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EVERYMAN CHES

Caissa Lovers®
Hello everybody!!
Hola a todos!

We are a group of chess fans who are producing new chess material. We have members from all around the
world, belonging to different cultures and speaking different languages, all of us joined by our common love
for chess! We hope you will enjoy our work!

Somos un grupo de fanáticos del ajedrez, que estamos tratando de producir nuevo material como este, desarrollando
diferentes proyectos e ideas. Tenemos miembros de diferentes partes del mundo, provenientes de diferentes culturas,
hablando diferentes lenguas, unidos por nuestra pasión por el ajedrez!. Esperamos que disfruten de esta muestra de
nuestro trabajo!.

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Si alguien estuviese interesado en unirse al grupo nos pueden escribir a: caissa_lovers@yahoo.com.

Best regards!!
Saludos!

Caissa I overs
Gary Kasparov
Mis geniales predecesores

VOLUMEN I
De Steinitz a Alekhine

Con la colaboración de Dimitri Plisetsky

Traducción de Antonio Gude


© Gary Kasparov 2003

© Ediciones Merán 2003


Rey Don Pelayo 14
02630 La Roda (Albacete)
Teléfono 902 403432
info@edicionesmeran.com

Editor: Jesús J. Boyero


Diseño gráfico: Eduardo Scala yjesús Rodero
Portada: José María Cerezo
Textos contraportada: Leontxo García
Revisión técnica: César Montolio

Impreso en España por Milegraf

Primera edición: noviembre de 2003

I.S.B.N.: 84-932593-8-1 (volumen 1)


Deposito Legal: NÍ-45.002-2003
I.S.B.N.: 84-932593-7-3 (obra completa)
Deposito Legal: M-45.001-2003

Las fotografías y demás ilustraciones incluidas en este libro proceden de los archivos de la revista
«Shajmaty URSS* y del Museo del Ajedrez de Rusia, así como de los archivos personales del autor,
además de diversas aportaciones de Jean-Michel Pechiné, Isaak Linder, Igor Botvinnik, Valter Heuer,
Sergei Voronkov y Boris Turov. A todos ellos, nuestro agradecimiento.

Derechos exclusivos para España y Latinoamérica. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cu­
bierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna, ni por ningún medio, ya sea electrónico,
químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo, y por escrito, del editor. La infracción de
los derechos mencionados puede ser constitutiva de un delito contra la propiedad intelectual.
Prefacio
Capítulo uno
Wilhelm I
Campeones que encarnaron una época

ace tiempo que quería escribir un libro con una nueva e innovadora his­

H toria del ajedrez. La idea era romper una lanza por el respeto a las tradi­
ciones y mostrar de paso el ininterrumpido progreso del ajedrez a través
del espíritu creador de los campeones del mundo. Porque precisamente este se­
lecto grupo de supermaestros (¡que entre los 14 suman 117 años de reinado!) han
realizado la mayor aportación de todas al ajedrez, pues para conquistar el máximo
título es imprescindible ser el mejor entre los mejores, y eso implica descubrir
nuevos aspectos del juego a fin de poder superar a los expertos y a los adversarios
de mayor talento.
Según las leyendas, los lentos juegos bélicos emparentados con el ajedrez na­
cieron hace dos mil años en la India, y gradualmente fueron evolucionando mien­
tras recorrían un largo camino a través de Asia Central, Persia y los países árabes
de Oriente Medio hacia la Península Ibérica. Por otra parte, la versión indoeuropea
acerca de los orígenes del ajedrez es conocida desde fines del siglo XVII. Acerca
de su autenticidad, sólo es posible afirmar que el ajedrez actual surgió a orillas del
Mediterráneo a mediados del siglo XV. Se trata, por tanto, de una clara invención
europea: juego de intelecto que constituye una suerte de simulación psicológica
de la guerra.
Los mejores maestros del ajedrez de cada época están estrechamente vincula­
dos a los acontecimientos e intercambios de su sociedad, contribuyendo a ellos
con su aportación creativa. Es evidente que los cambios culturales, políticos y psi­
cológicos del medio repercuten en su estilo y en sus ideas de juego. Esa profunda
conexión es perceptible ya en tiempos lejanos. ¿No es precisamente por eso que el
mayor ímpetu en su desarrollo, durante la época del Renacimiento, entre los si­
glos XV y XVII, se produzca precisamente en España e Italia? ¿Acaso puede con­
siderarse una casualidad que el primer maestro que trató de crear una teoría posi-
cional del juego, el gran Fran<;ois-André Philidor -compositor musical y amigo de
Diderot-, proceda de la época de la Ilustración y la filosofía racionalista? El nom­
bre de Philidor nos viene a la memoria asociado con el lema que proclamó a me­
diados del siglo XVIII: “¡Los peones son el alma del ajedrez!”. Sin duda, ¡puede
verse aquí un augurio de los acontecimientos que llegarían a plasmarse en la gran
Revolución Francesa!

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Gary Kasparov - M¡s geniales predecesores

Más adelante, a mediados del siglo XIX, Londres, conforme a la realidad geo­
política, era el epicentro de los acontecimientos ajedrecísticos y el escenario de
las más duras batallas entre los mejores jugadores ingleses y franceses de la época:
McDonnell-La Bourdonnais, Staunton-Saint Amant... Un poco más avanzado el
siglo, el líder del ajedrez era el romántico Adolf Anderssen, cuyo estilo de juego se
basaba en ataques a ultranza al rey enemigo, con espectaculares sacrificios que
personificaban el triunfo del espíritu sobre la materia (típico de la educación ale­
mana, no ajena a las ideas de Hegel y Schopenhauer).
También es digno de recordar el brillante impulso del genio norteamericano
Paul Morphy, que en un breve período (1857-1859) conquistó tanto el Nuevo
como el Viejo Mundo. Para el juego rey significó un poderoso detonante, mani­
festado en una mezcla de pragmatismo, agresividad y cálculo exacto|Su gran ca­
lidad permitió al ajedrez experimentar un fuerte progreso en la segunda mitad
del siglo XIX.
El Torneo Internacional de Londres de 1883 suscitó una gran intriga en el pú­
blico. Quién era el mejor jugador: ¿ Wilhelm Steinitz o Johannes Hermann Zuker-
tort? En 1886 (¡sólo tras el fallecimiento de Morphy!), se encontró el apoyo nece­
sario para organizar un match entre ellos, cuyo ganador sería declarado
oficialmente “Champion of the World”. (En inglés en el original. N.D.T). Así surgió
este título que recogía los frutos de una confrontación promovida por el interés
del público, como reconocimiento del resultado de la lucha entre los dos ajedre­
cistas más fuertes del planeta. El devenir de los catorce campeones del inundo
pone de manifiesto el indisoluble vínculo entre el ajedrez y su entorno social.

Wilhelm Steinitz
Campeón del mundo 1886-1894.
Steinitz dominó el ajedrez desde comienzos de la década de 1870. Ardiente de­
fensor de los métodos científicos, aplicó estos como la llave que resolvería los pro­
blemas que se presentaban en el tablero. El primer paso fue seleccionar las posi­
ciones con sus elementos integrantes, separando los signos esenciales de los que
pudieran extraerse sólidos principios estratégicos. ¡Este gran suceso constituyó un
punto de inflexión en la historia del ajedrez! Steinitz a menudo sobreestimaba la
importancia de su teoría del juego posicional, y tenía excesiva confianza en prin­
cipios abstractos. ¿Por qué fue Steinitz y por qué en su tiempo? Lo cierto es que el
primer campeón era hijo de su época materialista, cuando predominaba una in­
genua credulidad en la omnipotencia de las ciencias y cuando se creía que la in­
certidumbre podía ser definitivamente erradicada mediante el conocimiento del
hombre acerca del origen y las leyes de la naturaleza.

Emanuel Lasker
(1894-1921).
Natural de Alemania, doctor en filosofía y matemáticas, Lasker fue el primero,
y el único en su tiempo, en valorar el significado de los factores psicológicos en la
lucha. Llegaría a convertirse en un excelso táctico y estratega, tanto más eficaz
cuanto que comprendía el arte de explotar las deficiencias de sus adversarios, a ve­
ces con sutil habilidad, destreza que le permitía descubrir jugadas precisas y ade­
cuadas. Sus profundos conocimientos de la psicología humana y su comprensión
del valor relativo de la estrategia ajedrecística le permitieron ganar casi siempre
8
en las competiciones en que participaba, y conservar el título de campeón duran­
te 27 años. ¡Un récord absoluto! ¿Quién podría cuestionar su soberanía? ¡De
acuerdo, Einstein y Freud! Como suele decirse, sin comentarios...

José Raúl Capablanca


(1921-1927).
La Máquina, como solían llamar sus admiradores al genio cubano por la clari­
videncia y precisión de su estilo, era el favorito del público en virtud de sus mane­
ras refinadas y su imagen atractiva y mundana. El genial Capa parecía demoler a
sus adversarios sin el menor esfuerzo, con maravillosa facilidad y elegancia. Su
atractivo también radicaba en el hecho de que aparentemente conseguía triunfos
brillantes sin apenas entrenamiento. Conviene que recordemos los tiempos de es­
peranza y optimismo, cuando el mundo se deleitaba en el sosiego, tras el miedo y
la angustia de la I Guerra Mundial. Eran tiempos en los que comenzaba la expor­
tación del modelo cultural norteamericano: la literatura de los best-sellers y las
producciones cinematográficas de Hollywood. Las historias felices y heroicas, chis­
peantes, las sonrisas cautivadoras, y el inevitable final feliz, que dejaba atrás las
guerras pasadas. Y Capa, semejante a un elegante héroe mundano y mimado del
destino, no podía simbolizar mejor el espíritu de la época.

Alexander Alekhine
(1927-1935, 1937-1946). .
Descendiente de una familia noble y acaudalada, y, al mismo tiempo, ¡el pri­
mer campeón de la Rusia Soviética! Aunque antes de esto, había sufrido el dolor
de los largos días de guerra y revolución. Más tarde, su emigración a Francia,
donde se doctoró en Derecho, su grandioso triunfo sobre Capablanca, años
erráticos, victorias y derrotas, en medio del caos de la II Guerra Mundial, torneos
en la Europa ocupada, acusaciones de colaboracionismo con los nazis y amena­
zas de descalificación...
El estilo de Alekhine es la personificación de la agresividad psicológica. Des­
comunal preparación previa, energía explosiva en el tablero, ambición maníaca
de rematar al rival en virtud de una rica fantasía combinativa. Siempre asombro­
so y tan parecido a la devastadora guerra, en la sacudida Europa de mediados del
siglo XX. En el último momento, el péndulo de la existencia de Alekhine osciló a
uno y otro lado: el nuevo campeón soviético Botvinnik le retó oficialmente a un
match por la corona mundial. Sin embargo, el rey falleció prematuramente per­
maneciendo invicto.

MaxEuwe
(1935-1937).
Símbolo del siglo de la ciencia y la tecnología, del descubrimiento de la ener­
gía atómica y de la era de las computadoras. Reposado sucesor y divulgador de la
doctrina de Steiniz, “pragmático, estudioso del ajedrez y publicista”. Euwe era,
además, doctor en matemáticas y un destacado especialista en electrónica. Presi­
dente, durante un tiempo de una comisión europea de ajedrez y programación,
fue, asimismo, el primer campeón mundial que ejerció la presidencia de la FIDE
(1970) y, en palabras de Botvinnik, “el único ajedrecista que llegó a conquistar el

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Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

máximo mulo, y que, al mismo tiempo, pudo comprender la importancia de las


reglas y mantener su propia ecuanimidad en el impulso de una organización dig­
na del campeonato mundial”.

Mijail Botvinnik
(1948-1957, 1958-1960, 1961-1963).
En su juventud era un comunista convencido. De un estilo frío c implacable. Al
patriarca de la escuela soviética de ajedrez, partidario de un profundo estudio de
las aperturas y de la preparación psicológica, ¡puede considerársele una reliquia
del régimen estalinista! Es indudable que Botvinnik poseía un nivel extraordina­
rio en su época, conocía el ajedrez profundamente, lo había estudiado y practica­
do de forma científica y con gran profesionalidad. Sus aspiraciones al campeona­
to mundial datan de antes de la II Guerra Mundial, cuando las competiciones
deportivas debieron ceder la palabra a la arena política mundial, convirtiéndose
en instrumento ideológico de la confrontación entre el Este y Occidente. El pro­
fesionalismo en el deporte sólo estaba entonces en pañales, la ciencia se concen­
traba en la energía atómica, en la carrera espacial y en las investigaciones ciberné­
ticas. Recordemos que Botvinnik era doctor en ingeniería electrónica y uno de los
pioneros en la programación informática de ajedrez.

Vassili Smyslov
(1957-1958).
Símbolo absoluto del comienzo de la guerra fría, comparable a la época liber­
taria. A la muerte de Stalin, en el 20° Congreso del PCUS, y cuando se iniciaba la
rehabilitación de las víctimas de las purgas, tuvo lugar en Moscú un Festival de la
Juventud... Al trono del ajedrez ascendió un hombre sensible, inteligente y distin­
guido barítono, que soñaba con una carrera de cantante. Los sucesos comunistas
y un profundo sentimiento religioso transformaron su porvenir con una regene­
ración ortodoxa. En el estilo de juego de Smyslov no se distingue qué aspecto es
más sutil, etéreo por su calidad en comparación con el tanque Botvinnik, ¡enfren­
tándose a este gigante del juego nada menos que en tres encuentros! Aunque
Smyslov tenía la fuerza de campeón del mundo, ésta sólo se impuso por breve
tiempo. Era un campeón como de una época remota, que aspiraba a la felicidad
y se batió en retirada.

Mijail Tal
(1960-1961).
Aunque sólo se encontrara en el Olimpo durante un breve período récord,
Tal, evidentemente, pasará a la historia del ajedrez como una brillante estrella. Su
audacia, el estilo arriesgado y los perturbadores sacrificios y combinaciones de su
juventud, su impetuoso y chispeante optimismo... Con ello reflejaba a la sociedad
soviética, a duras penas recuperada de las tinieblas estalinistas y ansiosa por dis­
frutar a manos llenas de la apertura instaurada por Jruschev. Tal se proclamó cam­
peón en 1960, con un brillante juego que venía conquistando al público desde
1956. Su triunfo sobre Botvinnik fue el triunfo de un poeta rebelde sobre el ex­
perto materialista-tecnólogo (algo que, en 1951, estuvo a punto de conseguir
Bronstein, pero los tiempos no le fueron propicios). Sin embargo, a causa de su

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condición física durante el match-revancha, el joven romántico no tuvo oportuni­
dad de renovar su éxito en una lucha contra el “baluarte del sistema comunista”.
Por cierto que, precisamente en 1961, aparecían los primeros indicios del final de
la apertura. La derrota marcaba el comienzo de la línea dura...

Tigran Petrosian
(1963-1969).
Perfecto hijo de su época, estaba destinado a reemplazar a Botvinnik. Los su­
cesos del temprano “período Brezhnev” permitieron caracterizarlo como el tiem­
po de la obsesión por el método. En opinión de Brodsky (Joseph Brodsky, poeta, Pre­
mio Nobel de Literatura. N.D.T), el proceso de Daniel y Siniavsky, la invasión de
Checoslovaquia, se debieron, en gran parte, al estrangulamiento de la libertad de
expresión... La disminución de la fe en los ideales comunistas cedió su puesto al
conformismo, la precaución y la reserva. En el caso de Petrosian, que tuvo una in­
fancia difícil, hizo de la sobriedad y el cálculo los factores naturales de superviven­
cia, pues sólo de la calidad de su inteligencia y de sus propios recursos podría es­
perar un cierto grado de éxito.

Boris Spassky
(1969-1972).
Un buen dandy soviético, maestro de los ataques espectaculares, un actor in­
nato en la escena del ajedrez. Además de un alabado talento, de su valentía e in­
dependencia, es famoso por su mordacidad y manifestaciones imparciales. La di­
ferencia en su caso es que su celebridad nunca dependió del poder, ni de
mendigar informaciones o intrigas para ganar o adquirir un capital político fuera
de su nombre. La conducta disidente de Spassky, en línea con otros hombres de
acción culpabilizados de la ciencia y de la cultura, se manifestó debido a la hostili­
dad de la generación postestalinista ante la decadencia del regimen. Se sobrepuso
a la nueva tendencia emigrando... En 1976 escogió la libertad, contrayendo matri­
monio con una ciudadana francesa, y trasladando su residencia a París. Tras haber
adquirido el penoso estatus de excampeón, la bandera roja de la URSS y el esti­
pendio de su Comité de Deportes pasaron a un segundo término y fueron defini­
tivamente relegados después de Linares-83, cuando consiguió el primer puesto en
el torneo, superando al campeón vigente, Karpov,

Robert James Fischer


(1972-1975).
El más “agitado” y ambiguo campeón. Su extraordinaria y continua capacidad de
autosuperación por tener éxito le convirtieron en una leyenda viva del ajedrez. El
enérgico estilo de Fischer está marcado por “el instinto asesino” en el tablero. La
monstruosa subordinación del juego a un objetivo, la rabiosa presión regida por
una voluntad monomaníaca... Este genio misántropo abandonó la escuela para es­
tudiar a fondo el ajedrez soviético y, para entusiasmo de Occidente, ¡consiguió do­
minarlo! De forma implacable y con una exigencia sin compromiso, mejoró las con­
diciones del juego, la consideración social del ajedrez y de los ajedrecistas. Fischer
modernizó en la practica aspectos arcaicos del juego y hubiera llevado a cabo por
completo la conversión del ajedrez al profesionalismo de no haber descarrilado en

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Gary Kasparov - Mis geniales PREDECESORES

el camino. Pero algunos demonios de su carácter y un excesivo individualismo


acabaron por convertirlo en un ermitaño, llevándolo a obrar a su modo en el pro­
ceso de desarrollo del ajedrez. Lástima que decidiera retirarse en su mejor nivel,
como también que no haya sido más equilibrado. Más que famoso entre sus con­
temporáneos, en plena época de los Beatles, los hippies y las agitaciones de masas
estudiantiles, pero también en plena expansión de las exigencias del individuo
como ser libre.

Anatoli Karpov
(1975-1985).
Su poderoso instinto de supervivencia viene a sumarse a su indudable talento
para crear una sólida aleación compuesta por la destreza psicológica de Lasker y la
irreprochable técnica maquinal de Capablanca. Favorito de Brezhnev, brillante
símbolo del “estancamiento”, en la última década del régimen, cuando la URSS
invadió Afganistán, y cuando la nomenklatura del partido se ocultaba en el deterio­
ro de la ideología para ocuparse del enriquecimiento personal. Precisamente, du­
rante esos años la Federación Internacional (FIDE) fue una organización gober­
nada por los países socialistas y del Tercer Mundo, la Unión Soviética y su
campeón mundial, Anatoli Karpov. Corrupción, involución, cinismo y conformis­
mo, rasgos típicos de la realidad soviética en el tiempo del ocaso comunista. Pero
el Este adoptó las sesgadas ideas occidentales para la coexistencia pacífica de dos
sistemas y para disfrutar del doble estándar durante el mayor tiempo posible. Los
dos encuentros por la corona mundial entre Karpov y Korchnoi (en 1978 y 1981)
representan una excelente ilustración de la época. Korchnoi, incluso como un
ciudadano occidental cualquiera, aun como apatrida obtuvo la aprobación del
mundo, pero apenas mereció otra cosa que la más absoluta indiferencia de la ma­
quinaria soviética.

Gari Kasparov
(1985-2000).
En realidad, mi estilo, tal y como lo percibo, viene a ser una cierta síntesis del
ajedrez de Alekhine, Tal y Fischer. Para la historia, me proclamé campeón mun­
dial en 1985, primer año de la perestroika de Gorbachov, proceso que finalizaría
con la desintegración de la URSS y la transformación más importante del mapa
mundial. Además, el planeta sufrió un proceso de cambio que modificó la exis­
tencia de millones de seres humanos. En el ajedrez no podía ser menos. Después
de los desesperanzados intentos por revivivir el pasado (los tres encuentros con
Karpov), quedó trazado un camino y también una guerra extrema, todo ello muy
importante en el panorama del deporte profesional. Por otra parte, deberán pasar
aún muchos años de cambios en el porvenir por el bien del ajedrez y del mundo.

Vladimir Kramnik
(2000-?).
En la frontera de los siglos XX y XXI en Rusia, lo mismo que en Occidente, co­
mienza el tiempo del pragmatismo de mercado y surgen las preguntas del tipo “¿qué
clase de beneficios obtiene su empresa? , o bien “¿con qué capital cuenca su organi­
zación? . En el Olimpo del ajedrez apareció alguien que es la personificación misma

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de esta forma de interpretar la vida. En la categoría de los campeones, su talento se
advierte a principios de los noventa cuando yo insistí para que Volodia fuera inclui­
do en el equipo olímpico de Rusia; sin embargo, su ajedrez no alcanzó la madurez
hasta nuestro encuentro del año 2000. Su juego es el triunfo del pragmatismo, una
extraña síntesis de la interpretación psicológica de Lasker, la profunda preparación
de aperturas de Botvinnik y la extraordinaria tenacidad de Karpov, cuya colección
de partidas fue el libro de cabecera de Kramnik... No olvidemos que aunque la FIDE
sigue organizando un campeonato mundial por sistema K.O., el título de “Cham­
pion of the World” le corresponde de plena justicia a Kramnik, quien como 14° cam­
peón, tiene en sus manos el futuro del título.

Verdaderamente, el primer hito en la historia del ajedrez se produce cuando


en Praga, en el año 1836, nace el primer campeón del mundo, Steinitz, produ­
ciéndose el último en 2002, cuando el presidente de la FIDE, Kirsan Ilyumzhinov
convoca conjuntamente al 13° y 14° campeones a fin de «resolver la unificación
del ajedrez mundial».
Por ese mismo hecho, se estaba planteando unajurisdicción o competencia dia­
bólica de la indiscutible solera histórica, a saber, a quién le pertenece en verdad el
título «Champion of the World». En resumidas cuentas, los planes para la unifica­
ción o para su definitivo arreglo están concebidos para confirmar que la única or­
ganización oficial del campeonato del mundo siga siendo la FIDE. Esta formalidad
es una imprescindible concesión por parte de los campeones, porque hoy en día
no se ve el modo de captar el dinero de las grandes corporaciones para el ajedrez,
un dinero que pueda garantizar a los profesionales una existencia digna.
A fin de implementar un sistema dinámico y funcional para el campeonato del
mundo, puede celebrarse un torneo clasificatorio por eliminación (K.O.) en ci­
clos bienales, con matches de cuartos de final y de semifinales y, por fin, un match
de aspirantes a 12 partidas. Al mismo tiempo, el campeón podría, inicialmente, in­
corporarse a las semifinales, y en lo sucesivo incluso en cuartos de final.
De acuerdo a las circunstancias, los precedentes del significado y el título sim­
bólico de «Champion of the World» deberían erradicarse, como parte integrante
del pasado. ¿Qué debe hacerse? La extrema aceleración de los tiempos que co­
rren, bajo el influjo de la informática y la comercialización expeditiva, ejercen una
colosal influencia incluso en el ajedrez. Para su desarrollo, conviene aliarse con
los medios de la época en que nos encontramos: la realización práctica de las
ideas acumuladas, tanto como de pulir los principales elementos deportivos. En la
medida de lo posible, mi match con Kramnik (Londres 2000), puesto que es el
más reciente, debería servir de modelo por su seriedad organizativa y corrección
en todos los ámbitos, además de ampliar la comprensión del juego.
En tiempos de Tal se observaba, con acierto, que la historia de la lucha por el
campeonato del mundo creaba no sólo campeones, sino también amigos, que
juntos eran brillantes competidores. Realmente, además de los campeones mun­
diales, hay un reducido grupo de elite entre los ajedrecistas, si bien existe una
enorme masa en el desarrollo del ajedrez (algunos muy cercanos al máximo títu­
lo, aunque no lo hayan conquistado, no por escasez de méritos, sino por inescru­
tables designios de los hados). Baste con recordar a Zukertort, Chigorin, Ta-
rrasch, Pillsbury, Rubinstein, Nimzovich, Réti, Kercs, Bronstein, Geller, Larsen,

13
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

Polugaievsky, Korchnoi... Por supuesto, su estrella también es inseparable de su


significado en el tiempo que vivieron, y en la obra trataré de describir, aunque
sea brevemente, la trayectoria y éxitos de estos gigantes del ajedrez.
Ahora pongámonos en marcha. Ustedes esperan una espléndida colección de
obras maestras, las creaciones de los mejores ajedrecistas del mundo y una investi­
gación analítica realizada con ayuda de los más modernos y sofisticados progra­
mas informáticos. Estos medios han permitido poner de manifiesto una gran can­
tidad de asombrosos hallazgos. Tengo la esperanza de que esta obra permita
iluminar la colosal evolución del ajedrez a lo largo de los dos últimos siglos (sobre
todo, en los últimos ciento cincuenta años), de forma equiparable al progreso
científico-tecnológico.
También espero que mi libro despierte el interés no sólo de los profesionales
y ajedrecistas destacados, sino también el de aquellos fieles a su profundo amor
por este antiguo juego que verdaderamente podemos considerar el rey de todos
los juegos.
Gary Kasparov
Abril 2003

14
Introducción
El ajedrez antes de Steinitz

as etapas del desarrollo en el ar­ 1 e4 e6 2 d4 Ctf6?I 3 £.d3 £c6 4 £tf3

L te del ajedrez son similares al ca­


mino que cada ajedrecista reco­
rre desde principiante a las categorías
superiores. Al comienzo, siempre se re­
£e7 5 h4 0-0? 6 e5 £d5 7 ¿lxh7+! <¿xh7
8 £¡g5+ ^.xg5 9 hxg5+ ‘¿’gfí 10 Wh5+
¿?f5 11 Wh7+ g6 12 Wh3+ ¿?e4 13
W3++
produce, de forma subconsciente, la ma­
1 e4 e5 2 f4 f5?! 3 exf5 Wh4+ 4 g3 ^e7
nera de jugar del siglo XVI o XVII, otor­
5 'M5+?!
gándole libertad a los acontecimientos,
dando jaque a la primera ocasión que Mejor es 5 fxe5! ^xe5+ 6 ^e2.
se presenta, introduciendo de inme­
diato la dama en la lucha, sin pensar 5 ... <¿>d8 6 fxe5 Wxe5+ 7 Ae2
mucho en el desarrollo de todas las 7 ^e2! ^xfo 8 Ah3.
piezas, tramando impetuosos ataques
al rey. Puede resultar que la combina­ 7 ... 4b f6 8 ^f3 d5 9 g4? h5! 10 h3?
ción tenga éxito o que, por el contra­ hxg4 11 hxg4 Hxhl 12 '^xhl ^g3+ 13
rio, resulte totalmente incorrecta. El ‘¿’di <£xg4 14 ^xd5+ £d7 15 £tf3
nivel defensivo es penoso y hay una au­ ¿bf2+ 16 ‘¿’el 2>d3+ 17 ¿?dl ^el+ 18
sencia absoluta de cualquier tipo de £>xel £>f2++
plan profundo.

La Escuela Italiana y Philidor


Esta forma de jugar, dejando que la
inspiración guíe el talento y la fantasía
en el desarrollo de la partida, recibe en
la historia del ajedrez el nombre de Es­
cuela Italiana. El manuscrito del legen­
dario Gioacchino Greco (1600-1634)
incluye algunas miniaturas, entre las
que, por primera vez, se encuentran las
siguientes:
¡No está mal como monumento de
1 e4 e5 2 2tf3 Wf6? 3 ^.c4 Wg6 4 0-0
la época! Es aconsejable un vistazo al
^xe4? 5 Axf7+! ¿?e7 6 Sel Wf4 7
flanco de dama de las blancas.
£xe5+ <¿xf7 8 d4 Wf6 9 £g5+ ¿?g6 10
Wd3+ <á>h5 11 g4+ Por otra parte, Greco menciona va­
liosas variantes teóricas. Como ejem­
Seguido de mate. plo, el célebre ataque de su nombre,

17
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

con sacrificio de torre, en la Apertura glo XVIII, hasta que entró en escena
Italiana. la gran figura de Francois André Dani-
I e4 e5 2 £ic6 3 Jlc4 Jtc5 4 c3 ¿Lf6 can Philidor (1726-1795), ajedrecista
5 d4 exd4 6 cxd4 .&b4+ 7 £ic3 0}xe4 8 sobresaliente, además, por cierto, de
prestigioso compositor musical, fun­
0-0 £ixc3
dador de la ópera cómica francesa. En
8... ±xc3! su juventud, Philidor frecuentaba el
9 bxc3 ^.xc3? café parisino La Régence, lugar de reu­
nión de los jugadores de ajedrez, en­
Mejor 9 ... d5. tre los cuales también era un asiduo
10 ^b3 Legal (recuérdese el mate de su nom­
Aún es más fuerte 10 -&a3. bre: 1 e4 eo 2 &c4 d6 3 £if3 .&g4 4
£ic3 g6? 5 £ixe5! Jlxdl 6 ^Lxf7+ <¿,e7 7
10 ... ^.xal? &d5++). En el año 1747 aplastó, en un
10 ... do! match al jugador sirio Philip Stamma,
inventor de la notación algebraica en
II JLxf7+! <£f8 12 £g5 ¿Le7 13 £e5!
ajedrez y autor de una popular colec­
Jlxd4 ción de 100 problemas y posiciones
Si 13... d6,14 Ag6! (1737).
14 £g6! d5 15 ^f3+ £f5 16 J.xf5 Philidor, a tal punto era superior a
¿Lxe5 17 £e6+ Af6 18 JLxf6 sus contemporáneos, que hasta el final
de sus días sólo podía jugar con ellos
Y las blancas ganan. concediéndoles ventaja. Por esta ra­
“Los maestros de aquel tiempo”, zón, el acontecimiento más destacado
dijo Lasker, “adoptaban un saludable de su época no fueron sus victorias an­
y fructífero plan: desdeñar los peo­ te el tablero, sino su obra absoluta­
nes, desarrollando rápidamente las mente innovadora L’analyse du jeu des
piezas, a fin de iniciar cuanto antes Échecs (1749, 1777, ¡con más de 100
un decidido ataque contra el rey ene­ ediciones en total!). Philidor fue el
migo. El contraataque tampoco se ha­ primero en probar y someter las aper­
cía de rogar. Una eficaz movilización turas a un estudio sistemático y cientí­
de piezas a posiciones sólidas, acepta­ fico, así como en elaborar -¡cien años
ción de los sacrificios y cambio de las antes de Steinitzl- un cierto número
piezas contrarias activas, ganando en de principios que rigen el juego.
virtud de la superioridad material. Contra los despreocupados ata­
Los maestros del ataque descubrieron ques de piezas y el estilo de juego de la
brillantes combinaciones, en tanto Escuela Italiana, característicos del
que los maestros de la defensa descu­ siglo XVIII, y personificados en los
brieron el cambio sistemático de pie­ maestros de Módena, Lolli, del Rio y
zas para reducir la intensidad del Ponziani, por primera vez se hablaba
ataque enemigo. Los maestros del ata­ de un plan de posiciones, tema que dio
que a ultranza descubrieron los gam­ lugar a su teoría de peones: “Los peo­
bitos, mientras que los de la defensa nes son el alma de la partida de aje­
encontraron el Giuoco Piano (es decir, drez, de sus reglas y de su disposición
“juego tranquilo”, en la Apertura Italia­ depende el éxito del ataque o de la de­
na: 1 e4 e5 2 &J3 foc6 3 &.c4 &.c5 4 d3 ó fensa. El arte de jugarlos decide el si­
4 Qc3: G.K.), los fianchettos y la De­ no de la partida”.
fensa Siciliana”. ¡Quién iba a pensar En lo sucesivo, las piezas se des­
que la “modesta” Siciliana llegaría a arrollarían detrás de los peones, aquí
ser la principal y más aguda apertura se encierra, en una palabra, el plan de
de nuestros tiempos! juego de Philidor. Reducido a un
La inclinación a gambitos y combi­ ejemplo de su libro, he aquí la ilustra­
naciones imperaba en el ajedrez del si­ ción de su tesis.

18
El ajedrez antes de Steinitz

32 f6
“Si se cuenta con un alfil de casillas
blancas, procede situar los peones en
casillas negras; si el alfil es de casillas
negras, entonces deben situarse en ca­
sillas blancas. El alfil se encargará de
que las piezas enemigas se sitúen entre
sus propios peones”. Uno de los princi­
pios clásicos de Philidor, que a conti­
nuación adoptaría Steinitz.
32 ... Eb2 33 Ad3 <¿>f7 34 Af5 £ic4 35
23 £jg3 £ih5
Preparando el avance f4-f5. Amenaza e5-e6.
23 ... ¿Le3 35 ... Sg8+ 36 £g4 ^d2 37 e6+ <¿g6 38
f7
“El caballo intenta cerrar líneas, obsta­
culizando el movimiento del peón f, “El peón de e6 se convertirá en dama y
pero ahora sigue un sacrificio de cali­ las blancas ganan”. Puede seguir 38 ...
dad, que le permite al peón seguir Sf8 39 <á?g7 40 £h5 y e6-e7.
avanzando” (Philidor). Philidor inauguró el principio eterno
24 £xe3! dxe3 25 ^xe3 Sxa2 de la estrecha cooperación: “los ata­
Las blancas tienen una presión tangi­ ques auténticos deben llevarse a cabo
ble en caso de obstinarse en frenar el con el esfuerzo asociado de muchas
avance del peón e con 25 ... 2ac8. piezas” (en este sentido, su mejor discí­
pulo fue Morphy): y formuló otros va­
26 Sel! liosos principios:
“A fin de que el peón de e5 esté apoya­ 1) “El ataque nunca debe dar co­
do, en el momento del avance f4-f5” mienzo antes de que los peones que en
(Philidor). él participan estén debidamente apoya­
26 ... 'sZxb3 27 '^e4 ^e6 28 f5! gxf5 29 dos” (y deberían desplegarse en una ca­
gxf5 dena compacta, en falange).
¡El sueño de Philidor realizado! 2) “Los peones, en particular los del
centro, que se han avanzado a la quinta
29 ... Wd5 30 ^xd5 cxd5 31 £xb5 fila, pierden parte de su fuerza, ya que
Ahora las blancas pueden dedicarse a pueden ser fácilmente atacados por los
promocionar sus peones pasados, que peones enemigos desde la sexta fila”
al estar unidos y apoyados resultarán (un panegírico directo de la Defensa
imposibles de frenar. Alekhine).
31 ... £b6 3) “Siempre es provechoso cambiar
nuestro peón f por el peón e, porque
esto permite dominar el centro y, apar­
te de eso, abre una columna para la to­
rre” (ideas del Gambito de Rey y otras
aperturas del siglo XIX, como la Aper­
tura Vienesa).
Philidor, de acuerdo con la teoría
de peones, dió un carácter duradero a
la partida llevándola hasta el final. Los
dones de investigador de Philidor se
ponen especialmente de manifiesto
en esta fase: así, dio un colosal paso

19
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

adelante en el, ahora clásico, análisis salía intrépidamente a su encuentro,


de los finales de “torre y peón contra luchando con audacia e ingenio por el
torre”, “torre y alfil contra torre”, “da­ dominio del centro”.
ma contra torre y peón”, etc. No olvi­ En 1833 publicó el manual Nuevo es­
demos que es a partir de las posiciones bozo del juego de ajedrez (del que incluso
típicas del final como surge el concep­ se hicieron ediciones en ruso), donde
to de plan. por primera vez se enseñaba a trabajar
Sin embargo, el problema siguien­ de manera independiente con un libro
te para el desarrollo ulterior del aje­ de ajedrez, así como aprender a calcu­
drez fue que el genial maestro francés lar variantes. En 1836 La Bourdonnais
estaba demasiado por delante de su fundó la primera revista del mundo
tiempo, de modo que nadie podía ju­ consagrada enteramente al ajedrez, Le
gar con éxito de la manera por él pro­ Palaméde (nombre mítico del héroe
puesta. El mundo del ajedrez sencilla­ griego que participó en la guerra de
mente no estaba preparado aún para Troya, a quien en la Francia del siglo
absorber los principios generales del XIX se le atribuía la invención del aje­
juego posicional, sobre todo en las drez; por cierto que, en mi opinión, és­
posiciones cerradas, y durante más de ta es una evidencia indirecta de su ori­
la mitad del siglo XIX predominó el gen mediterráneo. El mico debe haber
influjo romántico de la Escuela Italia­ surgido tras las guerras reales de los si­
na, lo cual, por otra parte, enriqueció, glos XIII-XV).
como veremos, de manera considera­ En 1824, durante una visita a Lon­
ble el ajedrez. dres, La Bourdonnais derrotó a los
maestros ingleses y fue proclamado por
Los primeros matches sus compatriotas “el ajedrecista más
por la corona grande de Europa”. Los ingleses tuvie­
ron que esperar diez años más, hasta
Tras la muerte de Philidor, no apa­ que el francés se dignó a poner a prue­
reció durante mucho tiempo en Euro­ ba en el tablero a uno de sus jugadores.
pa un ajedrecista claramente superior. El irlandés Alexander McDonnell
Hacia 1820, presentaron sus credencia­ (1798-1835), secretario de una asocia­
les el francés Alexandre Louis Honoré ción de comerciantes con la India, era
Deschapelles (1780-1847), hijo de un un hombre acomodado y, a diferencia
mariscal, y el brillante ajedrecista y lite­ de La Bourdonnais, ajedrecista aficio­
rato (secretario de una compañía de nado. Jugador de aguzado estilo com­
comercio británica)., William Lewis binative», desde las primeras jugadas
(1787-1870). Después, los líderes fue­ acostumbraba a plantear una feroz ba­
ron sus discípulos, Louis Charles Mahé talla y a menudo tenía que pagar por
de La Bourdonnais (1795-1840) y Ale­ su imprudencia. Baste con citar su pro­
xander McDonnell (1798-1835). vocador gambito
La Bourdonnais pertenecía a una
familia de la nobleza que acabó arrui­ 1 e4 e5 2 f4 exf4 3 <£f3 g5 4 Ac4 g4 5
nada, lo que le obligó a ganarse la vida £c3?l
como jugador de ajedrez, una ocupa­ Si no 5 £>e5, lo mejor es el Gambito Po-
ción por entonces ingrata incluso para lerio-Muzio, 5 0-0.
los mejores, de modo que apenas logra­
ba llegar a fin de mes. Aunque había es­ 5 ... gxf3 6 Wxf3
tudiado el Analyse... de Philidor, jugaba En una de las partidas del match, La
con un diferente estilo de ataque, intui­ Bourdonnais, siguió con 6 ... JLh6 7 d4!
tivo, en línea con su propio tempera­ £ic6 8 0-0 ¿Lxd4? 9 &xf7+ <á?xf7 10
mento. En palabras de Lasker, “cual­ Wh5+ <¿>g7 11 ±xf4, y en otra, 6 ... £lc6
quiera que fuese el plan de su 7 d4 £ixd4 8 £xf7+ <á?xf7 9 Wi5+ &g7
adversario, La Bourdonnais siempre le 10 0-0, con ataque de las blancas. Sin
20
JUU AJEDREZ ANTES DE aiEllNiiz.

embargo, tras 6 ... d6! 7 d4 ^.e6, la ven­ borado sistema teórico, por parte del
taja estaría del lado de las negras. gran maestro Sveshnikov. En su 12a
partida del match jugó 4 ... £>xd4? 5
El organizador de la serie de seis
Wxd4 e6 6 ^.c4?l (mejor 6 4M3!) 6 ...
encuentros entre McDonnell y La Bour-
2>e7 7 2>c3 ¿M6 8 Wdl ±c5 9 0-0 0-0,
donnais, era discípulo de William Le­
con peor juego.
wis: George Walker, teórico, historiador
y literato, fundador del Club de West­ 5 &xc6
minster. De ahí el célebre “Maratón de Actualmente se considera lo más fuerte
Westminster” (Londres 1834/35), que 5 &bo. Desde los años cincuenta se co­
se considera la primera gran batalla noce la variante 5 ... a6 6 ¿M6+ -&xd6 7
por la corona mundial de ajedrez, o ^xd5 W6. Por ejemplo: 8 Wdl (mejor
primer match oficioso por el campeo­ que 8 Wa3 e incluso 8 Wxffi ¿xf6 9
nato del mundo. La Bourdonnais fue ¿M3) 8 ... Wg6 9 M3 <£ge7 10 h4 h5 11
el convincente vencedor, con el resul­ Ag5 d5 12 &xe7 d4 13 Ag5 dxc3 14
tado: +45 -27 =13 (según otras fuentes, bxc3 Wxe4+ 15 &e2 f6 16 ^.e3 &g4 =
+44-30=14). (Fischer-Tal, Curasao, Candidatos,
Veamos la siguiente partida del 1962), pero es mejor 12 exd5!, conser­
maestro francés que ha pasado a ser su vando la ventaja. Como demostró Sves­
taijeta de visita. hnikov, es mejor 5 ... d6! 6 c4 ^.e7, y las
blancas sólo pueden desplegar una ini­
ciativa mínima. Por otra parte, 5 ¿óxc6
1 tal vez sea mejor que su reputación. En
A. McDonnell-L. La Bourdonnais la era pre-Steinitz se buscaba un rápido
Londres 1834, cuarto match, 16a partida desarrollo y el ataque, sin prestarle aten­
Defensa Siciliana (B32) ción a matices posicionales como la de­
bilidad de la casilla do.
1 e4 c5 2 ¿M3 5 ... bxc6 6 ^.c4 ¿Lf6
En el Café de la Régence se prefería la Lówenthal recomendaba 6 ... ^.a6 (con
jugada 2 f4, que Deschapelles defen­ idea de 7 ^.xa6 Wa5+ y 8 ... ’eZxa6), aun­
día, sobre la base de que “cualquier que después de 7 ¿M2 JLxc4 (ó 7 ...
otra jugada es favorable a las negras”. Wa5 8 0-0 M6 9 We2) 8 ¿£xc4 ^e7 9 0-0
McDonnell tuvo que afrontar la tex­ ^e6 10 b3 ¿M6 11 Jlb2, las blancas con­
tual una y otra vez, contra La Bour­ servan cierta ventaja.
donnais, y tras 2 ... ¿M6 3 £>f3 e6 4 c3
d5 5 e5 f6 y ¿ÍJg8-h6, tuvo que retroce­
4*

der ante el francés (+4 -8 =1). Más tar­


de, Staunton también consideró que
2 4¿5f3 era un error, y que era mejor 2
f4, como jugó contra Saint-Amant.
Pero he aquí que Morphy se mostra­
ría en desacuerdo, calificando a 2 f4
“una jugada totalmente irregular”,
considerando “más fuertes” a las juga­
das 2 £>f3 y 2 d4. La verdad, cierta­
mente, es escurridiza y hay que perse­
guirla sin cesar...
2 ... ¿M6 3 d4 cxd4 4 ¿Md4 e5! 7 ^.g5?!
El signo de admiración se debe a la Una jugada inútil y antiposicional.
brecha del tiempo. La Bourdonnais ¿Acaso el alfil va a cambiarse? También
puso en practica una jugada que -¡150 es inofensivo 7 ^e2 Ae7 8 £jc3 0-0
años más tarde!- daría lugar a un ela- 9 £g5 &xe4 (9 ... h6l?) 10 ±xe7 ¿Mc3

21
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

11 ^xe5 He8 12 0-0 Wxe7 13 ^xc3 do Obviamente, el error decisivo. No se


14 Ad3 Wd6 =, como se jugó en una puede dejar de presionar a los peones
partida precedente del match. negros, sin obtener algo concreto. Des­
pués de 14 £ld2 a4 15 £.c4 a3 16 b3
Lo mejor es 7 0-0!, como se jugó en la £.b7, las blancas están, sencillamente,
conocida partida Morphy-Lówenthal peor (pareja de alfiles contrarios, cen­
(Londres 1858), donde siguió 7 ... d5?! tro, etc.), pero se mantienen.
(también es malo 7 ... ^xe4?! 8 Sel d5
9 Hxe4 dxe4? 10 £17+!) 8 exd5 cxd5 9 14 ... Wb6 15 £c2 £b7 16 ^d2 Hae8
Ab5+ Ad7 10 £xd7+ ^xd7 11 Sel La torpe 16 ... Wxb2? dejaría escapar la
£.d6?! 12 £c3 (12 £g5!) 12 ... e4? (lo ventaja: 17 ^d3 g6 18 Habí e4! 19 &xe4
mejor es 12 ... We6 13 Ag5 £b4 14 (19 Hxb2 exd3 20 £xd3 =) 19 ... Axe4
£.xf6 gxf6 15 £ixd5 0-0-0 16 c4 £xel 17 20 Sxb2 £xd3, con probables tablas.
Wxel, aunque las blancas conservan la
iniciativa) 13 £g5, y las negras se en­ 17 &e4
cuentran en serias dificultades. Sin em­ Era tenaz 17 Ae4!?
bargo, pueden mejorar su juego con 17 ... £d8
7 ... Ae7! 8 £}c3 0-0 9 '£7d3 d6, y las
blancas no han conseguido gran cosa. Parece preferible 17 ... £e7l?
Cierto que tienen un juego libre, pero 18 c5 eC6 19 f3 £e7 20 Had £5!
el balance de la apertura es que ambos
bandos tienen una posición aceptable. El comienzo del fin; los alfiles disparan
a distancia y los peones negros irrum­
7 ... £e7 pen en el centro, lo que justifica la en­
trega de la calidad.
En la 11a partida del match siguió 7 ...
Ac5 8 0-0 h6 9 £xf6 ^xf6. 21 Wc4+ ^h8
8 We2?l Pero no 21 ... '^d5? 22 Wb5 £.c6, y aho­
ra 23 £b3 £xb5 24 £.xd5+ cá>h8 25
Cuenta con la aprobación de Chigorin £}d6 £.xd6 26 cxd6 Hf6 27 2c5 Hb8 28
8 £k3 Ab7 9 'Be2 d5 10 Sdl. Después f4!, y las negras quedan peor: 28 ... e4
de 10 ... d4 11 0-0 0-0 12 £>bl c5 13 29 £.b7! £d7 30 Hxd41 Sxb7 31 Hc7
£id2 £id7, las negras están bien, mien­ Hxb2 32 Hxd7.
tras que las blancas todavía no han es­
tropeado nada. 22 Aa4 Wh6

8 ... d5 5

Enérgico, pero la recomendación de la


mayoría de los comentaristas es 8 ... 0-0.
9 £xf6?
Esto es un importante fallo. “Las blan­
cas ignoran la continuación natural, 9
exd5 cxd5 10 Ab5+ Ad7 11 £.xd7+
£ixd7 12 £.xe7 Wxe7 13 ^c3, presio­
nando sobre los peones centrales”
(Neishtadt). Perdón, pero después de
13 ... d4 14 £id5 Wd6 15 c4 0-0 16 0-0 23 £xe8?
£>b6!, la presión es inútil.
Posiblemente era mejor, para seguir lu­
9 ... £xf6 10 £.b3 0-0 11 0-0 a5 chando, 23 4¿5d6! £jcd6 24 £xe8 (24
Con las amenazas 12 ... a4y 12 ... £a6. cxd6 Hc8 - 4) 24... £c7 25 c6 e4 26 cxb7
Wxh2+ 27 <á?fl exf3 28 gxf3 ^.g3! (Ro­
12 exd5 cxd5 13 Hdl d4 14 c4? manovsky analizó la línea 28 ... Wh3+ 29

22
El ajedrez antes de Steinitz

<á?e2 Sxe8+ 30 <á?d3 i?xf3+ 31 &c2


^xb7 32 ^xd4, y después de 32 ... h6,
las negras se imponen) 29 Wxd4 Hxe8,
y ahora no 30 Sd2? Whl+ 31 Wgl
Wxf3+ 32 Sf2 £xf2 33 Wxf2 Wxb7 - +
(Neishtadt), sino la jugada de la com­
putadora 30 Hc3!, y el triunfo de las ne­
gras se hace de rogar: 30 ... h5I 31 f4 h4
32 b8^! Sxb8 33 Hd2 ^hl+ 34 &e2
^el+ 35 £d3 Wfl+ 36 «á?c2 £xf4 37
Wf2 Wxf2 38 2xf2 g5 39 Hxf4 gxf4 40
Sh3 <¿>g7 41 2xh4 3b4-+.
23 ... fxe4! Las blancas se rindieron. ¡Admirable fi­
nal! ¡Una de las posiciones más insóli­
La avalancha de la infantería se pone
tas del siglo XIX.
en marcha.
“El juego táctico de La Bourdonnais,
24 c6
para asegurar el avance de sus peones,
O bien 24 'eFbo áLa6 25 Wc6 exf3 26 produce una fuerte impresión”, escribe
gxf3 ^e3+ 27 é>hl Ae2-+. Yakov Neishtadt en su libro Campeones
24 ... exf3 25 Sc2 sin corona (1975). “Además, revela en
un grado más importante, su superiori­
En caso de 25 cxb7?, seguía 25 ... ^e3+ dad estratégica. Las combinaciones de
26 <¿>hl fxg2+ 27 <¿?xg2 Kf2+ 28 <¿?gl La Bourdonnais se basan en un sólido
Se2+, y si 25 gxf3, 25 ... '^e3+ 26 ‘¿’hl fundamento posicional. Se trata de los
Wxf3+ 27 <£gl Sf5 - +. primeros pasos de la estrategia, que ha­
25 ... ^e3+ 26 d?hl £c8 bría de culminar más tarde, hacia 1850,
con Paul Morphy”. Es difícil no estar de
Una continuación mecánica era 26 ... d3 acuerdo con esto. La Bourdonnais ju­
27 Wxd3 ^xd3 28 Hxd3 f2 29 Sxf2 2xf2 gaba, sin ninguna duda, con mayor
30 h3 ác8 31 c7 Ec2 32 Ac6 g6 - +. profundidad que su oponente, detec­
27 £d7 f2 tando triunfos estratégicos de los que
aquél no era consciente y eso fue, en
27... d3l?
última instancia, lo que decidió los en­
28 2f 1 d3 29 Ec3 &xd7 30 cxd7 e4 cuentros a favor del francés.
Con la amenaza 31 ... ^e2 32 Sccl e3. Fue una gran desgracia que, poco
tiempo después, estos dos sobresalientes
31 ^c8 £d8 ajedrecistas falleciesen prematuramente.
Los comentaristas prefieren ganar con Entretanto, la polémica rivalidad entre
31 ... Hd8I? 32 Eccl d2 33 Hedí Wel Inglaterra y Francia se renovaría con
(aunque también es posible 33 ... W/4 34 Howard Staunton (1810-1874) y Pierre
^c4 kd6. ~G.K.) 34 Wc3 e3 35 Sdxel Charles de Saint-Amant (1800-1872).
dxelW 36 Sxel áb4! Staunton aprendió a jugar al aje­
drez relativamente tarde, y aunque no
32 ^c4 conoció personalmente a McDonnell
O bien 32 Sccl d2 33 Ecdl Wf4!, con ni a La Bourdonnais, a principios de
las amenazas 34 ... -&c7 y 34 ... e3. 1840 ya era claramente superior a sus
32 ... ^el 33 Sel d2 34 Wc5 2g8 35 rivales, quienes oscilaban, según la
Sdl e3 36 Wc3 Wxdl 37 Sxdl e2 clasificación de Lasker, como maes­
tros “del segundo tipo”. ¡La escala de
¡Bonita falange! A Philidor le hubiera la actividad ajedrecística era impresio­
encantado ver un triunfo tan apoteósi- nante! Erudito especializado en Sha­
co de los peones. kespeare, fundó y editó la publicación

23
Gary Kasparov — Mis CEÑIALES PREDECESORES

Chess Players Chronicle (1841-1854), Después de ocho partidas, Staunton


además de tener a su cargo la colum­ tenía una ventaja arrolladora: +7=1 (!),
na de ajedrez en el periódico Illustra­ que el inglés fue manteniendo con una
ted London News (1845-1874). Era un actuación orientada hacia su objetivo
estudioso de la teoría de aperturas final: +10 -3 =2. Cierto que Saint-Amant
(en particular creó su propia gambi­ pudo dar muestras de su talento, al de­
to, 1 d4 f5 2 e4!?), y, sobre todo, es rrotar a su rival en las partidas 16, 19 y
autor de cuatro notables libros de aje­ 20 No obstante, y como era de prever,
drez, Chess Player's Handbook (publica­ sucedió lo inevitable.
dos en 1847, y de cuyo mérito dan fe
las 18 ediciones en los 70 años si­
guientes), colecciones de partidas de
2
sus tres matches (1849), así como
P. Saint-Amant-H. Staunton
otros títulos y Chess Praxis (1860),
donde incluía partidas de Morphy. Paris 1843, match, 21a partida
Adoptó, por otra parte, las célebres Defensa India de Dama (E14)
“piezas Staunton”, que durante más 1 d4 d5 2 c4
de siglo y medio han sido utilizadas
en todo el mundo. En su haber tiene “El Gambito de Dama no está lo bas­
también la organización del primer tante valorado por los ajedrecistas in­
torneo internacional de la historia y gleses y, sin embargo, es una apertura
la primera tentativa por organizar el muy interesante y compleja, menos
ajedrez internacional. azarosa que los gambitos de peón rey.
Su adversario, Saint-Amant era por Además, permite mejorar al estudian­
entonces el mejor jugador del Café de te, debido a que exige un juego co­
la Régence, templo parisino de Caissa, rrecto por parte de ambos bandos”
y gozaba de una gran reputación, no (Staunton).
sólo entre los ajedrecistas sino tam­ 2 ... e6 3 e3 c5 4 2ic3 ^f6 5 £f3 &e7
bién como próspero comerciante,
además de editor de Le Palaniéde que Por extraño que parezca, ¡es la Defensa
había vuelto a publicarse desde 1842, Tarrasch!, que ya se había planteado en
y representante oficial de Francia en la 7a y 17a partidas. Staunton elude la
ios asuntos del ajedrez internacional. Variante Simétrica, con 5 ... £}c6.
Tras difíciles negociaciones, se llegó 6 Ad3 b6
al acuerdo de iniciar un match en no­ 6... dxc4!
viembre de 1843. Staunton viajó final­
mente a París, pues se jugaría en el Ca­ 7 0-0 0-0 8 b3 ^.b7
fé de la Régence, registrándose un En el tablero ha surgido el “sistema
récord de público, al comienzo de este centralizado”, de la Defensa India de
singular duelo entre los dos jugadores Dama.
más fuertes del orbe. Sería declarado
vencedor el primero que consiguiese 9 cxd5
11 victorias. La expectación despertada Un cambio un tanto prematuro, con
por el encuentro fue indescriptible, y ánimo de bloquear el alfil de b7. Me­
uno de los periódicos llegó a calificarlo jor es 9 Ab2 cxd4 10 exd4 £ic6 11
de. “¡La mayor batalla ajedrecística en­ ^e21? (o 11 2cl). Por otra parte, hay
tre Francia e Inglaterra!” ¡Una verdade­ que tomarse en serio la apertura y me­
ra lucha, desde luego! Los franceses es­ dio juego de esta partida pues debe­
taban seguros de que su ídolo ganaría mos considerar que los contendientes
(pues Saint-Amant había derrotado, se encuentran en territorio totalmen­
pocos meses antes, a su oponente por te desconocido, y tratan de descubrir,
+3 -2 =1), pero sufrieron un amargo por pura intuición, el juego que la po­
desengaño. sición requiere.

24
El ajedrez antes de Steinitz

9 ... exd5 10 Wc2?I La preciso era 23 ... Sfc8!, y es malo 24


No corría prisa el desarrollo de la da­ £xh6? gxh6 25 Wxh6, por el contragol­
pe 25 ... £}e4! (con la amenaza ^.h2+ y
ma. Mejor era 10 ^.b2 y We2.
Wxh6). Staunton, “por si acaso”, se
10... £c6 11a3a6?! protege del sacrificio.
Jugada superflua. No le gustaba 11 ... 24 Wc2
2c8 por 12 -&Í5, pero podía haber op­
tado por 11 ... cxd4. No era posible 24 Axh6? gxh6 25
Wxh6??, por 25 ... Ah2+ y 26 ... Wxh6.
12Sdl?!
24 ... £f6 25 £hl?l
Era más lógico 12 dxc51? bxc5 13 ^a4,
con asedio a los peones colgantes (13 Una vez más, una extraña jugada. Co­
... ¿Xc8 14 We2, saliendo de su compro­ mo solía bromear Spassky en tales ca­
metido puesto). sos, “llevan el rey ahí porque no pue­
den llevarlo a h Ó...”.
12 ... cxd4 13 exd4 h6
25 ... ¿Le8
“Es preciso obstaculizar el desarrollo
del alfil por g5 y liberar al caballo de la Se imponía 25 ... ^.c8!, tanto para con­
defensa del peón h7” (Saint-Amant). trolar el punto f5, como para situar el
alfil, caso necesario, en e6.
14 b4?I
26 £T5? ’
Este debilitamiento no es necesario;
mejor 14 Jíf4. Evidente error posicional, que permite
14 ... &d6! 15 Sel b5 el cambio del caballo e7.
26 ... &xf5 27 Axf5 a5! 28 ^b3 axb4
También discutible.
29 axb4
16 h3 Sc8 17 ^b3 ^c7 18 Ad2 'Bb6 19
Ae3 £ie7 20 Sacl £>h5?» Sin jugadas nada especiales, han conse­
guido resolver sus problemas y ahora si­
Una maniobra bastante extraña. tuarán un “centinela” en su puesto
21 ^dl! £T6 avanzado, después de lo cual asumirán
la iniciativa con un contraataque.
7
29 ... Sc4! 30 2>a2 £T6 31 Ad3
“Con la vana esperanza de hacer retro­
ceder a la aventurera torre” (Neis-
htadt).

22 £h4?l
Otra extraña maniobra. Actualmente,
cualquier candidato a maestro habría
jugado 22 £>e5! (centralizando y explo­
tando el dominio del punto c5), con
una pequeña, pero fírme ventaja.
31 ... Wc6!
22 ... Sc7 23 Wd2 £h7
Prototipo de sacrificio de calidad a lo
Una jugada completamente innecesaria. Petrosian.

25
Gary Kasparov — Mis geniales PREDECESORES

32 Wb2 La recomendación 41 ... We71? (para


seguir con We4) lleva, después de 42
32 ^.xc4?? dxc4. d5! lLxb4 43 Wb2, a inútiles compli­
32 ... ^d7! 33 <&gl! caciones.
Mejor que 33 Axc4? dxc4 34 <®>gl (pa­ 42 Sdel
rando la amenaza ...Wxh3) 34 ... &d5
“Lo correcto era 42 Sed2”, escribió
35 £d2 ác7! 36 Wc2 Wd6 37 g3 f5, con
en Le Palaméde Saint-Amant. A lo que
fuerte ataque.
replicó Staunton, en el Chess Player's
33 ... £sh5 Chronicle, que después de 42 ... Jlxdl
Con idea de activar la torre de la reta­ 43 Sxdl We7 (también es posible
guardia, con el avance f7-f5, sin renun­ 43 ... Sg3) 44 Ebl Sxg2+ 45 <á?xg2
ciar al sacrificio de calidad. We4+, o bien 44 ... '¿7e4 45 Sb2 .&xb4,
“la partida siempre está ganada para
34 Wd2?! las negras”.
No sé por qué los comentaristas no 42 ... &xe2 43 Hxe2 ’^e7 44 Wb2 He6
mencionan la posibilidad 34 ^.xc4 45 <£f2 Ke4 46 ^a2 <£f7?!
dxc4 35 £}c3, para seguir con d4-d5.
Las negras, sin duda tienen suficiente Era decisivo 46 ... &xf4 - +, y pasable 46
compensación por la calidad, pero no ... <á>h7.
se ve nada terrible para que las blancas 47 g3
no puedan aspirar a tablas.
Tratando de cerrar el paso a la dama
34 ... f5 35 f4? negra.
Un error posicional imperceptible, que 47 ... ^b7
origina un catastrófico debilitamiento.
Nadie ha señalado 35 Jtxc4 dxc4 36 f3. 47 ... g51?
En la famosa partida Spassky-Petrosian 48 Wa3 Se8 49 ’^3?!
(Moscú 1966, match, 7a), ¡as blancas,
Más resistente era 49 Sel.
en una situación análoga, jugaron f2-
f4, ¡pero no estaban obligadas! Por otra 49 ... ^hl 50 h4
parte, estos errores son disculpables,
porque sucedieron 160 años atrás, y de
sobra sabemos el gigantesco progreso
que ha experimentado el ajedrez.
35 ... ^g3 36 Axc4
pesar de todo...
36 ... dxc4!
Activando el alfil de b7.
37 ^b2 Hf6 38 £c3 &e4 39 He2 2g6
Con la amenaza 40 ... £ixc3 41 Wxc3
(41 Sxc3 ^e7) 41 ... We7 42 Sb2 (42
50 ... g5! 51 Wel Wi2+ 52 <á?f 1 ^h3+ 53
Ebl &xf4) 42 ... ^e4 43 Scc2 (43 Wd2 <á?gl Wg4! 54 hxg5
c3!) 43 ... Sg3 44 2e2 &xf4 - +.
40 Hdl?! En este punto se acercaba la mediano­
che y había que pasar la partida al día
Devolución de la calidad que Staunton siguiente. En esta posición desespera­
comenta así: “las blancas asumen el he­ da Saint-Amant quema los últimos car­
cho de que deben situarse a la defensiva”. tuchos.
40 ... 2>xc3 41 1Zxc3 £f3 54 ... ^xf4 55 £x£4 Wxe2 56 Wxe2

26
El ajedrez antes de Steinitz

Sxe2 57 gxh6 c3 58 <¿>fl Ee4 59 _&cl maestros Bernhard Horwitz (+14-7 =3)
<£g6 60 d5 c2 61 &d2 3xb4 62 d6 2d4 y Daniel Harrwitz (+12 -9 =1; en 15 de
63 <á?e2 Zxd6 64 <¿>e3 <±>xh6 65 <á?e2+ estas partidas Staunton había concedido
d?g6 66 '¿’el b4 peón de ventaja), reforzando así, con
ayuda de su recién estrenado gambito 1
Las blancas se rindieron. ¡La partida du­ d4 f5 2 e4l?, su reputación de primer
ró 14 horas! ajedrecista del mundo.
Staunton ganó el “match vital” (+11 - No obstante, Staunton no fue debida­
6 =4), tomando así una singular revan­ mente reconocido por sus contemporá­
cha de la derrota de McDonnell. Su vic­ neos ni por los historiadores de ajedrez.
toria hizo sufrir sobremanera a los En 1964, Fischer lo incorporó a su lista
fanáticos aficionados parisinos, y fatigó de los diez mejores maestros de todos los
la resistencia de su adversario. Saint- tiempos, diciendo: “Staunton era el más
Amant pensaba cada jugada durante profundo analista de aperturas de todos
una eternidad, lo que hizo que cada par­ los tiempos. Era más teórico que jugador,
tida durase un promedio de 9 horas. pero aun así era el jugador más fuerte de
Así, el lento match marcó una clara su época. Al reproducir sus partidas, he
diferencia con los feroces combates en­ descubierto que son absolutamente mo­
tre La Bourdonnais y McDonnell. Staun­ dernas. Mientras que Morphy y Steinitz
ton jugó de forma prudente, tanteando rechazaban los fianchettos, Staunton los
intuitivamente los principios posiciona- adoptaba. Además, entendía todos los
les del juego (entre ellos, con excepción conceptos posicionales que le son tan
de algunas reglas de Philidor, algunos queridos a los jugadores modernos, y así,
que aún no habían sido formulados.) con Steinitz, debe ser considerado el pri­
De vez en cuando se plantearon apertu­ mer jugador moderno”.
ras cerradas y semiabiertas, que permi­
tían un tranquilo desarrollo de piezas. El genio de la combinación
Saint-Amant actuaba con la misma soli­
dez, de forma un tanto seca, aunque no El desarrollo de los vínculos interna­
con el mismo grado de eficiencia... Re­ cionales, a mediados del siglo XIX, in­
sulta curiosa la evaluación de Lionel mediatamente se reflejó también en el
Kieseritzky, uno de los maestros más ori­ ajedrez. El incansable Staunton, que so­
ginales de todos los tiempos: “Staunton ñaba desde hacía tiempo con organizar
juega siguiendo estrictamente el des­ un torneo con los mejores jugadores
arrollo, entiende profundamente la po­ del mundo, decidió aprovechar la oca­
sición, muestra aplomo y rápidamente sión que le brindaba un acontecimien­
se orienta. Pero Saint-Amant no posee la to único: la séptima Exposición Univer­
fuerza de La Bourdonnais o Deschape- sal de Londres (1851). Se aseguró el
lles. Ambos adversarios ha jugado las apoyo del Club Saint George y designó
mismas aperturas... Los acontecimien­ a un comité organizador que cursó invi­
tos evolucionan lentamente”. taciones a los mejores ajedrecistas de to­
Sin embargo, este encuentro consti­ da Europa (en América no había juga­
tuyó el siguiente paso, después de Phili­ dores destacados).
dor, en el desarrollo de la estrategia aje­ Entre las invitaciones cursadas se
drecística, en la comprensión de las encontraban los siguientes maestros:
profundidades del juego y el arte de las Saint-Amant y Kieseritzky (Francia),
maniobras. 43 años más tarde, a un más Lówenthal y Szén (Hungría), Petrov,
alto nivel, esa línea proseguiría con el Janisch y Shumov (Rusia), von der La­
match Steinitz-Zukertort. sa, Horwitz y Mayet (Alemania). Aun­
En 1846, Staunton declinó un desa­ que, por distintas razones, no acudie­
fío de Kieseritzky, pero en cambio ganó ron al torneo Saint-Amant, ni los
de forma convincente sendos encuen­ ajedrecistas rusos, ni tampoco el “pri­
tros a 21 partidas, contra los destacados mer Homero”, Hermann von der Lasa

27
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

(aunque, por decisión de la Sociedad 2 ... exf4 3 ¿.c4 Wh4+ 4 'á’f 1 b5?
Ajedrecística Berlinesa se le reemplazó Jugada predilecta de Kieseritzky, para
por el relativamente desconocido An- desviar el alfil de la casilla f7, aunque se
derssen), esto difícilmente le restó bri­ trata de ¡un mal contragambito!
llo al primer torneo internacional de
ajedrez de la historia. 5 &xb5
Obviamente, con el fin de economi­ Nunca he tenido que jugar con negras
zar medios, el torneo no se desarrolló esta posición. En la partida temática de
por sistema liga, sino por sistema elimi- exhibición contra Short (Londres
natorio (un precedente de los Cam­ 1993), pensé durante 10-15 minutos y
peonatos FIDE actuales) 16 jugadores pensé en rendirme en el acto. ¿Cón
fueron emparejados en encuentros in­ que idea se devuelve el peón?
dividuales a dos victorias (sin contar las 5 ... 6 2tf3 Wh6
tablas), quedando eliminado el perde­
dor, y pasando el vencedor a disputar Era bueno para las blancas 6 ... ^h5 7
un nuevo encuentro a cuatro victorias, Ab7 8 &c4 (ó 8 e5).
¡un número de partidas progresivo re­ 7d3
querido por los participantes! Una suer­
te poco propicia enfrentó en la primera Más enérgico es 7 £}c3!, como me jugó
eliminatoria a dos de los favoritos: An- Short. Después de 7 ... g5 (7 ... ^.b7 8
derssen y Kieseritzky. Aunque el resulta­ ^e2, o bien 8 d4I? £xe4 9 ^e2) 8 d4
do fue favorable al maestro alemán (+2 ^.b7 (en la antigua partida Raphael-
=1), en los días siguientes ambos dispu­ Morphy, Nueva York 1857, siguió 8 ...
taron una serie de partidas amistosas, &g7 9 e5 [9 h4!?J 9 ... £ih5, y ahora es
en las que se impuso el perdedor oficial fuerte 10 ¿e4! g4 11 £>h4) 9 h4 2g8 10
(+9-5=2). 'é’gl gxh4 11 Sxh4 ^g6 12 ’^e2 4bxe4
Sin embargo, en esas partidas amis­ 13 2xf4 £5 14 4bh4 ^g3 15 £lxe4 y las
negras, finalmente se rindieron.
tosas siempre salía triunfante el fasci­
nante estilo ajedrecístico de Anderssen. 7... £h5?!
Kieseritzky se encargó de transmitir por En caso de 7 ... Jtc5 8 d4 ,&b6 9 £>c3
telégrafo a su revista La Régence, lo mis­ Jtb7 10 ^.d3 (Anderssen-Pollmácher,
mo que Kling y Horwitz, que incluyeron Leipzig 1852; 10 e5 £}g41?) 10 ... g5! 11
en el primer número de la nueva publi­ h4 2g8. “Kieseritzky construye su juego
cación Chess Player, y E. Falkbeer la pu­ sobre amenazas tácticas, que Anders­
blicó en la Wiener Schachzeitung (1855), sen para con ingenio” (Neishtadt).
sus comentarios y análisis de la siguiente
partida, bautizada como La Inmortal. 8 £ih4?!
Defendiéndose contra £)g3+. No obs­
tante, era preferible 8 Sgl!, con la
3
amenaza 9 g4, y después de 8 ... ^b6,
sigue 9 £>c3 c6 10 £.c4, con supe­
A. Anderssen—L. Kieseritzky rioridad.
Londres 1851, partida amistosa
8 ... Wg5
Gambito de Rey (C33)
Kieseritzky recomendó 8 ... g6, y des­
1 e4 e5 2 f4 pués de 9 g3! Ae7 10 Wg4 c6 (o bien 10
... <£d8 11 £}g2 d6 12 Wf3) II &c4, y no
El Gambito de Rey, una apertura muy se ve una posible igualdad para las ne­
popular en aquella época: ¡la iniciativa gras ni en el horizonte.
a toda costa! El sacrificio material en
esta primera fase era considerado un 9 &f5 c6!?
síntoma, de buen gusto, y rehusarlo era Aquí era donde podía jugarse 9 ... g6,
indicio de lo contrario. sin miedo a 10 h4, por 10 ... ^f6 11

28
El ajedrez antes de Steinitz

TO c6 12 &a4 (12 TO? do) 12 ... 2>a6’ 24 £>xd5, pero podría intentarse 11 ...
13 d4 £ig3+ 14 £xg3 fxg3+ 15 TO h51? 12 h4 Wg6 13 g5 £>g4. Ahora es
Wxd4 16 .&b3 f6, con juego confuso. beneficioso para las negras 14 £ic3 (14
No servía 10 ... £}g3+?, por 11 £>xg3 Jtxf4 d5!) 14 ... cxb5 15 &d5 £la6
Wxb5 (11 ... Wxg3? 12 2h3) 12 £c3 (15 ... d61? 16 £d4 TO 17 TO4 Wh7)
TO 13 £ige2 &h6 14 g3 f3 15 £f4 + -. 16 £xf4 TO 17 c4 ±xd5 18 cxd5 Wb6,
mientras que si 14 &a4 d5 15 Wel!
10 g4?
dxe4 16 Wxe4+ *¿>08 17 £id4, el juego
“El turno del error”. Seguramente era es agudo.
mejor 10 ^.a4, y las blancas consegui­
rían ventaja tanto después de 10 ... d5 12 h4!
11 g4! dxe4 12 dxe4 Aa6+ 13 ^g2 £}f6
14 Wf3, como de 10 ... g6 11 £>g3 Pero no 12 M3 h5!, etc.
£xg3+ 12 hxg3 Wxg3 13 2>c3 TO 14
Well Mxel+ (14 ... ^g4? 15 Sh4) 15 12 ... Wg6 13 h5 Wg5 14 M3
<£xel g5 16 Sh5 TO 17 g3! (Hübner).
10 ... TO Amenaza Axf4.
Merecía consideración 10 ... g6!? 11 14.. . £g8
£id4 (peor es 11 gxh5 gxf5 12 h4 M6
13 TO fxe4 14 dxe4 Sg8) 11... ±g7 12 “Las negras se preocupan demasiado
c3 Axd4 13 cxd4 cxb5 (no está claro por conservar su ventaja material” (Eu-
13 ... Wxb5 14 £)c3 Wb6 15 gxh5 Wxd4 we). Por otra parte, 14 ... £>xg4 15
16 Axf4 M6?! 17 Wg4) 14 gxh5 5)c6 15 Hxg4 Wxh5 16 Jlxf4, tampoco permite
TO d6 16 TO £xd4 17 h4! TO 18 albergar muchas esperanzas de salva­
Mtf4 ^.e6, y la posición negra no es in­ ción: 16 ... g6 17 £id6+ ^.xd6 18 ^.xd6
ferior. TO 19 TO Sg8 20 TO, o bien 16 ...
d5 17 £jc3 Axf5 (17 ... g6? 18 £ixd5) 18
exf5, etc.

15 TO4 TO

Es peor 15 ... Wd8 16 £ic3.

16 TO TO?

De repente, la jugada perdedora. Si


16 ... .&b7, podría seguir 17 £)xb5
Wxb2 18 TO+ £d8 19 <á?g2, o bien 17
Wg3 TO (17 ... TO 18 g5 y ^xb5) 18
11 Sgl! £lxb5 Wxb2 19 £>fd6+ ±xd6 20 £}xd6+
Un bonito e intuitivo sacrificio de alfil. TO 21 le5 Wb6 22 é>g2 f6 23 g5!, las
11 ... cxb5? negras están perdidas, y después de
16 ... TO 17 g5 TO 18 TO, o de 17
Después de esto, las negras quedan en TO5 Wxb2 18 TO6+ Axd6 19 TO6+
una posición objetivamente peor. Es <¿’e7 20 Sel Wxa2 21 e5, las blancas tie­
confusa la continuación 11 ... d5 12 h4 nen una ventaja clara.
Wg6 13 h5 (peor es 13 £xf4?! h5! 14
gxh5 Wxh5 15 Wxh5 Sxh5 16 ±xb8 17 TO
cxb5) 13 ... Wg5 14 TO TO5 15 exf5
cxb5 16 TO4 Wh4 17 £>c3 <TO! 18 g5 Mejor era 17 d4!, para seguir con £>d5.
Wxh5 19 We3+ <á?d7 20 gxfb Se8 21
TO gxf6 22 Wg2 TO5 23 Wxd5+ Wxd5 17.. . Wxb2

29
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

S)xe8) 26 ... Wxa2 27 £gf5 ^a5+! 28


<á’e2 2e8 29 £e7 2>a6 30 2>d6+ <á?c7 31

£xb7! <á?xb7 32 Wf3+ <á?b8 33 ád6+


£)c7 34 £id5, y el contrajuego de las
blancas sólo sirve para tablas: 34 ... 2c8
35 £>f6 Sd8 36 £d5 Sc8 =.
Hay que añadir que no sirve 20 ... g6?
(en lugar de 20 ... Axgl!) que, aun­
que da resultado en la variante 21
Sbl? gxfó! 22 Sxb2 £xd6 23 e5 £xe5
24 We3 “con ventaja blanca” (después
de 24 ... &c6! 25 d4 £>ge7, las negras
18£d6?’
se salvan), se castigaría con 21 Sel’
“El comienzo de una brillante combi­ .&b7 22 ¿xc5 gxf5 (si 22 ... &xd5 23
nación, cuya precisión, no obstante, es exd5+ é’dS, es bueno 24 £}d6 &h6 25
dudosa” (Euwe). Además, las blancas We3 £)a6 26 a3!, y 24 £d4 ^b4+ 25
dejan escapar la posibilidad de ganar &c3 Wc5 26 &a5+ £c8 27 d4) 23
fácilmente (como sería lógico): 18 d4 exf5+ 'á’dS.
(otras propuestas son 18 ^.e3!? y 18
Sel!?) 18 ... Wxal+ (18 ... j£f8 19 £c7+ 12
&d8 20 Sel + -) 19 &g2 Wb2 20 dxc5
<£a6 21 £d6+ <£f8 22 J.c5 ^xc2+ 23
<á?h3 f6 24 &xf6 +
18 ... £xgl?
Como indicó Steinitz, era imprescindi­
ble 18 ... Wxal+ 19 <á?e2 Wb2! Ahora,
después de 20 ^d2! (peor es 20 ”cl
Ab7 21 Axc5 Jtxd5 22 ^e3 &e6 23
JLd4 ^?a3 24 £ixg7+ «á’dS 25 £ixe6+ Diagrama de análisis
dxe6 26 Jtxh8 ^d7) 20 ... ^.xgl! 21 e5
&a6, el ataque de las blancas, a mi jui­ 24 Jtb6+! ’ axb6 25 ^e3! ¡Una genial ju­
cio, sólo basta para hacer tablas: 22 gada “tranquila”! Las negras no dispo­
^xg7+ <á?d8 23 Wxf7 <á?c8 24 ^e8+ <d?b7 nen de un solo jaque, y a 25 ... ^.xd5 si­
25 ^d8 <£c6 26 £b4+ Wxb4+ 27 &xb4 gue 26 ^xb6+ y 27 !Xe8++. No todos los
Ab7 28 W á>b6 29 Wd8+ <á?c6, o bien días se ve un mate así, y menos en pro­
22 &c7+ ^d8 23 Wxa8 (23 2>xa6 áb6 fundidad. Pero una computadora pue­
24 Wxa8 Jla5+ 25 <á?e3 Wcl+ 26 <á?f2 de acumular análisis y producir resulta­
Wxc2+ 27 <Éfl Wcl+ 28 <£f2 £b6+ 29 dos al instante. Por cierto que un
d4 =) 23 ... &b6 24 Wxb8+ £c8 25 £d5 sacrificio análogo de alfil se encuentra
JLa5+ 26 Wxc2 (también es posible en una variante de la partida Tal-Por-
a
26 ... Wcl+) 27 Wxa7 ^cl+ 28 <á>f2 tisch (Bled 1965, Candidatos, 2 ), que
^d2+ 29 Wel+ 30 <á»g2 =. podrá verse en el segundo tomo. Pero
ahora, volvamos al siglo XIX.
Aparte de 21 ... ^.a6, hay otra tentativa
interesante para luchar por la ventaja: 19 e5!
21 ... Ab7l? Por ejemplo: 22 £>xg7+ (22 Otra jugada “tranquila”, que plantea la
£c7+?! <á?d8 23 ^xb7 Ab6 24 &xa8 amenaza 20 &xg7+ <£d8 21 Ac7++.
£a5+ 25 <á?e3 ^cl+ 26 «á?f2 Wxc2+ 27
<á>gl Wcl+ 28 &h2 Wc8 -+) 22 ... &d8 19 ... Wxal+ 20 <¿>e2 £a6
23 Wxf7 _&e3+! 24 £ixe3 £e7 25 Wxe7+ Perdían tanto 20 ... Ab7 21 £lxg7+ <á>d8
^c8 26 Wf6 (es confuso 26 e61? ^.c6 27 22 Wxf7 £jh6 23 £}e6+, como 20 ... f6
Wf7 ^a6 28 e7 <é>b7 29 e8^ Saxe8 30 21 ^xg7+ <á>f7 22 £}xf6, etc. Steinitz
30
El ajedrez antes de Steinttz

recomendaba como salvadora la vanan­ rías), en la historia del ajedrez no ha­


te 20 ... £a6 21 £ic7+ <¿>d8 22 <£xa6! bría constado su nombre. Pero después
(Falkbeer), pero un análisis de Chigo- de este confuso inicio acabó superando
rin no le concede la menor posibilidad claramente a su rival. En semifinales,
a las negras: 22 ... ^c3 23 Ác7+ Wxc7 Anderssen debía enfrentarse al princi­
24 £>xc7 <á>xc7 25 Wxa8 £¡c6 (25 ... &c5 pal favorito, Staunton, y para espanto
26 £d6 £xd6 27 exd6+ <¿>c8 28 Wxa7) de los aficionados ingleses, le infligió
26 £d6 £xe5 27 £xb5+ <£b6 28 Wb8+ una derrota sin paliativos (+4 -1). Des­
&c6 29 c4 + 22 ... £b6 23 Wxag ^c3 de ese momento, el desenlace del tor­
24 ^xb8+ ^c8 25 Wxc8+ <á?xc8 26 £f8 neo careció de suspense. En la final An­
h6 27 £id6+ <á?d8 28 £>xf7+ <£e8 29 derssen destrozó al “turista” nacional
£jxh8 <¿>xf8 30 &£3 + 22 ... Wxa2 23 Wyvill (+4 -2 =1), conquistando fácil­
Ac7+ <£e8 24 £b4 £c6 25 £xa2 £c5 mente el primer puesto.
26 &d6 + -. Staunton quedó groggy- su reputa­
ción como mejor ajedrecista del mun­
21 2>xg7+ <£d8
do se resquebrajó seriamente. Sin em­
bargo, los organizadores del torneo,
13
conscientes de los embrollos que im­
plicaba el sistema K.O. habían encon­
trado antes del comienzo el modo de
asegurarse, y en las reglas se había es­
crito con el beneplácito de los partici­
pantes, que el vencedor estaba obliga­
do a aceptar el desafío de cualquiera
de los participantes. Es decir, ¡una es­
pecie de derecho al match-revancha!
De modo que Staunton pronto desafió
al ganador a un match (se sugirió que
jugasen al mejor de 21 partidas). Pero,
22 Wf6+!!
cayó enfermo y Anderssen concluyó su
Un efectivo sacrificio final. permiso, así que tuvo que regresar a su
22 ... &xf6 23 £e7++! país para cumplir con sus deberes pro­
fesionales. La batalla, pues, entre los
Objetivamente, la partida es bastante dos titanes nunca llegó a producirse.
floja, pero su ligereza ¡está compensada El nuevo rey del ajedrez Adolf An­
por el magnífico remate final! Al sacrifi­ derssen (6.7.1818-13.3.1879) nació en
cio de las dos torres, siguió el de alfil y el seno de una familia humilde de Bres­
la dama, con lo que las blancas asestan lau (actualmente, Wroclaw), concluyó
un mate al rey negro que es, al mismo sus estudios universitarios y pasó casi
tiempo, ¡puro, económico y espejo! “La toda su vida prácticamente sin moverse
excepcional belleza del broche final, de su ciudad natal, dedicándose a dar
tras cometer una incorrección, no le clases en un instituto, como profesor
resta mérito a la combinación” (Euwe). de matemáticas y de alemán.
Combinaciones posteriores con el sacri­ Aprendió a jugar al ajedrez a los
ficio de las dos torres se encuentran en nueve años, y estudió los libros de Phi-
las partidas de Steinitz, Alekhine y Tal, lidor, Moses Hirschel (una obra de di­
entre otros. vulgación basado en los de Greco y
Ciñámonos, sin embargo, al torneo Stamma) y, sobre todo, del vienés All-
eliminatorio de Londres. En cuartos de gaier, autor de un manual de enseñan­
final Anderssen derrotó a Szén (+4 -2), za del ajedrez muy popular en Alema­
perdiendo sus dos primeras partidas, nia, impregnado del estilo de juego de
de modo que si se hubiese conservado la Escuela Italiana. También se aficionó
desde el reglamento inicial (a dos victo- a la composición, publicando una

31
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

colección con el título Aufgaben für 5 ... a5 (más sólido es 5 ... a6) 6 bo <£>¿4
Schachspieler (Problemas para el juga­ 7 £>xd4 .áxd4 8 c3 Abó 9 d4 exd4 10 0-
dor de ajedrez), en 1842 y 1852. 0! (10 cxd4 d5!) 10 ... £}e7 11 &g5 h6
A mediados de los años cuarenta su 12 -*Lxe7 Wxe7 13 cxd4, y las negras no
juego aún no era sobresaliente y, desde logran igualar (Kasparov-Piket, Ams­
luego, era inferior a Lasa, Bledow, Mayet terdam 1995).
y Lówenthal. Pero experimentó asom­
5 c3 £a5
brosos progresos, estudió la obra de los
maestros modeneses, así como a Lewis y La línea de juego clásica. Jean Dufres­
Walker, y analizó minuciosamente las ne era un maestro de nivel aceptable,
partidas de los viejos maestros, en par­ autor de varios libros de divulgación so­
ticular las de los encuentros La Bour- bre ajedrez. Actualmente, se juega con
donnais-McDonnell. Participó en com­ más frecuencia 5 ... ^.e7 6 d4 £>a5. Por
peticiones berlinesas, contrastando su ejemplo: 7 ^.e21? (es muy denso 7
fuerza con la de distintos adversarios, £ixe5 <£xc4 8 £>xc4 d5 9 exd5 Wxd5 10
donde pudo exhibir brillantes combina­ £ie3) 7 ... exd4 8 ^xd4! &f6 (es confu­
ciones, y poco después los hechos le die­ so 8 ... £c6!? 9 ^xg7 Af6 10^g3 d6) 9
ron reconocimiento hasta convertirlo e5 £c6 10 ’^h4 £d5 11 Wg3 g6 (11 ...
en una estrella. 0-0 12 Ah6; 11 ... <éf8l?) 12 0-0 £\b6 13
Después del torneo de Londres c4 d6 14 Kdl £>d7 15 Ah6!, con fuerte
1851, sus compatriotas promovieron su iniciativa por el peón. En la partida
coronación como rey del ajedrez. Pero Kasparov-Anand, Riga 1995, las blan­
cuando la demostración era inminente, cas ganaron en 25 jugadas. A propósi­
a raíz de su triunfo londinense, la consa­ to, aunque la aplicación repentina de
gración no llegó a producirse. Los tor­ un gambito tan antiguo pueda sorpren­
neos de entonces eran contados, y no der a muchos jugadores experimenta­
resultaba fácil demostrar deportivamen­ dos, la polémica sobre su fuerza no de­
te la superioridad con logros creativos be durar mucho. Las negras tienen, en
en lugar de puramente competitivos. todos los casos, una defensa aceptable.
La siguiente partida hechizó literal­
mente a sus contemporáneos, llegando 6d4!
a merecer, según el propio Steinitz “una En caso de 6 0-0, es fuerte 6 ... dó 7 d4
imperecedera corona de laurel para el ji.b6!, Chigorin-Lasker, San Petersbur-
genial maestro alemán”. También Chi- go 1895/96, véase partida núm. 43.
gorin, como muchos otros, consideraba
que esta partida era una de las más bri­ 6... exd4
llantes que jamás se había jugado. En el siglo XX se ha jugado 6 ... d6 7
^b3!? Wd7 8 dxe5 Áb6!, con cierto
juego.
4 7 0-0 d3?!
A. Anderssen—J. Dufresne
Berlín 1852 Es insuficiente 7 ... dxc3?! 8 '£?b3 Wf6 9
Gambito Evans (C52) e5 ^Zg6 10 £>xc3 £ige7 (Anderssen-Du-
fresne, Berlín 1851), y ahora, tras 11
1 e4 e5 2 £if3 £ic6 3 -átc4 ^.c5 4 b4!? .&a3!, la posición negra es muy desagra­
dable. Es mejor la línea 7 ... £}ge7! y
Una jugada frecuente en aquella época. 8 ... d5!, como se jugó en el match An-
4 ... _&xb4 derssen-Mieses (Breslau 1867), y tam­
Según Capablanca, el mejor modo de bién en las partidas Short-Adams (Sa­
combatir un gambito es... ¡aceptarlo! rajevo 2000) y Morozevich-Adams
Después de 4 ... Abó 5 a4, y ¡as blancas (Wijk aan Zee 2001).
ganan mucho espacio. Por ejemplo con 8 ^b3!

32
El ajedrez antes de Steinttz

Sorpresa; Dufresne seguramente espe­ 14


raba 8 £>h6 9 e5, como había ju­
gado Anderssen en su match contra
Mayet (Berlín 1851).
8 ... Wf6 9 e5
Como curiosidad, vale la pena señalar
que en su match de 1855 contra Du­
fresne, Anderssen se obstinó enjugar 9
Sel!?, con idea de 9 ... £}ge7 10 Jkg5
Wg6 11 £xe7 <á’xe7 12 e5. Por su parte,
Zukertort, en su primer match con
Steinitz (Londres 1872, 11a partida), Las blancas tienen una enorme venta­
optó por 9 JLg5?l Wg6 10 Axd3 ^h6 11 ja. Ha llegado el momento de em­
£bd2 0-0 12 Sadl £b6 13 Jlxh6 ^xh6 prender una acción decisiva, y An­
14 e5 d5! 15 exd6 cxd6, etc. derssen la interpreta en su romántico
estilo, conforme a la exigencia de los
9 ... Wg6 10 Sel £)ge7 tiempos.
O bien 10 ... áb6 11 Wdl! ^h6 12 17&f6+?ü
¿xd3 Wh5 13 h3, con una fuerte inicia­
tiva. Anderssen-Dufresne, Berlín 1855. Los dos signos de admiración se de­
ben a la colorida combinación y su
11 £a3 significado para la historia del aje­
drez. El signo de interrogación se de­
Pero no 11 £jbd2? b5! 12 Axb5 Sb8 be a que las complicaciones son inne­
13 Wa4 £xc3 14 Sbl a6 15 áxc6
cesarias, pues con 17 £)g3 ^h6 18
'^xc6 16 '^xc6 £ixc6 17 Sxb8 £>xb8 - + ácl We6 19 .&c4 £k!5 (19 ... Wg6 20
(Zukertort-Steinitz, Londres 1872, 9a &h4 Wg4 21 £xf7+) 20 2>g5 £xc3
partida).
(20 ... Wg4 21 Se4) 21 Wb3, el juego
11 ... b5?! queda resuelto de forma inobjetable.
Pero... ¡el arte del ajedrez habría per­
“Las negras actúan en el flanco de da­ dido patrimonio con la ausencia de
ma, pero mejor hubiera sido 11 ... 0-0” esta brillante producción!
(Euwe). Cierto que después de 12
<£>bd2 .&b6 13 ^bl y ^.xd3, las blancas 17 ... gxf6 18 exf6 Eg8!
disponen de una excelente posición de La única posibilidad de las negras ra­
ataque. Más fuerte es 11 ... d5! 12 exd6 dica en el contraataque sobre la co­
cxd6 y 0-0 (Junior), ■ lumna g.
12Wxb5 Sb813 Wa4 Jlb6 19 2adl»?
13 ... 0-0? 14 £xe7. “La introducción a una maniobra com-
binativa largo tiempo admirada, que
14 £bd.2 Ab7?!
no obstante, no puede resistir un análi­
Después de 13 ... 0-0 14 £}e4, las negras sis crítico... Con 19 Ae4 el ataque de
no tienen una posición envidiable. las blancas resulta irresistible, mientras
que el negro no prospera. Por ejem­
15 £>e4 Wf5? plo: 19 ... Wh3 20 g3 Sxg3+ 21 hxg3
Como señaló Lasker, era mejor 15 ... Wxg3+ 22 á>hl Ax£2 23 Se2 + -” (Las­
d2! 16 £exd2 0-0. (15 ... £d4? 16 cxd4 ker). Sin embargo, después de 23
-&xe4 17 e6!l fxe6 18 Axd3 Axd3 19 2e2?, es posible la sorprendente juga­
£>e5 + - (Junior). da 23 ... £id4!! Es mejor, por tanto, 23
Ae7! Wh3+ 24 £h2 £xel 25 Sxel
16 Axd3 Wh5 Wh4! 26 Wdl! £xe7 27 £xb7 Wxf6

33
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

28 Jtd5! (28 Wg4 <¿>d8!) 28 ... ^xc3 29 15


'^e2 ^b4 30 £>g4 (I. Zaitsev), con la
iniciativa.

19 ... Wxf3?

Lasker censuraba la jugada preceden­


te de las blancas y aquí era posible la
respuesta 19 ... Sg4!, analizada por el
maestro alemán R Lippke en la Deuts­
che Schachzeitung (1898). No cansare­
mos al lector, sin embargo, con las nu­
merosas variantes que pueden
20 2xe7+! £xe7!?
derivarse de ella. Baste con decir que
en 1930 O. Hoppe y G. Heckner des­ Ciertamente, ¡para que esta obra maes­
cubrieron el método ganador para las tra se plasme se requiere la brillante co­
blancas, pero en su tiempo no había laboración del adversario! Un profesio­
computadoras. Así, 20 c4! £xg2+! (en nal contemporáneo y, por descontado,
lugar de 20 ... Sf4? 21 ^.g6!, o bien 21 con ayuda del ordenador, encontró la
Wb5 ^h6 22 £f5 Wxf6 23 3xd7!) 21 mejor respuesta objetiva 20 ... 'á’dS, que
«¡*?xg2 Wg4+ 22 <á?fl ^xf3 23 2xe7+ (23 de todos modos conduce a un inmedia­
c5 Wh3+! 24 <á?gl £e5!, o bien 24 <ée2 to desastre: 21 Sxd7+! t¿’c8! (21 ...
&a5 25 ^.b5 £id4+!, con decisivo con­ &xd7 22 Jlf5+ <á?e8 23 £d7+ <á?d8 24
traataque) 23 ... <2lxe7 24 Wxd7+ '¿’xd? £xc6+ y mate) 22 2d8+! <¿>xd8 (22 ...
25 &f5+ ¿e8 26 ^.d7+ ‘á’fB, y el rey se Sxd8 23 gxf3 + -; 22 ... &xd8 23
refugia en g8, mientras que en la va­ '2?d7+l!, con el mismo motivo que en la
riante 20 Jlc4 Wfo 21 2xd7 (21 2d2 partida) 23 áke2+! £id4 24 Axf3 £xf3
Jtd4!; I. Zaitsev) 21 ... 'á’xd? 22 £>e5+ 25 g3! ¿xdl 26 ^xdl c5 27 cxd4 cxd4
‘á’cS 23 £>xg4 4Ld5 24 ^dl y en lugar 28 uLe7+, con un final insípido pero ga­
de 24 ... ¿£>d8? 25 £d3! ^d7 26 £>e5 nado. No sirve, en cambio, la recomen­
'^e6 27 &xf7! + -, es mucho mejor 24 dación de Neishtadt, 23 ¿.f5+, por 23 ...
... £>xf6! 25 &d3 ^xg4 26 ^xg4+ exdl+ 24 Wxdl+ £d4 25 g3 Sg5! 26
£>xg4 27 ££5+ <±>d8 28 Sdl+ 6>d4 29 ±h3 Af3!
Axg4 -&d5 30 cxd4 &xa2, con ventaja 21 '^xd7+I! &xd7 22 £f5+ <£e8
en el final. Sin embargo, es interesan­
te 20 2e41? 2xe4 21 Wxe4 d6 22 Sel! 22 ... &c6 23 £d7++.
^g6! (pero no 22 ... £}e5? 23 _&b5+ c6 23 £d7+ á>f8 24 £xe7++!
24 &a4!+-).
“Es curioso que en las dos partidas más
Así pues, “tiro errado”. Si 19 Sadl se­ importantes de Anderssen se produzca
guiría 19 ... 2g4! que pondría en difi­ un mate de alfil en e7” (Euwe).
cultades a las blancas. Además, con la Además de su trabiyo en la enseñan­
jugada de Zaitsev 19 ... Jkd4! 20 cxd4 za, Anderssen fue redactor de las revis­
(20 £>xd4 Sxg2+! 21 <¿>xg2 £>xd4+) tas Deutsche Schachzeitung (1851-1859) y
20 ... Wxf3 21 £e4 3xg2+ 22 «£hl Neue Berliner Schachzeitung (1864-1871).
Sxh2+! 23 <á?xh2 Wxf2+ 24 <á?h3 Wxf6, Siete años después del torneo de Lon­
las negras hacen tablas. dres, sólo había jugado ¡dos! partidas
serias, cuando tuvo que jugar el impor­
Por otro lado, ¿acaso podemos repro­ tante match con Morphy, (descrito más
charle a Dufresne que se haya dejado adelante), en el que se encontraba le­
tentar por la amenaza de mate, al no jos de su mejor forma. Sin embargo,
captar el impresionante proyecto com- después de la marcha de Morphy rehi­
binativo de su rival? zo su reputación de ser el ajedrecista

3¿
El ajedrez antes de Steinitz

más fuerte del mundo, ganando un Es dudoso 6 £>xg4?! En una partida


match contra el pretendiente Ignatz amistosa con Morphy (París 1858), An­
Kolisch (1861), y también el segun­ derssen optó por 6 ... d5?, a lo que si­
do torneo internacional de Londres guió 7 £xí6+ Wx£6 8 We2! £d6 9 £c3
(1862), disputado, por cierto, por el sis­ c6 10 d4! Wxd4 11 £d2 Hg8 12 exd5+
tema liga. <±>d8 13 0-0-0! £g4 14 We4 Wxe4 15
La siguiente lucha, a pesar de la evi­ £ixe4 JLxdl 16 4&xd6 ^.h5 17 _&xf4
dente diferencia de clase entre ambos cxd5 18 £ixb7+ <¿?e719 áLb5!, pero más
contendientes, también permite ver cla­ tarde se encontraría el camino correc­
ramente una exhibición de la moda en to para las negras: 6 ... £>xe4! 7 d3 £>g3
tiempos de Anderssen. 8 Jkxf4 £>xhl 9 We2+ We7 10 £f6+
<á?d8 11 £xc7+ éxc7 12 £d5+ <£d8 13
£xe7 &xe7 14 ^g4 (14 Wh5?! £sg3!)
14 ... d6 15 W4 3g8!, con compensa­
5 ción por la dama.
J. Rosanes-A. Anderssen Por otra parte, con la continuación mo­
Breslau 1863 derna, 6 d4 d6 (6 ... Jtg7? 1 7 &c3 d6 8
Gambito de Rey (C39) 4£>d3 0-0 9 £>xf4, Anderssen-Zukertort,
Breslau 1866) 7 £>d3, las blancas no
1 e4 e5 2 f4 exf4 3 ¿Lf3 g5 4 h4 g4 consiguen nada: 7 ... £>xe4 8 JLxf4 ¿,g7
5 £ie5 (Spassky-Fischer, Mar del Plata 1960;
El Gambito Kieseritzky, uno de los es­ 8 ... We71?) 9 c3 We7!, con lucha agu­
quemas teóricos más en boga en el si­ da, o bien 7 ... £ic61? 8 c3 (8 £}c3 £lxd4
glo XIX. 9 £>xf4 £>e6!) 8 ... £>xe4 9 Jtxf4 d5 10
£>d2 £d6 11 £e5 0-0 (11 ... W6!?) 12
5 ... ¿Lf6! ¿Lxe4 dxe4 13 Wc2 Wf6, con buen jue­
En la práctica Anderssen había jugado go de las negras (Fedorov-Ivanchuk,
en más de una ocasión 5 ... -&g7 6 £>xg4 Wijk aan Zee 2001).
(ó 6 d4); o bien 5 ... h5 6 -&c4 Sh7 (6 ... 6 ... d5!
£h6? 7 d4 d6 8 2>d3 f3 9 gxf3, etc.) 7
d4; o 5 ... d6I? 6 &xg4, siguiendo el ¡Esto es lo que hay!
ejemplo del el gran maestro Fedorov, 7 exd5 Jld6 8 d4
que todavía hoy es popular. Las negras
responden 6 ... ¿Lf6 (sin dejarse tentar Con 8 0-0 Axe5 9 Sel queda planteado
por 6... Ae7 7 d4 Axh4+ 8 &Í2 Wg5), y el ingenioso gambito del profesor y mi­
ahora, en principio, 7 £>f2 Sg8 8 d4 llonario americano Isaac Rice, un co­
J&h6 9 £>c3 £>c6! (mejor que 9 ... ^e7 nocido mecenas, que organizó nume­
10 £id3 Ag4) 10 £id5 &xd5 11 exd5 rosos torneos temáticos para poner a
£}e7 12 '^e2, etc., pero tras 11 ... ^e7+! prueba su idea. Lasker y Chigorin lo ju­
12 Ae2 £b4 13 c4 ^.15! 14 ^a4+ «á?f8 garon en su match (Brighton 1903),
15 m>4 2e8 16 '^d2 2xg2 17 £fl Eg3 donde siguió 9 ... We7 10 c3 f3!? (tam­
18 ^dl Ae4 19 2h2 fo 20 £xe4 fxe4 21 bién es bueno 10 ... £>h5 11 d4 £sd7) 11
Jkg4 e3 22 &f3 'Bg7 23 Shl Sg2!, con d4 £e4 12 £xe4 £h2+ 13 <á?xh2 Wxe4
destrucción (Fedorov- Shirov, Polanica 14 g3 0-0, y las negras (Chigorin) domi­
Zdroj 2000). Lo apropiado es 7 &xf6+! naron el marcador, por 3,5-2,5. Creo
^xf6 8 £¡c3 £c6 (8 ... c6?l 9 &e2! 2g8 que esto indica no la debilidad del
10 £.f3) 9 £>d5 Wg6 10 d3 Wg3+ 11 campeón del mundo, sino los defectos
<±>d2 £ie7 12 Wel (pero no 12 £}xc7+? del gambito de las blancas.
^d8 13 £ixa8 We3+ 14 &c3 &g7+ 15 8 ... £h5
<é>b3 ^.e6+) 12 ... 4dxd5 13 exd5+ <&e7 =
(Fedorov-Anand, Wijk aan Zee 2001). Lo preciso, en lugar de 8 ... ^e7?! 9
•&xf4 ¿Ah5 10 g3!, jugada que Anders­
6&c4 sen solía adoptar con blancas y que

35
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES predecesores

defendió victoriosamente. Si 8 ... 0-0 9 Más tenaz, en opinión de Réti, era lo


0-0! (pero no 9 ,&xf4? £ih5 10 g3 f6 11 £c6, cuando podría seguir 15 ... We7+
&d3 6}xg3!, Pillsbury-Chigorin, Viena 16 ¿f2 £¡e4+ 17 ^.xe4 g3+ 18 <£gl
1903) 9 ... &h5 10 2>xg4 ^xh4 11 2>h2 gxh2+, etc.
$g3 (11 ... Se8 12 £c3!: Alapin) 12
15... d?g7
Sel £d7 13 2>d2 &T6 14 2>df3 Wh5 15
Seo!, con iniciativa, Neustadl-Pierce Abriendo paso a la torre.
(Correspondencia, 1903).
16 £c3 Se8+ 17 <á?f2 ^b6
16 Cualquier ajedrecista moderno envidia­
ría el aplomo de Anderssen jugando con
una torre menos. Ahora se amenaza de­
cisivamente Ji.e5.
18 £¡a4 Wa6
Ahora la amenaza es 19 ... ^e2+ 20
^xe2 Sxe2+, 21 ... 5el+ y 22 ... 3fl++.
19 £}c3
En caso de 19 c4 Sxa4! 20 b3 (20 Wxa4
2e2+ y sigue mate) 20 ... '^d7, y las blan­
cas están desamparadas.
9 £b5+?
17
La jugada era 9 0-0! (9 We7!) 9 ...
Wxh4 10 Wel. Vale la pena señalar que
Rosanes copió el juego de su rival contra
Hirschfeld (Berlín 1860), si bien al jaque
de alfil las negras se retiraron entonces
con 9 ... ‘¿‘fS?! Pero Anderssen no quiere
mantenerse inactivo, y sacrifica un peón,
¡al que seguirá el de una torre!
9 ... c6! 10 dxc6 bxc6! 11 ¿Lxc6 £>xc6 12
£xc6+ <á?f8! 13 &xa8 ¿Lg3 14 Sh2
Rosanes (un poco conocido jugador de
club) se aferra erróneamente al mate­ 19... ^.e5!!
rial, sin entender que las negras disfru­
tan de extrema compensación por la to­ Esta jugada tranquila es la clave de la
rre sacrificada. Por otra parte, es difícil combinación.
aconsejarle ya a las blancas. Por ejemplo: 20 a4?
14 é>f2 £xhl+ 15 Wxhl g3+ 16 «£el (16
<Égl £.c5!; 16 &f3 Sg8 17 &xf4 Wf6, Una defensa primitiva, con idea de ta­
etc.) 16 ... We7+ 17 «£dl &g4+ 18 &f3 ponar el paso a la dama con 21 £*b5,
JLxf3+ 19 gxf3 Sg8 20 Wg2 Wxh4 21 pero que permite un mate espectacu­
lé,e2 Wh2 22 ‘á’fl h5, con la marcha lar. También era malo 20 dxe5? Wb6+
triunfal del peón h. 21 -á>el Wgl+ 22 <á?d2 ^e3++. Por otro
lado, la defensa que recomienda el or­
14... JLf5 denador es 20 <&gl, aunque tampoco
También era buena la recomendación permite salvarse a las blancas: 20 ...
de Harrwitz, 14 ... We7+ 15 <¿’f2 £>e4+! Wb6 (la idea 20 ... W1+? falla: 21 fcfl
£xd4+ 22 &e3!) 21 Shl £xd4+ 22
15 &d5 &h2 Wf6!

36
El ajedrez antes de Steinitz

18 Una leyenda americana


■ ■
H ■ ® Hm
mi ■EUkB
Paúl Charles Morphy (22.6.1837-
10.7.1884) nació en Nueva Orleans, en
el estado de Luisiana. Fue criado con
mimo en el seno de una aristocrática
familia criolla de origen hispano-irlan-
dés, y madre francesa. En la familia de

ÍO
Paúl el ajedrez siempre fue practicado
por hombres: abuelo, padre, hermano
mayor y su tío Ernest, cada uno de dis­
tinta fuerza ajedrecística. Comenzó a
jugar al ajedrez a los diez años, y a los
20 ... Wfl+Ü doce ya derrotaba al maestro local Rus-
so (la primera partida publicada de
¡Desviación! Morphy), y poco después derrotaría
21 ^xfl £xd4+ 22 ^.e3 Sxe3 también a Lówenthal, en gira por el sur
de Estados Unidos.
De todos modos, el mate es inevitable. Paúl era ya un maravilloso niño pro­
23 <£gl Sel++ digio, que asombraba a su familia por su
portentosa memoria, que todo lo regis­
Entre las últimas hazañas de Anders­ traba. Su juego se distinguía por su in­
sen, cabe señalar su fantástico match ventiva, además de la exactitud en el
(en 1866) contra Steinitz (véase más cálculo y la metódica realización de sus
adelante), el que le ganó a su talentoso planes. Pero lo esencial era que, gradual­
alumno Zukertort (1868), y un primer mente, el joven Morphy, además del aje­
puesto en el fuerte torneo de Baden- drez, se convertía en el jugador más eru­
Baden (1870), ganándole, además, en dito de su tiempo. Llegó a dominar con
su encuentro individual, ¡al propio fluidez el francés, el inglés, el español y
Steinitz! el alemán, estudió el Analyse de Philidor
El tardío primer campeón del y leía regularmente la revista La Régence,
mundo dijo de Anderssen: “Este ge­ así como la de Staunton, Chess Player's
nial maestro perdurará por siempre. Chronicle, y también es posible que la de
En su brillante estilo, la belleza de las Anderssen, Deutsche Schachzeitung (ade­
combinaciones y una reflexión pro­ más de toda suerte de publicaciones con
funda se complementan admirable­ las partidas de Anderssen). Estudió igual­
mente”. Precisamente por eso, la be­ mente las 400 páginas del Handbuch de
lleza de sus posiciones altera la Bilguer (1843), un análisis de aperturas
energía del procedimiento y audaz­ dispuestas en forma de columna, y, por
mente, la sostiene, como un puente, supuesto, el Chess Handbook de Staunton.
atravesando las fronteras sin el menor “Estos libros -diría Fischer- son mejores
peligro. Así, su habilidad defensiva es que la teoría contemporánea sobre aper­
bastante más floja, pues responde al turas y en aquel tiempo eran esenciales y
lema “¡La mejor defensa es el ataque!” no se podía progresar sin ellos. Pero la
Sus fuertes jugadas son dignas de naturaleza de Morphy más que bastarle
aplauso y admiración, a pesar de que para vencer a sus adversarios, le permitie­
el progreso ajedrecístico fuese inexo­ ron convertirse en un ajedrecista del si­
rable, y la vieja escuela combinativa, glo XX”. (El excéntrico Fischer siempre
encabezada por Anderssen, se revele merece ser escuchado, y de él nos ocupa­
impotente ante la moderna técnica de remos en el tomo correspondiente. En
Morphy (y después, de Steinitz), cuyos 1960 la teoría de las aperturas abiertas
sólidos fundamentos sentaron las ba­ puede que, realmente, “no hubiese avan­
ses del juego posicional. zado” aún, pero a comienzos del siglo

^*7
Gary Kasparov - Mis genmles predecesores

XXI ¡ha experimentado cambios revolu­ 9 do (9 exlb ^xfb =) 9 ... £xe4! 10 ^d3
cionarios!). £}xc3+ 11 bxc3 ie7.
Tras unos brillantes estudios, Paúl se 5.. .0-0
licenció en Leyes por la Universidad de
Luisiana, a los 20 años. Mientras espera­ Morphy sacrifica un peón. Después de
ba cumplir los 21 (edad mínima para 5 ... dó, sigue 6 d4 exd4 7 £>xd4 Jtd7 8
desempeñar la profesión de abogado, en £)fo! (Paulsen-Zukertort, Leipzig 1877).
EEUU), decidió consagrarse a su pasa­ 6 £xe5 Se8?’
tiempo favorito, que tras el torneo inter­Siempre en busca de la verdad. Más tar­
nacional de Londres había producido un de se ensayaron 6 ... Ad4?! (Schlechter)
auténtico boom en el Nuevo Mundo. En y 6... ^d4?l (Marshall), pero más impor­
1857 se organizó en Nueva York el 1er tante es el hallazgo posterior 6 ... £ixeo 7
Congreso Americano de Ajedrez, en el d4 Jld6 8 f4 (8 dxeo £xe5 = Paulsen-Wi-
que tomaron parte 16 destacados ajedre­ nawer, Baden-Baden 1870) 8 ... ¿&c6 9 eo
cistas. Como en el torneo de Londres, se Ae7! (9 ... a6 10 Ae2, Short-Adams, In­
adoptó el sistema K.O. por eliminatorias, glaterra 1991; o bien 9 ... Ab4 10 do, pe­
con miniencuentros entre los participan­ ro no 10 ... £je4, sino 10 ... a6 11 Jke2
tes, a tres victorias, y la final a cinco.^.c5+ 12 *á?hl £>xdo 13 Wxdo d6, siem­
Morphy se clasificó para la final (¡con
pre con juego favorable a las blancas) 10
9 victorias, y 1 tablas!), con el famoso d5 (10 exfb £xf6 =) 10 ... £b4 (10 ...
maestro alemán Louis Paulsen (+5 -1 =2), Ac5+ 11 &hl &d4 12 exf6 WxfB 13 £te4
proclamándose campeón de EEUU. Al ^e7 14 -&d3 Jtb6 lo fo, con ataque,
mismo tiempo, jugó siempre rápidamen­ Paulsen-Anderssen, Leipzig 1877) 11
te, pero sus rivales lo hacían muy lenta­ exf6 (11 d6I? cxd6 12 exfó) 11... Mxf6 12
mente, puesto que el tiempo de refle­ a3 (12 £se4!?) 12 ... £xc3 13 bxc3 <£xdo
xión no estaba limitado, de modo que 14 '^xdo c6 lo Sd3 cxbo 16 fo, con una
las partidas se prolongaban hasta las 10- ligera iniciativa.
11 horas de duración, y la segunda parti­
da tablas, ¡incluso duró 15 horas! (de las7 <^xc6?J
que Paulsen, por cierto, empleó 12). La Con 7 £i£3! las blancas confirmaban su
partida más famosa del match es la sexta. ventaja. 7 ... £¡xe4 8 d4 (es aceptable 8
¿Axe4 2xe4 9 d3 He8 10 d4) 8 ... ^xc3 9
bxc3 &.Í8 (9 ... Ie7?! 10 d5 &b8 11 M4,
Maróczy-Pillsbury, Nuremberg 1896) 10
6 do £e5 11 ¿Lxe5 Sxeo 12 M4 Se8 13
L. Paulsen-P. Morphy Wf3 c6 14 J&.d3. Tampoco sirve 7 ... £)d4
Nueva York 1857, ler. Congreso Americano
8 eo £lxf3+ 9 gxf3! (Teichmann-Rubins-
Apertura Cuatro Caballos (C48) tein, San Sebastián 1912).
1 e4 e5 2 £f3 <£c6 3 <£c3 4 Ab5 7 ... dxcb 8 Jlc4 b5
^.c5 No servía 8 ... £ixe4?, por 9 <<óxe4 2xe4
También es recomendable la tranquila 10Mxf7+^xf7ll W3+.
4 ... &b4. También se juega la jugada de 91e2
Marshall-Rubinstein, 4... 4M4. No es probable que sea mejor 9 M>3?!
50-0 £.g4 10 ^el b4 11 £MI Sxe4 12 £e3.
Después de 5 £>xe5, es de considerar 5 ... 9 ... £}xe4 10 ¿Lxe4
£>xe5 (pero no 5 ... ^.xf2+?l 6 ^xf2 No, desde luego, 10 M3? 2>xf2! 11 Kxf2
£}xe5 7 d4) 6 d4 Jld6 (no basta para Wd4 12 £e4 (12 Wfl? Wxf2+! 13 Wxf2
igualar 6 ... Ab4, por 7 dxe5 £ixe4 8 Sel-H-) 12... Sxe4!-+.
Wd4!) 7 f4 (7 dxe5 Mxe5 =) 7 ... 2)c6
(peor es 7 ... 4^g6?l 8 e5, Janowski—Las­ 10.. . Sxe411M3
ker, Cambridge Springs 1904) 8 eo &b4 Según Steinitz, era mejor 11 c3, pero en

38
El ajedrez antes de Steinitz

tal caso podría seguir 11 ... ^h4. Por 17 d4 5ae8 18 £e3 c5 19 bxc5 &xc5 20
ejemplo: 12 d4 ¿d6 13 g3 Wh3 (amena­ Wb7 (20 Wa5? Sg6 21 <¿>hl ^xf3 22 gxf3
zando Sh4) 14 f4 &d7 15 ±f3 Se7 (y &c6 -+; 20 We2 Jkb6 21 ±g4 Sxe3 22
2ae8), o bien 12 g3 We7! (peor es 12 ... JLxfo Sxe2 23 Jlxd7 =) 20 ... ád6 21 c4, y
Wi3 13 d3! 2e8 14 Af3 &d7 15 a4) 13 en lugar de ganar, las negras tendrían que
JLíB ^.h3 14 d4 JLxfl 15 _&xe4 Wxe4 16 ponerse a la defensiva.
Wxfl ^.d6, con juego cómodo. 16... 2ae8
"2

12 c3? Amenaza 17... Wxfl+.


Una jugada deficiente, que permite a la l7Wa6
dama negra instalarse en d3. Más lógica
y sin barroquismos era 12 d3, con una Triste es 17 ’^dl c5 (17 ... Seo!?: Neis-
posición normal. htadt) 18 bxc5 &xc5 19 &a3 (19 &g4 fo)
19 ... .&xa3 20 Sxa3 ^.b5 -+. Ahora se
19 acelera el ritmo... ¡y podremos ver juga­
das insólitas!

20

12... Wd3!
Naturalmente, la dama paraliza por
completo la posición blanca.
13 b4?I 17... ^xf3!I
Dudoso, pero de todos modos, después Una hermosa refutación.
de 13 Sel Sxel+ 14 Wxel, con 14 ... 18 gxf3 2g6+ 19 é>hl &h3 20 Sdl
áfo! (14 ... Jtd7 15 Wfl) 15 ±xc6 (15
We2 Sd8!) 15... Sd8 16 Weo Wc2! (16... Si 20 Wd3 (20 Hgl? Hxgl+ 21 <¿>xgl Sel+)
.&d6? 17 ^xb5 Wc2 18 Wa4) 17 Af3 20 ... f5! 21 Sdl (21 Wc4+ <¿’Í8!) 21 ...
J.d6 18 Wxb5 £d3 19 Wc6 ¿?Í8!, las ne­ £g2+ 22 ¿?gl JLxf3+ 23 <¿>fl Axdl - +.
gras tienen igualmente ventaja. 20 ... ág2+ 21 égl £xf3+ 22 <¿fl £g2
13 ... £b6 14 a4 bxa4 15 Wxa4 Ad7? La “tranquila” 22 ... Sg2! ganaba directa­
Una respuesta errónea. Lo correcto era mente: 23 Wd3 Sxf2+ 24 <¿>gl Eg2+ 25
<¿hl Sgl++ Zukertort.
15 ... JLb7! (conservando el control de la
casilla a6) 16 Sa2 2ae8 17 Wdl Aa6! 18 23 ¿?gl Ah3+
ExaG Wxa6 19 d4 Wc4 20 £d2 a5 - +.
También da mate 23 ... _á.e4+ 24 '¿’fl
16 Ea2? £f5! 25 ^e2 £h3+ 26 '¿’el Sgl++ Bauer.
Lamentable jugada de torre. Había que 24 ‘¿’hl £xf2 25 Wfl &xf 1 26 fixfl 2e2
expulsar a la dama de d3 con 16 ^a6! y la 27 Sal Sh6 28 d4 ±e3
ventaja pasa a manos de las blancas: 16...
Wxa6?l 17 Sxa6 2ae8 18 £g4 (pero no Las blancas se rindieron.
18 d4? c5! 19 bxc5 ákb5) 18 ... ^.c8 (18 ... Una vez proclamado campeón de
H6e7?! 19 Axd7 Exd7 20 ¿4) 19 Hal SfS EEUU, Morphy se quedó en Nueva
20 Jlxc8 Exc8 21 d4; o bien 16 ... Wf5 York, disputando 161 partidas de exibi-
(peor es 16 ... 17 d4 Eae8 18 &f4) ción con ventaja (+107 -36 =18) y 100 en

39
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

términos de igualdad (+87 -5 =8), entre &d2 jLxc3 10 jLxc3 £ixd5 (Schulten-
cuyos rivales se encontraban jugadores Kolisch, París 1860).
de la talla de Paulsen, Stanley, Lichten- 8... ^xc3
hein y Schulten. Veamos algunas de estas
partidas que han dejado su marca en la Eliminando el caballo que podría servir
historia del ajedrez universal. de protección en la columna e.
Por ejemplo: 8 ... £}xd5 9 &xd5 Ee8+ 10
£e3 (10 ±e2l?) 10 ... 2xe3+ 11 <á>£2; o
bien, 8 ... Se8+ 9 Ae2 (peor es 9 £sce2?I
7 &c5, y ahora 10 c4? £¡g4 11 £ih3 Wh4+
J. Schulten-P. Morphy 12 g3 £ixh2! -+, aunque después de 10
Nueva York 1857 ^jf3 Wxd5, las negras están bien) 9 ...
Gambito de Rey (C32) &g4 10 Cie4!, con ventaja.
9 bxc3 Se8+
1 e4 e5 2 f4 d5 3 exdo e4
Después de 9 ... &xd5 10 W£3 (10 £i£3
El Contragambito Falkbeer, que sigue vi­
W6!) 10 ... 2e8+ 11 £ie2 £¡c6, el juego es
gente, aunque no era demasiado popu­
de doble filo. Sin embargo, con la activa
lar por entonces.
10 c4! Ee8+ 11 Jke2 £>e3 (11 ... £fb 12
4&c3 £f3 We7 13 £¡e5 14 &c3! Estrin) 12
Más prometedor es 4 d3 (4 ... Wxd5 &xe3 Exe3 13 ‘á’fZ! Ee8 (es un error 13...
5 ^Ze2, o bien la jugada de Keres, 5 W, por 14 &f3 Wxf4 15 Wcl +- Pe-
&d2!? exd3 6 &xd3) 5 dxe4 &xe4 6 ££3 trov-Shumov, San Petersburgo 1862) 14
&c5 7 Wc2 áLfb 8 &c3 We7 9 £e3! £if3, y las negras deben esforzarse real­
mente para lograr compensación por el
4 ... <&f6 5 d3 £b4 6 &d2 peón sacrificado. Por ejemplo: 14 ...
Después de 6 dxe4 £ixe4 7 Wd4 ^e7, las 15 Wd2 Axf3 16 Ax£3 Wd4+17 <£g3!, etc.
negras tienen buen juego. Por ejemplo: 10 Jte2 Ag4
8 &e2 0-0 9 .&d2 &xd2 10 Wxd2 c6! (con
la amenaza 10... átg4) 11 £>£3 (11 dxc6?! Puesto que Morphy ganó rápidamente,
no es fácil criticar esta jugada sobre to­
Kd8 12 ^cl £xc6; 11 0-04) cxd5 12 £f3
do porque si 10 ... £lxd5, 11 c4!, como
Ae6y ...£ic6) 11... cxd5 12 0-0 £}c6 (Bar-
en la nota precedente, y las negras, ob­
deleben-Blackbume, Londres 1895).
viamente, no han igualado.
6... e3
21
“¡En pleno estilo Morphy! Mucho antes
de nuestros modelos de sacrificios posicio-
nales” (Euwe). Más tarde, se jugaría de
forma casi automática 6 ... exd3 7 Jad3
04). Pero en la partida Spassky-Brons­
tein (Moscú 1971), las negras optaron
por 6 ... 0-0, y después de 7 £¡xe4 Se8 8
Axb4 £»xe4 9 dxe4 Exe4+ 10 -&e2 Sxb4
(¡variante de Falkbeer!) 11 £>£3 fix£4 12
Wd2 Wd6 13 0-04) £¡d7 14 £d4 a6 15 g3
Sfb 16 Shel £\e5 17 ^.h5 £d7 18 We2
2e8, se acordaron tablas. Claro que a 6 ...
e3, Spassky no hubiera jugado de igual
modo que Schulten. 11 c4?J

7 ±xe3 04) 8 £d2 “Esta codiciosa jugada resuelve (?: G.K.)


el error de las blancas. La atadura libera
No es mejor 8 Ac2 -&xc3+ 9 bxc3 4dxd5 a las blancas, pues si 11 h3 JLxe2 12
10 £d2 Wf6!, ni tampoco 8 &e2 Se8 9 &xe2 We7 (12 ... £xd5 13 04)) 13 &Í2

40
El ajedrez antes de Steinitz

(en mi opinión, es más prometedor 13 c4!? c6 13 ... Sxe2!


14 dxcó&xcó 13 <&j2 ^c5+ 16<&g3 Ze617
&h2 Zae8 18 &g3: G.K.) 13 ... 2>xd5 14 Catástrofe en la casilla e2.
Sel £}e3 15 Wcl. Cierto que tal vez fue­
se más útil la jugada 11 s&f2, pero las ne­ 14 £xe2 £>d4 15 Wbl £.xe2+ 16 &f2
gras difícilmente podrían demostrar que
su iniciativa compensa el peón sacrifica­ 16 <±>gl £xc2 - +; 16 <¿>el ^e7 - +.
do” (Neishtadt).
16 ... £g4+ 17 <£gl
Sin embargo Estrin señala que a 11 h3 es
fuerte 11 ... Wxd5! 12 &f2 (12 hxg4? Caso de 17 &el (17 &g3 £}f5+ y 18 ...
^xg2) 12 ... ^xe2 13 £sxe2 Wc5+! “con Wh4++), 17 ... Wi4+ 18 g3 ^e7, o bien
iniciativa de las negras” (aunque la posi­ 18 ... Se8!
ción tras 14 de ningún modo es equi­
valente), pero 11 <¿42 tal vez sea lo mejor: 17 ... £f3+!
11 ... Axe2 12 £xe2 ®xd5 13 £fl (13
Sel £c6 14 ‘¿’gl Wc5+! 15 d4 ®d5 =) Forzando mate en siete jugadas:
13 ... £)c6 (13 ... ’^c5+ 14 <á?g3 ^h5 15
18 gxf3 ^d4+ 19 &g2 ^f2+ 20 <¿>h3
£d4; 13 ... <£g4+!?) 14 &gl ^c5+ 15
^xf3+ 21 té>h4 2>e3 22 Sgl <£f5+ 23
‘á’hl £)g4 16 £>d4, con una pequeña su­
<á?g5 ^h5++
perioridad.
11 ... c6! 12 dxc6?? Morphy soñaba con jugar al aje­
drez con el rey de los años cuarenta,
Tras este error decisivo, podremos ver la Staunton, y Paúl le cursó una invita­
categoría de Morphy que remata la lu­
ción para visitar América. Pero Staun­
cha a la perfección. También era posible
ton la rehusó, y entonces Morphy de­
12 h3 JLxe2 13 ^xe2 cxd5 14 cxd5 Wxd5 cidió viajar a Europa. En junio de
15 0-0, con un peón de ventaja. Las ne­ 1858 llegó a Inglaterra, donde fácil­
gra no disponen de suficiente ventaja
mente pudo demostrar su superiori­
aunque tienen cierta compensación.
dad sobre los maestros locales, ga-
Ahora la ventaja en desarrollo de las ne­ nándo brillantemente un match a
gras se traduce en un ataque irresistible.
Lówenthal (e invirtiendo luego el di­
12 ... £ixc6 nero del premio en... ¡muebles para
la vivienda de su oponente, dada la
Amenaza 13... £>d4.
escasez de medios de éste!) Después
13<á?fl de largas discusiones, no logró su
No servía 13 h3 ^.xe2 14 £ixe2 £id4 -+, principal objetivo, a saber, concertar
ni tampoco 13 £c3 &d4 14 Jlxd4 Wxd4 un match con el campeón inglés de
15 ^f3 Axf3 16 gxf3 £h5, ni 13 <±>f2 48 años.
^b6+ (no 13 ... 2xe2+? 14 ¿Lxe2 £id4 15 La explicación es evidente, y aquí
Sel) 14 Sxe2 15 £>xe2 £>d4. podemos recordar las palabras de Fis­
cher al respecto: “Staunton temía,
22 por lo visto, enfrentarse a Morphy y
creo que sus temores eran fundados.
Morphy le habría vencido, pero no
hubiera sido un match unilateral, co­
mo creen muchos escritores de aje­
drez. Por el contrario, hubiera sido
una gran lucha”.
Durante el resto del mes de junio,
el americano destrozó a cada uno de
sus oponentes, de forma, además, muy
efectiva.

41
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

Tras una serie de jugadas ininteligibles,


co

Bird comete este error. “De no haberse


H. Bird-r. Morphy realizado, sin embargo, esta jugada, la li­
Londres 1858 teratura ajedrecística no se hubiera enri­
Defensa Phílídor (C41) quecido con la asombrosa combinación
de Morphy que sigue. Mejor era 11
Ie4e52£)f3 d63d4f5?I £xfb! (11 £xf6 Wxh5) 11 ... gxfó 12
Jugada de Philidor, pasada de moda, £xfi5 Sxf6 (12 ... Wh5 13 g4) 13 Wg5+
objetivamente dudosa, quizá incluso Eg6 14 ¿Lxg6 hxg6! 15 ^xd5+ (o bien
perdedora. 15 h4), con equilibrio” (Maróczy). Euwe
no comparte esta opinión: “En la posi­
ción que se ha producido, la fuerza de
También es buena 4 <átc4, lo mismo que 4 los alfiles pronto debe ponerse de mani­
dxe5 6<e4 5 <£jg5 do 6 e6 (6 £ic3!?) 6 ... fiesto”. En mi opinión, la línea reco­
Ac5 7 £>c3! (pero no 7 £>í7? Wíb 8 ^.e3 mendada no es muy feliz para las blan­
d4, con contraataque, Bames-Morphy, cas, después de la jugada “intermedia”
Londres 1858) 7 ... c6 (7 ... Bffi 8 £gxe4 12 ... e3! (¡que Morphy sin duda realiza­
dxe4 9 Wh5+ y 10 Wxc5) 8 £47, pro­ ría!) 13 Wxe3 Exf6 14 0-0-0 (14 'Bg5+
puesto en 1880 porj. Berger. Eg6) 14 ... -á.f8, etc. El error de Bird es
inexplicable; ahora, la lucha se vuelve
4.. . fxe4
muy complicada.
No iguala 4 ... £}f6 5 dxeo £ixe4 6 <£>xe4
11 ... £xg4 12 ¿Lxg4 Wxh5 13 <£e5 £c6
fxe4 7 4)g5 d5 8 e6 Ac5 9 £)xe4 £.e7 10
14 JLe2 Wh3 15 £xc6 bxc6 16 &e3 Eb8
Wh5+ g6 11 '■S'eo Sg8 12 £)g5, ni tampo­
co 4 ... exd4 5 ^xd4 fxe4 6 ¿g5 4bf6 7 El inicio de la combinación, aunque téc­
£xe4 Ae7 8 £c4 £c6 9 We3. nicamente parece mejor 16 ... ^.g4, debi­
do al peón extra.
5 £)xe4 d5
17 0-0-0
O bien 5 ... £if6 6 £>xí6+ gxf6 (si 6 ...
Wxffi, entonces 7 _&g5 ^g6 8 dxe5: Zu- “Más sólido es 17 c3” (Maróczy). Ahora
kertort) 7 dxe5 fxeo 8 JLc4 Wfb 9 &g5, las blancas llegan a una posición deses­
con evidente ventaja. perada.
6 £>g3?! 23
Como indicó Zukertort, es más fuerte 6
£lxe5! dxe4 7 ^h5+ g6 8 4Lxg6 Cifó 9
We5+ J.e7 10 £xh8 £c6 11 áb5 Wd5
12 -&g5. En caso de 9 ... 'á’fV 10 ^.c4+
<¿g7 (10 ... <á?xg6?? 11 Wg5++) 11 &h6+
<éxh6 12 &xh8 Ab4+ 13 c3 Wxh8 14
cxb4 (Keres), la ventaja de las blancas es
casi decisiva.
6 ... e4 7 £ie5 QíS 8 Ag5?!
Era fundamental 8 Í3!, para minar el cen­
tro blanco.
17 ... Exf2?!
8.. . Ad6
Hay que quitarse el sombrero ante esta
“Una jugada típica de Morphy, liquidan­ bella combinación, pero la mejor juga­
do rápidamente el desarrollo” (Euwe). da era 17 ... JLg4!, y también era posi­
En opinión de Maróczy, es preferible 8 ... ble la más lenta 17 ... Jtf5, para seguir
£.e7. con JcLgó.
9 ^h5?l (40 10 Wd2?I We8! 11 g4? 18 ¿xf2Wa3!J

42
El ajedrez antes de Steinitz

Pero no 18 ... ^.a3?, por 19 We3! Con es­ &xb4?, y después de 23 cxb4 2xb4 24
ta espléndida maniobra de dama, ya no ^g5 (también es posible 24 Wc2 Wa3+
hay salvación. 25 &d2 Sb2 26 Sel) 24 ... Wa3+ 25 &d2
Sb2+ 26 ‘¿’el Sxe2+ 27 <¿>xe2 Wf3+ 28
19 c3!
<¿>el ^xhl+ 29 Wgl Wf3 30 Wg3, con
Caso de 19 Wg5, Maróczy indica la va­ ventaja decisiva.
riante ganadora 19 ... Wxb2+ 20 <«’d2
Hoy en día, los ordenadores son un auxi­
JLb4+ 21 <¿e3 Wa3+! 22 £d3 (22 <£>f4?
liar impagable, y ésta es la respuesta que
£d&4-) 22 ... £a6 23 Shgl ±f8! y exd3. Si
encontró el mío: 22... Afo! (más confuso
19 Wc3, entonces 19 ... Wxa2 20 Edgl g6
es 22 ... a5 23 Wc2 Wa3+ 24 Wb2 axb4 25
21 b3 ¿b4! Para Euwe, en lugar de 19 ... <¿c2 áa6 26 £fl!) 23 £ell Wal+ 24 &c2
^xa2, es más fuerte 19 ... Af4+! 20 Ed2
e3+ 25 <¿b3 exd2 26 Exal Ee8 27 £a6
'^xa2 21 Wa3 Wxa3 22 bxa3 e3 - +, y si 21
dxelW 28 Eaxel Exel 29 Exel £xh2 30
b3 £.d6! (21 ... e3 22 £xe3 &xe3 23 Efl
.&b7 Ae4 31 J¿xc6 ■é’H, y las negras con­
a5!, etc.) 22 Eddl Jtb4-+.
servan siempre una mínima ventaja (me­
19... '^xa2 nos, desde luego, que tras 17 ... Ag4!, lo
El gran maestro Murey se preguntaba que no tiene nada de particular). En este
por qué no siguió 19 ... e3?I 20 ^.xe3 análisis el equilibrio entre ataque y de­
Jlf5. La razón es 21 Wc2! ^xa2 22 £d3 fensa ilustra el colosal progreso experi­
Jtxd3 (22 ... &a3 ó 22 ... Sxb2, 23 £xf5) mentado por el ajedrez entre el pasado y
23 Exd3 £a3 (23 ... Sxb2 24 Wxb2 &a3 el momento actual.
25 ^xa3!) 24 Wbl! (también vale 24 22 ... ±xb4 23 cxb4 Exb4+ 24 Wxb4
bxa3 ^al+ 25 <¿d2 ^xhl 26 c4! to2+ S\b4+ 25 <¿c2
27 £c3) 24 ... ±xb2+ 25 ¿>c2 Wa4+ 26
CM

Si 25 ®a2, entonces
1O

... c5! es decisivo:


<¿>d2 £xc3+ 27 Exc3 Exbl 28 Exbl
26 dxc5 e3! 27 £.xe3 d4
^Za2+ 29 ¿,cl, y el ataque ha remitido y
las blancas conservan ventaja material. 25... e3!
20 b4 Esta réplica dejó a Bird perplejo. Pero
ciertamente hay que reivindicar a un
Parando la amenaza de mate en dos, y si
maestro del siglo XIX, por su evaluación
20 '^c2?, sigue 20... ±f4+ ó 20... Sxb2 21
de las jugadas 19 ... Wa31! y 22 ... Jtxb4.
Wxb2 £a3 22 Wxa3 Wxa3+ 23 <¿d2
He aquí el “entramado” Morphy, cuya es­
W+ 24 «¿el Wxc3+.
calera táctica ya se parece al juego de los
20 ... Wal+ 21 <¿’c2 ^a4+ grandes maestros contemporáneos. Lo
que sigue parece un huracán que arrasa
24 todo a su paso.
26 &xe3 &f5+ 27 Sd3
Si 27 &d3,27 ... Wc4k
27 ... ^c4+ 28 £d2 Wa2+ 29 <£dl ^bl+
Las blancas se rindieron.
En septiembre de 1858 Morphy via­
jó a París, donde venció en un match al
campeón de Francia, Daniel Harrwitz.
El encuentro se fijó a siete victorias, pe­
ro tras una serie de suspensiones, Harr­
witz “enfermó” y el árbitro dio por fina­
22 <¿b2?
lizada la contienda (+5 -2 =1). Como
Según Maróczy, las blancas podían lograr curiosidad, Morphy consideró que la
tablas con 22 ‘¿’el! por jaque perpetuo competición de ninguna manera había
(22 ... Wal+), pero comete el error 22 ... concluido y con el reducido premio

43
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

financió el viaje de Breslau a París del con 7 ... £d6 (7 ... Wd7? 8 ^xb7) 8
genial Anderssen, a quien anhelaba en­ Jtxf7+, y perdieron en 59 jugadas.
frentarse en un “match amistoso”. An­ 8 £ic3!?
derssen, por supuesto, recogió el guan­
te, aunque no podía abandonar su Para acelerar el desarrollo del flanco de
trabajo de profesor en pleno curso es­ dama, pero con 8 Jlxf7+! (sería “malo” 8
colar y hubo que esperar a las vacacio­ Wxb7 m>4+ 9 ^xb4 ^xb4+ 10 Jld2 + -)
nes navideñas. 8 ... <£d8 (8 ... Wxf7 9 Wxb7 +-) 9 Wxb7
Mientras tanto, Paúl daba exhibicio­ Wb4+ 10 Wxb4 £.xb4+ 11 c3, las negras
nes de simultáneas (incluso en Inglate­ están perdidas.
rra, una única sesión a ciegas), disputó 8 ... c6 9 Jigo b5?
partidas amistosas contra maestros
franceses, entre ellos Arnous de Riviére Tratar de resolver todos los problemas
de un golpe siempre acarrea conse­
y Saint-Amant (que serían luego sus se­
cuencias negativas. “Es improbable que
gundos en el match con Anderssen),
las negras pudieran salvarse con 9 ...
pero también menos fuertes, ¡aunque
^a6 10 Axa6 bxa6 11 ^c4, o con 9 ...
no menos distinguidos!
h6 10 JtxfG gxf6 11 0-0-0, mientras que
El célebre protagonista de la parti­
9 ... Wc7 10 0-0-0 &c5 se refutaría con
da que sigue exhibe su fuerza contra
11 ±xf7+! fcf7 12 2d8+” (Neishtadt).
dos rivales en consulta: el duque Karl
Brunswick y el conde Isouard, y se dis­ 25
putó en el Teatro de la Opera, durante
un intervalo de El barbero de Sevilla.

9
P. Morphy-Brunswick e Isouard
Opera de París 1858, partida amistosa
Defensa Philidor (C41)

I e4 e5 2 *£f3 d6 3 d4 &g4?
Una mala jugada, como es sabido,
¡aunque así jugaba incluso Harrwitz! 10 £xb5!
4 dxe5 Axf3 5 ^xf3 dxe5 6 &c4 &f6? Pero no 10 ^.e2? Wb4!
El error decisivo. Cierto que las negras 10 ... cxb5 11 ^.xb5+ £jbd7
no quedarían bien después de 6 ... Wf6
O bien 11 ... &d8 12 0-0-0+.
7 Wb3 .&c5 (la variante 7 ... b6?! 8 £k3
£>e7? 9 £>b5 £>a6 10 Wa4 ^cñ 11 £)d6+! 12 0-0-0 Sd8
'é’dS 12 We8++ aparece en el tratado de En caso de 12 ... ^b4?, sigue 13 J.xf6.
Greco) 8 0-0 ^.bó 9 a4 a5 10 £)c3 &e7
II ^.e3 &d7 12 Sadl. En cuanto a 6 ... 13 Sxd7!
Wd7, 7 Wb3, para seguir con &c3, 0-0 y “Las blancas ejecutan sus golpes siem­
Sdl, con clara ventaja blanca. pre en el momento oportuno” (Euwe).
7 Wb3 “Morphy en vena. La brillante combi­
nación y los sacrificios concebidos en
Un ataque doble clásico. esta partida son de los más hermosos
7 ... We7 que jamás se hayan visto en la historia
del ajedrez” (Maróczy).
Meses después, en la partida Morphy-
Harrwitz (París 1858, match, 8a), las ne­ 13 ... Sxd7 14 Sdl We6
gras optaron por renunciar al peón, 14 ... Wb4? 15 i.xf6.

44
LL rtJLUALZ. .-V*’ *

15 ^.xd7 2 £if3 £ic6 3 d4 cxd4 4 £lxd4 e6 5 £ib5


d6
También vale 15 ^.xf6.
Descubriendo una verdad que sigue vi­
15... £>xd7 gente siglo y medio más tarde.
6¿f4
Q
Favorita de Fischer, aunque la mayoría
®■

a■
BWB B
de los jugadores actuales prefiere la de
Karpov, 6 c4.
6 ... e5 7 Jte3 f5?
s BAB B Se necesitaron años para demostrar
fIS que este avance es un error, y que des­
LH0AE pués de 7 ... ¿Lf6 8 Ag5 ^.e6, las ne­
£B B gras no deben inquietarse. Por ejem­
plo: 9 &lc3 a6 10 Jlxf6 gxf6 11 £ia3
do!, etc. (Fischer-Petrosian, Buenos
Aires 1971, match, Ia partida). An­
16 W>8+’I ^xb8 17 2d8++ derssen, sin embargo, fiel a su agresi­
“¡Un hermoso broche final!” (Euwe). vo estilo, precipita la crisis en el cen­
tro poniendo siempre en marcha un
Por fin llegó diciembre, y con él se mecanismo semejante.
presentó Anderssen en París. Se pusie­
ron de acuerdo en que el match se ju­ 8<5Mc3!
gase a siete victorias, y varios días, con Morphy comprende que la lógica del
un Morphy apenas convaleciente de ajedrez no es lo que parece, y de inme­
una enfermdad, dio comienzo el histó­ diato demuestra la refutación de tan
rico encuentro entre los dos jugadores prematura actividad por parte de las
indudablemente más fuertes de media­ negras.
dos del siglo XIX.
8... f4
De nuevo, como en el match con
Harrwitz, Morphy comenzó perdiendo. Si 8 ... a6, entonces 9 £id5! axb5 10
Pero tras unas tablas... ¡ganó cinco par­ &b6 ^h4 11 £c7+ s£>d7 12 <£xa8
tidas consecutivas! Anderssen sencilla­ ^xe4+ 13 ^e2 +-. “Pero después de
mente estaba desorientado. Con blan­ 8 ... 2T6 9 Jtgo a6 (9 ... &e7 10 &xf6
cas abandonó su tradicional salida 1 e4 gxf6? 11 Wh5+ <&f8 12 ±c4 We8 13
a favor de su propia idea 1 a3 (que más W++) 10 £xf6 gxf6 11 Who+ <¿>d7
tarde calificaría de “insensatez”), y con 12 Wxf5+ sí?e8 13 Wh5+ <¿>d7 14 £a3,
negras alternaría, sin éxito, entre 1 ... las blancas, con. el peón de ventaja,
e5, 1 ... d5, 1 ... e6 y 1 ... c5. tienen una posición muy superior”
(Maróczy).

27
10
P. Morphy-A, Anderssen
París 1858, Match (9a partida)
Defensa Siciliana (B44)

1 e4 c5
Anderssen, sigue los pasos de La Bour-
donnais y Staunton, pioneros de la De­
fensa Siciliana.

45
Gary Kasparov - XÍIS GENIALES PREDECESORES

9 £><15! fxe3 decisivo sobre la columna f La parti­


da fue jugada muy rápidamente, pues
Ya no hay tiempo para otra cosa.
de otro modo Anderssen no habría
10 £bc7+ <¿?f7 11 ^f3?! omitido esta sencilla jugada”, escribe
Maróczy. Era posible evitar el peligro
Probablemente es más fuerte 11
inmediato con 14 ... Wxd5 15 £fxd5+
£xa8. Por ejemplo: 11 ... exf2+ 12
£xf3+ 16 gxf3 exf2+ 17 <á?xf2 ,&c5+ 18
<á?xf2 ^h4+ 13 g3 Wxe4 14 £g2 + -. <á?e2 Sb8, y las negras, en virtud de
Pero Morphy no tiene inconveniente
sus dos alfiles contra los dos caballos
en apuntar al rey negro, presumien­
contrarios, pueden defenderse”. Pe­
do que las negras no tienen suficien­
ro, en mi opinión, sencillamente des­
te contrajuego.
pués de 19 b4 .&f8 (19 ... ^.d6 20
11 ... £f6 12 £c4 £d4! 13 £xf6+ d5! £b5) 20 Shdl (o directamente 20
c4) 20 ... ^.d7 21 c4, las negras están
Era malo 13 ... <á?e7 14 £fd5+ <á?d7 15
técnicamente perdidas.
W+ £e7 (15 ... &c6 16 £b4+) 16
fxe3 Sf8 (o bien 16 ... £xc2+ 17 <á?d2) Lo mejor, en esta complicada posi­
17 exd4 ¿xf7 18 &b5++. Es improba­ ción, parece ser la recomendación de
ble que Anderssen hubiese contado Zukertort, 14 ... <^e7. Por ejemplo:
con 13 ... ‘á’gó, sin embargo, también 1) 15 £g8+?! -á?d6 16 Bf7 £xc2+ 17
en este caso funcionaba una combi­ £dl (17 <á?e2 JLg4+ 18 f3 £d4+ 19
nación: 14 Wh5+ ‘á’xfó 15 £e8+ (Ma- fec7 20 Wxc7+ <á>xc7 21 fxg4
róczy recomendaba “15 fxe3!, ganan­ ±d6) 17 ... £xal 18 £xa8 Ag4+ 19 f3
do”, aunque después de 15 ... Wxc7 ^.d7!, y las negras aún resisten.
16 Sfl+ £f5, no hay que descartar las
tablas) 15 ... ^xe8 16 Wxe8 £xc2+ 2) 15 ^h5 gxf6 16 Wf7+ <£d6 17
(16 ... do 17 0-0-0!) 17 <á?fl e2+! (17 ... £xa8! (mejor que 17 £e8+? Wxe8 18
£xal 18 g4!) 18 ¿xe2 £xal 19 g4!, y Sxe8 £xc2+ 19 <á?fl e2+ 20 'á’gl
las negras, a pesar del equilibrio ma­ £xal, etc.) 17 ... £xc2+ (17 ... We7
terial, están indefensas contra una 18 0-0-0) 18 <á>e2 We7 19 Wxe7+ Axe7
nueva oleada ofensiva. 20 Sacl £d4+ 21 <&xe3 ád7 22 Ec7!
2xa8 23 Hxb7 ^.c6 24 Axc6 £xc6 25
14 Jlxd5+
Sel £d8 26 Sdl+ ^e6 27 Sc7 Sb8.
E1 momento crítico de la lucha. Para Maróczy, “la posición de las
blancas es algo mejor”, pero para mí,
28 después de 28 b3, las negras no pue­
den resistir.
15 Wh5+ <á?xf6 16 fxe3!
No es esto lo que esperaba Anders­
sen, que ahora se extravía en las com­
plicaciones tácticas, mientras que
Morphy conserva la calma. La apertu­
ra de la línea f puede resultar decisi­
va en el ataque al monarca enemigo,
y no sólo en el Gambito de Rey.
16 ... £xc2+
14... ^g6?
Pierde en el acto, pero 16 ... Wxc7 só­
“¡Error de cálculo! Las negras espera­ lo habría prolongado la lucha un po­
ban 15 Wh5+ <¿>xf6 16 WF7+ (ahora no co la agonía: 17 Sfl+ (Maróczy indica
16 £<?£+?, por 16 ... ^xe8 17 ^xe8 17 exd4 <®>e7 18 0-0-0, con clara venta­
$Lb4+.: G. K.) 16 ... 'á’go y el rey se sal­ ja) 17 ... £f5 (17 ... <á?e7? 18 2f7+) 18
va, pero tras 16 fxe3!, hay un ataque Sxf5+! £xf5 19 Wxf5+ ^e7 20 We6+

46
El ajedrez antes de Steinitz

&d8 21 0-0-0! &d6 (o bien 21 ... Wd7 enormes carteles en los que se leía el
22 ^.xb7) 22 -&xb7, etc. nombre de los oponentes derrotados.
Cuando apareció Morphy, sonó el
I7<á?e2 himno nacional. Entonces se le obse­
quió al rey de los ajedrecistas con un
Las negras se rindieron, en vista de
regalo en nombre del país: una mesa
la* línea 17 ... £>xal 18 fifl+ &e7
de madera rosada, con incrustaciones
19 Wxe5+ <áJd7 20 £e6+ &c6 21 Scl+
de plata y perlas, con un tablero de
<¿?b6 22 Wb5++.
ajedrez con madreperla y ébano, con
¡Impresionante demolición del cam­ piezas de oro y plata, y un pedestal de
peón del Viejo Mundo! Esta partida só­ cormalina. También fue obsequiado
lo duró media hora en total. Tomán­ con un reloj de oro y brillantes, en el
dose la revancha en una partida de 77 que las cifras eran hermosas piezas
jugadas, Anderssen bromeó triste­ negras de ajedrez. ¡Por primera vez
mente: “Morphy ganó en 17 jugadas, en la historia se recibía a un ajedre­
y yo en 77. Por lo demás, esto va bas­ cista triunfador con honores de hé­
tante bien”... Al ganar la 11a partida, roe nacional!
Morphy resultó vencedor del match Lamentablemente, después de es­
(+7 -2 =2) y, le demostró al mundo en to Morphy abandonó para siempre la
cada jugada que su nivel era incom­ arena del ajedrez. A comienzos de los
parable. sesenta se desencadenó en Estados
“Morphy domina el secreto de su Unidos la Guerra de Secesión, y por
invencibilidad”, decían los periódi­ esas fechas Morphy dio los primeros
cos. El perdedor, aunque conmocio­ signos de trastorno mental. En pocos
nado, también valoró el triunfo de su años, el gran maestro se habría perdi­
rival por sus méritos, manifestando do, y no sólo para el ajedrez... En los
públicamente que Morphy había ju­ setenta podía ser visto -una vez al día
gado mucho mejor y con más solidez y siempre a la misma hora-, caminan­
que La Bourdonnais, reconociendo: do por las calles de Nueva Orleáns.
“Para mí luchar contra este hombre Dice la leyenda que no mucho antes
es inútil, dada su tremenda fuerza. Su de su muerte, en 1882, cruzó saludos
precisión, como un mecanismo, siem­ con Zukertort (quien estaría dando
pre resulta mortífera”. Más tarde, An­ una exhibición en la ciudad), y que
derssen confió una importante obser­ en 1883 conversó durante diez minu­
vación: “Morphy trata el ajedrez con tos en su casa con Steinitz. En el vera­
la seriedad y la consciencia de un ar­ no de 1884, a los 47 años, el legenda­
tista... Para él el ajedrez es un deber rio ajedrecista americano fallecía.
sagrado”. ¿Cuál era el secreto de la invenci­
Antes de que Morphy dejase París, bilidad de Morphy? Creo que en su
se organizó en su honor un espléndi­ caso se conjugaban un talento natu­
do banquete de despedida. Ante los ral único y una brillante erudición.
aplausos del público, Saint-Amant ro­ Su juego constituyó el siguiente paso
deó con una corona de laurel un bus­ hacia una fase más madura en el des­
to de mármol tallado para la ocasión, arrollo del ajedrez. Morphy tenía un
con la inscripción “rey de reyes”, que fuerte “instinto positional” innato y,
se instalaría en el Café de la Régence por consiguiente, puede considerár­
en lugar privilegiado, junto a los de sele como el “primer prototipo” de
Philidor y La Bourdonnais. fuerte gran maestro del siglo XX.
A su regreso a Nueva York, Paúl Como ya había sucedido con Phili­
fue aclamado de forma triunfal. Se dor, Morphy estaba muy por delante
organizó una celebración oficial en de su tiempo. Euwe lo dijo así: “si el
su honor, en una enorme sala, a la rasgo distintivo de un genio es que se
que asistieron 2.000 personas, con encuentra mucho más avanzado que

47
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

su época, entonces Morphy era un Alekhine: “¡Cuánta más vivida y


genio ajedrecístico en el más pleno más rica se nos aparece la figura de
sentido del término”. Una de sus Morphy, cuánto más claro es el secre­
aportaciones capitales fue determinar to de su éxito, si nos trasladamos a la
espontáneamente los principios más época en que vivió y creó, si nos toma­
importantes del juego en la apertura: mos la molestia de estudiar, siquiera
1) rápido desarrollo de las piezas; 2) un poco, a sus contemporáneos! Siga­
dominio del centro; 3) apertura de lí­ mos su paso por Londres y, sobre todo
neas. Pero para formular éstos y otros por París, donde las tradiciones de
principios del juego posicional, se re­ Philidor seguían vivas, donde las in­
queriría un cuarto de siglo más y la ca­ mortales creaciones de La Bourdon­
pacidad intelectual de un titán del ta­ nais y McDonnell permanecen en
blero: Wilhelm Steinitz. nuestra memoria, en un tiempo, en
Para concluir, he aquí algunas in­ fin, en el que seguía vivo Anderssen, y
teresantes declaraciones de campeo­ en el que sólo con brillantez apenas
nes mundiales. podía sorprenderse a nadie. La fuer­
Lasker: “En Paul Morphy se reen­ za, la invencible fuerza de Morphy,
carnó el espíritu de La Bourdonnais, ésa fue la razón de su éxito y la garan­
en forma aún más fuerte, firme y or- tía de su inmortalidad!”.
gullosa. Morphy descubrió que la bri­ La fuerza de Morphy, según Ale­
llante jugada del maestro está, en khine, radicaba en su “profundo jue­
esencia, condicionada no por una re­ go posicional, por encima de su tem­
pentina e inexplicable iluminación, peramento agresivo”.
sino por la situación de las piezas en Botvinnik: “Hasta hoy, Morphy es
el tablero. Introdujo la regla según la un maestro insuperable en el juego
cual las jugadas brillantes y las profun­ abierto. Para comprender cuán gran­
das maniobras ganadoras sólo son po­ de fue su significación, basta consta­
sibles en aquellas posiciones en las tar la evidencia de que nada sustan­
que al rival puede oponérsele un ex­ cialmente nuevo se ha creado en ese
ceso de energía activa. Desde las pri­ campo desde Morphy. Cada jugador -
meras jugadas, Morphy trataba de po­ del principiante al maestro- debería
ner de manifiesto la energía interna reproducir, una y otra vez, las partidas
contenida en sus piezas. Lo cierto es del genio norteamericano”.
que, de repente, sus piezas poseían Fischer: “Una teoría popular es
mucho mayor dinamismo que las que si Paul Morphy regresase hoy al
fuerzas enemigas”. ajedrez, yjugase contra los mejores ju­
Capablanca: “Al revisar la historia gadores contemporáneos, perdería.
del ajedrez, desde La Bourdonnais Nada está más lejos de la verdad. En
hasta los maestros actuales, como Las­ un match, Morphy vencería hoy a
ker, descubrimos que el mayor estilis­ cualquier jugador vivo. Morphy era
ta fue Morphy. No buscaba combina­ quizá el jugador más preciso de cuán­
ciones complicadas, pero tampoco las tos han vivido. Tenía una visión com­
evitaba, lo que es la forma correcta pleta del tablero y nunca cometía
de jugar. Su principal fuerza lo cons­ errores, a pesar de que jugase con
tituye no su habilidad combinativa, si­ mucha rapidez, pues sólo en raras
no su juego posicional y su estilo. ocasiones necesitaba más de cinco mi­
Morphy lograba la mayoría de sus vic­ nutos para decidirse por una jugada,
torias jugando de forma simple y di­ mientras que sus oponentes, por en­
recta, y este método sencillo y lógico tonces, a menudo se tomaban horas”.
es lo que constituye la verdadera bri­ Smyslov: “No hay duda de que pa­
llantez de su juego, al menos si lo con­ ra Morphy el ajedrez era un arte, ni
sideramos desde el punto de vista de de que para el ajedrez Morphy era
los grandes maestros”. un gran artista. Su juego estaba for-

48
El ajedrez antes de Steinitz

mado por la frescura de pensamiento


y una inagotable energía. Jugaba con
inspiración, sin molestarse por pene­
trar en la psicología de su oponente.
Jugaba, si podemos expresarlo así,
un ajedrez puro. Su armoniosa com­
prensión posicional y una profunda
intuición hubieran hecho de Morphy
un oponente muy peligroso incluso
para los más cualificados jugadores
de nuestra era”.
Se diría que cada campeón del mun­
do considera a Morphy bajo el prisma
de su propio enfoque del ajedrez. Cada
uno de ellos encontró en él la fuente
de su propia fuerza. Aun así, más allá
de todo lo ya dicho, Morphy puede
considerarse el verdadero padre funda­
dor del ajedrez moderno.

49
Whilhelm I

ilhelm Steinitz (14.5.1836— to fue revolucionario. Este principio

W 12.8.1900) no sólo fue el pri­ fundamental y universal puede expre­


mer campeón del mundo, sino sarse brevemente así: la base para tra­
zar un plan magistral siempre es una
también un gran investigador, el creador
de una nueva escuela de ajedrez, la Es­ evaluación. Ahora bien, evaluar, juzgar,
cuela Positional. La obra de su vida fue de­ estimar algo no presupone un conoci­
bidamente reconocida por su sucesor en miento exacto. Pero el conocimiento
la corona, Emanuel Lasker: que adquirimos mediante la estima­
“Cuando Paul Morphy, desesperado ción o la evaluación, aunque no sea
de la vida, renunció al ajedrez, Caissa exacto constituye, según el principio
cayó en una profunda tristeza, sumién- de Steinitz una guía eficaz para el
dose en sombría meditación... Las par­ maestro”.
tidas de los maestros de aquel tiempo Steinitz aisló buen número de signi­
carecían de plan. Se conocen los gran­ ficativas características posicionales y
des modelos del pasado y los maestros descubrió que los brillantes ataques a
tratan de seguirlos y emularlos, pero menudo tienen éxito sólo a causa de
sin éxito. Los maestros se entregan una débil defensa. Tras haber elevado
también a la reflexión. Uno de ellos el arte de la defensa, Steinitz, en pala­
piensa largamente sobre Paul Morphy, bras de Euwe “arrojó serias dudas sobre
y Caissa, agradecida, le anima a perse­ el generalmente aceptado -gracias a las
verar. Por fin, se alcanza una de las victorias de Anderssen y Morphy- axio­
cumbres más altas en la historia del aje­ ma de la necesidad de atacar”. De mo­
drez: Steinitz anuncia los principios de do que en su lugar foijó el concepto de
la estrategia, fruto de un pensamiento y ataque bien fundado, como consecuencia
una imaginación en estado de gracia. A de la acumulación gradual de peque­
fin de distinguir entre los principios ñas ventajas.
verdaderos y los falsos, Steinitz tuvo Su enseñanza es un punto de infle­
que cavar profundo para abrir los sen­ xión en la historia del ajedrez: con
deros al arte de Morphy. Steinitz comienza la era del ajedrez
La razón para que un plan exista a moderno. La contribución del primer
priori es que su existencia sea formula­ campeón mundial a su desarrollo es
da, y para proceder a esa formulación equiparable a los grandes descubri­
se requiere la agudeza del genio. Tal mientos científicos del siglo XIX.
formulación implica que la posición
del tablero debe mostrar un signo, un
momento característico que nos indi­ ‘El calabrés contemporáneo’
que el plan a seguir, aliviándonos así de Steinitz nació en el ghetto de Praga,
la necesidad de buscar entre una in­ en una familia de modestos comercian­
mensa de variantes. El mundo no com­ tes en artículos de ferretería, de la que
prendía cuánto le debía a Steinitz. Ni era el noveno hijo ¡de trece! Los cuatro
siquiera los jugadores de ajedrez lo en­ siguientes murieron en plena infancia
tendieron. Sin embargo, su pensamien­ y él, el último de los supervivientes,

53
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

mantuvo toda su vida que era, en reali­ ral es 3 ... ^a5, que permite posibilida­
dad, el número trece. des de contrajuego, como, por ejem­
Aprendió el ajedrez viendo jugar a plo, en el match Kasparov-Anand
su padre. Tras haber finalizado los estu­ (Nueva York, 1995, 14’ partida).
dios secundarios, continuó su educa­ 4d4 e6
ción en Viena una ciudadcon una anti­
gua tradición ajedrecística baste con Contra 4 ... £jf6, Fischer seguía con 5
recordar los nombres de Allgaier, J&c4 Afo 6 ^£3!, y si 4 ... g6, entonces 5
Hamppe y Falkbeer. Cuando, en Lon­ £f4 Ag7 6 ^d2!
dres y en París, la fama de Anderssen y 5 £f3 6 Jld3 &e7 7 0-0
de Morphy estaba en su momento álgi­
do, en un pequeño café vienes un po­ Nq está clara la línea 7 ^e2 ^c6 8
bre estudiante se ganaba la vida apos­ £}b4 9 ^.c4 £sbd5.
tando al ajedrez. 7... 0-0
El ajedrez cautivó por completo a Tenemos una posición tipo “francesa”,
Steinitz, y para dedicarse de lleno a él, con un tiempo extra de las blancas. La
abandonó sus estudios en la Escuela justificación de Mongrédien, por decir­
Politécnica Superior, que le auguraban lo así, es que una posición similar (con
una vida cómoda como ingeniero cua­
el alfil en c4) se produjo en la partida
lificado, y pronto se convirtió en el ju­
Alekhine-Schlechter (Carlsbad 1911).
gador más fuerte de Viena. Cuando, en
1862, la Sociedad Ajedrecística Vienesa 8 Ae3
recibió una invitación para participar Las alternativas son 8 We2 £ic6 9 Sdl
con uno de sus jugadores en el segun­ 4£>b4 10 .á,c4 £ibd5 11 £ie4 y 8 £>e5!? c5
do torneo internacional de Londres, la 9 dxc5.
sociedad decidió enviar a su campeón
de 26 años. 8 ... b6
El debut internacional de Steinitz Si 8 ... ^bd7, 9 £e5!
no fuelo malo, sexto puesto entre 14
9 Ab7 10 f4 ^bd7
participantes (¡lo que le reportó un
premio de cinco libras esterlinas!), y lo 10 ... 2>c6!?
que es más importante, una memora­ 11 We2
ble victoria sobre Mongrédien. El ven­
cedor del torneo, el legendario Adolf “Merecía atención 11 f5”, escribe
Anderssen, la calificó de “la partida Neishtadt en su obra El primer campeón
más aguda y brillante” de la compeü- mundial (1971). Sin embargo, no estoy
ción, y a Steinitz de “estrella en alza”. seguro de que las blancas lograsen ven­
Por su parte, los organizadores califica­ taja tras 11 ... ex£5 12 Kxf5 (12 ¿xfo
ron a la partida “el diamante del cam­ £lxe5 13 dxe5 £id5) 12 ... &xe5 13
peón austríaco” y le concedieron un dxe5 £id5 14 £lxd5 Wxd5 15 ^g4 g6.
premio especial como la más brillante 11 ... £d5?J
del torneo.
Más lógico es 11 ... c5, aunque después
de 12 Sadl, las blancas están un poco
mejor.
11 12 £xd5 exd5
W. Steinitz-A. Mongrédien
Londres 2862 Si 12 ... ^.xdS, para no encerrar el alfil
Defensa Escandinava (B01) y controlar la casilla £3, seguiría 13 c4
Jlb7 14 Sadl.
1 e4 d5 2 exd5 ^xd5 3 £c3 Wd8?’ 13SÍ3
Una jugada muy vieja, mencionada en Con la clásica amenaza 14 ^.xh7+
tratados antiguos. Más popular y natu­ é>xh7 15 Sh3+ y 16 ^h5. Neishtadt

54
Whilhelm I

recomienda 13 Wh5!? <af6 14 Wh3, con torre? ¿No tienen las negras una mejor
idea de 14 ... ^.c8 15 f5! defensa, o es inevitable la victoria de las
blancas? Estas preguntas le fueron
13 ... f5! planteadas a los lectores de los periódi­
Neutralizando la amenaza. Después de cos Los Angeles Times y Welt am Sonntag,
13 ... &xe5?l 14 fxe5 f6 15 Eh3 g6 16 que publicaron un fragmento del libro,
2xh7l, o bien 13 ... £}f6?l 14 2h3 (ame­ y yo, a mi vez, procesé tales respuestas,
nazando el avance g2-g4-g5) 14 ... ^.c8 sometiéndolas a la evaluación de mi
(14 ... £>e4 15 .&xe4 dxe4 16 ^h5 h6 17 computadora, contrastando las suge­
Sg3!, etc.) 15 f5 £d6 16 ±g5! h6 17 rencias de ésta con los análisis de los
&h4 Ee8 18 ¿b5! Jlxfo 19 Axe8 ^xe8 comentaristas de esta partida. Mi “ami­
20 Ef3 £g4 21 áxf6 £xf3 22 '^xf3 gxf6 go metálico” Fritz me sorprendió, una
23 &g4 + vez más, con sus interesantes propues­
tas, no reflejadas en la literatura ajedre­
14 Eh3
cística. Creo que ni siquiera el gran
Mejor parece 14 EaflI?, conservando Steinitz sospechaba cuántas emocio­
una iniciativa posicional. nantes aventuras de su partida perma­
14 ...g6 necieron ocultas entre bastidores.

Parando y preparando £lf6. Era Para empezar, precisemos que era una
malo 14 ... c5? (14 ... ^Ze8? 15 ^.b5) 15 buena decisión jugar 16 '^xg4!, con las
^h5 £jf6 16 ^xfo £c8 17 Wxh7+! amenazas de sacrificio en g6 y h7. En
^xh7 18 Axh7+ ^h8 19 £ig6++. caso de 16 ... ^f6?, Neishtadt reco­
mienda 17 't^g2, y si 17 ... Jlc8, enton­
15 g4?I ces 18 Sxh7l &xh7 19 '^xg6+ &h8 20
Según Lasker, “una jugada fuerte y em­ ^>hl, pero es decisiva la variante forza­
prendedora”, pero en mi opinión, un da 17 ee6+! <á?g7 18 fo &c8 (18 ... h5
tanto discutible. 19 £>xg6 Sf7 20 &h6+!) 19 &h6+ <£h8
20 £ixg6+ hxg6 21 ¿xf8+ £>h5 22
15 ... fxg4?
Sxh5+ gxh5 23 Wh6+ &g8 24 ^g7++
Era imprescindible 15 ... £)xe5 16 fxeo (Fritz).
JtLcS! (pero no 16 ... fxg4?, por 17
La única alternativa de las negras es
Exh7!, ganando) 17 gxf5 Jlxfo, ¡y las
16 ... £>xe5. Ahora es importante no de­
blancas deben luchar por las tablas!
.Ahora, sin embargo, la posición negra jarse tentar por 17 ^e6+? &f7? 18
se viene abajo. &xg6 &h4 19 '^g4 hxg6 20 Í?xg6+
tw’h8 21 '¿’hl! (pero no 21 &g7
29 22 Sxh4, por 22 ... £c8 23 <¿>hl &Í5
-Fritz) 21 ... Eg8 22 ^xf7 Eg7 23 Wh5+
Sh7 24 ^e5+ &f6 (24... Wf6 25 Sxh4?)
25 Sxh7+ £xh7 26 Wfo+ <á?g7 (o bien
26... <á?h8 27 Wh3+ £h4 28 Egl &c8 29
Wg2 Wf8 30 Wg6 +-) 27 Egl+ ^>f7 28
Wh7+ «é>e6 29 f5+ &d6 30 Sg6! ^e7 31
Exf6+ Wxf6 32 £f4+ <¿>c6 33 Wxc7+
&b5 34 '^xb7 Wxd4 35 a4+! <£a5 36
^xa8, y las blancas ganan. Pero existe
la asombrosa 17 ... 2f7!!, refutando la
audaz salida de dama: 18 ^.xg6 (no sir­
16 Exh7!? ven 18 fxe5? .&c8, ni 18 Wxeo? Jkf6 19
^e6 jLc8) 18 ... hxg6 (es evidente que
El inicio de una audaz combinación, a 18 ... 4bxg6 sigue 19 Exh7) 19 fxe5
que le reportó a Steinitz el premio de .á.c8 20 ^xg6+ Eg7, y el ataque se disi­
belleza. ¿Es correcto este sacrificio de pa al tiempo que el material se impone.

55
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

Lo correcto es 17 dxe5! (no 17 fxeo?, 30

por 17 ... Ac8! 18 e6 2f6 -+), con la


amenaza Axg6, y las negras están inde­
fensas: 17 ... Wc8 18 e6 Sf6 (18 ... ^e8
19 f5) 19 f5 ^f8 20 fxg6 hxg6 21 Axg6
Wg7 22 3g3 + -; o bien 17 ... Ac8 18 e6
Sf6 19 fo WfB (19 ... Ac5 20 Axco bxcñ
21 Sel We8 22 fxg6 + además a 19 ...
c5 sigue la modesta 20 fxg6, o bien la
audaz 20 Sxh7 <£xh7 21 Wh3+ <á?g8 22
Diagrama de análisis
fxg6 Sxg6+ 23 Axg6 Ah4 24 Af7+ 'á’hB
25 Wg4) 20 Ago Ac5+ 21 <á?hl Sxfo
Aquí los lectores de los periódicos
(21 ... gxfo? 22 Axf6+ fxg4 23 Axh7++)
mencionados, además de mí computa­
22 Ah6 Wf6 23 Axf5 Wxfo 24 Wxfo
dora, descubrieron dos atractivas posi­
gxfo 25 Sg3+ <£h8 26 e7, etc.
bilidades:
En segundo lugar, quedó confirmado
que el sacrificio de torre también gana, 1) 23 Axf7+ Wxf7 24 Hgl+ Ag7 25
aunque para alcanzar el objetivo hay Wf6! 2e8 26 Ah6 Wxf6 27 exf6 Sel! 28
que atravesar un camino espinoso. Sxel! (si 28 Axg7 Exgl+ 29 ‘é’xgl ^47
30 &Í2 Ac8 31 <&e3 Afo 32 c3 <á»e6, y en
16 ... £lxe5 el tablero no hay un final claro: el alfil
O bien 16 ... <¿’xh7 17 Wxg4, y hay que de g7 es pasivo, y sólo un análisis espe­
jugar 17 ... £>xeo 18 fxeo, ya que es ma­ cial podría establecer si el rey blanco
lo 17 ... £jf6?, por 18 Wxg6+ <á?h8 19 puede abrirse paso a través del flanco
Wi6+ <¿?g8 20 <á?hl! + -. de dama) 28 ... Axh6 29 Ee7 Af4 30
h4, y las negras no logran coordinar la
17 fxe5 ^xh7 acción de sus alfiles, y el rey blanco en­
A la desesperada 17 ... Ago?! (17 ... tra enjuego, con efectos decisivos.
Aa6?l 18 Sh6!), las blancas disponen
2) 23 Wh5, y las negras no tienen de­
de una agradable elección entre 18
Axg5 ^xgo 29 Sxc7 g3 (19 ... Ac8 20 fensa: 23 ... ^d7 (o bien 23 ... ^e6) 24
^hl + -) 20 hxg3! (20 Sxb7? 2f2) 20 ... Sgl Ag7 25 Wh7+! <á?f8 26 Axf7 Wxf7
27 Sxg7 WH+ 28 Sgl W£3+ 29 Sg2
Wxg3+ 21 Wg2 We3+ 22 -á?hl Wh6+ 23
Sh2. Otra opción es 18 Axg6 Sf3 19 W1+ 30 Agí, o bien 23 ... Ag7l? 24
AÍ2S (pero no 19 Axgo? Wxg5 20 Sxc7 Sgl 1 (24 ^h7+ <á?f8 25 Ah6, y no hay
Wxg6 21 Sxb7 Saf8 22 ^g2 ^e4 y más que jaque perpetuo: 25 ... Axh6!
Sff4, con contrajuego) 19 ... Af4 20 26 Wxh6+ <á?e7 27 Wg5+ <é>f8 =) 24 ...
Ah4 Ag5 21 Wg2!l Ac8 22 Efl!, y en '¿’fS 25 Sg31! (única, pues si 25 Axf7
ambos casos La ventaja de las blancas ^xf7 26 Sg6 Wfl+ 27 Sgl Wf7, las ne­
es decisiva. También conduce a lo mis­ gras se salvan) 25 ... Sfl+ 26 <á,g2 + -
(Fritz).
mo 17 ... S£3 18 Axg6 Ag5 19 Af2.
18 Wxg4 Sg8? 19 Wh5+ <á?g7 20 i?h6+
También perdía 18 ... Sf5? Después de Naturalmente, no 20 Wxg6+?, por 20 ...
19 Axfo gxfo 20 Wxf5+ «£g7 (20 ... <á?h8 ^h8!
21 Wh5+) 21 <á?hl!, el rey negro no po­
drá evitar el mate después de 22 Sgl+. 20 ... <á?f7 21 Wh7+ <á?e6
La mejor defensa es 18 ... We8!, forzan­
do el juego blanco: 19 Wh5+ <¿g7! (19 21 ... Sg7 22 Axg6+ <£f8 23 Wh8+ Sg8
... <á>g8 20 Axg6 Sf7 21 'á’hl Af8 22 24 Ah6++.
Sgl Ag7 23 Ah6! 4- -) 20 ^h6+ <á>g8 21
Axg6 Sf7 22 ‘á’hl! AfB. 22 Wh3+! <á?f7

56
v» (liunLuu *

31 Mongrédien, el último adversario, por


cierto, de Morphy. El ambicioso Stei­
nitz tuvo la osadía de superar el resulta­
do del americano (+7 =1), ganándole
siete partidas y dejando en cero el mar­
cador de su oponente. Una de estas vic­
torias sigue siendo instructiva.

12
W. Steinitz-A. Mongrédien
23 Sfl+ Londres 1863, match
Defensa Doble Fianchetto (B06)
También con 23 e6+, forzando mate en
seis jugadas, se habría concluido rápi­ I e4 g6 2 d4 £g7 3 c3
damente la persecución del rey negro.
“Característico de Steinitz: antes que
23 ... <£e8 24 ’^e6 Sg7 25 Ag5 nada se preocupa por no tener peones
Eran igualmente válidas 25 &b5+ y 25 débiles en el centro” (Euwe).
^h6! 3 ... b6 4 ±e3 &b7 5 £d2 d6 6 £>gf3
25 ... Wd7 Las blancas no se dejan tentar por la
Si 25 ... &c8, 26 Wc6+ &d7 27 Wxg6 comprometida 6 f4.
4-

2xg6 28 .&xg6++. 6 ... e5?»


%

26 -&xg6+ J£x Más sólida es 6 ... £id7, y después de 7


26 ... ^d8 27 2f8+ y mate. a4, 7 ... a6, como se jugó, por ejemplo,
en el match Petrosian-Spassky (Moscú
27 Sxg6+ <á?d8 28 2f8+ ^e8 29 1966, 16a partida.
Wxe8++
7 dxe5!
“Las partidas consideradas brillantes
en recientes tornos internacionales no Bloqueando el alfil de g7.
son rivales para ésta”, escribió Chigorin 7 ... dxe5 8 J£.c4 £}e7?
en 1890.
Era necesario 8 ... ^e7.
Después del torneo, Steinitz se esta­
9 ^e2?I
bleció en Londres, una de las capitales
mundiales del syedrez, y pronto se ga­ Los comentaristas no repararon en el
nó los favores del público local con su sacrificio 9 ^.xf7+!, que hubiera dado a
juego agresivo y emprendedor. El vete­ las blancas una ventaja decisiva: 9 ...
rano maestro inglés Walker saludó al &xf7 10 Wb3+ £d5 (10 ... <£e8 11 £g5)
recién llegado como el “calabrés con­ II £)c4 Se8 12 0-0-0 c6 13 £a5 (yugada
temporáneo” (aludiendo al sobrenom­ maquinal!) ¿Por qué no lo jugó Stei­
bre de Greco, originario de Calabria). nitz? Creo que pensaba de forma esque­
Así, el joven Steinitz era un fervoroso mática, y que en la séptimajugada había
seguidor de Anderssen y parecía un preparado un plan que debía seguir.
digno sucesor suyo, puesto que además 9 ... 0-0 10 h4!
jugaba según los cánones de la vieja es­
cueta combinativa. Un ataque clásico de flanco con el cen­
En 1863 disputó sendos encuentros tro fijo (éste es el tema predominante
contra representantes de la nueva ge­ en su partida con Chigorin -véase,
neración, aplastando a Joseph Black- núm. 25). Menos preciso es 10 0-0-0
bume (+7 -1 =2). el belga Frederic Dea­ &d7 11 h4, debido a 11 ... ^f6.
con (+5 -1 -1) y el mismo Augustus 10 ... ¿dd7

57
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

En caso de 10 ... h5, sigue 11 &g5. Sc8 19 Sxg7+ <¿?xg7 20 Wh6+ <é>g8 21
Wh7+ (o bien 21 &xc5 2e7 22 £xc4)
11 h5 c5 12 hxg6 ^xg6
21 ... <á>ÍB 22 ±h6+ <á?e7 23 ±g5+.
Una fea jugada, aunque después de
17 Wh5+ <á?g8 18 Shl
12 ... hxg6 13 £g5 £}f6 14 0-0-0 ^c7, las
negras tienen una mala posición. Por También era posible 18 Wxg6 Wf6 19
ejemplo: 15 £idf3 (también es bastante ^h5 b5 20 Shl Sfc8 21 £g5!
bueno 15 2h4 £ic6 16 Sdhl &a5 17 f3 18 ... Se8 19 Wxg6 Wf6 20 Axf7+!
£xc4 18 £\xc4 Sfd8 19 g4 <¿?f8 20 Wh2 Wxf7
£>g8 21 2h7) 15 ... £c6 16 £xf7 Sxf7
17 £g5 Saf8 18 £xf7+ Sxf7 19 ^c4 O bien 20 ... &f8 21 £xe8 Sxe8 22
£>a5 20 Sd8+ áfB 21 ^e6! We7 22 Sh8+ .&xh8 23 &h6+ <á?e7 24 Ag5.
Sxf8+ <á?xf8 23 Sh8+ <£g7 24 ^h3 + -. 21 Sh8+ <^xh8 22 Sxf7
13 0-0-0 a6?l Las negras se rindieron.
13... &f6. “Precisamente este ímpetu de Stei­
14 ¿Lg5 £f6 nitz, característico de la escuela combi-
nativa alemana, era del agrado de los aje­
No 14 ... h6, por 15 &xf7 <&xf7 16 drecistas ingleses, que podían aprender
'Bg4, etc. mucho e él, como también Steinitz lo hi­
zo del estilo más sólido de aquéllos,” es­
32
cribe Lasker. “Del espíritu imaginativo y
combinativo de Anderssen, junto con el
juego posicional y de planificación de la
So® B^W

escuela inglesa, se produjo una síntesis


«b a h i

de ideas en Steinitz, que estaba destina­


da a hacer historia. Me figuro que un día
Steinitz reflexionó acerca de cómo ha­
bría podido el mago Morphy vencer al
mago Anderssen. Que un mago ganase
podía considerarse natural, pero ¿cómo
podía perder un mago? Por otro lado,
¿cómo podría no perder un mago cuan­
15 ¿Lxh7! do dos magos luchaban entre sí? Por
Un duro castigo y, a la vez, de estricta consiguiente, Steinitz llegó poco a poco
conformidad con sus enseñanzas: una a la conclusión de que, después de todo,
combinación que reporta los frutos de el ajedrez debía estar sometido a su pro­
la ventaja posicional previamente ad­ pia lógica, sin que pudiesen afectarle la
quirida. invención, la intuición, el genio, ni nada
por el estilo. Seguramente, el corazón de
15 ... ¿Lxh7 16 Sxh7!?
Steinitz empezó a acelerarse cuando,
“¡Precisamente así! Con 16 Wh5 tam­ por primera vez, comprendió que el
bién se conseguía ventaja, pero no de­ maestro no debía buscar combinaciones
cisiva: 16 ... &f6 17 Wxg6 ^c8, seguido ganadoras, a menos que estuviese seguro
de Wg4” (Euwe). Ingenua reflexión: las de poder demostrar que la ventaja esta­
blancas ganarían, de todos modos, con ba de su parte”.
18 5h4 seguido de 18 Sdhl, e incluso
con la más espectacular 18 2h7! 1 £}xh7
Cuarta masacre
19 -&H6, forzando el mate.
16 ... <¿xh7 Los brillantes éxitos de Steinitz in­
dujeron a los organizadores ingleses a
En caso de 16 ... b5, seguiría 17 Sdhl concertar un encuentro con Anders­
(o bien 17 Wh5) 17 ... bxc4 18 Wh5 sen, que podría considerarse como el

58
Whilhelm I

cuarto de la historia, tras los enfrenta­ acordó de la Defensa Siciliana, y des­


mientos La Bourdonnais-McDonnell, pués de 1 e4 c5 2 g3 £)c6 3 £g2 e5, lo­
Staunton-Saint-Amant y Morphy-An- gró imponerse tras una prolongada lu­
derssen, a semejanza del campeonato cha (lo que también sucedió en la
del mundo. Realmente, si quisiera di­ 12a). Resultó evidente que esta victo­
lucidarse la cuestión de la supremacía ria animó al maestro alemán, de 48
mundial entonces, los seis primeros años, que consiguió ganar tres parti­
puestos del ranking mundial, al 1 de ju­ das consecutivas: con blancas con el
lio de 1866, estarían ocupados por los Gambito Evans, con negras, ¡con el
siguientes maestros: 1. Morphy; 2. An- Gambito Salvio! Y de nuevo tomó la
derssen; 3. L. Paulsen (2o puesto en delantera: 5-4. Entonces Steinitz pres­
Londres 1862); 4. Steinitz; 5. Kolisch; cindió de gambitos: ¡6-5! Anderssen
6. Lówenthal. Puesto que la esperanza regresó a la Siciliana y empató el mar­
de que se produjese el retorno de cador: 6-6.
Morphy era cada vez más remota, el En ese momento, según indicaron
match con Anderssen por la corona se los comentaristas, Steinitz se reveló
convirtió en una posibilidad real (al­ más fuerte que Anderssen, jugando
go similar a lo que sucedería en 1974, como el propio Anderssen! En la 13a
con el encuentro final de Candidatos partida, sin embargo, aparecen clara­
Karpov-Korchnoi). mente los rasgos característicos de la
El calendario de juego se estable­ escuela posicional.
ció a ocho partidas ganadas, sin con­
tar empates (¡no habría ni una sola
partida tablas!) Por fin, se hizo públi­
co el control de tiempo: 2 horas para 13
cada 20 jugadas. El fondo de premios A. Anderssen—W. Steinitz
parece muy modesto, si lo juzgamos Londres 1866, match, 13a partida
por los parámetros actuales: 100 li­ Apertura Española (C65)
bras esterlinas para el ganador y 20
para el perdedor. Curiosamente, en 1 e4 e5 2 £tf3 £c6 3 ^.bo
caso de que un jugador se presentara Por primera vez en el match, Anders­
con un retraso de más de 15 minutos, sen descarta la continuación 3 ^.c4
tenía una multa de una guinea. &c5 4b4!?
Staunton consideraba favorito del 3 ... 2>f6 4 d3 d6 5 áxc6+?!
match a Anderssen, escribiendo que
“Steinitz sobrestimaba claramente su Este cambio es bueno combinado con
propia fuerza”. Sin embargo, el en­ d2-d4. Ahora era mejor 5 c3.
cuentro fue una feroz y dramática lu­ 5 ... bxc6 6 h3
cha entre dos oponentes de fuerza si­
milar, dos intrépidos gladiadores del “Las blancas pierden un tiempo en pre­
ajedrez. Anderssen inició el match venir Ag4 (Anderssen parece conside­
por la corona con su favorito Gambi­ rar más fuerte el caballo que el alfil), y
to Evans y se anotó el primer punto. este avance debilita, sin razón, la falan­
Steinitz planteó entonces el aún más ge de peones. Por otro lado, quizá esta
audaz Gambito Salvio (1 e4 e5 2 f4 partida le hizo concebir a Steinitz su fa­
exf4 3 £lf3 g5 4 ^.c4 g4 5 £>e5 ^h4+ 6 mosa teoría de la falange de peones”
«¿’fl £>h6 7 d4), e igualó el marcador (Lasker).
(1-1). Después, Anderssen comenzó a Este plan, con Axc6 y h2-h3, está más
“patinar”, perdió dos veces con el justificado en alguna variante de la De­
Evans y una vez más, con negras, ante fensa Siciliana (1 e4 c5 2 £}f3 £>c6 3
el Salvio. El marcador, por tanto, ¡se­ Ab5 g6 4 .&xc6 dxc6 5 d3 Jkg7 6 h3) y,
ñalaba 4-1 a favor de Steinitz! con los colores invertidos, se parece a
En la sexta partida, Anderssen se la Apertura Inglesa, con la diferencia

59
Gary Kasparov — Mis GENIALES PREDECESORES

de que la disposición de peones es otra 11 ... ¿Le8!


y es importante conservar el caballo en Abriéndole paso al peón f.
f3 (f6).
12 b4 cxb4 13 Exb4 c5 14 3a4
6... g6!
Una peligrosa travesía de torre. Era
“Preparando un asalto de peones, a la preferible la más tranquila 14 Eb2 f5
manera de Philidor. En este sentido, 15 £>d5 4T6, etc.
es importante mantener posibles obs­
14 ... ád7 15 Ea3 f5
trucciones en el centro. El alfil queda
bien situado en g7 para atacar la casi­ “La falange de peones se pone en mar­
lla d4, dominando el centro, para des­ cha" (Lasker).
pués apoyar una ofensiva de flanco”
16 Wbl?!
(Lasker).
Más preciso es 16 £id5, y después de
7 2>c3 Jlg7 8 0-0 0-0 9 &g5?! 16... f4 17 £.d2 g5,18 £>h2.
Aunque nueva, una jugada fallida. Am­ 16 ... <¿>h8?I
bos contrincantes recordaban, por lo
visto, el match Anderssen-Paulsen Los comentaristas no comprendieron
(Londres 1862), cuya 5a partida siguió por qué Steinitz renunció a ganar un
así: 9 £>e2 c5 10 ¿Lg3 Jlb7 11 b3 (en la peón: 16 ... fxe41? 17 £)xe4 (17 dxe4
7a, las blancas desviaron, con 11 Sel ¿xh3) 17 ... ^.xh3. La hipótesis de
¿Ld7?! 12 Sbl f5 13 b4) 11 ... ^e8 12 Neishtadt es que podría seguir 18
Sbl We7 13 Sel £5 14 b4 cxb4 15 Wb3+ *^h8 (peor es 18 ... c4?l 19 dxc4
Exb4 c5 16 Ebl f4 17 £>fl £c8 18 c3 Sxf3 20 gxf3 Jlxfl 21 *xfl) 19 ^b7?l
Wf'6 19 d4, con una prolongada lucha “con una tarea nada fácil”, pero des­
de doble filo. pués de 19 ... 2xf3!, la computadora no
encuentra compensación por el déficit
9 ... h6 10 ^.e3 c5 material. Obviamente, es mejor 19
&xe5 (pero no 19 £tfg5?l c4! 20 ^b7
Reforzando el centro.
&d7) 19 ... ^.xe5 20 gxh3 Wc8 21 <£g2
11 Ebl (21 d4?I c4 22 '^c3 ^.g7) con esperan­
zas de igualar.
Anderssen confía en su plan. Si 11 a3,
era posible II ... a5, y si 11 <£h2, 11 ... Pero si las negras no quieren permitir
£di5 12 Wd2 ^h7, y después 13 g4 el contrajuego de su oponente, era más
2>f413 ... £>f4 14 &xf4 exf4 15 Bxf4 f5, lógico 16 ... ¿Lc7, ya que no es posible
con excelente juego de peones. Las­ 17 Wb7?, por 17 ... Eb8 18 Wxa7 Ea8.
ker consideraba que 11 Wd2 *éh7 12 17 Wb7 a5 18 Sbl
g4?l no era bueno, pues con 12 ...
18 2b31?
£jg8! y f7-f5, las blancas se encuentran
en dificultades. 18 ... a4 19 Wd5?I
Toque de retirada. Después de 19 £id5
33
podría seguir:
1) 19 ... fxe4?l 20 dxe4 ^.xh3?, y aquí
Neishtadt recomienda 21 gxh3 Sxf3 22
Axc5, aunque mucho más fuerte y
efectivo es la incorporación de la torre
de a3, con 21 £.g5! hxg5 (21 ... Wc8 22
£ih4!) 22 £ixe5! (con las amenazas
^xg6+ y Exh3+) 22 ... £e6 23 2>xg6+
<á?g8 24 £de7+ <á?f7 25 ¿LxfS <£xf8 26
£>c6 ^C8 27 EÍ3+ ££6 28 We7+.

60
2) 19 ... ¿Lf6 (aparentemente, lo más 34
natural) 20 ^.xco!? (¡al estilo “anti­
guo” de Anderssen!) 20 ... £¡xd5
(20 ... dxc5 21 &xe5 &e8 22 £T4!)
21 ^.xd6 fxe4 22 dxe4 £T4 23 £>xe5
&e6 24 Axf8 ^xf8 25 &d3, con juego
agudo.
3) 19 ... ^.e6 20 £)e7 «á?h7 21 £ic6 (pe­
ro no 21 £>h4?l f4 22 Ad2 3f7 23
£hxg6 £c7) 21 ... ^c8 22 £a7, ya
que es desventajoso 22 ... 'Bxb7 23
¿txb7 fxe4 24 dxe4 <£>f6 25 £id2, por 25 ... ¿Lh7
lo que debe jugarse 22 ... ^d8, con
igualdad. “Una vez defendido el peón g5, las ne­
gras proyectan poner en marcha su fa­
19 ... ^c8 20 Sb6 Sa7 21 £h2 lange de peones h6-h5” (Lasker).
Todo el mundo consideró que esta ju­ 26 <á?fl
gada profiláctica constituía un serio 26 £b51? iZb8 27 £c3.
error. La recomendación 21 exfa (es
incorrecto 21 fíxd6? £>xd6 22 't^xd6 26 ... h5 27 £gl?
f4) 21 ... gxf5 22 JLd2, con idea de que Seguramente el error decisivo. Des­
si 22 ... Hg8 (22 ... f4 23 £h21), 23 pués de 27 <55b5!, no se vislumbra nin­
Wc4 f4 24 £ib5, falla por 22 ... Wc7!, y guna temible amenaza para las blancas:
la posición blanca es peor. Merece 27 ... Ea6 28 &c7 Sa7 29 £e6, etc.
consideración 21 ^c4l?, pero Anders­
27 ... g4 28 hxg4 hxg4 29 f3?
sen temía el ataque 21 ... f4 (21 ...
Ae6 22 £d5) 22 £d2 Axh31? 23 gxh3 Una tentativa por parar el ataque ene­
^xh3, aunque tras 24 1 f3 25 £}d5, migo, aunque en realidad sólo sirve pa­
las negras no tienen más que tablas. ra reforzarlo.
21 ... f4 22 ád2 g5 23 ^c4 ^d8 24 29 ... Wh4 30 ^dl ¿Lg5
Ebl? “Las piezas negras adoptan posiciones
He aquí un error importante. Había amenazadoras tras la falange de sus
que jugar la enérgica 24 £ld5!, con el peones. Pronto se abrirán líneas, con lo
posible contrajuego 24 ... h5 25 2a6! que las piezas pesadas podrán incorpo­
X£xa6 26 ^xa6 g4 27 JLa5! (desviando rarse al asalto contra el rey blanco”
a la dama) 27 ... '^b8 28 £lh4 t¿’h7 29 (Lasker). Realmente, un modelo de
'Bb6 (29 £ib6 £e6) 29 ... Wa8 30 ^d8. ataque similar al que actualmente se
lleva a cabo en la Defensa India de Rey.
24 ... £f6?I
31 £el Wh7 32 d4
Si 24 ... h5, 25 h4! gxh4 26 2lb5 2a6 ¡Desesperación!
27 &c3 £}c7 28 &d5. Sin embargo, era
importante reforzar el punto b5 con 32 ... gxf3 33 gxf3 £h3»?
24 ... 4¿5c7!, y las blancas deben encon­ Era mejor la prosaica 33 ... cxd4 - +.
trar algo que oponer al futuro asalto
enemigo en el flanco de rey. 34 Af2

25 O bien 34 dxc5 £ixgl 35 'á’xgl ^g6+ 36


&f2 £.h3 37 £b4 dxc5 38 £xc5 Hc7 - +.
Desde luego, no es posible 25 £>xa4? 34 ... £>xgl 35 dxc5 Wi3+ 36 <á?el
^e8 (o bien 25 ... We7 y Sfa8), pero
con 25 £>b5!, todo estaría por deci­ 36 <£xgl? 2g8.
dirse. 36 ... £lxf3+ 37 Sxf3 Wxf3 - +.

61
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

38 £>c3 dxc5 39 &xc5 Zc7 40 £d5 bito se amalgamaban las ideas de atas­
Hxc5 41 Wxc5 Wxe4+ 42 <&f2 Sc8 43 que de la vieja escuela, que a menudo
¿Lc7 We3+ suponían dejar el rey en el centro, y el
esbozo de la nueva escuela. Steinitz
Las blancas se rindieron.
ponía sobre el tapete una tesis origi­
“En esta partida se percibe una cier­ nal (cierto que, como más tarde se
ta inclinación en Steinitz hacia las teo­ puso de manifiesto, la apertura no re­
rías de Philidor y en contra de las de La sistía en todas las variantes): “Si se to­
Bourdonnais. La teoría de Steinitz se man las debidas precauciones, el rey
aproximó a la de Philidor en cuanto a pueden defenderse a sí mismo... Para
las mínimas ventajas. Las pequeñas des­ atacar, el adversario tiene que avanzar
ventajas relacionadas con la disposi­ sus peones, y en caso de que la ofensi­
ción de los peones son difíciles de re­ va no tenga éxito, los peones resulta­
parar y tienden a resultar duraderas” rán débiles”.
(Lasker). De las numerosas partidas disputa­
Rehusar el Gambito de Rey no le sir­ das por Steinitz con su gambito, la
vió de ayuda a Anderssen en la 14a par­ mayor impresión se produjo con la si­
tida, y este “sangriento” match finalizó guiente, siendo su rival Louis Paul­
con la victoria de Steinitz (+8 -6). sen, uno de los principales maestros
Sin embargo, el mundo del aje­ de la época, y a quien Steinitz tenía
drez no se apresuró a reconocer el en alto concepto, considerándolo
nuevo campeón, tanto más cuanto uno de los “pioneros de la nueva es­
que Morphy seguía vivo. En el otoño cuela”. En esta partida Steinitz de­
de 1866, Steinitz venció, con dificulta­ mostró, de forma convincente, su su­
des, en un match a Henry Bird (+7 -5 perioridad en la evaluación de los
=5), lo que tampoco contribuyó a con­ factores posicionales, tanto dinámi­
firmarlo, pues Morphy había “despa­ cos como permanentes.
chado” a Bird con +10 -1 =1, de modo
que eso no le aclaraba el camino al “ca­
tabres contemporáneo”, pues para col­
mo el perdedor declaró que ¡Morphy 14
podría concederle al “catabres contem­ W. Steinitz-L. Paulsen
poráneo” la ventaja de peón y salida! Baden-Baden 1870
Un comentario así no puede olvidarse. Apertura Vienesa (C25)
Más tarde, cada vez que Bird se cruzaba
en el camino de Steiniz era despachado 1 e4 e5 2 £lc3 £ic6 3 f4 exf4 4 d4?!
sin paliativos. Wh4+ 5 <á?e2
En cualquier caso, Steinitz no pudo
demostrar su superioridad en los si­ Exponer el rey de esta forma parece un
guientes torneos. En París 1867 fue ter­ sinsentido en el ajedrez moderno. La
cero, detrás de Kolisch y Winawer; en idea de este audaz gambito rememora
Dundee 1867, segundo, tras Neumann, una partida con Hamppe (Viena
lo mismo que en Baden-Baden 1870, 1859): 1 e4 e5 2 £c3 £f6 3 f4 d5 4 exd5
tras Anderssen, perdiendo ambas parti­ £>xd5 5 fxe5 ¿Lxc3 6 bxc3 Wh4+ 7 c¿,e2
das contra el vencedor. Ag4+ 8 &f3 &c6 9 d4 0-0-0, con ventaja
de las negras (Steinitz).
El nacimiento Puesto que el rey interfiere en el de­
de la Nueva Escuela sarrollo de sus propias piezas, se diría
que las negras deben obtener fácil­
Por entonces el futuro campeón mente un buen juego. Sin embargo,
del mundo inventó una apertura ul­ Steinitz pensaba que en esta posición
tra-aguda, conocida por la teoría co­ los factores duraderos serán más
mo “Gambito Steinitz”. En este gam­ importantes que los momentáneos

62
Whílhel.m I

inconvenientes de la apertura. El plan Aquí puede plantearse un rompecabe­


de las blancas es expulsar a la dama zas con 5 ... do!? 6 exdó. Por ejemplo:
negra con ganancia de tiempo, y pre­ 1) 6 ... We7+ 7 <¿f2 Wh4+ 8 g3! fxg3+ 9
parar un ataque al amparo de su fuer­ <¿g2 Ad6 10 Wel+1 £)ce7 11 hxg3
te centro de peones, al tiempo que di­ Wxd4. Steinitz-Chigorin, Londres
ficultan el armónico desarrollo de las 1883) 12 £if3!, con ventaja, o bien 9 ...
negras. Los contemporáneos del pri­ £ixd4? (una novedad frustrada: de re­
mer campeón mundial no fueron ca­ pente las negras se quedan sin des­
paces de encontrar una receta contra arrollo) 10 hxg3 Wg4 11 Wel+ Ae7 12
su revolucionaria estrategia, consisten­ Ad3 (amenaza 13 Hh4) 12 ... ¿¿)fo
te en la acumulación de pequeñas ven­ (12 ... <¿d8 13 £>e4) 13 £>f3 Ad7 14
tajas, y sólo mucho después sembraría Af4 f6 15 £>e4 £)gh6 16 Axh6 £>xh6
dudas su gambito. Cuando, en 1883, 17 Sxh6 gxh6 18 £xf6+ ¿>f7 19 £xg4,
Steinitz visitó a Morphy en Nueva Or­ y las blancas ganaron (Steinitz-Zuker-
leans, parece ser que éste le habría di­ tort, EEUU, match 1886, 20a partida).
cho: “Sé... ¡que su gambito es malo!". ¡Esta victoria fue la que le reportó ofi­
¡La intuición no había abandonado al cialmente a Steinitz el título de cam­
gran recluso del ajedrez! Pero lo cier­ peón del mundo!
to es que para poner en evidencia la
vulnerabilidad del rey blanco en el 2) 6 ... Ag4+!? 7 £f3 0-0-0 (7 ... Axf3+!?
centro y refutar el gambito, se reque­ 8 gxf3 ^e7+) 8 dxc6 Acó 9 cxb7+ (9
ría precisamente el genio de Morphy. Well? Whó! 10 cxb7+ ¿>b8, Stei-
Quizá hubo cierto sentido histórico en nitz-Club de Ajedrez Liverpool 1898/
que las cosas fueran así: el pionero in­ 99) 9 ... <¿b8 10 &bo £f6 11 <¿d3 Who
dependiente se había ido, dejando pa­ (es confuso 11 ... Afo+ 12 <¿c3 £>e4+ 13
so al filósofo que los tiempos necesita­ <¿b3 Wf6 14 Wel) 12 <¿c3 Axd4+? (lo
ban para que fuesen formulados los preciso era 12 ... a6!) 13 £ibxd4 Wc5+
nuevos principios. 14 <¿b3 Wb6+ lo Abó Axf3 16 Wx£3
2xd4 17 Wc6 Wao 18 c3, y las blancas
35 ganaron (Steinitz-Zukertort, Londres
1872, match).
6 ¿Lf3 Ag4 7 Axf4 0-0-0
En la partida originaria Steinitz-Neu-
mann (Dundee 1867) siguió 7... Axf3+
8 <¿x£3 &ge7 (8 ... £f6 9 Abó!; 8 ...
go!?) 9 Ae2 0-0-0 10 Ae3 Wf6+ 11 <¿g3
dó 12 Ag4+ <¿b8 13 eó Wg6 14 <¿f2 hó
15 Ah3! f6 16 exf6 Wxf6+ 17 Wf3
Wxf3+ 18 gxf3! g6 19 £e2! £f5?! 20
Axfo gxfo 21 c3 Ad6 22 Af4!, y las
blancas se impusieron.
5 ... d6
En Baden-Baden Steinitz se permitió ju­
Obviamente fuerte. En la práctica Stei­ gar, contra Rosenthal, 8 gxf3?! Wxf4 9
nitz se encontró con 5 ... Wh5+ 6 £}f3 &dó, y después de 9 ... Wh6? (era fun­
go 7 £idó!, y 5 ... b6 6 &b5 (según Chi- damental 9 ... Wh4! 10 £>xc7+ *¿d8 11
gorin, es mejor 6 Wd2! Aa6+ 7 <¿dl ¿£xa8 <¿c8 12 dó <£eó 13 Wd4 <¿b8, y
Axfl 8 £>£3 Whó 9 Sxfl) 6 ... Aa6 7 a4, tras 14 Wc3, 14 ... Wd8!) 10 £xc7+ <á?d8
y también 5 ... <£f6 6 £f3 Wg4 7 d5 £>eó 11 ¿Lxa8 <¿c8 12 dó £jf6 (12 ... &eó 13
8 h3 Whó 9 Axf4 £xf3 10 gxf3 d6 11 Wd4 <¿>08 14 Wc3! y el caballo de a8 se
‘é’dS Wh4 12 Ae3, con ventaja de las salva) 13 dxc6 dó 14 Wd4 Ad6 ló Wxa7
blancas (Chigorin-Steinitz, La Habana bxc6 16 Sel Ee8 17 <¿dl! dxe4 18
1892, match, 21’ partida). Kxe4! Hxe4 (18 ... £>xe4? 19 £ib6+ y

63
Gary Kasparov - Mis ceñíales predecesores

Wd7++) 19 fxe4 TO 20 Ah3+ <á?d8 21 1987) 10 ... 4xf3 11 jLxíB We8 12 <á>f2
Sfl Wxe4 22 Wb6+ <¿>e8 23 Sel, y las fxe4, con progresiva igualdad, y también
negras se rindieron. 9 ... g5! 10 <£}xg5 £if6! (¡estoy seguro de
que Morphy refrendaría este tipo de
Tal vez sea más lógica 7 ... fo! (de E.
ideas!) 11 h3 &xe2 12 Wxe2 Wg6 13 d5
Schmidt, 1895). Por ejemplo:
&e5 14 £i£3 &h6!, con muy buena com­
1) 8 exío (no es bueno 8 £>d5 0-0-0, ni 8 pensación por el peón (Barle-Portisch,
h3 fxe4! 9 <£xe4 We7 10 hxg4 Wxe4+ 11 Portoroz-Ljubljana 1975).
&e3 &fb) 8 ... 0-0-0 9 &g3 &xf3+ 10
10 a3!
&xf3£xd4+ll &Í2 TO.
La dama negra se encuentra incómoda
2) 8 do £ie5 9 Axe5 dxeo 10 g3 Bh5 11
Ag2 £if6!, o bien 9 <á>e3 Jbtf3 10 gxf3 g5! en su flanco.
11 J¡Lxe5 dxe5 12 ^d3 ¿c5+. 10 ... Axf3 11 <®?xf3!
3) 8 e5 Axf3+ 9 &xf3 ^g4+ 10 <¿>e3 ¡Lo mejor! Paulsen contaba con 11 jLxfB
dxe5! 11 ^xg4 (11 JLxeó? 4lxe5 12 dxe5 g5! 12 Ag3 Ag7, con contrajuego.
Ac5+) 11 ... exd4+ 12 &d3 fxg4.
11... Wh5+
4) 8 ée3 We7 (8 ... Í.XÍ3!? 9 <¿xf3 g5) 9
En caso de 11 ... g5? seguiría 12 b4 ’^b6
£d3 £f6 10 £g5 0-0-0.
13 ^.e3, con las amenazas d4rd5, &d5 y
5) 8 Wd2 £f6 9 exfo 0-0-0 10 g3 Wh5 11 &a4.
Ag2 d5 12 h3 £xf5 13 g4 ^g6 14 £>h4
12 &e3 TO1 13 b4!
We8+ 15 *á>f2 ^.e4, y como en las varian­
tes anteriores, las negras siempre tienen Las blancas no se molestan en perseguir
juego. (Averbaj-Trifunovic, URSS-Yu- a la dama contraria y emprenden un ata­
gosíavia, 1963). que al rey.
8 <£e3 Wh5 13 ... g5 14 JLg3 ^h6 15 b5 £ce7 16 Sfl
£f6 17 <á>f2 £g6 18^gl!
Era favorable a las blancas 8 ... _&xf3 9
^x£3 f5 10 d5 £ce7 11 <á>d2 fxe4 12 “Ciertamente una revelación, pues en 18
£ixe4, Steinítz-Winawer, Londres 1883, jugadas ¡las blancas han realizado seis
aunque hay que señalar la curiosa 8 ... movimientos de rey! Ahora es frustrante
We71? 9 <á?f2 f5 10 exf5 Wd7. la posición de la dama negra” (Neish-
tadt). El resultado de la partida no ofre­
9&e2
ce dudas, porque la descoordinación del
ejército negro hace que su rey se en­
cuentre casi desamparado.
18 ... Wg7 19 Wd2 h6 20 a4 Sg8

37

9... Wa5?
Las negras pierden un valioso tiempo, te­
miendo 10 h3. Según los procedimien­
tos modernos, podrían haber seguido
con 9 ... f5 10 h3 (10 £g5?l &fl5 11 <á»d3 21 b6!
fxe4+ Coldwell-Bisguier, Nueva York Un sacrificio de peón para abrir líneas al

64
WHILHELM 1

ataque sobre el rey, un procedimiento que criticar a Steinitz, quien no podía


muy empleado en el siglo XX. disponer de la tecnología actual para sus
análisis.
21 ... axb6 22 2xf6!
La ventaja más tangible de este sacrificio 28 ... ^{7 29 f6 £c6 30 c4
de calidad es el dominio de la casilla d5. Sin prisa, pero sin pausa.
22 ... ^xf6 23 Ag4+ &b8 24 £d5 Wg7 30... £a7 31 Wa2 £b5
25 a5
Desesperación...
¡Todas las fuerzas blancas participan en
el ataque! 32 £d5

25... f5 La computadora indica 32 *Sfa8+ &c7 33


^Za5 y mate en tres. Por supuesto, las ne­
Tentativa desesperada por incorporar la gras podrían rendirse, ya que no pueden
dama a la defensa. Otras jugadas tampo­ evitar el mate.
co eran especialmente útiles. Por ejem­
plo: 25 ... £e7 (25 ... c5 26 axb6!) 26 32 ... Wxd5 33 cxd5 £xd4 34 ^a7+ <á?c7
axb6 cxb6 (26 ... £>xd5 27 3a8+! *¿xa8 35 Scl+ £c6 36 Sxc6++!
28 ^a5+ y mate) 27 £}xb6, o bien 25 ... En la segunda vuelta Steinitz venció a
b5 26 a6 b6 (26 ... bxa6 27 Wa5) 27 a7+ Paulsen con negras, confirmando la
<£b7 28 2>xc7 £xc7 29 '^c3+ <£b7 30 bondad del estilo posicional. Era el co­
_&d7!, etc. mienzo de un largo período en que el
26 axb6 cxb6 27 £}xb6! £}e7 ajedrez empezaría a evaluarse de forma
distinta.
Seguiría mate en caso de 27 ... fxg4: 28 “En los torneos de París (1867) y Ba­
2a8+ &c7 29 Wc3+ <¿>xb6 30 ^a5+ &c6 den-Baden (1870) yo esperaba conquis­
31 d5+ <¿?d7 32 Wxd8++. tar el primer puesto”, recordaría más
tarde el primer campeón del mundo.
“Al no conseguirlo, me vi obligado a
pensar acerca de mis actuaciones, y lle­
gué a la conclusión de que el juego com­
binative, aunque a veces produce exce­
lentes resultados, no puede garantizar el
éxito. Tras un meticuloso estudio de es­
te tipo de juego (incluidas, sin duda, las
partidas de su match con Anderssen: G. K.),
descubrí buen número de defectos. Mu­
chos sacrificios tentadores que tuvieron
éxito resultaron ser incorrectos. Adqui­
rí, por tanto, la convicción de que una
28 exf5
defensa correcta requiere un gasto de
“Mucho más fuerte que 28 ^c3, ya que energía mucho menor que el ataque.
sigue 28 ... £ic6 29 Sa8+ <&c7 30 £>d5+ En general, un ataque sólo tiene posibi­
^d7 31 £xf5+ cá,e8” (Neishtadt). Sin lidades de éxito cuando la posición ene­
embargo, las blancas disponían aquí de miga se encuentra ya debilitada. Desde
31 exf5! Wxd4+ (31 ... Sxa8 32 f6+ y 33 entonces, mi pensamiento se ha orienta­
6cg7) 32 Wxd4 £xd4 33 <£c7 34 do a buscar una forma sencilla y segura
2xd8 ‘¿’xdS 35 &xg8, ganando. Pero el de debilitar la posición contraria”. ¡Un
programa de ordenador ha visto mate paso revolucionario en la comprensión
forzado, con 28 Wb4 &c7 29 ^a8+ 'É’cS del ajedrez! Anderssen y Cía. pertene­
30 .&xf5+ 2d7 31 £xd7+ «¿>xd7 32 cen ya al pasado.
Wxd6+ <á?e8 33 <£c7+ <á>f7 34 We6++. No En 1872, Steinitz se impuso en el
obstante, nada más lejos de mi intención torneo internacional de Londres

65
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

(2. Blackburne; 3. Zukertort). Luego “Para exponerse a un ataque no hay


ganó un match al joven Zukertort (+7- nada mejor que ganar un peón” (Las­
1 =4), y en 1873 ganó un importante ker). Y yo añadiría que, también para
torneo internacional en Viena (2. eludir la insípida lucha que se deriva
Blackbume; 3. Anderssen), realzando de 4 ... £)f6 5 $5xc6 bxc6 6 ^,d3 (ac­
considerablemente su reputación co­ tualmente se juega 6 eo) 6 ... d5 7 We2
mo el mejor jugador del mundo. £e7 8 0-0 0-0 9 Jlf4 Sb8 10 2>d2 Se8
Poco después consiguió una tribuna 11 e5 JHB 12 £>b3 £d7 13 Jlg3 c5 14
regular con una columna de ajedrez en c4 d4 15 f4 Sb6 16 Sael (Blackbur-
el periódico deportivo inglés The Field, ne-Steinitz, Londres 1875).
en la que, durante casi nueve años, co­ 5 £b5 £b4+
mentó las partidas magistrales más in­
teresantes. Fue una época no sólo de 5 ... Wxe4+ 6 Jte3! Paulsen-Steinitz,
relativa prosperidad material, sino tam­ Viena 1882; Chigorin-Steinitz, La Ha­
bién de incansable investigación, en la bana 1892, match, 19a.
que desarrolló gradualmente los prin­ 6£d2!
cipios de la nueva escuela.
Hay que añadir que Steinitz se ano­ Peor es 6 &Hc3 Aa5!
tó un demoledor triunfo en match 6... Wxe4+7^.e2 &d8!
contra Blackburne (+7), en la década
de 1870 el más claro representante de “El rey defiende el peón, ocupando
la escuela combinativa. “Se sentía obli­ una posición relativamente segura”
gado a demostrar en la práctica a sus (Lasker). Hay otra idea totalmente fa­
oponentes que sus ataques eran pre­ vorable a las blancas; 7 ... &xd2+8
maturos y, por tanto, incorrectos”, es­ Wxd2 ^e5 9 f4 ^xb2 10 0-0 ^xal 11
cribió Euwe. “Era una tarea extrema­ 4Mc3. (Bronstein), o bien 7 ... Wxg2 8
damente difícil, que obligó a Steinitz a Af3 ±xd2+ 9 £xd2 ^h3 10 &xc6!
desarrollar la teoría de la defensa, y bxc6 11 £)xc7+ <d?d8 12 £lxa8 ®F6 13
no olvidemos que antes de él la capa­ Wf3.
cidad defensiva se encontraba en pa­ 8 0-0 ±xd2 9 Wxd2
ñales, de modo que se convirtió en el
pionero”. Merecía atención 9 ¿bxd2. Por ejem­
Creyendo religiosamente en las plo: 9 ... Wf4 10 g3 ^h6 11 £)c4 £ige7
propiedades defensivas de posiciones 12 ^d3 a6 13 £d4 £xd4 14 ^xd4
£)co 15 Wc3, con buena compensa­
restringidas pero no debilitadas, Stei­
nitz consideraba un deber refutar ción, o también 9 ... We5 10 Sel £)f6
gambitos, y a menudo provocaba deli­ (10 ... £ge7í?) 11 Jkc4 (11 £f3l?)
beradamente un ataque contra su rey. 11 ... ^f5 (11 ... Sc5 12 c3!) 12 2>f3,
La siguiente partida del encuentro con la iniciativa (Sveshnikov-Sermek,
Bled 1994).
con Blackburne es característica de su
filosofía. Lasker la valoraba enorme­ 9 ... a6!?
mente y la comentó en sus conferen­
“Para expulsar al caballo blanco, que
cias en numerosas ocasiones.
ocasiona desagradables problemas a
las negras” (Lasker). En la segunda
partida del match, Steinitz jugó 9 ...
15 £>f6, y después de 10 <$Mc3 ^e5 11
J. Blackburne—W. Steinitz Sfel a6 12 £a3 Wd4 13 Wg5 Sg8 14
Londres 1876, match, 4a partida Sadl h6 15 Wg3 We5 16 ^h4 Bg5 17
Apertura Escocesa (C45) Wc4, las blancas lograron compensa­
ción suficiente por el peón aunque
1 e4 e5 2 £}f3 £¡c6 3 d4 exd4 4 £\xd4 acabaron perdiendo.
Wh4»? 10£lc3

66
Whilhelm I

La tentativa 10 £5a3 ^d4 11 ^g5+ Wf6 poniendo sus piezas para funciones
12 Wd2 constituyó un fracaso en la sex­ ofensivas” (Lasker).
ta partida: 12 ... Wxb2 13 ¿£c4 ^d4! 14 16 £se4 £d7 17 We3 f6
^cl £>ge7 15 £>bd2 d6 16 Zdl £e6,
etc. Merecía seria consideración 17 ... 2e8I?

10 ... We5 11 £>a3 b5!? 12 £f3 £ge7 18 g4?


Este error, junto con el sacrificio de ca­
ballo que sigue, estropea por completo
39 la posición de las blancas, que ya no po­
drán modificar el rumbo de la lucha.
18 ... Wg6
Amenazando con pasar al contraataque.

40

13 Eadl
La posición negra es extremadamente
peligrosa, como puede verse en la va­
riante 13 2fel’? ^f6? 14 2xe7! Si
13 ... ^d6, las blancas pueden mante­
ner la presión con 14 4tid5 2e8 15 19 &xd6?I
2adl, o incluso pueden pasar a un fi­
nal muy superior 14 ^xd6 cxd6 15 Desesperado sacrificio de pieza, con el
£ie4 (¿5c7 16 c4. que las blancas precipitan su derrota.
13 ... Wf5 14 Hfel Zb8! 19 ... cxd6 20 Zxd6 <á>c7
En palabras de Lasker, “la torre necesi­ 20 ... &e5!?
ta una casilla segura”. 21 ^.xc6
15 ^e2? A 21 '^c5 Steinitz habría opuesto la du­
¡Una jugada que es cualquier cosa me­ ra réplica 21 ... Wg5!, y después de 22
nos precisa! Los comentaristas no res­ Exe7 ^xc5 23 2exd7+ ^bó 24 Zxc6+
pondieron, en realidad, a la pregunta: (o bien 24 b4 Wxb4 25 2xc6+ <£a5 26
¿dónde cometió Blackbume el error de­ Zdd6 Ea8 -+) 24 ... Wxc6 25 Axc6
cisivo? Responderé en su lugar. Después *£xc6 26 2xg7 2bg8 y cae el telón.
de esta jugada, las blancas dejan escapar 21 ... £>xc6 22 Wg3 <á?c8 23 Sedl Sb7
la compensación por el peón, mientras 24 Wg2 £b8
que con 15 ^.xc6! (un cambio inespera­
do, pero aquí el alfil no se necesita) “Reforzando el punto débil de la forta­
15 ... £}xc6 16 £}d5 Ab7 17 c4, habrían leza, el alfil de d7” (Lasker).
mantenido una iniciativa muy desagra­ 25 21d4h5!
dable para las negras, que tienen dificul­
tades para completar su desarrollo. El ansiado contraataque. No hay nada
más que comentar: las blancas tienen
15 ... d6 material de menos y su posición es to­
“Es del mayor interés observar cómo, talmente desesperada.
poco a poco, el bando defensor va dis- 26 Wd5 Wg5 27 Wxg5 fxg5 28 2g6

67
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

jLxg4 29 Sxg5 5e8 30 &g2 Sf7 31 h3 4 ... ¿Lfd7 5 f4!?


Jtd7 32 <&g3 Se2 33 Sxh5 Sexf2 34
Ec5+ £ic6 Antes de esta partida, siguiendo el
ejemplo de Anderssen, se creía que la
Y las negras ganaron, al rendirse las única forma de luchar por la ventaja
blancas en la jugada 52. era mantener el centro de peones, con
Después de este match, Steinitz no 5 2lce2 c5 6 c3 2>c6 7 f4 Wb6 8 £>£3
participó (¡durante seis años!) en ningu­ (Steinitz-Fleissig, Viena 1873). Actual­
na competición importante, ganándose mente, en el estado de evolución teóri­
la vida con su incansable trabajo de co­ ca del ajedrez, esta variante la emplea
mentarista en The Field y con exhibicio­ con gran éxito Anand.
nes de simultáneas de extraordinario 5 ... c5 6 dxc5l?
éxito, incluidas algunas a la ciega. Fue de
él de quien se dijo “llegó, no vio y ven­ “Patente de Steinitz. El juego sistemá­
ció”, aunque en realidad así comentó un tico que inicia esta captura, está con­
periodista francés una exhibición a la cebido para crear y explotar el punto
ciega de Morphy, parafraseando la ex­ fuerte ¿4, lo que produjo una gran
presión latina 'veni, vidi, vincF: “A impresión, sobre todo en la siguiente
Morphy puede considerársele superior a generación de maestros” (Neishtadt).
César, porque llegó, no vio y venció”. Actualmente, este plan clásico suele
Gracias a sus profundos y penetrantes llevarse a cabo después de 6 £if3 £)c6
análisis, su teoría posicional, que seguía 7£e3!
sin ser entendida, fue paso a paso to­ 6 ... &xc5
mando cuerpo.
Al estudiar las paradas de aquella Más seguro es 6 ... £ic6 7 £sf3 JtxcS.
época podemos ver que gradualmente
7£f3
se iban haciendo más complicadas, que
su calidad mejoraba, y que la resistencia La alternativa es 7 ^g4!? 0-0 8 £jf3.
y la capacidad defensiva de los jugado­
7 ... a6
res progresaban claramente. Por otra
parte, los mejores maestros también ha­ Esta jugada no es obligatoria. Pero a
bían desarrollado su capacidad de ata­ 7 ... 0-0?! 8 ^.d3 £ic6 podría seguir la
que, buscando nuevas continuaciones interesante 9 h4! f6 10 £jg5! fxg5 11
en esquemas conocidos. También en es­ Jbch7+! <£xh7 12 hxg5+ <á?g8 13 ^h5
te aspecto tuvo éxito Steinitz, que no se &dxe5 14 fxe5 15 g4 Sxe5+ 16
contentaba con buscar mejoras aisladas, <á?dl £e3 17 áLxe3 2xe3 18 2>b5 Sf3 19
sino que elaboró y desarrolló tendencias g6 <±>£8 20 Wh8+ &e7 21 Wxg7+ (1-0).
estratégicas en la apertura y el medio Steinitz-C. Golmayo, La Habana 1888.
juego, basándose en su teoría de acumu­ En caso de 7 ... £lc6, 8 &d3 f6!, minan­
lación de pequeñas ventajas. Un ejem­ do de inmediato el fuerte peón e5. Des­
plo clásico de su trabajo innovador es la pués de 9 exf6 ¿Lxf6 10 We2 0-0 11 ^.d2
Variante Steinitz de la Defensa Francesa. £id4 ó 11 ... ^.d7, las negras no tienen
problemas.
8 £d3 £¡c6 9 We2 £>b4?J
16
W. Steinitz-A. Sellmann Un error fundamental, porque las ne­
Baltimore 1885 gras pierden el control del centro. Más
Defensa Francesa (CU) adecuado era 9... Wc7 10 -&d2 b5 11 a3
2b8 12 &dl £lb6 = (Boleslavsky-Pach-
man, Saltsjóbaden 1948). Pero es como
1 e4 e6 2 d4 d5 3 Sic3 4 e5
si Sellmann quisiera colaborar con su
Previamente, Steinitz había jugado oponente en la creación de una obra
contra Anderssen 4 -&g5. maestra posicional, ayudándole a Steinitz

68
Whilhelm I

a demostrar la validez de su plan en la conservando la posibilidad de lajugad

y
forma más pura. de minado f7-fb.
10&d2 b5 11 £dl 15 3cl
Yo hubiera preferido 11 a3!? £lxd3+ 12 15 ±e3!?
cxd3, sin alejar al caballo de la casilla
clave d4. 15... £b7?
La única posibilidad de las negras era 15
41 ... d4! 16 Wf2 .&b7, sacrificando el peón
d a cambio de activar su alfil dama.
16 Ae3 Wd8 17 £d4
El sueño de un ajedrecista del siglo
XX: un fuerte caballo centralizado en
d4, contra un alfil malo en b7. Ahora
las negras apenas pueden hacer otra
cosa que limitarse a esperar la inevita­
ble ejecución.
17 ... £f8 18 0-0 h5?l
11 ... £xd3+ 12cxd3! Previniendo el avance g2-g4, que hu­
Puede parecer extraño concederle un biera sido muy molesta con el rey en f7.
signo de admiración a una jugada que Sin embargo, aunque la partida está
hoy en día sería automáticamente efec­ decidida en el otro flanco, las blancas
tuada por cualquier candidato a maes­ podrán beneficiarse más tarde del de­
tro. Pero entonces, en 1885, la captura bilitamiento de la casilla g5 y la diago­
de peón no eran en absoluto evidente, nal h4-d8. Nunca avance sus peones, si
y la mayoría de los jugadores eran, sen­ no es estrictamente necesario. ¡Una de
cillamente, incapaces de pensar a largo las reglas básicas de Steinitz!
plazo.
42
12... Wb6?!
Aquí podía jugarse 12 ... b4! (ganando
espacio en el flanco de dama y vetando
a las blancas las casillas a5 y c5) 13 3cl
a5, con idea de jugar .&a6, aunque des­
pués de 14 Ae3 las blancas conservan
alguna ventaja.
13 b4!
“Iniciando el juego en el ala de dama,
donde el oponente tiene una casilla dé­
bil en c5, mientras que la casilla c4 de 19 £c3!
Steinitz está defendida por el peón de
d3” (Lasker). “El comienzo de una maniobra de cin­
co jugadas para explotar un puesto
13 ... JLe7 14 a3 f5?
avanzado en la posición enemiga” (Las­
En esencia, el error posicional decisivo. ker). El caballo se dirige a a5.
Las negras se privan así de toda posibi­
lidad de contrajuego. Se ha recomen­ 19 ... <±>f7 20 £}bl! g6 21 £d2 £d7 22
dado 14 ... f6, pero en mi opinión era &2b3 3c8 23 £a5
imprescindible la radical 14 ... d4! 15 ¡Por fin! Las blancas aprietan el nudo
Wf2 &b7, abriendo líneas para el alfil y en tomo a la garganta de su rival.

