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CELEBRACIONES E INTENCIONES
LA VERDADERA CARIDAD
“Quién bien te quiere”, dice Cervantes,
“te hará llorar”. Todos comprendemos la
frase y tenemos experiencia de ella. Solo
aquellas personas que verdaderamente se
preocupan por nosotros, que nos quieren,
se toman la molestia de corregirnos. Si les
importas un pimiento, no te dicen nada,
que es más cómodo.
Los niños de Primera Comunión saben que hay que tener tres
disposiciones para recibir al Señor:
San Pablo, que no se calla nada, lo dicen bien clarito: “De modo que
quién coma del pan y beba del cáliz del Señor indignamente, es reo
del cuerpo y de la sangre del Señor. Así, pues que cada cual se
examine, y que entonces coma así del pan y beba del cáliz. Porque quien
come y bebe sin discernir el cuerpo come y bebe su
condenación” (1 Cor 11,27-29). No es lo que queremos para los demás,
¿verdad?.
une a nosotros para transformarnos, para que nuestro corazón vaya siendo
cada vez más parecido a su Sagrado Corazón. Es Cristo quien nos
santifica y nos salva. La Eucaristía es el Sacramento de nuestra fe. Es un
misterio asombroso, un tesoro inestimable que hace que la Iglesia viva.
Dice San Juan Pablo II, “No se puede dar la comunión a una persona
no bautizada o que rechace la verdad íntegra de la fe sobre el Misterio
eucarístico. Cristo es la verdad y da testimonio de la verdad (cf. Jn 14, 6;
18, 37); el Sacramento de su cuerpo y su sangre no permite ficciones”. Y
un poquito mas adelante, en la misma encíclica, (Ecclesia de Eucharistia),
“En los casos de un comportamiento externo grave, abierta y establemente
contrario a la norma moral, la Iglesia, en su cuidado pastoral por el buen
orden comunitario y por respeto al Sacramento, no puede mostrarse
indiferente. A esta situación de manifiesta indisposición moral se refiere la
norma del Código de Derecho Canónico que no permite la admisión a la
comunión eucarística a los que “obstinadamente persistan en un manifiesto
pecado grave”.
GENEROSIDAD
La campaña navideña para ayudar a los
necesitados ha sido todo un éxito, mas incluso
que el año pasado. En nombre de Cáritas
parroquial, muchísimas gracias a todos los que
habéis participado con tanta generosidad. Oculto
a los ojos de los hombres pero no del Señor. Muchas gracias también a la
Caja Rural, que como cada año, ha hecho una substanciosa contribución.