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Celestino Quiej
Querido amigo que hoy nos visitas, te hemos invitado a esta célula para decirte
que:
Conclusión: Dios quiere abrirte los ojos, Dios quiere convertirte de las tinieblas a la
luz, Dios quiere librarte de la potestad de Satanás, Dios quiere perdonarte y darte una
herencia eterna. Pero, para que Dios haga todo eso contigo es indispensable que te
entregues de una manera definitiva a Jesús, y también es indispensable que lo hagas por
medio de la fe en Cristo.
Amigo, si recibiste a Cristo o no en tu corazón, quedas invitado para mañana, en nuestro
templo sigue la gran fiesta “Abre tus ojos a la luz de Cristo”, invita a tu familia y amigos,
y juntos llevemos globos de colores para realzar dicho evento de salvación.
Conclusión: Hemos presentado aquí una meta muy noble, un propósito muy
elevado. Crecer como Cristo… Pensar como Cristo… Vivir como Cristo. Si logramos
este propósito, la recompensa será grande, glorioso: Vivir y Reinar con Cristo para
siempre en el Cielo. Fil. 3:12, “sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo
cual también fui alcanzado por Cristo Jesús… 14. Prosigo a la meta hacia el premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. La próxima semana será más interesante
porque veremos la segunda parte de este mensaje.
“Las metas del cristiano” 2ª. parte
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los recién convertidos que al recibir a Cristo el
segundo paso a dar es conectarse con su nueva familia espiritual en la célula y en el templo,
pero ahí no termina el camino, ahora se viene el tercer desafío o meta que tiene que ver con
ser semejante a Jesús (discípulo) y en la escuela de liderazgo capacitamos a los nuevos
convertidos para este fin.
Cita Bíblica: Efesios 1:13-14
Introducción: El pastor Celestino enseñó que el día que tu decidiste creer, en ese mismo
instante fuiste sellado con el Espíritu Santo. El Padre decidió darnos la promesa del Espíritu
Santo como "las arras" o garantía de todo lo que tiene preparado en la eternidad. También
nos selló como posesión de Él, somos de Él, pertenecemos a Él y debemos ser semejantes a
Él.
Conclusión: Hemos presentado aquí una meta muy noble, un propósito muy elevado.
Dar como Cristo daba… Amar como Cristo amaba… Soportar como el soportaba. Si
logramos este propósito, la recompensa será grande, glorioso: Vivir y Reinar con Cristo
para siempre en el Cielo. Fil. 3:12, “sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo
cual también fui alcanzado por Cristo Jesús… 14. Prosigo a la meta hacia el premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
“Fuiste formado para la familia de Dios”
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los recién convertidos que al recibir a Cristo pasamos
a formar parte de la familia de Dios, ahora Él es nuestro Padre y nosotros sus hijos y por lo
tanto tenemos nuevos hermanos espirituales.
Cita Bíblica: 1ª Cor. 12:12-18; Ef. 2:19
Introducción: Nuestro orden de prioridades: Primero Dios, luego nuestra familia y
después la iglesia. La iglesia es lo más parecido al cielo, pero no es el cielo todavía, hay
fallas, pero Dios se ha especializado en ministrarnos en este lugar, jamás menosprecies a la
iglesia. Hay títulos que Dios ha puesto a la iglesia: ejercito, rebaño, viña, pueblo de Dios,
pero hay dos especiales que hoy veremos: el Cuerpo de Cristo y la Familia de Dios.
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los recién convertidos que tenemos que vencer
obstáculos que nos impiden tener una vida victoriosa.
Cita Bíblica: Ezequiel 36:26
Introducción: Restaurar (Del lat. restaurāre) significa: 1. Recuperar o recobrar. 2.
Reparar, renovar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía. 3. Reparar
una pintura, escultura, edificio, etc., del deterioro que ha sufrido. (Diccionario RAE).
Ezequiel expresa que Dios nos dará un corazón nuevo, pero la experiencia nos muestra que
el hombre lo quebranta.
I. Primer paso:
A. Tener decisión de querer ser restaurado, confiando en Dios. Isaías 26:3;
Salmo 57:7.
B. Despojarnos de la desconfianza en Dios. Los siguientes versículos
muestran las consecuencias de esa desconfianza: Job 30:20 y Salmo 42:9.
C. Tener confianza absoluta en Dios. Esta es la base para crecer
espiritualmente. Prov. 3:5-6.
Conclusión: Hoy es día de empezar a restaurar nuestra vida delante de Dios. Cuando
lo hayamos logrado, podremos ayudar a otros a que restauren sus vidas. Le invito a
que dediquemos unos minutos a confesar a Dios nuestro pecado, nuestra
amargura, nuestra falta de fe y nuestra falta de perdón.
“El don inefable”
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que debemos siempre dar
gracias a Dios por otorgarnos el regalo de la salvación, dicho don o regalo ¡es
tan valioso que no hay palabras para describirlo!
Cita Bíblica: 2 corintios 9:15 “¡Gracias a Dios por su don inefable!”
Introducción: Con frecuencia algunos amigos envían regalos a sus amigos,
los padres a sus hijos, y los novios a sus novias, como una expresión de amor.
Este texto se refiere al don más precioso que ha sido enviado o recibido por
alguna persona: el don supremo de los siglos (el don inefable).
I. La condescendencia de la gracia.
1. Hay gracia en su amor para los ángeles que le sirven.
Condesciende a aceptar sus servicios, aunque no los necesita.
2. Condescendió hasta ser hombre: “Hecho poco menor que los
ángeles” (Salmo 8:4, 5). Se hizo hombre como uno de nosotros,
pero sin pecado, todo por salvar al hombre degradado y corrompido
por el pecado.
3. Contraste: Lo difícil que parece a los hombres bajar de su nivel social,
intelectual y moral, para intimar con los humildes y necesitados.
¿Qué valen nuestras distancias ante las que nos separan de Dios? Si
anhelamos que nuestros amigos pecadores se acerquen a Jesús no
vale la pena separarnos de ellos. Muchos cristianos cometen el error
de ya no juntarse con ellos por temor de hacer lo que ellos hacen,
pero no debería ser así, “Conviértanse ellos a ti, y tú no te
conviertas a ellos” (Jeremías 15.19).
II. La amplitud de la gracia.
1. Los hombres algunas veces se dignan hacer gracia a
algunos: los “buenos” y a los malos. En el juicio de Jesús el
populacho pidió a gritos crucificar a Cristo y dejar libre a un ladrón
llamado Barrabas, es decir; concedieron gracia a un ladrón y
prefirieron matar al Hijo de Dios. Y esto sólo en casos
excepcionales. (Mateo 27:20) “Pero los principales sacerdotes y
los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a
Barrabás y que dieran muerte a Jesús”.
2. Cristo da gracia a todos los que quieran recibirla: judíos y
gentiles, fariseos y publicanos. (Romanos 3:30) “Porque Dios es
uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio
de la fe a los de la incircuncisión”.
3. Siempre está a la disposición de quienes la quieran: aun de
quienes la han rechazado muchas veces. Para ti también.
III. El poder de la gracia.
1. La gracia se propone no sólo dar perdón para el pecador,
librándolo del castigo; sino también librarlo del poder
del pecado, cambiarlo, regenerarlo.
2. La gracia hace (Tito 2:11, 12) lo que no logra la ley
(Romanos 8:3). No lo hace el castigo (Isaías 1:5), ni vale
persuasión alguna. La gracia sí (Hebreos 11:23); da vida, salud y
fuerza.
IV. Los bienes de que nos colma.
1. “Todas las cosas” (Romanos 8:32). “Todo es vuestro”.
“Nada me faltará”. “Bástate mi gracia”.
2. Provisión abundante para cada día: paz, dirección,
protección, compañía. Bienes materiales y espirituales. El
privilegio de la oración. Todos son bienes inalterables.
