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Jefatura de Seer Cabinete de Ministros Sore rags de sNac fgenina Argentina Argentina u 200 Ao dl General Manuel Belgrano CLASE 3 Herramientas para el abordaje de los consumos problematicos desde una perspectiva de género y Presentacién Bienvenidxs a la tercera clase del curso de Perspectiva de Género y Diversidad en el abordaje de los consumos problematicos de sustancias A [o largo de las clases anteriores fuimos analizando conceptos centrales que nos ayudan a comprender de qué trata, que mira, y qué muestra la perspectiva de género y diversidad. Vimos cémo esta mirada permite hacer visibles los mecanismos de opresién, discriminacién y violencias hacia las mujeres y personas con diversas identidades de género, como asi tambien las experiencias de vida generalmente subvaloradas. De ese modo, esperamos profundizar sobre nuevos saberes desde donde poder revisar nuestras practicas. En esta clase nos proponemos repensar nuestras practicas en los procesos de acompafiamiento a personas que atraviesan situaciones de consumos problematicos. También vamos a identificar algunas de las experiencias que suelen transitar mujeres, varones y diversidades al momento de acceder a espacios de atencién y acompafiamiento. Veremos cudles son las barreras y obstaculos para acceder a estos espacios y las complejidades que se ponen en juego a la hora de sostener un proceso de acompafamiento. También compartiremos algunas sugerencias que nos permitan pensar cémo incluir la perspectiva de género y diversidad en las acciones que llevamos adelante en los abordajes de los consumos problematicos. Finalmente, resaltaremos los puntos principales del marco normativo vigente que se vincula especificamente con la tematica. Normativas en cuanto a derechos que podemos transformar en instrumentos para la préctica cotidiana La perspectiva de género nos enfrenta a repensar situaciones cotidianas y también nos desafia a expandir la mirada y dirigirla un poco mas alld de lo que el dia a dia nos delimita. Principalmente, nos desafia a pensar cémo generar espacios que no reproduzcan las violencias estructurales del patriarcado, para lograr abordajes transformadores, inclusivos y respetuosos para todas las personas. En definitiva, Ixs invitamos a pensar y repensar nuestras experiencias de intervencién en los dispositivos desde el foco de la perspectiva de género y diversidad. Para reflexionar: ¢Qué particularidades se deberian considerar para evitar reproducir violencias y discriminaciones hacia las personas que se acercan a los dispositivos? Con qué herramientas contamos? ¢Cudles necesitamos construir, profundizar o potenciar? ¢Identificamos escenas en nuestras practicas 0 en la organizacién del dispositive donde podemos ubicar que estamos reproduciendo mandatos heteronormativos?, Qué significa tener perspectiva de género en los dispositivos? éCémo pensamos que podemos introducir esta perspectiva en nuestras intervenciones? jEmpezamos! Vamos a identificar algunas situaciones para poder pensar en la accesibilidad a los dispositivos de atencién y acompanamiento, y compartiremos algunas propuestas para comenzar a pensar cémo incluir la perspectiva de género y diversidad en las acciones que llevamos adelante en los abordajes de los consumos problematicos. Palabras clave: accesibilidad - dispositivos - herramientas - perspectiva de género - Marco normativo. Contenidos 4. Construir accesibilidad desde una perspectiva de género y diversidad 2. Herramientas para pensar las intervenciones con perspectiva de género 31 Los equipos 3.2 Los dispositivos 3.3 Los tratamientos y acompafiamientos 3. Marco normativo: 41. Género e Identidad de Género: Ley de Identidad de Género (Ley 26.743); Ley Nacional de Salud Mental (Ley 26.657) 4.2. Las personas con problemas de consumo de sustancias como sujetxs de derechos Ley Nacional de Salud Mental (Ley 26.657) 4,3. Violencia por motivos de género: Ley de Proteccién Integral a las Mujeres (Ley 26.485) 4.4, Perspectiva de género en la funcién publica: Ley Micaela (Ley 27.499) 4. Cierre 5. Actividad Integradora 6. Referencias y material de consulta 1. Construir accesibilidad desde una perspectiva de