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Enojo. Domina Tu Demonio Interior Estrategias para Combatir La Ira. (Giovanni Barone)
Enojo. Domina Tu Demonio Interior Estrategias para Combatir La Ira. (Giovanni Barone)
Giovanni Barone
Galatea Ediciones
Enojo. Domina tu demonio interior. Estrategias para combatir la ira, el estrés y la frustración
causados por la falta de control de las emociones, por Giovanni Barone.
Giovanni Barone
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más de tiempo a la escritura. ¡Gracias, espero que lo disfrutes!
- Giovani Barone.
Índice
1. INTRODUCCIÓN: EL ENOJO INTELIGENTE
2. ¿QUÉ ES EL ENOJO? ¿QUÉ ES LA AGRESIÓN?
2. . MITOS SOBRE EL ENOJO
2. . EL ENOJO COMO RESPUESTA A ESTÍMULOS
2. . ¿CUÁNDO SE CONVIERTE EN UN PROBLEMA Y CUÁLES SON SUS
RECOMPENSAS Y CONSECUENCIAS?
3. ORÍGENES Y DETONADORES DEL ENOJO
3. . CUÉNTAME DE TU FAMILIA
3. . LOS “BOTONES” QUE ENCIENDEN LA IRA
3. . LA FRUSTRACIÓN DE EXPECTATIVAS EXAGERADAS
3. . EL EGOCENTRISMO CONTROLADOR
3. d. i. ENTIENDE, LOS OTROS NO SON COMO TÚ
3. . RELACIÓN DEL ESTRÉS Y EL CANSANCIO CON EL ENOJO
3. e. i. CÓMO REDUCIR EL ESTRÉS
4. ESTRATEGIAS PARA CONTROLAR EL ENOJO
4. . REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA
4. a. i. EL MODELO A-B-C D DE ALBERT ELLIS
4. . ANTES, DURANTE Y DESPUÉS
4. . AUTO-INSTRUCCIONES PARA GUIAR EL COMPORTAMIENTO
4. . TOMAR LA TEMPERATURA A LA ANSIEDAD
4. . ¿REALMENTE CUENTAS CON LA INFORMACIÓN PRECISA Y COMPLETA?
4. . RELAJACIÓN Y AUTOCONTROL
4. f. i. RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA
4. f. ii. TÉCNICA DEL 5 x 5
4. f. iii. TÉCNICA RELAJACIÓN-TENSIÓN-RELAJACIÓN
4. f. iv. CONTROL DE LOS PROPIOS PENSAMIENTOS
4. . ¿QUÉ HACER CON LOS PEQUEÑOS FASTIDIOS DE LA VIDA DIARIA?
4. . APRENDE A SER ASERTIVO
4. . VISUALIZACIÓN
4. . TRANSFORMA LA IRA EN AMOR Y COMPASIÓN
5. CONCLUSIONES
1. INTRODUCCIÓN: EL ENOJO INTELIGENTE
Nadie puede pensar con claridad
cuando sus puños están cerrados.
George J. Nathan
¿Qué es el enojo?
¿Qué es la agresión?
Una forma habitual con la que las personas tratan de superar, o a veces
ocultar, estos botones es señalar esas áreas como si fueran prohibidas. Pero
sucede que, internamente, esa persona que marcó un área prohibida
comienza a sentir odio en torno a esta. Sucede que a veces el odio surge
como respuesta a la ira cuando esta se va enquistando. Esta forma de ira hay
que evitarla a toda costa porque causa mucho daño tanto a la persona que la
siente como a las personas que la reciben.
Como dijo Nelson Mandela: “Al salir por la puerta hacia mi libertad
supe que, si no dejaba atrás toda la ira, el odio y el resentimiento, seguiría
siendo un prisionero”.
Porque, en definitiva, estos sentimientos terminan aprisionando a
quien los experimenta y la verdadera libertad estará dada por la superación
de todas esas emociones que limitan y vuelven vulnerable a quienes las
padecen.
