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‘No hay una trontera en que la evoluciénfnaie Y comience la historia, en que los genes se detengan y el medio ambiente en que la cultura gobierne y la tome su lugar, naturaleza se doblegue, o viceversa, DONNA HARAWAY (2003: 2) cual sobre la creacion de un marco Cientifico e intelectual Antropoceno con el fin de analizar el impacto de los seres humanos en la tanslommcién de la Tetra, ha dado eabida a un eoenmioTuiree ne ce “gedlogos, bidlogos y demas cientificos especializados, con contribuciones de arquedlogos y cientificos sociales, para definir esta nueva época. Como antro- pOloga social, me interesa la manera en la que una nueva geohistoria esta gestando ideas e intercambios intelectuales para formar un puente entre las “dos culturas” de la ciencia y las ciencias sociales. Creo que es necesario forjar ‘una narrativa de esta geohistoria que compartan todos los actores del mundo, con el fin de enfocar las divergentes acciones humanas en la salvaguarda de la Tierra y de nosotros mismos como una de las especies que la habitan. Es urgente la colaboracion interdisciplinaria que impulse los esfuerzos ee tuales, politicos y culturales para forjar un futuro sustentable para id 7 De qué manera puede el concepto polisémico de cultura ant eet avance de esta revolucién cientifica ¢ intelectual? En el capitul pn : los temas sustanciales y la heuristica re! expliqué la manera en que tido a la cultura en el ala culwra de las dos ultimas décadas han at ‘ina derechos humna- concepto predominante cuando se piensa en s 315 Escaneado con CamScanner nos, equidad de género ¥ gestion politica en un mundo posmodern, t de los procesos culturales que pueden favore, lizaré aqui la evolucion : y dificultar nuestra comprension de Jos fendmenos actuales del mun x DE LAS DIMENSIONES HUMANAS DEL CAMBIO MUNDIAL AL ANTROPOCENG, En el afio 2000, Paul Crutzen y Eugene Stoermer consolidaron el térmi “Antropoceno” para referirse a las ideas iniciadas por el Consejo Interna nal de Uniones Cientificas (cruc) (actualmente World Science Organizati mediante su Programa Internacional de la Geosfera-Biosfera (IGBP) en 4 smacional de Ciencias Sociales (cics). y por.el programa del Consejo Inte! Dimensiones Humanas del Cambio ‘Ambiental Mundial (HDGEC), que se > OLE FESS ALES IE) Desforestacion en la Selva LEENA Gultura y cambio global: p publicado por el CRIM-UNAM, 1998. 376 * LOURDES ARIZPE Escaneado con CamScanner sen marcha en 1988. Como presidenta de la Unién Internaci ‘antropologicas y Etnologicas y miembro del Comite nacional de Cien- 4 say Bjec , jnvitada en ese ee a participar en el Comité Perm: - ‘utivo del issc, ueva perspectiva de las ciencias sociales, enfocada en ae de ensiones sta ® as del cambio mundial (véase el siguiente apartado). a a voz mls events, Oe los Rummaos el pane Se iniciaron on fae ft ja Universida’ de Princeton, con la conferencia “El papel del tiombre en cambio de la faz de la Tierra”, ya que ares a pata pare vn nuevo oe mas, 1956). La conferencia sentd las bases de los estudios antropolégicos y arqueologicos posteriores que consolidaron este campo interdisciplina- rio, Antes de ese hito, la investigacion se formulaba en términos de: “El hombre y su habitat", puesto que Ja mayoria de las sociedades estudiadas por los antropdlogos interactuaba estrechamente con procesos biofisicos yecoldgicos, y sus culturas reflejaban este arraigo. ‘A mediados de los anos cincuenta, en paralelo con los estudios realizados en el marco de otras ciencias sociales, la investigacion se extendio hasta el punto de poner en evidencia la magnitud y diversidad de las actividades humanas que afectan los ecosistemas de la Tierra (Turner et al., 1998). El 1G? impulso en nume- Tosos paises el trabajo colaborativo y deliberativo de las ciencias a, i i ci sobre € aportando nuevos métodos cientificos comparativos Y mediciones cambio ambiental global. era como. definir los rocesOs, estudiados ie r so una €S- i “cambio global”. Rolando Garcia (4986) upaeo uns €® en el ambit del eed que eniazaba 108 micro con 10s rao eos tructura de tres nive 08 mica eT aichos praces08, he hee co e sus , Gon el fin de ancl piatica del siston® no yace en ou on hecho de que 14 CTT on de, la toma de esi ee 4 jones en surgimiento de ha . i vender Fe jon Bariloche ve Sapo be oe Gistinta sobre le realidad global " rear a un preci global” para abarcen & 8 1 “empobrecimicn 0 como el proceso cents investigad al proponer ae tiempo e! emp! antopin et del cambi global ( e) cal curtuna YEL ANTROPOGEN? * a Escaneado con CamScanner ‘A finales de los afios ochenta encontramos dos definiciones Muy rentes de “cambio global”, promovidas pores ° TBOTES Ge lag Clas sociales y las ciencias naturales (Price, 1989). Una puede sep ted ; como antropocéntrica, dado que destaca las interacciones entre log ; ’ duos y Sus insiitudiones, primordialmente en periodos que abarcan a das. La otra se puede describir como geocéntrica, ya que sefiala log Pro sos de interaccion de la atmosfera, la biosfera, la geosfera y la hidrostepg la Tierra, que generalmente abarcan escalas de tiempo mucho mayoreg, Los cientificos sociales también estaban tomando en cuenta log Proce sos sociales en relacién con el cambio ambiental global. Roberta Miller, la Fundacion Nacional para la Ciencia de Estados Unidos, argument q los programas de investigacion en las ciencias sociales no solamente “g menten las actividades de las ciencias fisicas y naturales”, sino que ta bién “se interesen por los elementos de indole puramente econémica y social en la agenda de la investigacién sobre el cambio global, ya que a fin de cuentas son poderosos factores determinantes del cambio ambiental, €n tanto que procesos fisicos y bioldgicos activos” (Miller, 1989: 86-87). Cuando Crutzen y Stoermer consolidaron el término “Antropoceno" recuerdo haber pensado que tal vez este concepto podria ser la respuesta para impulsar el trabajo conjunto de las ciencias naturales y ciencias so- ciales. Los cientificos estaban tan absortos en sus descubrimientos sobre la geosfera y la biosfera que poco se ocupaban de Jas reflexiones de la geografia, la antropologia y otras ciencias sociales. Recuerdo que en una reunion conjunta del CIUC y el 1ssc celebrada en 2002, sobre cambio global practicamente no se hizo mencion de las acciones humanas. Casi al final de la sesion, le pregunté a Thomas Roswall, entonces presidente del ClUC y director del IGBP, qué porcentaje de los fendémenos descritos en los mul tiples proyectos de investigacién sobre el cambio global podrian ser att buidos a las acciones antropogénicas. Sin vacilar, Roswall respondio “80 por ciento”. Senti en este momento como la muralla que habia separado & los cientificos sociales de los cientificos de las cienciag naturales se volv* repentinamente mds transparente. 378 * LOURDES ARIZPE Escaneado con CamScanner La raya de re: ic la carretera muestra las ar carr 1 ‘a las areas de deforestacién en la Selva Lacandona e Marqués de Comillas, Chiapas, México, 1998 Foto: Lourdes Arizpe. eae Ye Programa sobre Dimensiones Humanas lel Consejo Internacional para las Ciencias Sociales En 4987, el cics se unio al Instituto de Asistencia Internacional y Solidari- dad (irtas) y 2 Ja Universidad de Naciones Unidas (UNU) para crear Un to se convirtid en el Programa Inter programa de investigacion, IUe prom! jones Humanas del Cambio ‘Ambiental Mundial se establecié un Comité Perma: nacional de las Dimens umé iciembre del afio siguiente, jental mundial, en nal de Ciencias Hl in dicie! cae jas pimensiones hhumanas del cambio oo el cual participe como presidenta de la Union Internacione ail prnologicas- BI] Comite Permanente elaboro el marco para Antrop 4 jas dimensiones humanas del cambio ambiental mundial ks inves ce ‘1g90), en el ave 8° jaentificaron siete grandes lineas de (Jacobs© q qi investigaciom cunrna ye: anrorocio + 379 Escaneado con CamScanner Jas dimensiones sociales del uso de los recursos Naturales Ja percepcion y evaluacion de las condiciones y Cambiog AMbia, mnt mundiales; al * Jos impactos de | ; E ° politicas a nivel local, nacional e internacional; las estructuras e instituciones Sociales, cong ONG ig i + el uso del suclo; * la conversién energética y el consumo; el