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Guía para El Diseño y Presentación de Trabajos Académicos 2019
Guía para El Diseño y Presentación de Trabajos Académicos 2019
Programas de Teología
Segunda edición
Bogotá, 2019
1. Presentación General
Como parte del permanente ejercicio académico que deben asumir los estudiantes de los
programas de teología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, tanto de
pregrado como de posgrado, aquí se proponen una serie de herramientas con las que se
pretende dinamizar el trabajo académico presencial o independiente, así como las distintas
formas de llevar a cabo el proceso evaluativo. Por tanto, lo que damos a conocer consiste en
diversos instrumentos didácticos y pedagógicos que tienen como fin consolidar la
presentación y apropiación de nuevos conocimientos, para reforzarlos, confrontarlos o
evaluarlos.
1
Gloria María Sierra Villamil y Norma Sofía Vanegas Torres, Construcción del discurso: hacia la formación
de un profesional competente en el uso del lenguaje (Bogotá: Universidad EAN, 2008), 206.
2
Gloria María Sierra Villamil y Norma Sofía Vanegas Torres, Construcción del discurso, 205.
3
Universidad de San Buenaventura, Proyecto Educativo Bonaventuriano (Bogotá: Editorial Bonaventuriana,
2010), 60.
2
2. Propuesta para el diseño y presentación de textos académicos o herramientas
pedagógicas
1. El Ensayo
2. El Acta
3. La Relatoría
4. El Protocolo
5. La Ponencia
6. La Reseña
7. El Artículo
8. El Mapa conceptual
9. El Diagrama en V o Diagrama de Gowin
10. El informe de evento académico- (I.D.E.A.)
11. El resumen analítico escrito (R.A.E.)
12. El informe de lectura
13. El portafolio o bitácora de aprendizaje
14. Consideraciones para la presentación de trabajos
15. Consideraciones para evitar el plagio
3
2.1. El ensayo
2.1.1. Definición
El ensayo se asume como «un ejercicio intelectual que evidencia un proceso intelectivo
del ser humano frente a la percepción de mundo, a lo que subyace una relación entre
lenguaje y pensamiento, pues utiliza el discurso para expresar lo que piensa. Este es un
acto de conciencia como mediación semiótica de la cultura»4. De manera aún más
concreta se concibe como «una composición en prosa, de moderada longitud, que gira
alrededor de un tema específico, que permite mostrar una aptitud analítica y crítica del
autor, en relación con la mirada del mundo que posee un ambiente social y cultural que
lo rodea»5
4
Gloria María Sierra Villamil y Norma Sofía Vanegas Torres, Construcción del discurso, 270.
5
Gloria María Sierra Villamil y Norma Sofía Vanegas Torres, Construcción del discurso, 270.
6
Cómo hacer un ensayo, consultada en enero 25, 2019, http://www.slideshare.net/guest0ce808/como-hacer-
un-ensayo.
4
2.1.4. Algunas recomendaciones adicionales
Se pueden utilizar fuentes de internet, pero siempre citándolas correctamente.
No todas las fuentes de internet son confiables académicamente, por lo que deben ser
críticos al momento de escoger las fuentes.
Son más confiables académicamente las bases de datos que poseen las bibliotecas. La
Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá, tiene bases de datos que pueden usar
de manera efectiva y citar de manera adecuada.
No es pertinente redactar párrafos de una o dos líneas.
Corregir la ortografía antes de imprimir o enviar vía email.
No se puede olvidar numerar cada página del texto que van a entregar.
Luego de terminar la primera versión del ensayo, tómese un tiempo y corríjalo unas
horas más tarde, pues así es posible que encuentre mejores formas de redacción o de
expresar sus ideas.
Deje el título para el final, ya que el desarrollo del ensayo le puede sugerir el más
adecuado.
Se sugiere practicar la «economía del lenguaje», es decir, que se pueden decir las cosas
de manera concisa y clara.
Como parte del trabajo colaborativo se puede leer el ensayo a otra persona para su
visión crítica antes de enviar la versión final.
La diversidad religiosa es una oportunidad que se nos ofrece para repensar y resignificar
nuestros procesos de enseñanza-aprendizaje y nuestra práctica docente en el área de la
educación religiosa escolar (ERE). En este contexto, según Magendzo:
7
Abraham Magendzo, «Educar para la diversidad: en la construcción de una sociedad democrática es
imperativo reconocer la legitimidad del Otro-Otra», Altablero 28 (2004), consultada en marzo 10, 2011,
http://www.mineducacion.gov.co/1621/article-87388.html.
5
La Ley General de Educación establece que uno de los fines de la educación es «el pleno
desarrollo de la personalidad sin más limitaciones que las que ponen los derechos de los
demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de formación integral, física, psíquica,
intelectual, moral, espiritual, social, afectiva, ética, cívica y demás valores humanos»8, y se
define la ERE como una de las áreas obligatorias y fundamentales de la educación básica9, de
la Educación Media10, así como en la Educación Preescolar se reconoce la importancia del
desarrollo del aspecto espiritual del estudiante11.
Aun así, la ERE ocupa una posición particular en el complejo panorama de la educación en
Colombia, porque es la única área curricular que está sujeta a la libre elección por parte de la
familia y de los alumnos, situación que está expresamente regulada en las disposiciones
ministeriales12.
Frente a esta «incoherencia», como se escucha en el ámbito escolar y eclesial, se puede decir
que la diversidad religiosa establece los siguientes retos importantes a la ERE:
1. Debe tratarse y establecerse como un área del conocimiento con todos sus efectos.
Esta no nace de una finalidad catequística o evangelizadora, sino que se cualifica como una
propuesta cultural que se ofrece a todos, creyentes o no.
En este sentido se propone como un proceso de enseñanza-aprendizaje que va más allá de las
elecciones personales de fe, siendo prioritaria su vocación cultural: decidir tomar la clase de
educación religiosa, no le significa al estudiante declararse católico, sino más bien escogerla
porque tiene un valor importante en el crecimiento de la persona y para la comprensión de la
realidad en la cual estamos inmersos.
El hecho religioso tiene una gran relevancia cultural para comprender nuestra historia.
Los principios del catolicismo hacen parte del patrimonio histórico del pueblo
latinoamericano.
La ERE contribuye a dar una respuesta específica a la necesidad de significado que
cada uno tiene en sí mismo.
8
República de Colombia, Ley General de Educación: Ley 115 febrero 8 de 1994, consultada en marzo 8, 2011,
http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-85906_archivo_pdf.pdf. Art. 5.
9
República de Colombia, Ley General de Educación: Ley 115 febrero 8 de 1994, Art. 23.
10
República de Colombia, Ley General de Educación: Ley 115 febrero 8 de 1994, Art. 31.
11
República de Colombia, Ley General de Educación: Ley 115 febrero 8 de 1994, Art. 15.
12
Cf. República de Colombia, Ley General de Educación: Ley 115 febrero 8 de 1994, Art. 23, parágrafo, Art.
24. Y Ministerio de Educación Nacional, Decreto 4500 (19 de febrero de 2006), Art 5, consultada en marzo 10,
2011, http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=22461.
13
Antonio Bollin, L’insegnamento della religione oggi: compendio sull’IRC per docenti, operatori pastorali e
famiglie (Torino: Editrice ELLEDICI, 1999), 7.
6
Estas razones ayudan a ver que la finalidad de la ERE no es tanto la conversión o la
maduración de la fe del estudiante, sino el pleno desarrollo de la personalidad del alumno en
su competencia humana y ciudadana.
Un claro ejemplo de esto es la cultura llamada «laica», donde la religión es parte integrante
de las matrices culturales de cada civilización: «la comprensión de determinados procesos y
periodos históricos, las costumbres de un pueblo, sus expresiones artísticas y los
conocimientos científicos tienen una fuerte influencia religiosa»14. Y por esta influencia no
deja de ser reconocido el valor de lo religioso dentro de la cultura.
2. El docente de la ERE está llamado ante todo a interesarse por conocer las diferentes
culturas y confesiones religiosas, a respetarlas y a llevarlas, a través del diálogo y sus puntos
de encuentro, al proceso de enseñanza-aprendizaje en la escuela. Ese proceso ayudará al
enriquecimiento de la dimensión espiritual de toda persona y favorecerá a que se forme en la
convivencia y para la convivencia.
El docente debe ser una persona capacitada para la Educación Religiosa, con un
conocimiento profundo de las religiones y de los movimientos cristianos, con las habilidades
propias del pedagogo y un investigador innato. Estos elementos, articulados de manera
coherente y sistemática, le permitirán encontrar en la clase de ERE un espacio privilegiado
para la transmisión del discurso religioso que da sentido a la vida y no se queda en simples
ritos o normas morales. Por tanto, será un profesional que está en permanente formación,
actualizándose y con grandes habilidades sociales.
3. La ERE debe integrarse con otras áreas del conocimiento. El área no puede seguir
trabajándose como una isla, que no tiene relación alguna con las demás áreas de conocimiento
14
Antonio Bollin, L’insegnamento della religione oggi: compendio sull’IRC per docenti, operatori pastorali e
famiglie, 71.
15
Educaweb.com, La tarea primordial de la escuela pública o de iniciativa privada, es la de ser instrumentos
de ayuda al crecimiento integral de las personas en todas sus dimensiones: intelectuales, sociales, culturales,
profesionales y espirituales”, entrevista, consultada en abril 3, 2011,
http://www.educaweb.com/noticia/2009/01/26/tarea-primordial-escuela-publica-iniciativa-privada-134.html.
7
en el ámbito escolar. Debe ser un área que convoque, que dialogue con la ciencia, con el
conocimiento, la cultura, la historia, los procesos humanos (tanto sociales como biológicos),
con la vida cotidiana.
No es una clase más que nos enseña a creer en la doctrina católica, en nuestro caso, sino que
es una clase que motiva porque tiene un «proyecto comprometido con la comunidad
educativa en su proceso de comprensión, asimilación y transformación del entorno dentro
del cual se encuentra también la religión»16.
Así pues, para concluir, es necesario reconocer que la diversidad religiosa nos hace descubrir
que la ERE es un área compleja, en especial cuando nosotros mismos nos rehusamos a tener
puntos de vista diferentes, valores distintos, oposiciones a nuestros criterios religiosos
particulares y acciones pedagógicas novedosas y pertinentes. Es un reto para nosotros,
docentes de la ERE, para poder transmitir un conocimiento religioso que dé sentido a la vida
de todos nuestros estudiantes, a los que comparten nuestra opción de fe y a quienes tienen
una posición y mirada diferente. Finalmente, también reconocemos que es un reto frente a la
misma propuesta del evangelio, que nos invita a la unidad, al respeto y al amor hacia todos.
Bibliografía
Bollin, Antonio. L’insegnamento della religione oggi: compendio sull’IRC per docenti,
operatori pastorali e famiglie. Torino: Editrice ELLEDICI, 1999.
Educaweb.com. La tarea primordial de la escuela pública o de iniciativa privada, es la de ser
instrumentos de ayuda al crecimiento integral de las personas en todas sus
dimensiones: intelectuales, sociales, culturales, profesionales y espirituales.
Entrevista. Consultada en marzo 11, 2011.
http://www.educaweb.com/noticia/2009/01/26/tarea-primordial-escuela-publica-
iniciativa-privada-134.html.
Eltiempo.com blog. Los cinco problemas de la Educación Religiosa. Consultada en marzo 8,
2011,
http://www.eltiempo.com/participacion/blogs/default/un_articulo.php?id_blog=3349
595&id_recurso=3401282.
Magendzo K, Abraham. «Educar para la diversidad: en la construcción de una sociedad
democrática es imperativo reconocer la legitimidad del Otro-Otra». Altablero 28.
16
Eltiempo.com, blog, Los cinco problemas de la Educación Religiosa, consultada en marzo 8, 2011,
http://www.eltiempo.com/participacion/blogs/default/un_articulo.php?id_blog=3349595&id_recurso=340128
2.
8
Consultada en marzo 10, 2011 (2004). http://www.mineducacion.gov.co/1621/article-
87388.html.
Ministerio de Educación Nacional. Decreto 4500 (19 de febrero de 2006). Consultada en
marzo 10, 2011.
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=22461.
República de Colombia. Ley General de Educación: Ley 115 febrero 8 de 1994. Consultada
en marzo 8, 2011. http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-
85906_archivo_pdf.pdf.
9
2.2. El Acta
2.2.1. Presentación
El acta es un documento que describe el desarrollo de reuniones, comités, consejos, juntas,
etc. En términos generales el acta recoge los asuntos (actividades y temas) tratados en las
reuniones.
2.2.2. Estructura
1. Objetivo de la reunión
2. Temas tratados
3. Desarrollo de temas
4. Varios
5. Compromisos
6. Propuesta de la agenda para próxima reunión
7. Firma de asistentes
Anexo 2
Ejemplo de un acta
UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA, SEDE BOGOTÁ
OBJETIVO DE LA REUNIÓN:
TEMAS TRATADOS:
10
DESARROLLO DE TEMAS:
3. Planeación de eventos
Se retoman los aspectos planeados para el Coloquio Interno de docentes que se realizará el 8
de septiembre de 2010. La temática del área que desarrollara la propuesta de «Biblia y
Teología», se propone como «Uso y abuso de la Escritura». Los docentes presentarán sus
aportes en dos momentos. El primer momento se dedicará a plantear problemáticas en torno
de la temática particular y, el segundo, será más propositivo. La delimitación de la temática
se realiza de acuerdo con las siguientes propuestas de los docentes:
Se comparte acerca de los proyectos que se propondrán en el área bíblica, de acuerdo con lo
consignado en el microcurrículo. Los proyectos en el área se proponen de dos modos. El
primero se relaciona directamente con los cursos en donde se desarrollarán propuestas
11
teológicas en la dinámica texto-contexto-teología. En el segundo se asume la propuesta de
proyecto integrador y se desarrolla tanto en el primer ciclo del programa como en los
seminarios de profundización que proponen el desarrollo de los contenidos teológicos de los
bloques histórico-literarios que corresponden con los cursos, a través de análisis de textos o
abordaje de temáticas.
COMPROMISOS:
FIRMA DE ASISTENTES
NOMBRE FIRMA
WILTON SÁNCHEZ
CASTELBLANCO
12
2.3. La Relatoría
2.3.1. Presentación
La relatoría es un documento resultado de un ejercicio de consulta o de investigación, acerca
de un autor o de una temática. La relatoría plasma en un escrito dicho abordaje de manera
autónoma pero articulada y sistemática. Allí se debe expresar el dominio de un documento
de estudio, autor, temática o pregunta, con el objeto de socializarlo en un espacio académico
(curso, seminario, semillero o grupo de investigación). En la relatoría se puede presentar
tanto el detalle del abordaje particular o interpretación que se hizo del autor, texto o temática,
pasando por la exposición organizada de contenidos fundamentales, así como lecturas críticas
y propositivas.
La sistematización y articulación que debe caracterizar una relatoría, genera una distancia
con otras herramientas como el resumen. Por tanto, la relatoría se convierte en una
construcción desde la apropiación de la temática, el autor abordado o el interrogante
planteado, con el objeto de ser socializado y sustentado. La relatoría puede ser
complementada por los participantes a través de retroalimentación y discusión académica.
2.3.2. Estructura
Conclusiones
Consiste en la presentación de los resultados temáticos o de las reflexiones a las cuales
llegó el autor con el planteamiento de su tesis. Los resultados pueden ser conclusiones
cerradas, pero también las preguntas, inquietudes y problemas nuevos propuestos por
el escrito. El relator puede plantear también como conclusiones los elementos más
relevantes apropiados por él y nuevas propuestas para generar debate.
13
Anexo 3
Ejemplo de una relatoría
UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA, SEDE BOGOTÁ
RELATORÍA
Artículo: Lemke, W.E. ‘Old Testament Theology’, en Freedman, D. N., (ed.), The Anchor
Bible Dictionary. New York: Doubleday, 1992-1997.
El autor presenta dos partes bien definidas en su artículo: la primera se direcciona hacia un
estudio crítico de la “Historia de la teología del Antiguo Testamento” y la segunda se enfoca
en plantear algunos problemas y planteamientos relacionados con el tema.
