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24
Pero Jehú tensó su arco, e hirió a Joram entre los hombros, y la flecha salió por el corazón, y se
desplomó en su carro.
25
Y dijo a Bidcar, su capitán: Levántalo y échalo en el campo de Nabot jezreelita, pues recuerda: Tú y
yo montábamos juntos tras su padre Acab, cuando YHVH levantó contra él esta sentencia:
: 1 Reyes 22:34
Y un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre la juntura de la armadura. Y él
dijo a su cochero: Da la vuelta y sácame de la batalla, pues estoy gravemente herido.
SAETA v. Arco
Deu 32:23 sobre ellos; emplearé en ellos mis s
Saeta (heb. jêts, jêtsî, jâtsâts; gr. bélos). Proyectil que se dispara con el arco. Las saetas o flechas
antiguas consistí-an de: 1. Una punta o cabeza, hecha en tiempos primitivos de pedernal, más
tarde de bronce y en tiempos romanos de hierRom_2 Una vara larga, mayormente de caña,
ocasionalmente de madera pulida. 3. Unas plumas en su extremo para mantenerla en un curso
rectilí-neo. A veces, la cabeza de la flecha o saeta se insertaba en un extremo de la caña o tení-a
un tubo para recibirla. Las puntas primitivas fueron planas, pero más tarde mostraron secciones
triangulares. Los asirios inventaron las flechas barbadas, que eran difí-ciles de remover de las
heridas. Los soldados usaban aljabas de cuero para llevarlas. Algunas veces se embebí-an en
veneno (Job 6:4). También se usaban flechas incendiarias para prender fuego los equipos de
guerra, el campo o la ciudad del enemigo. Se han encontrado puntas de estas saetas, que
muestran los orificios por donde se atravesaban pedazos de estopa saturadas con aceite. 441.
Cuatro puntas de flachas encontradas en Palestina. La Biblia usa frecuentemente “flecha” y
“saeta” en sentido figurado; Dios hiere a los impíos con sus saetas (Deu 32:23, 42; Sal 7:13; 64:7);
se compara al siervo de Dios con una saeta bruñida (ls. 49:2); los relámpagos son llamados las
saetas del Señor (Psa 144:6); y la “saeta que vuele de día” (Psa 91:5) quizá sea una figura para la
insolación (aunque muchos eruditos oscilan entre que era un sí-mbolo familiar del folclore antiguo
para la enfermedad o el dolor repentinos hasta la personificación de un demonio). El NT 1030
menciona los fieros dardos de Satanás, los cuales pueden ser apagados con “el escudo de la fe”
(Eph 6:16).
latí-n sagitta. Flecha que se arroja con el arco, Sal 11 (10), 2; 64 (63), 8; 91 (90), 5; Is 49, 2; Jr 9, 7.
Diccionario Bí-blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
[554]
Flecha o arma arrojadiza. En Andalucí-a se alude con el término y metafóricamente a una breve
canción o copla que se dirige a Cristo, a la Virgen, a un Santo, en las diversas procesiones que se
celebran, sobre todo en las de Semana Santa.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí-a Religiosa, Editorial Bruño, Lima,
Perú 2006