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Terapia de Grupo

Research · October 2015


DOI: 10.13140/RG.2.1.2703.9204

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Jose Navarro
Universidad de Salamanca
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JOSE NAVARRO GONGORA

Terapia de Grupos: Modalidades, Dinámica y Evaluación.

Salamanca. 1.995.

En este capítulo se presenta un panorama de la Terapia de Grupo siguiendo


varios hilos conductores. En primer lugar se ofrece una breve introducción histórica
y el análisis de las diferentes modalidades de terapia de grupo, con un hincapié
especial en el psicodrama. Un segundo apartado se dedica al análisis del
funcionamiento del grupo desde el punto de vista de su desarrollo (dinámica del
grupo). Siguen sendos apartados que estudian cualitativamente su funcionamiento,
para ello se eligieron los factores curativos del grupo y los roles característicos en
una experiencia de grupo. Se cierra el capítulo con una revisión de la evidencia
empírica sobre la eficacia de la terapia de grupo.

Palabras clave: terapia de grupo; dinámica de grupo; psicodrama; factores curativos;


roles característicos.
1. Origenes y tipos de la Terapia de Grupos:
Sadock (1982), remonta la aparición de la Terapia de Grupo en USA a 1907, año en el
que un internista, Josey Hersey Pratt, organizó, en un sanatorio antituberculoso en
Massachusetts, grupos de 20-30 pacientes segregados del resto de sus compañeros por
su gravedad. Se reunía una o dos veces por semana con ellos, empleando una
metodología claramente pedagógica: informaba sobre la tuberculosis, tomando una
actitud de apoyo y aliento. Los pacientes que se habían beneficiado de las charlas se
reunían con sus compañeros y les explicaban cómo las sesiones les habían ayudado.
Las técnicas educativas, al igual que el relato sobre los beneficios del tratamiento, son,
hoy, prácticas habituales en los modelos psicopedagógicos (Anderson, et al., 1.981), y
en los grupos de auto-ayuda tipo Alcohólicos Anónimos.

Fue en 1919 cuando se empezó a utilizar los grupos con enfermos mentales.
Marsh, un psiquiatra familiarizado con los métodos de Pratt, trabajó con el mismo
estilo didáctico, considerando al grupo como una clase y a los enfermos como
estudiantes, hasta el extremo de que controlaba la asistencia, puntualidad y atención
de cada “estudiante”; se esperaba que tomaran notas de las charlas, se recomendaban
lecturas y se les “examinaba”. Si no alcanzaban cierta calificación tenían que "repetir
el curso". Por la misma época Lazell proporcionaba charlas, igualmente didácticas, a
los esquizofrénicos sobre sus trastornos, éste autor fue uno de los primeros en teorizar
sobre el método de tratamiento en grupo. Burrow, discípulo de Jung, fue uno de los
primeros en sacar los métodos de grupo de las Instituciones, denominándolo "análisis
de grupo". Sus puntos de vista nunca fueron admitidos por Freud, hasta el extremo de
que la American Psychoanalytic Association, que él mismo Burrow ayudara a fundar,
le expulsó de su seno en 1933. Años más tarde le concedería la distinción más alta que
otorga dicha Asociación. Otra figura importante fue Slavson, recientemente fallecido
a una avanzada edad, que trabajó con grupos de niños y fundó en 1948 la American
Group Psychotherapy Association, una organización interdisciplinar.

La constitución de la Terapia de Grupo en Europa se debió, sin duda, a


Moreno. La aportación de Freud fue teórica. En sus obras Psicología de las masas y
Totem y Tabú, hace un penetrante análisis de las situaciones grupales. Freud núnca
hizo terapia de grupo, y parece ser que sus observaciones las debe a las sesiones que
con sus discípulos celebraba semanalmente desde 1906. En dichas sesiones se
discutían sus nuevas ideas que ilustraba con pensamientos, fantasías y experiencias de
la vida de sus discípulos. Se puede vislumbrar algo del ambiente de aquellas reuniones
a través del magnífico libro de Roazen, Freud y su discípulos (1974); conceptos como
el de la horda primigenia, el asesinato del padre, el sustituto del padre, etc., son tan
descriptivos del pensamiento de Freud, como de la experiencia que debió vivir con sus
discípulos.

Schutzenberger y Sauret (1980), han resumido las aportaciones de Moreno en


tres:

1) La sociometría: su cometido es el estudio de las relaciones humanas en el


grupo: simpatía, agresividad, hostilidad, indiferencia, respeto, aceptación, tolerancia,
modos y estilos de comunicación, etc. La exploración de estas relaciones se hace de
dos maneras: de forma pasiva mediante el cuestionario sociométrico y de forma activa
mediante la representación dramática (psicodrama). Se ponen así en evidencia los
líderes, las eminencias grises, las personas aisladas, los rechazados y olvidados de un
grupo, las consecuencias del aislamiento sociométrico en la vida física, mental e
intelectual de las personas.

2) El role-playing: se trata de una pedagogía activa, de enseñar mostrando,


mediante el recurso dramático, el contenido que se quiere transmitir. Se trata de un
recurso que vuelve a aparecer en la Terapia del Comportamiento como “ensayo
conductual”. En la aplicación de Moreno tiene un sentido más amplio, que incluye, no
obstante, el ensayo conductual, pero que se amplia a la información (transmisión de
información mediante la escena) y a la supervisión clínica: la representación de
situaciones de terapia para su mejor comprensión, instrumento de supervisión clínica
que se utiliza también en otras modalidades de terapia.

3) El Psicodrama: Puede definirse el psicodrama como la investigación,


elaboración y solución de conflictos mediante la escenificación de material real o
imaginario del grupo o de los individuos.

Quizás dos conceptos sinteticen lo que ésta técnica implica: el


encuentro y la catarsis. El encuentro con el otro significa ser capaz de ponerse en lugar
del otro, lo que se consigue técnicamente mediante la inversión de roles, que supone
no sólo el ejercicio intelectual de argumentar como el otro, sino también actuar como
el otro actúa, ser lo más posible el otro, ver como el otro ve. Ello lleva a comprender
al otro. Catarsis, en el contexto del Psicodrama, significa la re-vivencia afectiva
intensa de situaciones pasadas sobrecargadas emocionalmente o/y traumáticas.
Implica el redescubrimiento de lo importante de una situación (toma de conciencia), la
vivencia de la componente afectiva ligada al recuerdo y su posterior elaboración desde
un nivel racional.

Algunos de los conceptos fundamentales del Psicodrama tienen un


origen religioso judío. La religiosidad de Moreno deriva de una secta nacida en los
ghettos polacos: el jansidísmo, derivación de la Cábala. Su profeta, Isíael ben Eliezer
(1698-1760), enseña el camino de la liberación, la Shejiná, a través del
descubrimiento de lo que de divino existe en la creación. Lo divino se manifiesta en lo
creado, es posible, por lo tanto, una relación horizontal con Dios, que sustituya a la
tradicional de tipo vertical. La relación con Dios no es tanto exaltación como
encuentro. El Psicodrama es una forma de perfeccionar el encuentro, en este caso
entre seres humanos. Dos son los atributos del dios de Moreno: su condición de sujeto
(subjetividad) y su creatividad. Frente al pensamiento de Freud que considera la
esencia de la vida humana como repetición, Moreno sostendrá que es innovación. La
esencia del Psicodrama es la innovación, la creatividad, la espontaneidad.

El Psicodrama hoy puede dividirse en tres corrientes:

A) el Psicodrama clásico moreniano: de aplicación en los Estados


Unidos que se funda en la representación (escena) directa, rápida, activa, dirigida, en
ocasiones espectacular y eficaz. Emplea gran cantidad de recursos técnicos (20-350),
egos-auxiliares entrenados, el público, un psicodramatista formado en Psicodrama, en
sociometría y en diversas técnicas de representación (pero no forzosamente un
terapeuta de formación psicoanalítica). El psicodramatista dirige, pero nunca
representa, dirige como un director de escena. No se tiene en cuenta la trasferencia y sí
la necesidad de crear un clima propicio en el auditorio (de 20 a 500 personas) y en los
protagonistas. Se representan situaciones presentes, pasadas, futuras y, a veces,
sueños. Las sesiones son privadas o públicas.

B) El Psicodrama psicoanalítico francés (o psicoanálisis dramático de


grupo): se trata, fundamentalmente, de un psicodrama terapéutico individual de niños
(ver por ejemplo, Basquin et al., 1977). La sesión, que dura de 15 minutos a una hora,
sirve para que los niños propongan un tema a representar por los analistas (una pareja
de terapeutas y profesionales en formación que trabajan como yo-auxiliares). La
consigna es: "inventa una cosa, lo primero que se te ocurra es lo mejor, danos un papel
a nosotros y otro a tí y pasémoslo a representar". Los terapeutas adultos representan la
pulsión y abordan los temas trasferenciales a través de la dramatización. Desde 1975
Anzieu está utilizando crecientemente el cuerpo, tal y, como por otra parte, hacía el
psicodrama clásico.

C) El Psicodrama triádico: se trata de una mezcla de los enfoques de


Freud, Lewin y Moreno, en la que se emplea la dinámica de grupo y todo el arsenal de
técnicas del Psicodrama clásico. No se trata de una amalgama más o menos
indiferenciada, sino de una metabolización que ha extraído de cada técnica lo más
esencial. Se interpreta al grupo, al individuo y las relaciones con el director (la
autoridad). Los terapeutas han de tener una formación extensa: psicoanálisis
individual clásico y/o grupo-análisis, dinámica de grupos, técnicas de Psicodrama, en
mitología, folcklore, expresión corporal, en comunicación no-verbal, en observación,
etc. El modelo desconfía de la catarsis a toda costa, juzgándola tan espectacular como
ineficaz. El trabajo se orienta a conseguir una relación con el grupo que no fusione al
individuo, que le dé la posibilidad de seguir siendo libre. Finalmente, es característico
la incorporación de técnicas de video-feedback, que permite a los pacientes el verse tal
y como, en realidad, actúan.

Pretender resumir el desarrollo actual de la Terapia de Grupos en su


conjunto puede resultar una tarea extenuante. Utilizando un criterio conservador, con
la doble exigencia de algún tipo de evaluación científica y una aceptación por parte de
los profesionales del campo, diríamos que el panorama actual se define por el impacto
teórico de las ideas de Lewin, la aparición de varios modelos de grupos nuevos: el de
Rogers (grupos de encuentro), el gestáltico, el del Análisis Transaccional, la terapia de
grupo comportamental y finalmente por la introducción de técnicas centradas en el
cuerpo como la bioenergética. Se omite el importante movimiento de los grupos T por
no pertenecer al ámbito clínico, por lo menos en su formulación más clásica.

