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Grado en Criminología

Criminalística Avanzada

Unidad didáctica 1. Balística forense


UD 1. Balística forense ..................................................................................................... 3

1.1. Balística: concepto, características y ramas ............................................................... 4

1.1.1. Balística interna o interior .................................................................................. 4

1.1.2. Balística externa o exterior ................................................................................. 5

1.1.3. Balística de efectos ........................................................................................... 5

1.1.4. Balística identificativa o intermedia ..................................................................... 6

En el proyectil ......................................................................................................... 6

En la vaina .............................................................................................................. 7

1.2. Balística forense ..................................................................................................... 8

1.2.1. Elementos que integran los disparos ................................................................... 9

1.3. La identificación balística ....................................................................................... 11

1.3.1. Los requisitos de las características valoradas .................................................... 12

1.3.2. La identificación de los proyectiles .................................................................... 12

1.3.3. La identificación de las vainas ........................................................................... 13

1.4. La determinación del calibre .................................................................................. 13

1.5. Los elementos diagnósticos del disparo ................................................................... 14

1.5.1. Disparo a bocajarro ......................................................................................... 14

1.5.2. Disparo a corta distancia .................................................................................. 14

1.5.3. Disparo a larga distancia .................................................................................. 14

1.6. El examen de los proyectiles .................................................................................. 15

1.7. Clasificación de las heridas por arma de fuego ......................................................... 16

1.8. La morfología de las heridas por arma de fuego: balística de heridas .......................... 16

1.8.1. Orificio de entrada .......................................................................................... 17

1.8.2. El ahumamiento.............................................................................................. 17

1.8.3. El tatuaje ....................................................................................................... 18

1.8.4. Otros efectos característicos de las heridas ........................................................ 19

Resumen ...................................................................................................................... 21

Mapa de contenidos ....................................................................................................... 22

Recursos bibliográficos ................................................................................................... 23

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UD 1. Balística forense

Desde finales de la Edad Media, el uso de armas de fuego ha ido evolucionando, siendo en los
siglos XIX y XX cuando mayores avances se han experimentado, pasando de la avancarga a la
retrocarga, y con ello incrementando su poder lesivo. El aumento del uso de armas de fuego,
además de en actividades militares, ha supuesto un incremento de su utilización por parte de
los delincuentes para cometer los delitos. El estudio de la balística forense es algo inherente a la
labor criminalística por los numerosos hechos delictivos en los que las armas se ven envueltas.

En sentido estricto y genérico, un arma es «todo instrumento, máquina o medio destinado por
el hombre a ofender o a defenderse» (Antón y De Luis, 1998).

Otra definición sería la siguiente:

[…] aquellos instrumentos destinados a lanzar violentamente ciertos proyectiles


aprovechando la fuerza expansiva de los gases que se producen en su interior,
normalmente por deflagración. Estos proyectiles poseen una gran energía cinética o
fuerza remanente, por lo que alcanzan largas distancias con gran capacidad de
penetración (Etxeberria, 2003).

Dentro de ellas, las armas cortas (revólver y pistola) son las que pueden ser disparadas usando
una sola mano y, legalmente en España, con un cañón menor o igual a 30 cm o con una
longitud total inferior a 60 cm. Por el contrario, las armas largas (carabinas, escopetas, fusiles,
rifles, subfusiles…) son las utilizadas con ambas manos, más voluminosas y pesadas que las
anteriores y con un cañón mucho más largo.

Las primeras armas de fuego tenían un armazón como el de las ballestas. Para ser cargadas
había que alimentarlas por la boca de fuego y, por ello, recibieron el nombre de avancarga. En
un primer momento se introducía la pólvora negra (75 % de salitre o nitrato potásico KNO3,
12,5 % de azufre y 12,5 % de carbón), después, un taco generalmente de papel y, por último,
el proyectil (bodoque).

Dentro de las armas largas, en el caso de las de repetición, estas pueden ser de cerrojo y de
palanca. También están las semiautomáticas y las automáticas. De las armas cortas hay que
tener en cuenta las partes de los dos tipos. En el revólver las partes son tres: el cañón, el
tambor y la armadura, mientras que en la pistola son el cañón, la corredera y el armazón.

Por el tipo de cañón que tengan las armas, estas se engloban dentro del ánima lisa, que
carece de estriado y actualmente se utiliza únicamente en las escopetas, y de ánima rayada o
estriada, donde el interior del cañón del arma presenta un rayado particular en bajorrelieve, de
forma helicoidal, llamado estriado, y que suministra a los proyectiles expulsados un
movimiento rotacional sobre su propio eje que les brinda estabilidad direccional en su
trayectoria.

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1.1. Balística: concepto, características y ramas

La balística es la ciencia que tiene por objeto el cálculo del alcance, dirección y
comportamiento de los proyectiles. Es un estudio científico basado en la física y
química de todo lo relativo al movimiento de los proyectiles —balas, bombas de
gravedad, misiles balísticos, cohetes, etc.—, porque supone un cuerpo de doctrina
sobre el conocimiento de las causas, principios y resultados.

El cuerpo de estudio de la balística se va a centrar en el análisis de las fuerzas, trayectorias,


rotaciones y comportamientos diversos de los proyectiles en los diferentes ambientes en que
son empleados, unido a la forma del proyectil, sustancias, temperaturas, presiones gaseosas,
etc., situaciones que se producen en las distintas fases de un disparo, con el desplazamiento del
proyectil a lo largo del ánima —hueco del cañón— y su salida al exterior, trayectoria e impacto.

La balística está dividida en cuatro ramas, que se explicarán a continuación.

