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PROPÓSITO:

Sobre Mostrar cómo tres personas permanecieron firmes en carácter y lealtad a Dios aun
cuando colapsaba la sociedad que los rodeaba

el libro de AUTOR:
Desconocido. Algunos piensan que fue Samuel, pero la evidencia interna sugiere

RUTH que se escribió después de su muerte

FECHA:
Poco después del período de los jueces (1375–1050 a.C.)

MARCO HISTÓRICO:
Un momento oscuro en la historia de Israel cuando la gente vivía para satisfacerse a
sí misma, no a Dios ( Jueces 17.6 ).

VERSÍCULO CLAVE:
«Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a donde-
quiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi
pueblo, y tu Dios mi Dios» ( 1.16 ).

PERSONAS CLAVE / FAMILIARES


Rut, Noemí, Booz / Elimelec, Mahlón, Quelión, Orfa, Booz

LUGAR CLAVE / OCUPACIONES


Moab, Belén / Esposas, viudas

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:
Cuando alguien dice: «Déjame que te cuente de mi suegra», esperamos alguna
declaración negativa o una anécdota humorística, porque el caricaturizar a la suegra
casi siempre ha sido como objeto de burlas o chistes. El libro de Rut, sin embargo,
cuenta una historia diferente. Rut amaba a su suegra, Noemí. Después que enviudó,
pidió a Noemí seguirla a dondequiera que fuera, aunque eso significara abandonar
su tierra. Con palabras que brotan del corazón, Rut dijo: «Tu pueblo será mi pueblo,
y tu Dios será mi Dios» ( 1.16 ). Noemí estuvo de acuerdo y Rut viajó con ella a Belén.

No se dice mucho acerca de Noemí excepto que amaba a Rut y velaba por ella. Es
obvio que la vida de Noemí testificaba con poder acerca de la realidad de Dios.
A Rut le atrajo ella y el Dios que adoraba. En los meses y años subsiguientes, Dios
guió a esta joven viuda moabita a un hombre llamado Booz, con el que finalmente
se casó. Como resultado, llegó a ser la bisabuela de David y ancestro del linaje del
Mesías. ¡Qué profundo impacto tuvo la vida de Noemí!

El libro de Rut es además la historia de la gracia de Dios en medio de circunstan-


cias difíciles. La historia se desarrolla durante la época de los jueces, un tiempo
marcado por la desobediencia, la idolatría y la violencia. Aun en tiempo de crisis
y de profunda desesperación, hay quienes siguen a Dios y mediante ellos trabaja.
No importa cuán desalentador y antagónico parezca el mundo, siempre hay gente
que sigue a Dios. Y para lograr sus propósitos, Él usará a cualquiera que esté listo.
Rut era una moabita y Booz era descendiente de Rahab, una prostituta de Jericó.
Sin embargo, su descendencia continuó la línea familiar a través de la cual vino el
Mesías al mundo.

Un libro que anima. Dios está trabajando en el mundo y Él quiere usarlo. Dios puede
usarlo de la misma forma que usó a Noemí para llevar su familia o sus amigos a Él.
Cuando vemos por primera vez a Rut, es una viuda desamparada.
La seguimos cuando se une al pueblo de Dios, recoge espigas
1.Rut permanece fiel a Noemí en un campo sembrado de trigo y arriesga su honor en la era de
( 1.1-22 ) Booz. Al final, vemos a Rut convirtiéndose en su esposa. Cuánto
2. R ut espiga en el campo nos ilustra sobre cómo depositar nuestra fe en Cristo. Comenzam-
de Booz ( 2.1- 23 ) os sin esperanza y somos extranjeros rebeldes que no tenemos
3. R ut sigue el plan parte en el reino de Dios. Luego cuando arriesgamos todo al pon-
de Noemí ( 3.1- 18 )
er nuestra fe en Cristo, Dios nos salva, nos perdona, reconstruye
4. R ut y Booz contraen
matrimonio ( 4.1-22 ) nuestras vidas y nos da bendiciones que perdurarán por toda la
eternidad. El acto de Booz al redimir a Rut nos ilustra cómo Cristo
nos redime a nosotros. Mateo 1.5 también menciona a Rut.

