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Departamento de lengua castellana y literatura

1ºbach.
Repaso 1ª eval TEXTOS Y SINTAXIS

1. Los pulmones toman aire enriquecido en oxígeno y el corazón utiliza ese oxígeno para el
bombeo de la sangre.

2. El abogado se ha especializado en derecho comercial, no obstante, el derecho internacional es lo


más interesante para él.

3. El día estaba muy nublado, pero igualmente lo pasamos muy bien.

4. Las computadoras evolucionaron en los últimos tiempos y el empleo en la industria tecnológica


aumentó notablemente.

5. Mi madre se ocupó de todo, es decir, no hizo falta la contratación de un decorador.

6. Ciertos insectos sufren metamorfosis, esto es, sus cuerpos cambian profundamente a lo largo de su
ciclo de vida.

7. Se esperan lluvias torrenciales en los próximos días.

8. Las acciones mejoraron, sin embargo, nuestros clientes perdieron la confianza en la empresa.

9. O bien te vienes con nosotros en el coche o bien viajas con tus tíos.

10. Unos subieron alegres la pronunciada ladera de la montaña otros llegaron a la cima bastante
agotados.

11. Dame inmediatamente un abanico negro y aprende a respetar el luto de tu padre.

12. Se pensó que no se publicaría esa noticia tan dramática en ese periódico sensacionalista, sin
embargo, se preocuparon más por tener un elevado número de ventas.

13. Le gustaba mucho ver airado a su padre y acompañarle en esos paseos matutinos tan inolvidables.

14. Daniel comprendió que su padre no se dominaba para exacerbar el dolor de su mujer.

15. Quisiera ser la chica más guapa de Madrid para gustarte siempre.

16. Sentí profundamente que me había equivocado, aunque nunca supe solucionar el problema de raíz.

COMENTARIO DE TEXTO
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1ºbach.
Repaso 1ª eval TEXTOS Y SINTAXIS

TEXTO 1

Seguro que lo vieron: Maluma, el famoso cantante colombiano, rompió a llorar,


emocionadísimo, al recibir su primer avión privado, y la noticia dio la vuelta al mundo. Por
cierto, todos decían lo mismo: su “primer” avión privado, como si de ahora en adelante fuera a
ir atesorando una flota completa (si se ha puesto así por un avioncito de 14 plazas, lo que
berreará cuando llegue al Airbus). Vaya imbécil, pensé cuando lo leí. Y luego, también, qué
ingenuo, porque fue él mismo quien publicó las imágenes en sus redes, alardeando de pajarraco
y de lágrimas sin darse cuenta de la penosa impresión que producía. Este chico es el mismo que
tuvo problemas por sus letras machistas; quiero decir que muy dotado de cacumen no parece
que esté. Y, en efecto, le atizaron bastante en todas partes, sobre todo, y con razón, por ese
exhibicionismo económico en un mundo tan lleno de desigualdades, carencias e infortunio. El
precio de un jet privado como el suyo oscila entre 20 y 22 millones de euros, un lujoso derroche
del que resulta obsceno vanagloriarse. (…)
Desear es una actividad de alto riesgo: las filosofías orientales lo saben muy bien, y por
eso construyen su camino hacia la felicidad por medio de la supresión del deseo. Sin deseo,
dicen, no hay frustración ni sufrimiento. Es la antigua ataraxia (que significa ausencia de
turbación) de los filósofos estoicos y epicúreos. Las pasiones y los deseos, sostenían, nos llenan
de dolor. La única dicha posible pasa por enfriarlas y apagarlos. 
Yo soy hija de Occidente, una cultura mercantil basada en el deseo, de manera que a mí
esta imperturbabilidad extrema me resulta ajena y hasta un poco angustiosa; me parece la paz
del cementerio, porque para mí el deseo es vida. Pero es cierto que se trata de una materia
radiactiva; que va asociado inevitablemente a una cuota de frustración que hay que aprender a
digerir; y que, además, el deseo es la espina dorsal de nuestra existencia, es decir, algo muy
importante. Algo que hay que pensar y elegir muy bien. 
Pero no parece que tengamos mucho tiempo de reflexión en nuestros días. Yo creo que
más bien vamos como cohetes por la vida, vamos desarbolados y desnortados actuando sin
pensar, y, más que escoger nosotros los deseos, se diría que los deseos nos escogen a nosotros,
pequeños deseos artificiales, simulacros de deseos que se adhieren como garrapatas, ropas,
vacaciones caribeñas, coches, ordenadores, todas esas cosas que nos devoran, en fin, y a las que
ahora se suma el avión de Maluma como guinda ridícula pero coherente. 
Rosa Montero, 22/09/2019, El País 

