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Historia de España 2º de Bachillerato.

Profesor Antonio Luis Díaz García


IES Luis de Morales. Arroyo de la Luz (Cáceres)

TEMA 12.- LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA


TEXTO 13.- CONSTITUCIÓN DE 1978
TEXTO 14.- ESTATUTO DE AUTONOMÍA DE EXTREMADURA
Este tema es fundamental para entender nuestro presente y nuestro pasado más inmediato.
El sistema democrático, interrumpido tras el final de la Guerra Civil por una dictadura de casi
cuarenta años, retorna a nuestro país, y es el que ordena nuestra vida política actual.
Después de la muerte de Franco en noviembre de 1975 se plantearon en España tres
posibles alternativas políticas a seguir: la primera el continuismo del sistema político franquista;
la segunda alternativa era la denominada ruptura democrática, es decir, la disolución inmediata
de las instituciones franquistas; y la tercera opción, consistía en reformar el sistema político a
partir de las instituciones y de las leyes franquistas hasta alcanzar una situación de democracia
plena.
El rey optó por la vía reformista. Adolfo Suárez impulsó, desde la Presidencia del Gobierno,
una profunda reforma política: la legalización de los partidos políticos y de los sindicatos, los
decretos de amnistía, la supresión de los tribunales especiales y el reconocimiento de hecho
de las instituciones propias del País Vasco y de Cataluña fueron hitos que jalonaron los
primeros años de la transición y que condujeron a la Constitución de 1978.
Tras la redacción de la Constitución de 1978 España abandona el franquismo y empieza a
funcionar con un sistema democrático que llevará al poder sucesivamente a tres partidos: la
U.C.D., el P.S.O.E., el P.P., otra vez el P.S.O.E. y finalmente otra vez el PP.

1.- LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA Y LA OBRA DE ADOLFO SUÁREZ.


A la muerte de Franco, una vez nombrado rey, Juan Carlos I confirmó a Carlos Arias
Navarro como jefe de gobierno. Aún sin Franco todo el sistema franquista (dictadura incluida)
sigue en vigor, aunque desde la Corona (o sea el Rey) se propugna una transformación hacia
un sistema democrático que acabe con el anacrónico sistema político español y permita la
integración de España en Europa.
Sin embargo pronto queda claro que Arias Navarro no es el hombre indicado para dirigir un
proceso de transición hacia la democracia. Mientras, se suceden las demandas populares de
numerosos colectivos sociales como el movimiento obrero (liderado por el sindicato CC.OO),
asociaciones de vecinos, etc. que reclaman democracia y libertad a través de huelgas y
manifestaciones que generalmente son duramente represaliadas desde el gobierno. La
respuesta represiva culminó con los incidentes de Vitoria, en marzo de 1976, cuando cinco
trabajadores murieron a manos de la policía. Al mismo tiempo los grupos de extrema derecha y
algunos sectores de la policía y servicios secretos desarrollan acciones violentas, incluyendo el
asesinato de personas vinculadas a los grupos que reivindicaban la democracia y las
libertades, con el objetivo de intimidar a la población y limitar y condicionar cualquier cambio
hacia un sistema democrático.
Las diferencias entre el Rey y Arias Navarro van en aumento, de manera que el 1 de julio
de 1976 éste último dimite. Juan Carlos I nombra como nuevo jefe de gobierno a Adolfo
Suárez, un hombre joven, poco conocido y procedente de los cargos políticos del franquismo.
Suárez anuncia su intención de iniciar cambios democráticos por medios legales y dialogar
con la oposición antifranquista (aún ilegal). De esta manera Suárez toma la iniciativa en la
realización de los cambios, lo que le enfrenta a los franquistas inmovilistas y desconcierta a la
oposición. Los cambios más importantes que Suárez realiza, en respuesta a las demandas de
los movimientos sociales y grupos de oposición son:
• Amnistía para los presos políticos