Dicho de otra manera, el odio engendra odio y la ira engendra ira.
Además, esos sentimientos nublan el razonamiento y el pensamiento
objetivo, no dejando apreciar si se produjeron cambios en el
comportamiento o hay que seguir trabajando para mejorar.
Otro aspecto que forma parte del odio son los prejuicios. Un prejuicio
es un proceso por el cual se crea un concepto o una idea sobre algo o
alguien sin tomarse el tiempo necesario para conocerlo en profundidad. En
general, esta idea será negativa y, de difundirse, ocasionará un perjuicio a la
víctima.
Algunos de estos prejuicios se transforman en estereotipos, como por
ejemplo el ama de casa vistiendo un atuendo típico, barriendo el piso, o el
hombre al volante de un auto junto con la familia perfecta, felizmente
casados con dos hijos y, por supuesto, un perro como mascota.
Muchos ejemplos hay a lo largo de la historia de la humanidad que
demuestran el daño que ocasionan los prejuicios, sobre todo cuando son del
tipo racial o de género. Tanto el racismo, la xenofobia, la homofobia o la
misoginia han sido males que ocasionaron y siguen ocasionando grandes
enfrentamientos y todo tipo de agresiones en todas partes del mundo.
Los prejuicios cobran una mayor importancia cuando son difundidos
en los medios y se publicitan de manera perniciosa. Se trata de uno de los
motivos por los que grupos de personas pelean entre sí con opiniones
totalmente polarizadas e irreconciliables. Marcan una mentalidad estricta
que no admite flexibilizarse en una opinión diferente o permitir una
convivencia en una multiplicidad de conceptos. Solamente admite una
verdad que, por supuesto, surge de esos prejuicios.
Las víctimas de estos prejuicios van a ser un blanco seguro de la ira y
el odio que, a partir de estos, algunas personas instauran en sus mentes.
En definitiva, al entender cómo funcionan los botones propios, se
pueden ver y apreciar los botones ajenos y sus reacciones. Observar a los
demás también es una forma de aprender sobre nosotros mismos, ya que
muchas veces los otros actúan como un espejo que refleja nuestros propios
dramas mentales. En especial, aquellos que nos mortifica reconocer y que
suelen negarse u ocultarse.
“Volvernos conscientes de los botones de otras personas y abstenernos
de oprimirlos es una manera de ser más compasivos. Y al reconocer
nuestros propios botones y desactivarlos, reducimos el nivel de ira que
circula en el mundo”[3].
3. c. LA FRUSTRACIÓN DE EXPECTATIVAS
EXAGERADAS
En cada situación que la vida plantea, solemos poner expectativas. A
veces más, a veces menos, pero en todos los casos habrá un grupo de estas
en juego.
Las expectativas son como los deseos o las suposiciones que un
individuo espera que sucedan, asociados a un acontecimiento, hecho o
problemática.
Por ejemplo, alguien que quiere decorar su casa y busca en revistas de
decoración diferentes posibilidades. Su búsqueda es intensa, queriendo
lograr esa decoración que los emocione, que sea original y que sorprenda a
todos los que la vean. Tan elevada es su expectativa que ninguna imagen
logra la satisfacción deseada.
Las expectativas pueden ser personales, sociales, profesionales,
laborales, etc.
Entre las personales se encuentran las metas y situaciones que alguien
espera lograr. Cuando estas se cumplen, el individuo se siente satisfecho. Si
son superadas, seguramente se sentirá como viajando en una nube; pero si
no se cumplen, sentirá una gran frustración.
En cuanto a las expectativas sociales, el individuo puede esperar tener
determinadas amistades, contactos que le deparen beneficios, casarse, tener
hijos, etc.
En cuanto a las profesionales y laborales, la persona puede plantearse
como expectativa terminar su carrera en el menor tiempo posible y lograr
en pocos años un cargo alto en alguna empresa.
