Está en la página 1de 32
ALE gSRA © Del texto: 2009, Pepe Pelayo (© De Ins iustraciones: 2009, Alex Pelayo De esta edicion: 2009, Aguilar Chilena de Ediciones S.A. Dr. Anibal Ariztia 1444, Providencia ‘Santiago de Chile ISBN; 978-956-239-711-7 Inscripcidn N° 184.941 Impreso en Chile/Printed in Chile Primera edicion: octubre 2009 Seguncla edicon: julio 2010 Disefto de colecei6n: Manuel Estrada Una editorial del grupo Santillana con sedes en: Espa + Argentina * Bolivia + Brasil + Chile + Colombia + Costa Rica + Ecuador « El Salvador * EE.UU, + Guatemala + Honduras * México + Panam + Paraguay + Pert « Portugal + Puerto Rico « Repiblica Dominicana * Uruguay + Venezuela Tinos oe derechos eseribos an pcan pede se epic, wen 080 pre, ead en ors tema de eeupeacn ds eformacin. en ning fea poring se ciao, tin fn eettnic, apne slecrdico por ‘pi sgl ato, si el ferns previo por ‘oi neta Lucia Mojitos, corazon de melon PePe Pelayo lusvacines de Alex Pelayo ALE SSRA PRIMERA PARTE Lucia Mojitos descubre algo muy extrafio a Mojio, moitito, a, mofiote, mofino (De su compaiiero Gordon le vino) —Hola, Lucia Moiiitos. ;Qué haces? —Hola, Gordon. Estoy armando un cuerpo humano con pegatinas. Es una tarea del colegio que debo entregar majfiana. —Deja ver... |Eh! Pero a esa cabeza le falta una oreja. ,No tienes més orejas? —No, habia una sola, parece. —{ Quieres que te done ese 6rgano? —No te entiendo, Gordon. —Mira, en la vida real, cuando a alguien se le enferma grave un 6rgano, tiene que esperar a que otra persona se muera y le done su 6rgano, — Qué mofia! —Pues asi es. Parece que no es facil la cosa. —¢Por qué no? ,No es facil conseguir un recién muerto, Gordon? —Eso te digo... — Pero si eso es facilisimo! Mira. 13 quieres localizar a alguien recién muerto s6lo mira las noticias en la tele y verds que siem- pre hay uno. —Pero no es sélo eso, Lucia. No haces nada si encuentras a un recién fallecido, tam- bién tienes que esperar a que la familia acep- te donar el 6rgano. —Y para qué tanto tramite si es para salvar una vida, Gordon? —No sé. Lo que sé es que si el muer- to querfa donar sus 6rganos y la familia no, entonces no hay donacién. — | Qué mojia! Yo no veo eso correcto. —No lo ves correcto porque ti tienes un corazén de melén, Lucia Mojitos. —ZY eso es bueno o malo, Gordon? —Es bueno. El melén es bueno.,. Pero entonces, gquieres una oreja 0 no? —Claro, esperaré por tu donacién para completar mi figura. —Esta bien, Lucia. Voy a casa, busco una pegatina de oreja y te la traigo enseguida. —Gracias, Gordon. ;¥ aptirate porque debo entregarlo mafana temprano!... (Ojalé que la oreja que me traiga no sea de burro o de conejo, o de elefante, o del tio Otilio). = Mojfio, mojito, a, mofiote, mofé (A su amiga Ricitos encontr6) —Hola, Ricitos de Cho- colate, por qué tan apurada? —No sé, Lucia, no me habia dado cuenta. No tengo nada que hacer, quizds por eso ando con rapidez. —jPor qué? —No sé, debe ser para aprovechar mas el tiempo sin hacer nada. —No entiendo mucho, Ricitos, pero tt sabras. —Bueno, gy tti qué haces? —Mi tarea: un cuerpo humano con pegatinas. Pero estoy muy preocupada por- que Gordon dijo que iba a traerme una oreja 1S y no ha regresado, Quizas la madre no acepté que él me donara ese 6rgano... —;Donar? —Si, Gordon me explicé que si a alguien se le eriferma grave un 6rgano, podrian ponerle el de un recién muerto. —{Ponerle? —Ya averigiié y eso se Ilama tras- plante y lo hacen los médicos y asf se salvan vidas. —=2Y por qué la madre de Gordon no va a querer, Lucia? —jQué sé yo! Dicen que a veces la familia del muerto no quiere donar, {Sabes por qué pasa eso, Ricitos de Chocolate? —No. Dime ti. — {Qué sé yo! Por eso te pregunto. —{A mi? {Si yo tampoco sé, Lucfa...! Pero 16 ahora yo me pregunto: ,no ser un problema {Eh?... Contéstame, no? —j.Qué cosa? —Te decia que ahora yo me pregunto... —jAh, entonces contéstate tii! jOsino pregtintame a mi! —Estd bien. Ahora yo te pregunto: gserd un problema religioso? —No sé, Ricitos de Chocolate. Ya te dije que no sé. ( “ —Te lo pregunto porque quizas pien- sen que su difunto va al cielo y el rgano que dona el otro muerto puede venir con algtin ado incorporado. OF as Gena Eso que dices esté muy raro,.. Voy a pensar en eso. Chao, amiga... (Es como si la oreja que trae Gordon viniera con yanidad 0 con cerumen). aa Mojo, mojito, hy Mojfiote, mofina (Hasta su primo Mediometro opina) —Hola, Mediometro. —Hola, Lucia Moiiitos. —Vengo a preguntarte algo, porque dicen que tt eres un sabelotodo. —Asi dicen. —{Sabes qué es una donacién de 6rganos? —Por supuesto que si. ;Chao, Lucia, tengo que...! —Espérate! |Qué mofia! ;No me res- pondiste...! —Claro que sf. Ya te dije que sf sé qué es una donacién, ;Qué mas quieres saber? —Quiero saber esto, Mediometro: {por qué los familiares se niegan a aceptar la donacién de 6rganos de su muerto, aun sabiendo que con eso alguien podria perder la vida? —Muy facil. Por ser gente apegada a viejas costumbres. Quizas piensen que el dia 18 de los fieles difuntos, ellos tendrian que ir hasta la casa del que recibio el corazén y ponerle flores en el bolsillo de la camisa, al lado del érgano donado. ;Entiendes, Lucia? — Qué mofia! Pensaré en eso... Chao, primo... (Quizds la mama de Gordon piense que si la oreja la tengo yo, vaa escuchar cosas que ella no le permite ofr... ;Pues voy a dejar que escuche las peleas de mis vecinos! {Has- ta otitis le va a dar!). af Mojio, mojito, mofiote, mofiotra (Su amiga Ricitos esta en otra) —jHola, Lucia Mojitos! —jHola, Ricitos de Sushi! ; Ven aca un segundo! —{Qué quieres, mi amiga? jEstoy muy apurada! —¢Puedo hacerte una pregunta? —Claro, si ya me la hiciste. —{Cudndo? —Ahora. Me acabas de preguntar si podias hacerme una pregunta, {no es cierto? —Si, pero esa pregunta no vale. — Entonces son dos preguntas? — Si, Ricitos de Sushi. —Ah, entonces no puedes hacérmela porque debo irme. Esta mafiana me dijeron que fuera a comprar arroz al supermercado y no he ido, y ti sabes cémo se pone mi madre cuando dejo de hacer un mandado. Ella piensa que jugar no es importante, pero cuando uno sale del cole- gio por la tarde tiene que jugar, zno? Porque... 20 = {Cortala! {Qué mofia!... Ser para otra vez, chao... {En este rato yo habria hecho diez preguntas y ya las hubiera contestado!). a Moijio, mojito, a, mofote, mond (Con el primo Pararrayos indagé) —jHola, Pararrayos! —jHola, Luefa Mojitos! —Deja el compu y atiéndeme. Nece- sito que me des tu opinién sobre una cosa. —Y me quedo yo sin opinién? Eso no me conviene. —No, Pararrayos, sélo necesito que me la digas y después te quedas con ella. —Ah, asi si. —Mira... —¢Para dénde? lo, no dije «mira» para que mira- ras. ;Sdlo es una forma de hablar! —Ah. —{Puedo preguntarte algo? —Claro, Lucia. —Ven acé, Pararrayos.... —Pero si estoy aqui, bien cerea de ti. —jNo! {Qué mojia! ;Te dije-«ven acd» porque también es una forma de hablar! 22 —Pero no te enojes, Lucia. —Estd bien, Pararrayos, no me enojo. La pregunta que te quie- ro hacer es: ,por qué crees que ala gente no le gusta donar rganos? —La verdad es que no estoy muy seguro, pero me imagi- no que mucha gente pertenece a la Sociedad Protectora de Gusanos y defenderan los derechos de éstos para recibir completos los cuerpos de los difuntos. — Como? —Si, Luefa, jlos gusanos se comen enteritos los cadaveres! — {Qué asco! —jAsco-mido alguno? Je, je. — Cuil es el chiste? —No es un chiste. jEs una forma de hablar, Lucia! 23 — {Qué mofia! Bueno, te dejo. Voy a pensar en lo que me dijiste. Chao, primo... (Voy a tener que fumigar la oreja de Gordon cada dos © tres dias por si vienen los gusanos esos). a Mojio, mojito, hy mojiote, monid i, (El vecino Miguel la enloqueci) —Hola, Lucia Mojitos. {Qué haces por aqui? Que yo sepa no te gusta Ja carpinteria. —Hola, don Miguel. —{Qué? Que como esta! —zCometa? —jjLo estaba saludando!! 25 —jAh, claro que estoy sudando! ;Me alegro que pases por aqui de vez en cuando! —jVine también a consultarle algo que estoy investigando! —;Hostigando? —jjNo!! ;jInvestigando!! —Pues pregunta lo que quieras, que aunque no te mire por estar trabajando, te escucho. Pero no me digas mentiras. Don Miguel, yo no miento! —;Pimiento? ,No te gusta el pimiento? —No, parece que no me esté escu- chando, —Pero dime, hija mia, gqué te esta hostigando? —jNada! ;S6lo quiero saber por qué la gente se niega a donar 6rganos! —{A dorar oréganos? —jQué mofia!... ;jGracias y chao, jiSigo mi camino! — Comino? |Si te hostigan tanto los alifios, debes ir a un médico, Lucia! —Es cierto, pero al psiquiatra, porque por poco me vuelve loca... (Ojalé que la ore- ja que me trae Gordon no esté sorda), a Mojio, mofiito, a, mofiote, mofiada (Su amiga Ricitos desinformada) —Hola, Lucia, me