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Luca Wea Una introduccién a la historia del dinero ‘Tarjas y monedas La mayor parte de los textos sobre dinero y bancos co- rmienza con una historia de los origenes del dinero, de acuerdo con la cual el comercio primitive se bas6 en el Intercambio, hasta que los humanos descubrieron que algunas mercancias podrian utlizarse como medio de intercamblo para eliminar la “doble coincidencia de ne- ccesidades” requerida para que el intercambio se pudiese llevar a cabo. A, Mitchell Innes (1913) presenta una paro- dia nical de esta creencia, y aunque es un poco larga, no podria ser mejor! "No esnecsri mal dl célebre libro dete de Pal Saelion pa enconr una exporconrelstamente reciente que, en todos sit Seni sacar names “fee alo inconvenient qe obviamente el nterambie representa un importante srance et un Estado de auonicenciaef cul cada we {Rea Wr {Las teorias fundamentales en las que se basa la clen- ‘1a moderna de la economta politica son: + Queen condiciones primitivas, el hombre viva y vive et intercambio + Que conforme la vida se tormaba més comple, el nercambio no fue ya suficlente como método para Intercambiar mereancia y que, por consentimiento comin, se establecié una mercancia particular que fue aceptada en términos generales y que. por consi- uiente, todos la usarian para el intercambio + Que esta mercancia entonces se transtormé en un wed de cambio y medida de valor” Que muchas mercancias han servido en diversos ‘momentos y lugares como este medio de cambio (ganado, hierro, sal, conchas de mar, bacalao seco, tabaco, azticar,clavos, eteétera) + Que por sus cualidades inherentes, los metales, el ‘oro, la plata, el cobre, y Sobre todo los primeros dos hhambine dbia tener muchas aptitudes, aunque sn stv ser de nade C) Siconsitsemen ls ston part de Hneas hotties y Has. oralmente que deberianos pasar Gel Gpoce del ercambio a Is de tn moneda mercania Desde porto de visa stco. una ran varied ‘de mercancia sno en un moet 4 O40 como medio de cambio {abacol eer ns ol tact de oie cervena oe aguante, lee excl as mujees (ke pred on mojnes yas clas deen Spoon La ert in tonace erent, haga» ao del ape ‘moneds (Finalmente dante aracuro dea ea del papel moned ‘ng ter de la moneda banca lade dept banca raza ‘on cheque’ (Samucion, ITS 274270, ‘comenzaron eventualmente a considerarse més ade ceuados para este fin que otras mercancias, y estos metales desde un inicio se transformaron en el Gnico ‘medio de intercambio por consenso comin + Que el peso fijo determinado de uno de estos meta les de pureza conocida se convirtié en el esténdar de valor, y para garantizar este peso y calidad se tornd de la Incumbencia de los gobiernos emitir plezas de ‘metal gravadas con su signo peculiar + Que emperadores, reyes, principes y sus consejeros competian entre sien la Edad Media para detraudar al pueblo, falsificando sus monedas (..)y queesta si tuacin produjo males graves, como la depreciacion {del valor de la moneda y el alza consiguiente de los precios + Que para economizar en el uso de metales y prevenit su transporte constante, se creé una maquina cono- ida como “crédito” en fechas modernas, mediante la cual, en lugar de entregar un peso determinado de ‘metal en cada transacciOn, se ofrecia una promesa de hacerlo, lo cual, en circunstancias favorables, tiene el mismo valor que el propio metal. £1 eréaito . se conoce como el sustituto del oro (anes, 1913, p.37?). " La Investigaciones mordernas en el dirbito rial y dela numnismétiea” demuestran de estas teorias se fandamenta en bases solldas de evidencia historia y que de hecho son fasas" (iti. p. 878). En pocas palabras, no hay prueba de que os mercados operaran con base en el trueque (salvo ex sordinaria, como en los campos de bristoneros de guerra), ni hay evidencla de que “imuchas rercancias diferentes” hayan cambiado de manos ccm ‘medio de intercamblo (es decir, para comprar mercancas 1 mercado), Tampoco hay evidencla de que el velor de las primeras monedas se haya determinado median te clertos pesos fijos de metales preciosos, ni de que et tuto eapaz de crédito “se desarrollara™ como un su nonedas de metal precioso como medio de intereambio. En este capitulo esbozaremos una alternativa ala postura convencional. Es por supuesto imposible pre- sentar una “historia del dinero" adecuada en un sclo capitulo. Por ello proporcionaremos cambio algums rnativas. del folklre popular con respectoa los origenes y la evoluctén del dk ciceto sentido simplemente hubiera bastado con lgnorar la historia del dinero y enfocarnos solo en el dine ro como se presentaba a fates del siglo x. Sin embara, como Keynes sostenta, la moneda moderna, 0 “chartal’ - tiene at menos 4000 ator de antigiedad y es nuestra tenci6n que el andlisis contenido en este libro no sea ‘inicamente el de un “easo especial” a aplicarse s6lo en Estados Unidos al final del siglo, sino ago que se pueda apliar de manera mucho més yeneral a toda la era de ‘nero chartalo estatal. En lugar de itentar ubiear los or tenes del dinero en un supesto mercado priitiv que se basaba originalmente en el intercambio, encontramos los ‘origenes ene ascenso de la antiqua comunidad palaciega ‘que fue capaz de imponer obligaciones tributaras asus sujetos.Creemos, por consiguiente, que un breve examen dea historia y dela evolucién de la moneda efectivamen- teesclareceré la naturale del dinero moderno, la evidencia histonca sugiere que virtualmente todo el “comercio", desde los tempo més antiguos, se realizba con base en eréditos y débitos. Innes eseribe iqua: “Durante muchos siglos la experiencia europea ~cudntos, lo ignoramos~ el principal instrumento de co ‘merco no fue la moneda nla divisa privada sino la taria”> enna medicals npn ve (17) tai cats to ‘rade mac ong at ia bao eh tam de madre pare ‘metres dna on (Den 7H) Nee or de Tabac eee ave aba 2s eae ‘ea ose nepal dla) - ‘Rasen Ws (oid., p. 394), que era una “estaca de madera cuadrada de avellano, marcada con muescas de cierta manera que indicara la cantidad comprada o adeudada", creada cuan- do.e1“comprador” se convertia en “deudor” al aceptar un bien o servicio del “vendedor”, quien automsticamente se convertia a su vez en el “acreedor” (Ibid), “E! nombre del deudor y ta fecha de la transaccién se marcaban en dos lados opuestos de ta estaca, la cual se dividia por el ‘medio de tal modo que las muescas quedaban cortadas a Ja mitad, y el nombre y la fecha aparectan en ambas partes de la tarja” (ibid), La separacion se detenia alrededor de dos centimetros y medio de la base de la estaca para que luna pleza, el tronco (stock en inglés), fuese mas larga que la ‘tra, que recibia el nombre de “tocén” (stub) u “hojuela” (oil). El acreedor conservaba el tronco (del cual derivan los términos ingleses de “acciones" [stock] y capital de re- servas de mercancias), mientras que el deudor se llevaba el tocén (término que en inglés todavia se utiliza en ticker stub (tal6n de un boleto]) para garantizar que el tronco no ‘ser{a manipulado indebidamente. Cuando el deudor salda- ‘ba su deuda, las dos plezas della tarja se comparaban para verificar la cantidad de la deuda. Las tarjas de madera no fueron desde luego los tint cos registros, ya que no habia nada dnico con respecto ‘ala madera det avellano (de hecho, parece que se usaba_ porque era comin en Inglaterra y el norte de Europa). En Htala se han encontrado plezas de cobre que datan de 1000 a 2000 a. c. y que parecen ser tarfas,rotasintencio- nalmente al momento de fabricarse para que el acreedor y el deudor tuvieran su “tronco” y su “tocén” (Innes, 1913, 394), Algunos de los primeros registros de tarjas provie- nen de Babilonia, en placas de arcllashubati“recibido”), ‘que indicaban una cantidad de granos, la palabra shubati, el nombre dela persona de quien reciban el grano,y el se. to del receptor 0 del eseriba del ey (cuando el rey era el receptor). A diferencia de latarja de madera, estas placas ‘nose divdian para dar al deudor un tocén, Este problema, se