crecimiento industrial; y la seguridad ambiental y el desarrollo sustentable. Los tres primeros temas abarcan las tesis centrales nec Tias pap comprender el HDGEG (Jacobson, 1992). Los tres temas siguientes Se reg nocian como las causas directas mas importantes del cambio global, yen conjunto responsables de la mayoria de las emisiones de Bases de efeoiy invernadero. Era crucial comprender las dindmicas de estas actividades para entender a fondo la’evolucién del cambio global. El marco mente relacion6 el ultimo tema, seguridad ambiental y desarrollo sustenta. ble, con el informe de la Comisién Mundial sobre el Medio Ambient al cambio global o mitigar sus efectos deberian ser explorados; y de ig manera ser tomadas en cuenta las normas para hacer frente a la equide¢ internacional e intergeneracional, A raiz de la creacién del Programa sobre las Dimensiones Humes del Cambio (ambiental) Mundial, en el cuIG varias asociaciones mien formaron comités, grupos de estudio y redes de investigacion con el fin? estudiar el cambio ambiental global e incrementar el niimero de inte!" ‘para lograr un modelo sustentable 5 uso de recursos y las poblaciones debemos entender y controlar las inte 380 * LOURDES ARizPE : Escaneado con CamScanner 5 de las poblaciones y los recursos per capita, me ren diados cir ay los valores” (Arizj por la ¥ gaa ja cultura y (rizpe, Luz y Constanza, 1999. 64). yas 408 ultimas décadas un sinfin de encuentros internacionale: ocado a estos campos de investigacion con el,propésito de redisetar iar | hae Ld a yii088 centradas en el. desarrollo y la sustentabilidad. Un gran logro en a qreccion ha sido el penta sobre Ja transicién a la sostenibilidad yla paz ggsenible (Handbook on Sustainability Transition and Sustainable Peace), en el ye nuMeTOsOS AULOTes discuten la transicién hacia la sustentabilidad que implica a transformacion global del sistema energético y la economia, a un proceso de descarbonizacion que podria evitar las consecuencias negativas delos riesgos actuales (Brauch et al., 2046). Dichos riesgos incluyen el pro- pable incremento de conflictos por la obtencién de recursos y la posibilidad de secuelas violentas inducidas por el cambio climatico (idem). En este con- texto, el debate sobre el Antropoceno se enfoca de lleno en los procesos especificos que estan produciendo el cambio antropogénico. DEFINICION DEL ANTROPOCENO. ELtérmino Antropoceno,al igual que muchos términos cientificos, ha evo- _lucionado durante décadas, va que era utilizado de varias maneras @ la veZ_ Por los cientificas que empezaban a aprehender aquellos procesos que iban mas alla de los fenémenos observados. En 4873, el gedlogo italiano Antonio Stoppani intent6 definir una “era antropozoica”. Medio siglo des- pués, en 4926, el geoquimico ruso Vladimir Vernadsky propuso tres térmi- Nos referentes a los Ambitos bioldgico, ecolégico y filosofico de la Tierra: la 8eosfera, la biosfera y la noosfera. Becribié: “A nivel quimico la faz de nuestro planeta, la biosfera, esta siendo modificada drasticamente por el hombre de manera consciente, y mas atin, de manera inconsciente. La envoltura aérea de la Tierra, asi como sus aguas naturales, ha sido modi- ficada fisica y quimicamente por el hombre” (Vernadsky, 1945: 9). Unos afios mas tarde, Edouard le Roy y ‘Teilhard de Chardin invitaron a Vernads- ky a realizar una publicacion conjunta con una version mas detallada de cota nomenclavura tripartita y Ios términos se volvieron parte del canon dela ciencia occidental. Cuntuna v EL ANTROPOCENO * 38! Escaneado con CamScanner ‘ 0 «\ntropoceno", este fue propues- Volviendo a la geneatogia del IMI a1 ae Quimica, en Ja reunion to por Paul Crutzen, ganador del Prene ro despues él mismo desculng | de Cuemvaca reid on ean Foionado unos afios antes en uno que Bugene F Stoermer ya Jo habia meni aon el 0 000 Grutzen init de sus trabajos de ae a ive eposicion del Antropooeri; 5 a Stoermer como coautor de a - a : vara uno de los boletines informativos del GBP Cae eu ae Crutzen considerd apropiado asignar el término at ; es deta geoldgica actual, que ha sido dominada por los ser nae ples maneras (Crutzen, 2002: 23). Propuso que sigul : , primera era del Guaternario que inicio hace 2.5 millones de afios y al Ho- inici fios. La idea de Crutzen fue loceno que se calcula que inicid hace 41,500 aho mt bien recibida por un editorial en Nature en. 2044: “The Human Epoch’ ("La era humana”) como una propuesta que podria “promover una forma de ensar que sera importante no solamente para comprender a fondo las transformaciones actuales, sino para tomar acciones que las controlen” (Nature, 2044: 254). ‘Actualmente, de acuerdo con las declaraciones hechas por Jan Zalas- ciewicz y sus colegas en el Grupo de Trabajo del Antropoceno (era), los. cambios antropogénicos en el clima, las tierras, los océanos y la biosfera de la Tierra son de tal magnitud y tan veloces que el concepto de una nue- va era geolégica definida por la accién del ser humano —el Antropoceno— esta siendo amplia y seriamente discutido (Zalasciewicz et al., 2044: 835). De acuerdo con la evidencia actual, el Antropoceno pone de manifiesto un Zado una frontera de la magnitud de un cambio de era (idem). De “acuerdo con eI GTA, los principales factores que explican el inicio de los cambios inducidos por el hombre en el sistema Tierra son las herramien- tas, la desaparicion de la megafauna, la agricultura, la deforestacion que ha elevado los niveles de diéxido de carbono en la atmésfera y los asenta- eee Permanentes en pueblos y ciudades (ibidem, 836). A pesar de que tii oor foropocen ain se debate en relacién con su formaliza- conan a aes enla Tabla Cronoestratigrafica Internacional, s¢ Publicado un numero de estudios relevantes sufi- clente para efectuar una evaluacion provis: ional de este tema (Zalascie luaci Zalasciewicz et al., 2045: 497). 382 * Lounves Anime, Escaneado con CamScanner 4 diferencia de uns Iinea temporal estratignatio, . tiene que ser, en la medida de lo posible, @ geoldgica que mh gets, Hem cas gjporonicd los procesos evolutivos de ideas y ee Y globalmente in entr 0 jjempo en un entramado de conceptos del aud =o ees enel ente algunos emergeran. como el central “Espiritu de la era” (ide a jndiscutible importancia del hecho de que los i ). El GTA nos hace ver ficos ¥ geoatmosféricos de una nueva era se etn Seoestratign’- evolucion de la relevancia estadistica de ideas y cones correlacionar con la argumento es que el aumento del uso de la idea de ine ares Ml da a muchas otras ideas que se utilizaban en la ciencia Para erat publico ha seguido una evolucién paralela a los mee soe stn del Antropoceno. ‘acteristics Para establecer las fronteras iniciales del Antropoceno, el Gra toms en cuenta “la manera en que este término, tan ampliamente utilizado, podria adquirir un significado estable y consistente con relacion a su origen y, con ese fin, propuso una frontera especifica” (idem). ‘Tal y como se han forma- lizado en la Tabla Cronoestratigralica Internacional, las unidades de tiempo se pueden referir a la historia al interior de la Epoca del Antropoceno, asi como a su registro material en los depositos de la Serie Antropocénica, aunque se cuestiona Ja necesidad de esta Ultima debido a su brevedad. Dentro de la discusion sobre el Antropoceno hay varias opiniones di vergentes. ‘Walker y otros han propuesto que deberia designa! seme one : e unidad de menor rango s decir una edad 0 subdivision del Holocen© ue una época: es 3 (Walker, Gibbard y Lowe, 9045). Bl uso del sufijo ; f ‘Tiempo Geoldgico ha -ceno también se cuestiona, a i ta ahora para unidades con oa sido reservado has! on previa de " iere mas uro que requiere ilo no lo hace vi concePtO Pa chos mds impactos antropogenicos que een Ja Escala de a ad de época como el nian qui Boceno y el Oligocene, OE ear aesarrollo, con el are jenti den ala que habe ‘Ajgunos clentiioos.slude i, 204 1ogica, ici le caveat adicional de Mea (Wo! 3 i ra : — ‘ incidirén en el sistema arminos de tempo © serie ge0 il este concepe § del hombre couruna VEL ASTROPOCENO © 363 Escaneado con CamScanner ‘Ademas, los detractores del término “Antropoceno’” argumentan g numerosas referencias como “Periodo medieval” y “pequefia era de ha 5 no estan definidas como unidades