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Haroldo de Campos BRASIL TRANSAMERICANO, De Campos, Harold ‘Cuenca de Plas, 2004 | 180 ps. - 20813 cm, cin de Amalia Sato ISBN 987-21274-9.2 cp 86 1 cuenco de plata / 1atinoamericana Director edi Disetio y produccidn: Pablo Hernindez Impeeso en agosto de 2004 garde Russo LAGALAXIA HAROLDO DE CAMPOS por Amalia Sato Uno de los tltimos proyectos de Haroldo de Campos junto con su hermano Augusto, la traduccion completa de la Divina Comedia, incluso por teléfono si el desplazamiento se volvia Y tal era su entusiasmo que, en una charla con Edgardo Russo, habia manifestado interés por contar con la versién de Mitre, que le desperta- ba curiosidad. Augusto estaba trabajando los cantos de! Infierno y el Purgatorio, Haroldo se reservaba el Paraiso. El dato no hace mas que confirmar su pasién por un modus operandi: traducir como poet él transcrear ~como a él le gustaba decir para poner en prictica uno de sus lemas pre- dos: el make it new de Ezra Pound. poeta-traductor con la que itiea devenida ensayo que, con “ aspiracién a elaborar un pensamiento de “exportacién” con- ando con la informacién correcta, De alli su afirmacién de ca fue afésica, que naci6 adulta, codigo universal, 11, LA PEREGRINACION TRANSAMERICANA DE GUESA DE SOUSANDRADE “ La revision mas espectacular del pasado literario brasi- leo es la que tuvo lugar a principios de la década de los 60 ‘en torno a la figura del poeta maraiiense Joaquim de Sousa Andrade (1832-1902), que adoptaba el nombre literario de Sousindrade para, as, obtener sonoridad griega e igual rnimero de letras que Perteneciente, en rérminos meramente ck la segunda generacién del Romanticismo br: mer libro, Harpas Selvagens (Arpas Salva terior a Primaveras, 1859, de Ca 1914), nuestro mas importante historiador Ii alo XIX (Histéria da Literatura Brasileira, 1888) ~que es Para nosotros como un Gervinus para Alemania, un Lanson para Francia, un De Sanctis para Italia—no tuvo parametros, trataba de un poeta irregular, capaz de audacias que lo pro- yyectaban fuera de la “entonacién comdin a su tiempo”, pero, de escasa inteligibilidad. Las innovaciones de lenguaje de! Publicado en revista USIY junio, julio, agosto 2001, a* $0, SP Bra 14 nde esa “entonacién sen cuanto a la “des- Esta opinion prevale- ci6, habiendo sido, de alguna manera, perfilada por el he- redero contemporaineo de Silvio Romero, Antonio Candido, en su Formagao da Literatura Brasileira (Formacion de la Literatura Brasilefia) (1959). Al clasificarlo entre los ro- manticos menores (entre los mayores, ico incluyd a un versificador ta ido en recursos, y tan debilitado por el sentimentalismo facil, como Casimiro de Abreu) y, por lo tanto, entre los “poetas secundarios”, el autor de smo antes Silvio Rome ‘no es mejor poeta, Sousa Andrade es por cierto més original que los otros”; su poesia le parece “tensa y cargada de energia”, pero no lo- autor de Guesa, juzgadas por el pat ido la “movilidad en el espacio” (el 11 poetizar, ve en ella un movimien- apenas esbozado” y, ‘Siglo XXWUnesc0, 1972 a 135 histori6grafo, mayor afinidad receptiva, La concepcién candidiana de la linea evolutiva de nuestra literatura esté, ‘manifiestamente, caracterizada por una vuelta a la concep” ci6n, desarrollada durante nuestro Romanticismo, de la lte- a la transparencia co de nuestro Romanticismo poé- én, excluida®, Al mantener el ca- res” y “menores”, Antonio portancia de su obra histori- Fo que pretence ma- > aquella mantica, al mas significative -en materia de lengu: concepeién poemitica~ de nuestros poetas del p ‘mantico, aunque, por ello mismo, no el mas tipico y previsi- ble de ellos. ‘Tras Ia publicacién de la Re/Visao, ya la historiografia subsiguiente empieza a reconocerlo. Alfredo Bosi sefiala en Souséndrade su “originalisimo espiritu”, su “asombrosa intuicién de los tiempos modernos”, la “nove- |-- en relacién a toda la poesia brasilefia del siglo XIX” de sus *procesos de composicién”; Massaud Moisés, a su vez, opina: “Considerada en su conjunto, particularmente desde O Guesa, la obra de Sousindrade altera la perspectiva no sélo del Romanticismo sino también, al reflejarse en las épocas posteriores, de toda la actividad literaria nacional lo de Campos, © Segilesiro do Barraca na formacao da Literac Brasileira 0 caso Gregéno de Mattos (E scuestro del baroce eh “Gregario de Mattos), le Jorue Amado, 1949, 136 $$ Aaa vor mas poderosa de la poesia romantica y una de las més altas y vibrantes de la Literatura Brasileia: una historia lte- raria marcada por el lirismo, frecuentemente derramado en ceursileria, encuentra la cosmovisién épica que le faltaba y aque le ofrece la esperada dimensién universalista”™*, Poema transamericano, dominado por cl tema del viaje, O Guesa (1868-88) funde, en un molde épico-narrativo, ele- mentos dramaticos (el “Taruturema” y el “Inferno de Wall Street”, inspirados en las “Noches de Walpurgis” del Fausto ‘de Goethe), cuadros paisajisticos de viaje, ademas de frecuen- tes digresiones biograficas y liricas”. El héroe-peregrinante (a la manera byroniana) fue tomado de un mito de los muiscas de Colombia, referido por Alexander von Humboldt, leman que, entre 1799 y 1804, visit region amazénica, la andina, Mé brevemente, los Estados Sousindrade se dejé fascinar por la figura de Guesa, Vues des Cordilléres et Monuments des Peuples Indi Amérique (2 vols, 1810-13), publicado en francés por Humboldt tras su regreso a Europa. Este libro corresponde, bajo el titulo Atlas Pittorésque du Voyage, a,los vols. XV y XVI del opus magnum Voyage aux Régions Equinoxiales du Nowveau Continent, fait en 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 et 1804 par Alexander de Humboldt et Aimé Bonpland redigé par Alexander de Humboldt (Paris, 1805-34, 35 vols)". el notable naturalista a América His jue pude est dos vohkimenes, que consul en Ia secion de obras ara 137 El extracto humboldtiano que Sousindrade transcri del original francés como epfgrafe de su largo poema (XIII Cantos; de quince aitos en el calendario mui por un sacrificio, cuyas barbaras ceremor do con lo poco que de ellas sabemos, parecen haber tenido relacién con ideas astro! humana era denominada guesa, errante, ‘sin casa’, y quibica, ‘puerta’, porque su muerte anunciaba, por asi decirlo, la apertura de un nuevo ciclo de ciento ‘ochenta y cinco lunas. Esta denominacién recuerda al Janus de los Romanos colocado a las puertas del ciclo, y al cual Numa dedicé el primer mes del tanquam bicipitis dei mensem (NB: Macrol “en tanto mes del dios de dos caras’). Guesa era un nifio arrancado de la casa paterna. Deberia, necesariamente, proceder de cierto pueblo si- tuado en los llanos hoy llamados Llanos de San Juart y que se extienden desde el decve oriental de la Cordi- llera hasta las margenes del Guaviara. De esta misma regidn de Oriente habia venido Bochica, simbolo del sol, en ocasi6n de su primera aparicién en medio de los Maiscas. Guesa fue educado con mucho euidado en el templo del solen Sogamozo hasta la edad de diez afios: centonees, lo hacian salir, para que recorriera los cami- nos seguids por Bochica, en la época en que, andando + Jos mismos lugares paca instruiral