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• Mayor libertad de actuación para los partidos de oposición, que aún son ilegales:
El PSOE celebra un congreso en Madrid el 8 de diciembre
Santiago Carrillo, secretario general del PCE, da una rueda de prensa
• Pero el cambio más importante es la aprobación de la Ley de Reforma Política: propuesta
por Suárez a las Cortes franquistas y aprobadas por éstas el 18 de noviembre de 1976.
Con esta ley:
Se establece un cambio a un sistema democrático que exprese la voluntad del
pueblo, y contemple los derechos de la persona y el sufragio universal.
Se elegirán unas nuevas Cortes democráticas que serán las que impulsen el
cambio político (por eso se habla del “suicidio político” de las Cortes franquistas y de
las instituciones de la dictadura al aprobar una ley que las hará desaparecer)
La Ley de Reforma Política fue aprobada por las Cortes franquistas y sometida a
referéndum el 15 de diciembre de 1976 (aquel de “Libertad, libertad, sin ira libertad...”) y
aprobada por más del 94% de los votos, a pesar de la campaña a favor del no de los grupos
franquistas, y a favor de la abstención de la oposición. Es una clara victoria de Suárez que
consolida su poder y clarifica el camino hacia la democracia.
Una vez aprobado en referéndum el proyecto de reforma política continúa el proceso de
derogación de las leyes franquistas que son sustituidas por normas democráticas.
Sin embargo el proceso reformista hacia la democracia se enfrentó a los obstáculos de los
grupos terroristas de extrema izquierda (GRAPO, FRAP y ETA) que con secuestros y
numerosos atentados pusieron en peligro su continuidad. Y tuvo también la oposición de
grupos de extrema derecha que intentaron boicotearlo y atraerse el apoyo del ejército y de
los nostálgicos del franquismo. Para ello realizaron numerosos actos violentos incluyendo el
asesinato de militantes de grupos de izquierda. En enero de 1977 militantes de extrema
derecha (vinculados a Fuerza Nueva) asesinan en su despacho de la calle de Atocha, en
Madrid, a un grupo de abogados laboralistas que solían defender a procesados de CC.OO. y
del PCE (aún ilegales). El entierro de los abogados fue acompañado de una multitudinaria
manifestación pacífica que demostró la capacidad de movilización del PCE, y facilitó su
posterior legalización, acabando con los recelos contra los comunistas. Además el PCE aceptó
la monarquía y la bandera bicolor para facilitar su legalización. Sin embargo esta legalización
del PCE provocó un enfrentamiento entre Suárez y el ejército.
En abril del 77 Suárez convoca elecciones generales para junio (las primeras elecciones
democráticas tras 40 años de dictadura). Mientras, siguen tomándose medidas que estabilizan
el proceso democrático: Don Juan, conde Barcelona, renuncia a sus derechos a la Corona en
beneficio de su hijo Juan Carlos. Se legalizan todos los partidos políticos y sindicatos.
Vuelven numerosos exiliados de la Guerra Civil: Alberti, Pasionaria...
El 15 de junio de 1977 se realizan las primeras elecciones democráticas de la
monarquía de Juan Carlos. Estas elecciones dan el triunfo a Unión de Centro Democrático
(UCD), partido centrista que Adolfo Suárez había creado con personalidades democristianas,
liberales, etc. que obtiene 165 diputados El PSOE, dirigido por Felipe González, obtiene 118
diputados. El PCE de Santiago Carrillo obtiene sólo 20 diputados. Alianza Popular, dirigida por
Manuel Fraga, que agrupa a personalidades y ministros de la época franquista, obtiene 16
diputados. Los partidos nacionalistas obtendrán un amplio apoyo en sus regiones: PNV en el
País Vasco y UDC (de Jordi Pujol) en Cataluña.
Una vez realizada las elecciones y tras el triunfo de UCD, Adolfo Suárez continúa como
jefe de gobierno (ahora ya elegido democráticamente). Las nuevas Cortes elaborarán una
Constitución democrática que será aprobada en referéndum popular el 6 de diciembre de
1978.