formales de tiempo geolégico (We Gibbard y Lowe, 2045). Bllos concluyen sefialando que es improbable estratos discernibles y que los materiales fabricados por e! hombre son | “ana justiicacin Insuficiente para determina un intervalo geolégicg ico de gran magnitud, basdndose en este tipo de evidencia (ibidem, 206). Para que ‘el Antropoceno se designe como un periodo 0 el equivalente del Holoceno, © como una era definida dentro de un subgrupo del Holoceno, se debe’ identificar un estratotipo que lo distinga del Holoceno (International Sub-. commission on Stratigraphic Classification, 1994; NACSN, 2005; Autin y - Holbrook, 2042: 60). El nombre de Antropoceno también ha recibido criticas de algunos — pensadores, entre ellos Donna Haraway, quien argumenta que cuando los seres humanos “ya no puedan concebirse a si mismos como individuos y _ sociedades de individuos... este periodo transformativo no deberé ser lla- mado Antropoceno” (Haraway, 2046: 35). En su lugar, Haraway propone “an nombre para otro espacio y otro tiempo que fue, alin es y aun podria ser: el Chthuluceno’” (idem). Este impronunciable apelativo designa a un aracnido de ocho patas, lo que sugiere que estos “tentaculos" nos permiti- ran enmarafiarnos haciendo “figuras de cuerdas”. Esta es la forma sim- poiética que propone para “producir a nivel colectivo sistemas que carec de linderos espaciales.o temporales autodefinidos. La informaci61 control se reparten entre los componentes" (Haraway, 2016: 37). Qué alejada, de hecho, se encuentra esta perspectiva determinant las fronteras rigidas generadas por los debates sobre la diversidad cult Desde el punto de vista de Beth Dempster, estos sistemas son unidade autonomas “autopoiéticas", “autoproductivas”, “con fronteras espaciales temporales autodefinidas, que tienden a ser centralmente controladas homeostaticas y predecibles” (Dempster, 1998, citada en ibidem, 37)- En tonces, en su muy provocador estilo, Haraway lanza el desafio al pregu™ tar: épor qué el término de época anthropos aparece “justo en el momento en que las praxis del entendimiento y conocimiento en torno a y dentro de la simbiogénesis y la simpoiética estin libre y maravillosamente dispon- bles y fecundas en... las artes, las ciencias y la politica?” (Haraway, 2046: 384 © LOURDES ARIZPE Escaneado con CamScanner apes pene en estos sistemas simpoiétic, ela on OS, < o referencia — voragine Cultural de] Antro se Conviertan com os son: e so Aatdictropoos algunas de las granden none Debs tn in opues poceno ya vislumb; peanes a j ra la posibili Por las qu la poveda de cristal de nuestro entendimient: iene hacer i : De igual manera, los pensadores disiq me culture. . ; ‘enles Ccuesti que piensan qui stionan el ya loceno” és él titulo idon Anironoe aa 0 para nuestra ¢ SLOLIC: (palabras clave) de Raymond Wil ‘a de Ja cultura en el libro Keywords hi i tancia de la cultura para pence ae one fan eat wan Bea ae perioridad tedrica litica rermin¢ ipitaloceno. Afirma que estrictamente hablando, —— no contiene cultura: es el resultado del ‘hombre’ y | fe ‘hombre’ en la medida en que desarrolla y mane} bf la tecnologia, o del 2046: 164). y maneja la tecnologia” (Hartley, : En un mundo que opera en sintonia con “la acumulacién de capital sin fin’, Jason Moore adopta otra postura en la que incorpora el Antropoceno al marco de la “ecologia-mundo". En su articulo con el titulo tan acertado de “El ascenso de la naturaleza barata” (“The Rise of Cheap Nature"), espe- cifica que este término no se refiere a “Ja ecologia del mundo" porque “no es la ecologia de la Naturaleza —con N mayuscula— sino mas bien, la ecologia del oikeios: esa relacion de multiples vetas, creativa y fecunda de la creacién de la vida, de las especies y los entornos’ (Moore, 2016: 79) Plantea que el problema actual no es la marcha Ce ee an del Capitaloceno, “no UD problema de eee ji agotamiento de Su grandes fuerzas de Ja naturaleza’.-- sino ia wura! a ct r Altva- " (iit 443). De acuerdo con Elmar i jeza Barata (ibidem, 113) we, ae seer wa o no “la naturaleza se ha visto convertida en un ac tivo ter, en el Capitaloc 2046: 145) &Nla maxi. ” on del Antropoce- the Anthropocene (La conmocién del ae opooe En gu libro The resentan pruebas de que los utimos i oe Z no), Bonneuil ¥ Fressoz% ae extraondinaria Ss de a 0 ss jo por 2008 (Bonneuil se han carota fact0F A | tae tos grandes Pitas univers inorement® PO Jui , 2tabolis- 2016 proponen a en luge" geberiamos investiga? los metaboli 2046: 222): POPP cpecie humans ' ae ct mo cue e diales” capit , 5 Jes de “Capit ae 10s “sistema ae sistema Tierra de tal manera que 8® jstorl efectos en el os bis! 9 sus ae milenior * cuuzunn ye. anrmoroceno * 38° Escaneado con CamScanner arroje luz tanto sobre la historia del capitalismo como sobre la de} génesig | del Antropoceno [ibidem, 223). ee del debate es la idea que el Antropoceno ge. beria ser visto como un suceso y no como una y 2046: xiii), Bonneuil y Fressoz insisten en que no basta con medir y-hacep la crénica de la historia natural de las interacciones entre la especie huma- nay el sistema Tierra. En su lugar, abogan por “desconstruir las variantes gerenciales, no-conflictivas del informe oficial y forjar nuevas narrativas para el Anwopoceno y por ende, nuevos imaginarios. Repensar el pasado para abrirse al futuro” (ibidem, xiii). Con base en la evidencia presentada, el GTA considera que “el Antro- poceno ya cuenta con una base geoldgica sélida, ampliamente utilizada que se perfila como un concepto medular e integrador dentro de la re- flexién sobre el cambio global" (Zalasciewicz et al., 2045: 198-199). Consi- dera —en mi opinion, acertadamente— que una definicion provisional de ja duracién del Antropoceno conio unidad, independientemente de su condicion formal, seria de gran utilidad en aras de la claridad y la comuni- cacion. La definicién que ha propuesto hasta ahora al Congreso Geologico Internacional se basa en un nuevo intervalo en la historia geolégica, de acuerdo con las mediciones de los estratos estudiados por los gedlogos y que estan marcados por la introduccién de rastros radiactivos, generados por las pruebas nucleares que se realizaron en los afios cincuenta. Una segunda definicién del Antropoceno proviene de la ciencia del sistema Tierra, que se apoya en el conocimiento extraido de multiples dis- ciplinas: climatologia, ecologia mundial, geoquimica, quimica atmosférica, oceanografia y geologia, entre otras. Como lo destaca Jan Zalasciewicz, presidente del Gra, “el Antropoceno no consiste en tener la capacidad de detectar la incidencia humana en la estratigrafia; mas bien refleja un cam- bio en el sistema Tierra” (citado en Hamilton, Bonneuil y Gemenne, 2045: 2). Hamilton y Grinevald lo plantearon de manera similar: “Ya no estamos hablando de Ja propagacion de la influencia humana en toda ‘la faz de la Tierra’ (enfoque geogréfico y ecolégico que prevalecié durante el siglo XX) sino de un cambio en la totalidad del sistema” (citado en ibidem, 3). : Una tercera definicién del Antropoceno, y que es el marco de referen- cla para el andlisis en este libro, describe lo que James Syvitski llama ‘el impacto acumulativo de la civilizacion" (citado en idem). Este contempla los 386 * LOURDES ARIZPE, Escaneado con CamScanner cosa (Bonneuil y Freggoz os en el uso del suelo y los cultivos, ¢} «zacion, la produccion , el mel dos ation de gases de efecto inven A He rincipal eae seres humanos, Wee acto y ast Sucesiva ‘ oesipi a pales descritos en esta definicis ‘4 pena observar qu # Sa ofrece la publicacion de 1992 es son casi idéntion . el 08 a iferencia importante es pete 1 prograi . a marco centrado que Syvitski sitta estos mblipes ma HDGEC. Una deun en el impacto acumulativo de las ac procesos dentro acciones human; as, en extensos periodos. Las ciencias sociales e historicas siempre pleoer fronteras y vimbreles Gon el:fin dé an Be han esforzado por esta- nio. Es importante saber que dichas aeiete, el Proceso bajo escruti- von-vitales para la historia politica, A pesar spines de tiempo y espacio chas de ellas se convierten en la norma ace} aa nae Sea ria” en contraste con “Historia”; la “Era de ios deat Seca Prehisto verso €8 Ja “Era del colonialismo" y asi aes tie L'geocesen aud han cambiado el curso de los eventos