dijeron que quieres intercambiar 6rganos. —No, parece que hubo un malenten- dido, Ricitos de Trigo, porque. —Es que quisiera cambiar las cabezas. —Es trasplantar... —Bueno, Lueja, trasplantar nuestras cabezas, porque de verdad estoy muy aburri- | | da de mi pelo. —Pero, Ricitos, lo que pasa es que... —Nada, a ti también te conviene un cambio. {Con esos mofios! —Es que —Mira, Luefa, si dese- as también cambiar las piernas, no tengo pro- blemas. —Yo no me hago lios, porque después cambio las tuyas con Ricitos de Chocolate, que las tiene més lindas. — jPero, Ricitos, entiende! Yo estoy en el asunto de los trasplantes, si, pero busco algo més profundo... — ;Profundo? —Claro, hablo de valores humanos, de actitudes, de sentimientos... —jAh, ya comprendo! Bueno, te cam- bio entonces tres enojos y dos tristezas que he sentido este mes por una alegrfa tuya. —jRicitos! — Qué? —Nada, mas tarde nos vemos... (Es tan absurdo esto que si ahora llega Gordon con Ia oreja, la pegaré entre ojo y ojo, o en medio de la frente de la figura humana). ae Mojfio, mojito, yy mojfiote, mofior (Con mi amiga Ricitos fue peor) —Hola, Ricitos de Miel. —Hola, Lucfa Moiiitos. —Estoy en plena investigacién: ,por qué crees que la gente dona pocos Organos si saben que con eso pueden salvar vidas? —jPorque la gente es muy ignorante, Lucia! —|Entonces hay que hacer una cam- pafia para informarlos bien! 7No es cierto? —No sacas nada si la haces, Lucia. — Por qué? —Porque seguro van a pensar que es una campaiia de donacion de érganos, pianos, xil6fonos y esas cosas. —j Qué moiia!... Voy a pensar en eso también. Chao, amiga... (Creo que la oreja que me traeré Gordon no a va tener ofdo para la miisica). a Mojio, moftito, a, Mofiote, mofiet (Le escribe a Yoyito por Internet) Para : Yoyito De : Lucia Moiiitos Asunto : Organos Hola, Yoyito: 4COmo te fue er el colegio hoy? No te via la salida. Hoy ha sido un dia oscuro para mi. Me enteré de muchas cosas: que cuando uno se muere se lo comen los gusanos, or ejemplo. Qué asco, gno es cierto? Se comen nuestra carne y hasta se chupan nuestros huesos... Pensandolo bien no es tan asqueroso, porque eso mismo se lo hace- Mos nosotros a los pollos y no somos gusanios. Recuér- dame protundizar este punto otro dia Hoy también supe que tengo un corazén de melén. Averi- giié y eso significa que soy muy dulce, parece. Por tanto, no podria trasplantarle mi coraz6n a alguien con diabetes, alguien con mucha azdcar en la sangre o algo asi. Imagi- nate, yo dandole un coraz6n dulce a esa gente. Claro, que No podria donérselo a nadie porque al sacdrmelo, el cora- 26n se exprimiria y se convertiria en jugo. Pero bueno, 30, todo eso son detalles. Lo principal que aprendi es que hay gante que se niega a donar los érganos de sus familiares recién fallecidos. incluso sabiendo que ese 6rgano puede salvar la vida de un enfermo. jAtin se me ponen las morios de puntal Es como si a mi mufieca se le cayera un brazo y imi amiga Ricitos de Miel, que tiene una mufieca igual, con sus brazos en buen estado, se le rompiera completamente la cabeza y decidiera botar su mufieca a la basura, aun sabiendo que a mi mufieca le hace falta un brazo. Es increfble, {ano es cierto? Te juro que si me hiciera eso, ino me ibaa ver al mofio en mucho tiempo! Bueno, basada en la investigacion que hice sobre este asunto, llegué a la conclusién siguiente: jla gente lo que quiere es que en vez de donar, le compren los érganos de sus muertos! No tengo otra explicacién. gTe imaginas que monten una feria y se pongan a regatear a los familiares de los pacientes? iVaya, vendo un ojo, un higado y una oreja! {Todo en liquidacién! {No se pierda esta oferta! ;Pulmones sin fumar! jLleve dos y pague uno! jLiame yal... Bueno, te cuento que hice mi tarea de ar- mar una figura hu- mana con pega- tinas, S6lo me 31 faltaba una oreja. Y estuve a un mofito de consequirl por- que Gordon, mi compafero de curso, me dijo que me iba conseguir una, pero nunca liegé con ella. Entonces, como no tengo un mofo. de tonta, entregué la figura asi mismo, sin una oreja; es decir, tuerta de oido. Y como no tengo mofios en la lengua, le dije a mi profe que esa figura era Van Gogh, un famoso pintor que supe que se habla corta- ddo una orefa y que a partir de ese hecho dejé de pintar, por- que s6lo pintaba de ofdo. Eso fue lo que escuché dz ese Pintor