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En 1979 se realizan nuevas elecciones que vuelven a dar la victoria a UCD. Sin
embargo este partido cada vez está más dividido y enfrentado. Durante estos años se negocian
los Estatutos de Autonomía para las Comunidades Autónomas: Cataluña y País Vasco en
primer lugar. Mientras continúan los atentados terroristas y las amenazas de golpe de Estado.
En esta situación y, posiblemente, debido a los enfrentamientos dentro de su partido y a
posibles amenazas exteriores (¿el ejército, el Rey?), Suárez, dimite el 29 de enero de 1981.
Le sucedió al frente de la jefatura de gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo en cuya votación de
investidura se produjo el intento de golpe de Estado del 23-F.
2.- LA DINÁMICA POLÍTICA: PARTIDOS POLÍTICOS Y ELECCIONES
Las elecciones del 15 de junio de 1977 marcaron el fin de una etapa histórica y el principio
de otra, ya que fueron los primeros comicios democráticos que se celebraban en España desde
la Segunda República.
2.1.- Los partidos políticos
En mayo de 1977, un mes antes de las primeras elecciones democráticas había inscritos en
el Registro de Asociaciones más de doscientos partidos, que formaban un conjunto de siglas y
símbolos al que se denominó “sopa de letras”. Los más importantes eran:
• Unión de Centro Democrático (UCD): era una coalición de grupos dispares de ideología
democristiana, liberal y socialdemócrata junto con personalidades procedentes del
franquismo como Adolfo Suárez o Rodolfo Martín Villa. Se forma en mayo de 1977 (un mes
antes de las elecciones) desde el poder con el objetivo de que Adolfo Suárez, su máximo
líder, pudiese mantenerse en él. Era por tanto un partido de centroderecha, democristiano,
que defendía la democracia, el capitalismo, la propiedad privada, etc.
• Partido Socialista Obrero Español (PSOE): era el partido más antiguo de los que existían
en España (en 1979 cumplió 100 años). En 1974 en el Congreso de Suresnes (Francia)
una dirección renovadora y joven, al frente de la cual estaban Felipe González y Alfonso
Guerra, se había hecho con el control del partido. Este partido se definía como
antifranquista, marxista y democrático. Sin embargo su líder, Felipe González, prefería
como sucedía en los demás partidos socialistas europeos, la etiqueta de socialdemócrata
frente a la de marxista. Etiqueta que el partido acabó aceptando.
• Alianza Popular (AP): Era una unión de antiguos cargos políticos franquistas que habían
desempeñado carteras ministeriales en la dictadura de Franco e incluso algunos de ellos
había llegado a ser presidente del Gobierno, como Carlos Arias Navarro. Su líder era
Manuel Fraga que había sido ministro en la etapa franquista. AP defendía la mayoría de los
valores del régimen anterior: autoritarismo, orden, anticomunismo, catolicismo. Por todo ello
era tachado de partido franquista. [En 1989 después de una grave crisis fue refundado con
el nombre de Partido Popular, bajo la dirección de José María Aznar, que llegó al poder en
1996].
• Partido Comunista de España (PCE): su legalización fue uno de los hechos más
importantes de la reforma política española, a la que se opusieron algunos sectores del
ejército. Era reconocido por su demostrada lucha contra el franquismo y en defensa de la
democracia. Su máximo dirigente era Santiago Carrillo que defendía que el PCE era un
partido eurocomunista (diferenciándose del comunismo soviético) que defendía el
socialismo democrático. [Hoy día está integrado dentro de Izquierda Unida]
2.2.- Las elecciones del 15 de junio de 1977
En las elecciones de 15 de junio de 1977 votó el 80% del electorado. Estas elecciones dan
el triunfo a Unión de Centro Democrático (UCD), partido centrista que Adolfo Suárez había
creado con personalidades democristianas, liberales, etc. que obtiene 165 diputados El PSOE,
dirigido por Felipe González, obtiene 118 diputados. El PCE de Santiago Carrillo obtiene sólo
20 diputados. Alianza Popular, dirigida por Manuel Fraga, que agrupa a personalidades y

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ministros de la época franquista, obtiene 16 diputados. Los partidos nacionalistas obtendrán un


amplio apoyo en sus regiones: PNV en el País Vasco y UDC (de Jordi Pujol) en Cataluña.
2.3.- Las elecciones de 1979
Después de ser aprobada la Constitución de 1978, el 1 de marzo de 1979 se realizan
nuevas elecciones generales que vuelven a dar la victoria a UCD. Sin embargo este partido
cada vez está más dividido y enfrentado.
Un mes después el 3 de abril se realizan las primeras elecciones municipales de la nueva
etapa democrática. De nuevo UCD sale victoriosa. Sin embargo los acuerdos entre socialistas y
comunistas hacen que en muchos municipios salieran elegidos alcaldes de izquierda
(mayoritariamente socialistas y en menor medida comunistas). Así alcaldes del PSOE como
Tierno Galván en Madrid o Narcís Serra en Barcelona se convirtieron en el símbolo de la
capacidad gestora de los socialistas en los puestos públicos. Ello unido a la crisis de UCD en
1981 explican el triunfo socialista en las elecciones generales de 1982.