1.1.1. Balística interna o interior

Es aquella que estudia el movimiento del proyectil en el interior del ánima del cañón del arma
(en su fase inicial de lanzamiento) desde que empieza su desplazamiento y hasta que abandona
el cañón del arma. Es decir, estudia todos los fenómenos que impulsan al proyectil, así como el
quemado del propelente, la presión gaseosa, el giro y rozamiento dentro del ánima, etcétera.

Figura 1. Balística forense interna, externa y de efecto. Fuente: http://karinalistica.blogspot.com.es/2014/09/balistica-


forense-interna-externa-y-de.html.

En la actualidad, algunos especialistas han introducido una rama más de estudio, la balística
intermedia, como aquella que se produce entre el paso de la interna a la externa. Estudia los
fenómenos que tienen lugar en la boca de fuego del arma, desde el momento de la salida del
proyectil. También recibe el nombre de transición, desde su salida de la boca del arma hasta su
estabilización en el aire.

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1.1.2. Balística externa o exterior

Nota

La balística interior se refiere a acontecimientos dentro de un arma de fuego, al contrario que


ocurre con la balística exterior, que se refiere a acontecimientos que tienen lugar desde el
momento en que el proyectil sale del cañón hasta que impacta en el blanco, o bien cae en el
suelo.

Se encarga del comportamiento del proyectil desde que abandona la boca de fuego hasta que
logra su impacto en el objetivo o blanco, teniendo en cuenta los factores que influyen en dicho
comportamiento, como pueden ser la acción de la gravedad y la resistencia del aire. Estudia las
trayectorias y los efectos perturbadores del medioambiente sobre el proyectil. Es el análisis de
lo que ocurre con el proyectil desde que abandona la boca del cañón hasta que hace blanco, o
bien agota su impulso y cae.

Figura 2. Orificios de bala. Fuente: Pixabay.

El proyectil, cuando abandona el arma, tiene una energía cinética que trata de seguir una línea
recta con su velocidad inicial. No obstante, la gravedad ejerce una fuerza sobre la bala que le
atrae hacia el suelo y la resistencia del aire trata de impedir su avance. Este cúmulo de fuerzas
hace que la bala continúe con su curva de caída, denominada trayectoria, hasta su llegada al
suelo.

1.1.3. Balística de efectos

Estudia el comportamiento del proyectil desde que incide en el blanco hasta que se detiene, es
decir, el poder de parada y el poder de penetración. Estudios realizados subrayan que posee
una nueva rama médico-legal que se denomina balística de las heridas, aunque no todos los
especialistas la consideran como una parte dependiente de otra superior, sino que la denominan
la balística de efectos en órgano vivo.

Al alcanzar el objetivo, el proyectil puede hacer explosión —a tiempos o a percusión—; perforar,


es decir, atravesar un blindaje haciendo luego explosión o fragmentándose o integro al otro

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lado; o bien, penetrar introduciéndose en un medio sin deformarse hasta su detención o
explosión.

1.1.4. Balística identificativa o intermedia

Play

Se recomienda ver el siguiente documental: Qué es la balística, tipos de balística, interior,


exterior, de efectos, forense, identificativa, reconstructiva (1:59).

https://www.youtube.com/watch?v=hRbAvBzONOo

Estudia las relaciones de identidad entre las marcas o huellas producidas en las vainas o
proyectiles y los elementos o piezas mecánicas que las han producido. Es decir, establece una
relación de identidad entre los casquillos y/o proyectiles recuperados con motivo de la comisión
de un hecho delictivo o de aquellos otros disparados por el arma sospechosa, de haber sido el
utilizado para la comisión del acto criminal. Es la parte de la balística que estudia las lesiones
producidas en las superficies de los proyectiles y vainas por los mecanismos de las armas, al
objeto de poder atribuir los citados elementos balísticos a las armas que los han disparado, con
fines identificativos.

En el proyectil
1. Cañón

Una vez producida la deflagración de la carga de pólvora y la consecuente generación de la


importante masa gaseosa como consecuencia de esta, se incrementa la presión dentro de la
recámara del arma, lo que culmina desprendiendo el proyectil que se encuentra hasta ese
momento engarzado en la vaina, impulsándolo a lo largo del cañón. El proyectil posee
originariamente un diámetro ligeramente mayor que el ánima del cañón, lo que hace que
ingrese a esta en forma forzada, adoptando la forma del ánima, que imprime al proyectil sus
propias características, reproduciéndose en bajorrelieve las estrías y en altorrelieve los campos.
Además, el uso del arma, su limpieza y otras variables harán que surjan otras características
singulares para ella.

2. Embocadura del cañón

En el caso particular de los revólveres, el tambor se comporta simultáneamente como almacén


cargador, mientras que cada uno de los alveolos de este cumple las funciones de la recámara
en el momento de producirse el disparo. Si el eje de simetría de cada uno de los alveolos no
coincide exactamente con el eje de simetría del cañón, se producirá un pequeño desfase entre
ambas piezas, lo que implicará que el proyectil roce con una parte determinada de su ojiva o de
su cuerpo con uno de los bordes posteriores del cañón, produciéndose lo que se conoce con el
nombre de marcas de abocamiento, que pueden llegar a suministrar importantes indicios de
alto valor identificativo.