género y diversidad Uno de los interrogantes que estuvo presente en las clases fue por qué las mujeres y personas del colectivo LGTBI+ encuentran obstaculos adicionales para llegar y sostener su permanencia en los espacios de tratamiento, atencién y acompahiamiento. Para empezar a pensar esta pregunta, contamos con las reflexiones de la clase anterior respecto a la mirada androcéntrica que generalmente recae en los dispositivos. Tal como dijimos, tanto los estudios en torno al “problema de las drogas” como el disefio y funcionamiento de los espacios de acompaiiamiento y tratamiento, presentan una mirada que gira en torno a un Unico sujeto universal que es el varén heterosexual consumidor de sustancias, y de esta manera, opacan, evitan oniegan las identidades y las situaciones especificas de las mujeres y del colectivo LGTBI+. En ese sentido, cabe preguntarnos si esta invisibilizacién de las diferencias de género y la inadecuacién de los dispositivos a las necesidades especificas de todas las personas, ztiende a reproducir violencias simbdlicas, desigualdades, estigmatizaciones ylo discriminaciones?, ese relaciona con la escasa presencia de mujeres o personas LGTBI+ en los espacios de atencién o con el abandono temprano de los tratamientos? Sabemos que las mujeres suelen asistir en menor medida a los espacios de atencién y acompafiamiento. Y que uno de los obstaculos que influyen, es la invisibilizacidn del consumo problemdtico de sustancias. Ya analizamos los distintos motivos por los que esto sucede, ahora es necesario generar estrategias para construir esa demanda, Asimismo, otro factor que influye en la accesibilidad suele ser la maternidad y la presencia de hijxs en el tratamiento, como asf también las responsabilidades de cuidados de hermanxs, nietxs, personas enfermas, etc. De hecho, el tema de la maternidad es recurrente y central en los discursos de las mujeres, y €s nombrado en diversas circunstancias como factor de motivacién para el cambio, o como el factor responsable del sentimiento de culpa o de vergiienza, o como uno de los elementos centrales que justifica el problema de acceso a los dispositivos y/o el abandono de los tratamientos. Un ejemplo de ello lo encontramos cuando una mujer acude a una primera entrevista donde la responsabilidad por sus hijxs se convierte en algo central: quién quedars al cuidado de xs hijxs, cémo se organizaran los cuidados, etc, mientras que en el caso de los varones este tema es obviado. En cambio, como ya vimos, los consumos probleméticos de los varones son socialmente mas visibles, y estan en linea con los mandatos de masculinidad que se ponen en juego en el ambito de lo publico. En relacién a los varones, tal como lo abordamos en la clase anterior respecto a la masculinidad hegeménica, es necesario tener presente que la idea de “tratamiento” no responde a los estereotipos patriarcales que sostienen dicha masculinidad y se presenta como sinénimo de debilidad, Ast también la dificultad de seguir “directivas” o la dificultad para “encuadrarse” La heteronormatividad es otra de las principales barreras en el acceso, de la que muchas veces no somos conscientes. La heterosexualidad no est considerada como una practica sexual més, sino que institucionaliza una forma Unica y legitima de vivir el deseo, los placeres y el propio cuerpo, excluyendo e invisibilizando otras formas posibles de ser vividas.Se la percibe como un estado natural y se la proyecta como un logro ideal o moral. Esto lo vemos, por ejemplo, cuando hablamos de novios, novias, maridos, esposas, hijos, hijas, actividades en familia, o de ropa “femenina” y “masculina’. En relacién a las personas LGTBI+, nos encontramos con barteras especificas que no se ponen en juego en la atencién con mujeres y varones ya que estn relacionadas estrictamente con el vinculo entre las identidades que trasngreden la norma y la matriz cis-sexista de los dispositivos. Es posible dar cuenta de mecanismos de neutralizacién, evitacién, segregacién y exotizacién. La neutralizacién implica considerar que la orientacién sexual y/o la identidad de género son irrelevantes en el acceso y permanencia en los dispositivos, operando asi una suerte de invisibilizacién