y eso fue lo que dije. No sé cémo lo tomara la prote, Porque la figura con pegatinas no se parecia a Van Gogh, mas bien se parecia a Bob Esponja Bueno, Yoyito, piensa en estas cosas, haz tu investigacion y me eseribes, conténdomelo toda con mofios y sefales Dile a tu hermano Ada que te deje mas tiempo al final de clases. Enseguida se van y nos podemos ver muy poco 32 Dile que él se quede también con noso- tros. gRecuerdas la broma que le hici- mos la tiltima vez? jEs que es muy facil hacerle una tomadura de mofio a tu hermano! Ti y yo siempre la pasa- mos bien, gno es cierto? Bueno, muchos saludos y nos vemos matia- na en el colegio. ; SEGUNDA PARTE Lucia Mojitos. PD. {Ojo! Si conoces a alguien que Lucia se pone a investigar espera por un trasplante, dile a ese paciente que no se impaciente, porque voy a armar una campafia nacional, internacional y universal Hasta los extraterrestres van a mandar Organs! jYa veras! Estoy hasta el Ultimo mofio de que la gente no haga nada! jPor eso se me meti6 entre mofio y mofio hacer algo! Chao000000000000. welt £ Mojio, mofito, a, mojfiote, mofiato (Al fin le Hega su primer contrato) Eran cerca de las cinco de la tarde cuando unos pequefios nudillos tocaron a la puerta. Lucfa Mojitos miré por el ojo magi- co y tuvo que empinarse mucho para ver a Yoyito, su mejor amigo. Le abri6é enseguida de par en par, —Hola, Lucia —saludé el chiquillo. —jHola! ;Qué haces aqui? —pregun- t6 la nifia, extrafada. —Vine por el aviso que pusiste en el colegio —respondié él. —jAaaah, si! —record6 ella, Tres dias atrs se le ocurrié pegar un letrero en el mural del colegio, ofreciéndose a trabajar como nifiera para cuidar padres. Le hacta falta dinero para la gran campafia por la donacién de 6rganos que pensaba organizar. No tenia dinero y mandar a hacer afiches era caro, y comprar un espacio en los diarios, radios y canales de televisién costaba un ojo 37 de la cara, para seguir mencionando Organos. Primero pens6 en hacer galletas de chocolate para vender, pero desistié. Engordarfa como una ballena y quizds no alcanzaria a recaudar mucho. Y asf, pensando y desechando ideas, lleg6 a la de ser niftera de padres. Ella siem- pre habia sostenido que los padres exagera- ban con eso de lo complicado de cuidar nitos. «Es todo lo contrario», afirmaba Lucfa Moii- tos. Decia que para los niftos era ms compli- cado que los padres los cuidaran, porque repe- tian todo el tiempo: «no hagas esto», «no hagas lo otro», «no toques esto», «no toques lo otro», «no juegues con eso», «no digas eso otto», y asi miles de limitaciones. Por eso, si fuera al revés y ella tenia que cuidar a los padres, sabria mejor cémo manejarlos, — (Quieres que te los cuide ahora mis- mo? —quiso saber la nifia, entre contenta y nerviosa. —Si —respondié Yoyito—. Mi her- mano Adz me va a llevar a jugar a casa de Pocho. jPero no nos vamos a demorar tanto! —Estd bien —acepté la nifia, escon- diendo su alegria—. Tréelos. —Oye, Lucfa, ;te puedo pagar mafia- na? —susurt6 el chiquillo con temor. —jPor supuesto, Yoyito! —le aseguro la nila. y El nifio salié disparado hacia el auto donde estaban sus padres. Regresé trayendo a cada uno de la mano. ; a —Mira, Lucfa, estos son mis papas —los resentd Yoyito. i i —Buenas tardes, sefiora —saludo la nifia. ‘ —Marina, yo me llamo Marina —con- test6 la mujer—. Y él es Eduardo, mi marido. 39 —Hola, Lucfa Moiitos —dijo el hom- bre—. Espero que nos Ilevemos bien. —Si, no se preocupe, don Eduardo —le dijo la nifia—. ; Adelante! —Bueno, mi amiga, yo me voy. Los recojo a las seis —le aseguré Yoyito, y bajan- do la voz aftadi6—: Ten cuidado. No les quites los ojos de encima. Es un rato nada mas, pero iya sabes cémo son los adultos! — Vete tranquilo —dijo Lucia, dando- le confianza—. Estén en buenas manos. Yo sé manejarlos. ~jChao, mami! ;Chao, papi! ;Porten- se bien! —les grité Yoyito desde la acera. i Moiio, mojito, Gy mojfiote, mofioso— (EI papa se pone muy peligroso) Lucia les mostré la casa y les dijo que podfan hacer lo que quisieran, excepto abrir Ja puerta de la calle y meter jos dedos en los enchufes. Luego los invit6 a jugar naipes y ellos aceptaron. La nina estaba content Aquello era més facil de lo que se habia ima- ginado. No le costarfa mucho esfuerzo conseguir bastante dinero para la \ campaiia. 