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Cs i Roberto Sanesi CoA W AN CeyE re! eww ee ERO ETN eee eee somes ale Wa Gr | LOS Hi 0 M He) ay Rou Wea wR ad CON eee ee cg trie UCase Co aC Rena tcc contradictorio de los protagonistas de la literatura Sie ey Sn ae Cenc ee Coney Rue Re Cee Maes Eau! Beem me (any Eee ce} ocean aera eer errs eeu a cess Geet eure e ens Geen rie Bue re w ato an ed een Manet racionalmente ung realidad ficticia Seen eee Cee cL cae Pee Reet oe PLN Neon Wess Coe eu Maree CEC Coenen etry Cee ae aun eee) en ec aren a) Cocco eae met cic wet OSS ct ae eee or aca ae eee eet de un significado primario al sonido Suna Cun en aoa ae} Cer oi art Pires ae ee icae) re rs Sete acy aac) Ce Cue Gee eae Tees ia ee acti ca oe ere uaa ee cae c ay Cer Oe Tce ae] ata Roose eee Roe are Pec acecue ae ee ees ECC Cun mur ie ears Peete a eee Rec a oten erent eals crear un “reino Gel espiritu” Seno ieee et ey Coase eas Cee au tea Pore erm ues Eee err aa eae! eo ees Souter grey San oe nr) Ce RR atari Corea CELL} ey ae) aot poe aes 2 Churehint cart cea ay cea Eases rae creer crane pay ace 41 Artigas parse Sparta rand aa cae Prarie & Chapin POS oe Cur cOaeery a ree a ee att ey ecm Trr coat ety ats Es Ea) En ce Compagnia Edizion! ee oni od Paces eed Ps res Centro Editor de América Latina S.A, ae eee ering cri aa Peewee rerera ae Picnics acy War erat 1509 Segundo hijo de David Poe y Elizabeth Amold, y nieto del patriots de la revolu- “cid norteamericana David Poe, dle Baltimo- Edgar Poe nace en Boston ef 19 de enero 1808. su ‘Muertos el padre y Ia madre, Edgar es cogido en Richmond, Virginia, por la fa- de John y Frances Allan, de donde el apellido Allan agrogado al de 1820 do haber recibido una instruceién en algunas escnelas privadas de Edgar parte de Estados Us Fracia Inglaterra junto con ta fami En Stoke Newington estudia en la House School del Reverendo John. que mis tarde lo record6 como ‘nteligente pero rebelde y terco”. 1825 del retorno a Richmond ocurride en de 1820, Edgar eontinia su educa ‘en la Grammar School local. En este do se enamora de la senora Jano Craig madre de un compasero de os- Fue “ol primer amor, puramente de mi alma”, y, si se debe creer al - Te inspird la poesia To Helen (A s) de 1831. En 1825 se enamora de | Elmira Royster y es correspondido, EA Poe Roberto Sanesi 1827 Luego de Ja enésima disputa con Allan, en marzo Poe deja Richmond y Hoga a Boston, Aparece su primer volumen de versos: Tamerlane and Other Poems (Ta- ‘merlin y otros poemas). Contiene, entre otras, The Lake (El lago), Dreams (Sue- ios) y A Dream within a Dream (Un suefio en el suetio). Se enroh en el ejér- ito y es enviado a Fort Moultrie 129 En abril doja ol ejéreito (habéa mucrto la ‘madre adoptiva, Frances Allan) eon el gra do de sargento mayor bajo ol nombre de Edgar A. Perry. La carta con la que pide su baja contenia una serie increible de fantusias, entre las cuales Ia de que la madre adoptiva babfa muerto en un. ineen- dio. En noviembre aparece en Baltimore cl segundo volumen de versos: AD Aaraaf, Tamerlane, and Minor Poems (Al Aaraal, ‘Tamerlin y poomas menores). Aparte de has citadas en el titulo, contiene poesfas como To Science (A I ciencia), Romance (Romance), Fairy-Land (Tierra de hadas), etestera 1830 Entra como cadete a la Academia Militar de West Point, que deja al aio siguiente por falta de fondos. Se agudiza of des- acuerdo con Allan, 1531 Se marcha a Nueva York, donde publiex Poems: Second. Edition (Poems: Segunda cdicién) con una dedicatorin sl enerpo de cadetes. A Tos poemas anteriores se age fan en este vohunen To Helen (A Hele na), Isafel (Israel), The City in the Sea (La ciudad en el mar), The Sleeper (La durmiente), Lenore (Lenore) y The Valley of Unrest (EI valle de la inguietnd). La rota introductoria es una importante lie rmaciin de sus personales prineipios de po tica, En la miseria completa, como. lo testimonian Tas exrtas a Allan, Se taslada «Baltimore, ala casa de la tia Mary Clem. delfia los primeros cuentos, entre Jos cna Jes. Metzengorstein. 1838 Con el cuento MS. Found én a Bottle (Max ‘nuserito hallado en una botella) gana los sien dGlares del premio ofrecido por el Paltimore Saturday Visiter 1834 Escribe el drama Polittian (Politico), que perminece inédito hasta. 1988, 1835 Gon la ayuda del novelista John Pendleton Kennedy entra en la redacoién del Sou- thern Literary Messenger de Richmond, y ‘en diciembre se convierte en dircetor del mismo. Publiea en la revista mumorosas criticas y cuentos como Hane Pfaal (Las incomparables aventuras de Hons Pfaal). 1836 EI 16 de mayo, en Richmond, se casa con su prima Virginia Clem, la que ain no ha eumplido eatorce ais. 1837 Si bien la revista, bajo Ta direccién de Poe, ‘obtavo un éxito sin precedentes, en enero cl eseritor firma su renuneia por desaeuer dos con el propietario, T. W. White. Pax rece ser_que la cast principal de tales esacuerdes se debe atsibuir al aleoholismo de Poe. En enero y febrero, de todos mods, la revista publica las dos primeras partes de The Nareatioe of Arthur Gor don Pym (La nanracién de Artinr Gordon Pym). 1838 En Nueva York aparece en volumen The Narrative of Arthur Gordon Pym. Eseribe: Ligeia (Ligeta). 1839 En Filadelfia, donde se ha establecido, dirige ol Burton's Gentleman's Magazine, Eseribe The Conchologist’s First Book (El primer libro del conquiliélogo), yes acu / 150 Escrbe para Alexanders Weekly Magazine ‘una famosa serie de artieulos sobre crip: tografia. Aparecen en un volumen los eueh- tos eseritos hasta ese momento: Tales of ihe Grotesque and Arabesque (Cuentos de lo groteseo y lo arahesoo), que obtie- rien dptimo sueeso de critica.” Del mismo aio es Sonnet-Silence (Soneto: Silencio). 1411542 En abril es nombmdo director del Gra- hham's Magazine, donde publica diversas cr- ticas (importantsima aquella sobre Haw- thome, que contiene agudas observaciones sobre el arte de la narrativa) y los relatos The Murdore in the Rue Morgue (Los asesinatos de la calle Morgue), Descent into the Maclstrom (Desoonso en el Macls- trom). 1843, Aparece en The Museum una nota biogré- fica de Poe cargada de ineactitudes die tadas por el mismo esertor (el visie @ Greva y a Petersburgo) y retomadas Inego por Bandelare 1844 En abril se traslada a Nueva York, Pus blica The Ballcon-Hoax (La patratia del Dalén), The Purloined Letter (La carta robada), Premature Burial (Sepelio. apre~ surado). Colabora en The Columbia Spy. 1845 Es el ano de los grandes éaitos, Fl 29 dle enero aparece en el New York Evening Mirnor el. poems The Raven (El everva) En el Graham's Magazine aparece una 10- ta biogrficorrtica de Lowell sobre el ate de Poe. El poeta entra al The Broad- pay Journal. Para. el Godeys Lady’s Book inicia The Literati of New York City (Los Iiteratos de la ciudad de Nueva York), una espirituosa serie de artieulos sobre las figuras prominentes de Ia cultura Iiteraria de Nueva York. Aparece una eoleceiin de Tales (Cuentos) que contiene nevas versiones de cuentos ya publicados, y The Raven ond Other Poems (EI cuervo y otros poemas). Comienza a escribir Mar inalig (Marginalia). Tiene una inocente aventura amorosa con Mis. Frances Os- ‘goad, que To convence de que abandone cl vieio del sleohcl. Realiza una gira de conferencias sobre la poesia y Tos paetas de América. The Broadscay Journal, del ‘que se ha convertide director, quiebra 1846 Continia los Marginatia, Esoribe, entre ‘otras cosas, The Cask of Amontillado (El barsil del Amontillada) y The Philosophy ‘of Composition (La filosofia de la com posteién). AsaT EI 30 de enero, en la quinta do Fordham donde viven los Poo, Virginin muere do tuberculosis. EI poeta acusa perturbacio- yes nerviosas y mentales que Io impulsan fa beber nuevamente. “Por constitueién soy ‘un sensible, un nervioso en modo del todo anormal. Y me vuelvo loco, con largos intervalos de horrible salud mental. Du- ante esos accesos de absoluta inconseion- ‘ia bebia, s6lo Dios sabe en qué medida ¥y con qué frecuencia. Como es obvio, mis ‘enemigos hacian derivar Ja locura del be- her, no el beber de la Jocura”. (Carta de Poe a George W. Eveleth), Eseribe Ula- Tune (Ulalume). 1848 Compone Eureka (Eureka), ensayo mistico de cosmologia que acusa claramente Ia in- Aluencia del astrénome J. P. Nichol. En setiembre se enamora de Mrs, Sarah Helen Whitman, poetisa, a Ja que envia apasio- nadas cartas de amor totalmente ajenas a su actitud normal. A causa de una serie de pequefieces, en diciembre Mrs. Whit- man rompe toda relacién, y Poo intenta suicidarse con ldudano. Pero el poeta ditige sus atenciones, absolutamente platénicas, a Mrs. Annie Richmond, a la que lama “es post de mi alma” 1819 Eseribe las poesias For Annie (Para An- nile), Eldorado (Eldorado), The Bells (Las campanas), Annabel Lee (Annabel Lee), fl relato Landor’s Cottage (La casa de campo de Landor), otros Marginaliay The Poetic Principle (El principio podtico). Se enamara de Ja poetisa Sarah Anna Le- wis. En julio, vuelto a Richmond, se en- ‘cuenta nuevamente con Sarah Royster, hora viuda, y Te propone matrimonio. El 27 de setiembre deja Richmond y va a Nueva York. Se detiene en Baltimore, y el 8 de octubre es hallado en estado de semi- Ineonsefencia en una taberna elansurada judicialmente, Llevado al Washington Co-, Tege Hospital, muere de delirium tremens el 7 de octubre promuneiando el nombre de Reynolds, el explorador de los mares del sur cuya obra habia utilizado para The Narrative of Arthur Pym 954 “Que sea locura no hay duda, pero también hay método” Hamlet, U, 2 En un periodo en el que, simplificando, se puede decir que la literatura inglesa vivia de um capital roméntico ya codifi- eado en muchos aspectos y producia una narrativa muy escasamente tocada por me- itaciones de tipo problemético, oscuras 0 ambiguas, que denotaran alguna incline cidn a eventuales mutaciones heterodexas, Ja literatura norteamericana se traslada -sostenida también por una historia into- Jectual particular, y si bien s6lo en algunos representantes— hacia mievos problemas, y se diferencia del romanticitmo en direo- cin marcadamente sirabélica. En un arco de tiempo bastante amplio so tienen, ast, a Hawthome, Poe, Melville y Whitman, Di- ferentes también en razén de su “ameri- canismo” mayor 9 menor, y hasta en opo- soién (Poe, Whitman) en To que respecta a la posibiidad, o Ta oportunidad, de re- Gibir algunos de aquellos simbolos que caracterizan tal americanismo de fondo en tGminos de tendencia al futuro (Ja mde quina, Ia democracia, el progreso, una idea no siempre muy exacta de lo que se puede definir como “modemo”), y sin embargo tunidos en su obra por Ta presencia cons- tante de una técnica y de una temética Romintico, simbolista y ya tebrieo de Ta paribola decadente en su trasladar, afinar ¥y conducir a las consecuencias extremas los modos del “nuevo gitieo”, entre los fuatro escritores citados, E. A. Poe es tal vex el menos definible, el mis torturado