Auroras y tempestades:
la educacién entre golpes (1955-1976)
-~El derrocamiento de Perén en 2955 fue un acontecimiente politico que se inscribid en
la tradicion golpista iniciada en 1930. cuando una alianza civico-militar destituyé al presidente
Hipélito Yrigoyen. Una de las singularidades de! goipe civico-militar del ‘55 ~autoproclamado
Revolucién Libertadora”— fue que quienes lo perpetraron lo hicieron en nombre de una con.
cepcién de libertad que era significada como un anténimo de peronismo. Se abrié a partir de
entonces un seriodo cargado de gran inestabilidad politica y econémica, que se caracterizé por
la proscripcién de la fuerza politica mayoritaria. Las ujas entre sectores y clases sociales se
agudizaron cada vez mas, a medida que transcurrieron las décadas del ‘60 y de! “70.
La educacién del periodo estuvo atravesada por ios avatares que experiment ia sociedad
en esos afios, sacudidos por grandes transformaciones econémico-sociales y poiitico-cuiturales,
Las transformaciones que se produjeron en ef nivel mundial resonaron en e! ambito local y se
resignificaron en clave nacional. La educacién argentina no quedé ajena, convirtiéndose en un
terreno de experimentaciones y ensayos, de Cruces y chispacos entre Wendeticlas evuGe lives
‘opuestas, pero también de articulacion y de creacién de nuevos imaginarios pedagégicos.
Siefectuamos una mirade panorémica sobre las dos décadas que recorre esta iecci6n, 06:
demos notar que uno de sus rasgos estructurales fue la imposibilidad de resolver los conflictos
sociales a través de canales institucionales considerados legitimos. Et prestigio simbdiico de ta
democracia se desgast6 cada vez mas en el imaginario politico argentino. El autoritarismo fue
redoblando ta apuesta a través de una ldgica excluyente frente a la resistencia de los sectores
sociales, que imaginaron cada vez con més fuerza destinos de emancipaci6n y de transforma:
cién social. Esa disputa encontré una resolucién dramética cuando. el 24 de marzo de 1976,
el terrorismo de Estado puso fin a un gobierno constitucional jaqueado por conflictos politicos y
econdmicos. En ese sentido, "1976" fue el cierre de un ciclo que dio lugar a la experiencia Ge un
trauma social que atin gravita como herida y que marcé para siempre al tejido social argentino,
En esta leccién vamos a seguir algunas pistas sobre fa produccién de polticas y de su-
jetos que contribuyan a pensar histéricamente ia educacién y la escuela entre 1955 y 1976.
Nos detendremos en el imperativo de modernizacién que caracterizé a este periodo y en los
relaciones que se fueron disejando entre sociedad y educacién. .Qué imaginarios pedagégicos
previos tensioné? .Qué novedades vino a expresar? zQue articulaciones politicas y pedagogicas
se produjeron? A contraluz de algunas politicas impulsadas par el Estado, veremos también el
surgimiento y la expansién de propuestas altemnativas con sentidos mas incluyentes, que prime-
ramente fueron sospechadas y combatidas, y finaimente reprimidas, en medio de fa oscuridad
Gesatada por el golpe de 1976.
249°We
Darse cuenta
Detras del golpe de 1955 se habia aglutinado la oposicién al peronismo, compuesta por
vastos sectores de las Fuerzas Armadas, por la Iglesia catdlica, por la burguesia agraria, por un
sector importante de la burguesia industrial, por gran parte de los sectores medios y por los par-
tidos de ia oposicién. Todos ellos coincidieron en que era necesario desperonizar a la sociedad
y llevar adelante un proceso de reorganizacion politica que conciuyera en el restablecimiento
del sistema denwerative.
El general nacionalista catélico Eduardo Lonardi encabez6 una rebelién militar que se
inicio et 16 de septiembre en Cordoba, a la que se sum6 también fa Marina bajo las ordenes del
almirante Isaac Rojas. Lonardi asumié finalmente la presidencia provisional ei dia 23. luego de
que Peron redactara “Si mi espiritu de luchador me impulsa a la pelea, mi patriotismo y mi amor
a! pueblo me inducen a todo renunciamiento personal” Ese dia. ante una multitud reunida en.
Plaza de Mayo, \onarci planted que la victoria no dabe derechos y que en esa lucha no habia “ni
vencedores ni vencidos”. Pero en dos meses debid renunciar y con ello quedaba en evidencia
ia imposibilidad de viabilizar ese tema. Su alejamiento del gobierno fue un simbolo de la profun.
dizacién det antiperonismo de fa “Revolucién Libertadora”. Lo reempiazé Pedro E. Aramburu,
quien inmediatamente proscribid al Partido Peronista por su vocacion “berticia” y ordend ta
intervencién de la actividad sindical. EI decreto-'ey 4161 de 1956 prohivi6 desde la utilizacién
de fotogratias. retratos y escutturas de los funcionarios peronistas, hasta sus simbolos y com
posiciones musicales. como la marcha peronista y “los discursos dei presidente depuesto o su
esp0sa. 0 fragmentos de los mismos'
Pero el peronismo habia ilegado en ta década del ‘40 para quedarse. Asi lo entendieron
Los peronistes, que se fueron fortaleciendo a pesar de la proscripcion y de ia represion. Tam.
bién fo sosten‘an otras, come Mario Amadeo, quien fue canciller durante el breve gobierno de
Lonardi. Para Amadeo, é! peronismo nabia nacido de una nueva conciencia social, producto de
transformaciones politicas e ideoldgicas. Consideraba que Perdn habia advertido esos cambios.
por lo que decidié enarboiar desde el Estado una serie de lemas que ya estaban latentes en la
sociedad. como las ideas Ge soberania politica. de independencia econémica y de justicia social.
En otras palabras, lo que el geronismo habia hecho era ponerle nomore y aliento @ un fenémeno
abierto con antericridad, Para Amadeo, la solucién consistia en dar cabida a los aspectos posi
tivos det peronisma e incorporar a as masas @ la vida nacional
Se sumaron mas voces al coro que planteaba la necesidad de poder pensar el peronismo
como un hecho politico-cultural singular que debi@ ser atendido. y no come una aberracion de
la vida poiitioa argentina que debia ser erradicaca. Por ejempio, el escritor Emesto Sabato veia
en el peronismo un fendmeno de masas que actualizaba un resentimiento atévico que podia
rastrearse histdricamente en el constante civorcio entre el pueblo y los sectores ilustrados de la
Argentina, Desde otra mirada. la revista Contorno (que agrupaba a hombres y mujeres de letras
‘como Ismael y David Vifias, Leon Rozitehner, Adelaida Gigli y Noé Jitrik. entre otros} sumo ctro
discurso al debate de! campo intelectual que buscaba comprender ia experiencia peronista
Como sefiala Beatriz Sarlo, el oeronismo habia sido un proceso contradictorio y Contorno “se
habia propuesto enfrentar el riesgo de piantear qué cosas recuperar de esa experiencia y cudles
no”. en la medida que habia despertado “la conciencia de los oprimidos”
220En verdad, no hubo sector social que no fuese interpelado por la discusion en torno al
peronismo: de las Fuerzas Armadas hasta los partidos politicos y las agrupaciones de izquierda,
desde ia intelectuatidad mas conservadora hasta la més radicalizada. de la Iglesia a jos sindica
tos. de las universidades hasta las mesas familiares. La irrupci6n del peronismo era un hecho
nsoslayable de la realidad argentina que encendi6 poiémicas. forié argumentos encontrados,
y Benerd sentimientos inconciliables, pero nunca produjo indiferencia. El peronismo parecia
obligar a los sujetos —individuales y colectivos—a una toma de posicién.
