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Editorial Sudamericana
Otra vez: así, simplemente, Ernesto
Guevara titula el diario que escribe du-
rante su segundo viaje por América La-
tina. Es julio de 1953 y hace poco más
de un año que volvió de su primer viaje
con Alberto Granado. A los veinticinco
años, luego de haber completado con
una rapidez sorprendente los exámenes
universitarios y de haberse graduado de
médico, Ernesto emprende la partida.
Oficialmente para cumplir la palabra
dada a un amigo, que le ha reservado un
puesto de investigador en Venezuela,
pero en realidad se marcha impulsado
por la curiosidad y la certeza de que só-
lo durante el camino podrá descubrir su
meta. Y así será. En el largo itinerario
Boston, MA 02116
Panamá, Costa Rica, Guatemala y final-
mente a México, el joven médico argen-
tino refuerza su convicción de que la in-
justicia social es desde todo punto de
vista inaceptable, profundiza el conoci-
miento de la situación política del con-
tinente, consolida la relación con acti-
vistas opositores a varios regímenes dic-
tatoriales y avanza velozmente hacia la
elección revolucionaria. En las páginas
en las que Guevara registra día a día los
acontecimientos no se vislumbra toda-
vía la conciencia de un objetivo deter-
minado. Se ve, en cambio, la esponta-
neidad de un joven aventurero que ama
la vida y la belleza: la de la naturaleza
que observa fascinado, la de las impo-
nentes ruinas arqueológicas de las gran-
des civilizaciones precolombinas, a las
que describe cuidadosamente, la de las
relaciones de amistad y de amor que en-
tabla en cada lugar en el que se detiene.
Existe también la curiosidad, el deseo
de conocer, que lo lleva a aventurarse en
cosas nuevas, y también la pasión con
•V
V
'!
Otra vez
https://archive.org/details/otravez00erne_0
ERNESTO CHE GUEVARA
OTRA VEZ
El diario inédito del segundo viaje
por América latina (1953_1956)
EDITORIAL SUDAMERICANA
BUENOS AIRES
Edición:
María Cristina Eduardo Vázquez
Diseño de tapa:
María L. de Chimondeguy / Isabel Rodrigué
Diseño de interior:
Alexis Manuel Rodríguez Diezcabezas de Armada
Fotos:
Ernesto Guevara de la Serna
Ernesto Guevara March
Confección de mapas:
Rafaela Valerino Romero y Alexis Manuel Rodríguez D. de A.
Corrección:
Rafaela Valerino Romero y Marbelys Sánchez Águila
www.edsudamericana.com.ar
IMPRESO EN LA ARGENTINA
ISBN: 950-07-1860-X
SPA
Nota al lector
mento podrían haberse elaborado como relatos al igual que los Ediciones Abril,
1992.
primeros. Ante la ausencia de estos por incuestionables razones,
su publicación se impone por el valioso legado histórico al testi-
moniar hechos decisivos en su trayectoria por "Nuestra Mayús-
cula América".
Para alcanzar una mayor comprensión del texto, se presenta
una edición con anexos, donde el lector pueda sentirse
compenetrado con el relato y asimile en toda su profundidad el
tono reflexivo y puntual del mundo que este joven se propuso
asumir en el decursar de su vida futura y ligado para siempre a
uno de los acontecimientos más trascendentes del siglo XX, la
Revolución Cubana.
A la pasión por la escritura, deforma permanente, lo acompa-
ña la fotografía, como un complemento vital en sus ansias por
profundizar en su entorno. En el texto que se presenta se añaden
fotos inéditas del recorrido, como testimonio viviente de la multi-
plicidad de experiencias acumuladas y su deseo de dejarlas plas-
madas en imágenes, que expresan su fina sensibilidad y pasión
para captar todo lo que en su andar lo estremeciera.
Alberto Granado
La Habana, agosto de 1998
Otra vez
11
El sol nos daba tímido en la espalda mientras caminába-
1
Recuerda
el mismo: dos voluntades dispersas extendiéndose por Amé-
a su amigo
rica sin saber precisamente qué buscan ni cuál es el norte.
Alberto Granado,
En torno a los cerros pelados una bruma gris da tono y cjuien lo acompañara
tónica al paisaje. Frente nuestro un débil hilo de agua sepa- en su primer
ra los territorios de Bolivia y Argentina. Sobre un puentecito recorrido
por algunos países
minúsculo cruzado por las vías del ferrocarril las dos ban-
de América Latina,
deras se miran la cara, la boliviana nueva y de colores vi-
y menciona
vos, la otra vieja, sucia y desteñida, como si hubiera empe- a Carlos Ferrer
zado a comprender la pobreza de su simbolismo. (Calica), su
Conversamos con algunos gendarmes y nos dicen que compañero en este
segundo viaje por el
hay un cordobés de Alta Gracia, nuestro pueblo de la infan-
continente,
cia, trabajando con ellos. Es Tiqui Vidora, uno de mis com-
que se inicia
pañeros de juegos de la mfancia. Extraño reencuentro en el el 7 de julio de 1953.
rincón septentrional de la Argentina. (Todas las notas
Fue el dolor de cabeza y el asma quienes intransigentes del Diario son
me obligaron a frenar. Por eso pasaron tres días especial- del Archivo Personal
del Che.)
mente aburridos en el pueblito hasta que zarpamos con
rumbo a La Paz.
La noticia de que andábamos en segunda clase provoca-
ba una inmediata indiferencia hacia nuestro viaje. Todavía
es importante la noticia de que puede haber una buena pro-
pina, aquí y en cualquier lado.
Ya en territorio boliviano, tras de un reparo superficial de
la aduana argentina y chilena, seguimos sin inconveniente.
Desde Villazón camina el tren pachamentamente hacia
el norte, entre cerros, quebradas y vías de una aridez total.
El verde es un color prohibido.
El tren desmigaja su desgano sobre las áridas pampas
donde el salitre comienza a hacer su aparición, pero llega la
noche y todo se pierde en medio de un frío que va tomando
paulatinamente todo. Tenemos camarote ahora pero, a pe-
sar de todo, de las mantas adicionales, un frío tenue se infil-
tra en los huesos.
A la mañana siguiente las botas están heladas y produ-
cen una sensación molesta con los pies.
El agua de los lavatorios y hasta de las garrafas está
congelada.
Con la cara sucia y despeinados vamos al vagón come-
dor con cierta desconfianza, pero las caras de nuestros com-
pañeros de viaje nos dan tranquilidad de muchos.
A las 4 de la tarde se asoma el tren a la quebrada donde
está La Paz. Una ciudad chica pero muy bonita se desperdiga
entre el accidentado terreno del fondo, teniendo como centi-
nela la figura siempre nevada del mimara. La etapa final de
unos cuantos kilómetros tarda más de una hora en comple-
tarse. El tren parece que fuera a escapar tangentemente a la
ciudad, cuando toma y continúa su descenso.
Es un sábado a la tarde y la gente a la que estamos reco-
mendados es muy difícil de encontrar, de modo que nos
dedicamos a vestirnos y sacarnos la roña del viaje.
Ya empezamos el domingo a recorrer a nuestros recomen-
dados y a ponemos en contacto con la colonia argentina.
La Paz es la Shanghai de América. Una riquísima gama
de aventureros de todas las nacionalidades vegetan y me-
dran en medio de la ciudad policroma y mestiza que mar-
cha encabezando al país hacia su destino.