V. La herencia que nos guarda.
1. Nos hará ver a Dios en el cielo.
2. Tendremos morada allí.
3. Reinaremos con Cristo.
4. “De las maravillas del cielo la mayor será vernos allí.”
5. Alabemos a Dios por su gracia.
6. No la menospreciemos: ¡aceptémosla!
7. Aprovechémosla en toda su plenitud.
III. En la salvación que Dios le dio (Gn. 6:8; 7:1, 23; 9:18,
19).
1. Dios le concedió su gracia. (Gn. 6:8) “Pero Noé halló gracia
ante los ojos de Jehová”.
2. Dios lo reconoció como justo. (Gn. 7:1) “Dijo luego Jehová
a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto
justo delante de mí en esta generación”.
3. Dios le protegió la vida y le dio salvación. (Gn. 7:23) “Así
fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde
el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y
fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con
él estaban en el arca”.
El llamamiento a Abraham:
I. Tenía condiciones (v. 1). “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete
de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te
mostraré”.
l. Abram tenía que dejar su seguridad política y material.
2. Tenía que dejar su seguridad familiar y social.
3. Tenía que aceptar lo desconocido.
El nacimiento de Ismael:
Conclusión: Hemos visto que el plan de Dios no puede ser sustituido por
ningún plan humano, por más sabio que sea. Aceptemos, pues, el plan de Dios
para nuestras vidas y para nuestra iglesia.
EL DIOS DE GRACIA
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que la gracia de Dios es una
virtud por la cual Dios puede dar algo sin nada a cambio, ya que para alcanzar
la misma el hombre nada puede hacer por sí mismo. La gracia de Dios llega
por medio de la fe y, la aceptación del sacrificio que Jesús hizo por la
humanidad.
Cita Bíblica: Génesis 8:21; 9:9-17.
Introducción: A veces miramos las acciones de Dios, como la del diluvio,
sólo como castigo. Pero, en realidad, Dios es un Dios de gracia. El pacto de
Dios después del diluvio nos confirma la gracia de Dios.
En su gracia:
Conclusión: Abraham intercedió por Lot. Dios lo escuchó y Lot fue librado.
Dios está listo a escucharnos cuando intercedemos por los pecadores. Seamos
sacerdotes en un mundo que va camino a la destrucción.
1- Jesús es el camino.
Vivimos en un mundo en el que siempre han existido muchas expresiones
religiosas. El ser humano se esfuerza por encontrar a Dios y ese intento idea
nuevos caminos. Esto puede llevar a las personas a la confusión ya que hay
muchos ofrecimientos religiosos y todos dicen ser verdaderos. Las personas
no saben con exactitud cuál es el camino correcto que deben tomar. Sin
embargo, el Señor Jesús no solamente nos indica cuál es el camino sino que va
y se presenta así mismo el camino: "Yo soy el camino". Ningún otro líder
religioso se atrevió a decir que era el camino. Pero Jesús es el único que con
toda certeza afirma ser el camino. Además, él asegura que como camino
nuestro destino está asegurado. Quien camina por este camino que es Jesús,
llegará al Padre. Los otros caminos que han fabricado llevan a un destino
incierto. Pero, Jesús es un camino que posee garantía de llevarnos a Dios.
2- Jesús es la verdad.
La mentira es muy frustrante, por eso es que las personas desean conocer
siempre la verdad. La gente quiere saber la verdad científica, la verdad de las
noticias, la verdad política. Y si es importante exigir la verdad en esos campos
cuando más no deberá hacerse cuando está en juego la eternidad. No podemos
permitirnos ser engañados en algo tan esencial. Pero, la verdad no es difícil de
encontrar. Jesús dijo: " Yo soy... la verdad". Nuevamente el Señor no
solamente vino a enseñar la verdad sino que aseguró que él mismo es la
verdad. Cuando se afirma que algo es verdadero se está separando de lo que es
mentira. Si Jesús dijo que es la verdad, entonces, todo lo demás es falso. No
hay más verdad que Jesús. Esa parece ser una afirmación muy radical y
aventurada. Pero, sabemos que Jesús es la verdad porque todo lo que dijo
resultó ser correcto. Incluso, él dijo que resucitaría y es la única persona que
se ha levantado de entre los muertos. Las enseñanzas de Jesús son tan ciertas
que después de dos mil años continúan teniendo validez y siguiendo siendo
recibidas y amadas por millones alrededor del mundo.
3- Jesús es la vida.
Sin duda que la vida es lo que el ser humano más aprecia. Prueba de ello es el
afán que existe por cuidar la salud, alimentarse correctamente y hacer algún
tipo de ejercicio. Es todo un esfuerzo por evitar todo aquello que puede
acercar al humano a la muerte. Pero no se trata solamente de mantenerse vivo.
La gente desea vivir y vivir bien. Es decir, disfrutando de la mejor calidad de
vida que se pueda tener. Esa aspiración por vida abundante viene del hecho de
ser creados para la eternidad. Precisamente por eso es que Jesús vino y se
presentó a sí mismo como la vida: "Yo soy... la vida". Otra vez Jesús no se
limitó a indicar la forma de tener vida sino que él mismo se presentó como la
vida misma. Quien tiene a Jesús tiene la vida, quien no tiene a Jesús no tiene
la vida. La vida de Dios se nos ofrece gratuitamente por medio de su hijo.
APLICACIÓN
Jesús se presenta como el camino, la verdad y la vida. Como camino él es el
único que nos puede conducir a Dios y quien estará a nuestro lado día y noche.
No hay manera que él nos abandone en este andar pues él es el camino.
Además, Jesús es la verdad. Ya no es necesario buscar más, él ha demostrado
que todo lo que hizo y dijo fue muy verdadero. La prueba de los siglos no ha
logrado desmentir ninguna de sus enseñanzas. Por el contrario, sus palabras
son siempre ciertas y valoradas. Finalmente, Jesús es la vida, quien nos libra
de la muerte. Tanto de la muerte, de una vida inútil, como de la muerte eterna.
Por estas razones él es la única opción de salvación. Él dijo: "nadie viene al
Padre, sino es por mí". Fuera de él no hay manera de llegar a Dios.
Cita Bíblica: Juan 8: 23-28 “Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de
arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije
que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros
pecados moriréis. Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les
dijo: Lo que desde el principio os he dicho. Muchas cosas tengo que decir y
juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de
él, esto hablo al mundo. Pero no entendieron que les hablaba del Padre. Les
dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces
conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me
enseñó el Padre, así hablo”.
Introducción: El pasaje que hoy se nos considera nos presenta un diálogo que
Jesús sostuvo con los líderes religiosos de su época. Se debe notar la clara
diferencia que el Señor hace entre "yo" y "vosotros". Existía una distancia
entre lo que Jesús era y lo que eran el resto de los seres humanos. Los orígenes
son diferentes, de ellos él decía: "Vosotros sois de abajo ... vosotros sois de
este mundo". Pero de sí mismo decía: "... yo soy de arriba ... yo no soy de este
mundo" (v. 23). La naturaleza de cada uno está determinada por su origen. Por
la misma razón, quienes son de la tierra no saben quién es Jesús. No obstante,
él vino a la tierra con el propósito de darse a conocer.
CUERPO
1- Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.
Jesús vino para que los seres humanos lo conociéramos. Por eso es que él se
dio a la tarea de explicar quién era. Él no era un simple humano y tampoco un
profeta. El conocerlo a él es tener la vida. Por lo contrario, no conocer su
naturaleza es mantenerse en pecado. "Por eso os dije que moriréis en vuestros
pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis" (v. 24)
Al usar la expresión "yo soy" Jesús estaba usando el nombre de Dios reveló se
sí mismo en el Antiguo Testamento (Éxodo 3:14). Con ello él quería dar a
entender que la vida, la salud y todas las bendiciones se encuentran en él.
Pero, los judíos no querían creerle. Al rechazarlo estaban dando la espalda al
único camino de salvación y, por ello, él les decía: "en vuestros pecados
moriréis".