TEMA EXPLICACIÓN IMPORTANCIA


Fidelidad La fidelidad de Rut hacia Noemí como nuera y ami- La vida de Rut la guió su fidelidad a
ga es un gran ejemplo de amor y lealtad. Rut, Dios y su lealtad hacia la gente que
Noemí y Booz fueron también fieles a Dios y sus conocía. Para ser leales y amorosos
leyes. A través de la historia vemos la fidelidad de en las relaciones, debemos imitar la
Dios hacia su pueblo. fidelidad de Dios en el trato con los
demás.
Bondad Rut fue muy bondadosa con Noemí. A su vez, Booz Así como Booz mostró su bondad
fue bondadoso con al comprar la tierra para garantizar
Rut, una moabita despreciada que no tenía dinero. la herencia de Rut y Noemí, también
Dios fue bondadoso con Rut, Noemí y Booz al unir- Cristo mostró su bondad murien-
los para llevar a cabo sus propósitos. do por nosotros para garantizarnos
la vida eterna. La bondad de Dios
debería motivarnos para amarlo y
honrarlo.
Integridad Con su lealtad a Noemí, Rut mostró un carácter Cuando experimentamos la fidelidad
muy moral con su y la bondad de Dios, deberíamos
indiscutible rompimiento con su tierra y costumbres responder mostrando integridad. Así
antiguas y por su arduo trabajo en los campos. como los valores por los que vivieron
Booz mostró integridad en sus normas morales, su Rut y Booz contrastaban mucho con
honestidad y al cumplir sus compromisos. los de la cultura descrita en Jueces,
también nuestras vidas deberían dis-
tinguirse del mundo que nos rodea.
Protección Vemos el cuidado y la protección de Dios en las No importa cuán devastadora sea la
vidas de Noemí y de Rut. Su control supremo sobre presente situación, nuestra esperan-
las circunstancias les da seguridad y confianza. Él za está en Dios. Sus recursos son
guía las mentes y las actividades de las personas infinitos. Debemos creer que Él puede
para cumplir su propósito. actuar en la vida de cualquier per-
sona, sea esta un rey o un extran-
jero en tierra extraña. Confíe en su
protección.
Prosperidad/ Rut y Noemí llegaron a Belén como Bendición viudas Tenemos la tendencia a pensar en
Bendición pobres, pero pronto les vino la prosperidad medi- las bendiciones en términos de pros-
ante el casamiento de Rut con Booz. Rut llegó a peridad más que en relaciones de
ser la bisabuela del rey David. Sin embargo, la gran alta calidad que Dios hace posibles
bendición no fue el dinero, ni el matrimonio, ni el para nosotros. No importa cuál sea
niño, sino la calidad de amor y respeto que hubo nuestra situación económica, amem-
entre Rut, Booz os y respetemos a quienes Dios ha
y Noemí. traído a nuestras vidas. Al hacerlo,
damos y obtenemos bendiciones. El
amor es la bendición más grande.
RUTH
La historia de Rut transcurre en algún momento durante el período de los jueces. Aquel-
los eran días negros para Israel, cuando «cada uno hacía lo que bien le parecía» ( Jueces
17.6 ; 21.25 ). Pero en medio de esos tiempos oscuros y malos, aun había quienes seguían
a Dios. Noemí y Rut son ejemplos hermosos de lealtad, amistad y entrega a Dios y al uno
por el otro.

Moab era la tierra al este del Mar Muerto. Era una de las naciones que oprimieron a Israel
durante el período de los jueces ( Jueces 3 .12ss), así es que había hostilidad entre las dos
naciones. La hambruna debió haber sido bastante severa en Israel para que Elimelec decidi-
era irse de ahí con su familia. Se les llamaba efrateos porque Efrata era el nombre antiguo
de Belén. Aun si Israel derrotara a Moab, seguirían las tensiones entre ellos.