Una vez en él poder, la “Revolucién Libertadora” no sélo pronibio toda referencia al “régi
men depuesto”. en paraieto, comenz6 a desmantelar las pobticas benetactoras instaladas por
el peronismo, de manera compieja. con marchas y contramarchas. Entre otras, la pula por la
redistribucién de la renta nacional marcaria el biorritmo del conflicto social en ia Argentina. En
este contexto de fuertes turbuiencias. jos debates que tuvieron lugar en el campo pedagégico y
on el devenir del sistema educativo no fueron ajenos a las tensiones que atravesaran esos aftos.
eCudles eran los rastros de! discurso peronista que tenian que ser removidos de las escuelas?
QUE nuevos sentidos acerca de la ciudadania y de la convivencia debian reemplazarios? ¢Qué
dimen ne" 8808 altos, y cémo se expresaron en una trama cul
tural tan compleja?
jones de Ia politica se activ
El optimismo capitalista llega a la educacion
Luego de ta Segunca Guerra, la economia mundial capitalista ingreso en una fase de cre-
cimiento que se extendid hasta 1973, cuando estalld la crisis del petroleo. Durante ese ciclo de
bonanza, la inversion de capitales ocupe un lugar central y dinamiz6 a la economia. Los capitales
Ge arigen norteamericano encabezaron ese proceso y fueron destinados a Eurova occidental
(mediante un plan de reconstruccion de la economia de posguerral y a las economias latinoa:
mericanas. Complementariamente, en América Latina y en nuestro pais ‘regiones periféricas
Get capitalismo central) se generaliz6 la idea de que las economias necesitaba” recurrir a las
inversiones extranjeras para profundizar el proceso de industrializacion
En los aftos °50, el desarrolio fue pensado como la via hacia el progreso. La conception de:
sarrollista planteaba una hipotesis optimista sobre el devenir capitalista de los paises latinoame-
ricangs, Sus sociedades, consideradas tradicionales, debian seguir los pasos de ias sociedades
industrializadas para modernizarse. Ese umbral moderno seria alcanzado s6io si las sociedades:
Ge la regién removian sus valores tradicionales ¢ impulsaban desde el Estado la industrializa:
ci6n, incorporando maquinarias y herramientas. E1 despegue econdmico se produciria cuando e|
capital extranjero —tan necesario en una primera etapa fuera disminuyendo gracias @ que la
economia nacional estuviera en condiciones de desarrollarse de manera autosustentable.
A mediados del siglo XX fue cobrando cada vez mayor peso la teoria del capital humano.
Uno de sus precursores, Theodore Schultz, consideraba que el crecimiento econdmico de una
sociedad no se podia explicar s6lo por la inversion de capital fisico. Para él, la educacién era
también junto al capital, la tierra y el trabajo— un factor de la produccién.
Nutrida en ese clima de ideas, la educacion ocuparia un lugar central en el imaginario
desarrolista, Desde esa concepcién modernizante, se sostenia que el atraso debia ser comba-
22aarata - Marco
tido no s6lo con capitales y tecnologia, sino también con la formacién de recursos humanos.
Se sefialaba que las sociedades latinoamericanas carecian de ellos, |o cual explicaba ta baja
productividad de sus economias y la incapacidad para generar capitalizacién. La educacién for-
mal, histéricamente concebida como una herramienta para ia formacién de la ciudadania, habia
expresado una actitud reacia hacia el establecimiento de vinculos con el mundo del trabajo.
Por esa razén, el desarrollismo produciria un giro novedoso al promover una articulacién entre
economia y educacién, colocando el énfasis en ta generacién de recursos humanos. La inver
si6n en ecucacién garantizaria su rentabilidad. La formacién de capital humano se convertia
cn un objetivo cstratégice y por fo tante indispensable. Desde 90 perspective teérica, e! capital
humano se homologaba con el capital en general,
El optimismo pedagégico que se extendid por y para América Latina formé parte de una
estrategia geopolitica y de control ideolégico mas amplia encabezada por los Estados Unidos a
fines de la Segunda Guerra Mundial. Como advierte Octavio lanai, el imperialismo norteameri
cano se extiende sobre América Latina “utilizando recursos doctrinarios tales como: ‘coopera:
cién continental’, “solidaridad de los Estados americanos’, ‘Buena Vecindad’, ‘Alianza para el
Progreso...” @ través de los cuales “tienden a hacer a estos Ultimos estructuralmente depen:
dientes de los primeros”. De un modo particular. ta politica exterior de los Estados Unidos hacia
Latinoamérica se intensificé luego de 1945, cuando el mundo quedé dividido en dos grandes
bloques: e! occidental capitalista, bajo la hegemonia norteamericana, y el oriental socialista,
liderado por la Unién de Replicas Socialistas Soviéticas. Desde entonces, la inminencia de un
enfrentamiento entre las dos grandes potencias —conflicto conocido como la Guerra Fria— se
mantuvo latente y formé parte del aire que se respiraba en el mundo
El temor de Estados Unidos frente a lo que consideraron la “amenaza comunista” fun:
cioné como un disparador para el disefio de sus polticas hacia América Latina. Para frenar la
propagacién de las ideas socialistas era menester atacar el problema de la pobreza y promover
el desarrollo. En otras palabras. evitar las causas que hicieran del socialismo una opcién de
transformacién social para las sociedades latincamericanas. Por eso. cuando los revolucionarios
Cubanos tomaron el poder en 1959, derrocando al dictador Fulgencio Batista, se redobiaron
los miedos. Los Estados Unidos incentivaron ta implementacién de politicas de desarrollo. La
revolucién encabezada por Fidel Castro se prociamé marxista-leninista en 1961; ese mismo
afio se lanz6, en la reunién del Consejo Interamericano Econémico y Social (CIES) de la Organi
zacién de Estados Americanos (OEA), la Alianza para el Progreso (ALPRO). bajo la conduccién
y-con el apoyo financiero de Estados Unidos. El objetivo central de Ia ALPRO era lograr el desa:
rrollo econémico. Habia que cambiar el patrén de redistribucién de la riqueza, profundizar la
industrializacién, pero manteniendo el sistema politico liberal. representativo y democraitico. Los
organismos que se asociaron a esta Alianza fueron, entre otros: Ia Asociacién Latinoamericana
de Libre Comercio (ALALC), el Fondo Monetario internacional (FMI, [a Comisién Econémica para
América Latina (CEPAL) y la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID)
Como afirma Adriana Puiggrés, el proceso de modernizacion requeria “la formacién de
cuadros intelectuales que fuesen orgénicos can fos cambios que se demandaban”. Se promovia
la construccién de un nuevo perfil de intelectual, en ia que los “sentimientos” de la politica no
ublaran la “sensatez" que demandabe esa nueva hora. Se requerian “expertos” que, legitima-
dos por sus “saberes”, asumieran la planificacion estatal. La figura y el rol que hasta entonces
habia tenido el intelectual se neutralizaba con la imposicién del “especialista’, que reivindicaria
la neutralidad politica de sus interpretaciones desde su saber cientifico y su especificidad técnica,
222La figura del especialista, planteada desde una operacién despolitizadora, seria de larga
y compleja trayectoria en ia implementacién de politicas educativas en la Argentina y en Lati
noamérica en general. El “experto", el “planificador”, estaba investido de une concepcién neu-
tral del conocimiento y su saber Se consideraba “desideologizado”. Era una nueva etapa que
requeria la produccién de nuevos sujetos. A mediados det siglo XX, las ideas de cambio, de
crecimiento sin limites y la certeza de que la educacién era una herramienta fundamental en el
camino hacia la movilidad social, reimpuisaron (a utopia del progreso.
