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Catauro Revista Cubana

de Antropología
Año 21. No. 40
julio-diciembre 2021.
Publicación semestral de la
Fundación Fernando Ortiz
La indiferencia es el peso muerto de la historia.
Director: Antonio Gramsci
Miguel Barnet Lanza
Subdirectora:
Trinidad Pérez Valdés
Jefe de Redacción:
EDITORIAL4
Yohandry Manzano Castillo
Editora:
María Guadalupe Rouco Núñez
CONTRAPUNTEOS6
Director artístico:
Eduardo Moltó
Humboldt: entre ciencias naturales y ciencias humanísticas
Ilustración de cubierta: HANS-OTTO DILL 6
Manuel López Oliva,
Parlamento de atrezo Gerald Camden Wheeler (1872-1943).
(acrílico sobre lienzo, 2019)
Etnografía, lengua y política
Diseño gráfico y de cubierta:
Lisvette Monnar Bolaños
LEIF KORSBAEK 15
Composición:
Ileana Fernández Alfonso Conexiones entre la obra
Consejo editorial: de Frantz Fanon y José Martí
María Teresa Linares † TERESITA PADRÓN DE LA PAZ 33
Aurelio Francos
José Matos
Ana Cairo †
El esclavo, el negrero y el cimarrón. Visiones sobre la
María del Carmen Barcia esclavitud en tres obras literarias cubanas
Enrique Beldarraín CELÍN GONZÁLEZ MARTÍNEZ 41
Rosa María de Lahaye
Reynaldo Funes
Jesús Guanche El racismo idiosincrático en nuestra ruta de supresión
Armando Rangel del racismo ideológico
Pablo Rodríguez
Sergio Valdés
IANELA RODRÍGUEZ QUINTERO 53
Félix Julio Alfonso
Todos los derechos Población e inmigración en Cuba: la ciencia
reservados. en la objetivación de lo «diferente»
© Sobre la presente LEYANI BERNAL VALDÉS 69
edición Fundación
Fernando Ortiz, 2021
ISSN: 1681‑7842 DOSIER87
Fundación Fernando Ortiz
Callejón de Jústiz no.21,
entre Oficios y Baratillo,
Lydia Cabrera, cubana, afroamericana y universal
La Habana Vieja. FRANK PÉREZ ÁLVAREZ 87
La Habana, Cuba.
Código Postal: 10100 Lydia Cabrera: su influencia en las artes
http://ffo.cult.cu NATALIA BOLÍVAR 91
Cada trabajo expresa
la opinión de su autor. La poesía: simiente de las ciencias sociales
MIGUEL BARNET 99
IMAGINARIO102
Huellas facticias de Emilio Roig de Leuchsenring
GRISEL TERRÓN QUINTERO 102

Arquitectura vernácula
y afrodescendientes. Estudio de caso
JULIO ISMAEL MARTÍNEZ BETANCOURT 122

ARCHIVOS DEL FOLKLORE135


Una escultora y pintora cubana reconocida
por Fernando Ortiz
MEI-LING CABRERA PÉREZ 135

Caridad Ramírez: su obra no serán pasos perdidos


FERNANDO ORTIZ 137

Cubano de tres mundos


LINO NOVÁS CALVO 139

ENTRE-VISTAS145
Siempre logré vencer incomprensiones y prejuicios
(Entrevista a María Teresa Linares)
TRINIDAD PÉREZ VALDÉS 145

HOMENAJE161
María Teresa Linares en sus 100 años de vida
MIGUEL BARNET 161

DESDE L Y 27164
XXV años de la Fundación Fernando Ortiz164
Homenaje a la Fundación Fernando Ortiz
en la XXIX Feria Internacional del Libro164
Presentación del número 36 de Catauro165
Premio Internacional Fernando Ortiz
a Héctor Díaz Polanco170
Premio Catauro Cubano 2020171
Recibe la Biblioteca Nacional José Martí el Premio
Internacional Fernando Ortiz172
Reciben la Fundación Fernando Ortiz y su presidente
Miguel Barnet Lanza la Orden Carlos J. Finlay173
Coloquio Internacional Fernando Ortiz:
una obra de fundación174

EX‑LIBRIS175
Acertados apuntes de Diana Fernández sobre el vestir
VIRGINIA ALBERDI BENÍTEZ 175

Mujeres y hombres chinos en Cuba


GAETANO LONGO 179

Biografía de un cubano inolvidable: Emilio Bacardí


IBRAHIM HIDALGO PAZ 182

Las corridas de toros en La Habana.


Una enconada polémica republicana
AURELIO FRANCOS LAUREDO 188
N uevamente la revista Catauro abre sus páginas a esa fronda etno-
gráfica de Cuba que, como la definiera Ortiz, es tan «enmarañada» que
su penetración requiere el prolongado esfuerzo de especialistas de diver-
sas disciplinas científicas. Fieles al espíritu de continuar explorando esa
manigua espesa, hemos reunido en este número un grupo de investigacio-
nes que, por su variedad temática, colocan a nuestros lectores ante una
excelente muestra de estudios actuales en el campo de la antropología y
la etnografía.
Sendos ensayos sobre Alejandro de Humboldt y Gerald Camden
Wheeler inician la sección Contrapunteos. En ambos casos, los autores
presentan una semblanza de estas figuras analizando los diferentes con-
textos en que desarrollaron su labor académica y los respectivos aportes
que hicieron a la investigación científica. Además, se incluyen las colabo-
raciones de dos jóvenes investigadoras que, a través de análisis signados
por una mirada contemporánea, presentan dos temas muy sugerentes:
los vínculos que unen la labor intelectual de dos figuras como José Martí
y Frantz Fanon; así como la manera particular en que desde la ficción
narrativa se han erigido visiones sobre la esclavitud, el negro y los escla-
vos. Se suman a dichos textos, los titulados «El racismo idiosincrático en
nuestra ruta de supresión del racismo ideológico», que coloca como obje-
tivo de primer orden para nuestra sociedad la necesidad de estimular un
estudio interdisciplinario de la problemática racial; y «Población e inmi-
gración en Cuba: la ciencia en la objetivación de lo “diferente”», una
investigación que nos acerca a los actores y los discursos que sustentaron,
en distintos momentos de la sociedad republicana, enfoques y propuestas
que condenaban a una parte de la población a una cuestionable margi-
nación social.
Desde los primeros números de Catauro —publicados hace dos dé-
cadas— Lydia Cabrera constituye una presencia constante en «el mon-
te» del folklore afrocubano. En nuestro segundo número, se dedicó un
amplio dosier a celebrar el centenario de su nacimiento. El legado de la
autora de Cuentos negros de Cuba continúa ocupando un lugar rele-
vante en nuestra cultura, su extensa bibliografía y las indagaciones y
grabaciones que realizó constituyen, además de una referencia obligato-
editorial

ria, un significativo punto de partida para los estudios de la cultura po-


pular cubana contemporánea. En este número, Catauro le dedica otro
dosier a Lydia Cabrera y con ese fin reunimos las ponencias leídas en un
homenaje que se le hiciera en mayo de 2019, con motivo del aniversa-
rio 120 de su natalicio.
La sección Imaginario recrea en sus primeras páginas el ambiente de
la Colección Facticia de Emilio Roig de Leuchsenring, conjunto documen-

4  CATAURO
tal que reconstruye parte de la historia de la nación cubana durante la
primera mitad del siglo pasado. Por su parte, en «Arquitectura vernácula y
afrodescendientes. Estudio de caso» encontrarán nuestros lectores un
interesante recorrido por el surgimiento y desarrollo de esa modalidad
arquitectónica en el histórico poblado de Santiago de las Vegas; una tra-
dición constructiva familiar que en esta región del municipio Boyeros fue
impulsada, desde la época colonial, por afrodescendientes.
En Archivos del Folklore incluimos un texto poco conocido que
Fernando Ortiz escribiera para el catálogo de una exposición de la ar-
tista Caridad Ramírez. Gracias a la colaboración de la joven investiga-
dora Mei-Ling Cabrera, nuestros lectores pueden tener una breve
semblanza de esa genuina creadora, cuya obra a pesar de que obtuvo el
reconocimiento de sus contemporáneos, en la actualidad es apenas co-
nocida por el público cubano. Esta sección concluye con «Cubano de
tres mundos», un texto que en el verano de 1950 Lino Novás Calvo
dedica a Fernando Ortiz.
Las secciones Entre-vistas y Homenaje de este número de Catauro
rinden merecido tributo a María Teresa Linares, partícipe entusiasta,
desde los primeros años, de esa obra de proyección transcultural que es
la Fundación Fernando Ortiz. La copiosa labor investigativa desarrolla-
da por una maestra como ella, constituye un modelo de entrega total a
los estudios del folklore y la música en nuestro país.
Como es habitual, en Desde L y 27 se recogen las principales actividades
que en los últimos meses se han realizado o promovido por la Fundación
Fernando Ortiz, mientras que Ex-libris presenta varias reseñas biblio-
gráficas sobre obras publicadas recientemente.

El Director

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HUMBOLDT:
ENTRE CIENCIAS NATURALES
Y CIENCIAS HUMANÍSTICAS
HANS-OTTO DILL

La imagen del científico berlinés Alejandro


de Humboldt es falseada o simplificada por
una innumerable serie de leyendas que es-
conden su verdadera personalidad y la re-
ducen fatalmente. Los tres mitos más
frecuentes son los del «segundo descubri-
dor», del «naturalista» exclusivo y del per-
manente «viajero».
Humboldt fue llamado por el intelectual
cubano José de la Luz y Caballero como el
contrapunteos

«segundo descubridor de Cuba», y respec-


tivamente de América, como aparece en
español al pie de su monumento en el patio
de la Universidad de Berlín, «segundo des-
cubridor», junto al monumento del primer
descubridor, Cristóbal Colón. El término
Hans-Otto Dill «descubridor» habría disgustado decidida-
Filólogo y traductor
mente a Alejandro, por cuanto él valoraba
alemán. el «descubrimiento» como la apertura al

6  CATAURO
colonialismo y eurocentrismo, por lo cual reconstruyéndolos, determinando y midien-
evitaba las más de las veces este eufemismo. do latitudes y longitudes geográficas, las
Cuando una vez, sin intención alguna, la de- montañas […] y la influencia de la natura-
nominación usual «descubrimiento» la pro- leza muerta en la naturaleza viva». Estas
nunció casi inconscientemente, se corrigió líneas las escribió el 11 de abril de 1799. De
enseguida para llamar al suceso por su ver- seres humanos, vida intelectual y cultura ni
dadero nombre, diciendo: «Lors de la décou- hablar, solo de naturaleza. Después de mu-
verte du nouveau monde, ou pour mieux dire, chos trabajos en tierra, en los montes, en las
lors de la première invasion des Espagnols», o minas de las montañas, así como en las lla-
sea: «durante el descubrimiento del nuevo nuras, había fundado Humboldt la «geo-
mundo, mejor dicho, durante la primera grafía de las plantas».
invasión de los españoles». En la Universidad de Friburgo, el joven
botánico Alejandro ya había investigado las
colonias de plantas criptógamas en el mun-
INVESTIGACIÓN DE CAMPO do subterráneo de los Montes Metálicos,
Y CIENCIAS NATURALES conociendo así el «nivel más bajo» de la
tierra. Después, al contrario, se puso a estu-
Humboldt no fue un «viajero», como suele diar los «niveles más altos», al remontar las
llamársele, sino un «caminante», un «wan- cimas de los Alpes y de los Andes, además
derer», ya que no había rutas ni modernos el Vesubio y el San Gotardo, subiendo el
medios de transporte en las selvas america- día 23 de junio de 1892 casi a la cumbre de
nas. Tenía que recorrer per pedes sus caminos la elevación del Chimborazo en El Ecuador,
como botánico, geodesta y mineralogista, que se consideraba en aquel entonces, con
consumiendo de esta manera dieciséis pares sus 6 000 metros de altura, la cima más alta
de botas. del mundo. Por tal motivo, adquirió la re-
Durante días enteros, él rastreaba las putación mundial de ser un exitoso y arries-
plantas más diversas para verificar el periplo gado explorador, el único habitante de la
de estas sobre la tierra. Todos sus importan- Tierra que había visto el techo del mundo
tes descubrimientos científicos sobre la desde arriba en un tiempo en que todavía
naturaleza se encontraban íntimamente li- no existían aeronaves ni aviones. Como
gados con sus actividades deportivas, sus resultado de las investigaciones de Hum-
largas caminatas que —y en eso radica la boldt se comprobó que las alturas terrestres
singularidad de Humboldt— se extendían ofrecían a los indígenas que vivían ahí
en tres dimensiones, es decir, sobre, en y condiciones climáticas y de vida parecidas
debajo de la tierra. a las de los europeos, además de un alto
Fue un científico multifacético en cien- nivel cultural comparable con los mismos,
cias naturales, cuya amplia gama proclamó como había podido comprobar al ver las
en su programa de trabajo poco tiempo impresionantes construcciones y obras de
antes de comenzar su viaje: «Coleccionaré arte incaicas.
plantas y animales, investigaré el calor, la Humboldt, como explorador e investiga-
electricidad, el contenido magnético y eléc- dor de la naturaleza, adquirió un excepcio-
trico de la atmósfera, descomponiéndolos y nal conocimiento empírico de las tres capas

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superpuestas de la estructura terrestre, del indigno, pues eso era para él la mayor ex-
«piso subterráneo» hasta la «capa superior». presión de la pretendida superioridad y su-
En su investigación de la naturaleza, premacía de los europeos.
además, el naturalista Alejandro de Hum- Humboldt estudiaba en todas partes,
boldt devino en figura contrastante de su también en Europa y otros continentes, las
hermano mayor, el humanista Guillermo de piedras y plantas de los «submundos». Estas
Humboldt, dentro del concepto de la divi- impresiones del mundo subterráneo —no
sión del trabajo entre ambos. desconocidas para él— las completaba con
De hecho, Alejandro era en primer lugar la experiencia contraria de sus expediciones
un científico en ciencias naturales, ya de en las alturas más elevadas de los Alpes y
niño coleccionaba plantas en los prados y Andes.
bosques de su natal Tegel, cerca de Berlín,
y en las minas de Friburgo, en los Montes
Metálicos, investigaba como estudiante de HUMBOLDT Y LAS CIENCIAS DEL
las ciencias de la minería las plantas sub- HOMBRE Y DE AMÉRICA LATINA
terráneas. Este difícil trabajo de campo lo
continuó en el Nuevo Mundo al investigar Al hacer referencia al programa de su gran
las tierras del Orinoco. viaje americano en 1799, dice: «Mi único
El trabajo de campo de Humboldt como objetivo es estudiar la cohesión y el entrela-
biólogo y mineralogista en tierras america- zamiento de todas las fuerzas de la natura-
nas consistía en arrastrarse diariamente con leza». Pero después de su regreso del Nuevo
el vientre sobre la tierra húmeda, centíme- Mundo se preguntó textualmente «por el
tro por centímetro, por largos kilómetros de provecho de mis viajes para las ciencias cul-
terreno resbaladizo en busca de objetos turales y humanistas». Vale decir que él mismo
científicos. Su atención se concentraba en se consideraba, a partir de su viaje por Amé-
escarabajos, reptiles, hongos, piedras y mi- rica Latina, tanto un especialista de ciencias
nerales de la tierra. naturales como un experto en ciencias hu-
Dada la altísima sensibilidad muscular manísticas. Definió como tercera ola de
de sus piernas podía reaccionar debidamen- la colonización global del planeta, o sea de la
te al contacto inmediato ante la eventual globalización, «la extension numérica rela-
aparición de algún hallazgo, y todo eso en tiva de los grupos humanos sobre la tierra».
medio de interminables sucesiones de levan- Se le bautizaba como «viajero», a causa
tarse y tumbarse en el fango. Por tal motivo, de los muchos viajes emprendidos por él a
evitaba recurrir al transporte, —usual en la través del mundo, convirtiéndose esto casi
zona— de personas en hamaca a través de en su actividad principal. El viaje a Améri-
la selva, puesto que le habría impedido ca era la realización de su pueril sueño de
controlar y percibir el micromundo de la futuros viajes en el sur extra-europeo, un
tierra al nivel de los ojos. Pero más aún, sueño que era el resultado de sus muchas
rechazaba la hamaca por motivos éticos, ya lecturas anteriores, entre otras, la de la obra
que este medio de transporte, donde perso- de los dos ilustrados franceses Guillaume-
nas blancas en la hamaca eran llevadas por Thomas Raynal y Denis Diderot titulada
esclavos indígenas o negros, le resultaba Historia de las dos Indias —serie de reporta-

8  CATAURO
jes sobre la masiva expansión comercial y rable experiencia del Nuevo Mundo con la
colonial de los europeos en el hemisferio sur consiguiente cosecha de conocimientos. Era
de la Tierra. extraordinario ya por su larga duración, ade-
Para Humboldt el subcontinente latino- más viajaba sin preparación previa alguna por
americano ha sido desde el punto de vista una región para él absolutamente descono-
económico y cultural un viviente museo de cida. Pero el resultado más importante de su
la geografía e historia de la humanidad. Él viaje americano para el desarrollo intelectual
mismo escribió al respecto: «El viajero ob- de Humboldt científico, humanista y ser
servador debe dar las gracias a la indolencia humano fue su decubrimiento del mundo
española por encontrar al indígena todavía no-europeo, no-occidental, no cristiano, de
en este antiguo estado natural: uno no viaja gran parte de América, su «otredad» y no su
solamente en un país distinto, sino que uno se pretendida inferioridad en comparación con
traslada también en siglos pasados, uno el Viejo Mundo. Humboldt anticipaba una
aprende en América del Sur cómo los in- figura de pensamiento y realidad actual del
dianos vivían en tiempos de la Conquista y llamado «Tercer Mundo» o «países en vía de
cómo los españoles vivían en la época del desarrollo», habiendo sido el primer gran
gran emperador (Carlos V)». intelectual europeo que vivió tanto tiempo
Pero además su «viaje», que era en reali- en ese mundo extraeuropeo.
dad una inmensa expedición científica, ad-
quiría una dimensión «planetaria», pues
solo en el Nuevo Mundo conocía finalmen- LISTA DE PECADOS EUROPEOS
te el planeta Tierra, tanto de su tiempo como SEGÚN HUMBOLDT
el del pasado, en cuanto él aquí —y en esto
consistía una de las muchas singularidades Humboldt fue el primero en reconocer
de América Latina— podía visitar al mismo críticamente y denunciar el colonialismo
tiempo las más diversas épocas de la historia europeo. En sus obras se encuentra una
natural y mundial en su estado original: amplia lista de los pecados mortales, es decir
América lo guiaba, por decirlo así, a través de los crímenes cometidos por los europeos
de todas las partes y épocas del mundo, de en ultramar. Esta lista comienza con un
todas las razas: blanca, negra, parda, ama- comentario relativo a las atrocidades perpe-
rilla; de los continentes: Europa, África, Asia, tradas por los conquistadores y el etnocidio
después de sus muchas pero relativamente europeo entre los mexicanos y caribeños.
insignificantes excursiones a través de Euro- Habla de «las víctimas sacrificadas por la
pa, África del Norte, Rusia y la región del crueldad europea». Con ello continuó las
Mediterráneo, desde Italia hasta Persia, así críticas ya formuladas en el siglo xvi por
como la Europa occidental con los Pirineos. Montaigne relativas a la crueldad de los
Para él, en el fondo, el único viaje intrín- europeos devenidas lugares comunes, pues
secamente importante había sido el viaje a ya las había denunciado el obispo de Chia-
América Latina.Todos los demás eran a lo pas, Bartolomé de las Casas, en su crónica
sumo adicionales. de la conquista de México, «Brevísima rela-
Este viaje invirtió totalmente su vida, su ción de la destrucción de las Indias» de 1552,
pensamiento y su cosmovisión. Significaba crueldades subrayadas por el filósofo francés
para él un gran golpe de suerte por la memo- Montaigne en sus dos ensayos de 1571, y en

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tiempos más recientes por el filósofo francés En el Río Magdalena observó el pesadí-
posmoderno Tzvetan Todorov, que acuñaba simo trabajo de los marineros negros, los que
el término «cultura europea de la masacre» con largos palos tenían que correr alterna-
para los colonizadores europeos, a diferencia tivamente desde la roa a la proa haciendo
de la «cultura indígena de sacrificio» —los avanzar con el bichero las embarcaciones
sacrificios humanos de los aztecas y otros pue- pesadamente cargadas. Otro caso de obser-
blos indígenas que suministraban a los vación crítica de Humboldt se refiere a las
europeos los pretextos para sus masacres terribles condiciones higiénicas y catastró-
entre los indios. Humboldt escribió horroriza- ficas condiciones de trabajo en una fábrica
do después de la lectura de un documento en mexicana donde los indios, como lamenta-
el Vaticano sobre estas matanzas ilustrado ba él, «trabajan encerrados y desnudos y
con terribles imágenes: «[…] este manuscri- separados de sus familias», teniendo que
to contiene copias de pinturas hieroglíficas defecar en el patio en medio de grandes
ejecutadas después de la Conquista: indíge- montones de caca. Humboldt escribía un
nas colgados en los árboles con crucifijos en texto similar, una especie de paralelo, a la obra
sus manos, soldados en caballos que incen- de Federico Engels La situación de la clase
dian un pueblo indígena, monjes que bautizan obrera en Inglaterra, un ensayo sobre la si-
a infelices indios en el mismo momento en que tuación de la clase trabajadora en América
Latina.
los echan al agua para matarlos». Después
En el Nuevo Mundo, Humboldt regis-
sigue el justificado y amargo comentario con-
traba el imperio y la riqueza de los colonos
denatorio de Humboldt que dice: «[…] en
y comerciantes y de sus sucesores, así como
estas señas se reconoce la llegada de los la pobreza y explotación de los negros im-
europeos al Nuevo Mundo». Eso es quizás la portados desde África por los ingleses,
primera expresión del anticolonialismo de existente en aquel entonces en abrumadora
Humboldt. Masacres han sido en efecto el mayoría frente a la minoría europea.
saludo de los visitantes cristianos a los habi- La atención de Humboldt se dirigía, ade-
tantes paganos del sur del mundo americano. más de a la naturaleza y las particulares cu-
Pero Humboldt no se contenta con denun- riosidades de este continente, a la vida de los
ciar solamente la crueldad de los europeos, indios, negros, criollos, blancos, mulatos y
sino que detalla la suma de los muchos mestizos en las ciudades, aldeas y conventos,
crímenes e inhumanidades cometidas por es decir, a los hombres latinoamericanos todos.
ellos. Así condena el tratamiento inhumano Este conocimiento íntimo del Nuevo
de los esclavos negros. Se indignaba tal vez Mundo mantendrá despierta su posición
como primer abogado de los derechos del crítica frente al colonialismo, así como su
hombre en el siglo xix, cuando escribe un solidaridad con los latinoamericanos, un
texto «sobre el tratamiento de los trabaja- hecho mencionado rarísimas veces en los
dores negros forzados, importados de África comentarios usuales a las ediciones de sus
por sus señores blancos». Le indignaba obras, de modo que una parte importante
además, como dice él textualmente, «como de su vida y personalidad no aparece en
los civilizados pueblos cristianos discuten ellas. La lista humboldtiana de los pecados
quién entre ellos ha matado más africanos de los conquistadores no figura en ningu-
en tres años». na de las obras de los historiadores profesio-

10  CATAURO
nales europeos. De esta forma pertenden No por casualidad el término más favoreci-
transformar a Humboldt en el predecesor y do por Hitler y su ministro de propaganda
sponsor de la Unión Europea, ignorando Goebbels, estos dos enemigos encarnados de
completamente su crítica de la política de la Ilustración, era precisamente «fanático»,
los europeos, sin tomar en cuenta la modes- este estado de ánimo combatido ferviente-
tia que lo caracterizaba y su sentido auto- mente por los iluminados y racionalistas.
crítico. Además debemos mencionar en este
texto la exigencia de indemnización por
los daños producidos por los colonialistas LAS ACTIVIDADES
europeos a la población de los tres continen- ANTIECOLÓGICAS
tes extraeuropeos, del filósofo del Siglo de DE LOS EUROPEOS
las Luces Johann Gottfried Herder, un pre-
cursor de Humboldt, que escribía: «A causa No en último lugar registraba Humboldt los
del colonialismo cada europeo tiene que múltiples pecados de los europeos contra
sentir vergüenza». Humboldt repite casi tex- la ecología: la destrucción del medio ambien-
tualmente el texto de su maestro Herder: te es, según él, un delito específicamente
«En verdad el europeo tendría que tener europeo: «Cuando se destruyen los bosques
vergüenza por el delito de lesa humanidad como hacen los colonos europeos en todas
casi ante todos los pueblos […] Europa no partes de América con un hastío impruden-
te, se transforman de un golpe los riachuelos
debería llamarse la parte sabia, sino la parte
en mareas que ahora inundan los campos
engañadora del mundo».
destruyéndolos». Esta destrucción del medio
Humboldt se expresaba también crítica-
ambiente por los colonos europeos trajo
mente con respecto al comportamiento de consecuencias nefastas para la ecología
los europeos en las colonias»: «Los europeos tradicional de los indígenas aztecas e incai-
afuera de sus países son tan bárbaros como cos, y principalmente para los indios de los
los turcos y peores, ya que más fanáticos. bosques y estepas. Pero Humboldt no idea-
«Afuera de sus países» se refiere a la intole- liza tampoco de forma abstracta a los indios
rancia y pretendida superioridad tanto de como «buenos salvajes», sino que crítica
los turcos como de los europeos en contra enérgicamente sus frecuentes desmontes por
de los habitantes de las colonias por su otra incendio que destruyen el paisaje y reducen
religión, raza y color de la piel. Humboldt la fertilidad de la tierra.
expuso con esta afirmación que los turcos
no eran peores que los europeos y por tanto
esto no debería constituir un motivo para LA TOMA DE TIERRA
mostrar superioridad. El vocablo «fanatis- POR LOS EUROPEOS: ROBO
mo» empleado por él —lo que hay que tener DE PROPIEDAD COMUNITARIA
presente en este contexto— fue en tiempos DE LOS INDÍGENAS
de Humboldt la palabrota más negativa de
los ilustrados, refiriéndose a hombres domi- Humboldt, como pensador profundamen-
nados por un odio irracional y por sus pre- te histórico, retrocede en su retrospectiva
juicios, como uno puede comprobar en las histórica del coloniaje hasta la primera toma
obras del barón de Holbach y de Voltaire. de tierra perteneciente a los indios por los

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conquistadores hispano-europeos con el fin cionalidades de los colonialistas, adjudicán-
del enriquecimiento personal, mediante la doles de forma generalizada su estatuto de
expulsión de los indígenas de sus asientos, «europeos», aunque ni siquiera todos los
y mejores suelos primitivos: «Así las familias países europeos tenían colonias. El lector de
nobles en Popayán y antes los jesuitas me- hoy debe saber que Humboldt concebía,
diante miles de maniobras han podido robar como la mayoría de sus contemporáneos, la
a los indios […] sus mejores campos, y estos «revolución americana» contra los colonia-
indígenas infelices, los antiguos y legítimos listas europeos como un conjunto o sucesión
dueños de la tierra [una atrevida y única, de tres revoluciones parciales: primero, la
pero las más de las veces ignorada, compro- norteamericana de los que más tarde, en
bación de Humboldt conforme a la verdad] 1776, fueron llamados los Estados Unidos;
tenían que retirarse a las zonas más altas y segundo, la haitiana, iniciada en 1971, y
frías de los montes, donde la escarcha mata tercero, las guerras latinoamericanas de li-
sus papas, coles y cebollas, mientras que en sus beración del yugo europeo en 1810 de Si-
antiguos campos con su clima más suave los món Bolívar y San Martín. Eso explica,
dueños blancos ven florecer las espigas del entre otras razones, el excesivo uso del vo-
frumento». Una enérgica toma de posición, cablo Europa por Humboldt, considerando
extremadamente inusual en aquel mundo, también a los Estados Unidos como excolo-
que implicaba la devolución de los bienes nia británica, no europea, que no tiene nada
robados que los usurpadores hasta hoy no que ver con el actual papel de los Estados
han efectuado. Unidos en el mundo. Humboldt escribió
Asombrosa e innovadora es igualmente retrospectivamente en febrero de 1804
su comparación directa de la práctica de respecto de la nacionalidad de los colonia-
colonización en América Latina con el listas europeos: «disputar qué nación ha
«Bauernlegen» en Europa, la expropiación tratado a los negros con más humanidad
de los campesinos, por lo cual la diferencia significa burlarse de la palabra “humanidad”
entre Europa y las colonias, a pesar del tiem- y preguntarse si es más agradable hacerse
po, era muy pequeña. «Nuestra nobleza rajar el vientre o hacerse torturar, eso quie-
alemana es como estos bárbaros, y los anti- re decir preguntar […] si los españoles han
guos dueños indígenas son nuestros infe- cometido más crueldades en América que
lices campesinos que son expulsados en los franceses e ingleses en las Indias Occiden-
Mecklenburgo de sus fondos de tierra». Es tales». Todos los colonialistas son europeos
una desacostumbrada pero correcta compa- según él, no importa su nacionalidad (lo que
ración de los regímenes en Europa y Amé- no significa que todos los europeos sean
rica, a ambas orillas del Atlántico, debido al colonialistas), hecho en el cual insiste Hum-
mismo régimen económico-social. boldt al mencionar a los que han sacado
provecho de las expropiaciones de los indí-
genas.
LA INTERNACIONAL DE LOS Como instrumento principal de la lucha
COLONIALISTAS EUROPEOS contra las escisiones de los habitantes del con-
tinente americano y como garantía de su
Humboldt informa a sus lectores del porqué unidad, él ve la perspectiva de la unión ame-
no detalla en sus escritos las diferentes na- ricana en un Estado americano común; pero

12  CATAURO
también valora la posibilidad de un Estado personal para el colonialismo, heredada de
Libre Africano en el Caribe, así como la la Antigüedad, unida a la dependencia ob-
ilusoria unidad de todos los países america- jetiva característica del capitalismo moder-
nos, incluido el futuro Estados Unidos. no, o sea europeo; lo que demuestra la
Humboldt abogaba por una unión mun- enorme y doble limitación de la libertad de
dial de los pueblos, para lo cual, según su los esclavos trabajadores de Cuba. Hum-
punto de vista, los medios más apropiados boldt reconocía la llegada de las relaciones
serían «mezcla» y «contacto», que resulta de capital en América como la más joven y
de su visión histórica de la Antigüedad, del hasta entonces última globalización alrede-
Helenismo, del Oriente Próximo, de las dor del mundo. Su posicionamiento lo sitúa
campañas de Alejandro el Magno y final- científicamente muy próximo al Carlos
mente, exigir la fusión entre el Oeste y el Marx nacido en 1818, medio siglo después,
Este. Con esta visión universalista termina como muestra su preciso análisis económico
su balance del clásico colonialismo europeo, de la llamada esclavitud negra: «un esclavo
no sin mencionar en su visión crítica del negro cuesta probablemente con alimentos,
colonialismo clásico, el capitalismo igual- vestido y medicamentos entre 45 y 50 pias-
mente originario en Europa, que él ya había tros, que significa con los intereses por ca-
reconocido en Cuba durante sus dos visitas pital, y menos los días festivos, más de 22
a la Isla. soles por día; en cuanto que los alimentos
El auri sacra fames, el afán de juntar dine- como gastos de producción a minimizar son
ro, era para Humboldt el principal móvil y importados desde Buenos Aires: tasajo
característica principal del hombre moderno, (carne seca), pescado salado, batatas y maíz
repitiendo lo ya dicho por Bartolomé de las […] un capitalista [y nunca habla como era
Casas de que el primer motivo de los europeos costumbre en la América Latina de enton-
para matar a los renitentes aborígenes venía ces al referirse a un “productor” de azúcar,
desde los mismos europeos, y que Europa era de un “plantador” agrícola (planter), sino
la partera del capitalismo latinoamericano, siempre del “capitalista” (industrial), es
cuyo primer y más importante objetivo era el decir de su máscara característica], que en
capitalismo azucarero de Cuba. la actualidad quiere establecer una fábrica
El nacimiento de esta variante exótica de azúcar que suministrará cada año 2 000
de la nueva sociedad y modo de producción, cajas de azúcar, recibiría vistos los actuales
un capitalismo estrechamente unido a la precios de azúcar un interés de 6 ½ por
esclavitud imperante en las plantaciones de ciento». Eso es una descripción económica
azúcar, fue comprobado por él a comienzos casi profesional del régimen capitalista en
del siglo xix en su Ensayo político sobre la Isla de Cuba, con todos los elementos necesarios
Cuba. Denunció así, casi compulsivamente para la comprensión de su funcionamiento.
esta nueva economía neoesclavista por su Los capitalistas coloniales de Cuba re-
inhumanidad. «Esclavitud» no era para él currían en vez de al trabajo forzado indirec-
solo una metáfora para la opresión y explo- to, usual en la península española, al trabajo
tación de obreros en general, como más forzado directo precapitalista. Humboldt veía
tarde para los críticos europeos del capita- un margen mayor de ganancias de los capi-
lismo del siglo xx, sino que se refería a la talistas en Cuba que en Europa como conse-
característica conservación de dependencia cuencia del «salario» más bajo pagado a los

C ATAU R O   13
esclavos del trabajo, que satisfacían solo las en América Latina y el Caribe, como una
necesidades más elementales y por tanto eran combinación —en aquel entonces descono-
una considerable reducción de sus costes de cida en Europa— de estos factores sociopo-
producción, tomando en cuenta también el líticos y económicos.
menor nivel de los precios de los alimentos y Desde su experiencia cubano-insular com-
de la vida en Cuba en general. probaba la génesis del capitalismo en la
«Colonialismo» era para Humboldt algo colonización ultramarina de América por
así como una especial variante de la acumu- los europeos, y no como más tarde los teó-
lación primitiva del capital. Registraba exac- ricos europeos en la explotación de los tra-
tamente la llegada de las relaciones de bajadores asalariados por los capitalistas.
producción capitalista, que entraban en el Menos todavía percibía el aspecto central
marco de la globalización desde Europa, y para los economistas europeos del tipo
la acumulación de capital muy favorable a Marx: la diferencia entre el costo de la re-
los dueños de las plantaciones de azúcar, producción del obrero y su salario, pues
especialmente en la Isla. esclavitud no era trabajo asalariado. A los
En su Ensayo político sobre la Isla de Cuba parámetros normativos del capitalismo la
establecía una estrecha correlación entre isla de Cuba en medio del mar Caribe corres-
la esclavitud en Cuba y el capitalismo de- pondía de manera directamente ideal des-
tectado por él en la Isla, el más temprano de muchos aspectos.

14  CATAURO
GERALD
CAMDEN WHEELER
(1872-1943)
Etnografía, lengua y política
LEIF KORSBAEK

Es sabido que en 1922 sucedió una revolu-


ción teórica y metodológica en la antropo-
logía británica, y es también sabido que los
dos arquitectos de esta revolución fueron el
científico (más o menos) polaco Bronislaw
Kasper Malinowski y el antropólogo muy
británico A. R. Radcliffe-Brown. La parti-
cipación de Radcliffe-Brown en esta revo-
lución es algo oscura (tratado en L. Korsbaek,
2019), pero la participación de Malinowski
ha sido tratada de mil maneras.
Malinowski creó una realidad y un mito.
La realidad que creó se manifiesta en un
nuevo canon antropológico y etnográfico,
que hasta la fecha ha sido criticado desde
muchos ángulos pero, no obstante las críti-
cas, sigue siendo respetado. Max Gluckman
criticó duramente la etnografía de Mali-
nowski (en Max Gluckman, 1963, notable-
mente), pero en muchos momentos
confirmó su admiración por Malinowski
(Gluckman, 1975, por ejemplo), Edmund
Leach fue igualmente duro en su crítica:
Leif Korsbaek «Para mí, Malinowski, hablando de los tro-
Investigador. briand, es un genio estimulante; pero Mali-
Escuela Nacional nowski, divagando sobre la cultura en
de Antropología
e Historia (Ciudad
general, es un vulgar pelmazo», y «los escri-
de México, México). tos teóricos de Malinowski no han pasado

C ATAU R O   15
de moda, están muertos» (1974, pp. 291 tal de las Islas Salomón; Hocart se quedó
y 292), pero también categórico en su ad- cuatro años en Fiji, donde en su calidad
miración por Malinowski: «Malinowski de profesor de educación básica recogió
transformó la etnografía, de un estudio mu- un rico acervo de datos etnográficos.
seográfico de piezas de costumbres, en un Diamond Jenness, estudiante de Oxford
estudio sociológico de sistemas en acción» cuya hermana se había casado con un
(1974, p. 291). misionero en las Islas D’Entrecasteaux,
El mito que creó Malinowski fue el mito pasó nueve meses en la Isla Goodenough
de la etnografía creada por el mismo Mali- en 1910, y luego hizo varios años de
nowski ex nihilo, formulado hermosamente trabajo de campo entre los esquimales.
así: «Imagínese que de repente está en tierra, Dos jóvenes finlandeses acompañaron a
rodeado de todos sus pertrechos, solo en una Westermarck a Inglaterra para trabajar
playa tropical cercana de un poblado indí- bajo la tutela de Haddon: Gunnar Landt-
gena, mientras ve alejarse hasta desapare- man salió en 1910 para pasar dos años
cer la lancha que le ha llevado» (Malinowski, en la Isla Kiwa; Rafael Karsten trabajó
1975, p. 42). Un poderoso torpedo contra entre tres tribus en el Chaco boliviano
este mito fue la desafortunada y muy co- en 1911 y 1912. Y, a pesar de la idea de
mentada publicación de las memorias de Haddon del «hombre científicamente
Malinowski en 1967, que nos dejó a un Ma- formado», había dos mujeres que habían
linowski lastimado y bajado de su pedestal, estudiado en Oxford: Barbara Freire-
reducido a tamaño humano. La esencia del Marecco, quien trabajó entre los indíge-
mito, del solitario investigador en la playa nas Pueblo en el Suroeste de los Estados
desértica había sido hecha pedazos. Unidos, y María Czapliczka (como Bro-
Pero no había sido necesaria la publica- nislaw Malinowski una emigrada pola-
ción de las memorias para hacer explotar el ca), que pasó un año bajo condiciones
mito de la creación solitaria y ex nihilo de la duras en el Círculo Ártico entre los
etnografía moderna, el inicio del fin del mito tungus en 1914. (1995, p. 118)
lo encontramos resumido en una larga cita
de George W. Stocking: No obstante la demora en la publicación de
los seis tomos de las memorias de la famo-
[E]l primero de la nueva generación de sísima y casi totalmente olvidada expedi-
antropólogos con una formación acadé- ción de Cambridge al Estrecho de Torres en
mica que salió al campo fue Radcliffe- 1898 (la primera parte del vol. II se publicó
Brown, que fue a las Islas Andamanesas en 1901, la segunda parte del mismo volu-
en 1905. Pero por lo menos había otros men en 1903, el vol. V en 1904, el vol. III
nueve que emprendieron el estudio in- en 1907, el vol. VI en 1908, el vol. IV en 1912
tensivo de un área limitada antes de y finalmente el vol. I en 1935), la memoria
la Gran Guerra. Gerald C. Wheeler de la de esta expedición ya se está escapando del
London School of Economics y Arthur baúl del olvido colectivo, con la celebración
M. Hocart de Oxford acompañaron a de los cien años (Herle y Rouse, 1998), y
Rivers en la Expedición Percy Sladen con ello también la memoria individual de
Trust en 1908; Wheeler pasó diez meses los participantes en esta expedición. Para
entre los mono-alu en la parte occiden- compensar por la lentitud de la publicación

16  CATAURO
de los seis tomos, Haddon ya había publica- aparte de ser antropólogo y etnógrafo, se de-
do una versión popular bajo el título llama- sempeñaba como psicoanalista de la escuela
tivo de Headhunters: Black, White and Brown de Carl G. Jung y nos recuerda del temprano
(Cazadores de cabezas blancos, negros y mo- lazo entre el psicoanálisis y la antropología
renos) (Haddon, 1901), y ya contaría con su británica, es conocido por la audiencia an-
hagiografía casi inmediatamente después de glo-sajona, pero sigue perteneciendo a las
su fallecimiento en 1940, con lo que ya se neblinas de la temprana etnografía en el
estableció su fama como «cazador de cabe- mundo hispano-hablante. Recordó su misma
zas» (Quiggin, 1942). situación de antropólogo y psicoanalista
Rivers, el segundo a bordo en la expedi- marginado en el encantador título de sus me-
ción al Estrecho de Torres, tenía también su morias, que nunca fueron publicadas, «Memo­
hagiógrafo, pero su obra nunca fue aceptada ­ry of a Failure» («Memoria de un fracaso»,
por el gremio de antropólogos (Langham, Layard, s. f.).
1981), por lo que intenté salvar su reputa- Con eso ya van nueve (sin contar a los
ción (Korsbaek, 2014). Creo que mi presen- tres que fueron olvidados fuera de Melane-
tación de la antropología de Charles sia: Rafael Karsten y las dos mujeres: Barba-
Seligman y su esposa Brenda es única, por ra Freire-Marecco y María Czapliczka).
lo menos en el mundo hispanohablante El objetivo del presente texto es rescatar
(Korsbaek, 2018), igual que mi intento por la reputación del décimo de los tempranos
salvar la reputación y la memoria de Arthur etnógrafos británicos olvidados en Melane-
Maurice Hocart (Korsbaek, en prensa). sia: Gerald Camden Wheeler y destacar sus
De la decena británica en Melanesia contribuciones a la creación del canon et-
quedan tres olvidados, de muy distinta fac- nográfico, que se adjudicó Bronislaw Mali-
tura. Mientras que Gunnar Landtman nos nowski a partir de 1922, con su monografía
recuerda la importancia y relevancia del de las Islas Trobriand.
sociólogo finlandés Edward Westermarck Antes de deslizarnos a los detalles de la
(Shankland, 2014), Diamond Jenness, que vida y la obra de Gerald Camden Wheeler
inició su carrera en el campo en Melanesia, me importa subrayar que no es mi intención
para luego convertirse en «el antropólogo atacar la reputación de Malinowski como
canadiense más importante», publicó su mo- antropólogo y etnógrafo: Malinowski sigue
nografía de las Islas d’Entrecasteaux, junto con siendo genial, más no único.
un misionero (Jenness y Ballantyne, 1920),
recordándonos la estrecha relación entre las
misiones eclesiásticas (anglicana, católica y VIDA Y MILAGROS DE GERALD
escocesa), planteando la pregunta si la CAMDEN WHEELER
aventura de la etnografía temprana británi-
ca hubiera sido posible sin el apoyo y la in- Gerald Camden Wheeler era —como
fraestructura de esas misiones. Radcliffe-Brown y Evans-Pritchard, y a di-
John Willoughby Layard, acerca de quien ferencia de Max Gluckman, Meyer Fortes,
Evans-Pritchard opinaba que «por supuesto, Raymond Firth, Bronislaw Malinowski y
John Layard está loco, se metió una bala en otros— un antropólogo británico bien bri-
la cabeza y no hizo diferencia alguna. Debe tánico: nació en Londres el 14 de julio en
estar loco» (MacClancy, 1986, p. 65), que 1872, estudió en Saint Charles College y

C ATAU R O   17
luego en la Universidad de Londres. A di- El objetivo de la expedición lo podemos
ferencia de otros de los antropólogos britá- deducir de un comentario en el anuario de
nicos del «minimato», para no mencionar a la Universidad de Londres: «la beca estu-
los conocidos, no hay muchos detalles dis- diantil de 100 libras recientemente vacada,
ponibles acerca de sus estudios, ni antes ni se le atribuye para un año más, con el fin de
después de su trabajo de campo con Rivers permitirle acompañar al Dr. Rivers e inves-
y Hocart en Melanesia, y lo que más lo tigar la sociología de una comunidad de
distingue es que le interesaban las lenguas derecho materno, lo que se ha hecho posible
y tuvo un marcado talento lingüístico en lo gracias a la generosa donación de 100 libras»
práctico. (The University Review, vol. 6, 1908, p. 326).
La vida antropológica de Wheeler empie- Así que el objetivo de todo este esfuerzo
za en serio en 1908: «en 1908 tres investi- investigativo se debía a la idea del derecho
gadores británicos viajaron, cada uno de su materno en «las sociedades primitivas»,
manera, al suroeste del Pacífico para iniciar como se les llamaba a las sociedades que
un trabajo de campo antropológico pionero podemos llamar precapitalistas.
en las Islas Solomón. Eran William Halse En 1908 participó Wheeler en la Expe-
Rivers Rivers, Arthur Maurice Hocart y dición Percy Sladen, junto con A. M. Hocart
Gerald Camden Wheeler» (Hviding y Berg, y bajo la dirección de W. H. R. Rivers. El
2014, p. 1). Se trata del veterano W. H. R.
primer trabajo de campo fue de unos tres
Rivers y otro estudiante de antropología, A.
meses en la isla Simbo (en aquel entonces
Maurice Hocart; y una buena parte de su
Eddystone Island), junto con Rivers y Ho-
personalidad e identidad antropológicas y
lingüísticas giran en torno a la Expedición cart produciendo, entre otras cosas, un
Percy Sladen en 1908-1909. diccionario de la lengua simbo. De allí se
Aquí los tres participantes en esta hasta dirigió Wheeler a la isla Alu (en aquel en-
hace poco tiempo olímpicamente descono- tonces, Shortland Island). Pero, aún bajo el
cida expedición son mencionados en condi- comando de Rivers, Wheeler llegó hasta
ciones de igualdad pero, ya que «los a hacer una especie de trabajo de campo a
materiales que dejaron Hocart y Rivers nos distancia, pues publicó un breve artículo,
ofrecen oportunidades únicas para estu- en alemán, sobre el totemismo en Buim
diar cómo se llevó a cabo el trabajo de campo (Wheeler, 1914b).
y cómo se construyó el conocimiento antro- El ritmo de las publicaciones de Wheeler
pológico, este libro se enfoca hacia aquellos es muy raro, y muestra una racha de artícu-
dos y no a Wheeler», en lo que posiblemen- los breves y descriptivos poco tiempo después
te hay algo de injusticia, pues «hay que re- de su estancia en el campo, principalmen-
cordar que Wheeler tiene, sin duda, el honor te en revistas alemanas, reflejando la rela-
de haber llevado a cabo los primeros perío- ción que había desarrollado en el campo con
dos de trabajo de campo largos y en una R. C. Thurnwald, seguido por una larga
localidad remota, en la historia de la antro- ausencia de publicaciones, hasta Mono-Alu
pología social moderna, bajo lo que se tiene Folklore (Wheeler, 1926), y después nada.
que describir como circunstancias retado- La vida académica de Wheeler es nota-
ras» (Hviding y Berg, 2014, p. 9). ble en el sentido de que fue solamente una

18  CATAURO
vez al campo —igual que Hocart y Layard, había terminado una tesis de biblioteca
contemporáneos de Wheeler y conocidos acerca de la organización política de los
suyos— para después pelear con discutible aborígenes en Australia. Ya era un trabaja-
éxito para conseguir una plaza en alguna dor de campo curtido, habiendo acompaña-
universidad. Pero, como se verá más ade- do a Rivers y Arthur Maurice Hocart (un
lante, es impresionante hasta qué grado estudiante de antropología formado en
exprimieron esta primera y única experien- Oxford de la misma edad que Malinowski),
cia del campo como materia prima de sus en una expedición a Melanesia en 1908»
publicaciones a través de toda su vida. En (Young, 2004, p. 174). De nuevo vemos la
el caso de Wheeler, igual que el de Hocart revolución metodológica como un trabajo
y Layard, la salvación se encontraba en el colectivo.
Royal Anthropological Institute y en peque-
ñas y dispersas chambas en las universidades
en Londres. Después del trabajo de campo TRABAJO DE CAMPO: LENGUA,
de Wheeler, casi la única noticia que tene- ESPACIO, TIEMPO Y REALIDAD
mos de su existencia es, tal como se verá
más adelante, su lápida en el panteón en Iniciando una discusión del trabajo de cam-
Kensal Green St. Mary en Kensington. po y la etnografía de Gerald Camden Wheeler
Pero, más allá del destino de Wheeler y es útil tener en mente que fue a Melanesia
sus colegas, podría ser interesante ver de en la compañía de W. H. R. Rivers y A. M.
qué manera la antropología social moderna Hocart con el objetivo explícito de llevar a
en la tradición británica surgió histórica- cabo trabajo de campo de larga duración, y
mente de un trabajo colectivo, y es la inten- formular la pregunta: ¿cuáles son las conse-
ción de este texto presentar a uno de los cuencias de un cambio de lo que podemos
doce que por lo regular han sido relegados llamar antropología «especulativa», más
a un olvido colectivo. Además, la participa- precisamente antropología evolucionista a
ción de Gerald Camden Wheeler echa algo una antropología explícitamente basada en
de luz sobre las relaciones entre la antropo- el trabajo de campo y la producción de et-
logía social británica y otras dos disciplinas nografía?
de las ciencias sociales, la lingüística y la Podemos acercarnos a una respuesta a
ciencia política, si no la sociología, pues por esta pregunta si comparamos el papel de
lo regular la antropología social británica es Rivers y el de sus dos alumnos Hocart y
tratada como una disciplina aislada sin Wheeler.
muchos contactos hacia fuera, a diferencia La primera cosa que salta a la vista es
de la antropología cultural que Franz Boas el papel de la lengua en la investigación.
fundó en los Estados Unidos. Ya se ha mencionado en otro contexto que
Un detalle que tiene cierta relevancia en «en los años de 1850 a 1920, muy pocos
el presente contexto es que «Malinowski antropólogos británicos consideraron que
hizo una amistad más íntima con un prote- el lenguaje requería un estudio autónomo
gido de Westermarck algo más grande que dentro de las fronteras de su disciplina»
Malinowski, de nombre Gerald Camden (Korsbaek, 2003, p. 161), y Rivers, «el
Wheeler (1872-1943), que recientemente fundador de la antropología social moderna»

C ATAU R O   19
(según Langham, 1981), nunca se desligó prueba más clara y contundente de la impor-
del apoyo del intérprete, todas sus investi- tancia de la lingüística sería el libro que pu-
gaciones las hacía basándose en el apoyo blicó en 1926, después de un largo período
de los alumnos bilingües de las escuelas de de silencio.
la misión de las iglesias cristianas, mientras En su Mono-Alu Folklore publicó un
que Hocart, y sobre todo Wheeler, se hi- conjunto de mitos, en el cual cada uno de
cieron prolíficos en la lengua de sus infor- los 79 «mitos» que contiene es presentado
mantes. en cuatro diversas secciones: 1) un resumen
Ya se ha comentado repetidamente que y una comparación con otros mitos de Me-
uno de los principales intereses de Wheeler lanesia, 2) una transcripción en la lengua
era la lengua y la lingüística, y se ha hablado mono-alu, 3) una traducción al inglés, y 4)
mucho de su talento para aprender lenguas notas acerca del texto, la lengua y la socie-
(igual que Malinowski), lo que lleva fácil- dad (Monnerie, s. f., p. 1 y Wheeler, 1926,
mente a la creación de mitos acerca del p. VII).
multi-lingüismo. Esos mitos son por lo re-
gular mentira y exageración. Se decía de Hablando de la clasificación de los cuen-
Rasmus Rask, el lingüista danés que prime- tos, cualquier intento será hasta cierto
ro descubrió el papel del islandés clásico grado pragmático y subjetivo. Un cuen-
como el equivalente, entre las lenguas es- to es fundamentalmente un manojo de
candinavas, del latín y del griego como motivos, y cuando vemos de otras áreas
«lenguas madres», que dominaba 49 len- las posibles combinaciones de motivos,
guas, y en el papel de recomendación de mi frecuentemente encontramos que la
persona para que entrara en el doctorado estructura es algo suelta; las compara-
en la UAM Iztapalapa señaló Margarita ciones muestran de qué manera los
Nolasco como la primera de mis virtudes motivos o sus analogías pueden entrar
que «Leif Korsbaek domina cinco lenguas», en varias combinaciones.
lo que podemos también discutir. […]
Pero en el caso de Wheeler queda com- En la clasificación utilizada, el primer
probado su capacidad lingüística a muy di- grupo abarca cuentos que tienen que ver
ferentes niveles. con orígenes naturales y humanos, y cam-
Podemos empezar subrayando que publi- bios culturales, es decir historia, y con
có sus artículos etnográficos en diversas ellos se han clasificado cuentos de jefa-
lenguas: es cierto que publicó la gran mayo- tura; cuentos acerca del taro están
ría en inglés, aunque en revistas alemanas, agrupados en una categoría aparte. Los
pero publicó acerca del totemismo en Buim siguientes tres grupos tienen que ver con
en alemán (Wheeler, 1914b). mujeres que no provienen de mujeres,
Pero lo más importante en el presente con animales y con serpientes. Cuentos
contexto es que la lengua hablada por sus que tienen que ver son asuntos sexuales
informantes, para usar esta palabra, forma conforman el siguiente grupo, y siguen
parte integral de su proyecto de investiga- cuentos cuyo principal motivo es el ca-
ción, en la obra de Wheeler podemos decir nibalismo, luego de lo cual tenemos
que no hay etnografía sin lingïística. La cuentos que tienen que ver con viajes

20  CATAURO
milagrosos, luego de seres supernatura- su vida occidental, mientras que para Ma-
les, y finalmente unos pocos cuentos que linowski la salida de sus islas se percibía para
refieren a eventos reales. Así consegui- él (que sea cierto o que sea imaginación)
mos en total once grupos. (Wheeler, como una interrupción de su vida entre sus
1926, p. VIII) informantes.
En el transcurso de su estancia en la isla
Aquí encontramos a Wheeler como un Alu conoció Wheeler a Richard Thurnwald,
tradicional evolucionista, y es difícil decidir con quien trabó amistad, lo que resultó en
cuándo cambió de opinión, pues en 1926 una relación duradera. Se ve de algunas refe-
escribió en su gran libro de Mono-Alu Fol- rencias en los textos de Wheeler que apren-
klore que «la cuestión de orígenes carece de dió mucho de Thurnwald, que ya llevaba
sentido en la etnología: todo es relativo, y varios años trabajando en la región y ya ha-
nuestro objetivo puede ser solamente el bía publicado ampliamente. El resultado
rastrear procesos de cambio, no buscar los palpable de esta amistad fue a corto plazo una
primeros inicios» (1926, p. XIV), haciendo serie de publicaciones de Wheeler en revis-
eco de Kroeber casi al mismo tiempo tas alemanas. Ya en 1911 publicó Wheeler
(Kroeber, 1923). su primer artículo de las islas en el Estrecho
La introducción termina con una lista Bougainville: «A Note on the Telei Speech
de agradecimientos: Mr. J. Martin White, of South Bougainville, Solomon Islands»,
A. C. Haddon, Dr. R. Thurnwald, Mr. S. H. en la alemana Zeitschrift für Kolonialsprachen
Ray, Dr. W. H. R. Rivers, Mr. A. M. Hocart, y (Wheeler, 1911).
Last but not least Profesor Edward Wester- En 1912 publicó «Sketch of the Totemism
marck. Y finalmente agrega que «las refe- and Religion of the People of the Islands
rencias a religión, ritos mortuorios, escatología, in the Bougaiville Straits (Western Solo-
justicia, jefatura son mi material de mono-alu mon Islands)» en la revista Archiv für
ya editado (y sujeto a una posible revisión), Religionswissenschaft, (Wheeler, 1912) y en
o que está por ser editado; es la intención 1914 publicó «An Account of the Death
que las secciones de ritos mortuorios y esca- Rites and Eschatology of the People of
tología sean presentadas como una tesis the Bougainville Strait (Western Solomon
doctoral en la Universidad de Londres; esas Islands)» en la misma revista (Wheeler,
últimas secciones incluirán en su turno al- 1914a). En los años intermedios publicó
gunos de los cuentos aquí presentados» un artículo lingüístico «A Text in Mono
(Wheeler, 1926, p. XV). Speech» en la revista Anthropos (vol. VIII),
Otro detalle en el trabajo de campo es en 1913, y en 1914 publicó un breve texto en
la duración del mismo. Es cierto que «el alemán acerca de «El totemismo en Buim
trabajo de campo de Wheeler sería con (Sur de Bougainville)» («Totemismus in
mucho el más extenso» (Hviding y Berg, Buim (Süd-Bougainville») (Wheeler, 1914b).
2014, p. 9), pero creo que no es la única En estas publicaciones se ve claramente
diferencia. Me imagino que la diferencia el interés de Wheeler por el aspecto lingüís-
entre la duración del trabajo de campo de tico de las culturas que estudia, y los temas
Radcliffe-Brown y Malinowski fue que para son los temas del día: en 1910 Andrew Lang
el primero se trataba de una interrupción de había publicado su libro acerca del totemismo,

C ATAU R O   21
y con Hocart, que trabajaba en otras islas, Mono es conocida como Treasury Island,
pero en comunicación con Wheeler antes, Alu como Shortland Islad; con Fauru
durante y después de la expedición, com- pueden ser agrupadas como las islas del
partía el interés por los ritos mortuorios. Estrecho de Bougainville.
Es interesante comparar el texto de
Wheeler acerca de los ritos mortuorios en En lo referente a la cultura, incluyendo
las Islas Bougainville, con el texto de Hocart al habla y el folklor, podemos considerar
(1922) acerca de los ritos mortuorios en a Mono-Alu-Fauru como un área-uni-
Eddystone Island (Simbo), pues ambos auto- dad, el área de la cultura mono y su
res fueron alumnos de Rivers y estrechos pueblo. Evidentemente, la antigua cul-
colaboradores suyos. tura Alu y su pueblo no diferían mucho
Alrededor de 1926 parece que Wheeler de los mono —tal como lo desprendemos
vuelve a la vida académica en Londres, pues del antiguo habla Alu. Se supone que las
en 1928 publica la revista Man (del Royal lenguas buim sean papuanas, y que el
Anthropological Institute) un artículo suyo mono sea melanesio. Pero en las culturas
acerca de cerámica en Alu (Wheeler, 1928), probablemente hay muchas similitudes.
y en 1926 publica el libro más importante (1926, p. VII)
de su trabajo de campo, Mono-Alu Folklore,
en el cual vemos, entre otras cosas, una Mono-Alu-Fauru se encuentra cerca de
atención a la dimensión histórica: «Wheeler Buim, y siempre ha habido una viva co-
introdujo la expresión Mono-Alu, pues en municación entre las dos áreas. Las
algún momento en el siglo xix el pueblo canciones de Buim predominan en gran
mono había invadido Alu, matando o ex- medida en Alu y Mono, son más ricas
pulsando a los “antiguos habitantes alu”» en contenido (y probablemente también
(Monnerie, s. f., p. 1), de manera que «en musicalmente que aquellas de Mono-
1908-9 los habitantes eran descendientes Alu, tal como se ve de la gran colección
del pueblo mono, que hablaban el dialecto de Thurnwald). (1926, pp. VII-VIII)
mono» (Wheeler, 1926, p. VII), que Wheeler
logró dominar casi a la perfección después Más adelante en el texto precisará esta de-
de una estancia de menos de un año (pro- finición geográfica-cultural:
bablemente desde octubre de 1908 hasta
julio de 1909). [E]n puntos en un área que va desde la
El volumen empieza con una muy densa Melanesia oriental, al norte de las Nue-
introducción de pocas páginas (pp. VII-XV). vas Hébridas, a la Nueva Guinea papua-
«La colección de cuentos y textos de can- melanesia (y el Estrecho Torres). Esta
ciones que aquí se presenta fue hecha área la podemos llamar aproximadamente
durante una estancia en Alu y Mono, Es- Melanesia, distinguiéndola de Polinesia,
trecho de Bougainville, Islas Solomón Micronesia, Papua y Australia, hacia el
Occidentales, en 1908-09 para investigación este, norte, oeste y sur. (1926, p. IX)
etnológica durante diez meses» (Wheeler,
1926, p. VII). El trabajo de campo de Wheeler se llevó a
Aquí define Wheeler las islas en las cabo durante el período que Adam Kuper
cuales trabajará: ha bautizado «el período del totemismo». El

22  CATAURO
totemismo fue el tema del día, y me parece Escribió Malinowski en un largo texto
justificado relacionar la antropología de dedicado a una crítica del pensamiento de
Wheeler con este tema que absorbía la Frazer que «aunque en la introducción a
atención de todo el mundo, pues «el tema su obra menciona el Profesor Frazer, con su
de totemismo y exogamia, sobre lo cual es- acostumbrada modestia, al sociólogo esco-
taba trabajando, fue central a la antropolo- cés J. F. McLennan como el primero que
gía teórica del día» (Young, 2004, p. 196). había llamado la atención de los estudiosos
«Adam Kuper lo ha nominado, con cierta al fenómeno totémico, el primer tratado
razón, la contribución antropológica más sistemático acerca del totemismo fue publi-
penetrante y más duradera a la concepción cado en 1887 por el Profesor Frazer» (Ma-
europea de la sociedad primitiva» (Young, linowski, 1911-13, p. 123). Podemos dejar
2004, p. 225). En efecto, Adam Kuper bau- a Frazer compartir el honor con McLennan,
tiza todo el período desde los 1870´s hasta lo que no cambia nada de importancia.
los primeros años de la Primera Guerra Lo importante es que todo el pensamien-
Mundial como «la cuestión del totemismo» to acerca de los «salvajes» y los «primitivos»
(Kuper, 2017, pp. 68-91). estaba permeado por el totemismo; en efec-
Lévi-Strauss dedicó todo un tratado to, el totemismo fue el criterio para decidir
muy científico a rastrear el origen y la ca- si un pueblo dado pertenecía o no a esta
rrera histórica del totemismo: «es sabido categoría.
que la obsesión antropológica por el tote- Lo que quiero subrayar es que todo el
mismo tiene su inicio en los artículos que trabajo de campo de Wheeler se llevó a cabo
durante el período de dominación del tote-
publicó el abogado y pensador evolucionis-
mismo, y plantear la pregunta: ¿cuál fue la
ta J. F. McLennan en 1870 en la revista
posición de Wheeler (y algunos contempo-
Fortnightly Review en Edimburgo, con el
ráneos) ante el problema del totemismo?
título «The Worship of Animals and Lévi-Strauss tuvo razón: lo que él bauti-
Plants», donde se encuentra la famosa zó «la ilusión totémica» fue todo un éxito,
fórmula: «el totemismo es el fetichismo más la prensa, incluida la académica, y la vida
la exogamia y la filiación matrilineal» cotidiana estaban llenas de noticias acerca
(Lévi-Strauss, 1965, p. 26). del totemismo.
Adam Kuper lo ha expresado un poco Podemos partir de las amplísimas refe-
menos serio: rencias del mismo Lévi-Strauss, con una
buena cantidad de antropólogos, a partir de
[E]l totemismo, como el radar, el whiskey McLennan y Tylor, y los podemos dividir en
y la mermelada fueron descubrimientos dos categorías: los que fueron víctimas de la
o inventos escoceses, pues fue por pri- ilusión y los que no se dejaron afectar por
mera vez definido por el abogado escocés la ilusión.
John Ferguson McLennan, y Frazer, El caso de Radcliffe-Brown es más enre-
Robertson Smith y Andrew Lang fueron dado, pues
entre los primeros que lo discutieran.
McLennan era el menos académico pero A su gran pesar, Radcliffe-Brown había
tal vez el más original de esos escoceses. llevado a cabo una investigación en un
(Kuper, 2017, p. 71) pueblo que carecía de totemismo, la gran

