Está en la página 1de 10

ANEXO I

LOS ENEMIGOS DEL APRENDIZAJE


Todas las sociedades desarrollan prácticas involuntarias que distorsionan los procesos de
aprendizaje. Aunque esto no es exclusivo del coaching ontológico, se han clasificado y las
explicaremos a continuación. Las hemos bautizado como “Enemigos del Aprendizaje”.

Recordemos que el aprendizaje se produce de diferentes formas. No solo se trata de


estudiantes recibiendo conocimientos impartidos por un profesor. Las oportunidades de
aprender aparecen en cualquier situación: una reunión de amigos, una junta de negocios y hasta
una conversación con nuestros hijos. Y en cualquiera de ellas, podemos estar perdiéndonos la
posibilidad de aprender algo nuevo.

Consideramos importante que el lector los conozca y reconozca. Primero para traer a la
consciencia ese enemigo cuando aparezca y poder “vencerlo”, metafóricamente hablando, y
segundo porque deberán identificarlos en sus clientes cuando surjan durante las
conversaciones de coaching.

Esto quiere decir, que conocer los enemigos del aprendizaje tiene un rol de crecimiento
personal, pero a su vez, una importancia en el desarrollo de la profesión. Insistimos: tanto el
coach como el cliente traen estos enemigos durante las conversaciones.

Otro momento en donde suelen aparecer, es cuando estamos recibiendo feedback,


especialmente cuando el feedback no es proporcionado de forma adecuada.

1- Incapacidad de admitir que no sé

Confundimos saber con tener respuestas. Viene acompañado con emociones como la
vergüenza, la culpa, el miedo o el orgullo. Lastimosamente es heredado por el sistema
educativo de nuestra sociedad: si tengo respuestas soy bueno y, sino tengo respuestas es
que no sé.
Nos perdemos la posibilidad de responder un “no sé” que, como veremos más adelante, es
una de las declaraciones fundamentales del lenguaje. Aunque la lista no está hecha en orden
de importancia, éste es tal vez, el enemigo más común.
1

cucursos@pnliafi.com.ar – cursos@pnliafi.com.co
Página

+554 11 4823-9001 - 57 1 759-9352


AAAv. Santa Fe 220ó 1ª, CABA, Argentina - Cra 5A # 112-12, Bogotá, Colombia
1- Ceguera Cognitiva

No sé qué no sé. El enemigo en sí no es no saber algo, sino la ceguera a la misma ceguera, es


decir, no darnos cuenta de que hay algo que nos puede estar pasando o nos estamos
perdiendo de aprender. Normalmente, no tenemos la más mínima idea de la existencia de
vastos dominios del conocimiento que pueden existir y están disponibles para nosotros.

Ciertamente, no tenemos idea de aquellos dominios del conocimiento que actualmente


están siendo inventados. Estar en el aprendizaje tiene un saludable momento de
escepticismo. Un momento en el que estamos dispuestos a cuestionar nuestros
conocimientos, a liberarnos de nuestros supuestos actuales y a abrirnos a la posibilidad de
que pudiera existir algo nuevo para aprender.

Sin este momento de duda, el aprendizaje no puede ocurrir. Por ejemplo: ¿conoces alguna
pareja que se lleve muy mal y ni siquiera ha pensado que pueden estar requiriendo ayuda?
2

cucursos@pnliafi.com.ar – cursos@pnliafi.com.co
Página

+554 11 4823-9001 - 57 1 759-9352


AAAv. Santa Fe 220ó 1ª, CABA, Argentina - Cra 5A # 112-12, Bogotá, Colombia
2- Falta de tiempo

No tengo tiempo para estos temas del alma, para estos temas sin respuestas claras. Si existe
un enemigo del aprendizaje especial de nuestro tiempo, es este. Somos víctimas del apuro
cotidiano.

El ritmo del mundo nos deja sin tiempo. El mundo no nos deja aprender. Detrás de este
enemigo están ocultos muchos aspectos ontológicos colectivos, es decir, de toda la
sociedad, como el sentido de tener que ser productivos.

Se ha llegado al punto de que hasta los momentos de ocio deben ser efectivos. ¿Dónde
queda la tranquilidad y la serenidad? ¿El tiempo para la meditación y la reflexión?

Nosotros sostenemos que el problema no es la falta de tiempo, sino la asignación adecuada


de prioridades. Y atención, porque este es un síntoma claro en nuestros futuros clientes. Lo
recordarán cuando el cliente tenga su agenda completa sin espacio para el coaching.
3

cucursos@pnliafi.com.ar – cursos@pnliafi.com.co
Página

+554 11 4823-9001 - 57 1 759-9352


AAAv. Santa Fe 220ó 1ª, CABA, Argentina - Cra 5A # 112-12, Bogotá, Colombia
3- Ausencia del Contexto emocional adecuado:

Si entendemos los estados emocionales como predisposiciones para la acción, no nos


extrañará encontrar que algunos de ellos nos predisponen a aprender у otros no.