Todo este cúmulo de expectativas conforma el mundo de la persona.
Mientras estas se mantengan cercanas a la realidad, será más sencillo
concretarlas. Cuanto más se alejen de lo real, su concreción se volverá más
compleja y, por tanto, hay más posibilidades de que el individuo se sienta
frustrado al no poder cumplirlas.
En general hay tres tipos de expectativas: predictivas, normativas y
merecidas.
Las expectativas predictivas: Son aquellas que intentan predecir lo
que va a pasar. Se recrea en la mente el suceso antes de que este ocurra. Por
ejemplo, la persona tiene una entrevista y antes de ir la imagina con
determinados resultados. Normalmente, estas predicciones se basan en lo
acontecido en situaciones similares anteriores.
Las expectativas normativas: Se basan en las normas o valores que el
individuo da por válidas. Por ejemplo, a la persona le enseñaron a tirar la
basura en el recipiente preparado para tal fin y espera que el resto actúe de
la misma manera.
Las expectativas merecidas: Se basan en lo que la persona cree que
merece. Por ejemplo, cuando alguien espera que le den un ascenso en el
trabajo porque cree que sus aptitudes son acordes a un puesto más alto.
Los otros no son como tú. Una verdad difícil de refutar. Sin embargo,
la mente no siempre lo entiende así y, de pronto, nos encontramos pensando
en cómo es que no se da cuenta de algo que para la persona que lo piensa es
elemental o sencillo. La otra persona tiene una estructura mental diferente y,
por tanto, no percibe lo mismo que puede percibir uno o lo hace de una
forma muy distinta.
Hace algunos años, en una mudanza, mientras un empleado cuidaba un
sector de los muebles, otros cargaban en el camión los que iban primero.
Pasa una señora y, muy ofendida, le dice al que cuidaba los muebles: “Dile
a ese señor que no me guiñe el ojo”. El empleado, sorprendido, les comenta
a los otros lo sucedido. Entonces, uno de los que cargaban los muebles dice:
“A mí me lloran los ojos porque hay polvillo, y justo los cerré cuando
pasaba la señora, tal vez por eso pensó que le guiñaba el ojo”.
Las percepciones de lo que ocurre son muy personales y cada uno lo
entiende y lo vive como una realidad diferente, aunque sea un mismo
suceso para todos.
Muchas veces, un individuo hace determinadas acciones para ayudar o
agasajar a alguien, pero luego este no lo retribuye de la misma manera. Lo
que sucede es que la mayoría de los seres humanos piensa que los demás
actuarán en consecuencia según lo que reciben. Por ejemplo, si le hago un
regalo a una persona para su cumpleaños, espero que esa persona recuerde
mi cumpleaños y me haga un regalo también. Si ayudo a alguien cuando
está enfermo, espero que me ayude cuando yo me enferme.
La realidad es que esa ayuda o agasajo la otra persona lo capitaliza
según sus pensamientos o su educación y cultura. El hecho de haber
recibido algo no lo obliga a dar lo mismo o a actuar de la misma manera.
La otra persona es quien quiere ser y no quien yo quiera que sea. No
hay muchas posibilidades de que cambie por el solo hecho de que yo le pida
que sea según mi gusto o preferencia.
Como dijera Fritz Perls en su psicoterapia de la Gestalt:
Es decir, Fritz Perls plantea que cada uno tiene la libertad de ser quien
desee ser, y si hay coincidencias entre las personas, será maravilloso, y si no
las hay, que cada uno siga su camino.
Las personas que son del tipo resolutivo no terminan de entender este
concepto de libre albedrío: que cada ser humano es único e irrepetible y
tiene derecho a vivir y proyectarse en su vida como mejor le parece.
Es cierto que siempre es posible cambiar el rumbo que se lleva, pero
esto será la decisión de cada uno sobre su propia vida y no manipulando y
tratando de modificar la ajena.