también se clasifican de acuerdo con sus caracteristivas intrinsecas, como el capitalism, la moder °F modernidad y el poscolonialismo. Bn la actualidad proliferan Tos marcado- res. Se nos ha dicho Tecientemente que vivimos en la Bra de la Revolucion de la Microelectrénica, Ja Bra de Ja Tecnologia, la Era Poscapitalista, la Bra Posmoderna, la Era Global y la Era de la Extincién, solo por nombrar algu- nas. La mayoria de estas eras se define por una tendencia 0 proceso Palp cular conocido, en su representacion popular, como un “gino” T7as el “Bio cultural” de la posmodernidad en los anos ochenta del siglo pasado, bes términos propuestos son “giro poshumano’, “giro humano’ y mas rec mie a no Dramas consecuencits més importantes @ raiz, de la oe jee Antropocen° “independientemente de como se de! ae oa ea i oronoestratignslica— es su gran impacto aa geoleein aisc sto respalda 1a observe” ae propone el Grupo de al posibilidades en los i erra (geotoia), Par adentrar- as repent jencias interaisciplinarias: qu eno" (zalascie g045: 204) ambi labolismo j mo industrial, la uw ent, swiog et alr cunrura Y EL: anrnorocend * 387 Escaneado con CamScanner ORE CUANDO EmPEZd EL ANTROPOCENO? En 2045, el cra dio a conocer tres importantes planteamientos con Tespecio g la duracién del Antropoceno. El primero explica los impactos ‘empranos dg hombre en el paisaje, la modificacin del habitat, el cambio bidtico terrestre y los niveles alterados de didxido de carbono vinculados a los cambios en e150, del suelo y la agricultura, entre 3700AP y 2000AP (Zalasciewicz, e al, 2045, 498). De igual manera se mencionan las extinciones de los grandes mamiferog y las repercusiones mayores del ciclo global del carbono, aun cuando abarcan, un periodo de 50 milenios del Pleistoceno y Holoceno Tardios (idem). El segundo planteamiento fue presentado por Crutzen Y Stoermer en el afio 2000 y sugiere que el Antropoceno se inicié con la Revolucién In- dustrial, a principios del siglo xix (Crutzen y Stoermer, 2000). El tercer planteamiento se enfoca en la historia ambiental més reciente, como una fase del incremento poblacional, el metabolismo industrial y el crecimiento econdmico global, con base en los términos designados por Steffen y sus coautores de “La gran aceleracién” (Steffen, Crutzen y McNeill, 2007). E) umbral se marca a partir de 1945, fecha de indudable importancia en la discusion de este libro, dado que el concepto de cultura se volvié una ten- dencia en ascenso en los afios cincuenta. Mientras los debates cientificos prosiguen en el seno de la Comisin Internacional de Estratigrafia y otras comisiones internacionales estudian diferentes propuestas para designar el Antropoceno como una nueva era seol6gica, este se ha convertido en un campo interdisciplinario gracias ala creciente participacién de cientificos, cientificos sociales y académicos de Jas humanidades en los debates. El anquedlogo Todd Braje subraya que la academia rapidamente integré el Antropoceno de Crutzen y Stoermer en Jos campos geoldgicos, asi como en los estudios paleontoldgicos, paleocli- maticos y arqueologicos de los cronoestratos, los clavos dorados y las fronteras (Braje, 2015: 374). Da cuenta de 42,900 resultados sobre el An- ‘ropoceno en Google Académico al 3 de octubre de 2044. Braje piensa que esta cifra muestra que el Antropoceno se ha vuelto arte intrinseca del discurso académico, aun cuando no haya consenso sobre oudndo empezo © como definirlo (idem). Es notable caer en la cuenta que tan sdlo dos afios mas tarde, a Tinales de septiembre de 2046, el numero de citas del término “Antropoceno” habfa llegado a 28,400, un incremento de mas del doble. 388 * Lounpes Ane a Escaneado con CamScanner praje JO indica, la complicada discusi¢ continuaré durante variog rn sobre 8 afios, ablem n ores que 7 “ que deberian tener priorida 18, e8 te Tidad (bidticos, estrat trati ‘jes 9 a rut! pericos, ete.) y en cua io ini 08" mos: aiferencia ae ah Sho inicio la era de g . A dil 2 los cientificos que se ento os humanos" © enfocan en los Ss mi el Antropoeey 8e ha mn ha centrado en Fm, 5 | we -stie0S, oo ° atmosféricos, los cientificos q larca- iste del dominio 5 a sobre la Tierra como un aie aca i is | paest en marcha turante miles de afios... piensan que la fro we e oer deberia marvey los comportamientos humanos « sea “ an est0S procesos (idem). nn e en esta opinion, los arquedlogos Bruce Smith y Melinda Zed no deberia definirse por las causas del cambio | gostienen TUE el] .AnITOpor® | o sus efectos (Smith y Zeder, 2043: 44, citados en Braje, 2015: 378). global yO! de] Antropoceno seria la domesticacion de plantas y anin AP. Asimismo, tomando en cuenta la disminucion de 'a plantas ¥ animales nativos, el arquedlogo Kent Lightioot y uumentan que el colonialismo europeo de alr dedor cipios de 4800 mar‘ on global en la que on exportadas & todo el mundo, las especies minadas Y Jos habitats originarios fueron all : 378 3; 142, citado en Braje, 204 fijan de manera Gon bast sus colegas arg) 4400 BC hasta prin las especies foraneas fuer nativas centrales dos (Lightfoot et al., 204: Braje observa que Ligh! una fecha frontera de | embargo, esta fronteré pidtic | del presente libro, dado ave | flujo de ideas, ya que nuevos conceP . pezaban a ponerse en practica junto coo Jos inte? del manejo de pueblos y CW 0 ‘nlelectuales y politicas europeas 8° i colonial. Los vocabularios de es! ton que desvirtuaban las texturas liciones culturales & intelectuales ee alos nativos 0 aautoctones “indy mporaneos. Esta es UNA le 10 al igenas" del mundo enter? estan cal c6 Ja transformac! explicita Sin cend a Antone cq Escaneado con CamScanner aquellos que se derivan de su propio idioma y que los distinguen de log. términos descriptivos genéricos impuestos por los colonialistas. A pesar del amplio debate interdisciplinario en curso, Braje piensa que ha crecido el consenso entre varios miembros del GTA para no fijar un gla. vo dorado y adoptar una fecha de inicio del Antropoceno en los Ultimog 250 a 50 afios (Braje, 2045: 379). Cita a los investigadores que, al igual que Crutzen y Stoermer, han identificado impactos raépidos y muy extensos de los humanos en los sistemas terrestres desde 1750 EC y que continuan con “La Gran Aceleracién” tras la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, Stephen Foley y sus coautores proponen el afio 1780 camo el punto de inicio del “Paleoantropoceno”, no como un periodo geoldgico, sino como un término descriptivo asociado con los impactos humanos a nivel local 0 regional y no a escala global (Foley et al., 2013). Estos contemplan, entre muchos otros, los incrementos globales de gases de efecto invernadero, de las poblaciones humanas, del uso de fertilizantes, de las alternancias de la superficie terrestre, de las redes de transporte mundiales, del consumo de - agua potable, de las poblaciones urbanizadas, del represamiento de rios (Ellis et al., 2043, citado en Hamilton, Bonneuil y Gemenne, 2045: 204). En una audioentrevista entre Marsh y el ecdlogo Simon Lewis del Uni- versity College London, en el sitio web de Nature, Lewis hablé de dos fe- chas para el inicio del Antropoceno: 4640 y 1964; dudo sobre cudl seria preferible, pero a la larga opto por la primera fecha (Marsh, 2045). Lewis argumenta que los cambios de macroescala ocurrieron en 1640 a raiz de los intercambios de especies y genes entre el Viejo Mundo y el Nuevo Mundo, lo que culminé en nuevas trayectorias evolutivas biolégicas y eco- ldgicas. En esa misma época, los europeos Ilevaron enfermedades que diezmaron a cerca de 50 millones de amerindios, quienes en su mayoria habian sido agricultores; sus tierras quedaron en barbecho y la caida del nivel de didxido de carbono se puede rastrear como marcador geoatmos- férico. La segunda fecha, 1964, es el afio en el que las. precipitaciones ra- diactivas de las pruebas atomicas alcanizaron su apogeo. Tras una serie de tratados internacionales, las pruebas nucleares se detuvieron en 1963, por lo que hay una clara y evidente frontera, dado el volumen de las precipita- ciones radiactivas en 1964, antes y después de la prohibicién. Marsh pregunto a Lewis qué sucederia con el Holoceno si el Antropo- ceno se formalizara como una era. La sugerencia de Lewis es designar la 390 * LOURDES