El texto toma como punto de partida una definición global de Teología del Antiguo
Testamento (AT) como “la exposición de la teología contenida en los escritos del AT”, a
partir de la cual el autor problematiza su simplicidad y recalca la variedad de comprensiones
que han operado en la historia de la disciplina, que requieren ser dilucidadas. Para su
propósito se estructura el estudio a partir de la consideración de cinco períodos,
caracterizados por algunas notas esenciales:
(1550-1650): “Al servicio de la ortodoxia protestante”: Nace la disciplina como una reacción
a los dogmas establecidos por la iglesia católica y ante la necesidad de consolidar su
pensamiento religioso. Aquí la teología bíblica se significa como una “teología sistemática”.
El autor afirma que en este contexto: “The understanding of biblical theology reflected in
Protestant orthodoxy may be characterized as ‘dogmatic biblicism’ or proof-texting (dicta
probantia)”.
14
(reacción contra la escolástica protestante, preocupada por especulaciones y abstracciones) y
el iluminismo (la biblia sujeta a los estudios críticos y racionales como cualquier documento
antiguo). Aquí fundamental el discurso de J.P. Gabler (1787) donde se plantea el carácter
histórico de la teología bíblica en contraste con el didáctico de la teología dogmática.
(1930 al presente - 1992): “renacimiento de la teología del AT”: factores para esta vuelta: el
cambio en el clima teológico después de la primera guerra mundial; reacción contra los
extremos del historicismo del s. XIX, nuevos desarrollos de los estudios del AT. Los autores
buscan el acercamiento sistemático en términos de presentar un corte transversal (“cross
section”) de la estructura básica del AT.
Por último, el autor cierra esta primera parte con un resumen donde concluye con dos
“dialécticas fundamentales”: la primera tiene que ver con la naturaleza y la tarea de la
teología del AT, si es primariamente de carácter normativo o descriptivo; la segunda
relacionada con la metodología y se puede designar por las palabras, “sistematico-
conceptual” vs. “histórico-genética”, “sincronía vs. diacronía”. Las primeras buscan el
contenido del AT en términos de ideas o categorías desde el AT, las segundas, describir el
contenido teológico en su despliegue histórico y secuencial.
La segunda parte del texto aborda algunos problemas en relación con el tema propuesto:
15
La primera problemática se direcciona hacia la “naturaleza y propósito” de la disciplina: se
debe construir como una disciplina normativa o “puramente” descriptiva. En el fondo si las
ideas teológicas del AT tienen significado y continuidad hoy. El Autor plantea algunas
consideraciones argumentativas para la dimensión normativa: en el proceso de determinar
las estructuras de la fe del AT interactúan presupuestos culturales, filosóficos y teológicos,
así es inevitable interactuar con ellos; la naturaleza de los escritos bíblicos parecen demandar
respuesta del intérprete; la comprensión de la “teología” como “verdad para nosotros” o
“verdad para la comunidad religiosa para quienes el AT es un fundacional documento de fe”.;
la Biblia preservada, leída porque fue considerada como palabra de Dios para nosotros.
16
2.4. El Protocolo
2.4.1. Presentación
El protocolo es un documento que describe y sintetiza de forma sistemática los contenidos
teóricos abordados en un evento académico (curso, seminario, taller, congreso). La
orientación se debe dirigir más a sintetizar el contenido de los planteamientos y discusiones,
las exposiciones y las conclusiones de los eventos, que a las actividades del desarrollo mismo
de los eventos. El protocolo deberá presentar la dinámica de las etapas de los eventos
académicos, sus aspectos relevantes y los resultados obtenidos en sus actividades. El
contenido sistemático del protocolo permite ser tomado como punto de partida para ejercicios
académicos posteriores.
2.4.2. Estructura
Evento (curso/seminario/congreso/semillero/grupo de investigación)
Presentación sintética del evento, su contexto, objetivos y alcances.
Temática
Descripción sintética de los aspectos temáticos y teóricos del evento.
17
Anexo 4
Ejemplo de un protocolo
PROTOCOLO
SEMINARIO DE DOCENTES “TEOLOGÍA BONAVENTURIANA”
La teología de Agustín se determina como iluminista (ideas de Dios en la mente del hombre).
El mal se concibe desde su antropología: el hombre bueno en su origen, pero malo en su
condición. Así, el mal es una ausencia de bien y no una realidad en sí misma. En el hombre
el libre albedrío determina su capacidad de escoger entre bien o mal (tendencia) y la libertad
es una gracia divina impulsadora al bien. La comprensión del hombre como criatura a imagen
de la Trinidad.
El Director del Seminario resalta las siguientes ideas: en cuanto al origen y la meta, la
antropología de Agustín es teológica; el humanismo es cristiano; una realidad de ayer que
hace eco hoy: la determinación y concepción de alma y cuerpo; el tema del hombre como
imago dei; creacionismo y generacionismo cómo se especifica en Buenaventura; el
iluminismo es un referente para su teología; el problema del mal concebido como ausencia
de bien. Aspectos que tienen repercusión en la teología y objeto de revisión y cuidado.
18
Al cerrar la presentación de Agustín un interrogante se plantea: ¿Se puede afirmar la
influencia del gnosticismo en Agustín o cómo concebir su influjo?
La imagen de la Trinidad desde tres categorías: Imago creationis, Imago recreationis, Imago
glorificationis. La primera relacionada con el Padre, en la cual se concibe un hombre bueno
desde su creación. La segunda en relación con el Hijo, en la cual el hombre está en camino
para tomar de nuevo su forma, su condición, en una etapa posterior al pecado. El hombre
aquí se observa como peregrino en busca del paraíso. La Imago glorificationis se determina
como la participación de la gloria de Dios, el hombre en marcha hacia el reino.
19
Se plantea continuar la próxima sesión con la temática del libre albedrío, como contexto de
influjo del Reino en Buenaventura.
FIRMA DE ASISTENTES
NOMBRE FIRMA
20
2.5. La Ponencia
2.5.1. Definición
Primera definición: suelen ser trabajos breves, monográficos o no, que se destinan a la lectura
y discusión colectiva, que se presentan en algún evento de tipo científico: seminario,
congreso, coloquio, simposio, etc. Los organizadores son quienes definen el carácter que
habrán de tener, según los fines que persigan y las condiciones prácticas existentes17.
Segunda definición: «La ponencia es una dinámica (comunicativa) en la cual el ponente hace
una presentación, comunicación o propuesta sobre un tema concreto el cual, muchas veces,
se somete al examen y resolución de una asamblea»18.
2.5.2. Estructura
Título: permite la ubicación temática de lo que se va a presentar.
Introducción: tiene como objetivo principal atraer la atención de la audiencia y
preparar el camino al mensaje principal. Igualmente, pretende brindar la información
que juzgue necesaria, a fin de que el auditorio pueda entender más fácilmente el
contenido que se expondrá a continuación.
Contenido: aquí se desarrolla la propuesta, hilando los componentes teóricos con las
observaciones propias, resaltando la pertinencia de lo expuesto con relación al
objetivo central que guía el evento. Se deben evitar múltiples enumeraciones
particulares o anecdóticas. Se recomienda atenerse a lo más importante y recalcarlo.
Conclusiones: conviene indicar a los oyentes cuándo se ha entrado en la recta final,
cuándo se ha iniciado la conclusión. Aquí se incluirán frases breves y sucintas que
resuman lo expuesto, que digan por qué es importante y qué aplicación práctica tiene.
Las conclusiones deben corresponder con los objetivos del evento19.
2.5.4. Presentación
Se recomienda observar previamente el lugar donde se va a realizar la ponencia, con
el fin de verificar el espacio y las necesidades logísticas.
17
Cf. Carlos Sabino, Cómo hacer una tesis (Caracas: Ed. Panapo, 1994), consultada en enero 17, 2019,
https://metodouces.files.wordpress.com/2018/03/unidad-1-sabino.pdf.
18
Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República. «Ayuda de tareas: Ponencia».
Publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, consultada
en junio 17, 2011, http://lablaa.org/blaavirtual/ayudadetareas/espanol/espa101.htm.
19
Cf. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, «Congreso en conmemoración de los 50 años de
FLACSO», 2008, consultada en junio 17, 2011,
http://www.colamer.edu.co/espanol/images/files/Tareas/ponencia.pdf.
21
Si se utilizan ayudas audiovisuales, deben ser claras, sin mucha información,
preferiblemente con esquemas que sinteticen. Solo deben presentarse unas pocas
diapositivas si utiliza power point20.
Anexo 5
Ejemplo de una ponencia
El instinto nunca puede ser removido de un individuo por cualquier medida arbitraria, sino que requiere una
lenta y continua transformación de muchas generaciones para lograr un cambio radical, pues el instinto es la
expresión fuerte de unos cimientos marcadamente estructurados.
Carl Gustav Jung, Psychological Types
Para comenzar, hago manifiesto que es mi deseo en esta tarde establecer, con este egregio
auditorio, un diálogo en la fe, de pensares y de saberes, que marque el inicio o la continuación
del ejercicio formativo que algunos, como estos queridos estudiantes de primer semestre,
comienzan y que otros hemos adelantado por años.
Dios mantiene, vivo y actuante, un proyecto para el ser humano: es una solicitud compartida
(Dios-Hombre) que exige una respuesta en la línea de actualización permanente del
Evangelio como servicio laborioso, generando las estrategias adecuadas de vivencia de la fe
desde los criterios del Reino. El servicio a la Palabra, desde la concreción de la docencia es,
precisamente, una respuesta efectiva a la exigencia de realización personal a la que estamos
invitados. La docencia –en una Facultad de Teología se entiende bien– emana del querer
mismo de Jesús, como ha quedado consignado en la bellísima elaboración de Mateo, cuando
encomienda a sus discípulos dar inicio a la misión: el «sermón de los cinco todos» es el marco
evangélico que la contiene (Mt. 28, 16-20). Por tanto, la docencia pertenece al misterio
mismo de la Iglesia y no puede pensarse sólo como profesión: los miembros de la Iglesia,
20
Cf. Tutor virtual: un espacio para interactuar y pensar con sentido crítico, «Cómo construir una ponencia»,
consultada en junio 17, 2011, http://tutorcarlosgamboa.blogspot.com/2006/10/cmo-construir-una-
ponencia.html.
22
todos y cada uno, tienen una misión magisterial que nos pide no sólo enseñar, sino forjar,
hacer discípulos.
En una sociedad como la nuestra, con cerriles y donosas patologías, el sentido y el ejercicio
de la docencia en el marco de los sistemas educativos, institucionalizados, por demás, la
mayoría de las veces pide para el siglo XXI un giro sustancial que se convierte en una
posibilidad de establecer el reinado de Dios entre nosotros, un reinado que tiene claro sus
condicionantes de libertad, justicia, comprensión emanada de la comunicación asertiva,
solidaridad e igualdad. Tal giro puede proponerse como un paso de los lenguajes de la
racionalidad a los lenguajes de la no-racionalidad, que ciertamente no es lo mismo que
«irracionalidad».
El texto de Jung que se propuesto como exordio y como homología nos ilustra bastante bien
sobre lo que pretendemos en esta tarde: proponer el deslizamiento lento, pero vigoroso, de
los lenguajes no-racionales sobre los racionales –nunca para anularlos, sino para
prevalecerlos–, como una conditio sine qua non es posible establecer los quiebres de muchas
de las acciones humanas que marcan el camino hacia condiciones de no-humanidad y que,
por tanto, impiden el reinado de los condicionantes enunciados arriba. En últimas, un cambio
para fluir de la racioanalidad habitual –si por la misma se entiende el ejercicio de un tipo de
razón con matices asociados a la inspección, al dominio, al control– a la arracionalidad –que
encarna aspectos como la imaginación, la sensibilidad, el instinto, y, en general, los lenguajes
no racionales– lo que juiciosamente entraña un cambio en la institucionalidad y, por esta vía,
una re-subjetivización de los actores de la docencia, que debe comprenderse, en el marco del
reinado de Dios, como una categoría de servicio. Si aún quisiésemos reafirmar más nuestro
compromiso, diríamos que se trata de proponer, parafraseando a Abel Fernández que es
necesario implementar en la docencia una serie de formas de «sentirse siendo en el mundo»,
en el mundo de la academia, tan marcado por el interés técnico de las ciencias.
23
Es cierto que la ciencia ha sido impulsada con una rapidez impresionante durante
las últimas décadas, pero contemplad a los eruditos, contemplad a esas gallinas
exhaustas. Estos eruditos distan mucho de ser naturalezas «armónicas»; sólo
saben cacarear más que nunca, porque ponen huevos con mayor frecuencia: sin
embargo, los huevos se han vuelto cada vez más pequeños (aunque los libros sean
cada vez más voluminosos21.
Así las cosas, ¿qué giros son pertinentes para la docencia desde su comprensión eclesial si
quiere cooperar eficazmente con el reinado de Dios, y en el siglo que nos ha correspondido
(esto que algunos llaman postmodernidad o «modernidad líquida», a decir de Bauman? No
pretendo, eso sí, dar «las» respuestas, quizá y al menos por respeto a la comprensión según
la cual «la respuesta es la desgracia de la interrogación». Esbocemos, entonces, algunas
posibles miradas emergentes sobre el «trayecto»22 de la docencia: la salida, el viaje y la
llegada
Grice23 propuso hace ya más de un cuarto de siglo una interesante teoría sobre las
implicaturas conversacionales en el lenguaje performativo. Expliquemos un poco. Toda
disciplina, toda ciencia emplea el vehículo del lenguaje como su herramienta fundamental
sobre la cual construye su sistema teórico: la reflexión teológica, no es la excepción. Pero,
independientemente de la ciencia, el lenguaje mantendrá dos características semióticas
esenciales: las dimensiones locucionaria y performativa. La primera se caracteriza por
permitir evaluar la verdad o falsedad de las proposiciones, la validez o invalidez de la
información; la segunda, en cambio, implica una serie de acuerdos tanto gramaticales como
ético-axiológico-morales de los sujetos implicados en las interacciones verbales, categorías
en las cuales quedan enmarcadas las condiciones que ordenan e incluso falsean tales
interacciones, y entre las que sobresalen las relaciones entre las creencias y el uso lingüístico
de los sujetos conversacionales. Herbert Paul Grice advierte que en el uso del lenguaje,
21
Friedrich Nietzsche, Segunda consideración intempestiva: sobre la utilidad y los inconvenientes de la
Historia para la Vida (Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2006), 102.
22
En el sentido enunciado por Paul Virilio, El cibermundo, la política de lo peor (Madrid: Cátedra, 1999), 81.
23
Cf. P. Grice, «Lógica y conversación», en L. M. Valdés Villanueva, ed. La búsqueda del significado (Madrid:
Tecnos, 1991), 511-530. Cuando se menciona el «cuarto de siglo» se debe a que el trabajo fue publicado
originalmente en 1975.
24
también en las ciencias –por tanto también en la teología– las implicaturas son tanto
convencionales –aquellas que dependen directamente del lenguaje–, una especie de
estándares epistémicos provenientes de las ciencias del lenguaje, relacionadas con la función
locucionaria; y las no convencionales o conversacionales, que se asocian al uso del lenguaje,
con sus normas propias, pero cuyas inferencias se determinan por el contexto en que
concurren, lo cual la ubica en la dimensión performativa del lenguaje.
Los matices, pues, cambian. En este nuevo modo de relación, el estudiante es primus inter
pares, el primero entre los iguales. La relación contractual de los compromisos derivados de
normas éticas y epistémicas desaparece en virtud de la protección de un ideal mayor que
hemos denominado la opción fundamental y que quizá merezca una glosa especial.
25
Traer la opción fundamental, un asunto tratado casi con exclusividad en la psicología de la
gracia, en la teología moral y en la filosofía, al plano de la docencia puede resultar, al menos,
infrecuente. Sin embargo, puesto que nos hemos enfocado los giros del los lenguajes y porque
los actores que intervienen son seres humanos, cabe la posibilidad de acercar la temática y
convertirla en parte activa de los discursos de la docencia.