EL PRIMER ASESINATO
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que a través de Jesucristo
podemos tener las relaciones correctas con Dios y con el prójimo para no
cometer asesinatos.
Cita Bíblica: Génesis 4:3-10 “Tiempo después. Caín presentó al Señor una
ofrenda del fruto de la tierra. Abel también presentó al Señor lo mejor de su
rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a
Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se
enfureció y andaba cabizbajo. Entonces el Señor le dijo: «¿Por qué estás tan
enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? Si hicieras lo bueno, podrías andar con la
frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista
para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo.» Caín habló con su hermano
Abel. Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató. El
Señor le preguntó a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel? lo sé—respondió—.
¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano? ¡Qué has hecho!—exclamó
el Señor—. Desde la tierra, la sangre de tu hermano reclama justicia”.
Introducción: El pasaje que hoy se ha leído nos relata el primer asesinato que
se cometió en la historia. Lo más triste de todo es que se trató de una persona
asesinando a su propio hermano. A partir de ese primer homicidio, la violencia
se extendió en la humanidad y dio paso a todos los demás asesinatos.
Posteriormente, se dieron las primeras guerras y así la muerte hizo de las
suyas entre los seres humanos. Cuando alguien mata a otra persona se
manifiesta la parte más oscura de la naturaleza humana. El hombre se
convierte en esclavo de Satanás. El pasaje es importante porque nos muestra
las razones por las que se puede llegar a matar.
CUERPO
APLICACIÓN
Aunque Abel había sido asesinado su vida no estaba extinguida. Dios dijo:
"Desde la tierra, la sangre de tu hermano reclama justicia" (v. 10). El valor de
la vida es tan grande para Dios que un asesinato nunca es el final del asunto.
Para Dios, todavía queda el reclamo de la justicia por cada vida que no fue
respetada y protegida. Al final de los tiempos, el Señor cobrará cuentas a
todos aquellos que cometieron homicidios. Es por eso tan importante el
aprender a suprimir del corazón los sentimientos de amargura, enojo y
venganza. Aunque a veces eso puede parecer difícil, es posible con la ayuda
de Dios. Eso implica la necesidad de arrepentirse de haber acumulado tanto
odio en el corazón. Rindiéndose al Señor Jesús se puede encontrar la
verdadera paz.
LA LOCURA DE LA PREDICACION
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que el mensaje de la salvación
es para los humildes.
CUERPO
1- El escándalo de la cruz.
El mensaje que Pablo predicaba era el de un salvador que había muerto
crucificado. Pero, desde el punto de vista humano, ¿Cómo es posible que
alguien pueda ser el salvador si ha muerto? La lógica humana dice que quien
salva a los demás debe ser invencible. Como la idea que se tiene de los
superhéroes, que nunca son derrotados. Pero este salvador que Pablo
anunciaba había sido muerto, y con la muerte más vergonzosa: la de la cruz.
Esto es lo que llevaba a los corintios a pensar que tal mensaje era una
completa locura. El apóstol ni siquiera se perturbaba porque llamaran al
evangelio locura.
3- La locura de la predicación.
Ya que los sabios no quisieron comprender el mensaje de la salvación, Dios
decidió dejarlos de lado y continuar presentando una enseñanza sencilla para
las personas de buena voluntad. “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el
mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los
creyentes por la locura de la predicación” (v. 21).
APLICACIÓN
La verdad de que Jesús murió crucificado es entendida como una derrota por
el mundo. Pero para los humildes es una victoria, la victoria de la crucifixión.
Para el mundo es una locura, para los creyentes es la salvación poderosa de
Dios. Lo importante con respecto a nosotros es que nos permite hacer un
examen sincero para saber si nos encontramos en el lado de los duros de
corazón, o, por el contrario, del lado de los que reciben la predicación con
sencillez. Es mejor ser humildes ante el Señor, pues él resiste al soberbio, pero
le muestra su favor a los que son como niños.
POR GRACIA SOMOS SALVADOS
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los AMIGOS que la salvación se recibe por
la gracia de Dios, sin las obras.
Cita Bíblica: Efesios 2:8-10 “Porque por gracia sois salvos por medio de la
fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie
se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas
obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en
ellas”.
Introducción: Los versículos que se han leído hoy presentan un estupendo
resumen del plan de salvación de Dios para los seres humanos. En la medida
que el pueblo de Dios va comprendiendo la redención, se hace posible
sintetizar las ideas principales. Esta es una habilidad que la iglesia adquirió
con el paso del tiempo y con la enseñanza insistente sobre la gracia de Dios.
La combinación de esos elementos hizo posible que se pudiera elaborar este
tipo de resúmenes que eran perfectamente entendibles para los cristianos.
Aprovechemos entonces la facilidad didáctica que un pasaje así nos brinda y
extraigamos la riqueza de enseñanzas que contiene.
CUERPO
APLICACIÓN
La salvación es por gracia, sin las obras. Se recibe por medio de la fe y, aun
esa fe, es un regalo que Dios entrega a sus elegidos. Solo debemos recibir la
salvación de Dios. Una vez salvados, vienen las obras. Pero no para ser
salvados sino porque ya fuimos salvados. Las obras son solo el adorno que
Dios permite en la vida de aquellos que fueron salvados por la fe. Hoy es el
día adecuado para recibir la salvación gratuita que Dios ha preparado.
Recíbala por la fe.
ÉL LLEVÓ NUESTROS PECADOS
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que por el sacrificio de Jesús
podemos vivir para la justicia y ser sanados.
CUERPO
Para que pudiera redimir a los seres humanos, fue necesario que él también se
hiciera humano. Su cuerpo físico vino a ser la propiciación por nuestros
pecados. De allí la afirmación de que él llevó nuestros pecados en su cuerpo.
No podía ser de otra manera, su humanidad fue la base para que pudiera tomar
la carga de nuestros pecados. Todo ese peso lo llevó hasta ser clavado en la
cruz. Su condena fue la base para nuestra reconciliación. Al morir en la cruz,
morimos con él y así, nos encontramos muertos para el pecado. No obstante,
vivimos para hacer lo correcto. En Jesús fueron crucificadas nuestras pasiones
y rebeliones. Ya librados de la maldad somos libres para vivir tal como a Dios
le agrada.
La figura de las ovejas descarriadas era muy conocida por los lectores de esta
carta, dada su proximidad a esos animales. De la misma manera que una oveja
descarriada del rebaño se encontraba en peligro inminente, toda persona que
vive lejos de Dios también se encuentra perdida. Pero, de la manera que el
pastor va en busca de su oveja, Dios fue en busca del pecador extraviado y
puso a su disposición el sacrificio de Jesús en la cruz. Por ese sacrificio es que
ahora podemos volver al pastor y obispo de nuestras almas. Jesús es el buen
pastor que nos recibe y conforta después de volver de una vida de pecado y
desobediencia.
APLICACIÓN
El amor de Dios se manifestó cuando fue en busca de sus ovejas descarriadas.
Al encontrarlas, estaban en una condición de rebelión y todo tipo de heridas.
Pero Dios acoge a los suyos con misericordia y les da vida y sana sus heridas.
En Jesus tenemos una salvación completa. Esa salvación se recibe al creer que
es verdad que él hizo todo lo que se necesitaba para que podamos ser sanados.
Hoy es el momento correcto para reconocer que sin él no podemos tener
plenitud de vida. Se hace necesario reconocer que se ha pecado y recibirlo a él
como Salvador. Al hacerlo, podremos vivir para la justicia y por su herida ser
sanados.
JESUS PERDONA LOS PECADOS
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los amigos que el perdón de los pecados se
recibe cuando se los reconoce.
Cita Bíblica: 1 Juan 1:8-10 “Si decimos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado,
le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros”.
Introducción: El pecado es un tema que se encuentra con mucha frecuencia
en las Escrituras. Se entiende por pecado todo acto o intención que va en
contra de la voluntad de Dios. Pecado no son solo las acciones externas
visibles sino también las ideas o deseos internos que van en contra de lo que
Dios desea. El problema fundamental del pecado es que produce la muerte.