3.- LA CONSTITUCIÓN DE 1978 Y EL MODELO TERRITORIAL DEL ESTADO.


3.1.-La redacción de la Constitución.
Tras las elecciones generales de 1977 las Cortes elegidas inician el proceso constituyente
que tendrá como objetivo la elaboración de una Constitución democrática. Para ello se creó
una Comisión Constitucional compuesta por siete diputados procedentes de los distintos
grupos políticos: Gabriel Cisneros, José Pedro Pérez Llorca, Miguel Herrero y Rodríguez de
Miñón –de UCD-, Jordi Solé Tura – del PCE-, Gregorio Peces Barba –del PSOE-, Fraga
Iribarne –de AP- , Miguel Roca de CiU.
El 31 de agosto el proyecto, elaborado por la Comisión Constitucional, fue discutido en las
Cortes, tanto el Senado como el Congreso lo aprobaron por amplia mayoría, a excepción de los
nacionalistas vascos (que se abstuvieron) y la extrema izquierda. El 6 de diciembre de ese
mismo año se celebró un referéndum, donde el pueblo español le otorgó el apoyo del 87,9%
de los votos. El 27 de diciembre el rey juró la nueva Constitución democrática.
3.2.- El contenido de la Constitución
El preámbulo recoge los valores en que se basa (justicia, libertad, seguridad…), y las
metas a las que apunta la convivencia democrática: Estado de derecho, protección de los
individuos y de los pueblos, progreso cultural y económico…
El título preliminar establece que la soberanía recae en el pueblo español, bajo la fórmula
política de la monarquía parlamentaria.
Declaración de derechos: El título I recoge una amplia declaración de derechos y
garantías individuales. Se creyó necesario que fuera amplia y detallada para superar los
cuarenta años de dictadura sin derechos. Además se creó la figura del Defensor del Pueblo, un
instrumento para garantizar estos derechos básicos de los españoles, su tarea principal es
recoger las reclamaciones de los ciudadanos referentes a la vulneración de sus libertades por
parte de la Administración.
Relaciones Iglesia-Estado: No existe religión oficial del Estado, aunque se reconoce la
importancia de la Iglesia católica, con la que se mantendrán relaciones especiales. Se
garantiza la libertad de enseñanza y su financiación por parte del Estado
La Jefatura del Estado: España es una monarquía parlamentaria. El título II regula las
funciones de la Corona: El Rey ocupa la Jefatura del Estado, su cargo es vitalicio y la Corona
hereditaria (primando la línea de sucesión masculina). Sus atribuciones están subordinadas a
la Constitución y consisten en: representación simbólica de la nación, sanción de las leyes
aprobadas por las Cortes y el mando supremo nominal de las Fuerzas Armadas.

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La separación de poderes: La Constitución española de 1978 reconoce la separación e


independencia de los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.
• El poder ejecutivo es responsabilidad del Gobierno, que se compone del presidente, los
vicepresidentes y los ministros. El presidente del Gobierno es propuesto por el rey al
Congreso y debe ser votado por la mayoría de los diputados del Congreso. Los ministros
son nombrados por el rey a propuesta del presidente del Gobierno.
• El poder legislativo se basa en un sistema bicameral porque las Cortes Generales están
formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado, las dos cámaras elegidas por
sufragio universal directo. De todas formas, el Congreso tiene muchas más atribuciones
que el Senado, que, de hecho, sólo tiene funciones de segunda lectura para los proyectos
que han sido aprobados por el Congreso. El Congreso se compone de un mínimo de 300
diputados y un máximo de 400, elegidos mediante un sistema proporcional. El Senado es,
teóricamente, una cámara de representación territorial; la mayor parte de los senadores son
elegidos por los electores de cada provincia mediante un sistema mayoritario, mientras que
el resto son designados por los parlamentos de cada comunidad autónoma.
• El poder judicial está integrado por jueces y magistrados, que son inamovibles, no son
objeto de elección popular, pero se encuentran sometidos al Tribunal Supremo y al Tribunal
Constitucional (máximo órgano constitucional). Existe el Tribunal Supremo, con jurisdicción
en toda España, que es el órgano judicial superior en todos los órdenes, salvo en materias
constitucionales, que son competencia del Tribunal Constitucional.
3.3.- La organización territorial del Estado
La Constitución establece que España es un Estado único e indisoluble, aunque se
reconoce la existencia de “regiones y nacionalidades” con derecho a la autonomía. Las
comunidades autónomas son provincias o agrupaciones de provincias que acceden a su
autogobierno con un Estatuto de Autonomía, manteniendo instituciones comunes dentro del
Estado español: El gobierno Central se reserva la exclusividad en las competencias sobre
relaciones internacionales, Defensa, Fuerzas Armadas, sistema monetario y Hacienda. Las
Comunidades Autónomas tendrán competencias en asuntos propios de: urbanismo, turismo,
carreteras, transportes, pesca, enseñanza, policía, protección del medio ambiente... Cada
Comunidad Autónoma formará un parlamento propio y elegirá a su presidente de gobierno
propio. Con el posterior desarrollo de las autonomías, España quedó constituida por 17
comunidades autónomas más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