Cuando se acepta el hecho de que cada uno tiene su individualidad y
además tiene la libertad de ser el dueño de sus actos, se gana en
tranquilidad, en paz interior y se baja el nivel de ansiedad al eliminar las
expectativas que se le endosaron a la otra persona.
3. e. RELACIÓN DEL ESTRÉS Y EL
CANSANCIO CON EL ENOJO
El cansancio es natural y se acumula a medida que se hacen las
actividades diarias. Este cansancio influye en el rendimiento laboral y
profesional, como así también en las relaciones interpersonales y en todos
los niveles de la vida.
Al sentir cansancio disminuye la paciencia, las fuerzas para poner en
práctica la empatía y se está más propenso a las respuestas que contienen
enojo, a los pensamientos pesimistas y a las emociones negativas. Poco a
poco todo el organismo se resiente.
En definitiva, disminuye la capacidad de autocontrol y hay muchas
posibilidades de sufrir un gran malestar y, en consecuencia, una explosión
de ira.
La historia de Pablo
El Dr. Albert Ellis elaboró un método para el manejo del enojo al cual
nombró modelo A-B-C-D o modelo racional emotivo. En este la A
representa la situación que generó el enojo, la B se refiere a los modelos
mentales que la persona tiene sobre la situación que activa su mecanismo de
enojo, la C indica las consecuencias que traen aparejadas la situación y la D
es el análisis que se hará con el terapeuta buscando cambiar la creencia.
Según el Dr. Ellis y sus colegas especializados en las teorías de tipo
cognitivo-conductual, cuando alguien sufre enojo hay una especie de
diálogo con uno mismo, al cual denominan “lenguaje interno”.
Por ejemplo, vamos caminando por la calle y nos encontramos con un
amigo al cual saludamos con alegría. Este amigo va concentrado en sus
problemas y apenas se da cuenta de nuestro saludo, y responde con un hola
muy distante. Podemos pensar: “Y a este, ¿qué le pasa?” o “¡Qué
antipático!” o “¿Se sentirá bien que casi no me saludó?”, etc. Además,
según el pensamiento que tengamos, serán los sentimientos y las reacciones
que expresaremos.
Todos esos pensamientos que nos pueden asaltar en un momento así, y
en otros similares, son llamados “lenguaje interno” por los terapeutas.
Este lenguaje interno puede ser más irracional o más ajustado a la
realidad, dependiendo de cómo vea el mundo la persona que lo piensa.
Frente a una misma situación, las personas no reaccionan de la misma
manera. Algunos sienten enojo a partir de la interpretación que hacen del
evento. Es decir, no es el evento en sí lo que provoca el enojo, sino la
interpretación que se hace de él.
Enojarse o no depende, a veces, de las creencias que se tienen, de la
concepción del mundo, de cómo debería ser o tendría que ser y de cómo es
en realidad. Es decir, el mundo es lo que es, aunque no se ajuste a las
consideraciones que cada uno realiza.
Seguramente, al preguntarle a un grupo de personas si es correcto
respetar a los demás, es casi seguro que todo el grupo responderá que sí.
Pero también es seguro que, si se analiza la vida de cada uno de los
integrantes de dicho grupo, en algún momento o bajo una especial
circunstancia no respetó a la o las personas involucradas en un determinado
acontecimiento.
Esto puede ser visto como un gran defecto de la naturaleza humana o
puede generar un gran enojo diciendo “yo nunca le falté el respeto a nadie”.
Cuanto más desproporcionado sea el enojo, mayores posibilidades habrá de
que sí haya faltado el respeto.
Para los que estén pensando que no es así, veamos el siguiente
ejemplo: alguien nos falta el respeto y nos enojamos, en consecuencia,
respondemos faltando el respeto. Por tanto, en algún momento y bajo
alguna circunstancia, todos hemos faltado el respeto en al menos una
oportunidad.
El trabajo que el Dr. Ellis propone con este modelo A-B-C-D es que se
identifiquen las creencias o pensamientos de tipo irracional y que sean
analizados en el punto D de las “disputas”.
