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ESCUELAS PÍAS DE MÉXICO. COMUNIDAD ESCOLAPIA P. JOAN FIGUERAS.

Irapuato N° 301 Col. Santa María, 38090 Celaya Gto.


CALASANZ Y SUS ENEMIGOS.

1. LA REALIDAD.
Jesús es el Hijo de Dios, presente en nuestra historia, hecho hombre, vivo en medio de la gente de su
pueblo. El es quien anuncia el Reino y el Reinado de Dios; para esto ha venido, él mismo es el
contenido del “anuncio”: el que anuncia y lo anunciado. Existen tres signos de su misión: El
anuncio del Reino, las parábolas y los milagros. El anuncio es universal, los milagros tienen como
destinatarios aquellos a quienes la fe les es evidente, y las parábolas, sorprendentemente, tienen
como destinatarios a aquellos cuyas actitudes se oponen a acoger el Reino. El mensaje más intenso
de Jesús sobre el reino lo encontramos en las parábolas. Jesús dedica sus mejores palabras a
aquellos que disienten con el Reino. No tenemos que pensar que porque se trate de antagonistas de
Jesús no merecen palabras de vida por parte de Jesús, pues de todos modos tienen derecho a
convertirse al Reino. En realidad las parábolas son el mensaje de misericordia con los deudores del
Reino.

En la parábola del Hijo Pródigo, o del Padre Prolijo, el contenido estriba en que lo único que jamás
se acaba es la capacidad de conmoción del Padre por el Hijo, la única fortuna que no se agota es la
ternura del Padre, su pasión por el hijo.

“La preocupación paterna de Dios es por cada pecador, por cada pobre, como lo manifiestan las
parábolas de la dracma o de la oveja perdida. En ellas Dios muestra su amor inédito por lo
perdido”.

Los enemigos de Calasanz marcan una relación claramente definida, en cuanto que ellos tienen una
actitud destructiva para el santo. En cambio la relación de de Calasanz hacia sus enemigos será
paternal que no paternalista, misericordiosa que no condenatoria, de respeto que no de victimez, de
caridad que no de estulticia, de tolerancia (paciencia) que no de intransigencia, en fin, de santidad
que no es lo mismo que de ingenuidad. La experiencia vivida por Calasanz fue dolorosa, una
verdadera herida que le agobió pero no lo desintegró. La caña no se quebró aunque ya estaba
resquebrajada, la mecha no se apagó pues todavía humeaba.

Como sea, la experiencia de Calasanz con todos aquellos adversarios lo llevaron a purificar su
corazón -como dice el P. Asiain- tal vez de algunos ídolos o apegos de que aún bullían dentro de él.
Dios le tenía preparado un camino: Calasanz pasaría por el crisol para ser totalmente de Dios.

Pero ¿qué es lo que ahora nos interesa? ¿Hacia dónde dirigimos nuestra reflexión? Sin duda alguna
estamos centrando nuestra atención y cuidado en conocer la espiritualidad de Calasanz, una
espiritualidad que la reconocemos en su actuar en relación a los demás. Por eso no vamos abordar a
los enemigos, sino los matices más relevantes de la relación del santo con quienes fueron una piedra
de escándalo. En fin –dijera el P. Adolfo García-Durán- nos interesa el vino generoso, no el vinagre,
el vino y no la botella. Por eso, vamos a examinar las actitudes de Calasanz frente a sus adversarios,
cómo tomó postura frente a ellos y cuál fue su proceder.