Las relaciones amistosas con los moabitas no se aprobaban ( Deuteronomio 23.3–6 )


aunque quizás no se prohibieron, ya que los moabitas vivían fuera de la tierra prometida.
Casarse con un cananeo (y con cualquiera que viviera dentro de las fronteras de la tierra
prometida), estaba, sin embargo, contra la Ley de Dios ( Deuteronomio 7.1–4 ). A los moab-
itas no se les permitía adorar en el tabernáculo porque durante el éxodo de Egipto no les
permitieron a los israelitas pasar a través de su tierra. Como nación escogida de Dios, Israel
debió de haber establecido las normas de una vida de alta moral para las otras naciones.
Es irónico, pero fue Rut, una moabita, a quien Dios usó como ejemplo de carácter espiritual
genuino. Esto muestra cuán estéril era la vida de Israel en esos días.

Las historias de algunas personas en la Biblia se encuentran tan entrelazadas que casi
son inseparables. Sabemos más acerca de su relación que de ellas como individuos. Y en
una era que rinde culto a la personalidad, sus historias son modelos útiles que ayudan a
las buenas relaciones. Noemí y Rut son ejemplos hermosos de esta fusión de vidas. Sus cul-
turas, sus antecedentes familiares y su edad eran muy diferentes. Como suegra y nuera, tal
vez tuvieron tantas oportunidades de tensión como de ternura. Y así se mantuvieron unidas
la una a la otra. Pasaron por profunda tristeza, se quisieron mucho y se entregaron por
completo al Dios de Israel. Y a pesar de su interdependencia, tenían libertad en cuanto a su
compromiso de la una por la otra. Noemí estaba dispuesta a permitir que Rut regresara a su
familia. Rut estaba dispuesta a dejar su tierra natal e ir a Israel. Noemí incluso ayudó en los
arreglos matrimoniales de Rut y Booz aun cuando esto podía cambiar su relación con ella.

Dios estaba en el centro de su comunicación íntima. Rut llegó a conocer al Dios de Israel
a través de Noemí. La anciana permitió que Rut viera, escuchara y sintiera todo el gozo y
la angustia de su relación con Dios. ¿Cuán a menudo siente usted que sus pensamientos
y preguntas acerca de Dios deben quedar fuera de una amistad íntima? ¿Cuán a menudo
expresa sus desordenados pensamientos acerca de Dios con su esposa o con sus amigos?
Expresar abiertamente acerca de nuestra relación con Dios puede brindar profundidad e
intimidad a nuestra relación con los demás.

• Una relación donde el vínculo más grande era la fe en Dios


• Una relación de un sólido compromiso mutuo
• Una relación en la que cada persona trató de hacer lo mejor para la otra
• 
La presencia viva de Dios en una relación supera las diferencias que de otro
modo crean división y falta de armonía.
En el mundo antiguo casi no había nada peor que ser viuda. Las maltrataban o las pa-
saban por alto. Casi siempre eran personas golpeadas por la pobreza. La Ley de Dios, sin
embargo, establecía que el pariente más cercano del esposo fallecido debía cuidar de la
viuda; pero Noemí no tenía parientes en Moab y no sabía si existía alguno vivo en Israel.

Aun en esa situación desesperada, Noemí tuvo una actitud desinteresada. Aunque de-
cidió regresar a Israel, animó a Rut y a Orfa para que se quedaran en Moab y comenzaran
una nueva vida, aunque eso significara más dolor para ella. Como Noemí, debemos consid-
erar las necesidades de los demás y no solo las nuestras. Según descubrió Noemí, cuando
usted actúa desinteresadamente, otros se sentirán animados a seguir su ejemplo.

El comentario de Noemí aquí («¿tengo yo más hijos en el vientre que puedan ser vuestros
maridos?») se refiere al levirato , la obligación del hermano del finado de cuidar su viuda
( Deuteronomio 25.5–10 ). Esta ley evitaba que la viuda quedara en la miseria y proporcion-
aba una forma para que continuara el nombre del finado esposo.

Noemí, sin embargo, no tenía otros hijos que se casaran con Rut ni con Orfa, así que
las animó para que se quedaran en su tierra natal y se volvieran a casar. Orfa estuvo de
acuerdo, lo cual era su derecho. Pero Rut estuvo dispuesta a renunciar a la posibilidad de
seguridad e hijos para cuidar a Noemí.