Por ejemplo, una persona puede sentir enojo al pensar que siempre
debe tener la alacena llena de comida. Antes de que se termine algo, debe
haber comprado dicho producto. Esta creencia lo lleva a sentir agobio por
tener que estar pendiente de lo que allí se encuentra, y se hace más grande y
pesado el convivir con muchas personas y no poder controlar lo que cada
uno consume.
La disputa o paso D sería: “¿Qué pasa si un producto se termina y no
se repuso antes?”; “¿Es posible que el que busque un producto que se ha
terminado lo reemplace por uno similar existente en la alacena en lugar de
enojarse porque el otro se terminó?”; “¿Qué tal si se acostumbran a avisar
cuando un producto se termina?”; “¿Qué tal si la persona que lo terminó se
encarga de reponerlo?”. De esta manera, se le da al paciente opciones para
que resuelva el enojo con respecto a su creencia.
En la mente de los seres humanos hay mucho espacio para todo tipo de
creencias irracionales o disfuncionales. Algunas de ellas pueden ser:
- Giovani Barone.
4. b. ANTES, DURANTE Y DESPUÉS
Cada persona es un mundo y reacciona a los diferentes eventos con su
manera particular de actuar. Además, cada uno tendrá un aspecto que se
puede definir como un límite o un desafío a superar. Para esos puntos
particulares que dificultan el desempeño habitual se necesita recurrir a
alguna técnica que asista o ayude a superar o aminorar los efectos de ese
límite. En este caso, nos ocuparemos del enojo.
En los momentos de enojo se puede recurrir a las herramientas para el
“antes”, para el “durante” y para el “después” de la situación:
Siendo conscientes de los puntos que activan una actitud que contiene
enojo, entonces se puede actuar preventivamente de la siguiente manera:
● Abrazar a la otra persona sin decir nada para luego iniciar un diálogo
reconciliador.
● Dialogar tranquilamente exponiendo sus razones.
● Recurrir al sentido del humor para romper el hielo e iniciar el diálogo
que se necesita para reconciliarse.
● Pedir disculpas, reconociendo que los comentarios se salieron de
proporción y que lamentas lo sucedido.
● Reconocer las faltas por ambas partes.
● Proponer no pelear más independientemente de los temas que surjan.
En conclusión
Es fundamental que los pensamientos negativos sean reemplazados por
nuevas maneras de ver la realidad. A veces, estos pensamientos están tan
afianzados en la persona que se vuelven una creencia absoluta, imposible de
cambiar.
También es interesante observar y tener presente que cada uno de estos
pensamientos incluyen emociones, sentimientos y sensaciones físicas
especiales. En líneas generales, paralizan el cuerpo y bloquean la mente,
marcan una predisposición negativa al suceso y una pérdida del autocontrol.
En ciertos casos, se terminan convirtiendo en patologías que para ser
superadas necesitarán una terapia más profunda. En otros casos, puede ser
que la persona se vuelva apática, que su ansiedad aumente a niveles
elevados y termine en un cuadro depresivo.
Antes de que la persona llegue a cuadros tan agudos, tratar con la
terapia de las frases motivadoras y la elaboración de instrucciones positivas
es un camino seguro para superar los momentos críticos.
Así también, recurrir a métodos como la relajación, la comunicación
efectiva con los demás y la búsqueda de la solución a todos los problemas
será la forma de completar esta terapia de auto instrucciones para lograr un
comportamiento asertivo.
Es necesario que la persona haga una evaluación objetiva de sus
posibilidades o de sus fortalezas porque desde allí podrá comenzar el
camino de la recuperación e ir superando sus limitaciones de modo que las
transforme en nuevas fortalezas. No dejarse vencer y proponerse mejorar su
calidad de vida, en cuanto a sus emociones, debe ser un objetivo a lo largo
de toda su existencia.