1) La aportación de Lewin es la de entender el grupo como algo más


que la mera suma de las partes que lo componen, de suerte que las acciones de los
individuos no pueden explicarse sobre la base de su psicodinámica individual, sino a
partir de la naturaleza del medio social en el que está inmerso. El grupo puede llegar a
presionar al individuo de tal forma que puede terminar cambiando su conducta. Lewin
es representante de uno de los extremos en los que hoy parece estar dividido el campo:
aquellos que defienden la primacia del grupo y aquellos que defienden la primacia del
individuo dentro del grupo.

2) Los grupos de encuentro de Rogers: el trabajo de Rogers con los


grupos se apoya en varios conceptos fundamentales: experiencia, relación auténtica,
congruencia, empatía y maduración (o crecimiento, -Gondra, 1978; Rogers, 1951). La
experiencia está ligada a la supresión de la distancia entre lo vivido y lo expresado. Se
trata de aceptar incondicionalmente lo que las cosas (o las personas) son, permitiendo
que sean como se nos aparecen.

Una relación es auténtica cuando el terapeuta está centrado en, y


aceptando, lo que el cliente es, sin imponerle cosa alguna. Mantener esta posición es
muy difícil, sobre todo con las personas; por eso afirma Rogers, que no se trata de una
actitud de benevolencia (que transmite el mensaje de que se perdona al paciente), sino
de un esfuerzo constante que implica un compromiso afectivo positivo. Conseguir
escuchar verdaderamente a la otra persona es vivenciado por ésta como un acto de
amor, con independencia de la intención de quien escucha.

El terapeuta (consejero, dice Rogers) debe ser congruente en el sentido


de no representar un papel, de no identificarse con un personaje ideal, con la imagen
del terapeuta perfecto; debe manifestar, en caso de necesidad, aquello que está
sintiendo. La empatía, por otro lado, significa la identificación profunda que el
consejero debe de tener con su cliente, identificación no significa fusión. La empatía
debe permitirle llegar a captar lo que momento a momento está sintiendo el cliente.

El terapeuta rogeriano, que mantiene el principio de la comprensión,


rehusa juzgar e intervenir. Sólo desde la no intervención es posible el desarrollo y
maduración del cliente. El concepto de maduración es una de las aportaciones más
importantes de Rogers, la maduración (el crecimiento) conducirá a cada uno a
realizarse, a llegar a ser una personalidad que funcione plénamente, lo que quiere
decir ser alguien apto para vivir cada uno de sus sentimientos, de sus reacciones.

3) La Terapia Gestáltica es una creación de Perls (1980; también


Fagan, y Shepherd, 1970; Polster y Polster 1973; Petit, 1987). El modelo enfatiza la
necesidad de que el paciente se abra a la experiencia que está teniendo en el aquí y el
ahora de la entrevista. Esa experiencia se traduce en figuras en las que se expresan sus
deseos, la toma de contacto con esos deseos (lo que, en principio, no significa su
cumplimentación) sirve como criterio de realidad y principio de recuperación. El
contacto deficiente, o nulo, provoca una tensión psicofisiológica, el que la figura sea
percibida dificultosamente no significa que no exista una necesidad. La necesidad no
satisfecha mantiene al sujeto en un estado de tensión que, bajo ciertas condiciones,
puede devenir en trastorno emocional. La Terapia Gestáltica se orienta a la restitución
del contacto, los instrumentos técnicos son el juego gestáltico (un fantaseo libre sobre
la figura que aparece en la conciencia) y las reglas gestálticas, reglas que tienen que
ver, fundamentalmente, con formas estrictas de comunicación durante la entrevista y,
a ser posible, durante la vida del sujeto. La terapia de grupo Gestáltica se asemeja a
una entrevista individual dentro de un contexto grupal, hay poca participación del
grupo en la experiencia del protagonista y, sobre todo, hay poco tratamiento de la
dinámica grupal.
4) La Terapia de Grupo Transaccional: Eric Berne dedicó una
monografía al estudió de la modalidad de grupo del Análisis Transaccional (1983). El
modelo en realidad mezcla tres tipos de análisis: el estructural, el de transacciones y el
del guión de vida. Desde el punto de vista de la teoría de la Psicoterapia es un ejemplo
raro y valioso, por cuanto parece lograr una cierta síntesis entre dos de las tendencias
presente en el Psicoanálisis (y presumiblemente también en la Psicoterapia en
general): el análisis de la personalidad y el de las relaciones. La intuición subyacente
es que por momentos será más fácil conseguir un cambio a través de la intervención
en la personalidad y en ocasiones a través del cambio en el tipo de interacción con las
personas significativas.

La labor del terapeuta transaccional es evaluar en qué nivel de


funcionamiento del Yo está instalado el grupo: en el Padre (nutricio o crítico), Adulto
(funcionamiento ajustado a las demandas de la realidad) o del Niño (adaptado o
rebelde) y, evidentemente, orientar la dinámica del grupo hacia un funcionamiento
Adulto. Igualmente analiza los tipos de transacciones entre los miembros del grupo
(complementarias, cruzadas, ocultas -angulares y dobles), la reiteración de las
transacciones da lugar a los juegos de interacción, tanto más perversos cuanto que
suponen la fijación de pautas estériles que tienen un costo psicológico en términos de
angustia y ansiedad. Finalmente, se analizan los llamados guiones de vida, se trata de
órdenes (intimaciones, en el lenguaje del Análisis Transaccional) que el individuo ha
recibido de pequeño y, como el argumento de un drama, va desarrollando durante toda
su vida.

5) La Terapia de Grupo Comportamental: muchos de los


entrenamientos de Modificación de Conducta se han abordado en grupo. Se necesita
grupos homogeneos, sobre todo en lo que se refiere al tipo de problemas del cliente.
El procedimiento funciona aplicando un programa de tratamiento ajustado al
problema, programa que se cumplimenta en etapas, utilizándose el refuerzo del
terapeuta, del grupo, el modelado y el feed-back. De esta forma se constituyen grupos
de auto-afirmación, de desensibilización sistemática, de aptitudes sociales, de control
de peso, de tabaquismo, de solución de problemas, etc., etc. Otro tipo de trabajo
clásico es la aplicación de programas a ámbitos institucionales: salas de hospitales
psiquiátricos, en donde se ha ensayado técnicas de Economía de Fichas (Walker y
Buckley, 1974) en las que los pacientes obtienen cupones a canjear por privilegios que
se hacían contingentes con el incremento (o decremento) de determinadas conductas.
Versiones más simples de control por medio de refuerzos sociales se han intentado en
el ámbito educativo (Ulrich et al., 1974), también en la industria (Ulrich et al., 1974).
Finalmente se han creado comunidades experimentales basadas en los principios de la
Modificación de Conducta, o si se prefiere del Aprendizaje.

6) Las Terapias de Grupo centradas en el cuerpo: la bioenergética: el


panorama actual de las terapias de grupo de corte psicodinámico-psicodrama se ha
visto impactado por las técnicas de activación basadas en ejercicios físicos. El interés
por el contenido semántico del cuerpo es una constante dentro de la Psicoterapia: se
supone que el lenguaje no-verbal transmite algo que complementa, o no, al verbal.
El antecedente de la bioenergética son dos obras de Wilhem Reich:
Análisis del caracter (1961) y La función del orgasmo (1968). Quien pasa por ser el
que ha fijado el método es Alexander Lowen (1977). El método parte del supuesto de
que en el cuerpo, en la contextura de nuestra musculatura, llevamos escrita nuestra
historia emocional. El procedimiento grupal consiste en una serie de ejercicios físicos
a partir de los cuales se evocan esos recuerdos que después son elaborados
verbalmente en el grupo. El análisis bioenergético intenta ver cómo se gasta la energia
del paciente, para lo cual le coloca en una postura de desequilibrio que lleva,
rápidamente, a sacudidas y vibraciones acompañadas de descargas y regresiones
profundas sumamente movilizadoras (y desequilibradoras) generadoras de una gran
ansiedad, razón por la cual es necesario utilizar este instrumento con suma prudencia.

El campo de la Terapias de Grupo después de la profunda revolución


de los años 60 y 70 se ha estabilizado. Se creó en Europa, marchó a Estados Unidos
dónde recibió un impulso y desarrollo impensados y ha vuelto a colonizar Europa.
Estamos en un momento de impasse creativo, digiriendo la creatividad y los enormes
excesos de la década de los 60 y 70. Hoy sabemos que algunas experiencias de grupo
son peligrosas; los grupos de encuentro, de sensibilización, de despertar corporal, son
potencialmente desestructurantes. No son adecuados para pacientes, sino para
personas normales, y aún en estos casos han de utilizarse con precaución. Quizás
también ha cambiado el clima social que hizo estas experiencias tan apreciadas. El
recorte en los presupuestos sociales tampoco es ajeno a este impasse, la terapia de
grupos es cara, necesita un entrenamiento prolongado y, por lo mismo, costoso, su
efectividad depende de una organización del trabajo por parte del personal muy
sofisticada, todo ello es caro y el recorte de presupuestos se resiente su desarrollo.

Para finalizar este apartado, presentamos dos cuadros. En el primero se


recogen diversas modalidades de terapia de grupo, en el segundo se relacionan
algunas fechas importantes en la historia de la terapia de grupos.

_____________________________________________________________________
Terapia de Terapia de Psicoanálisis AT Terapia
PARAMETROS grupo de apoyo grupo analítica de grupo Comportamental
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Frecuencia 1 semana 1-3 semana 1-5 semana 1-3 semana 1-3 semana
Duración Hasta 6 meses 1-3 años 1-3 años 1-3 años Hasta 6 meses
Indicaciones Psicosis, neu- Neurosis, esta- Neurosis Neurosis y Fobias,pasividad
primarias róticas, reac- dos límites psicosis trastornos sexuales.
ciones pasajeras

1ª entrevista Generalmente Siempre Siempre Generalmente Generalmente


individual

Contenido de Factores ambien- Vida pasada y Las experien- Relaciones in- Síntomas especí-
la comunica- tales presente, rela- cias de la vi- tragrupo;rara ficos sin cen-
ción ciones intragru- da, relaciones vez la historia trarse en la cau-
po y extragrupo en el grupo pasada énfasis salidad
en el aquí y ahora

Trasferencia Se estimula la La trasferencia Neurosis de tras- Las relaciones Las relaciones


positiva para positiva y nega- ferencia evocada positivas son en- positivas son
promover un me- tiva son evocadas y analizada fatizadas; los enfatizadas,no se
jor funciona- y analizadas sentimientos nega- examina la tras-
miento tivos analizados ferencia
Sueños No se analizan Se analizan con Siempre analiza- Rara vez analiza- No se utilizan
frecuencia dos y estimulados dos

Dependencia Se estimula la Estimulada la La dependencia in- La depedencia -La dependencia


dependencia in- dependencia in- tragrupo no es es intragrupo es - intragrupo no es
tragrupo;los - tragrupo,la de- timulada;la depen estimulada,no - estimulada,la -
miembros descan pendencia del li- dencia del lider se estimula la confianza en el
san en el lider der de forma va- es variable dependencia del lider es alta
riable lider

Actividad Fortalecer de- Desafía defensas, Desafía defensas, Desafía las de- Crea nuevas de-
terapeuta fensas existen activo,proporcio- pasivo,no da con- fensas,activo, fensas,activo
tentes na consejos o res sejos o respuesta proporciona res directivo
puestas personales personal puesta personal
más que consejo

Interpre- No interpreta Interpretación de Amplia interpreta Interpretación - No se utiliza


tación ción de con- conflictos Inctes ción de conflictos de los patrones
flictos Inctes Inctes de comportamiento
en el aquí y ahora

Procesos de Universalización Cohesión,trasfe- Trasferencia,ven- Abreacción,compro Cohesión,re-


grupo más - y comprobación - rencia y compro- tilación,catarsis, bación de la rea- fuerzo,condi-
importantes de la realidad bación de la rea- comprobación de la lidad cionamiento
lidad realidad

Socializa- Estimulada Desaconsejada Desaconsejada Variable Desaconsejada


ción fuera por lo general
del grupo

Objetivos Mejor adapta- Moderar la re- Reconstrucción Cambio del compor Liberación
ción al medio construcción de amplia de la diná tamiento a través del síntoma
la dinámica de mica de la persona del mecanismo del
personalidad lidad control consciente
_____________________________________________________________________
Cuadro 1. Caracterización y comparación entre diferentes psicoterapias de grupo
(Fuente: Sadock, 1982; pag. 2036).