y contradictorio, Y, podria decirse, con tun cierto método. Todo lo que hubo de irregular y tenebroso en su vida (verda- dero y falso al mismo tiempo, es decir, Io ne derivaba realmente del hecho de que Poe era “in dipsimano por automatism hereditario”, pero también —en parte, y Tuego de la’ publieaeiin de The Raven [TL ‘euervo]— lo que derivaba de una cierta voluntad de adherir a un personaje: y se podria recordar a Byron) indudablemente no podia dejar de fascinar tanto a los lec tores coma a Ia exitica del tiempo, si bien eseasa e imprecisa, pero seria errado to- marlo como cosa fundamental al efectuar van juicio global. Es, en suma, poco rele- vante determinar con exactitud si el abuso del alcohol y la probable adiceién a la droga se derivaban o fueron necesarios da da la eondicién de neurosis constitueional si, en cambio, no fueron el alcohol y la droga lo que condujeron a tal neurosis y, finalmente, a la tragedia. En a carta eserita poco tiempo después de la muerte de sa esposa, Virginia, Poe escribe: “Soy sensible por constitueién, mervioso en mo- do del todo anormal. Me vuelvo Toco con argos intervalos de horrible lucidez. Du- ante estos alaques de absoluta inconscien- cia hebia, silo Dios sabe con qué freenencia y en qué medida. Obviamente, mis ene- rmigos haefan depender mi locora del beber antes que el beber de la locura”. Si no 1. Una fotografia de E. A. Poo on 1848, se tra a de una justificacién, aquel volun- tarfo lanzarse « la maldicién Insinuado por Baudelaire cuando escribe que su “muerte un sleidio, un sufeidio preparade esde hacia mucho tiempo” es una pura iin literaria, Clertamente también én el caso de Poe, y muchas veces se ha hecho, resulta dificil no considerar juntos ala obra y al personae. Pero mientras fea un poeta como Byron, par ejemplo, parece notasse un predominio de la per- 00a sobre Ta obra, es deci, wna manifes- facia del caricter mis en el gesto (y tal vex gesto programado) que en In ereacién autistea, en Poe los dos términos se achie~ xen con mayor equilibrio, con naturalidad. Lo quo emerge al fin es la obra (al per sonaje se To obtiene con mayor aproxima- cién a la realidad si se tienen en venta Jos temas), y por ello se presenta la 503 ppecha de que una parte del retrato alu- cinado de Poe es un aposiciin de la critica contemporinea y de los bidgrafos siguientes, que o bien no lograton com- prender completamente el significado de Su obra y sintieon la necesidad —sin hie de su fascinacin pero dominados por un concopto estético demasiado distante~ de halla en Ta misma na fostfieacién extere na,/0 bien nun comprendiéndola~ acen- tesiron sus caraeteres para ad: mayor efecto a la nueva sensibilidad. Lo ‘que no signifier que ls sucesos de Ta vida de Poe no hayan sido, objetivamente, dow lorosos 1 hecho es que Ia dificuliad de separar 1a personalidad humana de Poe'de.sa obra, de juzgar sus cuentos, su poesia y sus textos eriticas rechazando completamente las sombras que se habfan posado sobre los: smismos con la contribucién del autor mis- mo y alvidando su imagen de adepto al terror y a la muerte, se ha demostrado notable, y no parece haberse disipado ni siquiera frente a Tos ataques de la eritica mds reciente, no demasiado vieiada por intervenciones que no sean de estricto ca rieter estético.. $i bien Poe ball partic darios convencidos, Ia idea general que se tiene frente a todo lo que se ha escrito sobre él desde hace algunos decenios se sintetiza en Ia conviecién de que en Poe se enruientran, mezchdos, genio y tonte rfas, y To que cambia es sélo el porcen- taje que la exftiea decide asignar al genio a las tonterias. Otros ertions (poeos, ¥ entre éstos Eliot) se refugian a lo sumo fen una posicién de embarazo. “Poe es un ceseritor habilisimo. Habilisimo, samente construido, y 1 rminigway). “Al nivel més comin, su fuerza no gana nada, antes bien, algunas voces pierde algo, por el tipo de lensuaje en el ‘que esté expresada. Las obras no_ tienen mucha importaneia, pero Jo que importa no existiria de hecho si no estuvieran ellos Thos personajes]. Es como leer una carta de amor ea un momento do crisis de Ia relacién amorosa; carece de sentido para a todos salvo para vosotros...cartas del tipo que pueden tronchar, literalmente, ‘como ciertos cuentos y clertas poesias de Poe... [que] requieren un mundo que no puede existiz, a menos que lo cresis vosotros” (R. P. Blackmur). “Los leotores de Poe, en general, son de edad 9 de men- talidad de Tieeo ... Y las rapsodias Poe estin eseritas en In mayoria de los ‘casos por eriticas de tereer orden” (Mal com Cowley). Opinidn, ésta, compartida por T. $. Eliot: “Que Poe tuviers um ine telecto notable, es indodable; pero a mi me parees el inteleeto de unt ‘persona al tamente dotada que no aleanzé arin a pubertad”. Se trata silo de algunos ejem- pplos, pero bastante tipicos; negatives o Dositivos, los juicios de este tipo siempre contienen una parte de verdad y una parte de error que dependen de la perspectiva histoniea 0 estética personal eon Ia que se aborda a Poe, del acento puesto en el Tenguaje antes que en la estructura, sobre Tas convieciones te6riecas antes que en las obras y —para estas sitimas— en Ia poesia antes que en la narrative, Se reeonoce a le fignra de Poe um lugar previso © jit vrtante en la istoria de la. Titeratura norteamericana y, al mismo tiempo, cada ver que se hace un anilisis detallade de Jas obras individusles, se niega a Poo ‘equilibrio, coherencia, acabado y hasta buen gusto. En cierto sentido, Poe recha- zi un métorlo erftica que no sea el que deriva de su misma naturaleza v de sus rismas intenciones (e intuiciomes) de ar tista. Entre aquellos que mejor To han cntendido me parece que merecen citarse Patrick F, Quinn y Richerd Wilbur, EL primero, en The French Face of Edgar Poe, scribe: “Poe sabia bien que el mundo cotidiano habria definida sux visiones fan- tisticas, y en efecto, para muchos de sus Tectores las mismas parecen ser realmente asi, Pero el aprendizaje de las _mismas fue tan importante para Poe que ellas ast- miferon para él el cardcter de verdades rofundas, tomadas por la intuicién antes ue por la inteligencia... Para Teer a Poe fen mode apropiado debemos comprender que la experiencia que sus relitos nos ofrecen en forma tan singular es la de participar en Ja vida de una grin imagi- nacién ontolégiea. Lo que se nos ofrece es una experiencia de exploraciin y de doseubrimiento, un viaje de la mente” E. Wilbur: “Rechazando la emocién hu. mana y el dato moral, oseureciendo el sige nifieado Wgico y alegérico, destruvendo simbslicamente e] hecho material, nezando todo lo que podia del mundo y des ser ‘mundane, Poo eombatié por una noesta de ‘efecto espiritnal, que pareciera th obra de Tos angeles que se demoran entre el hombre y Dios. y levara al lector a tan ‘momento de aauella eppecie de armoniosa intuieién que debia ser fueo mirifieador de la Tierra y la_miisiea’ de Tas. esferas muevamente recogidas. Jams exfstié. wna concepeién tn grande de Ia poesia, sf ma concepeién de la possi més pobre que esta" ‘Una imaginacién ontolégiea obsesiona = Be biisqueda (ya imposible de entrada) = tun orden; una tentativa de reconstrair mundo en fragments destinados & comdie= cir a la visién de un mundo desietis = completamente abstracto: y una crease 1m gesto postico que, como afirms B. EE Pearce, “no significa’ absolutamente sada ‘mis que si mismo”, y que sin embargo € necesario perseguir hasta el fin, ineamea Dlemente. En equilibrio entre To senote de la mente inconsciente, entze el yacio des Jado de su misma existencia y Ze tome ucidez que lo impuls6 a estructura resis nnalmente una realidad ficticia, la posite de Poe no es diferente de Ia del protase= nista de MS. Found in a Bottle (1 mamas ito hallado en una botella): “Un sent imiento al que no logro darle nombre $= hha posesionado de mi alma; una sensei que no admite andlisis, para la cual Jae Tecciones del tiempo pasado son inadecns- das, y de la cual, tomo, tampoco el Futura: me proporeionaré ninguna clave, Para un espfrita como el mio, esta tltima conside= rcién es una desgracia. Jamés lograré —sé que no To lograré jamis~ conocer Ta. ver dadera naturaleza de mis sentimiontos; sin embargo, no es somprendente que tales Sontimfentos sean indefinidos, ya que se derivan de fuentes tan nuevas”. Y Inego, més adelante y en modo tal vez ‘mis apro= piado: “Creo que es absolutamente impor sible concebir el horror de mis sensiciones: sin embargo, Th curiosidad por penetrar Jos misterios de estas pavorosas regiones vence ann mi desespertciin, y_terminané por reconciliseme con el mas horrible a pecto dela muerte. Es evidente que corre= ‘mos hacia alwyin fascinante deseubrimiento, algiin secreto que no debe ser develado, 9 ‘eaya posesién signifiea Ia muerte” (BE. Ac Poe, Cuentos extraordinarios) Contra la “sobria realidad de los hechos” Seri oportuno, una vez aceptado el hecho de que toda la obra de Poe tiende hacia tuna forma de conocimiento que en defic se manifiesta como expresion desin- teresada y —aparentemente— como pureza del todo acultural y ahistérica, tratar de ‘comprender cules pueden haber sido las razones de una tal fuga de lo real, y si pueden 0 no haber estado determinadas ‘por una particular situacién sociocultural, Vina vez més, el peso de Ia personalidad del escritor, To que podriamos definir co € inmutable, y el peso , que podriamos dofi- nir como “causas extomas”, coneurrens Si no es posible sostener tina tesis seetin Ta cual Poe no habria padido escapar en aligin modo a su dlostino y a sus earacto= isticas de exeritor, enalesquiera que hie Dieran sido las condiciones histirieas Js cuales Je tocar vivir, es indudable= nit ‘mente muy simple poder afirmar que las condiciones bistorieas en las que vivi6 eon. ttibuyeron 9 reforzar —y tal vez mis de To que se puede creer Ios eonceptos fun- damentales de su poética ya expresadas en Ia Letter to B. (Carta a B) de 1831 y rastreables con escasos cambios, pero profandizados y preeisados, en el prefacio 2 Tales of Grotesque and Arabesque (Cuen- tus de lo groteseo y lo arabesco), de 1840, ¥y en las obras siguientes més estrictamente cations, desde The Philosophy of Compo sition (La filosofia de la composicién) de 1846 a The Poetic Principle (EI principio poético) de 1848. Justamente Pearce nota ‘eémo “la filosofia ‘oficial’ de Ja sociedad de Poe... daba tan escaso valor a los productos de Ia imaginneién que les con- codia derecho de existencia s6lo en el caso de que pudieran conducir a algin fin “S0- ial’ prictico”; y en modo aprapiado co- menta dos ejemplos caracteristions de lo que en los atios de Poe seria la. posicién Cconriente con respecto de la exeacién artis: fica y do Ia filosofia idealista post-kantiana, ‘en la cual Poe y otros eseritores contem: ‘porineos snyos creian haber hallado la pro- piu justifieacién. El primer pasajo esti tomado de un ensayo sobre ln edueaciéa Femenina debido al