ARIZ Escaneado con CamScanner 4 ana del Holoceno, que nicamente duro 44 1500 afios, 1 Cl parte om" del Pleistoceno y saltar d nal del Plei 0 y saltar directam etap? fins lente del Pleisto stoceno al Syosset arenes contrarit geno S& define como un evento, la pregunta de cuando e: nn al Antropo- relevancia puesto que, como ya lo han sugerido algunos ae pierde fechas daran continuidad a los umbrales, de los que se oe nn 1510, 1660, 4750, 4800, 1870 y 1945 EG. co AE Dentro de lo que podria ser visto (parafraseando a Sheila Jasanoft) como la coproduccion de procesos geologicos y humanos, Bonneuil y Fressoz arman un caso fascinante a favor de repensar el Antropoceno en yérminos geobiosféricos y sociosféricos. En el marco que denominaron ‘la historia del sistema completo” comparan las tendencias estadisticas so- cioecondmicas y las tendencias del sistema Tierra y muestran que, extra- fiamente, todas ellas se incrementaron abruptamente & principios del siglo xvly siguieron con esta curva acelerada hasta después de 1950 (Bonneuil y Fressoz, 2016: 40-44). En él ambito del sistema Tierra comparan las me- le carbono, 6xido nitroso, didas estadisticas dél aumento en didxido di metano, ozono estratosférico, temperatura superficial, acidificacion de los océanos, captura de peces marinos, acuicultura camaronera, nitrogeno en las zonas costeras, pérdida de selvas tropicales, domesticaci6n de las tierras y degradacion de la biosfera terrestre En el ambito de las tenden- cias socioeconémicas, se toma en cuenta la poblacion, el PIB real a sién extranjera directa, la poblacion urbana, la utilizacion Pn : cout energfa, el consumo de fertilizantes, las grandes Pree eval ae la produccion de papel, el transporte telecoms ye maners eX internacional. Aunque Ja seleccion de algunos eleme’ su abrupto que han sido medidos podria cues! Ynotable incremento desde los anos © los precedentes histéricos. parafraseando las as Cruwzen y Will Steffen, en la actualidad la Te? oan por Broo estado que carece de toda analosié previa, cataPe " Pogénicos (Crutzen y Steffen, 200%: 253). tionarse, jncuenta, Ya 7 ceno * 39 cuerura YEE _AntroroceN? Escaneado con CamScanner COMO EVENTO POLITIC? e1 Antropoceno es EL ANTROPOCENO C 550% (Bonne peor ‘Altiempo que es un evenie e0cl6ies cine ant To politico tal y CO! decible incremento de la temperatura promedig Con un pret 2400, la temperatura de la Tierra sep4 ‘soz, 2016: 24). a 3.7 grados Celsi mayor que en los U cion de biodiversida ara el aio F jus par 45 millones de anos, con una consiguiente extin. tn parangon €D 65 millones de anos (ibidem, 24, sii , a el genero Homo 8° enfrenta ahora a un mundo ¥ Saal no esta bioldgicamente Kolbert, 2044). Afirman qu Se para e sconocido 3 que le es coronene cose sreparadd Por ende, el Antropoceno planta ee ondicién humana (Bon- adaptado, ni cultural ‘ ‘an nuevo desalio para la fumanidad, una nueva neuil y Fressoz, 2016: 24). , ‘ vedediah Purdy indica que “El ‘Antropoceno ee ree ee ’ nl i légica, econdmica Y politica’ (Purdy, 045: 7 eg aria triple crisis ecolog! ee ees estas una crisis cultural de violencia étnica y TENS Yr de corrientes espirituales alternativas. La conviccion de Purdy es que la struir deliberadamente un jugar compartido para vivir yo respaldo su postura— que “as el modo en que los individuos po- 47). unica manera de con: es a través de la politica. Sostiene —Y decisiones colectivas y vinculantes son dremos moldear el mundo que anhelamos tener” (ibidem, La premisa fundamental entonces es que el Antropoceno es una cues- tion politica, asi como una rama de las ciencias de la Tierra. Tal y como Bonneuil y Fressoz lo exponen, No nos encontramos en una problematica infra politica y pacifica de reconci- liacién de los seres humanos con la naturaleza: el Antropoceno es un asunto politico en la medida en que exige el arbitraje entre los multiples y contradic- torios forzamientos humanos del planeta, entre las huellas de los diferentes grupos humanos (clases, naciones}, entre las diferentes opciones tecnolégicas e industriales y entre los diferentes estilos de vida y consumo (Bonneuil y Fressoz, 2046: 26). Esta premisa es el nticleo de mi argumento, dado que si aceptamos el punto de vista desde el cual la cultura es tanto un método experimental cl . S . i ‘omo un mecanismo de arbitraje del nuevo conocimiento creado y heredado, en isio ; tonces la mision fundamental del antropdlogo es analizar esta interfase. e ase 372 * LOURDES ARIZPE Escaneado con CamScanner que el trabajo del ANtOpdloge 08g de llevar hacia adelante * €8 re ciones en aras de p , qiversas ac 8 AP \p aad: \a transic Win de wos 8° muestran a favor de Yan by esta pe rape tiva, eng g ir mas alld del entendimien, 0 que tener Kersten, mex 18 de ne nsacin, especialmente una maciin por ha compe Por la cual moe 08 ne compet ane » (Kersten, 2043: 54 1 pal” ( 54). Al igual que Pere Nsacidn de 1S de vernos © Slot 8 COMO UNA especie defi Nerdijh ioiente y ae jar joptar jacion” para desarrollar una Na Oultura Antre fs ypocer za Bt" yiam08 de} aescsce ase compleiidad de nuestras vida: if las individuale is en infraestr 8 cole n infraestructuras colectivas” vas" (ibilem, jo de gfrutel asivas existen me consonancia con la tesis de Bonneuil y Fre pocend desafia ciertas distinciones. as aban fundamentales en el mundo occidental ite : rs ano y la ruptura ontoldgica entre el ser aa i echo Y objeto de la naturaleza” (Bonneuil y Fr a sunto de como se ven afectadas nuestras det Jo expresa como el tipo de democracia necesatio. 9 0. Su respuesta es une desafio del Antropocen' azaria limites para darle al mundo una “ jones ¥ diversidac imagen de la vida ola 07, que riormer & qutomoderaciOn, que tr jefnida, A180 de estabilidad en elclima y las estaci especies, Jos habitats ¥ Jos paisajes. Bn su opinion, la sqcial como alg demasiado complejo para ger manejado desde una perspective se agsemeja 4 Ja imagen de] mundo natural que introduio la ecologia, donde todo esta conectado con todo, en formas sutiles ¥ ocultas’ (Purdy, 2045: 262). de procede! intentar Una 3 bien desi” | Sin embargo, advierte udpica huella de democrs cia antropoe Cet posturas que cautiven a !@ mropone es el escepticismo hacia todo a bre el Antropoceno que de ™ Jo neoliber® ae inclaye el model ica y constructiva € incluye © estional Tamente democraticos ¥ fomentar !2 rococo . unr 038 Es scaneado con CamScanner rofundo interés por cada esfuerzo yatura de pl | lectivo. La tercera es una posture 3 : a leur muchas personas @ una identid i comps ane sacerque a algunas 0M ne eaeits er 4 tio! i 1. foal patibles y trasiapadas, 4 Un eapiritu de solidaridad y a log tidades compatibles sl : " . Ic a liticos © institucionales indiapensables para gular este espiriny recursos politicos ¢ insti A spe \ mokiear el mundo del futuro (ibidem a7). orios y organizacionales existentes jue rigen Ia toma de decisiones en el Ambito de las politicas publicas resul- tan inadecuados para resolver los innumerables problemas a los que se reece ta humanidad. Parte del problema ¢s mantener 2 188 Clencias ss ve isindoe de los aélisis especulativos y propositivos de los fenéme- especificamente alejadas de las teorias y explo- oa fenomenos que enmarcan los an pomucos y cientificos sptes. En un ejemplo de este nue- k A. Miller describe como el Panel Interguberna- mental del Gambio 0 se abstuvo de encasillar el cambio cli- matico como menos cambios del clima en escenarios especificos. En su r el grupo se enfocd en el cambio climatico como un riesgo al medio ambiente global, globalizando asi la atmésfera. Finalmente, el 1rcc formulé un discurso que globaliz6 la aumésfera. Con miras a reforzar su autoridad, e] pce elaboré un nuevo modelo cientifico y politico en el que los expertos y el conocimiento especializado tuvieran la oportunidad de acotar los pro- blemas que afectan a las politicas mundiales (Miller, 2004: 47). En este documento, el IPcc cobra figura de agente y de producto de la co- produccion. Miller precisa que esto no es una contradiccién: “Un lenguaje co-produccionista sintoniza al analista con las formas en que las micro y ma- crocategorias, los actores y las dinémicas se conectan, poniendo particular atencion en Ja forma en que, en sus rutinas y practicas del dia a dia, institu- ciones como