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El Rezo tradicional del Santo Rosario, obtenido de un muy antiguo misal diario de la

casa editora española Regina, cuya impresión se estima es anterior a 1960. Esta es la
forma en que tradicionalmente se rezaba. Sin Credo ni Avemarías iniciales, pero que en
su lugar, incluye el Confiteor (oración sacramental que perdona los pecados veniales).
Según las instrucciones del antiguo misal, uno puede obviar la parte introductoria
compuesta por el Acto de confesión, Petición y Ofrecimiento si así lo prefiere, si con
hacerse más breve, facilita el rezo diario, ya sea individualmente o en familia. Los
Misterios Gloriosos son recitados los días Jueves.
Los Misterios Luminosos, si bien es cierto, fueron recomendados por Juan Pablo II, no
son parte del Rosario original revelado por Nuestra Señora (por lo tanto, tampoco son
parte de la petición original de Nuestra Señora para que hagamos lo posible por rezar
los quince misterios a diario). Se han incluido debido a la gran demanda que este tiene.
Si así lo prefiere, puede obviar el rezo de estos misterios el día jueves y rezar en su
lugar los Misterios Gloriosos del Santo Rosario.

Notas del Devocionario


No es muy edificante entretenerse mientras se reza el Santo Rosario, con
cosas ajenas al mismo, pero si la necesidad o la conveniencia obligan al
trabajo, hágase en buena hora; y aún la Iglesia ha concedido, que si por
dedicarse el que reza al trabajo manual, o por alguna otra causa razonable, no
es posible tener el Rosario en la mano, aún puede ganar las indulgencias
concedidas, con tal que de alguna manera, lleve el Rosario encima, ya sea
colgado en el cuello, guardado en el bolsillo,etc.

Para más comodidad, pueden separarse las decenas del Rosario,


interrumpiéndose durante largo tiempo, con tal de que se recen en el día, los
cinco misterios del Rosario.

No es necesario para ganar las indulgencias del Rosario el decir la parte


introductoria, ni el ofrecimiento, ni el Salve, ni las Letanías. Basta el rezo de
los cinco misterios.
Tampoco es necesaria la meditación, propiamente dicha de los misterios,
basta con rezar muy devotamente el Rosario.

No resulta conveniente el agregar muchos Padrenuestros y oraciones después


del Rosario, porque, a veces, son la causa de que no se rece. Vale más en todo
caso rezarlo «cortito», sobre todo si se reza en familia.
Sobre las indulgencias
Hay 2 tipos de indulgencia que se detallan a continuación.

a) Indulgencia Plenaria.
La Iglesia concede indulgencia plenaria, una vez al día, al que rece una
tercera parte del Rosario en una Iglesia, en un oratorio público, en familia o
en una comunidad religiosa o asociación piadosa.
La indulgencia puede ser aplicada a los difuntos. La indulgencia plenaria solo
puede ganarse una vez al día (excepto en peligro de muerte).

Condiciones
-Que se recen las cinco decenas del Rosario sin interrupción.
-Las oraciones sean recitadas y los misterios meditados.
-Se el Rosario es público, los Misterios deben ser anunciados.

Además, debe cumplirse

-Confesión Sacramental.
-Comunión Eucarística
-Oraciones por las intenciones del Papa (Padrenuestro, Avemaría y Gloria).
Si no se cumplen las condiciones, puede aún ganarse indulgencia parcial.

b) Indulgencias Parciales.

La Iglesia también concede una indulgencia parcial por cada una de las
Avemarías que se rezan durante el Rosario.
El fiel cristiano que usa con devoción algún objeto de piedad (crucifijo o cruz,
rosario, escapulario, medalla) debidamente bendecido por cualquier
sacerdote o diácono, gana indulgencia parcial. Si el objeto de piedad ha sido
bendecido por el Sumo Pontífice o por cualquier obispo, el fiel cristiano que
lo usa con sentimiento de piedad puede ganar indulgencia plenaria en la
solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, pero añadiendo la
profesión de fe, con cualquier fórmula legítima.

Nota: Para obtener las indulgencias hay que estar en gracia de Dios, y tener
intención de ganarlas. No es necesario repetir esta intención cada vez; basta
haberlo hecho una vez, aunque es aconsejable reiterarla de tanto en tanto. No
se puede ganar una indulgencia por una acción, a la que se está obligado a
cumplir por ley o precepto, a no ser que en la concesión de la misma no se
explicite lo contrario. Sin embargo, quien obra, cumpliendo una penitencia
sacramental, puede, al mismo tiempo, satisfacer la penitencia y ganar las
indulgencias.