reverendo James Gray (The Port Folio, I, 4, 1810): *.... ges real- ‘mente adecuado el genio del hombre para Ta produceién de un consistonte caricter umano mediante las ereaciones de la fan- tasia? Ciertamente, indicar Ia pasiin do- minante, delinear Tas costumbres fijasy provalecientes, limitar 0 sostener el fun- Gionamiento de Tas mismas con caprichos ¥y antojos, conccbir y sistematizar Tos suee- $08 y los objetos que operan sobre todos estos poderes; elewir, en la colisién de prin- ipios en conflcto, y detener y fijar aque- Miss sombras més agradables que conceden tun sentido al carieter es, por lo menos, uma tarea de ninguna manera ficil; una fara que posiblemento escapa a las posi Dilidades del hombre, Han existide conta fsimos hombres... que aleanzaron gran des cosas en Ia pintura con base moral, y on todo, no so acercaron a la naturale, Sean alabados, como alabsmos a aquellos scultores que muestran en Ja figura hae mana algunos aspectos singulares; y si no Than podido obligar al corazén a latir, a Ja Tongna a hablar, a Tos Tineamientos a ex ppresarse, que los sea perdonado el fracaso, Porque cl asunto em imposible”. El se fgundo pasajo es tal vez més indicative: "Pero cuando examinamos més de cerea Jas doctrinas de los idealistas hallamos que, al estar ellas animados por e} espfritu de Ia poesia, comparten los exrores a los que 12 poesia conduce por su naturaleza Estin mic preparados. como acvel “dulee seductor do Ta monte’, para adapter ‘la apariencia de las cosas a Jos deseos de la ‘mente’ antes que a la sobria realidad de Jos hechos” (AH. Everett. North Ame- rlcen Review, XXIX, 1829). Para separar E. A. Poo En las péginae precedentes: 1. John Allan. Pintura anénima, Richmond, Virginia, E. A. Poe Shrine, 2. Frances Valentine Allon, Pintura de Thomas Sully. Richmond, Virginia, Valentine Museum, 8, Eltaabeth Amold Poe. De una miniatura, 4. Bl joven E. A. Poe, ‘el mundo del sentido comin de aquel de Ja imaginacién, para resistir a a “sobria realidad de los heches”, y tal vez también para escapar (hasta arrojarlos casi eon des- aapego, como para exoreizarlos, en ol gélido terror de ciertos cuentos suyos, de los cus Jes “si en muchas de mis obras el terror ha sido la tesis, yo afirmo que el terror no es de Alemania sino del alma”) de los echos dolorosos de la propia vida, Poe se construyé una serie de teorias que seria errado considerar como eventuales justifi- eaciones de su incapacidad para Ja com= osiciin de poesias de gran aliento, al estricto control de la palabra 0 a 1ma eae ta delineacién de los sucesos 0 de perso- najes. Tales teorfas no surgen necesaria- mente @ posteriori, no son una especie de comentario a la propia obra, sino con- vieciones cada ver més reforzadas por las teorias y la prictiea (opuestas) de Tos eon- temporinens, quienes, aiin en el caso de que se esforzaran por juzgarlo positiva- mente, no lograban entenderlo salvo en relacion a la sociedad. Es tipico, en este sentido, lo que eseribleron Evart y George Duyckinck luego de Ia muerte del poeta: *...su organizacién espiritual, al no estar sostenida por sanas eualidades morales, so torn6 irreal y espectral, Su rudo contacto con el mundo... parece haber tenido es- ‘casa influericia sobre sus percepeiones. Su. ‘mente, que se movia en una vana aparien- cia, no aprendié nada de Ta experiencia 0 del suftimiento... Su placer intelectual se concentraba totalmente en el poder que su mente tenia sobre Ta. Titeratura como arte; toda su habilidad so hallaba en el forzar las letras del abecedario, los éridos elementos del diccionario, para que ast tmieran formas de belleza y de vida apa- Tente... No logré confiarle ningiin peso as cosas, porque sus escritos no tenian taices en In realidad”. Si bien algunas de estas afirmaciones, y en particular aquellas telativas al “estilo” contienen una parte de verdad, lo que Ia critica no compren- dis, y @ menudo no comprende, es que Poe rechay conscientemente el dacle tan- sibilidad a las cosas y sustento moral @ Tos sucesos narrados, y posiblemente es en ‘este rechazo donde se halla el significado de su eventual moral: con Ia razin més allé de los confines de la razén, No asom- bbra que haya sido celebrado como “Teri vvain des norfe” [el eseritor del nervio], y que haya sido acogido entre los “maudits” Imaldétos] He aqui lo que Poe afirma en In Letter to B., prefacio a sus poesias de 1831: “Segin mi opinién, una poesia se opone una obra de ciencia por tener, como su objeto inmediato, el placer y no la verdad; a Ia novela, por tener como objeto un placer indefinido y no un placer definida, ya que na poesia es tal slo hasta evando, se consigue este objeto; la novela presenta imigenes perceptibles con sensaciones de- finidas; 1a poesia, con sensaciones indefi- 258 er nidas, por lo cual la misica e un becho esencial, ya que la comprensién de la dul. zara sonora 65 nuestra concepeiéa més definida. La mises, enando esta combi nada con una idea adradable, es poesia; Ia ‘miisiea sin idea es simplemente minis; Ja idea sin misica es pros por sw misma efinicin”. De todas estas afirmaciones Ja més interesante, y sobre la que sera ne- cesario insstr, es aquella relativa a. la rekelén misica-idaas, una observacién que Teva a poner alguna seserva sobre aquella herejia de Ia didctica” expresada por el eseritor, No es que Poe, como se puede notar, rechace la presencia. del significado fn literatura, pero Jo subordina en buena medida al “Gar placer” y “crear armonia”. “Dos cosas —s0 lee en Tho Philasophy of Composition se requieren invarlablemen- te: en primer lugar wa cierta complejidad 6, més propiamente, una cieta adaptacid en segundo lugar una cferta sugestién, waa corrente subtersinea de signifieados inde- finidos, Es esta vitima, especialmente, Ja que confiere a la obra de arte gran parte de aquella riqueza (para utilizar um término dol Tenguse comin) que a menudo nos gusta confundir con ol ideal. Es el exceso del significado que se desea sugerie ~al converte en eomiente de superficie, y no subterranea, del tema— lo que transforma en prosa (y del tipo més vulgar) a Ia Tlamada poesia _de los. lamados tras ccendentalists.” El acento esti siompre sobre la calidad de “indefinido", que es sin embargo, un resultdo, y no wn medio podticn, EL medio, en certo sentido, ns bien aquella“eorriente subterranea de significados” que Poe organieaba, progra- mando minuciosamente antes de escribir ya que lo que le interesaba, aquello en lo ‘ue rein con firmeza y com Tacidex, no fra una belleza que colneidiere con” una verdad (racional: “La Verdad, en ofecto, requiere na preesién”) © con una pasi ("La Pesién [requiere] tma ‘naturaleza’ bsolutamente en antagonismo con aquella Bellera que, repito, es la excitacion, 0 agradable elevacién, del alma”), sino una Doellezagélida, toda construida y sdlo on vista de un efecto. Aparte de las poesia, como es obvio, es también en The Philo. sophy of Composition donde ballamos Ia confirmacién de su conselente amor por €l astificio Tevado a forma pura, ‘nica e Indiscutible del arte: “Muchos escritores ~poetas en modo especial prefieren dejar entendor que-componen en sna eapecie de stl delio’ una estticaintuicion— y temblarfan ante la idea de que el piblico pudiera echar uma mirada detrés de las escenas, a las elaboradas y vacilantes cru dezas del pensamionto; a os verdaderos objetivos aferrados slo en el iltimo mo- ‘mento; a los innumerables rayos de idea ‘que no madaran hasta. su plenitads y a Jas famtasias plonamente maduradas catadas con desesperacién por ser dific- mente manejables; a las cautas eleccioes ya los eautos rechazos; a las dolorosas Cancelaciones e Interpolaciones; en una. ps- aba, a has ruedas y a Jos engranajes, las ppoleas para los cambios de escena, las esc las portitiles y las trampas, los disfraees, Ios afeltes y Ios remiendos que, en el noventa y rnueve por eiento de los easos, forman Tos ae. tesorios del “histrién’ iterarfo.” Coane lo si De enalquiera que posea un cierto eonoci Imiento del hacer pottieo, no se trata cler ‘mente de observaciones peregrinas y limita- das sélo a algunos esertores. En realidad, ht fatiga de componer, “las ruedas y los en- ‘granajes” por los cuales el verso se mueve hasta tomar forma en una unidad cuyo ‘efecto final puede ser en apariencia libre, como aleanzado por “estitica intuicién’, es una fatiga inevitable y nesesaria, pertenece fntimamente al artista. Siempre. Pero no siempre, sin embargo, fue revelada en mo- o tan abierto, declarada con un gesto (como es el de Poe) que parece legitimo definie como provocative, tan provocativo ue Poe llega a hacer de él unn poetics _proplamente dicha. Una postcién tal parce: dle extrema modemidad, y aunque no fic- ran exactamente éstas Ins inteneionos finn Jes (ya que el resultado habria debido parecer como si hubieta sido aleanzado “en tuna especie de sutil delisio”), mo eseapa tuna semejanza con algunas de las més te- Gientes conviociones estéticas: la cuineiden. ia del porqué una cosa ha sido hecha con el cémo ha sido hecha; Ia poesia, el hacer poesfa, como objeto de la poesia misma Dividido entre raz6n e irracionalidad, y fen lucha con los propios oscuros fantas- ‘mas, Poe ulilizg la nizén para construi deli beradamente Ia irracionalidad: de aqui la ambiyiicdad do sus concepciones metafi- sicas, que se revelan en una especie de idealismo materialist; y la ambigdedad de su obra y en particular de su poesta, que por efecto de ls suhordinacién de we Sjgnificarlo primarin al sonido es tan em. blemétiea y, por Io tanto, en el drea del sim- Yollsmo, pero fundada sobre un autificio por el cual su simbolismo es totalmente hipnético, *Un suefio en un suetio” Volviendo a la sintesis del mismo Poo en ‘The Poetic Principle (El principio patties), Ta poesia es definible como “ereacién rit mica de Ia Beller”. Su iinico rbitro es 1 gusto. Con el Intelecto 0 con Ja. Con- Giencia sélo tiene relacionos colaterales. A ‘menos que oeurra por azer, no se preocupa ‘en absoluto por el Deber o Ia Verdad” Tal_creacién ritmica, que rechaza_pasién y “naturaleza”, se manifiesta en Poe en fun hibil (no siempro) y sugestivo empaste ‘sonora en el enal Ia corriente de los signi- ficados silo en parte Togta emerger en ‘una primera lectura; y, en todo caso, cuando emerge, es perceptible asi como en nn ‘sneiio es posible percibir la presencia, vag pero persistente, de alusiones que se inin ‘yen mo del todo separadas de un estado FE. A. Poe de coneiencia El efecto es el de visio- +s de contornos inelertos, tansitorias, car _gudas de “contenidos” indirvetos, aferradas por un instante, apartedas por wn instanto de su reino “Out of space out of timd” (Fuera del espacio fuera del tiempo), eo- mo se lee en Dream-Land (La tierra del suetio) ¥ no es casual que Tos téruninos y Tas stuacfones amis reenrrentes sean relati- vos al suetio. La poesia intitalada A Dream Within a Dream (Un sueio en un suefio) cs significativa, ‘Take this kiss pon the Brow! And, in parting from you now, Thus much let mo avow, You are not trong, who deem That my days beon a dream; Yet if hope has flown away Ina night, or in a day In a vision, or in none, Is it therefore the lose gone? All that we see oF seem Is but a dream within @ drcam. 