2. JESÚS Y SUS ENEMIGOS.


En muchas ocasiones encontramos en los evangelios a Jesús en franca y abierta controversia con sus
enemigos. Sus enemigos están bien identificados, son aquellos que lo pone a prueba (Lc 10, 25;

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11,16; Mt 16,1; 19,3; 22,35; Mc 8,11; Mc 10,2), principalmente los juristas, hombre sabios
dominantes de las leyes, quienes precisamente no se destacaban por cumplir dichas leyes; también
están aquellos que buscan algo para tener de qué acusarlo (Mt 12,10; Mc 3,2; Lc 6,7),
principalmente aquellos que eligen la obsesiva observancia de la ley a la misericordia que anuncia el
reino; están aquellos que se burlan de sus enseñanzas ( Lc 16,14: Estaban oyendo todas estas cosas
los fariseos, que eran amigos del dinero, y se burlaban de él); aquellos que no se conforman con
acusarlo sino además lo juzgan y le levantan infundios (Lc 23,2: Comenzaron a acusarle diciendo: «
Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y
diciendo que él es Cristo Rey. » ).

La respuesta de Jesús es decidida, clara e inquietante. Jesús toma postura por una oportunidad,
siempre en penultimidad, siempre queda un resquicio abierto a sus adversarios. No hay una condena
definitiva e irrevocable, siempre se presenta la posibilidad de convertir el corazón. Los adversarios
de Jesús no son malos por ser simplemente sus adversarios, sino que su actitud ante el anuncio del
Reino decididamente de rechazo.

Al Jurista lo invita a mover su corazón a misericordia (Buen Samaritano); a quienes piden una señal,
Jesús responde con la propuesta del Reino: para entrar en el reino hay que convertir el corazón a
Dios (Mt 16,4: el signo es la muerte y resurrección). A quien le cuestiona sobre la ley de Moisés,
Jesús le responde con el Espíritu de la Ley, es decir, la ley de la caridad (Lc 22,35-40). Para
quienes quieren acusarlo Jesús le responde con un gesto liberador: libera al hombre de la mano
atrofiada, mientras que los otros permanecen con sus intenciones atrofiadas. (Mc 3,6))

3. DELIMITANDO LOS ENEMIGOS DE CALASANZ.


Recordamos que estamos trabajando bajo el enfoque de una espiritualidad comprendida en el
horizonte relacional-existencial. Ahora bien, pero, ¿por qué y para qué examinar la relación de
Calasanz con sus adversarios? ¿Hacia dónde queremos llegar?

En primer lugar la vida de Calasanz está macada por la controversia, el conflicto y la polémica. Su
persona, su obra y su estilo de vida resultaron ser una confrontación para los intereses de varios de
sus interlocutores. Con seguridad su persona resultaba ser incómoda para muchos de sus
contemporáneos. Su obra, la obra, fue igualmente incómoda: el “status quo” de la sociedad de su
tiempo se vio fuertemente sacudida por una obra que confrontaba los intereses conservadores de
quienes preferían una sociedad adormecida y controlada por el poder de unos cuantos.

El estilo de vida que Calasanz asumió fue severamente cuestionado, digno de múltiples controversias
y de dolorosas divisiones internas.

Las vicisitudes de la vida es parte del mapa existencial de cualquier persona, y también de Calasanz.
El dolor y sufrimiento humano se revelan como inevitables, insoslayables y, fundamentalmente,
impostergable. Ser humano significa entre otras cosas, experimentar el dolor, sufrimiento, el límite,
la imperfección. Calasanz vive todo esto por entero.

¿Y los enemigos? Para ser enemigo se requiere cumplir con ciertas condiciones: ante todo, nuestros
enemigos son aquellos que “voluntariamente” han tomado postura contra nosotros; no cabe la
indiferencia. Su postura hacia nosotros es de injusticia y de provocar un daño deliberado. Los
enemigos son personas que en un momento dado fueron cercanos a nosotros, tal vez nuestros

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mismos amigos. Ellos, saben y conocen de nosotros tanto nuestros defectos, como todo aquello que
constituye nuestra mayor riqueza como personas. En realidad si nuestros enemigos no conocieran lo
más valioso de nosotros como personas no sabrían por dónde asaltar o infringir el daño deliberado.
El punto más valioso de cada uno de nosotros, es nuestro punto vulnerable.

3.1. Así le pasó a Calasanz, sus enemigos, sus principales enemigos no estaban fuera, sino dentro,
eran cercanos, gozaban de la confianza y tal vez de cierto prestigio. Calasanz tuvo que
sortear muchas adversidades, también tuvo enemigos, no muchos, pero al menos quienes
significaron un motivo de purificación para el santo educador.