C ATAU R O   23
moda antropológica del momento, pero los hechos más en detalle, encontramos
no resiste la tentación a pronunciar la que los dos han estado describiendo
palabra «totemismo» en la última página creencias totalmente diferentes. (Ho-
de su informe, se ve irresistiblemente cart, 1914, p. 737)
atraído hacia el totemismo, como un
mosquito que no se puede alejar de la Así que Hocart se opone a la posibilidad de
llama de la vela. Había terminado su estudiar el pensamiento totémico como
estudio de «lo sagrado» para acercarse a fenómeno, y se coloca al lado de la ilusión
la problemática de la organización social, totémica.
el tema de su siguiente investigación y el Y finalmente tenemos a Malinowski. Lévi-
tema de la antropología de toda su vida. Strauss no podía saber que Malinowski ha-
(Korsbaek, 2019, p. 181) bía escrito explícitamente un texto acerca
del totemismo, pues no fue traducido del po-
Podemos decir que no solamente es el 1929 laco hasta en 1993. En este artículo declara
el año del totemismo en el pensamiento Malinowski contundentemente que
antropológico de Radcliffe-Brown, sino que
va unificando su concepción del totemismo, Solamente a través de un tratamiento
en correspondencia con su declaración de paralelo de sus aspectos religiosos y so-
que «el problema del totemismo es parte ciales se puede definir el totemismo y el
del problema más amplio de la relación del concepto de su esencia, y llegar a com-
hombre y la naturaleza en el ritual y en el mito, prender en qué consiste su diferencia. Es
y siempre tiene que ser estudiado en el un rasgo característico de las creencias
marco de este problema más amplio» (1929, totémicas que pertenecen a un número
p. 399), el totemismo ya no es exclusiva- de objetos equivalentes, que no pertene-
mente un problema de la fe de los salvajes, cen a una jerarquía alguna y carecen de
sino al mismo tiempo un problema de su una unidad interna. La unidad del siste-
concepción de los elementos del mundo la ma totémico, la coordinación de las
cuestión de religare, aunque no tienen, en creencias separadas, estriba solamente
sentido formal, una religión. en su aspecto social. Solamente concen-
Escribe Hocart que trando nuestra atención en las cualida-
des sociológicas del totemismo podemos
El presente texto muestra que dos creen- entender su coherencia. Ya que el culto
cias, ambas mereciendo ser llamadas a los tótems particulares está asociado
«totemismo», tal como se usa esta pala- con el clan, y que los clanes están integra-
bra en el presente, pueden coexistir una dos en un todo a través de sus funciones,
al lado de la otra, y sin embargo ser el totemismo se presenta como algo
opuestas en muchos aspectos. El padre homogéneo, un todo orgánico. En esta
Marzan nos ha surtido información in- formulación, es evidente la necesidad de
teresante acerca del término en Fiji. El una investigación simultánea de creen-
Dr. Rivers ha presentado hechos que cias primitivas y diferenciación social.
comprueban la existencia del totemismo Solamente contraponiendo esos dos
allá. Los dos autores parecen confirmar- aspectos podemos comprender la esencia
se uno al otro, pero cuando investigamos de las religiones primitivas, tal como

24  CATAURO
hemos demostrado en el ejemplo del es que es impresionante hasta qué punto
totemismo. Podríamos definir su esencia supo aprovechar su única visita al campo.
estudiando ambos aspectos simultánea-
mente, estudiando uno a la luz del otro. DOS O TRES LIBROS MUY
(Malinowski, 1913, p. 18) CURIOSOS

Así que podemos decir que los únicos de Ya se ha mencionado que Wheeler publicó
nuestros candidatos que rechazaron la ilusión sus artículos a un ritmo muy peculiar, pero
totémica fueron Hocart y Malinowski, y tal también nos llaman la atención dos o tres
vez no está equivocado cuando Lévi-Strauss libros suyos, tal vez los libros más importan-
observa que todos los que no aceptaron la tes de su autoría.
ilusión totémica fueron antropólogos nor- El primero de esos libros fue publicado en
teamericanos (Lévi-Strauss, 1965), pues 1910 bajo el título de The Tribe and Intertribal
Hocart «terminó teniendo más en común Relations in Australia (Wheeler, 1910), poco
con la antropología cultural norteamericana tiempo después de su regreso de trabajo de
que la mayor parte de sus contemporáneos campo en las Islas Solomón. En realidad es
británicos» (Laughlin, 2014, p. 32) y Mali- la versión publicada de su disertación, que
nowski de antropólogo social no tiene nada, escribió bajo la dirección de Edward Wester-
es netamente cultural, y tuvo la arrogancia marck en la Universidad de Londres, antes
geográfica de fallecer en los Estados Unidos, de ir al campo en 1908.
el reino de la antropología cultural fundada El libro cuenta con un prefacio de Ed-
por Franz Boas. Será entonces legítimo ward Westermarck, en el cual escribió que:
preguntar: ¿cuál fue la posición de Wheeler
en el marasmo de la ilusión totémica? Y, más [E]l objeto del presente ensayo indica qué
específicamente, ¿cuál fue su posición en el tipo de investigación se fomenta en la
contexto de su trabajo de campo y su etno- Universidad de Londres en lo referente
grafía? a los niveles más bajos de la civilización.
En retrospectiva, lo que más destaca a Al lado del trabajo de campo sociológico
Wheeler en el universo antropológico es que —a lo que el Sr. Wheeler también se ha
el único trabajo de campo que hizo en su dedicado durante un año, en una estan-
vida fue el año que fue al campo con Rivers cia entre los nativos de las Islas Solo-
y Hocart a partir de 1908. Existe una idea món— no hay ninguna otra rama de
de que lo que hace el antropólogo maduro estudio, ninguna otra investigación que
es contemplar y analizar el trabajo de cam- más urgentemente se requiera que estudios
po que hizo en su juventud. Es cierto que no monográficos de alguna clase definida de
siempre es así; algunos (casi) nunca fueron fenómenos o instituciones sociales entre
al campo, como Lévi-Strauss, otros fueron al cierto grupo de tribus relacionadas.
campo tanto en su juventud como más tar- (1910, p. V)
de en su vida, como Diamond Jenness, por
ejemplo. Pero algo de cierto hay en la idea, Y señala que:
y Wheeler se acopla a la perfección a este
modelo del antropólogo maduro. La otra [E]l libro del Sr. Wheeler es de un interés
cosa que llama la atención en este contexto particular, ya que es, si no me equivoco,

C ATAU R O   25
el primer estudio monográfico de relacio- Escribe Westermarck que «se espera que
nes intertribales entre pueblos no civili- el presente volumen será el primero en una
zados. Al contrario de lo que por lo ge- serie de obras relacionadas con la benefi-
neral se piensa, muestra que la guerra no ciencia de Martin White a la Universidad
es la condición normal aún entre una raza de Londres» (1910, p. VI), lo que puede
tan baja como son los aborígenes austra- escribir con mucha tranquilidad. Pues, ya
lianos; que encontramos entre ellos raíces que Edward Westermarck dirigía una buena
de lo que se llama «ley internacional»; parte del programa de investigación de la
que encontramos en la sabana australia- Universidad de Londres, es digno de notar-
na algo así como una anticipación de la se que el mismo Westermarck ya había or-
Convención de Ginebra. (1910, p. VI) ganizado un libro sobre un tema muy similar:
en los mismos años le ordenó a otro alumno
En el primer capítulo del libro, Wheeler se suyo escribir un libro acerca de la familia
propuso «principalmente investigar las cos- entre los aborígenes de Australia, de lo que
tumbres que regulan las relaciones entre resultó la primera publicación de Bronislaw
ciertos grupos locales entre los nativos de Malinowski (1913). En ambos casos, sin
Australia, en las cuales se pueden discernir embargo, tanto en el libro de Wheeler como
las formas tempranas de muchos de los en el de Malinowski, el resultado (si no el
conceptos y principios de lo que conocemos motivo) fue la exposición de problemas en
como la ley internacional» (1910, p. 1), lo el argumento evolucionista (Stocking, 1995,
p. 177), pues ambos forman parte de la re-
que se justifica por el hecho de que:
volución que podemos llamar «funcionalis-
ta» y «antievolucionista».
[H]asta el momento no se ha hecho
Edward Westermarck, sociólogo finlan-
ningún esfuerzo para estudiar el aspecto
dés que vive en Bloomsbury, Londres, es en
primitivo de esta división de la ley; y
todo lo relacionado con la investigación, el
salta a la vista la posibilidad de que la
financiamiento de la misma y su promoción
aplicación en esta dirección de aquellos y publicación, un viejo lobo del mar. No hay
métodos que son utilizados para el estudio duda de la importancia de la Expedición
de la ley nacional pueda rendir resultados Percy Sladen en 1908, en particular su im-
que no carezcan completamente de va- portancia en la formación de Wheeler (y los
lor. (1910, p. 1) demás participantes) como trabajadores de
campo, y sin embargo no hay duda de que
Los argumentos que se presentan al inicio el texto de Wheeler acerca de los aborígenes
del libro son concretos; se señala que, a australianos fue escrito antes de su trabajo
diferencia del estudio de lo que Wheeler de campo en Melanesia en 1908. Por todo
llama «la ley nacional», la ley internacional lo anterior es de notarse que Westermarck
ha sido escasamente estudiada, y el principal escribe su generoso prefacio como si las
alegato del libro es que los pueblos primiti- observaciones de Wheeler se basaran en su
vos no se encuentran en un estado de guerra trabajo de campo en Melanesia en 1908.
permanente, rige un estado de paz en su En el mismo período, pocos años después
convivencia. de regresar del campo publicó otro libro,

26  CATAURO
junto con dos escritores más grandes que él: aborígenes de Australia) era profesor de
Leonard T. Hobhouse y Morris Ginsberg. asignatura en la London School of Eco-
Hobhouse era profesor de pensamiento nomics. (Vincent, 1994, p. 92)
social en la Universidad de Londres, y Gins-
berg era su joven ayudante. El libro de los Algunos de los detalles del libro tienen
tres, The Material Culture and Social Institu- mucha relevancia, y me parece que vale la
tions of the Simpler Peoples (Hobhouse, pena hablar sobre los tres autores del libro,
Ginsberg y Wheeler, 1915) fue publicado
así como el momento de su publicación.
unos pocos años después del regreso de
Wheeler de Melanesia y solamente unos Los tres autores fueron muy desiguales.
años después de la publicación de su primer Gerald Camden Wheeler era un joven doc-
libro The Tribe and Intertribal Relations in tor en antropología, de treinta y tres años,
Australia, dedicado a la ley en el ambiente que recientemente había regresado de su
internacional. Una parte de su punto de trabajo de campo en Melanesia, con exce-
partida fue la observación de Holsti, de que lentes credenciales como autor del libro The
«de acuerdo a declaraciones confiables hay Tribe and Intertribal Relations in Australia,
razones para creer que las aspiraciones be- publicado en 1910, y en términos generales
licosas de esas razas fueron un fenómeno amigo de Bronislaw Malinowski y protegido
relativamente reciente» (Holsti, 1914, p. 107), por Edward Westermarck, que había dirigi-
haciendo referencia a datos proporcionados do su tesis doctoral y había escrito el prefa-
por John Wesley Powell, concluyó que la cio del citado libro.
guerra no era la situación normal, tal como Leonard Trelawny Hobhouse era cual-
se lo imaginaba la burguesía letrada occi-
quier cosa menos un joven doctor; era el
dental. Es de notarse que esa opinión de la
burguesía occidental corresponde a un más importante sociólogo en Inglaterra, a
momento en que la misma burguesía se partir de 1907 el ocupante de la cátedra
encontraba hundida en la guerra más san- Martin White de sociología en London
grienta hasta entonces conocida. School of Economics (fue el primer sociólo-
El libro causó algo de discusión: go nombrado a una cátedra universitaria en
Inglaterra, un honor que compartía exacta-
El intento más ambicioso por correlacio- mente con Edward Westemarck), sin exage-
nar la esclavitud, el gobierno, la ley y la rar podemos decir que fue el fundador de la
guerra y colocarlos en el contexto de «la sociología en Inglaterra.
cultura económica» resultó de la coope- Morris Ginsberg fue, aparte de ser un
ración de tres investigadores de Londres: sociólogo de mucha importancia y el ayudan-
Leonard Trelawny Hobhouse, Gerald te de Hobhouse, un personaje muy llamati-
Camden Wheeler y Morris Ginsberg.
vo. Nació en Lituania en 1889 y a la edad
Hobhouse era profesor de pensamiento
social de la Universidad de Londres; de quince años, después de haber recibido
Ginsberg, su joven ayudante, y Gerald una educación judía religiosa, llegó a Ingla-
Camden Wheeler (que ya conocemos terra donde poco a poco se acercó a los co-
como una autoridad en asuntos de los nocimientos académicos y seculares. Inició

C ATAU R O   27
su carrera como profesor en un pequeño como esta», la League of Nations, promovida
college en Margate y durante su estancia allá, por el mismo Wilson (en la cual los Estados
hasta 1910, preparó su licenciatura, luego Unidos nunca ratificaron su participación).
recibió la beca Martin White en sociología, Y en este mismo contexto tampoco parece
que le permitió estudiar dos años en la Uni- incongruente recordar que, en primer lugar,
versidad de Londres, y a partir de 1913 fue «en los 1920 su pasión por sistemas de pa-
asistente de Hobhouse, preparando el libro rentesco, que había culminado en su History
junto con Hobhouse y Wheeler. of Melanesian Society (Rivers, 1914), parece
Es evidente que Wheeler se desempeña- haber menguado» (Bayliss-Smith, 2014,
ba, junto con los demás autores del libro y p. 181), donde el antropólogo Bayliss-Smith
el director de su tesis, Edward Westermarck, discute los últimos cuatro artículos de Rivers
en el escenario de la Universidad de Lon- (Rivers, 1917, 1920a, 1920b, 1922), «que
dres, y se puede suponer que los temas del culminan en el último importante paper de
primer libro de Wheeler lo habían conver- Rivers (Rivers, 1922b), que conforma un
tido en centro de atención y así posibilitado capítulo en un libro de ensayos acerca de la
la coautoría del segundo libro. despoblación de Melanesia. En este paper
El año de publicación del libro, 1915, repetía los argumentos detallados, que ya
está también lleno de significado: no sola- había presentado acerca de los factores
mente Europa, sino todo el mundo estaba psicológicos que afectaban a los melanesios
involucrado en lo que optimistamente se (Rivers, 1920a), y proporcionó además un
llamaba «la gran guerra», la Primera Guerra análisis cuantitativo de la demografía histó-
rica de Simbo y Vela Lavella en la Islas
Mundial, y mucha energía se gastaba en
Solomón occidentales» (Bayliss-Smith,
imaginarse un mundo en paz, bajo el lema
2014, p. 181).
de «nunca más una guerra como esta» y no
Es, en efecto, posible leer el primer libro
es aventurado imaginarse a Hobhouse y
de Wheeler como una especie de estudio
Wheeler como sociólogos con simpatías preparatorio de la League of Nations, y el
hacia la izquierda (lo que en Inglaterra segundo libro como un acercamiento mucho
quiere decir hacia el labour y el fabianismo) más concreto al tema. Hay decir que el libro
involucrados en la preparación de la futura se volvió un best-seller y que en la segunda
League of Nations, la ONU entre las guerras, edición, en 1965, cincuenta años después
de 1920 a 1946. de la primera, Morris Ginsberg escribió una
Ya se ha mencionado la estrecha relación amplia introducción, defendiendo el méto-
personal entre Wheeler y su anterior profe- do utilizado.
sor William H. Rivers, con quien hizo trabajo Otro monumento que dejó inacabado
de campo en las Islas Solomón en 1908. Si Wheeler es su «Sociología de Mono-Alu»,
tenemos en mente el impacto de la Primera un enorme manuscrito de más de 1 200
Guerra Mundial sobre la cultura europea, es páginas.
en primer lugar coherente ver una relación Después de su muerte en 1943, su viuda
entre la publicación del libro de Hobhouse, mecanografió la mayor parte de su manus-
Ginsberg y Wheeler, y la búsqueda de una crito de la «Sociología», que alcanzaba al-
institución que pudiera hacer real el sueño rededor de 1 275 páginas. Con el apoyo de
de Woodrow Wilson, «nunca más una guerra su viuda y su hijo, en 1953 G. P. Milner, de la

28  CATAURO
Escuela de Estudios del Oriente y de Áfri- CONCLUSIÓN
ca (SOAS), intentó persuadir al Instituto
Real de Antropología para publicar el Wheeler falleció en Londres en 1943 y es
manuscrito, pero sin resultado. Es evidente siempre interesante ver de qué manera
que el trabajo de campo de Wheeler fue termina una vida humana, sobre todo si ha
más detallado y más extenso que el de sido una vida productiva, si «ha dejado
Hocart y Rivers. Si hubiera sido publicado una cicatriz en el mapa», como decía André
inmediatamente después de terminar el Malraux.
trabajo de campo, Wheeler podría bien Lo más inmediatamente visible del fin
haber sido considerado hoy en día uno de de la vida de Wheeler es la lápida de la
los fundadores de la antropología en Mela- tumba de la familia en el panteón en Kensal
nesia, pero los resultados impresionantes Green St. Mary en Kensington y Chelsea en
de su investigación siguen hasta la fecha las orillas de Londres, cuyo texto encabeza
esperando a ser leídos y estudiados (Hvi- Margaret Elizabeth Wheeler (1848-1897) y
ding y Berg, 2014, p. 19). Luke Camden Wheeler (fallecido en 1933),
Otro aspecto de la vida lingüística de después siguen dos personajes con título: el
Wheeler que merece mención es que cuen- Reverendo William Wheeler (1808-1889)
ta con un gran número de traducciones de y el Capitán Henry Thornton Camden
diversas lenguas, y existe también la posi- Wheeler (fallecido en 1933), de quienes no
bilidad de que sobreviviera económica- se indica su relación con Margaret Elizabeth
mente de traducir durante varios años Wheeler, pero del segundo se señala que
entre su regreso a Inglaterra en 1909 y la hizo servicio en el King’s Regimento y fue
publicación de su magnum opus en 1926, y comisionado de distrito de la Costa de Oro,
posiblemente después también. La lista de lo que hoy es Ghana. El último nombre en
sus traducciones del francés, alemán, no- la lápida es el de Gerald Clair William Cam-
ruego, sueco y danés es auténticamente den Wheeler (fallecido en 1943). Es la
impresionante:1 Soulié de Morant, A Histo- tumba de una familia que luchó para ganar-
ry of Chinese Art from Ancient Times to the se un lugar en la buena sociedad. Es posible
Present Day; Fridtjof Nansen, Through que esta familia hubiera mantenido esa
the Caucasus to the Volga; Max Oppenhei- ambición a través de toda la vida y solamen-
mer, Tell Halaf. A New Culture in Oldest te en el panteón se les realizó su sueño, en
Mesopotamia; C. Moller y Ebbe Rasmussen, una lápida de cierta elegancia.
The World and the Atom; Donald Maclaine Es imposible separar la vida antropoló-
Campbell, Java: Past and Present: A Des- gica de Wheeler de sus dos maestros, Ed-
cription of the Most Beautiful Country in the ward Westermarck y William Halse Rivers,
World, its Ancient History, People, Antiqui- el primero en el salón de clase, el segundo
ties, and Products; Lars Ivar Ringbom, The en el campo. Wheeler estudió antropología
Renewal of Culture. con Westermarck en la London School of
Así que sus intereses en la lengua se ex- Anthropology, y este le encargó su primera
tendieron a su uso práctico en la traducción publicación, The Tribe and Intertribal Rela-
de textos no accesibles para los ingleses. tions in Australia, escrito antes de ir al
1
La lista es de WorldCat Identities.

C ATAU R O   29
campo por primera vez, y Rivers lo llevó a Uno de los pocos especialistas que le han
las Islas Solomón en Melanesia, donde lo prestado atención a la obra de Wheeler
introdujo en los misterios del trabajo de escribió que:
campo, compartiendo con él los primeros
meses en el campo en Eddystone Island [E]n su introducción a esta obra clásica,
(Simbo). Wheeler estableció los fundamentos
Por otro lado, ya estamos presenciando para el análisis de la distribución, las
el cambio en el estilo de hacer trabajo de combinaciones y las transformaciones
campo, y «el trabajo de campo de Wheeler de los temas de la literatura mítica y folk
fue con mucho el más extenso» y «hay que en Oceanía. Acerca de este último
recordar que Wheeler sin lugar a dudas punto, es decir las transformaciones de
tiene el honor de haber sido el primero en los temas míticos, él definió un enfo-
haber llevado a cabo un largo período de que muy moderno que prefiguraba el de
trabajo de campo en una región muy aleja- Lévi-Strauss en Les Mythologiques.
da en la historia de la antropología social (Monnerie, s. f., p. 1)
moderna bajo condiciones muy extenuan-
tes» (Hviding y Berg, 2014, p. 9). Si intentamos resumir el viaje de la antropo-
Wheeler es un antropólogo y etnógrafo logía del gabinete al trabajo de campo inten-
de una apreciable versatilidad, en su obra sivo, o sea de cómo se conforma el canon de
combina una notable sensibilidad lingüísti- la etnografía que se cristaliza en The Argo-
ca con un interés en la dimensión histórica, nauts of the Western Pacific de 1922 (mucho
y también un interés por la pregunta de más que en The Andaman Islanders de
cómo se manifiesta la lengua en los mitos y Radcliffe-Brown, también de 1922), enton-
demás productos literarios de un pueblo, y có- ces no solamente es cierto la falta de aten-
mo se reproducen y transforman esos mitos. ción a la lengua en la antropología británica
Aparte de todo eso, se interesa también por ya mencionada, sino que tenemos que tomar
la dimensión política. en cuenta la contribución de Wheeler a la
Es curioso que Ian Langham escribió en integración del conocimiento de la lengua
1974, en su obituario de John Willoughby del grupo étnico estudiado, pues Wheeler
Layard que «una de las tragedias de la antro- fue probablemente el que más se adentró en
pología británica es que Layard nunca redac- el mundo lingüístico de sus informantes, así
tó su material de Atchin en la forma de una como Layard en su mundo inconsciente.
monografía […]», dejándonos entender que
Layard habría sido el primero en hacer tra-
bajo de campo durante un extenso período
de tiempo sin usar intérpretes, etcétera, pues
Langham sabía muy bien del material de REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Wheeler de la expedición Percy Sladen, ya
Bayliss-Smith, Tim. (2014). Rethinking Rivers on
que había escrito un libro muy detallado Depopuation in Melnesia. En Edvard Hviding y
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32  CATAURO
CONEXIONES ENTRE
LA OBRA DE
FRANTZ FANON
Y JOSÉ MARTÍ
TERESITA PADRÓN DE LA PAZ

Las formas de pensamiento clásico eurocén-


trico demuestran su ineficacia para aprehender
la realidad de nuestra área.1 En este contexto,
se desarrolla una perspectiva crítica, cuestio-
nadora del paradigma hegemónico. Varios son
los estudiosos que producen una obra teórica
notable al respecto. Entre ellos se encuentran,
además, hombres de acción.
Martí y Fanon representan ejemplos de
pensadores comprometidos con el proceso
revolucionario. Sus esfuerzos no se circunscri-
ben solo al ámbito reflexivo en torno a las
problemáticas coloniales. La lucha de libera-
ción los convoca, y a ella se suman. En estas
figuras se manifiesta una coherencia entre
ideas y procederes. El siguiente trabajo explo-
ra los vínculos entre la obra de ambos, con
especial énfasis en sus consideraciones acerca
Teresita Padrón de la labor del intelectual y la idea de «raza».2
de la Paz

Licenciada en Letras
1
El Caribe.
por la Universidad 2
Existen antecedentes a este trabajo. El 27 de enero
de La Habana. de 1972, Manuel Maldonado-Denis pronuncia la
Trabaja en el Centro
de Investigaciones conferencia titulada «Martí y Fanon» en el Ateneo
Literarias (CIL) de Casa puertorriqueño. Sin embargo, aunque su discurso
de las Américas. aborda algunas conexiones entre ambas personalidades,

C ATAU R O   33
Durante siglos, en las regiones oprimidas tribuía a mantener vivo el fantasma del
por el poder metropolitano, se han exaltado colonialismo.
los valores europeos. El paradigma occiden- La Revista Venezolana5 ejemplifica el
tal se ha impuesto. En ese entorno, el indi- compromiso ante el contenido que se difun-
viduo enajenado siente que sus prácticas de. «Unos [la] hallan […] muy puesta en
culturales son inferiores, primitivas. La su lugar, y muy precisa, como que encamina
senda revolucionaria representa la posibili- sus esfuerzos a elaborar, con los restos del
dad del cambio. El hombre nuevo no pre- derrumbe, la grande América nueva, sólida,
tende tomar como referencia al colono. batallante […]» (Martí, 2003b, p. 88). Las
Ansía superar el paradigma identitario que revistas y periódicos, debido a la amplia ti-
se ha importado desde Europa. rada, pueden llegar a una gran cantidad de
José Martí reflexiona acerca de la pren- público lector. Las ideas que exponen cobran
sa enajenada que circula en el siglo xix en una gran importancia.
la región americana. Era común presentar El Apóstol defiende una literatura que
las últimas modas parisinas,3 traducir cuen- resulte útil al ciudadano. La frivolidad en
tos de autores europeos o referirse a los las narraciones se muestra como contraria
sucesos que ocurrían del otro lado del Atlán- a este propósito.6 El sujeto recibe una for-
tico.4 En el volumen Cuando lo nuevo con- mación colonialista, se le enseña a observar
quistó América. Prensa, moda y literatura en el mundo mediante el prisma eurocéntrico.
el siglo xix, Víctor Goldgel menciona que La venda del colono en los ojos de su presa,
«[…] en el contexto de esta mezcla, inclu- le impide a este último dilucidar su propia
so los temas serios eran recibidos con lige- verdad, y entender la magnitud de las gestas
reza […]» (2016, p. 107). Sin embargo, los independentistas. «Ni será escritor inmortal
acontecimientos que tenían lugar en el es- en América […], sino aquel que refleje en
pacio americano obligaban a los ilustrados sí las condiciones múltiples y confusas de
a actuar de forma consciente. Eran tiempos esta época, condensadas […], informadas
de combate, de independencia. Por lo tanto, por sumo genio artístico» (1992c, p. 252).
mostrarse indiferentes hacia asuntos de El proceso revolucionario brinda la opor-
máxima importancia en el área, solo con- tunidad al artista de captar una nueva

no se detiene en el análisis de los postulados que defienden ambos con respecto al intelectual, ni en el
examen de las reflexiones martianas y fanonianas respecto a la idea de «raza». (Cfr. Manuel Maldonado-Denis,
1978, pp. 5-12).
3
«La moda de París se sigue fielmente en La Habana […]». Ismael Sarmiento: «Vestido y calzado de la
población cubana en el siglo xix», en Anales del Museo de América, p. 179.
4
«A raíz de la llegada del general Tacón, gobernador de Cuba, se promulgó la ley del 4 de junio de 1834,
que prohibía la publicación de cualquier comentario político o social. La prensa solo pudo abordar temas
“neutros” —poemas, cuentos, crónicas […]. Era lógico que estos temas “frívolos” agradasen al público
ocioso […]». Sylvie Mégevand. «La imagen en la prensa cubana entre 1829 y los años 1850» (2002).
5
Fundada y dirigida en Caracas por José Martí en julio de 1881 (para este año, varias naciones americanas
habían obtenido su independencia).
6
«[…] fardo de […] cuentecillos […] y novelas traducidas […] toda esa literatura blanda y murmurante
que no obliga a provechoso esfuerzo a los que la producen ni a saludable meditación a los que leen […]».
(Martí, 2003b, p. 89).

34  CATAURO
realidad. Los pueblos del Sur se sacuden elaboración de nuestra patria nos recla-
siglos de dominación y ofrecen al hombre y man» (2003b, p. 90).
la mujer nuevos.7 En el plano literario, se Ambos estudiosos contribuyen a referir
aboga por la irrupción de creaciones origi- la realidad de las comunidades oprimidas.
nales, representativas de nuestra área. José La historia universal se ha narrado desde la
Martí señala que «[…] tenemos alardes y perspectiva europea, por lo tanto, los hechos
vagidos de literatura propia, y materia prima que no responden a esta lógica de pensa-
de ella, y notas sueltas vibrantes […] mas miento resultan silenciados o modificados.9
no Literatura propia» (1992c, p. 252). Lo que ocurre en el área marginada, las
verdades del subalterno, se alteran en el
Según Fanon, la originalidad en la escritu- discurso del colonizador.
ra aparece al contacto con el pueblo.8 Los
estudiosos, antes encerrados en sí mismos, Su condición de centro hegemónico de
descubren al hermano, «[…] la hermana, ese moderno sistema-mundo capitalista,
el camarada […]» (1963, p. 23). La lucha permitió a Europa tener también plena
modifica al ser y permite que muten sus hegemonía en la elaboración intelectual
formas de expresarse. La independencia de toda esa vasta experiencia histórica
descolonizadora posibilita la aparición de desde mediados del siglo xvii y la llevó
un nuevo léxico, en el cual el sujeto se así a mitificar su propio rol como produc-
encuentra más cercano a su entorno. «La tora autónoma de sí misma […]. (Qui-
burguesía colonialista había introducido a jano, 2000, p. 43)
martillazos, en el espíritu del colonizado,
la idea de una sociedad […] donde cada Sociología de una revolución10 expone las
cual se encierra en su subjetividad […]» atrocidades cometidas por Francia contra los
(1963, p. 23). pobladores de Argelia. El texto muestra el
En el marco colonial, el arte responde rostro atroz de la metrópoli y devela el papel
a los valores hegemónicos. Se devela en- de los revolucionarios como sujetos de cam-
tonces un marcado individualismo. Martí, bio. Esto es relevante, pues los diarios occi-
como Fanon, reconoce esta problemática, dentales no reconocen las brutalidades
y advierte al escritor de «la contemplación cometidas por las naciones explotadoras. En
peligrosa y exclusiva de las nimias torturas las palabras de este tipo de prensa, las gestas
personales […]» (2003b, p. 90), pues la tienden a aparecer como revueltas del pue-
obra que necesita el pueblo no transita por blo indómito. Son las masas las que se rebe-
la vía del intimismo. «De llorar, tiempo se lan contra una autoridad aparentemente
tiene en la callada alcoba, […] en la so- justa y pacífica. La «madre patria» debe
lemne noche; durante el día, la universal contener la indocilidad de sus «hijos». Sus
faena, el bienestar de nuestros hijos y la acciones parecen motivadas.
7
Como expresara Fanon.
8
«Ese intelectual […] descubrirá igualmente la consistencia de las asambleas de las aldeas, la densidad de las
comisiones del pueblo, la extraordinaria fecundidad de las reuniones de barrio y de célula» (1963, p. 23).
9
Es el caso de la Revolución haitiana (véase Trouillot, 2015).
10
Título original en francés: Sociologie d’une révolution [L’an V de la révolution algérienne].

C ATAU R O   35
Sin embargo, en el trasfondo de toda Por otra parte, mediante semblanzas como
esa manipulación mediática, se esgrime el «Céspedes y Agramonte», «El General
escenario de la colonia, testigo del salva- Gómez» o «Antonio Maceo», el Apóstol
jismo metropolitano practicado por siglos. resalta el heroísmo de los cubanos en su
Se hacen públicas escenas como las de lucha por la independencia. Devela a los
«[…] un muchacho de 7 años marcado por protagonistas del combate libertador. Este
las profundas heridas que le causó un hilo tipo de literatura estimula el orgullo de las
de acero con el que lo sujetaron mientras masas hacia su gesta. El pueblo tiene sus
los soldados franceses torturaban y asesi- propias figuras cimeras, nacidas del comba-
naban a sus padres y hermanas […]» te contra el colonialismo.
(Fanon, 1968, p. 12). Fanon actúa como Los textos que recogen la experiencia
difusor de las condiciones reales de lucha. revolucionaria desde la mirada de los opri-
No oculta la violencia ejercida por ningu- midos se atesoran como relatos fundaciona-
na de las dos partes.11 Empero, sí reconoce les de una nueva etapa. Martí coordina un
diferencias en la forma en que esta violen- proyecto que permite agrupar versos popu-
cia es percibida. lares recitados en los campamentos mambi-
ses: Los poetas de la guerra (véase Patria,
El pueblo subdesarrollado tiene la obli- 1893). Se vinculan diversos informantes con
gación, si no quiere verse condenado el objetivo de recopilar un corpus extenso.
moralmente por las «naciones occiden- El rescate de la memoria oral se fija como
tales» a practicar el fair-play, mientras el de máxima importancia en la historia del
adversario puede dedicarse con la con- dominado. Las creaciones del pueblo, en el
ciencia absolutamente tranquila, al ámbito colonial, no cuentan con el acceso
descubrimiento ilimitado de nuevos a medios oficiales. Se impide la preservación
métodos de terror. (1968, p. 10) de estas manifestaciones artísticas. En el
caso de Los poetas…, las composiciones son
Martí también procede a visibilizar las cir- testimonio de un momento histórico tras-
cunstancias en las que se desenvuelve el cendental, es por ello que se decide recoger
colonizado. A pesar de que no se involucra la mayor cantidad posible de poemas (sin
directamente en la guerra de independencia atender tanto a la calidad literaria).
de 1868, se informa sobre lo que allí ocurre El cubano acomete otro proyecto que
a través de sus compatriotas en Cuba. De- privilegia una mirada descolonizadora: La
senmascara a la prensa manipuladora que Edad de Oro. Los métodos educativos me-
brinda la versión de la metrópoli como tropolitanos se esfuerzan por conducir a las
única y verdadera. «El World [The New York masas desde edades tempranas por las sen-
World] sirve al gobierno español» (2003a, das del pensamiento dominante. La revista
p. 253). La Revista Universal se le ofrece co- se aleja de esa perspectiva hegemónica.
mo plataforma idónea para su labor difuso- Propone un acercamiento a las civilizaciones
ra. «Continuaremos publicando algunas que se desarrollan en América antes del
noticias de la Isla» (2003a, 254). arribo de los conquistadores: «[…] qué

11
El colono y el colonizado.

36  CATAURO
hermosa era Tenochtitlán, la ciudad capital La lucha nunca termina. El hombre
de los aztecas […] en los mercados hervía nuevo tiene ante sí una labor inmensa. Los
la gente […] se levantaba por toda la ciudad líderes políticos deben concentrar esfuer-
[…] el templo magno de Huitzilopochtli, zos en erigir un gobierno que represente los
de ébano y jaspes […]» (2008a, pp. 118 y intereses de las masas, ello cobra una gran
119). Asimismo, alude a la cultura asiática relevancia. La libertad solo ha sido posible
en escritos como «Un paseo por la tierra de mediante la unión de todas las fuerzas con-
los anamitas» (2008c, p. 218). Los indivi- tra un enemigo común. El mantenimiento
duos que luchan contra el régimen opresor de esa alianza es indispensable. «El gobierno
poseen un espacio protagónico en sus tex- nacional, si quiere ser nacional, debe gober-
tos. «Esos son héroes; los que pelean para nar […] por los desheredados y para los
hacer a los pueblos libres, o los que padecen desheredados. Ningún líder, cualquiera que
en pobreza y desgracia por defender una sea su valor, puede sustituir a la voluntad
gran verdad» (2008b, 16). popular […]» (Fanon, 1963, p. 101).
Fanon y Martí reconocen la importancia Existen formas republicanas que escon-
de la independencia de los pueblos para el den mentalidades imperiales. La mímesis de
surgimiento de una nueva etapa en la his- los patrones capitalistas en la administración
toria mundial. Ambos teorizan acerca de la de los países subdesarrollados, solo conduce
lucha armada como única vía para lograr el al retroceso. «La incapacidad no está en el
fin de la dominación. Para estos intelectua- país naciente, que pide formas que se le
les, la batalla se plantea como exorcismo. acomoden y grandeza útil, sino en los que
El combate es necesario, motivado. No se quieren regir pueblos originales […] con
trata de la violencia injustificada ejercida leyes heredadas […] de diecinueve siglos de
por los dominadores. La contienda es el monarquía […]» (Martí, 1946, p. 107).
remedio a siglos de crímenes cometidos En «Nuestra América», se expone la
contra los condenados de la tierra. Es por necesidad de modificar la enseñanza. Me-
ello que posee una connotación redentora. diante la descolonización del saber, se lo-
Nótese cómo el estudioso cubano con- gran dirigentes capacitados en la tarea de
cuerda con los adjetivos «sana» y «vigorosa» conducir al Estado. «En el periódico, en la
para referirse a la guerra.12 El poeta confía cátedra, en la academia, debe llevarse ade-
en la posibilidad de construir otras repúbli- lante el estudio de los factores reales del
cas, descolonizadas. El ser que se desgaja de país» (1946, p. 108). La nueva etapa plantea
este proceso, el que edifica a la nación, ya el reto de librarse de la miseria, el analfabe-
no es el sujeto enajenado. Se avanza hacia tismo, entre otros males implantados por el
un tipo diferente de humanidad: «[…] la sistema colonial como el racismo. En cuan-
violencia desintoxica. Libra al colonizado to a este último, Fanon y Martí expresaron
de su complejo de inferioridad, de sus acti- sus consideraciones.
tudes contemplativas o desesperadas. Lo El martiniqueño, nacido «negro», expe-
hace intrépido, lo rehabilita ante sus propios rimenta el maniqueísmo implantado por
ojos […]» (Fanon, 1963, p. 47). Occidente en su tierra. Piel negra, máscaras

12
Así se expone en el documento que firma junto a Máximo Gómez (véase José Martí y Máximo Gómez.
«Manifiesto de Montecristi», en Martí, 1992, t. 3, p. 517).

C ATAU R O   37
blancas muestra al «blanco» y al «negro» segunda mitad del siglo xviii hasta el final
como prisioneros de su superioridad e infe- de la colonia (2016). En varios de esos tes-
rioridad, respectivamente. El sujeto moder- timonios artísticos encontramos muestras
no es un individuo saturado de complejos. de un pensamiento lejano todavía al desco-
«El análisis que acometemos es psicológico. lonizador. Sobresalen las obras que utilizan
No obstante, es evidente que para nosotros a los «negros» y «mulatos» para visibilizar el
la verdadera desalienación del negro impli- contraste con cánones de belleza europeos.
ca una toma de conciencia abrupta de las En el espacio de las caricaturas, se hallan las
realidades económicas y sociales» (Fanon, que se valen del color de la piel, los rasgos
1973, p. 10). faciales o el habla como motivo de burla
Se exhiben las interioridades de las rela- despectiva. El «negro» existe en la periferia,
ciones establecidas entre seres alienados. En se enquista como un mal. Constituye tam-
este contexto, el «negro» aspira a lo «blan- bién lo exótico y se retrata como pintoresco
co». El marginado se transforma entonces para los ojos del viajero.
en un imitador, es este el camino al que se En el texto Caliban, Roberto Fernández
le conduce. Poseer la lengua del que osten- Retamar expresa que «Martí es radicalmen-
ta el poder es, como expresa Fanon, «asumir te antirracista porque es portavoz de las
una cultura» (la de la metrópoli) (1973, p. 14). clases explotadas, donde se están fundiendo
El «negro», al mostrar un dominio adecua- las razas» (2006, p. 57). Luego de la con-
do de la lengua metropolitana, se acerca más quista, indios y negros —reflexiona el autor
a la civilización, es más «blanco». de Para una teoría de la literatura hispanoa-
En un ámbito donde se han naturalizado mericana— quedaron confinados a la base
valores promovidos por la cultura eurocén- de la pirámide, por lo cual hacer causa co-
trica, el «negro» asociado a lo negativo no mún con los oprimidos significaba hacerla
parece cuestionarse. Se dificulta, aun para junto a estos marginados (2006, p. 56). No
los propios marginados, la comprensión de debe olvidarse que el pensamiento martiano
la realidad en la cual se desarrollan. El tex- tiene un profundo contenido humanista.
to fanoniano representa una denuncia a los «Hombre es más que blanco, más que mu-
fundamentos del sistema dominante. Me- lato, más que negro» (Martí, 1997a, p. 18).
diante diversos ejemplos, expone los meca- El Apóstol es un defensor del ser humano,
nismos de control desplegados por las élites se opone a lo que coarta su libertad, lo ex-
de poder. Incita a librarse de las ataduras plota y lo mata. En sus textos no aparece el
impuestas al sujeto. odio hacia el colonizador, no padece de esa
sed de venganza infinita que contamina la
En varias ocasiones, José Martí declara su lucha justa, «[…] dejadme que os desprecie,
posición en cuanto a la idea de «raza». En ya que no puedo odiar a nadie […] ni os
el entorno de la Cuba colonial, el racismo odiaré, ni os maldeciré. Si yo odiara a al-
se devela como algo común, y se manifiesta guien, me odiaría por ello a mí mismo […]»
en la producción intelectual del período. En (2003c, p. 63).
el libro Iconografía de africanos y descendien- El combate que sostiene el cubano se
tes en Cuba, Jesús Guanche apunta que los enfoca en la rehabilitación del individuo, en
«negros» (libres o esclavos) fueron un tema la construcción de una nueva sociedad,
recurrente en las artes visuales desde la «con todos y para el bien de todos» (Martí,

38  CATAURO
1992a, p. 17). Sin embargo, en esta senda de mártires, y de guerreros […] desmiente
libertadora, el racista que aboga por el cas- indignada […] la tacha de amenaza de la
tigo hacia sus hermanos solo encuentra el raza negra […]» (1992b, p. 514).
rechazo. El antirracismo caracteriza nuestras Aunque las máximas martianas se vin-
gestas independentistas, «[…] en Cuba hay culan con un pensamiento antirracista, se
400 000 negros esclavos, para los que, antes hace pertinente entender el contexto desde
que España, decretaron los revolucionarios el cual se articulan. Piel negra… aparece en
la libertad […]» (2003d, pp. 107 y 108). 1952, luego de transcurridas la Primera y
El Apóstol explica cómo el racismo pue- Segunda Guerra Mundial, mientras Martí
de ser utilizado por las élites de poder para reflexiona en la segunda mitad del siglo xix.
provocar desunión en el pueblo. Es necesa- Los términos que utiliza el cubano y los
rio recordar que el factor unidad posee gran apuntes que enarbola, no pueden ser igual
importancia en las luchas por la indepen- de esclarecedores que los postulados por
dencia. En el conocido como «Manifiesto Fanon medio siglo después. Se constata que
de Montecristi», firmado por Gómez y el Apóstol defiende la humanidad de todos
Martí el 25 de marzo de 1895, en vísperas los seres por encima de las parcelaciones
de la guerra necesaria, se advierte sobre el establecidas por el pensamiento eurocéntri-
difundido temor al «negro». El colonizador, co. Empero, aunque cuestiona la idea de
aterrorizado él mismo ante la causa de los «raza», no se sumerge en un debate más
condenados de la tierra, intenta por todas profundo en torno a ello, como sí hace Fa-
las vías posibles desarticular el movimiento. non. Las reflexiones martianas poseen un
«La revolución [se refiere específicamente contenido progresista en el ámbito desde el
a la Guerra de los Diez Años], con su carga cual germinan.

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40  CATAURO
EL ESCLAVO, EL NEGRERO
Y EL CIMARRÓN
Visiones sobre la esclavitud
en tres obras literarias cubanas
CELÍN GONZÁLEZ MARTÍNEZ

La problemática racial atraviesa el pensa-


miento crítico caribeño como elemento
unificador de un espacio geográfico y cultu-
ral marcado por siglos de colonialismo, es-
clavitud y trata negrera. Por supuesto, se
trata de una temática que necesariamente
se refleja también en la literatura insular,
recurrencia ineludible al abordar la creación
literaria en el Caribe. Dentro de la literatu-
ra cubana, es posible seguir la línea del tema
«negro», tanto en la narrativa y la lírica co-
mo en el teatro. La figura del negro aparece
desde la novela romántica antiesclavista del
siglo xix, en textos como Petrona y Rosalía,
de Félix Tanco; la Autobiografía, de Juan
Francisco Manzano; Francisco, de Anselmo
Suárez y Romero; Sab, de Gertrudis Gómez
Celín González Martínez de Avellaneda, entre otros. En Cecilia Valdés
Licenciada en Letras o La Loma del Ángel, de Cirilo Villaverde, la
por la Universidad
de La Habana. Editora
gran novela cubana decimonónica por anto-
en Ediciones Boloña. nomasia, el tema racial es fundamental para

C ATAU R O   41
entender el complejo entramado social ge- EL ESCLAVO
nerado por la esclavitud, el racismo y el mes-
tizaje. El articulismo de costumbres, el teatro La Autobiografía de Juan Francisco Manzano
bufo y la poesía negrista del siglo xx son al- es un testimonio invaluable para entender
gunas de las tantas aristas que abordan esa la sociedad cubana colonial y las complejas
realidad silenciada tras la ideología colonial, relaciones sociales generadas por la escla-
donde el sujeto negro ocupaba el peldaño vitud. La propia existencia de este texto,
más bajo y era despojado incluso hasta de único de su tipo, es muestra del profundo
su condición de ser humano. silencio que encontramos al acercarnos a
la realidad del esclavo, pues incluso desde la
Al escoger tres textos literarios cubanos
obra fundacional de la literatura cubana,
escritos en distintas épocas, pretendo acer-
Espejo de paciencia, ya aparece la figura del
carme a la manera en que la ficción ha negro esclavo, pero las visiones sobre la
construido diversas visiones sobre la escla- esclavitud que le sucedieron luego en la li-
vitud como fenómeno social y los sujetos teratura cubana son generalmente desde la
asociados a ella. El sistema esclavista irradia, mirada del otro. Por lo tanto, contar con un
en su complejidad, a todos los sectores de relato en la voz de un esclavo es una cir-
la sociedad colonial, pero he querido cen- cunstancia insólita para su época, que de-
trarme, por las posibilidades que me ofrecen muestra los privilegios que obtuvo Manzano
los textos, en tres eslabones fundamentales a pesar de su condición social.
de esa cadena de violencia y muerte: el es- Uno de los aspectos más llamativos del
clavo, el negrero y el cimarrón, como expre- texto de Manzano es la reiterada elisión de
siones de tres maneras diferentes de mirar, elementos dentro de la línea narrativa,
de vivir la realidad social caribeña. Un continuamente omite sucesos dolorosos que
elemento unifica estos tres textos: el com- prefiere no contar; estos silencios son mues-
ponente biográfico, la filiación a un sujeto tra de los límites de su escritura en el con-
histórico real. Es importante apuntar que texto de una colonia esclavista, donde ya de
ninguno de los tres es del todo un espejo de por sí era impensable que un esclavo acce-
la realidad, la mímesis literaria impone diera a la palabra escrita. Hay que tener en
siempre una reconstrucción, una ficciona- cuenta que la génesis textual de la Autobio-
lización. Manzano debe responder a ciertas grafía está marcada por intereses más com-
mediaciones escriturales que más adelante plejos que un deseo personal de relatar su
historia de vida. Se trata de un encargo por
analizaremos, Novás califica su obra como
parte de su benefactor, Domingo del Mon-
«biografía novelada», Barnet debe dar forma
te, un rico hacendado habanero que promo-
a una amalgama de recuerdos narrados vió una colecta para comprar la libertad
desordenadamente por un hombre cente- de Manzano. Su fin último era formar parte de
nario. No obstante, pueden conducirnos a una serie de documentos reunidos por el
interesantes reflexiones en torno al imagi- comisionado irlandés Richard Madden para
nario de la esclavitud y, a través de la lite- ser publicados en el extranjero como un
ratura, acercarnos a una dolorosa realidad, medio de propaganda antiesclavista. Por lo
al «mayor y más largo genocidio de la histo- tanto, en la lectura es muy fácil percibir las
ria humana» (Barcia, 2018, p. 15). tensiones escriturales de esa voz narrativa y

42  CATAURO
la manera en que esta se sitúa frente a sus mejor de aquel régimen que lo atormen-
lectores potenciales, que eran, en primera tó durante toda su existencia? No lo
instancia, las personalidades del círculo sabremos nunca. Porque aunque no
delmontino y su famosa tertulia literaria. En dudemos de su sinceridad, la imagen que
el momento en que se escribe la Autobiogra- nos ofrece parece quebrarse en ocasio-
fía, aún está viva la marquesa de Prado nes, como sometida a la presión de un
Ameno, su antigua dueña, y además, el cartabón que estaba muy por encima del
autor no puede olvidar que sus benefactores esclavo que trabajosamente —y segura-
forman parte de esa clase rica de hacendados mente a escondidas— iba escribiendo
blancos, cuyos oídos no puede herir en de- sus recuerdos en aquella prosa tan inge-
masía. Otro aspecto a tener en cuenta es nua como conmovedora. (1986, p. 69)
que el texto fue corregido por Anselmo
Suárez y Romero, autor él mismo de uno de La voz narrativa se posiciona siempre desde
los textos arquetípicos de la novela anties- la bondad, el amor a los amos y una profun-
clavista cubana de la primera mitad del si- da religiosidad católica. Esto contribuye a
glo xix. Me refiero a Francisco, obra que con acentuar la injusticia de los castigos que le
un marcado acento romántico nos muestra son inferidos por causa de pequeños olvidos
el prototipo —podría decirse literario— del y travesuras infantiles. El relato se constru-
esclavo manso y dócil que es injustamente ye como un vía crucis, una sucesión de alti-
sometido a pesares inimaginables. Hasta
bajos de la fortuna, ya sea grato o no al favor
cierto punto, la Autobiografía de Manzano
de sus dueños. Sus primeros años con la
también se inscribe en esta línea, pero con
marquesa de Jústiz de Santa Ana son una
la diferencia de que muchas veces el autor
no logra borrar las contradicciones inheren- especie de visión idílica de la esclavitud,
tes a su doble posicionamiento: por un lado, parecida a la que da el personaje de Isabel
la denuncia de los horrores de la esclavitud Ilincheta en Cecilia Valdés… Con ella gozó
y, por otro, la necesidad de ganarse el favor de una serie de prerrogativas en tanto pre-
de los criollos blancos con los cuales tenía ferido de su señora, que según él lo quería
el «privilegio» de codearse. Salvador Bueno como a un hijo; no obstante, entre líneas es
señala acertadamente las rupturas y media- posible descubrir la distancia que inexora-
ciones presentes en el texto de Manzano, blemente los separaba y el verdadero lugar
relativas a las contradicciones de su ser del esclavo en la jerarquía social: «[…] mi
social: ama la Sra. Marqueza Justiz, ya señora de
edad, me tomo como un genero de entrete-
Existe un tácito contrapunto entre el nieminto» (Manzano, 2015, p. 80). Al inicio
mundo interior de Manzano —tal como del texto, dice Manzano: «[…] tenia gusto
lo revelan sus cartas, poemas y apuntes de cada vez qe. iva a su famosa asienda el
autobiográficos— y el macrocosmo en Molino de tomar las mas bonitas criollas,
que se movía la sociedad colonial y es- cuando eran de dies a onse años; las traia
clavista. ¿Hasta qué punto quiso ajustar consigo y dándoles una educasion conforme
su imagen a la sociedad en que vivía, a a su clase y condision, estaba siempre su casa
la ideología reformista de aquellos hom- llena de criadas, instruidas en todo lo nece-
bres que se le presentaban como el sector sario pa el servisio de ella […]» (2015, p. 79).

C ATAU R O   43
Los supuestos privilegios de estas criadas Manzano insiste en la visión del poeta
domésticas se nos revelan hoy con toda su romántico, siempre melancólico y doliente,
amarga ironía. maltratado continuamente por el destino.
Manzano mantiene una actitud ambigua La diferencia a tener en cuenta es que, en
a la hora de enjuiciar a sus amos, a veces este caso, ese arquetipo romántico esconde
elogia a la marquesa de Prado Ameno y otras una verdadera «maldición», la condición de
la caracteriza como cruel y sádica. Su actitud esclavo. A pesar de todos sus esfuerzos por
se mueve entre la gratitud y el rencor. De realizar perfectamente su trabajo y destacarse
cualquier modo, el autor es muy cuidadoso por encima de otros esclavos domésticos, a
al conducir la narración, de manera que la pesar de la devoción a sus amos —que tam-
fuga final se presenta como el resultado bién hay que entender como construcción
inevitable de las injusticias y vejaciones discursiva—, el esclavo cae una y otra vez
insoportables que sufría; no es un acto de en desgracia, pues, en última instancia, su
reivindicación de su libertad per se, sino la propia vida no le pertenece. Precisamente
consecuencia lógica de los malos tratos de uno de los puntos críticos de ruptura entre
la dueña. Esto proyecta una imagen del la voz narrativa y la propietaria blanca es la
esclavo dócil que solo es arrastrado al ci- ilusión nunca lograda de alcanzar la libertad.
marronaje por las circunstancias y no por su Manzano se convence poco a poco de que
la marquesa de Prado Ameno nunca le da-
voluntad humana consciente.
rá la libertad; su madre muere antes de
A pesar de esa búsqueda del eufemismo,
poder comprarla para el hijo y el dinero que
que elude siempre describir los latigazos, y
esta le había dejado en herencia queda en
de la construcción elíptica, hay un subtexto entredicho; las palabras de la marquesa no
que necesariamente se descubre en la lectu- pueden ser más categóricas:
ra y que induce a pensar en todo lo que es-
conden los puntos suspensivos tan usados [M]e determiné a ablar con mi señora
por Manzano. Hay momentos en los que el en segunda vez lleno de las mas alhague-
esclavo dócil reacciona, como cuando el ma- ñas esperanzas; pero cual seria mi asom-
yoral inflige maltratos a su madre: «[…] leban- bro cuando incomoda me respondió mi
to la mano y dio a mi madre con el manati señora qe. si estaba apurado por la eren-
este golpe lo sentí yo en mi corazon dar un sia qe. si yo no sabia qe. ella era eredera
grito y convertirme de manso cordero en forsosa de todos sus esclavos encuanto
un león todo fue una cosa […]» (Manzano, me buelbas a ablar de la erensia te pon-
2015, p. 93). El miedo al negro era un pro- go donde no beas el sol ni la luna […].
blema latente en la sociedad colonial cuba- (2015, p. 116)
na, siempre temerosa de lo ocurrido en
Haití. La propaganda antiesclavista intentó La Autobiografía acentúa muy bien las dife-
atenuar ese miedo con una imagen del es- rencias entre los esclavos domésticos y los
clavo pacífico y cordial, borrando así la visión que vivían en los ingenios azucareros. Man-
del «salvaje» ci­marrón. Aunque el texto de zano es consciente de su condición privile-
Manzano persigue esa misma intención, no giada y constantemente hace alarde de ella.
puede encubrir del todo el impulso rebelde, De ahí que el traslado al ingenio el Molino
el grito de de­nuncia. se convierta en su peor pesadilla, al punto

44  CATAURO
de andar siempre receloso de que lo man- libre pronto traté de llenarme de muchas
daran allá y temblar ante la llegada del abilidades») (2015, p. 119), pero el verda-
mayoral. La reflexión inevitable a la que dero acto de rebeldía de Manzano es arre-
conduce la Autobiografía es pensar cómo batar al blanco su monopolio de la escritura.
sería entonces la vida de un esclavo en los Al aprender a leer y a escribir de manera
ingenios si un esclavo doméstico con tantos autodidacta y casi a escondidas, el esclavo
privilegios sufrió tales horrores. La ropa y el se apodera de un arma que los hacendados
calzado son en la narración un símbolo de continuamente le niegan; la educación no
la suerte del esclavo y la situación en la que solo lo separa de los negros esclavos, sino
se hallaba. En sus momentos de felicidad, que lo acerca a esa cultura denegada, la que
cuando Manzano cuenta con la gracia de su le estaba prohibida por su condición social:
señora y puede participar de paseos, funcio- «[…] tenia yo desde bien chico la costumbre
nes teatrales, reuniones, etcétera, el autor de leer cuanto era leíble en mi idioma y
se regodea en la descripción de las finas cuando iva pr la calle siempre andaba reco-
ropas con que era ataviado. En cambio, la jiendo pedasitos de papel impreso […]»
esquifación, los pies descalzos y la cabeza (2015, p. 119). El error trágico del héroe
rapada lo humillaban profundamente. que Manzano construye en su biografía es
No hay en Manzano intención de iden- la conciencia de una superioridad inoperan-
tificarse con una masa esclava y negra de la te en la realidad colonial, pues a pesar de su
que se aleja continuamente. Se cataloga a inteligencia y talento, a pesar de su situación
sí mismo como mulato y el texto insiste una privilegiada, hay una barrera que nunca
y otra vez en que sus padres y sus padrinos podrá superar y deberá llevar como marca
no querían que tratara con «negritos». Los de su marginación: el color de la piel.
demás esclavos lo miraban con envidia y
continuamente Manzano marca su diferen-
cia con respecto a estos. En la Autobiografía EL NEGRERO
muy pocas veces percibimos un indicio de
referencia a una espiritualidad o cultura Hay en la literatura cubana de la primera
diferentes a la europea católica blanca, a la mitad del siglo xx una novela que ofrece una
que el poeta pretende imitar. La mímesis es perspectiva singular del tema de la esclavi-
el mecanismo de supervivencia del negro tud; me refiero a Pedro Blanco, el negrero, de
esclavo, mientras más se aleje de sus raíces Lino Novás Calvo (1905-1983), publicada
africanas más posibilidades tiene de ascen- por primera vez en Madrid en 1933. Esta
der, siempre dentro de los límites de su obra conduce al lector por los vericuetos de
condición, por supuesto. la trata negrera, la piratería, las factorías en
Manzano es un maestro de la mímesis, las costas de África, la vida errante de los
continuamente observa el comportamiento hombres de mar y sus estratagemas para
de la clase privilegiada e intenta adquirir eludir los cruceros ingleses que reprimían el
todos los conocimientos y habilidades posi- comercio ilegal de esclavos hacia América.
bles. Sus saberes de costura, pintura y cui- Amén de su valor documental, en tanto
dado de enfermos lo distinguen de otros recreación literaria de la vida de un perso-
esclavos domésticos («[…] desde qe. me naje histórico real, Pedro Blanco Fernández
llene o me llenaron de la idea de qe. seria de Traba, lo fundamental de la novela de

C ATAU R O   45
Novás Calvo es la reconstrucción, desde la estaba impregnado de la peste de los negros»)
ficción, de un mito: el negrero, el traficante (1997, p. 68), no solo expresión de las insa-
de esclavos de rostro frío y pocas palabras, lubres condiciones en que eran transpor-
el héroe trágico en un escenario de muerte, tados los esclavos, sino también metáfora del
violencia y desarraigo. universo de la trata y sus horrores, la podre-
Hay un fatum que recorre todo el desarro- dumbre moral, la degradación humana que
llo de la trama, una suerte de predestina- esta generaba. Los marinos descargaban a
ción, de anunciación del trágico final. El los negros y los bañaban con mangueras para
mundo de la trata se presenta desde el inicio intentar borrar la «memoria del viaje» y
como el verdadero Infierno sobre la Tierra hacer pasar el barco por mercante, pero el
y, a partir de esa idea, se elaboran casi todas hedor siempre persistía.
las imágenes literarias del libro y el imagi- El negro arrancado de África se conver-
nario en torno al tráfico de esclavos. La tía en mercancía y era tratado como tal.
primera parte de la novela ya nos muestra Novás Calvo acentúa continuamente este
a un niño de prodigiosa imaginación alimen- aspecto de la trata. Se detiene en la descrip-
tada por los libros, que escucha fascinado ción del trato que esos hombres transporta-
las historias de los marineros de Málaga, dos como animales recibían a bordo de los
admirador de Napoleón que siente atracción barcos negreros, donde apenas podían res-
por lo desconocido y fantasea con los pasa- pirar en las bodegas, las cuales podían per-
jes bíblicos del Apocalipsis y la figura del manecer herméticamente cerradas durante
Diablo. Al mismo tiempo, las supersticiones, horas e incluso días; el hacinamiento, las
la pobreza, el repudio de la familia, el inces- enfermedades, la represión de sublevacio-
to, todo ello exalta en él al pirata y lo em- nes con agua hirviendo, el abandono de
puja a la vida errante del mar. barcos con los esclavos encerrados ante la
Varios personajes le aconsejan a Pedro proximidad de un crucero inglés, el asesina-
alejarse de la trata y se va tejiendo una espe- to de muchos que eran arrojados al mar o
cie de maldición, la maldición del negrero, la sacrificados para alimentar a los otros, etc.
maldición de la trata. En Nantes, el marine- Para el traficante de esclavos, el negro es una
ro irlandés Collum, al referirse al bergantín cosa que puede ser tasada por su valor co-
Sir John, que se dedicaba al comercio de mercial o desechada según las circunstancias;
mercancías, pero que había sido comprado a así se aprecia en los mercados de esclavos:
un negrero, insiste en esa marca fatal que lo
acompaña: «[…] le decía que aquel barco …Modesta se desprendió de su altivez y
seguía siendo negrero, pues su ser anterior comenzó a examinarlo minuciosamente,
persistía, y todo hombre que se enrolara en tentando sus músculos, llevando a la
él cobraba en seguida el alma de un negrero. lengua el dedo impregnado de su sudor
[…] Collum oía, además, los gritos de las —pues en el sabor del sudor se conocía
almas de los negros que habían muerto en la salud del negro— y llegando hasta lo
aquel barco» (Novás, 1997, p. 69). más secreto. Aquello lo hacía todo com-
Uno de los aspectos más recurrentes de prador. El cigano sonaba el látigo y hacía
la novela es la referencia al hedor de los bailar, hablar, cantar, correr y reír a los
negros y de los barcos negreros («El barco cautivos. (1997, p. 90)

46  CATAURO
Es frecuente la referencia a los esclavos como Los gritos de los piratas se cruzaban con
piezas de un rebaño, marcados a hierro vivo; el bramido sordo que salía del vientre del
son una masa anónima ante el negrero, so- negrero. La negrada sentía la pelea arri-
lo se señala su singularidad en relación con ba como una guerra de dioses. […]
su pertenencia a una etnia específica o a su Debajo estaban los tiburones, y luego la
fortaleza física. Un pasaje muy interesante negrada, y luego los piratas de Pedro, y
de la novela es el del criadero de Reeves, encima la noche y el cielo. (1997, p. 186)
donde seres humanos son cruzados a la ma-
nera de una granja ganadera: Es muy interesante el tratamiento del suje-
to mulato en la novela. El carácter «mulato»
Reeves era un vagabundo que había
se identifica con la dualidad moral, el de-
caído un día en Brasil y descubierto que
sus hijos con buenos ejemplares africanos sarraigo. Muchas veces vemos a mulatos que
salían de una extraordinaria belleza y que trafican negros y el mejor ejemplo de ello es
los ricos brasileños se los disputaban. el brasileño Da Souza:
[…] dio en hacer experimentos de cru-
ces, y sacaba especies rarísimas de las que En África, Cha-Cha comenzó a progresar
salían mujeres que le pagaban a peso de por su carácter mulato, de hombre doble.
oro. En su establecimiento tenía escuelas Con los africanos se hacía africano y
y preparaba la prole para distintos oficios. observaba todas las costumbres y supers-
Criaba caleseros, doncellas, huríes, apo- ticiones de los negros; con los blancos
los, bailarinas, y todo lo que le pedían. era blanco y trataba de hablar en civili-
(1997, p. 92) zado. Pero Cha-Cha vendía igualmente
a blancos que a negros. (1997, p. 100)
Otro elemento recurrente es la configura-
ción simbólica del barco negrero como un La mulatez no se refiere en la novela única-
microcosmos jerarquizado. La bodega, ese mente a una cuestión racial, sino que respon-
«vientre hirviente de gritos» (1997, p. 97) de a cierta condición disidente, imposible de
donde se amontonan los negros, es oscura encerrar en esquemas preconcebidos:
y calurosa («El primer blanco que baje ba-
jará al Infierno») (1997, p. 171), a través de Pedro estaba y estaría ya siempre fuera
las escotillas se escuchan bramidos y lamen- de toda ley. Se había tornado lúgubre y
tos. La rápida alusión, en oraciones muy
fatalista. La sociedad de los blancos había
breves, a los esclavos en situaciones críticas
llegado a serle odiosa. En su factoría sólo
de la trama es un recurso estilístico muy
poderoso en la novela, que impide al lector había náufragos, parias, descastados y
dejarse llevar por la narración de las peripe- bandidos, y éstos eran para él tipos per-
cias que ocurren en la cubierta y que lo hace fectos. Salvo por su mayor cultura y ge-
recordar el dolor que yace bajo los pies de nio militar, el espíritu diabólico de los
los marineros («Los negros bramaban aba- mulatos Ormond y Da Souza se había
jo») (1997, p. 170). El espacio, por lo tanto, apoderado de él. Toda la trata negrera
adquiere connotaciones que representan fue obra de mulatos —fuese en el color
una escala de humanidad descendente: de la piel, fuese en el color del espíritu.