______________________________________________________________

1.793: Pinel, destinado en Bicztre el 25 de Agosto de 1793, libera a 12 alienados de


sus cadenas durante el Terror.
1.805: Sade (internado) compone una obra de teatro que representa con ayuda de los
enfermos mentales del hospital de Charenton.
1.856: Nacimiento de Sigmund Freud (+ 1939).
1.890: Nacimiento de Kurt Lewin (+1947).
1.892: Nacimiento de J.L. Moreno.
1.893: Nacimiento de F. Perls, creador de la Terapia Gestáltica (+ 1.970).
1.895: Gustave Le Bon: Estudios de psicología de las masas.
1.897: Nacimiento de W. Reich (+ 1957).
1.907: Joseph Hersey Pratt organiza su primer grupo de tuberculos en Massachusetts.
1.908: Moreno reune a los niños de Viena en grupos en los jardines Augarten.
- W. McDougall: Introduction to Social Psychology.
1.912: Moreno tiene un encuentro breve con Freud, encuentro malogrado.
1.915: Moreno se ocupa de un campo de refugiados tiroleses en Mittendorf y estudia
las relaciones del grupo.
1.919: L. Cody Marsh (USA), emplea la terapia de grupos para el tratamiento de
enfermos mentales.
- E.W. Lazell (USA), emplea tratamiento de grupo para
esquizofrénicos.
1.921: Moreno: creación del teatro improvisado en Viena con participación de
público.
- Igualmente crea un "diario vivo", en el que se representan novedades políticas
- - Freud: Psicología de las masas y análisis del yo.
1.923: En el transcurso de una de las sesiones de teatro Bárbara se encuentra
transformada por la acción catártica de lo que representó (una prostituta asesinada).
Inicio del teatro terapeútico que se convertirá en el Psicodrama.
1.925: Moreno se traslada a Nueva York.
- Trigant Burrow (USA), denomina a su método de trabajo Análisis de Grupo.
1.929: Moreno: Teatro de grupo improvisado en Nueva York (Carnegie Hall, de 1929
a 1931).
1.931: Moreno forja el concepto de Psicoterapia de Grupo, concepto que utiliza en el
Congreso de la Asociación Americana de Psiquiatría (en 1932).
- Slavson conoce a Moreno en el Carnegie Hall.
1.932: Moreno estudia sociométricamente una comunidad de jóvenes delincuentes de
Hudson: inicio de la Sociometría.
1.934: Moreno: Who shall survive?. Un texto en el que expone sus ideas sobre la
Sociometría.
1.936: Moreno funda su primer teatro terapeútico en Beacon (New York).
- K. Lewin: Principles of topological psychology.
- Moreno y Helen Jennings: Advances in sociometric techniques.
1.937: Moreno enseña en la Universidad de Columbia y después en Nueva York.
1.941: Moreno: fundación del teatro terapéutico en el Hospital St. Elizabeth, éste
hospital se convertirá en el mayor centro de utilización del Psicodrama terapéutico.
1.942: C. Rogers: Client Centered Therapy.
- Creación del Instituto Moreno de Nueva York. Difusión mundial del
Psicodrama.
1.945: K. Lewin funda el Research Center for Group Dynamics (en Massachusetts).
1.946: Moreno: Psicodrama.
- F. Perls llega a Estados Unidos.
1.947: Lewin y colaboradores: nacimiento de los grupos T en Bethel (Maine).
1.950: Primer Congreso Mundial de Psiquiatría en París.
1.953: Comienzo del Psicodrama de adultos en Francia.
1.957: II Congreso Internacional de Psicoterapia de Grupo de Zurich. Se crea una
sección de Psicodrama.
1.958: Congreso Internacional de Psicoterapia Existencial de Barcelona, con una
sección sobre Psicodrama.
1.963: A. Lowen re-crea la bioenergética en New York.
1.964: I Congreso Internacional de Psicodrama de París.
- E. Berne: Games people play.
1.965: A. Lowen: Bioenergetics.
1.966: II Congreso Internacional de Psicodrama de Barcelona.
- E. Berne: Principles of Group Treatment.
1.973: Moreno funda en Zurich la Asociación Internacional de Psicoterapia de Grupo.
1.976: El 14 de Marzo Moreno muere rodeado de su familia y discípulos.
______________________________________________________________
Cuadro 2. Algunas fechas importantes del desarrollo de las Terapias de Grupo, con
especial referencia a la vida de Moreno y el desarrollo del Psicodrama.

2. Dinámica de los grupos:


El problema ha tenido tradicionalmente dos tipos de enfoques: uno clínico basado en
la observación de los terapeutas y otro más empírico. Como representante del primer
grupo hemos elegido a Bion (1961), reconociendo con ello la gran influencia que tiene
entre los terapeutas de grupo de orientación psicodinámica. Después presentaremos un
modelo procesual debido a MacKenzie y Livesley (1983 y 1983b), aunque también
puede ser un buen ejemplo Beck (1983). El enfoque empírico basado en el análisis
factorial se ha recogido en el cuadro 3.

Fiel a la tradición psicoanalítica, Bion afirma que la dinámica del


grupo puede entenderse como la resultante entre una tendencia consciente del grupo a
la realización de la tarea que se propongan y otra fuerza inconsciente que se opone a
su realización. A la primera la denomina cultura grupal y a la segunda mentalidad
grupal. La mentalidad grupal se define como un estado emocional colectivo en el que
los sujetos del grupo participan en mayor o menor grado, aunque ocasionalmente
alguno pueda estar en conflicto con ese estado emocional; puede entenderse la
mentalidad grupal como una conciencia colectiva. La organización del grupo en un
momento dado resulta ser un compromiso entre lo que el grupo emocionalmente
quiere y lo que los individuos desean, a esa organización la denomina cultura grupal.
La cultura grupal puede observarse en la conducta de sus integrantes, en los roles que
desempeñan, en los líderes que actúan.

Los supuestos básicos son los contenidos emocionales en los que se


especifica la mentalidad grupal. Se trata de emociones primitivas que expresan
fantasias omnipotentes y mágicas (por lo tanto irracionales) sobre cómo conseguir los
fines del grupo y sobre cómo satisfacerse emocionalmente. Bion (1961; Grinberg et
al., 1972; Pines, 1985) habla de tres supuestos básicos que definen los estados en los
que puede caer el grupo en su funcionamiento emocional. Son, por lo tanto, otras
tantas fantasías mágicas sobre cómo conseguir sus objetivos o resolver sus problemas.
Los supuestos son los siguientes. Supuesto básico de dependencia, consiste en la
convicción grupal de que existe una persona que puede colmar sus deseos y
necesidades. El supuesto de ataque y fuga implica la convicción de que existe un
enemigo del grupo al que es necesario atacar o bien evitar si es que se quieren resolver
los problemas. El enemigo puede ser el terapeuta, u otro miembro del grupo, puede ser
la enfermedad mental, la física, etc. Finalmente, en el supuesto de apareamiento el
grupo fantasea que las necesidades o problemas actuales del grupo se verán resueltos
por un hecho (un ser) futuro. Se trata de una fantasía mesiánica en virtud de la cual los
problemas del presente tendrán su solución por algo que ocurrirá en el futuro.

El grupo se mueve de un supuesto básico a otro cualquiera. Según Bion


la dinámica del grupo no sigue un orden necesario. Su idea es que la dinámica se
determina por un interjuego entre las necesidades emocionales de orden colectivo y
los deseos conscientes de los miembros del grupo. Como se comprobará en los
modelos de dinámica que se presentan a continuación, desaparece el papel de las
emociones inconscientes, y la dinámica del grupo se determina por ciertas tareas que
pueden entenderse a partir del binomio grupo-individuo: crear las relaciones que
construyan la unidad del grupo, encontrar el lugar de la identidad personal en la
unidad del grupo.

MacKenzie y Livesley (1983 y 1983b), identifican cinco estadios


definidos por una tarea central y unos problemas específicos en torno de los cuales se
consolida la fase:

Fase 1: Creación de la relación: La tarea fundamental es la de resolver


los problemas de relación entre los miembros, cuando se consolida el grupo adquiere
su naturaleza de tal. Dos mecanismos juegan un papel importante en su consolidación:
universalidad, proceso mediante el cual los miembros del grupo entienden que sus
respectivos problemas son, en realidad, problemas de todos. Es la base de la cohesión
del grupo. El segundo, es la comparación entre las experiencias de fuera del grupo con
las que se tienen dentro. La constatación de las diferencias crea un límite.

La tarea es llegar a crear un grupo social, lo que se consigue a través de


la auto-revelación. Complementariamente tienen que enfrentar la posibilidad del
rechazo. La fase concluye cuando se alcanzaron los criterios que definen quién es un
miembro y quién no y cuando se ha creado la cohesión grupal.

Fase 2: Diferenciación: Ahora la tarea consiste en reconocer las


diferencias entre los miembros. Normalmente se produce una fuerte polarización, el
grupo debe encontrar una actitud de cooperación para poder analizar las diferencias y
generar tolerancia. En este momento se suelen definir las normas de funcionamiento
grupal. La fase alcanza su resolución cuando los problemas se han ventilado de forma
suficiente y todos han tenido la oportunidad de expresar su opinión.

Fase 3: Individuación: La tarea es la de lograr una más profunda


comprensión de la complejidad interna de cada miembro. Se reconocen los conflictos
internos, el proceso se acompaña de niveles crecientes de auto-revelación. El clima
grupal es de marcada cooperación y ausencia de conflictos. La transición hacia la
siguiente fase viene marcada por la aparición de implicaciones personales entre los
miembros del grupo.