TEXTO 2

La alegría hay que trabajársela, asegura el escritor Manuel Vilas. Ahora que nos roza el 2020 y
tanta gente anhela felicidad renovada para el nuevo año, más si tiene mucha, y mucha si solo
tiene un poco, conviene recordar lo que asegura el último finalista del Premio Planeta: no es
gratuita.
Él lo debe de saber bien, que escribió una obra que se zambulló con toda intensidad en el
mundo de la Alegría, como tituló su ya famosa novela, ahora de promoción por todo el país. Y
no, no es una obra especialmente alegre, tal vez porque profundiza en la esencia de ese
fenómeno que tanto aturde a los tristes.
A éstos, la Navidad los pulveriza. Para su tranquilidad, se asoma, en solo unos días, la segunda
década del siglo, y eso lo cambia todo. Si en 2020 te has propuesto ser feliz, debes ocuparte
activamente de serlo, y sudar la camiseta, como sugiere Vilas.
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La dicha no va a llegar sola: hay que empujarla cada día. Un buen número de expertos
corrobora que semejante insurrección, la de la consecución de una felicidad permanente, solo
aparece de verdad cuando uno la persigue con el empeño suficiente. Si no lo haces, descuida:
no va a venir.

Dicen que la felicidad se nota por el ruido que hace al marcharse. Es verdad que, con
frecuencia, antes de hacerlo nos inunda y sin embargo no lo apreciamos. Que, muchas veces,
está ahí, al alcance de la mano, y ni la palpamos. Por falta de pericia, tal vez; con el propósito
de pretender eludir sus riesgos, quizá. Porque ser feliz también los tiene.

Ahí está, sin duda, el éxito que resiste cualquier cosa; esa esquiva sensación de que ya puede
haber un tsunami en forma de lo que sea, que a uno no lo va a arrasar. Porque al final, amar a
alguien y ser feliz o infeliz se reduce a eso, a una gran decisión personal. Hay quien se pasa
toda la vida quejándose, y no se observan circunstancias objetivas que expliquen semejante
comportamiento, y hay quien no lo hace nunca, a pesar de vivir en un marco vital que podría
justificar una depresión.

Llegan ya, sí, los nuevos años 20. Si resultarán tan felices como los de hace un siglo no
dependerá de ellos, sino de cómo resuelvas que vas a afrontarlos. Esa sí es tu decisión. Si
acuerdas contigo mismo que la década será feliz, lo será. Pero trabaja para ello. La recompensa
que trae la perseverancia, mucho más que la suerte, está del lado de los que, como narra Vilas,
luchan por la alegría.

26/12/2019. Ángel F. Fermoselle.

