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El Karma
El Karma
¿Qué es lo que hace que determinadas cosas tiendan a salirte bien y otras a salirte
mal? Bueno, esto tiene que ver con el Karma.
Karma es una palabra del sánscrito, que originalmente significaba "acción" y que
luego comenzó a utilizarse como sinónimo de destino, generado por nuestras
acciones.
Esta cuestión del karma ha sido objeto de gran preocupación por parte de los
filósofos, tanto en oriente como en occidente. Una teoría occidental dice que
cuando nacemos, nuestras vidas son como una hoja de papel en blanco.
Sobre esta base, el karma es la acumulación de los efectos de las causas buenas y
malas que realizamos a través de nuestras vidas anteriores, de las causas buenas y
malas que hicimos en esta vida, y de las que en este preciso instante estamos
haciendo.
Nichiren Daishonin declaró: "Si usted quiere entender las causas que existieron en
el pasado, mire los resultados que se manifiestan en el presente. Y si usted quiere
entender qué resultados se manifestarán en el futuro, mire las causas que existen
en el presente." (Los Principales Escritos de Nichiren Daishonin Vol. 2.)
Todo lo que hacemos en esta vida afecta el balance positivo o negativo de nuestro
karma. Por ejemplo, si nacimos pobres pero dedicamos la vida a darle a otros
cualquier cosa que podamos darles, estamos haciendo causas para cambiar el
karma negativo de ser pobres. Por otra parte, si dedicamos la vida a envidiar, u
odiar, o a robar a los demás, estamos haciendo causas para aumentar el karma
negativo.
Cada pensamiento, palabra y obra es una causa que crea un efecto. A un nivel
simple, si vamos a trabajar, nos pagarán, si hacemos ejercicios, estaremos fuertes.
Por lo tanto, el budismo enseña que el destino no es arbitrario, ni es impuesto por
una fuerza sobrenatural, sino que nosotros lo creamos en cada instante.
La doctrina del karma tiene una gran implicancia: no podemos culpar a nadie más
por nuestro sufrimiento. Claro que esto no significa que los demás no cuentan; ellos
tendrán la recompensa por sus propias acciones. Lo importante es que nuestro
sufrimiento proviene de nuestro interior, no del exterior. A pesar de que esto
parece estricto, de hecho es en extremo liberador.
Cuando abrimos nuestra naturaleza de Buda a través de entonar Nam Myoho Renge
Kyo, reaccionamos diferentemente ante los demás, basados en sabiduría y
misericordia, en lugar de hacerlo en cólera o avaricia. Por esto, la gente nos
responde de otra manera.
Dijo Nichiren: "El Buda descubrió una ley mística que simultáneamente contiene la
causa y el efecto, y la designó Myoho Renge. La ley de Myoho Renge está incluida
en todo fenómeno del universo. Por lo tanto, aquellos que practican esta ley,
simultáneamente adquieren la causa y el efecto de la Budeidad." (Principales
Escritos de Nichiren Daishonin Vol. 7) (La traducción se simplificó para facilitar la
comprensión.)
Practicar para los demás es hacerles conocer la Ley Mística a nuestros amigos, con
el sincero deseo -desde el corazón- de ayudarles a ser felices.
Para entender esto un poco más, es bueno mencionar el concepto de las nueve
conciencias: El budismo define nueve conciencias, que ayudan a explicar cómo se
almacena el karma. Para no extender demasiado esta explicación, vamos a dejar de
lado las primeras siete y concentrarnos en la octava y novena. La octava conciencia
es el depósito del karma, es decir, donde se guardan los efectos de todas las
causas que generamos hasta este mismo instante, en ésta y en anteriores vidas.
Esta conciencia influencia nuestras reacciones en todo momento.
Para el budismo, esos patrones de comportamiento, tanto los nuestros como los
de las personas con las cuales nos relacionamos, son efecto de nuestro karma. Y
del de ellos también.
Para cambiar nuestro karma tenemos que ir más allá de la influencia de esa octava
conciencia, hasta la novena conciencia, que es pura y libre del karma. Nichiren
Daishonin definió la novena conciencia como myoho renge, la ley universal de la
vida. Y la forma de llegar hasta esa conciencia es entonar el Nam Myoho Renge
Kyo.
Cuando entonamos Nam myojo rengue kyo, estamos expresando nuestra budeidad.
A medida que lo hacemos más y más, tomamos conciencia de las tendencias
kármicas que nos restringen y limitan. A medida que nuestra confianza crece, nos
sentimos capaces de desafiar esas tendencias y establecer una nueva dirección en
nuestras vidas, basados en nuestra siempre emergente budeidad.
Al superar nuestro propio karma, por lo tanto, comenzamos una reacción en cadena
para cambiar el karma de nuestras familias, de nuestras comunidades y del mundo.