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En la vaina
Al igual que en el proyectil, en la vaina también aparecen marcas impresas por distintas piezas
del arma que permitirán proceder a su identificación y que corresponden principalmente a las
siguientes partes:

1. Aguja de percusión

Esta pieza puede encontrarse unida al martillo mediante un perno (revólveres), o bien ubicarse
de manera tal que reciba el golpe del martillo, que le suministra energía suficiente para vencer
la resistencia del resorte que la mantiene en su posición, alejada del fulminante del cartucho
ubicado en la recámara del arma, y transmitir a la cápsula fulminante energía de impacto
suficiente como para hacer detonar el alto explosivo que se encuentra alojado en ella,
produciéndose así el fuego, que es transmitido a la pólvora a través de pequeños orificios que
comunican el alojamiento del fulminante con el de la pólvora, y que reciben el nombre de iodos.
Como fenómeno secundario al del disparo, pero de importantísimo valor forense, aparecen
como consecuencia del mecanismo descrito en el párrafo anterior las huellas o marcas
características que el extremo o punta de la aguja de percusión ha dejado grabadas en el lugar
de impacto. Las agujas de percusión (sean estas solidarias o no al respectivo martillo) son
piezas elaboradas mediante torneado, muchas veces terminadas a mano por retoque con lima,
por lo que las características de su extremo o punta van a ser únicas y diferentes a las demás,
propiedad fundamental para su identificación.

2. Culata de cierre

Está constituida por la cara de la corredera que mantiene asegurado el cartucho dentro de la
recámara, cerrando esta herméticamente, apoyándose en la parte posterior o culote de la
vaina, donde quedan grabadas las características que el arma le transmite. En los revólveres,
esta función es cumplida por la parte de la armadura que cierra por detrás el alveolo colocado
en posición de disparo, la que posee un orificio por donde penetra la aguja de percusión para
poder golpear al fulminante y, de esta manera, producir el disparo.

3. Extractor o uña extractora

Es la pieza que, en armas de repetición, semiautomáticas y automáticas se encarga de coger la


vaina servida de la recámara y removerla de ese lugar para dar cabida a un nuevo cartucho. La
uña toma la vaina por la garganta para poder extraerla, dejando marcas características en los
puntos de contacto.

4. Tope de expulsión

Es una pieza solidaria a la armadura del arma de fuego donde la vaina servida, en su arrastre
producido por el hecho de accionar la uña extractora, va a golpear modificando su itinerario,
siendo lanzada al exterior del arma a través de la ventana de expulsión. Cuando el lateral del
culote de la vaina golpea contra el tope de expulsión, este le imprime en el lugar de impacto
marcas características de alto valor identificativo.

5. Recámara, laterales del cargador, etcétera

Estas piezas y todas aquellas que tomen contacto con el cartucho durante el proceso de carga,
disparo y descarga del arma pueden dejar estampadas en vainas y proyectiles marcas, huellas
o indicios que permitan su identificación, relacionándolas con el arma utilizada.

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Los estudios periciales que tienden a determinar identidad vaina-vaina, vaina-arma, proyectil-
proyectil y proyectil-arma se basan particularmente en la comparación o cotejo.

Los expertos han de comprobar las coincidencias entre la vaina o proyectil dubitado con los
resultados obtenidos por el perito utilizando el arma sospechosa, que reciben el nombre de
vainas y proyectiles indubitados o testigos. Para llevar a cabo los estudios pertinentes, es
necesario contar con equipamiento técnico específico, que variará conforme el método de
trabajo que se siga, pero que en la actualidad requiere de manera indispensable de los efectos
que indicamos a continuación.

Banco de obtención de proyectiles

Está constituido básicamente por un cilindro de chapa estampada dispuesto horizontalmente


sobre una base en la que puede desplazarse hacia atrás y hacia adelante por medio de dos
rieles y cuatro pequeñas ruedas que deslizan sobre aquellos. El cilindro posee en su parte
superior una tapa corrediza que da acceso a su interior, en el que se encuentran dispuestas una
serie de celdas también cilíndricas, generalmente siete, rellenas de estopa y que usan de tapas
anteriores y posteriores sendas láminas de cartulina. El frente del cilindro, por donde ingresan
los proyectiles, solo está protegido por una fina hoja de cartulina, mientras que el fondo lo
constituye o bien una pieza de chapa, o bien una de madera aglomerada. Cuando ingresan los
proyectiles que son disparados a corta distancia del cilindro, no más de un metro, estos lo
hacen unidos de un movimiento de traslación y otro de rotación, siendo este último el que hace
que los proyectiles se adhieran a las hebras de estopa, aumentando su superficie de contacto,
por lo que es rápidamente frenado, transmitiendo toda su energía cinética al tambor o cilindro,
que la transforma en energía de movimiento, desplazándose hacia atrás por los respectivos
rieles.

Microscopio comparador criminalístico

Esquemáticamente, está constituido por un ocular y dos objetivos unidos por un puente óptico,
de manera tal que con un solo ojo el operador puede observar en el campo del objetivo dos
objetos diferentes. El campo circular está dividido por una línea de separación en dos zonas
denominadas hemicampos, siendo posible observar el objeto que se encuentra colocado debajo
del objetivo izquierdo en el hemicampo derecho y el que se encuentra colocado debajo del
objetivo derecho en el hemicampo izquierdo. Debajo de cada objetivo se dispone de una platina
donde se fijan los objetos que hay que comparar.

1.2. Balística forense

Consiste en el estudio de las armas de fuego y los efectos fisicoquímicos que se


producen cuando se realiza el disparo, con la finalidad de auxiliar a la criminalística, a
la hora de exponer los resultados mediante un dictamen emitido y elevado al juez.
Supone una ciencia aplicada al esclarecimiento de los hechos punibles, fundamentándose,
principalmente, en la balística identificativa o comparativa.

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Sin embargo, en la resolución de los casos o la problemática surgida como consecuencia del
hecho punible, la balística forense va a encauzar la investigación en sentido inverso al de la
ciencia balística clásica. Esta última considera un problema la munición y el arma utilizada para
conseguir ciertos efectos sobre un blanco determinado, mientras que, en la forense, a la vista
de los efectos producidos en el blanco, se determina el arma y la munición utilizadas, la
distancia y el ángulo de tiro, trayectoria, recogida de vainas y/o proyectiles y, por último, si han
sido percutidas y disparadas o no, respectivamente, por el arma sospechosa.