Como seres humanos, nos caracteriza una primordial originalidad y dentro de ella aparece,
quizá como centro, una opción fundamental que no es otra cosa que la manera específica
como decidimos hacernos cargo de nuestra propia existencia. La pregunta del ser humano
por él mismo se yergue como la búsqueda de esa originalidad: ¿quién soy yo, como ser
humano? Muchos intentos de respuesta ha habido a lo largo de la historia, pero por su
capacidad de desdoblamiento hacia la grandeza y la pequeñez la de Blas Pascal puede
considerarse como una de las mejores: «¿Qué quimera es, pues, el hombre? ¡Qué novedad,
qué monstruo, qué caos, qué sujeto de contradicciones, qué prodigio! Juez de todas las cosas,
imbécil gusano de la tierra; depositario de la verdad, cloaca de incertidumbre y de error,
gloria y excrescencia del universo». Pero podríamos agregar que, sin entrar en las discusiones
ontológicas más recónditas, el ser humano es, ante todo, un existente, es decir, alguien que
existe, que no sólo «es», como los objetos.
El anterior contraste nos permite asociar al ser humano con un hecho significativo, la
responsabilidad de su ser: no sólo está en el universo sino que ha de echarse al hombro tal
existencia, ha de buscar caminos, ha de dar respuestas; y en la caterva de contestaciones que
podamos dar, la primera, no en el orden numérico sino sustancial, será la opción fundamental,
la que busca la construcción del ser humano, su plena y pura realización personal, aquello
que para algunos –desde lo que conocemos en la antigüedad hasta nuestros días– puede
sintetizarse en el término «felicidad».
En la vivencia cotidiana, la opción fundamental como respuesta primigenia puede ser dada y
sostenida de diversas formas24: desde la opción por lo huero, por el vacío, por la negación a
tomar opción, pasando por la tentación de rechazar la convocatoria a ser, y asumir, en
términos kierkegaardianos, la desesperación como vía expedita para ser, hasta la más radical
respuesta que involucra la aceptación de sí mismo, no como un absoluto sino como un
dependiente de Otro. Sea cual fuere la respuesta, sea cual fuere la tonalidad y sea cual fuere
orientación de la opción fundamental, el ser humano sigue siendo llamado a dar una
respuesta, a asumir una condición en el mundo. Y de esa respuesta depende la realización
coyuntural de sus acciones y de sus días, eso que podríamos llamar las opciones particulares.
Es, entonces, desde su opción fundamental y desde sus opciones particulares desde donde
debe responder, en primera instancia y al menos, por sí mismo. Sin embargo, su opción
fundamental no puede ser comprendida como una decisión estática y perpetua que se toma
en algún espacio de la vida y que va, sin mutación, hasta el final de los días del sujeto sobre
la tierra. Se trata, como todo en él, de una construcción que si bien tiene un punto de partida
24
Un interesante recorrido por las posibilidades de respuesta lo hace Juan Martin Velasco, La opción
fundamental: ¿Quién soy yo, que voy a hacer de mí? (Barcelona: Sal Terrae, 1994), 251-263.
26
debe alimentarse constantemente de la experiencia vital y existencial, de las opciones
particulares.
Pareciese poco acogedor que la docencia en la perspectiva del reinado de Dios se convierta
en un espacio privilegiado para la vulnerabilidad. Sin embargo, debe comprenderse que la
exposición al riesgo, a sentirse plenamente contingente, al sentido de indefensión, es un
mecanismo sabio para retomar la opción fundamental y recrearla en nuevos escenarios,
haciendo gala de la capacidad de transferibilidad de esa experiencia interior.
25
P. Koestenbaum, Liderazgo, la grandeza interna (México: Diana, 1996). Citado por Eduardo Leal Beltrán,
Administración de la Sabiduría: un nuevo paradigma para la calidad de vida y eficiencia laboral (México:
Trillas, 2010), 52.
27
pertenencias mientras todos los demás doblaban sus lomos cargando sobre sí los pocos
enseres que podían salvar. Sin embargo, al ser interrogado Bías sobre porqué no llevaba
pertenencias indicó que, por el contrario, Omnia mea mecum porto. Esta es, precisamente, la
clave de la vulnerabilidad hecha invulnerabilidad en el sabio. Este es, precisamente, un
lenguaje diferente.
El pensamiento de Maslow nos invita a superar la tendencia a pensar que el ser humano sólo
requiere los elementos más esenciales para vivir: alimento, ropaje, seguridad, afecto,
estabilidad, seguridad, identificación grupal, amor a sí. Exige, un escalón más, la
autorealización personal, que no es otra cosa que la experiencia de vivir en plenitud,
experimentando, haciendo un proceso continuo de aprendizaje y de desarrollo de todas sus
potencialidades, pero cuidando siempre de mantener la sencillez y la capacidad de escucha
de sí mismo.
Pero quizá uno de los aspectos más importantes de la teoría de nuestro autor es que el ser
humano experimenta dos tipos de placeres (el de la escasez y el de la producción) y dos tipos
de amor (el deficitario y el de ser). No basta saciar necesidades, es necesario dar; no basta
recibir, sino hacer crecer.
28
La docencia para el servicio del reinado de Dios, en el tiempo presente, proveerá los
cimientos de la autorrealización de los miembros de las comunidades académicas y
científicas. Sus logros se miden por su capacidad para orientar una sensibilidad por la
«proximidad» del otro; por forjar en los estudiantes los principios de las ciencias, pero al
mismo tiempo por invitarlos a mirar más allá de los exiguos pasos dados hasta ahora por la
misma; por generar responsabilidad no sólo frente a la ciencia y a la tecnología, ni siquiera
frente a su propia profesión, sino ante el porvenir insospechado pero sospechoso que le
espera.
Pensar en el compromiso es hacer una opción por lo lento, por lo no-rápido. Paul Virilio, a
mi juicio, tenía la razón cuando mostraba en El cibermundo, la política de lo peor, aunque
con voz en cuello –como corresponde a un verdadero resistente que, sin medir consecuencias,
lanza su grito desaforado– los riegos de la aceleración del tiempo mundial. Las múltiples
consecuencias en el campo político, económico, cultural y moral no se hacen esperar. La
aceleración es la causa del desvanecimiento de la democracia, pero antes que ella, del barrio,
de la familia y del conocimiento de sí mismo. El compromiso, por el contrario, es la opción
por la reflexión que genere el acompañamiento en el proceso de personalización de los
sujetos de evangelización. El compromiso propicia hacer realidad el hombre nuevo que
abandona por opción fundamental las palideces morales del «hombre viejo». El compromiso
es la opción por el debate, por la deliberación sobre las problemáticas sociales del mundo
contemporáneo y globalizado, y sobre las complejidades de la sociedad del conocimiento”.
El compromiso, sin más, es el acuerdo básico consigo mismo (primer nivel de
intersubjetividad) y con otro (segundo nivel), para mudar las realidades hacia las regiones
más armónicas posibles entre todas las especies que convivimos.
29
mundo. La docencia en la dinámica del reinado de Dios es en sí misma –y por qué no decirlo–
un giro político revolucionario, sin más armas que las de la plenificación y las de la
integración armoniosa entre el hombre y el mundo, quienes –a decir de Hanna Arendt –
tienden a rechazarse en principio naturalmente. Este es un nuevo giro: del lenguaje
ensordecedor de la ciencia imponente, al lenguaje del compromiso por responsabilidad.
30
eso. Lejos del reino de la emancipación el autoritarismo febril en la docencia, simplemente
porque inmoviliza la “discencia”. De establecerse una relación así, mediada por los principios
performativos del lenguaje, llegará el día en que avistaremos una felicidad: el reino de la
emancipación no está fuera de nosotros mismos, sino que está en nuestra propia opción
fundamental, en la nuestra, en la docencia, como en la que construyan nuestros sujetos de
evangelización, nuestros discentes. Ha quedado así determinado, el último giro en los
lenguajes de la docencia: el paso de la actitud irreflexiva a la actitud creadora y reordenadora.
A modo de cierre
Excelentísimo cuerpo de formadores, de docentes, de estudiantes: mi respeto más profundo,
mi admiración por su labor en el cambio estructural de los sistemas sociales y educativos, y
mi voz de aliento –la voz de un hermanito menor- para que en este ejercicio formativo-
transformador repensemos y aseguremos de nuevo, como matrimonio indisoluble, su opción
fundamental, contemplando en los confines de la formación/educación la posibilidad de
acentuar en su ejercicio diario la posibilidad de los lenguajes no-racionales.
Muchas gracias.
31
2.6. La Reseña
2.6.1. Definición
Una reseña puede ser definida como un documento breve que presenta un texto publicado
novedoso26 a la comunidad académica o a la sociedad en general. Según la forma como se
desarrolle puede entenderse de maneras distintas. Aquí se optará por la reseña crítica:
2.6.3. Estructura
Encabezado: aquí se explicita la referencia bibliográfica completa de la obra que se
va a reseñar.
Introducción: se dan a conocer los datos generales de la obra y del autor, la temática
que aborda, segmentos o divisiones, así como el énfasis y la pretensión del autor.
Descripción: se realiza una descripción de cada una de las partes de la obra.
Valoración crítica: esta es la característica principal de este tipo de escritos. Se puede
evidenciar durante toda la reseña, ya sea en cada parte que se describa o al final. Aquí
también se debe hacer especial énfasis sobre el aporte que realiza, en nuestro caso, a
la teología y disciplinas a fines27.
Anexo 6
Ejemplo de una reseña28
Valenzuela, Carlos. Escritura e investigación social: más allá de la presencia.
Consideraciones derridianas en torno al problema de la representación en ciencias sociales.
Bogotá: Universidad Pedagógica, 2014.
26
Aunque se pueden reseñar distintos eventos o espacios académicos, aquí se hace una opción por la reseña de
textos escritos.
27
Cf. Gloria María Sierra Villamil y Norma Sofía Vanegas Torres, Construcción del discurso: hacia la
formación de un profesional competente en el uso del lenguaje, 278.
28
César Augusto Delgado Lombana, «Reseña: Valenzuela, Carlos. Escritura e investigación social: más allá de
la presencia. Consideraciones derridianas en torno al problema de la representación en ciencias sociales.
Bogotá: Universidad Pedagógica, 2014», Franciscanum 166, Vol. 58 (2016): 409-420.
32
Iniciemos con un diálogo de Platón titulado: Fedro o de la belleza, en el que se
registra que uno de los ejes de la conversación entre Sócrates y Fedro es el asunto de la
censura que realiza Lisias a la escritura de discursos29. Allí Sócrates se vale de un mito para
explicar el origen tensionado entre la escritura del discurso y su relación con la voz. Pronto
veremos que el mito que el personaje más querido de Platón narra a su interlocutor dará
cabida a dos formas de comprender la relación entre estos dos ámbitos de la expresión. Así,
por un lado tenemos a la escritura, que es vista como un esfuerzo de fijación del discurso, de
manifestación del logos para que sea conservado en la memoria del signo. Por el otro lado,
está la voz, entendida como el movimiento en el que el logos se renueva en la palabra dicha,
en el discurso presentado a un interlocutor concreto.
En el diálogo, Fedro interroga a Sócrates sobre los discursos que están hechos con
arte y aquellos que carecen de él. Esta pregunta –provocada por Lisias– sobre el discurso
hecho con arte dará cabida a que el mito explicite el origen de la ruptura, quizás la herida que
ha dado nacimiento a la relación tensionada entre estos dos fenómenos del lenguaje. Sócrates
narra a Fedro lo que sigue:
He oído contar, pues, que en Naucratis de Egipto vivió uno de los antiguos dioses de
allá, aquel cuya ave sagrada es la que llaman ibis, y que el nombre del dios mismo era
Theuth. Este fue el primero que invento los números y el cálculo, la geometría y la
astronomía, a más del juego de damas y los dados, y también los caracteres de la
escritura. Era entonces rey de todo el Egipto Thamus, cuya corte estaba en la gran ciudad
de la región alta que los griegos llamaban Tebas de Egipto (….), Teuth vino al rey y le
mostró sus artes, afirmando que debían comunicarse a los demás egipcios. Thamus
entonces le preguntó qué utilidad tenía cada una, y a medida que su inventor las
explicaba, según le parecía que lo que se decía estaba bien o mal, lo censuraba o lo
elogiaba. Así fueran muchas, según se dice, las observaciones que, en ambos sentidos,
hizo Thamus a Theuth sobre cada una de las artes, y sería muy largo exponerlo. Pero
cuando llegó a los caracteres de la escritura: «Este conocimiento, ¡oh rey! –dijo Theuth–
, hará más sabios a los egipcios y vigorizará su memoria: es el elixir de la memoria y de
la sabiduría lo que con él se ha descubierto». Pero el rey respondió: ¡Oh ingeniosísimo
Theuth! Una cosa es ser capaz de comprender qué daño o provecho encierra para los que
de ella han de servirse, y así tú, que eres el padre de los caracteres de la escritura, por
benevolencia hacia ellos, les has atribuido facultades contrarias a los que poseen. Esto
en efecto producirá en el alma de los que aprendan el olvido por el descuido de la
memoria, ya que, fiándote a la escritura, recordarán de un modo externo, valiéndose de
caracteres ajenos; no desde su propio interior y de por sí. No es, pues, el elixir de la
memoria, sino el de la rememoración el que has encontrado. Es la apariencia de la
sabiduría, no su verdad, lo que procuras a tus alumnos30.
29
Platón, Fedro o de la belleza, traducción de Luis Gil y María Araújo (Madrid: Sarpe, 1985), 277b, 209.
30
Platón, Fedro o de la belleza, 274d-e-275b, 204-205.
33
contra el olvido era necesario fijar lo dicho, petrificarlo en el signo que pretende captar el
movimiento del logos. Empero, frente a esta posibilidad para el rey Thamus se levanta un
peligro, el cual se cifra en que la escritura es muda, es incapaz de responder porque puede
ser repetida y tomada por cualquiera sin que sepa de qué es de lo que se le habla allí. Además,
la escritura debilita la buena memoria ejercitada en el decir y el escuchar; por lo tanto, el
fármaco –la escritura– más que una manera de curar al logos de su mal, provoca aquello
contra lo cual prometía alivio: engendra al olvido. En este sentido indica muy acertadamente
Vegetti:
La primera crítica del Thamus platónico a la escritura era pues de orden psicológico y
moral. La escritura ofrece una especie de prótesis externa a la memoria que convierte en
superflua su utilización y así la atrofia. Pero es, que junto con la memoria, son todos los
procesos del alma, las dinámicas interiores del pensamiento, la relación viva de la
enseñanza de maestro a discípulo, lo que se paraliza con la escritura; la cual siempre está
ahí fuera, presta a ofrecer un sucedáneo de saber a quien nada sabe porque nada ha
aprendido y nada ha pensado por su propia cuenta31.
Líneas más abajo, Sócrates insiste en la prioridad que tiene la voz sobre lo escrito,
pero agregando un nuevo elemento, a saber: la relación tensionada entre la voz y la escritura,
entre la memoria dada en la corriente del discurso y lo fijado por el signo como esfuerzo de
rememoración –Anamnesis–a causa de la verdad –Aletheia–. La verdad reposa en la voz, en
el discurso, dado que acerca a quien lo emite al conocimiento, porque en el buen discurso, en
tanto se orienta por la idea que lo lleva al saber de cómo están hechas y para qué son las
cosas, en el discurso vivo aflora, por ejemplo, qué es la virtud gracias al intercambio de
preguntas y respuestas en la que el logos ilumina constantemente a los interlocutores; en el
discurso animado, en el discurso del alma se desvela la verdad, se muestra el bien. Por el
contrario, lo escrito para Sócrates está más cerca de la pintura, la cual es mimética, es decir,
imitativa de las formas del bien, pero el conocimiento sobre el bien ofrecido por lo escrito
tan solo es un pálido reflejo de la forma32. En última instancia, el discurso escrito no es el
portador de la verdad, porque circula entre los hombres con conocimiento y también es preso
de aquellos que carecen de él. Por lo tanto, la escritura siempre se muestra indefensa, muda
ante la arbitrariedad. De esta manera, si la escritura quisiera defenderse de la violencia
ejercida por el ignorante estará en la obligación de pedir la asistencia del padre, es decir, de
la voz: «la verdad tiene su lugar en la relación viva y directa entre los hombres, en la
confrontación dialéctica entre sus puntos de vista»33.
