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VV @ Nas) D> Mbhn @ Gs OMAN i “ "Ie OV Ve» RO he Ul 0414 adn Va? @4 4 44. VONadsd @ O.4mhie (4 4 ( En recuerdo de mi tfa, Amparo J. Cerve- ra, quien en el Madrid sitiado de la gue va civil me ensefié a leer, a escribir, a pensar, a ser. GM. erx-1981 Primera edicion, 1986 {© Balciones de la Universidad Autonoma de Madrid. Cantoblanco. Maid { Reservas todos los derechos. Esta prohibido, bajo las sanciones penalesy el resar lmiento civil prevstosen las leyes, ceproducr, registrar‘ transmlir esta publica: in, integra o parcialmente (salvo, en este ultimo caso, para su citaexpresa en un {nto dferene, mencionando su procedencia), por cualquier sistema derecuperacion y por cualquier medio, sea mecdnico, electronic, magnétco, electrooptic, por [o lotopia o cualquier oto, sn la autorizcion previa por escrito de Ediciones dela Un versidad Autonoma de Madrid Diseto Grifico: RICARDO BUSTOS ISBN: £4.7477-067-X Deposit legal: M. 1122-1986 Impreso en Closas-Oreoyen, . L.Poligono Igarss.Paracuellos del Jarama (Madrid) INDICE | Pig. Prélogo 0 Introduce a 1. La trayectoria vital de Lafora 25 1. Los afos de infanciay juventud (1886-1910) a 2 La formacién profesional de Lafora. Sus ‘aaesiros y sus amigos 39 3. EL regreso de Lefora’ © Bepaia. Las’ aiios “brilantes (1915-1828) n 4. Loe aio slorooos (1025-1898) 85 5. Ti guerra civil (1936-1995) 105 6. Ta estancia en Méjio. La’ vusta a la Patria. Los dit mos afos (1958-1970) ut 11. Tas diselpulos de Lafora 120 IL, La obra de dan Gonzalo R. Lafora us 1. La epilepsia mioclénica(+Lafora diseases) y la «Segunda enfermedad de Lefora» 145 2, Log estudios sobre le sifis nervioea 163 3. Lafora y el problema del suefio 115 4 Las demencias 187 5. Otros trabajos neurolgiaas de Lafora 197 8. Lafora y los nos subnormales. La educacién sexual ya reforma dela moral sexual 209 17. Tafors,reformador paiquidtrico 25 8. Lafora'y los milagros 2 8. Don Gonzalo, don Gregorio y «Don Juan 259 10. Lafora publicista 265 11. afore historiador, Lafora'y ol art, Lafora yl ajedrez. 801 La personalidad de don Gonzalo R. Lafora | IV. Bibliografia M7 Primera parte. Articulos de Lafora publicades en «EI Sole, 349 Segunda parte, Legisaciin psiquidtrica inspirada por don act te oss | ren pane, Saget ii ds Gs mon ido oer | Conta parte, Biblogratia sera 30 | ‘ati seat om “Nada es imposible: existen sendas que evan a todas partes. Si tuviéramos suficiente fuerza de voluntad como para fequitlas sin desmayo alcanzariamos todos nuestros propésitos.” La Rochefoucauld “Os atribuirén lo que no habéis dicho, (os colgarin lo que no habéis hecho, (0 imputarin lo que no hbéis pensado ‘una para que asi decaign vuestra ener tia, se desaliente vuestra alma y se enfrfe ‘yuestro entusiasmo.” Ton Hazen “Bl collar de Ia paloma” “Soy el viento de la playa soy un moline harinero por donde quiera que vaya.” Alberti “Coplas de Juan Panadero” Prélogo La muerte ha hecho que esta obra pueda leerse como una de esas «Vidas paralelas» en las que Plutarco nos enscia cémo un hombre puede, identified dose:a otro ser humano que escoge como modelo, cumplir con su destino [No nos referimos al paralelismo que el autor apunta entre las vidas de dos contempordneos, don Gregorio Maraién y don Gonzalo Lafora, sino al que nosotros establecemos, al lerla, entre la vida de este iltimo y la de don Gonzalo Moya, entre el biografiado y el bidgrafo. sCudles son los aspectos que a la vee los asemajan y ls diferenciant No pertenecen uno y otro a dos generaciones inmediatas, como son padre ¢ hijo, sino a generacionés separadas por largo tiempo j, ms ain, por la historia EI primero, Gonzalo Lafora, pertenece a la generaciin que Maraién, en su discurso a la Academia de Medicina cuando el ingreso de aquel, lamé de la reguerra, 0 sea, anterior « la primera guerra mundial, y el segundo, Gonei Moya, a la que podemos lamar de la posguerra, 0 sea, posterior a la segunda ‘guerra mundi “Han hecho en cambio los doe la carrera de Medicina en la misma Facultad, ta de Madrid. Moya subraya en el presente libro que los juicoe emitidos por Lafora scerea de ta ensefianza impartda por algunos catedréticos seguian siendo vélidos en la época en que, muchos aiios después, cursé al mismo sus estudioe. Las principales erticas hechas por uno y otro comentan el carter puramente tebrico de tos cursos ¥ le falta de apertura sobre la literatura médica internacional, entonces casi exclusivamente europea, al no estudiaria en los textos originale, Por eso ambos, en cuanto terminaron la carrera, deidieron completar sts formacion con largos viajes de estudios al extranjero. Emprendiaron uno y otro el agrand tours —eomo se Uamaba al viaje por Europa que hactan en el Renacimiento ¥ en el