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Ritxar Bacete Nuevos hombres buenos La masculinidad en la era del feminismo PENINSULA VIOLENCIAS MASCULINAS, RIESGO, PODER Y LOS PROBLEMAS DE GENERO EN LOS HOMBRES apie ge pando er edd etine cmv grt pred caus. ayeiimaes ue para an capes 32 sat poo ie, sco fer 1 send comin ato dd josiciy ben de reed pv, qe haa ngo, el ns macho ds epemaos ‘te vlna de cone até por le aa lenin ct tombe ea elo ‘mad el bomb ae er sad nvannoGutsaso [NtUNA MENS: ‘La violencia cota las mujeres es un pandemia Segin das des ‘Naciones Unidas, se estima que el 35% de as mujeres det el ‘mundo he sftdo violencia fs o sexual pr pe de compar seatimentlo deo personal largo desu vida. Sin embargo ots cess clevan ese nsmeso basta el 70, 11 Esmdlo Mania sobre Homie 2013 del sina dels 1o que solamente 4S de los hombres que poieran estar ccometiendo estos dlitos son condenados. No sera normal, entonees, 1a sensacin de impunidad? ‘Las mujeres no mueren, son asesinadas. A estas altras es incomprensble ue en i construciGn colectiva del relato que reflejan los meds de comunicacén sig primando una concepcin tan extra de los hechos de violencia conta las mujeres. En os distntos modios, cuando se produce un aesinato de cualquier ota naturaleza,no se emplea la rma neuta vaueren>, sino que se specifica la forma en que falloieron: asesinds. Recientomente dims encontrar ese tla en a prenss espaol: «Muere Maryam ‘Mivzaknani la peimera mojer en ganar una Modalla Fields de “Matemticas». Test poo conecto: musi a causa do un céncer. Pro cualquier aay en dstitos medios de comunicacién encontramos os tnlares como este otro: «Muere una mujer a manos de su cexpasejan. En este caso y muchos ovos, cuando las matan no mucren, sino que son sssinadas ‘Uns evidencia més de que la violencia machista est relacionada contunasimacion de poder y pivilegio se constata con a terible provalenia de os casos de vielencis conta las mujeros que sue lg tipo de enfermedad mental, Io que viene & demostrar que & mayor vulnerabilidad, mayores son las posbiliddes de sufrir distintas formas de violencia, Segdn un estudio publicado recientemente por la Federacin de Buskadi de asociaciones de familiares y personas con enfermedad mental (Fedeafes), alrededor {el 80 5 de las mujeres con enfermedad mental grave que han estado on pareja han suftdo violencia psicol6pic,fsica 0 sexual en algin, ‘momento desu vida adult, un 26 % be sufrido violencia sexual en la infanciay una do cada tes laa sufrido en la pare. Sin comentario. [LA VIOLENCIA NO ES NATURAL NI NEUTRAL: ES UNA PLAGA EVITABLE, MASCULINA Y SINGULAR ‘Repite conmigo: la violencia no es natura. No se tata de una cuestion de fe, de creeslo 0 no; es una evidenciacientificaiefutable Es imporante tenelo claro porque la violencia se sustent siempee en los discursos Iegitimadores que le dan sentido, que son los que de agin modo nos prepareny otorpan licencias sociales o permisos para utlizerla, Por o tanto, para desactivar la violencia como fenémeno ‘Naciones Unies conta a Dogs ye Delo (UNODC, por ss sighs inglés) rovela que el ndmero de mujeres asesinadas por us paras cel ato 2012, sega cada regia, ue de 13.400 en Atica, 6 900 en Américe, 19.700 en Asia, 3300 en Burs y 200 en Osea: 43.000 _nujres vicimas dea Volencia machis en el mundo drass ese Alo, Apesar desu mapnitud, no hemos logrado que estas cits se convienan en un problems politico de primer orden en €lémito soba nen Espana Se calcula que unos 120 millones denis de tog el mundo una ead dic) han sutido un cit foreado wom tipo de elaiones seruales fords en algin momento desu vides. Coa diferecia, los sgresores mds habits no son desconocs, sino que om hombres ceeanos nfm ineluyeado al propio pare, paastos, os, compaseros 6 novos; 70 millones de mujeres que vven sctualmente se casaon sind las, y 200 millones de las y mujeres an suftido agin pode abacsn o musi genital. En Europa 4 % dels mujeres de Tos 28 Estados miembros de 1a Uni ha sufi lpn tipo de vslencia psicolica por pane desu compatero seamen lo largo desu vide. Se estima que aa mind