Fase 4: Intimidad: Alcanzada una mayor comprensión comienza a ser


posible una interacción significativa. La tarea ahora es el examen de las implicaciones
interpersonales del grupo. El clima sigue siendo de conflicto mínimo. La fase se
resuelve cuando los miembros son capaces de relacionarse de forma menos defensiva
y mostrando tolerancia y cercanía.

Fase 5: Mutualidad: La tarea es desarrollar un sentido de mutua


responsabilidad. Se trata de una consecuencia lógica del examen de las relaciones
personales y del descubrimiento de la influencia que unos ejercen sobre otros. El
grado de admisión de la responsabilidad indica la maduración a la que se ha llegado.
El clima del grupo se ve alterado por explosiones esporádicas mediante las que los
miembros comprueban su autonomía, resolviendo así sus problemas de dependencia y
dominancia.

Finalización: La tarea es la de permitir el desenganche sin caer en


sentimientos de desmoralización e impotencia. Se revisa la historia del grupo y de sus
miembros, se evalúan los objetivos conseguidos en relación con los proyectados. El
peligro es que la finalización se maneje con negación y evitación.

Aunque los teóricos coinciden en que las fases de una experiencia se


acomodan a un proceso en cinco etapas como el descrito, cuando se utilizan modelos
estadísticos los resultados ya no son tan claros. La mayoría de estos trabajos han
utilizado codificaciones de conductas derivadas de las categorías de Bales. El
procedimiento consistía en identificar conjuntos de conductas a través bien del
análisis factorial, bien mediante una teoría que definía los temas relevantes de cada
fase. Las conductas resultantes revelan las tendencias de la vida del grupo, estas
tendencias se definían como las fases del grupo. El procedimiento no está exento de
críticas. Brower (1986), ha realizado un estudio sobre las fases de desarrollo por las
que pasaron dos grupos, identificando las que aparecen en el cuadro 3:

________________________________________________________________
Fases GRUPO 1 GRUPO 2
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
1ª Reaccionan a la nueva situación de forma Intensa reacción a los temas de poder, de
amistosa y dominante (factor 1). Se apo- la tarea y de la implicación personal (fac-
yan mútuamente (factor 2), aunque se en- tores 1, 3 y 4). Se extremo la dominancia
cubre falta de una apertura personal al (factor 1), la defensividad (factor 3) y el
grupo (factor 4). Clima de charla de café. aislamiento (factor 4). El grupo aparecía
(Sesiones 1-8) como un todo aunque amorfo, deseaban la
implicación personal sin saber cómo. El
factor 2 (apoyo mútuo) no era muy alto.
(Sesiones 2-7).

2ª Aunque sigue vigente la norma de confor- Conductas más o menos iguales a la fase 1,
midad de la fase 1, se comienzan conduc- aunque con menor aislamiento (factor 4) y
tas más individualistas (factor 3). Se dan negación de deseos utópicos (factor 3).
acuerdos pasivos, externamente gregarios Mayor cuidado mutuo, pero reteniendo las
y dominantes, aunque frustrados y moles- mismas conductas del comienzo. Poca pre-
tos. Mayor aislamiento para preservar la sión hacia la conformidad. (Sesiones 8-14)
unidad del grupo (factor 4). (Sesiones 9-
13).

3ª El poder empieza a dejar de ser un proble- Disminución de la batalla por el poder (fac-
ma, lo que produce alivio, clima de ma- tor 1) en la medida en que se da mayor --
yor apoyo en vez de rencor pasivo (fac- apertura (factor 4). La auto-revelación es
tor 2). La self-disclosure es temida y amenazante cuando el grupo se mostraba
necesitada. El apoyo grupal se consigue en un estado de indiferenciación (factor 3).
con críticas mútuas (factor 3). Aisla- Progreso hacia una mayor implicación per-
miento y poca implicación personal (fac- sonal, la necesidad de conformidad perma-
tor 4). Cierta estabilidad en la miseria nece sin cambio (factor 2). (Sesiones 15
colectiva. (Sesiones 15-25). 19).

4ª El grupo adopta un talante dominante Continua progresando la implicación perso-


(factor 1)como respuesta a la finaliza- nal (factor 4) y el apoyo mútuo (factor 2).
ción de la experiencia. Quedan problemas Hay cohesión grupal. No se expresan mu-
por resolver, su solución implica méto- chos problemas personales, cierta defen-
dos utópicos (factor 3), como expresar sividad (factor 4). La utopia llega a reali-
de repente toda la ansiedad y culpa pasa- zarse cuando consiguen la aceptación in-
das (factor 4). Se da, no obstante, cierto condicional (factores 2 y 3). (Sesiones 21
apoyo mútuo (factor 2), con auto-revela- a 28).
ción. (Sesiones 27-30).

5ª Con la finalización en perspectiva se pro-


ducen diversidad de conductas. Se renuncia
a utopias (factor 3). Continúa decreciendo
los problemas de poder (factor 1) y las
demandas de conformidad se moderan.
(Sesiones 29-32).
_____________________________________________________________
Cuadro 3. Factores encontrados en dos experiencias de grupo. (Brower, 1988).

Parece que los problemas de este tipo de trabajos factoriales son dos: la
capacidad de los diseños estadísticos factoriales de traducir la conducta de los grupos
y la duda sobre la generalización de los datos a otro tipo de grupos (e incluso a grupos
que utilizan la misma técnica pero que difieren en sus componentes). Quizás este
último problema sea el más grave: dos grupos con diferentes miembros, con igual
terapeuta y técnica siguen un proceso evolutivo diferente. Datos que también se han
encontrado en los estudios de otros autores. Parece que pequeñas diferencias de
contexto influyen de forma decisiva en el proceso. La investigación futura quizás no
deba pretender identificar un proceso evolutivo único, sino un núcleo de problemas
comunes alrededor de los cuales el grupo evolucione o, al menos, se mueva.

5. Factores curatives en Terapia de Grupo:


Esta modalidad de investigación estudia aquellas variables que son responsables del
cambio terapéutico. Kaul y Bednar (1986), han explicado elocuentemente la necesidad
de este tipo de investigación: (1) sería científicamente torpe mantener que la terapia de
grupos es eficaz sin ser capaces de especificar las causas. Y es torpe porque éstas son
las circunstancias propicias para que aparezca la superstición. (2) Se necesita que los
conceptos que utilizamos en la investigación procesual tengan una utilidad científica
contrastada, lo que quiere decir que han de estar rigurosamente definidos desde el
punto de vista verbal, heurístico y operativo. Una investigación rigurosamente
definida en ausencia de un pensamiento igualmente riguroso sobre su significado
puede llevarnos a evaluar de forma muy precisa algo que no tenga un valor más allá
de las condiciones del experimento. Debemos preguntarnos si los resultados de la
investigación nos ayudan a definir importantes conceptos grupales y tienen, por lo
tanto, relevancia teórica para la terapia de grupo (o para otro tipo de terapias). La
investigación ha de perseguir una relevancia terapéutica, y no tan sólo estadística.

Los estudios sobre factores curativos más conocidos son los de Yalom,
estudios que ha resumido en un texto ya clásico, Theory and practice of Group
Psychotherapy (1975). Sin embargo, y como el mismo autor recuerda, fueron Corsini
y Rosenberg (1955) quienes revisaron los factores curativos que se citaban en 300
estudios identificando 175 factores que agruparon en 9 categorías: aceptación,
universalización, prueba de realidad, altruismo, transferencia, terapia de espectador,
interacción, intelectualización, y alivio. Si el lector compara los factores de Yalom
con los de los dos autores comprobrá las similitudes.
El procedimiento habitual de estos trabajos es aplicar varias veces
durante la vida del grupo un cuestionario sobre los factores que los participantes
estiman como más útiles. En algunos estudios, después se hace una entrevista en la
que los pacientes explicitan las razones por las que optaron por uno u otro factor. Un
paso más fue que los terapeutas rellenasen, igualmente, el cuestionario. Finalmente, se
han realizado estudios comparando factores curativos entre poblaciones distintas, por
ejemplo adultos vs adolescentes (Stiles, 1979, 1981; id - Steven Snow, 1979; id -
McDaniel et al., 1984).

Yalom desarrolló un Cuestionario con 12 categorias de factores


curativos y 60 items (5 items por categoria):

1. altruismo: ayuda desinteresada a los demás,


2. cohesión del grupo: sentirse miembro del grupo y mantener contacto
íntimo con él,
3. universalidad, sentimiento de que los demás tienen los mismos
padecimientos que uno mismo,
4. aprendizaje personal: saber cómo me perciben los otros,
5. aprendizaje personal: aprender de los otros,
6. guía: sugerencias que los otros hacen sobre cursos de acción a
seguir,
7. catarsis: saber expresar sentimientos,
8. identificación: adoptar formas y maneras del grupo (o de alguien del
grupo),
9. revalidación de la familia: revisión de las relaciones familiares y, en
la medida de lo posible, experimentación correctiva de esas relaciones,
10. comprensión de sí mismo: comprensión intelectual del pasado y del
presente,
11. infundir esperanza en que la terapia va a ser eficaz, entendiendo
que la fé es en sí misma un tratamiento eficaz,
12. factores existenciales: sentimientos del tipo: responsabilidad,
aislamiento básico, contingencia de la vida, reconocimiento de la condición mortal de
la vida, etc.

Resultados: en la línea del análisis cualitativo, tradicional en muchos


estudios de Terapia de Grupo, Yalom no es muy explícito en las tablas, ni en el
análisis de significación de los datos. La tabla 1, presenta los items más y menos
votados por adultos y adolescentes.