Siglo de las Lues artistas y arstéeratas—, acudiendo a los centros en los que la Neuropsiquiatra habia aleanzado su méximo desarrollo, Lievaba en este aspecto Gonzalo Moya wna ventaja: habla cursado sus estudios secundarios en el Liceo Francés de Madrid, etudiando a un tiempo el bachile rato franeés y el espaiol. Dominaba a la perfeceién no slo, naturalmente, su lengua materna, sino la del pais vecina, conociendo la eultura gala igual de bien (que la hispinica: lo demuestran las citas literarias y los datos histricos que fencontramos en su obra, que se refieren tanto a una como a otra. Puede ser que testa formacién incil haya determinado el interés que, como veremos, desarolls tn el estudio neurofsiologico del bilingilismo. Es indudable también que por ela, ‘ecabada la carera e inciada la orientacin hacia la neurologia, en el Servicio de ‘don Gregorio Maraién 9 en el de Enriguer de Salamanca, fuera a completar Gonzalo Moya su formaciin en esta especalidad a la Solpéritre de Parts "Has una curiosa colneidencia entre las dos vidas paralelas: si Moya no fue en Bspata diseipulo de Lafora ni incluso, como hubiera podido ser, discipulo de uno de sus diseipulos, en cambio en otros paises de Europa se vincularon en una Fiiaciin comin: en Pars fue diseipulo de Gareln; en Amberes, de Ludo van ‘Bogaert, en el Instituto Bunge, habiéndose a su vez formado estos dos dltimos, ‘al mismo tiempo que Lafora, en el oflebre y antiquisimo hospital parisino en ‘donde Babinski, Déjerine y Pierre Marie habian seguido la obra emprendila por Charcot. Tusieron los dos en su especalidad la misma cultura europea. Esto cexplica que el propésito de sus sendas labores cientificas fuese el mismo: situar la Escuela espasila de Neuropsiquiatria al nivel de los paises més adelantados del continente. Los dos explicaban de la misma manera ol mistrio del porqué no se coloes Espata a la cabeza de la neurologia mundial después de los descu brimientos revolucionarios de Ramdén y Cajal. No se debié a la falta de calidad ‘personal de los alumnos de ést, sino a una cuestion institucional: [a ausencia de tun centro donde pudiesen Ucvarse de frente las tareas de investigacin, de lobservacion, de tratamiento elinico y de ensefanza correspondiente @ esta espe calidad. Et Instituto Cajal permite realizar la primera de ells, pero no dispone de servicios de hospializacion, a pesar de los esfuerzos de Lafora para dotarlo al ‘menos de algunas camas. A la inversa, los hospitales en donde los enfermos neurlogicos ingresan en Servicios de Medicina General no disponen de labora torios que permitan la investigacién en esta rama tan especial. Lafora tiene que Uevar @ cabo su labor clentifiea dividiendo su tiempo entre el servicio, ol laboratoro y a coneulta particular. Por eso cuando Gonzalo Maya es nombrado, en 1962, alos treinta y un aftos, Jefe del nuevo Servicio de Newrologia del Gran Hospital ce la Beneficencia del Estado, lo organiza de manera que estén reuni ‘dos en un solo sitio los medioe necesarios para esa triple actividad, ala que los ‘édioos porn dedicarse, como en otros centros del extranjero, en sful-timen. Ya habia concebido Lafora antes de la guerra un centro que funcionase segin estos principoe: el manicomio de Alealé de Henares. Consogra Moye un capitulo 2 ‘entero al estudio de esta realizacion, que hubiese sido la cumbre de su obra en el campo de la asistencia hospitalara, de haber sido inaugurado, ast como a su triste destino: el de no haber sido inaugurado a pesar de estar completamente ‘cabado por haber estallada, entre tanto, la guerra civil el haber dado empleos Ssorprendentes @ lo que se habla construido como manicomio. Cuando leemos esta parte del relato en la vida de Lafora no podemos por menos de pensar en tun fracaso anélogo en la vida de Moya: el que tampoco se haya inaugurado, pero or razones menos explicables, cuando ya estaba acabado, el Instituto de Newrologia que Gonzalo Moya, por su parte, habla concebido treinta aos después, Instituto del que volueremos a hablar més adelante. ‘La guerra de Espa, trigico prludio de la segunda guerra mundial, marca fl final de la primera etapa de la vida espafiola de Lafora, como la eaifca el ‘autor, y el lector extranjero queda abrumado al comprobar los estragos que hizo fn el desarrollo de la neuropsiquiatria en Espatia. Como a todos los espafoles de su generacin ha marcado esta terrible contienda a Gonzalo Moya, quien, sdlo en teste momento, se permite alguna alusin personal a los sufrimientos vividos. Comprendemas su voluntad de restablecer una continuidad entre lo que él esté realizando y lo que exstia antes de 1996. ‘En 1964 da el nombre de Niolie Achicarro a su Servicio del Gran Hospital Achicarr, que fue distpulo predilecto de