elas mujeres asesinadas en 2012 las matron sus parejas, frente a menos del 6 % de hombres asesinads duran ese mismo ao ‘La violensia conta ls mujeres noes solo un problema de derechos humanos, sino también de salud y econdmico, Supone sobre todo dato fico y emocional, per ta violenei de género también conllova graves repercusiones cconémices pars el pas. Sein datos del Banco Mundial, se estima que el impacto esonémic de esta iolencia representa entre ely el 49 del PIB de wn pas.1] En Espa son asesinadas alrededor de 60 mujeres cada ao @ 1manos desu patej oexparea. De acuerdo on el balance del Consejo General del Poe Judicial, durante el abo 2016 se presentaron en los Juzgedos 391 denuncies divas por violencia machista, hasta Legar las 142.000 amuses. Segin la memoria de la Fiscalia General det Eso, de las 129292 denunciaspresentadas en el 9 2015 por alos ratos,setritaron 18 como deauncias falas lo gue sopone un 0.014 % eet tia. Partiendo del supuesto de que solo un 20 % de las mujeres afectadasdeciden demuncia, Ia estimaci totl anual de mujeres qu estén suftendo violencia machista en Espana podria slcanzar I teria ciffa de 700.0000, 10 que es lo mismo, 700.000 hombres que maliratany eercen violencia contra ells, En el mismo 80 se dictron n los wibunales 31.232 sentences condenatrias, por cultural extendido (aunque no por ello mayoritari) en nuestra sociedad, tenemos que generar nanativas en clave de paz. A pesar de que en las noticias que vemos todos los dias (y que tanto nos lnfluyen) ¢1 mundo entero puede parecer un espacio de caos y violencia, la inmensa mayoria de os hombres no la ilizamos en ‘auestrasrelaciones, que, sunque imperfectas, eseribimos cada dia en lave de pu. Eno relative sla violencia como fenémeno cultural, no hay dude de que levamos al enemigo dentro, De las violencias maseulinas, los hombres somos tanto vietimas com vietimarios, No debemos olvidar gue, seein datos de la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), el 90 % de las mujeres y el 96% de los hombres asesinados one! ‘mundo fo fueron a manos de otros hombres, mientras que al 45 % de as mujeres asesindas las mataron sus parejas o expareas, también ‘hombres en la inmenss mayoria de los casos, Con base en el Estudio ‘Mundial sobre el Homicidio, cerca del 95 % de los homicidas a nivel ‘lobal son hombres, siendo este un porcentaje mas 0 menos constante de pals a pus y entre las distintas regiones del mundo, Independientemeate dela tpologfa del homicidio o del arma cempleada. El 5 % de os homicidas eran mujeres, mientras que las _mujeres representaban el 21 4 de las personas asesinadas frente al 79 ee los hombres. En Espata, 1 93 % de los delites los comenten los hombres. este porcentae se dispara cuando nos referimos alos delitos més raves y violentos. Las volencias masculina estin detris de casi la totalidad de Ins catdstrofes humanas en forma de guerras, seated, violencia sexual acoso ett, de manera especialmente grave y significtiva en la violencia de pénero por la stuaciin de desigualdad centre hombres y mujeres en que se da ‘Tu y como nos recuerda Michael Kaufman, la violencia contra las ‘mujeres no es un problema de mujeres: se trata de un problema de los hombres, pero que lo sufren y padecen las mujeres, lis nifias y los nifos. Miguel Lorente insist una y ota vezen que ningsn hombre {gue ejerce Ie violencia contra su pareje 0 us craturas es un avtodidacta, sino que se nutze neceseriamente de un caldo de eutivo socialmente aceptado en que el hombre violento ha tenido su espacio 4 aprendizale legitimador de la violencia. y esto se produce sobre todo, través dela interaccién con ous y ots. Quiero aclarar — pporgue sé que este tipo de reflexiones pueden ser manipulables— que 1 «culpable» de! hecho violeato es quien ejrce la violencia, pero que reproducimos y somos pare de una cultura vileatolégica. A través de la construccisn de cuerpos, naratvas, emocionalidades © ideologtas especiicas, la desigualdad se naturaliza en los hombres Jmpactados por el aprendizaje de género. Son fGemules lepitimadoras {que nos forman y