4 Después de un rato jugando, el padre de Yoyito fue el primero en levantarse de la mesa. —Me aburri —dijo—. Lucfa, puedo ir al bafio? —Claro que si —respondié la nifia. —Gracias, gordita —dijo el hombre, pasdndole la mano por la cabeza al cruzarse con ella. A Lucia le molesté que la Ilamara gor- dita y que le tocara sus mofiitos, pero no dijo nada. Se mantuvo sentada con la sefiora Mari- na. A pesar de los pequefios detalles, le gusta- ba el trabajo. Era cémodo, facil. zC6mo no se le ocurrié antes? Claro, era un poco sedentario y podria hasta ser aburrido, porque los adultos no corren ni juegan como los nifios. Pero vol- vi6 a pensar en la necesidad de promocionar la donaci6n de 6rganos en los enfermos, y se convencié de que con unas cuantas veces que cuidara padres aportarfa bastante a la causa. Después de dialogar sobre el tiempo. lo antiguas que eran este tipo de casas y lo mal que se vestfa la maestra, la mamé de Yoyito comenzé a hacerle preguntas algo mas intimas a Lucia. {Quiénes vivian con ella, qué hacian sus padres, por qué usabas esos moilitos feos? 42 Y varias mds. Al principio, la nifia respondié espontaneamente y sin reservas, pero al rato se dio cuenta de lo metida, chismosa y pre- guntona que se volvia la sefiora. Ya le iba a ensefiar un poco de educa- cién, cuando se escuch6 un grito y un estruen- do que ‘remecié 1a casa. Luefa y la sefiora Marina corrieron hacia donde estaba don Eduardo, que yacfa adolorido en el piso, debajo de una escalera y muchos vidrios. — jEstés bien, viejo? —grité alarmada la seflora Marina. —jQué mofia! {Qué pas6? —quiso saber Lucfa Mojitos, bastante asustada. —Estoy bien, sélo unos golpes —con- testé don Eduardo, levanténdose—. Como vi que en el bafio no habia luz, quise arreglarlo. Segui la conexién, y me parecié ver unos cables pelados en la lampara y busqué la esca- lera, alicate, cuchillo, la cinta, y cuando ya estaba arriba resbalé y caf con todo esto y la lémpara y hasta el cuadro de la pared. ;Que- d6 la Segunda Guerra Mundial! Pero no te preocupes, Lucfa, yo limpio esto y arreglo de todas maneras la luz del bafio. —jNo! Ahora se me sientan a ver tele- visién. Yo después limpio esto —orden6 la 43 nifia con tono bien autoritario— . Ademas, lo tinico que habfa que hacer en el baiio era sus- tituir la ampolleta que estaba quemada. = Mojio, mojito, x mofiote, mofiol (Hasta alli pelean por el control) Fueron hasta la sala de estar y Lucia Mojitos encendié el televisor. Los senté uno al lado del otro y, con expresién bien seria, les dijo que si deseaban alguna cosa, ella iba aestar en el pasillo recogiendo y limpiando. Bueno, aquello no era muy agradable, pero a fin de cuentas fue un accidente, pens6 Ja nifia. Ademas, mirando el lado bueno, no era tan aburrido el trabajo. Ya habfa corrido un poco y ahora realizaba un trabajo fisico para mantenerse en forma. No habia terminado de recoger los pedacitos de cristales de la lémpara y el cua- dro, cuando los escuch6 discutir. — Por qué cambiaste para el partido de fitbol? —reclamaba la mujer. —cY por qué me tengo que sufrir con la teleserie cebollenta esa? —respondia don Eduardo. —jEs increfble! jHasta en esta casa tt te aduefias del control! —dijo la sefiora Mari- na, levantando los brazos al cielo. —iNo me aduefio de nada! ;Pero si vamos a pasar un rato aqui, que sea entrete- nido! —contesté el hombre. bY qué sabes tti de pasarla bien? —ata- C6 la sefiora. —1Yo me divierto mas que ti! —se defendi6 é1, sentandose frente a ella. _—1Ah, si! {Lo que pasa es que para ti divertirte es tomar tragos, jugar domino con tus amigos o ver deporte! —insistié Marina. algo enojada ya. Como la discusidn estaba subiendo de tono, Lucia Moiiitos decidié acercarse, por si acaso. 46 — {Como si td supieras pasarla bien! —continué el papa de Yoyito—. {No te acuer- das del cumpleafios de mi hermano? {Cuando te tomaste una sola copita de vino, te pusiste a bailar y le vomitaste encima a todo el mundo! —jNo me recuerdes esa fiesta! ;Si me tomé esa copita fue porque te vi agrediendo a todos alli con tu borrachera, creyéndote el gracioso! {Te vefas patético! —j@Patético yo?! jg ¥ tt?! —se puso colorado el hombre — . Quieres que te refres- que la memoria? (Te acuerdas aquella vez en Ta playa, cuando Ada y Yoyito arrendaron un caba- To sin camé y lo Hevaron para la casa? ,Eh? —jEse dia el culpable fuiste ta! —jiNo, ta! —jiiNo, ta!!! —;jBasta!! {Qué mofia! —los