Ramén 3 Cajal y, a 84 vee, maestro de Lafora, neurblogo espafiol reconocido internacionalmente, mauris joven ¥ no ppudo fundar una escuela que hiciese perdurar el renombre que él habia. adgui- ido, De las varias escuelas que entre las dos guerras mundiales se desarrollan (en distintas ciudades espafolas, Madrid y Barcelona entre ells, es la més ‘conocida en el extranjero la que se considera como wescuala de Laforas. No ‘puede, sin embargo, éste tomar apoyo en el prestigio que le hublera dado el ser titular de la Cétedra de Newrlogia, Cétedra que no existia en la Facultad madrleha. Y no e8 que ello le impidiera formar diseipulos fuera del campo ‘académico 0 que hubiese en ello una herida de vanidad personal: es que la (Citedra es una necesidad para fundar una escuela verdadera En a libro que publicd Moya en 1967 para presentar et wservicio de Neuro logia Nicolés Achicarros, ¥ que era ya en cierto modo un esbozo del que ahora hos ocupa, recalca la importanca de la creacién, en 1880, en la Universidad de Parl, de la primera Cétedra de Neurologia del mualo, para Jean-Martin Charcot, 0 dela fundacion en Londres, en 1866, del Hospital de Queen Square: ello ha permitido el desarrollo continuo, durante mds de un siglo, de las escuelas francesas e inglesas de Neurologia. Sin embargo, ta situacin en que se encon: traba Espaia en la poea de Lafora y de Moya era la que prevalecia en la ‘mayorta de los paises. El profesor Pierre Pichot, Presidente de la Asociacion Mundial de Psiquiatria, recuerda en «Un sidcle de Peychiatries, citando el trabajo de Kolle «Grosse Nervendrzes, que en Alemania, de las 29 Citedras que B existian en 1914, casi todas eran de Neuropsiquiatra. Sblo existian elinicas ‘auténomas de neurologta en Viena dese 1874, y en Hamburgo, desde 1896. Es interesante mencionar el hecho curoso de que el ticular de la Cétedra de Munich, Von Gudden, fue arrastrado a la muerte por su soberano, el «Rey Locos, Luis II de Baviera Los grandes nombres que se sucedieron en la capital bavara, y con los que trabajé Lafore, Kraepelin y Alzheimer, han adguirdo fama en una u otra de ‘estas dos ramas de la Medicina. Precisamente los progresos que va a hacer la ‘anatomia del sistema nervioso, después de los descubrimientos de Cajal, demos- rand la ausencia de lesiones histoligicas en los cuadros clinicos entonces reconocidos en psiquiatria (psicasis maniacodepresiva de Kraepelin, grupo de las psivosisexquizofrénicas descrito por Blewer en 1911), al contraio de lo que hacia suponer la descripcion en 1822 por Bayle en sus «Recherches sur les maladios mentales» de la aracnoiditis crénica en la pardisis general, van a contribuir a ‘separar ambas especialidades, También contribuird a esta separacion la difusion de las ideas psicoanalticas por las que se interesa muy pronto Lafora, ein duda, bajo la influencia de Ortega y Gasset, precoz introductor del pensamiento de Freud en Espata. Lafora ha ejercdo, ademés, como neuropsiquiatra su obra psiquistrica es fanto © més abundante que la neuroligica, aunque haya conseguido la fama internacional dando su nombre a una enfermedad neuroligica. Por 080, no nos ‘extrafemos, como se extraia Moye, de que se hable de la enfermedad de Lafora ‘en los tratados de neurologia y no en los de psiquiatria. La exposiciin que hace en el copitulo de este libro que dedica a esta cuestbn, es de las mejores que pueden leerse. Moya, en cambio, sblo ha ejerido como neurblogo, aunque el presente libro demuestra el interés que se tomaba en temas psiquidtricos. Su formacion se hizo en centros exclusivamente neurologic: la Salpetritre, Queen Square, el Instituto Bunge. Sus viales clentifics ulteriores le levaron a Mejico, 4 la Catedra de Newrologia del Servicio de Neurologta del Profesor Velasco Suarez, donde dio unas conferencias, ya Washington, al National Institute of ‘Neurological Diseises of Bethseda. Sigue ala letra los pasos de Lafora, yendo a las dos ciudades americanas donde éstetrabaid En 1962 cumple Moya una importante misién que le es confiada por la Federaciin Mundial de Neurologla. Va a Zaire a estulior el grave problema de 1a epilepsia en los paises tropicals. Propone un plan de lucha contra esta plaga, ‘que, adoptado por las autoridades, no puede aplcarse por estallar otra guerra civil, que asola a varias provincias de la antigua colonia belga, al pretender hacer secesién Katanga. Cuando regresa a Espaia en 1964 organiza, en colaboracién de nuevo con 1a Federaciin Mundial de Neurologla, el Instituto Cajal y el Centre National de a Recherche Scientifique, dos coloquios, uno sobre «Neurona, Glia 3 Comunioa- ry ciéns, y otro sobre «Problemas neuroligicos de la actualidads, que colocan de ‘entrada al Servicio Nicolds Achicarro al nivel