de las necesidades especificas de las personas, como ya vimos a lo largo de las clases. EI mecanismo de evitacién se pone en juego muchas veces frente al temor por parte de los equipos de no saber cémo abordar las especificidades de las personas LGTBI+ y, frente al miedo a nombrar, incomodar, ofender o discriminar, surgen conductas de evitacién que muchas veces se traducen en barreras al acceso y/o permanencia en los dispositivos. En contrapunto a la neutralizacién, la segregacién reconoce la especificidad de la diversidad sexuales y de las identidades de género, pero ese reconocimiento parte de procesos de identificacién basados en estereotipos y prejuicios que sittan a las personas LGTBIt como personas con problemas, enfermas, peligrosas, inestables, promiscuas, de alto riesgo, etc. El mecanismo de exotizacién implica que “las conductas de exotizacién parten de una suerte de ‘caricaturizacién’ de las personas LGBTI, producto de estereotipos y prejuicios” ( Ministerio de Salud de la Nacién,2017) El mecanismo de exotizacién se encuentra, por ejemplo, en las instancias de entrevistas en el marco de una consulta o admisién a un tratamiento, que frecuentemente suelen ser mas extensas que con personas cis. Se demoran porque dedican tiempo a cuestiones que no tienen mucho que ver con la situacion que la persona trae: gcudndo te diste cuenta acerca de tu identidad de género?, écémo se enteré tu familia’, ste operaste? etcétera En ese sentido y para explicar esta situacién, An Millet -Trabajador Social del Hospital Nacional en Red- toma la idea de “sindrome del brazo roto” para describir lo que suele suceder en las entrevistas realizadas en los dispositivos de salud. Por ejemplo, si una persona trans consulta por un brazo roto, la entrevista y las respuestas que recibe atribuyen sus problemas médicos a la terapia hormonal o a su identidad de género; o bien su historia de género se discute en detalle ain cuando resulta completamente irrelevante respecto del problema de salud sobre el que trata la consulta (Millet, 2019) Otra de las barreras especificas es el empadronamiento a nivel administrativo de las personas que no realizaron el cambio registral. Siempre preguntaremos a las personas cémo eligen ser llamadas. En general esto ya no resulta un problema ya que se nomina alas personas trans no binaries por el nombre con el cual se autoperciben pero, qué sucede al momento de los ingresos y egresos de los dispositivos, o en las situaciones que implican cualquier trémite administrativo sila persona no ha realizado el cambio registral en su DNI? En estas situaciones debemos recordar que el art. 12 de la Ley de Identidad de Género -que desarrollaremos luego en esta misma clase- contempla que atin en esas situaciones, se deben realizar los registros en base ala autopercepcidn de las personas. En sintesis: hasta aqui pudimos ver cémo las instituciones y los dispositivos de atencion pueden también responder a una légica patriarcal y cis-sexista. Algunos motivos por los cuales las mujeres y personas LGTB* no llegan a acceder o a “adaptarse’, lo que implica, al fin yal cabo una vulneracién de derechos. El abordaje de los consumos problematicos sin una perspectiva de género, complejiza el acceso de mujeres y personas LGTB* a los dispositivos asistenciales y de tratamiento, o silo hacen, tiendan al abandono antes que los varones 2. Herramientas para pensar las intervenciones con perspectiva de género Introducir la perspectiva de género en el campo de los consumos de sustancias y especificamente en el mbito de los tratamientos, implica una doble cuestién: hacer valer los derechos de todas las personas y hacer efectivas nuestras précticas para lograr que los acompafiamientos no sean expulsivos. Es tarea de todas y de todos repensar nuestras miradas y las formas en las que acompafiamos. Sabemos que en las practicas cotidianas se ponen en juego las singularidades de cada situacién y de cada territorio que escapan a cualquier tipo de estandarizacién o protocolizacién. Teniendo en cuenta esto, vamos a plantear algunas propuestas y recomendaciones que nos pueden servir como orientacién para comenzar a incorporar la perspectiva de género en nuestras intervenciones cde manera concreta y en fundién de la especificidad de nuestros espacios de atencién y acompafiamiento. 