La gente llamada bien, la gente culta se asombra de los
acontecimientos y maldice la importancia que se les da al in-
dio y al cholo, pero en todos me pareció apreciar una chispa de
entusiasmo nacionalista frente a algunas obras del gobierno.
Nadie niega la necesidad de que acabara el estado de
cosas simbolizado por el poder de los tres jerarcas de las
minas de estaño, y la gente joven encuentra que éste ha sido
un paso adelante en la lucha por una mayor nivelación de
personas y fortunas.
El 15 de jubo a la noche hubo un desfile de antorchas
largo y aburrido, como ejemplo de manifestación pero in-
teresante por la forma de expresar su adhesión que era en
forma de disparos de Mauser o //Piri-pipí,,/ el terrible fusil
de repetición.
Al día siguiente pasaron en interminable desfile gremios,
colegios y sindicatos haciendo cantar la Mauser con bastan-
te asiduidad. Cada tantos pasos uno de los directores de las
especies de compañías en que estaba fraccionado el desfile
gritaba: "Compañeros del gremio tal, viva La Paz, viva la
independencia americana, viva Bolivia; gloria a los
protomártires de la independencia, gloria a Pedro Domingo
13
Murillo, gloria a Guzmán, gloria a Villarroel.,/ El recitado se
con ella. Ibamos bien cargados con comida para los dos
días de viaje. En la tarde se puso el mar un poco bronco: la
"Río Grande", que es su verdadero nombre, empezó a vo-
lar. Casi todos los pasajeros incluyendo a Gualo empeza-
ron a vomitar. Yo me quedé afuera con una negrita que me
había levantado, Socorro, más puta que las gallinas, con 16
años a cuestas.
Quepos es otro puerto bananero, hoy bastante abandona-
do por la compañía pues se han debido sustituir las planta-
ciones de banano por cacao y palma aceitera que da menores
dividendos a la compañía. Tiene una playa muy bonita.
Entre quiebros y remilgos de la negrita pasó todo el día,
llegando a Puntarenas a las 6 de la tarde. Allí debimos es-
perarnos buen rato porque se escaparon 6 presos y no los
podían encontrar. Fuimos a una dirección que nos había
dado Alfredo Fallas con una carta de él para un señor: Juan
Calderón Gómez.
El tipo se portó a las mil maravillas y nos dio 21 colones.
Llegamos a San José reviviendo la sentencia despectiva de
un charlatán porteño: "Centro América son estancias, tiene
la estancia Costa Rica, la estancia de Tacho Somoza y así."
Una carta de Alberto con lujuriosos viajes en la imagina-
ción me vuelven a dar ganas de verlo. Según sus planes se
va en marzo a Estados Unidos.
Aquí iniciamos tiro al aire y al blanco. En la embajada
nos dan yerba. Los amigos anotados no parecen servir para
un carajo, uno es director y espiquer de radio, un boludo.
Mañana trataremos de entrevistamos con Ulate.
Un día pasado a medio pedo. Ulate no nos podía atender
porque estaba muy ocupado. Rómulo Betancourt se había
ido al campo. Pasado mañana saldremos en el diario de
Costa Rica con fotos y todo y una sarta de macanas enor-
mes. No conocimos a nadie de valor pero nos encontramos
con un tico, ex pretendiente de Luzmila Oller que nos pre-
sentó a otra gente. Mañana tal vez conoceré el leprosorio de
Costa Rica.
Conocí dos personas excelentes pero no el leprosorio. Al
doctor Arturo Romero, persona de vasta cultura ya retirado
de la dirección del leprosorio por intrigas y al doctor Alfon-
so Trejos, investigador de escuela y muy buena persona.
Visité el hospital y recién mañana el leprosorio. Tenemos
un día bravo. Charlar con un cuentista y revolucionario
dominicano: Juan Bosch y con el líder comunista costarri-
cense Manuel Mora Val ver de.
La entrevista con Juan Bosch fue muy interesante. Es un
literato de ideas claras y de tendencia izquierdista. No ha-
blamos de literatura, simplemente de política. Calificó a
Batista de hampón rodeado de hampones. Es amigo perso-
nal de Rómulo Betancourt y lo defendió calurosamente, lo
mismo que a Prío Socarrás y a Pepe Figueres. Dice que Perón
no tiene arraigo popular en los países americanos y que en
el año 45 escribió un artículo en que lo denunciaba como el
más peligroso demagogo de América. La discusión se llevó
en términos generales muy amables.
Por la tarde nos entrevistamos con Manuel Mora
Valverde, es un hombre tranquilo, más que eso pausado,
pues tiene una serie de movimientos de tipo de tics que
indican una gran mtranquilidad interior, un dinamismo
frenado por el método. Nos dio una cabal explicación de la
política de Costa Rica en estos últimos tiempos:
"Calderón Guardia era un hombre rico que subió al poder
apoyado por la United Fruit y las fuerzas de terratenientes
locales. Así gobernó dos años hasta que vino la guerra mun-
dial y Costa Rica se puso de parte de las potencias aliadas.
La primera medida del Departamento de Estado fue exigir
que fueran confiscadas las tierras de los terratenientes ale-
manes dedicadas con preferencia al cultivo de café. Así se
hizo, vendiéndose posteriormente las tierras, lo que condujo
a oscuros negociados en que se vio envuelto parte del equipo
ministerial de Calderón Guardia y le restaron el apoyo de
todos los terratenientes del país, salvo la United Fruit. El
personal de esta compañía, por reacción frente a la explota-
ción, es antiyanqui. Lo cierto es que Calderón Guardia que-
dó absolutamente sin apoyo de ninguna índole y hasta le
era imposible salir a la calle por las rechiflas de que era
objeto. En ese momento, el partido comunista le ofreció su
apoyo a costa de crear leyes obreras fundamentales y reno-
var su gabinete. En este ínterin Otilio Ulate, hombre de iz-
quierda por ese entonces y amigo personal de Mora, le avi-
só y demostró un plan para engañarlo y que Calderón Guar-
dia había previsto. Mora siguió adelante con la alianza y el
gobierno de Calderón se rodeó de popularidad al iniciarse
las conquistas obreras fundamentales.
31
Se planteaba el problema de la sucesión del poder pues
3
Nuevo día sin pena ni gloria. Por el lado de Díaz Rozzoto3
Jaime Díaz
Rozzoto,
no hay nada que esperar. Sah con una chica que promete
secretario algo bueno. Anita nos pidió la plata de la pensión e Hilda
de la presidencia. no puede darnos más de $10 Debemos 60 o más. Mañana
es domingo, así que no hay que desmayar.
Dos días más sin que ningún acontecimiento importante
cambie nuestra rutina. Tengo más asma pero parece que la
voy a dominar. Gualo se va a México con el gordo Rojo a
4
estarse un mes. Yo tengo carta para el gerente del IGSS,4
Instituto
Guatemalteco
Alfonso Solórzano, veremos qué pasa. Si nada de esto cris-
de Seguridad Social. taliza, uno de estos meses tomaré mis petates y emigraré
también a México. Escribí un artículo grandilocuente que
se titula el"Dilema de Guatemala77;1 pero no es para publi-
3
Publicado
car sino para sacarme el gusto no más[...].2 con posterioridad
en el libro
En cuestión de asma va cada vez peor, empecé a tomar Aquí va
mate y dejé las tortas de maíz, sigo empeorando. Mañana un soldado
pienso sacarme una muela para ver si por allí está la mamá de América,
del cordero. Además veré si por fin resuelvo el problema de Ob. cit., pp. 68-74.