el IPCC reconfiguran simultaneamente sus ideas, sus modelos institucionales y los paisajes cognitivos y sociales que en los que habitan" (ibidem, 48). Este planteamiento nos lleva a repensar las perspectivas de la antropologia y las ciencias sociales, como lo veremos a continuacién. Tin la actualidad, Ios marcos reaul vo tipo de estructuré La gran aceleracion of. En el capitulo 4 se destacd el prominente ascenso de la cultura dentro del discurso publico y la investigacién desde los afios cuarenta, con base €1 394 * LOURDES ARIZPE Escaneado con CamScanner jentos- Bl primero fue el co} i yn su ace e yr 10S: nazis durante la Segunda onde 8 utilizacion del término Pana 7 ind durante este periodo como, ie . ii » cambio impulsado también como v1 i iatas que Hevaron al Holocausio Bron va como discurso emblematico de i ‘apo 7 el fin de reclamar una presencia a Pueblos y naciones om eres coloniales. Al término de la guerra naa voz y derechos ne jas veorias sobre el desarrollo ni ma c wn Jos nuevos paises independizados, mee 7 e1 APSO pein en aleman, como un hae la Wdeologin tO racista deo a ee gill yost0 P on! ¢ ae @oA a i jones 720 aa qa cult «itt dos con reero fue ante ‘colonizacion y se dl ron a imple- namas, vemos que, en lenciadas por muchas 5 YT , en ese Momento “cultura” habia r vaio 8 ‘eivilizacion", género humano”, “humanidad” “ribus', sin : Z , 8", “indios" y s terminos alternativos en el coalescente discurso mundial - . 8 dial de igs Nac ‘ Ajmismo tiempo, se ha propuesto el afio 1945 como uno de los puntos ge arranque. del Antropoceno. ‘Al término de la Segunda Guerra Mundial et qundo entro en ‘un periodo de crecimiento historicamente excepcional marcando lo que hemos denominado la “Gran Aceleracion’. Entre 1945 ; 4973 el incremento anual del 4.48 por ciento en Ja utilizacion de combus bles fosiles, sin mencionar el uso creciente de uranio, yepresento un creck niento econdmico anual del 4.48 por ciento (Bonneuil y Fressoz, 9016: 10-11}, inre 1950 y 4970 la poblacion mundial tuvo un erecimiento del 48 por ciento, el pip mundial del 260 por ciento, el consumo de minerales y produc: 308 por ciento Y la industria de los vosde mineria para la industria crecio en. nateriales para 1a construccion se elevo a 294 por ciento aon os lentes & - nde a la capture de los exce! g industiallZ& La Gran Aceleracion correspo niall Tos pai! cident ‘ollo por Jos paises oct : elobeal ee. Escaneado con CamScanner nuestra €poca, una histo- spava comprende Tate E 1y Fressov. a afirmar que “Par compismo soria el aliado ideal de lag Deut y jalieada y eoolosade 2! oan ria rematerializada | Ba 262. : siencias del sistema Ti (ibidem, van que es Mejor hablar de un ths pore gunos AUIOTE us discutio anteriormente, 4 cal 8 a ai 2 | *Capnalogeno” que de_un ANU) poceno, Com ntercambio ecolégico desi. | aera e cn olcapialismo significa ana jizar cos y politicos, ha genera. id stores econ’ combinacion con factores Galdeneee el consumo que es! gual que, en n face #5 las desigualdades en el ingrese ¥ 7 tantos disturbios politicos en el Antropo! EI Antropoceno y la nat ratiidacy En la conferencia de la American Anthropolo, ee ‘ana vision positiva liz6 en 2044 en Washington, DC} Bruno Latour) eae aie del término “Anwropoceno” al afirmar que la extraordinaria contribucién filosofica del Antropoceno es que la ‘narratividad’ que yo Jamo geohistoria no es un estrato més agregado a Ja brutal ‘realidad fisica’ sino aquello de Jo que el mundo esta hecho’ (Latour, 2044: 40). Sefialo que cuando James Lovelock y Lynn Margulis dijeron que el planeta éstd vivo (la hipotesis de Gaia), no significaba que sdlo hay un gran organismo que debe ser llamado Tierra, significa que sus multiples elementos estan construyendo su pro- pio mundo. Latour explicd que “conectado” no significa “holistico”, como tampoco “animado" significa “tener un alma” (idem). En opinion de Latour, esto puede ser un regalo o un caliz envenenado, por varias razones. El término “Antropoceno” cumple con la aspiracién historica de la antropologia de colocar al ser humano en el centro de los y vuelve a abrir “la cuestion fundamental de lo que es comun y lo que es eee carlaripmitsiticiie de habitar la Tierra’ (ibidem, 7). En gés". Pero A el momento eetee: coos anthropologues enga- re aT a ue Ja expresidn “el origen antropico de la evitar que esta breve a eon eee oa que pueda a como una atribucién de respon- sabilidad, que exige ‘uni i6 Menno ge una accion y probablemente una rifia” (ibidem, 4). cal Association que se rea- 3% * LOURDES ARIzPE Escaneado con CamScanner a que historiadores, fl6sof0s, an > wAntropoceno”, de inmed; Eonar ea an sola “ecg cone ago amonto! in solo “anthropog” 09 O gan dear cl 7 g nin onsables de moldear cl planeta. Los indiog » rato alas, 108 magnates de Shangha Toe eon fo a je 1as barriadas de Valparaiso no pueda OpSlog B08 Y activ, 2 ¥ acti cayeron en ja — wope. nt te “Nenta que od08 ow agente us : los chy Plecutivos de Entony len asumir el mismo en asm MO nivel Beolbgica" (ibidem a on jt ante! ici wi nied om 18 nueva definicion de esta "ty ms sp C er; wet Cn esta discusion Yeneste es "€8 e ; mu ip en oO Y on idern, 42). ps este ha ‘sido el caso en el ultimo decenio en el que han prolife> ions de filosofia en oviales a yi ia de formular fothos mundial o ica global jue pueds alrezar za ce 10s vetas que al término “Anuropovens” ha creado. Bn alguna claude Levi-Strauss escribio, en contraposicion a la explicacion de falinowski que los totems (creencias de que algunos animales fuertemente en la vida de los seres humanos) se han propagado tan al ente en las sociedades humanas porque son “puen alimento", que son s son “buenos para pensar". De la misma manera se podria decir 7 oe eopocenO es bueno para pensar. Muchos académicos ven el An- a como una oportuni ‘a_reflexi Y Pal s mo la cre- conciencia de nues! civilizacion mundial ac al acuta como una. me impulsora para. el planeta en el siglo Xxi. Christian et escenario del dia del juicio final y Jas predicciones <0 “ hespecie humana y sostiene que uno de los puntos ™ nee vent ichate alrededor del periodo geoldgico es que res — eine 7 capacidad de convertirse en ua rE a aren y sui mera cagualidad, de tal manera que las a apocado8 @ a ‘uevas formas de vida, con actos hhumanos © ager, 2006 454). tarsoluciones a los dilemas y desafios ctuales (Schwé 2 cosmopott lopol i pi cap coneiencla de eva . und nul “ jada lamanera e anos desarrolle ciega sino 8 n que los seres hum: global —no & iu > Capacidad para convertirse en wna fuerza “ cuntuRaY BL anmordc Escaneado con CamScanner ‘el losofia; ja muse he ai ia; las antropologiag me aneriaad OP ivergentes experiencing ni © vii ja nto ¥ 188 infraestructuras tecnoci 88 histéricay yon. locientificas qu, 8 ¥ Culturalas, v1 Ke 1 oreatividad y la lib "lidar ertad (ibi que Pe sii (ibider > faci yi wll cm, 270), iltan y delimitas _y0ceno COMO UN ACONTECIIE an IMIENTO CULTURAL d do el Antropoceno: el giro humano, 904 } Post humano yo humano ee tél i encont: Ambil as ore shumano; aquellos . “tio piensan que hemos entrado a un “giro humano’; y | que por el ;y los més radi- cdles, aquellos que opinan que debemos redefinir nuestro mundo 4: ° lo desde de vista "jo humano". Sverre Raffnsge analiza la historia de cémo los huma- jugar dentro de su medio ambiente, comenzando por jgantigiedad, cuando los seres humanos tenian una idea de la er como insignificante © inferior, que existia en, y estaba expuesta & un uni- verso local limitado y limitante que rodeaba sus lugares de residencie. lafinsge argumenta que, sin embargo, la tradicion coocidental se ha cenido alaidea de Protagoras de que era “la medida de el ser humano (anthropos) todas lag cosas” —una escan yoca—. En dalosa provocacion para esa ép tempos de Kant esta aseveracion habia evolucion n la idea de que a individuo estaba obligado @ emp' ezar desde e] ser sus oporciones, "porque ahi podria encontrar una ‘medida ° tuvira la inquietud de estableoer este mundo’ un orden Y medirse com latinsae, 2046: 23). Bn 4887, en fa de 1a moral, Nietzsche ‘naliza la manera en que |: i “qvanZado cion pio nabital en una relal interacti taindmico” ( tiva con, y ha ejercido su idem, 24), nos han yalorado su humano mismo pasica’ cuando M pr pds ined 10 ey Jos humanos se situaron © el centro del vive vend m la : la era de mirada hacia el ser human? ee ensio! rosales ¥ las y i Speci ie humana adquiere “UP estatus . 