C ATAU R O   47
Y Pedro era un mulato por dentro. (1997, figura se crea un halo místico, que aprovecha
pp. 247 y 248) la ignorancia del otro para obtener poder.
Importó de Alemania un sistema de espejos
Al respecto de los linajes mulatos que se que permitía vigilar los cruceros ingleses y
iban tejiendo en las factorías, vale la pena esto le valió una categoría casi divina entre
citar a la historiadora María del Carmen los naturales de la región:
Barcia:
Cuando los espejos enviaban sus haces
En todos los territorios ocupados estable- de luz hacia la selva, todas las gentes
cían, para su mejor desempeño, vínculos silvestres salían a verlos como un milagro
con los jefes locales a los cuales entrega- […] para los que habitaban en la maleza,
ban regalos para convertirlos en sus Pedro era ya el gran Mago, más sagrado
aliados. Estas relaciones se hicieron tan que los que habitaban en las chozas.
estables, profundas e interesadas que (1997, p. 235)
muchos factores y también sus subalter-
nos se amancebaron o incluso matrimo- El Mago-Espejo-Sol, que mantenía en su
niaron en ceremonias locales con mujeres harén a las hijas de los principales reyes
africanas, que eran, por lo general, hi- africanos y contrajo matrimonio con la
jas o hermanas de los soberanos tribales. princesa Cha-Cha Ajuda, hija de uno de los
Tras ellos dejaron considerables estelas negreros más poderosos de la costa africana,
despreciaba por igual a negros y a blancos,
de hijos nativos que los sucedieron en el
estaba fuera de toda ley: «El marino, el pi-
negocio. De las estrechas alianzas esta-
rata, el errabundo, se había estancado en el
blecidas entre factores y jefes africanos
estuario, creando años e intereses que le
dependía la buena marcha del negocio impedían moverse con soltura. Había naci-
negrero; pues estas implicaban la captu- do el mongo, el dictador» (1997, p. 267).
ra de nativos para ser esclavizados, cues- Aunque se conoce por documentos histó-
tión que precisaba de un conocimiento ricos que el famoso traficante de esclavos
profundo de cada región. (2018, p. 63) murió en casa de su hija Rosa en Barcelona,
la locura final de Pedro y su muerte junto a la
La factoría de Pedro en Gallinas es el mode- momia de su hermana, que llevó consigo a
lo por excelencia del negocio negrero y de los América y luego a Italia, cobra en la novela el
métodos coloniales de expoliación. Los fac- matiz de la caída final, de ajuste de cuentas
tores cambian cientos de hombres por bara- con el destino. Con el saqueo del ataúd por
tijas, hecho que nos hace recordar la llegada los trabajadores del hospital psiquiátrico,
de Colón a las islas caribeñas, donde obte- donde Pedro Blanco, en su delirio, creía ser
nía de los nativos oro a cambio de pedazos aún capitán de barco, Novás Calvo nos mues-
de espejos rotos y cuentas de vidrio. Al igual tra con desgarradora ironía el vacío que rodea
que Cha-Cha, Pedro Blanco siembra la dis- a su héroe. Aunque en la obra de Novás hay
cordia en el territorio africano, corrompe los mucho de imaginación y ficción, logra crear
espíritus, distribuye armas y promueve la una imagen muy vívida de la trata negrera y
guerra entre las distintas tribus, fuente prin- los sujetos asociados a ella. María del Carmen
cipal de cautivos para la trata. En torno a su Barcia acertadamente apunta que:

48  CATAURO
[L]a verdadera historia de Pedro Blanco pero a la vez privilegiada, Esteban es libre de
sobrepasa la fabulación, se inscribe en enjuiciar abiertamente el sistema esclavista,
un ámbito real que sorprende y aterra, únicamente el flujo caprichoso de la memo-
pero en el que también se evidencia que ria impone los silencios. En Biografía de un
los malos, como los buenos, nunca lo son cimarrón hay una denuncia sin ambages de
del todo, y se mueven en un espacio la esclavitud y de las condiciones de vida
psíquico y físico de infinitas contradic- de los exesclavos una vez que esta fue abo-
ciones. (2018, p. 19) lida nominalmente, pues sabemos que la
situación marginal del sujeto negro no varió
El personaje de Pedro Blanco se nos antoja demasiado.
una especie de alter ego de la trata misma,
de la degradación humana que la esclavitud Uno de los elementos unificadores del texto
engendró, del amasijo de horrores que con- es el acento del carácter cimarrón, la indo-
llevó. La frase que le dijera un capitán de blegable voluntad que impulsaba a Esteban
barco a Pedro en su juventud: «el ser negre- siempre hacia la libertad del monte, al
ro era tan negro como el ser negro» (1997, punto de que llega a alejarse no solo de la
p. 86) sintetiza la compleja y contradictoria sociedad de los blancos, sino también de los
realidad que deriva de la esclavitud y el propios negros: «[…] yo tenía un espíritu
colonialismo. de cimarrón arriba de mí, que no se alejaba
[…]; era como una idea que no se iba nun-
ca, y a veces hasta me mortificaba». (1977,
EL CIMARRÓN p. 33). Su vida en el monte, aunque no
exenta de dificultades, llega a serle grata en
Biografía de un cimarrón es uno de los libros comparación con la vida en los ingenios:
cubanos más conocidos a nivel mundial. Los «[…] No quería yo ligarme otra vez a la
recuerdos de un hombre centenario, testigo esclavitud. Para mí aquello era una repug-
de momentos claves de la historia de Cuba nancia» (1977, p. 36).
y memoria viva de la esclavitud en el Cari- Esteban se distancia constantemente de
be, tienen hoy un valor testimonial incalcu- tumultos —e incluso nunca se establece
lable. Desde el prólogo, Miguel Barnet definitivamente con ninguna mujer—; como
enfatiza que su intención no es crear una un misántropo observa el bullicio de los otros
novela, una obra literaria. Reflexionar sobre a su alrededor sin mezclarse con ellos. La
su carácter literario no es nuestro objetivo, soledad deviene una suerte de precio a pagar
sino más bien acercarnos a la figura del por la libertad: «[…] El que no se fuera joven
hombre cimarrón. para el monte, de cimarrón, tenía que escla-
A diferencia de Manzano, Esteban Mon- vizarse. Era preferible estar solo, relegado,
tejo narra sus memorias desde la distancia que en el corral ese con todo el asco y la
temporal, los sucesos se confunden en su pudrición […]» (1977, p. 30). Si la alter-
cabeza, los detalles a veces se vuelven borro- nativa para algunos esclavos era asumir la
sos. Si el poeta decimonónico estaba per- cultura occidental blanca como una vía de
meado por las mediaciones intelectuales del ascenso social, el cimarrón se aleja empeci-
círculo delmontino, por las contradicciones nadamente de ella. Esteban manifiesta su
sociales inherentes a su condición marginada rechazo por los esclavos domésticos, por la

C ATAU R O   49
adulación a los amos y la sumisión como La actitud de Esteban frente a lo desco-
medio de supervivencia: nocido siempre es observar y respetar. De
ahí que ponga en tela de juicio las ideas
Cuando un negrito era lindo y gracioso lo preconcebidas sobre los brujos, los ñáñigos,
mandaban para adentro. Para la casa de los negros congos, los propios cimarrones
los amos. Ahí lo empezaban a endulzar y que eran considerados salvajes, etc. El pre-
[…] ¡qué sé yo! El caso es que el negrito juicio contra el africano, visto como bárba-
se tenía que pasar la vida espantando ro, formaba parte de la mentalidad colonial:
moscas, porque los amos comían mucho.
[…] Yo nunca hice eso porque a mí no me [E]l africano era un sabio de todas las
gustaba emparentarme con los amos. Yo materias. Hay quien dice que ellos eran
era cimarrón de nacimiento. (1977, p. 14) del monte y se comportaban como ani-
males. No falta un blanquito por ahí que
Aunque Biografía de un cimarrón muestra el lo diga. Yo pienso distinto porque los
sincretismo religioso propio de Cuba y Es- conocí. De brutos no tenían un pelo. A
teban alude muchas veces a referentes mí me enseñaron muchas cosas sin saber
culturales del catolicismo, el cimarrón in- leer ni escribir. Las costumbres, que son
siste con frecuencia en las diferencias entre más importantes que los conocimientos.
las costumbres de los blancos y esa espiri- Ser educado, no meterse en problemas
tualidad propia de los esclavos de nación y ajenos, hablar bajito, respetar, ser reli-
sus descendientes criollos. El exesclavo gioso, buen trabajador […] todo eso me
critica la artificialidad de los médicos y las lo inculcaron a mí los africanos.
farmacias, la hipocresía de los curas, la Y cuando oigo a la gente hablando de
pompa lujosa de los propietarios. Por otro bozalones, me hecho a reír. ¡Vamos a ver
lado, alaba siempre todo lo que proviene de la quién es el bozalón! Les decían bozales
naturaleza, los remedios tradicionales con por decirles algo, y porque hablaban de
plantas del monte, las propiedades de la miel acuerdo con la gente de su país. Habla-
y el agua de los ríos, la sensualidad y la ca- ban distinto, eso era todo. Yo no los tenía
dencia de los bailes y cantos de procedencia en ese sentido, como bozales; al contra-
africana, la conexión profunda del hombre rio, yo los respetaba. Un negro congo o
con los árboles, los pájaros y otros animales lucumí sabía más de medicina que un
del campo, en fin, el sentimiento de perte- médico. (1977, p. 121)
nencia a la naturaleza. Esteban escucha con
respeto las historias de los ancianos africa- Asimismo, deja al descubierto la falsedad de
nos y, aunque se muestre a veces escéptico una supuesta pureza religiosa:
ante algunas creencias, absorbe ese conoci-
miento ancestral. La tradición oral, los re- Hoy mismo hay mucha gente que te dice
latos sobre güijes, resucitados y aparecidos, a uno: «Yo soy católico y apostólico».
los ritos de las religiones afrocubanas, todo ¡Qué va!, ese cuento que se lo hagan a
eso se mezcla con las fiestas religiosas de otro. Aquí el que más y el que menos
Remedios, con el espiritismo, con las cos- tiene su librito, su regla. Nadie es puro
tumbres de los guajiros, con las supersticio- así de llano. Todas las religiones se han
nes de la gente de pueblo. mezclado aquí en esta tierra. El africano

50  CATAURO
trajo la suya, la más fuerte, y el español LOS SUJETOS COLONIALES
también trajo la suya, pero no tan fuerte. EN EL CARIBE. VISIONES SOBRE
Hay que respetarlas todas. Esa es mi LA ESCLAVITUD
política. (1977, p. 104)
La doctora Ana Cairo Ballester, quien estu-
Resulta muy reveladora la cadena de repeti- dió la presencia del cimarrón en la literatu-
ciones que se entretejen en el texto, las pa- ra cubana colonial y del siglo xx, reconoció
labras de Esteban traslucen una realidad de la presencia e importancia que ha tenido el
opresión que, aparentemente, va cambiando tema de la esclavitud, punto reiterado de
de forma con el devenir social, pero que reflexión crítica entre los pensadores e in-
mantiene intactas las herencias coloniales. vestigadores cubanos: «En la evolución del
El negro continúa siendo marginado y pobre: pensamiento cubano se ha elaborado un
consenso en torno a la tesis de que no se
Ya todos los negros estaban libres. En esa debería auspiciar la variante del olvido
libertad que decían ellos, porque a mí me programado sobre los crueles impactos so-
consta que seguían los horrores. Y había ciales y espirituales de la esclavitud» (Cairo,
amos, o mejor dicho, dueños que se 2019, p. 186). Asimismo, entiende el con-
creían que los negros estaban hechos cepto de cimarrón dentro de la noción más
para la encerradera y el cuero. Entonces amplia y actual de «cultura cimarrona», la
los trataban igual. Muchos negros para cual alude a un modo de entender los pro-
mí que no se habían dado cuenta de las cesos culturales y sociales con la misma
cosas, porque seguían diciendo: «Mi fuerza contestataria con la que los esclavos
amo, la bendición». (1977, p. 47)
cimarrones rechazaban la explotación y la
dominación colonial para buscar la libertad
Después de la guerra de independencia, la
en los montes.
República no trae un verdadero cambio de
status social para el negro, ni siquiera para El esclavo, el negrero y el cimarrón son
los que habían sido libertadores: solo algunos de los tantos sujetos actuantes
en la tragedia de la esclavitud. La literatu-
En la policía no había ni un uno por ra nos da pistas sobre el imaginario social
ciento de negros, porque los americanos que el colonialismo construyó y codificó en
sacaron la palabra esa de que cuando el las sociedades caribeñas en torno al negro
negro cogiera fuerza, cuando se educara, y su realidad. Masa anónima que bulle en
era dañino a la raza blanca. De modo sea el fondo de los barcos negreros, carente de
que al negro lo separaron completamen- individualidad y humanidad; sujeto escin-
te […]. (1977, p. 156) dido que sufre los horrores de la esclavitud
y busca ascender socialmente a través de
El barracón se vuelve un símbolo cruel e iró- una absorción de la cultura dominante;
nico de la historia que se repite una y otra vez: cimarrón mirado con recelo y miedo por
«[…] empecé a laborar en el central San una sociedad que lo considera salvaje y
Agustín Maguaraya. En la misma cosa. Todo atroz, todas son ramificaciones de una
parecía que había vuelto para atrás. Vivía solo misma raíz, dolencias de un mismo mal: el
en un barracón de guano […]» (1977, p. 161). colonialismo.

C ATAU R O   51
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barcia, María del Carmen. (2009). Los ilustres apellidos: negros en La Habana colonial. Ediciones Boloña.
. (2018). Pedro Blanco, el negrero. Mito, realidad y espacios. Ediciones Boloña.
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Novás Calvo, Lino. (1997). Pedro Blanco, el negrero. Letras Cubanas.

52  CATAURO
EL RACISMO
IDIOSINCRÁTICO
EN NUESTRA RUTA
DE SUPRESIÓN
DEL RACISMO
IDEOLÓGICO
IANELA RODRÍGUEZ QUINTERO

Hoy día, varios de los investigadores de


nuestro panorama académico identifican los
chistes racistas que proliferan en la población
como uno de los parámetros para determinar
el grado de racismo en la sociedad cubana.
De esta manera, reconocen que para supri-
mir el racismo como un fenómeno sociocul-
tural, la eliminación de estas expresiones de
humor constituye una de las necesidades
básicas. Un razonamiento que coordina con
las voces que a nivel internacional abogan
por una ética del humor.

De Sousa afirma que pensar que algo es


intrínsecamente divertido es una acti-
tud, y reír de un chiste «phtónico» reve-
Ianela Rodríguez la que se poseen actitudes reales poco
Quintero
éticas. El chiste «phtónico» descansa en
Especialista del Grupo
Cambio Humano en el actitudes, y «las actitudes son creencias que
Centro de uno no puede adoptar hipotéticamente» (De
Investigaciones
Psicológicas y
Sousa, 1987, p. 241, citado en Siurana,
Sociológicas (CIPS). 2013, p. 16).

C ATAU R O   53
El chiste racista, desde esta perspectiva crí- jer y hombre—, una mulata y otras tres
tica, se recepciona como un problema ideo- mujeres blancas —dos trigueñas de piel y
lógico, derivado de la ética y relativo a ciertas una castaña de ojos claros—) nos citamos
actitudes de marginación que traslucen la en un bar para pasar el rato, descargando y
preeminencia de una ideología racista. Sin poniéndonos al día. Esperé a que la conver-
embargo, por cuanto los chistes racistas de- sación sobre las novatadas de la universidad
vienen tan populares en la sociedad cubana comenzara e introduje la historia, cuidán-
y lo descrito revela en los humoristas una dome de deslizar la variable «raza» adjunta
intención y un efecto marcadamente nega- a otras tantas características del protagonis-
tivos, me resulta precipitado condenarlos sin ta. «¿Te acuerdas de Víctor, el mulatico,
antes prever la posibilidad de que esta ecua- bajito y flaco, medio bizco y con espejuelos
ción [(chiste + raza) no-ético = ideología- que vive por tu casa, que anda siempre le-
negativa], aseverada como inmutable, no se yendo? El que estudió en mi facultad y la
produzca. Con ánimos de dilucidar la exis- abuela trabaja con tu mamá; Cecilia se lla-
tencia o no de esta posibilidad-de-no-reali- ma, creo». Conté cómo el joven había tro-
zación, me concentraré en la deconstrucción cado la traducción y su respuesta en la
de una situación comunicativa específica, prueba se había convertido en una broma
aunque con un estándar bastante común. Un colectiva, que él mismo disfrutaba. Mientras
ejercicio que desarrollaré a partir de un prin- todos nos reíamos repitiendo el disparate,
Alicia sentenció: «tenía que ser negro» y la
cipio jurídico-penal que contrarresta el ries-
risa se agudizó tras el detalle.
go de una condena injusta: «se es inocente
Pasado unos segundos procedí a reme-
hasta que no se demuestre lo contrario»;
morar, en voz alta y manteniendo la situación
trasplantado a nuestro estudio sería: la inten- contextual, el caudal de cuentos incluidos
ción del humorista es, en principio, positiva. dentro del bestiario que los profesores de
El ejemplo que examino proviene de mi latín guardaban. Tenía como propósito co-
experiencia personal, un dato que además de tejar con las reacciones que no contuviesen
testificar la realidad efectiva de la posibilidad- la variable raza y definir, de haberlo, un pa-
de-no-realización de la ecuación menciona- trón de articulación comunicativa. Entre las
da, confiesa la situación comunicativa como frases que fueron complementando la narra-
un experimento ejecutado sobre la vida co- ción, esta vez dirigidas a otros estudiantes,
tidiana de un grupo de personas que, al se encontraban: «ese era anormal, por lo
desconocer su condición de objeto de análi- menos», «¡verdad que lo que se le ocurre a
sis, respondieron de forma natural a todos los la gente!», «¿y no lo botaron por imbécil?»,
estímulos que proyectivamente les suminis- «déjame adivinar, ¿era pinareño?».
tré. Puesto que se requería un alto nivel de Esta entrevista poco convencional me
sinceridad en las intervenciones y un osten- planteó varios apuntes preliminares que
sible conocimiento de la personalidad de los indizan la racionalización del ejemplo. Pri-
asistentes, los individuos seleccionados para mero, no solo Alicia exhibía una actitud
la muestra procedieron de mi más cercano racista, el resto de los participantes también.
círculo de amistades. Segundo, la historia de Víctor no fue la
Efectué el experimento una noche, única que se sometió a burla, ni resultó eje
cuando seis de nosotros (dos negros —mu- de un matiz distinto: la burla funcionaba

54  CATAURO
como continuum y contexto al interior del ferente a la gravedad de los valores y las
diálogo, pre-programándole el valor nega- estructuras sociales, cuyo único fin es la risa,
tivo a las reacciones. Y, tercero, el enunciado en tanto vía para lubricar la interacción
«tenía que ser negro», desde una perspecti- grupal y desestresar los ánimos. Como los
va semántica, devino una elección operativa interlocutores inducen la carcajada median-
por parte del hablante, que bien pudo sus- te la hipérbole y la parodia (la exageración
tituirse por «el negro si no la hace a la en- y la desfiguración de la realidad) tienen que
trada la hace a la salida», «negro al fin», suspender su sistema axiológico, aquel que les
«qué otra cosa puede esperarse de un ne- permite auto-evaluarse y juzgar, para parti-
gro», «pa’ bruto, el negro», etc. cipar de la illusio.2

El choteo en cambio está estrictamente


SITUACIÓN COMUNICATIVA: EL condicionado en el tiempo y en el espa-
CEREMONIAL DEL HUMOR cio. Rara vez nos divierte la versión que
alguien nos da de un caso de choteo en
La complicidad de todos para con el humor el que no hemos participado; al contra
negativo de Alicia revela que nos encontra- rio el relato lo que generalmente logra es
mos ante lo que algunos teóricos denomi- irritarnos […] el choteo se nos aparece
nan, el ceremonial del humor, un contexto en esos casos como una burla sin motivo.
de diversión y relax, donde «celebrantes y […] En torno a cualquier persona o si-
auditorios simulan que, por ejemplo, lo se- tuación respetable crea una atmósfera
rio, lo habitualmente grave, lo indiscutible de jocosidad que se va cargando rápida-
merece un tratamiento disentido, como si mente, hasta hacerse tan densa que el
fuera un juego» (Santagada y Perosino, 2010, objeto mirado a través de ella resulta
p. 217). En el caso que tratamos, las circuns- desfigurado y grotesco. […] es un acto
tancias que envuelven a la joven y su públi- fundamentalmente egoísta e irreflexivo,
co les permite la suspensión de sus creencias,1 mediante el cual el choteador parece
porque instituyen un estado de exacerba- reírse con el solo fin de estar alegre.
ción, irreflexivo y momentáneamente indi- (Mañach, 1955, pp. 56 y 57)
1
«Asumimos que el humor es una experiencia social que no depende solo de constructos semióticos. Como
estos funcionan de cara a un auditorio, promueven en el contexto de un tipo específico de interacción el
juego complejo de asumir puntos de vistas distintos a los habituales. Dicha propuesta solo puede ejercerse
sobre espectadores que estén en condiciones de aceptarla, pues el juego es posible aun con algunas cuestiones
controversiales y graves, pero para ello es necesario que los espectadores tomen distancia de sus creencias,
es decir, es preciso que siquiera por un instante piensen y sientan desde una perspectiva que no es la habitual»
(Santagada y Perosino, p. 214).
2
«[L]o que he englobado en esta noción de illusio; es decir, el hecho de considerar que un juego social es
importante, que lo que ocurre en él importa a quienes están dentro, a quienes participan […]. Dicho de
otro modo, los juegos sociales son juegos que se hacen olvidar en tanto que juegos y la illusio es esa relación
de fascinación con un juego que es fruto de una relación de complicidad ontológica entre las estructuras
mentales y las estructuras objetivas del espacio social» (Bourdieu, 1997, pp. 141-142).

En Las reglas del arte, Bourdieu agregaría que cada campo produce su forma específica de illusio, que inclina
a los agentes y los dispone a efectuar las distinciones pertinentes desde el punto de vista de la lógica del
campo; a distinguir lo que es importante y necesario para el mantenimiento de la creencia en el juego.

C ATAU R O   55
En Cuba, el choteo vendría a ilustrarnos burla y su variable rectora: «estudiante». La
uno de los ceremoniales del humor más variable raza aparece adjunta, deslindada
visitado por los investigadores y a encua- del discurso identitario que se promueve en
drar nuestra situación comunicativa. Se el grupo, aunque acogida debido al pacto
formalizaría como una situación de burla del ceremonial; lo mismo ocurre con la
continuada: erigida a partir de la valora- variable regional «pinareño» y su respectiva
ción negativa de los elementos actuantes, actitud xenofóbica. Ambas variables funcio-
desde una posición de superioridad y con nan de modo subsidiario en un contexto que
un foco de atención prefijado. Puesto que las absorbe y pre-condiciona su presencia,
contempla la necesidad de ridiculizar, sue- tanto durante el proceso de emisión como
le subvertir los códigos semióticos de la en el de recepción. Pese a Alicia haber
cultura donde se desenvuelve, establecien- cambiado de variable durante la conver-
do un patrón comunicativo propio y pu- sación, la situación de burla se mantiene
diendo imponer —si se diera el caso— su automatizada, como patrón de producción
s-código particular. Los constructos semió- de códigos y conector temático.
ticos de un escenario de choteo solo se Puesto que la variable raza se despliega
decodifican correctamente al interior del mediante una línea alternativa, circunstan-
ceremonial y durante la sucesión del mismo. cial y dirigida a acentuar la intensidad de la
La automatización de la burla o choteo situación primaria, se puede asegurar que
que prescribe nuestro ejemplo, si bien se la conversación examinada no discurre o se
justifica por las circunstancias en que la erige alrededor de algún compromiso socio-
connivencia y el chiste racista ocurren, no político activo, que patentice un racismo
deja de ilustrar una experiencia social agre- simbólico (Javaloy, 1994), representativo
siva y de adecuarse a los rasgos principales de un exo o endo grupo étnico. Con tales
de la teoría de la superioridad o menospre- conclusiones, la presunción de inocencia
cio, donde el humor se usa para agredir y en Alicia (el hecho de que hiciese un chis-
demostrar el poder de un grupo o individuo te racista sin que transparentara una ideo-
sobre otro. Mas, la relación de poder que se logía negativa) que acordamos adoptar
legitima y que a través de la burla manifies- como formalismo, no resulta del todo im-
ta la cohesión social de este grupo de ami- puesta, aun menos si recordamos la com-
gos, así como su sentido de identidad,3 no posición étnica de este colectivo. Al
proviene de la aversión hacia el negro, sino contrario, el reconocimiento de esta inten-
hacia el estudiante, de manera que el sen- cionalidad negativa en el comentario de la
timiento colectivo de auto-afirmación radi- joven, convertiría el mismo en violación a
ca en la categoría de «graduado». una de las máximas de cortesía que concep-
La situación humorística primaria, que tualiza R. Lakoff —«haz que tu interlocutor
estipula el patrón general del ceremonial y se sienta bien»— (1973, pp. 292-305).
produce la situación comunicativa, es la Recuérdese, en este sentido, que la cortesía

3
«Las investigaciones evolucionistas parecen sustentar esta tesis de que la risa puede promover la integración
de nuevos individuos en una estructura grupal existente o puede delinear las fronteras entre el interior y
el exterior del grupo, estableciendo identidades sociales constituyentes y siendo directamente agresivas con
quienes no forman parte del grupo» (Castro, 2011, p. 91).

56  CATAURO
es un mecanismo para minimizar las ten- no implica que no se está proyectando con
siones que se generan durante la socializa- ciertos automatismos relativos a la variable
ción, de modo que violar sus máximas, raza, mas, sí asevera que el valor asignado a
atenta contra el equilibrio grupal y, en esa relación (la representación que la agen-
nuestro caso, coartaría el bienestar colec- te se forma de la raza) es neutral y se activa
tivo, suprimiendo entonces el divertimento. al interior de mecanismos comunicativos
Así pues, la coherencia dentro de la situa- singulares. El análisis, por ende, habrá de
ción humorística solo se sostiene probando circunscribirse al cuadro de esta situación
la inocencia de Alicia, es decir, concertan- comunicativa y a la decodificación psico-
do la inconsciencia de la joven para con sus social de los implicados, a través de la di-
palabras. námica: pensamiento, lenguaje y realidad.
No obstante, aunque nosotros establez-
camos que Alicia no quería significar lo que
dijo, ello no nos explica por qué lo dijo; en CONTEXTO SITUACIONAL
ese sentido, podría afirmarse que el simple
hecho de expresarlo, consciente o no, pro- Si los fundamentos ideológicos de Alicia no
yecta una actitud ideológica que responde, se corresponden con su conducta (ella no es
mediante los mecanismos de reproducción, racista y la expresión formalmente lo es), la
a una estructura estamental del poder en pesquisa debe erigirse sobre una discrepancia
la sociedad. Sin embargo, las actitudes entre los niveles del acto de habla. De ma-
ideológicas4 se derivan de la pertenencia nera que se conciba en el escrutinio de la
consciente del individuo a una ideología, frase per se una divergencia primaria entre
de su consentimiento con una determinada «lo que se dice» y «la intención del hablante».
configuración de cogniciones (conocimien- Esta relación antitética e invariable entre la
tos y creencias) que «no solo tienen un locución y la ilocución5 deriva en un acto
carácter epistémico sino también una di- perlocutivo doble: dentro del mismo marco
mensión doxática. Incluyen evaluaciones de recepción, el enunciado al tiempo que
que se basan en normas, valores y objetivos genera simpatía, puede destilar aversión. Una
socialmente compartidos» (Van Dijk, 1988, prueba de que también se patentizan desfa-
p. 146). Si argumentamos, pues, una in- sajes entre la locución y la perlocución: un
consciencia por parte del hablante, la idea texto racista provoca como efecto primario
sobre un racismo simbólico no se sostiene, la simpatía. En abstracto, ignorando las pe-
porque la relación causal que deriva el culiaridades del contexto situacional y las del
pensamiento elaborado en acción, se anula. hablante, las relaciones desplegadas al
Luego, que no se deba entender la interven- interior del enunciado se representarían
ción de Alicia como una actitud ideológica, así: locución≠ilocución=perlocución1
4
«Estas actitudes están almacenadas en la memoria semántica (social) y consisten en una estructura
jerárquicamente organizada de opiniones generales (creencias evaluativas). Estas propiedades permiten
que la actitudes sean aplicadas efectivamente y en diversas situaciones sociales, como por ejemplo, en la
percepción social, en la interpretación social y la planificación de la acción» (Van Dijk, 1988, p. 146).
5
La teoría de los actos de habla reconoce tres niveles en los que se proyecta cada enunciado. El acto locutivo,
que da cuenta de «lo que se dice», el ilocutivo, que refiere la intención con que se dice lo que se dice, y el
acto de habla perlocutivo que incluye los efectos que cada enunciado produce en el receptor.

C ATAU R O   57
(simpatía) locución≠perlocución1. Pre- conciencia social; de modo que sus respec-
existe otra línea probable de recepción, no tivos productos fenoménicos: la actitud
presente en la escena, que se dibujaría del ideológica y la especificidad de la selección
siguiente modo: locución≠ilocución semántica de la frase, se tornaron irrelevan-
≠perlocución2 (aversión) locu- tes dentro del contexto de situación,6 es
ción=perlocución2. El individuo, al disociar decir, no transmitían información, ya por ser
los niveles del acto de habla (se espera que esta descartable ya por ser irreal. Los ha-
en el enunciado prevalezca una coincidencia blantes, porque necesitan transmitir deter-
entre actos: locución=ilocución=perlocu- minada información con éxito, nunca
ción), no contrae una conciencia de respon- automatizan un estado de conciencia si
sabilidad o dominio sobre ciertas zonas de su consideran que el contexto situacional no
actuación lingüística; entonces se volverá se los permite. ¿Qué información, por tanto,
improcedente el juzgarle a partir de su co- transmite la frase de Alicia en contexto y
mentario, pues el constructo semiótico ela- cómo este vuelve congruente el enunciado
borado niega el principio que reconoce en el con la recepción, la conducta y la intención
acto de habla un acto social que proyecta una del hablante?
actitud ideológica, representativa del agente.
Ni la dicotomía entre actos de habla Un texto se halla encapsulado en un
exterioriza la incompetencia de Alicia para contexto de situación. El contexto de
comunicar, ni esta ignora el contenido se- situación de cualquier texto es un caso
mántico de sus palabras, simplemente auto- de contexto social o tipo de situación
matiza un par de estados de conciencia generalizado. El tipo de situación no es
durante su actuación, divorciándose de los un inventario de escenas y sonidos en
resultados que le son respectivos. Así, si proceso sino una estructura semiótica,
cuando nos pronunciamos para un público es la matriz ecológica constitutiva del
desconocido y por consiguiente hostil, que texto. (Halliday, 1982, p. 160)
nos obliga a hacernos responsables de la
totalidad del habla, actuamos lingüística- Líneas atrás comentamos que en esta si-
mente con conciencia cultural, social, lin- tuación comunicativa (donde la burla fo-
güística y de código, cuando lo hacemos en caliza la variable estudiante y la raza
escenarios más favorables automatizamos, deviene una derivación contingente,
debido a la ley del menor esfuerzo, algunos aunque pre-condicionada), el choteo im-
de esos estados de conciencia. En el ejemplo ponía los rasgos principales de nuestro
que nos acoge, el espacio informal, el am- ceremonial del humor. Sin embargo, dentro
biente burlesco y el grado de confianza y de este marco general el chiste racista ac-
compenetración psicosocial entre los inter- tiva su propio contexto de situación en aras
locutores, conspiraron para que el hablante de cumplir la función que lo engendra: de-
automatizara su conciencia lingüística y su sarticular los esquemas ideológicos del

6
El contexto de situación o contexto situacional refiere el contexto dentro del cual la situación comunicativa
tiene realidad; «no se refiere a todas las proporciones del entorno material […] [sino a] aquellas características
que son pertinentes al discurso que se está produciendo» (Halliday, 1982, p. 42).

58  CATAURO
grupo para ampliar el espectro de lo irriso- impondrá una dimensión irónica a los
rio e intensificar los niveles de excitación. enunciados. El proceso de socialización en-
Con este objetivo, el contexto situacional tre los interlocutores se concreta, no a tra-
despliega un s-código7 particular que via- vés de una compatibilidad de ideologemas,9
biliza la completa suspensión de la con- sino mediante la voluntad de no declarar
ciencia social y semántica (hasta el valores. Se concreta mediante la exhibición
momento en suspensión parcial, restringi- de la puesta en duda de todas las conexio-
da solo a la situación primaria). El chiste nes con que se desenvuelven los sistemas
racista opera como llave para que la tertu- culturales vigentes, de ahí que durante la
lia ascienda hacia un estado de clímax no conversación prime, en detrimento de las
coartado ni concebido bajo regla social demás, la conciencia cultural y de códi-
alguna. El contexto de situación transmu- gos. Analicemos con detenimiento la red
ta el patrón general del ceremonial de la de procesos que circunscribe al constructo
situación comunicativa hacia una burla semiótico.
continuada y radical, que elimina su foca- El primer proceso cognitivo, que al mo-
lización y posicionamiento jerárquico, 8 mento de enunciar tiene lugar en el cerebro,
aunque mantiene la sustantivación del se origina a raíz de la automatización de la
elemento negativo para provocar el ridícu- variable raza. Alicia escucha la anécdota
lo, esta vez, sin valorarlo. sobre Víctor y la variable que activa —de
Si la sociedad se organiza a través de las manera involuntaria— para registrar el
asociaciones: racismo=malo (s-código), evento en su conciencia, a pesar de haberse
negro=bueno (s-código) o negro=malo presentado otras características del perso-
(s-código) o negro=término-medio (s- naje, es la raza. Se suministra un estímulo
código); nuestro contexto situacional in- negativo (una mala traducción del latín) y
corpora una nueva conexión: negro=neutro la mente de Alicia significa la variable raza
(s-código), un estado de subversión que le para recepcionar al agente del equívoco. La
7
Un código cultural estipula, entre conjuntos diferentes, una línea de asociación de variables. Un s-código,
a su vez, determina el patrón de enlace entre los distintos conjuntos que un fenómeno genera, instituye un
patrón de producción de códigos.

Por ejemplo, existen cuatro conjuntos relativos a los problemas de raza: el A (negro), el B (malo), el C
(bueno), el D (neutro) y el E (racismo). El s-código de una ideología racista establecería que A=B, pero
A≠C y A≠D; partiría de la norma de que cualquier asociación a la raza negra se funda sobre valores
negativos. Sobre este s-código se construirían códigos específicos. Digamos, para puntualizar uno de los
estereotipos del negro en una novela: A se analogará a un grupo de variables del conjunto B, a1=b5 (ladrón)
pero a1≠b3 (homosexual) y así sucesivamente. Un s-código despliega un infinito número de códigos e
indica las relaciones que contrae cada uno de sus códigos con estos otros códigos que, aunque exentos del
problema eje (raza), lo atraviesan.
8
El choteo abre otros focos de atención: el negro, el pinareño, etcétera, se dirige ahora también hacia las
interioridades del grupo (no olviden su variabilidad étnica), de manera que el sentimiento de superioridad
que destilaba la burla se pierde, al disolverse la relación antitética estructuradora de la identidad: estudiante
vs graduado.
9
Las estrategias de socialización no giran, como generalmente ocurre, alrededor de la afinidad, o no, de ideas
y valores entre los interlocutores, alrededor de la compatibilidad entre sus actitudes ideológicas.

C ATAU R O   59
raza es un dato que se proporciona, pero si («el negro siempre la caga» o «el negro
no se significa,10 el cerebro no lo activa y no siempre tiene la culpa»).
es capaz de trabajar con él. Como el estímu- • Prolifera un movimiento de demos-
lo resulta negativo, hay un valor implícito tración del carácter indigno y arbitra-
(racista) en ese proceso de activación de la rio (de no-ley) de la relación que
raza en tanto dato significativo, que, insisti- introduce esa norma.
mos, deviene un mecanismo automático y • Nos encontramos ante un aconteci-
condicionado por sus orígenes históricos. miento de la realidad que está certi-
El segundo proceso en curso involucra ficando esa norma que, la razón
un primer nivel de concientización del atestigua, no deviene ley natural y no
lenguaje, cuando el hablante, para una es- debe analizarse en cuanto tal.
tructuración inicial del pensamiento, se • Desde cierto ángulo, la perspectiva
representa el suceso en signos y códigos, e que le plantean las circunstancias a
identifica el automatismo de que fue objeto, ese justo movimiento reivindicativo
mientras reconoce los códigos histórico- es que la realidad conspira para legiti-
culturales que dialogan con su representa- mar la no-ley, a expensas de la razón.
ción. Concibe, en abstracto, el mapa de
asociaciones que ella está produciendo: hay Tras haber distinguido el conflicto que da pie
a la ironía, el hablante, durante su cuarto
una circunstancia, recriminable pero común
proceso, examina la situación comunicativa
y aleatoria, y un agente también fortuito,
y, en correspondencia, activa para su inter-
pero negro; y luego se establece un enlace
vención un s-código particular, donde la total
inconsciente entre lo negativo de la circuns- suspensión de la conciencia social funciona
tancia y la raza del agente. En este momen- como introito (he aquí el desplazamiento del
to se activan asimismo, los códigos que dan patrón de la situación primaria a la secunda-
cuenta de la lucha por la reivindicación del ria y la radicalización que aporta la segunda
negro y aquellos que rastrean los prejuicios al marco general). Alicia, al desentenderse
que lo acosan y esa mala fama de secuela. de una realidad superior al contexto de si-
El tercer proceso cognoscitivo comienza tuación, niega las relaciones negro=malo/
con el cotejo de todas estas líneas de codi- negro=bueno, para dibujar un no-posiciona-
ficación y la captación de la ironía por miento ante la variable raza (negro=neutro),
parte de Alicia: y decide evidenciar el sentido irónico de la
historia de Víctor. He aquí la etapa donde se
• Una parte de la sociedad funciona con urde el acto ilocutivo. Este no-posiciona-
una norma ideológica, vituperable e miento es subversivo porque desconoce los
inexistente como regla (ley natural), dos s-códigos sociales que regulan las dis-
que estipula la relación negro=malo cursividades de cualquier oficialidad (la ra-
10
Puesto que el cerebro humano es asediado constantemente por millares de estímulos convertidos en datos,
le resulta imposible procesar toda la información que recibe. Razón por la cual ha implementado un grupo
de mecanismos automáticos de significación que se encargan de detectar y activar, entre la marisma de
información entrante, aquellos datos inscritos en las estructuras y procesos cognoscitivos de la persona,
para que su efectiva recepción induzca sistemas de relaciones, de códigos, que le posibiliten al individuo
una comprensión coherente de la realidad.

60  CATAURO
cista y la anti-racista) y porque el nuevo de negación implicada, según la clasifica-
s-código que implementa (negro=neutro) ción de Kocman] se dan cuando el ironista
opera como contra-código (censura la raza implica que un estado de cosas no es cierto,
en tanto variable): afirma y niega, simultá- pero literalmente habla de este estado expre-
neamente, los dos s-códigos previos y traza sando otra actitud hacia él» (2011, p. 250).
una zona no contemplada por los sistemas Alicia implica que no es cierta la relación
ideológicos, aunque sí por la sociedad. causal entre la variable raza y la condición
El quinto proceso circunscribe la proyec- negativa de las circunstancias: «Víctor no
ción del acto perlocutivo y la selección de tenía que ser negro para equivocarse», pero
la frase con el fin de generar la risa. Alicia literalmente asevera lo contrario: «la equi-
observa una situación irónica y se propone vocación ocurre porque el agente es negro».
exponerla enfatizando esta cualidad me- En la frase que atendemos existen dos
diante su reproducción, o sea, fijando una indicadores principales (indicadores con-
doble ironía: una ironización sobre el carác- textuales): la raza negra de tres de los inter-
ter irónico de una realidad. La choteadora locutores, que vuelve improcedente una
percibe la disyuntiva donde se coloca el manifestación abierta de escarnio al negro
discurso antirracista en la anécdota de y el beneplácito de la recepción que resulta
Víctor y, lejos de sensibilizarse por «la triste incongruente con el significado literal del
ironía», resuelve «tirarlo al relajo»: respon- enunciado. Intervienen, además, como in-
der con una burla egoísta e improductiva dicadores contextuales todos los elementos
alrededor de un problema social, pues, que denuncian la situación de choteo, por
choteo al fin, se muestra irreverente tanto ejemplo, la aplicación consensuada de un
hacia el negro y su dolor como hacia el ra- nuevo s-código. No obstante, puesto que la
cista y su ideología. ironía de Alicia no contiene un potencial
La ironía es una figura del pensamiento crítico, si bien se advierte que el estado de
y del lenguaje que expone una contradic- cosas que su comentario afirma no es cierto
ción (ora entre la realización lingüística y la (que ella no entiende el equívoco enlazado
realidad, ora entre aquella y el pensamien- con la variable raza), el indicador que apunta
to) y se decodifica a partir de un grupo de su intención en el enunciado no responde
conocimientos compartidos entre el emisor al caso típico de negación implicada, don-
y el receptor. El receptor concreta estos de se deduce la negación mediante la de-
conocimientos compartidos en los indica- construcción del acto locutivo, de modo que
dores de la ironía, los cuales se distribuyen al receptor se le clarifica la intención iró-
entre el contexto de situación y el enuncia- nica y el carácter positivo y latente de la
do.11 «Estos indicadores [en el caso nuestro crítica ejecutada. Consideraríamos una
11
«Según la teoría la ironía es la manifestación simultánea de dos conceptos que en algún aspecto son semejantes
pero en otro son incongruentes. Por tanto, para que se dé la ironía en el enunciado tienen que existir elementos
que aludan a ciertos conceptos. Estos son los indicadores. Los indicadores provocan que el receptor se dé
cuenta de la semejanza entre el referente y el indicador irónico y que vea a la vez la incongruencia entre el
indicador y los contextos» (Kocman, 2011, pp. 286 y 287).

Los indicadores se comprenderían, según el espacio donde se manifiestan, hacia el contexto y hacia el
enunciado. La recepción de cualquier tipología de la ironía se produce gracias a la conjunción de indicadores
en el enunciado e indicadores en el contexto.

C ATAU R O   61
negación implicada en sentido lato, si la una segunda ironía; pues al evocarse la no-
frase hubiese sido «Tenía que ser negro, si es ley, se la presenta como contexto-eje de una
que los negros todo lo pagan». La subordi- nueva perspectiva.
nada condicional explicitaría la inconformi-
dad de Alicia con el estado de cosas que la La teoría de la semejanza incongruente
oración principal afirma, con lo cual denun- sostiene que la ironía se produce si el
ciaría el carácter irónico y deslizaría una receptor se da cuenta de que el emisor
crítica social alrededor de la norma/no-ley ha dicho explícitamente algo que es se-
que hace siempre a los negros culpables de mejante a lo que implica pero que a la
cuanto ocurre, delegando a un segundo vez es incongruente con aquello o con
plano la figura de Víctor. Alicia, empero, el contexto. (Kocman, 2011, p. 260)
combina dos tipologías de la ironía cuando [E]l contexto-eje es aquel contexto/
se restringe solo al empleo del proverbio, concepto/realidad que el destinatario
categorizándole como indicador del enun- evoca al encontrar la semejanza entre
ciado. El hablante opta por un fraseologismo dos realidades, mientras que los contex-
porque pretende profundizar su burla (al tos-laterales son aquellos conceptos que
retrotraer la ironía a un segundo cuadrante, él mismo evoca al darse cuenta de las
mediante su duplicación) mientras elimina, desviaciones de estos del contexto-eje.
junto a la explicitez que aporta la subordi- (2011, p. 265)
nada en tanto declaración de principios,
cualquier ángulo valorativo que la represen- El nuevo nivel estructural trae a la superfi-
te como ideóloga. cie el conflicto entre la no-ley, vuelta con-
Un automatismo linguo-cultural, dígase texto-eje, y la afirmación que de ella hace
«tenía que ser negro», «negro al fin», etcé- la historia de Víctor, entendida como primer
tera, encierra la representación del prejuicio contexto lateral. El contexto eje, en este sen-
en la sociedad mediante su codificación más tido, apuntaría la funcionalidad social con
saturada. Precisamente porque como dicho que maniobra la no-ley; mientras los con-
popular se emplea en disímiles contextos, textos laterales dialogarían con los siguien-
modificado por múltiples variables, su sig- tes tres focos de despliegue irónico: 1) la no
nificado primario se diluye, de manera que veracidad de esa no-ley, 2) la afirmación de
el proverbio, más allá de expresar una afren- esa no-ley en el ejemplo de Víctor y 3) la
ta, comienza a referir la «norma/no-ley» interpretación de causalidad que asume el
(negro=malo) que justifica el prejuicio. Una azar en el relato. Tres focos que se activan
alusión que, sin subordinadas o elementos con el proverbio, pero que debido a la ausen-
aclaratorios, llega a perder su función de cia de una proyección axiológica, no regen-
afirmar o negar el s-código, tornándose una tan discursividades. Finalmente, como no
evocación neutra (negro=malo=no-valor). importa la específica selección del automa-
Observamos entonces una primera ironía, tismo linguo-cultural, puesto que opera
registrada por el contexto como negación como relator cognitivo para exponer la
implicada, y que la elección del proverbio, no-ley, la conciencia lingüística, procurado-
en tanto indicador, trunca al neutralizarle ra de la diferenciación semántica entre
el plano axiológico. Esta intersección se paquetes de significados similares, puede
dispone como base para que se superponga automatizarse. El hablante con este juego

62  CATAURO
de referentes, donde una ironía transpone cualquier función posible, no importa cuál
la anterior y el valor se pierde en los inters- sea la función y cuál el segundo funtivo,
ticios, alcanza el límite del humor útil y siempre estaremos en presencia de un pro-
arriba a un puro choteo, «a ser esa risa sin ceso esencialmente racista. Este racismo
objeto» (Mañach, 1955, p. 57). idiosincrático deviene base y secuela del
El análisis de esta situación comunicati- racismo ideológico, de modo que le sobre-
va revela que la suspensión de la conciencia vive y le sobrevivirá; ello nos lo sitúa como
social de Alicia debido a la implementa- objeto de investigación lo mismo a corto que
ción de un s-código particular para la si- a largo plazo.
tuación de choteo, crea una interferencia en
su relación con el lenguaje, en tanto herra-
mienta de proyección e interacción social. RACISMO IDEOLÓGICO VERSUS
Como sus palabras no reproducen su sistema RACISMO IDIOSINCRÁTICO
ideológico y buscan disolver cualquier filia-
ción a una jerarquía discursiva, la situación
comunicativa resulta, en sí misma, vacua, La naturaleza multiforme del racismo pro-
no se produce ni para posicionar la reali- yecta prácticas sociales excluyentes, al me-
dad en la conciencia del hablante ni al ha- nos en tres planos, que se superponen como
blante en una coordenada de valores. En las capas de la cebolla. Hay un ámbito ex-
este sentido, su función como patrón para terno, de tipo estructural, en el que el orde-
representar el racismo ideológico, se anula. namiento institucional de la sociedad genera
No es viable investigar la preeminencia en postergaciones diversas, con consecuencias
Cuba del racismo (sea tradicional, nuevo o políticas, económicas y sociales de diferente
simbólico) con base en este tipo de situacio- alcance y profundidad. […] Menos visible
nes comunicativas. Situaciones que, por otra pero disfrutando la lozanía de lo interno, la
parte, han demostrado ser muy habituales dimensión cultural del racismo hereda, erige
en la Isla; tanto, que el mismo Mañach se y reconstruye estereotipos y prejuicios al
extrema al generalizar estos sucesos para amparo de una inadvertida y discriminado-
derivar de ellos una cualidad nacional. ra cotidianeidad. Y debajo, en ocultos anillos
Pese a esta inviabilidad, sí se ha verifica- que solo pueden poner al descubierto un
do que prevalece, incluso en esos contextos corte transversal, predisposiciones de tipo
situacionales que buscan neutralizar la va- sociopsicológico, fuertemente negadas por
riable raza, un racismo subconsciente y los sujetos actuantes, sostendrán el hálito
automatizado que, por su condición histó- racista, muchas veces enmascarado por
rico-cultural, adjetivaremos de idiosincrá- sentimientos tan humanos como la antipatía
tico y que funciona en dos plataformas. Un y el disgusto.
fenómeno que se clasifica de racista, empe-
ro a su carácter mecánico y no-ideológico, Romay, 2012, pp. 19 y 20.
porque incorpora la raza como una invaria-
ble diferenciadora en todas las esferas de la El racismo ideológico se fundamenta en
vida y, por cuanto tal, atendible, sígnica. representaciones bipolares, donde «el otro»
Mientras se ubique la raza como funtivo para manifiesta una diferencia sociocultural

C ATAU R O   63
exagerada, negativa y jerárquicamente jerárquica. Sin embargo, sí se mantendrá la
inferior con respecto al «yo»; de modo que distinción del «otro» y el proceso de polari-
este «otro» se entiende como una amenaza zación de los valores que lo significan en su
hacia la identidad propia y deriva en una relación con el «yo». En otras palabras, la
práctica de rechazo manifiesto.12 Dentro del extinción del racismo ideológico en la es-
ámbito del racismo ideológico los llamados fera social más inmediata solo demostrará
prejuicios raciales actúan como una creen- que existen niveles superiores de racismo
cia o evidencia de vida para el «yo», es decir, y que llegado a este punto se habrán de re-
conforman su conciencia de la realidad, de plantear las mismas preguntas que fingieron
manera que el discurso ideológico solo le tener respuesta.
brinda legitimidad y estructura a un hábito Detrás del racismo ideológico funciona
de representación plenamente incorporado aquello que denominamos racismo idiosin-
al individuo. crático. Una concepción que da cuenta de
En tanto sistema de ideas, el racismo estos procesos de diferenciación instaurados
ideológico resulta modificable y extinguible, por la cultura. Un racismo que, aunque
ello ocurrirá siempre que se desarticulen las proviene y se consolida en la interacción
causas de la realidad y las razones de la colectiva, refiere únicamente los procesos
ideología que sostienen estos sistemas de individuales que ocurren durante la expe-
creencias. Siguiendo esta lógica de interven- riencia cognitiva. En este sentido, un racis-
ción social, si se logra transformar el ámbito mo con consecuencias externas y con
externo que condiciona una estratificación expresión social, aunque con un tratamien-
socio-económica negativa para el negro, al to interno y personal. El racismo idiosincrá-
tiempo que se asimila el carácter construc- tico consta de dos plataformas, una primera
tivo y cultural de las creencias establecidas de superficie y otra profunda.
mediante los estereotipos y prejuicios racia- La primera plataforma del racismo idio-
les, se arribará a un estado de equilibrio en sincrático evidencia que todavía conserva-
la interacción social, donde la diferencia- mos modelos conexionistas13 cargados de
ción, que mantiene la práctica segregativa, componentes racistas automatizados que se
no se manifestará desde una cosmovisión activan desde una variadísima infinidad de

12
Manifiesto para con él mismo, la persona es consciente de su propia antipatía y de las razones específicas
que la generan. Sin embargo, no tiene por qué ser manifiesto en el trato con otra persona, al contrario, la
sociedad contemporánea tiende a disimular proyecciones de esta índole.
13
«La representación de la información que manipula un ser humano no radica en células particulares del
cerebro (tal como la representación computacional asume), sino que está distribuida a través de miles de
neuronas. Cualquier procesamiento implica la activación de múltiples zonas del cerebro […]» (Torres,
2001, p. 1).

«Los modelos conexionistas tratan de simular esta representación “distribuida” utilizando como modelo las
redes. La idea básica que subyace es que la información puede ser dividida en elementos (nodos componentes de
una red) y que existen conexiones entre estos elementos (Benjafield, 1992)» (2001, p. 1, el énfasis es nuestro).

«Cada una de las unidades puede estar en uno de dos estados: encendida o apagada. Una información no
queda representada a través de la activación de una unidad solamente, sino en un patrón de activación
(que implica tanto nodos activados como desactivados) a través de toda la red. De este modo una misma
red puede almacenar más de una información» (2001, p. 1).

64  CATAURO
nodos semánticos, lo cual dificulta nuestra consumo masivo y la tradición oral. (Ro-
facultad semiótica para optar, porque nos may, 2012, pp. 122 y 123)
exige una conciencia y una represión del
estímulo.14 Un problema muy difícil de sol- Estas prácticas de exclusión socio-culturales,
ventar desde las políticas sociales porque, de naturalizadas por el devenir histórico, perte-
acuerdo con recientes indagaciones acerca necen solo a la primera plataforma del racis-
de la supresión cognitiva de ciertos estímulos, mo idiosincrático. Hacia ella se han dirigido
«se producirá un efecto rebote en la concien- los discursos contemporáneos que distinguen,
cia de las ideas reprimidas, por lo que la en la función automatizadora de la cultura,
respuesta de los participantes estará más un lado espinoso y con desfavorables conse-
influida por el estereotipo cultural que por cuencias. Discursos que se han concentrado
sus propias creencias sobre las diferencias en exponer y combatir, mediante acciones de
raciales» (Rodríguez Torres y Rodríguez Pé- intervención social, la manifestación pública
rez, 2000, p. 34). Este racismo idiosincrático —es decir, la reproducción social— de estos
de superficie reside en los esquemas cognos- automatismos. Un proyecto que entiende
citivos que el cerebro incorpora pero no estas raíces histórico-culturales como las más
procesa, de manera que cuando se manifies- profundas y dañinas en la formación del in-
tan, una vez incorporados, el cerebro los usa dividuo y, por consiguiente, en la consolida-
como bloques, prejuicios que emergen luego ción y transmisión del racismo; de manera
durante el diálogo aun contradiciendo los que conjetura que el procedimiento para eli-
propios ideologemas del individuo. Son estas minarlas como prácticas sociales, eliminará
«las predisposiciones de tipo sociopsicológi- el racismo definitivamente.
co, fuertemente negadas por los sujetos ac- Sin embargo, este racismo idiosincrático
tuantes» que refiere la socióloga cubana. de superficie representa un estadio interme-
dio entre el racismo ideológico y la segunda
No todas las personas con actitudes racis- plataforma del racismo idiosincrático. En sí
tas son conscientes de sus prejuicios y mismo constituye una práctica inofensiva
predisposiciones. Nadie nace con tales porque solo da cuenta de automatismos, de
taras, sino que estas se trasladan al interior información extraída de los discursos cultu-
de las familias y amigos, muchas veces a rales pero no procesada por los hablantes,
través de representaciones sociales natu- cuando el hablante concientiza esta infor-
ralizadas por una práctica social de larga mación, o la afirma y hablamos entonces de
data, representaciones que son sistemati- racismo ideológico, o la niega y cualquier
zadas y transmitidas a los individuos por juicio al respecto deviene intrascendente. De
las narrativas y discursos estereotipados u hecho, resulta más prudente intentar cambiar
omisos que generan la escuela, los medios la perspectiva con que se recepcionan estos
de difusión, los productos culturales de automatismos en contextos coloquiales no
14
«[L]a supresión del estereotipo cultural de las personas de raza negra y su sustitución por creencias igualitarias,
primaría, irónicamente, el propio estereotipo. De este modo, las ideas estereotípicas serían más accesibles
e influirían con más fuerza en los juicios posteriores de los sujetos» (Rodríguez Torres y Rodríguez Pérez,
2000, p. 34).

C ATAU R O   65
ideológicos15 que trabajar sobre su erradica- do del fenómeno cultura: el lenguaje, y lo
ción mediante la intervención social, pues, origina el proceso de aprendizaje en la etapa
vimos, en el mejor de los casos nos conduce infantil. Se ubica en los mecanismos de
a un efecto rebote. producción que inician los procesos de es-
Es preferible durante el diálogo informal tructuración y activación de los signos y sus
asumir un chiste racista como un chiste sistemas de redes neuronales, por lo que,
inocuo que reprobarlo y, al hacerlo, activar para inhabilitar esta plataforma, se requiere
y extender hacia todos los participantes un proceso de auto-reconfiguración neuro-
una representación sociocultural segrega- nal en extremo complejo y de índole total-
tiva de la realidad que no estaba funcio- mente individual. En el caso de Alicia
nando al momento de proferirse la broma. acaecería el ejemplo perfecto porque los
La censura concientiza una realidad que agentes del modelo que examinamos tienen
había dejado de existir en ese espacio-tiempo, internalizado mecanismos automáticos de
porque estaba automatizada. La variable control de respuestas al estereotipo cultural,
raza —recordemos nuestro análisis— era de ahí que no se les incluya dentro de la
neutra, mas, el acto mismo de amonesta- plataforma de superficie. Alicia construyó
ción la valoriza en sus dos polos, de modo la ironía a partir de una manipulación cons-
que, si bien la conexión negro=positivo se ciente de los s-códigos y los códigos sobre
enraíza en el cerebro, también lo hace su los que se estructuran los estereotipos. Sin
opuesta: negro=negativo. Puesto que el embargo, no pudo evitar significar la varia-
contexto es de burla y existe un preceden- ble raza en su proceso de recepción de la
te histórico se activan más configuraciones historia de Víctor, lo abordamos como su
neuronales con semántica negativa que automatismo primigenio.
positiva y esta será la trayectoria que luego Para el cerebro de Alicia la variable raza
el cerebro potenciará durante la comuni- es un dato, en sí mismo, significativo en
cación, precisamente porque, además de cualquier contexto y situación, luego, siem-
estas activaciones innecesarias, la cultura pre deviene procesable y siempre será pro-
hegemónica la favorece (con el tiempo y cesado en cuanto tal: significativo. Su
debido al hábito, en casos extremos, se cerebro se encuentra programado para sig-
puede llegar a convertir el prejuicio en nificar la variable. Si bien, dentro del con-
creencia). Ocurre que estas prácticas cul- texto (sociocultural, conversacional,
turales reproductivas, y el fenómeno del etcétera), la variable raza puede no resultar
racismo en general, son consecuencia de pertinente y no encontrarse activada, el
una causa muchísimo más compleja y difí- cerebro de Alicia la activa de forma auto-
cil de tratar: el racismo idiosincrático en mática y, con su activación, inicia un pro-
su segunda plataforma. ceso de otorgamiento de sentido (el racismo
La segunda plataforma del racismo idio- idiosincrático de superficie). En puridad, no
sincrático funciona en el nivel más profun- importa si el sentido otorgado a la variable
15
Dejar de desglosarles una intención negativa. Aunque conforme el concepto mismo del prejuicio usado,
dentro de estas conversaciones el valor negativo lo aporta la recepción, no la emisión. Precisamente, porque
estos receptores están procesando la información emitida. Procesos que el hablante no desplegó antes de
comunicarse.

66  CATAURO
es positivo, negativo o neutro; el propio acto Hay que estimular el debate social desde
de activar una variable no pertinente reve- la escuela, las manifestaciones artísticas
la una anomalía comunicativa (de procesa- y literarias, las ciencias, las organiza-
miento), solo justificable como fenómeno ciones políticas y sociales, y los medios
social: como racismo. de comunicación, pues solo la masifi-
No parece muy alto el número de va- cación del intercambio puede poner
riables que el cerebro debe procesar como sitio a los reductos donde se afianzan y
significativas siempre (en cualquier con- reproducen hoy los prejuicios raciales.
texto o situación). Las mismas se entienden Las fortalezas que debemos conquistar
como variables muy abstractas que condi- son las conciencias de las personas, los
cionan la propia estructura cognoscitiva mecanismos de transmisión intrafami-
del ser humano, Eco las denomina univer- liar de la experiencia vital, los conser-
sales; la raza no está identificada en tanto vadurismos y los miedos. (Romay, 2012,
universal, al contrario, se percibe como pp. 129 y 130)
variable de circunstancia. La acción me-
diante la cual le concedemos funciones de El racismo idiosincrático no puede enten-
universal a la variable raza es negativa, por derse bajo los mismos paradigmas del racismo
las consecuencias que arrastra, pues no ideológico, aunque habrán de combatirse
siendo siempre una variable pertinente, su simultáneamente. Nos conviene ser muy
activación, cuando no lo es, devendrá el
cuidadosos en el planeamiento de las estra-
fundamento de cualquier razonamiento
tegias ejecutivas porque, con las actuales
improcedente, como, por ejemplo, la ideo-
medidas y propuestas de erradicación del
logización de la variable con valores nega-
tivos: el racismo. racismo ideológico, consolidamos las plata-
El racismo idiosincrático profundo se formas cognitivas del fenómeno idiosincrá-
analiza solo a nivel individual, no social. tico sobre el que se asienta. Las políticas de
Como fenómeno se ha consolidado en el afirmación, las campañas francas de iguala-
tiempo en un grado preocupante y habría ción de razas, el afianzamiento del debate
que ver si irreversible porque ya ha imple- étnico en los medios comunicativos y artís-
mentado mecanismos de autopoiesis inde- ticos, si bien, en tanto intervenciones direc-
pendientes e integrados completamente a tas, reducen los dogmas racistas en la
la cultura y al individuo. Cada persona es- sociedad, habilitan los mecanismos de sig-
tructura la información de manera diferen- nificación de la variable raza en el individuo.
te, con patrones de activación variados que Mecanismos que, mientras existan, man-
pueden o no responder a directrices comu- tendrán vivo al racismo idiosincrático y al
nes al grupo social dominante. Sobre la ideológico como una variante en desarrollo.
plataforma del racismo idiosincrático pro- Antes de lanzarnos a modificar la realidad,
fundo no se puede implementar, luego de debemos estimular un estudio minucioso e
que nos constituye, ningún mecanismo so- interdisciplinario del racismo, en su concep-
cial que la anule o siquiera mitigue sus se- ción más amplia, que nos aporte conocimien-
cuelas, ora por el efecto rebote, ora por la tos sólidos, útiles, para el trazado y cálculo
imposibilidad de reconfigurar cada cerebro de sus probabilidades resolutivas a muy lar-
humano en particular a escala social. go plazo.