preparan en la eenologia necesaria para hacer uso de la violencia en un contexto de desigualdades y misoginia lattes. YY todo ello se sigue dando en el presente. En el estudio «The Maa, Boxe se constat6 que l 50 % de los chicos jévenes de Estados ‘Unidos, ¢! Reino Unido y México consideran que deben actuar de forms «cura» para hacer fente a cualquier stuacién, aunque sientan ‘miedo, Y esa preston para actuar de forma violent proviene, fundamentalmente, dela familia y el grupo de iguales, LAS VIOLENCIAS MASCULINAS: CONTRA LAS MUTERES, CONTRA (OTROS HOMBRES ¥ CONTRA NOSOTROS MISMOS Para comprender en profundidad los mecanismos que hacen posible la peevivencia de a violencia como fendmeno ligado a determinades cexpresiones de masculinidad (engo que insist en este punto, poraue ser hombre noes sinéaimo de violencia, aunque determinadas formas ‘hogeménicas do entender Ia masculinidad slo sean) es importante rellexionar sobre lo que Michael Kaufman denomina Ia etrada de las violencias de los hombres: Ia violencla contra ls mujeres, 1a violencia contra otros hombres y la violencia contra uno mismo (2), Est rad, que incluye todos los actos eoncretas de violencia de los bhombees, lene a los varones como comin denominador y et fundamental para comprender las expresiones de cualquier tipo de violencia En sociedaces como las nvesras, donde pervive(aunaue ‘cuestionsdo y en crisis) un sistema de dominacion de los hombres, 18 violencia es radicalmente cultural y operatva, ya que sive para ‘Gominar no solo as mujeres, sino también a otros hombres, Ua sistema jerrquico no serfs posible sin la amenaza ni el ejervcio de la violencia (en dstntas formas ¢ intensidades), ya que es e50 precisamente Io que mantiene un orden no democrético, rigido y Limitante. Un buen ejemplo de ello es el hecho de que tanto los sistemas de relacién democtétioas como las relaciones en sf mismas se ogulan pecficamente, mientras que, en las dictaduras o sistemas autortarios o desiguales, la violencia es la clave paa la pervivencia 6e las vinculos inequitativos de poder. Pero para que este sistema de poder putriarealy legitimadr de ls desigualdades sea posible, se tiene que lograr que los hombres interioricemos, desde edades muy tempranas, las dstintas tecnologias que harin posible el uso de esa violencia. Como veremos més adelante, en ese proceso de aprendizaj, anula el impacto positivo de nuestra biologta favorable a 1a compasin o la natural empatia pasa por la negacisa y Limitacién, e las emociones, unto props como ajenas. Nuestro disefio natural nos pesmite ponemos en el lugar de otra persona, pr lo que para que sea posible dattarl es imprescinlble io biol6gico preservador dela vida. Por despracia anular ose dispos para la seguridad y el bienestar de las personas, este mecanismo natural puede quedar seriamente perjudicado por la eprogramacion sistemtica que niega la condiciGn de humanided al ovo y ala ot, ‘que los termina convirtiendo en objetos, en no iguales y, por tanto, en ‘no humanos, prescindibles y dafiables. Laovidencia do que aprendomos a liza la violencia y a hacerlo e forma seleotiva es que los hombres violentos no lo som en ‘cualquier contexto, sino que To son especialmente en las relaciones de dominacién o en espacios donde la violencia es la formula para obtener poder. A pesar de ello, en nuestro imaginario seguimos tratando de asociar las aeciones violemtas a simaciones de ira, locura, ijusticia, rastomos mentales,et.,y a0 a las consecuencias de una sosializacisn especifica para ejercelas, {Por QUE NOS CUESTA TANTO VER LOS PRIVIEEGIOS? ‘Tras més de veinte af trabajando como formadoreinvestigador en imteria de género, miles de horas de formaciGn impartas y cientos de cursos con hombres y mujeres de lo ms heterogéneo, uno de los principales temas que més cvesta hacer vera Tos hombres exe ema de los privilepios que tenemos y que uilizamos eada den distinns fanbitos del vida, de cuyes consecuencas y resultados dstutamos plicida y enormemente, pero sin tener en cuents su existeneis ni origen. Seazin la RAB, «privilegio» esa wexencn de una