Elimelec, Noemí y sus hijos viajaron de Belén a Moab a causa de una hambruna. Después
que su esposo y sus hijos murieron, Noemí volvió a Belén con su nuera Rut. Rut era una
moabita, pero eso no le impidió adorar al Dios verdadero, ni tampoco impidió a Dios aceptar
su adoración y colmarla de grandes bendiciones. Dios no amaba únicamente a los judíos.
Dios eligió a los judíos como instrumento para que el resto del mundo lo conociera. Esto
se cumplió cuando Jesús nació como judío. A través de Él, todo el mundo puede conocer
a Dios. Hechos 10.34–35 dice que «Dios no hace acepción de personas, sino que en toda
nación se agrada del que le teme y hace justicia». Dios acepta a todos los que lo adoran;
actúa a través de las personas sin importar raza, sexo o nacionalidad. El libro de Rut es un
ejemplo perfecto de la imparcialidad de Dios. Aunque Rut provenía de una raza a menudo
despreciada por los israelitas, fue bendecida por su fidelidad. Llegó a ser la bisabuela del
rey David y un antepasado directo de Jesús.

Noemí experimentó varias penurias. Abandonó Israel casada y segura; regresó viuda y
pobre. Se cambió el nombre para expresar su amargura y el dolor que sentía. Noemí no
rechazaba a Dios al manifestar abiertamente su dolor. Sin embargo, tal parece que perdió
la visión de los tremendos recursos que tenía en su relación con Rut y con Dios. Cuando
enfrente momentos amargos, Dios recibirá con agrado sus oraciones sinceras, pero cuídese
de no pasar por alto el amor, la fuerza y los recursos que Él provee en las presentes rel-
aciones. Y no permita que la amargura y la desilusión lo cieguen ante las oportunidades.

Belén estaba a unos ocho kilómetros al sur de Jerusalén. El pueblo estaba rodeado por
exuberantes campos y arboledas de olivos. Sus cosechas eran abundantes. El regreso de Rut
y Noemí a Belén fue sin duda parte del plan de Dios porque en esta aldea nacería David
( 1 Samuel 16.1 ) y como lo predijo el profeta Miqueas ( Miqueas 5.2 ), también Jesús na-
cería allí. Esta acción, fue más que una simple conveniencia para Rut y Noemí. Conducía al
cumplimiento de la Escritura.

Debido a que el clima de Israel es muy moderado, hay dos cosechas cada año, en la
primavera y en el otoño. La cosecha de cebada se llevaba a cabo en primavera y fue en
ese tiempo de esperanza y de plenitud que Rut y Noemí regresaron a Belén. Belén era una
comunidad agrícola y debido a que era época de cosecha, había mucho grano sobrante
en los campos. Este grano podía recolectarse o espigarse y luego convertirlo en alimento.
Cuando el trigo y la cebada estaban listos para la siega, se contrataban segadores para
cortar y atar las espigas en manojos. La Ley israelita establecía que no se segara hasta el
último rincón de los campos. Además, cualquier espiga que se cayera debía dejarse para que
la gente pobre lo recogiese (a esto se le llamaba espigar ) y usara para comer ( Levítico
19.9 ; 23.22 ; Deuteronomio 24.19 ). El propósito de esta ley era alimentar a los pobres e
impedir que los dueños lo acapararan. Esta ley servía como una especie de programa de
bienestar social en Israel. Debido a que era una viuda sin medios para mantenerse sola, Rut
fue a los campos a espigar.

Rut hizo suya una tierra extraña. En lugar de depender de Noemí o esperar a que llegara
la buena fortuna, tomó la iniciativa. Fue a trabajar. No tuvo miedo de admitir su necesidad
ni de trabajar duro para satisfacerla. Cuando Rut salió a los campos, Dios proveyó para ella.
Si usted está a la espera de la provisión divina, considere esto: Quizás Él esté esperando
que dé el primer paso para demostrar cuán importante es su necesidad.

