Está en la página 1de 3

La política expansionista de los Estados Unidos de América se hizo evidente con la compra de la Luisiana

en 1803 y la firma del Tratado Adams-Onís de 1819, con el que España cedió la Península de la Florida

estableciendo una política generosa para que se permitiera el traslado de algunos ciudadanos españoles

que habían perdido sus territorios.

Por otra parte, en cuanto México logró consumar su Independencia, iniciaron las pretensiones

expansionistas estadounidenses, Joel Robert Poinsett fue enviado como representante de los Estados

Unidos de América para firmar el tratado de los límites con México, en el que intentó infructuosamente

anexar a su territorio la provincia de Texas.

A partir de 1823, fue imposible evitar el proceso de ocupación pacífica de miles de emigrantes,

agricultores y aventureros, que se establecieron en esa región. La diputación provincial de Texas se negó

a enviar a un diputado a la Legislatura Constituyente e informó que prefería ser un territorio

independiente.

Al reunirse el primer Congreso Federal algunos diputados como Carlos María Bustamante defendieron la

postura texana, para evitar más conflictos, el congreso concluyó que el Gobierno de Coahuila emitiría un

decreto para la suspensión de la diputación provincial texana sin dejar de pertenecer al territorio nacional,

razón por la que el gobierno mexicano, decidió permitirle a Stephen Austin llevar emigrantes

anglosajones a Texas desde el 25 de agosto de 1829, Poinsett intentó nuevamente comprar el territorio de

Texas ofreciendo cinco millones de dólares.

En consecuencia, de las negativas del gobierno mexicano a las pretensiones que tenían sobre el territorio

de Texas, se suscitaron movimientos de carácter social incitados por comunidades reconocidas como

separatistas que buscaban la autonomía.

El gobierno estadounidense apoyó militar y económicamente a los separatistas, para conseguir la

independencia de Texas. Mientras que el General Antonio López de Santa Anna a finales de noviembre,

decidió partir rumbo a Texas, para defender Saltillo y hasta el 1 de febrero de 1836, recibió el apoyo que

le permitió conformar dos Divisiones de Ejército, con lo que logró importantes victorias sobre los

separatistas texanos.

De ese modo, el 19 de abril alcanzaron el punto donde confluyen los ríos San Jacinto y Buffalo Bayou,

conocida como Llanura de San Jacinto. En ese lugar, sin embargo; se realizó la Batalla de San Jacinto, el
General Santa Anna fue capturado y obligado a firmar el Tratado de Velasco del 14 de mayo de 1836, la

derrota de las tropas mexicanas obligó al General Santa Anna a reconocer las peticiones texanas.

Durante casi diez años el gobierno mexicano intentó recuperar la provincia rebelde y en marzo de 1845,

la República de Texas se anexó a Estados Unidos de América, siendo reconocida como la anexión del Río

Nueces, lo que provocó que se revivieran tensiones pasadas y que en ese mismo año el gobierno

estadounidense intentara comprar los territorios de la Alta California y Nuevo México.

El gobierno mexicano se alertó con las nuevas peticiones del gobierno estadounidense y rechazó la oferta,

de manera que su presidente James K. Polk ordenó al General Zachary Taylor llevar un ejército a la

frontera de Texas con México para que se estableciera en Corpus Christi, en agosto de 1845.

A principios de 1846 Taylor recibió órdenes de marchar con su ejército al sur, hasta el Río Bravo. El 24

de abril de 1846, se produjo un enfrentamiento entre las tropas de Taylor y las mexicanas comandadas por

el General Mariano Arista. Esto propició que el 13 de mayo de 1846, Estados Unidos de América

decidiera declarar la guerra a México.

Las fuerzas estadounidenses llegaron a los territorios fronterizos en el mes de junio conformados por las

tropas de Kearney quien ocupó Nuevo México y California. Las sucesivas batallas fueron ganadas por los

invasores que avanzaron triunfantes en las Batallas de Palo Alto, Resaca de Guerrero o de la Palma,

Monterrey, y en febrero de 1847, sobrevino la célebre Batalla de la Angostura, en la que el Ejército

Mexicano a pesar de tener que retirase también provocó la disolución del ejército de Zachary Taylor.

Los esfuerzos del gobierno mexicano no fueron suficientes, pues los invasores decidieron continuar su

esfuerzo bélico. El 18 de abril de 1847 el ejército estadounidense se enfrentó a las fuerzas mexicanas en

Cerro Gordo (Ver.) en el que las tropas mexicanas no pudieron resistir los ataques y permitieron el avance

de los extranjeros hasta la Ciudad de México sin mayor resistencia, las victorias enemigas continuaron al

mando del General Winfild Scott.

El 8 de agosto el General Winfield Scott, llegó a la Ciudad de México con 14,000 elementos, entre los

días 19 y 20 de agosto comenzó la primera batalla de una serie de enfrentamientos que culminaron con la

toma de la Ciudad de México. Ésta tuvo lugar en la Batalla de Padierna en una zona aledaña a la Ciudad

de México (actualmente es parte de la Alcaldía Álvaro Obregón), los soldados se batieron el día 19 en la

periferia de la ciudad (actual Pedregal de San Ángel, San Gerónimo y otras posiciones). Al amanecer, las
tropas seguían en sus posiciones, pero Santa Anna ordenó la retirada rumbo a Ciudad de México,

mientras que el General Valencia resultó derrotado, ya que el convento de Churubusco fue atacado el

mismo 20 de agosto.

Mientras que Santa Anna, escuchó las peticiones estadounidenses, para llegar a un acuerdo y que cesaran

las hostilidades, sin embargo; le fue imposible ceder y decidió negarse al armisticio con lo que continúo

con la lucha a partir del 8 septiembre en Molino del Rey; el día 13 en el Castillo de Chapultepec, al día

siguiente se inició la ocupación de la Ciudad de México.

Tras el éxito enemigo, finalmente las hostilidades concluyeron hasta con la firma del “Tratado de

Guadalupe Hidalgo”, en el mes de febrero de 1848, en el que México perdió los territorios que

actualmente ocupan los estados de California, Nevada, Utah, Nuevo México, Texas, Colorado, Arizona y

partes de Wyoming, Kansas y Oklahoma, en el que además, se recalcó que México renunciaría a todo

reclamo sobre Texas y la frontera se estableció en el Río Bravo, finalmente el 15 de junio de 1848,

terminó la ocupación de las tropas invasoras en el territorio mexicano.

También podría gustarte