pueblo, los ha- lebres gracias a sus milagros. Ala edad de quince . cuando la victima habia aleanzado un miimero igual a aquel contenido en la convocatoria det muisca, era inmolada en una de esas plazas circulares, ceuyo centro estaba ocupado por una columna elevada. En la celebracién del sacrificio que seftalaba la apertura de una nueva convocatoria, 0 de un ciclo de quince afios, la vietima, guesa, era conducida en procesién por él suna, que daba su nombre al mes lunar, La conducian a la columna que parece haber servido para medir las sombras solsticiales 0 ‘equinocciales, y los pasos del sol por el zenit. Los sacerdotes, xeques, seguian ala victima: estaban en- mascarados como los de Egipto. Unos representaban a Bochica, que es el Osiris y el Mitra de Bogota, y al ‘cual se atribuian tres cabezas, ya que, a semejanza ‘en una alusidn al primer signo del aio, ata; inalmente, representaban al monstruo bolo del mal, figura de un ojo, cuatro orejas y una cola larga. Este Fomagatd, cuyo nom- bre, en lengua chibcha, significa fuego 0 masa fundi- da que hierve, era considerado un espiritu malo. Via- jaba por el aite, entre Tunja y Sogamozo, y transfor maba a los hombres en serpientes, lagartos y tigres. Seguin otras tradiciones, Fomagata era originariamen- te un principe cruel; para la sucesién de su hermano, Tusatua, Bochica lo habia hecho teatar, la noche de 139 ‘sus nupcias, como a Urano por Saturno, Ignoramos. tun cometa. En el momento en que la procesion, que tecuerda a las procesiones astrolégicas de los chinos se le arrancaba el corazdn para ofrecerto al Rey Sol, Blchica. La sangre del esa e recog en esos s- viajero ale- muiscas y de El homenaje del poeta maraftense al s man ~cuya narrativa “cientifica” de los mi las caracteristicas de las civlizaciones precolombinas en ge- neral, sobre todo la incaica, sirvi6 de alimento a su imagi- hacia” ceitera, a través de la voz de un brasileno del figura también come epigrafe de O Guess, Sousindeade eulo sobre Colombia dela Encc men de esta obra se compendia Brasil (por Ferdinand De equinoccio, o por Goethe al gran natu lectivas (Die rwandschaften, 1809), en el Cap.VII del personaje de Otilia, que anota en su es digno de respeto, pues sabe pintar y repre -indolo en mé Bonpland, probaron peque- ‘ese dafio)”. En pafiia de Goethe, es incluido de fondo de ide ve proyectarse la hombre de ciencias, comparan- andina los ell “{Subamos mas — mis alto, se eleva /El espiritu inmoreal a los horizontes / Cuando el poniente las rosas refulge / De los hielos ~ infinitos montes! / Y la tempestuosa ladera se ‘Con los anhelados rosales que a la tarde se encienden: / Los Andes cual nuestra alma celeste, / Cuanto mas cae mas se yerguen y resplandecet frente adusa,/ Canes de Humbol alma agitada por las soledades augustas, / cen el cristal de la esfera / Sentimientos. Y aquella nieve © ‘Tanto en las soledades de la altura andina / Como de la altura ombre que subié, coparticipa / De de las montaias, / Se incorpora a ellas, magnifica”. ais ako, se alevartal © esprit imoral aos horizon, especie de numen tuelar andino, tal vez reminiscencia ascenso del naturalista y compafiero Bonpland al Chimborazo, hasta una altura cercana al pico, que supera en 1.100 metros el Mont Blanc suizo, escalado Saussure, “el més sabio e intrépido de los viajeros””*-, sera tanto mas poeta br poema no con la tradicional (desde Homero) exhortacion a la Musa, sino con el “espectaculo” grandioso de los An- idole la “imaginacién divina”. azo, en eh 142 “jOh, imagi ina! / Los Andes volcanicos van cumbres calvas, / Circundados de hielos, mudos, all 