3.2. En la apología escrita por Tomás Campanella podemos conocer con precisión no sólo a dos
grandes grupos de adversarios de Calasanz: laicos (burgueses) y religiosos (jesuitas), sino
también se da cuenta de los argumentos que se esgrimían para combatir la Obra. Cabe
precisar que existía una polémica fuerte entre jesuitas y escolapios. Los jesuitas no
aceptaban que los escolapios enseñaran latín y clases superiores a los niños, ellos se sentían
los únicos con dicha autorización, de aquí se desatará una gran polémica de la cual da cuenta
Campanella en su memorable apología.

3.3. La inquisición fue una institución que representaba y cuidaba principalmente los intereses
doctrinales de la Iglesia. Una institución que queda a deber mucho con la historia y deja muy
mal parada a la Iglesia y su jerarquía. Hay que decirlo con todas las letras, LA IGLESIA SE
EQUIVOCÓ CON CALASANZ, se cometieron muchas injusticias y vejaciones.

3.4. Hubo religiosos que también representan algún conflicto para Calasanz, tal vez en grado
menor, pero fueron todos aquellos que buscaban un medio de subsistencia en las Escuelas
Pías más que una vida entregada por puro amor a Dios. Así mismo hubo quienes preferían
una vida más laxa en lo referente a la pobreza; tal situación representó serios conflictos al
interior de la Orden. Sin embargo nada que no tuviera solución.

3.5. Hubo escolapios que fueron motivo de dolor y pesar para Calasanz, quienes junto con la
inquisición representaron la herida más grave que tuvo que vivir Calasanz. Más dolor sentía.

En realidad Calasanz tenía más gente que le era favorable que adversa, y sin embargo, ellos pocos
fueron los que más daño hicieron. El veneno siempre es en dosis pequeñas, pero el efecto letal.

4. EL VINO, NO EL VINAGRE.
¿Quiénes eran ellos? Los enemigos los pocos enemigos de Calasanz fueron dos, de infeliz memoria:
Mario Sozzi y Estaban Cherubini.

Esteban Cherubini de los Angeles. Nacido en Roma, hijo de D. Laercio Cherubini. Vistió la sotana escolapia en Roma (19 de
noviembre de 1617) y allí profesó también el 30 de noviembre de 1619. Pronunció los votos solemnes el 9 de abril de 1624 en Roma.
Ordenado sacerdote (11 de abril de 1626), fue destinado a Narni, donde desempeñó el cargo de Superior hasta el mes de octubre de
1627. Durante su mandato en Narni se relajó, sin embargo, un tanto la observancia religiosa. Calasanz comenzó desde muy pronto a
servirse de él para cargos y asuntos delicados: primero como Superior (Narni, Nápoles), después como Visitador General y
Administrador de los bienes del Colegio Nazareno; finalmente desempeñó el cargo de Procurador General. Se han conservado la
mayor parte de las cartas que le escribió Calasanz, las cuales son muy importantes para la historia de la Orden. Al final de su vida
fue uno de los opositores más radicalizados de Calasanz y uno de los principales protagonistas y causantes de los desórdenes y
contrariedades que sufrió la Orden en años 1642-1646. Murió en el Colegio Nazareno el 9 de enero de 1648 a la edad de 48 años,