La tarea, aunque humilde, agotadora y quizás vil, Rut la llevó a cabo con fidelidad. ¿Cuál
es su actitud cuando la tarea que se le encomienda no está a la altura de su verdadero
potencial? La tarea que tiene a la mano tal vez sea todo lo que puede hacer, o a lo mejor
sea el trabajo que Dios quiere que haga. O, como en el caso de Rut, puede ser una prueba
de su carácter que abra nuevas puertas de oportunidad.

La vida de Rut mostró cualidades admirables: trabajaba duro, era amorosa, bondadosa,
fiel y valiente. Estas cualidades le permitieron ganar una buena reputación, pero solo porque
las ostentó constantemente en todos los aspectos de su vida. A dondequiera que iba o
cualquier cosa que hacía, el carácter de Rut era el mismo.

Su reputación se forma por la gente que lo observa en su trabajo, en su ciudad, en su


casa, en su iglesia. Una buena reputación surge al vivir siempre con las cualidades en las
que cree, sin importar qué tipo de gente o ambiente lo rodee.

Los personajes del libro de Rut son ejemplos clásicos de gente buena en acción. Booz
fue más allá del propósito de la ley de la siega al demostrar su bondad y generosidad. No
solo permitió que Rut espigara en su campo, sino que además dijo a sus trabajadores que
dejaran caer a propósito algo de espigas en el camino. De su abundancia, ayudó al necesi-
tado. ¿Con cuánta frecuencia va usted más allá de los patrones aceptados para ayudar a
los necesitados?

Noemí se sintió amargada ( 1.20 , 21 ), pero su fe en Dios todavía seguía viva y lo alabó
por la amabilidad de Booz hacia Rut. En sus angustias, seguía confiando en Dios y recono-
ciendo su bondad. Podemos sentirnos amargados por alguna situación, pero nunca debemos
desesperarnos. Hoy es siempre una nueva oportunidad para experimentar el cuidado de Dios.

Aunque quizás Rut no reconoció siempre la dirección de Dios, Él estaba a su lado en cada
paso del camino. Fue a espigar y «precisamente ocurrió» que llegó al campo de Booz que
«precisamente resultó» ser un pariente cercano. Esto fue algo más que una simple coinci-
dencia. Mientras realiza sus tareas diarias, Dios obra en su vida en formas que ni siquiera
usted nota. No debemos cerrar la puerta a lo que Dios puede hacer. Para el creyente, las
cosas no ocurren por suerte ni coincidencia. Tenemos fe en que Dios dirige nuestras vidas
para su propósito.

Como viudas, Rut y Noemí solo podían esperar tiempos difíciles. Sin embargo, cuando
Noemí escuchó las nuevas acerca de Booz, renovó su esperanza para el futuro ( 2.20 ).
Típico de su carácter, pensó primero en Rut, animándola a ver si Booz asumía la responsa-
bilidad de «pariente redentor» para ella.
Un redentor era un pariente varón que voluntariamente asumía la responsabilidad de su
familia extendida. Cuando el esposo de una mujer fallecía, la Ley ( Deuteronomio 25.5–10 )
establecía que ella podía casarse con un hermano del esposo muerto. Pero Noemí no tenía
más hijos. En ese caso, el familiar más cercano al esposo podía ser el pariente redentor y
podía casarse con la viuda. El familiar más cercano no tenía que casarse con la viuda. Si
elegía no hacerlo, el siguiente pariente más cercano podía ocupar su lugar. Si nadie decidía
ayudar a la viuda, esta quizás viviría en la miseria el resto de su vida porque en la sociedad
israelita la herencia se transfería al hijo o al pariente varón más cercano, no a la esposa.
Para sacar la espina de estas leyes de herencia, estaban las leyes de la siega y de los
parientes redentores.

En Jesucristo tenemos un pariente redentor, quien a pesar de ser Dios, vino a la tierra
como hombre para salvarnos. Por su muerte en la cruz nos ha redimido del pecado y por lo
tanto nos ha comprado para ser su propiedad ( 1 Pedro 1.18 , 19 ). Esto garantiza nuestra
herencia eterna.

