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En las dos colaboraciones previas, por alguna razón u otra, he tocado el tema del
cáncer. Me resulta de interés porque a lo largo de los años he perdido amigos y
familiares debido a este azote, y eso es algo que con certeza nos ha pasado a todos.
Ahora mismo, personas que estimo se encuentran luchando contra el padecimiento
que tantos sinsabores ha dejado a la humanidad toda.
La propuesta del mexicano Dr. Halabe comparte con la propuesta del canadiense Dr.
Michelakis la simplicidad, recordándonos nuevamente que nada hay más complicado
que la sencillez. Consiste básicamente en la ingesta de ácido cítrico por vía oral,
acompañado, de ser necesario por antiácidos.
Las mitocondrias son estructuras que actúan como "centrales energéticas" de las
células, suministrando la energía que éstas necesitan para ejercer sus funciones. Se
encargan de "fabricar" el combustible de las células, el adenosín trifosfato (ATP),
usando como materia prima carburantes metabólicos como glucosa, ácidos grasos y
aminoácidos. El proceso que usa glucosa recibe el nombre de glicólisis.
En 1931, el premio Nobel de Medicina y Fisiología, Otto Warburg, descubrió que las
células cancerígenas tienen un metabolismo energético distinto al de las células
sanas. La diferencia consiste en un incremento de la glicólisis anaeróbica, un
mecanismo mediante el cual se usa la glucosa como carburante y se obtiene ácido
láctico como deshecho. Así, el pH de los tejidos cancerígenos es menor, más ácido. El
aprovechamiento energético es mucho menos eficiente en los pacientes enfermos de
cáncer, por lo que mueren básicamente por desnutrición.
La lógica más elemental indica que debe regularse la ingesta de glucosa, que es el
"alimento" de las células enfermas, en tanto que las células sanas pueden seguir
consumiendo de forma sustentable, ácidos grasos y aminoácidos. De acuerdo con el
Dr. Halabe, y usando el descubrimiento de Warburg, inhibir la glicólisis es la clave para
controlar el crecimiento y reproducción de las células cancerosas.
Es importante hacer notar, en tono precautorio, que lo publicado por el Dr. Halabe es
evidencia científica de una hipótesis, lo que no constituye una demostración científica.
Es probable que el protocolo de Halabe constituya en el futuro cercano una alternativa
probada como tratamiento confiable en contra del cáncer. Es esperanzador.
El autor de los trabajos que hoy reseñamos, señala en una entrevista, que se
encuentra en la búsqueda de una oportunidad para probar su hipótesis a nivel
experimental con animales de laboratorio, en algún área de investigación del Instituto
Nacional de Cancerología, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición
"Salvador Zubirán" o el Instituto Mexicano del Seguro Social. Interpreto que la
búsqueda significa financiamiento, y tiempo laboral destinado al efecto; para él, y
seguramente también para un equipo de colaboradores y becarios. Espero, como lo
harán seguramente también muchos pacientes de cáncer, que los recursos necesarios
para que la investigación que Halabe propone se consigan para que su trabajo tenga
efecto.
japerez@uaz.edu.mx