69
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

23 ... Jta8 24 2xc8 Wxc8 25 Sel Wb8 gran acogida. En 18/2 Zukertort se esta­
26 Wc2 £.d8 27 £ac6 Wb7 28 £xd8+ bleció en Londres y, aunque había reali­
zado estudios de medicina, abandonó su
El cambio dificulta la defensa de las
práctica y se consagró por entero al aje­
negras.
drez. En 1879 fundó (junto con L. Hof­
28 ... 2xd8 29 Wc7! fer) la revista Chess Monthly, desde cuyas
Invasión decisiva. páginas se enzarzó en agrias polémicas
con Steinitz. Hablaba con fluidez una do­
29 ... Wb8 cena de idiomas, tenía una memoria pro­
Sellmann ha defendido sus debilidades digiosa y había establecido récords de si­
fundamentales, pero Steinitz incorpora multáneas a la ciega. Apenas hay
otra pieza al juego. necesidad de decir que el elemento natu­
ral donde el maestro alemán sobresalía
30 Af2! era el terreno combinatívo.
Con la amenaza Ah4, subrayando la in­
consistencia de la jugada 18 ... h5?l
Ahora los recursos defensivos se agotan.
17
30 ... 'Bb6 31 2>f3 Wxc7 32 Sxc7 st?e8 J. Zukertort-J. Blackburne
33 ¿£g5 ¿Lf8 34 Ac5 <£d7 35 &d6
Londres 1883
Las negras se rindieron. Están práctica­
mente en Zugzwang, con los peones de
e6 y a6 indefensos. ¡Un triunfo absolu­ 43
to de la estrategia!

Un match histórico
Steinitz reanudó sus actuaciones en
1882, compartiendo el primer puesto
en el torneo internacional de Viena.
Zukertort, que por entonces había pro­
gresado de forma considerable, fue cla­
ramente superado (a pesar de que en
su miniencuentro hubiese derrotado a
Steinitz, 1,5-0,5), pero pronto conse­ 23 f5!
guiría el mayor éxito de su carrera, al En palabras de Steinitz, “el comienzo
ganar el famoso torneo de Londres de una operación combinativa a gran
1883 (1. Zukertort 22 de 26; 2. Steinitz escala”.
19; 3. Blackbume 16,5; 4. Chigorin 16).
Por primera vez en muchos años se 23... £e4
planteó una pregunta: ¿Quién era, La defensa de las negras se funda en es­
realmente, el jugador más fuerte del ta jugada. Es insuficiente 23 ... gxf5 24
mundo? &xf5 £}e4 25 ^.xe4 dxe4, debido a 26
Johannes Hermann Zukertort (1842- Sg3+ &h8 27 d5+ e5 28 d6.
1888) era el discípulo más brillante de
Anderssen, con quien había disputado 24 Axe4 dxe4 25 fxg6!
más de un millar de partidas, incluidos “Esta inesperada jugada, que permite a
dos matches: en 1863 (+3-8 =1) yen 1871 las negras penetrar con su torre en c2,
(+5 -2). Por entonces, junto con su maes­ ‘ganando’ pieza, había sido, indudable­
tro, había iniciado la publicación de la re­ mente, prevista por Zukertort mucho
vista Neue Berliner Schachzeitung y junto antes. La esencia de la idea sobre la que
con Dufresne, escribió Kleines Lehrbuch se basa esta extraordinaria combinación
des Schachspiels, un manual que tuvo una dista de ser evidente” (Romanovsky).

70
Whilhelm I

25 ... 2c2 mo tiempo, como anticipándose al fu­


turo, en una carta a su futuro biógrafo
“A pesar de la catástrofe que sigue, ésta Ludwig Bachmann, comentaba: “La
era, quizá, la única posibilidad de las verdadera fuerza presupone fuerza de
negras. Era desesperado 25 ... hxg6 26 carácter, y por esta razón tengo dudas
Sg3 Wg7 27 d5 e5 28 ^g5 Se8 29 Sf6” acerca del genio de Zukertort”.
(Zukertort). Naturalmente, Steinitz estaba an­
26 gxh7+ ^h8 27 d5+ e5 28 Wb4ü sioso por recuperar la reputación de
número uno mundial, e inmediata­
La clave de la idea blanca tiene algo de
mente después del torneo de Londres
cómica: ¡desviación de la dama enemiga!
desafió a Zukertort a disputar un
match. La batalla entre ambas estrellas
prometía ser un acontecimiento com­
parable al legendario encuentro entre
Anderssen y Morphy. Sin embargo, co­
mo lo expresaron los bromistas de la
época, “el mayor match de nuestro
tiempo requirió, si no las negociacio­
nes más grandes, sí las más largas”.
Entretanto, antes del torneo de
Londres 1883, el editor de The Field
había cerrado la columna de Steinitz
(y después del torneo volvió a incor­
porarla... ¡pero esta vez a cargo de
28 ... 58c5 Hoffer y Zukertort!), y el maestro tu­
Si 28 ... ^xb4, seguiría 29 ^.xe5+ 1¿lxh7 vo que buscarse otro trabajo. Lamen­
30 Xh3+ <±>g6 31 z¿g3+ <á?h6 (o bien tablemente, en Inglaterra le resultó
31 ... &h7 32 £17+) 32 £f6+ <£h5 33 imposible encontrarlo, y en el otoño
2f5+ 'é’hó 34 Af4+ <¿117 35 Sh5++, y en de 1883 Steinitz emigró a América,
caso de 28 ... We8, 29 Sf8+! ^xf8 30 declarando que estaba dispuesto a en­
JCxe5+ ^xh7 31 ^xe4+! frentarse a Zukertort en cualquier lu­
gar, excepto Londres. Desde enton­
29 2f8+!
ces, sus numerosos comentarios y
“Esta jugada, en conjunción con el jue­ artículos fueron publicados en el Tri­
go precedente de las blancas, constitu­ bune de Nueva York y en su propia In­
ye una de las combinaciones más ex­ ternational Chess Magazine, que con
traordinarias que jamás se hayan visto ayuda de nuevos amigos, inició su an­
sobre el tablero de ajedrez” (Steinitz). dadura en 1885.
29 ... <á>xh7 En Estados Unidos, tras la muerte
del gran Morphy, se anunció la organi­
O bien 29 ... ^xf8 30 £xe5+ <á?xh7 31 zación de un match Steinitz-Zuker-
Wxe4+, seguido de mate. tort, y todo el mundo aceptó la pro­
30 ^xe4+ «é>g7 31 &xe5+ <á?xf8 32 puesta de Steinitz de jugarlo a 10
^,g7+! <á>g8 partidas ganadas, sin contar tablas, y
en considerar esta competición -¡por
32 ... ^xg7 33 ^e8++. primera vez en la historia!- como un
33 Wxe7 encuentro oficial por el título de Cam­
peón del Mundo. (En inglés en el origi­
Las negras se rindieron.'
nal, ‘Champion of the World’. N.D. T)
“Las palabras son insuficientes para Había un importante matiz: en ca­
expresar la admiración por la maestría so de que la puntuación fuese 9-9, se
con que Zukertort condujo el juego”, consideraría que el match había finali­
escribió Steinitz en la prensa, y al mis- zado en empate, puesto que ninguno

71
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

de los contendientes deseaba que el una pieza en posición algo superior. Sin
desenlace de un duelo tan importante embargo, el futuro campeón no se des­
se decidiese por el resultado de una esperó, aunque un comienzo así no era
sola partida. Una regla así se aplicaría algo que necesitase para habituarse al
más tarde en cierto número de en­ sufrimiento... El duelo se desplazó en­
cuentros ilimitados por el campeona­ tonces a Saint Louis, donde Steinitz de
to mundial, y pasó a ser un escollo en inmediato ganó dos partidas, y el mar­
el tiempo en que Fischer fue campeón cador se hizo más apretado: 3-4. En la
(como se describe en uno de los to­ octava partida se acordaron las prime­
mos siguientes). ras tablas. La tensión había alcanzado
El tan esperado match dio comienzo un momento crítico. Ahora, mucho de­
el 11 de enero de 1886 en Nueva York, pendía de la siguiente partida.
ante una nutrida audiencia, en el Car­ Aquí conviene recordar que en es­
tier’s (Academy) Hall de la Quinta Ave­ te match Steinitz luchaba no sólo por
nida. Las jugadas eran reproducidas en el título de campeón, sino también
un tablero especial de demostración, y por el triunfo de sus principios. Desde
el comentarista era el conocido maestro hacía mucho estaba convencido de
Mackenzie. El fondo de premios era de que el ajedrez estaba sometido a leyes
2.000 dólares para cada uno, y se dispu­ concretas y que siempre debía jugarse
tarían tres partidas semanales en Nueva conforme a un plan, teniendo en
York (hasta que uno de los jugadores cuenta las características de una posi­
sumase cuatro victorias), luego el en­ ción dada. Y también que sólo debía
cuentro se desplazaría a Saint Louis y, atacarse si se contaba con cierto nú­
por fin, a Nueva Orleans, la ciudad na­ mero de pequeñas ventajas, conside­
tal de Morphy. El control de tiempo se rando ciertas propiedades de la posi­
había establecido en dos horas para 30 ción (temporales o duraderas), tales
jugadas y, tras un descanso de dos horas como ventaja en desarrollo, movilidad
para cenar, una hora para 15 jugadas de las piezas, dominio del centro, posi­
(recuérdese que el empleo de los relo­ ción del rey enemigo, superior forma­
jes modernos de doble esfera se había ción de peones, mayoría de peones en
introducido en Londres 1883). el flanco de dama, líneas abiertas, y la
Como se observó en la prensa, el as­ ventaja de la pareja de alfiles.
pecto de Steinitz era totalmente opues­ Steinitz valoraba especialmente los
to al de Zukertort. Este último era un factores estables, como la formación de
hombre delgado, con un rostro fino, peones, estudiando tres tipos de peo­
espiritual, rematado por una breve bar­ nes (unidos, aislados y doblados), y
billa, mientras que Steinitz parecía más también la debilidad o fuerza no sólo
bien un representante del mundo de de los peones en sí, sino también de las
los negocios, antes que del intelectual: casillas circundantes. En particular, de­
una figura maciza, aunque estrecho de terminó que un peón aislado en el cen­
hombros, con una importante barba, tro constituye una debilidad, un blanco
amplia cabeza gruesa, cabello desgre­ para el ataque sistemático, y la casilla
ñado, nariz chata, profunda voz ronca y delante del peón es una plataforma
unas enormes patillas pelirrojas. Quizá ideal para una pieza menor, en especial
su único rasgo común eran unos “in­ un caballo. Fue precisamente en este
tensos y febriles ojos”. match con Zukertort donde, por pri­
El encuentro comenzó de forma ca­ mera vez, se puso de manifiesto una
tastrófica para Steinitz. Tras ganar la clara concepción, a saber: cómo jugar
primera partida en excelente estilo, su­ contra un peón central aislado.
frió entonces cuatro derrotas consecuti­ Uno de los ejemplos clásicos es la
vas, con la particularidad de que en la novena partida, en la que Steinitz se
tercera había superado estratégicamen­ reveló, una vez más, como un sobresa­
te a su rival y en la cuarta dejó “colgada” liente maestro de la defensa.

72
Whilhelm I

Zfc8 15 b5 16 £b3 Wb6 17 Sedl


18
J. Zukertort-W. Steinitz (17 d51?) 17 ... £>a5! 18 &c2 £c4 = (Zu-
kertort-Steinitz, EEUU 1886, 13a parti­
Saint Louis 1886
da), o bien 10 Sel Wb6 11 Wd2 Sd8 12
Campeonato Mundial, 9a partida
Sfdl £d7 13 We2 £e8 14 £d3 Sac8 =
Gambito de Dama Rehusado (D26)
(Pillsbury-Steinitz, San Petersburgo
1895/96).
1 d4 d5 2 c4 e6 3 &c3 4 £j£3
9^e2
En la séptima partida, después de 4 e3
c5 5 £>f3 &c6 6 a3 dxc4 7 ^.xc4 cxd4 8 9 £}e5I?
exd4 ^.e7 9 0-0 0-0 10 -&e3?!, Steinitz
demostró, por primera vez, una ejem­ 9 ... £bd7?!
plar disposición de las fuerzas negras: No obstante, es mejor 9 ... £ic6 10 Sdl
10 ... JLd7 11 Wd3 (11 d5 =) 11 ... Sc8 £a5! 11 £d3 b6y^.b7.
12 Sacl?! Wa5 13 &a2 Efd8 14 Efel?!
£e8! 15 ^.bl g6 16 ^e2 Af8 17 Sedl 10 JLb3
Ag7 18 ^.a2 £ie7, con muy buen juego.
Zukertort no tiene en cuenta 10 d5
4 ... dxc4 5 e3 exd5 11 £)xd5 <£xd5 12 -&xd5 £)f6 13
&b3 Af5 14 Sdl We8 15 £d4 &d7 =,
Es mejor la activa 5 e4!, y después de
puesto que, según Euwe, “de ningún
5 ... ^.b4 6 JLga c5 7 Axc4, queda plan­
modo considera que el peón aislado de
teada la popular Variante Vienesa. Por
d4 sea un problema en su posición”.
otra parte, es posible la moderna 5
Wa4+ c6 (5 ... £>bd7 6 e4) 6 '^xc4, co­ 10 ... 2lb6 11 Af4
mo ha jugado en ocasiones Karpov, y
después también Kramnik. Es preceptivo que el alfil se desarrolle
por g5 (¡para luchar por la casilla
... c5 d5l), y después de, por ejemplo, 11
Según el estado actual de la teoría, es Sdl £bd5 12 £g5 Wa5 13 Eacl, las
preferible 5 ... a6! 6 a4 (6 -&xc4 b5 7 blancas tienen una fuerte iniciativa.
.&b3 «&b7 =) 6 ... c5 7 Jtxc4 £>c6 8 0-0 Claro que el tema de esta posición só­
^.e7, y teniendo en cuenta la prematu­ lo quedó claro mucho más tarde, gra­
ra £ic3, las blancas no pueden defen­ cias a los esfuerzos de Botvinnik, que
der su peón de d4, con ^e2 y Sdl. Por rompía las defensas negras con £}e5 y
ejemplo: 9 We2 (9 dxc5 Wxdl 10 Sxdl el avance f4-f5.
¿xc5 =) 9 ... cxd4 10 Sdl e5 11 exd4 11 ... £bd5 12 Jtg3
exd4 12 &xd4 £xd4 13 We5 ^d6 =.
“Es difícil percibir una conexión lógica
6 JLxc4 cxd4 en las jugadas de Zukertort, que se li­
Un poco más preciso es 6 ... £jc6, sin mita a desarrollar sus piezas a casillas
abrirle paso, por el momento, al alfil activas, en espera de complicaciones en
de el. las que podrá exhibir su gran talento
combinativo” (Lasker). Aparte de las
7 exd4 opiniones de Lasker y Euwe, hay que
7 5}xd4 a6 =. decir que la lucha posicional en tomo
al “peón aislado”, por entonces seguía
7 ... ^.e7 8 0-0 0-0
siendo terra incognita.
El primer campeón del mundo debería
haber jugado 8 ... £)c6!, atacando el 12 ... Wa5
peón de d4 y dificultando la jugada Un sutil matiz. Con el alfil en g3, las
We2. Por ejemplo: 9 ±f4 0-0 10 Sel blancas no pueden inquietar a la dama
-£d7 (10 ... WbOl?) 11 l?e2 Wa5 (11 ... enemiga con &d2. La alternativa es
3c81?) 12 £b5 a6 13 £c7 b6 14 £c3 12... b6!?y£b7.

73
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

13 Sacl £d7 14 £e5 Efd8 15 ^f3 <¿>gl ^xc7) 19 ... -&xh4 20 ^xh4 £x6
21 f4 ^a3 =.
Es desventajoso 15 ^xd7 Sxd7 y 2ad8,
pero sí es interesante 15 f4. 18 fífel Sac8 19 Wd3?!
15... £e8 Jugada inútil. Zukertort no comprende
que los débiles peones colgantes deben
¡Un plan clásico! “La mejor casilla para
ponerse en marcha, ¡cuando se volve­
el alfil en estas posiciones, puesto que
rán fuertes! Lo correcto era 19 ^.g3, y
no interfiere con las maniobras de las
si 19 ... ^.dó, entonces 20 c4. Lasker re­
otras piezas negras, y además asume la
comendaba jugar así, aunque la posi­
importante función de defender la
ción resultante le pareciese un tanto
casilla f7” (Euwe). Ahora resulta eviden­
confusa. Por ejemplo: 20 ... £>d7 21
te que las blancas han perdido la inicia­
£ixd7 2xd7 22 d5! ¿xg3 23 hxg3 exd5
tiva de la apertura y que deberán preo­
24 We3 ®d8 25 cxd5, con un amenaza­
cuparse por conservar el equilibrio.
dor peón pasado en el centro (¡cuya
fuerza no se apreciaba por entonces!)
45 km wi iwfx mmíjlms
Por consiguiente, era mejor 19 ...
^b6!, con juego de doble filo.
19.. . <£¿5!
Forzando el cambio inmediato: cuántas
menos piezas haya, más débiles serán los
peones.
20 Jlxe7
20 .&g3 ^a5!?; posiblemente fuese fuer­
te 20 Jlc2 g6 21 &xe7 ^xe7 22 Ab3 b5!
23 .&xd5 2xd5 24 We3, con contrajuego
16 Ah4! sobre las debilidades negras, en particu­
Las blancas captan la idea de socavar la lar el alfil de e8.
casilla do. Pero durante el tiempo que 20.. . ^xe7
han gastado, las negras han resuelto el
problema del desarrollo de su alfil dama, 46
virtualmente el principal en estos esque­
mas de juego. De acuerdo a otros auto­
res , el orden de jugadas fue 16 Sfel
Sac8 17 £h4 £xc3 18 bxc3 Wc7.
16... &xc3
¿Era preciso desprenderse de esta pieza,
desembarazando al rival de su peón “ais­
lado”? Sin embargo, a 16 ... Sac8?! era
molesto 17 £>xd5. Por ejemplo: 17 ...
£ixd5 18 Axe7 £>xe7 19 ^xb7, y si 17 ...
exd5,18 2lg4 Sxcl 19 Sxcl Sc8 20 3dl!
21 &xd5?
17 bxc3 Bc7
Un grave error posicional. Antes de
“Defendiendo el alfil de e7. Era pre­ que las negras jueguen g7-g6, las blan­
matura la jugada de bloqueo, 17 ... b5, cas no deben tomar en d5. “Las blancas
debido a 18 &g4!” (Neishtadt). La deberían haber conservado su exce­
computadora no está de acuerdo con lente alfil, pero no descartan despren­
esta continuación: 18 ... ¿Lxg4 19 Wxg4 derse de piezas fuertes, en busca de
(19 £xe7? £xh2! 20 <á>xh2 Wc7+ 21 jugadas forzadas y combinaciones”

74
Whilhelm I

(Lasker). Es confuso 21 Jtc2 £if6 (21 ... 25... h6!


Wh4!?) 22 £¡g4 g6 23 4)e5, pero más ló­ Parando todas las amenazas y comen­
gico (¡ahora los peones unidos deben zando a adueñarse de la iniciativa. Stei­
ponerse en marcha!): 21 c4! &f6 (21 ... nitz consideró arriesgado aceptar el sa­
Wg5?l 22 h4!) 22 Scdl, con probabili­ crificio de pieza. Después de 25 ...
dades mutuas. fxe5?l 26 Wxh7+ '¿’fB, puede seguir:
21.. . Sxd5 22 c4 Sdd8 23 2e3? 1) 27 EÍ3+ ±f7 28 Wh5 (Neishtadt re­
comienda 28 Wh8+ <á?e7 29 Wxg7 SfB
Esta jugada es inoportuna, pero respon­ 30 2b 1 b6 31 dxe5, “con ataque”, aun­
de al nivel de la época: la tentativa de ata­ que después de 31 ... Wd4 no se ve
que al rey no está lo bastante fundada. compensación por la pieza) 28 ... Ec7
¿De qué forma pretenden llevar a cabo (28 ... ^d7 29 ^h8+ <£e7 30 ^h4+, con
el ataque? “El mejor plan era 23 Sedl,
jaque perpetuo; 28 ... Sd7? 29 Wh8+)
posiblemente seguido de Wb3, c4<5 y 29 c5 Wd5 30 ^h8+ <á?e7 31 ^h4+ (pe­
£)c4-d6” (Euwe). Aunque después de
ro no 31 Wxg7? SÍ8 32 h4 Wxf3! -+),
23 ... b6 las negras tienen un juego có­ con tablas.
modo. En consecuencia, yo preferiría
agudizar el juego con 23 d5!? b5 (que es 2) 27 Sg3!?, y es malo tanto 27 ... Ec7?
lo que tenía in mente Steinitz) 24 Wh3! 28 Bh8+ £e7 29 c5! (29 Sxg7+ &f7 30
Wh5 =) 29 ... Wd5 30 Sxg7+ &f7 31
23 ... ed6 24 Edl 3x17+ <á>xf7 32 ^h7+ <£f6 33 Wxc7
exd4 34 2d3 + -, como 27 ... £f7? 28
A la tramposa 24 Sh3l? podía respon­
3xg7 Sc7 29 c5 'Bd7 (29 ... Wxc5? 30
derse con 24... h6! (pero no 24... Wxd4?
^h8+ <á>e7 31 Sxf7+ &xf7 32 '^h5+
25 Wxh7+ d?fB 26 Se3!) 25 £dl f6 26
<é>e7 33 dxco) 30 ^h8+ (30 3d3!? Ra-
£jg4 trasponiendo a una posición
vinsky) 30 ... <á?e7 31 ^h4+ <¿>e8 32
de la partida.
Eh7! +-, y sólo queda la jugada de la
24.. . f6 “máquina” 27 ... Sd7! 28 Wh8+ <¿>e7 29
Wh4+ (sería favorable a las negras 29
La consecuencia de haber cambiado el Kxg7+? <á>d8 30 2xd7+ <£xd7 31 ^g7+
alfil de b3 es que ahora el alfil negro se d?d8 32 '^g5+ ^c7) 29 ... é>f7 30 ^h7,
activa por g6 ó h5. con tablas.
25 2h3I? 26 &Jg4
Peor es 26 4bg6 Axg6 27 Wxg6 Sxc4, y
“En búsqueda de la combinación” (Las­
ker). Las blancas tienen problemas: en después de 28 Sxh6 ... ^xd4! 29 Wh7+
caso de 25 *^f3 Wa6! (pero no 25 ... Jlh5 30 Wi8+ <¿>f7 31 WxdB ^xd8 - +.
26 m>3 b6 27 h3) 26 £d2 e5 27 d5 Zukertort cuenta con sacrificar el caba­
^xa2, sin compensación por la pérdida llo, en f6 ó h6, pero la siguiente res­
material. puesta de las negras acaba con esa es­
peranza.
47 26 ... Wf4! 27 £e3
A 27 Sg3 Steinitz respondería 27 ... b5!,
y es malo 28 cxb5?, debido a 28 ...
Sxd4! 20 £xh6+ <á?f8 30 Wa3+ ^d6.
27 ... £a4!
“Para obligar a la torre a abandonar la
primera fila, de la que pronto se apode­
rarán las negras” (Lasker).
28 Hf3?

75
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

Ninguno de los comentaristas descu­ Pero con la fuerte 30 ... We5! 31 2g3 (a
brió la mejor posibilidad para las blan­ 31 ^c2 ó 31 £ifl sigue tranquilamente
cas: 28 Zd2! b5 29 Zf3 (pero no 29 31 ... exd5) 31 ... exd5 32 ^g6 £c7 y
cxb5? Ecl+ 30 &fl £xb5, o bien 30 £.e8 (no sirve, desde luego, 33 Wxh6?,
£ldl Wxd2 - +) 29 ... Wb8! (29 ... bxc4? por 33 ... ^xg3!)” (Euwe).
30 Wa3; 29 ... Wc7 30 c5 e5 31 2)f5 exd4
El módulo de análisis detecta la varian­
32 5g3 ^xc5 33 2xg7+ TO 34 g4 Wcl+
te 30 d5! Weo!, pero la enmienda con
35 <¿*g2 &c2 36 2xc2 Wxc2 37 Wf3 31 Wfl! exd5 32 cxd5 Ad7, y en esta
Wxí5 38 Wxf5 (¿,xg7 39 h4 d3 40 h5 =)
complicada posición, las blancas pue­
30 ^g6! (Steinitz consideró 30 cxb5?
den defenderse a costa de la iniciativa.
2cl+ 31 £>dl e5! -+) 30 ... <±>h8 (30 ...
Pero después de 30 Sg3? las tornas se
bxc4? 31 &g4!) 31 2g3 (peor es 31
vuelven en su contra.
Sxf6?! Sc7!! 32 Sxe6 bxc4) 31 ... Wb7
32 c5 b4!, y aunque las negras tienen
48
ventaja, hay mucho juego por delante.
28 ... ^d6 29 2d2
29 5xf6? &xdl - +.
29 ... £c6?
Como se aclara en la nota a la jugada si­
guiente, esta jugada constituye un grave
error. Mucho más fuerte era el golpe tác­
tico 29 ... b5!, señalado por V. Vukovic.
Ahora las blancas pierden después de 30
cxb5? Scl+ 31 &fl (31 £}dl Wxd4! 32
Wxd4 Sxd4 33 Sxd4 &xdl -+) 31 ... 30 ... f5!
Wb4, y si 30 Sg3?, 30 ... bxc4 31 ^g6 Esta réplica cambia radicalmente el
Wf8 32 <£g4 &h8 33 £xh6 JLe8( 34 sentido de la lucha. Zukertort, sin em­
£}f7+ Wxf7, o bien 30 h3 bxc4 31 £}xc4 bargo, la subestima.
Wb4 32 £e3 £.b5 33 a3 '^a5 - +. Inclu­
31 2g6?
so después de la mejor continuación,
30 Wg6 We7 31 Sh3 TO, las probabili­ ¡Una jugada de café! Mejor era 31 co
dades están del lado negro. (31 2h31?) 31... TO 32 £c4 (o bien 32
30 Sg3? £4 Jte4 33 We2 TO 34 TO! b6) 32 ...
£b5 33 a4 &xc4 34 Wxc4 Sxco 35 dxc5
Una respuesta errónea, que ahora es fa­ Sxd2 36 h3, con una posición indife­
tal. También era mala 30 5xf6? gxf6 31 rente, aunque no del todo arruinada.
Wg6+ tá’f8 32 Wxf6+ <£e8 - +. Sin embar­
go, existía la posibilidad 30 d5! “Steinitz 31 ... Ae4 32 Wb3 <¿>h7
pensaba que podría refutarla con 30 ... Un error sería 32 ... f4? 33 co íxe3 34
exd5 31 cxd5 áxd5 32 £xd5 Wxd5 33 cxd6 exd2 35 Wxe6+ &h7 36 Sxhói-
^xd5+ 3xd5. Pero en lugar de 31 exdo, gxh6 37 TO+ <á?h8 38 TO^ <£g8 39
es más fuerte 31 £jfo! Por ejemplo: 31 ... ^eó-i- *&g7 40 We7+, con jaque perpetuo,
We5? 32 Se3 Wal+ 33 Sdl Wxa2 34 pero la jugada ganadora era 32... 33
£xh6+!; 31 ... Dd7? 32 Tg3 dxc4 33 c5 TO 34 2g3 f4 35 Sg4 &e3 - +.
Cxh6+ Rh8 (33 ... Rf8 34 Dh7) 34 Dg6
Te8 39 h4+ 31 ... Wf8 32 Sg3 dxc4 (¿as 33 c5 Sxc5 34 Sxe6
negras salvan la partida con 32 ... *Ld7! 33 O bien 34 ^xe6 Scl+ 35 £>dl (35 £fl
t&xh6+ <&h8 34 Qg4 £e8! 33 ¿he3 dxc4 36 Wxe6 36 Sxe6 &d5 37 Se7 £c4 -+)
^xc4 37 Zh3+ <&g8 38 ^h4 Wg6 39 35 ... TO! (35 ... Wxe6 36 Sxe6 &d5 37
^P G. K.) 33 S\xh6+ d?h8 34 Sel ^Lxa2 38 Sxa2 Sxd4 -+ Steinitz)
Wxd8! 2xd8 35 Sxd8 ^xd8 36 TO+. 36 Hg3 &c2 37 We2 ^e8 38 s^fl f4 - +.

76
34 ... Ecl+ 35 £dl? derrumbó por completo. Steinitz sólo
necesitó dos partidas más para ce­
Era preciso 35 £>fl, y entonces 35 ... lebrar su triunfo: +10 -5 =5. El mun­
m4 36 We3 Wc7!, o bien 35 ... Wc7. do tenía ya su primer campeón de
Por ejemplo: 36 Sdl Exdl 37 ^xdl ajedrez.
Wd7 38 Se5 Wxd4 39 Wxd4 Sxd4 40 La prensa saludó la victoria de
f3 &c6 41 £le3 f4 42 &Í5 Sd2 43 Se7 Steinitz con frialdad. El resumen de
<á>g6 - +. su postura era que Zukertort “había
35 ... Wf4 36 m>2 Ebl 37 ^c3 Ec8 38 estado irreconocible”, que se habían
Exe4 Wxe4 producido numerosos errores y que,
por el contrario, apenas se había visto
Las blancas se rindieron. brillantez. Se recordaban los tiempos
La partida es muy desigual, y muy gloriosos de Anderssen y Morphy, ig­
difícil de comentar desde el punto de norando por completo el rumbo que
vista del siglo XXI. Según los paráme­ el ajedrez había tomado en el último
tros actuales, contiene demasiados cuarto de siglo, sin percibir en absolu­
errores. Pero conviene recordar que to que Steinitz y Zukertort habían ju­
hasta los mejores jugadores de la épo­ gado en un orden de mayor magnitud
ca progresaron en la apertura y el me­ que cualquiera de sus legendarios
dio juego por pura intuición, o por predecesores y que, por tanto, la gue­
sus propios esfuerzos. Steinitz era cla­ rra de aniquilación, como muchas ba­
ramente superior a sus oponentes en tallas ulteriores por la corona, había
el juego posicional y en su compren­ requerido mayor tensión nerviosa.
sión de la fuerza y debilidad de los ¿Por qué se “quemó” tan rápida­
peones centrales. Nada de esto se co­ mente Zukertort? Me parece que una
nocía entonces, y objetivamente la vez transcurrido el primer tercio, Stei­
partida jugó un papel importante en nitz se había adaptado perfectamente
el desarrollo del entendimiento aje­ al match, ajustando su estilo de juego
drecístico. Sólo se necesitaba medio y descubriendo el suyo propio (lo que
siglo más y la aparición de Botvinnik no era fácil, pues Zukertort, después
para que las posiciones con peón cen­ de todo, era un excelente jugador
tral aislado pudiesen evaluarse como práctico) y que podía hacer con su ri­
favorables a las blancas, y luego otros val lo que quisiera, ¡jugando un aje­
30 años más y la aparición de Petro­ drez que le resultaba incomprensible
sian, para que el Gambito de Dama a su contrincante! Gradualmente, Zu­
Aceptado volviese a convertirse en kertort fue perdiendo los nervios, y
una apertura popular, y para que los desarrollando un sentimiento de im­
jugadores pudiesen relacionarse con potencia: sencillamente, no sabía qué
el peón central aislado sin emociones, hacer con Steinitz.
sopesando sus ventajas y sus inconve­ Muchos años después, Lasker cali­
nientes. Ahora prevalece un concreto ficaría este encuentro de “un aconteci­
y complejo enfoque, basado en una miento, en el que se decidió la hege­
cantidad de información gigantesca. monía entre las escuelas combinativa y
También jugó un importante pa­ posicional”, añadiendo una descrip­
pel en el match la novena partida. El ción muy clara: “Cuán novedosas,
marcador estaba igualado (+4 -4 =1), cuán sorprendentes, cuán opuestas a
y aunque en caso de empate (9-9) los los sentimientos de su época deben
contendientes habían aceptado se­ haber sido las concepciones de Stei­
guir jugando a ocho victorias más, el nitz, se ponen de manifiesto al repro­
juego era ahora unilateral. En Nueva ducir las partidas del match más im­
Orleans, con el marcador 5-7 y tras portante que ganó, el que jugó contra
haber dejado escapar la victoria en la Zukertort. Este confiaba en su capaci­
17a y perder la 18a, Zukertort se dad combinativa y era un descubridor,

77
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

un auténtico genio. Por todo eso, en un crítico y adversario fundamental de


la mayoría de las partidas del torneo, Steinitz, quien, a su vez, lo había defi­
aunque no había perdido en absoluto nido como “genio del ajedrez prácti­
esa facultad, fue incapaz de hacer uso co, que considera un privilegio apro­
de ella. Steinitz parecía poseer la mis­ vechar cada oportunidad que se le
teriosa capacidad de adivinar las com­ presenta para desafiar los principios
binaciones mucho antes de que fue­ de la teoría moderna de ajedrez”. Chi-
ran realizables en el tablero, de gorin tenía un agudo estilo combinati-
provocar las combinaciones favorables vo, era un virtuoso jugando diversos
a él mismo y de neutralizar aquéllas gambitos y, más tarde, cuando surgió
que le serían desfavorables. Zukertort toda una generación de seguidores de
no pudo entender cómo era capaz la escuela moderna, se ganó la reputa­
Steinitz de impedir sus combinaciones ción de ser “el último romántico del
y tampoco cómo era posible ganar con zyedrez”.
un método así, puesto que por enton­ Chigorin aprendió a jugar al aje­
ces -y esto le parecía indiscutible a Zu­ drez a los 16 años, y comenzó a practi­
kertort- las partidas, para ganarlas en carlo seriamente sólo cuando tenía 24,
buena lid, había que ganarlas median­ en el conocido Café Dominik de San
te bellas combinaciones. Zukertort Petersburgo. Para dedicarse por com­
trató durante cuatro años de resolver pleto al ajedrez, dejó su trabajo y en
este acertijo, pero nunca se acercó ni 1876 inició la publicación de la revista
un paso a la solución, perdiendo en Shajmatny Listok (y a mediados de los
el proceso la maestría que poseía. ochenta, Shajmatny Vestnik). Tras ha­
Murió relativamente joven (a los 46 ber ganado varios encuentros a los
años, de un ataque al corazón: G. K.) maestros rusos más importantes, se
Así, no es sorprendente que el mun­ consolidó como el jugador más fuerte
do del ajedrez no entendiese a Stei­ del país durante un cuarto de siglo. Se
nitz, ni tampoco su forma de jugar, ni distinguía por un excepcionalmente
su obra escrita, a propósito de su es­ brillante y original estilo de juego.
cuela moderna

Chigorin, el primer aspirante


19
El rico Club de Ajedrez de La Ha­
M. Chigorin—E. Schiffers
bana, con el que Steinitz tenía buenas
relaciones, reunió en 1888 la bolsa ne­ San Petersburgo 1879, match
cesaria para organizar un nuevo Apertura Española (C68)
match y se puso en contacto con el
campeón, invitándole a designar a su
1 e4 e5 2 £if3 £lc6 3 jLb5 a6 4 4kxc6
más fuerte oponente para disputar en
Cuba un nuevo encuentro por el cam­ Una jugada un tanto “seca”, por la que
peonato mundial. Steinitz estuvo de optaba ocasionalmente Chigorin, en
acuerdo y, sin la menor duda, eligió a comparación con su predilecto gambi­
Chigorin. to Evans.
En aquella época el gran maestro
ruso Mijail Ivanovich Chigorin (1850- 4 ... dxc6 5 £x3 Ac5 6 d3 £g4 7 h3
1908) tenía un palmares relativamen­ £xf3 8 fcf3 &e7 9 ^e2 0-0 10 g41?
te reducido, pero era el más difícil y el Wd7 11 Jte3 £b4+ 12 <¿>fl!?
más peligroso rival para el campeón..
En conjunción con 10 g4, un esquema
En Viena 1882 había hecho tablas (1-1)
de ataque verdaderamente original.
en su confrontación con Steinitz, y en
Londres 1883 ¡le había ganado ambas 12 ... Sad8 13 4hg3 We6 14 h4 a5 15
partidas! Además, se había mostrado Sgl «£h8 16 £f5 g6 17 a3 £d6

78
Whilhelm I

49 de su primer match con Steinitz (de cu­


yos duelos hablaremos a continua­
ción), Chigorin compartió el primer
puesto en el importante torneo de
Nueva York, el más largo en la historia
del ajedrez (un evento a doble vuelta,
E con 20 participantes, que duró 64
días), donde jugó algunas de sus mejo­
res y más famosas partidas.

20
18<£e2!
M. Chigorin—W. Pollock
Este sacrificio de caballo, verdadera­ Nueva York 1889, 6° Congreso Americano
mente actual, es un ejemplo del pensa­ Gambito Evans (C51)
miento paradójico de Chigorin.
18 ... gxf5?I I e4 e5 2 <£f3 &c6 3 £.c4 &c5 4 b4
£xb4 5 c3 £.c5?!
Era más prudente 18 ... c5!?> para seguir
con c5-c4. 5 ... ¿a5; 5 ... $Le7.
19 gxf5 Wd7 20 £h6!? 6 0-0
Es posible que Schiffers contase con 20 6d4!
Wg4 &xf5 21 Wxf5 Wxf5 22 exf5, con 6 ... d6 7 d4 exd4?!
final un poco superior para las blan­
cas. Pero Chigorin no deja escapar su 7 ... JLb6! -véase partida núm. 43.
ventaja. 8 cxd4 ^.b6 9 £ic3 £ja5 10 Jlg5!
20 ... 2g8 21 Ag5 2xg5 22 hxg5 c5 23 “El Ataque Góring”, uno de los esque­
£hl £jg8 24 f6 &f8 25 Sh3 c4! 26 Sahl mas predilectos de Chigorin.
cxd3+ 27 cxd3
10... f6U^f4!?
27 ^xd3 h6. Menos convincente es 11 Ah4 <£jxc4 12
27 ... h6 28 g6 fxg6 29 f7 £e7?? Wa4+ ^d7 13 ^xc4 Wf7 14 &d5 2ih6
La computadora considera un grave (Chigorin-Jakubovic, correspondencia,
error a esta jugada, y en su lugar pro­ 1879).
pone 29 ... Wd4! 30 fxg8W+ <£xg8, y la II ... ¿Lxc4 12 Wa4+ <±>f7 13 eXc4+ ¿Le6
lucha podría seguir así: 31 2g3 Wxb2+ 14 d5! £d7
32 <¿?fl 2d6 33 Wf5 <á?g7 34 Shgl
“En caso de 14 ... ^-g4, existía la posibili­
’^cl+ 35 <d?g2 Wf4 36 ^c8 W7, etc.
dad de sacrificar pieza por el ataque: 15
30 Kxh6+ Jtxh6 31 f8W+ Sxf8 32 e5! (?; G. K.) 15 ... fxe5 16 £ixe5+ dxe5
Wxf8+ ^g8 33 Sxh6+ 17 ^.xe5” (Vasiukov y Nikitin, en su li­
Las negras se rindieron. bro Mijail Chigorin de 1972). Perdón:
después de 17 ... £ifí5!, si 18¿xfb Wxf6
En su debut en la arena internacio­ 19 Wxg4 Wxc3, las blancas no tienen na­
nal (Berlín 1881: 1. Blackbume; 2. Zu- da. Un mejor “ataque posicional” es 15
kertort; 3-4. Winawer y Chigorin) con­ &d4! y a2-a4, con una compensación ex­
quistó el reconocimiento general. “Sus celente por el peón.
combinaciones son muy agudas”, decla­
ró Zukertort, “de un solo golpe se ha in­ 15 £e2 ^e8?’
corporado a las filas de los mejores Una pérdida de tiempo. “Mejor que mo­
maestros mundiales”. ver la dama, era desarrollar el flanco de
En la primavera de 1889, al regresar rey, con 15 ... y después Ee8 ó SfB.

79
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

La dama debería reservarse para un me­ ces 26 ... f5 27 exfo (27 &xf5 &xf5 28
jor puesto” (Steinitz). Después de la tex­ exf5 ^f6) 27 ... Zc2.
tual sigue 16 a4, con juego difícil.
26 dxe6+ *¿g8 27 Wg4!
16 a4! ¿Le7 17 &e3l ¿Lg6 “El ataque al rey, propio del estilo de
Steinitz aconsejaba la tenaz, aunque Chigorin, prosigue en esta partida con
pasiva 17 ... Wd8 18 ^.xb6 axb6, pero a una consumada maestría” (Steinitz).
mí me parece más interesante 17 ... Sin embargo, aquí también era posi­
Zc81? ble 27 f5l? g5 28 Zf2 (28 fxg6!?), con
las amenazas 29 Zd2 y e4-e5 (Vasiukov,
18 &xb6 cxb6 19 ^b4 ^e7 Nikitin).
No daba resultado 19 ... Ag4 20 Zacl 27 ... &g6 28SM5! Wc7
áxf3 (20 ... We7 21 £g3), y ahora 21
Zc7+ 'á’gS 22 gxf3 ^h4 23 2>g3 £xf3+ No, por supuesto, 28 ... Wxe6??, por 29
24 <±’g2 &h4+ 25 <$hl, con ataque. ^h6+!

20 £g3 Zhc8 21 £>d4 Zc5 22 f4 Zac8 51


23 Wd2 Zc4
Según Steinitz, era mejor 23 ... £if8,
previniendo la entrada del caballo blan­
co en e6, pero es desagradable 24 Zael,
con la peligrosa amenaza ¿Lgf5, e inclu­
so el avance e4-e5 (Vasiukov, Nikitin).
Mi alternativa es 23 ... 'É’gSI? 24 &gf5
(24 £e6 Zc2) 24 ... ±xf5 25 exfo 2>f8.

50

29 e7!?
La culminación del combate. “Todo de­
be ponerse al servicio del ataque al rey.
El caballo de g6 está clavado, y puede
amenazársele con el tremendo avance
h2-h4-h5. Sin embargo, muchos maes­
tros seguirían los habituales caminos
‘prudentes’ posteriores, y serían reti­
centes a dejar este peón avanzado sin la
compañía de sus vecinos, tal vez hipote­
24 £e6! ¿Lh4 cando la victoria” (Spielmann).
Naturalmente, no se puede tomar en “En caso de la directa 29 h4?l, las ne­
e6, debido a f4-f5. “Es posible que pue­ gras disponían de la defensa 29 ... Zxe4
da intentarse frenar el ataque con 24 ... 30 h5 Óe5! 31 Wg3 ^c4 y Wc5+, pero
Zc2 25 Wxc2! Zxc2 26 £f5 &xe6 27 con 29 Zael!, seguido de la marcha del
£>xe7 £}xe7 28 dxe6+ ^xeó” (Vasiukov, peón h, las negras están indefensas”
Nikitin). Realmente, la posición des­ (Vasiukov, Nikitin).
pués de 29 Zfcl Zc5 no está demasiado
clara. 29 ... &f7?

25 Wdl! £xe6? El error decisivo. Era preciso jugar la


recomendación de Steinitz, 29 ... Ze8!
En mi opinión, un error importante, (pero no 29 ... Zxe4? 30 £>xd6). En la
no señalado por los comentaristas. Era variante que indican Vasiukov y Nikitin,
preciso 25 ... &g81, y si 26 Wg4, enton­ 30 h4 Zxe7 31 h5 2>f8 32 <&xe7+ Wxe7

80
33 Xacll? Wxe4 34 ficel! Wd4+ 35 mía sacrificar material. También An-
‘éhl, la lucha sigue estando confusa. derssen jugaba con éxito en posiciones
Por consiguiente, mi propuesta es 32 con déficit material, pero en su tiempo
h6! g6 33 4ixe7-f- Wxe7 34 Sael £xe4 el nivel defensivo era considerablemen­
35 Wdl, y la posición blanca es mejor. te inferior. Chigorin tuvo que superar a
una resistencia mucho mayor. En cier­
30 Sadl Wc5+ 31 <¿?hl Zc6 tos aspectos, su estilo era el precedente
Fatal debilitamiento de la octava fila. del de Alekhine y, a mediados del siglo
XX, el joven Spassky -un gran conoce­
dor de las partidas de Chigorin- tenía
una forma de jugar muy parecida...
Veamos ahora una partida clásica de
Chigorin, disputada en el “match final
de candidatos” con Gunsberg (La Ha­
bana 1890). Aunque este encarnizado
duelo concluyó en empate (+9 -9 =5),
el juego desplegado por el maestro ru­
so produjo mucho mejor impresión.

32 e5ü 21
I. Gunsberg-M. Chigorin
¡Una ruptura que dinamita el punto
La Habana 1890, match, 2a partida
más fortificado de la posición enemiga!
Cierto que, según la computadora, po­ Apertura Española (C77)
día ganarse también de forma rutina­
ria: 32 eS'a+l? <á?xe8 33 2>xg7+ 34 1 e4 e5 2 &Í3 &c6 3 &b5 a6
’^d7+ ¿Le7 35 £e6 ^h5 36 <£d8+. En el segundo match con Steinitz (La
32 ... fxe5 Habana 1892), Chigorin prefirió 3 ...
£f6 4 d3 d6 5 c3 g6 6 £bd2 ág7 7 £>fl
Sendos remates espectaculares segui­ 0-0 8 £}e3 d5!, o bien 8 -&a4 d5l?, pero
rían a 32 ... dxe5 33 Sd8 2e6 34 2f8+! y
no 8 ... £>d7?l (partida núm. 25).
32 ... Wxe5 33 £xd6+! 2xd6 34 fxeñ.
4 Aa4 £if6 5 d3 d6 6 c3 g6 7 <£ibd2 Ag7
33 £>xd6+
8 £fl 0-0 9 h3?I
Los comentaristas aclamaron esta juga­
Una jugada fuera de lugar, que permite
da como “un golpe demoledor”, califi­
a las negras igualar con una reacción
cándola con un signo de admiración,
en el centro.
teniendo in mente la línea 33 e8^+!?
&xe8 34 £ixg7+ <£f7 35 Wd7+. 9 ... d5!
33 ... 2xd6 34 fxe5+ Ef6 35 e8*a+! La posición es aún más ventajosa para las
<£xe8 36 ’^d7+ <á?f8 37 exf6 negras que en las partidas con Steinitz
Las negras se rindieron. mencionadas, donde no había la posibi­
lidad de expulsar el alfil con b7-b5.
“La grandiosidad de las ideas de
Chigorin es cautivadora. Cada.una de 10 We2
sus jugadas insufla fuerza creativa y Sí 10 &xc6?! bxc6 11 &xe5, puede se­
transpira la voluntad de victoria” guir 11 ... £lxe4, o también 11 ... ^e8.
(Spielmann).
En este tipo de juego complicado, 10 ... b5 11 £c2?!
dinámico, Mijail Ivanovich era superior “Después de esta retirada, el alfil que­
a sus contemporáneos. Poseía un ins­ da excluido del juego para toda la par­
tinto muy sutil para la iniciativa y no te- tida. Era mejor 11 ±b3, y solo si ¿a5,

81
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

entonces ^.c2. En tal caso sería más di­ Sxf3 31 «¿xíS Wf6+ 32 <£g2 Wf2+ 33
fícil para las negras ocupar la casilla <¿?hl Wf3+, y mate en tres jugadas”
d4” (Vasiukov, Nikitin). (Chigorin).
11 ... d4! 28 ... £h4 29 £bl h5! 30 a3 hxg4 31
Conquistando espacio. hxg4 Wg5!

12 g4 Wd6 13 £ld2 Con la mortal amenaza 32 ... Sxf3! 33


Sxf3 Wxg4+.
Después de 13 £ig3, era posible 13 ...
Wc5, forzando la captura en d4. 32 <¿>h3

13 ... .íked 14 cxd4 Es malo 32 Acl <5hd4! 33 Axf4 Sxf4 34


Wb2 £xf3 35 &hl Wxg4 36 Wg2 Who,
“Si 14 0-0, era posible la inmediata 14 ... Y las blancas están perdidas.
h5, o quizá antes 14 ... 2ad8. La situa­
ción de las blancas, en todo caso, es res­ 32 ... S8f7! 33 Sel
tringida” (Chigorin). O bien 33 &cl Sh7! 34 ±xf4 £.'g3+! 35
14 ... <£xd4 15 £lxd4 Wxd4 16 £f3 <¿>g2 Sh2+ 36 <¿>gl Wxf4 - +. La debili­
Wb4+ 17 <á?fl Wd6 18 b3 dad de las casillas negras y la mala si­
tuación de sus piezas, hace que la posi­
La ventaja está ya del lado de las ne­
ción de las blancas sea desesperada.
gras, por ejemplo: 18 d4?l -&c4 19 Ad3
&xd3 20 Wxd3 &d7 21 d5 c6!, etc. 33 ... Wh6 34 si?g2 Sh7
18 ... c5 19 .áb2 Amenaza Ael!

53
35 Shl

54

19 ... £d7!
Inicio de una maniobra profunda, clá­
sica y a la vez moderna: el caballo se di­ 35 ... Sxf3!l
rige a la casilla d4. Las negras amena­
zan, de paso, 20... f5! “Un golpe de mano magistral por su
profundidad y belleza” (Steinitz). “Una
20 Cig5 £¡b8! 21 £xe6 fxe6!
jugada sólo concebible en un gran
Abriendo la columna f, como procedi­ maestro” (Gunsberg). ¡Ciertamente, es
miento de ataque “de libro” en este ti­ muy espectacular!
po de posiciones. La ventaja negra se
36 Wxf3
incrementa.
22 ^g2 Sa7 23 Shfl Saf7 24 f3 £c6 25 “Después de 36 Sxh4, sigue 36 ...
Wd2 Sf4 26 Sadl We7 27 Wel Af6 28 Sg3+! 37 <á?xg3 Wxh4+ 38 <á?f3 Wh3+
We2 39 <¿?f2 2f7+ 40 ^el! Wg3+ 41 ■é’dl
Sf2, ganando la dama” (Chigorin).
“Después de 28 ^.cl Ah4 29 Wc3 (29 Por otra parte, también hubiera basta­
We2 2id4), seguiría 29 ... Sxf3! 30 Sxf3 do con 36 ... Wxh4 37 <¿>x£3 Wh3+ 38

82
Whilhelm I

á?f2 Wh2+ 39 «á?el Bg3+ 40 <¿>dl Ehl+ Chigorin tuvo un buen comienzo, do­
41 <á?d2 Sh2-+. minando el marcador después de siete
partidas. Luego sufrió tres derrotas
36 ... Wd2+ 37 <á?gl Jlf2+ consecutivas, recuperó un punto, pero,
Una jugada impresionante, pero tam­ de nuevo perdió otras tres partidas se­
bién era posible 37 5kl4!? 38 -&xd4 guidas, y todo había terminado. Stei-
Af2+. nitz ganó por 10,5-6,5.
He aquí lo que escribió el campeón
38 <£fl
del mundo inmediatamente después
38 Wxf2 Exhl+ 39 &g2 Sh2+. de finalizado el encuentro:
38... £d4! “Fue un match entre un viejo maes­
tro de la joven escuela y un joven maes­
El último golpe, con el tema de la so­ tro de la vieja escuela, y ganó la joven
brecarga. escuela, a pesar de la edad de su repre­
39 £xd4 ^xcl+ 40 <á?e2 Exhl 41 &xf2 sentante. El joven maestro de la vieja es­
^xbl 42 g5 Wfl+ cuela sacrificó peones y piezas. El viejo
maestro de la joven escuela llegó aún
Las blancas se rindieron. más lejos: sacrificó partidas enteras, pa­
Una partida espléndida y completa, ra demostrar lo que entendía por funda­
“la perla del encuentro”, como la califi­ dos principios posicionales. Creo que
caron los comentaristas. debe admitirse que pagué un alto pre­
Chigorin le ganó a Gunsberg buen cio por mis experimentos, por llevarlos
número de partidas espectaculares (la a cabo en una feroz lucha ajedrecística
6a, la 20a), que también representaron bajo la presión de un tiempo limitado, y
un paso adelante en el desarrollo del también sin una comprobación previa
ajedrez. Pero, curiosamente, su encuen­ en la práctica. Por consiguiente, mis
tro finalizó en empate. De un fenómeno aventuras defensivas contra el Gambito
como Chigorin se dijo que podía jugar, Evans me costaron, como mínimo, cin­
en conjunto, de forma más interesante, co de las siete partidas perdidas. Pero es­
con más intensidad y más fuerza que su toy satisfecho por el hecho de que, a pe­
oponente, pero que su incierto trata­ sar de todo, logré ganar cuatro partidas
miento de un tipo de posiciones y algu­ y hacer tablas en otra (aquí debe haber in­
nas omisiones lamentables habían redu­ cluido las partidas en consulta posteriores al
cido a la nada su superioridad. match: G. K.), lo que no es un éxito insig­
Ese era el principal oponente del nificante, si se tiene en cuenta la nove­
campeón mundial a finales de la déca­ dad y la dificultad del experimento”.
da de 1880 y principios de los noventa. Empleando ejemplos del match, me
“Sobresale claramente de las filas de los gustaría confirmar la validez de las pa­
maestros del siglo XIX, se trata de una labras de Steinitz y su asombrosa obsti­
figura especial”, pensaba Alekhine. “El nación al jugar con las piezas negras.
talento de Chigorin es enorme y es po­
sible que se trate de un auténtico ge­
nio. A veces, la profundidad de sus
ideas parece inaccesible para los sim­ 22
ples mortales”. M. Chigorin-W. Steinitz
La Habana 1889
Campeonato Mundial, 17a partida
Bajo el sol de Cuba Gambito Evans (C52)
El primer match Steinitz-Chigorin
(La Habana 1889) se jugó al mejor de 1 e4 e5 2 £if3 ^c6 3 ±c4 &c5 4 b4
20 partidas y fue extremadamente dis­ Jlxb4 5 c3 £.a5
putado: sólo se produjeron unas tablas, Es bueno al menos, no haya juga­
y bien sangrientas, en la última partida. do 5 ... JtfB?! 6 d4 ^e7?l 7 0-0 d6 8 Wb3

83
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES PREDECESORES

g6 9 dxe5 dxe5 10 Sdl ^.h6 11 £>bd2! 9 ... Ab6 10 ^.§5 W6 11 £a3 c6


Wf6 12 Jta3 &ge7 13 &d5!, con una 11 ... f6?! 12 2>b5.
muerte agónica en 41 jugadas (Chigo-
rin-Steinitz, Viena 1882). 12 Sadl Wb8
6 0-0 Si 12 ... fó, 13 dxc6 Wxc6 14 £b5!
Antes de Lasker no se sabía que es más 13 £xe7 Sé?xe7 14 d6+ <¿?f8 15 Wl!
fuerte 6 d4! En la 15a partida siguió 15 £)xe5?!,
6 ... Wf6?I cuando es posible 15 ... ^.c5. Ahora las
blancas tienen una compensación su­
6... d6 7 d4 £b6! (véase partida núm. 43). perlativa por el peón y, lo que es más
7 d4 £jge7 importante, ¡Chigorin se encuentra en
su elemento!
Una defensa rebuscada, que Steinitz
consideraba “en principio, correcta y 15 ... f6 16 £b3 g6 17 £c4 <¿?g7 18 a4
fundada”, e incluso calificó de “la me­ £)f7 19 £xb6 axb6 20 &xf7! <á?xf7
jor”, pero que, por alguna razón, no
volvió a emplear más que en un solo
caso.
8d5!
En la primera partida Steinitz perdió
tras 8 4&g5?!, pero no a causa de la
apertura. Mencionemos el “caso” aludi­
do: 8 Wa4?I £b6 9 £g5 Wd6 10 &a3
exd4 11 £>b5 ^g6 12 cxd4 a6 13 d5
¿Leo 14 £xe5 Wxg5 15 £)E3 Wh6 16
^.b3 0-0 17 Sacl c6 18 &bd4 c5 19 <&e2
d6, y las negras acabaron ganando
(Gunsberg-Steinitz, match 1890/91,
18a partida). 21 £xe5+!
8 ... £d8 9 Wa4! ¡Un brillante golpe!
Menos exacto es 9 &g5 Wd6 10 Wa4, lo 21... <é>g7
que el campeón del mundo sólo pudo Si 21 ... fxe5, sigue 22 f4!, con apertura
demostrar tras sufrir dos derrotas: decisiva de la columna f.
1) 10 ... £b6?! 11 £a3 Wg6 12 jLxe7 22 £ic4 b5 23 axb5 Wa7 24 b6 Wa4 25
<á?xe7 13 £xe5 Wf6 14 &£3 Wxc3 15 e5 ^c5 Se8 26 f3
c6 16 d6+ <é>f8 17 &b3! h6 18 Wh4 g5
19 Wh5 Wd3 20 Sadll (7a parada). Teniendo en cuenta el alfil encerrado
de c8, Chigorin debía haberse impues­
2) 10 ... b6?l 11 £a3 a6 12 ^.d3! Axc3 to fácilmente, más tarde casi estuvo a
13 Sabl! &b7 (13 ... Wg6 14 ^xe7 punto de perder (¡tales baches forma­
&xe7 15 ^c4) 14 &c4 Wc5 (14 ... ^g6 ban parte del nivel de juego de la épo­
15 _&xe7 «¿xe? 16 Wa3+) 15 &e3, etc. ca!), pero en última instancia los con­
(11a partida). tendientes, “agotados por el sol
3) 10 ... f5! (el camino correcto) 11 habanero” firmaron tablas en 71 juga­
_&cl Abó 12 ^a3 c6 13 Ab3 (13 ttdll?) das. Esta fue la última partida.
13 ... J¿c5, con buen juego. En caso de Una estadística objetiva muestra que
14 Sdl, sigue 14 ... b5 15 Wa5 £b7 16 la victoria de Steinitz en el match se
Í?a6 £ld8 = (13a partida). Sin embargo, debió a su abrumador resultado con
las negras evitaron la repetición de ju­ blancas (+7 -1), que consiguió con
gadas y... ¡una vez más perdieron! ayuda de la rigurosa 1 £>f3 ¡Mensaje a

84
Whilhelm I

Kramnik!, y después de 1 ... d5 2 d4 forma dejugar la apertura indignaba a


&g4 3 ¿Le5 .&h5 4 Wd3 Wc8 5 c4 (2a Chigorin, que invitó a Steinitz a jugar
partida); 3 c4! ^.xf3?l 4 gxf3 (4a y 6a un miniencuentro a dos partidas por
partidas). 3 ... £>c6 4 e3 e5 5 Wb3! telégrafo, con estas variantes de aper­
&xf3 6 gx£3 (10a y 14a partidas). Y 4 ... tura con un control de tiempo de tres
e6 5 £)c3 _&b4 6 Ád2 £>ge7 7 ^.d3 Jtfó días por jugada y un período de des­
8 £xfi> &xf5 9 cxd5 exd5 10 ^b3 canso durante el match por la corona
£xc3 11 ±xc3 Hb8 12 0-0 0-0 13 Sacl con Gusberg.
(12a partida). La teoría de la original Steinitz, como siempre, aceptó el
Defensa Chigorin (véase partida núm. desafío, pero todo terminó mal para
31) había hecho sus primeros, aunque él. En primer lugar, la policía de Nue­
tímidos pasos. va York, al enterarse del sospechoso
código telegráfico, lo arrestó como es­
El maestro anglo-húngaro Isidor pía ruso (aunque el maestro fue pues­
Gunsberg (1854-1930) estaba conside­ to en libertad al día siguiente), y en se­
rado otro serio aspirante a la corona gundo lugar, ¡Chigorin ganó ambas
mundial. Gunsberg había ganado los partidas brillantemente! Veamos la
torneos de Hamburgo 1885 y Bradford apabullante derrota que le infligió al
1888. Después de haber empatado un campeón en el Gambito Evans.
match crucial con Chigorin (La Haba­
na 1890), retó a Steinitz, y once meses
más tarde ambos se enfrentaron por el
campeonato del mundo (Nueva York 23
1890/91). El encuentro se jugó al me­ M. Chígorin-W. Steinitz
jor de 20 partidas, y el campeón de Match por telégrafo 1890/91, Ia partida
nuevo consejó su título, ganando por Gambito Evans (C52)
10,5-8,5. El aspirante no amenazó se­
riamente su trono, pero demostró ser I e4 e5 2 £tf3 <£c6 3 £c4 £c5 4 b4
un sólido jugador posicional. Como es­ £xb4 5 c3 £a5 6 0-0 TO?!
cribiría más tarde Tarrasch, “Gunsberg 6 ... d6!
fue el primero de los oponentes de
Steinitz en luchar contra éste con sus 7 d4
propias armas”. En el match de 1889, Steinitz habíaju-
Un año antes se había publicado, gado 7 ... ¿Lge7 (partida núm. 22) y,
en Nueva York, el primer tomo de la contra Gunsberg, 7 ... h6 no resultó
famosa guía de aperturas de Steinitz, mejor como experimento.
The Modem Chess Instructor, que tam­ 8 £g5 ^d6
bién incluía un artículo temático, The
Modem School and its Tendencies (extrac­ Si 8 ... Wg6, 9 d5 ^b8 10 áxh6 TO 6
tos de este manual se publicaban regu­ II £Lxe5 0-0 12 d6 £lc6, Vasíukov y Ni­
larmente en las revistas rusas de aje­ kitin recomiendan 13 £ig4! '^g6 14
drez) . En el Instructor se afirmaba que Sel, con la iniciativa.
la mejor defensa en el Gambito Evans, 9 d5 2>d8 10 Wa4 £b6 11 £a3 c6
después de 1 e4 e5 2 4}f3 íic6 3 ^.c4
11 ... 0-0 12 £d3! ^g6 13 £c4, etc.
JLc5 4 b4 ^.xb4 5 c3 ^.ao 6 0-0, era 6 ...
7 d4 £)h6!?, y que la mejor retira­ 12&e2!
da, en la Defensa Dos Caballos, des­ Sutil maniobra: el alfil cede su puesto
pués de 1 e4 e5 2 £)f3 £>c6 3 &c4 £}f6 al caballo.
4 £}g5 d5 5 exd5 £ia5 6 4tb5+ c6 7
dxc6 bxc6 8 Ae2 h6, era 9 £ih3!? Por 12... £c7
cierto que, tres cuartos de siglo más O bien 12 ... Ac5 13 &c4 TO 14 £.xd8
tarde, Fischer se mostró de acuerdo «á?xd8 (14 ... b5 15 'Baó bxc4 16 dxc6)
con esta última afirmación, pero esa 15 £jfxe5 f6 16 dxc6!, etc.

85
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

13 £c4 Wf8 tida cuya velocidad de juego es de ‘ tres


días por jugada”.
¡Típico de Steinitz! Ciertamente, tam­
poco eran buenas 13 ... Wc5 14 d6l 57
^.b8 (14 ... &xd6 15 J&e3) 15 ^.e3 Wb5
16 Wc2, con la amenaza Cib6, ni 13 ...
Wg6 14 &xd8 &xd8 15 £>fxe5 W6 16
Ba3 Jte7 17 d6.

17 Acl!
“Maravilloso. Esta jugada, en conjun­
ción con la 12a y la 14a de las blancas,
lleva el sello del genio” (Steinitz).
17.. .£g8 18 &a3
14 d6! Con la amenaza 19 @xb8.
Y esto es típico de Chigorin. 18.. . c5 19 Sadl! £f6
14 ... Jtxd6 Si 19 ... Jlc7, Chigorin hubiera jugado
20 &b5 <£jf6 21 £d5 &d6 22 2>h4!
Naturalmente, si 14 ... Ab8, 15 ^.e7!, o £>xd5 23 Sxd5 Ac7 24 2Ú5 g6 25 Sfdl
bien 14 ... b5 15 dxc7 £ib7 16 '^b3, las gxfo 26 Sxd7 Axd7 27 Sxd7 ^h6 28
negras desaparecen del mapa (16 ... &xc5! &xc5 29 ^xc5 Wcl+ 30 Sdl++!
<£c5 17 Wb4 bxc4 18^08!
20 £c4 £c7
15 ¿£b6 Sb8 16 iZxa7
No servía 20 ... &xe4 21 £ixc8 Sxc8 22
Es sintomático que el campeón tuviese Wxb7 Sc6 23 £ixe5, ni tampoco 20 ...
la audacia de jugar esta variante en su Í?e7 21 Axe6 fxe6 22 £>c4 Ac7 23
match por el campeonato mundial .&xc5 y 24 £)d6+.
contra Gunsberg (Nueva York 1890/ 21 <£d5! Jtd6 22 £h4! £)xd5 23 £tf5!
91). Entonces, cuando en la 12a partida g6 24 £>xd6+ Wxd6 25 £.xd5 Wc7 26
Gunsberg planteó por primera vez el Axe6 fxe6 27 &xc5 Sa8 28 ^xa8 Wxc5
Gambito Evans, Steinitz jugó inespera­ 29 Wa4 <¿>d8 30 Sd2 <á?c7 31 Sbl!
damente 6 ... Wf6?!, preguntándose:
“¿Por qué no iba a jugar esta defensa, si Las blancas materializan con precisión
resistió contra Chigorin?” Gunsberg le su calidad de ventaja.
respondió: “¡Claro que no estaba usted 31 ... Sd8
obligado, pero el público espera que
defienda sus propias teorías!”. 31 ... d6 32 Sb4!,etc.

Después de 16 ... £ig4 17 £lh4! 4de6 18 32 Sb5! Wc6 33 Wb4 d6 34 a4! We8
&xg4 £)xg5 19 4bf5 £e6 20 Sfdl! Ac7 34 ... £d7 35 Sxd6!
21 &a8! Sxa8 22 Wxa8 <á?d8 23 Sxd7+! 35 Sb6 Wf8 36 Wa5 d5
*^xd7 24 Sdl+, y las negras pierden
con estruendo. 36 ... <£b8 37 c4.
La continuación 16 ... £>e6 parece bas­ 37 exd5 &b8 38 d6
tante más sólida, pero no para una par­ Las negras se rindieron.

86
Whilhelm I

La segunda partida se convirtió en envió a su adversario, poco después de


una de las más notables de la historia finalizado el match telegráfico: “Los
del ajedrez. Chigorin jugó con negras verdaderos amantes del ajedrez deben
con la misma inexorable consistencia estarle agradecidos por el interés que
de la primera partida, desplegó un continuamente suscita usted con sus in­
tremendo ataque al rey y concluyó el novaciones y por su aversión al juego
asunto con un inesperado y espec­ ruünario. Como usted sabe, no com­
tacular sacrificio de dama. “Las parti­ parto del todo sus teorías y principios,
das por telégrafo me produjeron una lo que, sin embargo, no me impide
honda impresión,” recordaría el cam­ apreciarlos”.
peón mundial Lasker muchos años La batalla telegráfica provocó, en
después. “Aplastar de ese modo a Stei- muchos países, un aumento sin prece­
nitz me parecía increíble”. dentes en la popularidad del ajedrez.
Al admitir que su oponente había De nuevo, volvió a plantearse la cues­
merecido la victoria, Steinitz escribió: tión de cuál de los dos era el jugador
“No acepto mi derrota como una evi­ más fuerte del mundo. La Sociedad
dencia concluyente contra la aplica­ Ajedrecística de San Petersburgo y el
ción de mis teorías en las dos posicio­ Club de Ajedrez de La Habana cursa­
nes disputadas, y menos aún como ron sendas ofertas para organizar un
pruebas contra las doctrinas de la es­ nuevo Steinitz-Chigorin, por el cam­
cuela moderna. La táctica del maestro peonato del mundo. La elección de
ruso me pareció mostrar una conver­ sede se dejó en manos del campeón,
sión hacia las nuevas ideas o, en cual­ quien eligió La Habana.
quier caso, que los principios moder­ El encuentro comenzó el Io de
nos han repercutido en su estilo, lo enero de 1892 en el lujoso edificio del
mismo que sobre la mayoría de juga­ Centro Asturiano. En esta ocasión el
dores de la nueva generación. Jugadas vencedor seria el primero en ganar
como la 12a, 17a y 18a en el Gambito diez partidas, y en caso de empate 9-9,
Evans llevan el sello inconfundible de tres más. La bolsa (2.000 dólares) y el
la escuela moderna. Fue una lucha control de tiempo duplicaban el del
lenta por dominar la posición, en la Steinitz-Zukertort. El campeón estaba
que el maestro ruso ganó terreno apli­ ahora cercano a los 56 años, y anunció
cando los principios aprobados en el que posiblemente se tratase de su últi­
moderno combate de ajedrez”. mo match...
Pero el propio Mijail Ivanovich no En la primera partida el aspirante
consideraba que perteneciese ni a la jugó, como de costumbre, 1 e4, y ¡el
vieja ni a la nueva escuela, explicando mundo pudo presenciar otra “parada
que “los genios como Morphy y An- del Capitán Evans!”.
derssen no requerían un entendimien­
to abstracto,” y que él, Chigorin, a me­
nudo “se guiaba no por conocimientos
teóricos abstractos, acerca de la fuerza 24
relativa de las piezas, etc., sino única­ M. Chigorin-W. Steinitz
mente por los hechos que le parecían La Habana 1892
correctos, tras un minucioso y -en la Campeonato Mundial, Match, 1a partida
medida de lo posible- preciso análisis. Gambito Evans (C52)
Cada jugada mía es una conclusión fac­
tible a partir de un número de varian­ 1 e4 e5 2 £f3 2ic6 3 ^.c4 ±c5 4 b4
tes, en cuyo análisis los principios del jue­ &xb4 5 c3 &a5 6 0-0
go teóricos sólo tenían una reducida 6d4!
significación”. No obstante, Chigorin
tenía un profundo respeto por Steinitz, 6 ... d6’
como resulta evidente por la carta que Dejando de lado 6 ... Wf6?I
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES PREDECESORES

7 d4 Jlg4 14 ... a6 15 TO’; 14 ... a5 15 £xb6 cxb6


16 TO &c817d5.
Lo mejor es la propuesta de Lasker, 7 ...
&b6 (partida núm. 43), pero ni más ni 15e5!d5
menos esperanzadora que 7 ... -&d7 8 No es bueno 15 ... dxe5 16 dxe5! Wxdl
Wb3 TO 9 dxe5 dxe5 10 Sdl h6 (7a y 9a 17 Saxdl 0-0 18 Sd7, o bien 15 ... &c7
partidas). Ambos rivales también ensa­ 16 exd6 Axd6 17 4&xd6+ Wxd6 18 Jka3 y
yaron 7 ... exd4 8 cxd4 -&b6 9 &c3 £ia5 19 Sel.
10 &g5 fb 11 Af4 £xc4 12 Wa4+ Wd7 13
^xc4 W7 14 £id5!, con peligroso ata­ 16 £d6+ TO 17 &a3 <á?g8 18 Sbl!
que (Londres 1883) y 8 ... £jf6 9 e5 dxe5 &hf5?!
10 Jla3 Jle6 11 &b5 ^d5 12 Wa4, con la En caso de 18 ... ^c8, sigue 19 a5! £)xd6
iniciativa (Hastings 1895, San Petersbur- 20 exd6 &xa5 21 £e5 TO 22 d7 TO 23
go 1895/96). Wh5 &b6 24 Sfel pero más tenaz
era 18 ... Sb8.

Más tarde Chigorin tuvo éxito en dos


ocasiones con 8 ^a4, aunque después
de 8 ... exd4 9 cxd4 a6! (15a partida), o
bien 8 ... ^.xf3 9 gxf3 exd4 10 cxd4 (17a
partida) 10 ... Wf6!, las negras no debe­
rían tener problemas especíales de
apertura.
8 ... exd4 9 cxd4 lLd7 10 ^.b2

58

19£xf7!
Más valiente que 19 a5; este sacrificio de
caballo fue publicado en la prensa de to­
do el mundo.
19 ... TO7 20 e6+ <£xe6 21 &e5 TO
O bien 21 ... We8 22 Sel TO 23
¿xe7+!, etc.
22 Sel ®f6 23 Wh5! g6
10... £ce7? 23 ... £>g6 24 g4!

¡A qué precio consigue llegar Steinitz a 24 &xe7+ <&x.e7


la verdad ajedrecística! Lo preciso, por No, desde luego, 24 ... £)xe7?, por 25
supuesto, es 10 ... £)f6! 11 £}a3, y aquí Wh4+ g5 26 £}g4+ TO 27 Wxg5.
no 11 ... 0-0 12 d5 £e7, ó 12 ... £b8,
con lo que las negras consiguieron ta­ 25 £xg6+ TO 26 £>xh8 £xd4
blas en la 3a y 5a partidas, sino 11 ... Lamentablemente, no es posible 26 ...
&xe4! 12 d5 &e7 13 Wa4 ±c3! 14 Sabl Wxh8, por 27 Se5 Wc8 28 g4, ni 26 ...
J¡Lxb2 15 Sxb2 £}c5, que incluso les re­ Wd7, por 27 Sb3! Sxh8 28 Sf3 Sg8 29
portó una decisiva ventaja material Se5 Sg5 30 Wh6+ Sg6 31 Sexf5± Wxf5
(13a partida). 32 TO+.
11 -&xd7+ Wxd7 12 <£a3! &hfí 13 &c4 27 Sb3 Wd7 28 2f3 Sxh8 29 g4 Sg8 30
&b6 14 a4! c6 Wh6+ S§6 31SXÍ5+

88
VVHILHEL.M 1

Las negras se rindieron, en vista de que £d7 6 jla4 g6 7 £bd2 ág7 8 £c4 0-0
OO
... Wxf5, sigue 32 ^Í8+. 9 £e3 2>e7 10 £b3 c6, y después de
11 h4I ^c7 12 ^g5 d5 13 f3! 2ad8
De nuevo, una horrible derrota. Pe­
(13 ... h6l?) 14 g4! dxe4 15 fxe4 h6?l
ro, afortunadamente para el campeón,
16 W3! £e8 17 £c2 £d7 18 £h3
tras esta partida consiguió cierto respi­
ro, en forma de dos tablas, de modo
£jc5 19 2>f2 b5 20 g5 h5 21 2)f5!
gxf5?! (21 ... 2>e6) 22 exf5 f6 23 g6
que al llegar a la cuarta había recu­
£ixg6 24 fxg6 ^.xg6 25 Sgl e4? (25 ...
perado su equilibrio mental. ¡Ese día
^.xd3!: Chigorin) 26 dxe4 ^h7 27
el mundo del ajedrez podría ver en
acción al verdadero Steinitz! 2xg6! <á?xg6 28 Wf5+ <á?f7 29 ^xh5+
<¿^8 30 Wxc5, y las blancas ganaron
Conforme a sus enseñanzas, un ata­ poco después. ¡Una excelente victoria!
que de flanco debe neutralizarse con
una reacción en el centro, de modo 6 £bd2 &g7 7 ^fl 0-0 8 £a4
que tal ataque sólo puede tener éxito
Protegiendo el alfil (como ya había
si el centro está cerrado o bien contro­ hecho Anderssen. Véase partida núm.
lado. Steinitz se encargaría de demos­
13). En la segunda partida siguió 8
trar esta tesis en la siguiente partida,
£ie3 d5!, y entonces 9 Wc2. En caso
cuya gran profundidad no radica en el de 8 ^e2, Steinitz sugirió 8 ... ^.d7 9
bonito ataque concluyente, sino en el
j¿La4?! £id4! 10 cxd4 ^.xa4 11 dxe5
punto en que surgió el ataque, en su
dxe5 12 £ixe5 ^.b5, con excelente
origen. Aquí es donde se puso de re­
juego.
lieve la diferencia entre los dos opo­
nentes en el entendimiento de la posi­ 8 ... £d7?!
ción. Por supuesto, Chigorin estaba
Un momento importante de la aper­
más “avanzado” que Zukertort, y juga­
tura y las negras se muestran indeci­
ba un ajedrez a más amplia escala, ¡pe­
sas. “La idea es llevar este caballo a c5
ro tampoco él podía competir con
y luego a e6, entorpeciendo el inme­
Steinitz en el juego positional! Se tra­
diato avance d3-d4, y llevar a cabo, de
ta de una admirable partida, inexpli­
paso, la (irrealizable) ruptura f7-f5”
cable para el siglo XIX: Steinitz pare­
(Chigorin). ¡Plenamente en el espíri­
cía maniobrar en sus tres primeras
tu de la nueva escuela! Aunque era
filas, pero en todas partes las cosas ro­
más sencillo 8 ... d5!? 9 We2 (es des­
daban mal para las negras. En una po­
ventajoso 9 JLxc6?! bxc6 10 £>xe5
sición tranquila, semicerrada, sus pro­
’^e8 11 f4 dxe4, etc.) 9 ... '^d6 10
blemas se fueron agrandando como
una bola de nieve... &c2 b6 (10 ... Jte6I?) 11 £jg3 Aa6 12
0-0 dxe4 13 &xe4 £ixe4 14 Wxe4
-&b7, con igualdad, como sucedió en
la 14a partida.
25 Es interesante la propuesta 8 ... a6. Por
W. Steinitz-M. Chigorin ejemplo: 9 £ie3 b5 10 Ab3 £}a5 11 Ac2
La Habana 1892 d5 = (Euwe), o bien 9 &g3 b5 10 Ab3
Campeonato Mundial, Match, 4a partida d5 11 We2 Se8 12 0-0 Ab7 = (Reres).
Apertura Española (C65) En una palabra, las blancas no dispo­
nen de nada especial e incluso se hallan
1 e4 e5 2 £f3 £>c6 3 &b5 ^f6 4 d3 un tanto retrasadas en desarrollo. Por
Renunciando otra parte, hay matices en la posición
toda pretensión de que causan a Chigorin cierta incomodi­
ventaja en la apertura.
dad, porque no es capaz de iniciar una
4 ... d6 5 c3 g6 batalla táctica concreta. ¡Y Steinitz ex­
En el match Steinitz-Lasker (EEUU/ plotará sutilmente este factor!
Canadá 1894, 2a partida) siguió 5 ... 9 £e3 £c5

89
Gary Kasparov - Mis ceñíales predecesores

“Era recomendable 9 ... £5, y si 10 b4, f5. Las consecuencias de este contraa­
entonces 10 ... f4 11 £ld5 g5, con jue­ taque son muy difíciles de prever. He
go complicado. Sin embargo, des­ aquí las inmediatas: 12 h5 f4 13 &d5
pués de 10 exf5 gxf5 11 £}d5, las pro­ g5 14 h6 ±f6 15 ¿b3 <á>h8, o bien 12
babilidades favorecen a las blancas” exf5 gxf5 13 <&d5 &e7 14 £}xe7+
(Neishtadt). Wxe7 15 £g5 h6 (15 ... We8!?)” (Chi­
gorin).
10 ±c2 &e6
No servía la inmediata 10 ... fo, a cau­ “En realidad, 11 ... f5 era, como míni­
sa de 11 exf5 gxf5 12 d4! Ahora pa­ mo, arriesgado. Después de 12 exf5
rece difícil que las blancas puedan gxfo, las blancas deben jugar 13 d4!,
emprender nada activo, mientras que con excelentes perspectivas de ata­
las negras preparan f7-f5, o que” (Neishtadt). El análisis ha re­
quizá £}e7 y d6-d5. frendado esta evaluación como co­
rrecta.
12 h5 ¿5
Pero no 12 ... g5?! 13 h6!
13 hxg6 fxg6?
Es probable que éste sea ya un error
decisivo: de repente se reaviva el alfil
“español” taponado en c2. Por otra
parte, lo correcto era, por supuesto,
13 ... hxgó (¡hacia el centro!), como
inicialmente quería jugar Chigorin.
En este caso, como él mismo dijo, “las
11 h4! negras habrían podido llevar su rey a
lugar seguro”: 14 exd5 £}xd5 15
“En general, esto no tiene por qué re­
<£xd5 Wxd5 16 &h6 &xh6 17 Sxh6
sultar peligroso en la primera fase de tá’g7 18 Wd2 £jf4. Aunque es más
la partida, pero en este caso concreto
fuerte 14 We2!, seguido de &d2 y 0-0-0,
percibí un punto débil en el flanco de
con la iniciativa, pero se trata de una
rey enemigo y no puedo ignorarlo,
posición muy aguda, y falta mucho
pues, a pesar de mi edad, sigo siendo
para poder evaluarla como claramen­
capaz de morder” (Steinitz).
te ventajosa para las blancas. El juego
Creo que esta jugada debió sorpren­ podría haber seguido las líneas de la
der a Chigorin: ¿cómo es posible que partida con Lasker, mencionada en
las blancas estén pensando en atacar? las notas a la quinta jugada negra.
Steinitz debería ser castigado por ello,
pero ¿cómo? Mijail Ivanovich decidió 14 exd5! £xd5 15 2>xd5 fcd5 16
responder (¡según las reglas clásicas!) &b3 ^c6 17 ^e2
con un contragolpe central, aunque Impidiendo el avance e5-e4. Poco a
en esta posición resulta ser un palo de poco, entran en escena los factores
ciego, porque el centro blanco está posicionales a largo plazo, de los que
sólidamente fortificado. Chigorin ni siquiera era consciente.
11 ... ¿Le7 Resulta que los defectos crónicos de
Es dudoso 11 ... h6?l 12 h5 g5 (Ma­ la posición negra en especial la debi­
lidad de su rey ya no pueden ser erra­
son), debido a 13 5}f5 y d3-d4!, con dicados.
ventaja blanca.
“Sólo lamento que, a mi vez, yo no me 17 ... £d7
haya decidido a morder, jugando 11 ... Chigorin se lamentaba más tarde de no

90
Whilhelm 1

haber jugado 17 ... a5, señalando la lí­ agradable elección entre 21 &g5 h6 22
nea 18 a4! (18 .áh6 áxh6 19 2xh6 a4, W+ <á>h7 23 d4! Wxg2 24 ^xg2 2lxg2
etc.) 18 ... Wb6 19 £xe6+(?) £xe6 20 25 ^xh6! (Ravinsky) y la inmediata 21
£>g5 jLf5 21 £ixh7 2fd8. Sin embargo, d4! £g4 (21 ... exd4 22 Sxd4!) 22 £g5
Neishtadt recomienda 19 ^c2 y ^.e3, h6 23 Í3 (Neishtadt).
aunque yo prefiero 19 ^.c4!, con evi­
dente ventaja. 21 d4l exd4

18áe3 Obligado, ante la amenaza d4-d5.

No tiene sentido jugar 18 £>xe5? Wxg2 22 £)xd4 £xd4


19 <£xd7 Wxhl+ 20 ^d2 <á?h8 21 £xe6 Seguramente este cambio de alfil pare­
eh2 22 &xf8 2xf8 =. ce un suicidio. Pero 22 ... £ixd4? aún
18 ... ^h8 era peor, en vista de 23 Sxh7+! <¿>xh7
24 Whl+, mientras que a 22 ... Wa6 se­
Steinitz recomendaba 18 ... 3f7 19 0-0-0 guiría 23 Jlc4 Wa8 24 En este
^.h8, pero después de 20 d4!, la posi­ momento Neishtadt, como mal menor,
ción negra no es envidiable. recomienda 22 ... We4 23 Jtc2 Wg4 24
19 0-0-0 £3 Wg3 25 £45! (25 £e2 ^e5) 25 ...
gxfo 26 Sxd7, aunque es mejor 24 ...
Supongo que este tardío enroque largo £xd4! 25 Sxd4 ^Ze6, y en mi opinión,
debió haber sido un shock para Chi- la correcta era, por tanto 23 £13! ^c6
gorin: ¡no está mal para una Ruy 24 Wd3 + -.
López!
23 Hxd4!
19 ... 2ae8
Sellando el triunfo estratégico de las
blancas.
61
23 ... £xd4?
Catastrófico. “La jugada 23 ... Se7 hu­
biera impedido el sacrificio de torre,
pero no conseguí ver defensa alguna
tras 24 2dh4. Si 24 ... 2ff7, entonces 25
g3, con la amenaza 26 ^.d4+ 'á’gS 27
'^d3 y 28 ^xg6, contra la cual no hay
defensa” (Chigorín). Era más resisten­
te, sin embargo, 25 ... 'á’gS 26 Wd3
Wb5, aunque, objetivamente, la posi­
20 Wfl! ción negra está perdida.

Preparando el programado avance d3- 62


d4, después del cual el ataque al rey no
se hará esperar.
20 ... a5
“Un movimiento que certifica la per­
plejidad de las negras. Mejor es 20 ...
Sf5 seguido de £f8” (Euwe). Pero, en
mi opinión, con 21 'á’bl las blancas ob­
tendrían una considerable ventaja.
Steinitz y Chigorín pensaban que lo
más lógico era 20 ... ££4, aunque en tal
caso las blancas dispondrían de una 24 Sxh7+!

91
v»ary a.asp«nuv — kuu uc.’im

¡Bonito broche final! Si nos olvida­ pronto llegó a un difícil final. Sin em­
mos de 3 .&b5 y el avance h4-h5xg6, bargo, entonces se produjeron algu­
ésta es la primera jugada con la que nos milagros.
¡as blancas cruzan su demarcación.
¡Un cruce de frontera que lleva al ma­
te inmediato!
26
24 ... £xh7 25 ^hl+ <á?g7 26 &h6+ M. Chigorin-W. Steinitz
<á?f6 27 Wh4+ «£e5 28 Wxd4+ La Habana 1892
Campeonato Mundial, Match, 23a partida
Y ante el mate a la jugada siguiente,
las negras abandonaron.
63
Una partida muy profunda, que
muestra la superioridad de Steinitz so­
bre sus contemporáneos en el entendi­
miento global del ajedrez. Aquí superó
a su oponente fácilmente, de forma ca­
si imperceptible, sin pasar casi de la
tercera fila. Por otra parte, no se trata­
ba de un adversario cualquiera, sino
de uno de los jugadores más sobresa­
lientes de la época, de un verdadero
aspirante al supremo título. ¡Y sin em­
bargo, había sido incapaz de hacer na­
da! Steinitz había jugado como si pu­ 22... h4?
diese adivinar el futuro: su cauteloso Las negras conseguían ventaja sencilla­
plan, con d2-d3, c2-c3, &d2-fl-e3 y mente con 22 ... ^xg3 23 'á’xgS (o bien
Ac2, pasó a constituir el prototipo del 23 hxg3 Se5 24 £>f3, y ahora la manio­
moderno juego de maniobras. bra 24 ... 2b5!, cuando tras 25 b3 2xc3,
Esta dolorosa derrota descorazo­ las blancas tienen una difícil posición)
nó un tanto a Chigorin: tras unas ta­ 23 ... Se2 24 Ef2 h4+ 25 <£f3 Ah5+ 26
blas de respiro, volvió a perder la sex­ g4 ^.xg4+ 27 <&g2 2ce8, etc.
ta partida. Pero entonces extrajo 23 £d6 £)d4?
inspiración y presentó sus credencia­
les al trono, al lograr toda una serie ¡Una decisión muy extraña! Las ne­
de victorias y adelantarse durante gras de pronto entregan pieza, en lu­
mucho tiempo: 5-3 (=4), 7-6... En la gar de seguir luchando con 23 ... Hcd8
18a partida Steinitz consiguió nivelar (también es interesante 23 ... 5c6!?)
el marcador, pero después de la 18a 24 Sfdl (24 Sadi £cl!) 24 ... £h5.
de nuevo se adelantó Chigorin: 8-7. Por ejemplo: 25 &f3 (25 2d2 £}f4!)
En ese momento, según él mismo di­ 25 ... h3 26 gxh3 (26 g3 £gl!) 26 ... Í5
ría, se sintió incapaz de soportar el 27 Sd2 (27 á^c7l?) 27 ... f4, con con­
opresivo calor del trópico y se sintió trajuego.
claramente debilitado (su veterano 24 cxd4 2c2+ 25 <&gl 2ee2 26 Sael!
rival resultó ser más resistente, tal vez
¡Esto no lo había visto Steinitz!
porque había jugado en Cuba en di­
versas ocasiones). Lo cierto es que 26 ... Hxg2+ 27 &hl <£g7 28 Se8!
perdió la 20a y la 22a partidas. Con to­ “Las blancas ganaban, de forma más
do, aún seguía albergando ilusiones precisa, con 28 £e7 Sgf2 29 Sxf2 Sxf2
de ganar el encuentro. 30 Sxb7 h6 31 ‘á’gl”, escribió Chigorin,
La apertura de la 23a partida (un omitiendo la simple 28 ... Sxg5! Tam­
Gambito de Rey) fue increíblemente poco era interesante 28 -á.e5+!? <á>f8 29
mal jugada por el aspirante, que 2gl (o bien 29 £>f3, pero no la variante
92
WHILHELM I

indicada por Steinitz, 29 do? Hxg5 30 32... Sxh2+


d6??, ya que sigue 30 ... Sel!!) 29 ...
2gd2 30 do! 2xd5 31 &xh7+!, o inclu­ Y, debido a 33 ‘á’gl £dg2++, las blancas
so 29 ... Sgf2 30 £xh7+! <¿>g8 31 £f6+ se rindieron. Sin embargo, la fría juga­
<¿>£8 32 d5 + -, “y este peón inclina la da 32 Sxb7 conservaría posibilidades
blanza, pues el alfil negro no puede su­ de victoria para las blancas. “Después
marse al ataque” (V. Lebedev). de 32 ... 2xe6 (32 ... Sxd5? 33 £tf4), se­
guiría 33 dxe6 2xd6 34 e7 ^.e8 35 Sel”
28... f5 (Chigorin). Neishtadt añade las varian­
No, sin embargo, 28 ... Exg5?? 29 jLf8+ tes 32 ... f4 33 Sxf4+ £f5 34 Sfl Sxd5
*á?g8 30 áLh6++. 35 £g7! 2xd6 36 £xío + - y 32 ... h3 33
&f4 2f2 34 £g5+! <£e5 35 Kel+ Hde2
29 <£e6+?! 36 Exe2+ Sxe2 37 sÉ’gl (+-). Aunque
¡Zeitnot! Se ganaba más fácilmente con aquí 37 ... Sg2+ 38 á’fl 'á’xdS 39 &f4+
29 2e7+. Por ejemplo: 29 ... '«’hG (29 ... ^c6 40 Sxa7 Sxg5 prolonga la lucha y,
^f6?? 30 £ie4++) 30 áLf4! ? (la máquina por tanto, es más preciso 34 Sbl! Sxd5
realiza esta jugada, en lugar de la más 35 Sel (amenazando &g5++) 35 ...
normal 30 £ie6 Sxb2 31 Jtf4+ <^>h5 32 Hg2 36 J¡Lg3!, ganando.
h3, con la amenaza £ig7++) 30 ... ‘á’há
31 £xh7 áxh7 32 2xh7+ «á>g6 33 Exb7 Steinitz sugirió 32 ... Ah5l? (con la
Sxb2 34 Sxa7 Sxa2 35 Sxa2 Sxa2 36 amenaza Af3+) 33 Hb3 ^.f7, pero las
d5 +-, o bien 29 ... <á>g8 30 5}e6 f4 31 blancas consiguen ventaja decisiva tan­
£xf4 Sxh2+ 32 <á?gl h3 (32 ... Sxb2 33 to con 34 Ab8, como con 34 ¿Lf4!
JLe5! &f7 34 Ed7 + -) 33 Sfel! (pero 2xh2+ 35 ‘ágl + -. En mi opinión, tam­
no 33 Ae5? £hl+! 34 '¿’xhl .&e4+) bién ganaba 33 Hg7!? ¿Ixe6 (33 ...
33 ... £xb2 34 Sd7 Jtf7 35 Jte5! Jtxa2 Hxd5? 34 £f4) 34 dxe6 &xg7 35 &e5+
36 Af6, tejiendo una red de mate. <á>g8 36 Sxfo h3 37 <á?gl Eg2+ 38 &fl
£g6 39 e7£f7 40 b4 Sg6 41 £d4 + -.
29 ... <É>f6 30 Se7 Ege2!
Así, la puntuación final resultó fa­
Más tenaz que 30 ... 2xb2 31 £jc5 vorable a Steinitz, por +10 -8 =5, que
5xh2+ 32 £xh2 -£xe7 33 d5 + -. conservó el título de campeón del
31 d5 2cd2 mundo. “Es improbable que jamás pue­
da olvidar aquel momento decisivo”,
Aquí Chigorin no se molestó en reali­
zar la jugada secreta, aunque el árbitro escribió en la prensa cubana. “En la
ya preparaba el sobre (pues el control 23a partida había más de un millar de
personas en la sala, y todos comenta­
se realizaba a las 30 jugadas, después de
lo cual la partida se aplazaba). ban el brillante juego de Chigorin. Se
esperaba como inminente la rendición
64 r;;
de Steinitz. De repente, se produjo
una extraordinaria conmoción: los es­
pectadores se pusieron de pie y todos
vieron cómo el maestro ruso, nervioso,
con el rostro transfigurado, se llevó las
manos a la cabeza. Había movido el al­
fil que impedía el mate. ‘¡Qué lásti­
ma!’, repitieron un millar de voces.
¡Cuán frustrante un final así para un
maravilloso encuentro por el campeo­
nato del mundo! Chigorin, de todos
modos, puede sentirse orgulloso: Stei­
32 &b4?? nitz nunca había estado tan cerca de la
derrota como ahora”.
¡Ciertamente, el “descuido del siglo”! Desde luego, fue un encuentro de

93
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

intenso dramatismo, un feroz combate manifestando que estaba ocupado en


entre el Artista y el Científico. Chigorin el ejercicio profesional de la medicina.
probablemente jugó de forma más Por otra parte, se encontraba el jo­
atractiva, pero Steiniz jugó con mayor ven de 24 años Emanuel Lasker. Aún
precisión. El campeón del mundo cali­ no había conseguido éxitos suficientes
ficó su triunfo de “victoria pírrica” y ad­ y, por tanto, Tarrasch rehusó, razona­
mitió: “Sigue siendo un hecho que soy blemente, disputar con él un encuen­
incapaz de combatir con el maestro ru­ tro de candidatos. Aunque el doctor
so con el mismo grado de éxito que ha­ probablemente habría derrotado en­
bía tenido contra los demás grandes tonces al inexperto Lasker y al enfermo
maestros, incluido Zukertort”. Steinitz, prefirió otro camino: ¡desafió
Sin embargo, lo cierto es que ganó a un match al reciente aspirante “nú­
Steinitz. Si hasta cierto punto era un mero uno”, Chigorin!
dogmático posicional, un jugador de El duelo (San Petersburgo, otoño
reglas estrictas, entonces también Chi­ de 1893) merece especial mención,
gorin era un táctico dogmático, un puesto que se convirtió en una especie
amante de la aventura (en este sentido, de batalla por el campeonato mundial,
su seguidor más fiel fue Alekhine, pero no sólo por su formato (ganaría el pri­
ya en otro ciclo superior en el desarro­ mero en lograr 10 victorias, y si se pro­
llo del juego). La teoría de Steinitz es­ ducía empate 9-9, el encuentro sería
taba, después de todo, sólidamente declarado tablas), sino también por la
fundada, ya que servía a distinto tipo riqueza de su contenido ajedrecístico.
de posiciones, y Steinitz derrotó a Chi­ Los contendientes lucharon literal­
gorin sobre todo gracias a su más am­ mente hasta el último peón: ¡en las
plia visión del ajedrez. En “sus” posicio­ nueve primeras partidas y en las seis úl­
nes -con iniciativa, con ataque- Mijail timas no hubo ni unas solas tablas!
Ivanovich era invencible, pero en posi­ La victoria le habría dado a Ta­
ciones “extrañas”, donde había que rrasch todo el derecho a disputar un
descubrir pacientemente el camino co­ match con Steinitz, y el doctor de Nu­
rrecto, cometía errores y era inferior a remberg se puso seriamente manos a la
su rival. En general, todo el tiempo le obra: 1-0, 4-2... Sin embargo, Chigorin
faltaba algo... no tenía intención de ceder terreno, y
menos en su propia casa, y al ganar la
Pasiones en torno al Olimpo séptima y octava partidas, en excelente
estilo, igualó el marcador.
Después de haber defendido Stei­
nitz su título de campeón mundial, el
mundo del ajedrez volvió a plantearse
una pregunta secular: ¿quién sería el si­ 27
guiente aspirante al título? O, más pre­ M. Chigorin-S. Tarrasch
cisamente, teniendo en cuenta la edad San Petersburgo 1893, Match, 8a partida
del campeón, ¿quién sería el próximo Defensa Francesa (C00)
rey del ajedrez?
Entre los candidatos más plausibles 1 e4 e6 2 We2!?
se encontraba el campeón alemán de Con el sello de Chigorin (aunque “ho­
30 años, Doctor Siegbert Tarrasch, que rrible”, según Tarrasch), puesta a prue­
había ganado los importantes torneos ba en el match con el resultado total de
de Breslau (1889), Manchester (1890) +5 -3 =2. Chigorin describió cómo se le
y Dresde (1892), de forma convincen­ ocurrió esta idea por el juego de Stei­
te. Podía haberse enfrentado a Steinitz nitz en una de sus partidas: 1 e4 e5 2
incluso después del torneo de Man­ £i£3 2>c6 3 £b5 2T6 4 d3 d6 5 c3 g6 6
chester, pero declinó la tentadora ofer­ &bd2 £g7 7 £>fl 0-0 8 J¿a4 d5 9 We2!
ta del Club de Ajedrez de La Habana, (La Habana 1892, match, 14a). “De esta

94
Whilhelm I

forma, Steinitz eludió la necesidad de Un profundo juego posicional, caracte­


jugar e4xd5, y eso fue lo que dio lugar a rístico del ajedrez del siglo XX. Chigo-
mi plan inicial g2-g3, Jlg2 y d2-d3, que rin demostró todas las ideas básicas de
más tarde modifiqué”. esta formación con el alfil de rayos x en
g2 y peones simétricos en e4 y e5: res­
Tarrasch consiguió normalmente bue­
tricción del caballo de c6 con c2-c3, ma­
nas posiciones de apertura, anotándo­
niobra del caballo a c4, avance de los
se, por cierto, victorias de libro en la 4a
peones a y b, explotación de las casillas
y 14a partidas, en las que, según sus pro­
d5 y f5... ¡El estilo del futuro! Muchas
pias palabras, “el ataque de las blancas décadas más tarde, el Ataque Indio de
en el flanco de rey es contenido gracias Rey se puso de moda y fue empleado
al contrajuego en el flanco de dama”.
con éxito por Fischer, por ejemplo con­
Pero en general, esta variante, muy si­
tra Ivkov (Santa Monica 1966), Durao
milar a los esquemas de la India de Rey
(Olimpiada de La Habana 1966), Miag-
(que por entonces no eran habituales),
marsuren (Interzonal de Sousse 1967),
encajaba en el original estilo de Chigo-
Panno (Buenos Aires 1970), etc.
rin: en el complicado y oscuro juego re­
sultante podía confundir a su formida­ Debo añadir que, en caso de 2 ... &c6,
ble y lógico oponente, el más destacado es posible 3 f4!? (3 £}c3 e5 - Chigo-
discípulo de la Escuela de Steinitz. rin-Lasker, Londres 1899) 3 ... £id4
(3 ... £}ge7 4 &£3 d5 5 e5... 1-0, Chigo-
rin-Gunsberg, Montecarlo 1902) 4
^d3 c5 5 £if3 &c6 (mejor es 5 ...
£}xf3+) 6 ^e2! Jte7 7 <&c3 d5 8 d3 £T6
9 g3, como jugó Mijail Ivanovich en su
partida contra Rubinstein, aplastándolo
(3er. Campeonato de Rusia, Kiev 1903).
3g3
En la segunda partida siguió 3 £lc3?!
£>c6 4 2if3 a6 5 g3 £id4 6 ^d3 ^b6 7
átg2 £>e7 8 £ixd4 cxd4 9 £ie2 £ic6 10 c3
dxc3! y 11 ... ^.c5, con excelente juego
2 ... c5 de las negras, aunque... ¡acabaron reci­
biendo mate! O bien 3 f4 £}c6 4 d3 &e7
Después Tarrasch jugó 2 ... ^.e7 (véase (4 ... 2ige7!?) 5 £T3 d5 6 &c3 2T6 =
partida núm. 30). También es posible
(Chigorin-Tarrasch, Ostende 1905).
2 ... £c6 (2 ... e5 3 f4!) 3 2tf3 e5 4 c3 <£f6
5 d3 Jte7 6 g3 d5, con equilibrio, pero 3 ... £>c6 4 Ag2
echemos un vistazo a la forma en que el
En la cuarta partida Chigorin jugó
“Ataque Indio de Rey” es ejecutado por
4 2>f3.
Mijail Ivanovich: 7 Ag2 dxe4?l 8 dxe4
Jtd6?l 9 £}bd2 0-0 10 £jc4 ±e6 11 0-0 4... Ae7
£e8 12 b4! a6 13 Sdl ^e7 14 a4! fb 15
b5? (un error fundamental: ahora En la 6a partida las negras lograron la
las negras se encuentran con problemas igualdad con 4 ... &d4 5 ^d3 (5 '^dl
verdaderamente difíciles para la época) d5) 5 ... ^.e7 6 £>c3 Af6 7 £}b5 ¿>xb5 8
16 axb5 axb5 17 £ie3 5b8 18 ^.cl €id8 Wxb5 Wb6! 9 We2 d6 10 £f3 Ad7, pe­
19 Sa7 ^>c6 20 Sa6 £>d8 21 2>d5 Wd7 22 ro en esta ocasión, sin embargo, Ta­
£iel c6 23 2>e3 Wb7 24 Sal £c7 25 £f5! rrasch “no quería repetir las mismas ju­
.&b6 26 JLe3! (¡debilita la casilla c5!) gadas, sino cambiar de rumbo lo antes
26... £xe3 27 Wxe3 Sf7 28 £d3 Ac8? 29 posible”.
$Jxe5 fxe5 30 Sxd8 Ae6 31 £d6 (1-0), Según Botvinnik, también es bueno
Chigorin-Teichmann, Hastings 1895. 4 ... £)ge7 5 £}c3 g6 6 d3 ^.g7, y “no se

95
Gary Kasparov - Mrs geniales predecesores

sabe si la inevitable ruptura de las ne­ 66


gras con d7-d5, les permitirá llevar a ca­
bo un plan caracterídco de las blancas
en la Apertura Inglesa,” y, por otra par­
te, “la jugada ^e2 puede resultar ina­
propiada”.
5 &c3?I
Bloqueando el peón c, pero por enton­
ces los caminos correctos en este siste­
ma apenas empezaban a probarse. Ac­
tualmente se considera más enérgico 5
&Í3 d5 6 d3 &f6 7 0-0 0-0 (7 ... b6?! 8 e5 12... b4
£id7 9 c4!) 8 Sel, o bien 8 e5 (8 ... “Primer error, con serias consecuen­
£d7 9 c4!) 9 c4 2>c7 10 áf4 (Tal-De- cias, como el debilitamiento de la casi­
bamot, Las Palmas 1977). lla c4. Era fundamental 12 ... Wb6 con
juego aceptable” (Tarrasch). Sin em­
Pero he aquí que 8 £ic3 da lugar a un
bargo, en tal caso Chigorin pensaba
nuevo esquema de la Variante Chigo- asumir la iniciativa con 13 axbo axb5 14
rin. Por ejemplo: 8 ... d4 (Tarrasch jugó
e5 £xg2 15 £>xg2 £ig8 (15 ... £>d5?! 16
8 ... a6 en la cuarta partida, mientras
£ixd5 exd5 17 &xd4 cxd4 18 £f4) 16
que Schiffers prefirió 8 ... £>d4 9 Wdl b4! (es confuso 16 £5e4 d5 17 exd6
dxe4 10 dxe4 Wb6, o bien 8 ... dxe4 9 Axd6 18 c3 &Í5 19 b4 &xe3 20 fxe3)
dxe4 eo) 9 £dl e5 10 £el! Wb6 11
16 ... cxb4 17 Wg4, etc.
<á?hl Jlg4 12 f3 -É.d7 13 f4! 2ac8 14 b3
(Chigorin-Schiffers, San Petersburgo, 13£>bl! e5?!
match, 1895). Se ha llegado así a una
posición de doble filo, en el espíritu de “Segundo y decisivo error. Pensaba que
la moderna Defensa India de Rey (de el caballo no podría jugar a d5, a causa
forma análoga a la famosa partida Tai- de la debilidad del peón blanco. Esta
manov-Fischer, Vancouver 1971, 3a del equivocación me costó la partida. Des­
match). pués de 13 ... 0-0 14 £>d2 SfdS 15 c3
bxc3 16 bxc3 £ic6 17 d4 cxd4 18 cxd4
5 ... ^c7 d5, o bien 14 c3 bxc3 15 bxc3 £)c6 16
d4 cxd4 17 cxd4 £>b4, las negras ten­
“No es posible 5 ... £}f6?, debido a 6 e5, drían un juego perfectamente acepta­
pero es fuerte, en cambio, 5 ... £id4” ble” (Tarrasch).
(Tarrasch). Pero es posible 6 Wdl £}f6
7 d3 y £}ce2, con juego confuso. 14 £jd5! £xd5?
“Si 14 ... £}xd5, las blancas obtienen
6 2>h31? a6 7 2tf4
ventaja con 15 exd5 Wd6 16 c3 bxc3 17
Levitando d7-d5 durante largo tiempo. bxc3 18 c4, cuando el alfil de b7
queda encerrado. Pero con todo, era
7 ... <£d4 8 Wdl preferible” (Tarrasch). ¡Por supuestol
Tanto más cuanto que desplazando la
Si 8 Wd3?I, las negras siguen con 8 ... torre de c8, seguido de d7-d6 y á.c8, el
uLf6 y la amenaza c5-c4. problema no sería grave. De todos mo­
dos, después de 15 ... ^ci6 (un jugador
8 ... 9 d3 b5 10 0-0 Ab7 11 £e3
moderno hubiera optado por 15 ... b3l?
Pero no 11 e5?l, a causa de 11 ... ^.xg2 16 cxb3 0-0 17 £>d2, y las cosas no están
12 exf6 £.f3! 13 fxg7 Sg8. del todo claras) 16 c3, es más preciso
16 ... (sin apresurarse a capturar
11... Sc8 12 a4 con 16 ... bxc3?l) Por ejemplo: 17 c4

96
£xe3 18 fxe3 Wh6 19 W£3 0-0 20 &d2 22 ±f8
f5, con juego agudo. No servía 22 ... 0-0 23 Ah3 &g4 24
15 exd5 Wd6? Jtxg4 hxg4 25 Wxg4 +
Tras el error estratégico, llega uno tác­ 23 c3 a5?!
tico. Tarrasch omitió “una sutil combi­
nación del oponente”, olvidando que “De no haberme descorazonado unas
jugadas antes, ahora habría optado por
no es posible tomar en d5.
23 ... bxc3 24 bxc3 £e8” (Tarrasch). Sin
16 £d2! ^c7 embargo, una continuación bastante
En caso de 16 ... &xd5?, seguiría 17 eficaz para las blancas es 25 ^Í3 g6 26
£}c4 We6 18 Jtxd4 cxd4 19 Axd5 '^xd5 Ebl <£g7 27 Sb6 + -.
20 £*b6 y las negras pierden calidad. 24 J&d2 bxc3 25 bxc3 £}h6
17 £ic4 O bien 25 ... g6 26 ^.h3!
Ahora la posición negra está estratégi­
camente perdida. 68

67

26 ¿Lxa5! £ihg8

17 ... h5 “¡A qué punto deberemos retornar,


Horacio!”, escribió Tarrasch, citando a
“En mi fuero interno me sentía abatido Hamlet en la escena del cementerio.
y derrotado” (Tarrasch). Efectivamen­
te, el caballo de d4 está en peligro, y 27 £c6 Ee8 28 c4 Wd7 29 Af4 h4 30 g4
después de 17 ... £if5 (17 ... d6? 18 ^.h3 £}xg4
Zd8 19 c3 +-) 18 .&d2 g6 19 g4! £g7 Desesperación. 30 ... Wxg4 31 'Bxg4
(19 ... £>h4? 20 d6 £xd6 21 &g5 + -) 20 £>xg4 32 £ixe7 Sxe7 33 ^.xd6 + -.
f4, la posición negra no es envidiable.
31 £h3 £>8Í6 32 £g5 2h5 33 Axf6
18 f4 2tf5 19 £d2 exf4 20 £xf4 d6 21 gxf6 34 ^xg4!
We2?l
Las negras se rindieron. Si 34 ... Sg5,
Era más fuerte, como señaló Tarrasch, 35 <xg5!
21 JLh3! g6 22 Axfo (podría seguir:
22 :.. gxf5 23 ¿g5 £xd5 24 2xf5 + -), o Una buena ilustración del estilo ori­
bien 21 ... £>g4 22 ^.xg4 hxg4 23 ^Zxg4, ginal y nada rutinario de Chigorin. Es
con la partida ganada en todos los casos. especialmente digno de resaltar que su
oponente era uno de los más fuertes ju­
21 ... Sd8
gadores del mundo, un excelente tácti­
“Mejor era 21 ... £d4 22 Wd2 Sd8” (Ta­ co que había asimilado las ideas de
rrasch). Pero tras 23 Sael 0-0 24 c3!, Steinitz, capaz de percibir los matices
las negras tendrían una posición la­ ‘del juego posicional. Aun así, ¡no pu­
mentable., como también es el caso do contrarrestar la originalidad de
tras 22 ... h4 23 Sael <á*d8 24 c3. Chigorin! Esto confirma, una vez más,

97
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

el nivel de talento a que se oponía Ta- ^g5!? <£}g6 14 Wi5 Ae7 15 5}d4 (Ma­
rrasch en el encuentro. son), pero la línea principal es 13 b4
Al día siguiente, sin embargo, el Jtb6 14 £g5 £f5 15 Jtxfo £xf5 16 Wd3
doctor pudo ganar y tomó de nuevo la g6 17 Wh3!, con la iniciativa (caso de
delantera. 17 e6!? ffi 18 &f7 ^e7 19 ^xd5 fife8 20
fiel £>g7 21 £h6+, y es imprescindible
21... <&Í8, y no 21 ... £h8?, por 22 ¿b21
£}xe6 23 c4! Sad8 24 fixeó! + -
28 Smyslov-Ragozin, Moscú 1944, 13°
S. Tarrasch-M. Chigorin Campeonato de la URSS.
San Petersburgo 1893, Match, 9a partida
Apertura Española (C82) 13 ... £g6 14 We2
Ahora se amenaza 15 ^Zh5 h6 16 £ixe6.
I e4 e5 2 2tf3 £ic6 3 &b5 a6 4 áa4 2T6
5 0-0 £xe4 6 d4 b5 7 £b3 d5 8 dxe5 14 ... Wd7! 15 £e3
Jte6 9 c3 .&c5 “Después de 15 Who?! h6 16 £)xe6 (o
9 ... &e7 (véase partida núm. 65). bien 16 £)xf7 ^.xf7! 17 &xg6 Jlxg6 18
Wxg6 Sxf2!) 16 ... ^xe6, las blancas
10 ¿dbd2 0-0 11 £c2 quedarían en posición inferior, debido
Así queda planteada una variante en la a las dificultades que ofrece la defensa
actualidad. del peón e5, y la presión sobre f2. Por
ejemplo: 17 Af5 We7! 18 Jkxg6 fxg6 19
II ... £jxd2?I Wxg6 Sxf2!, o bien 18 e6 £ih4 19 exf7+
Una antigua continuación, impopular fixf7 20 £.d3 Sxf2!, con ataque gana­
en nuestros días, porque se considera dor” (Tarrasch).
pasiva. En el siglo XX se han jugado 15 ... Jlg4! 16 Wd3
11 ... £ixf2 (Smyslov-Botvinnik, Moscú
1943/44) y 11 ... f5 (Smyslov-Reshevsky, Las blancas deben actuar ya con cierta
URSS-EEUU, Match por radio 1945), y prudencia. Si 16 f3?l (16 £>f3? £xf3!)
siguiendo con nuestra excursión por el 16 ... &xe3+ 17 Wxe3 &Í5 18 £.xf5 (18
tiempo, la partida Fischer-Larsen (San­ &b3 h6) 18 ... Wxf5 19 f4 h6, y resulta
ta Mónica 1966), puso de moda 11 ... que el caballo queda fuera de juego.
JLfo!, que luego se recordó en los en­ 16 ... áxe3 17 Wxe3 h6
cuentros entre Karpov y Korchnoi
(1978, 1981), y en la victoria de Karpov Forzando cambios. Si 17 ... .&f5l?, Ta­
sobre Yusupov (Moscú 1983, 50° Cam­ rrasch recomendaba 18 Ab3! h6 19
peonato de la URSS). Estas importan­ ftf3 Sae8 20 Wd4 c6 21 fifel =. Otro
tes partidas se comentan en los siguien­ ensayo en esta variante es 21 ... ^c7! 22
tes volúmenes de esta obra. a4 £e4 23 axb5 axb5 24 2a7 Wb8 25
€id2 Sxe5 26 £)xe4 Bxe4 27 fixe4 dxe4
12 Wxd2! 28 ^e3, con compensación suficiente
Con la amenaza ^d3. por el peón.
12... £¡e7 69
Es esencial 12 ... f6 (partida núm. 66), ib a
pero en la práctica Tarrasch, Schlechter, ■ KgHÁffl
Maróczy y Bernstein optaron por 12 ... ¿B ■ BVA
2e8, a lo que Janowski jugó 13 W4!?,
que luego recomendaría Keres. BaBáB E
13 £>g5?I
“Una seductora pero prematura tenta­ h’b’WW’
tiva de ataque. Más sólido es 13 £>d4” A0JlB 0AO
(Tarrasch). También es interesante 13 O B BS^
98
Whilhelm I

18 eb! 34 ... Exa2 35 Bxh6 a5 36 h4 a4 37 3a6


Sc2 38 Za5 <á?f6 39 Bxb5 Bxc3 40 <¿>h2
Una idea efectiva, que conduce a la
<¿>g6 41 Ea5 a3 42 g3 Ec2+ 43 «¿>h3
completa igualdad.
El momento clave de la partida.
18 ... fxe6
No, sin embargo, 18 ... ^.xe6? 19 <&xe6
Bfe8 20 £c5+-.
19 4^xe6
Tarrasch consideraba favorable a las ne­
gras la línea 19 Axg6 hxgo 20 ^xg5
21 ^.xfo?! Sxf5, pero es más preci­
so 21 Bae 1! Ef6 22 ±xf5 Bxf5 23 ^g3 =.
19 ... Wxe6
Las blancas quedan mejor después de
19 ... Efe8?! 20 £c5 Sxe3 21 2>xd7
Ze7! (21 ... Ee2? 22 Adl) 22 £c5.
43 ... Sa2?
20 ^xe6+ Axe6 21 £xg6
¡La jugada perdedora! Kling y Horwitz
El final es prácticamente de tablas habían publicado análisis de mediados
muertas, y Tarrasch las propuso. Pero a finales del siglo XIX, entre los cuales
Chigorin, teniendo en cuenta su mayo­ se encontraba un método muy conoci­
ría de peones en el flanco de dama y la do para hacer tablas: 43 ... a2! 44 h5+
posibilidad de ser el primero en crear <¿>f6 45 g4 Sc5! (esto es lo más rápido,
un peón pasado, prefirió seguir lu­ aunque también es válida la propuesta
chando. de Tarrasch 45 ... Sb2 46 <á?h4 Bh2+ 47
21 ... c5 22 Bfel Zf6 23 &h5 Zd8 24 ■á>g3 Bb2 48 Ba6+ <á?g7 49 h6+ <é>f7 50
Be5! g5 Bb6 51 Sxa2 'á’gó =) 46 Sxa2 <á?g5
47 Sa3 Bb5 =, o bien 44 Ba6+ <á?f5 45
Frenando el avance d5-d4. h5 Zc5! 46 Zxa2 'á’gó, etc.
24 ... ^f8 Por cierto que más tarde fue Tarrasch
“Mejor era 24 ... g6!, seguido de ^.f7 quien formuló la regla de oro: ¡la torre
y Bfd6” (Tarrasch). Puede que las ne­ debe situarse detrás del peón pasado!
gras estén una pizca mejor. Lateralmente, si fuera preciso, pero
nunca por delante. Puede que ahora
25 Zael Zd6?! sea una verdad muy común, ya que nin­
25 ... jLf7! gún jugador competente jugaría 43 ...
26 f4! g6 27&xg6 Zxg6 28 f5 Sf6? Sa2, ¡pero alguien tenía que expresar­
la por primera vez! La creación de un
Mucho más simple era 28 ... ^.xíd 29 código de reglas generales es el gran
Bxf5+ Bgf6 =. servicio histórico de Tarrasch, el verda­
29 fxe6 <¿>e7 30 Zdl Bfxe6 31 Bdxd5 dero logro de su vida.
3xd5 32 Zxd5 Be2 33 Zxc5 Zxb2 34 44 <á?g4 Bal 45 Ea6+ <á?f7 46 <£g5 a2 47
Sc6 g4
“Aunque las blancas han ganado un Pero no 47 h5?, por 47 ... Bgl.
peón, las negras conservan probabili­
47 ... <±>e7 48 2a7+ <á>e8 49 h5 <¿>f8 50
dades de tablas, como suele ser fre­
h6 Zbl
cuente en los finales de torres. Al em­
pate llevaba, por ejemplo, 34 a4 bxa4 “Las negras tienen que entregar de to­
35 Sao Bc2 36 Bxa4 Bxc3 37 Bxa6 h5 dos modos el peón, en vista de la ame­
38 Sao h4 39 Sa4 h3” (Tarrasch). naza 51 h7 Zhl 52 ‘É’gó. Este final de

99
torre y dos peones contra torre (el mis­ 51... a5?l
mo que le ganó Zukertort a Steinitz en Era decisivo 51... Wg5!, con las amenazas
Londres 1883) es bastante difícil de ju­
52 ... £xg3 y 52 ... Wcl+ 53 Bdl Wc2.
gar, y sobre todo las blancas tienen que
abstenerse de jugar h6-h7, a causa de 52 ¿Ld7 &c7??
un posible ahogado” (Tarrasch).
¡Una pesadilla! “Después de 52 ... ^.d6,
51 Bxa2 &g8 52 Sa8+ <á?h7 53 Ha7+ las negras habrían ganado esta partida,
<á?h8 54 Sf7 Sb5+ 55 <á?g6 Sb6+ 56 Sf6 sutilmente planeada y jugada con vigor”
Sb8 57 g5 2a8 58 2f5 (Tarrasch).
Con intención de realizar la maniobra 53 £f8+
‘á’ho y g5-g6. Las negras se rindieron. Una lucha que
58 ... <á?g8 59 Hd5! duró 7 horas. En buena medida era este
tipo de graves negligencias con las que
¡Envidiable precisión! Después de 59 Chigorin sucumbía ante sus más difíciles
<á>h5 Sal 60 g6 Shl+ 61 <á?g5 Sgl+ 62 rivales.
&f6 <á?h8 63 g7+ (63 h7? Sxg6+) 63 ...
,á’h7 64 *¿£7 Sg2, las cosas hubieran Después de 17 partidas, Tarrasch
sido mucho más difíciles para las dominaba el marcador por 8-5, y se en­
blancas. contraba a dos victorias de lograr su
sueño. Pero entonces sucedió algo in­
59 ... Sb8 60 £h5 Sa8 61 g6 <£h8 62 creíble: ¡el imponente doctor perdió
Sf5 tres partidas consecutivas! Más tarde
Con la amenaza de mate, tras h6-h7 y explicaría esto por la cordial recepción
<á?h6. que le habían dado en San Petersbur-
go: “Las largas vigilias se prolongaron a
62 ... Sg8 63 g7+
veces hasta las tres, las cuatro e incluso
Las negras se rindieron: 63 ... c¿)h7 64 las seis de la mañana, lo que afectó a la
Sf8 Sxf8 65 gxf8^.(^), ganando. La habitual frescura y disposición para la
partida duró ocho horas. batalla. Las pródigas libaciones, que
para mí hubiera sido muy difícil rehu­
En la 10a partida se produjeron las pri­ sar, también jugaron su papel”.
meras tablas del match, mientras que En la 18a partida Chigorin ganó un
en la 11a Chigorin se aventuró y sufrió famoso final de torres, que los analistas
otra horrible catástrofe. seguían examinando un siglo después.

29 30
S. Tarrasch-M. Chigorin M. Chigorin—S. Tarrasch
San Petersburg) 1893, Match, 11a partida San Petersburgo 1893, Match, 18a partida
Defensa Francesa (C00)

1 e4 e6 2 We2 ±e7 3 b3
“Una jugada inteligente, dirigida con­
tra d7-d5” (Tarrasch). Es inofensivo 3
£}c3 d5 4 d3 S)f6 5 g3 04) (o bien 5 ... b6
6 &g2 ^.b7 7 £>h3 dxe4 8 £>xe4 £>xe4 9
jLxe4 Jlxe4 10 Wxe4 Wd5 = Chigo-
rin-Maróczy, Nuremberg 1896) 6 Jtg2
&c6 7 £}f3 e5 = (10a partida).
Vale la pena reseñar un curioso artificio

100
WHILHtLM 1

“indio de rey”: 3 g3 do 4 d3 ¿Lf6 fianchettarlo: 7 £4 0-0 8 g3 £6 9 &f3 fxeo


(4 ... b61? Chigorin-Marco, Berlin 1897) 10 £ixe5 £>xe5 11 fxe5 &c6 12 £.g2
5 Ag2 0-0 6 £h3l? c5 7 0-0 £c6 8 c3! Wg5!” (Vasiukov, Nikitin).
dxe4?I (8 ... b6! =) 9 dxe4 e5 10 £ia3 h6
11 £c2 £e6 12 £3 Wd7 13 £f2 Ead8 14
2>e3 g5? 15 <á>hl &h7 16 Wc2! <¿>h8 17
¿£f5 jLxí5 18 exfo Eg8 19 g4 <¿g7 20 Sel
a6 21 Jlfl 1 2ge8 22 Ad3 Wc7 23 h4! 2h8
24 ^g2 gxh4?l 25 ^.e4 £ld5 26 ^.xdo!
Sxd5 27 £ie4 Ehd8 28 2e2 Wd7 29 f&ri
Axf6 30 &xh6+ *£xh6 31 <£xf6 (1-0),
Chigorin-Zinkl, Berlín 1897.
3.. . d5
Es artificial 3 ... Juf6 4 £)c3 £)c6 5 ¿b2
£ge7 6 f4 d6 7 &Í3 £g6 8 g3 Ad7 9 h4
h5 10 0-0-0, etc. (Chigorin-Schiffers, San 7 ... 0-0
Petersburgo 1897, match, 2a partida).
En la 20a partida, Tarrasch optó por
4 £b2 Af6 7 ... g6, “con ánimo de divertirme, para
“Lo normal es 4 ... £>f6! permitiendo la ver si las blancas podrían explotar este
demolición de la estructura de peones debilitamiento”. Después de 8 f4 £>c6
en el flanco de rey: 5 exdo exd5 (5 ... (8 ... c5l?) 9 £c3 £b4 10 <á?dl £k5 11
^xdo?! 6 £}c3) 6 Axf6 gxf6, pero a cam­ '^e2 a6 12 a3 £c6 13 &£3 b6 14 d4 £d7
bio las negras tienen excelente compen­ 15 ^e3 £ie7 16 ^.d3 c5, las negras ini­
sación en su pareja de alfiles, la abierta ciaron una ofensiva en el flanco de da­
columna g y el debilitamiento del flanco ma y en la jugada 26 habían logrado
de dama, a causa del avance b2-b3 (extra­ una posición abrumadora. Pero enton­
ño comentario. 7 tt\f3 E&c6 8 d4 ¿Lg4 9 c3 ces, “mi aparato de pensar dejó de fun­
"£id7 =: G. K.) En caso de 5 e5, el juego cionar normalmente,” escribe Tarrasch,
recupera su habitual carácter ‘francés’ y “y dejé escapar una merecida victoria”.
la posición de las negras está en orden” 30 jugadas después también dejó esca­
(Tarrasch). Por ejemplo: 5 ... 4Lfd7 6 g3 par las tablas...
c5 7 Jkg2 £ic6 8 f4 f5 9 £43 0-0 10 h4 “La jugada más fuerte es 7 ... £lxe5,
&b6 11 £>c3 ^.d7 (Chigorin-Schiffers, propuesta por Heyde en su libro sobre
San Petersburgo 1897, match, 4a). Chi- el match, que refuta el método de ata­
gorin jugaría contra AÍapin 5 £>c3 0-0 6 que favorito de Chigorin. Después de 8
f4 (Montecarlo 1901), y 6 £>f3 (San Pe­ Wxg7 £>g6, las negras harán lo posible
tersburgo 1905), pero también sin éxito. por cambiar damas, con lo que logra­
5 £xf6?I rán mejor juego: 9 h4 We7 10 h5 f6, o
bien 9 ^.d3 f5 y ^e7” (Tarrasch).
Las blancas cambian de argumento, aun­
que podrían lograr ventaja con 5 e5 (5 8 f4 ftc6
¿c3 dxe4 = Chigorin-Bum, Viena 1898) “Actualmente todos los maestros juga­
5.. .±e76^g4JLf8 7£f3 (7£h3c5 8f4 rían antes 8 ... c5” (Botvinnik). Pero se­
£ic6 9 a3 £>h6 =, 12a partida) 7 ... c5 8 gún Tarrasch. “esta jugada de caballo es
JLb5+ (8 £>c3I? Reres) 8... ¿d7 9 ±xd7+ mucho más fuerte, porque amenaza ata­
10 &c3 2>c6 11 0-0 £ge7 = (14a car inmediatamente el flanco de dama”.
partida).
9&f3
5 ... &xf6 6 e5 ¿Lfd7 7 Wg4
Después, en la 22a y última partida,
“Es imprescindible para las blancas des­ Mijail Ivanovich “mejoró” su juego
arrollar su alfil. No tienen tiempo para con 9 c3, pero tras 9 ... d4! las negras

101
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

consiguieron ventaja aunque poco mas 73


tarde se equivocaron y perdieron en l£Hi|
una lucha titánica. Es curioso que en el KB
match se haya desarrollado un duelo
teórico en una posición en la que, para
las blancas, uno quiere, simplemente
rendirse.
9 ... f5?l
“Dejando escapar el momento oportu­
no para atacar, con 9 ... £}b4!” (Ta-
rrasch). Creo que ahora son malas tan­
to 10 2>a3?! f5 11 ^g3 c5 12 c3 ^a5 13 15 ... d3?l
cxb4 Wxa3, como 10 £id4?! c5 11 a3
'Bao 12 c3 cxd4 13 cxb4 Wc7 (Chi- “La primera causa de la derrota negra.
gorin). Por otro lado, está la torpe 10 Lo correcto era 15 ... b5 16 £ib2 c5 17
idl, y tras 10 ... c5 (Tarrasch recomen­ 0-0 .&b7!, con clara ventaja tanto en el
daba 10 ... £)c5 para seguir con £ie4) centro como en el flanco de dama"
11 c3 ¿Lc6 12 .&d3 f5 13 Wh3 £b6 (pe­ (Botvinnik). Sin embargo, la posición,
ro no 13 ... c4? 14 £)g5), las negras tie­ después de 18 ^g5, no me parece del
nen un excelente juego. todo clara, y yo preferiría la recomen­
dación de Tarrasch, 15 ... £)d5! 16
10 Wh3 £xd4 2>dxf4 17 ^f3 &d7 18 £c3 &c6
Amenaza £>g5. “con excelente juego de las negras,
pues las blancas no pueden enrocar,
10... Se8 11 £c3 en vista de las amenazas Jlxf3 y 't^xd2
También era de considerar 11 g41? (Ta­ ó ^d4+”.
rrasch).
16 c4 b5?’
11 ... £f8 12 Ae2?!
“Una idea drástica. Después de 16 ...
“Característico de Chigorin: prefiere &d7 17 £ic3 .&c6, las negras habrían
evitar simplificaciones, aun a costa de conservado ventaja posicional, con ade­
pagar un precio. Con la jugada 12 ^.b5 cuado apoyo del peón de d3: 18 a3
y, en el momento oportuno £xc6, las £)c2+ 19 «&xc2 dxc2 y, como antes, las
blancas ahuyentaban todo tipo de peli­ blancas no pueden enrocar, 18 0-0 a5
gro” (Botvinnik). “Mucho más fuerte 19 a3 £ia6 y £>c5” (Tarrasch). Obvia­
seguía siendo 12 g4” (Tarrasch). mente, el doctor quería castigar a su
Curiosamente, ninguno de los comen­ oponente por su juego artificial y, por
taristas señaló la simple ganancia de es­ alguna razón que sólo él conoce, entre­
pacio, con 12 d41? Por ejemplo: 12 ... ga un peón, creándose, al mismo tiem­
&g6 13 Wg3 ^b4 14 0-0-0 c5 15 h4, o po, un agujero en c6.
bien 12 ... £>b4 13 0-0-0 c5 14 dxc5 Wa5 17 cxb5 £>d5 18 £id4!
15 <&b2 Wxc5 16 a3 £}c6 17 g4, con jue­
go de doble filo. “Excelente jugada que escapó a las pre­
visiones de Tarrasch. Después de 18 0-0
12 ... ¿Lg6 13 Wg3 seguiría 18 ... ®dxf4* (Botvinnik). Ver­
“Después de 13 g3, la dama blanca que­ daderamente, tras 19 &c5 la posición
daría cortada del centro, y el alfil negro no está clara.
puede situarse en la gran diagonal c6- 18 ... 2¡dxf4
hl” (Tarrasch).
13 ... d4 14 £a4 2>b4 15 £dl Sería malo 18 ... ¿Agxf4?l, por 19 0-0!
^g6 20 ^c6 Wh4 21 Wxh4 £ixh4 22
Profilaxis contra d4-d3. £}c5.

102
Whilhel.m I

19 £c6 Wd5 20 £¡c3! 34 wxc4 g6


Una jugada nada evidente. Se diría que Un error sería 34 ... 2d5?, por 35 Exfo,
Tarrasch esperaba 20 ^.£3?! Wxb5, con así como también 34 ... Wxa3? 35 Wxe6
ventaja negra después de 21 £ie7+ We3+ 36 <¿hl Exd4 37 Exd4 Wxd4 38
Zxe7 22 ^.xa8 Wxe5+, o bien 21 £>c3 Wxfo + -.
^c5 22 b4 Wb6 23 £>e7+ Sxe7 24 áxa8
c6 o también 24 ... ^xb4. 74

20 ... Wc5?
La jugada perdedora. “Era imprescin­
dible 20 ... ^xg2!, y tras 21 Af3
Wxg3+ 22 hxg3 £d5 23 £xd5! (23
^.xdo? exdo 24 ¿Lxdo ^.b7! -+) 23 ...
exd5 24 ^.xd5+ ^.e6, el débil peón de
eo aseguraba a las negras un juego ex­
celente” (Tarrasch). En cualquier ca­
so, no habrían estado peor 25 ^.f3 a6
26 bxa6 Sxa6 27 <¿>f2 £d7 28 ¿£b4
Za3, etc. 35 d5?
21 b4! Wf8 22 0-0! Mientras que con sus jugadas anterio­
“Tras enrocar en su jugada 22, las blan­ res Chigorin había puesto un poco en
cas ganan de inmediato el peón de d3, peligro la victoria, ésta es sencillamente
pues el caballo enemigo de f4 es obliga­ un error con el que pierde su peón ex­
do a retroceder” (Botvinnik). tra. Botvinnik recomienda 35 a4 Zd5
36 Ed3 <¿g7 37 Ebl <¿f7 38 a5 Zb8 39
22 ... £e2+
Zb4 ¿>g7 40 Edl <¿f7 41 Zdbl, con el
22 ... £d5 23 Af3! inevitable avance b5-b6. Sin embargo,
23 £)xe2 dxe2 24 &xe2 ^.d7 25 '^c3 es más resistente la posibilidad 37 ...
Wh4!? 38 Wb4 (o bien 38 eC3) 38 ...
Comienza la fase de materialización. <¿g8. Chigorin estudió la variante aná­
25 ... &xc6 26 bxc6 <¿h8 27 d4 loga 35 ^c5 Wf7! 36 a4 Zd5 37 Wc4,
aunque “tengo dudas de que pueda ga­
“Un plan ganador más simple era &a6-
narse la partida”.
b7, seguido de la captura del peón de
a7 con torre o dama (Zabl-b3-a3). Por su parte, Tarrasch indico que des­
También era muy fuerte 27 ^.h5” (Ta­ pués de 35 Wc5 Wf7!, las blancas po­
rrasch). drían haber ganado con 36 d5! exdo 37
e6! Sxe6 38 Efel Wd6 (38 ... Wf6 39
27 ... Zed8 28 £c4 Wf7 29 Zadl?! £>e7
30 b5 &d5 31 Wf3?! Ee7 Eac8 40 Ed7 + -) 39 Wxd6 Zxd6 40
Se7 a6 (40 ... Ec8 41 Zdel y 42 Zd7)
co

Lo Wb3. 41 a4 axb5 42 axb5 Eb8 43 Zxc7 Exb5


uU
oen
<u
2
O

31 ... We7 32 a3?! 44 Sel Zb8 (o bien 44 ... Sd8 45 Zee7


d4 46 Zcd7 Zg8 47 c7) 45 3ee7 Zdd8
32 m>3! 46 Zxh7+ <¿g8 47 Ecg7+ ¿>f8 48 c7
32 ... £ib6 33 Wb3 Ebl+ 49 «¿f2 3c8 50 Zd7 ¿>e8 (50 ...
<¿g8 51 Ehe7 <¿>f8 52 Ee5) 51 Zd8+
Si 33 £a2, 33 ... a6!
Exd8 52 Eh8+.
33 ... £}xc4
35 ... exd5 36 Kxd5 Exd5 37 Wxd5
“Si 33 ... £}d5, habría seguido 34 £xd5 Ed8!
Zxd5 35 Sxf5 Zxd4 36 Exd4 exf5 37
^do h6 38 e6, y las blancas ganan fácil­ ¡La clave!
mente” (Chigorin). 38 Wa2

103
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES PREDECESORES

Si 38 Wc4, 38 ... Wxe5 =. ra no 48 ‘¿’cS?, por 48 ... Ec5) 47 ...


Ed5, y el peligro del avance b5-b6 no es
38 ... Wxe5
muy grande” (Tarrasch). “Más sencillo
¿Por qué los comentaristas no mencio­ y fuerte era 45 ... h6, reforzando el
nan la evidente 38 ... ^c5+! 39 Wf2 peón de g5” (Botvinnik).
Wxb5 ganando un peón importante 40
Sin embargo, como podremos ver, el
Wxa7 í^xeó, con tablas?
plan defensivo que eligen las negras en
39 Wall la partida, no es malo.
La transición a un final de torres da a 46 Sc4g4
las blancas algunas probabilidades de
Fijando el peón de h2. “El cambio de
victoria.
torres sería ahora perdedor para las ne­
39 ... Wxal gras: 46 ... Sdl 47 Bc5+ (47 h4 gxh4 48
Pero no 39 ... Sd4? 40 Sel TO 41 Ee6! gxh4 Zel+ 49 &d2 Zall: G. K.) 47 ...
Sdl+ 42 Wxdl Wxe6 43 ^d8+ Wg8 44 Ed5 48 Exd5+ <£xd5 49 h4!”, escribió
Wxc7 + -. Tarrasch, y si 49 ... gxh4 50 gxh4 'á’cS
51 ^f4 <á?b4 52 ^gS (á,xa4? 53 'á’xhó
40 Exal <£g7 41 £f2 TO 42 a4 <á?xb5 54 <^g5 a5 55 h5 a4 56 h6 a3 57
h7 a2 58 hSW, pero omite la mortal
75
52.. . f4! 53 <¿>xf4 <á’xa4 54 ‘á’gó ‘á’xbó 55
<¿>xh5 a5 -+. Botvinnik propone 47 ...

TO 48 a5 Sbl 49 TO ^f6 50 &c2 Eb4


51 TO Ebl 52 Bd5 <¿>e6 53 2d7 Bxb5
54 Exc7 Exa5 =, considerando la juga­
da g5-g4, como un “nuevo debilita­
miento”.
47 Eb4 TO
“Las negras deberían haber jugado
47 ... ‘á’dG. Por ejemplo: 48 Ed4 Exd4!
(pero no 48 ... ‘á’có? 49 Exd5+ ‘á’xdó
42 ... Sd5 50 TO TO 51 ‘¿’xfo <á*b4 52 <TO!: G.
Tarrasch califica a la ventaja blanca de K.) 49 <á?xd4 ^?e6 50 a5 ’á’dó 51 a6 <#e6
“enorme”, mientras que Botvinnik, só­ 52 <&e3 ‘á’dó 53 d?d4, con tablas inevi­
lo la considera “relativa”, recomendan­ tables” (Botvinnik). Pero ¿deberían
do la simplificadora 42 ... a6!? 43 Sbl realmente?
axb5 44 Sxb5?! 45 Eco Sd4 Sd6 46 a5 48 a5!
&e6 47 *á,e3 Ea4 y •¿’dó =, o bien 43
La única posibilidad. 48 Ed4 Ee5+! 49
£e3 TO 44 h4 Sd5 45 Ebl axb5 46
<á?d3 Bel 50 <á>d2 Ehl = (Botvinnik).
axb5 ‘á’dG, y las blancas deben asegurar
la defensa del peón b5. 48.. . TO
43 TO TO 44 Sel g5 Vasiukov y Nikitin recomiendan 48 ...
Ec5l? (48 ... ’é’eó? 49 b6 axb6 50 axb6
Si 44 ... a6?, 45 b6!; 44 ... f4+l? 45 TO
cxb6 51 c7 Sc5 52 Sb5! + 48 ... TO
2d4 46 a5 Sb4 47 Sc5+ TO (Ta­
49 Eb2! y ,¿’f4, con cierta iniciativa)
rrasch).
49 TO TO, o bien 49 <¿>d4 TO, fre­
45 g3 h5 nando al rey blanco, con el dictamen:
“El error decisivo. Después de la tran­ “las negras juegan con titubeos y a ca­
quila 45 ... <£d6, es dudoso que las blan­ da jugada empeoran su posición”. Ya
cas puedan penetrar (considerando veremos...
que el cambio de torres perdería): 46 49 b6 axb6 50 axb6 cxb6 51 c7! Ec5 52
Bc4 Be5+ 47 TO (47 TO Ed5+, y aho­ Exb6+ ^?g5

104
Whilhelm I

“El error decisivo. Las posibilidades de <á>g4 65 2f7! ^f3 66 f5 g2 67 2g7 + -.


hacer tablas pasaban por 52 ... <¿’f7! Por Pero ésta no es, de ningún modo, la
ejemplo: 53 2b7 <¿>e6 54 <á?f4 ‘¿’d? 55 única forma de ganar” (Chigorin).
c8W+ <¿>xc8 56 Sh7 Zc2 57 Sxh5 Bf2+ 57 <á?d6
58 '¿’eS <£d7 59 2xf5 Sxh2 60 <¿>f4 ^e6
61 <¿,xg4 Sh8, y tablas” (Botvinnik). 57 Sa7!

Pero ¡102 años después de la partida! el 57 ... Sd3+ 58 <á?e7 Se3+ 59 <d?d6 Sd3+
maestro Fridshtein publicó un artículo 60 <¿e5 Sc361 Sa7! f4
en la revista Shajmaty v Rossii (núm. Si 61 ... Sel, 62 ‘é’dó, y el rey tiene un
2/1995), cuya conclusión es que las ne­ refugio contra los jaques en a8
gras habían sido enterradas prematu­ peón de c7 corona.
ramente.
62 £d4!
53 Eb7 h4 54 <á?d4
Las negras se rindieron. Si 62 ... Sel,
La culminación de esta inquietante lu­ 63 Sa5+ y 64 Sc5. “Este difícil e intere­
cha que pasó desapercibida a los co­ sante final fue jugado con gran maes­
mentaristas de aquella época. tría por Chigorin. La partida duró
ocho horas” (Tarrasch).
SÉ Otra vivida ilustración de los puntos
fuertes y débiles de ambos aspirantes al
2 trono, en particular de Chigorin. El
maestro ruso jugó de forma muy creati­
va y arriesgada, en el sentido estratégi­
co. Tarrasch, tras haber logrado una
excelente situación, se complicó las co­
sas. En el juego complicado, irracional
era, sin embargo, inferior a su oponen­
te. Pero cuando llegaba la ocasión de
tener que defenderse, lo hacía muy
bien. Chigorin, de todos modos, con­
54... cl? virtió en un caos la tarea de materiali­
¡He aquí el error decisivo! “Después de zar su enorme ventaja e incluso perdió
54 ... Sc2! 55 <¿>e5 (son absurdas tanto un peón. Afortunadamente, en el final
55 ‘á’dS Sc6 como 55 gxh4+ <á>xh4) su oponente, presuponiendo que sería
55 ... h3!, todo está claro: las blancas no tablas, se creó algunas dificultades a sí
tienen ya posibilidad alguna de ganar: mismo y no captó el momento crítico.
56 Sa7 Se2+ 57 <á?d6 Sd2+ 58 <á?c6 Tarrasch supo sobrevivir a las tres
Sxh2 59 c8^ Sc2+ 60 <á?d7 Sxc8 61 derrotas consecutivas y en la 21a parti­
‘á’xcS h2 62 Sh7 f4 =. De haber descu­ da consiguió su novena victoria. Sin
bierto Tarrasch este recurso, el tono de embargo, en la 22a dejó escapar unas
los comentarios habría sido muy dife­ simples tablas, y con ellas el triunfo en
rente, y acerca de su juego se hubiera el match, una grandiosa batalla que fi­
escrito que había realizado una ‘bri­ nalizó en empate: +9 -9 =4.
llante defensa*. ¡Tal es el precio de una Para el orgulloso doctor, ésta fue
mala jugada!** (Fridshtein). una desagradable sorpresa. Después de
todo, había jugado “más correctamen­
55 <á?e5 hxg3 56 hxg3 Sc3
te” que Chigorin (pues, en general, era
“No servía 56 ... f4 57 gxf4+ ,á’h4 58 *á>d6 un jugador “correcto”) y, por la lógica
Sdl+ (o bien 58 ... g3 59 U8 g2 60 c8^ de las cosas, debería haber ganado, pe­
~xc8 61 ^xc8 gl^ 62 Zh8+ y Zg8+.: G. ro... ¡el potencial puramente ajedrecís­
K.) 59 <£>«7 Sel 60 <*>& 2dl+ 61 <á?c8 g3 tico de su oponente resultó 3er mayor!
62 ^b8 Sel 63 c8W Sxc8+ 64 <á?xc8 Otra cosa fue que Chigorin careciese

105
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

de precision en la realización de sus es impensable sin la contribución de


ideas cósmicas, algo que le puede suce­ Chigorin. A diferencia de, digamos,
der a los grandes maestros. Zukertort, un sobresaliente estudioso
En el sentido histórico fue muy im­ y, en cierto modo, un imitador de An-
portante que la nueva escuela Steinitz- derssen, Mijail Ivanovich introdujo
Tarrasch encontrase por entonces un buen número de ideas y tendencias
poderoso oponente. Porque cuando absolutamente nuevas. Aunque, como
en ajedrez desaparecen los debates en el caso de las de Steinitz, no podían
creativos, comienza el estancamiento. lograr el reconocimiento general,
Es en los grandes enfrentamientos, puesto que se encontraban muy por
con diferentes tendencias creativas, delante de su tiempo (tal fue el caso,
donde podemos juzgar acerca de las por ejemplo, de los experimentos “in­
distintas ideologías ajedrecísticas, y en dios de rey”). Además, Chigorin no
el transcurso de esos combates el aje­ siempre pudo demostrar la corrección
drez moderno ha ido tomando forma. de sus ideas en el tablero, porque, co­
Como suele decirse, en la discusión se mo su oponente, era excesivamente
descubre la verdad. obstinado en defender sus esquemas
Steinitz no sólo fue el primero en de apertura, aunque adoleciesen de
expresar los principios posicionales - serios defectos posicionales.
otro de sus méritos históricos-, sino que El encuentro Tarrasch-Chigorin
creó una tradición según la cual los representó un importante hito en el
maestros líderes, a diferencia de las es­ desarrollo del entendimiento ajedre­
trellas del pasado, consideraban una cístico. Cierto que mientras ellos di­
cuestión de honor formular y defender rimían en San Petersburgo quién se­
sus opiniones ajedrecísticas. Quizá no ría el principal aspirante, en la
tan revolucionarias como las del pri­ distante América el impaciente Las­
mer campeón mundial, pero princi­ ker había convencido a Steinitz para
pios en cualquier caso. Así, Chigorin, jugar con él un match por la corona
quien criticaba a Steinitz por la “abs­ mundial. En la primavera de 1894 el
tracción” y la naturaleza un tanto dog­ mundo tendría un nuevo y joven rey
mática de su teoría, abogaba por un di­ del ajedrez.
ferente, más concreto, enfoque del Aquí conviene recordar que, un
ajedrez, y continuamente buscaba sus año más tarde, Lasker rehusó una
propios caminos. oferta de la Sociedad Ajedrecística de
En términos generales, la tradición San Petersburgo para disputar un
de no sólo ganar una partida, sino ex­ match entre él y Chigorin, cuyo pri­
plicar también por qué se ha ganado, mer enfrentamiento tuvo lugar en
se remonta a Philidor. Pero Philidor se agosto de 1895, al comienzo del histó­
guiaba por conceptos excesivamente rico torneo de Hastings. En esta famo­
generales, que a fines del siglo XIX ya sa partida Chigorin eligió una defensa
no daban resultado, pues el nivel del inusual, que lleva su nombre en la teo­
ajedrez había progresado enormemen­ ría de aperturas.
te. Desde el tiempo de Philidor no ha­
bía sucedido nada significativo en este
aspecto, y puede considerarse que Stei­
nitz fue el que abrió la era de la expli­ 31
cación científica de las partidas gana­ E. Lasker-M. Chigorin
das. La gran confrontación Steinitz— Hastings 1895, 2a ronda
Chigorin quizá haya sido la primera fa­ Defensa Chigorin (D07)
se de esa era. El campeón ganó mereci­
damente y su teoría se convirtió en la 1 d4 d5 2 £f3
dominante. A 2 c4 seguiría 2 ... £ic6!? La idea de
El ajedrez moderno, sin embargo, presionar con piezas sobre los peones

106
Whilhelm I

centrales, seguido de su minado y JLe3? (era imprescindible 1 /’ b4 Jkb6


bloqueo en el momento oportuno, es 18 Wxa6 bxa6 19 a5) 17 ... &d5
una anticipación al hallazgo de la era 18 £d2 2>b6 19 Wc2 £xd4 20 Sel (20
hipermoderna: la Defensa Alekhine, ¿f2 2>d5!) 20 ... £d3 21 Wb3 £c4 22
la Defensa Grunfeld y todo el comple­ <á?f2 £>xd2 23 Wxe6+ &b8 24 £f3 Wb6
jo de las formaciones nimzoindias 25 <á?g3 £xf3 26 gxf3 £c4 27 Wxf5
(¡no en vano Nimzovich consideraba a £xc3 28 bxc3 Hd2 (0-1). El joven
Chigorin uno de sus maestros! Pillsbury no entendió las peculiarida­
des de la posición. ¡Pero Lasker no era
2 ... -&g4 3 c4 .&xf3
tan inofensivo!
Chigorin jugaba más a menudo 3 ...
4 gxf3 £ic6 5 £ic3 e6 6 e3 J¿b4 7 cxd5
¿dc6. Por ejemplo: 4 e3 e6 (a 4 ... eo?!
Wxd51?
Steinitz respondió 5 ^b3!) 5 &c3 Ab4
6 «&d2 £>ge7, o bien 6 ^b3 Axf3 (6 ... La alternativa es 7 ... exd5, pero Chi­
£ge71? 7 &d2 0-0; 6 ... &xc3+!? 7 bxc3 gorin quiere presionar con sus piezas
^.xf3 8 gxf3 £}a5 9 ^c2 ^xc4 10 ^.xc4 sobre el centro.
dxc4 11 ^a4+ c6 12 Wxc4 ^d5!) 7
8&d2
gxf3 £)ge7 8 ^.d2 0-0, etc.
Un ejemplo de esta variante lo tene­
A mi juicio, es más activo 4 cxd5 Axf3 mos en la práctica del décimo cam­
5 gxf3! Wxd5 6 e3 (Kasparov-Smyslov,
peón mundial: 8 ^.g2 Wd7 9 0-0 £jge7
Vilnius 1984, match, 11a partida). Pe­
10 f4 Sd8 11 a3 &xc3 12 bxc3 £}a5 13
ro no 5 dxc6 .&xc6 6 &c3 e6 7 e4 Ab4!
^h5 (13 Wc2!?) 13 ... b6 14 a4 2>d5 15
8 f3 f5!, y las blancas tienen un juego
Aa3 £ic4 16 Efcl c5 17 We2 £xa3 18
difícil. En la partida Pillsbury- Chigo­
^xa3 0-0 = (Taimanov-Spassky, Lenin-
rin (San Petersburgo 1895/96) siguió
grado 1960, 27° Campeonato de la
9 e5?! (lo correcto es 9 ^.c4! Wh4+ 10
URSS).
g3 ^e7 11 0-0, con juego agudo) 9 ...
£}e7 (es confuso 9 ... Wh4+I? 10 g3 8 ... álxc3
’^h5 11 Ag2 0-0-0 12 0-0) 10 a3 _&a5
El cambio de alfil por caballo es un re­
11 .ác4 Ad5 12 Wa4+?! (mejor es 12
proche a la nueva escuela, que le daba
'^b3, y 12 .&xd5 £}xd5 13 ^b3, o bien
preferencia a los alfiles y a un fuerte
12 ... 4.xc3+ 13 bxc3 ^xd5 14 Sbl b5
15 ±g5) 12 ... c6 13 Ad3 ^b6! 14 ^.c2 centro de peones. Sin embargo, se de­
be a Chigorin que el hábil juego de ca­
'^a6! 15 ±dl (15 b4 Wc4! 16 ±b2
ballos llegase a considerarse ün rasgo
¿.b6, etc.) 15 ... ^.c4!
característico de la Escuela Rusa de
Ajedrez. Más elástico es 8 ... ^d7. Por
77
ejemplo: 9 ^a4?! £>ge7 10 Ab5?! a6 11
a3 £xc3 12 £xc3 0-0 13 £e2 £>d5 14
JLd2 Ead8 15 Sel e5! 16 dxe5 Stf4!,
con ventaja de las negras (Stei-
nitz-Chigorin, Londres 1899). Por su­
puesto, era más fuerte 9 f4! &ge7
10 &g2.
9 bxc3 £ige7

Diagrama de análisis “Chigorin, genio del juego práctico, con­


sideraba un privilegio suyo jugar cómo­
16 f4? (a considerar era 16 b4 _É.b6 17 damente sus piezas, desafiar en cada
^xa6 ákxaó 18 ^_e3 Sd8 -18 ... f4?! 19 oportunidad que se le presentaba los
&f2 £if5 20 Ae2! £xd4 21 £xd4 principios de la teoría contemporánea
£>xd4 22 &xa6 bxa6 23 0-0-0- 19 &e2 de ajedrez”, comentó Steiniz acerca de la
Axe2 20 ^xe2 £>d5) 16 ... 0-0-0 17 apertura de esta partida. ¡Muy cieno!

107
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

Sc8 18 &cl Sf7 19 £a3, las probabili­


dades siguen estando del lado blanco.
17 Eg3
Una seria falta de atención, dejando es­
capar la jugada exacta: 17 f5! exf5 18
.&xf5 Sc7 19 c4 (Loevenfish), o bien
18 ... £ie6 19 f4 2fe8 20 <¿42, con una
sólida ventaja.
17 ... c5 18 £agl?
Seguía siendo fuerte 18 f5!, sin embar­
lOSgl go Lasker tenía su propia idea. “Las
blancas planean un ataque con 19 h4
La alternativa es 10 c4 y 11 f4. ó 19 fo. Parece bastante amenazador,
10... Wh5 pero puede refutarse con relativa sen­
cillez” (Romanovsky).
“Más fuerte es 10 ... 0-0 11 c4 (pero si
11 Wb3, es posible 11 ... Wxf3 12 ^.g2 18 ... c4! 19 Jkc2 f5! 20 £cl Sf7! 21
^h5 13 Wxb7 ^xh2 14 0-0-0 Sab8!) ±a3
11 ... Wh5 12 ác3 £}g6 13 Bg3 e5 14 do
79
£ice7” (Vasiukov, Nikitin).
11 Wb3!
Con la amenaza 12 Sxg7 £ig6 13 ^xb7.
11 ... £d8?I
“Después de la natural 11 ... 0-0 12 2g3
(si 12 Wxb7 Wxh2 13 fíg3 2fc8, con la
maniobra Sa8-b8-b6 y £lf5, la posición
probablemente sea favorable a las ne­
gras) 12 ... £)d8 13 e41 £g6 14 2h3
^a5 15 .&d3 e5!, y en la posición resul­
tante, aunque las blancas están mejor, 21... 2c6! 22 jkc5 2a6
las negras tienen un claro contrajuego” Las negras maniobran con éxito “blo­
(Vasiukov, Nikitin). queando a la manera de Nimzovich”, y
12 Wb5+! Lasker no consigue demostrar la supe­
rioridad de su posición.
Pero no 12 2xg7?, por 12 ... &g6.
23 a4
12 ... feb5 13 «£xb5+ c6 14 £d3
La autorrestricción del alfil de c2 es
Según los parámetros actuales, este fi­ obligada. Si 23 a3?l, 23 ... b6 24 ^.b4
nal esta virtualmente ganado por las £>c6 25 a4 &xb4 26 cxb4 £>e7 y &d5!
blancas, cuya pareja de alfiles les conce­
de una enorme ventaja. Pero las negras 23 ... £>c6 24 Sbl Bd7 25 Eggl £ge7
juegan como si nada... 26 Sb2

14 ... £g6 15 f4 0-0 16 &e2 Con 26 £.xe7l? <£xe7 27 <¡É?d2 £>d5 28


Sb5, las blancas conservarían una cier­
No sirve 16 f5?, por 16 ... £ih4. ta ventaja.
16 ... Sc8?’ 26 ... £d5 27 <¿>¿2 Sa5
Una implementación imprecisa del El centro blanco está osificado y los alfi­
plan correcto c6-c5-c4. Era imprescin­ les son inoperantes. Con sus originales
dible 16 ... f5, aunque después de 17 a4 maniobras aunque tal vez sea excesiva

108
la jugada de torre a a5, Chigorin ha Liberando al rey de la defensa del peon
confundido al gran Lasker. El campeón c3.
es incapaz de llevar a cabo ningún plan 35... g5?l
válido.
¡Inoportuno! Si 35 ... Sa5, 36 <¿’e2!, se­
28 Sgbl b6 29 Aa3 g6 30 Sb5 2a6! 31 guido de e3-e4. Sin embargo, las negras
±cl £d8 podían lograr una fuerte posición con
“Las maniobras de las negra no son en 35 ... ¿M6! 36 <á?e2 Sf7! 37 Ad2 Sa5.
absoluto de espera. Con la amenaza de De todos modos, según Romanovsky,
penetrar con su caballo en e4 preten­ “es más que dudoso que las negras pue­
den inducir el avance f2-f3, y luego ata­ dan contener al peón e, por ejemplo:
car al peón central enemigo” (Roma­ 37 ... <¿>f8 38 <±>f2 <á?e7 39 <á>g3 2T6 40
novsky). Saal, seguido de Sfl, Sael y, por fin,
e3-e4”.
32 Sal £f7
36 «¿>e2!
También es interesante 32 ... ¿üb7 33
jLa3 £ia5. Amenaza 37 fxg5 £>xg5 38 e4.
36 ... gxf4 37 e4 £T6 38 &xf4!
33 Sbbl?!
De esta forma, las blancas abren impor­
Teniendo en cuenta la posible respues­
tantes líneas en su favor.
ta de las negras, era mejor 33 ¿.a3!?
(pero no 33 h4 £ld6 34 Sbbl ^e4+!), y 38 ... £úi5
si 33 ... g5, 34 Sgl!, o bien 33 ... &Jd6 34
JLxdó! Sxd6 35 a5. 80

33 ... ¿¿Ad6?I
Según Steinitz, era mas fuerte 33 ... ga!, y
“las blancas tienen una desagradable
elección: bien entregar el peón de f4,
bien permitir que el caballo llegue a e4
después de 34 fxg5 £>xg5” (Vasiukov, Ni­
kitin). ¡Chigorin maneja sus caballos con -M■

mucho acierto!
“Steinitz pensaba que 33 ... g5 34 fxg5
£}xg5 35 2a3 £le4+ 36 ^.xe4 fxe4, y lue­
39 &e3?!
go 37 ... Sg7, conducía a un ataque ga­
nador. Según indicó Loevenfísh, las A causa de los apuros de tiempo, las
blancas podrían jugar 35 &b2, pero blancas dejan escapar la ocasión de con­
después de 35 ... £le4+ 36 ^.xe4 fxe4, el solidar su inesperada ventaja. La mayo­
caballo negro es dominante, y la posi­ ría de los comentaristas recomendaban
ción debe considerarse favorable a las 39 &d2, aunque a mí me parece preferi­
negras. Cierto que la ventaja difícil­ ble 39 2gl+!? <£f8 40 £.cl' Ha5 41 Sal.
mente puede considerarse suficiente 39 ... f4!
para ganar. Por ejemplo: 37 figl+ Sg7
38 2xg7+ <£xg7 39 (á’e2 (para seguir f2- ¡Nuevo bloqueo!
f3), con buenos recursos para seguir lu­ 40 £f2 Sa5?!
chando” (Romanovsky). .
Más consecuente era 40 ... e5! 41 Sgl+
34 f3! <e?f8, y ahora no es bueno 42 dxe5?!
Las blancas no descartan la idea del £xe5 43 Sg5?, por 43 ... Sd2+!
avance e3-e4. 41 Sgl+ si?f8
34 ... £)f7 35 Ea3! Si 41 ... 2g5, 42 3xg5+ £ixg5 43 a5!

109
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

42 Zaal?! 50 ^Lh4?I Zg7 51 d?f2 Zg6 52 Zdd5 Zal


53 £d8
Más enérgico es 42 e5! b5 43 Zaal.
42 ... e5! 43 Zabl Qg7 44 Zb4 81
A considerar era 44 d5!? £le8 45 ^.h4
£lh8 46 Zg5 £)g6 47 _&f2, y las negras tie­
nen una posición bastante insulsa.
44... Zc745 ábl?!
Era preferible 45 Zb5 Zxb5 46 axb5
^d6 47 áa4.
45 ... £ie6 46 Zdl?!
46 £a2!
46.. . £ied8! 53 ... <£d3+! 54 £xd3
Jugando “al borde del abismo”. En una 54^fl £>cb4!, con mate.
difícil situación, Chigorin no duda en
54 ... cxd3 55 Zxd3
emplear su inventiva (amenaza £lc6), y
en el momento crítico Lasker no resiste En caso de 55 &g5, sigue 55 ... Zxg5! 56
la tensión. Zxg5 d2.
47 Zd2? 55 ... Zagl! 56 Zf5+ d?e8 57 £g5
Burdo error. Era favorable a las negras Desesperada: si 57 Zxf4, 57 ... Z6g2+ 58
47 d5 £)d6 48 ác2 £8b7 49 Zgl Zg7 50 <á>e3 Zel++.
Zxg7 <á>xg7, pero con 47 ^.c2! las blan­ 57... Z6xg5
cas seguirían teniendo mejores posibili­
dades. Las blancas se rindieron. ¡Un absoluto
desastre!
Vasiukov y Nikitin recomiendan “abrir el
juego con 47 dxe5! <7ic6 48 e6!, pero no En este duelo ultratenso y no exento
48 Zb5 Zxb5 49 axb5 £cxe5 50 Zd5 de errores no importan tanto las varian­
<á,e7l (aunque en tal caso las blancas logra­ tes como toda la partida en sí. Después
rían ventaja con 51 Á.d4&e6 52 h4: G. K.), de todo, Chigorin estabajugando contra
48 ... £fe5 49 £c2 £d3 50 Zb5, y las ne­ el campeón del mundo y, como siempre,
gras tendrían que superar enormes difi­ ¡se mantuvo fiel a sus principios! En este
cultades”. Sin embargo, con 48 ... £ixb4! caso concreto, el tema fue una lucha de
49 cxb4 Zxa4 50 exf7 Zxb4 =, las ha­ dos caballos contra dos alfiles en una po­
brían superado rápidamente. sición semicerrada y el bloqueo de un
centro de peones. En conjunto, aunque
47.. . £c6!
Lasker logró las mejores posibilidades,
Ahora la iniciativa pasa a manos de las no demostró superioridad en las manio­
negras, y Lasker no logra salvar el juego. bras estratégicas. En el juego complica­
do, por otra parte, Chigorin mantuvo un
48 Zb5
pensamiento flexible acerca de toda la
Eran malas tanto 48 Zxc4? (48 ... £)d6!), partida. No es sorprendente, por tanto,
como 48 -&c2? (48 ... exd4 49 &xd4 que más tarde Lasker siempre tratase de
&xb4 50 cxb4 Zh5 - +. jugar posiciones sencillas contra él.
48 ... Zxa4 49 dxe5 £}fxe5 En opinión de muchos, el maestro
ruso jugó mejor que ninguno de sus riva­
¡Un claro ejemplo de posición en que les en el torneo. Antes de la 20a ronda
la pareja de caballos es superior a la de (la penúltima), ¡marchaba primero en
alfiles! solitario! Pero entonces, no supo resistir

110
la tensión y “vulnero el regimen compe­ “En Hastings volví a experimentar la
titivo”, perdiendo una increíble partida, enorme fuerza de Chigorin”, dina luego
con blancas, ante Janowski, probable­ Lasker. “Estaba convencido de que antes
mente la peor que jugó en toda su vida. o después tendría inevitablemente que
jugar con él un match por el campeona­
to del mundo”. El destino, sin embargo,
no lo quiso así.
32
M. Chigorin-D. Janowski
El viejo león
Hastings 1895, 20a ronda
Apertura Vienesa (C26) Así pues, Steinitz cedió el trono, con­
virtiéndose en el primer excampeón
1 e4 eo 2 4Lc3 3 d3 mundial de la historia del ajedrez. El
tiempo había hecho su trabajo, pero en
¡Chigorin nunca volvería a realizar esta partidas aisladas el viejo león podía se­
jugada! guir exhibiendo sus colmillos, recordán­
3 ... do 4 exd5? ¿Lxd5 5 'eZe2? £c6 6 dole a todos quién había sido.
±d2? £e7 7 0-0-0? 0-0 8 Wf3?? £e6 9 En la cumbre de Hastings 1895, el ge­
£ge2 f5 10 Wh3 '£M6 11 £xd5? 'e?xd5 nuino “torneo del siglo”, el destronado
12 «£c3 ^a5 monarca de 59 años ganó una partida
deslumbrante, que obtuvo el primer pre­
82 mio de belleza. Hasta aquel momento su
oponente, Kurt von Bardeleben, había
sumado 7,5 puntos (de 9 partidas), in­
cluida una victoria sobre Lasker.
I

F>(

33
W. Steinitz—K. Von Bardeleben
Hastings 1895, 10a ronda
Apertura Italiana (C54)

13 a3? _Lxa3 14 £bl £xb2+ 15 <é>xb2 I e4 e5 2 2>f3 £>c6 3 £c4 &c5 4 c3 2T6 5
^a2+ 16 <á?cl £d4 d4 exd4 6 cxd4 Jíb4+ 7 ^c3!?
Las blancas se rindieron. No hay jugada Una vieja variante de gambito, mencio­
válida para evitar el mate. Los numerosos nada por Greco. La línea “principal”, 7
signos de interrogación a las jugadas ^.d2 Jkxd2+ 8 ¿dbxd2 d5 9 exdo ^xd5
blancas fueron otorgados por la propia 10 ^b3, resulta inofensiva, debido a
victima. 10 ... 4¿5a5! (mejor que 10 ... ¿ice7 11 0-0
0-0 12 Sfel c6) 11 Wa4+ £c6 =.
Este acontecimiento es, en mi opi­
nión, aún más trágico que el desenlace 83 I
de la 23a partida del segundo encuentro
con Steinitz (núm. 26). Claro que, como
solía decir Tal, ¡cada ajedrecista forja su
propia fortuna en cada torneo! La con­
secuencia fue que Mijail Ivanovich se
quedó a medio punto del vencedor, Pills­
bury, tras derrotarle en su partida indivi­
dual (un Gambito de Rey en la primera
ronda), pero por delante de Lasker, Ta-
rrasch y Steinitz.

111
Gary Kasparov - Mis GENIALES EREUECtsuKra

7... d5?! &xh6! +- (Steinitz-Schiffers, Rostov so­


bre el Don 1896, match), o bien 9 ... £ib6
Bardeleben evita repetir la partida pre­
10 Sel+ ±e7 11 £b3 0-0 12 d5 £a5 13
cedente Steinitz-Schlechter, en la que
después de 7... £>xe4! 8 0-0 ^xc3 9 bxc3 .á.c2 £ac4 14 ^d3 Í5 15 £b3 2>d6 16
Af4 £¡d7 17 We3 2f7 18 £d4 £f6 19
d5 10 Aa3?! £e6? 11 Áb5 £d6 12
Sadi (Steinitz-Blackbume, Nuremberg
-á.xc6+ bxc6 13 £¡e5 04) 14 £xc6 Wfb, las
negras conservaron con dificultades el 1896). Tampoco es mejor 9 ... £ixc3 10
equilibrio. Lo más exacto, sin embargo, bxc3 Jle7 (10... £xc3? 11 Wb3! áxal 12
se vio en el match-revancha Steinitz-Las- &xf7+ <á?f8 13 £a3+ £e7 14 Exal + -) 11
Jtf4 (Bilguer).
ker (Moscú 1896, 3a partida): 10 ... dxc4!
11 Sel Jte6 12 Bxe4 '^d5 13 We2 0-0-0 10 ±g5 &e7?!
14 £}e5 She8, conservando un fuerte
peón de ventaja. Mejor es 10 ... ^d7. Por ejemplo: 11
Axd5 JLxd5 12 Sel+ <¿>f8! (12 ... £e7?
Hay que añadir que en 1899 entró en 13 &xd5 Wxd5 14 ^.xe7 5}xe7 15 We2
escena el inteligente Ataque Móller, 9 ^d6 16 m>5+) 13 Se3 £xc3 (o'bien
d51? (en lugar de 9 bxc3), jugándose, 13 ... f6 14 £ixd5 ^xd5 15 &f4) 14 bxc3
exactamente cien años después, dos in­ f6 15 ^.f4 Se8 16 £id2, con una pequeña
teresantes partidas sobre este tema en ventaja de las blancas.
la confrontación Fritz6-Anand (Franc­
fort 1999): 11 Axd5! Axd5 12£xd5

1) 9 ... £f6 10 Sel £k7 11 Sxe4 d6 12 O bien: 12 ^lxe7 £}xe7 13 Sel 0-0 14
jLg5, y en vez de 12 ... 0-0? 13 Jtxfb gxfb Sxe7, y ahora 14 ... ^.xf3! 15 't^el Ac6
14 Wd2, deberían haber jugado 12 ... 16 We5 Se8 =.
Axg5 13 &xg5 h6 14 (es favorable a 12 ... ^xd5 13 Axe7 <£xe7
las negras 14 £}f3 0-0, o bien 14 &b5+
Jtd7 15 We2 Axb5! 16 Wxb5+ ^d7 17 Si 13 ... *á,xe7, las blancas conservan una
^e2 ‘á’fS, Barczay-Portisch, Hungría clara ventaja con 14 Sel She8 (14 ...
1969) 14 ... hxg5 15 Sel Ae6! 16 dxe6 s£d7 15 Wa4!) 15 Sc5 Sd6 (15 ... '^xa2
f6, con juego complicado. 16 Wc2 'é’dó 17 Sb5) 16 Wc2, aunque en
la partida por correspondencia
2) 9 ... £>e5! 10 bxc3 £ixc4 11 '^d4 0-0?
Weiss-Seibold (1933), también lograron
(pero no 11 ... £icd6? 12 Wxg7 Wf6 13
imponerse con 14 Eel+ ‘é’fS 15 We2 f6
^xf6 £}xf6 14 Sel+; ni tampoco 11... f5,
16 Sacl Sc8? (16 ... <¡É?f7l?) 17 Sc5 'ld6
Schlechter-Lasker, Londres 1899) 12 18 Wc4 (18 Wb51?) 18 ... £d8 19 Sd5
Wxe4 &d6 (más penetrante es 12 ... b5!?
Wc6 20 We2! £f7 21 We7+ <á?g8 22 Bd7
Dzindzihashvili-Karpov, Mazatlán 1988)
Wc4 23 d5!
13 Wd3 b6! (esto ya se ha jugado) 14
£a3 m 15 Wd4 Wxd416 £xd4 &b717 14 Sel f6
^.xd6 cxd6 18 £)f5 g6 19 £lxd6 ^Lxd5, y
La posición crítica en esta variante de
las negras materializaron su peón de
apertura.
ventaja. Esta es la moderna forma de
combatir los gambitos: devolver oportu­
84
namente parte del “botín* y todo habrá
terminado.
Esta información de apertura explica
por qué la Italiana clásica, con 4 c3 y 5
d4, se juega tan raramente en los tor­
neos actuales.
8 exd5 ¿dxd5 9 0-0! Jte6
Es favorable a las blancas 9 ... JLxc3 10
bxc3 0-0 11 Wc2 h6 12 Sel «&e6?! 13

112
15 We2?! Se8 (peor es 18 ... fxg5 19 Wf3+ Wf7 20
^xd5, o bien 18 ... c6 19 £e&í- d?g8 20
De modo imperceptible “va fraguándo­
&f4 Bd8 21 Wh5 Wf7 22 Wf3) 19 Wf3
se una deslumbrante brillantez”. Algu­
c6 20 Wa3+ <£g8 21 £e4 (21 Wi3 Wc8!)
nos comentaristas han señalado aquí 21 ... b6 22 b4!, y las blancas no tienen
una forma más efectiva de proseguir el más que la iniciativa por el peón, aun­
ataque. En 1978 Igor Zaitsev recomen­
que las negras deben jugar con suma
dó 15 ^a4+!, y tras 15 ... <&£7 (si 15 ... exactitud. Es malo, por ejemplo, 22 ...
c6? ó 15 ... Wd7, 16 fb4!, y si 15 ... f5?, debido a 23 <£ig5 Bxel+ 24 Sxel g6
‘¿'dS?!, son buenas 16 Se2,16 £)d2 y 16
(24... h6? 25 Wxa7 + -) 25 b5!
^b4 Se8 17 Sacl) es muy molesta la
continuación 16 Sacl Wd6! 17 Wb3+ 16 ... c6?
£>d5, o también 16 Wb4 She8 17 Sacl Era imprescindible 16 ... ‘á’H!, y el sa­
a5! 18 Wa3 &c6, etc. Pero sólo en 1983 crificio de calidad no da resultado: 17
descubrió Geller 16 £}e5+! fxe5 (16 ... Wxe7+?! Wxe7 18 Sxe7+ <á>xe7 19
si?f8 17 £>d3!, con la amenaza £>f4, y si Sxc7+, por 19 ... ‘¿’dó 20 Sxg7 (aún es
17 ... go, entonces 18 Sacl c6 19 Wa3 + -) peor 20 Sxb7? Shb8 21 Sxg7 Sxb2 22
17 Sxe5 Wd6 18 ^c4+! <á?f8 19 Sael h3 Sxa2 23 Sxh7 a5!, etc.) 20 ... Sac8!
<£g8 (19 ... 2>g6? 20 5fo+; 19 ... 3e8 20 21 g3 Sc7, y las negras tienen un buen
Sle4 g6 21 Se6! +-) 20 Sdo Wc6 21 final. En caso de 17 Wc4+ (a diferencia
Wb4+! <á?fZ 22 Sc5 Wd6 23 Wc4+ £f8 de la variante 16 Sadl) vale 17 ... ¿bd5.
24 Sxc7, ganando. El inmediato sacrificio de caballo tam­
15 ... Wd7 poco reporta nada concreto: 17 £)e5+
fxe5 18 dxe5 Í?e6 19 Sxc7 Hhd8! 20
Pero no 15 ... 'e?d6?, por 16 ^bo+ ^c6 Sxb7 •á’gS, o bien 17 £}g5+ fxgo 18
17^b4Wd6 18 Wxb7. W+ £f5! 19 g4 She8 (Neishtadt).
16 Sacl Yo he tratado de lograr ventaja con 17
Reres propuso 16 ^e4 c6 17 Se2 ‘é’f/ £)d2, pero sin éxito. Por ejemplo: 17 ...
18 Sael £ido 19 Wh4, con cierta pre­ c6 18 £ie4 b6! (para controlar al caballo)
sión. Romanovsky, por su parte, 16 d5 19 ^c4+ <á?g6! 20 Wd3 (20 Bc3 £fo =)
&f7 17 Sadl Sad8 (17 ... Shd8!?) 18 20 ... <á>f7 21 Wb3+ £d5 22 Sac8 =.
^e6+! (18 £d4 £xd5) 18 ... Wxe6 19 17d5ü
dxe6+ <á?g6 20 £h4+ <á?h5 21 Sd7 £d5
22 Sxd8! (22 &fo Sxd7 23 exd7 Sd8 Ruptura central antológica, estricta­
24 £>xg7+ <á?h6! =) 22 ... Sxd8 23 ftfo mente de acuerdo con la teoría de Stei-
‘¿’gó 24 g4, con un buen peón de venta­ nitz: ¡el jugador que tiene ventaja está
ja, aunque sigue abierta la cuestión de obligado a atacar! Sobre todo, si eso
si será suficiente para ganar. equivale a ganar forzosamente.

También parece lógica la continuación 17 ... cxd5


16 Sadl!? Ahora, según análisis de Zait­ Por fortuna para el ajedrez, Bardeleben
sev, son malas tanto 16 ... <&f7 (16 ... no percibió el genial proyecto de Stei-
<é>d8 17 d5) 17 Wc4+ <¿>f8 (17 ... <£>d5? nitz, pues de otro modo habría optado
18 £>e5+! fxe5 19 dxe5 +-) 18 d5, con por 17 ... tá?f7. Cierto que en tal caso po­
gran ventaja, como 16 ... Sd8 17 Wc4 c6 dría seguir 18 dxc6 bxc6 (18 ... £}xc6 19
(17 ... <£Í8 18 Wb4 c6 19 do! cxd5 20 Hedí) 19 Sedl (ó también 19 Wc4+
2>d4 <¿rf7 21 £>e6 Sde8 22 Wg4 ^Í5 23 Wdo 20 Wxd5+ exdo 21 Bc7 She8 22
£ixg7 +-) 18 Sd3 <¿*£8 19 ^g5! fxg5 20 £>d4), y las “máquinas” dictaminan “+ -”:
Sf3+ £if5 21 g4 g6 22 gxf5 gxf5 23 19 ... We6 20 Wxe6+ <±>xe6 21 &d4+ 3?f7
Wc5+, etc. Sin embargo, después de 22 &xc6, etc., o bien 19 ... £id5 20 £>d4
16 ... d?£8! 17 d5!? (17 ^c4 £jd5! 18 Sac8 21 Wc4, ‘con la inevitable £>xc6
^d2 <®>f7 19 £je4 She8 =, o bien 18 Se2 (por ejemplo: 21 ... Wg4 22 h3 Wf4 23
c6 19 Zdel *éf7 =) 17 ... 2>xd5 18 2>g5! g3 We4 24 Sel Wg6 25 2>xc6).

113
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

18 2d4 <á?f7 19 2e6 24 Zg7+! ®h8!

Con la amenaza 20 Ec7. Fallaba 24 ... <¿?f8 25 2xh7+! <¿?xg7 26


Wxd7+.
19 ... Zhc8

Tampoco servía 19 ... Zac8 20 Wg4 g6 86


21 2g5+ <á?e8 22 3xc8+, ni 19 ... 2c6 20
£c5! Wf5 (20 ... Wc8 21 Wh5+) 21
£xb7 Wd7 22 2c5 Wf5 23 2e6 Sac8 24
Wa6 2e7 25 Exc8 Exc8 26 h3 Ec4 27
f3! + -.
20 ^g4! g6 21 £g5+ <á>e8

85

25 Sxh7+!

Un hermoso remate. Las negras se rin­


dieron. Bueno, lo cierto es que Barde-
leben abandonó la sala de juego sin re­
gresar, quién sabe por qué. Más tarde,
enviaría una nota comunicando su ren­
dición.

22 Exe7+! Pero Steinitz demostró que, en cual­


quier caso, las negras estaban perdidas:
¡Maravillosa combinación! 25 ... &g8 26 Eg7+! s*?h8 27 ^h4+ &xg7
28 ^h7+ ££8 29 Wh8+ <¿?e7 30 Wg7+
22 ... <á?f8!
<¿>e8 (30 ... <¿>d8 31 ^f8+ We8 32 247+ y
Si 22 ... <¿>xe7, Steinitz jugaría 23 Eel+ 33 Wd6++; 30 ... <¿>d6 31 ^xf6+, y la to­
<£d6 (23 ... <¿>d8 24 2e6+ <á>e7 25 2c5+) rre de el impide decisivamente el paso
24 Wb4+ <á’c7 25 2e6+ (o bien 25 del rey a la columna c) 31 Wg8+! &e7
Zcl+) 25 .../á?b8 26 m4+ Ec7 27 2xc7 32 ^£7+ £d8 33 Wf8+ ^e8 34 2f7+
Wxc7 28 Ze8++. Una variante mostrada <á>d7 35 Wd6++.
por la máquina es 23 Wb4+, ganando
aún más rápidamente, tanto si 23 ... Aquí no puedo sino recordar las
‘á’eS 24 Eel+ <é>d8 25 2e6+, como si elevadas palabras de Hannak, biógrafo
23 ... Wd6 24 ^xb7+ Wd7 25 Eel+ <É>d6 del primer campeón mundial: “Esta
26 2f7+. fue la última expresión de un sueño,
en el que toda la brillantez, grandeza y
23 Ef7+! felicidad, imaginadas en su juventud,
se dieron cita en un cálido 17 de agos­
Obviamente, no es posible 23 Wxd7??, to de 1895, el día en que ganó la parti­
por 23 ... £xcl+, ni 23 Zxc8+? ¿Por da más brillante de su vida”.
qué? Pronto lo veremos, en la nota a la
En Hastings 1895 participaron los
jugada 25 de las blancas. cinco mejores jugadores del mundo.
23 ... <á>g8! Clasificación final: 1. Pillsbury 16,5 de
21 (¡la sensación del torneo!); 2. Chi-
Sería desesperado para las negras gorin 16; 3. Lasker 15,5; 4. Tarrasch
23 ...Wxf7 24 Exc8+ Exc8 25 Wxc8+ 14; 5. Steinitz 13. ¿Cuál de ellos era el
We8 26 2xh7+. mejor? Durante un breve período de

114
Whilhelm I

tiempo quedó instituida una especie ^a8 =) 12 ... cxd4! 13 ¿üa2 (o bien 13
de “república del ajedrez”. exd5 ¿xb4, con amenazadora iniciati­
Poco tiempo después, en San Pe­ va) 13 ... .á.d7 14 ^Fa6 dxe3 15 fxe3 c6
te rsburgo (1895/96) se pondría en 16 £e2 2>e4 17 £g3 £d6 18 £d3 ^a8
marcha un match-torneo cuadrangular 19 ®xa8 Sxa8 20 &c3 &e8, con una
(Tarrasch declinó participar) a seis gran ventaja (Lerner-Geller, Riga
vueltas, cuya conclusión vio el incues­ 1985, 52° Campeonato de la URSS).
tionable triunfo de Lasker. Sin embar­ 7 ¿dxe4!
go, en una de las partidas el joven cam­ Pero no 7 ^.d3? 1 &xc3 8 bxc3 b6! =.
peón sufrió un amargo desencanto.
7 ... dxe4 8 Wc2 f5 9 &c4
Poniendo de manifiesto la debilidad
de e6.
34
9 ... £>c6 10 a3
W. Steinitz-E. Lasker
San Petersburgo 1895/96, 4a vuelta Previniendo la maniobra &b4-d5 y dán­
Gambito de Dama (D35) dole al alfil una retirada por a2, caso de
que las negras jugasen £>c6-a5.
1 d4 d5 2 c4 e6 3 ¿Lc3 4£>f6 4 Jkf4 10 ... -&f6
Las blancas juegan con mayor frecuen­ 87
cia 4 Ag5 (Steinitz-Anderssen, Viena
1873), o bien 4 cxd5, aunque también
se ve 4 £lf3, y si 4... ^.e7, entonces 5 -&f4
0-0 6 e3. Por ejemplo: 6 ... c5! 7 dxc5!,
etc. (Steinitz-Bum, Hastings 1895).
4 ... ^.e7
Más enérgico es 4 ... c5, como jugó Las­
ker en la sexta vuelta de este mismo
match-torneo. Después de 5 e3 (5
£>b5?! cxd4!) 5 ... &c6 (también es bue­
no 5 ... cxd4 6 exd4 dxc4 7 &xc4 £}c6 8 11 0-0-0!
£¡f3 Jte7 = Zukertort-Steinitz, EEUU
1886,13a partida) 6 £}f3 a6 7 dxc5 Una solución concreta: teniendo en
.&xc5 8 cxd5 £jxd5 9 £ixd5 exd5 10 cuenta la disposición de peones en el
.&d3 .á.b4+, y las negras tienen un jue­ flanco de dama, así como el proyectado
go cómodo. contragolpe e6-e5, Steinitz cambia de
planes. Ahora las blancas se preparan
5 e3 0-0 6 c51? para atacar el debilitado centro enemi­
En la segunda vuelta se jugó 6 Sel c5 7 go (con f2-f3l), y también para lanzar
dxc5 .&xc5 8 cxd5 exd5 9 £jf3 £}c6 10 un potencial ataque en el flanco de rey.
.&d3 d4 11 exd4 &xd4 11... &h8
6 ... <£e4?! “Esta jugada y la siguiente constituyen
una preparación de la ruptura e6-e5:
Hasta el genial Lasker subestima el pe­
también atenúa un tanto los efectos del
ligro que acecha a las negras en el flan­
avance f2-f3” (Romanovsky). Parece
co de dama, y su tentativa de lograr
desventajoso 11 ... £>e7 (11 ... b6? 12
contrajuego en el centro resulta favora­
ble a su oponente. La forma más preci­ d5!) 12 f3! £d5?! 13 fxe4 £xf4 14 exf4.
sa de llevarlo a cabo se encontró casi 12 f3 We7?!
un siglo más tarde: 6 ... b6! 7 b4 a5 8 a3 Las negras quieren acelerar el avance
axb4 9 axb4 Sxal 10 Wxal 11 Wa4 e6-e5, en vista de que 12 ... ex£3 13
bxc5!! 12 Wxc6? (12 bxc5 &d7 13 &b5 &xf3 We7 no les satisfacía.

115
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

13 -S-g3! Es malo 16 ... e5?, por 17 d5!, mientras


que 16 ... Zg8 17 We4 Sxg3?! permiti­
No aceptando el sacrificio de peón, 13 ría al caballo blanco sumarse al ataque:
fxe4?, ya que la iniciativa pasaría enton­
18 £e2 Zg7 19 2T4.
ces a las negras, con 13 ... e5! 14 d5
exf4 15 dxcó Wxc5, o bien 14 dxe5 17 f4 Ef7?
&xe5. Ahora las negras están sentenciadas.
13... f4?I Era de considerar 17 ... Hg8, aunque
después de 18 We4 Sxg3 19 £>e2 Eg7
Muy característico de Lasker, que solía
20 5h6 y fidhl, la posición blanca se
provocar posiciones dudosas, en las
hace más agobiante.
que era capaz de crear complicaciones
masivas, ganando de esa forma nume­ 18g4 2g7
rosas partidas, muy disputadas y de
Si 18 ... 2g8, sigue 19 Who y g4-go.
gran interés. Sin embargo, aquel día
¡Steinitz se mostró irresistible! 19 Wh6!
No 19 Who?, que permitiría las ne-


88
gras defenderse con ^.e8-g6.
19 ... Sxg4 20 £d3 Eg7
También es malo 20 ... Eh4 21 Sxh4
£xh4 22 £if3 AÍ2 23 Zhl ALxe3 24 <±>bl + -

21 £f3 Wf7 22 g4!


El ataque blanco se juega solo.
22 ... 2ag8 23 g5 Ad8

14 Wxe4ü 89
¡Sorpresa! Un bonito sacrificio posicio-
nal de pieza. Es evidente que las negras
esperaban la “natural” 14 ^.xf4? e5 15
dxe5 £ixe5 16 Wxe4? áLfo! 17 Wxfo
£}xc4 - +.
14 ... fxg3 15 hxg3
Las blancas tienen dos peones por el
alfil, además de una iniciativa inextin­
guible.
15 ... g6?I
24 Sh2!
Lasker entrega un tercer peón, con la
Mucho más fuerte que 24 g6?! Exg6!
esperanza de abrir la columna g en su
Después de Edl-hl la catástrofe en
favor. Si 15... h6, podría seguir 16 ^.d3,
h7 es inevitable. El resto de la partida
ó 16 f4 ^.d7 17 £if3 y g3-g4. Se sugiere
sobra.
por sí sola 15 ... g5, a lo que Steinitz
pensaba responder con 16 f4 g4 17 24 ... Sg6 25 Wh5! £6g7 26 Sdhl!
JLd7 18 Wc2 y el avance e3-e4-e5, y Wxh5 27 Sxh5 Sf8 28 Zxh7+ Hxh7
el posible doblaje de torres en la co­
lumna h. No hubiera sido fácil para las Si 28 ... <á?g8, 29 Exg7+ <¿>xg7 30 2h7+.
negras resistir la creciente presión. 29 Sxh7+ <á?g8 30 2xd7 Zf7 31 £c4!
16 Wxg6 ±d7 Abajo el telón. Un “pequeño chiste”

116
del genio: si 31 ... Sxd7, 32 Axe6+ fif7 repercusiones que pudieran derivarse
33 g6. Las negras se rindieron. de ello, o la respuesta que podría pro­
vocar. A los pocos años de su llegada a
El espíritu de lucha y la energía
América, apenas podía encontrar una
mostrados por Steinitz -que no se en­
ciudad que le invitase a dar una exhibi­
contraba del todo bien y lejos ya de sus
ción de simultáneas. Algo muy com­
mejores días- tanto en esta partida prensible, pues una de las primeras co­
como en todo el match-torneo de San
sas que hizo al llegar fue someter a
Petersburgo, suscitaron una enorme
Morphy, el genio americano, a una crí­
admiración. tica destructiva”.
Un año después, en Moscú (1896/ Durante el match-revancha de Mos­
97) el excampeón perdió ante Lasker cú, Steinitz comenzó a sufrir serios
el primer match-revancha de la histo­
problemas de salud, debiendo inter­
ria, iniciándolo con cuatro derrotas su­
narse durante todo un mes en el hospi­
cesivas. Esto, sin embargo, no le impi­ tal. Pero incluso en tan difíciles condi­
dió enviar una carta de felicitación a su
ciones, jugando contra un joven y
viejo oponente Chigorin, que acababa
fuerte oponente, el maestro pudo, a
de ganar el torneo de Budapest: veces, crear genuinas obras maestras
Mi querido amigo y profundamente de la estrategia.
respetado colega:
Por favor, acepte mis más sinceras feli­
citaciones por su gloriosa victoria en Bu­
35
dapest. Los admiradores de nuestro noble
E. Lasker-W. Steinitz
arte estarán encantados por el hecho de
que el vencedor sea un representante de Moscú 1896/97, Match-revancha
Rusia, que en los últimos tiempos ha rea­ Campeonato Mundial, 8a partida
lizado las mayores contribuciones al de­
sarrollo del ajedrez, gracias, sobre todo, a
su genio y autoridad.
Permítame asegurarle que entre todos
los maestros de ajedrez que conozco, le de­
seo a usted los mayores éxitos en el futuro.
EJ M g
fcz

Con mis mejores deseos,


W. Steinitz.
cg.

No recuerdo que se hayan escrito


f

muchas cartas así en el siglo XX... ¡Y


aún hablamos del carácter difícil, aso­
cial y hasta pendenciero del primer
campeón mundial! “Discutía acerca de
todo”, escribió Znosko-Borovsky. “Ale­ 23 ... g5!
gre, agradable y agudo, aunque sólo a Retrasando el ataque blanco, para ini­
ratos, amante de las anécdotas gracio­ ciar la ruta de su caballo hacia d3. Era
sas, capaz de citar largos versos de poe­ mala la inmediata 23 ... ¿£bc5?, debido
mas que nunca se había propuesto a 24 fxg6 hxg6 25 £xd7 ¿&xd7 26 Wg4
aprender de memoria, sino que había 2g8 27 £}hf5!+-.
leído sólo en un par de ocasiones, ad­
mirador de la música de Wagner, que 24 2if3 £ibc5 25 h4l?
podía escuchar durante horas. Sin em­ “Abriendo líneas para proseguir el ata­
bargo, era una persona difícil donde­ que. Si 25 See2 ¿id3, amenazando la
quiera que se encontrase. Hacía, decía combinación 26 ... ¿dxb2 27 Sxb2
y escribía lo que consideraba necesario &xc3. Por ejemplo: 26 2ed2 ^.a5 27
y correcto, ignorando por completo las _&h5 We7 28 4¿}e2 (la defensa del peón

117
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

de c3 después de £)xb2), o bien 26 ¡Toque de retirada! Muchos comenta­


^al .&a5 27 b4 &b6 28 £xb6 £xb6 29 ristas no comprendieron por qué Las­
£>el £T4, y 30 ... a5, con difícil juego ker no jugó 33 £jg6+!? La computadora
en ambas variantes para las blancas” resuelve el dilema en unos cuantos mi­
(Euwe). nutos: 33 ... .&xg6! (no, sin embargo,
33 ... hxg6? 34 &xf6! Sg7 35 ^.xg7+
25 ... gxh4 26 £xh4 2id3 27 27 Sfl
<á>xg7 36 Wh7+ &xfb 37 fxg6+ $f4 38
Un sacrificio de peón prácticamente Wh4+) 34 fxg6 2xg6 35 ¿Lxf6 (35 2xf6?
forzado. Si 27 2ee2, sigue 27 ... 2g8! Sxf6 36 £g5 ^f4!) 35 ... 2xf6! 36 £g5
(no seria suficiente 27 ... &dxb2 28 Baf8 (con la sencilla 36 ... Sxfl 37
2xb2 £xc3) 28 Ah5 (28 Sed2 &b6) ±xe7 ágl+ 38 &hl -38 &g3?! Kg8!-
28 ... #Í8 29 £}fl &b6! 30 £xb6 axb6, 38 ... ^.f2+, hay jaque perpetuo) 37
con la continuación ^h6 ó ¿Lf4. Sxf6 Sxf6 38 &f5 £g8 39 Wh4 (o bien
27 ... ^axb2 39 Axf6 Wxf6 40 Wxh7+ £f8) 39 ...
Ad8 40 &xf6 Wxfb 41 Wxh7+ &f8, y a
27 ... Sg8?! 28 b4. pesar del escaso material, las' negras
28 Wf3 Ab6 29 <á>h2 mantienen probabilidades de victoria.
“Las negras podían haber cambiado al­ 33 ... <£ac5
files (29 ... ¿xe3), pero no se apresu­ 33 ... &a5!?
ran con este cambio, porque una vez
que el alfil de e3 se mueva, su alfil de 34 Ee2
b6 impedirá la maniobra de ataque De nuevo tenía Lasker la oportunidad
Shl y'á’gl” (Euwe). de jugar 34 £}g6+! ? ^.xg6 35 fxg6, pero
30 &h6 ^e7 31 £h5 es posible que no hubiese tablas des­
pués de 35 ... Sxg6 36 £ig3 Sag8 37
Aparentemente, preparando una com­
£>f5 '^d7 38 Jthñ ^xe4! 39 j£.xg6 2xg6
binación...
40 Jte3 .áa5.
31 ... J£.e8!
34 ... £d7
¡Excelente jugada defensiva!
34... ^.ao -+.
32 W13
35 g3 a5
O bien 32 £g3 £u4 33 Ah5 Aa5 34
£le2 <?}ac5, etc. Ahora las blancas se encuentran en
muy mala situación.
32 ... ¿£a4
36 £)g2 b4 37 £¡e3 Sc8
Se ha llegado a una pintoresca posi­
ción, con la columna h plagada de Lo más sencillo era 37 ... Axe3 - +.
piezas. 38 £dl
91 38 cxb4 axb4 39 2c2 c3!, etc.
38 ... bxc3
“Era más fuerte 38 ... b3 y £}7c5” (Eu­
we).
39 2>xc3 .&d4 40 £d2
40 £dl JU7.
40 ... £>7c5
40... Sb8!?
41 ^h4 £xh5 42 £xh5 Sb8 43 &dl
, 33&f3?! £la4

118
Whilhei.m I

Con la amenaza c4-c3. También era po­ B8c2+ 57 <á>f3 Bc3+ 58 &g4 ~c4 59
sible 43 ... Sbll? Bb8+ Bc8 - +.
44 &xa5 2a8 45 £d2 56 Sb7!
O bien 45 ^.el £}xel 46 Bfxel c3 47 Se acordaron las tablas, en vista de
Bc2 £>b2 48 £xc3?I Bgc8 49 Bxb2 (49 que 56 ... ^xb7 (56 ... Bc7? 57 Bxc7
Secl? 2>d3 -+) 49 ... _&xc3 50 See2 Wxc7 58 '^xf6+ <á?g8 59 &F7+!) 57
&xb2 51 Bxb2 Bcb8 52 Sc2 Sb4 - +. Wxf6+ Wg7 (57 ... <¿>g8? 58 ^xd8+
<á>g7 59 -&h51? Bc8 60 f6+ 'á’hó 61
45 ... c3 46 £.xc3I?
^xd6, etc.) 58 ^xd8+ ^g8 59 Wf6+,
Una tentativa desesperada. Si 46 JLh6, con jaque perpetuo.
las negras pueden elegir entre 46 ...
<£ab2 47 <£e3 áxe3 48 £xe3 Sxa2 y En el match-revancha Steinitz expli­
46 ... Bgc8 47 £e3 &xe3 48 Axe3 c2. có su mal juego en la prensa: “¿Por qué
46 ... £ixc3 47 £ixc3 Jí.xc3 48 2f3 4Lcl pierdo de forma tan ignominiosa? En
49 Bc2 £xa2 50 Sfxc3 £xc3 51 Sxc3 primer lugar, porque Lasker es el me­
gc8 jor jugador con el que jamás me haya
encontrado, quizá el más fuerte de
Chigorin recomendaba 51 ... Sg5!? 52
cuantos han existido. Sencillamente,
&f3 (o bien 52 g4 2a2+ 53 <á?h3 Sa7
no puedo resistir una lucha con un
54 &g6 Ha3 55 Bxa3 Wxa3+ 56 <£g2
maestro de primera fila. Pero un juga­
Wa7 -+) 52 ... Sa2+ (52 ... <£g7!?) 53
dor de ajedrez no tiene más derecho a
^h3 !¿’g7 54 g4 h5 55 gxh5 Wa7 56
estar enfermo que el que tiene el co­
Wel (56 h6+ <éh7) 56 ... ^Í2 57 ^xf2
mandante en el campo de batalla”.
Bxf2 58 Adl Bfl 59 ±Í3 &h6, seguido
Sus fuerzas rápidamente le fallaron.
de Bggl y «¿’go-fd.
A finales de siglo aún conseguiría un
52 b3I? 2a2+ 53 <£h3 Bac2 cuarto puesto en el maratoniano tor­
¿¿al - +, pero no 53 ... cc2?l 54 neo de Viena 1898, siendo su último
- X)
: 4-

&g7 55 Áe2! =. torneo el de Londres 1899, y aunque


por primera vez en su carrera no ganó
54 Bb6 un premio, al final sí ganó una partida,
La última tentativa de pescar en río re­ contra Janowski, que sería la última de
vuelto. su vida.
54 ... B2c3 55 £g6 El gran maestro finalizó sus días en
plena encrucijada del siglo XX, y en la
Con la amenaza Bxd6. miseria, en un asilo mental de la Isla de
Ward, no lejos de Nueva York. Llegó
92
allí por barco, sujetando contra su pe­
cho un pequeño tablero de ajedrez. Se
imaginaba que producía corriente eléc­
trica, moviendo sus piezas y atacando
las enemigas. Se imaginaba que seguía
jugando contra Lasker y hasta contra
Dios... y estaba seguro de que ganaría.
La inscripción en su tumba podrían
haber sido las palabras de Chigorin:
“Era indudablemente un genio del aje­
drez, uno de los mayores que jamás ha
vivido. Y lo que más respeto de él, por
55 ... Sd8?
encima de todo, es que creía que el aje­
Consecuencia de la fatiga. Las negras drez era un arte. La lucha contra él en
habrían ganado fácilmente con 55 ... el tablero me reportó momentos de in­
S3c7, o también con 55 ... Bel! 56 tá’g2 tenso placer y períodos de desánimo”.

119
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

En sus años de declive, Steinitz dijo de la estrategia general del ajedrez.


en una ocasión de sí mismo: “No soy un Fue un pionero y uno de los más pro­
historiador de ajedrez. Sólo soy yo mis­ fundos investigadores de la verdad del
mo una pieza en la historia del ajedrez, juego, que estaba oculta para sus con­
que nadie puede evitar. No escribiré temporáneos”.
acerca de mí mismo, pero estoy seguro Alekhine: “Que Steinitz elaboró to­
de que alguien lo hará”... Ciertamente do el cuerpo teórico del ajedrez, cuan­
se ha escrito acerca de él, muchos lo hi­ do estaba en su apogeo, es algo que re­
cieron. Los más eminentes divulgado­ sulta muy remoto para nuestros filósofos
res de sus ideas fueron Tarrasch, Lasker domésticos del juego. En cuanto a sus
y, algo más tarde, Euwe. Puede afirmar­ opiniones sobre Morphy, a quien trata
se que de su escuela emergieron Pills­ de desacreditar por completo, es, por
bury, Schlechter, Maróczy, Rubinstein, supuesto, imposible estar de acuerdo”.
Capablanca... Incluso Alekhine, según Petrosian: “La significación de Stei­
su propia admisión, aprendió más de nitz en la enseñanza del ajedrez es que
Steinitz que de cualquier otro maestro demostró que en principio el ajedrez
del pasado. tenía una naturaleza lógica, estricta­
Por supuesto, ha llovido mucho des­ mente definida”
de entonces, y han cambiado no pocas Fischer: “Steinitz es el llamado pa­
cosas en el ajedrez. Así, la mejora de la dre de la escuela moderna de ajedrez.
técnica defensiva, que ha hecho muy di­ Antes de él, el rey se consideraba una
fícil conseguir ventaja sin riesgo, por lo pieza débil y los jugadores sólo trata­
que uno de los jugadores está obligado a ban de atacar directamente al rey con­
luchar por la iniciativa por medios hipe- trario. Steinitz afirmó que el rey era
ractivos y, a veces, arriesgados, aun a cos­ bien capaz de cuidar de sí mismo, y que
ta de debilitar la propia posición, lo que no debía ser atacado hasta que no se
difícilmente le hubiera gustado a Stei­ dispusiese de ventaja posicional. Los
nitz. Sin embargo, cuando la defensa se peones debían quedar en sus casillas,
ha llevado a la perfección, no hay otro decía Steinitz, porque una vez avanza­
camino que asumir ciertos riesgos. dos no pueden proteger el mismo te­
Me gustaría concluir este capítulo rreno. Entendía más acerca del empleo
con algunas notables opiniones de los de las casillas que Morphy, y contribuyó
reyes del ajedrez. mucho más a la teoría ajedrecística”.
Steinitz: “El ajedrez no es para los
pusilánimes, porque absorbe por com­
pleto a una persona. Para conseguir pro­
fundizar en este juego, hay que entre­
garse a la esclavitud. El ajedrez es difícil,
requiere trabajo, reflexión seria y minu­
ciosa investigación. Sólo una crítica ho­
nesta e imparcial conduce al objetivo.
Lamentablemente, muchos consideran
al crítico un enemigo, cuando deberían
ver en él a un guía hacia la verdad”.
Lasker: “Steinitz fue un pensador
que merecía sentar cátedra en la uni­
versidad. No era un jugador, como el
mundo creía. Su temperamento estu­
dioso hacía que eso fuera imposible.
Fue vencido por un jugador y al final,
poco valorado por el mundo, murió”.
Capablanca: “Steinitz fue el prime­
ro en establecer los principios básicos

120
Capítulo dos

Emanuel II
CMAAUtL 11

1 segundo campeón mundial, prepararse de forma concreta, es decir,


Emanuel Lasker (24.12.1868- específicamente para un torneo deter­
11.1.1941) mantuvo su reinado minado. La preparación de Lasker fue
más tiempo que ningún otro, 27 años, propiciada por su universalidad aje­
una marca difícilmente superable. Era drecística. No tenía ‘gustos’, no tenía
un hombre de amplia educación, doc­ un ‘estilo’, lo hacía todo con la misma
tor en filosofía y matemáticas, como au­ fuerza, igualmente bien, tanto en de­
tor de trabajos científicos y libros, in­ fensa como en ataque, en posiciones
cluido su famoso Manual de Ajedrez, e tranquilas como en salvajes complica­
incluso de dramas histórico-filosóficos. ciones, en el medio juego como en el
Sabiduría innata, un intelecto des­ final. Por consiguiente, el principal ob­
arrollado, profunda fe en sí mismo, en jetivo de su preparación era estudiar
su sentido común y, por supuesto, un las características del estilo de su opo­
enorme talento natural para el ajedrez, nente. Lasker siempre procuraba crear
le permitieron a Lasker competir con en el tablero una situación en la que su
éxito con los jugadores más fuertes del adversario no se sintiese cómodo. Co­
mundo ¡hasta los 68 años! Antes de él, nocía sus oponentes a la perfección,
la historia no conocía otros casos, y des­ sus virtudes y sus defectos. Lasker era
pués de él sólo vienen a la mente los ca­ un gran psicólogo”.
sos de Smyslov y Korchnoi. Lasker rompió una lanza en favor
Lasker fue, junto con Tarrasch, un del profesionalismo de ajedrez, así co­
directo seguidor de la teoría posicional mo por “la unión del mundo del aje­
de Steinitz. Pero aun entendiendo en drez en una organización eficiente”
toda su profundidad las leyes de la lu­ (como la FIDE o la GMA). Sugirió que
cha ajedrecística, fue un paso más allá. debía concedérseles a los maestros el
Botvinnik lo expresó muy bien: copyright sobre el texto de las partidas
“Es asombroso que, a lo largo de que habían jugado, concibiendo esto
una dilatada y brillante carrera, Lasker como la base material del profesionalis­
haya jugado tan poco. Esto indica que mo. Actualmente, sin embargo, esta
no sólo era un jugador, sino también idea, que ha sido fervientemente esgri­
un investigador del ajedrez. Cuando mida por el gran maestro Sveshnikov,
no estaba jugando, estaba pensando es difícilmente realizable.
(cosa que no todos los grandes maes­
tros son capaces de hacer), se prepara­ ¿Ajedrez o matemáticas?
ba para los torneos y lograba el éxito.
Lasker fue, quizá, el primero de los Lasker nació en la pequeña ciudad
grandes maestros que entendió la im­ de Berlinchen, cerca de la frontera
portancia de prepararse para las com­ ruso-prusiana, en el seno de una hu­
peticiones. Antes de él, por supuesto, milde familia, cuyo padre era cantor
los maestros estudiaban ajedrez, pero de una sinagoga local. A los 12 años
sólo en general, y no eran capaces de el niño, que mostraba una singular

123
habilidad para las matemáticas, fue 36
enviado a una escuela en Berlín, al
E. Lasker-I. Bauer
cuidado de su hermano mayor Ber­ Amsterdam 1889
thold, estudiante en la facultad de Apertura Bird (A03)
medicina. Fue él quien le enseñó a
Emanuel a jugar, quien le regaló un
I f4 d5 2 e3 £>f6 3 b3?l
libro de ajedrez, y quien lo llevó a un
café en el que pudo conseguir algún Era preciso 3 £if3!, para impedir 3 ...
dinerocon las apuestas. d4!
El niño quedó tan cautivado por el 3 ... e6 4 £b2 &e7 5 ád3 b6
juego que sus padres le ordenaron a También es bueno 5 ... c5.
Berthold que lo enviara a otra escuela.
Sin embargo (¡oh, Providencial), el di­ 6£f3
rector de la nueva escuela y su profesor 6 We2l?
de matemáticas resultaron ser... ¡el 6... áb7
presidente y el campeón del club de
ajedrez local! Afortunadamente, aje­ 6.. . &a6!?
drez y matemáticas fueron de la mano 7 £c3 £bd7 8 0-0 0-0 9 ^e2
hasta el final de su etapa escolar, en 9 £>e51?
1888. Lasker ingresó en la facultad de
9.. . c5
matemáticas de la Universidad de Ber­
lín y, como su hermano mayor, se ayu­ Obviamente, había que jugar 9 ... £}c5
dó, en sus necesidades económicas, ju­ y £}xd3.
gando al ajedrez por dinero. Ttal vez 10 £g3 ^c7
fue esto lo que le hizo adquirir el hábi­
10.. . &e4!?
to de jugar cada partida con plena in­
tensidad, como si fuera la más impor­ II £ie5 £ixe5
tante de su vida? Según Zak (Vladimir Zak, famoso entrena­
Finalizó su primer torneo en el Ca­ dor ruso. N.D.T), era mejor 11 ... d4 12
fé Kaiserhof, con el 100% de la pun­ exd4 cxd4 13 ^.xd4 Ac5! =, aunque las
tuación, y pronto ganó también un tor­ cosas no están tan claras con 13 We2!
neo secundario en el Sexto Congreso ^d6 14 Sael £c5 15 fo.
de la Unión Alemana de Ajedrez 12 £xe5 ^c6
(Breslau 1889). Es curioso que en el
principal (un torneo internacional), el
vencedor fuese su futuro oponente (y
además un colega de su hermano Ber­
thold), el Doctor Tarrasch, declarado
por la prensa como el “sucesor de An-
derssen”.
Tras haber logrado el primer pre­
mio y el título de maestro, el joven
Emanuel, de 20 años, también recibió
su primera invitación a un torneo in­
ternacional (Amsterdam 1889), cuya
clasificación final fue: 1. Bum 7 (de 8);
2. Lasker 6; 3. Mason 5,5; 4. Van Vliet
5; 5. Gunsberg 4; 6. Bauer 3,5; etc. En
el torneo tuvo la fortuna de ejecutar 13 We2!
una brillante combinación, que se con­ Sutil jugada psicológica: además de la
virtió en un ejemplo clásico del des­ defensa profiláctica de la casilla g2 y la
tructivo sacrificio de ambos alfiles con­ amenaza ^.b5, lo que es un señuelo,
tra el enroque. pues el alfil apunta, en realidad, en la

124
Emanuel II

dirección contraria. “¿Si Lasker había 1) 14 ... d4 15 ^.x£6 JkxfS 16 47g4 <á>h8
planeado su combinación hasta el fi­ (16 ... e5 17 Jte4!) 17 Ef3 Eg8 (17 ...
nal, por qué realiza esta jugada con su dxe3 18 ííxfB gxf6 19 ^h4) 18 ¿xh7!
dama?” se pregunta Boris Vainstein, en Sgd8 19 Wh3 &e7 20 £.e4! + -.
su libro El pensador (1981). “Después
2) 14 ... £>e8 15 ^.xg7! c4 (15 ... £>xg7
de todo, para realizar la combinación
16 ^g4; 15 ... f5 16 AxfB &xf8 17 a4)
que sigue la dama podía seguir estan­
16 Jud4 £5 17 bxc4 dxc4 18 -&xc4 b5 19
do en di” ¡Nada de eso! Si 13 &h5,
.&b3 + - (Fritz).
13 ... d4! y no se ve forma de ganar pa­
ra las blancas: 3) 14 ... h6 15 Axf6 (o bien 15 £ixg7!?
<á?xg7 16 ^g4+ &h8 17 W &g7 18
1) 14 Ef2 dxe3 (es jugable 14 ... £}xh5
Ef3 +-) 15 ... Axf6 16 £lxf6+ gxf6 17
15 Wxh5 £5 16 exd4 Wd7 17 c3 Af6, pe­
^g4+ *¿h8 18 Ef3! (más preciso que 18
ro no 14 ... &e8? 15 _&xg7! &h4 16 Wg4
Wi4 <á?g7 19 Ef3 Efd8 20 Sg3+ £f8 21
Axf2+ 17 <á?xf2 Í5 18 Wg5 dxe3+ 19
Wxh6+ ^e7) 18 ... Sg8 19 ^h4 <é>g7 20
dxe3 Sf7 20 &e5+ <¡t?f8 21 Sdl) 15
Sg3+ £f8 21 2xg8+ <tog8 22 Wxh6 fo
dxe3 £ixh5 16 ákxh7+ (16 Wxh5 f5 17
23 Efl +
Zdl Ead8 =) 16 ... &xh7 17 Wxh5+
<á?g8 18 £.xg7 &xg7 19 '^g4+ ^h7 20 4) 14 ... SfdSI? (única forma de evitar
^h5+ <á)g7 = (21 E£3? Wxf3! 22 gxf3 el inmediato desastre) 15 £)xf6+ ^.xf6
Eh8-+). (15 ... gxf6 16 Wh5 *¿>f8 17 ^h6+ y
¿xf6 + -) 16 Axh7+! (o bien 16 ^.xf6
2) 14 W6+ gxf6! (14 ... áxf6 15 Wg4
gx£6 17 ^g4+ <¿48 -pero no 17 ... ^hS?
^.xe5 16 fxe5 dxe3 17 dxe3 Ead8 18
18 '^h4 Í5 19 ^f6+ y Ef3- 18 &xh7,
Ef3) 15 &xh7+ (15 Wg4+ <á>h8 16 ^h3
etc.) 16 ... *£8 (16 ... <á?xh7? 17 'Bh5+
^xg2+!) 15 ... <á?xh7 (15 ... <á?h8? 16 e4!
<á?g8 18 &xf6 gxf6 19 eh6! y Ef3 + -) 17
fxeo 17 Wh5 <á?g7 18 Ef3 +-) 16 ^h5+
Jtxf6 gxf6, y continúa la resistencia.
<á?g7 17 Ef3 Eg8 18 Eg3+ <á?f8 19 Wh6+
<á>e8 20 Exg8+ <á?d7 21 Eg4 (o bien 21
94
Eg7 fxe5 22 fxe5 ^e4 23 Efl E£8) 21 ...
fxeo 22 fxe5 dxe3 23 ^xe3 f5, con jue­
go de doble filo.
13 ... a6?
Bauer se ve sorprendido por la jugada
precedente, aunque tenía mejores op­
ciones, como 13 ... £}e4 (13 ... Efd8?!
14 fo) 14 £ixe4 dxe4 15 ¿c4 (15 Abo
Wc8 16 Wg4 f6 17 Ab2 Ad5 =) 15 ... f6
16 Ac3 Wd7 17 fo Ad5 18 fxe6 ^xe6
19 Axdo Í?xd5 20 ^g4 Ef7 =, y 13 ...
£d7 14 £h5 (14 Ab2 Af6) 14 ... f6 (un 15 _&xh7+!
error sería 14 ... £)xe5? 15 fxe5) 15 No, por supuesto, 15 Wxh5?, por 15 ...
Abo Wc8 16 Wg4 Ef7 17 Ab2 a6 18 Í5.
Ae2 Wc6 =.
15 ... <á?xh7 16 Bxh5+ <£g8 17 £xg7!l
14 ¿Lh5!
Hoy el doble sacrificio clásico de los al­
El pistoletazo de salida de un huracán files, patentado por Lasker (más tarde,
sobre el flanco de rey. en San Petersburgo 1914, Tarrasch rea­
14... £xh5 lizaría una combinación análoga con­
tra Nimzovich -véase partida n° 51).
Es asombroso, pero la posición de las En la actualidad, los programas de or­
negras es ya prácticamente desespe­ denador descubren esta combinación
rada. Veamos otras posibilidades: rápidamente. Fritz, por ejemplo, sólo

125
Gary Kasparov - Mis geniales PREDECESORES

necesitó ¡13 segundos! para analizar más altas y existía la atracción de su


una variante de 15 jugadas. halo, aún no perdido, como capital
mundial del ajedrez.
17.. . <£xg7
Si 17 ... f5, las blancas ganarían así: 18 El rey no reconocido
Sf3 &f6 19 &xf6 Sxf6 20 Hh3! *f8 21
Wg5 eñ 22 Sh7 + -, y si 17 ... fb, 18 &h6 Como ya se ha dicho, en los anos
+ -, o también 18 3f3 We8 19 ^h8+ 1892-93 Steinitz tenía tres verdaderos ri­
20 Wh7 Wc6 21 Wh5+! vales para el trono: Chigorin (aspirante
en los dos matches previos por el título
18 Wg4+ <£h7 19 2f3 e5 20 2h3+ Wh6
21 Sxh6+ <á>xh6 mundial, en 1889 y 1892), Tarrasch
(vencedor en Breslau 1889, Manchester
Las negras han escapado del mate, pe­ 1890 y Dresde 1892), y Lasker. Los éxi­
ro no del acoso de la avasalladora dama tos de este últimos aún eran modestos,
enemiga. pero estables: consistentes victorias en
22 ^d7! dos torneos ingleses de 1892 y aplastan­
tes triunfos en match contra Blackburne
Ganando pieza, y con ella la partida. (+6 =4) y Bird (+5 =0).
22 ... -&f6 23 Wxb7 <á>g7 AI comprender que para luchar
23 ... exf4 24 ^xb6 <á?g7 25 Sfl + por la corona mundial, su palmarés
23 ... Sab8 24 Wxdo Sbd8 25 Wc6 <¿?g7 era insuficiente, Lasker retó a Ta­
rrasch a un match. Pero este último
26 d3 + -.
respondió que aceptaría el reto, sólo
24 3fl Hab8 25 ^d7 cuando el “joven” hubiese conquista­
O bien 25 ^xd5 Sbd8 26 Bf3 Sxd2 27 do el primer puesto en algún fuerte
Wg4+ <£h7 28 Wf5+ &g7 29 fxe5 + -. torneo internacional, explicando su
rechazo de la siguiente forma: “Puesto
25.. . 5fd8 que en el mundo hay ahora varios ju­
25 ... e4 26 Wxd5 5fd8 27 ^xe4 Bxd2 gadores cuyos éxitos son superiores a
28 g4 Sh8 29 g5 + -. las victorias inglesas de Lasker, sería
26 ^g4+ <±>f8 27 fxe5 ^.g7 injusto con ellos si aceptase. Si Lasker
quería poner a prueba su fuerza, no
27 ... &xe5 28 W5. debería evitar tomar parte en el tor­
28 e6 2b7 29 ’^g6 f6 30 Bxf6+! Axf6 neo de Dresde”.
31 fcf6+ <¿>e8 32 Wh8+ <á?e7 33 Wg7+ Por el momento, Tarrasch decidió
jugar un match con Chigorin. Pero su
Las negras se rindieron. Después de
combate de San Petersburgo no había
33 ... <£xe6 seguiría 34 Wxb7 fidb 35 producido vencedor (+9 -9 =4).
Wxa6, etc.
¿Qué tenía que hacer Lasker aho­
De regreso a Berlín, Lasker ganó un ra con sus ambiciones? No había im­
miniencuentro a von Bardeleben (+2 -1 portantes torneos en perspectiva y
=1), y luego aplastó (+5 =3) nada me­ entre 1892 y el verano de 1893 realizó
nos que a Mieses, que había finalizado una gira por América, durante la cual
tercero en el congreso de Breslau. venció a Showalter (+6 -2 =2) y otros
En 1890 viajó a Inglaterra, donde maestros americanos y cubanos. Lue­
derrotó a Bird, Englisch y otros maes­ go logró el primer puesto en el tor­
tros. El nombre de Lasker empezó a neo de Nueva York, sumando 13 de
ser conocido en Europa. Un año más 13 (con 4,5 puntos por delante de Al­
tarde, Lasker volvería a visitar la bru­ bin y 6 del joven Pillsbury, el futuro
mosa Albión y pronto, como Steinitz vencedor en Hastings). Esto ya pro­
(30 años antes) y Zukertort (20), se dujo cierta impresión. En agosto,
establecería en Londres durante mu­ cuando Tarrasch y Chigorin sólo esta­
cho tiempo. Las apuestas allí eran ban preparándose para su encuentro

126
Emanuel II

de candidatos, Lasker cursó un de­ 2adl a5 17 c3 a4 18 Ac2 2c8 19 Wh3


safío a Steinitz. El veterano cam­ £if8 20 Jte3 Wa5, y las negras obtuvie­
peón, que antes había calificado su ron una posición sólida.
match con Chigorin de “el último”,
6 ... £jg6 7 Wd2 £e7 8 0-0-0
aceptó el desafío, ¡puesto que nunca
rehuía el combate! Después de 8 0-0 0-0 9 fiadl, sigue 9 ...
El enfrentamiento Steinitz-Lasker ^.g4! (Dvoretsky).
tuvo lugar, del 15 de marzo al 26 de ma­ 8 ... a6 9 &e2 exd4!
yo de 1894 en Nueva York, Filadelfia y
Montreal. Jugaron, como ya era costum­ Pero no 9 ... 0-0?!, por 10 dxe5! Por
bre, a diez victorias, con un control de ejemplo: 10 ... £}gxe5 11 £ixe5 ^xe5 12
tiempo de dos horas para las 30 prime­ f4, con la iniciativa.
ras jugadas y luego una hora para cada 10 ¿Lxd4 &xd4 11 * * * * 5 * * * * 10e?xd4
15 siguientes. El premio para el vence­
dor era de 2.250 dólares y 750 para el “Sin permitir el cambio de alfiles, que
perdedor. En caso de que el campeón se produciría tras 11 ^.xd4, por 11 ...
perdiese, tendría derecho a un match- Ag5!” (Zak). Claro que después de 12
revancha. ^.e3 Jlxe3 13 '^xe3, las blancas conser­
El comienzo del duelo fue intrigan­ van una ventaja mínima.
te y dramático. En la primera partida, 11 ... ±f6 12 Wd2 ±c6
Lasker superó a su oponente “en plan
Bronstein”, pero Steinitz logró una es­ O bien 12 ... 0-0 13 £3 Se8 14 £d5.
pectacular revancha en la segunda. A 13 £d5
continuación ambos contrincantes in­
También es posible la preventiva 13
tercambiaron duros golpes y siguieron
&bl.
dos tablas muy luchadas (en ambos ca­
sos con peón de ventaja para Steinitz). 13... 0-0
Después de seis partidas, el marcador
En la apertura las blancas tienen un
estaba igualado (3-3) y el momento de
juego más libre, pero repentinamente
inflexión llegó con la séptima partida, Lasker rompe el equilibrio posicional.
que resultó tremendamente intensa.

37
E. Lasker-W. Steinitz
EEUU-Canadá 1894
Campeonato Mundial, Malcht 7a partida
Apertura Española (C62)

1 e4 e5 2 £f3 £íc6 3 &b5 d6 4 d4 Ad7


5 £c3 <£e7
La Defensa Steinitz propiamente dicha.
6&e3 14 g4?!
5a
Lasker jugó 6 Jkc4 en la partida, pe­ ¡Los peones no pueden volver atrás! Es
ro después de 6 ... exd4 7 &xd4 £}xd4 8 difícil decir si esta agresiva jugada res­
Wxd4 £ic6 9 ^e3 Ae6 (no iguala 9 ... ponde al deseo de reducir al tenaz opo­
£ie5 10 Ab3 c6 11 Wg3, ni tampoco nente, o‘ si se trata de algún tipo de
10 ... ^.e6 11 f4 £c4 12 Wg3, como se omisión. Lo más lógico parece jugar 14
jugó en la Ia y 3a partidas; 9 ... ^Le7{?) £3 (Lasker), ó 14 g3 Se8 15 £3, para se­
10 2id5 _&e7 11 &d2 0-0 12 0-0 £)e5 13 guir con el avance h2-h4-h5 (Dvo­
-&b3 ^.xd5 14 ^.xd5 c6 15 &b3 £}d7 16 retsky), o aun 14 4bxf6+ Wx£6 15 £3

127
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

^.b5 16 c4 .s.a4 17 Sdel, con una pe­ Jtd5 (24 £xa6?! ^a4) 24 ... £>e5, con
queña superioridad. alguna ventaja de las negras.
14 ... 2e8 15 g5 20 ... 2xe3 21 &c4
“En caso de 15 f3 ^.xd5 16 Wxd5 JLe5, Con dos peones de menos, en una difí­
el control de f4 le da buen juego a las cil y objetivamente perdida posición,
negras. Si 15 &xf6+ Wxf6 16 f3, una po­ las blancas tratan de crear un ataque
sible continuación es 16 ... We6 17 ‘á’bl con el avance h2-h4-h5, etc.
d5, o bien 17 c4 b5, con excelentes
96
perspectivas” (Neishtadt). “Es más fuer­
te 17 ... £xe4! 18 fxe4 Wxe4” (Dvo­
retsky).
15 ... .É.xd5 16 Wxd5
Es dudoso 16 gxf6?l &xe4 17 f3 Jtf5 18
ád4 c5! 19 ±c3 d5 20 Wxd5 £f4 21
'^xf5 ^xe2+ 22 <á?bl ^xc3+ 23 bxc3
^b6+ 24 <á>al Íxf6 (24 ... g6l? 25 Wf4
Ee6: Dvoretsky) 25 Wxf6 gxf6 26 2d5
Ke3, con un buen peón extra, pero 16
exd5 Exe3! 17 fxe3 (o bien 17 gxf6 Se5
18 fxg7 Wf6) 17 ... ^.xg5 y We7, y las ne­ 21 ... £h8!?
gras tienen una sólida compensación ¡Característico de Steinitz! Los comen­
por la calidad. Ése es el inconveniente taristas quedaron extasiados con esta
del avance g2-g4. excéntrica jugada, si bien es evidente
16 ... Se5 17 ed2?l que no es la más fuerte. Se lograba cier­
ta ventaja con 21 ... Wxg5. Por ejemplo:
Era mucho mejor 17 ^xb7! Axg5 18 22 2xf7 <£h8 23 Sxc7 Sae8 24 Edl
^.xg5 Exg5 19 Ehgl, aunque después <£e5 25 h4 Wf4 26 £d5 b5, o bien 22
de 19 ... Sc5! las negras cuentan con Ehgl Wh6 23 Axf7+ <á?h8 24 Axg6
un fácil plan de ataque de peones en hxg6 25 Sxg6 '^xg6 26 Wxe3 Se8. Sin
(a6-a5, 2b8), y luego presión sobre los embargo, la jugada más lógica es 21 ...
peones del flanco de rey (^h4), o un EfB!, y después de 22 h4 Se4 23 h5,
ataque al monarca contrario sobre las 23 ... 2xc4 24 hxg6 hxg6 25 Sel?! (no
columnas b y c. es muy afortunada 25 <á>bl Ee4) 25 ...
“También es bueno 19 ... Sxgl! 20 Exgl Se4! (Zak sólo consideraba 25 ... Wd8?
Kb8 21 Wa7 (21 Wxa6? TO) 21 ... Eb6, 26 Segl y Wh2) 26 Sxe4 Wxe4 27 Wh2
con idea de Wf6” (Dvoretsky). f5 - +, o bien 23 ... &e5!? (Neishtadt) 24
.&d5 Sg4 25 g6 hxg6 26 hxg6 £>xg6 27
17 ... £xg5!
.&xb7 Wg5, y las negras deben ganar.
Posiblemente Lasker esperaba 17 ...
22h4c6 23 g6!
Exg5? 18 f4 Sg2 19 Wel (19 Wd3!?:
Dvoretsky), y la torre negra queda “fue­ La única posibilidad; es desesperado
ra de juego”. 23 Sfgl d5 24 £d3 £g6 25 h5 2>f4, o
bien 23 £d3 2e8 24 Ehgl We6 25 «£bl
18 f4 Exe4! 19 fxg5 We7 20 Edfl?
b5 26 h5 c5. Ahora comienza una se­
La posición parece pedir 20 ¿.£3 2xe3 cuencia de juego irracional, en el que
21 ^.xb7. Por ejemplo: 21 ... Sb8 (es Lasker, como se pondrá de manifiesto,
confuso 21 ... Ee2 22 Shel Sxd2 23 es superior a su adversario. El proble­
Sxe7 Sxdl+ 24 'á’xdl £}xe7 25 ^.xa8 ma de esta posición es que en casi to­
a5) 22 fihel Sxel (insuficiente 22 ... das las variantes las negras están a pun­
Ee5 23 £.xa6 Wxg5 24 Wxg5 Exg5 25 to de ganar, pero en todas también las
Ac4 £e5 26 JLd5) 23 Sxel Wd7 24 blancas mantienen cierto contrajuego.