Los héroes son más fáciles de admirar que de definir. Tienen muy poca conciencia de su
heroísmo y otros quizás no reconozcan la heroicidad de sus actos. Los héroes simplemente
hacen lo bueno en el momento oportuno, sea que se den cuenta o no del impacto que su
acción tendrá. Quizás la única cualidad que poseen es una tendencia a pensar en los demás
antes que en ellos. Booz fue un héroe.

En sus tratos con otras personas, siempre pensaba en sus necesidades. Las palabras a
sus empleados, familiares y otros siempre estaban impregnadas de bondad. Brindaba ayuda
con franqueza, no de mala gana. Cuando descubrió quién era Rut, tomó varias medidas
para ayudarla debido a que fue fiel con Noemí. Cuando esta le aconsejó que buscara su
protección, Booz estuvo dispuesto a casarse con ella si se superaban los obstáculos legales.

Booz no solo hizo lo que era bueno, sino que además lo hizo en seguida. Por supuesto,
no pudo ver el alcance de lo que sus acciones lograrían. No podía saber que el niño que
tendría con Rut sería un antepasado del rey David y de Jesús. Solamente enfrentó el reto
de hacer lo bueno ante esa situación.

En nuestras decisiones diarias también encaramos este reto. Como el pariente más cerca-
no de Noemí, a menudo nos preocupa más tomar la decisión fácil que la buena. Esta, sin
embargo, muy a menudo está clara. Pida a Dios que le dé un discernimiento especial en sus
decisiones actuales, así como un compromiso renovado para tomar las buenas decisiones.

• Un hombre de palabra
• Se conmueve por los necesitados, interesado en sus trabajadores
• Un gran sentido de responsabilidad, integridad
• Un triunfador y astuto hombre de negocios.
• Puede resultar heroico hacer lo que debemos y hacerlo bien
• A menudo Dios usa decisiones pequeñas para realizar su gran plan
• Dónde: Belén
• Ocupación: Rico hacendado
• Familiares: Elimelec, Noemí, Rut

«Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el
nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre
sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy» ( Rut 4.10 ).
El consejo de Noemí parece extraño, pero no sugería un acto de seducción. En realidad,
Noemí instruía a Rut para que actuara de acuerdo con la costumbre y la ley israelitas. Era
común que los sirvientes se acostaran al pie de su amo y que incluso compartieran una
parte de sus mantas. Rut iba a aplicar esta costumbre a la ley del pariente redentor y por
lo tanto le recordaría a Booz la responsabilidad que tenía de buscar a alguien o que él
mismo se casara con ella. Era un asunto de familia, nada romántico. Pero más tarde, la
historia llegó a ser maravillosamente romántica cuando Rut y Booz desarrollaron un amor
desinteresado y un profundo respeto mutuo.

Como extranjera, Rut pudo haber pensado que el consejo de Noemí era raro. Sin embargo,
siguió su consejo porque sabía que Noemí era bondadosa, confiable y llena de integridad
moral. Todos conocemos a un padre, a un amigo adulto o pariente que siempre vela por
nuestros mejores intereses. Esté dispuesto a escuchar los consejos de los más ancianos y
sabios. La experiencia y el conocimiento de tales personas pueden ser valiosos. Imagínese
cómo hubiera sido la vida de Rut si hubiera desatendido a su suegra.

La era consistía en un lugar descubierto donde se trillaban las mieses. Las espigas de
trigo se desmenuzaban, ya sea con la mano o mediante bueyes y se separaba el valioso
grano (semilla) de la paja inútil (cáscara). El piso era de roca o tierra y se localizaba fuera
de la aldea, por lo general en un lugar elevado donde los vientos soplaban y separaban la
paja ligera cuando el trigo golpeado se lanzaba al aire (o aventaba). Booz pasó la noche
junto a la era por dos razones: (1) evitar el robo, y (2) esperar su turno para trillar el grano.
(A menudo, se trillaba en la noche porque el día se ocupaba en la siega.)