C ATAU R O   67
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68  CATAURO
POBLACIÓN E
INMIGRACIÓN
EN CUBA:
LA CIENCIA
EN LA OBJETIVACIÓN
DE LO «DIFERENTE»
LEYANI BERNAL VALDÉS

La jerarquización de los grupos humanos en


función de sus particularidades morfológi-
cas, fisiológicas, culturales y psicológicas ha
sido, y continúa siendo, un hecho patente
en las sociedades. Criterios relacionados con
el fenotipo y somatotipo de los sujetos se
asociaron a determinados patrones cultura-
les e intelectuales y tomaron parte en la
sustentación del engranaje clasificatorio o
sistematización del género Homo. Al recurrir
a la historia de Cuba es posible constatar la
contribución de las ciencias en la susten-
tación de preceptos legitimadores de dife-
rencias de los individuos y su función en la
sociedad. Los juicios deterministas lombro-
sianos y biologizantes que sustentaron la
existencia de gradaciones en la inteligencia
y capacidades de razas «superiores» e «infe-
riores» fueron posicionamientos tratados en
extenso. Su puesta en práctica incidió en el
Leyani Bernal Valdés establecimiento de jerarquías y status en la
Doctoranda en sociedad cubana. Posturas y teorías prove-
Educación, Artes y nientes de la filosofía, las ciencias naturales,
Humanidades.
Universidad Autónoma
la biología, la antropología, la sociología
de Chihuahua, México. fueron irradiadas desde las instituciones

C ATAU R O   69
matrices cubanas a todas las esferas. Esto en la Sociedad Económica Amigos del País,
devino en una vía para obtener respuestas, el Liceo de Guanabacoa, la Real Academia
legitimar y autodefinirse en el contexto de de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de
las naciones americanas, y se convirtieron La Habana, la Sociedad Antropológica
en herramientas capaces de brindar nuevos de la Isla de Cuba y desde la propia ense-
significados, precisar componentes y normar ñanza universitaria. En su seno las tesis
procesos por los que se regía la vida en so- sobre el progreso y superioridad de las razas,
ciedad. su inteligencia y aclimatación, tuvieron
El marco temporal de la investigación se amplia repercusión. En mayor grado, cir-
centra en el lapso 1902-1930. Aunque no cunscritas a los estudios sobre los aborígenes
es un fenómeno exclusivo de estos años, y la defensa de la inmigración negra, china y
puesto que tuvo antecedentes visibles desde peninsular con sus variantes, principalmen-
el siglo xix, resulta innegable que en los te canaria, por provenir de un contexto
primeros treinta años del siglo xx recibió geográfico similar, lo cual a su juicio favore-
nuevos impulsos procedentes de la eugene- cía su adaptación y permanencia. Los pro-
sia y la homicultura cubana, con la inten- motores de mantener la esclavitud o
ción de proporcionar un sustento «legítimo» favorecer nuevos tipos de inmigrantes para
que justificara los trastornos morales de el desarrollo económico insular los usaron
conducta, las fuentes de decadencia econó- como argumentos, inclinando la balanza a
mica, política y social de la República y que la inmigración blanca por considerarla bio-
a su juicio impedían que Cuba tomara su lógica y culturalmente superior. Proyectos
sitio como nación independiente. Las pu- como los de Francisco de Arango y Parreño,
blicaciones que se asumieron como ejes y José Antonio Saco, sintetizan los temores
directrices fueron Anales de la Academia de y aspiraciones que emanaban de los círculos
Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La de sociabilidad, así como la preocupación
Habana; Crónica Médico Quirúrgica; Vida ante el desbalance poblacional que generó
Nueva y el Boletín de la Secretaría de Sanidad la entrada masiva de esclavos a la Isla en
y Beneficencia, al ser publicaciones vinculadas función de la plantación. Los sucesos de Hai-
a instituciones claves en materia científica tí y su influencia permanecieron como un
del período. Estas constituyen las principales fantasma cuya posible replicación en Cuba
publicaciones, aunque no las únicas, adscrip- actuaba como incentivo potente en la bús-
tas a organismos oficiales, que asumieron y queda de políticas viables de inmigración y
divulgaron en la comunidad científica cuba- blanqueamiento. El reformismo conservador
na estas ideas. de los años sesenta de ese siglo posicionó a
la raza blanca en el lugar más alto de la es-
cala del progreso y la civilización. Durante
CIENCIA Y POBLACIÓN EN CUBA las sesiones llevadas a cabo por la Junta de
EN EL SIGLO XIX, LO HOMOGÉNEO Información, por ejemplo, la inmigración
Y LO DIVERSO: APROXIMACIONES blanca peninsular debía constituirse como
NECESARIAS vía idónea para fortalecer los nexos entre
colonia y metrópoli, y su incremento debía
En el universo asociativo del siglo xix la garantizar la absorción de la raza negra
ciencia tuvo las más enconadas polémicas mediante la mezcla. Estos criterios, endure-

70  CATAURO
cidos ante las posibilidades del aumento de a no hacer pensar al esclavo que tenía la
inmigrantes chinos o procedentes de las posibilidad de adquirir derechos o aumentar
Antillas vecinas hacia Cuba, propusieron la sus exigencias, por lo que aconsejaba era
búsqueda de controles para la selección de más conveniente dejar a consideración del
los elementos étnicos presentes en quienes amo los términos para establecer su control.
entraran a la Isla. El comportamiento sexual de los esclavos
En función de lo que bien podría llamar- constituyó también un recurso para confir-
se saneamiento de la capilaridad social cu- mar una pretendida incapacidad congénita
bana, principalmente durante el siglo xix, se para el progreso. Sin embargo, se constituyó
incorporó a la práctica la vigilancia de la como resultado de un tráfico que pondera-
movilidad social al tomar como fundamen- ba la presencia del sexo masculino en la
to básico el control de los matrimonios in- actividad productiva; así como los mecanis-
terestamentales, acción que favoreció los mos de supervivencia de los que en algún
matrimonios consensuales entre los que no grado se insertaron a la vida en condiciones
poseían los medios para pagar los derechos de libertad, azotados por el estigma y con
parroquiales que legitimarían el acto. Al apenas oportunidad de cambiar su modo
mismo tiempo, actuaba como doble rasero de vida.
pues se convirtió en motivo de agudas crí- Si de raza se trataba, las conceptualiza-
ticas, al identificarlo como práctica arraiga- ciones variaban y las diferencias provenían
da en estos sectores y convenientemente tanto desde los aspectos biológicos como
atribuidas a deficiencias morales propias de geográficos, religiosos o culturales. Las
la naturaleza de individuos carentes de ci- aportaciones de Carlos Linneo, Johann F.
vilización. Blumenbach, Samuel Morton, Paul P. Bro-
Las designaciones puramente biológicas ca, Paul Topinard, y las teorías de Charles
se articularon con visiones subjetivas como Darwin, Herbert Spencer, August Morel,
lo fueron la inteligencia, la actitud ante el Valentín Magnan y Cesare Lombroso ayu-
trabajo o las costumbres como elementos daron a configurar un espectro científico que
diferenciadores de la moral entre los hom- proporcionó las herramientas necesarias
bres, que contribuyeron a oscurecer las para la conformación de un régimen de ver-
fronteras y dieron paso a la justificación y dad y legitimidad en función del desarro-
legitimación del status de las clases y su as- llo de las naciones. Las clasificaciones del
censión o no, en la sociedad. Un ejemplo de hombre atendiendo a criterios físicos y
esto en función de la esclavitud lo aportó conductuales, las hipótesis de que la capa-
Domingo Aldama en carta al capitán gene- cidad craneana estaba ligada directamente
ral Jerónimo Valdés con motivo de la con- a la inteligencia por lo que era determinan-
sulta sobre el reglamento de esclavos de te para poseer mayor o menor intelectuali-
1842. En el mismo alega que toda comodi- dad, la revolución que marcó la teoría de la
dad deseada por un blanco de cualquier evolución de las especies y su instrumenta-
clase constituiría un tormento para cual- ción en la escala de las estructuras sociales
quier esclavo negro si lo obligasen a disfru- con Spencer, las teorías degeneracionistas
tarlo debido a sus costumbres y la ignorancia que vaticinaban la regresión de las socieda-
propia de su clase (Barcia, 2009, p. 204). De des, a lo que se sumaban las características
esta forma se establecían límites en cuanto del medio geográfico cubano, constituyeron

C ATAU R O   71
un amplio y controvertido espacio de deba- inserción de elementos foráneos que de-
tes en las instituciones de la ciencia cubana. bían garantizar la fuerza de trabajo nece-
Espacios en los que el positivismo y el natu- saria, solución que atrajo tantos partidarios,
ralismo evolucionista tomaron cada vez por sus beneficios, como detractores por
mayor protagonismo. A los ojos de sus repre- sus consecuencias para el ansiado progreso.
sentantes, para lograr la comunidad imagi-
nada, esta debía optimizarse y evolucionar
desde su célula base: el individuo, que al MÉDICOS, CIENCIA Y POBLACIÓN
luchar con sus mejores armas cimentaba no EN CUBA PARA LA REFORMA DE
solo sus raíces sino las de la nación. LA NACIÓN DURANTE LOS
Vinculado a esto, la política poblacionis- PRIMEROS TREINTA AÑOS DE LA
ta desarrollada en Cuba con fuerza impor- REPÚBLICA BURGUESA
tante durante el siglo xix por la burguesía
esclavista, evolucionó y tuvo continuidad La situación ante las condiciones en las que
en el xx. Desde el punto de vista demográ- se estrenó la República hacía ver a Cuba
fico, en la coyuntura del año 1898 salieron desvalida e incapacitada para el gobierno
a la luz no pocos problemas. La guerra propio, donde no faltaba la inmoralidad
destructora del proceso productivo, la po- administrativa y la propensión a los conflic-
lítica de embargo de bienes a insurrectos y tos políticos, que algunos atribuían al defi-
laborantes, la reconcentración y la suplan- ciente carácter de un pueblo disperso en sus
tación del capital criollo por el extranje- componentes. Al instaurarse la primera
ro, dejaron un saldo negativo tanto por el República, la ciencia se convirtió en símbo-
descenso demográfico como por la difícil lo y elemento catalizador de la ansiada
situación económica en que terminaron las modernidad y «civilización». En los marcos
clases medias y en grado superlativo los de la llamada primera generación republi-
estratos más pobres de la sociedad. Si bien cana, más conocida en el ámbito de la inte-
desde 1887 la población tenía un ritmo de lectualidad, los médicos perfilaron su propia
crecimiento anual de un 2 %, para 1899 se estrategia de modernización con no pocos
estimó un decrecimiento en un rango de elementos de contacto con la llamada teoría
100 000 a 150 000 habitantes en la Isla. El de la virtud doméstica, que el historiador
panorama se comprometía aún más con las Rigoberto Segreo denominó el sueño impo-
bajas cifras de natalidad y los altos niveles sible de las clases medias cubanas.
de mortalidad infantil, agravados por la de- El discurso científico médico penetró en
sastrosa situación sanitaria del país, que si todos los espacios de la sociedad y el tema
bien fueron decreciendo en los primeros de la población formó parte del mismo.
diez años del nuevo siglo, se mantuvieron Identificar y fomentar el tipo de habitante
como el obstáculo fundamental que frena- aconsejado y deseable, así como su incre-
ba el crecimiento y comprometía el reem- mento en beneficio del ascenso material y
plazo de la fuerza de trabajo para el primer moral de la nación, fueron las líneas seguidas
cuarto del lapso (véase Loyola, 2018). La durante el nuevo lustro. Ante la incapacidad
desigualdad regional en la distribución de estructural de hacerle frente al problema
la población hacia la región centro-oriental, cubano, la idea de la influencia y prosperi-
condujo en el contexto republicano a la dad de las naciones y su proporcionalidad

72  CATAURO
al número y potencia productora de sus 2019, pp. 170-183). Resulta comprensible
habitantes, devino en propuesta de los mé- que la influencia del evolucionismo, el po-
dicos cubanos, manifestada a través de sus sitivismo o las tesis deterministas fueran
prácticas discursivas. La realidad demográ- defendidas con una mayor fuerza por el
fica insular fue motivo de debates en este sector científico insular, que opuso a los
sector, principalmente a partir de 1902 al problemas de la soberanía y funcionalidad
estrenarse el mandato republicano. Los ejes de la democracia, la dirección científica y
temáticos se centraron en dos esferas: la planificada del Estado y el saneamiento de
necesidad de lograr un aumento demográ- sus componentes.
fico en la Isla y la regeneración de sus com- A criterio del doctor Juan Santos Fer-
ponentes, no solo en cantidad, sino también nández en uno de sus discursos, a la ciencia
en calidad. Las vías propuestas por la élite cubana correspondía crear un pueblo vigo-
científica agrupada en instituciones nodales roso dando a la vida una dirección positiva
de la capital se concentraron en la inmigra- que se traducía en una mayor aptitud para
ción, los análisis de mortalidad, natalidad, la lucha en un contexto moderno, asegu-
la aplicación de políticas para la protección rando grados mayores de prosperidad indi-
de la maternidad y la niñez, así como dar vidual y colectiva (véase Santos, 1905). Este
solución a lo que denominaron «el proble- fin debía garantizarse, a partir del estudio y
ma social». De esta manera debían procurar
control de los individuos que constituían el
una colectividad con una mixtura homogé-
núcleo poblacional del país. No solo de los
nea, saludable, robusta, educada y guiada
ya presentes sino también de los que logra-
de acuerdo con los preceptos de la ciencia
constituida como pilar fundamental del ban «infiltrarse» mediante la inmigración,
Estado. con el fin de atraer al inmigrante idóneo y
En este sentido, el modelo norteameri- alejar las «regresiones» de lo que a su juicio,
cano de organización impuesto mediante las traía aparejada una política de inmigración
Órdenes Militares, específicamente en el poco atinada por parte del gobierno de la
ramo de la Sanidad y la Instrucción Públi- República y con una finalidad eminente-
ca, permitió la institucionalización y actua- mente económica.
lización de los servicios. A lo anterior se Con este objeto se hacía necesario inves-
suma la reestructuración de los planes de tigar los diferentes tipos humanos en rela-
estudio universitarios, los cuales aportaron ción con las condiciones del ambiente para
las herramientas a las que acudirían los pro- medir sus consecuencias sobre ellos y la
fesionales para fundamentar sus criterios. aclimatación, resistencia e influencia en sus
A partir del programa diseñado por José A. caracteres. Estas propuestas emanaron del
González Lanuza en 1899, se incorporaron propio Santos Fernández y fueron sostenidas
los estudios de antropología con fuertes por doctores como Jorge Le Roy y Cassá y
influencias de la teoría de César Lombroso Carlos de la Torre. Este último consideraba
que perduró por largo tiempo en la ense- que el hombre se adaptaba tanto mejor al
ñanza, con predominio de técnicas osteomé- clima cuanto más parecidas fuesen estas
tricas y somatométricas, así como los condiciones a las de la región de origen, idea
postulados de Pierre Broca y Adolphe Ber- heredada del siglo precedente y comparti-
tillon para el estudio de los sujetos (Rangel, da por mayoría en el xx (Le Roy, 1913). La

C ATAU R O   73
idea de que el clima tropical excitaba «pasio- poblacional con la entrada de estos inmi-
nes brutales y fuerzas impulsivas» que con- grantes indeseados sin previa selección y sin
ducían al crimen político y la rebelión tener en cuenta políticas sanitarias, diferen-
continuaron manifestándose en los discur- cias lingüísticas o religiosas, prácticas cul-
sos, como lo expresó en 1907 Santos Fernán- turales que consideraban daban al traste con
dez. A lo anterior, sumaban que su influencia los «buenos modos» devenidos en estandar-
en algunos individuos era capaz de crear tes de la civilización. En la elaboración del
caracteres deprimidos e incapaces de enfren- modelo de hombre idóneo para el progreso
tar la vida con energías y nobles razonamien- se sustentaron patrones morales derivados
tos. No es casualidad que una intervención de una cultura hegemónica que tenía como
de esa índole se hiciera en esa fecha. Los referente a los Estados Unidos de América
resultados de la guerrita de agosto se hicie- o países como Alemania o Francia. En sus
ron patentes con la aplicación del artículo análisis atribuían a conductas desviadas y
tres de la Enmienda Platt, lo cual significó salvajes, prácticas como el ñañiguismo, la
frustración, la pérdida de la República y el brujería, el concubinato o la delincuencia.
colapso de un ideal, achacado a conductas Las concebían como inherentes a determi-
políticas reprobables que daban argumentos nados individuos sin tener en cuenta las
a quienes como Estrada Palma creían en la situaciones de subalternidad y marginación
imposibilidad de un gobierno sin tutelaje de los mismos, impulsados por su posiciona-
extranjero. miento económico-social, y obligados a
El doctor Santos Fernández, una de las trazar estrategias de supervivencia que
figuras que más intervino en la materia, transgredían los límites de lo socialmente
pensaba que no era posible abordar la inmi- aceptado.
gración sin tener en cuenta el estudio de las En este sentido resulta necesario resaltar
«razas» y su desenvolvimiento. Asumió que las causas morales y las repercusiones
planteamientos emitidos por el doctor En- sanitarias fueron los bastiones fundamentales
rique Lluria en sus obras, donde se estimaba para combatir a ciertos tipos de inmigrantes.
que el perfeccionamiento de las razas se Abrir las puertas del país a individuos con
lograba mejorando al individuo y acrecen- determinados caracteres, identificados como
tando sus cualidades a través de la herencia. nocivos y convertidos en verdades absolutas
Mientras más «normal» y «equilibrada» por la ciencia, afectaría los progresos alcan-
fuese la raza, mayores y mejores serían los zados en materia de higiene pública, princi-
resultados (véase Santos, 1913-1914). Des- palmente en el contexto de los primeros
de esta postura reclamaban entonces que el quince años de la República. Una inmigra-
problema inmigratorio no debía estar cir- ción poco atinada era vista como una fuente
cunscripto solo a traer brazos para la agri- segura de peste bubónica, cólera, paludismo,
cultura, sino contribuir a la mejora del disentería, anquilomatosis, lepra, elefantiasis
potencial demográfico a partir de la selec- y beri-beri. Además de su propensión a la
ción de los inmigrantes con mejores cuali- tuberculosis, enfermedad que se encontraba
dades y evitar la entrada de los que por sus en el centro de atención de los facultativos
características podían constituir un «escar- cubanos en ese lapso (Guiteras, 1913b, p. 561).
nio a la humanidad». Un mecanismo nece- Los diagnósticos aún difusos de varias enfer-
sario era evitar la disgregación del núcleo medades y sus agentes causales dieron un

74  CATAURO
margen amplio al error, al incluir en el con- terísticas propias del cubano y de su consti-
junto de padecimientos hereditarios o trans- tución mezclada.
misibles, otras entidades nosológicas como el Al primero de estos posicionamientos se
beri-beri y la pelagra que debían su aparición vinculan varios médicos cubanos, dentro
a insuficiencias nutricionales en correspon- de ellos Juan Guiteras Gener, quien afirmaba
dencia con regímenes alimenticios poco que los éxitos que se obtenían con la mezcla
adecuados, acorde con las condiciones ma- eran solo aparentes. Creía necesaria la re-
teriales vida de los individuos en los países novación constante de la población median-
emisores y en el propio contexto cubano. te inmigración blanca, ya que consideraba
El evolucionismo positivista impuso un que al faltar este componente o mezclarse,
método en función de garantizar el orden en la raza blanca habría una tendencia a
desde arriba, establecer la función del suje- degenerar y desaparecer (Guiteras, 1913a).
to en apego estricto y obediencia de la ley, Opinaba, como la mayoría de sus colegas,
y una moral centrada en el cumplimiento que la presencia china en la Isla era peli-
del deber para con la sociedad. El primer grosa e inconveniente. Enjuiciaba el hecho
paso debía ser la depuración y cultivo de las ya que entendía que más que velar por los
cualidades elementales que debían poseer intereses de la nación, se atentaba contra
los individuos considerados aptos para las ella al introducir, lo que a su criterio era,
una raza incapaz de amalgamarse, por te-
funciones sociales. La verdadera polémica
ner una inmigración solo de hombres, que
en torno al tema pasaba por definir de forma
consumían poco y no traían familia, por lo
consensuada lo que concebían como inmi-
cual estaban en condiciones de competir
gración deseada e indeseada y su influencia, ventajosamente contra el negro y el blanco
perniciosa o no, a partir de la incidencia de en pequeños negocios e industrias (Guite-
los sujetos en la modificación de los compo- ras, 1913b).
nentes étnicos del cubano. Las exposiciones En las sesiones de la Academia reiteró
se convirtieron en una batalla de pro y en no pocas ocasiones la necesidad de una
contra, en busca de los individuos que por inmigración dirigida con cordura y celebró
sus características podían ser insertados en el modelo de inmigración blanca por familias
el espacio cubano. Por una parte, los que como estrategia ideal para el poblamiento
aseguraban que la imposibilidad de los pue- de las zonas rurales cubanas necesitadas de
blos latinos para el progreso y el autogobier- brazos para la agricultura. La introducción
no obedecía al cruzamiento de las razas, y a de inmigrantes chinos, jamaicanos y haitia-
su vez, creían que las razas más fuertes de- nos no debía erigirse como solución al
bían ser las más puras, y que los caracteres problema. Los motivos esgrimidos eran
perdidos por los cruzamientos reaparecían bastante nutridos en argumentos, y más allá
con el tiempo y con ellos el tipo salvaje, re- de los problemas sanitarios, por asunto de
gresivo, atávico, ladrón e hipócrita (Santos, una moral comprometida: los haitianos se
1907, p. 8). Por otra, los que veían la mezcla dedicaban a la brujería contaminando a los
de razas como algo positivo y afirmaban que morenos cubanos, que a su vez provocaba
los tan aclamados «blancos europeos» no eran un salto atrás en la evolución de los mismos;
más que mestizos de diversas razas, criterio los jamaicanos porque eran dados a la pros-
que tendió a destacar y defender las carac- titución; los chinos al vicio de opio y la

C ATAU R O   75
morfina, por lo que se les tildó como cau- dico eugenista peruano Enrique Paz Soldán,
santes de propagar en las capas sociales estimaba que ningún inconveniente de índo-
elevadas el uso de las drogas, el aumento de le médico social exigía en América mayor
la criminalidad y la brujería (Le Roy, 1929). atención que su eugenización.1 Para ellos,
Ante esta perspectiva, asignaba la necesidad este era un continente enorme, casi despo-
de que el gobierno debía imponer medidas blado, con grupos de composición hetero-
coercitivas para prohibir su entrada legal o génea, habitantes abandonados a causas de
encubierta y trazar una política de inmigra- degeneración, muerte, y privados de corrien-
ción tendiente a seguir los ejemplos de Es- tes «civilizadoras de razas nuevas».
tados Unidos de América y Canadá para La finalidad de la eugenesia en este
atraer inmigración blanca. contexto era pretender mostrar a cada cla-
se en la sociedad representada por sus me-
jores exponentes. Proporcionar tantas
EUGENESIA Y HOMICULTURA influencias como pudieran ser empleadas
PARA UNA CUBA DIVERSA para hacer que las clases útiles de la comu-
nidad —refiriéndose a los representantes
Las leyes de tipo restrictivas que se asumie- mejor dotados física y moralmente— con-
ron en esa materia durante las intervencio- tribuyeran más y mejor a la siguiente gene-
nes estadounidenses, aplicadas a la medida ración. Las ventajas de implementarla,
de la nación norteamericana, fueron acla- según su creador Francis Galton, serían una
madas en no pocas oportunidades por los raza menos insensata, frívola, excitable y
científicos cubanos. Posteriormente las políticamente previsora (1904, pp. 1-3). La
críticas a José Miguel Gómez y Mario García esperanza de dichos resultados hicieron en
Menocal, quienes en sus respectivos man- Cuba de la pretendida «ciencia», conjunta-
datos modificaron las leyes de inmigración y mente con la sanidad y la homicultura, una
facilitaron la entrada e incremento de bra- herramienta útil que garantizaría un medio
ceros haitianos y jamaicanos, necesarios para ambiente higienizado y una población sana
ampliar la producción de azúcar en función física y mentalmente.
del abastecimiento del mercado en el con- Durante el discurso inicial de la Primera
texto de la Primera Guerra Mundial, conside- Conferencia Panamericana de Eugenesia y
raban que esto había abierto las puertas de Homicultura de las Repúblicas Americanas,
la Isla a «hombres incultos y de civilización celebrada en La Habana en 1927, se plantea-
rudimentaria» (Le Roy, 1929, p. 464). ron los tres ejes fundamentales referentes a
El criterio era homogéneo en cuanto a la temática: la búsqueda de un hombre apto
que la inmigración debía ser el problema para el progreso material de los países; la
fundamental a resolver para poblar al país importancia e incidencia de los elementos
sobre bases firmes y duraderas. Santos étnicos en la formación de las nacionalidades
Fernández, al igual que el reconocido mé- y el control de la inmigración de individuos

1
El término fue propuesto de manera formal por el inglés Francis Galton en 1883.Teoría en la que los términos
«salud de la nación» y «vitalidad de la raza» se encontraron como equivalentes. La presentó como la «ciencia
que trataba de todas las influencias que mejoran las cualidades innatas, o materia prima de una raza, también
aquellas que las pueden desarrollar hasta alcanzar su máxima superioridad».

76  CATAURO
de razas no aptas para «amalgamarse y fun- el desarrollo de una conferencia de esta
dirse», «carentes de sociabilidad, resistencia índole en la capital cubana.
y organización cerebral suficiente para las Durante las intervenciones de la Confe-
funciones de los pueblos modernos» (Gobier- rencia de Eugenesia y Homicultura, en la
no de la República de Cuba, 1928, pp. 33-37). que estuvo representado un número signifi-
En el momento en el que se realiza esta cativo de naciones americanas, se tomó como
conferencia, así como la Conferencia Inter- arquetipo ideal el hombre blanco europeo y
nacional de Emigración e Inmigración a americano, a los que atribuían cualidades
celebrarse meses después en la capital, la innatas como la fortaleza física, genio, sen-
situación cubana ante el gobierno de Gerar- tido de cooperación y protección al débil
do Machado y las condiciones de su man- (Rodríguez, 2013, t. II, pp. 27-49). Estas se-
dato eran delicadas. La realidad económica rían las cualidades que debían asumirse y
era lamentable y en momentos de crisis separar al «verdadero hombre» como especie,
internacional como la que se atravesaba del animal, del criminal, el loco, el idiota y
dejó a la vista la desestructuración y depen- el imbécil, como individuos. A raíz de los
dencia cubana del mercado norteamericano. debates se llevaron a cabo propuestas de
Ante la depresión de la industria azucarera, intervención y control de la inmigración,
la temática inmigratoria y emigratoria (esta dentro de las cuales se encontraban la adop-
segunda en aumento) estaba en el foco de ción por parte del gobierno de una política
atención tanto de autoridades cubanas migratoria similar a la de Estados Unidos
por su carácter selectivo y la profilaxis ma-
como norteamericanas.
trimonial entre de las más debatidas.
El arribo de inmigrantes deseables al
En el caso cubano la influencia del posi-
territorio, a decir, españoles, italianos, por-
tivismo italiano, la medicina francesa, los
tugueses, disminuyó para unos y cesó com- criterios de Galton y la escuela norteameri-
pletamente para otros en el propio 1927. cana, y el bertillonaje, aún eran constatables
Como contraparte ocurrió un incremento en la enseñanza de la antropología, a la que
de inmigrantes de Europa Oriental y Asia se agregaba el estudio de trabajos de Israel
Menor, así como de antillanos dispuestos a Castellanos en materia de criminalidad.
trabajar en las circunstancias cubanas, no Idealizadas en la memoria habían quedado
solo en la zafra sino como fuerza de trabajo las primeras leyes que en materia inmigra-
en las obras públicas. Cuba había dejado de toria se impusieron en Cuba durante la
ser la Tierra Prometida para los peninsula- primera intervención norteamericana, por
res y solo estaban a la mano polacos, rusos, lo que unido al contexto cubano de esos
armenios, libaneses, sirios y los indeseables años, no resulta difícil entender el carácter
antillanos y chinos (Rodríguez, 2013, t. II, de los reclamos.
p. 11). El cuadro se completó cuando el En el Congreso se estableció un principio
doctor Jorge Le Roy por el Negociado de eugénico, que ratificó el derecho de cada
Demografía de la Secretaría de Sanidad y país a determinar los individuos que residie-
Beneficencia anunció el aumento de muer- ran en el mismo, incluyendo la selección de
tes a causa del cáncer, el de contagios por los países emisores; que las razones econó-
tuberculosis y otras enfermedades infeccio- micas para promover una gran inmigración
sas, por lo que el contexto era propicio para de un territorio a otro debían tener poco

C ATAU R O   77
peso al justificarla; y el principio biológico, moral de la República; educación, vigilancia
que a tenor de los postulados eugenésicos, y aislamiento fue el procedimiento a seguir
declaraba preferible una población uniforme (Vargas, 2014, pp. 15-24).
a una compuesta de mezclas. Enunciaban Una solución al problema era implemen-
que debían preferirse inmigrantes con cuali- tar leyes para proteger a la mujer durante
dades físicas, mentales y morales, si no me- el embarazo y después del parto, garantizar
jores, al menos tan buenas como el promedio un embarazo atendido, un alumbramiento
de las del país receptor, para lo que se propu- vigilado y con recursos higiénicos, así como
so la conformación de estándares de inmi- una madre dispuesta a la lactancia todo el
grantes por países (Rodríguez, 2013, t. II, tiempo. En cuanto al niño, procurar su esta-
pp. 63-74). Los debates suscitados debían, en bilidad y salud abreviando el parto, alentar
el caso cubano, garantizar una postura co- la lactancia materna en los primeros meses
mún que posibilitara la actividad conjunta y la alimentación adecuada, vacunación
de la ciencia y el Estado para obtener una obligatoria, higiene y ventilación de las
política inmigratoria favorable a trazarse en habitaciones y asistencia de madre e infan-
el Congreso de Emigración e Inmigración te a los consultorios en caso de ser necesario
meses después. (Aróstegui, 1904, pp. 50-54). La homicul-
Las propuestas pasaron desde abogar por tura extendió el proceso de observación y
la esterilización de criminales y débiles cuidado del niño desde el período de prepa-
mentales en los casos más radicales, al con- ración de los padres con anterioridad a la
trol de los matrimonios y la procreación, las concepción, el embarazo, y el desarrollo del
leyes de inmigración selectivas, la adecua- infante de cero a dos años y de los dos años
ción de los códigos penales fundamentados hasta la madurez sexual (Hernández y Ra-
en la criminología italiana, el control de la mos, 1911a y 1911b).
prostitución, el juego, la bebida, las cam- Las propuestas para la creación y el me-
pañas para erradicar y prevenir las enfer- joramiento de las instituciones para la
medades transmisibles y hereditarias, y la protección del niño y la madre desvalidos
protección a la madre y el niño. constituyeron un medio de puericultura y
En el caso de estos últimos las espantosas defensa social. Las casas cuna, los consulto-
cifras de mortalidad y los deficientes servi- rios de lactantes, hospitales, ligas contra la
cios de esta índole en el territorio, la euge- mortalidad, casas de socorro, la apertura de
nesia y la homicultura devinieron en parques y espacios abiertos en barrios popu-
instrumento teórico-práctico ideal como losos, maternidades y protección obrera
legitimador de concepciones regeneracio- formaban parte de las soluciones a la espe-
nistas. Se trabajó en base a crear una nueva ra de hacerse realidad. De esta forma se
construcción social de la madre y el infante configuró un espectro amplio en los debates
que serían los encargados de reconstituir el que se generaron en estos años en torno al
cuerpo social. La homicultura resultó disci- infante, las madres y su función de dotar a
plina excepcional en los procesos de selec- la nación de generaciones sanas, fuertes,
ción biológica, a tono con las concepciones inteligentes y de buenas costumbres.
positivistas al lograr estereotipar al infante Según el sector médico de la comunidad
modelo y la conducta de la buena madre. El científica cubana, el porvenir de la nación
niño pasó a ser un nuevo valor material y dependía además de evitar los vicios, las

78  CATAURO
enfermedades de los padres, las malas unio- puesto que ponían en dudas y atraían el
nes, los males que acarreaban la prostitución peligro de perder una soberanía, que por
y el alcoholismo, ya que estos, a su vez, po- ilusoria que fuese, no dejaba de ser acla-
dían generar «epilepsia, locura, imbecilidad, mada. En el caso de los últimos, la conno-
idiotismo, debilidad mental, anulación de tación racial que adquirió el conflicto
la voluntad y sujeción de la moral» (Arós- revivió el temor al negro presente desde
tegui, 1904, pp. 23-78), condiciones que no épocas precedentes, evidenció la posición
favorecían en nada a la funcionalidad y de subalternidad que aún poseían los ne-
estabilidad de la Isla ante la nueva perspec- gros y mulatos en la Cuba republicana y
tiva política, social y económica. Ante la que todavía tendrían que padecer en la
injerencia externa y la frustración, la virtud conquista de sus derechos.
doméstica generó polémicas agudas en este Resulta interesante ver cómo en la po-
sector de la intelectualidad cubana. Esta lémica el concepto de raza vinculado a la
posición dejó el peso de la situación cubana eugenesia permite una definición que tras-
sobre las espaldas de sus habitantes. A sus pasa lo meramente biológico y otorga un
ojos, la situación debía resolverse desde sentido al vínculo que se creó entre los atri-
dentro y dependía de regenerar sus compo- butos físicos, genéticos, intelectuales y mo-
nentes, en una sociedad organizada cientí- rales de los individuos o grupos, y que
ficamente y conducida por los mejores conllevó a la aplicación de escalas para la
exponentes. conformación de jerarquías sociales. Las
Una tendencia al pesimismo ponía en razas, a decir de Fernando Martínez Heredia,
dudas el potencial de desarrollo cubano no son construcciones sociales que identifican
solo en materia orgánica, sino también so- y marcan a grupos humanos respecto a otros,
cial; condenaba la vida a un fin fatal a en dependencia de relaciones que sostie-
partir de la impotencia del hombre al ver nen entre sí. Arquitecturas elaboradas en un
su destino determinado por las leyes de la medio específico, históricamente determi-
herencia. A escala individual, la justifica- nable, con íntimos nexos con las relaciones
ción que emanó de los postulados biológi- y las clases sociales, así como las acumula-
cos implicaba en el conglomerado social la ciones culturales de la sociedad de que se
existencia de caracteres atávicos, degene- trate (Martínez Heredia, 2017, pp. 13-21).
rados, procedentes del origen mismo del Lo significativo de este concepto es que
cubano y los componentes de la nación describe a la raza como lo que es: un cons-
(Tamayo, 1909). Según el doctor Diego tructo que rebasa los marcos de la imposi-
Tamayo, en Cuba las Leyes de Mendel es- ción de significados de tipo biológico a
taban visibles en los elementos sociales con determinados grupos y va a los procesos, lo
el retorno a la sociedad nueva de los vicios cual permite desentrañar la construcción
y corruptelas de la época colonial que va- histórica a partir de las atribuciones de ca-
ticinaban el camino hacia la disgregación racterísticas diversas, incluidas enfermeda-
y decadencia de la nacionalidad. La lotería, des, la sexualidad, los hábitos higiénicos e
las lidias de gallos, la corrupción, desave- incluso modos de vida, a motivos raciales
nencias políticas como las de 1906 y 1917, (Medina, 2016). Sin embargo, aunque se
o el Movimiento de los Independientes de conoce el alto componente genético de
Color devinieron en actos reprobables, muchas enfermedades, estas sobre todo son

C ATAU R O   79
reflejo de las condiciones de vida, alimen- Samper, 2006). Sus trabajos sobre esta te-
tación, acceso a servicios de salud, situación mática fueron retomados en los espacios
socioeconómica y otras manifestaciones del académicos, comenzando por las aulas
medio en el que se desenvuelve la vida de universitarias. La forma de hacer antropo-
los sujetos. metría y específicamente las ideas de Berti-
Los motivos antes enunciados hicieron llón en materia de identificación le ayudaron
indispensable para la ciencia cubana detec- a definir las formas «anormales» y los atri-
tar los elementos corruptores de la sociedad, butos específicos de las «razas inferiores»;
definirlos y erradicarlos. Las intenciones se como ya se vio, sus estudios y recomenda-
volcaron a delimitar los patrones de nor- ciones no quedaron en el papel sino que
malidad-anormalidad, de transgresión, fueron puestas en práctica en más de una
caracteres físico-psicológicos del criminal, ocasión al amparo del gobierno de Gerardo
los elementos degenerativos que estaban Machado.
presentes en prostitutas, vagos, locos, de- El afrocubano era considerado primitivo
lincuentes, y conformar el ideal de perfec- por Castellanos, porque alegaba que su
ción del individuo con las mejores ambiente se había hecho superior sin que él
cualidades físicas y más altas convicciones pudiera en su evolución dar un salto para
cívicas y morales. La intervención no debía adaptarse al medio. El delincuente de las
limitarse a la esfera pública, sino que tras- sociedades civilizadas también lo era porque
pasó el umbral de las casas, para controlar fue él, el que dio un salto hacia atrás, inca-
privacidad de los individuos, su sexualidad, paz de mantenerse en un superior nivel de
hábitos higiénicos y de conducta, a lo cual progreso (1914, pp. 67-69). Esta idea con-
contribuyó mucho el sistema de enfermeras denaba al inmovilismo a los sujetos identi-
visitadoras y los expedientes que debían ficados como nocivos, cerrando las puertas
llevarse en el caso de los consultorios in- a toda posibilidad de transformación, estig-
fantiles. matizando y declarando nulo y mimético
El doctor Israel Castellanos, por ejemplo, todo ascenso de los mismos en la sociedad.
influenciado por las ideas de Cesar Lombro- Los deficientes niveles de instrucción, la
so y la obra de Fernando Ortiz en sus pri- imposibilidad del acceso de negros y mulatos
meros años, realizó no pocos aportes a la a empleos o cargos públicos, la insuficiencia
criminología, policiología y medicina legal, de los esfuerzos en materia sanitaria entor-
no solo cubana sino también de América pecidos por la dejadez y el nepotismo, las
Latina. Castellanos llegó a ser un referente condiciones de vida de las capas más pobres
en esta materia y en consecuencia llevó a de la población, que se oscurecían más si
finales de los años veinte al Hospital de oscura era la epidermis, un sistema penal
Mazorra el empleo de técnicas dactilográfi- lastrado por subjetividades y de cuyos fondos
cas, colaboró con el Departamento de vivían las miserias humanas, constituían en
Moralización (Buró de Propaganda de la buena medida las causas del problema.
dictadura machadista) y entregó un informe El hampa cubana, en su concepto, era la
sobre el Presidio Modelo de la Isla de Pinos genuina representación de una tribu bárbara
a raíz del cual se aplicarían los preceptos en la sociedad moderna, con una inferioridad
eugénicos y lombrosianos, lo que costó la orgánica y psicológica próxima al atavismo
muerte de 500 reclusos (Naranjo y Puig- antropológico por su erotismo, danza, len-

80  CATAURO
guaje y mendicidad (1914, pp. 67-69). En fundamentar su doctrina. En la política
este sentido abogó por ahondar en ese funcionó como forma de legitimación del
campo, realizar estudios clínicos sobre las poder y tuvo entre sus defensores más en-
anormalidades, actualizar el aparato jurídi- conados a Alberto Lamar Schweyer y sus
co que no se avenía a las prácticas modernas, trabajos en función de justificar la dictadu-
la observación de aquellos con síntomas de ra de Gerardo Machado a partir de crear un
enajenación mental, epilépticos, alcohóli- perfil biologizante de los fenómenos sociales
cos, y hacer obra represiva «educadora de y recurrir al reduccionismo biológico para
alta moral y redención»; fue partidario de la explicar las crisis políticas de la América de
selección artificial, de los proyectos de este- los primeros treinta años del siglo xx. En
rilización y el control de los matrimonios Biología de la democracia (1927) y La crisis
patológicos. del patriotismo (1929) Lamar impone un
A lo anterior se suma la idea de que la pensamiento irracionalista y coloca al hom-
sociedad para sobrevivir, codificaba una se- bre como adversario natural del propio
rie de conceptos y todo el que faltara a ellos hombre. Según la concepción compartida
cometía una transgresión criminal, un deli- por los miembros de esta generación, inclui-
to; por ende la misma tenía el derecho, como dos los médicos, la democracia debía con-
reacción de defensa, de encerrar al delin- ducirse con criterio científico, por lo que la
cuente para protegerse de sus agresiones y fórmula era aplicar las leyes de selección
velar por el bien de la colectividad (Córdo- natural para elegir a los más aptos para la
va, 1910). Sin embargo, en los discursos en hegemonía del poder. Esta posición desesti-
cuanto al tema en los círculos de sociabili- maba el papel de las masas y las segregaba a
dad científica cubana se asumieron las ideas partir del propio fatalismo e inmovilismo
de Enrique Ferri, con un tono más social suministrado por las concepciones de la
sobre los sustitutivos penales, al proponer a ciencia dejándoles solo una opción, educar-
las autoridades abandonar la concepción del se, blanquearse, obrar bajo patrones de
castigo, sustituir las penas por medidas po- moralidad y cumplir su rol en la producción
líticas y sociales para prevenir delitos, cono- para el desarrollo de la sociedad.
ciéndose sus causas. Los enfoques de un discurso colonial de
El discurso no se restringió al área de la contenido racista y sustentador de un an-
medicina, ni a las publicaciones salidas del damiaje social marginado que permearon la
seno de las instituciones de esta índole. La sociedad republicana, fueron ampliamente
prensa, la literatura, la radio se hicieron eco superados por Fernando Ortiz, quien marcó
de sus postulados y fueron analizados con pautas en polémica contra los racismos y la
creaciones tan sugerentes como las de Mi- discriminación por concepto de raza. Su
guel de Carrión en la literatura. La Genera- vasta obra contribuyó a desmontar el mito
ción del Diez a la que pertenecían José desde sus aristas biológica, política y cultu-
Sixto de Sola, Jesús Castellanos, Carlos de ral; y en ella expresa una concepción inte-
Velazco y José Antonio Ramos, entre los más gradora de nación, inclusiva de todos los
sobresalientes, constituyen referentes en componentes étnicos presentes en la socie-
esta materia, influenciados por la obra de dad cubana y con una visible influencia del
José Ingenieros, José E. Rodó, el psicoaná- pensamiento martiano (2017, pp. 48-85).
lisis y la obra de Federico Nietzsche para Las exposiciones orticianas sobre Martí y

C ATAU R O   81
sus fundamentos en torno a la no existencia de la Sociedad del Folklore Cubano y la
de las razas evidencian el dominio, la evo- Sociedad de Estudios Afrocubanos, a la que
lución y solidez de sus tesis en torno a la se sumaron historiadores, escritores, músi-
falacia de las razas. La superioridad decla- cos y activistas políticos, hizo que el tema
rada por algunos no tiene para Ortiz nada del negro en Cuba fuera más allá de una
de congénito o hereditario, sino un sentido moda, y contribuyó a mover la opinión
eminentemente ligado al devenir histórico intelectual y crear una conciencia que co-
de los pueblos. locara a blancos, negros y mulatos dentro
Al mismo tiempo estos estigmas fueron del espacio colectivo de conformación de la
combatidos por intelectuales y quienes nación (Cairo, 2017, pp. 86-107). A ellos
desde las sociedades de negros y mestizos correspondió sacarle a Cuba el complejo de
luchaban por reivindicar sus derechos, de inferioridad a causa del enterramiento de la
lo cual se desprendió una postura política originalidad de su cultura.
en contra de la discriminación; basta men- Si bien a la luz de nuestros días este es
cionar la influencia de Anténor Firmin y su un tema en apariencia zanjado, principal-
obra Igualdad de las razas humanas en las mente si de espacios académicos se trata,
concepciones del Partido Independiente de valdría la pena hacer un replanteo y pre-
Color, quienes a fin de cuentas terminaron guntarse: ¿realmente lo está? A escala
lastrados por sus propias concepciones. En internacional una gran cantidad de publi-
un contexto en el que en Cuba se percibían caciones sostienen el criterio de la existencia
los susurros de la obra de Melville Jean de las razas y la aplicación de los criterios
Herskovits, Jean Price-Mars, los proyectos antropológicos, la psicología, la epidemio-
de Marcus Garvey y su doctrina de back to logía, teorías económicas, la eugenesia de
Africa y el Movimiento de la Negritud, la nuevo tipo, el uso de los test de inteligen-
problemática racial alcanzó mayor difusión cia, que en este caso pretenden probar que
en los medios académicos y políticos des- la misma puede verse afectada dependien-
de estudios literarios, lingüísticos y etnográ- do de la raza de los individuos. Los criterios
ficos en Cuba. de clasificación del hombre se mantienen
Intelectuales jóvenes desde distintas pese a que la concepción de raza biológica
aristas abordaron la temática. Músicos como en la ciencia moderna esta desestimado.
Amadeo Roldán, Alejo Carpentier y Ale- No pocas encuestas se han realizado a
jandro Gracía Caturla se afanaron por in- biólogos, psicólogos evolutivos, antropólo-
ternacionalizar nuestra música con sus gos físicos y culturales donde los porcientos
partituras; pintores como Eduardo Abela que niegan la existencia de razas biológicas
llevaron a París personajes negros con sus en la especie homo, son inferiores o con
costumbres y bailes. Poetas como Ramón cifras que demuestran la no existencia de
Guirao, José Zacarías Tallet, Nicolás Guillén un consenso entre los especialistas sobre la
o Emilio Ballagas expusieron la idiosincrasia validez del concepto y lo mucho que aún
y problemáticas sociales de los negros a falta por concientizar en esta materia
través de sus poesías, de las cuales Motivos (véanse Rangel, 2019, p. 30 y Martínez
del son (1930) y Cuadernos de poesía negra Fuentes, 2002).
(1934) constituyen fieles exponentes. La Emanan juicios dentro de los que se
meritoria labor de Fernando Ortiz a través encuentran que los niveles de inteligencia

82  CATAURO
de las poblaciones influyen directamente cia, reflejan condiciones de vida y patrones
en el desarrollo de las naciones; de como culturales.
ciudadanos inteligentes son sinónimo de En el espacio cubano resulta menos
ahorro, cooperación, éxitos en el empleo probable tener que lidiar con posturas que
de tecnologías, «orientación al libre mer- tengan tintes racistas y discriminatorios tan
cado y procederes políticos razonables y radicales. El proceso revolucionario hizo
pacíficos». De esta forma construyen un aportes en la batalla contra el racismo en
esquema que tiende a justificar porqué unas función de la homogeneización de los dis-
naciones son más prósperas que otras, que tintos estratos sociales, a fin de convocarlos
contempla la necesidad del incremento de a la construcción de una sociedad nueva.
la inteligencia media de los países, lo cual Se estableció una postura política donde
se traduce en políticas en contra de los in- permanece coherente este principio trazado
migrantes considerados pocos calificados, por Fidel Castro desde el propio 1959, aun-
por los efectos que a largo plazo podrían que resulta pertinente reflexionar en cuan-
tener en el capital cognitivo de una pobla- to al tema. La revolución heredó una masa
ción determinada. poblacional en estado de pobreza y margi-
Es preciso entender que la humanidad nación, en este grupo había uno doblemen-
se encuentra compuesta por una multitud te afectado, los no blancos, a los que se le
hacía más complejo el trayecto hacia las
de poblaciones y cada una posee su propia
nuevas condiciones (Morales, 2002). De ahí
historia evolutiva. Lo que realmente distin-
que el primer enunciado de Fidel fuese eli-
gue a los grupos humanos no es la presencia
minar el prejuicio racial en los centros de
o ausencia de determinado gen, sino la trabajo, ya que limitaba las posibilidades
frecuencia en que se encuentra representa- de satisfacer las necesidades materiales de
do en el organismo. Cada individuo posee vida de lo que reconocía era el sector más
una combinación de genes que le es propia, pobre de la sociedad cubana.
formada a partir de un mismo patrimonio La existencia de igualdad de oportuni-
genético, homogéneo y común a todos los dades de instrucción, salud o ascenso
seres humanos. Estudios han demostrado el económico y laboral luego de 1959, con-
mito de las razas y la imposibilidad de las juntamente con un discurso admitido como
clasificaciones que se han impuesto a lo socialmente correcto, lograron atenuar e
largo de la historia. Las cifras indican que invisibilizar incluso la persistencia del pro-
somos idénticos en el 99,6 %-99,8 % de blema. Esto no significó que desapareciera
nuestro material genético. El 0,2 %-0,4 % lo que en el imaginario social siglos de
expresa en lo que diferimos, y se resume en historia catalogaron como «diferente». El
aproximadamente diez millones de variantes Período Especial demostró eso. Refranes,
en cuanto a características sobre las cuales parábolas humorísticas, frases con doble
se explica la diversidad de la especie humana sentido, los intentos de algunos por evitar
(véanse Martínez, 2002, pp. 41-44; Marche- el «atraso», o ya no solo aclarar la mixtura
co, 2012 y Berovides, 2011). Pretender de la piel sino también lograr un «blan-
clasificar esa diversidad, lejos de aclarar, queamiento mental», para hacer las cosas
distorsiona y genera estereotipos. Los rasgos como los blancos, constituyen representa-
genotípicos y fenotípicos, más que la heren- ciones de lo que subyace y un recurso que

C ATAU R O   83
enmascara prácticas discriminatorias en la desde todas las perspectivas, aprehender
nuestra sociedad. La idea de que ser negro y sentir en carne propia las secuelas que deja
supone de facto menos posibilidades de re- una conducta racista para con otro ser hu-
tribuciones positivas forma parte de la auto- mano; que rememora las heridas que que-
percepción del negro cubano. Un estudio daron de los grilletes, en aquellos que
realizado por las investigadoras Yesenia Selier llegaron a esta tierra para nutrir con su
y Penélope Hernández arrojó que de la mues- esencia la savia de la nación.
tra seleccionada el 94 % de los sujetos perci-
bía la existencia de la discriminación racial
en Cuba y la existencia de una igualdad CONCLUSIONES
formal enunciada por el 60 % de los entre-
vistados (véanse Selier y Hernández, 2017, La política poblacionista que se desarrolló
pp. 130-144 y Morales, 2017, pp. 119-129). en Cuba durante el siglo xix evolucionó,
Subsiste en Cuba un racismo absorbido tuvo continuidad en el xx y se convirtió en
por prácticas culturales, heredero del lega- tarea de primer orden de una parte del
do psicológico del colonialismo y que forma sector científico-médico de los primeros
parte del largo proceso de construcción de treinta años de la República burguesa. El
nuestra memoria histórica. Las huellas de una criterio de que la prosperidad de las nacio-
esclavitud no lo suficientemente lejana en nes era proporcional a la cantidad y calidad
el tiempo, no ayudaron a sanar las heridas de sus habitantes se convirtió en un elemen-
de los que les fue cambiada la opresión del to de peso para que los médicos abogaran
por procurar una colectividad homogénea,
grillete y el cepo, por la discriminación a
saludable y educada, que debía regirse de
causa del color de la piel.
acuerdo con los preceptos de la Ciencia. De
En la idealización o sobrevaloración de
esta forma la Isla tendría los elementos pa-
la eficacia de los discursos culturales y polí- ra autodefinirse como nación, capaz de
ticos no debe estar la solución de un tema autogobernarse sin la intervención de otros
como este, como tampoco en su invisibili- Estados, organizada científicamente y con-
zación; la tolerancia no necesariamente es ducida por sus mejores exponentes. La idea
expresión de solidaridad o aprobación; la compartida de que era necesario aumentar
naturalización del racismo al estilo reco- la población en calidad y cantidad determi-
mendado por el filósofo contemporáneo nó que los objetivos estuvieran orientados
Slavoj Žižek, tampoco sería a mi juicio un a lograr garantías para una inmigración
recurso. Ante esta perspectiva, no es posible controlada, a combatir las llamadas «plagas
dar por zanjado un tema como el de la raza. sociales», los elementos considerados con-
Cuba tiene como fortaleza un sistema cul- flictivos en el sistema social y garantizar un
tural y educativo que permite trabajar en ambiente sano mediante políticas sanitarias
este sentido y una población con niveles de institucionalizadas para el cuidado de la
preparación política y cultural que se cons- madre y el niño como pilares fundamenta-
tituyen como referentes a escala mundial. les de la nación.
Subyace un terreno fértil para el trabajo en Las propuestas incluyeron también:
todas las escalas en función de no ignorar abogar por la esterilización de criminales
su presencia, sino deconstruirla, desmontar- y enfermos mentales en los casos más

84  CATAURO
radicales, el control de los matrimonios y «contribuir» a la construcción de patrones
la procreación, la aprobación de leyes de del deber ser a partir de un régimen de
inmigración selectivas de acuerdo con el «verdad» y su propuesta, en práctica por
modelo estadounidense, la adecuación de el poder constituido. A la vanguardia
los códigos penales fundamentados en la intelectual de los años treinta correspon-
criminología italiana, control de la pros- dió la labor de resignificar la cultura y los
titución, la criminalidad, el juego, la be- elementos propios del cubano. Sus obras
bida y las campañas para erradicar las sentaron las bases para una nueva inter-
enfermedades transmisibles y hereditarias. pretación de las relaciones, características
Ciencia e ideología se mezclaron para y esencias de la cubanidad.

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86  CATAURO
LYDIA CABRERA,
cubana, afroamericana
y universal*
FRANK PÉREZ ÁLVAREZ

A la memoria de Ana Cairo Ballester


y de Rigoberto López Pego.

Mucho se ha escrito sobre la persona de


Lydia Cabrera y sobre la africanía de su obra
en Cuba, en el continente americano, nor-
te y sur, y en la misma Europa. Se han pu-
blicado un sinnúmero de obras críticas sobre
la producción etnográfica y el estudio de las
creencias religiosas, rituales y mitos en la
isla de Cuba que son frutos de la investiga-
ción y la recopilación de esta brillante es-
critora y etnóloga cubana.
No obstante, ha existido un vacío en las
investigaciones sobre la naturaleza psico-es-
piritual de su obra, o sea, los estudios sobre el
fondo mítico-simbólico de su producción li-
teraria. Sin embargo, no cabe la menor duda
de que Lydia Cabrera, antes de penetrar en
el universo ancestral africano de los ne-
gros de Cuba, tuvo como primera vocación,
*
Palabras leídas en el acto de recordación dedicado
Dosier

al nacimiento de Lydia Cabrera, celebrado en La


Frank Pérez Álvarez Habana el 20 de mayo de 2019, organizado por el
Sociólogo, editor, Centro Cultural Dulce María Loynaz. El panel
investigador y también contó con las intervenciones de Natalia
periodista cultural. Bolívar y de Miguel Barnet.

C ATAU R O   87
además de la pintura, el estudio de las civi- conocido Teatro Mella de la capital cubana.
lizaciones, culturas y religiones orientales, El libro Los Orishas en Cuba, de la cubana
graduándose en 1930 en la Escuela del Natalia Bolívar, resulta un vademécum so-
Louvre de París, ciudad donde residió de bre el panteón de la Regla de Ocha, con-
1927 a 1938. Allí se interesó profundamen- vertido en un best seller por el lector cubano
te en esos estudios, que la llevarían más y de otras latitudes. Un clásico, Dios del
tarde a lo nuestro, para acercarse a «lo ne- Agua (1948), del antropólogo francés Mar-
gro». Aunque hay que tener en cuenta que cel Griaule, trazó el camino a otros colegas
ella creó su propio método o sistema de que se hicieron afroamericanistas notables
trabajo, en la medida en que se enfrentaba —todos amigos de Lydia—, como Alfred
a las complejidades de la comunicación con Métraux, Roger Bastide, Melville Hersko-
sus informantes, logrando un éxito rotundo vitz y Pierre Fatumbi Verger. De igual modo
en esta tarea. ocurrió cuando Miguel Barnet descubrió a
Son muchos los caminos que conducen Esteban Montejo y dio a conocer su antoló-
a África y a su impronta americana y cari- gica Biografía de un cimarrón (1966), innovan-
beña: una singular y sabia mitología o visión do y enriqueciendo la literatura testimonio,
del mundo, impresionantes ceremonias ri- y convirtiendo ese libro en uno de los más
tuales, un rico folklore, original o transcul- leídos a nivel mundial.
turado, que ha influido y enriquecido el Hago aquí, un breve paréntesis, para
mundo occidental mediante la música, las comentar lo siguiente:
artes plásticas, dramáticas, la danza y la Como sabemos, la antropóloga cubana
oralidad. Lydia Cabrera, realizó en 1960 un exilio
En la literatura, el continente africano voluntario —complejo, pero a su vez fecun-
también ha dejado una indeleble huella en do—, hacia los Estados Unidos de Nortea-
hombres de letras y científicos sociales. mérica, al producirse, en 1959, el triunfo
Nuestro Alejo Carpentier quedó profunda- revolucionario en Cuba.
mente impactado cuando leyó Ecué, Chan- Toma la decisión de abandonar Cuba con
gó y Yemayá (1930) del etnólogo cubano, su pareja y colaboradora intelectual, María
lamentablemente muy poco estudiado, Juan Teresa —Titina— de Rojas, dejando atrás,
Luis Martín Corona, que fue referencia humana y espiritualmente, a su Cuba y
obligada para escribir ¡Écue-Yamba-Ó! Habana entrañables. Esa decisión tiene el
(1933), su primera novela. El octogenario sello de una acción desesperada, por la in-
historiador de arte y afroamericanista nor- certidumbre de un presente y futuro —para
teamericano Robert Farris Thompson, de ambas— de un incierto destino. Después de
Yale University, me confesó en La Habana, un largo silencio como escritora e investi-
hace unos años, que la lectura de El Monte gadora, Lydia publica en Miami un grupo de
(1954) de Lydia Cabrera, de reciente apari- obras de inestimable valor. Entre ellas, en
ción entonces, «fue una obra que cambió el 1977, el libro Itinerarios del insomnio: Trini-
rumbo de mi vida y de mis investigaciones». dad de Cuba. En él podemos leer: «Mis recuer-
La compañía Danza Contemporánea, de la dos me impiden sentir amargura y me han
prestigiosa coreógrafa cubana Rosario Cár- curado del terror que aquí, recién desterra-
denas, estrenó (2013) con éxito, Tributo al da, me causó la muerte la primera vez que
Monte. Homenaje a Lydia Cabrera, en el la vi por la cerradura de la noche. Es un

88  CATAURO
terror que muchos hemos sentido al pensar condiciones sine qua non de la Cuba de hoy,
que nos enterrarán fuera de Cuba». Y pro- a partir de los principios liberadores de la
sigue: «En esta prodigiosa civilización nor- cultura, y están presentes en la monumental
teamericana en que nos debatimos —algunos obra y en el pensamiento progresista, y audaz
retrógrados ven en ella un nuevo tipo de para su época, de Lydia Cabrera, que com-
barbarie—, el insomnio es un padecimiento prenden no solamente a Cuba, sino como
general, perdido el hábito de ser felices, y al aspiración, a toda Afroamérica.
cabo de los años, inadaptados e inadaptables, Ese legado, y el legado cubano de hoy,
aún tardan muchas horas en conciliar el que está presente y vigente, se ha nutrido
sueño». de las ideas de un Fernando Ortiz, de una
Más adelante Lydia señala: «Es que un Lydia Cabrera, y de muchos otros destacados
bello pasado puede consolarnos de todas las y estudiosos investigadores que han hecho
fealdades del presente. Por mi parte… al suyos los grandes temas de la historia de la
pasado le debo íntimamente los mejores cultura cubana: la composición y caracte-
ratos que interrumpen este inmenso boste- rísticas de los seres humanos que la compo-
zo de tedio y vacío que resumen más de nen, la integración, el mestizaje y demás
dieciséis años de destierro». elementos del fenómeno de la transcultura-
Y termino aquí estas citas, con aplastan- ción. Están presentes los grandes temas en
tes y sobrecogedoras palabras, de la haba-
el terreno de las artes y las letras. La litera-
nera antropoeta: «En contraste con el
tura, en todas sus formas, el ensayo literario
deshumanizado hombre norteamericano
y científico, los mitos, las costumbres, los
—mitad hombre, mitad máquina—, que no
conoce la alegría latina de vivir —la joie de rituales místicos, la música, la danza, las
vivre—, el ocio fecundo, el afecto gratuito; artes plásticas, el teatro, la cinematografía,
al verlo sin tiempo para pensar por cuenta la artesanía, y un largo etcétera, donde
propia; el extranjero emigrante, preso en el ocupa lugar e inspiración, la obra de la insig-
engranaje del wonderful American way of life, ne habanera que hoy recordamos como la
al recordar su pasado, defiende su identidad, más universal de su tiempo.
y defiende su alma distinta». Así mismo, hay un aspecto acerca del
¡Cuánta verdad, y qué paradojas de la cual deseo llamar la atención, porque a
vida y de la historia encierran esas aleccio- veces escapa al conocimiento de muchos:
nadoras palabras! ¡Y cuánta vigencia de la pluralidad de ocupaciones e intereses que
pensamiento tienen para el presente y el llenaron la vida de Lydia Cabrera. Se cono-
mañana de nuestra Patria! ce y admira su labor etnográfico-antropoló-
Los reclamos a favor de la verdadera li- gica y su brillante pluma, que hicieron de
beración del negro cubano, de su mestizaje, ella una de las escritoras más notables, si no
del respeto y exaltación acerca de sus mile- la mayor, del siglo veinte cubano.
narias culturas originarias del continente Pero existió también una valiosa varie-
africano, dígase de su emancipación de la dad y riqueza de asuntos que ocuparon,
condición de esclavo, de seres humanos de igualmente con el talento, la tenacidad,
segunda categoría, sujetos a la más absolu- pasión y entrega que la caracterizaban, su
ta discriminación, disfrutando en el presen- preciosa vida. A los trece años, fue cronista
te de libertad e igualdad, han sido, y son, social de la revista Cuba y América con el

C ATAU R O   89
seudónimo de Nena. Fue pintora, realizó hacia los africanos y sus descendientes, lo
estudios en San Alejandro y en París; perio- que la llevó a interesarse en su estudio. No
dista de temas culturales en numerosas y son sus libros un exponente frío y pedante
prestigiosas publicaciones cubanas, nortea- de sus investigaciones, sino una profunda
mericanas y españolas; fue etnolingüista; integración espiritual con el mundo inmen-
etnomusicóloga, traductora del francés y so y poético de las mitologías africanas».
del inglés; anticuaria, coleccionando y res- Al término de estas palabras, deseo
taurando mobiliario y objetos valiosos de mencionar algo verdaderamente conmo-
la etapa colonial y de las ceremonias afro- vedor: Lydia Cabrera vive sus últimos años,
cubanas; restauradora igualmente de arqui- ya fallecida María Teresa de Rojas en 1987,
tectura colonial, como fue el caso de la en el hogar miamense de su fiel amiga,
desaparecida Quinta San José de Marianao, Isabel Castellanos —junto con su padre, el
lugar de residencia y de trabajo de ella y de célebre historiador Jorge Castellanos—,
Titina, que proyectaban convertir en un ambos eminentes investigadores cubanos,
futuro museo de arte colonial y nunca dejó autores de una importante colección de
de ser para ellas, lugar de encuentro con obras dedicadas a la cultura cubana en
notables figuras del mundo cultural cubano general y a la afrocubana, en particular.
e internacional. En los días postreros de Lydia Cabrera,
Quiero, casi como colofón de estas pá- e ingresada en el hospital donde fallece,
ginas dedicadas a Lydia Cabrera, citar un prácticamente sin conocimiento, y ya en
pensamiento de su amigo y colega, Pierre plena agonía, Isabel, que permanece a su
Verger, al afirmar: «Más que del paciente lado, escucha de labios de Lydia, en un su-
trabajo realizado por ella, y que nos da a surro, lo siguiente: ¡La Habana!, ¡Mi Haba-
conocer en sus obras, no es de su trabajo de na!, que fueron de ese modo, sus últimas
lo que hay que hablar: es del impulso cordial palabras y su pensamiento final.

90  CATAURO
LYDIA
CABRERA:
SU INFLUENCIA
EN LAS ARTES
NATALIA BOLÍVAR

En mayo de 1900 nace Lydia, son los inicios


de un siglo lleno de madurez precoz, de hom-
bres y mujeres tocados por el genio de la
fértil savia de la tierra. Hija de Raimundo
Cabrera,1 figura pública de las letras, abo-
gado, independentista, hombre comprensi-
vo, de quien fue su constante compañía, en
los paseos, las tertulias y en las comidas
ofrecidas en su casa, que se volverían centro
de importantes impactos sociales, y entre
sus visitantes se podía encontrar a Enrique
José Varona, Manuel Sanguily, Juan Gual-
berto Gómez, Leopoldo Romañach, el
pintor que la anima a pintar.
Con esa manía suya de anticiparse, a los
catorce años, junto a su hermana Emma y
burlando la vigilancia a que toda buena
familia cubana sometía a sus hijos, Lydia
estudia en la escuela de artes de San Ale-
jandro y en sus ratos libres escribe, bajo el
seudónimo de Nena, en la revista Cuba y
América, conocida entonces en los medios
literarios y políticos por su sagacidad.
Natalia Bolívar
1
Raimundo Cabrera Bosch (1852-1923). Escritor,
Etnóloga.
Se ha dedicado
periodista y abogado. Miembro de la Academia
a la investigación Cubana de la Historia, fundador de la revista Cuba
de las religiones y América; miembro de la Sociedad Económica
afrocubanas. Amigos del País.

C ATAU R O   91
A los veintitrés años, monta el taller de [Y]o le he tenido a usted, desde que
confección de muebles de estilo Alyds, conocí su escritura, un aprecio literario
donde no solo diseña, dibuja y crea los definitivo y vertical. En lo que toca a la
anuncios periodísticos del taller, sino tam- persona, creo que la conozco poco toda-
bién impregna su elegancia, belleza y exi- vía. Hay una hoja suya —lo cubano—
gencias en el mobiliario y decoración. que no me sé, que me queda un poco
A los veintisiete, viaja a París y se insta- como material por masticar. (Mistral y
la en un pequeño estudio cerca del pintor Cabrera, 1980, p. 19).
Utrillo, y recibe clases en la Escuela de
Bellas Artes y en la de El Louvre; además Después de once años, regresa a Cuba en
realiza investigaciones sobre el arte y la re- 1938 y conoce a María Teresa de Rojas,
ligión de Japón y la India. Allí se reencuen- mujer de recia personalidad, intérprete
tra con Teresa de la Parra, fina escritora por también de la historia de las añejadas piedras
los derechos de la mujer en Venezuela, su en construcciones coloniales, y juntas res-
país de origen, y esa afinidad y recreación tauran el Palacio de Pedroso y la iglesia de
del mundo interior, de confesiones secretas, Santa María del Rosario, conocida entonces
las lleva a mantener una vida intelectual como la catedral de los montes cubanos.
activa, siendo sus amigos del anecdotario Ambas se mudan a la Quinta de San José
literario Pablo Neruda, Francis de Mioman- y se enfrascan en la remodelación de esta
dre, Pierre Verger, Alfred Métraux, Roger maravilla del siglo xviii, con sus paredes de
Bastide, Aimé Cesaire, Wifredo Lam, Paul murmullos de viejas familias, sus jardines
Valéry, Rudyard Kipling, Miguel Ángel As- de yerbas aromáticas y curativas. Esta quin-
turias, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mis- ta les dará el descanso y la privacidad para
tral, José María Chacón y Calvo y, muy sus incursiones en la historia.
especialmente, Federico García Lorca, quien En 1943, Lydia traduce Retorno al país
dedica a Lydia y a su simpática negrita Car- natal de Aimé Césaire con ilustraciones de
mela Bejarano, su poema La casada infiel su querido amigo Wifredo Lam, mientras
(Lorca, 1974, pp. 186 y 187). continúa recorriendo la intrincada madeja
En 1932, a Teresa de la Parra le diagnos- de las culturas religiosas en Matanzas, Trini-
tican tuberculosis, enfermedad que años dad y La Habana para legarnos, entre 1949
más tarde provocaría su desaparición física. y 1958, sus libros ¿Por qué?..., Cuentos negros
Lydia vive tres años en un sanatorio en de Cuba, Refranes de negros viejos, Anagó y El
Suiza acompañándola en su dolencia. Para Monte, llamado la Biblia de los religiosos y
entretenerla durante el padecimiento, mi- estudiosos del tema, y del que Gastón Ba-
rando las aguas del Sena, Lydia trabaja lo quero, en su columna Panorama, escribe el
místico de la narrativa negra y le dedica los artículo Conocimiento del monte cubano: la
cuentos de la narración primitiva de sus raíz y la cumbre de la isla, donde anota:
nanas negras, con la ingenuidad de los in-
genuos, y así, a la sombra de espíritus ances- En otras palabras, El Monte, como lo ha
trales, nacen en francés sus Cuentos negros radiografiado y humanizado Lydia Ca-
de Cuba, dedicados a Teresa. Sobre estos brera, es una de las materias primas
cuentos, más tarde, escribiría su amiga Ga- esenciales para el condimento futuro de
briela Mistral: nuestros libros cubanos verdaderos.