128
Evaluar en cuáles hay más posibilidades 30 ... co
y en cuáles menos no resulta fácil, y du­ “Mucho más fuerte es 30 ... fie6, impi­
rante más de una docena de jugadas diendo la realización de la maniobra
Steinitz se ve obligado a resolver un
de dama que tiene lugar en la partida.
problema espinoso: ¿cómo no dejar es­
Si 31 Wf2, seguiría 31 ... 2f6” (Neis­
capar su decisiva ventaja? htadt). Sin embargo, después de 31
23 ... d5?I ^b4’ b5 32 Wh4, las cosas no son tan
Es posible que esto no deje escapar la claras.
victoria, pero era claramente mejor 31 Wf2
23 ... hxg6! 24 h5 gxh5! 25 Sxh5 2e8
26 Shhl ^eol - +. Más flojo es 24 ... g5 31 c3?! d4 32 c4 f5; 31 &e2?! c4 32 c3
(Vukovic), por 25 h6 gxh6 (25 ... g6?l d4! 33 cxd4 We4+ 34 &el Xc8.
26 h7+ £g7 [26 ... <£f8 27 £xf7I] 27 31 ... c4 32 ^h4
Wh2! f5 28 Wi6+ d?f6 29 &g8!) 26
’^h2! (26 Sxh6? Ke8! 27 <¿>dl We4 - +) Pero no 32 Jixg6? fxg6 33 ^h4 £if7 - +.
26 ... '^f8, y Dvoretsky sugiere 27 2f6! 32 ... f6
We7 (la mejor defensa) 28 Sffl ^e5
Según Chigorin, era perfectamente se­
(28 ... Wf8 =) 29 ^xh6 '^g7 30 '^xd6, y
guro 32 ... 'á’fB, eludiendo el debilita­
“la actividad de las piezas blancas com­
miento de la casilla g6. Aunque des­
pensa los dos peones de menos”. Tam­
pués de 33 &Í5! gxfó (no 33 ... Sg3? 34
poco es suficiente 24 ... d5 25 hxg6
^.d7! Se7 35 2dl, con idea de 2xd5,
£xg6 26 &d3 4}f8?! 27 ^h2 f6 28
con compensación por las pérdidas cuando es malo 35 ... Sxd7?! 36 £del
Dvoretsky. Neishtadt recomendaba la
materiales. En caso de 26 ... Sxd3
“restringida” 33 ... 2e7?, a lo que segui­
(Neishtadt), Dvoretsky sugiere 27
ría 34 ^.xg6! ^xg6 35 Shgl +-) 34
'^xd3 2e8 28 ‘é’bl, y recomienda, en
cambio, 26 ... ^g5! 27 Sf(h)gl ^e5! Shgl f6 35 Sg8+ &e7 36 Sfgl Se4 37
^12, el resultado es incierto, aunque
24 gxh7+ <á>xh7 25 £d3+ <¿?g8 con posibilidades de victoria. Sin em­
Según Steinitz, “el juego está sentencia­ bargo, “es más fuerte 33 ... d4I? 34
do”, pero Lasker no se da por vencido. Shgl <¿>g7 (defendiéndose contra 35
JLxg6) 35 Shl = (Dvoretsky).
26 h5 Se8 27 h6
27 Sfgll? (Neishtadt). 97
27 ... g6 28 h7+ <á?g7 29 <£bl!
En esta partida interviene el factor Tal:
el ataque blanco es bastante inconcre­
to, no resolutivo, pero no parece tener
fin. ¡Continuamente surgen nuevas
amenazas! Es una especie de compen­
sación crónica, que también existe tras
29 Wh2 ^g5 30 <á?bl c5 31 Sfgl ^e5 32
^h6+ ‘á’fó 33 Wh4-f- *¿’e6, y también va­
le la pena considerar 31 a31? (Dvo­
retsky) . 33 _&f5
29 ... We5 30 a3
Momento clave. Para mantener vivo su
Las dos últimas y tranquilas jugadas de ataque, Lasker entrega ahora su pieza
Lasker fueron totalmente inexplicables menor. Percibió sutilmente que el mal si­
para sus contemporáneos: ¿cómo se tuado rey negro y el caballo “durmiente”
puede jugar así con dos peones de des­ de h8 le ofrecerían a las blancas una ex­
ventaja? celente compensación: 33 ... gxfo 34

129
Gary Kasparov — Mis geniales predecesores

3hgl+ 35 Wh5+ ®e7 36 Sg8, etc. -á.xg6+! £ixg6 36 wg4! (no 36 Bxg6?
¿Qué pueden hacer las negras? Hasta Sel+) 36 ... 2>h8 37 Wg7+! (para tablas
una potente computadora requeriría basta con 37 ^d7+ Se7 38 Wc8 Se8 39
una considerable canddad de tiempo pa­ ^d7+) 37 ... s^eú 38 Wb7, con un ame­
ra entender esta intrincada posición... nazador ataque. Por ejemplo: 38 ... f5 39
Sg8 '¿’dó 40 Sxe8 (40 Sg7!?: Dvoretsky)
33 ... <¿f7 40 ... ^xe8 41 Sxf5 Se5 42 ^xa6+ 'á’có
Imperdonable elección. De la investi­ 43 Wa7+ ¿?d6 44 Wb6+ <á?d7 45 Wxb5+
gación creativa de Steinitz y Lasker re­ <¿>d6 46 Wb4+ <á?c6 47 SfB + -.
sultan dos caminos hacia la victoria:
35 Wh5+ ¿?e7 36 Sg8
1) 33 ... Sg3?l 34 *a2’ (34 £.g4!?, pero
En caso de 36 Sxf5 37 Sg7+, en
no 34 Sel? Wxel + 35 Sxel Sxel+ 36
opinión de Dvoretsky, las negras deben
Sggl - +) y, según análisis de Dvo­
jugar 37 ... <á?d6! (37 ... ¿?d8? 38 Sxf6!
retsky, no son las negras quienes ganan,
We4 [38 ... Wxf6 39 Wxd5+] 39 ^h2
sino las blancas:
We5 40 Wh4 Se4 41 ^h3, o bien *40 ...
a) 34 ... Wd6? 35 Sfgl! See3 (35 ... <á?c8 41 Wg4+ ¿?b8 42 ^d7 + -) 38 ^h2+
Sxgl 36 ^h6+ <¿47 37 Sxgl) 36 Bxg3 Se5, y ahora lo mejor para las blancas
Wxg3 (36 ... Sxg3 37 Sel Bg5 38 Se8 es 39 WE2! Sxf5 40 Wb6+ <á?e5 41 ee3+.
Sh5 39 Wxh5! gxh5 40 Sg8+ ¿?h6 41
36 ... <¿>d6?
Sxh8) 37 Wh6+ <£f7 38 Sh3!? (o bien
38 £xg6+ £>xg6 39 h8W <£xh8 40 Esto, en cambio, es un error, probable­
Wxh8 + -) 38 ... Wg5 39 Axg6+ £xg6 40 mente decisivo. Era más seguro 36 ...
^xg5 fxg5 41 Sxe3 + -. <¿>d7 37 Sxf5 We6 (37 ... We4 38 Sxd5+
(¿>c6 39 Sfo: Dvoretsky) 38 Sxd5+ <a?c7,
b) 34 ... Sg5 35 &g4 36 Sel Wxel
con juego confuso (Neishtadt). Sin em­
37 Sxel Sxg4 38 Wxg4 Sxel 39 '^d7
Shl 40 Wxd5 Sxh7 41 ^xb7. bargo, sólo un minucioso análisis de los
acontecimientos ulteriores de la parti­
c) 34 ... gxfo 35 Sel Sg6! 36 Sxe5 fxeñ da permite concluir que es tablas.
37 ^f2!, “y en esta posición la dama es
más fuerte que torre y caballo”. 37 3xf5 We6 38 Sxe8

2) 33 ... Wg3 34 ^h6+ ¿?f7, y ahora, en 38 Wh2+?! Se5.


lugar de 35 Shgl? Sel+ 36 <¿a2 Wxgl! - 38 ... Wxe8 39 Sxf6+
+ (Neishtadt), es confuso 35 ^.d7! (35
<^a2!?, con la amenaza Shgl (Dvo­ 39 Exd5+ ¿?c7.
retsky) 35 ... Sd8 (si 35 ... Sel+ 36 <¿>a2 39 ... <á?c5
S8e7, con jaque perpetuo: 37 Sxf6+
<á?xfb 38 W+ <¿>g5 39 Wh6+ Dvoretsky) No era bueno 39 ... <¿>c7, por 40 Wxd5,
36 Sh3 Wel+! 37 Sxel Sxel+ 38 <±>a2 o también, según Dvoretsky, 40 Wh6,
con idea de SfB.
Sxd7.
34 Shgl! 40 Wh6

Mejor que las lentas 34 ^.h3 y 34 .&g2.


34... gxf5
“¡El error decisivo!”, “¡Suicidio!”, fueron
algunas de las exclamaciones de los co­
mentaristas del encuentro, afirmando
que nada amenazaba a las negras, y re­
comendando la “ganadora” 34 ... b5
(pero no 34 ... g5?, por 35 Wh6!: Hüb-
ner), y después de 35 Wh6, sigue 35 ...
Sg3! En realidad, es más fuerte 35

130
Emanuel II

40 ... 2e7 43 ... 2el+ (43 ... 2e4 44 a4+ -á?b4 45


2b6+ &c3 46 Wg3+ *á?d2 47 Sh61: Dvo­
Parando 41 £18?, por 41 ... 2xh7I ¡Qué
retsky) 44 <^b2 Ze3 45 bxc4+ s®’a4 46
difícil era defenderse aquí! Más tarde,
cxd5 2e4 47 d6 + -. A 41 ... Sd7 era de­
Chigorin recomendó 40 ... We7 (des­
cisivo 42 Wgl+! (o bien 42 Wf2+ d4, y
pués de 41 WES?, seguiría 41 ... #xf8 42
ahora no 43 Sf8?, 43 ... We4 44 2xh8,
2xf8 £jg6 43 2g8 Kh3), pero tras 41
seguido de 44 ... Zxh7, sino 43 Wd2! c3
Sf8!, yo no puede lograr tablas para las
44 b4+ <é>d5 45 ^g2+, o bien 43 ... ^Fd8
negras, aunque mi computadora anali­
44 Sf8! ^e7 45 Wa5+ <á?c6 46 2xh8 + -:
zó la posición durante mucho tiempo.
Dvoretsky) 42 ... d4 43 ^g5+ Sd5 44
Por dondequiera que se mire, el ataque
Wd2.
blanco parece imparable:
Dvoretsky también ha analizado 41 ...
1) 41 ... 2e6 42 Wd2! (la mejor manio­
Ke6 42 ^gl+! (42 W2+ «¿>b5 43 Sf8
bra; antes hay que considerar 42 Sc8+
2el+ 44 <e?a2 We3: Hübner) 42 ... <¿>b5
'á’bó!, con juego de doble filo, pero no
43 Wg8 2e5 44 &a2!, con amenazador
42 ... Sc6? 43 Wd2I! ^xh7 44 Sxh8!
ataque, o bien 41 ... 2el+ 42 <&a2 ^e5
'^xh8 45 Wb4+ <á?d4 46 ^c3+) 42 ...
43 Wh6! (con la amenaza Wf8+; es con­
'^xh7 43 2c8+ Sc6 44 Sxh8 W 45
fuso 43 Wf2 ^e3: Hübner) 43 ... We7
2f8 ed7 46 W1+ &d4 47 2fl ^d8 48
44 Sf8 c3 (44 ... Se6 45 Wd2!) 45 2xh8
Sdl+ £e5 49 Sel+ <á?f6 50 Wc3+ <á?f7
cxb2 46 Hc8+ <&b5 47 <á,xb2 '^e5+ 48
51 ^h3 <á?g7 52 Shl +-.
2) 41 ... £el+ 42 <á?a2 2e6 43 Wd2! (de
42 Wgl+ d4
nuevo, la misma maniobra clave) 43 ...
Sxh7 44 Sc8+ Sc6 45 ^b4+ &d4 46 De otro modo, es mate.
2xh8 Wxc2 47 Sh4+ <á>e5 48 ^e7+ Se6
43 ^g5+ ^¿5 44 Sf5 ^xf5
49 ^c7+ Sd6 50 Sh3 Wg6 51 ^e7+
5e6 52 Se3+ &f5 53 W7 ^g8 54 No se conseguían tablas con 44 el+
'Bxd5+ &f6 55 Sf3+ <±>e7 56 ^xb7+, y 45 ^a2.
se baja el telón.
45 Bxf5+ <á?d6 46 ^f6+
En mí opinión, la mejor opción de las
Las negras abandonaron.
negras era 40 ... 2e2!? Por ejemplo: 41
^g7 Se7 42 Wgl+ ae3 (42 ... d4?l 43 En esta partida, balanceándose al
Wg5+ Se5 44 Wg8 d3?l 45 cxd3 cxd3 46 borde del abismo, el joven Lasker exhi­
^b3!) 43 ^g8 Se7 44 Sf8 ^g6 (44 ... bió aquellas cualidades que le permitie­
^h5 45 Wgl+! <á>b5 46 Sf6!, o bien ron conservar la corona mundial du­
45 ... <^c6 46 Hf6+ &d7 47 Wa7! + - Dvo­ rante tanto tiempo. En una posición
retsky) 45 2c8+ ‘á’dó, aunque después difícil, se las arregló para plantear a su
de 46 l?xh8 fch7 47 Wd8+ <á?e5 49 oponente problemas complicados, típi­
Wb6, o de 46 Wd8+1?, las blancas tie­ cos del ajedrez de la segunda mitad del
nen un fuerte ataque (Dvoretsky). siglo XX (similares, por ejemplo, a los
planteados durante los matches
41 Wh2ü
Tal-Botvinnik, y característicos de juga­
Una jugada absolutamente brillante. dores como Tal, o incluso Shirov). Las­
“También es fuerte 41 Wd2! ^d8 42 ker estaba muy por delante de su tiem­
'^b4+ <£d4 43 Sd6!?, o incluso 43 a4ü po, y es difícil criticar a Steinitz por sus
(con la amenaza 44 Wc3+ &c5 45 b4++) errores: luchó con todos sus recursos,
43 ... st?e5 44 Wc3+ d4 45 ®3 + (Dvo­ bajo un continuo y salvaje ataque. De­
retsky). bido a que esta supertensa partida esta­
41 ... Wd7 ba por delante de su tiempo, permane­
ció en la sombra y fue subestimada.
La tentativa 41 ... Wd8 se refuta con 42 Sencillamente, sus contemporáneos no
^Í2+ ^b5 43 b3! (no basta 43 Sf8 Se8) entendían lo que había sucedido.

131
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

Creo que la séptima partida resultó realidad, se esperaba que pudiese clari­
decisiva en el match, porque quebró la ficar la situación en la cima. Como se
resistencia de Steinitz. Experimentó un escribió en la prensa, “el hecho de que
trance casi místico: ¿era esto posible? entre los participantes se encuentre el
¡Tales cosas no pueden pasar! “Mien­ cuarteto estelar (Lasker, Steinitz, Ta­
tras que el campeón sufrió con fortale­ rrasch y Chigorin) le concede significa­
za las derrotas puramente ajedrecísti­ ción histórica”.
cas, movilizándose por completo para Sin embargo, el hasta entonces des­
la partida siguiente, esta derrota psico­ conocido joven americano Harry Nel­
lógica le afectó seriamente. Todas las son Pillsbury (1872-1906) intervino en
conexiones sistemáticas de sus métodos la batalla de las estrellas. Tras perder en
defensivos saltaron. Después de esto, la primera ronda ante Chigorin, se
¡Steinitz perdió las cuatro partidas con­ marcó un furioso ritmo (¡9,5 de 10!),
secutivas!” (B. Vainstein). incorporándose al grupo de cabeza y
El desenlace del match estaba deci­ apartando de su camino, con su pode­
dido y el tramo de Montreal sólo sirvió roso juego, a todos cuantos se le chuza­
para definir el marcador final: +10 -5 ban en él. ¡Veamos, por ejemplo, su vic­
=4, a favor de Lasker, quien se procla­ toria sobre Tarrasch!
mó segundo campeón mundial de la
historia. Tras perder la última partida
(19a), Steinitz se levantó con dificulta­
38
des en su silla, y pronunció “tres hu­
H. Pillsbury-S. Tarrasch
rras” por el nuevo “rey del ajedrez
Hastings 1895, 2a ronda
mundial”, y poco después... se sentó a
jugar a las cartas con unos amigos. Gambito de Dama (D55)
Aunque Lasker había conseguido
una convincente victoria, el mundo del 1 d4 d5 2 c4 e6 3 £c3 £f6
ajedrez no se apresuró a reconocerlo Después Tarrasch adoptaría la defensa
como el nuevo campeón. Muchos ex­ por él inventada 3 ... c5, bautizada con
plicaron la derrota de Steinitz por su su nombre.
avanzada edad y el hecho de que no se 4 Ag5
encontraba bien de salud. Tarrasch
(quien, por cierto, había ganado su Esta continuación, conocida desde me­
cuarto torneo internacional consecuti­ diados de siglo y ensayada por Steinitz
vo, Leipzig 1894) también tuvo algo contra Anderssen (Viena 1873), se con­
que decir: “Las partidas finales del en­ virtió en un arma formidable en manos
cuentro sólo inspiran una profunda pe­ de Pillsbury.
na. Mientras que en las iniciales, sobre 4... £e7
todo en la séptima, la fuerza habitual
del viejo maestro no es del todo eviden­ Poco más tarde propondría Pillsbury la
te, las restantes recuerdan cada vez más original defensa 4 ... 5}bd7 5 e3 c6 6
a las últimas partidas de Zukertort, £}f3 Wa5, que posteriormente sería co­
quien a finales de su vida había perdi­ nocida por la teoría como “Variante
do por completo su fuerza ajedrecísti­ Cambridge Springs”.
ca, sus recursos, iniciativa y confianza 5£f3
en sí mismo”.
En caso de 5 e3 0-0 6 £if3 b6 7 cxdó
exd5 (7 ... £ixd5!?) 8 ^.d3, las blancas
Una tragedia americana tratan de economizar tiempo con Sel,
Como ya se ha dicho, Hastings 1895 con las siguientes posibilidades:
fue, sin duda, el torneo más importan­ 1) 8 ... £.b7 (8 ... &e6l?) 9 £e5 (Ru­
te del siglo XIX, porque congregó a la binstein Jugaba 9 Wc2!? ¿bd7 10 0-0-0
flor y la nata del ajedrez mundial. En -véase n° 60-, y Geller, 9 0-0 £>bd7 10

132
Emanuel II

^e2 c5 11 £a6!) 9 ... £bd7 10 f4 c5 11 Sel?!


(10 ... £le4!? 11 ^.xe7 Wxe7 12 J&xe4 Una importante pérdida de tiempo, co­
dxe4 13 0-0 f5, con juego confuso, mo lo sería 11 ^Lbl?!, por 11 ... &e4! =
Pillsbury-Schiffers, Viena 1898; Pills­ (Pillsbury-Schlechter, Hastings 1895).
bury—Mason, Montecarlo 1903) 11 0-0 Sin embargo, no debemos olvidar lo di­
c4 (II ... a6 12 Wf3 2e8 13 Sadl cxd4 fícil que es dar los primeros pasos en
14 exd4 b5 15 a3 Sc8? 16 Af5 Sc7 17 una apertura... Es prematuro 11 £)e5,
£)xd7 £>xd7 18 &xe7 2xe7 19 &xd5 + - debido a 11 ... &xe5 12 dxe5 4£ie4! =
Pillsbury-Gottschall, Hannover 1902; (Marshall-Janowski, París 1905, match,
11 ... cxd4!?) 12 ±c2 a6 13 Wf3 b5 14 3a partida), por esta razón las blancas
^h3 g6 15 £5 b4 16 fxg6 hxg6 17 '^h4! deben buscar el orden óptimo de juga­
bxc3 18 £xd7 Wxd7 19 2xf6!, y las das. La teoría moderna prefiere 11
blancas ganaron (Pillsbury-Marco, Af5, pero en aquellos años se pensaba
París 1900). que lo mejor era la recomendación de
2) 8 ... &bd7 9 0-0 c5 10 ¿Leo &xe5 Schlechter, 11 We2:
(10 ... £b7 11 f4) 11 dxe5 2¡d7 12 &f4 1) 11 ... c4 (peor es 11 ... cxd4?l 12
&b7 13 Sf3 Se8 14 Wh3 &Í8 15 Hadl exd4 y £le5, con la amenaza Aa6) 12
¿Lg6 16 £.g3! &Í8 17 Í4 a6 18 &c2 b5 19 ábl a6 13 £e5! b5 14 f4 h6?l (14 ...
e6! fxe6 20 f5 exf5 21 ^xf5, con ataque £>e4 15 &xe4 dxe4 16 5}xd7 Wxd7 17
(Schlechter-Janowski, Ostende 1905). ^.xe7 '^xe7 18 f5 Í6 19 Sf4, con la ini­
5 ... £>b¿7 6 Sel 0-0 7 e3 b6 ciativa, Vidmar-Yates, Londres 1922;
más agudo es 14 ... Se81? 15 3f3 &e4
... c6! 16 Sh3 &Í8) 15 £h4 Se8 16 2f3 £ie4
-i

17 Jlxe7 Wxe7 18 &xe4 dxe4 19 2g3


8 cxd5 exd5 9 Kd3
£>f6 20 a4! b4 21 &dl c3 22 bxc3 bxc3
La alternativa es jugar directamente 9 23 £xc3, y las blancas finalmente se im­
<^e5 (9 ^a4 -véanse partidas n° 79 y pusieron (Pillsbury-Janowski, Viena
89) 9 ... .&b7 10 f4. Por ejemplo: 10 ... 1898).
a6 11 Jtd3 c5 12 0-0 c4 13 &f5 b5 14 2) 11 ... £>e4!? 12 &f4 £>xc3 13 bxc3 c4
EÍ3 Ke8 15 2h3 g6 16 Ábl £xe5 17 14 Jtf5 (es peor 14 ^.bl?! b5 15 £ie5 a5
fxe5 £d7 18 Axe7 2xe7 19 Wf3 W 20
16 Wf3 £>xe5 17 Jlxe5 Ua6!
Sil Wd7 21 Wf6 b4? (21 ... He6!) 22
Euwe-Menchik, Karlsbad 1923) 14 ...
£a4! ^c7 23 £c5 £c8 24 Sh6 a5 25 g6 15 4lxd7 ^xd7 16 £e5 We6 17 &h6
Sf4 2b8 26 JLxg6!, (1-0). (Pillsbury-Wolf, “con ventaja de las blancas” (Tartako-
Montecarlo 1903).
wer), aunque después de 17 ... Sfe8, no
9 ... &b7 10 0-0 c5 resulta evidente ninguna ventaja.

Completando el esquema de la varian­ 11... c4


te, que la teoría conoce como “fian- También aquí es posible 11 ... £le4, pe­
chetto ortodoxo”. ro Tarrasch jugaba a ganar.
12 xbl a6 13
99
La introducción al clásico ataque de
Pillsbury, acerca del cual llegó a decirse
luego: “Si Pillsbury ha jugado £ie5, es
que las negras están perdidas”.
13... b5
Es favorable a las blancas 13 ... £>xe5?l
14 dxe5 £jd7 (14 ... £>e8? 15 &xe7 y
£)xd5; 14 ... £je4? 15 £xe7 Bxe7 16
£)xd5, o bien 15 ... &xc3 16 á.xh7+!)

133
Gary Kasparov - Mis GE.niaLES PREDECESORES

15 Jlf4! £c5 16 ^d2 b5 17 Scdl (Tar-


takower).
14 £4 Se8 15 Wf3 &f8
Una defensa económica del flanco de
rey -¡idea de Steinitzl- después de la
cual las negras piensan seguir operan­
do en el ala de dama.
16 £e2?!
Una aproximada igualdad se mantenía
con 16 a3. Por ejemplo: 16 ... 4£e4 17
28 ... Wa4?
.&xe7 Sxe7 18 £ixe4 dxe4 19 Wg3 (pe­
ro no 19 ~&xe4? ^xe4 20 Wxe4 f6! - +) A pesar de algunas irregularidades ais­
19... Wd6 =. ladas, Tarrasch ha jugado en su correc­
to estilo posicional, pero ahora la per­
16 ... £e4 secución de peones es inútil, pues la
Una maniobra estándar; era confuso dama debería preocuparse de la defen­
16 ... ^a5 17 £g3 £b4 18 Se2. sa de su rey.

17 £xe7 Sxe7 18 £xe4 dxe4 19 Wg3 “Era preciso jugar 28 ... c3!, y después
de 29 bxc3 (29 b3 a5 30 £>cl a4l), 29 ...
Es inferior 19 ^h3?l f6 20 £g4 &c8. .&c4 30 Sel &xe2 31 Sxe2 bxc3 32 Sc2
^b5!” (Lasker). Sin embargo, aquí la
19 ... f6 20 £>g4 £h8 posición es un tanto confusa después
Se amenaza £>xf6+; 20 ... f5? 21 £>h6+ y de 33 Wg4! Sc7 34 Wdl, y por esta ra­
&xf5. zón parece mejor 29 ... bxc3 30 £idl
(30 Sel? c2 31 a4 Sb7 32 a5 Sbl -+)
21 f5 ’Bd7 22 Sfl Sd8?I 30 ... c2 31 2>dc3 Jtc4 32 Wel Sb7 33
Era preciso jugar la aguda 22 ... Sae8 ^d2 Sb2 34 Sel £xe2 35 £xe2 Sc8 36
(reforzando el peón e4) 23 Sf4 ^.d5, £}g3 Sxa2 37 £}xe4 £id7, y el poderoso
con excelente contrajuego en el flanco peón c pasado obliga a las blancas a si­
de dama. tuarse a la defensiva.
29£g4!
23 Sf4 Wd6
Impidiendo la captura 29 ... Wxa2?,
Más enérgico es 23 ... Ad5 y b5-b4. pues seguiría 30 £>xf6! gxf6 31 Wxf6+
24 Wh4 Sde8 25 £>c3 £d5 Sg7 32 Sg4 + -.

Es desfavorable 25 ... b4?I, a causa de 29 ... £d7 30 S4f2!


26 £a4. Cediendo su puesto al caballo.
26 2>f2 30 ... £g8
Pillsbury sigue maniobrando, sin dejar­ Ahora 30 ... Wxa2? sigue siendo mala,
se tentar por la discutible 26 &xd5 por 31 £if4, cuando, después de 31 ...
Wxd5 27 £xf6?! gxf6 28 Wxf6+ Sg7 29 &f7, las blancas disponen de dos conti­
Wxa6 Sa8 30 Wf6 Wg8 31 Sf2 Sxa2. nuaciones principales:
26 ... Wc6! 27 Sfl b4 28 £e2 1) 32 &g6+ £g8! (pero no 32 ...
&xg6? 33 fxg6 h6 34 £ixh6! gxh6 35
En caso de 28 ^xd5 ^xd5 29 Sel, las Wxh6+ £g8 36 Sf4 +-, o bien 33 ...
negras lograrían ventaja con 29 ... c3! £lf8 34 <£xf6gxf6 35 Sxf6ySf7 + -) 33
30 bxc3 Wxa2 31 cxb4 Wd2 32 Sdl &xe7+ Sxe7 34 ^g3 ££8. Al señalar
Wxe3, etc. esta defensa, Chigorin se planteaba

134
Emanuel II

una importante cuestión: ¿Los dos da a jugada, van ejecutando con sangre
peones pasados negros, por supuesto fría un ataque decisivo” (Gunsberg).
tras ^b3 ó Wa4-b5(c6) y a6-a5, no re­ 33 ... a5 34 £h2 a4 35 g4! axb3?!
sultan decisivos en cuanto al sino de
las blancas?”. Mi respuesta sería: difí­ mi juicio, era más prudente 35 ... h6l?
cilmente. Después de 35 Wd6! Wa5 36 36 axb3 Sa8
Zc2 £b6 37 Sccl Wb5 38 Sal (es con­
36 ... h6!? 37 2a2 Ea8.
fuso 38 Ef4 £c8 39 Wd8+ ^e8 40 Wc7
£e7) 38 ... £a4 39 2)f2 a5 40 &dl 37 g5 Ea3
JLh5 41 Ef4, y las blancas tienen sufi­ Jugando a ganar. Después de 37 ... fxg5
ciente contrajuego. 38 Wxg5 2>f6 (38 ... Wf6 39 Wg3 y £g4)
2) 32 do! £e5 33 £>xf6 gxf6 34 ^xf6+ 39 ¿Lg4 Wd6 40 Sg2!, las blancas respi­
<á?g8 35 d6 Ed7 36 £e6 + - (Tartako- ran mejor, pues por el momento el
wer), o bien 32 ... Ec8 33 £}g6+! ^.xg6 peón de b3 no está amenazado.
34 fxg6 (es posible 34 d6, por ejemplo: 38 £}g4 Axb3?
34 ... See8 35 fxg6 ¿Lf8 36 d7, o bien 34
Más fuerte era la profiláctica 38 ... ficgo!
... Jlxfo 35 dxe7 £g6 36 5d2) 34 ... £Í8
(38 ... *h8?! 39 Sg2; 38 ... 3xb3? 39
35 &xf6 gxf6 36 Sxf6 £}xg6 37 Exg6
¿xb3 Axb3 40 2g2 ^h8 41 gxf’6 gxfb 42
Wxb2 38Wxe7 + -.
£ie5! &xe5 43 dxe5 + -) 39 Wxg5 £>f6 40
31 &cl c3 32 b3 ^c6 ug2 *e?f8! (Chigorin). Por ejemplo: 41
£e5 ^a6! 42 h4 (42 ^e2? Sal!) 42 ...
Con nada a cambio de sus penas...
Axb3 43 h5 £c4 44 h6?! ^xfl 45 hxg7+
&g8 46 &g4 &xg4 47 ^xe7 Wc8 48
101
Hxg4 .&h3 49 ^xb4 Axg4 50 Wxa3 ^xí5
51 'sfxc3 Wf3, con una brutal confronta­
ción que concluye con ventaja negra.
39 2g2! <á?h8
Peor es 39 ... fxg5 40 Wxg5 debido
a 41 f6! +-.
40 gxf6 gxf6?I
“Si 40 ... &xf6, las blancas ganan con 41
£e5 Wf6 42 £g6+ <á?g8 43 £xe7+ ^xe7
44 £xb3 Sxb3 45 «£hl Ka3? 46 Efgl
Hay que observar el nuevo plan de las Ea6 47 Exg7+ 'Bxg7 48 Sxg7+ «£xg7 49
negras: a5-a4xb3 y Ea8-a3, aniquilando Wg3+, y las negras no pueden avanzar
el flanco de dama enemigo. La única los peones b o c, porque perderían uno
esperanza de las blancas es derribar la de ellos” (Chigorin).
fortaleza del rey contrario, y Pillsbury Un importante refinamiento, en caso
se dispone a ello con enorme energía, de 46 ... Sa6?, es 47 ^h6! + -, y tampo­
inventiva y juego magistral. co sirve 46 ... '¿’fB 47 2xg7l ^xg7 48
33 h3! Sxg7 &xg7 49 Wg3+ <á?f7 50 Wc7+
<á?g8 51 ^c4+ <£g7 52 ^xb4 Sal+ 53
El comienzo de la ofensiva. “En un pri­ <á>g2 Ha2+ 54 <¿>g3 c2 55 '^b7+ <á?h6 56
mer vistazo no parece que las negras es­ ^c8! ^g7 57 <á>f4 +-. Sin embargo,
tén amenazadas. Aún más: se percibe después de 45 ... c2! (en lugar de 45 ...
una clara superioridad, puesto que el Sa3?) 46 Sxc2 2xe3 47 2c8+ <á>f7 48
peón de la columna c está a sólo dos Sfcl Sc3 49 Klxc3 bxc3 50 Exc3
pasos de coronar. Sin embargo, las ^a7, las negras tienen la posibilidad
blancas han calculado las variantes de de resistir (51 Wg3 Wal+ 52 <£g2
forma matemática, y literalmente juga­ m>2+ 53 <é>fl Wb5+ =).

135
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

41 &xb3 Sxb3 42 &h6 5g7 Chigorin y el flamante campeón


mundial Lasker también tuvieron una
Después de 42 ... Wc8, o de 42 ... Wd5, brillante actuación en Hastings. A falta
sigue 43 ^?g4. de tres rondas para el final, la tabla de
43 Sxg7 <«?xg7 posiciones reflejaba esta clasificación
en cabeza: Lasker 14,5 (de 18); Chigo­
Parece que el ataque blanco ha llegado
rin 14; Pillsbury 13,5; Tarrasch 11, etc.
a punto muerto y que los peones ne­
En ese momento se produjo el pri­
gros toman la palabra.
mer encuentro entre los principales
oponentes, Tarrasch y Lasker, que ten­
102 “ “ ” ---------------------------------------
dría una gran influencia sobre el des­
enlace del torneo. El campeón erigió,
con negras, el esquema conocido como
“muro de Berlín” (1 e4 e5 2 £if3 £)c6 3
£b5 4 0-0 £lxe4 5 d4 <£d6 6 £xc6
dxc6 7 dxe5 ¿Lf5 8 Wxd8 &xd8 -véase
partida n° 47), pero las blancas se juga­
ron el todo por el todo para ganar, y la
batalla, en un final de apariencia tedio­
sa, se hizo extraordinariamente aguda.

44 Wg3+!
39
¡Una increíble sorpresa! El resultado se­
ría muy distinto con 44 ‘á’hl? Wc4 45 S. Tarrasch-E. Lasker
£gl+ «é>f8 46 Sg8+ Wxg8 47 &xg8 c2 - +. Hastings 1895, 19a ronda

44... ^xh6
103
44 ... <á?f8? 45 ^g8+ y 46 ^xb3.
45<á?hl!
Con la mortal amenaza Sgl. Si 45 Sf4?,
45 ... Ebl+ 46 Sb2+, y tablas.
45... Wd5
A 45 ... c2? seguiría 46 Sgl clW 47
Wh4++. Tampoco servía 45 ... £if8 46
Sgl We8 47 Wg7+ <á?h5 48 Wxfb £e6
49 fxe6 + -.
46 2gl Wxf5 47 Wh4+ Wh5 48 Wf4+ 41 <á>f5?!
Wg5 49 Sxg5 fxg5 50 Wd6+ &h5 ¡Un movimiento desesperado! Después
“La tragedia de las negras es que a cual­ de 41 2>d4 b5 42 £c2 b4 53 £e3+ <á?c5,
quier jugada de rey, las blancas captu­ el alfil es más fuerte que el caballo, pe­
ran el caballo con jaque, o bien con la ro las blancas pueden hacer tablas, en­
amenaza de mate inmediato, impidien­ trando en un final de damas con 41
do, por tanto el avance c3-c2” (Retí). £>xc3 &xc3 42 'á’fb b5 43 g5 £.xg5 44
4?xg5 <¿>b2 45 h4 *&xa2 46 h5 b4 47 h6
51 Wxd7 c2?l b3 48 h7 b2 49 h8WblW.
La dolorosa alternativa es 51 ... 2bl+ 52 41 ... <á?d3??
&h2 Sb2+ 53 &g3 st?g6 54 ^e6+, etc.
Lasker, Tarrasch y otros comentaristas
52 Wxh7++ pensaban que 41 ... c2! Le habría dado

1 2A
Emanuel II

a las negras sólo tablas: 42 g5 JLxgS 43 gorin y Pillsbury) se enfrentarían en­


<£xg5 <£d3 44 &cl+ <á?d2 45 &b3+ ‘á’dl tre sí seis veces. ¿Hay que decir qué
46 a4 (46 h4 b5! 47 h5 a5 48 h6 a4) prestigio y qué derechos conquistaría
46 ... a5 47 &Í5 (47 h4 bo!) 47 ... b5 48 el vencedor de una batalla así?
axb5 a4 49 £}cl ixcl 50 b6 a3 51 b7 a2 La primera mitad del torneo constitu­
52 b8W alW 53 Wf4+ &bl 54 We4, yó una feroz carrera entre Pillsbury y Las­
“etc”. Sin embargo, ¡con 54 ... Wc3 ga­ ker. Inicialmente, el joven americano de
nan! Si desea asimilar métodos ganado­ 23 años se hizo con la cabeza. En la pri­
res, le recomiendo al lector una visita al mera ronda fue emparejado con el cam­
libro Finales de ajedrez, de Yuri Averbaj. peón del mundo. Con blancas, Lasker ju­
gó muy mal contra una Defensa Petrov y
42 £)xc3!
sufrió una catástrofe de apertura.
Ahora ya no hay que parar los peones
pasados.
42 ... <á?xc3 43 g5 Jlb6 44 h4 JLd4 45 h5
40
b5 46 h6 b4 47 g6 a5 48 g7 a4 49 g8'^
E. Lasker-H. Pillsbury
Las negras se rindieron. San Petersburgo 1895/96, Ia ronda
En la ronda siguiente Chigorin tam­
bién sufrió un patinazo, perdiendo en 104
16 jugadas an te Janowski (véase partida
núm. 32). Pero Pillsbury ganó sus tres
partidas restantes y, ante el asombro ge­
neral, finalizó en primera posición, por
delante del formidable “cuarteto este­
lar”. Chigorin sumó medio punto me­
nos, Lasker uno, y Tarrasch y Steinitz,
todavía menos...
Así, Hastings 1895 no clarificó la si­
tuación en la cima, sino que aún la con­
fundió más: el nuevo campeón no ha­
bía demostrado su superioridad y,
17 ... £}exd4! 18 Wdl Sxel 19 Wxel
además, había aparecido un nuevo as­
<£xf31! 20 &xf3
pirante. “Pillsbury es un brillante juga­
dor, y su juego está lleno de profundas A 20 Wdl, sigue 20 ... £lce5.
ideas,” escribió Tarrasch, “pero en mi 20 ... f4!
opinión fue el famoso maestro ruso
Chigorin quien jugó mejor que todos. También es posible 20 ... £>e5+!? 21
El ganador del tercer premio, Lasker, &e2 ^e8.
demostró, por primera vez, que es un 21 Wdl
jugador muy fuerte. Todos sus éxitos
anteriores se habían desorbitado por Si 21 <¿>e2 Ee8+ 22 &e3 fke3 23 fxe3, es
culpa de una publicidad exagerada”. espectacular 23 ... &d4+!! (o también
Fue una pena que el ganador del 23 ... Wg4+ 24 <á?d2 £d4!) 24 édl (24
cuarto premio, Tarrasch, ocupado de cxd4 Wg4+ 25 <¿,d2 Ab4+, o bien 25
nuevo en su profesión, eludiese la <á?f2 Sf8+) 24 ... Wa4+ 25 b3 £xb3 - +.
confrontación con sus rivales en el 21 ... 22 <£e2 Wg4+ 23 <£d2
match-torneo de San Petersburgo ^xdl+ 24 <á?xdl £>xd3
1895/96, el primer supertomeo de la
historia, una especie de prototipo del Y las negras ganaron.
match-torneo por el campeonato En la segunda vuelta Pillsbury derro­
mundial de 1948. Los cuatro jugado­ tó de nuevo a Lasker, esta vez en un final
res más fuertes (Lasker, Steinitz, Chi­ clásico de caballo contra alfil (véase la

137
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

nota a la novena jugada, en la partida 5 ... cxd4 6 Wxd4


núm. 55), y en la tercera vuelta logró
En el siglo XX se descubrió que 6 £}xd4
unas tablas sin mayores dificultades, es peor por 6 ... e5.
otra vez con la Defensa Petrov. Aparte
de eso, aplastó tres veces a Chigorin y 6...
sólo el “viejo león**, Steinitz, mantuvo Es jugable la tranquila 6 ... ^.e71? (Las­
bajo presión al americano. Lasker, por ker) 7 cxd5 exd5 8 e3 £)c6 y 0-0.
su parte, anotó 2,5 de 3 contra Steinitz
y Chigorin, y después de tres vueltas la 7Wh4?!
clasificación se encontraba así: Pills­ Lo correcto es 7 Axf6! -véase partida
bury 6,5 (de 9); Lasker 5,5; Steinitz 4,5; núm. 42.
Chigorin 1,5.
7.. . £e7
Con el torneo en su ecuador, se
anunció un descanso de cinco días. Los La genealogía de esta variante se fraguó
participantes pudieron celebrar el Ano en la partida Blackburne-Show^lter
Nuevo -como había hecho Tarrasch un (Nueva York 1889), donde tras 7... d4? 8
par de años antes, durante su encuentro 0-0-0 e5 9 e3 Jlc5 10 exd4 exd4 11 £}d5
con Chigorin- y más tarde recordarían, Wa5 12 ±xf6 gxfb 13 £>xfb+ 14 Sel
durante mucho tiempo, la extraordina­ .&e6 15 2xe6! fxe6 16 Wh6+, con devas­
ria hospitalidad de los organizadores, tadoras amenazas.
junto con las delicias de la vida en la ca­ 8 0-0-0?!
pital rusa. Algo, sin embargo, que no
puede aplicarse a Chigorin, pues en tan­ Proyecto arriesgado. Sin embargo, a 8 e3
to que director de la Sociedad Ajedrecís­ podría seguir 8 ... 'BbG. Por ejemplo: 9
tica de San Petersburgo, tuvo que asu­ 2b 1 h6! 10 ^.d3 dxc4 11 ^.xc4 0-0, cuan­
mir numerosos problemas burocráticos do es malo 12 Axh6?l gxh6 13 ^xh6, de­
durante el torneo. bido a 13 ... Wc5! Tal vez lo más sólido
Por fin, llegó el día del cuarto en­ sea 8 cxd5 exd5 9 Sdl, aunque no era
frentamiento entre el líder y el cam­ ésa la intención del juego de Pillsbury,
peón del mundo: el 4 de enero de con 5 Ág5 y 6 Wxd4.
1896. De ganar Pillsbury -jugaba con 8 ... Wa5 9 e3
blancas-, el desenlace del match-torneo
habría quedado prácticamente senten­ En una de sus exhibiciones de 1900 Las­
ciado y el gran talento americano clara­ ker ensayó 9 cxd5 exd5 10 e3 ^.efi 11
mente sería el desafiante número 1 al £>d4 2c8 12 <¿’bl h6 13 £}xe6 fxe6 14
título mundial. Lasker, en tal caso, pro­ Wh3 <«* 1f7 15 Af4, y sería bueno para las
bablemente hubiera tenido que jugar negras 15 ... 4bb4! 16 a3 2xc3!
un duelo con él por el título, en condi­ 9.. . Jld7l0«¿?bl h6!
ciones muy desfavorables para él. Pero
las cosas rodaron de distinto modo. “Las negras se adelantan con esta senci­
lla y brillante jugada** (B. Vainstein).
“Así, el alfil debe cambiarse, o la dama
blanca permanecerá donde está” (Las­
41 ker).
H. Pillsbury-E. Lasker 11 cxd5 exd5 12 ¿Ld4 0-0! 13 £xf6
San Petersburgo 1895/96, 10a ronda
Si 13 ,&xh6?!, es fuerte 13 ... £>e4! Zait­
Gambito de Dama (D50) sev.

1 d4 d5 2 c4 e6 3 ^c3 £f6 4 c5 5 13.. . _&xf6 14 Wh5


•&g5 Sin contemplar siquiera la restringida 14
Con firma de Pillsbury. Hoy en día se WS3.
prefieren 5 cxd5 y 5 e3. 14.. . 4dxd4 15 exd4 -á.e6!

138
Emanuel II

Lasker evalúa la posición y sabe ya cómo blanco a iniciar su propia lucna por la
replicar al avance del peón f proyectado existencia.
por su rival.
106 |—bb—S—
16 f4
16 £e4? áLxd4!; 16 Ac4 Sfd8! y 2ac8.
16 ... Sac8 17 f5

105

19 exf7+?
Parecía tentador 19 e7? para entorpe­
cer la coordinación de las piezas ne­
gras, pero después de 19 ... 2e8! (no
19 ... Sc8??, por 20 Wf5!, y la dama se
17.. . Sxc3l! reincorpora a la defensa) 20 bxa3
Wb6+ 21 &c2 (21 éal ^.xd4+ y Sxe7 -
Una combinación hermosa y profunda­ +) 21 ... 2c8+ 22 <é’d2 ^.xd4, y las blan­
mente calculada, que aún hoy en día cas están indefensas: 22 e8^+ Sxe8 24
sorprende a muchos destacados gran­ _&d3 Wa5+ 25 «á?cl £c8+, o bien 23 <á?e2
des maestros. Incluso se encuentra más We6+ 24 <á?f3 ^e3+ 25 ^g4 g6! 26
allá de la capacidad de una fuerte com­ Wxd5 h5+ y mate.
putadora. Aquí se requieren fuerzas
adicionales... En cambio, después de la También es insuficiente 19 bxa3 Wb6+
prosaica 17 ... ^.d7 18 ^f3, las posibili­ 20 <¿>c2? (20 <á>al? £xd4+ 21 2xd4
dades serían de doble filo. Wxd4+ 22 ébl fxe6! 23 £e2 We4+ 24
^al 2f2, con un poderoso ataque: 25
18 fxe6 Sel ^d4+ 26 -á?bl Wd2 - +) 20 ... Sc8+
Pillsbury descartó 18 bxc3 a causa de 21 <¿>d2 Wxd4+ 22 éel (22 &d3?
18 ... 2c8! (mejor que 18 ... ^xc3 19 Sc2+Ü 23 <á>xc2 Wb2++) 22 ... We3+! 23
^.e2 fxe6 24 Bh3 £c3+ 25 <á?fl Sf8+ 26
Wf3!) 19 fxe6 (19 Sd3 2c6) 19 ... Wxc3
20 exf7+ (20 Wxf7+ <á?h8 21 Wg6 Jtf3 .&a5!! 27 Wg3 ^.b6 (Sorojtin), y las
^b4+) 20 ... <á?f8 21 We2 áxd4 22 blancas, a pesar de la torre de ventaja,
'^e8+ Sxe8 23 fxe8W+ £xe8 24 2xd4 están perdidas: 28 h4 e5 29 Sxd5 e4 30
2d7 ^c3!-+.
'^xd4 -+ (S. Sorojtin), y también era
posible 18 ... .&d7! 19 Wf3 Sc8, con ata­ Más tenaz era 20 ^.b5! (el método de­
que decisivo: 20 Sel jLxd4 21 cxd4 fensivo de Pillsbury, pero sin intercalar
£.xf5+ y ^b4+; 20 d?b2 Jlxí5 21 £e2 las jugadas 19 exf7+? Hxf7) 20 ...
&e4 22 Wh3 2c6 -+; 20 2d3 &b5 21 Wxb5+ 21 é’al (Sorojtin) 21 ... fxe6
Se3 £.xd4 22 &xb5 (22 cxd4 ^b4+ 23 (21 ... 2c8 22 exf7+ &f8 23 »3! Sc2
Sb3 Wel+) 22 ... Wxb5+ 23 &al áxe3 24 m>3; 21 ... Wc4 22 Wg4) 22 Wg4
(o bien 23 ... £f6!? 24 Sbl Wc5 25 2e8! 23 Shfl h5 24 Wf3 (24 Wxh5?
2xb7 d4) 24 Wxe3 ^c4 25 <á?b2 2c6 - +. ¿xd4+) 24 ... 2c8 25 3d2 e5, con bue­
18.. . Sa3ü na compensación por la calidad (Zait­
sev). Por ejemplo: 26 Wf5?l ^c4 27
¡La clave de la combinación! Este para­ Sfdl e4 28 We6+ £h8 29 Wfo h4 30 g3
dójico sacrificio de torre obliga al rey e3!, aunque es mejor 26 a4 Wc4 27

139
Gary Kasparov - Mis geniales PREDECESORES

Sfdl, y después de 27 ... exd4, enton­ Sc8?! las blancas tienen clara ventaja)
ces 28 Zd3 (Sorojtin). 26 2e8+ <¿>h7 27 Wf5+ g6 28 Se7+!, for­
zando las tablas: 28 ... ^.xg7 29 2xg7+
19 ... Sxf7 20 bxa3 Wb6+ 21 £b5!
<¿?xg7 30 Wd7+ 'á’gS = (pero no 30 ...
La mejor opción. Era desesperado 21 <¿46? 31 Sf2+ <¿>g5 32 ^e7+, etc.) o
'¿al -á.xd4+, y también 21 <á?c2 2c7+ bien 28 ... &xe7 29 Wf7+ <á?h8 30 ^e8+.
22 ¿>d2 Wxd4+ 23 &el (23 £d3?
25... Wc4
Xc2+!) 23 ... ^c3+! 24 2d2 He7+ 25
.&e2 ¿g5 - +. Era confuso 25 ... 2xa3?! 26 '¿7c8+ <¿’f7
27 2b2.
21 ... ^xb5+ 22 ‘¿’al Zc7?
26 <¿>b2?
Un patinazo. Tras haber invertido tanta
energía y creatividad, Lasker se ve apu­ El apresuramiento de Lasker, en apu­
rado por el Zeitnoty falla el remate, 22 ... ros de tiempo, consiguió afectar a la
Wc4! Por ejemplo: 23 2d2 ^c3+, o bien ecuanimidad de Pillsbury, que perdió
23 '^g4 2e7! (con las amenazas Ze4 el rumbo de la partida y se puso nervio­
y Se2) 24 Shel Axd4+ 25 ^xd4 Zxel, so. Aquí, con 26 ‘¿’bl! (26 Wfl?l ^a4;
etc. 26 Wbl Sxa3 27 '^b2 Sc3 28 «¿>bl b5 =)
26 ... 2xa3 27 Sel! (antes sólo se había
23 5d2 Sel 24 Shdl?
considerado la insípida 27 ’t^rc2 Kc3 28
Error en justa reciprocidad. Tampoco m.2 b5! 29 Zc2! &xd4 30 Sxc3 ^.xc3),
era buena 24 '^e2?I ^bó! 25 Shdl Sxd4 las negras se habrían enfrentado a des­
26 Sxd4 £xd4+ 27 Sxd4 Wxd4+ 28 <á?bl agradables problemas: 27 ... ^b5+
'^e4+, pero podrían conseguirse tablas (27 ... 2c3? 28 Zxc3 ^xc3 29 ^xd5+
con 24 Sel! Wa5! (24 ... Bxd4? 25 Se8+ <¿’h8 30 Sdl +-) 28 ‘¿’al ^ao 29 Sc8+
&h7 26 ®5+ g6 27 ^xf6 ’eZxe8 28 Wxd4 ¿f7 30 Sb2, con ataque de las blancas.
+ -) 25 2e8+ <¿>h7 26 WÍ5+ g6 27 2e7+ü Un par de jugadas precisas, y tal vez la
(27 '^xf6?? Scl+ 28 <¿>b2 Wc3++) 27 ... historia del ajedrez hubiera tomado un
±xe7 28 «7+ <á?h8 29 ^e8+ -£g7 30 rumbo diferente.
^e7+, con jaque perpetuo.
108
107
S]

26 ... 5xa3I!
4*
to

c3?
Una especie de trance místico: [la se­
Otro grave error, que no percibieron gunda torre se sacrifica en la misma ca­
los comentaristas. Lo mejor era 24 ... silla que la anterior! Seguramente Pills­
^c6?, que habría ganado. Por ejemplo; bury no se creía lo que le estaba
25 <¿>bl -Ig5 26 We2 J^xd2 27 Wxd2 pasando.
Wd6, etc.
27 ^e6+ <¿h7
25 Wf5
Ganaba limpiamente 27 ... <¿>h8: 28
Posiblemente era fuerte 25 Sel!? ^c4 We8+ (28 <á>bl £xd4) 28 ... <á?h7 29
(25 ... £48? 26 Sf2! y fix£6+, y tras 25 ... '«’bl (29 éxa3? Wc3+ 30 ¿?a4 a6 - +)

140
Emanuel II

29 ... .&xd4 30 We2 Wb4+ 31 Zb2 Axb2 11), y a continuación también el match-
32 Wxb2 We4+ 33 &al Ea4, etc. revancha con Steinitz (Moscú
1896/97), con una puntuación de +10
28 <£xa3??
-2 =5, conservando la corona ¡durante
Exhausto por el feroz asalto de las ne­ otro cuarto de siglo!
gras, Pillsbury sucumbe, metiéndose en ¿Quién sabe durante cuánto tiempo
una red de mate. Tampoco resolvía na­ sufrió Pillsbury al recordar aquel día
da 28 Wf5+ (28 <á?bl? .&xd4! 29 Wf5+ trágico de San Petersburgo y las opor­
g6! 30 Wd7+ £g7 -+) 28 ... <á?g8! 29 tunidades perdidas? Más tarde, como
<á>bl (29 ^e6+ <á?h8! 30 ^e8+ ^h7, co­ un historiador señaló acertadamente,
mo en la nota a la jugada 27) 29 ... invirtió el resto de su vida tratando de
Axd4! 30 Sel Wb4+ 31 <á?cl ^c3+ 32 recuperar al Pillsbury de 1895, pero sin
^c2 Wal+ 33 Wbl Hc3+ 34 Sc2 Jte3+ lograrlo: mientras trataba de recupe­
35 Sxe3 fcbl+ 36 «éxbl Hxe3 - + (So- rarse a sí mismo, Lasker avanzaba y
rojtin), con un final prosaico de torres. avanzaba.
28 ... ^c3+ 29 ^a4 b5+! Seis meses más tarde, en Nurem­
berg, Pillsbury de nuevo volvió a finali­
El toque final. zar detrás de Lasker, aunque logró una
30 <£xb5 Wc4+ 31 &a5 £.d8+ brillante revancha en su partida, reci­
Las blancas se rindieron, debido a 32 biendo un premio especial de Roths­
^b6 ^.b6++. Lasker consideraba esta child por su excelente victoria sobre el
partida como la mejor de su carrera. campeón. Ocho años más tarde, en
Cambridge Springs, aunque ya estaba
Un tremendo drama humano, ¡que lejos de su mejor forma, encontró den­
también tuvo su importancia histórica! tro de sí la fuerza necesaria para dar
Aquel día Caissa eligió a Lasker y, como un nuevo impulso al pensamiento aje­
ahora sabemos, la diosa del ajedrez no drecístico.
se equivocó. Su cruel designio influyó
decisivamente sobre la suerte de ambos
grandes jugadores.
Pillsbury quedó tan descorazonado 42
que sufrió ¡cinco nuevas derrotas! y al H. PilLsbury-E. Lasker
final ni siquiera pudo conseguir el se­ Cambridge Sjmngs 1904
gundo puesto. Según algunas fuentes, Gambito de Dama (D50)
fue entonces cuando empezó a mostrar
los primeros signos de la enfermedad 1 d4 d5 2 c4 e6 3 &c3 4 &f3 c5 5
que, diez años más tarde, iba a llevarlo ^.g5 cxd4 6 '^xd4
a la tumba. Se ha escrito que un repen­
tino diagnóstico, que le fue notificado 6.. . Ae7!?
la víspera de esta fatal partida, trauma­ 7 áxf6!
tizó al joven maestro. En cualquier ca­
so, él mismo se quejaba de continuos Novedad, que había esperado su hora
dolores de cabeza, insomnio y neurosis, durante muchos años.
por cuyo motivo varias partidas suyas se 7.. . gxf6
disputaron en días distintos de los pro­
gramados. Resulta que las negras quedan mal des­
Pero el inspirado campeón ganó pués de 7 ... £>xd4 8 Jíxd8 £ic2+ (8 ...
tanto el match-torneo (1. Lasker 11,5 4bxf3+ 9 gxf3 ‘é’xdS 10 cxd5 exd5 110-
de 18; 2. Steinitz 9,5; 3. Pillsbury 8; 4. 0-0, o la más aguda 11 £>xd5, con un
Chigorin 7), como el supertomeo de peón de ventaja) 9 <£d2 £)xal 10 -&c7
Nuremberg 1896 (1. Lasker 13,5 de 18; (10 Jth4 Jtd6 11 e3) 10 ... dxc4 11 e4
2. Maróczy 12,5; 3-4. Pillsbury y Ta- ¿>b3+ 12 axb3 cxb3 13 JLc4, etc.
rrasch 12; 5. Janowski 11,5; 6. Steinitz 8 !Zh4 dxc4

141
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

8 ... d4?! 9 0-0-0! e5 10 e3. fuerzas contra el rey enemigo. Mucho


más pasivo es 13 fld2 ^.c6.
9 Edl!?
13 ... ^xb2 14 0-0!
A 9 ^xc4, es posible 9 ... ^b6, y si 9 e3,
9 ... f5 10 Wxd8+ £ixd8 11 &xc4 £c6 12 Es confuso 14 &h5 Sc8! 15 Axf7+ &x£7
£b5 ^.d7 13 <«?e2 a6 14 &xc6 Axc6 15 16 Sxd7+ &e7 17 £dl Bxc4 18 2>xb2
Zhdl £g7 16 Sacl <¿>e7 17 g3 Shd8 = Scl+ 19 £>dl 2d8.
(Bogoljubov-Alekhine, Munich 1942). 14 ... Sc8 15 ^d3 Sc7
9 ... ¿d7 10 e3 Si 15 ... ^.c6,16 ^Lf3.
La posición critica de la vanante. 16 £le4 ^.e7
Otra tentativa de defensa es 16 ... ^c2!?
109 17 £>d6+ &xd6 18 ^xd6 Wc5.
17 <£d6+
Un poco restringido es 17 2d2 '^b6 18
2bl ^c6 19 ^.f3 ^a6! 20 Wxa6 bxa6,
con un final defendible.
17... £f8
“La alternativa 17 ... Axd6 18 Wxd6
^b6 (18 ... Wc3? 19 Ab5!) 19 Wxe5 lle­
va las negras a una catástrofe: 19 ... Sg8
(19 ... 0-0 20 Sbl, o bien 20 Wg5+!?
10 ... ¿Le5?I é>h8 21 Wf6+ <á?g8 22 2d4 e5 23 ^xe5)
20 Hd6 Wc5 21 Wxc5 5xc5 22 Sfdl
¡Lasker se equivoca! Posteriormente re­ 2c7? 23 Sxd7 Sxd7 24 &b5” (B. Vains-
comendaría 10 ... f5. Por ejemplo: 11 tein). Sin embargo, es fuerte 22 ...
Wg3 h5 (11 ... Wb6!?) 12 Jlxc4 h4 13 Aa4!, aunque en tal caso las blancas de­
Wf4 2g8 14 £}e5 £}xe5 15 ^xe5 ^.g7!? berían jugar 20 Ah5! ^c6 21 e4, y ata-
(15 ... a6 16 0-0 Sc8 =) 16 Wd6 £xc3+ . que (es malo 21 ... '^c5?, por 22 ^.xf7+
17 bxc3 ~xg2 18 Wb4 Wb6, con juego £xf7 23 Sxd7+).
cómodo, o bien 11 Wxc4 ^.g7 12 ^b3
£xc3+13 ^xc3 Wa5 14 ^xa5 £xa5 15 18 <£c4 Wb5 19 f4! exf4?
£le5 ^.a4 16 Sd4 £}c6 17 Sxa4 £ixe5 18 Mucho más sólida era 19 ... Ac6 20 fxe5
^b5+ &e7 ~ (Duzjotimirsky-Znosko- (20 £xe5?! ^xd3 21 Axd3 Ac5!) 20 ...
Borovsky, San Petersburgo 1905). ^d5 21 ^xd5 ±xd5 22 2>d6 &xd6 23
Euwe recomienda 10 ... Ae7. Después exd6 Sc2 24 ^.£3, y las blancas sólo tie­
de 11 &xc4 Wa5 12 0-0 f5 13 Wf4 0-0-0 nen una ventaja mínima.
y Shg8-g6, las negras tienen claro con­ 20 Wd4! f6
trajuego (Fúster-Cuéllar, La Habana Después de 20 ... 2g8, o de 20 ... 'á’gS,
1966).
sigue 21 Wxf4.
11 <Sixe5 21 Wxf4 ^c5
Es dudoso 11 ^.e2?! Kc8 12 £ixe5 fxe5 Pero no 21 ... 2c8 22 Wd4 &c6 23
13 Wg3 Wa5, sin compensación real Exf6+!
por el peón (Guimard-Grau, Argenti­
na 1938). 22 ¿Le5 £e8 23 £>g4

11... fxe5 12 Wxc4 Wb6 13 &e2! También es interesante 23 Zd4. Por


ejemplo: 23 ... 2g8 24 Sc4 Wd5 25 áf3
Un valiente y fundado sacrificio de Wxe5 26 Wxe5 2xc4 27 Wxe6, o bien
peón. Las blancas completan rápida­ 23 ... <£g7 24 £sg4 e5 25 ^h6+ &gS 26
mente su desarrollo y lanzan todas sus ^.c4+, ganando.

142
Emanuel II

23 ... f5 más partidas a la ciega de ajedrez y de


damas”.
Organizando un juego dudoso. A la vas­
Ciertamente, algo hay que decir
ta de lo que sigue, era más tenaz 23 ...
acerca de las sensacionales exhibiciones
ág6! 24 £xf6 (24 Sd4 Kc6 25 £xf6
de Pillsbury, sin ver el tablero. Recorrió
<á?g7 26 £>d7 Wg5) 24 ... <¿g7 25 2id7
el mundo entero dando esas exhibicio­
Wc3 26 .&g4, con posición de ataque de
nes. Se han registrado más de setenta,
las blancas.
¡con más de un millar de partidas a la
24 ^h6+ <á?f7 ciega! Ostentó el récord en su tiempo,
Culminando este apasionante duelo. establecido en Moscú 1902: 22 tableros
(+17 -1 =4). Esta exhibición impresionó
al niño de nueve años Alexander Ale­
khine, quien luego recordaría: “La ha­
zaña de Pillsbury tuvo un increíble efec­
to sobre mí. Lo mismo, por otra parte,
que sobre todo el mundo”. Un poco an­
tes, una exhibición similar fue contem­
plada, en La Habana, por el niño de 11
años José Raúl Capablanca, que tam­
bién recordaría toda su vida: “Pillsbury
liquidaba a todos y cada uno de sus riva­
les con la fuerza y sutileza de su brillan­
te juego”.
Por otra parte, Lasker pensaba que
25 £c4!J
jugar a la ciega dañaba la salud ya mina­
¡Un notable golpe! Era confuso 25 da de Pillsbury, que “la lucha por la vida
Sxfo+ ^xfo (25 ... exfa? 26 Ac4+! i?xc4 había sido demasiado dura para él”, y le
27 £>e5+ y £ixc4) 26 Sfl *c5! reprochaba al mundo del ajedrez el he­
25 ... Hc6 cho de que hubiera tenido que hacer
“los precios más bajos, lo que significa­
25 ... '^xc4? 26 £ie5+. ba una mayor dependencia de su pro­
26 2xf5+! Wxf5 27 Sfl 'Bxfl+ pio esfuerzo”.
En el verano de 1906 una fatal en­
O bien 27 ... Sxc4 28 Sxf5+ exfo 29 fermedad le “anunció mate” al legenda­
£le5+. rio americano. Pillsbury murió sin ha­
28 <¿?xf 1 JLd7 29 ^h5+ &f8 30 £e5 ber cumplido los 34 años y, no obstante,
ha permanecido como una de las más
Las negras se rindieron. brillantes estrellas del firmamento aje­
Muchos años más tarde, Alekhine drecístico. El resultado global de sus
pintaría un excelente retrato del “me­ dramáticos enfrentamientos con Lasker
teoro americano”. “Pillsbury indudable­ fue +5 -5 =4 y no podemos sino lamen­
mente fue, después de Morphy, el tar amargamente que no hubiesen dis­
mayor talento ajedrecístico norteame­ putado un match por la corona mun­
ricano. Sin embargo, sus carreras fue­ dial, un encuentro del que sin duda se
ron completamente distintas: mien­ hablaría mucho durante la transición
tras que Morphy fue extinguiendo, entre los siglos XIX y XX.
lentamente y sin alegría, la llama de “Un genio se ha ido”, escribió el
su vida, Pillsbury aspiraba a que su lla­ campeón del mundo en su Lasker’s
ma vital ardiese continuamente. ‘Vi­ Chess Magazine. “Quienes conocían a
no, mujeres y no canciones melifluas, Pillsbury en sus días jóvenes nunca olvi­
sino fuertes cigarros’, tal era su lema darán el llamativo, casi hermoso rostro
vital. Esto, sumado a exhibiciones de de aquellos días. Sus ojos tenían una ex­
simultáneas a la ciega, jugar al whist, presión que habla de fuerza mental, de

143
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES predecesores

sueños, de sentimiento poético, de rec­ 6d4!


titud. Algunos califican a esa expresión 6... H6! 7 d4 M6!
de angélica. A mí me dieron una idea
de cómo podían haber sido los ojos de El valor de esta jugada, que ya se había
los antiguos profetas. Su contención te­ visto en una de las partidas del match
nía el porte de la nobleza natural. Des­ McDonnell-La Bourdonnais (Londres
de la larga línea de sus ancestros purita­ 1834/35), pasó inadvertido hasta que
nos, había heredado la inflexibilidad Lasker volvió a plantearla.
moral, músculos de acero curtidos por
111
el trabajo y una vida sana, y una capaci­
dad para la inspiración que en los viejos
días podría calificarse de religiosa, pero
que en el hombre moderno se consa­
graba a su gran amor, la diosa Caissa”.

La Defensa Lasker
Así, después de su año triunfal de
1896, Lasker se convirtió no sólo en el
campeón mundial de hecho, sino tam­
bién en el universalmente reconocido
rey del ajedrez. Se distinguía por su feno­ 8a4
menal tenacidad, sus recursos tácticos, su Chigorin se desvía de la teoría vigente, 8
excelente técnica de finales y una sutil dxeo (en el siglo XX se han jugado 8
penetración psicológica. Un poco antes .&a3 y 8 h3) 8 ... dxe5! (ideas más rebus­
Schiffers había comentado que Lasker cadas con 8 ... Ag4, 8 ... Ae6 y 8 ...
“no tiene puntos débiles en absoluto, pe­ £lge7), con las siguientes posibilidades:
ro él sí es capaz de determinar y explotar
los puntos débiles de su oponente”. 1) 9 'ofxd8+ (es desventajoso para las
blancas 9 £ibd2 10 Ada £>ge7, y sen­
Lasker tenía una actitud indiferente
hacia el estudio de la teoría de aperturas, cillamente incorrecto 9 Axf7+? d?xf7 10
considerando que lo más importante era &xe5+ <á>e8! 11 Wh5+ g6 12 £xg6 £f6,
etc.) 9 ... £ixd8 10 £>xe5 ^.eó, y a causa
conseguir posiciones jugables. Aun así,
concibió al menos dos defensas que lle­ de los peones débiles de las blancas en el
van su nombre: en el Gambito de Dama flanco de dama, las negras tienen un fi­
(véase su match con Marshall, en 1907) y nal favorable (Chigorin-Pillsbury, Lon­
en el Gambito Evans, cuyo plan defensi­ dres 1899).
vo dejó esa “apertura del siglo XIX” fue­ 2) 9 Wb3 Wf6 (9 ... ^e7!? 10 áa3 Wf6)
ra dejuego ¡durante casi 100 años! 10 .&g5 (10 Sdl h6í?; 10 jLb5 h6, o bien
10 ... £e6 11 Wa4 Ad7) 10 ... Wg6 11
&d5 (11 Jtb5 fb 12 Ah4 £e7, etc.) 11...
&ge7 (es confuso 11 ... f6!? 12 &xg8
43 £ia5 13 £>xe5 fxe5 14 Wd5 £}c6) 12
M. Chigorin-E. Lasker &xe7 <á*xe7 13 £xc6 (13 a4?! &a5 14
San Petersburg) 1895/96, 3a vuelta Wa3+ Wd6 15 £xe5? ác5! -+) 13 ...
Gambito Evans (C52) Wxc6 14 £>xe5 We6 15 ^c4 (peor es 15
2>d3 Wxb3 16 axb3 2d8 17 &f4 c6, o
1 e4 e5 2 £>f3 ¿Lc6 3 Ac4 Ac5 4 b4 Axb4 bien 15 Wa3+ Wd6! 16 Wxd6+ cxd6). En
5c3£c5 relación con esta variante, considerada
Para poner en práctica la idea que sigue la principal de este sistema defensivo,
es más consistente 5 ... ^.a5! ambos contrincantes sostuvieron un in­
tenso debate a través de las páginas de
6 0-0 sus respectivas revistas. Chigorin creía en

144
Emanuel II

los recursos atacantes de las blancas, “La combinación que las blancas pro­
mientras que Lasker consideraba que los yectan realizar es incorrecta y conduce
dos alfiles negros y la ausencia de debili­ a una posición perdida. Era imprescin­
dades en su posición le garantizaban la dible jugar a tablas con 13 exd6 0-0!
ventaja. Por ejemplo, después de 15 ... (13 ... cxd6 14 We2 d5 15 £d4 &xd4 16
Hd8 16Wa3+ &e8. cxd4 0-0 17 &d2, sin peligro para las
blancas; -perdón: después de 17... fad6! no
8... <£f6
hay igualdad: G.K.) 14 dxc7 Wxc7 15
También es correcto 8... JLg4 (pero no 8 We2, o bien 13 Wa4 &c5 14 Wxc6+
... exd4, con idea de 9 cxd4 Ag4 10 J£.b2 £d7 15 Wd5 0-0 16 exd6 £b5 17 Sdl
^f6, cuando es posible 9 a5l? £}xa5 10 (17 c4?l c6) 17 ... Wxd6 18 Wxd6 cxd6
Sxa5 £xa5 11 Wb3 Wd7 12 e5 d5 13 19 &e3!” (Zak). Es cierto que tras 19 ...
jkxdd c6 14 Jlc4 b5 15 e6 fxe6 16 ^xe6 Sfc8 20 £h4 £e4 21 £xa7 Sxa7 22 Í3
^xe6 17 Sel Wxel+ 18 £xel, Blackbur- &xc3 23 £xc3 Sxc3 24 Sxd6 g6 25 f4
ne-Gunsberg, Londres 1900) 9 £b5 Se7, las negras conservan perspectivas
Axf3 10 ^xf3 a6 11 ^.xc6+ bxc6, con algo mejores.
buen juego (Stviderski-Gunsberg, Mon­
13 ... d5 14£d4?
tearlo 1904).
Aun así, era mejor 14 ¿Le2> 0-0 (14... Jlg4
9 Ab5
15 £xa7 Exa7 16 We3 Sb7 17 £bd2) 15
No es mejor 9 ^.do £>xd5 10 exd5 £ia5 ±xa7 Sxa7 16 £d4 Jld7 17 13 £c5 18
11 dxe5 0-0!? 12 &g5 ’^d7 13 Sel dxe5 <&d2 £e8 19 f4 2b7, aunque tampoco
14 £xe5 Wf5 15 Ah4 f6 16 £f3 Jtd7 17 aquí las cosas son fáciles para las blancas.
£ia3 Sae8 (Chigorin-Lipke, Viena
1898). 14 ... £xc3! 15 2>xc3 £xd4 16 ^d3

9 ... a6 10 -íkxc6+ bxc6 11 a5 ^.a7 Es desesperado 16 Ab2 Sb8 17 £sa4


Axb2 18 £}xb2 c5.
16 ... c5 17 Bg3 .&e6! 18 £g5
En caso de 18 ^xg7, sigue 18 ... <d?d7! 19
Sa3 2g8 20^xh7±xe5-+.
18... Wd7 19 Sacl £6!
Rápida y decisiva apertura de la columna
g-
20 exf6 gxf6 21 £f4 2g8 22 Bf3 0-0-0 23
Sfel
Si 23 &e2, era posible 23 ... ákg4 24 '^d3
c4 25 ^xd4 jLxe2 26 3fel (26 Wa7 ^c6 - +)
12 dxe5 26 ... Sxg2+! (pero no es válida la reco­
Tentativas ulteriores por reforzar el jue­ mendación de Zak, 26... Wg4 27 g3 &f3?,
go de las blancas no tuvieron éxito. Por debido a 28 Wa7! Sg7 29 Sbl) 27 <¿>xg2
ejemplo: 12 £ibd2 exd4 13 cxd4 0-0 14 (27 £hl Wh3 28 Xc3 ái3, etc.) 27 ...
'¿7c2 Ad7 15 Jlb2 Se8, con un saludable ^g4+ 28 £g3 ^f3+ 29 <é?gl Wh3 - +, pero
peón de ventaja (Schiffers-Marco, Viena aún es mejor 23 ... &h3! 24 JLg3 (24 £ig3
1898), o bien 12 Wa4 exd4! 13 e5?I (no ^g4 25 ^xg4+ £xg4 26 £e3 £e5 27
vale 13 Wxc6+ ^.d7 14 Wxa6 <5üxe4) 13 ... Axc5 <¿>d7 28 f4 £d6 29 fi£2 Sc8 30
dxe5 14 JLa3 e4 15 cxd4 Ad7 16 ^c4 c5 £xd6 <á?xd6 31 Sd2 Hge8 32 h3 £d7 - +)
17 £e5 0-0 18 Wxa6 Se8 19 £ixd7 Wxd7 24 ... £g4 25 Wd3 ±xe2 26 ^xe2 c4 27
20 dxc5 &xc5, etc. (Duzjotirmísky-Sal- Sfdl Sge8 28 Wf3 We6 29 <á?fl £a7 - +.
we, San Petersburgo 1905). 23 ... c4 24 We2
12 ... «£xe4 13 ^e2? O bien 24 &g3 £g4 25 Wf4 £e5 - +.

145
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

24 ... ±f5 25 «a2? torneos de Londres 1899 (1. Lasker


23,5 de 27; 2-4. Maróczy, Pillsbury y Ja­
Esto pierde al instante, pero sin embar­ nowski 19; 5. Schlechter 18; 6. Black-
go, tampoco 25 &.g3 £xc3 26 fixc3 bume 16,5; 7. Chigorin 16) y París
fide8 27 ^d2 fixel* 28 Wxel &d3 29 1900 (1. Lasker 14,5 de 16; 2. Pillsbury
fiel d4 30 Wd2 fie8 habría servido de 12,5; 3-4. Maróczy y Marshall 12; 5.
gran ayuda - +, y ni siquiera la mejor 25 Bum 11; 6. Chigorin 10,5).
Wdl!, pues las negras siguen teniendo Inmediatamente después del tor­
ventaja decisiva con 25 ... ^.d3 26 Jtg3 neo de Londres, Lasker fue desafiado,
£.xc3. por primera vez, a un match por el títu­
lo de campeón del mundo. El aspirante
era el maestro franco-ruso David Ja­
nowski (1868-1927), un jugador de
agudo estilo atacante, que había derro­
tado en numerosas ocasiones a todas
las estrellas, incluido el propio Lasker.
Seis meses antes de Londres, en una gi­
ra por América, había desafiado a Pills­
bury a un match de candidatos, pero
no llegó a producirse. “Una verdadera
lástima”, escribiría la prensa. “Un
match entre los dos brillantes jóvenes
jugadores le habría reportado al mun­
25 ... Sxg2+! 26 <£hl do numerosas obras maestras”.
O bien 26 <£xg2 &h3+ 27 £gl >g4+ 28 A propósito de obras maestras, no
Jtg3 Wf3, y mate. puedo menos que recordar la apertura
de la siguiente partida, muy adelantada
26 ... 2xf2
sobre su tiempo.
Las blancas se rindieron.
La variante 7 ... ^.b6! es conocida por
la teoría como “Defensa Lasker”. 44
Tras haber ratificado con autoridad S. Tarrasch-D. Janowski
su condición de campeón, Lasker dejó Viena 1898
a un lado la práctica del ajedrez duran­ Defensa Siciliana (B33)
te dos años y medio, y se dedicó a reali­
zar serios estudios de matemáticas y fi­ I e4 c5 2 £)c3 e6 3 ¿Lf3 ¿ábc6 4 d4 cxd4 5
losofía. 4Lxd4 £T6 6 £idb5 d6
El principal acontecimiento ajedre­ Un insolente planteo para la nueva es­
cístico de aquellos años fue el torneo cuela. Tarrasch consideraba esta juga­
internacional de Viena 1898: 1-2. Ta- da como... ¡un error decisivo!
rrasch y Pillsbury 27,5 (de 36); 3. Ja­
nowski 25,5; 4. Steinitz 23,5; 5. Schlech- 7 JLf4 e5 8 JLg5 a6 9 Jlxf6
ter 21,5; 6-7. Bum y Chigorin 20, etc. Al Más preciso es 9 £ia3! b5, entrando en
ganar el match de desempate por el ¡la Variante Cheliabinsk!
primer puesto (2,5-1,5), Tarrasch recu­
peró su reputación de aspirante núme­ 9 ... gxf6 10 £a3 £5! 11 Wh5
ro uno. Sin embargo, en lugar de tratar II .&c4 Sa7!
de jugar un encuentro por la corona,
abandonó el escenario ajedrecístico 11... b5!
durante cuatro años. Una posición que comenzó a jugarse
El retomo de Lasker no fue menos asiduamente en la segunda mitad del
triunfal. Ganó por enorme margen los siglo XX.

146
Emanuel II

único”..., así resumía las cosas la Wiener


Schachzeitung. Pero el campeón prose­
guía sus profundos estudios científicos,
y en 1902 defendió su tesis doctoral en
filosofía y se tituló como profesor de
matemáticas. ¡El “monarca absoluto”
no jugó al íyedrez durante cuatro años!
Por entonces destacaban por sus ac­
tuaciones Janowski, Pillsbury, Schlech­
ter y Marshall. Los tres últimos habían
resultado vencedores en el 12° Con-
greso de la Union Alemana de Ajedrez
12 ¿Laxb5!? (Munich 1900) donde, por cierto,
ocurrió algo importante: la fundación
Desembarazándose del caballo “malo”. de una asociación internacional de
12 ... axb5 13 ^.xb5 £b7! 14 £c4! maestros de ajedrez, en una reunión
presidida por Lasker. El primer presi­
Era dudoso 14 exfo?! ^a5!, y también
dente elegido fue Berger, y el segundo
14 Wxf5?I Ag7 15 0-0-0 0-0 16 Axc6
(en la reunión de Montecarlo 1902)
£xc6 17 Sd3 &d7! 18 ^h5 £.e6 (Sves-
fue Tarrasch, siendo su secretario per­
hnikov).
manente Georg Marco, editor de la re­
14 ... TO 15 £d5 %6 16 £jc7+ ^d8 17 vista Wiener Schachzeitung, que se con­
Wxg6 fxg6 18 £ixa8 ^.xa8 19 &d5 &c7 virtió en el órgano de la asociación.
Aunque la actividad de esta asociación
¡Y después de 20 ... ,&h6! (liberando al
pronto fue decayendo, constituyó, de
caballo de c6), la torre y los dos peones
todos modos, un precedente histórico
no son más fuertes que las dos piezas
para la unión de los jugadores de aje­
menores.
drez, con la que Staunton había soña­
Janowski se encontraba entonces en do mucho tiempo atrás.
auge (poco después ganaría brillante­ Volviendo al ruedo, Tarrasch le re­
mente los torneos de Montecarlo 1901 cordó a todos su formidable fuerza en
y Hannover 1902), pero sus sueños de Montecarlo 1903: 1. Tarrasch 20 (de
un match con Lasker tuvieron que ser 26); 2. Maróczy 19; 3. Pillsbury 18,5; 4.
postergados. El campeón concibió una Schlechter 17, etc. Este torneo, sin
nueva “defensa”. Primero propuso ju­ embargo, quedó ensombrecido por
gar a ocho victorias (sin contar tablas), un escandaloso incidente, que en mi
mientras que el obstinado aspirante, opinión tiene cierta significación his­
“basándose en la experiencia de los en­ tórica.
cuentros previos por el campeonato “Chigorin llegó de San Petersburgo”,
del mundo”, insistía enjugar a diez vic­ se leía en la prensa, “para vivir algo
torias. Después, exigió una elevada bol­ increíble: su compatriota, el príncipe
sa monetaria, que Janowski trató deses­ Dadian de Mingrelia, un conocido falsifi­
peradamente de reunir (se bromeaba cador de ‘brillantes’ partidas con jugado­
diciendo que “nadie quería invertir en res desconocidos, imaginándose a sí mis­
una empresa desesperada”). Tras largas mo un mecenas del ajedrez por unos
discusiones, el match finalmente no lle­ cuantos cientos de francos, amenazó con
gó ajugarse. dimidr como presidente del comité si se
permitía jugar a Chigorin, quien, se di­
El infatigable Marshall ce, le habría ofendido. Los organizado­
res, en defensa de los intereses del casi­
Las victorias de Lasker en torneo le no, y no del ajedrez, excluyeron a
reportaron una fama legendaria. “Las­ Chigorin del torneo”. ¡Un hecho sin pre­
ker estuvo allí, Lasker el primero, el cedentes! Pero ¿qué hicieron los demás

147
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

jugadores? Movidos por comprensibles del ajedrez no lo considere capacitado


consideraciones materiales, se tragaron por su palmarés para disputar el
la píldora. Sólo Janowski, que no partici­ campeonato mundial y, en consecuen­
paba, se mostró indignado: “¿Acaso el cia, debería retar a algún otro y demos­
Dr. Tarrasch, presidente de la Asociación trarme antes que lo merece. En el caso
Internacional de Maestros de Ajedrez, de Marshall, por ejemplo, no debería ser
no tenía autoridad suficiente para impe­ difícil organizar un match entre él y Ja­
dir esto,..? Solicito que mi nombre sea nowski en los términos propuestos”.
borrado de la lista de miembros de dicha Más tarde, al recordar el triste sino de
Asociación, y mi decisión es irrevocable”. Steinitz, Lasker realizó una clara explica­
En nuestros días, “mecenas” simila­ ción de sus altas exigencias financieras:
res, que tratan de mostrar una buena ca­ “Si el mundo del ajedrez desea experi­
ra sobre el asunto, actúan de forma más mentar satisfacción, disfrutar de cierta
refinada. Repiten sin cesar que sus puer­ emoción y aprender de los más fuertes,
tas están abiertas, y con una acogedora es decir, obtener todo aquello que, dese­
sonrisa te invitan a jugar... ¡en condicio­ an decenas de millares de jugadores mo­
nes deliberadamente inaceptables! dernos y, en cierta medida, también las
Después de su victoria en Montecar- generaciones futuras, mediante un
lo, Tarrasch desafió, por fin, a Lasker, e match por el campeonato del mundo,
incluso llegaron a firmar un contrato pa­ ¿por qué el mundo del ajedrez no debe­
ra disputar un match, programado para ría pagar por ello? Después de todo, los
el otoño de 1904. Pero los hados lo deci­ jugadores sacrificamos un considerable
dieron de otro modo: mientras se en­ tiempo y salud. ¿Por qué debería esperar
contraba patinando, el aspirante cayó y el mundo del ajedrez todos estos sacrifi­
sufrió una seria fractura, así que durante cios de los maestros, sin crear las condi­
muchos meses no era cuestión de jugar ciones, cuando toda la cuestión, en esen-
al ajedrez. cía, gira en tomo a ia remuneración?”
El supertorneo de Cambridge En resumen, Marshall tenía que ju­
Springs (primavera de 1904), en el que gar un encuentro con Janowski, quien
tomó parte Lasker tras un largo interva­ también deseaba luchar. Este “match de
lo, produjo una gran sensación, el joven candidatos” (París 1905) fue ganado por
norteamericano Frank James Marshall el norteamericano, con el resultado de
(1877-1944) resultó vencedor mante­ +8 -5 =4, después de lo cual lanzó el
niéndose invicto a lo largo del torneo y guante a... ¡Tarrasch! Este último aceptó
sumando 13 puntos (¡de 15 partidas!). inmediatamente el reto, declarando que
Este intrépido cowboy del ajedrez, aman­ estaba encantado de tener la oportuni­
te de inconcebibles trampas y complica­ dad de enfrentarse a tan cualificado opo­
ciones, se había destacado ya en París nente. Una vez más, jugaron a ocho vic­
1900, al infligirle al campeón su única torias (Nuremberg 1905), y Tarrasch
derrota. En Cambridge Springs superó a demostró quién era quién:
Lasker y Janowski, que compartieron el vencedor concluyó su discurso en el ban­
segundo puesto, ¡nada menos que en quete final, con un orgulloso lance:
dos puntos! “Después de esto, mi nuevo y mayor
Marshall pronto desafió al campeón logro, no hay razón para pensar que na­
a un match, pero en respuesta Lasker le die en el mundo pueda considerarse
requirió una bolsa no inferior a 2.000 mejor que yo. Desde luego, ¡es bastante
dólares para cada parte. “¿Por qué razón más difícil vencer al joven Marshall que
debería yo preferir a un aspirante u al veterano Steinitz! Estoy dispuesto a
otro?”, escribió al editor de la revista jugar un match con Lasker en condicio­
Checkmate. “¿Hasta dónde debo hacer nes aceptables, pero no tengo la menor
concesiones? Si un aspirante no puede intención de desafiarle, porque eso de­
satisfacer las condiciones, es muy proba­ be hacerlo quien tenga una inadecuada
ble, si no del todo claro, que el mundo reputación o éxitos insuficientes. Mis
148
Emanuel II

éxitos, durante los pasados veinte años, La alternativa es 6 We2 (6 £kxd4 0-0 7
son al menos iguales a los suyos. Cuando £ic3 Se8 = Black-Lasker, EEUU 1907,
hace dos años le desafié, resultó ser en simultáneas) 6 ... 0-0 7 e5 £ie8 8 Sdl da
vano. Esta cuestión debe ser arreglada 9 c3l? (9 ^.xc6 bxc6 10 £xd4 Wd7 =
por el mundo del ajedrez, si es que le in­ Barry-Lasker, EEUU 1903, simultáne­
teresa. La Asociación Alemana de Aje­ as) o bien 6 Sel 0-0 (6 ... d6 7 £ixd4
drez y los clubes americanos deberían es­ Ad7, que revierte a la Defensa Steinitz;
tablecer unas condiciones aceptables 6 ... a6I?) 7 e5 £ie8 8 ^.f4, con una ven­
que nos induzcan a ambos, y si es preci­ taja mínima.
so, obligamos a luchar. Si el mundo del
6 ... £}e4 7 £)xd4
ajedrez así lo desea, tendrá el match Las-
ker-Tarrasch”. En la partida Tal-Furman (Riga 1958,
Entretanto, Marshall no se tranquili­ 25° Campeonato de la URSS), después
zó tras ganar el fuerte torneo de Nurem­ de 7 We2 £c5 8 Sdl 0-0 (8 ... £>e6!?) 9
berg 1906, ¡arrojando de nuevo el guan­ ákxc6 bxc6 10 2>xd4 We8 11 £c3 f6 12
te a Lasker! Y el campeón “aceptó su &Í5 ¿d8 13 Wc4+ 4Le6 14 £>d4!, las
derrota”, rebajando el premio del vence­ blancas conservaron cierta iniciativa.
dor a 1.000 dólares. Los entusiastas se­ 7 ... 0-0!
guidores americanos del aspirante logra­
ron la suma necesaria, y el duelo No había tiempo para jugar 7 ...
Lasker-Marshall, ¡primer match por la ¿&xd4?! 8 Wxd4 £ic5, porque conclui­
corona en diez años!, se hizo realidad. ría en desastre: 9 f4!? (se conocía 9
Tuvo lugar a comienzos de 1907, en seis ^c3) 9 ... b6? 10 £5! £b3 11 We4! £xal
ciudades de Estados Unidos. Los conten­ (o bien 11 ... ±b7 12 Axd7+! &Í8 13
dientes jugaron a ocho victorias, según Wxb7 £xal 14 f6) 12 f6! £c5+ 13 <á?hl
la nueva fórmula. “Si gana Marshall, ¿se­ Hb8 14 e6 Sg8 15 Wxh7 + - (Bird-Stei-
rá éste realmente reconocido como cam­ nitz, Londres 1866).
peón del mundo?”, se preguntaba, con 8£f5
perplejidad, la revista Deutsche Schachzei-
tung. Un intento de luchar activamente, al
Lasker, sin embargo, no le concedió menos por una sombra de ventaja.
la menor oportunidad a su rival. Cono­ 8 ... d5 9 Áxc6
ciendo bien el carácter incansable y
excesivamente optimista de Marshall, Como quedó claro más tarde, poco
rápidamente tomó las necesarias “me­ puede esperarse de 9 £)xe7+ &xe7. Por
didas apaciguadoras”. ejemplo: 10 c3 (10 £3 £lc5 11 b4?! £d7!
12 &e2 £a4) 10 ... c6 11 Ae2 £g6 12 f3
£c5 13 b4 ¿M7 14 f4 Ee8 15 <£d2 £df8
16 £b3 &f5 17 2>c5 Sb8 18 g4 &c8 19
45 Jke3 f6 = (Spielmann-Eliskases, Linz
F. Marshall—E. Lasker 1932).
EEUU 1907 9 ... bxc6 10 £xe7+ fce7 11 Sel ^h4I?
Campeonato Mundial, Match, Ia partida
Apertura Española (C65) “En busca de complicaciones, las negras
omiten la posibilidad de jugar 11 ... f6,
1 e4 e5 2 <£f3 3 £b5 4 d4 que les hubiera reportado una buena
posición, tras 12 f3 ¿g5 13 Axg5 fxg5 14
Las posibilidades de lograr ventaja se £>c3 Ae6, seguido de c6-c5” (Zak).
derivan de 4 0-0.
12£e3
4 ... exd4 5 0-0 ^.e7
Es posible que sea mejor la inmediata
5 ... a6!? 12Í3I?
6 e5 12 ... f6 13 f3

149
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

115 lo preciso es 18 ... £il! (con la amenaza

►SI®
,&e2-f3) 19 &el We3 20 £d2 Jle2 21
Wcl £f3+ 22 £xf3 Wxf3+ 23 Bg2 Wfl+,
aunque no hay más que jaque perpetuo.
16 ... exd4 17 Bfl Wxfl+!
No servía 17 ... ^c5 18 Bxf8+ <¿xf8 19
O Oír Wf3+ <¿e7 20 W4, ni tampoco 17... We7
18 Sxf8+ Wxf8 19 Wxd4 £h3 20 £c3
Sd8 21 We3 Bd6 22 £e2 y £f4.
18 Wxfl Bxfl+ 19 ¿’xfl
13 ... fxe5!
Lo más prudente era 13 ... &g5, pero Al descartar la peligrosa 16 -&d2, Mars­
Lasker prefiere darle un astuto giro psi­ hall seguramente pensaba que estp final
cológico al combate. Es dudoso que el era tablas, pero Lasker no pensaba del
campeón del mundo hubiese calculado mismo modo.
todas las variantes, pero sí es probable 19 ... Sb8! 20 b3 Sb5’
que percibiese que el carácter de la posi­
ción resultante, tras el sacrificio de pieza, La torre realiza en esta partida una tarea
fuese muy cómodo para él y, al mismo prodigiosa.
tiempo, muy desagradable para el agresi­
vo Marshall. 21 c4
14 fxe4 d4 15 g3?! Es comprensible el deseo de librarse de
¡Y Lasker acertó! Naturalmente, no era la debilidad de c2. Sin embargo, con 21
posible retirar el alfil, con 15 .&d2? (ni &d2 (no 21 c3? Se5, ni tampoco 21
tampoco 15 £cl? Wf2+ 16 ‘¿’hl <&g4) £ia3? Se5 22 Sel Ba5; es dudoso 21 a4
15 ... £g4 16 Wcl Sf2! 17 £g5 Bxg2+! Bc5 22 £a3 Ag4 23 <¿g2 Sc3 24 Bfl d3,
18 í¿’xg2 ^.h3+ 19 ’¿hl ^f2, y mate. Sin etc.), las blancas habrían podido conse­
embargo, sí era posible 15 Wd2! dxe3 guir, aunque no sin dificultades, las an­
16 Wxe3 (y 4}d21), alcanzándose una siadas tablas:
posición con posibilidades similares, si
bien, lo mejor parece ser 16 ... Sf6 17 1) 21 ... Bc5 22 Sel .&a6+ 23 ¿>f2 (23
£}d2 <&g4, sin permitir que el caballo ¿>el? Sc3!) 23 ... &d3 (23 ... Sc3 24
llegue a f3. £bl!) 24 £f3 3xc2+ 25 Bxc2 Axc2 26
£xd4 &xe4 27 £e6 Abl 28 a3 Aa2 29
15 ... ^f6 16 £xd4?l <Lc5 =.
De nuevo sale a relucir el conocimiento
de Lasker sobre la naturaleza humana 2) 21 ... Sh5 22 h4 (22 <¿g2?! 3c5! 23
Marshall no puede permanecer “senta­ Sel Sc3; 22 ‘¿’gl <^£7, y, según Zak, “el
do”, esperando el ataque, con 16 ^.d2 rey comienza una decisiva invasión”)
(no era posible 16 Wd2?!, por 16 dxe3 17 22.. . Bc5 23 &Í3 Bxc2 24 £xd4 £h3+ 25
Wxe3 &h3!) 16 ... W+ 17 ¿>hl &h3 18 ‘¿el Sg2 26 Sel Sxg3 27 Sxc6 Sg4 28
Sgl. Ahora, según Zak, “después de £43! Bxe4+ 29 <¿f2 3e7 30 5a6 c5 31
18 ... h5, las blancas deben defenderse Sc6 =.
contra la amenaza Ag4, y no sirve 19
Wxh5?, ni 19 ^.el?, porque las negras 21.. . Sh5! 22 ^gl
dan mate en dos: 19 ... ^xgl+ 20 <¿xgl No servía 22 h4?, por 22 ... g5! 23 hxg5
Sfl-H- (Réti)”. Aquí hay cierta omisión, Shl+, y la torre paraliza a las piezas
puesto que 19 £la3 ¿g4 20 fifi 1 ^.xdl 21 blancas.
Bxf2 Sxf2 22 Sxdl, no es malo para las
blancas, sino para las negras. Por tanto, 22 ... c5 23 £d2 <¿f7

150
Emanuel II

29... &e5
Asombroso cuadro: en sólo una decena
de jugadas, ¡la posición blanca se en­
cuentra en ruinas!

24 Sfl+?
El decisivo error posicional. La fantasía
le abandona a Marshall en el desierto
del final. Era preciso la activa 24 a3! a5
(24 ... &e7 25 b4; después de 24 ... <¿e6,
entonces no 25 b4? 1 ie5! 26 bxc5 d3, si­ 30 <¿g2 Sf6 31 Sei d3 32 Sfl ¿>d4
no 25 Sfl! (Shereshevsky) 25 Sbl! <¿e7
(25 ... <¿>e6 26 b4 axb4 27 axb4 ¿?e5 28 La heroica torre no podrá contemplar el
bxc5 d3 29 Sb8 &e6 30 Sd8) 26 b4 cxb4 triunfo de las negras.
27 axb4 axb4 (o bien 27 ... ¿e6 28 bxa5 33 Sxf6 gxffr34 ¿>f2 c6 35 a5
2xa5 29 £)b3) 28 Sxb4 Sa5 29 <£b3 Sa2
O bien 35 £>bl ao 36 '¿’el ¿>xe4 37 ¿5f2
30 Sb8 .&h3 31 &xd4, con contrajuego
suficiente para tablas. ¿>04.

24 ... ^e7 25 a3?l 35 ... a6


Una tardía actividad. ¡Zuguang! El resto no requiere comen­
tarios.
25.. . Sh6!
36 &bl <¿xe4 37 <¿>el Ae2 38 &d2+
¡La torre permanece alerta!
38 ¿>d2 Í5.
26 h4
38 ... &e3 39 £bl f5 40 £d2 h5 41 £bl
Después de 26 b4, sigue 26 ... Sa6! 27 ¿>f3 42 £¡c3 <¿xg3 43 <£a4 f4 44 ¿Lxc5 f3
Sf3 (27 bxc5 Sxa3 28 2)f3 Ah3 - +) 27 ... 45 ¿Le4+ <¿f4 46 £>d6 c5 47 b4 cxb4 48
£g4 28 Sb3 £dl 29 Sbl J.c2 30 Sel d3, c5 b3 49 <5}c4 ¿?g3 50 <£e3 b2
etc. Pero a 26 Sal es bueno 26 ... a5 27
h4£g4 28 Sfl Sb6!? Las blancas se rindieron.
26.. . Sa6! Más tarde, Marshall se pasó a 1 d4,
esperando poder emplear con éxito el
Como resultado de la impresionante ma­
favorito ataque de Pillsbury en el Gam­
niobra de torre Sb8-b5-h5-h6-a6, las ne­
bito de Dama. Pero después de 1 ... d5 2
gras han logrado una enorme ventaja.
c4 e6 3 £lc3 £lf6 4 £g5 ,&e7 5 e3, se en­
27 Sal contró con la réplica 5 ... £>e41?, la otra
Parece mejor 27 a4. Por ejemplo: 27 ... “Defensa Lasker” (más tarde mejorada,
Ag4 28 Sf4 h5 29 ¿42 Sb6! (no 29 ... con 5... 0-0 6 £lf3 h6 7 &h4 £ie4). De es­
¿e6 30 <£f3) 30 ¿>el a5 31 ¿Í2 Sb8 ta forma, las negras ganaron la tercera
(31... g6l?) 32 '¿’el <¿’e6, preparando d4- partida, y también la última, la 15a.
d3 y t¿’e5-d4. El resultado final del match, +8 =7,
a favor del campeón, indica que los
27 ... JLg4! 28 ¿>f2 <¿e6 29 a4
dos jugadores eran, sencillamente, de
El final de torres después de 29 distinta categoría. Aunque durante un
Axf3 30 ¿>xf3 <¿,e5 también es malo. par de décadas más el aspirante siguió

151
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

estando entre los mejores grandes cística creció rápidamente con la erudi­
maestros del mundo, era conocido co­ ción.
mo el “Don Quijote del ajedrez” y, en No es sorprendente que fuese Ta­
una ocasión, en una partida con Le­ rrasch quien apreciase debidamente
wi tzky (Breslau 1912), pudo lanzar su las ideas del primer campeón mundial
inimitable jugada 23 ... ^g3H, que se y que fuese el primero en transmitir las
ha conocido como “la jugada más bri­ enseñanzas de Steinitz a un amplio pú­
llante de la historia”. blico, en forma popular, erigiéndose
Lasker demostró su absoluta supe­ en el mentor de toda una generación
rioridad sobre Marshall, pero estaba de maestros (llegando incluso a cono­
claro para todos que el verdadero aspi­ cérsele como “el preceptor de Alema­
rante era Tarrasch, algo que quedó nia”). Fue una fase importante y nece­
confirmado en el llamado “torneo de saria en el desarrollo del ajedrez, que
campeones” de Ostende 1907, a cuatro más tarde, en el primer cuarto del siglo
vueltas: 1. Tarrasch 12,5 (de 20); 2. XX vería la aparición de Rubinstein,
Schlechter 12; 3-4. Marshall y Janowski Alekhine y los hipermodernos. ¡Pero
11,5 etc. antes había que asimilar las lecciones
de Steinitz!
¿Quién es usted, Dr.Tarrasch? Del enorme legado del Dr. Ta­
rrasch, además de sus partidas con Chi-
Después del torneo de Cambridge gorin y Lasker incluidas en el libro, he­
Springs, el campeón del mundo si­ mos elegido algunos otros ejemplos de
guió viviendo en Estados Unidos, su juego.
donde publicó su espléndida Laskers
Chess Magazine. Sin embargo, a los
cuatro años debió cerrar la revista,
por falta de fondos, y el Doctor Lasker 46
regresó a su nativa Alemania. Allí le S. Tarrasch—I. Gunsberg
esperaba su viejo e implacable opo­ Francfort 1887
nente, el Doctor Siegbert Tarrasch 5° Congreso de la Asociación Alemana
(1862-1934).
Ya hemos hablado del papel desem­
peñado por Tarrasch, uno de los juga­
dores más fuertes del mundo desde co­
mienzos de la última década del siglo
XIX. Había nacido y crecido en Bres­
lau, la ciudad de Anderssen y Zuker-
tort, donde vivían algunos otros maes­
tros, como Harrwitz, von Scheve,
Riemann y Schotdánder. Resulta sim­
bólico que Tarrasch asistiese a la misma
escuela que Anderssen. “Vi al viejo
maestro sólo una vez, observando con
admiración su juego a una respetuosa
distancia,” escribe Tarrasch. “El rey del Esta posición se produjo en una De­
ajedrez no se prodigaba con sus súbdi­ fensa Francesa, con la jugada 3 ...
tos, pidiéndoles ocasionalmente a Rie­ dxe4, censurada por Tarrasch, pero
mann o Schottlánder que jugasen una el jugador con negras no era un mu­
partida con él”. Pero el joven sí jugaba chacho de la calle, sino el vencedor
constantemente contra maestros, había del 4o Congreso y futuro aspirante a
estudiado los libros de Philidor, Stam- la corona mundial, rival directo de
ma, von der Lasa y el Handbuch de Du­ Chigorin y Steinitz. Las blancas han
fresne y Zukertort, y su fuerza ajedre­ sacrificado su peón b para crear un

152
Emanuel II

ataque directo al rey negro a través Hermosa jugada, que me trae a la me­
de la columna. moria las palabras de Fischer: “El juego
de Tarrasch era agudo como el filo de
22 Sb6!
una navaja, y a pesar de su supuesto mé­
Tarrasch consideró y descartó la ines­ todo científico, a menudo jugaba con in­
perada 22 £a6?! bxa6? 23 Wa5! Wf4 tensidad y brillantez”.
24 g3 + debido a que las negras po­
dían neutralizarla. Por ejemplo: 22 ... 28... Sdl+
2he8, y sólo conduce a tablas 23 Única (28 ... bxaó) 29 £xc6+), pero no
2xb7 &xb7 24 &xb7+ Wxb7 25 Sxb7 basta para salvar a las negras. Al jugar 28
<¿’xb7, etc.
Sa6l, las blancas tuvieron que calcular la
22 ... e5! forzava variante que sigue:
El adecuado contragolpe en el cen­ 29 £¡el £xel+ 30 Wxel JLxe4 31 Sxe4
tro. Era pasivo 22 ... ^g8 (22 ... axbó? Sxe4 32 Wxe4 bxa6 33 Wxc6+ ^b7 34
23 cxb6 y 24 Wa5+) 23 Slb4 <£e7 We8+ Wb8 35 We4+ Wb7 36 c6! Wc7 37
y £)d5. ^e8+ m>8 38 ^d7!
23 21b4 2he8 Una elegante jugada “tranquila”. El im­
potente caballo de h6 ilustra el famoso
Seguía siendo malo 23 ... axb6? 24 aforismo de Tarrasch: ¡los caballos en la
cxb6, y una vez que la dama se retira, banda son siempre malosI
25 Sa4+ <±>b8 26 Ha8+! <£xa8 27 Wa5+
<£b8 28 ^a7++. 38 ... Wbl+ 39 <é>h2 £f5 40 c7
24 dxe5 fxe5 25 Sa4 e4 Las negras se rindieron.
Merece atención 25 ... ^b8l? 26 Wc3 El estudio de la siguiente partida clá­
(26 ^g5 JLf5 27 €ie4 ^.xe4 28 2xe4 sica presenta el interés de comparar los
ó 28 ... £g8) 26 ... 27 Ae4 propios comentarios de Tarrasch y los de
&d4 28 £xd4 exd4 29 2xd4 2xd4 30 su eterno crítico Nimzovich, en este caso
Wxd4 Wf4, forzando 31 fíb4 (Neis- muy satisfecho por el juego de su vetera­
htadt). no colega.
O
26 ^a5 Wb8 27 £xe4 £f5?
“Una jugada muy precipitada, princi­
pal causa de la derrota. Después de 47
27 ... Edl+! 28 &el el caballo, M. Harmonist—S. Tarrasch
tanto tiempo inactivo, ha regresado Breslau 1889
al juego y las posibilidades de ambos 6° Congreso de la Asociación Alemana
bandos son más o menos equivalen­ Apertura Española (C67)
tes” (Tarrasch).
1 e4 e5 2 W QcB 3 Ab5 2)f6 4 0-0
119 £xe4 5 d4 2>d6!?
Tarrasch realizaba de buen grado esta
jugada (equiparable a 5 ... &e7 -véase
partida n° 55), que consideraba “la de­
fensa más sencilla, que conduce a un
juego igualado”. Más tarde fue adopta­
da también con éxito por Pillsbury, y en
los años setenta del siglo XX, por Ro-
manishin. Actualmente, el testigo lo re­
cogió Kramnik.
La presente partida, que constituye la
28 Ea6! fuente original de una variante de moda,

153
Gary Kasparov - Mis GENIAIX* PREDECESORES

mostró muchas de las ideas básicas de siglo XXI se diría que las blancas están
las negras. gradualmente encontrando algunos
caminos, aunque se trata de un largo,
6 ¿Lxc6
penoso y nada evidente proceso. A fin
El famoso doctor también ensayó 6 de cuentas, la variante, al día de hoy, si­
dxe5 £}xb5 7 a4 d6 (7 ... £)bd4¡?) 8 gue viva.
axb5 £>xe5 9 Bel ^.e7 10 Qxcd dxe5 11
9 ¿g5+?!
Wxd8+ <¿>xd8 12 Bxe5 ^Ld6 y asimis­
mo es de considerar el agudo Ataque Pérdida de tiempo: de todos modos, el
Janowski 8 e6!? fxe6 9 axb5 4ue7, etc. rey negro tiene que moverse a d8. Lo
6 ... dxc6 7 dxe5 8 Wxd&+ <¿>xd8 lógico es 9 £ic3 h6, con las siguientes
posibilidades:
Esta posición básica de la Defensa Ber­
linesa, debido a las dificultades que 1) 10 b3 (es confuso 10 &d2 ^.e6 11
presenta, se conoce popularmente en­ £ie2 c5 12 ^.c3, Tarrasch-Lasker,
tre los ajedrecistas con el sobrenombre Hastings 1895) 10 ... Jte6 1,1 Ab2
de “Muro de Berlín”. Los recursos de Jke7 (11 ... 'á’cSl? Romanishin) 12
este complicado final han sido subesti­ Badl+ &c8 13 Sfel?! (13 £e2!) 13 ...
mados durante mucho tiempo, hasta g5! 14 £e4 b6?l (14 ... 2e8) 15 £d4?
que Kramnik la adoptó en el campeo­ (15 £}d6+! ^.xd6 =) 15 ... £}xd4 16
nato mundial que disputamos en Lon­ Bxd4 <±>b7 17 2>f6 a5 18 a4 c5 19 Bd3
dres 2000. c4 20 bxc4 &xc4 21 Bd4 &e6 22 &e4
Bhd8 23 Bedl -&f5! 24 f3 Axe4 25
120 Bxd8 Sxd8 26 Bxd8 áxd8 27 fxe4
&c6 28 £a3 b5 29 axb5+ <¿?xb5, y las
negras ganaron (Porges-Tarrasch,
Dresde 1892).
2) 10 Bdl+ <á>e8 11 h3 (11 b3 g5 o
bien, según Pillsbury, 11 ... £b4, con
idea de 12 Ab2 Axc3!?) 11 ... a5 12
-&f4 (12 b3 .&b4! FritzS-Anand, Franc­
fort 1998, rápidas) 12 ... -&e6 13 g4
£e7 14 2>d4 £d5 15 £ce2 £c5 16
^xe6 fxe6 17 c4 &b6 18 b3, con una li­
gera ventaja (Kasparov-Kramnik, Lon­
“Aunque por el momento las negras dres 2000, match, 9a).
experimentan dificultades, por haber
perdido su enroque, en el final, gra­ 3) 10 h3 -&d7l? 11 b3 <£e8 (o bien 11 ...
cias a los dos alfiles y a su mayoría en 'á’cS 12 ^.b2 b6 13 Sadi, Kasparov-
el flanco de dama, tienen buenas posi­ Kramnik, Londres 2000, 3a; Shirov-
bilidades de ganar” (Tarrasch). Por Kramnik, Astana 2001) 12 £±>2 Sd8 13
otro lado, en comparación con esque­ Badl £ie7 14 Bfel ¿Lg6 15 4£¡e4, y la im­
mas agudos, aquí el valor de cada juga­ prudente 15 ... £if4? le concedió un
da no es tan grande, y las negras pue­ fuerte ataque a las blancas tras 16 e6!
den optar por diversos métodos (Kasparov-Kramnik, Astana 2001).
defensivos. 9 ... <£e8!
La posición contiene numerosos mati­
ces y es muy difícil encontrar la línea Pero no 9 ... ^.e7?l 10 g4! &h6 11 h3.
de juego correcta para las blancas. Por 10 <£c3 h6 11 &f4£e6
el momento, hay algo que está claro:
tienen cierto número de jugadas úti­ “La mayoría de peones blancos tiene
les (como £>c3 y h2-h3), pero después escasa movilidad” (Nimzovich).
cada cual juega como le parece. En el 12 Sadl Bd8 13 £e4 c5

154
Emanuel II

“Al amenazar 14 ... £)d4, las negras pro­ en la lucha contra una mayoría de peo­
vocan el cambio de torres, para poder nes, y esta posición concreta como
incorporar al juego su torre de rey” ejemplo de la milagrosa acción del blo­
(Tarrasch). queo: “En la posición a que se ha llega­
do, las piezas blancas están muy restrin­
14 3xd8+ £xd8 15 Sdl+ -¿>c8 16 h3
gidas. Este gratificante estado de cosas
Con la amenaza 17 g4 £le7 18 £ixc5. es la consecuencia casi automática del
16 ... b6 17 <£fl £e7 18 a3 bloqueo, eficazmente aplicado por las
negras, del peón blanco e5 y, sobre to­
“Es evidente que las blancas carecen de do, del peón de f4”.
un plan fundado. En caso de 18 '¿’el?
^.xa2, y el alfil no consigue encerrarse 29 2)g3 £h4
con con 19 b3, debido a 19 ... c4. Por Parando el avance f4-f5.
ejemplo: 20 £ied2 (después de 20
£>fd2, 20 ... cxb3 y 21 ... £d4) 20 ... 30 &xh4 Jtxh4 31 £e4 &e7
cxb3 21 cxb3 ¿b4 22 <¿fl Axd2 23 De otro modo, 32 £>d6.
£sxd2 £id4” (Tarrasch).
32 £gl Ac6
18... 2d8 19 2xd8+ &xd8
“Con intención de jugar 33 ... <¿d5 y
“El cambio de torres activa considera­ .&d7-f5, forzando al caballo a retroce­
blemente al rey negro” (Nimzovich). der aún más” (Nimzovich).
20 c3 33 &f2 ¿Ld7 34 £.g3?I
“Esta jugada, que debilita aún más el “Como observ’d correctamente Metger,
flanco de dama, es necesaria para im­ la jugada 34 £>d6! le concedía a las
pedir la amenaza 20 ... £jd4. Ahora las blancas posibilidades de tablas; des­
negras conquistan más y más espacio” pués de 34 ... ^Lxd6 35 exd6, quedarían
(Tarrasch). sobre el tablero alfiles de distinto co­
20 ... £d5 21 £}fd2 &d7 22 <¿e2 g5 lor” (Tarrasch). Esto lo señaló también
Nimzovich. Sólo me gustaría añadir
Es confuso 22 ... oih4 23 g3 24
34 ... bo 35 &g3 f5 36 &Í2 =.
£>e3 <¿>e6 25 £f3.
34 ... ¿>d5 35 £}f2?
23 JLh2 £h4 24 g3 2>g6 25 f4 <¿e6 26
d?e3 c4 27 £jf3 gxf4+ 28 gxf4 Una retirada desastrosa. Era imprescin­
Se amenazaba 28 &d4+, y de repente dible 35 £>d61? ±xd6 36 exd6 £xh3 37
28 Í5+ <á?xfo 29 ¿M4++! f5 _&xf5 38 .&h2, aunque esto no garan­
tizaría las tablas. Vale la pena examinar
28 ... c5! 38 ... &d7, a lo que puede seguir un
lento traslado del rey y el avance del
peón b.
35 ... h5 36 <á?f3
O bien 36 h4 ^.f5, y el caballo no pue­
de entrar enjuego.
36 ... £f5
“¡Bloqueo'” Así exclamó alegremente
Nimzovich, haciendo balance: “Pode­
mos decir, con cierta justicia, que la res­
tricción de la mayoría de peones, una
vez en marcha, se ejecuta con la restric­
Nimzovich incluye esta partida como ción de los caballos, es decir, que los
ilustración de la fuerza de los dos alfiles peones bloqueados fácilmente pueden

155
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

convertirse en una obstrucción para 48


sus propios caballos”. S. Tarrasch-H. Pillsbury
37 ^e3 b5! 38 <¿>f3 a5 39 <¿?e3 Viena 1898
Las blancas se encuentran en una espe­ Match por el ler premio, 3a partida
cie de ahogado. Apertura Cuatro Caballos (C49)

39 ... b4 40 <á>f3 <á?c6 41 axb4 I e4 e5 2 &f3 £ic6 3 £b5 £f6 4 &c3


Después de 41 h4, sigue 41 ... <á>b5 42 ¡Dejando a un lado la Defensa Berline­
£>e4 <¿?a4 - +. sa!
41 ... cxb4 42 cxb4 axb4 43 £ie4 '¿’dó 4 ... .&b4 5 0-0 0-0 6 d3 d6 7 Ag5 Axc3
44 £id6 .&xd6 45 exd6 c3 46 bxc3 b3 8 bxc3 £}e7
Las blancas se rindieron. La famosa maniobra de Pillsbury. Más
Es evidente que este tipo de victoria tarde se le concedió preferencia a la ju­
dio lugar, en última instancia, a uno de gada de Metger 8 ... We7 (Kiel 1893),
los famosos aforismos de Tarrasch: “El con idea de 9 Sel £bd8 10 d4 4^e6, o
futuro pertenece a quien tenga los alfi­ bien 10... £g4.
les”. También podemos recordar el fi­ 9±c4
nal clásico de la partida Tarrasch-Ru-
binstein (San Sebastián 1912), donde, “Objetivamente, es más fuerte 9 £>h4!”
por cierto, la víctima fue el Doctor. (Tarrasch). Por ejemplo: 9 ... £ig6 10
Tanto en el juego como en sus co­ £>xg6 fxg6 11 J.c4+ &h8 12 f4! h6 13
mentarios, a Tarrasch le gustaba seguir fxe5 dxe5 14 JLh4 g5 15 Ag3 ^e7 16
ciertas reglas, que formulaba métodi- d4, con ventaja (Janowski-Spielmann,
camente, completando así el trabajo Nuremberg 1906), o bien 9 ... c6 10
de Steinitz. Alabado sea por el hecho .&c4 &e6? (lo más preciso es 10 ... d5
de que actualmente esas reglas son co­ II £.b3 Wd6) 11 £xf6 gxf6 12 Axe6
nocidas por todo jugador. Por supues­ fxe6 13 ^g4+ <á?f7 14 f4!, con ataque tí­
to, algunos de sus aforismos a veces pico (Capablanca-H. Steiner, Los An­
provocan una sonrisa (por ejemplo: “si geles 1933).
una pieza está mal situada, toda la po­
122
sición es mala”, o “un caballo en la
banda siempre está mal situado”). En
buen número de casos es posible con­
seguir ventaja incluso con un “mal” ca­
ballo. Podemos recordar, entre otras,
las partidas Lasker-Schlechter, Vie-
na/Berlín 1910, 10a partida (véase
núm. 58) y Kasparov-Karpov, Lon-
dres/Leningrado 1986, 16a partida.
Sin embargo, los “dogmas” de Ta­
rrasch no son obviedades a toda prue­
ba, sino material puramente instru­
mental, presentado en forma accesible 9 ... jke6
e ingeniosa, es decir, los rudimentos Once años después, Lasker, en su
necesarios para quienes empiezan a match con Janowski (París 1909) mejo­
captar los secretos del ajedrez. raría el juego de las negras: 9 ... £ig6!
La siguiente partida, jugada después 10 £h4 £f4 11 £xf4 exf4 12 Jtg4
de una carrera de torneo que duró 36 (12 ... Ae6!?), consiguiendo excelentes
días y el intercambio de golpes del perspectivas después de 13 h3 &h5 14
match de desempate, decidió el primer Sbl b6 15 Wd2 £xf3 16 gx£3 ^h5 17
premio del certamen en Viena 1898. Wf6 (segunda partida), y también

156
Emanuel II

después de 13 Wd2 Jtxf3 14 gxf3 £ih5! posición en una estancia vecina. Espe­
(cuarta partida). raban 20 ^£3 218, que no es tan claro.
10 JLxf6 20 ... <á?xf6 21 Wf3+ &g7
Janowski ensayó también 10 .&b31? Caso de 21 ... ^xg6, sigue 22 Sg4+ ^h7
&xb3 11 axb3 2>d7 12 d4 f6 13 Jke3 23 We4+ <á?h8 24 Wxa8
£g6 14 Wd3 &h8 15 £d2 a6 16 f4.
10 ... gxf6 11 .&xe6 fxe6 12 &h4 &g6 22 Wxa8 c5 23 2b 1 2xg6 24 Sfl '^e7
25 c4
13 £)xg6 hxg6 14 f4!
Curiosamente, estas jugadas volvieron Y las blancas materializaron su ventaja
a producirse, años más tarde, entre los sin mayores problemas:
mismos protagonistas (Ostende 1907), 25 ... e4 26 ’^xe4 Wxe4 27 dxe4 5g4 28
Tarrasch destruyó de forma similar al Sel <&£6 29 g3 <¿>e5 30 c3 2g7 31 &g2
testarudo Janowski, tercer clasificado 2b7 32 a4 a6 33 h4 b5 34 axb5 axb5 35
en el torneo de Viena 1898. cxb5 Sxb5 36 -é>h3 c4 37 <£g4 Sb2 38
14 ... *á>g7?! h5 2c2 39 Shl 2a2 40 h6 Sa8 41 h7
Tratando de reparar “la deforme es­ Sh8 42 <&xe4 43 <á»g6 ^d3 44 &g7
tructura de peones del flanco de rey”, Sxh7+ 45 '¿wh? &xc3 46 2dl.
Tarrasch sugirió 14 ... f5, a lo que los Las negras se rindieron.
comentaristas recomendaron 15 fxe5
dxe5 16 Wbll? (pero no 16 g4 f4) 16 ... Antes hemos visto cómo Lasker supe­
b6 17 Wb3 ^d6 18 exf5 gxfo 19 Sael, ró al vencedor de Cambridge Springs en
con cierta ventaja. un final (partida num. 45). Algo pareci­
do había sucedido, un par de años antes,
15 f5 exf5 16 exf5 Sh8 17 fxg6 Sh6
esta vez con el protagonismo de Ta­
Muy peligroso para las negras seria rrasch.
17... «á?xg6 18 ^g4+ «á?f7 19 2f3 Wc7 20
Safl Hh6 21 Hg3 Hah8 22 2xf6+! Bxf6
(22 ... <á?xf6? 23 Sf3++; 22 ... Sxf6 23
'^g7+ <á’e6 24 Wxh8 + -) 23 2f3, con la 49
amenaza Wd7+. F. Marshall—S. Tarrasch
18 Sbl! Nuremberg 1905
Ganando tiempo para trasladar la torre Match de Candidatos, 7a partida
al flanco de rey.
18 ... b6 19 2b4 ^d7 124

20 ... Sa5I?
20 £xf6! Mucho más activo que 20 ... e5 21 Hf5
^e6 =.
Golpe efectivo, no previsto por ningu­
no de los maestros que estudiaban la 21 Sc5 22 Sf2 2b5! 23 b3 2h5!

157
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

Hay que admitir que esta torre no es Por extraño que parezca, las blancas
menos “rabiosa” que la de Lasker. aún podían conseguir tablas con 38 h4!
h5 39 g3, y ahora 39 ... <á?e7 40 ‘á’dS
24 h3 b5! 25 b4 Hg5 26 Sf4 e5 27 Sf2 Sa3+ 41 <¿’c2 Sxg3 42 Bxa2 Sg2+ 43
Sg6 28 Hf5 Be6 29 <¿>e2? <¿>b3 Sxa2 44 *á?xa2 g5 45 hxg5 h4 46

Marshall no capta el “tono” de las posi­ d5 h3 47 d6+, o bien 39 ... <«?d7 40 ^d3
ciones sencillas. Después de 29 Sh5!, las Sa3+ 41 #c2 =.
blancas no tienen ningún problema: 38 ...g5
29 ... Sa6 30 Sxh7 <±>Í6 31 Sh8 Sxa3 32
«á»e2, o bien 29 ... h6 30 <£e2 g5 31 h4. Ahora las blancas están en Zugzwang.
29 ... g6 30 Bfl Sa6 31 Sal b6 32 <á?d2 39 <£d3 b4 40 <á?c4 b3+ 41 <¿>xb3 Sxd4
Ba4 33 c3 c5 34 cxd4! 42 Sxa2 Sxe4 43 Sa6 Se3+ 44 <á?c2
3xh3 45 Sxb6+ ^>xe5 46 Sb4 Se3 47
A la hora de calcular, el campeón de Esta­ <¿>d2 3e4
dos Unidos descartó 34 ¿c2 dxc3 35
Sbl?! <á?d6 36 Sb3 cxb4 37 Sxb4 <á?c5!, y Las blancas se rindieron. ,
los programas de ordenador parecen dar­ He aquí un famoso ejemplo de ma­
le la razón: 38 Sxa4 bxa4 39 ^»xc3 b5 40 nual, una instructiva partida del segui­
h4 h5 41 g3 b4+! 42 axb4+ <¿’b5 - +, o bien dor del primer campeón mundial, con
38 Bb3 b4 39 axb4+ <á?d4 40 Sxc3 Sa2+ reminiscencias de la partida Steinitz-
41 £4)3 Ba3+ 42 ^xa3 ^c3 43 &a4 Sellmann (núm. 16), en cuyo desenla­
<s?xd3 44 ‘á’bó <£xe4 45 ’á’xbó <£d5 46 b5ce resultó igualmente decisiva la ocupa­
e4 47 <á?c7 e3 48 b6 e2 49 b7 e W 50 b8W ción de la casilla d4 por parte de las
^e5+ 51 <±>c8 Wxb8+ 52 <á?xb8 <£e5 - +. blancas.
34... cxb4
A tablas conducía 34 ... exd4 35 bxc5
bxc5 36 Sbl Sa5 37 <¿>c2. Por ejemplo: 50
37 ... <¡t?d6 38 <É*b3 <¿>e5 39 Sel c4+ 40 S. Tarrasch-R. Teichmann
dxc4 bxc4+ 41 Sxc4 íá)xe4 42 Sc7 d3 43 San Sebastián 1912
2e7+ <¿d4 44 Sd7+ -á?e3 45 Se7+ <£f2 46 Defensa Francesa (C14)
Sd7, o bien 37 ... c4 38 dxc4 bxc4 39
Sdl d3+ 40 £c3 Sa4 41 Sd2 <á?e6 42 1 e4 e6
^d4 =.
Hay que recordar que el doctor tam­
35 dxe5 <á?e6 36 d4 bxa3 37 <£c3 a2 bién jugaba con maestría esta apertura
con negras y que incluso Chigorin eli­
Las negras han planteado a su oponen­
te el máximo de problemas, y Marshall gió el plan inusual, con 2 ^Be2 (véanse
no ha sabido resolverlos. partidas núm. 27 y 30).
2 d4 d5 3 £>c3
125
En 1890, Tarrasch había introducido
en la práctica su “muy buena continua­
ción de ataque” 3 £}d2. Por el contra­
rio, le endosaba un signo de interroga­
ción a la jugada 3 e5, desde su victoria
sobre L. Paulsen (Nüremberg 1888), y
en San Sebastián 1912 este avance ha­
bía sido reivindicado principalmente
porNimzovich (núm. 92).
3... &£6
Inicialmente, el sistema 3 ... jLb4, (que
38 g4? en algunos países lleva el nombre de su

158
Emanuel II

propulsor, Nimzovich), fue ensayado 9^f3


por Tarrasch en su partida contra
Si 9 £}b5?l, es bueno 9 ... a6 10 £>d6
Gottschall (Nuremberg 1888), y des­
cxd4 11 £T3f6!
pués de 4 e5 £)e7 5 f4?l C5 6 a3 -&xc3+
7 bxc3 c4 8 £T3 Wa5 9 Bd2 £)bd71? 10 9 ... &c6 10 g3
£)h4 £)b6, llevó a cabo el plan de blo­ “Esta jugada, propuesta por Rubins­
queo, trasladando una pieza menor a la tein, es coherente con toda la variante,
casilla a4, que medio siglo más tarde pensada no para un eventual ataque so­
emplearía con éxito Botvinnik, (por bre la diagonal bl-h7, sino para presio­
ejemplo, contra Tolush, en el 14° Cam­
nar sobre el centro negro” (Tarrasch).
peonato de la URSS, Moscú 1945). También se juega 10 0-0-0 ¿b6 II h4
4¿.g5 jLd7 =, pero el plan más importante si­
También es buena la variante “pura” de gue siendo el de Steinitz: 10 dxc5!
Steinitz, 4 e5 £)fd7 5 f4, cuya fuerza
126
puede verse en su partida con Sell-
mann.
4.. . Ae7

Actualmente, está de moda luchar por


la igualdad con el sistema simplificador
sa
de Rubinstein, 4 ... dxe4. Tarrasch con­ ü O O II
sideraba que esto, como 3 ... dxe4, era
inadmisible (¡abandonaba el centro!),
pero la experiencia ha confirmado que
Rubinstein tenía razón. En general, Ta­
rrasch a menudo defendía a ultranza
sus populares ideas acerca de la filosofía 10... a6
del ajedrez, adecuadas para principian­ “Las negras eluden 10 ... f6, para evi­
tes, produciendo debates cruciales con tar caer en las intenciones del contra­
los mejores jugadores del mundo, y a rio,” escribió Tarrasch, debido a 11
veces resultó que estaba equivocado. exf6 exffi 12 0-0-0 a6 13 Ag2 &b6 14
5 e5 &fd7 6 &xe7 2hel £)c4 15 W b5 16 dxcal? &xb2?
6 h4, véase núm. 112. 17 <á?xb2 b4 18 £d4! bxc3+ 19 <á*al! + -
(Rubins tein-Loevenfish, Karlsbad
6 ... ^xe7 7 ^d2 1911). Aun así, minar el centro es, de
La jugada de Englisch (París 1878). hecho, la forma de cuestionar la lenta
Steinitz continuó con 7 f4, mientras que estrategia de las blancas. En primer
Tarrasch prefirió 7 jLd3, contra Barth- lugar, es fuerte 16 ... b4 17 £>a4 .&d7!
mann (Nuremberg 1883). Esta victoria, (Loevenfish), y en segundo lugar,
junto con la que logró ante Noa (Ham- 11 ... 2>xf6 12 0-0-0 (12 dxc5 e5!; 12
burgo 1885), forman el “arquetipo” de ^.g2 cxd4 13 &xd4 e5!) 12 ... cxd4 13
los comentarios a este duelo. £>xd4 e5! 14 fxe5 '^xe5, con muy
buenjuego.
7.. . 0-0
11 Ag2 b5?l
Es malo 7 ... c5?t 8 £b5 0-0?! 9 2>c7
cxd4 10 £>xa8, etc. Lo más preciso era 11 ... &b6! 12 b3
8f4c5
.&d7 13 £le2 cxd4 = (Kostic-Maróczy,
Bled 1931).
No es muy prudente perder el tiempo
con 8 ... a6 (puesto que £lb5 no es una 12 0-0!
amenaza). Después de 9 £>f3 c5, es muy Era peligroso 12 0-04)?!, por 12 ... c4, se­
fuerte el plan de Steinitz 10 dxc5. guido de &b6 y b5-b4, con ataque.

159
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

12 ... cxd4 13 S)xd4 significativa ventaja, porque como con­


trapeso pueden situar en el centro la
Después Tarrasch cambiaría, contra pieza más importante en el final, el rey,
Lovvtzky (Breslau 1912), jugando 13 algo que no pueden hacer las negras”
£}e2l?, y correctamente: ¿por qué cam­
(Tarrasch).
biar damas? Después de 13 ... Éb6?I (el
caballo queda restringido; es mejor 13... 18 ... flc7 19 <á?e3 Se8?!
£k5 14 ¿iexd4 £>xd4 15 &xd4 ¿b7, mi­ Una jugada no planificada (obviamen­
rando de reojo a e4, con la esperanza de te, las negras quieren impedir el avance
lograr contrajuego) 14 b3 4.d7 15 f4-fo). Actualmente, estas posiciones,
&exd4 Wc5 16 Sf2! (conservando el no obstante, suelen derivar a tablas,
control de la casilla d4, el doctor realiza por ejemplo, tras 19 ... fífc8, o bien
una estricta conducción de su clásico 19 ... a51? (con idea de 3b8 y b5-b4) 20
plan) 16 ... 2ac8 17 &xc6 Sxc6 18 Wd4 fo exf5 21 &xd5 Se8, etc.
Sfc8 19 £fl £a8?! 20 a4! Bxa4 21 Sxa4
a5 22 ^al! Wb6 (22 ... We3 23 £d3! 20 2f2! £b7 21 £fl
2xc2? 24 ±xc2 2xc2 25 Wd4 Wxf2+ 26 “Bueno, finalmente, el alfil ha encon­
^xf2 Sxf2 27 fixa5! + -) 23 £d4 Exc2 trado su camino cobrando vida, ya que
(23 ... Seo 24 b4!) 24 £)xc2 Exc2 25 en g2 estaba condenado a una existen­
fid4!, y las blancas ganan. ¡Un suple­ cia miserable” (Tarrasch).
mento efectivo al duelo con Teichmann! 21... £a5 22 b3 h6?!
13 ... £xd4 14 Wxd4 ^c5 15 Wxc5 “Cuando faltan las buenas jugadas, se
&xc5 hacen las malas, una vieja verdad.” Na­
En esta posición, Teichmann propuso da estropea tanto una posición y de for­
tablas, pero le fueron cortésmente re­ ma tan irreparable, como las jugadas
chazadas. de peones” (Tarrasch). ¡Un regla de
oro! Por supuesto, era bueno 22 ...
127 £ic6, así que ¿para qué crearse una de­
bilidad adicional?
23 ád3
“Ahora esta pieza está mejor situada
que su colega negra. En general. El trío
de piezas centrales opera espléndida­
mente” (Tarrasch). Una vez consegui­
do el completo dominio del centro, el
plan de las blancas, desde este momen­
to, es una ruptura en el flanco de rey.
Hasta un momento dado, juegan con
16 £e2! mucha precisión.
23 ... &c6 24 £>xc6! JLxc6 25 <é’d4
“Las blancas tienen más espacio; las ne­
gras están restringidas por el peón de “En esta partida el rey estará siempre
e5, y su propio peón de e6. El caballo listo para penetrar en c5 y atacar los
blanco se instala en d4 dominando to­ peones enemigos, de modo que la to­
da la posición, con efectos decisivos, rre negra debe estar defendiendo con­
pues no puede ser desviado, lo que no tinuamente la columna c” (Tarrasch).
puede decirse del caballo negro” (Ta­ 25 ... £d7 26 g4!
rrasch).
Una consecuencia de la jugada 22 ...
16 ... £d7 17 £}d4 Sac8 18 h6. Ahora las blancas se aferran a esta
“Aunque las negras controlan la única ruptura.
columna abierta, las blancas tienen una 26 ... £c8 27 h4

160
Emanuel II

Con la amenaza 28 go ho 29 g€>! 42 Ah5 a3 (es insuficiente 42 ... Sxc2


43 2xd7 a3 44 Af7+ <á?f8 45 Axe6
27 ... g6 28 Shl
2xa2 46 Axd5 Sal 47 e6 2dl+ 48 <á?c5
No, por supuesto, 28 g5?l h5!, y las ne­ a2 49 Sf7+ <¿g8 50 2a7 al^ 51 Exal
gras sellan el flanco. Sxal 52 e7+) 43 Ag6 $h8 44 Ah7. Se­
gún Neishtadt esta posición debe eva­
oo

£g7 29 ha Sh8 30 Sfh2 Ad7 31


OI W)

luarse como “+ pero a mi juicio no


es así, debido a 44 ... 3c3! (si 44 ...Sc6,
Abriendo decisivamente líneas para la máquina recomienda 45 Ad3! Ac8
torre. 46 5a7 ^g8 47 Sa4 + -), y las líneas
31 ... hxg5 32 fxgo 2xh5 que siguen demuestran que la forma
Es mala 32 ... Ae8? 33 hxg6 Sxh2 34 de ganar no es tan evidente:
gxf7! + 1) 45 Sxd7? Sc7 46 Sd6 <¿?xh7 47 Sxe6
33 2xh5 gxh5 34 2xh5 ^f8 35 Eh8+ 2xc2 48 «á?xd5 2xa2 49 &c5 2c2+ 50
<£e7 St?xb4 a2 51 2a6 &g7 52 Sa7+ (52 <á?b5
53 b4 á?e7) 52 ... 'á’gó 53 e6 (aquí
128 no se ve por ningún lado la 53 ...
&f6 54 e7 <£f7 55 ^b5 -£e8 56 b4 <á?f7 57
<á?b6 'á’eS, con tablas. Un bonito truco.
2) 45 Ad3! (esto gana) 45 ... 3c7 46
Abó &g8 47 Sxd7 Sxc2 48 Sa7 Sxa2
49 Ad7 Sal 50 Axe6+ <á?f8 51 Axd5 a2
52 e6 Sdl+ 53 <£c5 alW 54 e7+ <á?e8 55
Ac6+, y todo ha terminado.
36 ... fxg6 37 Axg6 b4!
No, ciertamente, 37 ... Ac8? 38 2h7+
<¿>d8 39 2xc7 -á?xc7 40 <£c5 Ad7 41 Af7
36 g6? Ac8 42 Ae8 Ab7 43 b4 Ac8 (o bien 43
Inesperadamente, las blancas cometen ... Aa8 44 Aí7 ^d7 45 ‘é'bó + -) 44 Ac6
Ad7 (44 ... Ab7 45 Axb7 &xb7 46 <á?d6
un grave error. Es dudosa la jugada de
+ -) 45 Axd7 •é’xd? 46 '¿’bó, ganando.
Euwe 36 Sa8?l, debido a 36 ... Ac8 37
a4 bxa4 38 bxa4 Ab7 39 2a7 <á?d7 40 c4 38 Sh7+ <á?d8 39 Ad3
(o bien 40 c3 <á?c8 41 Axa6 Axa6 42 El último momento crítico.
Sxa6 Sc4+) 40 ... <á?c8 41 cxd5 <á?b8 42
d6 Sc8, con posibles tablas. 129
“Lo mejor es la inmediata 36 Sh7l, -es­
cribe Tarrasch-. Después de 36 ... *á?e8,
sigue 37 c3 y Ae2-h5, con ataque al
peón f. En caso de 36 ... &f8, sigue 37
g6 Íxg6 38 Axg6 <á?g8 39 Sf7 <á?h8 40
Ah7!, y las negras están perdidas. Pero
el inmediato avance g5-g6 también
conduce a la victoria”.
Si eso es o no es así. pronto lo vere­
mos, pero por el momento verifique­
mos la recomendación de Brinck-
mann, 39 ... b4! (en lugar de 39 ... 39... Sc3?
^h8?), y ahora 40 Ah5! a5 (o bien 40 Profundo desliz, comentado lacónica­
... d?h8 41 Ag4! £g8 42 Sxd7! Sxd7 mente por Tarrasch: “Mejor era 39 ...
43 Axe6+ Sf7 44 'á’xdo + •) 41 Ag6 a4 Sc6”. Después de esto, sin embargo, la

161
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

partida sigue sin estar ganada. Por bía donde emplear su imaginación, y
ejemplo: 40 fihl <á?c7 41 a3 bxa3 42 es posible que partidas como ésta fue­
¿al 'X’bó 43 2xa3 a5, con tablas. Pero sen las que le hicieran pensar que el
Teichmann dejó escapar su última ajedrez debería jugarse de distinto
oportunidad... modo.
40 a3! a5 41 Sh8+ <¿?e7 15 ... £>e4 16 £xc6 Axc6 17 ^c2
O bien 41 ... <á?c7 42 2a8 <á?b6 43 Si 17 b4, entonces 17 ... ^.b5!
2a6+). Ahora seguiría 42 2a8, de mo­ 17 ... £xd2!
do que las negras abandonaron.
Para desviar al caballo de f3.
En la quinta ronda del supertorneo
de San Petersburgo (1914), fase preli­ 18 £>xd2
minar, Tarrasch, en palabras de un his­ “Después de la mejor 18 Wxd2, las ne­
toriador, “jugó una partida, cuyo final gras también obtienen excelentes posi­
es conocido por cualquier jugador con bilidades de ataque” (Euwe). *
una mínima experiencia: el innovador
Nimzovich sufrió mucho a manos del 18 ... d4!
clásico”. Por otra parte, ¡una Defensa La ruptura por antonomasia. Hay nu­
Tarrasch! merosas partidas en la que se produce,
pero me vienen a la memoria la impor­
tante Spassky-Tai (Montreal 1979),
51 Korchnoi-Karpov (Merano 1981, Ia) y
Nimzovich-S. Tarrasch una de mis mejores producciones, Kas-
San Petersburgo 1914, fase preliminar parov-Portisch (Niksic 1983).
Gambito de Dama (D30) 19 exd4?
El error decisivo. Las blancas deberían
1 d4 d5 2 £>f3 c5 3 c4 e6 4 e3 haberse resignado al mal menor y jugar
Más fuerte es 4 cxd5 exd5 5 ¿£c3 £jc6 6 19 e4 2fe8, o bien 19 Sfel Sfe8 20 <£c4
g3, véase partida núm. 64. &c7.
4 ... £T6 5 Ad3 £ic6 6 0-0 Ad6
Aquí era posible entrar en el espíritu
del Gambito de Dama Aceptado, 6 ...
dxc4 7 Jkxc4 a6 (Janowski-Lasker,
Berlín 1910, 4a), pero a Tarrasch le
gustaba jugar estas posiciones con
blancas.
7 b3 0-0 8 Jlb2 b6 9 £bd2 £b7 10 Sel
10 &e5l?
10 ... We7 11 cxd5 exd5 12 £h4 g6 13
£)hf3 2ad8
19 ... £xh2+!?
Sería prematura la típica 13 ... £)e4?!,
debido a 14 dxc5! bxc5? 15 ^.xe4 dxe4 Tarrasch sigue los pasos de la partida
16 &xe4 Wxe4 17 Wxd6 + Lasker-Bauer (núm. 36). Por supuesto,
14 dxc5?! bxc5 15 ^_b5?! no podía dejar pasar la ocasión de rea­
lizar una combinación tan atractiva de
Nimzovich juega esta variante clásica corte clásico ¡y nada menos que el sa­
pasivamente y sin eficacia, sintiéndose crificio de los dos alfiles! Aunque podía
menos confiado en ella que en sus es­ haber conseguido su objetivo más rápi­
quemas “hipermodernos”. Aquí no ha­ damente con 19 ... ¿xg2! 20 tá’xg2 (20

162
E.maxuel II

dxco Wg5!) 20 ... Wg5+, y el ejército 28 fxe4 f4+!?


blanco no puede parar la ofensiva con- .Mucho más elegante que la “brutal” 28 ...
tra su rey: 21 <£hl (21 <á?h3 Bh5+) 21 ... Wg3+! 29 <á?d2 Wf2+ 30 <&dl We2++.
Wf4 22 &g2 Wxh2+ 23 <¿>f3 Sfe8 24
¿Le4 Wf4+ 25 <¿>g2 Sxe4, o bien 21 ^f3 29 ^xf4 Sf8+ 30 <á?e5
2fe8! (igual de duro) 22 Sgl ^f4+ 23 30 <£e3 EÍ3++.
<á>g2Se2-+.
30 ... Wh2+ 31 <á?e6 2e8+ 32 &d7
20 <¿?xh2 ^h4+ 21 'á’gl &xg2! 22 f3!
32 <á?f6 Wf4++.
Perdía de inmediato 22 <¿’xg2? '^g4+
23 <á?hl Hd5! 24 Wxc5 2h5+ 25 ^xh5 32 ... Ab5++
^xh5+ 26 <£g2 Wg5+ 27 -£h2 Bxd2 - +. Una espléndida victoria, aunque se
22 ... 2fe8! le concedió el premio especial “de bri­
llantez” a la partida Capablanca-Berns-
Pero no 22 ... Wg3?, por 23 &e4. tein (véase núm. 83), sólo porque la
23 £e4 combinación producida “tenía un pre­
cedente”. Pero en mi opinión, ¡esta
No servía de ayuda 23 Sfel (23 ^xg2? partida era mejor!
2e2+) 23 ... 2xel+ 24 Sxel '^xel+ 25 Como hemos visto, el “posicional
<^xg2 ^e2+ 26 <á>g3, debido a 26 ... dogmático” Tarrasch no rehuía las
2d5! 27 f4 Sh5 - +. combinaciones. También después de la
23 ... ^hl+ 24 <á?f2 Axfl 25 d5 guerra, el viejo Doctor experimentó a
veces con nuevas y arriesgadas varian­
Una tentativa desesperada por buscar
tes. Así, en Máhrisch-Ostrau (1923) eli­
contrajuego sobre la gran diagonal al-
gió contra Lasker... ¡la Defensa Alekhi­
h8. Tampoco servía 25 Exfl?, por 25 ...
ne! También allí se jugó la muy
'^h2+y 26 ... fcc2.
instructiva partida siguiente.
25 ... f5I 26 'Bc3
O bien 26 £T6+ ^17 27 £ixe8 Sxe8 - +.
26 ... Wg2+ 27 <£e3 52
R. Spielmann-S. Tarrasch
No 27 &el? We2++.
Mahrisch Ostrau 1923
131
Gambito de Rey (C32)

1 e4 e5 2 f4
Conviene recordar que Spielmann era
un ferviente neorromántico, un segui­
dor de Anderssen y Chigorin, apodado
“el último caballero del Gambito de
Rey”. Para poder evaluar mejor la natu­
raleza crítica de esta partida, veamos lo
que escribió acerca de su oponente:
“Difícilmente el estilo directo de ata­
27 ... fixe4+! que cederá ante el posicional, cuando
Tarrasch apareció abanderando los
Efectivo y espectacular sacrificio con­ ‘nuevos principios’ de juego. Si estos
cluyente. Esto le permitió al doctor for­ principios se siguen en las partidas del
mular uno de sus más célebres aforis­ propio Tarrasch, está claro que en ellos
mos: “El ajedrez, como el amor y la no existe el espíritu del ataque. Poco a
música, tiene el don de hacer felices a poco, con terrible lentitud, casi a hurta­
los hombres”. dillas, las fuerzas ajedrecísticas entran

163
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

enjuego. Su lema es evitar, en la medi­ go 1914). Para esta ocasión el doctor


da de lo posible, la batalla abierta y li­ había preparado una sorpresa...
mitarse a asediar al enemigo, bloquear,
7«e2
y esperar hasta que los recursos vitales
estén exhaustos, hasta que el ‘aire y el 7 Ad3!? Tartakower.
agua’ desaparezcan y entonces, lenta­ 7 ... Af5!
mente, aplastarlo. Durante mucho
tiempo, el método de Tarrasch ha teni­ Un importante refuerzo del juego ne­
do un gran éxito. Sus oponentes o bien gro en esta variante. Antes las blancas
perdían la paciencia y se desangraban habían tenido éxito después de 7 ... fo
hasta la muerte en asaltos inoportunos, (7 ... Wxd5 8 £fd2!; 7 ... We7 8 Ae3!;
o bien permanecían pasivos y acababan 7 ... 0-0 8 Wxe4 Se8 9 2>e5 f6 10 Abo!
siendo exprimidos por completo”. Rrause) 8 Ae3! Wxd5 9 Axc5 Wxc5 10
^e7 11 &d5 (Spielmann-Wolf,
2 ... d5 3 exd5 e4
Dusseldorf 1908), o bien 7 ... Af2+ 8
El clásico Contragambito Falkbeer, ¡ya ¿di Wxd5+ 9 &fd2! 15 10 Íjc3 fd4 11
empleado por Morphy! £>cxe4 fxe4 12 c3 (Réti-Breyer, Buda­
4d3 pest 1917).
También se ha jugado 4 &f6 5 d3 132
Ab4, como en la partida
Schulten-Morphy (núm. 7).
4.. . ^f6
4 ... Wxd5 5 We2, etc.
5 dxe4I?
El plan de Berger, que se remonta al
año 1860.
5 ... 2>xe4 6 £f3
Más tarde, en 1941, Reres introdujo en
la práctica 6 Ae31? Por ejemplo: 6 ... 8g4?
Ad6 7 £)£3 0-0 (Bronstein—Unzicker, La intriga radica en que esta jugada era
Olimpiada de Moscú 1956) 8 Ad3! Se8 la recomendada por Spielmann en la
9 0-0 £T6 10 £>e5 £bd7 11 £)c4 &Í8 12 última edición del Handbuch de Bil-
‘É'hl!, con iniciativa (Muchnik), 6 ... guer, como refutación de 7 ... Af5.
Ac5 7 Axc5 &xc5'8 We2+ We7 9 £c3 ¿Cuál sería la réplica de Tarrasch?
Ag4 10 Wxe7+ <á?xe7 11 h3 Af5 12 0-0-
0 h5 13 £)f3, con clara ventaja Naturalmente, lo correcto es 8 &c3
(Spassky-Limbos, Olimpiada de Varna We7 9 Ae3!, como recomendó Tarta­
1962), o bien 6 ... WhTt- 7 g3 £>xg3 8 kower en su tratado teórico La partida
£>f3 (es azaroso 8 hxg3?l Wxhl 9 We2, hipermoderna de ajedrez, y en su no me­
como jugaron Reres y Tal) 8 ... We7 9 nos famoso artículo En el lecho de muerte
hxg3 Wxe3+ 10 ^e2 Wxe2+ 11 Axe2 del Gambito de Rey.
Ag4 12 &c3 Ab4 13 &g5, con un final
1) 9 ... £xc3 10 Axc5 &xe2 11 Axe7
ligeramente mejor (Spassky-Matano-
£ixf4 12 Aa3l!, con ventaja de las blan­
vic, Belgrado 1964). cas, que se materializó en la partida
6.. . Ac5! Bronstein-Tal (Riga 1958), incluida
No, desde luego, 6 ... Af5?, por 7 Ae3! por Bronstein en su notable libro 200
c6 8 Ac4 b5 9 Ab3 c5 10 d6!‘c4 11 partidas abiertas.
Wd5, con evidente ventaja de las blan­ 2) 9 ... Axe3 10 Wxe3 £xc3 11 Wxe7+
cas (Alekhine-Tarrasch, San Petersbur- *á?xe7 12 bxc3 Axc2 13 ^d2 Ag6 14

164
Emanuel II

Sel+ ^dó 15 £>d4!, con mejor final.


Por este motivo, Tartakower recomen­
daba la “igualadora” 12 ... ^.e4, y sólo
casi medio siglo después se descubrió
que en realidad dista de ser así, por­
que con 13 £ig5! Jkxd5 14 0-0-0, las ne­
gras tienen serios problemas.

8... 0-0’!

Brillante sacrificio de alfil, que dejó es­


tupefacto a Spielmann.
17 ... Sf8! 18 <á?gl?!
9 gxf5 2e8 10 £g2 También perdía 18 Wf3 Wxh2 19 ^.f4
Wxc2 20 f6 £)d3 21 Wg3 Sf7 - +, así co­
Merece atención 10 Wg2 (pero no 10 mo 18 f6 2ae8! 19 e6 (19 £g2 Wd4I)
£ie5?, por 10 ... Wh4+). Después de es­ 19 ... Sxf6+ 20 <á?gl Wd4+ 21 Ae3 2g6+
to, el perdedor y muchos comentaris­ 22 .&g2 Wxd5 - +, pero valía la pena in­
tas fueron aquí víctimas de una aluci­ tentar 18 e6! Kxf5+ 19 <s?gl 2af8 (no
nación: 10 ... Wxd5 11 &e2 &c6 12 era suficiente 19 ... Wd4+ 20 J.e3 Wxb2
£c3 (“?”■ G. K.) 12 ... <xf5, con múlti­ 21 Sel Wc3 22 Ad2) 20 &e3 £e4 21
ples amenazas. Sin embargo, es muy .&g2, con cierta lucha por delante.
fuerte 12 f6!, y sólo después de 12 ...
g6 ó 12 ... &xf6, sigue 13 £ic3, cuando 18 ... Wd4+! 19 £e3 Wxe5 20 Sel £d7!
las negras deben demostrar que tie­ ¡Dirigiéndose rápidamente al flanco de
nen ataque como compensación por rey!
la pieza entregada. De todos modos,
21 Wc4 <é>h8 22 J.e4 Sae8 23 ^-d4 W4
en lugar de 10 ... Wxd5, merece aten­
ción 10 ... £)g3+ 11 ¿e5 £>xhl 12 24 Se2 ®f6
^xhl f6 13 d6 ±xd6 14 £c4+ &h8, Pero no 24 ... Sxe4? 25 Sxe4 Wxe4??
con ventaja de las negras. 26 ±xg7+ y 27 >xe4.
25 £xf6 gxf6 26 h3
10 ... &f2 11 £>e5 £>xhl 12 £xhl £d7!
O bien 26 Sel Eg8+ 27 &hl Wf3+!
¡Una brillante jugada! Las cosas se vuel­ 26 ... Hg8+
ven feas de inmediato para las blancas;
si 12 ... f6?, habría seguido 13 d6? fxe5 Las blancas abandonaron. Una partida
(13 ... cxd6? 14 .ád5+) 14 ^c4+ £h8 15 muy complicada, conducida con gran
Wxc5 £c6 16 Wf2 Wxd6 17 £c3, y las inspiración porTarrasch, aunque tenía
negras están mal. ya 62 años, y cinco más tarde abando­
naría el ajedrez.
13&c3f6! 14 £e4 En general, Tarrasch prefería méto­
dos clásicos, e indudablemente era un
Es difícil afirmar que hubiera sido más jugador con la clase y el talento de un
tenaz jugar 14 &d2 fxe5 15 0-0-0 exf4 campeón. Pero tenía sus problemas pu­
16 Wc4 Jld6, y las negras tienen cali­ ramente competitivos (como, por
dad de ventaja. ejemplo, le sucedía a Chigorín, incapaz
de resistir la tensión de la lucha). En
14 ... fxe5 15 £jxc5 &xc5 16 fxe5 Wh4+ momentos decisivos de la historia del
17 &fl ajedrez, en especial en la última década
del siglo XIX, cuando necesitaba de­
Aún era peor 17 ‘¿’di?, por 17 ... Wd4+. mostrar de lo que era capaz, Tarrasch a
Ahora el rey blanco queda expuesto. menudo evitó la confrontación directa

165
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

con sus más fuertes oponentes, prefi­ mera partida, en la Variante del Cam­
riendo no someter su sistema nervioso bio de la Ruy López, y también la se­
a un excesivo estrés. gunda, pero Tarrasch respondió con
Es probable que por entonces hu­ una espectacular victoria en la tercera.
biera podido derrotar tanto a Steinitz “Después de dos días de descanso, jugó
como a Lasker, o, al menos, ofrecerle a con frescura, sin mostrar el menor tras­
éste último una seria resistencia. Pero torno psicológico por las dos derrotas
en el siglo XX Lasker era ya demasiado iniciales” (Lasker).
fuerte para Tarrasch. El campeón ha­
bía conservado su enorme fuerza prác­
tica, mientras que el aspirante había
53
comenzado a perder la suya, junto con
E. Lasker-S. Tarrasch
su antigua claridad de pensamiento.
Düsseldorf-Munich 1908
Campeonato Mundial, Match, 3a partida
Los principios a prueba Apertura Española (C98)
En 1908, la Asociación Alemana de
Ajedrez finalmente logró reunir los 1 e4 e5 2 <£f3 <£c6 3 £.b5 a6 4 £a4 £>f6
fondos para el tan esperado match por 5 0-0 Ae7 6 Sel b5 7 £b3 d6 8 c3
el título mundial, entre Lasker y Ta­ £a5?!
rrasch. El 17 de agosto dio comienzo la Lo preciso es 8 ... 0-0 9 h3 &a5 10 Ac2
batalla en Düsseldorf, ante una audien­ co 11 d4 ^c7, aunque por entonces a
cia de casi 2.000 espectadores. El gana­ 8 ... 0-0 temían 9 d4, ignorando que las
dor del encuentro sería el primer juga­ negras logran buen contrajuego con
dor que ganase ocho partidas. La 9 ... -&g4.
velocidad de juego era de 15 jugadas
por cada hora, con un aplazamiento 9 £c2 c5 10 d4 ^c7 11 £bd2 £c6 12
h3
tras seis horas de juego. El fondo de
premios de 6.500 marcos (4.000 para el Una jugada no obligatoria con la que el
vencedor y 2.500 para el perdedor), juego revierte a la posición teórica.
más un fijo para el campeón de 7.500 Además de la pasiva 12 &fl?l (partida
marcos. núm. 78), las blancas podían haber ju­
El match con Tarrasch fue una dura gado 12 d5, 12 a4 ó 12 dxc5, tratando
prueba para las opiniones creativas de de poner en práctica el plan de Rauzer,
Lasker. Su oponente era un celoso con un tiempo extra.
guardian de las leyes de Steinitz, tan es­ 12 ... 0-0 13 &fl?!
tricto que más tarde los críticos de Ta­
rrasch incluso le llamaron, injustamen­ Una decisión dudosa; ahora las negras
te, “dogmático”. En realidad, Tarrasch, ganan sencillamente un peón. Mejores
un paladín de la escuela posicional el sistema de Rauzer, 13 dxc5 dxc5 14
(aunque, como hemos visto, también £ifl (14 a41?) y £ie3. Así es como juga­
poseía talento combinativo), espléndi­ ba Fischer, aunque con éxito relativo,
do teórico, comentarista y escritor, rea­ pues perdió, por ejemplo, contra Jol-
lizó una impagable contribución al mov (La Habana 1965).
desarrollo del ajedrez. En el tablero Pero es bastante más fuerte 13 d5! (de
sostenía con firmeza sus principios.Su ahí que £ia5-c6 no sea actualmente
ideal era jugar “conforme a la posi­ popular) 13 ... £id8 14 a4 Sb8 15 axb5
ción”, buscando la jugada objetivamen­ axb5 16 b4, un plan que resultó fuerte
te más fuerte. Mientras que el ideal de en las partidas Karpov-Spassky (Mos­
Lasker era ¡realizar la jugada más des­ cú 1973, 41° Campeonato de la
agradable para su oponente! URSS), y Karpov-Unzicker (Olimpia­
En principio, el match prometía re­ da de Niza 1974), comentadas en el
sultar emocionante Lasker ganó la pri­ tercer tomo.

166
Emanuel II

13 ... cxd4 14 cxd4 &xd4 Wh5+ <¿?g8 25 Wxd5 Excl 26 Sxcl


También es bueno 14 ... exd4 (con idea Wd2, no es realmente tan grande, aun­
de Wb6, ¿e6 y &d7) 15 Se2 (15 b3 que está claro que el límite de los sue­
do!; 15 ¿g5 h6 16 ¿h4 Ee8 17 Ecl ños blancos son las tablas.
Wb6 18 Wd2 19 ¿bl £ie5! Leon­ 16 ... ^d7
hardt-Rubinstein, San Sebastián 1911;
“Más flojo es 16 ... g6 17 ¿b3 Wb6 18
15 <£}g3 g6, o bien 15 ... Ee8 =) 15 ...
Wb6 16 Ed2 d5 17 exdo £>xdo 18 £)xd4 ¿h6 Ec8 19 W£3 ¿e6 20 £>f5!, con ven­
¿b4, y es dudoso que las blancas ten­ taja blanca (Euwe-Kramer, Amsterdam
1941, match, 3a)”, proclamó la teoría
gan algo.
durante más de medio siglo, pero des­
15 £)xd4 exd4 pués de 20 ... ¿fB!, esa ventaja no resul­
El inusual esquema que se repetiría en ta evidente.
el match. 17 ¿b3?!
134 Según Euwe, era más simple 17 £}fo!
¿f6 18 Ee2 (18 ¿b3 Wb6 19 ¿do
¿b7 =) 18 ... Wb6 (18 ... ¿b7 19 2>xd4
¿Lc5) 18 Ed2, “recuperando el peón,
con buen juego”. Sin embargo, tam­
bién aquí están perfectamente bien las
negras: 19 ... 20 <^xd4 £)c4 (20 ...
¿gol?) 21 Ed3 ¿b7 22 b3 ¿xe4! (a mi
juicio, esto es más fuerte que la men­
cionada por los comentaristas, 22 ...
¿Le5) 23 bxc4 ¿xd4! 24 Exd4 ¿xc2,
etc. “El peón podía haberse recupera­
16 <£g3 do sin gran esfuerzo, si ésa hubiera sido
mi intención”, escribe Lasker, “pero
En la 5a partida Lasker tuvo éxito con me sentí atraído por el ataque y la ten­
16 ¿g5 (16 b3 do! =; 16 ¿b3 Wb6 17 tación era demasiado fuerte. El ataque
¿go Ea7!) 16 ... h6 17 ¿h4 Wb6 18 no tuvo éxito, y eso decidió el resultado
Wd3 g5?l (18 ... Sd8 19 Eedl ¿e6 =) de la partida”.
19 ¿g3 ¿e6 20 Eadl Efc8 21 ¿bl £d7
22 eo! &Í8 23 Wf3! d5 24 Who <¿>g7 25 17 ... Wb6
f4 fo? (más tenaz era 25 ... &g6) 26 También es posible 17 ... g6, después
exf6+ ¿xf6 27 fxg5 hxg5 28 ¿e5 d3+ de lo cual las blancas ganan el peón d4.
29 <á?hl 2>g6 30 Wxg5 ¿f7 31 ¿Lg3 La debilidad de d6 está compensada
¿xe5 32 Exe5 Sh8 33 ¿xd3 2a7 34 por la debilidad de e4, y las negras tie­
Edel &f8 35 ¿xg6 Wxg6 36 We3 Ec7 nen una buena posición (como demos­
37 Wc6 38 Wg5 (T0). “Por primera tró, con especial éxito, Reres en esque­
vez me vi superado de principio a fin” mas similares).
(Tarrasch).
18 ¿f6 19 ¿f4?!
Debería recordarle al lector que el aspi­
rante jugó la quinta partida deprimido Schlechter recomendaba la razonable
por su severa derrota en la cuarta. De 19 ¿d5 Ea7 20 b3, Tarrasch contestaría
otro modo, habría descubierto la fuer­ 20 ... £ie5 21 ¿b2 ¿xfo 22 exfo d3 (con
te réplica 16 ... Wc5!, descubierta por la amenaza ¿Lf3+ y ¿xb2), aunque aquí
los analistas sólo después del encuen­ 23 Ebl! (pero no 23 ¿xeo? ¿xe5 24
tro: 17 ¿h4 ¿e6 18 Ecl Wb4 19 b3 Sel Wd4 - +) 23 ... Sc7 24 ¿xe5 ¿xe5
Eac8 20 5)g3 d5, con ventaja de las ne­ 25 Wxd3, hubiera conservado el equili­
gras. Cierto que después de 21 ¿xf6 brio. En mi opinión, es más interesante
¿xf6 22 exd5 ¿xd5 23 ¿xh7+ ‘¿'xh? 24 23 ... Ed8!? 24 ¿el Ee7.

167
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

27 £h4
Forzado.
27 ... fxg5 28 ±xg5 £xg5 29 Wxg5 d3!
¡Catástrofe en la casilla f2! “Tras haber
rechazado un ataque muy peligroso en
apariencia, las negras lanzan un con­
traataque irresistible” (Lasker). “Pude
resolver finalmente la partida entre­
gando este peón desechado” (Ta-
rrasch).
19 ... £te5! 30 <á?hl
Es importante conservar el alfil de casi­ 30 Wg3 Ec2; 30 Efl £xh3.
llas negras. “Es probable que el cam­ 30 ... Ec2 31 Ee3 Sfxf2 32 <&g2 ‘
peón dejase escapar su ventaja con
19 ... £.e5? 20 £xe5 (20 ^g4 g6 21 &e7+ A 32 sería decisivo 32 ... Sxf3 (pe­
&g7: G. X. j 20 ... dxe5? (es relativamen­ ro no 32 ... £>xf3??, por 33 Wf6++) 33
te mejor 20 ... £ixe5 21 ^xd4) 21 Wg4 Exf3 Eh2+! 34 <¿xh2 £>xf3+ y £ixg5.
«6 22 £d5 Ea7 23 Eacl, con fuerte 32 ... d2 33 Egl Sel 34 ^e7 Exgl+
ataque” (Neishtadt). En mi opinión,
después de 23 ... £ib6 24 2c6 ¿e6, las También habría ganado 34 ... dl^ 35
cosas no son tan claras. We8+ é*g7 36 We7+ £}f7, pero lo más
simple, por supuesto, era 34 ... Effl! 35
20 £d5 ^e8+ <á?g7 36 Wg8+ (o bien 36 We7+
En caso de la codiciosa 20 £lxd4, segui­ &f7 37 Exfl Exfl y ...dlW) 36 ... ^h6
ría 20 ... 4WI-21 £¡e2 (no hay otra co­ 37 Exfl Sxfl+ydlW.
sa: 21 .&xc4? £xd4 22 &d5 Axf2+; 21 35 <±>xgl dlW+ 36 <¿>xf2 Wf3+ 37 <£el
±e3?’ £xe3 22 fxe3 M7) 21 ... Ae6,
con la iniciativa. Una situación pintoresca.

20 ... Ea7 21 Wb3 136 [-------------------------------------------


Con la amenaza 22 £ixd4 ^xd4? 23
J.e3 y £xa7.
21 ... Sc7 22 g4 g6 23 2>h6+ 24 g5
.&d8 25 Wg3 £6!
Una jugada precisa que deja la activi­
dad enemiga en punto muerto.
26 £T5+J?
Jugado de mala gana, en vista de que
tanto 26 gxf6+ ^.xf6, como 26 h4? fxg5
27 hxg5 Exf4! 28 Wxf4 £xg5! (29 37 ... Wa5+
Wxg5? £}f3+ y £>xg5) eran malas para
las blancas. Es poco probable que a Alekhine, que
también tuvo la oportunidad de dar
26 ... <á>h8! mate con dos damas (partida núm.
Las posibilidades de tablas de las blan­ 125), se le hubiese escapado 37 ...
cas pasaban por 26 ... gxf5?l 27 gxf6+ £d3+! 38 &d2 (38 Sxd3 Wbf2++) 38 ...
d?h8 (27 ... <¿-x£6?? 28 Wg5++) 28 &h6 ^a5+ 39 £c2 (39 <á?xd3 edl++) 39 ...
EfF7 29 £xf7 Exf7 30 £g7+ <ég8 31 Wxg2+ 40 <á?xd3 Wgd2++.
±h6+. 38 Ec3 £xh3 39 Wxd6 Waxc3+

T68
Emanuel II

39 ... 1^g3+! era más rápido. Después de 10 ... a6 11 £)c3 0-0 12 -&g5
£d7 13 £xe7 «Fxe714 £d5 Wd8 15
40 bxc3 Wxc3+ 41 <3?e2
2e3, las blancas tienen una ligera ini­
O bien 41 d?fl Wf3+ 42 «¿?el ^g3+ 43 ciativa (Capablanca-Thomas, Hastings
•á’dl ^.g4+ 44 <¿?cl ¿M3+. 1919). De todos modos, en esta partida
41... Wc2+ 42 <á?e3 Wd3+ 43 &f4 g5+! se produjo un curioso remate (núm.
87).
Las blancas se rindieron, pues si 44
llAg5
&xg5 (44 ‘¿’xen Wc3++, un mate de
problema) 44 ... £tf7+ y ¿xd6. Es razonable 11 ^.f4!? Capablanca re­
¡El aspirante había sacado pecho! comienda 11 Wc3 c6 12 £>d4. Sin em­
Ahora mucho dependía de cuál de los bargo, es mejor 11 ... a6! 12 &d4 &d7
13 &f5 ukfb 14 ^g3 £>e5, y eljuego está
contendientes fuese el primero en ases­
igualado.
tar el siguiente golpe. En este momen­
to, se jugó una de las partidas más fa­ 11.. . h6 12 &h4 2e8
mosas, que determinaría la suerte del 12.. . &g4l?
encuentro.
13 Sadl
Con la amenaza e4-e5.
54 13 ... ¿Ld7 14 &xe7
S. Tarrasch-E. Lasker Después de 14 JLg3, 14 ... -&f6 15 Wc4
Düsseldorf-Munich 1908 a6! 16 &xc7 5c8 17 £xd6 £.e5 18
Campeonato Mundial, Match, 4a partida Áxe5 Sxe5 19 ^d4 Wxc7! = (Ta-
Apertura Española (C66) rrasch).
14 ... Sxe7 15 Wc3!?
1 e4 e5 2 2>f3 <£c6 3 &b5 £f6 4 0-0 d6
Con intención de jugar ¿Ad4-f5 y pre­
No sólo Lasker, sino también Capa- sionando sobre el peón de c7. Si 15 c4,
blanca (véase núm. 81), seguía al pri­ se alcanza una posición de la partida
mer campeón del mundo, optando Capablanca-Marshall (Nueva York
por la pasiva Defensa Steinitz. Pero Ta- 1909, match, 4a), donde después de
rrasch condenaba el sistema d7-d6, di­ 15 ... 2e6 16 f4 a6 17 £>c3 £f6 18 £d5
ciendo que "toda posición restringida 4Axd5 19 exd5 Se7, se acordaron las ta­
contiene en sí misma el germen de la blas. Más tarde se recomendó 15 f4!? a6
derrota”. 16 £c3 Se6 17 2fl Wf6 18 Wb4, con
5 d4 Ad7 6 &c3 £e7 7 Sel exd4 8 cierta ventaja.
£ixd4 £lxd4
137
En la 2a partida, después de 8 ... 0-0! 9
£ixc6 Axc6 (según Steinitz, mejor es 9
... bxc6 10 .&d3 Se8) 10 Jíxc6 bxc6 11
£)e2 Wd7? (¡esta casilla es para el caba­
llo!) 12 £g3 2fe8 13 b3 Sad8 14 Ab2,
las blancas consiguieron una clara ven­
taja. Pero el enroque le sirvió a Lasker
mejor en sus matches ulteriores contra
Janowski (1909), Schlechter (1910) y
Capablanca (1921).
9 Wxd4
9 ^.xd7+ £>xd7 Tarrasch debe haber estado feliz con
el resultado de la apertura, pues las
9 ... &xb5 10 &xb5 0-0 blancas tienen una pequeña, pero

169
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

duradera ventaja, y posibilidades de influenciado por el pensamiento psi­


incrementarla sin riesgo. Por ejem­ cológico de Lasker”, y recomendaban
plo: 15 ... £>f8 (15 ... £tf6?l 16 e5) 16 18 Se3 ó 18 £tf5. Pero la evaluación
£id4!, y 16 ... g6 debilita a todas luces de Mark Dvoretsky está más próxima a
la defensa del rey, o bien 15 ... £>c5 16 la verdad: “Al avanzar su peón a £4, las
f3 (la tentadora 16 e5?l Se para con blancas controlan las casillas e5 y g5, y
16 ... Wd7 17 £d4 Se5 18 fíxe5 dxe5 se disponen a restringir a su oponente
19 Wxc5 exd4 20 Hxd4 Se8! 21 h3 con ^f3, b2-b3 y c2-c4. Del hecho de
We7, con igualdad) 16 ... Wd7 17 £id4 que Tarrasch hubiese perdido la parti­
¿Le6 18 &Í5 Eee8 19 Wb4 Sab8 20 e5 da no hay que inferir que todas sus
d5 21 Wg4, etc. decisiones hayan sido incorrectas”.
Lasker comprendió perfectamente 18 ... Wf6 19 Wf3
bien que su única posibilidad de evi­
El momento crítico para evaluar la co­
tar una prolongada y penosa defensa
rrección de la defensa negra.
era alterar el equilibrio anímico de
Tarrasch. Para ello tenía que crear al­
138
go inusual, contrario a todas las reglas
posicionales y preceptos de la sabidu­
ría ajedrecística.
15 ... 2e5!
Una brillante forma de defender el
peón de c7.
16 £d4!
Ahora Tarrasch crea la amenaza £if5,
seguido de f2-f4. En caso de 16 Wxc7?
(16 &xc7? Ec5 -+) 16 ... 2xb5 17
Wxd6 Sxb2 18 Wxd7 Wxd7 19 Sxd7 19 ... 3e8?
2c8!, y las negras tienen un final su­
perior. Parece que las negras se dejan tentar
por una trampa: 20 b3? (para seguir
16 ... Sc5! con la lógica c2-c4) 20 ... ¿do! 21 5ie2
Por supuesto, desde el estricto punto (21 exd5? £xel y 22 ... Wxd4+) 21 ...
de vista de la posición, esta jugada es 5}b4, con problemas para las blancas.
muy peligrosa ya que la torre puede Lasker sugirió más tarde 19 ... a5!? 20
causarle a las negras importantes pro­ b3 a4 21 c4 (21 b4 Sc4 22 c3, y las ne­
blemas. Pero, en primer lugar, 16 ... gras tienen un tiempo extra en rela­
£}c5 17 £3 deja a las blancas con todas ción con la partida) 21 ... axb3 22
las ventajas de la posición, y en segun­ axb3 Sca5 y después de 23 £}b5 We7
do lugar, la impúdica conducta de la 24 W Sa2.
torre puede atentar a la compostura Sin embargo, como señaló Dvoretsky,
del oponente. la continuación más fuerte para igualar
17 Wb3 fue descubierta por uno de sus alum­
Si 17 ^g3, entonces 17 ... Wg5. nos, Ilya Makarov, 19 ... £>a4! Por ejem­
plo: 20 e5 (20 b3?l £c3; 20 Wb3 <£b6
17... £b6 21 Wf3 £a4 =) 20 ... dxe5 21 Wxb7 Sd8
17 ... a5l? 22 2>b3 (22 Wxa7 2xd4 23 Sxd4 exd4
24 Wxa4 >xf4) 22 ... Sxdl 23 Sxdl
18 f4
Sxc2 24 We4 Wg6! 25 f5 ^c6, etc.
Cortando la retirada de la torre. Mu­
20 c3!
chos comentaristas criticaron esta ju­
gada, diciendo que “Tarrasch estaba Sin perder la presencia de ánimo.

170
Emanuel II

20 ... a5I sión sobre c3, de modo que ¡esta cum­


¡En auxilio de la torre! pliendo una tarea!

21 b3 23 g3
Si 21 Wd3, a Tarrasch no le gustaba Después de la aguda 23 £ib5?! Sd8 24
21 ... 2h5. “Era tentador 21 £>b3 Sb5 Ee3, sigue 24 ... d5! 25 e5 ^xf4 26
{21 ... Sc4?.' 22 a3!?: G. K.) 22 We2, Wxf4 2xf4.
con idea de 22 ... c6 23 £ld4 Sc5 24 23... 2d8
^f2, con ventaja clara. Sin embargo,
Preparando el contragolpe c7-c5. Es
las negras pueden jugar 22 ... Sf5! 23
malo 23 ... c5? 24 £)b5.
g3 a4” (Dvoretsky). Cierto que tras 24
e5! dxeo (24 ... axb3 25 exf6!) 25 ¿Ld4, 139
o bien 24 ... Wg6 25 £)d4 (25 ... 2xf4
26 Wg2!), su posición es incómoda.
21 ... a4 22 b4
Se diría que Tarrasch etá empezando a
ponerse nervioso. Era fuerte 22 c4!
axb3 23 axb3, “apagando” la torre de
c5 y condenando a las negras a una di­
fícil defensa:
1) 23 ... c6 24 £>f5! (enérgico) 24 ... d5
25 Wf2 (o bien 25 We3(? £d7 26 ^h3
Sxe4 27 Sxe4 dxe4 28 £}d6: Makarov) 24 Se3?
25 ... £id7 26 g4! (según Dvoretsky, era
posible también 26 £}g3), con fuerte En opinión de Réti, “las blancas están
presión. ahora posicionalmente superadas. No
tienen defensa contra la amenaza 24 ...
2) 23 ... Sa5 24 £>b5! We7 25 Wf2 (pe­ c5, desde un punto de vista posicional.
ro no 25 e5?l d5I), con la amenaza Por consiguiente, tratan de crear una
4Lxd6, y de nuevo las mejores perspec­ por medios combinativos que, como
tivas (relacionadas con e4-e5, o bien suele suceder con todas las combina­
&c3-d5). ciones concebidas por pura desespera­
En cuanto a la jugada de la partida, ción, no logra su objetivo”.
que también retiene una acusada ven­ A partir de esos componentes, influi­
taja, Dvoretsky realizó el sutil comen­ dos por el resultado de la partida y las
tario que sigue: “Después de 22 c4, la impresiones adicionales, se ha ido cre­
posición es clara y definida, y el juego ando la mitología ajedrecística. ¿Cuál
subsiguiente de las blancas es más sen­ se supone que es aquí la causa de la
cillo. Tras 22 b4, la posición es más desesperación? Después de todo, la di­
complicada, más inusual. Lasker era
recta 24 e5 dxe5 25 Sxe5 conserva cier­
superior en táctica a su oponente, y se ta ventaja para las blancas. Y si se aspira
encontraba más a sus anchas en posi­ a algo más, entonces es fácil encontrar
ciones dinámicas. Además, era consi­
contra c7-c5 “defensa desde el punto
derablemente más joven que Ta­
de vista posicional”. Y no una, sino va­
rrasch, más fuerte y con mayor rias. Veamos:
energía. Está claro, por tanto, a quién
favorecía una eventual complicación 1) 24 We31? (Rellstab) 24 ... Ee8 (24 ...
del juego”. c5?l 25 £b5; 24 ... a3 25 2sb5 <£a4 26
e5! dxe5 27 fxe5 We7 28 Sxd8+ Wxd8
22 ... Sc4 29 e6 We7 30 Wd3 + - Dvoretsky) 25
Aunque la torre se encuentra atrapa­ Wd3! Sd8 26 £}b5, con la amenaza e4-
da, está ejerciendo una constante pre­ e5 ó 2e3.

171
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

2) 24 fibll? (Chemin), con idea de


^d3, 2e3 y &b5-a3, y después de 24 ...
c5?! (24 ... a3?! 25 fib3), entonces 25
bxc5 dxc5 26 e5. ISI
3) 24 fid3?! (Makarov) 24 ... c5?l 25
bxc5 fixc5 (25 ... dxc5 26 £}b5!) 26
fibl, etc. WET
A ■o
4) 24 a3! (Tarrasch). En mi opinión,
ésta es la mejor jugada profiláctica, la
torre de c4 está “ahogada”, y en caso 27... Sxf4!!
de 24 ... c5?l 25 £ib5 cxb4 26 cxb4, el
peón d6 es muy débil, con ventaja cla­ He aquí la refutación. A la eficacia del
ra de las blancas. golpe se suma la ironía del destino,
¡que convierte en protagonista del mis­
mo a la “omnipresente” torre! Como
Por cierto que el propio Tarrasch ex­
señala Dvoretsky, la combinación de las
plicaba su error muy sencillamente:
blancas “es, de todo modos, incorrecta,
“Hasta ahora jugué la partida de for­
de no existir esta jugada, puesto que
ma irreprochable, pero aquí me preo­ también podríajugarse 27 ... fidl+l? 28
cupaba la desafortunada idea de un
Wxdl Wc6”. Aunque después de 29
sacrificio de torre que, debido a los
Wd8+ <®’h7 30 e6! fxe6 31 Wd3+ <á?g8
apuros de tiempo, no pude calcular
(31 ... g6?l 32 £d4) 32 Wd8+ &h7 33
debidamente”.
^Bd3+, las blancas habrían conservado
el equilibrio.
24 ... c5 25 £lb5?
28 gxf4
El deseo apasionado de castigar al También es desesperado 28 Wxf4 fidl+
oponente por su transgresión de las 29 <á?f2 Wxf4+ 30 gxf4 £d5, o bien 30 ...
leyes ajedrecísticas le hace “descarri­ fid2+, y lo mismo 28 exf6 fixf3 29 fixf3
lar” a Tarrasch. Más tarde se lamenta­ fidl+ 30 <£g2 fid2+ (30 .... £d5!?) 31
ba así: “Si no hubiera estado tan preo­ fif2 fixf2+ 32 ^xf2 b3, o bien 32 ... ^d5
cupado por el sacrificio de torre, (Tarrasch).
habría jugado 25 &c2 cxb4 26 £ixb4, 28 ... Wg6+ 29 «£hl?!
con buen juego, gracias al ataque so­
bre el peón de d6”. Tampoco servía 29 <á?fl Wbl+ 30 fiel
>d3+ 31 Wxd3 fixd3 32 <S?e2 Sh3 33
cxb4 4£}d5! - +. Lo que sigue no requie­
También parece factible la recomenda­
re comentarios.
ción de Teichmann, 25 bxc5! fixc5
(25 ... dxc5? 26 e5, o bien 26 £>b5) 26 29 ... Wbl+ 30 <á?g2 3d2+ 31 He2 Wxa2
fibl £c4 27 Sd3 y £c2-e3-d5 =. 32 fixd2 Wxd2+ 33 <£g3 a3! 34 e6 Wel+
35 £g4 Wxe6+ 36 f5 Wc4+ 37 £>d4 a2
25 ... cxb4 26 fixd6? 38 Wdl £d5 39 Wa4 2>xc3 40 We8+
<á?h7 41 <á?h5 alW.
La “desesperada” combinación a que Las blancas abandonaron. “En esta par­
antes nos referimos; era mejor 26 cxb4! tida, como en muchas otras, yo cavé mi
fixb4 27 £c3 fic8 28 fied3 fic6 29 a3 propia fosa” (Tarrasch).
fib3 30 £>e2, con posible buen juego. El marcador se situó 3-1 favorable a
Lasker, y el match se trasladó de Dus­
26 ... fixd6 27 e5 seldorf a Munich. El campeón del

172
Emanuel II

mundo extrajo algunas conclusiones 55


iniciales con una profundidad de pen­
S. Tarrasch-E. Lasker
samiento muy adelantado a su época:
Dusseldorf-Munich 1908
“Ambos contrincantes han logrado
Campeonato Mundial, Match, 10a partida
cierto conocimiento de la fuerza opo­
sitora. En un match es preciso enten­ Apertura Española (C67)
der la psicología del oponente, a fin
de decidir cómo llevar a cabo la ulte­ 1 e4 e5 2 £f3 £c6 3 &b5 2T6 4 0-0
rior ofensiva. De forma casi subcons­ 2>xe4
ciente, a veces incluso involuntaria, Después de la cuarta partida, Lasker no
cada uno crea en su mente una ima­ volvió a jugar 4 ... d6 en el match.
gen del rival. Este trabajo es necesa­
rio, puesto que el concepto fuerza de 5d4
juego es un asunto muy complejo. En el siglo XIX, por influencia de Stei-
¿Cómo se comporta el oponente en la nitz, se jugaba 5 ¿el £ld6 6 5)xe5, pero
dicha y en la adversidad, en situacio­ después de 6 ... ^.e7 7 &d3 0-0 8 £lc3
nes sencillas y complejas, en posicio­ £xe5 9 2xe5 c6 10 b3 £e8! 11 £b2 d5
nes dudosas y seguras, en los momen­ 12 Wf3 &f6 13 Se2 2>c7 (Steinitz-Zu-
tos en que se gestan o arruinan la kertort, Mundial de EEUU 1886, 14a
esperanzas...? Todas éstas son distin­ partida), o bien 8 ... ^e81? 9 £id5 &f6
tas formas de jugar. Están compuestas 10 £>g4 d6 (Janowski-Lasker, Nurem­
de distintos elementos. Por consi­ berg 1896), y las negras no tenían ma­
guiente, para recopilar los recursos yores problemas.
psicológicos de ambas partes, hay que
examinar cierto número de partidas, 5 ... JLe7
en las que el oponente se haya encon­ Después del drama de la partida con
trado en diversas situaciones. Este co­ Tarrasch, en Hastings 1895, las prefe­
nocimiento resultará útil en la batalla rencias de Lasker por 5 ... £>d6 (partida
subsiguiente”. núm. 47) se enfriaron.
En cuanto a Tarrasch, a diferencia
de su rival, difícilmente podía serle 6 We2! £id6 7 ^.xc6 bxc6 8 dxe5 4&b7
útil. La fatal cuarta partida había mi­ La variante 8 ... <£if5 9 We4! g6 se con­
nado la confianza del aspirante en su sidera un tanto marginal. Por ejem­
propia capacidad, y una semana más plo: 10 £d4 (10 £c31?; 10 b3l?) 10 ...
tarde, en Munich, ante 1.500 especta­ £xd4 11 Wxd4 0-0 12 £.h6 Se8 13
dores, el encuentro para él había sali­ &c3 (Tarrasch-Taubenhaus, Monte-
do de los raíles. Una sumisa derrota cario 1903). Sin embargo, con 11 ...
en la quinta partida, una clara opor­ d5!, las negras obtienen buen juego,
tunidad perdida de victoria en la sex­ como demostró el gran maestro Vladi­
ta, y otra derrota en la prolongada mirov (Shajmaty v URSS, núm. 12/
séptima partida. 1979, pág. 23).
Con la puntuación reflejando 5-1=1,
Lasker hizo un alto en el camino, o más 141
bien sufrió una crisis, típica del líder en
situaciones de match. Tras unas tablas
disputadas en la octava y novena parti­
das, Tarrasch sacó fuerzas de flaqueza y
ganó la décima, jugando la que proba­
blemente fuese su mejor partida en el
match. En el comentario en la fase de la
apertura, es interesante seguir el des­
arrollo del pensamiento ajedrecístico
con un siglo de distancia.
y

173
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

9 £jc3 ^g4 ¿xf5 13 ^xíb Ue8 14 M4 &d4!


15 fifel £)c5 16 Sadl &xc3 17 bxc3
El plan principal. En el antiguo match Wc8!, con ventaja de las negras.
Neumann-Anderssen (Berlin 1864-
65), se había jugado 9 ¿e3 0-0 10 Eldl También es poco prometedor 10 ttdl,
We8 11 £c3 £d8!, y 11 ... d5l? 12 £d4 debido a 10 ... d5 (Tal-Pachman, Mos­
c5 13 f4 ¿Le6, de ahí que el sistema con cú 1967), o bien 10 ... &c5 11 Af4 &e6
4 ... £ixe4 se conozca con el nombre de 12 jkg3 d5! (Shirov-Timman, Dor­
“Defensa Berlinesa”. drecht 1999).
También se había jugado 9 c4 0-0 (Zu- 10 ... ^c5
kertort-Anderssen, Berlín 1868,
Activando de inmediato el caballo “ma­
match, Ia) 10 £lc3. Por ejemplo: 10 ...
Qcd 11 ¿e3 (11 b3 f6! Tal-Smyslov,
lo”. Después de 10 ... 2e8 (Pillsbu­
Moscú 1971) 11 ... £e6 12 Sadi f6 13 ry-Lasker, Londres 1899), puede se­
&d4 £>xd4 14 Jlxd4 fxe5 15 Wxe5, con guir 11 Wc4!? £lc5 12 £ig5 (idea de
una ventaja mínima (Petrosian-Ivkov, Chigorin; si 12 Jlg5 -&a6?l -12 d5!-
match Moscú-Belgrado 1978), o bien 13 J&xe7 .&xc4 14 _&xd8 2axd8 15
Sadl, con mejor final, Hübner-
10 ... f6 11 Sel (11 Ae3Se8!;ll£d2I?
Tai-Panno, Río Hondo 1987) 11 ... Spassky, Venecia 1988, Ia partida
fxe5 12 £xe5 £f6 13 &f4 (13 '^ho match) 12 ... Axg5 (según Fine, es más
£}c5l?) 13 ... .&xe5 14 .&xe5 d6 15 ^.d4 sólido 12 ... Hf8 13 £}ce4 ^.a6 14 Wc3
’^h4 (15 ... Jíf5!?) 16 ^d2 Wf4 17 Me3 £ixe4 15 &xe4 f5 16 &c5 £.xc5 17
4M8! 18 £>e4 ^e6 19 £c3 £d7 = Wxc5) 13 £xg5 Wxg5 14 Wxc5 2e6
(Tal-Dorfman, Moscú 1976, 44° Cam­ (14 ... ^e7l?) 15 Wd4!, con presión
peonato de la URSS). (Schlechter-Janowski, París 1900).

Pero la partida Pillsbury-Lasker (San Otras posibilidades son 10 ... f6 11 .ÉT4!


Petersburgo 1895/96) siguió así: 9 b3 (Teichmann—Tarrasch, Montecarlo
0-0 10 Ab2 (10 ,&a31? Romanishin) 1902), y 10 ... d5 (¡a pesar de todo!) 11
10 ... d5 11 exd6 cxd6 12 £>bd2 Jtf6 13 exd6 ¿xd6 12 &g5 ^d7 13 Sadl (Mar-
•lxf6 ^xf6, con una posición igualada, tínez-Lasker, EEUU 1902, simultá­
aunque después de 14 fifel &c5 15 neas), o bien 13 &e4 c5 14 Sadi (Ba­
$je4 £ixe4 16 Wxe4 &d7?l (16 ... do) lashov-Smyslov, Leningrado 1977),
17 c4 Sfe8 18 Wd4 2xel+ 19 2xel cuando las negras aún tienen que lu­
’^xd4 20 £xd4 <¿>Í8 21 éfl a5? 22 a4! char por la igualdad.
He8 23 Hxe8+ <á>xe8 24 las blancas 11 2>d4
obtuvieron un final favorable, que con­
virtieron en victoria. Actualmente está de moda 11 ¿f4!?
£>e6 12 Ag3 Sb8 (12 ... d5 13 exd6 y
9 ... 0-0 Sadl; 12 ... Í5 13 exf6) 13 b3 Í5 14 exf6
Es prematuro 9 ... &Jc5 10 £id4 ^.a6?l, ^.xf6 15 £ie5 Axe5 16 ’Bxeó (plan de
en vista de 11 ^g4! Jtxfl 12 Wxg7 Sf8 Geller), y también 11 £e3 ¿Je6 12
13 ‘á’xfl (Showalter-Tarrasch, Viena Hadll?, con cierta iniciativa para las
1898). blancas, tanto después de 12 ... f6 13
£id4 &xd4 14 Axd4 fxe5 15 JLxe5 (Ge­
10 Sel! ller-Lengyel, Moscú 1975), como de
12 ... d5 13 exd6 cxd6 14 £>d4 £d7 15
Idea de Pillsbury; las blancas impiden
£Ú5 d5 16 2ixe7+ Wxe7 17 Wd2! (Kar-
d7-d5. Después de 10 £}d4, en la parti­
pov-Korchnoi, Merano 1981, match,
da Winawer-Lasker (Nüremberg 1896)
2a), o bien 14 ... ^xd4 15 Axd4 -¿Le6 16
siguió 10 ... £c5! 11 &Í5? (11 2dl We8
12 Af4 &d8! 13 -&g3 Sb8 14 Sabl £>e6 Wf3 d5 17 £>a4 JH8 18 ±c5 (Tal-Por-
15 £\fo f6!, igualando, Kostro-Smyslov, tisch, Bruselas 1988).
Olimpiada de Leipzig 1960) 11... d5 12 11 ... £e6 12 &e3

174
Emanuel II

Las blancas también hanjugado 12 &15 No, por supuesto, 15 ... cxd6? 16 ^.xc5.
f6! y 12 £ixe6 fxe6 13 b3 (13 £ie4 d5! =;
16 ¿Le4!
13 £.e3 d5 14 £a4 d41? 15 Zadl c5 16
&cl Wd5l, etc.) 13 ... We8 (13 ... áb71? Probablemente lo más fuerte. En la oc­
y c6<5) 14 £e31? (14 ¿b2 £b7 15 tava partida se jugó 16 Wh5 ^.b7 17
Wg4, tablas, Spassky-Smyslov, Tilburg Sadl (17 J&xc5? g6) 17 ... 2e8 18 £)b5
1979) 14 ... Sf5 15 £e4! (Anand-Tim- (18 f3 es un poco mejor) 18 ... Wf6 19
man, Wijk aan Zee 1999), y las negras ¿xd6 cxd6 20 ^.cl Se6, con posibilida­
tienen que elegir entre 15 ... 2xe5 16 des equivalentes.
±f4 Sf5 17 £xc7 Wf8 y 15 ... &b7.
En la 14a partida Tarrasch ensayó 16
Sadl, y después de 16 ... Wh4?l 17 h3
Í^b4 18 £cl, logró ventaja, pero lo co­
rrecto es 16 ... &b7! (16 ... W6!? 17
^h5 Sb8 18 &cl Wf5 = Capablanca-
Réti, Viena 1914) 17 áf4 (17 áxc5?
Wg5) 17 ... 2e8 =. Por ejemplo: 18
Wxe8+ ^xe8 19 Exe8+ Sxe8 20 &xd6
cxd6 21 f3 Se6 22 <£f2 £c6 23 £d5 <á?f8
24 £)e3 g6 25 c4 &e7 26 Sd3 a5 27 Sa3
a4 28 £dl g5! 29 £c3 Sh6 30 £>xa4
Hxh2, y las tablas no están lejos.
16 ... £b7
12 ... <uxd4
“Pero no 16 ... JLxh2+ 17 <^xh2 '^h4+
Actualmente también se juega el agudo 18 <¿>gl Wxe4 19 ^.xc5 Wxe2 20 Sxe2,
sacrificio del peón a7, con 12 ... Sb8, con un final claramente mejor para las
conocido desde 1880. Por ejemplo: 13 blancas” (Reres). Pero en mi opinión,
£}xe6 fxe6 14 ^.xa7 Sb4!? 15 4te3 uLb7 después de 20 ... Jla6’ (20 ... Sd8?! 21
16 b3 c5!, con contrajuego, 13 b3 ^.b4 2e7l), hay que probar esa afirmación:
14 £>xe6 (14 Wd21?) 14 ... fxe6 15 Wd2 21 Se7 (21 Hd2í?) 21 ... £fc8 22 Sael
2b5!, o bien 13 Sabl £ixd4 14 ^.xd4 c5 £c4 23 Jlxa7 (23 b3 Ae6) 23 ... h6t =
15 Jle3 d5 16 exd6 ^.xd6, etc. (Vukovic recomendó 23 ... ^.xa2? 24 b3
13 ^.xd4 c5! Ábl, pero después de 25 Sxbl £xa7 26
Sdl, las negras pueden rendirse).
En este caso lajugada 13 ... d5?í (no se
ha consolidado 13 ... f6?l 14 Sadl, Zu- 17 £xd6!?
kertort-Winawer, Londres 1883) es
Las blancas suprimen al peligroso alfil,
mucho más floja, debido a 14 £la4!
sin preocuparse por el final resultante
£b4 15 c3 £a5 16 Wh5 Jlb6 17 2e3
de alfiles de distinto color.
Ae6 18 2g3 <£h8 19 Sdl ^e7 20 b4,
con bloqueo de la casilla co (Pills­ 17 ... cxd6
bury—Tarrasch, Viena 1898, 2a partida).
143
“Lajugada de la partida es el comienzo
de la Variante Vienesa, conocida tam­
bién como ‘Río de Janeiro’” (Reres).
Un año antes del match, Teichmann in­
corporó la idea “brasileña” 13 ... c5! en
una gira por Sudamérica. Como escri­
bió Lasker, “esta defensa se instaló en la
teoría para permanecer en ella durante
mucho tiempo”.
14 d5 15 exd6 £xd6

175
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

18 c4 Ebl ^c3 (o bien 21 ... Exe3 22 fxe3


Novedad, fijando el peón retrasado «c3 23 2e2) 22 Secl ±c8 (si 22 ...
de d6. En la partida fuente Marco- ^a3, sigue no 23 Exb7? Wxcl+, sino
Teichmann (Ostende II 1907), des­ 23 ±h6! g6 24 '®ff4, con las amenazas
pués de 18 £f4 d5 19 Wb5 «b6 20 W6 y Exb7) 23 W£3 Eb8! 24 ^c6!
Wxb6 axb6 21 &.c7 b5, la lucha finali­ Exe3 25 ^xd6!, ganando.
zó en tablas. Por supuesto, había que jugar 20 ...
De los ensayos recientes, debo men­ Ee6! “En tal caso, la posición blanca
cionar 18 Sadl Wf6 19 f3!? (Zes- sigue siendo mejor, debido a la debili­
hkovsky-Ivkov, Bled-Portoroz 1979) y dad del peón d6, pero con una co­
18 Wg4 Wf6 19 Wg5!? Wg6 20 Wxg6 rrecta defensa las negras deberían po­
hxg6 21 Sadl Sfd8 22 f3, con una pe­ der lograr tablas, gracias a los alfiles
queña ventaja en el final (Zes- de distinto color” (Keres). En mi opi­
hkovsky-Hort, Moscú 1999, Memorial nión, eso no es difícil. Por ejemplo:
Petrosian). 21 JLf4 (21 Se2?l Eae8 22 Eed2?
We5!, o bien 22 Wg3 Wg6!; 21 b3
18 ... Wf6 Eae8 22 Wg3 h6 =) 21 ... 2ae8 22
También es posible 18 ... Se8 19 f3 Exe6 Exe6 23 h4 (23 b3? ^e7!) 23 ...
(19 Sadl Se6) 19 ... Wh4 20 b3 Ee6 h6 =, o bien 21 Wf4 Wg6 22 f3 Eae8 23
21 Wd2 Eg6 22 ±f4 Wf6 23 We3 h5l? ^.f2 Exel+ 24 Exel Exel+ 25 ^.xel
24 Sadl Ed8 25 Ed3 h4 26 Eedl h3, Wd3 26 &c3 f6, con posibilidades
con contrajuego (Selesniev-Réti, Ber­ igualadas en cada caso.
lín 1919).
21 Ee2!
19 Sadl Efe8
Después de esto, Lasker pensó duran­
Ochenta años más tarde se jugó 19 ... te casi una hora.
Eae8 20 f3 Se6 21 Wf2 Efe8 22 b3
h6 =. 21 ... Ee4?
20 Wg4! No sin razón, suele decirse que los
errores se producen a pares. 21 ...
Un preciso cálculo. El problema de de­ Ee6? ya no daba resultado, debido a
fenderse con negras en una posición 22 -&g5, pero mejor, sin embargo, era
tan “blanda” es que para mantener el la recomendación de Vukovic, 21 ...
equilibrio hay que encontrar siempre h6l? 22 Eed2 Ead8 23 Wg3 (23 Wf4
virtualmente la mejor jugada. Lasker es Wxf4 24 &xf4 Ee6 =) 23 ... Ee6 24 h4
incapaz de resistir la tensión... (24 Axc5? Wf5 y Eg6) 24 ... ^e7 25
h5 <á?h8, “y las defensas negras resis­
ten: 25 .&xc5? Eel+ (prosigamos: 27
&h2 Zxdl 28 ¿Ld4 J6 29 Zxdl 30
~cl ^txh5+ 31 ^gl, con igualdad: G.
K.), o bien 26 ^.f4 d5 27 cxd5 ^.xd5
28 Exd5? Sel+f” (Neishtadt). Sin em­
bargo, después de 28 .&e3 las blancas
tienen una clara ventaja, de modo
que, en lugar de 27 ... £xd5?, lo co­
rrecto es 27 ... Eel+ 28 Sxel Wxel+
29 *á?h2 Exd5 30 Exd5 Jtxd5.
22 Wg3 We6
20 ... -&c6?
Si 22 ... Kxc4, entonces 23 Exd6 Ed8
En opinión de Tarrasch, el error deci­ 24 Exd8+ Wxd8 25 h3!, con las ame­
sivo. También es malo 20 ... Wxb2? 21 nazas Ed2 y -&h6.

176
Emanuel II

23 h3! rrasch, que perdería de forma igno­


miniosa ¡a siguiente (¡a 11a). No obs­
“Aquí era posible 23 Sxd6 (23 Wxd6?!
tante, a continuación ganó la duodé­
5g4!) 23 ... ^xc4 24 3ed2, con la ini­
cima, ¡y en una lucha titánica! El
ciativa, puesto que aquí 24 ... 2g4? no
marcador se situó en 6-3 (=3). Un tan­
resulta, en vista de 25 2d8+ ^.e8 26
to afectado, Lasker se tomó un des­
^g4! Wxg4 27 Sxa8” (Neishtadt). Pe­
ro después de 24 ... Wxa2 25 h3 Se6, canso de cuatro días.
las cosas no están claras. En su informe de la partida que
acababa de perder (ambos rivales cu­
23 ... 2d8 brían el match para la prensa), el
Schlechter propuso 23 ... Wxc4 24 campeón escribió que “pensaba expli­
-&h6 g6 25 Sxe4 ^xe4, pero después car sus derrotas, ofrecerlas a la luz co­
de 26 fixd6 las blancas están amena­ rrecta y... filosofar acerca de sus cau­
zando 2xc6!, y si 26 ... Se8, entonces sas” (¡reminiscencias de la escuela
27 con la amenaza f2-f3. Steinitz- Chigorin!) Lo cierto es que sí
24 Zed2 2e5 25 ^.h6! realizó minuciosos análisis psicológi­
cos de la lucha, explicando por qué la
victoria de su oponente, quien recha­
zó un peligroso ataque, estaba justifi­
cada: “Neutralizó un ataque desespe­
rado con mucha habilidad, encon­
trando una idea salvadora. El ajedrez
es justo. Quien juega correctamente y
busca, siempre encuentra. Quizá esto
sea lo más maravilloso de nuestro an­
tiguo juego estratégico”.
La reanudación demostró que la
capacidad de Tarrasch estaba ya en su
ocaso. En la 13a partida el campeón
25 ... Wg6? eligió 1 d4 por única vez en el duelo, y
Era malo para las negras, por supues­ el aspirante respondió con la defensa
to, 25 ... ^xh6?, por 26 ^xe5, pero que lleva su nombre, 1 ... d5 2 c4 e6 3
¿c3 c5. Hacia la jugada 20 las negras
podían haber prolongado la resisten­
cia con 25 ... g6 26 ^.f4 fiel+ 27 Sxel disfrutaban de una espléndida posi­
Wxel+ 28 <á>h2, etc. Ahora, sin embar­ ción de ataque, cuando de repente
go, casi como en las damas, caen, uno apartaron a un caballo del centro y su
posición se volvió casi desesperada.
tras otro, los peones de d6 y c5.
Lasker materializó la ventaja y se situó
26 Jlf4! Se6 27 £xd6 Wh5 con 7-3. “Ahora, cuando mi oponente
Tarrasch consideraba algo más tenaz sólo tenía que ganar una partida
a 26 ... h5. más”, escribió Tarrasch, “jugué como
si una espada de Damocles se cerniera
28 Wg4 sobre mi cabeza”.
Pero no 28 &e5?? Wxdl+! 29 Sxdl Sin embargo, la 14a partida fue la
2xdl+ 30 'á’h2 2g6, y las negras más larga de todas en la experiencia
ganan. de match de Lasker. Al obtener un fi­
28 ... Wxg4 29 hxg4 2e4 30 &xc5 nal con un peón de ventaja, Tarrasch
Sxd2 31 Exd2 h5 32 2d6 atormentó a su rival durante ¡tres días
y 119 jugadas! Hubo un momento en
Las negras se rindieron. que, en serios apuros de tiempo, Las­
“El resultado de esta partida de ker cometió un par de errores y se si­
nuevo me inspiró”, declararía Ta­ tuó a un paso de la derrota.
Gary Kasparov - M¡S GENIALES PREDECESORES

56 ido demasiado lejos, perdiendo el con­


trol de la situación y, por decirlo clara­
S. Tarrasch-E. Lasker
mente, había cometido más errores
Dusseldorf/Munich 1908
que su rival.
Campeonato Mundial, Match, 14a partida
Es una pena que su match no se hu­
biese celebrado 10/15 años antes. El
fracaso de un Tarrasch de 46 años fue
limpiamente descrito por el notable
maestro y autor de ajedrez E. Znosko-
Borovsky: “Intelecto, erudición, técni­
ca, talento: todo eso le fue concedido
por los hados y, sin embargo, resultó in­
suficiente en un encuentro contra la
fuerza innata, la intuición y la originali­
dad del genio”.

Un hueso duro de roer


60 gxf6? Otros posibles aspirantes al trono
eran, por entonces dos eminentes juga­
¡La última y desafortunada jugada, an­ dores posicionales: el húngaro Géza
tes del control! “Se ganaba rápidamen­ Maróczy (1870-1951) y el austríaco Karl
te con 60 Sa3! Por ejemplo: 60 ... '¿’cfí Schlechter (1874-1918). Pero mientras
61 2a7 Sf8 (61 ... Exa7 62 bxa7 £b7 63 que el primero no tuvo la oportunidad
gxf6 .&d5 64 fxg6, o bien 62 ... <¿>d7 63 de arrojar el guante al campeón, el se­
fxg6 <á?e7 64 g7) 62 Sc7+ <£b5 63 £c5 gundo, vencedor del torneo de Osten­
Sg8 64 gxf6 +-; 60 ... <á?b8 61 2a7 Ef8 de 1906, que había jugado con éxito,
(o bien 61 ... M7 62 fxg6 Sg7 63 £d4 en 1908, en los importantes torneos de
2xg6 64 &xf6) 62 gxfb Exf6 63 áf4+ Viena y Praga (con un resultado global
^c8 64 Sc7+ <¿>¿8 65 ^.g5; 60 ... <á?c8 61 de +18 -1 =19), inmediatamente lanzó
fxg6 Axg6 62 Ha8+ <¿>07 63 Sa7+ ^c6 un desafío a Lasker, quien en respuesta
64 Sxf7 jlxf7 65 gxf6. La continuación le dio un principio de acuerdo. Pero
que elegí servía para ganar el alfil, pero antes tenía que jugar con Tarrasch, de
no la partida” (Tarrasch). modo que el match Lasker—Schlechter
60 ... Sxf6 61 Sc7+ <á?a6 62 Sa7+ <á?b5 se postergó hasta enero de 1910.
63 b7 ±xb7 64 Sxb7+ <£c4 65 <£f4 gxf5 Durante ese tiempo, tuvo lugar una
66 ^e5 2f8 serie de interesantes acontecimientos,
siendo el principal el Memorial Chigo-
Y las negras lograron tablas.
rin, un torneo internacional de suma
A esta partida siguieron unas ner­ importancia (San Petersburgo 1909).
viosas tablas en la 15a, y luego un horri­ Schlechter fue emparejado (con blan­
ble error en apuros de tiempo, por par­ cas) con Lasker en la primera ronda, y
te del aspirante, en la 16a, con lo que el fue totalmente superado por su formi­
match finalizó en un triunfo convin­ dable oponente (en la misma Defensa
cente de Lasker: +8 -3 =5. Steinitz de la Ruy López). Aparente­
Tarrasch fue incapaz de encontrar mente, lo único que salvó al aspirante
la clave para derrotar a un oponente fue el hecho de que el campeón estaba
increíblemente rico en recursos. En desentrenado...
particular, se vio desbordado por su es­ Sin embargo, Lasker recuperó su
tricta adherencia a la teoría de las “ju­ forma anterior, lo que no pudo decirse
gadas correctas”, sin tener en cuenta de Schlechter, si observamos los resulta­
los factores psicológicos. En su búsque­ dos del torneo de San Petersburgo (fe­
da de la efímera verdad absoluta había brero de 1909): 1-2. Lasker y Rubinstein

178
Emanuel II

14,5 (¡de 18!); 3-4. Duras y Spielmann tanto, muy difícil de quebrar. Mas tar­
11; 5. Bemstein 10,5; 6. Teíchmann 10; de, Botvinnik lo explicaría por el he­
7. Perlis 9,5; 8-10. E. Cohn, Sahve y cho de que “hasta cierto punto, el jue­
Schlechter 9, etc. Esta pobre actuación go de Schlechter no tiene rostro, de
del aspirante desagradó al campeón, modo que Lasker no tenía nada a que
quien declaró que era improbable que agarrarse”.
su match fuese de interés para el mun­ La primera partida con definición,
do del ajedrez. Sin embargo, más tarde tras cuatro tablas iniciales, fue la quin­
Lasker admitiría que el fracaso de ta. En la apertura (una vez más, la De­
Schlechter se había debido a que se en­ fensa Steinitz en la Ruy López) se llegó
contraba enfermo durante el torneo, y a una posición de tablas muertas, pero
pronunció inequívocos elogios acerca Lasker comenzó a jugar a ganar con
de la maestría de su futuro oponente. negras, divisando una sorprendente
Aquel mismo otoño, en París, Las­ maniobra de su rey hacia el flanco de
ker aplastó a Janowski en una serie de dama. Su oponente fue completamen­
10 partidas “de entrenamiento” (+7 -1 te superado, pero en apuros de tiempo,
=2), puesto que el maestro franco-ruso el cuadro cambió súbitamente.
había encontrado un mecenas en el ar­
tista Leo Nardus, quien invirtió 6.000
francos en la aventura.
Se propuso que el match Lasker- 57
Schlechter (Viena/Berlín 1910) fuese K Schlechter-E. Lasker
disputado al mejor de 30 partidas, pero Viena/Berlín 1910
debido a problemas financieros el nú­ Campeonato Mundial, Match, 5a partida
mero se redujo a 10, ¡un caso sin prece­
dentes! También por primera vez, el
147
texto íntegro del contrato no se publi­
có. Sólo se desvelaron a la prensa algu­
nos de sus puntos, como el fondo de
premios (3.000 coronas de Viena y
2.000 marcos de Berlín), el control de
tiempo (una hora para 15 jugadas, con
un descanso cada dos horas...) Sin em­
bargo, a todos los efectos, una de las
cláusulas estipulaba que para ganar el
título el aspirante tenía que lograr una
ventaja de dos puntos, y que si Schlech­
ter vencía por un punto (5,5-4,5), el
match sería declarado... ¡nulo! 27 ... <¿>e8!?
¡Resultó ser un encuentro muy difí­ “Las negras envían temerariamente su
cil para Lasker! Ya en la primera parti­ rey a un periplo upo Steinitz” (Krefelder
da, a duras penas logró salvarse en un Zeitung, 13.2.1910). ¡Cuánta confianza
final de torres con dos peones de me­ en sí mismo e imaginación se necesitan
nos, y en la segunda, tras un error en la para decidir algo así!
apertura, se vio obligado a lograr tablas
encontrando jugadas únicas. Aunque a 28 We2 <é>d8 29 Wd2 <á?c7 30 a3
continuación el campeón dominó en 30 a41?
casi todas las demás partidas, Schlech­
ter resultó un hueso muy duro de roer: 30 ... Se7 31 b4
un sobresaliente seguidor de la escuela Aquí era más prudente 31 a4. “Las
de Steinitz y un experto en aperturas, blancas inician algo parecido a una
que jugaba con insólita tenacidad, sin avalancha de peones, con idea de
sucumbir a trucos psicológicos y, por crear algunas amenazas sobre el rey

179
Gary Kasparov — Mis GENIALES PREDECESORES

negro. Lasker acepta audazmente el de las negras (We6 y Sh8), y prepara


desafío” (Romanovsky). el avance de peón h3-h4*.
31 ... b5! 36 ... Ífe6 37 «Fdl
¡Una excelente jugada secreta! “Jugado Pero no 37 wxe6 2xe6. “En vista del
sin miedo y con energía, como corres­ peón débil de a3 y la posibilidad
ponde a un gran maestro. Aunque en de ...c6-c5, el final de torres es inacep­
el proceso se expone la posición del table para ellas” (Romanovsky).
rey, el peón blanco de a3 se vuelve re­
trasado. Las negras esperan crear un 37... Sh8!
peón pasado, avanzando a continua­ Provocando un nuevo debilitamiento,
ción su peón c ” (Tarrasch). Después ya que 38 Wg4?! es desfavorable.
del aplazamiento siguió:
38 g4
32 cxb5
Si 32 Wd3, es posible 32 ... f6!r (Dvo­ 147 b
retsky), o bien 32 ... Wal+ 33 ^h2
g5l?, pero no 33 ... Wcl?l 34 cxbo axbo
35 Wd4, ni tampoco 33 ... '^a2 34 c5
dxc5 35 bxc5 ¿d7 36 ^c3 ^d2! 37
^e5+ <¿’b7 (recomendación de Roma­
novsky) 38 Wxg7 (más preciso es 37
Wxg7! =) 38 ... Wxf2 39 Xf3 ^xc5
(39 ... Wxa2 40 Wc3, o 40 *f6 =) 40
2xf7 Hxf7 41 Bxf7+ &b6 42 Wf6 -
(Dvoretsky).
32 ... axb5 33 g3 g5 34 <±>g2 eo 35
38 ... Wc4
Wdl
35 Wa2?l We6 Romanovsky. Una presuntuosa invasión de dama.
Las negras debían haber jugado 38 ...
35 ... f6! Sa8, suprimiendo la principal y tal vez
única posibilidad de las blancas: a3-
Sin temer a3-a4; 35 ... aa8 36 ^h5 Ta-
a4” (Romanovsky). Pero ¿quizá Lasker
rrasch.
no consideraba necesario impedir ese
36 Wb3 dudoso contrajuego de su oponente?
“¿No pueden las negras, después de 38
Una línea prudente. Lipke y Tarrasch ... 2a8 39 Wc2, mejorar su posición?
recomendaron 36 a4, pero también En cualquier caso, Lasker juega la que
aquí, después de 36 ... bxa4 37 ^xa4 considera mejor opción posible”
■á?b7 38 Wc2 (pero no 38 Ha3? Wxe4+ (Dvoretsky).
39 <t?h2 Wd4! 40 Wa6+ &c7 41 ^a7+
Wxa7 42 Sxa7+ 'é’bó 43 Sxg7 Se4, ga­ 39 a4?í
nando: Romanovsky) 38 ... 2a8 ó
38 ...We6, las negras conservan la Al enfrentarse a dificultades, el aspi­
ventaja. rante comienza a descuidar la guardia.
“Un sacrificio de peón prometedor
Lo cierto, como dice Dvoretsky, es que que ofrece buenas posibilidades; des­
las blancas tienen buenas posibilida­ pués de 39 Wf3 Se8 40 Wf5 He5 {40 ...
des de contrajuego, y añade: “La juga­ ^P: Dvoretsky) 41 Wh7 Wf7, o bien 41
da de la partida tiene sentido, pero Wg8 Wg8, las blancas tendrían un jue­
acarrea la pérdida de un tiempo. En go difícil” (Schlechter). Sin embargo,
lugar de a3-a4, la propuesta de V. Bo- era más sólido 39 Well? 2e8 40 <¿>gl
logan, 36 Wh5I?, dificulta los planes (Dvoretsky), o bien 39 Wd21? 2a8 40

180
Emanuel II

£3 ^e6 41 ^c2 We5 42 Sc3 2a6 43 £3 2b5) 46 ... Wa5! 47 Wbl 3b5 48
Wb3, con una posición defendible. Zxb5 Wxb5, las negras tienen una po­
sición técnicamente ganada.
39 ... Wxb4
Obviamente, desperdiciando la venta­ 46 5b4!
ja. Si 39 ... bxa4 40 ^xa4 2b8 (Capa- “No sólo defendiéndose, sino también
blanca) seguiría 41 Wa5+ <¿?c8 42 Wa7 amenazando la fuerte maniobra de
2b7 43 Wa8+ 2b8 44 Wa7 =. Ysi 39 ... ataque Wal. Las blancas han consegui­
2a8 40 axb5 Wxb5 (Romanovsky), en­ do crear ciertas amenazas sobre el rey”
tonces, según Dvoretsky, es fuerte 41 (Romanovsky).
Xc3!, preparando Wd5 y Wb3 (41 ...
Wxb4 42 2xc6+). Más fuerte es 39 ... 148
nb8l? 40 axb5 Sxb5 41 ^a4 <á?b7! (41
... Wxb4?I 42 Wa7+ 2b7 43 Wa2), y
después de 42 ^dl Wxb4, o de 42 ^£3
2xb4 43 ^a5 g6, las blancas pierden
un peón sin compensación alguna.
“La mejor posibilidad es el sacrificio
de un peón (como después sucede en
la partida): 42 Sa3!? Wxe4+ 43 <á?h2 (o
bien 43 <á?gl) 43 ... Wxb4 44 Wa7+ <á?c8
45 Ee3 2e5 46 Wa8+ (46 2a3 Wb7)
46 ... <&c7 47 Sa3 Sb5 48 Se3 d5. Las
blancas deben perseverar, pues la acti­ 46 ... c5?l
vidad de sus piezas compensa el mate­
¡Demasiado agudo! Ahora las blancas
rial sacrificado, sin renunciar al éxito”
activan su dama y de repente hay va­
(Dvoretsky).
rios jaques y sacrificios en el aire... Ca-
40 axb5 Wxb5 41 2b3 ^a6 42 Wd4? pablanca sugirió 46 ... Kb5!? En opi­
“El plan de las blancas, con 42 ^b4 y nión de Romanovsky, sin embargo,
2a3, no llega a tiempo. Lo mejor es la esta jugada “se para con 47 Sa4, y si
sugerencia de Bologan, 42 Sb4!, con 47 ... Sbl, entonces 48 Wa5+ <á?d7 49
idea de Wb3 y 2a4. Por ejemplo: 42 ... Wf5+”. Pero después de 47 ... <i’d7!, es
c5 43 Ha4 ^b7 44 Wal &b8 45 Wa2! difícil darle un buen consejo a las
Se8 46 £3, con la muy desagradable blancas: 48 ’iFal Sb3! (Dvoretsky), o
amenaza Sa3. Por lo tanto, la mejor lí­ 48 Sa7+ ^eó, etc.
nea para las negras es: 42 ... Wa3 43 “Los comentaristas consideraban que
Sb3 Wa6 44 Hb4” (Dvoretsky). lo mejor era 46 ... Sa5, con la amenaza
42... e8! ...Sa3. Sin embargo, el final de damas,
tras 47 Sb3 (47 ^cl Za2!; 47 Zb2
Impidiendo Wb2 y Sa3, pero sobre to­ Ha4.f: Bernstein) 47 ... Wxb3 48 Wxa5+
do centralizando la torre. <á?b7 (48 ... Schlechter) 49 Wd8
43 Sbl Se5!44Wb4 Wb5 We6 50 £3 d5 51 exd5 cxd5 52 Wa5
Wd7 53 Wb4+ &c7 54 ^d4, no es, en
Pero no 44 ... Sb5? 45 Wc4!; ahora, sin absoluto, sencillo, y no está claro que
embargo, las blancas tienen, sencilla­ las negras puedan ganarlo. Lasker, al
mente, un peón menos. menos, no estaba seguro de ello” (Ro­
45 Sel Wd3?l manovsky). Pero en mi opinión, con
Un momento en el que no se detiene 52 ... We2+! 53 <á?g3 (53 <á?gl Wxf3) 53
ninguno de los comentaristas. Más ... We5+ 54 &g2 d4, las negras deberí­
preciso era 45 ... Wa4!, con evidente an ganar.
ventaja. Después de 46 2b4 (o bien 46 47 2a4 c4

181
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

Más fuerte es 47 ... <é’d7!, pero ¿cómo


podrían las negras resistirse a la captu­
ra del peón e4?
48 Wal
Las blancas podían haber considerado
48 m>4!? (48 f3?? Wc2+ y ^xa4) 48 ...
Wxe4+ 49 &g3 2c5 50 3a7+ <á?c8 51
Exg7 Wf4+ 52 <á>g2 2c7 53 Sg8+, con
juego agudo, o bien 51 ... We5+ 52
,¿,g2 ^d5+ 53 <á?gl 2c7 54 2g6 c3

(54 ... Wf7 55 Wbl) 55 Eh6 c2 56


¿h8+ tá’d7 57 2h7+, salvándose con La culminación de esta feroz batalla.
un jaque perpetuo. “La cuestión es si Las blancas tienen dos peones menos,
las blancas, después de 49 ... Wd4!?, es­ pero han ocupado la columna
tán mejor. En lugar de pasar al final de amenazan con la penetración de
torres sin peones, habría que evaluar dama en a6. ¡Se diría que ya no pue­
este final” (Dvoretsky). den perder!

48 ... '^xe4+ 49 é>h2 2b5 54 ... Wc5?»