(Ver Anexo.)
las divisas.
2
Nuevos días para acoplar al diario. Llenos de vida inte- Los corchetes
con puntos
rior y nada más. Colección de fracasos de todo tipo e inalte-
suspensivos
rables fabricadores de esperanzas. Decididamente, soy de
indican, siempre 39
un fatalismo optimista. Estos días los pasé con asma, los
diente para 6 meses de permanencia en Guatemala, al pare- sin fecha, donde explica
a la familia
cer se solucionaron algunas dificultades en esto.
los detalles del recoirido.
En El Salvador me encontré con un mexicano que estaba
El padre presume
varado por no sé qué inconveniente con los papeles de safi- cjue podría ser
da y tuvo que regresar a San Salvador, yo lo encontré en la de fines de abril de 1954.
frontera. Nos hicimos amigotes y me dio su dirección para (Ver Anexo.)
cuando fuera a México. Pedí la visa a Honduras, la que se
resolvería el sábado a la noche, pero yo me fui al puerto y
me estuve viernes, sábado y domingo, de modo que no sé
nada de la visa. En San Salvador le hablé al médico amigo
de Hercilia que no la reconocía por Sra. Guevara y recién
arrancó con el Hernández, mañana lunes lo iré a visitar un
rato y luego partiré para Honduras o Guatemala, según me
den o no la visa. En el puerto la vida estuvo muy buena,
pero me quemé demasiado, con el resultado que el último
día no pude casi bañarme pues salir al sol hubiera sido
criminal para mí.
El régimen lo tiré a la mierda y ya se ven las consecuen-
cias. Mi próxima ruta se decidirá mañana.
Un día de San Salvador, un día de no diré aburrimiento
pero sí de desencanto, angustia disfrazada de hambre, o
viceversa, tal vez. No hay noticias de Honduras y sólo espe-
ro hasta mañana, pues, se acaban mis reservas de dólares.
Conocí al matrimonio Moreno, muy amables, muy simpáti-
cos pero no me invitaron a comer, les daré mañana una
carta para Hercilia, ya que se van para Estados Unidos la
semana próxima. Me pasé el día leyendo una Historia An-
tigua del Salvador que pienso acabar mañana y también
mañana visitar el museo. Tiré el régimen por la ventana,
veremos qué pasa.
Fui a entregar al matrimonio Moreno una carta para
Hercilia y me invitaron a comer; no era muy abundante la
comida pero lo suficiente para poder aguantar el hambre.
Tomé enseguida la camioneta para Santa Ana, de allí a
Chalchuapa, a las ruinas de Tazumal, pero me encontré
con que estaban cerradas al público, de modo que tuve que
acampar estratégicamente debajo de un foco y ponerme a
leer. Al rato picó una señora y me convidó con agua caliente
y una hamaca para dormir. Hablando de Guatemala, yo
como siempre metí la pata y dije que allí había más demo-
cracia que en El Salvador y resultó que el dueño de casa era
el comandante del pueblo.
Las ruinas de Tazumal son una parte de un vasto con-
junto edilicio que abarca varios kilómetros, quedando en
pie sólo los templos. Hay vestigios de la mezcla de la civili-
zación maya con los conquistadores Tlascatelcas que da-
rían la raza pipil. El edificio principal es una gran pirámide
cuadrangular, probablemente coronada por un templete que
ya no existe. La construcción es en forma de escalones y se
hizo de piedra y barro al que recubrieron con una mezcla
arcillosa muy semejante al actual cemento; el conjunto no
tiene la solemnidad de las construcciones incas. Como or-
namentos sólo dos o tres dibujos incisos que ya no existen
pues la intemperie los liquidó y que no dan una idea exacta
de quiénes fueron sus habitantes.
La construcción íntegra estaba tapada con tierra y for-
maba un montículo arbolado que pasó desconocido mu-
chos años. En 1942 un arqueólogo norteamericano, Boxh,
49
empezó las excavaciones que basta ahora siguen con gran
En México.
Grupo de amigos en uno de los intentos de subir El Popocatépelt.
Foto inédita
tomada
por el autor.
Tribuna del norte.
El Juego
de Pelota.
Chichén-Itzá.
Foto inédita
tomada
por el autor.
El Caracol
o el Observatorio.
Chichén-Itzá.
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ÍMEBL
4
' | 1 11 i:
Templo de los Guerreros. Chichén-Itzá. (Foto tomada por Ernesto, hijo, en la actualidad.)
Foto inédita tomada por el autor. Templo de los Jaguares. Chichén-Itzá.
Templo de los Jaguares. Chichén-Itzá. (Foto tomada por Ernesto, hijo, en la actualidad.)
Foto inédita
tomada
por el autor.
El Osario.
Chichén-Itzá.
Foto inédita
tomada
por el autor.
Plataforma
de los Tigres.
Chichén-Itzá.
Foto inédita
tomada
por el autor.
Vista panorámica
del Castillo
de Chichén-Itzá
y el Templo
de los Guerreros
desde el Caracol
(Observatorio).
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Uxmal.
(Foto tomada
por Ernesto, hijo,
en la actualidad.)
Uxmal. (Foto tomada
por Ernesto, hijo,
en la actualidad.)
Palacio del Gobernador. Uxmal.
(Foto tomada por Ernesto, hijo,
en la actualidad.)
Foto inédita
tomada
por el autor.
Entrada
al patio del
Cuadrángulo
de las Monjas.
Uxmal.
Vista panorámica
de los restos
arqueológicos
de Uxmal.
(Foto tomada
por Ernesto, hijo,
en la actualidad.)
Vista panorámica
de los restos
arqueológicos
de Uxmal.
(Foto tomada
por Ernesto, hijo,
en la actualidad.)
Foto inédita tomada por el autor. Catedral de Campeche vista desde el Mercado.
El autor en Campeche.
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por el autor.
Fuerte
de Campeche
Puerta
de tierra.
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i i ri 7T T 2 I. WTiT
Foto inédita
tomada por el autor.
Lago Catemaco.
Foto inédita
tomada
por el autor.
Márgenes
del Papaloapan.
En el ferry cruzando
el Papaloapan.
( Í--
'
Foto inédita
tomada por el autor.
Boca del Río,
pequeña localidad
de pescadores.
Foto inédita
tomada
por el autor.
Palenque.
Jeroglíficos.
Foto inédita
tomada por el autor.
Palenque.
Templo del Conde
y Palacio del Norte.
Foto inédita
tomada
por el autor.
Palenque.
Cascada
del Arroyo
Foto inédita
tomada
por el autor.
Palenque.
Medallón.
Foto inédita
tomada
por el autor.
Juegos
Panamericanos
de México
1955.
En Ciudad
de México.
En el patio de la estación migratoria Miguel E. Schulz 136 (Prisión) México.
En la estación
migratoria
Miguel E. Schulz
136, con
Reinaldo Benítez
Nápoles,
Alberto Bayo,
Universo Sánchez.
En la estación migratoria Miguel E. Schulz 136, con un grupo de futuros expedicionarios
del "Granma" y la compañera María Antonia.