3 Escaneado con CamScanner na mirfada de contextos a acho specie que siempre g dedor del mundo, sino para ella misma Pers ae acral * fibidet sn otras palabras, CL ate adclanta a si misma’ (ibidem, 24). Fn owas PY rat es humanos hoy en dia habitan. el mundo de ere r mera mmporson Tesponsables por la mane) nuevas agendas, no tin | giro no-humano, que amalgama una. tniticos y filoséficos. De acuerdo con Richard abocan a descentrar 10 humano en favor de un vmiendido de diversas formas en términog ierpos, los sistemas orgdnicos y geofi- s, la materialidad 0 las tecnologias” (Grusin, 2045: vii). La pregunta ra mi, como es que Lantos conceptos y fenémenos disimiles se — roduccién de nuevo conocimiento. Grusin, de iva alterna es Ia del Una persy srie de enfoques tedrico' Grusin, estos enfoques “se por lo no humano, ¢ s animales, la afectividad, los aqui es, par pueden manejar para la cop hecho, observa que: ‘Auin el nuevo paradigma del Antropoceno, que determina al ser humano como influencia predominante en el clima desde el industrialismo, participa en el lai ‘es humanos deben ser vistos giro no humano al reconocer que ahora los sere como fuerzas climatoldgicas 0 geoldgicas en el planeta, que funcionan de la misma manera que lo harian los no humanos, independientemente de la vo- luntad, las creencias 0 los deseos humanos (idem). La ultima parte de su reflexion es ciertamente muy audaz y sera indu- dablemente discutida. Como he observado en capitulos anteriores, el sitio de los humanos en este nuevo marco experimental del Antropoceno se encuentra aun en obra negra. Explorando el Antropoceno: la evoluci6n cutturaee El perenne debate sobre la preeminencia de la cultura 0 la naturaleza ain surge en las discusiones en torno a la redefinicion del término cultura. Al sefialar que el término “cultura” es “una de las dos 0 tres palabras més complejas de la lengua inglesa", Terry Eagleton agrega que “el término que a veces se considera su opuesto —naturaleza— con frecuencia se lleva el galardon por ser la palabra mas compleja de todas” (Eagleton, 2000: 4). Declara que ambas palabras pueden ser tanto descriptivas como evaluati- 400 * LOURDES ARIZPE Escaneado con CamScanner griendo8e ° Jo que realmente ha evolucionado y lo que deberia ee iy est0 08 *pelevante en una negacién de ambos, naturalis “ | 00" of (ibidem, 5). Sin embargo, también hay que ger Cautelosos mo gif?! i von de determinismo y voluntarismo, dado que “los seres i 70 90 n meros productos de su medio ambiente, pero tampoco es al 0 ambiente simple arcilla para su arbitrario automodelaje” (ibidem, 5). * onsmuir el Animonacenc 2n lugar de-disefar una huella para este ane eee eae Pensacores que han qoplado Une perspectiva, evolutiva. En palabras de Matt Ridley “la manera en que... as corrientes de la cultura humana fluyen es gradual, incremen- tal, sin direccion, incipiente y guiada por Ja seleccién natural de las ideas contrapuestas” (Ridley, 2045: 2). Bl argumenta que la ensefianza de la his- toria humana hace demasiado énfasis en el disefio, la direccion y la planea- cin, prestando muy escasa atencion a la evolucion, bajo el pretexto de que esta forma de pensar también se transfiere a la naturaleza, que a su vez es analizada en busca de disefio con propésito en lugar de evolucion emer- gente (ibidem, 5). Ridley ofrece el ejemplo del asombroso paralelo entre la evolucion de las secuencias de ADN y la evolucion del lenguaje escrito y hablado. Ambos consisten en cddigos digitales lineales. Ambos evolucionan por la supervi- vencia selectiva de secuencias generadas por variacion al menos parciale- mente aleatoria; ambos son sistemas combinatorios capaces de generar eficazmente una diversidad infinita a partir de un reducido numero de elementos discretos. “Los lenguajes mutan, se diversifican, evolucionan. por descendencia, con modificaciones y se fusionan en un ballet de espon- ténea belleza’” (ibidem, 79). Sin embargo, el resultado tiene estructura, reglas de gramatica y sintaxis de tal rigor que colmarian cualquier exigencia. Como antropdloga y participante de numerosos movimientos naciona- les ¢ internacionales y de formulacién de politicas, concuerdo con ae en que, cuando se carece de iniciativas que expliquen oor nee “es sucesos y ayuden a encontrar soluciones a los problemas, 10: aa tomaran las riendas en la situacién y se asociaran con otros para oo importantes y nuevos movimientos. Y, en mi experiencia, est° es un pro ceso natural que se repite constantemente en las sociedades de pequena escala y las comunidades locales. Sin embargo, ¢D el momento en que on proceso se transfiere a sociedades mas complejas © adquiere otra escala, ueruna ye ANTROPOGENO * 401 Escaneado con CamScanner o ni arbitraje para Jograr un. jentos tienden a retraerse en culminan en con- ay lideraZe Jos movin nflictivas que to modo, est io del concepto del Antro- organizados nales, si n0 hi 5 politicas Y do versiones col De cie! | desarroll que grul untos internacior Jas iniciativas y terminan sien finalmente se apagen- do actualmente en é! aasi consenso, si mismOs, frontaciones Y que esté sucedien poceno: una “jan aprovechar: 08 estudios ar" una evolucion cultural gradual y @ grupos humanos que migraron a 0! reiteradamente en épocas recientes, NO fue ntropologicos muestran que ocurrié. 1x muchos de los diferentes entes. Aunque se remarcd unicamente cultural sino tam- los primates Y otras especies animales también pién politica, dado que ; é muestran, caracteristicas pasicas de cultura. ‘Tampoco se paso en el lenguaje, Jas ballenas, Jas aves y otras especies anima- ya que se ja descubierto que jes tienen cddigos de comunicacion. En lugar de eso, ‘pLiactor clave que dio j idad para acumular signi- alos humanos uni ficados, conocimiento ciales y tecnicas, ¥ compartir, copiar y pegar y adoptar Jo adquirido de otros grupos. bn comparacion con Ja escendencia genética, este 2s un Segundo sistema hereditario, que de acuerdo con Mark Pagel se asemeja a Un “sistema operativo” de software que define nuestra esencia y funge como nuestra voz interna (Pagel, 2042: 6). Ridley lama al surgimiento de Jas caracteristicas humanas una “evolu- cion cultural’, jniciada con la pré actica del intercambio y la especializacion, que se alimenta a s{ misma y genera innovacion (Ridley, 2045: 8). La discu- sin de si esto fue posible por Ja mutacién de un gen O por algun otro proceso biolégico continua. Sin embargo, Jas mutaciones genéticas 0 carac- teristicas biofisicas de Jos humanos no s€ podrian. expander en la propor- cién acumulativa en la que los multiples cambios culturales estratificados aparecieron en los grupos humanos en todo el mundo. Ridley también ar- gumenta que “las mutaciones genéticas que intervinieron en facilitar nues- tra habilidad para el lenguaje eran mas probablemente reacciones genét- cas al hecho de que estabamos hablando". Por ende concluye que “en las personas, los genes son probablemente Jos esclavos y no los amos de la cultura” (ibidem, 84). podr queoldgicos yal curnulativa ©} tros conun' 402 * Lounpes ARIZPE Escaneado con CamScanner ent” postula el profundo argumento filos6fico de que “esta es | be A rnalidad del cambio historico —la humanidad dentro de la nat. 3 a, 1a naturaleza dentro de la humanidad" (Moore, 2046: 79). Y sin argo, dentro de los confines de la necesidad, acecha “la Naturaleza yal astuto coyote’, encantadora metafora de Donna Haraway, que infunde italidad @ 1a antigua vision, caracterizacién y mitema nativo americano" (citado en Fischer, 2009: xiv). Christian Schwagerl piensa que se necesita otro Charles Darwin 0 Bmst Mayr para desarrollar el entendimiento intelectual y emocional para Ja nueva naturaleza del Antropoceno: “El siguiente Darwin tendra que descifrar un mundo en que Ja naturaleza se ha transformado en cultura y Jos individuos ponen a prueba su papel como creadores. Ser un explora- dor del Antropoceno” (Schwagerl, 2044: 467). Este planteamiento ha sido refutado por pensadores como Luc Ferry, para quienes la nocién del hom- bre es un “ser antinaturaleza”, que s& regodea en la libertad como “la glori- rry, 1995). Desde esta vision, la