internacional. Lafora, que ha regresado a Espaiia en 1947, después de su largo exilo voluntario, toma parte fn ef segundo de estos coloquios. Sin ser, como ya lo hemes dicho, alumno directo, Moya establece con él a su regreso un contacto clentifio. Vemos en esta biografia que no ha aprobado la marcha fuera de Espaia de quien, en otros ‘aspectos, ha elegido como modelo. Puele ser que pese en este juico el disgusto, precisamente, de no haber podido ser alumno del mejor neurdlogo espaiol, por hhaberse alejado éste voluntariamente de su patria. De hecho, euando él mismo recibe propuestes de varios centros para ir a trabajar al extranjero, donde le ofrecen condiciones mucho majores que las que tiene en’ Espata, Moya las rehisa, considerando que su deber es seguir obrando para ofrecer a sus compatriotas que sufren enfermedades neurologicas la mejor asistencia posible en eu propio pats, sean cuales sean las difcultades, haciendo pasar, como ha de hacerlo, el médico el interés de los enfermos antes del suyo propio. En 1966 organiza otro coloquio internacional que tiene por tema «Problemas del sueio normal y patolégico». En el Capitulo 8 de la segunda parte de esta ‘obra, recuerda Gonzalo Moya el interés que siempre tuvo Lafora por el estudio del suetio y comenta ls articulos que publicé aquél sobre euestén tan esencial para comprender oémo ests organizada nuestra vide psiquica. Naturalmente, la reunién ile 1965 obedecia a a necesidad de integrar a los conocinientos cient {eos el trascendente descubrimiento hecho por Aserinshi ' Kleitman en 1969, de los movinientos oculares répidos y del suelo paradéjico, utilizando la expresion forjada por Jouvet y tomada por Dement poco despuds, descubrimiento éste que modifica por completo el planteamiento del problema tal como se hacia hasta ‘entonces. En 1971 muere Lafora. Moya organiza una serie de conferencias en su memoria. Sin duda, debié emprender inmediatamente el magno estudio biogrt fio, puesto que la primera versin del manuserito est fechada en 1979. Como verd el lector, apoydndose en la biografa de Lafora, ofrece Moya, un completo ‘panorama del ambiente intelectual en que se desarrolla la neurologia durante toda la vida profesional del biografiado y que dura més de medio siglo. La obra s, por tanto, amplsima, tan amplia que no se puede editar bajo esa forma, pero fl autor se niega por entonces a reducirla, También aqut podemos aplicar a Gonzalo Moya el juicio que él mismo emite sobre el fan de Lafora de querer scompletar de modo exhaustive la cosas que emprendia, lo que hacia imposible, ‘por diltaras al infnito, su apariciéns. Mas adelante explicaremos cémo se ha ‘podido, al fin, publicar esta obra. ‘En 1974, recén acabada la primera vers de este estudio, publica Moya ta biografia de un personaje completamente distinto: la de don Pedro el Cruel Is publican que muestra ot parecido con Lafora: el amor a la Historia. En su ‘estudio de la vida de Pedro I de Castilla demuestra Gonzalo Moya que se ‘enciclopédica cultura abarea no sélo la medicina, sino también la literature, la politica incluso la economla medieval. Para presentar argumentos en los que apoya su descripcién, habia levado a cabo en 1968 la exhumacién y el estudio rédloo de los restos mortals del Rey, que reposan en una eaplla de la Catedral de Sevilla, lo que permite aprecar la escrupulosidad que ponia cuando indagaba en un tema. Esto estudio historco ha inspirado un guién cinematogrifico a Graciela Séenz de Heredie, cuya realizcién tiene programada Televisin Esspaiola. La lecién historica que nos da Moya es clara: las dos guerras ‘mundiales pueden no haber sido sino el principio de una nueva guerra de cien aos, como la que asol6 a Europa en los silos XII y XILI, y que hizo subir la dinastie de Trastamara al trono de Castilla: la crisis que vive Espasa es la ‘misma que sacude el resto de Buropa en el siglo XX como siete siglos antes. (Otra pasion compartida por estos dos neurSlogos espaiioles fue el amor las Libros, Describe muy blen Moye, por ser él tan elbreterassasi» como Lafora, la lenta invasién del piso familiar de éste por los libros que adquirta a escondidas de su familia. Asimismo, el despacho de Maya en el Servicio y, en su casa, su ‘habitacién fueron poco a poco ocupades por libros que trataban de todos los temas que interesan al espiritu humano: medicina, literatura, arte, politica, eteétera, cumpliendo ast la orgullosadivisa de Pico de la Mirandola «De omni re scilibee. La magnifica coleceidn de obras neurologias que reunié Gonzalo Moy, después de largas pesquisas por librerias y «bouquinistes» de toda Europa, ha ‘sido legada por su familia, en su memoria, a la Biblioteca de la Universidad “Autonoma de Madrid. Esta afcién a la historia y a