Frente a lo narrado por Sócrates, Fedro insiste y le pide a su interlocutor que le diga
cuál es el discurso al que se deben referir y aceptar como el portador de la verdad. El
personaje amado de Platón agrega que solo se dará cabida al discurso escrito con ciencia en
el alma, al discurso que está en la capacidad de hablar y callarse frente al que debe hacerlo.
Fedro añade que es necesario se ocupen del discurso del cual la escritura es una mera copia,
31
M. Vegetti, Quince lecciones sobre Platón (Madrid: Gredos, 2012), 67.
32
M. Vegetti, Quince lecciones sobre Platón, 68.
33
M. Vegetti, Quince lecciones sobre Platón, 68.
34
una mera imagen –eikon–, se hable del discurso vivo y animado, se hable de la voz a la que
la escritura se encuentra supeditada34:
En efecto, tanto Gadamer como Derrida tomaron partido por una manera de
interpretar lo expuesto por Sócrates en la narración sobre la invención de la escritura. Para
34
M. Vegetti, Quince lecciones sobre Platón, 69.
35
Platón, Fedro o de la belleza, 275e-276b, 206-207.
36
M. Vegetti, Quince lecciones sobre Platón, 68.
35
Gadamer, el fragmento del diálogo de Platón no muestra una evidencia contundente que
permita afirmar que la voz pueda ser interpretada como un padre que subyuga a su hija. Por
el contrario, para el autor de Verdad y método lo que se expone en el pasaje citado es una
forma de relación, una alianza entre estas dos formas de expresión, que se concreta no en la
pregunta por la primacía de la una con respecto a la otra, sino en la pregunta por la manera
en que puede ser usada de forma correcta la escritura para que el alma aprenda. Así, Gadamer
insistirá en que la escritura es una ayuda para el pensamiento. Con esta forma de leer el asunto
se opone radicalmente a una lectura que derive de lo expuesto por Platón una contraposición
entre la voz y la escritura37: «El diálogo socrático no es ningún juego exotérico de disfraces
para ocultar un saber más hondo, sino el verdadero acto de anamnesis, del recuerdo penante,
el único posible para el alma caída en la finitud de lo corpóreo y que se realiza como
conversación»38.
La historia de la metafísica que pese a todas las diferencias, y no solo de Platón a Hegel
(…) sino también, más allá de sus límites aparentes, de los presocráticos a Heidegger,
asignó siempre al logos el origen de la verdad en general: la historia de la verdad, de la
verdad de la verdad, siempre fue, salvo por la diferencia representada por una diversión
metafórica que tendremos que explicar, una degradación de la escritura y su expulsión
fuera del habla plena40.
37
J. Risser, «The other voice in Gadamer's hermeneutics», en Philosophy of Hans-Georg Gadamer: Library of
Living Philosophers, ed. Lewis E. Hahn (Chicago: Open Court, 1997), 395.
38
Hans-Georg Gadamer, Verdad y método II (Salamanca: Sígueme, 2002), 358.
39
J. Risser, «The other voice in Gadamer's hermeneutics», 395.
40
J. Derrida, La gramatología (Madrid: Siglo Veintiuno, 2008), 8.
36
la tecnificación, sino en su gesto frágil, sufriente, finito y dislocado ante lo que está por-venir.
De este modo la escritura no es un acto de fijación de la verdad, sino la experiencia mesiánica
de lo que nunca puede ser presupuesto en la escritura: el Otro, el mundo y la verdad.
41
Carlos Valenzuela, Escritura e investigación social: más allá de la presencia. Consideraciones derridianas
en torno al problema de la representación en ciencias sociales (Bogotá: Universidad Pedagógica, 2014), 18.
37
por venir en su absoluta desnudez, se responsabiliza de lo acontecido en el lenguaje
generándose un acto de reconocimiento estético y creativo del mundo:
38
Siguiendo lo afirmado líneas arriba, el segundo aporte del libro consiste en
familiarizar a los investigadores de las ciencias sociales con la discusión que se cierne sobre
la escritura y su relación con la voz, discusión que, como se mostró antes, es uno de los ejes
de reflexión de la filosofía griega y contemporánea. Es un valioso esfuerzo que el profesor
Valenzuela logre introducir a los lectores de forma dinámica y creativa en la comprensión
del complejo escollo interpretativo que se ha generado sobre la lectura que Derrida hace del
pasaje del diálogo de Platón en el que se muestra la tensión entre al voz y la escritura. De
este modo, los tres primeros capítulos del libro son una excelente introducción a la
interpretación del problema de cómo puede ser pensada la escritura en las ciencias sociales
abrazando los presupuestos derridianos.
Finalmente, el tercer aporte de este libro es generar un diálogo más amplio entre la
filosofía, las ciencias sociales y la literatura. Esta última es interpretada por nuestro autor,
siguiendo a Derrida, como un suelo nutricio que alimenta las preguntas que en las ciencias
sociales se generan en torno a cómo los investigadores se ven inmiscuidos en los relatos que
se generan desde la experiencia concreta. La literatura no es solo un recurso, es una
posibilidad de abrirse desde la polifonía del lenguaje a maneras novedosas de decir sobre la
relación con el Otro en la dimensión ética y política. Así, Valenzuela abraza a Derrida cuando
este asegura:
En todo caso, la literatura es en principio el derecho a decir algo, y es para gran beneficio
de la literatura que sea una operación a la vez política, democrática y filosófica, en la
medida en que la literatura permite formular preguntas que frecuentemente se reprimen
en un contexto filosófico. Naturalmente, esta ficcionalidad literaria puede, en el mismo
momento, hacer responsable a uno (puedo decir algo y, por lo tanto, no solo simplemente
digo lo que quiero, sino que planteo la pregunta de ante quién soy responsable), y hacerlo
irresponsable (puedo decir lo que quiera y decirlo bajo la forma de un poema, una ficción
o una novela). En esta responsabilidad de decir algo en literatura, hay una experiencia
política como la de saber quién es responsable, por qué y ante quién45.
Antes de terminar con esta presentación demasiado general del libro del profesor
Valenzuela, será necesario advertir que la única posibilidad de mi esfuerzo de escritura es
haber alentado a que cada uno de ustedes se entregue a la aventura de ser lectores y, a su vez,
escritores de una nueva trama; que sobre su propia experiencia como investigadores en
ciencias sociales se den la oportunidad de recrear acogiendo las huellas que nuestro autor ha
trazado. Pero que se tracen huellas no significa que el lector las deba seguir de forma ingenua;
por el contrario, quien lea el libro deberá estar dispuesto a enfrentarse a la imposibilidad del
envío, a la finitud de jamás poder decir que se posee a lo Otro y a sí mismo en el acto de
comprensión, el acontecimiento del sentido es un secreto del que no podemos decir. Al final
la escritura es una forma de resguardar el don, al Otro, al secreto de lo que está por-venir:
Quisiera no dirigirme derecho, directamente, sin correo, sino a ti, pero no lo logro y eso
es lo más hondo de la desgracia, una tragedia, amor mío de la destinación. Todo se torna
45
J. Derrida, Decostrucción y pragmatismo (Barcelona: Paidós, 2005), 156-157.
39
una vez más tarjeta postal, legible para el otro, aunque no entienda nada. Y si no entiende
nada, seguro en el momento de lo contrario, puede sucederte, a ti también, puedes no
entender nada, y entonces a mí también, y entonces no llegar, quiero decir, a tu lugar de
destino. Quisiera llegarte, llegar hasta ti, y corro, corro y caigo, todo el tiempo, de
zancada en zancada, porque habrá existido, tan pronto, mucho antes que nosotros46.
46
J. Derrida, La tarjeta postal (Madrid: Siglo XXI, 2006), 17.
Doctor en Filosofía, Magíster en Filosofía y Licenciado en Ciencias Sociales; profesor de la Universidad de
San Buenaventura y de la Pontificia Universidad Javeriana; miembro del grupo de investigación «Devenir».
Contacto: hermeneia18@gmail.com.
40
2.7. El Artículo
2.7.1 Definición
En el contexto académico universitario es posible definir un artículo como un medio escrito
de difusión del conocimiento perteneciente a una publicación seriada (revista) que, de manera
privilegiada, da a conocer el resultado de distintos procesos de investigación. Ahora bien, el
artículo debe responder en su contenido y en su forma a las políticas particulares de la revista
a donde se desee enviar o a las condiciones generales de una convocatoria de publicación. Y,
finalmente, aunque es posible encontrar diversas clasificaciones de artículos, además de los
que son resultado explícito de un proyecto investigación, también se cuenta con artículos que
se construyen a partir del ejercicio reflexivo (interpretativo, crítico o analítico) y con artículos
que privilegian el proceso de revisión documental desde diversas fuentes investigativas
disponibles47.
2.7.2. Características
Esencialmente un artículo deber ser pertinente académicamente e inédito. Para el caso
particular de esta guía, se proponen las siguientes características:
Anexo 7
Ejemplo de un artículo
47
Revista Franciscanum, consultada en febrero 1, 2019, https://revistas.usb.edu.co/index.php/Franciscanum.
Jaime Laurence Bonilla Morales, «Teología del Pluralismo Religioso: paradigma y frontera», Franciscanum
156, Vol. 53 (2011): 75-104.
Este artículo es fruto de las reflexiones dadas al interior del grupo Kairós y del seminario de investigación
sobre teología del pluralismo religioso, del programa de Licenciatura en Teología y de la Especialización en
Educación Religiosa Escolar, de la Universidad de San Buenaventura, Bogotá.
Licenciado en Filosofía y Licenciado en Teología por la Universidad de San Buenaventura, Bogotá,
Especialista en Pedagogía y Docencia Universitaria por la misma institución y Magíster en Filosofía por la
41
«La Frontera es el lugar propiamente fecundo del conocimiento»
Paul Tillich
Resumen
Son diversos los conceptos y las escuelas que hacen parte del amplio y novedoso panorama
de la Teología del Pluralismo Religioso. El presente artículo pretende profundizar en dichos
elementos y visiones, a través de una apropiación crítica de las propuestas de algunos
teólogos que han asumido esta forma particular de hacer teología. A partir de aquí se
plantean, de modo privilegiado, dos horizontes de reflexión muy particulares con los cuales
se interpreta la Teología del Pluralismo Religioso: el paradigma y la frontera.
Palabras clave
Teología del pluralismo religioso, paradigma, frontera, religión.
Abstract
There are various concepts and schools that are part of the comprehensive and innovative
overview of the Theology of Religious Pluralism. This article aims to delve into these
elements and visions, through a critical appropriation of the proposals of some theologians
who have taken this particular form of doing theology. From this arise, so privileged, two
very special reflection horizons with which to interpret the Theology of Religious Pluralism:
the paradigm and the border.
Keywords
Theology of Religious Pluralism, Paradigm, Border, Religion.
Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Es profesor, Coordinador de investigaciones y líder del grupo de
investigación Kairós, de la misma Facultad. Igualmente, es el Editor de la revista Franciscanum, de las
facultades de filosofía y teología. Contacto: JBonilla@usbbog.edu.co.
48
Cf. Zoltan Alszeghy y Mauricio Flick, ¿Cómo hacer teología? (Madrid: San Pablo, 1982), 99-126.
49
Entre las teologías del genitivo «mayores» estarían: teología de la secularización, teología de la muerte de
Dios, teologías de la praxis, teología de la esperanza, teología política, teología del progreso, teología de la
revolución, de la violencia o de la insurrección. Entre las teologías del genitivo «menores» se encuentran:
teología narrativa, teología estructural, teología lúdica, teología social, teología del proceso, teología después
de Hiroshima, teología ecuménica, teología de la experiencia mística, teología de la familia, teología de la
belleza, teología feminista, teología hombre-mujer, teología de la tierra, teología diacrítica o metateológica,
teología de los derechos del hombre, teología no ideológica, teología popular o natural, teología de la cruz,
42
clasificación de Berzosa fue ampliada o revisada por él mismo50, la forma como describió la
existencia de otras experiencias religiosas distintas a la cristiana, el encuentro efectivo entre
ellas, los horizontes de posibilidad del diálogo y una teología que fundamente este contexto
fue descrito en estos escuetos términos: teología interreligiosa.
Ahora bien, ¿es teología interreligiosa, sin ningún tipo de matización, lo que se propusieron
Tillich, Panikar, Knitter, Küng, Balasuriya, Dupuis y Vigil, entre otros?, ¿es posible
identificar, sin más, TPR con teología interreligiosa o teología de la religión?, ¿el propósito
consiste en estudiar la teología de las distintas religiones?, ¿acaso, será identificar los
elementos comunes existentes entre las teologías de varias religiones y la teología cristiana
para establecer una nueva religión común?, ¿acabar con la pluralidad y reducir las
experiencias religiosas a una sola de sus manifestaciones?, ¿o tal vez imponer la pluralidad
sacrificando todos los elementos particulares que configuran la propia identidad religiosa?
Estos interrogantes nos hablan de la necesidad de hacer claridad sobre la manera como los
conceptos51 reflejan el talante epistemológico, el lugar propio de la TPR y la experiencia
creyente.
Ante todo, es necesario afirmar que pluralidad de religiones, pluralismo religioso, teología
interreligiosa, diálogo interreligioso, teología del pluralismo religioso y teología cristiana del
pluralismo religioso, aunque sean expresiones similares, no se pueden confundir en el
despliegue contemporáneo de los estudios sobre el hecho religioso y la recreación
permanente de la teología.
teología ecológica, teología literaria, teología del imperio, teología terapéutica, teologías no cristianas, teología
postmoderna, contextual, interreligiosa y ecuménica, teología de los terceros mundos, teología contextual,
teología desde la posmodernidad. Cf. Raúl Berzosa Martínez, Hacer teología hoy: retos, perspectivas,
paradigmas (Madrid: san Pablo, 1994), 116-134.
50
Cf. Raúl Berzosa Martínez, ¿Qué es teología? Una aproximación a su identidad y a su método (Bilbao:
Desclée De Brouwer, 1999), 164-172. La clasificación cambia pues, aunque hace una rápida mención de la
división entre mayores y menores, en general reagrupa, deja de mencionar algunas e incluye otras: teología
postmoderna, contextual, interreligiosa y ecuménica; teología de los terceros mundos; teología contextual;
teología de la postmodernidad; teología feminista; teología en clave psicoanalítica.
51
A propósito de la necesidad de aclarar los conceptos, el profesor Carlos Miguel Gómez Rincón afirma: «La
situación única del pluralismo religioso contemporáneo implica una crisis de los conceptos y las categorías
básicas mediante las cuales, en otros tiempos, en Occidente, era posible concebir las relaciones entre verdad y
“religión”, “religión” e historia, universalidad y diferencia, otredad y proyecto social.» Cf. Diálogo
interreligioso. El problema de su base común (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2008), 103.
43
consciente del encuentro entre el ámbito político y el ámbito religioso, presenta la siguiente
definición:
En el marco de esta pregunta, también es posible reconocer que la teología tiene, cada vez
más, conciencia de su pluralidad y pluralismo, según la diversidad de métodos, los énfasis
que acompañan su objeto de estudio y aquellos escenarios que se quieren transformar. La
teología es plural porque los contextos son plurales, porque no es posible configurar un
acercamiento hacia lo que llamamos «realidad», sin evidenciar los diversos elementos que la
constituyen, la complejidad que la caracteriza y que, de una u otra forma, genera cambios
epistemológicos, un cambio «lleno de consecuencias prácticas, de nuevas posturas que se
están produciendo, de forma irrevocable, en nuestros días»53. Desde este punto de vista, en
palabras del P. Alberto Múnera:
52
Daniel H. Lavine, «Pluralidad, pluralismo y la creación de un nuevo vocabulario de derechos», América
Latina Hoy 41 (2005): 20.
53
Luis Carlos Susín, «Aparición y urgencia del nuevo paradigma pluralista», Concilium 319 (2007): 8.
54
Alberto Múnera S.J., «Teología en frontera», Revista Javeriana 754 (2009): 52. Este artículo hace especial
énfasis en el diálogo fronterizo entre la teología y la ciencia.
55
Cf. V. Boublik, Teologia delle religioni, (Roma: Studium, 1973). Citado por Jacques Dupuis, Hacia una
teología cristiana del pluralismo religioso (Santander: Sal Terrae, 2000), 14-15.