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después de haberse reconciliado con el Fundador. Cherubini fue un hombre ambicioso, poco amante de la observancia religiosa;
estuvo muy bien relacionado y considerado por personas influyentes de la Iglesia-jerarquía y del laicado. Envanecido por el prestigio
social de su familia, de donde quizás venía su ambición, no adoptó una postura de colaboración sincera con el Fundador, sobre todo
cuando éste tuvo que llamarle la atención sobre sus defectos, equivocaciones y pecados. Tampoco fue flexible a la hora de
comprender los múltiples defectos estructurales, personales y jurídicos de la incipiente Orden. En esta situación ambigua, prefirió
obrar por su cuenta con gran perjuicio para la Orden y para su .
A finales de octubre de 1629 empiezan a correr rumores sobre la conducta inmoral del P. Cherubini con muchachos con las
consiguientes acusaciones ante el Provincial, P. Casani y el mismo Calasanz. Queriendo solucionar el problema, el Fundador
destituye de su cargo de Ministro a Cherubini y lo llama a Roma, nombrándole Visitador General para paliar con ello su infamia, que
podía repercutir en su propia familia, sumamente apreciada en la Corte Romana. En Febrero de 1631 mandó a Nápoles al P. Juan
García como Comisario General para que instruyera proceso informativo contra Cherubini, ayudado por los PP. Pedro Casani, Carlos
Casani, José Fedele y Juan Bautista Adolfi. Terminado el proceso, el P. García mandó una copia a Calasanz por medio del Sr. Félix
de Totis, quien al llegar a S. Pantaleón, ignorando por lo visto el contenido de la documentación, la entregó en manos del P.
Cherubini, porque Calasanz estaba diciendo Misa. Cherubini sospechó y se la llevó a su casa, abriéndola ante su hermano Flavio. El
mismo día por la tarde, Flavio y Félix de Totis entregaron el proceso a Calasanz, excusándose de lo ocurrido y rogándole
encarecidamente que anulara el proceso. Mediaron también las súplicas de los cardenales Ludovisi y Barberini en defensa de la
fama de los Cherubini y el Santo, ante tales presiones, redactó un documento (5 de abril de 1631) en el que anulaba el proceso y
ordenaba que en adelante no se molestara al encausado por el proceso hecho. A duras penas se logró acallar los rumores. Cuando
años más tarde, en plena Visita Apostólica de Pietrasanta, murió el P. Mario y el Visitador nombró como sucesor suyo al P. Cherubini
(11 de noviembre de 1643), un clamor casi universal se levantó en la Orden contra este nombramiento, pues quienes conocían los
antecedentes de Cherubini no podían soportar que semejante individuo fuera el Superior General de la Orden. Se escribieron
memoriales a la Santa Sede descubriendo «el caso», y pidiendo que no se nombrara a tal Superior, y entre los firmantes aparecía en
primer lugar el mismo Fundador. Cherubini y sus protectores sacaron a relucir el atestado del Fundador por el que había anulado el
proceso, diciendo que con ello había declarado inocente a Cherubini, por lo cual el Fundador en propia defensa y en defensa de
todos los firmantes y del prestigio mismo de la Orden, redactó otro documento (23 de febrero de 1644), en el que aclaraba que había
efectivamente anulado el proceso en cuestión, forzado por mandatos superiores, pero con ello no había declarado falsas las
acusaciones que en el proceso se contenían. No obstante todo esto, el P. Cherubini fue nombrado Superior General de la Orden .