los lbroe no impide en absoluto a Moya proseguir su obra cientfca: sus publicaciones pasan del centenar y medio, ‘muchas de ellas en la «Revista Bspatola de Subnormalidad, Invalides » Epi. lepsias, que funda en 1970, y a le que mutre com muchos articulos personales, ‘Aqut también podemos ver un paralelo con «Archivos de Neurologian, revista fundada por Lafora en 1920 y posteriormente resuctada y animada por él hasta 2 muerte, Otro parecido et la publicacién, independientemente de los artculos escrtos para revistas cientfeas, de muchos otros de vulgarizacion destinados al ‘gran piblice. A menudo ilustra Moya la elinoa con lo que lama «ejemplos vivose, sacados de la Historia: ast, para hablar de Porfvia elige a Enriqueta de Inglaterra, Duquesa de Orleéns, a su hija Maria Luisa de Orleins, Reina de Bspaia, primera esposa de Carlos II wel Hechizado». Le apasiona entrar en la psicologia de una persona, analizando a la ver eu constitucién bioligica y el medio cultural que la rodea. Es posible que éste sea un punto comin entre las dios biografias que ha escrito referidas a personales tan dispares como lo fueron don Pedro el Cruel y don Gonzalo Lafora 16 En 1976, Gonzalo Moya, que ya et miembro de las Sociedades de Neurologia de Espaia y Francia, como lo fueron Gregorio Maraitin y Gonzalo Lafora, 9 de Bigica, es nombrado Profesor Agregado de Neurologia de la Universidad Auté noma de Madrid. Parece que ello le ofrece la base académica en que podria asentar una escuela duradera de Neurologia en Madrid: sin embargo, a pesar de (que ef Servicio de Neurologia Nicolés Achicarro esté bien equipado en labora toris, piensa que le falta a Espaia ese Instituto en que se podrian evar simultineamente la investigaién, la asistencia clinica y la enseianza, como los ‘que habla conocido en el extranjro. Concibe personalmente los planos, como en su tiempo Lafora con el manicomio de Alcals de Henares, pora que pueda disefiarlo uno de le mejores arquitectos hospitalarios espaioles y consigue que se emprendan las obras en un solar del antiguo Hospital del Rey. Los médicos ‘extranjeros que recibe en su Servicio admiran el propésito al que responde la cconstruccin de este Instituto, que ven ir creciendo y admiran el pale que va a disponer de semejante centro, Pero cuando estén ya eas! acabades las obras, ‘som interrumpidas, primero, con la intencién de destinar el Instituto a otra especiaidad que la Neurologia, para la cual habla sido ideado ex profeso, 9 luego, queda abandonado sin afectacin alguna. Esta situacién es tanto més asombrosa cuanto que no se debe, como en el caso del manicomio de Alcalé de Henares, al desencadenamiento de una guerra civil. ¥ es ain mayor el dolor de Gonzalo Moya al ver empezar a arruinarse un edifcio que pudo haberse inaugue rado. Ademés, en el Servicio de Newrologta Nicolés Achicarro, dal Gran Hos- pital, se iniian obras que desorganizan unos laboratorios que hubiesen podido ser trsladados, ampliéndolos, al Institut. Sin embargo, no se dgja desanimar, y apoydndose en la Universidad Auts- noma organiza en 1982-89 un curso internacional sobre «Problemas de lenguaje y bilingdismor. Intervienen en é més de cincuenta conferenciante. Con las iméximas autordades espaolas en este tema, se reiinen una decena de expecia- listas procedentes de ocho patses de Europa y América. Durante el desarrollo det ‘curso se celebra, en marzo de 1983, un coloquio sobre sbilingismo y enseRanza simulténea de dos idiomase, con la participaciin de representantes de ocho ‘paises y de las cuatro regiones espafiolas a las que ataie esta cuestion funda: ‘mental. Gonzalo Moya asume personalmente numerosas conferencas del curso, que consttuye un gran éxito. Para el ato universitario 1989-84 se prevé el segundo ato del curso. Mientras tanto ha muerto Henri Hécaen, uno de los creadores de la moderna neuropsicologia del Lenguaje y Gonzalo Moya lo dedica 4 su memoria. ;No podia imaginar que también su propia memoria hubiese ‘podido ser conmemorada en el curso! ‘Agotado por las luchas pars la realizacén del Instituto, por las tareas diaras del Servicio, por las de la ensehansa universtaria 9, como presintiendo lo que ‘iba a ocurir, emprende la revisién de la obra escrita diez aos antes, para darle 7 una forma que permita la edicién. Suprime varios capltulos, corta parafos enteroe de los otros, condensa resume algunos de los temas desarroliado, revisa otros, teniendo en cuenta los descubrimientos de estos iltimos diez ais, suprime de ta bibliografia numerosas referencias y modifica et titulo de la obra, ‘que €5, defiitivamente GONZALO LAFORA. MEDICINA Y CULTURA EN UNA ESPANA EN CRISIS», Esta segunda versién merece un informe entusiasta de la auto- ‘dad clentifica a la que, andnimamente, sgn