Pero, siendo tan dramática su paga, el ser humano vive en una condición de
práctica del pecado constante. Eso es así porque el pecado tiene su base en el
egoísmo y la naturaleza humana, que es muy complaciente con el yo. Además,
el mundo y satanás son elementos que también participan en la incitación
hacia lo malo. Toda persona que desea tener una buena relación con Dios
tendrá que bregar con el problema del pecado. Por dicha, las Escrituras
señalan el camino por el que se puede ser libre del pecado. Veámoslo en el
pasaje de hoy.
CUERPO
Las escrituras sentencian que no hay justo ni aun uno y bajo esa palabra todos
quedamos encerrados bajo pecado. No debemos engañarnos pensando que
estamos libres del pecado., tampoco debemos alejarnos de la verdad. Dios ha
declarado con fuerza que todos han pecado, en consecuencia, todos participan
del mismo problema. La realidad no deja de existir por negarla. La persona
puede negar insistentemente que ha pecado, pero eso no cambiará la realidad
de su culpa. Es un acto de humildad el aceptar la verdad. Al hacerlo,
preparamos el camino para el perdón.
APLICACIÓN
El problema del pecado tiene una solución sencilla: es necesario confesarlo
delante de Dios. Al hacerlo el muestra su misericordia otorgando el perdón.
Hoy es importante preguntarse si nuestros pecados han sido perdonados. El
camino está delante de nosotros, solo debemos reconocerlo y arrepentirnos. En
su bondad el Señor nos recibirá en sus brazos de misericordia.
Dios envió a su hijo para que vivamos
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los amigos que Dios envió a su Hijo a
salvarnos, por su gran amor hacia nosotros.
Cita Bíblica: 1 Juan 4:9-12 “En esto se mostró el amor de Dios para con
nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que
vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en
propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así,
debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a
Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor
se ha perfeccionado en nosotros”.
Introducción: La salvación no se reduce solo a escapar de la condenación
eterna, también tiene que ver con recibir una vida plena. Dios no se conforma
con solo salvarnos de la perdición, él desea que participemos de su vida. La
vida de Dios es la forma de existencia más completa y satisfactoria. Uno de
los aspectos de esa plenitud tiene que ver con ser participantes de la naturaleza
divina. La salvación de Dios no solo es futura sino presente. Ahora debemos
comenzar a vivir de acuerdo con el modelo de Dios, quien es nuestro Padre.
Por tanto, las personas que han sido redimidas muestran en sus vidas que la
salvación les ha alcanzado. Eso se manifiesta en sus relaciones con Dios y con
el prójimo.
CUERPO
Fue él quien nos amó primero y, por eso, nos entregó a su Hijo. La venida de
Jesús tuvo un propósito específico: “para que vivamos por él” (v. 9) y “en
propiciación por nuestros pecados” (v. 10). Jesús vino para darnos vida y
perdonar nuestros pecados. No tuvo la intención de condenar al mundo o
echarnos en cara nuestras maldades. Su venida fue en misericordia, porque su
plan era ofrecer perdón a quienes reconocieran que se habían extraviado. Ese
mismo plan continúa vigente.
Dios es inmaterial y no puede ser visto, por eso es importante que Dios se
manifieste de manera perceptible. Él lo hace dando a conocer su naturaleza, la
cual, es el amor. “Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en
nosotros”, cuando los creyentes viven en amor con las demás personas dan a
conocer a Dios. El mundo no puede ver a Dios directamente, pero el amor de
los creyentes lo hace visible a todos. En la medida que el cristiano ama, su
amor crece y madura, así, su testimonio de Dios también se consolida.
APLICACIÓN
Las personas no pueden ver a Dios, pero si pueden ver las obras de amor que
los creyentes hacen. La verdadera fe no es la que consiste en ritos religiosos
sino la que se manifiesta en una vida transformada por el amor. Ese cambio
solo lo puede producir una sincera conversión al evangelio. Para tener esa
experiencia debe existir un reconocimiento de que se ha andado lejos de Dios
y buscar el perdón por medio del arrepentimiento. Al corazón humilde Dios
no lo desecha. Él siempre tiene misericordia del que es honesto y le busca con
sinceridad.
La más grande fe
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que la fe se basa en la
autoridad que tiene la palabra de Jesús.
Introducción: El pueblo de Israel tenía la idea de que solo ellos, como pueblo
elegido, podían tener una verdadera fe en Dios. Consideraban que los gentiles
o paganos no podían tener una correcta relación con Dios por no ser los
elegidos. El mismo Señor Jesús expresó que él había venido por el pueblo de
Israel (Mateo 15:24). A pesar de eso, se dieron varios acontecimientos que
mostraron que para la fe no hay límites de nacionalidad. El pasaje de hoy es
un ejemplo que nos muestra esa verdad.
CUERPO
3- Jesús maravillado.
Ante la respuesta del centurión Jesús quedó muy impresionado: “ 10 Al oírlo
Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun
en Israel he hallado tanta fe” (v. 10). Ni siquiera entre su pueblo el Señor
encontró una fe tan grande como la que el centurión mostraba. Mientras su
pueblo dudaba y rechazaba lo que él era, el hombre gentil creyó que el Señor
era poderoso por medio de un razonamiento bastante lógico. Además, anunció
que en el futuro muchas otras personas habrían de tener tanta fe como la del
centurión: “11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se
sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; 12 mas los
hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el
crujir de dientes” (v. 11-12).
APLICACIÓN
Esos muchos que creerían a la manera del centurión eran las naciones gentiles,
las que no son judías. Esas personas que confían en el poder del Señor son
quienes, igual que el centurión, obtienen la respuesta que buscan:
“13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su
criado fue sanado en aquella misma hora” (v. 13). Hoy es nuestra hora para
recibir también la respuesta que necesitamos. Para eso es necesario recibir a
Jesús como salvador. Luego, solo debemos tener una confianza completa en
que él tiene todo poder y una sola palabra suya basta.
La confianza en Dios
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que de la misma manera que
Dios cuida de su creación lo hará con sus hijos.
Cita Bíblica: Mateo 6:25-34 “25 Por tanto os digo: No os afanéis por
vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro
cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo
más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan,
ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis
vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho
que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os
afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni
hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así
como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se
echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros,
hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o
qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas
cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas
cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana
traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”.
CUERPO
1- De lo mayor a lo menor.
Una de las cosas en que Jesús pidió que debiésemos poner nuestra confianza
en Dios es en lo que se refiere a las necesidades cotidianas. “25 Por tanto os
digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de
beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el
alimento, y el cuerpo más que el vestido?” (v. 25). Jesús dijo que no
deberíamos preocuparnos por lo que comeremos o vestiremos, deberíamos
confiar en que Dios nos dará esas cosas. La razón es de pura lógica: si Dios ya
nos dio el cuerpo, que es lo más complicado, ¿Cómo no nos dará el vestido? Y
si Dios ya nos dio la vida, que es todo un milagro, ¿Cómo no nos dará el
alimento? Si Dios ya nos dio lo que es mas ¿Cómo no nos dará lo que es
menos? Por tanto, debemos confiar en que Dios nos dará el vestido y la
comida, de la misma manera que nos ha dado el cuerpo y la vida.
APLICACIÓN
La fe en Dios comienza con algo básico: colocar nuestra confianza en Jesús
para nuestra salvación eterna. Si podemos creer que él perdona nuestros
pecados, podremos también confiar que él nos sustentará. Hoy es el mejor
momento para creer en el con sinceridad. Es lo que debemos hacer hoy.
La fe se ve
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que la fe debe ser más que
palabras y convertirse en acción.
CUERPO
1- La fe que se ve.
En una ocasión le trajeron a Jesús una persona enferma: “2 Y sucedió que le
trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos,
dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados” (v. 2). Se
trataba de un hombre que estaba paralitico de tal manera que para
transportarlo debía ser llevado con todo y la estera sobre la cual reposaba.
