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No. 6 FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
No. 6 FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
MATERIAL DE ESTUDIO
GURSO 3C UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL BARRANQUILLA
Tamayo Lombana (1979) señala que lo que se busca cuando se habla de fuentes es la
más próxima y no la fuente última; extremando el análisis, la fuente última de toda la
obligación viene a ser la Ley y, en consecuencia, ésta sería la fuente única.
concretos, con los aportes que en tal sentido han hecho la jurisprudencia y la doctrina
nacional.
4,- La responsabilidad civil precontractual la encontramos como regla general en el
artículo 863 al estipular que las partes deberán proceder de buena fe exenta de culpa en el
periodo precontractual, so pena de indemnizar los perjuicios que se causen.
En el desarrollo de este texto se tratarán de abarcar las fuentes que contempla el
Derecho Colombiano, en armonía con la doctrina y la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia, con el fin de lograr los objetivos académico y didáctico propuestos.
FUENTES DE LAS OBLIGACIONES. MATERIAL DE ESTUDIO
GURSO 3C UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL BARRANQUILLA
2 NEGOCIOS JURÍDICOS
2.1 GENERALIDADES
Diversos análisis se hacen en la doctrina para llegar al concepto de negocio jurídico,
principalmente en la doctrina Alemana, y con ella algunos ilustres doctrinantes colombianos.
Se denomina actos jurídicos a los hechos jurídicos voluntarios, partiendo del criterio que el
hecho jurídico representa toda conducta humana, lícita o ilícita, voluntaria o involuntaria
(Valencia Zea, 1985).
Los hechos jurídicos son hechos de la vida de las personas, que la Ley ha dotado de
eficacia jurídica, verbigracia: el nacimiento de una persona, el cumplir 18 años, la muerte.
En una concepción amplia, es toda conducta humana capaz de dar nacimiento, modificar,
transmitir o extinguir un derecho subjetivo o un estado o situación.
Los hechos jurídicos comprenden dos categorías: los hechos jurídicos voluntarios y los
hechos jurídicos involuntarios. Los primeros se imputan a la voluntad de las personas, por
ejemplo: el contrato, el testamento etc. Los segundos se atribuyen al sujeto de derecho sin
tener en cuenta la intervención de su voluntad, por ejemplo: el nacimiento, la muerte etc.
Los hechos jurídicos voluntarios se subdividen en: Hechos voluntarios lícitos,
verbigracia el contrato, y hechos voluntarios ilícitos, verbigracia el delito.
El acto jurídico vendría siendo una categoría especial del género hecho jurídico,
aquellos que son imputables a la voluntad de las personas, y son a su vez de dos clases, lícitos
o conformes a derecho e ilícitos o contrarios a derecho. Los actos jurídicos lícitos
comprenden: las declaraciones de voluntad, denominadas negocios jurídicos y los actos
lícitos que no son negocios jurídicos, a los cuales el autor alemán Enneccrus (citado por
Valencia Zea, 1985) llamaba actos de derecho, por ejemplo: la constitución de domicilio
(artículo 76, Código Civil).
Entre los juristas franceses, muy seguidos en el medio nacional, se emplea el término
acto jurídico para referirse a las declaraciones de voluntad o negocio jurídico, terminología
que influye en el Código Civil, en similar sentido, como puede observarse, por ejemplo en
los artículos 1502 y 1547; pero que también emplea el término negocio, como en los artículos
2142, 2145, 2146, 2147 y 2160. En todo caso, es generalizado en esta sociedad hablar de acto
jurídico en vez de negocio jurídico.
Para los partidarios de las teorías objetivas del negocio jurídico, entre los quienes se
puede citar al profesor Italiano Emilio Betti (1983) y a los colombianos Fernando Hinostroza
Forero (2002) y Antonio Bohórquez Orduz (1998), los hechos jurídicos son todos los
acontecimientos naturales o comportamientos humanos a los cuales la normatividad les
atribuyen consecuencias jurídicas, es decir, son relevantes para el derecho. De esa
generalidad, los que son comportamientos humanos se denominan actos jurídicos, es decir,
son supuestos de hecho previstos por el derecho como comportamientos humanos con
consecuencias jurídicas, estos actos, especie de los hechos jurídicos, pueden ser lícitos o
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ilícitos. Tratándose de conductas humanas, el acto jurídico es una especie de hecho jurídico
que se caracteriza simplemente por ser un comportamiento humano.
Aparte de las motivaciones semánticas, la distinción entre actos y negocios reviste gran
utilidad si se observa que el tratamiento que la Ley da a unos y otros es bien diverso. Así, los
actos jurídicos, en sentido estricto, no son susceptibles de nulidad o de resolución, etc., lo
cual sí resulta predicable de los negocios jurídicos.
La diferencia, entonces, entre el acto jurídico y el negocio jurídico, a más de la evidente
relación de género a especie, es que en los negocios siempre se encuentra una disposición de
intereses particulares, en tanto que en el acto jurídico no siempre se halla esa característica;
así, todos los negocios jurídicos son actos jurídicos, pero no todos los actos jurídicos se
pueden calificar como negocios jurídicos.
En el desarrollo de esta parte de nuestro trabajo utilizaremos el término negocio
jurídico.
2.1.1 Concepto
En general la consecuencia o efecto jurídico que se dispone con el negocio es el
nacimiento, modificación o extinción de un derecho subjetivo. Sin embargo, no siempre la
disposición tiene ese fin exclusivamente, en ocasiones se encamina también a establecer una
situación o estado jurídico, como ocurre, por ejemplo, con el reconocimiento de un hijo
extramatrimonial. Esto lleva a plantear un concepto más amplio cuando se habla del efecto
jurídico perseguido, que es el de relación jurídica en el sentido que la consecuencia jurídica
del negocio es crear, modificar o extinguir una relación jurídica.
Entre las diversas definiciones que se han expresado al respecto, se hace pertinente
destacar las siguientes:
Álvaro Pérez Vives señaló que negocio jurídico "es el que proviene de la manifestación
de voluntad que produce consecuencias jurídicas" (1966, p. 20).
Arturo Valencia Zea define el negocio jurídico así: "aquel hecho jurídico que contiene
una o varias declaraciones de voluntad de los particulares que, por si o unidos con otros
requisitos, persiguen un determinado efecto jurídico” (1985, p. 388).
Guillermo Ospina Fernández, lo define así: "El acto o negocio jurídico es la
manifestación de voluntad directa y reflexivamente encaminada a producir efectos jurídicos"
(1987, p. 18).
Para el profesor italiano Emilio Betti, el negocio jurídico "es el acto con el cual el
individuo regula para sí los intereses propios en las relaciones con otros (acto de autonomía
privada), y al que el derecho enlaza los efectos más conformes a la función económico-social
que caracteriza su tipo" (Emilio Betti 1969, p. 1).
Los conceptos anteriores recogen la corriente voluntarista clásica, escuela francesa, la
de las corrientes voluntaristas pandectistica (alemanas) y las objetivistas.