4. d. TOMAR LA TEMPERATURA A LA
ANSIEDAD
Una de las formas de conocerse a sí mismo es tomar la temperatura a
la ansiedad. Aunque parece una medida subjetiva, ya que es la persona
quien hace su propia medición, es de gran utilidad porque abarca también la
percepción que se tenga del momento en que se toma dicha temperatura.
Para esta medición se usan las sensaciones internas, que actuarán como
una referencia, desde donde se analizarán las futuras mediciones.
Por ejemplo, se tendrán en cuenta qué tan agitada está la respiración,
qué tanto se tensionaron sus músculos, la calma interior, si se mantiene la
coherencia al hablar, si tiene temblores principalmente en las manos, etc.
De este modo, se puede elaborar una escala que se inicie en 0 y
concluya en 10. Considerando, por supuesto, como punto 0 el valor más
bajo, en el cual la persona siente la máxima relajación, y 10 sería el punto
más elevado de ansiedad, en el cual el individuo está en crisis.
Para que esta medición sea efectiva, debe realizarse una primera vez
cuando la persona está en calma, sin estar en una situación que lo altere.
Conviene que se realicen varias medidas en estado de calma y se obtenga
un promedio de ellas. Es decir, si lo toma la primera vez y le da 2, en la
segunda medición le da 3 y en una tercera medida le vuelve a dar 2, su
número final será: 2+3+2 = 7; 7/3 = 2,33. O sea que su nivel de ansiedad
será 2,33.
Esta medida resultante será la referencia de las mediciones posteriores,
cuando la persona se encuentre en una situación crítica puntual. También,
cuando la persona se sienta ansiosa, se realizarán varias medidas para
obtener una medida promedio y esta será la que se compare con la de
referencia para apreciar en qué nivel se encuentra su ansiedad.
Si la persona quiere tener un mapeo de su estado a lo largo del día,
bastará con hacer estas mediciones en diferentes momentos y así tendrá un
registro de cómo fluctúa su ansiedad durante sus rutinas diarias. Esto le dará
una idea de cómo le afectan las actividades cotidianas a su estado interno.
“La mayoría de las personas piensan que el control se pierde de
manera inmediata, y aunque muchas veces lo parece y en algunas incluso se
produce muy rápidamente, lo que ocurre en realidad es que no se dan
cuenta de que ha habido un recorrido de incrementos que se han ido
acumulando. No ser capaz de detectarlo es uno de los primeros
inconvenientes”[8].
Acostumbrarse a realizar varias medidas durante el día llevará a un
conocimiento más profundo de uno mismo y a aplicar técnicas de relajación
rápida para bajar el nivel de ansiedad en los momentos en que se eleve.
Además, dará una idea de cuáles son las actividades diarias que elevan la
ansiedad con mayor frecuencia y, de este modo, poder prevenir el efecto
que ellas tienen sobre la persona antes de que causen problemas mayores.
4. e. ¿REALMENTE CUENTAS CON LA
INFORMACIÓN PRECISA Y COMPLETA?
¿Cuántas veces nos apresuramos a hacer juicios de valor, sin tomarnos
el tiempo que se necesita para recabar toda la información, ya sea sobre una
persona o sobre una situación de la que somos solamente espectadores?
Hace muchos años, sucedió que había un hombre que solía decir: “Si
la mujer es delgada, entonces es histérica, y si la mujer es gorda, entonces
tiene grasa en el cerebro”. Cada vez que este hombre conocía a una mujer
no necesitaba interactuar con ella para saber cómo era, ya que desde su
perspectiva había solamente dos opciones: histérica o con grasa en el
cerebro.
Demás está decir que este hombre nunca se tomó el tiempo que se
necesita para conocer cómo es en realidad cada mujer. Su creencia estaba
tan arraigada que no era capaz de escuchar razones o fundamentos que
contradijeran sus ideas. Las posiciones alternaban entre blancas o negras sin
prestar atención a la escala de grises intermedios, que son las que
enriquecen la personalidad de cada uno.