3.1. Los equipos La formacién y sensibilizacién constante de todas las personas que forman parte de los equipos de trabajo vinculados a los consumos problematicos de sustancias es fundamental, ya que se trata de posibilitar un cambio en el marco de interpretacién que ya tenemos para entender que existen condiciones estructurales que operan en todas las personas més alld de las situaciones de consumo problematico. Esto implica tener en cuenta las diferentes realidades y necesidades de mujeres, varones y personas del colectivo LGTBI+ pudiendo asf identificar las relaciones de poder, privilegios, estigmas, discriminaciones y violencias que quedan asociadas a los consumos. Introducir esta mirada critica pone en tensién la naturalizacién de las situaciones de consumo, pudiendo relacionar éstas con los estereotipos, roles y mandatos de género. Por el contrario, tenemos que tener en cuenta que no necesariamente trabajar con mujeres y personas del colectivo LGTBI* implica tener perspectiva de género; si no revisamios constantemente nuestras propias précticas podemos estar reproduciendo estereotipos y violencias basadas en el género. Los espacios de formacion y sensibilizacion apuntan a revisar los propios estereotipos, conocer ejes poder-discriminacién y despatologizar la mirada, Como asi también conocer y revisar los temas especificos donde impacta la socializacién de género: autoestima de género, vinculos sexo afectivos, maternidad y paternidad, violencias machistas, etc. 3.2 Los dispositivos La perspectiva de género deberia ser transversal y atravesar todas las acciones de los dispositivos, ya sea que se trate de un espacio de atencién especifica de los consumos problematicos, un comedor comunitario, una organizacién social en un barrio, un centro de salud 0 una escuela. Es importante tener en cuenta que una intervencién focalizada sélo en ciertas situaciones no es perspectiva de género. Por ejemplo: separar varones y mujeres en diferentes actividades sin un objetivo especifico, o designar a ciertos profesionales u operadores “expertos en género” como los que pueden atender a las personas exclusivamente con esta perspectiva, no es una intervencién con perspectiva de género. Veamos de qué manera podriamos incorporar y transversalizar esta mirada: En primer término, podemos disefiar acciones e intervenciones que apunten a romper las barreras de accesibilidad mencionadas en el apartado anterior donde las vivencias de mujeres y personas LGTBI+ resultan invisibilizadas. En cuanto al espacio y las actividades, podemos pensar en la reorganizacién del espacio fisico y los horarios de los dispositivos para que estos resulten acordes a las necesidades de todas las personas, apuntando a transformar el espacio en un ambito desculpabilizador y de confianza. Por ejemplo: incluir espacios destinados a mujeres o personas LGTBI+ que habiliten la posibilidad de dialogar sobre temas especificos sin que la presencia de varones obstaculice; incorporar a las personas en la planificacién de actividades para que estas sean acordes a sus intereses. También, contar con espacios propios de cuidado como guarderia o juegoteca, o personas que realicen ese acompahamiento especifico para asf incluir a las personas con hijxs a cargo que de otra manera no podrian concurrir. Podemos también adaptar los dias y horarios de las actividades en funcién de las tareas de cuidados de las mujeres. En ese sentido, tener en cuenta las necesidades especificas en relacién a la planificacién de actividades nos permite construir una relacién distinta entre varones, mujeres y personas LGTBI+ con el dispositivo. En situaciones grupales, podemos observar que generalmente los varones son los que toman mas la palabra, acorde al mandato que los ubica naturalmente en el espacio publico. Una manera posible de abordar esto podria ser, por ejemplo, establecer normas de funcionamiento y de participacién grupales con perspectiva de género donde la participacién esté mediada y sea igual para todxs, dandole voz a las mujeres y personas LGTBl*, evitando la emergencia de violencias simbdlicas 0 