1 stand amid the roar Of @ surf-tormented shore, And 1 hold teithin my hand Grains of the golden sand— How fou! yet how they oreep Through my fingers to the deep, While 1 weep — While 1 weep! © God! can I not grasp Them with a tighter clasp? © Ged! can I not save One from the pitiless wave? Is all that we sce or soem But a dream within a dream? {Toma en la frente este beso! Y partiende, te conficso Que no fue errado tu empeno En creer mis dias un sueno, Que si ta esperunze mia Se fue una nache 0 un dia, En una cisién, 0 on nada, Por exo es menos pasada? Cuanto hay, de grande pequefio, Sélo es un suefio en tm such. Me encuentro en Ia costa frfa Que agita la mat bravia, Oprimiondo entre mis manos, ‘Como arenes, oro an rane iQué oes son! Y all: mismo, De mis dedos al abismo Sa desliza mi tesoro, iMientras Horo — mientras oro! (gBvitaré. joh Dios! su mucrto Oprimiéndolos més fucrte? {Dal vacio despiadato Ni uno solo habré salcado? {Cuanto hay, de grande 0 pequetio, Séio es un suoro en un sueio?] No es éta una de lus mejores composicio- nes de la produccién podtica de Poe, pero cn lx misina se hallan anuneindos tanto al ritmo como la tematiea y los modos tipieos de su desarrollo, y se reconoee, ademis, Ia EDGAR A. POE. SECOND EDITION. New ¥or PUBLISHED BY ELAM BLIS: 1631, 1. Raltinere hacia 1830, 2 La Academia Militar de West Point hacia 1830. 8. Baltimore. on Jos tiempos. de Poe. 4. Portada de las Poesias de 1831. 1. Mary Clemm. 2. Virginia Clemm. Dibujo do A.G, Leamed de wna ‘acuarela ansnima, EA Peo deuda, © los puntos de contacto, con Jos poetas rominticos ingleses, entre los cuales Byron no es evidentemente el altimo. He ‘aqui el amor, la muerte, la belleza, el tiem- po y el destino siempre unidos y contra- puestos: “Yo no podia amar sino donde ia su aliento al de Ja Be- Ieza ~ / O donde Imene, el Tiempo y ol Destino / Se interponian entre ella y yo” (de una primera versién de Romance), Fe- so mientras el lugar de los sentimientos y de la conceptualizacién de los mismos es ara los roménticos, en general, un lugar real o referido a situaciones seales (tanto ‘que por lo general es posible rastrear In- cluso una motivicién biogrifiea), en Poe todo ‘acontecimiento’ se resuelve en su mondo abstracto y emblemitico. También el amor es raramente in amor real (se trata mds bien de una idea del amor), ast como Jas mujeres a his que el poeta se ditige rara- ‘mente poseen un fisonomia reconoatble, La afirmacién de Wilbur, segiin quien “esta poesfa comienza con un adifs ¢ una mujer del mundo real por parte de un héroe cuyo destino Incompatible es el de sofia", es tuna afirmacién confutable, por Jo menos en To que respecta al hecho de que Ia mu- jer sea realmente, en. las jones de Poe, una mujer del mundo real, Si lo es, 1g es silo en cuanto se opone a las dudas (expresadas aqui como certeza, del todo reldrieas) del protagonista. Es, en conclu: siém, slo una eriatura artificiosa, deseada, en grado de subrayar el contraste entre “la fria realidad de la vidu de la vigilia” (con- frontar Dreams) y la condicién intemporal del suefio. Y como para Poe, como se ha ‘Visto, una poesia no es mas que sin medio para excitar en el lector, musicalmente, una “atmésfera significativa”, tal condicién in- temporal es trasmitida en una versficacién Yigida, meciinica, terativa (AAA, BB, CC, DD, BB, etcétera) en lk que el ritmo do- tming sobre Ta clara exposicién del conte- nido. : Refiriéndose, no sin cierta ironia, al carée ter de los nacidos bajo el signa de Cap comio (y entre éstos Poe parece ser um representante perfecto) en la tiltima parte de Big Sur y las naranjas de ‘Hicronymus Bosclt, Henry Miller eseribia: “No sélo.re- ccuerdan las tribulaciones individuales, u- ‘manas, sino también aquellas prehurmanas y subhumenas... Conservan, ademds, re enerdos de esferas superiores, de estados serificos, como si hubieran conocido. Jar- os perfodos de redencién de las esclavi- tudes tertenas... Entran al mundo como visitantes destinados a otra planeta, a otra esfera... Su verdadero Iugar es el cor- zén del misterio. Para ellos todo es claro, alli.” La poesia de Poe, y también su na- rrativa, porque én este sentida no hay gran diferencia entre las dos formas, es uni eon- tinua ejemplifieaciin de esta fractura entre lo visible y lo invisible, entre lo que es terrestre e ilusorio y 1a: qué’ es misterioso, incomprensible y verdadero. El rnito de la 262 fractura, do la caida y de la posible rege neracién en el rechazo, vetesdo por ua sutil estetismo fiinebre (IE tedio no es més ‘que ol aspect mis genérico del mal del siglo; el aspecto especifics cs: sadismo™ M. Praz, La came, la morte e il diavole nella tetteratura romentica, Florencia, r= edicién 1966, p. 148), contaminante de t= do contacto y en la plena, incondicionads Dbiisqueda de wn Edén del suefio, es el mite central de Tamerlane (Tamerlén) y de eax si todas las poestas de Poe, un mito que se ‘entrelaza y se enriquoce con el mito oe mico sobre la relacién de intelecto, imagk nacién y sentido moral intentado en Ab Aardoj. “En otras palabras, este mito de la vida del poeta esti. descrito comple tamente y con claridad en el cuento Flas ‘nora. EI protagonista y narradar del enem to nacié y vivid en un valle solitario y uleisimo, espléndido en colores y hame= nose, tenfendo como ‘nica compaiia = Jia prima Eleonora. “Quince afios, con le mano en Ja mano, habla errado por este valle, junto con Eleonora, antes de que el amor penetrara.en nuestros corazones, Una noche, al pastr del tercor lustro de sa vid y del cuartg-de\Ja mia, nos sentamos wn os por miitub. abrazo, bajo los arboles de aspecto de sezpientes, ¥ contemplamos anes tras, imagenes reflejadas en ol Rio del Se Teneo." Desde aquel: momento, Ia natue raleza del valle margillose (a pesar de Ie vaga referencia al pecailo contenida en le misma forma do’ Tos: érboles) florece atin mis riea y multicolor: “En todas las eo sas ocurrié un. cainbio: flores extrafias, pléndidas, @strelladas, florecieron en los = Doles que antes, segtin se decia, jamais hae bfan florecido. ‘Las tintas del tapiz. verde: se hiieron mis intensas, una a una Jas Blam ‘cas margaritas desaparocioron, y, en eam Dio, floresieron “por docenas los narcises del colir'del rubf. Y la vida se expandié sobre nuestro camino..." Pero ol amor ha roto el equilibria abstracto del valle y de lh vida de los dos jévenes. Con el amon cen el Edén se insinué el tiempo, v con el ‘tiempo la corrupeién y Ia muerte, “Elle Ihabia visto que ol dedo de la Muerte apn taba hacia su pecho —sabfa que, al igual que Jo efimero, habia alcanzado la. perfor idm de su belleza solamente para mori pero los terrores de Ja tumba, para ella, cconsistizn en uma Yinioa consideracién, que ‘me revel6 una noche, al erepiiseulo, junto «las riberas del Rio de Siloncio. Ella se ens tristecia ante Ia idea de quo, Iuogo do ha- herla sepultado en el Valle de la Hierba Multicolor, yo dejeria para siempre aque= Nos tranquilos rincones, para dirigit aquel amor, que ahora era tan spasionadaments ssuyo, a cualquier muchacha del vulenr mun do extemo” (Cuentos extraordinarios). ¥ es en realidad Io que ocurre. El protago- nijsta, Iuego do la muerte de Eleonora y Ia decadencia de Ia naturaloza del Edén (“la ‘ube voluminosa so clové ... sustrnyéndole al Valle de la Hierba Multicolor el mult forme esplendor de su gloria purpirea”) se ‘marcha a una ciudad, encuentra a una mu- chacha de nombro Ermengarda y se casa con ella. Sélo una vez le llega la vox (el recuerdo) de Eleonora, que lo absuelve del voto de fidelidad para con ella. La paribola, narrada on tono bastante in- sélito con respecto a la prosa de Poe (y mis cercana, en efecto, a su poesia), es Dastmnte abierta. Como nota Wilbur, que consideramos oportuno seguir aqui, el pro- tagonista es el pocta, y Eleonora su Psi- quis, Una vez que Psiquis es tocada por Ja pasién (Ja pasion, més que a elevar el alma tiende a degradarla) y arrojada en el tiempo, el poeta pierde toda facultad vie sionaria y esta sumergido en la realidad. “La fidelidad del hécoe a Ia memoria de Eleonora es la nostalgia del poeta. por ‘Psi- quis, por su poder intuitivo de todas las cosas, ya perdido” (Poe, editado por R. Withssr, Dell, Nueva York, 1962, p. 16), ye silo si el poeta abstixe nuevamente del mundo a Ermengarda, haciendo de ella tuna nueva Psiquis, recreando y viendo a Ta meva mujer como si fuera Eleonora, aque lograni (matando en cierto sentido, en si mismo, la fisonomia individual de Ta mu- jer que ha elegido y que vuelve ast a ser juna ides pura) recuperar la propia inde- pendencia imaginativa. Tuego de la lectura de Eleonora, si bien eon Jos diversos matices y los diversos co solarios en el tema central de las diferen- tes composiciones, las poesias de Poe no necesitan comentarios salvo con respecto a Tos detalles. 'Témese, por ejemplo, The Take: To... (El Lago: A...), una de las mejores poesias —con The Evening Star (La estrella de la tarde)— de ta primera ceoleceié. posta: En mi temprana jucentud me tocé en suerte freouentar olorto paraje de este ancho ‘mundo, tun sitio que no pude menos que amar, tan encantadora era la soledad del amplio lago encerrado entre penascos y rodeado de altos pinos como torres. Pero cuando la Noche arrojaba su manto sobre el lugar, como sobre todo el resto, y el misterioso viento soplaba murmurando alguna melodia, fentonces, slo entonces, despertaba al terror del lago soltario. Pero ese terror no orn miedo sino un trémulo deleite, tun sentimiento que né todas las joyes podrian ayudarme a definir 8, La casa de Poe y de la sefiora Clemm en Amity Street, Baltimore. 