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Strokes of Genius

Final del Campeonato de Wimbledon. 6 de julio de 2008. Roger Federer y Rafa Nadal, dos de los más grandes
tenistas de la historia enfrentados en la hierba del All England Lawn Tennis and Croquet Club de Londres. El por
aquel entonces ganador de cinco Wimbledon consecutivos contra un joven de 22 años que aún no había alcanzado la
gloria en suelo británico.

A lo largo de todo el reportaje, podemos percibir como se producen distintos encabalgamientos en


repetidas ocasiones. Por citar un ejemplo, en la introducción tenemos un vídeo de Federer entrando al
césped mientras de fondo escuchamos dos audios: el primero de ellos es el sonido ambiente, lo que ya
nos permite desde un inicio acercarnos más a los hechos y aportar una mayor sensación de veracidad. El
segundo de los audios es la voz en off de Federer, grabada, evidentemente años después, pero en la que
se puede escuchar cómo vivió él los instantes previos a saltar al césped de Wimbledon. Esto, al igual que
el sonido ambiente nos da mayor veracidad, como el resto de las entrevistas a personajes cercanos a la
historia que queremos contar. Como ya he dicho, estos encabalgamientos son bastante recurrentes a lo
largo del vídeo, pues también en los primeros minutos hay uno muy similar al ya citado, pero con el otro
protagonista, Rafa Nadal. La principal diferencia es que en este se suprime el sonido ambiente y se añade
una música de tensión (todo esto ocurre en el partido contra Murray). Esto vuelve a suceder con ambos
protagonistas en los segundos previos a la final: más entrevistas con los protagonistas que contextualizan
aquella final y lo que significaba para ambos.

En ese recorrido previo que se hace de ambos tenistas en su camino a la final, me llamó la atención lo
bien escogida que está la música en el partido entre Rafa y Gulbis. Me dio la sensación de que la música
va al ritmo de los golpeos de Nadal, además de añadir una imagen a cámara lenta del tenista español,
donde también se encaja muy bien la música. Y es que, como ya dijimos en clase, la música es un
elemento clave que puede elevar exponencialmente la calidad de nuestro producto si está bien
introducida. Otro ejemplo del juego musical dentro del documental es ya en la final. La música en un
principio adquiere un tono más relajado, pero que conforme se van sucediendo los distintos golpeos de
pelota por parte de los dos tenistas, va acelerando y teniendo más intensidad. En la previa de la final de
Wimbledon 2008, podemos ver como se inserta una música tranquila y sosegada que a raíz de una
imagen a cámara lenta de una raqueta golpeando la pelota empieza a acelerar y a romper. Esto no sé si
fue cosa mía, pero me da la sensación de que durante la final se escucha de manera muy sutil unos
latidos de fondo que se van alternando con una pieza de música clásica.

Algo que no me gustaría pasar por alto son unos “flashbacks” con imágenes de muchos de los ganadores
de ediciones anteriores de Wimbledon. Se insertan una serie de fotografías editadas en la postproducción
para que el color nos sitúe en la época en la que ganaron el prestigioso torneo. Así tenemos fotos en
blanco y negro, pero otras en color sepia. El espectador asocia el blanco y negro a una época más
antigua que el color sepia. Todas estas fotos van acompañadas de una música calmada. A la hora de
jugar con los cortes pude observar dos momentos. El primero de ellos es un total donde se dice que
Roger y Rafa son dos polos opuestos mientras que se muestran unas imágenes en las que se ve a
Federer caminando tranquilamente por la pista mientras que Rafa sacude enérgicamente los brazos
mientras salta. El otro es un corte de una tenista femenina hablando sobre Federer cuando era más joven.
Decía que antes no era tan calmado y que era muy intenso. Acto seguido se muestra un vídeo a cámara
lenta de un joven Roger Federer golpeando fuertemente la pelota.

Ya para terminar, añadir lo hablado en clase sobre cómo aprovechan esa pausa obligada en la final
debido a la lluvia para colarnos imágenes del pasado de ambos tenistas. Lo llamativo era como nos
dejaban con una imagen de Nadal con 18 años sosteniendo la raqueta en una posición algo peculiar y
acto seguido nos devuelve a 2008 con Nadal en esa misma pose, pero años después. Esa transición
pasado-presente sucede también con Roger Federer entre set y set de la final.

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