la regla establecida, es sometida por el Comité de Lectura de la Universidad Autinoma, que decide, por tanto, ublicarlainmediatamente. Pero el autor sufre ya dela enfermedad de la que va ‘2 morir, el 2 de enero de 1984, sin legar a cumplir los cincuenta y tres afios. ‘No tuvo, por tanto, Gonzalo Moya, como Gonealo Lofora, una larga y cpacible vejez para disfrutar de los resultados de su labor de juventud y maduree, Su fin prematuro nos recuerda el de aquel que habia escogido como padrino de su servicio en el Gran Hospital El destino de Nicolés Achicarr, que tampoco pudo acabar su obra, por una muerte temprana, habla impresionado a ‘nuestro amigo 3) Gonzalo Maya habia asumido, muchos aos antes, la direccion 1 la sceretarta del libro-homenaje que se edit en 1968, en el cincuentenario de la ‘esapariién, « los treinta ¥ ocho ahs, del distpulo predilecto de Caja: *ACHUCARRO, SU VIDA, SU OBRA» un libro en el que se recogen los testimonios de sus mis ilustres contemporineos 0 seguidores. Recuerda Gonzalo Moya en la presente biografla de Lafora detalles de la personalidad del maestro de éste como, por ejemplo, el que como melémano fuese el introductor en Espaia de la misica de Claude Debussy, el més espatol de los milsicos franceses, al ‘que rindis homenaje Manuel de Falla en su tiniea obra para guitarra, Era esta una afciin que Gonzalo Moya compartia con Nicos Achiiarro ‘Se preguntaré el lector por qué se nos encargé la revision del manuserito ‘para esta ediciin. Ninguno de sus alumnos espatoles se atrevia a hacerlo por temor a alterar involuntariamente la valorizacin de la labor cientifca de Gon- alo Lafora. He tenido la audacia de revisar el texto, a pesar de no dominar ni el castellano nila historia dela neuropsiquitria espaiola, como ét lo hacia con la lengua ¥ 1a elenca de mi pals, a favor de nuestra amistad de infancia que se remonta a los afoe en que estullabamos juntos el bachillerato en el Liceo Francés de Madrid y que ha hecho que, « pesar de haber sido separados por la necesidad, para mi, de ir a estudiar la carrera de Medicina en la Facultad de arts, siempre me haya tenido al coriente de sus trabajos y de sus proyectos. Como lo he escrito més arriba, habia reducido Gonzolo Moya la version que hhabia escrito en 1979 de una manera que no permitia la edicion tal cual. He Himitado la revisién a lo imprescindible: suprimir repeticones initiles, corregir pequelos errores evidentemente materiales 0 de mecanografia, completar alg nas fechas dejadas en blanco, sin modificar en absoluto el texto original. He 18 preferido poner en unas pocas notas a ple de pdgina, para no recargar la presentociin de éste 9 para que no se confunda con é, cortas aclaraciones, referencias restablecidas 0 posteriares al manuscrito e indicaciones sobre las ‘capituloe que Gonsalo Moya no tuvo tiempo de revisar desde 1973 cuya leetura podrla sorprender al lector de 1985. El objeto de todas estas notas e2 hacer resaltar la opinion expresada por Gonzalo Moya sobre los temas que Lafora habia estudiado anteriormente, ‘Asimismo, tampoco he modifieado la bibliografia 0, mejor dicho, su presen tacitn. Las referencias biblogréficas no estin hechas segiin las normas internacio: roles, sino que estén repartidas en cuatro rabricas distintas. Esta repartcién Inusitada eorresponde a la voluntad de Gonzalo Moya de distinguir claramente fen la obra de Lafora los articulos centificos, los de divulgacién y los textos legislativosinspiradas por él. Por eso la hemos respetad, marcando estas cuatro ‘partes, para comodidad del lector, com nimeros romanos — Lo primera (1) es la bibliografia de los articulos de vulgarisecién 0 ppolémicos publicados por Lafora en el persdico +E] Sos. — La segunda (1) es la bibliografia de tos textos legislativos publioados en el «Boletin Oficial ¢ insprados por Lafora. — La tercera (III) es la bibliografia exhaustiva de la obra cientifiea de Lafora. — La cuarta IV) es la bibliografia general de los autores citados por Moya en ou texto, Al interior de cada una de estas euatro partes, las referencias estén numme radas con cifras érabes, por orden alfabético de autores para la cuarta, por ‘orden cronoligico para las tres primeras. Asi utilizaré lo mejor posible el estudioso esta cuddruple bibliogrfia, que representa la cantidad de trabajo que ‘puede imaginar, sobre todo, si tiene en cuenta que el estudio biografiado gene ral, mucho mAs extenso en el manuscrito original, ha sido drdsticamente red ‘ldo por las necesidades de edicisn. Por otra parte, ha incumbido a Ana Barrio la tarea de pasar a maquina este texto y también la de establecer un indice de personas citadas. Le damos agul las gracias por haber contribuido a que sea posible editaro, Nuestros esfuerzos