Este es un ejemplo en el que las creencias marcan absolutamente la
percepción de la persona y las conclusiones surgen de forma espontánea sin
evaluar los hechos ni examinar la evidencia.
Muchas veces se sacan conclusiones en una primera mirada y, de esta
manera, se hacen juicios de valor muy apresurados.
Según la teoría gestáltica, los demás son espejos en los que nos
miramos y solemos ver nuestros propios defectos. Pero esta imagen del
espejo suele ser una mirada que sucede a nivel inconsciente. Es por eso que
la mayoría de las personas pasan desapercibidas y, al ver a otro individuo y
hacer un juicio sobre él, creen que en realidad están evaluando al otro
cuando en verdad su juicio habla de ellos mismos.
Esta es la razón por la cual, cuando se entrevista a alguien para un
puesto de trabajo, es necesario hacer varios encuentros para que la
evaluación que se realice no esté influenciada nada más que por una
primera impresión. En varios encuentros se estudia a la persona desde
diferentes puntos de vista y, de este modo, se tiene una mayor información
sobre ella. Con un solo encuentro simplemente se rotula a la persona según
la impresión que le cause al entrevistador.
Ahí también hay otro punto interesante, es conveniente que quien
postule a un puesto de trabajo sea entrevistado por más de una persona para
que al evaluar sus posibilidades existan diferentes opiniones y se realice una
evaluación más objetiva.
Como alguna vez dijo el Dr. Paul Watzlawick:
“La más peligrosa manera de engañarse a sí mismo es creer que solo
existe una realidad. Que se dan, de hecho, innumerables versiones de esa
realidad, que pueden ser muy opuestas entre sí y que todas ellas son el
resultado de la comunicación y no el reflejo de verdades eternas y
objetivas”.
El Dr. Paul Watzlawick fue un terapeuta excelente que desarrolló la
teoría de la comunicación humana y realizó un gran aporte a la psicoterapia
con sus ideas sobre el constructivismo radical[9].
4. f. RELAJACIÓN Y AUTOCONTROL
Aprender a relajarse de diferentes maneras le permitirá a la persona
lograr el autocontrol que necesita para enfrentar cada situación.
Con la relajación se toma conciencia del estado en el que se encuentra
el cuerpo, sus zonas más afectadas por la tensión, su postura y cómo es la
manifestación corporal global ante las distintas situaciones que se
presentan.
Con la relajación también se desarrollan habilidades motoras que
benefician el bienestar general del cuerpo.
Aprender a tensionar y distender el cuerpo en forma diferencial, es
decir, por zonas, es una técnica que puede aplicarse en todo momento y sin
la necesidad de una preparación previa.
También es posible aprender relajaciones más profundas, así como
relajaciones en las que se trabaje con los aspectos mentales, buscando
superar situaciones traumáticas.
Estos aprendizajes modifican las conductas, llevan a la persona a tener
conciencia del propio cuerpo y así lograr el control sobre él. Relajar el
cuerpo también relaja la mente y predispone de forma positiva el hecho de
llevar adelante la situación a la que se enfrenta y que le resulta compleja y
conflictiva.
En los momentos de enojo o de mucha tensión los músculos se
tensionan en exceso. Comprender este proceso y hacer un chequeo del
estado corporal al momento de pasar por una situación de enojo es el punto
de partida para saber cuándo es necesario respirar hondo y relajar los
músculos.
Este tipo de aprendizajes es apto para todas las edades. Pueden ser
enseñados en las instituciones escolares desde muy pequeños. Si los niños
lo aprenden, se acostumbrarán a utilizarlos y lo proyectarán a lo largo de
toda su vida.
Es importante destacar que estos trabajos de relajación no requieren
una ropa especial ni tampoco un lugar especial. Pueden llevarse a cabo en
cualquier momento y en cualquier lugar.