Figura 3. Arma. Fuente: Pixabay.

Su estudio se basa en la demostración de la identidad balística que se establece entre el arma


de fuego utilizada y sus proyectiles o vainas empleadas. Las señales producidas por un arma de
fuego en el proyectil o la vaina presentarán características similares, pero no existen armas de
fuego que produzcan un disparo idéntico, a pesar de su producción en serie.

1.2.1. Elementos que integran los disparos

Estos son la pólvora, el taco (si tiene) y el proyectil (bala).

Play

Se recomienda ver el siguiente vídeo sobre la prueba de residuos de disparo:


https://www.youtube.com/watch?v=7C6U05H7mMg

1. La pólvora

La pólvora constituye la mezcla explosiva que comunica su fuerza de propulsión al proyectil.


Puede obrar también sobre el blanco por sus productos de combustión: gases de explosión,
llama, granos no quemados y negro de humo.

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2. Gases de explosión

Es conocido su efecto y acción violenta cuando existen en abundancia. En las heridas por arma
de fuego no intervienen los gases de explosión cuando tienen plena libertad de expansión. Es
decir, no actúan más que en los disparos donde la boca del cañón contacta con el blanco
(disparos a boca de jarro) o cuando el disparo se hace en una cavidad cerrada, por ejemplo, en
la boca.

Los destrozos que producen los gases de la explosión se hallan en razón directa con la carga de
la pólvora, de la potencia del arma y de la dirección del tiro.

Por el efecto de los gases de explosión se explican los destrozos que causan los disparos en la
boca (suicidios), saltando en pedazos las mejillas, el esqueleto de la cara y el cráneo.

La misma acción es la que hace estallar el cráneo en los tiros en la cabeza a muy corta distancia
con cargas elevadas de pólvora, por ejemplo, con un fusil de asalto.

3. Llama

Un cono de llama, procedente de la deflagración de la pólvora, sale del cañón durante el


disparo.

El alcance de este cono es escaso (salvo en los fusiles de avancarga, donde la llama coincide
con la longitud del cañón), por lo que su acción se manifiesta solamente a corta distancia, sobre
todo en los revólveres. Las pistolas apenas dejan salir llama por la boca de fuego.

La llama obra sobre la piel, los pelos y los vestidos de un modo ligero por lo común, pero puede
causar quemaduras extensas en vestidos de fibras sintéticas.

En ocasiones, es difícil diferenciar la acción de la llama respecto a la del taco.

4. Granos de pólvora

Los granos de pólvora que no han llegado a arder salen del cañón formando un cono también de
escaso alcance, por tanto, sus efectos no pasarán de la corta distancia. Estos granos se
incrustan en la piel y se dibujan en ella, resultando una figura cuya forma y dimensiones
corresponden exactamente a las de la base del citado cono en su inserción con el plano del
cuerpo que sufre el disparo.

5. Negro de humo

En los disparos a boca de jarro o quemarropa, el humo produce un depósito, separable por el
lavado, cuyo color es el de la pólvora, es decir, negro cuando se emplea la pólvora negra y gris
verdoso con las piroxiladas.

6. El taco

La acción del taco, cuando existe, se ejerce solamente en los disparos a corta distancia.

En las armas modernas, casi únicamente las escopetas de caza llevan tacos en su munición, en
forma de arandelas o discos. El taco obra doblemente como proyectil y como cuerpo de ignición.
Es raro observar su acción como proyectil, si bien en estos casos adquiere gran importancia
criminalística, pues la presencia del taco en la víctima puede proporcionar valiosos indicios a la
instrucción.

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En ciertos casos, la acción del taco en ignición y la de la llama se asocian hasta un punto muy
difícil y aun imposible de diferenciar.

1.3. La identificación balística

La palabra identificar remite al conjunto de actos a través de los cuales se verifica mediante
un análisis y demostración que dos o más cosas en realidad distintas aparezcan y se consideren
como una misma.

La identificación de un arma debe basarse, principalmente, en la coincidencia inicial de la marca


o huella de clase, común a todas las armas de la misma marca y modelo, y, fundamentalmente,
en la forma y ubicación de las microhuellas específicas de cada arma.

La identificación balística se fundamenta en los siguientes principios:

1. Características de clase. Son aquellas características distintivas que, ofrecidas en las


especificaciones de los diferentes fabricantes, darán una clave de la marca y modelo del arma
con la cual se ha disparado un proyectil. Estas son las siguientes:

• Los diámetros del ánima y los campos o estrías del cañón.


• La inclinación o dirección del estriado.
• El número de campos y macizos.
• El ángulo de inclinación del rayado.
• La profundidad de las estrías.
• La angulación existente entre percutor, extractor y botador (producidas en vainas
disparadas con armas automáticas, semiautomáticas o algunas de repetición).

Nota

La determinación de la marca y modelo de un arma siempre se han de considerar como


estimativas, pero nunca determinantes.

2. Marcas/huellas específicas. Son las que constituyen todas las microestrías o microhuellas
producidas en las vainas y proyectiles, dejadas por las huellas de herramienta en el proceso de
mecanización y que el arma posee desde su fabricación, o las adquiridas por su uso.

3. Equipamiento fundamental utilizado en la identificación balística. El microscopio de


comparación es el utilizado en los laboratorios de balística forense, que realiza el estudio
comparativo de los elementos balísticos para determinar si ha sido percutido o disparado por la
misma arma.

4. Fotografías de las microhuellas con valor identificativo insertadas en vainas y


proyectiles. Fotos de la uña extractora, aguja percutora, etcétera.