En el marco de las orientaciones de la CEPAL, el gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962)
eotabiocis on la Argentina el Conesjo Nacional do Desarrollo (CONADE). La evistencia de este
6rgano confirmaba la centralidad det planeamienta como estrategia del Estado para alcanzar
ei desarrollo. Durante el gobierno de tllia (1963-1966) se cred el sector de Educacién de dicho
Consejo compuesto por un equipo dirigido por el pedagogo Norberto Fernandez Lamarra. Desde
alli se impulsaron una serie de proyectos y se produleron diversos trabajos de investigacién
educativa orientados a cuantificar la desercién escolar. a indagar sobre el origen social de los
estudiantes secundarios, a ubicar las caracteristicas det perfil de los docentes, a relevar la in-
fraestructura escolar y a conocer la oferta de capacitacion en educacién no formal, entre otros.
Destellos de larga duraci6n en
la coyuntura educativa desarrollista
Una de las constantes del periodo fue el incremento de Ia poblacion escolar en el sistema
educative argentino, incremento que fue acompariado por una notable expansion material del
sistema educative. Cn el siguiente cuadro sc puede cstablecer. a través de lustros. el ritmo de
dicha expansion
Establecimientos
16.446
T Alumnos | Docentes | Relacién docente/alumno _|
"T 2.365.438 | 114.691 |
__| 2.858.488 | 130.923
a
1955
1965 : (3.139.873 | 156.175 _
ig7o_ | 20.179 |3.425.288 | 181.756
(1g7s 20.646 304 | 216.
Tomado de Braslavshy, Cecilia (1980), La edueacién argentina (1955-19801,
uenos Aires: Centro Ector de América Latina
En 20 afios. el sistema educativo cre 4.200 establecimientos, incorgoré a 723.866 alum.
nos y Sum 101.458 nuevos docentes. Pero esta caracterizacién general se desdibuja al revisar
algunas de las cifras. A \o largo de esos aos. la matricua del n'vel preprimario se sextuplice. La
poblaciGn en evau escolar que asistia al primario creci6. Sin embargo, el 13% de los nios nv eran
atendidos por el sistema; esa situacién se vio partioularmente agudizaba en algunas provincias.
Cecilia Brasiavsky advierte que “el ingreso tardio, junto con la desercidn, fueron dos de Ios pro-
‘lemas del periodo”, Por ejemplo, solo el 35% del total de los alumnos ingresados a la escuela
primaria en 1955 egres6 en el afo previsto. De los ingresados en 1970, egresé la mitad en 1976.
223Hata - Bonito!
Los aios frondicistas (1958-1962) estuvieron cargados de acontecimientos significat
vos para la historia de la educacion. Durante esta etapa, tuvieron lugar la creacién dei Consejo
Nacional de Educacion Técnica (CONET) y ta transformacidn de la Universidad Obrera Nacional
(VON) en Universicad Teenologica Nacional (UTN), Simulténeamente a los debates y movilizacio-
hes en torno a la educacidn laica o libre, los educadores lograron —a través de la ley 14.473— la
sancién del Estatuto del Docente para el mbito nacional. Este logro se dio en el marco de un
proceso de construccién de la identidad profesionai. ce la organizacion gremial y de la conquista
de derechos laboraies de los maestros. Sobre ellos volveremos mas adelante.
ademas, durante la aresidencia de Frondizi se inici6 un proceso Ge transferencia de las
escuelas primarias nacionales a las provincias. En 1962 se transfirieron 23 escuelas en la
provincia de Santa Cruz. Un decreto del gobierno de Ilia (1963-1966) dejaria sin efecto esa
medida, Sin embargo, 8 partir de la ley 17.878 ~sancionada en 1968, durante la dictadura de
Ongania~ se transtirieron 680 escuelas ubicadas en las provincias de Buenos Aires, Rio Negro
y La Rioja. En 1970 se derogs la ley Lainez (1905) y al ao siguiente se creo el Consejo Federal
de Educacion (CFE) ~constituido por ios ministros de Educacién de las distintas provincias— que
estaba facultado para lievar a cabo las transterencies.
Como hemos sefialado al comienzo de esta lecci6n. ia inestabilidad institucional fue uno
de los rasgos caracteristicos del periodo, Las Fuerzas Armadas jugaron un rol tutelar respecto de
Ja Sociedad civil: una representacion del lugar que debian ocupar en la Sociedad. representacién
que fue compartida 0 aceptada con aquiescencia por vastos sectores. Por lo aue, independien
temente del apoyo 0 ef Gescontento que provocaron los goloes cada vez que se producian. la
interrupeién de la legalidad constitucional se habia naturalizado en la Argentina
La dictadura de fa autodenominada Revolucién Argentina —que derrocé al gobierno de
ia en junio de 1966— plantes como sus nhjetivos la reorganizacian da {a eranomia y co IA
sociedad sobre nuevas bases. Por primera vez en \a Argentina, una dictadura no se oresentaba
como una intervercién transitoria, sino expresande una voiuntad politica de largo aliento y con
pretensiones de cambiar estructuralmente al pais, {Como? A través de etapas sucesivas con ob:
jetivos especificos. El tiempo econémico se encontraba en primer lugar yen riguroso orden (y sin
premura) le seguirian el tiempo social y el politico. Con la dictaciura de 1966 surgié un nuevo tipo
de Estado que combinaba modernizacién econdmica y autoritarismo y que fue conceptualizado
or Guillermo O'Donnell como un Estado burccratico-autoritario, Algunas de las medidas que
se adoptaron fueron la anulacién de ios partidos politicos, fa intervencién de las universidades.
y la disoluci6n de los centros de estudiantes.
Veamos un ejemplo. La sancién de a iey 17.401 de Represién del Comunismo establecié
que la calficacion de cuaiquier persona como comunista por la Secretaria de Informaciones
de Estado (SIDE) la inhabilitaba para obtener la ciudadania, ocunar cargos publices y ejercer
la docencia. El comunisme fue en esos afios un fantasma que se agitd una y otra vez. como
una amenaza a la que se debia combatir, no soo en Argentina. sino en toda Latinoamérica. Asi
fue como se implementé ia Doctrina de la Seguridad Nacional, que estableci un cambio en
la hipotesis de confiicto de ias Fuerzas Armadas. Se dej6 a un ‘ado el énfasis en las fronteras
geogréficas. para reforzar la vigilancia de las fronteras ideologicas, estableciendo la figura de!
enemigo interno. Se devia vigllar a ios ciudadanos, sus actividades politicas ya todo aquelio que
pudiera ser considerado subversivo.
224VAuroras y tempestades..1
Los efectos en el Ambito educativo no tardaron en manifestarse. La inestabitidad politica
¢ institucional y ia profuncizacién del autoritarismo se desplegaron en un escenario complejo
en materia educativa. en el que se trababan las posibilidades de estabiecer acuerdos entre la
sociedad civil y el Estado, entre los sucesivos gobiernos y la comunidad educative. Vedmosio
respecto de los intentos de reformas para la educacién primaria
En el marco del modelo autoritario de la Revoluciéin Argentina se aprobé, en 1968, por
resolucién ministerial, el anteproyecto de Ley Orgdnica de Educacidn, presentado por José M
Astigueta. Alii'se planteaba ei cardcter subsidiario del Estado en materia educativa. se reducia la
eceusla elemental a cinco grades y €9 ostablecia una excuola intormedia de cuatro aitos, no obli
gatoria (que recuperaba la iniciativa impulsada, hacia principios de siglo XX, por Carlos Saave-
dra Lamas y Victor Mercante). Entre sus objetivos estaban la promocién por ciclos, el trabajo
por dreas y la introduccién de actividades “préctico-econémicas” que buscaban favorecer una
répida integracion al mundo dei trabajo para quienes no estuvieran en condiciones de seguir
otros estudios. La pubertad fue nensada como etapa de crisis, del predominio “no-intelectual”;
de alla importancia de presentarle opciones para “descubrirse’.