violencias intragrupo y dando lugar a un proceso de construccién colectiva de respeto por todas las identidades. Por titimo, es importante tener en cuenta la articulacién e implicacién de otros actores e instituciones: familia, padres, comunidad, instituciones etc. Por ejemplo, los consumos problematicos de las mujeres muchas veces son detectados por espacios/instituciones que no son especificos, es decir que no se dedican particular ni centralmente al tena como centros de salud; consejerias; escuelas; espacios comunitarios; centros de formacién en oficios, etc. por lo cual resulta central a articulacién con otros efectores para el abordaje conjunto. 3.3 Los procesos de tratamiento y acompafiamiento Podemos trabajar las motivaciones para los consumos acorde a los mandatos de género, como hemos visto en la clase 2. Por ejemplo: con mujeres jdvenes disefiar actividades que interpelen el hecho de qué significa “consumir para ser valoradas socialmente de una manera positiva’, como modo de pertenencia a un grupo determinado o para posicionarse como objeto de deseo de los varones. Se pueden pensar actividades que pongan en tensién el consumo como via para acotar malestares de género, por ejemplo: modelos de belleza hegeménica no alcanzados, sufrir violencia de género, competencia entre mujeres, cumplimiento del doble mandato “ser buena madre, ser buena hija, ser buena esposa y a la vez ser fuerte, exitosa, bella, libre, auténoma més la sobrecarga de responsabilidades de género que, como ya vimos, se vinculan directamente con las tareas de cuidado. Con varones, podemos disefiar actividades que ayuden a desmontar los mandatos de género internalizados que apuntan a demostrar fortaleza, hombria; el consumo para asegurar la pertenencia a grupos de pares, rituales; factores vinculados a la identidad y subjetividad y lo que supuestamente significa “ser varén” segiin los mandatos patriarcales como la dificultad para la conexién y expresién de emociones y del malestar, la autopercepcién de no ser exitoso y eficaz; las relaciones basadas en el poder vinculadas a sexualidad, la violencia, y las relaciones intra e inter género. Aqui, como ya vimos, se pone en juego la interaccién consumo de sustancias-conductas de riesgo. Como decfamos anteriormente, que un dispositivo ofrezca actividades diferenciadas para varones, para mujeres y para personas LGTBI+, no significa que esté planificado y funcione con perspectiva de género ya que atin asi se pueden estar desconociendo las consecuencias del sistema de género en |avida de las personas. En ese sentido, es recomendable poder problematizar lo “mixto” y las “normas” de los dispositivos. Una clave para esto es analizar si los espacios diferenciados refuerzan los estereotipos de género o los deconstruyen. Otro modo posible podria ser establecer una estrategia en doble via: si se trabaja exclusivamente con mujeres y personas LGTBIt, también trabajar medidas de igualdad entre todes, trabajar con varones, con profesionales, con las redes comunitarias, familias etc. A nivel general todo esto implica una mayor flexibilidad en los tratamientos que siempre estardn orientados ala atencién y acompafiamiento centrados en el trato a la persona, el fortalecimiento del proyecto de vida, el respeto por los tiempos, autonomia y decisiones, y la revisién constante de las practicas para no reproducir formas de violencias simbdlicas, opresiones etc. y fundamentalmente, dar protagonismo a las personas en el proceso de tratamiento y en el disefio de las acciones, teniendo presente la trayectoria, la historia de vida y la socializacién. En sintesis: para el acompafiamiento y abordaje de mujeres y personas del colectivo LGTBI* se trata en definitiva, repensar la estructura del tratamiento en tanto los espacios estan tradicionalmente masculinizados y cis heteronormados. El desafio es pensar en el cémo transformamos e intervenimos los dispositivos, incluso nuestro propio enfoque del "problema de las adicciones” que, como ya dijimos, se ha construido en base a un modelo masculino. Con los varones, en cambio, se trata de incorporar contenidos relacionados con la perspectiva de género, la desnaturalizacién que el modelo masculino haya instalado reforzando lugares comunes, y la construccién de la masculinidad para contribuir a la sensibilizacién y deconstruccién de los propios mandatos, estereotipos y prejuicios de género. Eno que sigue, vamos a hacer un recorrido por el marco normativo vigente en nuestro pafs en materia de derechos orientados a mujeres y personas LGTBI+. Como ya sabemos, este marco normativo establece cudles son nuestras obligaciones y responsabilidades en relacién a los derechos de las personas que acompafiamos en nuestras practicas. 