Mario de S. Francisco, en el siglo Mario Sozzi, nació en Montepulciano, no lejos de Florencia. Siendo ya sacerdote, encontró en una
ocasión al H. Pedro Sessuolo y a través de él conoció las Escuelas Pías. Tomó el hábito el 19 de mayo de 1630 e hizo la profesión el
8 de junio de 1631. De vocación nula para la escuela, en 1634 pensó pasarse a la Camáldula, cosa que al final no hizo. Obtenidas
después del segundo examen las licencias para confesar, se dedicó a este ministerio en Poli y en Florencia. Fue aquí donde por el
descubrimiento del escándalo de la viuda Faustina y por la delación de los así llamados escolapios galileianos, comenzó su carrera
en las Escuelas Pías. Efectivamente, denunció el caso de la Faustina a través de artimañas al Santo Oficio y llegó a convertirse en
amigo y protegido de este dicasterio. A causa de las disensiones que tenía con su comunidad, ésta pidió al P. General que lo sacara
de allí y así lo hizo Calasanz mandándolo a Narni. Sin embargo Mario se dirigió a Roma, se presentó a Mons. Albizzi, asesor del
Santo Oficio y éste escribió al Fundador que la Iglesia necesitaba del P. Mario en Florencia más que la Orden en Narni. Así volvió
otra vez a la comunidad de la que había salido por perturbador de la paz. Después de continuos disturbios en aquella comunidad y
del problema que suscitó con respecto a los escolapios discípulos de Galileo, por fin en diciembre de 1641 es nombrado por petición
del mismo Santo Oficio Provincial de la provincia Toscana con la particularidad de poder formar su comunidad de Florencia quitando
religiosos de cualquier otra casa. En junio de 1642 se presenta en Roma y permanece allí tres meses. En este período es cuando el
Card. Cesarini hace registrar su cuarto en busca de unos papeles comprometedores que decía tener el P. Mario contra él. Cuando
Mario se da cuenta, acusa al Fundador y a sus Asistentes de haber violado su cuarto en busca de la correspondencia con el Santo
Oficio. El Fundador y la Curia son llevados al Santo Oficio. En los meses de septiembre y octubre se recogen todos los procesos
formalizados contra Mario tanto en Florencia como por el P. Domingo Barberini. Es nombrado Cherubini procurador del proceso y
Calasanz juez del mismo. El Santo tiene que atenerse a todo lo amañado y presentado por Cherubini y así el 17 de octubre de 1642
falla una amplísima absolutoria. Mario en consecuencia queda libre de todo y puede partir para Florencia. Llega el 4 de noviembre y
el 7 del mismo mes es desterrado de Toscana por el Gran Duque. A comienzos de 1643 es nombrado Primer Asistente General,
siendo destituido de su cargo el Fundador, y convirtiéndose Mario prácticamente en Superior General, aunque sin tal título oficial. El
20 de marzo viene nombrado el P. Ubaldini Visitador de la Orden; descubre las mañas de Mario y cae en desgracia teniendo que
renunciar a su cargo. Entonces Mario busca un nuevo Visitador a su medida y entra en el cargo el P. Silvestre Pietrasanta. Por fin, el
10 de noviembre de 1643 muere en Roma el P. Mario después de que el Fundador por dos veces fue a visitarlo sin que le quisiera
recibir.

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No podemos detenernos a examinar con detalle el accionar específico de cada uno de estos actores
del “drama final” de Calasanz, lo que nos interesa es reflexionar en torno a la figura de Calasanz y su
proceder frente a las situaciones dolorosas.

4.1 Calasanz era responsable de las Escuelas Pías y ésta responsabilidad no sólo comprendía
el plano de la organización y gestión de la obra, implicaba esencialmente un liderazgo
espiritual. No nos vamos a cansar de repetirlo: la vida interior del fundador iluminaba e
inspiraba su actuar y su manera de conducir las Escuelas Pías, y viceversa, su vida
concreta enriquecía la experiencia de fe, su manera de captar a Dios. Calasanz fue un
hombre VERDADERAMENTE INSPIRADO POR DIOS. Sus respuestas no eran
parciales, insuficientes, de por medio estaba su vida fundada en Dios, sus criterios no
eran simplemente humanos, no era movido por intereses simplemente humanos; sus
valores eran los del evangelio.

4.2 Calasanz fue un hombre de una sola pieza, si algo lo caracterizaba era su coherencia de
vida, por esos sus palabras resultaban no sólo elocuentes, sino además sensatas y
edificantes. Fue FIEL A SUS CONVICCIONES –de Dios, él estaba convencido de Dios,
no sólo creía en Dios, le hacía caso a Dios- y ésta fidelidad la llevó hasta lo último:
SUPO ASUMIR LAS CONSECUENCIAS de esas convicciones. Esta entrega no fue
ciega, menos impertinente e intransigente. El hecho de que fuese consecuente no le restó
sagacidad, astucia o pericia en los asuntos más delicados de la vida de la orden o de su
propia vida personal.

