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ACTIVIDAD VOLUNTARIA:

Comparando el apego a vuestro cuidador primario y vuestro apego actual a personas


cercanas, ¿pensáis que el apego se mantiene estable a lo largo del tiempo o cambia? ¿Por
qué?

Así como hemos comprobado en los resultados obtenidos tras realizar la encuesta sobre
nuestro tipo de apego, podemos afirmar que sí, el apego cambia con el tiempo. Nosotros
cambiamos, evolucionamos y vamos adquiriendo nueva información y estableciendo nuevas
relaciones a medida que avanzamos en nuestro ciclo vital.

En nuestra primera infancia, creamos una serie de modelos de trabajo interno que,
posiblemente, poco tengan que ver con aquellos que ha creado mi primer amigo del colegio,
con el cual he establecido una relación estrecha a lo largo de los años. Con esto me refiero a
que, a pesar de que nuestros primeros modelos de trabajo interno los establezcamos gracias al
comportamiento y a la relación que tengamos con nuestros cuidadores, no son irrevocables, si
nos relacionamos con otras personas y establecemos relaciones de apego con ellas, cabe la
posibilidad de modificar estas representaciones mentales, y con ello nuestro tipo de apego.

A medida que crecemos, vamos adquiriendo nuevas relaciones y modificando las ya


establecidas (no es lo mismo la relación de un adolescente con sus padres que la de un bebé),
así como nuestra situación familiar (nuestros padres pueden divorciarse) o económica puede
cambiar. Todo ello son factores que influirán en las representaciones mentales del sujeto y en
las relaciones que llegue a establecer.

Pongamos un ejemplo: si un niño ha sido muy cariñoso durante toda su infancia y ha


desarrollado un tipo de apego seguro consigo mismo y con los demás, pero al cambiarse de
colegio le comienzan a hacer bullying, cabe la posibilidad de que altere sus conductas a la hora
de relacionarse con otros niños a lo largo de su vida, volviéndole más distante y temeroso.

En resumen, considero que el apego puede verse alterado por múltiples factores a lo largo del
desarrollo del individuo y que no es algo inamovible. Somos seres sociales en un mundo en
constante cambio y no podemos pensar que nuestro apego es distinto, que no puede
redirigirse. El apego que hayamos desarrollado a lo largo de nuestra historia influye en nuestra
conducta, pero no la determina de forma permanente.

LUCÍA MARTÍNEZ BARRIOS, GRUPO C

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