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1, MITO Y MITOLOGIA: PRESUPUESTOS METODICOS- , REFERENCIAS GRIEGAS 11. Objeto del estudio del mito ¢Mythologia como mezcla de contrarios? El moderno estudio del mito halla un primer obstéculo en la dificultad de delimitar con rigor suficiente su Ambito y su ~ objeto. La palabra mito tiene hoy dia miltiples significados. Cefiirse al estudio del mito presupone que uno o més de esos significados, 0 todos ellos, separadamente o en conjunto, estén en relacin con una verdad objetiva, aun cuando sélo fuere guizé, para negarla. Tal verdad objetiva puediera ser el puro valor autosignificante de la palabra mito. En cuyo caso ten- driamos dos alternativas: la palabra mito, en uno 0 mas de uno de sus significados, 0 en todos ellos, separadamente 0 en conjunto, podria ser: 1) un puro simbolo que reposa en si mismo, que no remite mds que a si mismo y que encuentra en si su propio origen y su propio cumplimiento; 2) un mero flatus vocis, que no envia hacia nada, ni siquiera hacia si mismo, pues- to que el sf mismo hacia el que envia sélo es verdad en cuanto no es, La verdad objetiva con que la palabra mito puede estas en telacién, pudiera empero consistir también en un o| jero que gozase de existencia auténoma con respecto a Ja de Ia a bra mito. En este caso, el estudio adel mito» no Pec mitarse a ser estudio de la palabra sito en SiS multiples s!s aa we indigo del objeto nificados, sino que habrfa de ser también estudio d ul existente con autonomfa respecto a tal palabra y, sin embargo en relacin con ella: objeto que seria el mito. El discernimien, de estas posibilidades deberfa preceder al estudio del mito, Parg que éste opetase en un Ambito y sobre un objeto Tigurosamente circunscritos. Pero, como hemos hecho notar desde el pring. pio, el investigador moderno tropieza con Ia imposibilidad de establecer tal discriminacién preliminar y ha de procurar acer. carse al logro de la misma en el curso de su estudio, operandy en Ambitos y sobre objetos elegidos empiricamente: de ahi d evidente riesgo de engafiarse con la ilusién de haber Ilegado a establecerla de un modo riguroso cuando lo cierto es que tni. camente se la ha efectuado en dmbitos y sobre objetos extrinse. cos al problema o no del todo adecuados a un planteamiento suficientemente amplio. Esta dificultad desapareceria o quedarfa muy -reducida si nos limitéramos al estudio de la palabra mito, postulando de entrada la exclusién de relaciones entre ella y un objeto con existencia auténoma. La palabra mito pertenece, en efecto, a nuestro lenguaje: es un objeto de estudio que podemos cit- cunscribir a priori, desde el momento que, aun antes de empezar a estudiarlo, estamos en relacién inmediata con él, podemos «presuponerlo[ ...] como inmediatamente dado por Ia represen- tacidn» (G. W. F. Hegel, Encyklopadie der philosophischen Wissenschaften in Grundrisse, 1817, p. 1). La dificultad se pre- Senta, en cambio, con toda su aspereza si, como pretendemos hacerlo aqui, de lo que se trata es de estudiar ef mito sin ningu- im limitacién preliminar: sdlo la palabra mito si nada hay tras faaler también el mito si es que lo hay, y ante todo la ever, miei por ae mito pueda estar ahi. Ahora bien, el ae no pugle a esis su existencia, es algo que el foe . ee Rae pa «como inmediatamente dado por Ia aa atamente dada por la representacidn» lo eS aaa “ologia; pero hasta Ja etimologfa revela que e entendeege vo crivada del pgriego —mythos y Iégos— Pe che Form mo una «mezcla de contrarios» (A. Jolles, Ea . °% P- 107). La palabra mitologta (en griego mythol? 12 gia) no es, pues, sinénimo cierto de «mito» (mythos), antes més bien se distingue netamente de éste, puesto que afiade a «mito» Jo que parece ser su contrario: l6gos; por esto es bastante im- probable que el objeto «inmediatamente dado por la representa- cin» y correspondiente a la palabra mitologia sea el mismo que, admitiendo que exista, pueda corresponderle a la palabra mito. Sin embargo, la mitologia es el objeto «inmediatamente dado por la representacién» que, incluso a una seleccién empiri- ca, le resulta mds apropiado para el estudio del mito. Si se da una correspondencia entre la etimologia de la palabra y el ob- jeto auténomo a la que esa palabra se refiere, este objeto ha de presentar las caracteristicas de la citada «mezcla de contrarios»; ha de presentar, por consiguiente, las caracteristicas de una «mezclay de mythos y Iégos: de los objetos, auténomos tes- pecto a ellas, a los que estas palabras se refieren (suponiendo que tales objetos existan). La eleccién de la mitologia, palabra y objeto auténomo respecto a esta palabra, como primer ob- jeto apropiado para el estudio del mito, es una eleccién eviden- temente empirica. Nada prueba de antemano que el objeto, de hecho existente, al que la palabra «mitologia» se