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OBRA REGISTRADA
Personajes:
Hombre maduro
Joven secretaria
La acción transcurre en una oficina.
Ella se encuentra accionando un teclado que conserva
anexo.
FINAL
(2008)
MOMENTO SUBLIME
Autor: Carlos Cazila
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OBRA REGISTRADA
Personajes:
• El
• Ella
La acción transcurre en el banco de una plaza. Sentada en él, una
mujer atractiva, lee un diario. Es de noche. Se acerca un hombre
común portando periódicos.
ÉL: Diarios... diarios... (la observa detenidamente)... Diar... ios... Qué
mujer! Diarios... Diarios de la mañana... Sexta... (ella prosigue en
lo suyo sin prestarle importancia)... Grandes noticias, grandes!...
con el asalto al basural!... Grandes noticias, grandes catástrofes!...
Grandes minas! Perdón, señorita, no quise decirlo! Me oyó? No?
Diarios!! No quiere comprarme un diario?... con la cotización de
la moneda... Cualquier moneda, dólar, mejicana, china!... Qué piernas!...
Perdóneme nuevamente; de cualquier manera no sé si me
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ÉL: Sí, sí, pero uno va evolucionando y trata de propagar otras noticias...
ELLA: Claro! Usted debe jactarse de que lo que inquieta a la opinión
pública a usted no puede asustarlo!
ÉL: No, no es así. En realidad, todo eso me asusta demasiado.
ELLA: Bueno, piense en cambio, que si logramos un tema en común,
seguramente habrá de nacer algo trascendente entre nosotros y
entonces usted ya no tendrá motivos para sentirse incomprendido.
ÉL: Pero! Es posible?! Es posible lo que estoy escuchando? Es algo así
cómo una declaración de amor! Es maravilloso! No, no lo puedo
creer!
ELLA: Vamos, vamos, no se detenga, siga pensando en el amor...
ÉL: Amor!
ELLA: Amor!
ÉL: (Más embelesado) Amor...
ELLA: (En el mismo tono) Adopta diversas formas... A la mayoría las
mata ahorcándolas.
ÉL: No. No. Así no!
ELLA: Sí, sí, es posible!... Lo que a mí me interesa es saber qué puede
sentir, qué es lo que puede imaginar acerca de él... Quiero descubrir
al asesino oculto que hay en usted.
ÉL: En mí?!
ELLA: Sí, dígame! Cómo mataría usted?
ÉL: Qué está diciendo?! Yo soy incapaz de matar a una mosca.
ELLA: Vamos, no sea tan modesto!
ÉL: No es modestia. Es filantropía... Y zoofilia en lo referente a la
mosca... Sí, sí, digo bien, en el fondo soy un filántropo. Amo a la
Humanidad. Quisiera que todos tuvieran prosperidad, que todos
tuvieran lo bueno que se merecen y que me quitan, la dicha que
me impiden, los sueños que me robaron... Que tengan todo eso y
mucho más. Los amo. Amo a todos. Los amo!
ELLA: Vamos, no es posible que transcurra toda su vida amando. Si me
ama, ódieme.
ÉL: Cómo dice?
ELLA: Claro! El amor y el odio van juntos!
ÉL: Usted cree?
ELLA: Esta noche, yo misma comencé por odiarlo; ahora terminaré
amándolo, cuando descubra sus instintos feroces.
ÉL: Habla así porque piensa que soy inofensivo, pero qué diría si le
demostrara que soy el verdadero asesino?
ELLA: Qué diría? Le diría unas cuantas cosas!
ÉL: Sí?
Ella: No le quepa la menor duda!
ÉL: No, dudas me quedan muy pocas, o mejor dicho, muchas... Después
que me doctoré en filosofía comprendí que lo mejor eran mis
dudas y nuevamente pensé que me había ganado un lugar, pero no,
lo único que había ganado era una duda más... la duda de si había
ganando un lugar. Con el tiempo comprendí que no.
ELLA: Por lo menos pudo comprender algo... Yo, en cambio, recuerdo
una vez en que estaba formando una fila, no sé para que... Después
de varias horas de esperar, me había confundido con la gente
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diferentes.