Recorrido
de Ernesto
Guevara
por
algunos
países del
continente
americano.
Leyenda:
I Buenos Aires
2. La Quiaca
3. Villazón
4. La Paz
5. Titicaca (lago) PARAGUAY i
6. Puno v
7. Cuzco
8. Machu-Picchu i
9. Lima í—
10. Tumbes
(A R G E T I N A /'
II Bolívar (puerto)
12. Guayaquil r
/.r\
Leyenda:
1 Balboa (puerto) 15. Tiquisate 29. Iztaccihuatl (5 286 m)
2. Panamá (ciudad) 16. Guatemala (ciudad) 30. Ver acruz
3. Golfito 17. San Salvador 31 Catemacos (lago)
4. Puntarenas 18. Santa Ana 32. Coatzacoalcos (río)
5. San José 19. El Progreso 33. Campeche
6. Liberia 20. Jalapa 34 Mérida
7. Alajuela 21. Quiriguá Vieja 35. Uxmal
8. La Cruz 22. Puerto Barrios 36. Chichén-Itzá
9. Rivas 23. Atlitán (lago) 37. Veracruz
10. Managua 24 Chimaltenango 38. Córdoba
11 San Salvador 25. León (Guanajuato) 39. Orizaba
12. Guatemala (ciudad) 26. Puebla 40. México (ciudad)
13. Amantitlán 27. México (ciudad) 41 Tuxpan
14. Chimaltenango 28. Popocatépetl (5 450 m) 42. Las Coloradas (Cuba)
Anexo
Por su importancia histórica, se reproducen, en el Anexo,
cartas enviadas a su familia, posteriores a los sucesos
cjue narra en el Diario, el que evidentemente deja inconcluso
por su decisión irrevocable de participar en la preparación
militar de los futuros expedicionarios del "Granma".
Se agregan, además, noticias aparecidas en diarios mexicanos
que reportan su encarcelamiento y gestiones para su liberación.
Las notas a partir de ahora son de Ernesto Guevara Lynch.
Aquí va un soldado de América. Editorial Planeta,
Argentina, 1987.
Carta a la madre
117
Cuzco 22 [agosto de 1953]
>
u
4J
O
Carta a su amiga
Tita Infante
119
Lima, septiembre 3
Ernesto
Carta a la madre
122
N Guayaquil [21de octubre de 1953]
0)
123
Ernesto
Argentina visitaron
anoche a "La Hora"
Visitaron ayer la redacción de
"La llora" los estudiantes argen-
tinos Eduardo García, de la fa-
cultad de Derecho de la Unlver¿
si dad del Plata, y el Dr. Ernesto
Guevara especialista en alergia
.y lepra.
Los jóvenes mencionados por
medio de las páginas deí perió-
dico diferente saludan a los es-
tudiantes panameños. La per-
manencia de los estudiantes ar-
gentinos en esta ciudad será
corta. Su viaje es de buena vo-
luntad y piensan visitar varios
países de Centro América.
Nota del periódico
Diario de Costa Rica
"Experimento Extraordinario es
el que se Realiza en Solivia" «. • -V .- ■
u
íkm «na capacidad mínimo, el país e*IÁ haciendo eos»* ti*» encomio**.— AnollMWBes »•
\i»jo de dos |áVH)?S arK¡eitihm* «pie icccNpr**» el continente por tierra
140
N
1
Vieja, la mi vieja:1
Esta carta
(D podría ser de fines
de abril de 1954. No creas que el encabezamiento es para contentar al viejo,
> hay indicios de que se mejora algo y las perspectivas no son
tan desesperadas en cuanto al panorama económico. La tra-
gedia pesística la cuento porque es la verdad y presumía que
2
el viejo me consideraba lo suficiente choma2 como para aguan-
U Macho al revés.
tar lo que caiga, abora, si prefieren cuentos de hadas, hago
V algunos muy bonitos. En los días de silencio mi vida se desa-
rrolló así: fui con una mochila y un portafolio, medio a pata,
O
medio a dedo, medio (vergüenza) pagando amparado por 10
dólares que el propio gobierno me había dado. Llegué al Sal-
vador y la policía me secuestró algunos libros que traía de
Guatemala pero pasé, conseguí la visa para entrar de nuevo
a este país, y ahora correcta, y me largué a conocer unas
ruinas de los pipiles que son una raza de los tlascaltecas que
se largaron a conquistar el sur (el centro de ellos estaba en
México) y aquí se quedaron hasta la venida de los españoles.
No tienen nada que hacer con las construcciones mayas y
menos con las incaicas. Después me fui a pasar unos días de
playa mientras esperaba la resolución sobre mi visa que ha-
bía pedido para ir a visitar unas ruinas hondureñas, que sí
son espléndidas. Dormí en la bolsa que tengo, a orillas del
mar, y aquí sí mi régimen no fue de lo más estricto, pero esa
vida tan sana me mantuvo perfecto, salvo las ampollas del
3
sol. Me hice amigo de algunos chochamu3 que como en toda
Muchacho al revés.
Centroamérica caminan a alcohol, y aprovechando la ex-
troversión del alcohol me les mandé mi propagandita
guatemaltequeante y recité algunos versitos de profundo
4
Comisaría, cárcel, color colorado. El resultado fue que aparecimos todos en la
puesto policial. capacha,4 pero nos soltaron enseguida, previo consejo de
un comandante con apariencia de gente, para que cantara a
las rosas de la tarde y otras bellezas. Yo preferí hacerle un
soneto al humo.1 Los hondurenos me negaron la visa por el
1
Hacerse humo:
solo hecho de tener residencia en Guatemala, aunque de-
desaparecer
más está decirte que tenía mi sana intención de otear una (argentinismo).
huelga que se ha desatado allí y que mantiene parada el
25% de la población total trabajadora, cifra alta en cual-
quier lado pero extraordinaria en un país donde no hay
derecho a huelgas y los sindicatos son clandestinos. La
frutera está que brama y, por supuesto, Dulles y Cía. quie-
141
ren intervenir en Guatemala por el terrible delito de com-
142
N
OJ
>
4J
O
Carta a la madre
143
Abril de 1954
145
10 de mayo de 1954
20 de junio de 1954
Querida vieja:
Esta carta te llegará un poco después de tu cumpleaños,
que tal vez pases un poco intranquila con respecto a mí. Te
diré que si por el momento no hay nada que temer, no se
puede decir lo mismo del futuro, aunque personalmente yo
tengo la sensación de ser inviolable (inviolable no es la pa-
labra pero tal vez el subconsciente me jugó una mala pasa-
da). La situación someramente pintada es así: hace irnos 5 ó
6 días voló por primera vez sobre Guatemala un avión pira-
ta proveniente de Honduras, pero sin hacer nada.
Al día siguiente y en los días sucesivos bombardearon
diversas instalaciones müitares del territorio y hace dos
días un avión ametralló los barrios bajos de la ciudad ma-
tando una chica de dos años. El incidente ha servido para
aunar a todos los guatemaltecos debajo de su gobierno y a
todos los que, como yo, vinieron atraídos por Guatemala.