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No se precisa que todas o varias de las piezas del arma tengan un valor identificativo, sino que
basta con que, al menos, una imprima en la vaina percutida micromarcas, en cantidad y
calidad, que permitan establecer una relación de identidad (Guzmán y Ferreyro, 2013, pp. 71-
72).

1.3.1. Los requisitos de las características valoradas

En las armas de fuego se valorarán los siguientes requisitos:

Singularidad y originalidad

Una de las características es su singularidad cuando no se trata de una imitación de otra,


porque responde a una sola ubicación, situación y dirección, con una forma determinada. En
balística, este tipo de característica debe buscarse en el proyectil, en una línea paralela a la
estría que, considerando todo su contexto, no se repita en ninguna otra estría.

Constancia y persistencia

Esta característica, en principio evaluada como original, debe buscarse en otros objetos, y, en
caso positivo de encontrarse en sus similares, dentro del contexto comparable, adquiere el
carácter de constante y persistente o repetible (Ferreyro y Guzmán, 2011).

Recuerda

En las armas de fuego se valorarán su singularidad, originalidad, constancia y persistencia.

1.3.2. La identificación de los proyectiles

La identificación de los proyectiles debe comenzar por la fabricación del cañón del arma de
fuego y cómo es el paso del proyectil a través del cañón. En su fabricación de maquinado
pueden producirse ciertas irregularidades microscópicas como consecuencia de las vibraciones
del trabajo mecánico de la mecha al ir avanzando en su confección. Posteriormente, el cañón es
calibrado, pulido y terminado, con lo que se eliminan las grandes irregularidades, pero dejando
las microscópicas, conformando en este trabajo otras añadidas.

Este hecho se produce como consecuencia del desgaste que sufre la herramienta de corte,
produciendo estas irregularidades que, al paso del proyectil por el cañón, le dan un carácter
individualizador al arma de fuego que le hace diferente al resto.

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1.3.3. La identificación de las vainas

En todas las piezas de un arma de fuego quedan impresas las maniobras resultantes de las
herramientas que entran en funcionamiento, agregando además los accidentes balísticos que
pueden dejar secuelas, como el desgaste de un extractor, la dilatación de la recámara, los
golpes del percutor, etcétera.

Todas las piezas entran en contacto con la vaina, por lo que dejan huellas que el especialista en
su examen reconocerá, identificará o descartará. Estos vestigios permiten establecer cuándo
una vaina ha sido percutida o accionada por un arma determinada.

En las armas automáticas, al introducir el primer cartucho en el cargador, se ejerce una presión
sobre el elevador dejando unas líneas curvas en la zona de reborde y cuerpo. Cuando el
cartucho es dirigido a la recámara, la vaina roza con ellos, quedando impresas unas líneas de
mayor o menor profundidad.

Una vez que el cierre se libera y va hacia delante, arrastra al cartucho que se encuentra en la
parte superior del cargador a la recámara, propinándole un golpe seco que transfiere al culote
de la vaina. Si la terminación de esta parte del espaldón es recta, se marcará una línea en la
circunferencia exterior del culote; es la primera huella por impresión que sufre la vaina, unas
son apreciables y otras no, en función de la intensidad del golpe de cierre y del material de la
vaina. El percutor es la pieza principal del ciclo de disparo, y es la que nos indicará si una vaina
ha sido percutida por esa arma de fuego.

Figura 4. Vaina vacía. Fuente: Wikipedia.

1.4. La determinación del calibre

Una de las primeras funciones, y que resulta fundamental, es la determinación por parte del
perito de establecer el calibre del arma utilizada. Dentro de la balística, el calibre
representa una dimensión que facilita el ánima del cañón y, gráficamente, el diámetro del
proyectil.

Las armas de ánima rayada son aquellas en cuyo cañón se aprecian estriamientos que
proporcionan al proyectil que los atraviesa una función de rotación sobre sí mismo. Esta
rotación lo que hace es dotarle de una mayor estabilidad en su trayectoria, por el efecto
giroscópico producido, independientemente de los defectos de fabricación y de la calidad de los
proyectiles.

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Sin embargo, en las armas de ánima lisa, el interior del cañón es totalmente liso, por dos
razones básicas: una, para disparar múltiples proyectiles a la vez y, otra, porque el tamaño
muy grande del proyectil provocaría un desgaste elevado.

1.5. Los elementos diagnósticos del disparo

La distancia de disparo es importante para determinar los efectos que se han producido al
incidir sobre un cuerpo, sobre prendas o cualquier otra superficie.

1.5.1. Disparo a bocajarro

El disparo a bocajarro es el que se realiza cuando el arma de fuego entra en contacto con la
piel. Se observa por la violencia de las lesiones y, especialmente, por los estallidos y
arrancamientos cutáneos producidos por los gases. En las prendas ocurre el mismo efecto que
en el anterior caso, produciendo un orificio de entrada muy amplio, con depósito negro de humo
alrededor, y desgarro de la tela en direcciones que responden en función de la textura de la
prenda. A este efecto se le conoce como signo crucial de Nerio Rojas.

El disparo a quemarropa es el realizado dentro de la zona de la llama. Aquí el orificio de


entrada está rodeado por un tatuaje denso y ennegrecido sobre cuya superficie quedan
reflejados los efectos de la quemadura, de forma especial en las alteraciones de los pelos.
Antes, con el uso de la pólvora negra, era fácilmente visible, con las pólvoras actuales es raro
ver el efecto de la llama sobre la epidermis, al arder con mayor rapidez, antes de que el
proyectil abandone la boca del cañón.