refiere sea también él (como se presume que lo es la palabra) una «mezcla de contrarios», ni que estos presuntos «contratios» (los objetos, auténomos respecto a ellas, a los que se refieren las palabras mythos y Idgos) existan aparte de su, ya hipotética, mezcolanza. La palabra mitologia no es ni un puro simbolo que estribe en s{ mismo, que remita sdlo a si mismo, ni un mero flatus vocis que no remita a nada. Apunta a un objeto «inmediatamente dado por Ja representacién»: a los relatos «en torno a dioses, setes divinos [daimdndn], héroes y difuntos que ee en el més all4» (Platén, Repiblica, 392 4), relatos eet on trasmitié a Roma y que fueron después acogidos ae i me nismo, El estudio de las otras culturas antiguas y¥ de ee pueblos Hamados primitivos (0, tautoldg' samen) te ae etnolégico») ha dado a conocer a Jos europeos muchos bey fas con los de la mitologta sriega, P08 pep. pee sa nies de mitologia egipcia, india, incaica, po), miten hablar ien utiliza las locuciones py», res crntologia, dice Platén (quien u ctividad La mitologia, dice ° y mythologein), es una activida | gue ia, mythous légein y my! in género de la poiésis thologia, my de la poiésis, que es un g di tenece al campo de 7 relatos «en torno a OSES, setes pene material lo aren fear eae del més alld». Este ma. ine héroes y difuntos 1 “ ejercita la mythologta, Y es un terial es modelado por ame de las palabras del fildso- material que, segdin parece del mitdlogo y le es conocido, no fo, preexiste a la activida di ‘a sino también a cierto nimeto sélo al mitélogo que lo modela, todos ellos. Como Platén no de sus contempordneos, si no a del poeta y la acti insistir en la diferencia entre el canto poeta y del parece insistir en we la wythologia difiere de Vided del mitdlogo (hace notar q iblica, 392 b]; pero tan- didein por su forma Prosistica — ee en formas métricas bién que los poetas Practican la eee thologia no es otra [ibidem, 380 c]), diriase que, Para el, Ja eels la particular cosa que aquel género de la poiésis que m dioses, seres divi- materia consistente en «relatos en torno a dio: ible definicién nos, etc.», Nos hallamos, pues, ante la Pee de 4s artes pot de un arte Particular, que se diferencia de las lem: pee el hecho de modelar un determinado material; 0, a jideit, mente (por cuanto que también el canto del poeta, ate Ja de- puede ser una forma de mythologia), nos Pallamos se de su finicién de una actividad artistica caracterizada a ay Asi, material més bien que a base del modo de mode ment a aunque Ja definicién de Platén se refiera eee n estat relatos mitolégicos, los contenidos que indica pue on s6lo Presentes, lo mismo para Grecia que Para otras partes, siciones en verdaderos y propios relatos 0, en general, en compo: te figt de literatura Scrita, sino también en obras de i danzi ad Y en acciones » Por ejemplo, la mimica y la uas, relieves, 0 por mimos Y 4 oiCO* F itoldgt y danzantes modelen el material mi 14 representando a los personajes mitolégicos y repitiendo acciones. : _ La accién y el resultado de modelar estos material parte de los mits: logos, sean éstos narradores, a tores, etc., es el objeto «inmediatamente dado : tacién», al que envia la palabra mitologia. Como hemos dicho, la etimologia induce a recono palabra mythologia una «mezcla de contrarios», esto re palabras mythos y légos. Tratase ahora de vetificar hasta qué punto es veridica la etimologia, y de examinar la eventual «mez- cla de contrarios» también en el objeto, auténomo respecto a ella, al que la palabra se refiere. Spor escul- por la represen. 1.2. Mythos y légos El primer paso para la verificacidn de la «mezcla de con- trarios» en la palabra mythologia consiste en examinar la con- traposicién entre las palabras mythos y Idgos. / Dice Homero (Iliada, XVIII, 252) que Polidamante y Héctor habfan nacido la misma noche, y que el uno sobresalia con las palabras (mythoisi) y el otro con la lanza. La unin de estas dos capacidades en el mismo hombre era la meta de la educacién impartida pot Fénix a Aquiles (Iltada, IX, 440 ss.), para que el joven héroe Ilegara a ser al mismo tiempo «buen hablador» (mython te rhéter) y «hacedor de obras» ( prekterd le érgon). EI hombre completo tenia que saber juntar Ia ac Cién, simbolizada por la destreza en el uso de las armas, we cl talento de actuar con la palabra «en los consejos, oe i‘ los hombres noblemente se afirman», talento en el ores salié Odiseo, el héroe «de multivario disct so” a palabra Y que fue también valeroso guerrero. La historia iatoris de la mythos es inicialmente, a partir de Homero, encin del héroe Tetorica y, en especial, de la elocuencia. Lael een stor, S© iomérico, «buen hablador» come Odliseo cia para empleat hutre, por lo menos, de dos facultades: la as 6 F éritas a que se refieren. Su

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