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La Rebeldía Soberbia, altivez, orgullo

La rebeldía es un evento que conlleva muchas consecuencias. Cuántas veces


nosotros nos hemos rebelado contra nuestros padres, contra nuestros maestros,
contra cada persona que, de alguna u otra manera, debemos rendirle obediencia.
Muchas veces no lo hacemos. El ser humano, por naturaleza es un ser rebelde,
que siempre se aparta de las leyes, de las reglas e intenta obedecer a sus
caprichos y deseos. Pero no siempre fue así.
El principio de la rebeldía (Ezequiel 28:12-19) (Isaías 14:12-14)
Como vemos en este pasaje de la Palabra de Dios, el primer rebelde de la historia
fue Satanás, el mismo arcángel encargado de dirigir las alabanzas en los cielos; el
mismo que fue creado perfecto, como el mismo Dios. Y es que Lucero era el ángel
amado de nuestro Dios. Pero entró la soberbia en su corazón, inundó su ser el
orgullo a causa de su perfección y belleza, sobre todo, entró el pensamiento de
querer ser igual que Dios. Es así como empezó a reclutar un ejercito para que se
rebelen contra su Creador. Es así como Dios desterró a Lucero (Lucifer, Satanás)
de los cielos, junto con su ejercito de ángeles y los destinó a vagar por la Tierra.
Los primeros hombres rebeldes (Génesis 2:17) (Génesis 3:6-7)
Como vemos, Adán y Eva, desobedecieron a una orden directa de Dios. El pecado
entró en sus corazones, a través de sus ojos y sus sentidos; luego entró la muerte
en ellos. Es así como llegamos a nuestros tiempos; es así como la rebeldía, la
desobediencia, la altivez, la soberbia son los pecados más desagradables para
Dios por cuanto desajustaron el perfecto orden de las cosas como las había
creado, sobre todo, el dolor que causó el pecado, que separó la comunión entre el
hombre y Dios en la Antigüedad.
Pasos para empezar a ser rebeldes
¿Cómo saber si uno es rebelde o está camino a la rebeldía? Sencillo, usualmente
las personas que van camino a la rebeldía, recorren estos pasos:
- Perder el interés de buscar a Dios: Cuando empezamos a dejar de buscar
a Dios y empezamos a dejarlo de lado, esto significa el comienzo de
nuestra rebeldía
- Dejar de hallar malas las cosas que antes nos parecían de esa manera:
Cuando empezamos a pensar y creer que la cosas que pensábamos o
creíamos malas, ya no lo son del todo así, cuando empezamos a hallar
benignos aquellos “pecadillos”, cuando ya dejamos de lado nuestra actitud
radical, es ahí donde la rebeldía está empezando a dar sus frutos
- Empezar a ser autosuficientes: Cuando empezamos a caminar con
nuestras propias fuerzas, empezamos a querer modificar nuestro mundo
con nuestra propia opinión, cuando hacemos lo que queremos y no lo que
Dios espera que hagamos, podemos afirmar que ya la rebeldía ha ganado
espacio en nuestro corazón; es así como el “YO” cada vez se hace más
importante para nosotros y creemos que todo lo podemos en nosotros
mismos, entonces empezamos a ser orgullosos, altivos, rebeldes (De la
abundancia del corazón habla la boca)
VANAGLORIA = ORGULLO, ENVIDIA (Gálatas 5:26)
ENVIDIA + ORGULLO = REBELDÍA
La mayor parte de las personas rebeldes son aquellos que tienen envidia y orgullo
en su corazón, un corazón lleno de rencores, amarguras y vanidades.
La rebeldía se puede comparar con un Espíritu de hechicería, ya que este Espíritu
tiene la característica de controlar a la persona y hacer lo que le plazca con él; lo
mismo pasa con la rebeldía: muchos de nosotros empezamos a ser
autosuficientes, empezamos a controlar nuestras vidas, dejando a Dios de lado.
¿En qué punto de estas etapas te encuentras hoy en día? ¿Crees que es
posible dejar de ser rebelde y empezar a caminar el Camino correcto, que es
Jesucristo? CLARO QUE SE PUEDE.
PASOS PARA EVITAR LA REBELDÍA
- La radicalidad es fruto de ser cristiano: Ser radicales significa ser
entregados en cuerpo y alma a la voluntad, la Obra y la Causa de nuestro
Señor Jesucristo; ser radical es entregarse completamente a Dios
(Romanos 12:1-2)
- Humildad en todo tiempo: Dios se agrada de los corazones humildes,
quebrantados, dispuestos a escuchar su voz (Salmos 51:17)
- Buscar en todo TIEMPO a Dios: Si buscamos a Dios, podremos encontrarlo,
nos está esperando (2 Crónicas 7:14)
No pierdas la oportunidad que nuestro señor nos ha dado, solamente mediante
arrepentirnos y desear cambiar, es suficiente para que el señor perdone nuestras
faltas. ¡date una oportunidad! ¡JESUCRISTO TE ESPERA CON BRAZOS
ABIERTOS!

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