3. Marco normativo A los fines de los abordajes y ante cualquier instancia de intervencién por parte de equipos profesionales, técnicos y/o comunitarios vinculados tanto a situaciones de consumo problemético como a cualquier situacién de la vida, se vuelve fundamental tener presente el marco normativo que sirve de respaldo o guia de accidn para todas las practicas que se implementen, como asf también para que todas las personas puedan conocer, ejercer y apropiarse de sus derechos. Presentamos 4 leyes en clave de herramientas: + Ley de Identidad de Género (Ley 26.743); + Ley Nacional de Salud Mental (Ley 26.657) + Ley de Proteccién Integral a las Mujeres (Ley 26.485) + Ley Micaela (Ley 27.499) Es importante recordar que particularmente la legislacin en materia del reconocimiento de derechos de las mujeres y las personas LGBT* es el resultado de conquistas obtenidas a partir de potentes movilizaciones, organizacidn, reclamos, procesos de visiblizacién y puesta en agenda por parte de movimientos feministas ¢ institucionales, y de la decisidn politica para incorporar estas demandas y generar marcos normativos Tal como sostiene el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad £| derecho de las mujeres y las person: violencias se ha desarrollado de forma prolifica en las ultimas décadas, tanto en el ito del derecho internacional de los derechos humanos como en el orden juridico nacional, compuesto por una robusta legislacién protectora en esta materia (..) De acuerdo con los principios y estandares del derecho internacional de los derechos human ecibir asistencia y proteccién frente a todas las formas de able ligacién de los Estados de actuar con debid nir, investigar y sancionar tales hechos, asi como para garantizar ectivo a la justicia y a una reparacién integral”. violencias por motivos de género, 2020) alas victima (Plan Nacion zCémo integramos a nuestras practicas las leyes vigentes en materia de derechos de las mujeres y las personas LGBTI?, Qué herramientas nos brindan para nuestros abordajes? Para responder a estos interrogantes, vamos a detenernos en los contenidos de las normativas que consideramos centrales en las intervenciones de los equipos profesionales, técnicos y/o comunitarios. 44. Género e Identidad de Género En este apartado recurriremos al marco normativo especifico sobre la identidad de Género que trabajamos en la clase 1 y mencionamos en la clase 2. La Ley de Identidad de Género N°26.743 dispone el reconocimiento a “la identidad de género y el libre desarrollo de la persona en virtud de la misma”. Algunos de sus puntos principales: + Define al género como “la vivencia interna e individual del género como cada persona la siente, la cual puede corresponderse o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificacién de la apariencia o la funcién corporal a través de medios farmacolégicos, quiruirgicos, o de otra indole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género como la vestimenta, el modo de hablar y los modales” (Art. 1). + Establece el derecho a que todas las personas sean tratadas “de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificadas de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allf es registrada” (Art. 2). + Garantiza el derecho a la rectificacién registral, el acceso a ‘la salud integral, el acceso a intervenciones quirdirgicas y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, su identidad de género autopercibida, sin necesidad de requerir autorizacién judicial o administrativa’, es decir, sin judicializacién y sin patologizacién (Art. 10). + Ademés, se garantiza el trato digno ya que debe ser respetado el derecho a la identidad de género