Quizás Rut y Noemí pensaban que Booz era su pariente más cercano. A lo mejor Booz
también consideró casarse con Rut porque su respuesta muestra que ya lo había pensado.
Debe de haber desechado la idea de casarse con Noemí porque esta quizás era demasiado
mayor como para tener más hijos ( 1.11–12 ). En la ciudad vivía un hombre que era un
pariente aún más cercano que Booz y este hombre tenía el primer derecho de tomar a Rut
como esposa. Si decidía que no, Booz podía casarse con ella ( 3.13 ).

Noemí sugirió que Booz cumpliría su promesa de inmediato. Es obvio que él tenía la
reputación de cumplir con su palabra y no descansaría hasta finalizar la tarea. Este tipo
de gente confiable sobresale en cualquier época o cultura. ¿Lo consideran los demás como
alguien que cumple lo que dice? La prioridad más alta en la lista de cualquier persona debe
ser cumplir con su palabra y terminar los trabajos. La construcción de una reputación
íntegra, sin embargo, debe hacerse ladrillo sobre ladrillo.

Booz sabía que podía encontrar a su pariente en la puerta de la ciudad. Este era el
centro de actividad. Nadie podía entrar ni salir sin pasar por esa puerta. Los mercaderes
establecían sus tiendas temporales junto a la puerta que servía como «ayuntamiento». Aquí
se reunían los funcionarios de la ciudad para negociar. Debido a que había demasiada
actividad, era un buen lugar para encontrar testigos ( 4.2 ) y para que Booz hiciera su
transacción.

Booz presentó astutamente su caso al pariente. Primero, dio información nueva que aún
no se ha mencionado en la historia: Elimelec, el finado esposo de Noemí, todavía tenía cier-
ta propiedad en el área que ahora estaba a la venta. Como su pariente más cercano, este
hombre tenía el derecho a comprar primero, lo cual aceptó ( Levítico 25.25 ). Pero luego,
Booz dijo que de acuerdo con la Ley, si el pariente compraba la tierra, también tenía que
casarse con la viuda (quizás porque Mahlón, el finado esposo de Rut e hijo de Elimelec,
heredó la propiedad). Con esta estipulación, el pariente se echó para atrás.
No quería complicar la herencia que iba a dejar para sus hijos. A lo mejor tuvo miedo de
que si tenía un hijo con Rut, algunos de sus bienes se transferirían de su familia a la familia
de Elimelec. Cualquiera que haya sido la razón, el camino estaba despejado para que Booz
se casara con Rut.

El amor de Rut por su suegra se conocía y admiraba en todo el pueblo. Desde el principio
hasta el final del libro de Rut, su amabilidad hacia otros se mantiene inalterable.

Dios convirtió la tragedia de Noemí en grandes bendiciones, aun mayores que «siete hijos»
o abundantes herederos. A lo largo de esos tiempos difíciles, Noemí no dejó de confiar en
Dios. Y Dios, a su tiempo, la bendijo en gran manera. Aun en nuestro dolor y en la calamidad,
Dios puede darnos grandes bendiciones. Sea como Noemí y no le dé la espalda a Dios cuan-
do la tragedia golpea. En lugar de preguntar: «¿Cómo pudo Dios permitir que me sucediera
esto?», confíe en Él. Él estará con usted en los tiempos difíciles.

Para algunos, el libro de Rut no es más que una historia bonita sobre una muchacha que
tuvo suerte. Pero en la realidad, toda la serie de hechos narrados en Rut son parte de los
preparativos de Dios para el nacimiento del rey David y de Jesús, el Mesías prometido. De la
misma manera que Rut no se percató de este gran propósito de su vida, tampoco nosotros
sabremos el propósito completo y la importancia de nuestras vidas hasta que miremos atrás
desde la perspectiva de la eternidad. Debemos hacer nuestras decisiones teniendo en mente
los valores eternos de Dios. Tomar atajos morales y vivir para los placeres inmediatos no
es buena forma de avanzar. Gracias a la fiel obediencia de Rut, su vida y legado fueron
importantes aun cuando ella no pudo ver el resultado final. Viva fiel a Dios, sabiendo que el
valor de su vida se extenderá más allá del tiempo que viva. Las recompensas superarán a
cualquier sacrificio que tenga que hacer.

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