1 Nubes fluctuando ~jqué espectaculo grandioso!” Physique des Andes et pays voisins des Régions Equinoxiales lo, desu Essai sur la Géographie des vos, solo publicados poste- . Goethe, a quien por propia inici iano “perfil de un paisaje ideal”. Beck observa: 1 donde Goethe rio muestra iN 49, 1984 143 a Horace Bénédict de ma y més a Saussus entado con proporciones di- ye los saludos”. Sauss sminutas, agradece y ret Se sabe emo ls desrpions tropicals dl centicovia is publicé Scenes de la Nature sous les »ésie, obra en la cual Esta obra, de hecho, como también Jestaca Soares Amora, trae como epigrafe orientador una del sabio de Berlin: “On ne saurait douter que le climat, n du sol, la physionomie des vegeta ict d'une nature riante ou sauvage n’influent sur le ngue leurs 144 productions”. En 1 ‘cuales se destacaba Domingos José Gongalves de Magalhaes (1811-82), autor de Suspiros Poéticos e Sardades, impreso en Paris ese mismo afio, libro gene: de partida de nuestro Romanticismo, si bien de literario” (Carpeaux). En su “Ensaio sobre a Histéria da Li- teratura do Brasil” (Ensayo sobre la Historia de la Literatuca de Brasil), publicado en el primer ntimero de la revista, traba- jado por un conjunto de influencias de época entre las cuales, desde luego, estan las de los mencionados visitantes europeos de las Américas (pero también las que Mme. de Stael, bajo la batuta de su mentor A.WSchlege!, habia difundido con reper- cusién en De ’Alemagne, 1813), Magalhaes intents expresar, por decitlo asi ‘ologia del Romanticismo brasle joven poeta extrajo elementos del ideario de estos autores y los fundié “mediocre pero fecundamente para nuestro uso”, segtin el juicio de Antonio Candido”. ‘Si el indianismo en nuestra poesia romantica terminé como una apologética artificiosa y decorativa del “buen sal- vaje”, noble y heroico, en Sousandrade la temitica indigena tuvo tna inflexién diferente. En primer lugar, la forma de su extenso poema no se ve afectada por la obsolescencia adop- Carpeaus, Pequena Bi ro, Edges de Ouro, 1968, laceion de Pinio Dope, presetacionextca de. 1978, Antonio Candido de- ). En segundo lugar, el poema no es exclusivamente brasileio, sino “transamericano” en Afri gonista, el nuevo Guesa, el poeta errante tun contratipo del peregrino a la manera del Childe Harold de Bron, por ota parte edmirdo pero cada con disan- la Gramatica de la Lengua General del Nuevo Reyno Llamado Mosca, de Fray Bernardo (Madrid, 1619), consultada por el indo pues guesa el ésta de “destierro” y se identificaba inch acentuar ese cardcter errani de muestros poetas es, creo, to omado de las repablicas espa para comprender “las ideas y el lenguaje”, no dejé de regis- “otra estructura”, mostrandose lo suficiente- ido para recomendar que el extenso poema fue- ra “leido completo”. a6 Fl tema sousandradino, sin embargo, no se limita a la cidn y al culto muisca. Nuestro poeta dispone el motivo de Guesa en un plano mas genera mentos tomados de la erénica de la conqui ci6n del Imperio Inca del Pert. El mediador de esa conver- encia es, una vez mas, Humboldt. En la “Introduce Vues de Cordilléres, fechada en 1813, el expuesto: “Aunque las radiciones no indique culaci6n directa entre los pueblos de las dos Améri- cas, su h de ofrecer relaciones nota- de su nacimiento, Grandes sacerdotes, amigos de la paz y de las artes que ésta favorece, modifican, de pronto, el estado de los pueblos que los acogen veneracin. Quetzalcoatl, Bochica y M: pac son los nombres sagrados de estos entes misteriosos”. A esta altura, resulta oportuno comparar las trayecto- rias de Sousandrade y