adoptada “para la citacién, registro, legajo, llamado y cualquier otra gestién o servicio, tanto en los mbitos publicos como privados” (Art. 12). + Reconoce derechos a personas migrantes y a nifixs y jévenes de hasta 18 afios_teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés superior de Ixs nifixs, segtin lo estipula la Convencién sobre los Derechos del Nino y la Ley 26.061 de Proteccién Integral de los Derechos de Nifias, Nifios y Adolescentes (Art. 5). En cuanto al derecho a la rectificacién registral, que garantiza la ley, es importante lo que An Millet , Sostiene: Si hay algo que hemos logrado como sociedad es entender que los nombres y pronombres de las personas trans se respetan (en informes, etc) e incluso creo que se ha vuelto algo mal visto no respetarlo, Pero de todos modos, los actos administrativos, el acto de dar de alta un tratamiento que para las personas trans que no tenemos un cambio registral es un momento complejo, tensionante (...) porque mostrar el DNI puede suponer una malgenerizacién, puede suponer un “ah bueno, pero. puede suponer una practica cis sexista pura y dura de las mds simples, de poner en duda la identidad. Y entonces (..) el movimiento de empezar a cumplir la Ley (N°26.743 de Identidad de Género), no tiene que ver con cémo percibimos esa tensién , 0 con cémo nos tratan 0 no nos tratan, si no con qué es lo correcto. Estandarizar el empadronamiento de las personas trans sin cambio registral y cumplir el articulo 12 de la Ley es lo correcto. Es lo que la Ley solicita alos distintos dispositivos de salud, educacién, o cualquier espacio donde una persona trans se quiera inscribir incluso sin el cambio registral. Considero que esto es un movimiento bastante simple, es tan simple como leer la Ley, explicarla a las personas que se encargan de hacer ese empadronamiento y ponetla en practica. Y es un movimiento que puede tener un efecto fundamental en esa relacién de accesibilidad” (Millet, A: 2019) Resumiendo, la Ley 26.743 reconoce que es preciso respetar las expresiones de género que cada persona manifieste social, cultural e intimamente. Por lo tanto, ninguna persona debe ser discriminada por su expresion de género. Como venimos diciendo, todas las personas tenemos una identidad de género. Las identidades trans, travesti, transexuales, queer o no binarias, refieren a una vivencia de género que no se corresponde con el sexo asignado al nacer. Todas las personas, en cualquier momento de su vida, tienen la posibilidad de realizar una transicién al género autopercibido. Estas experiencias se enmarcan en un proceso que puede incluir 0 no, el cambio registral, modificaciones corporales, tratamiento hormonal y cirugjas de reasignacién sexual. 2Qué reflexiones se te presentan en relacién a este tema? gEn la préctica diaria en tu trabajo, atravesaste alguna situacién vinculada a alguno de los aspectos que abarca la ley? 4,2. Las personas con problemas de consumo de sustancias como sujetxs de derechos En ese sentido, también la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 que guia nuestras practicas en cuanto reconoce las situaciones de consumo problematico como “parte integrante de las politicas de salud mental” y aclara que “las personas con uso problematico de drogas, legales e ilegales, tienen todos los derechos y garantias que se establecen en la presente ley en su relacidn con los servicios de salud” (Art 4), incluye en su definicién que “en ninguin caso puede hacerse diagnéstico en el campo de la salud mental sobre la base exclusiva de: a) Status politico, socio-econémico, pertenencia a un grupo cultural, racial o religioso; b) Demandas familiares, laborales, falta de conformidad 0 adecuacién con valores morales, sociales, culturales, politicos o creencias religiosas prevalecientes en la comunidad donde vive la persona; ¢) Eleccién o identidad sexual; d) La mera existencia de antecedentes de tratamiento u hospitalizacin” (Art.3). Asimismo, afirma que “se debe partir de la presuncién de capacidad’” (Art. 5) y “asegurar el derecho ala proteccién de la salud mental de todas las personas, y el pleno gace de los derechos humanos" (Art. 3. Otra posicién categérica es que el Estado reconoce el "derecho