1.5.2. Disparo a corta distancia

En esta clase de disparo, los signos o elementos componentes del disparo o tatuaje en el orificio
de entrada no son estables, pues dependen de varias características como, por ejemplo, pueden
ser el arma utilizada, la munición, el ambiente donde se produce el hecho delictivo, etc.
Generalmente, en este tipo de casos la distancia puede resultar cuestionada, ya que suelen
ocurrir con motivo de un forcejeo entre el agresor y la víctima, por lo que no se considera fiable
su medición.

1.5.3. Disparo a larga distancia

Al igual que el caso anterior, su medición se realiza por descarte. Debe descartarse la distancia
máxima de producción del tatuaje o huella de deflagración para acotarla a los límites físicos y
ambientales que en cada caso requiera (Ferreyro y Guzmán, 2011, pp. 171-172).

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Figura 5. Distancias de disparo. Fuente: Quora. Figura 6. Distancias de disparo. Fuente:
http://cienciasforensesycriminalisticas.blogspot.com/.

1.6. El examen de los proyectiles

Los proyectiles de las armas de fuego pueden resultar relevantes como evidencia de un hecho
delictivo en la escena del crimen o del cuerpo de la víctima por disparo, aún en el supuesto de
que no apareciera el arma de fuego se pueden sacar conclusiones mediante el examen del
proyectil.

La mayor parte de las balas modernas se pueden dividir en dos categorías: las balas de
plomo normal —estampadas o moldeadas— y las balas encamisadas —con núcleo pesado y
revestidas exteriormente de un metal dorado—. Dentro de las categorías reseñadas, existe una
gran variedad de diseños de balas destinadas a un mejor rendimiento para obtener un mejor
resultado.

Entre las principales características físicas de las balas se incluyen el peso, calibre, tipo de
encamisado, longitud, color, acabado, forma de la base, etcétera.

El peso de la bala se mide en gramos, utilizando para ello una balanza. El calibre o diámetro de
un arma de fuego estriada se define como el círculo formado por las cimas de los macizos
dentro del cañón. Los encamisados o envolturas pueden tener distintas configuraciones:
camisa totalmente metálica, que encierra la bala entera, a excepción de la base;
semiencamisadas, encierran parcialmente la bala, con excepción de una punta blanda
expuesta o una punta perforada, y, encamisado metálico total, que encierra en su totalidad
el núcleo de la bala. Con el color y acabado existen distintos códigos, y la codificación puede
diferir entre países o incluso dentro de un mismo país.

Las balas perforantes de blindajes están diseñadas para perforar metal. Las balas
explosivas están diseñadas para explotar cuando impactan. Las balas frangibles están
diseñadas para desintegrarse al impactar contra una superficie dura, para reducir el rebote.
Las balas incendiarias se encienden al momento del impacto, originando un incendio. Las
balas trazadoras se inflaman en la base, para ver el vuelo de la bala (Guzmán y Ferreyro,
2013, pp. 201-211).

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La obtención fundamental en la balística forense reside en el surco dejado por las impresiones
en forma de estrías microscópicas en las balas disparadas. La información de las estrías
indicará el arma de fuego utilizada, pudiendo realizar nuevos disparos donde se reproduce la
misma señal, lo que determina la identificación del arma empleada en el hecho delictivo.

1.7. Clasificación de las heridas por arma de fuego

Las heridas por armas de fuego son los efectos producidos sobre el organismo por los disparos
realizados con armas cargadas de diverso tipo de pólvora u otro explosivo. Las heridas de
armas de fuego son consideradas como heridas contusas.

Pueden ser, como se indica a continuación:

1. Penetrantes. Cuando el proyectil entra en un cuerpo u objeto y no tiene salida.


2. Perforantes. El proyectil pasa completamente a través de un objeto.

Igualmente, y atendiendo a la distancia empleada, se pueden distinguir cuatro categorías:

1. Heridas de contacto. Son las denominadas vulgarmente como heridas a bocajarro,


en ellas el cuerpo toca directamente con la boca de fuego del arma empleada, quedando
ennegrecidas por el depósito de hollín.
2. Heridas por contacto cercano. También conocidas como a quemarropa, ya que la
boca del arma de fuego se aproxima a la piel, pero sin contactar con ella de forma
directa. Existe herida de entrada, quedando la piel chamuscada.
3. Heridas por distancia intermedia. Pueden provocar un tatuaje de pólvora en la piel.
Consisten en lesiones puntuales de color anaranjado y marrón alrededor del orificio de
entrada y no quemaduras de pólvora, sino excoriaciones.
4. Heridas por disparo a larga distancia.

1.8. La morfología de las heridas por arma de fuego: balística de


heridas
Las lesiones por arma de fuego se definen como el conjunto de alteraciones producidas en el
organismo por el efecto de los elementos que integran el disparo en las armas de fuego. Desde
el punto de vista médico-quirúrgico, las heridas por arma de fuego se clasifican entre las
contusas. En concreto, se describen como contusiones simples con solución de continuidad.
Recordando el concepto de hueco temporal de la balística de efectos, en el cuerpo humano
estos son heridas producidas por la entrada del proyectil.

Aun cediendo la misma energía, no todas las balas producen el mismo efecto biológico. El efecto
biológico de la bala dependerá del orificio producido, que depende consiguientemente de la
energía cedida. Según cálculos de los EE. UU., para atravesar el tejido cutáneo humano se
necesita una velocidad de 36 m/s, elevándose a 61 m/s en el caso de tejidos óseos.

Al impactar el proyectil disparado sobre la piel, la musculatura bajo ese punto se deprime
con una elongación de los tejidos conforme a la elasticidad de sus fibras. Al ser vencida la
resistencia que estos oponen al proyectil y a su avance, son perforados dejando una herida
circular u ovoide de labios dirigidos hacia el interior de la piel.