resolvia de dos formas: las placas se guardaban en el templo, donde estarian a salvo de alteraciones indebidas © eran selladas en cajas que tendrian que romperse para tomarlas. Todas las inscripciones arriba mencionadas se repetian en la caja, pero la placa guardada no contenia el ‘Rombre ni el sello del receptor, de forma que sila caja se rompla, la placa quedaba Incompleta, La caja se rompia| hhasta que se pagaba la deuda (lo cual permitia al deudor ‘observar que la inscripcién de la caja coineidiera con la de la placa guardada). A diferencia de las placas que se cconservaban en los templos, las “‘placas de cajas” podian circular, ¥, efectivamente, las placas circulaban como “instru- mentos transferibles y negociables”. Uno podia entregar et tronco de una tarja para comprar bienes y servicios 0 sal 0 Rc Wet ‘dar ta deuda propia. “Por este medio se realizaban todas las adquisiciones de bienes, todos los préstamos de dine. +0 y se saldaban todas las deudas” (Innes, 1913, p. £96). El comerciante que mantenfa una cantidad de troncos de tarjas de clientes podia encontrarse con el comerciante ‘Que mantenia una cantidad de troncos de tarja contra et primero, “compensando” ast sus deudas de tocén de tar- Ja. entregando los troncos de los clientes, De esta forma, se organizaban grandes “ferias” que servian de “ofiina de compensacion” y permitian a los comerciantes “com- Pensar sus deudas y créditos mutuos”. La “mas grande de estas ferias en Inglaterra era lade St. Giles en Winchester, mientras que las mas célebres, probablemente en toda Europa, eran las de Champagne y Brie, en Francia, a donde llegaban comerciantes y banqueros de todos los alses” (O(c). Las deudas se liquidaban “sin el uso de tuna sola moneda’. y se torné prictica comin *hacer las deudas pagaderas en una u otra de las feria” y “fen)al- ‘unas ferias no se realizaba ningtin otro negocio mas cue la cancelacion de dudas y eréditos” sl bien con frecuen- cia se realizaba comerclo al menudeo. Aunque el anslisis ‘convencional considera que el comercio al menudeo era €1 propésito principal de las ferias, Innes postula que este tipo de comercio se originé como negocio adicional al de las ofcinas de compensacién. También observa que este tipo de ferias se reallzaba en la antigua Grecia y Roma. y ‘en México durante la época de la Conquista, Aun si se acepta que mucho 0 gran parte del co- Imercio se realizaba a base de créditos y débitos, esto no refuta necesariamente la historia de los ibros de los textos. Es posible que las monedas existeran antes que estas tarjas (regstros de deudas) y as monedas sin duda s¢ fabricaban de metales preciosos. Quizé las deudas se hhacfan convertibles a moneda. Tal vez los contratos de ‘deuda electivamente podian hacerse cumplir dnicamen- te-en moneda de curso legal, Siéste era el caso, entonces, los eréditos y débitos tan sélo susttuirian ala moneda y las deudas lquldas se saldaban con moneda, lo cual no es Incongruente con la historia convenciona. Sin embargo, hhay muchos problemas con tal interpretaciin En primer lugar, las deudas en tarja (en la forma de placas de arcilla) son al menos 2000 afios més antiguas ‘que las monedas conocidas més antiguas’ Seria muy poco probable que las placas de arcillahubieran durado 1 comeco a menudeo sug a pr de esa tea Aur cs Inporare es que segramene ex concn yr meomcami ove a Sera ip rnin iran as dead y ane po el pao srs Sue gee Mert. ba "fama Wa ‘mas que el metal precioso acunado. Seyundo, el hecho de * de todas las primeras monedas He las de den 10s vallosas) fuera de- 1 comercio cotidiano ha fundido a tos historiados econémicos durante mucho 1p0. Por ef plo, las primeras monedas fueron de electro ( a de alee mas comin hubiera © comp W hubiera sido na, wores” (Cook, 1958, lentes para el comerclo 260). Si bien hubleran sido sul al mayoreo de los grandes comerciantes, nunca podrian n el comercio al menudeo de dia a dia? ‘Aunt mids, el valor nominal informado de tas monedas o riqurosamente con base e parece haber Estado regu su contenido de metales preciosos (wéase mis adelante) te improbable que las monedas se hu: También es bast bieran inventado para faciltar el comercio, porque “os fate fenicios y otros pueblos del One satisfactoriame 1 silas UBL, p.260). En elect, ‘scunada” durante mu la introduceiin de moni menos eficiente en muchos casos. * elt hay moneda ets ss con much mens vl mnbrados a un Por atime, aunque estemos acost ro pequenio de tipos d por el gobierno, con quiza una moneda por cada denorn- pomedas (siempre emitidas nacién), el €aso tiplce hasta fechas recientes eralaplétora {de monedas, que algunas veces incluia muchas con el mis: mo valor facial, pero con valor le cannbio diferente emit, das por una gran variedad de comerciantes, eyes, seno- + leudales, barones, eclesiésticos y otro, Eectivamente, chen datintasaciactoes cds una por cumplte nde Aleacones y tos, I] vente deren ateman onetaion (anes, 1913.9 345) terovingla ha De acuerdo con Mac Donald, en ta Gali b smayoria de los 1200 acunadores distintos", la es eran individuos privados. AL parecer, “Pepino y acuiaciones priv Carlomaygo pusieron fina a époea d das” (MacDonald, 1916, pp. 29°35) NNotese que la historta de los bros de texto depen lal precloso particular, po precisamente de ta eleceion de un met senso comin’, para usarse como mn ‘con objeto de abatir los costos de transaccion del Inter consumidor pobre fo. Sin embargo, en realidad, « (ies que exist) se enfrentaba a u vedas que variaban en peso, denom ™ Resa Wen cién y pureza, y alas cuales no era capaz de enfrentarse.* Ciertamente es dificil creer que el miembro tipico de esta Sociedad era més capaz de estimar el valor de una mone- dda que el valor de. digamos, una vaca." En lugar de reducir los costos de transaccién mediante el uso de metales pre- losos, estos costos probablemente se hubieran reducido, icon el uso de v -as! Y de nada sirve arglir que las vacas son menos divisibles porque. como se mencion6, as mo- nnedas de metal precioso de todos modos eran demasiado valiosas para haberse usado en las transacclones cotidia- has. El hecho de que algunas no se usaran en transaccio- 1 excelente Estado de preservacion en que suelen encontrarse” (Grierson, 1965. Pp circulacion es muy elevado, quizé de 1% al ano (Munro, 1979, pp. 181-182): sin embargo, “las monedas caro las parecen haber circulado sorprendentemente poco” (Grierson, 1965, p, 536), Por ultimo, Grierson observa que ‘con frecuencia se necesitaba imponer “una legislacion nes frecuentes se evidencia por 156), Sabemos que el uso ¥ desgaste de las monedas en {que forzara a las personas a usar moneda, y sl se rehusa- art pte as numer coeds commen AmStrr © Hambur> ula diel eer quee comercante comin de mercado cele : Tas prmeres neces por genera ro ei rng valor nomial rmade ans ben mateaban quien em el emit No so ube 0 ban, se exponfan a sanciones graves: una muita cuantiosa si eran hombres libres o flagelacign si no lo eran” (bi) Esto dilfcilmente es congruente con la historia de “con- ‘senso comin” de los libros de texto” Parece asimismo dificil de comprender por qué las monedas de metal precioso eran casi siempre “mas va ligsas” de lo que dictaba su contenido de metal precioso si es clerto que el valor del metal precioso determina el valor de la moneda. Electivamente, seria extraho que el valor del metal acuado no fuese superior a valor dela ‘moneda metalizada. Si el valor nominal de la moneda fue- s¢ inferior al valor relativo del metal precioso contenido cn ella, la moneda se retiraria de circulaciin para usarse ‘como metal. Mas ain, dados los costos de acuacl6n, a casa de moneda fuese a emitir monedas cuyo valor fuera lun poco mas ce! metal que contienen, esto proporcionaria ‘muy poco poder de compra a la casa de moneda, Pese a {ue la historia de los libros de texto afirma que el “créd to" de papel se desarroll6 para economizar en los metales preciosos, sabemos que las monedas de metal fueron una creaci6n tardia. En otras palabras, ya se encontraban