Nuestra negligencia para crear contextos emocionales adecuados para el aprendizaje, por
ejemplo cuando centramos nuestra atención sólo en los aspectos informativos, lo frena у
hasta lo impide.

No creemos que sea sorpresa para nadie que una atmósfera de respeto у cariño es más
fructífera en términos de aprender que otra de indiferencia o miedo. Podemos decir por todo
esto "que el contexto enseña más que el texto".

Un simple descubrimiento en un ambiente de apoyo es más aprendizaje que una obra de arte
conocida a través de la imposición y el apremio.

“El contexto enseña más que el texto” 4

cucursos@pnliafi.com.ar – cursos@pnliafi.com.co
Página

+554 11 4823-9001 - 57 1 759-9352


AAAv. Santa Fe 220ó 1ª, CABA, Argentina - Cra 5A # 112-12, Bogotá, Colombia
4- No incluir el cuerpo
Para lograr el nivel de transparencia que acompaña los niveles más altos de competencia, el
aprendizaje debe ser corporalizado. Todo aprendizaje involucra una alteración del cuerpo
del aprendiz para desempeñar las acciones del nuevo dominio.

Las nuevas acciones deben realizarse recurrentemente hasta que el cuerpo pueda
producirlas naturalmente, sin reflexión. El aprendizaje tiene lugar en el cuerpo del aprendiz.

Por cierto, para que se produzca esta alteración corporal, el sistema nervioso del aprendiz
debe modificarse de un modo u otro. Sin embargo, cuando hablamos de la corporalización
no sólo estamos refiriéndonos a cambios particulares del sistema nervioso. Estamos
apuntando a un dominio conductual.

Simplemente estamos diciendo que el cuerpo del aprendiz debe ser capaz de desempeñar
acciones que no era capaz de realizar antes. Cualquier cosa que hagamos, la hacemos con
nuestro cuerpo. Cuando se reconoce esto, nos alejamos del supuesto de que el aprendizaje
es un proceso que sólo tiene lugar en la mente.
5

cucursos@pnliafi.com.ar – cursos@pnliafi.com.co
Página

+554 11 4823-9001 - 57 1 759-9352


AAAv. Santa Fe 220ó 1ª, CABA, Argentina - Cra 5A # 112-12, Bogotá, Colombia
“Cualquier cosa que hagamos, la hacemos con
nuestro cuerpo”
5- Vivir juzgando todo el tiempo
Escucho, veo o leo algo, y digo o pienso: estoy de acuerdo o no estoy de acuerdo, debería
haber sido de otra forma, no es claro, etc. Tenemos una conversación interna de cómo
deberían ser las cosas.

La escucha está sórdida porque estamos juzgando permanentemente. Estas personas


juzgan al maestro, al compañero, al entorno, al material de estudio, etc. Siempre están
culpando a los demás, incluyendo a los compañeros, parejas, profesores, terapeutas, etc.
¿Conoces la historia de aquel ignorante entretenido en cuestionar los métodos de su
maestro?

6- Confundir saber con conocimientos

Un piloto sabe, de lo contrario no nos subimos a un avión con alguien que tiene muchas
opiniones inteligentes sobre volar.
6

cucursos@pnliafi.com.ar – cursos@pnliafi.com.co
Página

+554 11 4823-9001 - 57 1 759-9352


AAAv. Santa Fe 220ó 1ª, CABA, Argentina - Cra 5A # 112-12, Bogotá, Colombia
Hay quienes tienen muy poca información y una gran sabiduría. Otros, por el contrario,
mucha información y poca sabiduría. Tener información no es sinónimo de sabiduría.
Sabiduría tiene que ver con el arte de vivir.

Un buen ejemplo de la diferencia es el caso de saber andar en bicicleta o manipular un bisturí.


Podemos tener toda la información que necesitamos sobre esas acciones, pero ello no
significa saber andar en bicicleta u operar un paciente.

7- No dar autoridad

No hay nada nuevo bajo el sol, esto ya lo escuché. Criticamos o minimizamos al profesor de
turno. Dijimos que un primer paso en el proceso del aprendizaje es reconocer que no
sabemos. A esto lo llamamos nuestra declaración de ignorancia.

Un segundo paso es encontrar a alguien de quien podamos aprender, a ese alguien que nos
pueda enseñar. A esto lo llamamos nuestra declaración de maestro.

Advirtamos que no hemos dicho que este segundo paso implique "encontrar" un maestro,
sino "declarar" a uno.

Por cierto, para ser capaces de declarar que alguien puede ser nuestro maestro, debemos
encontrar a una persona que sepa. Pero el que una persona sepa no la convierte en maestro.
El hacer de alguien un maestro involucra otros aspectos importantes. Cuando declaramos a
alguien como nuestro maestro, le otorgamos confianza y autoridad.