4.3 Sin embargo hemos de anotar que Calasanz se caracterizó por ser consistente ante las
adversidades, no en vano el papa Benedicto XIV lo nombró con motivo de su
canonización como el JOB DEL NUEVO TESTAMENTE, y aunque ni el Job
veterotestamentario ni el neotestamentario profirieron insulto contra Dios y contra sus
semejantes, no por eso dejaron de señalar el vicio, el error, la mentira o el engaño. Por
eso podemos decir de Calasanz que fue un hombre CONSISTENTE FRENTE A LA
ADVERSIDAD.

4.4 Pero ¿Qué es aquello que daba sentido a la vida de Calasanz que era capaz de “soportar”
y manejar las desavenencias que hacían del final de sus vida un verdadero “drama”?
Sólo aquello que le daba SENTIDO A SU VIDA, EL PURO AMOR A DIOS. Y es que
en el límite aparece el sentido. Por eso, la relación de Calasanz con sus adversarios nos
apunta hacia lo esencial en Calasanz. Sólo Dios puede ser el sentido de su vida y capaz
de sobrellevar cualesquiera situación de vida.

5. LOS VALORES ACTITUDINALES DE Calasanz.


Los valores actitudinales o de actitud son aquellos que experimentamos justo cuando nos
enfrentamos a situaciones límite. Todas las personas somos capaces de experimentarlos. De ahí
que en los momentos donde Dios y/o la vida nos plantean las preguntas más relevantes sobre
nosotros mismos, podemos desplegar nuestra esencia que se manifiesta en estos valores. Los
valores de actitud, sin duda revelan lo que verdaderamente constituye el sentido de nuestra vida.

Prudente, astuto, sensato y discreto. Son cuatro actitudes que caracterizan a Calasanz ante las
situaciones límite que vivirá, principalmente al final de su vida y a causa de personas que a base

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de injurias, mentiras, chismes, infundios e odios, lograron su propósito, ver la Orden reducida a
cenizas.

A Calasanz lo reconocemos fácilmente por sus virtudes eje de su existencia y de su experiencia


de Dios, a saber, caridad y paciencia; en cambio, ser sagaz no va reñido con las virtudes antes
mencionadas. Jesús inculca la sagacidad y la astucia (Mt 10,16), sabe dar respuesta ante las
trampas y los sofismas (Mt 22,21).
Ante la avalancha de vicisitudes Calasanz se mantendrá intachablemente obediente a la máxima
autoridad que representa el papa, sin embargo no por eso deja de denunciar el vicio y el veneno
inoculado.

5.1. Calasanz sabe que no sólo basta la prudencia humana para resolver las dificultades, es
menester valerse de la oración. Un criterio humano dice que no hay que tomar decisiones
cuando uno se encuentre enojado, la decisión puede conducir al arrepentimiento; mucho
menos se puede tomar una decisión sin discernimiento. Eh aquí un par de texto de Calasanz.
Las cosas hechas con precipitación y, tal vez, sin que preceda la oración, suelen dar a luz
arrepentimientos enojosos (25-4-1628).

Si, como se reparten los oficios, se pudiese al mismo tiempo dar la prudencia, no sucederían
tantos desórdenes (30-9-1634).

Otro texto que nos ilumina la prudencia del Santo, aquí prudencia y paciencia son términos
intercambiables.

Carta al P. Gabriel Bianchi. Génova.


He visto lo que V.R. me ha escrito en la copia de la carta que ha enviado al P. Visitador y no
puedo decir otra cosa sino que soporte los agravios con paciencia, pues aparte de éstos, soy
incluso yo mismo, a quien han conducido al Santo Oficio sin haber por qué y luego que me
lo dijeron vi que en aquello era inocente. Dios quiere probarnos por el camino de la
tribulación . Pero confíe en él… (P. 4125)

5.2. Cuando los problemas se agravaron dado que Cherubini fue nombrado Padre General, se
generó una gran inconformidad entre los religiosos ya que todos sabían del pasado oscuro y
terrible de Cherubini. Calasanz firmará un atestado en el que hace memoria del problema.
Sin embargo es obligado a detener el escándalo, sin embargo implícitamente hace la
denuncia del problema, pone en evidencia la deshonestidad y no deja de señalar la grave
responsabilidad del inculpado.