4 ’ i i i ald ‘© sobornarme para hacerlo, tampoco el Amor, aunque fuese el tuyo. Estaba la Muerte en el agua envenenada y en su abismo sma tumba prepareda para aquel que habria encontrado ast alivio para st solitarlo imaginar, para aguel cuya alma soitaria Fabria concertido en wn Edén al triste lago. Las aguas del lago que hacen de espejo a Ja realidad que en ellas se refleja cum- plen la misma funcién que el suetio eon sespeeto de la vida cotidiana, © de la ima- sginacién desinteresada del poeta, El oscu- recimiento de las mismas coincide con el oscurecimiento de Ia visién de la belleza ideal, recuperable de todos modos por el poeta como en el caso de la nueva trans- formacién de Ermengarda en Eleonora. Una vez mis, lo que parece necesario resallar es Ia referencia, eada vez més ex dente en las poesias maduras, aun sen- timiento de malestar, a un ennui [tediol, a un terror que contiene en si como un sutil placer enfermizo (“Pero ese tertor no ra miedo / era un tiémula deleite”), aque. Il misma extennacién de los sentidos que Bo por azar fascinara a Baudelaire, Ma- Tarmé, los prerrafuelistas, Aubrey Beards- Tey, y que es la primera sefal de la dec doncia. oH En To Helen (A Plena), Ulalume (Ula- Tume), Annabel Lee (Annabel Lee) la imagen de la mujer evocada prosigne y ‘en cierto sentido perfecciona el mista can eepto: coincide con Psiquis, ast como otros simbolos {por ejemplo Grecia, Roma, Ta Tierra Santa en To Helen) no som mits qe tun corolario de las convieciones posticas a que nos hemos referido, Entre las pri- meras y las iitimas poesfas de Poe no se asite- a ninguna mutacién sustancial, a ningiin perfeccionamiento, ni siquiera cua- Utativo. Sélo, a lo sumo, téenico, en vista de tma afinacién del artficio sonore. To mese To Helen, de 1831, una de Tas poe sias_mis eumplidas y alabadas, y confiin- tescla con Ulalume, de 1847, una de las poesias en torno de las euales la eritica se detuvo mas tiempo justamente porque en J misma, dado el modo en que Poe supo sumergir Ta “corriente subterrinea de sig- nifieados", el tema central parece esca- Parse como en ninguna otra, tanto que so Toaron a hacer comentarios psiconnaliticns pretendiendo hallar en Ia misina una suc puesta impotencia del poeta. ‘Tanto en la Primera como en la tiltima (y no importa que sogin cl mismo Poe To Helen haya sido escrita para Mis, Stanard) se encnen- fra hi misina mujer, Ia misma atmésfera, el mismo réclamo al pasado, al snefio, el ‘mismo ritmo narrative de im snoeso de perfiles vagos, las mismas considera rales, A Helena Helena, t4 beldad Es para mi una barca de otra edad Que, en el mar perfumado, Boga sin novedad Y conduce al viajero fatigado A su propia etudad. Cuando la tucha contra el mar arrecta, En t cabello que el jacinto aroma Y¥ en te aire antigua que en tu rostro asoma Todo mi ser aprecia La gloria que fue Grecia Y eb gran poder que disfrutara Roma Y en tu brillante nicho en medallén Como una estatua estés ante. el Arcano, Con la lampara de agate en la mano Que tu braze lovanta, TPsiquis cenida a mi de ta regisn Que es Tierra Santa! Ermengarda como Eleonora, Elena como Faiqnis, Psiquis como el alma del poeta que vuelve a entrar —Iuego del itil va. gabundeo por las calles de lo real en la ién intemporal del suefio, en la sex lad de una infancia propia y del mun flo, que es el verdadero lugar de ia poesia. Ya este respecto se puede ver que existe tun contacto muy estrecho con Ia misma cconcepcién genética de la historia trazada también por Baudeleito en L’Art Philoso= phique (El arte filosifico): “La vida del hhombre est dividida en infancia, quie.com rifsponde‘en ta historia humana al periodo que va de Adin a Babel: en madur’=, que corresponde al periodo que va de Babel a Jesncristo (el cenit de la vida humana); en ¢poca media, que conespende al pe- iodo que va de Josis a Napole’u; y fic Imente en vejéz, que corresponde all herfodo en el cual estamos entrando ahon ra..” El continuo esfuerzo del poeta consiste en reconducirse a la infancia del mondo y del hombre, donde no tiene Iu- guar la violenefa de Ia pasién. Los cielos cenicientos y sombrios, orespas las hojas, lvidas y mustas, ¥y cra wa noche det doliente octubre dol tiempo inmemorial entre las brumnas, era en las tristes mérgenes del Auber, el lage tenebroso de aguas mudas, ‘ante los bosques tétsicos del Weir, Ia regién espectral de Ta pavura, A solas con mi alma recorria aoenida titénica y obscura de finebres cipreses.... con mi alena, con Psiquis, alma que el misterio turba.. Era la edad del corazin voleinico como las lamas del Yanec sulfireas, como las lavas del Yanee que brotan allé del polo en la-regidn nocturna, (De Ulalume.) 264 Yo cra un chiquillo y ella una chiquilla En ese reino junta al mar turgu: ‘Mas, jcon qué amor éntenso nos Yo y mi bella amiguita Annabel Lee! Con un amor que hasta los serafines Nos enoidiaban a ella como @ mi. Y 60 fue la razén de que hace tiempo, En ese reino junto al mar turqui, Soplara el viento de una wube, helando A mi bella adorada Annabel Lees Que sus padces de origen noble tueran A buscarla, quitdronmela a mi Y fueron a enterrarla en un sepulera, Ald en un reino junto al mar turqué (De Annabel Lee.) En Ulalume Psiquis respareee, oprimida, sobre un fondo natural similar al de The Lake (y se verd que cs ol fondo de buena: arte de los cuentos mis emblemiticos), ara revelar Ja oposicién entre un amor ter reno apasionado y una imagen ideal seo parada y eterna, entze los derechos del ‘corazén y las imposiciones del alma, haste hacer claro que s6lo en Ih muerte, fuem del tiempo y del espacio, se podri elesnzay tuna completa unidad, absoluta y dolorosa. De nuevo, como en Annabel Lee (que re pile east Iterulmente el relato de Eleonota, ¥ estamos ya en. 1849) nos ballamos frenta: ‘8 una alegoria. del arte postieo Extasis, anonadamiento, vampirismo Que ina postica como Ia de Poe haya fas cinado a Tas generaciones simbolistas y pare nasianas no es extrafio ni casual, aun euane do después hayan sido (a despecho de las traducciones de Baudelaire y de Malla mé) algunos de los cuentos més que la poesia los que erearon aquel vineulo acer ca del cual Baudelaire eseribié: “Tai vay avec épouvante et ravissement, aon seule ment des sujets révés par mel, mais des phrases, pensées par mol, et éerites par Ini vingt ans auparavant." [“He visto con e panto y deleite, no silo temas sofiados por ‘mi, sino frases, pensacas por mi y eseritas or él, veinte aflos antes.”] Y no es por azar que el mismo Baudelaire, en su ess sobre Poe aparecido en la Recue de Paris en marzo y abril de 1852, eite como merecedor de atencién un pasaje de The Black Cat (El gato negro): ...y enton- ces aparecid, para mi extrema ¢ irevocable rina, el espiritu de la perversidad. De tal, espiritu Ia flosofia no se preoenpa. Sin embargo, no estoy tan seguro de que mi alma viva como de que In perversidad es ‘uno de los impulsos primitives del cora- zn humano —nna de las inmutables facule ‘tades primarias, o sentimfentos, que gobier= nan el earécter del hombre... Este espi- nitude perversidad, repito, aparecié para mi derrota final. Sokimente esta. insonda- ble avider, del alma por atormentarse a si ‘misma — de violentar sn propia naturaleza = de hacer el mal por el solo-amor al B.A. Poo ARTHUR GORDON PYM. ‘apiY.rouRit PenaLLes oP eoUTEERY LaneTuDR; 1. Richmond. Crabado de W. J. Bennet de una pintura Cooke, alrededor de 1834, sve wren ners arenas mF ots ans nm oem 2 Povtada de las Aventuras cS de Arthur Gordon Pym, 1838, 3. La case de Richmond qne albergaba Gee aeR. Ta reducciin del Southern : Literary Messenger. iess. WILLIAM E, BURTON AND EDGAR A. POE. voneme y PHULADELPIIA CONCHOLOGIST'S FIRST BOOK cangea expresso for 19 ws of Sepsis, THE ANIMAIS, ACCORDING TO © WITH THE SHEL PHILADELPHIA HASWELL, BARRINGTON, AND’ HASWELL, 1339. IN TWO VOLUMES, VOL. I. PHILADELPHIA LEA AND BLANCHARD. 3540 = a ‘mal — me obligé a continnar y, finakmente: 2 consumar el suplicio que habia infliside mErae Ia bestia inofensiva. Una mains, THE DOLLAR @@ \EWSPAPER, ea See que conocen Tos dos términos opuestos ime dicados por las mismas leyes de Ta socie= dad que rechazan, y Ia pena inevitable de su eleceién— no slo aceptan, sino que provocan el gesto de la desventura, pare ynegir con Ia desvontura los fundamentos morales e hipéeritas del denominado buen sentido, y cultivan, como Baudelaire, si histeria “avec puissance et terrcur” [oon potencia y terror], terminando por negae toda realidad, todo “paraiso” que no. sea aquel de los propios suetios. “Las reelida= des del mmdo me Negaban como visiones, y_ silo como visiones, mientras las alocadas ideas de Ja tierra de los suefios se toma dan, en cambio, no sélo en el elemento de mi vida cotidiana, sino, realmente, en mi sola y entera existencia” (Berenice). La perversidad de ellos es uma obsesiin de conccimfento, tuna fero2, inextingnble, tom tal voluntad de apropiacién: como Jo nota jnstamente Praz, una “Iujaria de fusién com Fal wera the balk pleta con el sersinado que termina en Ya REeosenySN Go ean as 166 itso". Y al mismo tempo. es (omg Waa ea cease tor toledad wma fun de lo coda, al ae ET eases ae Se tem, y una caida en la eternal, ue 2. Longfellow en 1842, on le bpoca propisito del evento, Ligeia DH. Laws Ge a rae rence eserbié: "No es dill entender poe ee an lane at oe a tara, La dvida concionia, el emir ex 3. Las ilustraciones originales para El escarabajo de oro. paperetD. Pero en est diabélica tentacién, tal es Ja necesidadl de adherir al objeto del conoct ‘miento que también el sujeto se ve impli cado y amulado: el yampiro se mata a mismo. Mis que en las poesias, Ene ee eae ‘ amos de sus cuentos que Poe logta pre- Senlar con agudera, insstiendo en un ane lis minueioso y que se mantiene en el Timite entee fia racionalidad y deliia, el sentido, de aquella “insondable avidex del alma de atormentarse a si misma"; pero The Raven (El ewereo), de 1845, in poe- sia que finalmente Je diora la fama, no puede ser subestimada si se desean entene der los modes totalmente personales del poeta eon relactin a aquella vena. sutl, extenuads, de luurious self-torture [laju- rlosa wtotortuen) que también cimcterioa algunas de sus composiciones en verso. Y zo sélo porguue de Et euerco nacié Ea filo- sofia de Ta composicion. sino también y Sobre todo porque en el pooma se sinte- tizan los valores y ls veios de su proceder creativo (la frecuente fractura, por ejem- plo que existe entre los intereses concep- tuales y los prosidieos), la tendencia a Fracer ambiguos los signifieados, Je tematien fiju y ~con eseasas variantes~ Tas image- nes recurentes do su simbologin privada, En el episodio narrado en The Raven la excitacién masoquista completamente psico- Wan del protagonista es evidente como ‘ indiscutible la complacencia del pocta endl estudio minucioso de los efectos para Inacer gozar al personaje (yal lector y Si mismo como protagonsta si bien cons- céente dal astificio) “el més deliciosa por sex el més intolerable de los dolores". La ‘eonfesién esté contenida en The Philosophy ‘of Composition: “Vi que podia hacerle formular la primera pregunta al amante — Ja primera pregunta a la cual el euervo eberia responder necermore [nunca mis} = ¥ que podia hacer do esta primera pro: fgunfa uma pregunta muy commin; la se- agunda lo seria menos la tercera atin. me- nos, etcétere, hasta que e) amante. dospro- visto de su original ‘nonehalanes’ por el faricter melanestico de la palabra misma, Por su freouente repetiién, y por la con- Sideracién de Ta. nefasta fama del pio gue la pronuneiaba, fuera Finalmente inci- fado a la supersticién, y comenzara salva- jemente a formular preguntas de caricter bien diferente ~cuya salucidn deseaba apa- sionadamente-, preguntas formuladas en Parte por supersticién yen parte en aque- Tia especie de desesperacién que goza en Ja autotortura; formsladas no porque él Grea en el caricter profétien o demoniaco Gel péjaro (que =Te dice a razén—, esta sine plemente