92  CATAURO
Lo que Lydia Cabrera ha llevado a cabo genuina, este libro nos acompaña con un
en forma impecable, en forma casi tan paso firme y decisivo.
apasionante como la de una buena nove- En 1955, como parte del Patronato, es lla-
la, es transmitirnos la vitalidad concedi- mada para montar las Salas Afrocubanas en
da o reconocida por nuestros antepasados el Museo Nacional, Palacio de Bellas Artes,
al monte. asesorada por sus informantes, entre ellos
Es una cantera de materia prima para el gran músico y compositor Odilio Urfé y el
seguir adelante, después del conocimien- Niño Santos Ramírez, fundador de la com-
to verdadero, hacia la poetización de la parsa El Alacrán, que tanta alegría brindó
realidad. Nuestros artistas, nuestros en los carnavales al pueblo cubano, y tam-
hombres cultos, olvidan a veces que una bién con el gigante de impronta universal,
cultura comienza siempre por no poseer su cuñado, don Fernando Ortiz. Las colec-
puntos oscuros en derredor. Las inmedia- ciones mezcladas que ellos brindan, nos
ciones tienen que ser conocidas a fondo, mostraron el colorido característico de las
para lanzarse entonces hacia otras leja- profundas raíces místicas del pueblo cubano.
nías. Quien deja detrás zonas inexplora- En 1956 se reúne con los etnólogos Alfred
das, las tendrá siempre delante. A veces Métraux, Pierre Verger y Roger Bastide, y con
sabemos mucho de lo que se sabe en otros el antropólogo William Bascom, en amplias
sitios, de lo que otros saben, pero muy po- y variadas tertulias a la orilla de la laguna
co de lo que está ocurriendo a pocos me- sagrada de San Joaquín de Ibáñez, en Pedro
tros de nosotros; de lo que está ocurriendo Betancourt. Inmersa en la cosmogonía de la
en el alma de las gentes, en las costumbres música y amparada por su gran amiga Josefi-
del pueblo, en la concepción que de la na- na Tarafa, organiza la procesión hasta el ojo
turaleza tienen los nuestros más apegados de agua que fluye en la laguna de las tierras
a la tierra y al monte. Y este desconoci- del central Cuba, propiedad de la familia
miento de lo inmediato ciega para el ver- Tarafa, y en ese santuario natural de orishas
dadero conocimiento de lo lejano. Porque lucumíes, de vodues ararás y de mpungus
en tanto no haya asimilado un hombre congos, con la ayuda del ingeniero Benito
su contorno, su raíz, no está en condicio- Bolle y del ayudante y sonidista Oduardo
nes de intentar la dificilísima compren- Zapullo, graban los toques, cantos y rezos que
sión de otras raíces y otros contornos. luego formarán los 14 discos de la colección
(1955, p. 4-A) Música de los cultos africanos en Cuba, parte
hoy de nuestro tesoro cultural, por ser una
Una criolla laboriosa, culta de universal de las joyas más preciadas de la etnología
cultura y celosa por ello de la íntima cultu- musical. De esta investigación en terreno
ra de su tierra, ha producido un libro nece- nace además su libro La laguna sagrada de San
sario, útil a los intereses del espíritu. Gracias Joaquín, con fotografías de Josefina Tarafa y
a Lydia Cabrera, el monte sagrado, la plan- dedicado a Lino Novás-Calvo, publicado
ta hechizante, la fórmula ritual, los misterios años más tarde, en Madrid.
de viejas concepciones, vienen a nuestra Lydia trabaja incansablemente y por esa
mano. En el lento proceso de ascensión de época publica varios títulos, entre ellos, La
la sensibilidad cubana hacia su propia ex- sociedad secreta abakuá narrada por viejos
presión nacional pura, y por ende universal,

C ATAU R O   93
adeptos, catalogado por Luis Gutiérrez Quizás la parte más difícil del trabajo del
Delgado: antropólogo sea, no el de conocer obje-
tiva y pragmáticamente las cosas que
Hace ya algún tiempo que doy vueltas observa, sino el olvidar su propia men-
a un libro, en el ansia de escribir sobre talidad, sus propios prejuicios e incluso,
él, pero identificado con el espíritu forzándolo, su propio subconsciente
poético que es el trasunto de sus pági- para sentir como las gentes a las que
nas. En la obra se mezclan la ciencia de estudia. Este es el gran triunfo de Lydia
la etnología con ritos, hábitos y formas Cabrera […].
de vida, de lo que resulta tanto una obra de
arte, como una seria valoración socioló- La obra de Lydia ha influenciado notable-
gica de factores que han influido pode- mente en las artes cubanas, no solo en la
rosamente en la idiosincrasia del cubano. literatura, la poesía, el teatro y el cine. Con
(1959, p. 4-D) golpes de ojos profundos Lydia no ha per-
donado ni siquiera a la plástica. En abril de
En 1960, decide, junto con María Teresa de 1922, Lydia presenta una exposición de sus
Rojas, salir al exilio, dejar la quinta San José obras en el Salón de Bellas Artes, auspicia-
y se acoge a la hospitalidad de nuevas tierras. do por la Asociación de Pintores y Esculto-
En 1962 recibe el reconocimiento de la res. En ella reverberan las imágenes
Bollingen Foundation, y en 1964 retoma su promulgando sonoridades, una especie de
fina intuición de artista plástica, los pinceles visión abstracta, acto para captar voces
y colores cobran aliento en su vida espiri- ancestrales y transmutarlas con el poderoso
tual; pinta animales, recuerdos y nacen las pincel que baila. Así la tenemos en las ver-
piedras sagradas de colores alegóricos, pinta benas ofrecidas en la Villa de Guanabacoa,
miniaturas con sus nerviosos y sensibles en las espirituosas aguas de la marinería
dedos, que reflejan todo el universo de su reglana y en las añejadas piedras de Trini-
riqueza intelectual. En 1970 publica su obra dad. Como reseña a esta exposición, el pe-
Otan Iyebiyé, mística carga de las piedras riodista L. Gómez Wangüemert, con elogios
preciosas. destaca su originalidad:
Junto a María Teresa, y a solicitud de su
amiga de infancia Amalia Bacardí, hija del [H]ay que confesar que la novedad y el
ilustre patriota Emilio Bacardí, viaja en 1971 interés de sus cuadros se debe en gran
a España para ocuparse de la edición, im- parte a esa manera de trabajar. Su atre-
presión y corrección de pruebas de la obra vimiento la lleva a abordar los temas más
de este gran hombre de la generación del difíciles con una simplicidad de medios
68. Allí publica varios de sus títulos y escri- que asusta y desconcierta […].
be artículos para La Enciclopedia de Cuba.
En 1977, el Congreso de la Literatura En ese mismo año, junto a Alicia Longoria,
Afro-americana, celebrado en las universi- funda la Asociación Cubana de Arte Re-
dades de la Florida y de Auburn, es dedica- trospectivo cuyo propósito, según sus esta-
do a su obra, y en su discurso de homenaje, tutos, era conservar, proteger y preservar los
el profesor Manuel Ballestero, de la univer- objetos de la tradición artística en Cuba,
sidad de Madrid, dijo: como abanicos, encajes, bordados, telas,

94  CATAURO
indumentaria, joyas, mobiliario, etcétera, por su amistad, son René Portocarrero y
que muestren la sensibilidad estética del Carlos Enríquez. El primero, iluminador de
pueblo y cultive el amor por las artes y la catedrales, de interiores del Cerro, pintor
tradición artesanal del país. Con el propó- de paleta mágica en los medios puntos tras-
sito de impedir la demolición del Convento lúcidos y fuerte mano en lo de acentuar los
de Santa Clara, realiza una gran exposi- colores primarios para rendir honores a sus
ción de abanicos en uno de los locales titu- ancestrales orishas, nfumbes e iremes; el se-
lada La Habana Antigua, donde expuso gundo, Carlos Enríquez, hombre de sólida
valiosos objetos pertenecientes a las familias lealtad juvenil, de carácter rebelde y apasio-
más aristócratas de Cuba. nado, que supo en sus lienzos captar la be-
Desde sus comienzos en San Alejandro lleza de su tierra, expresar como nadie los
le une una fuerte amistad con grandes ar- sentimientos más profundos del alma criolla.
tistas, entre ellos el maestro Leopoldo Ro- Lydia Cabrera nació con el don de la
mañach, Víctor Manuel, Amelia Peláez y narración. Desde muy temprana edad, mos-
Cundo Bermúdez. A pesar de las diferencias trando los exquisitos rasgos que la caracte-
que los separan, tanto racial como social, rizaban, comenzó su encanto, emprendedor
pero lanzados en un reto de referencias es- y fructífero, por el arte y las letras, cualidad
pirituales, dos grandes en sus construccio- que mantuvo hasta su desaparición física.
nes: Wifredo Lam en la plástica y ella en los Espacio y tiempo engendraron la fuerza del
acentos veraces de la palabra escrita, desde minucioso entramado de su literatura, en la
el comienzo surgió una profunda simpatía constante búsqueda de su impetuoso afán
intelectual y emocional. Ambos se explican, del conocimiento de las raíces africanas,
se entienden, se complementan, se afanan cimientos tan imbricados en la cultura cu-
con honradez y severidad en su obra. La obra bana, en la poética del espacio, y es tal su
de Lam es la recreación máxima de cuba- influjo fecundo que otros intelectuales se
nismo y Lydia es una de las primeras en dan a la tarea de crear en nuestra narrativa
adivinarlo, por ello lo acoge, le apoya eco- una obra en la que el negro es uno de los
nómicamente y lo presenta por primera vez protagonistas principales.
al público cubano en un artículo que apa- Lydia Cabrera, a través de su obra nos
rece en el Diario de la Marina, donde escribe: descubre los tesoros de nuestra oralidad.
Con su vasta y fértil investigación, nos
Wifredo Lam no ha cumplido aún 40 muestra la verdadera herencia africana, de
años. Su increíble capacidad de trabajo la que es depositaria nuestro país. Lydia con
y su temple obliga a esperar de él grandes su investigación penetró y viajó por las
cosas… sus cuadros figuran en las colec- raíces de su tierra para conocer los misterios
ciones más exclusivas de Europa y Amé- que en ella se encerraban, para dar vida y
rica, y su nombre, que ya pertenece a una valor al alma de los sabios, ocultos a los ojos
elevada categoría de artista, es imperdo- extraños, y para mostrar las múltiples ma-
nable se silencie por más tiempo en neras con que ellos expresan sus sentimien-
Cuba, su propia tierra (1994, p. 60). tos. Al respecto María Zambrano anotó:

Otros inmersos en su baño de aguas fecun- Tuvo que ir muy lejos porque ha tenido
das con el panteón afrocubano, inspirados que adentrarse en su infancia. La raza de

C ATAU R O   95
la piel oscura es la nodriza verdadera de la comprensión del hombre en la sociedad y la
blanca, de todos los blancos en sentido religión. Su interpretación de la oralidad
legendario. Lo ha sido de hecho desde la sitúa sus relatos mitológicos en el origen del
esclavitud y verdadera libertad del liber- camino del alma hasta el espíritu, en una
to de esta Isla de Cuba donde las gentes marcha incontrolable del ser humano. Su
de más clara estirpe fueron criados por narrativa es pura y, ante las críticas, declaró:
la vieja aya de piel reluciente, cuyos di-
chos, relatos y canciones mecieron, des- Ha sido mi propósito ofrecer a los espe-
pertando y adurmiendo a un tiempo, su cialistas, con toda modestia y la mayor
infancia. Y así la venturosa «edad de oro» fidelidad, un material que no ha pasado
de la vida de cada uno se confunde en por el filtro peligroso de la interpreta-
la misma lejanía con «el tiempo aquel» ción, y de enfrentarlos con los documen-
de la fábula, ¡felices los que tuvieron tos vivos que he tenido la suerte de
pedagogía fabulosa! […]. encontrar. (1992, p. 8)

Memoria, fiel enamorada que ha proseguido Es fundamental esa erudición de espiritua-


su viaje a través de las zonas diversas en que lidad en dos sabios de nuestra cultura mes-
cosas y seres danzan. tiza: don Fernando Ortiz y Lydia Cabrera,
Interpretó Lydia al negro africano, con que nacen y se reciclan en la poética de la
su fantasía animista, que trasmitía después imagen del negro y su rítmica, que han pe-
a sus descendientes criollos, cubanos, po- netrado todas las manifestaciones del arte.
niendo un «compañero» en cada ser, en cada Cuba se convirtió en patrón de la literatura
animal, en cada árbol, en cada montaña; en oral, pero también de la escrita por negros,
cada objeto que le rodeaba. Y a cada uno lo mulatos y blancos influidos desde muy tem-
personificó gestualmente; además de reco- prano por las tradiciones de los esclavos y
nocerle sus fuerzas patentes lo dotó de su sus descendientes. Su libro El Monte, defi-
potencia misteriosa y así convive con todos nido por Enrique Labrador Ruiz como
ellos. En las incontenibles efusiones de su «profundo y misterioso» (Bolívar y del Río,
emoción habla, canta, dialoga gesticulando 2000, p. 155), ha sido el gran abrevadero de
con esos seres invisibles que le acompañan, muchos intelectuales cubanos, tales son los
y con la rebosante locuacidad que lo carac- casos de Samuel Feijóo con su obra El negro
teriza. en la literatura folklórica de Cuba, y Gastón
Uno de los personajes que más influyó Baquero, una de nuestras voces mayores,
en la labor de Lydia fue José Antonio Ramos, con visos de posibilidad afirmativa y factor
quien, bajo la impronta de la época, escribe integrativo de nacionalidad, en homenaje a
en 1936 Caniquí, obra que es un estudio de Lydia Cabrera dedica su adaptación de
la psiconeurosis, una reconstrucción histó- poemas africanos:
rica colonial y el resumen de la vida de un
esclavo trinitario. En la obra de Lydia Cabrera hemos
Con el tiempo, Lydia se convirtió en aprendido muchos cubanos a respetar y
pintora, historiadora, socióloga, etnóloga, a comprender el aporte profundo, en el
antropóloga, psicóloga y filósofa, escrutaba territorio del espíritu, de la cultura africa-
los mensajes enigmáticos, intentando una na que algunos subdesarrollados mentales

96  CATAURO
insistían en presentar como pura barba- nizan lo inanimado, que avivan la natura-
rie, negación de lo cristiano y abjuración leza, que trasmutan la realidad de la
de lo europeo y civilizado. Gracias a Lydia mitología explorando todas las posibilidades
Cabrera sabemos hoy que lo cubano no del género; junto a ellos está nuestra Lydia
es antiafricano como no es antiespañol. Cabrera, a quien le debe tanto el estudio de
Los antis desaparecieron quemados por la identidad nacional pues desfosiliza con
nuestro sol, desde el mismo siglo xvi, al gran maestría estas narraciones orales. Ella,
borde del sepulcro de los indios. Y allí se con el poder de quien preside una totaliza-
dio el Fénix. Nació, en el crisol tenaz que dora oración ritual, imanta de posibilidades
fundía sangres y concepciones del uni- en su literatura a generaciones más jóvenes,
verso, el nuevo hombre propio de la Isla, tal es el caso de Miguel Barnet en Biografía
el cubano, aquel que por debajo de los de un cimarrón, o de Reynaldo González en
diversos colores de su piel, tiene un alma Contradanzas y latigazos, en ambos casos, la
común, una misma maravillosa manera palabra piensa, abraza al lector con indaga-
mágica de recibir en su alma el peso del ciones hasta alcanzar el disfrute. Además de
mundo […]. (1977, p. 14) ellos, existen otros lúcidos desmitificadores
de esa oscura olla, en la que se recocinaban
Por su parte Boggs, profesor emérito de la blancos y negros, donde «ambos aporta-
Universidad de Miami, al referirse a su narra- ban y recibían, transformándose sometidos
tiva en Los animales en el folklore y la magia a una mezcla sintetizadora» (1983).
de Cuba, escribió: Lydia Cabrera es una persona anticipada
a su época, de imaginería poderosa, dueña
¿Qué son estos cuentos: recopilación de de una sutileza de criatura fundacional, al-
folklorista o creación de artista? Son en guien que existe en un tiempo sin límites o
parte ambas cosas. Ella se identifica con en los dominios de una cosmogonía de orden
sus informantes y absorbe sus materiales. fabuloso; es capaz de trascender y potenciar
No archiva sus datos en el diario de sus en nuestros días la creación de artistas como
conquistas. Los rehace a su manera, Eugenio Hernández, Armando Suárez del
imprimiendo en ella su propia persona- Villar y Roberto Blanco en el teatro; Sergio
lidad, su ingenio agudo, cierto rasgo pi- Giral, Manuel Octavio Gómez, Tomás Gu-
caresco y malicioso, satírico y gracioso, tiérrez Alea y Humberto Solás, en el cine, y
ajustándolos al estilo de ella, con juego tantos otros creadores y artistas de las artes
de palabras, metáforas, repetición, ritmo escénicas cubanas.
y rima, y hasta con uno que otro reflejo Tiene razón Gastón Baquero cuando
de tendencias corrientes entre los litera- escribe:
tos de la época […]. (1977, p. 15)
[L]a obra de esta mujer estudiosa, sen-
En este dominio del reino de las imagina- cillísima, trabajadora en silencio, es, en el
ciones venidas del África, se destacan en la fondo y en la forma, una obra de autén-
literatura grandes nombres como el de Lino tica poesía, de genuina creación. Tan de
Novás-Calvo, Rómulo Lachatañeré, Teodo- creación es su trabajo, que a primera vis-
ro Díaz Fabelo, Ramón Guirao, entre tantos ta parece simple recopilación mecánica de
otros poetas que llegan al infinito, que divi- palabras, de costumbres, de narraciones

C ATAU R O   97
populares. No se ve la mano de la auto- obras y de los grandes escritores. (Cabre-
ra. Y no es habitual advertir lo que de ra, 1994, p. 60)
maestría hay en eso que pueda seguir
pareciendo anónimo y absolutamente El 19 de septiembre de 1991, a los noventa
popular, de sabor puro, no mistificado, y dos años y en el silencio de sus mpungus,
lo que en realidad ha pasado, y está re- orishas, nfumbis, con el olor del mar Caribe
creado, a través de un escritor culto. Lo y el recuerdo de su Isla amada, se abandona
típico de un gran arte es que no se vea en el sueño de la eternidad nuestra querida
cómo está hecho. El prodigio logrado por Lydia Cabrera.
un León Frobenius al confeccionar El Y Severo Sarduy nos da pruebas de lo
Decamerón negro lo ha logrado también, divinal en fraterno maridaje de lo criollo con
a la perfección, Lydia Cabrera al saber lo africano al escribir:
quitarse de en medio de lo que narra,
confeccionándolo con tal sello de espon- Aparece junto al río:
taneidad que el lector no ve nunca a la Rumor de pulseras de oro.
autora, sino que cree estar escuchando Un venado cruza el coro
real y directamente la voz de una cultura en el ámbar del estío
africana, de un grupo humano podero- ¡Espejos para el hastío!
samente personalizado y auténtico, o de De la miel, la brilladera.
una conseja popular venida de la no- Girasol en la sopera
che de los tiempos. En realidad, todo eso Mulata de rompe y raja
que disfruta es debido al arte dificilísi- el sándalo la agasaja
mo de «impresionar a otros», ser otros a Lo dice Lydia Cabrera. (1993, p. 97)
fondo, que es el secreto de las grandes

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Baquero, Gastón. (1955, 10 de agosto). Conocimien- García Lorca, Federico. (1971). Lorca por Lorca.
to del monte cubano: la raíz y la cumbre de la Isla. Arte y Literatura.
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Sánchez y José Antonio Madrigal (eds.), Home- Mistral, Gabriela y Lydia Cabrera. (1980). Siete
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Cabrera, Lydia. (1992). El Monte. Ediciones Univer- ne y delatado, precedido de un testigo fugaz y disfra-
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. (1994). Páginas sueltas. Prólogo de Zambrano, María. (1950). Lydia Cabrera, poeta de
Isabel Castellanos. Ediciones Universal. la metamorfosis. Revista Orígenes, 7 (25), 11-15.

98  CATAURO
LA POESÍA:
SIMIENTE DE LAS
CIENCIAS SOCIALES
MIGUEL BARNET

Un grano de poesía
sazona un siglo.
José Martí

El ser humano es por sobre todas las cosas


un ser cultural. Los elementos propios de su
naturaleza quedan siempre a la zaga. El ser
humano crece en su cultura. Todos sus actos
quedan en la memoria de los demás. El len-
guaje creado por él es uno de los misterios
que lo acompañan. La primicia de lo adqui-
rido sobre la naturaleza es la simiente de la
cultura. La poesía es el lenguaje de la socie-
dad y la revelación original de la inocen-
cia del hombre. La historia existe y en ella
se expresa nítidamente su presencia en el
ámbito social. La poesía, léase también la di-
mensión mítica, han sido formas comunica-
cionales que han revelado la presencia del
hombre en la tierra. Solo con la metáfora se
podía representar lo desconocido. Explicar
la naturaleza humana y los procesos por los
que ella atravesó sin el conocimiento de
estas formas del lenguaje literario no sería
posible para desarrollar una interpreta-
Miguel Barnet ción científica de la sociedad. Hay formas
Presidente de la Fundación del conocimiento teórico fundadas en la
Fernando Ortiz. experimentación que por sí solas no pueden

C ATAU R O   99
explicar las leyes que rigen los fenómenos emociones». Y en esas emociones queda
sociales. definida la fuerza del mensaje que a la pos-
El hombre expresa su propia esencia tre deviene una parte consustancial de la
espiritual y como dijo Aristóteles, dio vida explicación de la vida humana.
a las cosas, no reflejó simplemente su apa- La carencia de este enfoque empaña y
riencia. José Martí escribió: «el arte no da limita cualquier aproximación a la realidad
la apariencia de las cosas, sino su sentido». y sus valores éticos y morales, lo que Spino-
La poesía, el mito, las narraciones orales za llamó «el arte de vivir», ese «sol del
y las expresiones musicales crearon a lo mundo moral» que enarboló José de la Luz
largo de la historia un sistema coherente, y Caballero.
que desde su matriz conformó una visión El compromiso con esos valores es prio-
simbólica del mundo. Al final lo adquirido ridad en el camino hacia una comprensión
en los procesos culturales fue lo que quedó de la vida humana en sociedad. Y la poesía
como fundamento de la presencia del hom- que congrega y robustece el alma es consus-
bre en la tierra. La palabra tatuada en el tancial a esos valores. Y a linaje impreso en
lenguaje escrito ha expresado con claridad la memoria.
luminosa la dimensión primaria de la con- Las ciencias con sus herramientas cog-
dición humana, la génesis de la historia. nitivas nos han permitido acercarnos más a
La idea de una cultura que revele la ese ser humano y a esa sociedad que una vez
complejidad del ser humano por encima de solo pudo ir de la mano de la poesía como
los animales se manifiesta en primer grado nervio conductor. Nadie penetró los secretos
a través de esos factores. Es un primer paso de la naturaleza humana como la poesía que
para desentrañar la diversidad de su pensa- vive en los mitos y en la oralidad.
miento y un modo de llegar a su esencia. Con solo dos ejemplos cubanos se pue-
La poesía, el mito, la tradición oral y las de atestiguar este aserto. La inmensa obra de
expresiones musicales se adelantaron a la Lydia Cabrera al recrear la saga cubana en
ciencia contemporánea para contribuir a cuentos, leyendas y mitos que ella escogió
una comprensión cabal de quienes somos y con el microscopio de su aguda sensibilidad
hacia dónde vamos. Fueron el espejo de un es uno de ellos. Esa poética es parte inhe-
rostro múltiple y cóncavo y una cosmovisión rente de nuestra identidad. Y un factor que
hecha palabras. dio fisonomía propia a lo criollo. Se adelan-
El poeta de la antigüedad vislumbró lo tó, pues, al análisis antropológico y sus
que luego el científico social descubrió con disquisiciones. Reveló el secreto de la selva
sus herramientas intelectuales. En otras oscura y lo iluminó con su intuición y genio
palabras, la sensibilidad del poeta y su inhe- creador. Otro notable ejemplo es el arsenal
rente intuición preconizaron los designios de tonadas guajiras de origen hispano, «al
del hombre y su paso por la historia. No por son del tiple» y con el apoyo del laúd, el tres
gusto se ha dicho que el poeta es un visio- criollo y la guitarra española renacentista se
nario, un profeta y un predicador. «La ha mostrado la riqueza temática y musical
poesía —escribió el sabio cubano Fernando derivada del talento campesino a lo largo y
Ortiz— nace de la religión, porque una ancho de la Isla. El orgullo de contar con
densa atmósfera de misterio envuelve en sus estos dos ejemplos de pura cubanía basta
primeros pasos a la humanidad, movida de para colocar al folclor cubano en un sitial

100  CATAURO
privilegiado y a su poética en el umbral de de intentos nobles protagonizados por
nuestro imaginario popular. Sería un crimen hombres como Enrique José Varona, Fer-
de lesa cultura olvidar estos antecedentes nando Ortiz y Cintio Vitier, entre otros
patrimoniales que mucho nos ha costado muchos, que en la pseudorrepública fueron
preservar para dejarlos caer en el pozo de la adalides de grandes batallas en pos del
desidia o el prejuicio. humanismo.
En Cuba, donde las culturas originarias Hoy vivimos, una vez más, en permanen-
de Europa, de África y de Asia fundamen- te crisis existencial debido a los cambios
talmente han dejado un legado poderoso, sociales, las nuevas estructuras y las tecno-
logías modernas con logros jamás sospecha-
hemos venido desarrollando un proyecto de
dos por nuestros antecesores. Creo que es
revalorización humanista que tiene hoy la mejor medicina, el mejor antídoto frente
carne y hueso en una política cultural con- a la inercia y el hastío.
secuente con ese legado. Como producto legítimo que somos de
El «cubano elegido» del que habló José un largo y empedrado proceso social, haga-
Martí ha sido, sin dudas, protagonista de mos votos porque nuestra cultura sea fiel a
una utopía que vería su realización en las la conjunción de las ciencias sociales, tanto
artes, las letras y las ciencias. de la historia como de la sociología y la
Se han abierto, pues, posibilidades para antropología social, deudoras de la más
llevar a cabo una ambiciosa, pero realizable genuina y depurada expresión del ser huma-
empresa para el fomento y la revalorización no: la poesía.

C ATAU R O   101
HUELLAS
FACTICIAS
DE EMILIO ROIG
DE LEUCHSENRING

GRISEL TERRÓN QUINTERO

Este hombre sentencioso, que quiere tan sólo


que se le llame el recopilador, el transmisor,
no está frente a la materia inmensa que
recoge, sino que es su centro, su aumento y
extinción, no se sabe, no se sabrá ya nunca,
cuándo añade y cuándo tacha, y al final de
su vida ostenta un título único, el de ser
dueño de una tradición, su guardián y su
creador.
José Lezama Lima1

Según las estadísticas anuales de la Biblio-


teca Histórica Cubana y Americana Fran-
cisco González del Valle, la Colección
Facticia de Emilio Roig de Leuchsenring es
imaginario

el conjunto documental más consultado. Su


Grisel Terrón Quintero historia se remonta a los albores de la Ofi-
Directora cina del Historiador y se empeña en acom-
de Patrimonio
Documental.
Oficina del Historiador
1
J. Lezama Lima. (1970). Las eras imaginarias: la
de la Ciudad biblioteca como dragón. En La cantidad hechizada.
de La Habana. Contemporáneos UNEAC.

102  CATAURO
pañar su paso contando el discurso de cada él, lo cual le agrega valor. Excluir, seleccio-
componente y el de las relaciones que tejen nar, tomar para sí, colocar de esta o aquella
entre sí y con el Historiador que les dio vida. manera, establece las jerarquías que quedan
Se trata de un conjunto documental de al- dibujadas en la colección. Lo que Roig es-
rededor de mil volúmenes que agrupa temá- cogió para formar parte de su selección es
ticamente a 70 023 documentos según los lo que entendió como relevante, lo que
asuntos que fueron interés de Emilio Roig. consideró digno de ser recordado. Al orde-
Lo facticio, adjetivo con el que Emilio narla, anotarla, agregarle elementos, el
Roig describía la naturaleza de constructo Historiador estableció con ella una suerte
de la Colección desde el título que le dio, de diálogo y por eso en el estudio de esta
refuerza las peculiaridades de toda agrupa- agrupación no hay aspectos insignificantes
ción que está marcada por la subjetividad o despreciables porque todos ayudan a en-
de quien la hace y por las circunstancias en tender la jerarquía y significación de las
que se forma. Desde el punto de vista ma- piezas y el conjunto.
terial una colección facticia consiste en la El ambiente en que se producía la Co-
ordenación de las cosas concebidas inde- lección Facticia de Emilio Roig puede re-
pendientemente unas de otras, de manera construirse a partir de entrevistas y lecturas
diferente a como nacieron, con lo cual no que de algún modo recrean ese momento.
se viola su naturaleza sino que se crea una Era el propio Historiador quien seleccio-
nueva en la que el todo, que es la colección, naba los documentos que ingresarían en la
adquiere un carácter de individualidad, de
Colección señalizándolos con una marca
nuevo documento y donde los elementos
que a menudo englobaba el trabajo que
que la componen adquieren nuevos matices
debía recortarse, indicando a sus colabora-
o acentúan otros propios de su individuali-
dores lo que debían seguir procesando. Los
dad en ese contexto. De esta manera, el
significado de cada segmento de una colec- otros pasos se hacían en la Biblioteca His-
ción facticia se extiende a su relación con tórica donde se recortaban los artículos
las partes restantes y con quien la crea, y marcados, se pegaban en los papeles que
solo así adquiere significado, en el momen- les servirían de soportes, se agrupaban en
to en que es recibida. grandes temas y se enviaban a encuadernar.
Esta es la razón por la que la Colección A pesar de estar involucradas varias per-
Facticia de Emilio Roig de Leuchsenring sonas, el criterio de selección era el de Roig.
debe entenderse en su integralidad: en sus El ambiente de la Biblioteca durante la
textos, en sus metáforas, en su estructura confección de la Colección ha sido descri-
discursiva, en su materialidad, en la orde- to por Eusebio Leal en varias oportunida-
nación de esa materialidad, en el contexto des, porque tuvo la suerte de vivir el
de su creación, en su productor, en sus re- proceso, aunque como simple espectador.
cepciones. Una vez recortado el artículo o recibido
Archivar, coleccionar, supone una selec- el folleto y los otros documentos que habrían
ción de lo que debe y lo que no debe ser de incluirse en la Colección, se daba paso a
guardado (recordado); el coleccionista je- un momento importante que era el de la
rarquiza, elige, ordena y clasifica dando lugar agrupación temática, generalmente respon-
a una gramática que valida el conjunto para sabilidad de los colaboradores de la Biblioteca.

C ATAU R O   103
Según Marta Terry González,2 quien traba- casos quedó documentado en la prensa de la
jó en la Biblioteca Histórica en los años época.
cincuenta y participó del proceso de confec- Después de la muerte de Emilio Roig en
ción, ella funcionaba como administradora 1964, muchos de los tomos de la Colección
del volumen documental que se generaba, fueron trasladados a diferentes institucio-
pues tenía que clasificar las enormes canti- nes, mientras que otros permanecieron en
dades de recortes, «para después hacer los la Biblioteca Histórica Cubana y Americana
grandes temas». Este momento de la con- Francisco González del Valle y en el salón
fección de la Colección era una suerte de contiguo al Despacho de Emilio Roig en el
indización general que se realizaba en la Bi- Museo de la Ciudad.
blioteca pero que obedecía invariablemen- Años después, con el ímpetu del joven
te a los temas que interesaban a Roig. Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal y la
En estas tareas también fueron impres- guía de la viuda de Emilio Roig, María Benítez,
cindibles los más cercanos colaboradores de se lograron rescatar casi todos los volúmenes
Emilio Roig como Alfredo Zayas, primer bi- que salieron de la Oficina del Historiador y
bliotecario y archivero de la institución, y hoy se conservan en la Biblioteca Histórica.
María Benítez, su esposa, quien continuó este La sala despacho de Emilio Roig en el
tipo de trabajo tras la muerte del Historiador. Museo de la Ciudad, inaugurada en 1971,
Una vez encuadernados los volúmenes, incluía en su museografía algunos volúme-
eran colocados en la Biblioteca, aunque de nes de la Colección Facticia, como los de-
acuerdo con el testimonio de Marta Terry, dicados a los trabajos del Historiador en
algunos tomos podían estar fuera de ella por Carteles, Social, Gráfico y Vanidades. Otra
razones de trabajo para consulta por parte parte de los volúmenes que se ubicaron en
de Roig, de los intelectuales con los que él ese local agrupaba trabajos sobre él, incluso
se relacionaba o del público que asistía a la después de su muerte, en lo que María Be-
Biblioteca Histórica, todo lo cual habla nítez tuvo la conducción.
desde entonces de su valoración como Cada volumen o grupo de ellos desarro-
fuente documental a través del uso. lla un tópico y está formado por recortes
Los volúmenes que se iban creando se de periódicos, cartas (inéditas o no), notas de
ponían a disposición del público exactamen- Roig, fotografías, artículos inéditos (muchos
te igual que los restantes documentos de la de ellos anotados o rectificados antes de
Biblioteca Histórica. Del mismo modo, se publicar), referencias (sobre todo de las
sumaban a la obra de difusión que realizaba Actas Capitulares del Cabildo habanero),
la Oficina del Historiador mediante exposi- documentos de distintas categorías, proyec-
ciones y otras actividades, lo que en muchos tos, bocetos, etcétera, todo esto pegado en las

2
Marta Terry González (1931-2018). Bibliotecaria y documentalista cubana. Doctora en Filosofía y Letras
en la Universidad de La Habana en 1952 y luego bibliotecóloga en 1953. Continuó sus estudios de supera-
ción en Europa y los Estados Unidos. Fue profesora de lengua inglesa y de bibliotecología durante años.
Recién graduada trabajó en la Biblioteca Histórica junto a Emilio Roig. Fue directora de la Biblioteca
Nacional de Cuba y de la Biblioteca José Antonio Echevarría de la Casa de las Américas. Desde la década de
los ochenta se afilió a Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA),
de la que llegó a ser vicepresidenta y miembro del Comité IFLA/FAIFE. Publicó numerosos textos sobre
bibliotecología y bibliotecas. Fue entrevistada por la autora el 3 de enero de 2010.

104  CATAURO
hojas que conforman el tomo encuadernado. La Colección Facticia de Emilio Roig
En otras ocasiones, sobre todo cuando se de Leuchsenring refleja el acontecer nacio-
trata de documentos originales de iguales nal e internacional de los años que com-
dimensiones que las tapas, estos se encuen- prende. Especial énfasis consagró Roig a
tran sujetos directamente al mecanismo recopilar información sobre La Habana, sus
usado para la encuadernación (tornillos, calles, monumentos, instituciones, habi-
presillas o costuras). Las hojas utilizadas como tantes y otros temas. Del mismo modo
soporte en muchas oportunidades son recu- aporta fuentes para un conocimiento más
peradas, por lo que el reverso del folio puede amplio de sucesos y situaciones que tienen
constituir una fuente documental que, aun- que ver con la vida, el pensamiento y la
que no esté relacionada con la temática del obra de personalidades como Carlos Ma-
volumen, brinda información al receptor, más nuel de Céspedes, José Martí, Antonio
allá de la intención inicial del coleccionista. Maceo, Máximo Gómez y otras, destacadas
Durante toda su existencia, la Colección en campos diversos.
Facticia fue objeto de un uso continuo por Se nota en estas líneas temáticas una
parte de los investigadores que visitaron la fuerte presencia de la historia —con 7 913
Biblioteca Histórica. La relevancia de los recurrencias—, a la que Roig dedicó casi
temas que sistematiza y el hecho de estar toda su vida, en la mayoría de los casos, y
condensados en volúmenes de fácil manipu- sobre todo en los relacionados con Cuba,
lación, más la ausencia de una adecuada para reivindicarla. Como parte de ella,
política de preservación, la sometieron a un Emilio Roig centró sus esfuerzos en la justa
uso indiscriminado. Durante años, los inves- valoración de personalidades de la historia
tigadores la utilizaron para documentar los y esto tiene también su manifestación en los
proyectos de rehabilitación del patrimonio, documentos analizados.
avalar investigaciones y tesis académicas por Teniendo en cuenta la abundancia de los
la fidelidad de los datos históricos, la manera asuntos históricos en la Colección Facticia
como están organizados los contenidos y la de Emilio Roig, vale destacar especialmente
confluencia en sus volúmenes de diferentes la naturaleza de estos contenidos y su aso-
tipos de documentos y fuentes de informa- ciación temporal y geográfica.
ción, usualmente dispersas en publicaciones Los siguientes datos muestran los hechos
variadas y bibliotecas y archivos distantes. históricos más representados:

República cubana, 1902-1958 4 107


Revolución cubana, 1959 3 716
Guerra Mundial (Segunda), 1939-1945 714
Reforma Agraria (Primera, 1959) 650
Guerra fría, 1945-1985 596
Movimiento de liberación nacional, 1953-1959 495
Guerra del 95, 1895-1898 365
Guerra de los Diez Años, 1868-1878 140
Guerra Hispano Cubano Norteamericana, 1896-1898 131

C ATAU R O   105
Asalto al Palacio Presidencial, 13 de marzo de 1957 88
Guerra de Corea, 1950-1953 76
Declaración de La Habana, 1960 58
Tratado Permanente, 1903 33
Grito de Baire, 1895 31
Guerra Mundial (Primera) 1914-1919 24
Grito de Yara, 1868 23
Ocupación Militar Norteamericana, 1899-1902 23
Guerra Civil Española, 1936-1939 14

Es notable que no escaparon de la se- tos, edificaciones, plazas y espacios urbanos


lección de documentos que el doctor Roig de antaño. La Colección Facticia contiene
agrupó en su Colección Facticia los temas gran cantidad de documentos que recons-
cubanos e internacionales de mayor relevan- truyen la historia de inmuebles, muchos de
cia en la época, algunos de carácter eminen- los cuales ya no existen en la actualidad
temente histórico, otros suscitados en el o presentan modificaciones sustanciales. La
propio tiempo vital del Historiador. En al- presencia de este tema en la Colección ha
gunos de ellos Emilio Roig tuvo incidencia contribuido a restaurar, rehabilitar o reponer
con su presencia física directa o con su plu- edificaciones y monumentos en La Habana,
ma, como en la batalla porque la República todo lo cual reivindica el valor de la Colec-
cubana nacida en 1902 recuperara su ver- ción Facticia a través de la recuperación y
dadero sentido. El desempeño democrático uso activo de la información que contiene.
de los gobiernos en Cuba fue una preocu- La inquietud de Roig por el imperialismo
pación permanente de Emilio Roig y de ello y la propagación de sus intereses se manifies-
dejó constancia en su Colección Facticia. ta en la Colección Facticia que creó. Ella
Toda alusión a la República estaba marca- muestra con insistencia los fundamentos
da también por su antimperialismo, de lo que históricos de la postura de Estados Unidos en
también da cuentas la Colección por el ín- la arena internacional, en especial con Cuba,
dice de recurrencia de este término (490 en y devela las motivaciones de lo que fue una
general). línea vital de las indagaciones de Emilio Roig.
Otros hechos representados se explican Además de esos análisis históricos, la Colec-
por el interés de Emilio Roig en desentrañar ción Facticia recoge las incidencias de este
y reivindicar sucesos históricos, sobre todo tema en el momento mismo de la confec-
los relacionados con las guerras de indepen- ción de la Colección, pues la presencia de
dencia cubanas del siglo xix, a lo que con- abundantes recortes de prensa permite ir
sagró gran parte de su acción como siguiendo el imperialismo como fenómeno,
Historiador de La Habana a través de los su reflejo en las publicaciones y la visión de
Congresos Nacionales de Historia y la Ofi- Roig de Leuchsenring sobre el particular.
cina del Historiador. El triunfo de la Revolución cubana y las
La recuperación de la memoria histórica medidas de los primeros años ocuparon una
lo hizo tener especial desvelo por monumen- parte importante del tiempo del Historiador

106  CATAURO
en los años finales de su vida, de ahí que Batista, están entre los temas reflejados en
exista en la Colección Facticia una represen- la Colección. Los 186 documentos sobre la
tación documental importante sobre estos censura y los 42 sobre la libertad de prensa
acontecimientos. A pesar del poco tiempo dan fe de ello.
que Roig vivió la Revolución cubana, ya que La cultura y el acceso a ella son temas
su muerte aconteció solo cinco años después que reitera la Colección Facticia. Los mu-
de haber triunfado, llama la atención que seos como espacio de encuentro con la
sobre este tema haya 3 716 documentos. historia y la cultura, por ejemplo, se desta-
Muchos de ellos corresponden a los discursos can en la Colección con 291 piezas, sobre
de los primeros años del nuevo gobierno, todo dedicadas a la formación del Museo de
pródigos en alocuciones de sus máximos di- la Ciudad en La Habana y al Museo Nacio-
rigentes y en grandes concentraciones popu- nal. Igualmente, las bibliotecas, los archivos
lares. Igualmente hay gran representación y la memoria histórica encuentran en la
de las medidas de aquellos primeros años Colección Facticia gran representación. Tan
como las nacionalizaciones, la Declaración solo sobre bibliotecas existen 1 199 docu-
de La Habana y la Reforma Agraria.
mentos, lo que está a tono con la lucha del
La justicia social es también un tema
Historiador por mejorar las condiciones de
recurrente en la Colección Facticia de Emi-
lio Roig. Documentos sobre la mujer o he- la Biblioteca Nacional y luego con la funda-
chos por ellas, hablan a favor del lugar que ción sui géneris de la Biblioteca Histórica.
ocupaban en el sistema de valores de Roig Ningún tema puede analizarse aislado
y las polémicas que en torno a su papel social del otro, todos se dan relacionados entre sí y
se sostuvieron en Cuba. Esto, unido a las con Emilio Roig, personalidad que agrupa
temáticas asociadas a la inclusión de ellas y se palpa en los documentos que componen
en todas las aristas de la vida cubana y a la la Colección Facticia.
igualdad de derechos con el hombre, son En cuanto a la representación geográfica
asuntos que refleja la agrupación documen- de los temas compilados en la Colección Fac-
tal producida por Emilio Roig. ticia de Emilio Roig, se observa la prevalencia
La lucha contra las persecuciones y a de documentos sobre Cuba, aunque también
favor de la libertad de expresión es también hay una abundante presencia de otros países
temática de la Colección Facticia. El receso asociados a los tópicos tratados. La siguiente
de las libertades democráticas, bajo las dic- gráfica ilustra el comportamiento de las temá-
taduras de Gerardo Machado y Fulgencio ticas geográficas por continentes.

Representación geográfica por continentes en la Colección Facticia de Emilio Roig.


Elaboración propia.

C ATAU R O   107
De los 70 023 documentos que compo- de Cuba, sobre todo si estos estaban relacio-
nen la Colección Facticia de Emilio Roig, nados con sucesos históricos y culturales.
35 954 son sobre Cuba. La procedencia del Teniendo como antecedente el contexto
productor, su responsabilidad como Histo- de la Colección y la obra de su productor, no
riador, además de su marcado nacionalismo, asombra el predominio de los temas cubanos
justifican tal predominio. y habaneros. El gráfico muestra algunas te-
La Habana ocupa un lugar predominante máticas asociadas a La Habana y su repre-
con 5 245 documentos, pero igualmente se sentatividad, expresada en la cantidad de
evidencia su preocupación por todos los sitios documentos indizados con esos términos:

Gráfica de las temáticas asociadas a La Habana en la Colección Facticia de Emilio Roig.


Elaboración propia.

108  CATAURO
Desde sus años de primera juventud, ideológica de la disyuntiva, expresión de los
hasta los de su responsabilidad en el Muni- puntos de vista del momento en torno al
cipio habanero, que tiene su punto máximo nacionalismo y la función de la cultura y el
en el tiempo que fue Historiador de La arte.
Habana, los asuntos relacionados con el Las materias de tipo personal, referidas a
urbanismo, las instalaciones hidráulicas y los individuos de los que tratan las piezas
los servicios públicos ocuparon especialmen- contenidas en la Colección Facticia, sobre-
te la pluma y acción de Emilio Roig. Ello salen por el valor informativo —y en ocasio-
explica que su Colección Facticia contenga nes testimonial— que tienen los documentos
gran cantidad de documentos sobre estos a que aluden.
asuntos. Las calles también encuentran La prevalencia de figuras como José
amplia representación en las piezas docu- Martí, Carlos Manuel de Céspedes, Antonio
mentales coleccionadas por Roig, pues al Maceo y otros patriotas de la independencia
Historiador no solo le importaban su inci- de la Cuba del siglo xix no asombra, si se
dencia urbanística y su limpieza, sino tam- recuerda que una de las batallas de Emilio
bién su toponimia e historia. A ello dedicó Roig como investigador y promotor de la
artículos periodísticos y libros cuyo texto historia fue el estudio y reivindicación de
manuscrito o impreso forman parte en oca- los participantes en las guerras de liberación.
siones de la Colección Facticia, así como los En el caso particular de José Martí, no solo
debates en torno a la nomenclatura de las batalló por su justa valoración y el conoci-
calles habaneras. miento profundo de su vida y obra entre
Al rescate y reivindicación de la memoria todos los cubanos, sino que polemizó con
histórica, Emilio Roig dedicó buena parte de sus contemporáneos porque los homenajes
su vida. Los monumentos de la ciudad, junto a su figura tuvieran un sentido verdadera-
a las causas de su emplazamiento, fueron mo- mente coherente con su trayectoria e idea-
tivos de la atención de Roig de Leuchsenring, les y no se convirtieran en mera justificación
unas veces para legitimarlos, otras para re- de eventos sociales. Tal es el caso de las
moverlos y otras para cuestionar ausencias. cenas martianas ofrecidas durante años en
La pertinencia de la estatua de Fernando VII homenaje al Apóstol de Cuba a las que
en la Plaza de Armas de La Habana y su Emilio Roig se opuso con fuerza.
sustitución por la de Carlos Manuel de Cés- Lo mismo podría afirmarse de la presen-
pedes en los años cincuenta, por ejemplo, cia de políticos de la Cuba republicana en
ocupó las páginas de la prensa de la época, la documentación de la Colección Facticia,
así como el intercambio epistolar de Roig por ya que una línea permanente de la vida y
esos años, y todo ello queda expresado en obra de Roig de Leuchsenring fue el ade-
la Colección. También se puede destacar la centamiento del país y la lucha por una
polémica en torno al monumento de los es- República que hiciera justicia a los objeti-
tudiantes de medicina fusilados en 1871 y vos de las guerras de independencia del
que Emilio Roig esgrimió no solo para hacer siglo xix. Los presidentes de la República
justicia a los jóvenes, sino además como Ramón Grau San Martín, Carlos Prío y Ful-
bandera de la lucha contra el coloniaje. Estas gencio Batista son, por eso mismo, los po-
disquisiciones trascienden el ámbito urbanís- líticos más representados con 592, 1 692 y
tico o artístico y muestran la connotación 2 423 documentos indizados con sus nombres

C ATAU R O   109
respectivamente.3 No solo a través de pie- influencia de ellas en su época, con lo cual,
zas sobre los políticos Roig mostró la reali- los documentos sobre estos temas que for-
dad de la República cubana, sino también man parte de la Colección, unidos a los
mediante los documentos sobre las figuras volúmenes del archivo institucional del
que se opusieron al estado de cosas de ese Fondo Emilio Roig, pueden considerarse
período desde cualquier posición y que, en fuentes primarias sobre estas entidades.
muchas oportunidades, sufrieron las con- Al igual que con las organizaciones antes
secuencias de estas posturas, como es el mencionadas, la Colección Facticia es pródi-
caso de Julio Antonio Mella o Juan Mari- ga en documentos que reflejan las asociacio-
nello, dos de las figuras que más se repiten nes entre diferentes grupos humanos, sobre
en la documentación estudiada. todo en Cuba. Alrededor de 150 organiza-
Tan solo un recorrido por la trayectoria ciones son temáticas de la Colección Facticia
vital de Roig explicaría tales coincidencias. de Emilio Roig. Partidos políticos, grupos
Del mismo modo, un acercamiento a la vida culturales, organizaciones de beneficencia,
intelectual de la Cuba republicana, haría agrupaciones de mujeres, conjuntos sindi-
ver la ausencia de estas figuras como una de- cales, entre otras presentes en la Colección,
bilidad de la Colección. La mayoría de las dan fe de la relevancia que Roig concedía a
personalidades de la cultura tratadas no son la libertad humana para asociarse y a la plu-
solo hombres y mujeres valiosos desde el ralidad dentro de la sociedad, a la vez que
punto de vista intelectual, sino, además, expresa el espíritu de la época a través del
comprometidos con la cultura, la historia, comportamiento de esas asociaciones.
la soberanía y la justicia cubanas, con los La variedad de temas de esta Colección
cuales en muchos casos el Historiador sos- y su relevancia para reconstruir la historia y
tuvo relaciones que se documentan también las costumbres habaneras son puntos de
con el intercambio epistolar entre ellos, análisis para valorarla. No solo ella es mues-
incluido en la Colección Facticia. Es por eso tra de la relación de Roig con la información
que además de estar presentes en este aná- que contiene, de su vínculo con la Colec-
lisis como materias de la Colección, son ción y de su papel en la génesis y configu-
recurrentes como autores de muchos de los ración de esta, sino que sus contenidos tienen
documentos o destinatarios de los mensajes. una proyección hacia el futuro. La informa-
La Oficina del Historiador, los Congresos ción de la Colección Facticia de Roig tiene
de Historia, la Sociedad Cubana de Estudios un gran impacto en la actualidad y se nota,
Históricos e Internacionales y otras organi- por ejemplo, en la rehabilitación de La
zaciones e instituciones relacionadas direc- Habana y en la reconstrucción de hechos
tamente con Emilio Roig también forman históricos con vistas a la investigación y en
parte de los contenidos de la Colección el rescate de la memoria histórica. Por lo
Facticia. La presencia de estas organizacio- tanto, la información de la Colección es una
nes fundadas por él tiene como valor fun- fuente potencial de nuevos conocimientos,
damental el hecho de que no existen en tanto su uso genera nuevos contenidos
publicaciones que sistematicen la vida e y nuevas perspectivas de estudio.

3
Estas cifras cuantifican las recurrencias de sus nombres, independientemente de sus períodos de gobierno
o cualquier otro evento.

110  CATAURO
La composición documental de la Co- como lugar de emisión o producción de los
lección Facticia de Emilio Roig tiene espe- documentos de la Colección incide directa-
cial significación, pues su diversidad avala mente en el hecho de que Cuba sea el país
la riqueza de los temas tratados, la comple- más representado en este aspecto, con 20 050
jidad del contexto en que se va formando el piezas, junto a Estados Unidos (631).
conjunto y la propia actividad del Historia- El material predominante en la Colección
dor. Una misma temática puede estar refle- Facticia de Emilio Roig es el papel. La canti-
jada en documentos de diversa índole: dad de folios que componen la Colección
fotografías, planos, recortes de prensa, lo (275 118) avala la altísima presencia de este
cual permite un acercamiento más comple- material como soporte de las piezas, a lo que
to al tema abordado. se suma la propia naturaleza de la mayoría de
Los lugares desde los que fueron emitidos ellas. Estos componentes también explican
los documentos que componen la Colección, la extensión física de la Colección y son datos
donde fue posible determinarlo, muestran importantes para su gestión, pues definen
una mayoritaria presencia de piezas de pro- sobre todo lo relacionado con el espacio y el
cedencia habanera asociadas al tipo de continente del conjunto.
documento incluido. En la Colección Fac- La siguiente gráfica muestra la composi-
ticia de Emilio Roig hay 19 951 documentos ción de la Colección Facticia de Emilio Roig
emitidos o producidos en La Habana, lo que según el tipo de documento y explica la
representa el 95,98 % de todas las piezas elevada presencia de papel como soporte de
componentes. Tal recurrencia de esta ciudad la información de la pieza coleccionada:

Gráfica de la composición documental de la Colección Facticia de Emilio Roig.


Elaboración propia.

C ATAU R O   111
La gráfica confirma el predominio de las piezas de la agrupación. Es interesante la
publicaciones seriadas como tipo documen- fuerte presencia del Diario de la Marina
tal de mayor presencia en la Colección que (13,71 %), órgano contra el que Roig levan-
se estudia. Muchos de los artículos que for- tó su pluma en muchas ocasiones en artícu-
man parte de ella pertenecen a publicacio- los y cartas, y a cuyo equipo de trabajo tildó
nes desaparecidas, a ejemplares faltantes de de «clericanalla» y «gentuza». Los trabajos de
muchas de las colecciones del país o a títu- este diario aparecen anotados con frecuen-
los de difícil acceso en Cuba, incluso en bi- cia en los tomos de la Colección para indicar
bliotecas y archivos. La Colección Facticia las contradicciones de Emilio Roig con las
de Emilio Roig, por tanto, es un valioso re- posturas allí vertidas. Este hecho, presente
positorio hemerográfico, aun cuando solo en otros casos, le aporta gran valor a la
conserve fragmentos de la prensa de la agrupación, ya que se trata de la manifesta-
época. Algunos de los artículos que ella ción de las polémicas de la época y adelan-
contiene no se encuentran actualmente en ta información sobre las inconformidades
las bibliotecas de La Habana, ya que el que Emilio Roig luego volcaba en artículos
número de la publicación no existe o está y cartas.
en mal estado, lo que igualmente limita su A pesar de que Carteles y Social están
accesibilidad. entre las publicaciones que más figuran en la
La recopilación de artículos de prensa, Colección Facticia, su presencia no es de las
cubanos e internacionales, que se encuen- más significativas dentro de esta. Puede
tran en la Colección, incrementa su valor y atribuirse tal frecuencia, al hecho de que
constituye un registro del quehacer perio- ambos títulos formaban parte de la bibliote-
dístico de la época, así como de la represen- ca personal de Emilio Roig y no le interesa-
tatividad de los temas en la prensa y de las ba duplicarlos. Por otra parte, dado que el
diferentes perspectivas de análisis que en Historiador ocupaba cargos editoriales en las
múltiples ocasiones condujeron a polémicas dos revistas y publicaba constantemente en
no siempre resueltas en el campo de la pa- ellas, su colaboradora y esposa, María Bení-
labra. tez, compiló las colaboraciones de Roig en
A partir de los artículos que conforman estos medios de prensa en volúmenes aparte
la Colección Facticia puede construirse un que estuvieron en el Despacho de Roig en
catálogo de una parte de las publicaciones el Museo de la Ciudad hasta 2016, en que
periódicas de la época, sobre todo cubanas. fueron trasladados a la Biblioteca Histórica
Su organización temática en la Colección para su mejor conservación y uso.
constituye un importante valor de la agru- Otro tipo de documento que forma par-
pación aquí estudiada, ya que de otro modo te de la Colección son los libros y folletos,
la información que contiene se hallaría íntegros en algunos casos y fragmentos de
dispersa en los diferentes números de la ellos en otros. En la intención del coleccio-
fuente seriada original y más aún, en la di- nista de no dejar vacíos en la información
versidad hemerográfica de la época. que agrupa en cada volumen, el Historiador
El Mundo es la publicación más repre- incluyó a veces libros y folletos completos o
sentada en la Colección Facticia y represen- capítulos de libros que antes debía separar
ta aproximadamente el 26,6 % de todas las para extraer el fragmento de su interés. La

112  CATAURO
presencia de este tipo de documento cons- el grosor de la pieza puede conducir a que
pira en ocasiones contra la conservación de se produzcan deformaciones hacia los bordes
la forma física del volumen facticio, ya que de los tomos que la contienen.

Publicaciones librarias que componen la Colección Facticia de Emilio Roig. De izquierda a derecha:
1) Folleto J. W. Lazear, héroe y mártir de la civilización americana, escrito por Herminio Portell
Vilá (Fuente: Colección Facticia, tomo 73); 2) Folleto presillado sobre la bandera cubana y el Banco
Nacional (Fuente: Colección Facticia, tomo 679) y 3) Folleto Camino de Gloria de Andrés de Piedra-
Bueno (Fuente: Colección Facticia, tomo 680).

La fotografía4 sobre papel ocupa un lugar dad una realidad que es captada desde la
fundamental en la Colección a pesar de que subjetividad del que la hace. Su carga gráfica
su presencia cuantitativa no es significativa. le permite describir con elocuencia lo que las
Las 67 fotografías en blanco y negro que están palabras no logran en muchos casos. Sin
incluidas en la agrupación muestran documen- dudas, la fotografía es un vehículo de infor-
tos, monumentos, obras pictóricas y escultóri- mación de gran importancia al congelar
cas, maquetas, fiestas populares, eventos, instantes que de otro modo podrían pasar
personalidades y grupos relevantes para la inadvertidos o serían olvidados para siempre.
historia de Cuba y La Habana en especial. Momentos como la develación de una tarja,
Como fuente documental, la fotografía la colocación de una estatua, la cena de un
capta la imagen del momento y la perspecti- grupo, la sonrisa de un político, un baile o la
va del fotógrafo. Más allá de las cuestiones firma de un tratado, quedan para siempre
técnicas, la fotografía recoge para la posteri- capturados en la fotografía.

4
La fotografía aquí referida es la que se obtiene mediante un proceso químico y excluye la imagen fotográfica
publicada en revistas, periódicos y libros. Esta última se contempla en el trabajo como «imagen fotográfica»
y por lo general no aparece como tipo de documento sino como parte de otro.

C ATAU R O   113
Aunque en este estudio se ha considera- presencia de cartas resulta de gran interés por
do fotografía la imagen obtenida mediante ser un documento primario de información
un proceso químico y un dispositivo de donde pueden apreciarse las opiniones, sen-
captura, se debe señalar que las imágenes timientos y tonos de las relaciones humanas
fotográficas de los trabajos periodísticos que de quienes remitieron los mensajes.
forman parte de la Colección, también po- El epistolario remitido o emitido por
seen valor y pueden estar catalogadas como Emilio Roig recogido en la Colección da
tipo de documento o como ilustración, en cuenta de su intensa actividad cotidiana y
dependencia de si ellas solas son la pieza que de los matices de sus relaciones. Intelectua-
se describe o se encuentran formando parte les como Gerardo Castellanos, Herminio
del documento principal. En el primer caso Portell Vilá, Mariblanca Sabas Alomá,
aparecen tipificadas como imagen fotográfica Emeterio Santovenia, Jorge Mañach; polí-
y en el segundo, se tratan como ilustración. ticos como Carlos Prío, Fulgencio Batista,
Estas últimas serán abordadas más adelante, Raúl Roa y Fidel Castro; figuras eclesiásticas
pero de las imágenes fotográficas existen en como el Monseñor Dalmau, forman parte
la Colección Facticia de Emilio Roig 1 326 de la lista de remitentes o destinatarios cuya
que muestran personalidades relevantes e correspondencia se incluye en la Colección
inmuebles ya desaparecidos, y su inclusión Facticia de Emilio Roig.
en la Colección consigue una más expedita Sin dudas, la papelería epistolar es una
recuperación, puesto que casi en su totali- valiosa documentación para estudiar la
dad estas imágenes poseen un rótulo al pie, historia y la cultura cubanas. Las temáticas
identificativo de su contenido. que tratan las cartas complementan la in-
Las cartas y telegramas también destacan formación que se agrupa en los volúmenes
dentro de los tipos de documentos que y, por su carácter más personal e íntimo,
conforman la Colección Facticia por su resultan una fuente documental de gran
representatividad en ella. Este tipo de pieza valor informativo. Escritas con desenfado
aparece mayoritariamente firmado por sus en algunas oportunidades, los remitentes
remitentes, lo que le confiere autenticidad dejan ver sus sentimientos y posturas con
y carácter referencial respecto a otros docu- naturalidad, lo que permite entender más
mentos. La fuerte presencia de piezas epis- fácilmente el espíritu que mueve sus opinio-
tolares dota a la Colección Facticia de un nes. En otras, se advierte el tono formal de
gran valor, pues ellas constituyen testimonio la época o el que suponía dirigirse a una
de primera mano de una época, de sus pro- persona de algún rango a pesar de que la
tagonistas, de las relaciones entre ellos y de carta fuera discrepante o exigente.
los temas que ocuparan su atención. Al igual que el resto de las piezas, las
Como sucede con otros tipos de docu- misivas conservadas en la Colección Facticia
mentos, algunas de las cartas seleccionadas aumentan considerablemente en número
por el productor para la Colección son copias hacia la década de 1940. Por estos años Emi-
de misivas enviadas por Roig u originales de lio Roig está en plena efervescencia de tra-
algunas que se publicaron en la prensa, pero bajo, de lucha por el rescate del patrimonio,
en otras oportunidades, son originales reci- por la reivindicación de la historia cubana
bidos por Emilio Roig y que complementan y por la justicia social. Su responsabilidad al
los temas compendiados. En todo caso, la frente de instituciones como la Oficina del

114  CATAURO
Historiador de la Ciudad, la Sociedad Cuba- Fuentes primarias, de gran valor testimo-
na de Estudios Históricos e Internacionales, nial, son las actas incluidas en la Colección
entre otras surgidas por estos años, lo hacen Facticia de Emilio Roig. Ellas hablan por los
mantener una activa correspondencia. Si se presentes en reuniones o eventos y dejan
analiza el movimiento epistolar de un día, ver los temas tratados, así como las intensi-
puede notarse la emisión y recepción de dades y criterios de los participantes. Desde
cartas de diversa naturaleza temática, lo que la recepción, este tipo de documento apor-
habla de una gran capacidad de trabajo del ta una fuerte sensación de presente que
Historiador y del seguimiento de varios fren- trasciende al tiempo transcurrido desde su
tes de acción a la vez. emisión por el tono narrativo que se emplea,
Muchas de las cartas incluidas en la Co- lo que posibilita seguir lo acontecido en el
lección Facticia de Emilio Roig van acompa- hecho que se recoge en el acta.
ñadas de sus correspondientes sobres, lo que Dibujos, croquis y bocetos también com-
en ocasiones complementa la información y ponen la Colección Facticia de Emilio Roig
el propio mensaje de la misiva. En otras y si bien no son cuantitativamente repre-
oportunidades, el propio sobre aporta infor- sentativos, sin dudas son también fuentes
mación relacionada con las comunicaciones primarias desde el punto de vista historiográ-
en cada época, habida cuenta de que gene- fico y posibilitan reconstruir la historia
ralmente en él van incluidos o adheridos gráfica de calles, monumentos y símbolos
elementos que garantizan el envío y recep- que han llegado a nuestros días. Igualmen-
ción correcta del mensaje, tales como cuños te, en algunos casos pueden constituir
y otros anexos postales. verdaderas obras de arte, aunque en el caso

Dibujos, bocetos y croquis de la Colección Facticia de Emilio Roig. De izquierda a derecha: 1) Boceto
de la estatua de Carlos Manuel de Céspedes para el monumento de la Plaza de Armas (Fuente:
Colección Facticia, tomo 55 A); 2) Boceto para la conmemoración del cincuentenario de la República
de Cuba (Fuente: Colección Facticia, tomo 682) y 3) Croquis de proyecto para el trazado de la
Avenida 20 de Mayo (Fuente: Colección Facticia, tomo 674).