________________________________________________________________
I. FACTORES CURATIVOS MAS UTILES

CATEGORIA % DEFINICION DEL ITEM


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Catarsis 44 Ser capaz de decir lo que me preocupa en vez de guardarlo
Id. Adultos: 2º
Catarsis 38 Aprender a expresar los sentimientos
Id. Adultos: 4º
Id. Adultos: 8º(*) Ver que los otros pueden revelar cosas embarazosas y
arriesgarse y beneficiarse de ello, ayudarme a hacer lo
mismo
Factores existenciales 38 Comprender que tengo la responsabilidad última sobre mi
vida, sin importar el apoyo o los consejos que pueda
recibir de los otros
Id. Adultos: 5º(*)
Aprendizaje interper-
sonal (input) 38 Otros miembros me cuentan honestamente lo que piensan
de mí
Id. Adultos: 3º
Id. Adultos: 5º(*) Expresar sentimientos positivos y negativos hacia otro
miembro del grupo
Id. Adultos: 8º(*) Aprender cómo enfrentarme a los demás
Re-elaboración de la
familia 31 Estar en el grupo era como estar en una gran familia,
sólo que esta vez más comprensiva y aceptadora
Cohesión grupal 25 Pertenecer a un grupo que me acepta y comprende
Aprendizaje interper-
sonal (output) 25 El grupo ofrece la oportunidad de aprender a
aproximarme a los otros
Id. Adultos: 10º Sentirme más confiado en los grupos y otras personas
Universalidad 25 Comprobar que estoy tan bien como los otros
Altruismo 25 Ayudar a los otros a ser importantes en sus vidas
Id. Adultos: 52º(*) Poner las necesidades de los otros antes que las mías

II. FACTORES CURATIVOS MENOS UTILES


Insight 60 Aprender que reacciono ante personas y situaciones con
sentimientos que pertenecen a otros periodos de mi vida
Id. Adultos: 1º Descubrir y aceptar lo desconocido e inaceptable de mí
Catarsis 40 Expresar sentimientos positivos y/o negativos hacia el
director de la experiencia
Identificación 33 Encontrar alguien en el grupo con el que poder
identificarme
Id. Adultos: 60º
Id. Adultos: 59º Adoptar manerísmos o el estilo de otros miembros del
grupo
Aprendizaje interper-
sonal (input) 27 Aprender que algunas veces confundo a las personas
diciendo cosas que no pienso
Guía 27 El grupo me dice lo que tengo que hacer
Id. Adultos: 56º
Id. Adultos: 55º Los miembros del grupo me sugieren o aconsejan algo que
hacer
Id. Adultos: 52º(*) Los miembros del grupo me aconsejan me comporte de
forma diferente
Identificación 27 Tratar de ser como alguien en el grupo que está más
ajustado que yo
Id. Adultos: 58º
Id. Adultos: 57º Admirar y comportarme como mi terapeuta
Insight 27 Aprender que como me siento y comporto hoy se relaciona
con mi infancia y desarrollo
Factores existenciales 27 Reconocer que, no importa cuán cerca esté de otra
persona, debo enfrentar sólo la vida.
Id. Adultos: 54ª Reconocer que la vida es, a veces, injusta.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
(*): ex-aequo
Subrayadas las puntuaciones correspondientes a los adultos
LOS 10 ITEMS CON MAS ALTA PUNTUACION
1. Alivio emocional y expresión de sentimientos del pasado (AE)
2. Creencia en el método terapéutico (NE)
3. Compartir el mundo de los otros y que los otros compartan el mio (RI)
4. Ver las cosas de forma diferente, con una nueva luz (AC)
5. Expresar sentimientos verbal y corporalmente (AE)
6. Dejar salir sentimientos almacenados (AE)
7. "Soltar presión" (AE)
8. Soltar tensiones emocionales que han estado encerradas por largo tiempo dentro de mí (AE)
9. Expresar el dolor de acontecimientos traumáticos sucedidos en el pasado (AE)
10. Reconocer algo que ya sabía desde hacia tiempo (I)
----------------------------------------------------------------
AE: abreacción emocional; NE: factores no-específicos; RI: relaciones interpersonales; AC:
aprendizaje conductual; I: insight.

III. ORDENACION POR CATEGORIAS


1. Aprendizaje personal (saber cómo me perciben los demás).
2. Catarsis.
3. Cohesión.
4. Comprensión de sí mismo.
5. Aprendizaje personal (aprender algo de los demás).
6. Factores existenciales.
7. Universalidad.
8. Infundir esperanza.
9. Altruismo.
10. Revalidación de la familia.
11. Orientación.
12. Identificación.
________________________________________________________________
Tabla 1. Items más y menos votados por los pacientes. (Yalom, 1975).

Obsérvese que los 7 más votados tienen algo que ver con catarsis o/y
alguna forma de insight. La interpretación de Yalom es que la terapia (al menos la de
grupo y de orientación dinámica) es un proceso dual que consiste en una experiencia
emocional y en reflexionar sobre ella.

La catarsis por sí sola no basta. Es más si no se da dentro de un


contexto interpersonal y suponiendo una habilidad social no sólo no es positiva sino
que puede constituir una experiencia negativa. Los items más elegidos implicaban
ambos aspectos. Parece que la expresión franca de sentimientos forma parte
importante de la experiencia de grupo, fomentando su cohesión. Si no existe, el grupo
degenera en un ejercicio académico más o menos esteril. Sin embargo, la catarsis sola
no es suficiente.

De entre los factores existenciales, el número 60, ocupó el 7º puesto en


las preferencias de los pacientes, lo que indica que, quizás, a este tipo de factores no
se les ha dado la importancia que en realidad parecen tener.

En la ordenación por categorías la 1ª y la 4ª (saber cómo me perciben


los demás y comprensión de mí mismo) tienen que ver con la comprensión intelectual.
La 4ª se elaboró para investigar el papel que desempañaba la comprensión del pasado
(insight genético) y el presente como factor curativo. En este sentido parece que los
pacientes aprecian muy poco el item 50 (justamente el 10º de los menos votados) que
es el que más explícitamente se refiere a una comprensión genética (saber que la
manera como me siento y me porto hoy día se relaciona con mi infancia y mi
desarrollo. -Hay muchas razones en mi vida anterior de por qué soy así ahora). En
conclusión, pese a las afirmaciones de la psicología dinámica, parece que las
interpretaciones, en lo que tienen de conectar un presente con el pasado, son poco
apreciadas por los pacientes. Cuando no tienen este énfasis conectivo, sí son
apreciadas. Las razones son, a juicio de Yalom, triples: eficacia (el conocer algo es un
paso previo a su control); seguridad (lo que se puede predecir es menos amenazante) y
cognición pura (deseo de conocer y de explorar).

Frente a investigaciones tan acreditadas como las de Bandura (1985 y


1985b) los datos sobre las conductas de imitación indican que son las menos
valorados de entre las 12 categorías. Yalom, no obstante, observa que los items
posiblemente no eran capaces de discriminar entre el mero mimetismo (de valor muy
restringido) y la adquisición de modelos de comportamiento (que es a lo que se refiere
Bandura), que puede tener un valor considerable. Algunos datos parecen avalar esta
posición, en un libro de Lieberman et al. (1972) y hablando de los incidentes
importantes en una sesión de grupo, señala que los pacientes que lograron un mayor
aprovechamiento de la experiencia fueron aquellos que siendo observadores pasivos
del incidente alcanzaron algún tipo de comprensión.

La recapitulación correctiva de la experiencia familiar, muy apreciada


por los terapeutas dinámicos como agente de cambio, fue, no obstante, poco apreciada
por los pacientes (10ª de 12 categorías). Sin embargo es de destacar que sólo los
asistentes a un grupo de encuentro exitoso destacaron esta revisión de la historia
familiar como importante (Yalom, 1975) La explicación de Yalom es que estos
procesos familiares son de naturaleza inconsciente, muy diferentes a otros, como
universalidad o catarsis, que son conscientes.

Con respecto a la validez general de los factores curativos como


explicación del cambio terapéutico en el grupo termina por afirmar:

No es posible construir una jerarquía absoluta con los factores


curativos; hay muchas fuerzas modificadoras. Los factores curativos se ven influidos
por el tipo de terapia de grupo, por la etapa de la terapia, por las fuerzas exteriores al
grupo y por las diferencias individuales. (Yalom, 1975; pag. 115).

Añadir que el Cuestionario desarrollado por Yalom, y por lo tanto sus


resultados, basa sus categorías en presupuestos dinámico-existenciales. Sin negar el
valor de tales presupuestos, parece que sólo sería adecuado para medir terapias
congruentes con ellos.

Un estudio posterior de Bloch y Reibstein (1980) compara la


valoración de los factores terapéuticos realizados por pacientes y por terapeutas en
grupos de encuentro.

Procedimiento: Se pasó el cuestionario de Acontecimientos Relevantes


al final de cada tres entrevistas. Se pidió, a pacientes y terapeutas, que citaran los
acontecimientos que juzgaran mas importantes de las tres últimas entrevistas. Los
resultados se agruparon en 10 categorías de acuerdo con un manual desarrollado por
los autores. Las categorías eran algo diferentes a las que después utilizó Yalom.

Resultados: la tabla 2 (I y II) sintetiza los resultados obtenidos.

_______________________________________________________________
I. RESULTADOS POR CATEGORIAS
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------
CATEGORIAS TERAPEUTAS PACIENTES
(N= 12) (N= 33)
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Auto-comprensión 117 (38%) 48 (37%)
Auto-revelación 58 (19%) 23 (18%)
Aprendizaje a partir de acciones
interpersonales 75 (25%) 17 (13%)
Aceptación 31 (10%) 8 (6%)
Promoción de esperanza 4 (1%) 11 (8%)
Aprendizaje vicario 1 (0,3%) 11 (8%)
Universalidad 4 (1%) 6 (4,5%)
Altruismo 6 (2%) 6 (4,5%)
Catarsis 9 (3%) 2 (1,5%)
Guía 0 0
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
TOTAL 305 130

II. RESULTADOS POR "CLASES" (*)


-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
CLASES TERAPEUTAS PACIENTES
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Cognitiva 122 (40%) 65 (50%)
Conductual 139 (46%) 44 (34%)
Afectiva 44 (14%) 21 (16%)
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
TOTAL 305 130
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
+ = 5,5; p<0,1
(*) Las clases se componen de las siguientes categorias: Cognitiva: auto-comprensión, aprendizaje
vicario, guía, universalidad. Conductual: auto-revelación, aprendizaje a partir de acciones
interpersonales, altruismo. Afectiva: aceptación, promoción de esperanza, catarsis.
________________________________________________________________
Tabla 2. Percepción de factores terapéuticos por pacientes y terapeutas, los resultados
se refieren a frecuencias de elección. (Bloch y Reibstein, 1980; pag. 276).

Las diferencias entre pacientes y terapeutas en los factores de curación


resultaron estadísticamente significativas (+= 13,6, P<0.005). Los pacientes cubrían
una mayor amplitud de factores que los terapeutas, mientras que los últimos
consideraban el aprendizaje de las acciones interpersonales más importante que los
pacientes. El estudio por clases revela que los terapeutas tendían a ver los factores
conductuales más importantes que los cognitivos. Los afectivos se consideraban por
ambos grupos como relativamente poco importantes.

La razón de estas diferencias tan marcadas posiblemente se deba a


puntos de referencia distintos. Los pacientes tienden a dar más importancia a factores
cognitivos, lo que quizás sea debido al estado de confusión con que llegan a la terapia.
Los terapeutas enfatizan los logros conductuales, quizás por razones del modelo de
escuela, quizás porque como observadores externos sólo pueden adoptar ese criterio.
Se sugieren dos líneas de trabajo futuro: investigar el papel que juega la auto-
comprensión y el aprendizaje interpersonal en grupos en los que se minimizan estos
factores, y comparar factores puntuados por pacientes que cambiaron con aquellos de
pacientes que no lo hicieron.

Se plantea, pues, una pregunta: cómo podría abordarse el estudio de los


factores terapéuticos de forma fiable, puesto que, parece que la propuesta no es
concluyente y que únicamente supone un primer paso para delinear el campo.

La revisión de Bednar y Kaul (1981) propone la estructura del grupo, la


cohesión, la self-disclosure y el feed-back, como los factores que suman la mayor
proporción de varianza en el cambio grupal. Observa, igualmente, la superior calidad
de diseño de los trabajos, siendo el problema principal la ausencia de seguimientos y
una cierta imprecisión semántica.