repitiendo wna TeceiSn aprendida e memoria) sino porque Cl siente un Toco phcer en modelar sus preguntas en modo Se recibir del esperado nevermore el mis -delicioso, por mis intolerable, de Tos dolo- “es” La fraldad y la habilidad son mons- frosas (0 fal vez es slo cl comje de la | sinceridad). y en ello Poe se muestra més ‘cereano, en realidad, 2 la prosa vitvea de Gertos protagonistas de la aventura est&- ea de fin de siglo que a poetss como (0 Verlaine. En Tos euentos, por > mens en el conjunto, 1a insistencia en E. A. Poe Jas descripciones de ambiente To frenan de tender a complacencias estéticas redudan- tes (es sabido que el estilo de Poe de ninguna manera es ejemplar), a aquel fal- so hizantinismo eargado de perfumes y de dias luces y de relampagueos repentinos del que emina un sentimiento de polvo- Hienta y cilida claustrofobia, de enervante erotismo artificial tipieo de la literatura de- cadente. El horror por lo cerrado (y el amor por lo cerrado: munca bay una divi- sién neta) es sin duda tna de las caracte- ristioas fundamentales de la narrativa de Poe, pero no mace necesariamente de un Jugar, ni en particular de un “interior”; antes bien, nace de una situacién, y 1a daseripcién del Iugar (ya sea una’ torre, tun Jago, una ctipta, un paisaje) es funcio- nal, dirigida a mn efecto preciso, en cierto sentido programado, “EI terror no es de Alemania, es del alma”; Ia horrible eelda subterrinea de The Pit and the Pendulum (EL pozo y el péndulo) y el paisaje exter- no de The Fall of the Houso of Usher (La caida de la casa Usher) eoinciden. El eust- to del protagonista de The Assignation (La ita) si bien la misma refleja perfects mente toda Ia atmésfora del cuento, y por Jo mismo se dehe definie igualmente como “funcional” es, como gusto, uno de Tos raros casos aislados de aquellas sensacio- rales cumbres a Ia manera de Huysmans por el eval el eseritor de Boston fe aso lado a Baudelaire y definido con &, por Osear Wilde, como “mujeres de Ia vida". “Ricos tapices, en todas partes del cuarto, temblaban por las vibraciones de una mé- sica suave y melanodtica, de la que no se Aoseubria el origen; los sentides estaban ‘oprimidos por perfumes mezeladas y con- trastantes, que sailian de extrafios, compli- eados incensarios, junto con el vibrante centelleo de innumerables lenguas de fue- fo violeta y_verdoso. Los rayos del sol apenas surgido entraban por Jas_ventanas, constienidas’ por un tinico vidrio de color ccarmest, e fmindaban toda Ta estancia, Re- cando aqui y alld en mil reflejos 2 través de las cortinas que ealan desde lo alto como eataratas de plata fundida, los rayos del qlorono explenor solar se. mez- claban al fim caprichosamente on Te loz filial, y se extendian ondeand en mi ss aplacadas sobre won alfombra de pre- tioso teido de oro de Chile que resplan: Aecla como umn superfile quida” (La ‘ita) No hay dndas de que El cueroo es riucho ris rguroso, y no slo porane est restrin- alo por Int complejas yun poco mee tins recsidadas de la vesifiaciOn. Tajo In pitina de lo. gétion y lo tencbroso x0 scone na experiencia. mental, yen el Inismo se podvian revelr las Tineas nftidas y fatigantes de Beardsley. No ne verda- Alera posiciin vsionaria espontinen (Ble o Colerge, por eemplo, entran hasta ciee to pinto)” sino un verdadero. “aparato” ised eae Y aun inméell y callado, sigue et péjaro posado Sobre el busto aquel de Palas que omamen- ta mi portal Torturante, me vfgila. Suena el diablo on su pupa Y su sombya se perfla sobre el suelo, fane tas, Y ya nunca et alma mia de osm sombra farcasmal, Podré alzarse...;Nunca més! ‘Todo es claro, y al mismo tiempo, emble- radtico. La eontraposiciéa del cuervo y el Dusto de Palas, del negro absoluto y el blanco absoluto es neta, pero el resultado “luego de la lectua de todo el poem, on el peso de los epntrastes, do ls itera clones, de la urgente seeuencia de las pre- guntas— 05 tal quo el Iector so va. cons tuuyendo, medida que lee, una imagen sdlobal sumergida en una luz espectral, livida, como Io son sfempre los Tugares de Jos euentos mis representativos y- memo- rables, Del mismo emerge una sensacién do malestar y de ambigiedad. El busto de Palas: la mujer, el recuerdo, la. poesia, el seto, El cuervo: el destino, In muerte, la nneyacién de la poesia. Sin embargo, el ‘euervo es indispensable para Ja poesla com smo el guilt es indispensable para Prome- teo, Y aun: el busta de la mujer es tam bién Ta imagen, fjada para slempre, de le mera Eleonora, que aptirece exietimente ‘como aparecen todas as mujeres de Poe: ‘seres Iumanos recubiertos de mérmol, lic sos, blaneos,estatuarios, Tevemente espan- tosos como Ia escultura académica de Tk Gace", € intelectualizados, incoherentes si se los mide segin una probable psicologfa La ejemplificacién es también muy fic: ‘Sus pequefios pies desntdos resplandecian angentioos sobre el negro mnmok; sus ca- hellos... se agmupaban, entre uma profoe sin de billantes, en torno de su cabeza de helleza clstea” (La cita); “frente pila y cspaciesa . Ia piel, que rivaliza con el mis poro marfl, 1a amplited imponente, Ia calm la gentil prominencia de Jas resio- nies sobre las sienes; y Inego las trenzas 2” (Tigeia), eteétera.. TE] blanco, el negro, 1a inmovildad, la distancia. Si se agregan Jas. caractersticas.“espirtuales” deseritas por Poe, més que emanaciones de Tos sue- fos estos tetlos pertenecen a a sa26n: Palas, justamente: pero, una ver, con un correctivo tal de tomar a Ia razén tan des- ieresada como es_posible: “la. facultad mental ms particulanmente excitada. en inf era, coma. ya lo he dicho, la facaltad de atencién, mientras que en el sofindor de ojos abierlos, la mismna es la facultad em peculatiea” (Berenice). Berenice, Morella, Ligeia, Madeline, Ta mujer del retrato Es esta facultad de atencién sostonida en el limite de una fria neurosis, esta dad de separaciin del sujeto lo que le , rite a Poe, en los euentos justamente més celebrados, el andlisis de la identidad per- sonal (el princfpium ndteiduationis, Ia no- ‘ein de tal identidad, la cual, a la muerte, se pierde 0 no para slempre, fue para mi fen todos Jos tiempos un problema de in tenso interés” se lee en Morella) y de sus conseeneneias, asta aleanzar aquella di mensién simbéliea cuya lectara es doble, tan profundo es el paralelismo entre su ‘concepciin postica y sus pesadills en la conviceiin del doble ritmo de creacién y destruccién sobre el cual se mueve el arte y con el cual, en cierto sentido, se fustifi ca también el proceso de desintegracion de la psiquis en vista de una posible regene- taciin no més eneadenada a las leves del tiempo y del espacio. La temétiea es siem- pre la de Ia poesia. Pero, si bien Poe esti convencido de la supériorided de Ja poe- sia sobre ta narrativa, sta resulta aqui con evidencia mucho mayor, y justamente por el hecho de que ka narnitiva —en el ‘aso especifico se halla en condiciones Ge contener y transmitir mejor To que el cscritor define como Verdad: “Hemos dt- cho que cl cuento es superior ain a la poesia. En efecto, mientras el nitmo de stu altima es un sostén esencial para el desarrollo de la més alta idea de la poesia a idea de la Belleza— las artificiosidades de este ritmo son un absticulo inseparable del desarrollo de todes los puntos del pen- samiento 0 de la expresién que tienen su base en la Verdad. Pero a menudo la Ver~ dad, on su més alto grado, se halla en el fin del cuento, Algunos de los euentos mix bellos son cuentos de raciocinio, Asi el ‘campo de esta especie de compoticién, si bien no se halla en una regién muy eleva- dda en la montaiia de Ia Mente, es un’alti- plano de extensin mucho mas vasta que el dominio de la poesfa, Sus productos no son munea tan ricos, pero son infinitamente ‘mis mumerosos, y mis apreciables por la masa". Aparte de las demasiado obvias ‘eonsideraciones que también se podrian ha- ‘cer en este punto sobre Ia distineién abier- tamente aristocritien (y simplisia) entre calidad y cantidad, esti el hecho de que se trata de una admisién importante si se sa en la rigidez de la posicién estéti- ea de Poe repetidamente afirmada, casi tuna justifieaciGn critica de las razones eco- némicas més verdaders~ que evan al fseritor a una produecién narrativa bas- tonte abundante, Es importante, sobre to- do, en cuanto da la medida y aclara Ia aver sidn de Poe —muchas veces incomprendi- da— para con Ia “diddctiea”. No es que Tos ouentos sean “didicticos", pero eierta- ‘mente es a ellos que se debe recurrir para poner en foco os signifieades de la ma- ‘yor parte de sus pocsias, y es sobre la base de Tos mismos que se pueden modir mejor los aspectos del simbolismo trascendental de Poe. Ya so ha visto que una de sus obse- siones constantes era —renogada Ia reali- dad— Ia de tornar todo a conocimiento (de at eal meee “twansformar todo en palabras”, seztin D. H. Lawrence) hasta la completa asimilacién dol objeto del conocimiento y la. con: suiente disolucin, por una especie de ai tovampirismo, del sujeto, al mismo tiempo. En Berenice, Morella, Ligeia, La caida dle 1a case Usher y EL retato opal, cventos ex entre s, se asis- Y puntualizacion del mismo problema. Berenice (1885); “Dicebant miki sodales si sepulehrum aini- ‘xe vistarem curas meas aliquantulum fo- re levatas” (docian mis compatieros que si visitaba el sepulero de mi amiga le daria alain alivio a mis sufsimientos). Con esta sita en epizmfe so ofrece ripidamente Ia clave def cuento, que est, como casi siem- pre en Poo, namado en primera persona El protagonista Egco, melanedico, medi tativo, introvertide, declaradamente mono- manfaco en su silenciosa e incansable fa cultad de atencién a detalles pequetos (Cperderse, una noche enters, mirando fi jamente ln Yara inmévil de wna lémpars 0 s brasas del hogar: fantasear por dias y dias con el perfume do una flor repetir en forma monétona una palabra enalquie- 2") vive en_un tésieo eastilo con sit prima Berenice, “ail, graciosa y oxuberan- te de energia”. Pero como “mis sentimien- tos nunca habian contd det conascn. y mis Dasiones siempre habian cenido de Ta men- te", 61 no deseubre su belle. Solo cunt do Berenice contrae una enfermedad "fatal", sélo cuando una epilepsia que terminaba a siimas veces en perlodos de catalepsia co- tnjenza a tansformar su fisio y a distor- sionar Ix identidad personal, advierte su presencia, se sienteatraido morbosa ¢ irre. Sistiblemente, Je propone matrimonio. Berenice es todavia —mds ai, es cada ver imds— un objeto para analizar, pero ya Ie gado A, a su misma enfermedad. Si bien tio se To declara,intervino la pasién, An= tes del matrimonio, Berenice se aparece a TEgeo de improvise, y es como Vista por primera vez, pélida, con las sienes Inandi- das, el color de los’ eabellos eambiado, es pectral: “Los ojos carecian de vida, de ex plendor, y paresfan no tener pupilas; & voluntariimente me aparté de la vitrea fk jeza_de tos mismos para_contemplar os Inbios sutiles y