Pero dicho proyecto fue muy resistido politica y pedagégicamente por la comunidad edu
cativa y por los maestros en particular. El 8 de febrero de 1969 se dio a conocer, a través del
diario La Prensa. un nuevo Proyecto de Ley, con modificaciones, que la Secretaria de Cultura y
Educacién habia presentado ai Poder Ejecutivo y al Ministerio del interior para su estudio. En él
se proponia la educacién obligatoria desde los seis afios de edad hasta completar el segundo
nivel de educacién graduada, 0 cumplir los catorce aitos de edad. Esta obligeci6n podria cum-
plirse en forma privada o en los establecimientos del sistema nacional de educacién. “La Nacién
yas provincias extenderén progresivamente el limite de la obligatoriedad escolar conforme con
las posibilidades concretas de observancia”, concluia en su articulo 31.
En junio de 1969, Dardo Pérez Githou asumié como ministro de Cultura y Educacion e
mpuls la aplicacion de la escuela intermedia en fa Capital Federal y en las provincias de Bue
nos Aires, Entre Rios, Santa Fe y San Luis. Laura Rodriguez sefala que cada jurisdiccién siguié
Sus propios criterios de implementacién: “en algunas provincias se habia adoptado un curriculo
de cinco wdrease y en otras de cuatro: en San Luis. el nivel intermedio duraba tres aftos y en
Buenos Aires, cuatro, y asi sucesivamente”. José Luis Cantini —ministro durante el gobierno de
Levingston, sucesor de Ongania— habilit6 en 1971 un Profesorado para el Nivel Intermedio en
los institutos de formacién docente.
Buenos Aires fue la que incorpord mas cantidad de escuelas y en 1970 declaraba haber
comenzado. en 60 establecimientos, con fos dos ciclos del “nivel elemental” (primer a
tercer grado y cuarto a quinto grado) y los dos ciclos de! nivel intermedia (sexto a séptimo
grado y actavo a noveno)
Durante la gestion de Cantini se intento relanzar ta reforma integral de educecion a través
del Plan Nacionat de Desarrollo y Seguridad 1971/1975. Pero, auevamente. la iniciativa fue
muy resistida y el ministro renuncio en mayo de 19/1. Hubo intentos parciales de implementa-
cin de reformas por parte del ministro siguiente, Gustavo Malek, pero, en un contexto de fuerte
impugnacién. termina disponiendo la suspension de las medidas.
225Arata - Mario
Algunos indicios para pensar la trama cultural
y educativa del periodo
Como venimos planteando, la Argentina experiments, en las décadas de las que se ocupa
esta leccién, un proceso de modernizacién social y cultural. Este se caracteriz6 por ia expansi6n
de los sectores medios, de la sociedad de consumo y de la difusién de las comunicaciones.
como el caso de [a televisién. Se configuraron nuevas pautas en el plano de las relaciones socia
Jes, por ejemplo a través de la generalizacién del voseo en el trato. Se aceleré la transformacién
de las relaciones entre padres e hijos y se divulgaron saberes psicoanaliticos (por ejemplo, fa
experiencia de Escuela para Padres emprendida por Eva Giberti), Las relaciones entre géneros
también se vieron alteradas con ef avance de la mujer en dmbitos de los que habia estado his
toricamente relegada. El uso de la piidora anticonceptiva modificaba las conductas sexuales. La
impugnacién al orden establecido marcé ese tiempo social. Asi fue como irrumpieron. sucesiva 0
simultaneamente. la experiencia de! movimiento hippie. la revuelta estudiantil de mayo del ‘68.
las luchas de descolonizacién en Africa y Asia y las relecturas de ta accién pastoral de ia Iglesia
a la luz de la Teologia de fa Liberacion
Uno de los temas en los que se expresé con mas fuerza el debate sobre la educacién en
el contexto de la modernizacidn fue el enfrentamiento de posiciones politicas en torno a fo que
se conocié como el conflicto entre Laica 0 Libre,
A fines de 1955, siendo ministro de Educacién Atilio detl'Oro Maini, el gobierno de la Re:
volucidn Libertadora promulgé el decreto-ley 6403, cuyo articulo 28 establecia la posibilidad de
que as universidades particulares o fibres habilitasen el ejercicio profesional de sus egresados.
una atribucién hasta el momento ejercida exclusivamente por el Estado. Dicho articulo generé
Un debate Intenso, que incluy6 ta renuncia del rector de la UBA, José Luis Romero —defensor del
laicismo— y la del propio Ministro, de conocida orientacién catdlica. Las autoridades guberna
mentales decidieron posponer su discusién hasta que se regularizara la actividad parlamentaria
Cuando Frondizi gané las elecciones, designé al frente del Ministerio de Educacién y Jus:
ticia @ Luis Mc Kay. reconocido catolico. En agosto de 1958, el gndiero decidié impulsar una
ley que autorizase a las universidades privadas a expedirtitulos habilitantes. Esa iniciativa hizo
que se extendieran las movilizaciones Ge estudiantes universitarios y secundarios. de docentes,
y de agrupaciones sociales, politicas y religiosas. De un fado, enarbolando la tradici6n iaica, se
‘agyuparon las tendencias democraticoliberal, nacional-popular y de izquierda, que considera
ban al Estado como el tinico responsable de ia organizacién, planificacién y control de la educa-
cién. Del otro, se agruparon, principaimente. la iglesia y Sectores privatistas, que defendian la
educacién libre, concebida como educacién en manos de los particulares. Desde esta posicion
buscaron hacer avanzar el principio de subsidiariedad, que sostiene que el Estado debia impartir
ensefianza cuando los particulares no aleanzaran a cubrir las necesidades de educacién, Hubo
quienes gritaron “los curas a los temples, la escuela con Sarmiento”. El grito de otros fue: "Laika,
perra rusa” 0 “Laika...g0” —en alusiGn af nombre def can que fa URSS fanz6 al espacio en 1957
a bordo del Sputnik 2—.
Quién debe educar? gQué tipo de relacién entre sociedad y Estado estuvo én disputa?
Como hemos visto en otras lecciones, esta ha sido una cuestion que se expresé en diversos
periodos, constituyendo un conflicto de larga duracién en la historia de la educacién argentina
226Auroras + terapestade’s..
Finalmente se aprobé Ia ley 14.557, conocida como ley Domingorena, que autorizaba
‘a que las universidades privadas expidieran titulos habilitantes bajo e! control dei Estado, es
pecificando a su vez que no podrian recibir financiamiento estatal alguno. El triunfo del sector
privado marcé un punto de intiexin en su avance en el fortatecimiento de un sistema organico.
Por otra parte, la derrota del laicismo, que habia articulado a diversos sectores, generé un clima
de desazén. De todos modos, la universidad publica seria el principal foco de renovacién cultural
hasta 1966, cuando la dictadura de Ongania la intervino luego de la represién de fa llamada
Noche de los bastones largos. Veamos el caso de ta de Buenos Aires.