4.- LA INCORPORACIÓN ESPAÑOLA A ORGANISMOS INTERNACIONALES: OTAN Y


U.E.
Uno de los temas pendientes de la naciente democracia española era la integración en las
instituciones europeas, cuyo acceso había estado vedado mientras existía la dictadura
franquista.
Sobre la entrada en la Comunidad Económica Europea (nombre que tenía en aquel
momento la Unión Europea) había práctica unanimidad entre las fuerzas políticas y sociales, al
verse dicha entrada como un factor de la necesaria modernización de la economía española.
Sin embargo, mucho más polémica era la posible incorporación a la alianza militar OTAN, ya
que mientras algunos la veían como una consecuencia lógica, otros, especialmente las fuerzas
políticas y sociales de izquierda, consideraban que en el contexto de guerra fría entre EE.UU. y
la URSS, la entrada española en la OTAN significaba una alineación innecesaria con uno de
los bloques en conflicto y una subordinación de España a los EE.UU.
Durante el gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo se produjo la entrada de España en
la OTAN (octubre de 1981), con la oposición frontal del PSOE y el PCE, hasta el punto de que
Felipe González, líder socialista, advirtió de que cuando se produjera su acceso al Gobierno,
organizaría un referéndum popular para que el pueblo español se pronunciara contra la OTAN.

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Una vez en el poder el PSOE cambió de opinión sobre la permanencia de España en la OTAN
utilizando argumentos similares a los que habían manejado los gobiernos de la UCD: la
pertenencia a la OTAN era un medio para estabilizar la democracia, acelerar las negociaciones
de ingreso en la CEE y propiciar la modernización de las fuerzas armadas españolas.
Una vez que se concretó la entrada de España en la CEE el gobierno socialista convocó
el prometido referéndum sobre la OTAN pero defendiendo ahora la permanencia en ella,
vinculándola a la pertenencia a la CEE. El referéndum se realizó el 13 de marzo de 1986 y dio
la victoria a las nuevas tesis del gobierno socialista: el pueblo español votó mayoritariamente
por la continuidad en la OTAN.
La entrada en la CEE era más unánimemente apoyada pero no por ello más compleja.
Durante la dictadura España tenía vetada su entrada a esta institución europea, que se veía
como un factor de modernización y progreso. La llegada de la democracia había eliminado esa
traba, sin embargo los asuntos económicos eran ahora el principal obstáculo, especialmente el
sector agrícola español, que podía ser una fuerte competencia para la agricultura francesa, y el
pesquero, ya que España tenía una flota pesquera, con sus problemas propios, sin
comparación en toda la CEE.
Si la entrada en la OTAN se realizó durante el gobierno de Calvo-Sotelo (UCD) y se ratificó
con el de Felipe González (PSOE), la entrada en la CEE fue gestionada por el gobierno
socialista de F. González. Éste buscó el apoyo de los dos principales líderes europeos:
François Miterrand, presidente de Francia, y Hemult Kohl. De éste último consiguió su apoyo a
cambio de que España permaneciera en la OTAN. Con la mejoría de las relaciones con
Francia, las negociaciones se aceleraron y el Tratado de Adhesión se firmó en Madrid el 12 de
junio de 1985 y entró en vigor el 1 de enero de 1986.
A partir de entonces España adquirió un gran protagonismo en la escena europea e
internacional. Además la integración en la CEE benefició doblemente a la economía
española tanto por la reactivación del comercio con los países europeos como por la llegada
de cuantiosos fondos europeos que contribuyeron a paliar el atraso español en sectores como
las infraestructuras (autovías, ferrocarril), los servicios sociales, el equilibrio regional, etc.