inte- rrumpi6 Lucia Mofiitos a gritos, hasta impo- nerse—. ;Parece mentira! ;Los dejo solos un minuto y miren lo que arman ra Marina, vaya para la cocina! ;Y usted, don Eduardo, se queda aqui, pero sin television! {Ni una palabra mas! jUsted, sefio- al Mofio, moitito, _Mohote, mofiina (Un furioso huracén en la cocina) Be Ambos obedecieron sin chistar. Lucia Mojitos regresd al pasillo a continuar barriendo. Estaba en esas labores, mientras Pensaba que el trabajo estaba bueno, pero. oe mas complicado de lo que parecfa, cuando de repente se oy6 un aparatoso ruido de cosas estrellandose, acompaiiado de varios gritos que Ilegaban de la cocina, : —iAy! jAy! {Salvenme! [Silvenme! La nifia, sin soltar la escoba, salié parada pensando qué le podria haber pasado a la sefiora. En el trayecto, vio de reojo cémo cl papa de Yoyito hacfa un gesto con la mano hacia la cocina, como diciendo: «Qué exage- rada es mi mujer... Hl Se encontré a Marina subida en la mesa. de donde habfa volcado al piso una licuadora, tres vasos, el recipiente del azticar, una ante quillera, un pote con harina y una fuerte con una torta de vainilla recién hecha. 48 — {Qué pas6é ahora, sefiora Marina? — pregunt6 la nifla, sofocada. —{Un raton! ;Vi que por ahi pas un raton! — jQué moja! Lucia se agaché y comenz6 a buscar ” al animal, empuiiando la escoba como arma. Estaba nerviosa. «;¥ si me salta el rat6n enci- ma?>, pens6, «con mis nervios como estén, | me va a ser dificil esquivarlo. ;Qué ganas tengo de terminar con este trabajo», se dijo la nifia. «Calma, Lucfa, calma», se repetia. Descubrié algo detrés de la repisa metdlica que sirve para guardar vege~ tales. Lo movid con una mano. El mueble cay6 al. piso y el suelo se llené de papas, cebollas, beren- jenas y una mermelada_ de mango, que 49 salpicé hasta el refrigerador. Iba a lanzar un escobazo contra una mancha oscura, cuando ésta maulld. hey iPero si es Misito! |El gato casi recién nacido que me regalaron ayer! —dijo la nifia, cargandolo. —jNo te puedo creer! ;¥ esa cosita fue la que me asusté? —hablé la sefiora Mari na, sonriendo mientras bajaba de la mesa. En ese momento se escuché un grito de terror en e] saloncito de estar. —jjFuego!! |jLlamen a los bomberos! El sof y las cortinas estaban ardien- do. Lucia Mofitos fue a llamar por teléfono. La mujer, por un jarro de agua. Después de 50 avisar a los bomberos, la nifia fue a ayudar al padre de Yoyito que trataba de sofocar las Ila- mas con un mantel paraguayo, tejido a mano, recuerdo de la abuela de Lucia Moijitos. —jOiga! {Qué mofia! ,Qué sucedi6? —quiso saber la nifia, mientras arrastraba el televisor tratando de alejarlo del fuego. —Nada. Mala suerte —respondié don ‘Eduardo, sacando agua de la pecera con un cenicero, para apagar las llamas de la alfom- bra—. Encendi un cigarro, me entretuve y se me cayé entre los cojines del sofa... El humo y el vapor se volvieron inso- portables al quemarse y caer la madera del entretecho. Por suerte, en eso Ilegaron los bomberos salvadores. Unos quince minutos mas tarde, cumplido su deber, ya se habfan marchado, no sin antes romper con el fuerte chorro del agua todos los adornos, la platerfa del aparador, varios muebles, la pecera, los _ cristales de las ventanas y el televisor. = Mojfio, mojito, i mojfiote, mofiesa CY todo terminé en una sorpresa) Eran cerca de las seis de la tarde cuan- do sintié el golpear de unos pequefios nudi- llos a la puerta. —jLuefa! jLuefa Mofitos! Levant6 la cabeza con los ojos semi- cerrados, la frente colorada por estar tanto tiempo apoyada en el antebrazo derecho. Un hilillo de baba le salia por la boca. q Al fin, se le aclar6 la vista y se extra- fi6 de ver a Yoyito en su sala de clases. El nifio — tocaba con sus nudillos en su mesa. El curso completo los observaba sonriendo. j —Lucfa, ,estabas durmiendo? —No, estaba pensando. —zY? ,Ya pensaste en cémo conse- ~ guir dinero para tu campaiia? —Bueno, ahora mismo me estaba ima- ginado algo, pero creo que no funcionara... TERCERA PARTE Y Lucia encontré la solucién a Mojio, mojito, 1, Mofiote, mofiear (Con Yoyito es dificil chatear) Lucia Lucia : €Yoyito? ¢Estas ahi? YOYITO : Ola. En 2 cgun2 toy aki, 1 ¢Qué?... YOYITO : ... Lucia : YOYITO LUCIA dormir? YOYITO Lucia Ya. Dime, + Puedes chatear un POCO Conmigo antes de *éK6 sucD? 1 No sigas escribiendo asi! iQué mofia! (Tu sabes que ni me