“Se encontró con que yo había salido entonces a decir misa en nuestra iglesia de San
Pantaleo, y no teniendo tiempo para esperar, entregó dicho envío precisamente al P.
Esteban Cherubini para que, una vez terminada la misa, me lo consignara en propias
manos. Pero sospechando lo que contenía el envoltorio, se lo llevó a su casa y lo abrió, y
visto el informe o proceso, el mismo día por la tarde me lo trajeron abierto el Sr. Flavio
Cherubini junto con el Sr. Félix de Totis, excusando el hecho lo mejor que pudieron. Viendo
yo descubierto el asunto, para evitar mayores inconvenientes si se hacía pública la cosa, por
deferencia a su Casa hice un atestado, declarando que el P. Esteban no fuera molestado en

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manera alguna por dicho proceso. O algo parecido, pero no afirmé que no fueran
verdaderas las cosas contenidas en dicho Proceso (Bau, 1992, p. 801)

6. HACIA UN APRENDIZAJE.
6.1. Calasanz deja una enseñanza para nosotros varones y mujeres de este tiempo, de este
contexto en el que vivimos. Experimentamos en nuestra sociedad la venganza, el chisme y el
escándalo. Prevalece la opinionitis, cualquiera puede decir cualquier cosa, sin importar si es
verdad o no, real o no. Los nuevos recintos religiosos y sagrados se llaman bancos, y las
nuevas biblias o palabras de dios, son los medios de comunicación, en virtud de la libertad de
expresión se arrogan la verdad y sin ningún criterio se toma como algo absoluto. Esto que
sucede hoy, vivió Calasanz hace cuatro siglo.

6.2. Una constante más en nuestra sociedad es la sed de venganza. Existe una venganza
institucionalizada llamada readaptación social. Y no se sale de ahí hasta que no se pague
hasta la última deuda. Se les pide que paguen sus deudas; no se olvida el agravio, al
contrario, se vive con resentimiento, como si acabara de suceder el agravio y si fuese posible
que se purgara la pena infinitamente aún no sería satisfactorio, no alcanzaría el perdón.
Vemos a Calasanz sin sed de venganza, sin rencores, sin aspiraciones a señalar y a exhibir a
los culpables. La toma de postura de Calasanz va más allá de lo que humanamente se puede
valorar; la postura de Calasanz es la de un hombre que ha sido tocado por Dios y que una vez
experimentada la misericordia de Dios no puede dejar de interpretar su realidad desde ella.

6.3. La venganza y la justicia distributiva es un ídolo contemporáneo. En cambio para Calasanz


la única justicia es la del Dios que ha sido misericordioso con él y a estas alturas el santo ya
no puede reconocerse que no sea desde lo único que lo mueve interiormente, el puro amor a
Dios, sentido de su vida. Ante el sentido de vida ya no se funciona con lógica, o lógica
humana, porque el buen samaritano es estrictamente hablando alógico. Como lo son las
bienaventuranzas. En Calasanz se cumple aquella bienaventuranza: Bienaventurados los que
sufren a causa de la justicia porque el reinado de Dios les pertenece (Mt 5, 10). Lucas dice:
dichosos cuando les odien loshombres y les destierren y les insulten y denigren su nombre a
causa del Hijo del Hombre. Salten entonces de alegría, que su premio en el cielo es
abundante (Lc 6,22).