ficacion del desarraigo 0 la innovacion’ (Fe! idea de que los seres humanos fueron hechos “a imagen y semejanza de Dios” solo se puede sostener manteniendo a la humanidad como una enti- dad separada, apegada a los dictados de este Dios creador. En oli siglos. Han combi- creando y destruyendo e: cies y ecosistemas durante. m i i é cion. UV, nado el cultivo, el dominio, el perfeccionamiento e incluso la creaci mporaneo, han en los términos mas transformadores del desempeno conte tran en él estado recombinando y reenlazando los elementos que are anbtO a : va, Bn el mundo fisico y social, conjurandolos mediante la cultura. Bn 5 alterar codigos Ja revolucién tecnobiologica actual, 105 jumanos pueden alt ae males y clones de organos genéticos para crear nuevas especies anil chas otras posi- nos, y logran reconstruir cuerpos como cyborgs, entre m' vener [8 Vi da hu- pilidades. Sin embargo, atin se hacen esfuerzos por man ae CCurruRA Y EL ANTROPOCENO = 403 Escaneado con CamScanner sminiamo genético y Biol6atco, ims 1s del dete pe 4 ea del delet odio o guardian de la naturater, do Jos limit eniro de mana de nro ¢ 7 ome | , ano a asym” Marshall Sahilins, que ea al ser humane Wr mas abierta 8 de Mar ables aug La interpretci re nace aul jootiva para ta viowenels ni nina acted Posen ena elective aatrear 10 5 : no hay prosion S67 genes: pueden raatrea 108 valores a vaalog ai come TAMPOCO 1 Ee gientcmiene ee on oe oe ee eel rap onfaticamente cn 108 Sees o8 ia cape varian con Bra oa ae tas de variadas y significativas o sgicas innal _ Sas medios culturales (Sahlins, 2000: X04), que ha sido selee' de realizar disposicione inte un gran neimero a ras, medic gerl insisle, “el reduccionismo del apn a, irolada por una mera secuencia de pares de uadro y en su lugar emerge una imagen ina en la cual “grandes complejos proteicos reaccionan icos y fisicos del cerebro y el entorno y actin | mundo exterior y el cédigo genético" hwiigerl, 2014: 170-474). Este es él Ambito de accion que los humanos han estado utilizando para incidir en el curso de los procesos evolutivos. Un ultimo planteamiento de Schwager! abre la puerta a un sinntimero jtura en el Antropoceno. Resalta el de posibilidades para pensar en la cu ; da sera cuestionado en el Antrapo- hecho de que nuestro aprecio por Ta vie ceno y pregunta: “éLo subyugaremos a un pensamiento meramente utilita- rio o encontraremos otras formas de realzarlo, para llevarlo a un mundo més alld del nuestro en el que la naturaleza se haya convertido en cultura’ (ibidem, 172). Sera esta una de las razones subyacentes por las que k cultura se ha vuelto un concepto central en la discusién sobre la globali- zacion y la cosmopolitica? Desde los afios setenta, mientras los debates explicitos acerca de la supuesta oposicién entre naturaleza y cultura se ocupan principalmente por explicar el comportamiento humano —por ejemplo, la construccién social del género, la responsabilidad que los seres humanos han asumido para proteger la naturaleza—, otras disciplinas como la antropologia fisica se han dado a la tarea de tender puentes entre estos dos mundos. donate eer ce ei, yx que fa mito respecto a la naturaleza y el medio ambierne Dena ee - entro de las multiples prac- Sohwai idea de que Ja vida esté cont 4 fuera del cl Inevitablemente, bases— ya casi mucho mas ric : ante los estimulos psicologit como intermediarios entre © Escaneado con CamScanner con la sustentabilidad, la reflexion cultural F la yeconstruccion de un pais se volvid la 0, er je, en idear ervar 108 bosques Y 148 Personas que los habitan ema ,¢ inelue roacion de escenarios atractivos para realizar todo tipo de activi a sail centros educativos hasta establecimientos comerciales, ‘sn ‘i 4 tenie Si de® ygea ave Jas personas tenian de que la cultura debia aplicarse a _ en formas que jamas habian sido contempladas en épocas his- en anteriores, ee : oncepto particularmente re- jvante ue puede aplicar 86 a esta nueva vision del medio ambiente. Es paevante que también ha sido mas maleable que otros conceptos como pacion religion (que gozaron de popularidad en los afios sesenta, aunque esta witima podria estar resurgiendo nuevamente}, el alma y el espiritu (de so comun en los afios setenta) y la sociedad (el término favorito de los aos ochenta)- $n los aflos noventa no tenfamos un voeabulario PATA Ce cutir las, tendencias emergentes relativas a la relacion dé Ta humanidad co: elmedio ambiente. ‘Aun asi las personas ya estaban cambiando su compor- tamiento de muchas maneras distintas y asi empezaron @ desarrollar una nueva mentalidad en Ja que la cultura se volvid una “herramienta para pensar” mas practica. Donna Haraway es la personificacion de la nueva apertura de la imagi- nacion cuando dice que “no hay una frontera en. que la evolucion finalice y comience la historia, en que los genes se detengan Y el medio ambiente tome su lugar, en que Ja cultura gobierne y Ja naturaleza se doblegue, © viceversa” (Haraway, 2003: 2). Después usd una nueva palabra, * ‘nanurcul ura’ refiriéndose a esta nueva perspectiva. Bn un fastuoso despliegue, Haraway declara que su Parentesco de figuraciones feministas (Kinship of Feminist Figurations) “esta compuesto de Jas entidades floridas maquinicas, organicas y textuales con las cuales compartimos la Tierra y nuestta carne” (Haraway, 2003: 4). RESUMEN —_— 4 sami se pueden En el actual debate sob: no, ¢que lineamientos § re el Antropoceno, ¢ tancia @ 18 Te- extraer, desde un punto de vista antropologice, para dar sa el primer flexion sobre la cultura en esta era? Rachel Garson nos dejd co} cuuruna ¥ EL ANTROPOCENO © 405 Escaneado con CamScanner reflexion. sobre el futuy, ml stra . Ohy sar e000 7 se compantimos €1 Pianeta jento de jebe " econ oct —puale iste G erosas jooulturas historicas consi ropia naturaleza humana, p) a eran ri pesool4, ; : fem in es part colbert en su libro sobre la gey, oe que 0514 nado por BI es y planes para el futury gy te valor, ee das | as se tomen hoy determi Tey cién, es Ing nocimichio Je mis argumentos acerca de la neces i r valor il oO ma in 7 Ti tereer val vvenciabilidad dentro de un marco mas amplio, Con, Oe teriores, el pro} sito _al escribir este libny dad de may it s ant : capitulo: stentabilidad sin convivenciabilidad, p. xplicd en ber sui que los conflicts y las guerras entre paises y a podria incosporar a Se subrayi medida en decir, que en la a capacidad para cooperar, menos acuerdos podrin Ig. aven | . f ala ere de cambio climatico, biodiversidad y asuntos medioam. rarst as especificos. De acuerdo con la propuesta de Donna Haraway, ha al marco de “cultivar la responsg. legado el momento de integrar este valor: 60 habilidad” (Haraway, 2016: 38). Si este gran objetivo se llega a concretar mediante la cooperaci6n politica, su motor seré la urgencia de lograr resul- tados para la Transicion ala Sostenibilidad. $i el cambio global antropogénico ha sido impulsado por las acciones de los humanos y estas estén necesariamente fundamentadas en configu- raciones culturales, ya sean meramente reactivas o intencionales, estas configuraciones deberan analizarse como formas variantes. de una cosmo- vision global, que habré de edificarse mediante una heterogénea serie de estudiog alrededor del mundo. Como se demostré en los afios novenla, dicha cosmovi n nunca serd homogénea, ya que en vez, de generar’ ho- Manne es comenz6 a dar cabida a una diversidad cult" hemogeride ae ‘aemne aun. cuando un marco cosmopolitico n° se firme unidad de medals abcde ne pee ae ‘o que cada ser humano Viviente es . oe menos en una sola oe viviente tiene la Capacidad de ae aoe planeta y que cada pes carse a una identidad colectiva glob*! 406 * Lounves Arwzpe Escaneado con CamScanner a ie aot): qhe Gapitalocene, OT, geoengineerin: 5.00 ries. Bn J. W. Moore (ed.}, Anthro} . against capitalism's and the crisis of.capitalism. Oakland, can or Capitalocene? rat g 450. » California: Kairos PM, er ,989)- OF the cultural and social sustainability of we p, Emmet} (ed), One world or several? Paris: C irld evelop. 8, PP 45-64. Reimpresion en Development, 4997 a ee gone 1, Arizpe (2044). Lourdes Arizpe: a Merican plonset heh ane ser: Springet . 42, NED, 1 (ote) Macias cues aval: y social. En L. 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