1. Estructura grupal: Tradicionalmente se ha pensado que la


ambiguedad era necesaria en el trabajo del grupo y servía para facilitar la expresión
de los problemas. Este presupuesto tiene su origen más en teorías de la personalidad y
de psicopatología que en una conceptualización del trabajo grupal. Presentaremos de
forma sintética algunas conclusiones en relación con la influencia del problema de la
estructura en el desarrollo del grupo:

- Lee y Bednar (1976) han sugerido que la ambiguedad y la carencia de


claridad se asocian con un incremento de la ansiedad y una disminución de la
productividad y el aprendizaje.
- Bednar et. al. (1974) aconsejan que en el desarrollo de una
experiencia de grupo, el binomio ambiguedad-estructuración debe aplicarse de la
siguiente forma: a) ambiguedad inicial; b) incremento de la estructuración; c)
incremento de la toma de riesgo; d) desarrollo de la cohesión grupal, y e) incremento
de la responsabilidad personal.
- Los sujetos con un más alto nivel de funcionamiento interpersonal
(disposición para asumir riesgos, cierto nivel de habilidades interpersonales),
respondían de forma más favorable a demandas en un contexto de menor
estructuración. Inversamente los participantes de menor funcionamiento parecían
responder más favorablemente a demandas más altas.
- Altos grados de estructuración al comienzo de una experiencia de
grupo aseguran un alto grado de realización, efecto que se difumina con el tiempo.
Grupos que comienzan con bajo grado de estructuración con el tiempo desarrollan
iguales niveles de funcionamiento interpersonal que los de alta estructura, lo que
parece aconsejar que experiencias de grupo de corta duración (maratones, reuniones
de fín de semana, etc.) se beneficiarán más de una buena estructuración.
- Tanto la disposición a la toma de riesgo como la estructura
influencian los logros de los participantes en grupos de corta duración.
Específicamente altos niveles de toma de riesgo se relacionaban con más altos niveles
de comunicación interpersonal, de cohesión grupal y profundidad percibida en la
interacción. La estructura conductual, sola y en combinación, parecía facilitar el logro
en las experiencias de corta duración.
- Quizás el resultado más interesante sea el patrón de personalidad-
interacción de tratamiento. La práctica conductual del pre-grupo es más productiva
con aquellos participantes que son capaces de asumir mayor riesgo. Este mismo tipo
de participante mostraba niveles más altos de comunicación, cohesión y auto-
revelación percibida y de feed-back. Inversamente, participantes de bajo nivel de toma
de riesgo mostraban niveles más bajos en estas cualidades. Aunque los resultados no
están exentos de críticas, en conjunto sugieren recomendaciones prácticas y
metodológicas y, desde luego, certifican el poderoso impacto que tienen diferentes
niveles de estructuración en el desarrollo del grupo, especialmente en los estadios
iniciales de la experiencia.

2. Cohesión grupal La cohesión juega un papel importante en la


literatura sobre la terapia de grupo. Se la suele considerar como la condición de
funcionamiento de la experiencia, a pesar de lo cual hay poca investigación sobre las
variables que la modulan. Son varios los problemas que aquejan a éste concepto, en
primer lugar una cierta imprecisión conceptual; en segundo, las escalas psicométricas
que la miden tienen baja fiabilidad y validez; tercero, no suele reconocerse la falta de
homogeneidad entre la definición conceptual de cohesión y su definición operativa: se
utilizan escalas idénticas en estudios en los que se definen de forma muy diferente la
cohesión. Finalmente, se suele utilizar el término como si fuera un estado invariable,
cuando tanto la lógica como la experiencia parecen indicar que se trata, más bien, de
un proceso sujeto a fluctuaciones y a influencias diversas. A pesar de todos estos
problemas, pueden extraerse algunas conclusiones de la literatura empírica:

- experiencias grupales cuya finalidad era conseguir una mayor


capacidad de auto-revelación tienen como efecto aumentar la atracción hacia el grupo
como un todo, pero disminuyen las relaciones entre los miembros del grupo,
- grupos homogéneos con miembros de gran capacidad de auto-
revelación mostraban mayor relación con otros miembros del grupo y mayor atracción
hacia el grupo que otros grupos heterogéneos o mixtos con miembros de baja
capacidad de auto-revelación,
- el terapeuta puede influir el nivel de cohesión del grupo terapéutico
mediante la aplicación sistemática del refuerzo social. Los miembros de este tipo de
grupos mostraban más cambio que los del grupo control (no sometidos a refuerzo),
- se ha encontrado más cohesión en los grupos maratón que en los
terapéuticos,
- un trabajo de Costell y Koran (1972), muestra que la cohesión
permaneció estable desde la 1ª a la 12ª entrevista de una experiencia de grupo. Lo que
parece cuestionar la idea de que la cohesión sea un concepto procesual,
- mediante la Escala de Atmósfera Grupal (un instrumento de auto-
informe), se ha podido demostrar que es posible explicar la cohesión en función de 6
sub-escalas: espontaneidad, apoyo, afiliación, implicación, insight y claridad. Se
demostró también que:
. los grupos de terapia de larga duración mostraban una mayor cohesión
que los grupos de consejo de larga duración y que los de terapia breve,
. los grupos más cohesionados puntuaban menos en la subescala de
sumisión,
. se podían encontrar diferencias estables entre grupos más y menos
cohesionados en la Matriz de Interacción y en auto-informes de comunicación y
ansiedad,
- 30 años de esfuerzos no nos han permitido todavía alcanzar una
definición aceptable de la cohesión,
- a la hora de evaluar la cohesión se hace necesario demandar a los
investigadores información específica sobre los miembros del grupo y los líderes, la
naturaleza del tratamiento, el estadio del grupo en el que se evalúa la cohesión y que
al menos una parte de la evaluación se haga mediante un formato que se pueda
conocer públicamente. (Kaul y Bednar, 1986).

3. Auto-revelación También, este concepto está sujeto a problemas en


su definición, comúnmente se ha descrito como la comunicación de mi mundo
privado a los otros en un lenguaje fácilmente comprensible. Se trata, sin embargo, de
una definición en la que el contenido de lo que se revela tiene una importancia
secundaria. Pero quizás lo más inadecuado es que se entienda que es un proceso que
puede o no ocurrir, estando a expensas de la voluntad de las personas.

La necesidad de auto-revelación parece descansar en dos presupuestos:


uno es que la gente no se comunica de forma suficientemente abierta. El otro es que si
lo hicieran se encontrarían mejor. Ambos presupuestos parecen difíciles de probar
(Kaul y Bednar, 1986).

Una serie de estudios han avanzado resultados sobre el significado y


las condiciones bajo las cuales se produce la auto-revelación:

- directores de grupo con altos grados de auto-revelación son


percibidos como más amigables y útiles, sin embargo la relación entre auto-revelación
y percepción de los pacientes no siempre es positiva, bajo ciertas condiciones de
contenido y contexto puede funcionar de forma negativa,
- altos niveles de auto-revelación en el grupo se asocian con un auto-
concepto más positivo, más atención recíproca, una dependencia moderada (opuesta a
una alta dependencia) de la aprobación de los otros, capacidad de auto-revelación de
los restantes miembros del grupo y, finalmente, se asocia con la existencia de un
contrato explícito para tener una experiencia de auto-revelación,
- la cantidad de auto-revelación se asocia negativamente con resultados
terapéuticos deseables, al menos en algún tipo de población.

Los resultados indican que la auto-revelación no es la panacea, lo que


sí parece cierto es que bajo ciertas condiciones, que todavía nos son desconocidas,
puede tener un efecto terapéutico positivo.

En la revisión de Kaul y Bednar (1986), se han añadido algunas otras


conclusiones: en un estudio que relacionaba la capacidad de auto-revelación de los
terapeutas, su efecto en el proceso grupal y los resultados, se encontró que no existían
diferencias apreciables en cómo los participantes del grupo puntuaban lo útil y
accesible que era el líder, tampoco se encontró que resultara afectada la cohesión
grupal.

4. Feed-back: Bednar y Kaul (1981) lo consideran como un tipo de


auto-revelación, no obstante y debido a sus especiales características entienden debe
tratarse aparte. El feed-back, definido como el intercambio genuino de información y
de impresiones personales entre individuos que se han comprometido a una
comunicación responsable, se ha juzgado como una de los instrumentos terapéuticos
más poderosos de las experiencias de grupo. También como criterio para conocer la
etapa de su desarrollo. La habilidad del grupo para ofrecerse feed-back se refleja: en la
disconfirmación de expectativas poco realistas; en un incremento de la habilidad para
percibir y aprender directamente de las consecuencias de las acciones de uno, y en la
adquisición de conductas interpersonales nuevas y más adaptativas.

Si las suposiciones sobre el feed-back son correctas, se puede anticipar


que cuanto mayor sea su efectividad mejores serán los resultados de la experiencia.

A pesar de su importancia existe falta de claridad en su definición y


aplicación. La literatura científica sobre el tema no es muy abundante, sus
conclusiones pueden resumirse en las siguientes:

- el feed-back positivo se percibe como más deseable (más creíble y


útil) que el negativo. Específicamente el feed-back conductual es el más creíble de
todos, mientras que el feed-back emocional tiene menos impacto que el conductual o
el mixto,
- un feed-back negativo es mejor aceptado por los participantes del
grupo si se sigue de uno positivo o si se da a personas con alto concepto del yo, lo que
parece confirmar que el feed-back negativo ofrecido al comienzo de una experiencia
grupal puede bloquear a los participantes, quizás porque disconfirma su auto-
concepto, o porque altera sus expectativas,
- los miembros del grupo encuentran más fácil dar feed-back positivos
que negativos (Kaul y Bednar, 1986).

Los resultados mencionados se alcanzaron con estudiantes.

Para finalizar, quizás una de las conclusiones más importantes es que, a


pesar del aumento de los estudios sobre los grupos:

(...) los conceptos y proposiciones de los tratamientos psicológicos de grupo son


remarcadamente ambigüos. (...) Nos resulta por ello sorprendente que este agregado
sea resistente a la integración y a su traducción a la práctica clínica. (Bednar y Kaul,
1.981; pag. 810).

4. Roles característicos en la dinámica de grupos:


Tous (1984), analiza el papel de los miembros del grupo encuadrándolos en cuatro
categorías: sujetos socio-afectivos positivos, socio-afectivos negativos, socio-
operativos positivos y socio-operativos negativos.

(a) Socio-afectivos positivos: en esta categoría incluye a los colaboradores.


Indica el autor que su participación puede ser muy util para el grupo, debe requerirse
su ayuda y el director del grupo debe tenerlos muy a la vista para utilizarlos. Se ha de
orientar sus intervenciones porque no suelen profundizar en los temas. Ha de evitarse
que se quemen en intervenciones operativas, no es lo suyo. Deben estar cerca, a la
vista.