44
antropología y psicología de la religión56; tampoco como una teología «neutral» que busca
la igualdad de las religiones sin argumentos, sin intencionalidades y sin contextos. Aunque,
ciertamente, la teología aprende y se vale de estas otras ciencias en un ejercicio permanente
de apertura y diálogo. Tal vez sea esta una de las razones que hacen de la teología una
disciplina cada vez más plural.
-Imposible la convivencia humana sin una ética planetaria entre las naciones;
-Imposible la paz entre las naciones sin una paz entre las religiones;
-Imposible la paz entre las religiones sin un diálogo de las religiones58.
En segundo lugar, podemos mencionar diversas obras de Juan José Tamayo Acosta, tales
como Nuevo paradigma teológico, en donde presenta el «horizonte interreligioso» como el
fundamento para el diálogo entre las diversas religiones, de tal manera que sólo así ellas
puedan dejar de ser fuente de conflicto, no se anquilosen y, por el contrario, se abran a las
necesidades del mundo desde una praxis liberadora y desde una espiritualidad interreligiosa
que tenga como horizonte común la mística60. Asimismo, en Fundamentalismos y diálogo
entre religiones a través del panorama creyente que se cierne sobre el inicio del siglo XXI,
presenta de manera crítica las diversas teorías de la secularización, cómo a pesar de lo
pronosticado por muchas personas y corrientes de pensamiento las religiones se mantienen y
se renuevan, para luego especificar diversas formas de fundamentalismo religioso, su
relación con las dinámicas económicas, con teorías como la del choque de civilizaciones de
Samuel Huntington61, continuando con la presentación particular del diálogo entre el
cristianismo y el islam, las dificultades que se dan al interior de la iglesia católica para aceptar
56
Cf. Vicente Martín Pindado (Coord), El hecho religioso. Datos, estructura, valoración (Madrid: Editorial
CCS, 1996), 14.
57
Cf. Hans Küng, Proyecto de una ética mundial (Madrid: Editorial Trotta, 2003).
58
Ibíd., 167.
59
Cf. Hans Kügn, ¿porqué una ética mundial? Religión y ética en tiempos de globalización (Barcelona: Herder,
2002), 9.
60
Cf. Juan José Tamayo Acosta, Nuevo paradigma teológico (Madrid: Editorial Trotta, 2003), 51-64.
61
Cf. Samuel Hontington, El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial (Barcelona:
Paidós, 2005).
45
el diálogo interreligioso, cómo está en estrecha relación con los Derechos Humanos y termina
con algunas tareas y desafíos concretos62.
Y, en tercer lugar, retomamos a Andrés Torres Queiruga, que opta por hablar del diálogo de
las religiones pero, de manera muy particular, a través de la autocomprensión cristiana. Aquí
se reconocen los diversos enfoques que se han privilegiado en la compleja relación entre las
religiones: exclusivismo, inclusivismo y pluralismo. Y aunque Torres Queiruga no se siente
totalmente cómodo con ninguna de estas, declara una cierta afinidad con la segunda e
inclinación por la tercera. Desde esta perspectiva, considera que el diálogo se puede realizar
de modo «situado», es decir, desde el propio contexto, pero sin privilegios, esto es, sin
soberbia egocéntrica63. Para realizar esta tarea, en doble dirección, manifiesta cómo entiende
la plenitud y la definitividad de la revelación cristiana, para posteriormente dar diversas
pautas sobre cómo hacer posible el encuentro entre las religiones, específicamente a través
de su propuesta del teocentrismo jesuánico y de la inrreligionación64.
62
Cf. Juan José Tamayo Acosta, Fundamentalismos y diálogo entre religiones (Madrid: Editorial Trotta, 2004).
63
Cf. Andrés Torres Queiruga, Diálogo de las religiones y autocomprensión cristiana (Santander: Editorial Sal
Terrae, 2005), 22-29. Igualmente, es posible acceder a una explicación de la inreligionación en: Andrés Torres
Queiruga, «Cristianismo y religiones: “inreligionación” y cristianismo asimétrico», Relat 241 (1997),
consultada en abril 3, 2009, http://servicioskoinonia.org/relat/241.htm.
64
Cf. Andrés Torres Queiruga, Diálogo de las religiones y autocomprensión cristiana.
65
Otra forma de utilización de estas expresiones, que también pueden generar cierta confusión en este marco
de discusión, se da cuando algunos teólogos le añaden un adjetivo para describir una religión o una tradición
religiosa en particular, tal como sucede, por ejemplo, con la teología de la religión afroamericana. Aunque
también puede generar claridad sobre un estudio más especializado: Cf. Antonio Aparecido Da Silva,
«Pluralismo religioso y tradiciones religiosa afroamericanas», en Desafíos del pluralismo religioso a la teología
de la liberación (Quito: Verbo Divino, 2003), 61-75.
46
correspondiente…[es] perfectamente capaz de examinar críticamente los asertos
de las tradiciones religiosas66.
Así, al argumentar cómo la religión es constitutiva a todos los seres humanos, atribuye a la
antropología una prioridad metodológica, no material, de tal modo que le da el «rango
teológico-fundamental de ser la base de la teología de la religión»67. Por eso, también
conviene recordar que este teólogo menciona que la teología de la religión debe tratarse, de
manera provisional, desde la teología sistemática, no sólo desde la misionología y la ciencia
de las religiones, como tradicionalmente venía sucediendo, pues la teología sistemática se
fundamentaría igualmente en la antropología68. Así, la teología de las religiones como ciencia
de las religiones, tendría como sustento una teología de la religión o antropología religiosa.
Sin embargo, actualmente la teología de las religiones es comprendida como el estudio que
conlleva al encuentro de las diversas experiencias religiosas e intenta dar una solución
orgánica a los problemas que dicho encuentro o desencuentro plantea, desde la fe, el culto,
la moral o la doctrina propia. Se trataría de una «búsqueda de la comprensión del significado
del pluralismo religioso en los designios de Dios para la humanidad»69.
Este último concepto es similar al de la TPR, que asume generalmente la pluralidad religiosa
propia del ámbito creyente, aunque reconocemos con Luis Carlos Susín que dicho pluralismo
puede generar ambigüedad:
En este conjunto de términos aparece la teología «cristiana» del pluralismo religioso, según
la propuesta de Jacques Dupuis, que estudia las diversas tradiciones religiosas en su relación
con el misterio de Jesucristo y con la Iglesia cristiana, no sólo como la conjunción de una
teoría general de las religiones, pues cada vez son más comunes las teologías cristianas del
66
Wolfhart Pannenberg, Teoría de la ciencia y teología (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1981), 372.
67
Wolfhart Pannenbarg, Teología Sistemática. Vol I. Trad. Juan A. Martínez Camino (Madrid: UPCO, 1992),
169, nota 120.
68
Wolfhart Pannenberg, Teoría de la ciencia y teología. op. cit., 429.
69
Faustino Teixeira, «El desafío del pluralismo religioso a la teología latinoamericana», en Desafíos del
pluralismo religioso a la teología de la liberación (Quito: Verbo Divino, 2003), 125. Cf. Faustino Teixeira,
Teología de las religiones (Quito: Editorial Abya Yala, 2005). Otra sería la propuesta de Paul Knitter, que en
cierta medida en uno de sus últimos libros introduce a las «teologías de las religiones», más consciente
directamente de la diversidad de escuelas y propuestas, junto con un intento de respuesta desde el marco de la
teología cristiana. Igualmente, a través de toda la obra de Knitter y su «evolución», es posible afirmar que él se
caracteriza por un intento de dar respuesta a tres urgencias: la pluralidad de religiones, la cruda pobreza y la
destrucción del planeta. Cf. Introducción a las teologías de las religiones (Navarra: Editorial Verbo Divino,
2007).
70
Luis Carlos Susín, «Aparición y urgencia del nuevo paradigma pluralista», Concilium 319 (2007): 9.
47
pluralismo religioso que responden a un diálogo concreto con una de tantas religiones, para
dar respuesta a una problemática coyuntural71. Desde este punto de vista la teología cristiana
del pluralismo religioso es una teología interreligiosa, que se funda en la pluralidad.
Posteriormente, este teólogo insiste en la necesidad de pensar esta propuesta no como una
nueva rama o una parte más del saber teológico, sino como una nueva teología. Así, ya no
sería posible clasificarla entre las teologías del genitivo, ocupada particularmente de las
religiones o el hecho religioso como materia u objeto de estudio. Por el contrario, se estaría
así planteando una nueva forma de la teología que trataría de todo, abordaría la totalidad de
la teología y no una sola parte75.
71
Cf. Jacques Dupuis, Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso, 22- 25.
72
Antes de abordar directamente a José María Vigil, también vale la pena referenciar otras múltiples formas de
dar a conocer la TPR por otros teólogos: Cf. AA.VV., Por los muchos caminos de Dios II. Hacia una teología
cristiana y latinoamericana del pluralismo religioso (Quito: Ediciones Abya-Yala, 2004); AA.VV., Por los
muchos caminos de Dios III. Teología latinoamericana pluralista de la liberación (Quito: Ediciones Abya-
Yala, 2006); AA.VV., Por los muchos caminos de Dios IV. Teología liberadora intercontinental del pluralismo
religioso (Quito: Ediciones Abya-Yala, 2006); AA.VV., Por los muchos caminos de Dios V. Hacia una teología
planetaria (Quito: Ediciones Abya-Yala, 2010).
73
Sobre esta temática también se puede profundizar en: Josep Ma Rambla, «La irrupción del diálogo
interreligioso dentro de la Iglesia», en AA.VV. Universalidad de Cristo. Universalidad del pobre (Santander:
Editorial Sal Terrae, 1995), 83-102. Igualmente, vale la pena recordar que Raimon Panikkar promueve una
concepción del «intradiálogo», de tal manera que este sería el horizonte a través del cual es posible el diálogo
interreligioso, no como una etapa previa sobre la religión propia para luego entrar en comunicación con las
demás, sino como la disposición religiosa inherente a cualquier diálogo entre las religiones. Cf. «Diálogo
intrarreligioso», en Juan José Tamayo, Dir. Nuevo diccionario de teología (Madrid: Trotta, 2005).
74
Cf. José María Vigil, Teología del pluralismo religioso. Curso sistemático de teología popular (Quito:
Editorial Abya Yala, 2004). Aunque hay otras propuestas que son mucho más insistentes en el paso del diálogo
a la praxis o «diapraxis»: Cf. José Ignacio González Faus, «Religiones de la tierra y universalidad de Cristo.
Del diálogo a la diapraxis», en AA.VV. Universalidad de Cristo. Universalidad del pobre, op. cit., 103-143.
75
Cf. José María Vigil, «El paradigma pluralista: tareas para la teología. Hacia una relectura pluralista del
cristianismo», Concilium 319 (2007): 40. Sobre este mismo autor llama la atención que en algunas ocasiones
se vale del concepto de paradigma para hablar de los cambios que se dan en una teología tan particular como la
teología de la liberación: «¿Cambio de paradigma en la Teología de la Liberación?», Alternativas 8 (1997): 27-
46. Y, finalmente, que al momento de plantear un nuevo paradigma como la Teología del Pluralismo Religioso,
de manera provocativa anuncia el paradigma que lo sucederá y que denomina «posrreligional», respondiendo a
un nuevo estilo de espiritualidad. Cf. José María Vigil, «El paradigma pluralista: tareas para la teología. Hacia
una relectura pluralista del cristianismo», 47-48.
48
Según lo anterior, la propuesta de Vigil se considera como una nueva forma de hacer teología,
no una teología sectorial, pues «trata de releer todo el universo teológico, como conjunto y
en cada una de sus ramas»76 y, desde esta perspectiva, se configura como un paradigma, en
la común utilización del término nacido en el seno de la filosofía de las ciencias, pues esta
teología afecta a la sociedad y en ella a la experiencia religiosa y a la comunidad teológica,
no consiste en un simple «cambio lateral, parcial, o sectorial… sino trasversal, total. Una
reconversión»77 del conjunto de la teología.
Juan José Tamayo también propuso hace unos años un Nuevo paradigma teológico, que
consistía en la formulación genérica de una serie de horizontes capaces de dar una respuesta
pertinente tanto al primer como al tercer mundo. El nuevo paradigma no era una nueva
teología, salida de la nada, sino la conjunción de las teologías que han nacido en cada
contexto y que se oponen, cada una desde sus particularidades, al viejo paradigma
dogmático78.
Esa es la pregunta que queda latente ante el paradigma de la TPR, pues si «todo estudio de
una investigación dirigida a los paradigmas o a destruir paradigmas debe comenzar por
localizar al grupo o los grupos responsables»81, ¿cuál será entonces el grupo que asumirá y
liderará, desde la madurez paradigmática, esta nueva concepción?, ¿quiénes asumirán el
sacrificio?, ¿qué escuelas teológicas, qué comunidades de base, qué congregaciones, qué
grupo humano, qué individuo?
Lo cierto es que la identificación que hace Kuhn de las posibles reacciones, frente a las crisis
que se generan en el normal ejercicio de las revoluciones científicas, pueden ser dicientes
ante lo que está sucediendo y está por suceder en el ejercicio de aceptación académica y
pastoral de la TPR. Kuhn identificó que la respuesta de las comunidades puede consistir en
76
Cf. José María Vigil, «El paradigma pluralista: tareas para la teología. Hacia una relectura pluralista del
cristianismo», 41.
77
Cf. José María Vigil, «El paradigma pluralista: tareas para la teología. Hacia una relectura pluralista del
cristianismo», 46.
78
Cf. Juan José Tamayo Acosta, Nuevo paradigma teológico.
79
Thomas S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas (Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 2000),
271.
80
Thomas S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, 275.
81
Thomas S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, 276.
49
abandonar el nuevo paradigma y replegarse al cómodo paradigma reinante, ya conocido y
que no obliga a desacomodarse a lo acostumbrado (1), dejar la tarea pendiente hasta que
alguien más u otra comunidad lo formule con mayor precisión, en una nueva época (2) 82, o
que efectivamente se asuma con madurez y se reemplace al anterior, sin la necesidad de
considerar que el paradigma es un exacto resultado acumulativo (3)83.
Igualmente, releyendo a Kuhn, a través de Luis Pérez Aguirre sj, asumimos dos razones por
las cuales es pertinente el estudio de la teología a través de la teoría de los paradigmas:
82
Sobre la posible diferenciación entre el paradigma y cambio de época: Cf. Carlos Palacio, «¿nuevos
paradigmas o fin de una era teológica?», Relat 227, consultada en noviembre 22, 2010,
http://www.servicioskoinonia.org/relat/227.htm.
83
Cf. Carlos Palacio, «¿nuevos paradigmas o fin de una era teológica?», 128-148. 278.
84
Luis Pérez Aguirre sj, «Ciencias teológicas y concepto de paradigma», Polis, revista académica 17 (2007),
consultada en febrero 9, 2009, http://www.revistapolis.cl/17/perez.htm.
85
René Latourelle, «Teólogo y la teología fundamental», en René Latourelle y Rino Fisichella, dir. Diccionario
de teología fundamental (Madrid: San Pablo, 1992), 1504.
50
Igualmente, desde el propósito de dar argumentos pertinentes y creíbles desde la teología, a
partir de la teoría de la ciencia, Helmut Peukert considera que la teología fundamental es:
Según estas concepciones, cuando la TPR es asumida como teología fundamental, toda la
teología se transforma y se hace necesario repensarla en función del pluralismo religioso, de
la reafirmación de la identidad cristiana y católica, en nuestro caso, y la apertura a la
diversidad religiosa. Esta teología plantea posiciones, explicaciones y proposiciones, de
manera coherente, creíble y dialogante. Por ello, la TPR como teología fundamental da cabida
a la TPR como nuevo paradigma.
86
Helmut Peukert, Teoría de la ciencia y teología fundamental. Análisis del enfoque y de la naturaleza de la
formación de la teoría teológica (Barcelona: Herder, 2000), 2-3.
87
Cf. Gaston Bachelard, Epistemología (Barcelona: Anagrama, 1973).
88
Cf. Esther Díaz, «Las imprecisas fronteras entre vida y conocimiento», Perspectivas metodológicas Nº 5
(2005), consultada en marzo 4, 2010, www.estherdiaz.com.ar/textos/bachelard.htm#_edn11. Es posible
encontrar similitud con la teoría de Thomas S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas.