en uso alternativas de bajo costo para las monedas plenas No cabe duda que las tarjas de madera de avellano o las + Sin embarg. ex porible que uncamente ene! cam de as moneda’ seramente devlunas se exgieran sates que secon con a mm Rava na placas de arcillatenian urs YAl0r no monetario menor al de los metales preciosos, PT ello es poco probable que se emitieran monedas de m¥€tal Para circular compettiva- mente (por ejemplo, con 1a tras de madera de avella. no), a menos de que su valOF Hominal estuviese muy por ‘encima del valor del metal PF€CI0S0 contenido? Qué son entonces las Monedas, cusl es su origen y or qué se aceptan? Las mOMedas parecen haberse origl- nado como “fichas de pago” (#e acuerdo con lapintoresca frase de Knapp), sn ser otra 6088 que evidencia de deuda. Es posible se hayan originado en el “sector privado”, tal ‘vez provenientes de las medallas que eran comunes en algunas sociedades tradicioM@les. Por consiguente, es po- sible que las primeras “mon€42S” no fueran més que obse- ‘quios con una imagen grava@ Para identifar al donador, ¥ €s concebible que se ot0™#9F80 en reconocimiento de tuna deuda personal con el F€°¢PtOr." Regresaremos més adelante a este punto de vist® aunque parezca ser una fuente improbable de las prtM€ras monedas. f 5 on erat pa + Sue amare av ie coma tg argu ts one de mele ec keanzavon un valor reativameyt 39 6 fspecto al peso). En témincs de Geena ese, empen SOMMER 4 pc deg Tas monedas mis primis ae us" a cia este tpo de comerein oun de maner srumadora 950 porque el contenido de os tee “crrculacién local” (Grierson, 1977.9!" eC accel dengan de a oa coon eds at ements (Gent 17 p16) ‘Usa woncren aa ra ne ey Muchos creen que las monedas més antiguas fueron acuhadas por el gobierno, probablemente por Fedén de Argos, alrededor del ato 630 a C (Cook, 1958, p. 257). Debido al alto valor nominal de las primeras monedas ¥ SU peso uniforme (aunque no pureza uniforme, lo cual Probablemente no podia probarse en ese entonces), Cook plantea que “la acunacién se invent6 para realizar una Cantidad grande de pagos uniformes de valor considers- ble de forma portatl y duradera, y la persona o autoridad ‘Que realiz6 el pago fue el rey de Lidia” (bid, p. 261). Cook ‘ademés sugiere que “el propésito de la acuacion era el ppago de mercenarios” (Ib). Esta tesis fue modificada “por Kraay (1964), quien sugeria que los gobiernos aci- ‘haban monedas para pagar a los mercenarios, pero dni: ‘camente con la finalidad de crear un medio para el pago de impuestos” (Redish (1987), pp. 376-377}. Crawlord ha propuesto que la evidencia indica que el uso de esas © que en mmud de que os gobiemes emiian moneda ls topes femison dels pnmers monedas por comercants noha ido probate + ‘5 improbabie— eran mis is necesidadesaminisatnas pr ater te las economics. sas neesdades ican pega os merenaron (ae (Green 977 p10). ® Crawford sive que“ acufacin probablemente se ents con objeto de que pudie realise un gran numero de pags ext de forma coment o ay ran pa auponer que hans por ee ara otro propio que e de capacear al Esado par ean page” (Crawl 1970, p45) Ademis."una vex eit Ia scuaion evs ean rel sado para pag deimpuestad cy Rass primeras monedas como medio de intercambio fue “una cconsecuencia accidental dela acufaciin",y no laraz6n de éste (Crawiord, 1970, p. 46). Crawford, en cambio, plantea ue “las necesidades fiscales del Estado determinaban la ccantidad de producclén de acufacién y de monedas en circulacion”, En otras palabras, las monedas se acutaron intencionalmente desde un prineipto para proporcionar “financiamiento estatal” (bi). De forma que los prime: ros gobiernos efectivamente comprendian que “acuhar y ‘ravar impuestos eran dos caras de la misma moneda de Drerrogativa real” (Davies, 1997, p. 146) De manera similar, Innes afrma que “las monedas {que [los reyes] emitian eran fichas de endeudamiento con las que realizaban pagos pequetios, como los salarios dia- ros de los soldados y los marineros” (Innes, 1913, p. 399). Esto explica el valor relativamente elevado de las mone- das, que no tenfan el propésito de actuar como medio de Intercambio, sino que eran antes bien evidencia de la deu- da que tenia el Estado con “los soldados y los marineros” Las monedas eran entonces nada més que las “tarjas" ya deseritas ~evidencia de la deuda gubernamental~y no me recen las preocupaciones excesivas que manifestan los ‘economistas modernos. Y, en relacion con la cantidad de tarjas de madera de avellano y otras formas de dinero, la cantidaa de monedas era bastante pequena: senor eon eo bs (. ectivamente an paquets eras antidad de monedas, ve ‘ siulrabastaban praaenecesidades de a casa eal de os \nmuebies, los cuales por lo regular utilzabaa Schas de varos ‘pos cone propésito de realizar pagos menores Tan po ie ortancia tenia en elect la acuacion qe, en alguns ocasiones, Jos reyes no vacabanenrecolctrlas para acura yetirlas ‘4 nuevo, mientras el comercio ontinuaba de cualquier ora!” (anes, 1913p. 385). Retrocedamos por un momento y consideremos las impli: caciones, Desde nuestro punto de vista, las monedas no son mas que fchas de endeudamiento de la Corona; una proporcién pequetta del total de “tarjas” AL igual que cualquier individu prvad,e gobierno paga con Aeclaraiones de endeudamieto © gios conta el Tesoro Rea © eulquler otra agenla del goblero, Esto se observaba con frecuencia en a ngatrra medieval, donde el met coriente cue utzaba el gobierno para pagar a un azeedorconsaia en "elevar una a” enaduanas oe tro department que retbla rents dei. otorgando al aereedor na tari de madera comm ‘eclracién de endeudasnient (bi. . 3978) La alia cvenda se creo para permitir que el rey emitiera ‘una tara del tesoro para el pago dle bienes y servicios des- "La reacutaciin hubie so una actividad extaa se valor de 14 moned se hubiera determina poe alr de nel preces ue ‘onto equlnte nner eoger as Monee laca es ‘eros al eniras nueaerte 1 cal es fc de epcar en ehcaus de ‘moneda Reucia 6 LR ear pachados a la corte." Pero jpor qué diantres aceptarian los sujetos de la Corona tarjas de madera de avellano 0, mas adelante, billetes de papel o monedas simbélicas? 1 goblemo exige por ley que clertas personas selecclonadas se convieran en sus deudores.Decara que quien importarabienes {el exterior deberiadeber al gobierno una cnthad determinada or todo fo que importaba y que quien poseyera terrasestria ‘endewdado con el gobierno en tanto poe un are ste proce ‘mien se conoce como asain de puesto. yas personas de teste modo lorzada 3 Is poscin de deudores del gobierno de- ban en teora lear a quienes epatian ls tras woos nate mentos que reconocian una devda con el gobierno, adi de tll las aja al venders por alguna mercanciaoprestandoles tun servicio, a cambio del al podian ser indyldos a despren- Gerse de sis taj, Cuando étas se rqresaban al Tesoro det {gobierno se hala pagado el mpuesto (i, p88. Innes procede a sefalar que la gran mayoria de las ren- tas reunidas por los recaudadores de tributes dentro de Inglaterra se encontraban en la forma de tarjas del tesoro: (0 Prctieamente too el negocio dela tesoreri ngesa con ‘Shia en nemisigny recepetn de taras en compara Tas alas J contatrjas ltronca ye te6n, nombre que reibian pop Tormente ambas partes de a trja,en mantener ls cuentas «Lasts de made se complement cones de Hacienda? en papel lial elo soe de 67s cues su vez 2 aceta Pe ‘pga de impute (Green, 1975.9 38. los deudore y areedores del gobierno, yen canceat as ajas ‘cuando se regetaban al tesor, el cual era, dehech, ura ofcina {e compensacin grande pra ls crits ydeudas de gobler 0." ie) [Ningun contribuyente tenfa que elegir individualmente la tarja de la Corona, porque la asignacién de créditos ¥y deudores la realizaban “los banqueros, que desde los primeros dias de la historia siempre fueron los agentes Financicros det gobierno” (Innes, 1913, p 308) Es deci, el banco actuaba como intermediario entre la persona que adeudaba a la Corona y el contribuyente que requerfa de Ia deuda de la