a que el padecimiento mental no sea considerado un estado inmodificable” (Art. 7). Enunciado que debe interpelar prejuicios y teorias que sin probada evidencia cientifica sostienen la idea de una patologfa progresiva e irreversible, y la imagen de una “carrera de consumo” lineal y siempre ascendente hacia consumos de mayor riesgo, como un “viaje de ida”, Dicha afirmacién no se condice con las trayectorias de usos de sustancias que suelen ser variadas, complejas y fluctuantes. @ Para reflexionar ROMA ret ea ee oer Rene cise ere Bact Nea oa eaY Serre eee eee tee cree eee cura riche ccs s identidades de género de las personas en el momento de la accesibilidad y las estrate Cement eenrec td ntas contamos? éCudles necesitamos inventar/construir, POM Cree cee eee ein nt ne eet por el marco normativo de la Ley Nacional de Salud Menta 4.3. Violencia por motivos de género La Ley de proteccién integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ambitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales N° 26.485), en su articulo 4 brinda una definicién mas amplia del concepto de violencia contra las mujeres en tanto la entiende como “toda conducta, accién u omisién que, de manera directa o indirecta, tanto en el Ambito publico como en el privado, basada en una relacién desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad fisica, psicolégica, sexual, econémica o patrimonial, como asf también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes. Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, accién omisién, disposicin, criterio 0 practica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varén.” La Ley describe varios tipos de violencia: fisica, psicolégica, sexual, econémica y patrimonial, y simbélica. También contempla las formas en que se manifiesta: doméstica, institucional, laboral, mediatica, obstétrica y contra la libertad reproductiva Los conceptos de violencia de género y de violencia contra las mujeres suelen utilizarse como sinénimos. Esto es asi, fundamentalmente, porque la mayoria de los Tratados y Convenciones Internacionales hacen referencia a las mujeres cuando hablan de violencia de género. Y también porque, como vimos anteriormente, vivimos en una sociedad en la que el género se define de manera binaria. Sin embargo, el concepto de Violencia de Género es mas ampli. Permite pensar que la violencia ocurre debido a desigualdades de género que son estructurales y que ubican a las mujeres y a las personas con identidades de género diversas en condiciones de subordinacién respecto de los varones. Pensemos en situaciones concretas que posiblemente se hayan dado en los espacios en los que trabajamos. Muchas veces las leyes, por su lenguaje y estructura, parecen duras y distantes. Se vuelven mas cercanas desde la realidad cotidiana. L.y V. asisten al mismo dispositivo d participa principalmente di ortivas, se conacen con V. en un partido de fltbol mixto, se gustan, y comi salit.Lxs talleristas y operadorxs empiezan anotaractitudes muy controladoras de parte de V.: no deja solaa L. en ningun momento, controla todo lo que hace, con quién habla, qué dice, cémo se viste, incluso vigila las interacciones de L. con integrantes del equipo. (0 aproximadamente... Ella (L.) En un momento, ellale cuenta a una operad ondidas, que se siente hostigada por V. y que quiere hacer una denuncia, Desde el equipo se la acompafia a realizar la denuncia y a él se lo contiene en el taller de masculinidades que se brinda en el mismo espacio para que no la siga. Sin embargo, V. se da cuenta que ella pudo verbalizar la violencia que venia sufriendo y la sale a buscar. En la puerta del dispositivo mpafieros varones. Se logra contener las situacién y L.realiza la denuncia, teniendo que estar escondida varios das para que lora, a esc élnolalocalice, ya que V, acudia todos los dias a la puerta del dispositivo para buscarla Finalmente V. estuvo en un parador, luego en otra institucién, y después se fue a la casa de su familia, Toda esa trayectoria fue acompanada por integrantes del dispositivo, En base a esta vifieta: :Viviste alguna situacién similar en el espacio en el que trabajds?

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