La música siempre ha involucrado un compartir de emociones,
sentimientos, narraciones e historias; así, con los reyes del rock y el
pop de la segunda mitad del siglo XX se constituyó una nueva forma de ver la música, la vestimenta, conciertos, entre otros. Estos elementos empezaron a ganar protagonismo y hacerse parte de la cultura pop o cultura popular… pero ¿y las mujeres? No es mentira para nadie que, si bien las mujeres han tenido un papel fundamental en distintos campos del arte, las creaciones de ellas no han sido realmente valoradas. Inclusive hoy en día para muchas discográficas es difícil creer que las mujeres puedan ser compositoras, cantantes, bailarinas, intérpretes y empresarias. Para hablar de Madonna es importante mencionar la cultura pop. Muchas personas consideran esto como aquellos rasgos identitarios del pueblo, lo popular, es decir a lo que pueden acceder las masas. Ahora, en este ambiente pop, con la globalización, el crecimiento tecnológico en los 70, el apogeo del rock, la llegada del heavy, el progresivo y el glam, los cambios germinaban y comenzaba a vivirse una era de avances como la televisión a color, el primer reproductor de sonido estéreo portátil y la segunda y tercera ola del feminismo. Gracias a estas últimas, el feminismo se consolidó como una corriente social y política de alcance mundial. Por esto, se generó una nueva notoriedad de la mujer en la industria de la música, tanto en la comercialización como en su calidad de artista, pero, de cualquier forma, tras bambalinas estas eran ridiculizadas, infravaloradas y sobreexplotadas. Y si bien Madonna, la reina del pop, no se reconoce como feminista, sus distintos actos revindican la imagen de la mujer dándole voz al movimiento feminista. Madonna Louise Ciccone nació en Baycity, Michigan el 16 de agosto de 1958. Esta cantante, bailarina, compositora, actriz y empresaria ha vendido más de trescientos millones de dólares en producciones musicales, solo por hablar de algunos de sus logros. Junto con diversos acontecimientos y obstáculos que tuvo que afrontar durante toda su vida, su carrera también ha tenido algunas trabas en cuanto a la sexualización que se ejerció sobre ella y el estigma de la ineficacia musical de las mujeres. Hacia 1984 ocurrió una de sus polémicas más grandes: la joven Madonna apareció sobre el escenario de los Premios MTV vestida de novia cantando Like a Virgin. Ella decidió enseñar su ropa interior durante la presentación, lo que claramente fue un gran escándalo mediático. Al año siguiente, la canción Dress You Up formaba parte de la lista de “Las quince indecencias” del Centro de Recursos Musicales de Padres, el cual advertía sobre el contenido de bandas de heavy metal, rock y pop que amenazaba los valores éticos y morales de los niños. Poco a poco, Madonna fue coleccionando escándalos que se convertirían en temas feministas consolidados, como el sexo seguro, la libertad corporal, el trabajo justamente remunerado, entre otros. Uno de ellos fue su primer gran escándalo con el vaticano al dedicarle su canción Papa Don’t Preach al papa Juan Pablo II. Por otro lado, sus denuncias hacia el racismo en Like a prayer dieron mucho de qué hablar, igual que las escenas de erotismo y desnudez en Rescue Me y Justify my love. En 1992, lanzó el libro Sex, que con una colección de fotografías sexualmente explícitas vendió más de un millón de copias en pocos días, despojando de esta manera tabús y tensiones sobre la sexualidad. En palabras de Madonna: “Si la gente pudiera hablar libremente, tendríamos más personas practicando sexo seguro, no tendríamos personas abusadas sexualmente” (WomenNow, 2020). En 2016, el Billboard Women In Music le entregó a Madonna el premio a Mujer del Año. Su discurso merece ser recordado pues expone parte de su vida, su carrera y los distintos percances que ha tenido que superar. En este, la cantante agradeció el ser reconocida en un mundo extremadamente sexista. También denunció cómo en sus años de carrera se le ha cosificado y criticado por la exposición de sus propios deseos. De esta manera, Madonna es consciente de cómo la opresión, los estigmas sobre lo que es ser mujer, entre otros, hacen que la recepción de artistas como ella termine siendo injusta. Esto demuestra que la industria musical está atravesada por un pensamiento patriarcal. En la actualidad, los actos de mujeres como Madonna nos invitan como sociedad a reestructurar y deconstruir este tipo de pensamiento para generar una búsqueda de la equidad. Si bien se han realizado enormes avances en ámbitos como el empleo o la educación, aún queda un largo camino que recorrer en contra de la opresión sexista. Así, el pop ha permitido que muchas artistas femeninas hayan podido traer a colación temas como el cuerpo de la mujer, su decisión sobre el mismo, los derechos reproductivos, la belleza, la estética, el empleo, la lucha de clases sociales, la raza y el género, entre otros temas. Entonces, la música siempre ha involucrado un compartir de emociones, sentimientos, narraciones e historias y, si el pop es popular en un sentido mercantil, también lo puede ser en la lucha contra la desigualdad de las mujeres. Así que, bajo este criterio, ¿por qué no tomar este género para impulsar la lucha feminista en la música y la sociedad?