gusta ni lo entiendo! YoYITO LUCIA YoyiTo 20k. * 1Qué val jAsi no sigo chateando! jChao! : Pero si «ok» siempre se ha escrito asi... ae Mojio, mojito, a, mofiote, mofiado (A chatear cada uno por su lado) YOYITO : jLucia! gEstas ahi? LUCIA : Si. YOYITO :Hace media hora que estoy tratando de conectarme contigo para seguir chateando. gSe te asé el enojo conmigo? LUCIA : Si. YOYITO : \Vamos, Lucia! Qué te sucede? LUCIA : No es contigo, Yoyito. YOYITO : Entonces, gcon quién estas molesta? LUCIA : {Con el mundo! Es que se me hizo un mofio 59 en el cerebro y decidf no hacer la campajia de dona- cién de 6rganos. YOYITO : 4X ké?... Perd6n, gpor qué? LUCIA : Porque la campafia iba a realizarla por gusto. YOYITO : No, te preguntaba que por qué se te hacia un mofio en el cerebro. LUCIA : Por varias razones. En mi investigacién ave- rigiié que no sdlo por donacién de muertos se consi- guen los 6rganos para los trasplantes. YOYITO : Te salen pelos en el cerebro? LUGIA : Un vivo también puede donar un pedazo de higado, un rifién, un ojo, una lengua y asi. Por lo tan- . to, se complica la cosa. YOYITO : Algunos de esos mofios que parece te salen en la cabeza, avienen del cerebro? LUCIA : También me enteré de que algunos trafican con los 6rganos ilegalmente. 60, YOYITO ; Asi que si se te cae un pelo de un mofio, ges como si se te cayera una neurona? LUCIA. : ,Qué? ;Qué mofia! Tenemos que resolver esta conversacién, porque yo voy por un lado y ta por otro! YOYITO : gEn serio? ¢Como si fueran narcotrafican- tes, pero de organos? LUCIA : YOYITO : gNo? LUCIA : ... YOYITO : jDime algo! LUCIA : {No respondas td ahora! YOYITO : Es que... LUCIA : (No escribas nada para ponernos a escribir sobre un mismo asunto! YOYITO : ... LUCIA : gPuedo ya? YOYITO :... LUGIA : iYoyito! YOYITO : LUCIA : gPero por qué corté este loco? oa Mojfio, mojito, monte, mofiona (Ni el diccionario lo soluciona) LUCIA : Yoyito, gEstés ahi? YOYITO : Creo que si. LUCIA : gC5mo que crees? YOYITO : Si, dije asi porque hace un ratito alguien me escribié como si fueras ti y cuando respondi no me contesté mas, me dejé escribiendo sdlo por gusto. LUCIA : jEra yo, Yoyito! Lo que pasé es que cuando te respondi se me cayé la conexién y me costé traba- Jo conectarme de nuevo. gPor qué me cortaste la titi- ma vez? YOYITO : Porque me dijiste que no escribiera mas. LUCIA : Pe‘o era por un momento, S6lo queria que nos pusiéramos a escribir una conversacién normal y No llevar dos a la vez. YOYITO : jIncreible! Y yo que hasta pensé que te Mmolestaban los pelos del cerebro de nuevo. LUCIA : Te voy a aclarar una cosa. iNo me salen pelos en el cerebro! Lo dije como una metafora. YOYITO : jJa! {Una metafora! LUCIA : @Sabes lo que es una metafora? 63 YOYITO : gUna metafora? Claro que si... Espérame un minuto.. LUCIA :... YOYITO : (Ya! Mira, cuando se crema un cadaver, los polvitos que quedan los echan en una metafora. LUCIA : |Ne! Te refieres a un 4nfora. Yo dije una metafora. ¢Entiendes? YOYITO : |Obvio! Mira, cuando el «Anfora> se lena con los polvitos del muerto, quiere decir que llegd a la «meta» y ahi es que se convierte en «metafora». LUCIA : No voy a discutir contigo. Busca un diccionario. YOYITO : Esc fue lo que hice hace un momento: lo busqué en Internet. LUCIA : Pues si hubieras buscado bien, otro mofo peinarias. YOYITO : 4Me estés diciendo ignorante, 0 tonto, 0 algo asi? {Pues no peino mas tu mofo como dices! LUGIA : jYoyito! ;Otra vez! ¢Cudndo acabaremos esta conversacion? a Mojio, mojiito, Se mofiote, mond (De cuando Yoyito se confesd) LUCIA : Yoyito, gEstas ahi? YOYITO : No. LUCIA : 2 quién esta escribiéndome? YOYITO : Yo, LUCIA : gQuién es yo? YOYITO : Yo... yito. LUCIA : Te enojaste por gusto, porque yo solo te dije que no habias buscado bien en Internet. No dije que eras ignorante ni nada de eso, YOYITO : ZEn serio? gTU crees que soy inteligente? LUCIA : Obvio. YOYITO : {De verdad piensas que soy lindo y atractivo? LUCIA : No dije tanto. Pero dejemos el juego, Yoyi- to, que lo que tenia que contarte es muy importante. YOYITO : ¢Si? Mas importante que mi persona no hay nada, pero cuéntame, dale. LUCIA : Te decia que también supe con horror en mi investigacién que hay gente trabajando en hospitales que llegan hasta a matar un moribundo con tal de con- seguir los 6rganos que ya tienen vendidos. gViste qué 65, mofia? Es tan