obligaci6n 0 ‘entaja exclusiva o especial que gozt alguien por concesién de un superior o por determinada citcunstanciapropite, Un privilegio et aque distratamos mayoritaramente los hombres pasa por la exencidn dela obligacidn de ser proveedores de cukdado en la misma medida ‘en que lo son las mujeres. Vlas ventajas de las que gorarnos,en comparacign con las mujeres, son también innumerables. Pero ‘estamos tan acostumbrados asus benefiios yu dsfate est tan Inensecamente Higado al becho de ser hombre que nos cuesa Heper a ser conscientes de elo. ‘La relacidn que tenemos los hombres con los prvilgios es ‘sirictural, y ¢s que no los obtenemos por mésito 0 cixcunstancia propa, sino que nos vienen dados: nos son concedios euturamente todos los hombres solo por el hecho deseo, afestan tanto a ‘estas vidas fntimas como sl mundo dl tabgj, la economia ate, la align, ol deport, ete. Laexistenca de estas preogatives, ispensas, ventas o ibertades nos sia los verones eo una situacion de vontaja respect las mujeres. Desde una mirsda acca, este fendmeno significa destino, fortuna, capacidad o don satura; desde otra conmovide y cies, ence el rst mis colosal ol dscriminacién cotiiana de las mujeres dela que en cuanto somos consents yno actames nos converts en cdmplices. Estas venajas dterminarin dm tetas a as dems personas, eto también emo vamos eer tratados oem su aso, equello gue ponsamas que merocemosy nos debe ser otrgado por se quienes somos: los hombres. “Michael Flood investigadorespecialista en género y smasculinidades be realizado un estudio para qu los hombres podemos see conscentes de nuestospriviepios de género en cl ‘mbit del trabajo (aunque son extensibles 2 cualguier oto dmbito de mest vidas). Flos plantea que hay tes cosas gus Ios homies pueden hacer en su ugar de webao: ser ells migmos un modelo postivo (compartiado cl perso de patemidad on su para, ‘educiendo su jomada para tender a terceres personss...), demunciar 1 sefilar las scttudes dseriminatorias hacia las mujeres o la dable ‘moral y convertirse en un defensor pblico y activo del cambio. Que Jos hombres se involucren no tiene un efecto migico, pero sf se convierten en pate dl solucién cuando Se implica en mitigr las situeciones de desigualdad mientras que, sno Io hacen, pasan sor pare del problems. Cada vermis invstgaciones demuestra que los centorns laborales que son mss diverss yen los que hay una mayor participscién de mujeres son més productvos, amablesy cooperatives. ‘He adepado la propuesia de Flood ene siguentecuestionario para meéir los peivilepios masculins, Te animes « probaslo ent entorna? “Hagamos la prucba: cheques tus privilegios basados en tu género, 1 Cenen que as myers de tu entra (eres, grea, bamanas susan.) Ye han ciao mis as que ta alas? SINO 1 Ponsando dot apote aot, 200s 0 on fa priicapteionl ions capone rains mas pases de wunar salmene cna tn reooroceit y rer que eras mule? SINO 1 Traeaias ce trmacontenabie sa miedo ut aosn sexu? SINO Enel aso de deci ser pat, ieeo5 aus on tabalo contrarian erand ont capaci proton? SINC ene sani une vez exude rane pq eet conto de wablacorasyrabjadres en een? SIMO En bs pues do responsabilan aban oon tu oreo, oes Uunmenin de pretsonae de terra cs mama ganere? SIO Camis segue por acl sr miego a sur acoso oun apreson oat? SINO ‘Siteras nos yuna canes, nese pensar qu res agit porno queda en casa acids. SINO En ol aso do quo conviason parca con una mult econo 9 umes manos eqponsabldades ano abajo de cue que ea? sino iors pact en un prj hlerosousl, dent parca somo uw xia dee eis? INO Sitodas ola mayoria de as respuestas son afirmatvas, significa ‘que disfrutas de distintos privlegios en relacién con las mujeres. El ‘sexismo no tiene impacto ni condiciona t vida, pero sa existencia 6e ls mujeres con las que compares tu vida. Prucba a aplica cuestonario atu pareja o mujeres det entorno y compart as diferencias ene resultado. En el caso de que seas una lectors, tumbié puede ser una heramienta i para Snsibiliaa a a paz (st cs hombre) o # ates varones dot rele mis préximo a quienes, probablemente a