Simultáneamente con esto, tropas mercenarias, acaudilla-
das por un ex coronel del ejército, destituido por traición
hace tiempo, saberon de Tegucigalpa, la capital de Hondu-
ras, de donde fueron transportadas basta la frontera y ya se
han internado bastante en territorio guatemalteco. El go-
bierno, procediendo con gran cautela para evitar que Esta-
dos Unidos declarara agresora a Guatemala, se ba Umitado
a protestar ante Tegucigalpa y enviar el total de los antece-
dentes al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,
dejando entrar las fuerzas atacantes lo suficiente para que
no hubiera lugar a los pretendidos incidentes fronterizos.
El coronel Arbenz es un tipo de agallas, sin lugar a dudas,
y está dispuesto a morir en su puesto si es necesario. Su
discurso último no hizo más que reafirmar esto que todos
sabíamos y traer tranquilidad. El peligro no está en el total
de las tropas que han entrado actualmente al territorio pues
esto es ínfimo, ni en los aviones que no hacen más que bom-
bardear casas de civiles y ametrallar algunos: el peligro
está en cómo manejen los gringos (aquí los yanquis) a sus
nenitos de las Naciones Unidas, ya que una declaración,
aunque no sea más que vaga, ayudaría mucho a los
atacantes. Los yanquis han dejado definitivamente la care-
ta de buenos que les había puesto Roosevelt y están hacien-
do tropelías y media por estos lados. Si las cosas llegan al
extremo de tener que pelear contra aviones y tropas moder- 147
Chau
Carta a la madre
4 de julio de 1954
Vieja:
Todo ha pasado como un sueño lindo que uno no se
empeña luego en seguir despierto. La realidad está tocando
muchas puertas y ya comienzan a sonar las descargas que
premian la adhesión más encendida al antiguo régimen.
La traición sigue siendo patrimonio del ejército, y una vez
más se prueba el aforismo que indica la liquidación del
ejército como el verdadero principio de la democracia (si el
aforismo no existe, lo creo yo) [...].
La verdad cruda es que Arbenz no supo estar a la altura
de las circunstancias.
Así se produjo todo:
Después de iniciar la agresión desde Honduras y sin pre-
via declaración de guerra ni nada por el estilo (todavía pro-
testando por supuestas violaciones de fronteras) los aviones
vinieron a bombardear la ciudad. Estábamos completamen-
te indefensos, ya que no había aviones, ni artillería antiaérea,
ni refugios. Hubo algunos muertos, pocos. El pánico, sin
embargo, entró en el pueblo y sobre todo en "el valiente y leal
ejército de Guatemala" una misión militar norteamericana
entrevistó al presidente y le amenazó con bombardear en
forma a Guatemala y reducirla a ruinas, y la declaración de
guerra de Honduras y Nicaragua que Estados Unidos baria
suya por existir pactos de ayuda mutua. Los militares se
cagaron hasta las patas y pusieron un ultimátum a Arbenz.
Este no pensó en que la ciudad estaba llena de reacciona-
rios y que las casas que se perdieron serían las de ellos y no
del pueblo, que no tiene nada y que era el que defendía al
gobierno. No pensó que un pueblo en armas es un poder
invencible a pesar del ejemplo de Corea e Indochina. Pudo
haber dado armas al pueblo y no quiso, y el resultado es éste.
Yo ya tenía mi puestito pero lo perdí inmediatamente, de
modo que estoy como al principio, pero sin deudas, porque
decidí cancelarlas por razones de fuerza mayor. Vivo có-
modamente en razón de algún buen amigo que devolvió
favores y no necesito nada. De mi vida futura nada sé, salvo
que es probable que vaya a México. Con un poco de ver-
güenza te comunico que me divertí como mono durante
estos días. Esa sensación mágica de invulnerabilidad que
149
te decía en otra carta me hacía relamer de gusto cuando veía
150
N
0)
>
nj
u
4J
O
Carta a su tía Beatriz
151
Julio 22 de 1954
7 de agosto de 1954
1
Querida vieja:1
Esta carta
y la siguiente [-3
aparecen De mi vida en Guatemala ya nada hay que contar pues
en el original su ritmo es el de cualquier colonia dictatorial de los yan-
como una sola. quis. Aquí solucioné mis asuntos y me rajo a México [...].
Carta a los padres
153
Agosto de 1954
Querida Tita:
No sé cuándo recibirá esta carta y tampoco si la recibirá,
ya que está condicionado todo al rumbo definitivo del porta-
dor. Por eso no le hago aquí ningún cuento de cómo sucedie-
ron las cosas, solamente era mi objeto presentarle al portador
[...], estudiante de medicina que eligió la Argentina como
patria mientras dure su exilio de Guatemala. El portador
perteneció a uno de los partidos burgueses que colaboró leal-
mente con Arbenz hasta su caída y se preocupó por la suerte
de los argentinos semiexiliados que andábamos por estas
tierras. Por todo ello me gustaría que ayudara con su consejo
y en lo que fuera menester al amigo [...], que estará con la
lógica desorientación de quien va por primera vez a las pam-
pas a correr la liebre.
De mí no le cuento nada porque es fácil que le escriba
antes de que esta presentación llegue a sus manos. Por las
dudas, le diré que continúo mi voluntario exilio con rumbo
a México, de donde trataré de dar el gran salto a Europa y,
si es posible, China.
Hasta que se materialice en algún lugar del mundo, reci-
ba siempre el cariñoso y epistolar abrazo de su amigo.
Ernesto
El dilema de Guatemala
[fines de 1954]
Carta a la madre
Vieja, la mi vieja
(te confundí con la fecha)
[...]
Hasta Beatriz ha resuelto aplicar sus represabas y ya no
llegan más los telegramas esos que mandaba.
Contarles de mi vida es repetirme, pues no hago nada
nuevo. La fotografía sigue dando para vivir y no hay espe-
ranzas demasiado sólidas de que deje eso en poco tiempo, a
pesar de que trabajo todas las mañanas en investigación en
dos hospitales de aquí. Yo creo que lo mejor que me podría
pasar sería consiguiera una changuita de médico rural de
contrabando muy cerca de la capital, lo que me permitiría
dedicar con más holgura mi tiempo a la medicina durante
algunos meses. Eso lo hago porque me di perfecta cuenta de
todo lo que aprendí de alergia con Pisará, recién ahora que
me cotejo con gente que ha estudiado en Estados Unidos y
no se chupa el dedo en cuanto al saber ortodoxo, y creo que
el método de Pisará está muchas leguas por encima de todo
esto y quiero ponerme práctico en todas las tretas de sus
sistemas para caer parado en donde sea [...].
[...] estoy con un laburo de ordago pues tengo todas las
mañanas ocupadas en el hospital, y por las tardes y el do-
mingo me dedico a la fotografía, y por las noches a estudiar
un poco. Creo que te conté que estoy en un buen departa-
mento y me hago la comida y todo yo, además de bañarme
todos los días gracias al agua caliente a discreción que hay.
Como ves, estoy transformado en ese aspecto, en lo demás
sigo igual porque la ropa la lavo poco y mal y no me alcan-
za todavía para pagar lavandera.
La beca es un sueño que abandoné ya y me parece que en
este país tan amplio no hay que pedir, se hace y listo el
pollo. Vos sabés que siempre he sido partidario de las decisio-
nes drásticas y aquí pagan macanudo, pues todo el mundo es
baca pero no se oponen a que otros hagan, de modo que tengo
1
3
Pereza
el campo libre, aquí o en la campiña donde tal vez vaya. Natu-
(argentinismo).
ralmente que esto no me hace perder de vista mi norte que es
Europa, y a donde pienso ir sea como sea. A EE.UU. no le he
perdido ni medio gramo de bronca, pero quiero conocer bien
Nueva York por lo menos. No tengo el menor miedo al resulta-
do y sé que saldré exactamente tan antiyanqui como entre (si
es que entro).