Obviamente esto no podía hacerlo solo. Otras personas le ayudaron. Jesús vio
el esfuerzo de los amigos del paralitico que habían llevado al hombre hasta
donde él se encontraba. Nadie hace eso sino es porque tiene bastante
confianza en que Jesús podía hacer algo por el paralitico. A eso se refiere el
pasaje cuando habla de que Jesús vio la fe de ellos. La fe es una realidad
intangible, pero se manifiesta visiblemente por medio de las acciones. La fe de
estas personas se veía en el empeño que tomaron para llevar al hombre sobre
su estera. La fe se expresa y fortalece cuando actuamos en la dirección de lo
que hemos creído. Nuestras acciones fortalecen nuestra fe.
APLICACIÓN
Al ver al paralitico sanado y caminando hacia su casa causó una gran
conmoción: “Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había
dado tal potestad a los hombres” (v. 8). Esa es la bendición que Dios ha dado
a los hombres: que todo el que crea con una fe que actúa recibirá la respuesta
que busca. Hoy usted puede tener la respuesta a su necesidad espiritual
entregándose por entero a Jesús. Eso debe hacerse con una fe que actúa, que
no se queda solo en palabras. Esa es la fe que se ve, la que le agrada a Dios.
¿Por qué dudaste?
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que las bendiciones de Dios
se alcanzan por medio de una fe que persevera.
Cita Bíblica: Mateo 14:28-33 “28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor,
si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y
descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a
Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse,
dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la
mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y
cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que
estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres
Hijo de Dios”.
Introducción: Jesús había estado enseñando a las personas durante todo el día.
Al atardecer, les pidió a sus discípulos que subieran a la barca y pasaran al
otro lado del lago mientras el despedía a la multitud. Ya de noche, el Señor
subió a una colina a orar. Pero a la media noche, se desató una fuerte tormenta
que amenazaba con hundir la barca. Sabiendo Jesús que sus discípulos estaban
en problemas fue a ellos caminando sobre las aguas. Al acercarse, ellos
pensaron que se trataba de un fantasma y tuvieron mucho más temor. Pero
Jesús trató de tranquilizarlos diciéndoles que era él. La noche y la tormenta no
permitían ver claramente si se trataba verdaderamente del Señor. Fue por eso
por lo que Pedro solicitó una prueba de que en verdad era él.
CUERPO
2- La duda de Pedro.
La confianza que vale es aquella que podemos sostener hasta en los peores
momentos. “30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a
hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!” (v. 30). A pesar de que la fe
de Pedro era muy grande, las circunstancias le hicieron dudar. Los seres
humanos estamos llenos de errores y debilidades. Es muy fácil que podamos
abrigar dudas sobre el poder del Señor. La experiencia de Pedro nos enseña de
la importancia de mantener la confianza en todo tiempo. No solo cuando la
emoción nos embarga sino también cuando las tormentas se agudizan. “31 Al
momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca
fe! ¿Por qué dudaste?” (v. 31). Aun en el fallo de su discípulo, Jesús no lo
abandonó. Rápidamente extendió la mano y lo ayudó a salir del agua en la que
se hundía. Aun con nuestras fallas y dudas, el Señor no nos olvida. Siempre
estará a nuestro lado para rescatarnos en las horas más oscuras.
3- El poder de Jesús.
Al momento de hundirse Pedro estaba cerca de la barca, de manera que no fue
mucho lo que Jesús tuvo que sostenerlo. “32 Y cuando ellos subieron en la
barca, se calmó el viento” (v. 32). Jesús lo llevó hasta la seguridad de la
barca. Ya en ella, se produjo un nuevo milagro: la tempestad se detuvo. Con
eso quedaba demostrado el control que el Señor tenía de los elementos. No
hay tormenta real o figurada que escape al poder de Jesús. “33 Entonces los
que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente
eres Hijo de Dios” (v. 33). Los otros discípulos conectaron el fin de la
tormenta con la llegada de Jesús a la barca. Dos milagros habían ocurrido: el
caminar sobre las aguas y el fin de la tormenta. Por ese motivo, los discípulos
adoraron a Jesús y lo declararon Hijo de Dios. Él es el Señor del universo y
tiene todo poder en los cielos y en la tierra. Nuestra confianza no es en vano,
está colocada en aquel que todo lo puede.
APLICACIÓN
Las dudas pueden echar a perder todo lo que podríamos recibir de Dios. Por
ese motivo, nuestra confianza en el Señor debe ser total y perseverante.
Quienes han creído así en Jesús han alcanzado muchas bendiciones. La fe
comienza por creer que en el tenemos salvación. No hay nada que podamos
agregar o mejorar en el sacrificio de Jesús. En su muerte nuestros pecados
fueron cancelados y, ahora, debemos confiar plenamente en que él será
nuestro salvador. Reciba a Jesús hoy mismo creyendo en el sin dudar.
Grande es tu fe
Cita Bíblica: Mateo 15:21-28 “21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de
Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de
aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia
de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23 Pero Jesús
no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron,
diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24 Él respondiendo, dijo:
No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Entonces
ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! 26 Respondiendo
él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y
ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de
la mesa de sus amos. 28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer,
grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde
aquella hora”.
Introducción: El pasaje de hoy nos cuenta que Jesús fue a la región de Tiro y
de Sidón (v. 21). Estas ciudades se ubicaban en tierras gentiles. Esta es la
única vez que las Escrituras registran que Jesús haya salido de su país. Parece
que el propósito era el de tener unos días de descanso. Por esa razón, el
decidió no hacer pública su presencia en esa región de Fenicia. Según el
evangelio de Marcos, Jesús estuvo recluido en una casa evitando que las
personas lo identificaran. Pero, de alguna manera, una mujer pagana de la
región se enteró de su visita y aprovechó la oportunidad para ir y solicitarle un
favor.
CUERPO
1- La fe de la mujer cananea.
“22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región
clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija
es gravemente atormentada por un demonio” (v. 22). A pesar de que esta
mujer no era parte del pueblo de Dios, mostraba tener una gran confianza en
Jesús. Ella tenía bastante seguridad de que el Señor podría ayudar a su hija
que era atormentada por un demonio. Sin embargo, entre los judíos había
mucho rechazo hacia los gentiles. Ellos se consideraban ser el único pueblo de
Dios y, por tanto, las bendiciones eran solo para ellos. Eso explica la reacción
de Jesús y la de sus discípulos. “23 Pero Jesús no le respondió palabra.
Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues
da voces tras nosotros” (v. 23). Jesús ni siquiera le dirigió la palabra a la
mujer y los discípulos fueron más allá al pedirle al Señor que se deshiciera de
ella. Todos ellos como judíos tenían la idea de que Dios no tenía tratos con los
gentiles. En consecuencia, la mujer nunca habría de recibir el favor divino.
3- La fe que triunfa.
A pesar de tantos rechazos la fe de la mujer no fue vencida, sino que encontró
otro camino para expresarse: “27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos
comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos” (v. 27). Ella aceptó
el argumento del Señor y se apoyó en sus palabras para suplicar aunque fueran
las migajas de lo que les correspondía a los hijos. Jesús se vio grandemente
impresionado: “Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres” (v.
28). La confianza de la mujer era tan grande que sobrepasaba toda limitación a
la misión de Jesús. Jesús alabó la fe de la mujer y le concedió lo que pedía.
APLICACIÓN
Cuando la fe de la mujer se sobrepuso a todos los prejuicios y normas recibió
su recompensa. “Y su hija fue sanada desde aquella hora” (v. 28). Hoy es tu
hora para que también recibas la respuesta que esperas de Dios. No importan
los comentarios de las personas, sí tan solo puede seguir creyendo al Señor
recibirás su favor. Eso se logra por medio del arrepentimiento. Al abrir el
corazón a Jesús y rendirse por completo a él, se abren las puertas de su
bondad. Hazlo hoy mismo, la gracia de Dios está disponible para todo aquel
que quiera creer.