En la Universidad de Buenos Aires, ta modernizacién estuvo asociada a tres nuevas c:
ras: la de Psicologia, la de Sociologia y la de Ciencias de la Educacién. Esta Uitima y el Instit.
de Investigaciones de Sociologia estuvieron dirigidos por e! filésofo italiano Gino Germani, quien
desarrollaria sus trabajos dentro del campo de la sociologia. Bajo su direcciOn irrumpié la socio:
ogia moderna, de orientacién estructuralfuncionalista, de influencia norteamericana y fuerte:
mente anclada en la investigacion empirica. La dupla sociedad tradicional/sociedad moderna y
los grados de desarrollo marcaron las preocupaciones que orientaban a las investigaciones del
instituto que él dirigié. El cientificismo inficion6 el discurso sobre lo social y ello se extenderia a
la reflexién educativa.
re:
Le formacién de pedagogos en la UBA experimenté una transicién de posiciones espiri-
tualistas hacia otras de corte funcionalista, en la linea de Germani. La carrera de Pedagogia se
transformé en Ciencias de la Educacién y e! espiritualismo liberal sostenido por Juan Mantovani
—director del Departamento de Educacién y dacente de la carrera— fue cediendo lugar a las
nuevas lineas tedricas que venian madurando entre algunos de sus discipulos, particuiarmente
ena figura de la profesora Gilda Lamarque de Romero Brest.
Myriam Southwell observa que la lectura que hicieron de Germani algunos de los educa-
dores que incidieron en el discurso pedagégico de fa época, estuvo atravesada por la necesidad
Ge encontrar modelos prescriptivos. Desde esa mirada. la planificacién se generaiizé como
herramienta funcional y fundacional, “presentada de manera objetiva y garantizadora de re
sultados més exactos”. Una tendencia dentro del campo educativo. impulsada por un discurso
cientitico de ta educacién, promovid “La explicitacién obsesiva de objetivos. el fortalecimiento
de la psicoestadistica y Ia psicometria’, desplazando el interés por pensar los fundamentos o los
fines de la educacién, Estas intervenciones, concluye Southwell, a pesar de reivindicarse neu
trales, constituian sujetos y disfrazaban “relaciones de poder en procedimientos cuantitativos
y mediciones de toda indole”. Sin embargo, a pesar de que as ideas y las practicas derivadas
de fa pedagogia tecnocratica se intradujeran como elementos modernizadores en las aulas, en
éstas seguiria presente. a pesar de su desgaste, el normalismo.
Mas alld de Ia heterogencidad de posiciones, las carreras de Educacion fueron tracciona
das por el objetivo de formar “especialistas”. Asi lo sefiala Maria del Pilar Lépe7 pera e! caso de
la carrera de Ciencias de la Educacién de la Universidad Nacional de Entre Rios. Alli se promo:
vian especializaciones de posgrado como “Politica y administracién de la Educacién con orien.
tacién en ‘Conduccién Central’; ‘Conduccién institucional’: ‘Educacién Diferenciada’; ‘Educacién
a Distancia’ y ‘Acci6n Social por la Educacién”
En el plano de la industria cultural, un sintoma del proceso modernizador fue la creacién
de la Editorial Universitaria de Buenos Aires (Eudeba), Fundada el 24 de junio de 1958 y dirigida
22781 Arata- Mario
por Boris Spivacow —durante el rectorado de Risieri Frondizi~ este emprendimiento se desple:
gaba en uno de los contextos mas fructiferos que experimenté la Universidad de Buenos Aires.
Eudeba fue un verdadero boom editorial basado en una politica de “libros para todos” a través
de mecanismos novedosos de distribucion y de venta. Entre 1959 y 1962 vendid 3.000.000 de
ejemplares, siendo su mayor “éxito” editorial la ediciOn de! Martin Fierro ilustrado por Juan Car-
los Castagnino, que vendio 200.000 ejempiares. Seguin Gregorio Weinberg, ese éxito se explica
en parte por “los extraordinarios tirajes, con lo cual se satisfacian las acrecentadas necesidades
Universitaria dada la explosién de la metricula”, pero también gor haber apuntado a un nuevo
Publico “que esa misma poiitica eaitorial a su ver estaba generanao”. Ademas, Spivacow alrigio.
desde 1966 hasta su muerte, el Centro Editor de América Latina, que publics 5.000 titulos distr-
buidos en 77 colecciones. En 1980, la dictadura militer hizo arder gran parte de esas ediciones,
consideradas “sospechosas”, en un baldio de la localidad bonaerense de Sarandi.
Maestros en la epifania del progreso
En 1959, un informe de la UNESCO presentaba un panorama sombrio sobre el estado de
la educacién en América Latina: la mitad de los nifios en edad escolar de Ia region carecian de
los beneficios de la ensefianza primaria. ¥ entre ias medidas que podian remediar ese cuadro se
sefialaban la formacion y el perfeccionamiento del personal docente. “La profesién docente es
na de las que mas necesitan de perfeccionamiento continuo e integral”. reconocia el informe
sefjalando también que dicha formacién “Debe mantener estrecha relacién con los rapidos cam
bios sociales que obligan a frecuentes ajustes del sistema educativo, y con el progreso de las
Ciencias de la educacién y de las técnicas pedagogicas
El perfeccionamiento, en sus finalidades y contenidos, debia comprender “el cultivo de ia
personalidad del maestro, el enriquecimiento de su cultura y el progreso de su técnica profe:
nal”, porque “el maestro debe saber y saber ensefar, conocer @ quien ensefa, en qué medio en
sefia y para qué ensefia”. E! informe subrayaba, también, que la influencia social de la escuela
ea posible cuando actuaba coordinada con las necesidades de! medio en el que estaba inserta
En 1962 se reunieron, en Santiago de Chile. los ministros de Educacion y de Planeamiento
Econémico de América Latina. All afirmaron ia necesidad de “impulsar el progreso econémico
para mejorar rpidamente las condiciones de vida y para que los beneficios de este mejora
miento se extiendan a todos los sectores sociales’. La educacién tenia asignado un lugar central
Porque “los mejores planes de desarrollo econdmico se frustrarian irremediablemente de no
contar con hombres preparados en las distintas esferas de la actividad humana y ese condicio
namiento requiere esencialmente, para que sea fecundo, sistemas educativos eficaces’.
En el marco de un modelo desarrollista que buscaba optimizar la formacién de recur
0s humanos, se inici6 un proceso de cambios para la formacién de maestros. Como sostiene
Myriam Feldfeber, ta Argentina se sumé a una tendencia mundial: la profesionalizacién docente
Que se daba a través de la formacién terciaria, Durante ta dictadura del general Ongania (1966.
1970) y siendo secretario de Cultura y Educacion José M. Astigueta, "se suprimié mediante el
decreto 8051/68 el ciclo de magisterio en el nivel medio y se establecié la creacién de bachi
Neratos orientados", entre ellos el Bachillerato con Orientacién Pedagdgica. En 1970, dicha
228LAcsoras + empestac
Secretaria fue etevada al rango de Ministerio y aprob6, mediante la Resolucién 2321, un plan
experimental de estudios de la carrera de profesor de Nivel Elemental y la estructura y organi
2aci6n de los institutos superioves de Formacion Docente.
En su discurso en ocasi6n del centenario de la fundacién de 1a Escuela Norma} de Parand.
el subsecretario de Educacién Emilio Mignone expres6 que “el programa de formacién, perfec:
ionamiemt y actualizacion docente aspira a ser la respuesta adecuada para la Argentina de Ie
década de! °70, de la misma manera que la Escuela Normal de Parana lo fue para la Argentina
de hace un siglo". Como sostiene Maria Eugenia Barros, el titulo de profesor se presentaba aso.
ciadoa “un valor social diferente al anterior de maestro normal”. Se pensaba que e! nuevo titulo
de profesor refiejaria “la intencién jerarquizante y adquiria un status diferente en el contexto
social argentino
El plan oe estudios comprendia cos afios de cursada y un cuatrimestre final de residencia
pedagog.ca, El primer afio estaba compuesto por: Matematicas, Lengua, Teoria de la Educacién.