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El orificio es, en la gran mayoría de los casos, de diámetro menor al del proyectil, variando este
según el tipo de ojiva, la velocidad, los movimientos del proyectil (rotacionales y de mutación),
la profundidad a la que se halla ubicado el plano óseo más cercano, la orientación de las fibras
musculares, las ondas sónicas y la turbulencia que siguen al proyectil, la posición y su ángulo
de incidencia sobre la piel, etc. En las mejores condiciones, será un orificio de entrada
provocado por un proyectil que ha incidido perpendicularmente al plano dérmico, con ojiva
aguzada y sobre zona de tejido blando.

1.8.1. Orificio de entrada

Este orificio de entrada será circular, de diámetro menor al del proyectil y rodeado de una
zona circular de características contuso-equimótico-escoriativas, cuya mayor intensidad estará
ubicada junto al borde del orificio, atenuándose paulatinamente a medida que se aleja de él.
Esta zona se conoce con el nombre de zona de enjugamiento o anillo de Fisch, y estará
presente siempre en los orificios de entrada de proyectiles de armas de fuego, siendo uno de los
signos que lo manifiestan. La forma (circular u ovoidal) y la centricidad del anillo de Fisch con
respecto al orificio de entrada (concéntrico o excéntrico) darán indicios concretos respecto del
ángulo de incidencia del proyectil sobre el plano de la piel. Eventualmente, puede presentarse
más de un orificio de entrada en aquellos casos en que el proyectil atraviese varias partes del
cuerpo. El diámetro del orificio de entrada no determina por sí solo el calibre del arma utilizada
y la forma del anillo de Fisch, tampoco determina por sí sola la dirección de procedencia del
disparo. El anillo de Fisch, en algunos casos, estará seguido de una zona de ahumamiento y de
una zona de tatuaje conforme la distancia a la que se haya producido el disparo.

Figura 7. Anillo de Fisch. Fuente: Instituto Europeo de Ciencias Forenses y Seguridad.

1.8.2. El ahumamiento

El ahumamiento o falso tatuaje está constituido por depósitos superficiales de humos


procedentes de la deflagración de la pólvora, la cual, al no constituir una combustión completa,
desprende humos que son expulsados por la boca del cañón del arma a continuación del
proyectil. Debido a su escasa masa, los humos poseen muy poca energía cinética, razón por la
cual alcanzan una distancia que difícilmente supera los 10 cm de la boca de fuego, por lo que
solo estarán presentes en casos de disparos a muy corta distancia, conocidos popularmente con
el nombre de tiro a quemarropa.

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Generalmente, presenta, además, signos de fenómenos térmicos característicos provocados por
la elevada temperatura a la que se expulsan los gases producto de la deflagración de la pólvora,
que pueden llegar a chamuscar el vello o el cabello que rodea al orificio de entrada, o a producir
efectos característicos sobre las fibras textiles. El depósito de humos puede ser fácilmente
removido con una limpieza ligera y superficial utilizando agua jabonosa, lo que diferencia este
falso tatuaje con el tatuaje verdadero.

1.8.3. El tatuaje

El tatuaje está constituido por partículas consistentes en granos semicombustionados y no


combustionados de pólvora y partículas metálicas desprendidas del propio proyectil como
consecuencia de la acción abrasiva ocasionada por el rozamiento al que fue sometido dentro del
ánima del cañón. Estas partículas poseen mayor masa que las del humo y, por lo tanto, mayor
energía cinética, por lo que alcanzan mayores distancias de la boca de fuego. Estas llegan a
introducirse ligeramente en la piel de la zona inmediata al orificio de entrada, por lo que no
pueden ser removidas.

Figura 8. Tatuaje. Fuente: http://cienciasforensesycriminalisticas.blogspot.com/

El tatuaje puede subclasificarse de la siguiente manera:

Tatuaje de partículas de pólvora y metálicas

Donde están presentes los dos elementos, y que para las armas cortas suelen alcanzar
distancias del orden de los 50 cm de la boca de fuego, variando estas con el calibre del arma, el
largo del cañón, el tipo y cantidad de carga balística (pólvora) que contenga el cartucho
utilizado, etcétera.

Tatuaje de partículas metálicas

Donde solo se encuentran restos metálicos desprendidos del mismo proyectil como
consecuencia de la abrasión sufrida por este dentro del cañón y que, al poseer mayor masa que
las de pólvora, les permite alcanzar mayor distancia (1 metro).

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Restos de fulminante

En especial, plomo y bario, que también acompañan al proyectil en su trayectoria, hasta una
distancia de aproximadamente 3 m para las armas cortas.

Hay que constatar que las partículas, humos y gases que se expulsan de la boca de fuego del
arma acompañando al proyectil se dispersan formando espacialmente una figura de tipo cónica
con el vértice dirigido a la boca del cañón del arma y con la base en la superficie receptora del
disparo, por lo que, a mayor distancia, será mayor el área abarcada por el tatuaje y menor la
densidad de sus partículas; a menor distancia, será menor el área de tatuaje y mayor su
densidad. Esta característica permitiría, en principio, efectuar estudios comparativos entre el
dibujo que presenta la zona de tatuaje en un caso determinado y los que se logran efectuando
disparos experimentales con el arma cuestionada utilizando cartuchos de idénticas
características que el usado en el hecho. El estudio comparativo del dibujo formado por estos
tatuajes permitirá establecer la distancia a la que fue disparada el arma con una aproximación
de +/– 5 cm.

.
Figura 9. Orificio de entrada.