veces les resulte dif viibilizar el impacto del sexismo en la vida de as mujeres. (Ot eurtepia muy visual ysugerete pra vsbiiar los privlopios ya carga de sexism que sbyacen en lo cotiiano y personal yen lo publicoy selaional es hacer un eercico consiente e inversin de los roles y précticas: se trata deimapinar un contexto de este tipo de masculnidad —cono son Ie autosuiliencia, a belicosidad heroic, la eutoridd sobre las mujeres 6 la valrizaiGn de a jerarquta— ose interiovizan através dete socializacin en forma de ideaes y obigecioness Ete ipo de ‘masculinidades estén marcadas por el control de uno mismo y de los demas, riesgo, la comptitvidad y un ééfct de comportamientos fectivs y de cuidados. Too ello iene como consecvencia el esurollo de hibitos de conduete poco seludables en los vanes. ero no nos movemos un modelo estanco, sino que tansitamos por lstitos nivetes de hombre tice, dependiendo de nesta asctipcin ideotigica, de Ia capacidad de revision etica que tengamos 0 del contexto en el que nos movamas, Como nos recuerda Bonino, los hombres estamos preferenemente sociizados para ser actives, tener el control, estar ala defensive, ser fuertes, aguantar el dolor, usar el cuerpo como herramienta de sfirmacién personal y no pedir ayuda. ¥ todo ello desde la distancia, sespecto al culdado y la vulnerbilidad que supone el reconoeimiento de In enfermedad. Por estas razones, cuando se tata de temas de salud, son frecuentes entre los varones las respuesta disfuncionsles en todos ls pasos necesarios para el bordaje de los malestares Curiosamente, los hombres no nos deprimimos, En una sociedad donde ha primad el sexismo en Ia constcuecin de las identidades, 1 Ambito de la salud mental también cueata con un evidente sesgo de ‘géner0, La Ascciacién Nacional de Trastornos Mentales eoogo entre sus datos que Ias mujeres son el doble de propensas que los hombres ‘a suffi depresidn, ;Qué oourre, entonces? ;Por qué nos depritmimos :menos los hombres? Probblemente, los hombres desarollamos ples estcategias para enmascarar ta depresiOn, el estrés ol sbatimiento, por lo que la mayoria de los hombres deprimidos claborade por Emakunde-Instituto Vasco de la Mujer en el afio2012: “EL imaginario colective sobre el reparto de roles de género se nos presenta como un mossico de viejos y auevos valores, que a veces ppermanecen incluso yuxtapuestos o en conficto». Mi mirada ‘compare esta visin cambiante, conflictiva y paraddjica de caraa ‘conocer e interpreta las dindmices que se estén dando dentro de las parojas on relaciGn con la implicacin de los hombres en los trabajos reproductivos y la corresponsabilidad, no solo en el émbito tesrico, sino también en el prctico, Cuando se plantea como objetivo la corresponsabilidad en el ccuidado, s estéplantcando expresamente que el cuidada, en sus _mdliples dimensiones, sea repartido y compartido por todas as personas que conviven en Jos hogars y por las familias en su toclidad. Hasta ahora han sido las mujeres quienes mayortariamente se han hecho cargo de estas responssbiidades,inviendo sus conocimientos y esfuerzosen ests tress. Por tanto, pare Emakunde: “No se eta solo de compart areas, tata de compas yrpartir responsobilidades, funeioneso gestiones entre quienes rman pate de un prayecta de vida en comin Segdia el informe del Eustat (el Instato Vasco de Estadisice), esglosando las actividades cotdianas desempenadas ene dmbito de Jas tareas de hogar (prepara Ia comida, lava, planchar, hace: la compra. Se observa que las mujeres siguen dedicando mucho mas tiempo aa semana que los hombres estes actividades (8 horas {rente 7), Pero una comparative de los datos que analiza la volucién desde 1998 muestra que en estos ios 15 aos hs habido une teadencia a una mayor implicaci de los homes en estas actividades (Ge 1 hora a7 hors). Seguin Ios datos de 2013, los hombres dedican mis tempo que las mujeres alas actividades de Ssemioco ya otros areplos ene hogs ylas menores diferencias por ‘2éner0 se producen en la realizacién de compres y de gestones.

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