159
Me alegra que se despierte algo la gente, aunque no sé
siguiendo qué directivas lo hacen, de todas maneras la ver-
dad es que Argentina está de lo más insulsa, a pesar de que >
en términos generales el panorama que se ve desdé aquí di
0
afuera parece indicar que progresan a pasos notables y que
se va a poder defender perfectamente de la crisis que están w
por desatar los yanquis con el dooping de sus excedentes 5
alimenticios [...]. O
Los comunistas no tienen el sentido que vos tenés de la
0)
amistad, pero entre ellos lo tienen igual o mejor que el que c
vos tenés. Lo vi bien claro a eso, y en la hecatombe que fue
u
<D
Guatemala después de la caída, donde cada uno atendía
sólo el sálvese quien pueda, los comunistas mantuvieron
intacta su fe y su compañerismo y es el único grupo que
siguió trabajando allí.
Creo que son dignos de respeto y que tarde o temprano
entraré en el Partido, lo que me impide hacerlo más que
todo, por ahora, es que tengo unas ganas bárbaras de viajar
por Europa y no podría hacer eso sometido a una discipli-
na rígida.
160
N Vieja, la mi vieja:
0)
Es cierto, estoy bastante haragán para escribir pero el
> culpable fue, como siempre, Don Dinero. Al parecer, el fin
del desdichado año económico 54, que me trató como tu
cara, coincide con el fin de mis hambres crónicas; tengo un
puesto de redactor en la Agencia Latina donde gano 700
u pesos mexicanos, es decir un equivalente a 700 de alh, lo
4J
que me da la base económica para subsistir, teniendo, ade-
más, la ventaja de que sólo me ocupa tres horas tres veces
O por semana. Esto me permite dedicar las mañanas íntegras
al hospital donde estoy haciendo roncha con el método de
Pisará. [...].
Sigo en la fotografía pero dedicándome a cosas más im-
portantes como "estudios" y algunas cositas raras que sa-
len por estos lados. El sobresueldo es poco, pero espero
redondear los mil este dichoso mes de diciembre, y si la
suerte me ayuda pondremos una pequeña fotografía al fi-
nal del año que viene (principio quise decir). Contra lo que
pudieras creer, no soy más malo que la mayoría de los fotó-
grafos y sí el mejor del grupo de compañeros, eso sí, en este
grupo no se necesita ser tuerto para la corona.
Mis planes inmediatos contemplan unos seis meses de
permanencia en México que me interesa y me gusta mucho,
y en ese tiempo pedir como de pasada la visa para conocer
bien a los "hijos de la gran potencia", como los llama Arévalo.
Si se da, allí estaré, y si no, veré qué se hace en fírme. Siem-
1
Se refiere pre sin despreciar la ida directa detrás de la cortisona1 para
a la Unión Soviética. ver qué pasa también. Como ves, nada nuevo sobre lo ante-
Ernesto Guevara
rior.
juega con "detrás
de la Cortina En el terreno científico estoy con mucho entusiasmo y lo
de Hierro". aprovecho porque esto no dura. Estoy haciendo dos traba-
jos de investigación y tal vez inicie un tercero, todos sobre
alergia y, aunque muy lentamente, sigo juntando material
para un librito que verá la luz -si la ve- dentro de varios
años y que lleva el pretencioso título de "La función del
médico en Latinoamérica". Con algo de autoridad puedo
hablar sobre el tema ya que, si no conozco mucho de medi-
cina, a Latinoamérica la tengo bien junada.1 Por supuesto,
__ -- ^ ^ ^ ^ I—) L o f L LL'Hsi'LAr t
Septiembre 24 de 1955
Querida vieja:
Esta vez mis temores se han cumplido, al parecer, y cayó
tu odiado enemigo de tantos años; por aquí la reacción no
se hizo esperar: todos los diarios del país y los despachos
extranjeros anunciaban llenos de júbilo la caída del tene-
broso dictador; los norteamericanos suspiraban aliviados
por la suerte de 425 millones de dólares que ahora podrían
sacar de la Argentina; el obispo de México se mostraba sa-
tisfecho de la caída de Perón, y toda la gente católica y de
derecha que yo conocí en este país se mostraba también
contenta, mis amigos y yo, no; todos seguimos con natural
angustia la suerte del gobierno peronista y las amenazas de
la flota de cañonear Buenos Aires. Perón cayó como cae la
gente de su estirpe, sin la dignidad postuma de Vargas, ni
la denuncia enérgica de Arbenz que nombró con pelos y
señales a los culpables de la agresión.
Aquí, la gente progresista ha definido el proceso argenti-
no como "otro triunfo del dólar, la espada y la cruz".
Yo sé que hoy estarás muy contenta, que respirarás aire
de libertad [...]
Hace poco te señalaba en otra carta que los militares no
entregan el poder a los civiles si éstos no le garantizan el domi-
nio de casta; hoy por hoy, sólo lo entregarán a un gobierno que
surja del partido demócrata, o sea, de alguno de los recién
fundados partidos sodal-cristianos, donde me ñnagino que
estará militando..., futuro diputado a la honorable Cámara de
Diputados donde tal vez se siente, con el correr del tiempo...,
líder del partido argentinista, a fundarse.
Vos podrás hablar en todos lados lo que te dé la gana con
la absoluta impunidad que te garantizará el ser miembro de
la clase en el poder, aunque espero por vos que seas la oveja
negra del rebaño. Te condeso con toda sinceridad que la
caída de Perón me amargó profundamente, no por él, por lo
que significa para toda América, pues mal que te pese y a
pesar de la claudicación forzosa de los últimos tiempos,
Argentina era el paladín de todos los que pensamos que el
enemigo está en el norte. Para mí, que viví las amargas ho-
ras de Guatemala, aquello fue un calco a distancia, y cuan-
do vi que junto a las noticias leales (es raro llamarlas así) se
163
Órgano oficial
periodístico
Partido Comunista Chau
Argentino,
165
1
México, julio 15 de 1956 1
Una copia
del original nj
[Vieja: se encuentra
>
<D
en el Archivo 3
He recibido tu carta, pasabas por el tamiz de una morri- CT
Personal,
ña más o menos grande por lo que se ve. Tiene muchos W
y al cotejarla
aciertos y muchas cosas que no te conocía.] X
se hicieron algunas U
No soy Cristo y filántropo, vieja, soy todo lo contrario de correcciones
O
un Cristo, y la filantropía me parece cosa de... [ ]2, por las y ampliaciones 4J
V)
señaladas
cosas que creo, lucho con todas las armas a mi alcance y (D
entre corchetes, c
trato de dejar tendido al otro, en vez de dejarme clavar en u
2 <D
una cruz o en cualquier otro lugar. Con respecto a la huelga Palabra ilegible.
México 15
Querida vieja:
Todavía en tierras mexicanas contesto tus cartas ante-
riores. Pocas novedades puedo darte de mi vida, pues por
ahora sólo hago un poco de gimnasia, leo una barbaridad,
particularmente de lo que ya te imaginás, y veo a Hilda
algunos fines de semana.