Historia de la Educacion y Politica Educacional Argentina, Psicologia Evolutiva, Planeamiento,
conduccién y evaluacién del aprendizaje, Administracion y organizacion escolar. Taller Didactico
yun Seminario sobre realidad econdmica regional. El segundo: Didactica de la Lengua, Diddctica
de fa Matematica, Ciencias Bioldgicas y su didéctica, Ciencias Fisico-quimicas y su didactica,
Actividades plésticas y manuales y su didactica. Ciencias Sociales y su diddctica, Musica y su
digactica, Educacién Fisica y recreacién y su didactica y un Seminario: Educacién de adultos 0
Eaucacion preprimaria o Educacién rural,
La liberacién como superaci6n del progreso
Et optimismo cei progreso desarrollista presentaba una contracara compleja, porque et
cesarrollo econémico y la democracia no iban necesariamente “de la mano”. Seguin Guillermo
O'Donnell, la sociedad argentina tenia dificultades para lograr un crecimiento industrial inte
grado y eilo se originaba no sélo en ta agudizacién de la crisis econémica que complicaba ia pro-
fundizacién de ta incustrializacion. sino también en dificultades politicas y sociales. En la década
Gel ‘60. los sectores populares ~que se habian activado durante el peronismo— demandaban
mayor participacién en la distribucidn del ingreso y en las decisiones sobre las politicas pilbiicas.
Las politicas excluyentes del per‘odo, lejos de desactivar los reclamos populares, produjeron la
radicalizacion de las demandas.
En ios conflictos argentinos también resonaban los que se sucedian en el mundo. Los
ai0s “60 fueron tiempos cuestionacores de ias formas establecidas. En el diccionario social de
ia época. una de las palabras posibiemente mas devaluadas fue conformismo. Como venimos
sefialando a lo fargo de la leccién. fueron tiempos de discusiOn, de denuncia y de accion sobre el
status quo: de fuerte vocacién historizante, en ia medida en que se desnaturalizaban las opera
ciones hegemdnicas y se las enfrentaba desde otras alternativas. Todo fue puesto en cuestién;
te unica ceneza era el porvenir.
En este sentido, Nicolas Casullo caracterizaba a los afios ‘60 como un tiempo contes:
tatario, en cuyo transcurso fueron recuperados fuertes elementos ut6picos de las tradiciones
emancipatorias de la modernidad. Un fenémeno mundial ~sefalaba— que se manifesté en tres
229nrata - Manito
campos: como “rebelidn politica ¢ ideolégica estudiantil", sobre todo en los ambitos universita
rios, desde donde se cuestionaban los sistemas de ensefanza hasta las politicas imperialistas:
como “rebeiidn cultural en el campo de las costumbres, de las normas y los modelos de vida’,
que se expresd en la “emergencia del hippismo, det feminismo, de ta cultura psicodélica, del
‘amor libre, del anarquismo, de la misica progresiva...", entre otros, y como “procesos politicos
co guerras de liberacién tercermundista”. Este ultimo, vinculado a las luchas contra el racismo en
Estados Unidos, a las guerras de Argelia, Vietnam y Angola y 2 ia revolucion cubana, de fuertes
implicancias para América Latina. Afios de rebeldia que también se expresaron en ei Mayo Fran-
eS del 68. Los ob"er0S, los campesinos y la Juventud aparecian entonces como sujetos politicos
claramente constituices. Irrumpia una nueva izquierda que denunciaba a Estados Unidos, pero
también 2 las invasiones de la URSS a Polonia, Hungria y Checoslovaquia
En la Argentina, esa nueva izquierda surgia en el marco de la crisis del sistema politico.
que Se profundiz6 con el autoritarismo del onganiato. A partir de 1968 se reordend la antinomia
tradicional peronismo-antiperonismo. Como sefialan Hilb y Lutzky, esto se dio en los partidos
politicos, en la comunidad universitaria, en el sindicatismo, en la iglesia catélica y en otras
comunidades religiosas. Numerosos sectores de la sociedad, en particular los j6venes. se acer
caron al peronismo, interpretando que un proceso de transformacién social debia producirse
con el pueblo y éste era mayoritariamente peronista. La radicalizacién politica se extendié a ios
sectores medios urbanos.
La impugnacién del autoritarismo de la dictadura de Ongania se articulé con ta critica al
imperialismo, que se expresaba en la expansién y en la incidencie que tenian las empresas ex.
tranjeras en la economia argentina. La sociedad cada vez mas movilizada hizo una lectura radi-
calizada de la situacién politica y econémica. Los vientos de rebeldia, que estaban atravesando
al mundo. soplaron como el pampero en tierras argentinas. Algunas de las manifestaciones
concretas de ese proceso se dieron en el seno de la clase obrera, la Iglesia y Ios j6venes.
En marzo de 1968, surgié de un congreso normalizador de la Confederacién General
del Trabajo, la CGT de los Argentinos. De clara inspiracién clasista, esta organizacién —que no
fue reconocida ni por el gobierno ni por los opositores~ se puso al frente de las movilizaciones
de los trabajadores a la par que denunciaba a la burocracia sindical. En agosto de ese mismo
aho, ia Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) se reunié en la ciudad colombiana de
Medellin. Obispos de la rogién se congregaron con la presencia del Papa Pablo VI, con el ob-
jetivo de aplicar las lineas que habia planteado el Concilio Vaticano Il. Entre sus conclusiones,
los documentos de Medellin sefialaban: “El episcopado latinoamericano no puede permanecer
indiferente ante las tremendas injusticias sociales |...] Un sordo clamor brota de millones de
hombres pidiendo a sus pastores una liberacién que no les llega de ninguna parte”. La opcién
por los pobres abria el paso a la iglesia tercermundista que basaria su accién pastoral y politica
‘@n los principios de la Teologia de fa Liberacién.
El estallido del Cordobazo, en mayo de 1969, fue un hito en la historia de las iuchas
sociales en la Argentina. Obreros y estudiantes se alzaron contra la dictadura de Ongania. Las
universidades habian sido focos de aposicién desde los inicios de esa dictadura. La protesta es-
tudiantil cordobesa se desaté a partir de! aumento en el precio en los comedores universitarios y
de la feroz represion desatada por el gobierno ante sus reclamos. ella se sumaron los obreros
en defensa de sus derechos laborales, ante la anulacién por parte del gobierno de algunas de
sus conquistas gremiales. La rebelién iniciada en Cérdoba ~una ciudad universitaria y la de
230Vauroras ytempestades..1
mayor concentracién industrial det interior— se extendid por todo el pais y marcé el ocaso del
proyecto de la “Revolucién Argentina”. También fue el inicio de un proceso de agudizacién de la
protesta social y de la lucha armada.
Qué repercusiones tuvo ese clima palitico-cultural en la docencia? En 1973, se produjo
un hecho notable en la historia del gremialismo docente, que cerraba un ciclo ala vez que abria
otro para su historia: 'a creacién de la Confederacién de Trabajadores de !a Educacién de ia
Repubiica Argentina (CTERA}. De ese modo encontraban resolucién dos cuestiones que habian
atravesado de modo complejo la historia sindical docente. Se producia ia unificacién y esta uni
ticacion se tlevaba adelante en nomore ge una Identidad en 1a que convergian 10s “docentes
en tanto “trabajadores”. ,Cual fue el escenario previo a la constitucién de la CTERA?