51
general, de frontera como determinando los límites de cierto género de conocimiento»89. El
primer modo descrito haría referencia a la frontera como el límite de posibilidades del género
humano para acceder al conocimiento en general, ya por limitaciones humanas, la infinitud
del objeto de conocimiento o cualquier otra imposibilidad. El segundo modo haría referencia
a la frontera como el límite del conocimiento de una ciencia o disciplina en particular, como
aquello que circunscribe o determina la posibilidad de acceder al conocimiento de algo
concreto.
No obstante, Bachelard rechaza la idea de una frontera absoluta, «pero no porque estime que
la ciencia carece de límites, sino porque considera que trazar una frontera equivale ya a
traspasarla […] Así, la frontera representa un corte, pero uno que está destinado a ser
eliminado»90.
Si se asume este presupuesto filosófico en la TPR, esta forma de hacer teología implicaría
pensar la frontera en dos sentidos. El primer sentido haría referencia a la frontera misma de
la teología en su relación con el ejercicio del conocer, entendido aquí en el sentido racional,
en donde se ponen en evidencia los límites de la experiencia religiosa y la fe, o dicho de otra
forma, la imposibilidad humana de plantear constructos racionales sobre los múltiples
elementos que componen el misterio divino y las expresiones religiosas. El segundo sentido
haría referencia a la frontera o el límite del conocimiento de otras tradiciones religiosas, desde
la teología cristiana del pluralismo religioso, si bien nuestra manera de hacer teología está
mediada por el propio contexto, por intereses particulares y un lenguaje específico.
De una parte, esta actitud puede promover un espacio negativo frente al pluralismo religioso,
en cuanto es asumida por una religión particular, que reafirmaría la pureza de la propia fe, la
perfección de los elementos que configuran la propia tradición, excluyendo sin mayores
profundizaciones y consideraciones a las demás, sin manifestar la necesidad de valorar
elementos o experiencias presentes en otras religiones, sin interesarse por asumir la
pluralidad de facto. Ahora bien, esta actitud no siempre condena necesariamente y
conscientemente a los demás, sino que concibe su propia experiencia como expresión
suficiente de religiosidad.
89
Ferrater Mora, Diccionario de filosofía, A-D (Barcelona: Ariel, 1994), 701.
90
Ferrater Mora, Diccionario de filosofía, A-D, 701.
91
Raimon Panikkar, Religión y religiones (Madrid: Editorial Gredos, 1965), 26.
52
De otro lado, según la actitud centrípeta, es posible evidenciar un espacio propicio para el
conocimiento mutuo, por lo que la experiencia profunda de cada religión, en fidelidad y en
conversión efectiva, puede llevar a la unidad trascendente, posibilitando en muchos sentidos
el encuentro interreligioso. Las religiones se dirigirían así hacia el centro común a todas ellas,
desde la valoración y la praxis impulsada por la propia identidad, sin esto motive
necesariamente hacia una dinámica confusa, sincrética o ecléctica.
Las segundas actitudes expuestas o centrifugalismo hacen énfasis en los ideales de paz,
fraternidad y salvación universal, relativizando las creencias particulares de las religiones,
por lo que la verdadera religión es suprarreligiosa o será una religión futura purificada, según
lo expresa Panikkar. El aspecto negativo de un centrifugalismo está dado en cuanto «declara
la guerra a las religiones […] como grupos humanos peligrosos y de limitados horizontes,
pero alaba a la vez la excelencia y necesidad de la religión purificada de sus creencias,
iglesias, ritos y confesiones»92. Se trata de un rechazo frontal a las instituciones y
organizaciones para optar por una experiencia religiosa individual93. El aspecto positivo de
esta actitud se reconocería en la predilección por un espíritu universal y una verdad sin
límites, que supera el rito y el culto específico de cada una de las religiones.
Esta actitud centrípeta y centrífuga, son también puestas en mayor evidencia por el teólogo
Andrés Torres Queiruga desde una tensión dialéctica del encuentro:
De otro lado, Panikkar también aboga por un acercamiento dialéctico. Para ello propone la
afirmación: «todas las religiones son lo mismo», con lo que inmediatamente llama la atención
por la contradicción evidente entre los términos, pues si las religiones son lo mismo no
tendría razón de ser hablar de religiones, en plural, sino de una sola religión, en singular, pues
son lo mismo, es una sola realidad o expresión de la relación humano-divina. Igualmente
podría implicar, entonces, que lo que nosotros conocemos como religiones realmente no lo
sean. Esto significa un cambio en las definiciones de esta afirmación. «El concepto
‘religiones’ está entendido como varias religiones históricas existentes, y el concepto ‘lo
mismo’ está tomado en el predicado como la quintaesencia del concepto expresado al sujeto.
Es decir: todas las religiones son esencialmente una, pero mientras sean consideradas
‘religiones’ precisamente no son ‘lo mismo’»95.
92
Raimon Panikkar, Religión y religiones, 31.
93
Aunque el presente artículo tiene otros intereses, sería necesario sería necesario analizar las posibilidades,
límites y consecuencias de privilegiar o no el individuo sobre las instituciones.
94
Andrés Torres Queiruga, Diálogo de las religiones y autocomprensión cristiana (Santander: Sal Terrae,
2005), 11.
95
Raimon Panikkar, Religión y religiones, 34.
53
De este modo, también se puede afirmar con Panikkar que la forma como se acepte la
posibilidad de existencia de una religión o muchas religiones dependerá de la forma como se
conciba el pensamiento: esencial o existencial. Desde el pensamiento esencial se privilegia
el concepto, por lo que sólo hay una esencia de la religión expresada en varias religiones:
Religión. «El pensamiento esencialista hará resaltar el hecho de que solo hay una religión
porque sólo hay un concepto de religión, algo que nos permite llamar a una cosa religión»96.
Una interpretación maximalista de este pensamiento implica que sólo hay una religión, la
que cada cual vive o experimenta, mientras que una interpretación minimalista afirmará no
que una religión sea verdadera, sino que la religión es verdadera.
En síntesis, para Panikkar, «la religión no es solamente una esencia ni tampoco una existencia
perfecta. Es un hecho humano complejo que comprende a Dios y al cosmos en el estado
temporal de nuestro ser peregrinante»97, por lo que aquí el concepto de frontera aplicado a la
religión, consistiría más en una vía comunicante que en una barrera. Por esta razón, la religión
refleja que comparte con el mundo el carácter de complexus, expresado por la teoría del
pensamiento complejo de la contemporánea teoría de Edgar Morin, que no es cerrado ni
univoco ni excluyente, sino abierto, dialógico e incluyente98.
96
Raimon Panikkar, Religión y religiones, 35.
97
Raimon Panikkar, Religión y religiones, 37.
98
Cf. Edgar Morin, Introducción al pensamiento complejo (Barcelona: Editorial Gedisa, 2005).
99
Estas afirmaciones pueden remitir, ciertamente, al círculo hermenéutico heideggeriano, como el despliegue
de las posibilidades del ser, que va desde la disposición afectiva y la comprensión, hacia la interpretación y el
lenguaje, que genera una nueva comprensión y una nueva interpretación, en un movimiento permanente de
aperturidad. Cf. Martin Heidegger, Ser y Tiempo (Madrid: Editorial Trotta, 2009).
100
Cf. Jacques Dupuis, Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso, 34-35.
54
En esta propuesta hermenéutico-teológica del pluralismo religioso se pueden explicitar dos
grandes corrientes o maneras de hacer teología. En primer lugar, están quienes de manera
deductiva parten de las afirmaciones de la Sagrada Escritura o del magisterio, de las
afirmaciones de fe y, según lo que de allí se deduzca, se relacionan de una u otra manera con
las religiones no cristianas. En segundo lugar, están quienes de manera inductiva se acercan
o caen en la cuenta de la pluralidad del hecho religioso, empiezan con la praxis del diálogo
interreligioso (no necesariamente de las grandes religiones)101 y seguidamente hacen
acercamientos y propuestas teológicas.
La síntesis de estas dos tendencias es planteada por Paul Knitter como «método teológico
global»: «su movimiento recíproco aseguraría el encuentro indispensable entre el dato de la
fe y la realidad viva del pluralismo religioso»102, que está en plena consonancia con la TPR,
por lo que la frontera estaría bien fundamentada, pero abierta y dialogante. Y así, el horizonte
de la frontera queda aún más expedito, para ser recorrido por quien asuma o se acerque desde
estos presupuestos103.
Para ello, en primer lugar, nos valemos de la lectura de Javier Melloni, que a su vez retoma
la expresión de una estructura Cosmo-te-andrica (cosmos-theos-andros) de Raimon Panikkar,
para proponer tres tipos de religión-revelación (Religiones cósmicas o de la naturaleza; las
religiones teístas, de un Dios trascedente de carácter personalista; y las religiones interiores
u oceánicas, que combinan tanto trascendencia como inmanencia104. Del mismo modo, es
posible recordar las clasificaciones de R. C. Zaehner (religiones místicas y religiones
proféticas), de Xabier Pikaza (del cosmos, de la interioridad y de la historia) y de A. Dulles
(cinco modelos de revelación: «el proposicional, a partir de la presentación de una doctrina;
el histórico, a partir de acontecimientos fundantes que han sucedido; como experiencia
interna; como presencia-ausencia y como nueva conciencia»)105.
101
Aquí diferenciamos entre el contexto latinoamericano y el europeo, pues en el primero hay expresiones
religiosas en crecimiento o mutación, que no corresponden totalmente con las llamadas grandes religiones, que
sí están presentes de manera representativa en la segunda.
102
Jacques Dupuis, Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso, 36. Cf. Paul Knitter, No other Name?
A critical survey of Christian Attitudes toward the worl religions, (New York: Orbis Books, 1985).
103
Conviene referenciar una lectura sobre la forma como Paul Knitter asumió el pluralismo religioso: Cf. Albert
Moliner Fernández, Pluralismo religioso y sufrimiento ecohumano. La contribución de Paul F. Knitter al
diálogo interreligioso (Quito: Editorial Abya-Yala, 2006).
104
Cf. Javier Melloni, Vislumbres de lo real: religiones y revelación (Barcelona: Herder, 2007), 23.
105
Cf. Javier Melloni, Vislumbres de lo real: religiones y revelación.
55
del eclesiocentrismo al cristocentrismo, así como del cristocentrismo al teocentrismo106, en
donde se ubican diversos teólogos que han repensado esta frontera.
Por otro lado, los gestores del TPR están ubicados en una frontera propia, la de la aceptación
o el rechazo de la comunidad académica teológica y la aceptación o el rechazo de la
comunidad de fieles, y los de la constitución o la disolución de dicha comunidad que acoge
o repele el paradigma. Esta frontera se ha quebrantado con frecuencia en los últimos años y
no son pocos los que han sido llamados al orden por hacer parte del nuevo paradigma o
trasgredir las fronteras. Después de todo, reconocemos:
106
Paul Knitter, «El cristianismo como religión absoluta. Perspectiva católica», Relat 323 y en Concilium 156
(1980): 329-347.
107
Una lectura más amplia del concepto de frontera, fundado en una lectura teológica y aplicado al ámbito
religioso, político, social y cultural se puede encontrar en: AA.VV., Concilium 280 Trasgresión de fronteras:
¿surgimiento de nuevas identidades?, abril (1999).
108
Cf. Paul Tillich, En la frontera (Madrid: Studium, 1971), 11-57. Un texto en el que se recuerda la opción de
frontera de Tillich es: Silvano Bienchetti, Paul Tillich (Madrid: San Pablo, 2006). De otra parte, queremos
referenciar aquí a un denominado teólogo de frontera: «situado en la frontera, incluso en la “otra orilla”, lejos
de todo dogmatismo, abierto a la crítica histórica, a la búsqueda honrada de las fuentes y del argumento limpio
y convincente, a la verdad sobria que no elude la duda ni, en más de un momento, el silencio. Y un teólogo, al
mismo tiempo, interpelado siempre hondamente por el clamor de la tierra, por los interrogantes que se elevan
desde el sufrimiento y la desesperanza de los hombres excluidos y abatidos, desde el mundo de las víctimas, la
otra cara de la laicidad […] teólogo “de frontera”, única posibilidad aceptable para él. La realidad de Dios, si
existe, es misterio, realidad “problemática”, sostiene de nuevo aquí como lo ha hecho en sus escritos
anteriores.»: Cf. Juanjo Sánchez, Éxodo: revista del centro Evangelio y Liberación 80 (2005), consultada en
junio 13, 2009, http://www.exodo.org/spip.php?article155. Y, finalmente, ponemos otro ejemplo, en este caso
a Juan José Tamayo Acosta, en una entrevista: «Pero siempre rompí moldes, siempre estuve en el límite, en la
frontera. Yo he sido un ciudadano, un teólogo, un pensador de frontera, que es un lugar donde yo mismo me he
colocado porque me parece que es donde te puedes sentir libre para ir de un sitio a otro y no quedar enjaulado
en un solo lado». Marta Iglesias, «Entrevista a Juan José Tamayo Acosta: teología en la Frontera», Revista
Fusión (2004), http://www.revistafusion.com/2004/febrero/entrev125.htm.
56
Un teólogo de frontera se coloca en un lugar nada cómodo y resulta crítico,
molesta a muchos y suscita recelos. Un teólogo de frontera explora caminos
nuevos, siempre discutibles, pero la tarea es imprescindible cuando se vive y se
trabaja dentro de una institución como es la Iglesia católica, que tiene
poderosísimas inercias históricas y grandes resistencias al cambio109.
Desde esta perspectiva, los teólogos y teólogas que se comprometen con la TPR tienen varios
retos, entre los que queremos resaltar:
4. Estar dispuesto a una real y necesaria metanoia, «que propicie un triple mecanismo
de purificación: de la memoria, del lenguaje y del conocimiento teológico»110, como
lo propone Fauxtino Teixeira al releer a Jacques Dupuis.
109
Rafael Aguirre, «Libertad Conquistada. Memorias», El correo digital-Aula de cultura virtual, Bilbao, 2 de
noviembre de 2003, consultada en junio 5, 2009,
http://servicios.elcorreodigital.com/auladecultura/hans_kun1.html. Sin embargo, aquí consideramos que no
vale la pena hacer énfasis en un juicio negativo y cerrado sobre la misma institución, pues esto equivaldría a
desconocer los esfuerzos, dinamismos o propuestas que permanentemente están surgiendo y que abren las
fronteras.
110
Faustino Teixeira, «El pluralismo religioso como nuevo paradigma para las religiones», Concilium 319
(2007): 30.
111
Paul Tillich, La dimensión perdida: indigencia y esperanza de nuestro tiempo (Bilbao: Desclée De Brouwer,
1970), 13.
57
6. Hacer efectiva la compasión, en todo momento, según Tisa Balasuriya, pues esta «no
conoce los límites de la religión ni los límites o fronteras entre las religiones. Extra
misericordiam, nulla salus»112.
9. Junto con José María Mardones recordamos que sigue vigente el reto de argumentar
teológicamente un asunto, entre otros tantos, de delicada frontera, que consiste en la
pregunta por la salvación: «Hay salvación en las demás religiones, como reconoce el
Vaticano II y, sin embargo, no es superfluo el cristianismo ni su diferencia ¿Cómo
compaginar ambas cosas?»115
10. Queda todo un camino por recorrer, pues la TPR implica una conciencia clara de la
relación paradigma-frontera. Dadas así las cosas, el paradigma tiene unas fronteras y,
al mismo tiempo, amplía las fronteras comunes o tradicionales. Y si se concibe que
la frontera es el paradigma, consecuentemente con lo hasta aquí afirmado, la TPR no
puede erigirse como el primero, ni como el último, ni como el mejor paradigma, sino
como un horizonte pertinente, pero provisional, que está por construirse.
En este panorama la TPR, más allá de las actuales propuestas aceptadas o rechazadas por la
comunidad académica y creyente, y en el desafío de pensarla como paradigma o como
frontera, lanza directamente a una tarea pendiente y permanente, que implica riesgo, seriedad,
creatividad y compromiso. Y, finalmente, las fronteras o los límites del ejercicio constante y
concreto del acontecer de esta teología, así como su inclusión o aceptación como paradigma,
ciertamente solo estarán dados a partir de la opción metodológica y existencial que elija cada
individuo y cada comunidad, en el ámbito creyente y académico.