Docenas de signos de interrogación se
Amenazando con liquidar el contra­
le han colocado a esta jugada, fruto de
juego de las blancas, cambiando da­
los apuros de tiempo, y Schlechter in­
mas. Por ejemplo: 50 2a7+? <^>b8 51 cluso la calificó de “el error decisivo”,
2xg7 We5+! pero, como veremos, en términos ge­
50 ^a2ü nerales es difícil considerarla un error.
Consideremos las demás posibilidades
¡Un recurso único! En una difícil posi­ de las negras:
ción, Schlechter muestra un increíble
ingenio, buscando la más ligera posi­ 1) 54 ... Hb8 (o bien 54 ... c3 55 2e8!
bilidad de agudizar el juego, cosa que 2a5 56 We2, o bien 55 ... Sb8 56 ^a7+
consigue. La amenaza es Sxc4+, o Sb7 57 Wa8 y las blancas están bien) 55
Sa7+ y 2xg7. ^a7+! (Tarrasch sugirió 55 2a7+?! 2b7
56 2a8, pero después de 56 ... Wb5! 57
50 ... ee5+ Wa3 d4 58 We7+ Wd7, o de 57 Wal
<á>d7 58 Wel Wc6 59 We8+ <á?d6 60
50 ... Hb3?? 51 ’axbS W4+ 52 Wg3 +-
Wf8+ 'á’eó, el rey evita los jaques) 55 ...
(Schlechter).
2b7 56 ^e3 Wd6 “y las negras ganan”,
51 -á>gl Wel+ 52 <á?h2 una variante de Lasker, replicada por
Schlechter con 57 2g8 d4 58 We4 “con
52 £g2í? fuerte ataque de las blancas”, pero tam­
52 ... d5 53 5a8! bién es jugable 57 Wel Sb8 58 Sa7+
3b7 59 Ea8, con repetición de movi­
Con la amenaza 54 ^a7+ Sb7 55 Wc5. mientos. Sin embargo, con 56 ... c3!
(en lugar de 56 ... Wd6?) 57 Se8 c2 58
53 ... Wb4 Se7+ <á?c6 59 ^e6+ <¿?c5 60 Wc8+ <¿>d4
53 ... We5+ sólo conducía a tablas. 61 Sxb7 Wc4! 62 2c7 clW 63 Sxc4+
Wxc4 64 Wd7 <á>c3 65 Wxg7 Wc6, las
54 <á?g2 negras tienen realmente muy buenas
posibilidades de victoria.
“De haber estado ya el rey en g2, las
blancas podrían haber jugado 54 Wa6, Mi computadora verificó, durante va­
pero aquí no es posible, en vista de 54 rias horas, estas sutilezas, y como resul­
... Wd6+” (Romanovsky). tado llegué a la conclusión de que la

182
Emanuel II

actividad de las piezas pesadas blancas 59 Bf8+


no basta para salvar la partida. Sólo que Las negras se rindieron: 59 ... Bd8 60
en lugar de 56 Be3?, deberían jugar 56
Bc5+, y mate.
Ba6! Por ejemplo: 56 ... Bb6 57 Ba3
Bb4 58 Ba6 Bel 59 Sg8 Be4+ 60 &h2 ¡Una escaramuza muy emocionan­
Be5+ 61 <¿>g2 f5 62 Zf8 =, o bien 56 ... te! Este dramático final me recuerda la
Bel 57 Zg8! Be4+ (57 ... Be7 58 Ba5+ reanudación de mi partida con Karpov
^c6 59 Ba6+) 58 ^h2 Be7, y aquí no (Nueva York 1990, 8a del match), que
59 Ba5+?! c¿’d7! 60 Bxd5+? Bd6+, sino también era un complicado final de da­
59 Ba8, ó 59 <®>g2l? ma y torre, en el que mi oponente te­
nía un peón de ventaja con perspecti­
2) 54 ... Zb7. Schlechter consideraba vas de victoria. Pero con un rey abierto,
que ésta era la mejor posibilidad, pero siempre hay posibilidades de contra­
después de 55 Ba6!? (también es posi­ juego, y tras una dura batalla, conseguí
ble 55 Be2 Bd6 56 Be8, o 56 Bel arrancar unas tablas.
Be5 57 Ba5+ Dvoretsky) 55 ... Bel 56 Así, Schlechter se adelantó en el
Zg8, se llega a la misma posición, apa­ marcador 3-2. Comenzó la parte del
rentemente de tablas, que en el punto match de Berlín. Las cuatro partidas si­
anterior. guientes finalizaron en tablas, pasándo­
55 Ba6! 2b8? se Lasker, con negras, a la Defensa Sici­
liana. Después de 1 e4 c5 2 £>f3 £ic6 3
¡He aquí el verdadero error decisivo! d4 cxd4 4 £>xd4 4¿5f6 5 ^c3, en la sépti­
“Si 55 ... Sb7, sigue 56 Be6! (con la bo­ ma partida ensayó 5 ... g6, y en la nove­
nita amenaza Sc8++) 56 ... Sb8 57 na 5 ... e5!?, lo que era tremendamente
Bf7+ ‘é'cS 58 Be8+, etc. El Dr. Lasker audaz para la época. El prudente
dijo que con 55 ... c3! 56 Zc8+ ^d7 57 Schlechter respondió con la “horrible”
Zxc5 Zxc5, habría logrado tablas, a (según Tarrasch) 6 £>b3? (6 £idb51),
costa de la dama” (Krefelder Zeitung, permitiendo 6 ... Ab4 7 Ad3 d5!, con
13.2.1910). Esto es absolutamente cier­ un juego cómodo para las negras. Tras
to: 58 Bb7+ (58 Ba4+ <á?c7 59 Bc2 d4) una complicada lucha y errores mu­
58 ... ^d6 59 Bb6+ (o bien 59 Bxg7 c2 tuos, se llegó a un final, en el que el
60 Bxf6+ <á?d7 =) 59 ... Hc6 60 Bd8+ campeón dejó escapar prácticamente
<£e6 61 Bg8+ <á?d6 62 Bxg7 c2 63 la victoria.
Bxf6+ <é?d7 64 Bg7+ <£c8 =.
El marcador se encontraba 5-4, a
En realidad, tampoco está claro que las favor del aspirante, cuando llegó el
negras hubiesen perdido después de 55 día de la última y decisiva partida. ¡To­
... Bb6 56 Bc8+ <á?d6 57 Za6 Bxa6 58 do o nada! Un momento fantástico en
Bxa6+ ‘é’có (Capablanca), o aun 57 la historia del ajedrez. ¡Sólo la victoria
Bf8+ <é>c6! (57 ... *e5?I 58 Sb8! Bb7 le servía a ambos contendientes! Hu­
[58 ... Bxb8? 59 Be7+ <á?d4 60 Be3++] biera sido interesante saber qué ha­
59 Ba3 Sb3 60 Bal+ <á?d6 61 Sxb7 bría sucedido de haber jugado a ta­
Zxb7 62 Ba6+ <á?c7 63 Be6 Zb6 64 blas. ¿Seguiría siendo considerado
Bxd5 Zc6 65 Ba5+ y Bc3) 58 Zc8+ Lasker el campeón del mundo? ¿O se
cá’d7 59 Be8+ <á?d6 60 Zd8+ Bxd8 61
habría dispuesto un nuevo encuentro
Bxd8+ «é>c6 62 Be8+ <Éb6 63 Be6+ con Schlechter... ?
<á?a5 64 Bf7 c3 65 Bxg7 Zc5 =. La prensa ha conservado para noso­
56 Za7+ <£d8 tros un “retrato” de los dos jugadores el
día de esa última partida: “Lasker, con
Ya no bastaba con 56 ... Bxa7 57 Bxa7+ el pálido rostro de un pensador, su ca­
Zb7 58 Bc5+, etc. racterística nariz y sus pequeños ojos
57 Zxg7 Bb6 58 Ba3 <±>c8 semicerrados, que de repente se abrían
ante el tablero, todo nervio, incapaz
58 ... Wb4 59 Ba7! de permanecer quieto por un instante,
■» no
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

pasándose continuamente la mano por (13 Wf41?) 13 ... £xe4 (13 ... £e5!?) 14
el cabello. Se diría que todo su cuerpo 1¡rxe4 4bb6 15 ¿b3 cxd5 16 ±xd5 £xd5
interviene en el pensamiento, en el 17 fixd5 Wb6 18 fd3, las blancas con­
que todo está en continuo movimiento. servan una pequeña ventaja (Ba-
Todo, salvo su rostro, que el ajedrez pa­ reiev-Kramnik, Novgorod 1994).
rece haber congelado. Enfrente de él,
Schlechter, un hombre pequeño y a
primera vista nada notable, con un ele­
vado busto, un cigarro incrustado en su
mano, contenido y frío en cada uno de
sus movimientos. Sus ojos están dirigi­
dos hacia el tablero, y parece que sus
pensamientos sólo están ocupados por
su próxima jugada”.

58
E. Lasker-K. Schlechter
7 ... £a6
Viena/Berlín 1910
Campeonato Mundial, Match, 10a partida “Una jugada intensa. Más sólida es 7 ...
£>bd7” (Schlechter). ¡Ymucho más pa­
I d4 d5 2 c4 c6 3 &f3 &f6 4 e3 g6I? siva! Más cercana a la verdad se en­
cuentra la recomendación de Euwe,
Descartando 1 e4 por primera vez en el 7 ... dxc4 8 -&xc4 c5 9 dxcó £>bd7. Pero
match, Lasker se enfrenta a una sorpre­ en 1910 la idea de la Defensa Grünfeld
sa: una invención conocida con el -atacar el centro blanco con el alfil si­
nombre de su oponente (¡la Defensa tuado en g7- aún no era conocida, y la
Schlechter!) Por entonces, jugadas co­ jugada 7 ... c5! parecía un tanto remo­
mo 4 ... g6 entraban en contradicción ta. En la actualidad, sin embargo, es
con las normas, generalmente acepta­ evidente. Después de 8 dxc5 Wa5 (tam­
das, de las aperturas. “No quería jugar bién es bueno 8 ... £}a6!? 9 cxd5 &b4
a tablas en la última partida y elegí una 10 Wd2 2>fxd5 11 £)xd5 Wxd5 12 Wxb4
continuación poco conocida, que con­ Wxd3) 9 cxdó &xd5 10 &d2 £b4!, o
duce a interesantes complicaciones” bien 9 0-0 dxc4 10 ^.xc4 Wxc5, cuando
(Schlechter). las negras tienen una fácil igualdad.
5 £c3 £g7 6 .&d3 0-0
Sin embargo, como observó uno de los
Ya entonces Schlechter había sondea­ comentaristas, “en esta partida la igual­
do la idea 6 ... &g4 que, por el momen­ dad no era algo que interesase ni a Las­
to es un tanto prematura debido a 7 ker ni a Schlechter”.
Wb3.
8 a3 dxc4?!
7 Wc2?I
Más sólido es 8 ... &c7 9 0-0 ^.eó
Lasker evita 7 ... &g4 a costa de un (Bernstein-Alekhine, Vilnius 1912),
tiempo. Más natural es 7 0-0 JLg4 (pa­ pero lo más enérgico seguía siendo 8 ...
tente de Smyslov) 8 h3 _&xf3 9 ^xf3, y c5! Por ejemplo: 9 cxd5 cxd4 10 exd4
si 9 ... dxc4 (Smyslov solía preferir 9 ... £jc7, o bien 9 0-0 ^.g4 10 &e5 ^.e6.
e6, 9 ... Ze8 ó 9 ... Wd6) 10 £xc4 2ibd7
II Zdl e5, cuando tras 12 d5! (12 -&b3 9 ^xc4 b5?
We7 13 e4 exd4 14 Zxd4 &c5 15 JLc2 Un debilitamiento irreparable. En opi­
Sfe8 16 £.e3 Zad8 17 Sel Zxd4 18 nión de Euwe, las negras hubieran
^.xd4 £}fd7 - Kasparov-Hübner, Colo­ igualado con 9 ... 4&c710 e4 (10 0-0 ^.eó)
nia 1992, rápida) 12 ... e41? 13 &xe4 10 ... -&g4, pero desde la perspectiva del

184
Emanuel II

siglo XXI sabemos que en tales posicio­ No, por supuesto, 14 ... &d7? 15 Exb7
nes, después de, digamos, 11 ¿e3, las Wxb7 16 <&xa6, ni tampoco 14 ...
posibilidades blancas son algo mejores. Sac8? 15 ^.xa6 ¿xa6 16 £>c5 ^.bo 17
10 £d3 b4?I a4. Pero quizá la mejor reacción al sal­
to de caballo fuese 14 ... £)d5 15 0-0
Otra decisión nerviosa, impulsiva. ¿xe5 (15 ... f6 16 &f3 era desespe­
11 rado) 16 dxe5 &b6, aunque después
de 17 e6! las negras tienen, de todos
No nene sentido tomar el peón: 11 modos, una posición desagradable:
.&xa6?! (11 axb4?I &xb4 12 We2 a5!) 17 ... £>xa4 18 Wxa4 &c5 19 exf7+
11 ... J¿xa6 12 axb4 Wc8! 13 e4 Wg4 14 2xf7 20 Wc2 &xd3 21 Wxd3, seguido
Sgl .&b7 15 ¿Le3 (15 ... c5? 16 h3), de f2-f3 y e3-e4.
puesto que ahora las negras tienen un
caballo “muerto” en a6, un flanco de
151
dama lleno de agujeros y una posición
estratégicamente perdida. El experi­
mento de apertura del aspirante ha si­
do un fracaso, pero, como podremos
ver, aquel día esta cuestión no tuvo ma­
yor importancia.
11 ... bxa3 12 bxa3
No, por supuesto, 12 Wxc6?! 4£>b4 13
Wxa8? &xd3+, con ataque ganador.
12 ... £b7 13 2b 1
Si 13 0-01?, a Lasker no le gustaba 13 ... 15 g4?
£id7 (con idea de c6-c5), aunque tam­
bién aquí, después de 14 Sbl Wc8 15 Aquí viene a la mente el recuerdo de
e4 c5 16 d5, la posición negra no es en­ la séptima aprtida del encuentro con
vidiable. Steinitz (núm. 37). Lasker explicó así
13 ... Wc7 14 &Je5 su jugada antiposicional: “Cuando en
una sola partida hay tanto en juego,
“En su tiempo Steinitz sólo hubiera ne­ los contrincantes están muy emocio­
cesitado una docena de jugadas para nados y su imaginación se transforma
reventar la posición negra. Pero Lasker en temeridad”.
comienza desviándose de un desarrollo
tranquilo y fuerza nerviosamente el ata­ Tarrasch había observado que “en
que, permitiendo gradualmente a su ri­ principio es erróneo abrir el flanco de
val posibilidades de contraataque” (Ta- rey, dándole al rival compensación
rrasch). por sus defectos en el flanco de da­
ma”, señalando el carácter inofensivo
Se tiene la impresión de que, al no ha­
de la variante 15 -&xa6?l JLxa6 16
ber logrado ganar ni una sola de las
Wxc6 &xe5 17 Wxa6 £xh2 18 g3 (18
nueve partidas precedentes, Lasker ha­
□Ld2 ^.d6 19 g4 £}f6 con igualdad)
bía perdido algo de la confianza en sí
18 ... Axg3 19 2xh5 gxh5 20 fxg3
mismo. En una situación normal, las
Wxg3+, y recomendaba 15 f4, cuando
debilidades crónicas de las negras le
Lasker temía 15 ... Axe5 (pero no
habrían sugerido la sencilla 14 0-01?
15 ... Sfb8? 16 Wc4 Jlxe5 17 fxe5 c5 18
(Capablanca propuso la aguda 14 h4,
0-0, ganando) 16 dxe5 £>g7 17 0-0 c5
pero seguramente él habría enrocado)
14 ... £sd7 15 We2 ^ab8 16 ád2, con “con igualdad”, aunque después de 18
Wc4 £c8 19 e4 Sd8 20 &e3, las negras
una abrumadora ventaja.
están mal, porque su caballo no podrá
14... &h5 moverse de a6.

1 OE
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

También era posible la prosaica la 0-0, 25 Sxb7! +-), tanto 22 £e2 Whl 23
puesto que 15 ... ^.xe5 16 dxe5 Wxe5? Exg7+! <£xg7 24 d5 ^xd5+ 25 Wxd5
falla por 17 Exb7, mientras que des­ .&xd5 26 ^.xa6, como 22 Exb7 Wxb7
pués de 15 ... c5 16 4dxc5 £}xc5 17 23 dxc5 Wf3 24 Exa6 Wxf2+ 25 £e2
Wxc5 Wxc5 18 dxca ukxg2 19 &xg2 son continuaciones decisivas.
.&xe5 20 f4!, las negras tienen un difícil
final (Zak). 152

15 ... Ja.xe5?
Esto justifica la idea de Lasker. Es sor­
prendente que nadie haya señalado la
tranquila 15 ... £jf6! (Steinitz segura­
mente habría jugado así). El avance
del peón g ha arruinado la posición
de las blancas, y aunque después de
16 0-0 £}d5 mantienen cierta ventaja,
el juego es ahora de doble filo: 17 f4
^b6 18 Ad2 c5 19 £>xc5 Eac8, etc.
Hasta este momento ambos jugado­ 19 Egll?
res han estado abriéndose camino a Una jugada tentadora, creando la ame­
través de un territorio desconocido naza 20 Exg6. “Después de 19 Axg6
de apertura. Ahora comienza la fase Ae6 20 Axf7+ Jlxf7 21 Wxa6 ^.d5, las
que le concede a esta partida un valor negras tienen un fuerte ataque”
especial. Los factores posicionales (Schlechter). En mi opinión, sin em­
quedan en la trastienda, dando paso bargo, la variante 22 Sgl ^xh2 23 !
al cálculo y la intuición. Va a iniciarse Eab8 (23 ... e5? 24 dxe5) 24 Exb8
“un juego sin reglas”, en el que am­ Exb8 25 £ic3 Eb3 26 <á>d2 refuta esa
bos sobresalientes protagonistas de­ evaluación, y es mejor 20 ... Exf7! 21
muestran excepcionales dotes imagi­ ^xa6 ^.do, con contrajuego: 22 Egl
nativas. Wxh2 23 Wfl Eaf8 24 Sb2 (24 f4? Wc2)
16 gxh5! 24 ... e5 25 &c3 exd4 26 exd4 ^c7, etc.,
22 Sfl &g2! (22 ... Wxh2 23 £b6 Sb8
No, por supuesto, 16 dxeo £>g7 y £ie6. 24 ¿xd5 -24 fca7 ±c4l- 24 ... Exbl 25
16 ... Ag7 17 hxg6 hxg6 18 ^c4! Wxc6 es confuso) 23 Wb7 (23 Eb7?
£xfl) 23 ... ^xb7 24 Sxb7 £xfl 25
Con este golpe contaba el campeón del
á’xfl e5, o bien 22 Eb7! Wd6 23 Efl
mundo, esperando decidir la lucha por
^.g2 24 f4 Axfl 25 ^xfl, y las blancas
medios tácticos: ahora se amenazan
tanto Axg6 como Hxb7. Si 18 h4?!, en­ tienen que entregar la calidad por la
iniciativa.
tonces es bueno 18 ... c5! 19 Sgl 2ac8,
mientras que después de la recomen­ Por otro lado, disponían de dos exce­
dación de Tarrasch, 18 f4 c5 19 Egl, lentes posibilidades que no implicaban
puede seguir 19 ... 2ac8 20 ^.xa6 &xa6 la entrega de material:
21 £lxc5 Wd6, con un juego poco claro
1) 19 _&d2!? (una jugada de desarrollo
y de doble filo.
propuesta por Tarrasch) 19 ... Eb8
18 ... ^.c8! (19 ... Wd6 20 £.e4) 20 Bxb8 ^xb8 21
¡La única defensa! 18 ... c5? es malo, en <£ic5, o bien 19 ... e5?! (recomendación
vista de 19 Bgl Wxh2 20 Exg6 Whl+ 21 de Euwe) 20 ^.xg6 exd4 21 ^.e4 dxe3
<¿>d2, y después de 21 ... Wf3! (21 ... 22 ¿xe3, con clara ventaja.
cxd4? 22 2xg7+! <á?xg7 23 ^xd4+ e5 24 2) 19 h4! (una lógica continuación de
Wg4+ <á?h6 25 Sxb7 21 ... £c7? 22 asalto) 19 ... Wa5+ (no hay nada mejor:
Exg7+! <á>xg7 23 d5 ^xdo 24 Wg4+ <±>f6 19 ... c5?l 20 dxc5) 20 £d2 Wd5 21

186
EMANUEL II

Wxd5 cxd5 22 h5!, y las negras tienen 22... Wh5


dificultades. Por ejemplo: 22 ... g5 23
La dama ataca el peón de h2 y molesta
Sgl .&f6 24 e4!, “ganando un peón, al rey blanco. “La amenaza 23 2xg6
con un ataque continuo” (Zak). fxg6 24 ^.c4 se habría parado con ma­
Aparentemente, Lasker temía el cam­ yor precisión con 22 ... Wd6” (Zak).
bio de damas, sin razón. Por el contra­ Una afirmación discutible; después de
rio, con damas sobre el tablero, la po­ 23 Wb3! (23 &xg6? ^xh2 24 2fl fxg6,
sición del rey blanco en el centro como en la partida), las negras tienen
siempre ofrecía contrajuego a las ne­ que jugar de todos modos Wxh2, bien
gras. de inmediato o después de 23 ... 2ab8
24 Sxg6. Ahora se ha llegado a una po­
19 ... Wa5+ sición crítica: ¿cómo deben proseguir
Pero no 19 ... Wxh2? 20 2xg6 ^hl + 21 su ofensiva las blancas?
^02 W3 22 Jtb2! (con la amenaza
Sbgl) 22 ... ^xf2+ 23 &e2 +-. Sin em­ 153
bargo, era posible una continuación no
mencionada por los comentaristas:
19 ... e61? 20 Sg3 (o bien 20 f4 2d8)
20 ... Sd8, y después de 21 ^.d2, la ven­
taja blanca es sustencialmente menor
que en la partida.
20 Ad2 '^d5 21 Sel
En mi opinión, después de 21 £ic3l?
(que tampoco menciona nadie) 21 ...
'£?xc4 22 Áxc4 &h8 23 £}e4, las negras
tienen una posición muy desagradable. 23 Axg6?
Las blancas, sin embargo, disponen de
una amplia gama de posibilidades, in­ Lasker subestima el contrajuego de las
cluido el avance del peón h. Pero, co­ negras sobre la abierta columna f.
mo ya he dicho, Lasker tenía miedo de Más tarde, él mismo recomendó 23
venderse demasiado barato, cambian­ Sbl ^xh2 24 Efl (24 <á?e2 ^h5+ 25
do damas. &el Wh2) 24 ... '^c7?! 25 £xg6?! fxg6
26 Sb3+ SfZ 27 ^xb7, “ganando”, si
21 ... áb7
bien después de 27 ... ¿Xb8! 28 ^xc7
Aquí 21 ... Wxc4?l 22 2xc4 era clara­ Sxbl+- 29 <á?e2 Sxf2+! 30 Sxf2 &xc7,
mente malo. las negras están perfectamente. En mi
opinión, lo correcto es 25 <&c4! e6 26
22 Wc2!?
^d3 £b8 27 £c5 £c8 28 Shl, con una
¡En busca de complicaciones! Euwe su­ poderosa iniciativa y, por consiguiente,
girió la fría 22 ^xd5 cxd5 23 f4, y desde la mejor defensa es 24 ... ^.c8! 25 ’eZxcó
un punto de vista práctico, tiene razón: Eb8.
con el caballo en a6 las blancas tienen
una ventaja duradera, y el plan a base Zak sugirió “consolidar la posición con
de h2-h4-h5 sigue en vigor. Creo que 23 £c4 e6 24 Wd3 £k7 (24 ... Wxh2 25
ésa es la forma en que Capablanca ha­ wn») 25 &C3 £c8 26 2)e4, etc”., pero
bría tratado la posición. después de 26 ... £\d5 (o bien 26 We4
£id5 27 JLe2 Wh3), la situación es me­
Sin embargo, por razones puramente nos favorable a las blancas que en la po­
psicológicas, Lasker no podía pensar ya sición del diagrama. Aparentemente,
en el cambio de damas, puesto que lo lo mejor es la recomendación de Capa-
había evitado en una situación más fa­ blanca, 23 Wb3! Sab8 24 2xg6 Wxh2
vorable. 25 .&e4, y en mi opinión, las blancas

187
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

tienen una fuerte presión. El factor Uxh6! ¿xh6 35 Wxa6 (si 35 ... ^xe3?,
principal sigue siendo que las negras la clavada 36 Wd3 es decisiva).
sufren por la situación de su caballo de
Mucho más interesante es una conti­
a6. nuación poco estudiada: 28 ... e5!? 29
Conviene decir que, en general, las dxe5 Wg3+ 30 ¿e2 Sxf4 31 ttxf4 Sxf4
blancas tendrían muchos menos pro­ 32 Shl+ Hh4 33 Hxh4+ ^xh4, con jue­
blemas sin damas, como ahora vere­ go agudo y confuso. Parece que des­
mos. pués de 34 e6, el desenlace más proba­
ble son las tablas, pero en cualquier
23 ... Wxh2! 24 Sfl fxg6 25 Wb3+ Bf7 caso, las posibilidades de las negras no
26 Wxb7 Saf8! son peores. Creo que 28 ... e5 es, como
¡Schlechter se repone! Por primera vez mínimo, tan bueno como la jugada de
en mucho tiempo, la posición ha pasa­ la partida.
do de ser completamente mala para las
29 Wd3 ,
negras a ser totalmente confusa: 27
Wxa6? falla, por 27 ... Sxf2 28 Hxf2 La posición blanca sigue siendo muy
Sxf2. Este “gambito de caballo” me re­ buena, como demuestra la variante 29
cuerda una grandiosa Ruy López de mi Sxc6!? &b8 (algunos comentaristas se­
match-revancha con Karpov (Lon­ ñalan 29 ... gxf4? 30 Sxa6?? fxe3 31
dres/Leningrado 1986, 16a partida), Sxf7 Wxd2+ 32 ¿fl e2+, pero 30 exf4!
donde mi oponente capturó un caballo £ib8 31 Ec3 es el fin para las negras) 30
en a3 y cayó bajo un ataque de mate. Kc7 (30 Se6 Wg3+ 31 ¿di Sxf4) 30 ...
Wg3+ (peor es 30 ... gxf4? 31 ex£4
Con Schlechter sucedió a la inversa.
&xd4 32 Wd5 1Tg3+ 33 ¿di &f6 34
Por ironía del destino perdió todas sus
£jc3 2h7 35 ¿c2) 31 ¿di Hxf4 32
piezas, a excepción del caballo conde­
Shl+ Hh4 33 Wb7 2xhl+ 34 Wxhl+
nado. ¡Qué paradójico, es el caballo sa­
Wh4 35 Wb7 Ae5! 36 2xe7! (36 5c3
crificado el que sobrevive! Se diría que
_&d6 37 ¿c2 g4 es confuso) 36 ... .&d6
es un castigo, por ser realmente una
37 5e4 Whl+ 38 ¿c2 £xa3 39 £c3 ó
pieza tan mala.
39 &c5, con mejores perspectivas.
27 ^b3
29 ... gxf4 30 exf4
Lasker evita 27 f4 no sólo a causa de
Pero no 30 Wxa6?? fxe3 - +.
27 ... ^b8!? (pero no 27 ... e5? 28 Wxa6
exf4 29 Wc4! fxe3?! 30 &xe3 +-), con 30 ... Wh4+
juego agudo: 28 ^b3 (28 Wb4 g5!?)
Quizá el campeón esperaba 30 ... £ib8?
28 ... Wg3+ 29 ¿di (29 ¿e2?! £xd4 30
figl Wh2+ 31 ¿d3 &g7 y Sd8: Euwe), 31 £ic5! -&h6 32 £ie6 Sg8 33 d5, con
sino simplemente porque las negras evidente ventaja: 33 ... Wh4+ (o bien
podrían dar jaque perpetuo: 27 ... 33 ... Sf6 34 ¿c3 Wh4+ 35 ¿di, etc.)
Wi4+ 28 ñf2 Whl+ 29 ¿e2 Wh5+ 30 34 ¿di Wh5+ 35 ¿c2 Wf5 36 Ehl Sg6
¿d3 Wf5+ 31 ¿e2 ^h5+ 32 ¿el (es pe­ 37 Sbl £d7 38 Wxf5 2xf5 39 dxc6
ligroso 32 Sf3?! e5! 33 Wxc6 exf4 34 e4 2xe6 40 cxd7 Sf8 41 f5 2c6+ 42 ^.c3+
&c7) 32 ... Whl-t-. No sé si Schlechter ¿h7 43 Sbel+-.
hubiera jugado así, pero lo cierto es 31 ¿e2
que tenía tablas.
Evitando 31 '¿di Wg4+ 32 ¿c2 W5,
27 ... ¿h8 28 f4 g5l? con simplificaciones y tablas: 33 2hl+
Era dudoso 28 ... ®g3+?! 29 ¿di Sxf4 ¿g8 34 Scgl Wxd3+ 35 ¿xd3 Md8 =, o
30 Sxf4 Zxf4 31 ¿c2! (Lasker). Desde bien 33 Wxf5 Sxf5 34 Scel (34 ¿d3?!
luego, el rey blanco se esconde, mien­ 2d8) 34 ... £xd4 35 2xe7 S8f7 =. ¡Las­
tras que las negras caen bajo ataque- ker quiere ganar!
31... Sf2 32 fihl+ ±h6 33 «d3 ¿g7 34 31... Wh2+ 32 Sf2 Wh5+

188
Emanuel II

Aquí (o una jugada antes) la partida gro, mientras que ahora se encuen­
se aplazó, y se reanudó al día siguien­ tran al borde del abismo. El análisis
te. ¡Fue uno de los aplazamientos más de la computadora demuestra que,
dramáticos en la historia del ajedrez! contrariamente a la opinión de la ma­
yoría de los comentaristas, las negras
no disponen de una victoria forzada.
34 ... £b5!

■ ■ Schlechter consideraba que 34 ... £id5

B B ■ Bw
“era muy fuerte, probablemente deci­
siva”, pero Lasker lo refutó con 35
n_n Wg6! (pero no 35 2c5? Sxf4! 36 £xf4
B ■■ ¿Lxf4+ 37 <á?dl e5! 38 Wfl 2sg6 - +)

B ss 35 ... Wxg6 36 2xg6 &xf4+ (peor es

HI B 36 ... 2xf4?! 37 2h3+ £g8 38 Shg3!


28f7 39 £c5 S4f6 40 £>e6, etc.) 37
&xf4 2xf4 38 2h3+ <á?g8 39 Shg3 (39
33 2f3 £c5 £8f6 40 Sg2 Sd6 41 <±>e3 Sf7 =)
39 ... 24f7 (G. K.) 40 £c5, con ven­
No 33 <£e3?, por 33 ... 2xf4! 34 2xf4 taja de las blancas. Me gustaría refmar
£h6 35 Scfl £c7! 36 We4 Sxf4 37 esta línea. Con 39 ... Se4+! se logran
Sxf4 £d5+ 38 é>f2 Wh2+ 39 <¿>f3? &xf4 tablas en el acto: 40 <á>d3 (40 2e3 =)
40 Axf4 Whl+. 40 ... 2xd4+ 41 &e3 2xa4 42 Sxg7+
33 ... &c7! <#h8 43 <&e2 =.

En caso de 33 ... £>b8?!, Lasker pensaba 35 2c4!


jugar 34 2hl 't^xhl 35 Sh3+, aunque Una catástrofe inmediata se produciría
34 £>c5 también le hubiera ofrecido en caso de 35 Sc5? ^xd4+! 36 '^xd4
ventaja. Pero con el caballo en c7 el Bxf3+, o de 35 &e3? 2>xd4+! 36 £xd4
cambio 34 2hl Wxhl 35 Sh3+ es dudo­ 2xf4 37 Axg7+ <¿>xg7 38 Wc3+ e5 39
so, en vista de 35 ... Wxh3 36 Wxh3+ Sc7+ <¿>118, y las negras ganan.
<á?g8 37 £c5 £>b5! 38 ^e6 2>xd4+ 39
¿£xd4 Jbcd4, y las blancas están ligera­ 155
mente peor.
34 2xc6?!
“En esta partida sorprende la incan­
sable agudeza del ataque de Schlech-
ter y la pétrea compostura defensiva
de Lasker” (B. Vainstein). “¡Increí­
ble! ¡Lasker se ve amenazado de des­
trucción por todas partes y toma un
peón! Algo así como un general que,
bajo una andanada de cañonazos, se
pusiera a encender un cigarro” (Ta- 35... Sxf4?
rrasch). Una especie de “apagón”. “Esta com­
Por supuesto, habría sido más apro­ binación es incorrecta. Yo calculé la
piado incorporar el caballo al juego, variante 36 ^.xf4 Sxf4 37 Hc8+ J^.f8
con 34 £}c5, para, en caso de 34 ... 38 <á?f2 Wh4+ 39 <¿?g2! (39 <¿?e2 ^h2+
&d5, jugar 35 &e6, con juego muy 40 <á?e3 2xf3+ 41 <á?xf3 Wh3+ y Wxc8)
agudo y, aparentemente, equilibrio 39 ... Wg4+, percibiendo demasiado
dinámico. En cualquier caso, las blan­ tarde 40 Sg3l ^xc8 41 Wg6”, escribe
cas habrían salido de la zona de peli­ Schlechter. “Era decisivo 35 ... 2d8!, y

189
Gary Kasparov - Mis ceñíales predecesores

si 86 £Le3, entonces 36 ... e5”. Cierta­ Finalmente, las blancas pueden respi­
mente, después de 37 Ec5 (37 d5 rar más libremente. Diversas fuentes
¿&d6) 37 ... &xd4+ 38 £xd4 (38 ^xd4 recomiendan 38 2d8 e5! (38 ... e6 39
^xf3+) 38 ... fixf4 39 £c3 fifxd4 40 ^e3; 38 ... ^g4 39 ¿f2) 39 dxe5 Wg4
We3 Sd3, las blancas pueden rendir­ 40 ^e3! (pero no 40 ¿f2? Sxf3+ 41
se. Wxf3 ^h4+ 42 ¿e2 Wxd8) 40 ... £d4+
41 Bxd4 Sxd4 42 £c3 áxa3 (42 ...
Tampoco da resultado 36 d5? (en lu­ -á.c51?) 43 e6 ¿e7 44 ¿fl “con venta­
gar de 36 ^.e3?), por 36 ... fixdo 37 ja”. Pero en realidad, 44 ... Sb4! con­
Ec8+ SfB 38 Exf8+ &x£8 39 £c3+ £g7 duce a unas fáciles tablas: 45 '^e5+
40 ^c4 (40 We3 £d4! - +) 40 ... £xc3+ ¿h7 46 BF7+ ¿g8.
41 £)xc3 Sc5 -+. Sin embargo, tras el
brillante descubrimiento de Minev, 36 38 ... Wh2+
<é>ell!, son ahora las negras quienes Las negras evitan la variante 38 ...
tienen que encontrar una forma de Wh4+ 39 ¿g2! Wg4+ 40 Bg3! ^xc8 41
salvarse: 36 ... Whl+ (36 ... &xd4? 37 Wg6 + -.
Hh3 + -) 37 Wfl ^xfl+ 38 ^xfl £xd4
39 Sh3+ <¿>g8 40 <á?g2 =. 39 ¿el

Años después de la partida, Capablan- 156


ca sugirió 35 ... en!?, lo que conduce a
una posición de locura, que no se so­
mete a evaluación alguna: 36 dxe5
Axe5 37 ¿>el £f6 38 2c5 Whl+ 39 Sfl
Sfh4+ 40 <¿>dl &d4 41 2d5 Wg4+ 42
‘¿’el <Le2+ 43 <¿>bl. Aquí no es cues­
tión de “ventaja decisiva” de las ne­
gras, porque cualquier resultado es
posible.
Desde un punto de vista puramente
práctico, es probable que sea más pro­
metedora la recomendación de Ta- 39 ... Whl+?
rrasch: 35 ... 4dd6l? 36 Zc5 £)f5, man­ Permitiéndole al rey blanco escapar
teniendo la presión. Por ejemplo: 37 con éxito de los jaques. Mucho mejor
¿’el (pero no 37 ^.e3? Wg4, con la era 39 ... ^h4+!, que le hubiera garan­
amenaza £ih4, 38 ¿f2 £}xe3 39 Wxe3 tizado tablas a las negras:
Sxf4, ganando) 37 ... Wh4+ (37 ...
ehl+ 38 Sfl Wg2 39 Wf3) 38 ¿di 1) 40 ¿fl (40 Sg3? ^hl+ 41 ¿d2
Wg4 39 ¿el Wgl+ 40 Sfl ^xd4 41 Bf2+; 40 ¿di? Whl+ 41 ¿e2 5xf3 42
^Zxd4 £lxd4, con un final algo mejor, Wxf3 &xd4+) 40 ... ^h3+ 41 ¿f2
o bien 37 ‘¿’di Sd8 (Lasker considera­ Bxf3+ 42 Wxf3 Wxc8 43 ^h5+ ¿g8 44
ba que esta posición era favorable a Wxb5 Wc2+, y las blancas aún tienen
las negras; 37 ... Wg4 38 ¿el! Wgl+ 39 que efectuar varias jugadas precisas
Sfl =) 38 ¿el!, y aquí no logré en­ para lograr una completa igualdad: 45
contrar ninguna continuación que re­ ¿g3 Wg6+ 46 ¿f3 Wf6+ 47 ¿e4 ^h4+
portase ventaja a las negras. 48 ¿d3 Wh3+ 49 ¿c2 =.
Así, aunque Schlechter mantiene una 2) 40 <¿62 ’Í?h2+ 41 ¿el (es peligroso
apreciable iniciativa, en ningún punto 41 ¿e3? Sxf3+ 42 ¿xf3 Wh3+ 43 ¿e2
he visto una victoria directa. El juego es Wxc8 44 Wxb5 Wc2+ 45 ¿f3 Wdl+ 46
de doble filo, y Lasker no tenía la me­ ¿e4 Whl+!) 41 ... Wh4+, con jaque
nor intención de entregar su corona. perpetuo, pues cualquier tentativa por
salir de él conduce a la pérdida de la
36 £xf4 Sxf4 37 Sc8+ Jlf8 38 <éf2! torre c8.
mn
Emanuel II

40 Sfl Wh4+ 41 ^d2 2xfl 157

41 ... 2xd4? 42 2cxf8+ <¿>g7 43 21Í7+ y


mate.
42 Wxf 1 ^xd4+ 43 Wd3
Por primera vez, tras las salvajes com­
plicaciones, la ventaja ha pasado a
Lasker.
43 ... ^f2+
Es desesperado 43 ... ^xd3+ 44 ^xd3
‘¿’g? 45 £ic5, o bien 43 ... ^f4+ 44 We3 50... Bb2+?
Wxe3+?l (más tenaz es 44 ... ^h2+) 45
'á’xeS ‘á’gS 46 <£lc5 + - (no es posible ¡Otro error que nadie ha señalado! Era
46 ... £lxa3?, por 47 £)e6). imprescindible 50 ... Wb6+!, obligando
al rey a regresar a su flanco: 51 &c2
44 <á?dl £d6 Wb2+ 52 <¿>dl Wal+ 53 <á>e2 Wb2+ 54
<á>£3 (nada se consigue con 54 Wd2
“Después de 44 ... a6, habría seguido ’^xa3 55 &xg7 &xg7, ni 55 2g5 Wa6+
45 £ib6, y si 44 ... ^gl+, entonces 45 56 £el Wal+, con jaque perpetuo) 54
<£c2 ^d4+ 46 ^?b2 Í?g2+ 47 <á?al Whl+ ... 'W6+ 55 £)f4 &f7. Naturalmente, las
48 <£a2 Wg2+ 49 £)b2 + (Lasker). El blancas jugarán a ganar, pero con un
plan ganador de las blancas es coordi­ rey así es dudoso que pueda lograrse
nar sus fuerzas, cambiar damas, ganar ese objetivo.
el peón a y avanzar su propio peón pa­
sado hasta la casilla de promoción. Es 51 <á>a4 <á?f7?
difícil impedir este plan, sobre todo
porque el campeón lo ejecuta con una El último error importante. La única
posibilidad era 51 ... ^Zg2 52 £>xg7
implacable consistencia, mientras que
*^xg7 53 ^d4+ <¿>(7 54 Sc5, y, según
el aspirante se muestra claramente
Lasker, “las blancas ganan”, pero des­
descorazonado.
pués de 54 ... We2! (en lugar de la fatal
45 2c5 £h6 46 2d5 &g8 54 ... Wb7? 55 W5+ Wxd5 56 2xd5
-á?e6 57 Sa5 £>c8 58 <á>b4 <¿>d6 59 <á?c4),
Según Schlechter, mejores posibilida­ tal afirmación queda por demostrar. El
des ofrecía 46 ... Wa2, pero yo no veo rey blanco está expuesto, mientras que
nada de particular en esta jugada. el caballo negro, defendido por un pe­
Por ejemplo: 47 Sh5 &g7 48 £ic5 £if7 ón, protege bien a su monarca, y resul­
49 2d5, etc. La jugada textual no es ta muy difícil crear una construcción
mala, pues las negras tienen posibili­ de mate. Por ejemplo: 55 Wd5+ <¿46 56
dades defensivas, y que la posición es­ Sc3 Wa6+ 57 <M>3 Wb6+ 58 <éa2 Wf2+
té ganada por las blancas no está tan 59 <±>bl Wfl+ 60 Sel Wf2 61 Wc5 We2,
claro. y si 62 Wxa7?, entonces la respuesta 62
47 £c5 Wgl ... Wb5+ 63 ¿a2 We2+ iguala la posi­
T

ción.
Quizá debiera haberse jugado 47 ...
Wg2, pero es improbable que esto re­ En general, no estoy del todo convenci­
presentase alguna diferencia funda­ do de que Lasker fuese a ganar este fi­
mental, después de 48 Se5 ¿g7 49 nal. Pero hay algo evidente, Schlechter,
Sel. desmoralizado por su desafortunado
sacrificio 35 ... Sxf4?, no explotó todos
48 ^c2 Wf2+ 49 ^b3 £g7 50 £e6?! sus recursos defensivos.
En mi opinión, es mas preciso 50 <á,a4. 52 ^xg7
im
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

Un plan más intrincado era 52 £ig5+ “Las negras podían haberse defen­
£e8 53 ^g6+ <¿d7 54 ^f5+ <¿?c6 55 dido aún durante mucho tiempo,
Wd3 Wa2 56 2a5 ±d4 57 2>f3, etc. pues un final similar La Bourdon-
nais-McDonnell incluso finalizó en
52... Wxg7 tablas. Pero actualmente el final se
52 ... <á?xg7 53 3g5+ <á?f8 54 Wf3+. juega incomparablemente mejor”
53 Wb3 <¿>e8 (Tarrasch).
¡Una lucha titánica! Por supuesto,
O bien 53 ... <á?f6 54 Wb2+ <¿47 55 se produjeron numerosos errores, pe­
^xg7+ <¿xg7 56 Sao £lc8 57 2c5 íid6 ro ¡qué intenso combate y con qué in­
58 Sc7 + -. ventiva jugaron ambos rivales! La par­
54 Wb8+ <á?f7 55 ^xa7 tida estaba muy por delante de su
tiempo, y los comentarios del mo­
Al caer el peón de a7 la posición negra mento sobre ella, o incluso posterio­
queda definitivamente perdida. Lasker res, a menudo no resisten la menor
avanza hacia su objetivo con firmes ma­ crítica. A tal punto fueron complica­
niobras de sus piezas pesadas. das y profundas las variantes que en
55 ... Wg4+ ella se produjeron. Su estudio, co­
menzando por la novedad de apertu­
Si 55 ... £}e4, entonces 56 Sf5+ «¿e6 57 ra de Schlechter, nos permite seguir
Sf3 ^g4 58 We3 ¿>d7 59 Wf4. el desarrollo del pensamiento ajedre­
56 Wd4 ^d7+ 57 <¿b3 ^b7+ 58 <¿a2 cístico. Mientras que en la actualidad
^c6 59 Wd3 ¿>e6 60 Sg5 ¿>d7 61 2e5 el juego independiente se inicia en el
Wg2+ 62 Se2 Wg4 63 Sd2 ^a4?I tablero normalmente hacia la jugada
15, como poco, en este caso comenzó
Algo más tenaz era 63 ... ^h5 64 Wd5 mucho antes, y el valor de cada juga­
Wh6 65 m>7+ (65 Wf5+) 65 ... <¿e8 66 da fue extremadamente elevado. Am­
Wc6+ <¿d8 67 Sd3, etc. bos contrincantes empezaron a jugar
64 Wf5+ ¿>c7?! creativamente y la tensión llegó a re­
sultar increíble, por lo que la partida
Capitulación, aunque también en caso
tuvo una colosal importancia compe­
de 64 ... <¿d8 65 We6! pronto se forza­
titiva y, por tanto, todos los errores
ría el cambio de damas.
son excusables.
65 ^c2+ Wxc2+ 66 Sxc2+ <¿b7 Una partida sobresaliente y una
O bien 66... ^d7 67 a4 4bb7 68 *¿33, se­ enorme hazaña de Lasker, que consi­
guido de ^b4 y a4-a5-a6. guió anotarse una victoria muy difícil.
Hay que decir que en sus mejores años
67 Se2 <£c8 68 <¿b3 ¿>c6 69 Sc2+ <¿b7 siempre ganaba las partidas decisivas y
70 <¿b4 2>a7 71 <á?c5 esa capacidad para realizar tales he­
chos competitivos es, precisamente, lo
que distingue a los campeones.
Así pues, este corto duelo finalizó
en tablas 5-5, y Lasker retuvo el título
de campeón del mundo.
Después de esto, puede imaginarse
el fácil paseo que le resultó el siguien­
te match por la corona, con el incorre­
gible optimista Janowski, cuyo mejor
momento hacía tiempo que había pa­
sado. Se disputó en Berlín (1909), y
esta vez Nardus sacrificaría 5.000 fran­
cos para ver cómo su favorito era
Las negras se rindieron. aplastado sin piedad: +8 =3.
192
Emanuel II

El gran Akiba Al jugar 19 e5? £b6+ 20 é’hl, está claro


que las blancas subestimaron este salto.
Entretanto, se había incorporado al
ruedo ajedrecístico una nueva genera­ 21 £e4
ción de seguidores de Steinitz. El más Resulta que también son malas 21
brillante de ellos, cuyas ideas aún hoy Wxg4 fixdS, 21 &xh7+ <á?xh7 22 ^xg4
siguen vigentes, era un jugador polaco, 2d2, y 21 £e4 Sxd3! 22 Wxd3 £xe4 23
el duodécimo hijo de un pobre maes­ Wxe4 ^h4 24 h3 Wg3 25 hxg4 Wh4++.
tro de escuela, Akiba Rubinstein (1882-
1961). Por la pureza y lógica de su esti­ 21... Wh4 22 g3
lo de juego, el gran artista del ajedrez 22 h3 pierde por 22 ... Sxc3! 23 Axc3
fue comparado a un antiguo escultor (23 .&xb7 2xh3+ y mate; 23 '^xg4
cuyo tallado y obra monumental provo­ Sxh3+! 24 Wxh3 ^xh3+ 25 gxh3
can admiración... ±xe4+ 26 <£h2 2d2+ 27 &g3 Sg2+ 28
Su primer libro de ajedrez fue un &h4 &d8 29 <£h5 £g6++) 23 ... &xe4
modesto manual de Sosnitz, escrito en 24 Wxg4 (24 ^xe4 ^g3 - +) 24 ... ^xg4
hebreo moderno (además del cual, 25 hxg4 Sd3! 26 <£h2 Sxc3 - +. Ahora
Akiba hablaba con fluidez polaco, ruso las negras explotan la gran diagonal
y alemán). Pasó su juventud en Lodz, hl-a8.
donde había una fuerte comunidad
ajedrecística, liderada por el maestro 160
Georg Salwe, el primer serio oponente
del joven talento.
Rubinstein se hizo un maestro co­
nocido al conquistar el tercer puesto
en el torneo de Ostende 1906 (detrás
de Schlechter y Maróczy). Al año si­
guiente aún superaría su actuación, ga­
nando el torneo de maestros en Osten­
de 1907, luego Carlsbad 1907 y, en su
nativa Lodz, el 5° Torneo Pan-Ruso. He
aquí su creación más famosa.
22 ... 2xc31!
“Una de las mejores combinaciones ja­
59 más realizadas. La espectacular jugada
negra que sigue revela la profundidad
G. Rotlewi-A. Rubinstein de la idea combinativa de Rubins­
Lodz 1907 tein.” (Romanovsky) .
23 gxh4
La dama debe tomarse, pues no ofre­
cían esperanzas ni 23 J&xc3 JLxe4+ 24
^xe4 Wxh2++, ni 23 &xb7 Sxg3 24
Sf3 (24 &f3 2>xh2) 24 ... 2xf3 25 Axf3
&f2+ 26 <£gl (26 <á?g2 Wh3+ 27 &gl
£e4+ 28 <á*hl ^g3++) 26 ... £e4++ 27
«á?fl £d2+ 28 &g2 £xf3 29 Wxf3 (29
'á’xfá mi5+) 29 ... Sd2+.
23 ... Sd2! 1
“¡Tales jugadas llevan el sello de la eterni­
dad! Las negras tienen una dama menos
20 ... £jg4! y casi todas sus piezas están atacadas”,

193
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES PREDECESORES

escriben Razuvaev y Murakhveri en su


libro Akiba Rubinstein (1980).
24 Wxd2
Si 24 '$rxg4 ó 24 ^.xc3, sigue 24 ...
^.xe4+, mientras que si 24 ^.xb7, en­
tonces 24 ... Hxe2 25 ^.g2 flh3!!
24 ... Axe4+ 25 Wg2 Sh3!
En vista del mate inevitable Sxh2++, las Diagrama de análisis
blancas se rindieron. ¡La verdadera in­
mortal Rubinstein! Aquí Yates recogió el guante con 19 ...
^.xg5?, y después de 20 &e6! We7 21
No sin razón, había dicho Réti que, hxg5 h6 (21... g6 22 Sxh7! + -) 22 gxh6
en toda la época posterior a Steinitz, Wxe6 23 Wd4 ^e4+ 24 Wxe4 Exe4 25
Rubinstein había creado los ejemplos hxg7 &xg7 26 2dgl+ *^f6 27 Sh6+ &e7
más completos del arte ajedrecístico: 28 Sel 2a7 29 Scc6!, y pronto tuvo que
“Las partidas del propio Steinitz, el deponer las armas.
creador de la teoría, no son la mejor Lo más sorprendente es que, tres años
demostración de la corrección de sus antes, la posición del diagrama (pero
ideas. Toda una generación de maes­ con la torre de a8 en c8) se había pro­
tros de ajedrez extrajo de su teoría to­ ducido, con colores invertidos, en la
do lo que tiene valor para el juego partida Duzjotimirsky-Rubinstein
práctico. Rubinstein fue la figura cen­ (Lodz 1907), y después de (¡nótese
tral de esta generación, y sus partidas que, por conveniencias analíticas, cam­
constituyen la encamación más perfec­ biamos de color las piezas!) 19 ... Wb6
ta de las enseñanzas de Steinitz”. 20 1sFg4 ^.fB 21 Sel, Akiba necesitó mu­
cho tiempo para materializar su peón
de ventaja.
60 10 ... c5
A. Rubinstein-R. Teichmann 10 ... £je4!? requiere verificación prác­
Viena 1908, Match, 4 a partida tica. La partida Rubinstein-Znosko-Bo-
Gambito de Dama (D61) rovsky (San Petersburgo 1909) siguió
así: 11 h4! f5 12 'á’bl c5l? (es inferior
1 d4 d5 2 c4 e6 3 £c3 2T6 4 £g5 ^bd7 12 ... h6 13 Jbce7 Wxe7 14 £>xe4 dxe4
5 e3 ±e7 6 ¿Lf3 0-0 7 Wc2!? 15 Wxc7 JLd5 16 Ac4!) 13 dxco bxc5?
(13 ... £>dxc5? 14 £}xd5!, pero después
Una de las primeras experiencias con de 13 ... Sc8! 14 cxb6 £>xb6 15 £ld4, la
el formidable “Ataque Rubinstein”. ventaja blanca no es grande) 14 £>xe4!
7... b6 (siguiendo los temas de la famosa parti­
da Steinitz-Anderssen, Viena 1873)
Más enérgico es 7 ... c5!, como se jugó 14 ... fxe4 15 &xe4! dxe4 16 ^b3+ <á?h8
en el match Lasker-Capablanca (parti­ 17 Wxb7 ex£3 18 2xd7 ^e8 19 2xe7
da núm. 90). Wg6+ 20 «á>al Sab8 21 We4 Wxe4 22
8 cxd5 exd5 9 £d3 Ab7 10 0-0-0 Sxe4, y las blancas ganaron.
Alekhine prefirió contra Yates (Ham- 11 h4! c4?I
burgo 1910) 10 h4l? (impidiendo 10 ... Una dudosa novedad. En Carlsbad
&e4) 10 ... c5 11 0-0-0 cxd4 12 £¡xd4 (1907) Teichmann perdió, después de
5e8 13 <¿>bl a6 14 g4! b5 15 £xf6! &xf6 11 ... Sc8 12 ‘á’bl Ee8 (como hemos
16 g5 £ie4 17 €lxe4 dxe4 18 ^.xe4 visto, las negras no logran igualar tras
£.xe4 19 Wxe4. 12 ... cxd4 13 £xd4) 13 dxc5! 2xc5?!

194
Emanuel II

(13 ... £xc5? 14 áfo £cd7 15 &xf6) 14 ro no 17 ... £ixf2?! 18 Wxf2 Wxe3+ 19
¿d4 &e4?! (14 ... a6!) 15 ^.xe4 dxe4 16 Wxe3 2xe3 20 Sfl) 18 hxg6 hxg6. Aho­
£db5! • ita6 17 Wa4 £xb5 18 £xb5 ra, según análisis de Razuvaev, hay que
£xg5 19 hxg5 Ee7 (19 ... Wxg5 20 £d6 considerar dos peligrosas continua­
2e7 21 Wxa7) 20 Sd4 (a mí me gusta ciones:
20 ^xa71? Wc7 21 £b5 ^c6 22 Sd6!
1) 19 Axe4 dxe4 20 £d2 2ac8 21 Hh4,
Wxb5 23 Wa8+ £>£3 24 Sd8, ganando)
“y para las negras es difícil defenderse”.
20 ... ^a8 (o bien 20 ... 2xg5 21 Shdl
Sí, difícil, pero después de 21 ... ^g7!
We8 22 £c7 b5 23 Wxa7) 21 b4! Kc8?l
perfectamente posible.
(21 ... Sxg5 22 Scli) 22 <£id6 b5??
(22 ... Sd8) 23 ^xc8! (1-0). 2) 19 £xg61? fxg6 20 Kh6 <¿?g7 (?: G.
Sin embargo, 13 ... bxc5! es claramente K.)21 ^5h4, “con un fuerte ataque”. En
mejor. Aquí, en opinión del gran maes­ mi opinión, es sencillamente decisivo:
tro Razuvaev, “las blancas tienen una 21 ... Sh8 22 £>xg6 W 23 £xh8 Sxh8
interesante forma de desarrollar la ini­ 24 £3! Pero después de 20 ... Sg7! 21
ciativa: 14 Axf6! ¿Lxf6 15 £}g5 h6 (si £}h4 2e6 22 4bxe4 dxe4 23 &f5! gxf5
15 ... g6 es muy fuerte 16 Ab5 2f8 17 24 2xe6 &e7 25 ^xc4 <á?f8 26 Wb5, las
h5, con ataque -pero yo creo que la situa­ blancas siguen teniendo trabajo.
ción, después de 77 ... W¿>6, no está clara:
G.K.) 16 £b5 (16^c4±d6: G. K.)16 ... 162
SíB, y ahora tanto 17 ^.c4 como 17 e4
le dan ventaja a las blancas”. Pido dis­
culpas, pero después de 17 e4, la sim­
ple 17 ... g6! está bien, mientras que si
17 &c4!, entonces de nuevo 17 ... g6, y
en la variante 18 ^ge4 £ixe4 19 4bxd5
&xf2 20 Wxf2 <á?g7 21 <£f6 áxf6 22
3xd8 2cxd8, las negras tienen una ra­
zonable compensación por la dama.
12 £f5 2e8
Con intención de £>£8. 18 Axh7+I!
13 Jtxf6! &xf6 14 g4 Ad6 15 g5 &e4 “¡Como un relámpago en un cielo azul!
16 h5! Una combinación como ésta no puede
El juego de Rubinstein es, como siem­ calcularse hasta el final, y ésa es la prin­
pre, lógico y consistente. En este caso cipal dificultad de tomar decisiones en
¡sólo están pensando en el ataque! La una situación similar” (Razuvaev).
siguiente línea era confusa y del todo 18... ¿xh7 19 g6+ <é>g8
innecesaria para las blancas: 16 £>xe4
dxe4 17 ^d2 c3! 18 £lxe4 cxb2+ 19 Si 19 ... fxg6?, Tarrasch indica 20 £>xe4
<á>xb2 (19 <á>bl £a3) 19 ... £b4 20 £3 dxe4 21 £g5+ <á?h6 (21 ... <£g8 22
,Bxc4+) 22 hxg6+ ^xg6 23 £ixe4+ ^f7
^d5 21 &xh7+ é>h8.
24 Wxc4+, y yo añadiría 22 £>f7+!, con
16 ... We7 mate.
Si 16 ... ¿¿}xg5?l 17 &xg5 Wxg5, Ta- 20 ¿Lxe4 dxe4 21 h6ü
rrasch sugería 18 ^.xh7+ <á*f8 19 h6!
gxh6 20 Sdgl. “¡La clave del ataque blanco! Las ne­
17 Sdgl a6? gras no pueden impedir la apertura
de las columnas g y h, después de lo
Muy probablemente, el error decisivo, cual las torres blancas rápidamente
pues el contraataque llega demasiado decidirán la cuestión. Ahora se ame­
tarde. Era imprescindible 17 ... g6 (pe­ nazan 22 gxf7+ y Sxg7+” (Euwe). Este

195
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

impresionante cuadro es la culmina­ £f6+ «¿c6 35 Sxf8 Ue6 36 a41? SxfB 37


ción de toda la partida. £e5+) 27 ... «xb7 28 ^e2! ^d5 (28 ...
21 ... f6 Wc7 29 Hh7 + -) 29 Wh5 <¿>g7 30 ^h6+
<±>f6 31 £h7+ Üe7 32 «g7+ «¿>d8 33 £65
“Si 21 ... exf3, habría seguido 22 gxf7+ áf8 34 2h8 «Fd6 35 W ^e7 36 ^xe8+
Wxf7 (22 ... £xf7 23 Wg6+ ¿>g8 24 ^xe8 37 £xe8 <á?xe8 38 g7.
hxg7) 23 hxg7!, con la doble amenaza
23 2h8+ ¿>xg7 24 Sh7+ <¿?g8 25 Wf5!
2h8++ y Wh7++” (Euwe). Mucho más
interesante era 21 ... fxg6. Por ejemplo: El golpe resolutivo. Las blancas dispo­
nen de numerosas amenazas, empezan­
1) 22 2xg6? exf3 23 Wxc4+ (aún es pe­
do por Wh5.
or 23 2xg7+?l Wxg7 24 hxg7 &e4! 25
Wxc4+ <¿>xg7 26 Sgl+ <¿f6) 23 ... £h7! 25 ... c3
24 Sxg7+ <á?h8 25 Sxe7 Sxe7, con peli­
Desesperación.
groso contrajuego.
26 2xe7
2) 22 h7+ «¿?f7 (22 ... &h8? 23 £h4 + -)
23 £h4! (después de 23 £g5+ <¿>f6, el Las negras se rindieron.
ataque llega a punto muerto) 23 ... g5 Enorme impresión produjo en el
24 £Í5 Wfó (o bien 24 ... We6 25 2xg5 mundo del ajedrez la actuación de Ru­
g6 26 2h6! +-) 25 Sxg5 Wxg5 26 binstein en el Memorial Chigorin, el
£xd6+ <&e7 27 £xe8 Sxe8 28 Wxc4l fortísimo torneo internacional de San
á’dó 29 Wg8, ganando. Petersburgo (1909). Comenzó con 4 de
3) 22 £h4!? es la recomendación de 4, derrotando, entre otros (¡y en qué
Razuvaev. La computadora le concede estilo!) al mismísimo campeón del
luz verde: 22 ... g5 23 £g6 Wf6 24 h7+ mundo.
á>f7 25 h8^ Sxh8 26 £xh8+ st?f8 27
2h5 + -.
61
163
A. Rubinstein-E. Lasker
San Petersburgo 1909, 3 a ronda
Gambito de Dama (D32)

1 d4 d5 2 £f3 £f6 3 c4 e6 4 ^.g5I?


Después de 4 £c3, Lasker solía jugar
tanto 4 ... &e7 como 4 ... c5 (partidas
núm. 41 y 42). “Rubinstein, que había
hecho un estudio especial del Gambito
de Dama y estaba convencido de que la
defensa ‘ortodoxa’ era insatisfactoria,
22 hxg7! exf3 lleva con inteligencia el juego a una po­
“No es posible 22 ... We6, debido a 23 sición similar a esa defensa” (Tarrasch).
Sh8+ <á?xg7 24 2h7+ «á?f8 25 2xb7 exf3 4... c5?I
26 g7+ &g8 27 Wh7+, y mate en dos”
(Euwe). Debo añadir que tras 24 ... El campeón evita el Ataque Rubinstein
'é’gS, las blancas ganan tanto con 25 (4 ... £e7 5 £c3 £bd7 6 e3 0-0 7 Wc2,
2xb7 cxf3 26 Shl fo 27 g7 £.e7 28 con el que su oponente había destroza­
Sxb6! Wxb6 (28 ... Wf7 29 Sbh6) 29 do, en la primera ronda, a Znosko-Bo-
Wxf5, como con 25 £ghl 15 26 £g5! rovsky (partida núm. 60). Pero ahora
Wd5 27 Sxb7 (o bien 27 £f7!? ^.£8 28 las negras no logran la mejor posición
con peón central aislado.
W
N3

h8+ <±>g7 31
w
sr

rs
o

^h6+ <á?f6 32 g7+ &e7 33 g8£+ 3>d7 34 5 cxd5 exd5 6 £c3 cxd4

196
Emanuel II

Evitando entrar en la discusión que un con ventaja de las negras”, pero des­
año antes había tenido lugar en las pués de 10 £>c7+ <¿f8 11 &xd5, las blan­
partidas de Marshall con Salwe y Ru­ cas sencillamente tienen un peón de
binstein, en la variante 6 ... ^.e7 7 más. Lo mismo que después de 9 ...
dxc5! .&e6. Después de la jugada tipo We5 10 &xd5 Jfb4+ 11 &xb4 Wxb5 12
“simultáneas”, 6 ... c4?!, las blancas dis­ $xc6 Wxc6 13 Sel Wb6 14 ^a4+ £d7
ponen tanto de 7 Jkxf6! como de 7 15 Wa3!
e4’? Si 6 ... £ic6, las negras de nuevo
8.. . &e7
tienen que asumir 7 ^.xf6. Finalmen­
te, después de 6 ... Ae6, que ya se ha­ En caso de 8 ... Ab4 9 Sel ó 9 ^.bo, la
bía jugado en partidas entre McDon­ clavada del caballo f6 es molesta.
nell y La Bourdonnais (Londres 9 Ab5! kdl 10 Axf6
1834), el propio Lasker tuvo éxito con
7 e3, o incluso 7 e4!?, como jugó más “El peón se gana sólo temporalmente.
tarde Alekhine. 10 0-0 era más sólido, y después de
eso el peón d debería caer de todos
7 £ixd4
modos” (Lasker).
La idea de Líiienthal, 7 Axf6I? gxf6 8
,Bfxd4 Jle6 9 e4 <£ic6 10 Abó dxe4 11 10 ... Axf6 11 £>xd5 jLxd4
'^xe4. Claro que las blancas deben te­ 11 ... £e5?! no reporta compensación
ner en cuenta la aguda 7 ... ^xf6 8 por el peón después de 12 0-0 0-0 13
&Lxd5 Wd8 9 ^xd4 £>c6 y 10 ... Ae6, en £xc6 bxc6 14 &c3 Se8 15 Wd2 Wc7 16
el espíritu del Gambito Schara-Hennig. £f6 17 Sacl, etc.
Atraer a sus oponentes a posiciones si­
12 exd4 Wg5!
milares, aunque dudosas, era típico del
estilo de Lasker. La única forma de crear contrajuego.
13 Jtxc6
No, por supuesto, 13 &c7+? s^dS 14
£>xa8 ^xb5.
13 ... Axc6 14 2>e3
Menos prometedor es 14 We2+ (14
2jc7+? <á?d7 15 £xa8 Se8+) 14 ... <á>d7
15 £ie3 £xg2 16 Sgl Wa5+ 17 Wd2
Wxd2+ 18 <á?xd2 £.e4 = (si 19 Sxg7,
19.. . Ag6).
14.. . 0-0-0?!
7... £c6?I Más tarde Lasker sugirió 14 ... £xg2 15
Sgl (pero no 15 £¡xg2? Wxg2 16 We2+
“Una imprecisión que conduce a difi­ ^68 17 0-0-0 Wg6, con excelente juego:
cultades. Lo correcto es 7 ... _á.e7 8 e3 18 Wd3 Sc8+ 19 £bl Se8, etc.) 15 ...
0-0, y las negTas no tienen puntos débi­
Wa5+ 16 Wd2 ^xd2+ 17 «£xd2 £e4, pe­
les” (Lasker). Pero, como se verá por la
ro Bernstein demostró que con 18
experiencia del siglo XX, después de 9 Sg4! (18 Sxg7? ág6) 18 ... £g6 19 f4,
-&e2 ó 9 .&d3, tienen que seguir lu­ las blancas conservan cierta ventaja
chando por la igualdad.
(por mi parte, añadiría 19 ... Sd8 20 f5
8e3 &h5 21 Eh4 &£3 22 Sgl).
Aquí, si 8 e4, la buena réplica es 8 ... Es interesante la recomendación de Ra­
9 4^xc6 bxc6 10 exd5 0-0! Según zuvaev 14 ... 0-0! 15 0-0 Sad8. con muy
Tarrasch, es peligroso 8 -&xf6!? Wxf6 9 buena compensación por el peón en­
^db5 (9 £xd5?? Wxd4 - +) 9 ... &b4, tregado.

197
Gary Kasparov - Mrs GENIALES PREDECESORES

15 0-0 She8 nen buenas posibilidades de hacer ta­


blas”, después de 23 Sdl, las tablas no
Con la evidente amenaza Bxe3. son nada fáciles.
19 fxe3 5d7
19 ... Sd6 20 Sxf7, etc.
20 Wxc6+ *¿>d8
Si ahora las blancas se relajan, su peón
extra no jugará ningún papel, pues su
rey también está expuesto.

166 I-------------------------------------

16 Sel»!
Estoy de acuerdo con Lasker: ¡increí­
blemente sutil! La amenaza es Sc5 y
d4-¿5.
16 ... Sxe3
“También después de 16 ... wb8 17
5c5 (es pasivo 17'^d2 ¿Le4! 18 ¿Lcdl, pe­
ro no 18 d5? %xd5: G. K.) 17 ... Wf4 18 21 Sf4ü
d5 Sxe3 19 Wcl! Ee4 20 dxc6 bxc6 21 “Una maravillosa idea. Las blancas
Wc3, las negras quedarían mal” (Las­ amenazan con decidir eljuego median­
ker). Pero creo que es mejor 17 ... te un ataque directo al rey: 22 ^a8+ y
Wxc5! 18 dxco Sxdl 19 2xdl a5, con He4+ ó Hc4+. Para evitar esto, las ne­
esperanzas de salvar el final. gras están obligadas a permitir el cam­
17 Sxc6+ bxc6 18 Well! bio de damas y entrar en un final per­
dido” (Lasker).
“La clave de la cuestión. Las negras, ob­
viamente, sólo esperaban 18 fxe3? 21 ...g5
fce3+ 19 <£hl Sxd4, con ventaja para “Si 21 ... ^a5, entonces 22 ^a8+
su causa” (Tarrasch). Es curioso que (22 ... <á?c7 23 Sc4+) 23 Se4+! ^f6 24
Rubinstein también derrotó a Capa- ^c6+ &g5 25 h4+” (Lasker). Después
blanca con ayuda de la misma jugada de 21 ... Sdl+, Tarrasch indicó 22
de dama (partida núm. 64). Sd2+ 23 &el Wxg2 24 Sd4+ <¿>e7 25
18 ... 2xd4 Wd6+ y mate. Añadiría 23 ... Wa5 24
Sa4 Sd6+ 25 Sxa5 Sxc6 26 Sxa7 + -.
Según Lasker, era más tenaz 18 ... Seo Sin embargo, en lugar de 22 ... Sd2+?,
19 Wxc6+ (no 19 f4?l £c51) 19 ... &b8 en mi opinión es mejor 22 ... Wa5! 23
20 dxe5 (no 20 f4?I Ee6) 20 ... ^xe5. ^a8+ <¿>e7 24 2xf7+ <á?xf7 25 Wf3+
Razuvaev, tras añadir 21 Sel, escribe <á>e8 26 Wxdl Wxa2 27 Wh5+, con ven­
que “las blancas todavía tienen que su­ taja de las blancas, pero las negras evi­
perar considerables dificultades técni­ tan el desastre inmediato.
cas”. Aún así, desde el punto de vista
del ajedrez moderno, ¡su posición está 22 ^c5!
objetivamente ganada! Incluso en la Amenaza Wf8+.
obviamente secundaria variante 20 f4?
2e6 21 Wxe6 Wxg2+ 22 é>xg2- fxe6, 22 ... We7
donde, según Razuvaev, “las negras tie­ Defensa única. Si 22 ... Sdl+ (22 ... Wf6
Emanuel II

23 Ed4) 23 &f2 Sd2+ 24 <á?el Wxg2, se­ Sc4+ 36 ’á’fó Ec7 37 g6 h6 38 Be6+!, o
guido de 25 ^a5+ y Wxd2. bien 33 ... <£f7 34 &f5 (también es po­
23 Wxe7+ «¿>xe7 sible 34 h6 gxh6 35 Exh6 ,á?g7 36 Ba6
&Í7 37 <¿>15 Se7 38 e5 Eb7 39 Ec6, se­
O bien 23 ... Exe7 24 Bxf5 Bxe3 25 guido de a4-a5-a6, ganando) 34 ...
Sf7 + -. <±-e7 35 g5&f7 36 e5 <¿>e7 37 g6 h6 38
24 Exf5 Edl+ 25 <£f2! Ee6+! <¿>f8 (38 ... <d?d7 39 Bf6! ^e8 40
Ef7, etc.) 39 Sd6 <¿?e7 40 Ba6 <á?d7
Después de 25 Efl?! Bd2 26 Ebl Se2, (40 ... Bb7 41 Sc6 Ed7 42 Sc8+ y
las negras deben conservar posibilida­ Bg8) 41 Sf6! (Lisitsin).
des de tablas. (Kmoch).
34 £>f5 &f7 35 e5 Eb7 36 Ed6 <á>e7
25 ... Sd2+ 26 <á?f3 Sxb2 27 Sa5! Eb7
28 Ea6! Igualmente desesperado es 36 ... Ec7
37 Ed7+! Sxd7 38 e6+ <á?e7 39 exd7
¡Un lugar ideal para la torre! Las blan­ <á’xd7 40 '¿’gó, así como también 36 ...
cas han creado un final de torres de li­ <£f8.
bro, uno de esos maravillosos finales
que dieron vida a un famoso aforismo 37 Ba6
de Tartakower: “Rubinstein juega el fi­ La última jugada del control de tiem­
nal de torres iniciado por los dioses ha­ po, fijado en 2,5 horas para 37 juga­
ce un millar de años”. das, 1,5 para las 23 jugadas siguientes,
28 ... <¿>f8 29 e4 Ec7 30 h4! y entonces una hora para cada 15 ju­
gadas. Las blancas no tienen prisa por
“No sólo en preparación de nuevas ac­
entrar en la variante forzada 37 <¿g6
ciones, sino también profilaxis contra Sb4 (37 ... Eb5 38 Ba6; 37 ... <á?f8 38
Ec2” (Loe venfish, Smyslov).
Bd8+ <á?e7 39 Sg8 + -) 38 <á?xg7 Sxg4+
30 ... d?f7 31 g4 ^f8 32 <¿>f4 <£e7 33 h5! 39 <£xh6 Be4 40 Ea6 Sxe5 41 &g6 + -.
Con la evidente intención de abrir paso 37 ... &f7 38 Ed6 &f8 39 Ec6!?
al rey.
Lasker también consideró 39 Ed8+
<±>f7 (si 39 ... <¿?e7, las blancas ganan
tanto con 40 Ea8 <á?f7 41 a4, como con
40 Eg8 &f7 41 Ec8 &e7 42 a4 Ed7 43
Eg8 '¿’f? 44 e6+!) 40 e6+ (á?e7 41
Ed7+! (pero no 41 Eg8? Eb5+ 42 &g6
Eg5+ 43 «á?h7 Bxg4 44 Exg7+ Bxg7+
45 «á’xg? '¿’xeó 46 ^xh6 ‘á’fó =).
39 ... «á?f7 40 a3!
Quitándole una casilla a la torre. Las
negras se rindieron, a causa del Zugz­
wang: 40 ... Ee7 41 e6+ 'É’gS 42 ‘¿’gó
Se8 43 e7! <Éh8 44 Sd6 y Sd8; 40 ...
33 ... h6 <££8 41 <á?g6 Sb3 42 Ec8+ <á?e7 43
Creando un pasillo, vía g6. Si 33 ... Ec7+ &e6 44 Exg7; 40 ... <&e7 41 &g6
Eb7, entonces 34 g5 Sc7 35 e5 Sb7 36 £d7 (41 ... <£f8 42 Sc8+) 42 Bd6+
é>f5 Ec7 37 g6! h6 38 a4 Eb7 39 Se6+! st?e8 43 &h7 <££8 44 Bd8+ <É>f7 45 Eg8
<£d7 (39 ... &Í8 40 Ec6 <á?e7 41 Sc8 y y2xg7.
Sg8) 40 Ef6! <á?e8 41 Ef7! Sxf7+ 42
gxf7+ <á>xf7 43 e6+ «¿>e7 44 'á’eS + - Una partida histórica, sin la menor
(Lasker). duda. Pero veamos lo que el gran Aki-
ba logró más tarde. En la novena ron­
El resultado es más o menos el mismo da, con 7 puntos de 8, perdió inespe­
después de 33 ... ^d8 34 e5 ^e8 35 g5 radamente ante el maestro ruso

199
Gary Kasparov - MlS GENIALES PREDECESORES

Duzjotimirsky (¡quien en la 16a tam­ nes en el flanco de rey” (Loevenfish,


bién derrotaría a Lasker!) y, como si Smyslov).
nada hubiera sucedido, volvió a reali­
29 ... e5! 30 <¿?hl
zar un considerable esfuerzo.
También es malo 30 f4? exf4 31 exf4
¿?g4 - +, o bien 30 e4 g5 31 '¿’hl h5 32
’¿’gl h4 33 *á?hl g4 34 fxg4 <¿>xg4 35
62 <±’g2 h3+ 36 ¿?fl ¿?f3 - +. Pero en opi­
E. Cohn-A. Rubinstein nión de Averbaj y Maizelis, era más te­
naz 30 a4! b6 31 b5, cuando las negras
habrían ganado con 31 ... f5! 32 ‘¿’hl
g5 33 ¿?gl h5 34 <¿>hl h4 35 ¿?gl e4 36
fxe4 fxe4 37 '¿’hl (o bien 37 f3 exf3 38
e4 g4 39 e5 g3) 37 ... ¿?g4 38 <á?g2 h3+
39 ¿?gl <¿f3 40 '¿’fl g4.
30 ... b5!
“Ahora las negras tienen un tiempo ex­
tra (a7-a6), que puede resultar útil”
(Averbaj, Maizelis).
31 <£gl f5 32 «¿>hl g5 33 <¿>gl h5 34 <¿>hl
g<
24 Sel? ¿No está usted de acuerdo en que esta
posición parece un estudio compuesto?
Las blancas, por supuesto, tenían que
haber jugado 24 f4 (impidiendo ... 169
Sh4) 24 ... b5 25 ^03, con buenas posi­
bilidades de tablas. “Cohn, sin embar­
go, asumió que el final de peones era la
forma más sencilla de asegurar el resul­
tado” (Loevenfish, Smyslov).
30B®

24 ... Sxcl 25 ’¿’xcl


“Rubinstein, un sobresaliente maestro
del final, inicia un ataque sobre el peón
de h2, que resultará decisivo” (Loeven­
fish, Smyslov). “Un ataque con medios
insignificantes, magníficamente ejecu­
tado” (Lasker). 35 e4
26 ¿?d2 ¿?g5 27 ^e2 Si 35 fxg4, según Averbaj, lo más sim­
ple es 35 ... fxg4! 36 ‘¿’gl e4, seguido
“El contraataque en el flanco de dama de 37 ... h4 y 38 ... g3! En la variante
es demasiado lento. Después de 27 35 ... hxg4 36 -égl f4 37 exf4 exf4 38
*¿*03 *á?h4 28 *á?c4 (¿’h3, las negras tie­ <á?hl, la recomendación de Maizelis
nen tiempo para cazar el peón de h2 y 38 ... g3? (con idea de 39 hxg3? fxg3
coronar su propio peón h. Aquí sólo es 40 f3 g2+ 41 ¿?gl <¿>g3 42 f4 ¿?xf4 43
importante que en respuesta a <¿>c7 de­ *éxg2 - +) conduce a tablas, des­
ben jugar b7-b5” (Averbaj, Maizelis). pués de 39 fxg3! fxg3 40 hxg3 ^xg3 41
27 ... ¿?h4 28 ¿?fl <á?h3 29 <á?gl ±gl 1 <¿>f3 42 £fl <£e3 43 '¿’el &d3 44
“El rey blanco está atado a la defensa ¿?dl &c3 45 a4!
del peón h, de modo que se ve impo­ Sin embargo, aun en este caso el gran
tente por contener la ofensiva de peo­ maestro Speelman descubrió la forma

200
Emanuel II

de ganar: 38 ... f3! (en lugar de 38 ... Para hacer tablas basta con que las
g3?) 39 ¿gl ¿h4. Por ejemplo: 40 blancas entreguen sus peones de a3 y
¿hl ¿g5 41 h3 gxh3 42 ¿h2 ¿g4 43 d4 por el negro de d6. Pero lo curioso
¿gl <±>£4 44 <^h2 ¿e4 45 ¿xh3 (45 es que ¡no consiguen hacerlo!
¿g3 h2!) 45 ... ¿d3 46 ¿g4 ¿e2 47 40 ... Za8!
¿g3 a6!, o bien 40 ‘¿fl ¿h5! 41 ¿el
¿g5 42 ¿fl (42 ¿d2 ¿h4) 42 ... ¿f4 “Con 40 ... 2b3 41 Za2 Ed3 es posible
43 ¿el ¿e4 44 ¿d2 ¿d4 45 ¿c2 ¿c4 ganar un peón, pero entonces, tras 42
46 ¿d2 ¿b3 47 ¿e3 ¿xa3 48 ¿f4 a4! Sxd4 43 a5 2c4 44 a6 2c8 45 a7
¿xb4 49 ¿xg4 a5 - +. Sa8 46 ¿g3 y ¿f3-e3-d4, las negras ya
no pueden ganar. Si tratan de capturar
35 ... fxe4! 36 fxe4 el peón de a7, pierden el final de peo­
O bien 36 fxg4 hxg4 37 ¿gl e3 38 fxe3 nes” (Loevenfish, Smyslov).
e4 39 ¿hl g3-+. 41 Sc3
36 ... h4 37 ¿gl g3! 38 hxg3 hxg3 Una difícil elección. “Como regla de­
Las blancas se rindieron: 39 fxg3 ¿xg3, be situarse la torre detrás del peón pa­
etc. El mismo procedimiento se em­ sado”, escribe Spielmann. “Sin embar­
pleó en el final de peones que se pro­ go, eso es ventajoso si el peón ha
dujo en la partida Sveshnikov-Kaspa- alcanzado ya la mitad del tablero o lo
rov (Minsk 1979, 47° Campeonato de la ha cruzado, porque entonces la torre
URSS), sólo que el rey de Akiba se diri­ detrás del peón pasado tiene libertad
gió a la casilla h3, y el mío a a3. de maniobra. Pero aquí 41 2a2 habría
paralizado por completo el juego
En la 13a ronda Rubinstein aplastó blanco, después de 41 ... Sa4! 42 ¿g3
por completo a Schlechter, el entonces ¿e7! (pero no 42 ... Sxd4? 43 a4 Sc4
aspirante al trono. Según Lasker, ‘jugó 44 a5 2c7 45 a6 Sa7 46 ¿f4 ¿e7 47
esta partida con excepcional fuerza y, a ¿e4 ¿e6 48 ¿d4, con tablas) 43 ¿f3
ratos, muy sutilmente”. ¿e6 44 ¿e4 d5+ 45 ¿e3 ¿f5, y las ne­
Acerca del complicado final de to­ gras ganan”.
rres que sigue, publicado en las revistas
de ajedrez de todo el mundo, el cam­ Pero Loevenfish y Smyslov analizaron
45 ¿d3! ¿d6 46 ¿c3 ¿c6 47 ¿d3 ¿b5
peón dijo: “La maestría con que Ru­
48 2b2+, con igualdad. Parece que si
binstein condujo este final no será nun­
45 ... ¿f5, tenían in mente 46 ¿c3, con
ca lo bastante alabada”.
idea de 47 ¿b3 Sxd4 48 a4! 5d3+ 49
¿b4 3xh3 50 a5, etc. He aquí la varian­
te principal, donde “Spielmann debe­
63 ría haber logrado tablas”: 44 ... g5 (en
R. Spielmann-A. Rubinstein lugar de 44 ... d5+) 45 Sal f6 46 Sa2
San Petersburgo 1909, 17a ronda f5+ 47 ¿d3 ¿d5 48 ¿c3 Sc4+ 49 ¿b3
Sxd4 50 a4 Sd3+ (50 ... ¿c6 51 a5 ¿b7
52 a6+ ¿a7 53 Sa5 Sf4 54 2d5 Sxf2 55
170 Sxd6 Sf3+ 56 ¿c4 Sxh3 57 2g6 g4 58
¿b5 Sb3+ 59 ¿a5 =) 51 ¿b4 Sxh3 52
a5 Sh8 53 a6 ¿e4 54 a7 Sa8 55 ¿b5
¿£3 56 ¿b6
41 ... Sa4 42 5d3 ¿e7 43 ¿g3
“Por supuesto, era necesario 43 d5, pa­
ra mantener al rey negro alejado. Si
43... ¿£6, entonces 44 Sf3+, y si 43 ... f5,
44 Se3+ y Se6” (Lasker). Sin embargo,
en mi opinión, también aquí, después

201
Gary Kasparov - Mis geniales PREDECESORES

de 43 ... go! 44 ^g3 £f6 45 Zf3+ ‘¿’gó, La torre pasa de la defensa al ataque.
las blancas sufren difíciles problemas. “El plan de las negras es claro. Las blan­
Se amenaza 2d4, y si 46 2d3, entonces cas finalizarán en Zugzwang* (Loeven­
es posible 46... f6 y *á?f5-e5. fish, Smyslov).
43 ... <á?e6 44 <¿f3 ^d5 45 ^e2 50 &c2
“Valía la pena considerar 45 h4, que 50 <¿>e3?l Sb8 51 <á?d2 Eb2+ 52 <á*e3
hubiese bloqueado los peones g dobla­ Sa2 - +.
dos, restringiendo la actividad de las
50 ... 2a7! 51 £d2 Se7!
negras en el otro flanco” (Loevenfish,
Smyslov). “Como consecuencia de estas manio­
bras, las blancas se ven obligadas a en­
171 tregar uno de sus peones sin compen­
sación alguna” (Spielmann).
52 Sc3+
“Las blancas no pueden evitar la pérdi­
da de un peón: si 52 2e3, entonces
52 ... Sb7! 53 Sd3 Sb2+” (Lasker). O
bien 52 <á?c2 2e2+ 53 Sd2 2xd2+ 54
^xd2 ^b3! - + (Spielmann).
52 ... ^xd4 53 a4! 2a7 54 Sa3 2a5
“Sigue siendo desfavorable para las ne­
45 ... g5! gras entrar en el final de peones. Por
consiguiente, bloquean el peón, para
“Evitando una peligrosa trampa. Si poder reforzar su posición” (Loeven­
45 ... 2xd4?, seguiría 46 <á>e3!, y sólo fish, Smyslov).
pueden ganar las blancas” (Averbaj).
“El peón pasado distante a no le permi­ 55 Sal <±>c4
te a las negras el cambio de torres” “Un plan típico. Las negras llevan su
(Spielmann). rey a a5, liberando su torre para atacar
46 Sb3 f6 los peones débiles enemigos” (Aver­
baj).
Después de 46 ... ^xd4 (46 ... 2xd4? 47
Sd3!) Spielmann indica 47 Sb7 y Aver­ 172
baj añade 47 ... f6 (47 ... Sxa3 48 2xf7
2xh3 49 2xg7 es igualado) 48 2xg7
IK

Sxa3 49 h4l gxh4 50 Sg4+ ^c3 51


2xh4, “con buenas posibilidades de ta­
blas”, mientras que Loevenfish y
Smyslov señalan 51 ... Sa2+, y escriben:
“En nuestra opinión, también en esta
posición la defensa blanca se enfrenta
a grandes dificultades”.
47 <¿>e3
“Ahora, después de 47 Sb7 Sxa3 48
Sxg7 Sxh3, el mismo peón d no puede 56 <é>e3?I
ser defendido” (Spielmann). Spielmann no hace comentarios en este
47 ... ‘é’cá! punto, pero los analistas de fines del si­
Una vez más, si 47 ... Sxd4?, 48 Sd3. glo XX indican la mejor defensa, que
consiste en lanzar un contraataque con
48 Sd3 d5 49 &d2 2a8 56 2cl+ <á?b4 57 Sbl+! &xa4 (57 ... <á?a3

202
Emanuel II

58 Bb7 Bxa4 59 Bxg7 Bf4 60 ¿e2 £b3 que jugó con Lasker (partida núm.
61 3c7l: Averbaj) 58 <á?d3 2c5 (es 61), su milagrosa salvación en la parti­
arriesgado 58 ... Bb5?! 59 Bal+ t«’b4 60 da con Tarrasch (San Sebastián 1911),
<£d4) 59 <¿>d4 Bc2 60 2b7 Bxf2 61 y sus incisivas victorias sobre Alekhine
2xg7, “con posibilidades de tablas” (Carlsbad 1911) y Schlechter (San Se­
(Loevenfish, Smyslov). bastián 1912).
Al hablar acerca de los méritos de
Ciertamente, aunque la posición, tras
Rubinstein en el dominio del final, de­
61 ... 2d2+ 62 ^c5 <á>b3 63 2f7 ±c3 64
bería decir que mediante un proceso
Bxf6 d4, parece peligrosa para las blan­
de experimentación, los maestros más
cas, yo no he podido encontrar una
destacados de aquella época descu­
forma clara de ganar para las negras:
brieron las posiciones que pasaron a
65 Ba6! d3 66 Ba3+ <¿>b2 67 £b4 2dl
conocerse como teóricas y que termi­
68 Sc3, etc.
naron integrando los libros de finales.
56 ... d4+! 57 <¿?d2 Bf5! 58 &el En la colección del gran Akiba hay
Si 58 a5, sencillamente 58 ... Bxí2+ 59 montones de finales así, ¡cada cual más
<é>el 2b2 (pero no 59 ... Bh2? 60 3a4+ sutil y precioso que el anterior! Por
<¿>b5 61 a6!) 60 a6 2b8 61 a7 2a8 62 &d2 ejemplo, el final de alfil contra caballo,
<á>c5 63 <á?d3 <£b6 64 <á?xd4 Sxa7 - +. la instructiva conversión de una venta­
ja posicional en su partida con Réti
58 ... <á?b4 59 <á?e2 <±>a5! (Gotemburgo 1920).
“El rey bloquea el peón pasado, y la to­ O bien torre y peón contra alfil y
rre se dispone a eliminar los peones peón. Primero, Rubinstein, con la to­
blancos. Las negras habrían perdido su rre, derrotó a Sahve en Praga 1909
ventaja después de 59 ... Ba5? 60 'á’dS (Blancas: 'á’gS, ^.g5, h4, Negras: <¿’e4,
Bxa4 61 2xa4+ <¿’xa4 62 <¿’xd4” (Loe­ Bf8, h5), en el que, medio siglo más
venfish, Smyslov). tarde, Baranov descubrió, en el trans­
curso de la lucha, unas tablas dignas de
60 2a3 Bf4 61 Ba2 un estudio, y nueve años después Mai-
No era mejor 61 '¿’fl Bh4 62 <á,g2 <¿’b4! zelis señaló cuál era, después de todo,
63 Sal d3 64 a5 d2 65 a6 Bh8 66 a7 la forma correcta de ganar. Luego, Ru­
Ba8 67 <£f3 Bxa7-+. binstein, que había quedado en una di­
fícil posición, en su partida contra Tar-
61 ... Bh4 62 ^d3
takower (Viena 1922), encontró unas
Si 62 Ba3 <£b4! tablas verdaderamente asombrosas, es­
62 ... Bxh3+ 63 &xd4 Bh4+ 64 <¿?d3 ta vez con el bando del alfil (Blancas:
Sxa4 65 Be2 Sf4 <á?f3, Acl, g4, Negras: &d3, 2g8, g5; no
es posible retroceder con el rey, <á?c2,
Aquí las blancas podrían haberse ren­ debido a ^.xg5!).
dido, pero Spielmann seguramente re­ Como consecuencia de una fasci­
cordaba que nunca es demasiado tarde nante carrera de torneo, en San Peters­
para rendirse. burg© 1909, gracias a su increíble pun­
66 <á>e3 <£b6 67 Bc2 d?b7 68 Bel Ba4 69 tuación de 9,5 (¡de 10!) a mediados del
Bhl <á?c6 70 Bh7 Ba7 71 <á?e4 <á>d6 72 evento, así como por haber ganado al
&f5 final a Teichmann y Lasker, pudo al­
canzar a su inesperado rival y compar­
Precipitando el final. tir con él el primer puesto. ¡Ambos fi­
72 ... g6+! 73 <¿>xg6 Bxh7 74 <á?xh7 <£e5 nalizaron con 3,5 puntos de ventaja
75 &g6 g4 sobre sus inmediatos seguidores! Esta­
Las blancas se rindieron. ba claro que había aparecido en Rusia
un digno sucesor de Chigorin, un ver­
Se trata de un final de torres perdu­ dadero aspirante al título de campeón
rable, clásico. Como también lo son el del mundo. Otro detalle significativo:

203
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

en el segundo torneo Pan-Ruso para “El inicio de una complicada combina­


aficionados, el vencedor sería el futuro ción, aunque no es la única forma de
rey del ajedrez, Alexander Alekhine, desarrollar la iniciativa blanca. La na­
un muchacho de 16 años. tural 12 e4 también merece considera­
Un momento crucial en la carrera ción. Por ejemplo: 12 ... dxe4 13 ^b3!?
de Rubinstein fue el importante torneo (13 2>xe4 Wxdl 14 Sxdl £xe4 15
internacional de San Sebastián (1911), £xe4 0-0 16 £e3) 13 ... We7 14 &xe4,
donde debutó el joven de 22 años Ca- o bien 12 ... d4 ('; G. K.) 13 £a4 ±e7
pablanca. El talento cubano rápida­ (13 ... We7?l 14 £xc5 Wxc5 15 Wb3)
mente se apoderó de la cabeza, mien­ 14 Wb3, y es difícil para las negras de­
tras que Akiba comenzaba lentamente. fenderse (Razuvaev). Pero, en mi opi­
“Perdió al menos dos puntos y medio”, nión, después de 14 ... Wd7! 15 -&d2
escribe Mieses en el libro del torneo, 0-0, la situación es completamente
“puesto que en sus partidas con Teich- confusa.
mann, Vidmar, Bernstein, Marshall y
12... We7 13£g5 0-0?!
Spielmann dejó escapar claras victo­
rias, por culpa de un juego negligente “¡Demasiado tarde! Ahora se desenca­
(que nunca antes le había sucedido)”. dena una tormenta!” (Kmoch). “Esto
Sin embargo, dos rondas antes del es un error. La jugada correcta era
final, Rubinstein alcanzó, de todos mo­ 13 ... 2d8, para apartar a la torre de la
dos, al líder, al derrotarlo brillantemen­ diagonal del alfil y, al mismo tiempo,
te en su encuentro individual. reforzar el peón d. Contra la textual las
negras van a realizar una elegante com­
binación, que yo había visto, pero que
pensaba podía ser refutada” (Capa-
64 blanca).
A. Rubinstein-J.R. Capablanca
San Sebastián 1911, 13a ronda 14 Axf6 ^xf6?
Gambito de Dama (D33) “Estuve considerando 14 ... gxf6, que
parecía podría darme un buen juego,
1 d4 d5 2 £)f3 c5 3 c4 e6 4 cxd5 exd5 5 pero pensé que la combinación blanca
£}c3 £}c6 6 g3 Jte6?l era incorrecta y, por consiguiente, per­
“Al efectuar esta jugada, quise evitar el mití que la jugara, para mi desgracia”
camino trillado, 6 ... £}f6, lajugada nor­ (Capablanca). La captura de peón era,
mal en esta variante. El desarrollo de ciertamente, el mal menor: aunque
las blancas fue introducido por prime­ después de 15 £sxd5! exd5 16 Axc8
ra vez por Schlechter y elaborado más Sxc8 17 Wxd5+ <£h8 18 e3 Sd8 19 Wf5,
tarde por Rubinstein. Busca dejar aisla­ las blancas tienen una evidente ventaja,
do el peón d negro, contra el cual se pero nada fácil de materializar.
concentrarán gradualmente las piezas
blancas” (Capablanca). 173

7 ±g2 £e7 8 0-0 Sc8?I


Como antes, era mejor 8 ... £>f6 (par­
tida núm. 75).
9 dxc5 &xc5 10 £}g5I?
“Yo aún no conocía el ataque £>g5, for­
zando el cambio del alfil en e6” (Capa-
blanca). Otra tentativa de explotar el
retraso en desarrollo del caballo negro
de g8 es 10 £}a4I? ^.e7 11 Jke3.
10 ... 11 £>xe6 fxe6 12 ^.h3! 15 £xd5! Wh6

204
Emanuel II

Pero no 15 ... exd5? 16 ^xd5+ ‘¿’hS 17 &xb3) 28 Ae6+ d?fó 29 Sd7 £>e5 30
&xc8 + -, ni 15 ... -&xf2+? 16 £g2 Wf7 Sxb7, “y las blancas deberían ganar rá­
17&f4 + -. pidamente” (Razuvaev).
16 £g2! 25 ... 2xb2 26 Sxd5 <£c6 27 Ae6+ £f8
28 Sf5+
Capa sólo esperaba 16 ^.g2? &e5!, con
excelente juego para las negras: 17 £}f4 Pero no 28 Sd7?! £>e5.
(17 Sel? ^xcl! 18 Wxcl £x£2+) 17 ...
28 ... £e8 29 &f7+ d?d7 30 ác4
£g4 18 h3 (18 £h3 Axf2+) 18 ... £xf2
19 Sxf2 &xf2+ 20 <á?xf2 g5, ganando.
16 ... Scd8
En palabras de Capa, “sometiéndose a
lo inevitable”.
17 Well!
Una brillante jugada, prevista desde an­
tes, que es una réplica de la que se jugó
en la partida con Lasker (partida núm.
61). Rubinstein derrotó a los dos cam­
peones prácticamente empleando un
solo y único tema.
17 ... exd5 30 ... a6?!

No hay nada más: 17 ... Sxd5? 18 Wxh6 “La única posibilidad de las negras es
gxh6 19 Axe6+ y 20 Axd5; 17 ... Wxcl? su peón de ventaja en el flanco de da­
18 Jíxe6+ <éh8 19 Saxcl, etc. ma”, escribe Razuvaev, y califica esta ju­
gada con un signo de admiración. Pe­
18 Wxc5 ^d2 19 Wb5 ¿Ld4 20 '^d3 ro Capablanca pensaba de otro modo:
Wxd3 21 exd3 Sfe8 “Una mala jugada, que echa por tierra
“En el final resultante las blancas tie­ toda posibilidad legítima de tablas de
nen un peón de ventaja y un buen alfil, las negras. Lo correcto era 30 ... 'é’dó.
con posibilidades de ganar. La única Si entonces 31 2b5 (?; G.K.) 31 ... 2xb5
carta de las negras es su ligera ventaja 32 Axb5 Cid4, seguido de b7-b5, y las
en desarrollo” (Razuvaev). blancas hubieran tenido un juego ex­
tremadamente difícil, en vista de la do­
22 £g4I? minante posición del caballo, en con­
“En caso de 22 Sfel £c2 23 Sxe8+ junción con el peón extra en el flanco
5xe8, las negras tienen claro contrajue­ de dama y la torpe posición del rey
go” (Tarrasch). Pero, de todos modos, blanco”.
es insuficiente tras 24 Sdl. Capablanca Creo que 30 ... <¿*¿6! le habría concedi­
señaló 24 Sel? Se2 25 <£fl <£d4 (25 ...
do mejores posibilidades a las negras.
Sd2 26 £e6+ <á?f8 27 £xd5) 26 Sc8+ Por ejemplo: 31 fíd5+ (á’e7 32 Bb5?l
^f7 27 2c7+ Se7 28 2c5, “ganando”, y
(una idea básicamente incorrecta)
criticó la jugada de alfil: “Esto le conce­
32 ... Exb5 33 £xb5 £d4 34 Aa4 b5 35
de una posibilidad a las negras”.
^.dl a5! (pero no 35 ... <¿>d6 36 f4 &c5
22 ... Sd6! 23 Sfel fíxel 24 Sxel 2b6! 37 st?f2 £b4 38 «á?e3 <¡É>c3 39 g4 a5 40 15
25 Se5 h6 41 h4 + -) 36 f4 £c6 37 <á?fl <£b4 38
Para superar la tenaz resistencia de Ca­ a3 £ic6 39 *¿f2 ‘á’dó 40 <£e3 <£c5, con
pablanca, se requiere una exquisita téc­ compensación suficiente por el peón.
nica en el final. También era posible 25 Sin embargo, después de 31 2f7! el im­
b31? Sa6 26 Sc5! fíxa2 27 2xd5 £c6 perturbable análisis de la computadora
(27 ... £>xb3? 28 £e6+ <£f8 29 SÍ5+- y le ofrece la victoria a las blancas: 31... b5

205
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

32 ±b3 £d4 33 Sxa7 2>xb3 34 axb3 Ea8) 46 ... Eb6 47 Exb6 <&xb6 48 f4 b3
Zxb3 35 Exg7 Zxd3 36 Exh7 £c6 37 49 h7 fcg6 50 f5 b2 51 fxg6 blW 52
Eh8 <3?c7 38 Sh4 £d6 39 Eb4 &c5 40 h8® ®c2+ 53 *f3 ®xd3+ 54 *f4 Wd2+
Sbl b4 41 h4 +-, o bien 31 ... £e5 32 55 (¿>f5 Wc2+, y tablas.
2xg7 b5 33 ±b3 a5 (33 ... £xd3 34 Parece tentador 39 S.h6I? Ec2 40 h5.
Exa7 Exf2+ 35 £gl Eb2 36 Sxh7 £cl Aquí Razuvaev indica dos variantes, su­
37 2h5 £lxb3 38 Sxb5 2bl+ 39 &g2 puestamente ganadoras para ¡as blan­
£d2 40 Sxbl Sixbl 41 a4 £c3 42 a5 + -) cas: 40 ... b3 41 Se6 b2 (?: G. K.)42 £a2
34 d4 2>d3 35 &f3 ¿£>cl 36 &g8 ^xa2 37 Sel 43 h6 Sal 44 h7 Exa2 45 h8W blW
Sxh7 2>c3 38 Eh6+ &e7 39 Sa6 a4 40 46 Wb8+, y 40 ... a3 41 Se6 a2
h4 £dl 41 d5 Sxf2+ 42 £e4 + (?: G.K.) 42 Sel £d4 43 h6 b3 44 h7
31 Zf7+ &d6 32 Exg7 b5 33 £.g8 a5 34 Ec8 45 kg8.
Exh 7 a4 35 h4 b4 36 2h6+ <á?c5 37 Sin embargo, después de 40 ... b3 41
Eh5+ <á?b6 38 £d5? Ee6, es fuerte 41 ... Zc5! 42 Jlxc6 Zxc6
“Con sus tres últimas jugadas, las blan­ 43 Sxc6+ <¿?xc6 44 h6 b2 45 h7 blW 46
cas de nuevo le conceden una oportu­ hs^r 'BxdS, con probables tablas (47
nidad a las negras. La textual es un ^Ze8+ Wd7). Y todavía peor: en caso de
claro error” (Capablanca). Creo que 40 ... a3! 41 Ee6 Ec5! ¡la ventaja pasa a
fue la consecuencia del desgaste ner­ manos de las negras!
vioso. Rubinstein, como Fischer me­ 39 axb3
dio siglo más tarde, tenía una evidente
inclinación por su alfil de casillas blan­ También habría ganado 39 Jlxb3!?
cas y en más de una ocasión realizó 39 ... a3
milagros con él. Aquí las blancas gana­
39... axb3 40 Eh6 +-.
ban con relativa facilidad: 38 JLc4!, y si
38 ... b3, entonces 39 axb3 a3 40 Eb5+ 40 Axc6! Zxb3
<é>c7 41 b4. O bien 40 ... a2 41 Zb5+ ^a6 42 Zb8!
alW 43 Sa8+ y Exal + -.
1 /5
41 JLd5 a2 42 Eh6+!
Las negras se rindieron: 42 ... (®’a7 43
Eh8, o bien 42 ... &a5 43 Ac4!, y la to­
rat®

rre llega a tiempo a la columna a.


Aun así, Capablanca consiguió el
primer puesto, ya que en su última par­
tida Rubinstein no logró encontrar una
jugada ganadora (¡una sola!) contra
Schlechter. “Precisamente él, uno de
los reconocidos virtuosos en el arte de
ganar posiciones ganadas, ante el
38 ... b3?
asombro general, en esta partida tan
Dejando escapar una inesperada posi­ importante para él, no descubrió una
bilidad de salvarse: 38 ... Exa2!! “La posibilidad así” (Mieses). En la escena
mejor continuación de las blancas hu­ ajedrecística había aparecido un nuevo
biera sido, entonces, 39 Jlc4 (39 JLxa2? y más afortunado aspirante a la corona
b3) 39 ... Ec2 40 Hb5+ <£c7 41 £g8 a3 ajedrecística.
42 h5 a2 43 áxa2 Exa2 44 h6 Sa6! (pe­ Es hora de decir algo acerca de la gi­
ro no 44 ... Ea8? 45 g41), con excelen­ gantesca contribución de Rubinstein a
tes perspectivas de tablas” (Capablan­ la moderna teoría de aperturas. Descu­
ca). La computadora confirma esta brió nuevos caminos en las más diver­
evaluación: 45 g4 4¿e7 46 g5 (46 h7 sas variantes del Gambito de Dama.

206
Emanuel II

Aparte del Ataque Rubinstein, ya men­ Mientras que la idea “siciliana” de Ru­
cionado, y sus sistemas en la Defensa binstein no encontró seguidores, su va­
Tarrasch, hay también su variante en el riante del cambio en la Francesa está
Gambito de Dama Aceptado: 1 d4 d5 2 siendo un constante centro de aten­
c4 dxc4 3 £}f3 £T6 4 e3 e5 5 ^.xc4 c5 6 ción. Incluso es posible que fuesen los
0-0 a6 7 a4 que, por cierto, fue puesto a éxitos de las negras con dicha variante
prueba en el match Botvinnik-Petro­ (después de dxe4) lo que hizo que
sian por el campeonato mundial (Mos­ Nimzovich se convirtiese en un fervien­
cú 1963). Ahora, para las negras, hay la te adepto de 3 e5.
muy popular Variante Merano en la Es­ En la Apertura Cuatro Caballos (1 ...
lava, que hizo su presentación mundial e5 2 £>f3 £}c6 3 4hc3 £}f6 4 Ab5), fue
en sus partidas con Teichmann (Carls­ Rubinstein quien sugirió la variante
bad 1923) y Grünfeld (Merano 1924). con 4 ... 4±5d4!? (actualmente, así es co­
Su interpretación de la Apertura Ingle­ mo responde Kramnik, y fue debido a
sa, en la partida contra Duras (Carls­ esta jugada por lo que las blancas deja­
bad 1911) se hizo clásica: 1 c4 e5 2 £)c3 ron de jugar la apertura). En la Varian­
2T6 3 g3 &b4 4 JLg2 0-0 5 £f3 Ee8 6 te Chigorin de la Ruy López, en res­
0-0 £ic6 7 £}d5!, etc. Fue en esta lucha puesta al cierre en el centro, d4-d5,
donde superó a su oponente con la concibió un elegante plan defensivo, a
asombrosa 27 Wfll! En sus partidas se base de &c6-d8, £T6-e8, g7-g6, ^g7, f7-
han encontrado numerosas gemas de f6 y £}f7, como jugó en sus partidas
este tipo, como la maniobra asesina 21 con Thomas y Bogoljubov (Baden-Ba­
£}dlü, en su partida con Tarrasch den 1925).
(Hastings 1922).
El maestro también dejó su profundo
Cuando hizo su entrada en escena la
sello en la Variante Abierta de la Ruy
Defensa Nimzoindia (1 d4 <5}f6 2 c4 e6
López. La siguiente partida tuvo lugar
3 £ic3 .&b4), Rubinstein de inmediato
en uno de los torneos triunfales de Ru­
divisó contra ella la variante 4 e3 y 5
binstein en 1912 (San Sebastián, Pis-
£le2 (para evitar la fractura de su for­
tyan, Breslau y Vilnius).
mación de peones), que incluso hoy es­
tá considerada una de las más intere­
santes y venenosas, en parte gracias a
las partidas del match Korchnoi—Kar­
65
pov (Baguio 1978). Por otro lado, des­
A. Alekhine-A. Rubinstein
arrolló la fundamental variante anti-In-
Vilnius 1912, Torneo Pan-Ruso
dia de Dama, 3 &f3 b6 4 g3, que
durante largo tiempo constituyó el ar­ Apertura Española (C83)
ma principal de las blancas en esta
apertura. 1 e4 e5 2 2>f3 2>c6 3 &b5 a6 4 £a4 2>f6
5 0-0 £>xe4 6 d4 b5 7 £b3 d5 8 dxe5
En todas las defensas que empleaba Ae6 9 c3 ^.e7
contra 1 e4 originó sistemas y variantes Es más popular 9 ... ^.c5 (partidas
que llevan su nombre ¡y que siguen ju­ núm. 28, 66). Hacia fines del siglo XX,
gándose! En la Siciliana (1 ... c5 2 £if3 en gran parte gracias a los esfuerzos de
£T6 3 e5 £ld5); en la Francesa (1 ... e6 Korchnoi, esta jugada molestó tanto a
2 d4 d5 3 £>c3 dxe4, ó 3 ... £lf6 4 -&g5 las blancas, que se pasaron a la variante
dxe4, por ejemplo: 5 ¿dxe4 ^bd7 6 £>Í3 9 £ibd2 £}c5 10 c3, permitiendo, ade­
Jle7 7 £xf6+ 2>xf6 8 £d3 b6 9 £e5 más de 10 ... _á.g4 11 &e2 ^.e7, la pro­
«&b7 10 ^.b5+ c6 11 ^.xc6+?! ^.xc6 12 blemática 10 ... d4l?
£>xc6 Wd5!, y después de 13 £>e5 Wxg2
14 Wf3 Wx£3 15 Sc8, las negras fi­ 10 £bd2 £c511£.c2 &g4
nalmente ganaron el final (Schlech- Por inversión de jugadas, se ha llegado a
ter-Rubinstein, San Sebastián 1912). una de las posiciones críticas. También

207
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

se juega 11 ... 0-0, así como 11 ... d4!?, fife8 19 axb5 axb5 20 .s.d3, con conside­
que antes se descartaba por 12 &e4 rable presión (Galkin-Sorokin, Ekate-
Jld5? 13 &xc5 Jtxc5 14 &xd4 (Ta- rimburgo 1997; Jalifinan-Marin, Olim­
rrasch-Post, Mannheim 1914), o incluso piada de Estambul 2000).
12 ... dxc3?! 13 £xc5 ^xc5 14 áe4! (Ca-
12 ... £h5 13 ^el?l
pablanca-Chajes, Nueva York 1915 y
1916). Sigue siendo mejor 13 fiel.
Pero entonces, después de 12 ®e4, se 13.. . &e6 14£>h2?!
encontró 12 ... d3! 13 ¿Lxc5 dxc2 14 Las blancas quieren realizar el avance de
Wxd8+ 2xd8 15 2)xe6 &e6 16 &e3 Sd5 sus peones f y g, ganando tiempos, pero
17 fifcl £lxe5 18 £>xe5 fixe5, con posibi­ Ies espera una desagradable sorpresa.
lidades equivalentes, y empezó a ensayar­ Una partida de nuestra época siguió así:
se 12 £b3 d3 13 ábl (13 2>xc5 dxc2 14 14 J&Í5 ^.g6 15 Jtxg6 £xg6! (¡según el
Wxd8+ fixd8 es igualado) 13 ... £ixb3 14 ejemplo clásico!) 16 ^b3 0-0 (16 ...
axb3 &f5 15 &e3 0-0 16 £d4l? (16 &d4 Wd7!?) 17 W £cxd418 £xd4 Wd7 19
£xd4 17 cxd4 c5!) 16 ... Wd5 17 fiel, Ae3 c5 20 £>xe6 Wxe6 21 f4 g5, con ex­
con juego agudo (Topalov-Piket, Ambe- celente juego de las negras (Y. Grün-
res 1997), o bien 12 cxd4 £}xd413 £>xd4 feld-Stean, Skara 1980).
Wxd4 14 &Í3 (14 We2 04)) 14 ... Wxdl
15 fixdl 0-0 (ligeramente peor es 15 ... 14.. . £§6
Ag4 16 ^.e3 0-0 17 h3! Leko-Jalífman, ¿Qué deben hacer ahora las blancas?
Budapest 2000, 6a partida) 16 £>g5 h6 17
^.h7+ ^h8 18 «£lxe6 £)xe6 19 .&e4 Sad8 176
20 Jí.e3 Jtg5, con igualdad (Anand-A.
Greenfeld, Haifa 2000, rápida).
12 h3?!
Esta y las siguientes imprecisiones de las
blancas se explican por la falta de expe­
riencia del joven Alekhine (20 años), y
por el hecho de que la teoría de esta va­
riante aún no estaba desarrollada. ¿Vale
la pena llevar el alfil negro a g6, cuando
allí es, de todos modos, a donde piensa
dirigirse? Hoy, la línea principal es 12
Sel! ^d7. Por ejemplo: 15 Jlxg6

1) 13 2\b3 £e6 14 h3 £h5 15 &Í5 &cd8 Más tarde se jugó 15 áLbl!?, con idea de
(o bien 15 ... Ag6 16 ¿.g4 h5 17 Axe6 f2-f4.
fxe6 18 .&e3 0-0 19 %Sc5 &xc5 20 Axc5 15 ...fxg6U
fif4 21 £>d4 fie4 = Leko-Piket, Wijk aan Pero esto es una sorpresa. En tales casos,
Zee 2000) 16 Jte3 a5 17 Jtc5 a4 18 JLxe7
los seguidores de la Escuela de Steinitz
Wxe7, con igualdad aproximada (Kar-
sin duda habrían retomado hacia el cen­
pov-Korchnoi, Baguio 1978, 28a).
tro (hxg6), mientras que Akiba evaluó la
2) 13 £}fll? (la aguda maniobra de posición de forma concreta. Una jugada
Bronstein) 13 ... fid8 (también se ha ju­ fenomenal (por cuya razón se incluye
gado 13 ... _&h5 14 £)g3 -á.g6 15 h4!? 0-0 aquí esta partida, que no es especialmen­
16 h5, lo que demuestra que 12 h3 es in­ te destacada). Por supuesto, hoy en día
necesario) 14 4be3 ,&h5 (es peligroso es ya un procedimiento típico, pero en­
14 ... Ax£3 15 Wxf3 £xe5 16 Wg3 £g6 tonces, ¡cuán duro podía ser atentar
17 &Í5 2>e6 18 h4 Jlí6 19 &g5, etc.) 15 contra los dogmas establecidos! La par-
b4!? (15 &Í5 0-0) 15 ... £e6 (15 ... ^e4? dda es importante, sobre todo porque
16 £>xd5) 16 g4! J&g6 17 £}f5 0-0 18 a4 demuestra claramente que, gracias a su

208
Emanuel II

genio ajedrecístico, Rubinstein era capaz 19... 2xf3!


de afrontar caminos totalmente nuevos.
Más vale tarde que nunca...
16£b3 20 gxf3 £xe5 21 We2 2f8 22 £>d2
Difícilmente era mejor 16 £>df3 0-0 17 £g6!
&e3 Sfo!, con intención de Wd7 y Saf8. Para saltar a f4 y crear una red de mate.
16.. . g5! 23 Zfel Ad6 24 f4?!
Impidiendo el apoyo del peón e5. Aun­ Desesperación.
que 16 ... 0-0 17 f4 a5 18 ¿e3 a4 19 £}d4 24 ... ¿Lexf4 25 Wfl ^xh3+ 26 <á>hl g4
Q^cxd4 20 cxd4 c5 21 dxco d4 22 Ad2
27 We2 Wf5
Wd5 también era aceptable.
La amenaza Wh5 es imparable y las
17 &e3 0-0 18 2>f3? blancas abandonaron.
De nuevo una mala jugada. Se percibe Como hemos visto, Rubinstein des­
que el joven Alekhine estaba desconcer­ tacaba en todas las fases del juego: en
tado. Esta posición no estaba necesaria­ la apertura, en el medio juego y en el
mente perdida, y las blancas podrían ha­ final. Pero, a diferencia de Tarrasch o
berse salvado jugando 18 ^e2 £ixe5 19 Nimzovich, nunca comentaba sus ha­
Axgó £>xg5 20 Wxe5 Sd6 21 £>g4, con zañas por escrito, de modo que du­
igualdad. rante mucho tiempo su papel en el
18.. . W7? desarrollo del ajedrez pasó desaperci­
bido y fue subestimado. Un análisis
Indudablemente, más fuerte era la inme­ minucioso demuestra que el ajedrez
diata 18 ... 2xf3! 19 gxf3 <£xe5 20 ^e2 moderno, que precedió a la era Bot­
^.d6 21 £id4 iZd7, con excelente com­ vinnik, ha sido muy influenciado por
pensación por la calidad. Sin embargo, las ideas de Rubinstein, quien es, en
como escriben Razuvaev y Murakhveri, esencia, uno de los padres de la mo­
“Rubinstein podía, a veces, mostrarse in­ derna historia del ajedrez.
deciso, pero precipitado ¡nunca!”. En el período 1909-1912 la fuerza
de su juego era, desde luego, suficiente
19 Wd2? como para desafiar a Lasker. Un match
El error decisivo. La única forma de ex­ entre ellos por aquellas fechas hubiera
plotar la indecisión negra era 19 We2, y sido muy interesante, como lo hubiera
no parece que haya nada terrible a la vis­ sido un poco más tarde, pero, en cual­
ta. Por ejemplo: 19 ... Sf5 20 £}bd4 quier caso, ¡antes de la Primera Guerra
£cxd4 21 cxd4 SafB 22 a4I? (22 £d2 c5) Mundial!, y también un match entre
22 ... 5xf3 23 gxf3 c5 24 dxc5 d4 25 Sfdl Rubinstein y Capablanca. Pero la histo­
JLxc5 26 axb5 axb5 27 ±cl, con juego ria conoce numerosos casos en los que
confuso. la lógica de los eventos no ha funciona­
do. Acaso la guerra, o tal vez deficien­
177 cias de carácter, impidieron que Akiba
diese el último y decisivo paso, y las es­
peranzas de poder contemplar un
match entre él y Lasker nunca llegaron
a realizarse.
Rubinstein era extraordinaria­
mente taciturno, modesto y tímido,
pero lo más importante es que care­
cía por completo de sentido práctico.
Por el contrario, el emprendedor Ca­
pablanca, tras ganar el torneo de San

209
Gary Kasparov - Mis ceñíales predecesores

Sebastián 1911 (con solo medio pun­ ser reconocido como una profesión:
to de ventaja sobre su rival, que lo de­ “Los millones de entusiastas que re­
rrotó en su partida y sin sufrir una so­ producen las partidas de los maes­
la derrota), rápidamente lanzó un tros, aprenden de ellas y obtienen un
reto a Lasker. Aunque la serie de bri­ placer espiritual, no deberían com­
llantes victorias en torneo de Rubins­ partir ese punto de vista. Según tales
tein en 1912 le concedían un dere­ argumentos, el aficionado a la música
cho innegable a medirse con Lasker, no debería negarle al músico profe­
las negociaciones con el campeón sional de talento que se gane la vida
mundial fueron manifiestamente pos­ lo que, naturalamente, sería del todo
tergadas. injusto. Sólo quienes se consagran
Al hablar de Lasker como un gran por entero a una disciplina pueden
psicólogo, Botvinnik explica: “Sabía crear algo grande en ese terreno”.
cuándo debía evitar un match (el opo­
nente estaba en buena forma) y cuán­ Ajuste de cuentas
do, por el contrario, ¡le convenía lu­ en San Petersburg

o
char! Así es cómo, indudablemente,
actuó con Tarrasch, con Rubinstein y El acontecimiento mas importante
con Capablanca... Pero ¿debemos con­ de aquellos años fue el supertorneo
denarlo por ello? No había reglas en­ de San Petersburgo 1914, con la par­
tonces para organizar competiciones ticipación del campeón mundial Las­
con el título mundial enjuego, y cada ker (de 45 años), así como de los jó­
cual podía actuar según su propia cri­ venes candidatos al título, Rubinstein
terio. En este sentido, Lasker era dife­ y Capablanca. Por primera vez, las
rente de Steinitz, pues este último tres principales organizaciones mun­
nunca eludió un encuentro”. diales de ajedrez (Rusia, Alemania y
Sí, Lasker tenía una clara posición Gran Bretaña) acordaron que el ven­
respecto a esto: “Estaba dispuesto a cedor del torneo (caso de no ser Las­
jugar un match con cualquier aspi­ ker) lograría el derecho a jugar un
rante, con la única condición de que match por el campeonato del mun­
el mundo del ajedrez desease ver tal do, bajo ciertas condiciones bosque­
match y ese deseo se confirmase no jadas y, por otra parte, ¡recibiría de
sólo verbalmente, sino también mate­ forma automática el título, caso de
rialmente. Por supuesto, no quería que el campeón renunciase a jugar el
ser objeto de explotación. Estaba match! Lasker, satisfecho con un alto
amenazado por el sino de los jugado­ fijo, estuvo de acuerdo, lo que le con­
res, que o bien morían de hambre, cedía al torneo un suspense añadido.
como Kieseritzky, Zukertort o Mac­ Un torneo de candidatos así no
kenzie, o bien, como Pillsbury y Stei­ era del todo justo, pues un jugador
nitz, que acababan en manos de la que finalizase segundo, detrás del
asistencia social, deteriorados, con campeón, no conseguiría derecho al­
trastornos mentales, muriendo en guno. También era imperfecta la fór­
cualquier hospital. Estaba dispuesto a mula, una fase preliminar, por siste­
entregar mi habilidad y mi pensa­ ma de liga, entre 11 jugadores, y
miento al mundo del ajedrez y, por luego una fase final a doble vuelta en­
tanto, a enriquecerlo, contribuyendo tre los cinco primeros con los resulta­
al desarrollo del juego, pero pedía dos de la primera fase contabilizados.
que se demostrase responsabilidad a La tensa batalla, excepcionalmen­
cambio y compromiso de mantenerla te nerviosa en la fase previa, produjo
hasta el final”. una sensación negativa. Rubinstein,
¡Cuán cierto! Como lúcida fue la claramente desentrenado, no finalizó
réplica del campeón a aquéllos que entre los cinco primeros, dejando
consideraban que el ajedrez no debía escapar una preciosa ventaja contra

210
Emanuel II

Capablanca (partida num. 82) y per­ piensan que, gracias a la presión so­
diendo luego “lastimosamente” ante bre la columna c, las blancas tienen
Lasker y Alekhine. ventaja, mientras que otros creen que
La partida Lasker-Rubinstein fue las negras tienen una defensa sólida.
de gran importancia competitiva. El
19 ... Af5 20 Sfcl £xc2 21 Sxc2 Ee8
campeón le asestó un tremendo gol­
22 Sacl Sfe6 23 h3 2e4 24 Wd2
pe a su oponente, dejándolo fuera de
combate, prácticamente a partir de
173
nada, en un final de torres, ¡es decir
en la fase en la que estaba general­
mente admitido que Akiba no tenía
igual! Este final también tiene un lu­
gar clásico en los libros sobre esta fa­
se del juego.

66
E. Lasker-A. Rubinstein
San Petersburgo 1914, fase previa
Apertura Española (C82) 24 ... S8e6
Permitiéndole a las blancas cambiar
1 e4 e5 2 £f3 £c6 3 ^.b5 a6 4 £.a4
un par de torres. Sin embargo, no
£f6 5 0-0 <£xe4 6 d4 b5 7 ^.b3 d5 8
ofrecía una plena igualdad 24 ... ^e7
dxe5 ^.e6 9 c3 Ac5
(después de 24 ... ^d7?l 25 Hc6, que­
9 ...Jke7 (partida núm. 65). da amenazado el peón de b5) 25 3c6
10 £ibd2 0-0 11 &c2 £xd2?! (25 ^d3 ^b4) 25 ... '^h4 26 Sdl ^e7
27 '^c3, aunque aquí no puede jugar­
Actualmente, está de moda 11 ... Af5! se f2-f3.
12 Wxd2! f6 25 Hc6 Wd7
“La respuesta relativamente mejor” Más esperanzadora era 25 ... ^xc6!?
(Reres). Chigorin jugaba 12 ... £ie7 26 2xc6 Sxc6 27 Wb4 ,&xd4! 28
(partida núm. 28). Axd4 (28 ^xb5 2c5) 28 ... Ec4 29
13 exf6 Wxb5 Scxd4 30 Wb8+ <¿>f7 31 ^xc7+
13 ^d3!? He7 =.

13 ... Hxf6 14 £d4 26 Sxe6 Wxe6 27 ^d3 We8


Se considera más enérgico 14 <?}g5 Las negras parecen tener una posi­
.&f5 15 a4, o bien 14 b4 ^.b6 15 a4! ción perfectamente normal o que, en
cualquier caso, las blancas no dispo­
14 ... £xd4 15 cxd4 £.b6 nen de nada serio que pueda amena­
“A la recomendación de Tarrasch, 15 zarlas. Pero Lasker, sin preocuparse
... ^.d6!?, sigue 16 We2 h6 17 a4 Sb8 lo más mínimo por ello, continúa ju­
18 axb5 axb5 19 -¿,e3, con ventaja de gando a su manera habitual, movien­
las blancas” (Reres). Sin embargo, se­ do aquí y allí y creando, finalmente,
gún Larsen, es más fuerte 16 ... Wd7!, ¡un sobresaliente ejemplo de juego
con posibilidades equivalentes. maniobrero!
16 a4 2b8 17 axb5 axb5 18 Wc3 ^d6 28 ^c3 <á?f7 29 ^d3 <é-g8 30 ^c3 We6
19 £e3 31 Sal We8 32 <±>fl hfí 33 Wd3 <á?f7
La opinión de los teóricos acerca de 34 2cl <á?g8 35 Wb3 Wf7 36 2dl c6
esta posición está dividida. Algunos Es posible que sea una imprecisión,

211
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

pero después de 36 ... ^d7 37 £3, la ^e8 64 dxc5 <á?f7, y aquí Zaitsev pro­
posición negra es un tanto inferior. pone 65 cxd6! '¿’xgó 66 ^.d4 '¿’ff 67
*f4 <¿>e6 (67 ... Bd8 68 <á?e5 <¿>xg7 69
37 £3! ^f6 38 W3 Se7 39 ±f2
£b6 + -) 68 <á?g5 Bd8 69 ¿?g6 f4 70
Las blancas han ido conquistando pe­ 4.b6 Ba8 71 ¿c5! + -.
queñas ventajas, se ha realizado el
53 g4!
avance f2-f3, han fijado el peón negro
de c6 y esperan poder explotar su ma­ Culminando la creación de un peón
yoría en el flanco de rey. Con todo, y a pasado.
pesar de ciertos problemas (el princi­ 53 ... hxg4?
pal de los cuales es la ausencia de con­
trajuego), las negras deberían poder Este es el error decisivo.
conseguir tablas. Si 53 ... &e6?, entonces 54 f5+! gxfo
39 ... Wd6 40 Wc2 <á?£7 41 Bel 2e6 42 55 gxh5 £c7 56 Bel £d7 57 &g5.
Wf5+ Bf6 43 We5! Se6 “Aquí, por el contrario, las negras
pueden resistir buscando el final de
Aquí era de considerar 43 ... ^d7, evi­
peones, y conservando el peón h:
tando el cambio de damas, que resul­
53 ... c5! 54 dxc5 ^.xc5 55 ^.xc5 <¿,xc5
ta favorable a las blancas, porque pue­
56 f5 gxf5 57 gxf5 (57 2xf5 5xí5 58
den activar su rey y preparar la
gxf5 <¿>d6 59 <á’d4 b4! 60 h4 b3 61 f6
creación de un peón pasado.
<á?e6 62 f7 <á?xf7 63 d?xd5 d?f6 =) 57 ...
44 Wxd6 Bxd6 45 <á?e2 &e7 46 <é>d3 <£d6! (está claro que no 57 ... Bf6, por
Bg6 47 g3! Bf6 48 f4 <£d7 49 Bel Bf8 58 <¿?e3!) 58 &d4 b4” (Zaitsev).
50 Bal h5 51 &e3 g6 52 Sfl
54 hxg4 c5?!
Con intención de jugar g3-g4 y f4-f5.
Una tentativa por crear su propio
Poco a poco, de forma imperceptible,
las blancas van incrementando su peón pasado. Puede hablarse acerca
ventaja. de si esto debía o no haberse jugado,
pero después de 54 ... ‘á’eó 55 Shl y
3h6, las blancas sencillamente tienen
una ventaja gratuita y todas las posibi­
lidades de vencer, y es evidente que
Rubinstein pensaba que no podría de­
fenderse en esta posición.
Con sorprendente rapidez, la posi­
ción ha pasado de ser casi igual a muy
desagradable para las negras, por no
decir perdida. Eso puede explicarse
por el don de un gran maestro: la
capacidad de crear algo a partir de
nada.
52 ... &d6?
Otra característica paradójica de esta
“La última oportunidad para mante­ partida es que, conforme a las reglas,
ner el equilibrio era 52 ... &e6! 53 g4 las blancas tienen un alfil “malo”
hxg4! 54 hxg4 £c7. Por ejemplo: 55 (puesto que se estrella contra su pro­
Sel Sf7 56 Se2 4Ld6” (Zaitsev). En pio peón de d4), mientras que el de
caso de 53 ... ¿.c7?I, seguiría 54 f5+! las negras es “bueno”. Pero con las to­
gxf5 55 J£Lh6! Bf7 56 g5 Bh7 (56 ... f4? rres sobre el tablero y una superior
57 g6 Bf6 58 2el+ ■á’fó 59 g7 Bg6 60 formación de peones (un saludable
Be8, y el peón corre a dama) 57 Bgl peón de más en el flanco de rey,
Bh8 58 g6 Bg8 59 g7 &d6 60 2g6+ mientras que los peones de b2 y d4
<á’e7 61 c5 62 £g5+ ^d7 63 ±f6
controlan a los tres peones negros en
91 9
Emanuel II

el flanco de dama), ¡ese factor no jue­


ga ningún papel! Al final, tratando de
sobrevivir incluso son las negras quie­ ■
nes buscan el cambio de alfiles. Por
supuesto, Rubinstein, un gran maes­
■■®
tro en los finales de torres, entendía
perfectamente el peligro de su posi­ B ■
ción, pero esperaba que podría sal­
varla debido al limitado material res­
tante.
B■■ g
S I® 9R &
55 dxc5+ Axc5 56 Jtxc5+ ,¿’xc5
59 ... b4?
Una posición clasica.
El signo de interrogación es mío; al
ISO
ocupar la casilla b4 con este peón,
¡Rubinstein se priva de todo contra­
juego! Cierto que, en opinión de Loe-
venfish y Smyslov, “las negras ya no
disponen de jugadas útiles: si 59 ... d4,
entonces 60 &e4 gana. Esto, según
Averbaj, apenas “habría complicado
algo el juego, por ejemplo: 60 ... Kd6
(si 60 ... <&c4, entonces 61 *á>e5 Sf8 62
Sxd4+ <±>b3 63 f6 + -) 61 Ef3 <é*c4 62
b3+ (?: G. K.) 62 ... &b4 63 Sd3 (63
f6? d3) 63 ... <d?c5 64 <á?e5 Sd8 65 f6
2e8+ 66 <£f5 <£d5 (66 ... Ke3? 67 Sxe3
57 f5 dxe3 68 f7 + -) 67 f7 Sf8 68 <£f6 *e4
69 Edl d3 70 <á?e7 Sh8 71 f8W Sxf8
“Las blancas crean un peón pasado 72 <á?xf8 <á?e3 (?: G. K.) 73 <£e7 d2 74
alejado, con su torre idealmente situa­ ‘w’dó, ganando”.
da, “a lo Tarrasch”, empujando al
peón pasado por detrás, mientras que Pero, por sorprendente que parezca,
la torre contraria permanece pasiva. después de 72 ... ^d4! 73 &e7 <&c3 74
El rey blanco también está bien situa­ ‘¿’dó «¿xb3 75 Sxd3+ *é>c4, ¡la posición
do en el camino del peón pasado con­ es tablas!
trario, bloqueándolo con seguridad” Intenté, entonces, 60 Sg3!? (en lugar
(Averbaj). de 69 Sdl) 69 ... d3 70 Sg8 Sxf7+ 71
£xf7 <&d4 72 Sc8!
57 ... gxf5 58 gxf5 Ef6

“El peón debe detenerse. Después de


58 ... d4 59 f6 <¿>d5 60 f7 <¿>e5 61 b4
éd5 62 Sf4 <á?e5 63 Se4+ <é>fo 64 Sel!
<á>f6 65 <á>xd4 Sd8+ 66 <£c5 <£xf7 67
'á’xbó, las blancas ganan fácilmente”
(Averbaj).
59 Hf4
La ultima posición crítica de esta sor­
prendente partida. Aquí, con ayuda Diagrama de análisis
de la computadora, tuve la fortuna de 72 ... b4l! (única; si 72 ... d2?, las blan­
descubrir algo. cas ganan con la jugada de estudio

213
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

73 b41! dlW 74 2d8+ ^c3 75 flxdl consiguen ganar: 66 ... Sc3 67 f7 Zc8
*e?xb4 76 &c3 77 Scl+1! -de nuevo, 68 fW Sxf8 69 flxfB ¿c5 70 <£f3 + -)
única, {ganando un tiempo decisivo! 66 f7l Sh8 67 <á?g5 2f8 68 <£g6 d4 69
77 ... &d3 78 Sbl <¿>c4 79 4?e5 b4 80 ‘¿’g?, ganando por un tiempo.
&e4 b3 81 Scl+), y aunque, por iner­
61 f6
cia, la computadora sigue indicando
victoria para las blancas, nada da resul­ “Esta es la tragedia de la posición de
tado. Después de 73 Sc4+ &e3 74 Zc7, la torre negra. El peón pasado usa ca­
las negras se salvan de nuevo con una da una de sus jugadas para sofocar al
jugada única, 74 ... <á?d41! (¡hacia defensor” (Loevenfish, Smyslov).
atrás!), y si 73 <¿>f6, entonces 73 ... d2 61 ... d?d6 62 <£d4 <á?e6 63 Zf2! <£d6
74 s£f5 dlW 75 Zd8+ <£c3 76 Sxdl
<£xb3. ¡Un pequeño estudio! No 63 ... 2xf6?, porque el final de
peones está claramente perdido.
Además, resulta que después de 62
b3?, la réplica 62 ... 'á’có!? (además de
183
62 ... ■á’b4) también es aceptable.
Tampoco aquí hay una forma de ga­
nar evidente: 63 f6 d3 64 f7 d2 65 ¿fl
Zd8 66 <^e3 <á?b4. En este punto me
sentí emocionado: ¿acaso 59 ... d4!
salva realmente a las negras?
Pero no. Mi “amigo metálico” rápida­
mente pone las cosas en su sitio: 62
f6! (esto gana) 62 ... Se6+ (la mejor
defensa: 62 ... d3 63 f7 d2 64 f8W dlS
65 ^c8+, o bien 63 ... Sd4+ 64 ^e3 d2
65 f8W dlW 66 ^c8+ ^b3 67 ^c3+ y 64 Za2!
mate) 63 &Í5 £e3 (63 ... Se8 64 f7
Zf8 65 b3+ ‘á’do 66 ¿g6, ganando) 64 La maniobra clave, que dista de ser evi­
Zf4! (un tiempo importante: la torre dente, subestimada por Rubinstein.
restringe al peón d) 64 ... Ze8 65 f7 “Todo esto es bastante simple y, al mis­
S£8 66 <á?e6 b4 67 <¿?e7 Zh8 68 f8W mo tiempo, instructivo. Las negras han
Sxf8 69 ss*xf8 <á>d3 70 <á?e7 b3 71 <á?d6 parado el avance del peón, pero ahora
^c2 72 'á’có (justo a tiempo) 72 ... d3 están indefensas contra el ataque late­
73 &c4 d2 74 Ef2 + -. ral de la torre. Las blancas amenazan,
en definitiva, con cambiar torres” (Loe­
Descubrimientos interesantes, ¿no le venfish, Smyslov).
parece? Pero la partida, después de
59 ... b4? concluyó de modo mucho 64 ... Sc7
más prosaico: 64 ... 2xf6 65 2a6+, Zxf6 y ‘á’xdó; 64 ...
60 b3 Sf7 Zb7 65 2a6+ <á?d7 66 sÉ?xd5 + -.
“Las negras están en Zugzwang: 60 ... 65 2a6+ <J?d7 66 2b6!
^c6 61 <£d4 ^d6 62 Sf2 habría lleva­
do prácticamente a la misma conti­ Pero no 66 &xd5?, por 66 ... 2c3. Las
nuación de la partida” (Averbaj). Aun negras se rindieron, ya que si 66 ... 2c3,
así, deberían haber intentado esta lí­ 67 Zxb4 2f3 68 <á?eo Sfl 69 2f4.
nea, porque la variante ganadora no También Lasker sufrió considera­
es tan sencilla: 62 ... 2h6 63 f6 Sh4+ bles dificultades para clasificarse para
64 <É>e3 Sh3+ 65 «4?f4 «á?e6 (65 ... Zh8 la fase final, tras perder en la octava
66 <¿>g5 d4 67 <á?g6 <£d5 68 f7 Sf8 69 ronda ante Bemstein, y escaparse de
^g7 Sxf7+ 70 2xf7 d3 71 Sd7+, o milagro a continuación ante su “viejo
bien 65 ... Sxb3 66 ^g4!, y las blancas amigo” Tarrasch.
ni ¿
Emanuel II

10); 2-3. Lasker y Tarrasch 6,5; 4-5. Ale­


67
E. Lasker-S. Tarrasch khine y Marshall 6; 6-7. Bernstein y Ru­
binstein 5, etc. Parecía que el destino
San Petersburg? 1914, fase previa
del primer puesto estaba decidido. Al
comienzo de la fase decisiva, Lasker,
con negras, logró unas muy difíciles ta­
blas (en 100 jugadas) contra Capablan­
ca (con torre contra alfil y caballo, y
peones f, g y h), y luego comenzó a rea­
lizar milagros. Primero, ganó tres parti­
das consecutivas, reduciendo el déficit
a un punto.
Ahora bien, mucho, si no todo, se
decidió en el duelo de los líderes en la
segunda vuelta. Esta partida con Capa-
blanca es una de las más famosas de la
carrera de Lasker, que por enésima vez
37 ... &xg7? demostró su carácter de campeón,
La simple 37 ... Ae6+! 38 ’á’fB &xg7+ 39 pues encontrándose en situación extre­
<¿’xg7 ¿xb3 habría ganado. ma, necesitaba movilizarse a sí mismo,
contra un oponente, por otra parte,
39 £xf5! <é>xf5?I muy fuerte y difícil de vencer (¡hasta es­
De haber percibido las negras su omi­ ta partida, Capablanca se encontraba
sión, hubieran jugado 38 ... Af6 ó 38 ... invicto!).
.&h8. Pero, por lo que se ve, Tarrasch
había decidido saldar una vieja cuenta:
Hastings 1895 (véase partida núm. 39). 68
39 -á>xg7 a5 40 h4! <á?g4 41 &g6! E. Lasker-J.R. Capablanca
Excelente; ¡resulta que el final de peo­ San Petersburgo 1914, fase final
nes es tablas! Las negras sólo esperaban Apertura Española (C68)
41 <á?f6? c4 42 bxc4 bxc4 43 <á?e5 c3 44
bxc3 a4 45 <¿>04 a3 - +. 1 e4 e5 2 2T3 £ic6 3 Ab5 a6 4 &xc6I?
41 ... <á?xh4 42 <á?f5 Una sorprendente elección, aunque
en manos de Lasker la Variante del
El rey alcanza el peón pasado a Cambio era un arma formidable con
42 ... <á?g3 43 <á?e4 &f2 44 <á?d5 £e3 45 la que había derrotado a Steinitz, Chi-
^xcS <£03 46 <á>xb5 (¿>c2 47 <&xa5 &xb3 gorin, Tarrasch, Janowski, etc. Pocos
Tablas. Un final que se convirtió en un pensaban que le daría resultado con­
precedente temático del famoso estu­ tra Capablanca, cuyo virtuosismo en el
dio de Réti (1921). final era ampliamente conocido. So­
bre todo, era difícil que lo imaginase
Fue éste un importante episodio, el propio Capablanca, con su encanta­
pues esta victoria frustrada en la fase dora confianza en sí mismo, que segu­
preliminar desanimó a Tarrasch, y en la ramente le hizo subestimar el plan de
fase final ya no volvió a ser el mismo, si su oponente.
bien, por otra parte, y debido al sistema
de puntuación, el medio punto salvado 4 ... dxc6 5 d4
por Lasker, como resultaría evidente Actualmente, siguiendo el ejemplo de
más tarde, le privaría a Capablanca de Fischer, se considera lo mejor 5 0-0,
compartir, al menos, el primer puesto. pero por entonces se jugaba más a me­
En el torneo “de los once” el cuba­ nudo 5 &c3 f6 (5 ... Ác5?! -véase par­
no fue implacable: 1. Capablanca 8 (de tida núm. 84) 6 d4 exd4 7 Wxd4 Wxd4

215
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

8 &xd4. Es curioso que así se jugase U®b3


en una partida de la fase previa, Ale- No tiene sentido 11 e5?í ^.c5 12 ^.e3
khine-Lasker, y después de 8 ... ^.d6 9 £d5 13 £xd5 exdo.
_&e3 £¡e7 10 0-0-0. 0-0 11 &b3 £g6 12
Ji.c5 áf4+ 13 '¿’bl Se8 14 Shel (14 f3 11 ...f6
b6, con igualdad) 14 ... b6 15 ^.e3 “Preparatoria de b7-b6, c6-c5, ^.b7 y
.á.e5 16 £.d4 £)h4 (es peligroso 16 ... £>g6, que plantearía grandes dificulta­
£xh2?l 17 g3 £g4 18 Sel!, etc.) 17 des a las blancas por el ataque combi­
Sgl &e6 18 f4 .&d6 19 &£2 2lg6 20 Í5 nado a los dos peones centrales” (Ca­
.&xb3 21 axb3 íifB, las blancas acaba­ pablanca).
ron perdiendo debido a un error en la
jugada 41.
5 ... exd4 6 Wxd4 Wxd4 7 £xd4
¿Acaso es posible, tras haber retirado
las damas del tablero, ganarle una par­
tida decisiva a Capablanca? Después de
todo, los “defectos de la formación de
peones negros están más que compen­
sados por su buen desarrollo y la venta­
ja del par de alfiles” (Zak). Resulta, sin
embargo, que sí es posible. Para ello, se
necesita llamarse Lasker.
7 ... JLd6 12 f5!
Más sencillo es 7 ... .&d7! y 0-0-0, con un
“Se ha afirmado erróneamente que es­
juego muy cómodo. ta jugada gana la partida, pero no me
8 £c3 £je7 9 0-0 gustaría tener que volver a jugar una
Es poco prometedor 9 Ae3. posición así” (Capablanca). Según las
leyes clásicas de la teoría de Steinitz,
9 ... 0-0 10 f4 2e8 ésta era, ciertamente, una dudosa
“Lo mejor. Se amenaza 11 ... ^.c5 12 aventura. Las blancas devalúan su ma­
^Le3 £id5, impidiendo 11 Ae3, a cau­ yoría de peones en el flanco de rey,
sa de 11 ... £}d5 ó 11 ... (Capa- quedándose con un peón débil en e4,
blanca). mientras que las negras obtienen un
punto fuerte en la casilla e5. ¿No son
También es posible 10 ... .&c5!? 11 &e3
demasiados defectos para una sola ju­
Ke8, así como la sugerencia de Ta-
gada? Pero el ojo de halcón de Lasker
rrasch 10 ... fBl? 11 e5 &c5 12 JLe3
se dirige hacia la casilla e6.
-&xd4 (pero no 12 ... &d5? 13 £ixd5
Axd4? 14 &e7+ <¿>í7 15 4bcd4 &xe7 16 12... b6
^.c5+, o bien 13 ... cxd5 14 £}xf5) 13
Tarrasch y Réti recomendaron 12 ...
^.xd4 b6, o aun 13 ... £)d5, con sufi­
.&d7 13 JLf4 JLxf4 14 2xf4 Sad8, con
cientes recursos defensivos, a pesar del
idea de £>c8-d6, pero el alfil es más acti­
fuerte peón pasado blanco.
vo en b7, desde donde atacará el peón
La impresión que produjo el original de e4.
plan de Lasker fue tan grande ¡que los
comentaristas trataban de mejorar el 13 £f4 £b7?’
juego negro desde el mismísimo co­ Un error fundamental. En general, es
mienzo de la partida! Pero la evalua­ ventajoso para las negras desdoblar
ción de Capablanca es correcta: las ne­ sus peones, pero en este caso el peón
gras no tienen tantos problemas como de d6 se convertirá en una debilidad
para preocuparse por nada concreto. crónica.
Emanuel II

Era más lógico, por tanto, 13 ... JLxf4’ no obstante, conservan la miciaüva: 20
14 2xf4 c5 15 Sdl £b7 16 Ef2 (16 Zd7 g4 £c8 21 Ef3 £b6 22 Eg3 <£h8 23
<«?hl, seguido de h2-h4 y g4-g5.
Eac8 y ^.c6, o bien <Lc6-e5) 16 ... 2ad8
(16 ... Eac81? y &c6-e5 = Nimzovich) 17 18 Ef2 b5 19 Efd2 Ede7 20 b4 <¿?f7 21
Exd8 (si 17 Efd2 Exd2 18 Zxd2, son a3
buenas tanto 18 ... ^.c6 y ^c8-d6, como
18 ... <£c6 19 Ed7 Sc8 y <£e5!) 17 ... Las blancas ejercen ahora una fuerte
Exd8 18 Ed2 Sxd2 19 £xd2 £>c6!, y presión.
“después de 20 £}d5, con 20 ... £id4 las
negras tienen tablas, como mínimo” 186
(Capablanca). Esto es confirmado por
la computadora: 21 £ixc7 £ixc2 22 ¿c4
^.xe4 23 £lxb6 £lb4 24 a3 &d3 25 £>c4
(o bien 25 ... £}xa6 JLb7 26 £íc7 £}xb2)
25 ... ^Lxf5 26 £>xa6 Jte6 27 b3 ‘«’fS, con
igualdad.
14 JLxd6 cxd6 15 £id4
Capablanca admitió que no había visto
este salto al jugar 13 ... Ab7.
a
15 ad8?l

21 ... &a8?
Las negras siguen sin tomar en serio el
plan de su rival, y no comprenden su “Cambiando una vez más mi plan, y
error, y sin embargo el caballo de e6 se­ esta vez sin ninguna buena razón. De
rá como una espina clavada en su posi­ haber jugado 21 ... Hxe6 22 fxe6+
ción. Era mejor, por tanto, 15 ... c5 16 Exe6, como pretendía hacer cuando
£e6 Eac8 17 Sadl Ec6 18 ^e2 (o bien jugué el caballo a c8, dudo mucho de
18 Q}d5 £ixd5 19 exd5 Ecc8) 18 ... .&c8 que las blancas hubieran sido capaces
19 7j2f4 g5! 20 £id5 (á,f7, con guerra de de ganar. En cualquier caso, les ha­
trincheras. bría resultado extremadamente difí­
cil” (Capablanca).
De todos modos, la forma más radical
de luchar por la igualdad era 15 ... El sacrificio de calidad le habría dado
rt
&c8! 16 Eadl c5. Por ejemplo: 17 £je6 las negras mejores posibilidades prácti­
JsLxe6 18 fxe6 Ead8 19 £}d5 £ic6! (pero cas de salvar la partida, pero el signo de
no 19 ... £c8? 20 e7! Ed7 21 Exf6! gxf6 interrogación se le concede a la jugada
22 <£xf6+ <é’f7 23 £>xd7 &xe7 24 £ib8), no tanto por el movimiento en sí, cuan­
o bien 17 £}de2 d5! 18 £}xd5 (18 exd5 to por la fatal idea que implica abrir la
&xf5) 18 ... <&xd5 19 Exd5 Ab7 20 Ed6 columna a, cuya utilización efectiva só­
Axe4 21 Exb6 ^.xc2 =. lo puede ejercerla una torre blanca.
16 £e6 Ed7 17 Eadl £c8 22 £f2 Ea7 23 g4! h6 24 Ed3 a5? 25 h4
“Estaba a punto de jugar 17 ... c5, se­ axb4 26 axb4 2ae7?I
guido del avance d6-d5, cuando de re­ Aunque la posición de las negras es di­
pente me volví ambicioso”. (Capablan­ fícil, no deberían haber desplazado su
ca). Ciertamente, tras 18 Ef2 ó 18 g4, torre de la nueva columna abierta.
sigue 18 ... d5! Pero es más fuerte 18
£id5!, aunque después de 18 ... <&xd5 27 <á?f3
19 exd5 b5, en opinión del tercer cam­ Era más enérgica la inmediata 27 Sg3!
peón mundial, “las negras no tienen
nada que temer. Su plan, en este caso, 27 ... Sg8 28 <á?f4
sería operar con el caballo, llevándolo Una jugada que tampoco era necesaria
a e5, vía c8, b6 y c4 ó d7”. Las blancas, antes del control.

217
Gary Kasparov - ¡Mis geniales predecesores

28.. . g6?l 34 Sal! ¿b7 35 £>c7 3?d7 36 2xe7+


Más tenaz era 28 ... g5+ (Capablanca), <¿>xe7 37 Sa7, y después de que el alfil
cuando podría haber seguido 29 *á?£3, y juegue, 38 £>7d5+ y 39 £>xf6 (Réti).
luego Shl, fiddl-al, hxg5, etc. 33 <á?g3!
29 5g3 La preparación final de la victoriosa
“La ventaja blanca es ya tan grande que ruptura.
la inmediata ruptura 29 g5!? hxg5+ 30 33 ... <¿?e8 34 Sdhl áb7
hxg5 habría resultado decisiva. Por
ejemplo: 30 ... gxf5 31 exf5 fxg5+ 32
£}xg5+ ‘¿’fS 33 £}e6+ &f7 34 £>e4, o bien
30 ... 2h8 31 gxf6 «á?xf6 32 2xd6! Sh4+
(aún peor es 32 ... £>xd6 33 e5+ ^f7 34
exd6) 33 ^g3 £lxd6 34 <¿’xh4 gxf5 35
3xd6 2xe6 36 Sd8 fxe4 (la última posi­
bilidad; 36 ... Ab7 37 2Í8+) 37 Sxa8 e3
38 Sal!, y sólo quedan por superar al­
gunas dificultades técnicas. 38 ... cbe5
39 £e2 -á?d5 40 2dl+ £c4? 41 2d4++
habría sido un curioso final” (Zak).
29 ... g5+
35 e51!
Aquí es difícil ofrecer un buen consejo.
Algunos criticaron a Capablanca por Durante 23 jugadas (desde 12 f5), las
esta jugada, recomendando 29 ... gxf5, negras han sido incapaces de neutrali­
pero esto tampoco hubiera servido de zar este peón retrasado.
gran ayuda, en vista de 30 exf5! d5 31 35.. . dxe5
g5 £>d6 (o bien 31 ... hxg5+ 32 hxgo
fxgo+ 33 £>xg5+ <á?f8 34 f6 2a7 35 sá?e5! O bien 35 ... fxe5 36 £>e4.
+ -) 32 g6+ *á?e8 33 Eal, y la victoria no 36 £e4 <£d5 37 £6c5’
está lejana.
Las blancas también hubieran ganado
30 &f3 ^b6 fácilmente con 37 Sh8!? 2xh8 38
Hxh8+ <&f7 39 &4c5 Ee7? 40 E18++.
Una desesperada tentativa por saltar el
caballo a c4 y e5. 37.. . .&c8
31 hxg5! 37 ... Sc7 38 £d6+.
Las blancas no se distraen con 31 38 Slxd7 £xd7 39 Sh7 2f8 40 SalI
Sxd6.
Esto subraya que las negras pagarán ca­
31 ... hxg5 32 2h3! ro su error de la jugada 24.
Lasker ejecuta su plan sin desviarse ni 40 ... &d8 41 2a8+ £c8 42 <£c5
un ápice. La “codiciosa” 32 Exd6? le
habría concedido a las negras el ansia­ Las negras se rindieron. “Capablanca
estaba desolado. Normalmente digno,
do respiro: 32 ... ‘5)c4 33 Sd8 (33 Sdl
Eh8) 33 ... Exd8 34 £xd8+ ^e8 35 tranquilo y risueño, esta vez, tras ha­
£e6 Sh7! berse rendido, permaneció sentado
ante el tablero durante dos o tres mi­
32.. . Ed7 nutos, con la cabeza entre sus manos”
Después de 32 ... £ic4?, la invasión com­ (Romanovsky).
binada de las torres blancas por las co­ El efecto psicológico de esta brillan­
lumnas a y h resulta decisiva: 33 Eh7+ te victoria fue tremendo. Incluso siete
(también es posible 33 Sal) 33 ... ‘¿’eS años después, en su match por la corona

218
Emanuel II

mundial, en respuesta a 1 e4 e5 2 £¡f3 £e3 0-0-0 12 d4, etc. Si 8 ... h6, tiene
&c6 3 &b5, Capa no volvió a jugar 3 ... sentido jugar 9 ¿xf6 Wxf6 10 d4, una
a6! contra Lasker. En San Petersburgo variante conocida desde las partidas
recibió un shock tan fuerte que en la si­ Morphy-Lówenthal (Nueva Orleans
guiente ronda perdió, con blancas, an­ 1850), Capablanca-Marshall (San Pe­
te Tarrasch y, como consecuencia, fina­ tersburgo 1914) y Mieses-Marshall
lizó a medio punto de Lasker. (Baden-Baden 1925).
Sin embargo, para lograr un primer
puesto no compartido, el campeón te­ 9 0-0-0 h6 10 Ah4 g5
nía que ganar su última partida. Su agu­ O bien 10 ... 0-0-0!? 11 d4 2ib6 12 ^b5
da combinación contra Marshall provo­ a6 13 ^a5, con una pequeña ventaja de
có numerosos debates. las blancas.
11 &g3 ¿Lh5

69 Es peligroso 11 ... -&g7 12 £id4 0-0?! 13


E. Lasker-F. Marshall h4!
San Petersburgo 1914, fase final
12 d4 ¿Lxg3
Defensa Petrov (C42)
12... 0-0-0!?
1 e4 e5 2 £f3 £f6 3 <£xe5 d6 4 2T3
^xe4 5 ^e2 13 hxg3 g4?I

Así es como empezó a jugar Lasker, tras Es mejor 13 ... 0-0-0, pero no la reco­
su penosa derrota ante Pillsbury, en mendación de Tarrasch, 13 ... 4Ab6. Por
San Petersburgo 1895/96 (partida ejemplo: 14 d5 Jtg4? 15 ^b5+! 15 ...
núm. 40). Ad7 (15 ... ^d7 16 Sel+) 16 Wa5.
5 ... ^Be7 6 d3 2tf6 7 &g5 14 ¿Ah4 d5
O bien 7 £ic3 Wxe2+ 8 Axe2 g6 (8 ... 14 ... 0-0-0? no es posible, debido a 15
Jke7; 8 ... c6 y <?}a6) 9 £id4 a6 (9 ... ^.g7 d5.
10 ¿£db5) 10 h3 (10 Ag5!?) 10 ... £g7
11 g4 ád7! 12 &f3 ^c6 = (Shirov- 188
Kramnik, Cazorla 1998, match, 8a).
7... Jte6 £ WUi
La jugada favorita de Marshall. En la
segunda mitad del siglo XX comenzó n IB ®
a preferirse 7 ... £ibd7 8 £}c3 ^xe2+ 9
^.xe2 h6 (Bronstein), y luego 7 ...
ii 2SSI
Wxe2+ 8 .&xe2 ^.e7 9 Óc3 c6! (pero
no 9 ... -&.d7 10 0-0-0 Lasker-Teich- A
mann, Cambridge Springs 1904) 10 0- ü was
0-0 £ia6, como en las partidas 13a y 15a
del match Spassky-Petrosian (Moscú
Para que la felicidad sea completa, las
1969).
negras sólo necesitan un tiempo, pues
8 <£c3 &bd7 de haber enrocado largo, sus dos alfiles
Después de 8 ... £ic6?!, además de 9 0-0-0 podrían causar a las blancas considera­
0-0-0 10 d4 d5 11 £ie5, con cierta ven­ bles problemas, sobre todo a causa del
taja (Lasker-Pillsbury, San Petersbur- restringido caballo de h4. Consciente
go 1895/96), es posible estropear sen­ de ello, el campeón del mundo lanza
cillamente la estructura de peones una ofensiva.
negros: 9 £ie4!? d5 10 4Axf6+ gxf6 11 15 Wb5!

219
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

“Una jugada con la que Lasker no sólo Si 21 Sel, entonces 21 ... Sd6 22 ^xd6
gana la partida, sino también el torneo ^xd6 23 Sb3+ (23 Wb5+ m>6) 23 ...
de San Petersburgo” (Tarrasch). Mu­ ftb6 24 a4 ^.c8 25 Se8 Wd7, con posibi­
cho menos prometedor era 15 <£b5 lidades de tablas (aunque aquí, en mi
<á?d8 16^d2 a617^c3 ág7. opinión es más prometedor 22 Wa7+
&c8 23 £}f5! Por ejemplo: 23 ... Wg5+ 24
15 ... 0-0-0
<±>bl Sc6 25 Wa8+ <á?d7 26 £a7).
¡Una celada característica de Marshall!
Sin embargo, un estudio más minucio­
Sin embargo, 15 ... Wb4? Era mala, por
so de la posición, incluso sin ayuda de
16 2>xd5!, y 15 ... £g7?! 16 Wxb7 0-0 17
computadora, revela que 20 ... &c4 no
¿£xd5 más que dudoso.
refuta la idea del campeón. Después de
16 Wa5! 21 Bb3! (¡a pesar de todo!) 21 ... Wg5+,
Después de 16 £}xd5? Axd5 17 ^xd5 las blancas disponen de dos tentadoras
^g5+ 18 Wxg5 hxg5, las blancas ha­ continuaciones:
brían perdido su desdichado caballo. 1) 22 f41? gxf3+ 23 <£bl £id2+ 24 <á?al
16 ... a6 £xb3+ 25 cxb3 Wxg3 26 £>xf3 Ad6 27
Sel M4 28 £e5! &xe5 29 Wa7+! (29
Pero no 16 ... ‘¿’bÓ? 17 £}b5. dxe5? We3) 29 ... &c8 30 dxe5 <£d7 31
17 Jlxa6! bxa6?I £}xc7! ®h4 32 £xd5+ <á?e8 33 £c7+
<á>d7 (33 ... *á?f8 34 £}xe6+ fxe6 35 2fl+ y
No era muy del gusto de Marshall el de­ mate) 34 Wc5!, con amenazas decisivas.
primente final, con peón menos, que
se produciría tras 17 ... Wb4l? 18 ^?xb4 2) 22 &bl &d2+ 23 éal £>xb3+ 24
^.xb4 19 ^.d3 JLxc3 20 bxc3, aunque cxb3 Ad6 25 Wa7+ <£c8 26 £xd6+
probablemente fuese su mejor posibili­ Sxd6 (después de 26 ... cxd6, sigue 27
dad de salvarse. f4! gxf3 28 £>xf3 We3 29 Sel!) 27 ^a8+
28 ^xh8, con evidente ventaja
18 Wxa6+ <éb8 19 £jb5 <£b6 (28 ... 2c6 29 a3 Kc2 30 f4 gxf3 31 £>x£3
19... £jf6? 20 Sd3 + -. ^xg3 32 WÍ8+-).
20 Hd3 Por consiguiente, la corrección de la fa­
mosa combinación de Lasker queda ba­
La posición crítica para evaluar la co­ jo sospecha. Marshall probablemente
rrección de la combinación de Lasker. descartó 20 ... 4dc4 porque intuyó el pe­
ligro inherente a esta jugada.
189
21 <á?bl Ad6
También después de 21 ... ^e7 22 ^a7+
(22 Sb31? 2d6 23 a4) 22 ... <t>c8 23 2c3
£k4 24 £lf5! &xf5 25 Wa8+ &d7 26
Wxd5+ £e8 (26 ... <á?c8?! 27 2)a7+ <á?b8
28 £c6+) 27 Wxf5, o bien 27 Wc6+ Wd7
(27 ... Sd7 28 ^xc7+ <£d8 29 ^a8+ y
¿xc4+) 28 &xc7+ &e7 29 2el+ &e6 30
Wxc4, con ataque irresistible.
22 Sb3
20 ... Wg5+ También era digna de consideración 22
Varios comentaristas sugirieron que es­ 2c3!? ^c4 (22 ... £c8 23 £>a7!) 23 Wa7+
ta jugada era el error decisivo, propo­ *¿>08 24 &xd6+ Hxd6 (24 ... cxd6 25
niendo en su lugar 20 ... £\c4, para no £all! y Sb3) 25 Wa8+ <é>d7 26 ^xh8
permitir que la torre llegase a b3: 21 Eb6 27f4 + -.
Sb3 Wg5+ 22 <£bl &d2+ y £ixb3+. 22... She8

220
Emanuel H

Si 22 ... We7 ó 22 ... Wfb, sigue 23 a4! serio riesgo! Se encontraba en una difí­
cil posición. Pero así es su estilo. Sus
190 oponentes juegan objetivamente de
forma correcta y logran buenas posicio­
nes, pero lo curioso es que Lasker nun­
ca pierde. Nadie tiene derecho a repro­
charle su habilidad en esa forma de
jugar. Estamos obligados, una y otra
vez, a que nos sorprenda... Por su parti­
cipación en el torneo Lasker percibió
el enorme fijo de 4.000 rublos. No me
parece demasiado alto. ¿Qué otro maestro
jugaría así? Los patrocinadores no en­
tregan su dinero a la ligera, y si en el fu­
23 a4! turo Lasker sigue jugando así, se mere­
ce fijos mucho mayores”.
Mucho más fuerte que 23 2c3 £>c4 24
<£ixd6 Sxd6 (24 ... cxd6?? 25 Sb3+ <£c7
26 '^b7++) 25 Wb5+ Eb6 26 Wxe8+ Longevidad ajedrecística
<¿>b7 27 f4 gxf3 28 £>xf3 Wxg3, con jue­ Antes del comienzo de San Petera-
go confuso. burgo 1914, Lasker anunció a la prensa
23 ... &f5 24 <£ia7! que en el otoño jugaría “con el brillante
maestro ruso Rubinstein un match a 20
También era decisivo 24 a5l? Jlxc2+ 25 partidas por el campeonato del mun­
<á?xc2 Se2+ 26 <á>bl+-. do”. Al mismo tiempo, “menospreciaba”
24 ... £d7 25 a5 'Bd2 26 axb6 Sel+ 27 a otro aspirante: “¿Puede conferírsele el
•±>a2 respetable título de genio a Capablan­
ca? En mi opinión, no”. Pero después
O bien 27 gxel ’^xel+ 28 <á?a2. del torneo las acciones del cubano se
27 ... c6 28 £b5 cxb5 29 Wa7+ elevaron, naturalmente, de forma consi­
derable. Lamentablemente, todos los
Las negras se rindieron: 29 ... <¿>08 30
planes quedaron arruinados por la Pri­
^Za8+ Jtb8 31 Wa6++. ¡Un triunfo de­
mera Guerra Mundial.
moledor!
De los raros eventos que por enton­
De este modo, exhibiendo sus ex­ ces se disputaron, vale la pena mencio­
traordinarias cualidades combativas, y nar el match “amistoso” que Lasker jugó
sumando 7 puntos en las 8 partidas de la con un Tarrasch claramente más flojo
final, el campeón finalizó por delante (Berlín 1916: +5-0 =1) y el match-torneo
de dos futuros reyes del ajedrez y dos re­ a doble vuelta con cuatro estrellas, tam­
cientes aspirantes: 1. Lasker 13,5 (de bién celebrado en Berlín (1918): 1. Las­
18); 2. Capablanca 13; 3. Alekhine 10; 4. ker-4,5 (de 6); 2. Rubinstein 4 (ambos
Tarrasch 8,5; 5. Marshall 8. Demostró invictos); 3. Schlechter 2; 4. Tarrasch
también que, como un par de décadas 1,5. Dos meses y medio después,
antes, ¡no tenía rival en el mundo! Schlechter fallecía prematuramente.
Una impagable recompensa por su Las negociaciones con Capablanca
victoria le fue tributada por el recono­ sólo se reanudaron en 1920. Tras los
cimiento del Dr. Tarrasch: “Lasker pro­ difíciles años de la guerra, Lasker no se
dujo de nuevo una partida sensacional sentía preparado para un match con
(la partida en cuestión es la que disputó con su brillante rival pero, tras haber per­
Marshall en la fase previa: G. K. jjugó “en dido todos sus ahorros con la infla­
desacuerdo con las reglas”, en estilo ción, no podía rechazar la generosa
‘ultramoderno’, jugando con agudeza oferta del Club de Ajedrez de La Haba­
por-la victoria. ¡Lasker incurrió en un na: 11.000 dólares, ¡una suma inaudita

221
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

para aquellos tiempos! El resultado de “Esta plausible jugada le garantiza a las


este encuentro (La Habana 1921) es blancas una posibilidad de tablas. Lo
bien conocido: Capablanca ganó, antes correcto hubiera sido 72 ... Sd7, que
de lo programado, por +4 =10, convir­ habría forzado la retirada del caballo
tiéndose así en el tercer campeón mun­ sin alejar la torre de la séptima fila. Por
dial de la historia. Sin embargo, la bata­ ejemplo: 73 £te3 a5 74 bxa5 b4 75 g5
lla entre los dos grandes del ajedrez no (75 a6 b3 no tiene sentido) 75 ... <®?c5
había finalizado. 76 ¿£c2 b3 77 £a3 b2 78 g6 £>b4 79
La primera aparición de Lasker, fcbl (79 2>c2+ *á?b3) 79 ... Sdl 80 g7
después del match de La Habana, creó Hgl, seguido de ...Sxg7 o bien 73
auténtico furor. El excampeón ganó £f6 Sd8 74 g5 a5 75 bxa5 b4 76 g6 b3,
brillantemente un fuerte torneo inter­ ganando” (Alekhine).
nacional en Máhrisch-Ostrau (1923), Por ejemplo: 73 g5 Sxd5 74 g6 Sdl
por delante tanto de sus antiguos riva­ (Ed. Lasker) o bien 73 £>e3 a5! 74 bxa5
les como de los más destacados maes­ b4 75 2>c4 (75 a6 b3; 75 g5 <á?é5! 76
tros de la joven generación: 1. Lasker
£e2 b3 77 £a3 &b4 78 £bl Sdl - +
10,5 (de 13), invicto; 2. Réti 9,5; 3. Ed. Lasker) 75 ... sÉ>b5 76 £e5 b3 77
Grunfeld 8,5; 4. Selesniev 7,5; 5-6. Tar-
£¡d3 <&c4 78 £b2+ (78 2>e5+ <±>c3 79
takower y Euvve 7; 7-8. Bogoljubov y Ta-
£xd7 b2) 78 ... <á?c3 79 2>a4+ si?b4 80
rrasch 6,5; 9. Spielmann 6; 10. Rubins­
£>b2 Ed2 81 £id3+ *^c3 (Averbaj), o
tein 5,5 etc.
bien 73 £)f6 Sd8! 74 g5 a5 75 bxa5 b4
Luego, en el supertomeo a doble 76 &g4 (76 g6 b3 Alekhine) 76 ... b3 77
vuelta de Nueva York (1924), el destro­ £e5+ <£b5 78 £d3 -á>c4! 79 £b2+ <¿>c3
nado rey (de 55 años) llevó a cabo otro 80 £a4+ <á?b4 81 £b2 Sd2 - +.
milagro, superando a toda la elite mun­
dial, incluidos el campeón vigente y el 73 ¿Le3
futuro: I. Lasker 16 (¡de 201); 2. Capa-
Peor es 73 4}f6? Sd8 74 g5 a5!
blanca 14,5; 3. Alekhine 12; 4. Marshall
11; 5. Réti 10,5; 6. Maróczy 10; 7. Bo­ 73 ... Se8+ 74 d?d4 Sd8+ 75 &e4!
goljubov 9,5; 8. Tartakower 8, etc. Hay
Si 75 es molesto 75 ... Sd6! (Ale­
que decir, además, ¡que luchó como un
león en cada partida! khine), y también 75 ... a5l? 76 bxa5
'á’có 77 g5 b4+ 78 &c2 b3+ (Ed. Lasker)
79 <¿>c3! Sh8! (Dvoretsky).
75 ... a5»
70
La última posibilidad ganadora de las
Em. Lasker—Ed. Lasker negras es crear su propio peón pasado.
Nueva York 1924, 6a ronda
76 bxa5 b4 77 a6!
191 “La única jugada. Obviamente, no
bastaba, por ejemplo 77 g5 b3 78 £>c4
<£c5 79 £b2 Sd2 80 £d3+ &c4 81
£ie5+ -+” (Alekhine). Tampoco
es bueno 77 ^c4, por 77 ... 'á’bó 78
£b2 Sd2! 79 2>d3 b3 (79 ... <¿c4? 80
&xb4 =) 80 a6 <¿?c4! 81 a7 Se2+ 82
&f5 Sa2, o bien 80 <£e3 b2! 81 £xb2
Sxb2 82 g5 ‘á’có! - + (aquí y más ade­
lante, cuando no se cita a los autores,
se trata de variantes señaladas por
Dvoretsky).
72... Zh8?! 77 ... éc5!
999
Emanuel II

Era inferior 77 ... b3?! 78 £ic4 <á?b5 79 81 ... <e?d6 82 &d3! Sc7 83 g7, o bien
2>b2 <^xa6 (79 ... Sd2 80 a7) 80 <á?e3 82 ... <¿>e6 83 <á?c3 =.
'é’bó 81 go ^b4 82 g6 ‘¿’cS (o bien 82 ...
82 £b2 2d2
‘é’aS 83 £ic4+) 83 <5}a4+, con tablas:
83 ... ¿>c2 84 fo + -) 85 <¿>f3! 2f8 86 g7l Si 82 ... '¿’dó!?, 83 'á>d4/d3, con posi­
2xfo+ 87 <¿?g4 Sfl 88 £go =. bles tablas, pero no 83 fo? <á’e7.
83 *f3!
192 i------ ----- —------ —------ -i
“Aquí podría producirse el chiste de­
fensivo 83 ... 2xb2? 84 g7. Aunque las
negras traten de sacar provecho, están
obligadas a permitir la aproximación
del rey blanco a su peón pasado” (Ale­
khine).
83 ... Zd8 84 <^e4
Si 84 fo, 84 ... «á?d6 85 <á?f4? £e7!
84 ... Sd2
No 84 ... ®b4 85 15 ®c3 86 £>a4+, cuan­
78 a7!
do es malo 86 ... é>c2?, por 87 g7!
“He aquí donde se manifiesta la conse­
85 <á?f3 Sd8 86 é>e4 <á>d6
cuencia de la jugada 72 de las negras.
Con la torre en d7, el peón no podría Forzando la ganancia de ambos peones
alcanzar la sépüma fila, y después de 78 pasados, pero ¡no de la partida!
£ic2 b3 79 ¿£a3 <£b4 80 £bl Ea7, las 87 <á?d4!
negras ganarían” (Dvoretsky).
87 Í5? £e7l
78 ... b3
87 ... Sc8 88 g7!
A tablas conducía 78 ... aa8 79 £5
2xa7. Por ejemplo: 80 £ldl He7+ 81 Más preciso que 88 f5 <á’e7 89 '¿’dS.
Kf7 82 ^b2 «á?d5 83 <£f4 b3 84 88 ... á>e6 89 g8S+ Sxg8 90 «É>c4 Sg3
<¿>e3! (84 g5? Sd7’l 85 g6 <¿>d6 86 f6
£e6 87 g7 Sd8 - +) 84 ... Sc7 85 4?d3 O bien 90 ... Sb8 91 <á?c3 <£Í5 92 £>d3
<á>e5 86 £a4 <á?f6 (86 ... Sc2 87 £}c3 Sb6 93 &b2 (93 <á>b2? <£e4 - +) 93 ...
Hg2 88 <á?c4 b2 89 <á?b3 =) 87 &b2 &g5 <&xf4 94 £}a4 Sb8 95 £b2 = (Sheres-
(87 ... Sc2 88 £a4) 88 £a4 <á?xg4 89 f6 hevsky).
<á?f5 (89 ... £f3 90 £b2! *P2 91 £c4 91 £>a4 &f5 92 &b4 <£xf4 93 &b2
<£el 92 2>b2 =) 90 f7 Hxf7 91 <é>c3 Kb7
92 £>b2 sÉ>e4 93 &c4 =. 93 <á?a3 <á?e4 94 £c5+? <£d4 95 £>xb3
,á’c4 - +.
79 £dl Ea8!
93 ... <á?e4 94 £¡a4
79 ... <á>b6 80 ^e3 <á*xa7 81 £}b2 <é“b6 82
f5 <á?c5 83 f6 =. 94 <á?c4!?
80 g5 94 ... <á?d4 95 <£b2 Sf3
Las blancas pierden después de 80 fo?! “Ahora las negras tratan de pasar con
2xa7 81 f6 <#d6 82 <á?fo Sal 83 2ib2 su rey a d2, al otro lado de la torre. En­
Sfl+ 84 <á>g6 Sf2 85 £>d3 b2 86 £xb2 tretanto, sin embargo, las blancas dis­
Sxb2 -+. En lugar de la textual, Dvo­ pondrán de tiempo para situar el suyo
retsky sugiere 80 ‘á’dS!? <e?b4 (80 ... en b2, de forma que nuevas tentativas
Sxa7 81 <á?c3 =) 81 £5 ó 81 g5. de aproximación resultarán, inútiles.
Una lucha inusual, llena de vicisitudes”
80 ... Sxa7 81 g6 Sd7 (Alekhine).

993
Gary Kasparov - MlS GENIALES PREDECESORES

96 £ia4 Se3 97 &b2 £e4 98 fta4 <&f3 71


Con la amenaza t¿?e2-d2-c2. R. Réti-E. Lasker
Nueva York 1924, 16a ronda
99 £a3!
Apertura Réti (Al 2)
Caso de 99 &b2?, sigue 99 ... <á?e2 100
&c4 (100 £a3 <á?d2! 101 £>c4+ *cl -+) I£f3d5 2c4c61?
100 ... Sg3 101 <á?a3, con idea de &b2 «
(Averbaj). Dvoretsky sugiere 101 ...Sc3! Antes de esto solía jugarse 2 ... eó contra
102 £a5 (102 £>d6 Éd3 103 <¿?b2 5c6!; Réti -partida núm. 98-; en cuanto a 2 ...
102 &e5.$e3 103 sá?b2 £d4) 102 ... d4 (partida núm. 146).
<á>d3! 103 &b2 Sc5! 104 £xb3 Sb5 105 3b3
^a2 - +.
Evitando la dudosa 3 d4 &Í6 4 &c3 dxc4
5 e3 b5 6 a4 b4 7 £la2 e6 (Réti-Lasker,
Máhrisch-Ostrau 1923). Este tema se
desarrolló más tarde en la partida Res-
hevsky-Smyslov (match por radio
EEUU-URSS 1945), examinado en el se­
gundo tomo.
3... &f5’?
“Con esta jugada el Dr. Lasker, con ne­
gras, aplica el sistema Londres de desa­
rrollo que, con colores invertidos, ha
resistido en varias ocasiones la prueba
contra el doble fianchetto”, escribe
99 ... &e4 Alekhine, teniendo in mente 1 d4 £if6
O bien 99 ... <£e2 100 £c5 it?d2 101 2 £f3 g6 3 &f4 Ag7 4 h3 (4 £bd2 c5 5
íá’b2=. “Un final diabólico” (Tarta- e3 d6 6 c3 &c6 7 h3 0-0 8 ¿c4, Alekhi-
kower). ne-Euwe, Londres 1922) 4 ... 0-0 5
&bd2 d6 6 e3 £ibd7 7 c3 c5 8 ^.c4 b6 9
100 &b4 &d4 101 2>b2 Sh3 102 <£a4
<£d3 103 <¿>xb3 <á>d4+ 0-0 £b7 10 ^e2 ^c7 11 £.h2 2ae8 12
e4 (Capablanca-Réti, Londres 1922), o
Tablas. “Probablemente, las tablas más bien 4 ... c5 5 e3 b6 6 £)bd2 &b7 7 Ad3
increíbles de la historia de los torneos 0-0 8 0-0 d6 9 c3 £bd7 10 We2 Ec8 11
internacionales” (B. Vainstein). Cuan­ a4 (Réti-Alekhine, Nueva York 1924,
do dio el protocolario apretón de ma­ 13a ronda).
nos a su oponente, el maestro america­
no exclamó: “¡No sabía que en el final Una variante moderna es 3 ... ^.g4, que
un caballo podía hacer tablas contra to­ también yo he jugado, por ejemplo, con­
rre y peón!”. tra Gulko (Tbilisi 1978,46° Campeonato
de la URSS) y Leko (Wijk aan Zee 2001).
En Nueva York, Richard Réti se dis­ En cualquier caso, la principal idea de
tinguió con su propia apertura, ¡uno las negras es desarrollar su alfil de c8 fue­
de los pilares de las nuevas tendencias ra de la cadena de peones y sólo enton­
en el pensamiento ajedrecístico, o hi- ces formar el muro defensivo c6-d5-e6.
permodemismo! Sin embargo, en el mo­
mento culminante de la carrera por el 4 g3 5 Ag2 £>bd7
torneo se encontró con la horma de “Más prudente hubiera sidojugar antes 5
su zapato, el sabio Lasker, quien intro­ ... e6, pues las blancas podrían asegurarse
dujo un sólido sistema defensivo que ahora una ventaja positional, aunque mi­
más tarde llevaría su nombre (aunque, croscópica, con 6 cxd5! cxd5 7 .&b2, se­
en general, es conocido como Sistema Nue­ guido de £)c3, etc. Compárese la partida
va York. N.D.T.) Lasker-Alekhine de la 18a ronda, en la

224
Emanuel II

que, con colores invertidos, este método Lasker percibe el curso correcto del
füe adoptado con éxito” (Alekhine). juego.
6 _&b2 e6 7 0-0 Ad6 13 a4
Una buena alternativa era 7 ... JíLe7 8 d3 Las blancas no podían permitir a5-a4,
0-0 9 £lbd2 a5l? (prescindiendo de 9 ... pero ahora su peón de b3 y la casilla b3
h6 -partida núm. 108), y si 10 £>h4, en­ son débiles.
tonces 10 ... .á.g4 11 h3 Áh5 12 g4 Ág6, 13 ... h6
con igualdad.
Para amenazar la ruptura e5-e4-e3, des­
8 d3 0-0 9 ¿Abd2 pués de Sfe8 y ¿h7.
9£c3 We7 =. 14 Wal

9 ... e5?l En caso de 14 ^.h4?l ^.h7 15 e4 o)c5!


las negras se habrían apoderado de la
Actividad un tanto prematura. Alekhine iniciativa.
le concede un signo de admiración a es­
ta jugada, ignorando la posible réplica 14 ... Sfe8 15 Sfcl Ah7 16 £lfl
10 cxd5 cxd5 11 e4! Esjugable 9 ... h6, y Al parar el avance e5-e4, las blancas de­
después de 10 exdo exdo 11 e4 dxe4 12 jan indefenso su peón de b3.
dxe4 &g4! (aunque no 12 ... &xe4? 13
16... &c5I?
£)xe4 £)xe4 14 £>d4 ¿Adf6 15 Sel, con
una fuerte iniciativa de las blancas), pero Si 16 ... e4 17 dxe4, entonces 17 ...
la continuación más lógica es 9 ... ^e7! Jtxe4 18 Kc3 2ad8 es confuso, mien­
10 a3 ao, con juego normal. tras que si 17 ... dxe4 18 £id4 e3 19
&xe3! ^.xc2 20 Sxc2 es completamen­
10 cxd5 cxd5 11 Sel?!
te favorable a las blancas, que tienen
Sólo 11 e4! habría permitido luchar por dos fuertes alfiles. Pero ¿qué deben ha­
la ventaja: 11 ... dxe4 12 dxe4 ^.xe4?! 13 cer ahora? Imperceptiblemente, Las­
£ixe4 ^xe4 14 ^h4 ¿Ldf6 15 Sel £>c5 ker ha superado a su rival.
16 £}f5, o bien 11 ... Ae6 (11 ... Jtg4 12 17 2xc5I?
exdo y £sc4!) 12 exdo ^.xd5 13 £ic4 's?b8
14 Sel Se8 15 Sel, etc. Pero Réti lleva a “Con una correcta evaluación positio­
cabo su original plan favorito. nal, las blancas buscan su salvación en
este sacrificio, a cambio de ganar uno
11... We7 12 Sc2 de los peones centrales enemigos. 17
Con intención de jugar Wal y Sfcl. La Wa2, por ejemplo, habría sido menos
recomendación de Réti, 12 Sel, con la provechoso en apariencia, debido a
idea de e2-e4, quizá sería más sólido. 17 ... £}a6” (Alekhine).
17 ... &xc5 18 £>xe5 Sac8
194
En mi opinión, era más precisa una
continuación no mencionada por los
comentaristas: 18 ... jLd6'. 19 f4 Sac8,
con esperanzas de materializar la cali­
dad de ventaja.
19 £e3 We6 20 h3 £d6?
Aparentemente, una omisión. “Un
error que podría haber tenido desagra­
dables consecuencias, y en lugar del
cual debía haberse jugado 20 ... b6, a
fin de salvaguardar el flanco de dama,
12... a5! además de la posición del alfil. Después

225
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

de 21 d4, las negras habrían tenido su­ jugada habría sido inefectiva si las ne­
ficiente compensación ocupando la ca­ gras se limitasen a proteger el peón
silla e4, y en caso de otras jugadas po­ con 25 ... Sd8. Su próxima jugada, sin
día haberse emprendido un plan de embargo, es mucho más enérgica y
simplificación, a base de 21 ... d4 22 apropiada” (Alekhine).
¿&c4 £id7, etc., y la ventaja material de­
25 ... h4! 26 2>xd5
bería resultar decisiva” (Alekhine).
También era posible 20 ... ^.xe3l? 21 Alekhine entierra demasiado pronto a
fxe3 ^b6 22 &d4 Wxb3 23 Sbl ^c2 24 las blancas, diciendo que el final tras 26
Sxb7 Wxe2. £xd5 £xd5 27 Wxd5 Wxd5 28 2>xd5
21 Sxc8 Sxc8 22 <2if3? .&c5 es desesperado para su causa (29
4¿}b5 &f5l), pero después de 29 £le3!
“Las blancas no son conscientes de hxg3+ distaría de ser fácil desmantelar
que la Diosa Fortuna les sonríe. Con la inusual disposición de caballos.
22 £i5g4 £>xg4 23 hxg4 (o bien 23
¿LxdS!? ^e7 24 &xg4: G. K.) podían 26 ... hxg3+ 27 fxg3 £xd5 28 íLxd5
haber ganado un segundo peón por la A£6!
calidad y, en consecuencia, evitado el Una tremenda clavada.
peligro de perder. Después de 23 ...
&Í8 (23 ... £xg3? 24 £xg7) 24 Axd5 29 &xb7
^Zd7 25 Jlf3 b5, las negras hubieran Si 29 ^g2, con idea de 29 ... 2c5 30 e4,
tenido que luchar por unas difíciles ta­ entonces 29 ... JLd4 30 &xd4 Sc2 31
blas” (Alekhine). O bien 23 ... ^.c5 24
£.xd5 Wd7 25 ¿d4, etc.
29 ... 2c5
22 ... &e7 23 ^d7 24 <M2?!
“El comienzo de una maniobra artifi­ También era posible 29 ... 2d8 30 e3
cial, cuya insuficiencia quedará de­ £xd3.
mostrada con maravillosa claridad y 30 Aa6?
precisión por el Dr. Lasker. Mejores
posibilidades de tablas ofrecía 24 £ib5 La última y fatal jugada, antes del con­
que, en vista de la amenaza &d4, se­ trol (con la amenaza 31 Wa8+). Alekhi­
guido de £>c3, etc., habría obligado a ne la califica con un signo de admira­
las negras, tras ^.f5-e6, a permitir el ción, pero el frío Fritz demuestra que
cambio de ese alfil, reforzando así la era imprescindible 30 ^.e4 ^.xd4 31
fuerza de la pareja hostil de alfiles” Axh7+ <á>xh7 32 ^e4+ fo 33 ^xd4
(Alekhine), '^xd4 34 ^.xd4 Sc2 35 <¿’g2 (es inferior
35 &b6?! Sxe2+ 36 £gl Sb2 37 £xa5
195 Bxb3) 35 ... Sxe2+ 36 <á?f3 2e8 37 £c3
Sb8 38 Axa5 2xb3 39 <á?f4 Sxd3 40
^.bó, con posibilidades de tablas.
30 ... £g6 31 Wb7 Wd8
En mi opinión, 31... Wd6! habría gana­
do más rápidamente. Por ejemplo: 32
Aa3 (32 b4? Sg5; nada cambia con 32
Wa8+ d?h7) 32 ... Axd4 33 £xc5 &xc5
34 Ac4 Wd4!

24 ... h5! 25 Whl No es jugable 32 e3, por 32 ... .£xd4 33


“Esto es demasiado ‘original’, hasta pa­ _lxd4 Sc2+ 34 ^hl Wd6 - +.
ra el propio Retí. En cualquier caso, la 32 ... Sc7 33 Wb6

226
Emanuel II

196 43 ... 3e2 44 £xl Sc2 45 £d5


Las blancas se rindieron. Después de
esta importante victoria, Lasker suma­
ría otros 5,5 puntos (¡de 61) y Capa no
podría mantener su ritmo.
Dieciocho meses más tarde el ex­
campeón también finalizaría por de­
lante del “Morphy cubano”, en el pri­
mer torneo internacional de Moscú
(1925): 1. Bogoljubov 15,5 (de 20); 2.
Lasker 14; 3. Capablanca 13,5; 4. Mars­
33 ... 2d7! 34 Wxd8+ Hxd8 35 e3 hall 12,5; 5-6. Tartakower y Torre 12; 7-
8. Réti y Romanovsky 11,5; 9-10. Grun-
La clave es que si 35 £ic6?, las negras feld e Ilyín-Zhenevsky 10,5; 11.
responden 35 ... 2d6 36 Axf6 2xc6, ga­ Bogatyrchuk 10; 12-14. Verlinsky, Ru­
nando. binstein y Spielmann 9,5; 15. Loeven-
35 ... axb4 36 &g2 fish 9, etc. Así pues, no sólo el tercero,
sino también el segundo campeón
“Una pizca mejor habría sido 36 Jlc4 mundial deleitaron a los muchos milla­
Xa8 37 Jtbo ^.fa, pero las negras trasla­ res de espectadores que con su juego
dan este alfil a b3 con ventaja” (Alekhi­ percibieron la llamada “fiebre del aje­
ne). drez” (Se alude a la famosa película de Vse­
36 ... _&xd4 37 exd4 volod Pudovkin del mismo título, en el que
se incorporaron secuencias del torneo y, en
“Así, la idea hipermoderna de cuidar particular, de Capablanca, que protagonizó
los peones centrales ha sido ejecutada un pequeño papel. N.D.T.).
con coherencia por Réti y, puede decir­ En la siguiente partida podemos
se, que incluso sin compromiso. La par­ ver, una vez más, que se encontraba por
tida está perdida, [pero los peones si­
delante de su tiempo. Por entonces su
guen intactos! Por cierto que si 37 sacrificio de dama fue toda una revela­
^.xd4, las negras ganarían con 37 ... ción, aunque ahora es un procedimien­
Sxd4 38 exd4 b3 39 Ac4 b2 40 Aa2 to típico y, naturalmente, no se consi­
•&xd3” (B. Vainstein). dera sacrificio, sino simplemente una
Sin embargo, Alekhine demostró que operación de cambio.
después de 41 a5! blW 42 Axbl J&xbl
43 a6! (pero no 43 <á?f3? &d3 44 d5 <á>f8
45 <á?e3 &fl 46 <£d4 <á?e7 47 <é>c5 <á>d7
48 h4 15 49 d6 ^.g2 50 a6 g6 - +) 43 ... 72
A. Dyin-Zhenevsky-E. Lasker
&e4+ 44 &Í2 fb 45 <á>e3 Ad5 46 <¿>f4
<á>f7 47 h4 <á>g6 48 g4 áa8 49 a7 &b7 50 Moscú 1925
g5, las blancas logran hacer tablas. Des­
pués de 37 &xd4, recomendaba la sim­ 197
ple 37 ... Af5! 38 <¿>f3 (38 ác4 Ae6)
38 ... ^.d7, ganando.
37 ... £f5 38 Ab7 _&e6! 39 <á?f3
39 a5 Jtd5+.
39 ... Ab3 40 &c6 Sd6 41 £b5 Sf6+ 42
<é>e3 Se6+» 43 é>f4
Sólo era un poco mejor 43 <£¿2 (43
<á?f3 &dl+) 43 ... 2g6 44 g4 Sh6 - +.

227
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES predecesores

Las blancas acaban de jugar.


13 £ce2!
Proponiendo el cambio de damas, 13...
Wxd2 14 Sxd2, para seguir con Sfdl y
c2-c4, con juego más que cómodo.
13 ... ^xa2!l
“Aquí probablemente se le ocurrió a
Lasker el siguiente razonamiento: si
ayer, jugando la Siciliana, Ilyin-Zhe-
nevsky sacrificó su dama contra Capa-
blanca y ganó, ¿por qué no iba a hacer
24 ... e5! 25 £jf5
yo lo mismo?” (B. Vainstein).
14 Sal Wxb2 15 Sfbl Wxbl+ 16 Exbl O bien: 25 fxe5 dxe5 26 £if5 &\f5 27
Sfd8 17 c4 &e8 exf5 £}c2 28 ^xeó Af6 29 ®xc7 £}xal
30 &d5 £>xb3 31 ^xf7 a4, y las blancas
Las blancas también quedan con cierta
están perdidas: 32 ^a7 £ja5 33 d?g2 a3
ventaja después de 17 ... a6 18 &c2
34 £>cl Ad4.
£b8 19 Sdl b5 20 £je3 bxc4 21 ¿£xc4.
Pero esto no le preocupaba a Lasker,
25 ... &xf5 26 exf5 2)c2 27 Í?c3 £xal
cuyo principal objetivo era sacar a su
28 Wxal Jlf6
oponente de la rutina habitual, obli­
gándolo a jugar la posición con una re­
Las dos torres y el peón superan clara­
lación inusual de fuerzas.
mente a la dama.
18f4a6 19«á?hl
29 Wgl
19 &c2!? b5 20 cxb5 axb5 21 Sel £f6
22 Wd3 Sa8 23 ^ed4.
29 ^el do!; 29 ^a4 £>a6 y £>co.
19 ... &c7 20 ^e3
29 ... d5! 30 cxd5 £xd5 31 fxe5 £xe5
Era interesante 20 £ixc6!? bxc6 21 Wa5
32 g4 f6 33 h4 b5 34 &d4 &e3l 35
c5 22 Sdl.
'^xe3 2xd4 36 Af3 a4 37 h5 a3 38 ^e2
20 ... 2b8 2bd8
Las negras tenían elección. Por ejem­
Las blancas se rindieron.
plo: 20 ... &xd4l? 21 Wxd4 b5 22 Wa7
e5, con contrajuego.
Al supertorneo de Nueva York
21 Kdl 2ib4 22 Wc3 a5 23 Sal? (1927), organizado para “fortalecer” a
Capablanca, Lasker ya no fue invitado.
Las blancas comienzan a cometer desli­
El respetado doctor se habría retirado
ces; lo correcto es 23 &c2 £ica6 24 Af3.
a una vida tranquila, dedicándose a sus
23 ... b6 estudios filosóficos, a su favorito bridge
y al antiguo juego japonés del Go. Pero
Con la amenaza -&fb.
la difícil situación material de Lasker le
24 ee3? obligó a regresar al ajedrez.
Un error fatal. Las blancas podían ha­ La aparición del ex monarca del
ber mantenido un aproximado equili­ ajedrez, a sus 65 años, en el torneo de
brio con 24 Sdl ^£6 (o bien 24... ¿bc8 Zurich (1934) ¡fue la sensación de la
25 ^Í3 b5) 25 ^e3 b5 26 e5 dxe5 27 temporada! En la primera ronda, sin
fxe5 &e7 28 Wf4 £e8 29 £c3 bxc4 30 dejar de fumar su eterno puro, le ganó
bxc4 £jca6, etc. a Euwe en buen estilo clásico.

5>2R
Emanuel ii

No era mejor 47 Wb7 <£g7 48 Wxc6


73
28d5, etc.
M. Euwe-E. Lasker
Zurich 1934, 1a ronda 47... <á?g7!
Planteando una red de mate.
199 48 Wc7 28d5 49 Sel Sg5 50 Wxc6
Sd8!
Las blancas se rindieron.
Lasker empezó liderando el torneo
de Zurich, con 3,5 de 4, luego con 5,5
puntos de 7, pero acabó en el quinto
puesto, detrás de Alekhine, Flohr, Eu­
we y Bogoljubov. Un año más tarde, en
el segundo torneo internacional de
Í5
Moscú (1935), el viejo campeón conse­
guiría su último triunfo competitivo: 1-
2. Botvinnik y Flohr 13 (de 19); 3. Las­
Se amenaza el doble £ie4, pero...
ker 12,5 (¡invicto!); 4. Capablanca 12,
34.. . £)c2! etc.
No fue sólo que el segundo rey del
Una elegante réplica, no prevista por
ajedrez se clasificase por delante del
Euwe.
tercero, sino que también lo derrotó
35 2>e4'^xe5!’ en su partida individual, ¡obteniendo
uno de los premios de belleza! “Lasker
“¡Colosal! Lasker entrega su dama por
fue el vencedor moral del torneo de
torre, pieza menor y peón, como había
Moscú”, escribió Zubarev en su crónica
sucedido en Moscú 1925, contra Ilyin-
final. “Su juego fue tan rico y profundo
Zhenevsky” (B. Vainstein).
como en los mejores años de su feno­
36 &f6+ ^xf6 37 2xf6 <£xf6 menal talento ajedrecístico”.
En los muy fuertes torneos de Mos­
También era bueno 37 ... £}xell? 38
Ef4 (38 Ae2 ^xf6 39 ^rxel ^e4. +; 38 cú 1936 y Nottingham 1936 sus resulta­
Sxg6+ fxg6 39 ^.xe6+ ^g7 40 Wc4 dos fueron más modestos, pero he aquí
lo que escribió entonces el campeón
S8d6 -+) 38 ... Sdl 39 <á?h2 S8d2 40
mundial Alekhine, acerca de Notting­
£e2 &Í3+ 41 2x£3 Sxfl 42 Jlxfl 2>d6,
ham: “Considero que es casi imposible
ó 42 ... «£g7.
criticar a Lasker, pues tan grande es mi
38 Sel admiración por él como persona, co­
mo artista y como escritor de ajedrez. A
Después de 38 2e2 2dl 39 Sxc2 2xfl+
40 ^.xfl 2d6, las negras tienen sencilla­ sus 67 años, gracias a su juvenil ener­
mente un peón de ventaja, como en la gía, voluntad de vencer y un concepto
increíblemente profundo de la lucha
variante previa.
ajedrecística, sigue siendo el mismo
38 ... £e4 39 _&e2 £d4 40 _&f3 £xf2 Lasker, si no como jugador de ajedrez,
Más sencillo era 40 ... Sd5 41 4lxe4 sí como pensador de ajedrez”. Es inte­
£e2+ 42 Wxe2 2xe2 43 áxd5 cxd5, resante pasar revista a las primeras vic­
etc. torias de Lasker, en la Enciclopedia de
V. e I. Linder, Reyes del ajedrez mundial
41 Wc4 £id3 42 Sfl &e5 43 Wb4 (2001).
£texf3+ 44 gxf3 £}e2+ Para la familia de Lasker fue un
44.. . 2d3!-+. tiempo de privaciones e incertidumbre.
Primero, viaje de la Alemania de Hitler
45 £>h2 £f4+ 46 £hl S2d4 47 ^e7 a la URSS, donde permanecieron

229
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

durante año y medio. Luego, nuevo via­


je, esta vez a los Estados Unidos, en el
otoño del ominoso 1937, carencia de
dinero y trabajo exhaustivo.
Murió el 11 de enero de 1941, poco
después de haber cumplido 72 años,
un día en que había recibido la visita
del gran maestro Fine y su esposa. Las­
ker ya no podía hablar. Un momento
antes de morir, su esposa Martha le oyó
susurrar: “Rey del ajedrez”.
Para concluir, y siguiendo nuestra
costumbre, he aquí algunas opiniones
de los campeones mundiales:
Lasker: “En el tablero la mentira y la
hipocresía no sobreviven. La combina­
ción creativa desnuda la presunción de
la mentira, y el hecho implacable que
culmina en el mate desenmascara al Hi­
pócrita”.
Capablanca: “Lasker, un genio natu­
ral, que se desarrolló gracias a un tra­
bajo muy duro en la primera fase de su
carrera, nunca se adhirió a ningún tipo
de juego que pudiese clasificarse como
estilo. Ninguno de los grandes jugado­
res ha sido tan incomprensible para la
mayoría de los aficionados e incluso
maestros como Emanuel Lasker”.
Alekhine: “Lasker fue mi maestro, y
sin él no hubiera podido llegar tan le­
jos. La idea del ajedrez concebido co­
mo arte es impensable sin Lasker”.
Botvinnik: “Lasker jugó un papel
importante en el reconocimiento so­
cial del ajedrez, es decir, en su utilidad,
pues, por ejemplo, decía que jugar al
ajedrez constituía una buena prepara­
ción para la lucha por la vida”.
Tal: “El más grande de los campeo­
nes fue, por supuesto, Emanuel Lasker,
¡porque en el tablero conseguía reali­
zar lo imposible! Era un asombroso tác­
tico, que ganaba partidas aparente­
mente desesperadas”.
Karpov: “De los antiguos campeo­
nes, Lasker y, sobre todo, Capablanca,
no se dedicaron precisamente a estu­
diar aperturas. A tal punto su geniali­
dad se manifestaba en el tablero,
demostrando su fuerza práctica en in­
numerables ocasiones”.

230
Capítulo tres

José Raúl III


José Raúl III

1 tercer campeón mundial, José aquello que está bien fundado: solidez
Raúl Capablanca y Graupera de la posición, presión sobre un punto
(19.11.1888-8.3.1942) es una de débil y no busca lo accidental, ni si­
las figuras más apreciadas y legendarias quiera un mate de problema, pero en
de la historia del ajedrez. En general, el momento oportuno descubre y eje­
hay cierta confusión acerca del hecho cuta combinaciones sutiles y de largo
de que las figuras más míticas del aje­ alcance”.
drez (Morphy, Pillsbury, Capablanca y A diferencia de su predecesor en el
Fischer) hubiesen nacido en América. trono, Lasker, el gran psicólogo, Capa-
Aunque los dos últimos, por ejemplo, blanca subestimaba claramente el pa­
fueran diametralmente opuestos el pel del elemento psicológico en aje­
uno al otro. Fischer estaba consagrado drez diciendo: “Cuando usted se sienta
al ajedrez y encerrado en el juego, a jugar una partida, debería pensar só­
mientras que Capa no conocía apenas lo acerca de la posición, no acerca del
la teoría y vivía -al menos la existencia oponente. Que el ajedrez se considere
cotidiana- fuera del ajedrez. Casi no ciencia, arte o deporte, nada de ello
hacía nada y trabajaba mucho menos guarda relación con la psicología, que
que otros jugadores, lo que no le impi­ sólo interfiere en el verdadero camino
dió ganar los torneos y encuentros del ajedrez”.
más importantes, manteniéndose in­ Lamentablemente, esta subestima­
victo durante años (de todos los cam­ ción y la facilidad de sus victorias le hi­
peones fue el que menos partidas per­ cieron un flaco servicio, ya que perdió
dió). ¿No es ésta una indicación de el hábito de trabajar el ajedrez: sólo fue
talento ilimitado, de indudable genio campeón durante seis años, aunque
ajedrecístico? podía haber mantenido la corona du­
Capablanca poseía una increíble rante mucho más tiempo.
habilidad para ver rápidamente una
posición y captar al vuelo sus principa­
les características. Su estilo, uno de los
El Morphy cubano
más puros y transparentes en toda la Capablanca nació en La Habana,
historia del ajedrez, nos asombra por en el seno de una amplia y próspera fa­
su lógica. Como decía, uSi ha pensado milia. Trabó conocimiento con el aje­
en un plan concreto, debe llevarlo a ca­ drez cuando aún no tenía cinco años,
bo rigurosamente”. observando jugar a su padre. Desde
Este gran jugador posicional era, ese momento su biografía comienza a
por así decirlo, un sucesor natural e in­ foijarse en términos de leyenda. Su pa­
tuitivo de la Escuela de Steinitz. “Mien­ dre, que sería derrotado por el niño
tras que Anderssen y Chigorin busca­ tres días después, lo llevó al famoso
ban posiciones accidentales”, escribe club de ajedrez de la ciudad, donde
Lasker, “Capablanca se guía por la lógi­ pronto comprendieron que no podían
ca de las posiciones fuertes. Sólo valora darle dama de ventaja. Al maestro

233
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

franco-polaco Taubenhaus, que visita­ cubanos destacados y hacia finales de


ba el club, le gustaba recordar más tar­ 1901 le ganó un match al campeón de
de: “¡Soy el único maestro vivo que le Cuba, Juan Corzo (+4 -3 =6).
ha dado al Sr. Capablanca una dama En el verano de 1904 los padres en­
de ventaja!”. viaron al joven a Nueva York, para estu­
La atmósfera de ajedrez en La Ha­ diar inglés y prepararse para ingresar
bana era ideal para la formación del jo­ en la Universidad de Columbia. Debo
ven talento. Cuba estaba estrechamen­ decir que también en Estados Unidos
te vinculada con los Estados Unidos, y había un boom ajedrecístico: todo el
tenía una importante aristocracia, clu­ mundo hablaba de la sensacional victo­
bes ricos y tradiciones ajedrecísticas ria de Marshall en el grandioso torneo
igualmente ricas. Hacia 1860 Morphy de Cambridge Springs. Además, el
había dado dos exhibiciones de simul­ campeón mundial Lasker se había ins­
táneas en La Habana, y a finales de la talado en América e incluso había ini­
década de 1880 y comienzos de la de ciado la publicación de su propia,revis-
1890 se habían celebrado allí encuen­ ta de ajedrez. Capa, con su talento
tros por el campeonato mundial entre único y sus dotes para los idiomas, ab­
Steinitz y Chigorin, y Chigorin y Guns- sorbía todo rápidamente, efectuando
berg. No sin razón, Steinitz recordaba considerables progresos. Comenzó a
el club local como El dorado del ajedrez. frecuentar el Manhattan Chess Club y
Por entonces, el ajedrez florecía en la pronto logró reconocimiento, en parti­
capital cubana, y había jugadores de cular cuando ganó un importante tor­
quienes se podía aprender. Cierto que neo de blitz en 1906, en el que participó
el joven Capa estaba sobreexcitado por el propio Lasker. No sé contra quién
las tensas batallas y, como consecuen­ perdió allí el campeón, pero lo cierto
cia, sólo se le permitía jugar en casa. A es que se enfrentó a Capablanca y que
los ocho años, comenzó a acudir al incluso analizó con él alguna posición
club los domingos, y el maestro Gol- problemática.
mayo ya no podía darle una torre de Pronto ingresó José Raúl en la uni­
ventaja. Pero entonces se produjo un versidad, pero a los dos años le dijo
nuevo intervalo de tres años. adiós a la carrera de ingeniero, para
Capablanca manifestó que su pa­ dedicarse al ajedrez. “Al cerrar este
sión por el ajedrez fue alimentada período y mirar atrás mi estilo de jue­
por dos eventos: el histórico duelo go, veo una gran mejora en todos los
entre Steinitz y Chigorin (1892), que aspectos”, recordaría Capablanca más
durante años fue animadamente tarde. “Las aperturas empezaban a
comentado en La Habana, y una ex­ parecerse más a las de un maestro,
hibición de simultáneas a la ciega de aunque en general eran mucho más
Pillsbury (1899): “Es fácil imaginar la flojas de lo que deberían ser, ya que
impresión plasmada en la imagina­ el juego es demasiado lento, los pla­
ción de un niño por un hombre que nes elaborados no pueden ser ejecu­
podía jugar dieciséis o más partidas si­ tados contra fuertes oponentes, en
multáneas a la ciega, al tiempo que lugar de las sencillas, directas, fuertes
disputaba varias partidas (también a la jugadas de ataque que deberían ca­
ciega) de damas y jugar una mano de racterizar el desarrollo de las blancas.
whist... El juego de Pillsbury litera- El medio juego ha avanzado enorme­
mente me electrificó, y con el consen­ mente, las combinaciones son segu­
timiento de mis padres comencé a ras y más profundas, y comienza a
asisür regularmente al Club de Aje­ perfilarse el juego de posición. Los fi­
drez de La Habana. No habían pasado nales ya los jugaba muy bien y, si no
tres meses cuando tenía la fuerza de me equivoco, ya había alcanzado el
un tercera categoría”. A los 13 años ya alto nivel con que en el futuro se me
había derrotado a todos los jugadores reconocería”.
José Raúl III

A comienzos de 1909, el joven Capa- 9 £fl &b7?l 10 2le3 £h5


blanca, de 20 anos, realizó una larga gi­
ra por 27 ciudades estadounidenses, dis­ “Después de 10 ... f5, sigue 11 exfo Axf5
putando 602 partidas en 31 exhibiciones 12 £xf5 Sxfo 13 d4, con ventaja: 13 ...
de simultáneas, con el fantástico resulta­ exd4 14 ±xc6 bxc6 15 £xd4, ganando,
do de +571 -13 =18. Para lograr un triun­ como mínimo, un peón, y si 13 ... -&A5
fo definitivo, sólo le quedaba derrotar al (en lugar de 13 ... exd4), entonces 14
permanente campeón del país, Frank ukd3 gana calidad” (Capabianca).
Marshall, de 31 años. Este último, por 11 g4! £g6 12 £f5
supuesto, no puso objeciones a un
match y aceptó el desafio, esperando de­ Un momento crucial.
rrotar sin problemas al inexperto nova­
to. Pocos años antes, Marshall había per­ 200
dido matches ante Lasker y Tarrasch,
pero eran nada menos que el primero y
el segundo jugadores del orbe, mientras
que el nuevo rival apenas era un mucha­
cho debutante. ¡Qué gran desilusión!
Lasker vaticinaba que el cubano vence­
ría, llegando a añadir que él, Lasker,
“probablemente tendría que jugar
pronto un encuentro por el campeona­
to mundial con Capabianca”.
El intrigante encuentro entre Capa-
blanca y Marshall (abril-junio de 1909) 12 ... h5?
se disputó en varias ciudades de Esta­
dos Unidos, btyo los auspicios del Man­ ¿Debe uno colaborar con el oponente
hattan Chess Club. Resultaría vence­ en el flanco en que está siendo atacado?
dor el primero en ganar ocho juegos. Marshall abre voluntariamente la co­
Después de cinco partidas, Capa domi­ lumna h, a lo largo de la cual recibirá
naba ya por 2-0 (y tres tablas), y la sex­ mate: ¡ni más ni menos! Por supuesto,
ta partida puso en evidencia la abru­ “hubiera sido mejor 12 ... &g5, para sim­
madora diferencia de juego entre plificar la posición” (Capabianca). Por
ambos oponentes. ejemplo: 13 <¿>g2 £ixf3 14 Wx£3 Ag5 15
2hl .&xcl 16 Saxcl £ie7 17 h4 c6, y las
negras están bien (Lasker), o bien 13
d4l? £ixf3+ 14 Wxf3 exd4 (pero no 14 ...
74
¿go?! 15 .&xc6 bxc6 16 dxe5! dxe5 17
J.R. Capablanca-F. Marshall 2dl) 15 .á.xc6 bxc6 16 cxd4 Zb8, con
Morristown 1909, Match, 6a partida una posición ligeramente inferior, pero
Apertura Española (C62) nada que ver en absoluto con lo que
ocurrió en la partida: ya que hay un
1 e4 e5 2 £f3 £c6 3 £b5 d6 4 c3 &g4?J margen de seguridad y no sucede nada
¿Para qué? trágico. Ahora, la posición negra se de­
teriora rápidamente.
5 d3 £e7 6 &bd2 £>f6 7 0-0 0-0 8 Sel
Capa juega tranquilamente la apertura, 13 h3 hxg4?’
porque no ve la necesidad de forzar el No obstante, era mejor 13 ... £g5!, aun­
juego. que después de 14 £>xg5 £>xg5 15 ^g2
8... h6?I d5 16 gxh5 17 exf5, las blancas
tienen una evidente ventaja.
Demasiado lento. Actualmente, cual­
quier maestro jugaría 8 ... &d7. 14 hxg4 Ag5

235
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

15 £xg5 £xg5 16 <¿>g2 d5 17 We2 5e8 una diagonal débil en la posición ne­
18 Shl gra, contra la cual puede actuar el alfil
blanco”.
¡Aquí es donde comienza la partida!
En realidad, la partida ya está senten­ Bueno, hasta un momento dado tales
ciada: las blancas juegan, simplemen­ jugadas le bastaban a Capa. Con Mars­
te, al mate. hall no necesitó calcular, con Lasker
18 ... Se6 (1921) podía permitirse cierto margen
de equivocación, pero con Alekhine
En palabras de buen número de co­ (1927), cuando se requería una extre­
mentaristas, ésta es una de las famosas ma precisión, no tenía ya la fuerza de
celadas de Marshall. Actualmente, tales calcular variantes complicadas, porque
“trampas diabólicas” apenas provocan su pereza se había convertido en un há­
una sonrisa. bito cultivado durante muchos años.
201 19... f6 20 Aa4!
Un simple traslado del alfil “español” al
lugar correcto.
20 ... ¿Le7 21 &b3 c6 22 Wg3 a5?!
La posición negra es estratégicamente
desesperada, pero ¿por qué debilitar el
flanco de dama?
23 a4 £}f7 24 &e3 b6
Impidiendo Jtc5, pero el peón de b6 se
19 ^e3 convierte en una debilidad crónica. No
hay nada más que requiera un comen­
“Si las blancas se dejan tentar por la ga­ tario específico, porque las blancas tie­
nancia de calidad: 19 Axg5 (!: G. K.) nen un claro plan ganador.
19 ... Wxg5 20 exd5 Jtxfó 21 dxe6 &xg4
22 exf7+?, entonces tras 22 ... <£xf7 23 25 2h4 <é*f8 26 Sahl £g8 27 Wf3!
We3 (después de 23 J3! las negras sólo tie­ “Obligando a las negras a tomar el ca­
nen jaque perpetuo: 23 ... <sLh3+ 24 &f2 ballo, reforzando así aún más la posi­
25 &e3 '^f4+ -G. K.) 23 ... ción blanca” (Capablanca).
^.hS+fl, y reciben mate” (Panov, en su
libro Capablanca, de 1970). Sin embar­ 27 ... £.xf5 28 gxf5 Sd6 29 Wh5 Ba7 30
go, resulta inmediatamente decisiva 22
^e3! Wg6 (22 ... Wxe3 23 exf7+) 23
También es malo 30 ... £ie7 31 2h8+
^g3 Wxe6 24 &c4 Wg6 25 Sh4 áf5 26
£>xh8 32 Sxh8+ £g8 33 Wh7 &f7, de­
i?xg6 JLxg6 27 Sahl + ¡y se han aca­
bido a 34 JLdl y 34 £xb6.
bado las trampas diabólicas! También
es malo 21 ... ^.xe6 (en lugar de 21 ...
202
^xg4) 22 £xc6 bxc6 (22 ... £.xg4? 23
&f3) 23 f3, etc.
Creo que Capablanca ni siquiera se
molestó en calcular estas variantes: ¿pa­
ra qué esforzarse, si 19 ^e3 era sufi­
ciente? El comentario del vencedor
fue: “Una jugada muy importante, cuyo
objetivo es cerrar la acción de la dama
enemiga y, al mismo tiempo, incorpo­
rar al juego la propia. También crea

236
José Raúl III

31 2xh6! gxh6 tenido mayores problemas, consi­


guiendo un resultado de +3 -1 =4.
31 ... &xh6 32 ^.xh6, ganando.
32 £.xh6+ <¿e7 33 Wh7+ £e8 34 4 cxd5 exd5 5 Q}f3 £}c6 6 g3 ¿e6?!
Wxg8+ <á?d7 35 Wh7+ We7 36 Af8 Más tarde, Capablanca también jugó
Wxh7 37 Exh7+ <á?c8 38 2xa7 así contra Rubinstein (partida núm.
Las negras se rindieron. “Una de mis 64). Pero entonces abandonó la De­
mejores partidas” (Capablanca). fensa Tarrasch, decidiendo no incu­
rrir en debilidades. Aun así, 6 ... &f6 7
En la séptima partida Marshall J&g2 &e7 es más preciso, pues el alfil
consiguió inaugurar su marcador, pe­ de c8 puede desarrollarse por g4, y la
ro para entonces estaba ya completa­ torre rey por e8, presionando sobre la
mente superado. Tras ganar la 8a, la columna e.
11a, la 12a y la 13a partidas, Capablam
ca sólo necesitaba otra victoria. Y en 7 £g2 Ae7
ese momento se produjo una increí­
ble serie de empates, la eterna can­ En la primera partida, después de 7 ...
ción de los interminables encuentros 2T6 8 J.g5 h6 9 £.xf6 ^xf6 10 0-0
en el siglo XX y los jugadores acorda­ cxd4 11 £>bo 2c8 12 &fxd4 £}xd4 13
ron nada menos que nueve tablas se­ &xd4 £c5 14 £>xe6 fxe6 15 1^a4+
tá’f7, Capa logró tablas sin problemas.
guidas!
La última partida del duelo fue la 8 0-0 £f6 9 &g5?’
23a, cuyo desenlace produjo una inde­
leble impresión en los contemporá­ Con el alfil en e6 esto es una impreci­
neos de Capablanca. Se trata de un sión. Mejor es la modesta 9 b3!?, o la
ejemplo clásico en la conversión de más rígida 9 dxc5 &xc5 10 £>a4! (a la
un factor exaltado por Steinitz y Ta- jugada de Bogoljubov, 10 £}g5, es váli­
rrasch: mayoría de peones en el flan­ da la simple respuesta 10 ... 0-0) 10 ...
co de dama. &e7 11 &e3 0-0 12 £id4 (Réti), con
una pequeña, pero duradera ventaja.

9 ... £e4!
75
F. Marshall-J.R. Capablanca “Una muy buena réplica, que libera el
Nueva York 1909, Match, 23a partida juego negro. Antes de esta partida,
Gambito de Dama (D33) Rubinstein y Mieses habían disputado
una serie de partidas, que me fueron
mostradas por alguno de mis amigos,
1 d4 deseosos de conocer mi opinión al
No sin razón, a Marshall se le llamaba respecto. Me gustó la novena jugada
“el intrépido caballero del Gambito de Mieses 9 ... £)e4, y decidí jugarla
de Dama”, que jugó reiteradamente a contra Marshall, quien esperaba que
lo largo del encuentro, con la única no conociese dichas partidas” (Capa-
excepción de la 17a partida, una Aper­ blanca).
tura Cuatro Caballos.
Por cierto, que si las negras, en lugar
1 ... d5 2 c4 e6 3 &c3 c5 de Jke6, hubiesen jugado 0-0, la ma­
El arma principal de Capablanca era niobra liberadora 9 ... £le4? no es po­
la Defensa Lasker, quien la había em­ sible, ya que tras 10 &xe7 Wxe7, el pe­
pleado contra Marshall en su match ón de d5 estaría colgando.
por el campeonato mundial de 1907: 10 £xe7 Wxe7
3 ... &f6 4 ¿.g5 JLe7 5 e3 ¿£e4 6 ^.xe7
Wxe7, etc. Aquí el cubano no había El primer momento crítico.

237
Gary Kasparov - Mis ceñíales predecesores

De nuevo, lo más sencillo. Si 13 ...


£}b5?, entonces 14 Wa4 a6 15 Wxe4.
14 £xf3
“Mejor hubiera sido 14 £xf3 exf3 15
^a4+. Tenía intención de contestar 15
... <á?f8 a este jaque, y no 15 ... .&d7?,
que habría simplificado el juego, per­
diendo así toda posibilidad de ganar”
(Capablanca). Estoy de acuerdo: 15 ...
£d7 16 &xd7 Wxd7 17 ^e4+ ^e7 18
l^xfS, con igualdad. Después de 15 ...
(¿>f8! se recomendó 16 Sfdl, omitiendo
11 £ie5
16 ... g6! 17 &x£3 &g7, con excelente
¡Tomando el camino equivocado! Una juego para las negras.
típica tentativa de Marshall por iniciar 14 ... exf3 15 Wxf3 0-0!
alguna secuencia táctica a partir de la
nada. “Por supuesto, si 11 dxc5, 11 ... 204

«SI
&xc3, con excelente juego” (Capablan­
ca). Pero también había jugadas nor­
males, como 11 e3 o 11 Sel.

Curiosamente, Marshall ya había des­


trozado a Mieses con 11 2cl (Berlin
1908, 3a partida): 11 ... 2d8?l 12 dxc5
£ixc5 13 b4 £e4 14 b5 &a5 15 ^d4
£}xc3 16 Wxc3 £>c4 17 ^xg7, etc. Es
probable que hubiese visto la partida
Rubinstein-Mieses (Francfort 1909,
match, 2a partida), que siguió así; 11 ...
&xc3! 12 Sxc3 c4 13 ¿£e5 0-0 14 b3?! 16 afcl
Wb4 15 ^d2 Sac8 16 Sdl b5 17 f4 “Las negras tienen mejor juego, dado
£}xe5 18 fxe5 a5 Rubinstein sugirió que las blancas no pueden jugar 16
14 f4, con idea de f4-f5 ó e2-e4, pero Wxb7, por 16 ... 'Bfxb7 17 &xb7 Sab8 y
tampoco en este caso tendrían que te­ 18 ... 2xb2, con mayor libertad y un
mer nada las negras, pues con 14 ... f6! peón pasado, que debería imponerse”
15 £ixc6 bxc6 16 e4 dxe4 17 ^.xe4 (Capablanca). Panov y otros comenta­
-&d5, lograrían igualar. ristas son de la misma opinión, pero yo
creo que, desde un punto de vista prác­
11 ... 2>xd4! tico, era el mejor modo de salvar la par­
Simple y convincente. No hay necesi­ tida: 18 &g2 2xb2 19 Sfcl! c4 20 £fl
dad de jugar 11 ... £}xc3 12 bxc3 5^xe5 Sc8 21 2c3, con buenas probabilidades
13 dxe5 0-0 (13 ... ^d7 14 f4 g6 15 e4!; de tablas.
13 ... 2d8 14 Wa4+) 14 £xd5 2ad8 15 Todos ellos, como si se hubieran pues­
e4 ^.xd5 (peor es 15 ... ^.h3?l 16 Sel to de acuerdo, sugieren, de forma dog­
Wxe5 17 >b3 b6 18 f4 We7 19 a4: Ta- mática, la inmediata creación de con­
rrasch) 16 exd5 Wxe5 17 c4 b5 18 Sel trajuego con 16 e4, seguido de We3 y
Wf5, con juego confuso. f2-f4. Pero después de 16 ... Sfd8 17
We3 Sd4!, no está claro que los peones
12 £ixe4 dxe4 13 e3 blancos deban avanzar, mientras que la
Pero no 13 ^.xe4? ^.h3 - +. columna d está en poder de las negras
y las debilidades en la posición blanca
13... £f3+! son irreparables. Por el momento, la

238
José Raúl III

jugada de la partida no estropea nada: “Las negras dominan ahora el tablero


Marshall activa, sencillamente, su torre, por completo. Su juego es un ejemplo
sin sospechar lo que le espera. de cómo pueden explotarse las peque­
ñas ventajas” (Lasker).
16 ... 5ab8 17 We4
Con idea de 18 Jkh3. Sólo se han producido siete jugadas
tranquilas y, estratégicamente, la parti­
17... Wc7! da ya está decidida. Las negras tienen
Evitando el cambio de alfiles: ¡el negro peones avanzados en el flanco de da­
está mejor! ma, mientras que las blancas tienen su
torre fuera de juego y han entregado,
18 2c3 además, la columna d. Es difícil imagi­
Otro mito: “Era mejor 18 f4” (Panov). nar que el conductor de las blancas sea
Esto sólo habría conseguido debilitar la un reciente candidato al máximo títu­
posición blanca, y después de 18 ... lo, ¡un gran maestro entre los diez me­
Sfd8 sus dificultades aumentarían. ¡Las jores del mundo!
blancas no tienen que avanzar peones,
sino defenderse! 23 lf3 g6!

18... b5 19a3 Con la amenaza 24 ... ^.do 25 Wg4 h5.


Según Steinitz, e incluso Philidor, las
En mi opinión, era preferible 19 b3l?
negras deberían haber jugado h7-h6.
para jugar a tablas. Así es como habrían
Pero Capa observó sutilmente que en
jugado los maestros modernos.
este caso no se trataba de que hubiese
19 ... c4 peones en casillas del mismo color que
Otro micromatiz. Capa explota la desa­ el alfil, sino de la disposición más ar­
fortunada. posición de la torre en c3. mónica posible de las piezas, supri­
miendo todo contrajuego de las blan­
205 cas, puesto que en cualquier caso las
cosas se decidirían por una ruptura en
el flanco de dama.

24 *tc6
24 Sc2? &f5.
24 ... We5!

También era posible 24 ... Wxc6 25


^.xc6 a6, pero las negras cambian en
una posición más favorable.

20 £f3?I 25 We4 Wxe4 26 £xe4 Edl+!


También era flojo 20 b3?! Wa5! 21 b4 “Muy importante. Las negras deben im­
Wc7. Según Lasker, era preciso 20 Sdl, pedir que el rey se acerque, con &c2,
y si 20 ... Sfd8, 21 Sccl!, conectando seguido de 'é’fl, etc” (Capablanca).
las torres. Las negras tienen una peque­
ña ventaja, pero nada decisivo. 27 <á>g2 a5
Aparentemente, Marshall estaba satis­ Disponiéndose a crear un peón pasado.
fecho con el hecho de que los peones
negros se encontrasen en casillas del 28 2c2 b4 29 axb4 axb4 30 £f3 Sbl
mismo color que su alfil. Pero estos
peones pronto se pondrán en marcha. La última posición crítica, que ahora es
mala para las blancas, porque las ne­
20... Sfd8 21 2dl Sxdl+ 22 &xdl 2d8 gras han logrado todo lo que querían.

239
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

el flanco de dama, como si por si sola

■Mi
concediera ventaja. Sólo muchos
años más tarde, esto fue discutido
por Alekhine en una partida con Ya­
tes (núm. 116), y demostró que tenía
razón. Cada posición debe evaluarse
de forma concreta: una mayoría de
flanco es importante en un final téc­
nico, donde puede crearse un peón
pasado distante, pero en posiciones
del medio juego los peones centrales
pueden conceder importante contra­
31 &e2? juego, o incluso ataque. Para realizar
este paso adelante, se requería un
¡Esto pierde el alfil! Con 31 Sd2 seguía
Alekhine.
siendo posible resistir o, al menos, se
Así pues, el novato ganó el
requeriría cierta precisión por parte
match, con el sensacional resultado
de las negras: 31 ... Sal! 32 Sa2
de +8 -1 =14. En los Estados Unidos
33 <á?fl c3 34 Sd8+ <á?g7 35 bxc3 Sal+!
fue apodado “el Morphy cubano”, y
36 Sdl (36 <á?g2 bxc3 37 ádl Sa2 - +)
en Cuba se le saludó como a un hé­
36 ... Sxdl+ 37 ^.xdl b3 - +. Pero aho­
roe nacional. “Puedo afirmar, sin te­
ra es el turno del fenómeno cubano,
mor a equivocarme, que ningún juga­
que realiza una pequeña pero elegante
dor ha realizado un hecho así”,
combinación.
escribe Capablanca sin falsa mo­
31 ... b3! 32 Sd2 destia, “puesto que fue mi primer
encuentro contra un maestro, y un
Si 32 Sc3, entonces 32 ... Sxb2 33
maestro que se encuentra entre los
&xc4 Sc2!, ganando pieza.
diez mejores del mundo. Lo más sor­
32 ... Sel! 33 ádl prendente de todo fue que he jugado
sin haber abierto jamás un libro so­
O bien 33 <££3 Sc2 34 Sd4 c3 35 bxc3
bre aperturas. En realidad, si Mars­
b2 36 Sb4 Ad5+ 37 e4 Sxc3+ 38 &f4
hall hubiese jugado aperturas como
.&b3 - +.
el Gambito Danés o la Víenesa, el re­
33 ... c3 34 bxc3 b2! 35 Sxb2 sultado habría sido diferente. En
cualquier caso, hubiera tenido más
35 &c2? 2xc2-+.
dificultades para obtener un resul­
35 ... Sxdl 36 Sc2 &f5 37 Sb2 Sel 38 tado así”.
Sb3 ^Le4+ 39 <¿h3 Sc2 40 f4 h5 En mi opinión, la cuestión del re­
sultado no tiene importancia, pero sí
“Amenazando 41 ... ^.£5+, seguido de
el hecho de que Capa jugase un tipo
42 ... Sxh2+ y 43 ... *á’g7. El resto no re­
de ajedrez completamente distinto.
quiere comentarios” (Capablanca).
Las partidas demostraron que, gra­
41 g4 hxg4+ 42 <é,xg4 Sxh2 43 Sb4 f5+ cias a su increíble talento natural, en­
44 <£g3 Se2 45 Sc4 Sxe3+ 46 &h4 &g7 tendía el ajedrez de manera diferen­
47 Sc7+ &f6 48 Sd7 Ag2 49 Sd6+ &g7 te, a un nivel desconocido para sus
Las blancas se rindieron. oponentes. Esta diferencia de com­
prensión equivalía, prácticamente, ja
La sencillez con que las negras dos categorías de fuerza! Marshall era
promovieron su peón ejerció una co­ un fuerte gran maestro. Jugaba de for­
losal influencia sobre la mente de los ma concreta, realizaba ataques repen­
jugadores. Después de esta partida, tinos, pero no tenía un gran instinto
muchos adquirieron un horror su­ para la posición. Capablanca, en cam­
persticioso a la mayoría de peones en bio, pensaba en esquemas, veía planes

940
José Raúl III

y empleaba conceptos generales, algo era el gran maestro Milan Vukic. No


que por entonces no era accesible a hay que decir que compartió el sino
muchos, sólo a los elegidos: Lasker, de Bernstein.
Tarrasch, Schlechter, Rubinstein...
Ahora, a estos maestros se les ha­
bía sumado Capablanca, y con el
76
tiempo llevaría su comprensión po-
sicional a la perfección. Sabía exacta­ J.R. Capablanca-O. Bernstein
mente qué pieza debía situar y dón­ San Sebastián 1911, Ia ronda
de, y era como si pudiera ver a través
de la posición. Fue por esta razón 207
por la que el cubano rara vez perdía
una partida.