confuso el problema, que ya no sé quién tiene la culpa de todo. YOYITO : No fue ines LUCIA : .Quién? ¢Cual Inés? YOYITO : Que no fue ines perada tu decisién entonces (perd6n, es que volvi a apretar el «enter» sin querer, cuando escribia esa palabra). LUCIA : {Claro que mi decisién fue bien pensada! Y Por si fuera poco Jo anterior, también descubri, de- senredando | mofo de mi investigacion, jque hay gente que hasta secuestra nifios para robarles los 6rganos y venderlos! YOYITO : iIncreible! Entonces para que no me secues- tren, voy a colgarme un cartel en el cuello que diga que mi higado no sirve porque tuve hepatitis; mis pul- ‘mones no sirven porque tuve neumonia, y mi corazon no @s de melén, pero tampoco sirve porque esta «partio»; es decir, esté enamorado. LUCIA YOYITO : gLucia? LUCIA : .. YOYITO : Qué aro que haya cortado. ea Mofio, mojito, a, mofiote, mufie (Luefa rie, Yoyito huye) YOYITO : Lucia, gEstés ahi? LUCIA : Si, aqui estoy. YOYITO : gPor qué me cortaste? LUCIA : Se cayé esto. YOYITO : {Qué raro! LUCIA : No, no es raro, porque se ha caido ya varias veces. YOYITO : No, te decla que qué raro fue que no me hayas preguntado de quién estoy enamorado. LUCIA : .. YOYITO : jLucia! gEstas ahi? . YOYITO : jjjijLuciaaaaaa!!!!! LUCIA : jYa, no grites! YOYITO : gComo sabes que estaba gritando si estamos s6lo escribiendo? Bueno, gpor qué no respondias? LUCIA: : Porque fui a decirle a mi mamé que ya iba a dor- mir. Me estaba retando por estar aqui chateando contigo. 67 YOYITO ; |Ni aunque venga mi padre en persona yo apago esto si no he terminado contigo! jEs un dere- cho que no pueden violar! LUCIA : {Oye qué cardcter! {Me sorprendes! YOYITO : Asi soy yo: inteligente, lindo y atractivo... Bueno, termina de contarme lo que me ibas a decir. LUCIA : Nada, que la cosa pasé de familiares que no quieren donar, a un mofo mucho mas complicado. iQue resuelvan el problema los adultos! ;Ya me cansé de tener el corazon de melén! Por tanto, no voy a hacer esa cosa. jYa decidi lo que voy a hacer! YOYITO : ,Qué cosa? LUCIA : Voy a hacer algo lindo: jvoy a conseguirles risas a los pacientes que esperan trasplantes de 6rga- nos en los hospitales! YOYITO : No, te preguntaba que qué cosa no vas a hacer. LUCIA : jLa campafia para la donacién de érganos! YOYITO : ZY quién va a donar entonces? LUCIA : {Qué sé yo! Los que acepten que sus muer- tos donen... YOYITO : No, te decia que quién va a donar las risas a los pacientes. LUCIA : Cualquiera. Un gracioso como td, por ejemplo. YOYITO : gY no crees que descubras risotraficantes? LUCIA : No, Yoyito. En serio que quiero trasplantar- les alegrias a esos pacientes, para que pasen mejor los momentos de la espera. 68, YOYITO : Estoy de acuerdo. Te felicito por esa inicia- tiva. Es cierto que los adultos son muy enredados. LUCIA : Te prometo que cuando sea grande no deja- ré de ser nifia. i YOYITO : Ni yo de ser nifio. LUCIA ; A propésito, gde quién estas enamorado? YOYITO : {Chao! ;Tengo que apagar esto! jPor ahi vie- ne mi papal... LUCIA : jEh! z¥ esa mofia? {TG no decias qu... PEPE PELAYO Matanzas (1952), cubano nacionalizado chileno. Es escritor, comediante, guionista, especialista en humor ¢ ingeniero civil. Es miembro de la Sociedad Interna- cional de Estudios del Humor y de la Sociedad Inter~ nacional de Estudios para el Humor Luso-Hispano. Ha obtenido varios premios en concursos interna- cionales por su obra literaria y gréfica. Fue fundador y director de la reconocida compaiifa La Sefia del Humor en Cuba. Actualmente imparte talleres sobre Crecimiento personal y Trabajo educativo, todo a través del humor. También realiza su programa de Motivacién a la lectura «Leer con PP» y colabora en revistas humorfsticas de varios paises, Ha publicado més de cuarenta libros en Cuba, Argentina, Uruguay, Pert, Ecuador, México, Espafia y Chile; en Alfaguara: El chupacabras de Pirque, El secreto de la cueva negra, En las garras de Los Mata- perros; Pepito, el seftor de los chistes, Pepito y sus libruras, Los teatropellos de Pepito, Los didlocos de Pepito, Cuentos de Ada; Ada, madrina y otros seres; Lucia Mojitos, corazén de melén. Ademés, los libro- Album Ni un pelo de tonto, Draguito y el dragon, Lucia Mofiitos (Mejor Libro Infantil Editado ea Chile 2008) y Trinos de colores (Distincién The White Ravens 2009). www-pepepelayo.com

También podría gustarte