TEXTO 3

Vivimos tiempos muy revueltos. En muchos aspectos de la vida. Uno de ellos, y muy
importante, tiene que ver con la violencia en la escuela. De hecho, basta echar un vistazo a
nuestro alrededor, para sospechar que un gran número de jóvenes, que lo experimentan todo,
viven a tope, se llenan de cosas materiales, hacen lo que les da la gana y carecen de disciplina,
pueden llegar a la conclusión de que este modo de vida no tiene ningún sentido. A los 10 años
son incapaces de mirar su mundo como algo bello. ¿Y a los 13? con ganas resabidas esclavizan
a padres, abuelos, maestros y a todo aquel que se le ponga por delante. Según el profesor de
Historia del Pensamiento en la Universidad de Massachussets, Avelino García Alonso, la
desestructuración de la familia, con los jóvenes solos en casa, acostumbrados a vivir sin
disciplina, dificulta mucho la tarea de los educadores. En nuestro país, pasa otro tanto de lo
mismo. Los casos de acoso escolar van en aumento, quizás, según los expertos, debido al
cambio en la sociedad que implica una pérdida de valores o que las familias, muchas veces,
delegan toda la responsabilidad de la educación en la escuela. Y es que, en nuestro entorno,
hoy, abundan los padres, agobiados de trabajo, que apenas tienen tiempo para estar con sus
hijos y tratan de suplir esta carencia con regalos y actividades extraescolares, a menudo
superfluas, para mantenerlos ocupados y distraídos. Piensan que así les ofrecen una formación
completa. Pero, ¿dónde queda el plano emocional? Porque la educación incluye, además del
estudio de diversas materias, reglas de urbanidad y convivencia, hábitos positivos y valores
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morales. Y todo ese proceso se inicia desde el mismo momento del nacimiento. Pero, ¿se puede
educar sin autoridad? ¿Qué usted está pensando que es algo nefasto y terrible? Pues dígame
cómo lo hace. Porque tenga en cuenta que no estoy hablando de autoritarismo, sino de
autoridad y ésta, la autoridad bien entendida, implica servicio. O sea, actuar con habilidad,
empatía y comprensión, organizar, prever, escuchar, ¿atender? Pero, claro, para ponerla en
práctica, se necesita paciencia, tesón y esto requiere tiempo y atención continuada, que, por otra
parte, no tenemos, en esta sociedad acelerada, porque la aceleramos nosotros. Y quizás, como
no tenemos tiempo suficiente para atender a nuestros pequeños, una vía muy sencilla para
disculparse, es dándole unas largas vacaciones a la autoridad.

Carmen Pérez Novo, 22.02.2017 | La opinión de Murcia

TEXTO 4

Una brecha de seguridad descubierta a finales de septiembre en Facebook permitió a piratas


informáticos acceder a los datos personales de unos 29 millones de usuarios, dijo el viernes la
red en un comunicado, que redujo así el número de afectados respecto al anunciado
originalmente. La mayor red social del mundo dijo que quedaron expuestos los nombres y
contactos personales de 15 millones de usuarios, así como datos adicionales de otros 14
millones. Anteriormente, había hablado de 50 millones de cuentas comprometidas al revelar el
caso el 28 de septiembre. En el total de las 29 millones de cuentas, los piratas informáticos -
cuya identidad ni origen han sido revelados hasta ahora- accedieron al nombre del usuario, su
dirección de correo electrónico y/o su número de teléfono si estaba en su perfil. Pero la cosecha
fue mucho más fructífera, y potencialmente más perjudicial, en el caso de 14 millones de ellos,
en los que además del nombre y los contactos, los hackers tuvieron acceso al sexo, el estado
que indica el tipo de relación, el nivel educativo, la fecha de nacimiento, el lugar de residencia
si estaba indicado en la página y el trabajo desempeñado, pero también las páginas de internet y
las personas a las que siguen los usuarios afectados. En un millón de casos, los piratas no
pudieron acceder a ninguna información. Facebook dijo que el FBI continúa la investigación y
le ha pedido no revelar información del caso.