hallarén su recompensa si conseguimos hacer legar la vida, la obra y ta época de Lafora a tos lectores que merece y més ain si su ‘publicacin constituye parte del homenaje que debe rendirse a su autor que, siguiendo el gjemplo de Gonzalo Lafora, legs a ela implicacién personal y 9 directa a favor de wna eausa justa, culminacién que puede y debe aleanzar una vida dedicada a la clencia puras, Pero sblo se podrd eumplir con lo que merece la memoria de Gonealo Moya si se continia lo que habla emprendido, que queds truneado y que tal vee le ha eostado la vida. Paris, septiembre 1984 Docteur Jean Garrabé Paychiatre des HOpitaux Directeur d Enseignement clinique ala Faculté Paris-Ouest 4 Rend Descartes Introduccién Hemos realizado el presente estudio sobre la vida y la obra de don Gonzalo RR. Lafora —que aparece ms de dee afice después de su muerte— por varios moti- vos. En primer lugar, por la ausencia —salvo ls biografia de Valenciano— do extudios deallados acerea de una figura tan importante de la Neurologia y de la Priquiatria espaolas. En segundo lugar, para deshacer diferentes mitos —en ge neral malintencionados-— sobre su vida y su obra. Lafora es, por otza parte, uno 4e ls pocos espatioles cuyo nombre leva una enfermedad. Ademis, en esta obra ‘se unen actividades clinics, de investigaciin —neuropatolbgien esencialmente- ¥ de proteccién social —lgislaién social ispirada por él durante la Segunda Re piibliea—, Por sltimo, le personalidad de Lafora, tan eriticada por algunos, nos parece de interés excepeional. Todo ello ustificaatrar a atencibn sobre su figura fen un pais donde el olvido a corto plazo de los hombres mis iustres es, por des: ‘racia, cosa coment [Existe, por otro lado, una azn més personal. Lafora y don Fernando de Cas ‘ro intorvinieron eon todas sus energias para que se creaa el Servicio de Neurolo fa Nicolis Achicarro —Achicarro fue maestro directo del primero e indirecto del ‘segundo, Tanto uno como otto nos refireran muchas veot el viejo proyecto de adseribir una clinica neurol6gica al Instituto Cajal en el Cerilo de San Blas y vieron en nuestro Servicio de Neurologia, de cuya Asociacion de Amigos quisieron formar parte, una realizacién en cierto modo de aquellos propésitos. ‘Nuestra Unica muestra de agradecimiento hacia Lafora, en homenaje péstumo por aquella su generosa ayuda, ha sido, aparte de haber perguiado esta biografia sya, haber intentado promover —con éxito—, gracias ala intervencin decidida de don Gregorio Rubio Nombela y de don José Luis Guerrero Aroca, que se diera nombre de don Gonzalo un centro dedicado 2 la ensefanza y asistencia de hifi subormales de grado medio y Jeve, uno de los tipos de enfermos a los que Lafora —en pos de Achtcarro— dedicé su atencién, y ello en un periodo reciente de nuestra histria en el que el nombre de Lafor levantaba ain hostilidades ma a nifiestas. Hoy ol centro «Gonzalo Laforae leva dignamente el nombre de su titular desde el afc 1976, (Queremos expresar nuestro agradecimiento por su colaboraciin en este libro, facia a los datos que nos han facilitado para su claboracién, a un gran némero de personas, algunas de ellas desaparecidas en el curso de los iltimsafos. Al doctor don Vietor Lafora, con quien recorrimos la casa de su padre en la calle de Montalbin, tal como la dejé don Gonzalo al mori, con libros y cuadros hasta en lo pasillos, y que nos permitié ver yfotografiar la obra pictérica original de ate, adon Carlos Lafora, con quien revisamos parte de los manuscrtos inéditos de aqudl, en su casa de Majadshonda; a don Miguel Maura, quien en ls dtimos atios de su vide, en Barcelona y en Zaragoza, nos hablé eon afecto y respeto de ‘su Director General de Senidad, don Marcelino Pascua, y de los colaboradores de ste, entro ellos Lafora, a quien conoeié muy bien ademés através de Maran; al profesor don Marcelino Pascua, desaparecido en 1977, quien nos envid por carta, desde Ginebra, datos esenciales sobre las reformas psiquistricas emprendidas du- rante la Replica; a don Francisco Trigo, Subsecretario de Senidad con dofia Fe derica Montaeny, quien nos facilits informacion sobre et periodo de julio a dciem- bre de 1936: al doctor don José Miguel Sacrstin hijo, quien nas presté el libro de Lafora sobre «Edueaciin sexual», curiosamenta sexpurgador de la Biblioteca Na- onal, y la revista «Madride, del Quinto Rogimiento, en la que Lafora publicé dos artiules poco conocidos; al profesor don Carlos Rico Avello, quien nos fact riltiples datos sobre la Sanidad espafiola durante la Monarquia y durante la Re piiblica; los profesores y doctores don Luis Calandee hijo, don Plicido Gonzélex Duarte, don Ruperta Sinchex Areas, don Jasé Casas Sinches, don José Estellés y don Manuel Bastos Ansart —una de cayas