(b) Socio-afectivos negativos: El tímido. Hay que dirigirle preguntas sobre lo


que ya se debatió y sobre los acuerdos alcanzados. No hay que cortarle. Hay que
infundirle ánimo. Puede evolucionar hacia colaborador. Hay que tenerlo enfrente.

El hablador. Debe impedírsele apartes con otros miembros del grupo. Se le ha


de interrumpir con habilidad. Hay que preguntarle cosas concretas (de sí o no), pero
difíciles. Hay que tenerlo cerca, al lado si es posible.

El ausente. Hay que descubrir los motivos de su ausencia (falta de interés,


fatiga, motivos personales, falta de confianza o de credibilidad en el conductor, o en la
experiencia, o en los compañeros, etc.). El conductor necesita saber de antemano sus
conocimientos y utilizarlos para hacerle participar. Puede evolucionar hacia
colaborador. Hay que situarlo enfrente del conductor.

(c) Sujetos socio-operativos positivos: El participante. Hay que hacerle opinar


y buscar su ayuda. Deben evitarse los enfrentamientos con él. Su colaboración puede
ser muy útil. Hay que tenerle al lado y evitar entrar en diálogos excluyentes con él.

(d) Sujetos socio-operativos negativos: El discutidor. Se debe evitar que


monopolice la discusión, para lo cual lo mejor es cambiar de tópico. No hay que darle
motivos para la discusión.

El refractario. Toma una actitud de juez frente a lo que se está haciendo en el


grupo. Para motivarlo el director puede preparar aquellos temas que sabe de antemano
que le interesan. Puede requerirse su participación pidiéndole que ponga ejemplos.

El pedante. Hay que evitar darle la oportunidad de que pueda colocar su


conferencia, no hay que atacarle directamente, es mejor apelar al juicio del grupo
sobre lo que dice. Intentará suplantar el papel del director. Hay que tenerlo cerca pero
no enfrente.

El sabelotodo. Se le deben desviar sus intervenciones. Hay que pedir al grupo


que sea el que comente sus intervenciones, no ayudarle si los demás le atacan. Hay
que controlar su actividad para que la vida del grupo no gire sobre él.

5. El estatus científico de la Terapia de Grupos:


5.1. Problemas generales:
Existe entre los autores un acuerdo claro sobre el hecho de que el contexto grupal
debería influenciar de alguna manera la forma de evaluar el éxito terapéutico (por
ejemplo, Mansell Pattison, 1965 y 1966; Bednar y Kaul, 1981; Coché, 1983; Dies,
1983; Anderson, 1985; Fuhriman y Packard, 1986; Kaul y Bednar, 1986; Lieberman,
1983), sin embargo en los trabajos concretos no se encuentran medidas grupales del
éxito. El tema ya quedó planteado en un artículo de Mansell Pattison (1966) que en
tan lejana fecha establecía lo que deberían ser los objetivos de investigación,
afirmaba:

Preguntar “¿es la terapia de grupo eficaz?”, es una pregunta excesivamente


global. Una pregunta alternativa podría ser: “¿en qué contextos qué técnicas de
grupo administradas por quiénes son eficaces para qué personas para alcanzar qué
metas?”. (Mansell Pattison, 1966; pag. 211).

Los que seran los grandes objetivos de evaluación de la Terapia de


Grupo posterior quedaron pergeñados por el autor en este trabajo temprano. En
realidad la Terapia de Grupo llevaba ya unos 20 años de trabajo de investigación, el
estado era poco menos que caótico por la falta de una estandarización, de objetivos
claros y por la ignorancia de la que hacían gala unos investigadores de lo que otros
estaban haciendo. Los trabajos de Pattison tuvieron por misión exponer el estado de la
cuestión y reorientar el campo.

Coché (1983), en relación con el problema de cómo debe medirse el


cambio si en el sujeto, en el grupo o en ambos, parte de la posición de que los
instrumentos de medida deben relacionar las metas del grupo con las necesidades de
los pacientes. Ciertas condiciones grupales son necesarias para que se produzca el
cambio; Coché afirma que la cohesión grupal es una de ellas. Termina, no obstante,
reconociendo que en última instancia la medida del cambio se toma en el paciente. El
grupo, al parecer, es condición necesaria, pero no suficiente.

Otro de los temas importantes es el de los requisitos experimentales


exigibles a un estudio de terapia de grupo. En una revisión llevada a cabo por Bednar
y Kaul (1981), se citan los siguientes requisitos mínimos, hoy ampliamente aceptados
y que se mantienen en la revisión de 1986 (Kaul y Bednar, 1986): (a) utilización de un
grupo de control; (b) medidas pre y post-tratamiento, tanto en los grupos
experimentales como en los de control; (c) un adecuado análisis estadístico (análisis
de significación al menos); y (d) asignación al azar tanto en los grupos experimentales
como en los de control.

En lo que se refiere al tipo de estudios, los más frecuentes son los


siguientes: estudios sobre eficacia (una técnica frente a un grupo control), estudios
comparativos (varias técnicas entre sí y con respecto un grupo control) y estudios
procesuales (intervenciones concretas que ayudan al cambio y etapas de la terapia -o
de la dinámica del grupo).

5.2. Estudios de eficacia en Terapia de Grupos:


Quizás el primer tema a tratar sería cuándo está recomendada la terapia de grupo. En
el cuadro siguiente se podrán encontrar algunas indicaciones.
________________________________________________________________
Recomendaciones clínicas Estudios empíricos
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
- Pacientes tímidos, inhibidos, social y - Toseland y Siporin (1986): no existe una
psicológicamente aislados. indicación clara de la TG. Es más eficaz que
- Cuando el problema sea las relaciones la terapia individual en la esquizofrenia,
interpersonales del paciente. trastornos neuróticos, hábitos molestos,
- La terapia de grupo se indica para pa- problemas psicosexuales, problemas de
cientes con problemas interpersonales, conducta de la niñez.
la individual para problemas intrapsí- Otros estudios no encontraron ninguna su-
quicos. perioridad justo en los problemas citados.
- Cuando el propio paciente lo pide. No se ha validado que la TG sea más barata
- No se recomienda cuando el paciente y eficaz que la individual.
ha tenido una historia catastrófica con
los grupos, o tienen miedo a expresar
intimidades en grupo.
- No se recomienda cuando está en curso
una terapia individual; algún autor sí lo
hace o lo tolera.
- No se recomienda para personas en si-
tuaciones críticas o agudas.
- No se recomienda para pacientes con cier-
tos problemas: autísmo, esquizofrenia, de-
presivos con retardo motor, pacientes muy
agresivos, etc.
________________________________________________________________
Cuadro 2. Indicaciones y contraindicaciones de la Terapia de Grupo según criterios
clínicos y criterios empíricos.

Un trabajo típico sobre eficacia de Terapia de Grupo compara una


forma de intervención con el cambio observado en un grupo control. La medida del
cambio se hace con diversos instrumentos que miden distintas variables utilizando
diferentes estrategias (auto-informes, informes de otros significativos, evaluación de
observadores entrenados, etc.), tras de lo cual se obtiene la significación estadística
del cambio, si la hubiere.

Las conclusiones de estos estudios podrían resumirse en las siguientes:

1. No parece que pueda negarse seriamente la eficacia de los


tratamientos de grupo. Su validez se ha comprobado con diferentes tipos de pacientes,
con diferentes instrumentos y desde diversos puntos de vista. A esta afirmación debe
hacérsele las siguientes observaciones:

- la diversidad de métodos de grupo no permite su generalización,


- parece que poblaciones que no se identifiquen con los valores
culturales defendidos por algún tratamiento de grupo (como pueden ser los grupos de
sensibilización y de encuentro), no se benefician de las experiencias e incluso pueden
perjudicarse,
- no queda claro cómo los grupos inducen el cambio,
- las poblaciones utilizadas en los estudios son de estudiantes y de
voluntarios (o de los dos), lo que plantea problemas de generalización,
- existen fuentes de varianza incontroladas: composición del grupo,
estilo de liderazgo, frecuencia, duración e intensidad de las entrevistas,
- falta una clara especificación de las técnicas empleadas en el
tratamiento de grupo.

2. Sorprende el éxito alcanzado con problemas muy difíciles


(delincuentes con problemas psiquiátricos y delincuentes institucionalizados).

3. Es particularmente interesante los efectos a largo plazo de la terapia


de grupo, efectos positivos que aparecen en el seguimiento y no en la medida post.

4. La investigación futura sobre la eficacia debe tener en cuenta


algunos de los defectos que la lastran: han de especificarse claramente el tipo de
tratamiento que se imparte, homogeneizar los grupos, informar sobre el tipo de
liderazgo, etc.

5. Establecida la eficacia se impone un trabajo de investigación


procesual, que identifique los factores terapéuticos del tratamiento.

En la revisión de Kaul y Bednar de 1986, se añaden las siguientes


conclusiones:

1. Se revisaron 477 artículos de los que se consideraron tan sólo 17, los
demás presentaban defectos de diseño.

2. Frente a la revisión de 1981, los trabajos de este nuevo periodo


diferían en dos características principales: los investigadores utilizaban
procedimientos estadísticos multivariados, más terapeutas experimentados y
poblaciones realmente clínicas, así como medidas múltiples de resultados, y había un
aumento considerable de estudios comparativos.

3. Posiblemente como consecuencia del recorte de presupuestos en


servicios sociales se ha producido una reducción "dramática" (a juicio de los autores)
del número de los estudios de todas las categorías (excepto de los comparativos) sobre
resultados. Esta disminución resulta más ostensible en los estudios sobre interacción
persona-tratamiento, abandonos y resultados negativos. Sigue habiendo una
abundancia relativa de estudios sobre resultados generales que responden a la
pregunta: "¿cura la psicoterapia?", casi 30 años después de que Pattisson (1966)
recomendara investigar los mecanismos de cambio.

4. De los 8 estudios que incluyeron seguimientos: 4 informaban que la


mejora de los clientes se mantenía en el seguimiento; 2 mostraban discrepancias: los
resultados del cliente variaban con los grupos de tratamiento o con las medidas de los
resultados; 1 informaba que las diferencias entre los grupos experimentales y de
tratamiento desaparecían 4 semanas después de finalizar el tratamiento, y 1 concluía
un incremento de la mejora en el seguimiento.

5. Lo que resulta descorazonador en la investigación de terapia de


grupos es la ausencia de investigaciones que informen sobre el porqué y el cómo se
producen las diferencias observadas en los estudios, virtualmente no se conoce nada
sobre los factores que se asocian a dichas discrepancias. Ni siquiera existe una
evidencia tentativa, sobre cómo se relacionan causalmente variables como naturaleza
del liderazgo, diagnóstico de los clientes del grupo, patrones de comunicación, estadio
del grupo, etc, con distintos tipos de clientes.