112
Tisa Balasuriya, «Las religiones, en especial el cristianismo, ante el futuro», Concilium 319 (2007): 26.
113
José Amando Robles, «La religión, ¿un mapa para la salvación? Algunos cambios epistemológicos»,
Concilium 319 (2007):105.
114
Carlos Miguel Gómez Rincón, Diálogo interreligioso. El problema de su base común, 61.
115
José María Mardones Martínez, «Razón moderna y fe cristiana. Propuestas pastorales», Franciscanum 141
(2005): 40.
58
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61
2.8. El Mapa conceptual
En este sentido, se considera que los mapas conceptuales, como estrategia, son coherentes
con la intencionalidad formativa y con los referentes pedagógicos de los programas,
asumiéndolos como una de las formas de apropiación del conocimiento.
Esta definición permite encontrar una matriz articuladora con la intencionalidad formativa,
con el referente epistemológico y con el referente pedagógico, ya que la elaboración de un
mapa conceptual debe permitir la construcción y lectura de una red proposicional, que
funcione como evidencia de la relación lógica y significativa entre dos o más afirmaciones
presentes en un «concepto».
116
Virgilio Hernández Forte, Mapas Conceptuales. Gestión del conocimiento en la didáctica (México: Editorial
Alfaomega, 2007), 52.
117
Cf., Virgilio Hernández Forte, Mapas Conceptuales. Gestión del conocimiento en la didáctica, 61.
62
2.8.3. Definición y características de los conceptos
«Un concepto es una generalización de objetos o eventos, extraídos por medio del examen
de ejemplos u ocurrencias específicas, es una concepción general abstracta»118. Sus
características son:
Una relación siempre es cualificada por una expresión de valor lógico, que conceda
claridad sobre las condiciones de comprensión de la misma relación. Por eso es posible
hablar de tipos de relación que determinan la intencionalidad del mapa conceptual121:
118
Cf., Virgilio Hernández Forte, Mapas Conceptuales. Gestión del conocimiento en la didáctica, 63.
119
Virgilio Hernández Forte, Mapas Conceptuales. Gestión del conocimiento en la didáctica, 63.
120
Cf., Virgilio Hernández Forte, Mapas Conceptuales. Gestión del conocimiento en la didáctica, 64.
121
Virgilio Hernández Forte, Mapas Conceptuales. Gestión del conocimiento en la didáctica, 67.
63
Causa-efecto (es el caso de la relación en la que la causa es necesaria para que se produzca
el efecto, sin tener en cuenta la suficiencia / influencia de la causa), por ejemplo:
«ocurrió en»
«ocurrió antes de»
«ocurrió en el»
«no ocurrió antes de»
«ocurrirá en el»
Atributo (expresa característica, manera, nombre, rol, posesión, constancia), por ejemplo:
«se llama»
«posee»
«es»
«tiene característica»
64
Los tipos de relación también pueden incluir un término «modificador», añadiendo una
condición de probabilidad, certeza, incertidumbre, negación.
Es posible crear una propia clasificación de los tipos de relación, pero la agrupación anterior
debería ser suficiente para admitir casi cualquier tipo de relación. Y, de otra parte, es un error
utilizar preposiciones en vez de la frase verbal, dejando implícito el verbo, que es el elemento
más importante.
Pertenece a;
Contiene;
Describe;
Es ejemplo de:
Es parte de;
Es sinónimo de;
Es un;
Es;
Posee;
Puede ser;
Es necesario para.
Gato ¿? Mamífero
Definida solo en una dirección, que es el caso más común, y a menudo es suficiente;
Gato es un Mamífero
122
Virgilio Hernández Forte, Mapas Conceptuales. Gestión del conocimiento en la didáctica, 66.
65
Gato puede ser Mamífero
Es importante que todo mapa conceptual pueda evidenciar el recorrido semántico que
pretende fijar. Este es un criterio fundamental para su valoración y se entiende como una
trayectoria lineal o discontinua entre los conceptos, que representa un aspecto cognitivo
particular en el mapa. Este aspecto cognitivo debe tener un sentido evidente en su
visualización.
66
Anexo 8
Ejemplo de un mapa conceptual
67
2.9. El Diagrama en V o Diagrama de Gowin
2.9.1. Presentación
Una de las herramientas de aprendizaje-enseñanza-investigación-reflexión-acción que puede
generar excelentes resultados cuando de asegurar los elementos (o dimensiones) cognitiva y
praxiológica de las competencias se trata es el denominado Diagrama de Gowin (por su
creador, Bob Gowin) o Diagrama en V (por la forma que adopta, la de la letra uve). «Se trata
de un método para ayudar a estudiantes y a educadores para profundizar en la estructura y el
significado del conocimiento que tratan de entender (metaconocimiento) y posibilita la
incorporación de nuevos conocimientos a la estructura teórico-conceptual que posee el
alumno (aprendizaje significativo).»123
2.9.2. Estructura
El diagrama en V, propuesto por Gowin, tiene en su propia representación un profundo
sentido: hacer concurrir dos aspectos que, de hecho, en todo proceso de
adquisición/desarrollo del conocimiento, van juntos: el aspecto metodológico (algunas veces
denominado lo «operacional» del aprendizaje) y el aspecto conceptual (algunas veces
llamado lo «declarativo» del aprendizaje). Veamos cómo se estructura el diagrama:
a) El centro
b) El lado izquierdo
123
Fermín González García, El mapa conceptual y el diagrama en V: Recursos para la enseñanza superior en
el siglo XXI (Madrid: Narcea, 2008), 73.
124
Los textos referenciados para teoría, principios y conceptos corresponder al texto ya mencionado de
González García, quienes a vez citan a J. D. Novack y D. B. Gowin, Learning how to learn (Cambridge:
Cambridge University Press, 1984).
68
c) El lado derecho
Lo metodológico (lo ocupacional, el hacer) del gráfico se ubica al lado derecho. El gráfico
permite comprender que lo metodológico no se separa de lo teórico-conceptual, sino que lo
supone. Aquí aparecen las afirmaciones de valor (declaraciones sobre la importancia del
conocimiento adquirido), las aseveraciones de conocimiento (declaraciones que buscan
responder a las preguntas de investigación o «cuestiones-foco»), las transformaciones
(gráficos que buscan esquematizar los registros hechos y favorecer el aprendizaje mediante
el «mapeo» de los mismos) y los registros (corresponden a las observaciones hechas y que
quedan registradas en formatos, textos, libros, etc.).
d) La base
69
Anexo 9
Ejemplo de un diagrama en V o diagrama de Gowin125
ASPECTO
ASPECTO TEÓRICO-CONCEPTUAL
TEÓRICO-CONCEPTUAL CUESTIONES-FOCO
CUESTIONES-FOCO (PREGUNTAS
(PREGUNTAS DIRECTRICES)
DIRECTRICES) ASPECTO
ASPECTO METODOLÓGICO
METODOLÓGICO
FILOSOFÍA:
FILOSOFÍA: En En elel aprendizaje
aprendizaje AFIRMACIONES
AFIRMACIONES DE DE VALOR
VALOR
significativo
significativo subyace
subyace la
la ** El
El curso
curso sirvió
sirvió para
para aclarar
aclarar la
la
integración
integración constructiva
constructiva dede relación
relación entre
entre metodología
metodología yy
pensar, sentir y hacer.
pensar, sentir y hacer. disposición
disposición para
para aprender
aprender
¿Es posible el aprendizaje
significativo del concepto de
TEORÍAS:
TEORÍAS: La
La teoría
teoría del
del
aprendizaje
aprendizaje significativo
significativo de
de
aprendizaje significativo a través ASEVERACIONES
ASEVERACIONES DE DE CONOCIMIENTO
CONOCIMIENTO
** La
La metodología
metodología es
es adecuada
adecuada sisi los
los
Ausubel, Novak y Gowin
Ausubel, Novak y Gowin de una metodología receptiva/ estudiantes
estudiantes presentan
presentan disposición
disposición para
para
constructivista? aprender
aprender
PRINCIPIOS:
PRINCIPIOS: TRANSFORMACIONES
TRANSFORMACIONES
*Análisis
*Análisis crítico
crítico de
de los
los registros
registros
** El El factor
factor aislado
aislado más
más
importante
importante enen el
el aprendizaje
aprendizaje es
es
el conocimiento previo
el conocimiento previo del del interacción
interacción
aprendiz
aprendiz
** Un
Un episodio
episodio dede enseñanza
enseñanza
ocurre
ocurre cuando
cuando profesor
profesor yy
estudiante
estudiante comparten
comparten
significados
significados
CONCEPTOS
CONCEPTOS BÁSICOS:
BÁSICOS: REGISTROS
REGISTROS
** Aprendizaje
Aprendizaje significativo
significativo BASE
BASE DEL
DEL DIAGRAMA
DIAGRAMA ** Mapas
Mapas conceptuales
conceptuales
** Profesor
Profesor ** Mapas
Mapas mentales
mentales
** Estudiante
Estudiante ** Diagramas
Diagramas en
en VV
** Materiales
Materiales Educativos
Educativos ** Vídeos
Vídeos
** Constructivismo
Constructivismo ** Diagramas
Diagramas de
de causa-efecto
causa-efecto
** Conductismo
Conductismo
** Humanismo
Humanismo
** Cambio
Cambio conceptual
conceptual
EVENTO
EVENTO
** Curso
Curso de
de 32
32 horas
horas sobre
sobre aprendizaje
aprendizaje significativo
significativo yy estrategias
estrategias
facilitadoras
facilitadoras para
para profesores,
profesores, con
con clases
clases expositivas
expositivas yy trabajos
trabajos en
en
grupo
grupo
125
El ejemplo ha sido tomado de Marco Antonio Moreira, Diagramas V y aprendizaje significativo, consultada
en enero 29, 2011, http://www.if.ufrgs.br/~moreira/DIAGRAMASesp.pdf y adaptado por Wilton Oracio
Calderón Camacho.
70
2.10. El informe de evento académico- (I.D.E.A.)
2.10.1. Definición
Consiste en un instrumento mediante el cual los estudiantes dan cuenta de su asistencia y
participación en eventos académicos tales como paneles, coloquios, ponencias, etc.
Anexo 10
Ejemplo de informe de evento académico
UNIVERSIDAD DE
SAN BUENAVENTURA
SEDE BOGOTÁ
PROGRAMA
LICENCIATURA EN TEOLOGÍA
CURSO
SEMINARIO DE MÉTODOS EXEGÉTICOS
ESTUDIANTE
JORGE RUMI CONDORI CCAMA
71
UBICACIÓN DEL EVENTO
PARTICIPANTES
RESUMEN
El evento empezó con la ponencia del profesor José Fernando Rubio, quien hizo un
desarrollo sistemático en algunos puntos.
Como primer punto hizo una presentación general de su tema, especialmente resaltando el
matiz histórico, pero bajo el influjo religioso, y de esa forma poder evidenciar los aportes
que hizo la iglesia, especialmente las órdenes religiosas llegadas a nuestro territorio, y el
clero, en el proceso independentista.
72
De otra parte, se da una figura particular entre los españoles nacidos en tierras americanas,
pues estos eran considerados y tratados como “españoles de segunda”; en este proceso de
colonización las comunidades religiosas (franciscanos, capuchinos, agustinos, dominicos)
cumplen la función de adoctrinadores de los nativos. Con el paso del tiempo, la Iglesia,
como educadora, dispone centros educativos, a manera de colegios y universidades. En este
tiempo, bajo el nombre de “adoctrinamiento”, con métodos poco cristianos, se dieron
también muchos abusos y violaciones a los nativos, para lo cual la Iglesia también respondió
deslegitimando estos métodos abusivos y haciendo las necesarias denuncias de dichos
maltratos. Este fue el caso de Pedro Claver, entre otros.
En un cuarto momento se mostró cómo la intolerancia religiosa, que se fue motivando cada
vez más y más por ideas progresistas forjadas en la revolución francesa, influyenron en
muchos países sometidos, como es el caso de Colombia. Esto hizo que se produjera un
rechazo hacia la religión y, en algunos casos, se optara por una confesión distinta como el
luteranismo, calvinismo, entre otras. Y, finalmente, se hizo mención al gran poder
económico y político que tenía la Iglesia en el contexto de ese entonces.
Seguidamente se tuvo la presentación por parte del profesor Martín Bellerose, quien
desarrolló el tema del Bicentenario y las Independencias por hacer. Comenzó expresando
cómo las ciudades de Santa Cruz, Texas y Vermont (EE.UU), los vascos (España) entre
otros, son tomadas como ejemplos de independencia por su constante lucha por ser
independientes dentro de sus países, esto con referencia a los demás países que aun estaban
73
bajo la dependencia de países poderosos. Estos países son: Puerto Rico, Las Guyanas,
Quebec, Curacao, Martinica, Groenlandia, en cierto modo San Andrés y Providencia.
Por su parte, los primeros intentos de colonización francesa en América, por parte de
Roverpall, se da en el año de 1945. Roberpall es un protestante francés que, junto a otros
personajes, van a Quebec para comprar un territorio para los aliados. A diferencia de
Quebec, la ciudad de Montreal era una ciudad inglesa que se caracterizaba por ser católica
y se daba una educación en pro del catolicismo y de esa forma se rechazaba el
protestantismo.
En 1755, se produce la Guerra de los Siete Años entre Francia e Inglaterra. Esta guerra
consiguió que los habitantes se movilizaran hacia el sur de EE.UU., a la ciudad de
Louisiana. Años después -1760- invadieron Quebec, mediante una guerra bacteriológica
(gripe) por parte de los ingleses, que dejó alrededor de 12.000 muertos. Posteriormente, se
firmó un pacto con la Iglesia Católica y los Sulpicianos en Quebec, y los que permanecieron
en estas tierras fueron los que se dedicaron a la formación en los seminarios, como es el
caso del Seminario Mayor de Bogotá.
Entre los años de 1837-1838, se dio la rebelión armada franco-canadiense por cuestiones
idiomáticas, pues estos buscaban una identidad, que luego la asumirían como canadienses-
franceses católicos. En este proceso de lucha por una identidad se fue generando con el
tiempo una separación de la Iglesia, por medio de la laicización, por lo que la Iglesia fue
perdiendo poder frente a las costumbres y maneras de influir sobre el pensamiento del
pueblo que Quebec.
En este contexto, se tomaron para el discurso político algunos textos de la sagrada escritura,
para generar esperanza en la resurrección a ejemplo de Jesús. Este término: resurrección,
fue clave para la independencia porque tiene connotación de vida de lucha, de victoria, para
justificar las luchas independentistas que se daban en el proceso de la colonización
americana.
También son tomados textos como de 2 Mac 7, en el que se muestra la victoria de los
Macabeos, como aquella que mantendrá la esperanza en la liberación y a la no sumisión. El
texto de Mc 5, 8-23, cuyo matiz es esperanzador frente al poder tirano. Entre otros textos
como Gál 1,14; Heb 22,33; Mt 9,18-26; Lc 8, 40-56.
HIPÓTESIS
74
Los ponentes expresaron, a través de un ejercicio hermenéutico e histórico, el papel de la
religión y la iglesia en dos diversos procesos independentistas que, en algunos contextos
surgen del marco de descontento frente a la figura tirana del rey. Este descontento se
manifestó de manera permanente y a través de una significativa influencia, tanto por parte
del pueblo como del clero y los religiosos, al defender la identidad y la adhesión aun
territorio particular.
CONCEPTOS/CATEGORÍAS/ARGUMENTOS
PREGUNTAS
¿Dónde queda la cruz redentora en contraposición a la cruz expiatoria que resigna a los
pueblos a ser sometidos por otros?
¿Podemos seguir hablando de independencia en la actualidad?
¿Cómo tener hoy una identidad religiosa en medio del pluralismo religioso?
¿Cómo ejerce, la iglesia, su papel profético en este proceso independentista, en el que
se goza de mucho poder, no solo religioso, sino civil-económico?
CONCLUSIONES
75
Un estudio serio y crítico de la historia nos revela que muchas veces los
acontecimientos sociales y culturales muestran el marchar de la religión, generalmente,
enriqueciendo a la sociedad en todos sus ámbitos.