La fe y las preocupaciones
Cita Bíblica: Mateo 16:5-12 “5 Llegando sus discípulos al otro lado, se
habían olvidado de traer pan. 6 Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la
levadura de los fariseos y de los saduceos. 7 Ellos pensaban dentro de sí,
diciendo: Esto dice porque no trajimos pan. 8 Y entendiéndolo Jesús, les
dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis
pan? 9 ¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil
hombres, y cuántas cestas recogisteis? 10 ¿Ni de los siete panes entre cuatro
mil, y cuántas canastas recogisteis? 11 ¿Cómo es que no entendéis que no
fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y
de los saduceos? 12 Entonces entendieron que no les había dicho que se
guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los
saduceos”
Introducción: Los discípulos del Señor no eran solo sus seguidores sino
también formaban su equipo de trabajo. Ellos eran los encargados de los
asuntos administrativos. Por ejemplo, sabemos que las discípulas de Jesús eran
quienes aportaban una parte importante del dinero para la alimentación del
grupo. Ese dinero era administrado por Judas, quien era el tesorero. En el
pasaje que hoy nos ocupa encontramos que el resto de los discípulos eran los
responsables de comprar lo necesario para la alimentación de todos en el
tiempo oportuno. Incluso, sabemos que de vez en cuando Jesús les pedía que
entregaran donaciones a los pobres. De manera que Jesús estaba totalmente
dedicado a su ministerio sin tener que ocuparse de las cosas cotidianas, esas
eran responsabilidad de sus discípulos.
CUERPO
2- La fe ilumina el entendimiento.
“8 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros,
hombres de poca fe, que no tenéis pan? 9 ¿No entendéis aún, ni os acordáis
de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas
recogisteis? 10 ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas
recogisteis? 11 ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije
que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos?” (v.8-11).
Jesús se dirigió a sus discípulos llamándolos “hombres de poca fe”, porque ese
era su verdadera problema. Era esa falta de fe la que les impedía entender sus
enseñanzas. Pero el remedio para la preocupación es la fe, la confianza en el
Señor. Para fortalecer esa fe Jesús les recordó que ya en dos ocasiones había
multiplicado los panes, la primera vez para alimentar a cinco mil y la segunda
a cuatro mil. Entonces, no era nada el alimentarlos a ellos. Por tanto, no había
razón para estar preocupados. Como se dijo en una lección anterior, la fe tiene
que ver más con el razonamiento que con las emociones. El razonamiento
lógico del Señor alimentó su fe.
3- La comprensión de los discípulos.
Después de que Jesús les hizo razonar, los discípulos comprendieron sus
palabras. “12 Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen
de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos”
(v. 12). Lo que el Señor quería era que sus discípulos se libraran de la
hipocresía que tenían los fariseos, pues esa era la razón de su incredulidad.
Finalmente, sus discípulos habían comprendido el mensaje. El relato nos
enseña la importancia de tener fe para comprender la plenitud de las
enseñanzas del evangelio. Mientras estemos ofuscados por las necesidades
diarias no seremos capaces de comprender la totalidad del mensaje.
APLICACIÓN
Al tener una confianza plena en los cuidados del Señor nos libra de las
preocupaciones excesivas y, así, podemos tener una mente despejada para
entender todo lo que el evangelio significa. Si usted tiene problemas para
comprender las enseñanzas cristianas, necesita ampliar su confianza en lo que
el Señor puede hacer. De la manera que él multiplicó los panes y los peces,
también puede proveer a sus necesidades. Para adquirir esa fe, lo primero es
rendir a Jesús la vida entera. No reservarse nada. La clave es arrepentirse del
mal y disponerse a seguir al maestro. Para hacer eso, no debe esperar nada
más. Hoy es el día adecuado para creer en Jesús e iniciar una vida de
confianza en él.
Fe sin dudar
Cita Bíblica: Mateo 11:20-26 “20 Y pasando por la mañana, vieron que la
higuera se había secado desde las raíces. 21 Entonces Pedro, acordándose, le
dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. 22 Respondiendo
Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto os digo que cualquiera
que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su
corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será
hecho. 24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo
recibiréis, y os vendrá. 25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo
contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os
perdone a vosotros vuestras ofensas. 26 Porque si vosotros no perdonáis,
tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
”
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que para recibir la respuesta a
la oración debemos perdonar a los demás.
CUERPO
1- La higuera marchita.
“20 Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde
las raíces. 21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la
higuera que maldijiste se ha secado. 22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened
fe en Dios” (v. 20-22). Los discípulos quedaron sorprendidos de que la
higuera se hubiera secado tan pronto y no dudaron en atribuirlo a las palabras
que Jesús había pronunciado el día anterior. Efectivamente, cuando le hicieron
ver al Señor lo que había ocurrido él les respondió: “Tened fe en Dios”. Con
eso Jesús confirmaba que la higuera se había secado por sus palabras, pero al
mismo tiempo les daba la explicación de cómo había ocurrido: por medio de
la fe. Cuando se tiene una confianza en el poder del Señor, todo lo que
necesitemos se hará realidad. El que la higuera se secara no era un capricho de
Jesús, sino que era un símbolo referido al templo. Al no dar los frutos que el
Señor esperaba, sería desechado. Eso efectivamente fue lo que sucedió en los
años que siguieron. La fe es la que hace posible actuar dentro de los designios
divinos.
3- La fe y el perdón.
En esto de creerle a Dios juega un papel muy importante la oración: “24 Por
tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os
vendrá” (v. 24). Al orar es importante también tener la confianza de que Dios
responderá nuestras peticiones. Pero, además, es importante tener una buena
relación con las demás personas: “25 Y cuando estéis orando, perdonad, si
tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los
cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas” (v. 25). No se puede tener una
verdadera oración sino estamos reconciliados con todas las personas. De allí
que es tan importante perdonar sinceramente a los que nos ofenden, para
poder ser escuchados por el Señor. Nadie puede decir que tiene una buena
relación con Dios sino la tiene con las otras personas.
APLICACIÓN
Jesús completó su enseñanza afirmando: “26 Porque si vosotros no perdonáis,
tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras
ofensas” (v. 26). Existe una estrecha relación entre ser perdonados por Dios y
el perdonar a los demás. Si de verdad usted desea perdonar a las demás
personas primero debe recibir el perdón de Dios, pues perdonamos así como
somos perdonados. Para recibir ese perdón, debe rendir totalmente su vida al
Señor. Al hacerlo con sincero arrepentimiento, recibirá el perdón de Dios.
Entonces estará preparado para perdonar a los demás. De allí en adelante, todo
aquello que diga creyendo, ocurrirá. Esa es la promesa de Dios.
Justicia, misericordia y fe
Cita Bíblica: Mateo 23:23-24 “23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo
más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era
necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el
mosquito, y tragáis el camello!”
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que hay que vivir de acuerdo a
los grandes principios del evangelio.
Introducción: El capítulo 23 del evangelio de Mateo presenta el mensaje más
duro que Jesús dirigió en contra de la elite religiosa de su tiempo. Allí el Señor
descarga su incomodidad en contra de la hipocresía religiosa. Si el pasaje se
lee en una traducción popular de la Biblia se percibe mucho más su dureza. De
acuerdo con Mateo, ese mensaje fue el que precipitó la muerte del Señor en la
cruz. Lo que Jesús hizo fue evidenciar la hipocresía desde distintos puntos de
vista. En el pasaje que hoy consideramos, se encuentra un señalamiento en
cuanto al abandono de las cosas más importantes para Dios, para ser
sustituidas con cuestiones que, al final, pueden ser hasta superficiales.
Examinemos con detenimiento estas enseñanzas.
CUERPO
“La fe”. Es interesante que entre las cosas más importantes para Dios el Señor
hay mencionado la fe. Porque ella es la que nos permite relacionarnos
adecuadamente con el Señor. Solo quienes cultivan una confianza sincera en
el Señor son los que alcanzan su gracia. Más importante que diezmar el
comino, Dios desea que tengamos completa confianza en él.