hijas casb con un hijo de Lafora— ‘quienes nos comunicaron valiosas informaciones sobre Ia Sandad en la zona. ep: blicana durante la guerra evil y sobre ol doctor Lafora; al doctor don Josb Ger main y al doctor don Sixto Obrador, que recordaron para nosotros a Lafora en la clinica de la calle de San Bartolomé, en ol hotelito de Carsbenchel, en el Instituto Cajal y en Méjico, rspectivamente, ssi como a dofia Enriqueta Lévy- Rodriguez, antigua bibliotecaria del Instituto Cajal, autora de un libro de recuerdos sobre don. Santiago. Asimismo queremos agradecer su ayuda a don José Ortega Spottomo, quien local para nosotros un texto de Lafora en la «Revista de Occidenten, y a don Luis Ossorio, don Gerardo Montes y dofia Pilar Caramés, que localizaron y foto copiaron todas las cotribuciones de don Gonzalo al diario «El Sol Por su parte, don Rogelio Juliin Ramos, don Juan Haro, don Enrique Barrios -¥ don Feicisimo Garcia fotografiaron buena parte de la interesante obra pictrica ‘de Laos, as sefortas dofia An Barro y dota Rosa Gémex de Pangua han puesto en limpio el — seh OB)» fos después, en 1905, fue Kragpelin quien visit6 a Vogt en Berlin, Habia > sy>i4iunai0 Ikido ya los trabajos de éste y las publicaciones de Brodmann, extudié las si preparaciones histligicas que le fueron mostradas y se conven de que era Importante realizar estudios histoligions en las peicosis. De esta convicein, de este camino de Damasco histologic, naceria el «Anatomisches Laborato. tium der Payehietrischen und Nervenklinde» de Munich, en el que Nissi, mis fain que Alzheimer, compattiria apasionadamente estas conviceones llevando f cabo eatudios sobre Its modificaciones glines vasculares y neuronales en general, lo que proparé la base comparativa para que otros investizadores realizaran estudio sobre enfermedades especifieas Muchas y muy diversas son las aportaciones de Kraepein a Ia psiquiatra fle naturaleza de las perturbaciones mentales producidas por venenos, txieos Y ficbres, que estudis primero en Wureburg y luego en la Ciiniea de Fleschig, ¥ con Forel y el psicblogo Wud Por otra parte, introdujo en psiquiatria un eoncepto —éste poco feliz— de predeterminecion ‘de la enfermedad: unos enfermos estin destinados por Ta naturaleea del proceso a curarse y otros no, cuando hoy, por ejemplo, se reconocen una serie de gradaciones entre la salud y la enfermedad grave y ‘ain oe niega la existencia de casos incurables. Pero las dos enfermedades descritas por —fundéndose en cuidadosas este istcas y en observaciones clincas de una gran complejdad que le dieron fama, ‘unversel— fueron la demencia precor —la esquizafrenia y ta psicosis maniaco ‘eprsiva, las dos grandes psicosis que hoy en dia siguen planteéndose a Ia Hu rmanidad. Tnssta, en sus respectivas desripclone, en el deterioro dejado por a demencia precoe, de aperiién juvenil, y, por el contrario, en la curebildad relat ‘va de las psieosis maniaco-depresivas —he aqui, bajo une forma conereta, el ita do concepto de Is wpredsterminacibn» de la enfermedad, introduciendo ademis Kraepelin por ello un elemento pronbatico en el diagnéstico de cada uno de los rocosos. ‘Kraepelin sufié duras eriteas por sus ideas innovadoras, pero lo esencial de ‘su obra ha pasado a intagrarseen la psiquiatria actual. Como es logico, esta obra tuo sus precursores, jquién no los tiene, y ol decir que careca de originalided fra un argumento que ignoraba el modo de evolucion de cualquier ciencia llamado «sistema Kreepelianoy,esencialmente cientifco, tenia, sin embargo un fallo de importancia: ala Ciencia le interesan, para sacar sus conclusione, las irandes estadistcas, de las que se pueden deducir leyes generale, y el individuo Ie interesa mucho mencs como tal unided. Por otra parte, en la Alemania que le toch vivir a Kraepelin, lo esencal era la comunidad: la higiene piblicay la ais: tencia aloe enfermos mentales constituian a Ia vez —tal vex ante todo— Ia pro- teceiin de la sociedad y no silo Ia proteccién del individuo contra la sociedad. ste aspecto de la obra del psiquiatra slemén, crticada ya en su tiempo por sus ‘ontemporineos, va selo con extraordinariarudeza en relacién con Ia wdemencia prcozs por los wantisiquiatrase. Bn la obra de Laforahallarmos algunos vest fos de este planteamient, Por ilimo, Kraepelin teria extraordinariamente que la consideracién do la personalidad del individuo particular, del enfermo conereto, pudiera reintroducir Go la Psiquitria la Filosofia. Ahora veremos que una parte de los psiquatras lemanes contemporineca suyos lo pretendiran antes ineluso de que so produjera fa gran revolucionfreudiana, Desde el punto de vista personal, Kraepalin fue un trabajador infatigable,

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