Señal de la Cruz
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro. En el
nombre del Padre, del Hijos y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de confesión de los pecados


Yo, pecador me confieso a Dios todopoderoso
a la bienaventurada siempre Virgen María,
al bienaventurado san Miguel Arcángel,
al bienaventurado san Juan Bautista,
a los santos Apóstoles Pedro y Pablo,
a todos los santos, y a vosotros, hermanos,
que pequé gravemente de pensamiento, palabra y obra;
por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa.
Por eso, ruego a Santa María siempre Virgen,
al bienaventurado san Miguel Arcángel,
al bienaventurado san Juan Bautista,
a los santos Apóstoles Pedro y Pablo,
a todos los santos, y a vosotros, hermanos,
que roguéis por mí a Dios nuestro Señor. Amén.

El Señor todopoderoso y misericordioso nos conceda la absolución y el perdón de


nuestros pecados.

Petición
Señor, abre mis labios:
Y mi boca proclamará tu alabanza.

Dios mío, ven en mi auxilio.


Señor, apresúrate en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos. Amén.
(Por favor, incluya en su rezo, las peticiones de todos los visitantes del sitio y,
especialmente, por aquellos de la sección Peticiones)

Ofrecimiento
Dios, Padre Misericordioso, dirigid y aceptad todos nuestros pensamientos, palabras y
obras. Y Vos, Virgen Santísima, alcanzadnos la Gracia para rezar con devoción esta parte
del Santísimo Rosario, que os ofrecemos a mayor gloria vuestra, por el bien de la
Religión Católica en todo el mundo y por todas nuestras necesidades espirituales y
temporales, con intención de ganar las indulgencias concedidas, que aplicamos por las
almas del Purgatorio, y en especial, de las que sean de vuestro mayor agrado.
Amén.

Primer Misterio Luminoso:

Pasaje Bíblico
Llegado a la edad de 30 años, Jesús decidió dejar el retiro de Nazaret para
iniciar su vida pública en cumplimiento de la voluntad del Padre.
Por aquellos días había aparecido Juan el Bautista, predicando en el desierto
la conversión y bautizando en el Jordán a las multitudes que acudían a él y
confesaban sus pecados.
Entonces se presentó también Jesús, que venía de Nazaret (en Galilea) para
ser bautizado por Juan. Pero éste intentaba disuadirlo diciéndole: «Soy yo el
que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?»
Jesús le contestó: «Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios
quiere». Entonces Juan se lo permitió.
Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu
de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo
que decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto, en quien me complazco».

Padre Nuestro:
Avemaría:

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos,


ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Segundo Misterio Luminoso:

Pasaje Bíblico
Por aquel tiempo se celebraba una boda en Caná de Galilea, cerca de Nazaret,
y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus
discípulos. Y, como faltara el vino, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino».
Jesús le responde: «Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Todavía no ha llegado mi
hora». Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga».
Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos,
de unos cien litros cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua». Y las
llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala». Ellos
se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como
ignoraba de dónde venía (los sirvientes, que habían sacado el agua, sí lo
sabían), llama al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y
cuando ya todos están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno
hasta ahora».
Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus signos. Y manifestó su gloria,
y creyeron en él sus discípulos.

Padre Nuestro:
Avemaría:

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos,


ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Tercer Misterio Luminoso:


Pasaje Bíblico
Jesús, al enterarse de que Juan el Bautista había sido entregado en manos de
Herodes Antipas, dejó Judea y marchó a Galilea, donde proclamaba la Buena
Nueva de Dios, diciendo: «Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios está
cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva». En estas palabras se describe,
como en programa, el contenido de la predicación de Jesús, el Reino de Dios,
su llegada y lo que para los hombres trae consigo forman el tema fundamental
de la «Buena Nueva» o «Evangelio» de Jesús.

Padre Nuestro:
Avemaría:

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos,


ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Cuarto Misterio Luminoso:


Pasaje Bíblico
Pocos días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano
Juan, y se los llevó aparte a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su
rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como
la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con Él. San
Lucas puntualiza que hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén.
Pedro entonces tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué hermoso es
estarnos aquí! Si quieres, haré tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra
para Elías». Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió
con su sombra, y de la nube salía una voz que decía: «Éste es mi Hijo, el amado,
el predilecto, en quien me complazco. Escuchadle». Al oír esto los discípulos
cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a ellos, los
tocó y les dijo: «Levantaos, no tengáis miedo». Al alzar los ojos no vieron a
nadie más que a Jesús solo. Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No
contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los
muertos».