C ATAU R O   115
de la Colección estudiada no existe ningún en que se crean. El tema del documento si-
dibujo con este mérito. túa el punto de reflexión, las ideas centra-
En la Colección también se hallan docu- les, pero los elementos extratemáticos ajustan
mentos oficiales de organismos e institucio- los contenidos, los enriquecen y aportan in-
nes, expedientes, decretos, sellos, invitaciones formación contextual que colabora en la
y programas de acontecimientos sociales y comprensión de las colecciones como un to-
culturales que incrementan el valor de la do. La representación cronológica en la Co-
agrupación. lección Facticia de Roig aporta el matiz que
Forman parte también de la Colección da el momento reflejado en el desarrollo
Facticia de Emilio Roig otros documentos de un tema, en su seguimiento, en el modo de
en formato papel, como copias manuscritas abordarlo y en las intensidades puestas en él.
de los trabajos de intelectuales cubanos que, No solo muestra su representación tempo-
conociendo de la existencia de la Colección, ral en la Colección, sino que su relación con
tenían por costumbre enviar a Roig la copia las temáticas permite descubrir las maneras
de sus escritos, en muchos casos con recti- en que los mismos temas fueron tratados en
ficaciones escritas a mano. Por otro lado, la momentos diferentes.
Colección cuenta con documentos total- Los tópicos que aborda la Colección
mente manuscritos, en ocasiones originales Facticia de Emilio Roig abarcan espacios
y únicos, lo que constituye un elemento que temporales muy amplios, por lo que las
acentúa los valores patrimoniales de la fuentes documentales usadas permiten va-
Colección Facticia. Estos manuscritos se lorar el modo en que esas cuestiones se
encuentran asociados a tipos documentales trataban en determinados momentos y cómo
diversos como cartas, anotaciones y otros. se modificaban, permanecían o se agotaban
En el análisis de cualquier documento, no a lo largo del tiempo.
solo es relevante el contenido que aborda El gráfico siguiente sintetiza la presencia
sino además los elementos extratemáticos que documental en la Colección asociada a las
lo caracterizan, como puede ser el momento décadas de trayectoria vital de Emilio Roig,

Gráfica de las décadas representadas en la Colección Facticia de Emilio Roig.


Elaboración propia.

116  CATAURO
lo que no excluye que también se hallen Fernando VII del Paseo Martí de Matanzas
documentos de otros momentos. para la escuela de Artes Plásticas (1947), el
No es hasta los años veinte que se nota Congreso Nacional por la Paz y la Demo-
un incremento de la documentación al cracia (1949), son algunos de los aconteci-
analizar la cantidad de piezas por año. Los mientos que pueden seguirse en los años
primeros momentos del siglo xx fueron aún cuarenta a través de la Colección Facticia
de formación para Roig; sin embargo, la de Emilio Roig.
década del veinte es ya de intensa actividad La ilusión del autenticismo y la ortodoxia
política e intelectual. Son estos los años del en estos años, y el fracaso de la gestión ad-
minorismo y de los inicios de su campaña ministrativa de los gobiernos auténticos,
por la igualdad de la mujer y sus luchas figuran ampliamente en la documentación
políticas. Hasta la década del treinta Emilio agrupada en la Colección Facticia. El papel
Roig está vinculado a la vida municipal, de Emilio Roig y la Oficina a su cargo en la
sobre todo a partir de su nombramiento reivindicación de la intención republicana
como Comisionado en el Ayuntamiento en en esta década explica en parte que, junto
1927, pero no tiene la responsabilidad pú- a los nombres de los presidentes auténticos
blica que ya en 1935, con su nombramiento y otros asociados a estos temas, aparezca con
como Historiador de la Ciudad, lo vincula frecuencia Emilio Roig en el procesamiento
de modo especial con el acontecer habane- de los documentos.
ro y lo hace dejar constancia de ese vínculo. Son también estos los años de la intensa
En la década del cuarenta la actividad batalla de Roig «Por la Escuela Cubana en
de Emilio Roig está en plena efervescencia. Cuba Libre», que pretendía un enfoque y
La intensa actividad de la Sociedad Cubana dirección educacional auténticamente cu-
de Estudios Históricos e Internacionales, la banos, sin intromisiones foráneas y con el
Comisión de Monumentos, Edificios y Lu- control y la fiscalización debidos del Estado,
gares Históricos y Artísticos Habaneros, la incluso en las escuelas privadas.
Junta Nacional de Arqueología y Etnología, Los años cuarenta y cincuenta marcan
entre otras, tienen un impacto en la prensa la vida cubana y habanera por los hechos
y la cultura cubanas, que se manifiesta en históricos que tienen lugar en ellos y en los
los tomos analizados. En 1942 se inician los que Emilio Roig fue protagonista. Años sig-
Congresos Nacionales de Historia, cuya nados por fuertes movimientos políticos en
actividad no se circunscribe exclusivamen- Cuba, sobre todo en la década del cincuen-
te a los días en que tienen lugar, sino que su ta, y por un replanteo de las concepciones
preparación previa e impacto los convierte en torno a la sociedad, la cultura, la ense-
en tema reiterado a partir de entonces. ñanza, el urbanismo, la arquitectura, tienen
La celebración de la Primera Feria Na- su expresión en la Colección Facticia.
cional del Libro (1942), la inauguración del Emilio Roig tiene en esos años una madurez
Museo de la Ciudad (1942), el Congreso intelectual y política que se nota en la do-
Internacional de Archiveros, Bibliotecarios cumentación del conjunto estudiado, al ser
y Conservadores de Museos (1942), el apo- precisamente estas décadas las más repre-
yo de los intelectuales cubanos a la candi- sentadas en ella y donde con más asiduidad
datura para senador del poeta chileno Pablo aparece su nombre entre las materias que
Neruda (1945), el traslado de la estatua de abordan los documentos. Es la década del

C ATAU R O   117
cincuenta la del fracaso definitivo de la or- cogen lo más relevante del acontecer nacio-
todoxia como posibilidad presidencial, la del nal y extranjero, el estado de opinión de la
golpe de Estado de Fulgencio Batista que época y la postura del Historiador, bien en
inauguró una brutal dictadura y la del inicio los artículos publicados por él e incluidos
de la lucha de liberación que culmina con en la Colección o en sus cartas, bien en las
el triunfo de la Revolución, razones todas anotaciones de sus tomos, bien en los tra-
que explican la alta frecuencia de los térmi- bajos que tocan a Roig en ese entorno, e
nos asociados a estos hechos y nuevamente incluso, en las omisiones o reiteraciones.
el nombre de Emilio Roig vinculado a estos El análisis cronológico en relación con los
acontecimientos en la indización. temas permite comprender el devenir de
Por otra parte, los años cincuenta son los acontecimientos, las tensiones epocales
pródigos en homenajes a figuras históricas, y las fuerzas involucradas en sus soluciones.
sobre todo de Cuba y América, protagoni- Igualmente la inclusión de este indicador
zados por la Oficina del Historiador y las posibilita seguir los intereses del coleccio-
otras organizaciones a cargo de Roig. José nista y la intensidad de la atención puesta
María Heredia, Juan Gualberto Gómez, en ellos en cada momento. Desde el punto
Enrique José Varona, José de San Martín y de vista puramente documental, la conta-
José Miró Argenter están entre los home- bilización de la representación cronológica
najeados en estos años de reivindicaciones de las piezas permite establecer la datación
históricas. Se destaca la recurrencia de la también como un valor, al igual que la pre-
figura de José Martí en la Colección Facti- sencia de piezas que documentan cada
cia en estos años a propósito del centena- momento.
rio de su natalicio en 1953. Trabajos sobre Los valores añadidos de la Colección
el Patronato del Museo-Casa Natal de Jo- Facticia están referidos a los elementos que
sé Martí (1952), el Congreso de Escritores están presentes en ella y que no forman
Martianos (1953), la exposición de libros y parte de la intención de coleccionar, pues
documentos martianos en la Oficina del se trata de elementos que son detalles de la
Historiador cada año en conmemoración a pieza de colección pero no su interés prin-
su natalicio, la publicación del Libro de cipal, adiciones posteriores o especificidades
Cuba… (1954), el homenaje de los asisten- de los soportes del documento coleccionado.
tes al Duodécimo Congreso Nacional de Estos añadidos son parte de la historia de la
Historia en el obelisco que rememora la Colección y de las piezas que la conforman
caída en combate del Apóstol (1956), entre y constituyen elementos a tener en cuenta
otros asuntos, ocupan gran parte del corpus en la descripción, ya que aportan datos y no
documental de la década de 1950. siempre están asociados a un propósito de
De manera general, la Colección Facticia informar a terceros, si se tiene en cuenta
de Roig recorre buena parte de la diversi- que en muchos casos son anotaciones o
dad de criterios vertidos en los medios de agregos para uso personal. Por otro lado, los
prensa de la República cubana (1902-1959), añadidos suelen comportarse como elemen-
así como opiniones y polémicas de esos años tos de relación entre las partes, el sujeto
en torno a asuntos trascendentales de la vida productor y los posteriores destinatarios de
cultural y política cubana. Sus páginas re- los volúmenes en calidad de albaceas, usua-

118  CATAURO
rios, etc. Por esta razón son importantes para Las hojas usadas como soportes de las
explicar y valorar la Colección. piezas de la Colección también son elemen-
En general, la categoría de valor añadido tos a analizar. Gran cantidad de papel ha
expresa el modo en que se valoran los deta- sido recuperado para la Colección Facticia,
lles o partes de los elementos principales lo que se infiere por la lectura de sus rever-
descritos y sus soportes. No suelen ser, por sos, donde aparecen escritos que, aunque
sí solos, elementos de valor ni conforman no guardan relación con la temática del
en sí mismos un tipo de documento. Sin volumen, sin dudas lo convierten en un
embargo, resultan de interés en tanto apor- documento susceptible de aportar informa-
tan otras informaciones sobre el coleccio- ción a la manera del palimpsesto antiguo.
nista y la colección y avalan la autenticidad En esos reversos se pueden encontrar ma-
de algunas de las piezas, como los cuños y nifiestos de la batalla emprendida por Emi-
las firmas. Igualmente algunos de ellos tienen lio Roig en pro de la Escuela Cubana en
autonomía informativa, tal como sucede con Cuba Libre, modelos de trámites, entre otras
las imágenes fotográficas reproducidas para cosas.
un artículo o la información contenida en Los sellos también constituyen detalles
el papel recuperado. Todo ello potencia su de algunas de las piezas que merecen ser
valor en la relación que tiene con la pieza, considerados. Ellos aportan información
filatélica y contribuyen a ubicar geográfica-
la colección y el sujeto productor.
mente de dónde fue remitido un documen-
Es oportuno aclarar que, aunque suele
to, la fecha y el costo del envío. También los
coincidir la nomenclatura del tipo de docu-
sellos contienen elementos gráficos de valor
mento con la del añadido, como sucede en en cuanto al contenido y al diseño. Lo mis-
el caso de un sello, una imagen fotográfica mo sucede con los cuños, pues ellos señalan
o un impreso, su diferencia estriba en la relaciones de pertenencia, grado de forma-
función dentro de la pieza de colección, que lidad del documento de que se trate y dotan
es a su vez lo que le da el carácter protagó- a la pieza de autenticidad.
nico (en ese caso se clasifica como tipo de Las anotaciones constituyen uno de los
documento) o de parte componente (aquí elementos que más realzan la Colección al
es un añadido del documento principal). En ser documentos en sí mismas, solo diferen-
el primer caso toda la semántica de la pieza ciados de las anotaciones catalogadas como
depende de él y en el segundo, aporta infor- Tipo de documento, por su dependencia de
mación sobre las características, origen, un corpus principal al que le agrega, precisa,
incluso función, de la pieza principal. refuta o cuestiona. Este tipo de anotaciones,
Uno de los valores añadidos de los tomos aun cuando es totalmente dependiente del
estudiados son las filigranas del papel sopor- documento principal coleccionado y solo se
te que indican su procedencia. Este detalle comprende y valoriza en relación con él,
puede informar sobre qué tipo de papel era aporta información relevante que comple-
frecuente en la época o las preferencias del menta la de aquel y la del sujeto productor.
coleccionista si se le analiza en relación con Las anotaciones a veces fijan lo que faltó
el resto de las informaciones que ofrece la por decir en el cuerpo del artículo del que
Colección o su sujeto productor. depende, evidencia la opinión polémica

C ATAU R O   119
respecto al texto principal a que se refiere, Desde el punto de vista histórico, no
esclarecen la pieza, alude al origen de deter- cabe duda de que Emilio Roig de Leuchsen-
minadas palabras en un artículo ya editado ring es una figura insoslayable en la historia
y publicado y datan la pieza, bien de mane- de Cuba, pues además de sus posturas como
ra obvia, bien por el propio comentario. individuo y su nivel de influencia durante
Como todo documento, las colecciones la República, lideró organizaciones que
facticias poseen una información que tras- marcaron el paso en su circunstancia histó-
ciende su materialidad. Como colección, rica. El estudio del contexto republicano,
tiene además la necesidad de ser tratada con con su importante dosis de frustración, re-
las complejidades que ello entraña y no beldía y emergencia de procesos particulares
como un simple conjunto documental, pues de esta época, permite concluir que la Ofi-
en este caso existen otras relaciones que pre- cina del Historiador como entidad corpora-
cisan ser reveladas porque son también par- tiva lideró una buena parte de la vida
te de la información que porta la agrupación. cultural habanera a partir de los años cua-
Por tanto, las colecciones facticias poseen renta. El binomio hombre-institución, visto
una información que se obtiene, además, tras en el par Emilio Roig-Oficina del Historia-
un estudio exhaustivo de todas sus partes y dor, es un interesante fenómeno cultural
de su relación con el sujeto productor que con una impronta palpable, incluso, en La
las seleccionó y reconfiguró en un nuevo Habana de hoy y en muchos de sus fenóme-
contexto. Esta categoría de colecciones son nos culturales, como es el caso de los con-
el reflejo documental de las funciones, acti- gresos de historia, las conmemoraciones
vidades e intereses de su creador, eviden- nacionales, el urbanismo y la propia Oficina
cian la trayectoria de su productor y se validan del Historiador contemporánea, por solo
en el momento de la recepción. mencionar algunos ejemplos.
Este tipo de agrupación caracterizó mu- Como fuente de información, la investi-
chas bibliotecas privadas en los siglos xix gación exhaustiva de la Colección Facticia
y xx, y Cuba no fue una excepción. Emilio de Emilio Roig permite asegurar su valor.
Roig dejó constancia de sus intereses y ac- El estudio histórico y cultural de La Haba-
ciones en la Colección Facticia que creó na tiene en esta colección una valiosísima
desde la década del treinta. El corpus docu- fuente de información, más si se revisa en
mental que fundó constituye una pieza su integridad, sin circunscribirse exclusiva-
clave para la comprensión de la figura de mente a las piezas que Roig quiso agrupar,
Emilio Roig y para su valoración histórica. sino al modo (y contenidos) en que ese
Elementos de su personalidad, tales como su conjunto ha llegado a nuestros días.
noción de trascendencia y la necesidad de La comprensión de La Habana actual,
documentar, solo son perceptibles a través tanto en su aspecto constructivo como en
del estudio detallado y acucioso de su Fondo, sus componentes subjetivos, encuentra
y de la Colección Facticia en particular. De en la Colección Facticia de Emilio Roig
igual manera, el acercamiento indagatorio coordenadas fundamentales. Lo mismo po-
a la Colección aportaría claves esenciales dría decirse del país, cuyas tradiciones y
de su trayectoria como intelectual por la memorias fueron gestionadas con tenaci-
representación temática, añadiduras e imá- dad por el Historiador de la Ciudad a través
genes que contiene. de su cargo y de las instituciones que fundó

120  CATAURO
y fue miembro, todo lo cual está documen- elemento identitario de la nación cubana.
tado ampliamente en la Colección estudiada. Ella es, de cierta manera, síntesis de la his-
La Colección Facticia de Emilio Roig, toria de Cuba con los hombres que la han
por la relevancia del sujeto que la crea, la construido, los que la han influido, los
información que contiene de manera deli- matices conductuales de cada época, las
berada o no, el modo en que está organizada, relaciones internacionales, el movimiento
la importancia que tiene para la comunidad editorial, la complejidad de las relaciones
de investigadores y ciudadanos en general humanas y la mítica de cada momento his-
y su propia historia como colección, es un tórico.

C ATAU R O   121
ARQUITECTURA
VERNÁCULA Y
AFRODESCENDIENTES
Estudio de caso
JULIO ISMAEL MARTÍNEZ BETANCOURT

La arquitectura vernácula o popular es la


arquitectura de las clases populares, realiza-
da por los propios usuarios o por artesanos
(albañiles) con escasa instrucción, quienes
construyen diversos tipos de inmuebles con-
fortables para uso doméstico, recreativo o
de trabajo.1 Las construcciones vernáculas
se caracterizan por ser funcionales, adecua-
das a la finalidad prevista, con el uso de
materiales disponibles y el empleo de técni-
cas constructivas ancestrales, reproducidas
y conservadas por las nuevas generaciones.
Es presentada de principio como una arqui-
tectura que se basa en el conocimiento
empírico evolucionado de generación en
generación, resultando en una tradición
constructiva, reproducida y conservada viva
por las nuevas generaciones.
Los parámetros para catalogar algo cons-
truido como arquitectura vernácula son: ser
expresión de una tradición constructiva
Julio Ismael Martínez
Betancourt
1
Esta arquitectura nació entre los pueblos autócto-
nos de cada región, como una respuesta a sus ne-
Investigador. cesidades de hábitat. El término vernáculo extiende
Especialista del Jardín
Botánico Nacional- su significado a todo aquello que converja en la base
Universidad de de la identidad, cotidianidad y rasgos fundamentales
La Habana. enraizados en la historia de cada cultura.

122  CATAURO
ancestral todavía viva; que haya sido cons- tanto en el casco histórico como en los
truido por nativos del lugar; que se utilicen barrios aledaños,3 surgidos estos últimos a
materiales locales; y que estos, al cumplir partir de 1940.
su ciclo vital, sean devueltos sin riesgo o Durante el trabajo antropológico y etno-
contaminación ecológica al propio suelo gráfico, realizado de marzo 2014 a marzo
(véase Pérez Gil, 2016). 2015, y actualizado y completado en el 2021,
En la Cuba colonial, eran los negros y fueron listados más de veinte albañiles santia-
mulatos libres concentrados principalmen- guero-vegueros negros y mestizos, de entre
te en los barrios suburbanos los que se de- finales del siglo xix e inicios del xxi. Se reali-
dicaban al oficio de albañil, un empleo zó una ficha para cada albañil donde apare-
honrado pero humilde; y fueron precisa- cen los siguientes datos: nombres y apellidos,
mente ellos, quienes empedraron las calles, apodos, años de nacimiento y fallecimiento,
así como levantaron y construyeron vivien- dirección, año de inicio en la profesión como
das, palacios y fortificaciones en los centros albañil y principales obras constructivas en
urbanos (Barcia, 2008, pp. 27-37). Por las que participó. Se visitaron diferentes in-
consiguiente el oficio de albañil, entre otros muebles construidos por afrodescendientes
empleos (carpinteros, pintores, sastres y en Santiago de las Vegas. Se rescataron do-
zapateros), estaba reservado a la población cumentos históricos, planos de viviendas y
masculina de ascendencia africana libre, fotos. Se tomaron fotos y toda la información
debido al gran esfuerzo físico requerido para acopiada fue incluida en una base de datos
su ejecución. llamada «Afroalbañilesantiago».
En Santiago de las Vegas2 y para 1862, El propósito de esta publicación es per-
trabajaban cinco hombres negros como al- petuar para la historia la tradición construc-
bañiles (Pezuela 1866, p. 539), lo que hace tiva en familias afrodescendientes4 y su
suponer que desde la época colonial y hasta relación con la arquitectura vernácula
nuestros días, manos negras trabajaron en construida por estos, en la ciudad de San-
la construcción de edificaciones emble- tiago de las Vegas, del municipio Boyeros,
máticas de esta ciudad, tales como el Ferro- en La Habana.
carril del Oeste (construido en 1861), el
Cementerio Municipal (1895), el Parque
Juan Delgado (1908), el Acueducto Muni- TRADICIÓN FAMILIAR
cipal (1913), el Estadio de Beisbol (1945), Y ARQUITECTURA VERNÁCULA
el Centro de Instrucción y Recreo La Gloria
(1949), entre otras obras de impacto indus- Existe una tradición en familias negras de
trial y social o comunitario, así como, en Santiago de las Vegas relacionada con la
gran número de inmuebles domésticos, construcción, en las cuales varios de sus

2
Ciudad ubicada a 20 km al sur de La Habana. Su origen se debe al asentamiento de canarios cultivadores
de tabaco a finales del siglo xvii, sin embargo, oficialmente fue fundada en 1749. El 26 de agosto de 1775
le conceden el título de Villa, tomando jurisdicción propia, y el 23 de mayo de 1824, el de Fiel Ciudad,
ambos por Real Orden del Rey de España (Simón, 2000).
3
Entre ellos Villanueva, Lídice, La Aurora, Tessie, La Especial, Nuevo Santiago y La Catalina.
4
Personas nacidas fuera de África con ancestros procedentes de dicho continente.

C ATAU R O   123
integrantes se han desempeñado a través del recursos locales, tales como tierra roja para
tiempo como albañiles (ver anexo 1), quienes colorear la mezcla de cemento y arena, o el
han laborado en la edificación de diferen- reciclaje de conchas de moluscos marinos,
tes inmuebles u obras sociales de la ciudad piedras de mar y recortes de azulejos y mo-
(ver anexo 2). saicos, están presentes en la construcción
Uno de los mejores exponentes de la realizada y el diseño del inmueble.
arquitectura vernácula en Santiago de las Uno de los elementos constructivos más
Vegas, es el inmueble construido con esfuer- significativo es la urna construida y ubicada
zo y recursos propios por el albañil Roque a la izquierda del portal, con diferentes ni-
Marrero González (La Habana, 1906-1978), chos para colocar imágenes de deidades
sus descendientes y amigos. católicas. Para ello Roque Marrero hizo una
Marrero González aprendió elementos de base de malla metálica, cubierta de cemen-
albañilería de forma autodidacta y más tarde to pulido con incrustaciones de conchas de
bajo el asesoramiento del maestro de obras unas diez especies de moluscos marinos,
Máximo Solís Castillo (La Habana, 1901- entre otros elementos (bolas de cristal, barras
1962), Roque entrenó como albañil a su hijo metálicas, trozos de finas cadenas y crista-
José Marrero Chirino, Cheo (La Habana, les). También en el portal, aparece una co-
1942-1982), y este a su hijo José Marrero, lumna con capitel, circular y cincelada, con
Cheíto (La Habana, 1975-2021), además de azulejos incrustados, que toma la forma de
a su yerno Victoriano Barrios Suárez (La un tambor; así como una copa sobredimen-
Habana, 1934-2017), lo cual denota la tradi- sionada con pedestal; incrustaciones en la
ción familiar en relación con esta ocupación. pared, repisas, búcaros y floreros.
De acuerdo a la Declaración de Fincas Según Reglita, la hija menor de Roque:
Urbanas,5 Roque Marrero adquirió el 8 de
enero de 1931 un terreno al costo de 350.00 Mi papá era devoto a Santa Bárbara, por
pesos en MN, liquidando a plazos, cinco pe- eso hizo la urna en forma de castillo y
sos cada mes. La vivienda comenzó a ser puso una pequeña imagen de ella al cen-
construida en 1948 y está ubicada en la calle tro y a cada lado las vírgenes del Cobre
Juan Delgado no. 33, entre Avenida de la y de las Mercedes; a partir de entonces
Independencia y calle Cero, actualmente comenzamos todos los tres de diciembre
ave. 415 no. 18413, entre 184 y 186, reparto a velar la santa junto a la familia y los
Lídice, en Santiago de las Vegas, La Habana. vecinos, él ya no está pero la familia lo
La casa es de mampostería, placa plana, la- continúa haciendo, es una tradición fa-
drillos y mosaicos, y consta de portal, sala, miliar. También era adorador de Changó,
tres cuartos, baño, comedor, cocina, cuarto por eso hizo la columna en forma de
de desahogo, patio y pasillos laterales. tumbadora e incrustó en la pared, junto
Elementos constructivos tradicionales al número de la casa, sus iniciales y una
como alero con goteo, techos con soladura palma real6 con pedacitos de azulejos
e inclinados, ventanas con aleros propios y negros. Además, le gustaba hacer tum-
poyo con base inclinada, así como el uso de badoras e hizo dos con tablas de los

5
Declaración de Fincas Urbanas, archivos del Museo de Historia Municipal Francisco Fina García.
6
Roystonea regia, considerada por los practicantes de la santería cubana, el habitáculo de la deidad, lugar de
iniciación y ofrendas.

124  CATAURO
barriles de manteca que venían antes a como si fuera un arquitecto y nosotros
la bodega; después las talló y pintó de éramos los que le poníamos los nombres
rojo. Mi difunto padre tenía unas manos a las habitaciones y las mediciones. Él
prodigiosas y todo lo que se proponía hacía los ajustes del costo de la obra y le
hacer lo lograba. (Regla Marrero, comu- pagaba semanalmente a dos o tres ayu-
nicación personal, marzo de 2014) dantes, siempre negros; y si la ganancia
era poca, no contrataba ayudantes y
La ingeniosidad de Marrero González está entonces los hijos hacíamos de ayudante,
presente en el medio punto que divide la por eso mi difunta hermana María An-
sala del comedor con aplicaciones labradas tonia [Marrero Chirino] y yo, y después
y pulidas en bloques de canto usando cin- mi hermano [José Marrero Chirino]
celes, trinchas y mazas, así como las repisas Cheo y mi esposo [Victoriano Barrios
de granito fundidas y pulidas de forma arte- Suárez] Chicho, aprendimos a amarrar
sanal, que le da un toque de solemnidad a cabillas, levantar paredes de ladrillos,
la habitación. En el comedor, se conserva repellar y poner azulejos. Te aseguro que
una repisa empotrada en la pared con va- fuimos las primeras mujeres albañiles de
rios pisos y bordeada con piedra de canto este pueblo, porque antes que se crearan
esculpida, y en la cocina, una pieza única de las Microbrigadas,7 ya nosotras habíamos
concreto pulido con cubiertos, platos, tazas trabajado en la construcción. (Rufina
y peces a relieve, ambas dignas de admirar. Marrero Chirino, comunicación perso-
Sobre la vida de Roque y su opción por nal, marzo de 2015)
la albañilería, apuntó Rufina, la mayor de
las hijas: Para uno de los aprendices de Roque Marrero:

[L]a familia de mi padre era de San Yo aprendí la albañilería con mi suegro


Antonio de los Baños, allá hacía de Roque. Él era muy astuto y llevaba a la
vendedor ambulante y anunciaba con- práctica todas las ideas que se le ocurrían,
dimentos de la marca «Espiga de Teresi- e invertía mucho tiempo en la realización
ta», caminaba todas las calles del pueblo de las mismas; como no tenía tiempo
y solo le pagaban 10 centavos diarios. De extra, en su casa trabajaba por las noches
San Antonio de los Baños se mudó pa- y los fines de semana. Aquellos fueron
ra Santiago de las Vegas, donde hizo fa- años muy difíciles de nuestras vidas,8
milia y aprendió albañilería con [Máximo] sobre todo en lo económico, por eso
Solís, un maestro de obra de la raza ne- Roque se dedicó a recoger los recortes de
gra que ayudaba a los negros interesados azulejos y mosaicos, piedras bonitas,
en aprender y abrirse camino. Papá era corales y caracoles, en las obras donde
autodidacta, no sabía leer ni escribir, sin lo contrataban; así fue acumulando gran
embargo hacía los planos de las obras que cantidad de materiales que después usó
le encargaban con una facilidad tremenda, en la fabricación y decoración de su casa.

7
Movimiento constructivo integrado por pequeñas brigadas de hombres y mujeres para la fabricación de
viviendas, agrupados por organismos, empresas o ministerios, iniciado con el Plan Alamar a partir de di-
ciembre de 1970.
8
Se refiere a las décadas del cuarenta y cincuenta, del siglo xx.

C ATAU R O   125
Usó tierra roja cernida para colorear la taba trabajando y me hacían indicaciones.
mezcla y al aplicar el repello rojizo lo Ahora los clientes por ahorrar materiales,
combinaba con azulejos blancos, dando dinero y/o por desconocimiento, no quie-
la impresión que los rojos eran también ren hacer arquitrabe entre las columnas
azulejos. Las aplicaciones que colocó en del portal, ni reforzar las paredes con
la sala eran de piedra o bloques de canto, columnas para soportar una segunda
más baratos que los de cemento, además planta; piden aleros estrechos y sin goteo,
tallados y pulidos por él mismo. Todo lo lo que humedece las paredes o permite
que hacía era funcional y nos lo enseñó que el agua penetre por las ventanas. Yo
a nosotros, por ejemplo los aleros con aprendí con los viejos y como antes no
goteo para impedir que el agua corra por era así, trato de ayudar a las personas y les
la pared; la placa con cierta inclinación aconsejo las mejores formas y maneras
para evitar que el agua de lluvia se es- para que la construcción o el arreglo
tanque; la soladura para evadir el sobre- queden lo mejor posible. (Roberto Man-
calentamiento de la placa; las ventanas rique Martínez, El Flaco, comunicación
con el poyo inclinado o alero propio para personal, abril de 2021)
que no le entre el agua a la habitación;
columnas de apoyo para las segundas
plantas, el arquitrabe en los portales para CONCLUSIONES
que no se curve la placa y el encerado de
las piezas de granito fundido y pulidas Existe una tradición por el empleo de albañil
para evitar la porosidad y darle brillo a en algunas familias afrodescendientes de
las repisas. (Victoriano Barrios, comuni- Santiago de las Vegas, lo cual ha contribuido
cación personal, marzo de 2015) a perpetuar el legado constructivo aplicado a
la arquitectura vernácula en esta ciudad del
La nueva generación de albañiles afrodescen- suroeste habanero. A pesar de la intromisión,
dientes santiaguero-vegueros sigue los pasos en ocasiones, de los clientes, los albañiles
de sus ancestros, estos poseen los conocimien- ponen en práctica los conocimientos ances-
tos de las técnicas constructivas vernáculas, trales adquiridos en función de la operatividad
pero en ocasiones, los clientes interfieren en y utilidad, según la finalidad de la obra.
su puesta en práctica e impacta en la funcio- En el inmueble estudiado lo estructural
nalidad y terminación de la obra. se une a lo religioso, con un entorno ecléc-
Según uno de los actuales albañiles de la tico, donde el tratamiento hecho en las
comunidad: paredes hacia el exterior anuncia la búsque-
da de lo ancestral en la tradición construc-
Llevo treinta años en la construcción tiva a través de revoques, enlucidos o
como albañil y en ocasiones me ha toca- estucos, al mezclar arena, bloques de canto,
do reparar o ampliar, porque las familias caracoles, corales, cemento, piedras, recebo y
han crecido, algunas de las casas que hi- tierra, con la finalidad de configurar y satis-
cieron Roque y su cuadrilla. Mis maestros facer el deseo de lo distinto, lo exclusivo,
en la albañilería fueron [Gerardo] Abreu, «lo bonito» y conjugarlo con lo espiritual.
[Raúl Martínez] Cabilla y [Ricardo] Solís La singularidad constructiva de la vi-
trabajé con ellos y cuando me independi- vienda muestra las habilidades y versatilidad
cé, ellos visitaban las obras donde yo es- de Roque Marrero González como albañil,

126  CATAURO
para satisfacer necesidades materiales y es- el contexto urbanístico de Santiago de las
pirituales; al mismo tiempo la hace única en Vegas, La Habana.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barcia, María del Carmen. (2008). Los ilustres apellidos: negros en La Habana colonial. Ediciones Boloña.
Pérez Gil, Javier. (2016). ¿Qué es la arquitectura vernácula? Historia y concepto de un patrimonio cultural espe-
cífico. Universidad de Valladolid.
Pezuela, Jacobo de la. (1866). Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la Isla de Cuba. Imprenta del
Banco Industrial y Mercantil, Madrid.
Simón, Marat. (2000). Santiago de las Vegas, 300 años de historia. Impresión artesanal, Santiago de las Vegas.

ANEXO 1. ALBAÑILES NEGROS Y MESTIZOS DE SANTIAGO


DE LAS VEGAS, LA HABANA.

Abreu de Armas, Gerardo (Jovellanos, 1922-2012).


Barrios Suárez, Victoriano (La Habana, 1933-2017).
Bello, José, Joseíto (La Habana, 1912-1977).
Bello Figueroa, José, Pepe (La Habana, 1932-2015).
Bello Calvo, Hilario (La Habana, 1940-2004).
Blanco Betancourt, José Inés (La Habana, 1895-1982).
César, Lázaro, Tata (La Habana, 1935).
Cortés, Coleto (La Habana, c.1860-1940).
García Aguirre, Desiderio, Yeyo (La Habana, 1908-1968).
García Aguirre, Félix, el Niño Laferté (La Habana, 1914-1974).
González Sichar, Horacio (La Habana, 1940).
Manrique Martínez, Roberto, El Flaco (La Habana, 1956).
Marrero González, Roque (La Habana, 1906-1978).
Marrero Chirino, José, Cheo (La Habana, 1942-1997).
Marrero Granado, José, Cheíto (La Habana, 1963-2021).
Martínez Estenoz, Raúl, Cabilla (La Habana, 1930-2019).
Martínez Estenoz, Catalino Amador (La Habana, 1933).
Martínez Acosta, Raúl, Raulito (La Habana, 1969).
Peñalver Hernández, Francisco, Pancho (La Habana, 1940-2014).
Piñal Díaz, Santiago (La Habana, 1881-1955).
Piñal Martínez, Osvaldo, Papo (La Habana, 1917-1991).
Piñal Martínez, Francisco, Kiko (La Habana, 1928-1991).
Piñal Barrios, Gilberto, Gilber (La Habana, 1938-2005).
Piñales Salgado, Gilberto, El Cherna (La Habana, 1928-1971).
Solís Castillo, Máximo (La Habana, 1901-1962).
Solís Fariñas, Gregorio (La Habana, 1918-2011).
Solís Hernández, Ricardo (La Habana, 1936).

C ATAU R O   127
ANEXO 2. INMUEBLES U OBRAS SOCIALES EN LA QUE PARTICIPARON
AFRODESCENDIENTES DE SANTIAGO DE LAS VEGAS, LA HABANA.

Fecha de construcción
Obra
(Según Simón, 2000)
Viviendas del casco histórico 1850-2021
Ferrocarril del Oeste. Estación de Ferrocarril de Santiago 1861
de las Vegas.
Plaza de Armas, Plaza de Recreo y Parque Martí 1884, 1902 y 1933
Cementerio municipal 1895
Construcción de fortines 1896
Parque Juan Delgado9 1908
Casa Consistorial (Ayuntamiento), calle 11 esq. 4 1911
Acueducto municipal 1913
Construcción de la primera funeraria, en calle 9 esq. 14
10
1915
Parque Alberro, en calle 4 esq. 15
11
1939
Viviendas de los barrios Villanueva, Guadalupe, Lídice, La Aurora, 1940-2021
Nueva Aurora, Tessie, La Especial, Nuevo Santiago y la Catalina
Estadio de beisbol Benjamín Rodríguez 1945
Hornos del taller de cerámica artística de Cuba 1945
Centro de Instrucción y Recreo La Gloria, en calle 6 entre 9 y 11
12
1949
Crematorio (actual Labiofam) 1952
Monumento al Tabaquero 1953
Estadio de hockey sobre césped Antonio Maceo 1991

9
Juan Evangelista Delgado González (La Habana, 1868-1898), independentista cubano y coronel del Ejército
Libertador, quien comandaba el Regimiento de Caballería Santiago de las Vegas y dirigió al grupo de hombres
que rescataron los restos del mayor general Antonio de la Caridad Maceo Grajales (1845-1896) y el capitán
Francisco Gómez Toro, Panchito (1876-1896), el 7 de diciembre de 1896 en San Pedro.
10
La funeraria era propiedad de Domingo Palomino, un negro natural de Santiago de las Vegas e iniciador
de los servicios necrológicos en la localidad; a su muerte el negocio fue heredado por su hijo y nietos, quienes
mudaron la funeraria a calle 6 entre 15 y 17.
11
Parque dedicado a José de la Merced Alberro de la Luz (1845-1925), hombre negro de extracción humilde
que, desde su cargo de concejal municipal, luchó por las mejoras de los santiaguero-vegueros, entre ellas
la construcción del Acueducto.
12
Sociedad negra fundada en 1879, que aglutinaba a los negros y mestizos de Santiago de las Vegas hasta 1961;
estaba ubicada en calle 6 entre 9 y 11, y fue construida con esfuerzo propio de sus asociados.

128  CATAURO
Albañil santiaguero, Roque Marrero González.
(La Habana, 1906-1978)

Fachada del inmueble construido por Roque Marrero en el reparto Lídice. Foto del autor.

C ATAU R O   129
Detalle del muro con recortes de azulejos. Foto del autor.

Urna, búcaro e incrustaciones en la pared con pedazos de azulejos. Foto del autor.

130  CATAURO
Detalle de copa
sobredimensionada.
Foto del autor.

Columna en forma
de tambor ubicada
en el portal
de la vivienda.
Foto del autor.

C ATAU R O   131
La urna, uno de los elementos más significativos del inmueble. Foto del autor.

132  CATAURO
Detalle de corona
de la urna.
Foto del autor.

Ornamentación
de la urna
con conchas de
diferentes especies
marinas.
Foto del autor.

C ATAU R O   133
Nicho de la urna
con la imagen
de la Virgen de Regla.
Foto del autor.

Nicho de la urna
con la imagen
de la Caridad del Cobre.
Foto del autor.

134  CATAURO
UNA ESCULTORA Y PINTORA
CUBANA RECONOCIDA POR
FERNANDO ORTIZ
MEI-LING CABRERA PÉREZ

Nacida en Matanzas en 1912, Caridad Ra-


mírez Medina —también conocida como
Caruca— se graduó en la Academia San
Alejandro en 1932. Desde entonces y hasta
inicios de la década del cincuenta, mantuvo
una sostenida presencia en los espacios de
exhibición de la capital.
De hecho, en condición de pintora y es-
cultora, participó en diferentes exposiciones
integradas por alumnos y graduados de la ya
Archivos del Folklore

mencionada institución académica, en varios


salones organizados por el Círculo de Bellas
Artes, en eventos dedicados a la mujer en las
artes plásticas cubanas, en salones de carác-
ter nacional celebrados en el Palacio de Bellas
Artes y en otras muestras de conocida rele-
vancia como: 300 años de arte en Cuba,
realizada en la Universidad de La Habana.
Asimismo, logró insertarse en el circuito
promocional de otras ciudades de Europa y
Mei-Ling Cabrera Pérez
América y, en este sentido, destaca el premio
Profesora de
la Facultad de Artes
que adquiriera en 1938 por su obra Rumbera,
y Letras. a propósito de la Exposición Internacional

C ATAU R O   135
de la Danza llevada a cabo en el Rockefeller Otras voces reconocidas, como la del
Center de Nueva York. crítico Rafael Marquina o la del prestigioso
Y es que la artista, si bien abordó dife- doctor Fernando Ortiz, también llegaron a
rentes aristas de la línea figurativa e incluso pronunciarse a favor del quehacer artístico
llegó a incursionar, con determinados acier- de Caridad Ramírez. Fue el destacado es-
tos, en el lenguaje abstracto; alcanzó una tudioso de nuestras raíces afrocubanas,
mayor visibilidad a partir de su interés por quien escribió las palabras dedicadas al
temáticas relacionadas con nuestro mesti- catálogo de la exposición personal que
zaje cultural. Por tanto, fueron varias las presentara la artista en mayo de 1953 en el
obras tridimensionales que, realizadas en Salón de los Pasos Perdidos del Capitolio
bronce o yeso, reiteraron el motivo de la Nacional, en ocasión de sus veinte años de
figura femenina interpretando bailes popu- trayectoria artística.
lares, deudores de la cultura africana. Desafortunadamente, muy poco se cono-
No es casual que el nombre de la artista ce sobre la labor posterior de esta creadora,
apareciera referido, junto al de otras crea- quien posiblemente pasó a residir fuera de
doras contemporáneas —Rita Longa, Lucía Cuba en esa misma década.1 Valdría la pena
Álvarez, Jilma Madera—, en aquellos textos entonces, acometer acciones que contribu-
que, bajo la autoría del doctor Luis de Soto yan al rescate no solo de la obra de Caridad
o de la doctora Rosario Novoa, fueron pu- Ramírez sino también de tantos otros que,
blicados con la intención de presentar el en diferentes momentos y con motivaciones
proceso evolutivo de la escultura cubana a diversas, continuaron desarrollando sus
lo largo de las primeras décadas del siglo xx respectivos proyectos artísticos en otros es-
(véase Soto, 1953 y Novoa, 1941). cenarios del mundo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Novoa, Rosario. (1941). Los escultores cubanos de hoy. Revista Universidad de La Habana, 34, enero-febre-
ro, 190-208.
Soto, Luis de. (1953). La escultura en Cuba. En Libro de Cuba. Edición Conmemorativa del Cincuentenario
de la Independencia (1902-1952) y el Centenario del nacimiento de José Martí (1853-1953).
Veigas, José. (2005). Escultura en Cuba siglo xx. Fundación Caguayo / Editorial Oriente.

1
Esta información dimana de la revisión de los catálogos de exposiciones colectivas y personales realizadas
durante las décadas del cincuenta, sesenta y setenta, que se conservan en diferentes centros de documentación
de la capital, así como de la confrontación de fuentes bibliográficas como Veigas, 2005.

136  CATAURO
CARIDAD RAMÍREZ:
SU OBRA NO SERÁN
PASOS PERDIDOS*
FERNANDO ORTIZ

Entre las personalidades que han surgido a


la nombradía en la generación treintera de
Cuba, tan inquieta como inquietadora, la
de Caridad Ramírez es de las más ganadas
para nuestro país. Su afirmación personal es
signo de la época.
Cuando la mujer cubana ha subido en
pocos lustros a jerarquías altas y nuevas,
Caridad es figura muy destacada en ellas por
su relieve mental sin menoscabos de la fe-
minidad ni condescendencias por esta.
Cuando la humanidad aún sufre por la
barbarie de los racismos más feroces que han
ensangrentado al mundo, la cubana Caridad
ha logrado triunfar en una noble carrera,
pese a la intrincada y tupidísima cortina de
prejuicios con que suelen ser trabados los
esfuerzos y capacidades de quienes, como
ella, muestran en su tez el acrisolamiento
humano en que fueron fundidos los pigmen-
tos de sus varios abolengos. El ambiente
*
Agradecemos la colaboración ofrecida por los
especialistas Lesbia Vent Dumois, Llilian Llanes,
José Veigas, María del Carmen Pereira y Mei-Ling
Fernando Ortiz Cabrera en torno al texto de Fernando Ortiz que
(1881‑1969). presentamos. [Nota de la redacción].

C ATAU R O   137
cultural de Cuba republicana le ha sido Ahora la Srta. Caridad Ramírez, después
propicio a la expresión libre de su persona- de estar mucho tiempo comisionada en los
lidad brotada de sus etnias ancestrales, de centros artísticos de París y el resto de Euro-
castellana, de negra, de semita y de maya; y pa, de trabajar en sus talleres, sobre todo
su congénita vocación, tesonera e inspirada, durante los últimos dos años en la célebre
la llevó a sumergirse en los fontanares del Manufactura Nacional de Cerámica de
arte universal, pretérito y contemporáneo, Sévres, y de estudiar pedagogía de las artes
para captar en ellas sus fluentes esencias. plásticas en las más exigentes escuelas de
Cuando la juventud de Cuba ha invadido allende, es Attachée Cultural de la Embaja-
las artes plásticas en asalto conquistador, la da de Cuba en Francia. Lo es en título
artista matancera ha ido en su vanguardia, a merecido y en función verdadera; sin frivo-
la pintura, la escultura y la cerámica. Aun en lidad, ni simulación, ni contrabando. Y nos
las avanzadas abstraccionistas ella no es una trae a La Habana, al Salón de los Pasos
mujer fugitiva, para decirlo con el título de una Perdidos, en el Capitolio, la exposición de
de sus bellas forjas, sino una nouvèlle réalité, algunas de sus obras, ilustrada con diserta-
como diríase en la jerga de los ateliers moder- ciones acerca de sus perspectivas ventajosas
nistas y de los museos neófitos donde ella para el arte cubano. Sus exhibiciones y
expuso algunas de sus piezas más expresivas. enseñanzas no han de ser pasos perdidos.

138  CATAURO
LINO NOVÁS CALVO

La casa donde vive don Fernando Ortiz está


en una frontera. Allí empieza, propiamente,
el Vedado, el barrio de los ricos; allí acaba
La Habana. La casa misma es un cruce de
estilos, pero es amplia y confortable. Enfren-
te se alza la universidad. Hace cuarenta años
que Ortiz se graduó en ella de abogado.
Antes, en 1900 y 1901, lo había hecho en
las universidades de Barcelona y de Madrid.
Desde entonces ha producido obras de inves-
tigación: de historia, de etnografía, de lin-
güística, de arqueología, de derecho, que lo
han situado entre los primeros sabios de
América. Ortiz ya no es profesor de la uni-
versidad. Pero ha enseñado a dos generacio-
nes de cubanos cosas más originales y más
cubanas que ningún otro cubano.
Ortiz tiene ahora sesenta y ocho años
y últimamente se ha ido replegando más y
más al interior de su casa. Allí tiene lo que más
quiere: su linda hija María Fernanda, de
Lino Novás Calvo cuatro años; su joven, alta y rubia esposa,
(1903-1983)
Narrador, ensayista y *
Américas, 2 (7): 6-7 y 44, Washington, julio de 1950;
periodista cubano. y también en Miscelánea de estudios dedicados a
Trabajó como redactor Fernando Ortiz (vol. 2, pp. 1133-1142). Tomado de
y director interino de la
revista Ultra. Cultura órbita de Lino Novás Calvo (pp. 495-505). Edición al
Contemporánea desde cuidado de Julio César García, con selección y
1939 hasta 1945. prólogo de Cira Romero. Ediciones UNIÓN, 2008.

C ATAU R O   139
María Herrera, con la que se casó hace superfluas o marginales, y sumergiéndose,
siete años; sus libros, sus documentos inédi- cada vez más, en su hogar y en sus libros,
tos. Su espléndida salud ha sufrido, de poco sin dejar de mirar por eso, y muy agudamen-
acá, algunos quebrantos. Un desprendi- te, hacia fuera.
miento de retina le ha dejado sin vista en En su último libro, El engaño de las razas,
un ojo. También el corazón ha empezado a define Ortiz su método de estudio. Es tam-
fallar un poco. Ciertas contrariedades mo- bién un método de filosofía. Para él todas
rales han afectado su ánimo. Pero nada ha las cosas tienen cuatro dimensiones. Un día
podido apagar el rosado color de su rostro tomó de la mano un ícono africano que
ni el contagioso vigor de su espíritu. tiene sobre la mesa y me dijo: «Este muñe-
Ortiz es por naturaleza expansivo. Es co tiene, primero, su individualidad; luego
todavía, por lo saludable y fresco de sus tiene su temporalidad, su especialidad y su
escritos, el más joven de nuestros escritores. ambientalidad. No podremos comprender
Tranquilo, aunque emotivo y, a veces, irri- este muñeco sin comprender esas dimensio-
table, recio, amante de la buena mesa y de nes. No basta estudiar una de sus medidas;
la amena charla, no le falta nunca el opti- hay que estudiarlas todas. Y al fin, y esto es
mismo. Un día, durante un diálogo que muy interesante, habrá que ver cómo esas
tuvimos sobre política, en los peores días de medidas actúan unas sobre otras, cómo se
la guerra, me increpó: «¡Usted parece un interrelacionan, y cuál es el resultado».
viejo; y usted es un derrotista!». Eso explica, en parte, la variedad, en tor-
Esa su expansión, que ha sido también no a una unidad más o menos obvia, de su
dispersión, se le ha ido reduciendo, sin em- obra. Explica también la ramificación de sus
bargo, en los últimos tiempos. Hace cuaren- estudios. Ortiz no ha podido encerrar nun-
ta años contrató con una casa editora de ca en un círculo, en un fenómeno, un sujeto
Madrid la publicación de un libro sobre de estudio. Si ha partido del círculo ha sido
culturas afrocubanas. Pensaba escribirlo en para romperlo por sus cuatro lados y salir, por
un año; contaba con abarcar todos los aspec- esas brechas, en busca de su significación
tos de la materia. Hoy nos dice: «Todavía integral, su trascendencia en el conjunto del
estoy en las primeras páginas». Pero ha labo- mundo. Esto le ha llevado muy lejos; dema-
rado en ese libro sin pausa, aunque sin prisa, siado lejos para las fuerzas del hombre.
y sin desaliento. Pocos hombres tienen su Por formación, como por afición, Ortiz
capacidad de trabajo. Pero dice él mismo, es un cubano de tres mundos. Su madre,
explicando esta demora necesaria: «He pa- doña Josefa Fernández de Garay, era cubana;
sado gran parte de ese tiempo en labor ex- su padre, don Rosendo Ortiz, español. Pero
ploradora, de clasificación y de análisis, por ambos eran republicanos y liberales. Todos
esa intrincadísima fronda de las culturas sus antepasados han venido de la Montaña
negras retoñadas en Cuba. Y de cuando en y del País Vasco, en España. En él se repro-
cuando, he ido dando algo a la luz, como ducen, con fuerza, los caracteres de aquellas
débil muestra y ensayo de lo mucho que «razas» vigorosas, saludables, espesas, tozu-
puede hacerse y que está por hacer, y aún por das. Pero ya antes de su nacimiento un fa-
explorar, en este campo de la investigación». miliar de doña Josefa se había retirado,
Ahora siente que le debe dedicar más con dinero, a Menorca, la apacible isla del
tiempo. Por eso ha ido soltando dedicaciones Mediterráneo. Y a los catorce meses, allá

140  CATAURO
llevan al «cubanito». No vuelve a Cuba No todo el mundo había ignorado al
hasta los catorce años. negro. Existía una copiosa bibliografía sobre
El Mediterráneo ha pesado mucho sobre la esclavitud y abolición y «una polémica en
su formación. El trasplante supone, entre torno a este trágico tema, pero embebida de
otras cosas, una temprana formación bilin- odios, mitos, cálculos y romanticismos». Lo
güe (castellano y catalán) y el contraste, que Ortiz se propone entonces es estudiar
patente en Menorca y más aún, después, en científicamente al negro: su espíritu, su
Barcelona, entre las fuerzas defensivas de la historia, sus antepasados, sus lenguajes, sus
europeidad. Entre ellas pasa su adolescencia. religiones, sus artes, sus valores positivos y
No se decide enteramente por ninguna, pero sus posibilidades sociales. De esto nada
intenta comprenderlas, y aun conciliarlas. había hecho. Todo tuvo que empezar a ha-
De Barcelona, tras un período de cuatro cerlo desde el principio.
años en La Habana, pasa a Madrid, y hace La tarea era inmensa. No se trataba solo
su tesis de grado, que titula «Bases para un de un curioso fenómeno, sino de una «com-
estudio sobre la llamada reparación civil». El plejísima maraña de supervivencias religio-
derecho va a ser una de sus dedicaciones. sas, procedentes de diferentes culturas
Pero su verdadera vocación ha sido ya deci- lejanas y con ellas variadísimos linajes,
dida. Durante su paso por la Universidad de lenguas, música, instrumentos, bailes, can-
La Habana, en los últimos días de la colonia, tos, tradiciones, leyendas, artes, juegos, fi-
tomó contacto con la filosofía positivista, los losofías folklóricas; es decir, toda la
inmensidad de las distintas culturas africa-
estudios modernos de las ciencias sociales y,
nas traídas a Cuba, harto desconocidas para
sobre todo, con los libros de Enrico Ferri y
los mismos hombres de ciencia».
Cesare Lombroso. En él, sin embargo, estas Este es el material a que Ortiz va a con-
influencias se canalizan hacia las culturas sagrar la mayor y la mejor parte de su vida.
negras de Cuba y ya en 1906 publica en Pero el material parece crecerse, ramificarse
Madrid su primer libro: Los negros brujos. y complicarse a medida que él se adentra en
Este —el de los negros trasplantados, su manigua. Después de Los negros brujos,
«transculturados», como él dice— es el vienen Los negros esclavos (1916), el Glosa-
tercer mundo en que Ortiz se sumerge. ¿A rio de Afronegrismos (1924) y multitud de
qué se debe tal inclinación? El mismo nos ensayos, conferencias, prólogos, artículos y
lo ha explicado en una conferencia pronun- monografías sobre la misma materia u otras
ciada hace poco en una sociedad de «color», afines. Mas esto da apenas una leve idea de
el Club Atenas. Apenas regresa, doctorado, su labor durante aquel período de explora-
de España, se pone a escudriñar en la vida ción. Solo una mínima parte del material
cubana y lo primero que le sale al paso es el acumulado o apuntado era aprovechable
negro. Y era —dice— natural que así fuera. por el momento. El resto iba quedando
«Sin el negro Cuba no sería Cuba. No podía, clasificado, o por clasificar, en su archivo,
pues, ignorarlo». que es secreto; y aún aguarda su turno.1

1
El archivo del sabio cubano, en su casi totalidad, se encuentra en el Instituto de Literatura y Lingüística
«José Antonio Portuondo Valdor», donde está siendo clasificado y ordenado por los especialistas. Otros
documentos suyos, preferentemente cartas, se localizan en la Biblioteca Nacional «José Martí». [Nota de
Cira Romero].

C ATAU R O   141
Polígrafo inclasificable, Fernando Ortiz la cultura francesa no resalta en él en primer
es conocido, principal e indebidamente, por plano.
sus indagaciones folklóricas. El folklore no De nuevo en La Habana en 1906, y ya
es para él sino uno de los medios para el es- huérfano de madre, logra Ortiz un nombra-
tudio del hombre, del hombre en su totali- miento de fiscal auxiliar en la Audiencia de
dad, sea este negro, blanco o mulato. No le La Habana, y tres años después es catedrá-
agrada que le tengan exclusivamente por tico de Derecho Público en la Universidad.
folklorista, por rebuscador de datos pinto- En 1908 se casa con una distinguida dama
rescos sobre la vida, las costumbres de los cubana, Esther Cabrera, hija del ilustre
negros. patricio y notable escritor Raimundo Cabre-
La erudición por la erudición no es su ra. De este matrimonio nació una hija, Isis,
fuerte. Y la obra suya que más estima, con que casó a los 18 años y que ya es abuela.
razón o sin ella, es su Proyecto de Código Ortiz es, por consiguiente, bisabuelo.
Criminal Cubano, publicada en 1926, y Vienen entonces años fecundos. Ortiz
traducida a varios idiomas que Enrico Ferri intensifica el estudio. Seguidamente publica,
calificó incluso de más avanzada que su entre otras obras: La reconquista de América,
propio equivalente italiano. He aquí lo que Reflexiones sobre el panhispanismo, Entre cu-
escribió Enrico Ferri: «Si su patria acepta banos, Rasgos de psicología criolla, La filosofía
como ley el referido proyecto, Cuba se pon- de los espiritistas, los ya mencionados Negros
drá a la vanguardia de todos los países civi- esclavos.
lizados en la reforma de la justicia penal, En un país más sólido y asentado, Ortiz
severa para los delincuentes peligrosos y hubiera continuado, sin interrupción, su
clemente para los menos peligrosos». Y carrera de savant. Pero los aires de la calle
concluye el sociólogo italiano: «Si su pro- son muy fuertes en Cuba. En 1916 cae Or-
yecto llega a ser ley, le prometo desde ahora tiz en la tentación de la que se libran pocos
ir personalmente a Cuba a admirar su país cubanos: la política. La política lo saca de
y aplaudir sus legisladores». No; su proyec- la universidad, lo eleva como liberal a la
to no llegó a ser ley en los códigos; pero lo Cámara de Representantes donde perma-
ha sido y sigue siéndolo en la conciencia de nece diez años activo y limpio, siempre en
juristas eminentes. la oposición. La política no ha logrado, sin
El contacto de Fernando Ortiz con Ferri embargo, sacarlo por completo de su prime-
y otros hombres de ciencia italianos se ra y grande vocación. Esos diez años le sir-
acentúa en 1903, cuando le nombran can- vieron para establecer más hondos y más
ciller del consulado de Cuba en Génova. vastos contactos con las capas bajas de la
Este fue, sin dudas, un período de reafirma- población negra. Entre 1916 y 1926 publica,
ción y refuerzo. Nunca ha perdido Ortiz el entre otros libros: Historia de la arqueología
contacto con la cultura italiana, especial- indocubana, el mencionado Proyecto, José
mente en lo tocante a la sociología y la Antonio Saco y sus ideas cubanas, Alejandro
criminología. De tal modo, que hasta que, Humboldt en Cuba y La clave xilofónica de la
más tarde, se adentra en el estudio del inglés música cubana.
y la cultura anglosajona, las culturas espa- No se puede siquiera esbozar una sem-
ñola e italiana le dominan; y las domina. blanza de Fernando Ortiz sin hacer referen-
Aunque ha leído mucho también en francés, cia a la Sociedad Económica de Amigos del

142  CATAURO
País (SEAP) —«La hija cubana del Ilumi- En 1928 fue cofundador del Instituto
nismo», como él la llama en un librito que Panamericano de Geografía e Historia. Ya
lleva este título—, y su órgano la Revista apartado de la política, y sin cátedra univer-
Bimestre Cubana, que dirige desde 1910. La sitaria, parece que va a consagrarse ahora
SEAP es en la república, como en la colonia, enteramente a su trabajo intelectual, pero
lugar de convergencia de pensamiento res- cuatro años más tarde lo hallamos expatria-
ponsable, tolerante, progresista. En 1914 do, perseguido por la tiranía de entonces, y
pronunció Ortiz allí una conferencia titula- como especie de embajador en los Estados
da «Seamos hoy como fueron ayer», en la Unidos de las juventudes revolucionarias
que invita a los hombres de entonces a que que tanta esperanza despertaron (y que
sigan los ejemplos de los grandes cubanos luego defraudaron) en el pueblo de Cuba.
del siglo xix: aquellos hombres que «fundan- Ortiz ha mirado mucho Cuba adentro,
do revistas, diarios, escuelas, cátedras, pero nunca ha perdido de vista «lo que pasa
museos, jardines botánicos; costeando be- en el mundo». Nunca ha sentido la nacio-
cas; importando profesores; publicando li- nalidad como desligada de la universalidad.
bros, memorias e informes sobre todos los En 1917, siendo Representante, encabe-
problemas cubanos, nos demuestran cómo za una moción pidiendo la declaración de
la labor de un grupo de hombres de fe pue- guerra a Alemania. Ya los Estados Unidos
de hacer de una factoría esquilmada un se la han declarado. Pero Ortiz aclara en su
pueblo y una nacionalidad». Añade, sin moción: «Yo entiendo, señores, que este
embargo, que no basta la fe. Hay que traba- tiene que ser más que un bello gesto cubano.
jar, con vigor, con ardimiento apasionado, Debemos consignar que vamos a la guerra,
«teniendo la certeza de que nuestra salva- no solamente por un deber de gratitud hacia
ción depende únicamente de nosotros». los E.U. sino también porque aquí se tiene
Es lo que repite, con más intensidad, con conciencia de lo que significa este problema
más desesperación, en otra conferencia universal. Se lucha por altos intereses mo-
pronunciada desde la misma tribuna en rales, por los grandes principios que son la
1924. Solo que ahora la alarma es más gran- base de nuestra existencia nacional misma».
de y la conferencia se titula «La decadencia Esto es en 1917, téngase en cuenta.
cubana». Sin embargo, Ortiz reitera con Ortiz es un legislador nuevo y novato. Pero
optimismo que la salvación de Cuba está en no se le oculta que los conflictos bélicos son
manos de sus hijos, y sentencia: «No se algo más que rivalidades de potencias y que
salva un pueblo que no se salve solo». Es la el desenlace puede afectar a todos, grandes
época de los lamentos y las rebeldías, y el y pequeños.
preludio de una crisis que estalla cerca de En 1940 ya Ortiz no está en la Cámara.
diez años después con violencia. Pero Ortiz Está en la Institución Hispanocubana de
insiste en que todas nuestras dificultades Cultura, que ha fundado y preside. Está en
pueden ser resueltas por nosotros mismos. la calle, en el periódico, en la revista, en la
No excusa, desde luego, lo que nos hacen tribuna. Está en todas partes donde haya
los otros, los que mandan desde lejos, pero que alzar la voz para demandar una acción,
no quiere que la gente se adormezca, pen- no solamente dicción, contra las «fuerzas
sando que todos los males nos son impuestos del oscurantismo». Nunca fue más político
desde fuera. que en esta fecha. Nunca tampoco ha visto

C ATAU R O   143
más en peligro la existencia de las institu- emoción es la de un artista. Hay que verlo
ciones en que vivimos y queremos vivir. leer y trabajar. Un libro, si realmente le in-
Ortiz truena: «¡Esta es nuestra nueva guerra teresa, va cobrando vida. Sonríe, frunce el
de independencia!». Pero tampoco ahora es ceño, se sonroja, toma notas en una letra
un «bello gesto de gratitud», aunque su engarabitada. Luego corrige y vuelve a corre-
simpatía hacia el pueblo norteamericano se gir, interminablemente.
ha agrandado a través de la que siente hacia Esto es la desesperación de secretarias y
su presidente, Franklin D. Roosevelt. linotipistas. Uno de estos, que había sufrido
Con la guerra concluye otra fase de la su letra durante varios años, coincidió una
vida y la obra de Fernando Ortiz. No es vez con él a la entrada de un teatro, en el
posible siquiera enumerar sus principales momento en que un empleado les entrega-
actividades anteriores ni posteriores. Hay ba el programa. Le gritó el linotipista al
que destacar, sin embargo, el Instituto In- empleado: «¡Cuidado, muchacho. No le des
ternacional de Estudios Afroamericanos, eso, que lo va a corregir!».
que fundó en México en 1946; y la Sociedad Un buen chiste es también una de las
contra el Racismo de la que también es delicias de Ortiz y nada le agrada más que
fundador y desde donde combate toda et- salir a almorzar con sus amigos y, de sobre-
nología, sea contra negros o contra judíos. mesa, intercambiar anécdotas e informacio-
Mientras tanto, la Institución Hispanocu- nes recientes sobre hechos y personas.
bana de Cultura y su órgano Ultra, langui- Aunque calificado por algunos de hedonis-
decen y mueren al poco tiempo. ta, Ortiz tiene realmente pocos vicios. No
Las pugnas ideológicas, no meramente fuma. Es parco en la bebida. No toma apenas
políticas, acalladas durante la guerra, rena- café. Pero no hay duda de que fue siempre
cen, y Ortiz, como hombre de «izquierda», un gran admirador de la belleza femenina.
tiene sus enemigos y contradictores. Su Y luego, tras la charla de sobremesa, otra
carácter, afable y aún cariñoso, es sin em- vez al estudio, donde después de una breve
bargo susceptible y a veces hasta regañón, siesta se sienta de nuevo ante el imponente
herencia catalana sin duda, y vive en la volumen de los documentos acumulados:
crueldad de un ambiente que nunca sabe Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar,
premiar a los hombres que más valen. Pero derivado de sus investigaciones sociológicas,
Ortiz se resarce resumergiéndose en sus li- que fue traducido en seguida al inglés. En
bros y en los temas y en personas de su de- 1945 salió en México El huracán. Su mitolo-
voción. gía y su símbolo. Actualmente está trabajan-
Para Ortiz un libro es también una per- do en «Preludios etnográficos de la música
sona. Una de las grandes cualidades de sus afrocubana», del que ha publicado ya pri-
escritos es que todo lo humaniza; todo es micias en las revistas Bohemia y Bimestre
persona y la persona lo es todo. Las cosas, Cubana. ¿Y después?
nos dice, le interesan por sus implicaciones «Después —me contesta él—, quién
humanas. Ni arte por el arte, ni ciencia por sabe. Tengo ahí materiales para más de
la ciencia. Solo en la medida en que pueda cuarenta libros, sin contar con los que pue-
relacionarlos con el hombre, individual y dan irse presentando». Y añade con el afán
colectivamente, le emocionan. Pero enton- de no decir demasiado: «Lo que temo es que
ces le emocionan verdaderamente y la el tiempo no me alcance para tanto».