Drama en San Sebastián


El debut de Capablanca en el rue­
do internacional se produjo en el im­
portante torneo de San Sebastián
(1911), que atrajo a todas las estrellas
de la época, con excepción de Lasker,
el vigente campeón mundial, y Ale­
khine, que aún era demasiado joven. 22 £e2?!
Allí estaban el principal aspirante al Un sacrificio puramente intuitivo del
trono, el incomparable Rubinstein, peón a2, en aras de un ataque al rey. To­
¡y todos los participantes en encuen­ dos los comentaristas, empezando por
tros recientes por el título mundial: Capablanca, consideraban que el sacrifi­
Schlechter, Janowski, Tarrasch, Mars­ cio era más que correcto, pero si lo era o
hall...! La organización sólo había in­ no, lo veremos ahora. Creo que hacia
vitado a maestros que hubiesen con­ 1925 el cubano ya no hubiera vuelto a
seguido al menos dos cuartos puestos jugar 22 £te2?l
en torneos de la década anterior. Só­
lo se hizo una excepción con el joven 22 ... ^xa2!?
Capa, de 22 años, teniendo en cuenta Por supuesto, era más tranquila 22 ...
su impresionante victoria en su en­ ^b6, y quizá tras 23 <á?g2 Wxe3 24 £)xe3,
frentamiento con Marshall. las blancas tuviesen una pequeña ventaja,
“Algunos de los maestros”, recor­ aunque tendría que demostrarse. Como
daría más tarde Capablanca, “objeta­ Ca/zaorgullosamente escribe, “puedo de­
ron mi inclusión, antes de que fuese cir, debido a la conversación que por en­
conocida esta cláusula. Uno de ellos tonces tuve con el Dr. Bemstein, que éste
era el Dr. Bernstein, contra quien tu­ no tenía la menor idea de lo que se aveci­
ve la buena fortuna de jugar en la pri­ naba. No hay por qué sorprenderse, sin
mera ronda, y vencerle de tal forma embargo, puesto que la combinación era
que logré el premio Rothschild por la muy profunda y difícil de calcular”. Sin
partida más brillante del torneo”. embargo, actualmente un peón así sería
Algo similar sucedería, muchos capturado no sólo por Korchnoi, pues
años más tarde, en el fuerte torneo por el momento no parece haber nada
de Banja Luka 1979. Los venerables concreto para las blancas.
participantes expresaron su disgusto
por la invitación al joven de 16 años 23 ¿Leg3 Wxc2
de Bakú, Kasparov, que no poseía tí­ Pero aquí todo el mundo le concede a
tulo internacional. El más indignado esta jugada un signo de interrogación.

241
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES PREDECESORES

Según Lasker, era imprescindible 23 ... 26 ... ’©eS 27 F4 Wh5 28 £}fxg7?>


161? 24 &h5 fif7. Estoy de acuerdo en 2xg7 29 4bf6+ l«’h8 30 f5 £}g5, la única
que esto no es malo, sobre todo porque pregunta es si las blancas podrán sal­
tras la aguda 25 £>xh6 gxh6 26 ^c3 var la partida.
^a3 27 2>xf6+ Sxf6 28 Wxf6 ^c5+ 29
<¿?hl £)g7, nada terrible les ocurriría a He aquí la “profunda combinación”,
para que el lector la examine. Para ser
las negras. Pero ¿y si la captura en c2 re­
objetivo, debo decir que la mayoría
sultara ser útil?
de los grandes maestros de la época
24 Sel no se defendían mejor que Bernstein
y, por consiguiente, las arriesgadas
Parando la amenaza Wc5. Teniendo en
fantasías de Capa, que con los años
cuenta las dificultades que las blancas
fueron haciéndose cada vez más esca­
podrían haber experimentado en la
sas, eran algo de lo que él normal­
partida, yo sugeriría la confusa 24 £lh5
mente escapaba.
Wc5 25 e5! (pero no 25 ^xc5 £ixc5 26
£ifxg7? Eb8!) 25 ... Wxe3+ 26 Exe3 26 Ee2 We5 27 f4 W>5
£c5 27 &fxg7l? La dama está desconectada de la defen­
24 ... Wb2 25 &h5 sa del flanco de rey, y la desafortunada
posición de la torre en h8 permite a las
“La marcha de este caballo es absoluta­ blancas lanzar un golpe velado.
mente notable. Incluso ahora parece
inofensivo y, sin embargo, será precisa­ 208
mente este caballo el que decida la par­
tida” (Capablanca). ¡Pero sólo a causa
del débil juego de las negras!
25... Eh8?
“No había nada mejor (¿ ? -G. K.) Si 25
... g6 26 Wxh6+ &g8 27 e5 gxh5 28
gxho, y las blancas ganan, porque no
hay forma de impedir que una de las
torres dé jaque en la columna g (28 ...
^xb3 29 Se2 y Zg2+ -G. K.) Si 25 ... g5
26 e5 f6 27 Wd3, y con un juego ade­ 28 2tfxg7! ^c5?
cuado, las blancas ganarán. No indico
Otro error, debido, al parecer, a los
aquí las variantes porque son muy lar­
apuros de tiempo. Capablanca espera­
gas y complicadas” (Capablanca).
ba 28 ... £ixg7 29 £T6+ <¿>g6 30 £xd7
Un comentario típico: ¡al tercer cam­ f6! (se amenazaba la espectacular 31
peón mundial no le gustaban mucho Í5+ ^h7 32 £>f6++!) 31 e5! <á?f7 32 2>xf6
las variantes largas y complicadas! Sin S e7 33 £>e4, “y la posición negra es in­
embargo, nadie ha demostrado cómo sostenible”.
ganan las blancas después de 25 ... Es una pena que Bernstein no hubiese
g5!? 26 e5 f6 27 ^d3 <á?h8! Y lo que es visto la fría defensa 28 ... Ed8! En este
más importante, nadie ha demostrado caso, como escribe Panov, “las blancas,
qué debe jugarse después de 26 ... con 29 fo &Í8 (29 ... £ixg7?? 30 £jf6++;
£f4! (en lugar de 26 ... f6). Por ejem­ 29... &c5 30 gí! ^d3 31 g6+!: G.K.) 30
plo: 27 £>xf4 Exe5 28 £d3 Sxe3 29 e5!, habrían obtenido un ataque irresis­
£>xb2 5xb3, con excelente juego de tible: 30 ... ^xe5 31 ^d2! Wb5 32 W
las negras. Sg8 33 <á*xg7 34 £ixd7+ é’h? 35
Me gustaría añadir que incluso des­ £f6+ <¿>h8 36 Se7 + -, o bien 30 ... 2g8
pués de la más pasiva 25 ... Sg81? 26 31 e6 fxe6 32 fxe6 ^xe6 33 We4+! (á,h8
2e2 (26 £hxg7?! Exg7 27 ^xh6+ 34 2>xe6 fch5 (34 ... Axe6? 35 ^xe6
José Raúl III

Wxh5 36 Wf6+ ¿>h7 37 Se7+) 35 Sg2”. No era mejor 30 ... Sg8 31 ¿Lf6+ '¿’g/
Sin embargo, esta última variante nece­ 32 Se3, o bien 30 ... £>e6 31 á’gó
sita su continuación y mejora: (31 ... *á?g7 32 &xe8+ -) 32 Í5+ <á?g5 33
h4+ <¿,xh4 34 Sh2+ '¿’go 35 Sh5+, con
1) 35 ... .&xe6 36 gxh5 Sxg2+ 37 ^xg2
rápido mate.
(37 <¿>xg2? £d5) 37 ... Sg8 38 Wxg8+
<¿xg8 39 Sxc6 (39 b4 £d5 40 Sal c5) 31 £}xf6+ ‘¿’gfi 32 £ih5 Sg8 33 f5+ &g5
39 ... Jtxb3 40 Sxc7 conduce a un final “Olvidando” rendirse.
de torre contra alfil, en el que la victo­
ria blanca, si es que existe, requiere un 34 ^e3+ 4?h4 35 ^g3+
análisis separado. Las negras abandonaron. Si 35 ... '¿’gó,
2) 35 ... ^e8 36 ^d4+ <¿h7 37 £xd8 36 h4++.
't^xd8 38 '^fd3+ ‘¿’hS 39 h3, con mejor Después de esta victoria, Capa se ga­
posición de las blancas, pero lejos de nó el respeto de sus colegas y ya no vol­
poder considerarse ganada. vió a considerarse una presa fácil. Pero
aun así, en este su primer torneo inter­
Por consiguiente, traté de mejorar su
nacional, y además tan fuerte, el cuba­
juego con 33 £>xe6!? (en lugar de 33
no no se sintió del todo seguro de sí
'^e4+). La computadora rápidamente
mismo. Más tarde recordaría que fue
produjo una variante fantástica, confir­
terrible para él sentirse en compañía
mando inesperadamente las palabras
de los jugadores más fuertes de Euro­
de Capablanca, de que “esta combina­
pa: el debutante temía todo el tiempo
ción, considerada en conjunto, es una
que sus oponentes realizaran jugadas
de las más largas y más difíciles jamás
que él no había previsto.
jugadas en el tablero”: 33 ... Sxg4+ 34
Aunque comenzó con 3 puntos de 4
¿>fl ^xh5 (34 ... 35 5f2 ^xe6 36
partidas, en su encuentro con Janows­
£}f6+ '¿’gó 37 £ixg4, ganando) 35 £>xd8
ki, uno de los combatientes más experi­
c5! 36 SÍ2! Ab5+ 37 <¿el ^h4 38 &e6
mentados, sus temores se vieron funda­
2e4 39 £Í8+ <á?g7.
dos. Capablanca admitiría más tarde:
209
“En esta partida, por primera vez en mi
vida tenía la sensación de ser completa­
mente superado por mi adversario.
Una y otra vez, hasta mi jugada 23, ima­
ginaba las respuestas de mi rival sólo
para comprobar de inmediato que me
había equivocado, y que había otra ju­
gada superior a la que yo consideraba
la mejor”.

Diagrama de análisis

Las negras parecen tener suficiente ata­ 77


que por la torre, pero... 40 ¿)d2!! Wg4! J.R. Capablanca-D. Janowski
(40 ... Sxe3 41 Sgl+) 41 '^c3+ <¿g8 42 San Sebastián 1911, 5 a ronda
Wg3 Wxg3 43 hxg3 <¿g7 44 Sel +-. Gambito de Dama (D40)
Además, las blancas pueden considerar
29 £>f51? (en lugar de 29 Í5) 29 ... m>6 1 d4 d5 2 e3 3 £¡f3 c5 4 c4 e6 5
30 Sal, con una importante iniciativa, £c3 £e7
aun sin damas: 30 ... a5 (30 ... £)c5? 31
<á?hl Axfo 32 Wc3! Shg8 33 £f6+ ¿?h8 Aquí se juegan normalmente 5 ... dxc4
34 £ixg8+ <¿>xg8 35 gxfo, ganando) 31 ó 5 ... £>c6, pero Janowski “quería indu­
£g2 Wxe3 32 Sxe3 c5 33 2)e7, etc. cir a las blancas a entregar su centro de
peones, manteniendo el suyo en d5”
29 £}xe8 JLxe8 30 Ík3 f6 (Edward Lasker).

243
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

6 dxc5 0-0 7 a3 210


Era más preciso 7 cxd5!
7 ... £xc5 8 b4 ¿e7
8... JLd6!?
9£b2 a5!?10b5
No, por supuesto, 10 c5? b6!
10 ... b6 11 cxd5 exd5 12 &d4 ¿d6 13
&e2
“Vi entonces que 13 g3 parecía la conti­ 23 ... £}c4! 24 &xc4
nuación adecuada, pero temí ser criti­
cado por crear una formación así de Si 24 ¿dxe6?, aún habría sido más fuer­
peones en el flanco de rey” (Capablan- te 24 ... -&xh2+! 25 <¿>xh2 ^h4+ 26 ^>gl
ca). Según Edward Lasker, en tal caso Wxf2+ 27 &h2 Wg3+ 28 <á?h 1 2>xe3 - +.
13 ... £g4! sería una buena réplica. 24... &xh2+!
Aun así, creo que después de 14 f3 -&e6
“¡He aquí la crisis! Con este sacrificio
15 ^f2 Sa7 16 ^.e2, las blancas tienen
de alfil, Janowski derriba las defensas
una posición muy favorable.
enemigas. Por cierto, que gana sufi­
13 ... 14 Af3?! cientes peones para compensar la pie­
za, en caso de que Capablanca lograse
Por supuesto, era mejor 14 0-0, sin de­
poner a su rey a cubierto” (Edward Las­
bilitar la casilla c4. En una posición
ker). “Este sacrificio es excelente, pues­
complicada, atípica, en la que ambos
to que las negras pueden, como míni­
bandos tienen debilidades, jugar en ba­
mo, hacer tablas por jaque perpetuo.
se a consideraciones generales, “a ojo”,
24 ... dxc4 no hubiera sido bueno, ya
¡sencillamente no basta!
que las blancas entonces podrían jugar
14 ... 2a7! 15 0-0 Sc7 16 ^b3?l 25 ^c2, quedando, al menos, con una
partida igualada” (Capablanca).
Un tiro al aire. Era más sólido 16 ^d2
(ó 16 Sel), pero no 16 &xd5? £kxd5 17 25 (á,xh2 Wh4+ 26 «é>gl ^xf2+ 27 <¿4i2
±xd5 ±xh2+! 18 <é>xh2 Wh4+ 19 s*?gl Wg3+!
.&xd5 20 £f3 &xf3 21 Wxf3 2c5, etc. Mucho menos claro era 27 ... dxc4 28
16 ... £bd7! 17 fífdl '^c2 ^d2 29 Wdl £d5 (29 ... £>fl+ 30
<á?hl Ad5 31 2>f3 &xe3 32 ^gl!, y sólo
Como puede fácilmente comprobarse, queda 31 ... £ig3+ 32 ^h2 &fl+, con ja­
17 £}xd5? y 17 &c6? pierden material. que perpetuo) 30 Wg4 £>fl+ 31 ‘É’hS
&b7 32 2>f5 g6 33 &d4.
17 ... £e5! 18 Ae2
28 ^gl
Aquí no sirve 18 &xd5? por 18 ... 2xc3.
Pero no 28 <á>hl? 2>f2+ 29 «á?gl áh3 30
18 ... We7 19 Sacl Sfc8! 20 2ia4 Sxcl &xd5 £g4 31 &xf7+ éh8.
21 Sxcl Sxcl+ 22 Jtxcl £e4! 23 Ab2
28 ... dxc4 29 Wc2 Wxe3+ 30 <¿h2
“Ya había visto lo que se me venía enci­ Wh6+ 31 &gl We3+ 32 <£h2 Wg3+
ma, pero estaba seguro de que mi úni­
Jaques para ganar tiempo en el reloj.
ca posibilidad era aguantar la tormen­
ta. Quizá 23 £3 ó 23 &xe6, seguido de 33 <±>gl ^el+ 34 <á?h2 £f6!
24 f3, hubiesen sostenido el juego, pe­ Un excelente recurso, ¡con el sacrificio
ro, en cualquier caso, las negras tenían temporal de una segunda pieza!
ya ventaja” (Capablanca). No servía 23
£jxb6?, por 23 ... Wc7! 35 &xe6
José Raúl HI

A la luz de las dificultades que las blan­ 49 ... h4 50 Jtxb6 h3 51 &cl e5! 52 b6
cas experimentan a continuación, pro­
“Lo que ha sucedido desde lajugada 48
bablemente sea más tenaz una conti­
es el fruto del análisis de la posición
nuación que nadie menciona: 35 We2l?
aplazada... ¡Que no fue precisamente
2)g4+ 36 <¿>h3 Whl+ 37 <¿>g3.
bueno! Aquí 52 ^xc4+ <¿>f8 53^.d6+
35 ... Wh4+ 36 <¿>gl Wel+ 37 <¿?h2 Wh4+ Wxd6 54 Wc8+ y ^xh3 habría conser­
38 <á?gl ¿Lg4 39 Wd2! vado mejores posibilidades de tablas”
(Capablanca). Veamos cuán mejor era
Jugada única. Si 39 g3 (39 Wc3?? Wf2+
54 ... <¿>e7! 55 Wxh3 Wxa3 56 Wh4+
40 ¿?hl Wfl++), entonces 39 ... ^xg3+
¿>d7 57 £}b6+ (57 Wh3+ <£>d6, o bien 57
40 Wg2 Wel+ 41 Wl Wxe6 42 Wf4
Wg4+ <¿>d8 58 Wg5+ We7) 57 ... <á?c7 58
h5!, etc.
C)d5+ <¿>b7, ganando fácilmente.
39 ... Í?h2+ 40 <¿>fl ^hl+ 41 <£e2
52... We4!
^xg2+ 42 &dl £f2+ 43 <¿>c2 Wg6+ 44
<á?cl Wgl+ 45 <¿c2 Wg6+ 46 <¿>cl £d3+ “No había considerado esta jugada,
47 <¿>bl fxe6 aunque es la única que gana. Contra
52 ... ’e/có, disponía de 53 £)c3 y, al mis­
mo tiempo, creía que habría defensa
contra cualquier otra jugada” (Capa-
blanca).
53 £xe5
Después de 53 £ic3 (53 £ib2 h2! 54
^Zxh2 £ib4+ 55 ¿?cl £ja2+), era decisi­
vo 53 ... h2! 54 £xe4 (54 Wxh2? ^el+
55 <¿a2 ’^xc3) 54 ... hl^+ 55 <¿»a2
Wxe4 56 ¿?bl! (56 b7? £ib4+!) 56 ...
'£Zd5!, seguido de e5-e4 y g7-g5.

48 '^c2 212

“Capablanca, en su libro My Chess Ca­


reer, afirma que en este punto podía ha­
ber conseguido al menos tablas, con 48
<£a2 (48 £}xb6? ^gl+), pero después
de 48 ... ^fo!, las blancas quedarían tan
mal como en la línea elegida” (Edward
Lasker). Ciertamente, después de 49
We3 ¿Lxb2 50 2>xb2 Wd5 51 ¿?bl c3, la
posición blanca no es envidiable.
48 ... h5’ 49 £d4
53 ... Wel+??
No daba resultado 49 Wxc4?! (49
£xb6? Wgl+ y Wxb6) 49 ... h4! 50 “Fue una tragedia en la vida de Janows­
^xb6 (50 Wxh4? &b4+) 50 ... h3 51 ki no haber llevado esta brillante parti­
Wc8+ <á?h7 52 ^d7, debido a 52 ... ^15! da a su lógica conclusión, con 53 ...
(pero no 52 ... £>c5+? 53 *¿’a2 £>xd7 54 Whl+!, seguido de £)xe5 y Wg2” (Ed­
'^xd7 h2 55 Wdl =) 53 2lf8+ <á?h6 54 ward Lasker). Aquí recordamos el viejo
&xe6 £lc5+ 55 <¿>al (55 ¿?a2 ^xe6+!) aforismo “los vencedores siempre tie­
55 ... W1+ 56 <¿>a2 Wc4+ 57 «á?bl (57 nen suerte”. “Janowski, sin embargo,
¿?al £>b3+) 57 ... ^e4+! 58 <£al Wel+! no debería ser criticado, ya que hasta
59 <¿a2 Wxe6+ 60 Wxe6+ £)xe6 61 b6 este momento había llevado el juego
£íc5 62 &e5 g5, y las negras ganan. como en sus mejores tiempos, cuando

245
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

era uno de los maestros más temibles”, £xh3 =) 60 ... <¿?h6 (60 ... 4?g8l? 61
así alabó el ganador a su oponente. ^e6+ <i’h7 también es confuso) 61
£d6 g6 62 ^f8+ ¿h7 631^xb8 Wf2+ 64
54 <¿’a2 &xe5?I
<á?b3 Wb6+ 65 *c3 h2 66 £c4 Wf6+ 67
Tenía sentido forzar el jaque perpetuo, &e5 hl^ (aún es más simple 67 ...
con 54 ... &cl+. Pero “Janowski, como m>6! 68 £k4 =) 68 Wc7+ *á?h6 69 b8W
otros maestros que presenciaban la Wcl+ 70 £b3 We6+ 71 s¿>a4 Wdl+ 72
partida, nunca pensó que yo hubiera <á?xa5 ^el+ 73 ^b4 ^lxe5+, y tablas.
podido lograr algo más que las tablas.
2) 58 ... We3!? 59 ^c8+ <á?h7 60 WÍ5+
Antes de continuar, debería añadir que <¿’h6, 61 £if2 no consigue nada, en vista
el final que se avecina es quizá el mejor
de 61 ... We2+ 62 &b3 ^e3+ 63 <¿>a4
de este tipo jamás jugado en el tablero,
(63 -á?b2 ^e2+) 63 ... Wd4+ 64 &b5 (64
aunque por alguna razón que se me es­
¿xa5 ^a7+) 64 ... Wb2+, con jaque
capa, no haya sido debidamente apre­
perpetuo.
ciado. Es una obra maestra, de la que
estoy muy orgulloso” (Capablanca). 59 ^d3! g6
55 b7 £}d7 56 £c5! A las negras ya no les sirven 59 ... 'á’gó
(59 ... <£g8 60 Wd5+!) 60 Wd6+ <£f5 61
“Jugada decisiva”, escribe Capa, ente­
rrando prematuramente a su oponen­ ^Í8+ <¿>g6 62 We8+ -é>h6 63 ^e6+ g6 64
Wxh3+, ni 59 ... Wh4 60 £g5+ £>h6 61
te, según mi criterio.
£f7+ ^h5 62 W5+ g5 63 £e5 +-, ni
56 ... £b8 57 Wxc4+ &h8 58 £e4! tampoco 59 ... h2 60 £}g5+ ‘é’hó 61
“Las negras no disponen de jaques, ni £f7+ <á?ho 62 Wf5+ <á?h4 63 Wf4+ <é>h3
pueden avanzar su peón, porque gra­ 64 &g5+ ^g2 65 ^f3+ ’á’gl 66 &h3++.
cias a una serie de jaques amenazo con 60 Wxh3+ <¿>g7 61 Wf3 Wcl
ganar la dama y obtener una posición
similar a la que se produce en la parti­ No era mejor 61 ... ^h4 62 Wc3+, ni
da” (Capablanca). Por ejemplo: 58 ... 61 ... £d7 62 Wd3 ^b8 63 ^d4+.
h2? 59 '^c8+ <É?h7 60 ÍZh3+ <É>g8 (60 ... 62 ^f6+ <á?h7 63 Wf7+ <á?h6 64 Bf8+
<£g6 61 We6+) 61 ^e6+ <á?h8 62 We8+ <¿>h5 65 ^h8+ *¿>g4 66 Wc8+
<¿>h7 63 £g5+!, o bien 61 ... <±>Í8 62
'^d6+ <^f7 63 £ig5+ ‘¿’eS 64 ^xb8+. Las negras se rindieron. “La partida de­
muestra la excepcional tenacidad y el
213 ingenio del joven Capablanca, en una
difícil defensa” (Panov).
Una lucha excepcionalmente tensa
y, en cierto modo, histórica. “Su des­
enlace”, escribió el maestro norteame­
ricano Edward Lasker, “influyó sobre
el destino de tres jugadores sobresa­
lientes. Para Janowski, la inmerecida
derrota fue el gran drama de su vida.
Tras ganar esta partida, Capablanca lo­
gró ganar el torneo, gracias a lo cual
se convirtió en el principal aspirante
58 ... <á?h7? al campeonato del mundo, elevando
¡Sólo éste es el error decisivo! Hay dos tanto el prestigio de su país en Euro­
jugadas de dama que hubieran permiti­ pa, que el gobierno cubano lo reclutó
do a Janowski salvar la partida: para su servicio diplomático, lo que le
permitió llevar una cómoda existen­
1) 58 ... ^h41? 59 Wc8+ <á>h7 60 Wf5+ cia hasta el fin de sus días. Por úldmo,
(60 ^xh3 ^xh3 61 &g5+ «á>g6 62 Rubinstein, que estaba considerado el

246
José Raúl III

sucesor natural al trono de Lasker, y concedió a otros jugadores la ventaja


que había derrotado en estilo clásico a de jugar con un minuto contra cinco, y
Capablanca, en su encuentro indivi­ los venció”.
dual, finalizó sólo a medio punto del
vencedor (¡sin una sola derrota!), pues En lugar del match, giras
a pesar de sus éxitos ulteriores, sería
anulado por el orgulloso ganador”. Después de su triunfo en San Sebas­
Les recordaré el sensacional resul­ tián, Capablanca realizó un largo viaje
tado de San Sebastián 1911: 1. Capa- por Sudamérica, y a continuación otro
blanca, 9,5 (de 14); 2-3. Vidmar y Ru­ igualmente largo, de gira por Europa.
binstein, 9; 4. Marshall, 8,5; 5-7. A finales de 1911, con el apoyo garanti­
Nimzovich, Tarrasch y Schlechter, 7,5; zado de generosos mecenas cubanos,
8-9. Bernstein y Spielmann, 7; 10. dio un paso decisivo: le envió a Lasker
Teichmann, 6,5; 11-12. Maróczy y Ja­ un desafío oficial para un encuentro
nowski 6, etc. El vencedor declararía por el campeonato del mundo.
más tarde que su éxito era superior al Al cabo de pocos días, Lasker le
logrado por Pillsbury en Hastings respondió que, en principio, estaba
1895, pero eso es ir demasiado lejos. dispuesto a defender su título, y dos
Después de todo, Pillsbury dejó atrás a semanas después precisó en qué con­
toda la elite, ¡incluido el campeón diciones: el vencedor sería el primero
mundial, Lasker! en ganar seis partidas, sin contar ta­
Aunque perdió ante Rubinstein blas, pero con un límite de 30 par­
(partida núm. 64), Capa ganó seis par­ tidas. Después de la 30a partida, el
tidas, incluida la de la octava ronda, match habría terminado y sería vence­
contra Nimzovich, quien, como Berns­ dor aquél que tuviese un margen no
tein, había objetado su participación inferior a dos puntos, mientras que
en el torneo, y quien, como veremos, con una ventaja de uno el match sería
se convertiría en uno de los “clientes declarado nulo (y el campeón conser­
habituales” de Capablanca. Por cierto, varía su título, una regla similar a la
que en San Sebastián sucedió una cu­ que se había incluido en el match de
riosa disputa entre ambos. En una oca­ 1910 Lasker-Schlechter); el control
sión, el cubano no pudo abstenerse de de tiempo sería de 12 jugadas por ho­
realizar un comentario crítico al ob­ ra, con una sesión de juego de cinco
servar una partida de blitz entre Berns­ horas diarias como máximo, con un
tein y Nimzovich. En respuesta, este descanso para cenar a las dos horas y
último le aconsejó al joven maestro no media; el aspirante debía asegurar un
interferir en algo que no le concernía. fondo de premios de 10.000 dólares
Entonces, Capa invitó a Nimzovich a (¡una suma sin precedentes!)-
jugar algunas partidas de blitz, con Capablanca accedió a la cuantía del
apuesta de por medio, “que gané con fondo, pero rechazó amargamente el
ridicula facilidad, y que finalizó cuan­ resto de las condiciones, declarando
do Nimzovich se retractó de la decla­ que Lasker estaba obligado a defender
ración que había hecho”. su título en las mismas condiciones en
Pronto resultó evidente que en par­ que había derrotado a Steinitz (es decir,
tidas amistosas el cubano no tenía un encuentro ilimitado, a 10 victorias),
igual, y adquirió la firme reputación calificando, además, la cláusula del mar­
de ser el mejor jugador de blitz del gen de dos puntos “injusta”. Lasker exi­
mundo. “Nunca antes y nunca después gió inmediatas excusas, Capa rehusó, y
había visto -y no puedo imaginar-”, re­ las negociaciones acerca del match lle­
cuerda Alekhine, “tan asombrosa rapi­ garon apunto muerto.
dez de pensamiento, como la que po­ “Muchos tomaron el bando de Ca­
seía Capablanca en 1913/14. En pablanca en la disputa, y en mi opinión,
partidas de blitz, en San Petersburgo, le estaban completamente equivocados”,

247
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

escribió Lasker años más tarde. “La re­ tein, además del Campeonato de Rusia,
gla controvertida establecía que si el re­ ganó tres fuertes torneos internaciona­
sultado era 1-0, 2-1 ó 3-2 después de 30 les, consiguiendo todos los derechos
partidas, el encuentro se consideraría para jugar un match con Lasker. Pero
empatado. De esto, algunos sacaron la el campeón no tenía prisa por llegar a
conclusión de que yo lograba una signi­ un acuerdo con el gran Akiba.
ficativa ventaja, puesto que tal empate Durante un par de años, Capablan­
me permitiría conservar el título de ca se mantuvo un tanto a la sombra, li­
campeón. Sin embargo, los críticos no mitándose ajugar competiciones en Es­
tuvieron en cuenta el hecho de que el tados Unidos y realizando giras por el
match se jugaría por una considerable país y por Cuba. En el verano de 1913
suma de dinero, y que la regla antes le recordó a todos su fuerza, al lograr
mencionada sería válida igualmente en un resultado de 13 puntos (de 13 parti­
cuanto a la división de tal suma y, por das) en un torneo de Nueva York, repi­
lo tanto, ventajosa para ambos. La re­ tiendo la hazaña de Lasker, veinte años
tención del título, en caso de un resul­ antes. ?

tado adverso (0-1, 1-2, 2-3), no tenía A finales de año, fue invitado al tor­
ningún valor para mí, a menos de po­ neo internacional de San Petersburgo
der recuperarlo en un match-revancha. (1914) y finalmente decidió realizar
Después de todo, en sí mismo, el título una gira por Europa. “Había ingresado
de campeón del mundo no concede en el cuerpo diplomático de Cuba (una
ninguna ventaja significativa, si no es sinecura, similar al estipendio del Comité de
reconocido por todo el mundo del aje­ Deportes de la URSS: G. K.), y se me desti­
drez, y un campeón no respaldado por nó al Consulado de San Petersburgo,
el mundo es, en mi opinión, un tanto adonde llegué en noviembre de 1913”,
irrisorio”. (¡Quién iba a imaginar que escribe Capablanca. “Poco después de
este simple pensamiento resultaría un mi llegada, se dispusieron una serie de
tema tan de actualidad en la transición seis partidas contra Alekhine, Znosko-
entre los siglos XX y XXII). Borovsky y Duz-Jotimírsky, por partida
No nos corresponde juzgar quién doble. Gané cinco, y perdí una contra
tenía razón y quién estaba equivocado Znosko-Borovsky. Fue mi primera de­
en este episodio. Sólo comentaremos rrota, tras haber ganado treinta parti­
que el propio Capablanca, al convertir­ das de competición”.
se en campeón del mundo, adoptó el El cubano seguía jugando con su
“muro dorado” de los 10.000 dólares, y cautivadora facilidad y elegancia. Vea­
la regla de jugar a seis victorias, sin con­ mos con qué facilidad aplastó a “la
tar tablas, y que con un resultado de 5- amenaza de los campeones”, Fedor
5 el match se declararía empatado, es Duz-Jotimirsky, el maestro que había
decir, que el aspirante estaba obligado derrotado a Lasker y Rubinstein en San
a vencer por un margen de dos puntos. Petersburgo 1909.
Aun así, Lasker probablemente de­
bía haber jugado entonces con Capa-
blanca: éste último era muy inexperto,
mientras que el campeón estaba en la 78
plenitud de su fuerza. Aquí uno puede J.R. Capablanca-F. Duz-Jotimírsky
estar de acuerdo con Panov, quien es­ San Petersburgo 1913, partida de exhibición
cribió que una victoria de Lasker en Apertura Española (C90)
1912 “le habría otorgado una enorme
ventaja moral y hubiera sido extrema­
damente difícil para el cubano conse­ 1 e4 e5 2 &f3 £c6 3 £.b5 a6 4 £a4 £}£6
guir la revancha”. 5 0-0 £.e7 6Sel b5 7 £b3 d6 8 c3 2>a5?l
En realidad, 1912 pasó a la .historia Como se recordará, por entonces, des­
del ajedrez como el año en que Rubins­ pués de 8 ... 0-0! temían 9 d4.

248
JOSE KAUL 1U

9 £c2 c5 10 d4 Wc7 11 £bd2 £c6 12


£>fl?!

El propio Capa sugeriría más tarde 12


d5! (12 h3 -véase partida núm. 53).

12 ... cxd4 13 cxd4 Ag4!?

Un intento por apoderarse de la inicia­


tiva. Es más sencillo 13 ... exd4. Por
ejemplo: 14 £ig3 0-0 15 £ie2 £ib4 16
.^bl d3, con igualdad.

14 d5 £d4 15 &d3 0-0 “Mientras se jugaba esta partida esta­


ban presentes, además de maestros me­
La continuación lógica de la línea ele­ nores, dos de los más destacados juga­
gida era 15 ... £lh5! 16 _&e3 £>x£3+ 17 dores del mundo, quienes pensaban
gxf3 ^.¿7 18 £)g3 £f4. que había permitido a mi oponente ob­
tener una posición ganadora. No ha­
16 &e3 2ac8?l
bían visto mi jugada 25, que cambia
16 ... £)x£3+ 17 gx£3 Ad7 18 £>g3 era por completo el rumbo de la batalla”
ventajoso para las blancas, pero 16 ... (Capablanca).
S£c8! es más preciso, con una posición
25 e5!
normal.
El preludio a una serie de espectacula­
17 Jlxd4 exd4 18 a4! ^b6 19 axb5
res golpes combinativos. Debo decir
axb5 20 h3! Axf3
que no entiendo por qué se pensaba
Si 20 ... £.d7 21 ¿Lg3 Sc7 22 £e2, ó que las negras tenían una “posición ga­
21 ... £>e8 22 ^d2, es favorable a las nadora”, pues incluso con la blanda 25
blancas. €)g3, no se ve ningún peligro para las
blancas.
21 ^xf3 £)d7 22 Secl! £>c5
25 ... g6
Las negras no se contentan con posibi­
lidades algo inferiores, después de “Las blancas amenazaban 26 ^f5. Si las
22 ... £e5 23 Í?e2 Sxcl 24 Sxcl Ag5 negras jugasen 25 ... Sf8, más tarde ten­
25 Sdl. drían que jugar g7-g6” (Capablanca).

23 b4! £a4? 26 e6 Sf8 27 £ig3! Wb7

“Si las negras hubiesen jugado 23 ... Si 27 ... fxe6, 28 ^g4, con las decisivas
&Jxd3 24 Wxd3 2c3, entonces 25 Sxc3 amenazas ^.xg6 y Wxe6+.
dxc3 26 £e3 Af6 27 £c2 2b8 28 2a5,
28 £jf5!
con ventaja de las blancas. Probable­
mente lo mejor para las negras sería ¡Muy bonito!
24 ... ^.f6” (Capablanca). Estoy de
acuerdo en que el sacrificio del peón 28... fxe6
b5 habría llevado a un juego confuso:
25 Sxc8 Sxc8 26 Sa5 Wc7 27 Sxb5 Esto precipita el desenlace, pero las
g6, etc. blancas habrían ganado incluso tras la
mejor 28 ... *&h8, con 29 We4 fxe6 30
24 2xc8 5xc8 £>xe7 Wxe7 31 dxe6.
El momento culminante de la partida. 29 dxe6! Wc7

249
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

215
79
O. Bernstein-J.R. Capablanca
Moscú 1914, partida de exhibición
Gambito de Dama (D63)

1 d4 d5 2 c4 e6 3 &c3 £rf6 4 5tf3 £e7 5


£g5 0-0 6 e3 £bd7 7 Hcl b6
7... c6!
8 cxd5 exd5 9 Wa4
9 Ad3!? -véase núm. 38.
30 Wc6!l 9... £b7
Una concepción espectacular y eficiente. Es interesante observar que en la parti­
da Capablanca-Lasker (La Habana
30 ... ^d8 31 ¿Lxe7+ Wxe7 32 &xb5 1921, 5a), las negras prefirieron la agu­
<Lc3 33 Wd7! ^xd7 34 &xd7 2b8 da 9 ... c5l? 10 ^c6 Sb8 11 £xd5 ^.b7
No era mejor 34 ... <£id5 35 Sdl Sf4 (35 (11 ... £}xd51?), con contrajuego por el
... £c3 36 Sd3) 36 g3 5e4 37 £c6 5e5 peón (partida núm. 89).
38 5xd4 £¡e7 39 Sxd6, ganando. 10 JLa6! £xa6 11 ^xa6 c5?I
Era más sólido 11 ... c6! 12 0-0 Wc8!

O bien 36 ... d3 37 e8W+ Sxe8 38 I2£xf6?


£.xe8+ <¿>f6 39 Ee3 d2 40 áa4 £xa4 41 En lugar de esta horrible jugada, era
Sd3 + -. evidente 12 0-0, con una clara iniciativa
estratégica. Por ejemplo: 12 ... ^c8 13
37 £xe8+ &xe8 38 Ee6 d5 39 1 ¿Lb5
'^xc8 Sfxc8 14 £}e5, y las negras tienen
40 S*?e2 ¿Lc7 41 Se5 ¿La6 42 b5 ¿Lc5 43
una posición bastante desagradable.
b6 d3+ 44 st?d2 <á?d7 45 e8'^+ <á?d6 46
^e7+ 'á’cG 47 ’g?xc5+ 12 ... &xf6 13 dxc5 bxc5 14 0-0 '^b6 15
We2
Las negras se rindieron.
Durante aquellas fechas, Capablan­
ca hizo amistad con Alekhine, quien le
mostró San Petersburgo a su notable
huésped, discutiendo con él diversos
temas de ajedrez. Las actuaciones del
cubano, sobre todo sus exhibiciones
de simultáneas, fueron un éxito sensa­
cional.
A comienzos de 1914 el maestro visi­
tó Moscú, donde, además de realizar
cinco sesiones de simultáneas y dispu­
tar tres partidas en consulta, jugó tam­
bién dos partidas de exhibición con 15 ... c4!
Bernstein. Y de nuevo asombró a todos Actualmente, éste es un procedimien­
con la sencillez y facilidad de su estilo. to clásico, pero entonces era una
Tras la rápida victoria que sigue, miró fresca idea posicional. “Todos los es­
su reloj y exclamó: “¡Magnífico! Aún pectadores, y la mayoría de los co­
llego a tiempo para ver el ballet” y se mentaristas, consideraban que la últi­
fue en un carruaje de caballos al Teatro ma jugada de las negras es floja”
Bolshoi. (Capablanca). Desde luego, los peones

250
José Raúl III

colgantes están ahora inmovilizados,


el peón de d5 queda retrasado y cróni­
camente débil y, por último, las blan­
cas consiguen la casilla d4. ¡Pero todo
ello está compensado por la presión
sobre el peón de b2!

Puedo indicar, al menos, dos ejemplos


similares: Bertok-Fischer (Interzonal
O■
SBW3A0

B>
de Estocolmo 1962) y Wínants-Kaspa-
rov (Bruselas 1987). OB
16 5fdl 2fd8 17 £>d4
26 £b5?!
Después de 17 e4 dxe4 18 £ixe4 (18 Las blancas hubieran debido abrir una
4Lg5 e3!) 18 ... £>xe4 19 Wxe4 Af6 20
casilla de escape para su rey, 26 h3, y
Wxc4 ^Zxb2, la posición resultante es
después de 26 ... ^b4 27 Wf3, proba­
ligeramente mejor para las negras, pe­
blemente pudiesen restringir al peón c.
ro objetivamente es tablas. En tal caso,
Capa no tendría tiempo de acudir al 26 ... Sc5 27 £xc3??
ballet. Bernstein decidió “hacer tablas” de in­
17 ... Jlb4! mediato, aunque podía haber reconsi­
derado su decisión y jugar 27 £>d4.
“El verdadero objetivo de esta jugada es
27 ... ¿Lxc3 28 Sxc3 Sxc3 29 2xc3
cambiar en c3 en el momento oportu­
no y crear un peón pasado. Las blancas Esperando 29 ... ^bl+ 30 Wfl Wxa2 =,
me facilitan la tarea con su próxima ju­ pero...
gada” (Capablanca).
29 ... Wb2”
18 b3?» Un sacrificio de dama con el tema de la
desviación y la debilidad de la primera
Una jugada cuestionable, porque con­
cede a las negras un peón pasado, que fila. “Sencillo y -no temamos utilizar la
palabra- el sello de un genio” (Botvin­
en definitiva resultará ser no una debi­
nik). Las blancas se rindieron.
lidad, sino una fuerza. “Era mejor 18
Wc2 y luego £¡d4-e2-f4” (Panov). Las maneras y la apariencia de Ca­
pablanca se correspondían con la ele­
18 ... Hac8 19 bxc4 dxc4 20 2c2 .&xc3 gancia de su juego. Amistoso y sociable,
21 Sxc3 <&d5! el brillo de sus expresivos ojos atercio­
Minitáctica: no es posible 22 Sxc4?, de­ pelados, el color bronceado de su bello
bido a 22... £ic3. rostro, el traje de etiqueta con un cri­
santemo de marfil en miniatura en el
22 Sc2 c3 ojal de la chaqueta.
“En la vida personal de Capablanca
¡Mas sencillo imposible! No estoy segu­ no hay nada que te permita detectar
ro de que 22 ... &f4 23 ^g4 £id3 fuese que se trata de un maestro de ajedrez”,
mejor.
escribió Spielmann. “Sus ocupaciones
23 Sdcl Sc5 24 5}b3 2c6 25 £>d4 Sc7! favoritas son la política y la diplomacia.
Además, a Capablanca le gusta todo ti­
“Debido a que había jugado antes 23 ... po de deportes de moda, en especial
Sc5, el Dr. Bernstein fue inducido ha­ el tenis. En todo lo demás, es un ele­
cia una trampa fatal, pensando que yo gante hombre de mundo, aunque está
buscaba el cambio de caballos para de­ libre de los ‘elegantes’ vicios que suelen
jar pasado el peón a” (Capablanca). acompañar a esa condición. No fuma,

251
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

no bebe y, en general, se adhiere estric­ también es desagradable para las blan­


tamente a las reglas de la higiene. Pro cas. Por ejemplo: 29 2xd4 *¿’e6 30 c4
duce la impresión de que juega al aje­ Sc5 31 c3 Ea5 32 Ed2 Ea4, etc.
drez por pura relajación, por divertirse. 27... Sdl 28 Ae5 Exfl+ 29 ¿xfl Axg4
Es extraordinariamente impresionable
y sólo se siente tranquilo cuando su “El final está ahora claramente ganado.
oponente es superado por la superiori­ Varios meses después de jugada la par­
dad de su técnica”. tida, Nimzovich me dijo que había estu­
Desde Moscú, Capa organizó una diado el final y que había logrado en­
gira por Viena, París y Berlín, además contrar una forma de hacer tablas.
de algunas ciudades rusas. En Riga se Aunque no había visto la partida desde
encontró con su “viejo amigo” Nimzo- que la jugué, le propuse una pequeña
vich y lo derrotó en un instructivo fi­ apuesta deportiva, dándole la ventaja
nal, con finales de distinto color. de las tablas en cualquier posición a
partir de este momento. La oferta fue
inmediatamente aceptada y nos’senta­
mos ante el tablero. En pocas jugadas
80 vio que su idea era errónea y se rindió”
Nimzovich-J.R. Capablanca (Capablanca).
Riga 1914, partida de exhibición
30 a4 ¿>e6 31 Ab8
Después de 31 Ag7 h5 32 ¿el (32 a5
218
Adí y ... Axc2), había una forma de
ganar inevitable, con 32 ... Alo 33 ¿d2
b6I? 34 Ah6 g4 35 Af4 <¿d5 36 Ab8 a5
37 Ac7 ¿c6, etc.
31 ... a5! 32 ¿>el
Resulta que si 32 Ac7, entonces 32 ...
b5! es inmediatamente decisiva.
32 ... <£¿5 33 ¿d2 Ad7 34 Ac7 ¿>c6 35
Ad8
Pero no 35 Axa5? b6 - +.
21 g4? 35 ... b6 36 c4 <tb7 37 &c3 Axa4 38
Naturalmente, esto lleva agua al moli­ ¿b2 Ad7 39 4?b3 Ae6 40 ¿c3 a4 41
no de las negras, aunque también ten­ ¿>d3 ¿c6 42 ¿>c3 g4 43 Ah4 h5 44 Ag3
drían cierta ventaja después de 21 ¿f2 a3 45 ¿>b3
Ee5, o bien 21 Efdl Ed5.
219
21... Ab5 22 Ebl Aa6 23 Ebdl
Pero no 23 ¿g2? c5! 24 Ae3 Sxd2+ 25
Axd2 Ee2+.
n El fe
ü ga
23 ... Ee2! 24 Sxe2 Axe2 25 Sel Axf3
26 Efl c5!
n Hl JL
Isa
“La jugada que concede ventaja las
ü
p

negras” (Capablanca).
27 Axf6 üE
Con la esperanza de salvarse en un fi­
nal de alfiles de distinto color, con
peón de menos. El final de torres, des­ 45 ... Axc4+! 46 ¿xa3
pués de 27 Exf3 cxd4 28 Sd3 Ec8!, Si 46 ¿xc4, entonces 46 ... a2 47 Ae5

252
José Raúl III

h4 48 'á’bS g3 49 hxg3 h3!, y uno de los esencial para las generaciones siguien­
peones de torre corona. tes, incluidos, por supuesto, los futuros
campeones del mundo.
46 ... b5 47 c3 <¿>d5 48 &f2 £e2 49 £b3
Adl+ 50 <¿>b2 £c4 51 ’¿’el áf3 52 *d2
b4 53 cxb4 cxb4 54 Ji.h4 J&e4 55 ^.£6 Número uno en el horizonte
£g6 56 ±h4 b3 57 £f6 h4 58 <á>e3 g3 59 En la primavera de 1914 tuvo lugar
hxg3 h3 60 <á>f2 ±f5! 61 g4 £xg4 62 en San Petersburgo el torneo interna­
d?g3 d?d3 cional más importante de comienzos
Las blancas se rindieron. Si 63 <¿’h2 &c2 del siglo XX. Por primera vez, los tres
líderes mundiales (Lasker, Rubinstein y
64 '«’gS b2. “Este es uno de los mejores fi­
nales que jamás he jugado, y a menudo Capablanca) se enfrentarían cara a ca­
he tenido el gran placer de escuchar que ra. La idea de los organizadores era
mi oponente me reconocía la habilidad que deberían jugar tres partidas cada
exhibida al ganarlo” (Capablanca). uno contra los otros: primero en la fase
preliminar de 11 grandes maestros, y
Una vez más, ¡todo tan fácil y simple! luego en la fase final a doble vuelta, o
Para sus contemporáneos, la claridad del “torneo de los cinco”. El vencedor, de
estilo de Capablanca probablemente no ser Lasker, sería declarado aspirante
fuese más asombrosa que el mágico jue­ oficial al título mundial.
go de Lasker: lo que Lasker conseguía Ya he comentado la fórmula inhabi­
en el tablero era imposible de explicar, tual y el desarrollo de este histórico
mientras que aquí todo era tan sencillo... evento, en el capítulo dedicado a Las­
Fue gracias a las partidas con Nimzovich, ker), pero ahora me gustaría mostrarles
Bernstein, Duzjotimirsky, Marshall, etc., cómo jugó Capablanca en San Peters­
que fue creándose la cautivadora leyen­ burgo. ¡En la primera ronda le dio una
da en tomo a Capablanca, lo que dio lu­ excelente lección de juego posicional
gar a una suerte de adoración mística: nada menos que al propio Nimzovich!
era una máquina de jugar al ajedrez, y
para él nada era complicado o inexplica­
ble. Se había realizado el viejo sueño de
la humanidad: todos los secretos del aje­ 81
drez habían sido descubiertos. A. Nimzovich-J.R. Capablanca
San Petersburgo 1914, fase previa
¿Cuál era la base de este fenómeno?
Apertura Española (C62)
El cubano jugaba tranquilamente aper­
turas clásicas, captando al instante la
esencia de la posición y jugándolas de I e4 e5 2 £>f3 £c6 3 £c3 ¿Lf6 4 &b5 d6
forma instintiva, caso necesario hacien­ La sólida Defensa Steinitz formaba parte
do cálculos precisos, y a veces demos­ del repertorio del cubano, porque le
trando profundas ideas (como 15 ... c4! permitía evitar desagradables sorpresas
contra Bernstein). ¡Eso resultaba más de apertura. En cuanto al medio juego, a
que suficiente para derrotar a casi todos Capa no le preocupaba, pues estaba se­
los jugadores del mundo! guro de que siempre podría neutralizar
La paradoja es que la contribución la iniciativa del contrario.
de Capablanca al desarrollo del ajedrez 5d4&d7 6áxc6!?
es mucho menos evidente que la de su
contemporáneo Rubinstein, quien era 6 0-0 exd4 7 £>xd4 ^.e7 conduce a un
como un moderno gran maestro, un ver­ esquema clásico de la variante. Por
dadero innovador, que sentó las bases de ejemplo:
la teoría moderna. Sin embargo, la vi­ 1) 8 £f5?! Axf5 9 exfo 0-0 10 Sel 2>d7
sión posicional de Capablanca, sus “pe­ II 5}d5 .&£6 12 c3 £ib6, con excelente
queñas combinaciones” y su excelente juego de las negras (Alekhine-Capa-
técnica resultaron un material didáctico blanca, San Petersburgo 1914).

253
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

2) 8 b3 (también se han ensayado 8 &g5 sacrificio de un peón, y Nimzovich es


y 8 ¿f4) 8 ... $xd4 9 ^xd4 ¿xb5 10 incapaz de resistir la tentación de
£xb5 &d7l 11 ¿a3 a6 12 £c3 ¿í6 13 capturarlo.
We3 (en caso de 13 Wd2 W) 14 Sadl, lo
9 £jxc6?I
mejor es 14 ... ¿xc3!, pero no 14 ... 2e8
15 Sfel £b6 16 ¿b2 Wd7 17 a4 Wc6 18 Sólo el exacto plan de Alekhine (9
a5 £d7 19 ¿al Se6 20 £d5! Tai-Larsen, ¿g5! ¿g7 10 0-0-0) justifica el cambio
Bled 1965, 2a) 13 ... 04) 14 Sadl ¿xc3! del alfil “español”. Por ejemplo: 10 ...
15 Wxc3 Se8 16 Sfel Sc8 17 ^h3 £e5 Wd7 (10 ... ^c81?) 11 h3! 0-0 12 2hel
18 ¿b2 Wg5! = (Lasker-Capablanca, Sfe8?l (12 ... £h8 13 f4!) 13 W3! £h5
Nueva York 1924). 14 g4, con una fuerte iniciativa (Alekhi-
3) 8 Sel, la continuación más popular ne-Brinckmann, Kecskemet 1927).
(partida núm. 54). Aún peor es 10 ... 0-0? 11 5)xc6 bxc6 12
e5! dxe5 13 Wf3! We7 14 £e4 +-, o
6 ... ¿xc6 7 Wd3 exd4 bien 10 ... h6 11 ¿h4 0-0 12 f4 2e8?,
Forzado: las negras no deben jugar 7 ... después de lo cual la computadora al
We7?l instante anuncia que 13 £jxc6 bxc6 14
e5! dxeo 15 '^xd8 2exd8 16 2xd8+
8 <£xd4 g6?I Sxd8 17 fxe5 es ganador.
“Una nueva idea, improvisada en este Sin embargo, 9 ¿g5! representa un pa­
momento, con intención de dejar a las so adelante en la Comprensión del aje­
blancas con sus propios recursos y fue­ drez. Es probable que hubiera sido ju­
ra de las formas defensivas con las que gado intuitivamente por Morphy, de
estaba familiarizado Nimzovich” (Capa- modo que el descubrimiento de Ale­
blanca). khine bien puede considerarse un de­
Por aquella época, lo habitual era la ju­ sarrollo creativo de su idea.
gada de Steinitz 8 ... ¿d7 que, en opi­
9 ... bxc6 10 '^a6 ^d7
nión de Keres, es, indudablemente, lo
mejor aunque después de 9 ¿g5 ¿e7 10 No da resultado 10 ... c5?, en vista de 11
0-0-0 0-0 11 f4 ¿£e8 12 ¿xe7 Wxe7 13 '^c6+ £id7 12 ¿g5! “con buen ataque
£id5 ^d8 14 g4 (Spielmann-Maróczy, de las blancas” (Tarrasch). Por ejem­
Gotemburgo 1920), las blancas tienen plo: 12 ... ¿e7 13 ¿xe7 <£xe7 14 £>d5+
una fuerte posición de ataque, las cosas <£f8 15 £>xc7 Sc8 16 ^xd6+ <á>g7 17
no son, en modo alguno, desesperadas 4bd5 + -.
para las negras”. Un ulterior ensayo fue
8 ... ¿e7l? 9 4bf5 (Tal-I. Zaitsev, Moscú 11 m>7 Sc8 12 ^xa7 ¿g7 13 0-0 0-0
1969, 37° Campeonato URSS). Se diría que las blancas sencillamente
tienen un sano peón de ventaja. Des­
pués de todo, las negras no disponen
de amenazas evidentes.
Oh»®
aH

Capablanca se ha embarcado en una


arriesgada aventura, que implica el

254
José Raúl III

14 Wa6?! 15 ... ^e6! 16 f3 £d7!


Una pérdida de tiempo. Tarrasch sugi­ Después del rápido salto £>e5-c4, el
rió 14 &d2!, para responder a 14 ... flanco de dama blanco estaría a punto
Efe8 ó 14 ... ^e6, con 15 f3 y, en el mo­ de sufrir un colapso. Ahora está claro
mento oportuno, Wf2, dudando de que las negras han logrado excelente
que las negras tengan compensación
suficiente por el peón.
Pero eso no le preocupaba a Capablan-
ca: “Las negras tienen un peón menos,
pero todas sus fuerzas están ahora des­
plegadas y listas para maniobrar, mien­
tras que las blancas, que han tenido que
realizar tres jugadas con su dama para
ganar un peón, se encuentran retrasadas
en desarrollo. Es cierto que Nimzovich
no efectúa ahora las mejores jugadas, pe­
ro creo que ha sido injustamente critica­
do por perder esta partida, a pesar de
que ninguno de los críticos ha aportado
ningún procedimiento satisfactorio. To­ 17£d2?
dos han sugerido jugadas aquí y allá, pe­ Nimzovich no percibe el creciente peli­
ro las partidas de los grandes maestros gro que le amenaza. Lo correcto era 17
no se juegan con movimientos aislados, ^.f4, a fin de eliminar al caballo tras
sino que se juegan conforme a planes 17... £ie5:18 Axe5 Jtxe5 19 Eabl. Con
concertados de ataque y defensa, y éstos un alfil así, está claro que las negras no
no se indican". pueden perder, pero aquí estamos tra­
Bien, apoyemos la idea de Tarrasch tando de resolver otro problema: cómo
con un plan concreto: b2-b3, a2-a4 y no perder con blancas.
Eadl, y si c6-có, entonces la dama esca­ 17 ... ¿Le5 18 ^e2 £>c4
pa por a6, y el caballo negro tiene que
proteger la casilla d5. Por supuesto, Tras haber entregado un peón, Capa
también aquí conservan las negras al­ juega como si nada hubiera sucedido,
guna compensación por el peón entre­ reforzando su posición en la medida
gado, pero les resultaría difícil demos­ de lo posible. Sus “simples” manio­
trar que tenían razón. bras, Wd7-e6 y &d7-e5-c4, seguidas del
emplazamiento de las torres en las co­
Difícilmente podemos reprocharle a lumnas a y b, suponen, en mi opinión,
Nimzovich que haya subestimado la un salto cualitativo de nivel en el aje­
profunda idea positional de su opo­ drez de la época.
nente, asombrosa para principios del
siglo XX, ¡el típico concepto intuitivo 19 Eabl Sa8 20 a4?
del genio! Hoy, en la era del Gambito
Apenas cambiaba nada 20 b3?! £ixd2
Benko, todo el mundo sabe que en ta­
21 Wxd2 Ea3! (pero no 21 ... We5? de
les casos la presión de las torres sobre
inmediato, debido a 22 £ja4I), y des­
las columnas a y b, apoyadas por un
pués de 22 ... We5, las negras recupe­
poderoso alfil en g7, junto con presión
sobre el centro, ofrece a las negras ran el peón, conservando su poderoso
alfil. Pero era mucho mejor 20 &el,
contrajuego a largo plazo. Pero por en­
aunque tras 20 ... d5! 21 b3 £>d6 22 a4
tonces, esto era una revelación.
Í5, las negras tienen un juego cómodo
14 ... Hfe8 15 ^d3 y, a la vez, activo.
¡Ya es la sexta jugada con la dama! 20 ... £xd2 21 Wxd2 Wc4! 22 fífdl

255
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

Después de 22 £>e2 Sxa4 23 b3 Wc5+ Evitando una trampa evidente: 31 Wf2?


24 ¿hl Za2 25 Sbcl, las blancas hubie­ Sxc2!
ran debido asumir una defensa depri­ 31... ®xh4+ 32 <¿>gl Wh5 33 a5 2a8 34
mente. a6 ^c5+ 35 <¿>hl Wc4 36 a7 Wc5 37 e5
22 ... Seb8! ^xe5 38 2a4 Wh5+ 39 &gl Wc5+ 40
Con la amenaza 2xb2! Las negras, por <á?h2 d5’?
supuesto, ignoran la posibilidad de re­ “Eliminando la última esperanza de las
cobrar el peón a costa de ceder su ex­ blancas: 40 ... Sxa7? 41 £e4! Wb6 42
celente alfil: 22 ... &xc3 23 Wxc3 Wxc3 Wh6” (Panov).
24 bxc3 Sxa4, con perspectivas de ta­
No hay duda de que en tales posiciones
blas en el final de cuatro torres.
un buen jugador siempre busca evitar
23 We3? complicaciones innecesarias. Pero en
¡El juego del cubano ha paralizado la este caso, después de 40 ... Sxa7! 41
voluntad de Nimzovich! Sólo con 23 4)e4, no las habría. En lugar de Ja “co­
Wd3 Wc5+ 24 st?hl Sb4 25 £e2 podía laboradora” 41 ... Wb6??, nuestro “ami­
haber conservado posibilidades de sal­ go metálico” Fritz indica tres formas de
var la partida. ganar:

23 ... Sb4! 24 Wg5 1) 41 ... We5+ 42 f4 We7!, y para evitar


43 2xa7 Wh4+ 44 &gl £bl+ 45 ^dl
Ahora es tarde para jugar 24 Wd3 por 2xdl++, las blancas tienen que entre­
24 ... Wc5+ 25 &hl Eab8, etc. gar la torre.
24 ... £d4+ 25 <á?hl 2ab8 2) 41... Wh5+ 42 <&g3 (42 sÉ?gl Sbl+ 43
<á?f2 Wh4+) 42 ... We5+ 43 f4 2xa4! 44
223
fxe5 2xe4 - +.
3) 41 ... 2xc2 42 ^h6 (o bien 42 £lxc5
Sxd2 43 £xa7 dxc5 44 Sxc7 Sd6 - +)
42 ... We5+ 43 f4 Sxa4! 44 fxe5 2xe4,
etc.
41 Kh4 Kxa7 42 £dl
Sin esperar la respuesta de su oponen­
te, las blancas se rindieron. “Una de las
clásicas partidas de Capablanca. El sa­
crificio del peón a en posiciones simila­
El triunfo de la innovadora estrategia res, seguido del ataque a los peones
negra: la destrucción del flanco de da­ enemigos sobre las columnas a y b, ha
ma blanco es inevitable. La amenaza sido adoptado a continuación por mu­
26 ... Axc3 obliga a las blancas a entre­ chos maestros” (Botvinnik).
gar calidad. Sin embargo, este temible Antes del comienzo, el cubano nom­
alfil bien vale una torre. braba, con mucha razón, como princi­
26 Sxd4 Wxd4 27 Sdl Wc4 28 h4 Sxb2 pal favorito a Rubinstein, diciendo que
29 Wd2 Wc5 “goza de excelente salud, y se ha prepa­
rado mucho tiempo para el torneo”,
La conversión de la ventaja no supone mientras que para el campeón mundial
ninguna dificultad para la “técnica” de Lasker, “es incierto, porque está un po­
un Capablanca. co desentrenado”, y acerca de sí mismo:
30 Sel? “Mi salud no es ahora muy buena, y me
contentaría con finalizar segundo”.
Aun así, era más tenaz 30 Sal.
En la tercera ronda los dos aspiran­
30 ... Wh5! 31 Sal tes a la corona se enfrentaron en una

256
José Raúl III

partida de alta tensión, cuyo desenlace ventaja (Euwe-Lasker, Zurich 1934).


tuvo una enorme influencia sobre sus Obviamente, la jugada de espera 9 ...
respectivos destinos. a61? es más sólida.

224

82
A. Rubinstein-J. R. Capablanca
San Petersburg 1914, fase previa
Gambito de Dama (D63)

1 d4 d5 2 £f3 £f6 3 c4 e6 4 <£c3 £bd7


5 -&g5 Jle7
5 ... c6l? 6 e3 Wa5.
6 e3 0-0 7 Sel Se8?l
Una jugada por entonces de moda, 9 ... dxc4?l
aunque no es la más activa. La teoría Capa sigue el plan de Bernstein, emple­
del Gambito de Dama estaba práctica­ ado un par de meses antes en Moscú,
mente en pañales, y es posible que esta en una de las partidas de exhibición.
partida le sugiriese a Capablanca la idea Sin embargo, valía la pena desactivar el
de su variante simplificadora: 7 ... c6 8 ataque sobre el peón de h7, con 9 ... h6,
Ad3 dxc4 9 JLxc4 ¿Zid5, etc. y si 10 Jth4, entonces 10 ... dxc4. Claro
8 ^c21? que en tal caso las negras tienen que
afrontar 10 Af4!?, y después de 10 ...
Esto es más útil que 8 a3 a6! (Janowski, dxc4 11 Axc4 £d5 12 0-0 £xf4 13 exf4,
Rubinstein) o que 8 Jld3 dxc4 9 Axc4 las blancas mantienen la iniciativa.
a6! 10 0-0 b5 11 £d3 &K7 12 ^e2 c5, in­
troducido también por Janowski (en 10JLxc4 b5?I
1908), y luego empleado por Rubins­ También es favorable a las blancas 10 ...
tein, junto con 9 ... c5 10 0-0 a6! a6 (10 ... h6 11 ^Lf4!?) 11 0-0 b5 12 Jld3
8 ... c6 c5 13 JLxf6 &xf6 14 dxc5 ^.xc5 15 £>e4.
El mal menor parece ser 10 ... £id5, co­
He aquí otros ensayos posteriores: 8 ... mo jugó Lasker en la 11a partida del
dxc4 9 Jbcc4 c5 10 0-0 cxd4 11 £ixd4 a6 match de 1921 (partida núm. 91), o in­
12 Sfdl Wa5 13 ^.h4 £ie5 14 .&e2, con al­ cluso 10... c5.
guna ventaja (Rubinstein-Maróczy, Go-
temburgo 1920), y 8 ... h6!? 9 Jth4 c5 10 11 Jtd3 a6?l
cxd5 £lxd5 11 Áxe7 4bxe7 12 dxc5 £>xc5 Aun después de la relativamente mejor,
13 Jtbo &d7, con rápidas tablas (Capa- 11 ... &b7 12 0-0! (es menos claro 12
blanca-Lasker, La Habana 1921,13a). £se5 &xe5 13 dxe5 ¿d7 14 &xe7 ^xe7
9^.d3 15 &xh7+ &h8 16 &e4 <£xe5 17 We2
'á’gÓ), tienen las negras una posición
Pero aquí tiene mucho sentido 9 a3!?: difícil. Por ejemplo: 12 ... Wa5?l 13 £>e5
9 ... dxc4 (9 ... h6 10 ±f4’?) 10 &xc4 2if8 14 <£>e4! Wxa2 15 Axf6 &xf6 16
&d5 (es inferior 10 ... b5?! 11 &a2! a6 £xf7! +-, 12 ... h6 13 áxf6 £>xf6 14
12 Abl h6 13 áxfó £>xf6 14 £e4) 11 £}e4, y el alfil de b7 está encerrado, o
■&xe7 Wxe7 12 £ie4 (también se ha ju­ bien 12 ... a6 13 <&e5 c5 14 £>xd7 Wxd7
gado 12 £e2) 12 ... &5fb (12 ... h6?l 13 15 Axf6 JLxfó 16 dxc5, etc.
0-0 b6 14 £.a2 Jtb7 15 Abl &5f6 16
£ig3 gb 17 e4, Smyslov-Hort, Olimpia­ 12 £e5!
da de Leipzig 1960) 13 £>g3 c5 14 0-0 “Esta jugada trastoca todos los planes
cxd4 15 &xd4 £>b6 16 Jla2, con cierta de las negras” (Tarrasch). También era

257
Gary Kasparov - MlS GENIALES PREDECESORES

buena la modesta 12 0-0 ^.b7 13 Qe5, £g5!?) 19 ... &xc5 20 dxc5 (20 áf5?l
trasponiendo a la variante anterior. Wd5 21 dxc5 permite 21 ... e4 22 ^-g4
<á.c8l), y de nuevo, tras 20 ... g6?! 21 h5!
12... &b7 <á?xh7 22 hxg6+ <¿g8 23 Hdl!, no hay
Si 12 ... «Fb6 (12 ... c5?l 13 6c6 «b6 14 forma de salvar la partida: 23 ... ^e6
&xe7+ Sxe7 15 ¿.xh7+), puede seguir (23 ... Wc7 24 Wf5!) 24 Zd6 Wxa2
13 £>xd7 ^xd7 14 ¿xf6 gxf6 15 «&xh7+ (24 ... Wc4+ 25 Wxc4 bxc4 26 gxf7+
<á?g7 16 jLe4! (16 £d3?l c5! Edward <á>xf7 27 Sh7+) 25 Wf5 Wc4+ 26 #el
Lasker-Hodges, Nueva York 1915), o ^b4+ 27 2d2, ganando.
bien 13 ^.xf6! £>xf6 (13 ... ±xf6 14
Quisiera añadir que las blancas tam­
^.xh7+; 13 ... gxf6 14 ^.xh7+ &g7 15
bién podían haber conservado la venta­
£xc6! Í5 16 £xf5 exf5 17 £d5) 14
ja con 16 Ad3!? e5 17 &e4! (en mi opi­
£>e4, y las negras pierden material.
nión, esto es más fuerte que 17 dxe5 y
Si 12 ... £lxe5 13 dxe5 £id7 14 ^.xh7+ &e4) 17 ... exd4 18 &xf6 gxf6 19 We2
‘á’hS, entonces 15 £.xe7! (pero no 15 (es confuso 19 0-0 dxe3 20 fxe3 Exe3
¿f4 g6 16 JLxg6 fxg6 17 ^xg6 &f8 18 21 Hedí) 19 ... Wd5 20 0-0 c5 21 e4, o
Wh5+ £>h7) 15 ... Wxe7 16 £e4 £xe5 bien 17 ... ^.e7 18 £>c5 Axc5 19 dxc5
17 We2 f5 18 f4!, con una poderosa ini­ Wd5 20 .&e4 Wxa2 21 0-0, y de nuevo
ciativa. las negras tienen un alfil “de menos”.
13 £xd7 ^xd7 14 £xf6 £xf6 15 La naturaleza del error de Rubinstein
£xh7+ <á?h8 puede explicarse: tras haber logrado
rápidamente una posición ganadora, y
Una posición crítica. Las blancas tie­
temiendo que se le escapase la ventaja,
nen un sano peón de ventaja, y deben
decidió operar por medios puramente
elegir un plan para materializarla.
técnicos, sin incurrir en riesgos, y retiró
su alfil de h7, para no tener que calcu­
lar las agudas variantes con g7-g6. Por
otra parte, la retirada a e4 parece lógi­
ca: ¡la gran diagonal! Jugando contra
cualquier otro oponente (exceptuan­
do, quizá, Lasker), lo más probable es
que Rubinstein hubiese materializado
su ventaja. Pero Capablanca le pone las
cosas difíciles a las blancas, y ofrece
una desesperada resistencia.
16 ... e5
Era de considerar 16 ... c51? En la parti­
16 &e4?
da Seitz-Sprecher (Berlín 1920), las
“Sólo podía conservarse la ventaja me­ negras igualaron después de 17 <á.xb7
diante un agudo ataque al rey: 16 &e4! (17 dxc5 Axc3+ 18 bxc3 2ac8 19 0-0
^.e7 17 h4!” (Tarrasch). Sí, el agudo ¿xe4 20 Wxe4 Hxc5, o bien 19 Hdl
avance del peón h no parece en absolu­ .&xe4 20 Wxe4 Wc6, con posibilidades
to malo: ya que a 17 ... Hac8, entonces de tablas) 17 ... Wxb7 18 We4 Wxe4 19
18 £ic5! .&xc5 19 dxc5, con un control £>xe4 cxd4 20 ¿dxfb gxf6 21 exd4 Hed8
total, puesto que tras 19 ... g6?, las blan­ 22 <£e2 Hxd4. Yo hubiera preferido 18
cas ganan, de manera forzosa, con 20 £ie4!? cxd4 19 £ixf6 gxf6 20 0-0, con la
h51 <á?xh7 21 hxg6+ &g8 22 Hh7 Se7 23 iniciativa, pero sin garantías de éxito.
Sdl! Wc7 24 gxf7+ Hxf7 25 Wg6+. O
17 dxe5 Hxe5!
bien 17 ... ^.b4+ 18 ‘á’fl e5 19 £ic5! (la
idea de bloquear el alfil de b7 es tan AI activar la torre, las negras logran
buena que ni siquiera he analizado 19 alguna compensación por el peón.

258
José Raúl III

Después de 17 ... ^Lxe5?! 18 Sdl '^e7 tablero demasiadas piezas antes de lo


19 £f3 c5 20 .&xb7 Wxb7 21 0-0, las debido.
blancas jugarían a sus anchas. 21 ... Zxc3 22 bxc3 Sd8 23 Sdl
18 0-0 We7 MI.a$ blancas no tienen otra cosa. No
Con la amenaza 19 ... b4. pueden permitir que su oponente do­
mine la única columna abierta” (Ta-
19£f3 Sc5!
rrasch). Parece que Rubinstein espera­
ba ganar el final de damas, pero eso
significaría subestimar los problemas
inherentes. Lo más significativo es que
es muy probable que las blancas no
puedan ya ganar.
23 ... Sxdl+ 24 Wxdl <¿?g8 25 h4 c5
Pero no 25 ... Wxh4? 26 Wd7 + -.
26 Jtxb7 Sxb7 27 ^d6
Tampoco hubiera servido de nada 27
Wd8+ <á?h7 28 Wd3+ <¿?g8.
20 We2 227
Es interesante 20 Wb3!? a5 21 Sfdl
2c4, y aunque los comentaristas indica­
ron aquí “con contrajuego”, lo cierto es
que después de 22 Hd2! a4 (22 ... -&c8
Él S ® ü

23 Wdl!) 23 Sdl, la amenaza 2d7 le


plantea desagradables problemas a las
negras: 23 ... a3 (23 ... &c8? 24 2>xb5)
24 bxa3! £xc3 25 2d7 Wf6 26 2xb7
2xa3 27 Sd7, etc.
$

20 ... £.xc3 21 Sxc3?!


Ahora era imprescindible 21 bxc3!, “El final de damas es muy favorable a
que algunos criticaron, en base a 21 ... las blancas. En primer lugar, tienen un
Ac8 22 Sfdl .&e6, pero después de 23 peón de ventaja, aunque no es el fac­
2d4! y ^d2, las blancas se apoderan tor principal. Es bien sabido que en los
de la columna d y pueden tranquila­ finales de damas son especialmente
mente iniciar el ataque: el peón de c3 importantes los peones pasados. Un
es inaccesible a las negras, y también
fuerte peón pasado puede incluso neu­
les resulta desfavorable cambiar en d4.
tralizar una importante ventaja mate­
En resumen la posición es de carácter
rial. En segundo lugar, la dama blanca
técnico.
es más activa que la rival y controla la
Era mejor, por tanto, 21 ... Wf6!, donde mayoría de las importantes casillas
22 Sfdl!? Sxc3 23 Sxc3 Wxc3 24 áe4 centrales. En tercer lugar, la posición
resulta tentador, con ataque en posi­ del rey blanco es más segura. ¿Cómo
ción con material igualado. Pero para podrían continuar las negras en esta
ganar aquí se requiere un considerable difícil situación?” (Keres).
esfuerzo e inventiva, ¡y eso es precisa­
27... b4!
mente lo que había estado evitando
Rubinstein! Hizo todo lo posible por He ahí cómo es mucho más fácil para
simplificar la posición y, en última ins­ las negras crear un peón pasado que
tancia, se pasó de la raya, retirando del para las blancas. 27 X.. c4? era malo,

259
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES PREDECESORES

debido a 28 f3! b4 (28 ... a5? 29 Wd8+; 228


28 ... <á?h7 29 a3!) 29 cxb4 ^c8 30
Wd2 c3 31 Wc2 ^c4 32 a3 (Keres).
También era dudosa la pasiva 27 ...
Wc8?I 28 e4 <£h7 29 f3 ¿g8 30 *f2
<á,h7 31 g4, etc.

28 Wxc5?

El error concluyente que conduce a Diagrama de análisis


unas rápidas tablas. ¿Qué debían ha­
ber hecho las blancas? Si 28 cxb4, en­ “La materialización de los dos peones de
tonces 28 ... Wxb4! (es inferior 28 ... ventaja es muy difícil”, escribe Keres, in­
cxb4?! 29 Wc5! We4 30 Wc8+ <á>h7 31 dicando estas variantes:
Wxa6 Wxh4) 29 Wxa6 c4, y el fuerte
a) 31 Wa4 ^bl+ 32 &h2 Wf5, o.bien
peón c pasado salva a las negras. Por
ejemplo: 30 Wa8+ ‘á’h? 31 We4+ <á?g8 32 ... Wb2!?, y no está claro cómo pueden
las blancas defender su peón de f2.
32 We8+ <¿?h7 33 Wxf7 c3.
b) 31 Wa5 We5! (con la amenaza 32 ...
Tarrasch, en el libro del torneo, y más Wal+ y 33 ... b3) 32 Wa4 Wal+ 33 <£h2
tarde Keres, en la revista Shajmaty v Wb2, trasponiendo a una posición que ya
URSS (1964, núm. 3), recomendaron hemos comentado. Me gustaría añadir
28 c4! como mejor opción. Desde lue­ 32 Wa8 Wal+! 33 <£h2 We5+ 34 g3 ^e6,
go, ahora tanto 28 ... a5? 29 td8+ con adecuado contrajuego (35 Wd5??
30 Wxa5, como 28 ... b3? 29 axb3 Wxd5 36cxd5 <á?g8-+)-
Wxb3 30 Wxa6 son malas. Pero las ne­
gras disponen de otras posibilidades c) 31 Wa7l? (lo más peligroso) 31 ...
defensivas: ^e5í? 32 Wxf7 ^al+ 33 <£h2 ^xa2, con
contrajuego, pero también es posible la
1) 28 ... We4?! 29 Wxc5! (después de tranquila 31 ... f6 32 e4 We5. En mi opi­
29 Wxa6 <á)h7!, no es evidente que las nión, tiene razón Keres, aunque esta po­
blancas pueden reforzar su posición) sición contiene numerosos matices: 33
29 ... Wbl+ 30 <£h2 Wxa2 31 ^xb4 Wf7 Wal+ 34 «£h2 Wxa2 35 Wh5+ <á?g8
Wxf2 32 We7, “y el peón c no puede 36 Wxc5 b3 37 Wc8+ £h7 38 W5+ <á?h8
pararse” (Keres). Comprobémoslo: 39 c5 b2 40 c6 Wc4 41 Wc8+ <¿>h7 42 W7
32 ... f6 33 We4! (pero no 33 <á?h3?! Wxe4 43 Wxb2 Wxc6, y el final de damas
Wf5+ 34 <£g3 íbh7 35 c5 Wg6+, tablas) de “tres peones contra dos” es objetiva­
33 ... f5 34 We7 f4 35 We8+ <á?h7 36 mente tablas.
We4+ <é»g8 37 exf4 Wxh4+ 38 &gl, “Así, el análisis demuestra que incluso
con posibilidades de ganar. después de 28 c4!, las negras podrían se­
guir jugando, conservando excelentes
2) 28 ... ^a71? 29 g4 (29 Wd8+ <é>h7 30 posibilidades de tablas”, resume Keres.
Wa5 We7! 31 Wxa6 We4, lo mismo “Es una pena que Rubinstein no se deci­
que después de 29 Wxa6 *á’h7!, en la diese por esta continuación, y que la ma­
primera variante) 29 ... a5 30 h5 a4 31 ravillosa idea de Capablanca permane­
g5 b3 32 g6 Wa8 33 axb3 a3, recha­ ciese inédita para el mundo del ajedrez”.
zando el ataque: 34 gxf7+ (pero no 34
Wd7?? a2! 35 gxf7+ sÉ?f8 -+) 34 ... 28 ... bxc3 29 ^xc3 Wbl+ 30 <á>h2 Wxa2
^xf7 35 Wg6+ <á?g8 36 h6 ^a7 =.
El peón a pasado, junto con el ataque al
de f2, conceden a las negras unas fáciles
3) 28 ... Wc81? (con la amenaza 29 ...
tablas.
a5) 29 m>6 Wf5! (29 ... £h7? 30 e4!)
30 Wxa6 *h7! 31 Wc8+ <¿>h7 32 Wf5+ g6 33 Wf6 a5!?

260
José Raúl III

Capa ya no se contenta con la tablífera vich-Tarrasch, con sacrificios de alfiles


33... ^e6. en h2 y g2 (partida núm. 51). Sin embar­
go, no estoy seguro de que esta decisión
34g4a435 h5!gxh5!
del jurado fuese correcta, porque el rival
No, por supuesto, 35... We6? 36 hxg6+, ni de Capablanca jugó la apertura realmen­
tampoco 35 ... a3?l 36 hG ‘¿’xhó?? (36 ... te mal.
Wb2!) 37 Wh8+ «á?g5 38 <á?g3 y ^h4++.
36 Wf5+
Una vez más, estoy de acuerdo con Reres: 83
“Rubinstein tiene razón en renunciar a J.R. Capablanca-O. Bernstein
toda tentativa ulterior de ganar. Fuerza San Petersburg 1914, fase previa
las tablas, debido a que después de 36 Gambito de Dama (D51)
gxh5 We6!, se arriesga a perder”.
36 ... <á?g7 37 Wg5+ I d4 d5 2 2T6 3 c4 e6 4 £c3 £bd7 5
Jtg5 &e7 6 e3 c6?l
37 gxho a3 38 e4 Wb2!
37 ...<£h7 38 'Bxh5+ <£g7 El plan favorito de Bernstein, con c7-c6,
dxc4, b7-b5, a7-a6, c6-c5 y £b7, que tam­
Tablas. “Es asombrosa la habilidad con bién ensayó Capablanca en la partida
que Capablanca logró hacer tablas en es­ precedente con Rubinstein (por cierto
te mal final” (Reres). que este último utilizó esta sensible idea
¿Fue un accidente que Akiba no consi­ para desarrollar la Variante Merano). Sin
guiese ganar? Creo que no, recuérdese su embargo, es más preciso 6 ... 0-0, y sólo
error contra Capa en San Sebastián, 38 después de 7 Sel, 7 ... c6, mientras que si
JLd5? (partida núm. 64), y también otros 7 JLd3, entonces la inmediata 7... c5!
errores, cada vez más frecuentes con los 7 Ad3 dxc4 8 Jtxc4 b5 9 ±d3 a6 10 e4
años. Después de todo, Rubinstein fue fa­ e5?
moso, sobre todo, como un gran pensa­
dor e investigador en ajedrez, mientras Una dudosa aventura que es refutada
que en el tablero actuaba de forma bas­ con precisión por Capablanca. La temáti­
tante conservadora, y era inferior a Capa- ca 10 ... c5 es lo correcto, y si 11 e5, 11 ...
blanca y Lasker en los aspectos pura­ &d5! (pero no 11 ... cxd4? 12 exf6 gxf6
mente competitivos. A fin de soportar la 13 ¿Lxd4 fxg5 14 £xe6! -14 £e4.’?- 14 ...
enorme tensión y superar a estos lucha­ 6<e6 15 ^h5+ <á?f8 16 Wf3+ íbg7 17 Wxa8
dores excepcionalmente tenaces, ¡había 2>c5 18 J.e2 ±b7 19 ^xd8 Sxd8 20 Í3)
que tener siete vidas, como los gatosl 12 ±xe7 Wxe7 (12 ... <£xc3? 13 ±xd8
Después de estas tablas,’ frustrantes ¿Lxdl 14 Exdl ^xd8 15 £e4 +-) 13
para las blancas y afortunadas para las ne­ Cixd5 exd5 14 0-0 c4 15 ^.c2 0-0, con una
gras, los caminos de ambos contrincantes posición algo inferior, pero aceptable.
tomaron rumbos diferentes. Rubinstein II dxe5 £g4 12 £.f4!
sufrió una dura derrota a manos de Las­
ker (partida núm. 66) y entonces, tras 229
una fea omisión ante Alekhine, se produ­
jo la mayor sorpresa de San Petersburgo
1914: que no finalizó entre los cinco pri­
meros. Mientras que el inspirado Capa-
blanca marcó un fantástico ritmo (¡6 de
7!), ganando el torneo preliminar por un
amplio margen.
A la siguiente victoria del cubano se le
concedió el primer premio-de brillantez,
superando a la famosa partida Nimzo-

261
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

12... &c5? negras están demasiado retrasadas en


el desarrollo.
Por alguna razón que se me escapa,
nadie ha señalado que esto es un 17 &xb5!
error, y posiblemente incluso decisi­ Como escribe Capa, “llegó la hora de
vo. Después de 12 ... ^c7l, las blancas emprender el asalto”.
sólo habrían conservado la ventaja
con 13 Sel! (13 0-0 £gxe5 14 Sel 17 ... axb5 18 £xb5 Wd8 19 £d6+
_&d6; 13 Wc2 £jgxe5 14 ¿Lxe5 £>xe5 15 ^f8 20 Sxc6 &b6
Axeo Wxe5 16 £kxb5 0-0 17 £>c3 .&d6,
con compensación por el peón) 13 ... 230
£gxe5 14 £id5! Wa5+ 15 ‘é’fl cxd5 16
^xe5 £}xe5 17 ^.xe5 f6 18 J¿f4 Ae6 19
exd5 Axd5 20 Wh5+ ±f7 21 Wf3 0-0
22 We4 £g6 23 We6+ 2f7 24 £xg6
hxg6 25 g3, etc.
13 0-0 Wc7
Las negras descartaron 13 ... We7 de­
bido a 14 e6!, aunque después de
14 ... fxe6 (obligado, pues si 14 ...
Wxe6?, 15 £g5) 15 e5 0-0 16 Wd2, las
cosas quizá no serían tan malas para 21 .&h4!
su causa como en la partida.
“En mi opinión, ésta es la mejor juga­
14 Sel f6 da de la partida. Antes de efectuarla,
“Necesario, ya que a 14 ... £igxe5? hu­ me había sumido en un mar de com­
binaciones, que al menos totalizaban
biera seguido 15 £}xe5 4ixe5 16
£>xb5! cxb5 17 b4, con posición gana­ un centenar de movimientos. La tex­
tual es una de ellas, y tuve que ver sus
dora de las blancas” (Panov). Una
afirmación más que dudosa, en vista consecuencias hasta el final, antes de
de 17 ... Jtg4! 18 Ae2 ££3+ 19 Ax£3 que me decidiese a realizarla. Pues de
otro modo, la sencilla 21 £lxe5 hubie­
Wxf4, pero en realidad 17 ^hó! gana.
ra bastado” (Capablanca).
15 £g3
21 ... Wd7
15 b4!? fxe5 16 ^.g3 revertiría a lo
mismo. Si 21 ... £lf6, la respuesta más simple
es 22 £)xe5 We7 23 JLxfb gxf6 24
15 ... fxe5 2jxc8 Sxc8 25 ¿Ld7+.
“En caso de 15 ... £jgxe5, las blancas 22 £xc8!
podían haber proseguido su ataque
con 16 £ixe5 fxe5 17 Wb3” (Panov). Un plan claro, aunque, en mi opi­
nión, la línea 22 b5!? ^.a6 23 £}g5
¿Qué sucede con, digamos, 17 ...
^d6! 18 Sfdl, etc.? Yo prefiero 17 Axb5 24 2c7 también era ganadora.
b4!? £xb4 18 £>d5 Wd6 19 &xb4 22 ... ^xc6 23 ^d8+
Wxb4 20 2xc6, con evidente ventaja.
Los comentaristas señalaron luego
16 b4! £.a7 una forma más rápida de ganar: 23
También son malas 16 ... Axb4, debi­ Ae7+! «á?e8 24 *^d8+ «á?f7 25 ¿Lg5+
do a 17 £id5 Wdó 18 £ixb4 Wxb4 19 &g6 26 ^xh8 £jf6 27 ^.xf6 ^xf6 28
2xc6 0-0 20 &c2 +-, y 16 ... £d6 17 h4!, o bien 23 ... ‘¿’H 24 £}g5+ '¿'gó 25
Axb5 axb5 18 £\xb5 cxb5 19 2xc7 Wxg4 fcc8 26 £e6+ &F7 27 Wxg7+
té,xe6 28Sdl!
±xc7 20 ^d5 Sa6 21 Sel 2>gf6 22
Wxb5 + -. Tras recuperar el peón, las 23 ... We8

262
José Raúl III

No 23 ... <£f7?, por 24 ¿Ld6+. evaluar correctamente el papel de Ca­


pablanca en este estadio del desarro­
24 &e7+ 25 ¿Ld6+ 4?g6 26 ¿Lh4+
llo ajedrecístico, debe recordarse que
<¿?h5
estaba jugando contra uno de los me­
Si 26 ... #h6, entonces 27 ^df5+ '¿’hó jores maestros de comienzos de siglo,
28 ¿Lg3+ '¿’hó 29 Ag5++. un aspirante, en cualquier caso, al
27 4Lxe8 5xd8 campeonato del mundo.

“La resistencia no se habría prolonga­


do con 27 ... 2xe8 28 ^dl, con la
amenaza 29 h3!” (Panov). 84
28 ¿Lxg7+ <á?h6 29 2igf5+ <á?h5 30 h3! J.R. Capablanca-D. Janowski
San Pelersburga 1914, fase previa
“El momento culminante de la com­
Apertura Española (C68)
binación iniciada con 21 ^.h4. Las
blancas amenazan mate, y la mejor
forma de evitarlo es entregar todo el 1 e4 e5 2 £lf3 Lic6 3 Ab5 a6 4 ^.xc6
material de ventaja, quedándose las Las blancas juegan con la mayor sen­
negras con tres peones menos” (Ca- cillez posible, tal vez recordando la
pablanca). experiencia de San Sebastián, donde
Capa se salvó milagrosamente, tras
caer bajo un ataque demoledor (par­
tida núm. 77). El juego seco, tedioso
ponía enfermo a Janowski. Ya en el
match con Lasker (París 1909) había
jugado mal la Variante del Cambio,
con negras, y obviamente, Capablanca
había tomado buena nota de ello.
4 ... dxc6 5 ¿Le 3
En la fase final Lasker “timó” a Capa-
blanca, con ayuda de 5 d4 (partida
núm. 68); el tiempo de 5 0-0! aún no
30 ... ¿Lc8 había llegado.
Pero no 30 ... Sd7? 31 hxg4+ <á?xg4 32 5 ... £c5?I
£3+ <¿>f4 33 g3++!
Es más precisa la habitual 5 ... f6.
31 hxg4+ <á?xg4 32 £xd8 Sxd8 33 g3
2d2 34 <á?g2! Se2 6 d3 £g4 7 ±e3 £xe3?I
O bien 34 ... Sxa2 35 £i£3 + Una vez 7... We7.
más, Bernstein “olvida” su rendición.
8 fxe3 We7?l
35 a4 <&b6 36 £e3+ £h5 37 a5 £d7 38
&hf5 ¿Lf6 39 b5 &d4 40 <á?f3 2a2 41 Mejor hubiera sido jugar aquí el caba­
a6 ^.a7 42 Sel Sb2 43 g4+ <á>g6 44 llo, después de 8 ... f6l?
2c7 Sxf2+ 45 <á?xf2 2>xg4+ 46 &f3 9 0-0 0-0-0?!
Las negras se rindieron.
9 ... ¿Lh6 y seguido de 0-0.
No tan espectacular, pero no me­
10 Wel ¿Lh6?I
nos instructiva, fue la victoria de Capa
sobre Janowski. Al reproducir esta Es más preciso, por supuesto, 10 ... f6,
partida uno se sorprende al compro­ ¡pero así es como se jugaba entonces!
bar la diferencia de clase entre el jo­ Poco a poco, sin apenas darse cuenta,
ven cubano y su eminente rival. Para Janowski va perdiendo la partida.

263
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

232 préndente, aunque las negras no han co­


metido ningún grave error, ¡ya pueden
rendirse!
18 ... 2>g5 19 Sf2!
Pero no 19 2£l £e6 20 Wc3?, debido a
20 ... Sxd5! 21 exdo ^xe3+ y ftco.
19 ... £e6 20 Wc3 5d7 21 Sdl!
21 Sd2? 2xd5!
21... &b7?!
Un poco más tenaz era 21 ... wd8.
USblü
Sin perder el tiempo en a2-a3. Este plan 233
de ataque se ha convertido en clásico en
tales posiciones. Por ejemplo: 5 0-0 Wd6
6d3 [6 7 £e3 Ag4 (7 ... £e7 8 £bd2
Ae6 9 b4!) 8 £bd2 0-04) 9 Sbl! ¿Le7 10
b4 g5 11 a4 £>g6 12 b5!, etc. (Mee-
king-Korchnoi, Augusta 1974,12a.
11 ... f6 12 b4 £}f7?l
Posiblemente la única defensa era 12 ...
£e6 13 a4 b6 14 b5 cxb5 15 axb5 a5, pa­
ra controlar la casilla d5. Pero sucede
que Janowski aún no ha entendido lo 22 d4 '^d6
mala que es su posición.
“También en caso de 22 ... W8 la partida
13a4±xf3 queda decidida de inmediato con la mis­
“Simplifica, esperando atenuar el ataque ma maniobra” (Panov).
blanco” (Capablanca). Ahora es tarde 23 Hc2! exd4 24 exd4 £f4
para jugar 13 ... Jle6?!, debido a 14 b5
Esto pierde pieza, pero no hay forma de
cxb5 15 axb5 a5 16 b6! + -.
salvar el juego.
14 2xf3 b6?
25 c5! £xd5 26 exd5 Wxd5 27 c6+
“Este avance es obligado, a fin de evitar &b8 28 cxd7 Wxd7 29 d5 2e8 30 d6
la ruptura de sus peones en el flanco de cxd6 31 Wc6
dama. La única alternativa hubiera sido
Las negras se rindieron.
14 ... b5, que parece mala a simple vista”
(Capablanca). “Ahora el caballo blanco “El impetuoso Capablanca ha gana­
ocupa d5, y la partida queda estratégica­ do una serie de brillantes partidas y aho­
mente decidida. La mejor posibilidad ra se encuentra por delante de todos”,
defensiva es 14 ... b5, con idea de <á>b7 y escribió Lasker, tras el torneo prelimi­
Sa8” (Panov). Creo que Panov tenía ra­ nar. “Sumar 8 de 10 no es ningún chis­
zón, aunque las negras seguían con una te... Ahora tiene la oportunidad de de­
mala posición tras 15 &e2! £}g5 16 Sf2 mostrar que puede mantener la ventaja
£>e6 17 £cl. lograda”.
Sin embargo, al final sucedió otro ti­
15 b5! cxb5 16 axb5 a5 17 ^d5 Wc5 18
c4! po de milagro: Lasker, que se mantenía a
remolque, con punto y medio de diferen­
Apoyando al caballo y con idea, además, cia, consiguió derrotar a Capablanca
de emprender un sencillo y natural plan (partida núm. 68), sumó 7 de 8 ¡y se en­
estratégico, a base de d3-d4 y c4-c5. Sor- caramó al primer puesto! El cubano, que

264
José Raúl HI

perdió con Tarrasch (dejando “colgada" lín, donde jugaron un match de Blitz a
una pieza), finalizó a medio punto, mien­ 10 partidas (a la velocidad de 5 segun­
tras que el tercer clasificado, Alekhine, dos por jugada). Como admitiría el
quedó a 3,5 puntos de distancia. En el campeón mundial, “aun con un tiem­
banquete de clausura, Capablanca man­ po tan restringido, Capablanca apenas
tuvo el tipo. Felicitó al campeón del mun­ cometía errores”. El cubano resultó
do por su triunfo y le pidió excusas por su vencedor del match (6,5-3,5), ganando
áspera carta de dos años atrás, en relación el siguiente final, como si fuese un es­
con las condiciones del encuentro por el tudio:
campeonato mundial. En respuesta, Las­
ker propuso un brindis por los futuros
éxitos de Capablanca, y se estrecharon la
mano en señal de reconciliación. 85
“El hecho de que Capablanca lograse J.R. Capablanca-E. Lasker
el segundo puesto en el torneo, permi­ Berlin 1914, partida de Blitz
tiéndole a Lasker superar la desventaja,
debe atribuirse exclusivamente a una li­
gereza de juventud”, escribiría más tarde
Alekhine. “Ya entonces Capablanca juga­
ba tan bien como Lasker”. Es bien sabi­
do que, durante el torneo, cenas, ban­
quetes y recepciones interminables se
sucedían en honor del amistoso y socia­
ble cubano y, antes de su partida decisiva
con Tarrasch, él y Alekhine se habían pa­
sado toda la noche divirtiéndose con
amigos, caminando durante mucho
tiempo, cual si se tratase de un brumoso
cuento de hadas, en las noches blancas
1 £>xc7 &xc7
de San Petersburgo.
El propio resumen de Capablanca 1 ... &xb8 2 £ixd5.
es interesante: “Mi mala condición físi­ 2 2a8+I!
ca y la soberbia forma de Lasker en el
final lo explican todo, pero en cual­ No 2 <á?xc7??, ahogado.
quier caso quedó claro que ambos éra­ 2... £)xa8
mos claramente superiores al resto de
los participantes, y que sólo un match 2 ... '¿■xaS 3 &xc7 *£>a7 4 &c6 2 ...
podría decidir quién era el mejor de <á?b7 3 Sa7+Ü
los dos. Espero que ese encuentro se 3<¿?c8!
produzca, cuanto antes mejor, ya que
no quisiera tener que jugar con un Y las negras se rindieron, pues si 3 ...
£>c7 4 <w,xc7, etc.
hombre viejo, sino con un maestro en
la plenitud de su juego”. Es difícil, sin embargo, imaginar
¡No puede negarse que ese deseo es cuál fue la jugada anterior de las ne­
el de un perfecto caballero! Lamenta­ gras en la posición del diagrama. Si fue
blemente, entró en escena la Primera &a8-c7, entonces ¿por qué no £sd5-c3
Guerra Mundial. y £ib5xc3, con tablas muertas? En cual­
quier caso, ambos contrincantes “ma­
El contra-ataque Marshall quillaron” la posición y la publicaron
en Fossische Zeitung (26/7/1914) como
No obstante, Lasker y Capablanca un estudio conjunto, en el que el caba­
se enfrentaron una vez más antes de la llo de d5 se encuentra en e6, y el rey
guerra. Fue en julio de 1914, en Ber­ blanco en d7.

265
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

Por entonces el campeón vigente y 9 exd5 £}xd5


el futuro discutirían la cuestión de
Más tarde se ensayó también la intrin­
crear una Federación Internacional de
cada 9 ... e4 10 dxc6 exf3 11 -&g4
Ajedrez, idea sobre la que se mostraron
12 ^g3 Se8 13 d4 ±d6 14 Sxe8+
de acuerdo los principales países aje­
^xe8.
drecísticos de Europa, pero los planes
se vinieron abajo con el advenimiento 10 £>xe5
de la Gran Guerra.
“Se me había despertado el apetito
Capablanca regresó a América y du­ guerrero. Sentía que mi capacidad y
rante los cinco años siguientes estuvo mi juicio estaban siendo puestos a
literalmente preparándose para un en­ prueba. De modo que decidí, por así
cuentro por la corona mundial, con ac­ decirlo, que estaba enjuego mi honor
tuaciones triunfales en torneos de se­ y tomé el peón, aceptando el desafio”
gunda fila. Así, ganó tres torneos en (Capablanca).
Nueva York (1915,1916 y 1918), y al co­
10 ... £>xe5 11 Sxe5 ?
mienzo de este último produjo, junto
con Marshall, otra partida clásica. Las negras, pues, han sacrificado un
peón...

235
86
J.R. Capablanca-F. Marshall
Nueva York 1918
Apertura Española (C89)

1 e4 e5 2 £f3 £c6
“Sorpresa inicial. Por primera vez en
diez años, desde 1909, Marshall me
permite plantear una Ruy López” (Ca­
pablanca).
3 J.b5 a6 4 £a4 &f6 5 0-0 £e7 6 Sel 11 ... £f6?!
b5 7 Ab3 0-0!?
En 1938 Marshall introdujo la línea
“Segunda sorpresa. Sentía que Mars­ principal (11 ... c6!),que más tarde se­
hall había preparado algo contra mí... ría elaborada en detalle por los jugado­
La razón era que había encontrado res soviéticos, sobre todo Geller y
una variante, y la había mantenido en Spassky. Actualmente, el gambito es ju­
secreto durante dos años, esperando la gado por Adams, Short, Jalifman, Svi­
oportunidad de poder planteármela en dler y muchos otros.
una partida de torneo” (Capablanca).
12 Sel
Por cierto que la idea de Marshall tiene
un antecedente en la partida Tauben- Más tarde sería generalmente adopta­
haus-Chigorin (Ostende 1905): 7 ... d6 da la línea 12 d4 ¿d6 13 Sel (13 Se2
8 c3 0-0 9 d3 £g4 10 £bd2 Se8 11 &fl £h5!) 13 ... <£g4 14 h3 Wh4 15 Wf3!
d5! 12 exd5 £xd5 13 h3 &h5 14 g4 Capablanca trata de desviar a su opo­
JLg6 15 £}xe5 £ixe5 16 Sxe5 (¡un cua­ nente de su análisis casero, pero las co­
dro familiar!) 16 ... £>fi6 17 d4 ^.d6 18 sas pasan a una simple transposición de
Sxe8+ Wxe8 19 Ae3 £e4! 20 f3 £b7, jugadas.
con excelente contrajuego por el peón.
12 ... .£.d6 13 h3 £g41?
8c3d5!?
Agudo, muy en el estilo de Marshall.
¡He aquí el Ataque Marshall! Panov recomendaba el plan posicional,

266
José Raúl III

a base de 13 ... Ab7 14 d4 Wd7, aunque 23 2>d2 Af4 24 £>f3 Wh6 25 Ac2 + -) 19
un peón es un peón. W 2xe2 20 Wxe2 Wg3 21 Wf3! ^h2+
22 <¿>fl Wil+ 23 <¿>e2 ^xb2 24 Ae3 + -
14«f3!
(Euwe).
Defensa y ataque a un tiempo. 14 hxg4?
Wh4 15 Wf3 Ah2+!, seguido de 16 ... 2) 16 ... Axh3 17 gxh3 £xh3+ 18 <¿>fl
Axg4, con ataque decisivo. £g5 (Lilienthal; 18... g5 19 2e4 Af4 20
Axf4 £xf4 21 £d2 Sad8 22 Sxf4! gxf4
14 ... Wh4 15 d4 23 &e4: Aronin) 19 Axg5 (19 Wg2
De nuevo es malo 15 hxg4?, debido a 2ae8!) 19 ... Wxg5 20 £a3 c5 21 Sadl,
15 ... Axh2+! 16 <á?fl Axg4 17 We4 con clara ventaja de las blancas.
Af4! 18 g3 Wh2, y las blancas no tienen
defensa: 236

1) 19 Ee3 2ae8 20 Wd5 Axg3! 21 Sxg3


(21 Wxf7+ &h8!) 21 ... Ae2+ 22 <á?el
Af3+.
2) 19 &XÍ7+ <éxf7 20 ^d5+ &g6 21
2e6+ Axe6 22 Wxe6+ <á?h5 23 ^d5+
Ag5 24 ^g2 Sxf2+! 25 Wxf2 Shl+ 26
<á*e2 5e8+ (Tal).
3) 19 gxf4 (mi propuesta) 19 ... Ah3+!
(pero no 19 ... 2ae8 20 Axf7+ <¿?xfZ 21
Wd5+ *g6 22 Wg5+ <£f7 23 Wd5+ Ae6
24 Hxe6 Sxe6 25 f5 Wh3+ 26 -á?gl 16.. . Ag4?I
^g4+ y tablas) 20 &e2 2ae8 21 d3
Ag4+ 22 ée3 Sxe4+ 23 dxe4 ^h3+ 24 “La mejor forma de continuar el ata­
<£d4 2d8+ 25 <£c5 Wh6 - +. que” (Capablanca). ¡Nada de eso! Tar-
takower propuso la original réplica:
15... £jxf2 16 ... &g4! Por ejemplo:
“El cazador cazado. Las negras, sin em­ 1) 17 Se8 £>f6! 18 3xf8+ <£xf8 19 £d2
bargo, no tenían nada mejor, y debían 3b8 20 £tfl Ab7 =.
optar por el ataque a ultranza o morir”
(Capablanca). Aquí existe la idea de 2) 17 Af4 Ab7 18 d5 £¡f6 19 Axd6
Shamkovich, 15 ... h51? 16 Ae3 (16 cxd6 20 &d2 2ae8 =.
£id2 Ah2+ 17 «á?fl Ad6! =) 16 ... ^xe3
17 Sxe3 W4 18 Wxf4 Axf4 19 Sel 3) 17 '^xa8 Wg3 18 hxg4 ^h2+ 19 «£fl
Af5, y los dos fuertes alfiles le impiden Ag3 20 Ae3 Whl+ 21 Agí Ah2, y aquí
a las blancas materializar su peón extra. todo el mundo señala la variante “cola­
boradora” 22 «á?el? Wxgl+ 23 £d2
16Ee2 Af4+, omitiendo 22 Axf7+! <£h8 (o
No, por supuesto, 16 Wxf2? Ah2+! 17 bien 22 ... fixf7+ 23 <¿>el Í?xgl+ 24 ±d2
éfl Ag3 18 We2 Axh3 19 gxh3 2ae8, y Sf8 25 Wd5+ &h8 26 Wf3! Ad6 27
las blancas tienen problemas. Sin em­ Sel) 23 2e6U Wxgl+ 24 <á?e2 Wcl 25
bargo, en la década de los cincuenta se £d2 Wxal 26 Se8 2xe8+ 27 Axe8
descubrió que era más fuerte 16 Ad2! Axg4+ 28 ‘á'dS Af5+ 29 ^e2 «. Un jue­
Por ejemplo: go agudo se deriva también de 19 ^»f2!?
Axg4 20 We4 Ag3+ 21 <á?e3 Wgl+ 22
1) 16 ... Ab7?l (16 ... £>g4? 17 He8!;
&d3 Axe2+ 23 ^xe2 ^xcl 24 Adl
16 ... Ae6? 17 2e3! +-, pero no 17 Ael!? 25 Wxel Wxb2 26 Ab3 Wxal 27
Wxf2? Ag3 18 ^e3 Sae8 19 Se2 Axh3 &c2 a5, etc.
20 Wxe8 Ae6!) 17 Wxb7 £d3 18 Se2!
Hae8 (o bien 18 ... Wg3 19 <á?fl! Wh2 20 4) 17 g3!? (esto parece ser lo mejor)
g4! Wxh3+ 21 Wg2 Wh4 22 &e3 2ae8 17.. . Wxh3 18 Wxa8 Axg3 19 Wg2 Wh4

267
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

20 4dd2, y las blancas acabaran realizan­ 25... ^gl


do su ventaja material. Desclavando el alfil. Si 25 ... Se2, en­
17 hxg4 tonces 26 a4! ^el 27 axb5! Hxd2+
(27 ... Ae3? 28 ^xe3!) 28 £xd2 ^xal
Pero no 17 Wxf2? Ag3 18 Wfl Axe2 19 29 Wxf2 axb5 30 &Í3 + -.
Wxe2 Eae8.
26 Ad5 c5 27 dxc5 Axc5 28 b4!
17... Ah2+
El ataque es rechazado, y la ventaja ma­
Peor era 17 ... £}xg4?! 18 Af4! terial de las blancas decide la lucha.
18 <¿fl Ag3 28 ... Ad6 29 a4 a5?I
“Yo esperaba 18 ... £>hl. Las blancas, Una opción desesperada.
sin embargo, pueden defenderse de va­ 30 axb5 axb4 31 Sa6! bxc3 32 &xc3
rias maneras. Lo mejor puede que sea Ab4 33 b6 Axc3 34 Axc3 h6
19 Ae3” (Capablanca). Desde luego,
tras 19 ... £lg3+ 20 ‘¿’el Sae8 21 £id2 O bien 34 ... Se3 35 ^xH+l
Agí 22 £>fl £xe2+ 23 ¿>xe2 Wg5 24 35 b7 Se3 36 Axf7+!
Sel, las negras están perdidas.
En vista del mate inevitable, las negras
19 Hxf2 Whl+ 20 <¿e2 Axf2?! se rindieron. “Este combate, como la
partida de San Sebastián Capablanca-
Las blancas se enfrentarían a mayores
Janowski (núm. 77), demuestran clara­
problemas después de 20 ... ^xcl! 21 mente la habilidad del jugador cubano
Wxg3 (21 Axf7+! ¿?h8 22 2fl Wc2+ 23 en la defensa de las posiciones más
^d2 Sae8+!, ó 21 Sfl Sae8+ 22 <¿d3
complicadas y de doble filo” (Panov).
2e3+ 23 ^xe3 Wxfl+ 24 We2 Wcl)
21 ... Wxb2+ 22 ¿>d3 Wxal 23 <¿c2 En la primavera de 1919 Capablan­
Sae8! (es más floja la sugerencia de Pa­ ca ganó un match en La Habana contra
nov, 23 ... b4?l 24 g5!) 24 Wxc7 Sel 25 Boris Kostic (el segundo clasificado de
£id2, etc. Nueva York 1918), quien hasta enton­
ces había hecho tablas en todas sus par­
21 Ad2! Ah4 22 Wh3! tidas con el cubano, pero ¡el encuentro
“Las negras, a fin de evitar el cambio de se decidió por 5-0! El vencedor sería el
damas, se ven ahora obligadas a llevar primero en ganar ocho partidas, pero
el rey blanco a c2, donde estará seguro” Kostic comprendió perfectamente la si­
(Capablanca). tuación y se rindió.
En el verano Capa vityó de nuevo a
22 ... 2ae8+ 23 <¿d3 Wfl+ 24 ¿>c2 Af2 Europa para jugar en el torneo de Has­
25 Wf3! tings, que por aquella época había pa­
Después de esta jugada de péndulo, la sado a tener un carácter anual (aunque
actividad de las piezas negras llega a luego se disputaría en las vacaciones de
punto muerto. Navidad). En aquel año de la postgue­
rra, no contaba con muchos nombres
237 famosos: 1. Capablanca 10,5 (de 11); 2.
Kostic 9,5; 3-4. Thomas y Yates 7, etc.
Durante el período de los cinco
años transcurridos, el cubano había re­
forzado la leyenda de su invencibilidad,
logrando un impresionante resultado
en partidas de competición: +48 -1 =10.
En su opinión, en San Petersburgo ha­
bía alcanzado ya la cima de su fuerza.
“Desde entonces puede que haya ga­
nado alguna experiencia”, escribió en

268
José Raúl III

1919, “y el estilo tal vez se haya modifi­ ^xb8 Ecl+ (30 ... Sá?g8 31 wb3+) 31
cado un poco en consecuencia, pero *f2 Ec2+ 32 <¿?e3 ¿g8 33 ^b3+ d5 34
dondequiera que pueda ganar a mi ma­ 1^xc2, o bien la todavía más atractiva 29
nera, estoy seguro de poder demostrar Exe8! Wxe8 30 ^a4!l Exg2+ (30 ...
la correspondiente derrota”. Wxa4 31 Eb8+ y mate; 30 ... Ecl+ 31
Su juego parecía casi ideal, y sólo #Í2) 31 *á,xg2 Wxg6+ 32 £hl +
tras un minucioso estudio era posible Al día siguiente, Capablanca consiguió,
percibir “puntitos negros”, síntomas sin ninguna brillantez táctica, crear un
apenas perceptibles del proceso, que el ejemplo “de libro” sobre el tema de la
periodismo soviético, rico en expresi­
pieza (alfil) fuera de juego.
vos apodos, bautizaría como “degrada­
ción de las directrices creativas”.
Fue característico el desenlace de la
partida de Hastings entre Capablanca y 88
Sir George Thomas, el mejor jugador W. Winter-J.R. Capablanca
inglés de la época (muy respetado, por
Hastings 1919, 5a ronda
cierto, en el mundo del ajedrez).
Apertura Cuatro Caballos (C49)

1 e4 e5 2 2T3 £c6 3 &c3 £f6 4 &b5


87 &b4 5 0-0 0-0 6 &xc6!?
J.R. Capablanca-G. Thomas En lugar de la habitual 6 d3.
Hastings 1919, 4a ronda
6... dxc6
6 ... bxc6?! -véase partida núm. 110.
7d3
La Variante Nimzovich, similar a la Va­
riante del Cambio y a la ulterior Varian­
te Hort de la Ruy López. 7 £>xe5 es ino­
cuo, en vista de 7 ... Ee8, o bien 7 ...
Axc3 8 dxc3 £lxe4.

239

Aquí las blancas lanzaron el golpe “de­


cisivo”.
29 ^a8!
Y las negras se rindieron, debido a 29 ...
Sxb8? 30 Sxb8, con mate imparable.
¿Otra obra maestra del genio cubano?
Lamentablemente, justo lo contrario. La
inesperada 29 ... Sxa2!l habría acabado
con las ilusiones de las blancas. Después 7... ±d6
de 30 Wb7 (30 Wxa2 Exb8; 30 Exe8 ¡Novedad! Por entonces se conocían
Exa8! 31 Sxf8+ Ex£8) 30 ... c5 31 Exe8 las siguientes partidas, en las que las
Wxe8 32 W7 Ea8, el límite de los sueños blancas habían llevado la iniciativa:
es cierta compensación por el peón.
1) 7 ... £g4 8 h3 Ah5 (8 ... _&xf3l?) 9
Por otro lado, Capablanca había omiti­ ±g5 (9 &hl We7 10 Egl Ead8 11 We2
do la forma de ganar: 29 Wb5! Sxb8 30 h6 12 £dl £c5 13 g4 £.g6 14 <£h4

269
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

Paulsen-Goring, Leipzig 1877) 9 ...


«6 10 ±xfb Wxfb 11 g4 Ag6 12 <£g2
5ad8 13 We2 (con idea de 4)dl-e3)
13 ... £xc3 14 bxc3 c5 15 £d2! ^e7 16
£>c4 b6 17 &e3 05 18 Bgl (Nimzo-
vich-Leonhardt, San Sebastián 1911).

2) 7 ... Wd6 8 £e2 c5 9 &g3 ¿a5 10


£}h4 g6 11 h3, preparando £2-£4 (Nim-
zovich-Vidmar, San Sebastian 1911).

3) 7 ... Se8 8 h3 (8 £e2!?) 8 ... h6 9


&e2 2>h5 10 g4 <£f6 11 £g3 £h7 12 10£d5?
£}f5 ¿xf5 13 gxf5 (Capablanca-Ten-
nenwurtzel, Nueva York 1913), o bien “Las blancas caen en la trampa. Sólo la
8 ... .&xc3 9 bxc3 Wd6 10 <£h4 g6 11 f4 falta de experiencia puede explicar es­
(Capablanca-Kupchik, Nueva York ta jugada” (Capablanca). En el espíritu
1913). de la posición encajaba 10 £>d2, segui­
do de &c4-e3.
4) 7 ... We7 8 ^e2 (8 £>e2!?, una ma­ 10 ... g5! 11 £xf6+
niobra que también es buena después
de la moderna 7 ... £\d7) 8 ... He8 9 h3 En caso de 11 £lxg5?, sigue 11 ...
g6 10 ee3 &h5 11 £e2 &c5 12 ^h6 f6 £>xd5!, y las blancas pierden pieza: 12
13 g4 £>g7 14 st?g2 Wf7 15 £jh2 ±f8 16 &Í3 £f6 (12 ... &e7l?) 13 £d2 &e7 - +.
^e3 (Capablanca-Jaffe, Nueva York También era desesperado 11 ^.g3
1913). £>xd5 12 exd5 £g4 13 h3 £xf3 14 Wxf3
fo (seguido de W6, tá’h7, 2f7, 2g8 y
Por cierto que la idea de dislocar la for­ g5-g4, con ataque), o bien 13 ... Ah51?
mación de peones con £xc6 ha resulta­ 14 £.h2 f5.
do tener una vida duradera, y no sólo 11 ... ^xf6 12 .&g3 £g4 13 h3 £xf3 14
en la Ruy López. En la Siciliana, con 1 ^xf3 fcf3 15 gxf3 £6!
e4 c5 2 £if3 £ic6 3 Ab5, después de 3 ...
g6, a menudo se juega, cediéndole al ri­ “Un simple examen demuestra que
val la pareja de alfiles, pero tratando de ahora las blancas tienen, a efectos prác­
explotar la superior estructura de peo­ ticos, un alfil menos. Las negras le de­
nes. Lo mismo sucede en la Apertura dicarán todas sus energías al flanco de
Inglesa, tras 1 c4 e5 (1 ... e6) 2 £lc3 dama y, prácticamente con alfil de ven­
Jlb4, o bien 2 ... £}f6 3 g3 Ab4, con taja, el resultado no puede ofrecer la
idea de capturar pronto en c3. menor duda” (Capablanca). Si eso es o
no así, pronto lo veremos.
8 Jtg5?I 16 <¿?g2
El comienzo de una serie de jugadas de Después de 16 c3 Sad8 17 Sfdl Sd7
aficionado. Está claro que Winter no (18 Sd2 Sfd8), las blancas no podrían
percibía las sudlezas de esta variante, jugar d3-d4 sin perder material, pero
pues de otro modo habría preferido 8 18 *á?fl!? ^f7 19 ie2 hubiera conserva­
h3, 8 £ie2, o incluso la infrecuente 8 do posibilidades defensivas. Sin embar­
‘¿’hl h6 9 &gl (Nimzovich-Behting, go, la diferencia de nivel entre ambos
Correspondencia 1913). oponentes era tan grande que las op­
ciones de Winter no tienen mayor im­
8 ... h6 9 J¿h4 c5 portancia.
Impidiendo d3-d4 y al mismo tiempo 16 ... a5
una pequeña provocación. Con la amenaza 17 ... a4.

270
José Raúl III

17 a4 <¿>f7 28 dxe5 fxe5!


En mi opinión, el momento crítico de 28 ... Sb4 29 2xc6
la partida. 29 Sxb4 JLxb4 30 dxe5 fxeo 31 Sel c5 - +.
29... Sxd4
IB fl ■ El triunfo del juego para aislar al alfil.
b^b Las blancas se rindieron, en vista de 30
Bjr® ffi Sc2 a4 31 2ca2 a3 32 -£fl 2b8 33 <á?e2
®®® Sb2+ 34 Sxb2 axb2 35 Sbl JLa3 36
&e3 Sc4 37 &d2 Sel.
AflIBAB~H Repito que Capablanca ganaba sus
B BAB^A partidas sobre todo porque pensaba en
JMM
ffl B BSB
categorías generales que no eran fami­
liares a la mayoría de sus oponentes.
Captaba intuitivamente y divisaba pla­
nes para crear debilidades en la posi­
18 Shl?! ción enemiga, tal fue el siguiente paso
La apertura de la columna h no ayuda­ en el desarrollo de la Escuela de Stei-
rá a las blancas, porque su alfil seguirá nitz. Esta estrategia le dio tan excelen­
encerrado. Mucho más interesante era tes resultados, que Capa se volvió pere­
la tentativa -ignorada por los comenta­ zoso en cuanto al cálculo concreto, que
ristas- de crear una fortaleza, con 18 c4! sólo efectuaba en caso de extrema ne­
Por ejemplo: 18 ... c6 19 Sfcl Sfb8 20 cesidad, como en el duelo anterior con
b3 b5 21 Sc3! Sb6 22 <±>fl bxc4 23 dxc4 Marshall, y a veces calculando mal, co­
¿Xab8 24 Sa3! (pero no 24 2bl? Sb4, mo en la partida con Thomas.
con la amenaza a 2x4) y <á?e2-d2-c2. Se
diría, por tanto, que la interpretación Coronación en su país natal
de Capablanca en cuanto a “lo simple
que resulta ganar una partida así” no es A comienzos de 1920, Lasker y Ca­
sino otra hermosa leyenda. pablanca se reunieron en La Haya y fir­
maron un acuerdo para disputar un
18... ‘é’eb encuentro por el campeonato del mun­
Centralización preparatoria. do. El campeón quería jugar en Holan­
da y EEUU, pero debido a problemas
19 h4 Sfb8 20 hxg5 hxg5 21 b3
financieros la idea fracasó. Hacia el ve­
Si 21 c4I?, las negras también habrían rano, Lasker sintió que había sido deja­
replicado 21 ... c6, seguido de b7-b5. do a merced del destino ¡e incluso
21 ... c6! renunció a su título en favor de Capa-
blanca! Creo que esto fue algún tipo de
Pero no 21 ... b5?, por 22 axb5 Sxb5 23 “farol”: el mundo del ajedrez no acep­
Sa4 Sb4 24 Shal, con contrajuego. taría un regalo así por parte de un cam­
22 Sa2 b5 23 Shal c4! peón indiscutible, con tanto tiempo de
reinado. La situación fue salvada por
La ruptura decisiva. Ahora todo es ver­ los admiradores cubanos del aspirante,
daderamente simple: si 24 dxc4 bxc4 que invirtieron una suma récord de
25 bxc4, entonces 25 ... 2b4!, seguido 20.000 dólares.
de Sab8, Sxc4, etc. Arruinado por la guerra, Lasker no
24 axb5 cxb3 25 cxb3 resistió la oferta, aunque antes había
“firmemente decidido no rebajar la dig­
25 2xa5? Sxa5 26 2xa5 b2. nidad del campeón viajando al país de
25 ... Sxb5 26 Sa4 Hxb8 27 d4 Sb5! 28 su oponente, a la tropical La Habana”.
2c4 Pero el público ajedrecista hacía tiempo

271
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

que pedía un encuentro por la corona, 89


y el match tuvo lugar, por fin, en la pri­ J.R. Capablanca-E. Lasker
mavera de 1921. Se jugó con una veloci­
La Habana 1921
dad de 30 jugadas en dos horas, y, por
primera vez, al mejor de 24 partidas Campeonato Mundial, Match, 5 a partida
(más tarde, a Botvinnik le gustaría esta Gambito de Dama (D63)
regla y se convirtió en modelo durante
la segunda mitad del siglo XX). 1 d4 d5 2 ^f3 3 c4 e6 4 &g5 £bd7
También por primera vez, y a suge­ 4 ... c5?l -partida núm. 61.
rencia del campeón, se incluía una
cláusula según la cual las partidas eran 5 e3 Ae7 6 £c3 0-0 7 Sel b6
propiedad de los jugadores, que ten­ Objetivamente, son mejores 7 ... c6! y
drían el exclusivo derecho de su publi­ 7... a6.
cación. Sin embargo, nada resultó de
8 cxd5 exd5 9 Wa4
esto porque los periodistas americanos
distribuyeron el texto de las partidas a La primera partida siguió así: 9 t&b5
lo largo y ancho del mundo. (patente de Capablanca; Pillsbury juga­
Por supuesto, jugar en la cálida y ba 9 ^.d3!? -partida núm. 38) 9 ... &b7
bochornosa La Habana resultó muy 10 Wa4?l (desviándose, por alguna ra­
duro para un Lasker de 52 años, una zón, de 10 0-0 a6 11 Jka4 2c8 12 We2 c5
edad en la que no es fácil soportar tales 13 dxc5!, con la que había tenido éxito,
pruebas. Sí, a la misma edad derrotó Capablanca-Teichmann, Berlín 1913)
Steinitz a Chigorin, también en La Ha­ 10 ... a6! 11 £xd7 (11 &c6? b5) 11 ...
bana, pero Lasker estaba jugando ¡con­ £ixd7 =.
tra un cubano, no contra un europeo! 9 ... c5’?
Además, el campeón estaba mal prepa­
rado. El propio Lasker escribió: “No “Agudo y arriesgado, pues implica un
podía hacer un entrenamiento intensi­ sacrificio de peón” (Panov). Si 9 ...
vo. Los pocos días que me quedaron ^.b7, a Lasker no le gustaba 10 ^.a6!
antes del encuentro los empleé en tra­ (partida núm. 79).
tar de aclimatarme, esperando realizar 10 ^c6 3b8 11 £xd5 Ab7
el calentamiento debido durante el
propio match, como en otras ocasiones Aquí es de considerar 11 ... £>xd5!? 12
había hecho, por ejemplo, en San Pe- Wxd5 &b7 13 Axe7 Wxe7 14 Wg5 (14
tersburgo”. Wc4 &xf3 15 gxf3 Sfd8!?) 14 ... Wxg5
Por el contrario, a sus 32 años, Ca- 15 £ixg5 cxd4 (Capablanca sugirió
pablanca, que había cobrado fuerza 15 ... h6 16 £if3 ¿xf3 17 gxf3 cxd4 18
alejado de la guerra, estaba claramente Sc7 Sfd8) 16 Sdl!? (Euwe; 16 exd4
en ascenso. No obstante, Lasker no te­ £f6!, etc.) 16 ... £f6 17 2xd4 2bc8,
nía intención de bajar los brazos y el con contrajuego, que probablemente
match, sobre todo al comienzo, tomó bastase para tablas. Lasker eligió un ca­
un curso muy duro y tenaz. Las cuatro mino más complicado.
primeras partidas finalizaron en tablas, 12 £xe7+ Wxe7 13 Wa4 Sbc8?
y sólo en la primera tuvo especiales
problemas uno de los bandos: el cam­ Demasiado lento. Como señaló Duras,
peón logró una buena posición con ne­ lo correcto era 13 ... ±xf3! 14 gxf3 cxd4
gras, pero cometió un error y tuvo que 15 ^xd4 &e5 16 áe2 5bd8 17 Wf4 (17
encontrar virtualmente jugadas únicas Wc3 Sd5) 17 ... Sd6, con la iniciativa:
para salvarse. 18 0-0?! 5d2! Aunque las negras no
La primera partida con definición tengan una total compensación por el
fue la quinta, en la que ambos contrin­ peón, ésta era claramente su mejor po­
cantes exhibieron brillantes recursos sibilidad.
en una posición inusual. 14 Wa3! We6 15 áxf6! Wxf6 16 &a6!

272
José Raúl III

Con una serie de jugadas fuertes y pre­ Con la amenaza 2g4. Peor es 23 ...
cisas, Capa ha logrado una evidente cxd4?l 24 Sc4!
ventaja. Aquí, la mayoría de sus opo­
nentes no hubieran durado mucho, pe­ 24 ‘¿’gil cxd4
ro Lasker, aunque entre la espada y la Si 24 ... Sg4?l, entonces 25 Sg3! (me­
pared, comienza a demostrar su verda­ nos claro es 25 Wfl cxd4 26 exd4 Wh4,
dera fuerza. pero no 26 ... Sxd4??, por 27 Sxg6+! y
28 ^xh3) 25 ... 2xg3+ 26 hxg3 <£g4 27
242 I---------------------------------------------- Wf3 + «. Pero ahora se requiere algo
fuera de lo común para las blancas.

243

16... £xf3!
Este sacrificio de calidad es, efectiva­
mente, la única posibilidad. Eran malas 25 2c4!
tanto 16 ... ^.xa6 17 't^xa6, como 16 ...
cxd4 17 Sxc8 Sxc8 18 0-0 &xa6 19 “¡Maravilloso!” (Lasker). Realmente,
^xa6 Sc2 20 ^a4! Sc7 21 2>xd4 + -. una extraordinaria jugada defensiva,
que fuerza el cambio de la amenazadora
17 £xc8 Sxc8 18 gxf3 ^xf3 19 Hgl torre negra. Después de 25 exd4? £}d5!
Ee8! 26 2g3 '^e6, y las negras hubieran teni­
No sirve 19 ... ^h3? 20 Wxa7 Wxh2 21 do una importante compensación por la
Sxd7 Wxgl+ 22 <á?e2! + -. calidad. Por el momento, las torres blan­
cas están fuera de juego, su rey esta ex­
20 >d3
puesto, tienen numerosas debilidades, y
Pero no 20 ^xa7? Sxe3+. . es inminente el avance h7-h5-h4.
20 ...g6 21 &fl Ee4! 25 ... dxe3
Los recursos tácticos de Lasker son im­ Es malo 25 ... 3g4?! 26 Sc8+ <£g7 27
presionantes. Con su entrega de la cali­ Sxg4 £>xg4 28 Wxd4+.
dad, ha logrado un claro contrajuego, 26 2xe4 £)xe4
en lugar de una posición desesperada.
Pero Capablanca también juega bien, No, por supuesto, 26 ... exf2+? 27 2xf2
parando con precisión las amenazas y £xe4 28 Wd8+ <á?g7 29 Wd4+.
conservando su material extra. 27 Wd8+ s*?g7 28 Wd4+ Ctf6 29 fxe3!
22 ^dl Después de 29 Wxe3 ^f5, la ventaja
Si 22 dxc5 £)xc5 23 Wd5, podía seguir blanca hubiera sido menor.
23 ... Wh3+ 24 Hg2 Sg4 25 <á»gl £e4 26 29 ... We6 30 Ef2 g5
Hxg4 Wxg4+ 27 <á?fl Wh3+ (pero no
27 ... Wf3? 28 Sc8+ <£g7 29 We5+ &h6 Para escapar de la clavada con égó.
30 W4+) 28 <á?el Wg4, con compensa­ 31 h4 gxh4
ción por el déficit de material.
Lo normal es concederle a esta jugada
22 ... Wh3+ 23 Sg2 un signo de interrogación. “Era mejor

273
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

31 ... <á?g6. Si, entonces, 32 hxg5 £>e4 Tras haber ganado tiempo en el reloj,
33 Wd3 ^g4+ 34 Sg2 Wh4 35 ^bl Capa hace una jugada “a ojo”, que aun­
(á>g7, el peón de g5 cae, y las negras tie­ que sólida, no es la más precisa, a pesar
nen una buena posición” (Lasker). A de que nadie lo ha observado. Era más
primera vista, aquí es, desde luego, im­ fuerte 39 Wxh5! ^xe3+ 40 ¿g2 Wd2+
posible materializar la calidad de venta­ 41 <¿g3 £)h6 42 Sd5 Wel+ 43 ¿g2
ja, pues el rey blanco está expuesto, y We4+ 44 <¿?f2, y las blancas deberían ga­
dama y caballo negros dominan. Sin nar. Es difícil que las negras puedan ex­
embargo, hay una forma de que las plotar la posición abierta del rey con­
blancas logren ventaja: 36 Wdl! (esto trario (que puede pasar al flanco de
es más fuerte que 36 Wfl £ixg5 37 Wf4 dama).
^el+ 38 <¿>h2 h6 39 Sf2) 36 ... <á?g6 37
Wf3! (amenazando Wf4) 37 ... £ixg5 38 En el match con Lasker, y también an­
^g3, con buenas probabilidades de ga­ tes, Capablanca pudo salir airoso de su
nar. De modo que 31 ... <á?g6 no era, en habitual desgana por realizar un cálcu­
modo alguno, mejor que la jugada de lo detallado de variantes “peligrosas”,
la partida. pero más tarde habría de costarle cara,
en su duelo con Alekhine.
32 Wxh4 £ig4 33 Wg5+ <á?f8 34 2f5
39 ... ^d6!
“34 Sd2! era muy fuerte. Habría que
jugar 34 ... f6, y el rey negro se expone Una brillante réplica. Las blancas es­
entonces al ataque” (Lasker). “Si 34 ... tán atadas y deben retroceder con su
f6, entonces 35 W4, mientras que a dama.
34 ... £jf6, sigue 35 e4” (Panov). Lo
siento, pero esto pierde un peón (35 ... 40 ^f4! Wdl+ 41 mi 1^d7 42 Sxh5
^xe4!) Lo correcto es 35 Wf4, con una
ventaja que probablemente baste para Tal vez sea mejor 42 ^f3!?, pero Capa
ganar, aunque las negras tienen algu­ probablemente pensaba que en cual­
nas probabilidades de salvación. quier caso su posición estaba ganada.
Como consecuencia, aunque refutó el
34 ... h5! sacrificio de calidad, dejó escapar
Aprovechando el más leve respiro, las cierta ventaja y sólo ganó a causa de
negras crean un inesperado contrajue­ un error de su oponente. Tales peque­
go. “No 34 ... Wxe3+ 35 Wxe3 £ixe3 36 ñas imprecisiones fueron desarrollan­
Sf2!, y 37 2e2, y las blancas ganan” do el germen, aún apenas visible, de
(Lasker). la futura derrota del tercer campeón
mundial.
35 Wd8+ &g7 36 Wg5+ <£f8 37 Wd8+
<á?g7 38 ^g5+ &f8 42 ... £>xe3 43 Wf3 ^¿4!

Sorprendente recurso. Ya no se ve un
claro plan ganador para las blancas (o,
al menos, yo no he encontrado ningu­
no), y se requieren algunas medidas ex­
traordinarias.
44 Wa8+?1

Objetivamente, es erróneo alejar a la


dama, ¡pero es una opción!
44 ... <á?e7 45 Wb7+
39 b3?! No, por supueto, 45 Wxa7+? <¿>e6.

274
José Raúl III

245 tanto, el transcurso del match no refle­


jaba la verdadera fuerza relativa de am­
bos jugadores (recuérdense los subsi­
guientes éxitos de Lasker en torneo).
Pero no debemos minimizar la hazaña
de Capablanca, que probablemente
podría haber jugado mejor, si lo hubie­
ra necesitado. Como veremos, en Bue­
nos Aires 1927, cuando se vio presiona­
do, comenzó a jugar de muy distinta
manera.
Pero por el momento el práctico as­
45 ... <á?f8?? pirante no se sentía obligado a precipi­
tar los acontecimientos. También el
Una lástima. El fatigado campeón del campeón hacía pacientes tablas, a fin
mundo pierde el caballo. “Un tremen­ de ponerse en forma, y ver en qué mo­
do error. Tenía un cuarto de hora para mento podría alcanzar a su lánguido
pensar, pero era completamente inca­
oponente.
paz de hacerlo. Con 45 ... (ó 45 ...
La partida decisiva del encuentro
^46), las negras habrían evitado el
fue, probablemente, la décima.
cambio de damas” (Lasker). Además,
hubiera sido interesante ver cómo po­
drían haber ganado las .blancas des­
pués de 46 't^'c6+ <¿>e7 47 1S'f3. 90
E. Lasker-J.R. Capablanca
También me gusta 45 ... ■á’dG!? Por
La Habana 1921
ejemplo: 46 ^fS! ¿Ld5+¡ (es inferior
Campeonato Mundial, Match, 10a partida
46 ... £5?! 47 Hh6+ <¿?e5 48 ^g3+ f4 49
^g7+ d?e4 50 Se6+ <á?d3 51 Wxd4+ Gambito de Dama (D61)
<¿>xd4 52 ^f2) 47 <á?h2 f6, de nuevo con

verdaderas probabilidades de tablas. I d4 d5 2 c4 e6 3 &c3 &f6 4 .fi.g5 .Lc7 5


e3 0-0 6 £f3 &bd7 7 ®c2
46 ^b8+
El Ataque Rubinstein.
Las negras se rindieron (46 ... <¿>c7 47 7... c5!
'©'e5+;. El aspirante toma la delantera: 3-2.
Más pasivas son 7 ... bG (núm. 60). y 7 ...
Las cuatro partidas siguientes toma­ c6 (cuarta partida); aquí es fuerte 8
ron un curso tranquilo, durante el cual Hdl!
Capablanca no consiguió ninguna ven­
taja. En la sexta partida, tras largas ma­ El propio Rubinstein jugaba antes 7 ...
niobras, Lasker incluso quedó con la h6, retirando el peón del ataque, en ca­
mejor parte en un final de cuatro to­ so de 8 ±h4 (8 h4!? c5!) 8 ... c5! 9 cxd5
rres, pero de repente perdió un peón <5úxd5 10 lLxe7 ®xe7 11 <2ixd5 exd5 12
(¡de nuevo, un error!) y se vio obligado Jkd3?! Ahora las negras tienen un tiem­
a hacer tablas. La séptima y la octava po para 12 ... c4, mientras que si 12
fueron tablas cortas, y en la novena el dxc5 ¿Lxc5 13 _&e2, entonces 13 ... -Lg4
campeón logró cierta ventaja, esta vez ó 13 ... Jke6 les conceden la igualdad.
con negras, pero la echó por tierra en Por consiguiente, en una partida con
un solo movimiento. Portisch (Bruselas 1986), me arries­
El problema de Lasker no eran los gué a sacrificar el alfil, con 8 cxd5!?
errores, sino el hecho de que era inca­ Portisch no aceptó el reto, sino que
paz de plantearle ningún problema al respondió 8 ... exd5, y después de 9
cubano. Estaba afectado, además, por £f4! c5 (9 ... c6 10 0-0-0!) 10 £e2 b6
el peculiar clima de La Habana y, por II 0-0 &b7 12 Hfdl Hc8 13 dxc5 bxc5

275
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

(13 ... <2lxc5 14 Wf5!) 14 a4! Wa5? (era 2h3!, con posibilidades mutuas) 12
mejor 14 ... a5) 15 ¿lh4! 2fcl8 16 4ñf5 lLxf6 gxf6 (después de 12 ... Axf6 13
AfB 17 ®b5 <Ae8 (17 ... Aa8 18 Wc3!) 4ñc4 cxd4 14 £>xf6+ gxf6 15 Hxd4 £)xc4
18 lLd6!, cayó en dificultades. La va­ 16 2g4+! <¿>h8 17 Hxc4 e5, es decisiva la
riante 8 ... hxg5 9 dxe6 fxe6 10 <$5xg5 bonita 18 <Sbg5! fxg5 19 hxg5 e4 20 Hc5
4ñb6 11 h4! es difícil de evaluar, pero 'e'b4 21 a3!) 13 J^e2 cxd4 14 exd4 &d7
en la práctica las negras no están ansio­ 15 2h3!, con evidente ventaja.
sas por capturar una pieza así.
Aun así, esta “sangrienta” línea es du­
dosa, y actualmente las blancas prefie­
246
ren luchar por una pequeña ventaja: 8
cxd5 £ixd5 9 J¡Lxe7 'Sxe7 10 «•'¿)xd5
exd5 11 Aid3 g6 12 dxc5 £)xc5 13 0-0
. (13 Sel &xd3+ 14 Wxd3 £.15!, con rá­
pidas tablas, Alekhine—Cap. iblanca,
Buenos Aires 1927, 10a) 13 ... Ág4 14
£kl4, etc. Un ejemplo reciente es la
partida Nikolic-Piket, Wijk aan Zee
2000.
8 ... ®a5 9 Ád3
En la séptima partida, en la que Capa
8 Sdl tenía blancas, se jugó 9 cxd5 ;¿ixd5 10
El agudo plan con 8 0-0-0 ha perdido Axc7 &xe7 11 &d3 £>f6 12 0-0 cxd4 13
popularidad debido a 8 ... ^a5! 9 cxd5 <2)xd4 Jfd7 14 ójc4 £>cd5 15 Ub3 'ss'dS
exd5 10 dxc5 <25xc5 11 £hd4 (es muy pe­ 16 &xf6+ £xf6 17 'g'cS @b6 18 Sel
ligroso tomar el peón de d5) 11 ... lLe6 Sfc8 19 'S'xbG axb6 20 Sxc8+ Sxc8 21
12 mi Sac8 13 Ad3 h6 14 £xf6 Axf6 Sel Sxcl+ 22 <2)xcl '¿’fS, tablas.
15 ±f5 Sfd8 16 ^.xe6 fxe6 17 ©g6 ... h6 10 Áh4 cxd4
o

Sd6, con ventaja de las negras (Rotle-


wi-Teichmann, Carlsbad 1911). Según Alekhine, es más ometedor
10 ... &b6!
Muchos años después, en una partida
con Fichtl (Praga 1943), Keres jugó 9 11 exd4 dxc4 12 lkxc4 <2bb6 13 ,£b3
mi!, y ganó después de 9 ... cxd4 10 Ad7 14 0-0 Sac8
exd4 dxc4 11 lLxc4 &b6 12 ^b3 &d7 Un esquema clásico en el espíritu de
13 £e5 Sac8 14 m2 £bd5? (es confu­ Steinitz (véase partida núm. 18). Es in­
so 14 ... Sfd8 15 h4! y Sh3) 15 &xd5 ferior 14 ... .¿Lc6 15 íbe5 J&.d5r! (14 ...
£>xd5 16 4hxd7! La teoría comenzó a re­ Hac8!) 16 £xd5 ^bxd5 17 Wc2 2ad8
comendar 9 ... h6, con idea de 10 Axí6 18 f4! &e8?! 19 Axe7 &xe7 20 f5 &xf5
£lxf6 11 4le5 cxd4 12 exd4 3kb4 =, y 10 21 £>xf7!, con ataque decisivo (Stahl-
h4 se consideraba incorrecta, a causa bcrg-Capablanca, Moscú 1935).
de 10 ... cxd4 11 &xd4 (? -G. K.) 11 ...
dxc4 12 Axc4 £sb6 13 lLb3 hxg5! 14 15 &e5
hxg5 Wxg5 15 f4 ®fg4. Tartakower sugirió 15 'S'e2!?
Sin embargo, en la partida Kaspa- 15 ... £b5
rov-Marovic (Banja Luka 1979), las
blancas jugaron 10 h41?, y después de “Una jugada floja, que podría haberle
10 ... dxc4 (si 10 ... cxd4, entonces 11 ocasionado serios problemas a las ne-
exd4! hxg5? 12 hxg5 <$5e4 13 £lxe4 gras. La sencilla y lógica JLc6,
dxe4 14 c5!, con un fuerte ataque) 11 amenazando ¿d5, hubiera dacio un ex-
3Lxc4 írib6?! (mejor es 11 ... cxd4 12 celente juego a las negras (Capablan-
exd4 &b6 13 Á.d7 14 £ie5 Sac8 15 embargo, la partida antes men-

276
José Raúl III

cionada con Stahlberg no confirma gia de match, no tenía objeciones a las


precisamente esto. tablas, y pensaba que la debilidad de d4
16 Efel mbd5 sería contrarrestada por la de c6. Pero,
como quedará claro, el peón d es más
El primer momento crítico. La siguien­ débil y no es tan fácil para las blancas
te jugada de Lasker confirma que los hacer tablas.
métodos típicos de juego, en posicio­
nes con el peón d aislado, aún no se do­ 21 ... ®b6 22 ®c2 Hfd8
minaban. , El segundo momento crítico.

248

HA

17 ¿xd5? 23 £>e2?
cambio totalmente innecesario, ¡Demasiado pasivo! “La torre fue a c5
C
3

con ue las blancas se privan de toda para controlar c5. Por lo tanto, lo co­
o
cr

esperan za de lograr ventaja (un error rrecto era 23 ^a4” (Lasker). Por su­
similar había cometido Zukertort puesto, 23 £)a4! es lo que debían haber
o

“•partida num. 18). Por el contrario, la jugado las blancas (pero no 23 Sc5?,
sugerencia de Breyer, 17 J¿xf6! ^Lxf6 por 23 ... fixd4!), y aunque después de
(17 ... ¿Lxf6? 18 ^g6! 2fc8 19 Sxe6, ga­ 23 ... ®b8 24 2c5 &f5 25 2xc6 Sxc6 26
nando) 18 jLxdo exdo 19 Wf5! le ha­ 'Bxc6 <2lxd4 27 ®e4! e5, las negras ha­
bría planteado problemas a las negras: brían conservado una ventaja micros­
1) 19 ... &c6 (Bogoljubov) 20 £}g4! (20 cópica, con un juego correcto las blan­
cas hubieran podido hacer tablas.
£d7 &xd7 21 Wxd7 2fd8! 22 W5!
Ahora, en cambio, tienen problemas.
Sc4! 23 íóxd5 ®xd5 24 Se8+ 2xe8 25
Wxd5 2xd4 26 Wf3 Sxdl+ 27 Wxdl 23 ... Ed5! 24 Hxd5
£xb2 =) 20 ... £g5 21 f4 g6 22 &f6+! “Un error peor que el precedente. Des­
(antes sólo se consideraba 22 \*?e5?! pués de 24 2e3 ^Í5 25 Hb3 Wd8 26
Sce8 23 £f6+ £xf6 24 Wxf6 '^b4! =) Sb4, las blancas ganan tiempo más tar­
22 ... Axf6 (pero no 22 ... ‘á’g?? 23 de, con Hc4, Sa4 y g2-g4” (Lasker).
£>h5+! <á?h7 24 ^e5) 23 ^xf6, con una “Pero después de 26 ... Wd7, las blancas
peligrosa iniciativa. tienen una difícil posición” (Panov).
2) 19 ... JkxeS!? (aparentemente, la me­ Debo añadir que 26 Sbd3 también es
jor defensa) 20 2xe5 (20 dxc5 ¿.c4!) insuficiente, en vista de 26 ... Wd7 27
20 ... ,&c4 21 a3 '^b6 22 2d2, con cierta b4 Ed8 28 h3 e5!, etc.
presión. 24 ... cxd5
17 ... £xd5 18 &xe7 &xe7 19 ®b3 £c6 “A partir de ahora, el estudiante ha­
20 <£>xc6 bxc6 21 Se5 ría bien en examinar cuidadosamen­
“Si 21 £?a4, entonces 21 ... Hfd8 (con la te cada jugada hasta el fin. Es uno de
amenaza 2xd4) 22 He5 Hd5!” (Panov). los mejores esfuerzos de las negras en
Parece ser que Lasker, fiel a su estrate- toda su carrera, y contra uno de los

277
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

jugadores más fuertes que ha visto el Otorgándole a las blancas otra debili­
mundo” (Capablanca). dad en b3. Se amenaza 33 ... 2b6
25 Wd2 &f5 26 b3?! y axb3.

Según Lasker, era mejor 26 g3. 33 ®d2


Una tentativ por salvarse en el final.
26 ... h5
33 ... Wxd2 34 Sxd2 axb3 35 axb3 Sb6’
“Para impedir definitivamente g2-g4”
(Capablanca). “Una jugada precipita­ 36 2d3
da, como consecuencia de la cual las Pero no 36 Sb2? 2b4 - +.
negras casi dejan escapar la victoria. De­ 36 ... Sa6! 37 g4
berían haberse jugado 26 ... g6” (Pa­
nov). Pero no veo qué hubiera cambia­ Las blancas ya no pueden esperar
do, después de 27 £5g3. acontecimientos, pues la penetración
de la torre resultaría decisiva; 37 Í3c3
249 Hal+ 38 <á?h2 Sel 39 b4 Ec2 40 <á?gl
Sb2 41 b5 Sb4 - +. Ahora las negras ga­
I £3 nan material.
H BAE3 S 37 ... hxg3 38 fxg3
I HAgWgx

erq
re
O bien 38 <2bxg3 Hal + Ud6 40

e
&f3 Hbl - +.
38 ... Sa2 39 £c3 2c2
Con la amenaza Cjxd4.
40 &dl £e7 41 Csc3 2cl+ 42 .. f2 £c6
43 ¿Ldl!
27 h3? Una bonita trampa.
“Una jugada absolutamente mala, que
250
■**

4
permite a las negras paralizar los peo­
.'W

A; r
l-.
nes blancos” (Lasker). “Era preciso 27
<53g31 £>xg3 28 hxg3, trasponiendo a un
final de piezas pesadas con excelentes
posibilidades de tablas” (Panov). Sin
embargo, incluso aquí, después de
H ®
28 ... Wc7, las blancas, con sus peones
débiles, se hubieran enfrentado a una ES
defensa penosa.
27 ... h4!
Tras el bloqueo del flanco de rey, el nú­
mero de debilidades en la posición 43 ... Ebl!
blanca excede de las permisibles y, por Evitando 43 ... <ib4?! 44 *c!2 Xbl 45
tanto, está estratégicamente perdida. ¿Lb2 Hxb2? 46 5xb2 Í3d3+ 47 ^e2
28 Wd3 Sc6 29 &fl g6 30 Wbl Wb4 31 £3xb2 48 '¿’dP! <á?f8 49 <á>c2, atrapando
'¿’gl a5! el caballo: 49 ... 4bc4 50 bxc4 dxc4 51
“Esto decide la lucha. Desde este mo­ <±>c3 ée? 52 <¿>xc4 =.
mento, hasta el final de la partida, las 44<S?e2?
negras juegan con implacable consis­ Finalmente, las blancas pierden un peón
tencia. El estilo de Capablanca es irre­ por error. Por supuesto, era más tenaz 44
prochable” (Lasker). d?el ¿Aa5 45 d?d21 Hxb3 46 Ixb 3 <$3xb3+
32lb2a4 47 d?c3 “con probabilidades d tablas.

278
José Raúl III

en vista del escaso material que queda tura de forma deliberadamente pasiva,
sobre el tablero” (Panov). Si bien, obje­ “a lo Steinitz”. Apartándose de las re­
tivamente, el final de caballos con peón glas, atentó contra el equilibrio posicio-
menos también está perdido (¡recuér­ nal y se excedió en los límites del riesgo
dese que los finales de caballos son co­ aceptable. Ya había utilizado antes este
mo los finales de peones!). método: no importaba mucho la posi­
xb3! 45 ¿>e3 Eb4! ción. ¡Lo principal era conservar el ma­
yor número posible de piezas!
Está claro que es más fácil convertir la Pero tal decisión resultó ser un total
ventaja con las torres sobre el tablero. fiasco. Es como si Capablanca hubiera
En este caso concreto, la sencillez ca­ estado esperando ese giro de los acon­
racterística de Capablanca produce tecimientos. Se sumó a la batalla, fue
una fuerte impresión, ¡sobre todo por­ ganando espacio y comenzó a asfixiar
que, con blancas, está jugando el gran inflexiblemente a su rival.
Lasker!
46 55 c3 55e7 47 55e2 55f5+ 48 ¿T2 g5 49
g4 55d6 50 55gl 55e4+ 51 ¿>fl 91
O bien 51 ¿>f3 Ebl 52 ^e2 Efl+ 53 J.R. Capablanca-E. Lasker
¿?e3 Ehl -+. La Habana 1921
Campeonato Mundial, Match, 11a partida
51 ... £bl+ 52 ¿>g2 Eb2+ 53 ¿>fl Ef2+
Gambito de Dama (D63)
54 ¿>el Ea2 55 ¿>fl ¿>g7
Tras haber atado a las piezas enemigas, I d4 d5 2 &f3 e6 3 c4 &f6 4 A.g5 ¿Lcb7
las negras activan su rey. 5 e3 ¿,e7 6 £ic3 0-0 7 Sel 2e8?I
56 Ee3 ¿?g6 57 Ed3 f6 58 2e3 ¿>f7 59 7 ... c6!
Ed3 ¿>e7 60 Ee3 ¿?d6 61 Ed3 Sf2+ 62
8 @c2! c6 9 &d3
¿el Eg2 63 ¿fl Ea2 64 Ee3 e5 65 Ed3
exd4 66 2xd4 9 a3!?
66 55e2 ¿c5 67 55xd4 ¿c4 68 Edl 9 ... dxc4 10 ,Cxc4 <5}d5
55c3 - +. En una ocasión, el propio Capablanca
66 ... ¿c5 67 Edl d4 68 Ecl+ ¿d5 jugó, sin éxito, 10 ... b5?! (partida
núm. 82).
Las blancas se rindieron: 69 Edl 55g3+
70 ¿el 2g2, ganando. II jkxe7
Esta dura derrota, con blancas, fue 11 £>e4 ^aó+l, pero es interesante 11
la gota que hizo rebosar el vaso del Af4!? <55x14 12 exf4.
campeón. Lasker, por supuesto, no ju­ 11 ... Exe7?!
gó todo lo bien que podía haberlo he­
Lo normal hubiera sido 11 ... ^xe7 12
cho, pero jamás se había encontrado
0-0 <55xc3 13 ®xc3 e5, y las negras tie­
con nadie que lo oprimiese en un cor­
nen esperanzas de igualar.
sé así. Con otros hubiera tenido posi­
bilidades, ¡pero no con Capal. Lasker, 12 0-0 &f8?I
el gran psicólogo, tenía que habituar­ Era mejor 12 ... <?5xc3 13 Wxc3 b6.
se a este tipo de juego, y encontrar el
antídoto adecuado. Pero con su con­ 13 Efdl Jld7 14 e4 <25b6?!
dición durante el match de La Haba­ 14 ... 55xc3.
na no pudo encontrar la solución al
problema. 15 &fl Ec8 16 b4! Ae8
En la 11a partida, Lasker tuvo que “La posición defensiva es steiniteiana en
tomar medidas extremas, a saber, apa­ espíritu, con la mayoría de las piezas
gar el fuego enemigo, jugando la aper­ amontonadas en las dos últimas filas.

279
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

No hay puntos débiles en la posición pero antes de lanzarse a él, las blancas
negra, pero carece de espacio para que deben liquidar sus peones del flanco
sus piezas puedan maniobrar” (Capa- de dama, a fin de eliminar todas las po­
blanca) . sibles fuentes de debilidades. Una vez
17 m>3 Hec7 18 a4 5ág6 19 a5 53d7 20 que estos peones sean cambiados, las
blancas pueden dedicarle toda su aten­
e5
ción al ataque contra el rey, .sin tener
Las blancas incrementan metódica­ que preocuparse por el otro flanco”
mente su ventaja espacial, abriendo pa­ (Capablanca).
so a su caballo hacia d6.
27 ... 2bc8!
20 ... b6 21 53e4 Sb8 22 ®c3
La defensa más tenaz. “Aquí, 27 ... c5 se
Es más precisa la inmediata 22 ^a3!, contestaría con 28 dxc5 bxc5 29 _utc4, y
sin darle tiempo a las negras de jugar ... la posición negra debe ser insosteni­
53g6-f4-d5. ble” (Capablanca). Pero es más fuerte
22 ... 53 f4 23 ¿Ld6 53d5 24 Wa3 28 ... 5áxc5! 29 <¿d4 Sbc8, con juego
confuso. Por consiguiente, lo correcto
es 28 axbó axbó 29 Ac4!, “y la posición
negra sufre un colapso” (Panov).
También era malo 27 .. . cxb 28 2xc7
53xc7 29 'e'db 2c8 (29 . .. 53d5 30 2uxb5)
30 do! co (30 ... cxclo 31 ) 31 axb6

O
axb6 32 £d3, con ataque deci sivo.
28 bxc6 Exc6 29 Sxc6 ExcO 30 axb6
axb6
Después de los cambios en el banco de
dama, las negras han logrado, no obs­
tante, algún contrajuego en la columna
24 ... f6 c, con esperanzas de un final aceptable.
Con la idea correcta Jáh5, pero Loe- 31 Hel ^c8
venfish y Panov recomendaron jugar Si 31 ... M, entonces 32 ®b3.
antes 24 ... ®e7! Para responder a 5áxe8
con Hxe8, manteniendo atacado el peón 32 Í3d2!
de b4). Esto podría ser más preciso, por Ha llegado la hora de activar el caballo.
ejemplo, después de 25 áLc4!? (con la
amenaza Jáxd5 y 53b5) 25 ... Q18 26 áLa2
OI
»o
OI

f6, etc.
25 53xe8! Wxe8 26 exf6 gxf6
Era dudoso 26 ... 537xf6?l 27 53e5. Tras
prescindir, sin escrúpulos, de su pode­
roso caballo, las blancas han transfor­
mado su ventaja. Ahora el rey negro es­
tá expuesto, lo que, con damas sobre el
tablero, pronto se hará sentir.
27 b5
Quizá sea mejor 27 Jtc41? Pero la juga­
da de la partida, que a menudo se 32 ... 5M8?1
acompaña de un signo de admiración, “Mejor es 32 ... Sc3! 33 'sCl £f8 34
también es muy lógica: “La expuesta ¿Le4 2c7, ganando un tiempo impor­
posición del rey negro invita al ataque, tante” (Lasker). Estoy de acuerdo:

280
José Raúl III

después de 35 g3, las blancas tienen 43 ^c8 <¿>f7 44 d5 e5 45 _Lb5 fid4 46


una clara ventaja, pero aun así, no es Wb7+ &g8 47 fial + -.
tan grande como en la partida. Por
cierto que muchos recomendaron 33
^d6 (en lugar de 33 Wall) 33 ... ¿Lf8
(33 ... fic6?! 34 ®g3+ &h8 35 £e4!)
34 £le4 Sc6 35 ^a3, omitiendo 34 ...
fiel!, con cambio de torres y proba­
bles tablas.
33 &e4 ^d8 34 h4!
Impidiendo
age >—
34 ¿iC/

Jugar la torre por la séptima fila impli­


ca entregar la columna c. Era malo 43 ^c8?
34 ... f5?! 35 '^g3+! <¿>h8 36 B'e5+ <i?g8
37 £b5 fie/ 38 ¿Lg5 fie? 39 &c4 ¿Lg6 Es sorprendente que ninguno de los
40 Wg3, ganando. En opinión de Ca- comentaristas haya señalado aquí una
pablanca, la mejor opción era 34 ... bonita victoria forzada con 43 h5+!
h61?, con la amenaza de desviar el ca­ &h6 44 W Wd8 45 &d3! Sxd4 46
ballo, con f6-f5. En cualquier caso, el Sxe6, y si 46 ... fixd3, 47 Hxf6+ <á?go 48
refugio del rey negro es inseguro. ^g7+ 4óg6 49 fixg6+.

35 ®b3 Sg7! 36 g3 Sa7 37 &c4 fia5 No hubiera sido difícil para Capa-
blanca realizar el cálculo de esta com­
Sin dejarse tentar por 37 ... h6? 38 binación, pero... ¡de nuevo, se sintió
Jí.xd5 exdo 39 'S'xdo+l Wxd5 40 £)xf6+ inclinado a jugar en base a considera-
<á’f7 41 SW5 + -. cio- nes generales! En La Habana
38 ¿Lc3! 1921, esto no tuvo mayor significa­
ción y sus flecos pasaron desapercibi­
Tras el cambio del caballo clave en d5, dos, porque Lasker no supo explotar­
las debilidades negras resultarán inde­ los. Antes de Alekhine, ¡nadie podía
fendibles. obligar a Capablanca a trabajar de
38 ... &xc3 39 Wxc3 <±>f7 40 '©'e3 ^d6 verdad! Y este último, naturalmente,
41 ^e4 fia4? se acostumbró a ganar por la ley del
mínimo esfuerzo. Sin embargo, en
“¡Suicidio!” (Lasker). “El mismo cua­ Buenos Aires 1927 ese hábito le costa­
dro perdedor que en las partidas pre­ ría caro al cubano.
vias de este match. En principio, el
43 ... 'S'b4?
campeón del mundo juega la apertura
de forma descuidada y acaba en una Lamentablemente, Lasker comete
posición inferior. Luego, gracias a una pronto un error, permitiendo que su
hábil defensa, logra una posición ta­ oponente concluya la partida de forma
blas, pero finalmente, abrumado por espectacular. Después de 43 ... Sa7!,
5U incansable oponente, empieza a co­ las blancas tendrían que ganar con es­
meter errores. 41 ... fia7 42 do e5 era lo fuerzo: 44 ^e8+ (44 áLxe6?! ¿Lxe6 45
correcto, aunque incluso entonces, con Sxe6 ^xd4 =) 44 ... ^g7!, etc.
a maniobra ¿c4-fl-h3 las blancas ha­
44 fiel! We7?!
brían conservado su ventaja” (Panov).
Si 44 ... ^a3, Capa indica 45 áLd3+ f5
12 Wb7+ d?g6
(45 ... ®xd3? 46 We8+; 45 ... <S?h6? 46
>i 42 ... 's'e?, entonces 43 '®'c6 Sa7 44 Sc7, con la amenaza 47 'Srxf8+ ©xf8
15. Era algo más resistente 42 ... 'áígS 48 Sxh7++) 46 ^e8+ <á?h6 47 fiel (la

281
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

computadora prefiere 47 2c7l? Hxd4 ciendo por 9-5 (+4 =10), proclamando
48 Ae2 £>g6 49 Wg8 + -) 47 ... Ha8 48 se el tercer campeón mundial en la his­
Hxe6+ ¿Lxe6 49 'Brxe6+ <á>g7 50 ^e5+ toria del ajedrez. Sólo puede lamentar­
y mate en cinco. se que el duelo se disputase en La
Habana, y no en algún lugar de Estados
La mejor defensa era 44 ... 2a7!, y las
Unidos o Europa, en un clima al que
blancas dispondrían de una agradable
elección entre 45 áLxeó ¿Lxe6 46 ^xe6 Lasker no estaba acostumbrado. De nc
^xd4 47 Hc4 ®e5 48 Hg4+ <á?h6 49 ser así, es difícil que hubiese cometido
los errores que cometió. Sin i-mbargo,
Wxb6, y 45 d51? ©d2 46 £b3.
es probable que aun en tal caso las po
sibilidades del cubano hubiesen sido al­
go mejores.
El sabio Lasker sufrió su derrota
con envidiable dignidad y generosidad.
En su crónica final del match, y en un
pequeño libro, Mein Wettkani ni it Ca­
pablanca, pronto publicado, renáis
tributo a su oponente:
“El juego de Capablanca me plan-
teó problemas genuinos. Su s jugadas
son claras, lógicas y fuertes. E a ellas pa-
rece no haber nada oculto, i ii’tificial o
45 ald3+! <á?h6 elaborado. Aunque son transparentes,
no son, en modo alguno, banales y, a
Después de 45 ... f5, además de la aguda menudo, son profundas. A Capablanca
46 2Lxf5+, también hay la fría 46 Sc7. no le gustan las posiciones confusas o
46 Sc7 Hal+ 47 <á?g2 Wd6 48 Wxf8+! azarosas. Le gusta saber de antemano
qué terreno está pisando. La profundi­
Las negras se rindieron. dad de su juego es la de un matemáti­
“Esta partida muestra el estilo de co, no la de un poeta. Tiene el alma de
Capablanca bajo su luz más favorable: romano, no de griego”.
juego enérgico, pero prudente, bus­ “¿Es Capablanca el ideal, el último
cando crear una posición sólida, desde maestro? No lo creo. Pero nu rece el tí­
la que resulte fácil lanzar un ataque” tulo de campeón del mundo. Su estilo
(Lasker). es extremadamente persona! preciso e
La puntuación pasó a ser de +3, a fa­ inventivo, lógico y enérgico... Cuando
vor de Capablanca, y después de dos ta­ Steinitz perdió conmigo la última parti­
blas, las cosas llegaron a un punto im­ da del match, se levantó y exclamó:
portant: al equivocarse (de nuevo) el ‘¡Tres hurras por el nuevo campeón del
campeón. Perdió la 14a partida, que ha­ mundo!’ Aquellas palabras me llegaron
bía comenzado muy bien, y... por reco­ al alma. La deuda de honor me obliga
mendación de su médico abandonó el a saludar al nuevo campeón con las
encuentro. “Hacia el final de la cuarta mismas palabras”.
hora, justo antes del control de tiempo,
me sentí casi exhausto y, con varios Nimzovich
errores evidentes, arruiné por comple­
y el hipermodernismo
to mi plan estratégico”, se lamentaba
Lasker. “Buscaba en el tablero como a Bajo la influencia de la serie de tablas
través de la niebla, y mi cabeza me do­ producidas en el encuentro de La Haba­
lía sospechosamente. Fue una adver­ na, ambos jugadores comenzaron a
tencia, y la escuché”. hablar de la amenaza que 1< ¡s empates
Así pues, Capablanca se adelantó planteaban al ajedrez. “La partida de aje­
considerablemente al programa, ven- drez se está acercando a la perfección”,

282
José Raúl III

escribió Lasker. “En consecuencia, los les parecía que el ajedrez ya no tenía
elementos de juego c incertidumbre dónde seguir progresando.
están desapareciendo. En nuestra épo­ Sin embargo, con los años ambos
ca se conoce demasiado. No es necesa­ campeones pudieron ver que el territo­
rio ya buscar, como nosotros, los viejos rio del ajedrez iba ensanchándose, y que
maestros, teníamos que hacer en nues­ tenía un largo camino por delante para
tra juventud. Por lamentable que pue­ agotar todas sus posibilidades. Un consi­
da parecer, el conocimiento aquí supo­ derable papel jugó entonces la nueva
ne muerte. Yo siempre me he opuesto tendencia del pensamiento ajedrecísti­
a la investigación. Pero Pillsbury co­ co, llamado “hipermodernismo”. Sus pi­
menzó a estudiar las aperturas en pro­ lares fueron Nimzovich, Réti y Breyer, y
fundidad, hasta llegar a conclusiones entre sus seguidores se encontraban Ale­
claras, y este método se ha impuesto. khine, Bogoljubov, Tartakower, Grün-
Ahora todos los jugadores conocen las feld... Esta importante fase en el des­
mejores jugadas de apertura en el arrollo de la teoría ajedrecística es algo
Gambito de Dama o la Ruy López, y se que debemos tratar más en detalle.
sienten en ellas como en su casa... El El gran teórico del ajedrez e innova­
encanto de lo desconocido se ha eva­ dor, Aaron Nimzovich (1886-1935),
porado". oriundo de Riga, y que vivía en Copen­
Más tarde: “Por supuesto, el aje­ hague, refino considerablemente y am­
drez no guardará sus secretos durante plió los principios de Stcinitz, sentando
mucho tiempo. La hora fatal de este las bases de buen número de ideas
antiguo juego se está acercando. En revolucionarias. Comenzó sus investi­
su forma moderna, este juego pronto gaciones con una aguda crítica de algu­
morirá a causa de las tablas. La inevi­ nos dogmas ele Tarrasch. “Steinitz qui­
table victoria de la certeza y la meca­ zá tenía un solo defecto: ¡que estaba
nización marcarán su huella en el si­ por delante de su generación en, al me­
no del ajedrez. Entonces habrá que nos, 50 años!”, declaró Nimzovich en
crear nuevas reglas”. un artículo, con el provocador título
Capablanca también pensaba que, ¿Se corresponde 'La partida moderna ele aje­
en 10 ó 15 años, cualquier “buen juga­ drez" del Dr Tarrasch con la comprensión
dor podrá hacer tablas en cualquier moderna del juego? (1913).
partida”, y también se planteó la posi­ Le recuerdo al lector que Tarrasch y
ble reforma del ajedrez. Así, sugirió sus numerosos seguidores asignaban al
incrementar el número de casillas del papel de los peones centrales en la
tablero a 100, y en 1929 incluso llegó apertura un valor excesivamente alto.
a jugar una interminable partida de Por ejemplo: en la Defensa Francesa,
exhibición con Maróczy, sobre un ta­ después de 1 e4 e6 2 d4 d5 3 £}c3 ó 3
blero de 192 casillas... Como bromea­ £}d2 (la jugada de Tarrasch), critica­
ba Alekhine, “tales proyectos siempre ban severamente 3 ... dxe4. Pero Nim­
son puestos en marcha por jugadores zovich replicaba: “Este método de jue­
que han perdido el campeonato del go ya ha sido asidua y amorosamente
mundo”. cultivado durante más de veinte años, a
En realidad, los temores de Lasker y pesar de que los puristas pongan su gri­
Capablanca eran un vivida ilustración to en el cielo, a causa del abandono del
de la naturaleza relativa del conoci­ centro. Por otra parte, con la jugada
miento humano. Sí, eran reyes del aje­ b7-b6 (Rubinstein), se ha descubierto
drez cuando, a 1 e4 se jugaba sobre todo una mejora que arroja dudas sobre el
1 ... e5, y después de 1 d4, casi exclusi­ valor de 3 íhc3 y me ha persuadido de
vamente 1 ... d5, limitándose al Gambi­ la conveniencia de resucitar 3 e5, con
to de Dama (rehusado o aceptado). En cuya jugada, como es sabido, he logra­
esta pequeña “isla ajedrecística” habían do grandes éxitos, de nuevo ¡a pesar de
elevado la técnica a cimas imprevistas, y todos los puristas!”.

283
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

En este punto, el autor aportaba la Antes, esta jugada se realizaba de for­


base fdosófica de esta variante: “Las ma automática, pero actualmente tam­
blancas trasladan el ataque de d5 a e6, bién se juegan 5 ... ^ge7, 5 ... £ih6 y
que fijan con el avance e4-e5, de 5 ... Jz,d7, evitando la variante 5 ... ^b6
acuerdo con la regla: ‘un objetivo de 6 a3. Por ejemplo: 5 ... Ad7 6 &e2
ataque -debe primero inmovilizarse’. ii VAU J VJ kJ

Luego surge una cadena de peones, &b4 10 0-0! (10 fte3 &xe3 11 ixe3 Ae7
que restringe las libres maniobras de 12 a3 &c6 13 b4 a6 14 Sbl £a7! 15 a4
ambos bandos. Naturalmente, desea­ <55c6 16 úLd2 a5 17 b5 <$5b4, con igual­
mos romperla. Con esta idea in men­ dad, Spassky-Korchnoi, Belgrado
te, debe atacarse la base de la cadena: 1977/78, 18a partida del match; 10
para las negras, d4 (mediante c7-c5), y ¿Bxb4 ±xb4+ 11 ákd2 ®b6!) 10 ... £xc2
para las blancas, e6 (mediante f2-f4- 11 Wxc2 2c8 12 'Sd3 (12 's'i>3 ^b6!)
£5), etc”. 12 ... 'B'b6 (12 ... a6!?) 13 a-1 (13 &d2
Pero Tarrasch se oponía activamen­ ±b4!) 13 ... Ab4 14 h4 h6 15 h5 £e7,
te aquí a la jugada 3 e5. No hay que de­ conjuego complicado (Sveshnikov-Ru-
cir lo crítico y feroz que iba a resultar el blevsky, Elista 1994).
siguiente duelo entre los mayores teóri­ 6 &d3?!
cos de su tiempo.
Los primeros pasos de la teoría. “Más
natural habría sido 6 áLe2, \a que el
peón de d4 es la base, y como tal debe
92 protegerse con el mayor cuioado posi­
A. Nimzovich-S. Tarrasch ble” (Nimzovich).
San Sebastián 1912
6 ... cxd4!
Defensa Francesa (C02)
La respuesta precisa. 6 ... Ja.d7r! 7 dxc5!
1 e4 c5 2 c3 e6 3 d4 d5 4 e5?l áLxcñ 8 0-0 es favorable a la., blancas,
como demostró la partida clásica Nim-
Tras el orden normal de jugadas, 1 e4 zovich-Salwe (Carlsbad 1911): 8 ... f6?!
e6 2 d4 d5 3 e5 c5, además de 4 c3, (es mejoi ó ... aa, pero no
cz

• £>ge/?>
Nimzovich también había ensayado 4 por 9 b4, ganando pieza) í bl ! ±e7 10
<2T3 cxd4 5 Wxd4 <5ác6 6 Wf4, 4 dxc5
l---

Af4 fxea 11 <2}xe5 ídxea 1 xe5, con


£)c6 5 íbf3 áLxc5 6 _&d3, y 4 ®g4 cxd4 5 un total bloqueo de piezas en el centro.
¿Lf3, explicando: “No soy, realmente,
un jugador de gambitos, pero en mi
opinión la política restrictiva impuesta
por 3 e5 bien vale un peón”.
En la década de los años treinta, tam­
il

bién se jugó 4 íbfS <$5c61? 5 .¿Ld3!? cxd4


6 0-0, pero pasó de moda tras 6 ... ^.c5
(6 ... f61? Alekhine-Euwe, Nottingham
1936) 7 &bd2 (7 Af4l?) 7 ... &ge7 8 a3
(8 bjb3 áib6 9 álf4 ¿g6 Loeven-
fish—Botvinnik, Moscú/Lenin grado Diagrama de análisis
1937, 9a partida) 8 ... ¿Bg6 9 ¿Lb3 J¿.b6 10
Sel 5ld7 11 g3 f6!, con excelente juego 7 cxd4 áid7! 8 ±e2
para las negras (Bondarevsky-Botvin- Las blancas se ven obligada.- a perder
nik, Leningrado/Moscú 1941). un tiempo en la defensa de su peón
4 ... CÍC6 d4. Steinitz y Maróczy en .ayaron 8
áLc2, pero después de 8 ... Csb4 las
4 ... áLd7 5 4Bf3 Wb6, con idea de áLb5. blancas no tienen ventaja, como pude
5£f3'n'b6 descubrir yo mismo en plena infancia,

284
José Raúl III

en la Spartakiada escolar de Alma Ata Aparentemente, las blancas deben es­


(1974), jugando con negras contra Ga- tar satisfechas con 11 ... h5 12 g3 Sc8
briliavichus (donde, por cierto, se 12 <Ag2 g6 14 h3 (Nimzovich-Rubins-
planteó una Siciliana, con 2 c3). tcin, Carlsbad 1911). Pero las negras
no ven razón alguna para apoyar a su
Por consiguiente, desde mediados del
caballo. Según Nimzovich, lo más pre­
siglo XX, 6 _4.d3 se ha jugado más en
ciso es 11 ... 0-0! 12 Jfd3 £6! 13 lxf5
conexión con 8 0-0 (el llamado Gambi­
exf5, con la ventaja de los dos alfiles, o
to Milncr-Barry) 8 ... £jxd4 9 £}xcl4
bien 12 g4?I &h6 13 Sgl f6! 14 exf6
'S'xdú 10 £jc3, aunque después de 10 ...
2xf6 15 g5 Hxf3!, con una fuerte inicia­
a6! (también 10 ... '^xe5 11 Sel ^b8
tiva: 16 J,xf3 (o bien 16 gxh6 &f7 17
12 £ixd5 Jld6), es difícil para las blan­
S.xg7+ S>xg7 18 hxg7 ~^c7 19 <&g2 ¿Le8:
cas desarrollar suficiente iniciativa para
G. K.) 16 ... 2)f5 17 Eg4 ^.e8 (17 ...
compensar su déficit material.
Sf81?) 18 We2 (?: G. K.) 18 ... &cxd4 19
8 ... £ge7 9 b3?! Sxcl4 &xd4 20 ^e5 £b5+ 21 ®g2 £45
22 JLxd5 (más tenaz es 22 $Lg4 d.4 23
Demasiado pasivo. Al final del mismo ¿Lxf5 exp: G. K.) 22 ... exc!5 23 Bxf5
torneo. Nimzovich jugó 9 £sa3 contra SÍB 24 ®xd5+ Sf7! 25 Wd4 JLc5 y las
Duras, v después de 9 ... 4zbg6?I 10 0-0 blancas deben rendirse. Después de
&e7 ll'ac2 f6 12 £c!3 0-0-0 13 b4 (13 11 ... áke7, tampoco tienen una buena
Sel!?), conservó cierta ventaja. Por su­ posición.
puesto, es mejor 9 ... £5f5 10 £}c2 £ib4
11 0-0 £5xc2 12 '«'xc2 2c8 (12 ... 12 g3
jLb5!?), y en relación con la variante 12g4?£4i4!
antes considerada con 5 ... áld7, las ne­
gras tienen un tiempo extra (su dama 12 ... a5
ya está en b6) y al menos un juego igua­ Tarrasch le asignaba un signo de ad­
lado. miración a esta jugada (y también a la
9 ... £5f5 10 Ab2 .&b4+ 11 <±>fl anterior), mientras que Nimzovich le
concedía un signo de interrogación:
Debido a la presión sobre d4, las blan­ “A fin de explotar la nueva ‘debili­
cas se ven privadas del derecho a enro­ dad’, el peón blanco de b3 (¡de nuevo,
car. Según los parámetros “franceses” dogmas de Steinitz!: G. K.). La pena es
actuales, esta posición es, sencillamen­ que este punto no es una debilidad, y
te, mala: el “estúpido” alfil de b2 y la deberían haberla buscado en la posi­
amenaza 17-f6 de abrir la columna f son ción del rey”.
factores añadidos. Sin embargo, Nim­
zovich creía en el poder mágico de su Ciertamente, después de 12 ... 0-0 13
centro sobreprotegido. ^.d3 (13 d?g2 f6!) 13 ... f6! 14 £xf5
exf5, las negras tienen una cómoda po­
sición: el sueño de cualquier adepto a
la Francesa. Para Botvinnik, esto hubie­
ra sido ya tan evidente como que dos y
dos son cuatro.
Sin embargo, ambos jugadores estaban
sosteniendo un debate sobre principios
de apertura, repitiendo la partida clási­
ca L. Paulsen-Tarrasch (Nuremberg
1888).
13 a4 2c8
La inclusión de a7-a5 y a2-a4 no juega
11 ... £e7 ningún papel especial (las negras tienen
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

débil su casilla b5, y las blancas la simétri­ papel de su “estúpido” alfil de b2 y, a pe­
ca, b4), y por unto, 13 ... 0-0 y 14 ... f6! sar de todo el optimismo de Nimzovich.
eran, de nuevo, lo lógico. no juega ninguno en particular. Puede
decirse que en csu partida el viejo dog­
14 ¿,b5! &b4?!
ma era inferior al nuevo dogma.
“14 ... 0-0 era muy malo, debido a 15
Jfd3!, y las negras no pueden tomar en 16 &g2 £c7 17 Ae2!
d4” (Tarrasch). No necesiun tomar: des­ Conservando el alfil “bueno”.
pués de 15 ... f6! estarían perfecUmente.

Aquí, después de 17 ... 0-0 18 .Ld3 f6, la.*


blancas tendrían tiempo de reagruparsc
con éxito.: 19 £úc2 Jfe8 20 exf’b Axf6 21
_iLa3, con cierta ventaja.
18 <£a2 ¿La6 19 .íkd3 £e7 20 Sel £c6 21
¿Sxb4 ¿Aaxb4 22 £bl
En las últimas diez jugadas, las blanca
han logrado un colosal progn so: han re
fugiado su rey en g2, superando su retía
so en desarrollo y preservando su alfil d(
rey del cambio. Mientras taino, las ne
15 £fc3! gras han jugado de forma poco convin
cente: al permitir el cambio de su alfi
¡Una mejora! Paulsen jugó 15 Jfxd7+?!
“bueno” de casillas negras, v sólo hai
éxd7 16 <£c3 &c6! 17 ®b5 £ba7! 18
conseguido la casilla b4 que, en la sitúa
í?xa7? (era imprescindible 18 '£zd3
ción dada, no reporta nada concreto.
£xb5 19 axb5 =) 18 ... fc7 19 Wd3, y
después de 19 ... Wa6! 20 ^xaG bxa6 21 22 ... h6 23 g4
<¿>g2 Sc2 22 Acl Sb8 23 Sbl Sc3 24
“Las blancas inician un ataque contra e
£xl2 Scxb3 25 Sxb3 Sxb3 26 2fxa5
flanco de rey negro restringido por e
Sb2! (pero no 26 ... Sa3? 27 Sel!) 27
&d2 (27 Sel £>e3+ y &c4) 27 ... £b4! 28 peón de e5. La razón de 23 g4 es hace
que el enroque parezca dudoso, pen
£f4 h6 (28 ... Sa2!?) 29 g4 £)e7 30 Sal
4hc6 31 JLcl Sc2, las negras ganaron un también era bueno 23 Sc3 \ Se3, quiz;
instructivo final. incluso mejor” (Nimzovich). O bien 21
Sel!? y Se3. Otra idea es 23 li4!? (el pe
15 ... &a6?l ón en h5, junto con <£>h4, ofrece un fina
Una dudosa maniobra. En su famoso li­ favorable). En cualquier caso, las posib
bro 300 partidas de ajedrez (1895, 1909), lidades de las blancas son algo mejore.1
Tarrasch sugirió 15 ... Jfxb5+ 16 <2ixb5 pero por el momento las negras tienei
&c2, “con la amenaza £íe3+”, pero una posición sólida.
Nimzovich había preparado una refuta­
ción: 17 Sel ¿Lce3+ 18 fxe3 4lxe3+ 19
<±>e2 &xdl 20 Sxc8+ <¿?d7 21 Sxh8
<5}xb2 22 Sel + -. Al percibir esto, las
negras se desviaron, pero era mejor 15
... ¿.xb5+ 16 £ixb5 0-0! (en lugar de 16
... &c2?) 17 Sel (17 &g2? &c2) 17 ...
Sc6 18 *á?g2 Sfc8 19 Sel &a2 (es con­
fuso 19 ... £ra6) 20 Sal &b4, forzando
tablas de inmediato.
Uno de los problemas de las blancas es el

286
José Raúl III

23... ^e7 29 ... 4ic6?


Esto tenía que jugarse. Algún comenta­ Un grave error en apuros de tiempo.
rista ha recomendado 23 ... <¿’e7?! 24 Los comentaristas, que consideraban
^d2 ScíB, seguido de f7-f6. Pero aquí esta partida como un modelo didácti­
tengo serias dudas: ¿qué hacer con el rey co, no percibieron 29 ... e5! (la compu­
en e7? Después de 25 Bc5 f6 26 Bhcl, las tadora la sugiere al instante). Es una
blancas tienen una clara ventaja. pena que Tarrasch omitiese esta posibi­
lidad, pues me gustaría ver qué habría
También se ha indicado la variante 23 ...
hecho Nimzovich en tal caso. Las ne­
M?1 24 ^d2 0-0 25 g5 hxg5 26 £xg5,
gras están amenazando e5-e4, cerrando
que considero necesario continuar: 26 ...
el alfil de bl, 31 dxe5? ¿xg4 es malo, y
f6 (26 ... ¡o 27 Bgl, con ataque) 27 £)h7!
30 g5 Sf7 es confuso. En una palabra,
Bf7 28 cxf6 gxf6 29 Shgl!, y 29 ... Bxh7?
el plan con 29 ¿el es dudoso.
falla por 30 &hl+ Bg7 (30 ... <S?h8 31
¿xh7 *xh7 32 'e'c3 c5 33 Wg3 + -) 31 30 g5!
Wh6 'S'CS 32 Sxg7+ ^xg7 33 Sgl +-, Ahora las blancas, desde luego, tienen
mientras que después de 29 ... f5 30 4jg5 ataque.
Bg7 31 d?hl, las negras tienen una mala
posición. 30 ... hxg5 31 ¿xg5 Sf8 32 ¿e3 ^e7

24 Bxc8+ ¿xc8 25 £el Sea como fuere, las negras tenían que
correr con su rey lo antes posible, 32 ...
25 Wd2!? <á>d8!?, aunque, por supuesto, también
25 ... Bf8! aquí, después de 33 ®g4 £>e7 34 Bcí,
las blancas tendrían la iniciativa y ma­
Tarrasch comprendió correctamente yor libertad con su pareja de alfiles.
que el rey debería quedar en e8, y crear
contrajuego con f7-f6. 33 Wg4 Wf6 34 figl!
26 &d3 f6 27 &xb4 'S'xb4 28 exf6 Una fuerte maniobra, junto con é’hl.
Una idea un tanto dudosa. Por lo gene­ 34 ... Hh8
ral, Nimzovich alababa sus propias ju­ Parece que esto es también un error,
gadas, pero me parece que 28 Sel!? o, pero ya en una posición difícil: 34 ...
quizá, 28 ^c2, eran dignas de conside­ £e7 35 <á?hl Sf7 36 Wh5 <á?d7 37 ¿d3,
ración. etc.
28 ... Exf6 29 ¿el?! 35 &hl Eh4?
El autor de esta jugada le concede un El error decisivo. Después de 35 ... ^18
signo do admiración. “Las blancas obtie­ 36 Jtd3 J^d7, las blancas tendrían que
nen un ataque directo. Nótese cómo el trabajar por la victoria.
alfil pasa a ser activo”. Aunque a la luz de 36 Wg3
lo que sigue, era más preciso 29 Sel
£>g6 30 „áxg6+ Sxg6 31 h3. Este es el final: se amenazan Ag5 y
Wxg7.
36 ... Sxd4I?
Desesperación.
lÁ 37 ^xd4 £xd4 38 Wxg7 Bf3+ 39 Wg2
Wxg2+ 40 2xg2 &xb3 ’41 h4
Las negras se rindieron.
Esta partida constituye una vivida
demostración de cómo nuevos concep­
tos estaban ocupando su lugar en el
sol. Tras ganar una partida, de forma

287
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

convincente con negras contra Paúl- Nimzovich: la Defensa Nimzoindia y 1


sen, Tarrasch se estancó un poco, dur­ Defensa India de Dama. El sistema 1 d
miéndose en los laureles. Mientras que £T6 y 2 ... e6, sin un temprano d7-dí
Nimzovich enarboló sus nuevas ideas, y con presión de piezas sobre el centr
hay que decir que la variante 3 e5 sigue (o, más precisamente, sobre la casill
en el centro de calurosas discusiones: e4, debilitada por d2-d4) fue inicia
unos defienden la causa de las blancas mente designado por el autor com»
y otros la de las negras. “Gambito de Dama moderno”. Fue de.4
En el artículo antes mencionado, cubierto y minuciosamente analizad<
Nimzovich expresó su opinión más por Nimzovich en 1911/1912, ensaya
querida, “absolutamente moderna”. do en partidas de entrenamiento en c
Sí, para crear un centro, los peones verano de 1913, y pronto empleadc
son los más apropiados (debido a su por primera vez en una competiciói
estabilidad), pero también pueden ser seria: el Torneo de Maestros Pan-Ruso.
reemplazados por piezas orientadas
hacia el centro. ¡La ocupación del
centro puede ser sustituida por pre­
93
sión de piezas sobre el centro! Más tar­
B. Gregori-A. Nimzovich
de, en su obra capital, Mi sistema
San. Petersburgo 1913/14
(1929) y otros trabajos teóricos, Nim­
Apertura de Peón Dama (.446)
zovich comenzó a emplear conceptos
como centro flexible, seguridad de la
1 d4 £T6 2 £f3 e6 3 Jfg5
cadena de peones, debilidad de un
complejo de casillas de un determina­ “De especial ínteres historie o, ya quc
do color, profilaxis, maniobreo, res­ ésta es la primera partida e hi que sc
tricción y, finalmente, bloqueo. planteó el llamado ‘Gambito de Dams
ideal’, donde las negras renu ncian
ocupación del centro con p-cones. Ed
respuesta a 3 c4, pensaba jug ar 3 ... b6.
La casilla d5 debe permane cor conti-
nuamente desocupada” (Nin. izovich).
En la década de los cincuenta, 3 ukg5
fue un arma favorita de Petrosian. Una
desviación relativamente inofensiva de
la India de Dama era 3 Jugo c5 4 e3
(Rubinstein-Nimzovich, San Peters-
Posición didáctica de Nimzovich burgo 1914).
Esta es una posición didáctica del li­ 3 ... h6
bro de Nimzovich, que evoca alguna Es impreciso 3 ... c5 4 e3 b6?> debido a
partida con Salwe. “¿Elocuente, no le 5 do! (descubrimiento de Petrosian).
parece? Las blancas tienen calidad y Examinaremos 3 ... do (Spassky-Pe-
peón menos en el final, pero su posi­ trosian, Moscú 1966, 7a) en el tercer
ción es mejor gracias al bloqueo de los tomo.
caballos”, escribe Tal, y recuerda otros
dos ejemplos clásicos sobre el tema del 4 Axf6
bloqueo: Reshevsky-Petrosian (Zurich Si 4 Jth4, Alekhine, que había toma­
1953, Candidatos) y Tal-Petrosian (Ri­ do el sistema de Nimzovich, sugirió
ga 1958, 25° Campeonato URSS). Vol­ 4 ... d5, pero él mismo jugó 4 ... b6 o
veremos sobre estas partidas en el ter­ e3 Jtb7 6±d3 c5 7 0-0 Jfc7 8 &bd2 d6
cer tomo. 9 v^e2 &bd7 10 Hadl 0-0 11 c3 ^c7
Las ideas mencionadas forman la 12 Sfel Sfe8, con una posición li­
base de la más grandiosa invención de geramente inferior para las negras

288
José Raúl III

(Janowski-Alekhine, Mannheim 1914).


Más enérgico es 4 ... c5 5 e3 cxd4 6
excl4 Lc7 7 áLd3 0-0 8 c3 b6 9 'U'e2 jLb7
10 &bcI2 fLc6 11 ^xf61? 11 0-0 &d5 =)
11 ... ,Lxf6 12 0-0-0 g61 13 h4 &g7 14
‘¿’bl £m7!, etc. (I. Sokolov-Karpov,
Linares 1995).
^'xf6 5 e4 g61?
Ahora está de moda 5 ... d6 6 4oc3 (o
bien 6 c3 g6) 6 ... £>d7, mientras que
Karpov ha ensayado la aguda 6 ... g51?
en un par de ocasiones. 13 c3 jLd7 14 b3

6 0}c3 14 4ód2l? Jfxa4 15 f4 (Nimzovich).


14 ... ®e8 15 Wc2 b5 16 axb5 axb5 17
La alternativa es 6 Ad3, £íbd2 y c2-c3. &d3 Wc8! 18 dxc5 dxc5 19 e5 Séc6 20
6...'©'e7! ^.xb5?!

Evitando la apertura de la posición con Después de 20 ^g3 b4, antes o des­


e4-e5. pués, la pareja de alfiles negros ten­
drán algo que decir.
7 &c4
20 ... ^xe5 21 &xe5 Axb5 22 £f3 ^67
O bien 7 jid3 d6 8 Wc2 -&g7 9 e5 c!5 = 23 £M2 ^Lc6 24 f3 Sfb8 25 &g3 Wa7 26
(Tselikov-Alekhine, Moscú 1915). Más Hf2 ¿.d5 27 d?fl ®a2 28 Wxa2 Hxa2 29
activo es 7 'e'd2 d6 8 0-0-0. Por ejemplo: c4 .S.d4 30 £fe2 ^.c6 31 Hdl Kb2 32
8 ... a6 9 h4 _&g7 10 g3 b5, con juego Sel h5 33 <á?el Ea8
agudo (Korchnoi-Karpov, Moscú 1974, Y las negras ganaron.
19a partida).
En la famosa partida que sigue la
7. g7 8 0-0 d6 9 Wd3 0-0 10 Hael a6 apertura fue bastante mal jugada, lo
b6 12 ¿£e2
y.

11 que, sin embargo, es bastante excusa­


ble, porque era una de las primeras
12 e5 12 d5 e5!
(¿2

experiencias con la Defensa India de


12 ... c5! Dama.
“Un motivo estratégico del que los hi-
permodernos harían bien en tomar no­
ta, ha ¡iccho su aparición aquí. Me re­ 94
fiero a la continuidad de un ataque F. Sámisch-A. Nimzovich
contra la masa de peones. Debe enten­ Copenhague 1923
derse esto, el avance amenazado prime­ Defensa India de Dama (E06)
ro debe contenerse (lo que en esta par­
tida se lia hecho mediante 6 ... Wc7). 1 d4 Uf6 2 c4e6 3 &f3 b6¡?
Sólo entonces podemos considerar la
masa como semi-móvil y atacarla, pues Un desafío las normas establecidas.
sólo aquellos objetivos que han sido in­ En las tradiciones de la escuela clásica
movilizados deberían elegirse como te­ estaba escrito que si no se jugaba 1 ...
ma de ataque” (Nimzovich). d5, sí debía al menos jugarse 3 ... d5.
4g3
Nótese que tanto esta partida como la
antes mencionada Janowski-Alekhine La Variante Rubinstein. La partida
constituyen verdaderos prototipos, con Bernstein-Nimzovich (San Petersbur-
colores invertidos, de la Apertura Réti. go 1914) siguió así: 4 íóc3 áib7 5 e3

289
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

Jfb4 6 ^b3 ®e7 (es mejor 6 ... c5, o in­ No obstante, Nimzovich sigue orien
cluso 6 ... a5) 7 a3 Jfxc3+ 8 Wxc3 d6 9 tando su juego hacia la India de Da
b4 £}bd7 10 Jkb2 a5 (Nimzovich reco­ ma... El primero en declarar categóri
mendaba 10 ... £le4! y f7-f5) 11 2ke2 camente que sólo 7 ... <5he4! responde a
axb4 12 axb4 Sxal+ 13 ±xal 0-0 14 0-0 espíritu de la posición fue Botvinnik
&e4 15 Wc2 £5 16 &d2 &xd2 (16 ... quien defendió con éxito su tesis, nad<
c5!?) 17 ®xd2 Ha8, con unas tablas lu­ menos que contra Alekhine (Tornee
chadas en 50 movimientos. AVRO, Holanda 1938).
Esta partida se convirtió en un prototi­
po de posición de moda, en la “Varian­ ssW

te Clásica” de la Defensa Nimzoindia: 1


d4 &f6 2 c4 e6 3 &c3 2zb4 4 Wc2 0-0 5
a3 ^.xc3+ 6 Wxc3 b6 7 &f3 Ab7 8 e3 d6
9 b4 £2bd7. 10 ifb2, y aquí, además de
10 ... ®e7 11 £e2! (11 ^.d3 c5! Kaspa-
rov-Gligoric, Olimpiada de Lucerna
1982) 11 ... ¿Be4 12 ®c2 f5 13 0-0 £df6
14 Sadl Sae8 15 &d2 &xd2 16 Wxd2
£}e4 17 Wcl!, con ventaja de las blan­
cas (Miles-Andersson, Wijk aan Ze
1981), son posibles 10 ... c5, 10 ... a5 y
8 <ie5
la inmediata 10 ... £>e4 (Kramnik-Kar­
pov, Dos Hermanas 1997), aunque en Como .demuestra la praxis moderna,
todos los casos, gracias a su pareja de al­ empezando por la partida Korchnoi-
files, las blancas conservan una iniciati­ Spassky (Belgrado 1977/78, 17a), tam­
va estratégica. bién es bueno para las blam as 8 cxd5
exd5 9 Wc2 u2a6 10 Sdl.
4 ... 2¿.b7
8 ... c6?!
La variante con 4 ... Aa6!? también se
debe a Nimzovich y, por cierto, fue la La moda, a finales del siglo era 8 ...
— K/

tendencia teórica de moda a fines del ¿Ba6. Ahora la posición de tablero es


siglo XX. una variante favorable a las blancas de
la Apertur Catalana.
5 &e7 6 &c3
9 cxd5?!
O bien 6 0-0 0-0 7 £ic3.
Es mucho más fuerte 9 e4! Por ejem­
6 ... 0-0 plo: 9 ... dxc4 10 &xc4 Jfa6 1 i b3 b5 12
La jugada principal es 6 ... £>e4! En ^e3 b4 13 Pee 2 ¿xe2 (13 ... £bd7 14
la partida Euwe-Alekhine (Holanda Jfb2) 14 ^xe2 ^xd4 15 £L2, con ex­
1937, 21a), las negras lo intentaron celente juego por el peón (Smyslov-
incluso perdiendo un tiempo: 5 ... Guimard, Groninga 1946), o bien 9 ...
Jkb4+ 6 £d2 ^.e7 7 &c3 £e4 8 0-0 0- ¿ejbd? 10 52xc6!? (10 exd5 exoó 11 cxd5
0 9 d5 &xd2 10 '®rxd2 Af6 11 Sadl <52xe5 12 d6 <£>c6! es confuso) 10 ...
d6, etc. JLxc6 11 exd5 exd5 (11 ... &b7?l 12 d6)
12 cxd5 Á,b7 13 d6 ¿xg2 14 dxe7 ^xe7
7 0-0 15 <¿>xg2, con peón extra.
Es más enérgico 7 ^c2!, como en las 9 ... cxd5 10 £f4
partidas Ravinsky-Botvinnik (Lenin-
grado 1930), Korchnoi-Karpov (Moscú 10 2kg5 <9x17 11 Sel íáxeó 12 dxc5
1974, 21a) y Karpov-Spassky (Riga £xl7 =.
1975). 10 ... a6
7 ... d5 -■'? Con idea de b6-b5 y £¡c6-a5-c4.

290
José Raúl III

11 3cl b5 12 ®b3 Sámisch no sabe qué hacer y adopta un


compás de espera.
Es interesante 12 a3!?, por ejemplo:
12 ... £bc6? 13 &xd5!, y después de 12 ... 15 ... &h5!
£ibd7, 13 £id3, con juego complicado: “Podía haber incorporado a un segun­
13 ... Bb6 14 e3 Efc8 15 b4 Sc4 16 £c5 do fantasma, con 15 ... Wb7 y ^d7-b6-
a5 17 Bb3, etc. c4, pero quería concentrar mi atención
12 ... £c6?! en el flanco de rey” (Nimzovich).
“¡El fantasma! Las negras tranquila­ 16 &d2 f5
mente se disponen a presionar sobre La posición blanca ya es peor.
c4” (Nimzovich). Pero 12 ... £ibd7!? 13
£ia4 2c8 14 &}d3 íbe4 15 13 3Lc6 era, 17 mi?
obviamente, más sólido. Aquí se pone Aunque las blancas han perdido mucho
de manifiesto uno de los problemas bá­ tiempo, después de 17 4ñbl podrían ha­
sicos de Nimzovich: el jugador, arrastra­ ber seguido luchando. Por ejemplo:
do por sus ideas estratégicas, ¡a menu­ 17 ... a5 (17 ... ¿Af6 18 ^.b4) 18 Ec2 f4
do ignoraba la táctica! 19 g4 id6 20 &f3 £f6 21 Efcl Hfc8.
17 ... b4 18 &bl A.b5 19 Egl
263 a-».------ TTm--------------------
O bien 19 Bel a5 20 a3 Eab8. “Uno
percibe que las blancas se están arru­
gando” (Nimzovich).
19 ... A.d6 20 e4?!
Una opción desesperada, la para

2.
n'
tratar de escapar del torno.

13 £xc6?I
Por alguna razón, el fuerte golpe tácti­
co 13 mxdó!, abriendo la posición en
favor de las blancas, pasó desapercibi­
do: 13 ... ¿íixdd 14 £)xe7+ Bxe7 15 Be3
&xg2 16 <á?xg2 Bb7+ 17 Í3 &15 (17 ...
£fcÍ8?! 18 Efdl &Í5 19 Bf2 £bd5 20
A.d2 f6 21 <£d3) 18 Wf2 £h5 (o bien
18 ... <Ad5 19 3kd2) 19 £d2 Bd5 20 20 ... fxe4!
£c3 b4 21 e4 Bb5 22 a4!? Wxa4 23
¿d2 '53c7 24 Bc5, y las negras no tie­ Un sacrificio de pieza absolutamente
nen una clara igualdad. No sé, tal vez correcto, que conduce a la completa
esto era excesivamente complicado pa­ parálisis del ejército blanco. “Las blan­
ra aquellos tiempos. cas no pueden desenmarañar sus pie­
zas” (Nimzovich).
13 ... A.xc6
21 Wxh5 M2 22 Wg5
“Las negras ganan así dos tiempos
(cambio del tiempo de captura en e5 22 a3 a5.
por el caballo casi subdesarrollado), 22 ... Saf8 23 éhl E8f5 24 Be3 Ad3
sólo pava liberarse del fantasma” (Nim­ Las negras juegan para provocar
zovich) . Zugzwang, pero es curioso (aunque na­
14 h3?I Bd7 15 &h2?l die lo ha señalado) que era posible ga-

291
Cary Kasparov - Mis geniales predecesores

liar sencillamente la dama con 24 ... do “el muro”, se llevó a cabo mediante
Ie2! 25 ^b3 Aa4 26 Sc8+ EfB. 4 ... c5 5 .á.d3 £>c6 6 £xc3+ 7 bxc3
25 Seel h6! d6 8 e4 (8 4ld2 e5 -véase nota a 9 ...
b6) 8 ... e5. Por ejemplo:
¡Brillante! Las blancas se rindieron, ya
que no tienen jugada. Si 26 *á?h2 ó 26 1) 9 d5 íle7 (9 ... £la5 se ha descartado,
g4, sigue 26 ... JX5f3! debido a la maniobra £>d2-fl-e3, con lo
que el peón de c4 queda sólidamente
“Esta partida”, escribió Nimzovich, protegido y el caballo de a5 aislado) 10
“llamada en Dinamarca la * 1 * * 4 Inmortal £»h4 h6! II f4 &g6! 12 £>xg6 fxgé 13
del Zugzwang, es tan característica de fxe5?l (es mejor 13 0-0 0-0 14 f5, o bien
nuestra época como lo fue ‘La Inmor­ 14 ^el) 13 ... dxe5 14 áe3 b6 15 0-0
tal’ de Anderssen en la suya. Ahora sa­ 0-0 = 16 a4?l a5! 17 Sbl &d7 18 Sb2
crificamos en aras de la profilaxis, o Sb8 19 Sbf2?! We7 20 &c2 g5! 21 £d2
para plantear un bloqueo, o para res­ We8! 22 &el Sg6 23 Wd3 S)h5!, etc.
tringir el potencial dinámico de las (Spassky-Fischer, Reylyavik 1972, 5a
fuerzas enemigas, pero no para perpe­ partida), mientras que si 11 g3, enton­
trar un mero acto de agresión. ¡Porque ces 11 ... g5! (que también es fuerte
lo brutal es obsoleto!”. después de 11 0-0 y de 11 f3) 12 £)g2
A la misma vena responde la exqui­ (12 m3 £tfg8) 12 ... £h3, seguido
sita victoria de las negras que sigue, de Wd7y0-0-0.
ilustrando con idéntica claridad las
ideas favoritas de Nimzovich en cuanto 2) 9 h3 h6 10 b6 11 d5 &e7 12
a bloqueo y a la general restricción de £d2 g5l? (12 ... &h7l? Timman) 13
la movilidad. ¿£¡fl (o bien 13 h4 gxh4! 14 Exh4 £>g6
Yusupov-Karpov, Dortmund 1994)
13 ... £g6 14 g3 £d7 15 £.d2 ^e7! 16
£>e3 0-0-0, con juego agudo (Yusu-
95 pov-Lalic, Olimpiada de Erevan 1996).
P. Johner-A. Nimzovich
Dresde 1926 Como vemos, con este orden de juga­
das las negras disponen de un impor­
Defensa Nimzoindia (E50)
tante recurso adicional: el enroque lar­
go (o incluso un enroque artificial en
1 d4 £)f6 2 c4 e6 3 &c3 £b4 el flanco de dama). Por consiguiente,
Por entonces esta flexible defensa no desde la época de los encuentros
se tomaba en serio, mientras que ac­ Korchnoi-Karpov (Baguio 1978, 3a y 5’
tualmente es una de las aperturas más partidas) las blancas han respondido a
populares para las negras. 4 ... c5, cada vez con más frecuencia,
4 e3 0-0 con la jugada de Rubinstein 5 &e2!,
que hoy está considerada la más fuerte,
Históricamente, la partida-fuente esja- y que plantea a las negras considerables
nowski-Nimzovich (San Petersburgo dificultades para igualar. Un ejemplo
1914), que siguió así: 4 ... b6 5 ^.d3 fresco es Kramnik-Leko (Budapest
.&b7 6 £)£3 &xc3+ 7 bxc3 d6 (el propio 2001, match de partidas rápidas, 9a).
Nimzovich sugirió 7 ... c5! y <&c6) 8
Wc2 &bd7 9 e4 e5 10 0-0 0-0 11 £.g5 h6 5&d3
12 &d2 2e8, con una larga batalla También aquí solía jugar Rubinstein 5
“por” y “contra” d4-<15. £>e2, evitando el doblaje de sus peones.
Nimzovich llegó entonces a la conclu­ 5 ... c5 6 ^f3
sión de que en este esquema el alfil de
casillas blancas debería mantenerse en Durante algún tiempo se ha preferi­
la diagonal c8-gA- Durante muchos do 6 ... d5!, trasponiendo el juego a la
años, su notable sistema, a veces llama­ Variante Moderna.

292
José Raúl III

7 0-0 Txc3 1) 10 45b3. Ahora 10 ... b6 conduce a


La estándar 7 ... d5! 8 a3 3lxc3 9 bxc3 una posición de la partida, pero las ne­
dxc4 10 .&xc4 ^c7, o la aguda 9 ... 'B'c7, gras también pueden jugar 10 ... ®e7¡?
conducen a una formación habitual en­ (Portisch-Seirawan, Interzonal de To­
tre las décadas de los cincuenta y seten­ luca 1982) y 10 ... e4!? (jugada de An­
ta, todavía hoy en uso. Spassky solía ju­ dersson) 11 .&e2 b6 12 5ld2 4£e7! 13
<á?hl <L>f5 14 ^.el 'í”/c7, con juego có­
gar así, y también hoy en día Kramnik.
modo (Portisch-Miles, Niksic 1983).
8 bxc3 d6
2) 10 ¿Le4 b6 (también se ha jugado
También éste es un esquema teórico, 10 ... Jáhf5) 11 Wf3 (11 axffi+ ®xf6 12
aun con la inclusión del enroque. ie4 M>7 13 ¿d5 ¿La5 =; 11 f4!?) 11 ...
.áb7 12 <75g3?! (es mejor 12 45xf6+
Wxf6 13 Wxf6 gxf6 14 f4!) 12 ... <á?h8!
13 d5?! (13 Wdl) 13 ... e4! 14 Me4
k ▲ ¿Le5 15 W4 Jfa6 16 Sdl? g5! 17 ®xg5
(17 ®Í5 lc8) 17 ... 2g8 18 Wh6 (18
Bf4 Hg4, etc.) 18 ... 2xg3 19 hxg3
43xe4 - + (Kamsky-Anand, Sanghi Na-
gar 1994, Candidatos, 2a).
10 ¿Lb3?!
Por supuesto, es más fuerte 10 f4! Nim­
zovich indica la variante 10 ... e5 11
fxe5 dxe5 12 d5 &a5 13 £b3 45b7 14
9 45 d 2 e4 45e8 y 45ed6, “con el juego más o
“¡Un excelente plan!” (Nimzovich). La menos igualado”, pero las blancas no
alternativa es 9 e4 e5 10 c!5 ¿Le7 11 están obligadas a tomar en e5, liberan­
45h4. Por ejemplo: 11 ... 45g6 12 45f5 do la casilla d6 para su oponente. Sin
(12 4?jxg6 fxg6! -¡Rubinstein!) 12 ... embargo, aquí no se trata de variantes,
ZcS 13 Hbl h6!? 14 W 2b8 15 g3 sino del hecho de que el maestro pen­
£5h7 16 h4 £je7! (Yusupov-Epishin, saba en categorías posicionales desco­
Dortmund 1994), o bien 11 ... h6 12 13 nocidas para la mayoría de sus contem­
(12 g3!? g5 13 45g2; 12 Wf3!? £g6 13 poráneos.
£}fo: Hort) 12 ... g5 13 &Í5 £xío 14
10 ... e5! 11 f4
cxf5 ,u.d7, con juego complicado (Gel-
fand-Short, Dos Hermanas 1997). “En caso de 11 d5, seguiría 11 ... e4! 12
9 ... b6 M2 (12 dxc6?! cxd3) 12 ... 45e5, con
centralización” (Nimzovich). En 1972
Con la original idea 10 ... e5 11 d5 45a5 Portisch ensayó 11 J&d2 (también se ha
12 45b3 ¿Lb7!? Después de la inmediata jugado la sólida 11 13) 11 ... 45c7?! 12
9 ... c5! (la jugada principal), a Nimzo­ e4 45g6 13 f4!, pero es mejor 11 ... We7!
vich no le gustaba 10 d5 45e7 (10 ... ¿La5?!
11 45b3!) 11 e4, con juego similar a la 11 ... e4!?
partida antes mencionada con Janowski. “También es posible 11 ... We7 12 fxe5
Sin embargo, la experiencia ha demos­ dxe5 13 d5 <£id8 (mejor es 13 ... c4!) 14
trado que después de 11 ... £íg6 12 g3 e4 £íe8, y las negras, con <$5d6 y f7-f6,
M3 13 Sel 45e8 14 Ebl ®d7 (yf7-f5), o forman una fuerte posición defensiva”
bien 11 ... h6 12 £el <53h7 13 45fl fo, las (Nimzovich). Pero en la actualidad los
negras están perfectamente. problemas se resuelven con 11 ...
Por consiguiente, después de 9 ... c5, exd4!? 12 cxd4 cxd4 13 e4 (o bien 13
las blancas suelen ensayar 10 Hbl!?, o exd4 d5!) 13 ... Se8 14 Wf3 Lb7 15
bien jugadas de caballo: áLa3 Wd7 16 Hael a5, con suficiente

293
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

contrajuego (Pinter-Razuvaev, Buda­ ciativa, pero la posición blanca es muy


pest 1982). sólida y no hay nada terrible que las
amenace. También es interesante la re­
12 £e2
comendación de Szabo, 13 Í51? 5^7 14
Ha llegado el momento de las revela­ g4 h5 15 h3 hxg4 16 hxg4, con contra­
ciones. juego en el flanco de rey. Sin embargo,
por el momento Johner no entiende lo
2661------------------------------------------ que está pasando.
13 ... ®e7 14 '&e
Un evidente error. La maniobra de da­
ma no encaja con la jugada preceden­
te. Una vez que las blancas han jugado
13 h3, deben proseguir con 14 g4I? o,
al menos, con 14 <&’h21? (Szabo).
También existe la posibilidad Ti ^Ld2, a
lo que Nimzovich recomendaba 14 ...
¿Lf5 15 17 el g6 16 g4 <2bg7 17 'T'h4 £}fe8
18 a4 (de otro modo, Wa4) lo ... 15 19
12 ... Wd7!?
g5 £c7 20 d5 úLa6! (20 ... a5!?) 21 <¿?f2
El autor de esta sorprendente jugada (21 a5 b5) 21 ... 's'f7! 22 Zfcll (22 >S'h6?
le concede dos signos de admiración: ¿sxd5! 23 cxd5 _Lxe2 24 d?xe2 eí'xdS 25
“Las negras ven en los peones blancos &cl £ih5!, cortando a la danm) 22 ...
del flanco de rey (f, g y h) una mayo­ <á?h8, y luego 23 ... £h5, ZgS &g7-ÍB-
ría cualitativa. La textual implica un e7-c!7 y h7-h6!, v Larsen, por su parte,
complicado sistema de restricción. 14 ... h5í? 15 &xh5 (15 £el Salo 16 Af2
Otro más sencillo podía haberse im- g6) 15 ... 4hxh5 16 'a'xhó 17aá! (16 ...
plcmentado con 12 ... <2ie8, pero des­ áka6 17 f5!) 17 f5 f6, con excelente jue­
pués de 13 g4 (ó 13 f5 Wg5) 13 ... 15 14 go para las negras (18 Sf4? ¿,x!5).
d5 (si 14 dxc5 dxc5 15 ®d5+ ^xd5 16
cxd5 &e7 17 Hdl 4hd6, las negras tie­
nen un juego algo mejor) 14 ... <2fe7
15 g5, esto llevaría, de nuevo, a un
punto muerto; al perder las casillas c5
y f5 para los caballos. Para realizar
operaciones restrictivas, el hecho de
tener que evitar el punto muerto hace
que el problema sea extremadamente
difícil de resolver” (Nimzovich).
Es curioso que la teoría del siglo XX ig­
norase 12 ... ^?d7l?, considerando sólo
12 ... ¿Le8 13 Jfd2!? 15 14 £el, seguido
de h2-h3, g2-g4 y, si es posible, JLh4, 14 ... h5!
con cierta iniciativa de las blancas. El comienzo de un control de piezas y
13 h3 peones. Ahora las blancas están atadas
y no disponen de posibilidades activas.
Más tarde, Larsen sugirió 13 a4!? (13
áLd2 4Le7 14 JLel áLa6!, y si 15 Jlh4?, 15.¿d2
>—■*

15 ... £ff5 16 /¿.P2 cxd4! 17 cxd4 d5, con Pero no 15 ^h4? 4L15 16 '©'gá náh7
<1

presión) 13 ... a5 14 áLd2 £se7 15 ákel.


®xh5 (Lg3.
Ahora, tras 15 ... Aa6! 16 ¿7fd2 d5 17
,&f2 Hfc8, las negras tienen cierta ini­ 15 ... Wf5!

294
José Raúl III

¡Una sorprendente concepción! “La 268


dama se dirige a... ¡h7!, donde quedará
magníficamente situada, pues entonces
se amenazará h5-h4, paralizando el
flanco de rey blanco” (Nimzovich).
16 <á?h2 Wh7! 17 a4 £f5
Con la amenaza 18 ... <2>g4+ 19 hxg4?
hxg4+ 20 ¿?gl g3 - +.
18 g3
Larsen sugiere 18 a5!, y tiene razón: 31 Se2
18 ... £>g4+ 19 ¿.xg4! hxg4 20 axb6
gxh3 21 gxh3 £lh4 22 ^g3, con com­ Si 31 ¿.d2;. las negras habrían ganado
plicaciones poco claras. Aunque es po­ con la bonita combinación 31 ... Eg6!
sible 18 ... ¿.d7, con alguna ventaja, la 32 ¿.el ¿Lg4+ 33 hxg4 hxg4+ 34 <á?g2
posición blanca es mejor que en la ¿.xc4! 35 ®xc4 e3I!, una jugada tran­
partida. quila con mate o ganancia de dama.
Pero ahora el remate no es menos es­
18 ... a5 pectacular.
Privando a su oponente de la última 31 ... &h4! 32 Se3
posibilidad de contrajuego. La debili­
dad de a4 sirve de contrapeso a la de b6 “Aquí yo esperaba 32 £>cl2, pero el re­
¡corno también sucedió en la partida sultado de esa jugada habría sido un
antes mencionada Spassky-Fischer! delicioso sacrificio de dama, a saber:
32 ... ¿.c8! (pero no 32 ... ®f5? 33
19 Zgl £h6 20 ¿.fl ¿_d7 21 ¿.el Sac8 Wdl! ¿,c8 34 Wfl) 33 &xe4 (33 Wdl
¿_xh3! 34 <á?xh3 Wf5+) 33 ... Wf5! 34
Amenazando ¿.e6 y cxd4!, para forzar
¿Lf2 Wxh3+! 35 £xh3 £sg4++” (Nim­
el avance d4-d5, “a fin de poder operar
zovich) .
entonces, sin problemas, en el flanco
de rey" (Nimzovich). ¡Es un placer, re­ 32 ... ¿.c8 33 Wc2 ¿.xh3! 34 ¿.xe4
almente, observar cómo las negras ma­
terializan su ventaja! O bien 34 <á?xh3 Wf5+ 35 <á?h2 &g4+
36 ¿>h3 W+ 37 ¿?h2 Wh3++.
22 d5 d?h8 23 £d2
34 ... ¿J5
O bien 23 <á?g2 Sg8 24 ¿>f2 g5!
Precisión hasta el final: no hay defen­
23 ... Kg8 sa contra h5-h4.

El inicio de un ataque decisivo, cuya 35 ¿.xf5 ^xf5 36 He2 h4 37 2gg2


premisa lógica es restringir la movili­ hxg3+ 38 <¿gl Wh3 39 &e3 ¿Lh4 40
dad de los peones centrales. <¿fl 2e8!

24 ¿g2 g5 25 £fl “g7 26 Sa2 <£f5 27 Con la amenaza 41 ... 4bxg2 42 Sxg2
¿hl Scg8 28 Wdl gxf4! Whl+ 43 <¿>e2 Wxg2+! Y si 41 <¿el, en­
tonces 41 ... £>f3+ 42 '¿di Whl+ y mate.
“Abriendo la columna g en beneficio
propio, pero también la columna e pa­ Como ya he dicho, Nimzovich conside­
ra el rival. En consecuencia, estajugada raba a Chigorin su maestro. Fue de él
requería una profunda deliberación” de quien adoptó el sistema “incorrec­
(Nimzovich). to” (según los parámetros de la época)
con las jugadas £}f6, d7-d6, <¿bd7,
29 exf4 ¿,c8 30 m>3 ¿.a6 e7-e5 y ¿.e7, o incluso g7-g6 y ¿.g7,

295
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

convirtiéndose así en uno de los fun­


dadores de la Defensa India de Rey.

1 d4 Vf6 2 c4 g6 3 £sc3 .¿.g7 4 e4 d6 5


f4 0-0 6 &f3 &bd7

Aunque los movimientos iniciales ya


se habían producido en las partidas
Schwarz-L. Paulsen (Leipzig, match
1879) y Englisch-Tarrasch (Hambur-
go 1885). A continuación, Tartakower
y Réti jugaron así, pero la apertura só­
lo alcanzó su apogeo a mediados del

O)
&b81? 10 d4 bábd7
siglo XX, gracias a los esfuerzos de
Konstantinopolsky, Boleslavsky, Brons­ Por ejemplo: 11 ¿ribd2 Aib7 12 .¿.c2 2c8
tein y Geller (como se detalla en el se­ 13 £fl ±Í8 14 £g3 g6 15 b3 cb 16 ±g5
gundo tomo). h6 17 ±e3 ^LS7\8 Wd2 <±>h7 19 £h2
'»fc7, con una posición flexible, “a lo
Al joven Nimzovich le gustaba tanto el Nimzovich”.
esquema indio, que también lo em­
A finales del siglo XX, el Sistema Breyer
pleó en la Defensa Philidor (por
(y la Variante Zaitsev, de el derivado: 9 ...
ejemplo, contra Teichmann, en San
uLb7 10 d4 2e8, con idea de ¿.18, y sólo
Sebastián 1911).
entonces £>b8-d7) logró una considera­
1 e4 e5 2 &f3 d6 3 d4 £f6! 4 &c3 ble popularidad, como veremos en una
£bd7 partida comentada en el cuarto ¡orno, R.
Byme-Spassky (San Juan 1974, tercera
La Variante Hanham; más tarde Nim- partida).
zovich se pasaría a 4 ... exd4. Con su habilidad para pensar en es­
quemas profundos y originales Nimzo­
5 .¿.c4 ¿.e7 6 0-0 0-0 7 ®e2 c6 8 ¿.g5?! vich (como también Rubinstein) era un
adelantado de su tiempo. Sus planes re­
8 a4!
sultaban mortales para oponentes más
8 ... h6 9 ¿.h4 4hh5 10 ±g3 £xg3 11 flojos, pero no daban resultado contra
hxg3 b5 12 Ád3 a6! 13 a4 ¿.b7 14 los campeones del mundo. Nimzovich
Sadl ®c7 tenía un penoso resultado individual
contra Capablanca y Alekhine; sencilla­
Con excelente juego de las negras. mente, no podía resistir la desbordante
fuerza mental de estos grandes jugado­
¿No fue precisamente este esquema el res, que intuitivamente entendían todas
que dio lugar a la notable idea de otro las revelaciones posicionales.
hipermodernista, el maestro húngaro Creo que Capablanca ni siquiera
Gyula Breyer (1893-1921)? En una po­ pensaba en formulaciones, pero que lo
sición clave de la Apertura Ruy López, sabía todo acerca del bloqueo, acerca de
después de: puntos débiles y acerca de la lucha de
maniobras, percibiendo los ¡usgos de
1 e4 e5 2 &f3 &c6 3 ¿.b5 a6 4 Aa4 una posición con la yema de los dedos.
&f6 5 0-0 ¿.e7 6 Hel b5 7 £b3 d6 8 c3 Con Alekhine, en cambio, las cosas no
0-0 9 h3 llegaban tan lejos como el juego de ma­
niobra, pues mientras Nimzovich se pre­
En lugar de la habitual 9 ... 4ba5 10 paraba para explotar los puntos débiles,
¿_c2 c5, propuso una maniobra para­ ¡recibía mate! Aunque el gran Aaron tu­
dójica. vo buenas actuaciones en torneos, entre

796
José Raúl III

1925 y 1931, se encontraba entre los cin­ 71). Este esquema también fue adopta­
co primeros, y lanzó desafíos tanto a Ca- do por Capablanca (partida núm. 108)
pablanca como a Alekhine, considerán­ y Alekhine (partida núm. 146). Debo
dose sinceramente a sí mismo un digno recordar al lector que tanto Morphy co­
aspirante al trono mundial, lo cierto es mo Steinitz evitaban los fianchettos, y
que nunca estuvo cerca del título de que en el siglo XIX sólo fueron emple­
campeón del mundo. ados por Staunton, Paulsen (ambos, so­
No obstante, la contribución de bre todo con negras) y Chigorin, pero
Nimzovich a la teoría del juego posicio- después de 1 e4.
nal fue enorme. Su libro Mi sistema se 2 ... &f6 3 ákg2 g6 4 c4
convirtió en un manual impagable para
muchas generaciones de jugadores (¡Pe­ A diferencia de Nimzovich, que jugaba
trosian se formó con él!). Sus debates 1 ¿óf3, 2 b3, 3 áLb2 para presionar so­
con Tarrasch ampliaron los límites de bre la casilla e5, Réti presiona sobre d5.
nuestro conocimiento del ajedrez. Ta­ Como él mismo escribió, lo que es co­
rrasch, en tanto que un clásico de la era mún a todos los hipermodernos “es só­
post-Stcinitz, se oponía con toda su alma lo el hecho de que todos ellos son in­
y todo su corazón a las “fraudulentas” vestigadores, que trataban de descubrir
ideas de los hipermodernos, que en rea­ (al margen de las descubiertas por Stei­
lidad no hacían otra cosa que desarro­ nitz) nuevas leyes estratégicas, si bien
llar las enseñanzas de Steinitz (como es­ buscaban lograr su objetivo de las más
cribió Lasker, “la nueva escuela debería diversas formas”.
unir y sintetizar lo que enseñaron los Sí, aquéllos eran tiempos gloriosos,
dos grandes antagonistas, Steinitz y Chi- cuando jugar al ajedrez, que seguía
gorin”). Creo que la discusión histórica conteniendo numerosos misterios, era
de los dos titanes del pensamiento aje­ toda una batalla entre concepciones fi­
drecístico se decantó a favor de Nimzo­ losóficas... En este caso, fue Réti quien
vich. La popularidad de su defensa exce­ demostró estar históricamente en lo
dió, con mucho, la popularidad de la cierto: la presión sobre d5 es, después
Tarrasch. ¡La victoria de la flexibilidad! de todo, más efectiva que sobre c5.
4 ... d4
El fenómeno Retí
Es más preciso 4 ... c6.
Mientras que Nimzovich fue el pio­ 5 d3 ±g7 6 b4!
nero del hipermodernismo, y Savielly
Tartakower (1887-1956), con su libro La “El peón de d4 debe aislarse, bien para
partida hipermodema de ajedrez, su princi­ ganarlo, bien para obligar a las negras
pal popularizados el sobresaliente gran a cambiarlo, tras e2-e3, lo que concede­
maestro checo Richard Réti (1889-1929) rá a las blancas una importante ventaja
dejó atrás a todos a comienzos de la dé­ en el centro” (Kmoch).
cada de los veinte con sus espectaculares 6 ... 0-0 7 ^bd2! c5 8 &b3 cxb4 9 J^b2!
triunfos a alto nivel, logrados con un mé­
todo absolutamente inusual. No es tan claro 9 7áfxd4 e5! 10 £>c2 a5.
9 ... £)c6 10 4bbxd4 rjxd4 11 Jtxd4 b6
12 a3!
96 ¿Qué es esto, sino el Gambito Benko,
R. Réti-A. Rubinstein con colores invertidos? 12 &d2? ^xd4
Carlsbad 1923 13 ákxa8 era incorrecto, debido a 13 ...
Apertura Réti (A07) <Ság4!
12 ... £b7
1 5áf3 d5 2 g3 Amenazando 13 ... A.xf3 14 .S.xf3 ®xd4
O bien 2 c4 c6 3 b3 ^.f5 4 g3 (núm. 15 ákxa8 £ig4.

297
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

13 áLb2 bxa3 14 Sxa3 ©c7 do, pero aquí la debilidad de la casilla


c6 y el peón de b6 son bastante más sig­
270 nificativos. El ataque combinado de las
blancas resulta decisivo.
26 'E'e5 f6 27 ^b2 e5 28 Wb5! á?f7 29
Hbl £d7 30 f3 Hc8
Por alguna razón, nadie ha indicado
que la tentativa de igualar con 30 ...
¿Lb8 31 ¿hxb8 Sxb8 (31 ... Wxb8 32
c5!) habría sido refutada con 32 c5!
Hxd5 33 '©'b3 'S'xco 34 Hd3 Lbd8 35
Hbdl a4 36 ^'a2 <á?e6 37 e4 + -.
31 Hd3!
15 Bal! Una sutil maniobra.
“¡Puede decirse que esta jugada no fue 31 ... e4¡?
encontrada sino descubierta por Réti!
Desesperación: 31 ... <Lb8 32 bien

O
Es muy fuerte y característica de toda la
variante en cuestión” (Kmoch). 31 ... £c5 32 ^xb6!
15 ... ^e8 16 Axg7 <Uxg7 17 0-0 £>e6 18 32 fxe4 &e5 33 'E'xb6! &xc6
Hbl Después de 33 ... £ixd3 34 exdé, la ava­
Con la amenaza Hxa7. lancha de peones pasados blancos es
irresistible.
18 ... .¿'.c6 19 d4 Ue4 20 Sdl a5 21 d5
^c5 22 4hd4!
“El caballo penetra en c6. La profunda
estrategia de Rubinstein ha sido derro­
tada en toda la línea, algo que sucedía Á
muy rara vez. Hasta entonces había su­
frido derrotas (aunque no muchas, no
muy frecuentes), pero sobre todo, de
tipo combinative” (Kmoch).
Sí, para un jugador clásico era bastante
difícil jugar una posición así, no clási­
ca. Parecía defenderse normalmente,
con tenacidad, pero fue literalmente 34 c5!
plastado en el flanco de dama.
Una “intermedia” letal.
22 ... Ja.xg2 23 ®xg2 Hfd8
34 ... 2d7 35 dxc6 2xd3 30 Wxc7+
23 ... Sfc81? Hxc7 37 exd3 2xc6 38 Hb7+ 39 d4
00
o/"
G.