He renunciado a que mi caso se solucione por vías lega-
les, de modo que mi permanencia en México será transito-
ria, de todas maneras Hilda se va con la chiquita a pasar el
fin de año con la familia. Allá estará un mes y después se
verá lo que hace. Mi ambición a largo plazo es conocer Eu-
ropa, y si es posible vivir allí, pero es cada vez más difícil
que suceda esto último. Cuando a uno lo toma la enferme-
dad que yo tengo parece que se va exacerbando y no lo
suelta sino en la tumba.
Tenía preparado un proyecto de vida con diez años de
vagabundeo, años posteriores de estudio de medicina, y
después, si quedaba tiempo, internarme en la gran aventu-
ra de la física.
Todo aquello es pasado; lo único que está claro es que
los diez años de vagabundeo tienen visos de ser más (salvo
que circunstancias imprevistas supriman todo vagabun-
deo), pero ya será de un tipo totalmente diferente al que
soñé y cuando llegue a un nuevo país no será para recorrer
tierras, ver museos y rumas, sino además (porque aquello
siempre me mteresa) para unirme a la lucha del pueblo.
He leído la última información que llega de la Argentina
sobre la negativa de dar personería jurídica a tres nuevos
partidos y al despojo de la que tenía el PC. No por esperada
esta medida es menos sintomática de todo lo que está ocu-
rriendo en la Argentina de un tiempo a esta parte. Todos
sus actos tienen una tendencia tan clara -favorecer a una
casta y a una clase- que no puede haber equivocación o
confusión. Esa clase es la de los terratenientes criollos alia-
dos con los inversores extranjeros, como siempre.
Si te digo estas cosas más o menos duras es por el "por-
que te quiero te aporreo". Ahora va un abrazo, uno de los
últimos desde tierras mexicanas y en tren de hacer admoni-
ciones, una final: la madre de los Maceo se lamentaba de no
169
tener más hijos para ofrecer a Cuba. Yo no te pido tanto,
Chau
Carta a la madre
170
N
1
Querida vieja:1
Probablemente
agosto o septiembre
Te escribo desde un punto cualquiera de México, donde
<D
de 1956, después estoy esperando que se solucionen las cosas. El aire de li-
de su liberación. bertad es, en realidad, el aire del clandestinaje, pero no im-
Al cotejar porta, da un matiz de película de misterio muy interesante.
con el original
se incorpora
Mi salud es muy buena y mi optimismo mejor. Con res-
un párrafo pecto a tus apreciaciones sobre los libertadores veo que poco
que no aparece a poco, casi sin querer, vas perdiendo confianza en ellos.
en la versión [Lo del pero fírme y la confianza es de las cosas más trági-
publicada en Aquí
cas que has escrito, pero no te preocupes que no se lo mostra-
o va un soldado...
ré a nadie. Nada más fíjate lo que dicen los diarios de Egipto,
por ejemplo y la "pérdida de confianza de occidente". Es
lógico, ellos tienen mucha más confianza en un feudo de su
pertenencia que en un país aunque no sea con proyectos de
independencia.] El petróleo tampoco será argentino. Las ba-
ses que tanto temían que Perón entregara, las entregaron és-
tos; o por lo menos harán una concesión similar. La libertad
de expresión ya es un mito, solo que cambió de mito, antes
era el peronista, ahora es el libertador, los diarios que jodan a
la calle [Parece decir así]. Antes de las elecciones generales
habrán ilegalizado al partido comunista y tratarán por todos
los medios de neutralizar a Frondizi, que es lo mejor a que
pueda aspirar la Argentina. En fin, vieja, el panorama que
veo desde aquí es desolador para el pobre movimiento argen-
tino, es decir para la mayoría de la población.
Bueno, tengo poco tiempo para escribir y no tengo ganas
de gastarlo en esos temas. Aunque, en realidad, de mi vida
propia tengo poco que contar ya que me la paso haciendo
ejercicio y leyendo. Creo que después de éstas saldré hecho
un tanque en cuestiones económicas aunque me haya olvi-
dado de tomar el pulso y auscultar (esto nunca lo hice bien).
Mi camino parece diferir paulatina y firmemente de la me-
dicina clínica, pero nunca se aleja tanto como para no echar-
me mis nostalgias de hospital. Aquello que les contaba del
profesorado en fisiología era mentira pero no mucho. Era
mentira porque yo nunca pensaba aceptarlo, pero existía la
proposición y muchas probabilidades de que me lo dieran,
pues estaba mi citación y todo. De todas maneras, ahora sí
pertenece al pasado. San Carlos ha hecho una aplicada
adquisición.
Del futuro no puedo hablar nada. Escribí seguido y
contáme cosas de la familia que son muy refrescantes en 171
172
N [Aproximadamente octubre de 1956]
0)
Querida mamá:
> Tu pinchurriente hijo, hijo de mala madre por añadidu-
1
ra, no está semi-nada; está como estaba Paul Muni1 cuando
Se refería
decía lo que decía con una voz patética y se iba alejando en
a la película
Soy un fugitivo,
medio de sombras que aumentaban y música ad-hoc. Mi
^ interpretado profesión actual es la de saltarín, hoy aquí, mañana allí,
por Paul Muni. etc., y a los parientes... no los fui a ver por esa causa (ade-
más, te confesaré que me parece que tendría mas afinidad
O de gustos con una ballena que con un matrimonio burgués
dignos empleados de beneméritas instituciones a las que
haría desaparecer de la faz de la tierra, si me fuera dado
hacerlo. No quiero que creas que es aversión directa, es más
bien recelo; ya Lezica demostró que hablamos idiomas dife-
rentes y que no tenemos puntos de contacto). Toda la expli-
cación tan larga del paréntesis te la di porque después de
escrita me pareció que vos te imaginarías que estoy en tren
2
de morfa-burgués2 y por pereza de empezar de nuevo y sa-
Comer burgueses.
car el párrafo me metí en una explicación kilométrica y que
se me antoja poco convincente. Punto y aparte. Hilda irá
dentro de un mes a visitar a su familia, en Perú, aprove-
chando que ya no es delincuente política sino una repre-
sentante algo descarriada del muy digno y anticomunista
partido aprista. Yo, en tren de cambiar el ordenamiento de
mis estudios: antes me dedicaba mal que bien a la medicina
y el tiempo libre lo dedicaba al estudio en forma informal de
San Carlos. La nueva etapa de mi vida exige también el
cambio de ordenación; ahora San Carlos es primordial, es
el eje, y será por los años que el esferoide me admita en su
capa más externa; la medicina es un juego más o menos
divertido e intrascendente, salvo en un pequeño aparte al
que pienso dedicarle más de un medular estudio, de ésos
que hacen temblar bajo su peso los sótanos de la hbrería.
Como recordarás, y si no lo recordás te lo recuerdo abora,
estaba empeñado en la redacción de un libro sobre la función
del médico, etc., del que sólo acabé un par de capítulos que
huelen a folletín tipo Cuerpos y almas, nada más que mal
escrito y demostrando a cada paso una cabal ignorancia del
fondo del tema; decidí estudiar. Además, tenía que llegar a
una serie de conclusiones que se daban de patadas con mi
trayectoria esencialmente aventurera; decidí cumplir prime-
ro las funciones principales, arremeter contra el orden de
cosas, con la adarga al brazo, todo fantasía, y después, si los 173
molinos no me rompieron el coco, escribir.