Corona para pagar impuestos. El tesoro co- menz6 a asignar deudas con el rey, de forma que rey pols azar ef troaco de la tara que se enconea: bis en ef tesoro para pagar alguien mis, tanstviendo flor del rey pa etonces recibir page de devdor orignal (ery Daves, 197, 9.150), Més adelante se desarrollé un negocio activo para “des- ccontar” tales tarjas, de modo que el acreedor del rey no tuviera que esperar el pago del deudor. Cabe también no- tar que el uso de tarjas de madera de avellano continus en avis gulente obser is importa de sana pra pag de impuese ye! dearolo de un snema de compensicionhacendara (vin, 97 pp. 61). os Rao Waa Inglaterra hasta 1826. Es ironico que las tarjas se hubieran cextinguido en una hoguera de gloria o de ignominta, segin «el punto de vista de cada uno. Después de 1826, cuando las tarjas eran regresadas al Tesoro, se almacenaban en la Sala de las Estrellas y en otras partes de la CAmara de los Comunes. En 1834, para ahorrar espacio y economizer combustible, sedeciioquesearrojarania tarjaealasestlasdecalentamiento deta Camaradelas Comuns. ue tale ahinco dele arcane de fos toncos que ls histrcasconstrucciones del parame se Incendiaron y quedaron hechas cenizas (Daves, 197, p65. El enfoque excesivo de los economistas en las monedas (Sobre todo en las que emite el gobierno), el intercambio ‘mercantil y los metales preciosos parece, por consiguien- te, estar fuera de lugar. La deuda es la clave y, especifi- ccamente, la capacidad del Estado de imponer una deuda tributaria a sus sujetos, la cual, una vez lograda, permite clegir la forma en que los sujetos “pagaran” el impuesto. ese a que el gobierno podria en teoria requerir el pago ‘a modo de todos los bienes y servicios que necesita, esto serfa dificil de manejar. Por consiguiente, se torna a cambio en deudor para obtener lo que necesita (y cabe notar que esto no difiere de la forma en que la mayoria de los compradores se convierten en deudores), emite de avellano o moneda) para ‘una ficha (tarja de mader Una smomieci aeom n e “s Indicar el monto de sus deudas y a continuacion acepta ‘su propla ficha en pago para ellminar las obligaciones tri- Dutarias.“ Clertamente sus fchas podrian también usarse ‘como medio de intercambio (y como medio para liquidar deudas entre individuos particulares), pero esto deriva de su capacidad de Imponer Impuestos y de su voluntad de aceptar sus fichas, y naturalmente se requiere para la imposicion de los lmpuestos (si se tiene una obligacién tributaria, pero no se es acreedor de la Corona, se deben ofrecer cosas para vender a fn de obtener las fichas de la Corona), Sila moneda no se origin6 como una alternativa de Intercambio para minimizar costos, cul fue su origen? En la siguiente seccién resumiremos las investigaciones realizadas en torno a los origenes y el desarrollo antiguo de la moneda, lo cual es, por supuesto, una tarea dificil En palabras de Grierson 1 estudlo dels origenes de Ia moneda debe basarse en gran "ec aun ls wansaciones mas pads se basaban ene cro mis que en us dela monea como meso de cambio En un estudio ‘cerca de Lond e 3001600 Melosh observa que ‘Dor penonat cualquiera podlan contact un gran numero de esas ene st Mensa confi ene os nv se mann re hos sldos Nero ianecesazes durante aos Cuando ls pares decd ‘alder cuentas amigablente, nomaimente asgnaban audtons que Sumaban fdas debios no pags ydeterminaban i ea que dia ous pra deja cuenta en erento, 88 p51) ry Lawn Wear erenclas del eng, Meraturay ly antiguas, ‘eidenca, por supueste, debe usarse con cautela (Geersn, Grierson también reconoce que la historia de! dinero es mucho més compleja que la historia de las monedas, porque existe el peligro de que uno pretenda encontrar dinero en sociedades que ni siquiera lo usaban, “Pese a ‘que algunos sistemas utilizaban con frecuencia conchas de mar u otras mereancias como ‘dinero’, no significa de ing modo que fuesen necesariamente monetarias” (did, p13) Es dilicl que los economistas modernos con a denies cn siquiera dinero, ¥ la mayor le reconoce varias funciones diferentes. Es posible que Uno encuentee una “bistoria del dinero” diferente, segin la funcién que se identiique come la caracteristica mis importante del dinero, Pese a que muchos economistas montar la (e bistoriadores y antropel evolucion del dinero que se usaba como medio de inter- bio, nuestro interés principal radica en la funcién de lunidad de cuenta del dinero." En a siguiente secciéon, €3- pecularemos sobre el origen del dinero y, en particular de Ja moneda de cuenta, ‘Monedas antiguas En el capitulo anterior senalamos que la afirmacion de Keynes de que la moneda estatal tiene “por lo menos™ cuatro mil afios de antigiedad. En su analisis del dinero antiguo, Keynes postulaba que incluso desde el tercer mi: Ienio a. ,¢1 uso en Babilonia de la moneda se encontraba “en verdad muy avanzado". Keynes también examing en detalle las “reformas” monetarias de Solon (alrededor del ado 594 a C,) y Fed6n (siglo Vil aC), que establecian valores para las monedas. Sin embargo, estos valores se bbasaban en unidades de peso que podian remontarse a 3000 aC, st aproximadame oes que antes. Keynes advirtio que: Lan, 0 mia, qe Duns prescribe para Ur 3 medias det tercer miler 4 Cs, dentro de lor rites {Gaeran, 177, p16), al core Keymen omer pr tbs ‘cakes 1376 3) . " [LR Waar ‘mlento postive estindar més antique de peso. Sin embargo, los descubrimientos recientes han remontadomis ain a genesta {ea vida econémicaorganaadaauna fecha mucho anterior que | previamente supuesta de forma qu los pesos quiz existieron slalos¢, incluso, milenlos antes de Dung, encuyo rein el dk ‘ero, los ntereses, fs conraos, lo recios y an ls letras de ‘cambio se establcieronplesamente (Keynes, 198, p. 222) Efectivamente, Keynes planteaba que “desde un inicio, hasta la introduccién del sistema métrico, los estandares de peso fundamentales de a civilizaci6n occidental nunca fueron alterados” (ibid, p. 239). Sin excepeién, “todos los estandares de peso del mundo antiguo, y también medie- val, de Babilonia, la cuenca del Mediterréneo y Europa se hhan basado en el grano de trigo o en el de cebada como su monada” (ibid), La “mOnada” basicaera en ese enton- ‘ces de “60 x 60 x 3° granos de trigo para la mina del “sis- tema egipcio", o de 60 x 60 x 2 granos de cebada para el “sistema lidio 0 eubolco” (Ibid, p. 236). "De manera simi lar, el grano avoirdupois' es por la definicion de la época, el grano de trigo medieval, mientras que el grano de troya (utilizado en el sistema de pesos dela joyeria) es el grano de cebada medieval”. Ya sea que hablemos de la mina, el En contsieen Ciage area el diner en gray nol go ola cobads” (Gerson, 1575058), tema de yess lindo en Eades Unidos y Gra Beta, bas doen 1Bonzas0 7 OD ganas [N de 7] Umoren a HORA De BAB a shekel o la libra, todas las unidades antiguas de dinero ‘eran unidades de peso que se basaban en los granos de trigo o cebada; el valor nominal del oro por lo general se media en unidades de trigo, yel de la plata en un- dades de cebada® Elhecho de que Solén y Fedén pudieran proclamar el romero de gramos de metal que en adelante seria igual a la mina, al talento o al dracma, es prueba de que la era de la “moneda estatal” habia legado. No podia haber sido el ‘caso de que el “Valor del metal precioso” contenido en las ‘monedas hubiera determinado el valor de la moneda, por- ‘que las reformas cambiaron el valor del metal en relacién con las unidades de la moneda de cuenta. Ademas, al {gual que la propuesta de Knapp y Keynes, el Estado tiene la libertad de cambiar la moneda de cuenta: la “retorma” de Soldn ue para cambiar del estindar de hierro “egipcio” porel estindar més moderno de plata y cobre “lidi-eubot- ‘co" (esto es la telorma consisti6 en “reescribir”el“diceio- nario") (Keynes, 1982, p.267) Sin embargo, una vez que el rey establecta una moneda de cuenta nueva, determinan- do el valor nominal para un metal precioso, usualmente zo tenia poder para mantener el valor del metal y el