4. f. i. RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA
Ser una persona asertiva no implica tener siempre la razón, sino que,
aun estando equivocada, sabe mantener la calma para llegar a una
conclusión, escuchando los diferentes puntos de vista y logrando un
excelente entendimiento de lo que se está discutiendo.
Además, la persona asertiva sabe utilizar la empatía y ponerse en el
lugar del otro, entendiendo, de esta manera, sus razones y sus
razonamientos para llegar a las conclusiones que alega.
De esta manera, se hará el mejor intento por obtener una solución que
favorezca a todos los que intervienen. Aun cuando no sea posible resolver
el problema, haber aplicado estos pasos llevará a que la comunicación entre
las personas se produzca en los mejores términos, en los cuales quedaron
expuestos los diferentes puntos de vista.
4. i. VISUALIZACIÓN
Visualizar es un proceso por el cual se imaginan o se recrean imágenes
en la mente de una situación que pasó, cómo fue y cómo podría haber sido
de no mediar un enojo. Las personas que tienen una gran imaginación
pueden visualizar con facilidad y con gran detalle el momento. Aquellos
que no tienen tanta imaginación pueden desarrollar la facultad,
practicándola con frecuencia.
En la medida en que se practique, se irá logrando la visualización con
mayor facilidad. Además, cuanto más se realiza la visualización, se logra
automatizar la técnica hasta que se vuelve parte de la vida como una rutina
más.
Cuando se realiza una visualización es necesario tener un estado
interior de paz y tranquilidad. No se puede realizar cuando se está ansioso o
nervioso por algún motivo. En ese caso, se harán respiraciones profundas
para volver a la calma y, una vez conseguida, se podrá realizar la
visualización.
De ser posible, se necesitará un lugar sin ruidos, con algunos minutos
para estar solo sin que nadie interrumpa. Sentado o acostado, se cierran los
ojos para facilitar la concentración y se relajan los músculos. Es importante
en este momento desconectarse de la realidad para que la concentración sea
la máxima.
En ese momento se hacen algunas respiraciones diafragmáticas para
conseguir una concentración más profunda y luego se visualiza una
situación en la que habitualmente se pierde el control.
Entonces se revisa mentalmente el hecho y se recrea con el mayor
detalle posible: qué pasó, qué sentimientos intervinieron, qué pensamientos
pasaron por la mente y cómo hubiese sido la situación si en lugar de
enojarse se mantenía la calma y se hubiera respondido con otras palabras.
Seguramente, la primera vez que se realice este trabajo volverán a
surgir los sentimientos que se sintieron en el momento que se está
analizando. Esto es normal porque es un momento sensible para la persona.
Si esto sucede, se detiene la visualización, se hacen varias respiraciones
profundas y, una vez lograda la calma, se retoma la visualización. Con la
práctica, se podrá observar sin necesidad de identificarse con las
emociones.
El momento o la escena hay que recrearla mentalmente desde el
comienzo y hasta el final con el mayor detalle posible. Si se espera tener
éxito con esta técnica, no sirve de nada negar los hechos o las palabras que
se dijeron o los sentimientos que surgieron. Cuanta más sinceridad se tenga,
mejores serán los resultados.
De ser necesario, se puede tomar el nivel de ansiedad para apreciar a
qué nivel afecta dicha situación al estado interno de la persona.
Cuanto más se practique esta técnica, más sencilla resultará y más
resultados se lograrán en la vida diaria y en el camino a establecer el
autocontrol como una nueva filosofía de vida.
“Hay que recordar que el autocontrol, a pesar de que cueste esfuerzo
trabajarlo, es uno de los logros más gratificantes que nos podemos
proporcionar a nosotros mismos. Por eso, cuando lo conseguimos, nos
genera satisfacción y una alta motivación para seguir en esa línea de mejora
de nuestras respuestas”[14].
4. j. TRANSFORMA LA IRA EN AMOR Y
COMPASIÓN
- Giovani Barone.