6.4. Existe una manera especial de entender el Evangelio de Jesús. Esta consiste en asomarnos a
la ventana que mira hacia el horizonte de la imperfección. No se puede discutir todo el tema
en este espacio, basta con remitir al lector a toda la obra de Ricardo Peter (El evangelio de la
imperfección)y con señalar lo siguiente: Jesús frente a la rigidez del legalismo judaico se
manifiesta con una postura sustancialmente diferente: en el judaísmo se buscaba la pureza y
la rectitud, lo impecable y lo legalmente correcto; según esa mentalidad todo lo que fuese
opuesto a esta conceptualización resultaría contrario a Dios. Jesús a su vez, no consiente este
puritanismo, no se convierte en un consumidor más de un Dios que premia a los buenos y
castiga a los malos. Jesús se pone de lado de los pobres, de los impuros y de los pecadores,
Jesús se “embarra las manos –y todo él- de humanidad, mejor dicho de humanismo”.
Cuando todos miran hacia el cielo, Jesús mira a los hombres, cuando todos miran hacia Dios,
Dios mira al hombre, cuando lo que se pretende es ser limpio, Jesús acoge a los pecadores;
no refuerza el legalismo, libera de él; va al encuentro de los imperfectos, a los necesitados, a

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los carentes de todo. Opta por los imperfectos o lo que es lo mismo, los encorvados de Dios,
anawim.

Si Calasanz hubiese pretendido una obra perfecta y recta –en este sentido legalista- entonces
hubiera rebatido, combatido y condenado a todos quienes se oponían a él y a su (ídolo) obra.
Afortunadamente no fue así. Aceptó y asumió la lógica o la prelógica del evangelio de la
imperfección. Aprendió que para ganar (a Dios) hay que perder (los ídolos), tal como lo
enseña Edith Stein. Si no existiera en el corazón de Calasanz el puro amor a Dios como
fuente de sentido de su vida, la derrota y la ignominia sería un poco más que incomprensibles
e inadmisibles.

6.5. Según el P. Asiain – y es que su propuesta de itinerario espiritual es la más lograda y


relevante- la vivencia del Calasanz de todas aquellas situaciones-límite-de-cruz son el tumbar
de Dios de los ídolos de Calasanz. Es en definitiva la experiencia del desierto en dónde sólo
él y Dios se encuentran sin que nada ni nadie les perturbe, es la experiencia de purificación
donde son resquebrajados los ídolos, es la experiencia de alianza en la que Dios quiere a
Calasanz sólo a él, sin nada más: él será su Dios y Calasanz será su hijo para siempre. Pues
sólo en los momentos límite de nuestra existencia revelamos nuestra esencia, decimos de qué
estamos hechos. Así pues, la esencia de nuestro fundador se puede captar como la de aquel
que vive para convertir su corazón y dejar que Dios sea su Señor. Calasanz vivió para
convertirse.

7. SOLO UN PUNTO FINAL A MANERA DE PREGUNTA.


¿Será que muy en el fondo el hombre convertido a Dios, Calasanz, -de hecho le costó toda la
vida para que Dios le convirtiera- y dada su experiencia- aun albergaba la esperanza de que sus
adversarios se convirtieran ya que Dios siempre tiene una penúltima oportunidad para que no se
le pierda ni uno de sus hijos? Esta penultimidad sólo se capta con la fe y desde el eje de la
prelógica del buen samaritano.
Sólo un dato final, todos los adversarios de Calasanz murieron antes que él.

PREGUNTAS A TRABAJAR:
Elige una o dos preguntas para trabajar personalmente. Escribe tu reflexión y después elige a una o dos
personas con las que quieras compartir tu reflexión.
1. Hacer una lista de mis adversarios e identificar el asunto o controversia.
2. Hacer una lista de las personas para quienes yo resulto ser un adversario.
3. Hacer una lista de mi proceder hacia mis enemigos y evaluar si he procedido considerando algún
criterio del evangelio de Jesús.
4. ¿Cuáles son tus ídolos que se convierten hoy en el centro de tus preocupaciones?
5. Repasa las situaciones límite de tu vida, examina los valores que pusiste en juego ¿te das cuenta
de cómo aparece con claridad el sentido de tu vida? ¿Cuál es ese sentido? ¿Cómo afecta ese
sentido de vida tu vida en la actualidad?

Para Mayor Gloria de Dios y Provecho del Prójimo. Pag. N°8

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