Tu hijo.
Carta a su amiga
Tita Infante
Querida Tita:
Hace tanto tiempo que no le escribo que ya be perdido
esa confianza de la comunicación habitual (estoy seguro
que usted no entenderá mucho de mi letra, le explicaré todo
poco a poco).
Primero, mi indita tiene ya 9 meses, está bastante rica,
tiene mucha vida, etc.
Segundo y principal: Hace tiempo, unos muchachos cu-
banos, revolucionarios, me invitaron a que ayudara al movi-
miento con mis //conocimientos,/ médicos y yo acepté porque
Ud. debe saber que es el tipo de laburo que me piace. Fui a un
rancho en las montañas a dirigir el entrenamiento físico,
vacunar las huestes, etc., pero me puse tan salado
(cubanería) que la policía arreó con todos, y como yo estaba
chueco (mexicanada) en mis papeles me comí 2 meses de
cárcel, amén de que me robaron la máquina de escribir, en-
tre otras naderías, lo que provoca esta manuscrita misiva.
Después cometió Gobernación el grave error de creer en mi
palabra de caballero y me pusieron en libertad para que
abandonara el país en 10 días. De esto hace 3 meses y toda-
vía estoy por aquí, aunque escondido y sin horizonte en
México. Sólo espero ver qué pasa con la Revolución; si sale
bien, voy para Cuba, si sale mal empezaré a buscar país
adonde sentar mis reales. Este año puede dar un vuelco en
mi vida, aunque ya di tantos que no me asombra ni me
conmueve mucho.
Por supuesto, todos los trabajos científicos se fueron al
1
Carlos Marx. cuerno y ahora soy sólo un asiduo lector de Carlitos1 y
2
Federico Engels, Federiquito2 y otros itos. Me olvidé contarle que al detener-
me me encontraron varios libritos de ruso, amén de una tarje-
ta del Instituto de Intercambio Mexicano-Ruso, donde estu-
diaba el idioma por problema de reflejos condicionados.
Tal vez le interese saber que mi vida matrimonial está
casi totalmente rota y se rompe deflnitivamente el mes que
viene, pues mi mujer se va a Perú a ver a su familia, de la que
está separada desde hace 8 años. Hay cierto dejo amarguito
en la ruptura, pues fue una leal compañera y su conducta
revolucionaria fue irreprochable durante mis vacaciones
forzadas, pero nuestra discordancia espiritual era muy gran-
175
de y yo vivo con ese espíritu anárquico que me hace soñar
Ernesto
Notas
del periódico Excelsior
19 de los Extranjeros
Detenidos Salen Libres
Sólo Quedan Presos Ruz, Guevara
y Otros que sí Violaron la ley
Diecinueve de los extranjeros detenidos por la con-
jura para asesinar al general Fulgencio Batista. Pre-
sidente de Cuba, fueron puestos en libertad por la Se-
cretaría de Gobernación, ayer a las 20 botas, peí o^ su-
jetos a vigilancia especial mientras se decide Que se
hará en cada caso.
>F,| subsecretario del ramo, licenciado Fernando ilo-
mán Lugo, informó lo anterior, y señaló quo la libera-
ción condicionada so concedió después de que cada uno
de los conspiradores declaró nuevamente y se levanto
el acta respectiva.
Agregó que la Secretaría, en A LAS 17:30 EMPEZARON
este caso, ha ajustado lodos LAS DILIGENCIAS
sus actos a la Ley General de
Población, y que ha procedido Las diligencias para ponér
de acuerdo con las facultades en libertad a los detenidos se
de que está investida en ma- iniciaron desde las 17:30 ho-
teria migratoria. ras, en Ja Estación Migratoria
Gobernación ordené la li- de las calles de Miguel E.
bertad de los detenidos, pre- Sohulz 13(1, con la presencia
via comprobación de que aun de los funcionarios autorizados
estal>an dentro del plazo que por la Secretaría, y previa co-
les otorga la ley para perma- municación a los liberados, de
necer en el país, al que entra- que todos sus actos deberán
ron como turistas. ajustarse a la Lev, y que su
salida estaba condicionada a
Solamente quedaron deteni-
estricta vigilancia de sus ac-
dos el licenciado Fidel Castro
tos y las medidas que habrán
Mu/, Ernesto Guevara, Calix-
to Garcia y Santiago Hir/el, de (tunarse por considerarlas
por estar probado que viola- perlinentrs.' en su oportunidad
ron flagrante y ostensiblemen- y en cada caso.
t* -
A ;ñl!r MCñSBoPOMM,
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México* lñ: t . a 20 be jimio be 195?»
%: Vv-v;;,:
'
Indice
Nota al lector 5
Prólogo 7
Otra vez 11
Testimonio gráfico 83
Mapas del recorrido de Ernesto Guevara
por el continente americano 112
Anexo 115
Carta a la madre (22 de agosto de 1953) 117
Carta a su amiga Tita Infante (3 de septiembre de 1953) 119
Carta a la madre (21 de octubre de 1953) 122
Nota del periódico La Hora (10 de nov. 1953) 124
Nota del periódico Diario de Costa Rica (11 de dic. 1953) 125
Un vistazo a las márgenes del gigante de los ríos 126
Machu-Picchu, enigma de piedra en América 133
Carta a la madre (fines de abril de 1954) 140
Carta a la madre (abril de 1954) 143
Carta a la madre (10 de mayo de 1954) 145
Carta a la madre (20 de junio de 1954) 146
Carta a la madre (4 de julio de 1954) 148
Carta a su tía Beatriz (22 de julio de 1954) 151
Carta a la madre (7 de agosto de 1954) 152
Carta a los padres (agosto de 1954) 153
Carta a su amiga Tita Infante (agosto de 1954) 154
Carta a la madre
(probablemente agosto o septiembre de 1956) 170
Carta a la madre
(aproximadamente octubre de 1956) 172
Il BÍ
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J. diario medí*
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que se sumerge en la vida y en las luchas
para combatir la injusticia, cualquiera
sea el país. La riqueza de experiencias y
la inmediatez del lenguaje hacen de es-
tos apuntes -transcriptos y anotados
por los estudiosos del Archivo Personal
del Che en La Habana- un testimonio
único, un informe del recorrido interior
a través del cual Ernesto Guevara se
convierte en el mítico Che. Una “nove-
la de formación” que permite seguir de
cerca el desarrollo de una personalidad
excepcional y de una situación política
marcada por hechos cruciales: la crisis
de la revolución boliviana que terminó
con la sangrienta represión de la huelga
de los mineros, el golpe de Estado orga-
nizado por la CIA contra el liberal Jaco-
bo Arbenz en Guatemala que borrará
por casi cuarenta años la democracia en
ese país y, finalmente, la caída de Perón.
Fotografías inéditas y una serie de cartas
y documentos completan el diario que
se interrumpe en febrero de 1956,
cuando Guevara decide seguir a Fidel
Castro —a quien conoció unos meses
atrás en México— en los preparativos de
la expedición que los llevará a Cuba, pa-
ra combatir al dictador Fulgencio Batis-
ta. Los hechos que siguieron ya son par-
te de la historia.
Mi amigo el Che
RICARDO ROJO
I SBN 9 50-07-1860 — X
www.edsudamericana.com.ar