144  CATAURO
SIEMPRE LOGRÉ VENCER
INCOMPRENSIONES
Y PREJUICIOS
(Entrevista a María Teresa Linares)
TRINIDAD PÉREZ VALDÉS

Este diálogo con María Teresa Linares que hoy


publicamos como entrevista fue en realidad una
conversación previa a la grabación realizada
para el Archivo Audiovisual Fernando Ortiz y
sus contemporáneos efectuada entre 2002
y 2003. A los creadores y colaboradores de es-
te proyecto, los investigadores y especialistas
Aurelio Francos Lauredo, Daniel Álvarez
Durán y Cecilio Delgado Pérez agradezco su
apoyo y aportes en esta entrevista.

Trinidad Pérez: Doctora María Teresa,


antes de comenzar, le agradecemos, en
primer lugar, que en esta mañana —apenas
ha amanecido y ya estamos aquí— usted
nos haya permitido esta charla acompa-
ñada por ese cafecito que ha preparado
para nosotros y que además nos conceda
Entrevistas

el privilegio de grabarla para el Archivo


Audiovisual de la Fundación. Cecilio ya
tiene preparada la grabadora, y Aurelio,
quien la ha tenido muy presente como una
Trinidad Pérez Valdés
de las figuras imprescindibles para este
Investigadora.
Subdirectora de
Archivo que, como usted conoce, él ha di-
Catauro. señado. Doctora, creo que en nuestra

C ATAU R O   145
conversación no va a existir un orden y de poder integrar ese Consejo Científico en
como tal, pues como usted misma nos ha que estaban también figuras muy distinguidas
reiterado, en el desorden pueden encon- en las ciencias de Cuba.
trarse, a veces, revelaciones y sentimien- Muy pronto me incorporé a los progra-
tos inusitados.…Comience entonces a reme- mas investigativos de la Academia y del
morar vivencias y sentimientos a su aire. Instituto. Recuerdo que se comenzó a ela-
Estamos escuchándola con la mayor borar una serie de planes de investigación
atención. en la Academia de Ciencias. El primero en
que participé fue el de una encuesta sobre
María Teresa Linares: Comenzaré en- fiestas populares y otra con brigadistas be-
tonces por aquello que tal vez esté mejor en cados en La Habana al regreso de la Cam-
mi memoria o por lo que ha quedado en ella. paña de Alfabetización. Los brigadistas
Les diré que mi vida como tal estuvo, está y procedían de casi todas las provincias.
estará unida a la de Argeliers1 y a la de mi Conseguimos una grabadora y comenzamos
familia. Mis investigaciones como tales co- a grabarle sus cuentos infantiles, romances,
menzaron en el Instituto de Etnología y Fol- juegos, y toda una serie de tradiciones cam-
klore, fundado en 1960 por el esfuerzo y la pesinas porque la mayoría de ellos procedían
constancia de Argeliers y los aportes de Juan del campo. Las niñas narraban mejor. Eran
Pérez de la Riva,2 Isaac Barreal,3 Manuel más dispuestas, más conversadoras que los
Moreno Fraginals4 y otros colaboradores. Este niños «guajiritos», que eran más cerrados,
Instituto se denominó en realidad Instituto más herméticos. El cuestionario de fiestas
Nacional de Etnología y Folklore y pasó, muy populares lo pudimos difundir en casi toda
pronto, a formar parte de la recién creada la provincia de La Habana porque no tenía-
Academia de Ciencias de Cuba, presidida mos transporte para ir a otras provincias.
por Antonio Núñez Jiménez5 y Juan Mari­ Recuerdo que un grupo de investigadores
nello,6 y como Presidente de Honor don Fer­ fueron a Candelaria. Con el grupo que yo
­nando Ortiz. Lo recuerdo muy bien porque dirigía nos fuimos a Managua a estudiar la
él nos agradeció personalmente esta distin- fiesta de San Isidro el Labrador. Eran pobla-
ción y se sintió muy feliz con los proyectos, ciones cercanas a La Habana.
1
Argeliers León (1918-1991). Musicólogo, compositor, etnólogo y pedagogo. Fue director del Instituto de
Etnología y Folklore de la Academia de Ciencias y del Departamento de Música de la Casa de las Américas.
Autor de El canto y el tiempo (1974) e Introducción al estudio del arte africano (1980). Fernando Ortiz consideró
a Argeliers y a su esposa María Teresa Linares pioneros de los estudios musicales en Cuba.
2
Juan Pérez de la Riva (1913-1976). Antropólogo e historiador. Autor, entre otros textos, de Contribución a
la historia de la gente sin historia (1974) y de El barracón y otros ensayos (1974).
3
Isaac Barreal (1918-1994). Ensayista y profesor. Autor de valiosos ensayos sobre temas y autores cubanos.
Su libro Etnia y sociedad (1993) es una excelente antología de estudios y ensayos de Fernando Ortiz.
4
Manuel Moreno Fraginals (1902-2001). Historiador cubano. Autor del reconocidísimo libro El ingenio:
complejo económico social cubano del azúcar (1961).
5
Antonio Núñez Jiménez (1923-1998). Geógrafo e historiador. Autor de Cuba, la naturaleza y el hombre en
varios volúmenes. Fundador de la Fundación La Naturaleza y el Hombre, que hoy lleva su nombre.
6
Juan Marinello (1908-1977). Ensayista y crítico. Autor de Americanismo y cubanismo literario (1932) y de
José Martí, escritor americano (1958).

146  CATAURO
Todo eso cambió más tarde pero, de to- y yo. Todos teníamos opiniones diferentes y
das maneras, el esquema se conservó y en entonces tomamos como base un tesauro
una ocasión posterior, en el año 79 o en el hecho por un estadounidense que lo elabo-
80 pude reproducir en tres municipios de ró para la Segunda Guerra Mundial, un
Pinar del Río, tres fiestas patronales com- tesauro que se usaba mucho, aunque ya ha
pletas, con todo el programa, aunque cam- sido muy mejorado.
biándole una serie de elementos; por
ejemplo, en la fiesta patronal se hacía una Pero doctora, ¿dónde quedaron todas
diana para despertar al pueblo y también esas fichas que se elaboraron para aque-
una misa, después había toda una serie de llas investigaciones?
juegos infantiles y juegos de adultos, como
era el de los monteros, que venían a pasar Sé que los archivos antes de que saliéra-
la puya por una argolla, el de las carreras de mos nosotros fueron recogidos. Las fichas,
sacos y el palo ensebado. Nosotros organi- los informes, todo fue guardado bajo llave
zamos fiestas de niños, temprano en la sin tener acceso ninguno de los investiga-
mañana, con la Federación de Mujeres dores que habían trabajado en las investi-
Cubanas y organizamos lo que eran las fies- gaciones.
tas que se le podían dar a las mujeres que Casi todas las fichas que había en los archi-
contribuían a la Feria del Tabaco, a esto no vos o en las cajas fueron guardadas en un
le llamamos fiesta patronal, le llamamos lugar con prohibición de acceso. Dijeron que
fiesta de cosecha, por el fin de la cosecha de era un material estratégico y que podían sus-
tabaco. Siempre utilicé aquel mismo esque- traer o plagiar la información. Más bien fue
ma. Las fiestas fueron exitosísimas, lo que un invento para poder copiarlos, es lo que
pasa es que no teníamos en ese momento los pensamos. Casi todo sobre las populares en
recursos necesarios. Por Bahía Honda y en Managua fue copiado, y otro informe de in-
Los Palacios había centrales y sembrados de vestigación de campo en el Valle de Yumurí
arroz, y nos pidieron que organizáramos también. Así aparecieron proyectos de doc-
también fiestas de cosecha para la termina- torado para hacerlos en los entonces países
ción de la zafra y para la cosecha de arroz. socialistas, copiados de lo que se había in-
Algo así todavía se puede hacer, pero que no vestigado en el ya disuelto Instituto.
se le ocurre a nadie hacerlo ahora, tal vez En aquel momento no teníamos compu-
porque la situación económica es otra. tadoras, apenas algunas máquinas de escri-
El caso es que, de aquella encuesta con bir, ni el personal necesario, así y todo, Pérez
los brigadistas, a la hora de procesarlas nadie de la Riva y yo elaboramos el tesauro. Lo-
quería trabajar en ello. Entonces logré, con gramos que se obtuvieran cerca de dieciocho
trabajo extralaboral, que algunos trabajado- mil fichas sobre costumbres y tradiciones, el
res, mecanógrafos y mecanógrafas que tra- habla y las fiestas populares, toda una serie
bajaban en el Instituto como auxiliares de de elementos que conservaban los brigadis-
oficina me ayudarán siguiendo un esquema tas, incluso sobre preguntas que no estaban
para procesar los datos y mecanografiar las en la encuesta ellos hicieron sus observacio-
fichas. nes y colocaron sus datos en la respuesta.
Para hacer el tesauro nos reunimos Juan Había observaciones muy graciosas, certeras
Pérez de la Riva, varios investigadores más e imprescindibles, nunca estudiadas ni

C ATAU R O   147
observadas. De ahí su valor como memoria no se sabe qué camino tomó. Grabaciones,
o testimonio. Siempre pensé que si se hu- discos, etcétera, se desconoce su destino.
biera extendido más esa encuesta hubiera Todos estos años me he preguntado a dónde
sido mucho más amplia la información, pero ha ido a parar ese material. ¿Ustedes tam-
tristemente cuando nosotros nos fuimos de bién se lo están preguntando, no es cierto?
la Academia de Ciencias se consideró que
no tenía la importancia debida y que esos La revista Actas del Folklore, fundada
temas no tenían prioridad. No sé si se con- en 1961 en el Centro de Estudios del Fol-
servó algo, pero yo sí separé alguna docu- klore, del Teatro Nacional, marcó toda una
mentación porque de todas las fichas hacía época pese a que solamente tuvo un año
original y copia. Separé varias gavetas de lo de existencia, y usted también formó par-
que de entrada le había puesto «hablar, te de su comité de redacción. ¿Cómo fun-
habla popular» y la mandé al Instituto de cionó esa revista?
Literatura y Lingüística a Nuria Gregory,7 a
quien le había dado clases en uno de los Sí, yo formé parte del Consejo de Direc-
cursos que impartí en esa época, pero en ción y además colaboré en lo que era la
realidad ignoro qué destino tuvo esa inves- parte más mecánica de la revista, como
tigación en la que aprendí muchísimo. A mí revisar galeras, llevarlas y traerlas. La idea
eso me sirvió como una experiencia de in- de fundar esta revista fue de Argeliers y de
vestigación extraordinaria y aprendí no Isaac Barreal. A Barreal no le gustaba el
solamente el método de cómo revisarlo, sino nombre, pero lo aceptó porque fue aproba-
el sentido de su contenido. Me sirvió para do por mayoría y Argeliers no imponía
conocer la manera de ser y de pensar de nombres. Él empezaba a escribir en un papel
muchas poblaciones, de sectores de la po- una lista de títulos, esos títulos no eran a
blación cubana desconocidos hasta enton- capricho, los apuntaba pensando en el con-
ces. También cintas grabadas por nosotros tenido y en lo que iban a representar. A
fueron mutiladas porque necesitaban los veces encuentro papeles, entre los que él
carretes para otras investigaciones que se dejó, donde hay una serie de nombres para
hacían, y botaron esas cintas a la basura. títulos de libros, artículos. Por eso defiendo
Protestamos por esa atrocidad, pues no te- el título de sus ensayos, como por ejemplo
nían derecho a destruir el trabajo de doce La ruta al viento, porque él lo seleccionó
años. entre otros muchos títulos que pensó.
La colección de revistas Archivos del Actas del Folklore fue recibida con bene-
Folklore Cubano que don Fernando Ortiz le plácito. A muchos les encantó esa revista,
regaló a Argeliers y que tenía anotaciones y se nos agotó enseguida. No recuerdo si en
nuestras, y que yo la había mandado a en- el formato de diseño de la revista intervino el
cuadernar para la biblioteca del Instituto, hermano de Argeliers o fue un formato
nunca nos la devolvieron. Todo lo que hi- ideado entre Argeliers y otros colaboradores,
cimos en el Instituto, salvo alguna docu- pero ese formato también fue muy estudia-
mentación que teníamos en nuestras casas do. En Actas del Folklore colaboraron jóvenes

7
Actualmente directora del Instituto de Literatura y Lingüística José Antonio Portuondo Valdor. Es doctora
en Ciencias Filológicas.

148  CATAURO
investigadores como Miguel Barnet8 y Ro- Argeliers los dibujó, porque en aquel en-
gelio Martínez Furé,9 que se habían desta- tonces no existían las fotocopiadoras. Los
cado ya por su labor en el Instituto de dibujó y diseñó el gallardete para que se in-
Etnología y Folklore. cluyera en la revista. Recuerdo a otra perso-
Para su confección seleccionábamos los na que hizo un relato sobre las celebraciones
trabajos que habían realizado estudiantes en una de las sociedades de negros, la Unión
en los cursos de la Escuela de Verano de la Fraternal, en la que se realizaba una gran
Universidad de La Habana. Existía una fiesta anual que empezaba con minuets, ri-
tradición muy grande de experimentación godones, cuadrillas, y sus integrantes se
e investigación en estos cursos, que seguían vestían con trajes antiguos de satín azules.
el mismo esquema de aquellos de las déca- Los hombres se ponían pelucas y las mujeres
das del cuarenta y del cincuenta en los que pelucas blancas. Se vestían exactamente
Ortiz realizó una gran labor como profesor como si fueran personajes del siglo diecinue-
y promotor de los programas con conteni- ve. Y hasta obtuvimos una copia del minuet
do de las manifestaciones y expresiones de sala que se tocaba al piano en esa socie-
populares. En esos cursos hacíamos un dad. Así se enriqueció la revista con traba-
examen sencillo porque nos visitaban estu- jos de este carácter, con trabajos de los
diantes que no sabían música, pero por su alumnos de la Escuela de Verano. Eran tra-
sensibilidad, por el carácter de lo que es-
bajos muy frescos, porque eran temas que
cuchaban, podían hacer descripciones y
quizás se habían publicado en la revista
diferenciaciones, entonces se les ponía un
Archivos del Folklore Cubano fundada por
test auditivo, para que definieran si era
un bolero, una criolla, un son o una rumba. don Fernando Ortiz décadas atrás, pero esta
Durante el curso se escuchaban audiciones era una versión nueva, vital, vigente. La
de música cubana y asistían maestros de revista Catauro de nuestra Fundación con-
música que sí sabían responder muy bien, tinúa ese camino y se enriquece con traba-
pero había extranjeros que matriculaban jos científicos actuales que son de muy alta
cursos de español y se matriculaban en profesionalidad. En aquel entonces noso-
música no para conocer la música sino para tros estábamos formando esos científicos.
practicar el español. De esos trabajos había Hoy es diferente, cambiaron los entornos.
algunos muy interesantes, como los que se
publicaron sobre los altares de cruz, las Usted comenzó a trabajar en la Empre-
costumbres de las parrandas, algunos sobre sa de Grabaciones y Ediciones Mu­sicales
La Puya y El Perejil. Recuerdo los de las (EGREM), ¿cómo fue esa experiencia?
parrandas en Quemado de Güines. Allí en
Quemado algunas personas conservaban No muy bien como verán. La EGREM
los gallardetes de las parrandas y una los tenía una división de áreas de producción,
llevó para que los viéramos. Entonces y para cada área había un productor, un

8
Miguel Barnet (1940). Poeta, narrador y ensayista. Autor de la novela testimonio Biografía de un cimarrón,
así como de otras reconocidas novelas y libros de poemas.
9
Rogelio Martínez Furé (1937). Poeta y ensayista. Fundador y asesor del Conjunto Folklórico Nacional. Ha
compilado valiosas antologías de poesía cubana y africana.

C ATAU R O   149
productor que su área era inviolable, yo no Trova. Así que considero que ese trabajo
podía hacer ni ocupar una grabación en el fue muy importante pero lo que no resultó,
área de otro productor. Fui a trabajar allí en mi criterio, fue la producción de los
porque había hecho en la Academia de discos que se hicieron. Recuerdo cuánto
Ciencias el disco Viejos cantos afrocubanos10 pasé con el volumen III del Cancionero
y el Cancionero Hispanocubano, que se ha- Hispanoamericano, volumen con canciones
bía vendido ya en Europa, y con ello se antológicas de María Teresa Vera. Cada vez
podía hacer otras producciones. En aquel que yo presentaba un proyecto, ese proyec-
momento Medardo Montero, el director to era rechazado por las personas que te-
de la EGREM, uno de los mejores que ha nían que ver con la comercialización. Ese
tenido esa empresa, me dijo de manera muy era un cargo que cambiaba constantemen-
halagadora para mí: «Si usted lo desea te y cada vez que venía un experto del
venga a trabajar con nosotros, porque Ministerio de Comercio Exterior, experto
vamos a organizar toda una línea produc- que tenía experiencias en tuberías de plás-
tora». Fui a la EGREM para hacer por lo tico, en importación de no sé cuántas cosas,
menos seis discos anuales de la calidad exportación de azúcar, pero no tenía expe-
etnográfica que tenían los dos primeros que riencia ni conocimiento ninguno de la
se habían realizado. El sueño mío desde el música, y cuando escuchaba un punto
Instituto de Etnología y Folklore era hacer
cubano o un canto de negros se enojaba y
la serie Viejos cantos afrocubanos y algo pude
decía: «Esto no sirve, no vale»; y entonces
realizar, pero no como lo hubiese deseado,
empecé a hacer otras cosas. Le pedía a Me-
tal vez por las circunstancias y el momen-
dardo: «Por favor, déjeme hacer un disco de
to. Pero la labor en la EGREM dejó un
legado que hasta entonces no se había música de concierto, déjeme hacer un disco
realizado. Todo sobre folklore y música de música de otra índole». Llegó un mo-
popular. mento que me sentí sin trabajo. Y pasado
un tiempo me dieron la oportunidad de que
Nos gustaría que ampliara un poco fuera a hacer investigaciones de campo. Si
más sobre su labor en la EGREM. había un Festival de la Rumba en Matanzas
yo iba a Matanzas con los equipos y me
Allí me compraron para mi trabajo una trasladaba a Colón, Cárdenas, Unión de
Nagra, que era una grabadora suiza profe- Reyes, en este último lugar siempre se
sional, portátil, lo mejor que había en el hacían festivales porque existía un núcleo
mundo por aquellos años. Ahora lo digital muy grande de rumberos. Todas aquellas
supera todo esto. La Nagra, la pobre, era grabaciones que traje se consideraban
una grabadora de cinta, ¡imagínense! Y yo como plan de trabajo cumplido, pero no se
grabé cientos de horas en muchos lugares: editaban en disco. Tal situación me llenó
en la Jornada Cucalambeana, en los festi- de pesar y disgustos. Para mí lo fundamen-
vales en Pinar del Río, en los Festivales del tal era ver en discos todo lo investigado,
Danzón, en varios festivales de la Nueva todo en manos de interesados y curiosos.

10
La colección comprendió nueve volúmenes. Se editó también el volumen Oru de Igbodu.

150  CATAURO
¿Cómo fue su experiencia como direc- estaban vacías, preparadas más o menos
tora del Museo Nacional de la Música? para montar una exposición, pero ese plan
de montaje no estaba proyectado como tal
El museo fue una experiencia bellísima porque los arquitectos que debían hacerlo
en mi vida. Llegué a ese lugar con mucha exigían un guion. Esos guiones eran tan
ilusión. Creo que allí me sentí realizada, en hipertrofiados que no podrían instalarse ni
el sentido de que María Antonieta Henrí- en el local completo del museo. Entonces,
quez11 me entregaba un museo completo. me di cuenta que no existía una sala de
Ella tenía fondos muy buenos, los que había conciertos pero que sí existía el proyecto de
logrado y los que recibió por la amistad y la la sala. Comenzó una lucha cruenta para
confianza de muchas personas, y por la labor que se acondicionaran muchas de esas ins-
que realizaron dos fundadoras: Gisela Her- talaciones.
nández12 y Olga de Blanck.13 Ellas dos tenían Yo le había dicho a María Antonieta
gran amistad con muchísimos creadores de Henríquez que los instrumentos de música
la música cubana y rescataron innumerables de don Fernando Ortiz que estaban en el
partituras. Rescataron La esclava, de la ópe- Museo Nacional habían pasado a la Acade-
mia de Ciencias, y que se encontraban en
ra de Mauri Esteve,14 por ejemplo. Al fallecer
unos sótanos húmedos entre un montón de
Olga de Blanck, ella dejó, en su testamento,
otras cosas, y que debían pasar al museo.
la donación completa de su casa, con cua-
María Antonieta había hecho algunas ges-
dros valiosísimos de pintores y todos sus tiones, pero infructuosas. Un día Daysi
archivos de música. Todo lo de su padre lo Rivero,15 de la Academia de Ciencias, fue a
dejó donado al museo. Antes había enviado visitarme al museo porque necesitaba que
todo lo del Conservatorio, porque el Con- yo fuera oponente de un trabajo que se iba
servatorio había sido nacionalizado y ella a presentar en una jornada científica junto
tenía muchas piezas en su casa. Así que li- con Hilario González.16 La recibí en mi
bros, actas y toda una serie de documentos despacho, le brindé café y empecé a conver-
pasaron al Museo de la Música. sar con ella. Le afirmé que el museo era el
En el museo encontré que había una sola que debía tener esos instrumentos que yo
sala abierta, la que llevaba el nombre de Rita sabía que se estaban echando a perder en
Montaner. Era la más visitada. Otras salas los sótanos del Capitolio, que el Instituto

11
María Antonieta Henríquez (1927-2007). Pianista e investigadora. Fundadora del Museo Nacional de la
Música.
12
Gisela Hernández (1912-1971). Compositora y directora de coros. Fundadora de los museos y archivos
musicales de Cuba.
13
Olga de Blanck (1916-1998). Compositora y pedagoga. Hija de Hubert de Blanck. Autora de reconocidas
composiciones musicales.
14
José Mauri Esteve (1855-1937). Compositor de importantes obras, entre ellas, la mencionada ópera La
esclava.
15
Daysi Rivero (1939). Fue presidenta de la Sociedad Económica de Amigos del País y vicepresidenta de la
Academia de Ciencias de Cuba, entre otras instituciones.
16
Hilario González (1920-1996). Compositor y pianista. Perteneció al Grupo Renovación Musical.

C ATAU R O   151
de Etnología ya no era el Instituto de Etno- nosotros estábamos frente al mar, y se toma-
logía, era un departamento dentro de otro ba en cuenta que los estantes de la biblio-
Instituto, o sea, el de Antropología, y que teca no podían ser de metal porque se
cada día se perdían valiosos documentos y oxidaban, y las maderas de buena calidad
habían tomado el peor de los caminos. Ella eran muy caras, llamé al ICAIC y hablé con
me dijo: «Mire, yo conozco la situación el jefe de taller que podía hacerme el pro-
porque Martha Arjona17 y María Antonieta yecto, y cuando ya lo tenía llamé a los arqui-
Henríquez han pedido lo mismo en reitera- tectos de Patrimonio para que me hicieran
das ocasiones, pero hay oposición y no en- el proyecto de las vitrinas. En realidad, no
tiendo por qué». Entonces le respondí: fue tan costosa la sala. Después descubrí que
«Bueno, el día que todo eso se destruya y otros muchos museos empleaban elemen-
no quede nada, ¿a quién le va a pedir cuen- tos de aluminio, pero tuve que librar otra
tas la historia, a quienes ya habrán desapa- batalla porque el arquitecto que nos traba-
recido, o a usted, que tiene la oportunidad jaba tenía sus ideas, y yo le enseñaba revistas
de pasármelos ahora y no lo hizo?». Y an- de museos donde las vitrinas de instrumen-
tes de aquel fin de semana ya estaba todo tos estaban levantadas del piso, y le decía:
lo que era el archivo del museo del Insti- «Esas deben estar levantadas a un pie o pie
tuto de Etnología en mis manos. A los po- y medio del piso, porque aquí entra el agua».
cos días me visitó Eusebio Leal, director de
Además, tenía que buscar una empresa de
la Oficina del Historiador de la Ciudad
construcción que me hiciera una reforma
de La Habana, y me dijo: «María Teresa, sé
en las puertas, en un edificio que no se podía
que te lo van a pasar todo a ti, pero yo ten-
go la Casa de África, y los objetos rituales modificar, y así que en esa batalla conseguí,
no te corresponden, corresponden a la Ca- por fin, que me hicieran las vitrinas. En un
sa de África». Me di cuenta que tenía razón evento sobre instrumentos de percusión,
y me acordé del espacio que tenían aque- invitaron a la Sociedad Internacional de
llas salas y que todo no cabía en el museo, Museos, y nos visitó su director, al que yo
y que por lo tanto, no se podía montar todo había conocido en África, en el Centro de
en el museo. Hicimos un convenio con Arte Africano, entonces lo que hice fue
Eusebio: a él se le darían los objetos ritua- limpiar aquella sala en un trabajo voluntario
les y a mí los instrumentos musicales. Los con todos los trabajadores, y colocar las
instrumentos llegaron y los coloqué en la vitrinas, en el lugar que se suponía que
sala que consideraba que debían estar, y debían estar los tambores situados en orden,
empecé la batalla por montar esa sala. Por todavía sin tarjetas y sin identificación, pero
fin inauguramos la sala de conciertos, pero exhibidos. Este director vio aquellos tambo-
seguí con la batalla de esa otra sala. Supe res, se maravilló con ellos y le regalé la co-
que el Instituto Cubano del Arte e Indus- lección de discos de música afrocubana, y
trias Cinematográficas (ICAIC) hacía con su opinión logré, con la ayuda de Pa-
montajes de vitrinas para algunos comercios trimonio, que se acabara el montaje de la
y para ellos mismos con aluminio, y como citada sala.

17
Martha Arjona (1923-2006). Fue directora nacional de museos y monumentos y de Patrimonio Cultural
del Ministerio de Cultura.

152  CATAURO
Pasé varios años en el Museo pero esta- tengo a base de haber vencido los golpes y
ba ya cansada y así se lo confesé a Alicia problemas que se me presentaron, me ayudó
Perea. 18 Alicia me había comunicado: en mi vida personal y profesional sin caer
«Pienso unir el Centro Odilio Urfé19 con el en la fatalidad.
Museo porque son dos instituciones muy
similares en sus funciones, el Centro es ¿Qué cree de la formación de los mu-
muy pequeñito, están pidiendo un local y sicólogos en la actualidad?
lo voy a pasar para el Museo como colec-
ción, Colección Odilio Urfé dentro del Para ser musicólogo creo que hay que
Museo». Me di cuenta que esa idea estaba saber música. Hay que poder hacer un aná-
caminando y que era necesario que yo li- lisis armónico, hay que hacer una transcrip-
berara la dirección, y que Jesús Gómez ción de la música que se oye, un análisis
Cairo,20 joven muy bien formado, alumno estructural y hay que hacer estudios compa-
de Argeliers, podría asumirlo. Él era becado rativos de lo que pueda conseguirse, de la
y los fines de semana venía a visitarnos, historia. A veces, hay poca bibliografía y po-
también en las vacaciones. Era como si mi ca historia, solamente las grabaciones son
hijo me heredara y me sentí feliz. las que nos ayudan, pero todavía existe en la
Yo he recibido muchos golpes en la vida, población muchas formas de expresión de
como aquel del Instituto de Etnología y la música, algunas que son arcaicas y otras
Folklore, o lo que me ocurrió en la EGREM, que han ido evolucionando. Por ejemplo, yo
pero si no pude hacer todo bien, tampoco me he encontrado personas que me hablan
hice todo mal, y me resulta muy ingrato que de un son de hace cuarenta años. Lo acep-
no lo reconozcan. Pero salí adelante. En el to, pero tengo que ver qué versión de ese
Museo, me parece que rompí varios esque- son me están dando para catalogarlo como
mas para avanzar, logré que los trabajadores antiguo y qué es lo que considera antiguo el
se identificaran conmigo, al extremo de que informante. En ese sentido el musicólogo
empezaba un trabajo voluntario llevando tiene que despiezar completamente lo que
de mi casa mi escoba, mis paños de limpie- escucha y compararlo con otros ejemplos
za, cepillo, detergente, y cada uno hacía lo similares, como si seleccionaran varias foto-
mismo. Siempre me respetaron las personas grafías y se compararan unas con otras.
del Museo y las consideré mi familia. En Pueden ser fotografías de una familia donde
realidad, no creía que hacía tanto como lo hay rasgos muy semejantes, y pueden ser
han ponderado después, pero sabía lo que fotografías de cosas totalmente diferentes,
yo quería hacer. En ese sentido siempre tuve distantes, pero la descripción de lo que uno
una actitud profundamente autocrítica, y despieza y recompone es lo que viene a ser
me parece aún que me quedó mucho por el estudio de la obra musical que se analiza.
hacer. Quizás la entereza de carácter que En ese sentido el rigor del musicólogo tiene

18
Alicia Perea (1934-2015). Pianista, compositora y profesora. Fue directora de la Escuela Nacional de Arte.
19
Odilio Urfé (1921-1988). Musicólogo, investigador y profesor. Fundador del Instituto de Investigaciones
Culturales. Se distinguió como un notable estudioso y preservador de la música cubana.
20
Jesús Gómez Cairo (1949). Investigador y profesor. Director del Museo Nacional de la Música. Recibió el
Premio Nacional de Música en el año 2018. Autor de reconocidos estudios sobre la música cubana.

C ATAU R O   153
que estar primero en su formación y después nunca desprecio una moneda aunque sea de
en el método que utilice para analizar la un centavo y ahora a todo el mundo le sobran
música y exponer los resultados en su aná- centavos, y si se les caen los botan. Yo no. A
lisis. El musicólogo debe ser fiel consigo mí me parece que ni el dinero ni el pan se
mismo, fiel con la información que se le da, botan. En mi casa si sobra pan busco la ma-
con la información que toma de otros inves- nera de emplearlo en algo, inclusive en
tigadores, de otras bibliografías. La mención dárselo a los pajaritos. Esas son costumbres
de la fuente y de quién es el informante debe que las heredé de la familia. En mi casa no
ser sagrada. Debe mostrársele el agradeci- se permitía dejar sobras de comida en un
miento y el valor que va a tener para la plato porque la comida costaba trabajo con-
posteridad su información. seguirla. Ni se permitía botar un pedazo de
pan por el hecho de que ya estuviera satisfe-
Lo que señala es válido para todo in- cho el apetito. Entonces había que servirse
vestigador. ¿No es así? lo que uno iba a consumir de manera que no
se botara la comida. En ese sentido yo con-
Desde luego. El musicólogo o todo in- servo esa costumbre.
vestigador tiene que tener en cuenta cuan- También no digo nunca me siento mal,
do toma un dato de otro especialista y tiene porque en mi casa no se podía decir la pa-
que modificarlo según su propio criterio, que labra desgracia, no se podía decir «me siento
debe respetar el dato y exponer entonces mal», había que hacerle frente a las enfer-
cómo es que lo entiende, o lo que piensa mo- medades. De ahí viene también la costum-
dificar, porque la crítica es el ejercicio del bre mía de nunca decir «estoy bien», sino
criterio, pero no puede ser una copia infiel «bien, divinamente», lo aprendí así y siem-
donde después se emita un criterio distin- pre lo digo. En mi casa no me gusta que se
to. Debe decirse la fuente de dónde se tomó diga: «Qué desgracia», «qué fatalidad». Hay
ese concepto o criterio porque en muchos momentos en que hay algo que lo mortifica
libros encontramos datos muy valiosos que a uno, que no le viene bien, pero uno le hace
nos enriquecen, pero si tienen algún ele- frente, y eso me ha dado un carácter de una
mento con el que no coincidimos o que gran entereza para todas las cosas.
consideramos que está equivocado, ese Les contaré algo que me ocurrió en una
criterio hay que analizarlo muy bien antes ocasión en que me dirigía a una consulta
de plantearlo, por respeto, por ética, a la médica y resulta que llevaba la blusa que me
memoria y a la presencia de ese investigador había puesto al revés. Había salido de mi
como antecedente y que uno utilizó como casa así y no me había dado cuenta y antes
información. de llegar al consultorio una joven que se
encontraba en una parada de ómnibus me
Doctora, estaría usted dispuesta a res- dice: «Señora, lleva la blusa al revés, pero
pondernos sobre asuntos más personales no se la cambie hasta las doce del día».
como, por ejemplo, ¿es usted supersticiosa Llegué al consultorio médico y ya en la sala
o tiene alguna creencia? de espera una enfermera que recogía las
hojas clínicas me dice: «Tiene la blusa al re-
Por supuesto, ¿por qué no? En general no vés, pero déjela así porque va a recibir un
soy supersticiosa, aunque, por ejemplo, regalo». Tuve un día que fue un verdadero

154  CATAURO
regalo porque todo me salió bien y solo me de las reglas establecidas. Mis hermanas
coloqué bien la blusa después de las doce mayores eran graduadas de la Escuela del
del día. Hogar, y mi mamá quería que todas, todas
sus hijas fueran a la Escuela del Hogar.
Cuando quiere distraerse, está sola o Nunca fui porque no me gustó coser. Tenía
muy fatigada, ¿qué música escucha? muy poca habilidad manual. Era torpe y el
examen que se hacía rigurosamente para
Canto llano. Empiezo por lo que consi- entrar en esa escuela no era solamente el
dero la música primitiva más cercana, voy examen de sexto grado vencido sino de
al canto llano, a la música polifónica des- habilidades. Le mandaban a uno a hacer un
pués, y finalmente a la de hoy. No me ojal, puntos de adorno, dobladillos de ojo,
gusta mezclar una con otra y no me gusta y yo era tan torpe que se me enredada el hilo
estar trabajando y escuchar música. Son y en lugar de un ojal hacía lo que se llama-
dos cosas distintas: o trabajo o escucho ba en baja voz, discúlpenme, un culo de
música. Tuve la suerte de que me obsequia- gallina. Siempre me suspendían. Por tres
ran discos del monasterio de Silos, que es años mi mamá me presentaba y por tres años
una colección extraordinaria. Esos discos fui suspendida. Mis hermanas todas se sen-
eran discos de setenta y ocho revoluciones, taban a tejer y hacían una sobrecama en un
y no sé si se habrá reproducido después en día y lo tejían a crochet. El crochet sí aprendí
LD o en compact. El descubrimiento de esa a hacerlo, pero era por la obligación, pero
música de los monjes de Santo Domingo no porque me gustara en sí.
de Silos ha sido una explosión cultural Antes de casarme empecé —tuve unas
formidable en toda Europa. Los monjes esos largas relaciones de noviazgo—, empecé a
ganaron de primera intención alrededor de comprar para «la boda». Mis hermanas
nueve millones de dólares por discos ven- enseguida empezaron: «Te vamos a hacer
didos. Yo tengo también varios discos de tapetes de este color y de otro», «No, no me
los instrumentos preferidos por mí: el hagan tapeticos porque no me gustan». En
violín y el violonchelo. El violonchelo solo, mi casa había tapetes, pero a mí no me
sin acompañamiento, con partitas de Juan gustaban. Pensaba que en casa propia sería
Sebastián Bach, preferiblemente. Hay otras distinto. No los tapetes, pero tampoco las
músicas que me gustan, como es la música cortinas ni los adornos. Mi hermana Esther,
de la India, Oceanía, Japón, China, África. más joven que yo, es muy crítica, y me dijo
Tengo en la colección de discos de la un día disgustada conmigo: «A ti no te
UNESCO esos LD y los cuido mucho por- gustan los tapetes, ni las cortinas ni los
que hasta que no estén en CD no los voy adornos. Tu casa no va a ser una casa, va a
a poder reproducir. ser una oficina». Y al pasar los años me he
dado cuenta que realmente mi casa fue, en
¿Qué papel ha tenido y tiene para usted realidad parecía una oficina. El primer apar-
su entorno familiar? tamento que alquilamos cuando nos casa-
mos era muy pequeñito. Tenía una salita,
Muchísimo. Les contaré de mi infancia y comedor pequeño y dos cuartos. El primer
juventud. Por cierto, siempre fui transgresora cuarto lo hicimos estudio y lo llenamos de

C ATAU R O   155
libreros porque entre los libros míos y los de sino que hago todas las faenas que debo
Argeliers teníamos una pequeña biblioteca. hacer para la semana. Me levanto temprano,
Teníamos dos disqueros que mandamos a a las cinco y media o a las seis menos cuar-
hacer para los discos que comprábamos para to y empiezo a lavar, limpio toda la casa,
los cursos que ofrecíamos en la Escuela de friego mejor todas las cazuelas, y hago parte
Verano de la Universidad de La Habana, de la comida de la semana. Entonces a las
para las investigaciones nuestras. Los libre- once de la mañana me doy una ducha y me
ros los adorné con una maceta con una pongo una ropa limpia y ya está todo
matica de hojas muy verdes y le pusimos ordenado y hecho en mi casa. No tengo
unas luces indirectas en la última tabla para nada que ver entonces con la cocina y con
que iluminara el techo y diera un ambiente otros quehaceres, día tras día.
agradable a la biblioteca. En la sala teníamos Recuerdo que cuando llegaba del tra-
un sofá cama que mi papá me enseñó a ta- bajo sobre las cinco y media de la tarde o
pizarlo y dos butacas, solo eso. seis, soltaba la cartera e iba directo para la
Entonces algunas personas y vendedores cocina. Tomaba una jaba y me iba a hacer
que tocaban a la puerta, cuando se les abría las compras del día. A las siete y media u
y miraban hacia adentro decían: «Perdonen, ocho menos cuarto ya había hecho la co-
creí que esta era una casa particular». Pen- mida ¡hasta con postre! Aprendí a hacer
saban que era una oficina o un consultorio postres como el de las torrejas, que se hacen
médico. rapidísimo, o a hacer un pudín o un flan
Pero en realidad el diseño completo de la para tenerlo de reserva en el refrigerador.
casa lo hizo Argeliers. Todo lo diseñó, los Aprendí a hacer platos de rápida prepara-
muebles del estudio, de la salita y el comedor, ción. Ahora preparo un arroz en siete mi-
con sus sillas que, por cierto, mi papá las hizo. nutos, que es más rápido que el de la olla
A los dos años de vivir en aquel apartamen- arrocera. Argeliers desde lejos me miraba,
tico, vino un arquitecto a ver todos los apar- y entonces un día decía: «Hoy voy a cocinar
tamentos porque iban a vender el edificio, y yo». Pensó que me iba a disgustar, pero lo
cuando vio las sillas nos dijo: «Les compro que ocurrió es que me alegré muchísimo
esas sillas a cien pesos cada una». Me parece porque me liberaba de una faena que me
que mi primera casita se hizo con muebles de llevaba tiempo. Él hizo una comida deli-
una caoba estupenda, y el corte y el ensam- ciosa, pero en realidad no la hizo solo, me
blaje de sus piezas fue hecho por mi padre puso de pinche a cortar cebolla, ají, y a
que sí sabía trabajar. Eso es lo único valio- pelar las viandas. Él sabía que yo lo hacía
so que aún tengo. todo muy rápido y me decía: «Tú lo haces
mejor que yo», pero el muy travieso nun-
Doctora, usted nos ha traído unos ca me dijo dónde estaba el secreto de las
dulces deliciosos hechos por usted. ¿Le preparaciones que hacía. Bromeaba siem-
gusta cocinar? pre con ese secreto. Fueron momentos muy
bellos. Uno solo lo percibe cuando ya son
Me gusta. Pero lo que no me gusta es parte de un pasado.
estar el día entero en los quehaceres de la
casa. Los sábados no hago solo la llamada Ahora le voy a preguntar algunos de-
«limpieza general» que hacen otras personas, talles que parecen superfluos, pero en

156  CATAURO
personalidades como usted, doctora, ¿Su perfume?
descubren aspectos importantes. ¿Cuál es
su color favorito? Me agradan los perfumes fuertes. Algu-
nos psicólogos afirman que uno se acostum-
El amarillo. Soy canaria. Ya no me visto bra al perfume y no lo siente, pero en
como antes de amarillo quizás porque no realidad, hasta hoy, no tengo perfume pre-
me combina con la edad, pero tengo ropa ferido como tal.
amarilla muy linda. El amarillo relaja, me
brinda luz y tranquilidad. ¿Escribiría sus me­morias?

¿Su joya predilecta?


No. Me parece una vanidad. Me gusta
Ninguna. No me gustan las joyas. Tuve hacer anécdotas de mi vida cuando viene al
un anillo muy hermoso que se me partió y caso, pero sentarme a escribir memorias no
ahora los joyeros dicen que está muy debi- lo voy a hacer nunca. Lo que me agrada es
litado y que no se puede reproducir igual. conversar con un buen interlocutor, así co-
Conservo el platino y los tres brillantes. Fue mo lo estoy haciendo ahora con ustedes. Me
mi anillo de compromiso hecho expresa- agrada conversar con aquellos que estable-
mente para mí. Sin embargo, me encantan cen un diálogo, no el que te impone su
los adornos llamados «de fantasía» bien discurso y no te permite expresarte. La
llamativos. ¡Mira qué contradicción! pregunta me remonta a mis estudios prima-
rios, las primeras escuelas donde estudié y
Cada día la vemos venir ataviada muy en las que tuve problemas con algunas
sencillamente pero bien combinada y per- profesoras. Lo recuerdo y no puedo encon-
fumada. Díganos ahora de los objetos de trar respuesta a lo sucedido porque aún creo
toque femenino, ¿cuál prefiere? que aquellos regaños que sufrí fueron injus-
tos. Fue en primer grado cuando la maestra
El abanico. Y me gusta el refajo. Confie- me rompió un trabajo manual porque había
so que en verano no lo uso. El refajo es algo combinado el amarillo con el rojo. La razón
de antaño y es caluroso. Creo que las muje- era que no tenía dinero para comprar los
res nos liberamos de él hace tiempo.
materiales para el trabajo manual y recogí
¿Su flor preferida? retacitos de papel crepé y goma que le so-
braban a mis compañeritas, forré un vaso
La gardenia. En general me gustan las vacío de helado y le pegué alrededor lunas
flores olorosas, sobre todo las que perfuman rojas y amarillas. Aquella profesora me dijo:
de noche como la mariposa, la azucena, los «Esto es la bandera española, y los españoles
jazmines y el galán de noche. Todos los ten- fueron muy malos porque mi padre fue
go sembrados cerca de las ventanas para que mambí y sufrió mucho en la guerra». Entonces
esparzan su perfume por la casa. Ahora me eché a llorar. En ese momento tenía
cultivo un mirto. El mirto florece todas las como siete años. Mi padre era español y era
lunas. Sé que está cambiando la luna porque un hombre muy cubano. Yo no pude discu-
el mirto está florecido y esparce un olor ri- tir con esa maestra, pero lo que sí me sembró
quísimo. un sentimiento de rechazo eterno.

C ATAU R O   157
¿Tuvo otro percance como este? María me aconsejó lo siguiente: «Si sus
alumnas se portan mal aplique la medida
Sí, en segundo grado tenía una maes- disciplinaria que quiera, pero no llame nun-
tra que obligaba a todos a recitar y a mí no ca ni a la monja que está de guardiana ni a
me gustaba recitar, me daba vergüenza y me la superiora, no delegue su autoridad en
ponía a llorar. Me humilló delante de todos nadie». Aquello me sirvió para las clases y
mis condiscípulos obligándome a algo que para la vida.
no deseaba hacer. En el sexto grado, como Por otra parte, Argeliers, cuando le dije
en mi casa mis padres eran pintores, yo es- una vez que no me gustaba ser maestra, me
taba pendiente de todo. Cuando, también respondió que el maestro era el que más
en la escuela, me dijeron que describiera aprendía, y me dijo: «Tú estudias, estudias,
una lámina que tenía la luz de la luna por una estudias y acumulas conocimientos, pero si
parte y su sombra no correspondía a su pro- no tienes que aplicarlos no los maduras, ni
yección, sino estaba contraria; le dije a la los proyectas, entonces eso te obliga a pre-
profesora: «Señorita, ¿usted sabe que esa parar mejor la clase y a ir también prepara-
lámina tiene mal la dirección de la luna?». da a las preguntas de los alumnos»; y
La composición describía una persona que efectivamente, los alumnos me enseñaron
estaba sentada a la luz de la luna admirando mucho, y siempre fui a iniciar un curso con
su luz, pero la luz que le daba, era una luz el corazón en la boca, pero precavida de lo
de frente, que posiblemente había sido co- que me pudieran preguntar. La docencia
locada por el pintor que pintó esa lámina. lo obliga a uno a estudiar más, a ser más res-
Entonces aquella profesora se volvió hacia ponsable, a ser más profundo, y sobre todo
mí y me dijo: «Linares, eres una sabihonda, a fijarse bien qué comprenden los alumnos,
a mí me mortificas mucho porque eres una y a recapitular sobre la explicación que
sabihonda, te crees que sabes más que todo ofreciste para insistir en algunas de las in-
el mundo». Toda el aula empezó a reírse de comprensiones que muestren. Lo que he
mí, y sentí también aquello como una ofen- contado podría ser parte de mis memorias,
sa. Por todo esto me hice el propósito de pero como les comenté, lo que prefiero es
nunca ser maestra, pensé que a un maestro conversar sobre pasajes de mi vida —como
se le agriaba el carácter por determinadas he hecho ahora—, ya sea sobre lo bueno o
circunstancias. no que me marcó, siempre con un límite y
Cuando por necesidad tuve que desem- sin perjudicar a nadie. Cuando uno intenta
peñarme como profesora, María Muñoz de revivir episodios del pasado, la memoria
Quevedo me dio un consejo que me sirvió como tal puede traicionarte porque en lo
para siempre: no delegar mi autoridad en profundo de ella los recuerdos ya se han
nadie. Yo fui a dar clases a la Escuela de enmarcado casi siempre a tu favor.
Dominicas Francesas, que era una escuela
privada de monjas, y María me advirtió: ¿Cuál es su fórmula para mantenerse
«Usted tiene que ser rigurosamente discipli- y llegar con esa vitalidad a los ochenta
nada con los alumnos, no puede llegar tarde, años?
no puede entrar en confianza con ellos», me
lo decía porque yo era muy jovencita y Pienso que ha sido el trabajo. Cuando
aquellas eran muchachas ya. Asimismo, era jovencita me gustaba maquillarme y

158  CATAURO
hacerme peinados extraños, y mi mamá me de pelo extraño, una ropa que estaba de moda
decía que lucía mucho mayor. Siempre mi en aquel momento, pero mal diseñada, y sobre
aspecto fue muy serio, y me veía fea en el todo muy gorda. Ahora me cuido muchísimo
espejo. Buscaba lo que más me favorecía en para no volver a engordar como engordé en
el vestir y el maquillaje. El color blanco me aquella época. Los ochenta significan la cuar-
quedaba muy bien por ello iba a la playa y ta edad, y en la cuarta edad hay que cuidarse
me tostaba la piel que quedaba muy bien de todo. Sin embargo, disfruto la vida, los
con el blanco. También utilizaba el color conciertos, la televisión, el cine, las exposi-
negro, pero, aun así, vestida de blanco o ciones de arte, los libros. No me miren así con
vestida de negro siempre aparenté ser mu- esas caras interrogantes. Créanme.
cho mayor. Cuando Argeliers me conoció,
me enamoré enseguida de él, y él también Hasta aquí usted nos ha brindado —uti-
se enamoró de mí, pero pensó que era mu- lizaré un adjetivo que ya es propiedad
cho mayor. Fue así que alguien de la familia suya— un estupendo recorrido por su vida
de él le fue a decir a la madre: «Oye, ¿tú no laboral y personal, pero ha faltado algo
sabes que Argeliers se enamoró de una muy importante. Me refiero a su presencia
muchacha que tiene como diez años más en estos momentos en esta Fundación y
que él?». A medida que me fueron cayendo los vínculos que Argeliers y usted mantu-
los años fui disminuyendo los maquillajes y vieron con Fernando Ortiz. Fueron reco-
me fui cuidando más. Estuve pasada de peso
nocidos por él como pioneros de los estu-
mucho tiempo, pero hice dos o tres planes
dios e investigaciones sobre la música
para adelgazar, y adelgazaba, pero volvía otra
cubana. ¿Qué puede decirnos al respecto?
vez a recuperar el peso. Siempre he usado
zapatos cómodos a medida que me han
caído los años, de manera de caminar erec- Conocer a don Fernando significó para
ta, de no encorvarme, de no «patojear», era nosotros contemplar de cerca el universo de
la frase de Argeliers para calificar a una la historia y el proceso de la cultura cubana.
persona que caminaba con los pies hacia Él sí fue verdaderamente un pionero en
afuera. «Va patojeando», decía Argeliers. Y revelar esencias fundamentales de los com-
yo por complacerlo me arreglé siempre muy ponentes de la cultura de nuestro país. Nos
bien. Me gustaba salir con él, los dos arre- brindó siempre su apoyo y amistad y nos abrió
glados. Hubo una etapa, antes de esa del nuevas perspectivas para nuestros proyec-
llamado «período especial», de los noventa, tos, estuviese o no de acuerdo con algunos
que les daban a los hombres camisas de de nuestros enfoques. Nunca impuso a nadie
trabajo y pantalones de mezclilla, y nos dio sus concepciones o rechazó a quienes tuvie-
por ponernos esa ropa, pero pasada esta sen otras concepciones diferentes a las suyas.
etapa empecé a comprar camisas de mejor Fue muy respetuoso. Nosotros fuimos siem-
gusto y zapatos bonitos para vestirnos me- pre muy bien recibidos en esta casa por él,
jor. Empecé a vestirme lo mejor posible. su esposa María y su hija María Fernanda,
Me analizo ahora, y en los ochenta me veo el verdadero tesoro de su vida, Ortiz siempre
mejor que cuando tenía sesenta años. Veo nos sorprendió por su educación, su ingenio
fotografías y videos que me han tomado y y su buen humor, cargado de una suave iro-
aparezco con una cara muy adusta, un corte nía y sutileza. Argeliers se asemejaba a él en

C ATAU R O   159
el modo de reírse, a veces, en situaciones Tal vez.
complicadas a las que tenía que enfrentarse.
Ustedes no pueden ni podrán nunca calcular Doctora, ¿no está cansada de tantas
cuántas veces, aquí sentada, en silencio, re- preguntas y preguntas?
cuerdo los momentos que compartimos con
don Fernando en esta casa. Este lugar es sa- No. Estoy estupenda.
grado para mí. En estos espacios me siento
de nuevo renovada con deseos de trabajar Entonces, para finalizar, lo siguiente:
mucho, de compartir con ustedes sus inves- ¿Se considera una transgresora?
tigaciones, trabajar para ese catauro de la
revista Catauro, ¡qué fascinante acopiar, re- En ciertos aspectos, sí. Transgredir por
velar, descubrir nuevas expresiones de la transgredir a veces no conduce a nada.
actual cultura cubana para esas páginas! Por Vivir y convivir constituye un riesgo cuan-
eso proyecto irme de nuevo a los lomeríos do uno desea transformar y hacer las cosas
orientales para recoger información sobre los bien.
cantos del trabajo, no solo los de los arrie-
ros. No me miren así, sé que Aurelio, Matos, ¿Qué es lo que lamenta?
Cecilio y Michael están en sus búsquedas y
en sus archivos. Pero si ustedes fueron capa- En realidad no lamento nada. Ni lo
ces de irse a La Cuevita de San Miguel del bueno ni lo malo que he vivido. Y no me
Padrón y al Romerillo ¿por qué no los cantos siento sola. Tengo el amor de mis hijos y
de trabajo en mi plan especial de trabajo? mis nietos. Tengo a mi hija Regina que
Danielito y Rodrigo, mi nieto, me acompa- tanto me cuida y me consuela. Todos
ñarán para grabar, fotografiar y recoger tienen un hermoso lugar en mi corazón.
también información. Si digo que voy, iré. Pero extraño mucho a Ar­geliers. No me
Ustedes me conocen. Ustedes, cuando los conformo que no esté a mi lado.
veo día a día en sus labores, sospecho que no
saben la dimensión de lo que hacen. Pero yo Doctora, ¿por qué llora? Séquese esas
sí lo percibo y me alegra. lágrimas. Usted siempre ha recomenzado.

Doctora, usted no tiene conciencia de Es cierto. Entonces, a trabajar. Son las


cómo nos ha motivado y nos ha enseñado doce del día y hemos perdido mucho tiempo.
en estos años, día a día, jornada tras Ahora, a retomar nuestra faena diaria con
jornada. ¿Será que no lo percibe? entusiasmo y fervor. ¿De acuerdo?

160  CATAURO
MARÍA TERESA
LINARES EN
SUS AÑOS
DE VIDA*
MIGUEL BARNET

Cualquier fecha pude haber pasado por alto


menos esta. María Teresa Linares Savio,
cumple 100 años de vida este 14 de agosto.
Y qué 100 años tan prolijos, qué centena-
rio tan coronado de logros científicos y de
hallazgos tan importantes para la música
popular cubana. María Teresa, o Teté,
como le llamamos cariñosamente sus dis-
cípulos y amigos, inició su carrera en la
Sociedad Coral de La Habana, dirigida por
María Muñoz de Quevedo, y allí conoció
a quien fue su compañero de vida y de
inquietudes intelectuales, el fundador de la
etnomusicología cubana, Argeliers León.
Ella lo señaló entre otros jóvenes por su
porte elegante y su mirada incisiva. Fue un
amor, según ella confiesa, a primera vista.
Ambos se inspiraron mutuamente y com-
partieron durante más de medio siglo inte-
reses comunes.
Homenajes

Fue en el entorno del Conservatorio Mu-


sical, vivero de creatividad, donde ambos
encontraron su camino como pedagogos y
musicólogos. El Conservatorio fue, según
Miguel Barnet
ella siempre me confesó, el lugar donde se
Presidente
de la Fundación
Fernando Ortiz. *
Publicado en Granma, 14 de agosto de 2020.

C ATAU R O   161
inició para la singular pareja el camino de su canción Aquellos ojos verdes, un clásico,
luz para sus vidas. La música como un cáli- a María Cervantes en 1930. Sentí el orgullo
do paño los envolvió para siempre. Cuando de saberme heredero, al menos en el gusto
miro a la distancia a esta pareja de eternos por la canción cubana, de un gran compo-
enamorados me vienen a la mente los casos sitor y pianista cuyos restos deposité en el
de Hortensia Pichardo y Fernando Portuon- Cementerio de Colón en 1987 en compañía
do, Sarah Ysalgué y Salvador Massip o de Esther Borja, el dúo Hermanos Romay,
Cintio Vitier y Fina García Marruz, todos José Loyola y María Teresa Linares.
asidos del profundo amor que los arropó, Teté y Argeliers tuvieron siempre una
uniendo sus sentimientos a sus vocaciones vida muy comprometida con los estudios
profesionales. Un complemento así de inte- musicológicos y su divulgación. Fueron
reses no es cosa de juego, une más que una maestros ejemplares en los Conservatorios
única pasión romántica. Estaban investidos de la capital sin dejar de ocuparse de la in-
de esa aureola que ciñe la cabeza de los vestigación y el trabajo de campo que tanto
elegidos. Y fueron, de hecho, elegidos para los motivó siempre. Ambos sabían que lo
fundar cátedras de musicología y etnología que llamamos música de base, es decir la
en nuestro país. música originaria, eran fermento del rico
Tuve el alto privilegio de ser discípulo de arsenal de la música popular cubana. Teté
ambos desde que comencé a trabajar con Linares demostró, con su copiosa labor in-
Argeliers León en la Biblioteca Nacional, vestigativa, cómo el proceso de transcultu-
luego en el Teatro Nacional y en 1962 en el ración de los géneros y modalidades
primer Instituto que creó la Academia de musicales pasarían a formar parte de nuestra
Ciencias de Cuba, el Instituto de Etnología música adquiriendo una nueva fisonomía.
y Folklore. Con Argeliers nos nutrimos de Y afirmó que la cuerda pulsada, guitarra,
la metodología antropológica, de los estu- laúd, tiple o bandurria sea quizás el elemen-
dios africanistas, de la obra de Fernando to más importante del acervo hispánico,
Ortiz y de una recta disciplina para la vida como lo es el tambor del africano. En la obra
científica. Teté, o María Teresa, nos alegra- La música entre Cuba y España, escrita al
ba con sus clases prácticas de música popu- alimón con Faustino Núñez, ambos autores
lar, tanto de origen africano como hispánico trazaron un periplo apasionado por la his-
y, sobre todo, con las variantes del punto toria de los vínculos musicales entre ambos
cubano, de las tonadas campesinas, el zapa- países, unidos por un cordón umbilical que
teo, la décima, los cantos de clave habane- desde la conquista-colonización del Nuevo
ra y los coros antifonales de las Regla de Mundo, sirvió para transmitir lo que se ve-
Ocha, arará y conga. nía gestando a ambas orillas del mar Atlán-
Con ella aprendimos a disfrutar a María tico. Profunda, acuciosa, escudriñó en la
Cervantes, Bola de Nieve y Celina González, historia y sus ejemplos musicales. María
entre muchos íconos de la música cubana. Teresa analizó con óptica aguda y penetran-
Las clases de Teté en el Instituto eran bál- te la habanera y su destino transatlántico,
samos deliciosos que fueron formando así como la guaracha y su arraigo popular
nuestro gusto y afinando el oído. Recuerdo, en la calle y el teatro vernáculo.
como hoy, el día que me dijo que mi parien- Desde que su madre guajira le cantó una
te Nilo Menéndez Barnet le había entregado tonada en la cuna, la niña Teté se inclinó al

162  CATAURO
estudio de la música cubana y sus antece- su experiencia al crecimiento y la organiza-
dentes. Toda su vida está marcada por ese ción del mismo, e inauguró la sala de la
sortilegio iniciático. colección Fernando Ortiz de instrumentos
Trabajó incansablemente junto a Arge- musicales.
liers en el Instituto de Etnología y Folklore, El 21 de septiembre de 1995 se creó la
luego creó colecciones invaluables para la Fundación Fernando Ortiz que está cum-
Egrem, de grabaciones hechas in situ con los pliendo 25 años de vida. Cuando Armando
portadores y el único recurso de su talento, Hart me nombró al frente de ella, la prime-
su sensibilidad y el oído absoluto que la ra pregunta que me hizo fue que quién me
privilegió. acompañaría en tan responsable empeño y
Entre esas producciones se destacan sin vacilar le dije que María Teresa Linares,
Viejos cantos afrocubanos, Cancionero his- hasta hoy es su vicepresidenta.
pano cubano, La canción cubana tradicional, María Teresa desde ese día se desempeñó
la antología de la música afrocubana y la en su tarea como una joven que abrazara
del punto cubano. También compiló la co- una plaza codiciada. En la Fundación ha
lección Benny Moré y los discos dedicados sido tutora y guía de todos, y ella misma,
a figuras como Sindo Garay, el Trío Ma- pisando los 90 años, realizó investigaciones
tamoros, María Teresa Vera, Ñico Saquito, de campo en las serranías orientales, reco-
Joseíto Fernández, Barbarito Diez, Bola giendo voces y cantos de trabajo de vaque-
de Nieve y Celina González, entre otros ros, arrieros y campesinos. Su espíritu y su
muchos. energía han sido y serán para todos un
Durante un tiempo estuvo al frente del modelo de entrega total a los estudios del
Museo de la Música, donde contribuyó con folklore y la música de Cuba.

C ATAU R O   163
XXV años de la Fundación Fernando Ortiz

Un extenso programa de actividades con motivo de celebrar sus


veinticinco años, fue anunciado en conferencia de prensa celebrada
el 23 de enero de 2020 en la sede de la Fundación Fernando Ortiz,
a la que asistieron Miguel Barnet Lanza, presidente de la Fundación
Fernando Ortiz; Raysa del Campo, vicepresidenta de la Funda-
ción Fernando Ortiz, y los investigadores José Matos Arévalos y
Aurelio Francos Lauredo.
Durante la conferencia se dieron a conocer detalles de las activi-
dades que iniciarían la jornada durante la XXIX Feria Internacional
del Libro La Habana, 2020. El sábado 10 de febrero, la Editorial de
Ciencias Sociales homenajearía el trabajo de la Fundación con un
evento en la Casa del ALBA Cultural, y al día siguiente, 11 de febre-
ro, en la sala Nicolás Guillén del Complejo Histórico-Militar Morro-
Cabaña se organizaría un panel homenaje a la Fundación y su
presidente Miguel Barnet Lanza, con motivo de su onomástico nú-
mero 80. Entre las propias actividades de la Feria Internacional del
Libro se dio a conocer que el 12 de febrero se presentaría en el Salón
de Mayo del Pabellón Cuba el número 36 de la revista Catauro.
Otras de las actividades anunciadas en la conferencia de prensa
fueron la gala especial en homenaje a la Fundación Fernando Ortiz
y su presidente, Miguel Barnet Lanza, celebrada el 26 de febrero en
la sede del Teatro América, y la entrega del título Honoris Causa a
Miguel Barnet por parte de la casa discográfica EGREM.
Momentos importantes del año, como se anunció, serán la entre-
ga del Premio Catauro Cubano y el Premio Internacional Fernando
Ortiz, reconocimientos que habitualmente entrega la Fundación
Fernando Ortiz para reconocer los aportes al desarrollo de la cultura
nacional de publicaciones, personalidades e instituciones. Además,
Desde L y 27

el 21 de septiembre, se realizará un panel en el que participarán in-


vestigadores y colaboradores cercanos al trabajo de la Fundación en
todos estos años.

Homenaje a la Fundación Fernando Ortiz en la XXIX


Feria Internacional del Libro

Con motivo de celebrar la Fundación Fernando Ortiz sus veinticinco


años de labor ininterrumpida y en ocasión de los ochenta años de
su presidente, Miguel Barnet Lanza, el Comité Organizador de la
XXIX Feria Internacional de Libro, La Habana 2020, organizó un
panel homenaje durante su jornada de actividades correspondiente

164  CATAURO
a la tarde del 11 de febrero en la sala Nicolás Guillén, ubicada en el
Complejo Histórico-Militar Morro-Cabaña.
En el panel participaron, además del presidente de la Fundación
Fernando Ortiz, el doctor Miguel Barnet Lanza; Abel Prieto, escritor
y presidente de Casa de las Américas; Pedro de la Hoz, periodista
cubano; y el MSc. Luis Edel Abreu Veranes, jefe del área editorial de
la Fundación Fernando Ortiz.
Al referirse al homenajeado, Abel Prieto, escritor y presidente de
Casa de las Américas, expresó que lo que representa Barnet va más
allá de sus investigaciones y su labor al frente de la Fundación Fer-
nando Ortiz, «su figura simboliza lo mejor de la intelectualidad cu-
bana», enfatizó.
Por su parte, Miguel Barnet, presidente de la Fundación Fernan-
do Ortiz, explicó que no se puede hablar de la Fundación Fernando
Ortiz sin mencionar al propio Ortiz. En ese sentido explicó que la
mejor forma de hacer homenaje «al gran Fernando», como se refirió,
es rescatando su obra, labor que continúa realizando la Fundación.
«Si Martí decía que Domingo del Monte fue la persona más útil para
la cultura cubana en el siglo xix, yo creo que don Fernando Ortiz fue
el hombre más útil en el siglo xx, sobre todo en el terreno de las
ciencias sociales», afirmó.
Barnet comentó que en sus veinticinco años de fundada, la Fun-
dación no se ha detenido; se ha trabajado de manera intensa, fuerte,
sin burocracia, y se han impartido numerosos seminarios que van
desde la cultura porcina y ganadera, el café, el azúcar y las migracio-
nes internas, hasta temas como la cultura ambiental y la cultura del
tabaco.
Durante el encuentro se presentó la obra Correspondencia de
Fernando Ortiz, fruto del profundo trabajo de búsqueda y selección
de la investigadora Trinidad Pérez Valdés. Esta voluminosa corres-
pondencia, conformada por cuatro tomos agrupados por períodos
(tomo 1. Bregar por Cuba, 1920-1929; tomo 2. Salir al limpio, 1930-
1939; tomo 3. Iluminar la fronda, 1940-1949 y tomo 4. Ciencia, con-
ciencia, paciencia, 1950-1963) recoge una amplia muestra de la
relación epistolar que sostuvo el sabio cubano Fernando Ortiz con
muchísimos intelectuales del siglo xx.