cerradas. Estos se abrieron 5, en una sonrisa singularmente significa tiva, los dientes de Ta transformads Bere- nice se aparecieron Tentamente mai vista” ‘La monomania de Byen estalla. Como siem pre, el detalle Io fascia, lo obsesiona, to- da la atencién de Ta. que es eapaz est dir ida @ aquel tinico detalle: “De Mademei selle Selle sc ha dicho, justamente, que tous ses pas étaient des sentiments [que todos sus pasos eran sentimfento]; de Berenice yo ppensaba, mas seriamente, que tous sex dents Gtaiont des idées. Des idéest... [que to- dos sus dientes eran ideas, (Ideas!]; he aul por qué los deseaba con im ardor tan alocado!". La avider de la poresiin total, €l_vampirismo del conocimiento ques 270 ha entregado ya no podrin ser En el mecanismo de Poe, al Berenice se intelectualiza: pars Ege la realidad del mundo es visién, que son las “locas ideas de la tierra de sueos” Tas que se convierten en eles real de la vida cotidiana. El enento « répidamente hacia su trigieo y dor epilogo. Berenice, Inego de =m atague del mal, es dada por muerts y. sepultada inmediatamente. En Ts mitad la noche, como despertando “de wm fio confuso y ardiente”, Egeo se halla vamente en su biblioteca, solo, y nota ca de si una pequefia caja, Ante la vist Ja misma, y asociando Ta caja con une f (aquella citada es el epigrafe) aprehe da con la mirada en Ia pigina abierts tun libro, “los cabellos seme erizarom ¥ sangre se congelé en mis venas”. Em e unto entra un doméstico aterrorizada, forma confusa habla de una tumba de gritos noctunos, de su cuerpo desfi ado envuelto en un sudario, y- afin Entonces Egeo descubre sus propias 10p sucias de tierra, sus manos heridas, ‘azada apoyada contra la pated, © int Se arroja para tomar la caja, intenta ab la: “con el temblor se me escapé de las = nos y cays pesadamente, rompiéndose pedazos; y hacia afuera rodaron con ruido algunos instrumentes de dents mezclados con treinta y dos minis ‘objetos blancos, como de maxfil, que desparramaron aqui y alli sobre el piss Morella (1835). “...é1 mismo, para ‘mismo solamente, uno para siempre y sole epigrafe, del Simposio de Platén. El tagonista siento por Morella “un afscto p fundo, y al mismo tiempo. singularisin El se siente atrafdo por la erudicién de ‘mujer con la que se ha easado, por la tencia de sw-intelecto”: es un amor sin p sién, aun cuando no so lo pueda definir ‘m0 uno de aquellos mores espirituales el eal el contacto —como eseribe Lavres ce~ es puramente nervioso (“Los ner de los amantes vibran al unisono como Instrumentos, y el tono puede crooer ¥ exe cer; si se alza demasiado los nervios se quis bran, ocurre una especie de muerte”: observaciin so adectia mis a Ligeia) acuerdo se funda en una serie de inte: comes, y en el euento el antor se detie= ne, en efecto, sobre todo en el tema de eo versacién preferido por Tos dos personajes, ¥y aprovecha Ja ocasién para diferencia Goctrinas de la identidad de Schelling y d Locke, para trazar una linea de confia ea te razém, individualismo y vida por Jado e iracionalismo, impersonalidad muerte por el otro. Como Berenice, t bién Morella es atacada por una enfer dad que no tiene explicaciones. Conse te de que el marido jamas la amé, Mora ppronuncia una especie de profecia ( fas_en los cuales hubieras podido ax me jamis existieron, pero aquella a g aborreciste en vide, deberis amer en aad Dibujo de Poe para la portada Stulue Correcciones autézgrafat Poe en les Marginal Moanuscrito autdgrofo de For her Name is written inside, 1840, Baltimore, Maryland, Pratt Library. KE. A. Poe muerte”) y mnere al dar a Iuz a una nie Su, Ia cual “ereei6 extranamente en esta tura ¢ inteligencia, y fue la imagen per- fecta de aquella que habla desparecido, y yo In amaba con un amor tan ferviente, como nunca erefa que fuer eapay. do ex perimentar...”. Con el tiempo, el prota- nist toma conciencia oscuramente de ‘que la profecia do Morella se realizar. ‘Auin no Te habia dado un nombre a la ni- ‘ia, pero cuando, transcumido el décimo- eutrto ano, decide bautizarla, el nombre {que promincia es Morella. En este mismo instante una voz escalofriante responde “Aqui estoy”, y Tn mifia muere. “...¥ yo, ‘con mis manos, cavé Ia tumba; y rei, eon risa prolngnda y amarga, cuando, en la fosa donde deposité a la segunda, no hallé mas rastros de Ja primera Morella” Ligeia (1838). Bpigrate: “Y alli sti Ta voluntad que no muere. ¢Quién conoce Jos misterios de In voluntad y de su ener gia? Ya que Dios no es mis que una gran oluntad que penetra todas las ensas por la naturale misma de su intonsidad, EL hombre no se rinde a Tos angeles, y tam- poco lo rinde Ia muerte, sino por la debi- Tidad de su misera voluntad” (Joseph Glan- ville). En el comienzo de su relato el pro- tagonista se detiene Inrgamente en la des ceripeién de “aquella que fue mi amiga y ‘mi novia, y que se convirtié en Ia compatie- a de mis estadios y, finalmente, Ja esposa. de mi corazé". Ligeia es un ser excepcio- nal: la belleza del rostro era “el esplendar de un suefio generado por el opio”, pero sus Tineamientos denotaban una especie de extrafia desproporeién, que hacia més bella ain a Ta mujer (aquf nos enconteamos fren- te al mismo concepto de belleza expresada mds de una vez por Baudelaire) y ain mis ieresante, De todos modos, To que dis- Aingue por sobre todo « Ligeia es sonalidad y la cultura: voluntad, dad de pensamiento y de palabra, profun- da erudicién. Pero en ella también hay pasién, que parece concentrarse en los ojos. Y los ojos asumen en el cuento casi el mis: ‘mo relieve obsesionante de Tos dientes de Berenice. El protagonista esti subyuendo, y mientras desea anularse en ella. ens personalidad, en sus ojos, desea también al mismo tiempo “conocerla”, y 1a seccio- nna, 1 analiza, la destruye, Una vex més se pone en movimiento aquel proceso de vampirismo que ya conacemos. Como Be- renice, como Morella, tami ‘enferma y, Tuego do hacerse leer algunos vversos, una noche promuncia las siltimas palabras de Glanville citadas en el epfgrae fe y muere. Pasados algunos meses el pro- tagonista.adquiero y restaura una sombria abadia en Inglaterra, y se casa con otra mujer, lady Rovena ‘Trevanion de Tremai- ne. La efmara pentagonal a Ia que el pro- {agonisia conduce a la segunda mujer luc 0 de las bodas, mimuciasamonte deserito, no es menos impresionante que Ia edmara veneciana de Le cita, y cicrtamente mis \ipica de ln fantasia de Poes si aquella pa recia decorada para complacer al gusto de un esteta a la manera de Des Esscintes, sta es la perfocta unin de decadentismo, de gitico tonebraso y de museo de cera realizado con frialdad y determinacién, sin ningiin tenor por el evidente artificio nnocesario para obtener los efectos deseados, al punto que también Ia sensacién de la inguietud y del misterio esti introducida ‘con mecanismos teatrales, “El efecto fan- tasmagérico estaba aumentadla en gran me- ida por la introduccién artificial de wna fuerte y continua corriente de sire detris do la tapiceria, que daba al conjunto wna tremenda e inquietante animacién”. En s- ‘a babitacion increible lady Hovena, cuyo marido descubre que In odia “eon un odio que era mis que bnmano, demoniaco”, se ve atacada por wna imprevista enferme- dad, a cuyn curacion siguen, cada vox mis violentas y alarmantes, otras crisis durante ws cuales la mujer advierte tna. presencia extraiin inexplicable aungue evidente. Los suspiros inarticulados que se ofan, las vac riaciones apenas perceptibles de las figu. ras de la pared, las sombras que pareeian tomar cuerpo no eran efectos naturales, pero tendian a hacerse elementos realmente tangibles. Hasta que, “senti claramente el rumor de un paso sobre la alfombra...., y+. Vi, 0 tal vea, soié ver, ener en el liz, como de una invisible fuente suspen- dida en In atmésfera de la habitacién, tres ‘© cuatro enormes gotas. de wm liquide bri- ante’. La enfermedad de lady Rovena se agrava, lt mujer muere y su cadiver es preparado para Ta sepultura, EL protago= nista, que quedara velando el enerpo en vuelto en el sudario, por la noche comienza a percibir como un sollozo, un suspiro, un temblor en los labios de la muerta, y “un. minuto después los Inhios se abrieron, de- velando una linea brillante de dientes per= Ticeos”. Pero no es a este detalle que se dirige la atencién del compariero de Ligeia y de Rovena EI euerpo de la mujer re toma Ia rigidez primitiva. Estos fendme- nos, estas tentativas de despertar a las que sigue de nuevo lr aparieneka exda vez. mis horrible de Ia muerte, se siieeden numero sas veces. Al fin, “levantindose del lecho ¥y, con pasos vacilantes, con ojos cerrados, cl paso de quien se balla perdido en um Ja figura envuelta en el sudario wan, fisicamente tangible, al centro de Te cfmara”, EV protagonista, al notar en Ta estructura fisica de Tk mujer un extratio cambio, casi intiyenda la increible verdad. se lanza hacia ell, y “la figura dejé caer los velos espectrales que ceftian su cabeza, ¥y entonces se inundé a turhada ater, de la mara con una masa enorme de Tar= 20s cabellos sueltos: Tes mismes eran mds negros que las alas de medianockel Y en- tonces, lentamente, se abrieron los ojos de la figura que estaba frente a mi. Final mente, en esto, al menos —riti— janis i estén E, A. Poo 7 i locks ternller Yam tf eked. be — sam whids Lo ae ee Pecan inies gee, smnalien am Hes hae ime lireonid. ees 7 ate Ai ” y dc Now aqui estin los enormes, negros, Jos extra fos ojos de mi perdido amor —de mi mu- jer do lady Ligeial”, La caida de la ease Usher (1889). Ept- grafe: “Son Cocur est un Inth suspendu; sitt qwon le touche il résonne” [Su cora- zn es un lat, al tocarlo vibra] (De Be Tranger). El narrador, compaiiero de la in fancia de Roderick Usher, es invitado por carta (en la que se trasparentan las sefia- les de una manifesta alterucién nerviosa) 4 tiasladarse @ su antigua morada perdida fen unaregién desolada, ligubre, junto a un festangne de agus muertas; y también Ia ‘casa, tanto en la parte exterior como en el Interior, suscita “un frfo, un malestar del corazén, una iremediable melancolia de Pensamiento, que ningin estimulo de la Jimaginacién habria podido sublimar". En esta casa tenebrosa, austera, himeda y de- eadente, viven en el limite de una fria lo- ‘cura, atacados por un misterioso mal que fos ana y consume, Roderick y 54 hertno- hha Madeline: idénticos, rofinades, espectra- Tes, Como dice Lawrence, que mucho més que ‘tras ha comprendido Ia naturaleza del ma Iestar de Poe y de estos personajes suyas, Rorlerick “ha perdido su yo y su alma, no € mis que un instrumento prea de in- finencia extemas.... vive en ‘continna In- ha con el horible espeetro que es el te- ror’: y, en efecto, él no es més que Ta rea- Tidad fisica, eadavérica, de un ser vivien- fe de su nature Jeza es la morbosa, innatural agudeza de los sentidos que lo leva a vivir con Ia con vieeién de que entre si y las coss que lo rodean (los arcos decrépitos, los snuros ex. biertos de musgo, el estanque negro in- vil, Ios érboles muertos) se ha estableci- do una corriente comin, 1m comin dest os él pasa sus dias, sus nioches, en un es- tado parecido al sonambulismo, pintando, eseribiendo versos, leyendo, improvisando ccantos fiinebres con la guitarra, espiando toda correspondencia, toda vibracién entre Sty ls cosas. Madeline, apenas clescuber- ta por el narrador, esté sujeta a “une apa: tia constante, un’ gradual decaer dela Dersona, a crisis frecuentes, si bien transi- torias, de naturaleza easi eataléptics”. Aune ‘que Poe no Io afinma con claridad, el her- mano y la hermana se aman eon exclasivo. ‘Transeurre ‘cierto tiempo hasta ‘gue wna noche, bruseamente, Roderick co- muniea..a su “huésped que Mitdetine “ha verto, y manifesta Ta intenciin de con- server el cadiver al menos unos quince fas antes de sepultarla, justifieand tal in- tencién con el tipo de enfermedad que la hermana sufrié, tal que la muerte de ella podria ser sélo aparente. Asi, el cuerpo es Mevado a un cuarto subterrineo de la asa, protegido por sélides muros y por una Duerts de hiero mecizo “que, cuando gic taba sobre sus goznes, daba un sonido ex- trafiamente agudo y penoso”. Desile este m4 EUREKA: A PROSE POEM EDGAR &. por. NEW-XORK: Gho. Pr, PUTNAM, 155 BROADWAY. 