Humboldt. rade visitd la regién amazénica entre 1858-60. De este viaje extrajo elementos para el episodio del na”, salpicado de palabras indigenas (Canto II}; antes, entre 1854-56, estudid en Paris (del trayecto en na- vio que lo habia llevado a Europa por Africa, deriva el Canto iniciado apenas); el 6 de mayo de 1871, parte de Belém 147 lo Pari hacia Nueva York, donde vive hasta 1885 (en este aje por mar conocié el Golfo de México y las Antillas, dejando sus impresiones en el Canto IX); en 1885, regresa a Brasil por el Océano Pacifico (Cantos XI a XIII) visitan- do Colombia, Ecuador, Peri, Chile, Uruguay y Argentina hasta la Patagonia®! Humboldt (en compa Bonpland) inici6 su gran per ido de La spa bared en Venezuela, emprendiendo un primer viaje por la ica del Orinoco hasta San Cation cx del botinico francés Aimé vinjd desde Venezuela a Cuba (donde estuvo 30 de marzo de 1801) y despui Papayan, en Colomb 2 de octubre y el 5 de diciembre, estadia en alrededores; el 23 de de donde pactiria nuevamente hacia La Haba nna, permaneciendo alli del 7 de marzo al 29 de abril de 1804; macha finalmente, en barco, a Filadelfia, en los Es- tados Unidos, siendo huésped del presidente Jefferson en Washington; el 9 de julio de 1804 se embarca de regreso a ropa, con destino a Bordeaux. L08 viajes sousandradinos, hay que sefialarlo, se traspo- n al poema de manera no ordenada cronolégicamente, sino segiin un disefo ficcional-estético que se inicia con el scenso del poeta de los Andes al Amazonas y hasta el Océ: Humbol X, donde se sitda el que sera el momento culminante del poema, el episodio del “Infierno de Wall Street”. En varias etapas, sin embargo, el poeta recorre caminos ya transitados es por el “padre Humboldt”. Su aprovechamiento de la ia muisca e incaica, asi como de elementos-clave de la erénica del Imperio Inca, se cumple de modo disperso a lo largo de todo el poema, concentrindose en los Cant Vly XL a XIll. Con estos elementos miticos e histéricos, se mezclan reminiscencias biograficas del poeta-peregrino, que se ve como un nuevo Guesa. ES si vo notar que en nuestro siglo, recién con el Canto General (1950), del chile- ‘no Pablo Neruda, un proyecto transamericano andlogamente ema de América”; se trata historia marginal de América” escrita “desde el punto de ta de los vencidos”. Siempre de acuerdo con Santi, el poe- ma “de 15 secciones y mas de 15.000 versos”, fue escrito en trece afios (de 1937 a 1950}, El Canto General, cons- tituido por lo tanto con Ia acumulacién (no siempre orgiinicamente estructurada), de 213 poemas, cubre varios accidentes y regiones geogrificas también celebrados en Guesa (como por ejemplo las vastedades amaz6nicas, o para men- cionar apenas esta convergencia~ la cascada Tequendama, descripta tant Se por Sousindrade como por Humboldt ica de los “Conquistadores” y Libertadores”, personajes que también apa- Guesa, los primeros fustigados, los segundos exal- 149 como en Neruda. Enfoca ampliamente las Américas, ido, al igual que Guesa, la Patagonia y el Estrecho Magallanes (Canto General, seccin XXIV de “Los Con- istadores”; seccién XI -"Patagonia” de América, no in- la Vega, ef notable autor mestizo de los Comentarios Reales isboa, 1609), y que lleg6 hasta el siglo XIX, ico como un régimen de estruc- a, y lo amalgama 10 X). El poeta-peregrino proclamaba licanas, contrarias a la 150 la tempestad s'envolvia / Social), constituyendo asi “o corpo de delito / do seu tempo” (el cuerpo del delito / de su tiempo) (Canto X). Condenaba las formas de opresién y de explota-

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