Padre Nuestro:
Avemaría:

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos,


ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Quinto Misterio Luminoso:

Pasaje Bíblico
Cuando llegó la hora, Jesús se puso a la mesa con los apóstoles y, mientras
estaban cenando, les dijo: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con
vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comeré más hasta que
halle su cumplimiento en el Reino de Dios».
Tomó luego pan y dando gracias lo bendijo, lo partió y se lo dio a sus
discípulos diciendo: «Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros». Del mismo modo, acabada la cena, tomó el
cáliz y, dando gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo: «Tomad y
bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza
nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres
para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía». Y añade
San Pablo: «Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis
la muerte del Señor, hasta que venga».

Padre Nuestro:
Avemaría:

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos,


ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Agradecimiento
Gracias os damos Soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de
vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra
protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con un Salve:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te
salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus
ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de
tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce y siempre Virgen María!, ruega por
nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Letanías a la Virgen María

El Rezo del Santo Rosario Tradicional, contempla el rezo de Las Letanías de la


Virgen María, ya sea después de los 15 misterios o al final de los 5 misterios
del día (si no tiene tiempo para rezar los 15 misterios diarios que con tanta
insistencia nos pide la Santísima Virgen).
**Las frases coloreadas en verde corresponden la parte responsorial de las
Letanías.

Señor, ten piedad


Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial,
Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo,
Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Ten piedad de nosotros.
Santa María,
Ruega por nosotros (emplear esta respuesta de ahora en adelante).
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios
Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN
Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Letanías A San José para el mes de Octubre

Oración del Papa León XIII a San


José después del Santo Rosario
para el mes de octubre
A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación, y después de
implorar el auxilio de tu santísima esposa, solicitamos también
confiadamente tu patrocinio.

Con aquella caridad que te tuvo unido con la Inmaculada Virgen María, Madre
de Dios, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente
te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre
adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.

Protege, oh providentísimo Custodio de la divina Familia, la escogida


descendencia de Jesucristo; aleja de nosotros, oh padre amantísimo, este
flagelo de errores y vicios. Asístenos propicio desde el cielo, en esta lucha
contra el poder de las tinieblas; y como en otro tiempo libraste de la muerte
la vida amenazada del Niño Jesús, así ahora defiende a la santa Iglesia de Dios
de las hostiles insidias y de toda adversidad.
Y a cada uno de nosotros protégenos con tu constante patrocinio, para que, a
ejemplo tuyo, y sostenidos por tu auxilio, podamos vivir y morir santamente
y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza.
Amén.

Letanías a San José


Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.


Cristo, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.


Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.


Cristo, óyenos.

Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial.

Ten piedad de nosotros.


Dios Hijo, Redentor del mundo.

Ten piedad de nosotros.


Dios Espíritu Santo.

Ten piedad de nosotros.


Santa Trinidad, un solo Dios .

Ten piedad de nosotros.


Santa María,

Ruega por nosotros (decir esta respuesta de ahora en adelante).


-San José

-Ilustre descendiente de David

-Luz de los patriarcas

-Esposo de la Madre de Dios


-Custodio purísimo de la Virgen,

-Nutricio del Hijo de Dios

-Diligente defensor de Cristo

-Jefe de la Sagrada Familia

-José justo

-José casto

-José prudente

-José fuerte

-José obediente

-José fiel

-Espejo de paciencia

-Amante de la pobreza

-Modelo de obreros

-Gloria de la vida doméstica

-Custodio de vírgenes

-Sostén de las familias

-Consuelo de los desdichados

-Esperanza de los enfermos

-Patrono de los moribundos

-Terror de los demonios


-Protector de la santa Iglesia

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Ten piedad de nosotros.

V. Lo nombró administrador de su casa.

R. Y señor de todas sus posesiones.


Oración

¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para
esposo de tu Santísima Madre!; te rogamos nos concedas tenerlo como
intercesor en el cielo, ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú, que
vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

Oración a San Miguel Arcángel


San Miguel Arcángel: Defiéndenos en la pelea contra Satanás y sus demonios; sed
nuestro amparo y protección; que el Altísimo os dé el poder y el permiso para que nos
asistáis y que Dios haga oír su voz imperiosa para que expulse a Satanás y sus demonios
que quieren hacer perder la humanidad. Que tu grito: “¿Quién como Dios?, ¡nadie es
como Dios!”, someta a Satanás y sus demonios bajo nuestros pies.
Amén.

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