1.8.4. Otros efectos característicos de las heridas

Otros efectos característicos de las heridas:

Golpe de mina o efecto de Hoffman

Es característico de los disparos efectuados con la boca de fuego del arma apoyada sobre la piel
(disparo a bocajarro) y que se produce cuando inmediatamente debajo de la piel se encuentra
un plano óseo, por ejemplo, en el caso de los suicidas. Aquí, los gases producto de la
deflagración de la pólvora se expanden entre el tejido subcutáneo y el hueso, produciendo su
desprendimiento, aglobamiento y posterior estallido hacia fuera, lo que provoca una herida de
características irregulares con desgarramientos radiales y labios hacia fuera, como si la
explosión hubiese sucedido dentro del cuerpo (de ahí su nombre de golpe de mina).

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Escarapela de Simonin y el signo de Benassi

Cuando debajo de los tejidos subcutáneos se encuentra un plano óseo, como, por ejemplo, en
los huesos del cráneo o en los omóplatos, los disparos a bocajarro hacen que los gases y humos
producto de la deflagración de la pólvora ingresen junto con el proyectil dentro de la herida.
Aquí los humos se depositan en los planos subcutáneos, particularmente en el hueso,
ennegreciéndolo alrededor del orificio producido por el proyectil, lo que constituye una
característica probatoria de este tipo, conocido con el nombre de signo de Benassi. Este mismo
efecto se puede producir entre la prenda de vestir y la piel, quedando depositado el humo en
forma de dos o tres círculos concéntricos que forman lo que se denomina escarapela de
Simonin.

El orificio de salida del proyectil no siempre está presente en casos de heridas con armas de
fuego, sino que solo se halla en aquellos casos en los que el proyectil atravesó totalmente los
tejidos, saliendo luego al exterior del cuerpo. Normalmente, el orificio de salida suele ser una
herida de contornos irregulares e, incluso, desgarrados, de diámetro normalmente superior al
orificio de entrada y al proyectil mismo, variando su aspecto con las alternativas que haya
sufrido el proyectil en su trayectoria interna, pudiendo salir acompañado de esquirlas óseas o
del mismo proyectil, en posición lateral, deformado por choque contra huesos, etcétera.

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Resumen

La balística forense ha supuesto un gran avance en la investigación criminal. La inspección


técnico-policial nos permite configurar la realidad de los hechos delictivos, determinar el
escenario del crimen, la reconstrucción de las circunstancias del acto punible, así como la
recogida de indicios o vestigios de diversa índole que se encuentran en el lugar de los hechos.
Nos referimos a la exploración de los cuerpos de las víctimas y de las superficies, objetos u
otros elementos del escenario del crimen o de sus inmediaciones, para poder determinar
posibles impactos de proyectiles, el número de disparos efectuados, calibre, distancia del arma
de fuego al ser disparada, etcétera.

Todas las muestras recogidas o los indicios encontrados serán objeto de un examen técnico por
parte de personal especializado, con el fin de determinar la procedencia y la forma de ejecución
del hecho delictivo. Así, se podrá determinar qué arma de fuego ha sido utilizada, si el hecho
punible ha sido intencionado o se ha producido de forma accidental, si el arma encontrada en el
lugar de los hechos es la utilizada en el acto criminal, o si ha sido manipulada o sustraída.

Igualmente, se recogerán las balas, vainas o cualquier otra cartuchería, para ser analizadas en
el laboratorio, para determinar la procedencia de cada uno de los elementos recogidos, y poder
verificar cuál ha sido el arma utilizada según los restos o marcas dejados por esta.

También se efectuará un examen de los impactos de las balas en las superficies, determinando
la trayectoria de los disparos efectuados y si han sido producidos de forma directa sobre la
víctima, por forcejeo o por rebote en otro elemento externo.

Todas estas funciones serán plasmadas en el informe pericial correspondiente para ser remitido
a la autoridad judicial que entienda de los hechos, dando a su contenido pleno valor probatorio
en el juicio oral.

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Mapa de contenidos

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Recursos bibliográficos

Bibliografía básica

Antón, F. y De Luis, J. V. (1998). Policía científica. Tirant lo Blanch.

Antón, F. y De Luis, J. V. (2012). Policía científica (5.ª ed.). Tirant lo Blanch.

Ferreyro, M. F. y Guzmán, C. A. (2011). Manual de balística. Peritajes balísticos. Metodologías.


Editorial B de f.
Guzmán, C. A. y Ferreyro, M. F. (2013). Tratado de balística. Su aplicación a la criminalística.
Identificación balística (vol. 2). Editorial B de f.

Etxeberria, F. (2003). Lesiones por armas de fuego. Problemas médico-forenses. Kirurgia, (4).

Bibliografía complementaria

Buquet, A. (2007). Manual de criminalística moderna. Plaza.

Gisbert, J. A. (2004). Tratado de medicina legal y toxicología (6.ª ed.). Masson.

González, R. (1999). La investigación criminal. Porrúa.

Greenwood, V. (2016). The real CSI. The new science of solving crime. National Geographic,
34-55.

Jiménez, J. (2006). Balística forense. Tecnocopy.

Rámila, J. (2010). La ciencia contra el crimen. Nowtilus.

Nieto, J. (2007). Apuntes de criminalística. Tecnos.

Otros recursos

Berbell, C. (21 de febrero de 2011). Balística forense. [Vídeo]. YouTube.


http://www.youtube.com/watch?v=V6QhR_J3DMU&list=UU7Z2pghqPh301wiXvcumjNA&feature
=share&index=14

Escobar, F. (25 de marzo de 2013). Ciclo de disparo - Pistola semiautomática. [Vídeo].


YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=Pf7UFRbrR5Q

La Sexta Noticias. (9 de junio de 2019). ¿Cómo logran los investigadores saber quién ha
disparado el arma de un crimen? [Vídeo]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=7C6U05H7mMg

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