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23422, 19:11 Las inhibiciones y sus destinos Las inhibiciones y sus destinos JUAN DE OLASO = . 1 ' ee Sl Qué es una inhibicién?[1] éQué formas asume en la clinica? Por otra parte, équé lugar tiene el concepto de inhibicién en la teoria psicoanalitica? Nos proponemos, pues, situar diferentes dimensiones de la inhibicién en la obra freudiana, sus variantes clinicas y su papel en la economia libidinal, También, explorar algunas de sus vecindades conceptuales: sintoma, angustia, duelo, carécter, supery6. Con Lacan, la inhibicién es abordada como un pathos del acto, junto con el acting- out y el pasaje al acto, donde juega un papel fundamental el objeto a. La pregunta central es acerca de los avatares y destinos de la inhibi Concepto esquivo, algo periférico, marginal, y sin embargo presente de diversas formas en la teoria psicoanalitica, el de inhibicién presenta una serie de particularidades, problemas y paradojas dignas de destacar. También, algunas incégnitas. De ahi, quizds, que J, Lacan haya hablado de los “enigmas de la inhibicién” (LACAN 1953, 270), Proveniente del campo juridico, por un lado, y del neurolégico, por otro, el concepto es acufiado por Freud desde los primeros escritos. Con un matiz que no es el que finalmente habra de cristalizarse, el de detencién, pardlisis, freno. Por el contrario, la inhibicién constituye una accién fundamental para la constitucién del aparato psiquico, como veremos a continuacién. En rigor, el término no se opone a la idea de acto: inhibitio designa “la accién de remar hacia atrés", es decir, una fuerza activa que se ejerce en direccién opuesta a otra. No obstante, a medida que la palabra se fue extendiendo hacia los campos de la fisiologia y de la psicologia, fue ganando terreno el matiz de pasividad (LE GAUFEY 1985). Entonces la inhibicién comenzé a designar mas bien un estado y ya no una accién propiamente dicha. Ast, otro autor posfreudiano como O. Fenichel hablé en términos de “Estados de inhibicién” (FENICHEL 1946). * Si bien Freud no consagré ningun trabajo puntualmente al tema -con excepcién del célebre capitulo inicial de “Inhibicién, sintoma y angustia” (FREUD 1926), los avatares de la inhibicin [Hemmung] aparecen en su obra en infinidad de ocasiones y bajo diversas circunstancias. Y no necesariamente designan, claro esta, algo patolégico. intersecciones.psiuba.rlindex php view-aricleScatid=119%3AalumnosBid=858%3Alas-inhibiciones-y-sus-destinos&impl-component&print=181.... 116 aaisaa, 19:1 Las innbiconesy sus destnos Entonces, a lo largo del tiempo, Freud habla de inhibicién: de representaciones, de afectos, del displacer, del proceso primario, de la sexualidad, del onanismo, del yo, del desarrollo, de la meta de la pulsién, del pensamiento. También, del papel de la inhibicién en el duelo (y en la melancolia), en los fenémenos de masa, en los rasgos de caracter, en las renuncias que impone la cultura. Como sefialabamos al comienzo, la inhibicién surge tempranamente no como un fenémeno asociado @ una impotencia sino como una operacién fundante del aparato. El texto central, en este sentido, es el “Proyecto de psicologia para neurélogos” (FREUD 1950), donde se describe el modo en que la accién del yo puede evitar desprendimientos de displacer y otras vicisitudes perturbadoras. Alli leemos: “Si existe un yo, por fuerza inhibird procesos psiquicos primarios” (Ibid, 369). Gracias a lo cual seré posible, entre otras cosas, establecer la funcién del juicio y la constitucién del objeto de deseo. De modo tal que no es que el yo se inhibe, sino mas bien que el yo inhibe. ‘Algo que probablemente haya dado lugar a una de las premisas freudianas del trabajo del suefio. Asi como la desfiguracién onirica resulta el primer resultado de la censura onirica, la pregunta por el destino del afecto lo lleva a Freud a proponer que “la inhibicién del afecto seria entonces el segundo” (FREUD 1900-1901, 466). De nuevo, el problema econémico. Y, precisamente, si hay un texto de la obra freudiana donde se elabora una auténtica economia de la inhibicidn, ese es el del chiste (FREUD 1905a). Alli se habla de “ahorro’, “ganancia’, “gasto psiquico”, operaciones que la técnica del chiste utiliza de modo eficaz. Asi, a propésito de la ganancia de placer que procura el Witz, leemos frases como la siguiente: “Un ‘ahorro en gasto de inhibiciér’ parece ser el secreto placentero del chiste” (Ibid., 114-15). Como se puede ir apreciando, la inhibicién va asumiendo diferentes rostros, variantes conceptuales, modulaciones, en virtud de los distintos escenarios tedricos y de sus respectivos contextos de argumentacién. Cémo no evocar, por ejemplo, los diques del periodo de latencia sexual de la infancia: el asco, la vergilenza, los reclamos ideales en lo estético y en lo moral; también, la compasién. Y, écémo denomina Freud a estos poderes animicos? Pues bien, inhibiciones sexuales (FREUD 1905, 161). De manera tal que la inhibicién se presenta como una respuesta, un limite, ante la pulsién sexual y sus empujes. Pero, al mismo tiempo, como un signo de esta Ultima (KAUFMANN 1976).

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