El Mundo

TEXTO 5

Tanto la Fundación Mutua Madrileña como la Fundación ANAR están de acuerdo en una idea:
la prevención es el elemento clave ante cualquier tipo de acoso. Así, apoyan que esta debería
centrarse especialmente en las víctimas más jóvenes, en edades más tempranas que están en
vías de su desarrollo emocional. Son estas las que tienen menos recursos personales para
afrontar el problema y están expuestas a una mayor vulnerabilidad, con un alto riesgo de sufrir
aislamiento, ya que se enfrentan a sus primeras experiencias de socialización. Entre las
propuestas de actuación está la de reforzar el papel de los profesores en la solución del acoso
escolar, dotándolos de medios y protocolos de actuación, que redundaría en una mayor
satisfacción de los padres. Por parte de las familias es necesario promover formas para detectar
más los casos de violencia, más pronto, para que las víctimas puedan encontrar apoyo y
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solución al sufrimiento más tempranamente. Hoy en día, el 11% de los casos de bullying siguen
sin ser conocidos por los padres. En estudios anteriores, estas instituciones indicaron que el 80
por ciento de los alumnos cree que la movilización de los compañeros es una de las medidas
más eficaces para frenar el acoso. Por tanto, se deben reforzar y activar las actitudes de rechazo
a la violencia y de apoyo a las víctimas por parte del conjunto de la clase. Al disminuir la
agresión en grupo -a un 8%-, los acosadores se ven sin ayuda de ningún tipo cuando quieren
iniciar unos ataques, lo que conlleva a que las víctimas «no se aíslen y se empoderen cada vez
más, que reaccionen», apunta Cooklin. Concluye con esta idea: «Hay que tratar de concienciar
a los menores de que no se es más “guay” por agredir, no va a convertirse en el “macho alfa”.
El “guay” es el que toma posesión del lado del acosado, no el que agrede».

19/09/2018, ABC

TEXTO 6

Una amiga mía de Londres, conocedora de mi obsesión por el tema de los móviles y el teatro,
me llamó hace dos días para contarme lo que había vivido en persona, la tarde anterior, en el
Old Vic, uno de los mejores teatros de la capital inglesa: "La representación de 'A Christmas
Carol' -me contó mi amiga- transcurría felizmente cuando, a mitad del primer acto, sonó la
llamada de un móvil; algo nada anormal, por otra parte; lo sorprendente, agárrate, -me siguió
contando mi amiga-, es que la propietaria del dispositivo, en un alarde de parsimonia, -pachorra
sería mejor palabra, dijo mi amiga, incisiva- , abrió el bolso, sacó el aparato y atendió la
llamada en un tono tan normal y de manera tan relajada que más parecía que la señora se
encontraba en un baño de espuma, en el sancta santorum de su casa, que en exposición pública
en la platea de un teatro. Para qué contarte el concierto de siseos pidiendo silencio.
Del siseo se pasó a los comentarios airados. Un espectador a mi lado –siguió mi amiga-, una
fila por detrás de la señora, la increpó directamente y, al no obtener resultado, pidió la
intervención del personal del teatro que consiguió, por fin, hacerla desistir de su actitud. Pero
no acabó aquí la cosa. ¿Estás sentado?, porque te cuento lo que siguió y te vas a caer de culo –
continuó, campechana, mi amiga-; llegado el descanso, el enérgumeno que acompañaba a la
señora en cuestión se acercó a nosotros, se abalanzó –tal cual te lo digo- sobre mi vecino de
butaca y le pegó un puñetazo en plena boca. Sorpresa, gritos, carreras.
Y seguridad que aparece y los saca a los dos del teatro. Con ese susto en el cuerpo me senté a
ver el segundo acto. ¿Qué te parece a lo que hemos llegado?" "Te respondo devolviéndote la
pregunta, -dije yo-. Ayer mismo, en un céntrico teatro de Barcelona, una señora a mi lado, se
pasó la función entera frotando la pantalla del móvil en actitud que más parecía masturbatoria
que otra cosa. Digo yo que esperaba, quizás, la aparición de un genio con ganas de marcha.
¿Qué te parece a lo que hemos llegado?".
Josep María Pou, 5/01/2018, El Periódico

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