24 <Uc6 Sd6 25 He3 Se8 Ha6 40 Sb6! Ha8


Un momento importante. Maróczy O bien 40 ... Hxb6 41 cxb6 ®d8 42 e5
consideraba que el mal menor era el sa­ fxe5 43 dxe5 a 4 44 e6 a3 45 b7 d?c7 46
crificio de calidad 25 ... Hxc6!? 26 dxc6 b8W+ <¿’xb8 47 e7 a2 48 e8^+. El resto
Wxc6+, y tenía razón ¡un caballo así no es claro y no requiere comentarios.
puede soportarse! Sin embargo, de to­ 41 Hxf6 a4 42 Hf2 a3 43 Ea2 47 44 d5
dos modos, tras 27 f3, las blancas debe­ g5 45 £>f3 Ha4 46 <á?e3 h5 47 h4 gxh4 48
rían haber ganado gradualmente. gxh4 ée7 49 <¿?f4 <¿?d7 50 <á?f5
Rubinstein confiaba en sus cartas: el Las negras se rindieron. Una partida
“eterno” caballo de c5 y el peón a pasa- asombrosamente limpia e instructiva,

298
José Raúl III

¡modélica como ejemplo del hipermo- 12 a3 h6?I


dernismo!
“Esta jugada, difícil de entender, es la
Réti también jugó magníficamente en mejor prueba de que Capablanca esta­
el supertornco a doble vuelta de Nueva ba mal dispuesto aquel día” (Alekhi­
York 1924, donde por primera vez, des­ ne). Es sabido que el campeón comen­
de 1914, volvían a darse cita Capablan­ zó el torneo no del todo bien, con
ca, Lasker y Alekhine. fiebre. Cierto que, por otra parte, nos
viene a la mente un comentario de Las­
En la primera mitad del torneo, “el líder
de la revolucionaria escuela moderna” ker: “¡Jamás en mi vida le he ganado
una partida a un jugador sano!”.
(definición de la prensa) le infligió una
sensacional derrota al vigente campeón 13 &fl c5!
del mundo. Este fue el primer cero del “Una astuta celada posicional, muy en
invencible Capablanca desde sus derro­ el estilo del campeón” (Alekhine).
tas a manos de Chajes (Nueva York
1916) y Lasker (San Petersburgo 1914). 272 -------
B
97
R. Réti-J.R. Capablanca
Nueva York 1924, 5a ronda
Apertura Réti (Al5)

1 &f3 Uf6 2 c4 g6 3 b4I? .Lg7


La partida fuente, Nimzovich-Réti
(Carlsbad 1923) siguió así: 3 ... a5 4 b5
¿g7 5 ±b2 0-0 6 e3 d6 7 d4 abd7 8 14 b5
Jle2 e5 9 0-0 exd4 10 exd4 He8?!, y Declinando el presente griego. Des­
aquí 11 £íc3! (Nimzovich) habría con­ pués de 14 bxa5 Hxa5 15 £ixe5 Jtxg2
servado la ventaja. Sin embargo, con 16 &xd7 JLc6! 17 ¿Lxf6+ £xf6 18 Jfxf6
10 ... >2se4! y adf6, las negras podían Sxf6 19 ^d2 h5!, las negras tienen
haber obtenido un excelente juego, co­ compensación sobrada por el peón: 20
mo conseguí, en mi propia práctica, a Habí Ha6 21 Hb2 d5, etc.
los 12 años, durante una sesión de si­
multáneas del maestro Katalymov, en el 14 ... &f8
torneo de un palacio de pioneros (Le- Era dudoso 14 ... d5?!, en vista de 15
ningrado 1975). cxd5 &xd5 16 a3d2! ®e7 17 &c4
4 ¿b2 0-0 5 g3 b6 6 £g2 Ab7 7 0-0 d6 8 Had8 18 £}fd2, y el control de c!4 le
d3 £sbd7 9 &bd2 e5 concede a las blancas un juego satisfac­
torio.
“Capablanca juega la apertura sencilla­
mente con corrección y, después de po­ 15 e3!?
cas jugadas, logra una posición perfec­ 15 e4 y ae3-d5 insípido =.
C/7
O

tamente igualada” (Alekhine). 15 ... Wc7 16 d4 ,&.e4 17 Wc3?


10 Wc2 Por supuesto, era mejor 17 Wcl, aun­
10 £)xc5? áLxg2 11 &xd7 no da resulta­ que después de 17 ... exd4 18 excl4
do, debido a 11 ... Jfxfl, ganando. áe6, las negras no tienen problemas.
10 ... Le8 11 Sfdl a5 17 ... exd4 18 exd4 £}6d7?
11 ... c4 12 dxe4 <55xc4 13 JLxg7 (&xg7 Un error en justa correspondencia.
14 £kl4. “Capablanca probablemente omitió el

299
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

jaque de dama en la jugada 22, me­ 26 ... _Lxg2 27 &xg2 ^e5?


diante el cual las blancas protegen su
Indudablemente, era más tenaz 27 ...
peón b, pues de otro modo hubiera op­
&c5 (27 ... Exe3? 28 fxe3 ^xdl 29
tado, sin duda, por la sencilla 18 ...
&e6 +-; 27 ... Ec7 28 3hf3), y las blan­
4óe6, cuya fuerza es evidente. Después
cas hubieran dispuesto de una agrada­
de 19 dxc5 dxc5 20 't7cl, la posición ne­
ble elección entre 28 WM2 (28 Exb6?!
gra, debido a la efectiva distribución de
&c4) 28 ... 'o'xe2 29 £ixe2 y 28 m3!?,
sus piezas, hubiera sido algo preferi­
con las amenazas 7bd5 y Exb6.
ble” (Alekhine).
28 &c4 '©'c5
19 M! cxd4?!
“La desafortunada dama no podrá de­
Según Alekhine, era mejor 19 ... Ead8 fender ahora otra casilla” (Alekhine).
20 dxc5 dxc5 21 Jlxg7 <ixg7 22 ®b2+
‘á’gS 23 <7íe3, y quizá hubiera sido posi­ 29 &c6 Ec7
ble neutralizar la ventaja blanca. 29 ... Eb7 30 £e3.
20 Úxd4 Wxc4 21 ^.xg7 <á?xg7 22 30 £le3 <£le5
Wb2-r! <á?g8 23 Exd6
O bien 30 ... Wh5 31 Eld5 fo 32 Ed2
Pero no de inmediato 23 <^53d2?!, debi­ <á?h7 33 7bd5.
do a 23 ... Wc2.
31 Eld5!
23 ... Wc5
Las negras abandonan: 31 ... Ac4 32
Era pasivo 23 ... Wc7 24 fiadl &c5 25 Exc5 <5bxb2 33 Ec2 ¿La4 34 £d

+
£ie3, etc.
El inspirado Retí conseguida aun-
24 Eadl Ea7 25 &e3 tres brillantes victorias consecutivas y
Con la amenaza (Lg4. durante más de la mitad de i torneo
compartió el segundo puesto (detrás
25 ... B5 de Lasker). ¡Lo más importante es que
nadie era capaz de resistir su apertura
favorita!

98
R. Réti-E. Bogoljubov
Nueva York 1924, 12a ronda
Apertura Réti (Al 3)

1 £¡f3 d5 2 c4 e6
Alekhine criticó estajugada, que encie­
rra el alfil de c8, y recomendaba la ju­
26 ¿Ld4!
gada de Lasker, 2 ... c6 (partidas núm.
“La jugada más apremiante. Las blan­ 71 y 108). Pero más tarde, también
cas podrían optar por la sorprendente aquí se encontraron esquemas defensi­
continuación 26 Eld5!? Jfxd5 27 g4 vos perfectamente aceptables.
¿xf3 28 gxh5 _Lxh5 29 Jkc6 etc., que
hD

3 g3 Qf6 4
habría ganado la dama por una torre,
caballo y peón, pero el final resustante Es demasiado pronto para jug
en este caso, hubiera sido mucho más Por ejemplo: 4 ... c5 5 -Lg2 Ci 6 0-0
a.

difícil y tedioso que tras la mejor defen­ ±c7 7 d3 (7 cxd5!?) 7 ... 0-0 8 Lb2 d4,
sa posible contra la jugada textual” con juego complicado en pci spec th
(Alekhine). (Capablanca-Marshall, Moscú 1925).

300
José Raúl III

4 ... jLd6 elegido entre 14 ... ^e7 15 ¿Afl 2ac8 16


Es dudoso 4 ... d4?l 5 b4!, o bien 4 ... c5 Exc8 Sxc8 17 2xc8+ ákxc8 18 d4 e4 19
<2be5 ^c7 = (Alekhine), y la más agresi­
5 0-0 d i 6 d3 ac6 7 e3!, una Benoni
Moderna con los colores invertidos y va 14 ... b5I? 15 M ^b8! 16 ae3 a5
(Nimzovich). .
un tiempo extra. Esjugable, sin embar­
go, la muy ensayada 4 ... dxc4 5 Wa4+ 8 ... c6 9 abd2
abd7 6 'S'xc4 c5 (6 ... a6!?), o también
4 ... ¿c7 5 0-0 0-0 6 b3 b6 7 &b2 £b7 8 También es bueno 9 ae51? Es curioso
e3 (8 cxd5 £ixd5!) 8 ... c5 9 £ic3 dxc4 que una posición similar se haya pro­
10 bxc4 7bc6, etc. ducido, con colores invertidos, en la
partida de la décima ronda Marshall-
5 0-0 0-0 6 b3 2e8?l
Capablanca: 1 d4 af6 2 af3 g6 3 e3
parece una pérdida de tiempo. ¿g7 4 abcl2 b6 5 &c4?l 0-0 6 ^e2 c5 7
r-*
O

preciso es 6 ... &bd7 7 ,¿b2 c6, y c3 .Lb7 8 0-0 d5! 9 A'.d3 &e4!? 10
JO

después de 8 d4 ... ¿oe4 9 £}bd2 f5, eri- ákxe4?l dxe4 11 a¡g5 e5! 12 ¿Agxe4
giendo un “stonewall” (Réti-Vajda, exd4 13 exd4, y aquí la sencilla 13 ...
Semmering Baden 1926), o bien 8 ... cxd4! habría conservado la ventaja.
^c7, un esquema que aún hoy se juega.
275
7 ¿b2 Sbd7 8 d4!
Una mejora, ¡sugerida por Capablan-
ca! En la sexta ronda, Réti había derro­
tado a Yates de forma elegante, des­
pués de 8 d3 c6 9 £>bd2 e5 10 cxd5
cxd5 11 Sel £f8 12 2c2 £d7 (12 ...
£.f5!? 13 Wai £)8d7: Alekhine) 13
Wal! &g6 14 Sfcl ^c6? 15 £fl ®d7?l
(15 ... 'á'e7) 16 ¿Le3 h6? (16 ... d4! 17
¿c4 ákc7).

9 ... ^e4?l
“Si la jugada liberadora 9 ... e5, reco­
mendada, entre otros, por Rubinstein,
es la mejor aquí -como parece ser el ca­
so-, entonces eso contituye la prueba
más contundente de que todo el plan­
teo negro es defectuoso. Porque la sim­
ple continuación 10 cxd5 cxd5 11 dxe5
Diagrama de análisis 4bxe5 12 4bxe5 _Lxe5 13 ákxe5 Sxe5 14
4bc4 Hc8 15 7jc3 áke6 16 ®d4 le habría
17 d4! (el salto de un muelle compri­ dado a las blancas un ataque directo
mido) 17 ... e4 18 a>e5 ákxe5 19 dxc5 contra el peón d aislado, sin permitir a
&h7 20 f4! exf3 21 exf3 &g5 22 f4 su oponente ninguna posibilidad de
ah3+ 23 ‘i’hl d41? (desesperación) contrajuego” (Alekhine).
24 ¿xd4 2ad8 25 Exc6! bxc6 26
4xc6 £f2+ 27 <¿>g2 Wxd4 28 ®xd4 La jugada de la partida lleva, en última
2xd4 29 álxe8 &e4 30 c6! Ed2+ 31 instancia, al cambio de caballos, pero
éf3 (1-0). no resuelve el principal problema de
las negras, a saber, el desarrollo de su
Pero pronto se puso de manifiesto que alfil de c8.
las negras tenían una posición normal.
En lugar de 14 ... ákc6? podían haber 10 ¿Axe4 dxe4 11 ¿Le5 f5 12 f3!

301
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

La apertura de la posición incrementa admitiría: “Retí es el único gran maes­


la ventaja blanca. tro cuyas jugadas a menudo me resul­
12 ... exf3 13 ±xf3! Wc7 tan desconcertantes”. Sin embargo,
Réti pronto encontraría la horma de
Tampoco es atractiva 13 ... £>xe5 14 su zapato, perdiendo con su apertura
dxe5 jLc5+ 15 <á’g2 Jtd7 16 e4! ante el líder, Lasker (partida núm. 71).
14 &xd7! ±xd7 15 e4 Esto lo deprimió claramente y, tras
perder con negras frente a Yates, Ed­
Amenazando con la jugada opresiva ward Lasker y Capablanca, descendió
e4-e5. al quinto puesto.
15 ... e5 16 c5 £f8 17 Wc2! Para lograr los mayores éxitos, el
Un ataque doble, que es el preludio a gran jugador checo carecía de cualida­
una serie de jugadas enérgicas y preci­ des competitivas y de una buena defen­
sas, que acaba con las defensas negras. sa contra 1 e4. Como escribió Tartako-
wer, “Réti es un tipo brillante de artista,
17 ... exd4 que lucha no sólo con sus oponentes,
17 ... fxe4? 18 3lxe4 + -. sino también consigo mismo, con sus
18 exf5! Sad8 propios ideales y dudas”.
Fue entonces, a comienzos de los
“Después de 18 ... Se5, sería muy fuer­ anos veinte, cuando el gran m aestro
te, entre otras, 19 Wc4+ d?h8 20 f6!” austríaco Ernst Grünfeld (1893- -1962)
(Alekhine). mostro al mundo oír apertura hiper-
moderna:
276
1 d4 2>f6 2 c4 g6 3 53c3 d5
Permitiendo 4 cxd5 43xd5 5 e4 íbxc3 6
bxc3, para atacar el centro de peones
con 6 ... Tg7 y c7-c5.
La aguda y dinámica Defensa Grün­
feld pronto ocupó su lugar bajo sol,
sobre todo porque Alekhine la incor­
poró a su repertorio. Más tarde, reali­
zaron grandes contribuciones a la
apertura Botvinnik, Smyslov, Korch­
19 Jkh5! noi, Fischer...
La maniobra decisiva. En general, Alekhine esmba dis­
puesto a absorber las ultimas manifes­
19... He5 20 T.xd4 Hxf5 taciones del pensamiento ajedrecísti­
Después de 20 ... Hd5, 21 Wc4 <¿?h8 22 co. Esto se refería no sólo a l.a Réti
Jig4, con peón de ventaja y la iniciativa. (incluso con colores invertidos), la
Grünfeld, la Nimzoindia o la India de
21 Exf5 ¿xf5 22 íFxf5 Sxd4 23 Sfl!
Dama. Al ver en Moscú que un jugador
Hd8
de primera categoría contestaba a 1 e4
O bien 23 ... ^e7 24 Af7+ <¿?h8 25 ¿.d5! con la extraña 1 ... shf6, Alekhine la es­
Wf6 26 ^c8 + -. tudió, y en 1921 introdujo en la com­
24 &f7+ <¿>h8 25 _&e8! petición seria esta más que hlpermo-
derna defensa, que recibió su nombre
Un elegante golpe final. Las negras se y el reconocimiento de Nimzo-.ich: “el
rindieron. ¡Primer premio de belleza! más sobresaliente descubrimiento de
En la ronda siguiente derrotó tam­ Alekhine, la jugada 1 ... £)f6, es asom­
bién a Alekhine, quien, más tarde, ha­ broso, y no puede calificarse sino de
blando no sólo acerca de la partida, brillante”.

302
José Raúl III

También debo mencionar el primer liarizado con las aperturas modernas?


ensayo sensacional del Gambito Blu- Capablanca ‘observaba’ lo que sus ad­
menfelcl (un precedente del Gambito versarios jugaban, evaluaba esas varian­
Benko): tes con sentido crítico y, caso necesario,
1 d4 &£6 2 c4 e6 3 &f3 c5!? 4 d5 b51? 5 también las empleaba”.
dxe6 Réti realizó una interesante obser­
vación: “En lugar de aplicar el princi­
5£g
Ox

pio de Morphy de desarrollar todas las


5 ... fxe6 6 cxb5 d5 7 e3 &d6 8 £c3 0-0 piezas lo más rápidamente posible, se
9¿e2 guiaba en su juego por algún plan, ba­
sado tanto como le fuera posible en
Después de la jugada de Réti 9 e41?, lo consideraciones posicionales. Según
correcto es 9 ... Cibd7! ese método, cada jugada que no enca­
... Ab7 10 b3 Abd7 11 &b2 We7 12 jaba en el plan era una pérdida de
07

tiempo”. El principio fundamental del


o
o

Ead8 13 Wc2 e5
I

medio juego, formulado por Capablan­


Con fuerte juego por el peon (Ta- ca, era la acción coordinada de todas
rrasch-Alekhine, Pistyan 1922). Por las piezas.
cierto que un terna similar se produjo
Añadiremos al retrato del campeón
en el Korchnoi-Karpov (Baguio 1978,
una recomendación de Nimzovich:
7a y 17" partidas), que comentaré en el
“¡Analizar diversas posiciones típicas!
quinto volumen de la obra.
Así es como trabaja Capablanca. Está
Capablanca tampoco quiso quedar­ eternamente analizando posiciones tí­
se al margen de los tiempos, y trató de picas. Capablanca está familiarizado
jugar la Réti, la Alekhine (contra Yates, con una gran cantidad de tales posicio­
en Moscú 1925), la Nimzoindia y otros nes, sobre todo en el área de los finales
esquemas de moda. Obsérvese cómo de dama y torre”. Sí, Capa estaba pro­
jugó “a ojo” la Bcnoni Moderna, con fundamente convencido de que “para
colores invertidos: mejorar su ajedrez, debe, en primer lu­
1 £f3 d5 2 g3 c5 3 Ag2 ^c6 4 0-0 e5 5 gar, estudiar eLfinal”.
c4 di 6 d3 Ad6 7 e3 Cige7 8 exd4 Con la aparición de aperturas inno­
vadoras y de una nueva generación de
Según Capa, primero 8 £>bd2!, con maestros, el ajedrez experimentó una
idea de ú5e4, era más preciso. gran reactivación, descubriéndose una
8 ••• cxd4 9 a3 a5 10 &bd2 £g6?! 11 jungla de posibilidades inexploradas. A
mediados de los años treinta, la amena­
di

0-0 12 Wc2 Ee8 13b3h6


o

za de la muerte del ajedrez a causa de


13 ... f6! las tablas murió de muerte natural. En
14Ebl á.e6 15 h4!?Ec8? cualquier caso, tanto Lasker como Ca­
pablanca recordaban sus temores con
r-"
r—<
o

una sonrisa.
16 c5! Ab8 17 2>c4 f6 18 ^_d2 ®h8 19
b4 De Londres a Nueva York
Etcétera (Capablanca-Janowski, Nueva “No quiero ser un estorbo para los
York 1924). jóvenes”, declaró Lasker tras el encuen­
Sin embargo, en general el cubano tro de La Habana, “de modo que estoy
no era un experto en aperturas y traba­ dispuesto a renunciar a mi derecho a
jaba poco en ese campo. “Tenía una al­ un match-revancha, en favor de Ru­
ta consideración de su propio talento y binstein u otro que pueda merecerlo”.
pensaba que siempre podía superar a Sí, Akiba seguía siendo el principal aspi­
su oponente en el tablero”, escribe Bot­ rante al campeonato mundial, pero des­
vinnik. “Pero ¿no debe uno estar fami­ pués de la guerra la curva de su éxito

303
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

fue en declive. Al mismo tierno, Alekhi­ 13 ... c5 14 b3 &a5


ne, Réti y Bogoljubov habían comenza­
14 ... £bb61?
do a progresar.
El primer torneo importante en 15 dLb2?I
que el nuevo campeón se midió con los Mucho más fuerte es el plan de Fischer
potenciales candidatos al título fue 15 d5! 4bd7 16 &bd2 áfB 17 2bl, puesto
Londres 1922. Copa comenzó con ¡6 de a prueba en las partidas Fischer -Korch­
6! y al finalizar el torneo demostró que noi (Interzonal de Estocolmo 1962),
era el jugador más fuerte del mundo: 1. Korchnoi-Portisch (Interzonal pe Sous-
Capablanca 13 (de 15); 2. Alekhine se 1967), Tal-Gligoric (Belgrado 1968,
11,5 (ambos invictos); 3. Vidmar 11; 4. 7a) y Bronstein-Smyslov (Interzonal de
Rubinstein 10,5; 5. Bogoljubov 9; 6-7. Petrópolis 1973).
Réti y Tartakower 8,5 etc.
He aquí otra famosa partida del cu­ Ahora, sin embargo, las negras pueden
bano con el tema “alfil fuera de juego” eliminar el formidable alfil “español” y
(como las partidas núm. 88 y 99). Co­ lograr la ventaja de la pareja de alfiles.
mo fue superficialmente analizada, dio 15 ... ¿dc6! 16 d5 &b4 17 £bd2 £xc2
lugar a una serie de mitos que me gus­ 18 Wxc2.Ee8
taría clarificar.
“Hubiera sido mejor 18 ... Cjg 7” (Ca­
pablanca). En cualquier caso las ne-
gras han conseguido una ex lente

(.
99 posición de la apertura, en el iespíritu
J.R. Capablanca-E. Bogoljubov de la Benoni Moderna, así g ¡sin
Londres 1922, 6a ronda problemas!
Apertura Española (C91) 19 Wd3

1 e4 e5 2 £f3 £>c6 3 &b5 a6 4 Jfa4 ¿Lf6 Ca[)asugirió 19 a4 a fin de tras 2 9 ... b4?!
5 0-0 ^.e7 6 Sel b5 7 A.b3 d6 8 c3 0-0 9 crear un “agujero” en c4 para c! caballo
d4 exd4?l blanco. Pero era posible 19 ... Ad7 20
©d3 'S'bb, con juego complicad
Los primeros pasos de la teoría en esta
variante. Por supuesto, es más preciso 19 ... h6?l
9 ... Ag4. De nuevo era mejor 19 ... £kl7!
10 cxd4 ákg4 11 áke3?l 20 £fl
Devolviendo el cumplido. Lo correcto En mi opinión, era más enérgica la in­
es 11 £)c3! (Lasker-Bogoljubov, Máh- mediata 20 h3!?
risch-Ostrau 1923).
20 ... £d7 21 h3
11... 4ja5
También es interesante 11 ... c!5, pero
no nos detendremos en la apertura,
ya que no es el tema principal de la
partida.
12 £c2 &c4
12 ... c51?
13 Jkcl
i., i-a-a
Es inofensivo 13 £>bd2?! &xe3 14 HxcS
c5 15 ^cl &d7 16 h3 &h5 17 dxc5
4bxc5, con iniciativa de las negras (Ya-
tes-Capablanca, Nueva York 1924). 21 ... -&h5?l

304
José Raúl III

“El momento crucial de la partida. 278


Las negras deberían haber tomado el
caballo con su alfil, y seguir con ¿.ffi.
El que no lo hiciesen es la causa de la
derrota" (Capablanca). Una declara­
ción categórica, normal en los “tita­
nes de la época”: ¡todo simple y com­
prensible!

Por supuesto, no había por qué con­


servar el alfil. Con 21 ... Axf3! 22 '&’xf3
jLf6, las negras habrían logrado el sue­
ño de cualquier adepto de la Benoni. 27 ... ®e7?I
Sin embargo, no estoy de acuerdo con
la conclusión de Capablanca. A mi jui­ Fascinados por el juego fácil del cuba­
cio, lajugada 21 ... JLh5 es de doble fi­ no, los comentaristas no percibieron
lo, y todavía no estropea nada. El pro­ 27 ... ¿,g6! Después de 28 ¿2ig3 (28 e5
blema principal de Bogoljubov es que Wd8!; 28 f5! &xí5) 28 ... Eab8 29 Í5
no comprendió lo peligroso que era el jLh7, el peón de f5 no está apoyado por
profundo plan de su rival para cortar g2-g4, y las posibilidades de las negras
del juego al alfil. no son peores. En caso de 30 Habí?
Sxbl 31 Exbl a3! la posición blanca no
22 £3d2 £f6 23 _&xf6 ®'xf6 24 a4 c4! ? es envidiable.
28 g4 Ag6 29 f5
“Esta jugada concede a las negras un
peón pasado, pero por otra parte deja Como en su partida con Winter (num.
a las blancas las manos libres para blo­ 88), Capa corta el alfil del campo princi­
quear el alfil de h5” (Capablanca). pal de batalla. Pero en aquélla, el alfil ya
Desde luego, lajugada es aguda e inte­ estaba “muerto”, mientras que aquí pue­
resante. Bogoljubov, un optimista in­ de, de algún modo, entrar en juego.
audible. ¡está jugando a ganar! Tam­ Además, las negras cuentan con un fuer­
bién es confuso 24 ... 4óe5 25 'S'c3 te peón pasado. Aunque del comentario
g5!?, seguido de 3tg6, y es dudoso que precedente parezca desprenderse que
pueda explotarse el debilitamiento “el portero ya está superado y sólo resta
del rey, por lo que parece que las ne­ por meter suavemente el balón en la
gras tienen un buen juego. portería”, en mi opinión, la evaluación
posicional dista de estar clara.
25 bxc4 -Ac5 26 ®e3 bxa4
29 ... Ah7 30 &g3 We5! 31 <á?g2 Hab8 32
Es extraño que ninguno de los comen­ Sabl f6
taristas considerase unajugada tan evi­ “Esta jugada prepara la reincorpora­
dente como 26 ... bxc4!? Por ejemplo: ción al juego del alfil, vía g8 y f7. Su in­
27 f3 £d3 28 Zebl &b4! 29 e5 Exea conveniente es que crea un agujero en
30 &c4 2xc4 31 ’S'xe4 &g6 32 ^xc4 e6 para uno de los caballos blancos.
&xbl 33 Exbl a5, o bien 27 Sa3! &g6 Sin embargo, las negras no podían ha­
28 f3 ®d3 29 £bl £f4 30 £xc4 Sac8, cer gran cosa para evitar la desventaja
con juego agudo. Sin embargo, la cap­ de una formación de peones tan defi­
tura en a4 aún no es un error. ciente” (Capablanca). ¿Por qué? Era
de considerar 32 ... 2b2. Por ejemplo:
27 f4! 33 Ee2 Exbl 34 &xbl Sb8 35 &d2
Sb2, con contrajuego.
La implementación consecuente del
plan el principio sagrado de Capa- 33 &f3 Sb2+ 34 Kxb2 Bxb2+ 35 Ee2
blanca. ^b3 36 ^d4!

305
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

&xe6 49 fxe6 2b8 50 Kxg7 51 E17+


d?g8 52 Sb7l! Sxb7 53 d7 al^ 54 e7
Sxd7 55 e8^+ <á?g7 56 Wxd7+ <ág8 57
Á £d4! Wa2+ 58 <á>g3 W 59 Wc8+ <á?h7 60
A ^xa6 ^c7+ 61 (¿?g2: G. K.) 47 Lc7+ <Ad6
48 Hc6+ <&e7.
¿Cómo seguir ahora? Si 49 £>c5, las ne-
gras se salvan con 49 ... ¿Lc3 50 d6+ «¿>d8
xa6

La
51 <¿>e3 (51 d7? £>xe4+) 51 ..

re
te
3xe2+ 53 <¿>d3 al\a'! 54 Sxal La2. Por lo
tanto, sólo parece haber un camino hacia
la victoria: 49 Hxa6! .&xe6 50 fxc6 8ñc3 51
36... Wxe3?
Ha7+ <¿?Í8 52 <±>e3 Exe2+ 53 <É>d3 + -.
“Prácticamente forzado, ya que no po­
Sin embargo, las negras pueden inten­
dían permitirse jugar 36 ... A©'xc4, debido
tar 48 ... <¿>e51? (en lugar de 48 ... <¿’e7)
a 37 Sc2 Wxd5 38 £íe6”, escribe Capa-
49 &6f4 £>d2 50 ^d3+ íbxe4 51 d6 2b8
blanca en su manual, omitiendo 38 ...
52 d7.
Wb3! (también había 38 ... 2xe6 39 dxe6
®xe6). Por supuesto, es más fuerte 37 280
&e6!, pero después de 37 ... Kb8 la posi­
ción es confusa.
Así, 36 ... ®xc4! era perfectamente posi­
ble. Las damas debían haberse conserva­
do, por la razón adicional de que el rey
blanco está expuesto, lo que representa
otra posibilidad para las negras.
37 Exe3 Sb8 38 Hc3 <á?f7 39 <±f3 Kb2 40
5ñge2 Ag8 41 4Le6! Diagrama de análisis

Ahora podemos hablar de ventaja blan­ Las blancas aún tienen tarea para ganar:
ca, aunque, como veremos a continua­ 52 ... Sd8 53 Sd6 £d5 54 £b4! a5 55
ción, Bogoljubov podía haberse defendi­ Hc6+Ü (¡una jugada muy di fíeJ, digna
do más tenazmente. de un estudio artístico!) 5 Lxe6 56
cu

cu

fxe6 axb4 57 c7 +-, o bien 53


rt

41 ... 4ñb3
Hc8 alS' 54 <55g3+! <¿>xd3 55 d8'L'+ Kd4+
Después de 41 ... £ixe4 (41 ... (Lxe6? 42 56 ^xd4+ <á)xd4 57 Sxb8, etc.
fxc6y 43 c5!) 42 <¿>xe4 2xe2+, Capa in­
dica 43 á>d3 2h2 44 ‘¿’dd h5 45 c5!, pero Así, 44 ... £)bl! habría prolongado la lu­
yo señalaría 43 '¿’dd Sd2+ 44 Hd3 Exd3+ cha, que ahora acaba rápidamente.
45 á’xdS h5 46 &c3 hxg4 47 hxg4 Jlh7 45 <¿>el Sibl 46 Ed3 a3?
48 <¿>b4 g6 49 4¿bd4 + -. Otro error, pero 46 ... <¿’d6 tampoco hu­
42 c5! dxc5 43 &xc5 £d2+ 44 <¿>f2 biera salvado a las negras por 47 £¡xa4
44 ‘¿’eS? a3. 2b4 48 íhac3.

44 ... <á?e7? 47 d6+ <á?d8 48 ¿Ld4! 2b6 49 £>de6+


4¿xc6 50 fxe6 2b8 51 e7+ L?e8 52 fbxaó
Capa sugirió 44 ... 4hbl! 45 £>xa4 ¿Lxc3
Las negras se rindieron. Si 52 53
ío

46 £ñxb2 £ixe4+ 47 &e3 £ñd6, “con bue­


nas posibilidades de tablas”. Tartakowcr &xb8 alW 54 d7+.
añadió 45 Sc4! a3 46 <¿’e7l (pero no Así pues, Londres 1922 reforzó la
46 ... a2 47 Hc7+ <¿>e8 48 d6!, con la ame­ hermosa leyenda acerca de la invenci-
naza Se7++; aquí las blancas ganan con bilidad de Capablanca. Pero este tor­
una continuación de problema 48 ... neo también resultó mcmoi por

306
José Raúl III

otra razon. Por primera vez en la histo­ vich y Spielmann, por ejemplo, no esta­
ria, el campeón invitó a un grupo de des­ ban en Londres), de todos modos se ha­
tacados grandes maestros a adoptar las bía creado un importante e histórico
reglas que serían aplicables en futuros precedente.
encuentros por el campeonato del mun­ Otra cuestión era que en las décadas
do. Tras prolongadas discusiones, Capa- de los años veinte/treinta, el “muro dora­
blanca, Alekhine, Rubinstein, Bogolju­ do” de 10.000 dólares no pudiese ser so­
bov, Réti, Maróczy, Vidmar y Tartakower brepasado por Rubinstein ni Nimzovich
firmaron las llamadas “reglas de Lon­ (que, en realidad, no jugaron ningún
dres”, cuyos puntos principales eran los match por la corona), ni por Bogoljubov
siguientes: ni Euwe (sólo jugaron por el título, tras
• El vencedor sería el primero en ganar haber alcanzado el fondo de premios es­
seis partidas, sin contar tablas. tipulado por el campeón). Sólo Alekhine
• El control de tiempo sería de 40 juga­ consiguió reunir, con ciertas dificultades,
das en 2 horas y media, con sesiones de la suma requerida, en 1927, para jugar
juego de cinco horas, sin descanso. “el encuentro de su vida”, estrictamente
• El campeón debía defender su título, de acuerdo con las condiciones fijadas en
en el plazo de un año, tras recibir un Londres. Por entonces, Capa lamentaba
desafío, pero no estaba obligado a jugar amargamente haber insistido en un
un match si el fondo de premios no al­ match ilimitado a seis victorias, pero ya
canzaba los 10.000 dólares en oro. era demasiado tarde. En cualquier caso,
• Del fondo total de premios, el cam­ esto se describirá más adelante.
peón recibiría el 20% en concepto de
cachets, y de la cantidad restante, el El siguiente lugar de encuentro para
vencedor percibiría el 60% y el perde­ la elite del ajedrez fue Nueva York 1924.
dor el 40%. El torneo, sobre todo su segunda mitad,
• Si el campeón aceptaba un desafío, el se convirtió en una fascinante carrera en­
aspirante debía realizar un depósito de tre Lasker y Capablanca. El excampeón
500 dólares, tres meses antes del encuen­ tomó de inmediato la delantera de forma
tro otros 500 dólares (el campeón apor­ convincente, mientras que Capablanca
taría idéntica cantidad), y los garantes tuvo un mal comienzo (con 2 de 5), per­
del match 3.000 dólares, aportándose el diendo inesperadamente ante Réti (par­
resto al comienzo del duelo. tida núm. 97). Eso no tenía vuelta atrás,
• La fecha para el comienzo del match y pero el cubano picó espuelas.
el horario dejuego quedarían especifica­
dos por el campeón.
• El campeón tenía el derecho a pos­
tponer el match debido a enfermedad, 100
por un máximo de 40 días, transcurri­ J.R. Capablanca-S. Tartakower
dos los cuales, si no pudiese jugar, per­ Nueva York 1924, 6a ronda
dería su título.
• Un nuevo campeón quedaría obligado
a defender su título en las mismas condi­
ciones.
ill

Capablanca, tal y como él mismo de­


claró, había decidido poner fin a las dis­
cusiones y malentendidos que frecuente­
mente se suscitaban en la época de
Steinitz y Lasker, debido a la ausencia de
reglas permanentes para la disputa del
campeonato mundial. Aunque en el
convenio no habían participado todos
los jugadores destacados (Lasker, Nimzo-

307
Gary Kasparov - Mis ceñíales predecesores

A primera vista no es fácil evaluar las Ahora, si 48 d5, es posible 48 ... Hg2
posibilidades de ambos bandos. La to­ 49 d6 Hxg6 50 dxc7 Hc6 51 Exb2
rre negra se dispone a penetrar en Hxc7 52 2g2 2a7, con tablas móricas.
campo enemigo, y las blancas deben pero mejor aún es 48 ... Sd2! (Plisets­
perder un peón. Sin embargo, el rey ki) 49 <¿46 (49 g7 s¿>xg7 50 2xc7+
negro es ‘malo’ y las blancas tienen un <¿>h6; 49 d6 Ed5+ v 50 ... 2xd6 =) 49 ...
fuerte peón pasado. Si el rey pudiera Kxd5 50 Sxb2 Ecl6+ 51 «f7 (51 &c7
incorporarse al ataque” (Averbaj). <£>xg6 =) 51 ... £d7+ 52 <¿>e8 ¿Íd5! 53
Sg2 <¿>g7 54 «e7 2f5 55 ííg4 . 5 =.
35 &g3!
“¡Decisivo! Las blancas sacrifican mate­ La tentativa 48 g7 se contrarresta con
rial para obtener la posición clásica, 48... d?xg7 (48 ... <±>h7!? V. Belov) 49
con el rey en f6, peón en g6 y torre en Sxc7+ ¿?f8 50 Sb7 2e2! y «cS-dS-cS-
h7, y los peones negros caerán como d7 (Plisetski); después de situar la to­
fruta madura” (Alekhine). rre recorriendo la segunda illa, ata­
cando el peón f, y protegiendo al
35 ... Sxc3+ 36 ‘¿?h4! Hf3? atacado peón de b2.
“No servía de ayuda 36 ... Sel 37 '¿’ho!
c5 (37 ... Hhl+ 38 <á?g6) 38 Kd7! cxd4 2) 41 Sd7 b3 (41 ... c6?? 42 s>f6) 42
(38 ... c4 39 <¿>g6) 39 2xd5 Sdl 40 «g6 2xd5 b2! 43 Hb5 Hc2! (43 ... ®g7? 44
d3 41 &f6 &e8 42 g6 + - (Fine). Hxb2 Hg3+ 45 ‘é’xfo Hxg6 46 ¿?e5! +-
Fridshtein) 44 Hb7 <¿?g7! 45 d5 (45
Sin embargo, el maestro V. Goldin sugi­ <á?xf5 <á?h6! =) 45 ... Sg2+ i 6 <á?xf5
rió una defensa más tenaz: 36 ... a6! Hc2! (tampoco pierde 46 ... .b.6) 47
(‘64’núm. 5, 9/1998). Para intentar ga­ cl6 (47 íbeó «xg6 =) 47 ... 2lc5+! 48
nar, hay que jugar con la máxima preci­ <á?c4 (48 £e6 Sc6!) 48 ... Lc6! 49
sión: 37 g6 b5! 38 axb5 (38 a5 b4 39 Sxb2 (49 d7 Sb6!) 49 ... «xg6 50 d7
<á?g5 b3 40 Sh8+ <á?g7 41 Sb8 Sg3+ 42 Hd6, y tablas de nuevo.
<¿>xf5 He3! = Goldin; o bien 38 '¿’gó b4,
pero no 38 ... bxa4?! 39 Sí7+! ‘¿’gS 40 ¿Sensación? Zaitsev descubrió el mo-
Hf6) 38 ... axb5 39 <á?g5 b4 40 Sf7+! do de g: .mar en una variante “margi-
‘¿’gS!, y después 41 Hxf5, o 41 2d7. Sin nal”: 37 «h5! b5 38 «g6! bx 11 (38 ...
embargo, el maestro Plisetski descu­ <á?g8 39 «f8 40 SÍ7¿- «g8 41
4-
bJD

brió la forma de hacer tablas, según de­ Sf6!; 38 39 Sh8+ «e7 40 d?xf5
muestran las siguientes variantes: b3 41 Sb8 «f7 42 a5 + -) 39 «xf5 a3
1) 41 fixf5 Hg3+! 42 <á?h5! (42 <±>f6?! (39 ... c6? 40 «f6; 39 .. c6 40 'Se5 a3
04

41 Eh3 a2 42 2a3 43 Sxa6 5f2 44


u

Hg4! -) 42 ... Hf3! (Una idea de estu­


dio; 42 ... Sh3+! 43 ¿g4 b3!! Pervakov) fu '¿’17 45 Ea7 Ee2+ 46 &xd5 2c2 47
43 d?g4 (43 Hxd5 Hxf4 =) 43 ... b3!! ¿?e4 <á?c7 48 c!5 + -) 40 Eh6 a2 41 2xa6
(¡un tiempo importante!) 44 Hxd5 b2 2c2 42 «e5 ¿?f7 43 <¿>xd5 212 44 <¿>e5
45 Hb5 Sf2 46 Sb7 <¿?g7 47 <¿15 <á?h6! 5e2+ 45 &f5 2Í2 46 Za7 + -. ¡ Esta es la
belleza inagotable del ajedrez!
l¡ *1

37 g6! xf4+ 38 ég5 e4

La única posibilidad. “Si 38 ... Zxd4,


entonces 39 «f6 <¿?c8 (39 ... «g8 40
Sd7 y mate) 40 “xc7 2xa4 4 ' g7 2g4
42 Exa7, ganando la tone con 43
gS'S's- ÍXxg8 44 fía8+ s£>d7 45 Zxg8.
Las negras no lograron explotar sus
peones pasados v separado'-” (Spiel-
Diagrama de análisis mann).

308
José Raúl III

101
E. Bogoljubov-J.R. Capablanca
Nueva York 1924, 9a ronda
Apertura de Peón Dama (D05)

1 d4 ¿Lf6 2 ®f3 d5 3 e3 e6 4 A.d3 c5 5


b3 &c6 6 0-0 áid6 7 JLb2 0-0 8 ^bd2
Es más preciso 8 a3! We7 9 £}e5, sin
permitir la operación de cambio y con­
servando cierta iniciativa.
8 ... We7!
39 <¿f6! Amenaza tanto 9 ... e5 como 9 ... cxd4
10 exc!4 Aa3!
US

Pero no 39 <¿>xf5?
9 ^e5 cxd4 10 exd4 Aa3!
39 ... <4>g8 40 fig7+! <¿h8 41 fixc7 Se8
42 <á>xf51 Simplificando ventajosamente la posi­
ción y debilitando el flanco enemigo.
“De nuevo, lo más sencillo. 42 <¿f7 no Esta acción demuestra la visión ajedre­
hubiera sido desastroso, debido a cística de Capablanca, ¡que abarca to­
42 ... d8, etc” (Alekhme). do el tablero!

e4 11 .Txa3
42 ...
También es posible 11 Wcl!? £xb2 12
42 ... a6 43 Sa7 b5 44 a5 +-. Wxb2 &d7 =. Por el momento, las
blancas no las amenaza nada terrible,
4^

43 ¿>f6! <¿>65 fig4 45 g7+!


+

pero las negras, sencillamente, tienen


<4>g8 ya una posición cómoda.
También es desesperado 45 ... Kxg7 11 ... Wxa3 12 u4df3 £d7 13 &xc6
46 Sxg7 <á?xg7 47 ¿>xd5 ¿>f7 48 <á?c6 41xc6 14 Wd2?!
<áe7 49 cl5 <¿>d8 50 <¿>67 + -.
Según Alekhine, “aquí 14 Wcl Wb4 15
46 fixa7 ®d2 ®b6 16 £>e5 era claramente prefe­
rible”.
Más preciso que 46 'á’xdó?! 14 ... Eac8
erq

284
O bien 46 ... fig5+ 4/ <5x16 y <¿c6.

47 <¿xd5 48 <á?d6 fic2 49 d5 fie


50 fic7 fi 51 <¿>c6! Sxa4 52 d6
Las negras se rindieron. ¡Un final cla­
sico!

De todos modos, al finalizar la pri­


mera vuelta, Capa sumó 4 de 5, incui­
da una victoria sobre Bogoljubov. Co­
mentaré también aquí esta famosa
partida, para mostrar las respectivas 15 c3?I
fuerzas del campeón y de uno de los “¿Con qué fin? Aquí podría haberse
aspirantes al trono, así como el nivel jugado de inmediato 15 £}e5” (Ale­
de comentarios de la época. -y khine).

309
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

El subsiguiente juego de Bogoljubov de 17 ... dxc4 18 bxc4, las blancas tie­


nos recuerda lo mucho que ha progre­ nen peones colgantes, pero éste es ur
sado el ajedrez profesional. Hoy nadie arma de doble filo, y ambos bandos tie­
puede imaginar que un gran maestro nen posibilidades.
entre los diez mejores del mundo (o 17 ... £xd3 18 ¿Md3 c7
quizá ¡incluso entre los cien mejores!)
pueda perder una posición así, con Comenzando el asedio del eón c3.

T5
blancas, ni siquiera contra el campeón 19 Had Hfc8 20 2c2 ¿Le8! 21 Efcl
del mundo. Sorprende comprobar la ¿Ld6
diferencia que entonces había entre los
gigantes del momento (Lasker, Capa- Ahora las blancas tienen problemas: no
han realizado tiempo el avance c3-c4

rt
blanca, Alekhine...) y el resto de la eli­
y se han qued; ido con una debilidad
te. ¡Bogoljubov pierde, literalmente, en
diezjugadas! crónica.

15 ... a6 22 ¿M5?!
“El caballo no tiene nada que hacer en
Alekhine le concede un signo de admi­
e5. 22 M5 ! (si 22 . .. b6 ó 22 ... e5, 23
ración a esta jugada: “¡Excelente! Tras
¿M4, etc.) habí dificultado al opo-
el cambio de alfiles, las blancas no pue­
nenie beneficiarse de su ve nilaja posi-
den evitar prácticamente que el caballo
cional” (Alekhine). Creo qu e la res-
logre nuevas e importantes casillas de
puesta correcta habría sido 22 ... 4hb5!
ataque”.
Pero, en mi opinión, era mejor 15 ... 22... ^Ba5! 23 a4?
^a5!? 16 a4 (si 16 ¿Le5, entonces 16 ... Un debilitamiento decisivo: ¡las blan­
Jfb5!) 16 ... ■Le 4 17 .&xe4 dxe4 18 Le5 cas ceden en todo! Era realmente mc-
jor
OI
CC

Jfd5 19 b4 W'd8 20 a5 f6 21 Lg4, con ¿M3.


un juego bastante complicado, aunque 23 ... Wb6! 24 ¿M3?
es posible que las negras estén ligera­
mente mejor. La posición blanca, por supuesto, ya es
mala, pero ¿por qué abandonar a los
16 Le5 ±b5 peones? 24 Sb2 &f5 25 Zcc2 i6 26 ¿£>g4
e5, etc., era, no obstante, más tenaz.
24 ... Wxb3 25 ¿M5 m>6 26 5b2 '^a7 27
Wcl b6 28 ¿M3 Hc4 29 a5 bxa5 30 ¿M5

¿M5 31 2e2
i’.-/'
Permitiendo un remate espectacular.
EAJ 31 ... Lxd4! 32 cxd4 H8xc5!
Las blancas se rindieron.
AO El desenlace de Nueva York 1924
§3 fue increíblemente dramático En la se­
gunda vuelta, Capablanca derrotó a
Lasker y ¡sumó 8,5 puntos de 10! Pero
Lasker, a pesar de su derrota, también
¿Para qué? “Después de 17 Jfxb5 axb5, sumó 8,5 de 10, conservando el primer
la apertura de la columna a hubiera fa­ puesto, por delante de Capablanca,
vorecido a las negras” (Alekhine). Pero Alekhine y Marshall, exactamente co­
por alguna razón, ninguno de los co­ mo en San Petersburgo 1914.
mentaristas mencionó una jugada que Desplacémonos ahora a Rusia, para
actualmente hubiera realizado el se­ pasar revista al primer torneo internacio­
gundo de cualquier maestro, 17 c4! nal de Moscú 1925. Este evento fue un
¡Sencillo y hacia el centro! Sí, después grandioso proyecto. Los diez mejores

310
José Raúl III

ju gado re ■s soviéticos, encabezados por £ibd7, no consiguió nada (aunque al fi­


el cam ?ón del país, Bogoljubov (que, nal ganó de forma espectacular, logran
a di c icia de Alekhine, no había lo-
j
do así el primer premio de belleza).
grado emigrar) contra 11 destacados
5 ... cxd4 6 <50x04 7 ¿Lc3 ,&c5
jug; idor es extranj eros, ¡ cncabczados
por ablanca y Lasker! Es sabido que después de 7 ... Ac7, es
Durante aquellos días, en Moscú desagradable 8 e5 £jd5 9 'S'g4, mien­
existí un verdadero boom ajedrecístico.
7-J

tras que si 7 ... e5, entonces 8 íidbo


¿Repetiría Capablanca su triunfo de Wxdl+ 9 <¿?xdl ¿AaG 10 ¿<c3!, y después
Londres, o sería de nuevo superado ele 10 ... ¿&g4, 11 ,6.xa7! Exa7 12 £xa7
por un Lasker eternamente joven? Su 4Lxí2^ 13 *c2 ^xhl 14 ¿Axc8 ¿c5 15
duelo inicial finalizó en tablas. A conti­ Hxhl 0-0 16 JkxaG bxa6 17 ¿La4 -l-
nuación. sin embargo, Bogoljubov, con
8 de 9 contra los maestros soviéticos, a 8 £.e3 £>bd7?I
los que conocía muy bien, se interfirió Bogoljubov invita a su oponente a sacri­
inesperadamente en la disputa de los ficar pieza, dado que, según su propia
reyes. Mientras tanto, Capa hacía tablas admisión, “tras larga reflexión, pensé
y rara vez gastaba sus energías. El día li­ que no podía encontrar ya una defensa
bre viajó a Leningrado, donde dio una
adecuada para las negras (¡tal ora en­
exhibición de simultáneas (donde, por
tonces el nivel de la teoría, fuera del
cierto, perdió ante el niño de 14 anos, Gambito de Dama clásico!): 8 ... e5? 9
Botvinnik, ¡en su primer encuentro!) £}db5, 8 ... ¿Ac6? 9 ¿Axc6 ®xdi+ W
Como consecuencia, tras sufrir sendas
Sxdl +- 10 ... ,&xc3? 11 fíd8++), <8 ...
derrotas sensacionales ante Ilvin-Zbc-
.¿•.xd4 9 .fi.xd4 0-0 (o bien 9 ... ¿Lcü) 10
nevsky y verlinsky, se quedo muy detrás
.S.c5!, o aún 8 ... 0-0 9 0-0 £bd7 10 ^c2
del líder ; Bogoljubov.
¿Acó 11 Efdl!, con evidente ventaja de
artida entre ambos tuvo lucrar o las blancas.
tres ron das antes del final. Capablanca
se encontraba a dos puntos de distan- Pero después de 8 ... 0-0, Capablanca
cía y so.o le quedaban dos partí sugirió 9 e5 <$jd5 10 Axd5 exdó 1 1 0-0,
■-y

correspondía descansar en la ultima “con clara ventaja de las blancas”.


ronda), r.l campeón decidió jugar con
intensidad e incurrir en riesgos inhabi­ 286
tuales.Era prácticamente imposible al­
canzar :: Bogoljubov, pero... ¡se jugaba
su 'csdgio!
O.

102
J.R. pablanca-E. Bogoljubov
Aíoír 925, 19a ronda
Gambito de Dama (D21)

1 d4 da 2 c4 c6 3 4bf3 dxc4 4 c4 c5?!


9 JÍLxeG!
En la anualidad se considera aceptable
4 ... b5. “Considerándose obligado mora!men­
te a ganar a toda costa, Capablanca rea­
5 jLxc4! lizó cstajugada casi sin pensar” (Bogol­
¡ ronda, Capablanca había ju- jubov). ¡La intuición de Capa no le
gado 5 do contra Zubarev, pero des­ falló! Después de 9 ü-0 0-0 10 «e2 We7
pues de 5 ... cxd5 6 cxdó £>f6 7 ,¿\xc4 ero no 1 0 ... ¿Lg'4? 11 ^xg4 £ic5 12
¿d6 8 0-0 0-0 9 íl 5 £.g4 10 £c3 ^xc4 13 <$2jxc6 ¿xe6 14 Jlxc5), la

311
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

iniciativa de las blancas iría desvane- 12 ... Wb6? 13 <bxg7+ &Í7 14 £d5 +-

O
CA
ciendo poco a poco. 12 ... g6 13 <2kl5! ¿Lxd5 14 exd5 y W + -
9 ... fxe6 10 45xe6 ®a5?! o bien 12 ... 2g8 13 £d5 fib8 14 b4
»'a3 15 &ec7+ <±>d8 (15 ... &Í7 1(
Según Bogoljubov, 10 ... Wb6 “le habría Wh5+; 15 ... &f8 16 e5) 16 e5 &xd5 L.
dado a las negras la posibilidad de lo­ Wxd5 ©xe3+ 18 <á?hl fih8 19 c6 + -.
grar la igualdad”. Después de esto, Ca­
pa indicó una espectacular variante ga­ La computadora examina la más tena:
nadora, al estilo de los viejos maestros: 12 ’... 's'e5 13 £xg7+ &d8!? (13 ... «¿>f
11 Íhxc5 4bxc5 12 0-0 (amenazando 13 14 fif5 We7 15 5ád5 ^xe4 16 fif4 We:
75a4) 12 ... ®c6 13 fiel (13 £5d5? 17 £jh5 +-) 14 Sf5 ^e7 15 c5 2>e8 1(
55cxe4, o bien 13 ... <5be6!? 14 fiel Wd7: 4bd5 'e?xg7 17 c6 <!¿5c5 18 'S'd4 4513+ 11
Lasker) 13 ... <53cxe4 14 4bxe4 Wxe4 15 fixf3 exd4 20 c7+ -¿>d7 21 exd4 fig8
fiel! (15 Ac5 Wd5!) 15 ... <¿>17 16 fic7+ con un desenlace confuso tras 22 SIS?'.
<¿>gó 17 Jkd4 W4 18 Hee7! fid8 (? -C. fig5 23 2xc8 ‘¿’xcS 24 55c7+ <á?xe7 25
K.) 19 Hxg7+ «¿>h6 20 fixh7+! &xh7 21 45xa8 áLd7. Pero 22 Sel! pone las cosa.'

OI $ 3

OI
fixh7+! <¿>xh7 22 Wh5+ <¿>g8 23 1S,g6+ en su sitio: 22 ... fig6

: 'O
£f6+) 23 fifS Sc6 24 2 id

•□
<á?18 24 JLc5+.
b6 26 fixeS é>xe8 27 Sxh7 + -.
Sin embargo, incluso sin una computa­
dora está claro que, tras la sencilla 18 ... 13 6?b3
fig8!, las blancas no pueden ganar. Por 13 S15?! ^b6!
ejemplo: 19 Jfe3 ®b4 20 fic5 ^.15, etc.
Por consiguiente, después de 10 ... 13 ... L’gG
^bó hay que buscar otros caminos: Si 13 ... '£?b6, las blancas ganan con 14
1) 11 <$5xg7+ ‘¿’17 12 <551(5, con un peli­ <$5g5+ ^>g6 15 Wf7+ é’xgS (15 ... <¿>h6 16
groso ataque: 12 ... ^xb2 13 fiel ,&b4 £5e6) 16 '®'xg7+ <¿?h5 17 215-r.
14 .&d4, o bien 12 ... Jfxe3 13 ^5xe3 14 fif5!
Wxb2 14 fiel &c5 15 0-0.
“Es probable que también ganase 14
’2) 11 (Lxc5 <55xc5 12 fiel! parece ser lo fifi, pero la textual es mejor y debería
más exacto, y ahora: haber producido un rápido desenlace”
2a) 12 ... 0-0 13 &d5! Í5xd5 14 ®xd5+ (Capablanca). No es así: 14 213? habría
£e6 15 ^xc5 ^xb2 16 0-0 Jfxa2?! (un tirado por tierra la victoria: 14 ... <$5c5
poco mejor es 16 ... Wxa2 17 ®e5) 17 15 Sg3+ '¿>h6 16 <?5xg7 ^b6! (pero no
£d4 ^b3 18 ±xg7! <¿>xg7 19 Brg5+ 16 ... Hg8?.l7 fifi! fixg7 18 Lxf6+ fig6
<¿>h8 20 ÍFe5+ <¿g8 21 Hc3 + -. 19 'cí'gS! 'S'c5 20 h4 'S'e? 2l 2gxg6+
hxg6 22 Wh8+ Wh7 23 ^e8 Wc7 24 fifB
2b) 12 ... -Ld7 13 0-0 Wa5 14 b4! ®xb4 &h5 25 Hh8+ &g4 26 ^b5 -r -) 17 fifi
15 <55d5, o bien 12 ... áLe6 (12 ... Ag41? 's'xb3 18 Sxf6+ (18 axb3 218) 18 ...
13 13 Jfe6 14 0-0) 13 0-0 fid8 14 £k!5 (bg6, etc.
<?5fxc4 15 Wh5+ g6 16 ^e5 fixd5 17
Wxh8+ <¿>d7 18 13 £5d6 19 'a'c3 + -. 14 ... Wb6
Por supuesto, estas variantes no son, en Si 14 ... £5e5, entonces 15 - ¿5d5! Por
absoluto, exhaustivas, pero bastan para ejemplo: 15 ... £)xd5 16 fixed ¿Lxeü 17
Hxe6+ <$5f6 18 e5; 15 ... <É>h6
o

demostrar que, en caso de 10 ... ^b6, xea


las blancas tendrían que exhibir unos 4hg4 17 £5ec7, o bien 15 ... jkxe6 16
excepcionales recursos para justificar &í'4+ <±>h6 17 Wxe6 + - (17 ... fihe8? 18
su agudo sacrificio. fih5++!
11 0-0! ¿_xe3 12 fxe3 <¿>f7 15 ¿Lf4+ <á?h6
“Las negras no tenían nada mejor contra Un momento importante y extraordi­
la doble amenaza <25xg7+ y 45 d5” (Bo­ nariamente instructivo para el futuro
goljubov). Esto es absolutamente cierto: aspirante al trono.

312
José Raúl III

287 3) 16 ... g6 17 59c6! 'BxeS-t (17 ... Hg8


18 2f3!) 18 <á?hl, trasponiendo a la va­
riante anterior, aunque también es
aceptable 17 g4I? ®xe3+ 18 <¿>g2! gxf5
(18 ... 59xc4 19 &c6!; 18 ... &xg4 19
Hh5+ gxh5 20 Wxh5+ <á?g7 21 ®xg4+
éíB 22 &e6+ &c8 23 eh5+ &c7 24
59d5+) 19 g5+ &xg5 20 ©g7+ d?xf4 21
Efl+ C?e5 22 We7+ <á?d4 23 Sdl+ <¿>c4
24 We6+ 'á’cS 25 b4+ d?xb4 26 Wb3+
'á’cn 27 ^b5++ (Capablanca). Me gus­
taría añadir 18 ... !Fd2+ 19 ¿hl 55xg4
16 g4? (19 ... gxf5 20 g5+ <á?xg5 21 ^g7+ d?xf4
Suena la alarma. Incapaz de resistir la 22 Wg3++) 20 Hh5+! gxh5 21 ®xh5+
tensión, Capablanca comete un desliz. A>g7 22 ©xg4+ <á?fB 23 Wf5+ <á?e7 24
Y, sin embargo, la felicidad estaba tan Wg5+ d?f7 25 £cd5 + -.
cerca... 16 't^f7!, con la amenaza Sh5+ y 16.. . g5!
mate. “Por supuesto, el campeón del
mundo vio esta natural jugada de ata­ Una réplica inesperada, que fuerza el
que, pero no se molestó en calcular las cambio de damas. El ataque de las
difíciles v complicadas variantes de ella blancas se estanca y ahora deberán
derivadas, decidiendo que debía ganar­ pensar en salvar la partida.
se de forma más sencilla, con la jugada 17 ®xb6!
de la partida” (Panov).
Es fácil ver que todo lo demás es peor:
¡De nuevo esa inclinación a la simplici­ 17 ^f7? Ef8!, 17 ¿Lb5? ¿Lc5, 17 Y?c4?
dad! Las variantes que podrían produ­ 59xg4 18 5Md5 Bxb2, y si 17 ®dl? ó 17
cirse tras 16 Y? 67! no son, en realidad, h4?, entonces 17 ... ’f7xe3+ 18 d?fl gxf4,
difíciles ni complicadas. Veamos: etc.
1) 16 ... g5 17 <5be6! 2g8 (también es
17.. . axb6 18Edl!
desesperado 17 ... Sxe3+ 18 !¿>hl) 18
Ef3 g4 19 Sxf6+, con rápido mate, aun­ “Aunque las negras tienen una pieza de
que la sugerencia de Bogoljubov tam­ ventaja, se encuentran en dificultades
bién lleva a lo mismo: 17 Hxgo!? ®xe3+ para salir de esta posición sin graves
18 <á?hl d?xg5 19 'S'g7+ <±>xf4 20 2fl + pérdidas” (Capablanca). Tras haber fa­
<á?e5 21 ee7+ <á?d4 22 2dl+ <¿?c4 23 llado en un terreno fácil, ahora el cu­
'e?e6+ <¿?c5 24 b4+ Ú?xb4 25 ^b3+ '¿‘cS bano comienza a jugar con mucha agu­
26 'S'bó-H-. deza, “pescando en río revuelto”, diría
2) 16 ... '»'xe3+ 17 <á?hl g6. Aquí Panov yo, al estilo de Tal. 18 55fd5?! 55xg4 19
recomendaba 18 2xf6 <59xf6 19 Wxf6 h3 55ge5 20 Edl £9g6, etc., era dema­
siado deprimente.
2e8 20 ¿Acd5 W (pero no 20 ...
21 r¿fg7 22 fof6 23 ^xe8+

^xe8 24 Hel: G.K.) 21 h4, “con ataque


ganador . Pero después de 21 ... ,&cl7!,
A
no hay nada que se parezca a eso.
Por otra parte, las blancas ganan sin di­
ficultades tras 18 59e6! 2g8 (18 ... £lh5
19 g4; 18 ... gxfo 19 ég7+ 0?h5 20 ASAS
55e2!) 19 >Ud5 (19 Ef41? g5 20 Ef3)
19 ... ^'xe4 20 Exf6 59xf6 21 59xf6 rcr- ■ ’

Wxe6 22 ¿Lxg8+ d?g5 23 ^xh7 ^c2 24


®h6+ <á?f5 25 m+^gñ 26.Sfl + -.

313
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

18 ... Sg8? 23 Sh3+!


Bogoljubov quiere ganar cómodamen­ Pero no 23 £fo?!, debido a 23 ... d?g6
te. Después de 18 ... gxf4 19 g5+ £g7 (23 ... Sg6? 24 Sh3+ Qg4 25 <d?g2) 2'
(pero no 19 ... d?g6? 20 Sd6) 20 gxf6+ £xg7 '¿-xg7 25 e5 £g4 26 e6 £de5, etc
£xf6 21 Sg5+ (21 Sxf4? Sa5!) 21 ... 23 ... d?g4 24 Eg3+
<¿>f7 22 exf4, las blancas, como dijo Ca­
pablanca, “tendrían que luchar duro 24 <±>g2? Sxe7.
para lograr unas tablas”. Por ejemplo, 24 ... <±>h5 25 £f5!
después de 22 ... h6 23 Sb5 (23 2g3
Las blancas disponen ya dejaque perpc
£h5) 23 ... Sg8+ 24<á?fl.
tuo, ¡pero Capa está ansioso por creai
Pero aún era más fuerte 18 ... 2a5! 19 una obra maestra! Más flojo es 25 £cdr
£fd5 (19 £h3 £xg4) 19 ... £xg4 20 Hxc (25 ... £xd5? 26 Sh6+!) 26 £xe)
Sdfl Se8 21 b4 Sa3 -+. Creo que Ale­ Sx 27 £xc8 £xe4 28 Sxci7 £xg3 2f

re
khine hubiera encontrado el camino hxg3 ©gá, con probables tablas.
correcto en estas complicaciones, y que
no habría perdonado a las blancas g6
errores como 16 g4? Otro momento clave. “La posición c;
muy interesante. Las negras se encuen­
19 £fd5! £xg4? tran en una red de mate, pero remata]
Los errores vienen a pares. Las negras la faena es muy difícil” (Capablanca).
decidieron que, tras el cambio de da­
mas, ya no puede buscarse el mate, y 289
dejan demasiadas piezas blancas en la
vecindad de su rey.
“Si 19 ... Sg6, entonces 20 £e7 £c5
(21 ... %g7!?: G.K.) 21 Sd8!, etc” (Bo­
goljubov). Pero la simple 19 ... £xd5!
. habría obligado a su rival a luchar por
las tablas: 20 Sfxd5 (20 Sdxd5?! £f8 21
Ef6+ £g6 22 h3 Sa6; 20 exd5?! EÍB 21
¿O

Edfl Sxf5 22 Hxf5 <á?g6) 20 ... £f6 21


Sd6 Sg6 22 h3 b5 23 2b6 £xg4 24
Sxg6+ hxg6 25 hxg4 b4 26 £d5 Sxa2
26 £e7?
27 £xb4 (pero no 27 ¿2hf6?l <á?g7 28 e5
Hxb2), o bien 20 £xd5 £c5 21 Ef6+ En mutuos apuros de tiempo (el con­
■á?g7 22 Sdfl £xg4 23 Sf7+ <£>h6 24 trol era en lajugada 30), las blancas tra­
£f6 Jle6 25 £xg8+ 2xg8, etc. tan de ganar tiempo en su reloj, repi­
tiendo jugadas, pero dejan escapar una
20 £e7! victoria de problema, señalada más tar­
Inesperadamente, el ataque blanco se de por Capablanca: 26 Sh3+! d?g4 27
<¿>g2 (amenazando 4¿5dl y £í2++) 27 ...
reaviva con fuerza renovada.
£xe4 28 Sd5! £xc3 29 Eh4rí! gxh4 30
20 ... Sg7
£h6+ Sxh6 31 h3++, o bien 27 ... £c5
Quizá la mejor defensa sea 20 ... Eg6!? 28 £h6+ (28 &e7!? 29 lixgó lixgó
21 £xc8 £c5 22 £xb6 Sxb6 23 Sxc5 30 &J3!: G. K.) 28 ... SxhG 29 Sxh6
Hxb2, con posibilidades de tablas. £cxc4?! (las negras pierden también tras
29 ... £/t5 30 ZdS! &h4 31 ..<2: G. A’.)
21 Sd6+ <±h5 22 Sf3!
30 £xe4 £xe4 31 Sd5 y 32 1.3++,
“Una jugada muy fuerte” (Bogoljubov).
26 ... g4?
22 ... £gf6 Tratando de evitar la repetición de posi­
Si 22 ... £ge5?, 23 Eh6+! ciones (26 ... 3g7 27 £f5) y para escapar

314
José Raúl III

con su rey de las amenazas de mate, las 2cc4 b5 37 2b4. “Una partida extrema­
negras cometen un error fatal. “La idea damente tensa” (Bogoljubov).
de no jugar la torre es, en sí misma, co­
rrecta, sólo que había que encontrar la A pesar de esta derrota, Efim Bogol­
jugada precisa: 26 ... ¿Lc5!” (Bogolju- jubov ganó el torneo, consiguiendo así
bov). Por ejemplo: el mayor éxito de su carrera y, a los ojos
del público en general, se convirtió en
1) 27 £jxg6 ¿Lfxe4 28 Ed8 <É>xg6 (28 ... uno de los principales aspirantes a la
£xg3? 29 £e7) 29 Hg2 (29 &xe4? corona del ajedrez. Mientras, Capa-
£}xe4 30 Sg2 Exa2!) 29 ... £xc3 (o bien blanca, a pesar de sus 8 de 9 en el tra­
29 ... £c6 30 Sxc8 Sxc8 31 &xe4 =) 30 mo final, sólo terminaba tercero, a me­
bxc3 <Yc6 31 2e8 <±>f7 (31 ... ¿Lc7l? 32 dio punto de Lasker.
Se7 2>d5 =) 32 Sh8 <±>g7 =. No obstante, como resulta evidente
2) 27 2f3 £icxe4 (después de 27 ... por la partida anterior entre Capablan-
£ifxe4, las negras tienen que afrontar ca y Bogoljubov, la diferencia de clase
28 2xg6' hxg6 29 Hf8 £xc3?? 30 Sh8+ en su juego era sorprendente. Bogolju­
<á?g4 31 Ag2, y 32 h3++) 28 ¿Lxg6 ¿Lxd6 bov era un fuerte jugador práctico de
29 Exf6 £>e8! (menos claro es 29 ... talento, pero en cuanto a su nivel de
£)f5 30 ¿Leó Sao 31 £c4 2c5 32 £xb6 comprensión posicional seguía siendo
£)xe3 33 If3! ¿Lc4 34 £e4 Sc6 35 un aficionado. Casi cada partida suya
£xc8 Exc8 36 Ef7) 30 SIS £e6 31 ¿Le5 con Capablanca terminó en fracaso. El
<¿’h6! v <¿?g7 =. resultado global de sus enfrentamien­
tos es de +5 =2, a favor del cubano'.
27 C¡xg6 r¿’xg6?I También era notablemente inferior a
“Si 27 ... hxg6, entonces 28 e5” (Capa- Alekhine (véase capítulo sobre el cuar­
blanca). Pero incluso así, en este caso la to campeón mundial).
victoria de las blancas es más difícil que Pero esto no le preocupaba a Bogol­
en la partida: 28 ... 4Le8 (28 ... £>h7 29 jubov. Cuando, a comienzos de 1927,
e6 Í5e5 30 ¿Ld5!; 28 ... ¿Lg8 29 e6 íhe5 los americanos le invitaron a participar
30 Hd8 £e7 31 Ee8 Ó55c6 32 c4) 29 He6 en Nueva York, en un torneo a cuatro
(29 Hd4!? &h6 30 e6) 29 ... £g7 30 2e7 vueltas con los seis mejores ajedrecistas
<¿?h6 31 3xg4 2a5 (o bien 31 ... b5 32 del mundo, en respuesta sugirió que
2h4+ ¿Lh5 33 Ee8 £b6 34 e6 <¿?g7 35 “en lugar de ese mediocre torneo, po­
e4, etc.) 32 2h4+ &h5 33 2c4 2c5 34 e6 dría organizarse un match Bogolju-
ójdf6 35 2xc5 bxc5 36 &a4 &g7 37 bov-Capablanca”. Y, naturalmente, fue
¿hxc5 £k!5 38 2d7 ¿Lb6 39 2d8 + -. reemplazado, por Spielmann, el vence­
dor de Semmering 1926.
28 2xg4+ <á?f7 Inicialmente estaba previsto que
Si 28 ... cbh5, 29 2g7! Ea5, y ahora tan­ “el ganador del primer premio en el
to 30 Cjc15 £)xd5 31 Exh7+ d?g5 32 match-torneo (o el segundo, si Capa-
2g7+ <e?li5 33 2xd5+ 2xd5 34 exd5, co­ blanca era el primero) sería declarado
mo 30 £e2 2g5+ 31 £g3+ <¿>h4 32 2f7! aspirante oficial al campeonato del
son buenas para las blancas. mundo”. Sin embargo, por entonces
Capablanca y Alekhine ya se habían
29 Ef4 Ag7 30 e5 &e8 puesto de acuerdo para disputar un
O bien 30 ... ¿Lg8 31 Ec4 (31 e6!?) 31 ... encuentro por el título, y la cláusula
Í5xe5 32 Sc7+Ad7 (32 ... W 3 2d8) mencionada se retiró a petición del as­
33 2dxd7+ £xd7 34 2xd7+ -á?g6 35 pirante.
Sxb7 + Nueva York 1927 hizo algo más
que restaurar el dañado prestigio del
31 2e6 ¿>c7 32 2e7+
campeón mundial, quien ganó los en­
Las negras se rindieron: 32 ... <á?g6 33 cuentros contra todos sus oponentes:
e6 ¿Lc5 34 2xc7 &xe6 35 2g4+ éffi 36 1. Capablanca 14 (de 20, invicto);

315
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

2. Alekhine 11,5; 3. Nimzovich 10,5; 4. puso a prueba 4 4Lf3 e6 5 ¿Le 2 c5 6 0-


Vidmar 10; 5. Spielmann 8; 6. Marshall 6. ¿Lc6 7 c3. Ahora es extremadament
Detengámonos en otra partida clási­ popular el esquema hiper agresivo
ca de Capablanca, que ilustra su asom­ ¿Lc3 e6 5 g4I? -¿LgO 6 vLgc2, con

cr
o
brosa superioridad sobre todos los des­ pude derrotar a Karpov (Lin arc
tacados grandes maestros de la época. 2001).
Su rival de turno, Nimzovich, se mantu­
4 ... £xd3 5 S'xd3 e6 6 £c3
vo durante mucho tiempo en el segun­
do puesto, pero cuando jugó su cuarta O bien 6 ¿Le2 'Bb6 (aún es mejor 6 .
partida con el campeón, en palabras de !Za5+! 7 Jud2 'S'a6, igualando) 7 0-
Tarrasch, “evidentemente, había perdi­ Wa6!, con juego fácil para las negra
do fe en sus principios, si es que no es­ (Duras-Nimzovich, San Sebastiá:
taba simplemente cansado, y perdió sin 1912, Atkins-Capablanca, Londi

’O
demasiada lucha”. 1922).
6 ... Hb6 7 £ige2 c5
“El camino más seguro era 7 ... ©a£
103 para cambiar damas, lo que hubiera ft
A. Nimzovich-J.R. Capablanca chitado las tablas” (Capablanca). Deí
Nueva York 1927, 15a ronda de luego, 8 2T4 (8 ©g3 u 8 ^h3, 8 .
Defensa Caro-Kann (B12) £>c7!) 8 ... '©xd3 9 ^xd3 Ski7 10 £c:
¿Le7 11 f4 íLf5 12 ¿Lf2 h5 conduce a uj
1 e4 c6 2 d4 d5 3 e5 final igualado, aunque creo que inclv
so aquí Capa hubiera tenido todas la
Como vemos, a Nimzovich le gustaba
opciones de ganar, debido a que ha
jugar 3 e5 (“buscando un puesto avan­
mucho juego por delante.
zado”), no sólo contra la Defensa Fran­
cesa (partida núm. 92). A finales del si­
glo XX, esta variante se hizo muy
popular. La causa de las negras le debe
una importante contribución a Karpov,
3... Af5
La respuesta más natural. El alfil se sitúa
fuera de la cadena de peones. En el
match-revancha Tal-Botvinnik (Moscú
1961), se jugó tres veces 3 ... c5 4 dxc5
e6, es decir, una Francesa con un tiempo
extra para las blancas. Pero no está claro
que tengan ventaja, de modo que esta
“dudosa” continuación es muy popular 8 dxc5 ¿Lxc5 9 0-0
(un ejemplo: Shirov-Kramnik, Wijk aan Las blancas pretenden controlar la casi
Zee 2001). Una interesante evolución de lia d4. 9 ^g3?! £e7! 10 ^xg7 Eg8 L
las ideas, ¿no les parece? ©xh7 ¿Lxf2+ 12 <¿41 ¿Ld4, etc. sería fa
4 Ad3 vorable a las negras.

Demasiado inocua. ¡Una vez más, los 9 ... íLe7


primeros pasos de la teoría! Las blancas “Con idea de situar un caballo en Í5 le
le facilitan a su oponente resolver final­ antes posible” (Capablanca).
mente el problema de su alfil y obtener
10 ¿La4
una sólida posición, con una flexible
estructura de peones. En una época Tal “Era de considerar 10 a3, forzande
intentó 4 c4, y también 4 h4 h6 5 g4 10 ... ^c6 (10 ... Wc7?! 11 íljb5!), que
^Id7 6 h5, y a finales de los noventa, se habría obstaculizado un tanto el piar

315
José Raúl III

de movilización de las negras. Por el


contrario, el agudo avance 10 b4 no le
habría reportado nada a las blancas,
después ele 10 ... Bxb4 11 £ib5 <£¡a6 12
¿La3 Ba5 13 Axc5 £)xc5 14 <55d6+ <¿>d7!
(14 ... *ÍB? 15 ®f3) 15 'Bg3 Hhg8 16
£}xf7 4bf5, con ventaja de las negras”
(Alekhine). Una vivida ilustración de
la imaginación de Alekhine, aunque
con 16 c4! las blancas tendrían buen
contrajuego.
Pero el sacrificio de peón, 10 b4?I es re­
16 g4?
almente más que dudoso. Después de
10 ... ¿,xb4!? 11 fibl Wa5, las blancas “Una increíble jugada, por parte de un
no obtienen ninguna compensación jugador de la clase de Nimzovich. No
especial. sólo le priva de posibilidades en el flan­
10 ... Bc6 11 £xc5 'Bxc5 12 £e3 'Bc7 co de rey, liberando a su rival de todo
13 f4 temor acerca de sus casillas negras, si­
no que también le garantiza a Capa-
“El puesto avanzado les está creando blanca plena libertad en el flanco de
problemas a las blancas, sin reportarle dama. Ahora la posición blanca está es­
ningún beneficio” (Tartakower). tratégicamente perdida” (Alekhine).
13 ... £f5 14 c3?I Se percibe un cierto complejo en Nim­
zovich, la sensación de estar psicológi­
“A causa de los puntos débiles en su po­
camente condenado. Además, él prefe­
sición, las blancas deben jugar activa­
ría la posición negra (¡el caballo en la
mente”, escribió Alekhine, y sugiere 14
casilla de bloqueo f5!), y quería expul­
fiad! <5jc6 (14 ... ¿hxe3!? 15 ¥3xe3 &c6
sar el caballo lo antes posible.
16 c4: G. K.) 15 &f2 h5 (75 ... 0-0!? 16
g4 Qyfe7: G. K.) 16 c4 (la recomenda­ Lo correcto, por supuesto, era la sim­
ción de Boleslavsky, 14 ¿f2! h5 15 fiad ple 16 Af2 h5 (si 16 ... 0-0, entonces 17
íbc6 16 c4, revierte a lo mismo) 16 ... g4 £}fe7 18 ¿,h4!? -las negras tienen un
dxc4 17 'Bxc4 0-0 18 fifdl, seguido de agujero en f6- 18 ... ®b6+ 19 <&hl
£}c3-e4, “y no hay peligro de perder”. ^Bxb2 20 JLf6, con ataque), y ahora,
Ciertamente, tras 18 ... fifd8 19 £)c3 bien la sugerencia de Alekhine, 17
2xdl+ 20 fixdl 2d8 21 'Be2 h4, las fid2, seguido de 18 fiel y c3-c4, bien el
probabilidades son equivalentes. gambito 17 c4!? £bb4 18 ^BaS (si 18
^Bd2 ^Bxc4 19 fiel, sigue 19 ... Bb5 20
14 ... ¿Lc6 15 fiadl?!
fic5 Ba4 21 Hc7 b6) 18 ... ®xc4 19
¿Qílé pretende hacer la torre en la co- £}d4!, con iniciativa por el peón, y el
lumna d? Las blancas deberían habe rey enemigo está retrasado en el cen­
jugado 15 jkf2! h5 16 fiad, preparan­ tro: 19 ... £}c6 20 4bxc6 Wxc6 21 fiel
do c3-c4” (Alekhine). 'Ba6 22 ®xa6 bxa6 23 Ec7. Aquí no hay
nada especialmente amenazador para
15 ... g6 las negras, pero tampoco las blancas
“En estas posiciones, suele ser mejor corren peligro.
retrasar en lo posible el enroque, a fin 16 ... &xe3 17 Wxe3 h5!
de obligar al oponente a contemplar
ambas posibilidades” (Capablanca). El “¡Brillante! Después de la respuesta ca­
campeón difiere, deliberadamente, si forzada de las blancas, todo su flanco
h7-h5, provocando la siguiente jugada de rey queda osificado, y entonces las
de las blancas. negras quedan libres para desplazar
o

317
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

peso de la lucha al flanco de dama” la partida “al toque”, menosprecian-

■ H
O
(Tartakower). cualquier posible contrajuego de su

o
rival.
18 g5
“También es favorable a las negras 18 23 Se2
h3 hxg4 19 hxg4 0-0-0 (19 ... g5!?), De repente, las blancas han \uelto a la
con las amenazas 20 ... g5 y 20 ... vida. Ahora surge la confusa opción 24
Hh4” (Alekhine). Pero ahora se enro­ f5!? exf5 25 e6.
can tranquilamente y ya puede decir­
se “el resto es cuestión de técnica”. 292
Sin embargo, esta evaluación sería un
tanto prematura, pues los recursos
defensivos de las blancas aún no es­
tán agotados.
18 ... 0-0 19 ¿Ad4
“Las blancas tienen un punto fuerte, pe­
ro carecen de libertad de acción” (Tarta­
kower). Poco cambiaría con 19 Hd2,
con idea de 2f3, b2-b3, h2-h3, <á?h2 y r

£lg3: las negras, en tal caso, sitúan su to­


rre en c8, la dama en a5, doblan torres 23 ... Ee8
en la columna c, retiran su caballo a e7 y
comienzan el avance de su peón b. La “Las negras estaban, obviamente, con­
clave es que el rey de las blancas está mal vencidas de que 23 ... Íjc4 24 Wf2
protegido, y una ruptura en el flanco de £¡xa31? era dudoso, a causa de 25 f5!”
dama hará que, antes o después, su posi­ (Alekhine). Sólo sería malo en caso de
ción se venga abajo. 25 ... exf5?l 26 c6 ¿Lb5 27 exi7+ <±>xf7
28 He6 Sc6 29 £xc6 ^xf2-r 30 <¿?xP2
49 ... Wb6 20 Hf2 Hfc8 <á?xc6 31 Sc3+ <¿>d6 32 ¿Le7. con ata­

“¡La columna del futuro!” (Tartakower). que, mientras que después de 25 ...
gxf5! 26 g6 £¡b5! (pero no 26 ... fxg6?
21 a3?l 27 Hg3 &c4? 28 Exg6+ Hg7 29 ^g3 + -)
Creo que también después de lo me­ 27 gxf7+ &xf7 28 ^h4 <xd4 29
jor, 21 2d3 'Ba5 22 b3!, las blancas no @xh5+ <¿’c7, las negras quedarían con
podrían resistir el plan 22 Hc7, 2ac8 ventaja.
y b7-b5-b4.
Me parece, por tanto, que a 23 ... ¿¿}c4?l
21 ... Sc7 22 2d3 &a5?! es mejor jugar 24 ^cl!, con juego de
doble filo.
Una seria imprecisión, pues la idea de
penetrar en c4 con el caballo resulta 24 <±>g2
esencialmente incorrecta. “Contraria­
24 io?! exf5 e6? fxe6 26 <Axe6?
ro

mente a su costumbre, Capablanca tra­


fíxe6 - +.
ta de ganar por medios combinativos, y
por esta causa pierde tiempo. Lo co­ 24 ... £c6
rrecto era 22 ... 7áe7 23 £fc!2 Hac8 24
Volvicndo al camino correcto.
's'íh ^a6, seguido de b7-b5, ^b6 y a7-
a5, y el desenlace de la lucha se decidi­ 25 Hed2?!
rá con el avance b5-b4, en conexión
“Mucho mejores posibilidades practi­
con ¿hf5” (Alekhine).
cas ofrecía 25 <-Axc6 'gFxc6! 26 Sd4 (pe­
La naturaleza del error de las negras es ro no 26 ^xa7? b6 27 ^Za6 Sa8). Pero
perfectamente comprensible. Su posi­ incluso aquí, con un juego preciso, las
ción era tan buena que Cobaya. condu- negras deberían ganar” (Alekhine).

318
José Raúl III

Eso no es así. ¡El cambio de caballos ha­ probablemente habrían respondido


bría facilitado la defensa de las blancas. 37 ... Wb3” (Alekhine). Y a continua­
25 ... Eec8 ción, b7-b5-b4.

25 ... £ 36 ... Ecxd4! 37 cxd4


o

26 Ee2 37 2xd4? 2e2.


26 &xc6! 37 ... Bc4! 38 d?g2 b5
26 ... ¿de7! “Las jugadas de peón tienen por objeti­
vo eliminar posibles blancos para el
¡Por fin! contrajuego enemigo. Esto es típico del
27 2ed2 2c4! método de pensamiento del gran maes­
tro cubano” (Alekhine).
“Una casilla mágica” (Tartakower).
“Comienza la fase concluyente de la 39 é’gl b4 40 axb4 axb4 41 ®g2 Bel!
partida, que Capablanca conduce con 42 <á?g3
claridad y confianza” (Alekhine). “Las blancas no disponen de buenasju-
28 Bh3?! gadas. Si 42.h4, entonces 42 ... b3, con
De todos modos, era mejor 28 Bf2. Z,ugzxuan¿' (Panov).

28 ... d?g7! 293


Preparando £>f5. “La consolidación
nunca estorba. Con asombrosa habili­
dad, Capablanca suprime todas las ten­
tativas de su oponente, obligándole a
continuación a bailar al son que las ne­
gras van a marcar. Las blancas carecen
por completo de contrajuego” (Tarta­
kower) .
29 Ef2?l
Era más tenaz 29 Bc3.
42 ... Bhl!
29 ... a5 30 2e2 £f5!
En el momento justo, las blancas se ven “La forma más rápida de lograr el obje­
obligadas a cambiar el caballo. tivo, privando a su asfixiado oponente
hasta de jugadas de rey. En esta partida
31 £)xf5+ ‘geométrica’, uno de los mejores logros
Si 31 Eed2, entonces 31 ... <Sáxd4 32 de Capablanca, no hubo esencialmente
Exd4 2xd4 33 cxd4 Bb5! 34 Bf3 Sel! lucha, sino sólo ¡la demostración de un
(Capablanca). teorema!” (Tartakower).
31 ... gxf5 32 Bf3 43 2d3
Era completamente malo para las blan­ También era desesperado 43 Wg2 (43
cas 32 Bxh5? Eh8 33 Bf3 2h4! Por Wf3 h4+) 43 ... Bxg2+ 44 2xg2 Exd4, o
ejemplo: 34 Bf2 Bxí2+ 35 2x12 2cxf4 bien 43 2e2 2xe2 44 Wxe2 Wgl +
36 2xf4 2xf4 37 2d4 2xd4 38 cxd4 d?g6 y Wxd4.
39 h4 <th5 40 d?g3 a4 41 &h3 f4 - +. 43 ... Sel
32 ... d?g6 33 2ed2 2e4! Con la amenaza Efl.
Centralización decisiva. 44 2f3 2dl 45 b3
34 2d4 2c4 35 Bf2 Bb5! 36 d?g3 45 d?h3 Sd2!, o bien 45 2b3 We4 46
“Si 36 5xc4 Bxc4 37 2d4, las negras Hxb4 2d3+ 47 <á?h4 Sf3.

319
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

45 ... Sel! 46 2e3 1927, reforzado por una espectacula


victoria sobre el aspirante, con las pie
Zugzwang. 46 h3 Egl+ 47 <¿’h4 Hg4++!;
zas negras. En una posición complica
46 ®d2 h4+!; 46 We2 ®gl+ 47 Wg2
da, desconocida, tipo Benoni Model
Wxd4; 46<¿>h3 Hc2!
na, el campeón exhibió un profundí
46... Sfl! conocimiento del ajedrez y explotó es
Las blancas se rindieron debido a 47 pléndidamente los errores de su rival
®e2 Wgl+ 48 '¿’hS Hell! “Por esta par­ “Como consecuencia de mi pobre jue
tida podemos suponer que Capablanca go”, escribió Alekhine, “el valor de est;
había leído atentamente Mi sistema, ¡y partida es igual a cero, pero su impor
que utilizó las teorías expresadas con­ tancia psicológica -nó para el perdedor
tra su propio inventor!” (Keene). sino para el público en general- fue
enorme. No hay duda de que por esté
Así, durante los seis años que duró causa, el 95% de los críticos considera
su reinado, el cubano sólo perdió tres dos competentes se dedicaron a con
partidas, mientras ganó, con envidiable vencer al mundo el ajedrez de que nc
facilidad, más de cuarenta (exactamen­ habría lucha, de que sería, pura y sim
te, +42 =38). Se diría que nadie podía plemente, un desastre”.
cuestionar su supremacía. Spiclmann, por ejemplo, declare
“Hablar acerca de Capablanca signi­ que Alekhine no ganaría ni una sok
fica plantearse la cuestión de qué su- partida. “En la forma que exhibió Ca­
percualidades debe poseer un moder­ pablanca en Nueva York, ¡es invenci­
no jugador de ajedrez para convertirse ble! Creo que permanecerá en el tronc
en campeón del mundo”, escribió Tar- durante mucho tiempo”.
takower. “En respuesta, podemos men­ Aparentemente, el propio Capa-
cionar dos puntos: 1) la renuncia vo­ blanca también creía lo mismo. Por
luntaria al predominio de la industria, otro lado, tenía una importante venta­
en favor de la técnica; 2) la introduc­ ja a su favor: aunque el vencedor sería
ción de algunos nuevos principios en el el primero que ganara seis partidas
-juego, que en el caso de Capablanca (sin contar tablas), con el resultado 5-5
podríamos dictaminar como la concre­ el encuentro se consideraría finaliza­
ción de la estrategia general enjugadas do en empate, y el campeón retendría
individuales (¡el principio cinemato­ su título. Aquí nos viene a la mente
gráfico en ajedrez!)”. una declaración muy conocida, que
Alekhine realizó antes del match: “Me
El match de Buenos Aires, he preparado concienzudamente para
según Capablanca la batalla, pero aun así no puedo ima­
ginar cómo podré ganarle seis parti­
El Capablanca-Alekhine (Buenos das a Capablanca. Sin embargo, toda­
Aires 1927) ocupa un lugar especial en vía me resulta más difícil imaginar
la historia, como un duelo entre dos cómo podrá ganarme él seis partidas a
genios del ajedrez, en la cumbre de su mí”. Capa no lo necesitaba. Con cinco
fuerza y en la plenitud de su talento. victorias le hubiera bastado, pues en
Por consiguiente, lo describiré dos ve­ tal caso el match sólo se hubiera pro­
ces, primero desde el punto de vista del longado para definir la distribución
perdedor, y luego, naturalmente, en el del premio.
capítulo acerca del vencedor. En la actualidad, y debido a la in­
Capablanca estaba considerado el fluencia de mi primer duelo con Kar­
claro favorito. Eso se debía a que el re­ pov, los enfrentamientos ilimitados
sultado de sus confrontaciones previas tienen la reputación de ser excesiva­
con AlcKhine le favorecía, por +3 =7 mente prolongados y carentes de inte­
(sin contar dos partidas de exhibición), rés. Pero el match de Buenos Aires,
y por su reciente triunfo en Nueva York que se prolongó durante 73 días, no

320
José Raúl III

fue así, aun a pesar de la abundancia khine, con negras, y el debate de ella
de tablas y de la inusual monotonía en derivado constituyó el prototipo de las
la elección de apertura (de las 34 par­ futuras batallas teóricas en los encuen­
tidas, 32 fueron Gambitos de Dama). tros por la corona mundial.
Fue una lucha tremendamente tenaz, 7 ¿Ld2
nerviosa v tensa, con numerosos ata-
ques y contraataques de altura, con Es muy modesta 7 V.xf6 £jxf6 8 JLd3
maniobras posicionales modélicas y £b4 9 Wb3 dxc4 10 ,&xc4 0-0 11 0-0
una defensa rica en recursos. Tam­ Jkxc3 12 bxc3 b6 13 £e5 &b7 14 £e2
bién, como sí suele ser habitual, con c5 15 &c4 Wa6 16 Wb2 -&d5! 17 ^e5
errores dramáticos. ^c8 18 a4 <2bd7 19 c4 &e4 20 &xd7
Tengo la impresión de que, hasta ^xd7 21 dxc5 bxc5, con rápidas ta­
ahora, el contenido ajedrecístico de es­ blas (Capablanca-Ed. Lasker, Nueva
te match de gigantes no ha sido debida­ York 1924).
mente evaluado, algo que trataré de Más agudo es 7 cxd5 £ixd5 8 Wd2 _¿Lb4
remediar en la medida de mis posibili­ 9 Ecl (como, por ejemplo, en las parti­
dades, tanto con análisis humanos co­ das Bogoljubov-Alekhine, Alema-
mo de computadoras, a fin de cubrir a
nia/Holanda 1929, 12 partida, y Kas-
esta asignatura pendiente. parov-Smyslov, Vilnius 1984, 3a
El encuentro se inició con una sen­ partida), o bien 8 ... <5á7b6 9 ó.d31?
sacional derrota de Capablanca, ¡que (Alekhine-Euwe, Holanda 1935, 25a
jugó la primera partida terriblemente partida), pero no la inofensiva 9 <5^xd5
mal! Abrió el juego con 1 e4, obtenien­ Wxd2+ 10 &xd2 exd5 11 áLd3 a5 (Kar­
do por respuesta una Defensa Francesa, pov-Kasparov, Moscú 1984/85, 47a par­
a la que, de mala gana contestó con un tida).
insípido cambio en d5. Quedó efectiva­
mente perdido en 17 jugadas, aunque 7 ... .¿’b4 8 ®c2 0-0
la materialización de la ventaja sólo se Más tarde, el aspirante cambiaría a 8 ...
produjo en el movimiento 45. Capa no dxc4 -partidas núm. 106 y 125.
volvió a jugar 1 e4 y, a juzgar por lo que 9 ^.h4!?
pasó, seguramente tuvo razón.
Pero ya en la tercera partida logró Se diría que esta interesante respuesta
el campeón una bonita revancha y, a sorprendió a Alekhine, puesto que
continuación, después de una serie de pensó un largo rato. Entonces solía ju­
tres tablas, ganó fácilmente y con auto­ garse 9 Jle2, donde Bogoljubov res­
ridad la séptima. Esta partida es nota­ pondía 9 ... e5, mientras que más tarde
ble, no sólo por el maravilloso juego se puso de moda 9 ... c5!?
del cubano, sino también porque sirvió 9 ... c5
para comprobar el bajo nivel analítico
de los comentarios que siguieron. “Perdí la partida sobre todo porque es­
tuve tentado de responder 9 ... e5. In­
vertí mucho tiempo en sopesar todas
las complicaciones relacionadas con es­
104 te avance, y al final lo descarté. Des­
J.R. Capablanca-A. Alekhine pués de 10 dxe5 ¿Lc4 11 ¿Ldxe4 dxe4
Buenos Aires 1927 12 e6! £e5 13 exf7+ Exf7 14 0-0-0!, las
Campeonato Mundial, Match, 7a partida blancas conservan las mejores opcio­
Gambito de Dama (D52) nes” (Alekhine). Estoy de acuerdo en
que después de 14 ... Axc3?! 15 Wxc3
1 d4 d5 2 c4 e6 3 &c3 4 £tf3 &bd7 ®xc3+ 16 bxc3 ^.£5 17 Ed4, las blancas
5 &g5 c6 6 e3 ^a5 tienen un final favorable, pero es más
En Buenos Aires, la Defensa Cambrid­ fuerte 14 ... JH5!
ge Springs fue el arma principal de Ale­ 10 ¿Lb3 ©a4I?

321
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

“Un agudo sacrificio de peón. Después Wh4 1t7xc3+ 19 <¿>02 g5 20 'S'hC 'eZg7 21
de 10 ... Wc7 11 Ag3 Wc6 12 a3!, las Wxg7+ <¿>xg7 22 £d3 bxa2 23 Exa2,
blancas tienen ventaja” (Panov). La con un final algo mejor.
ventaja se habría evaporado, en caso de
12 dxc5 dxc4 13 jLxc4 <7ixc5 14 0-0 13 ... ¿Lxc3+?
^.xc3 15 ¿Lxc5 ^xc5 16 Wxc3 <2Ae4 =.
Curiosamente, a todo el mundo se le
11 ¿ xf6 4hxf6 olvidó 13 ... £xc5! 14 Sel! (14 0-0-0!?
No, por supuesto, 11 ... gxf6?! 12 cxd5 Soultanbeieff; no tenía sentido 14 Edl
exd5 13 ®d2. exdo 15 Hxd5?l Ju.e6, etc.) 14 ... &e4!
(se sugirió 14 ... exdo? 15 £}xc5 ^xc2
12 dxc5 16 Exc2 .&xc5 17 £lxd5), con inevita­
ble igualdad, tanto después de 15 jLd3
(15 Wxc4?? ¿.xc3+) 15 ... exd5 16 0-0
¿xc3 17 bxc3 Ju.e6 =, como de 15 dxe6
^Lxc6 16 £d3 Wxa2 17 J¿.xe4 .ixb3 18
£xh7+ <¿>h8 19 0-0 £xc2 20 £xa2
£.xh7 21 &xb4 Had8 22 Efdl Exdl+ 23
Hxdl Hc8 24 <s>fl a5 25 2>d3 Ec2 26 b3
Sc3.

14 bxc3 £)xc5

O bien 14 ... exd5 15 .$Ld3 Jl.e6 16 0-0


Hfc8 17 c4!
12 ... ¿Ae4?! 15 Edil
Entre la novena jugada y ésta, ¡Alekhi­
Al cambiar en c3, Alekhine probable­
ne pensó durante más de una hora!
mente esperaba 15 dxe6?! jLxc-6, omi­
Aun así, como suele suceder en estos
tiendo esta enérgicajugada, que conce­
casos, se desvió del camino correcto:
de a las blancas un peón extra y ataque.
1) 12 ... Wc6 13 a3 (13 cxd5 exd5 =) 13
... ^.xc5 14 cxd5 exd5 15 4bxd5 (15 15 ... exd5
Ab5 ^d6! =) 15 ... 'Bxdó 16 £xc5 b61?
(después de 16 ... 17 Wc4 'q'xc4 18 Si 15 ... Ed8, entonces 16 Ed4! '^a3 17
Jkxc4 Eac8 19 Sel Exc5 20 ^.xf7+ &xc5 'S'xc5 18 ±d3.
d?xí7 21 Exc5, las blancas están ligera­ 16 Exd5 £)xb3?!
mente mejor) 17 £¡b3 Jlf5 18 ®c4
^Ze5, con contrajuego por el peón. Es probable que 16 ... b6, sugerida por
2) 12 ... ^.xc3+ 13 ^xc3 &e4 14 ®d4 Lasker, sea ligeramente mejor, pero no
^b4+ 15 <¿>e2 e5! (peor es 15 ... ^xc4+ habría modificado en esencia la evalua­
16 <¿>el ^c2 17 £.e2) 16 Wxe5 '@xc4+ ción de esta posición: 17 Ed4! (17
17 <¿el ^b4+ 18 <¿>e2 =, o bien 14 Wa5 &e2? £e6=; 17 Ed2!?) 17 ... ^c6 18
^xa5+ 15 £ixa5 £sxc5 16 cxd5 exd5 17 ^xc5 bxc5 19 Eh4 15 20 Ac4^ <±>h8 21
Eacl, y la ventaja de las blancas es pu­ 0-0 .&b7 22 13 Sad8 23 Sf4, o bien 18
ramente simbólica. Ac4!? ^e6 19 Sh4 h6 20 £.d3 15 21 0-0
^.b7 22 13, en ambos casos con clara
13 cxd5?l ventaja blanca.
Un error que nadie ha señalado. Es 17 axb3 ^c6 18 Ed4
más preciso 13 ^Ld3! Por ejemplo: 13 ...
_&xc3+ (pero no 13 ... £íxc5? 14 ákxh7+ n puesto ideal para la torre.
c

<¿>h8 15 £ixc5) 14 bxc3 dxc4 15 áLxe4


cxb3 16 ¿,xh7+ <¿>h8 17 ^e4 ^a5! 18 18 ... Se8

322
José R.\úl III

295 Exb3 27 Wdl! (un importante matiz)


27 ... Ebb8 28 .&xe8. Por ejemplo: 28 ...
Wxh2 29 Sfl Exe8 (29 ... <S?xe8 30
Wa4+) 30 Wb3 Jfh3 31 Sh4! Wg2 32
Sh8+ <á?e7 33 Wa3+ <á?f6 34 Wd6+ Ee6
35 W4+ d?g6 36 Hxh3! Wxh3 37 £gl+
&h7 38 Wxf7 + -.
25 Ehl ®c7 26 ^b2!
Amenazando 27 Wa3+ d?g8 28 Jlh7+
<±>h8 29 Edh4.
26 ... Wc5
19 ¿d.3!?
Era interesante, en mi opinión, 26 ...
“Tras la pérdida de un peón, la posi­ <á?e7!? Después de 27 ^.d5! (27 ©a3+
ción negra se ha vuelto desesperada. <á?f6) 27 ... ±xd5 28 Sxd5 f6 29 ®d4,
Capablanca podía haber decidido el las negras siguen estando mal, pero al
juego con la simple 19 e4, seguido de menos no parece haber una victoria
f2-f3, pero el camino por él elegido es forzada.
mucho más elegante. En mi opinión, el
ataque concluyente es uno de sus mejo­ 27 _Ld5!
res logros tácticos” (Alekhine). “Con una nueva amenaza peligrosa: 28
Ciertamente, 19 e4! suprimir habría ga­ &xe6 fxe6 (28 ... Sxe6? 29 Eh8+) 29
rantizado una firme ventaja a las blan­ Ef4+ d?g8 30 Wc2” (Panov).
cas: 19 ... £e6 20 £c4 Ead8 21 Sxd8
ExdS 22 lLxe6 '■S'xeG 23 0-0. Pero, ¡caso 296

raro!. Capa prefirió, como él mismo di­


ce, “una fuerte transición al contraata­
que” y el “muy interesante juego” con el
rey en el centro. Esto demuestra que, si
lo deseaba, podíajugar de forma aguda,
creativa, exhibiendo nuevas ideas. Sobre
todo si se encontraba en buena disposi­
ción de ánimo y comprendía que no es­
taba arriesgando nada especial.
19 ...'ríxg2 20 £.xh7+<á?f8
O bien 20 ... <¿>h8 21 £e4 Wh3 22 Hgl, 27 ... Ha6!
etc. ¡Una tenaz defensa, aunque a esta juga­
21 .le4 Wh3 22 ^'d2! £e6 23 c4 a5 da se le ha asignado un signo de inte­
rrogación! “En una posición difícil,
Parando ^b4+.
agravada por los apuros de tiempo, las
24 Egl! negras, que hasta ahora se han defendi­
Devolviendo el peón por el ataque. Era do tenazmente, cometen un error irre­
peligroso 24 .&xb7? 2ab8 25 flc6 Exb3 mediable. Era mejor 27 ... Ead8, y las
26 ^'dl 3b6 27 lLxe8 ^g2, con innece- blancas habrían tenido que entrar en
sanas com icaciones. un final de damas, con un peón de ven­
taja: 28 jLxeb! Hxd4 29 Eh8+ &e7 30
24... rí'xh2 Exe8+ ébxcS 31 Jfxf7+ '¿Pxf? 32 exd4
La mejor opción. La recomendación ®b4+ 33 <á?dl a4 34 &c2” (Panov). Pe­
de Soultanbeieff (luego recogida por ro en la era de las computadoras el pro­
Golombek), 24 ... ©h6?l es más que du­ blema se resuelve de modo mucho más
dosa, en vista de 25 áLxb7 Sab8 26 ^.c6 drástico y simple: 29 'Sfxd4! Wxd4 (es

323
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

malo 29 ... Wb4+ 30 <¿?e2 fxe6 31 Hh8+ 29 2h7!


£17 32 Wf4+ &e7 33 Wc7+) 30 Sh8+
d?c7 31 Hxe8+ d?xc8 32 .Lxf7+! &xf7 33 El resto es simple.
exd4, con un final de peones ganado. 29 ... <±>e7
Si 27 ... Wb4+ 28 &e2 Sa6, la computa­ No hay nada mejor: 29 ... g6 30 's'g7+
dora encuentra una victoria geométri­ <£>e7 31 Exe6+; 29 ... f6 30 Sh8+; 29 ...
ca no menos interesante: 29 Jfxe6 Wb4+ 30 d?e2 Hxd5 31 ®xg7+ Ae7 32
Haxe6 30 Hd5! f6 31 Hb5 ^e7 32 Wd2 ©xf7+ &d8 33 ^c7++.
b6 33 Sxb6!! (¡muy bbnito!) 33 ...
2xb6 34 2h8+ <á?f7 35 Wd5+ ®e6 36 30 ®xg7 d?d8 31 £xe6 fxe6
Wh5+.
31 ... Kdxe6 32 Wxf7.
28 2e4!
32 @xb7 ©b4+ 33 ^xb4 axb4 34 c5
Con la amenaza Hh8+. Hc6 35 2xb4 Hxc5 36 Ea7
28 ... 2d6? Las negras se rindieron. Si 36 ... 2c8?,
Pero esto es la consecuencia de los apu­ 37 Hd4++, ¡el mate de las charreteras!
ros de tiempo. Era malo 28 ... g6? 29 ¡El campeón había realizado el ne­
Hh8+ lá>e7 30 ±xe6 Hxe6 31 Hxe6+ cesario calentamiento! Tras esta exce­
fxe6 32 Hh7+ £d6 33 Wd2+ <á?e5 34 lente victoria, Capablanca tomó la de­
^c3+ <±>e4 35 Sf7 + -. lantera y seguramente pensó que, a
“28 ... <á?g8 falla, por 29 Hgl” (Panov). partir de ese momento, las cosas evolu­
Sin embargo, ésta era la mejor defen­ cionarían favorablemente para él: ta­
sa, pues tras 29 ... Wf8! no parece ha­ blas con negras, victorias con blancas.
ber una forma directa de ganar para Sin embargo, en la novena partida
las blancas: 30 &xb7 2b6 31 jLd5 le esperaba una pequeña contrarie­
Seb8 32 ¿.xe6 Hxb3 33 &xf7+ ^xf7 dad. En la apertura se había apodera­
34 Ee8+! Sxe8 35 'S’xbS, con ventaja, do de la iniciativa, pero con una serie
pero que aún debe materializarse. Por de jugadas precisas, Alekhine había
consiguiente, es de considerar la reco­ resuelto brillantemente algunos difí­
mendación de la computadora, aun­ ciles problemas. Sería el primer sínto­
que resulta bastante complicada para ma de que había llegado el momento
una partida real: 29 f4!? (es impreciso crucial. Las victorias de Alekhine en
29 Eeh4 f6!) 29 ... Wb4+ 30 <á?fl. Por la 11a y 12a partidas (núm. 125 y 126)
ejemplo: 30 ... f5 31 Hgl WfB 32 Sxe6 le permitieron adelantarse en el mar­
¿axe6 33 We5 Wf7 34 £xe6 Kxe6 35 cador (3-2), minando la confianza de
Sxg7+, o bien 30 ... Hd6 31 Wh2 ®f8 Capablanca en su éxito final ‘No es-
32 ^h8+ <á?e7 33 Wxg7 <¿>d8 34 ¿xe6 toyjugando tan bien como esperaba”,
fxe6 35 2d4 2xd4 36 ®xd4+ &c8 37 escribiría por entonces a un amigo de
Sh5 + -. Nueva York. “Creo, sin embargo, que
si pudiera organizarse otro match en
Nueva York para, digamos, comienzos
de 1929, yo estaría en condiciones de
jugar mucho mejor... Si el presente
encuentro finaliza en empate, sugiero
que el próximo se limite a veinte par­
tidas”.
Estas impresionantes victorias influye­
ron sobre la evaluación del ulterior trans­
curso del match: En la literatura ajedre­
cística se expresó la opinión de que
Alekhine, a pesar de sus fallos aislados,

324
José Raúl III

había ‘despegado” con confianza hacia 105


el título de campeón, sobre todo al ga­
J.R. Capablanca-A. Alekhine
nar en espléndido estilo la 21a partida,
Buenos Aires 1927
incrementando su ventaja a 4-2.
Campeonato Mundial, Match, 27a partida
Pero el cuadro me parece algo dife­
Gambito de Dama (D65)
rente. Después de sus derrotas en las
partidas 11 y 12, Capablanca se bajó de
las nubes, hizo acopio de toda su fuer­ 1 d4 d5 2 c4 e6 3 ¿Ac3 £f6 4 ^.g5 7ébd7
5 e3 _Le7 6 &f3 0-0 7 Sel
za y comenzó a sumar tablas, a fin de
meterse de lleno en el duelo, recupe­ Otro esquema de apertura que se reite­
rar su mejor forma e iniciar una nueva ró en este encuentro.
ofensiva, algo que se parece a la estra­ 7... a6’?
tegia de Lasker en 1921: ¡lo principal
era resistir! El propio Capa defendía 7 ... c6.
Después de cuatro tablas sucesivas, 8 cxd5
comenzó a calmarse, pero la 17a de
nuevo lo incomodó. Tras haber dejado La clásica Variante Carlsbad. Entre las
escapar una enorme ventaja posicio- partidas 13 y 21, Capablanca jugó 8 a3
nal, declaró malhumorado: “Si no (partida núm. 128).
puedo ganar una partida así, tampoco 8 ... exd5 9 &d3 c6 10 Wc2!
podré ganar el match”. Con dos tablas La 23a partida siguió así: 10 0-0 Cie8 11
de respiro, recuperó la tranquilidad, ákxe7 Wxe7 12 e4?! dxe4 13 Cixe4 <Ldf6
pero entonces llegó la 20a partida, en 14 Wc2 &xe4 15 ^.xe4 £f6 16 ^.15
la que se apoderó de la iniciativa, ganó £.xf5 17 's'xf5 2ad8 18 Sfel Wb4 19
calidad y... a duras penas se salvó con 'B'c2 Hfe8, con excelente juego para las
unas tablas (núm. 127). ¡Alekhine es­ negras.
taba jugando muy bien! Creo que Ca­
pablanca estaba impresionado, pero 10 ... h6
sea como fuere, jugó muy mal la 21a Es más sólido 10 ... Se8 11 0-0 £bf8. Por
partida, mientras que el juego de Ale­ ejemplo: 12 Sfel (actualmente, se jue­
khine ele nuevo fue muy fuerte (parti­ ga 12 Sbl y b2-b4) 12 ... ^.e6 13 &a4
da núm. 128). ¿L6d7 14 A.xe7 Wxe7 15 &c5 &xc5 16
“Por inercia”, Capa casi pierde tam­ ^xc5 "&c7 17 b4 (25a partida), y aquí
bién la 22a, que Alekhine condujo con Alekhine recomendaba 17 ... Sad8! 18
gran vigor, pero en un difícil final omi­ 'TéeS <2éd7, o bien 18 <5éd2 A.g4 y Jéh5-
tió la forma de ganar (en última instan­ g6, con igualdad en cada caso.
cia, el cubano se defendió brillante­
mente -partida núm. 129). Aquí, me ll_&h4¿Le8
parece, se inició una nueva fase. El as­ Después de 11 ... Se8, la inclusión de
pirante se apagó, mientras que el cam­ h7-h6 sólo sirve para dificultar que las
peón, comprendiendo que la pérdida negras igualen.
del título era una realidad, revivió y co­ 12 >g3 A.d6 13 0-0 A.xg3 14 hxg3 Íéd6
menzó a jugar cada vez con más fuerza. 15 ¿La4!
Después de cuatro tablas relativamente
tranquilas, empezaron los aconteci­ La debilidad del flanco de dama ene­
mientos más interesantes. migo concede a las blancas una pe­
En las cinco partidas siguientes Ca­ queña, pero duradera ventaja posi-
pablanca asumió la iniciativa, y el he­ cional.
cho de que Alekhine capitulase sólo 15 ... Se8 16 Sfel &f6?!
una vez ¡parece un milagro! El princi­
pal tema de conversación fue el increí­ Según Alekhine, era mejor 16 ... 4bf8,
ble error del cubano en una partida dejando la casilla f6 libre para la dama.
completamente ganada, la 27a. ..... 17 2)e5 ójfe4 18 Wb3! £e6 19 £c5!
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

Pero no 26 ... <5áxc5?.? 27 Sxe7 £ixb3


28 He8+ y mate.


27 'sT2 g6 28 Jia2! 'ST8

299 ---------------------------------


...tf
Ki?

19 ... ¿Lxc5?

0F
“Un grave error. Lo correcto era 19 ...
Wf6!” (Alekhine). Después de 20
Jfxe4 dxe4 21 &xe6 (21 Wb6 He7)
21 ... ^xe6 22 Wxe6 2xe6 23 £d7! 29 ¿Le5!
Sd8 24 <5áb6, las negras quedarían en
un final inferior, pero defendible. El golpe decisivo: las defensas negras
comienzan a flaquear.
20 dxc5 &b5 21 a4 &c7
29 ... L7g7
Con una celada elemental: 22 lsfxb7??
O bien 29 ... ¿.c8 30 £)xg6!

22 JLbl! 30 £xd7 2xd7 31 Jtxe6 fxe6 32 2g4

Una decisión precisa y oportuna. “Ca- Tras haber logrado una posición total­
pablanca inesperadamente pasa al mente ganada, y anticipándose a la in­
ataque sobre el debilitado flanco de evitable rendición, Capa pierde un po­
rey negro. La coordinación de las pie­ co el rumbo. Soullanbeieff recomendó
zas blancas es tan buena como mala la 32 Kxe6 <¿>h7 33 Zd6! A mi juicio, esto
de las negras” (Panov). parece, efectivamente, ganador. Por
ejemplo: 33 ... Had8 34 Eee6 Sxd6 35
22 ... áLc8 cxd6 Sd7 36 ^e4 + -.
Triste necesidad. Después de 22 ... 32 ... &h7 33 Kxe6 Hg8 34 We4!
Wf6? se pierde un peón: 23 ^xb7!
Wxe5 24 f4 Wf6 25 Wxc7. “Ganar la dama y un peón por dos to­
rres, con 34 2xg6, habría prolongado
23 £)f3 2>e6 24 e4! considerablemente la partida” (Pa­
nov). Ahora se diría que nada podrá
Al abrir la posición se vuelve amena­ parar al eficiente campeón del mundo,
zadora la ventaja de las blancas, que que ha destruido por completo la posi­
movilizan rápidamente todas sus fuer­ ción de su rival. Pero en las luchas al
zas para el asalto definitivo. máximo nivel hay que estar siempre
24 ... dxe4 preparado para los milagros, y hasta
que uno de los jugadores no p ¿ira re-
En caso de 24 ... d4, este peón no ha­ lqj, la partida no termina.
bría sobrevivido mucho tiempo.
34 ... Hf7 35 f4!
25 Exe4 He7?!
Con la temible amenaza 36 f5¡ Sxf5 37
Más resistente era 25 ... 5ác7 y 4zhd5. 2gxg6 ^xg6 38 2xg6 'é’xgG 39 g4 + -.
26 Hcel ±d7 35 ... ^f8

326
José Raúl III

“Con la tenue esperanza de que Capa- curso del encuentro. Después de 38 ...
blanca caiga en una trampa. También Bxb2+ 39 ¿f3 ®b3+ (39 ... Wc3+ 40
era malo 35 ... Ef6 36 Se7 2f7 37 ¿g4) 40 ¿f2! (evitando la trampa 40
2xg6!" (Panov). ¿g4?? ^xe6+! 41 ^xe6 Hxg6+) 40 ...
Wb2+ 41 ¿>gl ®cl+ 42 <±>h2, el rey en­
36 Egxg6
cuentra por fin refugio y las negras
En un calmado estado de ánimo, lo tendrían que rendirse.
más probable es que Capa hubiese ele­
gido un camino más largo, pero más se­ 38 ... ®d2+!
guro hacia su objetivo: 36 b4, defen­
diendo el peón de c5. En tal caso, no ¡Tablas! No puede evitarse el jaque
habría nada a que apuntar, y el cam­ perpetuo: 39 ¿gl (39 ¿f3 ^dl+)
peón hubiera convertido su ventaja en 39 ... ®dl+ 40 ¿f2 (40 ¿h2?? Wh5+)
victoria. Podría seguir 36 ... 2f5 37 40 ... ^'d2+.
2gxg6! Sxg6 38 2xg6 ¿xg6 39 g4, ga­
nando el final de peones, 39 ... h5 40 Aquí, en mi opinión, lo significati­
^xf5+ Sixfa 41 gxí5+ ¿xí5 42 g3 h4 43 vo no era una extrema fatiga, sino el
¿f2 ¿g4 44 gxh4 ¿xf4 45 h5 ¿g5 46 “bloqueo mental” (como lo expresó
¿e3 ¿xh5 47 '¿44, con marcha triunfal uno de los comentaristas), pero tam­
del rey a c7. bién el inveterado hábito de Capa-
blanca de intentar materializar una
36 ... Axc5+ ventaja evitando el cálculo de varian­
37 ¿fl tes, incluso por poco complicadas que
fuesen (¡recuérdese su match con
No 37 ¿h2?? ^h5+. Lasker!).
¡Las cosas que se escribieron acer­
¿y-'.

37 1+
ca de esta partida! Se la calificó tanto
300 de decisiva como de fatal para el cam­
peón... “Las consecuencias del trágico
<é> error de Capablanca determinaron el
desenlace de todo el match” (Panov).
Pero, a mi juicio, su principal error es­
taba por llegar. Por el momento,
continuaba presionando a su oponen­
te con todas las fuerzas que le que­
daban.
En la 28a partida, en la que se llegó
a un final agudo y con muchas piezas,
Alekhine se apuró de tiempo, que­
38 ¿42?? dando en posición crítica, pues las
blancas perdían inevitablemente un
“Echando por tierra una posición ga­ peón. En un esfuerzo por salvar la
nada, conseguida con un brillante partida, pensó su jugada secreta du­
juego" (Panov). “Cuando capturó en rante 1 hora y 50 minutos (¡un récord
g6, en la jugada 36, Capablanca senci­ para el match!), y en la reanudación
llamente omitió el jaque en c5. Esa encontró en dos ocasiones sendas ju­
omisión, que en sí misma no tiene im­ gadas únicas. Aquí, tras pensar duran­
portancia, lo puso tan nervioso que te 40 minutos, Capablanca, inespera­
inmediatamente después, sin ni si­ damente, ¡propuso tablas!
quiera pensarlo, cometió el error de­ La 29a no fue menos dramática.
cisivo” (Alekhine). Una versión dice que Alekhine agotó
Mover el rey una casilla a la izquierda por completo a su rival gracias a su
(38 ¿c2!) hubiera podido cambiar el tenaz defensa en posición muy difícil.

327
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

Desde luego, se defendió brillante­ “Una jugada negligente, que ya había


mente, pero aún así perdió la partida. descartado en la 11a partida, debido a
variantes muy similares” (Alekhine). La
sugerencia de Capablanca, 15 ... 2ab8
16 Hfbl c5?! 17 dxc5 bxc5 18 b5! tiene
1C6 un valor didáctico. La teoría moderna
J.R. Capablanca-A. Alekhine recomienda 15 ... Hac8 (seguido de
Buenos Aires 1927 Hfd8 y Ac8), aunque después de 16
Campeonato Mundial, Match, 29a partida Hfcl ¿fd8 17 Habí, las blancas tienen
Gambito de Dama (D52) una pequeña, pero duradera ventaja
(Kasparov-Averbaj, Moscú 1982).
1 d4 d5 2 c4 e6 3 <£c3 £f6 4 Ag5 £bd7
5 e3 c6 6 £)f3 Wa5 7 &d2 A.b4 8 Sc2 301

Aparentemente, al aspirante no le con­


vencía 8 ... 0-0 9 Jéh4!? (núm. 104).
9 J¿.xf6 4jxf6 10 4hxc4 Wc7 11 a3


11 gSI?
11 ... £e7
¡Novedad! En la 11a partida se jugó 12
^.e2 (núm. 125).
12 ... 0-0
Es de considerar 12 ... c5!?, y si 13 4ib5, 16 ®e5!
13 ... ^c6! (más pasivo es 13 ... Wb8 14
“Una réplica enérgica” (Kotov). “La
dxc5 Jkxc5 15 ¿di! 0-0 16 jLg2, con
única jugada con la que las blancas
cierta ventaja) 14 5üe5 'Bxhl 15 £>c7+
mantienen su ventaja” (Panov). Cierta­
S¿?f8 16 4bxa8 b6, apoderándose de la
mente, es más flojo 16 bxa5 (16 b5?
iniciativa. En caso de 13 áLg2 (13 dxc5
Hac8!; 16 Habí? axb4 17 axb-l Ha7!; 16
JLxc5 14 b4 Jée7 15 íáb5 ®b8 16
Wb3? axb4 17 axb4 £>d5!) 16 ... b5! 17
<£¡cd6+ ákxd6 17 ^xc8+ Wxc8 18
(£>e5 Hxa5 18 a4! bxa4! 19 Bxa4 c5 20
£}xd6+ <á?e7 19 (Íóxc8+ Haxc8 =) 13 ...
¿2bxd7 íáxd7 =.
ákd7 14 £se5 cxd4 15 exd4 0-0, las ne­
gras no tienen motivos para quejarse 16 ... axb4 17 axb4
(Loevenfish-Chistiakov, Lcningrado
1939). 17 <5áb5!? es una jugada interesante,
que nadie ha mencionado. Por ejem­
13 Ag2 A.d7 plo: 17 ... Wc8 18 <&xd7 Wxd7 19 átxc6
Capablanca recomendaba 13 ... b6?, Hac8 20 Had ^d8 21 axb4 ,¿.xb4 22
pero después de 14 £ie5 ákb7 15 4ób5 '©423, con clara presión.
Wc8 16 £ixc6, las negras pierden un 17 ... Hxal
peón.
Es incorrecto 17 ... JLxb4?!, debido a 18
14 b4!
¿Lb5! M (o bien 18 ... ®b7 19 ^xd7
14 0-0 c5! ^xd7 20 ¿_xc6 Hac8 21 Hfcl) 19 2>a7!
14... b6 (Becker sugirió 19 Hxa8 Wxa8 20
¿xc6! Axc6 21 £ixc6 2éa5 22 Sal, aun­
Las blancas tienen ventaja después de que después de 20 ... Hc8! 21 £ixd7
14 ... 4bd5 15 0-0 Íáxc3 16 Bxc3 Hfd8 Wxc6 22 M6+ gxfb 23 ®e2 ^e4, las
(Alekhine-Bogoljubov, Bad Nauheim cosas no están claras) 19 ... 'eZeS 20
1936) 17 Hfcl! y Habí. £xd7 &xd7 21 £xc6 Hd8 22 Hfbl, con
15 0-0 a5?l una abrumadora ventaja.

328
José Raúl III

18 Exal Ec8! y el rey blanco se acerca al peón de


b2”, pero en mi opinión, después de
Seguía siendo malo 18 ... Axb4?, por
30 ... d?e7 31 <á?fl <á?d7 32 <á?c2 <á?c6 33 f4
19 ¿Lb5 'B'cS 20 ^.xc6! (Capablanca)
(33 <á?d2 e5!) 33 ... d?b5 34 0?d3 Ab4 35
20 ... Axc6 21 &xc6 ^d7 22 Ea7 B'd5
^.bl £)e8, la posición ronda las tablas.
23 £ic7 77d6 24 '^c4 + -. Si 18 ... c5?I 19
£lxd7 77x07 20 dxc5 bxc5 21 b5, y las 22 b5! cxb5?!
blancas tienen un fuerte peón pasado.
De nuevo, una dudosajugada, que con­
19 £>xd7 ^xd7?! duce a la pérdida del peón b6 y a una
“Capablanca indicaba que era mejor posición insatisfactoria. Capablanca, y
19 ... 7jxd7, protegiendo el peón de b6, después de él, Panov y Kotov, conde­
pero después de 20 ^'b3, las blancas se­ nan 22 ... c5, debido a 23 dxc5 bxc5
guirían conservando la ventaja” (Pa­ (23 ... ^.xc5? 24 Edil) 24 Wc4. Pero me
nov) . Aun así, la posición negra habría parece que después de 24 ... 77a5 25
sido perfectamente tolerable. Ebl Eb8 26 h4 &b4 27 £jc3 áLf6 28
Jlfl, la ventaja blanca no es tan grande
20 £a4! y las negras pueden resistir.
El inicio de unas sutiles maniobras, des­ 23 Wxb5 Ea8
tinadas a destruir el flanco de dama
enemigo. Los comentaristas le concedieron un
signo de admiración a esta jugada, ca­
20 ... Wd8 lificándola de “una defensa muy inge­
Según Kotov, ofrecía mejores posibili­ niosa”. Desde luego, es más pasiva
dades de defensa 20 ... _&d8 21 Sel 23 ... Eb8?! 24 Jfxd5 ®xd5 25 ®xd5
4¿bd5 22 .á.xd5 exd5 23 b5 c5 24 dxc5 cxd5 26 Ebl b5 (26 ... £d8 27 Eb5) 27
¿Lc3 b4 28 ¿Lxd5 ^.d6 29 Eb3 y e3-e4-
i.r

Wxb
e5 (Becker). Pero creo que ofrecía
21 W'b3! mejores probabilidades de tablas en­
No, por supuesto, 21 áLxc6?, debido trar en un final con alfiles de distinto
21 ... I.xb4=. color: 23 ... 4¿bc3!? 24 'Bfxb6 (la muy re­
comendada 24 £jxc3 Exc3 25 Ac6 no
302 es mejor, en vista de 25 ... ,&a3!) 24 ...
tt í}xa4 25 ®xd8+ ,&xd8 26 Exa4 ficl+
A 27 &fl éf8.
A Ahora, sin embargo, las blancas ganan
un peón, conservando dama y caballo,
y alcanzado lo que probablemente sea
S ESt» 3VA? l
una posición técnicamente ganada.
24 Ecl!
y Pero no 24 Ebl? Exa4! 25 Wxa4 ^c3 =.
24 ... Ea5 25 Wc6 Aa3
21 ... Ld5?l Es flojo 25 ... b5?! 26 ^.xd5! (26 Wb7
Es malo para las negras 21 ... c5? 22 M8) 26 ... exd5 27 &c5 ®a8 28 Wd7, y
bxc5 bxc5 23 dxc5 áLxc5 24 Jtb7l +-. completamente malo 25 ... £ib4? 26
Pero era más fuerte la recomendación m>7! Af8 27 ^xb6 Eb5 28 Ec8 Wd6
de Capablanca, 21 ... b5! 22 ¿Lc5 áLxc5 (28 ... ®xb6 29 We7) 29 &c4 + -.
23 bxc5 Ea8 (si 23 ... 4hd5, entonces 24 26 Ebl £f8
Ea6). Según Panov, esto pierde, por 24
Exa8 ^xa8 25 Wxb5 cxb5 26 Áxa8 b4 Amenazando Exa4. No sirven, en cam­
27 ±f3 b3 28 &dl b2 29 ^.c2 <á?£B 30 e4, bio, 26 ... Exa4? 27 ®xa4 £c3 28 Wxa3

329
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

£sxbl 29 Wb2 + -, ni 26 ... b5? 27 ¿Lc5 muy similar a la que se produjo en la


¿xc5 28 dxc5 29 Wb6 + -. partida” (Alekhine).
27 Txd5 Sxd5 28 &xb6 38 ... 39 ¿Le5 -Lg7
“Tras la ejemplar explotación de las de­ Defendiéndose contra ¿Lxg6.
bilidades por parte del rival, las negras 40 ©a8+ &h7 41 ¿Lf3 ¿f6
han perdido un peón” (Alekhine). Pe­
ro aún no la partida. Ahora se amenazaba 42 4Lg5+ ¿?h6 43
h4 y Wg8!
28 ... 2d6 29 Wb7 h5
42 ©a6
En general, 29 ... h6 es más sólido.
Si 42 Wf8, entonces 42 ... ''S'e?.
30 ¿Lc4 Hd7
42 ... ®g7 43 d3
Las blancas han elegido el plan más di­
recto: la creación de un peón pasado
en la columna d. Pero lo paradójico es
que, durante el proceso, su ventaja se
ha ido evaporando. Quizá no debían
haber cambiado torres, ni apresurarse
en el avance de los peones.
43 ... '©'b7 44 e4 ©c6 45 h3 ^'c7 46 d5
Según Alekhine, no hay tiempo para 46
4zbcl2, en vista de 46 ... h4!
46 ... exd5 47 exd5
31 ®e4
También es interesante 31 ^Ff31? 2c7
32 4Le5. No tiene sentido tratar de ago­
tar esta posición con variantes, pues me
parece que, objetivamente, está más
cerca de la derrota de las negras que de
las tablas. Con la formación de peones
existente cualquier final es difícil: de
damas, de torres o de caballo contra al­
fil (un final similar, pero con cuatro
peones contra tres, fue ganado por las
blancas, por ejemplo, en la partida Ja-
lifman-Barua, Las Vegas 1999, 2a).
47 ... wc3!
31 ... Hc7 32 &e5 Wc8 33 <á?g2 -Ld6 34
Esta jugada, subestimada por el cam­
Sal 2b7
peón, causó las delicias de los comenta­
Pero no 34 ... ®b7? 35 Ha8+ £f8 36 ristas. El aspirante había calculado con
®xb7 Hxb7 37 Hd8! y &d7 + -. precisión que, sin damas, lograrían las
tablas, mientras que después de 47 ...
35 &d3 g6 36 Sa6 ilf8 37 Hc6
^d6 48 'S,c4 ^íB 49 £jd4, su posición
Con idea de 38 <55c5 Axc5 39 dxc5. habría sido crítica. •
37 ... Hc7! 38 Exc7 48 ^xc3
“Capablanca sugiere, erróneamente, “Después de 48 ®e4 'S'có!, las blancas
que 38 £ie5 habría ganado. En tal caso, difícilmente podrán encontrar un mé­
con 38 ... ^b7 39 '■S'fS áLg7, las negras todo ganador” (Alekhine). Tal vez fue­
hubieran conseguido una posición se mejor 48 '©'di!? ^c7 49 ció 'S'cG 50

330
José Raúl III

d7 ¿cl8 51 ^d4+ ¿>g8, aunque también g5+ ¿xg5 58 <£xf7+ ¿f6 59 d6 &b6 =, o
en este caso apenas puede creerse que bien 56 ¿e2 ¿g5 57 &d8 ¿Leí 58
las blancas logren ganar. ^xf7+ (58 ójb7 ^.b6 59 f3 Í5 =) 58 ...
48 ... Axc3 49 ¿>fl! ¿f6 59 d6 £b6 60 £h8 g5 -
56 &e5! ^.d4?!
49 &g5 f5!
Capitulación. “Al realizar la incorrecta
49 £6 50 <¿e2 Ab4! 51 ^d4!
jugada de rey, que me parecía ser la for­
“Capablanca juega el final con su ha­ ma más fácil de hacer tablas tras 56 ...
bitual precisión, llevando el caballo a f5, simplemente omití la continuación
la fuerte casilla de c6. Si 51 ¿>d3, ha­ de problema 57 d6! fxg4+ 58 ¿g2!”
bría seguido 51 ... lbc5 52 Í5d4 <¿e5” (Alekhine), seguido de 58 ... ¿f5 59 d7
(Kotov). ¿e7 60 <2)c6, ganando.
51 c5 57 &xf7+ ¿f6 58 ¿Ld8! &b6
Pero no ... <¿>e5??, por 52 4óc6+. 58 ... ¿e5? 59 ^c6+.
52 £c6 ¿45! 53 ¿f3 59 ^c6 ,'¿’.c5 60 ¿f4!
O bien 53 f3 Jld6 54 g4+ hxg4 55 Un elegante sacrificio de peón, que
hxg4+ ¿f4 =. fuerza la victoria. 60 ¿g3 Jld6+ 61 f4?
g5, o bien 60 ¿e2 ¿g5 61 f3 ¿f4 era
53 ... ¿f6! 54 g4!? una continuación imprecisa.
La última posibilidad. 60 ... ,¿.xf2
54 ... hxg4+ 55 hxg4 60 ... g5+ 61 ¿f3, seguido de f2-f3,
¿d3-c4-b5-a6-b7, etc.
61 g5+ ¿f7 62 ^e5+ ¿e7
Como unajugada antes, 62 ... ¿g7 pier­
de, por 63 d6.
63 ®xg6+ ¿d6 64 ¿e4 ±g3 65 &f4
¿e7 66 ¿e5 JLel 67 d6+ <¿07 68 g6
/¿.b4 69 ¿d5
Pero no 69 g7? Jlc3+.
69 ... ¿e8 70 d7+!
Las negras se rindieron.
55 ... <¿g5?? Explotando con precisión el error
de su oponente, Capa redujo su déficit
“Un grave error, que echa por tierra a 3-4. Es cierto que la partida puede
toda la espléndida labor de las negras”
haber dejado un mal sabor de boca:
(Kotov). “Cansado por su laboriosa y de una posición prácticamente gana­
exhaustiva defensa contra el virtuoso da, se llegó a una que era tablas. En
del final, Alekhine comete dos erro­ uno de los libros sobre el match, hay
res, uno tras otro, e inesperadamente un original pasaje sobre este tema
pierde” (Panov). (que a Kotov le gustaba transcribir)
Como señalaron los comentaristas, con “Capablanca condujo toda la partida
55 ... já,d6! se habrían obtenido unas fá­ en su mejor estilo y, no obstante, la ga­
ciles tablas (Alekhine también señaló nó por accidente”. Un gran experto
55 ... L.b6!?, con tablas), por ejemplo: en ajedrez comentó: “Tras sus inmere­
56 <¿>e4 ¿?g51 57 (57 Í3 f5+ 58 gxf5 cidas tablas en la 27a partida, pensé
gxf5+ 59 ‘¿’eS 4Lc5+) 57 ... f5+ 58 gxf5 que Capablanca podría salvar el
gxf5+ 59 ¿>d4 ¿>f4 =; 56 £c!8 £.c7 57 match, pero tras su victoria en la 29a,

331
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

finalmente vi que el encuentro estaba 10 ... c5 11 dxc5 _&xc5


perdido para él”.
Alekhine sugirió también 11 ... ¿Lxc5!?
Sin embargo, un minucioso estu­
12&xf6gxf6.
dio de las siguientes partidas demues­
tra que la opinión del “experto” esta­ 12 0-0 0-0 13 £d4a6
ba muy lejos de la realidad. ¡El cubano
“El modo más simple de defenderse
seguía llevando la iniciativa en el en­ contra la amenaza <5áxe6 es ignorarla.
cuentro! En la 30a partida mejoró el Las negras también podrían mantener
juego de las negras, en relación con la
un juego igualado con 13 ... b-1 14 ma4
28a y consiguió tablas con seguridad. Ad5” (Alekhine). También serviría
En la 31a no tuvo miedo a entrar en 14 ... 3le7!?, por ejemplo: 15 íbxe6?
una lucha de doble filo, permitiéndo­ fxe6 16 Axe6+ '¿’hS 17 Ju.xd7 g5 18
le a su oponente un serio contrajuego. &g3 Had8 - +.
Sólo se requería que las negras diesen
un traspiés, y Capablanca encontró la 306
forma de llevar el juego a un final, en
el que tenía peón de ventaja y excelen­
tes posibilidades de ganar.

107
J.R. Capablanca-A. Alekhine
Buenos Aires 1927
Campeonato Mundial, Match, 31a partida
Gambito de Dama (D51)

1 d4 d5 2 c4 e6 3 &c3 &f6 4 &bd7 14 Be2


5 e3 c6 6 &d3 “Unajugada un tanto arriesgada. Yo es­
Una inofensiva desviación de la Cam­ peraba 14 a3, con lo que las blancas ha­
bridge Springs. En la quinta partida, brían evitado un peón d aislado, y la
Capa lo hizo con 6 a3 3Le7 7 ¿Lf3, y en desviación del caballo dama a la banda.
la novena, con 6 ^c2 Wa5 7 cxd5 4ixd5 Si 14 £óxe6?l fxe6 15 ¿.xe6+, 1 ¿is blancas
8 e4 £>xc3 9 3Ld2, pero sin éxito (9 ... sólo se habrían expuesto a un innecesa­
®a4! 10 ^xc3 a5! 11 £>f3 &b4, con rio peligro:
igualdad). En la 32a, Alekhine prefirió 1) 15 ... Ef7 16 Wb3 ^e5 17 £adl @c7,
6 cxd5 exd5 7 .¿Ld3, y en la 34a, volvió a y si 18 .¿Lg3, entonces 18 ... Wc6 y 55c4,
6 a3 (partida núm. 130). con juego activo de piezas (sri embargo,
6 ... ®a5! 7 Íáh4 dxc4 es mejor 17 ¿Lx/6! gxf6 19 t¿2d5, de modo
que yo preferiría 16 ... %af8 17 ^adl ^c7:
7... £b4 8&e2! G. K.).
8 ±xc4 b5 9 .¿.b3 2) 15 ... <±>h8!? 16 £xd7 2ad8 17 £xf6
En la 33a partida, después de 9 5id3 Kxf6 18 ®h5 ©c7 19 Jíh3, y ahora,
£b7 (no 9 ... b4?! 10 ®a4! ©xa4 11 bien 19 ... ¿Ld6 20 f4 S'b6, v el material
&xa4) 10 £ge2 a6 11 £xf6 &xf6 12 a3 sacrificado se recupera, bien 19 ... Sh6
'©bb 13 £>e4 £)xe4 (13 ... c51? -Alekhi­ 20 'g?e2 ^'c5, con muy fuerte ataque de
ne) 14 Ji.xe4 co 15 dxc5 Jlxc5 16 &xb7 las negras (aunque después de 21 Hadl
Wxb7 17 0-0 0-0 18 Sel Sac8, y se acor­ ¿Íf8, las cosas no están claras, otra posibili­
daron tablas. dad es 20 ... b4! 21 $2>dl a5 22 Üel 2La6
23^c2¿Ld3 24 'tHa4g5: G. K.) En la par­
9 ... 5kb7 10 &f3 tida hubiera jugado la aguda segunda
10 £ge2?l c5! línea” (Alekhine).

332
José Raúl III

14 ... b4 15 &a4 ^.xd4 16 exd4 £}d5 Es posible que el aspirante viese el


desgaste nervioso de su rival y se deci­
La inmediata 16 ... &c6?! es dudosa, en
diese a jugarse el todo por el todo. La
vísta de 17 Íic5 £>xc5 18 dxc5 Wxc5 19
sencilla 24 ... f6! 25 ^7h5 g6 26 Axg6
¿xf6 gxfb 20 fifcl! (pero no 20 fiad?!
hxg6 27 Wxg6+ S¿>h8 habría llevado a
£b5 21 ^g4+ Wg5).
las tablas (28 ^h6+). “La tentativa de
17 Jtg3 Jlc6 18 Wc2 Axa4 ganar con 28 f4 fallaría, por 28 ... 3c7
18 ... Sac8 19 &c5! 29 Axc7 ^xc7 30 Sf3 Wh7!” (Alekhi­
ne). Y si 31 Sh3?, entonces 31 ...
19 £xa4 Sac8 20 ’eZdl <£7b6 21 Ac2 Wxh3 32 gxh3 Sg8 - +. Pero en lugar
O bien 21 -&b3 Wb5!, con la amenaza de 30 Sf3?, es muy fuerte 30 f5! Por
a6-a5-a4. Ahora resulta evidente que las ejemplo: 30 ... ^xd4 31 fxe6 £}f4 32
blancas no han jugado demasiado bien ^h6+ Sa>g8 33 fiael 2>dxe6 34 Se4,
¡a apertura y sus alfiles no son, en abso­ con ataque. Por consiguiente, si 28 f4,
luto, superiores a los caballos negros. las negras deberían forzar tablas con
28 ... fxe5! 29 'ah6+- (29 fif3? &xf4)
21 ... £c422 b3?! 29 ... <á?g8 =.
22 ^d3 fi era desfavorable a las blan­ 25 ^.c4 3fd8?I
cas, pero este nuevo debilitamiento
podría haberle costado caro a Capa- “Sólo después de esta jugada caen las
blanca. negras en dificultades. Con la manio­
bra 25 ... Wd8! y Wd7 podían haber
307 protegido tanto su flanco de rey como
el centro, con lo cual se habría produ­
cido una partida difícil, con posibilida­
des para ambos bandos” (Alekhine).
Sin embargo, creo que la posición es
W ü ¡1

ahora favorable a las blancas, pues sus


alfiles han ganado en fuerza. En reali­
So® »
I
... 1

dad, se trata de una modificación favo­


rable de la famosa partida Karpov-
I ÍB

i ga

Korchnoi (Baguio 1978, 5a).


26 fiel >b6 27 Wd2 Wb??
“Este sacrificio de peón me pareció su­
22 ... £¡a3?! ficiente para hacer tablas, pero no es
¡Uno de los raros casos en que a Ale­ demasiado correcto. 27 ... Óbc3 le ha­
khine se le escapa un golpe táctico! Es­ bría dado a las negras una posición
to demuestra que estaba muy cansado. perfectamente defendible, puesto que
Tal y como él escribió, 22 ... £>de3! se tras 28 a3! £>e4, las blancas no tienen
sugiere por sí solo (aunque no 22 ... una gran ventaja” (Alekhine). No es­
£>ce3? 23 £xh7+ <á?xh7 24 ^h5+ <¿?g8 toy de acuerdo con esto. En primer lu­
25 fxe3) 23 fxe3 (o bien 23 ±xh7+ gar, hay un prometedor sacrificio de
<á?xh7 24 Wd3+ WfB!) 23 ... £xe3 24 calidad: 29 Sxe41? fxe4 30 axb4 fiaS
£xh7<- <¿>xh7 25 ^d3+ 26 £.e5 (26 31 Wg5 Sd7 32 b5 a5 33 ^g4, y en se­
£el ég8) 26... <á?g8!, con una evidente gundo lugar, las blancas conservan
ventaja posicional. Por ejemplo: 27 una duradera ventaja tras 29 Wd3 ai
'8re4 (27 d5? Ec5!) 27 ... Wb6 28 g4 30 f3 31 JLxd5 exd5 32 axbl
®e7 29 Bad Ec3, etc. Wxb4 33 Se3. o bien 31 axb4 £)xc4 32
bxc4 £>xb4 33 Wb3.
23 J.d3 &b5 24 Ae5!
Debería añadir que 27 ... a5? habría
La situación se agudiza. conducido a la pérdida de un peón: 28
24 ... f5?! Wg5 fid7 29 £.xd5 exd5 30 Wxf5.

333
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

28 Axd5 Wxd5 29 Wxb4 Hc2 estar alerta para que la torre negra no
se deslice, por sorpresa, por la colum­
Pero no 29 ... &xd4? 30 Axd4 'Bxdd 31
na b (a b7 y luego captura el peón de
Wxd4 Exd4 32 Hxe6 + -.
b3). En resumen, las blancas tienen
30 We7! un final técnicamente ganado y es pro­
Las blancas fuerzan el cambio de da­ bable que Capablanca ya lo hubiese
mas, suprimiendo la momentánea acti­ contabilizado mentalmente como vic­
vidad contraria e iniciando la conver­ toria, porque sabía ganar estas posicio­
sión de su peón extra. nes prácticamente sin pensar.

30 ... Wd7 31 Wxd7 Hxd7 32 37 a51?

“Esto protege indirectamente el peón Alekhine le concede un signo de inte­


d4 y amenaza Hecl. Sería mucho más rrogación a esta jugada, y recomienda
flojo 32 a4 <Axd4 33 Jfxd4 Hxd4 34 37 h4, “para controlar el flanco de rey
Exe6 Kdd2 35 Sfl Hb2, y las posibilida­ enemigo y luego, con las necesarias
des de ganar de las blancas serían vir­ precauciones, llevar el rey al flanco de
tualmente despreciables” (Alekhine). dama. Este plan habría reducido las po­
sibilidades de tablas de las negras a su
32 ... d?f7 mínima expresión”.
Las negras preservan la casilla d5 para El veredicto de Loevenfish y Roma­
su caballo. ’’Aún ofrecía menos posibili­ novsky no es menos severo: “El peón es­
dades (¡o quizá más!: G. K.) 32 ... Sd5 33 taba mejor situado en a4 que en a5,
Secl!, forzando 33 ... Sxcl+ 34 Excl puesto que ahora las negras controla­
&xd4 35 ±xd4 2xd4 36 Sc6 a5 37 Ha6! rán la casilla b5, que es la clave de la
Hd5 38 Sxe6 a4 39 Sel, seguido de posición. Lo correcto era 37 <¿)e2 g5 38
Sbl. También era inapropiado 32 ... h3 h5 39 2c8 Kb7 40 2b8 2xb8 41
4úc3, debido a 33 Sacl Kxcl 34 Sxcl 4kxb8 <á>e7 42 ^cI3 <^d7 43 <á>c4 <±>c6 44
£ixa2 35 2c6” (Alekhine). b4! &b6+ 45 <¿>b3 &d5 46 b5 axb5 47
33 al <Ac3 34 Eacl Hxcl 35 Sxcl &d5 a5! <Ad7 48 Ae5 +-”.
36 Ec6 Ea7 Sin embargo, en 1994 el maestro ruso
Por supuesto, 36 ... 2b7? 37 Hxa6 Fridstein llevó a cabo una absoluta re­
Hxb3 38 Ha7+ era desesperado para las volución en cuanto a la evaluación de
negras. este final, comenzando con una crítica
de la ultima variante: “El isis fina­
308 lizaba demasiado pronto; después de
48 ... £)xe5! 49 dxe5 ,¿>c5, ¡el final de
peones es tablas! No obstante, en lu­
gar de 48 4ie5?, las blancas ganan con
▲ 48 JLc7! Las negras, a su vez, no ten­
drían que jugar 45 ... '¿>d5?!, ya que
tras 45 ... g4, no es fácil demostrar que
las blancas ganan. Pero lo principal es
que las blancas no tienen motivos para
cambiar su activa torre por la pasiva
torre enemiga. Así, en lugar de 39
Sc8?!, no es demasiado tarde para
trasponer a una posición de la partida,
Las negras tienen un fuerte caballo,
con 39 a5! La razón es que ‘la clave de
pero las blancas tienen un no menos
la posición’ no es la casilla b5, sino la
fuerte y dominante alfil, así como una
casilla b6”.
torre activa y un sólido peón de venta­
ja en el flanco, es decir, un potencial Quizá 37 ls fuese más simple, puesto
peón pasado distante. Sólo tienen que que habrí ivado a las negras de todo

334
José Raúl III

contr negó. Sin embargo, la jugada de (40 ... Sa8 41 h4 + 40 ... <¿?c7 41 Sb8 + -)
la pai da no era mala, como pronto ve- 41 gxh3 Ea8 (o bien 41 ... 62xb6 42 axb6
remos. Zb743 ¿Lc7<¿?e8 44 &J3 <De.7 45 &J4 &J6
37 ... g5! 46 ¿Ld8+ &g6 47 &e5 dsp 48 &d61: G.
K.) 42 h4 2c8 43 &d2 2c3 44 Exa6
El sign de admiración es de Alekhine. Sxb3 45 Sa7+ Ag6 46 a6 2a3 47 Eg7+
O

38 h3 Ah6 48 a7 + -” (Fridstein).

No está claro que sea mejor 38 <S’e2. En lugar de esto, Capablanca, inespera­
38 ... h5 39 <áe2 g4? damente, deja de atacar el peón de a6,
liberando a la torre negra.
Como se pondría de manifiesto mu­
chos años después, esto debilita decisi­ 40 ... Sb7! 41 2b8
vamente la casilla f4. “¿Qué deberían
jugar las negras? Si deciden esperar, las Esto concluye, en esencia, la partida.
blancas llevarán su rey a a3 y avanzarán “Después de la pérdida de tiempo de la
el peón b. Esto significa que lo más te­ jugada anterior, las blancas ya no pue­
naz es 39 ... 2b7 40 2xa6 2xb3, inician­ den impedir que las negras obtengan
do al menos algún tipo de lucha: 41 contrajuego suficiente para tablas. Por
2a7+ Ag6 42 a6 (también aquí resulta ejemplo: 41 hxg4 hxg4 42 2a8 2xb3 43
útil 37 a5!) 42 ... 2a3 (42 ... 2b2+ 43 Ea7+ Ag6 44 Exa6 f4! 45 2xe6+ 46
<á?d3 Zxf2? 44 2a8! + -) 43 2g7+ <¿?h6 2e8 (46 Zd6&e4: G. K.), y ahora 46 ...
44 a 7 Af4+ (44 ... ^c3+ 45 <á?d2 &b5 46 Sa3, ó 46 ... Sb2+ o incluso 46 ... f3+”
2b7 4áxa7 47 Eb6 + -) 45 <á?d2 £xg2 46 (Alekhine). Yo preferiría 46 ... 2a3
Se7 Ójf4 47 ^.xf4! gxf4 48 2xe6+ Ag5 (46 ... 2b2+?! 47 <á?d3 2xf2 48 Ad6 Ú?g6
49 2e7 Ú?f6 50 Eb7 <s>e6 51 &c2 <á?d5 52 49 2e6+ <±>f7 50 2e2 2D 51 He5) 47
<«1b2 Za6 53 d?b3 + -” (Fridstein).
&d6 £3+ 48 gxf3 gxf3+ 49 á>d2 Sxa5 50
Creo que éste fue el momento culmi­ ú?d3 &f6 51 Sf8 (o bien 51 He3 <¿?g4 52
nante de todo el encuentro. _&e7 &d5 53 Ee4+ <á?h3 54 Sc5 <á?g2)
51 ... <á?e6 52 ^.c5 &g4 53 2xf3 2a2 54
309 Ac4 Sc2+ 55 &b3 2d2 56 &c3 2a2 =.

Aquí se aplazó la partida, y las negras


sellaron la jugada secreta.

41 ... Exb8

En la reanudación siguió:

Y, a propuesta de las blancas, se acorda­


ron las tablas. “Por supuesto, las negras
40 Ec8??
juegan de inmediato 42 ... <á’e7 43 d?d3
La última jugada -¡y fatal!- para el con­ (43 f3 gxh3 44 gxh3 h4!) 43 ... <á?d7 44
trol del tiempo “¡Una auténtica trage­ ¿c4 &c6” (Alekhine).
dia para Capablanca! 40 Sb6!! le habría
reportado una clara victoria. 40 ... <Uxb6 Sin embargo, a finales del siglo XX, el
41 axb6 2b7 pierde forzosamente: 42 maestro ruso Goldin descubrió, en lo
A.c7 <¿?e7 43 ée3! <á?d7 44 &f4 Exc7 45 que parecía un árido desierto, que las
bxc7 d?xc7 46 ^eó <á’d7 47 h4 Ú?c7 blancas seguirían conservando posibili­
(47 ... a5 48 d5 exd5 49 <¿?xd5 + -) 48 f4 dades reales de ganar con 45 h4! ^f6
g3 49 d5 + -. No es mejor 40 ... gxh3 46 áf4.

335
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

5áe4 74 Af4 +-) 72 <¿>g7 5áf6 73 áLb8!


55e8+ 74 <¿>h6 y 75 h5 +- “64” núm.
8/1999).
Aunque al maestro ruso se le escape
69 ... 4¿}h3+! y <Axf4, con tablas inme­
diatas, en general evaluó correctamen­
te la posición. En lugar de 69 ¿-g5?, las
blancas ganan con 69 ¿.b8! (la misma
jugada clave) 69 ... £ih3 70 áLa7 <¿>g7 71
Diagrama de análisis Ae3 <¿>17 72 _&d4 <¿>e7 73 «¿gil ¿>e6 74
Tras fijar el peón de h5, las blancas <¿>xh5 +
quieren penetrar con su rey, con ayu­ 2) 52 ... ^xd5 53 ¿?d4 <¿>d6 54 £f4+!
da del avance d4-d5. La línea principal <¿>d7! (peor es 54 ... <¿>c6 55 ¿e5 <¿>d7
es ésta: 46 ... 55e4 (es inferior 46 ... 56 4id2 <¿>e7 57 b5 axb5 58 a6 4jb6 59
5ád5?l 47 g3 ¿f6 48 d5+! 45xd5 49 a7 ¿La8 60 6Lb4+ <¿>d7 61 <¿>f6 4- o bien
<¿d4 <¿xf4 50 gxf4 ¿d6 51 b4, ganan­ 54 ... <Axf4 55 gxf4 <¿d7 56 ¿>e5 ¿>e7 57
do) 47 b4 (es demasiado pronto para b5 +-) 55 <¿>c5! <-¿5xf4! (55 ... Gic3?! 56
47 d5+? exd5+ 48 ¿d4 5ác5!) 47 ... Jz.e5 4óe4+ 57 <¿>b6 £ixf2 58 b5 + -) 56
£5f6! (47 ... 5áxP21? 48 d5+! exd5 49 gxf4 ¿>c7 57 b5 axb5 58 a6 b-í 59 ¿>xb4
<¿d4 ¿)e4 50 ¿e5, ganando) 48 ákh6 <¿>b6 60 ¿>c4! (descubrimiento de Li-
55d5 49 g3 55f6 50 £e3! (Fridstein; 50 lienthal; 60 a7?l <¿>xa7 61 <¿c5 e5! 62
Jfg5?l 5áe4! =; 50 d5+?l 5áxd5 51 ¿d4 fxe5 f4 =) 60 ... ¿>xa6, y ahora:
£)xb4 52 ¿e5 <¿d7 53 <¿>f6 5ác6! = Li­
lienthal) 50 ... 54d5 51 &d2! 5M6 52 2a) 61 <¿>d4 <¿b5 62 <¿>e5 <¿>c4 63 <¿xe6
d5+! ¡Por fin! Ahora las negras tienen <¿d3 64 <¿>xf5 <¿c2 65 <¿e4! &xf2 66 Í5
dos opciones: g3 67 f6 g2 68 f7 glW 69 Í847+ <¿>e2!
(pero no 69 ... <¿>el? 70 ^b4+) 70 ^f3+
1) 52 ... exd5+ 53 ¿d4 &e4 54 Ae3! <¿d2 71 ®xh5 (71 Wd3+ ¿>cl 7-2 Wc3+
<¿>d6 55 b5 axb5 56 a6 <¿>c6 57 a7 ¿b7 ^xe3+ 73 ¿>xe3 ¿>c2 =) 71 ... A'c3+ 72
58 <¿>xd5 b4 59 ¿c4 f4 60 £xf4 ¿>xa7 61 <¿>fo 'Í7c5+ 73 ¿>g6 '^d6+ 74 ¿47 Wd7+
¿xb4 <¿>b6 62 <¿>c4 ¿c6 63 <¿>d4 &xf2. 75 ¿f6 ®d6+ =.
2b) 61 ¿c5! c5 62 fxe5 ¿b7! (62 ... f4?
63 c6 + -) 63 <¿>d6 f4 64 e6 g3 65 fxg3
fxg3 66 e7 g2 67 cW gl^ 68 ¿xh5.

Diagrama de análisis

Lilienthal pensaba que este final era


tablas: 64 ¿e5?l &d3+ 65 ¿f5 ¿Lxf4 66
¿xf4 <¿>d5 67 ¿g5 <¿>e4 =; 64 ¿e3?l
Diagrama de análisis
2>h3! 65 ákbS <¿>d5 66 áLa7 5ágl =. Pero
Goldin demostró que las blancas gana­ Este final de damas parece más prome­
ban, gracias al Zugzwang: 64 áLb8! <¿>b7 tedor que el que se produce en la va­
65 ¿e5 <¿>c6 66 4lf4 ¿d7 67 ¿>c5 <¿c7 riante 2a). Gracias a la posición del rey
68 ¿f5 <¿>17 69 <¿>g5 (? : G. K.) 69 ... negro en b7, las blancas esperan poder
¿e6 (?: G. K.) 70 <¿>xh5 ¿f5 71 ¿h6 defenderse de los jaques, y coronar su
55e4 (71 ... ¿>f6 72 ¿g5+ <¿f5 73 ¿g7 peón (Shapnaty v liossii 1998, núm. 5-6).

336
José Raúl III

El módulo de análisis rápidamente lle­ y no podía soportar ya el peso de rea­


ga a la conclusión de que, si las blan- nudar la lucha.
cas juegan, ganan, mientras que si jue­ Es probable que Timman tenga ra­
gan las negras, la posición es tablas: zón, cuando escribe que Capablanca, al
68 ... S'g3+ 69 <á?e6 ^'c3+ 70 &f6 Wf4+ asumir que este final era tablas, ya ha­
71 <á?g/ '^d4+! (pero no 71 ... '«'g3+? bía perdido el encuentro en lo profun­
72 Wg5, ¡y mate en la jugada 81!) 72 do de su alma.
<±>h7 e'c4+ 73 <¿?h6 d?c8 74 'a'g5 (74 Es curioso que la importancia de es­
^c5+ d?d7 75 h5 Wf4+ 76 &g7 '«'g4+ ta partida, verdaderamente decisiva,
77 <á?h8 Wf4 78 '^a7+ <±>e8 79 ^g7 fuese subestimada durante varias déca­
W+ 80 ^g8 <áe7 81 <á?h7 ^fo+ 82 das (todo fue eclipsado por el “fatal”
^g6 ®T7+ 83 ^g7 &e8 84 h6 S£5+ =) error del campeón en la 27a partida).
74 ... 'Bc6+ 75 ®g6 ^cl+ 76 <¿>h7 Probablemente, se debió a que había
®c7+ 77 <á?h8 Wc3+ 78 ^g7 Wh3 79 sido mal analizada. Pero lo cierto es
^e7 Wc3+ 80 é>g8 Wb3+ 81 <á?g7 ^g3+ que el desenlace de esta partida cam­
82 S'g5 's'c7+ 83 <á?f8 'S'd6+ 84 <á?f7 bió la historia del ajedrez, pues de ha­
^c7+, con jaques sin fin. ber ganado Capablanca, la puntuación
del match se habría igualado (4-4), y
Es te histórico final despertó el inte­ puesto que el cubano sólo necesitaba
rés de algunos famosos analistas, como cinco victorias para conservar el título,
Hübncr (Schach, núm. 8, 1998) y Tim­ es muy probable que lo consiguiera, y
man (?\w i?z Chess, núm. 7, 1999), quie­ en tal caso hubiera sido muy difícil pa­
nes descubrieron un camino menos es­ ra Alekhine lograr la revancha. Al ha­
pinoso hacia las tablas: 42 ... <¿e7 (pero ber dejado escapar esa victoria, Capa-
no 42 ... gxh3? 43 gxh3 <¿e7 44 ¿43!, blanca se deprimió y se vino abajo,
ganando) 43 <¿d3 <¿d7 44 <¿c4, y ahora, perdiendo la 32a y la 34a partidas, y con
en lugar de la recomendación de Ale­ ellas el encuentro.
khine, 44 ... ¿>c6, 44 ... gxh3! 45 gxh3 En conjunto, las razones para el fra­
<¿c6 (mientras que, sin los peones a, las caso del campeón están claras: una ex­
blancas ganan, como demostró Karpov, cesiva confianza en sí mismo y, como
en un final similar contra Andersson, consecuencia, una deficiente prepara­
Skelleftea 1989). Hübner recomendó ción, su tendencia habitual a tratar de
43 h4!? ¿?d7 44 <¿d3 (para no traspo­ ganar por la ley del mínimo esfuerzo,
ner, después de 44 ... <¿>c6 45 ¿>c4, a la sin tensión y sin el cálculo de variantes
variante “principar'), pero Timman pa­ “peligrosas”. De ahí los errores tácticos
ró esto con 44 ... <5^b4+! 45 <¿c4 <<bc6, y y, en un momento dado, tras encon­
tablas (el rey negro ha privado al alfil trarse con un oponente lleno de recur­
de la casilla c7). sos y unas derrotas muy duras, el trau­
En. cualquier caso, una posición así ma, la desesperación y la pérdida de la
¡hoy se habría jugado hasta la última confianza en sí mismo. Aún tras haber
sangre’ ¿Por qué, entonces, Capa se hecho acopio de todas sus capacidades,
apresuró a ofrecer tablas, cuando po­ el cubano ya no pudo cambiar el curso
día haber analizado tranquilamente, del match. He aquí lo que escribió el
después del aplazamiento? Sobre todo gran maestro Averbaj al respecto:
porque, en vista de su cumpleaños (el “Es imposible ignorar un factor muy
19 de noviembre el cubano cumplía importante en la lucha ajedrecística: la
39), disponía de un día libre adicional. psicología. Nos preguntamos ¿por qué
Quizá estaba extremadamente agotado Capablanca -por entonces sin duda el
y no veía un plan ganador y, por tanto, jugador más ‘técnico’ del mundo- fue
decidió no gastar su tiempo ni sus ener­ incapaz de ganar posiciones técnica­
gías. O tal vez vio 40 Sb6 y, compren­ mente ganadas, en las partidas 27 y 31?
diendo que había dejado escapar una En una ocasión, Alekhine, durante el
clara victoria, se sintió muy contrariado período en que perdió temporalmente

337
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

la corona, explicó la razón de que evi­ bría apostado por Capablanca (como
tase la transición a un final técnico, por también en el primer match, ele haber­
el hecho de que ‘sencillamente no po­ lo afrontado con mayor seriedad). Pero
día confiar en mi paciencia ni en mis en los duelos de ese calibre el carácter
nervios, que son lo que realmente re­ también cuenta. Antes de Buenos Ai­
quería el final en cuestión.’ Ahí está la res, Capa nunca en su vida había tenido
clave: ¡la técnica es, antes que nada, que esforzarse tanto. Incluso en el
nervios! Hacia el final de aquella mara­ match con Lasker, jugó a media intensi­
tón de dos meses agotadores, el sistema dad, y eso le bastó. Mientras que contra
nervioso de Capa no se encontraba en Alekhine, no fue así. También está
buena condición. Por esta razón es por abierta la cuestión de cuánto podría re­
lo que no pudo ganar posiciones que sistir el cubano una tensión tan alta.
en otras condiciones habría fácilmente Capablanca fue el primero en ex­
convertido en victoria”. perimentar el sufrimiento de un
Creo, no obstante, que a Alekhine match ilimitado, y criticó severamente
no le gustaba la orientación del juego la fórmula: “Sin un límite al número
entre las partidas 27 y 31 (por no ha­ de partidas,” escribió, a principios de
blar del período entre la tercera y la 1928, al presidente de la FILE, Ale­
séptima). Una vez más, comprendió lo xander Rueb, “es muy posible que el
competente que era su adversario y match nunca llegue a finalizar, o que
que no estaba, en modo alguno, dis­ pueda prolongarse durante tanto tiem­
puesto a un match-revancha al que, se­ po que convierta el resultado en algo
gún el protocolo de Londres, tendría dependiente de la resistencia física y
derecho el excampeón. Lamentable­ mental de los jugadores. En otras pala­
mente, Capablanca no aceptó de in­ bras, estaría condicionado por quién
mediato jugar bajo las mismas condi­ se agota antes, no por quién es el me­
ciones, retrasó el desafío y le concedió jor de los dos. Esto por no hablar del
a Alekhine una oportunidad formal­ coste del encuentro, evidentemente
mente legítima de evitar un match-re­ mayor cuánto más se prolongue”. Ca­
vancha (los detalles de estos dramas se pablanca, en consecuencia, sugería
mencionarán en el capítulo sobre el restringir el número de partidas a 16,
cuarto campeón mundial). es decir, si ninguno de los contendien­
Sólo podemos, por tanto, especular tes hubiese logrado ganar seis parti­
acerca de qué hubiera sucedido, de ha­ das, el vencedor del match y el cam­
berse disputado un nuevo encuentro peón del mundo sería aquél que
entre ellos. Capablanca, tras haber hubiera conseguido el mayor número
aprendido de su amarga experiencia, de victorias (en caso de empate, el
seguramente se habría preparado de campeón conservaría el título).
forma concienzuda. Por primera vez en Envió una copia de la carta a Ale­
su carrera, no es que tuviese que em­ khine, pero en respuesta éste último
plearse a fondo, sino ¡que tendría que declaró: “Le gané a usted seis partidas
dar el todo por el todo, de principio a en buena lid y sólo reconoceré la su­
fin! Teniendo en cuenta el formidable perioridad de alguien (ya sea usted u
talento natural del cubano y el hecho otro) que me gane también seis parti­
de que seguía siendo relativamente jo­ das”. No obstante, Alekhine jugaría
ven (40 años), el mundo del ajedrez más tarde encuentros limitados a 30
hubiera tenido una gran oportunidad partidas.
de verle en la cima de su capacidad. La FIDE tampoco apoyó a Capa-
Un análisis del match demuestra blanca. Por el contrario, apoyó a un as­
que un segundo encuentro también pirante “oficial” distinto, el campeón
habría sido una batalla muy dura e de la FIDE, Bogoljubov. (Por otro lado,
igualada. Si tenemos en cuenta el as­ a mediados de los setenta, la FE )E apo­
pecto puramente ajedrecístico, yo ha­ yó a Fischer, y a continuación, también

338
José Raúl III

a Karpov, que extrajeron de los archi­ antes de efectuar Capa su novena juga­
vos polvorientos los en principio en­ da apareció en la sala una hermosa mo­
cuentros ilimitados, relegados al olvi­ rena, su esposa Gloria, que se había
do. En ¡986 volvieron a enterrarse y presentado de improviso, desde La Ha­
esta vez, esperemos, que para siempre). bana. Esta “sorpresa de apertura” fue
un shock para el maestro, que por en­
En el o toño de su carrera tonces tenía un romance con una her­
mosa rubia. (Más tarde, su primer ma­
El excampeón vivió la década si­ trimonio, cuyos frutos fueron un hijo y
guiente a su fracaso de Buenos Aires, una hija, finalizó en divorcio, volviendo
con la desesperada esperanza de jugar Capa a casarse.
otro match por la corona. Su primera
aparición en torneo fue Bad Kissingen Después de esto, y como había he­
1928: 1. Bogoljubov 8 (de 11); 2. Capa- cho antes, el excampeón ganó varios
blanca 7; 3-4. Rubinstein y Euwe 6,5; 5. torneos menos importantes, pero en
Nimzovich 6; 6. Réti 5,5 etc. La “habi­ Hastings 1930/31, tras perder inespe­
tual” victoria de Capa sobre Bogoljubov radamente ante Sultan Khan, finalizó
fue neutralizada por una derrota ante medio punto por detrás de Euwe. En­
Spielmann. Inmediatamente después tonces decidió jugar un encuentro a
del torneo, Bogoljubov desafió a Alekhi­ diez partidas con el holandés, quien
ne a un match, y el campeón aceptó. por entonces era uno de los más desta­
Dos meses después, el cubano se ■ cados jugadores de la elite, y el encuen­
concedía a sí mismo un excelente rega­ tro finalizó en una convincente victoria
lo de cumpleaños (el 40°), al ganar en por 6-4 (+2 =8). “El cubano fue capaz
buen estilo el torneo a doble vuelta de de demostrar su superioridad sobre Eu­
Berlín 1928: 1. Capablanca 8,5 (de 12); we, de forma más efectiva que Alekhine
2. Nimzovich 7; 3. Spielmann 6,5; 4. Tar- y Bogoljubov”, escribió la revista Shaj-
takower 5,5; 5-6. Réti y Rubinstein 5, etc. maty v SSSR. “Por consiguiente, cuanto
No estuvo tan afortunado en el antes se juegue el tan esperado match-
grandioso torneo de Carlsbad 1929: 1. revancha Alekhine-Capablanca, tanto
Nimzovich 15 (de 21); 2-3. Capablanca mejor para el mundo del ajedrez. Para
y Spielmann 14,5; 4. Rubinstein 13,5; 5- el campeón actual, Capablanca, a pesar
7. Beckm; Vidmar y Euwe 12; 8. Bogol­ de todas sus ‘fracturas’, sigue siendo el
jubov 1 i ,5 etc. Dos derrotas con ne­ oponente más peligroso”.
gras, ante Sámisch y Spielmann, le Lamentablemente, la crisis econó­
privaron al excampeón del primer mica mundial enterró las esperanzas
puesto, y su único consuelo fue el fra­ de la revancha. La correspondencia
caso de su rival, Bogoljubov. con Alekhine condujo a un empeora­
Por cierto que en la partida Sá- miento de las relaciones entre los his­
misch-Capablanca tuvo lugar una cu­ tóricos rivales, e incluso llegaron a ve­
riosidad infrecuente: tarse recíprocamente en los mismos
torneos.
1 d4 ¿Lf6 2 c4 e6 3 £c3 .¿Lb4 4 a3 “Capablanca solía hablar tranquila­
¡Patente de Sámisch! mente y con moderación acerca de to­
do”, recuerda Alexander Koblenz.
4 ... ¿xc3+ 5 bxc3 d6 6 f3 e5 7 e4 4hc6 “Sin embargo, cuando nuestra conver­
8 £e3 b6 9 ^.¿3 ¿a6?? sación giraba en torno a los problemas
Una jugada “mecánica”. de la lucha por el campeonato mun­
dial, enfrente de mí aparecía una per­
10Wa4W7 11 d5
sona muy distinta, una especie de león
Vías.negras perdieron su caballo. El se­ rabioso, aunque con el fervor sólo típi­
creto de este “error del año” fue revela- co de un meridional, con su tempera­
do por propia víctima. Resulta que mento verborreico, que hacía difícil

339
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

seguir el torrente de sus palabras y de personalmente medio siglo después)


sus indignadas exclamaciones. Ese le inspiraron a Capa nuevos bríos, y en
punto era, obviamente, un tema muy 1936 jugó brillantemente en Moscú: 1
penoso para el cubano. Su alma se­ Capablanca 13 (de 18); 2. Botvinnik
guía estando atormentada por el senti­ 12,5; 3. Flohr 9,5; 4. Lilienthal 9; 5. Ra­
miento de haber perdido la corona. gozin 8,5; 6. Lasker 8, etc. A continua­
Hablaba con increíble ardor. ¡La de­ ción, en el “torneo de los campeones’
rrota había inflamado sus ambiciones! (Nottingham 1936): 1-2. Botvinnik y
Capablanca estaba convencido de que Capablanca 10 (de 14); 3-5. Reshevsky,
Alekhine era inferior a él, tanto en Fine y Euwe 9,5; 6. Alekhine 9; 7-8. Las­
fuerza como en talento. Un complejo ker y Flohr 8,5; 9. Vidmar 6; 10-11. Bo-
de superioridad había ido desarrollán­ goljubov y Tartakower 5,5 etc.
dose en su fuero interno, impidiéndole El joven Smyslov, que por entonces
evaluar sobria y objetivamente la mere­ había asistido, como espectador, al tor­
cida victoria de su adversario. Estaba in­ neo internacional de Moscú, recuerda:
dignado por la pasividad del mundo “Me atraía especialmente el juego de
del ajedrez en organizar su match-re­ Lasker y Capablanca, cuyos nombres,
vancha con Alekhine. Hablaba pestes incluso durante su vida, eran legenda­
de la FIDE y, al mismo tiempo, de ‘toda rios. El juego de Capablanca era nota­
la comunidad ajedrecística’. En cuanto ble por su intuición única y por la im­
a los dos encuentros de Alekhine con presión de facilidad y espontaneidad
Bogoljubov, un jugador al que el cuba­ que producía”.
no, en sus propias palabras, siempre es­ Examinemos dos ejemplos del juego
taba dispuesto a aplastar, los considera­ tardío de Capablanca, dos especímenes
ba una obscena farsa”. de su famosa técnica. .En primer lugar,
Después del match con Euwe, Ca- una lección sobre su tema favorito: “al­
pablanca desapareció de Europa di fil fuera de juego”. Tras derrotar a Bot­
P7

ran te casi cuatro años , limitándose vinnik el día anterior, el cubano era el
.romper récords de simultaneas en ex­ líder solitario del torneo, de modo que
hibiciones por EEUU, Cuba y México. llegó muy bien dispuesto a esta partida
Su debut, tras ese período, fue en Has­ con Lilienthal. ¡Había llegado el mo­
tings 1934/35, donde sufrió un aplas­ mento de saldar una pequeña deuda!
tante derrota a manos de Lilienthal,
para general desencanto: 1-3. Thomas,
Flohr y Euwe 6,5 (de 9); 4. Capablanca
5,5; 5-6. Botvinnik y Lilienthal 5, etc. 108
En Moscú 1935, Capa de nuevo finalizó J.R. Capablanca-A. Lilienthal
en el cuarto puesto, esta vez con dos Moscú 1936, 8a ronda
derrotas (ante Lasker y Rjumin), por Apertura Réti (Al 2)
detrás de Botvinnik, Flohr y su “eter­
no” rival, Lasker. En Margate 1935 fi­ 1 &f3 d5 2 c4 c6 3 b3
nalizó a medio punto del joven Res­ ¡Siguiendo los pasos de Réti! Así, con
hevsky, perdiendo ante él en su partida ayuda de los campeones, las ideas hi-
individual. permodernas se hicieron clásicas.
Parecía que la estrella del cubano
comenzaba a apagarse. Pero entonces - 3 ... ¿,f5 4 áLb2 e6 5 g3 <-Lf6 6 Ag2
¡milagrosamente!-, a finales de 1935 7ábd7 7 0-0 h6
Alekhine perdió el título ante Euwe. “Esta jugada, que preserva el alfil de f5
¡De repente, había una posibilidad de del cambio, es completamente innece­
que Capablanca recuperase el trono! saria” (Capablanca). En la partida
Creo que este factor y su joven esposa, fuente, Lasker jugó 7 ... J¿.cI6 (partida
la emigrada rusa Olga Chegodaev (a núm. 71), pero también es bueno 7 ...
quien yo tendría el placer de conocer áke7 8 d3 0-0 9 C:bd2 a5!?, con idea de

340
José Raúl III

10 <úh4 Ag4 11 h3 Ah5 12 g4 ^g6 13 Provocando d3-d4, que activaría el alfil


£bxg6 hxg6, con igualdad. de h7 y concedería un juego cómodo a
las negras. 18 ... c5 debilita el centro: 19
1-

8d3 ±e
e4! dxe4 (es peor 19 ... d4?I 20 e5 ¿2bh5
También es posible 8 ... _2.c5. Por ejem­ 21 Jkg4! ¿\g6 22 ^h4) 20 dxe4 e5 21
plo: 9 £bd2 0-0 10 Wc2 We7 11 e4 dxe4 He2 ^c7 22 ficel y ¿¡bbl-c3-d5, con al­
12 dxe4 Áih7 13 a3 a5 14 h3 £.b6 15 guna ventaja.
Jtc3 £)c5 16 £ic5 fifdS = (Keres-Euwe,
Torneo AVRO, Holanda 1938), o bien 19 fifi!? &f8 20 /Ag2
9 £c3 0-0 10 '©'c2 ¿h7 11 e4 dxe4 = “Si 20 4be5?!, podría haber seguido
(Smyslov-Keres, Moscú 1951, 19° Cam­ 20 ... &xe5 21 Axe5 &d7 22 &b2 f6, y
peonato URSS). luego e6-e5” (Capablanca).
9 £bd2 0-0 10 fiel 20 ... ±d6
O bien j 0 a3 a5 11 ®c2 ^.h7! 12 fiad Apuntando a c6-e5. Ahora, con el alfil
(12 &c3 b5! = Botvinnik-Smyslov, Mos­ retirado a g2, también era digna de
cú 1958, 12a) 12 ... JLd6, para seguir consideración 20 ... c5!?
con We7 y e6-e5.
10 ... a5 11 a3 313

Para contestar a a5-a4 con b3-b4, evi­


tando la apertura de la columna a.
11
□0
O

Es un poco más preciso 11 ... Jlh7!,


puesto que entonces, tras 12 fic2, ade­
más de 12 ... Ee8, también es posible
12 ... £e8!? 13 Wal M6; 12 ... ^b6!? 13
'©'al fifclS, o bien la idea de Lasker,
12 ... ¿d6!? 13 Wal ^e7.
H
12 Hc2 4h7 21 £íe5! .4xe5
La imprudente 12 ... e5? 13 £>xe5 £}xe5 Era más sólido 21 ... ^Lf8!
14 ^.xe5 _áxa3 se refuta con 15 útxí'6!
gxf6 16 cxd5 cxd5 17 e4, con una peli­ 22 ,u.xe5 ^xe5 23 Wxe5 £hd7
grosa iniciativa. “Es malo 23 ... d4?, debido a 24 c5 Wb5
13 '^al M8 25 &c4 Se7 26 ^d6 Wxb3 27 Ebl
®xa3 28 ^xb7 Ec8 29 Sal Wb4 30
También se ha jugado 13 ... 'S'b6 (Stein- £lxa5, etc. También es insuficiente
Tal, Moscú 1971), así como 13 ... ¿c!6 14 23 ... <5bg4?! 24 Wb2 d4, en vista de 25
£)e5 JtíS! (Lobron-Karpov, Lucerna b4, c4-c5 y Í5c4-d6” (Capablanca). Pe­
1985). Creo que esta posición es prohi­ ro es aceptable 23 ... c5!? 24 ®c3 d4,
bitiva paja las blancas, pues ya no tienen y e6-e5-e4.
ni una pizca de su ventaja.
24 Wb2 &f6?’
14 Sel «'b6 15 dh3 Ac5
“Lo correcto es 24 ... c5! y <§5b8-c6. Las
“Las jugadas de las negras muestran
blancas no pueden tomar dos veces en
que aún no se han decidido por un
d5, debido a la pérdida del peón e2”
plan concreto. Con el objetivo de pre­
(Capablanca).
parar c6-e5, parece lógico JLdG
y Wb8" (Capablanca). O bien 15 25 b4! axb4 26 ®xb4! Wxb4
Sad8!?. y c6-c5. Si 26 ... ®c7, habría seguido 27 Sbl
16 fifi ±f8 17 Eccl Sad8 18 fifel fie? 28 Eb3, con una ligera pero pro­
&c5!? longada presión.

341
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

27 axb4 Ha8? y 29 ... b6?! 30 b5! cxb5 31 cxd5 e5


(31 ... exd5 32 ¿Ld4) 32 d6, etc.
Un momento importante, sobre el que
Capablanca no realiza comentarios. 30 Ha5!
Después de 27 ... dxc4 28 ¿¡bxc4 2d4 29 30 c5 e5 31 ¿h3 <¿’e7 es confuso.
<£>a5 2xb4 30 Sbl, las blancas habrían
recuperado su peón con cierta ventaja. 30 ... dxc4?
Pero 27 ... e5!, para liberar el alfil de h7 “El error decisivo. La única defensa
con e5-e4, hubiera propiciado cambios era 30 ... ^e? (si 30 ... b6?l, entonces 31
y unas rápidas tablas: 28 cxd5 (28 Sal?! %xa8 ZxaS 32 b5! cxb5 33 cxd5 e5 34
e4!) 28 ... ^xd5 29 b5 cxb5 30 Sc5 ¿Lf6 nd y d5-d6: G. K.) 31 Sfal 2xa5 32
31 ¿xb7 (o bien 31 Hxb5 e4! =) 31 ... Sxa5 <¿>d6 33 Ea7 <¿c7 34 Cia5 Hb8.
e4 32 ¿c6 2e7 33 ^xe4 ¿xe4 34 dxe4 Aunque después de 35 c5, las negras
4bxe4 35 Sxb5 &c3 =. están bloqueadas, no se ve un método
28 Sal ganador evidente para las blancas”
(Capablanca).
“Tenía esta posición in mente desde mi
jugada 21. El final es ventajoso para las 31 dxc4 ^b6 32 Sxa8! Sxa8 33 2)a5!
blancas, que cuentan con un punto 2a7
fuerte en a5, permitiéndoles doblar to­ No es mejor 33 ... Hb8 34 Sell e5 (34 ...
rres en la columna a. Además, el alfil <á?c7 35 &xb7!; 34 ... ¿c2 35 Sd2 ¿a4?
de g2 es fuerte, mientras que el de h7 36 Sa2 y <á?fl-el) 35 Sd6 <¿?c8 (35 ...
estará fuera de juego durante mucho <Ae7 36 Sxc6!) 36 b5 -£c8 37 2d2 cxb5
tiempo” (Capablanca). 38 cxb5 b6 39 <Ac6 + -.

314 34 Edl!
Con la amenaza 35 ^.xc6 bxc6 36 2d8+
ÍPe? 37 £)xc6+.
34 ... <á?e8
Si 34 ... f6? (34 ... <¿>e7? 35 /¿xc6!), en­
tonces 35 Sd8+ 36 2b8 +

28 ... <Sd7?l
La mejor posibilidad seguía siendo
28 ... e5! Por ejemplo: 29 cxd5 £>xd5 30 S'S? Lev
Ai&J $£<1
¿xd5 (30 b5?I &c3!) 30 ... cxd5 31
^b3 e4 32 d4 ¿15, o bien 29 c5 e4! 30
d4 c3 (30 ... ¿15!?) 31 fxe3 Sxal 32
Hxal Hxe3 33 Ha8+ He8 34 2xe8+
CixeS 35 ¿h3 15 36 e3 £>c7, con buenas
35 £xb7!
probabilidades de tablas.
“El modo más rápido ganar. La
o

29 <£b3 <á?f8 as blancas


combinación concede
Las variantes que siguen ilustran las di­ una torre y dos peones pasados, por al­
ficultades crecientes de las negras: 29 ... fil y caballo. Estas piezas menores son
£b6?! 30 c5 &d7 31 Ha5! b6 32 cxb6 incapaces de luchar con los peones pa­
HabS 33 Ha7 &xb6 34 &d4 &c8 35 2c7 sados, apoyados por la torre” (Capa-
Hxb4 36 <2íxc6 (con la amenaza Hxc8+) blanca). . . . .

342
José Raúl III

“Una típica operación de cambio en el mejores tiempos. Pero eso no disminu­


final, por parte de Capablanca. En ge­ ye la belleza e importancia didáctica de
neral, le gustaba jugar con torre y dos este complejo final.
peones contra dos piezas menores”
(Botvinnik).
35 ... Zxb7 36 jLxc6+ 2d7 37 c5 &e7 109
O bien 37 ... <?5d5 (37 ... ¿.e4? 38 I. Kan-J.R. Capablanca
2xd7!) 38 fB f5 39 b5 <á?e7 40 £xd7 Moscú 1936, 10a ronda
<á?xd7 41 Sal! +-. Apertura Vienesa (C25)
38 ¿xd7 &xd7 39 c6 £b6 40 c7 _&f5 41
1 e4 e5 2 &c3 A.c5
Sd8
“La teoría recomienda (en esta apertu­
“Con 41 e4 Ag4 42 f3 £xf3 43 Sd8 ra) desarrollar antes los caballos, pero
^.xe4 44 c8^, las blancas habrían gana­ las negras querían evitar las variantes
do pieza, conservando la calidad por trilladas, con 2 ... £)f6 3 f4 d5, etc” (Ca­
un peón, pero esto habría prolongado pablanca).
la partida” (Capablanca).
3 4hf3
41 ... e5 12 Sb8!
Es más agudo 3 f4 d6 4 £5f3, pero Kan
Pero no 42 b5? £ic8. sólo piensa en términos de tablas.
42 ... ¿Lc8 ■ 3 ... d6 4 4ha4
Si 42 ... Oído, entonces 43 08^ álxc8 44 La “teórica” 4 d4 exd4 5 <<bxcl4 también
Sxc8 4jxb4 45 Sc7+ <¿>e6 46 e4! concede a las blancas un juego ligera­
43 b5 &d6 44 b6 ^e7 mente más libre.
44 ... <«c6 45 b7, etc. 4 ... Jlb6 5 £)xb6 axb6 6 d4 exd4
45 Sf8 6 ... ®e7l? (Larsen).
De nuevo, había otra forma de ganar: 7 ©xd4 ®f6
45 c8'B' d3xc8 46 b7 ■á’c? 47 bxc8'^'+ Si 7 ... <55f6, entonces 8 Ag5. Capa pro­
&xc8 48 2a8. pone el cambio de damas, esperando,
45 ... £c8 46 Sxf7 £d5 no sin justificación, superar a su opo­
nente en el final.
O bien 46 ... g6 47 Sf6+ '¿’d? 48 h4.
8 ¿,g5I?
47 Sxg7 ¿£xb6 48 Sh7 £d5 49 Sxh6+
<¿>xc7 50 e4 ¿£e7 51 f3 <á?d7 52 h4 <á?e8 La famosa partida Schlechter-Janowski
53 Ef6 £}g8? (San Sebastián 1911) siguió con 8 Jtd3
■&c6 9 Se3 £ge7 10 0-0 0-0 11 c3 ¿Lg6
Una omisión, pero 53 ... áLd7 54 h5 12 £d4 &xd4 13 cxd4 2a4 =.
£sg8 55 Sg6 <á?f7 56 Eg5 tampoco ha­
bría salvado la partida. 8 ... ®xd4 9 ¿Lxd4 Ad7 10 ,Lc4
54 2c6 10&b5!?
Las negras se rindieron. Si 54 ... JLd7, 10 ... &e7 11 0-0 ¿Lg6
55 2c5 y 2xe5. Este juego ganó el ter­ “Antes de enrocar es necesario impedir
cer premio especial a “la mejor par­ 12 f4, después de lo cual ahora seguiría
tida”. 12 ... h6 13 15 £se5, ganando” (Capa-
La que sigue es una partida muy co­ blanca).
nocida con uno de los maestros soviéti­ 12 a3
cos. El excampeón de 47 años, tras ob­
tener claramente la mejor posición, 12 ^b5!?
quizá no jugó con la precisión de sus 12 ... 0-0 13 2adl &c6

343
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

sus palabras, “en caso de 19 ... £ixd3?!


los alfiles de distinto color habrían ase
gurado a las blancas las tablas”.
20 &fl
La maniobra áLa6 podía haberse impe
dido con 20 Hal!?, con idea de b2-b3 )
a3-a4. O bien 20 Jlb4!? (con la mismt
idea) 20 ... c5 21 ^Lc3, y las negras ape­
nas tienen una ventaja simbólica.
20 ... &a6 21 áixa6?!
14¿bxc6?’ Más fuerte es 21 Sd4!, cambiando la ac­
tiva torre negra y logrando una posi­
El primero de una serie de pequeños ción de tablas.
errores. “Con este cambio, las blancas
sólo incrementan el valor de los peones 21 ... Exa6 22 J¿.xe5?!
negros” (Capablanca). Aquí 14 4¿3b5?! Pero este cambio mejora la estructura
hubiera sido un tiro al aire, en vista de de peones de las negras y les concede la
14 ... &ce5 15 Jfe2 &xb5 16 _&xb5 Sa5 posibilidad de atacar en ambos flancos.
17 dfc2 &f3+! 18 £.x£3 Sxg5. Pero, co­ Por supuesto, en cualquier caso Capa
mo demostró el cubano, lo correcto tenía un plan muy claro (c6-c5, ¿Lc6,
era 14 Jfcl! (14 ... Ha4?! 15 b3! y 16 <¿’f7-e6 y b6-b5-b4), pero mientras que
a4). Creo que si los jugadores se hubie­ las blancas no tomen en e5, su posición
ran cambiado los puestos, Capa rápida­ es relativamente segura.
mente habría demostrado a Kan lo que
significa tener el par de alfiles y de lo 22 ... fxe5
que son capaces. “Ahora está claro que las negras están
mejor. Su masa de peones es más com­
14 ... bxc6
pacta hacia; el centro, y sus torres con­
Las negras han logrado un compacto trolan columnas abiertas” (Capablan-
esqueleto de peones, que en última ins­ ca). Al buscar las tablas, Kan ha tratado
tancia podrán explotar. de cambiar el mayor número posible
15 Ad2?l de piezas y, como a menudo sucede, se
ha pasado.
Sin comprender que 15 jLcl! seguía
debiendo jugarse, para continuar con
b2-b3 y a3-a4.
15 ... Ha4! 16 &d3 £e5 17 £c3 f6 18 f3
Quizá hubiera sido mejor expulsar el
caballo con 18 f4. La posición blanca ya
es ligeramente peor, pero aún no tiene
especiales debilidades, y Kan decidió
simplemente mantener su terreno.
18 ... He8 19 2f2
Un desenlace pacífico parece inevita­
ble, pero no debemos anticipar conclu­
23 Hd3?'
siones.
Las posibilidades de las negras se ha­
19 ... Ac8! brían restringido’ con 23 c4!, aunque
En primer lugar, Capa priva a las blan­ también en este caso podrían llevar su
cas de la ventaja de los dos alfiles. En rey al centro, jugar c6-c5 y comenzar

344
José Raúl III

un ataque con g7-g5-g4, para crear de­ El plan alternativo era mantener cerra­
bilidades en la posición enemiga. Por da la columna h: 30 'á’eS g4 (30 ... c4 31
supuesto, con un juego correcto las <¿>d2; 30 ... c6 31 g3; 30 ... HfB 31 Hcd3)
blancas podrían defenderse (como es­ 31 Sd2 Eg8 32 Eb3, etc.
cribe Capa, “la tendencia neutralizado- 30 ... h5
ra de los finales de torre es significati­
va”), pero en la práctica todo se decide 30 ... H£8 31 <¿?e3 c4 32 <á?d2, con idea
por la diferencia de clase. de b2-b3; 30 ... c6!?
23 ... b5’ 31 Ehl
Con la misma idea, pero por el mo­ Neutralizando la ruptura g5-g4, pero
mento las negras ganan un poco más parece mejor 31 d?e3!?
de espacio. 31 ... Zdl+
24 Efd2 c5 25 «±>f2 Ea4! También era bueno 31 ... Eg8 32 &C2
“Una oportuna medida preventiva, pa­ c6! 33 Ed3 d5, etc.
ra impedir que las blancas se liberen, 32 &e2
con £344” (Capablanca).
Pero no 32 Ed3?l c4 33 Exd4 exd4 34
26 <¿>e2 «£7 27 Edl &e6 h4 Eg8 y <á>e5-f4-g3, con abrumadora
Ahora existe el plan de la ruptura c7-c6 ventaja de las negras.
y db-do, de la que deberán estar conti­
32 ... Sg8
nuamente pendientes las blancas. En
una docena de jugadas, su posición ha “Impidiendo un posible h3-h4” (Capa-
pasado de ser ligeramente mejor a pasi­ blanca). De nuevo era tentador 32 ...
va y desagradable. c6!?, con idea de c5-c4 y d6-d5.
28 <4>d2 33 Ed3 Sa4
Las blancas no saben qué hacer, por lo Es importante mantener la torre activa.
que se limitan esperar. Era digna de 34 Shdl
consideración 28 h4!?
28 ... Hb8 318

Mas directo era 28 ... 3d8!? (o bien


28 ... c4 29 Ec3 Sc8!?)> con idea de c7-
c6 y d6-d5. Sin embargo, el principio
básico de Capa era no crearse debilida­
des en su posición, salvo en caso de ex­
trema necesidad. De modo que difiere
el avance en el centro hasta el momen­
to decisivo, cuando el oponente ya esté
“maduro”. i

29 Zc3
O bien 29 <á?c3 g5; 20 h4!? 34 ... g4?!
29 ... g5 Euwe, el vigente campeón mundial, ca­
lificó a esta partida “la mejor de todas
Un ataque típico de una minoría de las que se han visto en el torneo. Capa-
peones en el flanco de rey. También blanca juega el final con excepcional
era jugadle 29 ... Ef8 30 á’eS c4! (30 ... maestría”. ¡Aquí tenemos en acción a la
g5 31 Ecd3 c4 32 H3d2!) 31 <á?d2 c6, magia del nombre y el resultado! Estoy
con la amenaza d6-d5-d4, o la centrali­ de acuerdo en que todo parece lógico y
zación preparatoria 29 ... Hd4+! precioso, pero era mejor 34 ... 2b8! (pe­
30 h3 ro no 34 ... c4?l de inmediato, debido a

345
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

35 Sd5) 35 fihl c4 36 fiel2 fig8!, seguí- 319


do de c7-c6 y d6-do: ¡siempre hacía el
centro!
35 hxg4 hxg4 36 ¿e3
Entregando la columna h. Después de
36 fihl gxf3+ 37 gxf3 5g24- 38 ¿di b4
(con la amenaza c5-c4-c3) 39 Sb3 ¿d7
40 ¿el ¿c6, las negras habrían conser­
vado probabilidades de ganar.
36... fih8!
La típica ocupación de una columna. 41 Sd3?
37 fib3! La jugada secreta, que parece conse­
cuencia de los apuros de reloj. “Cuan­
“Era claramente malo 37 fxg4? fig8 38
do llegué a la sala, para reanudar la
¿f3 fif8+ 39 ¿e3 SÍ4. También des­
partida aplazada”, recuerda Kan, “un
pués de 37 f4?! exf4-t 38 ¿xf4 fif8+ 39
miembro del comité organizador se me
¿e3 fih8 (39... g3!?; 39...<&d7!: G. K.),
acercó y me dijo: “El señor Capablanca
la posición blanca no es envidiable”
le ofrece unas tablas, si ha sellado usted
(Capablanca).
41 f4”. Lamentablemente, no era ésa
37 ... Sh2 38 Sd2 Sd4! mi secreta, así que me vi obligado a “re­
husar” su oferta.
38 ... c6? 39 fxg4.
Como observó Capa, “41 f4! era la úni­
39 fie2 ca posibilidad de salvación. Por ejem­
¡Kan se defiende con todos sus recur­ plo: 41 ... fih4 42 fxeo fidxe4+ 43 ¿13
sos! 39 fixd4?I (39 Sbd3? c4!) 39 ... fihf4+ 44 ¿xg3 fig4+ 45 ¿Í3 2xe2 46
cxd4+ 40 ¿F2 gxfB 41 ¿xf3 c6. ¿xe2 fixg2+ 47 ¿f3 Sh2 48 ¿g3 y 49
exd6 =”. La computadora confirma esta
39 ... c6 40 Sc3
evaluación. No está claro por qué las
Es dudoso 40 f4?l d5!, así como tam­ negras deberían estar mejor aquí. Pero
bién 40 fid3?! Hhl 41 ¿f2 fixd3 42 sería interesante saber qué pensaban al
cxd3 fidl 43 ¿e3 g3, etc. Sin embargo, respecto los comentaristas que alaba­
las blancas podían, haber tomado sen­ ron esta posición.
cillamente ei peón, 40 fxg4, aunque
41 ... fihl! 42 f4?!
después de 40 ... c4! (40 ... ¿f6?! 41
fid3!) 41 Sc3 ¿f6 (Capablanca), las Ahora esto pierde al instante. Después
negras habrían conservado cierta ven­ de 42 Sb3, podía haber seguido 42 ...
taja, gracias a su fuerte torre de d4: 42, c4, y luego fifi, fiddl y d6-d5, mientras
b3 cxb3 43 cxb3 c5, o bien 42 ¿£3 '¿’go que si 42 c3, entonces 42 ... fixd3+ 43
43 fice3 Sh6! ¿xd3 do.
40 ... g3?! 42 ... fifi!
La última jugada antes del control, pro­ Una vez más, un típico final de manio­
bablemente efectuada en apuros de bras: la torre corta al rey del peón g3.
tiempo. Después de 40 ... fidl, las blan­ Tras conservarlo, las negras inician de­
cas podían jugar 41 Sd3, mientras que cisivas operaciones en el centro y flan­
si 40 ... c4 ó 40 ... ¿f6, entonces simple­ co de dama.
mente 41 fxg4. Pero 40 ... Shl 1 habría 43 f5+
mantenido la ventaja: 41 fxg4 (41 ¿f2
fibl!) 41 ... fifi (con la amenaza fif4) No es mejor 43 fxeo ¿xe5 44 ¿d2 c4, o
42 g3 c4 43 g5 d5, etc. bien 44 fixd4 cxd4+ 45 ¿d2 c5 - +.

346
José Raúl III

43 ... <á?f6 44 c3 2xd3+ 45 <á?xd3 d5! flexiva y pausada manera con que Las­
ker analizaba una posición, que intere­
La avalancha de peones negros se po­
saba a ambos excampeones, contrasta­
ne en marcha, arrastrándolo todo a su
ba con la velocidad casi relámpago con
paso.
la que Capablanca mostraba sutiles e in­
esperadas variantes. También demostra­
ba, por supuesto, la extraordinaria téc­
nica de Capablanca”.
Después de Nottingham 1936, don­
de Capablanca finalizó empatado en el
primer puesto con Botvinnik, por de­
lante del campeón mundial Euwe, el
excampeón Alekhine, Lasker y toda
una cohorte de maestros, y una vez más,
invicto, ¡derrotando en su partida a Ale­
khine!, la prensa escribió que el cubano
había recuperado su mejor forma y que
tenía buenas posibilidades de recupe­
46 b3
rar el título mundial. Eso es también lo
De otro modo, 46 ... c4+ 47 &e3 214. que pensaba Capablanca, añadiendo: si
46 ... c4+ su salud se lo permitía.
“De todas las cuestiones que intere­
“Parece que lo más fuerte era 46 ... san al mundo del ajedrez, quizá la más
Sal!, pero la textual también es sufi­ importante sea la del campeonato del
ciente” (Capablanca). mundo”, escribió en Izvestia el 10 de ene­
47 bxc4 bxc4+ 48 d?e3 ro de 1937, y admitió que había cometi­
do un grave error al promover las reglas
Si 48 sLd2, las negras habrían ganado
de Londres (1922). “No tomé en consi­
con 48 ... Sal, mientras que si 48 'Í’c2,
deración el hecho de que el campeón
48 ... d4!
mundial, si lo desea, puede retrasar el
48 ... Sal! momento de enfrentarse a un oponente
Despejando el tablero de peones blan­ que considere peligroso”. ¿Qué había
cos. También era buena 48 ... Sf4 (pero que hacer? Capa sugirió concederle a la
no 48 ... Sel?! 49 Ea2!). FIDE el derecho a organizar encuentros
por la corona. Euwe también estaba in­
49 &f3 2xa3 50 d?xg3 clinado a pensar así. Pero seis meses más
O bien Se3 2b3! 51 d?xg3 d4-+. tarde, cuando la FIDE designó aspirante
número uno ¡a Flohr!, vieron que la idea
50 ... 2xc3+ 51 é?h4 Sel! 52 g4
era prematura.
La última posibilidad: g4-g5. En la confusión resultante, y sin es­
52 ... 2b 1+ 53 <á?g3 d4 54 2a2 d3 55 perar el match-revancha Euwe-Alekhi-
<¿lg2 Sel 56 <é>f2 2xe4 57 <á?f3 ne, Capablanca se aseguró el acuerdo
de Euwe a disputar un encuentro en
Finalmente, las blancas se rindieron. 1939 (un año antes del planeado match
“El final de torres merece un minucio­ FIDE con Flohr). Pero el match-revan­
so estudio” (Capablanca). Lo hemos cha fue ganado por Alekhine, y el cami­
hecho lo mejor posible. no del cubano hacia el trono fue blo­
Durante el torneo, por cierto, Kan queado de nuevo.
realizó una interesante observación Sin embargo, Semmering-Baden
acerca de un análisis conjunto entre 1937 y, sobre todo, el torneo AVRO de
Lasker y Capablanca. “Había un sello 1938, en el que, por primera vez en su
de extraordinario talento natural en el vida, Capa finalizó fuera de los premia­
estilo de analizar de Capablanca. La re- dos (séptimo puesto, el penúltimo)

347
Gary Kasparov - Nils geniales PREDECESORES

demostraron que el excampeón, de 50 mente, a causa del mismo) su verdadera


años, ya no estaba en condiciones de contribución en el desarrollo del ajedrez
competir con los líderes de la nueva ge­ moderno fue inferior a la de Steinitz y
neración. Además, el día de su cumple­ Lasker, cuya aportación fue enorme y
años había perdido con su “enemigo fundamental, pues fueron sus auténticos
declarado”, Alekhine (partida núm. fundadores. Mientras que Capablanca,
147). Este último daría más tarde una por el contrario, hizo todo lo posible por
explicación de aquel fracaso: “Hacia el simplificar los problemas que se le pre­
fin de sus días, Capablanca podía seguir sentaban, dividiéndolos en componen­
creando obras maestras de ajedrez, pe­ tes elementales. De ahí la impresión de
ro ya no tenía suficiente resistencia para que para él todo fue fácil y comprensi­
tener éxito en un gran torneo”. ble, y de ahí también la idea de la muer­
¿Eran las cosas así de simples? Las­ te del ajedrez, por culpa de las tablas.
ker, por ejemplo, conservó esa resisten­ Durante un buen centenar de años
cia y hasta los últimos años de su vida lo­ se ha creado en la conciencia pública la
gró vencer a muchos jóvenes maestros. impresión de que los jugadores de aje­
Me parece que la principal razón para el drez eran gente de una casta especial,
declive de los resultados de Capablanca consagrados a una especie de orden
fue la creciente complejidad del aje­ misteriosa, y que el ajedrez era un juego
drez, precisamente durante el último para hombres sabios, que se sentaban
período de su carrera. Las ideas hiper- en un café, reflexionando profunda­
modernas ya se habían incorporado a la mente mientras fumaban un cigarro y
teoría, y ahora la “Escuela Soviética de descubrían jugadas increíbles, descono­
ajedrez” había anunciado la era de un cidas para la gente común. Pero Capa-
nuevo juego, ¡diferente, dinámico y ge- blanca destruyó ese tópico: ¡para él todo
nuinamente creativo! Capa trató de no era claro y simple, nada de misterios! En
quedar desfasado, pero cada vez le re­ 1910 se parecía a Morphy. Llegó a Euro­
sultaba más difícil. Como hemos visto, pa, la conquistó, y de nuevo regresó a
ya había tenido algunos problemas en América, dejando una estela de admira­
los años veinte, que en los treinta no hi­ ción general. No hay duda de que el
cieron sino agravarse. juego de estos dos genios contenía el
En general, el apogeo de Capablanca tradicional espíritu del continente ame­
fue, en mi opinión, en el período ante­ ricano: sentido práctico y claridad. ¡To­
rior a su conquista del campeonato. Fue do debe estar bien ordenado!
entonces cuando jugó el ajedrez más A renglón seguido, tras la guerra,
fresco e interesante, y cuando demostró Capa se convirtió en el mayor de los ído­
su colosal superioridad sobre sus con­ los, puesto que estaba “cerca de la gen­
temporáneos. Por esa razón surgió preci­ te” y acorde con su tiempo, expresando
samente el mito de su invencibilidad. las alegres esperanzas del mundo en la
Nadie podía ver las pequeñas -y a veces postguerra. Una especie de campeón
no tan pequeñas- lagunas en su estilo “ul- ideal: guapo, hijo de la fortuna y un dios
trapuro”. Pero estos errores no eran acci­ del ajedrez. Por otro lado, un análisis
dentales, y en el encuentro con Alekhine objetivo de sus partidas demuestra que
pasaron a ser trágicos, puesto que echa­ la contribución de Capablanca al aje­
ban por tierra los frutos del enorme tra­ drez fue considerable menor que el ni­
bajo precedente. Capa fue cayendo por vel de su talento. Sus partidas, por su­
culpa de su proverbial pereza, y una cier­ puesto, aportan una rica base para el
ta negligencia en su juego. Si tenía éxito, desarrollo de cualquier jugador, pero
¿para qué esforzarse más? pese a todos sus descubrimientos posi-
He llegado a tener el sentimiento pa­ cionales, no pudo crear nada global.
radójico de que el “misterio Capablan­ Si creó algo, fue sobre todo antes de
ca” jes que no hay misterio! A pesar de la Primera Guerra Mundial. Es una pena
su deslumbrante talento (o más precisa­ que Capa y Lasker no disputasen su

348
José Raúl III

match en 1914. Ambos jugaban muy ún genio, ¡Capablanca! Su ideal era ga­
bien por entonces, y una lucha entre nar mediante maniobras. El genio de
ellos habría sido de enorme interés para Capablanca se revela en su capacidad de
el futuro del ajedrez.-Pero,.como zurr­ noner a nnieha los nnntns débiles del
uiu tainas veces en la i listona uei ¿yeuiez, oponente, na menor ueoniciaci no ptic-
su encuentro no llegó a producirse en el dc escapar a su certera mirada”.
momento oportuno. En la década de los Alekhine: “Capablanca le fue arreba­
veinte, Lasker ya había comenzado a de­ tado prematuramente al mundo del aje­
clinar, mientras que Capablanca se man­ drez. Con su muerte hemos perdido a
tenía casi por inercia. En aquella época un gran genio ajedrecístico, de cuyo ca­
ninguno de los dos tenía igual (Rubins­ libre nunca volveremos a ver”.
tein estaba en pleno declive, y Alekhine Botvinnik: “El juego de Capablanca
sólo comenzaba a despuntar), y nadie producía, y sigue produciendo un irre­
podía obligar a Capablanca a trabajar su sistible efecto artístico. En sus partidas
ajedrez. En ausencia de verdaderos riva­ predominaba una tendencia a la senci­
les, jugaba a medio gas, explotando su llez, y en esta sencillez existía una belle­
fuerza sólo en la medida necesaria. En za única, genuinamente profunda”.
consecuencia, cuando lo quiso intentar, Tal: “Sin la técnica es imposible al­
más tarde, ya no podía mantenerse al día canzar la cumbre en ajedrez y, por con­
en el progreso del ajedrez. siguiente, todos hemos tratado de asimi­
Las últimas apariciones del cubano lar la maravillosa y sutil técnica de
fueron Margate 1939 (1. Reres 7,5 de 9; Capablanca”.
2-3. Capablanca y Flohr 6,5) y la Olim­ Petrosian: “Fui educado en las parti­
piada Mundial en Buenos/Vires, donde das ele Capablanca y Nimzovich, quienes
Capa, jugando por el equipo cubano, pasaron a formar parte de mi carne y de
realizó el mejor resultado en el primer mi sangre ajedrecística”.
tablero. Es sorprendente que, tras el Fischer: “Capablanca se encuentra
comienzo de la Segunda Guerra Mun­ entre los jugadores más grandes, pero
dial, no perdiese las esperanzas de un no sólo por su habilidad en el final. Su
match-revancha con Alekhine, y que in­ truco consistía enjugar aperturas lo más
cluso mantuviese discusiones con el simples posibles, y entonces jugaba con
campeón, cuando éste dio una gira por tal brillantez en el medio juego que la
Sudamérica. Por entonces también Ale­ partida quedaba decidida -aunque su
khine deseaba un encuentro, soñando oponente no siempre lo supiera-, antes
con escapar de la Europa ocupada. Pe­ de llegar al final.
ro el anhelado match no habría de pro­ Capablanca nunca se consagró real­
ducirse. mente al ajedrez, rara vez se preparaba
Al atardecer del 7 de marzo de 1942, para un match. Su sencillez es un mito.
en el Manhattan Chess Club (donde un Su casi absoluta falta de conocimientos
año antes Lasker había dado su última teóricos le obligaban a emplearse a fon­
exhibición de simultáneas), Capablanca do para exprimir al máximo cada posi­
sufrió de repente un fuerte dolor de ca­ ción. Cada jugada que hacía tenía que
beza y comenzó a perder la consciencia. ser superaguda, para extraer algo de la
Fue llevado al hospital y, a la mañana si­ nada. Su juego era forzado. Tenía que
guiente. muido de hemorragia cerebral, jugar más fuerte que nadie, porque te­
en brazos de su esposa Olga. Cuba ente­ nía poco que ofrecer al comienzo”.
rró a su héroe nacional con todos los Karpov: “El ideal en ajedrez sólo
honores. puede ser una imagen colectiva, pero en
Como colofón, he aquí otro mosaico mi opinión es Capablanca quien se acer­
de opiniones emitidas por campeones ca más a esa imagen. Su libro fue el pri­
mundiales. mer libro de ajedrez que estudié, de
Lasker: “He conocido a muchos ju­ principio a fin. Por supuesto, sus ideas
gadores de ajedrez, pero entre ellos sólo me influyeron”. <

349
Capítulo cuatro

Alexander IV
Alexander IV

lexander Alexandrovich Alekhi­ es importante, pero dentro de un par

A ne (31.10.1892-24.3.1946) fue
conocido como “el genio de la

tica visión combinativa se basaba en un


de jugadas puede que ya no lo sea. El
enjuiciamiento posicional suele ser
combinación”. Sin embargo, su fantás­cuestión de intuición, y este tipo de dic­
tamen constituye ya un signo de gran
sólido fundamento posicional, y era el maestría. Bueno, digamos, que ¡la ver­
fruto de una fuerte y enérgica estrate­ dadera maestría se compone de la sutil
gia. Por consiguiente, Alekhine puede evaluación de los tres factores! La capa­
considerarse un pionero del estilo de cidad de sopesar con acierto todos los
juego universal, como se conoce a la es­ “pros” y los “contras”, de sacrificar ma­
trecha interconexión entre motivos es­ terial a cambio de debilitar ciertas ca­
tratégicos y tácticos. sillas, o permitir la fractura de los pro­
Por su enfoque del ajedrez, está cla­ pios peones para ganar un par de tiem­
ro que Alekhine fue un adelantado de pos. Este tipo de concepciones sólo son
su tiempo. Según mi teoría, el ajedrez accesibles a unos cuantos privilegiados.
está formado por tres componentes: Aquí se necesita intuición, experiencia
material, tiempo y calidad de posición, y talento natural.
y todo jugador los utiliza e interpreta a Así pues, Alekhine fue el primero
discreción. Con el concepto material que empezó intuitivamente a combinar
todo está claro; se trata del nivel arit­ los tres factores en su juego, vinculán­
mético con que “piensan” las computa­ dolos entre sí. Demostró claramente
doras: peón, pieza de ventaja, etc. Se que el material es sólo una de las posi­
trata del abe de la ciencia ajedrecística. bles formas de ventaja. Al crear cierto
El segundo factor, tiempo, es más com­ tipo de posiciones, podía sacrificar uno
plicado, pero también comprensible. o dos peones, ¡o incluso una pieza! A
La ganancia de tiempo, la velocidad de veces se pasaba de la raya, pero en ge­
avance de un peón pasado, o el asalto a neral actuaba sobre la base de que el
la fortaleza del rey. Al sacrificar mate- ajedrez es muy diverso y que el sacrifi­
nal por un rápido ataque es, precisa­ cio de material, estrictamente regulado
mente, el tiempo lo que tenemos en por la Escuela de Steinitz, podía, en rea­
cuenta. El tercero, calidad de posición, lidad, aportar otras ventajas. A menudo,
es el menos evidente, porque se trata Alekhine planteaba problemas a sus
de un factor estratégico: estructura de oponentes que éstos no podían resol­
peones, casillas fuertes y débiles, piezas ver, pues eran incapaces de competir a
activas y pasivas, pareja de alfiles, rey tal nivel de complejidad en eljuego.
**expuesto”... La calidad de una posi­ Los maestros de la generación si­
ción no puede dictaminarse mediante guiente, encabezados por Botvinnik y
una evaluación numérica. En un mo­ Reres, sacrificabxn ya con más determi­
mento dado de la partida hay algo que nación, ¡porque se había convertido en
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

un método habitual! AJíos más tarde, el correspondencia, organizado por la re­


terreno estaba abonado para la apari­ vista Shajmatnoe obozrenie (1905-1906), y
ción de los Bronstein, Spassky y Tal. en el otoño de 1907 tomó parte en un
torneo ante el tablero, de la Sociedad
El sucesor de Chigorin Ajedrecística de Moscú, mostrando unos
sorprendentes recursos en posiciones di­
Alekhine creció y vivió durante mu­ fíciles. Como recordaría más tarde, in­
chos años en Moscú, en el Arbat, cerca cluso llegó a desarrollar una infrecuente
de la Plaza Smolensko, literalmente a debilidad psicológica, de la que sólo pu­
unos pasos de mi actual domicilio. Fue do librarse mucho después y con dificul­
el tercer hijo de una familia de la noble­ tades, a saber: “Tenía la impresión de
za tradicional, en la que tanto adultos que si quedaba en una mala posición
como niños jugaban al ajedrez. Comen­ siempre podía encontrar alguna combi­
zó a jugar al ajedrez a los siete años, y su nación inesperada, con ayuda de la cual
hermano mayor, Alexei, se convirtió en podría resolver todos mis problemas.
su principal oponente. Más tarde, su ca­ ¡Una peligrosa ilusión!”.
sa era asiduamente visitada por conoci­ Los ídolos de Alexander y Alexei
dos maestros de agudo estilo combinati- eran Morphy, Anderssen, La Bourdon-
vo, como Nenarokov, Blumenfeld y nais y, por supuesto, Chigorin, quien
Duz-Jotimirsky, quien incluso fue con­ por aquellos años escribía unas colum­
tratado para darle algunas clases al futu­ nas muy populares en la revista Mva y
ro campeón. en el periódico Novoe Vremia. Ya enton­
Hay que decir que durante la transi­ ces aparecían en la prensa menciones a
ción del siglo XIX al XX Moscú era un los hermanos Alekhine, “de los cuales,
importante centro ajedrecístico, el se­ el menor, de 15 años, tiene un notable
gundo de Rusia, después de San Peters- talento”. Duzjotimirsky contó cómo un
burgo. Allí se jugó el match-revancha conocido jugador le cuchicheó en una
Lasker-Steinitz (1896/97), así como el ocasión: “¡He descubierto a un futuro
primero y segundo campeonatos pan- campeón del mundo!” Y suspirando,
rusos (1899 y 1900/01), que ganó Chi­ añadió: “Por el momento sólo es un es­
gorin. También recibía numerosas visi­ colar de Moscú”.
tas de estrellas extranjeras, incluido En el verano de 1908 Alekhine viajó
Pillsbury, con su famoso récord de si­ a Dusseldorf donde se celebraba el 16°
multáneas a la ciega (1902). ¡Una buena Congreso de la Unión Alemana de Aje­
atmósfera para el desarrollo de un joven drez, para participar en un torneo se­
talento! Alekhine estaba tan absorto con cundario, para norma de maestro. No
el ajedrez que durante las clases, según pudo conseguirla, pero su debut extran­
uno de sus condiscípulos, solía “desco­ jero no fue malo: compartió el 4°/5°
nectarse de su entorno y llegaba a no sa­ puesto (+8 -3 =2). Alekhine jugó tam­
ber ni dónde estaba”. En una ocasión, bién allí dos matches cortos, con Barde-
durante un ejercicio de álgebra, de re­ leben (4,5-0,5) y con Fahmi (1,5-0,5).
pente levantó la cabeza, mirando en tor­ Lo principal fue que, precisamente en­
no con unos ojos brillantes, y apartando, tonces, comenzaba el encuentro Las-
en un gesto característico, un mechón ker-Tarrasch por el campeonato mun­
de pelo con la mano izquierda. “Bien, dial, y el joven tuvo la fortuna de poder
Alekhine, ¿lo ha resuelto usted?” “Sí... contemplar cuatro partidas de aquella
¡Sacrifico el caballo y las blancas ganan!” histórica lucha (dos de las cuales son la
La clase, como puede imaginarse, ex­ núm. 53 y la núm. 54). La fuerza intelec­
plotó en risas. tual de Lasker le causó una impresión
Desde los 12 años Alekhine jugó se­ indeleble.
riamente, sobre todo por corresponden­ En febrero de 1909 se organizó en
cia, desarrollando así su capacidad analí­ San Petersburgo un importante congreso
tica. Ganó un torneo de gambitos por internacional en memoria de Chigorin,

354
Alexander IV

que había muerto el año anterior. Le ¡Siguiendo Nimzovich!

p
recuerdo al lector que la victoria en el
torneo principal fue compartida por 6 ... bxc6?l
Lasker y Rubinstein, que finalizaron con 6 ... dxc6 -véase núm. 88.
3,5 puntos por delante de sus más próxi­
mos rivales (aunque, curiosamente, 7 4hxe5 'B'e8 8 <Ug4
¡ambos perdieron con Duz Jotimirsky!)
Pero en el torneo secundario, concebi­ Característico de Alekhine: ¡tiene sus
do para aficionados de toda Rusia, se miras puestas en el rey enemigo! Des­
produjo una auténtica sensación, ya que pués cíe 8 4zbd3!, las blancas tienen cier­
fue ganado por el participante más jo­ ta ventaja, debido a su mejor estructura
ven (de 16 años): 1. Alekhine 13 (de de peones.
16); 2. Rotlewi 12; 3. Gregori 11,5 etc. 8 ... <$}xe4?
Alexander se convirtió en maestro y mu­
chos empezaron a considerarlo como Subestimando los recursos tácticos. Lo
un digno sucesor de Chigorin. correcto es 8 ... 7jxg4 9 ©xg4 d5 10
En 1910 Alekhine finalizó la escuela 's'h4 áLxc3 11 bxc3 S'xed 12 Wxe4
y en el verano se desplazó a Hamburgo, dxe4 =.
para tornar parte en un importante tor­
neo internacional, dentro del 17° Con­ 321
greso de la Unión Alemana de ajedrez.
Clasificación final: 1. Schlechter 11,5
(de 16); 2. Duras 11; 3. Nimzovich 10,5;
4. Spielmann 10; 5-6. Marshall y Teich-
mann 9,5; 7-8. Alekhine y Duz-Joti-
mirsky 8,5 etc.
El joven maestro de 18 años consi­
guió un resultado similar en el torneo
Kg

de Carlsbad 1911 (un torneo ensombre­


cido por el de San Sebastián, donde el
joven Capablanca, de 22 años, había te­
nido una brillante actuación): 1. Teich- 9 &h6+!
mann 18 (de 25); 2-3. Rubinstein y
Schlechter 17; 4. Rotlewi 16; 5-6. Mars­ ¡Un inesperado golpe táctico!
hall y Nimzovich 15,5; 7. Vidmar 15; 8-
11. Alekhine, Duras, Leonhardt y Tarta- 9 ... <á?h8
kower 13,5 etc. “Era relativamente mejor 9 ... gxh6,
Tras haber observado la partida que aunque también en este caso conserva­
sigue, Schlechter, el reciente competi­ rían ventaja las blancas: 10 Wg4+ lá,h8
dor por la corona ajedrecística, quedó 11 Bxe4 Wxe4 12 4bxe4 áLe7 13 d3 f5
tan cautivado por el juego de Alekhine, 14 ¿hc3 f4 15 Sel, seguido de Ee4”
que exclamó: “¡Es un futuro campeón (Alekhine).
del mundo!".
10 Sel d5 11 d3 We5
11 ... ^xc3 12 bxc3 áke7 no daba resul­
110 tado, en vista de 13 ®h5! ^,e6 14 f4!,
Alekhine-M. Vidmar con la amenaza 15 f5 y 16 jLa3!
Carlsbad 1911
12 dxe4 d4! 13 a3! dxc3 14 axb4 cxb2
Apertura Cuatro Caballos (C49)
Se diría que, con ayuda de artimañas
1 e4 e5 2 £f3 &c6 3 &c3 4 dM>5 tácticas, las negras han salido indem­
JLb4 5 0-0 0-0 6 _íLxc6 nes. ¡Pero no es el caso!

355
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

322 32 Sa5 Wdl 33 <±>h2 Axg2 34 <á?xg2


Pero no 34 '©'xf7?? ^hl+ 35 <¿>g3
Bxh3+ 36 <¿64 '©T3+ y 37 ... Wxe4++.
34 ... W+ 35 &gl Sf4 36 Sa8!
Amenazando mate después de Sh8+.
36 ... Sf7 37 '©'g4 ^?d3 38 Sf8!
Las negras se rindieron.
El mismo otoño, Alekhine se trasla­
dó a San Petersburgo, donde ingresó
15 £xf7+! en la Escuela Imperial de Leyes, y co­
menzó a escribir una columna de aje-
“También era bueno 15 Sbll? '©eó (si drez en el periódico Novoe Vremia. Du­
15 ... bxcl®, entonces 16 £>xf7+! <±>g8 rante las vacaciones de 1912 ganó en
17 £}xc5, etc.) 16 Sxb2 gxh6 17 Sb3, y Estocolmo el campeonato de los países
las negras no pueden mantener su nórdicos: 1. Alekhine 8,5 (de 10); 2. E.
peón de h6. Pero no quería permitir el Cohn 7; 3. Marco 6,5; 4. Olland 5,5; 5.
contrajuego relacionado con la abierta Spielmann 5. El torneo Pan-Ruso de
columna g , sobre todo porque la juga­ maestros, que se celebró poco después
da de la partida ofrecía una clara ven­ en Vilnius, demostró que el joven se
taja” (Alekhine). encontraba ya entre los mejores ajedre­
15 ... <á?g8 16 Sbl! Sxf7 cistas del país: 1. Rubinstein 12 (de 18);
2. Bernstein 11,5; 3. Lewitzky 11; 4.
Aún era más desesperado 16 ... bxcl^
Nimzovich 10,5; 5. Flamberg 9; 6-7. .Ale­
17 4£ixe5! Wf4 18 <§5d3. Las blancas tie­
khine y Loevenfish 8,5 etc.
nen, sencillamente, cuatro peones con­
A comienzos de 1913 Alekhine le
tra dos en el flanco de rey.
ganó un match a Lewitzky en San Pe­
17 Axb2 ^g5 18 Wd3 tersburgo (+7 -3), y en el verano logró
Parando 18 ... Jlh3. el primer puesto en el torneo de Sche-
veningen, con 11,5 de 13 (con medio
18 ... Ae6 19 Jhd4! punto de ventaja sobre Janowski). Esta­
Con intención de 20 Sal. ba claro que en el firmamento ajedre­
cístico había surgido una nueva y ru­
19 ... Sd8 20 ®e3 Wb5
tilante estrella. Poco a poco, .Alekhine
Si 20 ... ®xe3 21 áLxe3 a6, Alekhine in­ comenzó a conquistar al mundo con
dicó 22 Sedl Sfd7 23 Sxd7 Sxd7 24 f3 sus mágicas combinaciones, que han
A17 25 Sal Ac4 26 <±>f2, seguido de deleitado a numerosas generaciones de
t¿>el, Sa3-c3-c5, y c2-c4 + -.
entusiastas.
21 &xa7 Wa4 22 c3 Ac4 23 Ad4 Sa8 24
^d2 h6 25 h3 Wb5
De otro modo, 26 ^b2 y 27 Sal. 111
J. Mieses-A. Alekhine
26 Sal Sa4 27 Wc2 Sxal 28 Sxal £d3
29 Sa8+ <á?h7 30 ®a2 Wh5 Scheveningen 1913
Apertura Central (C22)
30 ... Ac4 31 ®a7, seguido de Wb8 ó
Sb8. 1 e4 e5 2 d4 exd4 3 '¿7xd4
31 ®e6! &fl! “Es evidente que estos desplazamientos
“Las negras ya no tienen defensa satis­ de dama, en una fase tan temprana de
factoria, de modo que pueden permi­ la apertura, no pueden reportar nin­
tirse esta pequeña broma” (Alekhine). guna ventaja. Sin embargo, las negras

356
Alexander IV

están obligadas a jugar con precisión” £jxc3!12 Sxd8 &xa2+ 13 <¿>bl 5axd8
(Alekhine). 14 £xc7? Sd2 15 c3 Sc8, etc.
3 ... £lc6 4 #e3 £e7
32i
“También es posible 4... £if6, porque la
línea 5 e5 &g4 6 We4 d5! 7 exd6+ ^.e6
8 Jta6 (8 dxc7 Wdl+I) 8 ... Wxd6 9
jlxb7 ^b4+! 10 Wxb4 ¿xb4 es un farol
y resulta favorable a las negras” (Ale­
khine). Si 5 £}c3, entonces 5 ... Jkb4 ó
5 ... Ae7, como en la presente partida.
La alternativa es 4 ... g6, o bien 4 ...
£b4+ 5 £c3 (5 c3 &e7 y £fb) 5 ...
£ge7 6 &d2 0-0 7 0-0-0 d6 8 Wg3 ¿?h8 9
f4 f5 = (Tolush-Botvinnik, Moscú 1944,
13° Campeonato URSS). 11 ...
5 £d2?’ “Mucho menos fuerte es 11 ... £}cb4?
Con este orden de jugadas, las blancas 12 a3 £>xc3 13 Sxd8 &ba2+ 14 <¿d2
tienen la posibilidad 5 Wg3l? £T6 6 e5 £ibl+ 15 ‘¿’el, y los dos caballos negros
(pero no 6 Wxg7? Sg8 7 Wh6 Sg6 8 se encontrarían en una situación tragi­
'^e3 &xe4! 9 &d3 d5) 6 ... 7 ^e3. cómica” (Alekhine).
5...£lf6 6£}c3 0-0 12 Sxd8 £)xa2+ 13 <á?bl Saxd8 14 Áe2
2lab4 15 2)h3 Sfe8
O bien 6 ... d51?, Chigorin-Znosko-Bo-
rovsky, San Petersburgo 1906. “Esencial, como base para las combi­
7 0-0-0 d5! naciones subsiguientes” (Alekhine).
En mi opinión, vale la pena estudiar
Esto es más fuerte que 7 ... Se8 (Ma- 15 ... ^.d51? 16 Wg4 Jskf6, o incluso la
son-Chigorin, París 1900), y 8 Ac4 es inmediata 15 ... J^f6, puesto que la po­
una buena réplica. La jugada de la par­ sición, tras el sacrificio de dama, pare­
tida, según Alekhine, “le permitirá a las ce mucho más prometedorá para las
negras sacar el máximo partido de su negras que la de la partida, antes de la
ventaja en desarrollo”. jugada 12.
8 exd5 ¿Lxd5 9 Wg3 &h4! 16 ^f4
Parando la amenaza 10 ^.hó con ga­ Si 16 Sdl, entonces 16 ... £d5 17 Whi
nancia de tiempo. &f6, con la amenaza 18 ... ^.e4.
10 Wf3 £.e6
16 ... &f5 17 Sel g6?!
“EL sacrificio iniciado con esta jugada
es muy prometedor y, por otra parte, Amenazando 18 ... £)xc2 y £>b4. Si 17...
desprovisto de riesgo. Sin embargo, ha­ &xc2? de inmediato, 18 Sxc2 £ib4, en­
bría sido más lógico adoptar la siguien­ tonces 19 &d3! Ae4 20 £>xb4! Lo más
te variante: 10 ... &xc3 11 Jlxc3 Wg5+ enérgico parece 17 ... ¿Ld4!
12 _&d2 (12 ¿>bl? &g4) 12 ... Wc5! 13 18 g4!
^.e3 >a5, que hubiera concedido a las
negras una posición dominante, sin Para cambiar el peligroso alfil.
complicaciones que desafían el cálculo
exacto” (Alekhine). 18... £e4 19 Wh3 &f6

11 £e3! 19 ... £g5 20 £f3!