El bicentenario de la independencia de Colombia muestra un marco claramente eclesial,
es decir, el aporte eclesial en el proceso independentista fue muy bien marcado, pues la
iglesia tuvo un papel protagónico en dicho desarrollo y proceso.
COMENTARIOS
Es importante conocer la historia de nuestros pueblos, pues ella nos ayuda a tener una visión
clara de lo que fuimos y de lo que somos, pues un pueblo sin identidad es un pueblo sin
futuro. Además, nos enseña y nos hace caer en cuenta que desconocemos muchas de
nuestras raíces que alimentan nuestra identidad.
Es necesario hacer una relectura de la independencia en los diferentes países, especialmente
del país de procedencia, y ver con ojos críticos nuestra realidad que al parecer no está del
todo independiente, pues es innegable el poder que otros países poderosos ejercen sobre
nuestra patria, por lo cual ¿podemos hablar de verdadera independencia?
La historia y la iglesia, en su papel profético, nos muestran cómo podemos hallar el sentido
de independencia en nuestras vidas, porque solamente podemos hablar de independencia
cuando vivimos a plenitud la libertad, la cual la hallaremos en Cristo.
76
2.11. El resumen analítico escrito (R.A.E.)
2.10.1. Definición
El resumen analítico de escrito (R.A.E.) es la representación abreviada, precisa y crítica del
contenido de un documento escrito. Los programas de Teología asumen el modelo que se
exige desde la Biblioteca de la Universidad de San Buenaventura, Bogotá.
Anexo 11
Ejemplo de RAE
1. Tipo de documento: Trabajo de grado para optar por el título de Licenciado en Teología.
2. Título: De Nabuthae, de Ambrosio de Milán: estudio histórico y teológico en perspectiva
latinoamericana
3. Autor: Fr. Miguel Ramírez Arévalo OFM
4. Lugar: Santiago de Cali.
5. Fecha: octubre 2010
6. Palabras clave: Ambrosio de Milán, De Nabuthae, pobres, imperio romano, Teología de
la Liberación, carisma franciscano.
7. Líneas de investigación: Biblia, teología y educación.
8. Metodología: Los cinco capítulos del trabajo de grado se desarrollan desde la metodología
de la teología de la liberación: ver, juzgar y actuar. Los dos primeros capítulos responden al
Ver, el tercer y cuarto al Juzgar, y el quinto al Actuar. Igualmente, el trabajo se sitúa dentro
del análisis literario de la Exégesis ´La Viña de Nabot´.
9. Conclusiones: El compromiso con el pobre es una praxis cristiana que se fundamenta en
el proyecto del reino de Dios inaugurado por Jesús de Nazareth. La opción preferencial de
Jesús por los pobres responde a una opción previa de Dios hacia los pequeños, los débiles,
los injustamente explotados, condenado a la miseria y desheredados en la historia. La
tradición cristiana nunca ha abandonado su compromiso con los pobres, los padres de la
126
Universidad de San Buenaventura, Unidad de Biblioteca, consultada en febrero 1, 2019,
http://www.usbbog.edu.co/images/pdf/ejemplo_RAE.pdf.
77
iglesia han visto en la limosna un acto de justicia y de solidaridad con aquellos que por
cuestiones de la vida viven situaciones de pobreza y mendicidad. La ética cristiana no es
excluyente, es una respuesta amorosa con espíritu de inclusión como expresión de la
comunión con Dios. Los padres de la iglesia y la teología de la liberación se encuentran al
hablar del pobre como los preferidos de Jesús, como el mismo Jesús. Los padres de la iglesia
ven al pobre como aquellos a quienes los ricos deben administrarles los bienes de la creación
para que no les falte nada; mientras que la teología de la liberación ve en el pobre el sujeto
desde donde se piensa a Dios, desde el lugar donde se hable de Dios. La teología de la
liberación ve en el pobre el rostro sufriente de Jesús, espera y confía en la justica de Dios en
el aquí y ahora como expresión de la salvación - liberación. Francisco de Asís es el referente
del seguidor de Jesús que, fiel al Maestro, ve en el compromiso con el pobre no solo una
opción sino como elemento constitutivo del ir tras las huellas de Cristo Pobre y crucificado.
El pobre es el hermano ante quien tenemos el deber ético de solidarizarnos, compartir su
suerte, condenar lo que le oprime y crear alternativas de vida y fraternidad.
78
2.12. El informe de lectura
2.11.1. Definición
Un informe de lectura es un documento escrito, en donde el estudiante da cuenta de los
elementos esenciales de un texto que previamente ha sido proporcionado por el profesor. Las
especificaciones o los elementos pueden variar, según la intencionalidad formativa.
79
Aplicación o Conclusión:
80
Anexo 13 – segundo ejemplo
Para la presentación del informe de lectura se deberán tener en cuenta los siguientes criterios:
Se iniciará el escrito de la siguiente manera: «la idea principal de la lectura es: “...”»
Con su respectiva citación y argumentación. En este informe de lectura debe
evidenciarse en la argumentación por qué, dentro de la estructura interna del texto,
Usted ha considerado que esa es la idea principal que articula toda la lectura hecha.
Debe hacer un cuidadoso análisis de lectura para que este ejercicio sea productivo y
sencillo de resolver.
En cuanto a la extensión del trabajo, no será mayor ni menor a dos (2) páginas
completas.
Letra Arial número 12
Espacio sencillo
Márgenes: superior, inferior, derecha e izquierda 3 cm
El encabezado llevará únicamente lo siguiente:
UNIVERSIDAD
FACULTAD
NOMBRE
81
Anexo 14 – tercer ejemplo
IDENTIFICACIÓN DE PLANTILLA
FECHA: ASIGNATURA:
DOCENTE:
TEMA/PROBLEMA:
ID ESTUDIANTES
CUERPO DE PLANTILLA
LA PREGUNTA CLAVE
(Delimite la pregunta clave que el autor pensó al escribir el artículo.)
LAS INFERENCIAS/CONCLUSIONES
(Identifique las conclusiones principales a las que el autor llega y que presenta en el
artículo.)
LOS SUPUESTOS
127
Cf. Richard Paul y Linda Elder, La mini-guía para el Pensamiento Crítico: conceptos y Herramientas.
Fundación para el Pensamiento Crítico, consultada en enero 29, 2011, www.criticalthinking.org.
82
(Identifique aquello que el autor da por hecho [y que puede cuestionarse]).
LAS IMPLICACIONES
(¿Qué consecuencias son probables que se desprendan de considerarse el planteamiento
del autor?)
83
Anexo 15 – cuarto ejemplo
Información general
Título del texto
o material
Autor
Fecha de la
revisión
o Libro de autor
o Capítulo de libro
Tipo de
o Artículo de revista
documento
o Página web
o Otro: _______________________________
Nombre del
estudiante
Contenido
Trascripción de la cita textual, con nota a pie de página, según el Protocolo para el diseño y presentación
de trabajos escritos (mínimo 5)
84
Análisis de la lectura
85
Otros comentarios o aplicación de la lectura
86
2.13. El portafolio o bitácora de aprendizaje
2.13.1. Definición
Es un instrumento de mediación en el proceso de aprendizaje significativo.
Aprender, entonces:
128
José Jaime Díaz Osorio, El portafolio de desempeño: Una práctica reflexiva para lograr éxito en la
formación y en el aprendizaje (Medellín: Fondo Editorial de la Fundación Universitaria Luis Amigó, 2005),
19.
129
José Jaime Díaz Osorio, El portafolio de desempeño, 23.
87
b. El docente que enseña
En un enfoque pedagógico que privilegie el aprendizaje no se puede afirmar, necesariamente,
la pérdida de importancia del docente; lo que cambia es el rol que este tiene en el acto
pedagógico en función del aprendizaje. En este sentido el profesor es un facilitador de los
procesos de aprendizaje, un garante de conexiones y confrontaciones entre los saberes
previos y los objetos del conocimiento. El docente, entonces, debe tener presente:
un diario académico que describe y registra lo que piensa, hace o deja de hacer el
estudiante sobre la clase, sobre el curso, sobre el programa, sobre el contexto en el que
actúa o estudia, sobre sus necesidades y experiencias y sobre el progreso en el
aprendizaje y los compromisos de mejoramiento continuo130.
En el portafolio el estudiante registra, con los criterios intencionados dados por el docente,
los aprendizajes significativos adquiridos durante la clase, las relaciones entre los contenidos
y los núcleos problémicos que atraviesan las intencionalidades formativas del programa.
130
José Jaime Díaz Osorio, El portafolio de desempeño, 27.
131
José Jaime Díaz Osorio, El portafolio de desempeño, 28.
88
No es la recopilación de trabajos y exámenes (a no ser que estos hagan parte de la reflexión
y la retroalimentación hecha entre el docente y el estudiante para implementar un plan de
mejoramiento).
No son los apuntes que el estudiante toma en clase.
Aunque la estructura del portafolio puede ser flexible y variar de un curso a otro, se sugieren
los siguientes elementos:
89
d. Preguntas que pueden guiar la consignación del aprendizaje significativo en el
instrumento
¿Cómo procedí en la realización del trabajo?
¿Qué resultó fácil y qué difícil, y por qué?
¿Revisé el trabajo?
¿Cómo ha sido mi avance desde el inicio del curso?
¿Qué puedo mejorar?
¿En qué ha mejorado mi aprendizaje?
¿Qué fue lo más importante que aprendí?
¿Qué aportes di al curso y a mis compañeros en particular?
¿Qué me gusta o qué me desagrada del curso y del profesor?
¿Qué competencias he logrado y cómo puedo demostrarlo?
¿En qué aspectos debo poner mayor cuidado para mejorar?
¿Cuáles han sido mis mayores dificultades para hacer el trabajo?
¿Qué temas de la clase me quedan confusos?
¿En qué temas de la clase tengo mayor claridad?
¿Qué compromisos adquiero para mejorar y cómo los cumplo?
¿Cómo resuelvo las dudas y dificultades que me quedan en el curso?132
132
En la presentación del portafolio o bitácora de aprendizaje, según las indicaciones dadas, se considera que
no es pertinente presentar un ejemplo, en la medida en que su configuración está sujeta a las dinámicas de las
exigencias del docente y a las particularidades del curso que acompaña.
90
2.14. Consideraciones generales para la presentación de trabajos de grado
133
Universidad de San Buenaventura, Unidad de Biblioteca, consultada en febrero 1, 2019,
http://www.usbbog.edu.co/images/pdf/ejemplo_RAE.pdf.
91
2. 14.2 Indicaciones especiales sobre citas a pie de página
Todas las citas textuales de uno a cuatro líneas seguidas, deben ir entre comillas, con
la cita a pie de página correspondiente.
Luego de cuatro líneas seguidas de citación textual debe ir en sangría de 1,0 cm. en
ambos costados, un punto menos en el tamaño de la fuente, sin comillas y sin cursiva.
Se usará Cf. para citas no-textuales, en donde se parafrasea o se expone una idea ajena
de manera implícita, así como para remitir a textos en donde el tema referenciado
puede ser ampliado.
b. Bibliografía
Apellido, Nombre. Título. Ciudad: Editorial, año.
Ejemplo: Prada Londoño, Manuel Alejandro. Entre disimetría y reciprocidad. El
reconocimiento mutuo según Paul Ricœur. Bogotá: Aula de Humanidades y Editorial
Bonaventuriana, 2017.
b. Bibliografía
Apellido, Nombre; Apellido, Nombre y Apellido, Nombre. Título (Ciudad: Editorial,
año), Página.
Ejemplo: Barrios Tao, Hernando; Jaime Murillo, Luis Carlos y Martínez M., Milton
Joel. Teología de la Biblia: Un aporte desde el pluralismo metodológico. Bogotá:
Editorial Bonaventuriana, 2009.
134
Para la bibliografía se recomienda usar la sangría francesa.
92
3. Para un capítulo de libro:
b. Bibliografía
Apellido, Nombre. «Título del capítulo». En Título del libro, editado por Nombre del
editor, páginas del capítulo. Ciudad: Editorial, año.
Ejemplo: Marín i Torné, Francesc-Xavier y Navarro Guareño, Ángel-Jesús. «Los
centros educativos como arquitectónica de la paz: religión, conflicto y pacificación».
En Itinerarios curriculares sobre educación religiosa, violencia y paz, editado por
Jaime Laurence Bonilla Morales, 13-46. Bogotá: Editorial Bonaventuriana, 2018.
b. Bibliografía
Apellido, Nombre. «Título». Nombre de la revista, número, volumen (año): página
de inicio y final del artículo.
Ejemplo: Bonilla Morales, Jaime Laurence. «Ecumenismo y construcción de paz».
Cauriensia Vol. 10 (2015): 199-219.
93
consultada en enero 15, 2013,
http://www.revistas.uchile.cl/index.php/CDM/issue/view/2342.
b. Bibliografía
Apellido, Nombre. «Título». Nombre de la revista número (año): número de página
de inicio y final –si tiene–. Consultada en mes día, año. Página de internet o doi.
Ejemplo: Robles, Fernando. «Epistemologías de la modernidad: entre el
etnocentrismo, el racionalismo universalista y las alternativas latinoamericanas».
Cinta de Moebio. Revista de Epistemología de Ciencias Sociales 45 (2012): 169-203.
Consultada en enero 15, 2013.
http://www.revistas.uchile.cl/index.php/CDM/issue/view/2342.
b. Bibliografía
Autor o encargado del sitio web. «Título de la página». Consultada en mes día, año.
Página de internet.
Ejemplo: Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá y Federación Internacional
de universidades católicas. «Observatorio de la diversidad religiosa y de las culturas
en América Latina y el Caribe». Consultada en enero 14, 2019.
https://www.usbbog.edu.co/observatorio-odrec/ 135.
Es posible que sea necesario citar a pie de página y en la Bibliografía otro tipo de material u
otras referencias que aquí no se explicitan. Para esto pueden acudir directamente a la página
de internet en donde se encuentra el manual de citación de Chicago:
https://www.chicagomanualofstyle.org/tools_citationguide/citation-guide-1.html.
135
Cf. «The Chicago Manual of Style Online», Universidad de Chicago, 16 a edición, consultada en febrero 1,
2019, https://www.chicagomanualofstyle.org/tools_citationguide/citation-guide-1.html. La mayoría de estos
ejemplos se puede encontrar en Revista Franciscanum, consultada en febrero 1, 2019,
https://revistas.usb.edu.co/index.php/Franciscanum.
94
2.15. Consideraciones para evitar el plagio
De este modo podremos evitar confusiones con lo que se ha denominado como «plagio», así
como vernos en la obligación de recurrir a las acciones legales establecidas por nuestra
institución.
Igualmente, en el artículo 117 se contemplan las sanciones entre las que se encuentran: «a.
Amonestación verbal. b. Amonestación privada, mediante escrito con copia a la hoja de vida.
c. Matrícula en observación. d. Suspensión temporal e. Exclusión»137. Las últimas tres se
sugieren para una falta grave, como el aprovechamiento indebido de derechos de autor,
también conocido como plagio, ya sea parcial o total.
136
Universidad de San Buenaventura, Reglamento estudiantil de la Universidad de San Buenaventura, sede
Bogotá, consultada en febrero 1, 2019,
https://www.usbbog.edu.co/images/pdf/resolucion_de_rectoria_2017_013_reglamento_estudiantil.pdf.
137
Universidad de San Buenaventura, Bogotá, Reglamento estudiantil de la Universidad de San Buenaventura,
sede Bogotá.
138
Cf. Universidad de San Buenaventura, Bogotá, Reglamento estudiantil de la Universidad de San
Buenaventura, sede Bogotá.
95
El presente documento hace referencia explícita a este tema ya que, desde los programas de
Teología, se considera indispensable que los estudiantes sepan que el plagio además de ser
una mala práctica, condenada y causal de sanciones sin excepción en cuanto va en contra de
las leyes de la República de Colombia y la Universidad de San Buenaventura, refleja graves
problemas con los hábitos de estudio, desdice del compromiso académico que se espera de
los estudiantes, desdibuja el deber ser de las actitudes inspiradas en la ética cristiana y va en
contra de toda intencionalidad formativa desde la teología.
96