Juan Balduzzi y Silvia Vézquez identifican el periodo 1957-1973 como aquel en ef que
tuvo lugar “la lucha por conseguir la sancién del Estatuto del Docente. el desarrollo y crecimiento
de sus organizaciones sindicales y los primeros intentos de conformar una organizacién de
alcance nacional’. Es0s aries estuvieron atravesados por la disputa de dos modes de concebir
a las organizaciones docentes: una de corte profesionalista y la otra gremial. Sin embargo, las
politicas educativas de la Revolucion Argentina fueron unificande las acciones de lucha y resis
tencia y acercand posioiones. La creacién en 1970 del Acuerdo de Nucleamientos Docentes
(AND), en Cordoba. fue un momento de convergencia y un hito para el proceso de unificacion
La militancia gremial docente det periodo sintonizé con otras organizaciones sindicales
que tenian posiciones antiburocrditicas y combativas y con el alto grado de movilizacién social y
politica que estallé en la Argentina a partir del Cordobazo. Sin dudas, ello favorecié el proceso
de uniticacién gremial de trabajadores de !a educacién, que bused articularse con las luchas del
Conjunto de! movimiento obrero.
Dicha unificacién se dio finalmente con el Congreso realizado en Huerta Grande (Cérdoba)
en agosto de 1973 y con ei Congreso Unificador que se realizé un mes después en ia Capital
Federal. en donde la CTERA se constituyé formaimente, nucleando a mas de 100 organizacio-
nes docentes de todo el pats. En la Declaracién de Principios de su Estatuto, la Confederacién
sostiene que I educacién es un derecho de todo el pueblo y un deber indelegable del Estado,
Una educacién que “debe ser comin, Unica, gratuita, obligatoria, no dogmética, cientifica, co-
‘ediucativa y asistencial y contar con los recursos necesarios, suficientes y permanentes”. ye que
‘S6lo asi se podria aicanzar “una real igualdad de oportunidades para todos, la que slo puede
tener plena vigencia eliminéndose las trabas sociales, econémicas y culturales que la impiden”
La identificacién de los docentes como “trabajadores de la educacién” fue el resultado de
Un proceso que se desarrallé en simultaneidad con otros cambios. Ademas de las politicas de
modernizacién tecnocratica, se produjeron —en un clima cultural de ebullicién politica y experi-
mentacién pedagogica— otros discursos, précticas e identidades con sentidos democratizadores
¢ incluyentes.
234%taaia-Asnio|
Inclusi6n: sujetos y pedagogia
Siel lugar del docente fue un eje problematizador del imaginario modernizador. otra cues.
tidn central. cue es necesario reponer para pensar la educacién del periodo. es la mirada que
se construyé en torno a la infancia, Sandra Carli ha sefialado que durante este periodo se dio la
convergencia de un conjunto de condiciones que hicieron posible la articulacién entre psicoana
lisis y educacién: “un discurso profesionalizador de la docencia. el retorno del escolanovismo y
la coexistencia de las carreras de Ciencias de la Educacién y Psicologia para el caso de la UBA”
Existian condiciones tedricas para establecer relaciones mas amplias entre psicologia y educa-
cidn que. como sefala Carli, “llevaron a repensar la educacién en dos sentidos: como ambito
de aplicacién de la psicologia, o como lugar de interpretacién psicoanalitica”. Nuevos saberes v
un nuevo vocabulario se fueran extendiendo,
La familia y la escuela pasaron a ser objeto de investigacion para las nuevas formas de
configurar a la nifez. Valgan como ejemplos las producciones de Arminda Aberastury e Isabel
Luzuriaga, que Carli rescata como indicios para pensar la época. Si por un lado Aberastury pian
teaba que el psicoandilisis ofrecia a la psicologia evolutiva un encuadre de limites para él ejerci:
io de la libertad en la educacién de los nifios, en la produccin de Luzuriaga puede detectarse
el desplazamiento del psicoanalisis de nifios a los problemas de aprendizaje.
A lo largo de la década del ’60. el cruce entre escuela nueva y psicoandlisis fue espe
cialmente fructifero. Aigunas instituciones privadas se convirtieron en verdaderos centros de
experimentacion de las innovaciones pedagogicas. Cabe sefialar que la produccién de expe
riencias democratizantes y emancipatorias no estuvo destinada exclusivamente a los hijos de
los sectores medios urbanos y progresistas. Desde fines de jos “50, por ejemplo. se estaban
ensayando diversas experiencias con nifios y adultos desertores, como la que llevé adelante el
Departamento de Extension Universitaria de le UBA en la Isla Maciel —dirigido por las pedagogas,
Amanda Toubes y Noemi Fiorito. Otra experiencia fue el trabajo desarrollado en los Centros de
Recreacién de Avelianeda, junto a las intervenciones del Servicio de Psicopatologia del Policl
nico de Lanus. iniciada por Mauricio Goldemberg. Estas iniciativas se desarrollaron entre 1965:
66, durante el gobierno de Illia (1963-1966). que fue un periodo ce reapertura democratica
para el campo educative.
Un hito en el campo de la lectoescritura y su didactica fue la aparicién en 1962 de La
queretla de fos métodos en Ja ensefianza de fa lectura. Sus fundamentos psicoldgicos y la
renovaci6n actual. En ese texto, Berta Brasiavsky realizo una interpretacion histdrica det de-
sarrollo de los métodos sintéticos y los analiticos, planteando el valor de incorporar. junto al
andlisis pedagogico y didactico de la lectoescritura. las dimensiones socioculturales y emot-
vas que atraviesan ai aprendizaje. La preocupacién por fa jiteratura infantil, sus alcances y su
caracterizacion, sefala Cecilia Bettoll, fueron temas de Investigacion en instituciones como el
Instituto Bemasconi, el Instituto Summa y la Universidad Nacional de Cordoba. En ese campo
itrumpieron autoras como Maria Elena Walsh (con textos como Tut Maramba), Maria Granata,
Beatriz Ferro, Syria Poletti y Maria Hortensia Lacau. quien se destacd también en el campo de
la didactica. Maria Luisa “Malicha” Cresta de Leguizamén fue otra de las investigadoras de la
Ikeratura infantit que difundio obras literarias a través de Pajaritas de Papel. un programa de
radio de la Universidad de Cérdoba.
232aurora
Junto a la investigacion pedagdgica y la exoerimentacién estetica. en e! territario de la in
fancia se cruzaron y pugnaron espacios enunciados provenientes de! psicoandlisis y de la politica,
Si en los inicios del periodo la politica habia sido desplazada, a comienzos de los "70 los discursos
se repaitizaron al imaginar nuevas alternativas y experiencias en las que circulaban la militancia
politico-partidaria. la socialcr'stiana y la versiones “mas radicalizadas” del psicoandiisis.
La educacion de aduitos fue otro territorio privilegrado para la imaginacion pedagogica
incluyente. Posiblemente porque ésta, como agudamente observa Lidia Rodriguez. ha sido. a fo
largo de la historia de la educacién. “un sintoma de incompletud” de la promesa de la educa-
cin moderna. La presencia del aduito torna visibles los limites del sistema para incorporar a la
totalidad de los nifios en edad escolar.
En 1965 se inicid el Programa Intensive de Alfabetizacion y Educacién de Adultos durante
la gestion dei presidente Illia y del ministro Alconada Aramburl. Este programa se habia pro-
puesto en primer lugar —de acuerdo con las lineas de accién planteadas desde ia UNESCO la
tarea de [a alfabetizacion. Para ello se crearon centras educativos fijas y méviles en todo el pais.
Durante ia dictadura de Ongania se instituyd en 1968 la Direccién Nacional de Educacion del
Adulto (DINEA), dependiente de la Secretaria de Cultura y Educacién. Los uitimos ahos de la
década del ‘60 fueron los de Ja trensicion de una pedagogia desarrollista a una pedagogia de
ia fiberaci6n, Sin duda, ese pasaje fue posible en el marco de ias transformaciones ideolégicas
que se estaban produciendo.