pre- yuo eran unidad de peso come denominaciin monetria"en sud China (i). + No tena sentido hacer eo el alo dea woreda se determinant ora cantdd de ttl preciso que conten. clo de éste antes bien tenclia a elevarse en relacir la moneda di nta (aunque también podia ener), Ante la hit que la unidad monetaria se depre- Las monedas no ero necesai ino hasta que se pan impuess | laldeas com impueson Em haa cet po estar ls eds ‘alsplacadeatcilaqueseguordabenenlosterplesyregsrariospagosde Vea inpuest ea media en ques realaban Six embarga adelante cando el rey conta mercenaos por ejemplo, ¢ sponta el Pago ‘Ge impacts iniuales per capi © pus haber realizado wn gran himeto de pagos en canted sie yentoces as tonedas habia ‘eclindo neabenente es pss a iar le nes del ions rept conta ‘Se sospecha que los templos desempenaron un papel adiclona, al actuar como testigos neutros, registradores « instrumentadores de las transacciones privadas con. trigo y cebada (que ineluian compensaciones por dafos y pagos de dotes por novias),y al fungir como depositarios de los granos™ En un iniclo, estas acciones se registra: ban en placas de arcilla, en trigo 0 cebada 0 vacas, que representaban directamente la imposicion de una cuota de trigo o cebada por las funciones que proporcionaba cl templo, No obstante, con el tiempo se estandarizaron las unidades (de trigo 0 cebada), de modo que las tran- sacciones en vacas se hubieran registrado en equivalente de trigo © cebada, y con cuotas registradas en unidades de trigo 0 cebada (pero pagaderas en sus equivalentes) En suma, las primeras unidades monetarias parecen hhaberse denvado de unidades de peso que probablemente, se desarrollaron a partir dela préctica del wergeld. Los pa- lactos crearon las unidades monetarias para estandarizar el pago de Impuestos, El uso de dinero en transaceiones privadas se deriva de las deudas tributarias, fomentada por los palacios que podrian registrar e Implementar las la funcion eatestiquarentraias quel temp supers ye set neces narumentara las obligiciones race Ios contain () ata ‘euratancia exper nia tase nombre Jane Monet —de manere = dvernaucieasigar sino Aamoneor—que seus para primer bac ‘ettemplorgrado ea Roma. qveacvhabasu props moneda. part ‘desi faneioa de econar alee deudore sus eda enone Heino See 98.19) Me L Roan Win transacciones privadas. Una vez que se imponia un tribu- to-en moneda a una aldea, y mas adelante a los individuos, el palacto podia obtener bienes y servicios emitiendo su propia deuda denominada en moneda en la forma de tarjas (en un principio placas de arcilla y despues, tarjas ‘de madera). Las monedas vendelan mucho después, pero fueron, al igual que las tarjas, evidencia de las deudas dela Corona. El uso de metales preciosos en las monedas sim- plemente se adopt6 para reducir las falsificaciones. Rebajamlento del dinero Enel transcurso de la historia la devaluacién de la mone- Jel precio de los metales preclosos y los han sido comu- da, el aumente Intentos de restaurar el “dinero fuert nes Esto con frecuencia se vincula a los estuerzos de la Cotona por obtener “sefioreaje", mediante el “rebajamien- joneda (reduciendo el contenido to" Intencional de la de metal precioso para producir més monedas por onza de metal). Se dice que el problema se resolvi6 a través de la Implantacion rigurosa de un esténdar de oro, de acuerdo ‘con el cual se acuné la moneda “plena” (0 ls billetes con sgarantia plena de metal prectoso) pretacion puede ser incortecta, quieé también vitima del “velo de ora” al que hicitnos relerencia antes Innes planteaba que, hasta fechas recientes, habla poca relacion entre el valor nominal de una moneda y su contenido de metal preciose. Aun (em Amterdar yon Hamburg ene no ws publicaba ta sta de cambio a latervalon cote, que se exubla en ‘encrelacén en acid, ant naconales com etaneras 20 termine de dad monetaria (El valut de estas monedas Actuaba cas ariamente Las monedas de peso 9 putza Innes ofrece ejemplos anteriores (Francia durante el re nado de San La y Bretana, la antig Grecia) y posteriores (Estados Unidos en 1782, antes de 1a antigua Gal adoptar el dolar) para demostrar que “nunca hubo una lunidad monetaria que dependiera del valor de una mone tal, que nunca hubo, hasta fechas dda o del peso de wn lativamente modernas, cualquier relacién Bja entre la unidad monetartay cualquier metal” bid.» 379) Més aun, “Ia idea general de que los reyes delibera: damente rebajan su acunacién, en el sentido de reducit su peso y pureza, carece de fundamento” (Ibid, p36)" ya Sy pacn gunna rcs con la chores de lacs Fate tc (obras hein qve nagar Cin bara aa pert par enue Teves, cuando cha kn extn mere amaraica {que por elcontrario, los reyes eran en extremo protectores de a “eal in, no porque esto determina ral valor de la moneda, sino porque “hacla fines del siglo 1m, creeid el sentimiento de que la estat lad financiera dependia de alguna forma de la uniformidad de la acuta: ‘i6n” (Ibid). De acuerdo con Innes, las monedas se deva- uaban no reduciendo el contenido de metal precioso, sino Por una proclamacién real que consistia en “depreciar” el valor nominal de la moneda.® Cuando un rey deseaba in ‘crementar su poder de compra, “decretaba una reduceién del valor nominal de las monedas. Este era un método per- {ectamente bien reconocido de tributacién tolerado por el pueblo, que sélo se quejaba cuando el proceso se repetia ccon demasiada frecuencia® (Ibid, p. 385) Se trata de un _método de tributacion, porque, al reducir el valor nominal de la moneda, el rey aumentaba el nimero de monedas, {que tenia. que entregarse en el pago de los impuestos. lo cual incrementaba la cantidad de bienes y servicios que Er canceac que las monde no tea ara supe nur nde seat sme Fe genpn une mea sng dew ct de va as nei ie cnr on pr ape as ones es sera te, lr de Sow Gees agua ened ‘Sener gy de mpueston Algnas vee. pic) cote coon meena conuactn wha, ar moved pores Se sear onea on weno een su disgust le eo» wrnmetien (te sus moneda Gein eae uncamet oF aes p37 Sera acd ment ah FSR te tr qe npn curr ‘enol atepcient sete Ge ro pre bene 03 Oftectan los suletos para obtener las monedas del rey fin de pagar impuestos. Cabe notar que el rey no camblaba Ja unidad monetaria, sino sélo el valor monetario de sus “fichas. con lo cual evitaba alterar los mereados privados (que en su mayor parte se conducian con el uso de arias, notas de cambio y otras deudas denominadas en moneda ‘de cuenta), Ademas, aunque el valor nominal de las mo- rnedas era ahora mis bajo, el hecho de que esto resultara en inflacion general dependia de los precios pagados por el rey, Si el gasto nominal y los impuestos se mantenian constantes, et llamando rebajamiento de la moneda podia ‘ocurrir sin alectar considerablemente los precios. Sin embargo, a resultas de la desvalorizacion de las monedas, asi como de la tendencia ascendente gene- ral de los precios (que algunas veces recibe el nombre de “revolucién de los precios") y el aumento en el precio de los metales preciosos (que sélo se alivié con los des- ccubrimientos en el Nuevo Mundo), surgio una ereencla €ef los ltimos afos de la Edad Media, de que existia una cconexion entee “la caida en el valor de la moneda”, “el aumento en el valor de los metales" y la deplorable con- dicion del acunamiento” (Innes, 1913, p_ 400), Se lego a pensar que sitan slo padiera controlarse el precio de los imetales preciosos y la “calidad” de las monedas, se evita- ria elalza constante de los precios. Sin embargo, todavia cenel siglo xs, los goblernos no eran eapaces de estabilizar “s Rea Waa los precios del oro, lo cual no podia hacerse por proclama- ion, sino s6lo mediante una politica activa de “existencia reguladora’ (y un incremento enorme en la produccién de oro), Tampoco lograron estabilizar el valor de las monedas, ni siquiera mediante la imposicién de leyes de curso legal (0 de lagelaciones). Como reconocié el Jefe de Justicia Chase en un caso de la Suprema Corte de 1872, “la, aceptabilidad de las deudas