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San Martín se durmió bajo una palmera mientras planeaba liberar el Perú de los españoles. Tuvo un sueño en el que vio un gran país libre y próspero al norte. Despertó y vio una bandada de aves volando hacia el norte en la formación de una bandera, lo que tomó como un buen augurio para su campaña. Les dijo a sus generales que las aves representaban la bandera de la libertad que habían venido a conquistar.
San Martín se durmió bajo una palmera mientras planeaba liberar el Perú de los españoles. Tuvo un sueño en el que vio un gran país libre y próspero al norte. Despertó y vio una bandada de aves volando hacia el norte en la formación de una bandera, lo que tomó como un buen augurio para su campaña. Les dijo a sus generales que las aves representaban la bandera de la libertad que habían venido a conquistar.
San Martín se durmió bajo una palmera mientras planeaba liberar el Perú de los españoles. Tuvo un sueño en el que vio un gran país libre y próspero al norte. Despertó y vio una bandada de aves volando hacia el norte en la formación de una bandera, lo que tomó como un buen augurio para su campaña. Les dijo a sus generales que las aves representaban la bandera de la libertad que habían venido a conquistar.
• Narradora 1: El libertador Don José de San Martín llegó a las costas
peruanas, en la bahía de Paracas (departamento de Ica), el 8 de setiembre de 1820. San Martín ordenó a sus tropas a prepararse para la larga travesía.
• San Martín: Soldados, aliméntense y prepárense para seguir nuestra
larga travesía.
• Soldados. – Si, mi general lo haremos y lograremos la ansiada libertad.
• Narradora 2: El Libertador se recostó a la sombre de una palmera,
mirando la inmensidad del océano sentado en la arena caliente. El sol radiante caía verticalmente. El héroe sintió un sueño y se abandonó a él. Sintió entonces que poco a poco iba borrándose el paisaje, mientras pensaba en sus planes de libertad. Sabía que de la empresa que acababa de comenzar dependía la libertad, de un continente; que iba afrontar las ira española en el corazón del Virreinato peruano; que iba a destruir en pocos días, meses o años la labor de siglos. • Narradora 1: Se durmió y soñó que hacia el norte se elevaba un gran país, ordenado, libre, laborioso y patriota. Fueron poblándose los arenales de edificios, los mares de buques, los caminos de ejército. Muchedumbres inmensas caminaban con un ansia infinita de trabajo y renovación. Los hombres de este país eran libres, fuertes patriotas. • Narradora 2: Y cuando todo el pueblo se había elevado, cuando el progreso y la libertad estaban dando su fruto, oyó sonar una marcha triunfal y vio extenderse sobre la extensión ilimitada una bandera. Una bella bandera, sencilla y elocuente, que se agitaba con orgullo sobre el pueblo peruano. Despertó y abrió los ojos. Efectivamente, una bandada de aves de las alas rojas y pechos blancos se elevaba de punto cercano. Esas aves eran las parihuanas, que parecen una bandera del Perú. Aquel grupo de aves, cada una de las cuales formaba una bandera, se desparramó hacia el norte y se perdió en el azul purísimo del cielo. • Narradora 1: El héroe se puso en pie. El ejército estaba listo para la marcha. Entonces le invadió una sana jovialidad y, cuando sobre sus caballos arrogantes, los capitanes emprendieron la marcha para cumplir el más noble mandato, les dijo el libertador:
• SAN MARTIN - ¿Ven aquella bandada de aves que va hacia el norte?
• GENERAL COCHRANE - Si, General. Las aves blancas y rojas.
• GENERAL LAS HERAS - Parece una bandera
• SAN MARTIN - Si, son una bandera. La bandera de la libertad, que
venimos a conquistar.
• Narradora 2: La bandera de aves volaba hacia el norte, como si
indicase una ruta a esos tres corazones. Luego, al acercarse a Pisco, las aves de leve plumaje se elevaron al cielo, perdiéndose en las nubes como en una infinita ansia de azul