6. A pesar de que sabemos que la terapia de grupo mejora a pacientes


con problemas diferentes, apenas tenemos idea alguna de si ello se debe, a una
situación particular o contexto. Los procedimientos de investigación que utilizamos
son más impresionantes que los resultados alcanzados con ellos. Concluyen los
autores afirmando que:

A pesar de la creciente sofistificación metodológica, nuestros esfuerzos en


investigación no nos está enseñando nada sobre la terapia de grupo que no lo
conociéramos ya desde al menos hace una década. En ninguno de los estudios que
hemos resumido encontraremos una variable específica de tratamiento aislada que sea
la consecuencia lógica de un modelo conceptual importante de terapia de grupo.
Incluso aquellas variables que se relacionan de forma indirecta con el tratamiento de
grupo tienden a definirse, medirse y operacionalizarse, de forma inadecuada, si es que
se miden de forma alguna. Tampoco existe un tema coherente que identifique y una
esos esfuerzos de investigación. Todo lo que tenemos es una colección de estudios
muy individualizados que no están unidos por principios conceptuales referentes a los
problemas fundamentales de las disciplinas grupales.(Kaul y Bednar, 1986; pag. 681).

5.3. Estudios comparativos:


En general los problemas de diseño son menores que en los estudios sobre eficacia.
Las conclusiones pueden resumirse en las siguientes:

1. Mayoritariamente los estudios parecen indicar que no existen


diferencias apreciables entre unos tratamientos y otros. El resultado es el mismo tanto
cuando se comparan diferentes terapias de grupo entre si, como cuando se compara la
terapia de grupo con la individual. Algunos autores opinan que la ausencia de
diferencias es debida a la insensibilidad de los instrumentos.

2. Algún detalle del trabajo de Budman (1.988) podría interpretarse


como apoyo a la tesis de la insensibilidad de los instrumentos. Los sujetos de su
estudio valoraban, mediante auto-informes, de forma muy diferente la importancia de
la terapia; cuando se utilizaban otro tipo de instrumento distinto del auto-informe, tal
diferencia desaparecía.

3. Hay una tendencia a que las hipótesis propuestas por los


experimentadores se validen.

4. El que se haya encontrado que las técnicas estructuradas frente a las


no estructuradas sean más eficaces y el que los grupos de pares auto-gestionados sean
de igual efectividad que los dirigidos, resulta dificil de interpretar, y por lo tanto
produce perplejidad a la hora de indagar a qué se debe realmente el cambio.
5. Da la impresión de que, bajo ciertas condiciones, los grupos que
proporcionan una experiencia intensiva son más eficaces.

6. Un estudio de Berry (1980), muestra que la terapia de grupo es tan


efectiva o más que la Modificación de Conducta aplicada al aula. No obstante, la
condición de Modificación de Conducta se hacía por un profesor del Colegio más un
ayudante, por lo tanto profesionales no cualificados en la técnica (lo que quizás
explique los problemas de generalización), mientras que la Terapia de Grupo era
aplicada por expertos.

7. La reducción en la utilización de servicios médicos (medida por la


diferencia entre 6 meses antes del tratamiento y 6 meses después), da una dimensión
de prevención a las intervenciones de grupo, que junto con el hecho de que resulten
más baratas, quizás, justifique la afirmación de que las terapias breves de grupo sean
desde el punto de vista de las instituciones, el método de elección. El hecho de que el
uso de servicios de salud mental sea menor (medido en el seguimiento al año) en la
condición de terapia de grupo, puede, quizás, esgrimirse como argumento a favor de
sus efectos latentes a largo plazo.

8. La aceptación de la terapia de grupo es mala, quizás pueda mejorarse


si se tiene una experiencia previa de terapia individual. Un estudio de Budman (1988),
muestra que de 36 deserciones, 26 lo fueron después de que informara a los sujetos
que habían sido asignados a terapia de grupo; sólo 3 abandonaron en la condición de
terapia individual.

9. No pueden excluirse factores inespecíficos como responsables, al


menos en parte, de los efectos de la terapia de grupo. Factores que tienen que ver con
el terapeuta (habilidades de relación, experiencia, etc.), pero también con el grupo
(desarrollo del proceso grupal, composición del grupo, etc.).

Para finalizar recogemos una puntualización de Budman sobre las


relaciones entre las diversas modalidades de tratamiento:

Creemos que el remedio más importante es el punto de vista del que debemos
informar a nuestros pacientes de que el tratamiento en el que van a entrar (sea
individual o grupal) no necesita ser el definitivo. Sino más bien es parte de un curso
de tratamiento que por momentos incluirá la terapia marital, terapia de grupo o
individual más o menos larga o corta, etc. Decirle al paciente que el tratamiento en el
que entra será el tratamiento que le ayude en todo lo que le pasa, es algo que
simplemente no puede apoyarse en datos objetivos sobre la forma en las personas
utilizan la terapia. Los pacientes utilizan las terapias para diferentes problemas y
preocupaciones. (Budman et al., 1988; pag. 83).

5.4.: Resultados negativos en Terapia de Grupos:


La información que existe sobre el tema es más bien parca. Tradicionalmente se ha
venido distinguiendo entre diversos tipos de resultados negativos: los llamados
desertores (quienes después de comprometerse no acuden ni a la primera entrevista);
aquellos que abandonan en fases tempranas de la terapia, y los que abandonan en
cualquier momento posterior al inicio. El criterio utilizado en estas distinciones es
más bien clínico y se basa en la suposición de que las razones para abandonar en los
tres casos difieren de forma sustancial.

Son dos las conclusiones que pueden extrarse de los estudios: Primera,
las personas con problemas de personalidad previos al tratamiento son más proclives a
exhibir deterioro. Lo cual es poco sorprendente, pero justifica una mejor evaluación
de quienes van a participar en los grupos. Segunda, la personalidad y el estilo de
liderazgo del director influencian la posibilidad de que se den cambios negativos. Se
sugiere que los estilos "laissez-faire" y los muy impositivos son los que peores
resultados obtienen. Las conclusiones no están exentas de críticas metodológicas.

Anderson (1985) en una revisión de 8 tópicos sobre la terapia de


grupos, hace algunas precisiones sobre los resultados negativos: los grupos
constituyen un poderoso medio de aprendizaje social y de trasferencia de habilidades
sociales. Sin embargo algunas personas pueden resultar psicológicamente
perjudicadas. Anderson, en base a estudios anteriores, habla del 10%. Los más
propensos a ser perjudicados son quienes tienen expectativas irreales sobre la
capacidad del grupo para ayudarles y para conectar íntimamente con ellos y, a la vez,
mantienen una fuerte preocupación por la posibilidad de que el grupo los ataque o los
rechace, expectativas que son alimentadas por un líder que además impide la relación
de los pacientes entre si. Cuando definitivamente un participante no consigue lo
esperado, frecuentemente se le relega a un rol desviado, tanto por el director como por
los restantes miembros.

Las sugerencias de Anderson para corregir la situación pasan por


trabajar las expectativas irreales de dos formas: primero mediante un contrato que,
cláramente estipulado, defina el contenido de la experiencia, y segundo mediante
entrevistas individuales previas en las que se aclare qué puede esperarse y qué no debe
esperarse de la terapia de grupo.

En un trabajo de Budman (1988), ya mencionado, se concluía que las


experiencias de grupo producen una alta tasa de deserciones (de las 39 habidas, 26 se
produjeron cuando se informó a los sujetos que habían sido asignados a terapia de
grupo). Lo que parece significar que la experiencia de grupo es una situación temida.
Las recomendaciones de los autores son más matizada que las de Anderson, pero en la
misma línea: la terapia de grupo proporciona una experiencia demostradamente útil
para la que, no obstante, hay que preparar al paciente si queremos que la aproveche.
La forma de preparación que sugieren es una terapia individual previa que contemplan
casi como condición sine qua non, (Budman, 1988).
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GLOSARIO
Supuestos básicos: Son emociones primitivas, irracionales, de carácter omnipotente
sobre cómo conseguir los fines, o resolver los problemas del grupo. Se oponen al
funcionamiento racional del grupo centrado en conseguir sus metas.
Bioenergética: Procedimiento terapéutico que utiliza el trabajo con el cuerpo para
conseguir la re-vivencia de escenas traumáticas con una catarsis emocional intensa.
Catarsis: Expresión de las emociones ligadas a una situación.
Cohesión (grupal): Conciencia de los participantes del grupo de formar una cierta
unidad de intereses y de metas.
Supuesto básico de dependencia: Fantasía según la cual una persona resolverá los
problemas del grupo.
Encuentro: Dentro de las terapias humanistas (rogeriana, gestalt, AT), el encuentro
tiene un significado individual (admitir, sin enjuiciar, nuestras propias necesidades y
sentimientos), y otro grupal (admitir al otro en lo que es, también el encuentro con la
parte más creativa de la otra persona, también la necesidad de los miembros del grupo
de presentarse tal y como son).
Feed-back: Se trata de un tipo de fenómeno grupal que consiste en ofrecerse unos
miembros a otros comentarios honestos sobre lo que piensan unos de otros.
Supuesto básico de ataque y fuga: Fantasía según la cual la solución de los problemas
del grupo pasa por la eliminación de alguien (dentro o fuera del grupo), o
alternativamente por su evitación.
Toma de conciencia genética: Interpretación que liga un problema presente a una
situación pasada, normalmente ligada a la familia de origen del paciente.
Terapia gestáltica: Procedimiento terapéutico que ayuda al sujeto a percibir el flujo
de deseos que aparece en su conciencia en el aquí y el ahora.
Cultura grupal: Dinámica consciente del grupo que tiende a la consecución de una
tarea o meta.
Mentalidad grupal: Dinámica inconsciente del grupo que tiende a oponerse a la
consecución de la tarea o meta.
Jansidismo: Escuela de pensamiento judía que enseña el camino de la liberación a
través del encuentro con lo que de divino existe en los seres humanos.
Guiones de vida: Según el AT son órdenes recibidas de niños y que después son
obedecidas a lo largo de toda la vida de los sujetos conformando existencias que
parecen seguir un argumento.
Supuesto básico de emparejamiento: Fantasía según la cual la unión de dos personas
(o un acontecimiento que sucederá en el futuro), resolverá los problemas del grupo.
Psicodrama: Procedimiento terapéutico grupal que utiliza dramatizaciones como
método de investigación y solución de conflictos individuales y de relaciones.
Role-playing: Según Moreno se trata de un procedimiento pedagógico que enseña
mediante la dramatización aquello que quiere transmitir.
Auto-revelación: Capacidad de revelar el mundo privado de una forma sencilla.
Sociometría: Es el estudio de las relaciones humanas dentro de un grupo.
Estructura: En la dinámica del grupo la estructuración alude a la programación por
metas y etapas del trabajo grupal.
Economía de fichas: Procedimiento para comunidades terapéuticas en el que los
individuos reciben privilegios (recompensas) en tanto en cuanto acumulan fichas por
realizar ciertas actividades.
Terapia de grupo transaccional: Procedimiento terapéutico que analiza el
funcionamiento del individuo desde su personalidad, su forma de relacionarse y su
guión de vida.

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