para con el gobierno”, y no las leyes de curso legal, determina el valor nominal de las monedas (Innes, 1913, p. 406), Durante el siglo xx y a inicios del x, los goblernos fi rnalmente adoptaron los estindares de oro ¢ intervinieron para determinar sus precios.» En virtud de que establecie- ron el estandar de oro que fijaba el valor de las monedas ¥y de todas las demas “fichas” estat a la unidad de cuenta, que a su vez se determinaron en relacion con una eantidad de metal precioso, yano podtian “depreciar” més el valor de la moneda, Por consiguiente, 1 y deudas relativas finalmente llegamos a una aproximacién al sistema mone- tario que el libro de texto utliz6 como hipétesis para los origenes del dinero, pero por la intervencién intencional de goblerno, mas que por el “consenso comin” de nues- tos antepasados que practicaban el intercambio, er gobieno algunas veces dptaba smutineamente esd ‘Ge lata pce plate sre lo us sn embarg, odin ceasona ‘oblemar de" dex poco (vse mas adelante). nn Este es un resumen muy breve de los “origenes” del dinero, gran parte del cual se basa en la especula- ‘in debido a su origen antiguo. Sin embargo, también podemos examinar unos cuantos casos més recientes de tentativas para crear un sistema monetario, Veremos los casos de una gobernadora colonial la época de la colonia en Estados Unidos, y la Guerra Civil estadounidense para, cexaminar més a fondo larelacion entre dinero impuestos. ‘Una gobernadora hipotética Comenzaremos con un ejemplo estilizado e hipotético de Ja forma en que puede monetizarse una economia. Noes nuestra intenclin presentar “datos historicos” en esta sec ion, ino mostrar c6mo se cree que se introdujo el dinero, fen una economia, al mismo tlempo que demostraremos algunas propuestas que se revisardn nuevamente en los siguientes capitulos. En la vida real, como sugerimos en las siguientes secciones, la monetizacién de la economia ‘es mucho més dif y compleja, Supongamos que una mujer fue nombrada goberna- dora de una colonia en la que no se hablan introducido hasta ese entonces monedas, precios y mercados. La co- Ionia tiene una economia que funciona plenamente, pese ‘aque es tradictonal (es decir, tribal) y a su capacidad de abastecer més que suficlente alimento, vestimenta y abri- 10 1 Rana Wa 0 para sus habitantes. La nueva gobemadora llega con st talonario de cheques y varias bolsas de papel moneda y monedlas. Su responsabilidad es organtzar a los nativos para que le construyan una mansion, para que propor: clonen los alimentos y servicios necesarios a ella y a su familia y par realizar algunas tareas enumeradas por la oficina central (una nueva carretera, por ejemplo). La go- bernadora anuncia la apertura de varios empleos y tablas de remuneracién. Para sorpresa suya, nadie se presenta 4 trabajar y las ofertas de mejores salario no producen interés. Llama a la oficina central para solicitar tropas y utiliza la amenaza de violencia para inducira los nativos a nbargo, concluye que la poblacion nativa es “perezosa, no conflable y desmotiva- proporcionar mano de obra. Sin da” (jaunque habian tenido bastante éxito para mantener- se antes de que ella llegara No debi6 haber sido asi. Como los gobernadores coloniales de la vida real descubrieron, la forma de intro- ducir dinero a la economia (y, en particular para gener oferta de trabajo a camblo de salarios monetarios) era imponiendo un impuesto monetario, En muchos casos, la poblacién nativa ya estaba familiarizada con el pago de impuestos o los impuestos mismos, pese a que era en forma no monetaria. Una vez que hubiera aplicado los im- puestos, la gobernadora s6lo hubiera necesitado definir lo que debia hacerse para obtener “lo que es necesario para pagar impuestos”, anunciando que podia obtenerse por trabajo de construccién en la mansién, por entrega de alimentos a su familia, por trabajo en la nueva carretera, ¥y ast sucesivamente, Notese que no habia necesidad de traer bolsas de papel moneda y monedas de la casa para {que los nativos aceptaran sin chistar cualquier cosa que cella pagara, siempre y cuando aceptara lo mismo para el pago de impuestos. Por ejemplo, la gobernadora pudiera haber lotocoplado una fotografia de ella misma para usar como papel moneda, que podria haber llamado “gobs”. Los gobs no huubieran requertdo el “respaldo™ de un metal preciso ni la gobernadora hubiera debido mantener reservas de dinero de la casa central contra los gobs No era necesario que los gobs fueran moneda de curso, legal ‘aceptable en el pago de todas las deudas publi «eas y privadas”, ya que todo lo que se requeria era que fueran aceptables en el pago de impuestos. Cabe notar, por ditimo, que no importa que los nativos estuvieran ‘acostumbrados a “mecanismos de mercado”, “contratos, financieros", uso de “dinero”, 0 siquiera que “confiaran” cen la gobernadora 0 en los gobs. Es deci, todas las expll- caciones que normalmente se proporcionan en los libros de texto de economia sobre el uso pablico del dinero det gobierno no aplican a nuestro ejemplo. El nico requisito es que la gobernadora impusiera e hiciera cumplir an im puesto, pagadero en gobs. cy ‘Rea Wes La gobernadora podria haber determinado el valor de los gobs a cualquier nivel que deseara, pues el hecho ‘de que se pagara un gob por hora de trabajo en la cons- trucei6n, o mil gobs por hora del mismo trabajo, hubiera sido completamente indistinto para los nativos. Lo que importarta, desde luego, era fijar la tasa de remuneracién con respecto a la abligaeién tributaria, de manera que cstableciera la cantidad de “esfuerz0" laboral requerido or la gobernadora. Cabe notar que sila gobernadora no ‘obtenfa la cantidad de esfuerzo que deseaba, no convenia ‘elevar la tasa de pago. ya que eso tan sélo “devaluaria" el gob y ella obtendria menos horas de trabajo por parte de los nativos, a una obligacién tributaria dada. En cambio, hhubiera debido incrementar la obligacién tributaria © ‘reducir la tasa de remuneracién para incrementar la cant dad de trabajo ofrecida, Por itimo, la gobernadora se hubiera percatado que para el pago de impuestos, sino que eran antes bien ellos quienes necesitaban gobs para pagar impuestos. Esto también significa que la gobernadora nunca hublera ten do que preocuparse por “hnanciar” sus gastos (através de larecoleccion de impuestos ni por los “déficit"resultantes ‘i los nativos decidieran ganar més gobs que los necesa- ros para cumplir el pexo de impucatos. En efecto, ella har bria esperado que los nativos conservaran algunos gobs \ecesitaba” los gobs que proporcionaban los natives Us emcncctnaeann 600 1s adicionales (por ejemplo, pagar impuestos en el futuro, 0 len caso de que algunos gobs se “perdieran en el camino"), para que corrieran déficit normalmente. Y tal vez hublera odido alentarlos a acumular gobs como ahorros, ofre- clendo pagar intereses sobre las reservas de gobs. Esto podria haberse hecho, por ejemplo, ofreciendo I mercado “gob-bonos”, que daria intereses por cada diez {gobs ahorrados, pagando un gob de interés por afo y pro- ‘metiendo regresar los diez gobs principales al final de cin- co afios. Con el tiempo su“deuda” pendiente en gob-bonos crecerfa al grado que la poblacién nativa desearia ahorrar gobs eintercamblartos por gob-bonos. La gobernadora no Gejaria de dormir por “el aumento de su endeudamiento™ con sus sujetos, y de hecho no tendria razén siqulera para llevar cuenta de sus défict y de su deuda pendiente fen gobsbonos. Y nunca seria engafiada por creer que los “mercados financieros” le dictarian a cuil tasa de interés deberia pagar sobre sus gob-bonos, porque serfa obvio ‘que lla, sla, estableceria la tasa. También advertiria que ninguna informacién til podria provenir de sus déficit anuales, de su deuda o incluso de los precios que pagaria, por los bienes y servicios obtenldos en relacién con la tasa de intereses que pagaba sobre los gob-bonos. Todo to que le importariaserfa la cantidad de bienes y servicios reales ofrecidos por los nativos. Si fueran Insuficlentes (por ejemplo, sno se satisficieran sus necesidades), po- 4 Rana Wer dria aumentar las obligaciones tributarias, en tanto que st fueran excesivas relaci6n con sus requerimientos (por jemplo, i los nativos no estuviesen produclendo lo suft- ciente para sobrevivie, ella podria bajar los impuestos y ‘disminuir sus compras para reducir el “esluerzo laboral” de los nativos. Por supuesto, los gobs también podrian usarse en. intercambios privados, o lo que Knapp denomina “la co- dad privada de pago”. Un individuo con obligacion tributaria podria acceder a realizar servicios para su ve- «ino con objeto de obtener los gobs que el vecino haya acumulado. Podrian crearse mercados privados para que los productores de bienes y servicios obtuvieran los gobs necesarios para el pago de Impuestos. Una proporcién ‘reciente del dia de cada persona podria dedicarse a acti= vidades mercantiles en busca de gobs, no s6lo para pagar Impuestos, sino también para comprar en el mercado los blenes y servicios que elevan el estandar de vida (como veremos mas adelante, las economias tradicionales de la “vida real” quiza requieran mucho mayor para produeir para el mercado). Una vez que la gobernadora introdujera la moneda gob sobre la cual tiene e! monopolio de emiston, podria ssurgir el desempleo cuando los individuos ofrecieran tra- iduccion” Un wcrc ALA eR 1s bajar para ella, pero sin encontrar empleo.* Seria bastante absurdo dejar a los desempleados rogando a la goberna- dora que les permitiera proporcionarle bienes y servicios, ara que pudieran obtener gobs, ya que, después de todo, cl costo para la gobernadora de emitir gob serfa de casi cero (pues consistiria de los costos de fotocopiar gobs). La inteligente gobernadora no tardarfa en percatarse que la solucion consistrfa en aceptar las ofertas, es deci, con- tratar alos trabajadores desempleados. Si descubriera que se ofrecfa demasiado trabajo (por ejemplo, si los nativos estuvieran trabajando turnos de 16 horas por diay desculdando a sus familia), siempre tendria la posibilidad de reducir los impuestos y sus gas- tos para disminuir la oferta de trabajo. Descubrirfa que “el gasto gubernamental” puede ser demasiado grande * En las economias no moneuris, fs vncuas de reiprociad, fs \terechos bases en cotumbrescbligaciones impucta aes nds ¥ ls drcesn del taboo stave de ddenesaseguaban que ln mane, e obra se mantis plenamente empeade Paul Davidson sehale “Las economias eles que no usan moneda hi corto de abajo monetaros a orniar ls poduccin (por sempo el feutalisie, as econconne ‘scars as sas de os mares dl Sur que deseubr Mangoes Mead tee) pueden (.)enferare aun lsu incr peo nea tena et desemple incline como problema imporante (Paul Devcon archos cao en Most 1987/1958 p67). Sesto cua samen realonoala pblacion depende del gndo ene ase lve moretcada ‘Stain habla ampli poruridades desire ls wluntads sl exence eos mereadosentonces et "Jesempleo" producria alert se las personas eran incapaces de conseguir los gob equendon ps pagar ‘impuesce, -y demasiado pequeso, como lo indica el estuerzo exces vo dedicado para obtener gobs, en un extrem, o por et mero excesivo de ofertas para trabajar que no se satis: {acen por las ofertas de empleo en el extremo opuesto. La ‘gobernadora no podria juzgar sel gasto gubernamental es demasiado grande pequetio tan s6lo con sumar los gobs ‘que ha gastado, ni con calcular la magnitud de sus défcit, 1 midiendo el gasto gubernamental total como porcenta- Je del “producto interno bruto” de la colonia: esta infor- macién no le brindaria ninguna informacion de utilidad. Nuevamente, la gobernadora solo necesitaria determinar que es capaz de obtener los bienes y servicios requeridos para cumplir las funclones que su oficina supuestamente debe desempenar, garantizando que la poblacién no esté trabajando mucho ni muy poco, manifiesto por el aban- dono de otras actividades, en un extremo, 0 por filas de desempleados buscando trabajo en el extremo opuesto. Esto tal ver parezca a os lectores un relato agradable, pero. erearon realmente los gobernadores coloniales en la vida real una oferta de trabajo dispuesta a trabajar por salarios monetarios mediante la imposicion de tributos? Cémo mostraremos a continuacién, ast lo hicieron. De cualquier forma, esto no comprueba que de esta forma se originé el dinero, ya que una cosa es afrmar que l goberne- dor que esté acostumbrado al uso del dinero puede descu: brir que los impuestos proporcionan un medio para ayudar ‘a monetizar una economia. y otra muy diferente es afrmar {que ése es el modo como las economias se monetizaron ‘en un inicio. Ademés, como Sefalaremos, no hay evidencia ‘que sustente la posicion extrema de que los impuestos por si solos serfan suficientes para crear una economia moneta- sia a partir de una economia tradicional. Los gobernadores e la vida real también dependian de la fuerza. Aunque los lmpuestos generaban una oferta de trabajo, la creacion de mercados “privados” requirié de la destruccion de la eco- rnomia tradicional, Cabe notar también que no es aparente {que ningun gobernador de la vida real haya comprendido 4 fondo las implicaciones de la postura de “dinero guiado por impuestos”. aun cuanda muchos de ellos efectivamente reconocleron de manera explicita las implicaciones de los limpuestos que asignaron para inducir a os nativos a olre. cer bienes y servicios de trabajo, acambio de “Io que es ne ccesario para pagar impuestos”. En la siguiente section exa- rminaremos brevemente algunos ejemplos hist6ricos que parecen ser congruentes con nuestro argument general Gobernadores coloniales de la vida real Willam Henry Furness deseribié el caso de la isla de Uap (parte de las Islas Carolinas), que estuvo bajo el contro! ‘de Alemania en 1898. Los islefios utilizaban fei, “ruedas de piedra grandes, sélidas y gruesas, cuyo dldmetro variaba 1 Rea Wee de uno a doce pies, ¥ en cuyo centro tenian un agujero lo suficlentemente grande y fuerte para soportar el peso y {acilitar el transporte” en los Intercamblos ceremoniales™ (Furness, 1910, p. 98). En todo caso, el nico antecedente necesario es comprender que los islefos atribufan un va- lor ceremonial importante al fei y que el gobierno alemén 0 us6 como medio para la obtencién de servicios de tra bajo. ‘No exten vehiculs con rua en Uap y. po consiguente no hay caminos para caret, blen sempre ha nabido caminos laramente definidos de comunicachn ene ls diferentes po blados Cuando el gobierno alemnasusio a proptedad de as Islas Carolinas (muchos de exon caminos o carreras st cenconttaban en malas condiciones, ys dijo alo ees de tos livers dsttos que debian repaariasy deja en buen este Sin embango fos bloques de coral de tosea deoracin eran tnuy adecuados para os ples descalzos eos natvos y muchas fueron las epeticines de ls orden que se manteni desta Fnalmente se deco impner uaa sancion por desobediencia ‘os jeles de bos distros Come podria ponerse a mula? E ona os ees, prs no a ean tanto que io,en nat ex pata torzarlos 4 pga ens propio cero) hublera requer primer hgar que la iad deta poblacion transportara la mul: fev seq, no podria guardarse en elec del gobierno x jr alto, tei de sels ples de mero, no bend so “he pee imag que se usta como una especie demedio de teque primi Snembarasu descrip no presenta eden de te ies nmewade, Usnmonccci sO 20 ER 19 has on Alemania, difelinente srian vidos como medlo de ‘irelacon en la Madre Patria. Finalmente, por una fle Wea. ‘ee a ma enviando un hombre a cada fait y pb pot os (ists descbedientes, donde simplemente marcO wn nero ‘eterminado de los te ns valloos con una cruz en pita negra para mostrar que et goblero reclamabs esse pledras fst lncioné de inmedat como por arte de masa 1 pueblo, cempobrecidotrstemente de eta forma, proce a reparar las areterascon tan buen elect de un extreme dea isl al oto, (jure actalsad vom como aveidas Pret! La muita he a da os felces fs recuperaron la posesion de su reserva de np ynadaron en siquezn Pures, 1910, p. 98100). El simple acto