APLICACIÓN
El llamado de atención del Señor en esta sección termina así: “¡Guías ciegos,
que coláis el mosquito, y tragáis el camello!” (v. 24). Los religiosos estaban
ciegos porque no podían ver ni entender lo que a Dios le importaba más. El
problema mayor era que, siendo ciegos, querían guiar a otros. ¡Hay de
aquellos que toman como sus guías a personas que no perciben las cosas del
Espíritu! Además, el Señor les enseñaba que su error era que se fijaban en las
cosas más pequeñas, pero descuidaban las grandes. Colaban el mosquito, pero
se tragaban el camello. Que Dios nos ayude para que podamos tener el balance
que el Señor desea. Debemos recordar las grandes virtudes, pero balanceadas
con las cosas pequeñas. Todo importa para Dios. Dentro de ese balance, el
primer paso es el de recibir a Jesús como Salvador. Para hacerlo, solo debe
reconocer que ha pecado y decidirse a vivir imitando a Jesús. Hoy es un buen
día para recibir la vida de Jesús.
La fe y la gratitud
Cita Bíblica: Lucas 17:11-19 “11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre
Samaria y Galilea. 12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez
hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos 13 y alzaron la voz,
diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! 14 Cuando él los
vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban,
fueron limpiados. 15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado,
volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus
pies, dándole gracias; y este era samaritano. 17 Respondiendo Jesús, dijo:
¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No
hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19 Y le dijo:
Levántate, vete; tu fe te ha salvado”
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que la fe que agrada a Dios es
la que va de la mano de la gratitud.
Introducción: La fe, como se ha dicho, es tener una confianza completa en el
Señor y en sus obras. La fe tiene la facultad de poder alcanzar el favor de
Dios. Aquello que se pide en plena confianza, lo recibiremos. Dios se agrada
de sus hijos que creen y confían en él, por eso los llena de sus bendiciones.
Pero una vez recibida la respuesta que se busca, se debe recordar que ella no
es una recompensa por nuestros méritos. Aunque se recibió creyendo, siempre
sigue siendo un regalo de su gracia. En consecuencia, siempre debemos ser
agradecidos con el Señor. La fe no quita la gratitud que debemos tener al
Señor. Por el contrario, la fe y la gratitud son elementos complementarios.
Dios se agrada de quienes muestran fe y agradecimiento, eso es lo que nos
enseña el pasaje de hoy.
CUERPO
3- El samaritano sanado.
Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando
“15
a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias;
y este era samaritano” (v. 15-16). Entre los diez leprosos había un hombre
que era samaritano, esa clase de persona que los judíos pensaban que eran
peores que paganos. Pero, cuando se vio sanado, el hombre decidió volver
donde Jesús estaba y allí, de rodillas ante él, no dejaba de darle las gracias. Si
bien era su fe la que le había sanado, no por eso dejaría de agradecer a Jesús.
“17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los
nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino
este extranjero? 19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado” (v. 17-18).
El Señor quedó muy extrañado de que, de los diez, solo uno hubiera regresado
para agradecerle. Y para colmo ¡este era un samaritano! Los otros nueve de
seguro se fueron con sus familias, contentos de estar sanos, pero no pensaron
en darle las gracias al Señor. La verdadera fe es agradecida, siempre reconoce
que todo viene de la mano generosa de Dios.
APLICACIÓN
Una vez el samaritano dio las gracias, el Señor le dijo: “Levántate, vete; tu fe
te ha salvado” (v. 19). Era la fe la que había producido la sanación del
hombre. Y siempre será la fe la que nos permita recibir cualquier favor de
Dios. Comenzando por el perdón de los pecados y la reconciliación, pero no
olvidemos que siempre debemos ser agradecidos por cada cosa que nos dé.
La fe perseverante
Cita Bíblica: Lucas 18:1-8 “También les refirió Jesús una parábola sobre la
necesidad de orar siempre, y no desmayar, 2 diciendo: Había en una ciudad
un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3 Había también en
aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi
adversario. 4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo
dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5 sin
embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que
viniendo de continuo, me agote la paciencia. 6 Y dijo el Señor: Oíd lo que
dijo el juez injusto. 7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que
claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8 Os digo que pronto
les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la
tierra?”
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que la fe que conquista las
respuestas de Dios debe ser perseverante.
Introducción: Las parábolas son historias cortas que Jesús relató con el
propósito de impartir enseñanzas. Algunas parábolas son más difíciles de
entender que otras. Pero, la que ahora consideramos tiene una lección muy
clara que el mismo evangelio explica: “También les refirió Jesús una
parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar” (v. 1). Una de
las cualidades de la oración es la fe. Sin fe no es posible recibir la respuesta
que se busca. Pero, esa fe debe ser perseverante. La parábola establece que
hay que orar siempre. A veces, por propósitos que Dios tiene, la respuesta no
llega tan pronto. Por eso es necesario tener una fe constante, que no se rinda
frente a los aplazamientos.
CUERPO
1- La necesidad de la viuda.
Esta vez la historia de Jesús era muy clara: “2 diciendo: Había en una ciudad
un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3 Había también en
aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi
adversario. 4 Y él no quiso por algún tiempo” (v. 2-4). Las viudas se
encontraban en desventaja en las sociedades mediterráneas. Por ser mujeres,
viudas y, casi siempre, pobres. Jesús no dijo quién era el adversario de la
mujer ni la razón por la que la molestaba. El hecho es que, viéndose sola, no
tuvo más remedio que acudir en busca del juez para que la ayudara. El juez
tenía mucha ventaja sobre ella: era hombre, tenía una posición social de
eminencia y era insensible. Por alguna razón, el juez no quiso acceder a la
petición de la viuda. Posiblemente porque no le parecía un caso importante, o
tal vez porque no podría sacar ningún provecho de la situación. Pero la viuda
tenía una cualidad: no se dio por vencida fácilmente. A pesar de la negativa
del juez, cada día la mujer volvía para pedirle que le hiciera justicia.
APLICACIÓN
La historia es hermosa y deja una enseñanza clara. Pero, quedaba flotando en
el ambiente una pregunta que Jesús hizo: “Pero cuando venga el Hijo del
Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (v. 8). Si la fe es clave para recibir
respuestas de Dios ¿tendremos la fe necesaria? Esa es la pregunta que toda
persona debe responder con honestidad. Hoy es una buena oportunidad que
podemos aprovechar para preguntarnos: ¿En verdad tenemos fe? ¿Es una fe
perseverante? De las respuestas que demos dependerá que recibamos las
bendiciones del Señor. Asegurémonos de ser como la mujer viuda:
completamente decididos a luchar por recibir una respuesta. Crea en Jesús
para alcanzar la vida y la comunión con él.
Que la fe no falte
Cita Bíblica: Lucas 22:31-34 “31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he
aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he
rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus
hermanos. 33 Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no solo a la
cárcel, sino también a la muerte. 34 Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo
no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.”
CUERPO
1- La fe puesta a prueba.
Era el atardecer de día cuando Jesús sería capturado. Eso era algo que él ya
había anunciado a sus discípulos en varias ocasiones. Pero ellos no habían
comprendido la dimensión de sus palabras y no se habían preparado para la
ocasión. Hay situaciones en la vida cristiana en que hay que hacer cúmulo de
fuerzas para enfrentar las dificultades que vendrán. Previendo la situación,
“31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para
zarandearos como a trigo” (v. 31). De igual manera que el agricultor
zarandea el trigo para limpiarlo, el Señor había permitido a Satanás zarandear
a Simón y a los otros discípulos. De vez en cuando, tendremos que enfrentar
situaciones difíciles que pondrán a prueba nuestro carácter. El propósito de
todo eso es que seamos perfeccionados y afirmados en nuestras convicciones.