Peores 11 ±f4 (11 <¿bl? 2id4!) 11 ... 20 &f3 ±xf3 21 Wxf3 £>e5

357
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

que después de 29 Wfl, con idea de f2-


f4, las blancas tendrían una posición
sólida.
A 26 ... &d3!
Explotando de inmediato el hecho de
que f2-f4 haya debilitado la defensa del
alfil e3.

'Óor.-—
Alekhine consideraba imprescindible
jugar 27 cxd3 2xd3 28 Sg3 _Ld4! 29
22 We2 ®c2 (pero no 29 ¿'xd3? cxd3 30 2fxd4
Buscando una nueva simplificación, Hel+ 31 ¿a2 d2! -+) 29 ................. ¿.xe3 30
con 23 c3 ^bd3 24 &xd3 &xd3 25 Wxc4 Scd8, “con mejor juego”. Aun­
Sdl. que después de 31 f5, su ventaja no es
tan evidente. Parece más preciso 30 ...
Según Alekhine, 22 Wxb7!? habría per­ Hd4! 31 Wb5 Sc7 32 Sf3 b6, con idea
dido, debido al ataque combinado del de invadir gradualmente con la torre la
alfil de f6 y la torre sobre la columna b. posición blanca.
Sin embargo, después de 22 ... Hb8
(22 .,. &xg4 23 Jfxa7) 23 Wg2! (23 '^xc7
£}ec6!, 23 ^xa7?! es peligroso, debido a
23 ... &c4! 24 c3 £sc6) 23.... &c4 24 c3,
no hay una buena continuación para las Á
negras que sea evidente: 24 ... -55xb2 25
cxb4!; 24 ... &a6 25 Wc6! 2xb2+ 26 ¿al
Heb8 27 Bxc4 S2b5 28 Hc2, o bien 24 ... kl
£ia2 25 ¿xa2 2xb2+ 26 ¿al, etc.
22 ... c5!
En algunos casos este peón podrá apo­
yar a un caballo en d3.
23 Hgl 27 ... 2b5!
Más sencillo es 23 áLxc5 £>ed3 24 “¡Decisivo! Aunque las negras sólo tie­
Wxe8+ Hxe8 25 £ixd3, con igualdad, nen una torre por la dama, las blancas
pero Mieses -¡con una dama!- está ju­ no tienen defensa” (Alekhine).
gando a ganar: en aquellos tiempos un 28 cxd3
sacrificio posicional de dama era algo
exótico. En cualquier caso, el caballo debe to­
marse. Después de 28 b3 Sao’ 29 cxd3,
23 ... c4 24 h4 en alguna edición temprana de las me­
24 g5 Jtg7 25 Hdl habría mantenido jores partidas de Alekhine se indicaba
una aproximada igualdad. la variante “ganadora” 29 ... cxb3? 30
24 ... £W5 ¿el? _&c3 31 ¿di Sal+, pero el gran
maestro John Nunn, armado con el
“Las nuevas complicaciones que se de­ programa de juego Fritz, la refutó con
rivan de estajugada requerían cálculos 30 d4!
absolutamente precisos” (Alekhine).
Por supuesto, lo correcto es 29 ... cxd3!
25 £xd5 Hxd5 26 f4?I 30 ¿el 2¿c3 31 -¿di Eal+ 32 ácl.
Si 26 g5 lLg7 27 Sdl, las negras pensa­ Nunn me mostró esta posición y me in­
ban jugar 27 ... Sb5! 28 Jfd4 He6, aun- vitó a encontrar una bonita forma de

358
Alexander IV

ganar para las negras en cuatro juga­ se les concedió el derecho a participar
das. Resolver este entretenido proble- en el codiciado “torneo de campeones”
mita me llevó medio minuto. de San Petersburgo 1914.
Todos los halagos son pocos para la
326 actuación de Alekhine en este torneo.
Tras haber ganado, en el torneo prelimi­
nar, al aspirante al trono, Rubinstein, y
derrotar dos veces a Tarrasch en la final,
finalizó en tercer lugar, por detrás del
campeón del mundo, Lasker, y el nuevo
aspirante, Capablanca. “El mérito del
torneo”, escribió la prensa rusa, “es que
junto con las dos estrellas mundiales,
también descubrió a un jugador ruso
que les gustó a todos: Alekhine. En su
Solución: 32 ... Sel+l 33 Sxel Sxcl + persona, Rusia ha conseguido una au­
34 'á’xcl d2+ 35 <&c2 (35 <¿>bl dxelWf y téntica fuerza, que se embarca sin temor
mate) 35 ... dxel £h-1! ¡Un raro caso en hasta en las batallas más arduas del ta­
que el desenlace se decide de inmedia­ blero”. Lamentablemente, las batallas
to por la promoción en caballo! más arduas pronto tendrían lugar fuera
del tablero de ajedrez.
28 ... Sxb2+ 29 <é>cl cxd3 30 <á?dl
Después de haber completado su ca­
30 Sg2 2c8+ 31 '¿’di habría revertido rrera de Leyes en la misma primavera,
lo mismo. Alexander se preguntaba si jugar aquel
30 ... Sc8! 31 g5 verano en Mannheim, en el torneo prin­
cipal del 19° Congreso de la Unión Ale­
“La única defensa contra la amenaza mana de ajedrez. “Llegó literalmente
31 ... 2cc2 era 31 Sg2. En tal caso ha­ dos horas antes del comienzo de la pri­
bría seguido 31 ... Sbl+ 32 á?d2 Sb3, y mera ronda”, recordó un participante
después de 33 'á’dl Ac3! 34 &cl ^Lb4! de uno de los torneos secundarios. “A
(con las amenazas 35 ... d2 y 35 ... mi pregunta de por qué había manteni­
Sbl), o bien 33 &el Scl+l 34 <¿?f2 (34 do al comité organizador ignorante tan­
^.xcl d2+) 34 ... &xh4+” (Alekhine). to tiempo, Alekhine respondió que ne­
31 ... Scc2! 32 <á?el £bl+ 33 'Bdl ^.c3+ cesitaba saber si Capablanca jugaría e!.
torneo. ‘Sólo estaba dispuesto a jugar si
Las blancas se rindieron. Capablanca no participaba’, explicó, y
El siguiente torneo Pan-Ruso de admitió francamente que, dentro de al­
maestros (San Petersburgo 1913/14), gunos años, pensaba jugar un encuen­
clasificatorio para el histórico torneo tro con Capablanca por el campeonato
internacional, resultó decisivo para mundial, y que, por tanto, era muy im­
Alekhine. Jugaban los mejores, aparte portante para él crear una opinión pu­
de los vencedores del año anterior, Ru­ blica favorable sobre esta cuestión. ‘Per
binstein y Bernstein, que ya habían lo­ el momento soy más débil que Capí-
grado su puesto en la “alta sociedad”. blanca, y si él hubiese participado en el
El desenlace de la batalla por la única torneo, habría ganado el primer puesto,
plaza clasificatoria fue como sigue: 1-2. y finalizar por debajo de Capablanca r.o
Alekhine y Nimzovich 13,5 (de 17); 3. entra dentro de mis intereses. Pero el
Flamberg 13; 4. Lowtzky 11; 5. Loeven- campeón del mundo es Lasker, no Ca­
fish 10,5; 6-7. Znosko-Borovsky y Smo­ pablanca’, objeté. ‘Pronto lo sera Capa-
rodsky 10; 8. Bogoljubov 9,5 etc. Debió blanca’, respondió Alekhine”.
disputarse, por tanto, un miniencuen- ¡Una profunda predicción estratégi­
tro entré los vencedores, que finalizó ca! Cinco años más tarde, Alekhine de­
en tablas (+1 -1), de modo que a ambos clararía que “Lasker será reemplazado

359
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

per Capablanca, es cuestión de tiem­ 7 hxg5 »xg5


po”, y que había llegado a esa conclu­
El esquema habitual del Ataque Cha-
sión tras la victoria de Capa en San Se­
tard-Alekhine.
bastián 1911.
Por cierto que Lasker fue huésped 327
de honor en el torneo de Mannheim, y
pronunció un discurso en la ceremonia
de clausura. Naturalmente, Tarrasch
también habló, proponiendo un brin­
dis “por la hermandad ajedrecística
mundial". Virtualmente, Gens una su-
nus.
En Mannheim el gran maestro ruso
jugó brillantemente, y transcurridos dos
tercios del torneo, lideraba claramente
la clasificación: 1. Alekhine 9,5 (¡de 11!);
2. Vidmar 8,5; 3. Spielmann 8; 4-6. Bre­ 8 0h3
yer, Marshall y Réti 7; 7. Janowski 6,5; 8-9.
Bogoljubov y Tarrasch 5,5 etc. He aquí Antes esto se jugaba de forma casi auto­
una típica victoria del joven Alekhine, mática, pero recientemente se ha des­
que ilustra la forma en que se iba mode­ cubierto 8 Wd3!? Ahora es flojo 8 ...
lando su estilo. Fue, por cierto, su última <£>c6?l, debido a 9 £}£3 ^g6 10 ^xg6
partida antes de la guerra. fxg6 11 &b5! <á?e7 (11 ... <á?d8 12 ^g5)
12 £)xc7 Sb8 13 £lb5, con evidente
ventaja (Kasparov-Korchnoi, Zurich
2001, rápida).
112
8 ... We7
A. Alekhine-H. F ahur ni
MannArim 1914, 11a ronda “Después de 8 ... ^h6?l, la dama negra
Detensz Francesa (C13) quedaría en posición precaria” (Alekhi­
ne). La teoría recomienda, en tal caso,
1 e4e62d4d53^c3 £>f6 4 Jtg5 &e7 5 9 ¿jb5! £ia6 10 f4, o bien 9 g3 c6 10
e5 ¿Lfd7 6 h4!? Ad3 g6 11 f4, seguido de We2 y 0-0-0
(Rjumin-Makogonov, Moscú 1934, 9o
“Esta enérgica jugada, la ha practicado Campeonato URSS).
en partidas amistosas el ingenioso afi­
cionado francés Chatard, y antes lo ha­ 9 &f4 ^£8?
bía hecho el maestro vienés Albin. En Demasiado torpe. Más tarde se encon­
la presente partida se introdujo, por traron planes más eficientes:
primera vez, en un torneo magistral”
1) 9 ... a6 10 Wg4 g6 11 0-0-0 &b6 (11...
(Alekhine). La clásica 6 Axe7 es una al­
c5?l 12 Wg3! &b6 -12 ... cxd4 13
ternativa más tranquila (partida núm.
&cxd5L13 dxc5 Wxc5 14 &d3 Wf8 15
50). £.e4l! dxe4 16 &xe4 &8d7 17 Wc3! + -
6 ... ^.xg5 Bogoljubov-Spielmann, Estocolmo
1919) 12 &d3 £8d7 13 2h6 <£f8 14
También es posible 6 ... 0-0 7 JLd3 f5! Sdhl &d7, con una posición sólida,
(pero no 7 ... c5?l 8 4Lh3! Ke8 9 £\b5 f5 aunque las blancas tienen compensa­
10 £d6 cxd4 11 £xe8 Wxe8 12 &b5! + -
ción por el peón.
Bogoljubov-Spielmann, Viena 1922) 8
g4! c5 9 gxf5 cxd4 10 f6 JtxfBl, o bien 2) 9 ... &c6 10 Wg41? (si 10 Wd2, es posi­
6 ... a6 7 Wg4 ^xg5 8 hxg5 (Bogolju- ble 10 ... b6, o bien 10 ... £¡b6 11 4¿}h5
bov-Maróczy, San Remo 1930) 8 ... c5! 9 f5l?) 10 ... &xd4 11 0-0-0 £ifi> 12 £>cxd5
g6 f5!, con juego agudo en ambos casos. (el comienzo de salvajes complicaciones)
Alexander IV

12 ... exdo 13 ¿Lxdo 'S’xeo 14 .&b5 0-0


15 Axd7 <£>h6 16 ^xg3 17 <25e7+
d?h8 18 fxg3. Axd7. 19 Hxd7 ¿Lg4 20
Sxc7 bo 21 Sh4 £>f6 22 £f5 a6 23 a4,
tablas. (Jalifman-Gulko, Reykjavik
1991).

10 ^g4

Con la doble amenaza 11

10 ... f5 11 exf6gxf6 12 0-0-0 18 .&xe4! dxe4?


Era más tenaz 18 ... 2g8! 19 áLxd5 cxd5
Renovando la amenaza ¿Lcxd5. Las 20 W£3, etc.
blancas tienen un peligroso ataque.
19 Uxe4 Sg8
12 ... c6 13 Sel! <á?d8 Ahora es demasiado tarde. “Si 19 ...
1Sfxa2 20 <2ixf6! Uxf6 21 ^g7!, ganando”
La computadora realiza más o menos (Alekhine). Por ejemplo: 21 ... Wal+ 22
las mismas jugadas. “No hay otra forma <á?d2 ®a5+ 23 c3 £>6d7 24 We7+ *c7 25
de desarrollar el flanco de dama. Si Wd6+ <¿>d8 (25 ... d?b6 26 ¿Ld5+) 26
13 ... .¿Ld7, el sacrificio de caballo en She6! + -.
d5 sería, una vez más, decisivo” (Ale­
khine). 20 Wa3!
Precisión hasta el final; es confuso 20
14 Sh6! e5 15 Bh4 ¿Lbd7 16 &d3 &d6?! Wxa2.
20 ... Wg7
Una forma ideal de conducir el ataque.
Una de las amenazas es 17 áLfló. O bien 20 ... ®e7 21 Ba5+ b6 22 Wc3 + -.
21 ^d6! Ub6 22 £e8! Wf7
16 ... e5
22 ... Wd7 23 <Uxf6; 22 ... £c4 23 ©c5
Las negras difícilmente deberían jugar ®I7 24Hxf6 + -.
esto, aunque para la “máquina” es... ¡la 23 Wd6+
primerajugada!
Las negras se rindieron: 23 ... Wd7
24 Wxf6+ y mate. ¡Un ataque claro y
17 Wg3
limpio!
Amenazando, de nuevo, <5ácxd5. Para general consternación, el Io de
agosto dio comienzo la Primera Guerra
17 ... W? Mundial. El torneo quedó interrumpido,
y los organizadores distribuyeron rápida­
Casi el error decisivo. “Las negras no mente los premios de acuerdo a la situa­
pueden jugar 17 ... ^?d6, porque tras 18 ción de los jugadores en ese momento.
_Lxe41 dxe4 19 2xe4! estarían indefen­
sas ante la amenaza 20 Ns?g7!” (Alekhi­ En el torbellino
ne). Sin embargo, después de 18 ... de guerras y revoluciones
5g8! 19 ^h2 dxe4, la posición no es
tan clara como en la partida, aunque La Primera Guerra Mundial cambió
20 Sxe4! (20 ¿Lxe4 ^xd4) 20 ... Sg7 21 abruptamente la existencia de Alekhi­
Ue6+ 'S'xcG 22 Sxc6 <2ixe6 23 c!5, deja ne, hasta ese momento plagada de éxi­
a las blancas con ataque. tos. Las desventuras de los jugadores

361
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

rusos (y eran más de doce en Mann­ formas imaginables. Los más belicosos
heim) comenzaron inmediatamente exigían una inmediata retribución,
después de la interrupción del torneo, otros rompían el cordón, expresando
cuando fueron conducidos a un pues­ sus sentimientos con los puños. El po­
to de policía. A la mayoría no se les bre Selesniev apenas podía arrastrar
permitió viajar, ordenándoseles que es­ una amplia cesta con ropas de abrigo,
perasen hasta nuevo aviso, pero Ale­ que le había dispuesto su madre, y eso
xander fue detenido, debido a una fo­ no sólo nos retrasaba, sino que tam­
tografía en la que llevaba el uniforme bién aumentaba el número de golpes
de la Escuela de Leyes, lo que hizo su­ que recibíamos. También golpearon a
poner que se trataba de un oficial. Se­ Alekhine, que mantuvo su porte y su
gún un testigo, “este malentendido le compostura”.
costó a Alekhine una noche en el cuar­ Las autoridades militares rápida­
tel de la policía”. mente se enteraron de quién era cada
Alemania se vio inmediatamente cual, pero para “salvar la cara” conti­
envuelta en una psicosis de espionaje y nuaron con sus “investigaciones”, asig­
los rusos se sentían muy incómodos. nando los jugadores de ajedrez a una
Tres días después, “como medida ex­ prisión civil. Allí Alekhine compartió
cepcional”, se Ies permitió viajar a Ba- celda con Bogoljubov, Ilya Rabinovich
den-Baden, para instalarse en domici­ y Samuil Vainstein. “La vida en la pri­
lios privados, en espera de nuevas sión era un tanto monótona”, recorda­
órdenes. Pero en el tren el conductor ría más tarde. “No había libros, ni pe­
les jugó una mala pasada. Les dijo que riódicos, ni, por supuesto, tablero de
debían cambiar de tren en Rastadt, y él ajedrez. Bogoljubov y yo jugábamos
mismo telefoneó al comandante mili­ durante horas a la ciega. Nuestras lu­
tar de la ciudad (un centro de movili­ chas fueron interrumpidas cuando,
zación en el sur de Alemania), infor­ durante cuatro días, fui confinado en
mándoles de que trasportaba un solitario, por la razón de que durante
sospechoso grupo de extranjeros. un paseo común (al obligatorio paso
“Tan pronto como salimos del con­ de ganso), me aventuré a reír”. Más
voy”, recuerda Fedor Bogatirchuk, precisamente, Alekhine intercambió
participante en uno de los torneos se­ miradas con la bonita hija del guar­
cundarios, “fuimos rodeados práctica­ dián, y a éste último no le gustó.
mente por una compañía de soldados Al cabo de un par de semanas los
armados, que nos arrestaron. En el prisioneros fueron, por fin, enviados a
edificio de la estación registraron mi­ Baden-Baden, donde, transcurridos
nuciosamente nuestro equipaje y ¡oh, otros quince días, tenían que ser some­
sorpresa! descubrieron triunfalmente tidos al examen de una comisión médi­
planillas con el registro de partidas de ca militar, a fin de determinar si eran
ajedrez, incautadas por los celosos ca­ potencialmente peligrosos para Ale­
zadores de espías como el evidente có­ mania. Sólo tres de ellos tuvieron suer­
digo de transmisión, de mensajes cifra­ te, tras ser considerados inútiles para
dos. Era tarde, y antes de que pudiese el servicio militar. El 14 de septiembre
dictarse veredicto alguno, fuimos lleva­ Alekhine fue liberado, y tres días más
dos a una prisión militar donde se nos tarde, también Saburov y Bogatirchuk.
puso en fila y se nos obligó a llevar “No podía creer a mis ojos, al ver que la
nuestro propio equipaje, acordonados comisión había concluido que debía
por un fuerte dispositivo de soldados. ser enviado a Suiza 'para tratamiento’,”
La población de aquella pequeña ciu­ escribe Bogatirchuk. “Saburov era ma­
dad, al conocer que se había captura­ yor y no tenía muy buena salud, pero
do a unos espías, nos insultaba por la no puedo imaginar por qué liberaron a
calle, mientras éramos conducidos, Alekhine. Sólo puedo pensar que el mé­
desahogando su angustia de todas las dico que lo examinó era un admirador

362
Alexander IV

de su genio ajedrecístico. Debo men­ 1914 ya estaba disputando numerosas


cionar que entre los liberados no esta­ partidas en consulta y realizando exhi­
ban Bogoljubov ni Selesniev, a pesar de biciones benéficas de simultáneas, algu­
que ambos habían sido exentos en Ru­ nas destinadas a ayudar a Romanovsky y
sia del servicio militar”. Junto con los otros colegas ajedrecistas, que seguían
demás jugadores, fueron internados en prisioneros en Triberg.
Triberg, lo que cambió el destino de Relacionado con este período se en­
Bogoljubov, pues acabó casándose con cuentra uno de los misterios de la histo­
la hija de un maestro de escuela local y, ria del ajedrez, una partida legendaria,
aunque volvió a visitar a su país mater­ jugada en realidad, o tal vez imaginada
no en 1924-26, finalmente se convirtió por el futuro campeón del mundo. Pe­
en súbdito alemán. ro en cualquier caso es una maravillosa
Pero Alekhine viajó a Suiza, y desde demostración de la impetuosa y desbor­
allí a Génova. El puerto italiano se ha­ dante fantasía de Alekhine.
bía convertido en un lugar de encuen­
tro y acogida para los rusos desparrama­
dos por Europa. En la prensa apareció
un fantástico rumor, a saber, que “el ga­ 113
nador del torneo de Mannheim tenía Alekhine-Desconocido
Moscú 1915
intención de viajar a Buenos Aires para
jugar numerosas partidas con Capa- Defensa Francesa (C12)
blanca”. De hecho, Alekhine jugó nu­
merosas partidas (¡varios centenares!) e4 e6 2 d4 d5 3 &c3 &f6 4 ^.g5 ±64
con Bogatirchuk, quien también se que­ La aguda Variante McCutcheon, que

p
dó un mes en Génova, esperando un Alekhine le gustaba jugar con negras.
barco. Este último recuerda: 5 e5
Z

era cuestión de aburrirse: tenía


o

un adversario, y que adversario... ¡Ale­ La popular respuesta a 5 exció es la


khine! Sólo alguien que haya jugado “francesa” 5 ... ^xd5!? (5 ... exdñ no es
con este genio del ajedrez puede saber tan buena como en la variante 3 ... ±b4
hasta qué punto era un mago de las 64 4 exd5 exd5 5 ±d3 ¿Ac6 6 ¿Ae2 ¿Age 7 7
rncidnc Un rite m-inyxy Va c o-7q c en t r\ r JLO ¿ í5_^_C;ip;iblaur,a^Alr.kbjn_c. Rue-
formaban en criaturas vivientes, reali­ nos Aires 1927, Ia) 6 ±xf6 ±xc3+ 7
zando movimientos completamente in­ bxc3 gxf6 8 ®d2! (8 ¿Af3 b6 = Ta-
esperados para sus oponentes. Por otra rrasch-AIekhine, San Petersburgo
parte, estas sorpresas le aguardaban al 1914) 8 ... ®a5! (8 ... c5 9 We3!; 8 ...
rival como un trueno en un día soleado, ±d7 9 c4!, o bien 8 ... ¿Ad7 9 c4! We4+
a cada momento de la partida, incluso 10 ¿Ac2 Capablanca-Alekhine, Nueva
cuando apenas quedaban sobre el ta­ York 1924), seguido de ±d7-c6, ¿Ad7 y
blero unas cuantas piezas. La obligada 0-0-0 (la moda en los años noventa).
estaría en Génova hizo por mi desarro­ 5 ... h6 6 exf6
llo ajedrecístico indudablemente más
que las partidas que jugué en los años “La interesante continuación de Chigo-
siguientes con rivales ordinarios”. rin. Actualmente, los jugadores prefie­
A mediados de octubre, Alekhine ren lanzar un rápido ataque en el flan­
se embarcó para su país, a través de co de rey, con 6 ±d21 ±xc3 7 bxc3 ¿Ae4
una ruta nórdica, vía Gibraltar, Lon­ 8 Wg4” (Alekhine). Esta línea, la prin­
dres, Estocolmo (donde encontró cipal, se extiende desde la antigua par­
tiemp o para dar una exhibición de si- tida Lasker-Marshall (EEUU 1907, 4a)
multa neas a 24 tableros) y Finlandia, pasando por el duelo clásico Fischer-
hasta San Petersburgo, que ahora se Rossolimo (Campeonato de EEUU
había rebautizado como Petrogrado, y 1965/66), hasta nuestros días.
por n a Moscú. Desdé noviembre de 6 ... hxg5 7 fxg7 2g8 8 h4 gxh4 9 Wg4I?
m

363
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

Una tentativa por mejorar la línea 9 en la revista Shajmalny Vestnik (1916),


Wh5 W6 10 &£3 (10 Wxh4 Wxg7) 10 ... Alekhine escribe: “Si 11 gxh4, pensaba
&c6! 11 Exh4 Wxg7 12 0-0-0 A.d7 y jugar 11 ... ¿.f6, puesto que 11 ... cxd4
13 ... 0-0-0, con igualdad. conduce a complicaciones muy difíci­
les de calcular. Aquí, por ejemplo, es
9 ... _¿;.e7
una de las posibles variantes fantásti­
“La tínica respuesta correcta. Después cas”. Y entonces indica todas las juga­
de 9 ... Wf6 10 Sxh4 Wxg7 11 'B'xg7 das de la partida con “desconocido”,
Hxg7 12 Hh8+ &d7 13 &f3, las blancas hasta 24 Eh6ü
tienen mejores posibilidades” (Alekhi­ Pero en su libro de mejores partidas
ne). Lo siento, pero después de 12 ... (1927) Alekhine escribe: “Una partida
JlíB! 13 0-0-0 (13 &b5 &a6 14 &f3 f6 15 jugada por el autor en Moscú, 1915,
£íli4, sigue Jíd7 y <±>f7) 13 ... Jfd7, las continuó como sigue” e indica las mis­
negras completan su desarrollo c igua­ mas jugadas, acompañándolas ele lige­
lan fácilmente (Ileuer-Dvoretsky, Ta­ ros comentarios.
llinn 1976).
Sea como fuere, tenemos la feliz opor­
10 g3! tunidad de disfrutar de la posición fi­
nal, que parece salida de un cuento de
Amenazando crear otro peón pasado.
hadas.
10 ... c5 11 ... cxd4
No, por supuesto, 10 ... hxg3?, debido a Era más prudente 11 ... JLf6!? Sin em­
11 Eh8. También es favorable a las bargo, y como veremos, las cosas no
blancas 10 ... _&f6 11 gxh4 Sxg7 12 son tan malas para las negras.
W4!
12 h5! dxc3 13 h6 cxb2 14 £bl ^a5+
15 <á?e2
329
Un momento importante, que todos
los analistas han pasado por alto hasta
ahora. ¡Pero no la computadora!

330

El comienzo de la leyenda. La famosa


partida Grigoriev-Alekhine (Moscú
1915/16) siguió así: 11 0-0-0 ¿lc6 12
dxc5 ®a5! 13 <£>bl e5? (13 ... ±f6 14
(Lb5 tá?e7! y Hxg7 habría dado mejo­
res perspectivas a las negras) 14 ’©Ti 5 En mi opinión, 15 ... ¿LfS'! habría
Jfe6 15 (Lxd5? (lo correcto era 15 destruido por completo el esquema
J¿h3! ^Lxh3 16 £)xh3 d4 17 £k!5, con blanco. Por ejemplo: 16 h7 Lxg7 17
ventaja) 15 ... JLxcl5 16 ÍIxd5 ¿Lb4!, y ed4 Kxh7 18 Hxh7 Bxa2 19 Sxb2
las negras ganaron con un ataque di­ ^a6+ 20 &el 'S'al + 21 <¿>e2 shd7 22
«7M3 b6, con tres peones por la cali­
recto al rey.
dad, o bien 16 gxfS's'-t- Hxf8 17 Exb2
Al comentar la partida con Grigoriev, Wc3 (17 ... £>c6!?), y aquí 18 '©'g7 d4!

364
Alexander IV

19 ^xf8+? <¿>xf8 20 h7 d3+! 21 <á?dl 331


®b.8 - +, mientras que si 18 'S'bd ^fó!
19 ¿’el Zh8, las negras conservan su
material de ventaja y probabilidades
de ganar.

16 h7 'S'xbl 17 hxg8®+ <¿d7 18 Wxf7


^xc2+ 19 <¿>f3 £c6!

“Sólo de esta forma pueden las negras


combatir a la brigada de damas blan­
cas La jugada de caballo les permite
Fantástico: ¡hay cinco damas sobre el
defender simultáneamente ambos alfi­
tablero! En el famoso final de la 11a
les" (Kotov, en su libro Alexander Ale­
partida del match Capablanca-Ale-
khine, 1973).
khine, “sólo” había cuatro (partida
núm. 125).
20 ,,S'gxe6+
“En esta extraordinaria posición, las
blancas ganan con una jugada tranqui­
Otro refinamiento importante; en mi
la” (Alekhine).
opinión, es mucho mils simple 20 g8W!
Por ejemplo: 20 ... ¿Lc5+ 21 ¿?g2 ¿Lxf7 24 Zh6ü
22 Wxf7 ¿>c6 23 ^e8+ <¿>b6 24 ^d4+, Amenazando 25 'Sfd8++, y si 24 ...
con victoria forzosa, o bien 20 ... Wc4+ Axe3?, entonces 25 Wd8-i- <á?c5 26
21 ^xc4 dxc4+ 22 <¿g2 bl® 23 ^'xc6+ Wd6+ <á?d4 27 ®8f6+ y mate. No es po­
<¿>c7 24 ^g3+ '¿’bO 25 'B'dS, con ventaja sible 24 ... ®xfl?, en vista de 25 ’Bbd-t-
decisiva. £c7 (25 ... Wb5 26 Wd8+ <á?a6 27
B'ea3+ y mate en dos) 26 'Bg3+, con'
20 ... <¿>c7 21 ®f4+ <¿>b6 22 ^ree3+ Ac5 mate en pocas jugadas” (Alekhine). O
bien 24 ... We4+ 25 ®exe4 dxe4+ 26
“Otras jugadas pierden de inmediato: é,g3! Wxfl 27 ^b3+, con ataque y ven­
22 ... d4 23 ^Ld3!, o bien 22 ... ¿>a5 23 taja material.
^d2+” (Kotov). La computadora confirma que la juga­
da de Alekhine, 24 Zh6!!, era cierta­
23 g8W! mente la más fuerte. Pero 60 años des­
pués de esta mítica partida, el gran
Después de 23 -¿td3 4ÍLxe3 24 ^'xc3+?! maestro Timman encontró la mejor de­
(es mejor, obviamente, 24 .Lxc2 jkxf4 fensa para las negras: 24 ... ,'u.g4+! 25
25 g8^) 24 ... d4 25 _&xc2 dxc3 26 g8^ '^gxg4 ^.xe3 26 ®b4+?! «xb4 27
(26 Zh8? 2>d4+) 26 ... £g4+! 27 ^xg4 ^xb4+ <¿>c7, y las blancas sólo tienen ja­
0>c5+ 28 ¿>g3 £>xg4 29 ¿>xg4 Zh8! 30 que perpetuo (28 Wd6+, etc.) Sin em­
£}h3 Zc8 -+, las blancas se habrían bargo, después de 26 Wxe3+ Wc5 27
quedado con las manos vacías. ^^4 a5!, las blancas no tienen ventaja
(Lilienthal).
23 ... blW. Es difícil transmitir lo difíciles que
aquellos años de la guerra fueron para
“En caso de 23 ... Jo.xe3 24 'Sfxe3+, son Alekhine. Primero, la prematura muer­
desesperadas para las negras tanto te de sus padres (su padre permaneció
24 ... d4 25 'S'eb3+, como 24 ... ¿?c7 más de un año en una prisión alema­
.(24 ... d?a5 25 ^xd5+) 25 'S'gS+l, y las na), y su servicio en el frente como ofi­
dos damas dan mate al rey negro sin cial de la Cruz Roja, rescatando heridos
problemas” (Kotov). bajo el fuego de la artillería, una seria

365
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

conmoción cerebral, el hospital militar 16 ^xe6+! <¿^6


en Tarnopol.
16 ... '¿’xeó 17 <55g5++, o bien 16 ... <á?f8
“Durante todo un mes permanecí
17 £g5.
inmóvil, postrado en la cama”, recuer­
da Alekhine. “Para mí jugar entonces a 17 g4! Kte4 18 &h4++
la ciega era un regalo del cielo. A peti­ A1 dejar el hospital, Alekhine regresó a
ción mía, recibí la visita de jugadores Moscú, donde por sus hazañas en el
locales, y podía dar pequeñas sesiones frente le fue concedida la Orden de
de simultáneas sin ver el tablero. En San Estanislao y dos medallas.
una de esas sesiones se jugó mi conoci­
da partida a la ciega contra Feldt” (Los Llegó entonces el ominoso 1417, el
historiadores creen que tal era el seu­ año de las trágicas convulsiones revolu­
dónimo de uno de los miembros del cionarias. Alekhine recorrió Rusia de
personal médico de Tarnopol). ciudad en ciudad, como sin saner qué
hacer. Daba exhibiciones de simultá­
neas (normales y a la ciega), jugaba
partidas en consulta y de exhibición.
114
El siguiente remate es otra vivida demos­
A. Alekhine-M. Feldt
tración de su estilo explosivo de juego.
Tarnopol 1916, simultáneas a la ciega
El mismo estilo y enfoque del ajedrez
Defensa Francesa (Cll) que más tarde resultaría incomprensible
a Fischer, con su claro y raciona pensa­
I e4 e6 2 d4 d5 3 &c3 £f6 4 exd5 miento clásico.
4 Jfg5! -núm. 113.
4 ... ¿ñxd5 5 &e4! f5? 6 £g5! &e7 7
¿D5f3 c6 8 ^e5 0-0 9 &gf3 b6 10 4fd3
115
Tb7 11 0-0 He8?!
A. Alekhine-M. Hofmeister
II ... c5. Pelrogrado 1917
12 c4 £f6 13 Tf4 ¿Abd7 14 ®e2 c5?
Era imprescindible 14 ... 4hf8 (ó 14 ...
.&f8), pero quién podía esperar que...

31 c5!
ES

posibilidad, en situación casi


p
r

desesperada. Ahora se producen com-


15 &f7’l plicaciones insondables.
¡Sorpresa! 31 ... b5?
15 ... d?xf7 La tentaüva de dar jaque perpetuo, con
Después de 15 ... ^c8, 16 B'xeó, con la 31 ... £ñfl+? 32 ‘¿’h 1 <2ig3+, se refuta con
amenaza 17 £fh6+ '¿>h8 18 Wg8+! es de­ 33 Hxg3! 'S'xg3 34 cxb6! Por ejemplo:
cisivo. 34 ... Sxc2 (34 ... Eec7 35 Exc7; 34 ...

366
Alexander IV

2b8 35 b7+) 35 Wxd8+ ^b8 36 ®xe7 “¡La dama y las torres no cuentan! Los
axb6 37 d6, ganando, o bien 34 ... peones blancos serán los protagonistas
Wxd6 35 Exc8+ Wb8 36 b7+ Exb7 37 del desenlace” (Kotov).
axb7+ <á?xb7 38 2xb8+ <á>xb8 39 &f2, y
el peón extra decide. 33 ... íbxdB

Sm embargo, y como demuestra la Las blancas ganan también después de


compiladora, las negras tenían dos la desesperada 33 ... axb6 34 cxb6
formas de evitar, al menos, la demo­ ®xg2+!? 35 Exg2 &xd6 36 b7+ ^xb7
lición: 37 axb7+ Exb7 38 Ea2+ d?b8 39 &a7+
d?a8 (39 ... <á?c7 40 Ec2+ <á?d6 41 Exc8
1) 31 ... íbe4 32 cxb6! ^xg2+! (descu­
2xb3 42 Exd8+) 40 Eba3!
bierto, a principios de los setenta, por
algunos jugadores de Alemania Orien­ 34 cxd6
tal) 33 Sxg2 &xd6 34 b7+ (34 a51? 2d7
35 Egb2 Eb8 36 £e3 axb6 37 axb6 Esto es algo que no se ve todos los días.
£xb6 38 Exb6 Exb6 39 ^.xb6 <55c4 =)
34 ... ¿Axb7 35 axb7 Exb7 36 Hxb7
&xb7 37 Kg7+ Ec7 38 Hxc7+ Axc7+ 39
<±>g2 JLb6 40 Ah2 <á?a6 41 <á?f3 ¿>a5 42
<á?g4 sbxa4 43 d6 a5 44 1¿,f5 <¿>b3 =, o

bien 38 Sg4l? Ec2+ 39 <á?hl &b6! 40


.&xb6 d?xb6 41 Hxh4 &c5 42 Sf4 Ea2

.*1
43 d6 ®xd6 44 Exf6+ <á?e5 45 Ea6 <¿?f4,
con tablas en cada caso.
2) 31 ... Ee2! (con la amenaza £}fl+) 32
Exe2 Í3xe2 33 ®d7 (33 cxb6 ,&xb6 - +)
33 ... 'S’c5+ 34 d?hl Wc7 35 ®xc7 (peor
es 35 '«'eO? Obg3+ 36 Hxg3 hxg3 37 c6
'á’bS) 35 ... Exc7! (más fuerte que 35 ... 34 ... Eec7
j^xc7 36 d6 ^.d8, y que 36 ... bxc5? 37
dxc7 5jxgl?? 38 Ed3!, aunque 37 ... ¿Qué otra alternativa existe? ¡Los peo­
38 <¿>h2 £>fl+ sigue siendo jaque nes blancos son irresistibles! Alekhine
perpetuo) 36 c6 <75g3+ 37 <á>h2 Sc8, indica las variantes que siguen:
con pieza de ventaja y perspectivas de
victoria. 1) 34 ... Exc2 35 b7+ Hxb7 36 axb7+
d?b8 37 3Lxa7+, y mate en dos.
Tras dejar escapar estas posibilidades,
Hofmcister sucumbe bajo la avalancha 2) 34 ... 2b8 35 b7+, y mate en tres.
de peones.
3) 34 ... axb6 35 Sxc8+ ‘¿’a? 36 dxe7,
32 axb5 ^e4
ganando (36 ... ®f4+ 37 «¿Til ákxe7 38
Las negras pierden, de forma pintores­ áLxb6+ <á?xa6 39 Ea8+ &b7 40 ¿.e3+
ca, tras 32 ... £fl+ (32 ... Ee2 33 Hxe2 (Kotov).
&xe2 34 b6! + -) 33 <±>hl ¿Ag3+ 34 Exg3
Wxg3 35 b6! ^xd6 (35 ... axb6 36 cxb6 4) 34 ... ^.c7! 35 b7+! d?b8 36 dxc7+
^xd6 37 Hxc8+ m>8 38 b7+ Exb7 39 gexc7 (36 ... Hcxc7? 37 ¿xa7+) 37
axb7+ *xb7 40 Sxb8+ <á?xb8 41 ¿c5 + -) Exc7!, etc. Si 37 ... We5+, 38 <á?hl!
36 cxd6 Exc2 37 dxe7 £xe7 38 b7+ ^xc7 39 &h2, o bien 37 ... Eg8 88 2c2
é>b8 39 ¿h2+ Ec7 40 Af4! ^.c5 41 g3! +-. Me gustaría añadir 36 'á’hll? Ece8
hxg3 42 h4 Jld4 43 -&xc7+ <¿xc7 44 d6+ 37 dxe7 Wxd5 38 2xc7 <á?xc7 39 b8W+
<¿>b8 45 d7 2lb6 50 h5 + -. Exb8 40 Exb8 + -.

33 b6! 35 b7+ &b8 36 d7!I ®g3+ 37 éhl

367
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

335 Por todas partes había arrestos masivos


y fusilamientos.
Lo que sucedió a continuación lo
cuenta Bogatirchuk, a partir del relato
de Yakov Vilner, quien trabajaba en el
tribunal militar de Odesa. “Alekhine
se enfrentaba a los problemas de có­
mo sobrevivir y cómo no perder la
esperanza de convertirse en campeón
del mundo. Algún admirador de su
genio le encontró trabajo en un lugar
seguro, ¡en la comisión encargada de
“Una posición increíble, que puede confiscar los bienes de la burguesía!
ilustrar el triunfo del espíritu sobre la Para trabajar en la comisión, había
materia. Los dos peones blancos de que inscribirse en el Partido Comunis­
d7 y b7 conquistan al ejército negro, ta, cosa que Alekhine hizo”. Pero no
que cuenta en sus filas con una dama podía escapar a su destino y fue arres­
de ventaja” (Kotov). (Las jugadas de tado por la policía secreta -aparente­
esta partida han sido numeradas arbi­ mente, a raíz de alguna denuncia- y
trariamente, pues no se conoce la par­ sentenciado a ser fusilado. Sin embar­
tida completa. go, literalmente un par de horas antes
de ejecutarse la sentencia, Vilner con­
Tras la conquista del poder por los siguió contactar con el comisario jefe
bolcheviques, la situación de Alekhine, de Ucrania, Kristian Rakovsky, quien
por sus orígenes nobiliarios, se volvió ordenó liberar a Alekhine (según otra
más que precaria. Después de perder lo versión, habría sido salvado por el co­
que quedaba de la fortuna de sus pa­ misario de agricultura, Dmitri Ma-
dres, se vio obligado a pensar cada día nuilsky, con cuyo consentimiento vivía
acerca de cómo subsistir. En Moscú, el Alekhine en Odesa).
hambre y el frío eran los factores domi­ Tras regresar a Moscú en el verano,
nantes y no había tiempo para pensar Alekhine estaba dispuesto a abandonar
en ajedrez, pero hacia el verano de 1918 el ajedrez e ingresar en la Escuela Esta­
tuvo lugar, no obstante, un pequeño tal de Cinematografía. Afortunada­
match-torneo: 1. Alekhine 4,5 (de 6); 2. mente para nosotros, nada de eso llegó
Nenarokov 3,5; 3. A. Rabinovich 1. a producirse. A fines de 1919 dejó sus
En el otoño, Alexander emprendió estudios de actor y viajó a Jarkov, donde
un peligroso viaje hacia el sur, destino su hermano mayor, Alexei, vivía enton­
Kiev y Odesa. La guerra civil estaba en ces. Trabajó en la oficina de un sanato­
su apogeo, y muchas ciudades cam­ rio militar, en el invierno contrajo el ti­
biaban constantemente de manos. En fus (¡también un signo de los tiempos!)
Odesa se planeaba organizar un torneo y de nuevo regresó a Moscú. En tanto
con la participación de algunos maes­ que abogado, pudo por fin encontrar
tros locales (Verlinsky, Vilner y otros), trabajo en su profesión, como investi­
pero el principal objetivo de Alekhine gador para el departamento central de
era embarcarse y salir del país. Sin em­ policía (una organización que ayudaba
bargo, el torneo no llegó a celebrarse, a la gente a encontrar a los familiares
no fue posible conseguir pasaje para el perdidos durante la guerra).
barco, y Alekhine se quedó clavado en El ajedrez también volvió a hacer ac­
Odesa hasta la primavera de 1919. La to de presencia. Alekhine visitaba con
terrible situación de la época es descri­ agrado el apartamento del “club”, en el
ta por Iván Bunin en su diario narrativo edificio núm. 23 del Bulevar Prechis-
Días malditos, y por Sergei Melgunov en tensky (Gogolevsky), enfrente del ac­
su libro El terror rojo en Rusia, 1918-20. tual Club Central de Ajedrez.

368
Alexander IV

En vina ocasión, el maestro comen­ do al sueño de su vida: luchar por la co­


taba sn partida con Duras de Mann­ rona mundial de ajedrez.
heim 1914, y alguien le preguntó cómo En aquellas difíciles condiciones en
valoraba la fuerza de Duras. “Por su­ que vivía, el ulterior desarrollo de su
puesto, era un jugador muy fuerte”, maestría era imposible, y además nece­
respondió Alekhine, “pero cuando ju­ sitaba jugar en fuertes torneos interna­
gaba conmigo, yo siempre sabía lo que cionales. Pero las autoridades se obsti­
estaba pensando. Sin embargo, cuando naban en negarle el permiso para viajar
juego contra Lasker o Capablanca, no al extranjero. De modo que AJekhine
tengo ni la menor idea de lo que están se exprimía el cerebro acerca de cómo
pensando. Muchas de sus jugadas me escapar de Rusia (en otro giro de la his­
resultan una total revelación”. ¡Una in­ toria del ajedrez, a mediados de los se­
teresante admisión por parte del joven tenta, Korchnoi se encontraría en una
gran maestro! situación similar).
Al mismo tiempo, tomó parte activa Recibió una ayuda accidental. En el
en la organización del primer campeo­ verano de 1920, AJekhine era traslada­
nato de la Rusia soviética (Moscú, octu­ do del departamento central de investi­
bre 1920), torneo que ganó brillante­ gación al Komintern, donde trabajó
mente (y que era muy fuerte, a pesar como intérprete, puesto que tenía un
de la ausencia de Rubinstein, Nimzo- excelente dominio del francés y el
vich, Bernstein, Bogoljubov y Znosko- alemán. Se convirtió en candidato a
Borovsky, que se habían ido del país): miembro del Partido Comunista (aun­
1. Alekhine 12 (de 15, invicto); 2. Ro­ que Bogatirchuk escribe que Alekhine
manowsky 11; 3. Loevcnfish 10; 4. I. Ra­ le mostró un carnet del partido, en
binovich 9,5 etc. Odesa, en 1919), y en el otoño se en­
Apenas hay que explicar qué signifi­ contró con Annaliese Rüegg, una suiza
ca jugar durante 20 días un torneo, en de 41 años, que había acudido a Rusia
un trasfondo de hambruna y destruc­ como delegada a la Tercera Internacio­
ción. Una habitación mal iluminada, nal. El 15 de marzo de 1921 (¡el día en
sin calefacción, problemas alimenticios que comenzó, en La Habana, el en­
y una carencia general. En la cumbre cuentro Lasker-Capablanca!) se casa­
de la lucha, siete participantes pidieron ban. Annaliese esperaba un hijo y, na­
un aumento de la ración de pan, así co­ turalmente, quería que naciese en su
mo queso y cigarrillos. Alekhine apoyó casa, con el apoyo moral de su marido.
a sus colegas, declarando que no consi­ En este sentido, y en palabras de Boga­
deraba posible jugar contra “oponen­ tirchuk, “la pertinaz delegada llegó a
tes hambrientos”. La protesta de los ju­ conseguir que la recibiera el propio Le-
gadores tue satisiecna, y tue posible nin , o en oirá version, jxari íxaaeK,
finalizar el torneo. quien se afirma que dijo: “Puede que
Entretanto, en noviembre, la poli­ Alekhine sea un contrarrevolucionario,
cía secreta de Moscú, tras recibir un co­ pero en ajedrez es un genio, y sólo pue­
municado de la oficina de Odesa, abrió de exhibirlo fuera de Rusia”. En cual­
un nuevo caso contra Alekhine. Afortu­ quier caso, AJekhine obtuvo el permiso
nadamente, a comienzos de 1921, tras para viajar y, por una suerte de coinci­
un minucioso interrogatorio del sospe­ dencia misteriosa, eso ocurrió el 29 de
choso, los cargos por supuesta “activi­ abril, precisamente el día en que llega­
dad antisoviética” fueron retirados. ron las noticias con la victoria de Capa-
blanca en La Habana.
Los recién casados viajaron, vía Le-
La campaña por la corona
tonia y Berlín, aunque pronto se sepa­
El primer “Campeonato de los So­ raron, Annaliese regreso a Suiza, don­
viets” resultó ser el último torneo de de nació su hijo y se preocupó de su
Alekhine en Rusia. No había renuncia­ educación (¡sin por ello interrumpir su

369
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

actividad política!), mientras que Ale­ rajugado de inmediato 23 ... f4!), reali­
xander dio comienzo a su larga cam­ zando un interesante, aunque un tanto
paña en pos del título mundial de aje­ malicioso comentario:
drez. No sabía entonces que nunca
“Contra esta jugada las blancas no tie­
regresaría a su país natal. Pero periódi­
camente visitaba a su hijo y, tras la nen nada mejor que proponer un cam­
bio de damas, porque, tras 24 He3, las
muerte de Annaliese, en 1934, lo dejó
negras con 24 ... VYf6 ganarían el tiem­
en una buena pensión, al cuidado del
maestro suizo Voellmy. po necesario para dominar la columna
d, lo que resultaría decisivo.
Durante la segunda mitad de 1921,
Alekhine encontró tiempo para jugar El final resultante admite una mayoría
miniencuentros en Berlín, con Teich- de peones en el flanco de dama, pero
mann (+2 -2 -2) y Samisch (+2), así co­ esta ventaja resulta ser ilusoria. Sobre
mo de publicar su libro Shajmatnaia este tema, estoy ansioso por demostrar
zhinzh v Sovetskoi Rossii (Vida ajedrecís­ que uno de los prejuicios más notorios
tica en la Rusia soviética), y de ganar de la teoría moderna radica en el he­
tres torneos consecutivos, en los que cho de que esta mayoría se considere,
se mantuvo invicto: el torneo de Tri- en sí misma, una ventaja, sin referencia
berg (1. Alekhine 7 de 8; 2. Bogolju- a qué tipo de peones, o incluso la posi­
bov 5), el de Budapest (1. Alekhine ción de la piezas.
8,5 de 11; 2. Grünfeld 8... 6. Euwe 5,5;
En la presente partida las negras tienen
7. Bogoljubov 5), y La Haya (1. Alekhi­
evidentes compensaciones: 1), mayor
ne 8 de 9; 2. Tartakower 7; 3. Rubins­
movilidad del rey, pues el contrario es­
tein 6,5).
tá entorpecido por sus propios peones;
La partida que sigue quizá no sea el 2) posición dominante de la torre ne­
ejemplo más característico de su juego. gra en la única columna abierta. Con
No obstante, demuestra que Alekhine un juego correcto, estos factores deben
buscaba nuevos caminos en ajedrez, sin ser suficientes para ganar”.
ceder siquiera a la autoridad del deifi­
cado Capablanca. Se diría que Alekhine estuviese soste­
niendo una disputa por corresponden­
cia con Capablanca, quién había con­
vertido de forma clásica una mayoría
116 de peones en el flanco de dama en la
F. Yates-A. Alekhine 23a partida de su match con Marshall
La Haya 1921 (partida núm. 75). Aunque sobreesti­
ma claramente las posibilidades de las
negras (¡los peones blancos también
son móviles!), estos comentarios refle­
jan su estilo: el avance de los peones e y
f crea amenazas tácticas contra el rey.
Lo más interesante es que aquí hay un
choque de concepcione. Mientras que
Capa “simplemente” coronaba un pe­
ón, ¡Alekhine “simplemente” daba ma­
te! Pero el éxito de la estrategia de uno
y otro se basaba, sobre todo, en que sus
oponentes de turno no entendían en
absoluto sus respectivos planes.
23 ... ^c3 24 Wcl
Alekhine le concede un signo de admi­ Es probable que 24 2e3 W6 25 c5 Sd8
ración a esta jugada (aunque yo hubie- 26 'B'cl fuese posible, pero las blancas,

370
Alexander IV

recordando la eficaz experiencia de Obviamente, las blancas deberían ha­


Capablanca, se dirigen al final. ber movido su alfil de c4, y jugar c5-c6
lo antes posible. Pronto se pondrá de
24...'Pi’xcl
manifiesto que los peones blancos “no
Las negras no tienen nada que obje­ van a ninguna parte”, mientras que los
tar, anticipando ya la maniobra de su negros se disponen a crear una red de
rey a e5 y el desarrollo de un instructi­ mate.
vo ataque con un pequeño ejército.
Aquí viene involuntariamente a la me­ 29 ... g5 30 b5 f4 31 <á?fl Hd2! 32 <á?el
moria la observación de Fischer: “Si Eb2 33 gxf4
un oponente quería clarificar la situa­ Después de 33 c6 bxc6 34 ¿Le2, puede
ción con Alekhine, tenía que pagar el elegirse entre 34 ... ‘¿’eó y 34 ... c5 35
precio del ruso”. Hxc5 Ji.e6.
25 Sxcl Hd8 26 g3. 33 ... gxf4 34 ¿e2
“Tratando de cambiar alfiles, lo que in­ O bien 34 Edl &g4 35 Ed6+ ¿?e7 36
crementaría las posibilidades blancas 2d4 ,Lf3 y 37 ... e3 (Alekhine). Aquí,
de hacer tablas” (Kotov). 26 c5 ‘¿’17 27 después de 34 c6 bxc6 35 Jte2, además
b5 ,¿>e7 es bueno para las negras. de 35 ... ^eó, puede seguir 35 ... c5 36
26 ... <¿f7 27 c5 <¿>f6 Sxc5 Jfe6.
Un momento importante, que ha es­ 34 ... ¿>e5 35 c6 bxc6
capado a la atención de los comenta­
ristas. 338

337 --------------------------- gg-------

36 Sxc6?!

28 £c4?! “Es malo 36 bxc6 f3 37 T.dl c3 - +” (Ko­


tov). Pero después de 38 Sc2! Sxc2
La simple 28 c6! bxc6 29 Sxc6 Edl 30 (38 ... Sbl? 39 fxe3) 39 £.xc2, ¡las ne­
¿>g2 ¿'co 31 ^,c4 ^.xc4 32 Sxc4 habría gras no pueden soñar con ganar! Por
asegurado las tablas: 32 ...Ed2 33 ¿’fl, consiguiente, después de 36 bxc6, ten­
etc. Por supuesto, si Capa o Lasker fue­ drían que tratar de ver el modo de ex­
sen los conductores de las piezas blan­ plotar su ventaja posicional.
cas, esto es lo que habría sucedido. Pe­
ro Yates quiere avanzar sus peones a y 36 ... T.e6 37 ,tdl
b, según el “legado” de Capablanca.
La torpe posición del alfil también se
28 ... £c8! hace sentir en la variante 37 2c7 (37
&c4 ^.g4!) 37 ... Hbl+ 38 ¿>d2 ¿?d4 39
Este inesperado retroceso estaba por
¿>c2 Sal! 40 £dl (40 Sxa7? Sa2+)
entonces más allá de la comprensión
40 ... 2xa4. Inesperadamente, la posi­
de la mayoría de los maestros.
ción blanca está perdida. Mientras han
29 a4?l tratado de llevar a cabo la ofensiva en

371
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

el flanco de dama, se encuentran ame­ de 1922, en Pistyan: 1. Bogoljubov lf


nazadas de mate. (de 18); 2-3. Alekhine y Spielmanr,
37 ... Ubi 38 2c5+ ¿>d4 39 Hc2 e3 14,5; 4. Grünfeld 11; 5. Réti 10,5 etc.
En este torneo se le concedieron a
O bien 39 ... &b31? 40 2d2+ &c4 - +. Alekhine dos premios especiales: el de
40 fxe3+ fxe3 41 Hc6 _Lg4 42 Hd6+ la partida más brillante (contra Wolf),
st?c5 43 h3 4l1i5 y el de la mejor partida jugada por un
maestro eslavo (contra Tarrasch).
Las blancas se rindieron, ante la irresis­
A continuación comentaré, sin
tible amenaza e3-e2.
embargo, otra brillante partida de
El triunfo de otoño en La Haya fue Alekhine, de la que él mismo se sen­
especialmente notable para Alekhine, tía muy orgulloso, puesto que había
ya que finalizó con punto y medio de ejecutado “la combinación más larga
ventaja sobre el aspirante oficial al tí­ de su vida”. Aunque resulta tener un
tulo, Rubinstein (al que derrotó, ade­ fleco, naturalmente descubierto por
más, en la partida entre ambos), quien el “ojo que todo lo ve” de la compu­
en la primavera había desafiado a Ca- tadora.
pablanca a disputar un encuentro por
el título mundial. Lamentablemente,
en los dos años y medio que le garanti­
zó el campeón, no pudo reunir los 117
fondos necesarios para el premio. K. Treybal-A. Alekhine
Sin pensarlo demasiado, ¡el ruso Bad Pistyan 1922
también lanzó un desafío a Capablan- Apertura Española (C84)
ca! Incluso apareció una nota en la
prensa afirmando que se jugaría un 1 e4 e5 2 2)f3 £c6 3 £b5 a6 4 £a4
duelo entre ellos, a finales de 1922, en &f6 5 <5jc3
América. Pero todo resulto ser un Este modesto plan también lo cm ea-
bluff. Más tarde, Alekhine admitiría; ba Alekhine.
“Aún no me sentía maduro en el senti­
do ajedrecístico. En muchos aspectos, 5 ... ¿e7 6 0-0 b5 7 ¿b3 d6 8 a4
sobre todo en los puramente técnicos, 8 Oád5, Alekhine-Barcza, Munich
Capablanca era sin duda más fuerte 1942.
que yo por entonces, y su principal
oponente seguía siendo Lasker. Por lo 8 ... 2b8
tanto, mi reto sólo tenía un objetivo, “Esta jugada es claramente inferior a
el de reforzar mi candidatura para el 8 ... b4, ya que entrega la columna a
futuro”. sin compensación alguna” (Alekhine).
Aquí no está de más recordar la Por ejemplo: 9 £}d5 (9 ¿Le2 áLe6!?)
opinión, importante como siempre, 9 ... £>a5 10 ¿a2 (10 £xe7+ Wxe7 11
de Fischer: “Alekhine se desarrolló co­ d4 <5áxb3 = Thomas-Alekhine, Has­
mo jugador más lentamente que la tings 1922) 10 ... ■Axd5 11 .¿.xdS c6 12
mayoría. Cuando estaba en sus vein­ Jla2 c5 13 c3 2b8 14 £.d5 0-0 = (Ale-
tes, era un jugador atroz, y no maduró khine-Bogoljubov, Bad Pistyan 1922).
hasta bien avanzada la treintena”.
9 axb5 axb5 10 h3
Esto, desde luego, es ir demasiado
lejos, y me gustaría ver cómo hubiera No es una jugada necesaria. Es arries­
evolucionado Fischer de haberse en­ gado para las blancas 10 'sZe2?l ái.g4!
contrado en su camino con los acon­ 11 &xb5 0-0 12 ^c4 AxfB 13 gxf3
tecimientos de 1914-1921 antes des­ Hxb5 14 ^xc6 Sb6 15 'S'cS £h5! 16
critos... d3 .&g5, pero, según Réti, es bueno 10
El nuevo aspirante también tuvo d3 áLg4 (10 ... 0-0 11 &d5!) 11 ±e3 0-0
una buena actuación en la primavera 12 <5bd5I, con una ligera iniciativa.

372
Alexander IV

10... 0-0 11 «e2 £d7 12 d3 Una barricada segura. A las negras les
atraía menos 21 ... JtLf6 22 ^Lf4 Sd8 23
Si 12 £xb5, entonces 12 ... &xe4! 13 «el!, “seguido de 24 «al ó 24 «g3",
«xe4 (a 13 &xc7?I son buenas tanto aunque después de 23 ... c5, no hay na­
13 ... ¿xd2, como 13 ... &c5) 13 ... da terrible.
gxbo, y las negras no tienen proble­
mas (Ashley-Giorgadze, Filadelfia 22 g41?
1991). “Al haberse embarcado en una peligro­
sa travesía, las blancas no tienen otra
339 opción que perseverar, pues si ahora
adoptasen un plan puramente defensi­
vo, las negras tendrían aún un juego
más fácil que con la textual. Por ejem­
plo 22 b4 c5 23 «c2 Wc6, [22 h4 c5 23
Wf2 «c6; 23... ¿5/?: G. K.J, seguido de
Sa8” (Alekhine). Sin embargo, era más
natural 22 Jlf4, con posibilidades equi­
valentes.
22 ... c5 23 h4?
Omitiendo un típico contragolpe en el
12 ... Wc8! centro. Seguía siendo correcta la fría
“Sería insuficiente 12 ... £>d4 13 £ixd4 23 ±f4, y si 23 ... «a2, 24 Wc2.
exd4 14 £id5 £>xd5 15 .É.xd5 c6 16 Ab3
£.e6 17 Axe6 fxe6 18 Sa7 Sa8 19 Sxa8
Wxa8 20 «g4 «c8 21 &h6 Bf7 22 Sal,
con ventaja de las blancas” (Alekhine).
Aunque aquí deben considerarse 20 ...
«a2!?y2O... Sf61?
13£h2
Por si acaso, Treybal previene el sacri­
ficio de alfil en h3. Era más enérgico,
naturalmente, 13 ^.e3! (13 £}d5!?), y
Alekhine pensaba jugar 13 ... £>d8 y
c7-c5.
23... d5!
13... &d4!
Alekhine no solía dejar escapar tales
Ahora las negras tienen un juego fácil. oportunidades.
14 4bxd4 exd4 15 &d5 &xd5 16 &xd5 24 g5?!
c6 17 ¿b3 £.e6! 18 f4
También era favorable a las negras 24
18 £xe6 Wxe6 19f4f5=. exd5 &dbb 25 .M4 Se8 26 Wg2 Jkxf4i-
18 ... ¿xb3 19 cxb3 Sa8! 27 Sxf4 «b8 28 «f3 We5. Si 24 e5, las
negras planeaban 24 ... «b8 25 ~&f4
“Pero no 19 ... «e6?, debido a 20 f5 fxe5 26 JLxe5 £.d6, “con ventaja ne­
Wxb3 21 Sa3 «b4 22 f6! áxf6 23 Sxf6 gra”, pero después de 27 Jlxd6 «xd6t-
gxf6 24 ±h6 «á?h8 25 «f3 f5 26 «xf5 f6 28 &g2, tal ventaja aún tiene que de­
27Sa7 + -” (Alekhine). mostrarse. El Futuro campeón descartó
20 Sxa8 24 ... fxe5 25 Wxe5 £xh4, debido a 26
g5 Se8 27 «f-4 Ael (27 ... Relit G.K.)
20 3bl!?«e6! 28 f61, con ataque, aunque, en mi opi­
20 ... >xa8 21 f5 f6I? nión, mucho más fuerte es 26 ... WeB!

373
Cary Kasparov - Mis gemales predecesores

!7 ^xd5+ (27 ^xeS Exe8, y las negras biera también ganado sin mayores di­
pnan) 27 ... ’áíhS» con la amenaza ficultades”.
0Th5. Por ejemplo: 28 ^xc5?l ^.xg5! 29
&xg5 ^h5+, etc. 32 ... d2!
24 ... dxe4 25 dxe4 Wc6 26 <á?h3 Espectacular avance en un punto con­
trolado.
“Preparando e4-e5. Si 26 g6 h6 27
Who Wxe4 28 £xh6 gxh6 29 Wxh6 33 Wf4!
We2+ 30 sfegl We3+, las negras ganan”
(Alekhine). También es posible 26 ... La mejor posibilidad práctica.
ikd6+, y si 27<á,g2, entonces 27 ... hxg6
33 ... Wd7+!
28 fxgó fo! Todo parece indicar que
las blancas ya no pueden salvar la par­ Las blancas “esperaban la continua­
tida. ción 33 ... dxclW 34 Zxcl Bc8 (no es
26 ... c4! 27 e5 d3 28 Wel! mejor 34 ... Wd7+ 35 *&g2, o bien 34 ...
gxfó 35 &xc4+ Wxc4 36 Sxc4: G. K.) 35
Si 28 We3, Alekhine pensaba seguir Wg4!, con probabilidades de tablas,
con 28 ... fxg5 29 hxgo Sxf5! 30 Bxf5 puesto que la casilla hl no es del mis­
We6 31 We4 g6 32 «¿>g4 (32 Wa8+ mo color que el alfil negro. Con la
<¿>g7) 32 ... gxf5+ 33 Wxf5 Wxf5+ 34 combinación que sigue (la más larga
s^xfo &a3t! - +. que jamás he emprendido), las negras
28 ... fxe5 evitan esta dudosa variante y se asegu­
ran un final de peones ganado” (Ale­
28 ... fxg5 29 .&xg5! khine) .
29 Wxe5 Ab4! 30 bxc4 bxc4 31 Wd4!
Ya veremos, ya veremos...
Amenazando con dislocar los peones
negros con b2-b3. ¡Treybal lucha hasta 34 d?g2 die?!
el fin!
Alekhine, Kotov y otros le conceden
un signo de admiración a esta jugada.
Pero en mi opinión, las negras debían
haber ganado mucho más rápidamen­
te y -lo que es más importante-, con
más precisión: 34 ... Wd5+! 35 <¿’h3
(35 Wf3 Wxf3+ 36 ^xf3 gxí6) 35 ...
Wd3+ (35 ... gxf6 36 gxf6 We6+ tam­
bién es bueno) 36 <¿’g2 gxf6 37 gxf6
<£f7 y Sg8+ (tras los jaques “de con­
suelo” 38 Wc7+ &e6 39 Wc6+ ád6).
35 Sxdl Wxdl 36 Wxc4+ 2f7 37 Wxb4
Wxcl 38 Wb8+ Sf8 39 f7+!
La única forma: después de 39 Wb3+?
Con la evidente amenaza 32 ... Sxf5, y (á?h8 40 fxg7+ <á’xg7, los jaques se ter­
también la más velada, 32 d2! 33 minan.
.&xd2 c3! (¡un ataque doble!), que las
blancas subestimaron. 39 ... 4xf7
32 f6?l La culminación del duelo táctico. “Co­
La computadora condena esta jugada, mo pronto veremos, la maniobra ga­
sugiriendo 32 <á?g2. Claro que en este nadora de las negras, iniciada con
caso, Alekhine contaba con responder 33 ... Wd7+ comprende no menos de
32 ... -&a5!, seguido de Sd8, que “hu­ 20jugadas” (Alekhine).
Alexander IV

errores en su juego, pero en cierto


sentido su método general de juego
era erróneo”.
Pero las negras, a su vez, también deja­
ron escapar la victoria en la jugada 34,
al omitir 34 ... '®fd.5+! Esta partida de­
muestra, por un lado, la sorprendente
capacidad de cálenlo de Alekhine, pe­
ro por otro nos recuerda una vieja ver­
dad ajedrecística, según la cual todo
análisis de más de cinco jugadas con­
tiene algún “agujero”. De todos mo­
40 ^b3+? «¿>g6! dos, se trata de una obra maestra que
Y las blancas se rindieron: 41 We6+ debemos agradecer en nombre del
«¿’ho 42^e2+ ¿?xh4!, etc. ajedrez.
Ahora bien, con 40 g6+!! Treybal po­ He aquí otro ejemplo del enérgico
día haber recuperado la torre, puesto juego combi nativo-posicional del cuar­
que en caso de 40 ... hxg6 (40 ... ‘¿’gS? to campeón del mundo.
41 gxh7+), las blancas fuerzan tablas
por jaque perpetuo: 41 Wb3+ <¿>f6 (o
bien 41 ... «á?e7 42 Wa3+ «á?e8 43 Wa8+
«¿>f7 44 Wdo+) 42 Wf3+ <á?e7 43 ea3+ 118
<¿’e8 44 ^a4+! éd8 45 Wa8+ <¿>e7 46 A. Torres-A. Alekhine
Wa3+ «¿>f7 47 ^b3+, etc. Sevilla 1922, partida de exhibición
Apertura Española (C73)
Sólo queda un camino, señalado por
Alekhine: 40 ... «¿xgG! 41 WxfB Wxb2+
42 <S?f3(h3) Wc3+ 43 s±?g2 Wd2+ 44 1 e4 e5 2 2T3 £c6 3 &b5 a6 4 £a4 £f6
&g3(h3) We3+ 45 <á?g2 We4+ 46 &g3 5 0-0 d6
(46 «¿>h3 Wfo+) 46 ... We5+ 47 <¿>g2 “Esta jugada, recomendada por Ru­
<^h5! (una jugada tranquila, activando binstein, me parece menos fundada
al rey) 48 Wf3+ (?.• G. K.) 48 ... «á?xh4 que 5 ... &e7” (Alekhine).
49 ^h3+ «0?g5 50 Wxh7 We2+ 51
<¿’g3(gl) Wg4+, “y las negras ganan, 6 ^.xc6+
forzando el cambio de damas a la ju­ Una de las principales respuestas, junto
gada siguiente” (52 «¿»f2 ^fo+, o bien con 6 c3 y 6 SeL. Pero si 6 d4, entonces
52 ¿?h2Wh4+). 6 ... b5! 7 4lb3 £xd4 8 £xd4 exd4 9
c3l? (9 .&d5 &xdo 10 exdo ^.e7 iguala,
La computadora, sin embargo, refuta
Treybal-Rubinstein, Carlsbad 1923)
la combinación más larga de Alekhi­
ne, con 48 ^7b4! Ahora las negras no 9 ... dxc3 10 £>xc3 &e7 11 W (11 f4
&b7) 11 ... 0-0! 12 e5?! &g4, etc.
logran forzar la transición a un final
de peones, y estos finales con damas, 6 ... bxc6 7 d4! ^xe4!
con un peón extra, son tablistas. Por ¡Una aguda réplica! “El cambio 7 ..
ejemplo: 48 ... g6 49 «¿>f3 ^e6 50 <¿g3 exd4 8 £ixd4 conduce a una varíant<
We3+ 51 <¿>g2 ^d3 52 ^e7 h6 53 ^b4 desfavorable de la Defensa Steinitz
We2+ 54 «¿>g3 ^e3+ 55 <á?g2, etc. Aquí la jugada de Chigorin 7 ... &dT
La conclusión es que las blancas deja­ tampoco es especialmente satisfactoria,
ron escapar las tablas. Es evidente que debido a 8 y £}c4” (Reres).
Fischer tenía razón, al afirmar que
8 Sel
“Alekhine tenía concepciones gigan­
tescas, llenas de ideas extravagantes y La altemaüva es 8 dxe5 d5 (8 ... -&e7!?
sin precedentes. Es difícil encontrar Gurgenidze-Spassky, Bakú 1961, 2^°

3?5
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

Campeonato de la URSS) 9 &bd2, o 11 c3


bien 8 We2 fo 9 dxe5 (si 9 &bd2 £xd2 Si 11 &e3, entonces 11 ... f4! 12 £>xc6
10 &xd2 Jle7 11 dxe5, Euwe recomen­ (pero no 12 Axf4?l 0-0 13 -&e3 £kxf2!
daba 11 ... 0-0! 12 ^c4+ <á?h8 13 ^xc6 14 £xf2 flxf2 15 <á?xf2 «h4+, etc.)
Sb8) 9 ... d5, y aquí no 10 Sdl c5 (10 ... 12 ... fxe3 13 &xd8 exf2+ 14 £fl
JLc51? Euwe) 11 c4 c6 = (Rubinstein),
fxelW+ 15 *xel Af2+ 16 sfrfl Sf8 17
ni tampoco 10 &e3 c5! 11 c3 ±e7 (Ku- Wxd5 .&c5+ 18 Sa?el ^.f2+, con jaque
banek-Alekhine, Praga 1943), sino 10 perpetuo (Euwe). Pero es interesante
c4! Á.c5 (10 ... d4l?) 11 ^.e3, con una 11 f3 Wh4 12 c3, excluyendo la posibi­
leve iniciativa. lidad 11 ... 0-0.
8... f5 9dxe5d5 11 ... 0-0
“Ahora las negras tienen, indudable­ Maestros soviéticos desarrollaron más
mente, mejor juego, con sus dos alfi­ tarde la muy aguda continuación 11 ...
les y su fuerte caballo en el centro” Wh4!? 12 f3 £f2 13 g3! ^h5 14 <á?xf2!
(Alekhine). ¡Un veredicto claramente (es peligroso 14 ^e2 £lh3+ 15 <¿>g2 f4!
prematuro! 16 e6 0-0 17 g4 ^h4, cuando 18 $f5?
falla por 18 ... SxfB 19 gxfo £lf2, ganan­
343 do) 14 ... Wxh2 15 &e3, y aunque por
pwai i la pieza las negras tienen dos peones y
1 fl] A algún ataque, en la partida Bonch-Os-
AM 1 molovsky-Estrin (Moscú 1945), las
3 bam blancas lograron convertir su ventaja
material.
a
U El fi&S 344

10 £jd4!
A comienzos de los cuarenta estaba de
moda 10 &c3 &c5 11 Jte3 (Boles-
lavsky-Smyslov, match-torneo Lenin-
grado/Moscú 1941), pero es más fuer­
te 10 ... £.b4! 11 £d4 &xc3 12 bxc3
Axc3 13 &a3 Wh4!, y si 14 &xc6?, en­
tonces 14 ... .&e6! (análisis de Botvin­ 12 f4?
nik). A finales de los noventa, Adams La enorme diferencia de clase entre
introdujo 10 c4l? ambos contrincantes se hace sentir.
En la partida Flamberg-Salwe (Lodz
10 ... £c5
1906) siguió 12 f3 £>g5 13 <á?hll (más
Es malo 10 ... c5? 11 £e2! c6 12 £T4g6 flojo es 13 -&e3 f4 14 ^.f2 ^.b6!, con
13 c4! d4 14 Wa4 (Keres-Reshevsky, idea de que si 15 &xc6, 15 ... $}h3+!
Torneo AVRO, Holanda 1938), mien­ 16 gxh3 ^g5+ 17 <á?hl &xf2 18 Se2
tras que 10 ... ^h4 permite la variante &e3 19 ^xd5+ ‘¿’hS, o bien 15 £>d2
de Fine 11 g3 ^h3 12 4&c3!, después c5,1. Rabinovich-Romanovsky, Lenin-
de lo cual tanto 12 ... £ixf2?! (12 ... grado 1938) 13 ... -&xd4 (según Ro­
Jlc5 13 £>ce2!) 13 £xf2 ^xh2+ 14 manovsky, lo correcto es 13 ... f4!? 14
<á?f3, como 12 ... c5 13 £>de2! d4 14 £xc6 ^d7 15 £>d4 W), y aquí Chi-
2>d5 &xf2?l 15 ¿>xf2 ^xh2+ 16 «á?f3! gorin recomendaba 14 ^.xg5! Wxg5
±b7 17 c4 son incorrectas. 15 cxd4 (15 ^xd4!?) 15 ... f4 16 $c3
Alexander IV

2fo 17 £a4 Wh6 18 Ke2! Zh5 19 ^gl, 345


con evidente ventaja blanca: ¡la casilla
c5! Lo mismo sucede con 15 ... 2b8 16
b3 ^h4 17 &c3 (Smyslov-Loevenfish,
Moscú 1938).

12 ... We8

Ahora la posición negra es considera­


blemente mejor.

13 £.e3 06 14 ^d2 Ab7


24... d4!
“En perfecta seguridad, las negras pre­
paran el avance de sus peones centra­ La ruptura decisiva, basada en un sacri­
les, permitiendo así a sus alfiles ejer­ ficio de dama.
cer presión sobre el rey enemigo** 25 cxd4 cxd4 26 ALxd4 Axd4 27 5xd4
(Alekhine). Sxd4 28 £xd4 Wxh3! 29 gxh3 2>f2+ 30
®gl 4)xh3++!
15 £>2f3 Xd8 16 Bc2 c5 17 £b3?»
En el verano de 1922, en el “Torneo
“Era preferible 17 £>e2, y las negras de la Victoria” de Londres, se produjo el
probablemente hubieran continuado primer duelo directo después de la gue­
con 17 ... h6, seguido de 18 ... <&h8 y rra entre Alekhine y Capablanca. El ruso
19 ... Sg8, preparándose para abrir la jugó bien (+8 =7), pero el cubano jugó
columnagcon g7-g5” (Alekhine). aún mejor (+11 =4). Los resultados de es­
te torneo se indican en el capítulo consa­
17 ... c4! grado a Capablanca, pero para Alekhine
constituyó un triunfo moral, puesto que
Intensificando la presión en el centro. era el comienzo de su avance gradual ha­
cia el papel de principal aspirante al tro­
18 <£bd4 no. Había dejado atrás a Rubinstein, Bo-
goljubovy Réti (aunque el cuadro estaba
18 Ob6? cxb3. un poco deslucido por la ausencia del to­
davía poderoso Lasker). En un momento
18 ... c5 19 £e2 Wc6 20 Sadl h6 21 fifi dado los participantes firmaron el llama­
sí?h8! do “acuerdo de Londres”, o reglas para
los encuentros por el campeonato mun­
Un importante eslabón en la combina­ dial, propuestas por Capablanca.
ción que sigue; el rey se mueve, no tan­ El torneo a doble vuelta de Hastings,
to para hacer posible £g8, cuanto para en septiembre de 1922, reforzó la ten­
evitar que, tras el avance d5-d4, las dencia: 1. Alekhine 7,5 (de 10); 2. Ru­
blancas puedan tomar el peón de c4 binstein 7; 3-4. Bogoljubov y Thomas 4,5
con jaque. etc. Como en Londres, Alexander de
nuevo derrotó una vez a Rubinstein, y a
22 ¿hl Wg6 Bogoljubov en las dos partidas.
La última de estas victorias es una
Con intención de 'Bfhó y g7-g5. de las más grandiosas campañas de Ale­
khine. Una vez más demuestra que sus
23 ftegl Ühi5 24 &h3 asombrosas combinaciones no se pro­
ducían por generación espontánea, si­
Al defenderse contra el ataque de flan­ no que eran el fruto de una prepara­
co, Torres echa más leña al fuego. ción estratégica muy profunda.

377
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

119 ni a 10 c5+ <¿>118 11 dxe5 dxe5 12 Hfdl


E. Bogoljubov-A. Alekhine ^e7 13 Gael Ad7 =, ni a 10 ^c3a5! 11
Hastings 1922 dxe5 dxe5 12 Kadi #e7 = (Spiel-
Defensa Holandesa (A90) mann).
10 ^c3?!
1 d4f5 "Ya es difícil sugerir una línea de juego
“Una defensa arriesgada que hasta satisfactoria a las blancas” (Alekhine).
ahora sólo he adoptado en muy raras ¿Por qué? Después de 10 d5!, las negras
ocasiones en partidas serias. Pero en la tendrían que afrontar una ingrata tarea
presente quería jugar a ganar, a fin de defensiva: 10 ... £)a5 11 ^€3 c5 12 &g5,
asegurarme el primer premio, mien­ o bien 10 ... exd5 11 cxd5 4be7 (11 ...
tras que unas tablas le bastaban a mi £}eo 12 £)d4!) 12 £id4, etc.
oponente para lograr el tercer puesto,
10 ... e5! 11 e3
de ahí que decidiese correr algunos
riesgos” (Alekhine). No es mejor 11 dxeo dxe5 12 fiadl (12
2 c4 &xe5? &xe5 13 Bxe5 ^xd2 -+) 12 ...
'^e7 13 Kfel e4, etc. (Pirc-Spielmann,
Según Alekhine, es mejor comenzar Rogatska Slatina, 1931, match).
por 2 g3, de forma que las negras no
puedan cambiar su alfil de f8. Pero 11 ... a5!
¿acaso eso constituye alguna ventaja? Impidiendo b2-b4.
2 ... £jf6 3 g3 e6 4 £g2 &b4+ 5 &d2 12 b3
Si 5 &d2, lo correcto es 5 ... 0-0!, pero Pero no 12 a3?l a4!
no 5 ... £}e4? 6 a3 £)xd2 7 J.xd2 ¿xd2+
8 Wxd2 0-0 9 2>h3! d5 10 cxdo exd5 11 12... ^e8! 13 a3
£}f4 co 12 0-0 ^e7 13 b4!, con clara
ventaja (Alekhine-Tartakower, San Re­ 346

mo 1930).
5 ... £xd2+ ÍV’.

En su match con Euwe (de 1935) y más


tarde, Alekhine jugaba ahora 5 ... &e7.
6£>xd2
Por supuesto, es más preciso 6 Wxd2!
0-0 7 élc3, con alguna iniciativa, que
en caso de 7 ... d6 8 &f3 &c6 9 Kdl!?
(o bien 9 0-0 e5 10 d5 £ie7 11 e4) 9 ...
£e7 (9 ... We7 10 d5!) 10 0-0 £g6 11 13 ... Wh5!
Wc2 c6 (11 ... f4!) 12 e4! Wa5 13 exf5
exfo 14 d5 cxd5 15 &xd5 puede acen­ “El comienzo de un profundo plan es­
tuarse (Euwe-AIekhine, Amsterdam tratégico. Antes que nada, las negras
1926/27, 10a). crean amenazas en el flanco de rey y
provocan un debilitamiento de los peo­
6.. . 2>c6 7&gf3 0-0 8 0-0 nes enemigos" (Kotov).
Tartakower recomendaba 8 Wc21?, con 14 h4
idea de e2-e4.
“Una buena jugada defensiva, que ase­
8.. . d6 9W>3 *á?h8?l gura nuevas casillas para el caballo rey y
Por alguna razón, los comentaristas no renueva la amenaza 15 dxe5. Las blan­
mencionan la inmediata 9 ... e5!, cuan­ cas no pueden jugar 14 dxe5 dxe5 15
do las negras no tienen por qué temer 4ixe5? 4bxe5 16 ^xeó, en vista de 16...

378
Alexander IV

&g4, ni tampoco 14 b4? e4 15 &el


axb4” (Alekhine).

14 ... 2>g4 15 4óg5?!

Según Alekhine, era preferible 15 b4.

15 ... .&d7 16 f3

16 &xc6?l era malo, por 16 ... ^.xcó 17


f3 exd4! 18 fxg4 dxc3 19 gxho cxd2,
con mejor final para las negras.

16 ... &f6 “Esta es una jugada muy fuerte, que su­


primir reporta ventaja a las negras en to­
Con la amenaza 17 ... f4! dos los casos, bien el control de la casilla
d5 (tras cxd5), bien la apertura de una
17f4e4 18 Sfdl?! columna en el flanco de dama, después
de 24 c5 b5l o, por último, como en la
“A fin de proteger el peón de g3 (ame­ partida, la ganancia de un peón” (Ale­
nazado por 18 ... Wg4 19 <á?h2 ¿h5), khine).
con 20 ¿fl. Sin embargo, con el avan­
ce previo 18 do!, impidiendo que las 24Sg2
negras formen un centro, las blancas Con la ilusoria esperanza de jugar g3-g4.
habrían tenido mejores perspectivas de
defensa” (Alekhine). 24 ... dxc4 25 bxc4 &xa4 26 £}f2 £d7
27 £d2 b5!
18 ... h6 19 £h3 d5! “Este importante golpe estratégico en
la lucha por la casilla do conduce a
“Con esta jugada, las negras suprimen una combinación muy interesante. ¡El
por completo las esperanzas enemigas peón b se dispone a cumplir un gran
en el centro” (Alekhine). “Los peones servicio!” (Kotov).
blancos del flanco de rey han sido debi­
litados, y las negras comienzan a ejecu­ 28 £dl £>d3!
tar la segunda parte de su plan. Al em­ La posición blanca parece horrible, pe­
prender un juego activo en el flanco de ro después de la torpe 28 ... bxc4?! 29
dama, conseguirán, en última instan­ ¿Lxc4 £}fd5 30 Wa3, su condenado ca­
cia, penetrar en la posición del rey ene­ ballo habría llegado a e5, y la coordina
migo, desde la retaguardia” (Kotov). ción de sus efectivos se habría inespera
damente restaurado.
20 &fl ¿be7
29 fixa5
Preparando 21 ... a4! 22 b4 dxc4 y La tentativa de recuperar el peón con­
&ed5. duce al desastre. Pero 29 cxb5 ^.xb5 30
Sxa5 no era mejor, en vista de 30 ...
21 a4 <&c6! &d5 31 ^a3 Sxa5 32 Wxa5 Wc6, con
un ataque ganador (Alekhine), o bien.
Y ahora £>b4-d3. 31 Sxa8 ^xa8 32 Wb3 &a4, etc.
29 ... b4! 30 Sxa8
22 Sd2 £}b4 23 £hl
Después de 30 Wal 2xa5 31 Wxa5
Estas jugadas no se hacen de forma vo­ Wa8! 32 Wxa8 Sxa8, la invasión de la
luntaria. torre es decisiva.

379
Gary Kasparov - Mis ceñíales predecesores

50 ... bxc3ü
¡Una brillante “jugada intermedia”!
“Esta continuación es mucho más fuer­
te que 30 ... Wxa8 31 Wb3 (31 Wc2?
4}el) 31 ... £.a4 32 Wbl, y las blancas
aún pueden defenderse” (Alekhine).
Sin embargo, después de la simple 31
... Wall 32 ’©bl 2a8 habrían perdido
rápidamente. Las negras quieren crear
algo inmortal.
31 Sxe8
41 d5
No hay alternativa.
Después de 41 £>h3 (41 Sh3 4}g4!)
41 ... £ig4! 42 Sxe2 fxe2!, una tercera
dama negra habría aparecido en el ta­
blero.
41 ... &g8!
Pero no 41... h5? 42 4ih3! y 43 4ig5+.
42 h5 <&h7
Una demostración de fuerza.
43 e4
Jugada única, pero que lleva a un final
perdido.
31 ... c2 32 Sxf8+ 0?h7 33 £f2 43 ... 4}xe4 44 £lxe4 Sxe4 45 d6 cxd6
46 f6 gxf6 47 Sd2 We2!
No hay nada más.
“Un bonito final, digno de esta exce­
33 ... clW+34 £>fl ¿£el! lente partida” (Alekhine).
Con la inesperada amenaza de 4if3++. 48 Sxe2 fxe2 49 «á?f2 exflW+ 50 «á?xfl
3?g7 51 <á?f2 £f7 52 &e3 &e6 53 &e4
35 2h2 Wxc4 d5+
“Una nueva amenaza de mate en pocas Las blancas se rindieron. ¡No hay que
jugadas, comenzando por 36 ... ^.bo, negar que se trata de un excelente re­
que obliga a las blancas a sacrificar cali­ galo de treinta cumpleaños!
dad” (Alekhine).
Después de este varapalo, Bogolju-
36 Sb8 &b5 37 Kxb5 Wxb5 38 g4 bov estuvo deprimido durante un tiem­
po, mientras que, por otra parte, el
Con la remota esperanza de incorporar “gran AJkiba” volvía a levantarse, como
al juego el inútil alfil de hl. Pero a las demostraría dos meses más tarde, en el
blancas les esperaba otra sorpresa. torneo de Viena 1922: 1. Rubinstein
38 ... £f3+! 39 ±xf3 exf3 40 gxf5 11,5 (de 14); 2. Tartakower 10; 3. H.
Wolf 9,5; 4-6. Alekhine, Maróczy y Ta-
Forzado: 40 g5 &g4 41 &xg4 fxg4 - +. rrasch 9; 7. Grunfeld 8; 8. Réti 7,5; 9.
Bogoljubov 6,5 etc.
40... We2í!
Se dene la impresión de que el cam­
Creando una posición de problema. peón ruso estaba un poco cansado a fi­
Las blancas están en Zugzwang, pues nales de año. Echemos un vistazo a su
cualquier jugada les lleva a la derrota. retrato, pintado por la prensa vienesa:

380
Alexander IV

“Alekhine es la personificación del ner­ litario a causa de sus inesperadas derro­


viosismo. La expresión facial de este al­ tas ante Treybal y Yates. Por otro lado,
to y elegante joven es siempre cambian­ ¡ganó dos premios de belleza!
te. Los movimientos impulsivos de las
manos, que pasa continuamente por su
cabello, ligeramente pelirrojo, luego
juguetea con piezas previamente retira­ 120
das del tablero, todo lo cual refleja la E. Grünfeld-A. Alekhine
Carlsbad 1923
intensa y apasionada actividad de su ce­
rebro. Después de cada jugada, rápida­ Gambito de Dama (D64)
mente se pone en pie, con rápidos e
impetuosos pasos, desplaza su figura de 1 d4 <£f6 2 c4 e6 3 £lc3 d5 4 £g5 &e7 5
tablero a tablero, y con una atenta mi­ £jf3 £bd7 6 e3 0-0 7 Sel c6
rada observa las posiciones de otras Un esquema típico de la Defensa Orto­
partidas. Si su oponente consigue plan­ doxa; 7 ... a6 -véase partidas núm. 105 y
tearle difíciles problemas con una ines­ 128.
perada maniobra, se vuelve irritable e
8 ^c2 a6
impaciente. El más ligero ruido le tra­
baja los nervios. Sus brillantes ojos se fi­ Aquí Alekhine realiza un valioso e ins­
jan en busca de su oponente, como si tructivo comentario:
tratara de penetrar en sus pensamien­ “En mi opinión, mejor que 8 ... h6, y
tos, y cuando encuentra una buena ré­ las blancas pueden responder ventajo­
plica, una triunfante sonrisa ilumina su samente 9 Af4! Se8 (si 9 ... ^e4, en­
cara. El tablero en que juega Alekhine tonces 10 Jtd3! f5 11 h4, seguido de
siempre está rodeado de una nutrida g2-g3 y &e5) 10 _&d3 dxc4 11 ^.xc4 b5
masa de espectadores”. 12 &d3 a6 13 a4! Jlb7 14 0-0 2c8 15
De Viena, Alekhine partió hacia Pa­ Wb3 16 £e5 2ed8 17 2>g6! Af8
rís, donde se encontraría con numero­ 18 £ixf8 CixfB 19 &e4 &xe4 20 ^.xe4
sos rusos emigrados. £>d7 21 £d6! £\f6 22 &c5 ^c7 23 áf3
a5 (Alekhine-Teichmann, Carlsbad
De Carlsbad a Baden-Baden 1923), y las blancas proyectan 24 Sfel,
o bien 24 Sc2, en lugar de aceptar el
Los torneos más importantes de sacrificio de peón, que sólo conduce a
1923 se celebraron en mayo en Carls­ tablas, conservando una posición ga­
bad, donde jugaba “todo el mundo”, nadora.
excepto Capa y Lasker, y en julio, en
Máhrisch-Ostrau, donde también juga­ Cada torneo internacional aporta una
ba “todo el mundo”, excepto Capa y línea de juego fresca y satisfactoria para
Alekhine. La característica común a es­ las negras. En el torneo de Máhrisch-
tos torneos fue el fracaso de Rubins­ Ostrau 1923, Wolf jugó contra el gran
tein, que comenzó a alejarse del núcleo teórico Grünfeld la sencilla continua­
de aspirantes a la corona. En Máhrisch- ción 8 ... £e4 9 _&xe7 Wxe7 10 ±d3 (1C
Ostrau el vencedor fue Lasker, y en &xe4 no conduce a nada, ya que sí las
Carlsbad se produjo un triple empate blancas capturan en e4, pierden el
en el primer puesto: 1-3. Alekhine, Bo- peón b) 10 ... ^xc3, con posición per­
goljubov y Maróczy 11,5 (de 17); 4-5. fectamente defendible, que finalmente
Grünfeld y Réti 10,5; 6-7. Nimzovich y terminó en tablas”. Las negras siguen
Treybal 10, etc. con dxc4, b7-b6, Ab7, etc.
Sin embargo, el vencedor moral de Fue debido a esta típica maniobra li­
Carlsbad fue, sin duda, Alekhine, que beradora, 8 ... 4fte4!, que las blancas
denotó a sus tres inmediatos rivales: comenzaron a descartar gradualmen­
Bogoljubov, Maróczy y Grünfeld, y sólo te 7 2c 1 có 8 Wc2, en favor de la in­
se vio privado del primer puesto en so­ mediata 7 Wc2.

381
Cary Kasparov - Mis geniales predecesores

Sa3

La lucha por un tiempo. 9 a4 también


se ha jugado (partida núm. 121), pero
<1 match Capablanca-Alekhine (1927)
demostró que es más prometedor 9
cxd5!? (partida núm. 105).

9 ... h6 10 &h4

También después de 10 -&f4 es bueno


10 ... Se8 11 -&d3 dxc4 12 &xc4 b5, se­
guido de &b7 y c6-c5 (Alekhine-Capa- 16... .&b7! 17 0-0
blanca, Buenos Aires 1927, 4a y 26’ par­
tidas) . “Aparentemente, las blancas querían
jugar 17 &dxb5?l axb5 18 Sxd7 + pe­
10 ... Se8! ro aquí se dieron cuenta de la refuta­
ción 17 ... Wc6Ü 18 £}d4 (obligado)
“Una importante mejora en la línea de 18 ... Wxg2, con un fuerte contraata­
juego adoptada por Maróczy contra que” (Alekhine).
Grünfeld, en el torneo de Viena 1922, 17 ... Sac8
que continuó así: 10 ... dxc4?! 11 .&xc4
b5 12 £.a2 &b7 13 &bl! Se8 14 &e5! Las negras han completado cómoda­
£if8 15 0-0, y la posición blanca es muy mente su desarrollo y ahora amenazan
superior” (Alekhine). 18 ...^.e4 ó 18 ... &e4.

11 £d3 18 Wd2
18 ^Ze2?! Axa3 19 4£cxb5 ^.b4!
No cambia gran cosa 11 h3 dxc4 12
^.xc4 b5 13 Aa2 c5. Si 11 Sdl, enton­ 18 ... £e5!
ces es bueno 11 ... b5 (núm. 126). Pero “Este caballo ocupará la casilla c4, fijan­
las blancas pueden considerar traspo­ do la debilidad del flanco de dama, in­
ner a la estructura de Carlsbad, con 11 ducida por 9 a3” (Alekhine).
cxd5l? exd5 (11 ... ^xd5 12 &g3!) 12
Ad3. 19 &xf6
Con intención de cambiar el peligroso
11 ... dxc4 12 £xc4 b5 13 ^.a2 c5 14 alfil de b7. Sin embargo, según Alekhi­
Sdl?» ne, todas las artimañanas blancas no
bastan ya para igualar.
También es desfavorable 14 dxc5 4óxc5
15 ±bl (15 0-0 ^d3!) 15 ... ^.b7l 16 19 ... £xf6 20 Wc2 g6
áxf6?! &xf6 17 Wh7+ <¿?£8 18 £xb5 No tanto una defensa contra Wh7+,
axb5 19 Bxc5 .&xb2 (Alekhine). Sin cuanto una preparación para &g7.
embargo, es más natural 14 0-0 cxd4
(14 ... ^b6l?) 15 exd4, como jugaron 21 We2 &c4 22 Ae4! £g7!
en Carlsbad (1923) Réti y Grünfeld Evitando una sutil celada. Después de
contra Teichmann. 22 ... &xa3?i, Grünfeld había prepara­
do 23 W3! ^.xe4 24 &xe4 ¿xd4 25
14 ... cxd4 15 £ixd4 exd4 y 26 &f6+, ganando calidad.
Esto parece significar una omisión 23 £.xb7 Wxb7
táctica. Amenaza 24... &xa3.
15 ... Wb6 16 .&bl 24 Sel e5»

382
Alexander IV

“Este avance del peon e le dara al caba­ ÜTh8+ <á?g5 42 h4+ s>h5 43 g4+ fxg4 44
llo negro un nuevo puesto avanzado ^e5+ g5H, ganando”.
en d3, aún más molesto para el opo­
nente que en la presente posición" Pero Kotov cuestiona el análisis ante­
(Alekhine). rior. “Esta bonita cariante es, sin em­
bargo, incorrecta. La intermedia 36
25 £b3 e4 b3!, no prevista por Alekhine, condu­
Amenazando de nuevo £>xa3. ce a la victoria, pero no de las negras,
sino de las blancas (por ejemplo, 36 ...
26 £d4 2e¿8! exd2 37 bxc4 £)xe2 38 &xe2 bxc4 39
Intensificando progresivamente el apo­ Zxd2: G. K.) Asi, 30 £}c3 era la conti­
yo al caballo en d3. nuación correcta, con juego más o me­
nos igualado”.
27 Sfdl £se5 28 £ia2?!
“Después de esta jugada, con la que se Corrijamos también a Kotov. ¿Cómo
retira al caballo del campo de acción, puede ser que, con un caballo tan fuer­
las blancas están definitivamente per­ te en d3, las blancas consigan igualar?
didas. Era relativamente mejor 28 f3, La tranquila 31 ... ^.xd4! (en lugar de
y las negras habrían continuado con 31 ... Sxd4?) 32 exd4 Wc4! 33 do ^c5+
28 ... exf3 29 gxf3 £)c4, con posibilida­ 34 ^fl £44 habría conservado una
des de ataque en ambos flancos” (Ale­ enorme ventaja. Si 35 Wel &xd5 36
khine). £ixd5 Sxd5 - +, las blancas tienen, sen­
cillamente, un peón menos, mientras
28 ... &d3 29 Sxc8 Wxc8 que después de 35 Wd2 (o bien 35 Wf2
e3 36 ^g3 'Bc4+) 35 ... e3, su posición
351 rápidamente se viene abajo: 36 ^el
^c4+ 37 0?gl e2! 38 Sd2 Wc5+ 39 <á?hl
Se8 40 d6 (40 h3 '^e3 41 d6 ^xd2)
40 ... Wf2I!, o bien 36 '^d4 e2+I! 37
£>xe2 Sxd5 38 ^xc5 Sxdl+ 39 <á?f2
£id3+, ¡y el caballo de nuevo se en­
cuentra en la casilla mágica!
Pero en la partida la “principal” combi­
nación de Alekhine dio resultado, des­
lumbrante como un relámpago.

30 f3? 352

Completamente superado por su fuer­


te adversario, Grünfeld trata desespera­
damente de minar el punto d3 lo antes
posible, porque el caballo es demasia­
do fuerte, paralizando todo ei juego
blanco y creando las premisas para pe­
ligrosas combinaciones.
Sin embargo, la mejor posibilidad era
30 £c3 f5 31 f3. Según Alekhine, “las
negras habrían ganado con el mismo
sacrificio que se produjo en la partida: 30 ... Sxd4! 31 fxe4
31 ... 3xd4 32 exd4 &xd4+ 33 <á?fl £44
34 ^d2 ^c4+ 35 £>e2 e3! 36 Wel (?; G. Aquí la torre es inmune. Si 31 exd4, las
K.) 36 ... ±xb2 37 Sd8+ <á?f7 38 Wdl negras ganan con 31 ... ^.xd4+ 32 'á’fi
&xa3! 39 ^d7+ &e7 40 We8+ «á?f6 41 £44! 33 ^xe4 (o bien 33 Wd2 ^c4+ 34

383
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES PREDECESORES

<£>el e3!) 33 ... Wc4+ 34 <$el $xg2+ 35 mucho éxito, en una posición similar
<¿>d2 &e3+. del torneo de Hastings 1922. La partida
31... 4M4H en cuestión continuó así: 8 ... h6 9 ^.h4
(9 ±f4!) 9 ... a6 10 a4 c5 11 Ad3 cxd4
¡El golpe culminante! Es digno de con­ 12 exd4 dxc4 13 Axc4 &b6 14 ¿.a2
siderar 31 ... 3xe4 32 2xd3 (32 Wxd3 ¿£bd5 15 .ábl &b4 16 We2 ¿d7 17 0-0
We6) 32 ... Ec4, o bien 31 ... Sd8 32 &c6 18 Hfdl Sc8 19 2>e5 £fd5 20 £.g3
Zxd3 3xd3 33 ^xd3 &xb2, y los sufri­ &g5 21 f4! Ah4 22 £)xc6 3xc6 23 2>xd5
mientos de las blancas pueden cesar al Sxcl 24 Sxcl 2>xd5 25 ^e4 g6 26
instante. .&xh4 ^xh4 27 f5? ^g5!, y las negras
32 exf4 Wc4ü ganaron”.
Desviación. Uno de los espectaculares 9... Se8?!
temas tácticos que abundan en las par­ O bien 9 ... h6?! 10 .&f4! Pero, según
tidas del cuarto campeón mundial. Alekhine, “la jugada 9 a4 no puede as­
33 Wxc4 pirar a obtener ninguna ventaja, dado
que las negras pueden responder 9 ...
De otro modo, el caballo de a2 está ¿e4!, con mayor fuerza que en el tur­
perdido. no precedente, pues ahora el flanco de
33 ... 3xdl+ 34 Wfl ±d4+ dama blanco está debilitado”.
Una jugada antes del mate, las blancas 10 Ad3 dxc4 11 £xc4 £d5
se rindieron. Un merecido premio de
brillantez, ¿no le parece? “Ahora entendemos la idea concebida
por las negras: una fusión del nuevo sis­
Es curioso que, al día siguiente, Alekhi­ tema defensivo (a7-a6) con el viejo sis­
ne defendiese, con blancas, la misma tema (dxc4 y &d5), en la esperanza de
variante de apertura, y nada menos que aprovechar así el debilitamiento de la
contra el gran Rubinstein. ¡Eso le valió casilla b4, creado con el avance del
otro premio de belleza! peón a blanco” (Alekhine).

121
A. Alekhine-A. Rubinstein
Carlsbad 1923
Gambito de Dama (D64)

1 d4 d5 2 c4 e6 3 2¡f3 &f6 4 &c3 &e7 5


ág5 ¿£bd7 6 e3 0-0 7 Sel
7 ^c2!?
7.. . c6 8^c2 a6
8.. . £e4!? 12 Af4!
9a4 “Una jugada que ilustra la compren­
sión que Alekhine tenía del centro. A
“En esta variante idéntica de la partida
fin de abrir líneas e incorporar otro
con Grünfeld, que aquí me jugó 9 a3,
peón a la lucha por la casilla e5, está
deseaba evitar tener que luchar contra
dispuesto a asumir la fractura de su for­
la defensa que entonces consideraba, y
mación de peones” (Kotov).
sigo considerando, como la mejor. Por
esta razón, me decidí por a2-a4, una ju­ La idea de los “cuernos” d4 y f4 tam­
gada que Rubinstein, mi presente ad­ bién fue empleada en situaciones simi­
versario, había empleado contra mí, sin lares por Botvinnik, contra Ragozin

384
Alexander IV

(Leningrado 1930) y Menchik (Has­ var la iniciativa y explotar su ventaja en


tings 1934/35). Su comentario al res­ desarrollo. Si 16 £j«e2 ^h6 17 b4, en­
pecto no es menos interesante: “Las tonces 17... a5!
blancas aceptan cambiar su alfil en f4 16... &xc5
por el caballo. Una evaluación dogmá­
tica permitiría concluir que todas las “La textual simplifica la partida y con­
ventajas estarán del lado negro: pareja cede a las negras algunas posibilidades
de alfiles y una dañada estructura de de salvación. Si 16 ... JLxc5 17 &eg5! g6
peones enemigos. Pero un enfoque (forzado, puesto que si 17 ... &f8?, las
concreto revela que las blancas tienen blancas ganan con 18 &d3) 18 Sfel!
una considerable ventaja en desarrollo 19 g3 ^d6 20 Sedl We7 21 £e5,
y la posibilidad de jugar en el centro, y las blancas tienen un ataque demole­
estos factores pesan más que los otros dor” (Alekhine). Sin embargo, “es me­
en la balanza”. jor 18 ... £}f8! (reservando la casilla f6
para la dama), con una posición per­
12.. . £>xf4 13exf4c5 fectamente defendible” (Kotov).
“Esta jugada, que va contra el principio 17 £xc5 Jlxc5 18 .íLd3 b6
de no abrir líneas cuando el oponente
está mejor desarrollado, viene dictada Si 18 ... ¿.d6, entonces 19 ¿,xh7+ <á?h8
por el deseo de eliminar el molesto 20 Bfdl, con la amenaza Sd4.
peón blanco de f4” (Alekhine). Des­ 19 &xh7+ <á?h8?
pués de 13 ... &b6 14 ,&d3, las blancas
En opinión de Alekhine, el error deci­
habrían conservado cierta ventaja.
sivo, ya que “después de 19 ... '¿’fB! hu­
14 dxc5 biera sido muy difícil para las blancas
Pero no 14 0-0? cxd4 15 4}xd4 4¿}b6. demostrar que podían ganar, a pesar
de su superioridad posicional”.
14.. .Wc7 15 0-0!
20 Ae4 Sa7?!
En caso de la mecánica 15 g3, las ne­
gras hubieran resuelto todos sus pro­ Era mejor, por supuesto, 20 ... Eb8,
“aunque en este caso, las blancas habrí­
blemas con 15 ... Wc6 16 áke2 e5!, etc.
an obtenido una ventaja decisiva con
15 ... '^xf4 las siguientes líneas de juego: 21 g3
“La captura del peón c tampoco habría ^d6 22 Sfdl We7 23 &e5 Wc7 24 ^c3!
conseguido la igualdad. Por ejemplo: a5 25 &c6 2b7 26 Wf3 (amenazando
15 ... ^.xco 16 Jtd3 £}f6 17 4de4!, o bien Wh5+), o bien 21 ... W6 22 b4 £.d6
15 ... £>xc5 16 £ie5” (Alekhine). (22 ... &xb4 23 Wc7!) 23 fifdl ^e7 24
&c6 Hd8 25 Sd4 g6 26 Wd2! «á?g7 27
354 Sdl” (Alekhine).
Perdón, pero aquí hay la sobria 27 ...
&xb4!, y en lugar de 27 Sdl? la com­
putadora propone 27 Sh4! e5 (27 ...
Sh8 28 Sxh8 £?xh8 29 fidl! ±c7 30
Wh6+ &g8 31 £g5, etc.) 28 Wi6+ «fcfb
29 2el+-.
Por otra parte, en lugar de 25 ... g6?l,
Kotov recomienda 25 ... <á?g8!, “y las ne­
gras podrían seguir defendiéndose”.
Creo que después de 26 Scdl!, eso ha­
bría sido muy difícil: 26 ... &c7 27
16 £>e4! SLxd8+ -á.xd8 28 4&e5, o bien 26 ... e5 27
Este sacrificio de peón es la única for­ &xe5! ^xe5 23 Wd2, recuperando la
ma de que las blancas puedan conser­ pieza con peón de ventaja.

385
Gary Kasparov - Mis geniales PREDECESORES

21 b4! 27 ^h4+ *g8 28 ^h7+ *f8 29 Wh8+


Ahora las blancas ganan no sólo por #e7 30 Wxg7+ *e8 31 «g8+ &ÍB 32
fuerza, sino también de forma muy ^xg6+ ^e7 33 Wxe6++.
bonita. 26 £xf7+ Bxf7 27 £xf7 Wf5 28 Sfdl!
21 ... &f8 A diferencia de su heroico colega blan­
21 ... Jtxb4? 22 ^xc8! co, el alfil de c8 perece sin realizar una
simple jugada.
22 Wc6 Bd7 23 g3! ^b8
28 ... Exdl+ 29 Bxdl ^xf7 30 ^xc8
Si 23 ... Wd6, según Alekhine, se gana­ &h7 31 Wxa6 Wf3 32 ^d3+!
ba con 24 Wc4 <¿>g8 (24 ... ^e7 25 2ie5!
Sd6 26 &c6l) 25 &c6 Sc7 26 Sfdl We7 Las negras se rindieron.
27 Wd3!, y 24 Sfdl Wxdl+ (24 ... ^xc6 Fue en Carlsbad 1923, en respuesta a la
25 .á.xc6 Bxdl+ 26 Sxdl Se7 27 Sd8) pregunta de un periodista vienés, cuan­
25 Bxdl Bxdl+ 26 <á?g2 &d7 27 Wxb6 do, por primera vez, Alekhine expuso
Áxa4 28 Wxa6 Jkd7 29 £ig5 3?g8 30 su credo creativo: “Yo no juego al aje­
We2. drez, lucho en ajedrez. Por consiguien­
Según Kotov, “24 Sfdl no es convin­ te, trato de combinar la táctica con la
cente, debido a 24 ... We7!, con pro­ estrategia, lo fantástico con lo científi­
babilidades de defensa”, pero, en mi co, lo combinativo con lo posicional, y
opinión, después de 25 4¿}e5!, tales trato de responder a las demandas de
probabilidades tienden a cero. cada posición específica”. Seguramen­
te, Chigorin también hubiera podido
Sin embargo, después de 23 ... Wb8, las suscribir esa declaración.
negras, confinadas en la banda, son de­
vastadas por un repentino huracán. Aquí tenemos, por cierto, otro atractivo
ejemplo de esa combinación de ciencia
355 y fantasía, en el que una buena dosis de
trabajo preparatorio es coronado por*
un brillante ataque.

122
A. Alekhine-F. Sámisch
Berlín 1923

356

24 £g5!
Con la amenaza 25 £}xf7+!
24 ... Bed8 25 &g6’l
El modo más rápido de pasar la dama a
la columna h. La computadora encuen­
tra este golpe literalmente en segun­
dos. La insípida 25 &g2?l se para con la
misma jugada, 25 ...^e5.
25 ... We5
Rubinstein decide entregar calidad. Si 16 ... bo?
25 ... fxg6 (25 ... <¿>g8 26 We4!; 25 ... “El error decisivo. Las negras tenían
Ab7 26 Wc4!), entonces 26 We4! ±d6 que haber jugado 16 ... &h8. Pero

386
Alexander IV

¿puede reprochársele a Sámisch esta


jugada? Después de todo, las blancas
ganan con una combinación que sólo
podía haber previsto un jugador con
excepcional instinto combinativo” (Ko­
tov) . Por otra parte, el ordenador capta
al instante la respuesta blanca, sin el
ímpetu ni la fantasía de Alekhine.
17 f5?l
Siguiendo el impulso de su plan, Ale­
khine no acierta a descubrir la jugada
17 £}f5! + Después de 17... exfo, sigue 18 fxebü
18 &d5, o incluso la sencilla 18 &xd6 + Un jarro de agua fría. ¡A veces, la ener­
En caso de 17 ... Wb8, seguiría 18 e5; gía de las piezas es más importante que
si 17... g6, 18 £>h6+, y si 17 ... (¿’f8, 18 toda una dama! Por supuesto, las blan­
£id5! cas no tienen por qué jugar 18 Wh3
17 ... Ae5?! <£sf6!, sobre todo porque 19 fxe6 fxe6
20 &xe6? no es posible, debido a 20 ...
Una tentativa por reforzar la posición '^e7.
mediante £}f6 (después de que la dama
juegue). No era mejor 17 ... Axd4 18 18 ... &xg3
fíxd4 £e5 19 f6 £g6 20 &a3! (Alekhi­ 18 ... fxe6 19 £>xe6 +
ne), o bien 17 ... e5 18 £)d5 ^b7 19
£>e6!, pero era más tenaz 17 ... Ee8 19 exf7+&h8 2O £>d5’l
(Kotov). Podría seguir: 18 fxe6 fxe6, y “iLa verdadera clave del sacrificio! No
ahora: hubiera sido tan bueno 20 &e6?l, a
1) 19 £ixe61? (es inferior 19 &dbo?l causa de 20 ... Wb8 21 4bd5 .&e5, y las
axb5 20 fcxbo ^d8 21 &xf6 £xf6 22 negras pueden seguir defendiéndose,
£>xd6 Ef8, etc.) 19 ... Sxe6 20 £>d5 mientras que después de la textual es­
^d8 21 2>xf6+ £xf6 22 e5 £e4 23 tán indefensas” (Alekhine).
#f3 ^e7 24 Wxe4 Ab7 25 exd6 Exe4
26 dxe7 Sxe7, y a pesar del peón me­ 358
nos, las negras tienen probabilidades
de tablas.
2) 19 (seguramente, la jugada más
molesta) 19 ... &e5 (19 ... ^.xc3?l 20
&xc3 e5 21 £>g5! £c5 22 Wh4 h6 23
&Í7 Hf8 24 4bxh6+!; 19 ... £c5?l 20 e5!
dxe5 21 b4 &d7 22 4}e4, con ataque)
20 £>a4 Sb8 (después de 20 ... ^.b7 21
£>xe5 .&xe5 22 ixe5 dxe5 23 £>xb6
Sad8 24 Sxd8 Exd8 25 Wf3 &c6 26 c5,
y las negras no tienen compensación
Aquí, con dama extra y al parecer sin
por el peón) 21 £ixe5 ^.xe5 22 &xe5
defensa alguna, ¡las negras se rindie­
dxe5 23 ^f2, con presión perceptible.
ron! Por lo visto, Sámisch se vio aplasta­
Aunque la mejor jugada es 17 ... Ee8!, do por el peso de tantas amenazas Sin
las blancas tienen, de todos modos, embargo, el análisis de Alekhine de­
una importante iniciativa, pero las ne­ muestra que su decisión -aunque pa­
gras pueden seguir luchando. Ahora si­ rezca prematura- estaba perfectamen­
gue una fantástica secuencia. te justificada.

387
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

La dama negra tiene cuatro jugadas, ga, con las que se había propuesto ba­
pero ninguna de ellas la salva, y en to­ tir los récords establecidos por Pills­
das las variantes el peón de £7 resulta bury y Breyer. Pero sus posibilidades
ser más fuerte que la pieza más pode- de un encuentro por la corona seguían
resa: estando poco claras. Sobre todo des­
1 ] 20... Wb7 21 fce6 &e5 (21... Sg8 22 pués del torneo de Nueva York, en la
fog8W+ <¡frxg8 23 &e7+ £h8 24 primavera de 1924, cuando un fatiga­
.£xg7++!) 22 £ixd8+-. do Alekhine fue incapaz de mantener
el ritmo de Lasker y Capablanca (véase
2» 20... ^c5 21 £e6 &e5 22 &xe5 dxe5 capítulo dedicado a este último).
23 £>xc5 bxc5 24 Qc7 Sb8 25 &e8! + -. “En el aspecto competitivo, logré
3) 20 ... ^Za7 21 4lc6 ^.e5 22 -&xe5 dxeo un resultado digno, finalizando inme­
23 £xa7 Sxa7 24 £>xb6 SfB 25 2>xc8 diatamente después de los dos campeo­
Zxc8 26 Exd7 y 27 fW+. nes mundiales, lo que de forma implí­
cita reforzaba mis pretensiones”,
<) 20 ... m>8 21 £ic6 Jte5 (21... ^b7 22 escribe Alekhine, “pero en cuanto al ni­
4>xd8) 22 &xe5 dxe5 23^xb8 Exb8 24 vel de maestría, quedé completamente
■£c7! (con la amenaza ^e8) 24 ... Sf8 insatisfecho. No obstante, realicé un re­
?5 £ie6 g6 26 £}xf8 (o bien 26 b4!, con la confortante e inesperado descubri­
amenaza c4-c5~c6: G. K.) 26 ... ^xf8 27 miento. En nuestra primera partida,
Sd8 + -. Según Kotov, es más tenaz 21... Capablanca, que me había superado en
&h4, aunque también aquí, después de la apertura, consiguió una posición ga­
22 4&xb8 Sxb8 23 g3 &g5 24 h4 jLh6 25 nadora en el medio juego, quedándose
g4!, las blancas logran ventaja decisiva, con la parte del león en un final de to­
fo añadiría 23 ... ¿fó 24 £jxf6 gxfb 25 rres, pero aún así, dejó escapar la victo­
Sxd6! (más sencillo que 25 Exf6) 25 ... ria y tuvo que contentarse con tablas.
<¿>g7 26 Edxfó *Í8 27 £a3+ &c5 28 Esto me resultó sorprendente, puesto
Exb6 Sxb6 29 ^.xc5+ Sbd6 30 e5, o que Capablanca quería ganar a toda
bien 26 ^.xf6+ (Fritz) 26 ... £>xf6 27 costa para alcanzar a Lasker. Estoy se­
Sxd8 <á>xf7 28 Bd6 £e6 29 e5 + -. guro de que, en el lugar de Capablan­
Así pues, lo único que pueden hacer las ca, yo habría ganado. En resumen, per­
negras es contemplar cómo su rival re­ cibí una pequeña debilidad en mi
fuerza su posición y, por tanto, excusa­ oponente: ¡una creciente incertidum­
remos a Sámisch por negarse a ser un bre cuando se enfrenta a una tenaz
mero testigo presencial de su propia resistencia! Ya me había dado cuenta
ejecución. antes de que, de vez en cuando, Capa-
blanca cometía pequeñas imprecisio­
En noviembre, Alekhine lanzó un desa­ nes, pero no sospechaba que no podría
fío por segunda vez a Capablanca para librarse de esa deficiencia, incluso
disputar un match, recordándole que cuando le iba mucho en el envite. ¡Este
el 1 de enero de 1924 expiraría el plazo resultó ser un importante descubri­
concedido por el campeón a Rubins­ miento para el futuro!”.
tein para reunir los 10.000 dólares ne­ Antes de regresar a Europa, Ale­
cesarios. Se embarcó también en una khine estableció un récord mundial
gira por Sudamérica, a fin de exhibirse de simultáneas a la ciega, al disputar
en el continente “enemigo” y también, 26 partidas (+16 -5 =5). Y el 1° de fe­
en palabras del nuevo aspirante, “para brero de 1925, en París, superó su
discutir los temas relacionados con la propio récord, disputando 28 parddas
organización del match”. (+22 -3 =3). En la capital francesa ga­
La gira de cinco meses del “cam­ nó también un pequeño torneo: 1.
peón de Europa” resultó un gran éxi­ Alekhine 6,5 (de 8); 2. Tartakower
to, provocando especial entusiasmo 4,5; 3-4. Znosko-Borovsky y Opo-
sus sensacionales exhibiciones a la cie­ censky 4; 5. Colle 1.

388
Alexander IV

123 ta que no es bastante: una jugada antes,


las negras construyeron una trampa
A. Alekhine-E. Colle
mortal para su propio rey.
París 1925

359

28 ^c6! Wg5? 30 Wxd7ü


“Las negras tienen razón en evitar el ¡A pesar de todo! “Este sacrificio de da­
cambio de damas, ya que tanto 28 ... ma sólo es posible porque la casilla g5
'^xc6 29 dxc6, como 28 ... £>e7 29 Wxf6 está ocupada por la dama” (Alekhine).
gxf6 30 d6! resultarían decisivas a favor 30 ... 2xd7 31 Be8+ <¿>h7 32 Scc8 Ed8
de las blancas. Pero, por extraño que 33 2exd8!
parezca, ocupar la casilla g5 con la da­
ma resultará fatal. Lo correcto era 28 ... Las negras se rindieron.
Wd4, después de lo cual no habría aún Siguió entonces un importante
nada claro” (Alekhine). ¡Y menos aún triunfo en el fortísimo torneo de Ba­
después de 28 ... 's?d6! den-Baden 1925 (¡55 años después de
la victoria de Anderssenl): 1. Alekhine
29 úkxgfi!
16 (de 20, invicto); 2. Rubinstein 14,5;
Con su certero ojo táctico, Alekhine ha 3. Sámisch 13,5; 4. Bogoljubov 13; 5-6.
percibido la debilidad de la última fila. Marshall y Tartakower 12,5; 7. I. Rabi­
novich 12; 8. Grünfeld 11,5; 9. Nimzo-
29 ... hxg6? vich 11; 10. Torre 10,5; 11-13. Réti,
“Era necesario 29 ... fxg6 (29 ... Wxg6? Treybal y Spielmann 10, etc.
30 ^xd7!) 30 ^e6+ Sf7 (30... &f8 31 Tras unas tablas con Torre en la pri­
Zc4!: GK.)3\ Sc8 Sxc8 32 Wxc8+ Sf8, mera ronda, Alekhine ganó nueve par
y las blancas hubieran dispuesto de una ddas consecutivas, incluidas sendas vio
agradable elección entre 33 ^e6+ &h8 torias con negras contra Nimzovich j
34 d6 ^d2 35 Se2 Wcl+ 36 <á?g2 Wc6+ Réti. La partida contra este último fue
37 <á»h3, y 33 Se8 Wf6 34 Sxf8+ WxfB 35 tan buena, que hasta hoy en día el
Wc6, ganando, probablemente, en am­ mundo del ajedrez admira esta insupe­
bos casos” (Alekhine). rable obra maestra.
Como ya he descrito, a comienzos de
Comprobemos la segunda línea: 35 ...
los años veinte Réti había lanzado uji
^d8 36 d6 <£f7 37 Wc4+ *f8 38 ^c7 desafío a la escuela clásica con su “tor­
&e8 39 Wxg7 ^xd6 40 ^g8+ «á?d7 41 tuosa” apertura 1 £if3, 2 g3 y c2-c4, con
Wxh7+ &c6, y ahora, no 42 Wxa7? una apasionada fe en la efecdvidad del
^dl+ 43 <4>g2 Wd5+ 44 f3 Wd2+ 45 minado del centro y en la fuerza de sus
, r
’i’hS Ü h6+, con jaque perpetuo, sino alfiles de fianchetto. El nuevo método
42 h4! + -. resultó eficaz incluso contra los más fuer­
Pero ¿qué tiene de malo la textual, que tes oponentes, incluido Rubinstein (par­
abre una casilla de escape en h7? Resul- ada núm. 96) y Capablanca (núm. 97),

3S9
Giry Kasparov - Mis ceñíales predecesores

quienes perdieron el hilo del juego, de­ 4 d3 exd3 5 Wxd3 £>f6 6 £g2 £.b4+
bido a que no estaban familiarizados
No está del todo claro que las negras
con este tipo de posiciones. Más tarde,
deban cambiar su alfil de rey.
li Apertura Réd fue empleada por Ca­
fa y Alekhine, así como por muchos 7 i.d2 Jkxd2+ 8 2>xd2 0-0
otros, y actualmente es un huésped ha­ En la primera edición de la Enciclopedia
bitual de los torneos a cualquier nivel. de Aperturas de Ajedrez (1979) se reco­
Hay pocos que al jugar 1 &f3 puedan mendaba 8 ... 4ibd7 9 c4 c5?l 10 &4b3
pensar en el tormento que significó d4, “con ventaja de las negras”, pero
descubrir la verdad, hace más de tres después de intercalar 10 ^e3+!, perde­
cuartos de siglo. rían el derecho al enroque.
9 c4! £la6
“Al margen de su excéntrica primera
124 jugada, Réti juega muy bien la apertu­
R. Réti-A. Alekhine ra. Las negras no tendrían ninguna
Baden-Baden 1925 ventaja contestando 9 ... c5, debido a
Apertura Réd (A00) 10 &4b3, amenazando tanto 11 ¿&xc5,
como 11 cxd5* (Alekhine).
10 cxd5 £b4 11 ^c4 £bxd5 12 £2b3
En lugar de su favorita 1 &Jf3! c6 13 0-0 Ee8 14 Efdl Jtg4 15 Ed2
1 ... e5! 2 Después de 15 h3, las negras proyecta­
ban 15 ... .&h5 y ^.g6-e4, para neutrali­
“Un experimento que Réti nunca re­ zar el poderoso alfil de g2. También
pe dría después de esta partida. Las procuran hacerlo en la partida.
blancas tratan de jugar la Defensa Ale­
khine con colores invertidos, es decir, 15 ... ^c8 16 &c5
con un üempo más. Pero la forma en Las blancas siguen su propio camino.
que han empleado ese tiempo (g2-g3)
resulta desfavorable a su causa” (Ale­
khine).
Pero he aquí un experimento de la se­
gunda mitad del siglo XX: 2 -&g2 d5 3
&f3 e4 4 &d4 c5 5 &b3 c4 6 4&d4 ^.c5 7
c3 &c6 (7 ... Wb6 8 d3!) 8 2>xc6 bxc6 9
0-0 £e7 (o bien 9 ... 2>f6 10 b3) 10 b3!
£a6 11 &a3! ^b6 12 bxc4 &xc4 13
^.xc5 ^xcó 14 d3 exd3 15 exd3 &a6 16
Sel 0-0 17 d4 ^d6 18 &d2, con una li­
gera ventaja posicional de las blancas
(Larsen-Donner, Zurich 1959).
16 ... ±h3! 17 &f3
2 ... e4 3 £id4 d5
Como de costumbre, el plan de Alekhi­
Como comentó Alekhine, las negras ne se basa en matices tácticos: 17 -&xh3
se contentan con un desarrollo libre y Wxh3 18 5}xb7? no es posible, debido a
posibilidades más o menos igualadas, 18 ... £g4 19 &£3 £de3! 20 fxe3 2>xe3
aunque con 3 ... c5l 4 £}b3 c4 5 &d4 21 Wxf7+ *h8! 22 £h4 Ef8 • +.
-ác5 6 c3 &c6 habrían demostrado lo
17 ... Jkg4 18 ±g2 áh3 19 £f3 ±g4
absurdo que resulta un “desarrollo”
así para las blancas. ¡Pero Larsen (véa­ Un sutil cálculo psicológico; Alekhine
se nota anterior) no estaba de acuerdo propone tácitamente tablas, sabiendo
con esto! perfectamente que evitar, con blancas,

390
Alexander IV

una lucha en fase tan temprana, sería “Parece casi increíble que esta especta­
para su rival equivalente a una derrota cular jugada no sólo detenga el ataque
moral. Por otro lado, también es incó­ de las blancas, sino que también les
modo para las blancas desprenderse de cause considerables problemas” (Ale­
su fuerte alfil. khine). Su rey se encuentra de repente
en dificultades: 27 fxe3?? ^xg3+ 28
20 Ihl?! Jtg2 &xe3, y se amenaza 27 ... Sxg3+.
Debemos tomar nota de este momento Réti, incapaz de resistir la presión de
histórico. “Si Réti hubiese jugado 20 Alekhine, ¡afortunadamente para el
Ag2, la partida hubiese finalizado en ajedrez!, se viene abajo.
tablas por repetición de jugadas, y no
27 &T3?
hubiéramos podido ver una brillante
combinación. La veleidosa fortuna go­ Curiosamente, esto es ya un error irre­
bierna en ajedrez, aunque... ¿sólo en parable. Es dudoso 27 ág2?l Sxg3! 28
ajedrez?” (Kotov). e3 (28 fxg3? ^eS 29 ^d3 ’^xg3 - +), de­
bido a 28 ... Weo!, donde ni 29 bxc6?
20 ... h5!
£ixe3! 30 fxe3 ^xe3+, ni 29 fxg3?
La señal de salida de un ataque directo Sxc3+ 30 £12 cxb5! 31 ¿£xb5 ±e2 32
al rey en el que primero hay que debili­ '£?c2 - + son posibles, mientras que
tar el punto g3. si 29 Wd3, las negras pueden seguir
con 29 ... Bxg2+! 30 &xg2 b6H 31 £cb3
21 b4 a6 22 Sel h4 23 a4 hxg3 24 hxg3
(31 2>xc6 B5) 31 ... £b4 (31 ... c5I?)
ec7 25 b5
32 Wbl c5-+.
“Consecuente, pero muy arriesgado,
“También era insuficiente 27 <¿>h2, a
por decirlo de forma eufemística” (Ale­
causa de 27 ... Saa3! 28 £»cb3 (pero no
khine). Era mucho más seguro 25 c4,
28 fxe3? £xe3 29 ^b4 £fl+!, etc.) 28 ...
las negras pensaban jugar 25 ... £lb6 y
Wc5! 29 bxc6 bxc6, con un poderoso
^bd7!, con suficiente contrajuego. Pe­
ataque, pues 30 fxe3 seguiría siendo
ro Réti, por supuesto, no quería blo­
malo, debido a 30 ... '^h5+ 31 ^gl
quear la diagonal hl-a8 de su alfil favo­
't$ii3” (Alekhina). Sin embargo, no se
rito.
ve una rápida victoria: 32 ^.xd5 £}xd5
25 ... axb5 26 axb5 33 &f3 ^xg3+ 34 <£hl ±xf3+ 35 exf3
Parece que la estrategia de las blancas ^x£3+ 36 &h2 'Wxe3 37 ^xc6 Sxb3 38
ha triunfado: están a punto de dejar a Wc8+ <á?h7 39 <éh6 40 Sc6+ f6,
su oponente con un peón débil, desti­ etc. Pero, por supuesto, mejor es 30
nado a caer. Pero Alekhine encuentra _&f3! Jtxf3 31 exf3! (amenazando fxe3
un recurso que cambia radicalmente el ó ^xc6), parando el ataque.
cuadro. “La única posibilidad de salvación era
27 J£Lf3! &xf3 28 exf3! cxb5 29 £>xb5
Wa5!, con ventaja negra, ya que 30
Sxd5 perdería inmediatamente, des­
pués de 30 ... Sel+ 31 Sxel Wxel+ 32
<é>g2 Sal” (Alekhine). Aquí hay, obvia­
mente, algún malentendido, ya que
después de 33 Hd8+ ^h7 34 Wh4+ <¿>g6
35 f4!, no son las blancas quienes pier­
den, ¡sino las negras! Y si 32 ... 4ixd5
(en lugar de 32 ... Sal?) 33 Wxd5 Sal,
entonces es tablas: 34 ^d8+ &h7 35
Wh4+. También en caso de 30 Bddl
Be7 31 £id6 es difícil hablar de ventaja
alguna de las negras.

391
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

27 ... cxb5! 32 Ec41?


El comienzo de un tifón, que barrerá ¡Un desesperado truco táctico! Alekhi­
todas las piezas del tablero. ne y Kotov le conceden un signo de ad­
28 1Txb5 £c3! 29 Wxb7 miración a la jugada, calificándola de
la mejor defensa. 32 fxe3? &xd2 es cla­
29 ^c4? b5!yfcxe2+. ramente malo, mientras que después
29 ... fcb7 de 32 Sd8+ Sxd8 33 fxe3 Sd5! 34 Sc4
£>2xg3, las negras tienen peón de ven­
“Pero no 29 ... £xe2+? 30 Sxe2! ^xb7 taja con ataque decisivo. Por ejemplo:
31 fixe3!, con posibilidades de salva­ 25 Ag2 £>fl+! 26 *hl Sdl 37 Sd4
ción para las blancas” (Alekhine). &eg3+ 38 &gl £>d2+, etc.
30 £xb7 £xe2+ 31 <á>h2 32... £>xf2
Después de 31 <£fl, Alekhine indica Una sencilla refutación; las negras ga­
31 ... 2>xg3+ 32 fxg3 &xf3 33 &xf3 nan el peón de f2 y conservan todas sus
Sxf3+ 34 *g2 Eaa3 35 2d8+ &h7 36 amenazas. Réti tenía la esperanza de
Shl+<á?g6 37 Sh3 Sfb3!-+. que hubiesen continuado con 32 ...
£}xd2? 33 &xd2! Sd3 34 £}c5!, igualan­
363 do, o bien 32 ... ^.x£3?I 33 Sxe4ü JLxe4
(ó 33 ... Sxe4 34 ^.xf3) 34 fxe3 &xhl
35 <á?xhl, con probabilidades de tablas.
33 &g2
Las negras ahora ganan, pero veamos
cómo lo hacen.

¿Pueden las negras esperar conseguir


algo? Después de todo, tanto 31 ...
£ixcl 32 fke3 Ea3, como 31 ... Exf3 32
Exe2 Sxg3 33 &xg3 &xe2, aunque ga­
nan un peón, conceden a las blancas
buenas posibilidades de tablas.
31... &e4!!
“El comienzo de una nueva combina­ 33... &e6!
ción que, sin embargo, es la conse­
cuencia absolutamente lógica de las ¡Un eslabón esencial de la combina­
maniobras precedentes, cuyo objetivo ción! Es fácil ver que las blancas no tie­
es, tras una serie de doce jugadas nen elección.
prácticamente forzadas, la captura 34 Scc2 £}g4+ 35 <á?h3
del extraviado caballo blanco de b7”
(Alekhine). 35 &hl Kal+.
¡Pero qué jugada de caballo! ¡La au­ 35 ... &e5+ 36 «¿?h2
daz torre negra está atacada desde ha­ 36 &h4 Ea4+.
ce seis movimientos!
36 ... Sxf3! 37 Exe2 &g4+ 38 3?h3
“Alekhine sabía i rradiar en el tablero
una furiosa tensión que a menudo in­ A 38 sfrhl, de nuevo seguiría un jaque
timidaba a sus oponentes” (Fischer). mortal de torre.

392
Alexander IV

38 ... £ie3+ 39 <£h2 £xc2 40 £xf3 £id4! tar un match con Alekhine, tras el mu­
ro dorado de los 10.000 dólares”.
Las blancas se rindieron. Después de Tartakower: “Estamos presenciando
41 Ef2 (ó 41 Be3) 41 ... £xf3+ 42 Bxf3 un maravilloso misterio: las esperanzas
J&d5! -¡el golpe definitivo!-, pierden su del gran Chigoriia están comenzando,
caballo errante. En mi opinión, esta por fin, a producirse. Si Morphy era el
geométrica posición merece un dia­ poeta del ajedrez, Steinitz el luchador,
grama. Lasker el filósofo y Capablanca la má­
quina prodigiosa, entonces Alekhine,
con su eternamente incansable y tortu­
rado espíritu ruso, está demostrando
de continuo que es el buscador de la
verdad ajedrecística. Capablanca tiene
el título, Lasker los resultados, pero só­
lo Alekhine tiene el estilo de un verda­
dero campeón del mundo”.
Y esto es lo que pensaba el propio
Alekhine, acerca de su actuación en Ba­
den-Baden: “El torneo me ha demos­
trado que soy más fuerte que todos los
maestros que participaban en él. Pero
Una auténtica perla, una de las par­ ¿en qué aspectos sigo siendo inferior a
tidas más brillantes en la historia del Capablanca? Aún no me había liberado
ajedrez, que ha cautivado a millones de de dos defectos. El primero era un ex­
aficionados. Alekhine consideraba esta cesivo dogmatismo, que se traducía en
partida y la que le ganó a Bogoljubov buscar sin desmayo la explotación de
en Hastings 1922 las mejores de su ca­ las pequeñas ventajas que había conse­
rrera. Por extraña coincidencia, no re­ guido, lo que privaba a mi juego de la
cibieron una recompensa especial,* necesaria flexibilidad. El segundo se­
puesto que en ninguno de los dos tor­ guía siendo una técnica imperfecta en
neos había premios de belleza. la transición del medio juego a un final
La victoria de Alekhine en Baden- favorable... Pero desde el punto de vis­
Baden produjo una enorme impresión ta de la técnica y métodos ajedrecísti-
en el mundo del ajedrez. Sólo citare . eos en general, ya me sentía al mismo
dos opiniones características de famo­ nivel que Capablanca”.
sos participantes en el torneo. Lamentablemente, no fue invitado al
Tarrasch: “En ninguna partida tuvo segundo torneo importante del año,
Alekhine una posición inferior. Su vic­ Moscú 1925. La sección de ajedrez de los
toria en este fortísimo torneo, uno de sindicatos, encabezada por el presidente
los más brillantes de la historia, de­ del Tribunal Supremo, Nikolai Krylen­
muestra que tiene todo el derecho a ko, “no consideró posible entablar discu­
competir por el campeonato mundial. siones con Alekhine, acerca de su parti­
Una comparación entre las partidas de cipación en el torneo internacional de
Capablanca en Nueva York 1924 y las Moscú, considerando que este maestro
de Alekhine en Baden-Baden, desde el es un elemento extraño y hostil a las au­
punto de vista de precisión estratégica, toridades soviéticas”. ¡Ahí queda eso!
corrección de juego y consistencia en Sin embargo, el gran maestro em­
la ejecución del ataque, favorece indu­ pleó el respiro provechosamente. Vol­
dablemente a Alekhine. El campeón vió a casarse, y en el otoño de 1925 tam­
mundial tiene ahora un formidable bién preparó y defendió su disertación
oponente, que mejora año tras año, y en La Sorbona, sobre el tema “El siste­
es dudoso que Capablanca pueda refu­ ma de prisiones en China”, obteniendo
giarse durante mucho tiempo, para evi­ el título de Doctor en Leyes.

393
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

El año siguiente, 1926, lo invirtió en duda, el más fuerte de todos mis opo­
prepararse para su match con Capa- nentes”.
blanca. Mientras perfeccionaba su esti­ Alekhine estaba descontento con
lo, ganó sendos torneos en Hastings, su forma, pero lleno de optimismo.
Scarborough y Birmingham, y fue se­ “Como prólogo a la batalla por el
gundo en Semmering (tras Spielmann) campeonato mundial, Nueva York
y Dresde (tras Nimzovich). Pero lo prin­ 1927 tuvo una gran significación, aun­
cipal fue que realizó un viaje de ex­ que completamente contradictoria
traordinario éxito a Sudamérica, donde con lo que el mundo del ajedrez pen­
el gobierno argentino asumió la res­ só acerca del evento, pues si bien la
ponsabilidad financiera de un duelo diosa fortuna dispensó al héroe cuba­
por el campeonato mundial, tal y como no una ambigua sonrisa, tras la apro­
estipulaba el protocolo de Londres. En­ bación externa escondía una pruden­
tonces, según sus propias palabras, “de te cautela, pero su favorito no pudo
nuevo envié un desafio a Capablanca, ver a través de esa sonrisa. Además, el
aunque no recibí una respuesta inme­ torneo permitió a su futuro oponen­
diata, y a comienzos de 1927 la cuestión te, inmediatamente antes de la batalla
del match permanecía abierta”. decisiva, comprobar en buen número
de casos sus observaciones de los pasa­
El match de Buenos Aires, dos años y llegar, por tanto, a las con­
clusiones correctas”.
según Alekhine
Un par de meses antes del match, el
En el invierno (1926/27) jugó un aspirante realizó un minucioso calenta­
match de entrenamiento en Holanda miento en Kecskemet (12 de 16, ¡invic­
con el maestro en ascenso Max Euwe, to!), y en la primera partida del históri­
y logró ganar sólo de milagro, tras una co encuentro de Buenos Aires, el 16 de
dramática victoria en la última parti­ septiembre, ¡dejó K.O. al campeón,
da: 5,5-4,5 (+3 -2 =5). Alekhine alcan­ con negras! Debo recordarle al lector
zó posiciones dudosas, incurrió en que resultaría vencedor del match el
omisiones atípicas, y en la séptima par­ primero en conseguir seis victorias, de
tida incluso perdió pieza en posición modo que Capa rápidamente debió
ganadora. Las causas eran una fatiga “poner la casa en orden”, ganando la
acumulada de la gira por Sudamérica tercera y la séptima partidas. Parecía
y el nuevo control de tiempo (40 juga­ que todo estaba, de nuevo, en su sitio,
das en dos horas y media, que fue pero en ese momento Alekhine creó
prácticamente habitual hasta finales un fantástico “doble”.
de los ochenta), además del nerviosis­
mo por el ansiado encuentro con Ca­
pablanca, quien postergaba su res­
puesta definitiva. 125
En febrero, Alekhine llegaba a Nue­ J.R. Capablanca-A. Alekhine
va York para disputar el supertomeo, Buenos Aires 1927
donde él, Capablanca y los organizado­ Campeonato Mundial, Match, 11a partida
res argentinos finalmente llegaron a un Gambito De Dama (D52)
acuerdo acerca del match. El torneo
fue ganado por el campeón, con 2,5 1 d4 d5 2 c4 e6 3 2>c3 £>f6 4 &g5 &bd7
puntos de ventaja sobre el aspirante, 5 e3 c6 6 £>f3 Wa5 7 £d2 £b4 8 Wc2
quien finalizó en el segundo puesto. dxc4!?
“Actualmente, no hay otro maestro que
Reparaciones de urgencia para la Cam­
domine todas las fases del juego como
bridge Springs de la séptima partida,
Alekhine”, declaró diplomáticamente
8 ... 0-0 8 £.h4l? (núm. 104).
Capablanca antes del comienzo, y al fi­
nalizar, añadió: “Demostró que es, sin 9 £.xf6 £xf6 10 £>xc4 ^c7

394
Alexander IV

Una situación problemática. Las blan­ khine consideraba, que 13 ... c5?! era
cas gozan de ventaja espacial, mientras “inapropiada por~ razones análogas”:
que las negras tienen los dos alfiles y 14 £>b5! Wd8 15 <dxc5 ^.xc5 16 b4, et­
un prometedor contrajuego. Actual­ cétera.
mente, las posiciones de este tipo son 14 b4 b6
muy populares. Por ejemplo, en la Va­
riante Moscú: 4 £}f3 c6 5 £.g5 h6 6 Según Alekhine, era más seguro 14 ...
±xf6 Wxfó 7 e3 £d7 8 &d3 dxc4 9 Bfd8, seguido de ^.e8.
.&xc4 .&d6 10 0-0 We7 11 £e4 ^.c7, 15 &f3!
para seguir con 0-0, 3d8, &f8 y ^.d7-
e8 (como a menudo juega Dreiev). Pe­ Si 15 Bfdl, las negras planeaban 15 ...
ro por entonces esto era un paso ade­ a5! 16bxa5 b5.
lante, una revelación. Después de 15 ... Bac8
todo, ¡las negras entregan el centro!
Pero, a diferencia de, digamos, la 11a “Si ahora 15 ... a.5, entonces 16 £ie5!
partida del encuentro Capablanca- axb4 17 &b5, con ventaja blanca” (Ale­
Lasker (núm. 91), tienen compensa­ khine).
ción para ello en forma de la pareja de 16 Bfdl Bfd8 17 Bad &e8
alfiles. ¡Una situación crítica!
11 a3!?
366
Una mininovedad. Antes se desarrolla­
ba inmediatamente el alfil de fl, como
también se haría más tarde: 11 Jle2
(11 g3l?) 11 ... 0-0 12 0-0 Bd8 (12 ...
±d7!?; 12 ... ból? 13 Bad £b7 14 &£3
Bac8) 13 Sadl £d5 14 ¿£e4 -&e7 15 a3
b6 16 &d3 £b7 17 Bel Bac8 18 b4 h6
19 ^b3 £lf6 = (Bogoljubov-Alekhine,
Alemania/Holanda, 1929,10a), o bien
13 a3 &e7 14 b4 b6 15 Bfdl $d5 =
(Mikenas-Alekhine, Olimpiada de
Praga 1931).
Capablanca, esclavizado por los con­
11 ... kel 12 &e2 ceptos tradicionales, evaluaba esta po­
En la 29a partida se jugó 12 g3! -núm. sición como favorable a las blancas
106. “Cuentan con todas las premisas pan
ganar la partida, de modo que el siste­
12 ... 0-0
ma de desarrollo elegido por las ne­
“Sería prematuro 12 ... c5?!, debido a gras es malo”.
13 £>b5 ^d8 14 dxc5 ^.xc5 15 b4 ^.e7
16 &a5, con ventaja de las blancas” Pero he aquí vina evaluación más mo­
(Alekhine). derna: “Alekhine ha formado una po­
sición en el espíritu de Steinitz, y les
13 0-0 acechantes alfiles negros están espe­
Si 13 b4, hay la continuación típica rando que se produzca la apertura de
13 ... &d5 14 0-0 ^.d7, seguida de Bfd8 diagonales. En consecuencia, Capablaa-
y JLe8. ca lanza un ataque lento en el centro y
en los flancos” (Bronstein). Por su­
13 ... £.d7 puesto, Capa dispone sus piezas de for­
“Esto crea buen número de proble­ ma competente, pero pronto se pon­
mas. Era mejor 13 ... c5” (Kotov). Di­ drá de manifiesto que la posición
gamos, 14 dxco ^xc5 15 b4 Wc7, y las resultante no es de su agrado y Alekhi­
negras pronto se liberan, pero Ale­ ne lo percibiría sutilmente.

395
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

18 g3 28 ... Sxd6 29 exd6 Wxd6 30 ^c4!, etc.,


“Una buena jugada positional, cuyo ob­ con una clara ventaja” (Alekhine). En
jetivo inmediato es prevenir la respues­ mi opinión, también es buena 30 Sbcl.
ta W4, en caso de e3-e4” (Alekhine). Es significativo que Capablanca subesti­
18 ... £d5 19 £>b2 mase la dinámica latente en esta posi­
ción y, no obstante, fuese incapaz de
Las blancas maniobran, trasladando su impedir c6-c5. En este encuentro nor­
caballo a d3, para impedir la jugada de malmente percibió la dinámica peor
minado c6-c5. Las negras tampoco se que su oponente yjugó un ajedrez más
apresuran, sino que juegan aquí y allí... estático, tratando de convertir los pro­
Se percibe la clase de ambos oponen­ blemas de largo alcance en varios pe­
tes, en esta batalla de “pesos pesados”. queños y resolverlos por partes.
19 ... W>8 26 ... &g7 27 e5
Con idea de £>xc3 y c6-c5. Según Ale­ 27 £e3? c5.
khine, “más exacta era la inmediata
19 ... ^b7, teniendo in mente la posibi­ 27... h5
lidad Wa6”. Pero no 27 ... c5? 28 bxc5 bxc5 29 Sb7
20 2>d3 &g5 W8 30 Sel, ganando un peón.
“Introduciendo frescas amenazas tácti­ 28 £>e3
cas” (Loevenfish, Romanovsky). Las
blancas tienen que defenderse contra
ü)

■i ¡si ■< SUS


21 ... <£xe3 22 fxe3 Axe3+ 23 ^?hl
.&xcl y Sxd4.
21 Ebl Wb7
Ahora 21 ... £>xe3? no es buena, y mu­
cho menos 21 ... ^.xe3?, por 22 ¿xd5!
ü-S

22 e4
Antes o después, había que efectuar es­
te avance.
22 ... &>xc3 23 Wxc3 We7?l
28... c5!
Estoy de acuerdo con Alekhine: “Des­
ventajoso, ya que el alfil rey negro que­ ¡El sueño se ha cumplido! “Las negras
dará fuera de juego temporalmente. aprovechan su gran oportunidad de li­
Lo correcto era 23 ... 2c7, y si 24 -&g2, berar la dama y el alfil” (Alekhine).
entonces 24 ... -&f6 25 e5 Ae7 26 Sbcl 29 bxc5
^c8, después de lo cual las negras po­
drían esperar acontecimientos”. O bien 29 dxc5 bxc5 30 Sxd8 WxdS 31
bxc5 Wc7 =.
24 h4! &h6 25 £e5
29 ... bxc5 30 d5?
Con la amenaza 26 £ig4.
“Esta tentativa por complicar las cosas
25 g6 26 £>g4?! -absolutamente inusual en Capablan­
Devolviendo el cumplido. “¡Ahora son ca- se resuelve en favor de las negras.
las blancas las que dejan escapar la me­ Se lograban unas fáciles tablas con 30
jor jugada! Después de 26 £>c4! Ag7 Sb7 Sd7 31 Sxd7 (31 Zdbl ^d8: G.
(26 ... b5? 27 ¿bel: G. K.) 27 e5 h5 28 K.) 31 ... -&xd7 32 d5 (o bien 32 dxc5
£>d6, las negras no tendrían nada me­ Jle8 33 c6 Wc7 34 Wc5 &xe5) 32 ...
jor que comenzar a luchar por las ta­ exd5 33 £)xd5 We6 34 £}f4 ^.xe5, se­
blas, sacrificando calidad por un peón: guido de una liquidación general y

396
Alexander IV

alfiles de distinto color” (Alekhine). Es sa de 35 ... Sxcfí (después de 35 ...


decir» 35 &xe6 ^.xc3 36 ¿xd7 fxe6, etc. Wxc6I?, la ventaja negra es pequeña)
También era posible 30 ... Bc7 31 2xc7 36 Bd8+ (36 Bel c4) 36 ... sfch7, sin cap­
Wxc7 32 2c 1 2c8, con una igualdad tar la idea de 37 ^d2! (amenazando 38
aproximada. Bh8+! <¿>xh8 39 1^h6+ y mate) 37 ...
30 ... exd5 31 &xd5 Wxf6 38 Bd7, con contrajuego, sufi­
ciente para recuperar el peón: 38 ...
Si 31 Sxd5 2xd5 32 &xd5 ^e6 33 2b7 <¿>g7! (38 ... c4 39 Wd5 <á?g7 40 Sxf7+!;
(Bernstein), sigue 33 ... ^.xeo 34 Wc4 38 ... Sa6 39 ^d5 «á?g7 40 Wxc5 Wal+
•¿g7 35 Sxa7 £.d4, con ventaja de las 41 1¿’g2 ^xa3 42 Wd4+!) 39 ^d5 Sc8
negras (Loevenfish, Romanovsky). 40 Sxa7, y aunque después de 40 ... c4
31 ... We6 41 Ea5, las blancas tengan una posi­
ción insatisfactoria, lo cierto es que la
No, por supuesto, 31 ... Sxe5? 32 Wxe5 partida está más cerca de las tablas. El
&xe5, debido a 33 £}e7+. Ahora las problema psicológico de Capa era que
blancas tienen verdaderos problemas. en todas las variantes las negras conser­
van posibilidades de ganar. Creo que se
puso nervioso; trataba de encontrar el
modo de salvarse, y no lo veía...
35 ... Wf5 36 Se3
36 Axc6?l Sxc6 37 Se5 ^xf6 - +.
36 ... c4!
Ganando espacio y planeando a7-a5-a4.
37 a4?
Un sacrificio de peón más que dudoso.
“Al comprender la inferioridad de su
32 £>f6+ posición, las blancas comienzan a faro­
lear” (Alekhine).
Un jaque condenado por todos los co­
mentaristas. “Era relativamente mejor 37 ... a5?
32 2b7 áxe5 33 ^ao d?g7 34 Sxa7, y la ¡Se percibe la enorme tensión nervio­
ventaja de las negras -la pareja de alfi­ sa! Siguiendo eL ejemplo de Alekhine,
les- aún no sería decisiva” (Álekhine). todo el mundo le coloca a esta jugada
Sin embargo, me parece que después -en apuros de tiempo- un signo de in­
de 34 ... &c6!, las negras tendrían una terrogación, aparentemente endosan­
posición demasiado dominante y que do su advertencia: “si 37 ... ^Lxa4, en­
Capa tenía razón al dar el jaque de ca­ tonces 38 &e4 Wg4 39 Jt£3 Wd7 4Í
ballo, tratando de crear, al menos, al­ Be7 Wd3 41 ^xd3 cxd3 42 Bxa7, cor
gún contrajuego. probabilidades de tablas, y en caso d<
32 ... _lxf6 33 exf6 2xdl+ 34 Bxdl 38 ... Wd7? 39 Sf3 <á?h7 40 ^e5, las ne
&c6! gras incluso podrían perder”.
“Una jugada tranquila y muy fuerte” Pero yo propongo precisamente 37 ..
(Bronstein). “Las blancas no pueden &xa4!, y si 38 ^.e4 (no es mejor 38 EeZ
cambiar alfiles, ya que en tal caso per­ &c6 39 Wxc4 Wxf6 40 2e3 <É>g7) 38 ..
derían su único motivo de orgullo: el Wd7! (38 ... Wc5!?) 39 Bf3 &c6! (en li­
peón de f6” (Alekhine). gar de 39 ... ^?h7?), con clara ventaja de
las negras: 40 Wxc4? Jtb7! 41 ^<2
35 Bel Wh3! - +, o bien 40 We3 ^e8 41 Ef4 ai,
Con todo, era de considerar 35 ^xc6. etc. ¡Sorprende que Alekhine no haya
Los comentaristas lo descartaron a cau­ visto esto! Intuitivamente, decidió ro
Cary Kasparov - Mis geniales predecesores

tomar el peon por el momento, sino fi­ partida. Lo correcto seguía siendo 43 ...
jarlo. Dejémoslo que ahí se quede. Por Wb6!, y si 44 Ef4, entonces 44 ... sfcg8,
cierto, que al final fue precisamente es- obteniendo la misma posición que po­
le peón “colgado” el que trabajó los día haber tenido dos jugadas antes”
nervios de Capablanca, y el primer cau­ (Alekhine). Ciertamente, después de
sante de su derrota. 45 ^b4 46 We3 1^xa4, las blancas
se enfrentan a difíciles problemas: 47
38 £g2 ^xg2 39 <£xg2 ^d5+ 40 <¿>h2
Üf5 41 Bf3 Wc5 Hf5? no da resultado, debido a 47 ...
Wdl+ 48 $th2 gxfS. Por ejemplo: 49
Aquí se aplazó la partida. Según Ale­ ^g5+ <á?f8 50 Wg7+ *á?e8 51 ^g8+ <¿>d7
khine, sus anteriores partidas con Ja­ 52 Wxf7+ <$d6 53 ^e7+ «á?c6 - +.
nowski (Hastings 1925/26) y Colle
(Scarborough 1926) le habían dado “la 44 Wxa5
oportunidad de estudiar la lucha de da­
ma y torre contra el mismo material, y Lanzando un contraataque suficiente
mi conocimiento en este campo me re­ para tablas. “Durante el análisis de la
sultó muy útil en el encuentro con Ca­ posición aplazada, Capablanca encon­
pablanca”. tró una asombrosa defensa, lo que hace
que no tema el avance del peón pasado
369 negro hasta la casilla de coronación”
(Bronstein).
44... c3
44.. . Wxf6 45 Sf4 We6 46 ^c3 =, o bien
45.. . Wg746 Wd5 =.
45 Wa7! <á?g8
La única posibilidad y, curiosamente,
¡dio resultado’ El aspirante pensó en
esta jugada durante... ¡1 hora y 5 mi­
42 Ef4! nutos!
En la reanudación el campeón exhibe En sus primeros cálculos, Alekhine
la mejor defensa. “Después de 42 Ee3 confiaba en 45 ... Ec7 46 Wb8 c2 (46 ...
Wb6 (42... G. K.)las blancas no Wxf6 47 Wxc7 ^xj2+ 48 &hl &xd4 49
dispondrían de ninguna jugada útil (43 Wxf7+: G. K.) 47 Ed8 Wxfb, pero había
Ef3 Wc6!, etc.)” (Alekhine). omitido 48 Sh8+!l Wxh8 49 Wxc7, con
42... <á?h7 tablas (49 ... Wb2 50 ^xf7+). Además,
indica las variantes 45 ... Wc7 46 Wxc7
“Esto no era necesario aquí; era mucho Sxc7 47 fidl =, y 45 ... Wxf6 (?.- G. K.)
más importante impedir la siguiente ju­ 46 Sf4 Wxf4 47 gxf4 c2 48 ^xf7+ -4?h6
gada de las blancas, con 42 ... Wb6” 49 f5! “con tablas”; pero aquí ganan
(Alekhine). Estoy de acuerdo. Después las blancas: 49 ... gxf5 50 Wf6+ *é>h7 51
de 42... Wb4? 43 ^e3! #xa4, era fuerte ^xf5+, o bien 49 ... Sc6 50 We8 +
44 Eg4! (no 44 Sxc4? Exc4 45 ^h6
Sxh4+!, y 44 Ef5 >e8l? 45 Ee5 Wd8 46 46 ^e7 Wb6
Stxh5 Wxf6 47 Exa5 c3 tampoco está
claro) 44... We8 45 Wh6 ^f8 46 Exg6+, Después de 46 ... c2?, las blancas ha­
y tablas. brían forzado tablas con 47 Ed8+ Bxd8
48 Wxd8+ «á?h7 49 We7 We6 50 Wc7 =.
43 Sd4! ^c6? Pero ahora se ha llegado a uno de los
“Un cálculo erróneo, después del cual momentos clave de la partida, y tam­
las blancas deberían haber salvado la bién de todo el encuentro.

398
Alexander IV

49 <¿h3 #fl+ 50 t?h2 #f2+ 51 «&h3 Hf8


52 #c6!
A De nuevo, única.
0 52 ... #fl+ 53 <¿?h 2 #f2+ 54 <&h3 #fl+
“Aún era mejor 54 ... #f3, amenazan­
do 55 ... Sd8. Si las blancas trataran de
liberarse con 55 Sc4, la tentativa se re­
futaría con 55 ... #fl+ 56 &h2 Sd8”
(Alekhine). Pero 55 <¿?h2! conduce,
prácticamente, a la misma situación
que en la partida..
47 ®d7?
55 £h2 <á?h7
“Capablanca no explota la oportuni­
dad que su oponente le ha concedido Amenazando Ed.8 ó Sb8, con ataque
de mate.
con su jugada 43. Después de 47 Ed7!
podía haber obtenido tablas, ya que 371
tras 47 ... Wxf2+ 48 <¿>hl 1 (pero no 48
<á?h3? Wa2 49 2d8+ Sxd8 50 Wxd8+-
&h7 51 WfB We6+!) 48 ... ^a2 (48 ...
^¡/7+ 49 &h2 Wc4 50 Sd8+ ZxdS 51 yBEE
&xd8+ <¿>h7 52 W/8: G. K.) 49 Bd8+
Exd8 50 ^xd8+ <á?h7 51 Wf8 '^bl+,
con jaque perpetuo, pues el peón blan­
co de Í6 sigue siendo invulnerable.
¡Una salvación de lo más inusual!”
(Alekhine).
Añadiría que tras 47 ... Sf8 las blancas
también se salvan, tanto con la fría 48 56 #c4?
<¿’g2 ^c6+ 49 <á?h2 c2 50 2d8, como
“Y una vez más, jugada única”, escribe
con la espectacular de Tarrasch, 48
Alekhine, ignorando 56 Se7! (pero no
We3I! W6 (48 ... Wc6? 49 Ec7!) 49
56 #xc3? Wf2t- 57 s¿>hl Kb8!), y des­
Sc7.
pués de 56 ... # jf2+ 57 ‘¿’hS c2, las blan­
Sin embargo, aunque 47 ^d7 complica cas tienen tieinpo para jugar 58 Bc7
seriamente la tarea de las blancas, aún Sd8 59 #xc2, con tablas. Un cuadro
no pierde la partida. Pero aquí es don­ familiar: se requiere una jugada rigu­
de se cuece la derrota de Capablanca: rosa, pero Capa realiza una “natural”,
no quería permitir la “confusa” Wxf2. después de la cual, su posición queda
¡Cuán horrible debe ser tener que cal­ perdida.
cular todas esas agudas variantes! ¿Su­ 56 ... #f2+ 57 ^?h3 Wgl!
pongamos que hubiese mate?
“La maniobra (decisiva. Sería insuficien­
47...Wc5! te 57 ... c2?, debido a 58 Ef4! #d2 59
“Se me escapó esta simple respuesta” Sfl” (Alekhine). O bien 57 ... Wxf6? 58
(Capablanca). Inesperadamente, resul­ Ef4 Wg7 59 Sf3 =.
ta que de todos modos hay que entre­ 58 2e2
gar el peón, sólo que en una versión
peor. Después de 58 g4, Alekhine señaló unx
preciosa maniobra ganadora: 58 ... c2!
48 Se4! Wxf2+ 59 #xc2 2e81! ¡Estos trucos no pueden
Pero no 48 ... c2? 49 5e8+ Sxe8 50 omitirse! Por ejemplo: 60 Wc7 (60
^xe8+ #18 51 #c6. Sxe8? hxg4+-t-) 60 ... hxg4+ 61 Exg4

399
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

23e3+ 62 Sg3 Whl-t- 63 *ífcg4 2e4+, y to­ 61 a6?


do ha terminado. Un gastado Capablanca comete el
58... Wfl+? error final. Está claro que no estaba
acostumbrado a una tan feroz resisten­
Segundos apuros de tiempo y ¡nervios,
cia. ¡Su oponente buscaba todo el tiem­
nervios! Las negras toman el peón de
po ideas paradójicas! Capa era un cam­
5 en circunstancias desfavorables. “La
peón de compostura clásica, mientras
secuencia correcta de jugadas (que
que en este encuentro Alekhine utilizó
pretendía realizar al jugar 57 ... Wgll)
métodos de autodefensa, o incluso de
era 58 ... Wil+ 59 Eh2 Wf3!, y las blan-
kárate.
:as no pueden jugar 60 Zc2?, debido a
50 ... Wf5+, y hubieran quedado inde­ “Después de 61 <¿g2!, las negras sólo
fensas ante la amenaza 60 ... Wxf6, etc. podrían obtener un final de damas con
51 60 Wf4, entonces 60 ... ^dl!, etc” tres peones contra dos que, con una
(Alekhine). (Seguido de 61 &c7 ^g4+ 62 defensa correcta, suele ser normalmen­
&g2 &e2+ 63 &h3 ^5+ 64 &g2 Sc8: G. te tablas. Pero aun así, las negras po­
K.) Por ejemplo: 60 Se2 Wxf6 61 3?g2 drían ser capaces de ganar progresiva­
3b8!, ganando. mente: 61 ... ^g7 62 a6 Sdl 63 Ef2
Sd2 64 Zxd2 (no 64 Wc5? Zxf2+ 65
59 <á?h2 Wxf6
Wxf2 Wc6+ 66 Wf3 Wx£3+ 67 <É?xf3 c2
59 ... £h6 60 Wf4+. 68 a7 clW 69 a8W Whl+) 64 ... cxd2 65
60 a5? Wd5! Wb2 66 &h3 Wc2 67 a7 Wf5+!
(¡estropeando voluntariamente sus peones!:
¡Más nervios! “En lugar de 60 Ec2 Ee8 G. K.) 68 ^xf5 gxf5 69 a8'© dlW” (Ale­
61 (amenaza62 .Zxc3 ó 62 Zf2) khine). Estoy de acuerdo: 70 ^g2
61 ... Ee3 62 Sf2, y tablas, Capablanca Wg4+ 71 <£h2 f4! 72 gxf4 Wxg2+ 73
comete otro error y ahora debería per­ ■á>xg2 <á?g6 74 á>g3 é’fS 75 &f3 f6 - +.
der al instante” (Alekhine). Creo que
en los apuros de tiempo el cubano no 61... Wfl!
vio 61 <á?g2! (pero no 61 Wxc3? 2e2-i-!), Finalmente, se produce un final de alto
puesto que en las otras variantes con 60 dramatismo.
fic2 todo es muy sencillo: 60 ... Sb8 61
62 We4
Wxc3 Wfl 62 Ed2! Wel (62 ... Ze8 63
Wd3) 63 Zc2 =. O bien 62 a7 Zd2! 63 Exd2 Wxc4 64
a8B (64 £c2 Wa4) 64 ... cxd2 - +.
62 ... Zd2 63 Sxd2 cxd2 64 a7 dl^ 65
a8W Wgl+ 66 *á>h3 Wdf 1+

373
O

60 ... Zd8?l
“Una decisión inmediata podía obtener­
se con 60 ... Wfl! 61 ^e4 Zd8 (o bien
61 ... Zb8). Después de la textual, la vic­ Las blancas se rindieron. Si 67 Wg2,
toria vuelve a ser problemática” (Alekhi­ 67 ... Whl++. Un mate similar con dos
ne) . Aunque se diría que no tanto. damas podía haber ocurrido en la 22a

400
Alexander IV

partida del match-revancha (1986) en­ mar, Hastings 1936/37) 11 ... 3e8 12 0-
tre Karpov y yo, pero Karpov no llevó 0 &xc3 13 ^xc3 e5 14 flfdl exd4 (14...
las cosas un lejos, se desvió y perdió de e4l? 15 £}d2 &f6: Rubinstein) 15 ¿ixd4
otra forma. Capablanca, sin embargo, ¿Lf6 16 .&f3 -&g4 17 Jkxg4 £>xg4 18 £)f5
estaba un traumatizado ¡que jugó has­ ^f6 19 ^xf6 £ixf6, tablas, aunque con
ta el mate! “Alekhine jugó el final mag­ 20 £>d6 Se7 21 edl las blancas habrían
níficamente. Yo no soy capaz de ganar conservado una ligera ventaja.
así”, admitió después de la partida.
9... h6
Pero el propio Alekhine era bastan­
te autocrítico: “En mi opinión, esta par­ La alternativa es 9 ... Se8l? 10 &d3 (10
tida se ha alabado demasiado en todo cxdó £ixd5!) 10 ... h6 11 jLÍ4 dxc4 12
el mundo. Sin duda fue muy emocio­ ±xc4 b5 13 &e2 -&b7 14 0-0 c5 15 dxco
nante para los jugadores -que continua­ $xc5 16 Sfdl m6 17 jLe5 Sac8 18
mente se encontraban apurados de ^.d4 (en la cuarta partida, con el alfil
tiempo- y para el público. Pero su fase en a2, siguió 18 We2 &ce4 =) 18 ...
final representa una auténtica comedia .&xf3 19 .&xf3 Wb8 20 &xc5 Sxc5 21
de errores, en los que mi oponente de­ 'M>1 3ec8 22 <£e4, tablas (26a partida).
jó escapar las tablas en varias ocasiones, 10 &h4 Se8 11 Sdl?!
y yo dejé escapar más o menos las mis­
mas oportunidades. En resumidas Una extraña jugada de apertura. ¿Lu­
cuentas, de no ser por su importancia cha por un tiempo? Pero “la torre llega
a di demasiado tarde” (Alekhine).
deportiva (fue, en realidad, el punto
crucial del encuentro), difícilmente la Aquí también se ha jugado 11 &d3
hubiera incluido en esta colección de (núm. 120). Por ejemplo: 12 ... £>h5 13
mis mejores partidas”. ¿xe7 3xe7 14 0-0 &hf6 (14a partida)
15 b4!, seguido de £}a4-c5, a3-a4, etc.
El marcador se igualó a 2. En la 12a
partida, también bastante complicada, 11 ... b5!
la fatiga nerviosa de ambos jugadores se La rutinaria 11 ...dxc4?l 12^.xc4 b5 13
hizo sentir, pues de nuevo se produje­
.&d3 c5 habría justificado la idea de las
ron numerosos errores. Capablanca se
blancas: 14 Axf6! £>xf6 15 dxc5.
apoderó de la iniciativa, jugó con inten­
sidad e inventiva, y tuvo posibilidades 12 cxb5
de ganar. Pero, por lo visto, seguía un “La jugada restrictiva 12 c5 no sería efi­
tanto groggy, y de nuevo sería el último caz aquí, ya que las negras liberan su
en cometer un error. juego con la conocida maniobra 12 ..
e5 13 dxe5 £>g4 14 ^-g3 Axc5, siendo
una posible continuación 15 h3 £}gxe5
126 16 £>xe5 &xe5 17 4&xd5 exdo 18 #xc>
A. Alekhine-J.R. Capablanca &b7 (18 ... G. K.), con buea
Buenos Aires 1927 juego de piezas” (Alekhine).
Campeonato Mundial, Match, 12a partida 12 ... cxb5 13 Jtd3 .&b7 14 0-0 Sc8 15
Gambito de Dama (D64) Wbl Wa5
Si 15 ... JLxa3?, además de la recomen­
1 d4 6 2 c4 e6 3 £c3 d5 4 Ag5 &bd7 dación de Alekhine, 16 bxa3 Sxc3 17
5 e3 6 2>f3 0-0 7 Ecl c6 a4!, también es posible 16 £>xb5.
7... a6. 16 £e2 £b6?
8 Wc2a6 9a3 “Un error. 16 ... b4 era una buena con­
En la segunda partida siguió 9 cxd5 (9 tinuación” (Alekhine). Después de es­
a4 -num. 121) 9 ... £xd5l? 10 &xe7 to, la posición se habría simplificado
^xe7ll &e2 (11 &c4l? Alekhine-Vid- un tanto, pero aun así seguiría siendo

401
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

bastante complicada, siendo posible, 19 M7+


por ejemplo, 17 &e5.
19 4*3!?
374 19 ...<á?f8 20 4*7+*e7
Una posición inusual: ¡ajedrez de com­
bate!
21 4*5
Pero no 21 4}xf5? gxf6!, con la doble
amenaza 4*2 y fb-f5.

375

17 £}e5?
¡Un momento muy importante! “Con
esta jugada las blancas no sólo dejan es-
capar una excelente oportunidad de
ganar, sino que caen en desventaja. En
lugar de la textual, deberían haber op­
tado por la momentánea obstrucción
de la dama, como sigue: 17 ^.xfb! ^.xf6
18 b4 Wa4 (18 ... ^xa3 19 £h7+ ¿h8 21... W>6?
20 Bd3! Wa4 21 2*3 + -) 19 Sd2 4*4 He aquí las consecuencias post-trau-
20 Sa2 áe7 21 Sal Ob6 22 2b 1, segui­ máticas de la 11* partida. La sencilla
do de 23 4*3 + -. Si 17 ... gxf6, enton­ 21 ... Sxc5! habría dado a las negras
ces el rey negro quedaría considerable­ una ventaja casi decisiva. Por ejemplo:
mente expuesto: 18 4T4 4*4 (18 ... f5 22 b4 (22 dxc5 2>xb2 23 Sel 4*4, etc.)
19 g4! fxg4 20 4*5 + o bien 18 ... 2)d7 22 ... 4*a3 23 Wb3 (23 bxa5 £xbl 24
19 e4 ^c7 20 4ih5, con clara ventaja dxc5 4*3 25 &d3 Sc8, o bien 23 Í?b2
posicional de las blancas) 19 &xe6! Wc7! 24 bxc5 ^xc5, con gran compen­
fxe6 20 Axc4 bxc4 (20 ... dxc4 21 ^g6+ sación por la calidad) 23 ... Wa4! 24
<á?h8 22 Wxh6+ <á?g8 23 ^g6+ <¿>h8 24 ^xa4 bxa4 25 bxc5 g6 26 Sal 4ic4 27
d5! + o bien 20 ... Sxc4 21 ^g6+ si?f8 Sxa4 a5 28 4*3 £c6 29 Sa2 <á?f8 30
22 4*5! fxeó 23 f4 + -) 21 Wg6+ <á?h8 22 4*4 e5 - +.
<xh6+ £g8 23 Wg6+ <¿>h8 24 &h4,
amenazando tanto ^f7, como f2-f4 y “Después de la textual, las negras si­
Sf3, con ataque decisivo” (Alekhine). guen conservando cierta ventaja posi­
cional, pero ya no pueden esperar se­
17 ... 4*4! riamente ganar” (Alekhine).
Ocupando el punto fuerte al tiempo 22 4*b7
que se amenaza 2*2.
Es impreciso 22 ^.d3?l 4*b2 23 4*b7
18 Jkxf6?l 4*d3.
Más sólido es 18 2lf3. 22 ... ^xb7 23 ád3 Sc7?
18... &xf6 “Con esto las negras pierden el resto de
No, por supuesto 18 ... gx£6?, en vista su ventaja, pues ahora ya no pueden
de 19 4ixf7! 20 Jtxc4, seguido de impedir que el caballo sea expulsado
^h7+ y 4tf4 (Alekhine), o bien 19 de su puesto. Tenían dos formas de
±h7+ <á?g7 20 4W7! f5 21 4}f4 <i»xh7 22 impedir b2-b3: con 23 ... «¿fB y ^Ie7,o
4*e6 <á?g6 23 2>f4+ '¿’xH 24 ^xf5+. bien 23 ... ^b6 y Wa5. En cualquier

402
Alexander IV

caso hubieran mantenido al caballo en ¿M4!) 38 ... a5 39 C\c5+ &a7, la evalua­


su puesto avanzado, por el oportuno ción de la posición no es clara.
ataque al peón a3. Esta omisión es
32 4ld3 &e4?l 33 b4
particularmente curiosa, porque Capa-
blanca debe haber sido consciente de El juego consistente y enérgico de Ale­
que su ventaja consistía precisamente khine hace que esta partida resulte muy
en la posición superior de su caballo” interesante. Las blancas han incremen­
(Alekhine). tado sutilmente su ventaja, preparándo­
se para ocupar co. En este momento en
24 ^a2 5ec8 25 b3 ¿M6 26 Wd2 que asoman los apuros de tiempo, las
Las blancas tienen ya una pequeña ven­ negras cometen dos errores suicidas,
taja. “Están dándole algo en que pensar uno tras otro.
a su oponente: la infiltración de la da­
376
ma por a5 ó b4” (Alekhine). En esta li­
geramente inferior posición, con su rey
inestable, Capa pierde lentamente,
efectuando aquí y allá jugadas de se­
gunda categoría, basadas en “conside­
raciones generales”.
26 ... Bb6 27 Sel £d7 28 Sxc7+ Exc7
29 &bl!
Las negras querrían cambiar todas sus
torres (tras 29 Sel el juego está iguala­
do), pero las blancas no están obliga­ 33 ... Sc3?
das a cumplir sus deseos. Ahora proyec­
tan realizar la maniobra £if4-d3-c5. ¡Seudoactividadl Sin embargo, la posi­
ción negra ya era. difícil.A la recomen­
29 ... £e7 30 £>f4 <¿>c8 31 We2! dación de Capatrianca, 33 ... £sd6 34
Las blancas no se contentan con 31 £ic5 £}c4, Alekhine respondería con la
£id3 ^e4 32 ^b2 ^c6 33 Sel Wd6 34 aguda 35 e4! Axc5 (35 ... &xa3 36 exd5
Sxc7+, con cambio de torres y unas rá­ exd5 37 Wf3, o bien 35 ... dxe4 36 a4!)
pidas tablas. De haber estado el rey ne­ 36 dxc5 ^c6 37 exd5 exd5 38 a4! bxa4
gro en g8, y no en c8, así es como hu­ 39 &a2 Wb5 40 Sdl Sd7 41 h4 “y las
biera finalizado la lucha, porque las blancas tienen muy buenas perspecti­
blancas no tendrían ni asomo de ata­ vas de ataque”.
que para soñar con la victoria. 34 Wb2!
31 ... g6 34 £c5 £xc5 35 dxc5 Wc7 36 Wf3 f5.
Si 31 ... Ec3, Alekhine tenía in mente 34... Wc7?
32 Wg4! <¿>d8 (32 ... Sxb3? 33 2¡xd5) 33 “El verdadero error, que conduce a
Wxg7, y también si 31 ... ^a51?, 32 una rápida derrota. Las negras po­
Wg4!, con “algunas líneas muy agudas, dían haber retirado la torre, asumien­
en las que las blancas habrían llevado do un juego claramente inferior. Por
las de ganar, por ejemplo: 32 ... tá?b7 ejemplo: 34 ... Sc7 35 £ic5 &d6 (tanto
(32 ... &J8!?: G. K.) 33 Wxg7 ^xa3 34 35 ... 4}xc5 como 35 ... Axc5 perderí­
Wxh6 Sel 35 £.d3 fixfl+ (33... Sc7!?: an un peón, después de 36 dxco y
G.JC)36 £xfl Wxb3 37 h4 a5 (?: G. K.) Wh8+) 36 a4, y las blancas tienen un
38 &xe6! fxe6 39 Wxe6 ¿M8 40 h5” fuerte ataque’ (Alekhine).
(Alekhine). Estoy de acuerdo: 40 ...
35 &c5
¿c7 41 h6 'tííbl 42 ^f7 gana. Pero des­
pués de 37 ... ^c2l 38 ¿M3 (38 ¿Me6? Con la amenaza JLxe4.

403
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

35 ... £xc5 da, en la que Alekhine salvó con maes­


O bien 35 ... Ec4 36 &d3 &xc5 37 dxco tría un difícil final, y también la 20a, he­
Eg4 38h3 + -. raldo de nuevas emociones.
36 dxc5 We5 37 f4!
“Esta jugada, que priva a la dama ne­ 127
gra de la posibilidad de ocupar una A. Alekhine-J.R. Capablanca
casilla protegida en la diagonal eo- Buenos Aires 1927
h8, fue omitida por Capablanca. La
Campeonato Mundial, Match, 20a partida
clavada de la torre en c3, que las ne­
Gambito de Dama (D67)
gras estaban a punto de resolver favo­
rablemente, con £\f6, amenazando
2xe3, ahora resulta fatal para ellas” 1 d4 2 c4 e6 3 £c3 d5 4 &g5 _&e7 5
(Alekhine). e3 0-0 6 £f3 £¡bd7 7 fiel c6
37 ... Wg7 7... a6.
No era mejor 37 ... '¿7f6 38 ^.xe4 dxe4 8&d3
39 Sf2+-. Renunciando a la lucha por un tiempo,
38 Axe4 dxe4 39 <¡fcf2?l con 8 Wc2.
¡Zeitnot! Más sencillo era 39 Bf2 g5 40 8 ... dxc4
Sc2 + -. Aprendiendo de su amarga experien­
39 ... Wf6 40 g3 g5 41 Sel cia, el campeón busca clarificar el jue­
go, optando por la “maniobra simplifi-
Las negras se rindieron. Después de cadora de Capablanca”. Desde un
41 ... gxf4 42 Sxc3 fxg3+ 43 «ágil, el rey punto de vista práctico, su decisión fue
evita el jaque perpetuo: 43 ... gxh2+ 44 correcta ya que los ocho duelos del en­
<¿>xh2 Wh4+ 45 £>g2 Wg4+ 46 «á?fl! cuentro con este tema finalizaron en
Wf3+ 47 ^el Shl+ 48 &d2, etc. tablas, aunque las blancas ejercieron
El aspirante pasó a dominar la pun­ cierta iniciativa.
tuación (3-2). ¡En Buenos Aires estaba 9 Axc4 &d5 10 ^xe7 Wxe7 11 2>e4
sucediendo algo increíble! Se cuenta £5f6
que por entonces circuló por la ciudad
un chiste, según el cual, un mudo, fer­ Más preciso que 11 ... Wb4+ 12 Wd2
viente partidario de Capablanca, cuan­ Wxd2+ 13 <á?xd2 Sd8 14 Ehdl &5f6,
do se enteró de que éste había perdido debido a 15 £}xf6+ £>xf6 16 ^.b3!, con
la 12a partida, exclamó: “¡No es posi­ una pequeña ventaja de las blancas (6a
ble!”, y volvió a perder la facultad de partida).
hablar. 12 £>g3 Wb4+ 13 Wd2 Wxd2+ 14 <á?xd2
Desde luego, era un hecho sin Bd8
precedentes: Capablanca había per­
dido dos partidas consecutivas. En la Un nuevo refinamiento. En la 16a parti­
lucha complicada, un tanto irracio­ da se jugó 14... b6 15 e4 Ed8 16 e5 £ie8
nal, Alekhine había demostrado ser 17 <á?e3 ±b7 18 Ehdl c5?! (18 ...
el más fuerte. Este aspecto tenía que 19 do (19 £e4!?) 19 ... exd5 20 ±xd5
ser digerido, y el alterado campeón áxdo 21 Sxd5 £>c7 22 Sd2 &f8 23
comenzó a hacer tablas. El aspirante Ecdl Exd2 24 Exd2, tablas. Las blan­
tampoco tuvo nada que objetar a una cas tienen un final claramente mejor, y
calma pasajera. Antes o después, su Alekhine debía justificar un acuerdo
oponente tendría que salir a campo tan temprano de tablas:
abierto. “Estábamos jugando en el Jockey Club,
Especialmente digna de mención, no en la sede habitual, y la sala era
en esta serie de tablas, fue la 17a parti­ tan ruidosa que nos vimos obligados a

404
Alexander IV

aplazar la partida en la jugada 24, es 16 ... £g4 17 e6!


decir, incluso antes del control de
tiempo, a fin de permitir que las cosas Echando leña al fuego. “Si las blancas
se contentan con una inmediata igual-
se calmaran. Más tarde, sin embargo,
da, pueden seguir con 17 «fce2 &dxe5
yo no estaba ya de humor para pensar
18 &xe5 &xe5 19 -&f5!” (Alekhine).
en profundidad, y se acordaron las ta­
blas sin mayor historia. Por cierto que 17 ... £>de5!
estas líneas sirven para demostrar que
¡Interesantes complicaciones! “A 17 ...
la noticia de que mi oponente ‘se ha­
fxe6 no debe seguir 18 <á?e2, porque las
bía quedado dormido’ durante esta
negras obtienen un juego muy cómodo
partida no fue sino la invención de al­
con 18 ... &de5 19 ¿¿}xe5 £>xe5 20 Shdl
gún ‘ingenioso’ periodista”.
b6 =, sino 18 <á’el!> ya que 18 ... &de5 fa­
Más tarde quedó claro que las negras lla; 19 2>xe5 £>xe5 20 Ae4 b6 21 f4 £d3+
igualaban sencillamente con 14 ... c5! 15 22 &xd3 Sxd3 23 Sxc6 &b7 (23 ...
&b5 (15 <¿e2 cxd4 16 £lxd4 £>e5; 15 fixe3+? 24 <á?d2 + pero es más tenaz 23...
dxc5 £xc5 16 <¿e2 &d7 17 2>e5 Bfd8) e5! 24p £a6 25 Zc7 Zxe3+ 26 &J2 Zd3
15 ... cxd4 16 £xd4 £b6 17 f4 Sd8 = 27 Zel, ele.: G. K.) 24 Sc7 &xg2 25 Egl,
(Alekhine-Stahlberg, Olimpiada de con ventaja decisiva de las blancas. Así,
Buenos Aires 1939). después de 18 ‘¿’el!, las negras tendrían
que evitar las líneas agudas, quedando
15 £d3 en desventaja, a causa de su debilitada
Impidiendo el desarrollo del alfil negro formación de peones” (Alekhine).
con b7-b6 y JLb7. La 18a partida siguió 18 £ixe5 &xe5 19 exf7+ ¿?xf7 20 Sc3
así: 15 <¿e2 b6 16 Shdl &b7 17 Sd2 (17 b5!
Sc2 c5 =) 17 ... <á?f8 18 Scdl <á?e7 19 e4
h6! 20 h3 g6 21 3d3 c5 =. En las partidas ¡Un excelente recurso táctico! “Debido
22, 24, 28 y 30 el debate evolucionó en a la fuerte amenaza 21 ... b5-b4, segui­
tomo a 15 Shdl! b6 16 e4 Ab7 17 e5 do de 22 ... Aa6, las blancas se ven obli­
£¡e8 18 <¿e3 *¿’f8!, etc. gadas a expulsar de inmediato el caba­
llo hostil” (Alekhine).
377
378

Tras una cierta reflexión, Capablanca


comprendió que sólo tenía un medio 21 f4!
de liberarse. Todas las jugadas “normales” pierden:
15 ...e5! 21 b4? a5!, o bien 21 2>e4? b4 22 fíbS
.&a6 23 &c5 &xd3 24 £}xd3 c5 - +, ¡de
De otro modo, las negras se ven asfi­ modo que Alekhine sacrifica calidad!
xiadas. Creo que el giro de los acontecimien­
16 dxe5 tos que siguen debió haber sido otro
golpe psicológico para Capablanc2,
Pero no 16 &xe5? £ixe5 17 dxe5 &g4 - +. pues de nuevo fue inferior a su rival

4C5
Gary Kasparov - Mis gemíales predecesores

en la evaluación de los recursos diná­ cho de que la posición estuviese más o


micos de la posición: esperaba que la menos igualada. Creo que esta posición,
corre superase a la pieza menor, y casi con material heterogéneo, no era de su
pierde. En realidad, las blancas tenían, gusto. Lo cierto es que no son las ne­
como mínimo, probabilidades equiva­ gras, sino las blancas, la que tienen una
lentes. ligera ventaja.
21 ...b4 22fxe5! 30 gxf3 fih8 31 fie2 fih4 32 Ae4 Sd8!
“Sería favorable a las negras 22 fib3? Según Alekhine, es impreciso 32 ...
£c4+ 23 3?c2 (si 23 «á>e2, 23 ... ±g4+ 24 Sah8?l, debido a 33 fid2 (amenazando
&f2 £>a5) 23 ... £>xe3+- 24 ‘¿’el Ae6 25 fid6+ y Sa6) 33 ... <á?e7 34 Eg2 4?fZ 35
^.g6+ hxg6 26 fixe3 Axa2 27 b3 a5" fig5! fic8 36 h3 Hc7 37 fig3, seguido de
(Alekhine). b2-b3, a2-a4, <¿>c4 y, tal vez, £3-f4 y ^Lg2,
con la iniciativa.
22 ... bxc3+ 23 <¿?xc3
33 a4
Con la amenaza £}e4-d6.
“Las blancas no pueden jugar a ganar
23... <£e6
con 33 <á?c4, sin incurrir en riesgos, aun­
“Más flojo sería 23 ... Ee8, por 24 £.c4+ que después de 33 ... Sdh8 34 3d2
<¿>g6 (24 ... £e6 25 £>e4!) 25 <¿>d4 c5+ Sxh2 35 Bd6+ <¿>e7 36 Sa6 2xb2 37
26 <á?xc5 Sxe5+ 27 <É>d4, seguido de e3- Exa7+ <á>d6, las tablas son el desenlace
e4 y JLd5, con buen juego para las blan­ más probable” (Alekhine).
cas** (Alekhine). 33 ... g5 34 a5
24 4}e2! 34 b3!?: Alekhine.
Pero no 24 .&xh7 <á?xe5 y Jte6 =. 34 ... g4! 35 fxg4
24 ... «á?xe5 25 £>d41? Es confuso 35 f4 Sh3 36 &c6 fidh8 37
Juego de dominación! “Si 25 &xh7 de ád7.
inmediato, las negras no jugarían 35 ... fixg4 36 &d3 Ba4 37 Sf2+ &e7 38
25 ... &f5 26 áxf5 <á?xf5 27 fifl+!, con a6 Sf8
buen juego de las blancas, puesto que
27 ... <á?e4 se refutaría con 28 £>g3+! Más riguroso es 38 ... Sal 39 fig2 c4! 40
á’xeS? 29 Sf3++, sino 25 ... &a6!, lo .&xc4 fic8 41 tá>b4 fib8+!, o bien 41 b3
que les garantizaría la iniciativa” (Ale­ Sxa6 =.
khine). Cierto que después de 26 £>f4 39 Bg2
Ed6 27 h4, las blancas no corren peli­
gro de perder, ¡aunque tampoco las 379
negras!
25 ... &b7 26 ^xh7 c5 27 2lf3+ <¿>f6 28
&d3
Peor es 28 fifi!? &a6 29 Sf2 g6.
28 ... Se8 29 Sel
También aquí es flojo 29 fifi?, debido a
29 ... Sxe3 30 2>d4+- <£e5! 31 fifo+ &d6.
29 ... jLxf3?l
Objetivamente, era más sencillo 29 ...
-&e4! (pero no 29 ... fie7?! 30 e4) 30 39 ... c4?
&xe4 Bxe4 31 &d2 fig4 32 Ee2, segui­ Un avance nervioso, impulsivo, típico
do de e3-e4, con probables tablas. Pero de los apuros de tiempo. Lo correcto
Capa aún no se había resignado al he­ era 39 ... fif7.

406
Alexander IV

40 ákxc4? Es curioso que en el match Alekhine


sólo jugase esto (en ocho ocasiones),
¡Amnistía! Con su última jugada para
mientras que Capablanca jugase sólo
el control, el aspirante deja escapar
7 ... c6 (en trece ocasiones), y ambos
una excelente oportunidad de ganar:
miniencuentros, tanto con blancas co­
40 Eg7+! Por ejemplo: 40 ... Ef7 41
mo con negras, fuesen ganados por el
Exf7+ ^xf7 42 -&xc4+ y con un juego
aspirante con +1, siendo tablas todas
preciso, las blancas deben imponerse.
las demás partidas.
O bien 40 ... <á>f6 41 Sg6+ <£f7 42 Sg4!,
capturando el peón de c4. 8a3?!
40 ... Sc8 41 b3 Bxa6 42 e4 Sal! 43 “Esta tenue incorporación será refuta­
<á?d4 da de forma convincente (en tanto que
O bien 43 e5 Scl+ 44 <¿>b4 (44 <&d4 tentativa de ganar, por supuesto) en la
Edl+; 44 £>b2 Slxc4 45 bxc4 Exc4 46 presente partida”, escribe Alekhine, re­
<á>b3 Sh4 =) 44... a5+ 45 <¿?xa5 Slxc4! =. comendando 8 cxd5, como en poste­
riores partidas impares (véase partida
43 ... Bh8 núm. 105).
Tablas. “Las blancas no pueden con­ El plan con 8 c51? no tenía una gran con­
centrar sus fuerzas con efectos decisi­ sideración por entonces, en vista de 8 ...
vos” (Alekhine). c6 9 b4 a5 10 a3 a<b4 11 axb4 b6 12 Af4
Las tablas de las partidas 17 y 20 tu­ (12 &d3 bxc5 13 bxc5 e5!) 12 ... bxc5 13
vieron un efecto descorazonador so­ bxc5 Ea3!, igualando (Alekhine-Henne-
bre Capablanca, que no veía cómo po­ berger, Basilea 1925, simultáneas). Sin
dría derrotar a Alekhine. En 1921, lo embargo, la teoría actual le concede pre­
mismo le había sucedido a Lasker, ferencia a 9 .&d3 b6 10 cxb6!, con una li­
quien no encontraba la forma de ven­ gera ventaja (Portisch-Petrosian, Palma
cer a Capablanca. Pero Lasker, des­ de Mallorca 1974, 10a).
pués de todo, tenía 52 años, y estaba 8 ... h6! 9 Jlh4 dxc4! 10 ^.xc4 b5!
jugando en un país extranjero, mien­
tras que Capablanca tenía 39, se en­ “Más natural y mejor que 10 ... c5, que,
contraba en la plenitud de su carrera y sin embargo, en [as partidas 13,15, 17 y
jugaba prácticamente en casa, en su 19 resultó ser suficiente para mantener
continente natal. Sin embargo, co­ el equilibrio” (Alekhine). ¡Una mejora
menzó a superar la crisis gradualmen­ al quinto intento! Tal era el nivel de los
te, y, por tanto, el match se volvió mu­ duelos teóricos de la época.
cho más interesante. 11 &e2
Pero antes de que eso sucediera,
llegó la 21a partida, que constituyó O bien 11 &a2 &b7 12 0-0 c5 =.
una especie de shock no sólo para el 11... £.b7?
campeón, sino también para el mun­
do entero, ¡porque nadie había derro­ Nadie menciona la posibilidad 11 ... c5!
tado nunca así a Capablanca! Parece que Alekhine estaba seguro de
que Capa no haría nada antes de enrocar.
12 0-0?
128 “En caso de 12 b4 a5! 13 Wb3 axb4 14
J.R. Capablanca-A. Alekhine axb4 g5 15 -&g3 &d5, las negras se ha­
Buenos Aires 1927 brían hecho con la iniciativa” (Alekhi­
Campeonato Mundial, Match, 21a partida ne). Lo siento, pero después de 16 0-0
Gambito de Dama (D63) tengo la impresión de que las negras
deberían rendirse. Las blancas, por su­
1 d4 d5 2 c4 e6 3 &c3 2T6 4 Ag5 £bd7 puesto, deberían haber jugado 12 b4!,
5 e3 ¿e7 6 2if3 0-0 7 Ecl a6!? para atar la posición enemiga.

407
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

12 ... c5 13 dxc5 £ixc5 14 &d4 “En caso de 16.2.13, pensaba jugar 16 ...
Esta jugada aún no estropea nada, pe­ 17 £>e4 Hxcl 18 Wxcl 2c8, des­
ro. “Como las blancas no tienen ni un pués de lo cual la dama blanca no ha­
bría dispuesto de una buena casilla. Por
átomo de ventaja, lo lógico sería simpli­
ejemplo: 19 ^bl? &xe4, 19 ^b2 g5 20
ficar las cosas con 14 Wxd8 Sfxd8 15
£xíBf Axffi, o bien 19 ^dl(el) g5”
Sfdl" (Alekhine). Podría seguir 15 ...
(Alekhine). ¡Ventaja no es la palabra!
&b3 16 Sc2 Sac8 17 3xd8+ &xd8 18
Después de 17 4he4? (es mejor 17^.g3
&dl ±c7 19 Ag3 =.
3fd8 18 We2), la computadora encuen­
Alekhine consideraba que 14 -&xf6 tra una forma elemental de ganar: 17 ...
±xf6 15 £>xb5 era “totalmente erró­ Sxcl 18 ^xcl Axe4! 19 &xe4 g5 20
neo”, debido a 15 ... ^xdl 16 Sfxdl £>c6 (20 ^.g3 £>xe4) 20 ... &d6- +.
2>b3 17 Sc7 &xf3 18 &xf3 axb5 19
“Jugando 16 &b3, para contestar a 16 ...
-&xa8 Sxa8, “con ventaja de las negras”.
&b6 con 17 2>a5 (17 ... &a8 18 &S3,
Sin embargo, a mi juicio, después de 20
etc.: G. K.), Capablanca habría conserva­
Sb7 3a5 (20 ... &xb2 21 Sxb5 3xa3 22 do buenas posibilidades en la lucha
Sbl =) 21 g3 <á?h7 22 3xf7 3?g6 23 Sb7 subsiguiente. Pero le resultaba muy difí­
&xb2 24 Sbl £c5 25 Bb6 2u4 26
cil desplazar su caballo de la excelente
Sxe6+ ^f7 27 Sc6 Axa3, esta ventaja casilla central que ocupa, llevándolo al
no pasa de ligera.
borde del tablero” (Kotov). Sí, el caba­
14... 3c8 llo de a5 queda un tanto desconectado,
pero por otra parte controla la casilla
Parando de una vez por todas la amena­
c4. Sin embargo, aún no ha llegado la
za &xb5.
hora de bajar el telón.
380 16 ... £b6 17 Wb3?!
También aquí tenía sentido 17 ¿ób3.
17... &fd5!
¡Sorpresa! Se diría que Capablanca sólo
esperaba la directa 17 ... &c4? 18 Sfdl
^b6 19 a4! Pero Alekhine impide el
avance a3-a4, creando la amenaza posi­
tional 18 ... 4}xc3 19 S.xc3 Jld5 20 Wb2
Sxc3 21 >xc3 Wa8, y Sc8!
18 -W
15 b4?! “Una defensa provisional” (Alekhine).
Las blancas también tenían problemas
Un debilitamiento de la casilla c4 que
concretos con 18 &Je4I?, ya que se haría
no era obligado. Se diría que Capa no
notar el debilitamiento de diversas casi­
había decidido entre si jugar a ganar o a
llas, sobre todo c4. Por ejemplo: 18 ...
tablas, y la vacilación, en una posición
&a4 19 Sxc8 Wxc8 20 2id6 £xd6 21
complicada, normalmente produce ma­
£xd6 Se8 22 Ae5 £idc3 23 &d3 f6 24
los resultados. Según Alekhine, era más
Ag3 Jle4, etc.
sencillo 15 ^.f3 Wb6 16 We2, con posi­
bilidades similares. 18... 3c4!
15 ... £cd7! Juego consistente y de nuevo, una sor­
presa para Capablanca: una jugada no
¡Una decisión infrecuente! De nuevo, rutinaria, ¡la torre, no el caballo, ocupa
Capablanca “no la había previsto”. Creo el puesto avanzado! En general, creo
que esperaba 15 ... 4¿)ce4. que en este match Capa sencillamente
16 £g3 no adivinó algunas jugadas de su rival.

408
ALEXANDER IV

4ie4 Con la amenaza £}d2 .


difícil decidir el regreso del alfil, 19 23 £>xd5 ±xd5 24 ^xd5 Bxd5
:2, sobre todo porque después de
Es significativo que la. posición blanca ya
... Sxc3 20 Exc3 2>xc3 21 ^xc3 ^d7
esté, al parecer, estratégicamente per­
Sdl Sc8 23 ^d3 ád5, y las blancas
dida, aunque Capa no haya cometido
tán peor.
errores visibles. ¡Es realmente notable
»... Wc8 conseguir algo así en lajugada 25 de un
n momento crítico. Gambito de Dama!
25 a4?l
“El deseo de reducir el número de peo­
nes en el flanco de dama es natural, pero
la posición blanca sigue sin estar com­
prometida, al menos hasta que su peón
b no se convierta en un objetivo de ata­
que en el final* (Alekhine).
Muy fatigado por la lucha precedente,
Capa se pone nervioso y no ofrece la
máxima resistencia. Lasker sugirió 25
£3 &f6 26 Af2, pe ro después de 26 ...
Sd8 (26 ... &xd41? ) 27 a4 (27 e4 ^g5!
20 Sxc4? 28 Edl &xd4 29 Axd4 £d2 30 Wc3
Sxd4 -+) 27 ... ^3ce3! 28 Sxd5 £xd5
“El error posicional decisivo. Lajugada
29 axb5 2tf4 30 ^d3 31 £c6 &xcl
correcta de las blancas era 20 Sbl!
32 ^xd8 axb5, las blancas tienen pro­
(amenazando tanto £>d6 como -&d6), y
blemas. Era imprescindible, por tanto,
en caso de 20 ... Ed8, entonces 21 Skl2!
25 h3, y sólo después de 25 ... Af6 26
Excl 22 fixcl ^a8 23 &c7, y las blancas
£>f3 Bd8, 27 a4, aunque tampoco aquí
deberían poder cambiar algún material
es envidiable la posición blanca.
más sin comprometer su posición” (Ale­
khine) . Pero yo añadiría 23 4b4b3, con 25 ... .£.£6! 26
igualdad. Por consiguiente, es más pro­
“Por supuesto, no 26 Edl bxa4 27
metedor 20 ... Sxcll? 21 Sxcl £c4 22
Wa2 Ed8, con alguna ventaja de las ne­ ^xa4? &b2 28 Wxa6 Sa8, ganando”
gras, mientras que después de la tex­ (Alekhine). Las blancas no juegan 26
tual, la ventaja es aún mayor. axb5 -&xd4 27 exd4 axb5, compren­
diendo que lo más probable es que
Aquí Alekhine tiene razón al cien por pierdan el peón t>.
cien: “Capablanca perdió esta partida
sólo porque no comprendió a tiempo 382
los peligros de su posición".
20.. .£ixc4 21 Bel Wa8!
Las amenazas 22 ... £>dxe3 y 22 ... &xb4
obligan a las blancas a retirar su caballo
de e4.
22 £c3
Si 22 Sjc5, entonces 22 ... -&xc5 23 bxc5
Ec8 24 ^.e2 Exc5 25 &xc4 ^c8, ganan­
do un peón.
22.. . Sc8 26... Jtb2!

409
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

El comienzo del fin, antes de realizar el 31... £xd4 32 Sdl?


avance e6-e5-e4, las negras activan su
alfil. El último error. Sin embargo, 32 exd4
Wxd4 33 -&Í4 Wd3 también era deses­
27 Sel perado.
uLa justificación táctica de la jugada
de alfil se basa en estas variantes: 27 383
ttdl bxa4! (más convincente que 27 ...
£ixe3 28 Sxd5 Scl+ 29 Bdl flxdl+ 30
Wxdl £>xdl 31 axb5 axb5 32 Jld6, ya
que las blancas aún pueden ofrecer
cierta resistencia) 28 ^xa4 4cib6! 29
Bxd5 4Lxa4 30 Sdl $c3 31 Sel Sc4
32 &d6 ¿Le4 33 &e7 Í6 34 Sbl *f7 35
<£fl ác3 - +, o bien 27 Sbl ¿La3! 28
Wxb2 £xbl 29 Wxbl ^b3! 30 W1
bxa4 31 h3 a3, con marcha triunfal del
peón a” (Alekhine). Las blancas tam­
poco salvan el juego con 30 Wal (30 32 ... ¿Lxe3!
Wel? Wa3! 31 ^d2 Wcl+) 30 ... Wxa4!
31 Wel Wa3 32 Wd2 2cl+ 33 £el Las blancas se rindieron: 33 Wxdo
^b2! 34 Wd8+ <á?h7 35 ^d3+ f5 36 £3 Sxd5 34 2xd4 (34 Íxe3? á.xe3+) 34 ...
Wxb4 - +. Hxd4 35 fxe3 Kxb4, ganando. Alekhine
consideraba que esta partida, junto con
Variantes muy espectaculares, con los la 34a, eran sus mejores luchas en Bue­
temas favoritos de Alekhine: desviación, nos Aires. En cierto modo, a mí me re­
debilidad de la última fila, etc. cuerda la décima partida del match de
27 ... 2d8 28 axb5 axb5 29 h3 La Habana (1921), sólo que allí la vícti­
ma fue Lasker. El mismo juego incierto
Demasiado tarde.
del campeón en la apertura, y la misma
29 ... e5! 30 Sbl exhibición de los mejores aspectos del
Encontrándose prácticamente en Zugz­ estilo del aspirante.
wang, Capablanca permite un original Lo que otra vez volvió a observarse
golpe táctico a su oponente. Es difícil fue-la superioridad de Alekhine en las
recomendar 30 e4, en vista de 30 ... posiciones complejas, dinámicas, en
Wd3 (y, si fuese necesario, f7-f6), con la la unidad entre ideas posicionales y
inevitable caída del peón de b4. tácticas o, más precisamente, los tres
30 ... e4! 31 &d4?! factores (material, tiempo y calidad
de posición), acerca de los que hablé
La agonía de los apuros de tiempo. al comienzo del capítulo. En las posi­
Creo que Capa percibía que las blancas ciones intrincadas o indeterminadas,
ya estaban liquidadas. Sólo esperaba con debilidades mutuas, la brillante
una salvación milagrosa. intuición de Capablanca tenía lagu­
Desde luego, tampoco le hubiese ayuda­ nas, y comenzaba a perder el hilo del
do jugar 31 ¿Leí Wd2 32 ^c2 (si 32<£fl, juego. Alekhine pensaba de forma
Alekhine indica 32 ... Sa8 33 Sdl Sa3, menos estereotipada, observando mi­
pero es más agudo 32 ... Sd3! 33 ¿Lxd3 nuciosamente la correlación entre las
exd3 34 ^dl Wc2 35 <á?gl £d2 - +) 32 ... debilidades y qué piezas debían cam­
Wxc2 33 &xc2 Sd2 34 ¿Leí &a3^+7ni biarse, y cuáles conservarse. Podemos
tampoco 31 ¿Lh2 ^d3! 32 Sxb2 (32 decir que su estilo constituyó un paso
Wa2 Wd2) 32 ... Wxb3 33 Sxb3 Sdl+ adelante en el desarrollo del pensa­
34 &fl ¿Ld2 35 Sa3 £ixfl! 36 &e5 miento ajedrecístico, y Capa demostró
4Lxe3+, con un final ganado. no estar preparado para ello.

410
Alexander IV

Alekhine mandaba por 4-2 y Capa- Esto echa por tierra, la victoria, aunque
blanca se enfrentaba, de manera más después de 44 &e2 ^d7 45 &d4 ^xd4
acusada aún, al problema que había 46 4?xd4 Sb8! 47 Ba7 <á?c6 48 e6 *b6
atormentado a Lasker en La Habana: 49 fla4 &xe6+ 50 i>e5 Ee8 51 <¿1xf5 g3!,
¿cómo derrotar a un adversario tan parece que las negras podrían salvarse.
pertinaz? Aquí la fortuna sonrió al 44 ... <¿?d7! 45 h6
campeón, que salvó la muy difícil par­
tida 22, en la que también se produjo Si 45 $Je2, entonces 45 ... Sb8!
una lucha complicada. Alekhine otra
vez jugó con gran fuerza, realizó un 385
espectacular sacrificio de alfil y estu­
vo muy cerca de la victoria.

129
A. Alekhine-J.R. Capablanca
Buenos Aires 1927
Campeonato Mundial, Match, 22* partida

45 ... &xf4!
Pero esto salva a las negras.
46 &xf4 £e6+ 47 <á?e3 f4+ 48 d?f2
fxg3+ 49 &xg3 3h8! 50 Sd5+
O bien 50 Sa7+ £^c7! 51 e6+ '¿•có 52 e7
<á?b6! =.
50 ... <¡t?e7 51 c5 Kxh6 52 c6 £f8 53 Sc5
<¿>d8 54 <¿?xg4 2g6+ 55 ^£3 s£c7 56 g4
£e6!
Pero no 56 ... Ekc6? 57 Sxc6+ ^xc6 58
42 Sa7?
<á?e4.
“Una jugada arrogante, con la que las
57 Ed5 £>f8 58 2c5 ^e6 59 Sd5 &f8 6»
blancas se desvían, innecesariamente,
Sa5 Sxc6
del plan preconcebido, haciendo que
la victoria sea mucho menos clara. La Y tablas en la jugada 87.
simple 42 &e2! no sólo habría parado
El resultado de esta partida depri­
la única amenaza del rival (£>xf4, segui­
mió a Alekhine, pues lo cierto es que,
do de £te6+ y f5-f4+), sino que también
de haber ganado, se habría situado
hubiera incorporado el caballo blanco
con 5-2 y el match probablemente hu­
al juego, con efectos decisivos. Por
biese quedado sentenciado. Tal y co­
ejemplo, después de la posible conti­
mo fueron las cosas, Capablanca logro
nuación 42 ... <4'c8 43 £>c3 Sd8 44 &d5, un pequeño incentivo, lo que le permi­
las negras podrían haberse rendido sin
tió movilizar las energías que le queda­
remordimientos” (Alekhine).
ban y apoderarse de la iniciativa en el
42 ... £lc7!» duelo. Cierto que dejó escapar a su
oponente en la 27a partida (num. 105)
No 42 ... &xf4?l 43 &xf4 44 ‘¿’eS que, en palabras de Alekhine, fue li
f4+ 45 <¿’e4 fxg3, debido a 46 Sa8+. justa retribución por lo que había su­
43 Sxa5 4ó5e6 44 h5? cedido en la 22a, donde “había dejado

411
Cary Kasparov - Mis geniales PREDECESORES

escapar una victoria igualmente ele­ deseos de ganar a la 34a partida, pero
mental e igualmente merecida”. Capa, aunque se había convertido en
A continuación, el aspirante sufrió una sombra de sí mismo, se defendió
el momento más difícil del encuen­ heroicamente. La partida resultó muy
tro: tras haberse salvado a duras penas interesante, y, si debemos juzgarla por
en la 28a, se equivocó y perdió la 29a, su enorme importancia competitiva,
en la que casi había conseguido ta­ ¡sencillamente extraordinaria!
blas, gracias a una defensa grandiosa
(num. 106), y volvió a encontrarse al
borde del abismo en la 31a (num.
107), cuando una derrota habría anu­ 130
lado todos sus esfuerzos, puesto que A Alekhine-J.R. Capablanca
el marcador se habría situado en 4-4 Buenos Aires 1927
(y con 5-5, recordemos, Capa reten­ Campeonato Mundial, Match., 34 a partida
dría el título). Pero, afortunadamente Gambito de Dama (D51)
para Alekhine, en un final con peón
de ventaja, su oponente omitió la ju­ I d4 d5 2 c4 e6 3 2>c3 2T6 4 ^.g5 &bd7
gada ganadora. 5 e3 c6 6 a3
Capablanca llegó a la 32a partida
con apenas reservas de energía. Dándo­ Una receta contra la Cambridge
se cuenta de ello, Alekhine actuó con Springs, que Capablanca ya había juga­
determinación. Jugó agresivamente y do antes. La jugada, por supuesto, es
con creatividad la Variante Carlsbad y, pasiva, y Alekhine la eligió “aquí sólo
amenazando un ataque directo al rey, para salir cuanto antes de las variantes
obtuvo un final con peón extra. Enton­ teóricas”. Además de 6 £}£3!, también
ces decidió devolver el peón para acti­ se ensayaron en el encuentro 6 ^.d3, 6
var su torre, dándole a su oponente Wc2 y 6 cxd5.
una excelente oportunidad de hacer 6 ... áLe7 7 £f3 0-0
tablas. Sin embargo, Capa estaba obvia­
mente desalentado, y en la jugada 34 7 ... £e4l?
tomó el peón erróneo. Aun así, para 8 Jtd3 dxc4
ganar, Alekhine tuvo que superar a una
desesperada resistencia, creando un “Una buena alternativa es 8 ... h6 9
ejemplo clásico de la conversión de ^.h4 c5” (Alekhine).
una ventaja en el final de torre y alfil 9 _&xc4 &d5 10 Jtxe7 Wxe7
contra torre y caballo.
Esta partida fue, en esencia, la deci­ “También es posible 10 ... £lxc3 11 ^c2
siva del encuentro. En términos más (o bien 11 Jtxd8 &xdl 12 &e7 Se8)
amplios, en Buenos Aires hubo tres pa­ II ... Wxe7 12 Wxc3 c5 13 0-0 b6, y en
res de partidas decisivas: la 11a y 12a, la ambos casos las negras superan sus difi­
21a y 22a, y la 31a y 32a. El último par cultades de apertura” (Alekhine). Ob­
quebró finalmente al cubano: 3-5, en viamente, eso es lo que deberían haber
lugar de 4-4, y dos finales arruinados, es jugado las negras, a fin de cambiar el
decir, en la fase que se consideraba co­ mayor número posible de piezas, pero
to privado de Capablanca. En la 33a Capa pensaba que en cualquier caso
partida, cedió tablas, con blancas, en podría igualar. La posición es una ver­
sólo 18 jugadas. Alekhine lo cuenta así: sión favorable a las negras de su favori­
“Tras mi victoria en la partida anterior, to sistema simplificador.
la expresión del rostro de mi oponente
Il£e4l?
mostraba que el desenlace del match
estaba decidido”. Esto ofrece a las blancas un juego más
Un par de días después, todo había interesante que 11 Sel &xc3 12 Sxc3
terminado. Alekhine llegó con grandes e5 13 dxe5 4&xe5 14 4Lxe5 Wxeo 15 0-0

412
Alexander IV

(5a partida) 15 ... £Í5! 16 Wb3 ^e7 17 mente, comprendemos que es virtual­
e41? -&g6! = (Alekhine). mente esencial. Las blancas ya estaban
amenazando, en respuesta, por ejem­
11 ... 2>5f6
plo, a 15 ... £.d7, conjugar e3-e4-e5, ga­
No era malo 11 ... £)5b6, y después de nando la casilla d6 para el caballo o, si
que el alfil juegue, 12 ... e5, pero Capa las negras lo impiden con e6-e5, enton­
tenía su propio plan. ces con invadir f5, asegurándose una
12 ^g3 estable ventaja positional” (Alekhine).
16 Bel
Amenazando un posible £}b5.
16 ... £d7 17 We2
17 Bc7 ^d6! 18 Exb7? &c8 sería insí­
pido.
17 ... Eac8 18 e4 e5 19 £f3 <á?g7
“La textual y, sobre todo, la siguiente,
hacen que la posición negra corra peli­
gro. Las negras debían haber cambiado
aquí ambas torres, ya que después de
12 ... c5 19 ... Excl 20 Kxcl Ec8 21 Exc8+
“La maniobra del texto tiene el peque­ £ixc8, la jugada 22 &g5 se habría con­
ño inconveniente de no resolver aún el trarrestado con 22 ... Ae8” (Alekhine).
problema de desarrollo del alfil dama” Pero, en mi opinión, después de 22
(Alekhine). La alternativa era 12 ... Wc4!, su posición empezaría a resque­
b6l? 13 0-0 .&b7 14 e4 c5 15 Sel (15 e5 brajarse.
£je4!) 15 ... cxd4, de forma análoga a la Alekhine consideró también 19 ...
partida Alekhine-Maróczy (San Remo .&g4!? 20 h3 &xf3 21 Wxf3, “aunque es­
1930), donde, en lugar de a2-a3, se rea­ to podría ser más adelante un motivo
lizó la útil jugada Sel. de preocupación, dado que la ausencia
Quizá diese resultado 12 ... e5: 13 £}f5 del alfil podría haber debilitado las ca­
^e8 14 4dd6 Se7 15 &xf7 Sxf7 16 2)g5 sillas blancas en el campo negro”. Des­
&d5 17 SM7 Wxf7! 18 e4 &7b6 19 Aa2 pués de 21 ... Excl 22 Excl Bc8 23
Wg6, etc., pero no hay necesidad de ta­ ^e3, las blancas habrían conservado
les complicaciones. una pequeña ventaja.
13 0-0 £>b6 20 h3 h61?
También aquí lo más simple era 13 ... “Esto debilita innecesariamente la posi­
b61? Según Alekhine, en tal caso sería ción y refuerza la respuesta del opo­
molesto 14 d5, pero después de 14 ... nente” (Alekhine). Pero creo que es
exd5 15 £.xd5 ¿xd5 16 Wxd5 .&a6, las una jugada normal, como la anterior, y
posibilidades están equilibradas. No está que, en realidad, fueron condenadas
claro qué quieren hacer las blancas con sobre la base del resultado de la parti­
su caballo de g3. Sin embargo, ahora sa­ da. Era dudosa 20 ... Excl?! 21 Excl
bemos cómo están las cosas, mientras Bc8 22 Exc8 &xc8, debido a 23 Wb5!
que entonces Capa jugaba, según a él le (23 £jg5 h6 24 £ixf7? £e6 25 ^xe6
parecía, de la forma más segura posible. Üxe6 26 £d8 ^d7 -+) 23 ... &fd7 24
14 .&a2 cxd4 15 £}xd4 g6! Wa5 a6 25 ^c3 ^c5 26 >xc5 &xc5 2?
&xe5, con ventaja blanca.
“Esta jugada no es evidente, pero si
consideramos la situación detenida­ 21 ^d2!

4B
Giry Kasparov - Mis geniales predecesores

Una maniobra muy buena, polivalente. partida y también el encuentro”. Pero,


La principal amenaza es 22 ’fiFaó! en mi opinión, el error decisivo aún es­
tá por llegar:
22 JLxe6 Wxe6 23 «a5
He aquí el momento decisivo de la par­
tida y del match.

388

21 ... Ae6?!
’No tendría sentido tratar de simplifi­
car la posición: 21... Sxcl (21... Sc5 22
Sxc5! 23 Sel: G. X) 22 Sxcl Sc8
23 Sxc8 &xc8 (23 ... £lxc8 24 Wc3) 24 23 ... &c4?
Wa5, ganando un peón en cualquier
caso. 21... Jíc6? (ó 21 ... ±b5?), tampo­ “O bien 23 ... Wb3 24 Wxe5 (24 &xe5
co serviría, a causa de un ataque decisi­ Sxcl 25 Sxcl ^xb2 26 &d3 Wd4 27
vo 22 £>h41! <£xe4 (22... <¿>h7? 23 £hf5; &xa7 Wxd3 28 1^xb6 &xe4 =.- G. K.)
22 ... &d7 23 Wa5 &a4 24 Wxa4! &xa4 24 ... &c4 25 Wd4, y las blancas se afe-
25 £hf5+ gxf5 26 £xf5+ <&h7 27 ®xe7: rran al botín de su peón” (Alekhine).
G. K.) 23 4Shfo+ gxfo 24 &xf5+ &g6 25 Sin embargo, 24 ... Sfe8! es mucho
Wxh6+ <¿>xf5 26 g4++! O bien 22 ... más fuerte. Por ejemplo: 25 £id4! (25
J&xe4 23 We3!, ganando pieza” (Ale­ ^d4 Scd8 26 &d2 Wb5) 25 ... Exe5 26
khine). Lo siento, pero después de £xb3 &xe4 27 Sxc8 £xg3! 28 Sc7
23 ... Scd8! 24 £ixe4 £>xe4 25 Wxe4 £ixfl 29 «£xfl Sb5 30 £>d4 fíxb2 31
Sd4, la pieza se recupera, aunque las Sxb7 a5 32 £>c6 a4 33 £>e5 £}c4 34
blancas conservan la ventaja con 26 Sxb2 &xb2 35 *&e2 f6 36 £id3 £}c4 =.
&xg6! fxg6 27 We3. La variante, por supuesto, es especula­
tiva, pero en otras bifurcaciones tam­
“La única jugada que ofrece algunas poco se ve ninguna victoria para las
posibilidades de una defensa eficaz es blancas, y las cosas están cerca de las
la sugerencia del Dr. Lasker, 21... £}a4! tablas.
(22 Í?a5 4Lxb2 =). Entonces, las blan­
cas podrían haber mantenido una pe­ Por otro lado, también era posible 23...
queña ventaja positional, con 22 Sfdl” &bd7l? 24 Wxa7 Wb3 25 ^e3 (25 Sfdl
(Alekhine). Pero después de 22 ... Sa8 26 We3 Wxb2 27 2>h4 Eh8) 25 ...
Sfd8, no está claro por qué es inferior Wxb2 26 &h4! (26 Sbl Wc3 =) 26 ...
la posición negra. Si 23 Exc8 Sxc8 24 &h7 27 &hfo ^bg8 28 Sbl Wc3 29 &d6
.&d5 b5, el juego está igualado. ^xe3 30 fxe3 Sc3 31 Sxb7 &gf6 =.
Aquí las negras resisten con dificulta­
Pero Capablanca efectuó una jugada des, ¡pero resisten!
simplificadora concreta, muy de su es­
En cualquier caso, ambas jugadas
tilo ya que ¡no le gustaban toda esa in­
(23 ... Wb3 y 23 ... 5_ibd7) mantienen el
certidumbre y esos cálculos! Según
equilibrio material, mientras que ahora
Alekhine, “ahora las negras pierden
las negras pierden un peón.
un peón sin compensación alguna, y
así, al menos en teoría, entregan la 24 Wxa7 £xb2

414
Alexander IV

No es mejor 24 ... bo 25 b3 £id6 26 ón” (Kotov). Era inFerior 30 ... &xe5 31


We3, y si 24 ... 2a8, 25 Wc5! (pero no ^xe4 Wc3 32 fibl.
25 Wxb7? Zfb8 26 Wc7 flc8 =) 25 ... 31 «xc4 Wxe5 32 Sel 2>d6 33 ^cl!
£xb2 26 £>xe5 Sfc8 27 ^d4 +
Juego convincente. Tanto 33 Sxe5?
25 2xc8 Sxc8 26 Wxb7 £c4 27 Wb4 ¿bxc4 =, como 33 1Sfb4? 3xa4 (con pro­
3a8 28 Sal babilidades equivalentes en ambos ca­
28 a4l? sos) eran malas para las blancas.
28 ... ^c6! 33 ... Wf6

‘‘Amenazando bloquear el peón a con Si 33 ... ^d4 ó 33 ... Wa5, 34 Sdl.


29 ... Ea4, y también (al menos, apa­ 34 &e4! £ixe4 35 Sxe4
rentemente) con ganar el peón e4. Pe­
“Divisé esta posición al jugar 29 a4. El
ro las dos siguientes jugadas de las
procedimiento gnnador consiste en
blancas ponen la situación bajo la ver­
combinar la amenaza del peón pasado
dadera luz” (Alekhine).
y un ataque con ira el rey negro, un
29 a4! &xe4 tanto expuesto. Pero sobre todo, las
blancas deben lograr el control de la
Ahora comienzan interesantes duelos importante diagonal al-h8” (Ale­
tácticos.
khine).
35 ... 2b8
Apuntando a Hl>2. Si 35 ... Ea5, las
blancas, tras jugar g2-g3 y h3-h4, “inva­
dirían la última fila con sus piezas”.
36 Se2!
36 a5?! ^Í5!
36 ... Sa8 37 Sa2 Ka5 38 '^c7!
38 Wal!?
38 ... Wa6
30 £xe5! “La única forma de impedir el avance
del peón pasado” (Alekhine). Pero en
“Eludiendo el escollo 30 £>xe4 Wxe4 mi opinión, las blancas podían tener
31 Sel Sc8 32 £xe5? (32 £d2? £xd2) más problemas con la tentativa de
32 ... 4be31! 33 ^xe4 Sxcl+ 34 &h2 crear un bloqueo con 38 ... Hg5’.? 39
£ifl+ 35 é’hl £ig3+ 36 ^h2 £>xe4 - +” Sa3 2f5 40 ^c2 2a5.
(Alekhine). Sin embargo, no estoy se­
guro de que, después de 32 a5!, las 39 Wc3+ <¿?h7 40 Sd2!
negras puedan evitar el veloz avance “Librándose hábilmente del bloqueo
del peón a: 32 ... Wf4 33 3c3 Sc6 34 del peón pasado. No sólo se plantea la
't^a4 2c8 35 a6, etc. Alekhine jugó amenaza 41 Sd8, ganando en el acto,
con mayor solidez, conservando su sino también 41 Sd7, que llevaría a
peón extra, ya que, después de todo, un fundado acoso dei rey negro” (Ale­
lo que estaba enjuego era de vital im­ khine).
portancia...
40 ... Wb6
30... W6! Era desesperado 40 ... Sxa4? 41 Sd8 g5
“Llevando el juego a un final de piezas 42 Wh8+ ‘á’gG 43 We5, etc. Aquí, una
mayores, donde, como es sabido, es muy vez superado e! primer control, se apla­
difícil materializar la ventaja de un pe­ zó la partida.