Presentación del número 36 de Catauro

Entre las actividades de la XXIX Feria Internacional de Libro La


Habana 2020, fue presentada la revista Catauro número 36, el miér-
coles 12 de febrero en la sede del Salón de Mayo, ubicado en el

C ATAU R O   165
Pabellón Cuba. Esta presentación formó parte de las actividades de
la jornada anual de celebración por los veinticinco años de la Fun-
dación Fernando Ortiz.
Tras las intervenciones iniciales de Miguel Barnet Lanza, presi-
dente de la Fundación Fernando Ortiz, y el Lic. Yohandry Manzano
Castillo, jefe de redacción de esta publicación, el doctor Reinaldo
Sánchez Porro leyó las palabras que a continuación reproducimos.

Presentación de la revista Catauro en su edición 36,


año 19, 2017

Buenas tardes, le agradezco a la Fundación Fernando Ortiz la invi-


tación para presentar este número, ya el 36, de su prestigiosa revista
Catauro, que he leído con verdadero placer desde la primera página
hasta la 150, admirado de la riqueza y variedad cautivadora que
contiene. Su director, el doctor Miguel Barnet, nos la sintetiza en un
Editorial inicial que da paso a toda esa diversidad temática que, en
buena parte, tiene a La Bella Habana, ahora ya más allá de sus hon-
rados 500, como protagonista, escenario o referencia.
Pero su primera sección, Contrapunteos, comienza con dos traba-
jos que nos sitúan bien lejos del malecón, al centrarse en aspectos
del islam, esa religión que hoy suma a la cuarta parte de la humanidad.
En «Texto y contexto en la comprensión política del islam», me pro-
pongo destacar la importancia actual que tiene debatir el papel de la
interpretación y el análisis de la coyuntura bélica en que algunas
aleyas coránicas medinesas fueron reveladas, debido a que su acep-
tación literal ha sido manipulada por los grupos islamistas para pre-
tender justificar sus crímenes contra el islam y la humanidad en
general. Tengo la satisfacción de que Carlos Ariel Díaz Abad me
acompañe en esta sección con su trabajo «Arenas, tribus y cerdos:
los tabúes alimentarios en el islam», del que fui tutor, que analiza las
diversas teorías sobre el origen de la prohibición vigente para el ali-
mento porcino en el islam, heredada de remotas tradiciones que la
consideran impura.
A continuación Abel Pérez Massola nos presenta en «Trazas de
un itinerario» toda una panorámica del surgimiento y evolución del
espiritismo kardeciano en Cuba, de sus variantes de cordón o cruza-
do (sincrético), explicando el papel de la Escuela de Aprendices del
Evangelio en Centro Habana desde 2009 y toda una serie de curiosos
enunciados, como la relación causal que se plantea entre la reencar-
nación y la homosexualidad. Con Indira Álvarez Nieves en «La al-
daba: patrimonio in situ y en uso en el Centro Histórico de La

166  CATAURO
Habana», pasamos al estudio de esos llamadores metálicos a través
del tiempo, desde su origen árabe hasta su proliferación en La Haba-
na colonial, particularmente en los barrios intramuros y su carácter
de patrimonio in situ o en uso según su ubicación. Esther Barroso
Sosa es la autora de «Catalanes en Cuba», un estudio de los mitos y
realidades de esa comunidad en Cuba desde 1780 hasta la actualidad,
ilustrado con fotos de las peculiares casas art nouveau o modernistas,
edificadas a principios del siglo xx por maestros de obras catalanes
en La Habana y otras ciudades, para coterráneos más prósperos.
El trío conformado por Jill Flanders Crosby, J. T. Torres y Melba
Núñez Isalbe nos ofrece a continuación los resultados apreciables de
una investigación en desarrollo, «El problema con el arará o todas
las cosas religiosas son lo mismo», fruto de trabajos de campo en
Perico y Agramonte, en Cuba, lugares «conocidos por su legado
arará y por la riqueza de su narrativa oral», en relación con trabajos
previos entre sus ascendientes, los ewe y fon, en Ghana y Togo. Los
autores destacan el uso de denominaciones lucumíes entre los des-
cendientes de ararás también en los ritos religiosos de iniciación, de
ahí el título.
La sección Dosier reúne cuatro trabajos de Miguel Barnet en «Un
puente cultural entre México y Cuba», que fueran publicados por la
prensa yucateca sobre los reconocidos antropólogos Ricardo Pozas
(su obra fue modelo, según Barnet, para su Cimarrón), Calixta Gui-
teras, la hermana de Antonio que brilló con luz propia como «culto-
ra amorosa de la vida indígena de México», Héctor Díaz Polanco,
quien colocó «en su justo lugar el nacimiento de la antropología» y
Laurette Séjourné, tan destacada en ambas naciones que «Quetzal-
cóatl y Changó, desde sus espléndidos y esotéricos santuarios la
colman con sus bendiciones. Cuba, agradecida, no puede olvidarla».
En Imaginario quedan agrupados tres trabajos que permiten una
iniciación progresiva al estudio del encanto ultrabahiano de Regla.
Comienza Alejo Carpentier con «Regla, la ciudad mágica», alabando
la lancha que «con atribuciones de alfombra mágica puede llevarnos
a Regla, la ciudad del misterio, donde reina constantemente una
atmósfera de prodigio». A su descripción del santuario católico sigue
la advertencia de que «la magia comienza… detrás de la misma
iglesia» ante los altares tan «heterodoxos» como populares, como el
doble altar con la Virgen de la Caridad y «en el piso superior, una
Virgen de Regla» «que domina con su autoridad todo el mundo
prodigiosamente marítimo».1 Le sigue Gonzalo Valera Rodríguez que

1
Casualmente este artículo fue publicado por la revista Tiempo el 22 de junio de
1941, el mismo día en que Alemania atacó a la URSS durante la II Guerra Mundial.

C ATAU R O   167
en «La virgen negra, gobernadora de la bahía habanera», relata el
origen norafricano de su imagen adorada en Cádiz, España, como
patrona de marinos y pescadores. Cuenta que en 1694 ya hay otra
en Cuba, que el Cabildo habanero proclamó patrona de la bahía en
1712 y gobernadora en 1714, siendo La Virgen de Regla sincretizada
popularmente con Yemayá. Julio Ismael Martínez Betancourt corona
este tríptico con «María Josefa Herrera Burgles (1864-1947), inicio
y rescate de una tradición en el pueblo de Regla, La Habana», un
relato de la vida de «la venerable iyalocha Pepa Echubi», nacida en
1864 de padres yorubas, fundadores del Cabildo de Nuestra Señora
de Regla hacia 1866, que en 1905 pasó a ser dirigido por María Jo-
sefa o Echubi, quien en 1903 inició la tradición de sacar el Cabildo
a la calle en procesión cada 9 de septiembre. Podemos leer la despe-
dida de duelo que le dedicara don Fernando Ortiz a su muerte en
1947, así como lo relativo al período de intolerancia que durante
cincuenta y cuatro años impidió la salida del «tradicional ritual del
desfile del Cabildo de Regla» desde 1961 hasta 2015.
En la parte relativa a los Archivos del Folklore encontramos otro
trío de obras, unidas por su vigencia habanera. El artículo «Salvemos
definitivamente a la Iglesia de Paula», de Emilio Roig de Leuchsenring,
nos remite a la larga batalla que entre 1937 y 1944 librara el primer
Historiador de la Ciudad por salvar la Iglesia de Paula, que la empre-
sa Ferrocarriles Unidos pretendía demoler. El título nos muestra que,
aunque un decreto presidencial ya la había declarado Monumento
Nacional, todavía Roig desconfiaba porque dicha empresa había
presentado un recurso. A continuación Eusebio Leal Spengler le
rinde un sentido tributo a su predecesor en «Emilio Roig: El eterno
Historiador de la Ciudad de La Habana», relatando los aspectos
fundamentales de su vida y sus luchas, así como su legado. El queri-
do Historiador de la Ciudad de La Habana declara que «sin Emilio
Roig no existiría Eusebio Leal». Unidos ambos por una tenacidad de
trabajo y un amor a La Habana ilimitado, el mismo artículo sobre la
lucha por salvar la Iglesia de Paula contra intereses particulares de
empresas muestra las dificultades para lograr una conservación o una
restauración a fondo, cuando no se cuenta con una firme y sostenida
voluntad política desde el Estado.
Por último «La Habana que va conmigo», de Ambrosio Fornet es
un regalo a paladear sobre una ciudad mitificada en el recuerdo. Para
el autor «La Habana que realmente va conmigo, la que se alojó de-
finitivamente en mi memoria, es la de los años 40 a 55», aquella
descubierta en su niñez al venir, primero a visitarla, como «guajiro
pasado por guagua». Dejo al lector el descubrimiento de la deliciosa
descripción de aquellos paisajes urbanos, aunque si destacaré una de

168  CATAURO
las leyendas habaneras que no alcanzamos a ver, como los tranvías.
Se trata de aquel anuncio, citado no solo por Guillermo Cabrera
Infante en su Habana para un infante difunto, que Fornet contempla-
ba en el Parque Central cuando iba «a ver las noticias de la guerra
que iban apareciendo en el gran anuncio lumínico de las trusas
Jantzen situado en la azotea de lo que hoy es el Hotel Parque Central.
Para mí, la bañista que se tiraba limpiamente del trampolín era todo
un espectáculo». «El desarrollo vertiginoso del Vedado» tapando las
furnias de La Rampa es rememorado por Fornet, aquel Vedado que
en alguna parte Miguel Barnet pintó diciendo que «parecía un set de
la Paramount», aquel Vedado tan contrastante con Pogolotti o con
los cercanos solares habaneros.
Desde L y 27 refiere en «Desarrollo y prosperidad en el número
32 de Catauro», la presentación de ese número por parte de Manuel
Calviño, el psicólogo por excelencia en el imaginario cubano. Le sigue
una reseña, «Recibe Miguel Barnet Doctorado Honoris Causa por la
Universidad de Oriente (UNO) de México», reconocimiento que
tuvo lugar el 19 de octubre de 2015, ocasión en que el homenajeado
«dio cuenta del recorrido literario y etnológico realizado para consu-
mar su obra más conocida, Biografía de un cimarrón». Bajo el título
«África, protagonista del Premio Catauro Cubano» se describe el acto
de entrega del Premio Catauro Cubano de la Fundación Fernando
Ortiz y el Instituto del Libro el 14 de noviembre de 2017 en el Museo
Napoleónico, compartido por el doctor Sergio Valdés Bernal, con-
juntamente con el doctor Reinaldo Sánchez Porro, por sus obras
respectivas, «Lenguas africanas y el español de América», y «África.
Luces, mitos y sombras de la descolonización». Esta parte culmina con
«A los ochenta años de Rogelio Martínez Furé», texto de Miguel
Barnet publicado en Granma el 31 de agosto de 2017, que destaca
como el laureado Martínez Furé se dedicó «por entero a la investi-
gación folclórica y a la selección de lo mejor de la poesía africana» y
sus años de amistad compartida, más la relación con don Fernando
Ortiz, «maestro que ambos veneramos».
Ex-Libris es la sección que cierra este pletórico número de Catau-
ro con los comentarios de tres obras: Cuba: imaginarios, cultura,
mujeres y destino, de Irina Pacheco, a cargo de Alicia Conde Rodríguez;
Un camino de ocho décadas: el epistolario de Rubén Martínez Villena, de
Carlos Reig Romero, por cuenta de Enrique López Mesa (1944-2018);
y Trata esclavista en Cuba. Nuevas aproximaciones al tema, de María
del Carmen Barcia Zequeira (coordinadora), reseñado por Luis Edel
Abreu Veranes. El libro de Irina Pacheco rescata «un conjunto de
trabajos publicados por la autora» que incitan «a descubrir la espiri-
tualidad y la racionalidad cubanas en aras del ascenso cultural del

C ATAU R O   169
pueblo», lo que Alicia Conde considera que es «su mayor mérito».
Carlos Reig logró reunir durante años la correspondencia de Martínez
Villena y, aunque «no podemos hablar de un epistolario completo»,
dice Enrique López Mesa, cuyo deceso en 2018 lamentamos, que lo
reunido sustenta el criterio de que Rubén Martínez Villena «siempre
será uno de los paradigmas éticos de la nación cubana». El volumen
de María del Carmen Barcia y su Grupo de Estudios sobre la Escla-
vitud en Cuba, según Luis Edel Abreu Veranes, «transcurre con una
lógica que va desde los fenómenos más generales hasta la particula-
rización en espacios geográficos y temporales bien específicos» para
concretar «una investigación que arroja luz sobre uno de los más
desgarradores procesos de la historia moderna, insertado en el con-
texto del siglo xix cubano».
Hasta aquí mis apreciaciones; espero que ustedes puedan disfru-
tar de la interesante e instructiva lectura que este número de Catau-
ro pone en sus manos. Muchas gracias.

Premio Internacional Fernando Ortiz a Héctor Díaz


Polanco

El 21 de septiembre, fecha en que la Fundación Fernando Ortiz


cumplió veinticinco años de trabajo ininterrumpido, se dio a conocer
públicamente la decisión de su Junta Directiva de otorgar el Premio
Internacional Fernando Ortiz al doctor Héctor Díaz-Polanco, en
virtud de sus destacados aportes a la antropología.
La concesión de dicho lauro al doctor Díaz-Polanco hace honor
a la vocación latinoamericana y caribeña desarrollada por don Fer-
nando en su comprensión de la realidad y búsqueda de respuesta a
los principales problemas de identidad cultural de nuestros pueblos.
Los méritos profesionales y humanos que hacen acreedor de este
significativo reconocimiento a nuestro colega son muy valiosos y
diversos, como resultado de su fructífero trabajo científico.
Asociado al Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social de México, el trabajo de Héctor Díaz Polanco
ha estado enfocado en cuestiones étnicas y de autonomía, en relación
con los pueblos originarios del continente, y de manera particular,
en el análisis de los conflictos sociales entre el Estado y esos sectores
de la sociedad.
Como queda recogido en el acta de fundamentación correspon-
diente a la concesión del Premio Internacional Fernando Ortiz, lo
recibe el doctor Héctor Díaz Polanco por su extraordinaria labor
investigativa en las ciencias sociales, particularmente en los campos

170  CATAURO
de la antropología y la sociología, con una relevante obra publicada
en decenas de libros, que abarcan desde las cuestiones étnico-nacio-
nales a finales del siglo xx hasta una de sus más recientes contribu-
ciones en el titulado El nacimiento de la antropología: positivismo y
evolucionismo.
Además, el rigor de su obra docente ha dejado impronta en uni-
versidades de América Latina, Estados Unidos y Europa, especial-
mente como miembro del Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social en México, labor complementada
por su creativa función en los consejos editoriales de revistas espe-
cializadas como Latin American Perspectives, Dialéctica y Memoria:
Revista de Política y Cultura, en el decenio 1997-2007.
Su compromiso intelectual hacia los valores cívicos, con énfasis
en los de poblaciones indígenas y campesinas latinoamericanas, bá-
sicamente en el contexto de México, donde integra activamente el
Consejo Consultivo del Movimiento de Regeneración Nacional
(Morena), identifica a Héctor Díaz Polanco como un notable inte-
lectual orgánico de Nuestra América.

Premio Catauro Cubano 2020

El 19 de octubre de 2020, en ocasión del Día de la Cultura cubana,


en la sede de la EGREM, la Fundación Fernando Ortiz otorgó el
Premio Catauro Cubano, en un acto presidido por el doctor Miguel
Barnet, presidente de dicha institución.
La distinción, con la cual se reconocen los valiosos aportes a la
cultura nacional de personalidades e instituciones, fue recibido por
la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) y el
periodista y crítico de arte Pedro de la Hoz.
Miguel Barnet fundamentó el lauro a la casa discográfica debido
a su labor en la preservación del patrimonio sonoro, sobre la base de
las más de 300 producciones de carácter patrimonial acumuladas a
lo largo de cincuenta y cinco años, y al trabajo de rescate, registro,
preservación y difusión de la música folklórica de la Isla, con la pro-
ducción de álbumes que abordan la cultura popular tradicional de
origen africano, así como géneros más autóctonos. El presidente
de la Fundación subrayó además la importante trayectoria de la co-
lección Memorias, a cargo del musicógrafo Jorge Rodríguez, la cual
cuenta ya con 52 volúmenes.
En cuanto al periodista, escritor, crítico de arte y actual vicepre-
sidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC),

C ATAU R O   171
Pedro de la Hoz, Barnet se refirió a su trabajo como a una muy seria
y encomiable labor promocional a favor de la música cubana y el
quehacer de sus cultores en Cuba.
El director general de la EGREM, Mario Escalona, al recibir el
premio en nombre de dicha empresa, aseguró que la distinción cons-
tituye un reconocimiento al trabajo cotidiano de la institución y
«ratifica la importancia de nuestro empeño de atesorar el patrimonio
musical y mantenerlo vivo de generación en generación».
Por su parte, Pedro de la Hoz expresó su compromiso de seguir
investigando y promoviendo esa gran riqueza que tiene la cultura
popular cubana, y declaró que Fernando Ortiz  tiene que seguir
siendo una inspiración en Cuba, «si de verdad queremos afirmarnos
en nuestra cubanidad con vocación universal».

Recibe la Biblioteca Nacional José Martí el Premio


Internacional Fernando Ortiz

Por su meritoria labor en la salvaguarda del patrimonio bibliográfico


de Fernando Ortiz y sus importantes aportes a la cultura cubana co-
mo institución insigne durante sus 120 años de historia, le fue otor-
gado el Premio Internacional Fernando Ortiz, que entrega la
Fundación Fernando Ortiz, a la Biblioteca Nacional José Martí, en
acto celebrado el 16 de noviembre de 2020 en la galería El Reino de
este Mundo ubicada en la sede de la biblioteca.
En sus palabras, Miguel Barnet Lanza, presidente de la Fundación
Fernando Ortiz, rememoró sus inicios y trayectoria en esta institución
cultural y recordó —en el aniversario 501 de La Habana— a Eusebio
Leal «como alguien que amó mucho a la biblioteca, que es un sím-
bolo imperecedero de la capital de todos los cubanos».
«Entregamos este premio, que era una deuda que teníamos con
esta institución cultural, de reconocer y premiar el esfuerzo de cada
uno de los trabajadores de aquí», expresó el presidente de la Funda-
ción Fernando Ortiz. «Entregamos este premio hoy, porque si La
Habana es el Morro, si La Habana es la Cabaña, La Habana es tam-
bién la Biblioteca Nacional José Martí», agregó. 
Más adelante destacó que este merecido reconocimiento lo reci-
be una institución a la que estuvo vinculada toda la intelectualidad
cubana después del triunfo revolucionario de 1959, y que no solo ha
preservado el fondo bibliográfico de Fernando Ortiz tras el falleci-
miento del ilustre intelectual cubano, sino que, con la labor diaria
de sus trabajadores, se ha convertido en un símbolo de la cultura

172  CATAURO
cubana, del conocimiento y de La Habana, ciudad que la acoge con
mucho orgullo.
Tras felicitar a todo el colectivo de la institución por su arduo
trabajo, el presidente de la Fundación Fernando Ortiz tuvo palabras
de elogio para la doctora Araceli García Carranza, bibliotecaria
y bibliógrafa, que ha dedicado la mayor parte de su vida a la investi-
gación y estudio de los más destacados intelectuales cubanos, inclu-
yendo a Fernando Ortiz.
Omar Valiño Cedré, director de la Biblioteca Nacional, agradeció
a la Fundación Fernando Ortiz y a su presidente por este reconoci-
miento que valoró como «una prenda de valor para la biblioteca que
ha comenzado su andar de 120 años, a celebrarse el 18 de octubre
de 2021». Y añadió que recibir el Premio Internacional Fernando
Ortiz «es un enorme respaldo para los 120 años de trabajo de la Biblio-
teca Nacional José Martí y el sistema cubano de bibliotecas públicas,
que abarca casi 400 centros de este tipo».

Reciben la Fundación Fernando Ortiz y su presidente


Miguel Barnet Lanza la Orden Carlos J. Finlay

El pasado 17 de marzo de 2021 la Fundación Fernando Ortiz y su


presidente Miguel Barnet Lanza recibieron la Orden Carlos Juan
Finlay, junto a otros colectivos laborales y 23 especialistas. La Orden
Carlos Juan Finlay es la máxima distinción que entrega el gobierno
cubano a personalidades o instituciones vinculadas a la investigación
científica, tanto nacionales como extranjeras, por sus aportes al de-
sarrollo de la ciencia en beneficio de la humanidad.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA),
como organismo rector de la actividad científica, propone candidatos
a recibir la Orden Carlos J. Finlay y el presidente de la República de
Cuba los aprueba en virtud de las atribuciones que le son conferidas
en la Constitución. Este reconocimiento es el mayor estímulo a
quienes ofrecen lo mejor de sí mediante la investigación científica.
De esta manera es reconocido el trabajo que durante veinticinco
años ha realizado la Fundación Fernando Ortiz rescatando y promo-
viendo la obra científica del sabio cubano, así como investigaciones
actuales sobre temas cruciales de la problemática social de nuestro país.
Además de la Fundación Fernando Ortiz, recibieron este reconoci-
miento otros cinco colectivos laborales: el Centro de Inmunología
Molecular, el Centro Nacional de Biopreparados, el Centro de Inge-
niería Genética y Biotecnología y la Brigada Médica Henry Reeve.

C ATAU R O   173
Coloquio Internacional Fernando Ortiz: una obra de
fundación

Con motivo de cumplirse el aniversario 140 del natalicio de Fernan-


do Ortiz, sesionó el 16 de julio de 2021 el Coloquio Internacional
Fernando Ortiz: una obra de fundación. El evento convocado por la
Fundación Fernando Ortiz en coauspicio con la Universidad José
Martí de Latinoamérica (Mérida, México), sesionó de manera online
y participaron profesores e investigadores de diferentes disciplinas
del saber, reunidos para debatir y compartir los aportes epistémicos
orticianos al caudal de las ciencias sociales contemporáneas, así como
para divulgar sus ideas descolonizadoras y antirracistas.
La apertura del evento estuvo a cargo del presidente de la Fun-
dación Fernando Ortiz, el doctor Miguel Barnet Lanza, quien desta-
có la importancia de celebrar un evento como el Coloquio para
reflexionar sobre la obra y legado de Ortiz, cuyo pensamiento marcó
el devenir de las ciencias sociales en el siglo xx cubano. «Ortiz penetró
en la selva oscura y escamoteada de la historia. Fue allí, donde el ac-
ceso era casi infranqueable por los prejuicios que una visión hege-
mónica imponía y rescató una cultura invaluable que es ya parte
esencial de nuestro corpus identitario», afirmó.
Además insistió que «la Fundación Fernando Ortiz no es una
capilla donde se venera o se cuida con devoción una reliquia. Es un
laboratorio de ideas y proyectos que honran el legado que este sabio
cubano nos dejó».
Entre las ponencias presentadas al Coloquio estuvieron «Actua-
lidad de la transculturación y el antirracismo de Fernando Ortiz en
el debate poscolonial» (doctor José A. González Alcantud, Catedrá-
tico de Antropología Social de la Universidad de Granada); «Fer-
nando y los estudios afrolingüísticos en Cuba» (doctora Gema Valdés,
Profesora Titular de la Universidad Central de Las Villas Marta
Abreu); «Ortiz y las metáforas de la cubanidad» (Zuleica Romay,
Casa de las Américas); «Apuntes sobre la transculturación en los
cinco volúmenes de los instrumentos de la música afrocubana» (doc-
tor Raúl Fernández, Profesor Titular de la Universidad de California,
Campus Irvine) y «Contrapunteo cubano de la clave y el bongo»
(doctor Aristinete Bernardes).

174  CATAURO
Diana Fernández
González. (2018).
Lo cubano en el
vestir. Apuntes
esenciales. Ediciones
UNIÓN.

Acertados apuntes
de Diana Fernández
sobre el vestir

Virginia Alberdi Benítez


Curadora y crítico de arte.

Somos el resultado de una herencia de vida que nos ha sido legada


por generaciones anteriores y nuestros propios aportes y esfuerzos.
Así, la imagen que ofrecemos, la memoria que nos precede, es toda
una afirmación.
Hábitos, costumbres, comidas, ropajes constituyen parte esencial
de las identidades personales y son elementos que debemos auscultar,
para reconocernos no solo como entes individuales sino en tanto
células activas del entorno social.
Sobre la manera de vestir, esa que con razón se ha considerado
una segunda piel humana, y sus manifestaciones en Cuba, versa un
interesante y enjundioso texto investigativo de Diana Fernández
González, toda una personalidad en este campo, y de rica trayectoria
cimentada por sus estudios y formación durante más de cuarenta
ex‑libris

años. El alcance de la obra ha llegado como una manera acertada de


iluminar desde los orígenes la evolución del vestuario en Cuba.
Lo cubano en el vestir. Apuntes esenciales, publicación de Ediciones
Unión, brinda una amplia visión que abarca desde los primeros
pobladores de la Isla hasta los años cincuenta del pasado siglo xx.
Parte de los tiempos antes del desembarco de europeos, y de la corres-

C ATAU R O   175
pondencia entre vestimenta y estadio de desarrollo de las fuerzas
productivas en aquellas comunidades, cuyos integrantes cubrían sus
cuerpos con breves piezas tejidas y diversidad de cuentas de piedra y
conchas. El primer capítulo atiende a la indumentaria de esos aborí-
genes y su encuentro con los colonizadores europeos, que por cues-
tiones de clima y cultura resultaban excesivamente cubiertos, los que
demostraron su concepción dominadora y de profundo irrespeto por
la cultura aborigen, al considerar inmoral la manera de mostrarse y
actuar de los naturales de estas tierras.
Durante los siglos xvi y xvii, por diferentes causas se va diezman-
do la población autóctona, y quienes sobreviven padecen la impo-
sición de hábitos y costumbres fuereños. Siempre modificados a
causa del clima y las condiciones de vida que resultan bien diferen-
tes de las europeas, los trajes de los invasores prevalecen. En estas
páginas se presentan diversos ejemplos del vestir, partiendo de
pinturas y grabados de la época. Otro elemento a considerar es la
llegada más adelante de los africanos sometidos a la esclavitud, que
viajaban casi desnudos y que, tras su llegada y venta, eran cubiertos
con trajes muy rudimentarios, lo que se ha dado a conocer como
esquifación. En la Isla, como resultado de estas coordenadas socioe-
conómicas —origen y auge de la economía de plantación— surgen
nuevas formas y maneras de llevar las vestimentas, hasta el siglo xix,
en que se conforma la imagen del criollo, que pretende lucir ele-
gante, a semejanza de los viajeros que ven llegar, y toman de las pu-
blicaciones ideas y pautas a seguir. De manera ilustrativa y, por qué
no, con elementos didácticos, esta investigación transita por la
evolución de los trajes en los individuos de uno y otro sexo, y tam-
bién aborda la forma en que se establecen las muy delimitadas di-
ferencias sociales de los adinerados y poderosos, y las personas
marginadas o trabajadores de menos recursos, que no podían per-
mitirse la excesiva opulencia de los otros; siempre recordando que
la casi totalidad de los tejidos, prendas, y objetos tanto de uso
personal como doméstico, debían llegar en los barcos que hacían
su travesía desde la metrópoli.
Los elementos usados en los trajes, el talle que sube o baja según
los dictámenes de la moda, pero siempre adaptándose a las preferencias
y posibilidades de los criollos, se recoge y argumenta con precisión en
el texto. Así, un detalle que sobresale en el siglo xix es que la mujer
cubana lleva el cabello suelto y adornado con flores, y sus trajes, de
preferencia blancos, se confeccionan en tejidos livianos y frescos.
Interesante y reveladora se nos presenta la relación entre las
artes plásticas y el modo de vestir. La autora refiere: «Los retratos
de principios del siglo xix que nos han legado pintores como Vicen-
te Escobar (1757-1834) y Juan Bautista Vermay (1784-1833), nos

176  CATAURO
presentan personajes de la sociedad cubana elegantemente vestidos,
con alarde de finos encajes y a tono con la moda europea. Los
personajes que retratara Vermay para los muros del Templete en
1827, como representación de la Primera misa, reflejan tanto a la
jerarquía oficial de la metrópoli, como a las familias adineradas de
la oligarquía criolla. Hombres y mujeres son retratados por el artis-
ta con una línea de vestir común, reafirmando el señalamiento
anteriormente expuesto: que los criollos adinerados competían en
elegancia y ostentación con los miembros de las más ilustres fami-
lias europeas. A pesar de las diferencias climáticas, de modo de vida
y de la existencia de una identidad nacional en la mayoría de los
componentes de nuestra oligarquía, los hombres sufrieron la inco-
modidad y el calor que les proporcionaban las prendas que compo-
nían el traje masculino en Europa en aquellos años.  La mujer, sin
embargo, se benefició durante estas décadas con la moda imperan-
te, derivada de la llamada «moda a la antigüedad clásica», mani-
festada durante el breve período del Directorio francés. Tal como se
observa en el retrato que hiciera Vermay a La familia Manrique de
Lara, la imagen femenina respiraba sencillez y ligereza, mientras
que el hombre sufría la incomodidad de un conjunto aún dentro de
la línea cortesana del habit à la françoise.
Este ritmo de información diversa y acuciosa se mantiene a través
de todo el texto, mientras se apoya en la amplísima información que
aportan los archivos personales de la propia autora y del imprescin-
dible Derubín Jacome, a quien está dirigida la dedicatoria del libro:
«mi apoyo, mi documentalista, mi compañero de viaje y de alma […]
principal responsable de que este trabajo saliera a la luz».
En las páginas dedicadas al siglo xx se aprecian por décadas los
cambios operados en la vestimenta de hombres y mujeres, tomados de
publicaciones tanto europeas como norteamericanas, así como fotos
de colecciones y fotógrafos de la época, e incluso del archivo familiar.
La narración destaca elementos esenciales de cada década, transi-
ta por una visita a locales de recreación y espacios públicos, viviendas
y centros laborales, vincula constantemente la vida social y cotidiana,
las costumbres, los sitios de reunión, los acontecimientos relevantes
en su momento como las visitas de artistas de fama internacional, los
estrenos en los teatros, festejos, inauguración de edificaciones desta-
cadas, en fin todo aquello que constituye y aporta un amplio y colori-
do panorama de esos años, siempre haciendo énfasis en el vestir de los
cubanos, los tejidos de que están confeccionadas esas vestiduras, las
influencias y tendencias de países europeos, en especial España y Francia,
el calzado y sus modificaciones, los accesorios, entre los que sobresalen
sombreros, collares, joyería y bisutería, señalando asimismo sus cambios
y aceptaciones. Resulta oportuno señalar la bien ganada fama de los

C ATAU R O   177
cubanos acerca de su elegancia y acertado buen gusto en el vestir, que
siempre los distinguió de los restantes países caribeños.
Más allá de este devenir por cinco siglos de transformaciones en
los trajes, la vida y las costumbres cubanas, el libro cuenta con varios
anexos que permiten al lector una relación vívida de la realidad, al
exponer abundantes fotos y portadas de publicaciones de bien gana-
do prestigio por la calidad de sus textos, actualidad de las temáticas
y asuntos tratados, como las revistas Social y Carteles, debidamente
clasificadas, y haciendo mención a sus valores, como la presencia en
ellas de firmas tan importantes en la cultura nacional como el escri-
tor Alejo Carpentier, quien tenía una columna habitual en Carteles,
que por cuestiones personales firmaba con el pseudónimo Jacqueline,
y las espléndidas ilustraciones y portadas de Conrado Massaguer en
Social, esa icónica publicación representativa del art déco.
El uso del sombrero de pajilla o canotier en los hombres, los trajes
de colores claros y el uso de la guayabera, tanto en los sectores más
adinerados como en los más desfavorecidos de la sociedad, se aprecian
en muchas de las fotos de Walter Evans tomadas del archivo del
Museo Metropolitano de Arte que se incluyen en la obra.
Estamos ante un bien documentado tránsito por diferentes mo-
mentos de la vida en Cuba, apoyado por abundantes fotos, dibujos e
ilustraciones, y acompañado de una exhaustiva explicación, pero
expresado de manera sencilla para posibilitar su comprensión y dis-
frute, porque además de brindar información prolija, resultado de
una profunda labor investigativa, Lo cubano en el vestir constituye una
lectura amena, de esas que instruyen y deleitan.
En las «Conclusiones», la autora precisa algunos elementos tratados
en este estudio, enfatiza en estos y cierra con exactitud el resultado de
esta investigación, a la vez que alerta sobre la posibilidad de conti-
nuar el análisis y la observación de algunos de los aspectos tratados.
Con la finalidad de ampliar la comprensión y permitir un mayor
universo de lectores, se añade otro anexo, el «Glosario de términos
utilizados», que describe e ilustra cada uno de los términos empleados
con carácter específico y técnico, guía que permite adentrarse en el
mundo de la moda y la costura.
Y… como digno colofón, la bibliografía empleada, bien seleccio-
nada y disponible de manera acertada, constituye un componente
que orienta y enriquece.
Por todo esto, Lo cubano en el vestir, de Diana Fernández, resulta
indispensable como una de las herramientas para un acercamiento
serio y efectivo a un conocimiento de «lo cubano» en su devenir
histórico y social.

178  CATAURO
Miriam Castro Caso
(2018).
China en Cuba.
Herederos del
Celeste Imperio.
Editorial de Ciencias
Sociales.

Mujeres y hombres
chinos en Cuba

Gaetano Longo
Escritor, periodista y traductor.

«Un siglo y medio es un tiempo muy breve si lo comparamos con la


experiencia acumulada durante varios milenios por las culturas que
hoy forman el área meridional de China. También la isla de Cuba es
un espacio muy pequeño si lo relacionamos con el extenso territorio
desde el que arribaron los culíes contratados con el objetivo de sus-
tituir, poco a poco, la fuerza de trabajo de los esclavos africanos.
Entonces, ¿dónde radica la grandeza de la presencia china en Cuba?,
¿por qué los cubanos asumimos como propio este legado milenario?,
¿cómo se ha fundido la inmigración china al proceso formativo de la
nación cubana? Estas y otras muchas preguntas pueden tener diver-
sas respuestas desde varios marcos de referencia».
De esta manera inicia su introducción el doctor Jesús Guanche
al mapa titulado Presencia china en Cuba, publicado por la Fundación
Fernando Ortiz hace unos años atrás y que conforma una serie de
publicaciones sobre las comunidades asentadas en la Isla a través
de varios siglos.
El lector puede encontrar respuestas satisfactorias a tales pregun-
tas en el volumen China en Cuba. Herederos del Celeste Imperio, de la

C ATAU R O   179
escritora e investigadora Miriam Castro Caro, publicado en 2018 por
la Editorial de Ciencias Sociales.
Con un brillante y aclaratorio conjunto de entrevistas a hombres
y mujeres originarios del gran país del lejano Oriente, la autora nos
introduce en una cultura que si por un lado ha mantenido vivas sus
raíces originarias, por otro lado ha sabido y querido integrarse a la
realidad cubana, aportando nuevos y fundamentales elementos a lo
que llamamos «cubanía», transformándose, de esta manera, en una
parte imprescindible de la misma.
Al mismo tiempo, este libro demuestra, como ya lo hicieron otros
estudios y publicaciones relacionadas con diferentes comunidades
que a través de los siglos se han establecido en la Isla, que sería un
gran error hablar de Cuba como de un país multicultural, cuando en
realidad es una cultura heterogénea que ha sabido incorporar ele-
mentos tan diferentes entre sí como los españoles y los africanos,
junto a otros llegados de países de Europa y de Asia, que consolidan
la historia nacional, conformando de esta manera un país y una nación
con rasgos bien definidos.
China en Cuba. Herederos del Celeste Imperio es un libro que se
puede leer con gran disfrute. Diseñado a partir de entrevistas a per-
sonalidades de ambos sexos, hombres y mujeres naturalizados, aco-
gidos por la más grande de las Antillas como hijos, descendientes de
ellos nacidos en Cuba, y mestizos nacidos de la mezcla de cubanos y
chinos.
Todos los protagonistas de las entrevistas aportan, con sus histo-
rias personales y familiares y los relatos vinculados a la vida pública en
la cual viven y se mueven, datos y episodios que enriquecen no solo la
historia de la comunidad china sino también la de la Isla, antes y des-
pués del triunfo revolucionario, dando así la posibilidad de definir este
libro como una obra histórica y periodística al mismo tiempo.
El volumen, introducido por la doctora María Teresa Montes de
Oca Choy, profesora titular consultante de Historia de Asia de la
Universidad de La Habana y presidenta de la Cátedra de Estudios
sobre la Inmigración y la Presencia China en Cuba, está dividido en
dos partes.
El primer capítulo, titulado «Mujeres sin los pies vendados», re-
coge vivencias contadas por ellas, «libres de la atávica sumisión a que
la sociedad china confinaba a sus mujeres a modo de mantenerlas
como “lirios de 7,5 centímetros”, los llamados “pies de loto”, sujeta
al dominio despótico de un sistema masculinizado», como aclara la
doctora María Teresa.
Entre las protagonistas de esta primera parte, conformada por
cuarenta y cinco entrevistas, sobresalen las de «Las Divas», mujeres

180  CATAURO
conocidas con ese seudónimo y vinculadas al teatro chino tradicional,
y aquellas a la gimnasta y entrenadora Lilia Leonarda Wong Acosta,
la basquetbolista Mercedes Li Betancourt, la periodista Silvia Johoy
Ribalta, la gran artista de la plástica cubana Flora Fong, y las «Presi-
dentas», seis mujeres que, aunque ejerciendo diferentes profesiones
en la cotidianidad, presiden un igual número de sociedad chinas, en-
tre las que actualmente existen en el Barrio Chino.
La segunda parte, «Hombre de Jade y Palmas», reúne treinta y
ocho entrevistas, entre las cuales destacan las de Pedro Jesús Eng
Herrera, fundador de la milicia china José Wong y de los Órganos de
la Seguridad del Estado; las de los generales Gustavo Chui y Arman-
do Choy, que forman parte inseparable de la historia de la Revolución
cubana; la del biólogo y artista de la plástica Alfredo Lorenzo Chong
López; así como las del director de radio, cine y televisión Rolando
Antonio Chiong Rivero; la del periodista y escritor Rafael Lam Ma-
rimón; la de los seis «Presidentes» que en la actualidad dirigen igual
número de sociedades del Barrio Chino, la llamada Ciudad Amarilla,
así bautizada por el escritor Alejo Carpentier; y la del cubano-chino
Roberto Vargas, maestro de artes marciales y fundador de la notable
Escuela Cubana de Wushu.
Como aclara la autora en su prólogo:

En todos los relatos de vidas, de mujeres y hombres incluidos en


esta obra, así como de otros en el pasado, se cumplen los principios
enunciados en la definición hecha por el intelectual cubano Fer-
nando Ortiz: «[…] La cubanidad es condición del alma, es com-
plejo de sentimientos, ideas y actitudes».

Sin duda alguna, China en Cuba. Herederos del Celeste Imperio, enri-
quecido también por un interesante y necesario glosario que cierra
el volumen, ofrece al lector una muy variada y rica muestra sobre la
comunidad china de Cuba y de esa manera se presenta como una
obra necesaria para conocer y perpetuar esta historia, que es también
la historia de todos los cubanos.

C ATAU R O   181
Olga Portuondo
Zúñiga. (2018).
Emilio Bacardí
Moreau.
De apasionado
humanismo cubano.
2 tomos.
Editorial Oriente.

Biografía
de un cubano
inolvidable:
Emilio Bacardí

Ibrahim Hidalgo Paz


Historiador. Investigador Titular,
Centro de Estudios Martianos.

No he podido evitar la satisfacción de expresar mi opinión sobre el


libro de Olga Portuondo Zúñiga, Emilio Bacardí Moreau. De apasio-
nado humanismo cubano, aunque ya otros autores, sin duda más cali-
ficados, han dado a conocer sus criterios sobre esta importante obra.
¿Quién no establece nexos entre el apellido Bacardí y el mejor
ron que se produce en Santiago de Cuba? En el siglo xix comenzó la
que sería larga tradición de fabricantes, pues sus orígenes datan del
tercer decenio, aunque la firma industrial fue registrada oficialmen-
te en 1862. Entre los socios fundadores se encontraba Facundo Ba-
cardí.
Su hijo Emilio ha dejado su huella en la tradición industrial de
nuestro país y, en igual medida, en la creación intelectual y las acti-
vidades patrióticas. Solo fanáticos de teorías sectarias, o ignorantes
de nuestra historia, intentan desconocer que personas cuya trayec-
toria vital se ha caracterizado por la amplitud de la solvencia econó-
mica son capaces de sentir, amar y actuar por su patria y por el bien
del pueblo. No constituyen la mayoría en la composición de su clase
social, pero sí un sector de notable importancia en la Isla y en las
emigraciones.

182  CATAURO
Emilio Bacardí Moreau se halla entre estos. Sus intereses se evi-
dencian en una actuación por momentos contradictoria, pero siem-
pre prevaleció su pensamiento liberal radical y su defensa de la
cubanía. Su sensibilidad artística marchaba al unísono —y determi-
naba su modo de ser— tanto en sus labores económicas como en las
políticas, la creación literaria y la investigación y la divulgación
historiográficas. De estas últimas, la más conocida de sus obras es
Crónicas de Santiago de Cuba. Menos divulgadas son sus novelas Vía
Crucis, Doña Guiomar y Filigrana; sus crónicas de viaje, entre ellas,
Hacia tierras viejas; memorias de sus deportaciones, como la destaca-
da De Cuba a Chafarinas; cuentos y obras teatrales.
Sin embargo, expresa la historiadora Olga Portuondo, «no existe
una biografía más o menos exhaustiva» de este luchador indepen-
dentista, que hoy denominaríamos clandestino, intelectual de hondo
sentido y proceder humanista, preocupado por la realidad y el futuro
de su ciudad y su país. Cierto que se han publicado textos en los que
se consideran aspectos parciales de su existencia, principalmente
como hombre de negocios, o partícipe en el quehacer ciudadano, o
creador intelectual; pero faltaba una obra que abarcara de conjun-
to su quehacer, enmarcado en las circunstancias que lo propiciaron
o dificultaron. Este es, precisamente, el libro que ha salido de las
incansables manos de la investigadora y profesora universitaria, quien
ha reunido en dos tomos —de 341 páginas el primero, y 315 el se-
gundo— tanto el relato histórico de la vida del patriota santiaguero
como un conjunto valiosísimo de textos inéditos o poco conocidos
de Bacardí, documentos personales, discursos, notas, narraciones,
entrevistas, comunicaciones publicadas durante su gestión como
alcalde, y un extenso epistolario que incluye cartas cruzadas con otros
patriotas, unidos en los sufrimientos del exilio, así como las comuni-
caciones a su esposa, Elvira Cape, donde puede apreciarse el enorme
valor que concedía a los nexos familiares y su amoroso empeño como
padre.
La autora es ampliamente conocida por su prolífica obra, así como
por su labor docente. Me eximen de enumerar sus publicaciones y
méritos en el desempeño en las aulas los múltiples artículos publica-
dos al respecto.1
1
Solo mencionaré, de Félix Julio Alfonso López, «Homenaje a Olga Portuondo
Zúñiga», en su Exceso de Historia, Ediciones Extramuros, La Habana, 2018, y «Olga
Portuondo Zúñiga: de la docencia universitaria a la consagración historiográfica
y la divulgación masiva de la historia», en Damaris Amparo Torres Elers, Israel
Escalona Chádez y Manuel Fernández Carcassés (coords.): Apasionados por su
ciudad. Aproximaciones históricas a relevantes personalidades santiagueras, Edicio-
nes UO, Santiago de Cuba, 2020.

C ATAU R O   183
Su experiencia y saber se encuentran presentes en este libro, en
el cual no solo consigna sus fuentes bibliográficas y documentales
—al final del tomo II—, sino además pone a disposición del lector
una amplia selección y transcripción de textos en los cuales se halla
la prosa clara y directa de Bacardí, así como de amigos y familiares,
con los cuales podemos profundizar en el quehacer y los sentimientos
de aquel hombre honesto, cuyas raíces familiares catalanas se en-
cuentran en el poblado denominado Sitges, varios de cuyos miembros
emigraron a Santiago de Cuba, donde se dedicaron a varios tipos de
negocios, desde quincallería hasta víveres. Ya a mediados del siglo xix
lograron cierta estabilidad, y dedicaron parte de su peculio a la fabri-
cación de ron. Aunque las condiciones económicas les fueron desfa-
vorables, con el tesón característico de sus orígenes continuaron en
el empeño, y en 1862 constituyeron la licorería y destilería Bacardí,
Bouteiller & Compañía, cuya identificación es la figura de un mur-
ciélago con las alas desplegadas. Los socios comanditarios fueron José
León Bouteiller, José y Facundo Bacardí. En 1874 la sociedad fue
reconstituida como Bacardí y Compañía.
Eran tiempos convulsos, expone la autora, pues la Guerra Gran-
de había comenzado seis años atrás, cuando las preocupaciones po-
líticas y sociales del joven Emilio lo hicieron partícipe del fracasado
intento de levantar en armas la ciudad, en diciembre de 1868, lo que
posiblemente develó su posición ante las autoridades y le impidió
llevar a cabo otras acciones, pero no el desarrollo de sus ideas inde-
pendentistas, abolicionistas, antirracistas, ni su admiración por
Antonio Maceo. Por otra parte, su padre se retiró del quehacer in-
dustrial y se vio precisado, en 1877, a asumir la dirección de la fábri-
ca. Luego del Pacto del Zanjón, se vinculó al Partido Liberal,
autonomista, y fue elegido concejal en enero de 1879. Los hechos
posteriores muestran su verdadera filiación, pues el 6 de septiembre
de aquel año, como consecuencia de la Guerra Chiquita, fue deteni-
do y conducido a la cárcel de la ciudad, y luego al Castillo del Morro.
Deportado a España, no regresó a su patria hasta finales de 1883.
En medio de los apremios económicos de la industria familiar, no
dejó de preocuparse por el desarrollo material y espiritual de sus con-
ciudadanos, por lo que en 1887 formó parte del grupo de intelectuales
santiagueros unidos en el Grupo de Librepensadores Víctor Hugo,
desde el cual tuvo la posibilidad de argumentar, en el periódico El Es-
píritu del Siglo, sus ideas contrarias a todo tipo de dogma y su posición
anticlerical, dirigida particularmente contra la injerencia de la Iglesia
católica en la vida política, puntal ideológico al servicio del colonialismo.
Sus ideales independentistas constituyeron el sustento de la par-
ticipación en los preparativos de la nueva guerra contra el dominio

184  CATAURO
hispano y, aunque se carece de fuentes documentales de sus activi-
dades, consta un encuentro con José Martí en Port-au-Prince, Haití,
en 1893. Una vez iniciada la contienda, fue de los recaudadores de
dinero para las expediciones, formó parte del espionaje al servicio
de la revolución, y de las comunicaciones con el exterior. Como en otros
casos, fue denunciado por un delator y procesado en mayo de 1896.
Tras meses en la Real Cárcel de Santiago de Cuba, en octubre fue
enviado a la de La Habana, desde donde partió deportado hacia
España a finales del mes siguiente. La biógrafa nos remite a la docu-
mentación de la estancia del patriota en Cádiz, Málaga y, finalmen-
te, Chafarinas, itinerario de quien junto a otros en igualdad de
condiciones permanecían lejos de sus seres queridos, de sus hogares,
de su patria. Pero nada lograba doblegar a don Emilio, quien pedía a
su esposa y amigos que resistieran la adversidad y tuvieran paciencia
y optimismo, características personales para enfrentar la incomuni-
cación, el abuso, las condiciones miserables a que eran sometidos los
presos políticos.
En octubre de 1897 fue puesto en libertad, y a mediados de di-
ciembre se reunió con su esposa e hijos en Kingston, Jamaica. Sin
pérdida de tiempo se dispuso a continuar sus actividades indepen-
dentistas. La intervención de los Estados Unidos en la contienda
aceleró el regreso a Santiago de Cuba y su enfrentamiento a la grave
situación material afrontada por el pueblo cubano, a la que se unía
la frustración de los empeños nacionales. Al serle propuesto el cargo
de alcalde de su ciudad natal, aceptó, con la intención de laborar
para el beneficio de sus compatriotas con su honestidad caracterís-
tica. Entre las obras de beneficio popular realizadas durante su man-
dato se encuentra el Museo Municipal, cuyo objetivo era exaltar la
cubanía frente a la ocupación militar norteña.
Sus opiniones contrarias a la prolongación de esta, y el entorpe-
cimiento de los propósitos de beneficio mayoritario llevados a cabo
desde la alcaldía, determinaron su renuncia, luego de un año de labor
administrativa. Se negó a hacerse partícipe de la división interna de
los cubanos, algunos de los cuales intentaban lucrar desde sus cargos,
para beneplácito de los interventores.
La historiadora Olga Portuondo expone que tras el doloroso pro-
ceso culminado con la aceptación de la Enmienda Platt se hizo po-
sible la realización de elecciones municipales, en las que Emilio
Bacardí obtuvo la alcaldía de su ciudad natal por el Partido Nacional,
bajo el lema «Moralidad y Justicia». Desde su cargo promovió la
creación de escuelas, bibliotecas y todo cuanto contribuyera a la cul-
tura de su pueblo, a beneficiar las costumbres populares, el compor-
tamiento de los ciudadanos.

C ATAU R O   185
El 31 de diciembre de 1901 se realizó por primera vez la Fiesta de
la Bandera, con el despliegue de una gran enseña cubana en el gobier-
no municipal, manifestación simbólica del sentimiento patriótico
frente a la injerencia foránea, tradición continuada hasta nuestros días.
La autora ofrece una visión del proceder de Bacardí en correspon-
dencia con las circunstancias políticas, por lo que, ante las intenciones
de Tomás Estrada Palma de mantenerse en la presidencia, alcanzada
mediante una cuestionada reelección que provocó el alzamiento de
miembros del Partido Liberal, lo que constituía un peligro de nueva
injerencia estadounidense en nuestros asuntos internos, solicitó la
renuncia de quien había recibido su apoyo tiempo atrás. El santiague-
ro propuso que el Congreso designara un sucesor, pero no obtuvo
apoyo, y en febrero de 1906 comenzó la segunda intervención del
ejército y los politiqueros norteños. Desilusionado, don Emilio decidió
abandonar la política. Poco después, junto con su esposa Elvira Cape,
marchó al extranjero, viaje del que regresaron casi dos años después.
En las elecciones de 1908 fue presentado como candidato a senador
por el Partido Conservador Nacional, sin obtener éxito.
La investigadora nos muestra a su biografiado en diversas activi-
dades en beneficio de la ciudad y su pueblo, paralelos a los beneficios
económicos ascendentes de la empresa ronera, a la vez que el am-
biente político del país se iba enrareciendo en medio de pugnas que
llegaron a potenciar negativamente las manifestaciones racistas, con
las que Bacardí siempre estuvo en desacuerdo, por lo que es posible
suponer —pues la autora no ha contado con prueba documental al
respecto— su oposición al modo sanguinario, mediante el asesinato
de cientos de negros y mulatos, con que el gobierno puso fin al alza-
miento de los Independientes de Color.
En noviembre de 1912, don Emilio se hallaba en Santiago de Cuba,
sumido en los asuntos concernientes a la industria, que progresaba
notablemente. Pudo comprender que las concesiones económicas al
gran capital estadounidense determinaban la dependencia, también,
en el terreno político, pero como miembro de la burguesía nacional no
azucarera excluía la implementación de procedimientos cuyas bases
fueran las masas populares. Abandonó la militancia conservadora y se
presentó al cargo de concejal por el Partido Liberal, que obtuvo. Pero
en la práctica, a partir de su toma de posesión en diciembre de 1916, en
las discusiones en el consistorio no siempre se alineaba con las posi-
ciones de aquel, sino que abogaba por lo más conveniente para la
ciudad, sin sectarismos, lo que provocaba enfrentamientos con los otros
miembros de la agrupación partidista.
Al siguiente año tuvo lugar el conocido como «alzamiento de La
Chambelona». Las jefaturas de conservadores y liberales dirimían con

186  CATAURO
alardes de fuerza sus diferencias, incitando de nuevo la amenaza de una
posible intervención estadounidense. Olga Portuondo expresa: «Una vez
más se hacía evidente la prevalencia del caudillismo sobre los intereses
de la burguesía criolla». El entorno de la Primera Guerra Mundial fue
esgrimido por Washington para desembarcar tropas norteñas en Santia-
go y otros puntos de nuestro territorio, con el pretexto de mantener el
orden, finalmente logrado con la imposición de concesiones beneficiosas
a los intereses imperiales y sus servidores en el país. La salud de Bacardí
se resintió ante aquellos acontecimientos que debilitaban ostensiblemen-
te la República, supuestamente asentada sobre bases nacionalistas,
alejadas de rejuegos de grupos y sectores particulares.
Paralelamente, la autora explica el desarrollo industrial del país,
consecuencia de la guerra. Los beneficios se expresaron en la empre-
sa encabezada por don Emilio con una transformación estructural a
principios de 1919, y en lo adelante se denominaría Compañía Ron
Bacardí S. A., con oficinas en Santiago, un depósito general en La
Habana y una agencia en New York. La sabia conducción de los
negocios impidió que la crisis posterior al período boyante afectara
el desarrollo iniciado, apreciable en sucursales en diversos puntos de
la Isla, en los Estados Unidos y América del Sur, así como mercados
estables en Asia y África.
Al ocurrir el fallecimiento de don Emilio, el 28 de agosto de 1922,
dejaba en momentos de auge aquella obra a la que había dedicado
parte de su vida, y cuyos resultados económicos le facilitaron la de-
dicación a otros ámbitos en los que puso sus empeños creativos y su
proyección social. Sin hacer concesiones a uno u otro sector de su na-
tal Santiago de Cuba, ganó el respecto, la estimación y el cariño de
la generalidad de sus conciudadanos, lo que explica el espontáneo
tributo en que se convirtió su sepelio, devenido muestra de patrio-
tismo: sobre la carroza fúnebre se hizo descender la bandera que los
31 de diciembre cumplía la tradicional ceremonia, y se entonaron
las notas del Himno Nacional. El cortejo, multitudinario, acompañó
los restos hasta el cementerio de Santa Ifigenia, donde fueron depo-
sitados en el panteón familiar.
Olga Portuondo, con la objetividad de la historiadora y el apasio-
namiento patriótico, ofrece en esta obra elementos suficientes para
comprender las motivaciones por las que recordamos a Emilio Ba-
cardí Moreau: por su obra política orientada por la más firme hones-
tidad, su condición de creador comprometido con su pueblo, su vida
«plena de respeto y de servicio a su comunidad de origen, de devoción
a la patria cubana».

C ATAU R O   187
Santiago Prado
Pérez de Peñamil.
(2018). Las corridas
de toros en La
Habana. Una
enconada polémica
republicana.
Ediciones Boloña.

Las corridas de toros


en La Habana. Una
enconada polémica
republicana

Aurelio Francos Lauredo


Investigador. Fundación
Fernando Ortiz.

Con ese atrayente título, Ediciones Boloña de la Oficina del Histo-


riador de la Ciudad ha publicado en su Colección Raíces (La Haba-
na, 2018) los resultados más recientes de la sistemática indagación
desarrollada por Santiago Prado Pérez de Peñamil sobre temas de
sumo interés en el desenvolvimiento de los vínculos entre Cuba y
España durante el siglo xx.
Como se aprecia desde los dos libros anteriores de este autor
publicados por la Fundación Fernando Ortiz: El fútbol y los clubes
españoles de La Habana, 1911-1937, y Los cubanos y el fútbol en la
prensa, La Habana 1907-1958, su quehacer investigativo constituye
una valiosa contribución para revelar los elementos menos conocidos
dentro del contexto hispano-cubano, tras cinco siglos del descubri-
miento mutuo de ambos pueblos ocurrido en 1492.
Extendida por 315 páginas de esmerada impresión —incluyendo
dos dosieres con noticias de la prensa plana nacional que reflejan
opiniones a favor y en contra de las corridas de toros en Cuba— esta
obra consta de catorce capítulos, en el primero de los cuales el licen-
ciado Santiago Prado (La Habana, 1949) nos explica:

188  CATAURO
El tema de las corridas de toros durante la República es práctica-
mente desconocido. Ellas representaron un espectáculo relati-
vamente masivo en la época colonial, pero con su abolición legal
en 1899 por el gobierno de intervención norteamericano deja-
ron de poseer vigencia en el escenario del siglo xx. Los españo-
les, impotentes ante el gobierno instituido por cubanos después
de 1902, buscaron los modos legales o no de hacer valerlas en el
territorio nacional. A pesar de su proscripción, durante toda la
República hubo grupos asociados al elemento hispano que inten-
taron y lograron, en alguna medida, su reimplantación. Esa ame-
naza constituyó la causa esencial de una polémica extendida
durante todas las décadas republicanas. (2018, p. 9)

Ante ese escenario, esta obra ofrece elementos clave para contestar
a dos interrogantes complementarias: ¿cómo sucedieron los intentos
de reimplantar las corridas de toros en Cuba tras su prohibición legal
a finales del siglo xix? y ¿qué se hizo para impedir dicha reimplantación
entre 1902 y 1959, año en que definitivamente se desautoriza la
tauromaquia en nuestro país?
En ambos sentidos el autor argumenta sólidas respuestas, comen-
zando por caracterizar la forma en que se produjo el resurgimiento
pro taurino en la Isla y la reacción ante el mismo por parte de los
antitaurinos cubanos, llegando hasta las últimas confrontaciones de
esas fuerzas opuestas que concluyen con la derrota de dicha práctica
en el ámbito nacional.
Con ese objetivo, en el minucioso procesamiento y análisis en
profundidad de la prensa publicada en la Isla en el período señalado
se asientan las bases metodológicas de este estudio, cuyos principales
resultados podemos resumir en los siguientes puntos:

• Ofrece una excelente contextualización de las corridas de


toros en Cuba, particularmente en La Habana, donde muestra
las alianzas y enfrentamientos latentes entre las múltiples
expresiones de nacionalismos que existieron a lo largo de todo
el período republicano.
• Permite un amplio conocimiento de las personas, instituciones
y obras vinculadas con esa «enconada polémica republicana»,
por ejemplo: Emilio Roig de Leuchsering, Enrique José Varona
y Ángel Lázaro Machado; el Club Taurino de La Habana, el
Consejo Nacional de Veteranos, la Dirección General Nacio-
nal de Deportes, y la Sociedad Protectora de Niños, Animales
y Plantas, «Bando de Piedad»; con especial atención a los

C ATAU R O   189
numerosos artículos, crónicas y reportajes publicados por re-
vistas y periódicos cubanos, como Bohemia, Carteles, Diario de
la Marina, El País y La Unión Española, entre otros detallados
hasta sumar 36 en la bibliografía consultada.
• Transmite el espíritu propio de la idiosincrasia cubana en facto-
res sui generis de la temática abordada, como sucede en el caso
de la introducción a la afición nacional de una iniciativa cono-
cida por las charlotadas, variante de lidia surgida en Cataluña
en 1916 que a modo de farsa inspirada en las comedias fílmicas
de Charlot ofrecía un espectáculo de mucha imaginación y
humor, gracias a los «toreros cómicos» que actuaban en plazas
al aire libre similares a las de corridas de toros tradicionales.

Pero antes de continuar haciendo referencia al contenido de este


interesante libro, debemos destacar un aspecto formal, con respecto
a la fluida redacción que su autor desarrolla en un tono casi conver-
sacional, logrando ese difícil equilibrio entre rigor investigativo y
exposición amena, sin caer en facilismos del lenguaje ni abuso de
tecnicismos, todo lo contrario: demostrando igual compromiso pro-
fesional con el objeto de su estudio que con el proceso seguido para
su óptima exposición, lo que le permite alcanzar un estilo propio,
entre periodístico y académico, que no solo toma lo mejor de ambos
procederes, sino que le suma eso tan difícil de definir y que Fernando
Ortiz solía resumir con una sola palabra: ultra.
Así, la panorámica trazada por Santiago Prado en torno a este
curioso asunto sociocultural y deportivo cubano abarca seis décadas
desde 1899 sin que decaiga la atención del lector en ningún momen-
to, más bien incrementándose a un ritmo de secuencias próximas al
medio cinematográfico (más evidente para quienes conocemos su
extenso trabajo como director de cine, entre cuyos audiovisuales con
perfil histórico destacan: Tradiciones trinitarias, Homenaje al Genera-
lísimo y la serie Andar La Habana); cerrando dicha panorámica tau-
rina en la isla caribeña con el capítulo titulado «El último intento»,
donde precisa:

Cuando triunfa la Revolución en enero de 1959, afanada en el


desarrollo turístico para diversificar la economía, surgen nueva-
mente los ecos de los taurómacos en un intento por ampliar la ley
a todo el territorio nacional. Sería el comienzo de otra polémica.
Desde el mes de marzo, el anquilosado Club Taurino de La Ha-
bana comenzó una ofensiva por la instauración de los toros a
través de varios medios.
[…]

190  CATAURO
En días sucesivos, el periódico Revolución publicaría opiniones
contrarias a los toros, hasta el día 28 de marzo, cuando práctica-
mente se sellaba el destino torero. Aparecía un profundo artículo
que desautorizaba definitivamente la tauromaquia. El texto, a
modo de expresión de los nuevos tiempos, caracterizaba a las
corridas como una actividad contrarrevolucionaria. Luego de
analizar varios aspectos de crueldad y sadismo de las corridas y
cuestionarse el supuesto aporte económico a la sociedad cubana,
el periodista penetraba en las condiciones sociales donde se de-
senvolvía la tauromaquia: la existencia del imperdonable latifun-
dio para la crianza de los animales salvajes y de los caciques
políticos que dominaban el negocio. Ante el contexto revolucio-
nario cubano, antifranquista y extirpador del latifundio, el perio-
dista aseguraba que la zona leal a la República española había
abolido de inmediato las corridas y acusaba directamente a la
mayoría de los toreros españoles de apoyar al dictador Francisco
Franco y desentenderse de la población española. (2018, p. 255,
259 y 260)

Entonces solo resta añadir que quedamos a la espera de próximas


entregas editoriales de este valioso autor cubano —de cubanidad y
cubanía—, quizás incursionando en tópicos más actuales de nuestra
realidad nacional, que seguramente podrán motivar a la creativa
inquietud investigativa que define su vida y obra.

C ATAU R O   191
PRESENTACIÓN
DE ORIGINALES
Catauro ha sido concebida fundamentalmente para el estudio de la vida sociocultural
cubana, sus entornos menos conocidos, el imaginario cotidiano y la cultura popular. Es
una publicación que servirá para atesorar el acervo de nuestra cultura nacional, caribeña
y latinoamericana.
El interés principal de Catauro es la compilación y divulgación del saber antropológico
y etnológico, tanto nacional como internacional. Es un espacio de debate científico en
donde se promueve la creación y la profundización en los estudios de estas especialidades,
y la contribución de sus investigaciones a las ciencias sociales. Catauro recibe artículos en
español, inglés, portugués y francés.

NORMAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ORIGINALES

• Los trabajos sean inéditos o no El orden de la información en las


deben haber sido publicados en referencias bibliográficas al final
español. del artículo es el siguiente:
• La extensión máxima de los tex- Para libros:
tos no excederá las 7 000 palabras Apellido, Nombre del autor (año).
para la sección Contrapunteos, ni Título de libro (en cursiva). Edi-
las 4 000 para las secciones Imagi- torial.
nario y Entre-Vistas. En el caso de
las reseñas bibliográficas (sección Para artículos:
Los autores Apellido, Nombre del autor (año).
Ex-libris) los trabajos no deben
deberán enviar sus Título del artículo. Título en cursiva
superar las 2 000 palabras.
colaboraciones a: de la publicación, volumen, número,
• Los artículos se presentarán con páginas.
Revista Catauro,
Fundación impresión legible, a dos espacios, • Los autores deben entregar
Fernando Ortiz, acompañados de una copia digital. un breve resumen del contenido
Calle 27 no. 160
esquina a L,
• Los autores adjuntarán sus cré- tratado en el artículo (no debe
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Yohandry Manzano
Castillo,
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