2 ‘momento la angustia de Roderick se agudi- za, asi como su apatia, su ennui [tedio], tornando su comportamiento cada ver mis extra. En los corredores oscuros de ea- sa Usher las noches transcurren en el terzor reciente de un suceso que el narrador mismo parece esperar de un momento 2 ‘ra, sugestionado por las condiciones de Roderick, y se comienzan a oir “cicttos so- nidos, bajos ¢ indefinibles... en las pau- sas de Ia tempestad, con largos intervalos”, sonidos que so sucoderin en un evescendo {que eoincide con el aumento de Ta inquie- tud del protagonista, y que parecen subra- yar, en um cierto punto, algunos pasajes de um relato que Jeen el narrador y Rode- rick en la tentativa de hacer menos terri ble la noche, Los sonidos, primero inc tos, se precisan: “no habla dudas... de que hubiera oido realmente... wn sonido bajo, y evidentemente zemoto, pero éspe- ro, prolongado, ssingulannente “penetrate y agudo”; y finalmente “como si un escudo de bronce se hubiera caido realmente en quel punto sobre um piso de plata per- aibi claramente como un eco de aquel ruido metélico, vibrante”. Como hipnotiza- do, Roderick mira Ia puerta, revela haber Dido aquellos sonidos, y haber comprendi- do de qué parte Hegaron, cudl ert el sin- nificado inerefble de los_mismos: “:No festaré aed dentro de pooo? ¢No vendré a reprocharme mi apuro? ¢Acaso no he od ya su paso en Ia escalera?... (Loco! Oe 1. La casa de campo de Poe ‘en Fordham. Dibujo realizado ‘antes dal arreglo actual. 2 Portada de Eureka, 1848. 8. La casa de campo de Poo ‘en Poe Park, Fordham, Nueva York que en este momento esti de pie, de- lh puertal”. Y, en efecto, In puer- ta se abre Tentamente y aparece “la alta figura de Madeline Usher, envuelta en el Sus claras vestiduras aparecian tris ensangrentadas, y sobre toda su descama- da persona se descubrian las sefales mani- fiestas de una lucha terrible; se detuvo un ‘momento, vacilando y temblando en el um- bral, entonces, con un profundo gemido, cayé pesidamente hacia adelante contra ol hermano y, en su violenta y ya definitiva agonia, lo arrastré a tierra, eadéver y vic tima de los tervores a los que se habia an- ticipado”. El narrador buye, y en el paisa- je livido, a la Juz de una Jona inmensa y ensangrentada, ve los muros de la casa Usher derrumbarse, humdirse y desapare- cer en las aguas muertas del estanque, que se cierran Kigubre y silenciosamente, Co- mo se ve, Baudelaire no tenia razén al de- cir que en los cuentos de Poe no existe amor. Estos no s6lo son cuentos de amor, sino de la totalizacién y de Ja sublimacién del amor hasta los limites de lo absurdo, porque indiean un deseo de posesién famé- ico, ciego, tal que la pasién misma se ha~ Ta excluida, o mejor: la eventual pasién {nicial se transforma en un deseo totalmen- te montal de fasi6n completa, que leva a Jos amantes a asemejarse cada vez mis has- ta perder Ja propia identidad, hasta morir tno por la muerte del otro. “Tratar de conocer a alguien significa absorber su = fuerza” (Lawrenee). EI hombre no puede dejar de analizar, la mujer no puede dejar de desear ser analizada, poro el eonoci- miento se realiza sélo en la muerte, Su: jeto y objeto se unirdn s6lo en el momento mismo en el que cosarin de ser suieto y ob- jeto distintos, y aquel es el momento de la disolucién. Noes ensual que los prota~ sgonistas de algunos relatos de Poo sean pri- mos (Eleonora, Berenice) o hermano y her- ‘mana (La caida de la case Usher) y os initil recordar que Virginia, casada. con Poe; era su prima. Dice Lawrence: “Este deseo do absorcién intogral se halla en la base del problema del incesto. El psicoané- lisis remonta casi todas las perturbaciones psiquieas a un deseo incostuoso, pero es ‘uma mentira inmensa. EI deseo incestuoso. xno es mils que imo de los tantos medios del hombre para aleanzar, sin hallar resisten- cias, las més intensas vibraciones espiritu Jes, En las relaciones con un extrafio Ia resistencia que se encuentra es mucho ma. yor que en familia, donde las vibraciones naturales se producen ‘casi al unisono. Es Gocir, ‘el incosto, permite obtener el goce casi sin obsticulos". ‘También por esta ri zn ol incesto os tabi El arte, como el incesto, es uno de Jos tan tos medios del hombre para aleanzar las mas intensas vibraciones espirituales, y co- mo el incesto, no puede condueir sino = J muerte, ET arte y la muerte se identifi ‘an, en Ja medida en que el arte cesa de ‘existir en el momento en que aleanza su Ga, Es una paradoja que Poe retoma en jel ensayo Bureks (1848), donde afimma (RVI, 310-11) que la conversign dé la Fuctira racional en unidad absoluta eo ace al mundo a una nada absoluta. Kn ‘etros términos, en el cuento El retrato oval, ‘Poe repite las mismas conviecionos expro- “sadas en os cuatro “euentos de amor” que Tacabamos de ver. Y también éste es un ‘ezento de amor. Solo on un castillo aban- onado on medio de los Apeninos, a la luz tuna candela en un euarto Teno de pin- furas, ol protagonista no logra dormir, Ei comienza a observar las parodes, Tos ‘ebjotos, Jos eundros, a crear “efectos” ‘con 1 traslado a diversos éngulos del candela ‘be, hasta que ima improvista y violonta SEmocién Jo afernt: ol retrato de-uma mu: ‘ghacha, en un mareo oval, Te parece como fe.do wna persona viva. El vostro, ilumian= fo desde un fingulo particular, tenia ta fas SEinacién de “ona absoluta apariencia. vital ‘de Js exprosién, que antes me habia he- ‘cho estremecer". Vuelve a colocar el can- elabro en Ja posicién primitiva y busca en jun catilogo (hallado entro ottos volmenes ‘ee ke habitacion) la historia del retrato Desenbre que ln muchacha se habia easado ‘Gn un pintor, y que inmediatamente des- nés de la boda, por semanas y semanas, bia posado para él. A medida que el tsato cobraba forma (y el pintor parocia Tian absorto en la obra que no vein a su ‘morielo) Ja mujer se tomaba cada vez mis ineuida y débil; como Berenice, Morella, ja, Madeline, también ell es atacada una enfermedad misteriosa. Por fin, Je da al rotrato el siltimo toque: “por ‘momento, el pintor se detuvo extnsiado al trabajo que habla realiandos ecuida, siempre sumergido en su con- mplaci6n, se sintié sacudido por wn tem- br y palidecié intensamente, de honor, Sy sritando, a grandes voces: “En realidad, f2 es lh Vida mismal, gird nipidamento Spara minar a su mujer amada: ella estaba tal” Tn Ta irreparable fractura entre piritu y materia que se refleja en Ta na- faraleza misma de los héroes de Poe, y Ths vuelve enfermos como el mundo que no locran adaptarse. el arte se pro- todavia como silima posibilidad de eraciin: fuera del tiempo, del espacio, tuna inmortalidad alncinante. ¥ raciocinio Ta dicho que la “insondable avider del de atormentarse a. sf mismoa” surge ‘una inaxtinguible voluntad de conoci- y que en Ta gran imaginacién on- gica de Poe el amor, depurado de Ta m, se torna vampirismo, y el sadismo masoquismo. J inevitable anulaci6n que sigue a la de estas fuerzis, el hombre aliena- ccihe de todos modos una recompensa: sflida y desesperante cx 2 2 oe To gue deseure es EA. Poo: el terror de una condicion a la enal no es posible sustraerse, ya que “el terror es del alma’, y lo descubre con une eon ciencia anslitica bastante rara, si bien en Poe raciocinio ¢ intuicién tienden a menu- do a no revelar confines muy clirumente definidos. Todos los eventos de Poe (ya sean _neogéticns, grotescos, morbosos, dit daseilicos, de terror 0 como se los quiera definir) estin Kagndos unos eon otsos por tuna precisa ¢ inmutable vision de) mundo yy la subdivisién de los mismos en catego rias parece do escasa utilided critica, La preocupacion del eseritor es siempre la mis- ‘ma, aun cuando nos 1a presente en forma diversi. Lo que varia es el punto de vista del protagonist, In fuerza que impulsa Ia ftecion (gpero se puede decir que hay ac cién en Poo, 0 més bien una serie de esta= dos de énimo?), y se hata en general de fuerzas clementales. Amor y odio, y ea ambos casos, siempre, dirigidos por voluntid de-conocimiento que si bien tingue sus propios medios de los tradicio- nales del conocer no deja por ello de per seguir su objetivo fundamental. El estado fn que se encuentran los personajes de Poo jamis es normal, y a memdo no es referi- ble completamente nj al de Ia razén ni al de los sentidos, porque lo que los mismos desean conocer es el instanto exacto en. que se desintegra la unidad originaria de Ia primera cosa (“en la que esti Ta causa secundaria de todas las cosas, con el gor ‘men del inevitable anonadamiento de las misma"), y es un instante percoptible s6- lo més alld de los limites eonsentides « las facultades humanas, en un teino del _me- dio como puede serlo el del sueiio, el de la pesadilla, 0 el de la trance hipnético. Mas que en numerosos otros pasajes, se puode ver en Mesmeric Revelation (Revelacién ‘mesmérica) cuil es el aspecto de esta con- Aicién que Poe subraya: “mientras en tal condioién Ja persona asi influlda usa slo con esfuerz9, v atin asi débilmente, los Srganos externos’ de los sentidos, sin em- argo pereibe con pereepeién altamente udimda, y mediante eanales presunta- mente desconocidos, objetos ubleados més alli de Tos drganos fisiologicos; que, ade- mis, sus facultades intelectuales se hullan ‘maravillosamente exaltadas y oigortzadas”, Los enentos de terror son simplemente una extensién del mismo concepto: si amor es deseo de poseer, y si Tn posesién eonduce 2 la anulueién del ser amado y de st mis- mo, el odio es el deseo de anular al pro- pio enemigo. Y no esté dicho que también fen este aso de posesién de “eonocimien- to por odio”, ambas alms implicadas en

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