5.- EL PROCESO DE ELABORACIÓN DEL ESTATUTO DE AUTONOMÍA


Con el desarrollo del Estado de las Autonomías configurado en la Constitución de 1978
surge en Extremadura la necesidad de elaborar un Estatuto de Autonomía para la región.
El proceso autonómico extremeño se inicia en 1978 con la aprobación de un régimen
preautonómico que tendría carácter provisional hasta que se celebraran elecciones
municipales. El primer presidente de la Junta Regional de Extremadura fue Luis Ramallo
(UCD) y en ella había representante de los dos grandes partidos de la región: UCD y PSOE.
En 1979 se constituye una Comisión Mixta de Transferencias y se van tomando las
primeras decisiones sobre la autonomía extremeña: se fija la capital autonómica en Mérida y
se aprueba la actual bandera de Extremadura.
La descomposición de la UCD a nivel nacional se refleja también en Extremadura. Luis
Ramallo dimite y es elegido como presidente del la Junta Regional Manuel Bermejo. A finales
de 1981 la Asamblea Regional aprueba el Estatuto de Autonomía, aunque su aprobación en
las Cortes se producirá dos años después debido a la crisis de la UCD y a las divisiones
internas de ese partido
El triunfo socialista en las elecciones legislativas de 1982 también tendrá su reflejo en
Extremadura: Juan Carlos Rodríguez Ibarra, secretario general del PSOE en Extremadura,
pasa a ser presidente de la Junta de Extremadura. Al mismo tiempo esa victoria aceleró el
proceso de aprobación del Estatuto de Autonomía de Extremadura

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Por una ley orgánica de 25 de febrero de 1983 se aprueba en las Cortes el Estatuto de
Autonomía de Extremadura. En las primeras elecciones autonómicas de ese mismo año,
Rodríguez Ibarra es elegido por la nueva Asamblea de Extremadura, que han elegido los
ciudadanos extremeños, Presidente de la Junta de Extremadura.
Una reforma del estatuto en 1999 ampliaba las competencias de Extremadura, situándolas
a un nivel similar al de las comunidades históricas.

6.- EL ESTATUTO DE AUTONOMÍA DE EXTREMADURA: INSTITUCIONES, PARTIDOS


POLÍTICOS Y PROCESOS ELECTORALES
El Estatuto de Autonomía de Extremadura es la norma institucional básica de la Comunidad
Autónoma de Extremadura. En él se establecen las competencias propias de la Comunidad
extremeña:
• ordenación política de las instituciones
• ordenación del territorio
• obras públicas
• transportes y comunicaciones
• patrimonio cultural y desarrollo económico, etc., etc.
6.1.- Las instituciones
Las instituciones principales de Extremadura son:
• La Asamblea de Extremadura: representa al pueblo extremeño, está compuesta por 65
diputados (35 por la provincia de Badajoz, 30 por la de Cáceres) elegidos por un periodo de
cuatro años mediante sufragio universal. La Asamblea tiene como misión:
-controlar la labor del poder ejecutivo (la Junta de Extremadura), llegando a poder
cesar al gobierno regional.
-aprobar leyes (que han sido propuestas por diputados de la Asamblea o por la Junta
de Extremadura) sobre temas en los que la Comunidad Autónoma de Extremadura tienen
competencias propias.
La Asamblea funciona en Pleno o en Comisiones Parlamentarias que realizan un
examen previo de los proyectos de ley.
• La Junta de Extremadura es el órgano ejecutivo que detenta la suprema representación
de la Comunidad Autónoma, y dentro de la misma, el Presidente es la más alta autoridad, y
quien coordina y dirige el trabajo gubernamental. El Presidente es elegido por la Asamblea,
lo que le otorga legitimidad democrática directa, de manera diferente a los que ocurre con el
resto de los consejeros, que él nombra, y sólo ante él responden.
La composición de la Junta de Extremadura es un presidente, uno o más vicepresidentes,
si los hay, y varios consejeros de las diferentes materias.
La Junta tiene la función ejecutiva, la labor diaria de gobierno de la comunidad. También
puede proponer proyectos de ley a la Asamblea que ésta aprobará, modificará o rechazará.
• El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura integra a la Audiencia Territorial
Extremeña, con sede en Cáceres. En este Tribunal se agotan las instancias procesales
extremeñas. Las competencias de este poder judicial no corresponden a la Comunidad
Autónoma de Extremadura sino al Estado.
En el Estatuto hay un reconocimiento expreso de Extremadura como región de derecho
foral que permite la existencia del Fuero de Baylio, vigente en las comarcas de Alburquerque,
Olivenza, Jerez de los Caballeros y Fuentes de León.