ELLA: Diferentes? Porqué dice eso?
ÉL: Ahora lo niega?
Ella; Qué es lo que niego?
ÉL: Mis documentos, por favor.
ELLA: Respóndame: Qué es lo que niego?
ÉL: Eso, de que somos diferentes.
ELLA: Ni lo niego ni lo afirmo... Simplemente, no lo sé.
ÉL: Ya está bien. Mis documentos!
ELLA: Espere un momento!
ÉL: Qué quiere?!
ELLA: Un momento! Para mí es vital poder saberlo... Es que los dos
somos iguales? Somos dos mujeres? Dos hombres? Dígamelo por
favor!...
ÉL: Señorita, mis documentos...
ELLA: Señorita? Me llamó señorita!... Eso significa que somos mujeres.
O no; no; quizá usted pretenda confundirme! Usted es muy
cruel! Porque quiere confundirme? Sí, sí, ahora lo veo muy claro:
Usted pretende confundirme!
ÉL: Devuélvamelos de una vez! (intenta acercarse).
ELLA: (Extrae un revolver de su cartera) Quieta! Quieta ahí!
ÉL: Qué hace?!
ELLA: Creyó que iba a salir con la suya?! Usted, una simple mujer?!
ÉL: Pero!
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FINAL
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PERSONAJES:
Silvina
Juan
(Una pareja joven)
Cincuenta paquetes de diez mil (TIRAN SIN DARSE CUENTA, LAS QUE CONTIENEN
LOS BILLETES)
Juan: Cincuenta y cinco paquetes
Silvina: Cincuenta, nada más
Juan: Eran más
Silvina: ¡Estoy segura!
Juan: Cincuenta de diez mil y cinco de veinte mil
Silvina: ¡Cincuenta!
Juan: ¡Cincuenta y...! ¡Uy, tiramos los dólares!... ¡Todo por...! (SE ASOMA A LA
VENTANA, Y SE INTERRUMPE SUBITAMENTE)
Silvina: ¿Qué pasa?
Juan: Los agarró una linyera
Silvina: (ACERCANDOSE) Capaz que no sabe ni qué es
Juan: Será linyera, pero es argentina
Silvina: Yo digo, si...(AMBOS QUEDAN ATONITOS Y SE VUELVEN,
APARTANDOSE RAPIDAMENTE)
Juan: No vimos nada, no oímos nada, no sabemos nada
Silvina: Por supuesto, un robo entre linyeras
Juan: Pero el coche la atropelló sin llevarse nada
Silvina: Nosotros no tenemos nada que ver
Juan: Pero está aquí abajo...
Silvina: No. Ni siquiera en la vereda. Por lo tanto, no está aquí abajo
Juan: ¿Te parece? (SE ACERCA OTRA VEZ A MIRAR) Tenés razón. No está
Silvina: Tengo razón, ¿no es cierto?
Juan: ¡Pero claro! No está. ¡No está más, fijate!
Silvina: (SE ASOMA) ¡Cierto! Todo esto es muy raro, ¿no?
Juan: Bueno, no hay que inquietarse, esta tarde es problemática, oscura, excesivamente
lluviosa, es una tarde, prodríamos decir...aciaga, pero no hay que intranquilizarse
Silvina: Yo quiero salir
Juan: Sería contradictorio
Silvina: ¡Es que estoy atacada!
Juan: Jodete por boluda
Silvina: ¿Cómo?
Juan: Sí, jodete por boluda
Silvina: Sabés muy bien que eran falsos. Yo le vi los ojos al prócer
Juan: ¡Podrías haber visto algo bueno con tal de no arruinar la fiesta!
Silvina: ¡La fiesta se arruinó sola!
Juan: Hubiéramos seguido soñando. Pero cantaste enseguida “Son falsos”
Silvina: ¿Qué? ¿Ahora querés vivir de sueños?
Juan: Toda la vida tuve sueños. Fui un poeta. Mejor dicho, soy un poeta. Y eso es lo que te
falta a vos: Sentido poético.
Silvina: Sí, claro, y cuando viste los verdes...