La alfabetizacion dej6 de ser el objetivo excluyente de ia educacion de adultos: también se
promovia la educacién compensatoria, la renovacién y actualizacion de contenidos. la integra:
610n Ge 10S aaUiTOs Gentro Ge la Comunidad y Ue Ta NaclOn. Las lecluras Ue Pauly Freire fusion es
tructurantes para muchos de los maestros de adultos de este periodo. Como seftala Rodriguez:
feen a Freire que propone partir de! universo vocabular de los alumnos. e instalar nuevas
relaciones ae poder en los vincuios educativos. {...] Ellos teen af Freire que piantea fa vin
culacion entre educacién y fiberacién en términos de imbricacion profunda, constitutiva,
entre escritura y lectura Ge {a palabra, y comprensién y transformacién de la realidad.
En 1973, luego de 18 afios de dictaduras y proscripcién, asumié la presidencia de la
nacién Héctor J. Cémpora. Bajo el ministerio de Jorge Taiana se planteo una politica de trans-
farmacién. En el documento Bases para una politica educativa del adulto se hacia una fuerte
critica al imperialismo y al capitalismo liberal como ios causantes Ge la exclusion educativa de
la clase trabajadora y de los adultos. La DINEA debia generar un nuevo sistema, desde una con.
cepcion educativa que concientizara a ios “oprimidos” y los integrara plenamente a \a realidad y
a la cultura del pueblo. La alfabetizacion seria un objetivo, pero no un fin en si mismo. La nueva
politica se proponia estructurar modalidades aceleradas, sistematicas y no sistemétticas de edu:
cacion, de niveles correlativos al primario, secundario y terciariv. promoviendo ia participacidn
activa del educando en la programacién. ejecucién y evaluacion del aprendizaje y propiciando
una formacién totalizadora que superara el enciclapedismo. La educacién debia basarse en una
metodotogia que tomara en cuenta la accién y la experiencia del adulto. que fuera participativa
y dialogal, “donde todos sean sujetos creadores del proceso de aprendizaje y donde se valoren,
fundamentalmente, las formas de trabajo grupal’.
233En el marco de la Campana de Reactivacion Educativa de Adultos (CREAR) se abrieron
centros de alfabetizacién y educacién basica en todo el territorio argentino. La educacion estaba
atravesada por la urgencia politica y la busqueda. de una transformacion social que se cons
deraba inminente. Las cartillas de alfabetizacion planteaban freireanamente ios momentos de
lectura y discusién en torno a un problema planteado en una lémina, andlisis v sintesis de la
palabra generadora correspondiente: y luego su escritura”. Las diez palabras nacionales eran
tomadas dei ciscurso peronista: voto. deiegacio. compartero. sindicato, campesino, maquina.
trabajo. puedio, gobierno y América Latina unida 0 dominada
La educacion de adultos se considers prioridad junto con la educacion primaria en el Plan
Trienat de Reconstruccidn y Liberacién Nacional 1974/1977. La educacién como derecho social
recuperd su centralicad en e! discurso estatal. Se planted al aprendizaje como un permanente
didlogo entre el educador y el educando. La escuela era vista como ei nucleo fundamental! de
la ensefanza, como una matriz educative en la que los ciudadanos comunes. los grandes. los
chicos y el mismo Estado fueran sus agentes protagonicos. Entre ias prioridades a atencer va
resolver estaban ia erradicacion del anaifabetismo. la disminucién del semianalfabetismo, la ex
pansion gradual de jardines maternales ¥ de infantes. la educacién permanente, la capacitacisn
tecnica, la educacion agricola. la universitaria y la orientada a las Investigaciones de la ciencia
pura y aplicada que coniribuyeran con el proceso de liberaci6n nacional. También se consignan
‘a democratizacién de la ensenanza media, ia incorporacién del indigena, ia promocién de la
‘educacian en las zonas fronterizas, la integracién mediante la educacion especial, la equipare:
cidn de derechos y obtigaciones de los docentes de todos los sectores. entre otros.
La Universi¢ad de Buenos Aires se convirtio en 1973 en ia Universidad Nacional y Popu-
lar de Buenos Aires, Su rector, ei historiador Rodolfo Puiggrds. destacaba los esfuerzos que las
facultades realizaban para nacionalizar y artualizar la ensehanza Se pusieron en discusién los
contenidos y los meta¢os pedagogicos, se planted la incompatibilidad del ejercicio de la docen-
cia universitaria con el cesempefio de funciones jerdrquicas 0 de asesoramiento a empresas
extranjeras y/o multinacionailes, la derogacién de medidas resirictivas al ingreso, la vinculacién
de las facultades con el mundo del trabajo y los trabajadores. Entre los objetivos de ia Facultad
de Farmacia y Bioquimica. se planted. por ejemplo. la creacién de una planta productora de
medicamentos: en Odontologia, un plan de prevencién para la satu bucat en barrios populares.
Se crearon centios piloto de investigaciones aplicadas. También el instituto del Tercer Mundo.
Creemos que el Tercer Mundo debe asimilar fa cultura universal. Tienen que hacer suya ta cul
‘ura de todos fos tiempos y de todos los origenes. para crear la cultura del Tercer Mundo y hacer
la cultura del siglo XXI”, proyectaba Puiggrés
Imagenes de Ia oscuridad
En ese marco de movilizacién politica, una certeza se adueiié de importante sectores de.
la sociedad: la posibilidad de construir, a través de cambios revolucionarios. otro mundo. Las
expectativas que despertaba la llegada de Peron al gobierno en octubre del ‘73 fueron tan es-
peradas como definitorias para el proceso politico que se habia ido gestando desde el golpe del
‘55. Los sectores y grupos no peronistas habian considerado que tal vez Perén podia ser el tinico
capaz de timonear las aguas en las que se agitaba la sociedad argentina y conducir ese proceso.
234TAmaras » tempastades...1
Pero su figura y et proyecto que debia emprender fueron interpretados de modos antagénicos
dentro del propio peronismo, cuyo enfrentamiento interno entre sectores de la izquierda y de
derecha se exasperé hasta el estallido.
La muerte de Perdn y la asuncién a la presidencia de Maria Estela Martinez de Perén, en
1974, aceleraron un proceso de derechizacién de Ja politica del gobierno. Se desarrollé una
cruzada anticomunista en el terreno educative que formé parte de una operacién mas amplia
destinada al conjunto de la sociedad. £1 nuevo ministro de Educacién, Oscar Ivanissevich —que
habia ocupado esa cartera en el primer peronismo—, sostuvo que “ia escuela argentina esta
enferma. gravemente enferma y propaga Su mal” y convocaba a luchar contra !a “infiltracion
oja” a “las fuerzas atin sanas de la Replibiica: padres. madres, maestros. profesores, fuerzas
armadas. fuerzas policiales y laborales’. La llamada misién ivanissevich fue una operacién re.
presiva, antesala de la ferocidad que se iba a desatar a partir de marzo de 1976.
En ese contexto, donde aun no despegaban ios “aviones de la patria” que iban a tirar al
mara estudiantes y a obreros, a religiosos y a maestros, a intelectuales. a politicos y a amas
de casa, comenzaba a presagiarse un desenlace tragico. ¢Quiénes serian sus victimarios? Los
perpetradores de esos y otros crimenes. asi como las victimas. habian sido educados en ias
escuelas argentinas, Todavia aque! horror no se habia desatado. Pero faltaba poco,
235Lata - Manito
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Disco multimedia
Biografias
Juan Mantovani
Frida Schultz de Mantovani
Olga Cossettin
Rosa Ziperovich
Berta Perelstein de Braslavshy
Luis iglesias
Marina Vilte
Fuentes
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cacién :Selecciani
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