de *multar” (0 asignar un impuesto) de esta, forma generé la oferta de trabajo deseada por los colon listas,y los nativos trabalaron para eliminar la “obligacién tributaria” a fin de restaurar su riqueza.” Mat Forstater recientemente afirmé que el Africa colonial ofrece una excelente fuente de ejemplos de mo- netizaclon de economias a través de la obligaci6n de int ppuestos, porque se trata de casos recientes con registros ‘exactos. En sus palabras: En Is sigan Grecia, las pleas se wsabon pac eintar a propiedad de un pane endeudada El granes entices lea” Proporconando wabaje a quien ena la deuda. Por consist a ual fueteau des cices eas a pedrasbstaban para sinatra ces ‘ Reena Wen ns 6 ns natcntes ce poitica coil de expr qu 4 pe sases mpoestos ex nero entice pore goberno era blga los arcs poner en vara su terea de rab cat de salarioe cencmunads eee deo (at como fora e cambio crla procuccte de subsitencie a de cute comercaly crear suevos mercados para los beneseuropene) (Mathew Forsater, ow ce sapere ce 128) Examinaremos algunos casos que son demostraciones particularmente claras de esto. En toda el Alrica colonial fue dificil para los colonos Tuer 2 los natives ala “fuerza de trabajo”. Las ccatates Gor etenarce lot prnaros colonizadores y ros pattones pare garanzar trapao aslinago sn muy co nondas Lox procipales mecansms pare is ceacién oe ub Sexiprotercs ponsen eoumeraree tn ifcuadis Primer, Seeger ya samiistrecde wena elas scidades ance ‘as pero genera compat Gea tnbutacien Seer 1985, Walter Neale examind el caso especifico del gobierno colo- ial Dritdnico en Airica Central: errs taba pars tacer Gur la tres fuera peocuctva La comets popercinl tar aes prneros. Era fue otro ace Lavacvve eguderare el oblac locay orale strabaar a tera. habia toro reprobabie sos eos mevpece (Ea canlgoer aun, en us princi los poneros ser. pons sparc ie, que Surpa era de taba para ara la tera. ofrecansalaros Se olrecieron sans, pero lou baste noe apareceron para trabajar la era (Neal. 176 > La sociedad africana no estaba monetizada, de modo que la pregunta era cémo hacerlo. “La solucién impuesta por los ploneros consistié en exigr que se pagara un impuesto per cépita en dinero, obligando asia que los bants trabajaran con objeto de ganar dinero para pagar el impuesto” (ibid). Esta ue una experiencia casi universal en toda Africa Por ejemplo, Magubane examiné el caso de Africa del Sur HJ y Ray Simons. eau bro, Cas nd Cobar South tc ‘SOLS50, sefalan que desputs e In guerra angloboer (.) #¢ 2 gue todo var uric auto pagar un innpueto de doe ora en rabao.y otras os bras por la segunda exponsy cada ‘pote accional era polgamo (Magubane 1878p 48) Amodo de otro ejemplo: se necesitaba una inmensa fuerza de trabajo para las minas de oro en el Cabo, pero los afr ‘canos se rehusaban a trabajar, de forma que “la Comisién de Trabajo en la Colonia del Cabo suginié en 1883 que cada alricano varén pagara un impuesto, con remisién comple. ta si podia demostrar que habia estado empleado fuera de casa durante el aho” (Ibid. p. 78). De manera similar, los franceses impusieron en Africa Occidental un impuesto monetario para crear trabajo asalariado (Stitcher, 1985, p we Rana We 40), En el Congo Belga, “tendia a emplearse fuerza directa cen las primeras fases del reclutamiento dle trabajo, antes de los efectos indirectos, pero poderosos, de la tributa- ‘ion (bi. p. 94), Un administrador colonial en Africa det Sur observ que: ‘No enon mis que grano para subsist y par el pago de sus Impuestos. maiz, cuando pueden venderlo, produce alrededor ‘de chetines por bls yen muchos casos, a mujer o hombre ‘debe recorrer 20 mills con una bola de maz sobre su cabeza, porls cual eibies9 peniques I celin, para luego regress 20 mils einerementar au impuesto. Adminsradoe Colonial de isch Ain del Sur, 1855, ita elif, 1987p. 7). Como otro ejemplo mas: En 192, para aumentar I presi econdmica entre los eampest os afianos, a Ley de Tebutacon y Desarolo des Nativos {osimero 41 de 1822) load a todos lo arcanos varones de Giecocho a sesenta y cinco aos de edad a pagar un impuesto or persona de una libra por afo, ya cada morador masculno ‘de una cho en la reserva a pagar un impuest lca de die chelines (Magubne, 978.89, De acuerdo con las cifras que proporciona Colin Ley para cl caso de Kenya, después de la Primera Guerra Mundial, los impuestos promediaban aproximadamente tres cuar- tas partes de los salarlos monetarios anuales (Leys, 1975, p. 31:32) Los administradores de la colonia parecian re- ‘conocer que el propésito de los impuestos no era propor- 163 cionar una renta al gobierno colonial, sino “incrementar la presion econémica” en la poblacion nativa. Regresando al caso de Africa Central, Neale sefala que la obligactén de impuestos para obtener trabajo “no era una solucién feliz", ya que los nativos desaparecian “tan pronto ganaban el dinero requerido para pagar el lmpuesto’, y los ploneros, “con la idea de correcto e inco- rrecto con que veian el mundo, consideraban alos bantu Indtiles, perezosos, deshonestos, incompetentes ¢ irres- ponsables”, en tanto que los bantds, “con la idea de co- rrecto e incorrecto con que vefan el mundo, consideraban los pioneros amenazadores, bestiales y por lo menos en cierto grado locos” (Neale, 1976, pp. 79-80). Con el tiempo se destruyé la vida tribal. En palabras de Neale: “culpar de todo al dinero seria errno". aunque los nativos cada ver mds “llegaron a necesitar y después desear el dinero y las cosas que el dinero podia comprar (..) El dinero fue sin lugar a dudas un elemento importante en el cambio de las vidas de los descendientes de los blancos y los negros en Africa Central” (Ibid. 1976, pp. 8081), Por consigulente, Ia tributacién en forma de dinero cn las colonias no sélo destruyé las economias tradicio- nales, sino ayud6 a desarrolar las economias monetarias. Esto n estado para induci la produccién merca permite implicar que la tributacién sola hubiera or dinero, Para los colonos, algunas veces fue necesario eliminar Lucas Wr atternativas a los mercados, por ejemplo, destruyendo las cosechas que permitian la autosuficiencia. O bien, creaban la demanda por bienes de Iujo o de estatus que s6lo podian obtenerse de los mercados, destruyendo el ‘gualitarismo para crear una clase superior. Los otros medios que se utilizaban, ademas de la imposicién de tributos monetarios, muestran cudn incorrecta es la his- toria en Ios libros de texto. Lejos de un “consenso social” sobre el uso del dinero como alternativa eficiente para el trueque, el desarrollo de una economia monetaria en realidad requirié de la imposicién tributariay el uso de la fuerza, En términos de Rodney, s6lo una “minoria aprove- cch6 avidamente la oportunidad” (Rodney, 1974, p. 157) de producir cultivos comerciales para obtener bienes euro- eos. y esto sucedi6 despues de haber estado expuesto a ellos. Resulta mucho mas dificil creer que los individuos en una sociedad tradicional hubiesen concebido la idea de producir cosechas para el mercado, para obtener dinero y para obtener mercancias que ni siquiera existian! En conclusion, las autoridades de la colonia se en {rentaron al problema de inducir a las poblaciones nativas. 2 proporcionar trabajo, y advirtieron que con ofrecer di- nero solamente, aun a modo de monedas de oro 0 plata, no conseguian la fuerza de trabajo requerida. Tampoco la essclavitud, ni otras formas de coaccién, fueron general- ‘mente aceptables ni tuvieron éxito en la época. Por tanto, Usa semocucn A re 1 dependieron de la imposicion tributaria, pagadera (en la ‘mayor parte de los casos) en forma de monedas europeas {que sélo podian obtenerse de los colonizadores. Esto no, sélo gener6 el trabajo que necesitaban los colonos, sino también ayudé a destruir la sociedad tribal y a crear una economia monetaria.® Més atin, pese a que es claro que los gobernadores coloniales comprendian que los impues- tos monetizarian la economia, no lo es tanto que compren-

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