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6.2.- Los partidos políticos y los procesos electorales


Durante la Transición el principal partido en Extremadura fue la Unión de Centro
Democrático (UCD), liderada por Adolfo Suárez. La UCD llegó a integrar a un partido
regionalista extremeño: Acción Regionalista Extremeña.
Una vez la UCD entró en crisis y coincidiendo con el establecimiento del régimen
autonómico en Extremadura el PSOE fue la fuerza política hegemónica en todos los
aspectos de la vida política, aunque ha ido perdiendo representación y poder políticos, de
forma paulatina, en un proceso paralelo al incremento de AP-PP. La vida política en
Extremadura fue protagonizada durante más de 25 años por Juan Carlos Rodríguez Ibarra,
secretario general del PSOE extremeño y presidente de la Comunidad desde 1982 hasta
2007, ya que su partido ha sido el que ha ido triunfando en las sucesivas elecciones
autonómicas (1983, 1987, 1991, 1995, 1999, 2004). En el año 2007 fue elegido como
presidente de la Comunidad Autónoma de Extremadura Guillermo Fernández Vara, que
durante más de diez años había sido Consejero de Sanidad en los gobiernos autonómicos de
Ibarra. Vara también sustituyó a Rodríguez Ibarra al frente del PSOE extremeño. En 2011 el
PSOE fue desplazado del poder regional por el PP
Mientras tanto, AP o PP intentó desplazar del poder autonómico al PSOE sin
conseguirlo hasta 2011, aunque en las elecciones de 1995 se acercó lo suficiente para
hacerle perder la mayoría, sin embargo en las posteriores elecciones autonómicas el PSOE
volvió a recuperarla. Como consecuencia de ello el PP fue cambiando de líder regional siendo
el actual José Antonio Monago quien venció, sin mayoría absoluta, en las elecciones
autonómicas de 2011, convirtiéndose en el nuevo presidente de la Junta de Extremadura.
Peor suerte ha tenido Izquierda Unida (donde se integró el PCE) o los grupos regionalistas.
Izquierda Unida ha ido pasando, al igual que el ámbito nacional, por diversas crisis que han
ido menguado su representación en la Asamblea de Extremadura hasta quedar sin
representantes en las elecciones de 2007, en las últimas elecciones de 2011 consiguieron 3
diputados autonómicos. Los grupos regionalistas tuvieron su mejor momento cuando la crisis
de la UCD permitió al partido Extremadura Unida, fundado en 1980 por Pedro Cañada,
antiguo senador de la UCD, hacerse con una parte importante del electorado centrista con un
discurso regionalista, interclasista. Sin embargo diferentes crisis y escisiones han dejado a este
partido al borde de la desaparición.
En las elecciones municipales la tendencia ha sido diferente. En las primeras
elecciones municipales de 1979 hubo un claro triunfo de la UCD que pasó a gobernar en la
mayoría de los ayuntamientos. Esta hegemonía fue sustituida por la socialista a partir de 1983.
El PSOE pasó a controlar la mayoría de las alcaldías de la región y de los grandes
municipios (Badajoz, Mérida, Cáceres), así como las dos diputaciones. En los años 90 se
introdujo un cambio. El predominio socialista se consolidaba en los núcleos rurales y en las
diputaciones, pero el PP ganaba en los núcleos mayores de población que pasaron a tener
alcaldes de este partido (Badajoz, Mérida, Cáceres, Plasencia, Don Benito). En las elecciones
de 2007, la mayoría absoluta obtenida o la política de alianza permitió al PSOE recuperar
algunas de las grandes alcaldías (Mérida, Cáceres, Plasencia). Alcaldías que ganó el PP en
las elecciones municipales de 2011.

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