415
Cary Kasparov - Mis geniales predecesores

48 £g2 Sf6
Después de 48 ... XLa3, las blancas ha­
brían ganado con 49 Sd7 ^g8 (49 ...
<*g7 50 We6, o bien 50 Üb7 Wf6 51
Sxf7+! Wxf7 52 49 ... ^a2 50
^f6) 50 Wd8+ <á?g7 51 We7 ^a2 52
^e5+ *h7 53 W6.
49 ^d4!
“Ahora ha llegado el momento oportu­
no para cambiar, ya que es la torre blan­
41 Ed7 ca la que se situará detrás del peón pa­
La jugada secreta. Al día siguiente, du­ sado” (Alekhine). La conducción de las
rante la reanudación, Capablanca lu­ blancas, en la fase técnica del juego,
chó hasta el último aliento. por mucho que se alabe será poco.
41 ... Wbl+ 42 <á?h2 Wb8+ 43 g3 Ef5 44 49 ... Wxd4 50 Kxd4 «á?g7
Wd4!
Si 50... 2a6, entonces sencillamente 51
Con la amenaza 45 a5 y 45 2d8. «¿43, seguido de <á?e4-d5. La torre de d4
44 ... ^8 45 Sd5! lo mantiene todo bajo control.
Pero no 45 Sd8? Sxf2+ 46 Wxf2 Wxd8 51 a5 Sa6 52 Sd5 Ef6 53 Sd4 Sa6 54
47 Wxf7+ <£h8. Sa4
45 ... Ef3 La torre se sitúa como es “de ley”, lo
Entrar en el final de damas es, por su­ que significa el comienzo del fin.
puesto, desesperado.
54 ... sá?f6 55 *¿>f3 <á?e5 56 <¿>e3 h5 57
46 h4! &d3 &d5 58 &c3 &c5 59 Ba2 £b5 60
“También era jugable 46 a5 We2 47 &b3
«¿?g2 (o bien 46 &g2 3a3 47 Sd7: G. K.)
“Las blancas utilizan cada oportunidad
Sin embargo, antes de emprender na­
que se les presenta para repetir juga­
da decisivo, las blancas desean estabili­
das, a fin de ganar tiempo en el reloj, y
zar su formación de peones en el flan­
poder evitar algún desliz en la conquis­
co de rey" (Alekhine).
ta del título” (Alekhine).
46.. . Wh8!?
60 ... ¿>c5 61 <¿>c3 <¿>b5 62 <á?d4!
46 ... h5 47 a5!
47 «T>6! Se inicia el ataque decisivo a los peones
del flanco de rey.
Era prematuro 47 ^xh8+ ’á’xhS 48
sfeg2, debido a 48 ... fia3, y, tras 49 a5, a 62... Sd6+
las blancas ganar les resultaría mucho
más difícil que en la partida, ¡porque la O bien 62 ... <é>b4 63 Eal! <á?b3 64
<á,c5+ -.
torre enemiga está situada detrás del
peón pasado! 63 <á?e5 2e6+ 64 s£>f4 <¿>a6
47.. . Wal
Si 64 ... f6, entonces 65 a6! Exa6 66
Si 47 ... ^a8, es decisivo 48 Ed8 Sxf2+ Exa6 <£xa6 67 c«’e4 con ventaja decisiva
(48 ... ^xa4 49 ^b2) 49 Wxf2 Wxd8 50 (Tartakower).
Wxf7+ &h8 51 Wxg6 Wd2+ 52 <á?h3
fd7+ 53 ^g4+-. 65 <&g5 Se5+ 66 <á?h6 Ef5

416
Alexander IV

76 ... <¿>a7), las blancas ganan con la bo­


nita línea 77 Se5 2xf4 78 'á’xho Bfl 79
Bc5 f5 (79 ... Sfó 80 <¿?g4) 80 ¿?g5 f4 81
Sf5 f3 82 '¿>g4 + o, con sangre fría: 77
<&g7 <£a6 78 <¿g8 Sf6 79 ¿?f8 ¿?xa5
(79 ... Bf5 80 <á?g7) 80 <á?e7 Bb6 (80 ...
Bf5 81 Be5+) 81 +
77 Be5 Sal 78 <¿>xh5 Sgl 79 Sg5 Bhl
80 Bf5 <á?b6 81 Sxf7 «á?c6 82 Be7
Aquí volvio a aplazarse la partida, y las
tristes palabras de Capablanca pronto se
67 f4 esparcieron por el mundo: “Creo que
“Emocionado, como es lógico, por la Alekhine va a ganar”.
proximidad de la meta, prolongué la lu­ 392
cha con esta precipitada jugada de
peón (hasta aquí, creo haber encontra­
do todas las jugadas correctas en esta
partida decisiva). Lo más sencillo era 67
<á?g7! Sf3 68 <£g8 2f6 69 &f8! Sf3 (69 ...
£Í5 70 f4) 70 <é>g7 Bf5 71 f4, y las negras
tendrían que rendirse” (Alekhine).
67 ... 2c5! 68 Sa3 Sc7
68 ... Sf5 69 <s,g7 y 2e3-e5.
69 <±>g7
Si 69 f5, Tartakower recomendaba 69 ... Al día siguiente, 29 de noviembre,
2c6! 70 <ég7 gxf5 71 <¿>xf7 f4! 72 gxf4 sin reanudar la partida, las negras se
2c4, pero aquí 73 f5 Sxh4 74 f6 líquida rindieron. El cubano envió un mensa­
la cuestión. jero con una carta escrita en francés:
69.. . Ed7 70f5 Estimado Sr. Alekhine,
“Esta ruptura gana, por supuesto, pero Me rindo. Por consiguiente, es usted el
había un método más apremiante: 70 campeón del mundo. Por favor, acepte
<£fl6! 2c7 71 f5 gxf5 (o bien 71 ... Sc6+ mi enhorabuena y mis mejores deseos.
72 <á?xf7 gx£5 73 Sf3) 72 ¿xf5 Sc5+ 73 Atentamente suyo.
<á?f6 Sc7 74 Sf3 <¿?xa5 75 Sf5+, ganan­ J. R. Capablanca
do” (Alekhine). Más tarde, el excampeón acudiría,
70 ... gxf5 71 <¿>h6 f4 72 gxf4 Sd5 73 no obstante, al club de ajedrez para fe­
&g7 Sf5 74 Ba4 ^>b5 75 Se4! licitar personalmente a su rival. Se es­
Es hora de entregar el peón pasado. trecharon la mano y se abrazaron, bajo
una tormenta de aplausos. Pero asistir
75 ... £a6 76 <¿?h6 al banquete de clausura, el 8 de diciem­
Según Tartakower, las blancas también bre, cuando Alekhine fue proclamado
habrían ganado con 76 s£>g8 Sf6 (76 ... oficialmente campeón, fue algo inso­
-á?b7 77 Se7+ sfc>a6 78 Bxf7) 77 <á?f8 portable para Capa.
<á?xa5 (77 ... Ufo 78 <£g7, Zugzwang) 78 En general, al margen de la primera
^e7! y tercera partidas, todas las victorias de
este match fueron logradas con una lu­
76.. . Sxa5
cha dura y feroz: ¡ajedrez a gran escala!
“Aceptando, finalmente, lo inevitable” Dejando a un lado la abundancia de ta­
(Alekhine). Después de 76 ... <¿4)7 (ó blas, pocos comprendieron que habí?

41
Giry Kasparov - Mis geniales predecesores

sido un encuentro inusual y que había enfrentamos a un rival concreto, con


comenzado una nueva era en ajedrez. su voluntad, su sistema nervioso, sus
Esto, sin embargo, no se le escapó al sa­ peculiaridades individuales y, por últi­
bio Lasker, testigo presencial de diver- mo -pero no lo menos importante-, con
sis eras. su vanidad. Este factor juega un papel
Primero felicitó al nuevo campeón. extremadamente importante”.
“Saludo la brillante victoria de Alekhine, Capa admitió que “en este duelo hu­
quien ha consumado el sueño obsesivo bo una lucha feroz y mi oponente jugó
<Le Chigorin, del que es directo descen­ mejor, de ahí que mereciese el éxito”.
diente, pues ambos se caracterizan por Alekhine también achacó su victoria a
el fervor de su genio y por el tempera- un mejor juego, añadiendo que había
nento de su juego”. A continuación de­ jugado “como nunca en su vida”. Sin
claró: “Las conclusiones del match son embargo, años más tarde, después de la
enormes para el mundo entero, porque muerte de Capablanca, escribiría: “¿Por
se ha producido un rejuvenecimiento no qué perdió el match Capablanca? Ten­
sólo de los principios estratégicos o de go que admitir que sigo sin poder dar
variantes teóricas, sino también de la cul­ una respuesta exacta a esa cuestión,
tura del juego en sí, un rejuvenecimien­ puesto que en 1927 no creo que yo fue­
to que era, obviamente necesario, a fin de se superior a mi rival. Posiblemente, la
evitar el estancamiento que amenazaba a causa principal de su derrota fuese la
nuestro arte”. exagerada impresión que él tenía de su
El match demostró que la era post- propia fuerza, agrandada por su con­
Steinitz, del ajedrez puramente clási­ tundente victoria en Nueva York 1927, y
co, había llegado a su fin, y que estaba también porque subestimaba la mía”.
iniciándose un nuevo ajedrez. Mien­ Más precisamente, el papel decisivo
tras que Capablanca consiguió sus vic­ lo jugó el factor de que ya hemos ha­
torias elevándose sobre las banalida­ blado. Todas las victorias de su vida las
des, Alekhine sencillamente jugó otro había conseguido Capa con relativa fa­
tipo de ajedrez. En Buenos Aires su cilidad, y no estaba acostumbrado a te­
credo creativo tomó forma definitiva. ner que esforzarse al máximo, y en este
También es interesante la observa­ encuentro con Alekhine (¡aquí es don­
ción de Réti, quien comentó la habili­ de se hace sentir la subestimación!) se
dad de Alekhine para dirigir el match dio cuenta demasiado tarde de que ten­
dentro de “líneas bosquejadas por Las­ dría realmente que forzarse al límite de
ker, líneas de lucha psicológica” y “de­ sus posibilidades.
mostró (aunque nosotros ya lo sabía­ A comienzos de 1928, Alekhine re­
mos) que es mejor psicólogo que gresó triunfalmente a París, donde apa­
Capablanca”. Desde luego, Capa subes­ reció en el Palais Royal, en La Rotonde,
timó claramente el papel del factor psi­ en el Café de la Régence y, por supues­
cológico, mientras que Alekhine siguió to, en el Club Ruso, centro cultural de
los pasos de Lasker, declarando más los rusos exiliados, donde se organizó
tarde: una espléndida recepción en su honor.
“En cuanto a mi victoria sobre Ca­ A la mañana siguiente, los periódicos
pablanca, se la debo, antes que nada, a rusos de París citaban el brindis pro­
mi superioridad en el terreno psicoló­ nunciado: “¡Porque el mito de la inven­
gico. Capablanca jugaba confiando casi cibilidad de los bolcheviques se extinga,
exclusivamente en su rico talento intui­ lo mismo que se ha extinguido el mito
tivo. Pero actualmente para afrontar la de la invencibilidad de Capablanca!”.
lucha ajedrecística se requiere un sutil Moscú reaccionó al instante, en pa­
conocimiento de la naturaleza huma­ labras del fiscal del estado Krylenko:
na, la comprensión de la psicología del “Tras su discurso en el Club Ruso, hemos
oponente. Antes sólo se jugaba con pie­ terminado con el ciudadano Alekhine
zas, pero lo cierto es que también nos Es nuestro enemigo y desde ahora sólo

418
Alexander IV

lo consideraremos como tal”. Obsérve­ empeño, ¡sabiendo que me niego categó­


se el evidente progreso, en relación ricamente a cambiar las reglas! Sugiere
con 1925, cuando Alekhine sólo era un usted que se limite el número de partidas
“elemento extraño”. a 16, refiriéndose a su “experiencia” de
Buenos Aires. Arinque en nuestro en­
Un rival asequible cuentro yo podía haber sido el vencedor
en tal momento, desde la 12a partida,
Capa, por supuesto, estaba ansioso creo que ni yo, ni todo el mundo del aje­
por recuperar la corona. Las razones drez, quedaríamos satisfechos con una
por las que el match-revancha no llegó a victoria así. ¿Cree usted realmente que
producirse forman, realmente, una his­ en un match-revancha permitiré que se
toria detectivesca, que trataré, aunque introduzcan condiciones que reducirían
sólo sea parcialmente, de narrar, dete­ el ajedrez a una especie de ruleta?”.
niéndome en la secuencia de aconteci­ 4 abril-5 mayo 1928. Bogoljubov le ga­
mientos cronológicos. na un match a Euwe por el título de cam­
12 diciembre 1927. La última reunión peón de la FIDE (5,5-4,5). Rueb anuncia
de Alekhine con Capablanca, en Bue­ que “simpatiza con las opiniones expre­
nos Aires, en la que discutieron las con­ sadas por Alekhine” y sugiere que, de
diciones para un nuevo match, y en la ahora en adelante, tras el match-revan­
que el excampeón sugiere limitar el nú­ cha, se disputen encuentros cada tres
mero de partidas, pero el campeón re­ años, a cuatro victorias y no más de 25
plica que “fundamentalmente se opone partidas. Por otra parte, que la FIDE pro­
a ningún tipo de cambio en las reglas”. ponga anualmente los cuatro mejores
De todos modos, según Alekhine, se grandes maestros, y que el primero de
despiden amigablemente. ellos sea designado aspirante oficial al
1928. Finales de enero. “Estoy seguro campeonato del mundo, que en este mo­
de que Capablanca me desafiará a un mento debería considerarse Bogoljubov.
match-revancha”, declara en París Ale­ Mediados de mayo 1928. La Federa­
khine. “Aceptaré el desafío, en las mis­ ción Británica de Ajedrez somete su pro­
mas condiciones del match anterior, y yecto, restringiendo un match por la co­
trataré de disputar el nuevo match en el rona a 20 partidas. Alekhine, en gira por
plazo de un año, a partir del momento Inglaterra, declara que el objetivo de la
en que reciba oficialmente el desafío. FIDE de “tomar el poder en sus manos”
Capablanca regresa a Nueva York en fe­ es prematuro y que, en principio, está
brero, por lo que deduzco que en marzo dispuesto a jugar contra cualquier maes­
puedo esperar su reto”. tro destacado, pero por el momento le
Febrero de 1928. Un retraso fatal para concede preferencia a los dos excam­
Capablanca. Envía una carta al presi­ peones, Capablanca y Lasker, en vista de
dente de la FIDE, Alexander Rueb (con sus pasados éxitos y de su enorme presti­
copia a Alekhine), con la sugerencia de gio. Además, le ha prometido a Capa-
que se modifiquen las reglas para los fu­ blanca que jugaría un match-revancha,
turos encuentros por el campeonato bajo las condiciones anteriores, de mo­
mundial. En esencia, la idea es que no do que los demás deben esperar.
se disputen más de 16 partidas, decla­ 5 agosto 1928. En el 5o Congreso de la
rándose campeón aquél con mayor nú­ FIDE (La Haya), Bogoljubov es confir
mero de puntos, y en caso de empate, el mado como campeón de la FIDE y aspi
campeón conservaría el título. rante oficial al campeonato del mundo
29 febrero 1928. Alekhine responde a Se decide que las regulaciones para e
Capablanca con una carta abiertamente match deben ser modificadas por una co­
hostil: “Tras haber perdido el título, quie­ misión especial, de la que formará parte
re usted cambiar las condiciones impues­ Alekhine. En el banquete de clausura, d
tas por usted mismo en Londres a todos campeón mundial anuncia que está dis­
sus futuros oponentes. Y persiste en su puesto a jugar un tercer encuentro coi

41)
Gary Kasparov - Mis ceñíales predecesores

Capablanca, en las condiciones que se re­ te la suma de 500 dólares, estipulada en


dacten conjuntamente con la FIDE, pero las reglas de Londres. Si esta suma no es
que el segundo match deberá jugarse só­ depositada, me consideraré obligado a
lo bajo las condiciones anteriores. aceptar el desafío de Capablanca*.
Mediados de agosto de 1928. El repre­ 23 diciembre 1928—6 enero 1929. Bogol­
sentante de Capablanca, Dr. Lederer (or­ jubov le gana a Euwe un segundo match
ganizador de los torneos de Nueva York (de nuevo, 5,54,5). El aspirante encuen­
1924 y 1927) le envía una carta a Alekhi­ tra serias dificultades para reunir no sólo
ne, en la que declara que su cliente está el fondo de premios del match, sino in­
dispuesto a jugar un match-revancha en cluso el depósito de 500 dólares. A prin­
las condiciones anteriores. En respuesta, cipios de enero, Alekhine visita Amster­
Alekhine le pide un desafío oficial, por dam, donde mantiene discusiones con
escrito, del propio Capablanca. Bogoljubov y los organizadores holande­
24 agosto 1928. Bogoljubov gana el ses. A continuación, los holandeses se en­
fuerte torneo de Bad Kissingen, con un trevistan con Alekhine en París.
punto de ventaja sobre Capablanca (a pe­ 10 enero 1929. Los jugadores holan­
sar de que es derrotado en su partida en­ deses reúnen y depositan, en nombre
tre ellos). de Bogoljubov, los 500 dólares, de io
28 de agosto. Bogoljubov lanza a Ale­ que Alekhine es inmediatamente infor­
khine un desafío oficial para disputar el mado.
campeonato del mundo y le pide una 13 enero 1929. Alekhine responde a
respuesta acerca de si el campeón estará los holandeses que ha recibido su notifi­
de acuerdo en “jugar el encuentro du­ cación, y el mismo día le manifiesta a
rante 1929*. Capablanca “que lamenta no poder
11 septiembre 1928. Alekhine respon­ aceptar, en este momento, su desafío
de a la carta de Bogoljubov: “En princi­ del ocho de octubre de 1928*.
pio, acepto su desafío -el primero desde Marzo 1929. “Si la suma que resta se
que gané el título- y no tengo nada que reúne, el match Alekhine—Bogoljubov
objetar a que el duelo se celebre en tendrá lugar en el segundo semestre de
1929. Ño hay que decir que el match de­ 1929*, escribe la revista de ajedrez Shaj-
berá disputarse bajo las condiciones del matny Listok. “Así, Alekhine tendrá lo
acuerdo de Londres (1922) que, por que quería, y el match-revancha con Ca­
cierto, fueron firmadas por ambos". pablanca, que no le seducía demasiado,
Fines de septiembre 1928. Bogoljubov es postergado no sólo durante todo el
viaje a Berna, donde Alekhine se en­ año 1929, sino, por lo que se ve, durante
cuentra de gira, y discute con el cam­ un período bastante indefinido*.
peón la cuestión de las fechas y condi­ Primer semestre de 1929. En diversas
ciones para el proyectado match. entrevistas, Alekhine explica su deci­
8 octubre 1928. Tras su llegada al tor­ sión, en base a que Capablanca es intra­
neo de Berlín, Capablanca le envía a table y, en particular, declara: “Un en­
Alekhine un desafío oficial, para dispu­ cuentro con Bogoljubov me interesa
tar un match “en las condiciones esta­ bastante más que un match con Capa-
blecidas en Londres 1922*. blanca. Bogoljubov juega de forma total­
12 octubre 1928. Alekhine responde mente distinta a Capablanca, y es un
al instante que ya ha aceptado un de­ oponente más peligroso. Se trata de un
safio de Bogoljubov, pero que también maestro sobresaliente en las aperturas y
tomará en consideración el de Capa- su juego es notable por su excepcional
blanca. El mismo día le envía una carta a agudeza*.
Bogoljubov: “Estimado Señor: He reci­ 9 julio 1929. En Wiesbaden se firma
bido un desafío oficial de J. R. Capa- un acuerdo para el match Aiekhine-Bo-
blanca, y en vista de este nuevo hecho, goljubov, con una variación sobre las re­
le ruego que en el plazo de tres meses, a glas de Londres: se jugará un máximo
finalizar el 15 de enero de 1929, deposi­ de 30 partidas, pero el vencedor deberá

490
Alexander rv

sumar al menos seis victorias. Con inde­ maestros de los Sindicatos, 1913/14,
pendencia del resultado del match, Ale­ consiguió el título de maestro, jugó en
khine percibirá 6.000 dólares, y Bogolju- Mannheim y, como ya he dicho, tras el
bov, el resto. Más tarde se dijo que el comienzo de la Primera Guerra Mun­
aspirante no había logrado alcanzar, de dial, fue internado, junto con otros ru­
hecho, los 10.000 dólares, y que jugaría sos, en Triberg, donde se casó y donde
sólo por el título. su esposa le dio dos hijas.
30 julio-27 agosto 1929. En el torneo Después de la guerra, Bogoljubov ex­
más importante del año, en Carlsbad, perimentó rápidos progresos, convir­
Capa comparte el segundo puesto (de­ tiéndose en uno de los cinco mejores
trás de Nimzovich), mientras que Bogol- grandes maestros del mundo, como lo
jubov, que ha decidido entrenarse antes demuestra su mínima derrota en match
del match, finaliza octavo. Alekhine está ante Rubinstein (+4-5 =3), Suecia 1920,
presente en el torneo, en calidad de co­ y también sus victorias en torneo, como
rresponsal del New York Times (antes de Bad Pistyan 1922 (por delante de Alekhi­
jugar en dos pequeños torneos, con el ne), Carlsbad 1923 (junto con Alekhine
resultado global de +15 =2: en Venecia y Maróczy) y, sobre todo, en Moscú 1925
+7 =1, y en Bradley Beach +8 =1). Los or­ (superando a Lasker y Capablanca). Tras
ganizadores le permiten traspasar el regresar en 1924 a la URSS, tuvo tiempo
acordonado que separa a los participan­ de ganar dos campeonatos en su país,
tes del público. Capablanca protesta dos pero cuando las autoridades le prohibie­
veces, pero en vano. El campeón y el ex­ ron jugar en Mera.no 1926 (en Italia esta­
campeón ya no se saludan ni se hablan. ba en el poder Mussolini), renunció a su
Fines de agosto 1929. En una entrevista ciudadanía soviética, convirtiéndose en
para el New York Times, Capablanca de­ súbdito alemán. No hay que decir que
clara: “Espero que el match de Wiesba­ todas las organizaciones rusas de aje­
den no se frustre, como algunos han va­ drez, tras considerar “al ciudadano Bo­
ticinado, y que el vencedor no trate de goljubov un renegado, que ha seguido
rehuir la lucha conmigo. Estoy dispues­ los pasos de Alekhine”, lo excluyeron de
to a jugar en cualquier momento. Ale­ sus filas, privándole del título de cam­
khine, tras haber declarado que sólo ju­ peón de la URSS.
garía un match en las condiciones de Incluiré dos opiniones acerca del es­
Londres (es decir, a seis victorias, sin tilo de Bogoljubov. “El principal rasgo
contar tablas), jugará con Bogoljubov a de su carácter, su alfa y omega, es un in­
un número limitado de partidas. Por veterado optimismo. En este aspecto es
consiguiente, ha dejado atrás su ante­ la imagen de Chigorin, que también es­
rior punto de vista, según el cual un taba siempre convencido de que iba a
match así es una especie de ruleta”. ganar” (Spielmann). “Capablanca pul­
6 septiembre-12 noviembre 1929. Ale­ veriza a sus oponentes, Alekhine lucha,
khine gana su match con Bogoljubov, Lasker piensa, mientras que Bogoljubov
antes de lo programado, por 15,5-9,5 fantasea en ajedrez. Podría escribirse to­
(+11 -5 =9). Por cierto, que hacía 19 do un libro acerca de él, pero dos pala­
años que no se celebraba en Europa un bras bastarán para describirlo: ¡asombro­
match por el campeonato mundial. so jugador! Ante este intenso flujo de
Es el momento, sin embargo, de in­ planes, ideas y combinaciones, hasta los
terrumpir nuestro diario y dedicarle más fuertes oponentes tendrán proble­
una mirada desprejuiciada al peligroso mas para contenerlo, y los más débiles
oponente del campeón, Efim Dmitrie­ caerán casi siempre como moscas” (Tar-
vich Bogoljubov (1889-1952). Nacido y takower).
criado en Ucrania, a los 18 años ingresó “Bogoljubov es agresivo y emprende­
en el Instituto Politécnico de Kiev, pero dor”, escribió Alekhine antes del match.
pronto dejó sus estudios para dedicarse “En nuestra comprensión de la esencia
de lleno al ajedrez. En el torneo de del ajedrez, tenemos una cierta similitud,

421
Giry Kasparov - Mis geniales predecesores

pero muy distintas opiniones en la vida, y 7e5 &d5


acerca de los principios de la lucha. El En tres de las partidas mencionadas se
considera a su oponente como un exce­
jugó 7... £le4 8 ^c2 Wd5 9 ^.e2, tam­
lente campo experimental para aplicar bién con ventaja blanca.
si habilidad y nunca trata de estudiarlo.
Z menudo espera que suceda un mila­ 8 ¿d2 ±xc3
gro, cuando lo que se necesita es conoci- “Si 8 ... b5, entonces 9 &e4 ^.e7 10 b3!,
niento. Piensa que el principal objetivo recuperando el peón con posición su­
de la lucha es su satisfacción personal. Pe­ perior” (Alekhine). Pero, según Kotov,
ro mi fonna de entender la lucha siem­ aquí era posible resistir con 10 ... &d7
pre ha sido justo la contraria. Para tener 11 bxc4 bxc4 12 ^.xc4 &7b6 13 &e2
exito, considero que se necesitan tres fac- (13 £.b3 A.a6) 13 ... a5 14 0-0
ores: primero, la conciencia clara de mis
propios puntos fuertes y débiles; según- 9 bxc3 b5 10 £}g5!
lo, una precisa comprensión de los pun­ Una poderosa maniobra de ataque.
ios fuertes y débiles de mi oponente; ter­ Amenaza &e4-d6+, y es peligroso para
cero, un alto objedvo, más que la las negras enrocar.
satisfacción momentánea. Creo que este
objetivo debe ser un logro de tipo cientí­
fico o artístico, lo que sitúa el juego del
ajedrez a la par con otras artes”.
La primera partida marcó ya el tono
de todo el encuentro. El campeón ga­
nó con un intenso y espectacular ata­
que, pero su oponente jugó de forma
deficiente la fase inicial... ¿un sobresa­
liente maestro de las aperturas?”.

131 10 ... f6
A. Alekhine-E. Bogoljubov Un importante debilitamiento. Si, pese
Alemania/Holanda 1929 a todo, 10 ... 0-0?l (10 ... &xc3? 11
Campeonato Mundial, Match, Ia partida Wf3!), entonces 11 ^7bl! y 12 axbo! No
Defensa Eslava (D16) es mejor 10 ... h6?l 11 &e4 0-0 12 ^h5
(12 &d61?) 12 ... Í5 (12 ... f5 13 £d6)
1 d4d5 2c4c6 3&f3 &f64^c3dxc45 13 Wg6 <¿?h8 14 £d6 Wd7 15 h4!, pero
a4 e6? quizá fuese más tenaz 10 ... ^e7.
“He tenido la suerte de que se me haya 11 exf6! £>xf6?
planteado esta ilógica jugada (en lugar Esto es ya catastrófico. Era imprescindi­
de la natural 5 ... £.f5) no menos de ble 11 ... gxffil (pero no 11 ... '¿xfB?, por
cuatro veces, con efectos desastrosos 12 axb5 cxb5 13 £e4, etc.) 12 ^h5+ <á?d7
(además de la presente partida), por 13 £>e4 We8 14 Wh4 >g6, con una posi­
Bogoljubov de nuevo (Nottingham ción inferior, aunque defendible (Bolbo-
1936), por el Dr. Euwe (1935,19* parti­ chán-Letelier, Mar del Plata 1952).
da del match), y por el maestro alemán
Helling (Dresde 1936)” (Alekhine). 12 &e2 a6
“Hubiera sido desesperado a la larga
6 e4 JLb4 12 ... 0-0 13 axb5 h6 (13 ... cxb5 14
Las negras tampoco logran igualar con &f3 £d5 15 Wbl) 14 b6! ^xb6 (14 ...
6 ... c5 7 e5 &d5 8 £~xc4 £c6 9 0-0 cxd4 hxg5 15 2xa7!) 15 £tf3 -&a6 16 4&e5”
10 &xd4! etc. (Alekhine).

422
Alexander IV

13 Jkf3! Las negras se rindieron: 26 ... &xe5


Con la amenaza 14 axbo. (26 ... <á?c8 27 Sxa8+) 27 Ha7+ <á?c6 28
We4++! Para ser sinceros, Capablanca
13... h6 no habría.sucuinbido de esta forma.
Si 13... &d5, Alekhine indica 14 ^bl g6 Sin embargo, tras dos tenaces y lar­
15 £xh7 Hxh7 16 ^xg6+ 5f7 17 ±h5 y gas tablas, Bogoljubov consiguió nive­
18 Wg8+, y si 13... fla7, entonces 14 Af4 lar el marcador en la cuarta partida. Pe­
Sb7 (14... 15 &d6: G. KJ 15 axbo ro en la quinta volvió a perder, y esta
axbo 16 Sa8 “con ataque decisivo". Por vez en un final clásico, de manual, con
ejemplo: 16 ... £d7 17 ¿d6 Wc8 18 alfiles del mismo color, pero el suyo
Jlh5+ g6 19 W3 £d5 20 Wí7+ <á?d8 21 fuera de juego, como en su partida con
£J3 Ze8 22 W£6+ £xfb 23 &Í7++. Capablanca (núm. 99).
14 Ah5+ £>xh5 Actualmente todo el mundo sabe lo
que significa un alfil encerrado, pero
14 ... «á?e7 15 £f7 We8 16 &xh8 &xh5 entonces los métodos para castigar ese
17^g4 + -. defecto estaban empezando a descu­
15 Wxh5+ «á?d7 16 &F7 ^e8 17 Wg6! brirse: cambios, y la transición a un fi­
Sg8 18 .&f4 nal, donde la pieza “extra” puede ex­
plotarse. Alekhine percibía toda esta
En este momento -¡hecho sin preceden­
concepción de forma muy sutil, aun­
tes!- a Alekhine le picó un avispa, lo que,
que cometió una imprecisión en la
quizá, no benefició a las negras...
conversión de la ventaja.
18 ... &b7
Si 18 ... SfB, entonces 19 ^e5+ <¿>d8 20
^e4. 132
19 á.g3 <á*e7 20 &d6+ A. Alekhine-E. Bogoljubov
Alemania/Holanda 1929
“Jugando un poco al ratón y el gato"
Campeonato Mundial, Match, 5a partida
(Alekhine). ¡Precisamente!
Defensa Eslava (DI7)
20 ... <¿>d7 21 0-0 c5
Desesperación. 1 d4 d5 2 c4 c6 3 &f3 £f6 4 £c3 dxc4 5
a4 £.f5
22 dxc5 ¿d5
En lugar de 5 ... e6? -núm. 131.
22 ... &c6 23 fifdl.
6 4&e5!?
23 axb5 axbó 24 Sxa8 Axa8 25 Sal
£}c6 Un salto agresivo, conocido desde la
partida Nimzovich-Sámisch (Marien-
O bien 25... £b7 26 Sa7 &c8 27 Ag3+ bad 1925). Más tranquilo es 6 e3.
394 6... e6
Ya se conocía entonces el plan con
te

6 ... $bd7 7 £xc4 ^c7 y e7-e5 (Capa-


blanca-Vidmar, Carlsbad 1929), cuyo
interés teórico sigue vigente. Más tar­
de, sería puesto a prueba en los en­
cuentros Alekhine-Euwe. Volveremos
sobre esto en el segundo tomo.
7¿g5
En la tercera partida siguió 7 f3 c5 8
dxc5 (más pronaetedor es 8 e4!?) 8 ...
26 &e5+! ^xdl+ 9 ‘i’xdl &xc5 10 e4 ^.g6

423
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

11 £xc4 &c6! 12 £xc6 bxc6 13 M4, y 17 &a2!


aquí las negras podían haber igualado
“La única forma de conservar la ventaja
con 13... 4^d7!» con idea de e6-e5 y f7-16 posicional. Si 17 b5, se entregaría la im­
(y si 14 e5, entonces 14... &b6 y £d5).
portante casilla c5, y si 17 Ubi, las ne­
Después de 7 Í3, también se juega 7 ... gras tendrían la posibilidad de iniciar
4.bí. Por ejemplo: 8 4lg5 h6! 9 Jlxf6 (9 un contraataque con 17 ... 4^d5!" (Ale­
Ahí c5 10 dxc5 Wxdl+11 <±>xdl $bd7, khine). Ahora se amenaza 18 £>a5 Bb8
etc,) 9 ... gxf6 10 4bxc4 c5 11 dxc5 19 £ixb7. Las blancas üenen, práctica­
Wxdl+ 12 Sxdl M2 13 Bel M3 14 mente, una pieza de ventaja, puesto
&d2 &xc3 15 Exc3 jLxa4 16 e4 <á?e7 = que el alfil de h7 está fuera de juego.
Euve-Alekhine, Holanda 1937 (11*), y Bogoljubov sucumbe de nuevo por cul­
en dempos recientes se ha analizado pa de una apertura deficiente.
exhaustivamente la variante 8 e4 &xe4 17 ... £b8!
9 ixe4 &xe4 10 id2 Wxd4 11 &xe4
Wre4+ 12 ^e2 &xd2+ 13 &xd2 ^d5+. Provocando 18 b5, por la amenaza
7 ... M7?! &c6-d4, pero.

Por supuesto, es más acdvo 7 ... ib4 8 18 M2!


£^xc4 (8 f3 h6!, como en el párrafo an­ El campeón comprende que ni siquie­
terior) 8 ... ^d5 9 &xf6 (9 m>3!? &a6 ra el control de d4 facilitará la tarea de
I) 0-0-0) 9... ^xc4 (9... gxf6!?) 10 S&d2 las negras.
gxf6 11 e4 Wb3 12 exf5 £d7 13 fxe6 18 ... <£c6 19 Shdl £d4
Fxe6 14 M2 0-0-0 = (Alekhine-Euwe,
Holanda 1937, 2a). Según Alekhine, aún era peor 19 ...
Sxdl?! 20 Bxdl Bd8, debido a 21 b5
S f3 h6 9 e4!
Bxdl 22 Medí £)d8 23 &d6!, y estoy de
¡Sorpresa! acuerdo con él: 23 ... &d7 24 &b4 *?hc5
)... Jlh7 25 a5 e5 26 a6 bxa6 27 bxa6 <£f8 28
£ib5 fo 29 exf5 Md5 30 &xa7 á.d7 31
No es jugable 9 ... hxgo?, por 10 exf5 M2 +
exf5 11 J.xc4 0-0 12 h4! (o de inmedia­
to 12 Wb3, y si 12 ... ^xd4, entonces 13 20 Eacl M8
Mf7+ £h7 14 We6 ^e3+ 15 d?fl) 12 ... Con el oscuro proyecto ^e8, f7-f6,
gxh4 13 >b3, etc. e6-e5 y Ag8.
10 M3 £}bd7 11 &xc4 0-0 12 M2 c5 13 21 MI &e8?!
dxc5 Mcc5 14 Mc5 £>xc5 15 b4! £la6
Demasiado estático. Bogoljubov, obvia­
También es favorable a las blancas 15 ... mente, no percibe el peligro y no en­
^xdl+ 16 Bxdl &xa4 17 £xa4 b5 18 tiende del todo lo que está sucediendo
&cb6 axb6 19 Mb5. en el tablero. En mi opinión, la mejor
16 Wxd8 Efxd8 posibilidad era 21 ... 4ftb3! 22 Exd8+
Bxd8 23 Bc3 &d2, tratando de interfe­
rir en los planes enemigos.
22 &c3?!
“Era mejor la inmediata 22 &a5!, libe­
rando la columna c para las torres
blancas: 22 ... b6 23 £b7 Bd7 24 lb5!
Bxb7 25 Bxd4 Bc7 26 Sxc7 &xc7 27
M6 Bc8 28 Bd7, con la amenaza
M7, o bien 22 ... Bab8 23 £c3 b6 24
Bxd4! Bxd4 25 £c6 Bbd8 26 M3
S4d6 27 £xd8 Bxd8 28 &b5! Bd7 29

424
Alexander IV

Sc8 y Ea8 + (Sozin). Aquí queda es­ portante que el doblaje de los propios
pecialmente claro lo que supone para peones blancos" (Kotov).
las negras jugar sin su alfil. 28 ... £d6 29 Sal £c8 30 ±c4 £g8
22 ... Í623 £a5 Hab8? Pero no 30 ... e5 31 Jnle6 + -. El alfil ne­
Una omisión en posición desagradable. gro muestra signos de vida, pero ya es
Era imprescindible 23’... b6!, y según demasiado tarde, las blancas tienen un
Alekhine, después de 24 £lb7 Sd7 25 peón de ventaja, que materializarán
-&b5 fixb7 26 Zxd4 Sc7 27 £e2 Sxcl con eficiencia.
28 £>xcl Sc8 29 4£d3, las negras pue­ 31 f4 £f7 32 e5 fxe5 33 fxe5 Sb6 34
den jugar a tablas. Sozin va más allá: <á?e3 &e8 35 Ea5 &d7 36 <¿>d4 ¿e8 37
“29 ... e5 30 Ed7 2c7 31 2d8 Ag6 (¡el h4 £d7 38 &e2 Sb8 '
alfil se ha liberado!: G. K.) 32 2a8 <á?e7 33
&xe8 ¿xe8 34 b5!, seguido de &b4 y 38 ... £e8 39 £f3!
&d5 (ó &c6), con clara ventaja de las 39 &xd7 <¿>xd7 40 £.f3!
blancas”. Sin embargo, después de 34 Pero no 40 £c5? 1, debido a 40 ... Sb7! y
... .&f7 35 &b4 ^d6, la posición está
2c7+.
igualada.
40 ... Sb6 41 <¿>c5
Pero ahora el juego se decide con una
elegante combinación. Con la amenaza Exa7+.
41 ... Sb8 42 h5 <á?d8 43 &c6 <á?e7 44
396 Ha3 <á?f7
“Las negras están completamente as­
fixiadas. Si 44 ... '¿’dS (44 ... Sb6 45
Sxa7+), las blancas ganan con la ele­
gante maniobra 45 Ed3+ (45 ¿Zg3!: G.
K.) 45 ... <á?e7 46 Sd7+ ¿£8 47 Sd8+
<£e7 48 Sh8 £>f7 49 ±d7 £b6 50
£xb8 £xd7+ 51 <á>d6 &xb8 52 ^c7 +
(Sozin).
45 Ae4 £e7 46 é>c6! «¿>¿8 47 Sd3+ <á>e7
48 <á»c7
24 £b5! £xb5 25 Sxd8 Sxd8 26 Las negras se rindieron. Aparte del des­
£>xb7! liz en la jugada 23, una excelente victo­
Esta jugada intermedia es la clave. ¡Una ria de Alekhine, que ilustra la diferen­
consistente culminación del plan estra­ cia de clase entre los dos jugadores.
tégico de las blancas! Para ser sinceros, hay que decir que
26... Sb8 este encuentro no fue un paseo militar
para el campeón. Bogoljubov volvió a
Era completamente malo 26 ... Xd7 27
£}c5, y también 26 ... 5d2+ 27 <£e3 nivelar el marcador en la sexta partida
£>bd6 (27 ... Hb2 28 &xb5) 28 <á?xd2 (2-2), y llegó a tener ventaja en la sépti­
&xb7 29 Hc8 y Ha8, ganando el peón ma, que su oponente jugó de forma
de a7 y coronando uno de los peones. arriesgada, pero perdió tras cometer
un espantoso error en la jugada 20.
27 £c5! Echemos un vistazo a la batalla entre
Amenazando tanto axb5, como el do­ las dos estrellas rusas, a ojos del maestro
ble 2>d7+. alemán Adolf Kramer: “Alekhine y Bo­
goljubov son buenos amigos y tanto el
27 ...*e7 28 axb5! uno como el otro conocen bien los
“Enfoque concreto de la posición. El puntos fuertes y débiles del rival. Bogol­
debilitamiento del peón a7 es más im­ jubov es optimista y sanguíneo. Como

425
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

un buque varado, se sienta inmóvil an­ Y las blancas se rindieron, pues si 30


te el tablero, mientras que el nervioso <á?g2, 30... Sh2+4-.
Alekhine continuamente tamborilea
en la mesa con sus dedos, o mueve sin Después de ocho partidas, con el
cesar sus piernas*. Alekhine estaba irri­marcador 5-3, favorable al campeón, se
tado por la música que llegaba desde anunció un descanso, previamente
algún lugar, y pidió que se trasladase laacordado, de ¡dos semanas!, y Alekhi­
mesa a otra dependencia. “¡Los deseos ne, en calidad de delegado por Fran­
de Alekhine son ley...! Con amplios y cia, viajó a Venecia para asistir al 6o
apresurados pasos, silenciosamente,
Congreso de la FIDE. Regresó no a
con ojos vivaces, el campeón del mun­ Wiesbaden, sino a Heidelberg, donde
do atraviesa la muchedumbre del pú­ debían disputarse las tres partidas si­
blico. El corpulento Bogoljubov se le­ guientes. Tanto antes como después se
vanta rara vez de su silla. Su buen habían celebrado y se celebrarían en­
natural no le permite ignorar las pre­ cuentros por el campeonato mundial
guntas de los espectadores, y se apresu­en distintas ciudades e incluso en dis­
ra a refugiarse de ellos en la sala de tintos países. Esto era muy agotador pa­
prensa. En su rostro siempre hay una ra los contendientes, pero ¿qué podía
cordial sonrisa”. hacerse, si no había otra forma de ge­
¡Qué distinto de la atmósfera auste­ nerar los fondos necesarios?
ra que se respira en la era del ajedrez Tras un par de tablas, Alekhine ganó
profesional! Aunque también hoy en la décima partida y también la 12a, aho­
día se producen derrotas tan calamito­ ra en Berlín (¡donde, por cierto, el pre­
sas como la que se produjo en la octava sidente del comité organizador era el
partida. mismísimo Lasker!) Así, la puntuación
se situó en 6-2, favorable al campeón.
De ser aplicables las reglas de Londres,
ya no hubiera sido necesario viajar a
133 Holanda. Sin embargo, bajo las nuevas
E. Bogoljubov-A. Alekhine reglas, la puntuación era de 8-4, y se ne­
Alemania/Holanda 1929 cesitaban 7,5 puntos más. ¡Toda una
Campeonato Mundial, Match, 8a partida eternidad! Bogoljubov no tenía la me­
nor intención de rendirse. Ante el
397 aplauso del público, ganó la 13a y la 14a
partidas, mientras que en la 15a logró
ventaja posicional, sumió al campeón
en graves apuros de tiempo y... no obs­
tante, Alekhine se salvó con unas tablas.
He aquí otro interesante esbozo del
encuentro, esta vez del maestro A.
Seitz: “Alekhine está extremadamente
nervioso, aún más de lo habitual. Ya en
la apertura invierte un tiempo conside­
rable y luego mira constantemente al
reloj, fijando sus brillantes ojos en la
26 ... £g3+! 27 hxg3 esfera. Cuando su oponente está pen­
sando, a menudo se levanta y camina
27 <á?gl &g4! por la sala a largos pasos, parándose a
27 ... hxg3+ 28 2úi3 veces ante el tablero mural y mira
atentamente la posición, como si espe­
O bien 28 ■áygl gxf2+ 29 Sxf2 &g4 30 rase captar algo nuevo. Alekhine dejó
^g3 ±e2, etc. de fumar hace mucho tiempo (y, por
28 ... Jlxh3 29 gxb3 Hxh3+ tanto, se siente mucho mejor), pero

426
Alexander IV

Bogoljubov fuma constantemente, Señor: Le confirmo mi anterior desafio


sean gruesos habanos o baratos ci a un match para el campeonato del
rros suizos”. mundo. De acuerdo con las reglas de
En el momento crucial, el campeón Londres 1922, he transferido un depó­
pudo controlar el match y avanzar, con sito de 500 dólares al Dr. Lederer”.
firmeza, hacia la victoria, ganando cin­ 28 noviembre 1929. Alekhine respon­
co partidas más: dos en Berlín y tres en de a Capablanca desde París, acusando
Holanda. Al final se cerró el círculo. recibo del desafío... El 14 de noviem­
Las dos últimas partidas (la 24a y la 25a) bre, en Wiesbaden (es decir, inmediata­
fueron tablas y se disputaron, de nue­ mente después del match con Bogolju­
vo, en Wiesbaden. bov, obviamente, antes del final, el
En este duelo entre dos sorpren­ campeón no tenía derecho a conside­
dentes, pero desiguales adversarios, hu­ rar ningún desafío): “Acepto su desafío
bo, por supuesto, muchos más errores y fijo el comienzo del match entre el 15
que en Buenos Aires. Sin embargo, Ni­ de octubre y el 15 de diciembre de
kolai Grigoriev tenía razón al decir: “El 1930”.
match demostró a las claras cuán gran­ 3 diciembre 1929. Capablanca res­
de puede ser la inventiva de una perso­ ponde al instante a Alekhine: “Estoy
na en ajedrez, y cuántas inagotables po­ enviando una copia de su carta al Dr.
sibilidades combinativas contiene, de Lederer, para que me informe si todo
modo que deberíamos de poner ya podrá estar dispuesto en las fechas que
punto final a esas dañinas historias usted indica. Espero que, tras recibir
acerca de la muerte del ajedrez por la una respuesta del Dr. Lederer, podré
amenaza de las tablas”. darle una respuesta exacta a la cuestión
En una entrevista después del de la sede del match”.
match, Bogoljubov declaró: “Nadie tie­ Diciembre 1929. Aparecen en la pren­
ne posibilidades de derrotar a Alekhi­ sa noticias acerca de que el match-re­
ne en un match. Nimzovich no tiene vancha se proyecta que se celebre en el
ninguna. Y yo le recomendaría a Capa- pequeño centro turístico de Bradley
blanca que no jugase un match-revan­ Beach, o en algún lugar de México.
cha, ya que tras ese nuevo encuentro Alekhine anuncia que hasta finales de
todo su halo desaparecería. De todos 1930 se considera moralmente obliga­
modos, creo que Capablanca es más do a jugar con Capablanca, pero que si
fuerte que muchos otros”. A la pregun­ éste no reúne los fondos necesarios,
ta de si Alekhine podría dormirse tran­ entonces él, Alekhine, podrá aceptar
quilamente en los laureles, Bogoljubov otros desafíos.
respondió: “Capablanca trató de dor­ Enero 1930. Capablanca gana el tor­
mirse en los laureles. Pero Alekhine de­ neo de Hastings, pero la prensa infor­
rrotará a cualquiera que se le enfrente. ma que su match con Alekhine está
Durante los cuatro o cinco años próxi­ siendo postergado, debido a problemas
mos seguiré de cerca sus victorias, y en­ financieros. Ciertamente, el hundi­
tonces volveremos a jugar. No estoy miento de la Bolsa de Nueva York, la
conforme con darme del todo por ven­ crisis económica, mundial. Todo esto
cido por esta primera derrota”. significa que la suerte le era adversa.
¿Qué hacía, entretanto, Capablan­ 1 junio 1930. Alekhine recibe una
ca, durante el match? Jugó con éxito en carta de Capablanca, pidiéndole diferir
dos torneos poco importantes, en Bu­ el match al invierno (1930/31), y acce­
dapest, y luego Barcelona. Volvamos a de a postergarlo hasta el 14 de febrero
nuestro diario. de 1931.
2 octubre 1929. En la víspera de la Junio-julio 1930. Capablanca declara
novena partida, llega a Heidelberg la si­ que había cometido un desliz al escribir
guiente carta, fechada en Barcelona: y que lo que pedía era postergar el en­
“De Capablanca a Alekhine. Estimado cuentro hasta el invierno de 1931/32.

427
Gaiy Kasparov - Mis geniales predecesores

Al mismo tiempo, acusa a Alekhine de del desafiante, el nuevo encuentro se


querer sacar la cuestión del match-re* llamaría “match-revancha”, algo que no
vaicha. Después de esto, sigue un inter- se le había ocurrido a Chigorin en 1892,
canbio de ataques y reproches. ni a Spassky en 1969.
13-27 julio 1930. Alekhine juega con Durante los cuatro años transcurri­
el equipo francés en la Olimpiada de dos, Alekhine había logrado toda una
Himburgo, sumando 9 de 9 (por cierto, serie de brillantes triunfos en torneos
que ganó Polonia, con Rubinstein en el (que se describirán más tarde) y bajo
pámer tablero, con ¡15 de 171, el canto su influencia, su estilo se había vuelto
dtl cisne de Akiba). Capablanca presen­ aún más arriesgado y audaz. Había ad­
ce la Olimpiada como espectador. Si­ quirido el peligroso sentimiento de
gne atentamente el juego, pero hace to- que cualquier cosa le era permitida. Se
cb lo posible por evitar a Alekhine. decía que era un temerario, que podía
“Los dos grandes jugadores se vol­ confundir a quien quisiera y ¡que po­
vieron enemigos, y nunca más se habla­ día ganar cualquier posición! Su segun­
ran el uno al otro”, así es como resume do match con Bogoljubov, aparente­
li situación el gran maestro Yuri Aver- mente más exitoso que el primero
laj, quien describe la historia en un ar­ (pues el aspirante ya no era el mismo
tículo de Shajmaty v SSSR (1989, núm. jugador), es notable en este sentido.
i 1), y en su libro Vpoiskaj istiny (En frus­ Las condiciones eran las mismas
ta de la verdad), de 1992. que en el anterior. Se jugaría al mejor
Veamos cuál sería el ranking del cir­ de 30 partidas, y el vencedor debía ga­
cuito ajedrecístico, a comienzos de nar, al menos, seis. Alekhine volvió a
1930. En ausencia de sistema Elo, un imponerse, mucho antes de lo progra­
:uadro más o menos fiable nos lo apor­ mado: 15,5-10,5 (+8 -3 =15). Avanzaba
ta el resultado de una encuesta organi­ hacia su objetivo como Arnold Schwar­
zada por la revista deportiva francesa zenegger en Terminator, arrollándolo
Loto, entre periodistas europeos y ame­ todo a su paso, pero de vez en cuando
ricanos (¡algo así como el Oscar de Aje- su “ordenador personal” mostraba dis­
drezl): 1. Alekhine 870 puntos; 2. Capa- funciones y las cosas se torcían. Sólo
blanca 809; 3. Lasker 729; 4. Nimzovich daré un par de ejemplos.
686,5; 5. Bogoljubov 651,6; 6. Spiel- Tras haber comenzado muy bien el
mann 424,7; 7. Rubinstein 385,8; 8. match (tablas, victoria, tablas), el cam­
Vidmar 378,9; 9. Euwe 370,1; 10. Tarta- peón, de repente, tuvo un lapsus psico­
kower 297. lógico en la apertura de la cuarta parti­
Lo más sorprendente es el amplio da. Quería evitar la Variante Merano,
hueco entre los cinco primeros y los cin­ que por entonces era un sistema nue­
co siguientes. En vista de que ni Capa ni vo, poco estudiado, concebido por Ru­
Nimzovich podían reunir los fondos pa­ binstein en la década de los veinte.
ra un encuentro por la corona, de que
Lasker apenas jugaba ya, Rubinstein ha­
bía finalizado su carrera, y Euwe aún no
se había desarrollado del todo, el único 134
aspirante “real” seguía siendo el siem­ A. Alekhine-E. Bogoljubov
pre animoso Bogoljubov. Aun a pesar de Alemania 1934
un declive en sus resultados y de haber Campeonato Mundial, Match, 4a partida
perdido un match contra Spielmann Defensa Eslava (D31)
(4,5-5,5-Semmering 1932). En la prima­
vera de 1934, Bogoljubov reunió el fon­ 1 d4 d5 2 c4 c6 3 £c3
do mínimo del premio en Alemania, y
su predicción de un segundo match con En ambos encuentros, Alekhine ensayó
Alekhine se vio realizada. Mencionemos también 3 £)f3 4 e3 e6 5 Ad3 £>bd7
un curioso detalle. Ante la insistencia 6 &bd2, pero sin particular éxito.

428
ALEXANDER IV

3 ... <Sf6 4 e3 e6 5 £d3 ^bd7 6 f4?I 398

Una jugada artificial con esperanza


de plantear un esquema restrictivo.
Con la normal, 6 ^f3, se habría repe­
tido la segunda partida, que siguió
así: 6 ... dxc4 7 ^.xc4 b5 8 ^.d3 a6 9 0-
0 (9 e4) 9 ... c5 10 a4l? b4 11 £ie4 ^_b7
12 £ed2 £e7 13 a5 0-0 14 <£c4 ^c7
15 We2 £ig4 (15 ... cxd4! Lasker) 16
e4! cxd4 17 h3 £)ge5?! (17 ... £igf6) 18
<Lfxe5 ¿Lxe5 19 Af4! &d6 20 Axe5!
Ixe5 21 2>b6’ Sa7?l 22 Sacl ^d6 23 17 ... <£jc6
2c4 f5? 24 exfo exf5 25 Sel!, y las
blancas ganaron. Las negras podían haber considerado
la valiente 17 ... Wxd4+!? 18 3ld3 Wd8
6 ... dxc4! (18 ... ^d6 19 &c4!?) 19 Sfdl £d5,
con esperanzas de poder convertir la
No, por supuesto, 6 ... Ad6? 7 c5 £.c7 ventaja material.
8b4.
18 £ixc6 ukxc6 19 jLc4?
7 ^xc4 b5 8 £d3 £b7 9 £f3 Era imprescindible 19 ^.xaó £}g4!
Se ha alcanzado una Merano, con la in­ (19 ... Sxa6 20 Wxa6 Wxd4+ 21 ^hl
necesaria jugada debilitadora f2-f4. 9 ^d5 22 ee2 ^.b5 23 W Axfl 24
'£?xd5 £lxd5 25 ¿Lxfl áLc5 =) 20 Wxg4
e4? b4 10 £}ce2 c5! hubiera sido te­
diosa. (20 Sdl &f6!, con la iniciativa) 20 ...
^xd4+ (20 ... Kxa6 21 fo! Alekhine) 21
9 ... a6 10 a4 <¿>hl Sxa6 22 ^e2 Í?a7 23 &e3 Wb7 24
.&b6 ^.d8, y la ventaja negra es relativa-
Era más lógica la inmediata 10 0-0 c5 mentepequeña.
11 f5.
19 ... _&b7
10 ... b4 11 &e2 Ahora las blancas tienen una difícil po­
sición, estratégicamente casi perdida.
O bien 11 £ie4 c5! Otra cosa es que Alekhine comience a
11 ... c5! 12 0-0 Jte7 defenderse y patalear, que Bogoljubov
no sea capaz de encontrar una victoria
12 ... g6!? y ^.g7. forzada, y que los apuros de tiempo in­
terfieran en el desarrollo del juego.
13 a5?I
20 £e3 ^d6
De nuevo, una jugada dudosa. 13 €5 20 ... ^d5l?
exfa 14 &xf5 0-0 15 4Lg3 habría condu­
cido a un juego complicado. 21 Sadl 2fe8 22 b3 ^.f8
22 ... &d8l?
13 ... 0-0 14 £g3 g6 15 We2 cxd4 16
exd4 23 Sd3 Wc7!? 24 ^a2 ^d6 25 &d2
Tampoco es atractivo 16 £ixd4 ^c5 17 Si 25 f5, una buena respuesta es 25 ...
^.c4 £ife4. ^.xg3! (pero no 25 ... exfa 26 £>xf5!)
26 fxe6 Axh2+ 27 é>hl fxe6 28 Sxf6
16 ... £b8! 17 £}e5I? &d5, etc.

Desesperación: si 17 f5, 17 ... ±xf3! 18 25 ... ^c6! 26 Jtel Sad8 27 Kd2 £e7
Wx£3 Wxd4+ 19 <á?hl &bd7 y 2>e5. 27 ... ^.b8I? y ±a7.

429
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

28Wb2 Sd7 29 3c2? 41 ... Wxd2 42 Sxd2 Sc8 43 úZc4 <¿g7


Ua error, en posición difícil y apuros 44 g3 Zcd8 45 Sel h6
d< tiempo. Era bueno 45 ... ¿£c3 ó 45 ... £}f6, con
idea de &g4 &xf2.
3991—fia—8au -^ «a¿a” jan
46 £d3 f5
De nuevo, era fuerte 46 ... £tf6l? 47
Sddl £>g4 48 Jlel 2>e3 49 Sd2 £f5!,
con clara ventaja.
47 2dc2 g51?
Mucho más tranquilo era 47 ... <fcf7. Pe­
ro las negras comienzan a jugar “a ga­
nar” en el momento más inoportuno.
Con todo, la textual, condenada por to­
dos, no es tan mala a mi juicio.
29 ... Wd6? 48 g4!!
devolviendo el cumplido. Después de Un recurso espléndido e inesperado:
’9 ... &g4! (pero no 29 ... 3xd4 30 ¡al más puro estilo Alekhine!
&xa6l), las negras hubieran ganado en
iodos los casos: 30 Se 2 Af6; 30 Wcl 400
Sxd4; 30 d5 &c5+ 31 <á?hl exd5; 30
&d3 ^d6 31 Sc4 &e3 32 ^.xb4 &xc4;
30 Sf3 &f6 31 Sd2 (31 Sd3, o bien 31
&d3, 31 ... Wd6) 31 ... ^c7; 30 f5 £e3
31 fxe6 fxe6 32 2e2 &x.c4 - +.
30 &e2 £d5
Más fuerte es 30 ... WcG! 31 5dg3 4¿}g4.
31 ^cl &d8 32 £g3 W>7
¡Ah, los apuros de tiempo! Mejor era
32 ... f5, y también 32 ... ^c6! (pero no
32 ... Jlxa5, por 33 £5! 48 ... £xf4?
33 fia2 Wf6 34 Wd2 Wf5 De inmediato, un ridículo error. “El
cambio de su mejor pieza por su colega
Después de 34 ... £)c3 35 £}xc3 Kxd4,
tullido de e2 estropea definidvamente
podía haber seguido 36 £te4 (36 ^cl?!
la posición de las negras” (Alekhine).
bxc3 37 ^xc3) 36 ... -£ixe4 37 Wxb4.
Había tres réplicas aceptables:
35 Jtd3 W6 36 £.c4 J&e7 37 Wd3 Eed8
38 £el Wf5 39 ^d2 We4?l 1) 48 ... fxg4, que parece ser peligroso,
en vista de 49 f5! ‘á’fb! (49 ... exf5? 50
Después de 39 ... Wf6, las cosas habrían ±xf5 Sd6 51 &g3 &e3 52 Sc7 + 49 ...
sido difíciles para las blancas. &f4? 50 &xf4 gxf4 51 fxe6 + •; 49 ... e5?
40 £d3 We3+ 50 dxe5 + -) 50 fxe6 <&xe6 (50 ... Sd6?!
51 &g3 fixe6 52 £h5+ «é-f7 53 &Í5
Con la última jugada para el control de Sed6 54 ¿g3 +-) 51 &g3 Sf8?! 52
tiempo, Bogoljubov fuerza el cambio Sel+ <á?f7 53 -&Í5, con ataque, aunque
de damas, facilitando así la ingrata de- . es más fuerte 51 ... ^f7! 52 ¿f5 4&c3,
fensa de su rival. con juego agudo.
4l£f2 2) 48 ... gxf4 49 gxf5 &f7 (no está claro
Aquí se aplazó la partida. 49 ... exf5 50 &xf5 2d6 51 Sc7 <á?f6 52

430
Alexander IV

Jtg4) 50 fxe6+ ^xeG 51 Sel <&C7, con ^.xd4+?l 3xd4 53 2xe7+ <$48 54 Sxb7
alguna ventaja de las negras. 2xd3 55 2cc7 era. incorrecto, en vista
3) 48 ... 5f8! Esta jugada, descubierta de 55 ... 2e3!, igualando.
por mí, no la menciona ninguno de 52 ... 2xe7 53 £h4! £>f7
los comentaristas, aunque aquí las 53 ... Sed7 54 ¿.xd8 Sxd8 55 Sc7+;
blancas siguen teniendo una posición 53 ... Be3 54 Zc7^.
difícil. Por ejemplo: 49 gxf5 exf5 50
£ig3 ‘«’gó 51 fxg5 hxg5, seguido de 54 Axe7 <±>xe7 55 Ec7+ Sd7 56 f6+
.&d6, £}f4, etc. <&e8
49 2>xf4 gxf4 50 gxf5 e5 56 ... á>d6 57 Í7; 56 ... «á?e6 57 &Í5+.
También es deprimente 50 ... ex£5 51 57 Ag6+!
.&xf5 2d5 52 2c7 sÍpfB (aún es peor Era impreciso 57 f7+ Hxf7 58 &g6 &d5.
52 ... Sxf5 53 Sxe7+ Sf7 54 2xf7+ £>xf7
55 2c7+, y también 52 ... 53 2xb7 57 ... &d8 58 f7 &xc7 59 f8W f3 60
Sxf5 54 &h4+, e incluso 52 ... Jta8 53 ^xb4 Sd6 61 £¿3
2xe7+ ■¿’fó 54 Se6+ <&xf5 55 2xa6) 53 Las negras se rindieron.
2xb7 Sxf5 54 2cc7 2e8 (54 ... £d6 55 ¿En qué aspecto es significativa esta
2h7!) 55 Sc6 Sxa5 56 Sxh6. lucha? Alekhine jugó la apertura de
re

51 exd4? forma chapucera, quedó en una mala


Bogoljubov se desvía’, omitiendo la posición, se defendió gracias a grandes
excelente réplica de su rival. También esfuerzos y recursos, y apenas tuvo un
son malas 51 ... 2c8? 52 2xc8 ^.xc8 53 contacto directo con el ejército enemi­
£.c4! exd4? 54 Exe7+! Exe7 55 f6+ y go, lanzó un par de golpes tácticos ¡y la
51 ... 2d5? 52 £e4 S5d7 53 Jlxb7 Sxb7 posición contraria inmediatamente su­
54 dxe5 + -. frió un colapso! ¿Significa esto que ga­
naba como le parecía?
Sin embargo, con 51 ... Af6!, las negras Bogoljubov ya no era capaz de casti­
podrían seguir en pie. Tras la “ganado­ gar a su oponente por un juego tan au­
ra” 52 2c4, en mi opinión 52 ... Sg8! y daz, sobre todo porque Alekhine tam­
nada está claro, mientras que en caso bién consiguió victorias impecables.
de 52 dxe5, se salvan con un sacrificio Después de la 17a partida, el encuentro
de calidad, 52 ... 2xd3! (pero no 52 ... alcanzó el “modelo de Londres”: 6-1
&xe5? 53 Sxe5 Sxd3 54 Se7+) 53 (con 10 tablas), a favor del campeón,
exf6+ ‘¿’xfó 54 .&h4+ 'á’xfó 55 ¿xd8 pero según las reglas vigentes éste aún
Sxd8, con probables tablas. necesitaba 4,5 puntos más, que ganó
en las nueve partidas siguientes, ¡y de
401
qué modo!

135
E. Bogoljubov—A. Alekhine
Alemania 1934
Campeonato Mundial, Match, 21a partida
Gambito de Dama (D30)

1 d4 d5 2 2tf3 e6 3 c4 a6?!
La Defensa que lleva el nombre de Ja­
52 2xe7+I! nowski, quien la había jugado ya en
¡Espectacular! “Alekhine no deja esca­ Londres 1899, contra Steinitz, Lasker y
par tales oportunidades” (Lasker). 52 Pillsbury. El plan de las negras es, en

431
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

caso de 4 e3, evitar variantes “super- ¿xc5 11 -&c7 (11 Áe5 2tf6 12 &xd4
fltas" y trasponer al Gambito de Dama Jtxd4 13 £>xd4 0-0 14 e3 £d7 =) 11 ...
Aceptado: 4 ... dxc4 5 J¿xc4 b5 6 ^.d3 ^e7 12 Wa4+ 4?f8 13 a3 &Í6 14 ^a5
-£b7, seguido de c7-c5. fic8, etc.
4c5
8 £d2 £d6
Nás frecuente es 4 cxd5 exd5 5 &c3,
pero esta posición había sido defendi- Si 8 ... &gf6, entonces 9 ¿La5 y 10 e3.
ca con éxito por Rubinstein contra Bo-
goljubov (Suecia 1920, Ia partida), Joh- 9 b3 ¿.b7
aer (Teplitz-Schónau 1922), Alekhine 9 ... £}xb6 no daría resultado, debido a
jBaden-Baden 1925) y Grunfeld (Ma- 10 £>xb6 (10 ^La5 Ac7!, pero no 10 ...
rienbad 1925). £xa4? 11 Ji.xd8 &b4+ 12 2>d2 c3 13
1... b6! Jlg5 +-) 10 ... Wxb6 11 bxc4 dxc4 12
Recomendación de Tarrasch. La cono­ e3 + -.
cida partida Alekhine—Rubinstein (La 10 e3 cxb3
Haya 1921) siguió 4 ... &c6?! 5 ¿f4
&ge7 6 &c3 £}g6 7 Ae3! b6 8 cxb6 Tampoco habría resuelto los proble­
cxb6 9 h4! £d6 10 h5 £ge7 11 h6! g6 mas 10 ... Ec8 11 Sel £.a3 12 Sc3 Ab4
12 &g5 0-0 13 ±f6!, y las blancas logra­ 13 Sc2.
ron una memorable victoria.
5 cxb6 c5I? 11 ^xb3

Prosiguiendo con el experimento. La En sólo 11 jugadas, las negras se en­


modesta 5 ... cxb6 conduce a una posi­ cuentran en una terrible posición yu-
ción un tanto inferior. no querría rendirse en su nombre.
¡Las blancas tienen un peón de ventaja
6 £c3 £d7 7 £}a4
pasado en b6!
Tratando de conservar el peón, pero
también es lógico buscar un rápido 11 ... £e7 12 &d3 0-0 13 0-0 £c6 14
desarrollo con 7 e41? Sfcl e5 15 Af5

402 También es posible 15 dxe5 £klxe5


16 .&e2, pero no 15-Sxd5? ,4bf6 16
Bb3 e4.
15 ... e4 16 £el £>f6 17 £c5 We7 18 g3
Sfb8 19 a4 a5 20 Wb5 £>d8 21 £>xb7

21 Axa5? es un error, debido a 21 ...


&c6 22 ^b4 $b7.

21... 2>xb7 22 Sabl h5


Alekhine juega como si no pasara na­
7 ... c4? da, ¡y encuentra sus oportunidades! Sin
embargo, por el momento la posición
¡De nuevo un lapso en la apertura! 7 ...
negra no mejora.
cxd4! habría reportado un buen juego.
Por ejemplo: 8 Wxd4 4be7! (8 ... ^.b7 9 23 £g2
£f4!) 9 e4 &c6 10 We3 £b4! 11 ±d3
2>c5!, o bien 8 Wb3 £.b7 9 ¿f4 (9 23 h4l?
£xd4 £c5 10 Wdl Wd7! 11 2>c3 ^d6)
9... &c5! 10 £xc5 (10 Wdl Bd7I) 10 ... 23 ... g6 24 &h3

432
Alexander IV

403 bueno 36 Sd6!? ^c8 37 Axa5, o bien


36 ... Wa8 37 Wf4 2>g4 38 £d6 + - -á?h7
39 Jtxd8 Wf3+ 40 «¿?gl Wdl+ 41 <¿>h2
A We2 42 WfB! Wxf2+ 43 ^h3, o incluso
38 £sh4!? £g4 39 Ab4! £h7 (39 ...
£>xe3+ 40 fxe3 We2+ 41 &gl! ^xe3+
32 <á>h2 ±xh4 43 W£8+) 40 Wxd5
O0! £xe3+ 41 fxe3 We2+ 42 <á?h3 ^g4+ 43
<É,h2 (Bogoljubov).

34 ... 2xb5 35 ^.xa6 Sxc5 36 dxc5


£>d7
24 ... g5! Como consecuencia del error de las
Comenzando, inesperadamente, la per­ blancas, las negras se encuentran sen­
secución del alfil. cillamente con calidad de ventaja. Pe­
ro el juego que sigue, en apuros de
25 Af5 W8! 26 2c6 £e7 tiempo, es emocionante. Ahora es Ale­
Amenazando £}d6. khine quien echa por tierra la victoria.
27 h4! 37 c6 £e5
¡Bogoljubov también tiene recursos! Amenazando £>£3+ y £>xc6.
27 ... gxh4 38 ¿Ld4 Eb2
Si 27 ... 4hd6, entonces 28 Exd6! '^xd6
Peor es 38 ... £}£3+? 39 <£x£3 exf3 40
29 hxg5, y si 27 ... g4, es decisivo 28
.lb5 £c7 41 &c3.
Exf6! (más enérgico que 28 &f4 £}d6
29 2xd6 ^xd6 30 £xa5 £d8 31 Sel 39 Jlc3 Ebl+ 40 <á?g2 &b6?
i?a3 32 Sc6 Wal+ 33 <á?g2) 28 ... £xf6
29 £>f4, cazando virtualmente todos En la últimajugada para el control, las
los peones. negras pierden casi toda su enorme
ventaja: 40 ... £>£3! 41 £b5 Sel 42 &b7
28 £xh4 £d6 29 Sxd6 é>h7! 43 c7 Axc7 44 Axd5 £5 - +.
Bogoljubov le concede un signo de ex­ 41 .&b7 6M3! 42 £ixf3
clamación a esta jugada, aunque tam­
bién podía haber ganado con 29 We2 Las complicadas variantes que se deri­
£c4 (29 ... ^e8! 30 Sbcl Wd8) 30 b7 van de 42 £>£51? probablemente ha­
(30 Sb51?) 30 ... 2>d6 (30 ... Sa7? 31 brían desembocado en tablas: 42 ...
2c8) 31 ,&c8 2a7 32 &£8 43 &g7+ &e8 44 £>d6+ (44 &f6!?
Lasker) 44 ... <£d8 (44 ... <&e7 45 4hc8+
29 ... ^xd6 30 b7
<á?d8 46 £xb6 Sxb6 47 Jí.c3! Sb4 48
30 Axa5 j£,d8! &xb4 axb4 49 c7+- (¿,xc7 50 ^.xd5 =) 45
30 ... Sa7 31 &c8 £.d8 32 £f5 Wa6 33 &f6+ &c7 46 ^b5+ <á?b8 47 ¿e7 &c7
>c5 48 &c5 Sgl+ 49 <É?h3 Shl+ 50 á>g2 =.

Más sencillo era 33 -&cl Wxb5 34 42 ... exf3+ 43 ^xf3 £c7 44 £a6?
2xb5 Sa6 35 £a3 Sc6 36 Ae7! + -. ¿Por qué entregar, el peón? Después
33 ... Saxb7 de 44 $á?e2! (con idea de &a6-b5)
44 ... Eb3 45 ¿d4 Sa3, hay contrajue­
34 Sb5??
go con 46 £4! Sxa4 47 &a6! Sa2+
Realmente, no sé en qué estaban pen­ (47 ... Hb4 48 leo) 48 <á?dl! a4 (48 ...
sando las blancas. Podían haber gana­ if8 49 JLe5 ^.b6 50 c7 ^.xc7 51
do con 34 Exb7 (34 <á?g2I?) 34 ... Sxb7 áxc7) 49 jLe5 _&b6 50 £d4 &d8 51
35 ^.xb7 Wxb7 36 ^.xa5 (también es ^.f6! - (Bogoljubov).

433
Cary Kasparov - Mis geniales predecesores

44 ... Sel 45 £d4 Sxc6 45 Ab7 Sc4 47 to sena debidamente recompensado


Áxd5 Sxa4 en el tablero.
Ahora las negras tienen una posición Es una pena que el mundo no pu­
técnicamente ganada. diese ver el match-revancha Alekhi-
ne~Capablanca. Bogoljubov era, sin
48 <á?e2 -&d6 49 f4 £f8 50 f5 Sb4 51 duda, un oponente mucho más ase­
&c3 quible para el campeón. Como tam­
bién lo habían sido Marshall y Janows­
404
ki para Lasker o, digamos, lo sería
luego Larsen para Spassky o Fischer.
Como también lo hubiera sido Korch­
noi para Karpov, si la conspiración pa­
ra descalificarme, en el verano de
1983, hubiese tenido éxito. También
lo hubiera sido, en el otoño de 1998 o
en 2000, Shirov para mí, y a quien
Kramnik le habría gustado suceder en
el torneo clasificatorio de Dortmund
2002.
51 ... Sg4?
La época dorada del campeón
Hasta el final de la partida, Alekhine
exhibe falta de precisión y comete un Hay que decir que, al margen de
grave error, permitiendo el cambio todo lo demás, Alekhine era el autor y
del peón pasado alejado por el débil analista de ajedrez más sobresaliente
peón de g3. Después de 51 ... Sb5!, el de su tiempo. Sus libros de torneo so­
peón a avanzaría rápidamente. bre Nueva York (1924 y 1927) y Not­
tingham (1936), los de sus mejores
52 &e5? partidas y En la ruta hacia el Campeona­
Mucho mejores posibilidades de ta­ to del Mundo son ya clásicos del arte de
blas ofrecía y 52 ^.xa5! Exg3 53 Ac7 comentar. Pero, en mi opinión, resul­
Eg5 54 e4 55 <¿>£3, y de algún modo es tan de especial interés sus artículos
posible luchar contra el peón h. polémicos acerca del desarrollo del
pensamiento ajedrecístico.
52 ... a4
En sus crónicas, por ejemplo, de
Ahora el soldado de infantería es in­ Carlsbad 1929 para el New York Times,
contenible. ei campeón mundial dividía a los par­
53 e4 h4 54 <¿>f3 h3! 55 £f4 Eg7 56 g4 ticipantes en dos grupos principales,
los “neorománticos” (léase hipermo-
O bien 56 e5 Eh7 57 e6 Jlc5! 58 exf7+ dernos) y ios “reformistas”, vaticinan­
<á?f8 - +. do que en el torneo “...se augura una
56 ... Sh7 57 .&h2 £d6! 58 ±xd6 h2 59 batalla definida entre los adeptos a
±xh2 Kxh2 60 e5 a3 61 e6 fxe6 62 ambas escuelas, opuestas en su inter­
Jlxe6+ £f8 63 &f4 sa2 pretación fundamental de la esencia
del ajedrez. Un grupo está representa­
Las blancas se rindieron. do por el excampeón mundial, José
Alekhine ganó el encuentro con Capablanca, de Cuba, quien además
relativa facilidad, pero victorias como de ser un devoto de las sesenta y cua­
las de la 4a y la 21a partidas le hicieron tro casillas, también es un amante del
un flaco favor, ¡poique se convenció tenis y otros deportes físicos. Con él
de su propia superioridad y de que están dos ingenieros, Geza Maróczy,
disfrutaba de una Impunidad absolu­ de Hungría, y el Dr. Milan Vidmar, de
ta! En el match de 3935, con Euwe, es- Yugoslavia, el matemático Dr. Max

434
Alexander IV

Euwe, de Holanda, y el bien conocido temperamento y de la fuerza de volun­


explorador de variantes teóricas, Ernst tad. A sus éxitos desde la guerra, le de­
Grünfeld, de Viena. be el juego del ajedrez su inesperado
"Para ellos, el ^¿édel ajedrez es más avance.
importante que el cómo. Ganar es el "Podríamos calificar a los integran­
único objetivo del juego. Sólo en raros tes de este grupo como neorománti-
casos, cuando su instinto creativo do­ cos, y ellos se han referido a sí mismos
mina a su voluntad deportiva, se intere­ como tales, pero también podrían lla­
san por la ‘calidad*, que entonces se marse los trágicos del ajedrez, porque
manifiesta en la aplicación práctica de mientras que el reformista recibirá al­
la experiencia científica ajedrecística. borozado los errores de su oponente
"La consecuencia de ignorar los as­ en un sentido utilitario, el neoromán-
pectos creativos del ajedrez es fácil­ tico desea ejecutar a la perfección el
mente previsible. Su traducción en la gran esquema que ha concebido.
práctica es el surgimiento de la escue­ "Aquí llega el momento en que el
la de reformistas, encabezados por ajedrez ha de calificarse como el más
Capablanca, quien temía que la teo­ trágico de todos los artes, porque el
ría, altamente desarrollada, llevase a artista del ajedrez, en cierta medida,
la parálisis del ajedrez y, por consi­ depende de un elemento que está fue­
guiente, pretenden hacerlo renacer ra de su capacidad; tal elemento es el
divulgando una revisión de las reglas colaborador hostil que, con negligen­
del juego. Ahora bien, ¿qué significa cia, amenaza con destruir un edificio
esa postulación? mental sin fisuras. El jugador de aje­
"En primer lugar, una sobreestima­ drez que aspire a demostrar el cómo
ción de la fuerza de la teoría en el sen­ del juego considerará el punto como
tido utilitario del término. una pobre compensación a la hora de
"En segundo lugar, un menospre­ gratificar sus logros artísticos.
cio de la intuición -la imaginación- y ”Su inclinación a crear a menudo
de otros elementos que elevan el aje­ se traduce en contrariedades, pero en
drez a la categoría de arte. última instancia la pasión sale victorio­
”En tercer lugar, en una general sa, y eso se debe sólo a la capacidad de
‘superficialidad* de la actuación crea­ sacrificio de muchos iluminados talen­
tiva. tos ajedrecísticos, porque sus aspira­
”A tal nivel aislante de la escuela ciones creativas han determinado sus
reformista, estos seudocientíficos re­ carreras profesionales, a fin de que el
ducirían el noble juego del ajedrez, mundo del ajedrez se libere de la su­
pero afortunadamente prevalece una perstición de los reformistas. El aje­
más fuerte escuela de oposición, en­ drez no es el fútbol.
carnada en el juego de Breyer y Réti, "Entre los dos grupos de aspirantes
cuyas muertes prematuras fueron una a los premios del torneo de Carlsbad,
terrible pérdida para el ajedrez. Co­ mencionaremos también a los llama­
mo representantes de esa tendencia, dos clásicos, sobre todo Akiba Rubins­
en el presente torneo de Carlsbad te­ tein, de Polonia, y luego al apóstol del
nemos a E. D. Bogoljubov, de Rusia, peón de rey, Rudolph Spielmann, de
A. Nimzovich, de Dinamarca, Dr. S. Austria, y por último, pero no el me­
Tartakower, de Francia, E. Canal, de nos importante, al dotado pero un
Perú, F. Sámisch, de Alemania, y E. tanto errático campeón norteamerica­
Colle, de Bélgica. no, Frank Marshall”.
"Estos maestros han conseguido A pesar de su emigración, Alekhi­
demostrar que incluso a pesar de la ne también publicó artículos en la re­
marea de los recientes logros teóricos, vista soviética Shapnaty, dirigida por Ni­
sigue habiendo campo suficiente para kolai Grekov. Pero a fines de 1929, la
el desarrollo de la imaginación, del revista cerró. Como explicó Krylenko,

435
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

no tomamos medidas para mantener 6 ... &xd2+7 Wxd2 0-0 8 c3


a flote Shajmaty, por la simple razón
Si 8 &f3, entonces 8 ... cxd4. Más in­
de que es una revista apolítica, que no
tenso es 8 dxc5!? &bc6 (8 ... &d7!) 9
ha incluido artículos politizados, y
£f3 b6!? 10 cxb6 '^xb6 11 0-0-0! Sb8
también por el hecho de que uno de
12 b3 Wc5 13 £>bd4 a5 14 <±>bl a4 15
sus colaboradores regulares ha sido
úld3 h6, con juego agudo
Alekhine”.
(Spassky-Bronstein, Moscú 1957, 24°
Tras ganar sus encuentros contra Campeonato URSS).
Capablanca y Bogoljubov, el campeón
se lanzó al ruedo de los torneos. A co­ 8 ... b6?I
mienzos de 1930 participó en un fuer­ “Una tentativa sin fundamento: las
te torneo en la ciudad italiana de San negras no logran cambiar su alfil de
Remo, previa concertación de un fijo c8. Buena y natural era 8 ... 4£f5! (im­
de 20.000 liras (o, si participaba Capa- pidiendo ¿d6), como jugó con éxito
blanca, de 40.000 liras; el cubano, por el propio Nimzovich, contra Lasker,
supuesto, no fue invitado). El resulta­ en Zurich 1934” (Alekhine). La parti­
do superó todas las expectativas y los da siguió: 9 g4?! £ih4!, etc. O bien 9
registros anteriores de Lasker, en .&d3 £d7 10 £if3 ^.xb5 11 &xb5 Wb6
Londres 1899 y París 1900. 1. Alekhi­ 12 .&d3 £>c6 = (Stoltz—Nimzovich, Es-
ne 14 (de 15 ¡sólo dos tablas!); 2. tocolmo 1934, match). También es
Nimzovich 10,5; 3. Rubinstein 10; 4. apropiado 8 ... f6I?
Bogoljubov 9,5; 5. Yates 9; 6. Ahues
8,5; 7-8. Vidmar y Spielmann 8; 9-10. 9 f4 Aa6 10 2T3 Wd7 11 a4! 2>bc6
Maróczy y Tartakower 7,5 etc. En caso de 11 ... c4?! 12 <Jd6 £}c8 (o
De sus partidas de San Remo, me bien 12 ... f6 13 £.e2) 13 £xc8 Sxc8
quedo con la que le ganó a Vidmar, li­ 14 .&e2, las negras tienen una mala
teralmente hecho pedazos por la ca­ Francesa.
ballería de Alekhine, y rematado lue­
go en un final clásico de caballo y tres 405
peones contra torre y dos (yo he juga­
do un final similar, con Kramnik, en
la segunda partida del Memorial Bot­
vinnik, Moscú 2001), y también con
su impresionante y demoledor triun­
fo ante el segundo clasificado, Nim­
zovich.

136
A. Alekhine-A. Nimzovich 12 b4!
San Remo 1930
Defensa Francesa (C17) “Es curioso que esta jugada, más o
menos convencional (con la que las
blancas impiden ^a5 y, al mismo
1 e4 e6 2 d4 d5 3 £ac3 ^.b4 4 e5 c5 5
tiempo, clarificar la situación en el
ád2 centro) causase una especie de pe­
Jugada de Bogoljubov; sin duda es queña sensación en su momento. El
más activa 5 a3! Dr. Tarrasch, por ejemplo, la calificó
en sus comentarios de ‘muy original’.
5 ... £e7 6 £b5 Para mí, más sorprendente que la ju­
O bien 6 a3 ^.xc3 7 ^.xc3 &bc6 (7 ... gada es el hecho de que un jugador
b6) 8 £}f3 cxd4 9 ^xd4 ¿Lf5 =. de la clase de Nimzovich, al adoptar el

436
Alexander IV

plan 8 ... b6, no considerase seriamen­ 22 Sa3! Sc7 23 3ac3 3ac8 24 ^cl ga­
te esta posibilidad” (Alekhine). Hoy naba más rápidamente.
en día, procedimientos como 12 b4
son mera rutina. 22 ... Bab8 23 ^e3 Bc7 24 Sc3! ^d7
25 Slc2 *f8
12 ... cxb4
“¡Una idea desesperada en una deses­
Después de 12 ... c4, son posibles tan­ perada posición!” (Alekhine).
to 13 4&d6 como 13 &a3. Aquí, como
dijo Alekhine, “las blancas ya no de­ 26 Wcl
ben tener grandes dificultades técni­
cas para explotar, de manera decisiva, Una vez triplicadas las piezas pesadas,
su ventaja de espacio en el flanco de la presión blanca se hace insoportable.
rey”. 26 ... Sbc8
13 cxb4 Jlb7 14 £d6 f5?
406
“El error estratégico decisivo. La úni­
ca posibilidad de obtener algo más de
espacio era 14 ... a5 15 ^.bo (15 b5
&b4) 15 ... axb4 16 0-0, después de lo
cual la iniciativa de las blancas -que
tendrían que perder algún tiempo en
recuperar el peón b - no se desarrolla­
ría tan rápidamente” (Alekhine).
Este comentario es un tanto superfi­
cial (por entonces era preceptivo
“contar una buena historia”). Des­
pués de 16 ... £>c8!, no está claro en 27 £.a4!
absoluto quién tiene la iniciativa: 17
£xb7 (17 £xc8 Bfxc8) 17 ... Wxb7 18 “El último eslabón del ataque posicio-
£.xc6 ^xc6 19 Bfcl ’Bb7 20 Wxb4 nal iniciado con 15 a5l A fin de salvar
£e7 (21 a5 Sa6 =). la pieza (amenazada por el avance b4-
15 a5! £c8 b5), las negras deben sacrificar el peón
b. Después de esto, consiguen prote­
Si 15 ... bxa5, entonces 16 b5! £ld8 17 ger las casillas importantes con su rey,
Sxa5, etc. pero deben rendirse, en virtud de un
16 £xb7 Wxb7 17 a6! ^f7 completo Zugzwang” (Alekhine).
No 17... We7 18 &b5! £xb4? 19 Sbl + -. 27 ... b5 28 Jtxb5 <4?e8 29 £a4 <á?d8 30
h4!
18 £.b5!
Ahora la partida está finalizada: las Las negras se rindieron: 30 ... h5 31
negras no pueden defender debida­ <á?h2 g6 32 g3 We8 33 b5 + -.
mente sus casillas c6 y c7. Después de sendas actuaciones es­
18 ... &8e7 19 0-0 h6 pléndidas con el equipo de Francia,
en las Olimpiadas de Hamburgo 1930
O bien 19 ... Sfc8 20 Bfcl. y Praga 1931, el campeón prosiguió su
20 Sfcl Sfc8 21 Sc2 ^fe8 marcha triunfal en el supertorneo a
doble vuelta de Bled 1931: 1. Alekhi­
Si 21 ... &d8, el campeón pensaba ju­ ne 20,5 (de 26; ¡de nuevo invicto!) 2.
gar 22 Zacl Bxc2 23 Sxc2 Bc8 24 Bogoljubov 15; 3. Nimzovich 14; 4-7.
Bxc8 (24 ^.d7l? Sxc2 25 ^xc2) 24 ... Vidmar, Kashdan, Flohr y Stoltz 13,5;
&xc8 25 ^c3 £e7 26 ^c7 + -. 8. Tartakower 13; 9-10. Kostic y Spiel-
22 Sacl mann 12,5; 11. Níaróczy 12, etc.

437
Clary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

Alekhine había alcanzado la cum­


bre de su carrera. La forma en que lo­
graba sus victorias producía una enor­
me impresión. ¿Qué otro jugador, en
la historia del ajedrez, ha ganado tan­
tas partidas importantes con ayuda de
brillantes golpes tácticos?

137
A. Alekhine-S. Flohr
Bled 1931 29 Sc8ü
Flohr, naturalmente, se rindió, porque
407 pierde la torre. El mismo tema de la
partida con Grúnfeld (núm. 120).
Como en el caso anterior, sus oponen­
tes eran incapaces de resistir el feroz
asalto de Alekhine y se venían abajo, a
menudo en posiciones no sólo discuti­
bles o del todo confusas, sino incluso
favorables. En la siguiente partida, el
“viejo lobo” Maróczy yerra de mala
manera.

Las blancas tienen una clara ventaja po-


sicional, pero deben apresurarse pues 138
si las negras logran evitar las amenazas A. Alekhine-G. Maróczy
directas pueden salvar la partida. Hay Bled 1931
ciertos motivos de combinación en el
aire: las defensas del rey negro están
debilitadas y, además, como expresó 409
Alekhine, las blancas pueden “especu­
lar con la indefensa posición de la da­
ma negra”.
27 Hxd8 Exd8
Si 27 ... ^xd8, entonces 28 e5! f5 29
Sc6 &c8 30 Wc5 4- -.
28 e5!
Una jugada útil que expone al rey ene­
migo. Pero lo principal es su contenido
táctico; la inmediata 28 Ec8? (28 ... 25 b4l?
Wxe3? 29 Exd8+) no resulta, debido a
28 ... Wd6. Ahora, sin embargo, la casi­ ¡Otro brote de fantasía! Alekhine esta­
lla d6 está bajo control. ba muy orgulloso de esta jugada y le
concedió dos signos de admiración, pe­
28 ... f5? ro la computadora no la evalúa del mis­
Un grave error pero después de 28 ... mo modo. Si de inmediato 25 Wh5, en­
fxe5 29 ^xe5, o bien 29 h51?, ganar es tonces 25 ... Wd2l, sin embargo, eran
mera cuestión de tiempo. de considerar 25 fxe61? y 25 Wf3.

438
Alexander IV

25 ... Wxb4 Pero en realidad, la mejor respuesta


de las negras era 27 ... Sc6! 28 Sxc6
“Un interesante remate se habría pro­ bxc6 29 fxe6 fxe6 30 £}f6 £lxf6 31
ducido en caso de 25 ... Sxb4, con 26 ^xfb+ á?d7 32 Wxh6 2d5, donde to­
Wh5! e5 27 <á>d8 28 ^xh6 3xd3 29 do está por decidir.
BÍ8 Sd7 30 Sc5 Wxa4 31 Sxe5, y las
blancas ganan” (Alekhine). Sin embar­ 28 Í6+!
go, tras 31 ... <á?c7I no hay rastro de vic­ Las negras se rindieron. 28 ... &xí6 29
toria: 32 Wc5+ <á>b8 33 fixe8+ £a7 34 Wxf6+ <á>d7 30 Stf8++, o bien 28 ... <á?d8
^e5 ao, o bien 32 Wxe8 ^c2 33 £>£8 29 ^xe8+! <¿>xe8 30 Sc8++. Una de esas
Sb2 34 2g5 Zdl 35 We5+ <¿>c6 =. Pare­ partidas que llevaron a Alekhine a
ce un poco más pro metedor 26 fxe6!?, creerse el tópico “¡Puedo jugar con
pero en tal caso no está claro para qué ellos como quiera!” Más tarde, en sus
se entregó el peón b. encuentros con Bogoljubov y Euwe en­
26 >e5! tregaría material tanto cuando era ne­
cesario como cuando no lo era...
Con la amenaza 27 Wf6+ <&d7 28 £>f8++.
En Bled, Alekhine sentó un prece­
26 ... £¡d7 dente legendario, al finalizar con 5,5
“Protegiendo ambas casillas críticas y, puntos por delante del segundo clasifi­
aparentemente, ganando, por fin, el al­ cado, Bogoljubov, y con 6,5 por delante
fil” (Alekhine). En mi opinión, tam­ de Nimzovich, a quien aplastó en am­
bién es confuso 26 ... £kl51? 27 Hbl bas partidas.
'^c5 28 Sxb7+ <á?d8 29 <¿?hl 2xd3 30
Sb8+ <&c7 31 Sxe8 ^c3 32 fic8+ <á?xc8
33 Wxd6 2>e3 34 Wxa6+ «£d8 35 Wa8+ 139
&c7. A. Alekhine-A. Nimzovich
27 ^h8! Bled 1931
Defensa Francesa (C15)
La culminación de esta intensa esca­
ramuza.
1 e4 e6 2 d4 d5 3 &c3 ^.b4 4 ¿£e2
410 “Una jugada perfectamente inocua (lo
correcto es 4 e5!). La elegí, sin embar­
go, porque sabía que ya en una ocasión
(contra Sir George Thomas, en Ma-
rienbad 1925), Nimzovich había mos­
trado una exagerada voracidad (6 ...
f5), sin haber sido debidamente casti­
gado por ello” (Alekhine).
4 ... dxe4 5 a3 Jkxc3+
También es bueno 5 ... &e7 6 £ixe4
£c6! -num. 142.
27... Sxd3?? 6 £xc3 f5?!
Una alucinación. “La mejor respuesta, Actualmente, nada juega así. La teoría
27 ... Wb6, habría obligado a las blan­ recomienda 6 ... £>c6! 7 Ab5 £le7, etc.
cas a mostrar la última clave de la com­
binación iniciada en la jugada 25 con 7f31?
28 a5! (¡el triunfo del peón desprecia­ Una sorpresa ¡el sacrificio de otro
do!), con dos líneas: 28 ... Wxa5 29 peón! La partida antes mencionada
Sc8, ó 28 ... Wa7 29 f6+, etc., como en con Thomas, siguió 7 -&f4 £T6 8 f3, y
la partida” (Alekhine). después de 8 — 0-0 (8 ... exf3 9 Wxf3!

430
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

'eZxd4? 10 &b5) 9 fxe4 £ixe4 10 £)xe4 Por alguna razón, Alekhine considera
fxe4 11 ^d2 £ld7 12 &e2 c5 13 0-0 mala esta jugada, recomendando 10 ...
cxd4 14 ^xd4 ^b6, las negras consi­ Zg8 11 Wxc7 ¿dc6, y “las blancas no
guieron una posición normal. pueden ganar con 12 £}b5, debido a 12
... ^h4+ 13 g3 ^e4+ 14 <á?f2 ^xc2+, se­
7 ... exf3 8 ^xf3 guido de &e4”. Por otra parte, después
de 12 -&f4!, la posición negra es clara­
mente inferior, mientras que con la ju­
gada de la partida las cosas no están tan
claras.
11 Ae2 Sg8
Si 11 ... &g4?l, Kmoch indica 12 'c?g5
£}c6 13 Af4, aunque también es posi­
ble 12 ^xe5 £>xe5 13 J&f4.
12 Wh6
Gracias a sus dos alfiles, a la debilidad
de las casillas negras contrarias y la in­
8 ... Wxd4 estabilidad del rey enemigo, las blancas
“Esta jugada es tan buena (o tan ma­ tienen una prometedora compensa­
la) como 8 ... Wh4+ 9 g3 Wxd4 10 ción por el peón entregado.
&b5 (el propio Alekhine jugaría más tar­
de 10 JLJ4W: G. K.)t y las negras no ten­ 412
drían, como en la partida actual, la
defensa 10 ... Wh44- 11 g3 We7, etc”
(Alekhine). 8 ... 9 jkf4 (9 -ágó)
9 ... 0-0 10 0-0-0 c6 11 h3 es favorable a
las blancas.
9 ^g3!
Con la amenaza 10 4¿}b5 (10... ^e4+ 11
&e2) y 10 ^.f4(e3). También se ha en­
sayado 9 .&e3!? Wg4 10 W2 11 h3
^g6 12 0-0-0 0-0 13 Jx4 £c6 14 g4, y 9
£b51? ah4+ 10 g3 ^fe7 11 Wc3! £a6 12... Sg6
12 &f4. Un momento importante. La captura
9 ... ¿Lf6I? 12 ... Sxg2 no se refuta con 13 &f4?!
Wd4 14 £e3 We5 15 0-0-0 (Kmoch),
“La mejor opción de las negras. Sería en vista de la línea 15 ... Sg6 16 Wh3
insuficiente 9 ... £ie7 10 ^.e3! Wf6 11 £}c6 17 Hhel &d7, sino con una conti­
0-0-0, etc” (Alekhine). En mi opinión, nuación que nadie ha sugerido: 13
aquí el juego es confuso: 11 ... c6 (pero -&g5! 2>bd7 (13 ... £e4?l 14 £h5+ <á>d7
no 11 ... e5?! 12 _lg5 Wg6 13 &xe7 15 0-0-0+ <¿>c6 16 ¿.f3 Sf2 17 M6 +-)
Wxg3 14 hxg3 <£xe7 15 £id5+) 12 Jtg5 14 0-0-0, etc.
Wg6 13 h4 0-0 14 h.5 Wf7, etc.
13 Wh4 £d7
Son inferiores 9 ... £}c6?l 10 £}b5!
We4+ 11 ±e3!, y 9 ... Wd7?l 10 M4 £f6 Ahora 13 ... Sxg2? es malo por 14 &f4,
11 Sdl W 12 &t>5! Qa6 13 áxc7 0-0 y sí 14 ... Sxe2+ (14 ... ^d4 15 Sdl) 15
14 &e5, con una fuerte iniciativa por el £xe2 ^xb2 16 Sdl £bd7 17 Sgl + -.
peón. Pero 13 ... Sg4l? habría asegurado con­
10 ^xg7 ^e5+ trajuego a las negras con 14 W2 (14

440
Alexander IV

Wh3 £c6 15 OX) Sg7; 14 Wh6 2g6) Las negras se rindieron. 19 ... *á?g7 20
14 ... £}e4!? (mejor que 14 ... £ic6 15 0- 2>xe4 fxe4 21 ¿h6+- y ^xe5. “Creo que
0 3g7 16 £.f4 Wd4 17 &e3 We5 18 ésta es la derrota más corta de Nimzo-
Sadi 4ftg4 19 ^xg4 Sxg4 20 Sfel, con vich en toda su carrera” (Alekhine).
iniciativa de las blancas) 15 £>xe4 Sxe4
16 TO 2>c6 17 ^h5+ <á?d7 18 c3 f4 19 No sería sorprendente que así fue­
Wxh7+ ^e7 20 <£dl ^d5+ 21 ±d2 se. En esta partida, el gran Aaron se vio
Sxe2 22 <¿?xe2 Wxg2+ 23 £d3 e5 24 obligado a tratar de resolver problemas
Shgl Wd5+ 25 <&c2 <á?d6. La variante que le resultaban completamente abo­
es, por supuesto, hipotética, pero es rrecibles. Estaba habituado a pensar en
más o menos representativa. términos de casillas y otras categorías
posicionales, maniobras, esgrima de
14 ±g5! -ác6? mosquetero, y aquí, violando todos los
El error decisivo. Tras la respuesta que “principios”, ¡había sido sencillamente
sigue, el rey negro quedará atascado en apaleado! Se dice que, al levantarse de
el centro y no hay mucho más que co­ la partida, el pobre Nimzovich excla­
mentar. mó, no sin razón: “Juega con nosotros
como si fuésemos unos novatos!”.
Era esencial 14 ... &c6 (pero no 14 ... Tras volver a perder ante el cam­
h6? 15 &f4! Wc5 16 £h5) 15 0-0-0 0-0-0 peón en la segunda vuelta del torneo,
16 .&h5 (o bien 16 Shell? h6! 17 ^.xh6 el autor de Mi sistema encontró por fin
£ig4! 18 ¿.xg4 Sxg4 19 Wxg4 fxg4 20 una explicación para los fantásticos
Sxe5 &xe5, con aproximada igualdad) éxitos de su oponente: “¡Alekhine nos
16 ... &xh5l? (la idea de Kmoch, 16 ... hipnotiza!” Se trata de una historia fa­
Sxg5 17 ^xg5 Sg8, se refuta con 18 miliar. Veinte años antes se había di­
^d2!) 17 &xd8 f4 18 &e7 Wf5 19 Bd2 cho lo mismo de Lasker en San Peters­
Sg4 20 TO £>xe7 21 TO7 &c6 22 burg©, y treinta años después volvería
'^a8+ &b8 23 Kxd7 «¡f?xd7 24 Wxb8 a decirse -¡también tras su triunfo en
Sxg2 25 Sdl+ &c6 26 We8+ ^b6 27 Bled!- de Tal.
^a4 28 Bb4+ «á?c6 29 Wc4+ <é>b6 =. En realidad, Alekhine tenía éxito
15 0-0-0! áxg2 por otra razón. Era el primero que po­
día jugar con material de menos duran­
Con un rey así, las negras están obliga­ te mucho tiempo, como si nada suce­
das a correr riesgos. Si 15 ... &bd7, en­ diese. También Chigorin jugaba un
tonces 16 Shel .&e4 (16 ... 0-0-0 17 poco así, pero lo hacía de forma más es­
Ah5 Sxg5 18 Sxe5 Sxh5 19 Wd4 + -) pontánea, intuitiva, ¡mientras que Ale­
17 Jkh5 &xh5 18 Bxh5 £f6 (18 ... ®>f8 khine lo hacía deliberadamente! Podía
19 g4) 19 áxf6 Wxf6 20 £xe4 fxe4 21 sacrificar material por alguna compen­
Wb5+! sación, a veces poco clara, y gracias a la
16 Shel ^Le4 17 &h5 £>xh5 18 Sd8+ falta de familiaridad de sus rivales con
&f7 19 ^xh5 las posiciones resultantes, de su incapa­
cidad para comprender la situación, és­
413 tos empezaban a “patinar”.
No es extraño que la forma de ju­
gar de Alekhine no le resultase atrac­
tiva a Fischer, un jugador de estilo
clásico, a quien no le gustaba des­
prenderse de material, “así por las
buenas”. La forzosa disrupción del
equilibrio le irritaba a Fischer. Pero
para Alekhine era la norma. Entregar
un par de peones (como en la partida
con Nimzovich) o incluso una pieza,

441
Gary Kasparov - Mis geniales PREDECESORES

a fin de lograr una fuerte iniciativa. A A comienzos de 1934 (con +4 =5)


diferencia de sus colegas, sabía con quedó a medio punto del gran maestro
absoluta precisión en qué posiciones checo de 25 años, Salo Flohr, quien un
eso daría resultado, y en cuáles no. mes antes había empatado un match (6-
“En el juego de Alekhine”, escribió 6) con otra estrella en ascenso, el cam­
Tartakower, “a uno le sorprende no peón de la URSS, Mijail Botvinnik, de 22
tanto el genio ni tampoco la naturaleza años. Estos eran los primeros signos,
bien fundada del juego, sino más bien la aunque todavía imperceptibles, de los
combinación ideal de estos dos ele­ inminentes cambios que iban a produ­
mentos, aparentemente incompatibles: cirse en las cumbres del ajedrez.
¡un genio bien fundado! En cuanto a la El campeón compensó de inmediato
universalidad de su estilo, Alekhine no su relativo fracaso, primero casándose
tiene rival, ya que mientras Philidor con la respetable norteamericana de 58
construía cadenas de peones, Morphy años, Grace Wishaar (en París se bro­
atacaba al rey, Steinitz buscaba el méto­ meaba, acerca de que Alekhine se había
do, Lasker la flexibilidad, y Capablanca casado con la viuda de Philidor), luego
la lógica, Alekhine, a diferencia de to­ con su victoria en el “match-revancha”
dos estos campeones, buscaba y afron­ con Bogoljubov y, por último, con su
taba la lucha como tal”. triunfo en el supertomeo de Zurich
En 1932, el campeón del mundo ga­ 1934: 1. Alekhine 13 (de 15); 2-3. Flohr y
nó otros dos torneos muy fuertes, en Euwe 12; 4. Bogoljubov 11,5; 5. Lasker
Londres y Berna. Londres: 1. Alekhine 10; 6-7. Bernstein y Nimzovich 9, etc.
9 (de 11); 2. Flohr 8. Berna: 1. Alekhi­ Un especial suspense se creó en tor­
ne 12,5 (de 15); 2-3. Flohr y Euwe 11,5; no a la participación de Lasker, quien no
4. Sultan Khan 11; 5-6. Bernstein y Bo- había jugado torneos en los últimos nue­
goljubov 10 etc. Una traba fue causada ve años. Para Alekhine, su encuentro
por la sensacional carta abierta de con esta legendaria figura tuvo una im­
Spielmann, “¡Yo acuso!”, en la que ha­ portancia crucial, porque había finaliza­
blaba acerca del veto de Alekhine a Ca­ do tras él, 20 años antes, en San Peters­
pablanca en los torneos de San Remo y burg©, y 10 años antes en Nueva York, de
Bled, y de NimzovicH y Spielmann en modo que había ¡legado el momento de
Londres y Berna. ¡Si el autor de la carta arreglar las cuentas pendientes, sobre to­
supiese cómo el poder del campeón do con las piezas blancas.
llegaría a magnificarse en los tiempos Me gustaría prologar este duelo con
de Botvinnik y Karpov! ¿No cree el lec­ una interesante opinión de Fischer:
tor que Capablanca tuvo algo que ver “Alekhine venció una vez a Lasker en
con la no invitación a Lasker en el tor­ unas 23 (realmente, 26) jugadas. Sus pie­
neo de Nueva York 1927? Sobre este zas se concentraron en el flanco de rey,
punto Spielmann, que había participa­ y la partida finalizó repentinamente,
do en el torneo, guardaba silencio. con una muerte súbita”.
En el otoño, el campeón realizó
una gira por todo el mundo, que dura­
ría varios meses, y en 1933 jugó un pe­
140
queño torneo en París (+7 =2), y en la
A. Alekhine-E. Lasker
Olimpiada de Folkestone (+8 -1 =3),
Zurich 1934
pero, por otra parte» realizó cientos de
Gambito de Dama (D67)
exhibiciones de simultáneas, batiendo
los registros mundiales a la ciega de
1925: el suyo (28 tableros) y el de Re ti 1 d4 d5 2 c4 e6 3 £c3 £>f6 4 &f3 £e7 5
(28), disputando 32 partidas simultá­ -&g5 £bd7 6 e3 0-0 7 Bel c6 8 Ad3
neas (+19 -4 =9) en una exhibición en dxc4
Chicago. ¡América le aplaudió caluro­ La inclusión de 8 ... h6 9 ^.h4, en caso
samente! de 9 ... dxc4 10 ^.xc4 &d5 11 -&xe7

442
Alexander IV

^xe7 12 0-0 &xc3 13 2xc3 e5 (13 ... 17 ... Wb6?


b61?) 14 &b3! exd4 15 exd4 £>f6 16
He aquí un indicio de que Lasker nun­
Sei Bd6 17 4¿}eo!, es favorable a las
ca fue un experto en aperturas, ¡y de
blancas (Karpov-Yusupov, Londres
que confiaba casi exclusivamente en su
1989, 7a). Es curioso que esta posición
sentido común! Sólo se requería una
surja de una Defensa Lasker.
jugada precisa (17 ... g6!) para que la
9 &xc4 <Ld5 10 jLxe7 ^xe7 11 £)e4 posición fuese de tablas muertas con 18
La invención de Alekhine contra la Va­ ^d4 (18 ^d6 Se8!; 18 &d6, o bien 18
riante Capablanca. El propio cubano &d4, 18 ... ^e7) 18 ... Wxd4 19 £xd4
(en sus partidas con A. Steiner, Buda­ Sad8 = (Euwe-Flohr, Nottingham
pest 1928, y Kan, Moscú 1935) optó por 1936).
la línea principal: 11 0-0, pero después 18 ^d6!
de 11 ... &xc3 12 Sxc3 c5, las blancas
no tienen ventaja. El excampeón debe haber subestimado
u omitido esta tremenda jugada, des­
11 ...£5f6 12 £}g3 e5 pués de la cual la posición negra se vie­
“Una interesante tentativa de Lasker ne rápidamente abajo.
por resolver rápidamente el problema 18 ... £ed7
del alfil dama. Capablanca jugó regu­
larmente 12 ... Wb4+ en las partidas de También es malo 18 ... £ig6 19 £>h6+
nuestro match, y tras el cambio de da­ gxh6 20 Sxíb Bd8 21 Wc3.
mas (13 &d2 &xd2+ 14 &xd2 Sd8 19 Sfdl 2ad8 20 'Bg3 §6 21 'e?g5!
-núm. 127: 14 ... c5! G. K.)t conseguía
hacer tablas, aunque no sin dificulta­ “Con la principal amenaza 22 Sd6.
des” (Alekhine). Las negras ya no tienen defensa” (Ale­
khine).
13 0-0 exd4 14 2>f5
21 ... «¿?h8 22 £d6 <¿>g7 23 e4!
Es inofensivo 14 Wxd4 £>b6 15 Ab3
Ae6 =. Según Alekhine, es más enérgi­ Despejando la tercera fila para la torre.
co 14 exd4 £b6 15 Sel ^d6 16 &b3, y
si 16 ... &g4, 17 h3! ^.xf3 18 ^xf3, sa­ 23 ... ¿Lg8 24 Sd3!
crificando el peón de d4 en aras de un Con la amenaza 25 2f3.
fuerte ataque: 18 ... Wxd4!? 19 £>f5, etc.
Pero después de 16 ... 4bbd5!, las ne­
gras tienen un juego cómodo.
14 ... Bd8 15 &3xd4
También aquí 15 t^xd4, o bien 15 exd4,
las negras igualan, con 15 ... &b6.
15 ... £e5 16 Ab3 £xf5 17 £xf5

414

24... f6
También se habría producido un es­
pectacular remate en caso de 24 ... h$
25 2>f5+ d?h7 26 £>xh6’ f6 27 £f5 fxg$
28 Sh3+ £h6 29 Sxh6++.
25 &f5+ &h8 26 Wxg6ü

443
Gary Kasparov - Mis CEÑIALES PREDECESORES

¡Un golpe demoledor! En vista de 26 ... A menudo, en las partidas de los an­
hxg6 27 2h3+ ¿Lh6 28 2xh6++, las ne­ tiguos campeones, vemos técnicas ar­
gras abandonaron. caicas, un lento desarrollo de los acon­
tecimientos y “pequeñas astucias” un
Es bien sabido que el 13 es el nú­ tanto ingenuas. En fin, cada época del
mero de la suerte del 13° campeón del ajedrez tiene sus propios valores. Pero
mundo, pero me sorprendió saber los mejores maestros a veces han dado
que el cuarto campeón también tenía una buena zancada hacia el futuro, ex­
inclinación por ese número, aunque hibiendo ideas agudas, muy por delan­
¡multiplicado por des! Aquí tenemos te de su tiempo. Ese fue el caso en la
la evidencia, en palabras de Flohr: partida que sigue.
“Alekhine consideraba que el doble
de la ‘docena diabólica’, es decir, el
número 26 le daba suerte. En una oca­
sión apostó a este número en la ruleta 141
y ganó. La fecha de su matrimonio M. Euwe-A. Alekhine
con Grace Wishaar fue el 26 de marzo, Holanda 1935
su segundo match ccn Bogoljubov du­ Campeonato Mundial, Match, 4 a partida
ró 26 partidas, ¡y su memorable victo­ Defensa Grúnfeld (D81)
ria sobre Lasker consta de 26 jugadas!
Bueno, lo cierto es que Alekhine no
1 d4 &f6 2 c4 g6 3 £>c3 d5 4 *^b3
fue el último campeón mundial en
creer en presagios”. Euwe estaba bien informado acerca de
En el banquete de clausura, Alekhi­ las ideas de los maestros soviéticos,
ne expresó su profunda admiración pues no en vano había jugado con
por Lasker y le llamó su maestro... Aun­ ellos un torneo de entrenamiento (en
que ganó brillantemente Zurich 1934, 1934). Un año antes, en el 8o Campeo­
el campeón, no obstante, perdió su nato de la URSS, el joven Botvinnik ha­
partida con el holandés Max Euwe. Era bía empleado 4 '^b3 para derrotar a
una advertencia, apenas audible. ¡Si Loevenfish, y éste último utilizó esa ju­
tienes oídos, debes escuchar! Lamenta­ gada en Moscú 1935, contra Flohr y
blemente dice el proverbio: “A quien Spielmann.
Dios quiere destruir, primero lo vuelve ¡Los primeros pasos teóricos de la nue­
loco”. va apertura! La vida ha demostrado
que lo más peligroso para las negras
Cumbres holandesas (además de 4 cxd5) es la variante 4 £jf3
^.g7 5 Wb3!, siguiendo el ejemplo de la
Hacia fines de 1935, algo increíble partida-modelo Ragozin-Romanovsky
sucedió en Holanda. Euwe ganó su (Leningrado 1932).
match contra Alekhine, por 15,5-14,5
(+9 -8 =13), arrebatándole la corona. 4 ... dxc4 5 Wxc4 -&g7
Describiré los detalles relativos a este “También es jugable 5 ... &e6 6 Wb5+
drama en el capítulo consagrado al £}c6 7 &f3, pero ahora no 7 ... 2b8 (co­
quinto campeón del mundo, y aquí me mo en la 2a partida del match), sino
limitaré a decir que el nuevo oponente 7 ... 4Z}d5!, etc., con buenas posibilida­
del ruso iba a sufrir el mismo destino des de contrajuego” (Alekhine). Cier­
que Bogoljubov. tamente, en la partida a que se refiere
Alekhine tomó de inmediato el Alekhine, después de 7 ... £b8 8 £le5
mando en la puntuación (1-0, 3-1). Re­ (según Euwe, 8 e4 a6 9 Wd3 ¿g4 10 d5
sultó, sobre todo, impresionante su vic­ ¿xf3 II gx£3 &e5 12 Wdl también es
toria en la cuarta partida, en la que una fuerte) 8 ... &d7 9 2>xd7 Wxd7 10 d5,
vez más dio pruebas de su extraordina­ las blancas lograron ventaja. Pero 7 ...
ria imaginación. £>d5 tampoco iguala, en vista de 8 e4

444
Alexander IV

«£db4 9 Wa4 £d7 10 Wdl e5 11 a3 9 m>3 b4?


exd4 12 &bl &a6 13 b4, como se de­
mostró a finales de los años treinta, y Impidiendo e2-e4, pero ¡a qué precio!
también más tarde, en la partida Petro- “Con 9 ... 0-0 ó 9 ... ^b6, las negras tie­
sian-Benkó (Los Angeles 1963). nen una buena posición. A menudo el
caballo blanco llega a c5” (Dvoretsky).
Más de actualidad es 6 ... ^Ld71? 7 ^b3
&c6 8 £f3 Ag7 9 e4 0-0 10 h3 3b8 11 10£a4fca6 11e3 ¿e6
Jí.e3 b5, con juego de doble filo, o tam­ Si 11 ... 0-0, al campeón no le gustaba
bién 7 Wxb7 £c6I? 8 e3 3b8 9 ^a6 12 ^.c4! (pero no 12 -&xa6?! ^.xa6 13
£}b4 10 We2 c5, con compensación por ±xb4 Wb5, o bien 13 Wxb4 Wdo), aun­
el peón. que, según Dvoretsky, después de 12 ...
fib8 (con idea de 13 ... c5) o 12 ... £>e4,
416 la posición de las negras es mejor que
su® en la partida.

3JJM 12 Wc2 0-0 13 b3


Es peligroso 13 t^xeó?! £>c7, con las
amenazas 14 ... ^.d7 y 14 ... ^.xa2, si
bien las blancas, tras 14 b3!, disponen
del recurso ^c5”: Dvoretsky.
13 ... Sab8

417
6.04
En la 12a partida, Euwe optó por 6 e4 0-0
7 £}f3!, y esta posición se convirtió en
uno de los caballos de batalla del siglo
XX (algo que se comentará más exten­
samente en el segundo tomo).
6 ... c6 7 Sdl?!
También aquí es más activo 7 0-0 8
e4. Por ejemplo: 8 ... b5 9 ^b3 Wa5 10
£.d3 &e6 11 ^dl Sd8 12 0-0 Ag4 13 e5
£d5 14 £xd5 cxd5 15 Sel! (Miles-Kas- Desde el punto de vista de la escuela
parov, Basilea 1986, 2a), o bien 8 ... ^a5 clásica, el juego de apertura de las ne­
9 b4 Wd8 10 Sbl (10 Sdll?) 10 ... b5 11 gras ha sido abominable; tienen un
'eZd3 a5 12 a3 (Jalifman-Leko, Budapest peón débil, aislado en c6, un caballo
2000,3a). En ambos casos, las blancas sa­ “malo” en a6, e insuficiente control del
lieron de la apertura con mejor juego. centro. Alekhine contaba con la ener­
gía latente de la posición negra, pero
7 ... Wa5!8£d2 b5?! tras su error de la octava jugada, su ta­
Un error, en justa correspondencia. rea se ha vuelto bastante más difícil. Sin
“Hay algunas jugadas mías, en el primer embargo, basta con que las blancas se
encuentro con Euwe que sencillamente descuiden un poco, ¡y puede producir­
no puedo entender. Ni antes ni ahora se una explosión!
he jugado un ajedrez tan incorrecto, ¡so­ 14 &d3
bre todo en las aperturas! La sencilla
8 ... Wb6 9 Acl ^£5, seguido de 0-0, ha­ Probablemente sea más fuerte 14 &f3l?
bría asegurado a las negras una tangible (Dvoretsky). “Debido a su ligero retra­
ventaja en desarrollo” (Alekhine). so en desarrollo, las blancas deciden no

445
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

tomar el peón de c6, lo que puede con­ En caso de 18 ... Jkg4?! sigue 19 ^Lf4! c5
siderarse una decisión correcta. Des­ 20 &xe5 £}xe4 21 &xb8 &xc5 22 dxc5
pués de 14 ^Txc6 &c8!, la columna .&xe2? 23 Wxe2 Sc8 24 Ae5!, aunque
abierta c seria un arma peligrosa en Dvoretsky recomienda una mejora para
manos de las negras: 15 £>f3 ^.b7 16 las negras: 22 ... Se8! 23 0-0! (23 Í3?
^c2 Efc8 17 ^bl 4£>e4, seguido de ±c3+ 24 <¿fl £.f5) 23 ... &xe2, con
...&c3” (Alekhine). Era tentador 14 compensación por el peón. Pero hay
Jcx.a6!? Wxa6 15 £ic5, pero Euwe no otra posibilidad: 21 ^xe4! ¿xe2 (21 ...
quería cambiar su importante alfil de &xe5? 22 ^xg4; 21 ... £.f5 22 Wf3!
casillas blancas por el débil caballo de jLxeó 23 g41! &c2 24 Hd2! Abl 25 0-0,
a6. Su concepción clásica exigía casti­ o bien 24 ... £.xd4 25 &xd4 2e8+ 26
gar seriamente a su oponente, por su &ce6!) 22 Wxe2 (22 &xg7!?) 22 ...
juego “antiposicional”. &xe5! 23 £ie4!, y el juego de las negras
es triste después de 23 ... Se8?! 24 dxe5
14... 2fc8 15£e2?l
Wxe5 25 £3 f5 26 Wc4+, o 26 Sd5!?
“Euwe subestima, obviamente, el si­ Bal+ 27 <á?f2 Wxhl 28 ^c4.
guiente sacrificio de peón, pues de 18... &g4! 19 f3
otro modo habría seguido con 15
áxa6 ^xa6 16 £c5 Bb5 17 &f3 (77 O bien 19 Sel e5!
&xe6?l fxeó 18 ty3 c5l: G. K.) 17 ... 19 ... e5!
£>d7 18 Sel, etc., con mejores pers­
pectivas en el final” (Alekhine). “Me­ Un poderoso ataque los cimientos
jor es 17 ... _&f5!, y después de 18 e4, blancos.
entonces 18 ... ¿xe4! 19 &xe4 Wd5. 20 &fd3
En caso de 17 &e2 £id7 18 Sel, las
negras pueden jugar 18 ... ^.fo 19 e4 No era mejor 20 fxg4 exf4.
(19 Sc4 £>xc5 20 Wxc5 e5) 19 ...
418
&xc5 20 dxc5 ^.d7! ?, seguido de 21 ...
e5 y 22 ... Ae6 (Dvoretsky).
15 ... c5!
¡El genio sale de la lámpara! No hay
que interpretar esto como un gesto de
desesperación, como le puede haber
parecido a Euwe, sino como “una com­
binación absolutamente correcta, que
debería haberle dado -ante la mejor
defensa de las blancas- una fácil igual­
dad a las negras* (Alekhine).
20 ... exd4!l
16 &xa6 Wxa6 17 &xc5 Wb5 18 £>f4?
“Un bonito y exacto sacrificio de pieza”
Otro error y ahora ¡un huracán lo de­ (Alekhine). Líneas abiertas y, lo que es
vastará todo a su paso! “Mi oponente, más importante que el material ¡el rey
afortunadamente para mí, subestimó blanco cazado en el centro!
el peligro. La continuación correcta
era 18 e4! &d7 19 ^.e3 Jtxd4 (después 21 fxg4
de 19 ... Akg4, no sirve 20 f3 e5l, sino 21 exd4 &d5! Alekhine; 21 e4? £ixe4!
20 Wd3!: Dvoretsky) 20 &xd4 Wxc5 21 22 fxe4 Sxc5 23 Wxc5 Wxd3 - +.
Wxc5 &xc5, con probables tablas”
21... dxe3 22 &xe3?
(Alekhine). También 21 Wd2!, con la
amenaza £)xe6, obligando a las negras Los errores vienen a pares. “Una va­
a entrar en un final inferior tras 21 ... riante relativamente más difícil para las
Wd6 22 &xe6 ^xd2+ (Lasker). negras era 22 ¿Lxb4 &d5 23 a3 (23 a4?

446
Alexander IV

&xb4: G. K.) 23 ... a5 24 Wc4! axb4! 25 26 ¿xb8


Wxd5 bxa3 26 Sfl (o bien 26 b4 ¿c3+ La variante 26 ¿fl Se8 hubiera encanta­
27 ¿e2 ¿xb4) 26 ... a2! 27 Sxf7 (?: G. do a los humanistas [Kasparov ironiza so­
K.) 27 ... ¿c3+ 28 ¿e2 Sxc5! -+” (Ale­ bre aquellos jugadores que declaran
khine). aborrecer los programas de ajedrez, lla­
¡“Más difícil" no es la palabra! En mi mándolos “humanistas". N.D.T], porque
opinión, después de 27 ¿e2!, la posi­ no hay defensa razonable contra la ame­
ción blanca no es peor en modo algu­ naza 27 ... ®2+ 28 Bxf2 Sel++ (27 Wcl
no, y la única pregunta es si hay alguna ¿xd2!, o bien 27 g3 ^c6y mate).
compensación por el déficit material 26 ... ^e7+ 27 ¿di £e3+ 28 ¿el 2>xc2
(27 ... Xc7, etc.) Por consiguiente, en 29 2xc2
lugar de 23 ... a5I?, parece más prome­ Tras estos cambios puede parecer que lo
tedor 23 ... e2! 24 Sel Wc6! 25 ¿d2 peor ha pasado para las blancas, y que
Se8, y la pieza extra no garantiza la se­ han quedado con. un aceptable equili­
guridad del rey blanco. brio material. Pero, lamentablemente,
22 ... £xg4 23 ¿f4 su posición es desesperada, porque, da­
da la expuesta posición del rey, las desco­
“Cualquier otra cosa era igualmente nectadas torres no están en condiciones
in satisfactoria. Por ejemplo: 23 ¿gl de luchar contra la dama negra.
¿c3+ (23 ... 3e8+!? 24 &fl Zb6!: G. 29... h5!
K.) 24 ¿fl 2b6, o bien 23 ¿f2 ¿c3+
24 ¿fl 3c6! 25 ¿gl 2>xf2 26 ^xf2 Una “larga" casilla, de escape que, según
2d8-+” (Alekhine). Alekhine, es preparación necesaria para
la jugada siguiente.
23 ... ¿c3+ 24 Sd2 30 Sdl ¿g7!
Triste necesidad. Después de 24 ¿e2 Recordándole a las blancas que su talón
Sxc5 25 ¿xb8 ^fe8+ 26 ¿e5 Sxe5+ 27 de Aquiles son las casillas negras y la
&xe5 Wxe5+ 28 ¿f3 (28 ¿fl &e3+), to­ gran diagonal.
do termina en un rápido mate: 28 ... 31h3a5
We3+! 29 ¿xg4 h5+ 30 ¿h4 ¿f6++.
31 ... Sg5+!?
24 ... 2xc5 25 £xc5 32 ¿f4
25 ¿xb8 Be8+! El desventurado alfil es incapaz de en­
25 ... Wxc5 contrar una casilla segura.
32 ... We4 33 ¿c7 ^e3+ 34 ¿bl a4!
“Un camino más corto hacia la victoria
¡No hay un momento de paz para el rey
era 25 ... Se8+! 26 £>e4 (26 <¿?dl &xd2
27 &xd2 &J2+: G. K.) 26 ... fo (26 ... blanco!
¿x¿2+'? 27 <¿?xd2 WJ5!: G. K.)27 ¿di 35 bxa4
Sxe4 28 Kd8+ ¿f7 29 ¿g5 f4! 30 ¿el No hay otra cosa..
2e2 31 Wd3 Wxgo!" (Alekhine). 35 ... b3 36 axb3 Wxb3+ 37 ¿el
419 420
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

37 ... &h6+?! 43 d?b2 Sb8+! 44 «*a2 Axd2 45 Sxd2


¡Muy humano! Alekhine no hace ^xg3, etc.
comentarios en este momento. En apu­ 41 ... ^e2! 42 g4 Wel+ 43 d?b2 £xd2
ros de tiempo, se limita a ganar calidad 44 Sc8
entrando en un final técnicamente ga­ La primera amenaza de las blancas en
nado. Pero la máquina inmediatamente la partida (¡Ilh8++!) podría producir
señala victoria forzada, con “geometría un milagro. La defensa mecánica 44 ...
de computadora”: 37 ... ^e3+ 38 tfíbl g5?? permitiría el jaque perpetuo, con
;38 Bdd2 ^el+ 39 Sdl &h6+; 38 3cd2 45 Sh8+ <¿?g6 46 Sg8+ «¿>h6 47 Sh8+.
&c3+ 39 *bl ^xc7) 38 ... Wa3!, y las
blancas pierden, como mínimo, el alfil 44 ... &cl+!
de c7. ¡El milagro no se produjo! En vista de
38 Sdd2 ^xa4 39 £e5 que si 45 Sxcl, 45 ... ^d2+ y ^xd4, las
blancas se rindieron. En mi opinión, si
Podía haberse prolongado la resisten­ le mostráramos el texto de esta partida
cia con 39 s£dl &xd2 40 3?xd2 ^e4! a algún teórico actual, seguramente la
41 &cl i^el+, con el avance gradual fecharía a comienzos de los sesenta o
de los peones en el flanco de rey. comienzos de los setenta.
39 ... <á?h7 40 &c3?! El cuadro del comienzo queda
¡También un típico error humano! completado por el fracaso de Euwe
Después de 40 ^.b2! ^e4 41 s&dl con la Defensa Francesa (0,5 de 4),
£.xd2 42 Sxd2 g5, las blancas aún po­ aunque del resultado no tuvo la culpa
dían haber prolongado el juego en un la apertura, sino el carácter de las po­
final desesperado. Pero en los apuros siciones resultantes. ¡El juego abierto
de tiempo, Euwe no veía la diferencia y agudo, con algunos toques irraciona­
entre ambas jugadas de alfil. les, siempre había sido el fuerte de
Alekhine!
40 ... ^b5!
Esta es la clave. Al impedir 41 tí?dl, ¡las
negras llevan a su rival a una posición
142
de Zugzwang! Ahora cualquier jugada
A. Alekhine-M. Euwe
conduce a la pérdida de material.
Holanda 1935
421 Campeonato Mundial, Match, 7* partida
Defensa Francesa (C15)

1 e4 e6 2 d4 d5 3 &c3 ^.b4 4 £>e2 dxe4


5 a3 Jle7
5 ... Jlxc3+ -véase núm. 139.
6 £ixe4 &c6! 7 g4?I
¡Un experimento extremadamente
dudoso! Algunos comentaristas lo cali­
ficaron de “subestimación del rival”, y
otros “una violación de los principios
41 4.d4 de Steinitz”.
“Si 41 Aal, entonces 41 ... UT1+ 42 La clave es que la quinta partida siguió
<á?b2 &g7+” (Alekhine). En caso de 41 con 7 &e3 (7 c3 e5!) 7 ... $fl6 8 &2c3
h4, los peones blancos habrían caído (8 £>xf6+ £.xf6 9 Wd2 c5l = Lilien-
tras maniobras geométricas de la da­ thal-Botvinnik, Moscú 1936) 8... 0-0 9
ma negra con 41 ... Wb6! 42 g3 UM6! &g3 b6 10 £e2 &b7 11 04) Wd7 12
Alexander ¡V

^d2 2ad8 13 Sfdl ^c8 =. Y en la sép­ más correcta 13 ... 4¿}a5, a lo que Euwe
tima partida Alekhine decidió, como recomendaba 14 -&-Í4, pero en mi opi­
él mismo dijo, “tratar de forzar el con­ nión es interesante 14 Sgl!?, con la ini­
trol de la casilla e4”. ciativa.

422 423

fl&SAH ■
9aH fl JL W
ü E
EJ ü É ü Hiii
BA^EI O
7 ...b6?» 14 2>f6!
¡Pánico! El “farol” de las blancas ha ¡Alekhine en su salsa! Esta vez se trata
tenido éxito. Tanto 7 ... e5 8 dñ ^d4, de un sacrificio de peón completa­
como 7 ... h5l? 8 g5 e5 (Botvinnik) se mente correcto, que da a las blancas
sugieren por sí solas, pero lo más sen­ una fuerte iniciativa.
cillo era 7 ... £}f6! 8 &xf6+ &xf6 9 14 ... Axf6
&e3 ha! (aún mejor que 9 ... ^d5) 10
gxh5 ^d5, apoderándose de la ini­ Después de 14 ... gxf6? 15 gxf6 £>a5
ciativa. (15 ... ^.xf6 £.e4l), hay una agradable
elección entre 16 fxe7 ^xe7 17 ^.xb7
¿Acaso fue esta ocurrencia y otras si­ 2>xb7 18 Ag5 f6 19 ±h6 Eg8 20 0-0-0
milares lo que llevó a Alekhine a efec­ &d6 21 2hel y 16 &xb7 £>xb7 17 fxe7
tuar el diabólico sacrificio de pieza, Wxe7 18 &g5 (18 ±f4l? 2g8 19 0-0-0
en la sexta partida del match-revan­ Tartakower) 18 ... f6 19 JLh6 Sg8 20
cha (núm. 143)? Kotov realizó un su­ 0-0-0 &d6 21 Shel (Alekhine).
til comentario, acerca del motivo sub­
yacente en 7 g4?l: “Euwe, aunque era 15 gxf6 gxf6 16 Wh4 Wd8
un experto en variantes teóricas co­ Pero no 16 ... We7? 17 ^.e4 +
nocidas, no siempre era capaz de en­
contrar la respuesta correcta ante 17 Jlf4!
una jugada inesperada u original del Y después de una nerviosa lucha, con
oponente”. errores por ambas partes, las blancas
8 ±g2 £b7 9 c3 10 &2g3 0-0?! se impusieron en la jugada 40.
Después de la novena partida, Ale­
¡Directamente al mate! Si Euwe se khine dominaba por 5-2, y después de la
hubiera tranquilizado un poco, ha­ 19a, por 7-5. En el momento culminante
bría preferido 10 ... Wd7, seguido del match, seguro de su éxito, decidió
de 0-0-0. preparar el terreno para un viaje a su na­
11 g5 £xe4 12 &xe4 <á?h8 13 Wh5! tiva Moscú, donde se proyectaba organi­
zar un importante torneo internacional.
Impidiendo 13 ... f5. Para indignación de los rusos emigra­
dos, el campeón en desgracia envió, des­
13... ^e8?!
de Amsterdam, una carta de felicitación
Persistiendo en su deseo de jugar f7-f5 al consejo directivo de la revista 64 (cuyo
(si 13 ... f5?, 14 g6). Sin embargo, era director era el mismo Krylenko):

44<
Gary Kasparov - Mis ceñíales predecesores

No sólo como jugador de ajedrez, en medio punto. El excampeón revi­


desde hace muchos años, sino también vió en Hastings 1936/37 (1. Alekhine
como persona que entiende la enorme 8 de 9; 2. Flohr 7,5), pero después se
significación de lo que se ha logrado en produjeron resultados mediocres en
la URSS en todos los aspectos de la vi­ Margate, Kemeri y Bad Nauheim
da cultural, le envio mis sinceros salu­ 1937, donde el cuarto campeón mun­
dos a los ajedrecistas de la URSS, en el dial volvió a perder con el quinto.
189 aniversario de la Revolución de En una palabra, al comienzo del
Octubre. match-revancha Euwe-Alekhine (Ho­
A. Alekhine landa, 5 octubre-7 diciembre 1937),
los pronósticos eran ya favorables al
¡Y sin embargo Alekhine habría de holandés de 36 años, quien también
perder la corona! “Mi visita a Moscú confiaba en la victoria. Desde luego,
tendrá que postergarse”, le dijo con Alekhine siempre había tenido pro­
tristeza a Flohr (uno de los segundos blemas al jugar con Euwe, empezando
de Euwe), después del encuentro. Al por su match de 1926/27, y ahora pa­
dejar Holanda, declaró: “No ha suce­ recía haber perdido su forma. El en­
dido nada terrible. Consideraremos cuentro de nuevo estaba fijado a un
que he prestado el título por dos máximo de 30 partidas, y desde el co­
años”. Afortunadamente para Alekhi­ mienzo y como se esperaba, Euwe to­
ne y para el ajedrez, el contrato del mó la delantera: 1-0, 3-2.
match estipulaba que el campeón ten­ El momento crucial del match co­
dría derecho a un match-revancha. menzó con la asombrosa sexta partida,
Pero, por el momento, el rey des­ probablemente una de las más vividas
tronado se lanzó a un crisol de bata­ demostraciones no sólo de la ilimitada
llas ajedrecísticas, con distinto éxito. imaginación de Alekhine, sino tam­
El inexorable avance de la nueva ge­ bién de su capacidad de agresión psi­
neración era ya un hecho. En Bad cológica.
Nauheim 1936 compartió el primer
puesto con el estoniano de 20 años
Paúl Reres (6,5 de 9), luego de ganar
el torneo de Dresde (6,5 de 9), fue su­ 143
perado en Podebrady (1. Flohr 13 de A. Alekhine-M. Euwe
17; 2. Alekhine 12,5), y ocupó un des­ Holanda 1937, Campeonato Mundial
acostumbrado lugar para él, el sexto Match-revancha, 6a partida
puesto en el torneo más fuerte de la Defensa Eslava (DIO)
época, Nottingham 1936, donde per­
dió con Capablanca, al cometer un 1 d4 d5 2 c4 c6 3 2>c3
grave error (y en cuya partida se pro­ “En mi opinión, esta jugada le conce­
dujo también una desagradable discu­ de a las blancas más probabilidades de
sión, acerca de quién debía realizar la obtener una ventaja de apertura” (Ale­
jugada secreta), fue derrotado por el khine).
campeón norteamericano, Reshevsky,
y firmó unas “nerviosas” tablas con 3 ... dxc4
Botvinnik... El único consuelo fue un 3 ... e5; 3 ... £f6.
premio especial por “el ataque más
brillante en el flanco de rey”, por su 4 e4! e5
partida con Alexander, y una victoria Según Alekhine, las blancas tienen
sobre Euwe. ventaja tras 4 ... b5 5 a4 b4 6 ^a2 &f6
Sin embargo, el campeón del mun­ 7 e5 4bd5 8 &xc4 (ejemplo: Kaspa-
do se cobró la revancha en Amster­ rov-I. Sokolov, Sarajevo 2000), o bien
dam 1936 y, como consecuencia de 5 ... e5 6 axb51? (más tranquilo es 6
ello, adelantó a su principal oponente £f3 exd4 7 «Txd4 Wxd4 8 £xd4 b4

450
Alexander IV

9 £>dl, Kasparov-Hübncr, Belfort “Planteándole a las negras un difícil


1988) 6 ... exd4 7 -&xc4! Jlb4! (7 ... problema práctico” (Alekhine). Pero,
dxc3 8 £xf7+! <«?e7 9 ^b3 &f6 10 e5 objetivamente, es probable que deba
£>e4 11 bxc3) 8 3a4 a5 9 bxa6, “las perder.
blancas ganan un peón” (Alekhine). 6 ... b5?
Digamos, 9 ... c5 10 ^e2 ¿xa6 11 0-0
dxc3 12 &xf7+ &e7 13 Wxd8+ &xd8 ¡La peor de las réplicas posibles! “Mi
14 bxc3, etc. variante ‘principal’ era 6 ... dxc3 7
£xf7+ <á?e7 8 ^b3 £>f6 9 e5 <£e4 10 0-0!
5 Juxc4? Wb6 (o bien 10 ... &a6 11 ^c4! £ac5
“Esta combinación es, desde luego, 12 ^.g5+! £>xg5 13 &xg5, con ataque
muy tentadora y, sobre todo ante el ta­ decisivo) 11 Wc4! cxb2 (11 ... 12
blero, muy difícil de refutar, pero la £h4: G. K.) 12 Jlxb2 Wxb2 13 Wxe4
explotación posicional de la ventaja ‘¿’xH 14 £>g5+ ^e8 15 Wc4 Ae7 16
blanca de espacio se logra con 5 £¡f3! Wf7+ <d?d8 17 £adl+ ád7 18 £e6+ <d?c8
exd4 6 Sxd4 Wxd4 7 £}xd4, y si 7 ... 19 Wxe7 ^xe5 20 2fel Wf6 (mucho más
b5, entonces 8 a4 b4 9 £}dl Aa6 10 tenaz es 20 ... Wa5! 21 £c5 Sd8 22 Qe4,
&e3 £if6 11 f3, seguido de 12 Hcl y 13 etc.: G. K.) 21 2xd7 ^xe7 (21 ... £xd7
.&xc4” (Alekhine). 22 Wd6) 22 Sxe7 + -.
En la partida antes mencionada con “Sin embargo, después de 8 ... cxb2! 9
Hübner, donde se llegó a la misma po­ £xb2 Wbó! 10 áLxg8 Sxg8 11 ^xg8
sición por inversión de movimientos, ^b4+ 12 &d2 ^xb2, las probabilidades
jugué 10 Af4í? £>f6 11 f3 .&c5 12 £>f5 de las negras en el medio juego, a pesar
0-0 13 Sel, y después de 13 ... c3! 14 del aproximado equilibrio de fuerzas,
bxc3 g6 15 £}g3 £}fd7!, las negras lo­ deben ser mayores que las probabilida­
graron defenderse. des de las blancas de un ataque direc­
to” (Alekhine).
5 ... exd4
Las negras también quedan con gran
Es malo 5 ... Wxd4? 6 Wb3 '^d7 7 Ag5! ventaja tras 11 ^.a3+ c5, como demos­
y Sdl, con ataque decisivo. tró un análisis de Goncharov en la re­
vista 64 (1938): 12 Wxg8 Wa5+ 13 &d2
^xa3 14 0-0 ¿c6 15 Wxh7 ^.e6, o bien
12 Axc5+ ^xc5 13 0-0 Wh5!! (pero no
13 ... Sh8? 14 Sfcl m.6 15 Sxc8 Wxb3
16 axb3) 14 Wxg8?! Ae6 15 Wh8 2>c6.
Una verificación en la computadora
confirma la corrección de estas varian­
tes. Pero Euwe no las encontró. Obvia­
mente, se encontraba en estado de
shock, ya que, tras haber consumido
mucho tiempo, inmediatamente reali­
zó una jugada perdedora. Después de
6£tf3H? todo, si debía ocurrir lo peor, podía ju­
garse 6 ... .&c5 7 0-0! dxc3 (algo inferior
Una jugada fantástica ¡que quizá gana­ es 7 ... 8 £>a4 &e7 9 e5 £d5 10
se el match! ¡Las blancas dejan, senci­ &xd4 0-0 11 &c3) 8 &xf7+ <á?e7 9 ^b3
llamente, una pieza en el aire. Una cxb2 10 .&xb2 4¿}f6, y las negras están
idea así sólo podía habérsele ocurrido bien.
a Alekhine, alguien que, a un nuevo
nivel, procesaba y exprimía en su men­ 7 $xb5
te todas las ideas de los maestros del “Euwe admitió haber omitido esta ré­
pasado. plica. Esta vez el caballo no puede

451
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

capturarse, debido a 8 £.d5, etc” (Ale­ 19 ...-&b6 20 b4!


khine).
“Ahora la torre está en peligro. Las ne­
7.. . £a6 8 Bb3! gras no pueden evitar nuevas perdidas
de material” (Alekhine).
£e un plumazo, las blancas protegen
d alfil, impiden el jaque en b4 y ata­ 20 ... Zd8 21 Sadl c5 22 bxc5 &xc5 23
can f7. Sd5!
5.. . Be7 Ganando también, al menos, la cali­
lSi dad. Las negras se rindieron.
8 ... Jtxbo, entonces 9 ^.xf7+ *á?d7
¡0 &xd4! (pero no 10 ^.xg8? Sxg8!), ¡A eso se le llama sacar buen partido
etc, con fácil victoria” (Alekhine). En a un movimiento! Una jugada de caba­
esencia, la batalla había finalizado en la llo y Euwe estaba liquidado. La clave es
octava jugada ya que las blancas tienen que Alekhine era capaz de alcanzar
peón de más con un fuerte ataque. Eu­ cumbres desconocidas para su oponen­
we se empeña en resistir, seguramente te, porque jugaba un ajedrez de la se­
para tranquilizar su conciencia. gunda mitad, o incluso de finales del si­
glo XX. Esta violenta actividad, el
9 0-0 Axb5 10 _&xb5 2tf6
furioso asalto al contrario desde la aper­
Pero no 10 ... cxb5? 11 Wdo. tura constituía la verdadera fuerza de
11 &c4 £bd7 12 fcxd4! Sb8 13 Wc2 Alekhine.
Wc5 14 &f5 El perplejo Euwe perdió también la
séptima y la octava partidas y, tras unas
14 4}xc6? Sc8. tablas en la novena, volvió a perder en la
14 ... £}e5 15 &f4! décima. Puede decirse que el desenlace
del match-revancha estaba decidido. El
Evitando una trampa: 15 ^xg7+? s¿>cl8! holandés mantuvo el tipo lo mejor que
16 Sdl+ ^c7, y hay dos piezas blancas pudo, pero no logró recobrarse del todo
atacadas. del duro golpe recibido en la sexta parti­
15 ... £h5 da. Mientras que Alekhine exhibía la ca­
racterística inventiva que había perdido
Esto permite una pequeña combina­ al final del primer duelo, al mismo tiem­
ción, que alivia el sufrimiento de las po jugó con mucha más precisión y con
negras. menor grado de riesgo. Aunque compli­
caba el juego, no lo hacía a cualquier
425 precio. Sacrificaba, pero con modera­
ción, mantenía la tensión, sin permidrle
a su oponente ninguna ventaja posicio-
nal. Y superó su propia marca, porque
no perdió el control de la situación, y no
recurrió a medidas drásticas, como en
los encuentros de 1934 y 1935. Creo que
el juego equilibrado de Alekhine tam­
bién le afectó a Euwe, pues su oponente
estaba mucho mejor preparado para el
match de lo que él esperaba.
No obstante, la lucha entre las parti­
16 ^.xf7+! <á>xf7 17 Wxc5 &xc5 das 11 y 20 fue muy tensa. Además, la
^xe5 Sb5 fatiga también hizo acto de presencia,
O bien 18 ... 3be8 19 Jtd6. pues los jugadores, como había sucedi­
do dos años atrás, tuvieron que viajar
19&d6 por todo el país: La Haya, Rotterdam,
Con la amenaza 20 a4. Haarlem, Groninga, Amsterdam...
ALEXANDER IV

144 porque durante casi una hora, en la que


A. Alekhine-M. Euwe sólo realizamos dos jugadas, Alekhine
Holanda 1937, Campeonato Mundial
podía haber llevado a cabo una com­
Match-revancha, 16a partida
binación ganadora. Una combinación
que vio todo el público, que esperaba con
el aliento contenido, pero que ni él ni yo
426 vimos”.

427

18 Zxd7! &xd7
18 ... ^xd7? 19 ^e5.
26 &b2?
19 £g5 '^b8 20 JLxa8 ^xa8 21 &xh7!
Sc8! ¡Inconcebible! Después de la elemen­
tal 26 Wh8+! &xh8 27 ^xf7+ <á>g8 28
Después de 21 ... ^d5 22 ^g5 &xg5 23 £ixe5 .&xb4 29 4bxd7 £)xd7 (29 ...
^.xg5, las blancas tienen un buen peón ^.xc3 30 £>c5) 30 £)e4, las blancas tie­
de ventaja. nen un final ganado de piezas me­
22 £g5 nores.
No está claro que hubiera sido mejor 22 Por cierto que las blancas ganaron con
^.cal? Jlxc5 23 £>xf6+ gxf6 24 't^g4+ un golpe similar, en la famosa partida
<á?h8 25 bxco 5xc5 26 Wd4 Wc6 27 Petrosian-Spassky (Moscú 1966, 10a),
^xf6+ &g8 28 a3 e5. que analizaremos en el tercer tomo.
22 ... 2c4! 23 £ce4 2xcl+ 26 ... &c6??
Las negras no desean jugar a tablas, tras Un caso único de ceguera conjunta. La
23 ... Sxe4 24 ^xe4 Wxe4 25 Wxe4 dama tenía que moverse urgentemente
£ixe4 26 2Xc7 ¿£f6, en un final con alfil y de la casilla minada, 26 ... Wf5.
caballo contra una activa torre enemiga. 27 a3??
24 &xcl Wd5 25 £c3 Seguía siendo posible 27 Wh8+! ^xh8
25 £>xfb+?! habría sido un tiro al aire por 28 &xf7+ ‘á’gS 29 4£xe5, que forzaría la
25 ... £xíb 26 Wh7+ <é>f8 27 Ae3 Wdl+ capitulación inmediata.
28 £g2 .&c6+ 29 W fce2 30 £c5+ <á?e8 27 ... &d6 28 e3 Wf5 29 e4 ^g6 30 f3
31 >g8+ <¿>d7 32 >xf7+ <á?c8 =.
£d7 31 £>h3 f6 32 £f4 Wf7 33 ^g4?!
25 ... We5?
Dejando escapar, finalmente, las proba­
Por supuesto, era fundamental 25 ... bilidades de convertir el peón extra.
^c4! 26 Wxc4 bxc4 27 a3 £d5, con ver­
daderas probabilidades de salvar la par­ 33 ... £e5! 34 Wxe6 £>xf3+ 35 <¿>f2
tida. Aquí Alekhine se sumió en una ^xe6 36 5}xe6 £}d2 37 £}d4 £}xe4+
profunda reflexión. Y tablas en la jugada 65.
Según Euwe, “la 16a
partida pasó a la his­ “Unas tablas afortunadas son más que
toria como una ‘comedia de errores’, salvar medio pun to”, escribe Euwe. “Para
Gary Kasparov - Mis GENIALES predecesores

mí fue como si comenzase un nuevo 14 ... Bc8


encuentro, y realicé una nueva tentati­
va por conservar el título”. Quizá sea más sólido 14 ... W6I? 15
1£e3 Sfd8 16 e5 ^h6! = (Reshevsky-Fi-
Al ganar la 17a partida, el campeón re­ ne, Hastings 1937/38), o bien 16 Eacl
dujo su déficit a dos puntos, y en esta Eac8 (Yudovich—Averbaj, Moscú 1949).
parte del match, la 18a se convirtió en la
partida clave. En ella se puso a prueba, 428
por primera vez, un esquema actual de
la Defensa Tarrasch diferida.

145
A. Alekhine-M. Euwe
Holanda 1937, Campeonato Mundial
Match-revancha, 18a partida
Gambito de Dama (D41)

1 £f3 do 2 c4 e6 3 d4 £f6 4 £c3 c5 5 15 d5 exd5 16 £.xd5 ^e7 17 2>g5I?


cxd5 5ixd5 6 e4 £ixc3 7 bxc3 cxd4 8 De nuevo, típico de la agresividad de
cxd4 Jlb4+ Alekhine: se amenaza una triple captu­
Después de 8 ... 4£c6 9 -&c4 b5?l ra en f7, seguido de Ed7+ y Exb7. Si 17
(Spassky-Fischer, Reykjavik 1972, 9a £lh4, entonces simplemente 17 ... g6.
partida), se considera lo mejor 10 ^.e2! 17... £e5!
9 £d2 &xd2+ Un atractivo truco táctico.
Es pasivo 9 ... Wa5?l 10 Sbl! ±xd2+ 11 18 Jkxb7
Wxd2 ^xd2+ 12 <á?xd2, Rubinstein-
Schlechter, San Sebastián 1912. Alekhine consideraba esto un error,
porque había omitido la jugada 20 de
10 ^xd2 0-0 11 £x4 &c6 12 0-0 b6 13 las negras, y recomendó 18 h4, “conser­
Efdl vando una apreciable presión”, pero
En el capítulo sobre el décimo cam­ no está claro para mí de qué presión
peón mundial, examinaremos 13 Sadl! habla, tras 18 ... h6! Por ejemplo: 19
(Spassky-Petrosian, Moscú 1969, 5a). &xb7 (19 <£h3?! 2>g6»; 19 £f3 £xf3+ y
20 ... -&xd5, etc.) 19 ... hxg5 (19 ...
13 ... &b7 &g6!?) 20 Wxg5 ^xb7 21 ^xe5 Sfe8
También es posible 13 ... 4la5 14 Jld3 22 M We7 =.
&b7, como jugaban Korchnoi y Polu- 18 ... £g6 19 Wf5 ^xb7 20 Ed7 Wa6!
gaievsky en los años sesenta. Pero 13 ...
£>e7 se replica con 14 a4! &b7 15 &d3 Inteligente, aunque no está claro que
16 a5 (16 g3l?) 16... &h4 17 £>xh4 sea malo 20 ... Ec7 21 Eadl Bxd7 (21...
Wxh4 18 ^e3 Sfd8 19 Babl Ed6 20 e5! h6!?) 22 Exd7 ^a6, o bien 22 ... Wc8.
(Petrosian-Portisch, Olimpiada de 21 h4
Skopje 1972).
Resulta que a 21 Exf7, Euwe había pre­
141K4 parado 21 ... Wxa2! 22 Bxf8+ ^xfB, “y el
Antes de esto, se había jugado 14 We2 ataque blanco se ha evaporado, mientras
■^e7 15 £.a6 £.xa6 16 Wxa6 £51 = que los peones negros del flanco de da­
(Teichmann-Rubirstein, Berlín 1924), ma son muy peligrosos” (Kotov). Aun­
y después, 14 We3 y 14 Eacl!? Bc8 15 que, en mi opinión, después de 23 Bel,
d5 exd5 16 £xd5. el juego sigue siendo de doble filo.

454
Alexander IV

21 ... Sc5 22 Sd5 Exdo? gras contestarán 31 ... We6, con la ame­
Un error en posición igualada: ¿por naza 32 ... f5. Esta consideración era to­
qué concederle al rival un peón pasado talmente errónea, ya que, por ejemplo,
en el centro? Naturalmente, lo correc­ 32 Ea8!, y 32 ... f5 puede replicarse de
to era 22 ... ^c8 23 Sxc5 ^xc5 24 dos formas: 33 f3, y todavía mejor, 33
'^xc5 bxc5 25 Sel Sc8, con igualdad. £ig5 ^xd6 34 ^c4+ Wd5 35 4he6!, ga­
nando. Después de 31 Sc8, casi todas
23 exd5 ^c8 24 We4 Se8 25 ^a4! las piezas negras quedarían inmoviliza­
Un ataque doble, que permite a las das y el procedimiento ganador sería,
blancas avanzar su peón pasado. para las blancas, mera cuestión de téc­
nica” (Alekhine}.
25 ... Ee7 26 d6 Ed7 27 Sdl
Sin embargo, en lugar de 33 ... '^xd6?,
Con la amenaza h4-h5-h6. es mucho más fuerte la sugerencia de
27 ... &Í8 28 Wf4?! Botvinnik, 33 ... ^d5!, ganando el
Alekhine pensaba, con razón, que era peón de d6 (y la partida) con 34 Sb8
mejor la tranquila 28 g3! Wdl+35 &h2 ^xd6.
28 ... ^c6 29 £e4 ^c2 Es mejor, por consiguiente, 32 Sb8, pe­
ro incluso entonces, según Botvinnik,
La partida entra en la fase de las “tur­ las negras tendrían una aceptable de­
bulencias” (los apuros de tiempo). fensa después 32 ... f5 33 £>g5 'e?xd6 (?:
G. K.) 34 ^c4+ ^d5 35 £>e6 '^dl+ 36
<¿>h2 ^d6+ 37 g3 Sxb8. A su vez, Kotov
sugiere 35 '^xd5+! Sxd5 36 4Le6
37 &xf8 h6 38 h5 f4 39 £}g6, “y las blan­
cas deberían poder convertir su ventaja
material, aunque eso implica conside­
rables dificultades técnicas”. Pero en
mi opinión, también aquí, después de
33 ... ^d5!, es difícil darle un buen
consejo a las blancas ya que si 34
£xh7?! &xh7 35 Sxf8 '&dl+ 36 <±>h2
Wxd6 - +.
30 Sel? 31 ... h6 32 &g3
¿Por qué entregar el peón? Es cierto 32 Sc8!? Alekhine.
que 30 Ed2 no parece correcto, pero, 32 ... £>e6 33 ^e5 '^a6 34 '^d3 35
por la razón que sea, ninguno de los co­ &h2
mentaristas señaló la sencilla 30 Sel!, y
no es posible 30 ... 'Bxa2?, en vista de 31 Las blancas no están satisfechas con lu­
2T6+! gxf6 32 ^g4+ <á?h8 33 Se8 ^al+ char por las tablas, con 35 Ec8+ 'á’h? 36
34 <á)h2 We5+ 35 Sxe5 fxe5 36 Wf5, con £ixh6!? (Kotov), ni siquiera se confor­
clara ventaja. ¡Un matiz omitido por man con unas tablas inmediatas des­
toda la comunidad ajedrecística! Con pués de 35 ^xh5+ gxh6 36 Ec8+ Sd8 37
material igualado, las blancas deberí­ Sxd8+ £xd8 38 ^e8+ &g7 39 ^xd8 =
an conservar posibilidades de éxito, (Alekhine, Botvinnik).
gracias a su poderoso peón pasado. 35 ... <¿>h7 36 Ec3 ^dl 37 f3 '^d2 38
30 ... Wxa2 31 h5 Sc4 ^g5 39 Ehd?
“El inicio de un plan elaborado que, “Tras haber logrado una posición de ta­
eventualmente, echa por tierra la victo­ blas, Alekhine trata de jugar a ganar y,
ria. El camino lógico y correcto era 31 como a menudo sucede, se encuentra
Sc8, que descarté debido a que las ne­ al borde de la derrota. Después de

455
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

59 Eg4! ^xh5-b 40 Sh4 Wg6 41 Eg4, las ^xd3 a2 48 Ea4) 47 ^xa2 &d3 48 '£Zc4
negras habrían tenido que acceder a &xf4 49 ’3fxf4 y 50 g4, con tablas, gra­
una repetición de jugadas (41 ... Wh5+ cias al maravilloso caballo de Í5.
42 Eh4 =), puesto que tanto 41... Wf6?
42 Exg7+, como 41 ... 4lg5? 42 f4 f6 43 43 Eg4
^b5 serían malas” (Kotov). “La primera jugada de la combinación
salvadora, que tuve la fortuna de en­
39 ... Wf6 40 We4 £c5 41 Wc2
contrar ante el tablero, tras media ho­
Aquí se aplazó la partida y Euwe realizó ra de ansiedad. Una de las claves de la
la jugada secreta. Las blancas tienen jugada anterior de las negras era que
una posición desagradable. las blancas no podían jugar aquí la ten­
tadora 43 &e7+ 3?h8 44 Exa4?, debido
430 a 44 ... ^xf3! - +” (Alekhine).
43 ... g6
Es inútil 43 ... a3 44 £lxg7+ <&h8 44
&f5, con suficiente contrajuego.
44 2>h4!
Pero no 44 hxg6+? fxg6 45 £>h4 Eg7.
44 ... Wxd6
A tablas conducía 44 ... a3 45 hxg6+
fxg6 46 £>xg6 Wb2 47 £>f8+ á»h8 48
41 ... a5?I £ig6+, ya que 48 ... <£g8? es malo, por
49 £e5+! Eg7 50 ^xb2 axb2 51 Eb4.
“Un cuidadoso examen de las posibili­
dades de ambos bandos me llevó a la 45 hxg6+ fxg6
conclusión de que lo más prometedor
La culminación de la partida y, en bue­
para las negras era la jugada aparente­
na medida, de todo el encuentro.
mente menos agresiva, 41 ... ‘¿’hS, y
después de 42 g3 (lo mejor), 42... Ed8!
431
43 ¿g4 Eg8, ya que amenazarían con el
avance de su peón a, con efectos decisi­
vos. Con todo, la siguiente jugada ne­
gra no me sorprendió, ya que la había
analizado ahora, y también después de
41 ... *h8 42 g3" (Alekhine).
42 g3!
“Esta medida de seguridad es necesaria
en todas las variantes” (Alekhine). Du­
rante la reanudación, las blancas jue­
gan con mucho ingenio, encontrando
continuamente las mejores jugadas. 46 Ed4Ü
¡Una de esas sorpresas atronadoras de
42 ... a4 Alekhine! La captura de la torre per­
Más venenosa era la sugerencia de Ale­ mite el jaque perpetuo (46 ... ^xd4
khine 42 ... '¿’hS 43 Eg4 a4 (no es mejor 47 ^xg6+ ^h8 48 ^e8+). Creo que
43... Zd8 44 Zxg7 &b7 43 SS4 £¡xd6 46 este golpe debe haber abatido a Eu­
Zf4: G. K.) 44 Sxg7 a3 45 Eg4! Ed8 (si we. En este match continuamente es­
45 ... ^b2, entonces 46 10fxb2+ axb2 47 tuvo experimentando algo así como un
Jtb4) 46 ¿f4 a2 (o bien 46 ... &d3 47 shock, porque su oponente encontraba

A KA
Alexander IV

jugadas que se encontraban más allá 146


de su comprensión A. Alekhine-M. Euwe
46 ... We6 47 Sxd7+ £xd7 48 Wxa4 h5 Holanda 1937, Campeonato Mundial
49 Wc2 $e5 50 <¿>g2! Match-revancha, 2.2a partida
Apertura Réti (A09)
¡Otra trampa!
50 ... £c4? 1 2>f3 d5 2 c4
El legad de Réti.

o
Y las negras caen en ella. Lo correcto
era 50 ... Wc4!, y, según Alekhine, 51 2 ... d4
^d2 Wc5 52 f4 ^c6+ 53 &gl £f3+ 54 Le recuerdo al lector que Lasker jugó
£Lxf3 ^xf3 55 Wel, las blancas ten­ 2 ... c6 -partida núm. 71.
drían considerables posibilidades de
3e3
tablas. También tienen contrajuego
después de 53 ... £ig4 54 Wa2 Wcl+ Después de 3 b4, las negras tienen
(54 ... &h6 55 Wb2) 55 <á?g2 'á’hó 56 tiempo de apoyar a su peón de d4,
£lf3. Pero en cualquier caso, la posi­ con 3 ... f6 4 e3 eo.
ción dista de estar clara: ¡las negras tie­ 3 ... ^c6
nen un peón de ventaja! No sé cómo
habría terminado la partida, si ambos “Después de 3 ... c5 4 b4 f6, las blan­
contrincantes hubiesen intercambiado cas no pueden jugar 5 bxc5, por 5 ...
los colores. e5!, con iguales posibilidades, pero 5
exd4 cxd4 6 c5! (esta última jugada,
51 £}xg6! que parece muy efectiva, fue descu­
bierta por mí al prepararme para el
Jaque porjaquey dama por dama: 51 ... match), cuando la debilidad de la dia­
£e3+ 52 <±>f2 5}xc2 53 ^£8+ y 54 £xe6. gonal a2-g8 le causaría considerables
¡Tablas! problemas a las negras. Si 6 ... e5, en­
“Esta partida representó el momento tonces 7 Ac4; si 6 ... Wd5, 7 Wc2 (o
crucial del match”, considera Alekhine. bien 7 &b51? ftc6 8 d3: G. K.) 7 ^a4+
“Al no ganarla, Euwe perdió la mayoría &d7 8 b5 e5 9 ^.c4, pero no 9 ...
de sus probabilidades de conservar el tí­ ^.xc5?, debido a 10 Jtxg8 Sxg8 11
tulo de campeón mundial”. La mayoría, Wc4” (Alekhine). Sólo queda 9 ...
¡pero no todas! “Perdí una clara oportu­ &h6 10 JtaSI, etc.
nidad de ganar en la 19a partida”, escri­ 4 exd4 £>xd4 5 £ixd4 Wxd4 6
be Euwe, “y tuve excelentes posibilida­ 2T6
des en la 20a. La puntuación era 11-9. Alekhine recomendaba 6 ... -&g4, pe­
Aquí, lo mismo que la 21a partida del ro en tal caso las negras tendrían que
primer encuentro se convirtió en el ‘Se­ contar con 7 ^a4+-! (Keres-Euwe,
dán’ de Alekhine, la partida del mismo Noordwijk 1938). También se ha ju­
número resultó ser mi ‘Sedán’ en este
gado 6 ... e5 7 d3 £ie7, pero actual­
match. La diferencia es que la desventa­ mente la línea de moda es 6 ... c6 7
ja en el marcador subió a tres puntos”.
d3 £>h6!?
El match quedó finalmente decidi­
do en la sorprendente y, podríamos 7 d3
decir, legendaria 22a partida, en la que No tiene sentido 7 £>b5?l Wb6 8 d4
el caballo de Alekhine cabalgó a todo £e4! 9 c5 Wc6 10 £c3 a6 =.
lo ancho y largo del tablero, obligan­
do a rendirse a su agotado oponente. 7 ... c6?
Aunque, como demuestra el análisis “Una seria pérdida de tiempo. Parece
de la computadora, no estaba obliga­ suficiente 7 ... e5. Si entonces 8 ^.e3r
do a perder. simplemente 8 ... ^d8 9 d4 £}g4; o
G:ry Kasparov - Mis geniales predecesores

bien, si 9 &e2, entonces 9 ... c5 (o in­ 432


cluso, la más sólida 9 ... ^.e7), con jue­
go más o menos igualado” (Alekhine).

8áe3 Wd7 9 d4 g6 10 £.e2 Ag7

Aquí no servía 10 ... 4£g4?l, por 11


±f4 ±g7 12 h3.

11 h3 0-0 12 0-0 b6 13 &b7

'El juego está completamente iguala­


do” (Kotov). Nada de eso como con-
$ecuencia de su imprecisión en la sép­ 21 d5!
tima jugada, las negras han salido de Esta repentina ruptura es una combi­
La apertura con una posición bastante nación de estrategia y táctica, caracte­
pasiva. rística del cuarto campeón mundial.
“Esta es la única posibilidad de lograr
14 a4! ventaja de la debilidad del peón b6,
creada por el avance del peón a. Las
“A fin de que una ruptura central sea blancas no tienen medios para mejorar
más efectiva, las blancas deben debili­ la excelente posición de sus piezas”
tar primero el peón de b6" (Alekhi­ (Alekhine).
ne). Bueno, ese es uno de los planes
posibles. 21... cxd5 22 cxd5 £c5
Resulta que si 22 ... AxcS?, las blancas
14... 2ad8
habían preparado 23 d6!l Wxd6 24
“Casi una triste necesidad, puesto Wxc3 Axf3 25 ^.h6!, ganando calidad,
que tras a4-a5, las negras tendrán que mientras que si 22 ... £>e5, entonces 23
afrontar la amenaza a5-a6, mientras ^.e4, con la amenaza d5-d6.
que, por otro lado, después del cam­ “Era posible una jugada algo mejor.
bio en b6 estarán obligadas a propo­ Después de 22 ... exd5l Euwe habría te­
ner, al menos, el cambio de un par de nido motivos para contar con la igual­
torres" (Alekhine). dad” (Kotov). “Las negras deberían lo­
grar tablas con 22 ... exd5 23 &xd5
15 a5 Wc7 16 Wb3 ¿£d7 17 axb6 axb6 £xc3 24 bxc3 &xd5 25 Wxd5 Wxc3 26
18 2a7 3a8 Sel 2>f6 27 Wd6 ^b2" (Botvinnik). Sin
embargo, a mi juicio, es más fuerte 23
Se amenazaba 19 d5. &xd5! &xd5 24 Axd5, con una clara
ventaja.
19 Sfal e6
23 Wc4
De otro modo, sería más desagradable
d4-d5. Pero no 23 ^.xc5?l ^xc5 24 dxe6 Axf3
25 exf7+ Sxf7 26 gxf3 &xc3 27 Sa7
20 Sxa8 «&xa8 Wg5+, con jaque perpetuo.
23 ... exd5 24 Axd5 £xd5?I
Según Alekhine, después de 20 ...
2xa8 21 Sxa8+ 22 ^a3 áb7 23 b4, Nadie ha comentado esta jugada, pero,
“las blancas tendrían que resolver un en mi opinión, es bastante anodina, y
problema técnicamente más fácil que las negras debían haber jugado 24 ...
en la partida". Pero creo que era pre­ ±xc3l? 25 bxc3 áxd5 26 Wxd5 ^e6,
cisamente aquí donde Euwe podría con una posición ligeramente inferior
haber resistido. (casillas negras débiles), pero sólida,

458
Alexander IV

de modo que, objetivamente, las cosas rio 29 Af4) 32 ... Af8 33 Ah6 Wd6 (o
están más cerca de las tablas. bien 33 ... ^e7 34 2c8) 34 Wxd6 Sxd6
25 &xd5 We5»? 35 2c8 + -” (Alekhine).

“Las negras eligen la línea más agresi­ 31 Sel £d3


va, lo que es, ciertamente, más prome­ 31 ... £d8 32 Ago!
tedor que la puramente pasiva 25 ...
32 Wc4! ^e2
Wb7 26 Sbl ^d7 27 Wb5!, con una cla­
ra ventaja de espacio para las blancas” No, por supuesto, 32 ... Ad4?? 33 £if6+.
(Alekhine). 33 Efl 2>xf4
26 2bl £a4! 27 b3 £b2 28 ^c6 b5! 29 33 ... 2e8 34 Ae3!
Af4!
34 Wxf4
Euwe esperaba crear contrajuego des­
pués de, por ejemplo, 29 Ac5 (29 Peor es 34 £¡xf4? ^xc4 35 bxc4 Ec8
'^xb5? Kd8 - +) 29 ... Sd8 30 &e7+ <á?h8 36 Sel Ah6, con tablas. También aho­
31 Wxb5 We4! 32 Sfl 4¿id3. Pero ahora ra tienen las negras algún contrajue­
se pone de manifiesto que toda la aven­ go por el peón (¡un alfil de largo al­
tura era peligrosa para las negras. cance!), y la única cuestión es cómo
pueden resistir con éxito. Para las
blancas no es fácil ganar, con o sin da­
mas. Yo pude salvar un final similar,
con un peón c, contra Geller (Minsk
1979, 47° Campeonato URSS). Pero
un peón b es, no obstante, más remo­
to, lo que es peor para el bando que

34 ... Wb5 35 WE3!


Es impreciso 35 Wc4?! 2b8 =.
35 ... 2b8 36 Sb 1 ^a6 37 Edl?!
“Este intento de repetirjugadas condu­
29 ... We6? ce, debido al poco tiempo restante, a
“La única defensa adecuada era 29 ... interesantes complicaciones. Después
^Ze2!, aunque después de 30 Sfl!, las de la simple 37 b4, las blancas no ten­
negras seguirían con sus puntos débi­ drían muchos problemas para explotar
les: el peón de b5, la casilla f6 y, por úl­ su peón pasado. Por ejemplo: 37... Wc4
timo, pero no lo menos importante, la 38 ^e7+ <¿?f8 39 ^c6 2b6 40 bol 3xb5
insegura posición del caballo en b2” 41 ^a3+, ganando” (Alekhine).
(Alekhine). Yo hubiera jugado 30Ag3! 37 ... Wa3 38 Sbl '©a2
El caballo de do es muy fuerte, pero no
está claro cuán importante es la ventaja Después de 38 ... Ab2 39 b4 M 40
blanca si, después de, digamos, 30 ... gxf3, no 40 ... ^.d4?, debido a 41 £}e7¿
^d3 31 Sel ^xb3 32 Ad6!, inician in­ ■±>f8 42 £c6.
esperadamente un ataque. 39 ^d3 Ad4
30 Bxb5 Un interesante contrajuego sobre eL
Ahora pueden tomar simplemente el peón f2. “Este contraataque sólo com­
peón. promete la posición del rey negro. Pe­
ro es difícil sugerir una línea de juego
30 ... We4 satisfactoria, ya. que las blancas amena­
“Si 30 ... Sd8, entonces 31 Sel! 2xd5 zan, simplemente, con avanzar su peón
32 Wb8+ (he aquí por qué era necesa­ pasado” (Alekhine).

459
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

4C Sfl Wb21? mi opinión, lo más fuerte era 43 Sxf2!,


Una fuerte maniobra. Si 40 ... Wa7, 41 con un peón de ventaja y buenas pers­
b4!, mientras que ahora esto es dudo­ pectivas de ganar (más o menos, en tor­
so, a causa de 41 ... Se8! Aquí se aplazó no al 50%). Mientras que ahora esas
la partida, correspondiéndole sellar su perspectivas podían haberse disuelto
j ugada a las blancas. como la nieve de marzo...

434 435

41 £je7+! 43 ... Se8?


“Esta jugada secreta inicia el ataque fi­ Parece que éste es el error decisivo por
nal que, tras una docena de movi­ {demasiada pasividad! “Si 43 ... Sb7, en­
mientos, conduce, prácticamente por tonces 44 Wf3 &b6 (44 ... Ac5 45 Wd5)
fuerza, a la ganancia de clama por dos 45 £ld8, ganando, al menos, la calidad”,
piezas” (Alekhine). Ahora comienza la escribe Alekhine, a quien se le escapa la
reanudación, la fase más interesante fortísima réplica 45 ... We5+! 46 g3 (si 46
de esta partida. Aunque las blancas <á?hl &xd8! 47 ^xb7 Ac7 48 £gl ^d4+,
ejecutaron una colosal combinación, con tablas) 46 ... 2e7 47 &xf7 ^e2+ 48
en realidad las cosas no son tan senci­ ^xe2 fíxe2+ 49 <¿>hl &g7, ¡y tablas!
llas. La computadora capta los matices Después de 43 ... Sb7! (¡unaj ugada “de
que han escapado a la atención de los máquina”!) 44 Sf3 J&b6, tuve que bus­
laboriosos analistas. car otros caminos. Si 45 &d4, las negras
se salvan, tanto con 45 ... Sd7 46 £ie6+
41 ... &f8!
<á?g8 47 Wa8+ £d8 48 2>xd8 We5+ 49
“Jugada única. Era desesperado 41 ... *á?hl We8 », como con 45 ... Wxd4 46
&h8 42 £)c6 £.xf2+- 43 Sxf2 Wcl+ 44 Wxb7 We5+ 47 g3 Wb2+ 48 ^g2 ^xb3 =.
&h2 Wxc6 45 Sxf7 -+■ o bien 41... *&g7 Más incisiva es la tranquila 45 &hl!,
42 2>f5+! gxf5 43 ^g3+ y 44 WxbS” con una serie de diversas amenazas, co­
(Alekhine). mo, por ejemplo, 45 ... 5d7 46 Wg4
Ud5 47 Wb4+ ±c5 48 Wc4 Wd2 49
42 £c6 £xf2+ 43 <áíh2? £k!8! (¡un caballo indomable!) 49 ...
“Sólo aquí” (Kotov). “La idea de este ^?g8 50 £>xf7 Wd4, y aunque las blancas
sacrificio de peón (en lugar de 43 Hxf2 conservan ventaja, la posición está, no
Wcl+ 44 Wfl! Wxc6 45 fixf7+ <á?g8 46 obstante, más cerca de las tablas. Des­
fi£3, ya que las posibilidades de ganar pués de los inminentes cambios, el pri­
son muy problemáticas) sólo resultará mer jugador queda con un peón extra
evidente después de la jugada 48. La que es difícil de materializar.
maniobra de caballo que sigue es muy Así, el espectacular ataque de Alekhine
espectacular” (Alekhine). no era, en modo alguno, forzado y ni si­
Todos los comen taxistas colocan un sig­ quiera del todo correcto.
no de admiración a 43 ^h2, pero, en 44 ^f3 Se2
Alexander IV

“De nuevo, jugada única. Pero si las 48 ... &h4 49 ^b7+- <¿>e8! Sólo había
blancas hubiesen jugado 43 •á’hl, en­ que encontrar otro grandioso salto de
tonces 44 ... fiel habría salvado a las caballo con 50 £ie6!! fxe6 51 Wf7+ *á?d8
negras” (Alekhine). 52 ^f8+ &c7 53 fif7+ <á?b6 54 Wb8+
45 £>d4! fid2 46 2le6+ &e7 47 £>f4 <£c5 55 fic7+ &d5 56 fid7+ &e4 57
Wb7+ <¿>fo 58 fixd4 Sxd4 59 Wxh7 + -.
Con la amenaza 48 &d3. Creo que los Esto significa que, después de todo, ¡43
saltos de este caballo deben haber deja­ ... Se8? fue el error decisivo!
do a Euwe con la cabeza dándole vuel­
49 £e2!
tas. ¡Cada vez que esta agilísima pieza
mueve, crea nuevas amenazas! Euwe probablemente sólo esperaba 49
£d3? fial 50 We2+ &e3.
47 ... Wd4
49 ... fial 50 ^b7+!
“O bien 47 ... Wc2 48 Sal, y el expues­
to rey sucumbe al ataque combinado Pero no 50 £>xd4? fixfl+ 51 <&h2 -&gl+,
de las tres piezas blancas” (Alekhine). Y recuperando la dama.
si 47 ... Ad4?, entonces 48 Wb7+ <¿e8 50...<á?f6?l
49 Wc8+ <á?e7 50 Wc7+ <á?e8 51 &d3!
'^xb3 52 Sel+ «£f8 53 Wd8+, o bien No obstante, era más tenaz 50 ... «á’fS 51
51 ... Sxg2+ 52 -á»hl+-. £xd4 fixfl+ 52 <Éh2 Agl + 53 <¿>g3
.&f2+ 54 ‘á’fS .áx.d4+ 55 ¿?e2 (55 <¿>e4
^.f6) 55 ... fif2+- 56 ‘á’el <&g7!, y las
blancas tienen que incorporar las reser­
vas: ¡el peón b pasado!
51 £xd4
Los argumentos se acaban; las blancas
tienen una dama de ventaja.
51 ... fixfl+ 52 &h2 ±gl+ 53 <á?g3 &f2+
54 <M3 £.xd4+ 55 Sdl
Se amenazaba 55 Sa6+.
56 ^d5?!
48 <éhlü “La sencilla 56 Wc6+, seguida de 57
Wc2, ganaba de inmediato. Esta omi­
Esta ultrabrillante jugada tranquila su­ sión -afortunadamente desdeñable- es
pera en el acto a Euwe. Ahora se ame­ la única que cometí en esta compleja
naza 49 &e2. partida” (Alekhine).
48 ... Ea2? 56 ... <á?e7
Esto parece un grave error. 48 ... h5? 49 El final de peones, tras 56 ... fiel4- 57
£}e2 Sdl 50 Wb7+ viene a ser, más o <á?xd4 fidl+ 58 <£c5 fixd5+ 59 'á’xdS
menos, lo mismo. Pero si 48 ... &h4, 60 <¿>06, también es desesperado.
entonces, según Alekhine, “pierden co­
mo sigue: 49 ^b7+ '^rd7 (49 ... ‘á’dó 50 57 g4 h5 58 gxh5 f5+ 59 &f3 fid3+ 60
Wb8+) 50 ^b4+ <á?e8 51 2¡e6! &e7 <£e2 fie3+ 61 <á?d2 Se4 62 hxg6
(51 ... Zd6 52 Wxh4 Sxe6 53 &xh7: G. Las negras se rindieron. ¡Un final dig­
K.) 52 Wb8+ £d8 53 £xd8 Wxd8 54 no del match! En esta partida el poten­
We5+ We7 55 Wh8+ «á?d7 56 Wxh7 fif2 cial desplegado por las piezas de Ale­
57 fidl+‘¿,c7 58 Wh8, etc.”. khine causa una. enorme impresión.
Durante un par de minutos no estuvo En ese momento, Euwe, según su
claro para mí (ni para la computadora) propia admisión, tuvo que asumir la de­
cómo ganan las blancas después de rrota: “La tension de la lucha se había
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

vuelto insoportable para mf*. Alekhine res del pasado, de los que ahora soy ple­
ganó también la 24a y la 25a partidas, namente consciente, no resulten un obs­
dominando el match por 15,5-9,5 (+10 táculo insuperable... (¡Aquí sigue una
-4 =11). ¡Un triunfo convincente! lista de errores!: G. K.) Lamento tan
“El resultado del match-revancha profundamente estos errores que en los
aporta una respuesta suficientemente últimos años mi actitud indiferente ha­
clara: Alekhine no es sólo un jugador cia el gigantesco crecimiento de los lo­
muy fuerte, sino el más fuerte del mun­ gros soviéticos se ha transformado en
do. Jugó maravillosamente, y perder admiración.
ante un rival así no es, en modo algu­
no, una desgracia. Estuvo excelso en to­ No se sabe con quién habrá consul­
das las fases, pero, por encima de todo, tado el comisario Krylenko en el Krem­
admiro su maestría en la reanudación lin, pero la cuestión de la colaboración
de las partidas aplazadas”, escribió Eu- de Alekhine con la revista 64 no fue, de
we, inmediatamente después del due­ hecho, resuelta. Estas cartas no recibie­
lo, y años más tarde recordaría: ron respuesta y sólo salieron a la luz...
“La clase exhibida por Alekhine era 31 años más tarde (en la revista Shaj-
de un nivel tal que nunca volvió a al­ maty v SSSR, 1967, núm. 9).
canzarlo, ni en el torneo AVRO, ni en Entretanto, el “gigantesco creci­
ningún otro evento. ¿Dónde jugó me­ miento de los logros soviéticos’’ tenía
jor Alekhine: en el match-revancha o su manifestación más notoria en las
en San Remo y Bled? Una pregunta di­ brutales purgas de Stalin, especialmen­
fícil. Se trata de competiciones cualita­ te sangrientas en el período 1937-39.
tivamente distintas. En San Remo y En el verano de 1938 fue fusilado el
Bled el énfasis estaba en la lucha por la formidable Krylenko. En el otoño, la
ventaja de apertura y la subsiguiente policía secreta recuperó de ios polvo­
‘Blitzkrieg’ (* guerra relámpago". Alude a rientos archivos el “caso núm. 228 con­
una rápida escaramuza en el medio juego. tra A. A. Alekhine” (de 18 años atrás),
N.D.T.), mientras que en el match-re­ enriqueciéndolo con un suplemento
vancha, el juego era de naturaleza más de 10 páginas más. Sin embargo, éstas
prolongada”. eran dificultades sin importancia. Lo
cierto es que el genio ruso del ajedrez
nunca regresó a la URSS.
Invicto
A la conclusión del match-revan­
O témpora! O mores! cha, al campeón se le recordó la deci­
¡Oh, tiempos! ¡Oh, costumbres! sión del 14° Congreso de la FIDE (Es-
(Proverbio latino, citado por Pushkin) tocolmo 1937) de que debía reconocer
al aspirante oficial al trono, es decir, el
Una vez recuperado el título de
gran maestro Flohr, quien había “de­
campeón, Alekhine no abandonó el
sueño de visitar su país nativo, para ver rrotado” a Capablanca en la votación,
a su hermana y a su hermano Alexei, y por 8-5. En principio, Alekhine descar­
tó a Flohr, ya que por entonces había
deambular por los lugares de su juven­
recibido una propuesta de Montevideo
tud, las tranquilas avenidas de Moscú.
para acoger su encuentro con Capa-
Pero su carta a la revista 64 resultó in­
blanca. Pero, una vez más, el asunto no
suficiente para redimirle de sus peca­
llegó a concretarse. El campeón exigía
dos, y en 1936 envió otras dos cartas de
que se respetasen las condiciones del
penitencia, con “saludos a la nueva Ru­
match de 1927, mientras que el excam­
sia de hierro”, y una propuesta de cola­
peón quería una distribución más favo­
boración:
rable del fondo de premios. Alekhine
Para mi sería una enorme alegría escribió, muy molesto, que el cubano
participar de nuevo en la construcción no quería jugar en realidad, y que to­
de la nueva URSS. Espero que mis erro­ do el clamor que despertaba con su

462
ALEXANDER IV

desafío no era más que la publicidad ralezas tan ambiciosas, lo que hubiera
de “una prima donna madura”. requerido que estuviesen separados no
Sin embargo, tampoco él llegó a ju­ sólo por continentes, sino también por
gar con Flohr, a pesar de que campeón distintos siglos \¿Esa es la cuestión! ¡Re­
y aspirante habían firmado en 1938, en cuerdo que en una ocasión se dijo de Karpov
Praga, un acuerdo para disputar el y de mí que era como si hubiesen metido a
match, que debía celebrarse en el oto­ dos tigres en una misma jaula!: G. K), lo
ño de 1939 en diversas ciudades che­ que se percibía en cada jugada y afecta­
coslovacas. El fondo de premios estaba ba negativamente a la calidad de sujue-
garantizado por la prestigiosa firma de go. Tal fue el caso en Nottingham 1936
calzado Tomas Bata. Pero a fines de y tal fue el caso, también, aquí”.
septiembre de 1938 todos los planes Acerca de su duelo en la segunda
quedaron en suspenso, a causa del no­ ronda: “De nuevo, la partida de Ale­
torio “acuerdo de Munich”, según el khine es la única no finalizada, pero
cual se autorizaba a Hitler a anexionar­ en esta ocasión tenía que intentar sal­
se parte del territorio de Checoslova­ varla por todos ios medios. Diez minu­
quia, lo que pronto se traduciría en la tos antes de la reanudación, ambos
ocupación de todo el país. contrincantes estaban ya en la sala de
El acontecimiento más importante, juego y ambos parecían exhaustos. Es
con un carácter ciertamente simbólico, evidente que los dos habían estado es­
a finales de la década, fue el famoso tudiando toda la. noche las sutilezas de
torneo AVRO (Holanda, 2-27 noviem­ la posición aplazada. Pero desde las
bre 1938), en el que participaron los primeras jugadas quedó claro que el
ocho mejores ajedrecistas del planeta, cubano no había profundizado en to­
en un torneo a doble vuelta: 1-2. Keres das las grietas y escondrijos del juego.
y Fine 8,5 (de 14); 3. Botvinnik 7,5; 4-6. Pronto recurrió incluso a su segundo par
Alekhine, Reshevsky y Euwe 7; 7. Capa- de gafas, claro signo de insatisfacción y
blanca 6; 8. Flohr 4,5. La competición tras una excelente réplica de Alekhine,
se celebró en varias ciudades holande­ inmediatamente aceptó las tablas”.
sas, y los constantes traslados afectaron, ¡Menudo acuerdo de tablas! Leamos
sobre todo, a los veteranos (el tercero y la prensa holandesa: “Alekhine realizó
el cuarto campeones mundiales), pero la últimajugada de la partida, situando
de todos modos la clasificación final su alfil cerca de! rey de Capablanca, se
del torneo fue una evidencia de que levantó de la mesa y comenzó a pasear
habían surgido nuevas estrellas en el como si esperase una respuesta. Capa-
firmamento ajedrecístico. blanca permanecía sentado (durante
Describiré este histórico torneo en la media hora jugada en la reanuda­
mayor detalle en el segundo tomo, y só­ ción, ambos rivales apenas se mantu­
lo diré que Alekhine sufrió tres derro­ vieron sentados durante unos minu­
tas (una contra Botvinnik y las otras dos tos), examinando la posición. Por fin,
ante Fine), y tuvo que emplearse a fon­ llamó al director del torneo, Landau.
do en dos partidas que eran especial­ Cuchichearon durante unos segundos,
mente importantes para él. Está claro y Landau buscó a Alekhine, le susurró
que me refiero a sus luchas con Capa- algo al oído. Alekhine sacudió su cabe­
blanca: ¡había llegado la hora de saldar za afirmativamente. Entonces Landau
viejas cuentas! volvió al escenario y, a su vez, le susu­
“Durante los últimos once años los rró algo a Capablanca. Entonces apa­
encuentros entre Alekhine y Capablan- reció el mensaje “tablas” en el tablero
ca se habían hecho extremadamente mural. Esta era La palabra secreta susu­
raros”, escribió Tartakower en su cróni­ rrada”.
ca del torneo. “Su enemistad personal Su segundo encuentro no fue me­
se basaba en el hecho de que el mundo nos dramático. *No fue una lucha, sino
era demasiado pequeño para dos natu­ una especie de danza salvaje de piezas,

463
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

lo que se vio en la Defensa Francesa Para jugar -&d7-b5. Panov recomenda­


Aiekhine-Capablanca. El campeón del ba 13 ... Ec8 14 Ecl a5, y Kotov 13... f5,
mundo había decidido, por lo visto, ce­ añadiendo: “Es difícil jugar una partida
lebrar como se merecía, el 50° aniver­ importante el día que cumples 50
sario de su colega cubano. Sin saber si años”.
debía presionar los pedales estratégi­
cos o los tácticos, Capablanca perdió el 14 &c3
hilo y también una pieza, y, para colmo “La posición negra es ya extremada­
de males, también su control del reloj. mente difícil” (Panov).
En la jugada 35, su banderita cayó”
iTartakower). 437

147
A. Alekhine-J.R. Capablanca
Torneo AVRO, Holanda 1938
Defensa Francesa (C06)

I e4 e6 2 d4 d5 3 £d2 £sf6 4 e5 £fd7 5


&d3 c5 6 c3 &c6 7 2>e2 Wb6
Actualmente, hay un intenso debate
teórico sobre la continuación 7 ... cxd4 14.. . a5?I
8 cxd4 f6! “Una maniobra muy desafortunada,
8 £tf3 cxd4 9 cxd4 &b4+?! pero tales jugadas se hacen normal­
mente en posiciones muy comprometi­
También aquí es mejor 9 ... f6.
das” (Alekhine). Si 14... &g6, entonces
10£fl!? 15 h4l 0-0 16 h5 &h8 17 ^c2 (Euwe), y
“Esto conduce a un juego vivaz, mien­ a 14 ... a6 ó 14 ... Ec8, es fuerte 15 £}a4!
tras que después de 10 ^.d2 las ne­ 15 £a4!
gras pueden forzar el cambio de da­
mas. Pero en esta partida concreta Pero no 15 b5 a4, con cierto contra­
quería ganar a toda costa, porque tu­ juego.
ve una premonición de que sería mi 15.. . ^a7
última partida con. Capablanca. Es
cierto que podría no haber sido así, Era claramente favorable a las blancas
porque hubiéramos podido enfren­ 15 ... &xa4 16 Wxa4+ £}c6 17 &e2! Por
tarnos en la Olimpiada de Buenos Ai­ ejemplo: 17 ... £}d7 18 Ehbl (Euwe);
res (1939), pero él rehuyó el encuen­ 17 ... Bc8 18 b5 £>a7 19 Ehcl &d7 20
tro” (Alekhine). Exc8+ &xc8 21 Ecl, o bien 17 ... &g6
18 h4 0-0 19 b5! £d8 20 Wc2 (Panov).
10 ... £e7
16 b5 b6
10 ... 0-0? 11 J.xh7+-l; 10 ... f6?I 11 £f4!
“Ahora la posición del flanco de dama
II a3 £T8?l está totalmente inmovilizada y las blan­
“El inicio de un complicado reagrupa- cas deben emprender acciones en el
miento que no produce un resultado flanco de rey” (Alekhine).
satisfactorio” (Alekhine). Después de 17 g3 f5 18 <á?g2 &f7
11 ... 0-0, Alekhine sugirió 12 ^c2, y
Euwe 12 h4! Quizá sea más correcto Comenzando una batalla “por” y “con­
11... a51? tra” g7-g5.
12 b4 £d7 13 &d8?l 19 Wd2!

' 4fi4
Alexander IV

19 Sel?! g5! gras tienen problemas. Pero parece


mejor la idea de Panov, 28 .&d3! (ame­
19 ... h6 20 h4 2>h7 21h5!
nazando £ig6) 28 ... ^.xh4 29 Sxh4, se­
“Suprimiendo definitivamente la ame­ guido del doblaje de torres en la co­
naza g7-g5. Es cierto que la jugada tex­ lumna g, con un ataque ganador.
tual permite al caballo negro ocupar de
forma temporal g5, pero por otra parte 28 £xh7+! 2xh7
asegura la casilla g6” (Alekhine). O bien 28 ... &xh7 29 Wbl+ &g8 30
21 ... £>fg5 ®g6-
21 ...0-0!? 29 ®g6 _ád8 30 Sacl!
22 <£h4 £e4 23 Bb2 <á?F7?! “A primera vista, era más simple jugar
30 <d?g3 y (¿’xg4, atrapando el caballo,
“Las negras no pueden impedir que el
pero entonces las negras habrían logra­
caballo ocupe una posición dominan­ do buenas posibilidades, con 30 ... 2c8
te en g6, puesto que 23 ... Axh4?! 24 31 Bad (31 <£xg4 Bc4!, salvando la
gxh4! le costaría la vida al caballo de
pieza) 31 ... 2c4!, y el caballo negro es­
e4” (Alekhine). Pero, en opinión de tá muy lejos de perderse. La jugada de
Kotov, ofrecía mayor resistencia 23 ... la partida, privando a las negras de to­
0-0.
do contrajuego sobre la columna c, eli­
24 f3 ^eg5 mina esa posibilidad” (Alekhine).
“Ahora se inicia la ruptura del flanco 30 ... áe8
de rey negro” (Alekhine).
No hay ninguna jugada más útil.
25 g4 fxg4 26 .&g6+! ‘á’gS
31 <¿>g3! ef7 32 <á?xg4 ^h4
Si 26 ... ‘¿’fS, entonces es bueno 27
3hfl! Por ejemplo: 27 ... g3 28 f4 £)e4 O bien 32 ... £g5 33 fxg5 Wf5+ 34 &g3
29 f5! Jtxh4 30 fxe6+ (Panov), o bien Axg5 35 Scfl + --
27 ... gx£3+ 28 &xf3 *&g8 29 £}xg5 33 £xh4 Wxh5+ 34 <£g3 Wf7 35 2tf3
4¿}xg5 30 &xg5 .&xg5 31 &xb6!! '^xb6
32 Bf2+-(Euwe). En esta desesperada posición, y en el
momento en que jugaba 35 ... h5, Ca-
438 pablanca perdió por tiempo, por se­
gunda vez en su vida (la primera había
sido contra I^umin, en Moscú 1935).
¡Un “buen” regalo de cumpleaños! El
resultado global de las partidas con de­
finición entre estos dos rivales históri­
cos quedó fijado, para siempre, en 7-7.
Caissa es rigurosa., pero justa.
De modo que, puesto que Flohr ya
no era aspirante, los organizadores del
Torneo AVRO proclamaron que el
vencedor debería obtener un derecho
27 f4! 2>f3?! preferencial a un match con Alekhine.
¡Desesperación! Después de 27 ... 4&f7, Pero en la ceremonia de apertura el
Alekhine pensaba seguir también con campeón declaro, con razón, que aun­
28 Axh7+ fixh7 (28 ... *xh7? 29 ^bl+ que aceptaría el desafío del vencedor,
&g8 30 £}g6) 29 ¿g6. Estoy de acuerdo si este último garantizaba las necesa­
en que después de, por ejemplo, 29 ... rias “condiciones competitivas y finan­
£d8 30 Sacl £h8 31 ^e2 £xg6 32 cieras”, en principio consideraba que
hxg6 2h8 33 Wxg4 Sc8 34 2c6!, las ne­ tenía derecho a jugar con cualquier
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

famoso gran maestro que pudiese reu­ mantener este encuentro estrictamen­
nir el necesario fondo de premios. te confidencial, se estrecharon la mano
“Tomé buena nota de ello; fue en­ y se despidieron. Nunca volvieron a
tonces cuando decidí que debía de­ verse.
safiar a un match al campeón del He aquí otra importante evidencia,
mundo”, escribe Botvinnik. “No sabía por parte de Botvinnik: “Después del
cuándo volvería a ver a Alekhine”. torneo, se celebró una reunión entre
Keres fue declarado vencedor del los jugadores, única en la historia del
AVRO, por desempate, e inmediata­ ajedrez. En la sala había siete jugadores
mente pidió una reunión con Alekhi­ (Alekhine y Capablanca asistieron por
ne, a fin de discutir las condiciones pa­ turnos). Se discutió la cuestión de esta­
ra un match. La pequeña Estonia blecer un club con los ocho mejores,
(parece que siguiendo el ejemplo de de forma que el club pudiese confir­
Cuba y Holanda) estaba dispuesta a res­ mar las reglas de los encuentros por el
paldar a su héroe. Alekhine respondió campeonato del mundo. Alekhine se
con un principio de acuerdo, pero en mostró de acuerdo con un fondo de
realidad no llegaron a reunirse: Paúl premios de 10.000 dólares, con una ex­
Keres esperó en vano al campeón en el cepción: Capablanca tendría que reu­
vestíbulo del Hotel Carlton. nir 18.000 (10.000 en oro, pues en estas
¡Botvinnik se le había adelantado a condiciones se había celebrado su
Keres! Así es cómo describió su reu­ match de 1927). Cada miembro del
nión con Alekhine: “Invité a Flohr a club tendría el derecho formal de retar
que me acompañase, pues necesitaba al campeón. Se le confió a Fine y Euwe
un testigo autorizado, ¿No estaba Ale­ la redacción de un borrador con las re­
khine vinculado a los emigrados blan­ glas y distribución del mismo (nadie su­
cos? Era necesario ser precavido. Pero girió que la FIDE interviniese en estas
desde la época de Nottingham, Alexan­ cuestiones)
der Alexandrovich se había relaciona­ Lamentablemente, todas estas
do calurosamente conmigo. Alekhine, aventuras, como tantas otras, fueron
el jugador de ajedrez, percibía mi ad­ enterradas por la Segunda Guerra
miración y eso le desarmó. No nos ha­ Mundial.
bíamos vuelto a ver antes del torneo de A comienzos del otoño de 1939,
Amsterdam, cuando comenzó a hablar Alekhine y Capablanca se vieron por
de una nueva estrella, Smyslov (¡Ale­ última vez en su vida en la Olimpiada,
khine había encontrado un error en en su inolvidable Buenos Aires. Ambos
un análisis publicado por Smyslov!) mantuvieron una encarnizada lucha
También ahora era afable con nos­ por el mejor resultado en el primer ta­
otros, puesto que antes pensaba jugar blero, consiguiendo los dos mantener­
un match con Flohr (quien, por su­ se invictos, pero Alekhine sumó 12,5
puesto, estaba entristecido de que no puntos (de 16 partidas), y Capa 11,5.
se tratase de un match con él, sino de Sin embargo, sólo contaban las parti­
negociarlo en nombre de otro, pero no das disputadas en la fase final, donde
lo demostraba). Ante una taza de té se Capa había logrado 8,5 (de 11), y Ale­
negociaron rápidamente las condicio­ khine “sólo” 7,5 (de 10). Así que, para
nes. Si el encuentro se celebraba en no estropear las cosas, el excampeón
Moscú, el campeón debería ser invita­ no jugó el match Francia-Cuba. “El día
do tres meses antes a un torneo para del match”, recordaba un testigo pre­
adaptarse a las condiciones de Moscú”. sencial, “Alekhine llegó a la sala de jue­
Con independencia del resultado go una hora antes y se paseó por el es-
del match, Alekhine percibiría 6.700 cenario; pensando seguramente en su
dólares (es decir, dos tercios del fondo partida con Capablanca. Estaba fuera
de premios de 10.000 dólares). Como de sí cuando vio que los cubanos se
escribe Botvinnik, ambos acordaron presentaban con un reserva. Alekhine

466
Alexander IV

lo aplastó en 20 jugadas, pero no podía una judía americana, el campeón acep­


ocultar su ira". tó las condiciones de los nazis. Volvió a
Como consecuencia, el equipo fran­ Praga y comenzó a jugar en competi­
cés se clasificó en 10° lugar y el cubano ciones bajo los auspicios de la Unión
en 11°. Pero los estonianos, encabeza­ Ajedrecística de la Gran Alemania.
dos por Keres, que habían sumado 14,5 Durante los años de la guerra parti­
de 19, fueron los sensacionales terce­ cipó en dieciséis torneos, ganando nue­
ros, ¡detrás de Alemania y Polonia! Pa­ ve y compartiendo el primer puesto en
ra horror de Alekhine y también, por otros cuatro. En una ocasión se les or­
supuesto, de todos los jugadores, en denó a él y Grace que viviesen en Pra­
pleno apogeo del torneo, y lo mismo ga, y allí, en el invierno de 1942/43
que había sucedido un cuarto de siglo Alekhine casi muere de una escarlati­
atrás en Mannheim, estalló la Segunda na, por extraña coincidencia en el mis­
Guerra Mundial. Alekhine y Tartako- mo hospital en que había muerto Réti,
wer pidieron que se boicotease al equi­ en 1929. Tras recuperarse un poco, ga­
po alemán, en señal de protesta por el nó brillantemente el torneo de Praga
ataque nazi a Polonia, y franceses y po­ 1943: 1. Alekhine 17 (de 19, invicto); 2.
lacos, además de los palestinos, se les Keres 14,5 (el duelo entre ambos finali­
unieron, rehusando jugar con los ale­ zó en tablas).
manes (en cada caso se registró un ar­ El campeón mundial, de 50 años,
bitrario empate 2-2). condujo la siguiente partida con enor­
El trágico destino que le esperaba al me energía yjuvenil entusiasmo, explo­
cuarto campeón del mundo ha sido tando los más variados motivos tácticos
ampliamente descrito en la literatura en su profunda combinación.
ajedrecística y, por consiguiente, sólo
me detendré en los puntos más impor­
tantes.
El mismo otoño, en Sudamérica y a 148
través de intermediarios, se reanuda­ A Alekhine—J. Podgorny
ron las lentas conversaciones acerca de Praga 1943
un match-revancha con Capablanca. Defensa Siciliana (B22)
Mientras que se discutían los detalles,
Alekhine regresó a París y se incorporó 1 e4 c5 2 c3 d5
al ejército francés como intérprete mi­ Actualmente, la respuesta principal es
litar. En el verano de 1940, tras la ren­ 2 ... fcffi.
dición de Francia, Alexander y Grace
Alekhine se encontraron en territorio 3 exd5 Wxd5 4 d4 £c6
ocupado por los alemanes. Soñaban Más preciso es 4 ... &f6 5 £)f3 Ag4 6
con escapar a América, vía Portugal, ^Le2 e6, como también yo he jugado,
donde el campeón podría encontrar contra Kramnik (París 1994, rápidas) y
un lenguaje común con el cubano, pe­ contra Deep Blue (Filadelfia 1996, Ia y
ro quién iba a imaginarse que a Capa- 3a partidas).
blanca sólo le quedaban dieciocho me­
ses de vida. 5£tf3
En la primavera de 1941 los alema­ Jugadas como 5 dxc5 no encajan en el
nes le permitieron a Alekhine viajar a estilo del cuarto campeón mundial.
Lisboa, pero a un alto precio: sin su es­
posa y a cambio de una escandalosa se­ 5 ... .&g4 6 ^.e2 cxd4
rie de artículos antisemitas, Ajedrez ju­ “6 ... e6 7 h3 .&H5 8 c4 y d4-d5” (Ale­
dío y ario, publicados en Francia, khine).
Holanda y Alemania. Para salvar la vida
7 cxd4 e6 8 2>c3 3^b4
y lograr la libertad de Grace quien, se­
gún el hijo “suizo" de Alekhine, era 8 ... Wa51? 9 0-0 10 h3 £h5 11 a3

467
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

habría llevado a una posición de la par­


tida Capablanca-Czemiak (Olimpiada
de Buenos Aires 1939), que causó sen­
sación en la época, y que siguió así:
11... Sd8? 12 g4 ág6 13 b4I ±xb4?l 14
axb4! ^xal 15 Wb3 Sxd4 16 &a3! £c2
17 ^xc2 ^xa3 18 4Lb5!, y las negras su­
cumbieron de forma espectacular. Pero
era claramente mejor 11 ... ^.e7 (u
11 ... £d6) 12 Ae3 0-0 13 b4 ^d8, que
se convirtió en un esquema característi­
co del siglo XX.
Para la completa felicidad, las negras
9 0-0 Wa5 sólo tienen que enrocar y Alekhine, ex­
plotando la momentánea falta de coor­
“Una posición crítica. Si las blancas dinación entre las fuerzas enemigas,
no encuentran la continuación co­ lanza un rápido ataque.
rrecta, la debilidad de su peón aislado 11 d5!
puede originarles serias dificultades”
(Alekhine). La apertura de la columna e es la clave
del ataque blanco. “La única forma.
10 a3! Después de 11 axb4? V^xal 12 ^b3
£xf3 13 &e3 Wxfl+ 14 áxfl ¿Ld5 15
Si 10 Ad2 ^f6 11 a3, Alekhine indica £>xd5 £ixd5 16 b5 &ce7 y 0-0, las ne­
11 ... Jte7l (peor es 11 ... Axc3 12 gras podían haberse defendido” (Ale­
bxc3 £e4?l 13 &el!) 12 £b5 ^d8 13 khine). Y en caso de 11 Wb3 £.xc3 12
Sel 0-0, “y las blancas no tienen nada Wxb7 0-0 13 ^xc6 (13 bxc3 Efc8!)
concreto”, mientras que si 10 d5, 10 ... 13 ... &xf3 14 Wxf3 (o bien 14 £.xf3
Sd8 (pero no 10 ... 0-0-0?! 11 &g5!) 11 Sac8 15 Wd6 2fd8) 14 ... £xd4, no tie­
£>g5 ¿f5!, con una posición de doble nen motivos de queja.
filo, o incluso 10 ... exd5!? 11 ^xd5 (11 11 ... exd5
£xd5 0-0-0) 11 ... Wxd5 (11 ... &xc3!?
“Después de 11 ... fíd8 (11 ... 0-0-0) ha­
12 ^e4+ &e6 13 bxc3 £>f6) 12 &xd5
-ád6, con un juego aceptable. bría seguido 12 ^b3, con la amenaza
13 axb5 ^xal 14 &e3, y si 11 ... £>xd5,
12 &xd5 exd5 13 axb4! (13 Qd4'?: G.
Las blancas prefirieron, por tanto, en­
trar en un sendero combinativo, explo­ K.) 13 ... ^xal 14 ^b3 &xf3 15 Jkg5!
^xfl+ 16 ^.xfl .&e4 17 f3, ganando un
tando la posición de rey y dama negros.
peón, en vista de la falta de coordina­
ción de las piezas negras” (Alekhine).
10 ... £f6?
Por ejemplo: 17 ... .&f5 18 ^xd5 ^.e6
19 ^e4, y 19 ... 0-0? 20 J£Ld3! g6 21 £fb
Una jugada natural de desarrollo ¡que
conduce a una catátrofe sobre casillas
es el error decisivo! Era imprescindible
negras.
10 ... £.xc3 11 bxc3 (u 11 ... £}ge7),
con una posición sólo ligeramente infe­ Tampoco después de 11 ... ¿xf3 12
rior. En cambio, tras la codiciosa 11 ... dxc6 Axe2 13 cxb7! Bb8 (13 ... Sd8 14
^xc3?, tanto 12 £.d2 ^b2 13 ^a4!, co­ axb4! +-) 14 axb4! Wxal 15 fce2
mo 12 2b 1 son fuertes. Por ejemplo: 12 “puede la dama negra escapar de la
... 0-0-0 13 ^a4 &xf3 14 &xf3 &ge7 15 trampa” (Kotov). Más interesante es 12
Wb5 Sd7 16 &f4! ^xd4? 17 &xc6 ... ^.xc6!? 13 axb4 ^xal 14 Wc2, y aquí
£>xc6 18 Wxc6+!, o bien 12 ... 4¿}ge7 13 no hay que jugar la recomendación de
fixb7 0-0 14 Wa4!, con amenazas irre­ los comentaristas, 14 ... b5? 15 £ixb5!
sistibles. (debo añadir que si 15 ... 16

468
Alexander IV

-&g5!, y si 15 ... 0-0, 16 Wxc6 Zac8 17 Wxg3 27 ^e7+4-, y si 25 ... 2c8, 26


£ic7 £id5 18 Wa6!), sino 14 ... £sd51? 15 Wh3! y 27 f4 + -.
b5 £)b4 16 ^b3 &xg2 17 <á?xg2 Wa5,
con probabilidades de prolongar un 15 Eel!
tanto la resistencia. Según Alekhine, 15 ^b5+?! &d7 16
12 axb4! ^xal 13 £d2! Sel era más tentador, pero más flojo,
en vista de 16 ... á>d8!”.
¡Cada soldado en su puesto! La amena­
za £>b3 fuerza el cambio de alfiles, y la 15 ... 0-0
dama blanca entra enjuego con jaque, La única forma de evitar el inmedito
creando serias amenazas al rey negro. desastre. El rey r.egro escapa, explotan­
El plan de cazar la dama, con 13 Sb3, do el hecho de que el caballo es inmu­
carece otra vez de sentido, ahora debi­ ne: 16 ^xe7?? Kfe8 - +. ¿Es posible que
do a 13 ... JLxf3 14 .&e3 (14 Ag5? inclu­ esta hermosa combinación ganadora
so pierde tras 14 ... £)d4!) 14 ... 'ifxfl+ sea simplemente un espejismo, en la va­
15 Jlxfl d4!, y después de una serie de riante 14 ... ‘¿’fSr
cambios, las blancas no tienen ataque.
13 ... áxe2 14 '^xe2+ <£e7 41

“Si 14 ... ‘¿’fB, entonces 15 £)b3 Wa6 16


b5 Wb6 17 ¿ha4! £id4! 18 Wdl!! (pero no
18 &d3? &xb5: G. K. j, y las blancas ga­
nan” (Alekhine). Esta inteligente reti­
rada de dama (con una defensa latente
del caballo de a4: 18 ... 'c?xb5 19 £ixd4)
tenía que ser prevista al jugar 11 d5!
Ahora las negras pierden su caballo y, a
pesar de una aproximada igualdad ma­
terial (torre y dos peones por caballo y
alfil), siguen teniendo un rey crónica­
mente enfermo. Volvamos a fantasear 16 £b3!
un poco: 18... &f3+ 19 Wxf3 '©xhó 20 ¡La jugada ganadora! Ahora la dama
4hac5 b6. blanca deja la columna e con ganan­
cia de tiempo (¡cambiándose!) y la
440 torre puede capturar tranquilamente
el caballo.
16 ... Wa6 17 ^xa6 bxa6 18 Sxe7
Las blancas tienen alfil y caballo por to­
rre, y Alekhine convierte fácilmente su
ventaja material
18 ... Eab8
Diagrama de análisis Si 18 ... Bfb8, es bueno 19 £>a2 2e8 20
Exe8+ Sxe8 21 fi3.
Los caballos blancos de nuevo están en
dificultades, pero la captura del rey 19 b5!
bien vale su sacrificio: 21 ^.h6!l ^g8 “Este avance impide al penetración de
(21 ... gxh6 22 Wxf6 Sg8 23 £e64- <£e8 una de las torres negras en la posición
24 £c7+ y &xb5) 22 £d4! Wxc5 23 blanca” (Alekhine).
£jf5 Wc7 (23 ... g6 pierde de inmedia­
to: 24 Wc3! Wxc3 25 &e7-t+) 24 .&xg7 19 ... axb5 20 E«a7 b4 21 £e2 Sfc8 22
We5 25 ¿.h6, con la amenaza 26 Wg3+ f3Sa8
afta
Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

Las torres negras no tienen campo de minos de igualdad, y en caso de dispu­


acción. Si 22... Sc2, 23 4¿}bd4! tarse un match la deteriorada salud del
23 Sxa8 fixa8 24 £f2 campeón podría haber sido un factor
importante”.
A veces, en el final, una torre y un Ciertamente, según Flohr, la salud
peón son superiores a un par de pie­ del campeón dejaba mucho que de­
zas ligeras, pero no es éste el caso. Las sear, ya incluso en el match de 1935,
piezas de Alekhine tienen una magní­ cuando su sistema nervioso le había
fica coordinación, y el rey blanco en­ jugado malas pasadas en más de una
tra en juego con efectos decisivos, ocasión. Allí le examinó un médico
mientras que su oponente negro es holandés, quien declaró: “Temo que
obligado a observar pasivamente la Alekhine no vivirá mucho por su daña­
destrucción de su ejército. do corazón... ¡Nervios!”.
24 ... &d7 25 £f4 £b6 26 &e3 Sc8 27 En otoño de 1943, por invitación
*d3 de la Federación Española de Ajedrez,
el campeón viajó a Madrid, de nuevo
Con la amenaza 28 &e3 £ic4 29 ^,d4. solo, pues la Gestapo no había permi­
27 ... g5 28 2úi5 tido que su mujer lo acompañara. Du­
rante dos años jugó en pequeños tor­
Las negras se rindieron: 28 ... h6 29 neos españoles, realizó exhibiciones
Ae3 &c4 30 &f6+ *f8 31 £.c5+ 4?g7 32 de simultáneas, y le dio lecciones a Ar­
^.d4 + -. turo Pomar, el futuro gran maestro.
A continuación se jugó el torneo de Intentó, sin éxito, obtener permiso pa­
Salzburgo 1943: 1-2. Alekhine y Keres ra que Grace viajase a España, y al fi­
7,5 (de 10)... 4. Bogoljubov 4. Fue el úl­ nal de la guerra realizó tentativas
timo encuentro de los viejos amigos y igualmente infructuosas para regresar
rivales. Desde su match de 1934, Ale­ a París. De la URSS le llegaron nod-
khine había jugado 12 partidas con Bo­ cias con la muerte de su hermana ma­
goljubov, con el resultado de +8 -2 =2. yor (su hermano había muerto en
Por entonces el campeón había in­ 1939). En el otoño de 1945 se trasladó
vitado varias veces al joven Keres, caza­ a la pequeña ciudad portuguesa de Es-
do también en territorio “bajo dominio toril, donde tenía un buen amigo,
alemán”, a jugar un duelo por el cam­ Francisco Lupi.
peonato mundial. Keres rehusó y Ale­ “Sufriendo de soledad y enfermo,
khine, con cierto sarcasmo, comentó: el campeón del mundo esperaba que
“Todos están esperando a que cumpla se disipase aquel tiempo peligroso,
los 60”. Pero los historiadores precisan cuando en toda Europa se estaba bus­
que Paúl “rechazó un match, no por cando y juzgando a criminales y cola­
miedo o por cálculo, sino debido a la boracionistas”, escribe el conocido pia­
depresión causada por la guerra”. nista Dmitri Paperno en sus memorias.
El maestro estoniano Valter Heuer “Podemos imaginarnos esos momen­
añade: “Durante la guerra Keres com­ tos en la vida del gran jugador: otoño e
prendió que, de todos los aspirantes a invierno en la extranjera y provinciana
la corona mundial, sólo él se encontra­ Estoril, frente al océano, el hotel semi­
ba ‘en el lado erróneo’ y se propuso so­ vacío, donde estaba alojado virtual­
brevivir aquel período con los mínimos mente por caridad, sin contacto con
perjuicios posibles, evitando un duelo su mujer, escribiendo cartas desespe­
comprometedor con Alekhine. No hay radas a antiguos amigos, en las que
que concederle demasiada importan­ trataba de justificarse a sí mismo. To­
cia a su mal resultado (0-3) en los en­ do esto con el trasfondo de una alta
cuentros individuales de 1942, porque presión sanguínea (de hasta 280), fal­
Keres había estado sin jugar durante to de dinero y alcohol. Lo que le que­
mucho tiempo. En. 1943jugaron en tér­ daba de los raros pagos que percibía

470
Alexander IV

por comentar partidas o exhibiciones vida -sobre todo, desde que gané el Cam­
de simultáneas, organizadas por Lupi, peonato Mundial- la gente ha estado
lo invertía en coñac”. adscribiéndome a algún acto político es­
A finales de noviembre llegó un ra­ trafalario. Durante casi veinte años se
yo de esperanza. La Federación Británi­ me ha calificado de “ruso blanco", algo
ca de Ajedrez le envió a Alekhine una que me resulta especialmente doloroso,
invitación a participar en los primeros por cuanto mt hace imposible cualquier
torneos después de la guerra: Londres contacto con mi país de origen, que nun­
y Hastings. El inspirado recluso contes­ ca he dejado de amar y admirar.
tó con su inmediato acuerdo y comen­ Finalmente, en 1938/39 esperaba,
zó a prepararse. Pero entonces llega­ con las negociaciones y correspondencia
ron las terribles noticias de que, debido mantenidas con el campeón de la URSS,
a una protesta de la Federación Ameri­ M. Botvinnik, haber puesto punto final
cana de Ajedrez, la invitación había si­ a esa absurda leyenda, pues, en reali­
do cancelada. Alekhine sufrió un ata­ dad, estaba prácticamente decidido un
que al corazón. Poniendo en orden sus match entre él y yo, en la URSS. Enton­
pensamientos, el campeón cursó a los ces estalló la guerra y, una vez finaliza­
organizadores del torneo de Londres da, heme aquí, investido con el degra­
una carta (publicada en la British Chess dante epíteto de “pro-nazi”, acusado de
Magazine, 1946, num. 1 y, con una tra­ colaboracionismo, etc.
ducción ligeramente distinta, en Chess, En cualquier caso, lejos de mi inten­
1946, núm. 1): ción albergar ningún tipo de animosi­
dad contra usted, pues le agradezco que
Estimado Sr. Hatton-Ward: haya provocado esta acusación, ya que
He recibido su carta a mi regreso de la falsa posición en que me he encontra­
las Canarias, el 28 de noviembre. Antes do durante los dos últimos años se me ha
de conocer el contenido de su carta me hecho moralmente intolerable.
era, obviamente, imposible hacer nada, La protesta del Dr. Euwe dista de
ya que no tenia la menor idea de las ra­ sorprenderme, pues lo contrario sí me ha­
zones que le habían inducido a cancelar bría sorprendido, dado que entre la ma­
¿a invitación. Ahora puedo y debo hacer­ sa de monstruosidades publicadas por el
lo, y esto no sólo debido al torneo que es­ Pariser Zeitung, se incluían insultos
tá usted organizando -cualquiera que contra los miembros del comité organiza­
fuese el interés ajedrecístico que pudiera dor del match de 1937. La Federación
tener para mí-, sino, sobre todo, a causa Holandesa induso ha remitido una pro­
de las siguientes razones. testa en relación con este punto, al Sr.
En primer lugar, me informa de que Post. Por entonces yo no podía hacer na­
ciertos círculos han formulado objecio­ da susceptible de haber clarificado la si­
nes, basándose en mis supuestas simpa­ tuación, es decir, declarar que los artícu­
tías durante la guerra. Ahora bien, los no habían sido escritos por mí.
cualquiera no influido por prejuicios EIDr. Euwe estaba tan convencido de
puede comprender cuáles han sido mis mi “influencia/* con los nazis que me es­
sentimientos reales acerca de quiénes me cribió dos cartas en las que me pedía uti­
despojaron de todo aquello par lo que lizarla para mitigar el destino del pobre
merece la pena vivir, gente que ha Sr. Landau y de mi amigo, el Dr. Oskam.
arruinado mi hogar, que ha pillado el El hecho es que, en Alemania y los territo­
castillo de mi mujer (con todo lo que yo rios ocupados, estábamos bajo constante
poseía) y que, por último, ¡incluso ha supervisión y la amenaza de ser enviados
robado mi nombre! a algún campo de concentración parpar­
Habiéndole consagrado mi vida al te de la Gestapo. La reacción del Dr. Eu­
ajedrez, nunca he tomado parte en nada we a mi invitación es, por tanto, muy
que no esté directamente relacionado con natural, pero, lo mismo que tantos otros,
mi profesión. Lamentablemente, toda mi está totalmente equivocado.

471
Gary Kasparov - Mis geniales predecesores

La principal razón que le ha induci­ escrito mucho antes de 1959, en relación


do a cancelar mi participación es el “ul­ con las teorías de Steinitz y Lasker, me
timátum”, como usted lo califica, de la sorprendió recibir cartas de los Sres.
Federación de Ajedrez de EEUU. Éste es Helms y Sturgis, ante la reacción que es­
un asunto serio, ya que estos caballeros tos artículos puramente técnicos produjo
han lomado, como es evidente, su deci­ en América, y en ese sentido le respondí
sión, aportando razones que en su opi­ al Sr. Helms.
niónjustificaban tal medida. En este mo­ Sólo entonces me di cuenta de los es­
mento no puedo conocer con precisión túpidos disparates emanados de una
tales razones, pero debo suponer que se mente imbuida por ideas nazis, cuando
trata de una acusación de colaboracio­ entendí qué estaba pasando. Por enton­
nismo con los nazis. El término “colabo­ ces, yo era un prisionero de los nazis y
racionista ” se usa, generalmente, contra nuestra única posibilidad de supervi­
aquéllos que, oficialmente o no, han ac­ vencia pasaba por mantenerme silencio­
tuado conforme a las miras del Gobierno so acerca del mundo entero. Estos años
de Vichy. Pero yo nunca he tenido nada han destruido mi salud y mis nervios, y
que ver con ese Gobierno ni con sus repre­ me sorprendo de que aún pueda jugar
sentantes. He jugado al ajedrez en Ale­ un buen ajedrez.
mania y países ocupados porque ése era Mi devoción a mi arte, la estima que
nuestro único medio de subsistencia, asi siempre he mostrado por el talento de mis
como también el precio que tuve que pa­ colegas, en resumen, toda mi vida profe­
gar por la libertad de mi esposa. Revi­ sional antes de la guerra, no han lleva­
sando mentalmente la situación en que do ala gente a creer que los efluvios de la
me encontré cuatro años atrás, sólo pue­ Pariser Zeitung fuesen falsos. Lamen­
do declarar que hoy habría actuado del to, en particular, no poder acudir a Lon­
mismo modo. En tiempos normales mi es­ dres para reafirmar personalmente este
posa hubiera dispuesto de los medios y la hecho.
experiencia necesaria para ocuparse de si
misma, pero no en el tiempo de la guerra, Por favor excúseme por la longitud
y en manos de los nazis. Repito que la de esta carta (de la que estoy enviando
alegación de “colaboracionismo ” se basa copias a las Federaciones Británica y de
en mi obligada estancia en Alemania, de EEUU).
modo que no tengo nada que añadir, A tentamente suyo.
pues mi conciencia está tranquila. Firmado: A. Alekhine.
Otra cosa es que los hechos alegados Madrid, 6 diciembre 1945.
contra mi sean inexistentes, en particu­
lar los artículos aparecidos en la Pari- A uno le gustaría creer a Alexander
ser Zeitung. En este punto debo protes­ Alexandrovich hasta el final, pero los
tar enérgicamente. Durante tres años, historiadores de ajedrez han desente­
hasta la liberación de París, me he man­ rrado dos entrevistas con el campeón,
tenido en silencio. Pero a la primera publicadas en la prensa española el 3
oportunidad que he tenido, en entrevis­ de septiembre de 1941, antes de su
tas, he tratado de situar los hechos en su marcha para el torneo de Munich. En
justa perspectiva. En aquellos artículos, ellas Alekhine declaraba que “en el pe­
aparecidos en 1941, durante mi estan­ riódico Pariser Zeitung primero había
cia en Portugal, y que pude leer en Ale­ tratado de examinar el ajedrez desde
mania, al ser reproducidos por la un punto de vista racial**, obligándose,
Deutsche Schachzeitung, no hay na­ dada su intención, a pronunciar varias
da que haya sido escrito por mí. conferencias “acerca de los tipos de
En cuanto al tema que he sometido, ajedrez ario y semítico”, y a la cuestión
relacionado con la necesaria reconstruc­ de qué jugadores de ajedrez admira­
ción de la Federación Internacional de ba, respondió: “Debo mencionar, so­
Ajedrez y para una apreciación crítica, bre todo, la grandeza de Capablanca,
Alexander IV

destinado a destronar al judío Lasker Concluiré, como es habitual, con


de la corona mundial de ajedrez”. una selección de opiniones de los cam­
Ciertamente, “¡Qué terribles tiem­ peones mundiales.
pos, que gente cruel!”. Cuatro años Lasker: “Alekhine se educó en la
más tarde, el fascismo se desvanecía co­ combinación. Está enamorado de ella.
mo una terrible pesadilla, pero el cam­ Toda estrategia sólo es una prepara­
peón se quedó con las manos vacías. ción para él, casi un mal necesario. El
“Tan visionario y profundo como era golpe deslumbrante, la jugada inespe­
en el tablero, en la vida Alekhine de­ rada, ése es su elemento. Su imagina­
mostró, más de una vez, su cortedad de ción se alimenta del ataque al rey".
miras políticas”, diría fríamente Botvin­ Capablanca: “Típico eslavo, rubio y
nik y obtendría permiso del Kremlin de ojos azules, Alekhine siempre llama
para poner en marcha un encuentro la atención de los presentes cuando
con el “enemigo del pueblo” ¡La coro­ aparece en la sala de juego. Habla con
na mundial estaba enjuego! fluidez seis idiomas, es doctor en dere­
A comienzos de marzo de 1946, cho y su madurez general es considera­
Alekhine recibió un desafío oficial de blemente mayor que la de una persona
Botvinnik, fechado 4 de febrero. Por normal. Evidentemente, Alekhine po­
supuesto, inmediatamente confirmó see la más notable memoria ajedrecísti­
su aceptación y su alegría -¡la vida vol­ ca que haya jamás existido. Se dice que
vía a la normalidad!- tuvo como conse­ recuerda de memoria todas las partidas
cuencia otro ataque al corazón. A tra­ jugadas por los mejores maestros en los
vés de intermediarios ingleses, ambos últimos 15-20 años”.
jugadores acordaron que el match Euwe: “Como persona, Alekhine
tendría lugar en Londres. Pero el 24 era un enigma. Estaba concentrado en
de marzo el mundo del ajedrez fue su ajedrez y en sí mismo hasta tal punto
conmovido por la noticia de la muerte que en nuestros países se le llamaba,
repentina del campeón, a los 53 años, bromeando ‘Alein-ich’ (en alemán: ‘yo
encontrado inmóvil, sentado en un so­ solo’. Con tal disposición de ánimo, no
fá de su habitación, frente a un table­ podía tener verdaderos amigos, sólo
ro de ajedrez. admiradores y seguidores. En su natu­
La muerte de Alekhine fue tan mis­ raleza había algo infantil. Si Alekhine
teriosa y trágica como su vida. Su hijo se viese bajo este prisma, podrían per­
deslizó más tarde que “la mano de Mos­ donársele muchas cosas. En el tablero
cú alcanzó a mi padre”, pero hay oficial era poderoso, pero fuera del ajedrez,
evidencia médica de que “Alekhine por el contrario, parecía un chiquillo
murió como consecuencia de asfixia, haciendo travesuras y asumiendo, inge­
debida a haberse bloqueado la laringe nuamente, que nadie podía verlo”.
con un trozo de carne”, aunque algu­ Botvinnik: “Alekhine es muy queri­
nos testigos presenciales declararon do por el mundo del ajedrez, en espe­
que, a juzgar por la tranquila expresión cial como artista. Son típicos de él sus
de su rostro, “ésa no debía haber sido profundos planes, cálculos lejanos y
la causa principal de su muerte, sino una imaginación ilimitada. Sin embar­
sencillamente una coincidencia con un go, su mayor fuerza, desarrollada año
ataque al corazón”. tras año, era su visión combinativa.
El cuarto campeón del mundo fue Veía combinaciones y calculaba varian­
enterrado en Estoril. Diez años des­ tes forzadas con gran facilidad y preci­
pués, debido a los esfuerzos de su espo­ sión. Por esta razón, las combinaciones
sa Grace, sus restos fueron trasladados de Alekhine poseían una fuerza asom­
a París, descansando en el cementerio brosa, demoledora. Sí, ¡el suyo era real­
de Montparnasse. En la inscripción de mente un don asombroso!”.
la tumba se lee: “Alexandre Alekhine-Gé- Smyslov: “El nombre de Alekhine
nie des échecs de Russie el de France”. está iluminado por la brillantez de sus

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Gary Kasparov - Mis GENIALES PREDECESORES

combinaciones. Alekhine poseía una


imaginación ajedrecística extraordina­
riamente rica, y su habilidad para crear
complicaciones combinativas era in­
comparable. Debe decirse también
que Alekhine tenía una gran maestría
técnica, y que la búsqueda de combi­
naciones no era un fin en sí mismo, si­
no que surgía lógicamente, de los re­
querimientos de la posición”.
Tal: “Al tratarse de AJekhine somos
cautivados por su excepcional talento
combínativo y su amor apasionado por
el ajedrez”.
Spassky: “Considero a Alexander
Alekhine un jugador mtiy grande. Posi­
blemente porque para mí y para mu­
chos sigue siendo un enigma. Conside­
raba que el ajedrez estaba muy cerca
del arte, y era capaz de demostrarlo
con su optimista y ete mámente joven
ajedrez”.
Fischer: “Alekhine nunca ha sido
un héroe para mí, y nunca me ha gus­
tado su estilo de juego. No hay nada
claro, ni limpio en él. Cierto que a él le
daba resultado, pero difícilmente po­
dría funcionar para cualquier otro ju­
gador”.
Karpov: “Los siguientes cambios
(tras Steinitz) fueron bosquejados por
Alekhine, pero desarrollados por Bot­
vinnik, el enfoque científico del aje­
drez. Alekhine trabajaba mucho en ca­
sa. Ganó muchas partidas famosas por
el procedimiento de llevar a su terreno
al rival, desde la apertura. Su control
del juego era fuerte. Tras haber aferra­
do a su víctima, ya no soltaba la presa”.
A diferencia de Fischer, por su pro­
pensión a la claridad, y de Karpov, edu­
cado en las partidas de Capablanca,
desde mis años más jóvenes estuve
enormemente influido por el juego de
Alekhine, y fascinado por el hecho sin
precedentes de su victoria en el match
de 1927. He admirado el refinamiento
de sus ideas, y he intentado en la medi­
da de lo posible, emular su furioso esti­
lo de ataque, con sus repentinos y atro­
nadores sacrificios.

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