Juan: No importa, la poesía sigue, subyacente...
Silvina: ¿Sabés cuál es la diferencia? Yo, aunque boba, siempre fui auténtica, en cambio,
vos...
Juan: ¿Yo, qué?
Silvina: Se te confunden las palabras
Juan: ¿A un poeta, confundírsele las palabras?
Silvina: Sí, poesía con hipocresía
Juan: Eso no es cierto
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Silvina: ¿No?
Juan: ¡Es que eran demasiados!
Silvina: Bien que podrías haber aceptado el trabajo con mi familia, y en cambio, hasta me
hiciste renunciar a mí
Juan: Te aclaré que no pienso mezclarme con esos mafiosos y asesinos de tu familia
Silvina: Está bien. (SALE A LATERAL)
Juan: ¿Ahora qué buscás?
Silvina: (VUELVE CON UNA VALIJA) Voy a mezclarme donde se coma
Juan: ¿Con esta lluvia?
Silvina: No importa. Tengo paraguas...Y los bolsos, también me los llevo
Juan: (DE RODILLAS) ¡No, por favor, te lo suplico!
Silvina: Está bien. Te dejo los bolsos
Juan: ¡Te lo suplico, no te vayas!
Silvina: (SE DESENTIENDE) En cuanto al contrato de alquiler...(LA LUZ COMIENZA A
FLUCTUAR) ¿Qué pasa?
Juan: Las descargas, yo te dije
Silvina: Se jodió la luz
Juan: Los tapones, ¿dónde estarán los tapones?
Silvina: Fijate al lado de la puerta
Juan: ¿Ese no era el medidor del gas?
Silvina: No sé
Juan: (CON UNA LINTERNA ENCENDIDA) Ahora salimos de dudas (OBSERVA LA
CASILLA) ¡Estaba abierto!...y hay un bolso
Silvina: ¿Ahí?
Juan: Y cómo pesa...¿Lo abro?
Silvina: (ENCONGIENDOSE DE HOMBROS) Y...
Juan: (EXTRAE UN PUÑADO DE MONEDAS DEL INTERIOR DEL BOLSO)
¡Monedas de cobre!
Silvina: ¿A ver? (TOMA UNA Y LA OBSERVA DETALLADAMENTE)
Juan: Cobre antiguo
Silvina: Sí, Juan, es oro (PRUEBA CON MORDER)
Juan: ¿Qué?
Silvina: (TOMA OTRAS) Es oro, Juan
Juan: ¡Sí, falsas, el mismo chiste de antes!
Silvina: Veinticuatro kilates (CAE UN RAYO)
Juan: A ver...(INTENTA MORDER UNA Y SE DAÑA UN DIENTE) ¡Ay, la p...!
Silvina: (PROSIGUE REVISANDO) Es oro legítimo, Juan
Juan: (DESPECTIVO) Oro legítimo, oro legítimo..¿Vos creés que a mí me interesa lo que
cae del Cielo?
Silvina: Tendría que interesarte, Juan
Juan: No, yo no me embarco más en eso
Silvina: ¡Si estuviera mamá!
Juan: ¡Ya tuvo que salir tu mamá!
Silvina: Ella adora el oro, no tiene más que mirarlo y te dice de qué año es... (EN ESE
INSTANTE SE OYE EL SONAR DE UN TELEFONO) ¿Un timbre?...
Juan: ¡Si no hay luz! (VUELVE A SONAR. PROVIENE DEL INTERIOR DE LA
MISMA CASILLA DONDE SE ENCONTRABA EL BOLSO. EL EXTRAE UN
APARATO TELEFONICO) En el contrato no decía nada de teléfono... No tiene tono,
escuchá, no puede funcionar
Silvina: Sí, pero tiene un cable
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Juan: ¡Qué raro que estuviera ahí adentro! (AHORA SUENA ANTE ELLOS) Mejor no lo
toques
Silvina: ¿Qué pensás?
Juan: No sé que pensar (EL TELEFONO VUELVE A SONAR)
Silvina: Yo atiendo
Juan: ¡Esperá, esperá!