Pero, eso es algo que no se produce fácilmente. Si no se han reunido las
fuerzas suficientes para perseverar en medio de la dificultad, es posible que
resultemos desaprobados. Jesús insistió en la necesidad de orar y estar alertas
para que la tentación no hiciera estragos entre sus seguidores.
2- Que la fe no falte.
Esta es la ocasión cuando Jesús advirtió a Simón que terminaría negándolo.
Eso no solo ocurriría con él sino también con los demás discípulos. Al no
existir una preparación adecuada, el fracaso era solo cuestión de tiempo. Las
cosas saldrían mal, ellos serían infieles, pero Jesús le aseguro a Simón:
“32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma
a tus hermanos” (v. 32). A pesar del desastre que se avecinaba, había una sola
cosa que Jesús había asegurado: que la fe no le faltara a Simón. En la vida
podremos descuidarnos, cometer errores, experimentar fracasos y hasta ser
infieles al Señor, pero mientras la fe siga en nuestro corazón, hay esperanza de
recuperación. Eso era lo que Jesús le aseguraba, que a pesar de que lo negaría,
la fe que permanecería en él le haría volver al camino correcto y, además,
terminaría confirmando a los otros discípulos. Podremos fallar y perder todo,
pero mientras no nos falte la fe, siempre habrá esperanza de volver a
comenzar. Siempre volveremos a retomar el camino correcto con las lecciones
aprendidas.
3- La falsa seguridad.
La advertencia de Jesús era motivada por el amor, lo que él deseaba era lo
mejor para Simón y los otros discípulos. Pero Simón respondió con una
confianza humana: “Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no solo a
la cárcel, sino también a la muerte” (v. 33). Esa afirmación de Simón era del
todo sincera. El de verdad estaba dispuesto a ser fiel al Señor hasta la muerte.
El problema era que para tener esa fidelidad se necesita una altura espiritual
que él no tenía. Es lo que ocurre con muchos cristianos: tienen muy buenas
intenciones, pero no se han puesto a cultivar el carácter y las convicciones que
necesitan para ser fieles. Las buenas intenciones no quedaran más que en
palabras si no se practican las disciplinas y se toma en serio la necesidad de
negarse a uno mismo.
APLICACIÓN
A pesar de las buenas intenciones de Simón, el Señor sabía lo que de verdad
ocurriría: “34 Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes
que tú niegues tres veces que me conoces” (v. 34). La negación de Simón
sería catastrófica. Pero, el Señor ya había pedido para que su fe no faltara.
Mientras hubiera fe en su corazón, siempre podría reponerse. Es la fe el
mínimo que nos relaciona con Dios. ¿Tienes tu fe? Esa fe debe ir más allá de
una creencia, para convertirse en un seguimiento honesto del Señor. Hoy
puedes recibir la fe creyendo en Jesús como Salvador y recibiéndolo con
sinceridad. Debes abandonar tu vida sin Dios y tomar el camino de la
imitación de Cristo. Hoy es el mejor día para tomar esa decisión.
Objetivo del bosquejo: Enseñar a los hermanos que frente a las tribulaciones
por causa del evangelio es necesario permanecer firmes en la fe.
Introducción: Cuando el Señor Jesús terminó su ministerio sus discípulos
continuaron con la obra de fe que él había iniciado. Después de unos años, se
comenzó a extender el anuncio del evangelio más allá de las fronteras de
Judea y Samaria. El apóstol Pablo tuvo un papel preponderante en esos
esfuerzos. Él se enfocó en anunciar el evangelio en regiones donde nunca
nadie lo hubiera hecho. Es así como llegó junto con Bernabé a ciudades como
Listra e Iconio. En esos lugares sufrieron muchos maltratos, lo cual, resultaba
ser un mal inicio para quienes creían en Jesús por primera vez. Para evitar que
los nuevos creyentes se desalentaran, los apóstoles tuvieron que tomar
medidas para fortalecer la fe de ellos.
CUERPO
2- Permanecer en la fe.
Lo más importante que los creyentes debían comprender era que las
tribulaciones son parte de la vida cristiana. Por tanto, nadie debía sorprenderse
por las dificultades. Pero, un asunto clave de la perseverancia, era la necesidad
de conservar la fe. Como hemos visto en una enseñanza anterior, todo puede
faltar, pero la fe es la clave que nos mantendrá en comunión con Dios. Por
eso, los apóstoles hicieron un esfuerzo “exhortándoles a que permaneciesen
en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios” (v. 22). A pesar de los ataques y rechazos ellos
debían permanecer en la fe. Se puede experimentar temores, pero nunca hay
que abandonar la fe. Sin ella, no es posible agradar a Dios. Por eso los
apóstoles los animaron a seguir creyendo. Además, les hicieron ver que es
normal atravesar muchas tribulaciones para poder entrar en el reino de Dios.
Todo creyente, en todo lugar y en toda época, ha tenido que enfrentar
tribulaciones. Pero ellas no deben jamás ahogar nuestra fe en el Señor
Jesucristo.
APLICACIÓN
Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de
Dios. Los creyentes siempre encontraran contradicciones pues llevan una vida
contraria a la de la corriente del mundo. Permanecer en la fe es una cuestión
de la mayor importancia. Esa fe comienza con el acto de recibir a Jesús como
salvador. Eso supone el arrepentimiento de la vida vieja y el deseo de ser
guiados por el Señor. Al decidir vivir bajo la dirección del Señor se cobra una
nueva visión de la vida. Ese cambio es el que produce el choque con el
mundo, de allí se originan las tribulaciones. Pero, no debemos desmayar sino
ser fieles al salvador que nos amó.
CUERPO
1- El fin de un perseguidor.
Pablo había pensado que su deber religioso era el de perseguir y terminar con
los cristianos. Por ese motivo, se dirigió a la ciudad de Damasco con el objeto
de apresar a más creyentes. Pero, camino a esa ciudad, sucedió lo inesperado:
una luz muy fuerte lo sorprendió al mediodía. Pablo lo relató así: “Y habiendo
caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua
hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces
contra el aguijón” (v. 14). Pablo estaba asombrado al mismo tiempo que
confundido. Entonces preguntó: “¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo
soy Jesús, a quien tú persigues” (v. 15). De esa manera dramática fue como
Pablo llegó a conocer a su salvador. A pesar de que él era perseguidor de la
iglesia, el Señor se acercó a él para brindarle salvación. Jesús se le había
revelado.
2- El propósito de la salvación.
Jesús resucitado se había manifestado a Saulo con un doble propósito. El
primero de ellos era el de otorgarle salvación y, el segundo, el de usar su vida
con un propósito específico. Si bien la salvación es un asunto de la mayor
importancia, también Dios desea usar a sus salvados para que cumplan con
una misión. En el caso de Pablo, este fue el propósito que el Señor le mostró.
“Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti,
para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas
en que me apareceré a ti, 17 librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a
quienes ahora te envío” (v. 16-17). La misión de Pablo era la de ser testigo
del Jesús resucitado que se había aparecido a él y, además, anunciar las buenas
nuevas a los gentiles. Al salvarnos Dios no solo pretende librarnos de la
condenación sino también hacernos instrumentos de su gracia para que otros
alcancen una fe semejante a la nuestra. Toda persona que ha sido alcanzada
por la gracia debe preguntarse qué es lo que Dios desea que haga.
APLICACIÓN
Siendo tan importante la fe, nuestro mayor énfasis debe colocarse en
desarrollar una completa confianza en el Señor Jesús y su palabra. Si
confiamos en la receta de un médico, en la asesoría de un abogado y en los
contenidos de un noticiero, con mucha más razón debemos confiar en las
buenas nuevas de Dios. Ninguna persona que creyó en el Señor resultó
defraudada. Los hombres pueden equivocarse o mentir, pero Dios nunca falla
ni miente. De manera que podemos poner con toda confianza nuestra vida en
las manos de Dios. Hoy puede dar ese paso de obediencia y de fe recibiendo a
Jesús como su Salvador.