“Que una persona sepa no lo convierte en maestro. Solo


cuando lo declaramos y le otorgamos confianza y autoridad
se vuelve nuestro maestro”
8- Querer tenerlo claro todo el tiempo
Miedo a la oscuridad, al no saber. Hay quienes han desarrollado una ansiedad por tener todo
claro permanentemente. Cualquier momento de confusión o de duda, es evitado a toda
costa. No han aprendido emocionalmente a vivir las incertidumbres y oscuridades del
camino.
7

cucursos@pnliafi.com.ar – cursos@pnliafi.com.co
Página

+554 11 4823-9001 - 57 1 759-9352


AAAv. Santa Fe 220ó 1ª, CABA, Argentina - Cra 5A # 112-12, Bogotá, Colombia
No admiten que para llegar a saber pasamos por el no saber y que para llegar a la luz hay
trechos de oscuridad.

Nada de esto sucede con los seres humanos: desde bebés, aprendemos en saltos, en
verdaderas explosiones, cuando aprendemos a hablar, a caminar, a andar en bicicleta,
cuando aprendemos competencias sociales, etc. Hay momentos de repetición, de
obscuridad, de retroceso, y hay momentos de avances gigantescos, de salto; y hay
momentos fundamentales, que llamamos estar en la planicie, en que, aparentemente no
avanzamos nada, y sin embargo estamos en lo profundo del aprender.

9- Adicción a las respuestas o recetas


Saber no significa tener certezas o respuestas para todo, hay mucha sabiduría en las
preguntas que nos llevan al misterio, a una nueva mirada.

Suelen ser reiteradas preguntas que comienzan con “Y qué pasa si…”, “en caso de que…”.
Prefieren que les contesten cualquier receta, antes que les digan “no sé”. Tal vez, en el fondo
hay un miedo a perder el control de la situación.

10- La Gravedad
Es una actitud que alguna gente asume cuando cree que sabe, o lo que es casi lo mismo.
Cuando cree que el saber que posee le otorga un estatus ontológico especial.

Los síntomas son la voz engolada, y la mirada muestra un cierto desprecio por el ignorante,
las palabras son rebuscadamente difíciles y, si es posible, se citan autores por cada frase. La
risa está ausente. El dicho preferido de los graves es "la risa abunda en la boca del tonto".
8

cucursos@pnliafi.com.ar – cursos@pnliafi.com.co
Página

+554 11 4823-9001 - 57 1 759-9352


AAAv. Santa Fe 220ó 1ª, CABA, Argentina - Cra 5A # 112-12, Bogotá, Colombia
Las interpretaciones sencillas sobre cualquier asunto son despreciables precisamente por
eso, por sencillas. El conocimiento es asunto que no admite la emoción de la alegría. Han
confundido su gravedad con la seriedad, olvidándose que en la seriedad hay lugar para la
risa, sobre todo para la saludable capacidad de reírnos de nosotros mismos.

11- La Trivialidad
Este es uno de los enemigos más brutales del aprendizaje por las consecuencias sociales
que produce. Así como el grave "pretende" seriedad sin conseguirla, quien vive en la
trivialidad no puede, por su parte, hacer nada seriamente.

Su manera preferida de ocultarse es riéndose de los demás mientras se defiende a toda


costa de la posibilidad de reírse de sí mismo. Confunde la liviandad con la mofa, generando
a su alrededor una atmósfera de intimidación por el ridículo, que hace que quienes lo rodean
eviten expresarse sincera y libremente.

Inconscientemente emiten una especie de bullying. Este personaje es mortal en términos de


los espacios organizacionales, en donde, con el disfraz de "buena persona" o "simpático",
evita ser confrontado.

12- La Comodidad
La zona de confort. Personas que tropiezan con la misma piedra una y otra vez, pues son
incapaces de escuchar a su maestro interior. El miedo a lo desconocido generalmente es un
impedimento. Requieren de mucho valor para salir a explorar lo nuevo.

“Nunca nos pusieron notas buenas por hacer preguntas”


Como mencionábamos antes, los enemigos del aprendizaje están en todos nosotros. Pueden
confundirse porque algunos son parecidos, aunque diferentes cuando se los analiza desde la
motivación que los provoca.

Están en nosotros, en los docentes, en los estudiantes, en nuestras familias, en el trabajo, en el


coach, en el cliente y en general, son parte de toda la sociedad.
9

cucursos@pnliafi.com.ar – cursos@pnliafi.com.co
Página

+554 11 4823-9001 - 57 1 759-9352


AAAv. Santa Fe 220ó 1ª, CABA, Argentina - Cra 5A # 112-12, Bogotá, Colombia
Queremos invitarte a descubrir cuáles son los tuyos, sin la necesidad de decidir si lo tienes o no
lo tienes, sino más bien enfocándote en cuánto te identificas con cada uno. En rigor de verdad,
todos podemos tenerlos a todos. Pero… ¿cuáles son los que están apareciendo últimamente en
ti?

No tener ningún enemigo del aprendizaje es una paradoja, porque quien no lo encuentra es
porque su propio enemigo no le permite identificarlo, y queda atrapado ahí.

10

cucursos@pnliafi.com.ar – cursos@pnliafi.com.co
Página

+554 11 4823-9001 - 57 1 759-9352


AAAv. Santa Fe 220ó 1ª, CABA, Argentina - Cra 5A # 112-12, Bogotá, Colombia

También podría gustarte