Silvina: (SE PRECIPITA) ¿Hola? ¿Hola?...¡¡Mamá!! ¡Qué alegría! ¿Dónde voy a estar? ¡En
casa! ¡Hola! Mamá, ¿cómo conseguiste? No, mamá, no es la joyería. ¡Es mi casa! ¡Hola!
¡Hola, sí, mamá! ¿A cuánto el oro? ¡Hola, hola! Se fue. Se cortó. No tiene tono
Juan: Yo sabía que tu vieja iba a volver a aparecer, de cualquier manera
Silvina: Ella creía que hablaba con una joyería. ¿Sería ella? Sí, sí, la voz era inconfundible
y dijo bien clarito: “Hola, hola”
Juan: ¿Y qué más?
Silvina: Nada, ni siquiera la cotización (PROSIGUE GOLPEANDO EL TELEFONO) Es
inútil. No tiene tono
Juan: Silvina, el bolso con las monedas ocultaba el teléfono
Silvina: ¿Y con eso?
Juan: Entonces está claro (CAE UN RAYO)
Silvina: ¿Qué?
Juan: ¡Que está claro!
Silvina: ¿Qué es lo que está claro?
Juan: Que para atender el teléfono era necesario haber descubierto el bolso
Silvina: ¿Y entonces?
Juan: ¡¿Porqué habrás atendido?!
Silvina: ¡Era mamá!
Juan: ¡Entonces, vos sabías!
Silvina: No, no, te juro, pero ¿qué se te ocurre?
Juan: Fue una trampa, una trampa, sí
Silvina: ¿Una trampa?
Juan: Claro. Saben que si atendimos el teléfono, eso significa que encontramos las monedas
Silvina: ¡Pero, mamá..!
Juan: Basta con tu mamá!
Silvina: Bueno, ¿qué pensás?
Juan: ¡Que debe ser otro crimen... que nos quieren culpar!
Silvina: Juan, pensá que podríamos no haberlo descubierto nunca
Juan: Pero se descubrió... Y quién sabe cuántas cosas más...
Silvina: Nos vamos ya mismo
Juan: ¿Justo ahora? Deben estar esperando a que salgamos
Silvina: ¡Pero en algún momento hay que salir! ¡Ay! (RECURRE AL TELEFONO)
¡Mamá, contestá!
Juan: No busques males mayores
Silvina: ¿Que tenés que decir de ella?
Juan: Nada. Tratemos de pensar qué podemos hacer
Silvina: Si querían culparnos por el oro, no era necesario que lo descubriésemos
Juan: No. Peo ahora saben que podemos sacarlo
Silvina: ¡Basta, no nos compliquemos más!
Juan: Cómo si fuera posible
Silvina: Entonces, salgo
Juan: (LA RETIENE) ¡Esperá!
Silvina: ¡Dejame, necesito salir!
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Juan: ¡Claro, te vas porque sabés que a vos no te van a hacer nada!
Silvina: ¿Yo? ¿Qué puedo saber?
Juan: Porque tu “mamá” está metida
Silvina: ¿Cómo podés decir eso?
Juan: ¡Es evidente!. ¡Entre las dos planean liquidarme!
Silvina: ¡Juan! ¿Te volviste loco? ¡Juan!
Juan: No sería raro. Tengo motivos
Silvina: Pensá lo que quieras; yo así, no te aguanto
Juan: Está bien, andate, andate ya mismo
Silvina: (REFIRIENDOSE AL BOLSO) Pero...¿Qué vas a hacer con éso?
Juan: No sé
Silvina: Guardarlo donde estaba, no seviría de nada...
Juan: No. Sería comprometedor
Silvina: Yo podría intentar sacarlo
Juan: Vos, ¿llevártelo?
Silvina: De acuerdo a tu teoría, yo estaría libre de peligro
Juan: ¡Y de esta manera te quedás con todo!
Silvina: Juan, ¿tanto desconfiás de mí?
Juan: (SE RECTIFICA) De esta, ninguno de los dos salimos con vida
Silvina: ¿Te parece?
Juan: Ninguno de los dos salimos...
