sector público y reducen el ingreso
muy altas hacia fines de 1985. También parece
nacional; de ambas maneras dificultan la estabili-
importante que el gobierno pueda mostrar que
zación. Aunque el programa antinflacionario
está en condiciones de sostener, en forma más
respondió a los costos que la inestabilidad de
permanente, un déficit fiscal reducido.
precios imponía a la economía interna, una de
Tanto desde el punto de vista fiscal como sus consecuencias ha sido la de mejorar la capaci-
desde el de los precios y salarios se plantean dad de negociación con el exterior. Sin embargo,
cuestiones de distribución. La incipiente estabili- el problema que plantea la deuda sigue siendo
zación ha permitido que la economía se desen- extremadamente complejo y excede en parte al
vuelva con un grado mayor de racionalidad; ello ámbito de la negociación entre el país y los aeree-
96 REVISTA DE LA CEPAL N° 28 / Abril de 1986

dores. Al margen del esfuerzo interno, las pers- den fundamentalmente de las condiciones que se
pectivas de crecimiento y de estabilidad depen- acaben definiendo en este ámbito.

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