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Actividad Voluntaria
Actividad Voluntaria
Así como hemos comprobado en los resultados obtenidos tras realizar la encuesta sobre
nuestro tipo de apego, podemos afirmar que sí, el apego cambia con el tiempo. Nosotros
cambiamos, evolucionamos y vamos adquiriendo nueva información y estableciendo nuevas
relaciones a medida que avanzamos en nuestro ciclo vital.
En nuestra primera infancia, creamos una serie de modelos de trabajo interno que,
posiblemente, poco tengan que ver con aquellos que ha creado mi primer amigo del colegio,
con el cual he establecido una relación estrecha a lo largo de los años. Con esto me refiero a
que, a pesar de que nuestros primeros modelos de trabajo interno los establezcamos gracias al
comportamiento y a la relación que tengamos con nuestros cuidadores, no son irrevocables, si
nos relacionamos con otras personas y establecemos relaciones de apego con ellas, cabe la
posibilidad de modificar estas representaciones mentales, y con ello nuestro tipo de apego.
En resumen, considero que el apego puede verse alterado por múltiples factores a lo largo del
desarrollo del individuo y que no es algo inamovible. Somos seres sociales en un mundo en
constante cambio y no podemos pensar que nuestro apego es distinto, que no puede
redirigirse. El apego que hayamos desarrollado a lo largo de nuestra historia influye en nuestra
conducta, pero no la determina de forma permanente.