Silvina: ¡Con esta lluvia!...(VUELVE A SONAR EL TELEFONO. AMBOS
PERMANECEN UN INSTANTE INDECISOS, LUEGO ELLA SE VUELVE A
AVALANZAR Y ATIENDE) Era una voz de hombre... Una voz inconfundible...
Juan: ¿Qué dijo?
Silvina: Era la voz de tu papá
Juan: ¡¿De mi papá?! ¿Qué dijo?
Silvina: “Tienen cinco minutos para salir de ahí antes de que estalle la bomba (AMBOS
PERMANECEN ATONITOS)
Juan: Tenemos que salir...
Silvina: Afuera nos matan, Juan
Juan: (TOMA EL BOLSO) ¡Sí, pero esto no nos va a comprometer! (SE DIRIGE
IMPETUOSO HACIA LA VENTANA)
Silvina: ¡¿Qué vas a hacer?!
Juan: Se lo tiro a los linyeras
Silvina: Esperá, Juan, esperá, todavía nos quedan cuatro minutos y medio (VUELVE A
CAER UN RAYO Y SE ESCUCHA NUEVAMENTE EL TELEFONO) ¡Basta!
(ARRANCA EL CABLE)
Juan: Bueno, ¿qué hacemos?
Silvina: Sí, sí, lo vamos a tirar, pero todavía faltan cuatro minutos
Juan: Bueno, ¿y qué?
Silvina: Hay que pensar algo
Juan: No hay nada que pensar. Hay que salir
Silvina: Esperá
Juan: ¡Dale, vamos!
Silvina: ¡Esperá, esperá!
Juan: ¡Silvina! La bomba!
Silvina: ¿Y si es mentira?
Juan: ¡No hay tiempo!
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Silvina: Tres minutos y medio. Antes de tirarlo, saquemos algo. Nadie se va a dar cuenta
(SEPARA UN POCO)
Juan: ¿Te parece?
Silvina: Sí, Juan, vamos a necesitar, fuera del país
Juan: (GUARDA EN SUS BOLSILLOS) Sí, sí, pero repartamos por igual
Silvina: Estoy repartiendo por igual, pero iluminame bien
Juan: No puedo sostener la linterna y juntar al mismo tiempo
Silvina: Está bien. Te ayudo
Juan: Ya es suficiente
Silvina: Vamos a tener que comprar toda clase de documentación (VA SEPARANDO
CANTIDADES MAYORES)
Juan: Sí, pero...
Silvina: Todavía nos quedan dos minutos y medio
Juan: ¡Apurate! (COMIENZA A EXTRAER CON MAYOR AVIDEZ)
Silvina: Voy a buscar los bolsos
Juan: ¿Vamos a salir con bolsos?
Silvina: Sí, sí, no importa (VA HACIA LATERAL; EL PROSIGUE)
Juan: Pero, ¿porqué dividimos? Podemos juntar
Silvina: (REGRESA CON LOS BOLSOS) Todo junto pesa mucho
Juan: Pero...
Silvina: Afuera no se sabe, Juan
Juan: Silvina, escuchame...
Silvina: No, Juan, no es momento
Juan: ¿Vamos a seguir juntos?
Silvina: ¡No sé. No es momento!
Juan: Silvina...
Silvina: No hables, Juan, que queda un minuto
Juan: Sí, sí
Silvina: Dijimos que para gastos en papeles
Juan: Si
Silvina: Residencia
Juan: También
Silvina: Inversiones
Juan: ( CONTINUA SEPARANDO, AL IGUAL QUE ELLA, CANTIDADES
MAYORES) Sí
Silvina: Gastos de mantenimiento
Juan: Sumando los suntuarios
EL AMBIENTE SE VA OSCURECIENDO AUN MAS. ELLOS PROSIGUEN EN LO
SUYO
Silvina: Coches
Juan: Impuestos
Silvina: Salud y educación
Juan: Donaciones institucionales...seguridad personal...
SE OYE UN RUIDO ESTRUENDOSO, QUE SE CONFUNDE CON EL DE LOS
TRUENOS.
APAGON
FINAL
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